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ENCICLOPEDIA MÉDICO-QUIRÚRGICA – 14-069

14-069

Anatomía y fisiología de la marcha,


de las posiciones sentada y de pie
F. Dujardin El objetivo de este fascículo es proporcionar los elementos esenciales de la organiza-
ción de la marcha, de la postura y de la posición sentada. Se estudiarán sobre todo los
J. Weber aspectos relacionados con la organización que permite garantizar una economía máxi-
ma al mismo tiempo que preserva capacidades de adaptación amplias; la evolución con
la edad; el control neurofisiológico y algunos ejemplos patológicos. Además, se pre-
sentan los principios de funcionamiento, las posibilidades y los límites de los principa-
les métodos de estudio.

Introducción relación al centro de gravedad. En el siglo XX, el desarrollo


de las plataformas de fuerza, de la electromiografía y de los
Desde la antigüedad, numerosos estudios han tratado los sistemas electrónicos de análisis del movimiento [37] han
fenómenos mecánicos y neurológicos que permiten la pos- permitido diversificar los enfoques del estudio de la marcha
tura, la posición sentada, la marcha y la transición entre y establecer descripciones sistemáticas y detalladas [64, 87].
estos estados. En el siglo XVII, Borelli publicaba «De Motu El objetivo de este fascículo es presentar una síntesis de los
Animalum» que constituye un primer enfoque biomecáni- principales medios de estudio, de los elementos esenciales
co de los movimientos alternados que permiten mantener de la fisiología normal y algunos ejemplos patológicos de la
el equilibrio del centro de gravedad global del cuerpo marcha y de la postura.
durante la marcha. El progreso industrial del siglo XIX
parece ser el origen de la idea del «hombre máquina», que Medios de estudio
la aparición de las nuevas tecnologías permitía imaginar, lo
que actualmente se llamaría «simular». En 1836, los herma- Examen clínico
nos Weber publicaron en Alemania una descripción de las El examen clínico de la marcha permite la observación de
sucesivas fases que constituyen la evolución del ciclo de la frente y de perfil del paciente, normalmente en ropa inte-
marcha. En 1873, Marey [46] desarrollaba en París la «cro- rior y descalzo. De manera general, con este examen se
nofotografía», que mediante un sistema de exposiciones puede evaluar el aspecto global de los movimientos articu-
sucesivas de una sola placa fotográfica permitía estudiar el lares y del desplazamiento, que deben ser sueltos, simétri-
movimiento de los miembros durante el ciclo. En 1895, con cos, sin rupturas ni sorteos y sin sensación de desequilibrio
un sistema similar a la cronofotografía, Braune y Fischer [12] inminente. Los principales puntos de observación son en el
en Alemania lograron medir el movimiento en el espacio, en pie y en el tobillo la separación transversal entre los pies,
tres dimensiones, de los segmentos de un miembro. Estos normalmente de 10 a 20 cm, el ángulo del paso, corres-
movimientos y el conocimiento de la masa parcial de los seg- pondiente al ángulo entre el eje del pie y el eje de progre-
mentos permitieron a Braune y Fischer aplicar las leyes de la sión, y la evolución del apoyo en el suelo, que debe ser
dinámica al cuerpo humano y efectuar las primeras estima- armoniosa desde el contacto del talón hasta el despegue de
ciones de las fuerzas articulares y de la resultante global con los dedos del pie, que termina con el despegue del pulpejo
del hallux (dedo gordo). Se observa también la evolución
de la rodilla, que debe realizarse de manera estable, sin fla-
quear, tanto en el plano frontal como en el sagital. La obser-
Franck DUJARDIN: Professeur des Universités, praticien hospitalier, chirurgie
vación de los movimientos de la pelvis es esencial en los tres
orthopédique, département de chirurgie orthopédique et traumatologique, planos del espacio. De perfil, está asociada a los movimien-
centre hospitalier universitaire (CHU) de Rouen, 76031 Rouen cedex, tos de flexión/extensión de la cadera, a la que acompaña.
© Elsevier, París

France. De frente, las inclinaciones y oscilaciones en el plano fron-


Jacques WEBER: Professeur des Universités, praticien hospitalier, physiolo-
gie, chef du service de neurophysiologie, groupe de recherche sur le han- tal son de amplitud limitada y sobre todo simétricas. La
dicap de l’appareil locomoteur (GRHAL), France. observación en el plano horizontal permite verificar la evo-

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lución normal de la rotación de la pelvis que prolonga el realidad en tres dimensiones (3D). La calibración dimen-
paso sobre la cadera en carga. En la práctica, este compo- sional es difícil, lo que limita su precisión. El análisis de las
nente del movimiento es perceptible mediante la palpa- grabaciones, imagen por imagen, es largo y finalmente
ción: el examinador sigue al paciente durante la marcha y comparable a una observación esencialmente cualitativa.
aplica levemente sus manos en las alas ilíacas del mismo. La Sin embargo, el desarrollo de las técnicas de tratamiento de
observación de los movimientos de la pelvis se asocia igual- imágenes numéricas y de reconstrucción 3D permite espe-
mente a la observación de los del raquis y de los hombros. rar la aparición de sistemas de vídeo que darán una repre-
Además, el examen debe realizarse en circunstancias parti- sentación espacial de la totalidad del cuerpo del paciente
culares, como la marcha sobre los talones y los dedos de los en movimiento, a diferencia de los sistemas optoelectróni-
pies, el levantarse de una silla o subir y bajar escaleras. Este cos que solamente ofrecen la trayectoria de algunos puntos,
examen clínico puede facilitarse mediante el empleo de que se deben «vestir» artificialmente para reconstruir un
espejos que permiten la observación concomitante del indi- cuerpo virtual.
viduo desde diferentes puntos. El sistema puede perfeccio-
narse hasta la «jaula de vidrio» de Ducroquet [22]. Los Sistemas optoelectrónicos
inconvenientes esenciales del examen clínico provienen de Todos los sistemas propuestos se basan en el mismo princi-
su carácter subjetivo, sin evaluación cuantitativa, de la difi- pio de estereofotogrametría. Las miras pasivas o activas se
cultad para establecer una descripción analítica de una evo- aplican en el paciente, al que se invita a caminar libremen-
lución compleja, de la dificultad para «captar» los aconteci- te ante las cámaras numéricas (fig. 3). El sistema calcula las
mientos fugaces y finalmente, porque se limita a la observa- coordenadas espaciales de estas miras en el transcurso del
ción de la apariencia externa del paciente. tiempo. Los sistemas con mejores cualidades técnicas,
empleados en condiciones óptimas, permiten una precisión
Análisis de la evolución del paso en el suelo: de localización de las miras sobre cada imagen de alrededor
parámetros espaciotemporales de ± 1 mm en un volumen de 2 a 3 m3 [24, 88]. La frecuencia
de adquisición de los sistemas es de 50 a 400 imágenes/s. El
El término de «parámetros espaciotemporales» se reserva error de localización de las miras, que varía de una imagen
habitualmente a las características del desplazamiento de a otra, genera un ruido de alta frecuencia que da a los regis-
los pies según el eje longitudinal de progresión de la mar- tros brutos un aspecto «entrecortado». Este ruido debe fil-
cha. El principio de estas medidas es representar la sucesión trarse, en particular cuando se calculan las velocidades o las
de los apoyos de los pies en el suelo, lo que permite el estu- aceleraciones. Frecuentemente, se utiliza un método que
dio de la longitud de los pasos, de la duración del apoyo o aplica el principio de transformaciones rápidas de Fourier,
de la oscilación, de la cadencia y de la velocidad de la mar- que permite separar la señal de baja frecuencia relacionada
cha. Marey [46] pudo efectuar estas medidas con el «cronó- con la marcha del ruido de mayor frecuencia [24].
grafo», constituido por pequeñas cámaras de aire situadas
A partir de las coordenadas espaciales de al menos tres
en las suelas de los zapatos, unidas por un tubo a un tambor
miras colocadas en un segmento de un miembro, es posible
registrador en rotación que recibe la señal de estiletes de
calcular los seis componentes elementales (tres traslaciones
tinta que se aplican por la presión transmitida desde la
y tres rotaciones) del desplazamiento en el espacio de este
cámara comprimida bajo el pie en el suelo. Este principio
segmento en el transcurso del tiempo. Si se comparan los
de sensores colocados bajo la planta del pie se utiliza toda-
desplazamientos de dos segmentos adyacentes se puede
vía como por ejemplo en el Stride analyser que consta de cua-
calcular la movilidad de la articulación que los une. El
tro contactos repartidos en una plantilla colocada debajo o
modelo articular puede establecerse de diferentes maneras.
en el zapato, incluso directamente bajo la planta del pie.
La primera consiste en emplear el modelo de Euler, que
Estos cuatro sensores permiten describir la evolución del
describe el movimiento articular como una combinación de
apoyo plantar durante la fase de apoyo. Los datos son trans-
tres rotaciones y tres traslaciones elementales a partir de los
mitidos por telemetría a un sistema informático que provee
tres ejes ortogonales del espacio [10]. Este modelo es intere-
una representación de la evolución de los apoyos en fun-
sante, puesto que permite una representación clínica del
ción del tiempo. Este sistema puede ser utilizado durante
movimiento, en el cual las tres rotaciones elementales pue-
un tiempo de observación ilimitado, incluso en el exterior
den corresponder a la flexión-extensión, a la abducción-
y durante la carrera, y sólo proporciona de manera directa
aducción y a la rotación axial. Sin embargo, este modelo
las variables temporales, a diferencia de los demás dispositi-
presenta una dificultad, ya que es necesario considerar
vos, como el «locómetro» de Bessou [8], que permite la
independientemente cada rotación según una secuencia
medida de todos los parámetros espaciotemporales. En este
definida, lo cual, a diferencia de la robótica, se aplica mal a
último sistema, el paciente camina con una cuerda fina
las articulaciones humanas en donde los movimientos se
atada a cada talón y cada cuerda, mantenida en tensión
combinan sin prelación establecida [23]. Otro modelo utili-
constante mediante un juego de contrapesos y poleas,
za un movimiento de atornillado que consiste en la combi-
imprime un movimiento de rotación a un potenciómetro
nación, a partir de un solo eje, de una traslación y de una
que proporciona una representación gráfica o numérica de
rotación [91]. Este modelo permite siempre cuantificar el
la progresión de cada pie en relación con el tiempo y con el
movimiento entre los segmentos adyacentes mediante los
eje longitudinal de la progresión (figs. 1, 2).
dos parámetros del atornillado, pero tiene el inconvenien-
te de ser una abstracción que describe el desplazamiento
Medida de los movimientos corporales por medio de dos movimientos virtuales cuya representa-
y articulares: cinemática ción no tiene ninguna relación con la realidad fisiológica. A
partir de estos modelos fundamentales se han propuesto
Cinematografía y grabación de vídeo otras soluciones más adaptadas a la descripción del movi-
La fotografía y la cinematografía se han aplicado al estudio miento articular fisiológico, como el modelo de Chèze y
del movimiento desde su invención. A pesar de las nume- Dimnet [16], donde el movimiento se describe mediante
rosas mejoras [3], actualmente estos métodos siguen pre- rotaciones sucesivas alrededor de ejes variables. Este mode-
sentando ciertos límites debibo a tres inconvenientes. Estos lo, con el inconveniente de ser más complejo, tiene la ven-
métodos sólo ofrecen una representación plana, en dos taja de mostrar un movimiento más cercano a la realidad
dimensiones (2D), de acontecimientos que tienen lugar en fisiológica.

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Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

Progresión
Tiempo (s)

1
1 Principio del locómetro de Bessou [ ]: las cuerdas, atadas a los talo-
8
pie izquierdo (punteado) permite determinar la duración del doble
nes, imprimen movimiento por medio de juegos de poleas a los apoyo (a). A partir de estas medidas principales, el «locograma»
potenciómetros cuya señal eléctrica traduce la progresión de los permite igualmente calcular los parámetros derivados como la
pies en función del tiempo. 1. Polea; 2. Potenciómetro; 3. Cuerda. cadencia o las velocidades de progresión de los pies. Por último, la
2 Representación mediante el locómetro de Bessou de la progresión comparación entre los dos trazados permite cuantificar las even-
de cada pie en función del tiempo y del eje de progresión. Las medi- tuales diferencias entre las longitudes y las duraciones de las dife-
das principales han sido trazadas únicamente por el pie derecho. La rentes fases entre los dos lados (b: longitud de la zancada derecha;
combinación de los trazados del pie derecho (trazo continuo) y del c: duración del apoyo derecho).

Acelerómetros
El principio consiste en disponer un acelerómetro triaxial
sobre un punto del cuerpo. La integración en función del
tiempo de las señales sobre los tres ejes proporciona los com-
ponentes 3D de la velocidad del punto considerado y una
segunda integración, los componentes de su desplazamien-
to en el espacio [73]. La medida solamente se aplica a un
punto del cuerpo; el estudio del movimiento articular con
esta técnica es muy difícil. Además, los acelerómetros son
muy sensibles, registran el mínimo movimiento, sobre todo
si es fugaz, e inducen una aceleración instantánea elevada.
La tremulación cutánea puede de este modo inducir un
ruido mucho más intenso que el desplazamiento real del
individuo. En cambio, estos sistemas permiten, gracias a una
frecuencia de adquisición que puede llegar a los 1 000 Hz,
el estudio de los movimientos muy rápidos.
Goniómetros triaxiales
Estos sistemas están constituidos por tres sensores para medir
ángulos, potenciométricos o electromagnéticos, dispuestos
de manera ortogonal con objeto de medir la movilidad en los
tres planos del espacio. El goniómetro triaxial se fija a nivel de
la articulación estudiada mediante correas sobre los segmen-
tos adyacentes. Este modo de fijación, directamente sobre el
paciente, induce necesariamente una perturbación de la mar-
cha natural. Las amplitudes globales medias parecen verse
3 Persona con miras reflejantes para el análisis cinemático de la
marcha con ayuda de un sistema optoelectrónico.
poco afectadas, pero existe un aumento de la dispersión de
las variaciones dentro de un mismo individuo que puede
afectar de este modo a la reproducción de las medidas [41]. La
Estos sistemas optoelectrónicos permiten la descripción de ventaja principal de los goniómetros triaxiales, en particular
la mayoría de los movimientos durante la marcha, pero con de los electromagnéticos, es permitir fácilmente las medidas
el inconveniente de las dificultades relacionadas con sus directas, sobre todo en la rodilla [15, 50]. En esta articulación, el
condiciones de funcionamiento, ya que requieren dispositi- error global es mínimo, del orden de 2 a 3° en las medidas de
vos complejos, con técnicas de tratamiento de señal y de flexión-extensión [36]. Debido a las dificultades de instalación
simulación más o menos sofisticadas. Además, existe una sobre el pie o la pelvis, el estudio de los movimientos de la
dificultad suplementaria debido al empleo de marcadores cadera o del tobillo es más delicado y propenso a un error
cutáneos que se supone que muestran el movimiento del que puede alcanzar el 20 al 30 %. Por último, es preciso un
esqueleto subyacente. Esta dificultad, común a los principa- dispositivo por articulación, lo que restringe su empleo
les sistemas de análisis del movimiento durante la marcha, durante los estudios cinemáticos de todos los miembros infe-
se tratará en otro apartado (cf infra). riores.

