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LOCALIDAD: CHILLÁN.

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MATERIA: INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS.-
CODIGO: I 03.-
PROCEDIMIENTO: ORDINARIO.-
DEMANDANTE (1): HUGO FERNANDO VIVEROS FRITZ.-
RUT: 3.962.658-6.-
DEMANDANTE (2): JAIME IVAN RIVERO FAUNDEZ.-
RUT: 6.148.530-9.-
DEMANDANTE (3): SIMON OCTAVIO POVEA RIVERO.-
RUT: 4.899.404-0.-
DEMANDANTE (4): JUAN PABLO ESCOBAR LARA.-
RUT: 4.617.083-0.-
DEMANDANTE (5): MANUEL EDUARDO VILLEGAS MARTINEZ.-
RUT: 4.654.144-6.-
DEMANDANTE (6): JOSE DEL CARMEN SANDOVAL PANE.-
RUT: 4.031.193-9.-
DEMANDANTE (7): EDUARDO RAFAEL GIRONAS TORRES.-
RUT: 5.208.589-6.-
DEMANDANTE (8): EUGENIO ARCADIO MIERES ARANEDA.-
RUT: 5.304.221-K.-
DEMANDANTE (9): LUIS ALBERTO JARA OBREQUE.-
RUT: 6.967.404-6.-
DEMANDANTE (10): MANUEL ANTONIO CHAVARRIA BASCUÑAN.-
RUT: 5.038.982-0.-
DEMANDANTE (11): GUILLERMO ARTURO ORTEGA HERNANDEZ.-
RUT: 4.656.233-K.-
DEMANDANTE (12): LUIS RAUL VENEGAS FIGUEROA.-
RUT: 4.991.101-7.-
DEMANDANTE (13): LUIS FERNANDO CID MUÑOZ.-
RUT: 5.359.964-8.-
ABOGADO PATROCINANTE (1): CAROLA IVONNE RIQUELME RIQUELME.-
RUT: 14.221.495-4.-
ABOGADO PATROCINANTE (2): PAULO ISRAEL KAPPES ZÚÑIGA.-
RUT: 15.294.098-K.-
DEMANDADO: FISCO DE CHILE.-
REPRESENTANTE: CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO.-
RUT: 61.006.000-5.-
REPRESENTANTE LEGAL CDE: MARIELLA XIMENA PAULINA DENTONE
SALGADO.-
RUT: 8.862.292-8.-
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EN LO PRINCIPAL: DEMANDA DE INDEMNIZACIÓN DE PERJUICIOS; PRIMER
OTROSÍ: ACOMPAÑA DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ: PERSONERÍA; TERCER
OTROSÍ: TÉNGASE PRESENTE.-

S.J.L. EN LO CIVIL DE CHILLÁN


CAROLA RIQUELME RIQUELME y PAULO KAPPES ZUÑIGA, ambos
abogados, con domicilio en calle Valdivia Nº 0300, edificio Plaza
Fundación, piso 10, oficina 1008, de la ciudad y comuna de Los
Ángeles, en representación según se acreditará de: (1)don HUGO
FERNANDO VIVEROS FRITZ, chileno, casado, Profesor, cédula nacional
de identidad Nº 3.962.658-6, domiciliado en calle Independencia Nº
665, Huépil, comuna de Tucapel, Región del Biobío; (2) don JAIME
IVAN RIVERO FAUNDEZ, chileno, soltero, cédula nacional de identidad
Nº 6.148.530-9, domiciliado en calle Arturo Prat Nº499, en la
localidad de Huépil, comuna de Tucapel, Región del Biobío; (3) don
SIMON OCTAVIO POVEA RIVERO, chileno, casado, jubilado, cédula
nacional de identidad Nº 4.899.404-0, domiciliado en calle Walker
Martínez Nº 641, Huépil, comuna de Tucapel Región del Biobío; (4)
don JUAN PABLO ESCOBAR LARA, chileno, viudo, jubilado, cédula
nacional de identidad Nº 4.617.083-0, domiciliado en calle Arturo
Prat Nº 538, Huépil, comuna de Tucapel, Región del Biobío; (5) don
MANUEL EDUARDO VILLEGAS MARTINEZ, chileno, casado, pensionado,
cédula nacional de identidad Nº 5.654.144-6, domiciliado en camino
Polcuro casa Nº 29 villa Rastrojo, Huépil, comuna de Tucapel,
Región del Biobío; (6) don JOSE DEL CARMEN SANDOVAL PANE, chileno,
viudo, pensionado, cédula nacional de identidad Nº 4.031.193-9,
domiciliado en sector El Roble sin número comuna de Yungay Región
del Ñuble; (7) don EDUARDO RAFAEL GIRONAS TORRES, chileno, casado,
profesor, cédula nacional de identidad número 5.208.589-6,
domiciliado en calle 12 de Febrero Nº 88, Huépil, comuna de
Tucapel, Región del Biobío; (8)don EUGENIO ARCADIO MIERES ARANEDA,
chileno, casado, cédula nacional de identidad número 5.304.221-K,
domiciliado en pasaje Tres Oriente, sin número, villa Laguna Azul,
comuna de Yungay, Región del Ñuble; (9) LUIS ALBERTO JARA OBREQUE,
chileno, soltero, agricultor, cédula nacional de identidad Nº
6.967.404-6, domiciliado en sector Los Laureles, sin número, comuna
de Tucapel Región del Biobío: (10) don MANUEL ANTONIO CHAVARRIA
BASCUÑAN, chileno, casado, jubilado, cédula nacional de identidad
número 5.038.982-0, domiciliado en Avenida Los Linares Nº 337,
Huépil, comuna de Tucapel, Región del Biobío; (11) don GUILLERMO
ARTURO ORTEGA HERNANDEZ, chileno, soltero, jubilado, cédula
nacional de identidad Nº 4.656.233-K, domiciliado en calle Igualdad
Nº 97, comuna de Tucapel, Región del Biobío; (12) don LUIS RAUL
VENEGAS FIGUEROA, chileno, casado, jubilado, cédula nacional de
identidad Nº 4.991.101-7, domiciliado en calle Los Peumos Nº 270,
sector Trupán Bajo, comuna de Tucapel, Región del Biobío; (13) don
LUIS FERNANDO CID MUÑOZ, chileno, soltero, jubilado, cédula
nacional de identidad Nº 5.359.964-8, domiciliado en sector Tres
Esquinas comuna de Yungay Región del Ñuble, a US., con respeto
decimos:
Que, en este acto venimos en interponer Demanda de Indemnización de
Perjuicios en contra del Estado de Chile representado, persona
jurídica de derecho público con domicilio en todo el territorio de
la Republica, representado por CONSEJO DE DEFENSA DEL ESTADO, quien
a su vez es representado por su Presidenta doña MARIELLA XIMENA
PAULINA DENTONE SALGADO, Abogada, domiciliada en calle Dieciocho de
Septiembre 329 comuna de Chillan, Región del Bío Bío; solicitando
se acoja a tramitación para que en definitiva sea condenado a
indemnizar los perjuicios causados a cada uno de los demandantes en
su calidad de víctimas de torturas y apremios ilegítimos, fundados
en los antecedentes de hecho y derecho que a continuación se
exponen:
I.- LOS HECHOS: Se hace presente a SS., que los relatos que a
continuación se transcriben, corresponden a relatos atestiguados
personalmente por los demandantes, editándose solo aquello
estrictamente necesario para su adecuada inteligencia.
1.- HUGO FERNANDO VIVEROS FRITZ; COMISIÓN VALECH N° 26.640.-
Que, don HUGO FERNANDO VIVEROS FRITZ, de actuales 81 años de
edad, profesor, actualmente jubilado, casado con doña Cristina
Figueroa Soto, desde hace ya 53 años.
En 1973 ejercía como docente en la Escuela Consolidada, como
profesor de las asignaturas de física y matemáticas, al momento de
su detención tenía 35 años de edad y ya era padre de dos niños, de
3 y 5 años respectivamente.
Fundador de las Juventud Radical Revolucionaria y Presidente
del Partido Radical. Fue reconocida su calidad de víctima, por la
Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura y registrado con
el número 26.640, recuerda los acontecimientos padecidos de la
siguiente forma:
“Habían transcurridos pocos días de ocurrido el Golpe de
Estado que afectó a nuestro país, fui detenido en el domicilio de
mi hermana, Amelia Viveros Fritz, en presencia de mi mujer y de mis
dos hijos pequeños en ese entonces.
La detención se produce en horas de la tarde, mientras
tomábamos once en casa de mi hermana, de pronto sentimos fuertes
golpes en la puerta de calle, al abrir mi hermana Amelia, fue
empujada fuertemente por el sargento Cofré, quien estaba a cargo de
la patrulla, donde se trasladaban 5 funcionarios de Carabineros, 3
de ellos rodearon la casa, mientras que otro ingreso con Cofré al
domicilio, de inmediato intentaron reducirme, oponiendo yo alguna
resistencia caigo al suelo y logran esposarme, mientras mis
pequeños se aferraban llorando a mi y le suplicaban al Sargento que
dejará a su papá, que no me llevarán. Mi esposa y mi hermana entre
sollozos hacían lo propio y pedían explicaciones de lo que estaba
ocurriendo, preguntaban porque me trataban como a un delincuente si
yo era un buen hombre, ninguna respuesta, ni explicación hubo, me
sacaron de casa de mi hermana y fui conducido en la patrulla a la
Comisaría de Yungay.
Cuando llegue a este recinto, afuera había un grupo de
personas de Patria y Libertad que aguardaban por mí, entre los
cuales logré identificar a su líder Armando Guiñez; Quico Vásquez;
Edgardo Muñoz; Leonel Herrera; entre otros, que me recibieron en
medio de insultos e improperios.
En la guardia estaba esperándome el teniente Schneider, pero
es el sargento Cofré, mi aprehensor, quien de inmediato comienza la
tortura. Con su carabina me propicia todo tipo de golpes, con lo
que me fracturo el pómulo derecho, afectando mi vista, de manera
permanente, ya que producto de esta lesión tuve una considerable
pérdida de visión del ojo derecho.
Acto seguido los golpes se agudizaron aún más, quebrándome 3
costillas, mientras el Teniente Schneider, repetía una y otra vez:
“ahora sí, ponme puros 2.0 a mi concha de tu madre, atrévete
ahora…” entre otros tantos improperios, cuando he repasado esto en
mi mente, he concluido que en mi calidad de profesor de las
asignaturas de matemáticas y física, en la escuela Consolidada, me
tocó hacerle clases a la hija del Teniente Schneider, quien nunca
se destacó por ser una alumna aventajada en estas asignaturas, muy
por el contrario, por lo que deduje que por esto eran las frases
que con tanta ironía repitió una y otra vez, mientras me
torturaban.
Posteriormente fui encerrado en el calabozo junto con algunos
dirigentes de Madera Prensadas Cholguán. Al día siguiente, entre
las 03:00 y las 04:00 horas (madrugada), fui trasladado a cárcel de
Yungay, donde permanecí durante 7 días, en este recinto fui
torturado nuevamente. Inicialmente usaron conmigo un tarro de
manteca vacío, que ponían en mi cabeza y lo golpeaban fuertemente
de manera repetida, por lapsos de tiempo prolongados. A esto le
siguió la aplicación de electricidad en mis orejas, esa vez
recuerdo que quería que les dijera que yo era el cerebro de algún
plan denominado por ellos mismos como Plan Z, además de preguntarme
una y otra vez ¿dónde estaba el Libro de Registro de Militantes del
Partido, quien lo tenía?
Fui liberado por el alcaide, de la cárcel de Yungay don Sergio
Benavente y posteriormente relegado a una escuela rural ubicada del
Carmen, hacia la cordillera, donde tenía que dormir en la tierra,
solo meses después de mi llegada a ese lugar, un familiar logro
hacerme llegar una colchoneta, en la noche llegaban muchos
murciélagos hacerme compañía, estaba prohibido además, por el señor
Brancolich, dueño del Fundo donde se encontraba esa escuela a la
que fui relegado, que se me brindara algún tipo de ayuda, ni
siquiera un pedazo de pan, fue un período de mucha hambre,
angustia, tristeza y de mucha soledad.
Durante mi relegación fui vigilado por el sargento Cares del
Retén del Carmen, recuerdo que el hambre me llevo a conseguir
algunos peces del Río Diguielín, sin embargo, cada vez que era
sorprendido por Cares, éste me los arrebataba, sin duda él dedicó
gran parte de su tiempo a perseguirme. Me detuvo en reiteradas
oportunidades, siempre días viernes y siempre hasta el domingo, eso
para impedir que pudiera contactarme con mi familia y así conseguir
algo de alimentos o abrigo.
Mi periodo de relegación se extendió por un año, lapso de
tiempo en el cual, no pude obtener ningún tipo de ingreso económico
que pudiera contribuir en algo con los gastos de mis hijos y mi
mujer, le toco difícil también a ella, durante ese período le toco
ser padre, madre y sostén de nuestra familia. En la actualidad,
cuando recuerdo detalles de lo que viví, siendo hoy un viejo, sigo
sufriendo episodios de angustia y llanto, me sigue afectando lo que
me tocó vivir”.
En este punto conviene recordar, que según la Comisión
Nacional sobre Prisión Política y Tortura: “La Relegación, es el
traslado obligatorio de una persona a un lugar distinto al de su
residencia habitual, por un plazo definido por disposiciones
administrativas o judiciales”.
La comisión estimó que este tipo de restricción de la
capacidad de traslado y movimientos era una forma de privación de
libertad, por la severa limitación que ella implica a aquel derecho
y las graves condiciones a las que las personas fueron sometidas
durante la relegación, muchas de ellas decretadas para ser
cumplidas en lugares aislados, inhóspitos, donde los afectados
debían procurarse por sí mismos los medios de subsistencia,
mientras permanecían bajo controles periódicos de las fuerzas
militares o de orden, lo que restringía, asimismo, el ejercicio de
una actividad remunerada para proveerse sustento.
2.- JAIME IVAN RIVERA FAUNDEZ, COMISIÓN VALECH N° 20.720.-
Que, don Jaime Rivera Faúndez, de actuales 68 años de edad,
técnico en electricidad, actualmente comerciante, fue detenido a la
edad de 21 años mientras era estudiante y fue reconocida su calidad
de víctima por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y
Tortura con el número 20.720, recuerda lo acontecido de siguiente
forma:
“El 13 de Septiembre de 1973, siendo aproximadamente las 10:00
horas, llegó Carabineros de la Tenencia de Huépil al mando del Sub
Oficial Solís a mi casa, quien me notificó que sería detenido y
trasladado a la Tenencia de Huépil.
Un teniente de apellido González, sin interrogatorio previo,
ni nada que se le pareciera, empezó a torturarme, con golpes de
puños y pies, eso fue por varias horas, hasta que, un Sargento de
apellido Muñoz me hiciera el teléfono, con lo que me rompió el
tímpano del lado izquierdo, luego de eso caí al suelo donde me
pusieron boca abajo y el teniente González me puso un cable en la
oreja y con un instrumento que se llama maller, que daban descargas
de corriente, lo que me provocaba que me azotara una y otra vez en
el piso, producto de lo mismo me dañe el tabique nasal, se me
quebraron los dientes superiores, y luego de aquello, cuando mi
cuerpo ya no aguantaba más me pasaron al calabozo.
Mientras me llevaban al calabozo otro carabinero me quebró mis
anteojos ópticos y otro de apellido Silva me obligo a entregarle
una argolla de oro de 18 quilates.
El día 13 de septiembre de 1973 como a las 16:00 horas
aproximadamente, me llevaron a los Ángeles, amarrado de manos en
el piso de una camioneta (carrocería), en el control del Álamo me
bajaron y me dijeron que si corría y pasaba una línea me iba para
mi casa, tuve tantas ganas de correr, pero sabía que si lo hacía
me iban a disparar por la espalda.
Había también allí un civil de Patria y Libertad de apellido
Lagos, me puso el cañón del revólver en las costillas y lo retiró y
disparo bajo el vestón que andaba trayendo, de ahí de nuevo me
volvieron a subir a la camioneta, en conjunto con otros detenidos,
llegamos a la prefectura de los Ángeles y nos pasaron a todos al
calabozo, a las 01:00 de la madrugada llegó un camión de los
militares y nos trasladaron al regimiento de los Ángeles, nos
tuvieron en el Gimnasio.
Al día siguiente nos encerraron en las caballerizas, recuerdo
que solo al tercer día nos dieron de comer porotos, todos los días
hacían falsos fusilamientos y un helicóptero se colocaba sobre
nosotros, muchos se ponían a llorar, otros se desmayaban.
En ocasiones nos sacaban donde les daban de beber y comer a
los caballos, recuerdo que un compañero ya no resistió más y se
comenzó a trastornar, llamaba constantemente a su señora, a este
compañero finalmente un teniente, en presencia de todos le dispara
en la cabeza, lo mato en presencia de todos los que allí estábamos.
El día 23 de septiembre, por la mañana, un grupo de más o
menos 15 detenidos fuimos subidos a un camión sin saber para dónde
nos llevaban, cuando realizó un viraje nos dimos cuenta que era
Cabrero y que nos llevaban para Concepción. Llegamos al estadio
Collao, allí quedamos a cargo de un comandante de apellido Sánchez
y un comisario que era hermano del Obispo Sánchez de ese tiempo. En
Concepción mi mamá logro ubicarme, por el médico de la Cruz Roja.
El día 20 de Diciembre me llamaron por los parlantes, me
interrogaron y me dijeron que retirara mis cosas, lo único que me
preguntaron fue qué relación tenía con el General Pedro Cruz, le
dije que era un gran amigo de mi Papá, me entregaron un
salvoconducto y que dijeron que si el Teniente de Huépil me decía
que tenía que ir a firmar, le exhibiera el salvo conducto.
Hace 15 años aproximadamente, por mis medios logré operarme de
mi oído, claro de forma particular me hicieron una timpanoplastia,
sigo hasta el día de hoy con tratamiento psiquiátrico y
psicológico, siempre todo lo he debido pagar de forma particular,
actualmente me encuentra además con tratamiento con neurólogo por
crisis de pánico de muchos años y síndrome vertiginoso”.

