Está en la página 1de 16

El populismo y la atracción por

el líder carismático*
Populism and the atraction for the charismatic leader
Alfredo Ramírez Nárdiz**
Universidad Libre Seccional Barranquilla, Colombia
DOI: http://dx.doi.org/10.15648/am.27.2016.5

RESUMEN

Desde hace dos décadas en Latinoamérica y en los últimos años en Europa, se vive un auge de
partidos y movimientos políticos populistas que apoyan una reformulación diversa de las reglas de
la democracia liberal. Uno de los elementos más característicos del populismo es su concepción
fuerte del poder ejecutivo, al que se considera como interlocutor y representante necesario de un
poder constituyente a cuya acción constante se confía el deseado cambio político. El presidente, ya
de la República, ya del gobierno populista adquiere un poder especialmente relevante que le lleva
a imponerse a los restantes poderes del Estado. Es un líder carismático que establece una relación
mesiánica con el pueblo al que se pasa a ver como un todo uniforme de cuya voluntad el presidente
es el único intérprete válido. En el presente artículo, y mediante un método inductivo-deductivo,
se trata de aportar una explicación tanto al populismo como ideología, como a la trascendental im-
portancia que se da a la figura del presidente. Se concluye que el populismo es una reformulación
del totalitarismo de corte schmittiano y que el rol protagónico dado al presidente procede de una
concepción premoderna y primitivista de la política.

Palabras clave: Populismo, Presidente, Líder carismático, Pueblo,Totalitarismo.

ABSTRACT

From two decades now at Latinamerica and in the last years at Europe, there is a growing of populist
parties and political movements that all support a reformulation of many of the liberal-democracy
rules. One of the most characteristic elements of the populism is its strong conception of the execu-
tive power, which is considered interlocutor and necessary representative of a constituent power to
its constant action it´s trusted the desired politic change. The populist president, of the republic, of
the government, takes an especially relevant power that makes him become imposed over the rest
Estate powers. He is a charismatic leader that establishes a messianic relation with the people which
is seen as a uniform whole of its will the president is the only valid interpreter. The present paper,
from an inductive-deductive method, wishes to give an explanation both to the populism as ideol-
ogy as well as to the transcendental relevance that from itself is given to the figure of the president.
It is concluded that populism is a reformulation of the schmittian totalitarism and the protagonist
role given to the president comes from a pre-modern and primitive conception of politics.

Key words: Populism, President, Charismatic leader, People, Totalitarism.

Recibido: 18 de junio de 2015 Aceptado: 29 de octubre de 2015


* Este artículo es producto del proyecto de investigación Transformaciones democráticas y democracia par-
ticipativa perteneciente al Grupo de Investigación Poder público y ciudadanía de la Universidad Libre,
Seccional Barranquilla.
** Profesor Universidad Libre, Seccional Barranquilla. Doctor en Derecho Constitucional. Correo
electrónico:aramirez@unilibrebaq.edu.co

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
46 El populismo y la atracción por el líder carismático

Introducción* constituyente permanente que sea


herramienta para el constante cam-
El populismo es una de las cuestiones bio constitucional, necesario para la
claves de nuestro tiempo en mate- transformación social abanderada por
ria tanto de Derecho Constitucional, el populismo, y el líder carismático
como de Ciencia Política. Desde que del movimiento populista que, una
el mismo toma el poder y se consolida vez hecho con el poder y revestido
en diferentes países de América Lati- como presidente de la república o del
na a finales del siglo XX y principios gobierno (en función de que el país
del siglo XXI hasta recientes fechas sea presidencialista o parlamentaris-
en que se ha extendido por toda Euro- ta), pasa a convertirse en interlocutor
pa han transcurrido dos décadas en las necesario con el pueblo, intérprete,
que las principales cuestiones plan- portavoz y promotor natural de su vo-
teadas han sido qué es el populismo, luntad; único capacitado para dirigirlo
cuáles son sus características, cuáles y al tiempo para servirlo en la labor de
sus objetivos, cuáles sus consecuen- cambio social. En este esquema, la fi-
cias. No es esta, ni mucho menos, gura del presidente, líder indiscutible,
una cuestión pacífica y si bien desde su persona a título individual, adquie-
la teoría populista (Laclau, 2005) se re tintes mesiánicos, de instrumento
sostiene que el mismo es un concepto del destino para llevar al pueblo hacia
positivo y necesario para una trans- el destino manifiesto. Es por ello que,
formación progresista de la sociedad; dentro de esta concepción, su volun-
desde estas páginas se sostendrá la tad como titular de Ejecutivo deja de
hipótesis precisamente contraria: que ser la de él como hombre y pasa a ser
el populismo es una ideología alter- la del pueblo como unidad indivisi-
nativa a la democracia liberal cuyo ble. Sus rivales en la acción política,
triunfo no supondrá mejora democrá- los partidos de la oposición, pasan a
tica alguna, sino el hundimiento de la ser enemigos del pueblo, sujetos aje-
democracia tal y como se entiende en nos y externos que se oponen no ya
el presente. a la voluntad del presidente, sino a la
voluntad del pueblo que el presiden-
Uno de los elementos definitorios te encarna. Los restantes poderes del
del populismo es su fascinación por Estado, Legislativo y Judicial, ceden
la relación existente entre el pueblo, ante el fortalecido Ejecutivo y pierden
entendido como un todo uniforme su capacidad de control tanto político
al que se llama a ejercer de poder como judicial sobre él. La prensa es
hostigada si manifiesta ideas distintas
* El presente trabajo parte del ensayo Ramírez
y críticas a las del Ejecutivo, pues, en
Nárdiz, A. (2015). La belleza de los monstruos. esta lógica, dichas ideas del Ejecutivo
Acerca de qué es el populismo y por qué hay
que tenerle miedo. Barcelona: J. M. Bosch. son ahora las del pueblo en su conjun-

