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Exposición introducción a la psicopatología

Introducción

Las psicopatologías de la imaginación y las de la percepción


constituyen temas centrales para la investigación psicopatológica,
además de representar, en algunos casos, signos casi
inequívocos de trastorno mental para el lego. Las razones
son varias: por un lado, porque los fenómenos que abarcan,
como por ejemplo las alucinaciones, suelen ser extraordinariamente
llamativos y extraños; por otro, porque en muchos
casos estos fenómenos conllevan anomalías en una de las
habilidades mentales más complejas y discutidas: la imaginación;
y por último, porque se imbrican, además de con la
imaginación, con uno de los procesos o funciones mentales
más importantes para la supervivencia y la adaptación de los
seres vivos: la percepción. (puedo parafraserla)

CLASIFICACIÓN DE LOS TRASTORNOS PERCEPTIVOS Y DE LA IMAGINACIÓN


Los trastornos de la percepción y la imaginación se suelen
clasificar en dos grupos: distorsiones y engaños perceptivos.
Las distorsiones solamente son posibles mediante el concurso de los órganos de los sentidos (de ahí
que muchas veces se califiquen como sensoriales), es
decir, que se producen cuando un estímulo que existe fuera
de nosotros, y que además es accesible a los órganos sensoriales,
es percibido de un modo distinto al que cabría esperar
dadas las características formales del propio estímulo.
La anomalía reside, por lo tanto, en que las características físicas
del mundo estimular (forma, tamaño, proximidad, cualidad,
etcétera) se perciben de una manera distorsionada.
Por último, hay que señalar que, a excepción de las ilusiones, las
restantes distorsiones perceptivas suelen afectar a una o más
modalidades sensoriales, y pueden involucrar todos los estímu
los u objetos del mundo sensorial que se halle afectado:
por ejemplo, si una persona presenta distorsiones en la percepción
visual del tamaño de los objetos, éstas no se refieren
a un solo estímulo-objeto, sino a la práctica totalidad de sus
perceptos visuales relativos al tamaño (por ejemplo, verá
distorsionadas sus manos y sus pies, pero también la mesa
ante la cual está sentado, las restantes fi guras humanas que
se hallen a su alrededor, la lámpara, etc.).
Engaños perceptivos Término con el que se designan aquellas experiencias perceptivas que, o bien
no se fundamentan en estímulos realmente existentes fuera del individuo (como es el caso de las
alucinaciones y algunas pseudopercepciones), o bien se mantienen y/o se activan a pesar de que el
estímulo no se halle ya físicamente presente (como es el caso de las imágenes eidéticas, las
parásitas y las consecutivas). Es sinónimo de error perceptivo o percepción falsa.

en el caso de los engaños perceptivos se produ


ce una experiencia perceptiva nueva que: a) suele convivir
con el resto de las percepciones «normales»; b) no se fundamenta
en estímulos realmente existentes fuera del individuo
(como sucede en las alucinaciones y algunas pseudopercepciones);
o c) se mantiene y/o se activa a pesar de que el estímulo
que produjo la percepción inicial ya no se halla
fí si ca men te presente (como es el caso de las imágenes eidéticas,
las parásitas o las consecutivas). Por lo tanto, la experiencia
perceptiva que tiene el individuo puede estar fundamen -
tada (como sucede en algunas pseudopercepciones) o no
(como en las alucinaciones) en estímulos reales y accesibles a
los sentidos; pero en ambos casos, la experiencia perceptiva
persiste independientemente de que se halle presente el supuesto
estímulo que la produjo.
ANOMALÍAS EN LA PERCEPCIÓN DE LA INTENSIDAD
DE LOS ESTÍMULOS

En este grupo se incluyen las anomalías que se producen en


la intensidad con la que solemos percibir los estímulos. Estas
anomalías pueden producirse tanto por exceso como por
defecto a lo largo de un continuo: en el primer caso se califi -
can como hiperestesias y en el segundo como hipoestesias. La
ausencia absoluta de percepción de la intensidad estimular
se denomina anestesia. Una modalidad especial la constituye
la percepción de la intensidad de los estímulos que causan
dolor: en este caso se habla de hiperalgesias versus hipoalgesias,
en donde la ausencia total de percepción de dolor se
denomina analgesia.

