ENCICLOPEDIA MÉDICO-QUIRÚRGICA – 14-057
14-057
Nociones de biomecánica articular
C. Kénési
Reseña histórica
Siempre que dos constituyentes anatómicos son móviles
uno con relación al otro, se desarrolla un sistema de desli-
zamiento: pleura entre pulmón y pared torácica, pericardio
que envuelve el corazón, peritoneo alrededor de las vísceras
abdominales, vainas serosas cuando los tendones atraviesan
canales estrechos o incluso una simple bolsa serosa entre
dos capas musculares.
Se trata casi siempre de un tejido muy simple formado por
dos hojas que se deslizan sin dificultad una sobre otra.
De muy distinto modo ocurre en el sistema esquelético,
donde la situación es mucho más compleja: hay que asegu-
rar el máximo de movilidad conservando el máximo de
estabilidad. Ahora bien, movilidad y estabilidad se excluyen
en cierta medida.
Ejemplos: la articulación escapulohumeral goza de una gran movilidad
en todos los planos del espacio. Pero es la más inestable de todo el orga-
nismo. Es a este nivel donde las luxaciones son más frecuentes.
Al contrario, la articulación sacroilíaca permite un encaje extremada-
mente sólido de la columna en la pelvis. No tiene capacidad para efec-
tuar casi ningún movimiento.
Cada articulación estará comprometida entre estas dos exi-
gencias contradictorias.
La complejidad de su morfología y de su mecánica da cuen-
ta de la dificultad de su misión.
Tras un resumen morfológico, serán examinadas las fuerzas
de compresión, de tracción y las fricciones que se efectúan
a este nivel y se concluirá con los movimientos articulares y
el papel de los músculos.
Los movimientos articulares y las fuerzas que los producen
se han estudiado desde siempre, incluso por los artistas que
reproducían la figura humana. Su exploración sistemática
profunda se encuentra ya en los dibujos anatómicos de
Leonardo da Vinci [25] que, desde los primeros años del
siglo XVI, hizo croquis de disección de las articulaciones en
sus diferentes posiciones (la rodilla, la pronosupinación, la
articulación temporomandibular). Además, realizó maque-
© Elsevier, París
Claude KÉNÉSI: Professeur d’anatomie, chirurgien chef de service d’ortho-
pédie, hôpital Henri-Mondor, 94010 Créteil cedex.
tas que permiten comprender la función motora de los
principales músculos periarticulares, de la rodilla por ejem-
plo. Borelli, [2], matemático napolitano, publicó en 1743 un
libro sobre los movimientos de los animales donde calcula
los brazos de potencia musculares, la fuerza desarrollada,
las posiciones articulares que permiten un mejor rendi-
miento, etc. A lo largo del siglo XIX, los trabajos de
Culmann y Wolff [28] permiten hablar de una verdadera
«mecánica articular». Después de la segunda guerra mun-
dial, los trabajos del alemán Pauwels [19], de los americanos
Steindler [24] y Williams [27], del belga Maquet [17] y de los
franceses Rabischong [20], Kapandji [12] y Frain [6], permi-
ten aplicar experimentalmente las teorías de la mecánica, el
método moderno de análisis de las tensiones en el sistema
esquelético. Es el nacimiento de la ciencia biomecánica.
Estudio morfológico de una articulación
En realidad, cada articulación es un «aparato articular»
complejo que pone en relación tejidos muy diferentes, cada
uno con su propia fisiología.
Hueso
La mayoría de las veces se trata de la epífisis de un hueso
largo.
No obstante, puede tratarse de un hueso corto más o menos
revestido de cartílago, a veces incluso casi completamente
articular, como es el caso del astrágalo (talus) o de los
pequeños huesos del carpo.
Por último, puede tratarse de una simple apófisis articular
de un hueso corto o plano (en la columna vertebral, cóndi-
lo de la mandíbula, etc.).
De cualquier forma, el hueso subcondral presenta una rea-
lidad particular: no es el hueso compacto haversiano que se
encuentra en las corticales óseas, sino que es un hueso tra-
becular esponjoso mucho más denso que el de las epífisis.
Sostiene al cartílago, al que se adhiere verdaderamente
«tramo a tramo» (Goldstein [in 8]).
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Cartílago
«Una superficie articular está revestida por una sustancia
blanco azulada que une a la solidez una gran suavidad y una
gran elasticidad, que cede cuando se la comprime pero que
recupera su estado inicial tan pronto como cesa la compre-
sión previniendo, así, los choques y los rozamientos.»
