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Steven Pinker
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IDEA PRINCIPAL
Steven Pinker presenta una explicación de qué es la mente, cuál fue su origen y su
funcionamiento, presentando características propias de la mente humana y del porque
las realizamos de determinada forma, para lograr esto Pinker establece como punto de
partida determinar la diferencia entre los robots de la imaginación y los de la realidad, lo
cual permitirá conocer lo fantástico y complejo de la vida mental. La no existencia de
robots como los seres humanos es un indicador de cuan desafiante son los retos para
alcanzarlo ya que la mente humana se puede ver como una caja negra que realiza
funciones como por arte de magia, entonces, se puede hacer alusión a la idea de que
nuestra propia psicología proviene de cierta fuerza sobrenatural, el autor trata de
convencernos de lo contrario argumentando que la mente está diseñada para solucionar
muchos problemas de ingeniería y para tal fin esta se encuentra dotada de sistemas de
última tecnología que le permite superar sus propios obstáculos. Para esto se entrara a
realizar especulaciones de cómo hacer un robot.
¿Qué se precisa para construir un robot? Para responder a esto se analizaran facultades
humanas necesarias como ver, andar, pensar, planear, entre otras, los cuales son
problemas que se necesitan resolver para realizar un robot. Primero uno de los
problemas a resolver es poder ver, una maquina dotada de visión debe poder resolver el
problema de óptica inversa, es decir no solo como un objeto proyecta el mosaico de
colores – imagen retinica sino la especificación de dichos objetos y como están hechos,
esta óptica inversa es imposible implementar en el diseño de un robot y es algo que el
cerebro humano pone en práctica cada vez que se ejecuta alguna acción.
Por último, ¿Cómo podría un módulo de visión reconocer los objetos que hay en el
mundo exterior, para que el robot pudiera nombrarlos o recordar lo que hacen? La
solución sería construir un corte para cada objeto de forma que duplique su figura.
Otra de las facultades humanas es desplazar un cuerpo de un lugar a otro. Para el
desplazamiento de una maquina se necesitan ruedas. Pero en la naturaleza no
encontramos ningún ser del reino animal que haya desarrollado ruedas y esto no se
atribuye a la incapacidad de evolucionar sino a las razones por las cuales no se ha
desarrollado, para tener ruedas se debería estar sobre una carretera y carriles, pero los
animales generalmente se encuentran en terrenos blandos, resbaladizos, empinado, etc.,
entonces dichas ruedas se quedarían estancadas, por el contrario las piernas permiten
avanzar dando pasos, separar los pies y por ejemplo subir una escalera. Casi toda la tierra
es alcanzable por los animales, los vehículos desarrollados por selección natural. Una
rueda con solo girar cambia su punto de apoyo de forma gradual y soporta el peso de
forma continua por el contrario las piernas deben cambiar su punto de apoyo de una sola
vez, descargando y transfiriendo el peso que soporta, además de mantener el centro de
gravedad del cuerpo sin que este pierda el equilibrio y caiga. “La forma de andar bípeda
del ser humano parece una formula pensada especialmente para abocar al desastre
puesto que exige un notable control para ser practicable”, hasta ahora nadie ha logrado
descifrar como podemos caminar, dar grandes zancadas o espaciadas con tanta precisión
que se pueda correr por caminos angosto y saltar obstáculos.
Otro reto es el control de un brazo. Hace casi dos milenios, el medico griego Galeno
señalo la fineza natural del movimiento de una mano, la mano es la única herramienta
capaz de manipular objetos de una gama diferentes de tamaños, figuras y pesos, desde
un voluminoso tronco hasta diminutas semillas. Galeno dice “El hombre es capaz de asir
toda clase de cosas, como si sus manos hubieran sido hechas no de forma exclusiva para
cada una de ellas”, es decir la mano se puede configurar para sostener un cigarrillo,
sostener una pelota o para levantar un balde, cada una de estas requiere una
combinación precisa de tensiones musculares que adapte la mano a la forma exacta del
objeto y permita sostenerlo firmemente.
Y si se logra construir un robo que pueda ver y moverse ¿Qué hará con lo que ve? ¿Cómo
decidirá actuar? Un ser inteligente deberá tratar a los objetos no como una entidad única
y diferente sino categorizar los objetos de modo que pueda aplicar el conocimiento que
tiene de objetos similares a estos. Veamos un ejemplo de una categoría bien definida
alejándonos de conceptos como la belleza y el materialismo dialéctico, ejemplo “soltero”.
Un soltero es un adulto que nunca se ha casado, supongamos que un amigo nos solicita
que invitemos a algún soltero a una fiesta, para decidir quién es soltero o no solo haremos
uso de nuestra intuición, es decir saber quién exactamente se adecua o no a esta
categoría es una cuestión se sentido común, este último no está organizado en una base
de datos ya que estos hechos que conocemos de forma táctica (nunca nadie no los ha
enseñado) no se puede almacenar en una base de datos.
