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El cerebro está conectado con el cosmos a escala cuántica

2019/02/28
Como es arriba es abajo: tu cerebro también es el universo...

La cuántica es una ciencia, pero también una suerte de mística


filosófica.

Por un lado, la física cuántica nos ayuda a indagar en el mecanismo


de aquellos fenómenos que no podemos conocer, y que aun
así sabemos cómo funcionan, mediante las leyes de esta ciencia. Por
otro, nos puede llevar al grado máximo de unión entre lo micro y lo
macro, aunque no por vía del éxtasis, como en algunas religiones, sino
del conocimiento científico.
Sabemos que el funcionamiento de los átomos –incluidos los de
nuestro cerebro– se rige por las leyes de la física cuántica. Así
también el del universo. Y tanto nosotros estamos repletos de átomos
como también lo está todo en el espacio. Aunque la idea de considerar
al hombre un pequeño mundo es mucho más antigua que la cuántica:
la noción de que somos un microcosmos proviene ya de los griegos, y
estaba presente también en la sabiduría del escriba egipcio Thot,
también conocido como Hermes Trismegisto.
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Así que, según un cúmulo de conocimientos humanos que van de la


alquimia a la filosofía y que se han materializado en la física cuántica,
estamos conectados al cosmos a escala cuántica. Nuestro organismo
es polvo de estrellas, mientras que nuestras creencias, nuestra fe y
nuestra esperanza siempre miran arriba, buscando en el cielo y en
aquello que lo trasciende pistas de qué hacer, ya que somos parte de un
mismo e infinito mecanismo cuyo equilibrio depende de las partes.
Por ser elemento de un todo, podemos afirmar
que el cerebro
está conectado con el universo a escala cuántica.
Los átomos de nuestro cerebro y los átomos de una estrella son parte
de lo mismo: del cosmos. Esta complicidad cuántica hace que, a
nivel cuántico, lo mismo sea una estrella que un planeta, una flor u
otro ser humano. Hace posible, incluso, los vínculos más allá de todo
tiempo y espacio, como explica la teoría de la no-localidad.
Esta noción de totalidad desde la cuántica abre las puertas a una nueva
filosofía, y podría decirse que incluso a una nueva ética. Una
reconciliación entre lo cósmico y lo humano podría alentar nuestra
evolución, dando pie a un mundo más empático y sensible.
¿Estamos hablando de una nueva cosmovisión? Tal vez una
cosmovisión que no se dedicaría a escindir, sino que buscaría una
dialéctica en la unidad de la diferencia. Pero ya no sólo en el plano de
las ideas, como en el caso de la dialéctica del filósofo Hegel, sino en la
concreción, es decir, en la materialidad de nuestras vidas. Y ya no sólo
en el ámbito de lo terrenal, sino de lo cósmico. Porque como ya lo dijo
Fritjof Carpa, el divulgador pop de la física cuántica:
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La ciencia no necesita del misticismo y el misticismo no


necesita de la ciencia, pero el hombre necesita de
ambas.
La física cuántica puede ser el elemento científico de esta cosmovisión
contemporánea. Otros fermentos de ella podrían estar en otras
disciplinas: la filosofía, para empezar, pues ésta es indisoluble de la
ciencia. Pero toda una gama de conocimientos pueden devenir
naturalmente de la cuántica si partimos de las leyes de ésta, que nos
demuestran lo fundamental: el por qué, pese a todas las diferencias,
podemos ser uno.
* Imágenes: Philipp Igumnov

Neuronas como estrellas: ¿hay más sinapsis en nuestro cerebro que estrellas

en la Vía Láctea?
2019/10/21
Una pregunta tan épica como arrobadora demuestra la veracidad de la frase
"como es arriba, es abajo".

Aun con todo lo que sabemos, las dimensiones del cerebro


humano (y su infinitud) continúan sorprendiéndonos. Gracias a las
ciencias con la expertise, podemos saber con precisión lo que ocurre
en nuestros cerebros mientras realizamos cada acción: desde el solo
acto de mover una mano o de caminar, hasta complejos procesos
cognitivos y experiencias emocionales de todo tipo. Pero lo cierto es
que jamás estamos “conscientes” de todo lo que pasa en nuestro
cerebro al realizar estos actos en nuestra vida cotidiana.
La realidad que percibes, lo que crees y piensas sobre una idea, tu
concepto de verdad o de amor, todo esto son ideas construidas por un
engranaje neuronal complejo, único en cada ser humano y a la vez
colectivamente –orgánicamente– parecido entre sí.

