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Índice

pág. ponencia

1 Representación simbólica material de una escena de parto dentro de un


contexto funerario. Salvamento Arqueológico ''Valle del Sol'', municipio de
Villa de Álvarez, Colima
Ramón López Montes, Fernando González Zozaya, Juan Joel Hernández Olvera

20 Prácticas funerarias durante las fases Colima y Armería en un sitio costero de


Manzanillo, estado de Colima
Juan Joel Hernández Olvera, Alejandro Meraz Moreno, Ma. Antonieta Moguel Cos

39 El entierro sedente del Chanal, una manera común de enterramiento para el


periodo posclásico de occidente
Rosa María Flores Ramírez, Andrés Saúl Alcántara Salinas

50 Un caso especial de contexto funerario, “El entierro A11 recuperado en


Tabachines, durante el 2007”
Rosa María Flores Ramírez, Marco Cabrera Cabello

64 “Relación historica de los hospitales de religiosos y “civiles” de la ciudad de


Colima”.
Alfredo Cesar Juárez Albarran

93 Biografía del Dr. Salvador Vizcaíno Mora, quién vivió en Colima de 1915 a
1942.
Celia Vizcaíno Hernández

99 Andrés de Urdaneta ¿pionero de la globalización?


Ángel Luis Gaona Carrasco

110 Los archivos colimenses y su importancia para la historia de Zacatecas


Limonar Soto Salazar

117 Un repositorio de la cultura originaria de la antigua Colima


Isidoro Jiménez Camberos

125 Engrosamiento radicular dental en series esqueléticas de Colima


Albertina Ortega Palma, Ismael Álvarez Zúñiga, Nancy Miramón Valdez

138 Análisis Bioarqueológico de los Entierros de la Fase Cultural Capacha de


Colima
Juan Alberto Román Berrelleza, Andrés Saúl Alcántara Salinas, Adriana Ciraní Zamora
Herrera, Martín Hernández Carvajal
169 Arquitectura prehispánica. Una perspectiva narrativa e interpretativa de la
estructura E1 del fraccionamiento Verde Valle.
Gloria Clemente Barrera

176 Los Juaninos en la Villa de Colima


América Araceli Arellano Cerritos

193 Imagen y estructura de la Villa de Colima, primera mitad del siglo XIX.
Interpretación a partir de documentos de la época
Gabriela Eugenia Abdalá Vázquez

222 La Relación jurada de gastos de funeral del Cura del Pueblo de


Ixtlahuacán, Vicente Iriarte (1768)
José Luis Silva Moreno

235 Ramón R. de la Vega: La Formación de un Actor Político, 1837-1857


José Luis Larios García

248 Bert Lindemann. Ingeniero noruego en Colima


Enrique Ceballos Ramos

257 Antiguas familias: un rescate del pasado remoto


María Guadalupe Paredes López

268 Los trabajadores de las obras del puerto de Manzanillo y la inconformidad


laboral: el caso de Mariano García Gómez
Héctor Porfirio Ochoa Rodríguez

277 Patrimonio cultural, artístico e histórico y su legislación en México


María Irma López Razgado, Andrés Saúl Alcántara Salinas

284 Conocimiento y difusión del territorio: El X Congreso Geológico Internacional


de 1906
Laura Valdivia Moreno

296 Las defunciones vistas desde la perspectiva del periódico oficial del estado de
Colima; durante fines del siglo XIX
M.A. María del Carmen Ascensio Mercado

323 Después de la Cristiada. Recuperando la paz y formando opinión


Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda

337 Los procuradores de pueblos y el reparto agrario en Colima, 1921-1928.1


María J. Ramírez

364 Atenquique, Jalisco: un poblado industrial como expresión de la arquitectura


moderna del siglo XX
Luís Alberto Mendoza Pérez, Eduardo Cruz González, Ramón González de Loza

381 La curación milagrosa de una religiosa almoloyense, la “Madre Jesusita”


Isabel Eugenia Méndez Fausto

398 De indios a indígenas, identidades nahuas en Colima


Mtro. Luis Gabriel Hernández Valencia

412 Una revisión de la situación artesanal en Colima del 2000-2012


Adriana Chamery García

431 De la muerte a la melancolía. La reciente narrativa colimense.


Nohemí Yesenia Zúñiga Preciado

445 Una mirada al asentamiento prehispánico del Valle de las Garzas, Manzanillo,
Colima
Maritza Cuevas Sagardi, Rafael Platas Ruiz
Representación simbólica material de una escena de parto dentro
de un contexto funerario. Salvamento Arqueológico ''Valle del Sol'',
municipio de Villa de Álvarez, Colima.

Ramón López Montes


ramon.lopezmontes@gmail.com
Fernando González Zozaya
fregonqro@hotmail.com
Juan Joel Hernández Olvera
olvera.joel@hotmail.com
CINAH-Colima / Dirección de Antropología Física

“Llegada la hora del parto, que se llama hora de muerte, cuando


ya quería parir la preñada, lavábanla toda y jabonábanla los
cabellos de la cabeza; luego aparejaban una sala ó recamara
donde había de parir, y de padecer aflicción y tormento. Si la
preñada era mujer principal, o mujer rica, estaban con ella dos o
tres parteras, para hacer lo que fuere menester y ella mandase.”1
Fr. Bernardino de Sahagún T.II pp. 191.

Introducción

Una de las principales labores del Instituto Nacional de Antropología e Historia es


la salvaguarda del patrimonio arqueológico, labor que se lleva a cabo mediante proyectos
de rescate y salvamento, los cuales ponderan la recuperación de elementos culturales en un
lapso de tiempo muy limitado. No obstante, en los últimos años, el Centro Regional del
INAH2en el estado de Colima se ha adecuado a este tipo de proyectos arqueológicos, lo
cual ha beneficiado la reconstrucción de los procesos socioculturales ocurridos entre los
grupos humanos que habitaron el denominado Valle de Colima durante la época
prehispánica.
La presente investigación, expone uno de los contextos con mayor particularidad
dentro de esta región, se trata de un espacio destinado exclusivamente para fines funerarios,
en el cual se localizaron 13 entierros humanos: siete infantes, un subadulto y cinco adultos
(ver tabla 1), la fecha tentativa del contexto sugerimos se ubica entre el 200 a.C. al 500 d.
C. (fases Ortices y Comala respectivamente).Dicho hallazgo se llevo a cabo en el marco del
proyecto de salvamento arqueológico denominado “Valle del Sol3”, ubicado en las
postrimerías del municipio de Villa de Álvarez y cercano a la salida a Coquimatlán.

1
De Sahagún, Fr.Bernardino. Historia general de las cosas de Nueva España. Tomo II Pp.191.
2
Instituto Nacional de Antropología e Historia.
3
La etapa de excavación de dicho proyecto, fue ejecutada entre los meses de julio y octubre de 2011, en
fracciones de los predios San José y La Galera, ubicados en el municipio de Villa de Álvarez, Colima.

