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1.1.

Novación por cambio de acreedor y el pago con subrogación en cuanto al


acreedor. La diferencia entre ambas, es que en la primera se requiere del consentimiento
del deudor, mientras que la subrogación por el pago opera sin dicho consentimiento. De lo
anterior se observa entonces que en la novación no se necesita la notificación ulterior al
deudor, en el caso de la subrogación por el pago, cuando es legal, actúa por ministerio de la
ley, ipso jure, sin necesitad de tal notificación al deudor, pero si la subrogación es
convencional, sí debe notificarse al deudor para que la eficacia de ella trascienda a este y a
terceros (art. 1669 c.c). El pago con subrogación no extingue el crédito pagado, cosa
contraria que pasa con la novación donde sí se extingue totalmente el vínculo obligatorio,
con todo lo que pertenece, aunque se puedan reservar los accesorios y garantías si se quiere
para que pasen a ser parte del nuevo crédito.
2. Requisitos de la novación. Se tienen como condiciones esenciales de la novación:
2.1. Existencia de dos obligaciones sucesivas. Al conceptualizar el artículo 1687 de la
novación lo cual establece que “es la sustitución de una nueva obligación a otra anterior la
cual queda por tanto extinguida” se está diciendo que el objeto de este acto jurídico debe
consistir en extinguir una obligación preexistente y en crear otra nueva que la sustituya. Es
decir que la existencia de esas dos obligaciones constituye un elemento esencial para la
constitución de la novación, sin este requisito no constituye acto alguno o produciría efecto
en otro acto distinto (Artículo 1501).

Es necesario que el acto jurídico a celebrar reúna las condiciones legales licitas para su
existencia (voluntad o consentimiento y el objeto posible y determinado).

2.2. Que nazca una obligación valida que remplace a la anterior. El nacimiento de
una nueva obligación, también es un elemento esencial de la novación, la cual debe ser
igualmente valida.

Es decir si la nueva obligación está sujeta a alguna condición suspensiva, mientras dicha
condición se encuentre pendiente no hay novación, porque en tal caso no ha nacido la
nueva obligación que es un elemento esencial de esta; igualmente, si la condición falla no
hay novación.

2.3. Que entre la obligación antigua y la nueva. La obligación primitiva y la nueva


obligación deben presentar diferencias fundamentales entre sí, es decir, debe variar uno de
sus elementos esenciales y no uno meramente accidental, deben ser obligaciones distintas
(se presentan cuando cambian de acreedor, el deudor o el objeto o la causa de la
obligación).
2.4. Al negocio que genera la novación, incluidos los sujetos, se le aplican las reglas
de validez y eficacia de los negocios jurídicos.
2.5. Que exista intención de novar, esto es el animus novandi. Existe intención de
novar cuando las partes lo declaran, ya que la nueva obligación extingue la antigua. Si la
voluntad de novar no aparece coexistirán las dos obligaciones y tendrá relevancia la
obligación primitiva en todo lo que la posterior no se opusiere a ella (artículo 1693 c.c).
3. Efectos de la novación.
3.1. Dada su naturaleza hibrida o compleja de convención extintiva de contrato, el
efecto principal de la novación es el de extinguir la obligación preexistente y, a la vez,
generar otra obligación nueva en remplazo de aquella. En virtud de esta operación
sustitutiva el vínculo obligatorio primitivo se soluciona totalmente, y así el deudor se libera
de la respectiva deuda y el crédito correlativo también desaparece. Y esto ocurre, aunque la
novación sea objetiva, por cambio de objeto o de causa como por ejemplo; se sustituye el
caballo por dinero o el dinero por una letra de cambio porque si bien es cierto siguen las
mismas partes (acreedor y deudor) en ellos nace un vínculo jurídico distinto del extinguido
y cuyos efectos comienzan a producirse, al tiempo de los extinguidos.

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