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PRESENTACIÓN
Desde el momento que comencé a trabajar como especialista en psicología clínica en el Servicio
Andaluz de Salud, hace unos 4 años (tras la realización del doctorado y luego de la residencia para
conseguir la especialidad sanitaria), he tenido claro que mi objetivo, el objetivo de los jóvenes
psicólogos que trabajamos en el ámbito de la sanidad pública, es favorecer con nuestro saber
hacer que la psicología se consolide como disciplina sanitaria y que adquiera cada vez mayor
relevancia en este ámbito, y para ello no podemos restringir nuestra tarea a la labor asistencial por
bien lo que lo hagamos (que también).
Actualmente, además de estos trabajos que proponen como la primera línea de abordaje de la
depresión y la ansiedad las intervenciones psicológicas y psicosociales, también en el ámbito
sanitario público, actualmente estamos trabajando en una nueva GPC sobre la psicosis, pues
también en el caso de los trastornos mentales graves la psicología tiene mucho que aportar, y así
está reflejado en la literatura científica. Esto conlleva la elaboración de la guía, la realización de
nuevos estudios cualitativos en personas con psicosis y sus familiares, y el trabajo de
implementación.
Uno de los campos que más desarrollo ha adquirido en este sentido desde el punto de vista de la
investigación cuantitativa ha sido la de los resultados informados por los pacientes (PRO). Los PRO
son autoinformes del estado de la salud de los pacientes sin mediación de ningún profesional (U.S.
Department of Health and Human Services, 2009) para capturar conceptos relacionados con sus
experiencias, cómo sienten o funcionan en relación con su enfermedad o tratamiento y van más
allá de la clásica evaluación de la supervivencia, la eficacia clínica tradicional o los eventos
adversos. Su uso creciente en los estudios experimentales está proliferando especialmente en los
ensayos clínicos con medicamentos, siendo la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS) uno
de los más extendidos. Pero, aunque esta aproximación está resultando prometedora en muchos
sentidos, no alcanza la profundidad de indagación y comprensión de fenómenos vividos de la
investigación cualitativa, adquiriendo ambas aproximaciones una sinergia prometedora (Lasch et
al., 2010).
En el campo de la salud mental, los diagnósticos clínicos no son categorías biomédicas estrictas
sino que aspectos de este tipo se entrelazan con factores psicológicos y socioculturales, que
también tienen, por tanto, gran relevancia en la intervención. Este hecho hace a la investigación
cualitativa de especial relevancia en la salud mental, ya que permite profundizar en la naturaleza
del trastorno y del proceso de recuperación mediante el acercamiento a las experiencias que
tienen las personas que los padecen, así como los de su alrededor. Permite, por tanto, atender a
los puntos de vista socioculturales e individuales sobre los trastornos, las intervenciones y
programas y el contexto en el que tienen lugar.
Sin embargo, a pesar de la utilidad de esta metodología en salud mental y de poner de manifiesto
el reconocimiento a la libertad de la expresión de los usuarios, es un campo en el que aún queda
mucho por explorar, especialmente en nuestro país.
De los escasos estudios que hay al respecto, es frecuente encontrarse que la población elegida
sean pacientes que además de síntomas de ansiedad presenten síntomas depresivos y que hayan
sido realizados en otros países. Muchos de ellos están dirigidos a conocer las experiencias
personales con el trastorno, obteniendo en algunos estudios que el control de las emociones y
pensamientos desagradables es una estrategia frecuente en estas personas (e.g. Kadam, Croft,
McLeod & Hutchinson, 2001). Algunos han puesto de manifiesto la experiencia de estas personas
con el tratamiento psicofarmacológico, observándose un escepticismo ante la eficacia del mismo
(Kadam, Croft, McLeod & Hutchinson, 2001), escasa satisfacción con la información que reciben
del tratamiento e incumplimiento de las pautas prescritas por el médico (Haslam, Brown, Atkinson
& Haslam, 2004). Las creencias sobre las intervenciones psicológicas y psicofarmacológicas han
sido exploradas en este grupo de pacientes (Wagner et al., 2005). Algunos de ellos también han
puesto de manifiesto que las necesidades sanitarias no se ven cubiertas con la atención prestada
(Prins et al., 2011; Prins, Verhaak, van der Meer, Penninx & Bensing, 2009; Boardman, Willmott &
Henshaw, 2004). En España, concretamente en Andalucía, se exploraron las opiniones que tenían
las personas con trastornos mentales, así como los profesionales, sobre las necesidades y
expectativas con respecto a los servicios de atención a la salud mental. Aunque había personas
con trastornos mentales comunes, no se hicieron distinciones entre las opiniones de éstas y el
resto de las personas con trastornos mentales y sus familiares (Escuela Andaluza de Salud Pública,
2007).