Anomalias en la percepción de la cualidad

Van asociadas en muchas ocasiones a las anteriores y hacen referencia sobre todo a las visiones
coloreadas, a los cambios en la percepción del color de los objetos y a la mayor o menor nitidez y
detalle de las imágenes. Por lo general, estas anomalías están provocadas por el uso voluntario o
inducido de ciertas drogas, como la mescalina, y/o de medicamentos, como la digital, así como por
lesiones de naturaleza neurológica. Pero también pueden aparecer en trastornos mentales, como las
esquizofrenias o las depresiones: por ejemplo, un paciente esquizofrénico puede quejarse de que todo lo
que come está amargo, o de que las fl ores huelen a excrementos; y un depresivo puede decir que todo
«lo ve» (en el sentido de que lo experimenta o lo vive) negro, opaco o sin color.
METAMORFOPSIAS: ANOMALÍAS EN LA PERCEPCIÓN DEL TAMAÑO Y/O LA FORMA

Se trata de distorsiones en la percepción visual de la forma (dismorfopsias) y/o del tamaño


(dismegalopsias) de los objetos. Dentro de estas últimas se distingue entre micropsias y
macropsias (o megalopsias), en las que los objetos reales se perciben, respectivamente, a escala
reducida (o muy lejana) o a escala aumentada (o muy cercana). Cuando estas distorsiones se
refieren al propio cuerpo reciben el nombre de auto metamorfopsias.

ANOMALÍAS EN LA INTEGRACIÓN PERCEPTIVA

Se trata de anomalías poco frecuentes, que a veces aparecen en los estados orgánicos y en la
esquizofrenia. El paciente parece incapaz de establecer los nexos que habitualmente existen entre
dos o más percepciones procedentes de modalidades sensoriales diferentes.

Por ejemplo, un paciente que está viendo la televisión experimenta la sensación de que existe una
especie de «competición», e incluso un conflicto, entre lo que oye y lo que ve, como si ambas
sensaciones no tuvieran nada que ver entre sí, o como si vinieran de fuentes de estimulación
diferentes, y lucharan entre sí por atraer su atención.

ANOMALÍAS EN LA ESTRUCTURACIÓN DE ESTÍMULOS AMBIGUOS: LAS ILUSIONES

Una ilusión es una percepción equivocada de un objeto concreto. Desde una perspectiva
psicológica clásica, las ilusiones son el resultado de la tendencia de las personas a organizar, en un
todo significativo, elementos más o menos aislados entre sí o con respecto a un fondo.

Ejemplo: quién no ha escuchado alguna vez pasos detrás de uno al caminar por una solitaria y
oscura callejuela.

Ejemplo 2: cuántas veces hemos creído ver a un amigo al que estamos esperando en la puerta del
cine y, al acercarnos con nuestra mejor sonrisa, o al darle un golpecito en la espalda, nos damos
cuenta del error.

ENGAÑOS PERCEPTIVOS

Entramos ahora en la exposición del segundo gran apartado de las psicopatologías de la


percepción y la imaginación, que genéricamente hemos agrupado bajo el rótulo de «engaños
perceptivos». Comenzaremos por el estudio del más significativo de esos engaños, las
alucinaciones, ya que en muchos casos las delimitaciones conceptuales de los restantes engaños
perceptivos toman como marco de referencia comparativa la experiencia alucinatoria. (Solo
colocar imagen)

Experiencia perceptiva nueva que: a) suele convivir con el resto de las percepciones «normales»;
b) o bien no se fundamenta en estímulos realmente existentes, fuera del individuo (como las
alucinaciones y algunas pseudopercepciones); c) o bien se mantiene y/o se activa a pesar de que el
estímulo que produjo la percepción inicial ya no se halla físicamente presente
Alucinaciones

Percepción sensorial sin estímulo externo del receptor correspondiente. (APA, 2000, p. 466).

Una alucinación es un percepto que se experimenta en ausencia de un estímulo externo a los


órganos sensoriales, y con una cualidad similar a la de un percepto verdadero. (Gelder y cols.,
1989, p. 6).

Clasificación de las alucinaciones

Las alucinaciones suelen clasificarse atendiendo básicamente a tres criterios o categorías:


complejidad con la que se presentan, temas o contenidos sobre los que versan y modalidad sensorial
en la que aparecen.

Complejidad versus Simplicidad

Se trata de un criterio dimensional según el cual la complejidad que adquieren las alucinaciones
recorre un largo camino que va desde las denominadas «alucinaciones elementales”, esto es,
impresiones difusas, sencillas e indiferenciadas, tales como ruidos, luces, relámpagos, resplandores,
zumbidos, sonidos aislados, etc., hasta la percepción de objetos o cosas concretas (voces,
personas, animales, música, escenas, conversaciones, etc.), calificándose entonces como
alucinaciones «complejas» o «formadas».