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Observación en cuanto al empleo
de marcadores cutáneos

Amplitud de rotación pelviana (°)


Todos estos sistemas emplean marcadores o sensores apli-
cados sobre las partes blandas para describir la movilidad
esquelética. Las contracciones musculares y la tremulación
Tiempo (s)
cutánea inducen un error que a veces es difícil calcular y
tener en cuenta. La comparación del movimiento calculado
a partir de marcadores cutáneos con el de un fijador exter-
no aplicado sobre el esqueleto subyacente permite la eva-
luación real, in vivo, de este error. Fuller [27] ha mostrado 4 Comparación de la rotación pelviana alrededor del eje vertical
que el error de localización de una mira cutánea aplicada a calculada a partir de miras cutáneas (trazo continuo) y de miras
la parte media de la cara anterior del muslo puede alcanzar aplicadas sobre un fijador externo pelviano (punteado). El error
10 a 20 mm con respecto al fémur. Sin embargo, este error máximo no excede los 0,8°.
puede minimizarse si las miras se colocan sobre los relieves
óseos superficiales y recubiertos de una piel poco móvil:
espinas ilíacas, cóndilo lateral, tuberosidad tibial anterior, mediante una yuxtaposición de barras orientadas según el
maléolos, etc., y no en el muslo o la pantorrilla. De este vector resultante, y cuya altura es proporcional a la intensi-
modo, el error cometido cuando se describe la cinemática dad (diagramas en «mariposa»). En teoría, es posible cal-
pelviana o femoral no excede 1° (fig. 4). En ciertos regis- cular las fuerzas y momentos articulares a partir de esta pro-
tros, particularmente cuando el paciente está pletórico, el yección del vector resultante. Sin embargo, este método
deslizamiento de las partes blandas que acompañan al necesita varias aproximaciones:
movimiento es considerable. En estos casos, la técnica lla- — el apoyo en el suelo se resume a un punto de apoyo
mada de «solidificación» de Chèze [17] parece constituir correspondiente al baricentro del apoyo plantar que en rea-
actualmente el mejor método de corrección. Se debe des- lidad es una superficie deformable;
tacar que el empleo de marcadores con tres miras en un — las coordenadas del centro de gravedad se conocen por
mismo soporte cutáneo no permite por sí mismo reducir el la proyección en el suelo del vector resultante, excepto la
ruido debido al deslizamiento de las partes blandas. Éstos coordenada vertical (registro Z), indispensable para el cálcu-
pueden incluso acentuarlo debido al alejamiento de las lo, que se estima a partir del valor conocido sobre el pacien-
miras y del brazo de palanca que amplifica el movimiento te de pie e inmóvil y que corresponde al 55 % de su estatu-
del soporte cutáneo. Estas dificultades relacionadas con el ra [71]. Esta aproximación no tiene en cuenta las posibles
empleo de marcadores o receptores cutáneos afectan a variaciones individuales según la distribución, por ejemplo,
todos los sistemas de análisis cinemáticos, en particular a los de las materias grasas, ni el desplazamiento de ese centro de
acelerómetros, muy sensibles a los movimientos bruscos gravedad debido al carácter dinámico de la marcha;
como los que pueden presentar las partes blandas en el — el cálculo de las fuerzas y momentos en una articulación
transcurso de la marcha. necesita que se determine el modelo arquitectural del
paciente, teniendo en cuenta la posición de la articulación
Fuerzas y momentos experimentados y del punto de aplicación de la fuerza en esa articulación;
por las articulaciones — el modelo no tiene en cuenta los esfuerzos internos rela-
cionados con las deformaciones, el rozamiento y sobre todo
En la práctica clínica, no se puede emprender el estudio de las acciones musculares complejas. Por lo tanto, la validez de
las fuerzas en las articulaciones a través de una medida estos modelos depende de los datos concernientes a la
directa sino que hay que conformarse con los cálculos obte- estructura de los miembros, tanto en lo que se refiere a la
nidos mediante modelos que reciben la información de arquitectura esquelética como a la organización del aparato
medidas externas. Pueden utilizarse dos métodos principa- muscular, datos a menudo desconocidos, particularmente
les, bien en una técnica «ascendente» a partir de la medida en el terreno patológico. Parece que estos cálculos implican
mediante una plataforma de fuerza de la reacción al suelo, un error desdeñable para el tobillo, de algunos porcentajes
o bien en una técnica «descendente» mediante un modelo para la rodilla, pero un error substancial para la cadera [87].
dinámico inverso. El principio de los modelos dinámicos inversos es efectuar
Las plataformas de fuerza miden los componentes de la progresivamente la suma de los momentos dinámicos de
reacción al suelo del apoyo del pie. Estos sistemas están cada segmento del cuerpo humano reducido a una cadena
constituidos por dos placas muy rígidas unidas por medio articulada de segmentos indeformables pesados (fig. 5).
de sensores de fuerza de tipo piezoeléctrico o de tipo indi- Por ejemplo, el antebrazo, debido a su masa y a su movi-
cador de esfuerzo. Estos sensores tienen características dife- miento durante la marcha, ejerce esfuerzos sobre el codo.
rentes: esquemáticamente, los sensores piezoeléctricos tie- Del mismo modo, el brazo, por su masa y movimiento, ejer-
nen tiempos de respuesta muy cortos y constituyen buenas ce sobre el hombro esfuerzos a los cuales se deben añadir
herramientas de medición de los fenómenos fugaces, como los esfuerzos transmitidos por el húmero a partir del codo.
por ejemplo una impulsión; los indicadores de esfuerzo tie- Este cálculo puede aplicarse a la totalidad de los segmentos
nen tiempos de respuesta más largos pero con una mejor en movimiento, lo que permite de manera progresiva el
estabilidad. Las plataformas de fuerza, generalmente embu- cálculo de los esfuerzos articulares y finalmente la evalua-
tidas en el suelo de la pista de marcha, permiten el estudio ción dinámica global al centro de gravedad del paciente. El
del apoyo. Existen sistemas equivalentes que combinan sen- modelo necesita que se conozca la cinemática de los dife-
sores de fuerza y una cinta deslizante, con la ventaja de un rentes segmentos constituyentes del cuerpo humano, tanto
registro continuo de una cantidad ilimitada de pasos, pero como su masa y sus características de inercia. La cinemática
con los inconvenientes de las perturbaciones de la marcha puede establecerse a partir de los datos proporcionados por
sobre la cinta deslizante [56, 77]. los sistemas optoelectrónicos. La masa y las características
La orientación del vector resultante permite el cálculo de la de inercia de los segmentos se establecen a partir de tablas
proyección del centro de gravedad del paciente. Estas fuer- que permiten dar a cada segmento del cuerpo humano una
zas elementales permiten calcular una fuerza resultante masa parcial, porcentaje de la masa total del paciente. Estas
cuya evolución durante el ciclo se describe a menudo tablas permiten igualmente determinar la posición del cen-

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Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

Fuerza (N)

S1
S2
A1 A2
I1 I2

M2 = P2 x I2

M1 = P1 x I1 + ƒ(M2) P1 = m1 x g P2 = m2 x g

5 El momento en la articulación A2 puede calcularse si se conoce el


peso P2 y la posición del centro de gravedad del segmento S2. El Tiempo (s)
momento A1 puede calcularse si se conocen las características
del segmento S1 y el momento ejercido por A2. En un modelo
dinámico inverso aplicado al análisis de la marcha, los segmen- 6 La reacción al suelo ejercida por el caminante puede calcularse
tos están en movimiento, por lo tanto es preciso añadir a cada como la última etapa de un modelo dinámico inverso (punteado)
articulación el efecto del momento dinámico originado por la y compararse con la medida realizada directamente mediante una
movilidad del segmento adyacente. plataforma de fuerza (trazo continuo).

tro de gravedad parcial sobre el segmento a partir de sus ticularmente debido al entrenamiento o a una fatiga dife-
extremidades, así como los momentos de inercia de ese seg- rentes [11]. Además, la marcha es el resultado de una orga-
mento alrededor de su centro de gravedad. Este modelo nización compleja que pone en juego alrededor de los sis-
presenta ciertos límites debido principalmente a que se des- temas poliarticulados músculos que pueden ejercer una
conocen los esfuerzos internos periarticulares y las condi- función puramente motriz y/o tener un papel de estabili-
ciones de uniones articulares que influyen en la transmisión zación, al actuar dentro de grupos funcionales que asocian
de los esfuerzos. Además, las masas parciales y las caracte- sinergias y antagonismos. La actividad de un músculo no es
rísticas de inercia de cada segmento son datos estadísticos suficiente para conocer el papel global del grupo funcional
definidos en su mayoría a partir de grupos representativos al cual éste pertenece. Por último, durante la marcha, el
de militares jóvenes. Éstos se aplican difícilmente a una hombre es un sistema mecánicamente redundante, en el
población de más edad y/o patológica. cual hay más motores (músculos) que grados de libertad.
Estos dos métodos pueden combinarse, lo que reduce con- Esta redundancia complica singularmente el análisis y la
siderablemente los límites de cada uno. El método dinámi- constitución de un modelo robótico. En estas condiciones,
co inverso permite evaluar la coordenada Z del centro de es fácil comprender la dificultad que existe en el momento
gravedad y, a partir de los datos cinemáticos de los segmen- de establecer un modelo de estudio de la marcha a partir
tos, la posición de los centros de movimiento de las articu- del registro de la actividad eléctrica muscular. En el análisis
laciones, lo que mejora el realismo del modelo de estructu- de la marcha en condiciones realistas, una dificultad suple-
ra de los miembros. Además, cada método aporta de mane- mentaria proviene del hecho de que con frecuencia se
ra independiente informaciones similares. La comparación necesita limitar las medidas a los registros de superficie.
de estos valores puede permitir un ajuste recíproco de los Estas medidas no permiten una discriminación precisa de la
modelos, lo que supone aumentar su validez (fig. 6). Sin procedencia de la señal dentro de los grupos musculares
embargo, ni siquiera esos ajustes permiten afirmar la vali- anatómicamente adyacentes o la exploración de los múscu-
dez del cálculo, ni evaluar el error cometido, ya que se des- los profundos, como el psoas. Todas estas dificultades
conocen los esfuerzos internos del sistema relacionados con entran dentro de los límites actuales de este método en el
la deformación de los segmentos, el rozamiento o sobre estudio de la marcha. Esto no impide que su empleo sea
todo con las acciones musculares. La interpretación de los indispensable cuando el objeto de estudio consiste en
resultados debe realizarse teniendo presentes estos límites. detectar una actividad normal o anormal del músculo o de
un grupo muscular durante la evolución del ciclo de la mar-
Medida de la actividad muscular: electromiografía cha, en particular durante un estudio en el campo de la
neuroortopedia, generalmente en asociación con otros
La marcha es el resultado de actividades motrices muscula- métodos de análisis. Aparte de estas aplicaciones específi-
res que pueden ser estudiadas mediante la electromiografía cas, un estudio de la mecánica articular que incluya una
(EMG). El análisis de la actividad muscular conlleva la ven- medida de la actividad muscular debe considerarse en el
taja de poder tener acceso a los esfuerzos «internos» del sis- futuro contando con el desarrollo de los conocimientos
tema. Esta ventaja podría aumentar la validez de los mode- fisiológicos y el perfeccionamiento de las simulaciones.
los dinámicos y permitir estudios muy «finos» de la fisiolo-
gía y del mal funcionamiento motor o articular durante la
Podoscopios «electrónicos»
marcha [4, 6]. Sin embargo, las dificultades provienen, por
una parte, de las relaciones entre la actividad eléctrica Existen diversos dispositivos que se presentan ya sea como
detectable y la fuerza ejercida por el músculo, y por otra una plantilla que puede colocarse dentro o debajo del zapa-
parte, de la compleja organización del sistema muscular to, ya sea como una cinta. Estos dispositivos proporcionan
alrededor de las articulaciones. Las relaciones entre la acti- una representación de la distribución del apoyo plantar
vidad eléctrica del músculo y la fuerza ejercida no son sen- durante el paso, similar a una observación podoscópica. Se
cillas. En particular, no son lineales durante la evolución trata de sistemas de estudio sencillos, pero que se limitan
del movimiento y dependen de numerosos factores como el actualmente a una información esencialmente cualitativa.
estiramiento, la velocidad de ejecución y la duración de la Sin embargo, el desarrollo de nuevas tecnologías debería
contracción. Todos estos factores dependen también del permitir la aparición de sensores que facilitarán en el futu-
tipo de músculo y de las variaciones entre las personas, par- ro una información cuantitativa con este método [63].