1
Edad Sexo Posición
UEA
Ent.1 4 años +/- 1 año Decubito ventral
UEB
Ent. 1 3 años +/- 1 año Decúbito lateral derecho
Ent. 2 6 años +/- 2 años Perturbado
Ent. 3 Adulto Perturbado
Ent. 4 35 - 40 años Femenino Decúbito ventral
Ent. 5 15 - 20 años Femenino Decúbito ventral
Ent. 6 1 año +/- 4 meses Decúbito dorsal
Ent. 7 4 años +/- 1 año Decúbito ventral
Ent. 8 25 - 30 años Masculino Decúbito ventral
Ent. 8 b 20 - 24 semanas Perturbado
Ent. 9 35 - 40 años Masculino Decúbito ventral
Ent. 10 Adulto Perturbado
UED
Ent. 1 5 años +/- 1 año y medio Decúbito ventral
Tabla 1.- Relación de entierros localizados, se contrastan en ella edad, sexo y posición de la osamenta.

La particularidad del contexto radica en la presencia de una ofrenda compuesta por


14 figurillas antropomorfas, colocadas dentro de un cajete elaborado entre el 200 a.C. y el
200 d.C. Los personajes muestran características únicas e individuales, pero en conjunto se
encontraban representando una escena de parto. Dicha ofrenda fue dedicada a una persona
de sexo femenino con una estimada entre los 15 y 20 años de edad al momento de su
deceso.
Cabe señalar, que la importancia de dicho espacio no solo radica en esta ofrenda,
sino que se trata, de uno de los pocos contextos funerarios donde se ven integrados, en su
mayoría, individuos infantiles, situación poco recurrente en la investigación arqueológica
de Colima.

Descripción de contextos y elementos arqueológicos en el predio Valle del Sol.

El sitio Valle del Sol se encuentra dentro de una franja aluvial, ubicada al suroeste
del valle y llanura de Colima, región que es irrigada por los escurrimientos de ríos y
arroyos perenes y temporales que nacen en las estribaciones de la ladera sureña del Volcán
de Fuego, los cuales tienden al cauce del río Armería, conduciéndose hacia el valle de
Coquimatlán, para posteriormente dirigirse hacia la planicie costera antes de desembocar en
el Océano Pacifico; características que forman un escenario propicio para la ocupación
humana desde tiempos remotos, como lo demuestran los vestigios culturales develados
mediante intervenciones arqueológicas controladas en parcelas aledañas al punto en
cuestión (ver fig. 1).

2
1)Predios La Tapatia,
2)El Yaqui,
3)La Fuentes,
4)Peralta,
5)El Cortijo II,
6)El Centenario,
7)Puerta de Hierro,
8)Villa Flores,
9)Villas Diamante,
10)La Reserva,
11)Villa Flores II,
12)Buenavista,
13)Los Triángulos,
14)Las Higueras,
15)Los Limones.
16) Tabachines sección f.
17) Fraccionamiento Valle del
sol.

Figura. 1.- Vista general donde se proyecta en un círculo al predio Valle del Sol, en relación con otras
parcelas intervenidas por la sección de arqueología INAH Col. (Modificado de Platas y Cuevas 4).

El predio comprendía aproximadamente 30 hectáreas de superficie, con una ligera


pendiente noreste-suroeste, dentro de la cual se ubicaron sectores de trabajo, determinados
por las características particulares del terreno y específicamente por la presencia
significativa de materiales arqueológicos (ver fig. 2).

Figura. 2.- Plano en el que se aprecian las zonas intervenidas, al centro se observan las unidades de
excavación A, B y D, coincidentes con los puntos de mayor altura en el terreno.

4
Cuevas Sagardi, Maritza y Rafael Platas Ruíz. Los sistemas de enterramiento de las fases Ortices y Comala.
Una aplicación metodológica en los contextos funerarios del sitio Tabachines. Universidad Veracruzana.
2011. Tesis de licenciatura.

3
De esta manera se localizaron al centro del terreno, dos zonas con abundante
material cerámico, en las que se apreciaban pequeñas elevaciones a manera de lomeríos de
escasa altura, situación que nos parece importante mencionar ya que, hacia los últimos
años, este indicador fisiográfico ha sido utilizado como elemento diagnóstico, toda vez que
la presencia de este tipo elevaciones ha sido un signo característico, muchas veces
coincidente con algún tipo de asentamiento prehispánico (ver fig.2).
En el caso de la loma ubicada al sur, que se mostró como el punto más alto dentro
del terreno, fueron explorados 16 m² dentro de la denominada unidad de excavación A
(U.E.A.); en este espacio nuestra excavación expuso gran cantidad de materiales,
dispuestos en tres capas estratigráficas. En las dos primeras que abarcaron hasta una
profundidad de 1.10 m, fueron localizadas concentraciones de lítica y cerámica de tipo
Comala, además de tres grandes rocas y fragmentos de barro cocido (ver fig. 3 y 4)

Figuras. 3 y 4.-A la izquierda se muestra la perspectiva donde se aprecian las grandes rocas y concentraciones
de materiales en U.E.A. / A la derecha, se disponen los fragmentos de barro cocido.

En la tercera capa, se recuperaron los restos de un individuo infantil de edad


estimada (al momento de la muerte) de 4 años +/- 12 meses, de sexo indeterminado, el cual
fue registrado como entierro #1. Dicho esqueleto refiere a un entierro individual, primario,
depositado de manera directa en la matriz, en decúbito ventral (boca abajo), a una
profundidad de 2.15 m. Entre los objetos que le acompañaban, se registró una vasija del
tipo Café Comala (0 - 400 d.C.).
Metro y medio al norte de este infante, identificamos un espacio un tanto
cuadrangular, de 1m. por lado aproximadamente, definido por una matriz muy suelta (ver
fig. 5)., por lo cual inferimos que este espacio pudo haber funcionado como acceso a una
tumba abovedada que se extendía hacia el mismo rumbo. Aunado a esto, encontramos
colocados un par de metates cuadrangulares y una mano larga de molienda (ver fig. 6),
descansados sobre fragmentos de cerámica del tipo Rojo Comala(cuya restauración
permitió distinguir dos vasijas globulares), estos materiales aparentaban haber sido
destruidos de forma intencional5.

5
La presencia de materiales (líticos o cerámicos) aparentemente matados, ha sido una caracteristica descrita
en diferentes intervenciones arqueológicas; como ejemplo podemos mencionar los contextos del sitio Loma

4
Si bien, el registro de este tipo de contextos, en donde se ve asociado un individuo
infantil a una tumba de bóveda, es de gran importancia, debimos soslayar la exploración en
este espacio, toda vez que identificamos fragmentos de papel de aluminio entre la cerámica
recuperada, situación que refiere a una indiscutible intrusión (saqueo) a este espacio en
época moderna (ver fig. 7).