NOTA: cuanto menos formadas están las alucinaciones, más probable es que se deban a causas
bioquímicas, neurofisiológicas o neurológicas, y menos a trastornos mentales como la
esquizofrenia.

Temas o Contenidos

Los temas sobre los que pueden versar las alucinaciones son prácticamente inacabables. Como
regla general, se puede decir que los contenidos concretos sobre los que versan las alucinaciones
de una persona están relacionados con sus necesidades, conflictos, temores y preocupaciones
particulares.

Pero además, y al igual que sucede en otros muchos fenómenos mentales, los contenidos de las
alucinaciones recogen y reflejan características culturales propias del medio en que la persona se
ha desarrollado (Al-Issa, 1977). Las experiencias religiosas representan un excelente ejemplo de
expresión social de muchos conflictos personales: culpa, vergüenza, inseguridad, soledad y
sentirse insignificante son temas sobre los que frecuentemente versan las alucinaciones en
contextos culturales como el nuestro.

Modalidad sensorial

Las dos modalidades sensoriales en las que con más frecuencia se experimentan fenómenos
alucinatorios son la auditiva y la visual.

Alucinaciones auditivas: Son probablemente las alucinaciones más frecuentes; y dentro de ellas,
las más comunes son las verbales.
Dato extra: El rango de experiencias alucinatorias en la modalidad auditiva es muy amplio. Pueden
ir desde las alucinaciones más elementales como los sonidos de ruidos, pitidos, cuchicheos,
murmullos, campanas, pasos, etc., y que reciben el nombre de «acoasmas», hasta alucinaciones
más estructuradas y formadas en las que la persona puede escuchar claramente palabras con
significado.

Alucinaciones visuales

Al igual que sucede en la modalidad auditiva, los fenómenos alucinatorios que se presentan en la
modalidad visual son también muy variados. Unas veces se trata de imágenes puramente
elementales, denominadas fotopsias o fotomas (Scharfetter, 1977) y que consisten en destellos,
llamas, círculos luminosos, etc., bien inmóviles, bien en continuo movimiento. Pueden presentarse
también con caracteres geométricos o ser de tipo caleidoscópico y estar integradas, a veces, con
colores muy vivos y luminosos, o por el contrario ser incoloras. En otras ocasiones las
alucinaciones visuales son complejas (fi guras humanas, escenas de animales conocidos o
fabulosos, etc.)

Las alucinaciones visuales, en general, poseen cierta perspectiva, lo que lleva a la persona a
experimentarlas con un mayor realismo, aunque pueden aparecer superpuestas a objetos, paredes,
muros, etc.
Alucinaciones olfativas
Estas alucinaciones no son muy frecuentes.
Por lo general, los sujetos que la sufren dicen «oler» algo extraño, casi siempre desagradable, y con
un significado especial, como por ejemplo estar siendo envenenados con gas, anestesiados, etc.
Lo más común, con todo, es que estas experiencias aparezcan conjuntamente con las siguientes, es
decir, con las alucinaciones gustativas, imitando en gran medida lo que suele sucedernos a todos en
condiciones normales (el olor y el gusto son dos sentidos que, en muchos casos, se activan ante el
mismo tipo de situaciones y/o estímulos, como la comida).
Alucinaciones gustativas
Las personas que experimentan este tipo de alucinaciones perciben gustos desagradables (a podrido,
a excrementos, a sustancias tóxicas, etc.), y las pueden atribuir tanto a una fuente exterior como a su
propio cuerpo (por hallarse podrido interiormente, por padecer un proceso destructivo de sus
órganos internos, etc.).

Alucinaciones táctiles o hápticas


Este tipo de alucinaciones puede manifestarse en cualquier parte del cuerpo. Los pacientes se
sienten tocados, pellizcados, manoseados, etc.; o pueden sentir calambres por supuestas corrientes
eléctricas, o que se les está quemando alguna parte del cuerpo.
Alucinaciones sobre sensaciones procedentes del propio cuerpo
Se incluyen aquí alucinaciones que remiten a sensaciones peculiares que el paciente considera como
procedentes casi siempre del interior de su propio cuerpo, o que afectan a sus órganos internos y
externos (por ejemplo, los genitales), o a sus miembros más distales (brazos, manos, cabeza,
piernas, pies). Así, por ejemplo, un paciente puede decir que las venas se le salen, se le enrollan y se
le hacen una burbuja, o manifestar sensaciones de estar petrificado.
Alucinaciones cinestésicas
Hacen referencia a percepciones de movimiento de ciertas partes del cuerpo que realmente no se
están moviendo.

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