Un sistema inteligente deberá entonces estar dotado de una pequeña lista de verdades
comunes y una serie de reglas. Las reglas del sentido común, ejemplo las categorías son
difícil de establecer, de hecho las más sencillas no logran captar nuestra forma de razonar
cotidiana. Si se elaborara un conjunto de reglas capaces de derivar conclusiones sensatas,
no sería fácil usarlas para guiar la conducta de forma inteligente, un pensador no aplica
solo una regla en determinado momento, un pensador deberá medir no solo los efectos
directos sino también los efectos secundarios de una acción, pero no deducirá todos los
efectos secundarios, se limitara solo a determinar aquellas que son relevantes.
Pero ¿Por qué dar a un robot una orden para que obedezca ordenes? ¿Por qué no basta
con las órdenes originarias? ¿Por qué ordenar a un robot que no se haga daño? ¿No sería
más fácil ordenarla en primer lugar que no se hiciera daño?
Por medio de la ingeniería inversa se trata de averiguar la función para la cual fue
diseñada una máquina, de hecho nosotros aplicamos ingeniería inversa cuando nos
enfrentamos a un nuevo artilugio de averiguar para que fue hecho algo. La justificación
lógica de esta ingeniería la dio Charles Darwin a través de su teoría sobre la evolución de
replicantes durante un inmenso periodo de tiempo, en esta teoría también hizo hincapié
en la complejidad de la mente de un animal (El Origen de las Especies). Hoy en día el
estudio de la mente carece de una orientación darwinista, donde se ve la evolución como
algo irrelevante, lo cual se convierte en un obstáculo para el conocimiento.
El enfoque darwinista ha sido aceptado en los últimos años dando origen a la Psicología
Evolutiva (denominada así por John Tooby y Leda Cosmides), la cual es la unión de la
ciencia cognitiva, la cual permite entender cómo es posible la mente y de que clase la
tenemos y la biología evolutiva, que permite comprender porque tenemos esa clase de
mente.
Este libro trata del cerebro, pero de lo que el cerebro hace (mente) y no de cualquier cosa
que hace el cerebro, sino a algo especial que el cerebro hace y que nos permite ver,
pensar, sentir, elegir y actuar.
La unión entre el cuerpo y la mente a través de milenios ha sido una paradoja, la teoría
computacional de la mente resuelve esta paradoja afirmando que las creencias y los
deseos son información, las cuales permiten explicar nuestro comportamiento. La teoría
computacional de la mente no es lo mismo que la metáfora del ordenador, los
ordenadores son seriales hacen una sola cosa a la vez, por otra parte los cerebros trabajan
en paralelo hacen millones cosas al tiempo. Es imposible comprender la evolución de la
mente en ausencia de la teoría computacional.
Algunos autores afirman que la mente escapo al proceso evolutivo y que la conducta
humana es demasiado flexible para ser producto de la evolución puede provenir por
ejemplo, de la cultura. Pinker por otro lado dice que por más flexibles y sutiles que sean
los pensamientos y comportamientos humanos pueden ser producto de un programa
muy complejo, con el cual venimos dotados por selección natural. La mente no es un
órgano único sino un conjunto de órganos que podemos pensar como módulos mentales,
estos órganos mentales no dominan todas las tareas, cada uno tendrá tareas específicas.
Construir un robot plantea muchos problemas de ingeniería como los mencionados
anteriormente y se necesitaría de muchos trucos para resolverlos. La mente deberá
construirse entonces en partes especializadas ya que tiene que resolver problemas
especializados, al igual que el cuerpo humano que es una estructura heterogénea
formada por muchas partes especializadas.
Los módulos mentales no son visibles a simple vista, es decir no son regiones bien
diferenciadas en la superficie del cerebro, más bien un módulo mental puede estar entre
regiones que se encuentran interconectadas y que funcionan como una unidad. Los
módulos mentales no tienen que estar aislados unos de otros ya que se comunican a
través de unos pocos y estrechos conductos. Los módulos mentales se definen por las
cosas especiales que hacen con la información que tienen, más no necesariamente por
la tipología de esta. Los órganos mentales al igual que los órganos físicos complejos
seguramente están construidos por dotaciones genéticas complejas en la que muchos
genes cooperan de forma aun indescifrables. Un defecto en cualquiera de ellas puede
arruinar el dispositivo en su conjunto.
Cuando se trata de hablar de la mente humana es difícil dar una explicación sobre su
origen o evolución y alrededor de esto hay muchas explicaciones y especulaciones
ridículas ya que no establecen los hechos y dan por sentado muchos de estos, es decir
toman muchos hechos como obvios lo que no conlleva a un análisis que permitan
determinar que es la mente. Para Steven Pinker toda reacción, placer, sabor, etc., pueden
ser explicados para tratar de determinar cómo ha evolucionado la mente. La mente
humana es un producto de la evolución, nuestros órganos mentales pueden estar en los
simios o evolucionaron arreglando, reparando y rehaciendo la mente de los simios
sobretodo de los antepasados comunes a los humanos y chimpancés. El ser humano
posee mente que difiere ampliamente de los simios, la cual nos ha permitido habitar en
cualquier ecosistema de la tierra, remodelarla, pisar la luna y descubrir los secretos que
esconde el universo, por el contrario el chimpancé a pesar de su divulgada inteligencia es
una especia apunto de extinción y continua llevando el mismo estilo de vida. Las mentes
son más fáciles de renovar que los cuerpos ya que el software es más fácil de actualizar
que el hardware, por tanto no debemos sorprendernos de nuevas capacidades cognitivas
en el ser humano como el lenguaje.