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
Alfredo Ramírez Nárdiz 47

to. La democracia liberal como todo la de populista. El político que mien-


sufre una reformulación. En la prácti- te es un demagogo, en el más estricto
ca, un intenso debilitamiento, cuando sentido que los clásicos le dieran a
no una desaparición práctica. la demagogia como modelo político,
pero no necesariamente un populista.
En este marco de cosas, surge la si- El populismo es mucho más que decir
guiente pregunta de investigación: a los ciudadanos lo que los ciudada-
¿qué es realmente el populismo? ¿Es nos quieren oír aun a sabiendas que
una degeneración de la democracia no se puede cumplir. El populismo
liberal caracterizada por una exage- es una ideología política alternativa
ración demagógica del discurso y la a la democracia liberal y, como tal,
acción política? ¿O es algo más? Es se constituye como un modelo polí-
el objetivo de estas líneas responder tico alternativo y en conflicto con la
a esta pregunta principal median- democracia liberal. Pues si la demo-
te el apunte del origen teórico del
cracia liberal (la democracia de los
populismo, sus características y las
modernos, que dijera Constant, 1989)
consecuencias que su implantación
gira, desde su mismo inicio cuando
tiene en un modelo de democracia li-
aún no era considerada ni democra-
beral como lo es el actual. Como co-
cia, allá por finales del siglo XVII en
pregunta de investigación se plantea:
Inglaterra, alrededor de la limitación
¿por qué la figura del presidente-líder
del poder del Estado, la garantía de
es tan importante para el populismo?
En este sentido, se propondrá el ori- una esfera privada del ciudadano en
gen de la relevancia de esta figura per- la que el poder no debe meterse (la
sonalista. El método que se seguirá libertad negativa. Berlin, 2010) y el
será el inductivo-deductivo, esto es, respeto a los derechos individuales
partiendo de una serie de observacio- –con la propiedad a la cabeza (Locke,
nes de carácter doctrinal y legislativo 2004)–, todas estas características que
se tratará de alcanzar conclusiones tan acertadamente llevaron a Sartori
generales que luego se aplicarán a dar (2007) a considerar como más apro-
respuesta a cuestiones concretas. piado invertir los términos y nombrar
al modelo como liberal-democracia
El populismo: una ideología alter- al ser su eje vertebrador (más que la
nativa a la democracia liberal toma de decisiones por la ciudadanía)
la limitación del poder del Estado y la
El populismo no es simplemente consecuente libertad máxima del ciu-
mentir a los ciudadanos. Si el popu- dadano dentro del respeto a la libertad
lismo fuera eso, se podría afirmar, por ajena (Stuart-Mill, 2000), el populis-
supuesto, a modo de broma, que la mo gira alrededor de elementos defi-
mera condición de político implicaría nitorios radicalmente distintos, hijos

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
48 El populismo y la atracción por el líder carismático

de otra herencia jurídica y con objeti- aquel que traduce la voluntad gene-
vos marcadamente diferentes. ral a medidas de gobierno concretas,
quien encarna en su persona al pue-
El populismo relativiza la estructura blo y que materializa en sus actos la
de equilibrio de poderes propia de la voluntad de cambio y transformación
democracia liberal, el sistema de con- social que el pueblo tiene.
troles y equilibrios entre los distintos
poderes del Estado, para pasar a or- Especial importancia tiene la demo-
ganizar la vida política alrededor de cracia participativa en la intensa rela-
la relación entre el pueblo y el gober- ción entre el presidente-líder y el pue-
nante. El pueblo concebido como un blo. Dado que el pueblo es concebido
todo uniforme*, con una única volun- como poder constituyente perma-
tad común, en el que no existen disi- nentemente activo** y se requiere del
dencias y en el que aquellos que dis- mismo para ser ariete de las reformas
crepan pasan a ser considerados como que se pretenden introducir en el ori-
sujetos ajenos a él y, por ello, como ginal modelo de democracia liberal;
enemigos del pueblo (puesto que el la apelación a la labor constituyente
pueblo solo puede querer lo mejor del pueblo, la elaboración de nuevos
para sí mismo y todos sus miembros textos constitucionales que recojan
han de racionalmente desear esto; las reformas del modelo político que
aquellos que no deseen lo mismo han el populismo requiere y la recurrente
de ser necesariamente elementos aje- apelación al pueblo para que se pro-
nos al pueblo, enemigos del mismo). nuncie mediante instrumentos partici-
El gobernante concebido como presi- pativos son habituales♦. Este recurso
dente-líder que no se limita a ser una habitual a la participación directa lle-
figura política de carácter administra- va consigo el debilitamiento del poder
tivo o gestor, tampoco el representan- Legislativo, donde generalmente ac-
te de una determinada ideología que
busca aplicar sus postulados en la ac- ** «Ahora bien, como, por definición, el poder so-
ción de gobierno asumiendo que los berano es absoluto y total, y como quiera que de
lo que se trataba era de limitar el poder, formó
mismos pueden ser erróneos, sino el parte de la esencia del Estado Constitucional,
presidente-líder entendido como in- ya en sus comienzos, la idea de que una vez
aprobada la Constitución el poder constituyente
térprete necesario del pueblo, como debía desaparecer». Vega (1998, p.28).
♦ En este sentido, y para el caso venezolano, in-
dican Núñez Muñoz y Leal González que «el
principio participativo impregna tanto la forma
* La tendencia a simplificar la complejidad social de Estado como la forma de Gobierno y cons-
no es, sin embargo, exclusiva del populismo. tituye el eje articulador de todo el sistema polí-
En relación con el concepto de sociedad civil tico democrático en Venezuela, responde a los
apunta Vallespín que detrás de él «no se escon- nuevos enfoques de comprender las relaciones
de sino un intento por representar como unidad entre el Estado y la sociedad y, sobre todo, en-
a un sujeto social fraccionado y diverso (...)» riquece la noción de ciudadanía» Núñez y Leal
Vallespín (1996, p.57). (2013, p.201).