3.- SIMON OCTAVIO POVEA RIVERO, COMISIÓN VALECH N° 19.441


Don Simón Octavio Povea Rivera, actualmente de 80 años de
edad, fue detenido el 15 de septiembre de 1973, a la edad de 33
años, casado y padre de 8 niños en ese entonces. Laboralmente se
desempeñaba como chofer de grúa en empresa Cholguán, además ejercía
funciones como dirigente sindical, recuerda su detención y tortura,
de la forma que a continuación relata:
“Con fecha 15 de septiembre de 1973, fui detenido por
carabineros y militares en la estación Cholguán, el efectivo
militar que me detuvo fue el Señor San Martín, fue al único que
pude reconocer. Luego fui conducido a la comisaría de Yungay, donde
me tuvieron toda la tarde y la noche y ahí me castigaron mucho, me
dieron golpes de puños y pies, en todas partes del cuerpo, pero
especialmente en el estómago.
El día 16 de septiembre, nos llevaron a la cárcel, donde junto
a otros compañeros nos echaron a un calabozo. Me mantuvieron
incomunicados por 45 días junto con Manuel Chavarría. Fuimos
tratados de una forma muy violenta, recuerdo que nos hacían lavar a
las 05:00 de la mañana, nos hacían correr en el pasillo, desnudos,
nos castigaban sin piedad y a media noche nos hacían levantar y se
nos daban golpes de puños y pies, nos aplicaba corriente en
diferentes partes de nuestro cuerpo. Fueron tantos los castigos,
que producto de las golpizas y de la electricidad perdí unas piezas
dentales, estos castigos eran hechos por el señor alcaide y el
teniente de Carabineros, en compañía también de otros carabineros.
No solo fui castigado físicamente, también no saber nada de mi
mujer y mis hijos fue un castigo mental. Yo tenía 8 hijos y todos
estaban chicos, no sabía nada de ellos, no sabía cómo estaban
comiendo, yo era su sustento y ya no estaba, tampoco sabía si ellos
me sabían vivo o me creían muerto, era una desesperación, una
angustia inexplicable, que solo se agudizaba más cuando me decían
que podían ir a buscar también a mi mujer.
Cuando logré saber de mi mujer, me entere que tras mi
detención, efectivos policiales y militares habían allanado mi
casa, dieron vuelta todo cuanto encontraron, incluso una bolsa de
harina, rajaron la cama para buscar no sé qué cosas, atemorizaron a
mi esposa y a mis hijitos, les colocaron una arma en el pecho a una
de mis niñas, en ese entonces de 13 años de edad, preguntándole una
y otra vez dónde tenía las armas su padre.
Transcurridos 3 meses recupere mi libertad, o eso creí yo,
salí de la cárcel, pero me tuve que ir a vivir a Huépil, en
realidad mi cárcel fue más grande no más, porque Huépil se
transformó en mi cárcel, ya que no podía salir del pueblo y debía
firmar todas las semanas en el retén, fueron años duros, nadie me
quería emplear por mi situación. Finalmente de lo que recuerdo es
que entre las amenazas y los insultos siempre se me dijo que fui
detenido por ser dirigente del sindicato Fernando Baquedano de la
comuna de Yungay. Empecé a trabajar a los 20 años en la empresa,
nunca cometí una falta en 13 años de trabajo y cuando me detuvieron
se aprovecharon de esta situación y no me pagaron nada, nunca
recibí un finiquito”.

4.- JUAN PABLO ESCOBAR LARA, COMISIÓN VALECH N° 7.808.-


Don Juan Pablo Escobar, de 80 años de edad, es viudo hace tres
años y padre de 5 hijos, de los cuales 4 permanecieron en Argentina
junto a su madre, hoy vive solo en Huépil.
Fue detenido a la edad 33 años, era militante del Partido
Socialista. Relata su detención de la siguiente forma:
“Habían pasado solo días del golpe de estado, estaban las
cosas muy complicadas para todos, teníamos miedo por nuestras
familias. Yo trabajaba en Cholguán y teníamos noticias que las
cosas estaban malas, sobre todo para los del sindicato, yo fui
detenido y conducido al retén de Huépil, allí carabineros me
recibió con golpes de puños y pies, no sé por cuantas horas, para
mi parecieron horas interminables, no me dijeron nada de porque
estaba detenido, nunca me entere del motivo real, solo porque era
militante del Partido Socialista.
Luego fui trasladado a la cárcel de Yungay, allí permanecí
privado de libertad por 3 meses. Junto a mis compañeros viví todo
tipo de tortura, desde golpizas, amenazas hacia mi persona y hacia
mi familia, éramos golpeados sin motivo, me tocó escuchar y ver
como torturaban a otros compañeros, de algunos nunca más supe. Nos
levantaban a media noche, debíamos correr desnudos mientras nos
golpeaban, pasé hambre y con horror vi como muchos nunca volvieron,
aún sufro de angustia cuando recuerdo lo vivido, y siento miedo
cuando pienso en todo lo que pasé, luego eso nunca volví hacer el
mismo”.

5.- MANUEL EDUARDO VILLEGAS MARTINEZ, COMISIÓN VALECH N° 9835


Don Manuel Villegas Martínez, de actuales 73 años de edad,
vive solo camino a Polcura, villa Rastrojo. Fue detenido a la edad
de 26 años, era casado y tenía dos hijos, trabajaba en la Hacienda
Polcuro, recuerda su detención y tortura de la forma que sigue:
“Fui detenido el 12 de octubre de 1973, en el Puente de
Abanico, Río Laja, por carabineros, al momento de mi detención
recibí golpes de puños y pies por parte de mis aprehensores.
Cuando llegamos al retén de Abanico lo mismo, fueron tres
noches eternas. La primera noche me dieron una golpiza producto de
la cual perdí la conciencia; la segunda noche me amarraron las
manos por atrás y procedieron a golpearme nuevamente, esa vez
fueron más las patadas que recibí, porque como me encontraba atado
de manos, caía con mayor facilidad al suelo donde recibí patadas en
todas las partes de mi cuerpo, incluida mi cabeza; la tercera noche
me sacaron del recinto, para trasladarme a la cárcel de Yungay.
Llegué a la cárcel el día 16 de octubre de 1973, allí las
cosas empeoraron para mí, ya no solo eran las golpizas, me
obligaron a salir descalzo y mantener los brazos en alto por largos
periodos, si me movía entonces me golpeaban, esto casi siempre era
antes de iniciar los interrogatorios, luego en los interrogatorios
vino la corriente, me ponían electricidad en orejas, testículos y
pene, me preguntaron una y otra vez por las armas y diferentes
persona metidas en partidos políticos, eran jornadas interminables
la verdad, muchas veces solo quería morir. En otra ocasión quemaron
mi pene, nunca volví a tener una erección y con los años esto me
valió la separación de mi mujer, nunca volví a ser un hombre
completo. Tuve que presenciar cómo torturaban a mis compañeros, aún
recuerdo los olores a sangre y carne quemada, cuando ya el cuerpo
no resistía más nos tiraban en unas celdas de 2x3 metros, allí
llegamos a estar hasta 10 personas. Recuerdo también que un día
me dijeron que ya no perdían más tiempo conmigo, que hasta aquí
llegaba, entonces ahí conocí los falsos fusilamientos, esto me lo
hicieron muchas veces mientas estuve en la cárcel. Finalmente, creo
que por la insistencia de mi abuela, quien me crio, me dejaron en
libertad el día 19 de Noviembre de 1973”.