(Cruveilhier 1791-1874).
Macroscópicamente, la superficie del cartílago es propor-
cional a la movilidad de la articulación. Siempre es más
extensa en uno de los dos huesos con el fin de que, en todos
los movimientos de la articulación, las dos superficies en
contacto sean siempre cartilaginosas.
El estudio microscópico de la superficie [5] muestra que
ésta está abollada y forma un paisaje de colinas de aproxi-
madamente 400 micras de espesor. En los valles que sepa-
ran estas colinas pueden quedar aprisionadas gotas de líqui-
do sinovial, lo que disminuye enormemente el coeficiente
de fricción (fig. 1). En el corte, la histología muestra cuatro
capas de aspecto muy diferente [13]. Esta morfología atesti-
gua la doble fisiología del cartílago: amortiguador en su
capa profunda y deslizamiento en su parte superficial. Las
células cartilaginosas representan un pequeño porcentaje
de la sustancia global (entre el 1 y el 10 % de la masa total).
Las fibras colágenas representan alrededor del 20 % del
peso total del cartílago. La sustancia fundamental constitu-
ye el 70 % de la masa cartilaginosa total (el 65 % en pro- 1 Visión de superficie de un cartílago. Aumento x 950.
fundidad, el 75 % en superficie).

Fibrocartílagos
No son constantes, pero están muy extendidos en el orga-
nismo. Su estructura es parecida a la del cartílago de reves-
timiento con la diferencia de que están separados del hueso
sobre el que asientan y que las fibras colágenas están extre-
madamente desarrolladas, hecho que les proporciona una
2 1
consistencia y una solidez apreciables. Su función consiste
2 Esquema de la articulación metacarpofalángica del pulgar. Vista
en mejorar la congruencia articular conservando una cier- de perfil.
ta elasticidad. 1. Ligamento glenoideo.
Se distinguen los fibrocartílagos móviles (meniscos), que se 2. Sesamoideo.
desplazan con los movimientos articulares [18] y los rodetes
(glenoideo, cotiloideo), que son mucho más fijos y que
agrandan una concavidad. Por último, los ligamentos glenoi-
deos de los dedos o de las falanges son fibrocartílagos que
están fijados sólidamente a la base de la primera falange,
siguiendo los movimientos, y que se amoldan a la cabeza
metacarpiana o metatarsiana. Es en estos ligamentos glenoi-
deos donde se engastan los sesamoideos. Estos huesecillos
reciben inserciones musculares. Los músculos que se insertan
en los sesamoideos son activos sobre la falange a la que se han 1 2
unido por medio del ligamento glenoideo (fig. 2). 3 Disposición de las moléculas de tropocolágeno en una fibrilla.
1. Zona de superposición.
2. Espacio libre.
Aparato capsuloligamentario
Las cápsulas articulares son constantes. Forman un man-
guito continuo que une las extremidades óseas, el cual es
tanto más flojo cuanto más móvil es la articulación. La cáp- — por el contrario, existen ligamentos intraarticulares: los ligamentos
sula es muy flexible en los lugares donde los movimientos cruzados de la rodilla y el ligamento redondo de la cadera. Están recu-
biertos totalmente de membrana sinovial puesto que, aunque topográ-
son de gran amplitud. En cambio, en los lugares donde hay ficamente están en el interior de la articulación, no forman parte de la
poco movimiento, se refuerza mediante ligamentos. cavidad articular de la cual permanecen siempre separados.
Ejemplo: En el codo, la cápsula es muy floja adelante y atrás. En cam- En cuanto a los «ligamentos activos», no tienen una existencia anató-
bio, está muy reforzada en los lados por los ligamentos laterales. Existe mica real. En realidad, se trata de un artificio pedagógico para mostrar
una excepción: en la muñeca, los principales refuerzos capsulares no que los tendones de los músculos yuxtaarticulares ejercen un papel en
están en los lados, sino en la parte anterior de la articulación. Hay que la estabilidad de la articulación que bordean [20].
decir que, a este nivel, a menudo los requerimientos de tracción sobre La estructura de este aparato capsuloligamentario [4] está formada por
la mano son muy importantes. fibras colágenas extremadamente importantes y de algunos fibrocitos.