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Estudio de la postura mientos de las diferentes partes del cuerpo (cabeza, hom-
bro, pelvis, caderas y tobillos). El equilibrio se garantiza
La exploración funcional de la postura se realiza habitual- principalmente por medio de los movimientos sinusoidales
mente mediante diferentes medios. de las articulaciones de los miembros inferiores, en parti-
cular de la cadera y el tobillo, los movimientos de la cabeza
Examen clínico
son el resultado del conjunto de los movimientos de las
Pueden utilizarse con fines diagnósticos pruebas clínicas diferentes partes del cuerpo.
sencillas como: Se han definido bandas de frecuencia de oscilación antero-
— la prueba de Romberg, que compara el equilibrio con posterior o lateral que se atribuyen a las características de
los ojos abiertos y cerrados. Esta prueba puede sensibilizar- funcionamiento de un sistema sensorial [28]:
se poniendo un pie delante del otro o utilizando un sopor- — frecuencia inferior a 1 Hz, el paciente utiliza informa-
te de goma espuma debajo de los pies del paciente; ciones visuales y vestibulares;
— el equilibrio sobre un pie; — entre 0,5 y 2 Hz, utilización de las informaciones cere-
— las pruebas dinámicas de marcha sin desplazamiento y belosas;
de marcha «a ciegas». — entre 4 y 5 Hz, utilización de las informaciones propio-
ceptivas.
Posturografía
En resumen, la exploración funcional de la postura
Con esta técnica se pueden estudiar los mecanismos fisio- mediante estos diferentes medios permite detectar en las
patológicos de mantenimiento de la postura en condiciones personas sanas distintas estrategias de equilibración [32, 55].
estáticas o dinámicas impuestas. Se ha desarrollado a partir Una misma persona, según le resulte más o menos difícil
del empleo de plataformas de fuerza que permiten registrar mantener el equilibrio, utilizará bien una estrategia deno-
el desplazamiento de la proyección del centro de gravedad minada de tobillo bien una estrategia de cadera. Esta última
de un paciente de pie [61, 62]. La posturografía estática cuan- no se utiliza a menudo y corresponde a una equilibración
tifica las oscilaciones en ortostatismo mediante la medida más difícil, particularmente durante una traslación con
de la longitud y de la superficie de las oscilaciones. La pos- superficie de apoyo inferior a la longitud de los pies.
turografía dinámica utiliza un movimiento impuesto de la
plataforma: báscula rápida, oscilación de frecuencia sinu-
soidal impuesta, traslación brusca o regular, elevación de
un pie con respecto al otro (movimiento de la mitad del Postura e iniciación de la marcha
platillo). El Equitest utiliza una plataforma de posturografía
asociada a una cabina móvil. La plataforma puede ser fija o El término «postura» es muy amplio, pero en este fascículo
accionarse mediante gatos que le imprimen un movimiento corresponderá a la estación erguida bipodal. En esta posi-
de báscula en relación con la posición del centro de presión ción se mantiene un equilibrio estable con un trabajo mus-
de los pies. La cabina, que actúa como entorno visual, cular mínimo. Este equilibrio se obtiene alrededor de una
puede también ser fija o participar en los desplazamientos línea vertical mediana en el plano frontal y que desciende
del centro de presión de los pies independientemente o al desde el trago hacia la articulación de Chopart en el plano
mismo tiempo que la plataforma. Por lo tanto, una prueba sagital. Esta línea de equilibrio cruza la curvatura raquídea
consta de seis secuencias diferentes que ayudan a determi- a nivel de la charnela dorsolumbar, pasa por el centro de
nar la información sensorial preponderante y la estrategia gravedad global del cuerpo humano, por delante de la pri-
de equilibración del paciente. mera o de la segunda pieza sacra. Pasa igualmente por
detrás del eje de rotación coxofemoral, por delante del eje
La posturografía puede combinarse con un registro elec-
de flexión-extensión de la rodilla y 2 ó 3 cm por delante de
tromiográfico de los músculos de los miembros inferiores y
la articulación tibiotarsiana. El equilibrio se mantiene de
del tronco o también con una grabación de vídeo o videoe-
este modo gracias a un trabajo mínimo de los músculos
lectrónica que permite medir el desplazamiento de las dife-
espinales a nivel de la columna cervical y de la charnela
rentes partes del cuerpo. Esta técnica se ha practicado en
toracolumbar [39], de los músculos abdominales, de los fle-
diferentes grupos de personas para identificar el papel de
xores de la cadera, en particular del ilíaco, de los flexores
las informaciones visuales, vestibulares y somatestésicas en
de la rodilla y de los flexores plantares del tobillo [5]. Para
el mantenimiento de la postura (latencia de reacción a la
mantener esta posición sólo se necesitan ajustes que se tra-
perturbación postural, frecuencia de balanceo). Este estu-
ducen por intervalos breves de actividad eléctrica de los
dio se ha llevado a cabo en dos grupos:
músculos que vuelven a colocar el cuerpo en esta posición
— en personas sanas, estudio de las reacciones posturales de equilibrio. El tríceps sural es uno de los únicos elemen-
durante la perturbación de las informaciones somatestési- tos que presentan una actividad continua de vigilancia, lo
cas (vibraciones, anestesia con lidocaína, isquemia con que permite la estabilidad de la rodilla y sobre todo del tobi-
garrote), de las informaciones vestibulares (corriente galvá- llo. Este equilibrio económico explica el gasto energético
nica, estimulación calórica, rotatoria) o de las informacio- global levemente superior al de la persona acostada [30].
nes «visuales» (prisma, campo visual móvil, ojos cerrados);
Carlsoo [14] ha mostrado que la iniciación de la marcha
— en las personas enfermas que sufren de una neuropatía pe- comienza con una relajación de la actividad tónica del trí-
riférica con trastornos de la sensibilidad profunda, de un ceps, que permite que la pierna bascule hacia delante por
déficit vestibular o de un síndrome cerebeloso. encima del pie todavía fijo en el suelo. Este movimiento
está reforzado por la aparición de una intensa actividad del
Platillo inestable
músculo tibial anterior (tibialis anterior). Estas actividades
El empleo de un platillo inestable, sin control alguno, per- conciernen los dos miembros inferiores, algo retardadas
mite estudiar la distribución de las frecuencias de oscilación del lado que va a permanecer en el suelo. Estas modifica-
durante el equilibrio espontáneo en condiciones más fisio- ciones musculares permiten una flexión dorsal del tobillo
lógicas que las de un movimiento impuesto [28, 65]. El platillo que corresponde al primer movimiento aparente de la ini-
se utiliza con libertad en un solo eje (sagital o frontal) o en ciación de la marcha. La rodilla, luego la cadera, seguirán
ambos al mismo tiempo. Con este dispositivo se puede este movimiento iniciador con comportamientos que se
medir la frecuencia de oscilación del platillo y de los movi- parecen ya a la marcha estabilizada.

página 6
Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

La elección del lado que va a despegar y por lo tanto del


15

Flexión-extensión de cadera
primer paso proviene del desplazamiento de la línea gravi-
tatoria bajo la acción de los ajustes posturales de la pelvis y H
10
del tronco. Esta transferencia de carga es compleja y corres- M
ponde a un período de transición entre el equilibrio estáti- 5
co de la posición bipodal inmóvil y el equilibrio dinámico de
la marcha [13, 45, 92]. Esta transferencia de carga comienza
0
paradójicamente hacia el pie que va a despegar, lo que expli- 21 23 25 27 29 31 33 35 37 39 41
ca que el talón sólo deje el suelo con un leve retardo con Amplitud (°)

relación a las modificaciones musculares. Este comienzo 7 Los parámetros de la marcha están sometidos en la población a
paradójico puede interpretarse como un mecanismo que variaciones de distribución en forma de campana de Gauss. H:
permite iniciar la dinámica que contribuirá a la puesta en hombres; M: mujeres.
movimiento. Esta transferencia se invierte casi inmediata-
mente hacia el lado que permanece en apoyo, a pesar de la po. Se ha acordado que el ciclo comienza cuando el talón
relajación del tríceps, mientras que la descarga del otro pie derecho toma contacto con el suelo. En el adulto sano, entre
permite que el talón y luego el antepié despeguen del suelo. el 0 y el 15 %, los dos pies están en contacto con el suelo, se
Fenómenos similares van a producirse de manera simétrica trata de la fase del «doble contacto» o del «doble apoyo» (dou-
para permitir que el pie que está en el suelo despegue a su ble support de los anglosajones). El pie izquierdo deja progre-
vez. El resto de los elementos que caracterizan el primer sivamente el suelo hasta el despegue del dedo gordo. Entre el
ciclo es similar, si bien con amplitudes globalmente algo 15 y el 50 %, sólo el pie derecho permanece en el suelo, en
reducidas en comparación con las que se observa en la mar- «fase unipodal» (stance phase), el miembro inferior izquierdo
cha habitual. En el plano mecánico, esta marcha natural se está en «fase de oscilación» (swing phase). El talón izquierdo
adquiere después del primer doble apoyo [92], pero la totali- entra entonces en contacto con el suelo, permitiendo el desa-
dad del ciclo parece estabilizarse sólo después de dos o tres rrollo de los acontecimientos simétricos hasta el 100 %, cuan-
ciclos. La fase de detención de la marcha consiste sobre todo do el talón derecho retoma el apoyo. El «paso» (step) se defi-
en reducir progresivamente el impulso dinámico proceden- ne a menudo como el intervalo entre el contacto de un talón
te de la velocidad adquirida por la acción intensificada de y el contacto del talón contralateral. La «zancada» (stride)
los músculos frenadores. Esta fase necesita normalmente corresponde a la longitud recorrida durante un ciclo com-
dos o tres ciclos. pleto y asocia un paso derecho y un paso izquierdo.
Se utilizan frecuentemente las nociones de «paso anterior»
o de «paso posterior», así como de «paso pelviano». Estos
Marcha normal elementos provienen de la observación visual de la marcha.
La diferencia entre los pasos anterior y posterior corres-
ponde a los acontecimientos que tienen lugar hacia delan-
Introducción te o atrás de la vertical de la pelvis, que es una asimilación
La marcha, como cualquier fenómeno fisiológico, varía aproximativa de la línea gravitatoria. El paso pelviano repre-
según las personas [25]. Como la mayoría de los parámetros senta la fracción de la progresión que se garantiza gracias a
biológicos, los parámetros de la marcha están sometidos en los movimientos de la cintura pelviana.
la población a variaciones de distribución en forma de cam-
pana de Gauss (fig. 7). Parece difícil de este modo estable- Parámetros espaciotemporales
cer una descripción de la marcha normal. Esta norma es el
La velocidad de marcha confortable observada en un grupo
resultado del estudio de poblaciones constituidas por perso-
representativo de 86 adultos franceses, de 20 a 75 años, 45
nas sanas que se caracterizan habitualmente por la ausencia
mujeres y 41 hombres, varía de 0,70 a 1,50 m/s (estudio per-
de antecedentes o de afecciones que puedan perturbar la
sonal). Estos valores son levemente inferiores a los proporcio-
marcha. Además, existen variaciones dentro de una misma
nados por Whittle [87] de 0,90 a 1,50 m/s para las mujeres y de
persona, que pueden fluctuar de un día a otro, y pese a con-
1 a 1,61 m/s para los hombres. Es posible que esta diferencia
diciones de estudio idénticas, representar el ± 10 % de la
provenga de la constitución de los grupos, de origen anglosa-
velocidad de la marcha o el ± 20 % para determinadas ampli-
jón para Whittle, quizás de mayor estatura. Las variaciones de
tudes articulares [26]. Estas variaciones individuales se obser- velocidad son principalmente el resultado de las variaciones
van cuando la persona camina sin ninguna consigna parti- de la longitud de las zancadas, entre 0,75 y 1,60 m (fig. 9). La
cular, adoptando un paso natural, que corresponde a la mar- velocidad y la zancada dependen esencialmente del sexo, con
cha denominada «confortable». Por último, las condiciones valores medios algo inferiores en las mujeres, así como de la
en las cuales se lleva a cabo el estudio pueden también talla y de la edad. La cadencia varía entre 85 y 150 pasos/min,
influir en los resultados. De este modo, con calzado, la velo- sin que parezca estar relacionada con la edad, pero con una
cidad de la marcha experimenta un aumento del 3 % como pequeña diferencia según el sexo. La cadencia media en el
promedio (máximo observado 10 %) en comparación a un grupo femenino es de 116 pasos/min y de 111 pasos/min en
registro descalzo. Estos factores de variación confirman en el grupo masculino. Estos resultados sobre la cadencia son
parte la disparidad en las publicaciones de los valores similares a los de Whittle.
supuestamente normales; estos valores provienen de grupos
diferentes de personas, estudiados en condiciones diferen-
Cinética articular y actividades musculares
tes y con métodos de estudio diversos, cada uno con sus pro-
pias fuentes de error. durante el ciclo
A pesar de estas variaciones, la evolución del ciclo de la mar- Esta descripción se realizará según una división del ciclo de
cha normal sigue un esquema tipo que se divide en aconteci- la marcha en diferentes fases. Detrás de esta división, cómo-
mientos elementales (fig. 8). Habitualmente el ciclo se des- da en el plano didáctico, se esconde una coordinación muy
compone en porcentajes de su evolución completa en el tiem- armoniosa que no es entrecortada. Por las mismas razones

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15 %: despegue 65 %: despegue 100 %: contacto
del pie izquierdo del pie derecho del pie derecho

0 %: contacto
del pie derecho 50 %: contacto
del pie izquierdo

Fase de apoyo derecho Oscilación derecha

Oscilación izquierda Fase de apoyo izquierdo

8 El ciclo de la marcha se descompone habitualmente en porcentajes de su evolución completa en el tiempo. Se ha acordado que el ciclo comien-
za cuando el talón derecho toma contacto con el suelo.
Longitud de las zancadas (mm)

Amplitud de flexión/extensión
de cadera (°)

Edad (años) Edad (años)

9 La longitud de la zancada disminuye con la edad (datos registra- 10 La amplitud de flexión-extensión de cadera en el transcurso de
dos a partir de un grupo representativo de 86 personas, 41 hom- la marcha disminuye con la edad (mismo grupo que en la figu-
bres y 45 mujeres). ra 9).