Figuras. 5, 6 y 7.- A la izquierda. Vista en planta de U.E.A. / Arriba. Perspectiva del acceso de la tumba
abovedada. / Abajo. Detalle del aluminio localizado entre la cerámica tipo Comala.

Otro frente de excavación de este proyecto se ubicó a siete metros al norte, en


relación al recinto funerario abovedado. La unidad de excavación D (U.E.D), aún dentro de
la elevación sur, presentó una cantidad significativa de tiestos y piedras alineadas, además
de los restos de otro individuo infantil a los que se asociaba una vasija tipo Rojo Comala
(ver fig. 8). Este entierro, recuperado entre los 73 y los 82 cm. de profundidad, se identificó
como un entierro infantil (5 años +/- 1 año) individual, primario, extendido en decúbito
ventral, es decir, boca abajo (ver fig. 9).

Figuras. 8 y 9. A la izquierda. Representación de la vasija


tipo Rojo Comala. / A la derecha. Vista en planta de la
U.E.D.

de Santa Barbara (al norte del valle) estudiados y reportados por la Dra. Maria de los Angeles Olay. Reporte
de excavación, Rescate Arqueológico Loma Santa Bárbara. CINAH-Dir-157/2003. Pp.5.

5
La presencia de dos entierros infantiles en torno a la entrada de una tumba
abovedada, autentificaba el valor funerario del sitio, sin embargo, fue a escasos 50 metros
de este punto, en la loma ubicada al norte, que se descubrió un espacio funerario de mayor
tamaño, registrado como unidad de excavación B (U.E.B).
En ella, se exploró una superficie cercana a los 70 m², identificando dos capas
estratigráficas: la primera comprendida por rellenos y remociones de suelo, en la cual se
localizaron fragmentos cerámicos varios; mientras que en la segunda, que se distinguía a
una profundidad aproximada de 60 cm., se ubicaron 11 entierros, en su mayoría colocados
en decúbito ventral, siendo recurrente un eje de disposición Este – Oeste (ver fig. 10).
Estos individuos se registraron vinculados a ofrendas comprendidas por elementos
cerámicos como: ollas, metates, manos y utensilios de molienda variados. La mayoría
fueron recuperados con un estado de conservación regular, no obstante, algunos de ellos se
encontraron perturbados, como es el caso de los individuos registrados como entierros #2,
#3 y #10.
En el caso de los entierros #2 y #3, se trataba de elementos óseos muy
fragmentados, sin relación anatómica clara que nos permitiera distinguir el carácter
primario de la sepultura. El entierro #2, corresponde a un individuo infantil de
aproximadamente 6 años +/´2 años (al momento de su deceso) y se le asocia a un
fragmento de metate rectangular y a un cajete del tipo Naranja Pulido Comala que se
encontraba colocado boca abajo y que contenía en su interior restos óseos de un reptil
marino (tortuga) así como un molar humano (ver fig. 11).Los restos designados como
entierro #3, pertenecen a un individuo adulto de sexo indeterminado, que dada su alteración
y su mal estado de conservación, no se logró establecer con más precisión sus
características bioantropológicas.
Por otro lado, los restos óseos registrados como entierro #10, lo conformaban sólo
las extremidades inferiores, las cuales preservaban las articulaciones lábiles del pie, por lo
que hablamos de un entierro primario perturbado de edad adulta; éste fue localizado al
norte de un conjunto de materiales arqueológicos vinculados con la fase Ortices, entre los
89 y 95 cm de profundidad.
Al suroeste de nuestra unidad de excavación, localizamos dos entierros adultos. El
primero, de sexo femenino (35-40 años), fue registrado con el#4 (ver fig. 10); se definió
como individual, primario, extendido en decúbito ventral (boca abajo).
El segundo esqueleto de sexo masculino (35-40 años), se registró con el #9 (ver
fig.10). Dicho individuo fue depositado de manera individual, primaria, colocado en
posición decúbito ventral, extendido. Las extremidades inferiores se encontraban
entrecruzadas, la derecha sobre la izquierda; sobre de él, fueron colocadas a la altura de la
pelvis, cuatro piedras de dimensiones aproximadas de 10 a 20 cm. También se le asoció a
un húmero de cánido ubicado muy cerca de los pies del sujeto.

6
Figuras. 10 y 11. Arriba. Dibujo en planta de la U.E.B donde se aprecia la distribución de los entierros
localizados en ella. / Abajo. Vista en planta de los entierros 2 y 3, en relación a los materiales con que se
asociaron.

7
Al analizar los restos del individuo registrado como entierro #9, se observó en la
parte frontal del cráneo, un proceso infeccioso moderado, destruyendo la capa externa del
diplóe, sugerimos que dicha lesión se trata de la acción de la bacteria Treponema
pallidum(Sífilis), la cual actúa en regiones como la tibia, provocando un crecimiento
indiferenciado de tejido óseo6, estudios genéticos podrían en un futuro corroborar dichos
supuesto. Asimismo, fue evidente un absceso bastante considerable en la región del
maxilar, que posiblemente este correlacionado con la afección descrita anteriormente (ver
figs.12 y 13).

Figuras. 12 y 13.- A la izquierda, presencia de proceso infeccioso en región frontal. / A la derecha, absceso
ubicado en maxilar

Por otra parte, el entierro #6 fue localizado al norte de la excavación (ver fig. 10); se
trata de un individuo infantil de 1 año +/- 4 meses, perturbado a la altura de la extremidad
inferior izquierda, depositado de manera individual. Es importante mencionar que es el
único personaje que fue encontrado en posición decúbito dorsal (boca arriba) y con
orientación Norte-Sur.
Por su parte, el entierro #7 fue recuperado, al norte de la U.E.B., colocado de
manera individual y primaria. Se trataba de un infante con una edad estimada de 4 años +/-
1año, dispuesto de manera irregular, aunque mostraba cierto acomodamiento en posición
decúbito ventral. A dicho entierro se le asoció de manera directa una vasija globular del
tipo Rojo Comala. Además de una suerte de empedrado, formado por rocas angulares que
variaban en tamaños, desde 8 cm. hasta 25 cm y que se disponían en acomodo sobre el
individuo (ver fig. 14), en dicho orden sobresalía una mano de molienda.
Entre las características bioantropológicas de este individuo, se notó la presencia de
un proceso infeccioso bastante significativo en la región de las extremidades inferiores,
afectando la capa cortical del hueso, provocando un crecimiento de tejido óseo
indiferenciado en ambas tibias y fémur. Además de esto, presentó una anomalía en la
formación del esmalte, en incisivos superiores (ver fig. 15-19).

6
Michaan, Marhta G., y Cantarelli, Jorge M. Enfermedades de transmisión sexual en Cecchini, Emilio, y
González Anaya, Silvia E. (coords.) Infectología y enfermedades infecciosas, Argentina 2011, pp. 212.