Los ligamentos sólo son un refuerzo de la cápsula que se desarrolla en La estructura y la solidez del ligamento son las mismas en todo el tra-
el punto donde los requerimientos de tracción son máximos. Sin yecto (fig. 3). Se vascularizan a través de vasos intraóseos que penetran
embargo, existen dos excepciones: por sus inserciones o por los vasos del entorno. Además, están abun-
— los ligamentos extracapsulares están localizados a distancia de la arti- dantemente inervadas por terminaciones nerviosas libres o bien por
culación: el ligamento esfenomaxilar y los ligamentos trapezoide y filamentos portadores de corpúsculos de Paccini. Juegan un papel
conoideo unen estrechamente la apófisis coracoides a la cara inferior importante en la sensibilidad propioceptiva: informan a los centros ner-
de la clavícula; viosos sobre la posición respectiva de las superficies articulares.

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Aparato locomotor NOCIONES DE BIOMECÁNICA ARTICULAR
Membrana sinovial
Se trata de un tejido muy simple formado por dos capas celu-
lares: una capa superficial en contacto con el interior de la
articulación formada por células sinoviales, células aplanadas
y una capa fibrosa de sostén, bien vascularizada. Tapiza el
interior de la articulación donde no hay revestimiento carti-
laginoso. La línea de inserción de la membrana sinovial
comienza en el punto donde acaba el cartílago; tapiza las
extremidades óseas, la cara profunda de la cápsula y de los
ligamentos e incluso los ligamentos intraarticulares a los que
envuelve. Puede formar repliegues más o menos complejos,
a veces fondos de saco muy importantes (como el fondo de
saco subcuadricipital en la rodilla). Puede comunicarse con
bolsas serosas paraarticulares que poseen la misma estructu-
ra que ella. Tiene una doble función:
— por una parte, facilita los movimientos de las partes blan-
das sobre las extremidades óseas;
— por otra parte, segrega el líquido sinovial: líquido filante
parecido al plasma, rico en proteínas y que normalmente
existe aunque en poca cantidad en todas las articulaciones.
Participa en la lubrificación articular y en la nutrición del
cartílago.
Estudio mecánico
Este complejo articular estará sometido a tensiones muy
variadas. Se puede distinguirlas, esquemáticamente, en tres
grupos [14]: los requerimientos de compresión que reciben
el hueso subcondral y el cartílago, los requerimientos de
tracción que aguanta el aparato capsuloligamentario y las
tensiones de frotamiento que interesan al conjunto cartíla-
go-membrana sinovial-líquido sinovial.
Hueso y requerimientos de compresión
El hueso está perfectamente bien equipado para resistir a
este tipo de requerimientos: en el hueso compacto, los siste-
mas haversianos tienen una rigidez importante. Por otra
parte, la sustancia fundamental ósea se dispone en láminas
concéntricas y está reforzada por fibrillas dispuestas de
forma cruzada capaces de absorber las fuerzas por todos
lados. En el hueso subcondral, la disposición trabecular que
presenta un aspecto aparentemente anárquico puede, en
realidad, resistir tensiones de dirección bien precisa. El estu-
dio estatigráfico de la extremidad superior del fémur, por
ejemplo, distingue una confusión muy precisa de trabéculas
óseas (fig. 4) destinada a aguantar eficazmente el peso del
cuerpo. En realidad, las tensiones aplicadas son muy supe-
riores de lo que se puede imaginar. Fue Pauwels [19] el pri-
mero en enunciar los principios de la balanza (fig. 5):
— una carga centrada sobre una columna hará sufrir a ésta
las tensiones de la compresión pura;
— una carga descentrada provocará un desequilibrio que
tendrá tendencia a hacer bascular el astil horizontal que la
sostiene. La única forma de restablecer el equilibrio consis-
te en colocar, en el plato opuesto, una carga equivalente
(que puede reemplazarse por un resorte amarrado a un
punto fijo). La columna aguantará, evidentemente, las car-
gas de los dos platos.
Es lo que ocurre, por ejemplo, en la cadera cuando existe
un apoyo monopodal.
Antes de avanzar más, es conveniente decir algunas palabras para defi-
nir el centro de gravedad: es el punto de aplicación de la resultante de
las fuerzas ejercidas por la gravedad sobre todas las partes de un cuer-
14-057
4 Representación estatigráfica
de la extremidad superior del
fémur.
1. Abanico de sustentación.
2. Fibras de tensión.
3. Sistema ojival.
5 Principio de la balanza de Pauwels.
1. Carga centrada equilibrada.
2. Carga descentrada: desequilibrio.
3. El equilibrio se restablece, pero la
columna aguanta una carga doble.
