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David
David Brading
Brading
EN PROCESOS OUE FUERON DECISIVOS PARA LA CONSTRUCCION DE ESTE PAIS.
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t« En general se considera que la llegada de los indios una forma de cristianismo senci
los jesuitas fue un parteaguas en el desarro llo y basado en las Sagradas Escrituras que
llo de la Iglesia mexicana. Cabe preguntar dejaba de lado la complejidad devocional
se por qué se habla de un cambio tan drás del catolicismo del Medievo. En contraste,
tico. La fundación de una red de colegios en sus "Reglas para sentir con la Iglesia" san
diseñada tanto para educar a la elite colo Ignacio de Loyola exhortaba a los jesuitas a
nial como para promover el surgimiento de promover la veneración de reliquias de san
un clero criollo ilustrado ha sido considera tos e imágenes piadosas, la asistencia a mi
da como su principal logro. Pero debesato
y la comunión frecuentes y las romerías.
marse en cuenta que en 1574, el tesoreroYde
si bien la Compañía rara vez promovía
la catedral de la ciudad de México, Francis nuevas "revelaciones", sí alentaba con fer
co Rodríguez Santos, fundó el colegio de vor las devociones existentes y aceptaba re
Todos los Santos y lo dotó con diez becas, velaciones privadas.
para atraer "mozos de ingenio, de buenas i» El grado al que los jesuitas impulsaron
costumbres [...] y de calificada limpieza" de tales devociones en la Nueva España nunca
cristianos viejos. Al año siguiente, en 1575, quedó tan manifiesto como en 1578, cuando
el provincial de los frailes agustinos, Alon sus colegios en la ciudad de México cele
so de la Veracruz, fundó el colegio de San Pa braron con gran pompa y ceremonia la lle
blo para educar 20 jóvenes religiosos y re gada de un arca con reliquias santas envia
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como China y Japón, que en 1645 Andrés dígenas hablantes de náhuatl. No fue sino
Pérez de Ribas publicó un detallado infor hasta 1645 cuando esa obra fue sustituida
me de las misiones jesuítas en Sinaloa, So por el Arfe de la lengua mexicana escrita por
nora, y entre los tepehuanes de Chihuahua, Horacio Carochi, jesuita italiano que vivió
señalando que 20 padres habían sufrido el largos años en la Nueva España. En la igle
martirio a manos de los indios del norte. El sia y el colegio de San Gregorio de la capi
principal de sus logros fue la pacificación y tal, donde se educaban los hijos de la no
conversión de los yaquis, pueblo conocido bleza indígena, la Compañía tenía cuatro
como "una nación tan populosa, aguerrida y padres que dominaban el náhuatl. En las
arrogante que nunca ha tenido comercio niprimeras décadas del siglo xvii, Juan de Le
amistad con los españoles [...]". En total, según desma, jesuita criollo célebre por su ascetis
asienta Andrés Pérez de Rivas, unos 30 000 mo, tenía como sede de su trabajo pastoral
miembros de esa etnia, habitantes de más de entre los indios de la ciudad el mismo cole
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II
nes dependía para realizar sus obras de be el sexo de las mujeres". Además, Oviedo lo
neficencia. En 1645, en la iglesia jesuita de elogia como "el Fénix de nuestra edad", y
San Pedro y San Pablo se fundó la Congre señala que "era fama común, que casi no se
gación de la Purísima Concepción, com cantaba villancico alguno, en las Iglesias de
puesta por 110 miembros, la mitad de los México, que no fuese obra de su ingenio".
cuales eran seglares. Durante más de 30 años, Concluía que tal era "su elevado entendi
m (wJ de 1663 a 1695, su rector fue Antonio Núñez miento y la singular agudeza y viveza de su
de Miranda (i6i8—1695), quizá el más célebre ingenio... [que] escucháronse sus sentencias
jesuita mexicano del siglo xvii, quien alen por Oráculos, y fue tan santo, que se vene
taba a los congregantes a visitar enfermos, raron algunos de sus dichos por profecías".
a dar limosnas a los pobres y donativos pa ■» Además de predicar y administrar los sa
ra sostener el hospital de San Hipólito. Sa cramentos, los jesuítas también promovie
cerdote de austera espiritualidad, Miranda ron vigorosamente el culto a la Virgen Ma
se flagelaba cada semana, ayudaba en el ría y sus imágenes. Por ejemplo, en sus mi
colegio a barrer la capilla y a lavar los tras siones el P. Vidal alentaba la devoción a las
por el Cabildo
ras, en 1757, y de nuevo en 1766. Además, en de la catedral de México
acerca de
1755 Juan Antonio de Oviedo, dos veces prolas bases históricas de la tradi
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que Oviedo, digno discípulo de san Francis indicios del resentimiento que había hacia
co de Sales, actuó como un segundo Jesús, los provinciales italianos que las autoridades
llevando paz en vez de amargura. Lazcano romanas elegían para encabezar la provin
señala en la biografía de Oviedo que "es el cia mexicana. Una declaración más abierta
arte de las artes gobernar hombres" y ob de sentimientos patrióticos habría sido moti
serva que "los Superiores Mayores y el Ge vo de expulsión fulminante de la Compañía.
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narca absoluto", nombraba a todos los pro i*» Lo más impactante del documento de
vinciales y rectores, y exigía una obedien Campomanes es la prominencia dada a los
cia ciega e incondicional de sus súbditos asuntos americanos. Dejando aparte el caso
hasta convertirlos en "meras máquinas", sin del Paraguay, al que definía virtualmente
voz ni voluntad propia. Para Campomanes, como un estado jesuita independiente,
el "primer vicio" de la Compañía era que se Campomanes se concentraba en el tema de
trataba de un cuerpo institucional, que im los diezmos eclesiásticos y afirmaba que el
ponía lealtad por sobre cualquier obliga obispo Palafox había sido perseguido y hu
ción que sus miembros tuviesen como ciu millado por haber querido defender la auto
dadanos, de modo que todo jesuita "es ene ridad real sobre ese gravamen. Además,
migo de la Soberanía, depende de un go aunque otras órdenes religiosas habían
bierno despótico residente en un país ex aceptado pagar diezmos después de que el
tranjero". Era para fortalecer su propia li Consejo de Indias diese su fallo sobre el
bertad de acción que los teólogos jesuítas asunto en 1657, los jesuítas, en cambio, ha
insistían en el poder absoluto del papado, bían seguido apelando la decisión y en la
colocándolo por encima de las monarquías práctica sólo pagaban lo que Ies parecía
de Europa. Con tales argumentos, este ser conveniente. En 1735 el Cabildo de la cate
vidor del despotismo ilustrado de los Bor dral de México se había quejado amarga
mente de los ridículos diezmos entregados
por la extensa cadena de haciendas que po
seían los jesuítas en la arquidiócesis. En
1766 el Consejo de Castilla encargó una in
vestigación sobre el asunto, que reconstru
yó la disputa paso a paso y condenó rotun
damente el acuerdo de 1750 entre la Corona
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munión. Asimismo, eran los jesuitas quie en la Universidad de Cambridge. Durante 15 años fue
nes atendían a los presos en las cuatro cár director del Centro de Estudios Latinoamericanos de esta
celes públicas de la capital. En cuanto a las misma casa de estudios. Ha sido merecedor de muchos
misiones del norte, Clavijero se maravilla reconocimientos académicos. Entre sus publicaciones
del "infatigable celo" mostrado por Juan sobre historiografía mexicana destacan Orbe indiano.
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Campeche, Campeche.