8
Figura. 14. Vista en planta del entierro #7, se aprecian los materiales asociados al mismo.

Suponemos que dicha afección fue provocada por la acción de la bacteria


Treponemapallidum, que quizá fue transmitida durante el periodo gestacional vía
transplacentaria o al momento del nacimiento, Mary E. Lewis (2007) refiere que el grado
de afectación de un proceso infeccioso, en este caso osteomielitis, puede estar asociada a la
sífilis congénita, en este mismo, menciona que su distribución es asimétrica, afectando
múltiples huesos en forma circunferencial.7

Figuras. 15 y 16.- A la izquierda, imagen general de proceso infeccioso en tibia. / A la derecha, detalle de
crecimiento óseo indiferenciado,

7
Lewis, E. Mary The bioarchaeology of Children, UK, Cambridge University Press, 2007, pp.141;151.

9
Figuras. 17 y 18.- A la izquierda, vista general de tibia afectada por agente infeccioso. / A la derecha, imagen
a detalle de crecimiento y remodelación ósea en la capa externa del dicho elemento óseo

Figura.- 19.- Detalle de piezas dentales superiores en las cuales resalta la pérdida de esmalte por causas no
específicas.

Algunos entierros sobresalieron por su connotación ritual, esto es, que dadas las
características de su espacio de inhumación, así como de los elementos culturales que
integraron su ofrenda, presentan características particulares en relación a los demás
individuos inhumados en este sitio.
En este sentido, podemos mencionar al entierro #1, definido como individual,
primario, el cual se vio alterado en algunos segmentos de las extremidades inferiores. Se
trata de un personaje infantil de aproximadamente 3 años +/- 1 año, colocado de manera
extendida en decúbito lateral derecho, con orientación Oeste a Este (ver fig. 20).
Los objetos cerámicos que integran su ofrenda se encuentran asociados al tipo
cerámico Rojo Pulido, Negro, Café y Naranja, pertenecientes a la fase Comala; asimismo,
se recuperó una pequeña figurilla humana sin cabeza8, una suerte de colgante que fue
ubicada en la región de las costillas.

8
Dicha figurilla pertenece al tipo VI, según el catálogo Figurillas sólidas de estilo Colima: una tipología, de
Carolyn Baus Reed Czitrom.

10
Figura.20.- Reconstrucción gráfica isométrica del entierro #1.

Cabe señalar que el espacio donde se inhumo este infante es trataba de una
estructura de forma cuadrangular (70x130 cm.), en la cual se integraron algunos fragmentos
de utensilios de molienda, sobresaliendo un metate apodo colocado de manera vertical
sobre el individuo infantil; aunado a esto, se recuperaron tiestos correspondientes a una olla
globular de cuello corto y boca amplia, un cajete de base convexa y un cántaro, todos ellos
asociados a cerámica de la fase Comala(ver fig. 21).

Figura. 21.- Materiales asociados al entierro #1.

El siguiente entierro relevante fue el entierro #8, un adulto joven (25-30 años) de
sexo masculino, depositado en decúbito ventral; sus extremidades se encontraban de
manera extendida (ver fig. 22). Dicho entierro primario, se encontraba asociado a diversos

11
elementos líticos ya un par de conjuntos de tiestos propios de la fase Comala. La mayoría
de las piezas asociadas se encontraban cubriendo las extremidades inferiores y parte del
tórax (ver fig. 23 y tabla 2).

Figura. 22.- Representación gráfica isométrica del entierro #8. Se muestra también su vista en planta, donde
se aprecian los conjuntos de materiales asociados directa e indirectamente.

Elemento 1 Metate ovalado, abierto y apodo, de superficie de molienda ligeramente cóncava. Medidas: largo =32.5 cm., ancho =
25.5 cm., alto = 11cm. Colocado de manera vertical, recargado sobre el hombro izquierdo del individuo
Elemento 2 Metate rectangular de lados rectos y vértices redondeados, de base plana y superficie de molienda cóncava. Abierto y
apodo. Medidas: largo = 38.5 cm., ancho = 32.5 cm., alto = 9.5 cm. Mostraba en superficie, restos de mineral de
color rojo-oxido. Colocado de manera vertical, recargado sobre el hombro derecho del individuo.

Elemento 3 Metate ovalado, manufacturado en basalto gris de grano fino. De forma cerrada, apodo, de lados convexos, base y
vértices redondeados. Superficie de molienda cóncava. Medidas: largo = 42 cm., ancho = 31 cm., alto = 11.5 cm.
Colocado de manera vertical, recargado sobre el fémur derecho del individuo.
Elemento 4 Mano corta de tipo ovoidal. Manufacturada en basalto gris de grano fino. Medidas: largo = 21.5 cm., ancho = 7.8
cm., alto = 5.5 cm. Colocada bajo el elemento #3, cercana al fémur derecho.
Elemento 5 Mano corta tipo triangular (corte transversal), manufacturada en basalto de color gris claro, grano medio. Sus
extremos se encuentran desgastados. Medidas: largo = 17.7 cm., ancho = 8.5 cm., alto = 5.5 cm. Colocada al Sur de
la región lumbar del individuo, a escasos 15 cm.
Elemento 6 Pulidor de tipo ovalado. Manufacturado en basalto de color gris, grano medio. Medidas: largo = 10.8 cm., ancho = 8
cm., alto = 4.2 cm. Mostraba en superficie, restos de mineral de color rojo-oxido. Colocado al Sur de la cadera del
individuo, contiguo al elemento #3.
Elemento 7 Cajete de paredes curvas y bordes redondeados, base ligeramente plana y fondo convexo. De tipo Naranja Alisado
Comala. Medidas: altura = 7.4 cm., diámetro = 17 cm. Se localizó fragmentado, 15 cm. al sur del cráneo.
Elemento 8 Fragmento de metate, de tipo rectangular con lados rectos, apodo de base plana. Superficie de molienda cóncava y
vértices redondeados. Elaborado en basalto gris claro de grano medio. Medidas: largo = 39 cm., ancho = 29.5 cm.,
alto = 9.5 cm. Se encontró colocado 30 cm. al Este del cráneo.
Elemento 9 Fragmento de metate rectangular, apodo y abierto, de lados rectos, base plana y vértices redondeados. Superficie de
molienda cóncava. Medidas: largo = 35 cm., ancho = 29 cm., alto = 10.5 cm. Mostraba en superficie, restos de
mineral de color rojo-oxido. Colocado 15 cm. al Norte de la tibia izquierda del individuo.
Elemento 10 Pulidor de tipo ovalado. Medidas: largo = 9.3 cm., ancho = 8 cm., alto = 5.5 cm. Uno de sus extremos se encuentra
fracturado por una percusión amplia. Mostraba en superficie, restos de mineral de color rojo-oxido. Colocado bajo el
elemento 9 al Norte de la tibia izquierda.
Tabla 2.- Resumen de elementos asociados de manera directa al entierro #8.