En los estudios que se han realizado con personas con TAG se ha obtenido que tienen
preocupaciones y pensamientos negativos de larga evolución, que frecuentemente son
experimentados como incontrolables y que afectan a varias áreas de la vida (Craske, Burton &
Barlow, 1989; Breitholtz, Westling & Öst, 1998; Decker, Turk, Hess & Murray, 2008; Ruscio &
Borkovec, 2004), además, las preocupaciones están relacionadas con la familia, el trabajo y la
economía principalmente (Beckner, Goodwin, Hölting, Hoyer & Margraf, 2003). Borkovec y
Roemer (1995) obtuvieron que las personas con TAG veían la preocupación como una distracción
de asuntos emocionales y que podría reducir la probabilidad de ocurrencia del suceso que genera
la preocupación. Pocas personas con TAG perciben la necesidad de ayuda profesional, muy pocos
la buscan y, además, se trata de un diagnóstico que suele infradetectarse por parte de los
profesionales (Mojtabai, Olfson & Mechanic, 2002; Prins et al., 2009). Con respecto a la
satisfacción con la respuesta sanitaria recibida, no se han hallado estudios que se hayan realizado
en esta población.
Con respecto al TOC, los estudios cualitativos ponen de manifiesto que los pacientes con TOC no
suelen referir sus síntomas a sus médicos de familia por vergüenza (NICE, 2006), que preferían
modelos de atención llevados a cabo por psicólogos/as clínicos en atención primaria (Kyrios,
Moulding & Jones, 2010) y que es frecuente haber tenido malas experiencias con los
profesionales, resaltándose como causa de la falta de adherencia terapéutica (Rodríguez-Acevedo,
Toro-Alfonso & Martínez-Taboas, 2009). Con respecto al abordaje psicoterapéutico, se ha
obtenido que los pacientes hablan de una evolución favorable durante éste (Castañeiras, Míguez,
García, Fernández-Álvarez & Belloch, 2009; Hertenstein et al., 2012), que la relación terapéutica y
la exposición son los elementos que encuentran más útiles los pacientes y no tanto las estrategias
cognitivas (Ayers, Bratiotis, Saxena & Wetherell, 2012) y que los grupos son útiles pero que
resultan menos beneficiosos si en las primeras sesiones alguien se quejaba de los tratamientos o
decía que es imposible superar este trastorno (NICE, 2006). Con respecto al impacto de la
trastorno, presentan dificultades con el empleo, las relaciones de amistad y la pareja, y muchos de
ellos han sufrido estigma (Rodríguez-Acevedo et al., 2009).
Otro estudio analizó la satisfacción de mujeres con TEPT asociado a experiencias de maltrato con
respecto a un programa terapéutico de reducción de estrés basado en mindfulness, poniéndose
de manifiesto las dificultades para practicar la meditación, una visión de crecimiento y ayuda,
mejoras personales e interpersonales.
Además, Breitholtz, Westling y Öst (1998) realizaron un estudio cualitativo con personas con TAG y
trastorno de pánico y encontraron que los segundos tienen más pensamientos centrados en
catástrofes físicas.
Dada la complejidad del abordaje de los trastornos de ansiedad, que con frecuencia implica
experiencias asistenciales en varios niveles de atención –atención primaria, atención especializada
y en algunas ocasiones incluso hospitalización- y las dificultades del sistema sanitario para su
detección (p.e., Prins et al., 2009) y en muchas ocasiones para su abordaje (Rodríguez-Acevedo,
Toro-Alfonso & Martínez-Taboas, 2009; Prins et al., 2011), consideramos necesario evaluar cómo
el paciente con un trastorno de ansiedad percibe todo el proceso de atención sanitaria.
Consideramos que incorporar a la atención sanitaria los resultados de este tipo de estudio, esto es,
la visión y percepciones de los usuarios, aportaría elementos para el rediseño de procesos y un
potencial nicho de futuras intervenciones encaminadas a mejorar la oferta de servicios para este
tipo de pacientes.
Así pues, la alta prevalencia de los trastornos de ansiedad hace necesaria la investigación sobre los
mismos, las intervenciones dirigidas a éstos y los procesos intervinientes en la recuperación de
estas personas. Aunque la opinión de los pacientes y la metodología cualitativa se considera un
medio idóneo para la exploración de estos aspectos, hay una escasez de estudios al respecto y los
existentes generalmente utilizan pacientes con síntomas de ansiedad y depresión, sin hacer
distinciones entre los distintos trastornos de ansiedad. Consecuentemente, estos estudios obvian
las particularidades que pueden existir entre unos trastornos y otros. Por tanto, el objetivo del
presente proyecto es conocer la vivencia y las percepciones de personas con distintos trastornos
de ansiedad (TOC, Fobia Social, TAG y Trastorno de Pánico y/o Agorafobia) sobre la asistencia
sanitaria que han recibido así como los recursos personales que han intervenido en su proceso de
recuperación.
PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN
Con este estudio se pretende responder a dos preguntas básicas sobre la visión y percepciones de
los pacientes con diferentes trastornos de ansiedad:
- ¿cómo viven estas personas la aparición del trastorno y qué supone en sus vidas?