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
Alfredo Ramírez Nárdiz 49

túa la oposición al gobierno, la mino- concepción refrendaria de la partici-


ría que toda democracia debe proteger pación ni son pocas, ni son nuevas♦.
y permitir manifestarse*, el cual es
evitado y superado por dicho gobier- Igualmente, en función de su privile-
no merced a la apelación al pueblo y giada relación con el pueblo el presi-
el respaldo refrendario recibido de la dente se sitúa en una posición de mar-
cada superioridad sobre los restantes
mayoría. El control que el Legislativo
poderes del Estado. Ya no es el mero
hace del Ejecutivo es substituido por
titular del poder Ejecutivo, un cargo
el supuesto control directo que el pue- político transitorio, coyuntural y de
blo puede ejercer sobre el gobernante mera gestión política, sino que pasa a
mediante herramientas participativas ser la encarnación del pueblo, su voz,
como la revocatoria de mandato (a la su guía y mesías, quien le debe lle-
que rara vez se acude y cuyos efectos var al buscado oasis social en el que
tienden a ser de polarización de la so- se cumpla la voluntad del pueblo y
ciedad y de potenciación del persona- se logren los objetivos populistas de
lismo al centrar toda la vida política transformación social (en este senti-
del país en la figura del gobernante a do, y aunque los referendos los voten
revocar). La participación se convier- los ciudadanos, quien habitualmente
los promueve y convoca es el presi-
te así en el lenguaje que utiliza el pre-
dente)♦♦. Nadie son el Legislativo y
sidente-líder para comunicarse con el
el Judicial para limitar el poder del
pueblo y de ser medio de profundiza-
presidente. No lo son porque dado
ción democrática, pasa a ser mecanis- que el presidente habla en nombre del
mo de fortalecimiento del populismo pueblo ellos no representan más que
y debilitamiento de las instituciones a grupos de poder, parciales y limita-
representativas**. Las críticas a esta dos, sino directamente a los enemigos
del pueblo, aquellos que se oponen a
la evidente en sí misma necesidad de
* «(…) la democracia refrendaria instaura, de
hecho, un principio mayoritario absoluto que
viola el principio (fundamentalísimo) del res-
peto a la minoría. Los refrendos no dan la cara ♦ «Por este camino el que vence es el demagogo,
a nadie y solo atropellan los derechos de las el manipulador por excelencia de la soberanía
minorías (…) la tan temida “tiranía de la mayo- popular. El demagogo que se apoya en las mu-
ría” –en la acepción fuerte del término– es una chedumbres gritando que el pueblo tiene siem-
eventualidad poco verosímil en las democracias pre la razón». Sartori (2007, p.129).
representativas, pero encontraría una aplicación ♦♦ «¿Quiénes serían los que elaboran los refe-
segura en la democracia refrendaria». Sartori rendos? Aunque quedaran algunos individuos
(2007, p.125). elegidos a título representativo, en la demo-
** «(…) en muchas oportunidades la intencionali- cracia refrendaria el juego y la puesta en juego
dad de los que proponen y/o ponen en práctica cambian radicalmente. Primero, toda la partida
los mecanismos de democracia directa respon- está en decidir la agenda (qué es lo que sí hay
de a intereses políticos específicos y no a inten- que someter a decisión y qué no) y, segundo, el
ciones “democratizadoras”». Lissidini (1998, modo de formular tales interrogantes» Sartori
p.171). (2007, p.124).

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
50 El populismo y la atracción por el líder carismático

cambio que propugna el pueblo y que reactiva frente a lo que podría deno-
el líder populista se limita a encauzar. minarse “el otro”, esto es, cualquier
categoría de sujetos a la que se acu-
Evidentemente, dado que la demo- se de ser la causa de los problemas
cracia moderna surge para limitar el del pueblo (el cual es esencialmente
poder del Estado y dado que el popu- bueno), frente a la que se adopta una
lismo al hipertrofiar al Poder Ejecuti- postura excluyente e irreconciliable y
vo derriba los controles y equilibrios frente a la que el populismo se erige
entre poderes ideados precisamente en necesario instrumento de protec-
para limitar el poder del Estado, no ción. Ese “otro” puede ser la casta
parece difícil concluir que entre de- político-burguesa que explota al pue-
mocracia liberal y populismo existe blo oprimido, puede ser el inmigran-
un evidente antagonismo. Esto es, el te-extranjero que parasita a los na-
triunfo del populismo ha de llevar ne- cionales, el Estado que oprime a una
cesariamente, ya a corto, ya a medio región independentista o, incluso, un
plazo, al fin práctico de la democracia conjunto de oscuros e indefinidos po-
liberal. Quizá no de nombre, pues el deres económico-políticos mundiales
populismo sigue en el presente asu- cuya única razón de ser (con la mun-
miendo la palabra democracia como dialización) es destruir todo lo bueno
algo propio, pero sí de hecho. El po- de la sociedad, pero siempre hay un
pulismo no es una mera degeneración otro, siempre es imposible cualquier
de la democracia representativa, no es negociación con él y siempre el pre-
un sencillo paso más en la escalada sidente-líder es, en última instancia,
de demagogia, vaciado de ideologías el único remedio, la única solución,
y falsedad de la clase política. No es a los males que dicho otro genera al
un mero cambio de tipo paretiano de pueblo.
oligarquías manteniendo el modelo
político. Es una ideología alternativa. Por todo esto, no es el socialismo o un
Busca crear un mundo nuevo. Supone reformulado comunismo post-caída
el fin de la democracia liberal, repre- del Muro la raíz última de su ideo-
sentativa y moderna tal como surge logía. El populismo puede adoptar
con las revoluciones liberales. dicha forma, pero no necesariamente
ha de tenerla al no ser esa su esen-
Junto con esta concepción de cómo cia ideológica. Pues si bien en Lati-
deben organizarse los diferentes po- noamérica el populismo ha adoptado
deres del Estado, del rol preponderan- tintes izquierdistas, en Europa hay un
te que debe jugar el Ejecutivo y del populismo de izquierdas en el sur del
papel aparentemente protagonista que continente (Podemos, Syriza, Movi-
se da al pueblo, el populismo se ca- miento 5 Estrellas, etc.), pero también
racteriza igualmente por una actitud un populismo de derechas xenófobo