6.- JOSE DEL CARMEN SANDOVAL PANE, COMISIÓN VALECH N° 22.580.-


Mí representado José del Carmen Sandoval Pane, Rut 4.031.193-9.- de
actuales 78 años de edad, fue detenido a la edad de 31 años,
recuerda los hechos:
“El día 11 de septiembre de 1973 camine hacia mi puesto de trabajo
como lo hacía normalmente, al llegar al taller, vi el plan de
trabajo y encuentro que tengo que ir al fundo Miraflores donde se
estaban haciendo unas pruebas de acoplamiento para encerar maderas,
todo eso pertenecía al fundo forestal Siberia quien abastecía la
materia prima a maderas procesadas Cholguán. Estaban por retirar
esto, cuando escuchamos una radio portátil mencionando un golpe de
estado organizado por las fuerzas Armadas del país a la cabeza del
general del ejército don Augusto Pinochet Ugarte.
En eso alguien nos avisa que en el fundo Daricalqui se había
organizado una cuadrilla de hombres armados y venían en dirección
hacia la fábrica Cholguán con la finalidad de tomársela y despedir
a todo personal que apoyaba a don Salvador Allende; este grupo
pertenecía al grupo armado patria y libertad, los mismos que
lanzaban miguelitos en las calles y carreteras a avanzadas horas de
la noche, también dinamitaban los postes que transportaban la luz
eléctrica.
Les hicimos una emboscada los tomamos detenidos eran 7 personas,
venían armados con metralletas, carabinas máuser de carabineros,
dinamitas y bombas molotov. Contentos porque habíamos evitado
derramamiento de sangre, todas esas armas fueron entregadas a
carabineros y fueron exhibidas en la plaza de Yungay, pero allí
estuvo la mentira más grande todos ellas las cargaron a nosotros,
también detuvieron a los que portaban estos armamentos y fueron
liberados sin ningún rasguño.
El día 13 de septiembre me fui a entregar a carabineros de Yungay
fue bien recibido por el Capitán Don Mario Arellano Ríos, se
suponía que era su amigo en el taller mecánico que don José
Sandoval tenía a cargo al cual le rapara el jeep de la institución,
se le hacían cambios de aceite y en ocasiones se le cargaba bencina
gratis.
Para el día 17 de septiembre se inauguraba un banco aserradero
construido con materiales antiguos para partir palos demasiado
gruesos para hacerlos servir como material y así aprovechar y
convertirlos en maderas prensadas.
Se me acusó por unos polines de acero que los iba a ocupar para
hacer rodar y pasarlos por las sierras. Eran cañones para lanzar
bazucas, “gran mentira”.
Un día “x” nos amarraron con 4 cadenas y nos pasearon por las
calles de Yungay, el pueblo nos conoció quizás el 60% lloraba de
ver la injusticia que estaban cometiendo con nosotros, con el
objetivo de marcar nuestros antecedentes y así dejar un borrón
bastante amargo ante la sociedad.
Ya pasaban los 6 meses encarcelados en donde apareció un camión
forestal equipado con maderas aserradas y cadenas, nos fueron
sacando uno por uno encadenados con candados, fuimos lanzados
arriba como carga de animales, este camión partió con rumbo
desconocido, los que trataban de erguir la muñeca nos golpeaban con
el cañón del fusil o la culata, mi pensamiento fue que nos iban a
matar, órdenes del General Arellano.
Poco tiempo antes había llegado y aterrizado en el patio del
hospital con la clara intención de seguir con su ola de muerte, en
su helicóptero maldito que tanto dolor causó al pueblo de chile
llenando de sangre sus manos por el solo hecho de pensar distinto.
Seguimos con su viaje desconocido, de pronto repente se detuvo el
camión, pensé “hasta aquí nomás llegamos”, nos bajaron a punta pie
y los ojos vendados para que no nos dieramos cuenta a donde habían
llegado, un Oficial desconocido nos dijo a sus torturadores de
Yungay “ahora son nuestros”, pidió la lista y nos hizo formarnos
junto a otros que habían llegado de otros lugares, este señor era
el Capitán Parra, nos dio una charla y nos dijo “ están en la
cárcel de Chillán, espero que se comporten como caballeros, no
caigan en el confrontamiento de la delincuencia, robo, corrupción
y delitos diversos porque ustedes son lo contrario”, realizó un
grupo selecto apartando profesores, abogados y otros profesionales,
y les asignó un dormitorio que perteneció a hogar de menores.
Al pasar del tiempo nos dieron facilidad de ejecutar algún trabajo
remunerado, escogí la peluquería de los internos, forme un taller
de joyas, fabrique zuecos, tuve un taller de soldadura al marco, al
poco el Alcaide me ofreció cortarle el pelo a su personal de
servicio y el pago se comprometía descontarles por planilla, todo
marchaba bien hasta que un día, apareció un coronel del Ejército de
Concepción a preguntarles si alguien tenía algún reclamo que hacer
contra de militares para hacer el una limpieza en las tropas,
preguntó por cada una de las conductas de los preso, ordenó hacer
una fila y les dio la confianza, yo reclame sobre el pago de meses
por su año de servicio, otros. Se me pago pero con Escudo, el que
ya había sido retirado de circulación, que casi no tenían valor,
solo para coleccionistas.
Los civiles de Cholguán, siguieron haciendo acusaciones falsas un
día nos llevaron al regimiento para tomarnos declaraciones sobre la
acusación que había llegado de Cholguan. Nos volvieron a encadenar
en la cárcel no lo podían creer, en el regimiento nos estaban
esperando para hacernos un reclutamiento especial, tenían una pared
de concreto donde supuestamente nos fusilarían, al lado de esto se
encontraba un pozo con 4 metros de profundidad donde estaban
acumulando cuerpos, unos quizás muertos, otros agonizantes. El
teniente que mandaba el escuadrón de militares ordenó que marchara
al paso del ganso con la vista vendada me gritaba “más alta la
pierna, me azotaba de repente caigo al pozo, escuche risas el
Suboficial dijo “ahora de rancho a la vuelta los fusilamos” un
militar raso le dijo a los otros por el “no le des agua al gordito
y calladito, yo también tengo familia que está detenida”.
Al llegar la tarde nos echaron a un furgón y nos devolvieron a la
cárcel, allí nos estaban esperando como héroes nos agasajaron con
una buena once.
Pasaron 2 meses, otra acusación de Cholguán ahí nos llevaron a
investigaciones acusados de una farsa, que ellos iban a echar a la
caldera a los detenidos el día 11, se salvaron solo por el obispo
José que nunca los dejo solos, le mentían que estaban en
investigaciones y él se aseguraba que los tenían para eliminarlos
en el puente niebla para luego ser tirados en el río.
Nos volvieron a salvar de milagro, pronto comenzaron a brindarnos
asilo político en distintos países a mi me ofrecieron Francia, mi
esposa tenía miedo que allá los fueran a perseguir, otro compañero
se fue Mario Campos”.
Don José seguía en la cárcel prácticamente estaba quedando sólo, se
encontraba preocupado, cuando le dieron su libertad el personal de
gendarmería lo despidió prácticamente con honores por que hizo
muchos adelantos en la cárcel; 2 años 4 meses fue su estadía una de
las más largas en Chillán por motivos políticos. Sigue su relato:
“Al enfrentar la libertad, fue muy duro, no nos daban trabajo,
tenía que alimentar a 5 hijos más mi esposa, un buen día con una
pala y picota me puse a trabajar sacando piedras por harnero y
arena para construcción y venderlas a particulares. Un buen día fui
una empresa constructora a Yungay hacer mejoramiento de agua
potable y el alcalde subrogante me recomendó para que trabajara
ahí, de 1973 hasta 2006 retirándome como capataz de obra y siendo
hombre de confianza, todo por mi espíritu innovador que poseo.
Historia:
En Cholguán invente un medio de locomoción para el personal que
hacía metros (materia prima) M.P Cholguán.
Confeccione el primer carro bomba para apagar incendios forestales,
primera brigada forestal compuesta por 8 hombres, fui capitán para
poder conseguir los materiales tuve que viajar a Santiago a
entrevistas con Don Eduardo Zanati quien me prestó toda su ayuda,
reparaba carros de arrastre, confeccionaba lanzas de tiro,
tornamesas, arreglaba loco móviles, con ese mismo personal hicimos
la plaza frente a la escuela Cholguán.
Maderas prensadas Cholguán, empecé a tener problemas con la materia
prima, estaban perdiendo mucha madera por que la astilladora no la
alcanzaba a pasar por los cuchillos, el calado empezó a quedar
chico con el grueso de los palos, estos se perdían, viendo este
problema, empecé a diseñar un banco que achicara el palo, y luego
lo pasará a la picadora y así recuperar esa madera. Empecé a
juntar piezas de las maquinarias arruinadas por que ya habían
prestado su vida útil. Se lo hice ver a los mandamás de la
industria de lo cual aceptaron y lo financiaron.
Pensé el 16 de septiembre darles un asado a los que habían
cooperado.
Esta fue mi desgracia por que los envidiosos, inventaron que el
material que acarreaba de la fábrica al taller donde trabajaba era
para fabricar un [taque] y los tubos para hacer correr el palo por
la sierra.
No recibí ningún peso por esta obra, a pesar que me prometieron ser
bien compensado si funcionaba, funcionó alrededor de 3 años”.
7.- EDUARDO RAFAEL GIRONAS TORRES, COMISIÓN VALECH N°9.835.-
Mí representado Don Eduardo Rafael Gironas Torres, Rut 5.208.589-6
de actuales 72 años de edad, fue detenido a los 25 años. Quiere
contar los acontecimientos ocurridos aquel 11 de Septiembre de
1973:
“Nací en Santiago, estudie en el Liceo Alemán toda la enseñanza
académica, egresé el año 1965. Después de dar el bachillerato
ingrese al Instituto Pedagógico de la Universidad de Chile del cual
egresé el año 1971 con título de profesor de historia, geografía
economía y educación cívica.
Trabajé en Santiago en el Escuela consolidada en Puente Alto,
Colegio General Baquedano y en una cooperativa de estudios
secundarios para alumnos mayores de edad que necesitaban revalidar
sus estudios.
En 1972 trabaje en el Liceo de Victoria y en marzo de 1973 me
traslade al Liceo de Mulchén, lugar en donde había ganado un
concurso.
El golpe militar acabó con mi profesión aquel 11 de septiembre, ese
mismo día fui detenido en casa de una colega que había sido
detenida y fui a ver a su hija de 5 años que había quedado sola.
Después de varios apremios, amenazas de muerte y preguntas por un
colega fui dejado en libertad y al suspenderse las clases hasta
nuevo aviso, me trasladó a Huepil donde vivía la familia de mi
señora.
Posteriormente por bando oficial se reiniciaron las clases y volví
al trabajo, alrededor del día 23 de septiembre.
El día 25 de septiembre estando en la sala de clases cumpliendo con
mi trabajo llegaron carabineros y me sacaron del aula a vista de
los alumnos, me esposaron y llevaron detenido al calabozo del retén
policial. Esa noche dormi en el piso de la celda húmeda y con una
frazada que me llevó su esposa con la cual llevaba un año y medio
de casados y con un hijo de tres meses y días.
El teniente a cargo de la comisaría de nombre Jorge Maturana
Concha, fue juzgado por delitos de lesa humanidad.
Uno de sus alumnos pasó esa noche, cursaba 3ero medio de nombre
Jorge Patricio Narváez Salamanca de apenas 15 años, detenido
desaparecido desde el 28 de septiembre de ese mismo año.
El 26 de septiembre en la mañana junto a otros detenidos fuimos
trasladados al regimiento de infantería reforzado N°3 de Los
Ángeles que hoy lleva el N°17.
Cuando llegamos fuimos trasladados a unas caballerizas que tenían 3
piezas de concreto de unos 40 metros cuadrados cada una donde
dormíamos alrededor de 250 presos y que en noviembre llegaron a
haber 323 detenidos según informes de la Cruz Roja.
A cargo del campo de prisionero, porque fue lo que era, estaba
Walter King Rivera a la fecha teniente al parecer y hoy detenido
por la Interpol en Italia condenado a 10 años en Chile pero con
doble pasaporte y no se sabe si se podrá traer a Chile a cumplir
condena real.
Ese militar fue un sádico como lo describieron muchos prisioneros,
caminaba y saltaba sobre ellos tendidos en el suelo, los obligaba a
marchar hasta quedar rendidos.
Los primeros días la comida caliente (porotos) la daban en las
manos para comer, a pesar que la cruz roja llevó platos y
servicios.
Las necesidades las hacíamos en un cubo que rebalsaba todas las
noches.
Después de 10 días más o menos nos dejaron construir unas 5
letrinas para poder hacer necesidades con mayor utilidad. A través
de la cruz roja los familiares después de 1 mes nos podían mandar
unas cartas, una fruta o un cigarro y cepillo de dientes. Durante 2
meses salimos varios a trabajar a la laguna Avendaño a limpiar una
piscina municipal abandonada, arreglar un estadio y otros trabajos
pesados a los cuales no estaba acostumbrado.
Después de más de 4 meses, una vez nos tuvieron durmiendo toda una
noche parados en una sola celda por ocurrencia del militar,
afirmados entre nosotros, me llamaron por primera vez para
anunciarse por un decreto administrativo. Fui relegado a la
localidad de Ollague, provincia de Antofagasta en la frontera con
Bolivia, era un 11 de febrero de 1974 día de mi cumpleaños número
26.
Después de 4 meses y medio de humillaciones, confinamiento
colectivo, hacinamiento, nos daban a cada uno de llamados a tener
que llegar a su destinación en mi caso Ollague, en el plazo de 15
días por mis propios medios económicos.
Teníamos que presentarnos en carabineros y de no hacerlo seriamos
considerados juzgados y con orden de fusilamiento. Esta relegación
administrativa, no judicial ya que no había tenido juicio alguno
implicaba algo terrible, era el quebrantamiento de los vínculos
familiares, laborales y sociales del afectado.
Ollague ubicada a 215 kilómetros de Calama a las de 3600 metros de
altura a la frontera con Bolivia con temperatura de 15° bajo cero
en la noche, promedio, llegada hasta 23° bajo cero y en el día 25°
grados, vientos promedio de 60 kilómetros por hora.
Es decir una oscilación térmica muy grande a donde llegue después
de tres días de viaje en bus y tren internacional que va de
Antofagasta a la paz a las 19:30 horas de un martes de fines de
febrero.
Carabineros no me dio un lugar en la celda porque estaba de bodega
y tuve que buscar alojamiento en casa de un poblador.
Al día siguiente salí a buscar que hacer y pude trabajar en una
mina de azufre a tajo abierto llamada Azufrera Borlando en
Buenaventura a 7 kilómetros más o menos de Ollagüe a la cual tenía
que viajar al principio día por medio a firmar a pie y atravesando
el desierto. Allí pasé 1 año, mi libertad llegó a los 11 meses pero
me quedo 1 mes más para poder sacar 1 mes de remuneración para
regresar al sur con algo de dinero.
Mi señora y mi hijo de 8 meses al haber, llegaron a mi lado y
vivieron conmigo ese tiempo sacrificándose como mujer y madre
abnegada.
Hice muchos trabajos, a cargo de una bodega de materiales, atención
de la pulpería, tráfico de caminos, oficinista, a cargo de la
bodega yareta(hongo a ras de suelo que sirve para alimentar las
estufas), analista químico de las muestras de azufre, a cargo de la
enfermería y varias cosas más.
Tuve que subir al volcán Ollagüe a 5868 metros mandado por la
empresa a ver la ley del azufre muy difícil tarea por la ascensión
a pie los últimos 300 metros.
También estuve detenido en la comisaría de Ollagüe como rehén por
si asaltaban la comisaría ya que habían habido unos movimientos
clandestinos en María Elena y podían ir por esos lados.
Fue un momento de mi vida doloroso, angustiante al que pude
sobreponerme por la presencia de mi esposa e hijo. Mi madre llegó
hasta esos lados para verme con sus 62 años que tenía en ese
entonces, ya no podía salir a ninguna parte en ese tiempo.
Pude volver con mi familia a la octava región en Huépil a fines de
febrero de 1975 donde trate de trabajar como profesor y seguir con
mi carrera como docente pero no me ofrecieron trabajo porque el SIM
podía llegar y por temor los directores no lo hacía, o me hacían
llenar mis antecedentes para trabajar y luego los botaban a la
basura.
Así tuve con un hondo pesar dejar mis libros, mis estudios de años,
mis sueños y emprender un pequeño negocio de frutas del país que
después de unos años más se incendió y tuve que empezar todo
nuevamente ya con dos hijos en mi vida.
Quiero expresar que desde junio a septiembre del año 1973 no recibí
asignación familiar por mi hijo, que mi sueldo de profesor del mes
de septiembre nunca se me pago, que el estado de Chile aún me debe
lo trabajado y ganado en ese entonces en Mulchén.
Ahora ya vivo más tranquilo pero pensando siempre en lo injusto que
fue aquello, que por tener ideas solamente de algo que nunca estuvo
prohibido de pensar, fui condenado tan injustamente a perder mis
años de estudio, profesión, dignidad y honorabilidad.
Quiero que esto nunca más vuelva a suceder, que la historia de lo
que paso se conozca cómo fue y les sirva de ejemplo a las nuevas
generaciones.
La historia se enseña en los colegios para aprender las cosas
buenas y malas para sacar ejemplo y que estas últimas no se
repitan.
Parece que alguien quiere eliminar la historia de nuestro país que
sea solo optativa no obligatoria para los terceros y cuartos
medios, que mente retrograda puede pensar así.
Sin más que decir palabras de agradecimiento a su madre y su
familia deja hasta aquí los acontecimientos que le sucedieron”.