didácticas, esta descripción se limitará a los acontecimientos sobre la articulación puede de este modo parecer paradóji-
principales así como a las acciones musculares esenciales, co, si se compara con el sentido del movimiento ejecutado o
presentadas de manera muy esquemática y sin abordar el con una acción muscular particular.
problema de las descripciones a veces diferentes según los
autores, al menos en sus detalles [70]. Por último, esta des- Toma de contacto con el suelo
cripción se limitará a un desarrollo «tipo», pese a que la mar- El talón toma contacto con el suelo con un leve valgus, el
cha es una actividad personalizada, puesto que cada indivi- pie está en supinación discreta y el tobillo en posición neu-
duo tiene su propio «modo de caminar», que permite reco- tra. La rodilla no está en extensión completa y presenta
nocer la llegada de un familiar, caracterizada por un ruido y alrededor de 5 a 10° de flexión. La cadera está en flexión de
un ritmo propios. Pueden encontrarse descripciones más 15 a 25°. La pelvis está en rotación, mirando del lado opues-
detalladas en las publicaciones de Inman [35], Laassel [43], to, con una amplitud muy variable según las personas [26].
Murray [51], Plas [64] y Whittle [87]. Al igual que los paráme-
Los hombros están en rotación inversa con relación a la pel-
tros espaciotemporales, estas variaciones individuales se expli-
vis, generalmente con una amplitud algo menor que la de
can en parte por la edad y el sexo (fig. 10) [25, 38, 59]. Las figuras
la pelvis. Los miembros superiores están en extensión del
11 A, B y C presentan la cinemática y una evaluación de los
lado de la toma de contacto y en flexión del otro lado.
momentos articulares en el plano sagital según Winter [89], es
decir, de la flexión/extensión, para las tres articulaciones En el momento del contacto con el suelo, el talón recibe el
principales del miembro inferior. En el plano dinámico, los peso de la persona (en realidad, alrededor de 120 % de ese
mayores momentos los recibe el tobillo, con un máximo de peso). Los papeles musculares del conjunto del miembro
alrededor de 1,5 Nm/kg de masa corporal. Los momentos inferior son esencialmente estabilizar las articulaciones que
que se ejercen sobre la cadera y la rodilla no exceden el ter- soportan los esfuerzos bruscamente y evitar de este modo el
cio de este valor. El aspecto general de estos trazados mues- hundimiento del miembro o de la pelvis y amortiguar este
tra el desplazamiento de las masas y las actividades muscula- apoyo en carga. Estos papeles son desempeñados principal-
res que se describirán posteriormente. Se debe entender mente por el músculo tibial anterior, el cuádriceps y el
que estos momentos son el resultado de la combinación de músculo glúteo medio (gluteus medius). Existe incluso una
los esfuerzos aplicados sobre las articulaciones mediante la anticipación de estos músculos, que se contraen desde el
transferencia de las masas suprayacentes, la reacción del seg- final de la fase de oscilación, inmediatamente antes del con-
mento subyacente y de los músculos, que pueden ejercer un tacto del pie en el suelo, preparando así su acción «frenado-
trabajo concéntrico con un papel propulsor o un trabajo ra» [9, 42]. Esta anticipación permite a la cadena articulada
excéntrico con un papel frenador. El momento resultante del miembro inferior no solamente resistir el impacto, sino

página 8
Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

Flexión/extensión (°)

Flexión/extensión (°)
Fase de apoyo

Momento (Nm/kg)
Momento (Nm/kg)

Ciclo
Flexión/extensión (°)

Fase de apoyo
Momento (Nm/kg)

11 Cinemática y evaluación de los momentos articulares (según Winter [89])


en el plano sagital, es decir, de la flexión/extensión, para las tres articu-
laciones principales del miembro inferior. 1. Contacto del talón; 2. Pie
Ciclo de plano; 3. Despegue del talón; 4. Despegue de los dedos.
A. Tobillo. B. Rodilla. C. Cadera

también, al aplicar una fuerza inicial antes del esfuerzo, amor- desplaza a lo largo del borde externo del pie, luego bajo el
tiguar, como un resorte, el apoyo en carga, que no se trans- conjunto de las cabezas de los metatarsianos y por último
mite de este modo tan bruscamente, puesto que una parte de bajo los dedos internos, principalmente el hallux. Esta evo-
la energía se absorbe en forma elástica en el aparato muscu- lución resulta del avance del peso del cuerpo cuyo vector
lotendinoso. Otros músculos contribuyen accesoriamente a la resultante se origina aproximadamente en la pelvis. Éste
estabilidad del miembro en carga, se trata de los demás glú- está inicialmente detrás del pie, luego en la vertical y por
teos, del tensor de la fascia lata, que con los isquiotibiales y los último, hacia delante. Este paso por encima del pie condi-
músculos de la «pata de ganso» permiten estabilizar la rodilla, ciona su evolución. Durante este apoyo en carga, el pie está
que cuando no está en extensión completa no está bloquea- sometido a fuerzas que pueden conducir a un hundimien-
da, y del tibialis posterior (músculo tibial posterior), que estabi- to y a una deformación en pie plano valgo. Los músculos
liza lateralmente la pierna sobre el pie en carga. largos extrínsecos y los ligamentos de la parte posterior del
Estas acciones musculares que frenan el hundimiento del pie permiten la estabilización frontal. Los músculos intrín-
miembro en carga y el «impulso» hacia delante del cuerpo secos y sobre todo la gruesa aponeurosis plantar garantizan
conducen a momentos en flexión dorsal sobre el tobillo la conservación del arco anteroposterior del pie. La apo-
que traducen la tensión del músculo tibial anterior que neurosis plantar, en tensión por la carga del pie, tiene un
limita el aplastamiento brusco del pie, en flexión sobre la papel pasivo elástico con una restitución de energía al final
rodilla y en extensión sobre la cadera, evitando que el tron- de la fase de apoyo. El pie presenta, cuando se observa en
co bascule bruscamente hacia delante en el momento del descarga, un arco anterior transversal constituido por las
impacto del talón. cabezas metatarsianas. En el momento del apoyo en carga
durante la marcha, este arco se aplana completamente, el
Fase de apoyo conjunto del antepié participa entonces en el apoyo.
En el momento del contacto del talón con el suelo, el tobi- Cuando se produce el despegue del talón, el apoyo predo-
llo está próximo de la posición neutra, el pie perpendicular mina debajo del segundo metatarsiano que constituye el
a la pierna. Al comienzo de la fase de apoyo, el tobillo des- elemento menos móvil del teclado metatarsiano y que por
cribe inicialmente una flexión plantar de unos diez grados esta razón escapa poco a la deformación vertical. Cuando se
acompañada de un movimiento hacia la pronación del pie, produce el despegue final del pie, el hallux que está en fle-
que de este modo es rápidamente apoyado de plano en el xión dorsal marcada, esencialmente en la articulación
suelo en alrededor del 8 al 10 % del ciclo. El pie no está en metatarsofalángica, desempeña un papel de ajuste del equi-
el eje de la progresión, sino algo abierto hacia el exterior, librio del caminante.
con un «ángulo del paso» cercano a los 10 a 15°. El pie en A partir del momento en que el pie está de plano en el suelo,
carga se coloca progresivamente en pronación y el dedo hacia el 8 al 10 %, el tobillo describe un movimiento hacia la
gordo (hallux) dejará el suelo el último hacia el 65 % del flexión dorsal hasta alrededor del 50 % del ciclo en donde
ciclo. Durante el transcurso de esta evolución del pie en el alcanza unos diez grados. En el transcurso del final de la fase
suelo, el centro de presión, inicialmente bajo el talón, se de apoyo, este movimiento se invierte rápidamente colocan-

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do el tobillo en flexión plantar de unos diez grados. Este Durante toda la fase de apoyo, la cadera se coloca regular-
movimiento rápido ha llevado a la idea de un impulso, que mente en extensión hasta alcanzar una amplitud de 10 a 20°
no corresponde, sin embargo, a la fisiología de la marcha con un momento articular orientado hacia la flexión. Este
confortable correspondiente a un desplazamiento armonio- movimiento de cadera, cuya amplitud global es de 25 a 40°,
so, sin aceleración brusca. Esta evolución regular de la fase junto con la cinemática de la pelvis, constituyen los elementos
de apoyo se traduce por la actividad continua de ciertos fle- esenciales de la progresión. La cadera, que miraba del lado
xores, en particular del músculo sóleo (m soleus) que se con- opuesto en el momento del contacto del talón con el suelo,
trae desde el comienzo de la fase de apoyo hasta el despegue. gira regularmente alrededor de la cabeza femoral principal-
A pesar de esta actividad, el tobillo se inclina hacia la flexión mente bajo la acción del gluteus minimus (músculo glúteo
dorsal durante la mayor parte de esta fase. Esta flexión dor- menor) hasta alcanzar una posición simétrica al final de la fase
sal aparece como un fenómeno pasivo relacionado con el de apoyo, mirando entonces del lado del pie en carga. Esta
avance de la pierna arrastrada por el impulso del cuerpo rotación pelviana alrededor del eje vertical, cuya amplitud
hacia delante. La actividad del músculo sóleo, en trabajo varía de 3 a 15°, permite que el tronco efectúe una progresión
excéntrico, permite frenar este movimiento con un momen- suplementaria sobre la cadera, mientras que es prolongada
to articular resultante orientado hacia la flexión plantar. Este por las inclinaciones laterales sucesivas de la pelvis [26].
fenómeno de puesta en tensión del aparato muscular permi- La cadera transmite al miembro inferior en carga el peso
te, como un resorte, acumular una energía elástica. A partir del resto del cuerpo. Sin embargo, la dirección de esta fuer-
del 40 % del ciclo, los gemelos (gastrocnemius) se contraen a za no atraviesa directamente la articulación. Al comienzo de
su vez con el mismo papel. Sin embargo, los gemelos, biarti- la fase de apoyo, esta pasa por dentro de la cadera, ejer-
culares, tienen igualmente un efecto de estabilización de la ciendo un momento aductor que se equilibra por el gluteus
rodilla. Por lo tanto, durante la marcha, el tríceps sural tiene medius (músculo glúteo medio) y más accesoriamente por el
principalmente un papel frenador y sólo participa al final de gluteus minimus (músculo glúteo menor) y el tensor de la
la fase de apoyo con los demás flexores en la flexión plantar fascia lata, hasta alrededor del 45 % del ciclo. En ese
del tobillo contribuyendo al despegue del talón. El músculo momento, la dinámica de la pelvis y del tronco lleva la carga
tibial posterior (tibialis posterior), contraído durante toda esta de la cadera a un esfuerzo inverso, abductor, que se equili-
fase, continúa a estabilizar el tobillo. Al final de la fase de bra por el empleo de los aductores, esencialmente el adduc-
apoyo, su acción contribuye a que el talón se levante alrede- tor magnus y longus (músculo aductor mayor y largo).
dor del pie, que está en pronación. El músculo flexor largo Sin embargo, esta fase de apoyo, durante la cual se produ-
de los dedos del pie (m flexor digitorum longus) está también en ce lo esencial de la progresión, conlleva la presencia de
acción durante toda esta fase, mientras que el músculo flexor pocos motores. Esta fase resulta de la gestión con una eco-
largo del hallux (m flexor hallucis longus) solamente se contrae nomía máxima del impulso dinámico que proviene del
en la segunda parte y su acción permite que el pie deje el ciclo precedente. Este impulso proviene de la energía ciné-
suelo por el dedo gordo. Los peroneos influyen sobre el tobi- tica procedente de la velocidad que se adquiere y de la res-
llo de manera simétrica a la del músculo tibial posterior, la titución de la energía acumulada en la elasticidad del apa-
pierna, que podría ser arrastrada por las oscilaciones latera- rato musculotendinoso que se puso en carga como un
les de la pelvis, se mantiene de este modo en equilibrio en el resorte. Los músculos trabajan esencialmente para permitir
plano frontal. En esta fase, no existe una actividad destacable la gestión de esta energía acumulada y para estabilizar las
del compartimiento anterior de la pierna. articulaciones. Hacia el final de esta fase, se aporta un poco
Los movimientos del pie y del tobillo implican igualmente de trabajo estrictamente motor mediante los flexores plan-
la movilidad subastragalina y del conjunto del par de tor- tares y los aductores de la cadera, que en esta cadera en
sión, que determinan lo esencial de la adaptación del pie extensión desempeñan un papel flexor.
en el plano frontal, en particular cuando el suelo es irregu-
lar o pedregoso. Estas articulaciones permiten además los Fase de oscilación
movimientos de rotación del esqueleto de la pierna sobre el Esta fase permite que los segmentos vuelvan a su posición ini-
pie fijado en el suelo, así como los movimientos del miem- cial pero con una retracción relativa del miembro para que
bro inferior y de la pelvis en el plano frontal [85]. el pie pueda pasar en oscilación por encima del suelo sin
La rodilla, próxima de la extensión en el momento del con- imponer al miembro contralateral un trabajo de elevación de
tacto con el suelo, describe al comienzo de la fase de apoyo la pelvis. Así, esta fase de oscilación abarca dos períodos:
una pequeña flexión de alrededor de 15 a 25°. Esta flexión el primero corresponde a la retracción hasta alrededor del
permite reducir la elevación de la pelvis en el momento de 70 % del ciclo y el segundo, durante el cual el miembro reto-
su paso a la vertical. La rodilla retoma luego una posición ma su posición de longitud máxima para ir a buscar el apoyo.
cercana a la extensión hasta que se acerca el despegue del Estos dos períodos de la fase de oscilación corresponden a
talón. Los estudios electromiográficos han mostrado que el una inversión de los momentos articulares que se ejercen
cuádriceps desempeña un papel limitado durante esta fase sobre la cadera y la rodilla. Estos movimientos se realizan en
de apoyo [66]. Existe un equilibrio dinámico sobre la rodilla descarga, con esfuerzos musculares mínimos, aún más cuan-
en el plano sagital entre el impulso de la pelvis que empuja do el movimiento global del miembro aprovecha las energías
hacia delante al muslo arrastrando a la rodilla hacia la cinéticas y elásticas originadas en la fase precedente.
extensión y el apoyo en carga que tiende a flexionarla. El El tobillo pasa de su posición de flexión plantar a la posi-
vastus lateralis (vasto lateral) y el vastus medialis (vasto inter- ción neutra alcanzada antes del contacto gracias al músculo
no) se contraen hasta un 20 a un 35 % del ciclo, frenan la tibial anterior y a los extensores de los dedos. El resultado
flexión debida al apoyo en carga inicial y terminan su papel es un pequeño momento articular en el sentido de la fle-
cuando vuelven a poner la rodilla en extensión tras el paso xión dorsal que impide la caída del pie. Normalmente, no
a la vertical. Durante este período, el momento resultante existe una flexión dorsal marcada, el paso del pie en oscila-
que se ejerce sobre la rodilla se orienta hacia la extensión. ción por encima del suelo se garantiza casi exclusivamente
Tras el paso a la vertical, los gemelos frenan la extensión de mediante la flexión de la rodilla que alcanza 50 a 60° en la
la rodilla inducida por el paso hacia delante del peso del mitad de la fase de oscilación. Esta flexión es principal-
cuerpo, con un momento articular que se invierte hacia la mente el resultado de la acción del bíceps femoris y del gra-
flexión. El compartimiento posterior del muslo no presen- cilis. La extensión de la rodilla más allá de este primer pe-
ta una actividad destacable durante la fase de apoyo. ríodo parece ser el resultado de la energía cinética y de la

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Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

gravedad. Este movimiento debe incluso ser frenado como


lo muestra la actividad paradójica persistente de los isquio- Fz (N/kg de masa corporal)
tibiales, con una inversión del momento articular en fle-
xión. Los extensores de la rodilla siguen siendo poco acti-
vos, excepto algunos músculos biarticulares cuya acción
parece sobre todo afectar a la cadera. Ésta se coloca pro-
gresivamente en flexión gracias a la acción del músculo ilía-
co, del sartorio y al comienzo, de los aductores.