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
Alfredo Ramírez Nárdiz 51

y racista en el norte del continente te surge el razonamiento populista,


(Frente Nacional, Pegida, Partido por su idea del presidente-líder, su visión
la Libertad, etc.). Además de diversos unitaria del pueblo, su negación de
partidos nacionalistas-independentis- las divergencias sociales y su bús-
tas (UKIP, Liga Norte, Convergencia queda de la hegemonía, su asunción
Democrática de Cataluña) que, más de que la voluntad del constituyente
allá de la ideología económica que (interpretada y canalizada por el líder)
sostengan, adoptan una concepción se impone a la Constitución y a la ley
nuclear de la organización del poder, materializando el triunfo del Decisio-
del fortalecimiento del Ejecutivo, del nismo sobre el Normativismo kelse-
rol permanentemente constituyente niano…; lo que el populismo tiene en
del pueblo y su visión como todo uni- su esencia es el pensamiento de Carl
forme muy parecidos. Schmitt (2013) y Carl Schmitt (2014).
Es decir, el pensamiento totalitario.
La raíz ideológica esencial del popu-
lismo no pivota alrededor de ser de iz- Reformulado, adaptado, moderni-
quierda o de derecha, sino alrededor, zado, que se sirve en Latinoamérica
por un lado, de la concepción que se de las terribles y endémicas diferen-
defiende de cuál debe ser la estructu- cias sociales para atraerse a las masas
ración de los diferentes poderes del populares secularmente depaupera-
Estado y del papel del Ejecutivo (en das o a los indígenas olvidados, que
relación con el pueblo) y, por el otro, en Europa apela a las clases medias
de la postura que se mantiene frente empobrecidas por la mundialización
a las dinámicas de mundialización y y las crueles políticas económicas
apertura de las sociedades, esto es, derivadas de la misma, que en todas
la actitud que se manifiesta respecto partes establece sencillas dualidades
al “otro”. Dicha raíz es la misma que de buenos (el pueblo como todo) y
la del totalitarismo (el cual demostró malos (aquellos que lo explotan –la
poder ser tanto de izquierda –socia- oposición–, aquellos que no están de
lismo soviético–, como de derecha acuerdo con el líder-presidente –la
–fascismo–), pues el populismo no prensa–, o aquellos que lo parasitan
es otra cosa que la reformulación y –los extranjeros, los inmigrantes–),
adecuación temporal al presente del que siempre encuentran soluciones
totalitarismo. Así, el pensamiento po- sencillas a los problemas complejos
pulista lo que tiene en su esencia no (siendo que las tecnicidades propias
es tanto a Laclau y a otros pensadores de un Estado de Derecho –con el res-
de izquierda que, en última instancia peto a la Constitución como estrella
apelan al marxismo y a una concep- entre ellas– las vitupera como herra-
ción carismática de la política de tipo mientas al servicio de los enemigos
peronista, sino que de donde realmen- del pueblo) y que se sirve y llama

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
52 El populismo y la atracción por el líder carismático

mucho más a la emotividad que a la cirlo más propiamente, en el altar de


racionalidad en su discurso. la voluntad del líder que dice hablar
en nombre de la voluntad general. Así
Populismo que en España tiene por pues, el populismo no es democracia,
enemigo a los políticos profesionales sino que, muy por el contrario, es una
y a los banqueros, que en Venezuela nueva ideología (o la adaptación a
lo localiza en los imperialistas, que en los tiempos presentes de una antigua
Francia lo descubre en los inmigran- ideología –el totalitarismo–) en claro
tes, que en el Reino Unido lo sitúa conflicto con la democracia liberal.
en la Unión Europea, que en Bolivia
lo halla entre los que tiranizaron a Más que probablemente haya que en-
los indígenas y que en Grecia lo ve tender al populismo como una reac-
prácticamente en todo el mundo (pues ción. Frente a la cada vez más acele-
allí conviven tanto los populistas de rada mundialización y los efectos de
izquierda como los de derecha). Pero la misma (apertura de los mercados,
populismo que siempre tiene enemi- libre circulación de capitales, pérdida
gos, que siempre concibe al pueblo de soberanía por los Estados, mayor
como un todo monolítico y esencial- interconexión e interdependencia in-
mente bueno, que edifica un liderazgo ternacional, etc.) surge el populis-
cuasi-mesiánico en su presidente y mo como una respuesta de carácter
que prioriza la transformación social negativo que busca atrincherar a los
–la consecución de los objetivos del pueblos ya en el territorio e identidad
movimiento o partido populista– por –histórica, racial, religiosa– de su Es-
encima de cualquier limitación del tado (frente a la presión migratoria),
poder, respeto a los derechos indivi- ya en su soberanía cada vez más de-
duales, o equilibrio de poderes, en la bilitada (frente a las organizaciones
constante apelación al constituyente y los organismos internacionales),
para que reforme la Constitución tan- ya en una, en gran medida, pretérita
tas veces como el líder considera que concepción de los derechos sociales
lo demanda el pueblo. y el Estado del Bienestar (frente a la
mundialización y sus efectos econó-
Nada que tenga que ver con la demo- micos). En este sentido, el populismo
cracia moderna es esto. ¿Pues de qué estaría condenado a fracasar a largo
sirve votar, si ninguno de los otros ele- plazo, pues se opone a las dinámicas
mentos de la democracia moderna se imperantes a nivel mundial, pero a
cumple? ¿Dónde están el pluralismo, corto plazo puede triunfar (donde no
el Estado de Derecho, la separación ha triunfado ya: Venezuela o Grecia),
de poderes o el respeto a los derechos dado que se alimenta de fenómenos
individuales? Todo se sacrifica en el que generan gran malestar social y
altar de la voluntad general. O, por de- que hacen que grandes bolsas pobla-