8.- EUGENIO ARCADIO MIERES ARANEDA, COMISIÓN VALECH N°14.994.-


Don EUGENIO ARCADIO MIERES ARANEDA de actualmente 75 años de edad,
reconocida su calidad de víctima por la Comisión Nacional sobre
Prisión Política y Tortura con el Nº 14.994, fue detenido el 19 de
septiembre de 1973 a sus 29 años, a las 10:00 horas
aproximadamente, relata:
“Fui sacado de mi casa por una patrulla de Carabineros, dirigida
por el Teniente Schneider, un Sargento de apellido Cofre y dos
cabos, de los cuales no recuerdo sus nombres, pertenecientes a la
Comisaría de Yungay. Al momento de la detención tenía 29 años de
edad. Una vez detenido, inmediatamente soy insultado y ofendido por
parte de mis aprehensores, yo y mi familia, para dar paso luego a
los golpes. Fui trasladado Comisaría de Yungay, a cargo en ese
entonces del Capitán Mario Orellano Ríos. Fui recluido en los
calabozos de la comisaría, junto a otros detenidos entre los cuales
se encontraba don Sergio Contreras Álvarez, para ser trasladados
posteriormente a la cárcel de Yungay, alrededor de las 17.00 horas.
Al ingresar a la cárcel fui sometido a tortura de forma inmediata
por los gendarmes de guardia, quienes me obligaron a mantener las
manos en alto, perdí la noción del tiempo, recuerdo que en esta
postura forzada del cuerpo llego la noche y me llevaron a una
celda. Las celdas eran de 2,5 por 2 mts., en ella permanecíamos de
tres a cinco detenidos. Se nos permitía dormir en una sola
colchoneta para todos los detenidos, la que en el día era retirada,
quedando solo el cemento, en donde muchas veces tuvimos que orinar
y defecar, ya que no se permitía ir al baño. La segunda noche fui
sacado de la celda y trasladado al piso inferior, en donde se
encontraba la pieza de torturas, fui amarrado de pies y manos,
puesto en el piso de cemento con una toalla mojada bajo de mi cara,
para que fuera más fuerte el impacto de la electricidad. El aparato
utilizado, según investigue años más tarde, era un magneto que
producía entre unos 12 mil a 15 mil voltios de corriente alterna.
Recuerdo en los lóbulos de mis orejas los contactos eléctricos, en
mi mente se desprendían millones de cosas, algunas semejantes a
palomitas diminutas que salían de mi cabeza, mi cerebro no resistía
esas torturas, perdía el conocimiento hasta llegar a orinarme, sin
darme cuenta. Creo que mi juventud y contextura física me permitió
resistir los golpes propiciados. Fui además obligado a presenciar
la tortura de otros detenidos, fui testigo de cómo les quemaban sus
genitales, apagando cigarrillos en sus testículos y pene. Todas
estas prácticas de tortura, las realizaban los funcionarios de la
cárcel junto con carabineros. Recuerdo que el funcionario que me
aplicó corriente se llamaba Claudio Faúndez, y el que me amarro se
llamaba Aquiles Vega, ambos gendarmes; un funcionario de apellido
Pino rasuro mi cabeza haciendo un escarnio con mi persona.
Permaneci 45 días incomunicado, en las mañanas, a eso de las 06:00
de la madrugada nos sacaban a todos desnudos y nos hacían trotar,
pegándonos en el cuerpo con látigos especiales para tal efecto.
Después de este tiempo, se nos permitió salir al patio de la
cárcel, en donde había una cancha de baby fútbol, al ver en pleno
la luz del día todo era diferente, pero al volver a la celda
comenzaron los dolores de cabeza, solo esperaba morir, tal vez por
las torturas, el encierro, la falta de aire, no lo se, ni lo sabré
nunca. No recibi nunca atención médica. Las comidas que daban, eran
incomibles, ya que si las consumía estos alimentos, al día
siguiente mi boca estaba completamente herida, producto de las
mezclas que hacían con los alimentos. Mis familiares llevaron
alimentos que nunca llegaron a mis manos, ya que aquellos que eran
apetecidos por los guardias, finalmente eran consumidos por los
mismos. Recuerdo a detenidos trasladados de la Central Eléctrica El
Toro, a la cárcel de Yungay, quienes llegaban con su piel
totalmente desollada, producto de la electricidad aplicada en sus
cuerpos, nunca supé dónde fueron trasladados, se comentó que tal
vez a la ciudad de Los Ángeles, en la Octava Región, ellos eran
torturados por carabineros, muchas veces fui obligado a presenciar
estas torturas, luego nos sacaban al patio y nos obligaban a darles
agua aquellos que tenían sed y podían recibir agua. De aquellos
compañeros nunca volví a tener noticias, ni mucho menos conocer su
paradero.
Tras 59 días de detención aproximadamente, llegó para bien de todos
los detenidos, La Cruz Roja, nos formaron a todos en el patio de la
cárcel, eramos alrededor de 120 detenidos, que relataron los
macabros episodios vividos. Luego nos formaron nuevamente y habló
el Capitán del ejército de Chillán, de apellido Torrealba, en sus
palabras hubo tortura psicológica, diciéndonos que los detenidos
tenían un plan para matar militares, ese era el llamado “Plan Z”,
término que no había escuchado nunca. Luego el Capitán dijo que, si
algún detenido quería hablar con él, que diera un paso al frente,
fueron 8 detenidos quienes lograron ser escuchados. Le manifeste al
capitán que mi familia completa dependía de él, fui interrogado
respecto de mi militancia política. Creo que ese mismo día mis
antecedentes fueron revisados por carabineros, ya que a los días
siguientes salí en libertad, dejando la cárcel para quedar con
arresto domiciliario, las condiciones fueron “preso en su propia
casa” hasta el 19 de marzo de 1974, firmando”. Documento que se
adjunta en un otrosí.
Tras los episodios descritos, la vida laboral de nuestro
representado se vio seriamente afectada, fue despedido de Maderas
Prensadas Cholguán, por ser catalogado como persona peligrosa para
la Nación y para esa industria; según consta en el certificado que
se acompaña en un otrosí de esta presentación; posteriormente, y
como consecuencia de lo descrito, don Eugenio no logro volver a
reinsertarse en una actividad laboral formal, sin tener
alternativas ya que ni siquiera podía salir del pueblo a buscar
mejores oportunidades, esto provocó el empobrecimiento de su grupo
familiar y por ende la imposibilidad de cubrir las necesidades
básicas de sus hijos. Además, las secuelas de la tortura y el
encarcelamiento alcanzaron también a toda su familia, quienes no
solo pasaron hambre y sufrieron necesidades, sino que además
sufrieron las secuelas que la tortura dejó en don Eugenio.

9.- LUIS ALBERTO JARA OBREQUE, COMISIÓN VALECH N° 12.138.-


Don LUIS ALBERTO JARA OBREQUE, en la actualidad de 67 años de edad,
se dedica a la agricultura, fue reconocida su calidad de víctima
por la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura con el Nº
12.138; fue detenido el 11 de septiembre de 1973, a la edad de 21
años, en la Avenida Carlos Valdovino Nº420, por Carabineros de
Chile y trasladado a la 12ª Comisaría de San Miguel, donde
permaneció por un día, para luego ser trasladado al regimiento
Tacna y luego al Estadio Víctor Jara, estuvo privado de libertad
por dos meses. Nuestro representado en cada uno de los recintos en
los que estuvo detenido, experimento todo tipo de torturas desde
golpes de pies y puños, culatazos, privación del sueño, postura
forzada del cuerpo, amenazas hacia su persona y su familia,
privación de funciones fisiológicas, además de ser obligado a
presenciar el asesinato de otros detenidos en el Estadio Víctor
Jara. Es del caso señalar que durante el tiempo que duró su
detención, fue mantenido incomunicado.

10.- MANUEL ANTONIO CHAVARRIA BASCUÑÁN, COMISIÓN VALECH N°5.689.-


Don MANUEL ANTONIO CHAVARRIA BASCUÑÁN, en la actualidad de 76 años
de edad, pensionado, fue reconocida su calidad de víctima por la
Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura con el Nº 5.689,
detenido el día 16 de septiembre de 1973, en la población El
Bosque, sector Cholguán, a la edad de 30 años, trabajaba en
Agrícola y Forestal Siberia Cholguán. Fue dirigente del Sindicato
Fernando Baquedano y militante del Partido Comunista de Chile.
“El día 16 de Septiembre de 1973, a las 16:00 horas
aproximadamente, fui detenido por Carabineros de Chile, siendo
trasladado a la Comisaría de Yungay, me hicieron colocar las manos
en la muralla , luego me dieron golpes de pies y puños en el
estómago, más tarde fui trasladado a la cárcel de Yungay. Estuve
incomunicado por 45 días sin pisar tierra y sin ver el sol. Dormía
junto a otras 4 personas en una celda, servía de cama una frazada,
colocada en el suelo, donde intentábamos recostarnos los 4
detenidos y de la misma forma que intentábamos cubrirnos con otra
frazada. Recuerdo que cerca de la 01:00 de la mañana, del 17 de
septiembre, en la cárcel Yungay esta vez, fui nuevamente golpeado y
obligado a presenciar la tortura de otros detenidos, a pesar de los
años aún me parece escuchar los gritos y quejidos de aquellos
detenidos, recuerdo que en aquellos días que siguieron del Golpe de
Estado, al menos en el recinto donde fui mantenido, nadie podía
dormir, en reiteradas oportunidades se nos obligaba a permanecer
largas horas con las manos en alto siendo interrogado, lo que más
temía era que las amenazas en contra de mi familia alguna vez se
concretarán”.
Permaneció privado de libertad hasta 22 de enero de 1974, tras
estos episodios no logro volver a reinsertarse en alguna labor
remunerada, lo que no solo le afecto a él, sino que extendió
también sus efectos a su familia, quien se vio empobrecida.

11.- GUILLERMO ARTURO ORTEGA HERNÁNDEZ, COMISIÓN VALECH N° 17.533.-


Don GUILLERMO ARTURO ORTEGA HERNÁNDEZ en la actualidad de 77
años de edad, pensionado, fue reconocida su calidad de víctima por
la Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura con el Nº
17.533,
“Fui detenido el día 14 de septiembre de 1973, en la calle Comercio
Nº 157, de la comuna de Tucapel, con 30 años de edad, por
Carabineros de Chile. Dentro de mis aprehensores y luego
torturadores, recuerdo el apellido de tres de ellos: Moreno; Solis
y Bautista. Fui trasladado al Retén de Huépil, donde fui torturado,
inicialmente fui obligado a permanecer con las manos en alto, luego
recibi golpes de puños y pies, culatazos, Solis y Bautista me
aplicaron electricidad en la cabeza (orejas) y apagaron cigarrillos
en distintas partes de mi cuerpo, no me permitían dormir, tampoco
poder utilizar el baño, constantemente me decían que le harían lo
mismo a mi familia, debido a la amistad que tenia con el alcalde
don Ramón Luis Lagos. Posteriormente fui trasladado a la cárcel de
Yungay y luego a Chillán, permanecí privado de libertad en total
por 14 meses, una vez en libertad, en el mes de noviembre de 1974,
partí al exilio hacia la república Argentina, solo se me permitió
retornar hasta 1984. Las secuelas físicas con las que he debido
convivir todo este tiempo, son la desviación de columna producto de
las golpizas recibidas, las cicatrices producto de las quemaduras,
angustia y trastorno del sueño al recordar lo vivido”.