Reacción al suelo, desplazamiento del centro


de gravedad, equilibrio dinámico Fx (N/kg de masa corporal)

y gasto energético
La reacción del pie al suelo, medida mediante una plata-
forma de fuerza, se puede descomponer en componentes
elementales. El componente vertical Fz describe grosso
modo una «M» con cuatro partes (fig. 12A). El apoyo en
carga, que alcanzará el 120 % del peso del cuerpo, es pro-
gresivo después del contacto del talón, lo que demuestra el
Fy (N/kg de masa corporal)
amortiguamiento global garantizado por el miembro infe-
rior. Al comienzo de esta fase existe un pequeño accidente
que corresponde al amortiguamiento del talón. La parte
media de la «M» corresponde a la oscilación del miembro
inferior contralateral. La depresión que lleva Fz a un valor
inferior al peso del paciente, pese al carácter unipodal del
apoyo y al paso a la vertical de la pelvis, es el resultado de
una aceleración hacia la parte superior del miembro infe-
rior contralateral que «alivia» el apoyo. El último accidente 12 Componentes de la reacción del pie al suelo.
corresponde al apoyo sobre el antepié, y ya se ha visto que A: componente vertical Fz.
esta sobrecarga no traduce una impulsión real sino la trans- B: componente anteroposterior Fx.
ferencia del peso del cuerpo. El componente anteroposte- C: componente mediolateral Fy.
rior Fx oscila alrededor de cero (fig. 12B). Esta oscilación
corresponde al deslizamiento del pie que está empujado
inicialmente hacia delante por la llegada del peso del cuer- y del movimiento de los miembros. El gasto energético
po, la reacción del suelo está por lo tanto orientada hacia reducido se debe en gran parte a la minimización de esos
atrás y es negativa. El fenómeno inverso ocurre al final del desplazamientos del centro de gravedad. A diferencia de un
apoyo, el paso hacia delante del peso del cuerpo tiende a vehículo sobre ruedas, el cual a una velocidad estable sola-
empujar el pie hacia atrás, la reacción es entonces positiva. mente debe luchar contra el rozamiento, el sistema articu-
Normalmente, el caminante no percibe estas fuerzas ante- lado de los miembros inferiores obliga a levantar el peso del
roposteriores, salvo en un terreno deslizante, cuando la cuerpo algunos milímetros durante el paso. Este sistema
ausencia de adherencia al suelo hace aprehender, u ocasio- locomotor articulado, que los especialistas en robótica cali-
na, un resbalón del pie, que se desliza hacia delante en el fican de «sistema con patas», es a priori una solución de
momento del contacto del talón con el suelo o hacia atrás progresión mecánicamente mediocre sobre terreno plano
al final del apoyo. El componente lateral Fy oscila igual- debido al consumo de energía relacionado con la necesi-
mente alrededor de cero, reflejando las oscilaciones latera- dad de levantar el peso para pasar el centro de gravedad
les del centro de gravedad por encima del pie (fig. 12C). por encima del miembro. Por el contrario, el sistema arti-
El gasto energético de un adulto sano durante la marcha en culado permite fácilmente escalar obstáculos, subir escale-
terreno plano depende de la masa del mismo y de su veloci- ras o sentarse. Durante la marcha, el rozamiento externo e
dad [35]. De este modo, una persona sana de 70 kg que cami- interno es muy reducido, si bien lo esencial del trabajo está
na a 1,3 m/s (4,7 km/h) desarrolla una potencia de alrede- relacionado con esta necesidad de levantar su peso. Si los
dor de 300 W, lo que corresponde a un trabajo de alrededor miembros inferiores fueran rígidos y articulados simple-
de 200 kJ/km recorrido. Así, una o dos pequeñas galletas mente a nivel de la cadera con una pelvis fija, el centro de
proporcionan la energía necesaria para recorrer 1 km, mien- gravedad de una persona de estatura mediana describiría
tras que permitirían a un vehículo mediano recorrer algunos verticalmente una cicloide de 70 a 80 mm de amplitud.
metros en la autopista. Este escaso consumo energético Gracias a seis determinantes esenciales de la cinemática
durante la marcha demuestra que la organización locomotriz durante la marcha (rotación e inclinación lateral pelvianas,
es muy económica. La evolución armoniosa del ciclo normal aducción de cadera y flexiones de la rodilla, del tobillo y de
utiliza ampliamente la recuperación de la energía cinética las articulaciones metatarsofalángicas) descritas por
relacionada con la velocidad adquirida y de la energía deno- Saunders [68] y más tarde por Inman [35], la trayectoria en el
minada elástica acumulada en el aparato musculotendinoso. sentido vertical, contra la gravedad, del centro de gravedad
Junto a esos mecanismos de «recuperación», el gasto ener- se reduce a una sinusoide de alrededor de 45 mm (fig. 13).
gético es igualmente minimizado debido a una organiza- Además, el centro de gravedad se desplaza debido a los movi-
ción óptima de los movimientos. El examen dinámico del mientos de los miembros que provocan variaciones de distri-
paciente puede, en una primera aproximación, limitarse a bución de las masas. Debido a esto, el centro de gravedad
la dinámica de su centro de gravedad global, situado a nivel oscila durante la marcha en la misma persona alrededor de
de la segunda vértebra sacra. Su desplazamiento durante la su posición de equilibrio en situación estática. Estas oscila-
marcha resulta del movimiento en el espacio del caminante ciones intrínsecas se ven reducidas en la persona sana gracias

página 11
13 Seis determinantes esenciales de Saunders [68]
y de Inman [35].
A. La rotación pelviana permite conservar la
longitud del paso disminuyendo la excursión
anteroposterior de la cadera por encima del
pie.
B. La aducción de la cadera y el acercamiento
de los pies permiten reducir la amplitud de
oscilación de la pelvis en el plano frontal.
C. Gracias a la inclinación lateral de la pelvis, la
ascensión del centro de gravedad es menor
que la de la cadera.
D. Las flexiones de la rodilla, del tobillo y de las
articulaciones metatarsofalángicas permiten
reducir la longitud del miembro en carga. Estas
determinantes permiten reducir la trayectoria
del centro de gravedad, constituida inicialmen-
te por una cicloide de 70 a 80 mm, a una sinu-
soide de 45 mm. Aparte del incremento de
amplitud de ascensión vertical del centro de
gravedad y por lo tanto del trabajo de eleva-
ción del peso del cuerpo contra la gravedad, el
paso hacia una sinusoide permite la evolución
regular del ciclo de la marcha, sin entrecortar-
se y con aceleraciones verticales menos
importantes.

a la organización de los movimientos opuestos de las cinturas edad con fluctuaciones normales de algunos meses. La evolu-
y de los miembros que permiten orientarse hacia un equili- ción de la marcha del niño con el desarrollo del crecimiento
brio dinámico alrededor del centro de gravedad global del ha sido estudiada particularmente por Sutherland [78]. Con
cuerpo humano. Estos movimientos recíprocos permiten respecto a la marcha adulta, las principales diferencias de la
también ajustes en caso de desequilibrio, como por ejemplo marcha del niño pequeño conciernen la organización gene-
separar los brazos cuando el suelo es resbaladizo. ral locomotriz con un agrandamiento del polígono de sus-
En resumen, tres factores intervienen en la reducción del tentación, un alargamiento relativo de la duración del doble
gasto energético: la «recuperación elástica», la organización apoyo y una ausencia del balanceo recíproco de los miembros
cinemática de los miembros inferiores descrita por Inman y superiores. Estas diferencias van a disminuir progresivamente
la tendencia hacia un equilibrio dinámico alrededor del hasta desaparecer hacia los cuatro años. De este modo, la
centro de gravedad. anchura del polígono de sustentación corresponde a alrede-
dor del 70 % de la anchura de la pelvis a un año. Hacia los tres
Evolución de la marcha con la edad años es del 45 % y del orden del 30 % en el adulto. Estas dife-
rencias en la organización locomotriz se acompañan de acti-
Niño vidades musculares igualmente diferentes. En el niño muy
Excepto los movimientos automáticos que pueden desenca- pequeño, las actividades musculares parecen globalmente
denarse en los primeros meses de vida, la marcha propia- más prolongadas durante el ciclo que en el adulto. Estas dife-
mente dicha se adquiere generalmente algo antes del año de rencias disminuyen durante el segundo año, probablemente

página 12
Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

en relación con la mielinización nerviosa durante este perío-


do. Todos los músculos no parecen seguir el mismo esquema 2

evolutivo. Según Sutherland [78], el funcionamiento de tipo 1,6


«infantil» del tríceps sural con una actividad prolongada
1,2

Metros
durante el ciclo se observa en el 60 % de los niños de dos años
y persiste todavía en algunos niños de siete años. Este funcio- 0,8

namiento muscular, que de manera general se parece rápida- 0,4


mente al del adulto, se acompaña de una cinemática articular Edad (años)
0
cercana a la del adulto, por lo menos para la cadera y la rodi-
1 3 5 7 9 11 13 15 17
lla en el plano frontal en donde las diferencias parecen míni-
mas. Las diferencias para el tobillo son más marcadas. En el 14 Paralelismo entre el aumento de la longitud de la zancada (gris
momento de la adquisición de la marcha, el contacto con el oscuro) y el crecimiento (gris claro) según Whittle [87].
suelo no se efectúa mediante el talón, sino con el pie de
plano. Sin embargo, esta particularidad desaparece progresi-
vamente a los dos años. Además, las rotaciones del miembro 250
inferior son generalmente diferentes si bien aparentemente
200
muy variables. Parece que el conjunto del miembro inferior
está constantemente en rotación externa marcada durante la 150
fase de oscilación al menos hasta los dos años. La rotación del
100
miembro inferior durante la fase de apoyo, así como el ángu-
lo del paso, parecen muy variables. Darmana [19] pudo obser- 50
var de este modo variaciones de rotación del pie en apoyo
entre 25° de rotación interna y 50° de rotación externa. El
1 3 5 7 9 11 13 15 17
futuro de estas variaciones con el crecimiento y sus repercu- Edad (años)
siones patológicas eventuales no han sido establecidos todavía. 15 El crecimiento hasta la edad adulta ocasiona progresivamente
La longitud del paso en el niño es evidentemente menor una disminución de la cadencia (pasos/min, en gris oscuro) y un
que la de los adultos. Existe una relación estrecha entre la aumento de la velocidad de marcha (cm/s, en gris claro) según
talla del niño durante su crecimiento y la longitud de sus Whittle [87].
pasos. De este modo, existe un paralelismo entre el aumen-
to de la longitud del paso y el crecimiento (fig. 14). La rela-
rodilla y del tobillo. Murray [52, 53] ha observado también
ción entre estos dos parámetros se vuelve rápidamente
dentro de sus series de personas mayores, aparentemente
constante y similar a la observada en el adulto [78, 81, 87]. Estas
sin afecciones intercurrentes, la aparición de adaptaciones
relaciones entre el crecimiento y la adquisición del esque-
que pueden mejorar la seguridad de la marcha. Se trata de
ma locomotor definitivo aparecen todavía más estrechas si
un agrandamiento del polígono de sustentación y de una
se aplica una «normalización» que tiene en cuenta la talla
elevación menor del pie durante la fase de oscilación. Esta
del niño. Vaughan [83] pudo demostrar de este modo que
mayor seguridad de la marcha implica además un aumento
los parámetros espaciotemporales, así como los parámetros
de la duración relativa de las fases de doble apoyo [67]. La
cinemáticos y dinámicos articulares, habían adquirido,
marcha de la persona mayor se acompaña igualmente de
cuando estaban normalizados, un esquema definitivo a par-
modificaciones del movimiento de los miembros superio-
tir de los dos años. Este resultado demuestra la adquisición
res, con amplitudes de oscilación reducidas y un codo que
muy precoz de las grandes líneas del esquema locomotor.
se mantiene en una flexión más pronunciada. Todas estas
Sin embargo, ciertos aspectos del esquema escapan a esta modificaciones dan la impresión general de una marcha
adquisición precoz y evolucionan durante toda la infancia. más lenta y más prudente que puede resultar difícil distin-
De este modo, la cadencia de la marcha disminuye progre- guir de una marcha patológica.
sivamente hasta la edad adulta (fig. 15). Sin embargo, esta
mayor cadencia no permite que el niño compense sus pasos
más pequeños, si bien la velocidad de marcha progresa Circunstancias particulares de la marcha
durante todo el crecimiento. Los elementos que se acaban de describir conciernen la
marcha habitual, cuando la persona elige un paso natural y
Adulto confortable en un terreno plano y con una velocidad esta-
La marcha evoluciona a lo largo de la vida. El estudio de bilizada. La marcha puede desarrollarse igualmente, aparte
grupos numerosos de personas muestra que, a partir de la de su inicio, en condiciones particulares cuando se practica
adquisición realizada hacia los 18-20 años, la longitud de la en terreno en pendiente o en un suelo irregular, cuando
zancada, la velocidad o la amplitud de la flexión/extensión hay que subir o bajar escaleras y por último, cuando hay que
de la cadera disminuyen progresivamente (figs. 9, 10). Des- caminar más rápidamente. Estas circunstancias particulares
pués de los 60-70 años, la marcha se ve afectada por la apari- necesitan ajustes dentro de la gestión locomotriz.
ción de patologías degenerativas como la artrosis o la enfer-
medad de Parkinson. Cuando la selección de las personas Subir y bajar pendientes y escaleras
estudiadas permite excluir estas afecciones incipientes, la Cuando se trata de subir una escalera o una cuesta, el meca-
marcha de las personas de más edad es simplemente una nismo de recuperación de la energía cinética resulta muy
«versión lenta» de la marcha de los adultos más jóvenes [52]. insuficiente para ayudar a la progresión y el caminante debe
El factor más importante parece ser la disminución progre- efectuar un trabajo suplementario. Este trabajo es realizado
siva de la longitud de los pasos, e igualmente, pero de por los extensores de la cadera, en particular el gluteus maxi-
manera más variable, de la cadencia. Esta reducción de la mus (músculo glúteo mayor), los extensores de la rodilla y
longitud del paso es el resultado de una reducción global los flexores plantares del tobillo y del pie. Durante la ascen-
de las amplitudes de flexión/extensión de la cadera, de la sión, el miembro oscilante está en flexión cuando el pie