OBJETIVOS
- Conocer la vivencia y los recursos de afrontamiento propios de los pacientes con Trastorno
Obsesivo Compulsivo, Fobia Social, Trastorno de Ansiedad Generalizada y Trastorno de Pánico con
o sin Agorafobia.
Los distintos trastornos de ansiedad pueden diferir mucho en sus características topográficas y en
la gravedad de su presentación, por lo que se estudiarán los diferentes diagnósticos por separado.
Los diagnósticos estudiados serán trastorno de ansiedad generalizada, trastorno de pánico con o
sin agorafobia, trastorno obsesivo-compulsivo y fobia social.
La selección de los pacientes se realizará teniendo en cuenta los siguientes criterios de inclusión:
- Que hayan tenido al menos dos citas en atención especializada, ya que una cita única es muy
probable que se corresponda con una cita de consultoría en los centros de salud, un servicio que
no pretende tanto el tratamiento propiamente dicho, sino una orientación al paciente sobre cómo
abordar su problemática –que en muchos casos no se corresponde con un trastorno psiquiátrico-
o una sesión de apoyo al trabajo que se está haciendo con el paciente en Atención Primaria.
- Que tengan un trastorno mental grave o una adicción comórbida (alcohol o alguna droga ilegal).
- Que hayan abandonado el seguimiento sanitario sin recibir el alta por parte de un facultativo.
El estudio se llevará a cabo en la USMC de Málaga Centro, perteneciente a la UGC de Salud Mental
del Hospital Regional Universitario de Málaga. La USMC Málaga centro atiende a 6 centros de
salud (C.S. El Palo, C.S. El Perchel, C.S. Limonar, C.S. Victoria, C.S. Rincón de la Victoria, C.S.
Colmenar) y a una población total de 165.000 habitantes.
Métodos y técnicas:
Los criterios de segmentación de los grupos focales se regirán exclusivamente por el tipo de
ansiedad, procurando balancear la proporción de hombres y mujeres.
Tanto las entrevistas grupales, como las individuales estarán guiadas por un guión de preguntas
abiertas, aunque la flexibilidad será la que guíe en transcurso de las mismas y, por tanto, se
permitirán y fomentarán la emergencia de temas no previstos en el guión. Para la construcción del
guión se tendrán en cuenta aspectos identificados en la literatura, entrevistas con expertos y
particularmente las preguntas de la encuesta llevada a cabo por la GDG de la guía NICE para el
trastorno de ansiedad generalizada (2011b).
Selección de participantes:
Una vez elegidos los pacientes, se procederá a tener un contacto telefónico con ellos,
explicándoles los objetivos de la investigación y solicitando su participación. Los pacientes que
acepten participar en el estudio, serán citados el día del grupo/entrevista con cierta antelación
para que puedan leer la hoja de información al paciente y hacer las preguntas que estimen
oportunas, antes de firmar el consentimiento informado. Además, serán llamados en varias
ocasiones como recordatorio de la fecha del grupo o entrevista en la que se le solicita su
participación (una semana antes y el día anterior).
Los grupos focales y las entrevistas individuales se realizarán en los centros de salud citados, y
serán conducidos por un moderador. También asistirá a todas las sesiones grupales un
observador, para analizar y registrar la información no verbal de la sesión. Todas las sesiones serán
grabadas en audio, para poder ser posteriormente transcritas y analizadas.
- La selección de posibles candidatos para participar en los grupos se realizará mediante una
revisión exhaustiva de la historia clínica de todos los pacientes atendidos en la USMC Málaga
Centro, es decir, la lectura del historial clínico del paciente hasta que se detecte un criterio de
exclusión o se incluya al paciente en el estudio.
- Dado que este proyecto ha ido propuesto por un equipo de investigadoras cuya principal tarea
en el SAS es la atención psicoterapéutica, las medidas tomadas desde el punto de vista de la
reflexividad serán:
- La elaboración del guión de preguntas del grupo focal / entrevista está basada en las preguntas
formuladas a los pacientes en el capítulo 4 de la GPC NICE para la Ansiedad Generalizada (2011b) y
en una exhaustiva revisión bibliográfica.
- Antes del inicio del estudio, los investigadores llevarán a cabo un análisis de ideas preconcebidas
y expectativas propias con respecto a los resultados del estudio para poder comparar
posteriormente en qué medida han podido influir a lo largo del proceso.
Análisis
La principal debilidad del estudio puede ser la falta de colaboración por parte de los usuarios,
especialmente en el caso de aquejados con fobia social, por las propias características del
trastorno.
También es posible que el infradiagnóstico de este tipo de trastornos afecte a la validez de los
resultados, en el sentido de que lo obtenido se refiera exclusivamente a personas con trastornos
de ansiedad que buscan ayuda en el sistema nacional de salud y pueda no ser extrapolable a los
casos no diagnosticados ni tratados.
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