12
Figura. 23.- Perspectiva del entierro #8, se muestra la ubicación de los materiales asociados de manera
directa.

Entre el material lítico asociado, se encontraron los restos de un infante no nato, con
una edad estimada de 20 a 24 semanas de gestación, desafortunadamente el contexto no era
muy claro, quizá porque el espacio de su inhumación fue efectuado en un periodo previo a
la inhumación del personaje principal que sugerimos es el entierro #8.
A escasos 50 cm al Norte de las extremidades inferiores del entierro #8, se registró
un conjunto de materiales conformado por seis artefactos líticos y cuatro objetos cerámicos
asociados a la fase Ortices, los cuales se localizaron distribuidos entre los 48 cm. y los 90
cm. de profundidad, en una suerte de amasado (ver fig. 24).

13
Figura 24.- Perspectiva en planta del conjunto lítico-cerámico localizado cerca de los pies del entierro #8, se
aprecia los materiales asociados al mismo.

Lo particular de este grupo es que se encuentra en relación cercana al entierro #8, el


cual se relaciona a la fase Comala; sin embargo, los materiales del conjunto referido,
señalan a una fase anterior, además es menor la distancia existente entre éste y el marcado
como entierro #10, que se infiere fue inhumado previamente al entierro #8.

Finalmente, el depósito registrado como entierro #5, que posiblemente sea el más
significativo de este espacio funerario, se interpretó como individual, primario e indirecto.
El sujeto estaba extendido en decúbito ventral (boca abajo), entre los 84 y 100 cm de
profundidad. Se trata de un subadulto de sexo femenino, con una edad estimada (para el
momento de la muerte) de15 a 20 años.
Se le vincula con un alineamiento que pudo haber servido como contención del
espacio destinado para la deposición mortuoria; éste acomodo lineal ubicado al costado
norte de los restos, se conformaba por tres rocas angulares (no mayores a 20 cm.) y un
mazo globular ovoide que presentó desgaste en los extremos y restos de pigmentos de color
rojo en su superficie9 (ver fig.23).
Su ofrenda fue muy particular; consistía en 3 vasijas vinculadas a la fase Ortíces.
Dos vasijas globulares de tipo Rojo Guinda sobre Café que, en relación con el entierro,
estaban posicionadas a aproximados 18 cm. de distancia, sobre los pies. La primera, de
cuello corto con decorados geométricos, de diámetro aproximados de 18 cm., se encontró
colocada de manera invertida a una profundidad de 63 cm.; y la segunda vasija, globular de

9
Dicha situación, ha sido recurrente en diversos contextos del valle; en este caso, el pigmento, del cual aún no
se sabe su composición, es visible en la mayoría de los elementos líticos asociados al depósito registrado
como entierro #8, sobresalen 2 metates rectangulares y 2 pulidores ovalados.

14
cuello corto, con decorados elaborados con pintura de color rojo y púrpura, con un diámetro
aproximado de 17.8 cm., se encontraba a escasos 8 cm., al Sur de la primer vasija.
El tercer objeto, que se disponía al Norte del cráneo del sujeto, se trató de un cajete
de paredes rectas, tipo cerámico Tuxcacuesco (transición de las fases Ortices - Comala),
decorado con esgrafiados de formas geométricas por la parte exterior (ver fig. 25).

Figura 25.- Vista en planta del entierro #5, se observan relacionados los elementos de su ofrenda.

En su interior fueron colocadas 14 figurillas antropomorfas10, modeladas en una


pasta de textura compacta, de cocción oxidante, la cual fue alisada y acabada con engobes y
pinturas11 (ver fig. 26).
En ellas es común el resalto de elementos mediante pastillaje, impresión y/o
punzonado. Son recurrentes los tocados cortos a manera de turbantes con bandas o en
forma de cresta, faldellines o taparrabos, acompañados por cuerdas que rematan en borlas,
collares cortos con colgantes sencillos y dobles, así como orejeras y brazaletes dobles (ver
figs. 27 y 28).

10
Dichas figuras presentan rasgos del Tipo V, mencionado como Figurillas Realistas en la obra Figurillas
sólidas de estilo Colima: una tipología, de Carolyn Baus Reed Czitrom.
11
Algunas de estas figurillas presentan en su superficie, además de residuos de pintura amarilla y roja, ligeras
motas de color negro, dispersas a manera de salpicaduras, pigmentación que pudiera resultar de la aspersión
de una suerte de resina sobre la figura ya terminada.

15
Las dimensiones promedio de estas figuras, van de 8.7 cm. a 16.2 cm. de alto, de 4.9
cm. a 6.1 cm. de ancho y un espesor que va de 1.7 cm. a 4.2 cm. En su totalidad, son de
sexo femenino y se presentan de pie con las manos encontradas al pecho, a excepción de
dos de ellas que se muestran de forma sedente.

Figura. 26 Reconstrucción de orden y colocación del conjunto de figurillas ofrendadas al entierro #5.

16
Figs. 27 y 28. Arriba. Diagrama de orden y colocación del conjunto de figurillas dentro del cajete. / Abajo.
Representación gráfica del conjunto de figurillas antropomorfas.

17
Es necesario hacer hincapié sobre el acomodo de éstos personajes sedentes; nos
referimos a las figurillas identificadas con los números 13 y 14, que fueron colocadas al
centro de la escena, de manera tal que, la primera reposaba en un plano inclinado con su
parte baja sobre las piernas de la segunda (ver fig. 29 y 30).
De manera particular, la figurilla 14 presentaba cuerpo globular ahuecado, que
contiene en su interior fragmentos aún no definidos, que al momento en que la efigies
agitada, dan un efecto y función de sonaja. Dicha representación, presentó una decoración
en tonos rojizos12, a forma de motivos geométricos, líneas que van desde los costados y se
encuentran al centro del estomago, dibujando una suerte de “V´s”. Ésta misma pintura es
notoria en una franja horizontal amplia, que abarca desde los hombros, pasa por el cuello y
termina en la barbilla. El tocado, las orejeras, los antebrazos, los brazaletes y parte de las
piernas se presentan teñidos del mismo color.
Las características antes descritas, sumadas a la posición en que fueron localizados
los personajes, definen a esta pareja como los principales en la escena, donde sugerimos se
representa la acción de parto, circunstancia en la cual se aprecia a la figura 14 como la
mujer en labor, mientras que la figura 13 parece ser referir a la partera de auxilio directo;
las 12 figurillas restantes, se muestran colocadas de manera circundante en torno a la dupla
y se perciben en apariencia como observadores13 en el acto ritual-social.

Figuras. 29 y 30. A la izquierda. Representación gráfica con color que muestra como luciría originalmente la
figurilla 14. / A la derecha. Representación de la posición en que fueron localizados ambos personajes al
centro de la escena.