página 13
toma contacto con el suelo, directamente con la planta, necesarios dos bastones o más frecuentemente dos muletas.
incluso con el antepié. En la situación inversa de un descen- La estabilidad horizontal proporcionada por las muletas
so, una pendiente leve facilita la marcha, pero si la pendien- permite incluso descargar totalmente un miembro inferior.
te aumenta, el caminante debe ejercer un trabajo muscular El sistema de andador se utiliza raramente con este objeti-
para frenar la caída hacia delante. En particular, existe una vo, pero éste ofrece en cambio una ayuda máxima a la esta-
extensión del tronco que permite retroceder la línea gravi- bilidad, con la condición de que la fuerza de los miembros
tatoria y que se asocia al trabajo del sistema de flexores de la superiores sea suficiente.
cadera/extensor de la rodilla que retienen el hundimiento
de estas articulaciones. Estas subidas y bajadas inducen
momentos articulares muy diferentes de una marcha sobre
terreno plano. Estos momentos son en la rodilla y en la cade- Posición sentada
ra más elevados al bajar las escaleras que al subirlas [1]. Se
notará así que el cuádriceps, que trabaja poco durante la La posición sentada es el resultado del equilibrio del tronco
marcha en terreno plano, participa más en la subida y en la por encima de la pelvis. Este equilibrio puede obtenerse a
bajada, lo que explica la sintomatología referida por los través de diferentes modalidades de actitud del raquis y de
pacientes con un síndrome femoropatelar. contracción de la musculatura del tronco que oscilan entre
dos situaciones extremas. En una actitud de relajación, la pel-
Marcha rápida vis bascula hacia atrás, lo que disminuye la oblicuidad de la
Cuando la persona debe aumentar su velocidad, aumenta la charnela lumbosacra bajo un raquis lumbar en cifosis. Esta
cadencia y la longitud de sus zancadas mediante un aumen- posición permite retroceder el tronco y de este modo colocar
to de las amplitudes de flexión/extensión de la cadera y de el centro de gravedad parcial por encima de los isquiones en
rotación pelviana. El esquema locomotor general se con- una situación de equilibrio casi pasiva. La caída se frena
serva pero con una energía cinética mayor que modifica el mediante la tensión activa de las partes blandas y de los liga-
equilibrio dinámico, más aún cuando existe una flexión mentos vertebrales, así como mediante los esfuerzos muscu-
leve del tronco que lleva la línea gravitatoria algo más ade- lares minimizados, en particular de los músculos mayores del
lante de los apoyos. A partir de una cierta velocidad, este abdomen [74]. Cuando no existe un apoyo complementario,
impulso dinámico lleva a la desaparición de la fase de doble la tensión ligamentaria y la presión discal en un raquis con
apoyo, que corresponde de este modo a una transición cifosis se vuelven rápidamente dolorosas. Según Nachemson
entre la marcha y la carrera que aparece naturalmente [54], la fuerza ejercida sobre los discos intervertebrales lum-
entre 4 a 6 km/h. Este impulso dinámico, mayor durante la bares puede alcanzar, durante esta actitud, 140 daN, mientras
marcha rápida, necesita un trabajo mayor de los músculos que solamente es del orden de 100 daN en la misma persona
frenadores que deben evitar el hundimiento del miembro. de 70 kg cuando está de pie. Por esta razón, se busca espon-
En este sentido, se puede notar la hipertrofia del músculo táneamente un apoyo complementario o se cambia de acti-
tibial anterior observada en los marchadores de competi- tud. Dicho apoyo se encuentra fácilmente hacia delante
ción, entrenados para conservar un esquema locomotor de poniendo las manos o los antebrazos sobre los muslos o sobre
tipo «marcha» a velocidades superiores a 10 km/h, normal- la mesa. Puede obtenerse un resultado análogo cuando se
mente del dominio de la carrera. cruzan los miembros inferiores. Esta actitud adoptada
comúnmente parece tener muchas ventajas. La cara anterior
Ayudas para la marcha de la parte proximal del muslo cruzado puede otorgar un
La ayuda más elemental la proporciona un simple bastón apoyo al abdomen. Ésta permite reducir la actividad de los
sostenido con la mano. La fuerza ejercida por los dedos y la músculos del abdomen [75] y la cifosis lumbar, así como la
muñeca, habitualmente reducida, limita sus posibilidades. tensión ligamentaria vertebral y la presión discal. Ésta puede
En la práctica, sólo puede transmitir un apoyo suplementa- ser alternada, repartiendo los puntos de apoyo isquiáticos y
rio orientado a lo largo de su eje. Esta ayuda permite, en los esfuerzos musculares entre los dos lados. Esta actitud rela-
caso de anomalías relativamente menores, mejorar el equi- jada puede facilitarse igualmente con un pequeño respaldo
librio o reducir los esfuerzos sobre el miembro que les que permite un apoyo lumbar que se obtiene gracias a una
soporta. El bastón se apoya a distancia de la proyección en acentuación leve de la báscula posterior lumbosacra. Estos
el suelo del centro de gravedad, si bien el momento ejerci- diferentes ajustes de la posición sentada relajada posibilitan
do puede ser consecuente a pesar de una débil fuerza trans- el mantenimiento prolongado de esta actitud, que se desa-
mitida. Este momento se utiliza para sostener un desequili- rrolla con actividades musculares débiles, análogas a lo obser-
brio, en particular en las personas mayores que encuentran vado en una persona acostada, salvo en lo concerniente a los
de este modo sostén o alivio ante una articulación dolorosa. músculos oblicuos del abdomen [74].
Para aliviar la cadera, el bastón se sostiene con la mano con- En cambio, el equilibrio durante la posición sentada puede
tralateral, lo que disminuye el peso del tronco sobre la pel- obtenerse mediante una contracción activa de los músculos
vis y de este modo la resultante de Pauwells. Una fuerza de espinales y del tronco alrededor de un raquis rígido a par-
10 daN sobre el bastón disminuye la resultante sobre la tir de una lordosis lumbar y de una pelvis enderezada. Esta
cadera opuesta en carga de alrededor de 40 daN. El bastón actitud engendra entonces una fatiga muscular rápida.
puede utilizarse de este modo para ejercer un momento Espontáneamente, una persona sentada utiliza una actitud
lateral, lo que permite aliviar y estabilizar una rodilla artró- intermedia con alternancias hacia un modo u otro.
sica. Por último, permite reducir la reacción al suelo expe- El paso de la posición sentada a la posición erguida se lleva
rimentada por el miembro en carga. En ese caso, el bastón a cabo habitualmente en una evolución que abarca dos
se sostiene con la mano del lado patológico y acompaña de tiempos [58]. Al comienzo, se imprime un movimiento de
cerca al miembro inferior doloroso. flexión del tronco por encima de los muslos, lo que lleva el
Las muletas se mantienen mediante dos apoyos, la mano y centro de gravedad parcial hacia delante, permitiendo el
el antebrazo en el caso de bastones «ingleses» o el hombro despegue del asiento. La persona debe entonces endere-
en el caso de las muletas «axilares». Estos dos apoyos per- zarse. En la práctica, el despegue se obtiene mediante la
miten aumentar el esfuerzo transmitido y sobre todo apor- asociación del mecanismo de transferencia de masa rela-
tar un elemento de estabilidad suplementaria en el plano cionado con la flexión del tronco y de un «impulso dinámi-
horizontal. Cuando la anomalía se vuelve más grave, son co» resultante de una impulsión muscular. Esta asociación

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Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

se utiliza de manera variada según el grado de urgencia y las organización axial distingue por una parte, el control de los
capacidades dinámicas de la persona. Sin embargo, si se pri- músculos del eje y de las raíces de los miembros (con pro-
vilegia la transferencia de masa, se debe luchar secundaria- gramas organizadores que pasarían por las vías extrapira-
mente contra una exageración de la caída hacia delante y midales retículo y vestibuloespinales) y por otra parte, el
debe realizarse un trabajo de extensión secundario más control de los músculos distales de los miembros (vías pira-
importante. Esta extensión contra la gravedad está esen- midales y rubrospinales). La organización proximal aporta-
cialmente garantizada por los extensores de la cadera y de ría la rigidez necesaria para el mantenimiento de la postura
la rodilla, con esfuerzos articulares importantes, principal- y la organización distal liberaría los miembros para las ta-
mente coxofemoral y femoropatelar [69]. Sin embargo, se reas motrices de prensión y de manipulación. El sistema
puede garantizar el enderezamiento gracias a un solo postural antigravitatorio y el sistema axioproximodistal son
miembro inferior, particularmente cuando se evita sobre- complementarios y sus acciones están coordinadas.
cargar una cadera o una rodilla dolorosa. Además, puede
aportarse una ayuda mediante los miembros superiores que Postura y movimientos
se apoyan sobre los muslos o en el reborde del asiento. Esta Es necesario concebir el cuerpo humano como un conjun-
estrategia es utilizada a menudo por los pacientes que to de módulos superpuestos desde los pies hasta la cabeza
sufren de los dos miembros inferiores o cuando no pueden (miembros inferiores, tronco, cabeza). Cada módulo dis-
administrar su impulso dinámico. pondría de su propio control central y periférico [49]. Esta
concepción segmentaria de la postura tiene una gran
importancia en la organización de los movimientos. Cada
Control neurofisiológico de la marcha segmento sirve de referencia para organizar los movimien-
tos de los segmentos subyacentes. La posición de la cabeza
normal y de la postura es particularmente importante puesto que sirve de referen-
cia para los desplazamientos de todo el cuerpo en la mar-
La locomoción es una propiedad común a todos los mamí- cha, ya que se necesita mantenerla estable durante los mis-
feros. En los cuadrúpedos, la marcha es estable, puesto que mos pues es preciso ver el entorno exterior durante el movi-
el centro de gravedad localizado por debajo del tronco se miento. Berthoz [7] habla de «ir donde miro» y no «mirar
sitúa en el interior del polígono de sustentación. La inter- donde voy». La mirada debe ser estable durante el despla-
posición del tronco permite las largas zancadas. En el hom- zamiento y por lo tanto la cabeza también. El manteni-
bre, la marcha es menos eficaz y menos estable que en los miento del equilibrio exige que las referencias posturales se
cuadrúpedos. El centro de masa se sitúa por delante del conserven. Es necesario, al final del movimiento, que el
polígono de sustentación y mantenerlo a nivel del polígono centro de gravedad se mantenga en el interior de la super-
necesita un esfuerzo permanente. La velocidad y la longi- ficie de apoyo. En estas condiciones, la organización central
tud de la zancada no son tan eficaces, puesto que el tronco del control del equilibrio se basa en cuatro elementos:
no está interpuesto entre los miembros durante la progre- — un valor de referencia estabilizado;
sión. En compensación, la rotación de la pelvis permite
— tener en cuenta las señales detectoras de error. Los siste-
aumentar la longitud de la zancada del ancho de la pelvis.
mas centrales de control son informados de la proyección
Por último, la marcha bipodal permite liberar los miembros
al suelo del centro de gravedad por las informaciones sen-
superiores para otro uso. La marcha normal del ser huma-
soriales aferentes (vestibulares, propioceptivas, visuales);
no debe tener cinco cualidades que dependen de la eficacia
del sistema nervioso y del aparato locomotor: — un esquema corporal que permite comparar la posición
actual del cuerpo con la posición de referencia;
— un equilibrio postural estable;
— las reacciones posturales, las sinergias motrices.
— un libre paso del pie durante el balanceo del miembro
inferior; Ciertos elementos son establecidos y determinados genéti-
camente, los demás son fruto del aprendizaje.
— una fase de balanceo que permita una localización pre-
via del pie adaptada a la postura siguiente;
— una longitud de paso suficiente; Organización central de la marcha
— un escaso gasto de energía. Marcha: movimiento activo
El movimiento activo es ordenado por el sistema nervioso
Organización del equilibrio postural central. Se distinguen:
La postura es específica de la especie (en el hombre la posi- — el movimiento reflejo, reacción motriz reproducible, desen-
ción erguida sobre los dos miembros inferiores) y esta pos- cadenada por una estimulación sensorial y ejecutada por
tura debe mantenerse en un mundo sometido a la acción de circuitos nerviosos genéticamente determinados. El ejem-
la fuerza de la gravedad. La encajadura de los diversos cons- plo tipo es el reflejo osteotendinoso o miotático. Durante la
tituyentes del esqueleto y la acción tónica de los músculos se marcha, las acciones de flexión y de extensión alternadas
asocian para mantener esta postura en la persona inmóvil y podrían ser producidas por un generador espinal que utili-
sobre todo durante los desplazamientos. zaría esta organización refleja;
— el movimiento automático, cuyo desarrollo es estereotipado
Organización postural y reproducible, más complejo que el precedente y cuya red
En las publicaciones se describen dos concepciones de la nerviosa puede construirse mediante el aprendizaje. El con-
organización postural, la primera es antigravitatoria, la trol postural y la marcha son ejemplos típicos; esos movi-
segunda axioproximodistal. El mantenimiento de la posi- mientos automáticos pueden desencadenarse por un estí-
ción de pie exige una contracción tónica permanente de mulo externo y son automatizados gracias a un entrena-
los músculos extensores que luchan contra la gravedad. Su miento prolongado. La característica de estos movimientos
exageración produce la rigidez de descerebración que fue es su latencia breve y su invariabilidad espaciotemporal,
observada en el animal descerebrado por Sherrington. La como en el caso de la marcha espontánea;

página 15
— el movimiento intencional, el cual, en un contexto de moti-
vación, se realiza para alcanzar un objetivo. Este movimien- Asociativo
to es desencadenado por una estimulación exterior, o bien