12.- LUIS RAUL VENEGAS FIGUEROA, COMISIÓN VALECH N°9.325.-


Don LUIS RAUL VENEGAS FIGUEROA, en la actualidad de 76 años de
edad, pensionado, fue reconocida su calidad de víctima por la
Comisión Asesora Presidencial para la Calificación de Detenidos
Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política
y Tortura (Valech II) con el Nº 9.325, fue detenido ilegalmente a
los 30 años; nos relata:
“Trabajaba en un aserradero local intervenido por la Corporación
Agraria (Cora). El día 22 de Septiembre de 1973, llegando a mi
domicilio ubicado en Los Peumos Nº270, tras salir del trabajo, fui
detenido por Carabineros del Retén de Trupan, quienes comenzaron a
gritar y amenazar con sus armas, mediante disparos al aire. Nuestro
representado identifica a sus aprehensores como el Sargento Rolando
Castillo y el carabinero Peter Cabrear. Fui llevado a la tenencia
de Huépil donde recibi golpes de puños y pies, culatazos con sus
carabinas, mientras me interrogaban para saber donde supuestamente
tenía oculta las armas, en las mismas dependencias y en manos de
los mismos carabineros me aplicaron electricidad, en diferentes
partes del cuerpo incluidos testículos y pene. Desde Tenencia
Huépil fui trasladado a la Prefectura de Yungay, atado de manos y
pies con alambres, en este lugar nuevamente sufri golpes y
aplicación de electricidad para ser trasladado posteriormente a la
cárcel de Yungay. Con fecha 23 de Septiembre de 1973 en horas de la
tarde, en la cárcel de Yungay, nuevamente fui torturado, productos
de los golpes y de la aplicación de electricidad perdí algunas
piezas dentales. Con fecha 29 de Noviembre del mismo año fui
trasladado a la cárcel de Chillán, recobrando la libertad el día 03
de diciembre del mismo año, por orden de la fiscalía militar”.
Todo lo descrito precedentemente, además de generar un daño
irreparable en nuestro representado, significó además que durante
el tiempo que se encontró privado de libertad, su familia, que para
la época estaba compuesta por su cónyuge y sus 5 hijos, teniendo el
menor de ellos solo 5 meses de vida, fueron privados del sustento
que don Luis les brindaba, quedando en el más absoluto desamparo.
Lo cierto es que una vez en libertad el panorama no cambió mucho,
ya que estaba catalogado por las autoridades de la época como un
individuo peligroso, por lo que no logro volver a reinsertarse en
alguna actividad laboral remunerada, por lo que fue su cónyuge,
quien frente a la desesperación de no tener que darles de comer a
sus hijos debió salir a trabajar, porque tras la detención a don
Luis nadie lo quiso volver a dar trabajo.

13.- LUIS FERNANDO CID MUÑOZ, COMISIÓN VALECH N° 1.999.-


Don LUIS FERNANDO CID MUÑOZ en la actualidad de 74 años de edad,
pensionado, fue reconocida su calidad de víctima por la Comisión
Asesora Presidencial para la Calificación de Detenidos
Desaparecidos, Ejecutados Políticos y Víctimas de Prisión Política
y Tortura (Valech II) con el Nº 1.999. Nuestro representado en 1971
ejerció el cargo de Secretario General del Sindicato Fernando
Baquedano, militante del Partido Comunista de Chile, fue detenido
en el mes de julio del año 1974, a la edad de 29 años, por
Carabineros de Yungay, bajo pretexto de ser portador de armas de
fuego, acusación que nunca pudo ser comprobada, ya que
evidentemente solo era un pretexto para su detención. Don Luis fue
detenido durante tres días, en dependencia de la Comisaría de
Yungay, allí sufrió golpes de pies y puños, se le impedía dormir y
se le amenazaba constantemente con detener y torturar a sus
familiares.

II.- CONSIDERACIONES DE DERECHO:

1.- DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO:


1) Que, la responsabilidad de los órganos del Estado está
conformada por normas de Derecho Público, y en primer término, por
normas de la Carta Fundamental. Así, la disposición esencial a
tener en cuenta viene siendo el artículo 38, inciso 2° de la
Constitución Política de la República, que declara que toda persona
que sea lesionada en sus derechos por la Administración del Estado
podrá reclamar ante los Tribunales de Justicia; esto último con el
objeto que se resarza el daño causado.
2) Que, consecuentemente, la Responsabilidad del Estado es una
responsabilidad eminentemente constitucional al estar
suficientemente fundada en ésta, y no extracontractual o de otra
naturaleza como parte de la doctrina y jurisprudencia ha señalado;
3) Que, a su vez, el inciso 3° del artículo 1° de nuestra
Constitución Política establece el principio dogmático según el
cual “El Estado está al servicio de la persona humana”. En este
sentido, el Estado no es una entidad neutral, por lo que es un
instrumento para el desarrollo, finalidad y protección de la
persona humana. Ello se reafirma en el encabezado del artículo 19
de la Constitución Política de la República, el cual indica: “La
Constitución asegura a todas las personas…”. Es por ello que la
Carta Fundamental reconoce derechos básicos y además los garantiza,
lo que importa una actividad positiva, de “hacer respetar estos
derechos” y de protegerlos. A mayor abundamiento, el inciso 2° del
artículo 5° de nuestra Constitución, obliga a todos los órganos del
Estado a la promoción y protección de los Derechos Fundamentales:
“Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales
derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes”;
4) Qué, otro aspecto a considerar es que los gobernantes tienen la
obligación de ejercer el poder “al servicio de la persona humana”,
estando así sujetos a diversos controles, siendo responsables por
sus acciones u omisiones. En efecto, el artículo 6° de nuestra
Carta Fundamental manda a los órganos del Estado a someter su
acción a la Constitución y a las leyes dictadas conforme a ella; es
más, el inciso tercero indica que “la infracción de esta norma
generará las responsabilidades y sanciones que determine la ley”.
Cabe señalar que dicha remisión a la ley no significa que se deba
atender al régimen de responsabilidad extracontractual del Código
Civil en su plenitud para estos efectos, considerando que la
Constitución es directamente obligatoria y aplicable, conforme a lo
establecido en el mismo artículo 6°, inciso segundo. Ésta tiene
“aplicabilidad directa”, en el sentido de no ser necesaria
intermediación de otra norma, ya que suponer que de no ser así,
implicaría que la Constitución quedaría entregada en su
aplicabilidad a la mera voluntad del legislador, perdiendo todo
sentido su “supremacía” y tornándose ésta ilusoria y vana; sin
perjuicio, además, de que en tal evento los propios derechos de la
persona estarían supeditados en su existencia real igualmente a la
mera voluntad del legislador, en circunstancias que ellos son
anteriores y superiores al Estado y, obviamente, a sus órganos;
5) Que, en concomitancia a ello, considerando que el principal
fundamento de la Responsabilidad del Estado es de naturaleza
constitucional, se hace presente también como el artículo 4 de la
Ley Orgánica Constitucional de Bases Generales de la Administración
del Estado, Ley 18.575, explícita esta responsabilidad, cuando
señala que “El Estado será responsable por los daños que causen los
órganos de la Administración en el ejercicio de sus funciones, sin
perjuicio de las responsabilidades que pudieren afectar al
funcionario que los hubiere ocasionado”. Es decir, de esta norma –
de naturaleza orgánica constitucional- se concluye que cuando los
órganos del Estado, a través de una falta, acción u omisión de sus
deberes causen un daño, procede la reparación del mismo.
En el caso de autos, lo que se alega son acciones repetidas de
parte de ciertos miembros de órganos del Estado, los cuales
configuran actos de tortura, como se explicará en detalle más
abajo, que previene de ese modo que no se está aduciendo una
responsabilidad por falta de servicio;
6) Que, finalmente Ssa., la responsabilidad del Estado en materia
de crímenes de lesa o contra la humanidad, considerando que el caso
presente trata sobre el delito de la tortura dentro de un contexto
de violaciones sistemáticas de derechos humanos, es una
responsabilidad imprescriptible acorde al derecho internacional, el
cual resulta directamente aplicable en el ordenamiento interno en
virtud del ya citado artículo 5, inciso 2° de la Carta Fundamental.
Es más Vsa., y de manera subsidiaria y/o complementaria a lo recién
señalado, el derecho internacional respectivo también resulta
plenamente vinculante como costumbre internacional y/o como
principios generales de derecho internacional, las cuales también
son fuentes de derecho internacional igualmente obligatorias para
el Estado de Chile en esta materia. Es más, la Excelentísima Corte
Suprema se ha pronunciado al respecto, incluso en relación a la
misma Convención sobre imprescriptibilidad de crímenes de guerra y
contra la humanidad, que resulta aplicable en el presente caso;
7) Que, el Derecho Internacional Convencional, advirtiendo que la
aplicación a los crímenes de guerra y a los crímenes de lesa
humanidad de las normas de Derecho Interno de los Estados,
relativas a la prescripción de los delitos ordinarios suscita grave
preocupación en la opinión pública mundial, pues puede impedir el
enjuiciamiento y castigo de los responsables de esos crímenes,
estimó necesario legislar en ese nivel, asentando el principio de
imprescriptibilidad de esa categoría de crímenes nefastos, a través
de la denominada “Convención sobre la imprescriptibilidad de los
Crímenes de Guerra y de los Crímenes de Lesa Humanidad”;
8) Que, si bien la norma convencional citada no se encuentra
vigente en Chile, nada obstaría al reconocimiento de una norma de
Derecho Consuetudinario y de sello similar que sí pueda vincular al
Estado, en la medida que concurran los elementos que permiten
acreditar la existencia de una costumbre jurídica internacional,
cuales son la práctica de los Estados –como elemento material de
ésta- y la opinio iuris internacional;
9) Que, es en virtud de esta eficacia declarativa que la mentada
Convención sobre Imprescriptibilidad de crímenes de guerra y de
lesa humanidad, -la que da cuenta de esa característica que
justificó por lo demás la condenación de abominables crímenes
cometidos por los jerarcas nazis incluso antes de quedar definido
en 1945 el Estatuto del Tribunal Militar Internacional de Nuremberg
– representa una costumbre internacional vinculante-;
10) Que, es menester señalar además que en reciente fallo de la
mismísima Corte Internacional de Justicia de la Haya en el caso
titulado “Questions relating to the Obligation to Prosecute or
Extradite”, en donde al analizarse las obligaciones que se
desprenden de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o
Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes de 1984 (primer caso ante
dicha Corte, se afirmó no sólo la naturaleza consuetudinaria de la
prohibición a la tortura, sino incluso la naturaleza superior de
ésta como una norma imperativa de derecho internacional o jus
cogens, lo que reafirma y justifica aún más la necesaria
imprescriptibilidad de los crímenes de esta índole.

2.- IMPRESCRIPTIBILIDAD DE LA ACCIÓN PENAL Y CIVIL


Atendido lo anterior, conviene precisar el carácter imprescriptible
de la responsabilidad del Estado y, de las acciones que les asisten
a las víctimas para obtener su reparación.

1. Es una discusión común vista en jurisprudencia reciente, sin


perjuicio del escaso fundamento que se sostiene por aquellos
partidarios de la limitada aplicación de la imprescriptibilidad. En
efecto, se aludiría al hecho de que la normativa internacional
citada para los efectos de la imprescriptibilidad de la acción, se
refería –supuestamente- sólo la acción penal y no a la acción civil
(respecto de la cual aplicarían entonces normas de derecho privado
al respecto).
2. Que, sin embargo Ssa., y aparte del hecho de que la
Responsabilidad del Estado es una responsabilidad constitucional
respecto de la cual no pueden aplicar –y menos limitarla- normas de
un rango inferior, se señalan los siguientes argumentos que impiden
separar el tratamiento de la prescripción de ambas acciones,
concluyéndose necesariamente que ambas son imprescriptibles para
estos casos:
a. El hecho fuente de la responsabilidad es uno solo: “11. Que si
en virtud de normas jurídicas como las citadas, aplicadas por lo
demás en el fallo impugnado al resolver el conflicto penal, no es
posible concebir la prescripción de la acción penal, cabe
preguntarse qué podría justificar que este motivo de extinción de
responsabilidad fuese aplicable a la responsabilidad civil conforme
con los extremos del Derecho Privado, si el hecho fuente de la
responsabilidad es uno solo y de índole penal y si la
responsabilidad de esta especie será siempre exigible. En concepto
de los disidentes esta interrogante no tiene respuesta
satisfactoria” (CS; Rol N° 10.665-2011).
b. La Convención sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de
guerra y de los crímenes de lesa humanidad respectiva no establece,
detalla o especifica la prescripción de la acción civil:
Consecuentemente Ssa., con menor razón la puede limitar y/o
establecer una norma de derecho interno, puesto que ello
infringiría una norma base y primaria del Derecho Internacional
Público, la cual es que “(…) Una parte no podrá invocar las
disposiciones de su derecho interno como justificación del
incumplimiento de un tratado”.