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
Alfredo Ramírez Nárdiz 53

cionales se inclinen por votarle y au- mo surge como reacción primitivista


parle al poder. Así, mientras en Ibe- y tribal a los cambios y derivas del
roamérica existan importantes bolsas mundo contemporáneo. Por ello, to-
de población que, de forma endémica, dos sus conceptos, sus relaciones, sus
vivan en la pobreza y la marginación; puntos de vista son, en última instan-
mientras en Europa occidental los cia, pre-modernos y no suponen otra
derechos sociales y las rentas dispo- cosa que una regresión a concepcio-
nibles sean cada vez más escasas con nes tenidas por pretéritas en Occiden-
el consiguiente debilitamiento de la te. Particularmente, la relación líder-
clase media; mientras todos los países pueblo es posible identificarla como
en desarrollo sufran importantes pre- un trasunto falsamente modernizado
siones migratorias que desplacen de de la relación macho dominante-tribu.
parte del mercado laboral a la pobla-
ción local; mientras estos fenómenos El populismo, particularmente en
sucedan (y seguirán sucediendo como Europa, surge como respuesta a los
es posible deducir de la observación cambios tanto económicos como po-
de los hechos en el presente) habrá líticos que se producen en el presen-
un importante número de ciudadanos te y desde hace tres décadas y que se
que verá razonable optar en su voto caracterizan, haciendo un muy grose-
por partidos populistas que les ofrece- ro resumen, por un progresivo debi-
rán respuestas sencillas, emocionales litamiento de los derechos sociales y
y aparentemente evidentes en sí mis- una bajada de las rentas disponibles
mas. por las clases medias y populares. En
definitiva, por la desaparición paulati-
El presidente-líder carismático: un na del Estado del Bienestar (Ramírez
concepto tribal Nardiz, 2014)**. Desde que el Muro
cae en 1989 y el socialismo desapa-
¿Por qué para el populismo es tan im- rece como alternativa al capitalismo
portante la figura del presidente-líder? tiene lugar una progresiva renegocia-
¿Por qué no confía la labor transfor- ción del pacto capital-trabajo que se
madora, como en sus inicios siempre
dice, al pueblo mismo mediante los
habitualmente loados y ampliamente berales y antidemocráticas del régimen político
regulados instrumentos de democra- inaugurado con el ascenso de Chávez al poder y
su particular combinación con la participación
cia participativa*? Porque el populis- y las elecciones. Entre otros, puede consultarse:
Coppedge (2003); Kornblith (2009); Corrales
y Penfold (2011). Una visión en su momento
más favorable respecto de las potencialidades
* La problemática relación entre populismo y de la democracia participativa en: López Maya
democracia participativa es recurrente. Parti- (2005)».
cularmente en el ámbito latinoamericano. Así, ** Para el análisis en detalle de este desarrollo
indica Kornblith (2014, p.120): «Existe abun- histórico-económico-jurídico y de las últimas
dante literatura acerca de las tendencias antili- consecuencias del mismo Vide.

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
54 El populismo y la atracción por el líder carismático

mantenía desde el final de la Segun- estos ofrecen (la culpa de todo es de


da Guerra Mundial y que dio lugar al sujetos esencialmente malvados y
conocido como Estado del Bienestar externos a nosotros que nos perjudi-
en el que, a cambio de mantenerse fie- can: ricos, inmigrantes, etc.) y la res-
les al capitalismo, se prometía rentas puesta reconfortante que proponen (el
altas, derechos sociales y beneficios pueblo puede cambiarlo todo merced
públicos a las clases medias europeas. a su voluntad). En última instancia,
Caído el Muro, hundido el socialis- el voto al populismo es el voto del
mo como alternativa y aprovechando miedo. Miedo a perder los derechos
nuevas circunstancias como la apari- sociales y la calidad de vida que se
ción de las nuevas tecnologías de la daban por descontados. Miedo al nue-
información y la comunicación o la vo mercado laboral mundializado.
entrada en escena de actores políti- Miedo a la unificación acelerada de la
cos internacionales hasta entonces no humanidad que necesariamente lleva
protagonistas (Asia en general, China al arrumbamiento de los más débiles
en particular) que se convierten en tanto económica como culturalmente.
nuevos mercados –particularmente Populista es el nacionalista que cree
de mano de obra barata–, el capital se que encastillándose en su región man-
apodera del terreno de juego y el pacto tendrá su nivel de bienestar (Catalu-
ña, Escocia), populista es el xenófobo
con el trabajo se rehace en condicio-
racista que le echa la culpa de todo a
nes muy desfavorables para el trabajo
los trabajadores inmigrantes (Frente
derivadas de las cuales se acentúa la
Popular, Pegida), populista es el iz-
pérdida de derechos sociales, de renta
quierdista que interpreta que todo es
y de bienestar que procedía del final
culpa de la ciega avaricia de los ricos
de los popularmente conocidos como
(Podemos, Syriza). El populismo en
“Treinta gloriosos” (Hérin, 2008) en
su conjunto supone una reacción que
la segunda mitad de los años 70.
trata de enfrentarse al devenir histó-
rico de los acontecimientos atrinche-
El progresivo desmontaje de los dere- rando sociedades en realidades cada
chos sociales lleva a mediano y largo vez más insostenibles. El populismo
plazo necesariamente al de los dere- se organiza alrededor de conceptos
chos civiles (Sen, 2000), pues sin te- pre-modernos como la raza, la len-
ner educación es difícil poder votar en gua, la historia, o el credo religioso
verdadera libertad, por ejemplo, pero para dividir a la sociedad en buenos y
a muy corto plazo lleva a la frustra- malos. La misma dualidad de buenos
ción y el desencanto de aquellos que y malos es ajena a toda racionalidad
sufren su pérdida: las clases medias y se funda, en última instancia, en
que dejan de serlo. Clases medias que maniqueísmos más propios de la re-
votan a los partidos populistas atraí- ligión que de ninguna aproximación
dos por la explicación sencilla que racional.