Programación
Corteza motora rio
ma (iniciación del
se trata de un estímulo «autoiniciado» por el cerebro bajo la Pri ? movimiento
influencia del pensamiento. Existen tres variedades de movi- Núcleos grises
pensado o
informaciones
de la base
mientos intencionales: el movimiento balístico es fruto de sensoriales)

una orden impulsional y no puede modificarse durante su Arqui


ejecución (por ejemplo, el salto por encima de un obstácu- y paleo-
cerebelo
lo); el movimiento de persecución se ajusta permanente- Neocerebelo
mente en función de las informaciones sensoriales y abarca
por lo tanto fases de aceleración y de frenado (el comienzo
y el final de una marcha hacia un objetivo determinado son
buenos ejemplos); el movimiento de rastreo es lento, a velo-
cidad constante, efectuado sin objetivo preciso, por ejemplo
la marcha espontánea en terreno plano, sin obstáculos.

xterno
Paso interno
Movimiento organizado por un programa motor

Ejecución y control

Paso e
El movimiento pone en juego informaciones sensoriales

VEP
VP
que informan al sistema nervioso central sobre el transcur-
so de su ejecución. Sin embargo, existe una imagen interna
de la posición que se debe mantener o del movimiento que
se debe realizar que permite, en la ausencia de informacio-
nes sensoriales, organizar el acto motor. Todo ocurre como Centro
si el programa central pudiera bastar para organizar la espinal

tarea, pero utilizara intermitentemente las informaciones


sensoriales para poner al día la representación interna de la
orden motriz. La concepción actual del programa motor se
compara a la manera de trabajar de los ordenadores. El pro-
16 Esquema de la organización general del movimiento. NR:
grama sería el resultado de una sucesión de algoritmos eje-
Núcleo rojo; NV: Núcleo vestibular; SRD: sustancia reticular
cutados según una jerarquía preestablecida sobre la base de descendente; VP: vía piramidal; VEP: vías extrapiramidales.
informaciones específicas que provienen tanto de las infor-
maciones sensoriales como de los centros nerviosos. El pro-
grama motor se establece centralmente y luego se envía durante el apoyo en carga. El equilibrio se conserva por
para su ejecución al aparato locomotor. En cuanto a la mar- medio de una inclinación exagerada opuesta de los hom-
cha (movimiento antigravitatorio), el programa de la mar- bros hacia el lado de la cadera inestable. Las descripciones
cha y el programa de adaptaciones posturales se conciben y iniciales realizadas por Duchenne de Boulogne en 1867 y
ejecutan de manera coordinada, las adaptaciones postura- por Trendelenburg en 1895 concernían las afecciones neu-
les se realizan por anticipado al final del movimiento. La rológicas actualmente raras, pero esta situación es compa-
mayoría de las estructuras neurológicas sensitivomotoras rable con la de la cadera dolorosa. Normalmente, la estabi-
del sistema nervioso central participan en la elaboración y lidad frontal de la pelvis se garantiza mediante la contrac-
la ejecución del programa motor como lo muestra la figura ción de los abductores de la cadera que equilibran el peso
16. El lector puede remitirse al artículo de Massion [49] para del cuerpo. La consecuencia, según la bien conocida balan-
conocer los papeles respectivos de la corteza cerebral, de za de Pauwells, es una importante fuerza resultante sobre la
los núcleos grises centrales de la base de los hemisferios y cadera. Cuando, debido al dolor, esta fuerza no puede
del cerebelo en la organización de los programas motores. soportarse, el paciente evita este trabajo de equilibración
reduciendo la contracción de los abductores con lo que se
halla en una situación análoga de la parálisis. El mismo
mecanismo se observa en las luxaciones congénitas en posi-
Elementos de patología ción alta no apoyada.
En el marco de las caderas dolorosas a veces se observa un
Patología ortopédica mecanismo inverso. En este caso, para reducir la resultante
de Pauwells, el paciente exagera la inclinación lateral de la
Cadera rígida
pelvis hacia la cadera en carga lo que acerca el centro de
La pérdida de extensión de la cadera impone al raquis lum- gravedad por encima de la misma, con lo que se disminuye
bar la tarea de garantizar el paso posterior mediante un movi- el momento ejercido por el peso del cuerpo y el esfuerzo
miento hacia la cifosis. Si el raquis está también rígido o si el necesario de equilibración de los aductores. Este acerca-
flessum de la cadera sobrepasa las capacidades de adaptación miento del centro de gravedad por encima de la cadera es
del raquis (superior a alrededor de 30°), existe una pérdida más eficaz cuando, como en el caso precedente, el pacien-
del paso posterior con una impresión de «bloque» lumbo- te acompaña el movimiento de la pelvis de una inclinación
pelviano, con báscula del tronco hacia delante, que conduce de los hombros hacia la cadera dolorosa.
a una cojera de «salutación». En fase de oscilación, este blo-
que gira en masa alrededor de la cadera contralateral si ésta Flessum de la rodilla y acortamiento
está sana. De este modo, la rigidez coxal repercute sobre el del miembro inferior
raquis, pero igualmente sobre la rodilla en flexión y por lo El flessum de la rodilla de hasta unos veinte grados no tiene
tanto particularmente sobre el nivel femoropatelar. consecuencias clínicamente visibles sobre una marcha a
velocidad confortable. Sin embargo, las anomalías pueden
Cadera inestable o dolorosa exteriorizarse al pedir al paciente que camine rápidamente.
La insuficiencia del aparato abductor de la cadera conduce Por encima de los 20 a 30°, el flessum tiene consecuencias
a una caída contralateral en el plano frontal de la pelvis visibles, similares a las de un acortamiento del miembro infe-

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Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

rior. En el momento del contacto del talón, el paciente debe tando las caídas relacionadas con el desplazamiento? (gra-
bajar su pelvis para ir a «buscar» el suelo. El resultado es un cias a una organización adecuada de los centros de la médu-
aumento de las flexiones contralaterales de la cadera y de la la espinal y del tronco cerebral);
rodilla y una inclinación lateral de la pelvis del lado del — ¿el paciente es capaz de utilizar de manera apropiada
apoyo, es decir, del lado opuesto al normal. Cuando el fles- esas sinergias durante las modificaciones de la atención,
sum o el acortamiento son graves, el pie toma contacto con durante las modificaciones voluntarias o durante los cam-
el suelo en posición equina, que puede incluso inveterarse. bios bruscos del entorno exterior? (gracias a las áreas corti-
cales frontales).
Rigidez en extensión de la rodilla
En el momento del contacto del talón, la ausencia de fle- Trastornos de la marcha relacionados con una lesión
xión de la rodilla suprime una parte de los mecanismos de de los sistemas sensoriales
amortiguamiento, dando la sensación de un impacto brus- La función vestibular puede perderse. Durante la lesión
co. Durante el paso a la vertical, se observa una ascensión degenerativa (relacionada con la edad o con una neuroto-
de la pelvis con, una vez este paso realizado, de nuevo una xicidad), la aparición progresiva del trastorno hace que el
caída brusca. Durante la fase de oscilación, el paso del paciente no sienta las dificultades, excepto cuando está en
miembro inferior rígido necesita un movimiento de circun- circunstancias en donde las informaciones vestibulares son
ducción aumentado de la cadera. esenciales (marcha en la oscuridad, por ejemplo). Además,
existe una tal redundancia de las informaciones sensoriales
Pérdida de la flexión dorsal del tobillo que el sistema nervioso puede adaptarse de manera ade-
Según el grado de equinismo, el contacto del pie con el cuada, en particular cuando la pérdida vestibular aparece
suelo se realizará de plano, incluso sobre los dedos con un de manera temprana en la vida. Los trastornos vestibulares
apoyo digitígrado que puede inducir deformaciones dolo- de la marcha se observan sobre todo durante los movi-
rosas de los dedos. La ausencia de evolución del pie hace mientos de la cabeza o durante las modificaciones de tra-
que el paso a la vertical del centro de gravedad resulte difí- yectoria [33, 72]. El paciente presenta también dificultades
cil, el paciente da la impresión de «forzar» este paso, con para mantenerse sobre un pie. En caso de lesión vestibular
una extensión de la rodilla y flexiones aumentadas de la unilateral, la postura y la marcha inicialmente son asimétri-
cadera y del raquis. En la fase de oscilación, si el equinismo cas, luego en algunas semanas se produce una compensa-
es importante, el paciente debe levantar el pie mediante ción progresiva [79].
una exageración de la flexión de la rodilla y de la cadera, La función vestibular puede ser anormal. En caso de lesión
con un estepaje. mecánica o de trastornos hidroelectrolíticos (por ejemplo,
en la enfermedad de Ménière), las informaciones enviadas
Trastornos de la marcha de origen neuromuscular por el sistema vestibular sobre la posición y los desplaza-
mientos de la cabeza son anormales y provocan vértigos. En
Al neurólogo clínico le resulta difícil con frecuencia deter- caso de vértigo intenso, el paciente no puede mantenerse
minar el origen de los trastornos de la postura y de la mar- de pie. A un menor grado, la marcha se ve perturbada,
cha. Las marchas hemipléjica, atáxica y parkinsoniana se sobre todo cuando el paciente no puede utilizar las infor-
reconocen fácilmente, pero a veces cuesta asociar la lenti- maciones visuales o durante los movimientos voluntarios de
tud excesiva, una inestabilidad durante la marcha o bien las la cabeza o los cambios bruscos de paso. A diferencia de los
caídas repetidas a un cuadro nosológico preciso. Los tras- pacientes que presentan una pérdida de las informaciones
tornos de la marcha y de la postura pueden agruparse en vestibulares, los pacientes que tienen un funcionamiento
seis categorías mediante las siguientes preguntas [57]: anormal son incapaces de utilizar correctamente las vías de
— ¿el paciente recibe las informaciones pertinentes de su suplencia sensitivas y visuales.
cuerpo y del entorno exterior? (gracias a un funcionamien- Una perturbación de la propiocepción, una pérdida o un
to correcto de los sistemas laberíntico, visual y sensitivo pro- retardo en las informaciones aportadas por los receptores
pioceptivo); cutáneos y los barorreceptores de los pies, de las articulacio-
— ¿el paciente puede utilizar e integrar estas informaciones nes de las piernas y del tronco tienen efectos diferentes
para tener una representación interna de su cuerpo y en el sobre el equilibrio y la marcha. Una desaparición de las sen-
espacio gravitacional? ¿Estas informaciones se transmiten saciones que provienen solamente de los pies no ocasiona
de manera correcta a las estructuras neurológicas encarga- un aumento de las oscilaciones en posición de pie, ni modi-
das de organizar los programas motores? (gracias al funcio- ficaciones de las reacciones posturales [33, 55]. Por el contrario,
namiento de las áreas parietales posteriores, de las áreas una alteración de las informaciones que provienen de los
premotrices, de los núcleos grises centrales y del control músculos de los miembros inferiores (neuropatía diabética)
corticosubcortical de la oculomotricidad); o de las vías espinales de la propiocepción (esclerosis en pla-
— ¿el paciente puede poner en funcionamiento un sistema cas) ocasiona un aumento del plazo de las respuestas postu-
musculonervioso suficientemente eficaz para ejecutar los rales, correlacionadas con el plazo de respuesta de los
programas motores que el equilibrio y la deambulación potenciales evocados. Debido al déficit sensitivo, los pacien-
necesitan? (gracias a los nervios y músculos sanos y gracias tes dependen mucho de las informaciones visuales (la expre-
a los nervios sensitivomotores espinales); sión clínica de esta dependencia es el signo de Romberg).
— ¿el paciente puede modificar suficientemente rápido y Por último, cuando el trastorno sensitivo es de origen corti-
de manera adecuada el funcionamiento de este sistema cal, los pacientes no se apoyan completamente sobre el
musculonervioso para programar la motricidad durante las miembro anestesiado incluso si la orden motriz es normal.
modificaciones voluntarias o durante las modificaciones La visión no es indispensable para mantener el equilibrio y
súbitas del entorno exterior? (gracias a los núcleos grises la marcha como lo demuestra el escaso aumento del balan-
centrales, al cerebelo y a las vías corticospinales); ceo durante la posición de pie con los ojos cerrados. Por el
— ¿el paciente puede poner en funcionamiento las siner- contrario, la visión es indispensable para evitar los obstácu-
gias eficaces para garantizar por anticipado una postura evi- los durante la marcha. Las informaciones visuales permiten