c. La prescripción por ser una sanción no es posible aplicarla por


analogía: Analogía de normas de Derecho Privado inaplicables a la
Administración la que se rige por el Derecho Administrativo, que
forma parte del Derecho Público. A mayor abundamiento Ssa., resulta
desproporcionado e ilógico el aplicar normas de derecho privado que
se han inspirado en la autonomía de la voluntad como principio
rector, respecto de materias de Derecho Público, en donde la “regla
de oro” está dada por el artículo 7° de la Carta Fundamental.
d. Existencia de normativa internacional que explícitamente excluye
la prescripción civil: La Comisión de Derechos Humanos de Naciones
Unidas, en su sesión 61°, despacha el informe sobre los Principios
para la protección y promoción de los derechos humanos mediante la
lucha contra la impunidad (2005). El Principio 23 se refiere a las
restricciones de la prescripción como medida que se justifica por
la lucha contra la impunidad, y dispone que “la prescripción de una
infracción penal, tanto en lo que respecta a las diligencias como a
las penas, no podrá correr durante el período en que no existen
recursos eficaces contra esa infracción. La prescripción no se
aplicará a los delitos graves conforme el derecho internacional que
sean por naturaleza imprescriptibles. Cuando se aplica, la
prescripción no podrá invocarse en las acciones civiles o
administrativas entabladas por las víctimas para obtener
reparación”.
e. La prescripción no constituye un principio general del derecho
cuando se trata de derechos fundamentales humanos: Consecuente con
este punto Ssa., cabe citar una fuente muy significativa de derecho
comparado, como lo es la Corte Suprema de los Estados Unidos. Así,
en el “caso de las Montañas Negras (Black Hills), consistente en
que en virtud del Tratado de Fort Laramie de 1868, el gobierno
norteamericano delimitó el territorio de la reserva Sioux al
interior del cual se encontraba este macizo montañoso. Ahora bien,
en 1874, minas de oro fueron encontradas en estas montañas. La
administración Ulises Grant, no respetó el tratado e hizo presión
sobre los Sioux para que ellos vendieran las tierras. En 1980 la
Corte Suprema de Estados Unidos asigna la suma de 122 millones de
dólares de indemnización por esta expropiación”.
f. La noción de una reparación “integral”- obligación reconocida en
la normativa internacional – es de una lógica contraria a separar
la prescriptibilidad de ambas acciones.
g. Existencia de jurisprudencia de la Excelentísima Corte Suprema
al respecto.
h. El principio “pro homine o favor persona”, implica que cuando
hay un posible conflicto entre derechos fundamentales de las
personas con otros valores de índole o sujetos diferentes, debiera
corresponder necesariamente la norma que potencie y/o privilegie el
derecho fundamental de la persona: en este caso, el supuesto
conflicto se daría entre la norma internacional que promueve una
reparación integral, versus la norma interna y de derecho privado
(ni siquiera constitucional), que establece la prescripción de las
acciones civiles. Ante “el conflicto de dos deberes, se debe
preferir el que más importa al género humano”.

3.- DE LA NATURALEZA OBJETIVA DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO Y


LOS ELEMENTOS NECESARIOS PARA CONFIGURARLA
1) Que, lo primero que debe tenerse en cuenta Ssa, es que no es
necesaria la prueba del elemento subjetivo en el marco de la
Responsabilidad del Estado, dado que éste carece de sustrato
psicológico propio de las personas naturales, sea que se considere
su naturaleza equivalente a la de una persona jurídica o se adopte
una doctrina diferente –pero similar- al respecto. En otras
palabras, resulta imposible el imputarle una determinada intención
o culpabilidad, puesto que estas son situaciones en que se puede
hallar única y exclusivamente la persona humana, y jamás una
persona jurídica como es el Estado, o cualquiera de las personas
jurídicas que configuran en Chile la Administración del Estado.
La jurisprudencia de la Excelentísima Corte Suprema ha sido
virtualmente uniforme en tal sentido;
2) Que, por otro lado, y en complemento a lo anterior, tampoco
resulta necesario entrar a acreditar los supuestos de
responsabilidad en los causantes directos del daño, porque
inequívocamente los hechos no han podido acaecer sino porque el
mismo Estado actuó de manera dolosa, cuando desarrolló en forma
reiterada conductas lesivas a los derechos fundamentales, esto es,
cuando integrantes de sus órganos de seguridad se involucraron en
torturas, desapariciones forzadas y muertes, entre otros graves
atentados;
3) Que, teniendo presente lo recién señalado, para la procedencia
de la indemnización, el agraviado sólo debe probar la existencia
del daño, perjuicio o lesión en su posición jurídica; la actividad
(o inactividad) del órgano de la Administración del Estado en el
ejercicio de sus funciones y la relación de causalidad material,
esto es, el hecho que ha provocado el daño. Los elementos recién
descritos se desarrollan a continuación.
4.- CONFIGURACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO EN EL PRESENTE
CASO.

EXISTENCIA DEL DAÑO, PERJUICIO O LESIÓN


En este ámbito, el daño surge como uno de los elementos necesarios
para configurar la responsabilidad, de forma que la pretensión de
indemnización sólo nace cuando el daño se hace manifiesto. En este
sentido, en el caso de marras los demandantes son todos victimas
reconocidas en su calidad por la Comisión Nacional sobre Prisión
Política y Tortura (Comisión Valech) de manera que la existencia
del daño sufrido por todos ellos constituye un hecho ampliamente
reconocido por el estado de Chile, no siendo discutida en la
actualidad la veracidad de los hechos establecidos en dicho
informe.

DAÑO INMATERIAL/MORAL
1) Que, en cuanto daño moral, la doctrina y jurisprudencia lo han
definido con conceptos tales como el sufrimiento, dolor, aflicción,
pesar o molestia que el hecho ilícito ocasiona en la sensibilidad
física y/o psíquica, o en los sentimientos o afectos de la víctima
y/o en sus parientes cercanos. Sin perjuicio de estarse de acuerdo
con dicho concepto tradicional en principio, se hace presente Ssa.
que debe proceder un concepto más amplio para ser aplicado al caso
en concreto; así entonces, y considerando el tipo de
Responsabilidad específica que se configura en el caso en autos, el
daño moral se puede definir como toda alteración de las condiciones
normales de existencia de una persona que ha sido dañada por un
acto de la Administración. La anterior acotación es significativa
de considerar Ssa., dado que un concepto como el recién dado
incorpora además lo que recientemente –y correctamente- se ha
venido reconociendo en la Jurisprudencia de la Excelentísima Corte
Suprema: La indemnización por pérdida de la oportunidad o teoría de
la pérdida de la oportunidad.

ACTIVIDAD DEL ÓRGANO DE LA ADMINISTRACIÓN DEL ESTADO EN EL


EJERCICIO DE SUS FUNCIONES
Que, se desprende de la misma relación de los hechos Ssa., el
conjunto de actos o actividades de los cuales fueron víctimas los
demandantes equivalen a actos de tortura –de parte de miembros de
las Fuerzas Armadas, Carabineros de Chile y Policía de
Investigaciones en ejercicio de sus funciones –para efectos de que
se configure la Responsabilidad del Estado. Así, de acuerdo a los
hechos constitutivos de tortura, debidamente establecidos por la
Comisión Valech, los demandantes fueron víctimas de las siguientes
violaciones a sus Derechos Fundamentales y tratos degradantes:
Para demostrar lo anterior, primero se transcriben normas
relacionadas –tanto de derecho interno como de derecho
internacional- las cuales precisan que actos y/o conductas
califican como tortura, para luego señalarse, específicamente,
aquellos que injustamente sufrieron los demandantes.

5.- LA TORTURA EN EL DERECHO INTERNO


1) Que, en primer lugar, la Ley 20.357, que tipifica los crímenes
de lesa Humanidad, Genocidio y Crímenes y Delitos de guerra,
establece que: “Artículo 7°: Será castigado con la pena de presidio
mayor en su grado mínimo a medio, que, concurriendo las
circunstancias descritas en el artículo 1°: 1° Torturare a otro que
se encuentre bajo su custodia o control, infringiéndole graves
dolores o sufrimientos físicos o mentales. Sin embargo, no se
entenderá por tortura el dolor o los sufrimientos que deriven
únicamente de sanciones ilícitas o que sean consecuencia normal o
fortuita de ellas.
Si además de la realización de las conductas descritas en este
numeral se causare alguna de las lesiones previstas en el artículo
397 del Código Penal o la muerte de la persona bajo custodia o
control, siempre que el resultado fuere imputable a negligencia o
imprudencia del hechor, la pena será de presidio mayor en su grado
medio a máximo”.
2) Que, por otro lado, en el Informe de la Comisión Nacional sobre
Prisión Política y Tortura (“Comisión Valech”), se adoptó la
siguiente definición de tortura para efectos de calificar los
respectivos casos: “Todo acto por el cual se haya infligido
intencionalmente a una persona dolores o sufrimientos graves, ya
sean físicos o mentales, con el fin de obtener de ella o de un
tercero información o una confesión, castigarla por un acto que
haya cometido o se sospeche que ha cometido, intimidar o coaccionar
a esa persona u otras, anular su personalidad o disminuir su
capacidad física o mental, o por razones basadas en cualquier tipo
de discriminación. Siempre y cuando dichos dolores o sufrimientos
se hayan cometido por un agente del Estado u otra persona a su
servicio, o que actúe bajo su instigación, o con su consentimiento
o aquiescencia”. ….”Los fines que persiga el agente pueden tener
distinto carácter, no tienen que ser taxativos. Entre ellos se
puede mencionar: obtener información o una confesión, castigar,
intimidar o coaccionar a la víctima, anular su personalidad,
disminuir su capacidad física o mental, aplicar una medida
preventiva, y cualquier otro motivo basado en razones de
discriminación”. “Se requiere, asimismo, que el victimario sea un
agente del Estado o cualquier persona en ejercicio de funciones
públicas; cualquier persona que actúe por instigación de un agente
del Estado o de otra persona en ejercicio de funciones públicas, y
cualquier persona o grupo de personas que actúen con el
consentimiento o aquiescencia de uno o más funcionarios públicos o
personas en ejercicio de funciones públicas”.
6.- LA TORTURA EN EL DERECHO INTERNACIONAL
Que, al comento, se exponen dos ejemplos de conceptos y/o
referencias a la prohibición de tortura en el derecho
internacional, sin perjuicio de señalarse las numerables
convenciones que prohíben y condenan la tortura hoy en día.
1. “Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad
física, psíquica y moral”;
2. “Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas o tratos crueles,
inhumanos o degradantes. Toda persona privada de su libertad será
tratada con el respeto debido a la dignidad inherente al ser
humano”. “Para los efectos de la Convención se entenderá por
tortura todo acto realizado intencionalmente, por el cual se
infrinjan a una persona penas o sufrimientos físicos o mentales,
con fines de investigación criminal, como medio intimidatorio, como
castigo personal, como medida preventiva, como pena o con cualquier
otro fin. Se entenderá también como tortura la aplicación sobre una
persona de métodos tendientes a anular la personalidad de la
víctima o a disminuir su capacidad física o mental, aunque no
causen dolor físico o angustia psíquica”.
En complemento a lo recién señalado, es significativo volver a
señalar a Vsa. que la Corte Internacional de Justicia de la Haya
considera a la prohibición de la tortura como jus cogens: no existe
otra categoría de norma legal superior en el ámbito internacional,
y son reducidos los ejemplos que se han reconocido expresamente por
la misma Corte. En otras palabras, y siguiendo el razonamiento de
dicha Corte para alcanzar la conclusión antedicha, “la prohibición
se encuentra fundamentada en una práctica internacional amplia y en
la opinio juris de los Estados. Se encuentra en numerosos
instrumentos internacionales de aplicación universal (…) y ha sido
incorporada en el derecho interno de casi todos los Estados;
finalmente, los actos de tortura son regularmente denunciados en
foros nacionales e internacionales”.
CONCLUSIÓN: LOS ACTOS PERPETRADOS CONTRA LOS DEMANDANTES EQUIVALEN
A ACTOS DE TORTURA, CONSIDERANDO TANTO LOS PARÁMETROS DEL DERECHO
INTERNO COMO DEL DERECHO INTERNACIONAL.
Que, teniendo presente la normativa recién señalada, en
conjunto con el artículo 5° inciso segundo de la Carta Fundamental
para efectos de la normativa de carácter internacional, se
concluyen los siguientes actos de tortura –que consisten tanto en
“sufrimientos físicos y mentales”, tratos crueles, inhumanos y
degradantes” y “métodos tendientes a anular la personalidad”- de
los cuales los demandantes fueron víctimas.
1. Diversos golpes en varias partes del cuerpo –con y sin
implementos- en innumerables ocasiones y lugares (por ejemplo, con
las culatas o partes posteriores de distintos tipos de armas,
aconteciendo éstos especialmente durante el acto de detención
ilegal, los interrogatorios y traslados varios);
2. Falsos fusilamientos (durante los interrogatorios);
3. Amenazas constantes de muerte hacia las víctimas y sus familias
(durante los interrogatorios especialmente);
4. Privación del sueño (mediante la carga de armas, altavoces
ensordecedores, empleo de focos constantemente prendidos, entre
otras medidas similares);
5. Privación del alimento y/o escasez de éste (tanto en los
cuarteles policiales como en los centros de reclusión
clandestinos);
6. Privación de acceso a lugares y/o prohibición de defecar u
orinar (tanto en la Comisaría como en los centros de reclusión,
siempre con las manos detrás de la nuca, en condiciones higiénicas
y de salud absolutamente degradantes);
7. Posturas forzadas del cuerpo por largos periodos de tiempo (por
ejemplo, mantener a las víctimas con un fierro entre las piernas y
colgado en posición vertical;
8. Maltrato psicológico: Resulta elocuente el sufrimiento emocional
y/o de carácter inmaterial de la tortura, con daños psicológicos
irreversibles y a largo plazo, baste traer a colación algunos de
los testimonios de los demandantes:
1.- HUGO FERNANDO VIVEROS FRITZ
“Acto seguido los golpes se agudizaron aún más, quebrándome 3
costillas, mientras el Teniente Schneider, repetía una y otra vez:
“ahora sí, ponme puros 2.0 a mi concha de tu madre, atrévete
ahora…” entre otros tantos improperios, cuando he repasado esto en
mi mente, he concluido que en mi calidad de profesor de las
asignaturas de matemáticas y física, en la escuela Consolidada, me
tocó hacerle clases a la hija del Teniente Schneider, quien nunca
se destacó por ser una alumna aventajada en estas asignaturas, muy
por el contrario, por lo que deduje que por esto eran las frases
que con tanta ironía repitió una y otra vez, mientras me
torturaban”.