4. La carga de equilibrio ha sido reem-
plazada por un muelle de igual
forma. Igual resultado que en 3.
po [27]. Cuando este cuerpo es homogéneo y geométrico, el centro de
gravedad se confunde con el centro del sólido. Esto no ocurre nunca en
el caso del cuerpo humano. Sin embargo, se puede calcular con una
precisión bastante grande el centro de gravedad de un segmento de
miembro, de un miembro entero e incluso de la totalidad del cuerpo.
Cuando se estudia la articulación de la cadera, se conside-
rará todo lo que puede apoyarse en esta articulación, es
decir, no se tendrá en cuenta el miembro inferior subya-
cente. En caso de posición bipodal, el centro de gravedad
del tronco se halla en la línea media, proyectándose más o
menos por delante de la primera o segunda vértebra sacra.
En caso de apoyo monopodal, el centro de gravedad se des-
plazará. El centro de gravedad se desplaza un poco hacia
arriba y hacia el lado oscilante. La línea de carga que une el
centro de gravedad con el centro de la tierra, pasa clara-
mente por dentro de la articulación de la cadera. Este es un
esquema de desequilibrio que hará inclinar la balanza del
lado cargado. La pelvis bascula.
El peso del cuerpo determina un par de fuerzas cuya impor-
tancia viene dada por la fórmula F x D. F es el peso del cuer-
po representado por un vector y D, la distancia de este vector
al centro de la cabeza femoral a lo largo de una recta per-
pendicular. Se equilibra con la contracción de los músculos
glúteos pequeño y mediano, según la fórmula F x D = F’ x d.
La distancia d es alrededor de un tercio de la distancia D.
Para que se restablezca el equilibrio (y la experiencia
demuestra que es posible), la contracción de los glúteos tiene
que equilibrar tres veces el peso parcial del cuerpo (fig. 6).
La columna de la balanza representada por el fémur aguan-
ta evidentemente los dos platos de ésta, el par peso del cuer-
po + el par contracción de los glúteos, alrededor de unas 4
veces el peso del cuerpo, entre 250 y 300 kg.
Las insuficiencias o las parálisis del glúteo mediano provo-
can la cojera denominada «de Trendelenbourg» en la que
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6 Equilibrio de la pelvis en el plano frontal.
1. Apoyo bipodal. El peso del cuerpo se reparte por igual en las
dos caderas.
2. Apoyo unipodal: los dos pares F x D y F’ x d son equivalentes.
La resultante R es la suma vectorial de las dos fuerzas F y F’. Se
aplica en el centro de la cabeza femoral puesto que se trata de un
esquema de equilibrio.
el individuo inclina el tronco del lado paralizado para situar
el centro de gravedad lo más cerca posible del centro de
rotación de la cadera que sustenta.
Maquet realizó cálculos equivalentes para la rodilla en el
plano frontal [17]. Dan cifras equivalentes. En la columna
lumbosacra, los cálculos de los pares equilibrados entre los
músculos posteriores de brazo de palanca corto de la masa
sacrolumbar y los músculos anteriores de la pared abdomi-
nal de brazo de palanca largo sobre la caja torácica, pro-
porcionan unas cifras sorprendentes para el disco lumbosa-
cro: 400 kg. Mediciones experimentales (Nachemson) han
confirmado estos resultados. De estas experiencias hay que
deducir que el peso del cuerpo está casi siempre descentra-
do en relación a la articulación sobre la que se ejerce y que
siempre está equilibrado por un aparato muscular de trac-
ción del lado opuesto. Éste permite unas condiciones está-
ticas correctas, pero sobrecarga las superficies articulares y
el hueso subcondral.
• Función de la congruencia articular: noción de cargas
unitarias
Cuando se recibe a una distinguida joven de 45 kg, sus finos
tacones harán agujeros en el parqué del salón. Al contrario,
un hombre gordo de 110 kg sobre unos esquís descenderá
por la nieve blanda sin ninguna dificultad. Cuanto más impor-
tante es la superficie de contacto entre dos cuerpos sólidos,
más pequeña es la carga unitaria. De ahí la importancia:
— de los regímenes adelgazantes en las artrosis de los
miembros inferiores;
— de una buena concordancia de las superficies articulares,
las cuales repartirán la carga sobre la extensión más grande
posible. Todas las osteotomías de corrección en la cadera o en
la rodilla tienden a mejorar la congruencia articular (fig. 7).
