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PAUTA PARA LA ORACIÓN

“Hablando así como un amigo habla a otro amigo” (San Ignacio, EE 54).

“Tratar de amistad estando muchas veces tratando a solas


con quien sabemos nos ama” (Santa teresa,Vida 8,5).

“Gustar su amistad y su mensaje” (EG 266).

“Necesitamos detenernos en oración para pedirle a Jesús que vuelva a cautivarnos.


Nos hace falta pedir su gracia para que nos abra el corazón frío
y sacuda nuestra vida tibia y superficial” (EG 264).

Nuestra oración de salesianos corre el riesgo de quedar atrapada en una serie de


rutinas que le restan vitalidad y frescura. Una oración superficial no propicia el
encuentro con el Señor Jesús, y no sacude o pacifica (según los casos) el fondo de
nuestra vida. Estos días de retiro son una buena oportunidad que Dios nos ofrece para
mejorar la calidad de nuestros momentos de oración. Momentos amplios. De una o
dos horas. Con una metodología clara. La que se propone en esta pauta. U otra que
nos haya ido bien.

Entrada en oración

 Quedo con el Señor. Él no faltará a la cita. No quiero fallarle yo.


 Busco un lugar adecuado. Elimino interferencias y ruidos, externos e internos.
Creo silencio interior. Ajusto mi “receptor”. Me dispongo a la escucha.
 El Señor está ya conmigo. Tomo conciencia de que estoy con el Padre,
con Jesús, en el Espíritu. Expreso corporalmente esta conciencia con
algún signo externo (palabra, gesto, postura, silencio…).
 La oración es gracia. Pido ayuda para orar bien y orientar mi vida hacia Dios y
hacia su Reino.

Cuerpo de la oración (según las modalidades)


 Acoger mi vida. Revivirla ante Dios. Meditar lo que he guardado en el corazón.
Intento abrir los mensajes que Dios me ha dejado. ¿Los borro? ¿Los respondo?
 Acoger la Palabra
-Texto abstracto: me hago cargo de los contenidos; busco su significado para
mí, para los demás; dejo que la Palabra me hiera y me sane, entro en
diálogo, expreso sentimientos, opciones…
-Texto narrativo: participar en la acción “como si presente me hallase”.
Contemplo las personas, escucho, profundizo las palabras, las acciones, las
motivaciones. Me dejo provocar. ¿Qué me dice el Señor?

Diálogo final
 Comento sencillamente con el Señor cómo me ha ido este rato de oración.
Le expreso lo que me ha quedado en el corazón después de este encuentro con él.
No me voy sin despedirme. No corto bruscamente.
 Con Jesús y en el Espíritu dirijo el corazón al Padre diciendo: Padre nuestro

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