Maquinas pensantes
Hay dos preguntas de mayor importancia sobre la mente, ¿Qué hace la inteligencia
posible? Y ¿Qué hace la conciencia posible? Con la llegada de la ciencia cognitiva el
problema ha quedado casi resuelto, pero la conciencia aún no se ha podido descifrar por
completo. La inteligencia es aquella capacidad de alcanzar metas superando obstáculos
mediante decisiones que se basan en reglas racionales. Pinker cree que no es absurdo
dar una respuesta sobre inteligencia en términos de creencias y deseos ya que estos son
instrumentos explicativos de nuestra propia psicología intuitiva. Para predecir la mayoría
de las acciones humanas como abrir la nevera no es necesario construir un modelo
matemático, bastaría solo con nuestra intuición, de hecho en comparación a cualquier
otra cosa el sentido común tiene mucho poder y precisión a la hora de establecer
predicciones y explicar el comportamiento cotidiano.
Han existido muchas explicaciones sobre la inteligencia lo cierto es que debe existir algo
en la configuración del tejido neural que es sumamente necesaria para la aparición de
nuestra inteligencia. La inteligencia en muchas ocasiones ha sido atribuida a ciertos tipos
de energía o campos de fuerza, la espiritualidad entre otras, lo ciertamente verdadero es
que la inteligencia es producto de la información, se puede decir que la información es
una correlación entre dos cosas y se produce mediante un proceso conforme a leyes. El
concepto de correlación es matemático y lógico y no se define en términos de la materia
que constituyen las entidades relacionadas. La información por sí sola no es nada
especial, lo que es especial es el procesamiento de esta. Por ejemplo, una maquina capaz
de producir conclusiones verdaderas a partir de ciertas premisas verdaderas nos lleva a
determinar que se tendría una maquina racional, pero esto no indicaría que alguna parte
de esta máquina fuera racional o inteligente, estas conclusiones que dan lugar a la
racionalidad se debe a un conjunto de acontecimientos cuidadosamente relacionados. La
máquina racional deberá su racionalidad a dos propiedades unidas por medio de la
entidad denominada símbolo: un símbolo transporta información y hace que las cosas
sucedan. Podría darse el caso de que todo se desvaneciera como una posibilidad
irrealizable ¿en qué medida podríamos confiar en que cierta maquina realice marcas que
correspondan realmente a un cierto estado relevante del mundo y no a un modelo sin
sentido que no corresponde a nada en absoluto? La respuesta está en la obra del
matemático Alan Turing, quien diseño una maquina hipotética cuyos símbolos de entrada
y de salida podrían corresponder, según las especificaciones de la maquina a una de
cualquiera de una serie de interpretaciones sensatas (máquina de Turing). Esta máquina
puede abarcar solución a cualquier función matemática, reglas de sistemas lógicos y
gramaticales, la equivalencia entre esta tres condujeron a Alonso Church a concluir que
en una máquina de Turing se puede implementar cualquier fórmula bien definida o
conjunto de pasos que garantizan obtener la solución a un problema determinado en un
periodo finito de tiempo.
Según lo anterior, ¿el cerebro es una máquina de Turing? Pinker afirma que no, estas
máquinas son torpes, lentas, difíciles de programar, Turing solo quería demostrar que
esta máquina podía funcionar como un procesador de símbolos inteligentes.
El
diseño del ojo tiene que ser producto de la selección natural de replicantes,
el único proceso natural de carácter no milagroso conocido por ser capaz
de elaborar máquinas que funcionan correctamente. El organismo pare-
ce como si hubiese sido diseñado para ver tan bien como lo hace en el
momento presente, porque debe su existencia al acierto que en el pasado
tuvieron quienes nos precedieron en la utilización correcta de la vista.
La
revista Time preguntaba recientemente en un artículo de primera portada
si «el adulterio está escrito en nuestros genes». La pregunta era absurda,
porque ni el adulterio ni cualquier otro comportamiento puede estar en
nuestros genes. Posiblemente un cierto deseo de adulterio puede ser un
producto indirecto de nuestros genes, pero el deseo debe ser anulado por
otros deseos que son así mismo productos indirectos de nuestros genes,
como, por ejemplo, el de tener un cónyuge fiel.Y el deseo, aunque prevalezca
en la agitada actividad de la mente, no puede ser consumado como
un comportamiento evidente a menos de que exista una pareja alrededor
en el que ese deseo también haya prevalecido. El comportamiento mismo
no evolucionó, lo que sí lo hizo fue la mente
http://www.tierradelazaro.com/cripto/mochila.htm