Aparato capsuloligamentario y tensiones
de tracción
Estructuras y propiedades mecánicas
Los ligamentos están formados por colágeno dispuesto en
manojos retorcidos. Estos manojos terminan por una inser-
ción progresiva en el hueso donde algunas células cartilagi-
nosas, seguidas por columnas de células óseas, suceden a las
fibras colágenas. La elasticidad de los ligamentos no es des-
preciable. La curva tensión-deformación de Hookes (fig. 8),
es un poco diferente de la curva de cualquier otro sólido:
— por un lado, una primera parte de pendiente bastante
suave corresponde, en realidad, a la disposición de las fibras
y a la colocación en paralelismo de todos los constituyentes
del ligamento;
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100 Kg 50 Kg 100 Kg
10 cm2 1 10 cm2 20 cm2 2
7 1. Carga unitaria 10 kg/cm .2
2. Dos formas de reducir la carga unitaria:
* dividir la carga por dos.
* doblar la superficie de apoyo.
Tensión
de tracción
Deformación
8 Curva tensión - deformación de un ligamento
1. Disposición de las fibras.
2. Zona de deformación elástica.
a. Curva de carga.
b. curva de descarga.
3. Zona de deformación plástica.
L. Límite elástico.
R. Carga de ruptura.
— la pendiente de la curva que corresponde a la deforma-
ción elástica no presenta, aparentemente, nada de particu-
lar. En realidad, si se afloja la tracción en este momento,
puede percibirse que la curva de descarga no es superponi-
ble a la curva de carga. Persiste un resto de deformación.
Esto significa que el ligamento no tiene un comportamien-
to elástico puro, sino un comportamiento viscoelástico aso-
ciado a un cierto grado de deformación permanente;
— la tercera parte de la curva es la fase de deformación
plástica que precede a la ruptura. Presenta un cierto núme-
ro de ondulaciones puesto que las fibras de tropocolágeno
no se rompen de una sola vez, sino en varias etapas. Es lo
que explica que se agrupe bajo el término de esguince a
todos los grados de lesiones ligamentarias desde la simple
elongación hasta la ruptura total.
El papel del tiempo: si se aplica una carga muy progresiva-
mente, se obtendrá un alargamiento más importante. En
cambio, un golpe brusco, aunque sea de menor intensidad
que la carga de ruptura habitual, puede provocar una rup-
tura del ligamento. Es también una de las consecuencias de
la viscoelasticidad ligamentaria.
En resumen, hay que recordar que el ligamento no es una
cuerda rígida e indeformable, sino un constituyente capaz
de una cierta deformación. Bajo las tensiones fisiológicas,
de poca velocidad, el alargamiento elástico puede alcanzar
de un 20 a un 25 % de su longitud. Evidentemente, la resis-
tencia máxima a la tracción es muy variable según el liga-
mento que se considere. Se sitúa entre 15 y 70 kg [11]. Pero
esto se refiere al ligamento aislado. Cuando se considera el
aparato capsuloligamentario en su conjunto, su resistencia
global es más importante.
Aparato locomotor NOCIONES DE BIOMECÁNICA ARTICULAR
Papel fisiológico
Éste es múltiple.
Los ligamentos pueden tener un papel puramente pasivo
de suspensión como, por ejemplo, el ligamento coracohu-
meral que es un suspensorio pasivo de la cabeza humeral y
del miembro superior.
Limitan los movimientos articulares normales. Este papel lo
comparten con las otras partes blandas que los rodean [26].
El papel esencial corresponde, sin embargo, más a los mús-
culos que a la misma cápsula. No obstante, en algunos casos
pueden jugar un papel importante.
Ejemplo: en la articulación de la cadera, los tres ligamentos ileofemoral,
pubofemoral e isquiofemoral, tienen un trayecto oblicuo que hace que
se enrrollen alrededor del cuello del fémur. La flexión de la cadera los
distiende (la actitud viciada en flexión es una posición antiálgica de las
artritis de cadera). En cambio, la extensión los pone en tensión y, por un
movimiento de paso de rosca, provoca una impacción de la cabeza femo-
ral en el fondo del cotilo. Limitan mucho la extensión (fig. 9).
El bloqueo de los movimientos anormales: es su papel esen-
cial. La cápsula anterior del hombro, los ligamentos latera-
les del codo, de la rodilla o del tobillo por ejemplo, impiden
la salida hacia delante de la cabeza humeral o los movi-
mientos forzados de valgo o de varo. Evidentemente, es a
este nivel que los ligamentos son más sólidos, es aquí donde
están más solicitados y... más amenazados en caso de esguin-
ce. En cuanto a los ligamentos cruzados de la rodilla [1],
ejercen un papel esencial en la limitación de los movimien-
tos de torsión y de cajón anterior y posterior [15]. Su dispo-
sición cruzada en el espacio les permite enrollarse uno
sobre el otro y estabilizar la rodilla en rotación interna. Al
contrario, la rotación externa, descruzando los cruzados, es
un factor de inestabilidad.