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establecer una estrategia por anticipado para evitar los obs- habituales de la enfermedad de Parkinson son una postura
táculos durante la marcha. Además, cuando se ocluye un forzada, una marcha arrastrando los pies, una marcha for-
ojo, se salva el obstáculo con la pierna situada del mismo zada, una tendencia a la retropulsión o a la caída hacia
lado del ojo no ocluido, lo que sugiere que la visión permi- delante o hacia los costados durante los cambios de posi-
te no solamente apreciar las cualidades del obstáculo (ale- ción. La organización temporoespacial de la postura se con-
jamiento, importancia), sino también controlar la progre- serva, pero las respuestas son de amplitud insuficiente y
sión del miembro, en particular para permitir un paso fia- sobre todo no se modifican cuando las condiciones del
ble del pie durante la fase de balanceo [57]. Los trastornos entorno cambian [34, 55, 57]. Ciertas de estas anomalías de la
de la oculomotricidad (diplopía, oscilopsia) que no permi- marcha y de la postura son sensibles a la dopaterapia y otras
ten estabilizar la mirada durante los desplazamientos de la no lo son [31, 57].
cabeza tienen consecuencias importantes sobre la postura y En los pacientes con corea o con distonías diversas se obser-
la marcha. va una repercusión de su trastorno motor sobre la marcha y
el equilibrio pero la mayoría de ellos conservan las sinergias
Lesiones neurológicas que ocasionan un trastorno locomotrices y las adaptaciones posturales. La mala ejecución
de la orientación de la marcha y de la postura es secundaria a los movimientos
Los pacientes no presentan una pérdida sensitiva o senso- anormales que perturban las acciones motrices.
rial pero utilizan mal estas informaciones para establecer La manifestación clínica principal de las lesiones cerebelosas
una estrategia motriz adaptada a la posición del cuerpo en es un aumento del balanceo durante la posición de pie inmó-
el espacio que los rodea. Estos pacientes no se quejan de vil. En caso de lesión mediana profunda, las oscilaciones se
vértigo sino de caídas inexplicables. Las estructuras neuro- producen en todas las direcciones a baja frecuencia (1 Hz),
lógicas implicadas en esta función son la corteza parietal mientras que en caso de lesión anterior del vermis las oscila-
posterior, la corteza premotora ventral, los núcleos grises ciones son anteroposteriores a una freceuncia de 3 Hz [20].
centrales, los colículos superiores y las áreas frontales que Desde un punto de vista fisiopatológico, la respuesta postural
organizan la mirada. es de latencia normal, pero de amplitud hipermétrica.
Las lesiones subcorticales, hemorragias o reblandecimiento La espasticidad espinal o la hipertonía cerebral ocasionan
de los núcleos grises de la base o del tálamo pueden indu- una disminución de la velocidad de la marcha y hacen que
cir problemas de orientación y caídas. La inestabilidad pos- ésta sea menos suelta. Los movimientos de flexión necesa-
tural importante puede estar relacionada con un accidente rios para el paso del pie son exagerados en las caderas debi-
vascular de la región posterior y dorsal del tálamo (astasia do a la actitud fija en flexión plantar del tobillo. Cuando la
talámica) [47, 48] o del putamen [44]. fuerza muscular está preservada, la deambulación es posi-
Las apraxias y agnosias, la heminegligencia y los trastornos ble pero precaria. Las sinergias que permiten la ejecución
motriz de la marcha están perturbadas por otras sinergias
del esquema corporal relacionados con lesiones parietales
anormales, en particular por las cocontracciones de los
posteriores han sido sobre todo estudiados en los miembros
músculos agonistas y antagonistas. Fundamentalmente, las
superiores, pero pueden afectar de la misma manera a los
reacciones posturales automáticas se conservan, así como
miembros inferiores. Las observaciones clínicas incluyen una
los ajustes posturales por anticipación; los trastornos del
mala orientación del cuerpo en posición de pie, dificultades
equilibrio y de la postura en caso de espasticidad se relacio-
para pasar de una posición a otra y para ajustar correcta-
nan sobre todo con una mala ejecución de los programas
mente la amplitud de los movimientos de los miembros infe-
por las vías corticospinales.
riores en el momento de pasar los obstáculos, pero también
para establecer la estrategia adecuada para evitarlos [40]. Los trastornos de la marcha consecutivos a accidentes vas-
culares isquémicos cerebrales o en el marco de una invali-
Lesiones del sistema neuromuscular dez motriz de origen cerebral (IMOC) corresponden a esas
lesiones del control motor, responsables principalmente de
Para un equilibrio y una marcha normales se requiere que la aparición de una espasticidad y de trastornos de la coor-
los nervios, los músculos y el aparato locomotor estén en dinación, mientras que los aparatos musculares están intac-
buen estado. En general, un buen estado musculonervioso tos, al menos inicialmente. Sin embargo, es frecuente que
es suficiente para conservar un equilibrio y una marcha estas lesiones induzcan secundariamente la constitución de
aceptables cuando existen trastornos del aparato locomo- anomalías periféricas como las distensiones y las deforma-
tor. Si ambas deficiencias se combinan (como con frecuen- ciones articulares o las retracciones musculares, particular-
cia en las personas mayores), la postura y la marcha se ven mente cuando son de aparición precoz, antes y durante el
muy afectadas. La lesión de los músculos proximales de los crecimiento, como en el caso de la IMOC. Los trastornos de
miembros produce una marcha contoneada, mientras que la marcha dependen de la gravedad y de la localización de
la lesión de los músculos distales ocasiona un estepaje. las lesiones cerebrales y de las eventuales lesiones periféri-
cas de aparición secundaria. Las numerosas posibilidades
Control motor
de combinación de esos diferentes elementos muestran la
Los programas motores que permiten organizar la motrici- gran variedad de expresiones clínicas. Winters [90] ha pro-
dad voluntaria mediante la anticipación de la acción se rea- puesto una clasificación en cuatro grupos de gravedad cre-
lizan en los núcleos grises centrales, en el cerebelo y en las ciente de estas lesiones en el caso de la hemiplejía infantil:
estructuras corticospinales motrices. Esos programas se — en el primer grupo, la lesión se limita a una flexión plan-
revisan regularmente teniendo en cuenta las informaciones tar del tobillo durante la fase de oscilación, con un contac-
sensoriales que llegan al cerebro. Los síndromes parkinso- to con el suelo al comienzo de la fase de apoyo por los
nianos, las distonías, las coreas, las ataxias, los síndromes dedos. El alargamiento relativo del miembro inferior en el
cerebelosos y las lesiones espásticas son responsables de una momento del contacto con el suelo es compensado por un
mala programación mientras que el aparato musculoner- aumento de la flexión de la rodilla y de la cadera. En este
vioso está intacto y las informaciones sensoriales llegan de estadio, el tríceps sural es suficientemente flexible para per-
manera adecuada al sistema nervioso central. mitir que este equinismo se reduzca bajo el peso del cuerpo
La inadaptación postural forma parte de los cuatro sínto- durante la fase de apoyo;
mas cardinales de una lesión parkinsoniana (con el tem- — el segundo grupo se caracteriza por una espasticidad y/o
blor, la acinesia y la hipertonía). Los aspectos clínicos más una retracción del tríceps sural que consolida el equinismo

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Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

durante la evolución de la fase de apoyo. Según Winters, el pronunciadas en posición de pie y durante la marcha [86]. A
apoyo en carga del tobillo fijo en flexión plantar produce los pacientes les resulta difícil mantener su equilibrio en
un momento articular que repercute sobre la rodilla «for- situaciones nuevas y aprender las nuevas estrategias de equi-
zada» hacia una hiperextensión. El alargamiento del miem- librio en las situaciones complejas [57]. Por último, los
bro se compensa mediante una fuerte flexión de la cadera pacientes con demencia no tienen suficientemente en cuen-
con una báscula hacia delante de la pelvis y una lordosis ta el entorno exterior, en particular los obstáculos que han
lumbar aumentada; de evitar.
— en el tercer grupo, a las lesiones precedentes se añaden Las dificultades para mantener el equilibrio aumentan
una espasticidad y las cocontracciones del cuádriceps y de durante los trastornos de la atención. Los tiempos de reac-
los isquiotibiales. Estas anomalías suplementarias son res- ción aumentan, lo que sugiere que es necesario prestar más
ponsables de una reducción del sector de movilidad de la atención para efectuar un programa equilibrio [80]. Puede
rodilla, en particular durante la fase de oscilación. La mar- considerarse también que el aumento de las caídas relacio-
cha de estos pacientes se describe como «rígida con peque- nadas con la administración de psicotrópicos se debe en
ños pasos»; parte más a un trastorno de la atención que a un déficit de
— el cuarto grupo es el de la lesión máxima en el cual a las las funciones sensitivomotrices. Por el contrario, los pacien-
anomalías precedentes se añade una espasticidad del psoas tes con un déficit importante de su equilibrio y de la mar-
y de los aductores que fijan la cadera en rotación interna, cha pueden evitar las caídas manteniendo un nivel de aten-
flexión, aducción. ción importante. En este sentido, la marcha con precaución
El esquema de Winters constituye un ejemplo de las reper- de los pacientes puede indicar que la atención está preser-
cusiones de la lesión del control motor. Son posibles otras vada. Las lesiones de los lóbulos frontal o parietal y las lesio-
expresiones, particularmente en la rodilla, que en lugar de nes talámicas son responsables de síndromes de hemiina-
ser «forzada» hacia la extensión, incluso en recurvatum, tención o de heminegligencia motriz.
puede ser fijada en flexión debido a la espasticidad domi- Después de las caídas, algunos pacientes no pueden caminar
nante de los isquiotibiales, como se observa a menudo en el sin asistencia o sin ayuda de bastones, aunque no presenten
síndrome de Little. ningún déficit sensitivomotor que pueda explicar esta difi-
cultad, que en realidad es una dificultad del comportamien-
Sinergias entre equilibrio y marcha to, relacionada con el «miedo de caerse».
Éstas se organizan en el tronco cerebral. Los núcleos del La marcha con precaución no es propiamente dicha una
tronco cerebral (núcleo rojo, sustancia reticular, núcleo ves- marcha patológica, puesto que se trata de una consecuencia
tibular) reciben las informaciones de la corteza frontal y de adaptada a un equilibrio difícil, por ejemplo durante la
los núcleos grises centrales hemisféricos. Una mala cone- marcha en un terreno deslizante. Las personas mayores
xión entre las regiones frontales y los núcleos del tronco adoptan a menudo una marcha con «pequeños pasos»,
cerebral puede perturbar profundamente las sinergias de lenta, con tiempos de apoyo importantes, independiente-
funcionamiento que organizan la postura y la marcha. mente del entorno. Esta marcha con precaución traduce
En la mayoría de los casos, una lesión del tronco cerebral una disminución de la seguridad del equilibrio.
afecta de manera importante a las vías sensitivomotrices y En resumen, los trastornos del equilibrio y de la marcha en
por lo tanto perturba muy gravemente la ejecución de los los pacientes neurológicos pueden integrarse en seis
programas motores. Así, se observan pocos casos de lesión dimensiones. Lo que el clínico observa es a la vez el resul-
del tronco que sólo ocasione trastornos de la marcha no tado de las deficiencias neurológicas y de las actitudes de
explicados por una parálisis. En una lesión limitada a la compensación desarrolladas por el paciente para adaptarse
unión pontomesencefálica o a los núcleos de los pedúncu- a dichas deficiencias. Volver a colocar el trastorno de la mar-
los (núcleos rojos) el equilibrio es precario y la marcha es cha en la dimensión adecuada facilita probablemente el
vacilante, calificada de «apráxica» [47, 48]. diagnóstico neurológico y el tratamiento.
La hidrocefalia, las lagunas múltiples y las lesiones mayores *
frontales pueden ocasionar graves trastornos del equilibrio **
no explicados por un déficit sensitivomotor. La observación La organización locomotriz permite garantizar la función primor-
clínica más frecuente es una retropulsión en posición de dial de la marcha que consiste en permitir el desplazamiento con
pie, incluso cuando se recibe la ayuda del examinador. Estas una economía energética máxima al mismo tiempo que se pre-
anomalías se han denominado ataxia frontal. servan las capacidades de adaptación al terreno. Esta economía
proviene en su mayor parte de la explotación de un sistema de
Estrategias cognitivas equilibrios dinámicos, que Steindler resumía en 1935 como «una
sucesión de catástrofes evitadas con escaso margen» [76]. Los
El equilibrio y la marcha deben adaptarse a los límites estudios y descripciones que se han hecho de esta actividad,
impuestos por las capacidades físicas de la persona, el entor- aparentemente tan banal, son muy numerosos [84]. El objeto de
no exterior y la actividad voluntaria decidida por anticipa- este artículo era proporcionar lo esencial de esta organización
do. Esta adaptación depende de las informaciones senso- locomotriz. Pueden encontrarse descripciones más detalladas en
riales, de la experiencia adquirida y del aprendizaje. No diversos análisis, que si bien en parte son antiguos siguen siendo
sólo se debe prestar atención a sus propios límites físicos y pertinentes [5, 11, 22, 35, 64, 82, 87, 89].
a los límites relacionados con las tareas motrices asociadas Este artículo presenta igualmente los principales métodos de
al desplazamiento sino también a la configuración del estudio con su principio de funcionamiento, sus posibilidades y
entorno exterior y se debe emitir una opinión adecuada de sus límites. Ciertos sistemas no específicos del estudio de la mar-
la situación. Además, se debe focalizar la atención para efec- cha, que pueden no obstante utilizarse (por ejemplo, las medidas del
gasto energético), no han sido descritos, pero pueden encontrar-
tuar de manera estable un desplazamiento eficaz.
se en el reciente artículo de Gras [29]. Todos estos métodos tienen
Muchos estudios epidemiológicos identifican la demencia de manera general la ventaja de permitir un análisis cuantificado
como un riesgo importante de caída. Las reacciones postu- de numerosos parámetros y de abordar los fenómenos inaccesi-
rales de base están preservadas, pero las oscilaciones son más bles al examen clínico. Estas ventajas generales explican el por

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qué actualmente estos métodos de estudio complementarios de gicos y antiinflamatorios [18] o de las artroplastias de la rodilla [2, 50].
la marcha se aplican en el campo de la investigación fisiopatoló- Por último, estos métodos de estudio complementarios de la mar-
gica, de la evaluación terapéutica y en materia de asistencia a la cha pueden facilitar la decisión terapéutica, particularmente en
decisión terapéutica. materia de IMOC [60] que constituye la aplicación terapéutica más
La investigación fisiopatológica abre un campo considerable a la antigua, o en el futuro, para la corrección de las deformaciones
aplicación de estos métodos que permiten el estudio de las rela- raquídeas [21]. Por ahora, estas investigaciones y aplicaciones per-
ciones entre la marcha y las afecciones del aparato locomotor. Se tenecen al campo experimental o están en los estadios prelimina-
pueden citar como ejemplo las implicaciones entre la cinemática res, pero abren sin duda nuevas perspectivas.
pelviana y la fisiopatología de la coxartrosis o el desgaste del par
de rozamiento de las prótesis totales de cadera [23], o las relacio-
nes entre las variaciones de rotación del esqueleto de la pierna
durante la marcha del niño y las fuerzas de cizallamiento experi- Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención: DUJARDIN
mentadas por la rodilla, que pueden participar en la fisiopatología F. et WEBER J. – Anatomie et physiologie de la marche, des positions
del deterioro articular [19]. El análisis cuantificado de la marcha per- assise et debout. – Encycl. Méd. Chir. (Elsevier, Paris-France), Appareil
locomoteur, 14-010-A-10, 1998, 16 p.
mite abordar el campo de la evaluación terapéutica, de los antál-

Bibliografía

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Aparato locomotor ANATOMÍA Y FISIOLOGÍA DE LA MARCHA, DE LAS POSICIONES SENTADA Y DE PIE 14-069

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