12
En su superficie, este personaje mostró pintura de color rojo (10R 4/6 Red), también observamos puntos de
pigmentación negra, dispersos sobre los hombros y en la parte posterior de la figura, mismas que son
abundantes sobre el lado izquierdo del personaje.
13
Se mencionan de esta manera, dadas las particularidades de sus posturas, como pueden ser los brazos al
frente, encontrados, entrecruzados y en algunos casos sobre el pecho o la barbilla.

18
Comentarios finales

Una vez descrito el espacio funerario reconocido mediante el Salvamento


Arqueológico Valle del Sol, podemos dilucidar y sobretodo afianzar la idea de que el
evento de la muerte tuvo repercusiones fundamentales en el día a día de la gente que habitó
esta área hace más de 1500 años. Dicho contexto, exclusivamente funerario, corresponde a
las fases Ortices y Comala, en él fueron depositados mayoritariamente infantes. A pesar de
que no se detectó alguna relación entre los componentes funerarios (relación ofrenda-
deposito), el sexo o la edad; si pudimos observar rasgos característicos repetitivos, como lo
es, la colocación de más de la mitad de los individuos en posición ventral.
Resulta interesante mencionar, que en el proceso de investigación de estos depósitos
funerarios, en los cuales se incluyen elementos como herramientas de molienda, hueso,
concha, cerámica exclusiva y utilitaria, resalta la inclusión de elementos culturales que uno
podría atribuir a cuestiones domésticas, más precisamente: metates, manos de metates y
algunos morteros, como en el caso del entierro #8.
Si bien es cierto que la utilidad de estas herramientas se enfoca a la elaboración de
alimentos y que alude, en primera instancia, a una posible actividad o rol que el individuo
tuvo en vida; hallarlos en contextos funerarios a manera de ofrenda (en este caso asociados
tanto a entierros infantiles como adultos), podría sugerir que la funcionalidad o el valor del
objeto, se modificó, otorgándole una connotación ritual y transitoria al mismo tiempo14.
Interpretando las notas anteriores, surge la hipótesis de que la presencia de metates
en contextos funerarios, desempeñan el papel de un vehículo mediático para dar o renovar
el alimento a la tierra, de la cual, se obtiene a su vez el alimento en ellos procesado.
Para la reconstrucción de las sociedades antiguas de Colima, resulta significativa la
presencia de un contexto donde se encuentren mayoritariamente individuos infantiles, dado
que es poco común, aunque bien parecería un aspecto normal ante la tasa de mortalidad de
este grupo de edad (primera década de la vida) para su momento histórico15. En el registro
arqueológico, parece haber un sesgo o una anomalía, es decir, que en la mayoría de
contextos arqueológicos no han aparecido a la fecha contextos específicamente de
infantes16, repercutiendo entonces en el conocimiento acerca de la posición o el lugar que
tienen los niños en la conformación social, y por lo tanto, valdría la pena ahondar en la
investigación de este tema, como en el cuidado que se debe tener con el material óseo en las
excavaciones arqueológicas, los cuales, en ocasiones suelen ser muy endebles.
La relación vida-muerte se encuentra implícita en la mayoría de los contextos
arqueológicos de Colima, en este caso, donde se representa una escena de parto de manera
plástica, la cual da a conocer un ritual que representa un fragmento del universo en el cual
interactúan los miembros de una sociedad. Por lo tanto, este trabajo es solo un ladrillo del
camino a la reconstrucción histórica del Valle de Colima, el cual es aún joven.

14
La pigmentación localizada en algunas de las piezas, apoya la connotación ritual de los elementos, pues el
uso del mineral de color rojo, ha sido registrado continuamente en relación a espacios funerarios.
15
Muchos autores relacionan esta edad con cierta etapa en la que es posible se destetaba al individuo, situación
que los colocaba en desventaja ante la rudeza de la vida y las labores en las sociedades prehispánicas
mesoamericanas.
16
Pereira, Gregory comunic. pers. 2012

19
Prácticas funerarias durante las fases Colima y Armería en un sitio
costero de Manzanillo, estado de Colima

Juan Joel Hernández Olvera 1


olvera.joel@hotmail.com
Alejandro Meraz Moreno2
alejandro.meraz@hotmail.com
Ma. Antonieta Moguel Cos 3

El tema de las prácticas funerarias ha sido abordado ampliamente en los estudios de


las culturas antiguas que se asentaron en el territorio mexicano. Dicho interés ha surgido
por la particular dedicación que tuvieron los antiguos habitantes al momento que acontecía
el deceso de una persona. Tal es el caso de los espacios funerarios de El Opeño y
Chupícuaro en el estado de Michoacán, Mascota y Huitzilapa en Jalisco, las tumbas de tiro
ubicadas en la Presa del Cajón, estado de Nayarit o la Campana y el Chanal ubicados en la
ciudad de Colima, por mencionar algunos.
En la presente investigación se documentaron las prácticas funerarias4, de un sitio
arqueológico ubicado entre la laguna de Cuyutlán y el océano Pacífico, la dimensión
aproximada del espacio funerario es de 150 m2. En él, se inhumaron más de 350 individuos,
por más de 1500 años, esto es, durante las fases Ortices (200 a.C.-200d.C.), Comala (200-
500 d.C.), Colima (500-700 d.C.), Armería (700-900 d.C.) Chanal (900-1500 d.C.).
El área en cuestión muestra características especiales, tanto en su ubicación, como
primordialmente en su uso, el cual difiere de lo que regularmente corresponde a sitios
costeros, (los cuales son referidos comúnmente como centros de producción de objetos
elaborados en material malacológico “concheros”), ya que no se encontraron elementos
contundentes que afirmaran el posible uso habitacional o político, por lo que el uso de este
lugar, fue exclusivamente funerario.
El presente trabajo se enfoca en el estudio de las prácticas funerarias de un sitio
arqueológico de la costa de Colima, específicamente de los entierros inhumados durante los
años 500-900 d.C., las fases llamadas Colima y Armería, aunque cabe mencionar que se se
hará un breve recorrido histórico de este sitio y su correlacion con asentamientos de otras
regiones, buscando obtener una visión integral del área del Occidente.

1
Dirección de Antropología Física
2
Dirección de Salvamento Arqueológico
3
Dirección de Salvamento Arqueológico
4
En el presente texto, se retoma este concepto como la serie de actos seguidos a la muerte de una persona,
que tienen como fin acompañar al difunto en esa partida del universo físico y su transformación o entrada a
otro plano no material.
En dichos actos, elementos como la preparación del cuerpo, el lugar de enterramiento y la disposición de los
objetos que acompañan al difunto, están determinados por la constitución simbólica, política, económica y
religiosa del grupo social al cual pertenece la persona fallecida.