El ligamento tiene un papel amortiguador. Se debe, en
parte, a su comportamiento viscoelástico y, en parte, a su
modo de fijación en el hueso. Esta inserción puede ser un
factor de fragilidad. Puede agravarse con una inmoviliza-
ción prolongada. Los arrancamientos ligamentarios en su
terminación son tan frecuentes como las rupturas que se
producen en pleno ligamento.
En beneficio de la claridad del artículo, se ha supuesto que
los ligamentos estaban sometidos a tensiones de tracción
pura. En realidad, esto no sucede prácticamente nunca. Los
requerimientos no se ejercen del todo en el eje del liga-
mento y siempre se asocian requerimientos de flexión o de
torsión a estas tensiones de tracción predominantes. De
todos modos, hay que recordar que el esguince es una con-
dición previa obligatoria para la luxación: existen esguinces
sin luxación, pero en cambio no puede existir una luxación
sin esguince.
Tensiones de deslizamiento - Lubrificación articular
Nociones de tribología
Las fuerzas de frotamiento se evalúan por un «coeficiente
de frotamiento». Depende de múltiples factores:
— la naturaleza de las superficies en contacto;
— su forma. Por supuesto que un sólido irregular se desliza
más difícilmente que un sólido pulido. Por otra parte, la
congruencia articular pone en contacto dos superficies
importantes. Ésta disminuye la presión unitaria y descarga
el hueso que la soporta. En cambio, aumenta el coeficiente
de fricción;
— la velocidad relativa de dos sólidos que se deslizan uno
con relación a otro también desempeña un papel;
— la interposición de un líquido modifica completamente
las condiciones de frotamiento; depende de la viscosidad de
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AR AV
1
9 Dirección de los ligamentos
de la articulación coxofemo-
ral (en visión externa).
1. Tensionados en extensión.
2 2. Distendidos en flexión.
este líquido. Se habla de líquido newtoniano cuando su vis-
cosidad permanece constante sea cual sea la velocidad de
desplazamiento. El líquido sinovial es un líquido no newto-
niano: su viscosidad disminuye con la velocidad. El conjun-
to cartílago-líquido sinovial posee un coeficiente de fricción
notablemente bajo comparado con los materiales inertes
que se utilizan en la industria.
Ejemplos.
— Neumático por carretera seca: coeficiente de fricción 1.
— Metal pulido contra metal pulido: 0,3 a 0,8.
— Nailon contra acero: 0,3.
— Plástico contra plástico: 0,1 a 0,3.
— Conjunto cartílago-líquido sinovial: 0,003 a 0,03 [22].
Nutrición del cartílago
Es doble:
— sus capas profundas reciben los últimos vasos de la
expansión de las arterias subcondrales;
— sus capas superficiales no vascularizadas se nutren por
inhibición a partir del líquido sinovial.
Es el conjunto cartílago-líquido sinovial el que asegura, en
realidad, la lubrificación articular y las funciones de fric-
ción.
Funciones del conjunto cartílago-líquido sinovial
• Son triples
— por una parte, transmisión y repartición de las presiones;
— papel amortiguador: los geles de proteoglicanos contra
las presiones verticales y el armazón colágeno contra los
efectos de cizalla. Las nueve décimas partes del espesor del
cartílago (las más profundas) y la parte superficial del
hueso subcondral, participan en esta función de amorti-
guamiento;
— función de deslizamiento: es el papel del 10 % más
superficial de la capa cartilaginosa:
— bajo compresión, el cartílago se vacía de su agua, se
deseca y se vuelve menos permeable. Paralelamente, el
líquido sinovial se diluye, se vuelve más fluido y expulsa el
agua por los lados de la superficie en apoyo;
— en estado de relajamiento ocurre a la inversa. El líqui-
do sinovial volverá a soltar agua, a concentrarse y a perder
la fluidez. A la inversa, el cartílago se rehidrata, recupera
su volumen y absorbe componentes nutritivos como una
esponja (fig. 10).