2) JAIME IVAN RIVERO FAUNDEZ


“Un teniente de apellido González, sin interrogatorio previo, ni
nada que se le pareciera, empezó a torturarme, con golpes de puños
y pies, eso fue por varias horas, hasta que, un Sargento de
apellido Muñoz me hiciera el teléfono, con lo que me rompió el
tímpano del lado izquierdo, luego de eso caí al suelo donde me
pusieron boca abajo y el teniente González me puso un cable en la
oreja y con un instrumento que se llama maller, que daban descargas
de corriente, lo que me provocaba que me azotara una y otra vez en
el piso, producto de lo mismo me dañe el tabique nasal, se me
quebraron los dientes superiores, y luego de aquello, cuando mi
cuerpo ya no aguantaba más me pasaron al calabozo”.
“…todos los días hacían falsos fusilamientos y un helicóptero se
colocaba sobre nosotros, muchos se ponían a llorar, otros se
desmayaban.En ocasiones nos sacaban donde les daban de beber y
comer a los caballos, recuerdo que un compañero ya no resistió más
y se comenzó a trastornar, llamaba constantemente a su señora, a
este compañero finalmente un teniente, en presencia de todos le
dispara en la cabeza, lo mato en presencia de todos los que allí
estábamos”.

3) SIMON OCTAVIO POVEA RIVERO


“Cuando logré saber de mi mujer, me entere que tras mi detención,
efectivos policiales y militares habían allanado mi casa, dieron
vuelta todo cuanto encontraron, incluso una bolsa de harina,
rajaron la cama para buscar no sé qué cosas, atemorizaron a mi
esposa y a mis hijitos, les colocaron una arma en el pecho a una de
mis niñas, en ese entonces de 13 años de edad, preguntándole una y
otra vez dónde tenía las armas su padre”.

(6) JOSE DEL CARMEN SANDOVAL PANE


“Un día “x” nos amarraron con 4 cadenas y nos pasearon por las
calles de Yungay, el pueblo nos conoció quizás el 60% lloraba de
ver la injusticia que estaban cometiendo con nosotros, con el
objetivo de marcar nuestros antecedentes y así dejar un borrón
bastante amargo ante la sociedad”.

CAUSALIDAD MATERIAL
1. Respecto de la causalidad material entre los hechos
denunciados y la responsabilidad que generan debemos decir:

a. Los hechos encuadran en el Crimen de Lesa Humanidad. En


efecto, de acuerdo a los conceptos ya transcritos, los hechos
son constitutivos del delito de tortura y de trato inhumano y
degradante,

b. Responsabilidad del estado nace de la aplicación directa de la


constitución y el derecho internacional, siendo improcedente
invocar la aplicación de normas y principios del derecho
privado a los casos de responsabilidad del Estado por delitos
de lesa humanidad.

c. La imprescriptibilidad de las acciones judiciales en casos de


responsabilidad del Estado por delitos de lesa humanidad.

d. Existe copiosa jurisprudencia de la E. Corte Suprema sobre


casos de responsabilidad del Estado por delitos de lesa
humanidad, entre los cuales mencionaremos solo algunos a modo
de ejemplo:

- Rol 76273-2016 de fecha 3 de enero de 2017, pronunciada por


los Ministros Sr. Milton Juica, Sr. Carlos Kunsemuller, Sr.
Haroldo Brito, Sr. Lamberto Cisternas y Sr. Jorge Dahm.
- Rol 62032-2016 de fecha 14 de Noviembre, pronunciada por los
Ministros Sr. Milton Juica, Sr. Carlos Kunsemuller, Sr.
Lamberto Cisternas, Jorge Dahm y por el abogado integrante
Jean Pierre Matus.

- Rol 15963-2016, pronunciada por los Ministros Sr. Milton


Juica, Sr. Carlos Kunsemuller, Sr. Haroldo Brito, Sr.
Lamberto Cisternas y Sr. Manuel Valderrama.

- Rol 34447-2016, de fecha 1 de Diciembre de 2016 pronunciada


por los Ministros Sr. Milton Juica, Sr. Carlos Kunsemuller,
Sr. Lamberto Cisternas, Manuel Valderrama y por el abogado
integrante Jean Pierre Matus.

- Rol 28641-2016, de fecha 8 de Noviembre de 2016, pronunciada


por los Ministros Sr. Milton Juica, Sr. Carlos Kunsemuller,
Sr. Haroldo Brito, Sr. Lamberto Cisternas y Sr. Julio
Miranda (suplente).

Los actos de tortura de los que fueron víctimas los demandantes son
una consecuencia directa de su detención ilegal y del actuar de los
agentes del Estado y, en todos los casos, dichos actos de tortura
fueron ejecutados en absoluta indefensión de las víctimas, quienes
nunca tuvieron posibilidad de defensa alguna.
En este sentido la detención ilegal por motivos políticos de las
víctimas y, luego su tortura por parte de agentes del Estado
constituyen los hechos que fundan la responsabilidad del Estado. En
concreto, en materia de derechos humanos los Estados tienen una
obligación de resultado, cual es, la efectiva vigencia de los
derechos y libertades consagrados en los instrumentos
internacionales.
De allí, la responsabilidad del Estado por violación a los derechos
humanos es una cuestión objetiva, toda vez que el ilícito por
violaciones a los derechos fundamentales se produce en el momento
en que el Estado actúa en violación de una norma obligatoria, sin
necesidad de que exista falta o culpa por parte del agente. (Cfr.
Aguiar, Asdrúbal. La responsabilidad internacional del Estado por
violación de derechos humanos. Revista Instituto Interamericano de
Derechos Humanos, Vol. 17, IIDH, 1993. Pág. 25). Se trata en
consecuencia de una responsabilidad objetiva en donde no interesa
la presencia de dolo o culpa en el accionar dañoso del Estado. La
responsabilidad internacional del Estado nace al momento en que con
su actuar se infringe los límites que le señalan los derechos
humanos como atributos inherentes a la dignidad de las personas,
sin necesidad de que exista falta o culpa por parte del autor
material del acto.
Confirma normativamente esta interpretación el encabezado del
artículo 19 de la Constitución Política de la República que
establece los derechos y deberes constitucionales al señalar de
modo categórico que: “La Constitución asegura a todas las personas
[…]”. Así las cosas, el Código Político reconoce y asegura la
vigencia de los derechos humanos, obligándose ante la comunidad
internacional a su efectiva vigencia a través del artículo 5º,
inciso 2º, que sanciona e incorpora toda la normativa internacional
aplicable en la especie. En igual sentido, el Art. 1º de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos reza: “Los Estados
Partes en esta Convención se comprometen a respetar los derechos y
libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y pleno
ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin
discriminación alguna por motivos de raza, color, sexo, idioma,
religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole, origen
nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra
condición social”.
Por último, el artículo 19, Nº 20 de la Carta Fundamental indica
que “la Constitución asegura a todas las personas la igual
repartición de las cargas públicas”. Aquí se consagra la idea
básica según la cual nadie está obligado a soportar una carga que
no haya sido establecida por la ley, ni aun en pro del bien común,
como lo establece la jurisprudencia de la Corte Suprema.
Como corolario la E. Corte Suprema ha sentenciado que: “la
responsabilidad del Estado por actos de la administración […] emana
de la naturaleza misma de esa actividad estatal, en cuanto
organización jurídica y política de la comunidad y de las variadas
acciones que debe desarrollar en el ámbito de las funciones que les
corresponde llevar a cabo para el cumplimiento de los fines y
deberes reconocidos en el artículo 1 de la Constitución Política,
para lo cual debe hacer uso de todas las potestades y medios
jurídicos y materiales que ella le otorga, lo que hace que las
distintas responsabilidades que puedan causar esas acciones, se
sometan a normas y principios de la rama del derecho público”.
(Cfr. E. Corte Suprema, 26.01.05, “Bustos Riquelme con Fisco de
chile”, Rol Nº 3.354-03, Considerando Nº 11.)

2. Que, finalmente Ssa., acreditado tanto el daño como la actividad


lesiva del Estado en el caso de autos, debe existir un vínculo de
causalidad entre estos dos elementos, el cual permita atribuir
material y objetivamente un resultado dañoso a la acción de la
Administración;
3. Que, en concomitancia a ello, sin entrar a discutir en detalle
sobre qué teoría en particular para la determinación de la
causalidad predominante en doctrina, para estos efectos primero
debe señalarse los demandantes figuran en la Nómina de Personas
reconocidas como Víctimas de la Comisión Nacional sobre Prisión
Política y Tortura, en donde “cada caso y cada detención fue objeto
de un riguroso proceso de análisis que comprendió la validación de
la información proporcionada por los declarantes por medio de
investigación documental, antecedentes provenientes de organismos
públicos, referencias de organismos de derechos humanos, de
organizaciones de víctimas, información de testigos calificados,
investigaciones en bases de datos disponibles y, en un número
significativo de casos, mediante una segunda entrevista a la
víctima o a testigos”. A mayor abundamiento Vsa., los actos de
tortura que experimentaron los demandantes y que se constatan por
la Comisión recién mencionada, son avalados por una Comisión que
fue creada por el propio Estado de Chile, el cual reconoce la
veracidad –otorgando valor probatorio suficiente para ello- de
todos los documentos, declaraciones e investigaciones que le
sirvieron para tal efecto. Por lo tanto, y en el caso hipotético de
impugnarse esta prueba, la parte demandada intentaría desmentir
hechos que su propio mandante avala.
4. Que, adicionalmente Ssa., se hace presente que se acompañan
diversos documentos junto a esta demanda, los cuales prueban a
cabalidad la causalidad respecto de los perjuicios alegados –tanto
materiales como morales- cuya explicación en detalle se reserva
para la oportunidad procesal de observaciones a la prueba junto a
los demás medios de prueba que se acompañen en autos.

CONSECUENCIAS DE LA CONFIGURACIÓN DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO


POR INFRACCIÓN A UNA NORMA JUS COGENS
Habiéndose previamente establecido los tres presupuestos para que
se configure la Responsabilidad del Estado, se analizan,
brevemente, diversos temas relacionados y complementarios al
presente caso:
OBLIGACIÓN DE REPARACIÓN CIVIL POR UN ACTO DE TORTURA BAJO EL
DERECHO INTERNACIONAL
1. Que, para estos efectos Vsa., es imprescindible atender a lo
establecido por los Principios y directrices básicos sobre el
derecho de las víctimas de violaciones manifiestas de las normas
internacionales de derechos humanos y de violaciones graves del
derecho internacional humanitario a interponer recursos y obtener
reparaciones.
Principio 18: “(…) se debería dar a las víctimas de violaciones
manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos y de
violaciones graves del derecho internacional humanitario, de forma
apropiada y proporcional a la gravedad de la violación y a las
circunstancias de cada caso, una reparación plena y efectiva, según
se indica en los principios 19 a 23, en las formas siguientes:
restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y
garantías de no repetición”.
Principio 20: “La indemnización ha de concederse, de forma
apropiada y proporcional a la gravedad de la violación y a las
circunstancias de cada caso, por todos los perjuicios
económicamente evaluables que sean consecuencia de violaciones
manifiestas de las normas internacionales de derechos humanos o
violaciones graves del Derecho Internacional Humanitario, tales
como los siguientes: a) el daño físico o mental; b) la pérdida de
oportunidades, en particular las de empleo, educación y
prestaciones sociales; c) los daños materiales y la pérdida de
ingresos, incluido el lucro cesante; d) los perjuicios morales; e)
los gastos de asistencia jurídica o de expertos, medicamentos y
servicios médicos y servicios psicológicos y sociales”.
2. Que, la anterior cita refleja la variedad de perjuicios que
incluye la reparación, resultando incluso innecesario explayarse
más al respecto ya que el texto mismo es suficientemente claro.
Cabe si recordar también Ssa., para estos efectos, el art. 63.1 de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos, que establece:
“Cuando decida que hubo violación de un derecho o libertad
protegidos en esta Convención, la Corte dispondrá que se garantice
al lesionado en el goce de su derecho o libertad conculcados.
Dispondrá asimismo, si ello fuera procedente, que se reparen las
consecuencias de la medida o situación que ha configurado la
vulneración de esos derechos y el pago de una justa indemnización a
la parte lesionada”.