20
El desarrollo prehispánico en Colima y el resto de Mesoamérica

Durante la época englobada por el período Preclásico, el patrón de asentamiento de


las culturas del Occidente de México era disperso, conformando pequeñas aldeas dedicadas
a la agricultura, la caza y la recolección, e integradas por habitaciones construidas con
materiales perecederos, de ahí la dificultad para identificar estos espacios. Su manifestación
material más representativa se dio en la cerámica asociada a contextos funerarios y en la
importancia que dedicaron a los espacios destinados a contener a los muertos. En algunas
ocasiones, como en el caso de las llamadas culturas Capacha y Chupícuaro, eran
depositados en fosas excavadas sobre la tierra, y en otras, como en el caso del Opeño, se
construía una tumba subterránea que poseía una entrada con escalones, un pasillo y la
cámara funeraria.
A finales del período Preclásico mesoamericano (c. 300 a.C.), donde las
características del subsuelo lo permitían se generalizó la implementación de construcciones
subterráneas para depositar a los muertos, dando así lugar a la llamada Tradición Tumbas
de Tiro, la cual perduró hasta aproximadamente el 500 d.C. Estas construcciones consistían
en excavaciones verticales de entre 4 y 15 m. de profundidad y una o varias cámaras
funerarias, las cuales fueron reutilizadas a lo largo del tiempo, probablemente por linajes o
familias. Las vasijas cerámicas y las figurillas de barro de carácter funerario se
caracterizaron por un acabado de superficie bien logrado y un alto grado de naturalidad de
las formas fitomorfas, zoomorfas y antropomorfas. En la región de Colima, este lapso
corresponde a las fases Ortices y Comala.
Hacia los años 500-700 d.C., en el Occidente tuvo lugar una “nueva tradición”,
cuyos rasgos culturales son visibles tanto en la cerámica, como en el patrón de
asentamiento5. En la región de Colima, para la fase del mismo nombre, se abandonó la
costumbre de construir tumbas de tiro y en su lugar los muertos eran depositados en tumbas
sencillas y, en ocasiones, los lugares fueron señalados con una especie de marcadores,
formados por acumulaciones circulares o lineales de piedras, y se comenzaron a presentar
modificaciones al terreno que servían como espacios funerarios, construyéndose así, lomas
artificiales bajas que sobresalen en la topografía. Asimismo, las modificaciones al terreno
se presentaron también donde se asentaban los habitantes y comenzó la construcción de
plataformas de planta rectangular o cuadrangular ubicadas en torno a plazas y patios de
plantas similares6. Conforme a los elementos citados anteriormente, es que se enmarca el
inicio de la “mesoamericanización” del Occidente7.
Mención aparte merece la Tradición Teuchitlan, desarrollada en parte de los
actuales estados de Jalisco y Zacatecas, donde desde el 300 a.C. los asentamientos
presentaron características que podrían ser consideradas urbanas, con montículos, altares y
plazas de plantas circulares (los llamados guachimontones) y tumbas de tiro asociadas a los
montículos, observándose continuidad hasta aproximadamente el 700 d.C. Sin embargo,
5
Olay, Ma. De los Ángeles “El Occidente Mesoamericano. Una Historia en construcción”, en Introducción a
la Arqueología del Occidente de México, Braniff, C. Beatriz (coordinadora), México, Universidad de Colima-
INAH, 2004a, p. 73
6
Olay 2004b pp. 286-287.
7
Schöndube, Otto, El pasado de tres pueblos : Tamazula, Tuxpan y Zapotlán, México, 1994, Universidad de
Guadalajara.
21
entre el 700 y el 900 d.C. fueron introducidos en la región de interacción, elementos
arquitectónicos de plantas cuadrangulares y rectangulares y las tumbas de tiro tendieron a
desaparecer.8
Debido al declive y caída de Teotihuacán, ciudad que controlaba la región del
Altiplano Central y una amplia red de comercio a larga distancia, hacia los años 650-700
d.C., en la región central se creó un vacío de poder e inestabilidades políticas y territoriales
que propiciaron diversos movimientos migratorios de forma multidireccional; los flujos
poblacionales tuvieron lugar tanto de diferentes regiones hacia el centro, como de la parte
central hacia otros territorios.
En la región de Colima, hacia el 700 d.C., siguió existiendo continuidad en los
patrones arquitectónicos y de carácter funerario observados durante la fase anterior, con
algunas variantes en las formas cerámicas y la introducción de figurillas antropomorfas
planas moldeadas, identificados para la fase Armería, los cuales se presentan especialmente
en la zona costera y no más allá de las partes bajas del valle, además de que comienzan a
aparecer figurillas ligadas a la tradición Mazapa del Centro de México.
Es posible que los materiales reconocidos para las fases Colima y Armería sean
contemporáneos en algún momento y que lo Armería corresponda a la expresión de un
desarrollo cultural costero, ligado, de alguna forma, con la Costa Norte de Michoacán9.
Las figurillas de estilo Mazapa se presentaron también en otras regiones del
Occidente de México, como Jalisco, hacia el 900 d.C.10, asociadas a los edificios de planta
cuadrangular y rectangular. Queda por resolver si la influencia de tal estilo de figurillas
proviene del Centro hacia el Occidente o en sentido inverso, ya que los fechamientos de los
hallazgos de Colima son más tempranos que los del Centro de México, o bien, es necesario
revalorar éstos para el Altiplano Central.
Durante el Posclásico, en el Occidente aparecieron elementos iconográficos
claramente mesoamericanos; en Colima, la fase Chanal toma su nombre del sitio que, en
virtud de sus características monumentales, debió haber sido un importante centro con
control regional, con un espacio funerario específico y la presencia del trabajo en metal. El
sitio tuvo un desarrollo local, pero estuvo relacionado de alguna forma con Tula, dada la
profusión de similares elementos iconográficos y arquitectónicos.
Para la última fase registrada en la región de Colima, antes de la llegada de los
españoles, la fase Periquillos, existieron similitudes con la fase anterior, pero
desaparecieron los motivos o características relacionadas con Tula.
Como se ha expuesto en la sección anterior, la idea preconcebida de que los pueblos
asentados en el denominado Occidente Mesoamericano eran sociedades estáticas o con un
desarrollo cultural simple, se ha ido develando con la integración de nuevas investigaciones
que apuntan hacia una dinámica cultural, la cual retroalimento de manera bidireccional,
tanto a los pueblos asentados en la región de Colima, los estados aledaños, con el demás
territorio mexicano y, por que no, de Centro y el Sur de América.
8
Olay, 2004a: 66.
9
Novella et al. La costa norte de Michoacán en la época prehispánica, BAR International Series 1071, 2002,
Archaeopress, Oxford.
10
Weigand, Phil “Arqueología del Centro-Oeste de Jalisco: La Tradición de Teuchitlán”, en en Introducción
a la Arqueología del Occidente de México, Braniff, C. Beatriz (coordinadora), México, Universidad de
Colima-INAH, 2004, p. 334.
22
Por lo cual, nos parece de suma importancia destacar la investigación de la zona
costera de esta región, ya que suponemos fueron importantes enclaves marítimos, en los
cuales se intercambian no sólo productos de otras regiones, sino que sugerimos que los
asentamientos marinos fueron lugares donde convergieron pensamientos, creencias,
costumbres, que posiblemente se encuentren representadas en las prácticas funerarias de
estos grupos.