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
Alfredo Ramírez Nárdiz 55

En este marco conceptual general hay en dar el poder a una sola persona. Ya
que entender la apelación que el po- adquiera dicho poder por conquista,
pulismo hace del líder. Ante el estupor por herencia, por derecho divino, por
frente a la modernidad, ante la con- decisión de una oligarquía económi-
fusión que la complejidad de la reali- ca o política, o mediante una elección
dad genera, y particularmente ante los democrática, siempre, y más allá de la
miedos que la pérdida de calidad de estructura más o menos compleja de
vida provoca, el populista se refugia la que se dote, de las limitaciones del
en conceptos primitivos, tribales, sen- poder, de los equilibrios instituciona-
cillos, que ofrecen verdades absolutas les y de los controles democráticos,
que dan seguridad y confianza: uno de cualquier Estado pone a su frente a
ellos, el líder carismático, el salvador una sola persona, un individuo con-
de la patria, aquel a quien el pueblo se creto que, tal vez no tiene el poder
puede entregar pues él encarna dicho absoluto, pero que sí detenta una pre-
pueblo y no tiene otro objetivo que ponderancia en la estructura institu-
el de manifestar y ser proyección de cional estatal, aunque solo sea porque
sus aspiraciones, deseos y esperan- la representa tanto hacia dentro, como
zas colectivas. Del mismo modo que hacia fuera de sus fronteras*.
Schmitt huyó del caos que veía en la
democracia parlamentaria y pluralista En una monarquía absoluta es un rey
refugiándose en la seguridad de un es- que no responde ante nadie (ante Dios
quema tribal como era el de un pueblo, y ante su propio Derecho, que diría el
un imperio, un caudillo; el populismo lema real británico acuñado por Ricar-
efectúa idéntica huida ante el pavor do Corazón de León) y en una demo-
que entre sus ideólogos y votantes ge- cracia es un presidente que responde,
nera la constatación de que las ama- en función del tipo de Estado, ante los
bles realidades socialdemócratas de ciudadanos, ante los restantes poderes
la segunda mitad del siglo XX teni- del Estado, o ante algún tipo de com-
das por inamovibles simplemente ya binación de ambos. El progreso de las
no existen. Se niega la complejidad, formas de gobierno, con la democra-
se asume un esquema sencillo y de cia liberal a la cabeza, ha consistido
conflicto entre buenos y malos y para
vencer en dicha desavenencia se elige
a un caudillo que lidere al pueblo. * Interesantes, en este sentido, son las conocidas
ideas de Michels acerca de la tendencia a la
oligarquía de cualquier organización humana,
No hay que minusvalorar el hecho de su famosa “ley de hierro de la oligarquía”. En
última instancia, la tendencia a que gobierne
que todos los modelos políticos hasta una sola persona. Ideas en la dirección de con-
siderar a las masas como sujetos necesitados de
ahora ideados por el hombre y que han autoridades, líderes e incluso padres es posible
tenido un mínimo recorrido histórico encontrarlas en diversos autores: desde Adorno
en sociología hasta Freud en psicología. Vide
han consistido, en última instancia, Michels (2010).

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
56 El populismo y la atracción por el líder carismático

en limitar el poder de este gobernante desde los años 40 aterriza en el sub-


tanto en su origen, que debe ser de- continente americano de la mano de
mocrático, como en su ejercicio, que figuras como Perón y que adquiere su
debe estar limitado, sujeto a control y formulación actual desde finales de la
del cual se puede derivar responsabi- década de los 90 con Hugo Chávez
lidad. En tanto en cuanto el populis- en Venezuela, supone una regresión
mo rompe esta dinámica y aumenta el (Rubio, 2006, pp.89-100)♦. de tipo
poder del gobernante, fortalece el Eje- primitivista y tribal cuya razón últi-
cutivo y debilita los controles prácti- ma hay que buscarla en las endémicas
cos que sobre el mismo se pueden diferencias sociales latinoamericanas,
ejercer, supone una regresión y una perpetuadoras de grandes porcentajes
vuelta a esquemas más primitivos. En de población pobre y abierta a es-
última instancia, al esquema tribal en cuchar al populismo, así como en el
el que por aclamación la tribu escoge miedo: el miedo a la complejidad de
a un macho dominante que la guíe sin las sociedades y, derivado de ello, a la
admitir duda alguna sobre su poder. complejidad de la política, el miedo al
cambio, el miedo a la constante trans-
El presidencialismo carismático que formación social.
el populismo muestra en países como
Venezuela, Bolivia y Ecuador (Sar- El populismo no ofrece presidentes o
miento, 2013, p.577)*, donde el presi- primeros ministros cuya función sea
dente-líder del movimiento popular se la de ejercer de hábiles gestores que
perpetúa en el poder y se considera a organicen los bienes públicos y re-
sí mismo herramienta imprescindible gulen la sociedad de la mejor manera
para la transformación social no es, para la mayoría. El populismo ofrece
en ningún caso, nada que pueda ser salvadores (el ejemplo de Alexis Tsi-
caracterizado como moderno o avan- pras y su triunfo electoral en la deses-
zado. Muy al contrario, este concepto perada Grecia de 2015 es buen ejem-
mesiánico, tan propio de la tradición plo de esto). Ofrece el equivalente a
caudillista de Latinoamérica (Herrera, lo que la religión ofrece en cuestiones
2004, p.253)**, pero simultáneamente de fe: verdades absolutas que no ad-
hijo del pensamiento totalitario que miten reflexión en contrario y que, si

* Señala en este sentido Sarmiento Erazo que los ♦ Sobre Venezuela afirma Rubio Núñez: «Chávez
procesos constituyentes vividos en estos tres no ha dejado de afirmar su régimen a costa de
países (en cierta manera, también en la Refor- la democracia, transformada en “participativa”,
ma Constitucional de 2004 en Colombia con el “popular” y, finalmente, “de partido único”,
presidente Uribe) tienen en común la refunda- preludio de la tiranía. Tras las elecciones del
ción del Estado alrededor del fortalecimiento 4 de diciembre de 2005 se ha acelerado este
del poder Ejecutivo. proceso autocrático, y hoy Hugo Chávez ejerce
** Como indica Herrera Llanos, Latinoamérica ha casi todos los poderes del Estado, ha comenza-
sido y es escenario especialmente propicio para do a extender su “revolución” por Hispanoamé-
fenómenos caudillistas derivados de Ejecutivos rica y amenaza con perpetuarse en el poder a
especialmente fuertes. través de un referendum».