OBLIGACION DE REPARACION INTEGRAL DEL DAÑO CAUSADO Y PERJUICIOS


CUYA INDEMNIZACION SE DEMANDA

Establecida la causalidad material en orden a que existe una


relación causal irrefutable entre el daño sufrido por los
demandantes como consecuencia del actuar de los agentes del estado,
conviene precisar cómo estos hechos originan la obligación de
reparación del daño sufrido, su naturaleza y contenido de la misma,
en el sentido de determinar que se entiende por “obligación de
reparación” del daño cuando esta responsabilidad radica en el
Estado por crímenes de Lesa Humanidad.
La fuente de la obligación de reparar el daño radica en la Ley, por
aplicación directa de la Constitución Política de la Republica y de
los Principios Generales del Derecho Humanitario y los Tratados
Internacionales sobre la materia suscritos por Chile. Luego,
establecidos los hechos que la originan debe dimensionarse su
contenido y alcance, que se establece atendidos la gravedad de los
hechos y su demostración, en el caso de marras, los hechos se
encuentran fehacientemente acreditados por el Informe de la
Comisión Valech y son de tal gravedad que todos los demandantes
fueron víctimas de detención ilegal, relegación, incomunicación,
tortura, y daños en su persona y dignidad, de manera que la
obligación indemnizatoria, necesariamente, deberá perseguir una
reparación integral.
Nuevamente, la jurisprudencia es categórica al respecto,
dictaminando la I. Corte de Apelaciones en sentencia Civil Rol
Corte N° 5081 – 2018, lo siguiente:
Duodécimo: Que, a fin resolver en cuanto al daño e indemnizaciones
consecuentes reclamadas por la actora en su demanda, a juicio de
esta Corte de Apelaciones, se deben analizar dos aspectos que son
básicos; primero, determinar la fuente de la obligación
indemnizatoria que se demanda respecto del demandado Fisco de
Chile, y, en segundo término, si existe fundamento para concluir
que éste debe soportar el cumplimiento de reparar los daños
ocasionados. Por el primer aspecto, como se sabe, las fuentes de
las obligaciones civiles son el contrato o acuerdo de voluntades
tendiente a crear actos jurídicos, el cuasi contrato, el delito, el
cuasidelito, o la ley.
Sin duda, en la actualidad, hasta el más convencido positivista del
Derecho Internacional Público, reconoce la existencia del delito de
lesa humanidad, no tan sólo como Principio Internacional de los
Derechos Humanos, sino como norma del Derecho Internacional Público
y la noción de crimen de lesa humanidad produce, como consecuencia
de ello, en el ámbito del ordenamiento jurídico, la obligación para
el Estado de respetar los tratados sobre la materia, de acuerdo al
artículo 5º, inciso segundo, de la Constitución, lo que significa
el deber de asegurar el cumplimiento de sus disposiciones por todos
los órganos y agentes del Estado. En consecuencia, la
responsabilidad que pesa sobre el demandado Fisco de Chile en esta
materia proviene, en efecto, de la ley. Particularmente respecto
del Fisco de Chile, tal obligación de responsabilidad
indemnizatoria está originada, tratándose de violación de los
Derechos Humanos, no sólo en cualquier ley, sino en una de rango
mayor como lo es la Constitución Política de la República; y no
solamente deriva de ésta, sino de los Principios Generales de
Derecho Humanitario y de los tratados como expresión concreta de
los mismos. Enseguida, en estos casos, el Estado de Chile se
encuentra obligado a soportar el pago de la indemnización
reparatoria en forma directa, en virtud a la relación de derecho
público entre él y las víctimas y los familiares de éstas, deber
que se centra en la reparación de los daños producidos por la
violación de los Derechos Humanos, pues, no se puede alcanzar en
esto una comprensión precisamente humana e integral, sin tener
presente en este aspecto a la víctima y su familia
Décimo cuarto: Que, también, debe razonarse que, en la especie, al
ser atinente la normativa de los Tratados Internacionales sobre
Derechos Humanos y los Principios Generales del Derecho
Internacional Humanitario, no cabe aplicar únicamente las normas
del derecho civil interno chileno de los artículos 2.314 y
siguientes del Código Civil; debiendo también considerarse - para
estos efectos - que las disposiciones de la Ley Orgánica
Constitucional de Bases de la Administración del Estado, Ley 18.575
- que incorpora en Chile la noción de falta de servicio de la
administración atendido la fecha de vigencia de ésta, resulta ser
posterior a los hechos.
En efecto, además de lo razonado, de lo que se concluye que las
normas del derecho común interno se aplican sólo si no están en
contradicción con la fuente de la obligación del Estado de reparar
a las víctimas y a sus familiares de las graves violaciones a los
derechos humanos, obligación estatal que proviene de la
Constitución Política de la República, de los Tratados
Internacionales sobre Derechos Humanos y de los Principios
Generales del Derecho Internacional Humanitario. Se debe enfatizar
que, también bajo la Carta Fundamental de 1925, Chile era un Estado
Constitucional de Derecho, al igual que bajo el imperio de la
actual Constitución de l980, y le era también exigible la
congruencia de aquélla con los Tratados Internacionales y los
Principios Generales del Derecho Internacional; así Chile era,
desde antes de los hechos de autos, signatario de la Carta de las
Naciones Unidas “ y se encontraba vinculado por sus decisiones y
por la Declaración Universal de Derechos Humanos y sus pactos
complementarios”. Y, junto a todos los demás Estados suscribieron
la Declaración de Teherán de l968, a través de la cual se
vincularon para hacer efectivos los derechos humanos, cuyo artículo
Sexto señala lo siguiente: “Los Estados deben reafirmar su firme
propósito de aplicar de modo efectivo los principios consagrados en
la Carta de Naciones Unidas y en otros instrumentos internacionales
en relación con los derechos humanos y libertades fundamentales”. A
su vez, la Declaración Americana de Derechos y Deberes del Hombre
de l948, es claramente obligatoria y vinculante también por la
remisión que a ella efectúa el artículo 29, inciso d), de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos o Pacto de San José de
Costa Rica. (Humberto Nogueira Alcalá – Las Constituciones
Latinoamericanas, Anuario de Derecho Constitucional, Edición 2000,
Editorial CIEDLA, página 183). El fundamento anterior posibilita
subrayar la obligación del Estado de Chile frente a los Derechos
Humanos, en cuanto éstos, por su naturaleza jurídica, constituyen
obligaciones positivas y negativas de éste, en tanto los derechos
de la persona tienen como contrapartida los deberes estatales,
establecidos en las disposiciones constitucionales y preceptos
internacionales reconocidos y aceptados por Chile, formando parte
de los Tratados y Principios Internacionales del Derecho
Humanitario, que consagran la responsabilidad del Estado, las que,
al tener tal carácter, priman por sobre otra disposición. Preceptos
a los cuales esta Corte de Apelaciones se encuentra sujeta al
decidir lo sometido a su conocimiento y resolución, pues, en su
función, ésta debe conformarse primero a la batería normativa
constitucional e internacional aceptada por Chile en esta materia,
la cual establece claramente la responsabilidad estatal.

Décimo quinto: Que, en relación con el daño moral sufrido por la


parte demandante civil Paulina Raquel Aedo Alarcón, hija de la
víctima Francisco Eduardo Aedo Carrasco, es un hecho evidente que
el haber sufrido la desaparición de su padre, sin poder recurrir
ella al derecho de exigir el oportuno esclarecimiento del crimen de
éste a la justicia, circunstancias todas ellas corroboradas con la
sentencia penal, es que permite constatar la existencia del daño
moral que se reclama de su parte; en efecto, está acreditado en
autos que la privación de libertad y luego la desaparición
inmediata y hasta hoy de la víctima, produjo un estado de
incertidumbre y grave angustia para sus familiares, dolor que se
vio agravado al no realizar el Estado de Chile una investigación
oportuna para evitar dicha situación de incertidumbre respecto del
destino final de aquél, ello no obstante la actividad que
desarrolló su hija y su familia; por el contrario, según consta de
los antecedentes penales, los agentes de Estado voluntariamente,
con crueldad y sin humanidad, dificultaron y desinformaron a los
parientes cercanos acerca de la suerte corrida por la víctima,
mediante actos concretos dirigidos en contra de la dignidad de la
víctima y de su familia.
Atendido lo anterior es que los perjuicios demandados por concepto
de daño moral se avalúan en los siguientes términos:

NOMBRE TIEMPO DETENCION APREMIOS DAÑOS MATERIALES, AVALUO


ILEGAL ILEGITIMOS FÍSICOS Y/O DAÑOS
PSÍQUICOS
1.- HUGO - 7 días - golpes en la - fractura $90.000.00
FERNANDO detención ilegal cabeza con pómulo 0
VIVEROS - Relegación:1 tarro de derecho
FRITZ año manteca,
- pérdida
- aplicación considerabl
de e de
electricidad visión,
en la cabeza
- 3 costillas
- trabajo no rotas
remunerado
- Perdida
trabajo
2.- Detención ilegal: - Golpes - rotura de $90.000.00
JAIME 3 meses 8 días tímpano 0
IVAN - corriente en izquierdo
RIVERO las orejas
FAUNDEZ - daño
- falsos tabique
fusilamiento nasal
s
- perdida de
- testigo de dientes
fusilamiento superiores
- robo de
anillo
3.-SIMON - Detención - torturas con - perdida de $70.000.00
OCTAVIO ilegal: 3 meses, golpes, piezas 0
POVEA - 45 días dentales
RIVERO incomunicado - castigos
- firma semanal: físicos: - perdida de
correr trabajo y
desnudos y 13 años de
privación de servicio
sueño, sin
finiquito
- aplicación
de
corriente,

- amenazas a
familia:
amenaza hija
menor con
pistola.
4.- JUAN Detención ilegal: - golpes - daño $45.000.0
PABLO 3 meses - amenazas psicológico 00
ESCOBAR - testigo de
LARA torturas
- privación de
sueño
5.- Detención - golpes, - daño $60.000.00
MANUEL ilegal:1 mes 8 psicológico 0
EDUARDO días - aplicación
VILLEGAS de corriente
MARTINEZ
6.-JOSE Detención - golpes, - perdida de $90.000.00
DEL ilegal:2 años 4 años de 0
CARMEN meses - castigos servicios
SANDOVAL físicos:
PANE encadenamien
to público,

- falsos
fusilamiento
s
7.- detención - tortura - Daño $60.000.00
EDUARDO ilegal:4 meses psicológico 0
RAFAEL - relegación: 1 - Castigos
GIRONAS año, Ollahue, físicos
TORRES Antofagasta
- Comida en
manos

- Necesidades
básicas en
cubos

- Trabajos
pesados
8.- detención ilegal - castigos - testigo de $90.000.00
EUGENIO 59 días físicos: torturas 0
ARCADIO - 4 meses trotar
MIERES arresto desnudos, - perdida de
ARANEDA domiciliari trabajo
o - necesidades
básicas en - declarado
- 45 días cubo, persona
incomunicad peligrosa
o - electricidad
en orejas

- toalla
mojada:
amarrado de
pies y manos
electrocutad
o
9.-LUIS detención - golpes, - daño $45.000.00
ALBERTO ilegal:2 meses culatazos psicológico 0
JARA - incomunicado - privación de
OBREQUE sueño
- amenazas a su
persona y familia
- postura forzada
del cuerpo
- testigo de
fusilamientos
10.- - 4 meses 5 días - golpes - perdida de $45.000.00
MANUEL detención ilegal - amenazas familia trabajo 0
ANTONIO - 45 días - castigos físicos
CHAVARRI incomunicado - testigo de
A torturas
BASCUÑAN
11.- -14 meses - golpes - desviación de $90.000.00
GUILLERM detención ilegal - castigos físicos columna 0
O ARTURO - exilio - electricidad - cicatrices por
ORTEGA orejas quemaduras
HERNANDE - cigarrillos en - angustia y
Z cuerpo trastorno del
- privación de sueño
sueño
- negación de
necesidades
básicas
-amenazas a su
familia
12.- - 3 meses - golpes - perdida de $90.000.00
LUIS detención ilegal - electricidad piezas dentales 0
RAUL cuerpo, pene y - perdida de
VENEGAS testículos trabajo
FIGUEROA - castigos - declarado
físicos: amarre persona peligrosa
con alambres
13.-LUIS - 3 días - golpes - daño $40.000.00
FERNANDO detención ilegal - privación de psicológico 0
CID sueño
MUÑOZ - amenazas familia

Calculados los montos a indemnizar por daño moral, en base a los


criterios adoptados por el Derecho interno e internacional y las
conductas vulneradoras de derechos fundamentales ya establecidas en
comisión Valech se avalúa la indemnización demandada en un total de
$ 905.000.000 (novecientos cinco millones de pesos) en la forma
señalada en la tabla que antecede.

POR TANTO,

en atención a lo expuesto y lo prescrito en los artículos 5, 6, 7,


19 y 38 de la Constitución Política de la República; artículo 4 de
la Ley 18.575, las diversas fuentes de derecho internacional
citadas, y demás normas que Ssa. estime aplicables,

RUEGO A US., respetuosamente se tenga por interpuesta demanda de


indemnización de perjuicios por Responsabilidad del Estado, en
contra del Fisco de Chile, ya individualizado precedentemente,
someterla a tramitación, y en definitiva, acogerla declarando al
efecto:
1. Que se condene al Fisco de Chile a pagar la suma de $ $
905.000.000 (novecientos cinco millones de pesos) por concepto de
daño moral, más reajustes e intereses desde la notificación de esta
demanda y hasta el pago efectivo y total de las mismas, o la suma
que US. estime ajustada a derecho, a equidad y al mérito de autos.
2. Que, se condene al demandado al pago de las costas de esta
causa.
PRIMER OTROSI: solicito a U.S. que mi personería para actuar en
estos autos se encuentra en Mandato Judicial de fecha 10 de julio
de 2019 otorgado ante Notario Público Titular de Segunda Notaria de
Yungay, anotado en el Repertorio n° 300-2019.

SEGUNDO OTROSI: solicito a U.S. tenga por acompañado los siguientes


documentos en forma legal:
1.- Mandato judicial de fecha 10 de julio de 2019 otorgado ante
Notario Público Titular de Segunda Notaria de Yungay, anotado en el
Repertorio n° 300-2019.
Tercer otrosí: Hago presente a Ssa. que asumo personalmente el
patrocinio y poder conferido.

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