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Nuestro cerebro es el más grande de los enigmas humanos. Tanto


como lo es… ¿el universo?
Frente a esta dimensión de misterios e hipótesis claramente colosales,
era de esperarse que tarde o temprano los expertos comenzaran a
preguntarse si existen tantas neuronas en el cerebro humano como
estrellas en nuestra galaxia…
No podemos concebir la cantidad de estrellas en el universo (ni
siquiera en la Vía Láctea), o la cantidad de neuronas en el cerebro
humano. Sin embargo, los investigadores han podido establecer un
“igual a” aproximado, y de esta manera han podido dar una respuesta
(tan poética como impresionante) sobre si existe una relación
cuantitativa entre el cerebro humano y el universo.
Pues bien, de acuerdo con
el análisis de un reporte publicado en
la revista Nature, esto es lo que se sabe
sobre la relación entre las neuronas y
las estrellas:
Cognición cuántica: domina tus pensamientos antes de que tu mente lo haga
2019/10/06
La cognición cuántica podría permitirnos transformar la realidad y predecir
nuestros sentimientos antes de que nuestra mente lo haga.

El cerebro es una gran máquina con miles de funciones, tanto como las
computadoras cuánticas, y ahora la física cuántica ha descubierto
la cognición cuántica, un método para cambiar lo que percibimos
como realidad.
¿Estás listo para sumergirte en tu mente a nivel cuántico?
Jay Sprogell

Todos alguna vez hemos considerado que las decisiones que tomamos,
y algunas emociones que sentimos, vienen de un lado de
nuestro cerebro que se toma con poca seriedad la racionalidad. El
cerebro funciona de formas muy misteriosas y varias ramas de estudio
se han encargado de profundizar en su comportamiento.
La neurociencia y ahora la física cuántica se han tomado el tiempo de
hacer algunas conexiones para investigar si los humanos somos
capaces de anticipar o predecir nuestras acciones o palabras.
¿Qué es lo que impulsa las decisiones
que tomamos y las emociones que
expresamos?
La mente es la encargada de decidir todo lo que se mostrará ante
nosotros como “realidad”. Todos esos átomos que se encuentran en el
cerebro y forman el pensamiento —átomos que también inundan el
universo— son parte de la cadena de creación de nuestro mundo.
Es posible que jamás seamos conscientes de todo lo que sucede en
nuestro cerebro: cada mínima conexión que nos hace dormir, sentir
amor, nervios, que nos hace gritar o que nos permite vivir cada
segundo y se transforma sin que nos demos cuenta.
Pero hay una forma de ser más rápidos que nuestra mente y
adelantarnos a lo que posiblemente vamos a sentir, de manera que lo
evitemos y cambiemos lo que se supone que sería la realidad: la
cognición cuántica. En principio podría ser algo confuso, pero en
realidad sólo se trata de entender el funcionamiento de nuestra mente a
nivel psicológico.
También en Ecoosfera: Para el cerebro humano, es posible
predecir el futuro inmediato (estudio)

¿Cómo activar la cognición cuántica


para examinar el cerebro?
Es bastante sencillo y a la vez impredecible. Tal como sucede en
la paradoja del gato de Schrödinger donde no sabemos qué
resultados obtendremos, pero habrá que intentarlo para descubrirlo.
En la paradoja, Erwin Schrödinger coloca un gato y ciertos químicos
en una caja metálica dejando todo a la suerte de la reacción
impredecible. Haz de cuenta que tu cerebro y las emociones estarán
dentro de esa caja oscura que nosotros llamamos corteza cerebral.
Ahora practicaremos la condición cognitiva cuántica poniendo
atención en las emociones y pensamiento que queremos transformar.
Por ejemplo, nunca sabrás por qué decides peinar tu cabello hacia un
lado si nunca te has detenido a considerarlo. Un día párate sobre el
espejo y piensa por qué sería bueno peinarlo hacia el lado contrario y
saldrán miles de pensamientos junto con esa idea.

Ahí es cuando entrarás al nivel cuántico de tu cerebro; una lluvia de


ideas hará que consideres cada una de ellas para tomar la mejor
decisión y hasta el final… cambiar tu realidad. Suena bastante
superficial pensar en un peinado, pero lo importante será observar el
nivel cuántico de tu pensamiento y tomar en cuenta cada una de esas
posibilidades que te llevarán a un resultado final.
Si tomas decisiones metódicamente estás evitando el nivel cuántico de
tu cerebro, así que activa tu sentido cuántico cognitivo para
considerar los miles de millones de opciones hasta que decidas parar el
infinito cerebral y tener la realidad que tú moldeaste.
De acuerdo con la cognición cuántica, la mente está jugando con
nuestra razón, sentimientos, prejuicios, etc., para crear un tipo de
pensamiento. Examinar nuestras mentes con física cuántica para
después cambiarlas y, a partir de ahí, producir otro cambio en la
realidad, es sólo el inicio de la evolución.

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