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
Alfredo Ramírez Nárdiz 57

se creen y cumplen, conducen nece- pueblo, sino limitar el poder del Es-
sariamente a la salvación. Bien indi- tado y garantizar los derechos indivi-
caba Berlin (2010) que la necesidad duales –particularmente, el de propie-
de buscar valores absolutos no deja de dad–) en aras de una transformación
ser «nostalgia profunda de las seguri- social cuyo motor ha de ser el pueblo
dades de la infancia o de los valores actuando como poder constituyente
absolutos de nuestro pasado primiti- permanentemente activo, monolítico
vo». Así, el populismo abandona el y uniforme en composición y dirigi-
cauce democrático liberal, cuya esen- do por un presidente-líder carismático
cia es la limitación del poder del go- que se convierte en el eje vertebrador
bernante, para encaminarse hacia una del modelo al devenir en el intérprete
concepción primitiva del poder en la válido de la voluntad del constituyen-
que un presidente-líder carismático, te, esclavo formal de la misma, pero
un salvador aupado a la presidencia, director fáctico de sus designios.
habrá de ser el instrumento necesario
para que se produzca el cambio social Este presidente-líder populista ve
propugnado. Paradójicamente, en su fortalecida su posición respecto a los
apelación al pueblo y a su capacidad restantes poderes del Estado (Legis-
para constituirse en poder constitu- lativo, Judicial) y frente a cualquier
yente, en verdadero gobierno de la sujeto privado que pueda poner en
comunidad, el populismo fortalece la duda su autoridad y decisiones (pren-
figura del presidente, cosa que no lle- sa, asociaciones privadas) pues, si él
va a otro destino sino a la enajenación es el guía de la revolución, si por su
de dicho poder del pueblo en las ma- boca no habla persona alguna, sino
nos del presidente, cuya capacidad de la voluntad general (lo cual se corro-
dirigir, orientar y organizar al pueblo bora y demuestra al ser ratificado en
lo acaba convirtiendo a él en el verda- sus políticas, e incluso en su propia
dero constituyente. persona, mediante sucesivas consul-
tas directas a la ciudadanía a través de
Conclusiones instrumentos participativos –ejemplo
paradigmático son las revocatorias de
El populismo es una ideología alterna- mandato realizadas a Hugo Chávez*
tiva y contradictoria con la democra- o Evo Morales–), ¿quién es nadie para
cia liberal tal y como esta se entiende controlarle, limitarle o siquiera criti-
en el presente. No supone una degene- carle? Oponerse a él no es oponerse
ración o evolución de la misma, sino a un hombre o a un partido político.
un modelo alternativo consistente en
el desmontaje del modelo institucio-
* Vide el punto titulado «Venezuela: la revoca-
nal de controles y equilibrios propio ción de mandato» de la obra de Ramírez (2012).
de la democracia liberal (cuya finali- Guía práctica de la democracia participativa.
Conocer la democracia participativa y apren-
dad esencial no es tanto dar poder al der a usarla.

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
58 El populismo y la atracción por el líder carismático

Oponerse a él es oponerse al pueblo. nalmente caudillista de las socieda-


Lo cual convierte a todos sus rivales des latinoamericanas y las seculares
(oposición, jueces, periodistas…) y abismales diferencias sociales que
en enemigos del pueblo. En tanto en generan las clases depauperadas a las
cuanto la democracia liberal tiene por que apela el populismo. De la mezcla
esencia la limitación del poder y el del empobrecimiento de las clases
populismo ve como necesario el for- medias y del temor a los efectos de la
talecimiento del Poder Ejecutivo (aun mundialización (Europa) y de las en-
a costa del debilitamiento del sistema démicas diferencias sociales (Latino-
de controles y equilibrios entre los américa) se nutre el populismo. Todos
distintos poderes) para poder llevar a estos son los diferentes pilares que
buen término la labor transformadora hoy en día lo sustentan.
que surge de la voluntad del consti-
tuyente, es evidente la necesaria con- Pero la ideología concreta que adopte
tradicción que existe entre ambos mo- en cada territorio, la cual dependerá
delos. de las circunstancias concretas del
mismo, no esconde el rasgo común
El populismo y su concepción de la que muestra en todas partes: el miedo
figura del presidente-líder encuen- al cambio, al futuro, a la complejidad
tran su origen y características en una de una vida en la que no hay seguri-
mezcla de factores que se articulan de dades, ni valores absolutos ni en eco-
un modo u otro en función del terri- nomía, ni en política. En este sentido,
torio del que se trate. Así, en Europa el populismo es una reacción. Es (pa-
hunde sus raíces en el pensamiento rafraseando el nombre que a sí mismo
totalitario propio de Schmitt y su pre- se daba Hobbes) un hijo del miedo
sente fortaleza en la pérdida acelera- que ofrece verdades absolutas tanto
da de derechos sociales y renta que al identificar a los buenos, como a los
sufren las clases medias europeas en malos; como las soluciones (siempre
las últimas décadas a causa de la mun- sencillas, siempre más emotivas que
dialización y todos sus efectos cola- racionales, siempre negadoras de las
terales. En el norte del continente es inherentes complejidad y transversa-
racista y xenófobo, de extrema-dere- lidad de toda acción de gobierno, a las
cha. En el sur revolucionario y de iz- que considera fachada tecnocrática y
quierda, profundamente crítico con el elitista), y particularmente, el instru-
capitalismo. En diversos rincones del mento necesario para llevar el proce-
Viejo Continente nacionalista e inde- so transformador a buen fin: un líder
pendentista. En Latinoamérica, a las carismático que se identifique con el
comunes raíces con el totalitarismo, pueblo. Por ello es primitivo y tribal.
el cual da el salto al Nuevo Continen- Porque reniega de la modernidad (re-
te entre otros con el peronismo, hay presentativa y parlamentaria en su
que sumarle la concepción tradicio- más íntima esencia) a la que considera