• En conclusión, el conjunto cartílago-fluido sinovial es un
aparato complejo en su estructura y componentes que sólo
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2
10 Lubrificación articular
1. En carga
— flechas negras: salida de agua del cartílago
— flechas blancas: acumulación de líquido sinovial en los lados
2. En descarga
Reconstitución de una película sinovial continua
Flechas negras: rehidratación del cartílago.
vive de la solidaridad y de los intercambios entre estos dos
componentes. Es un aparato frágil, expuesto a todo tipo de
agresiones y de tensiones. Es una barrera que se opone al
paso de los vasos (los huesos rodeados de una capa de car-
tílago extensa están más expuestos a la necrosis que los
otros). Es un tejido que no se renueva. La «cicatrización del
cartílago» es, en realidad, un proceso donde el tejido fibro-
so ocupa mucho más lugar que el tejido cartilaginoso [16].
Por último, es una zona no inervada, indolora. Los dolores
articulares traducen siempre lesiones ya evolucionadas [23].
Movimientos articulares
Están provocados por los músculos, pero dependen estre-
chamente de la forma de las superficies articulares y de la
tensión ligamentaria.
Diferentes tipos de articulación
Fueron muy bien descritos por los antiguos anatomistas [ ]
y clasificados en tres categorías. No serán tratadas las arti-
culaciones inmóviles o sinartrosis (por ejemplo las suturas
del cráneo) ni las articulaciones poco móviles (las anfiar-
trosis) como la sínfisis púbica.
Las articulaciones móviles o diartrosis pueden clasificarse
en seis tipos según la forma de la superficie articular:
— cuando se trata de un segmento de esfera (fig. 11), se
habla de enartrosis como, por ejemplo, en el hombro o la
cadera;
— cuando la superficie convexa es elíptica, segmento de
bocel (un anillo de cortina, por ejemplo), se trata de una
condilartrosis. El ejemplo es la articulación radiocarpiana;
— cuando la articulación tiene forma de polea, se trata de
una trocleartrosis como se puede observar en el codo;
— si la superficie articular es un cilindro, se trata entonces
de un trocoide, como la cabeza cubital o radial;
— si las superficies son planas, se habla de una artrodia. La
mayoría de las articulaciones del tarso anterior están en este
grupo;
— si las superficies articulares tienen forma de silla de mon-
tar, cóncava en un plano y convexa en el plano perpendi-
cular, se habla entonces de una articulación por encaje recí-
proco (trapezometacarpiana; esternoclavicular).
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11 Principales tipos de articulaciones móviles.
1. Enartrosis.
2. Condilartrosis.
3. Trocleartrosis.
4. Trocoide.
5. Artrodia
6. Por encaje recíproco.
Grados de libertad
En realidad, si bien es interesante conocer las diferentes
morfologías posibles, aún es más importante saber qué
posibilidades funcionales permiten:
— las enartrosis y las articulaciones por encaje recíproco,
poseen tres grados de libertad, es decir, que permiten movi-
mientos en los tres planos del espacio;
— las condilartrosis permiten movimientos en dos planos
solamente (por ejemplo, en el caso de la muñeca, la flexión-
extensión en el plano sagital y las inclinaciones radial y
cubital en el plano frontal);
— las trocleartrosis y las artrodias sólo poseen un grado de
libertad, un solo plano de movilidad.
Nociones de cinemática plana
Puede ser interesante, para estudiar la mecánica articular o
cuando se quiere crear un nuevo tipo de prótesis, analizar
21
con precisión los movimientos y las curvaturas articulares. A
menudo son complejas y conducen a determinar los cen-
tros de rotación. Estos lugares de los centros de rotación
están dispersos por el espacio y es necesario, para simplifi-
car el problema, empezar proyectándolas en un solo plano:
la cinemática plana [10].
Un sólido que se desplaza con relación a otro, efectúa una
rotación que puede determinarse estudiando el radio de la
curva que describe y situando el centro de este arco de círcu-
lo. Cuando la curva es compleja, se puede descomponer en
tantas pequeñas subcurvas como se quiera, que serán peque-
ños arcos de círculo, cada una con su centro propio. Es lo que
se denomina el centro instantáneo de rotación. La línea que
une estos diferentes centros, es el «lugar» de los centros de
rotación.
Un caso particular lo constituirían dos sólidos que siguen
vías paralelas. En este caso, se dice que giran uno con rela-
ción al otro según un radio infinito.
Si se conoce la dirección, el sentido y la importancia del des-
plazamiento de dos puntos de un sólido que gira con rela-
ción a otro, es fácil representar estos datos mediante vecto-
res. Las perpendiculares de estos vectores se cruzan en un
punto bien preciso que es el centro instantáneo de rotación.