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
Alfredo Ramírez Nárdiz 59

artificio de los explotadores y se remi- inevitabilidad política. Por terrible


te a esquemas sencillos, unilineales, que esto resulte*.
de pueblo y líder, sin complejidad, ni
dificultad. Es, en última instancia, una Referencias bibliográficas
enmienda a la totalidad para con la de-
mocracia liberal y el mundo moderno Berlin, I. (2010). Dos conceptos de
surgido de las revoluciones liberales. libertad y otros escritos, Madrid:
Alianza.
¿Tiene remedio el populismo? En caso
de tenerlo, el mismo habría de pasar Constant, B. (1989). De la libertad de
necesariamente por dejarle sin electo- los antiguos comparada con la de los
res. Esto en Latinoamérica implicaría modernos, Escritos políticos. Madrid:
un esfuerzo político-económico muy Centro de Estudios Constitucionales.
intenso por reducir las sangrantes de-
Hérin, R. (2008). Violencias en las
sigualdades sociales de las sociedades
periferias urbanas francesas, Scripta
latinoamericanas. Potenciar las cla-
Nova. Revista Electrónica de Geo-
ses medias. Fortalecer unos derechos
grafía y Ciencias Sociales, 12.
sociales en no pocas ocasiones más
nominales que materiales. En Euro-
Herrera Llanos, W. (2004). La Rama
pa supondría frenar el debilitamien-
Ejecutiva del poder público. Revista
to de las clases medias, los derechos de Derecho, 21, 250-282.
sociales y el Estado del Bienestar en
su conjunto (justo lo contrario que Jáuregui Bereciartu, G. (1998). De-
hace la dinámica actual) y construir mocracia: ¿declive temporal u ocaso
una identidad europea más abierta, definitivo? Revista internacional de
más cosmopolita, menos basada en la filosofía política, 11, 102-126.
historia y los elementos identitarios
y más fundada en la ideología de la Kornblith, M. Venezuela: polariza-
democracia liberal (la libertad, la au- ción, revocatoria y después. Welp, Y.
tonomía frente al Estado y la defensa y Serdült, U. (2014). La dosis hace el
de la esfera privada de la persona, la veneno. Análisis de la revocatoria de
limitación del poder, etc.). Evidente- mandato en América Latina, Estados
mente, no son soluciones ni fáciles, ni
a corto plazo, por ello, por la dificul-
tad de las mismas y por la dinámica * Sin duda, el peor enemigo de la democracia es
económica actual, es previsible que el la autocomplacencia. En palabras de Jáuregui
Bereciartu: «(…) la ausencia de enemigos ex-
triunfo del populismo tanto en Euro- ternos. Tal ausencia ha asentado a la democra-
pa, como en América, más que como cia en la comodidad. Se ha extendido una creen-
cia generalizada que tiende a considerar los vi-
una anomalía de la historia, o como gentes modelos democráticos como los mejores
un evento improbable, se irá viendo sistemas “posibles”, cuando en realidad tan solo
constituyen los mejores sistemas “hasta ahora
con el paso del tiempo casi como una conocidos”» Jáuregui (1998, pp.102-103).

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60
60 El populismo y la atracción por el líder carismático

Unidos y Suiza. Quito: Instituto de la el populismo y por qué hay que tener-
Democracia. le miedo. Barcelona: J. M. Bosch.

Laclau, E. (2005). La razón populista. Rubio Núñez, R. (2006). Venezuela.


Madrid: Fondo de Cultura Económica La pesadilla revolucionaria y el cami-
de España. no hacia el totalitarismo. La Ilustra-
ción liberal: Revista española y ame-
Lissidini, A. (1998). Una mirada críti- ricana, 29, 89-100.
ca a la democracia directa: El origen
y las prácticas de los plebiscitos en Sarmiento Erazo, J. P. (2013). Popu-
Uruguay. Perfiles latinoamericanos: lismo constitucional y reelecciones.
Revista de la Facultad Latinoameri- Vicisitudes institucionales en la expe-
cana de Ciencias Sociales, 12, 169- riencia sudamericana. Estudios Cons-
200. titucionales, 1, 569-602.

Locke, J. (2004). Segundo tratado so- Sartori, G. (2007). ¿Qué es la demo-


bre el gobierno civil. Madrid: Alian- cracia? México, D.F.: Taurus.
za.
Sen, A. (2000). Desarrollo y libertad.
Michels, R. (2010). Los partidos polí- Barcelona: Planeta.
ticos. Buenos Aires: Amorrortu.
Schmitt, C. (2014). El concepto de lo
Núñez Muñoz I. K. y Leal González, político. Madrid: Alianza.
N. (2013). Nuevos significados de la
democracia en Venezuela. Revista de Schmitt, C. (2013). La dictadura. Ma-
Derecho, 39, 198-221. drid: Alianza.

Ramírez Nárdiz, A. (2012). Guía Stuart-Mill, J. (2000). Sobre la liber-


práctica de la democracia participa- tad. Madrid: Alianza.
tiva. Conocer la democracia partici-
pativa y aprender a usarla. Madrid: Vallespín Oña, F. (1996). Sociedad ci-
Dykinson. vil y crisis de la política. Isegoría: Re-
vista de filosofía moral y política, 13.
Ramírez Nárdiz, A. (2014). El grito
de Casandra. Ensayo sobre el futuro Vega, P. (1998). Mundialización y
político occidental o de la importan- Derecho Constitucional: la crisis del
cia de hacerse rico cuanto antes me- principio democrático en el constitu-
jor. Barcelona: J. M. Bosch. cionalismo actual. Revista de estudios
políticos, 100, 13-56.
Ramírez Nárdiz, A. (2015). La belle-
za de los monstruos. Acerca de qué es

Revista Amauta • Universidad del Atlántico • Barranquilla (Col.) • ISSN 1794-5658 • No. 27 • Ene-Jun 2016 • 45-60

También podría gustarte