Se puede, entonces, determinar la dirección, el sentido y la
Aparato locomotor NOCIONES DE BIOMECÁNICA ARTICULAR
magnitud de todos los puntos del sólido en un momento
dado. Y se podrá medir en «velocidad angular» [3, 9].
En la práctica, pueden utilizarse fotografías o bien radiogra-
fías. Se señalan, en la articulación, puntos fijos fácilmente
identificables sobre papel de calcar y que indican el despla-
zamiento de estos puntos. Para que la medida sea precisa, es
importante que los puntos escogidos artificialmente estén
bastante alejados uno del otro pero que, por el contrario, el
desplazamiento articular sea el mínimo posible. Es necesario
tomar precauciones importantes (telerradiografía, paralelis-
mo del plano de movimiento y de la película, etc.). Las revi-
siones y las medidas iterativas durante la evolución de cada
movimiento, permiten determinar el lugar de estos centros
de rotación. Estas medidas delicadas permiten evaluar in
vivo, con precisión, el movimiento articular.
Papel de los músculos
No es cuestión de estudiar aquí en detalle toda la fisiología
muscular. Simplemente cabe recordar algunas definiciones
y hacer algunas observaciones.
Definiciones
Hay que precisar que, esquemáticamente, dos músculos pue-
den trabajar en sinergia o bien en antagonismo. Las dos con-
tracciones están siempre asociadas; el antagonista, frenando
la contracción del agonista, permite obtener un movimiento
armonioso. Existen dos tipos de contracción muscular:
— la contracción isométrica no modifica la longitud del
músculo, pero aumenta su tono. Es la contracción estática:
fija una posición que bloquea una articulación. Ésta, en sí,
no produce movimiento;
— la contracción isotónica, por el contrario, no modifica el
tono del músculo pero acorta su longitud y provoca un
movimiento. En este caso, el trabajo muscular teórico es el
producto de la fuerza desarrollada por el recorrido de su
punto de aplicación. Se puede hallar fácilmente en el cadá-
ver midiendo la carga necesaria para provocar el movi-
miento estudiado [7].
En los dos casos, el músculo efectúa un trabajo y consume
oxígeno incluso si no se provoca ningún desplazamiento.
Bibliografía
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Observaciones
La noción simplista, puramente anatómica, de «un múscu-
lo, una función», debe sopesarse: la función no siempre
está en relación con la morfología.
Ejemplo: el deltoides y el glúteo menor son rotadores internos por sus
fibras anteriores y rotadores externos por sus fibras posteriores. ¿Cómo
un mismo músculo, que recibe la misma inervación, puede ser su pro-
pio antagonista?
El vector que representa la dirección y la importancia de la
contracción de un músculo no es, en realidad, más que el vec-
tor resultante de todas las contracciones de todos los peque-
ños fascículos musculares que componen este músculo.
Es excepcional que un músculo trabaje rigurosamente en la
movilidad de una articulación. Esto puede ser cierto en el
caso del braquial anterior en el codo. En la inmensa mayo-
ría de los casos un músculo o un tendón, tienen una direc-
ción oblicua en relación a los movimientos de la articula-
ción; tendrán una función mixta que se puede descompo-
ner en sus diferentes constituyentes. Por ejemplo en la rodi-
lla, todos los músculos motores tienen a la vez una función
de flexión o de extensión y una función de rotación.
Jugando con estas sutilezas se puede, desplazando la termi-
nación de un músculo, tratar de modificar las rotaciones de
la rodilla y bloquearla más eficazmente.
Por último, un músculo tiene sólo un papel motor. Puede,
él mismo, frenar el recorrido articular bien con su tensión
o mediante su volumen: el contacto de los músculos ante-
riores del brazo y del antebrazo y de los músculos posterio-
res del muslo y de la pantorrilla limitan, por su volumen,
tanto la flexión del codo como la flexión de la rodilla.
*
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Este artículo es, ciertamente, muy incompleto. Voluntariamente, es
muy rudimentario, no científico. Utiliza palabras no especializadas,
extraídas del vocabulario corriente, con el fin de ser accesible a
todo el mundo. Tal vez habrá aclarado algunos puntos particulares.
Pero seguramente ha planteado más dudas de las que ha resuelto.
Cualquier referencia a este artículo debe incluir la mención: KÉNÉSI C.
– Notions de biomécanique articulaire. – Encycl. Méd. Chir. (Elsevier,
Paris-France), Appareil locomoteur, 14-016-A-10, 1995, 6 p.
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