Arqueología de la Costa de Colima

El inicio de las investigaciones arqueológicas formales en la zona costera del


Occidente de México tuvo lugar a finales de la década de 193011, cuando Isabel Kelly
realizó reconocimientos de superficie en las costas colimense, nayarita, michoacana y
sinaloense, además de la cuenca de Sayula, los valles de Autlán y Tuxcacuesco, en Jalisco,
y la región de Apatzingán, en Michoacán.
Durante el Congreso de Americanistas de 1958, en San José, Costa Rica, Kelly
planeó la investigación de diversos sitios arqueológicos distribuidos a lo largo de la costa
del Pacífico, principalmente entre México y Ecuador, teniendo como objetivo primordial
reafirmar la premisa del posible contacto cultural entre Mesoamérica y Sudamérica durante
las diferentes etapas del periodo Preclásico o Formativo12.
Derivado de las investigaciones expuestas durante este Congreso, la University of
California in Los Angeles (UCLA) y el Institute of Andean Research (National Science
Foundation) llevaron a cabo el denominado “Proyecto A”. Clement Meighan y Henry B.
Nicholson, iniciaron el reconocimiento de una porción de la costa mexicana entre los años
1959 y 1960, desde la desembocadura del río Santiago, en Nayarit, hasta la Bahía de
Yelapa, en Jalisco, así como la desembocadura del río Marabasco, en Colima, y la Costa
Grande y Chica de Guerrero. Asimismo, se realizaron investigaciones en la denominada
Provincia Arqueológica de Cihuatlán, excavando el Conchero de Barra de Navidad,
ubicado en las inmediaciones de la laguna del mismo nombre13, lográndose la
identificación de treinta y cuatro especies de moluscos que formaban el conchero, además
de diversos tipos cerámicos. La fecha tentativa de la ocupación humana se estimó entre
1190 y 1450 d.C., por C14, y entre 650 y 1200 d.C. por hidratación de obsidiana14. Una de
las principales hipótesis de este sitio propone que este lugar fue un asentamiento estacional
debido a la sucesión de capas de concha y arena, así como a la ausencia de elementos
arquitectónicos.
11
Olay, Ma. De los Ángeles “Memoria del tiempo de la Arqueología de Colima”, Historia general de Colima,
tomo , nstituto Colimense de Cultura, 7, obierno del Estado de Colima, Universidad de Colima,
Conse o acional para la Cultura y las Artes.
(1997:78 86) refiere reconocimientos hechos por Mathieu de Fossey en 1844, Ezequiel A. Chávez y Genaro
García en 1911 y en 1922 por Miguel Galindo, donde ya se ubican algunos sitios costeros.
12
Nicholson, H.B y Meighan, C. “The UCLA Department of Anthropology Program in West Mexican
Archaeology-Etnohistory. 1956-1970, en Betty Bell (ed.), The Archaeology of West México, 1974, Sociedad
de Estudios Avanzados del Occidente de México, A.C. p. 7.
13
Kelly, Isabel “Ceramic provinces of orthwest Mexico”, en El Occidente de México, IV Mesa Redonda
de la Sociedad Mexicana de Antropología, 1948, México, pp. 55-71.
14
Long, Stanley and Wire, Marcia “Excavations at Barra de avidad, Jalisco”, en Antropológica, No. 18,
1966, Instituto del Caribe de Antropología Social Caracas, Venezuela.
23
En Playa del Tesoro, Manzanillo, tuvieron lugar trabajos de excavación en la década
de 60 por el “Proyecto A”, y posteriormente, en 85, por el Centro AH Colima, los
cuales permitieron registrar una amplia zona de enterramientos en la parte más angosta de
la Península de Santiago, conocida tradicionalmente como Antiguo Puerto de Salagua y
actualmente como Las Hadas, donde se identificaron 98 especies de moluscos, lo cual da
cuenta de las posibles actividades económicas de esta población. El sitio se logró datar por
C14, ubicándolo entre 200 y 670 d.C. La gran diversidad de material advierte, en primera
instancia, el gran conocimiento que los habitantes poseían acerca de su entorno ambiental y
el aprovechamiento de los recursos naturales15.
En el Valle de Cihuatlán, cerca del actual aeropuerto de Manzanillo, sobre una
colina de diez metros de altura y 250 metros de diámetro, muy cerca de la margen oriental
del Río Marabasco, a principios de la década de 1970 fue localizado el sitio arqueológico
de Morett, donde se obtuvieron dieciséis fechamientos por C14 y 115 por hidratación de
obsidiana, con dos fases de ocupación, denominadas Morett Temprano (300 a.C.-100 d.C.)
y Morett Tardío (150-750d.C.)16.
Durante los siguientes veinte años no se realizó ningún trabajo en la zona costera de
Colima, hasta 1990, cuando fue retomado el proyecto de salvamento arqueológico Playa
del Tesoro Manzanillo, bajo la supervisión de Samuel Mata, en un área que se encontraba
muy cercana al sitio donde habían trabajado los investigadores del Proyecto A y el entonces
Centro Regional Occidente. Este sitio arqueológico corresponde al período Clásico Tardío
mesoamericano, y en él, se encontraron treinta y dos enterramientos humanos y siete
conjuntos óseos de animales. La mayoría de las ofrendas consistían en vasijas, cajetes, lítica
y concha.
A partir de este trabajo surgieron varias dudas sobre la dinámica cultural de la zona
de Manzanillo, por lo cual, Samuel Mata y Ángeles Olay en 1991 propusieron realizar el
Proyecto Bahías de Manzanillo. Mediante el recorrido de superficie sobre la Bahía de
Salagua, lograron identificar y registrar dos tipos de sitios. El primero corresponde a los
que se encuentran asentados en un medio ambiente de playa, estero y manglar, ubicados en
la franja de playa y hasta dos o tres kilómetros tierra adentro; el segundo corresponde a los
sitios que se ubican dentro de un microambiente característico de los valles. Con esta
investigación se identificaron evidencias culturales prehispánicas de un área funeraria
fechada entre el año 200 y 600 d.C., donde se recuperaron veinticuatro enterramientos
humanos y ocho de animales. De acuerdo con estos resultados, se sugirió que la Bahía de
Salagua estaba destinada a ser una necrópolis colectiva17.
Para esta década, el crecimiento turístico se convirtió en uno de los principales
factores para el deterioro de sitios. Es así que se llevó a cabo el proyecto de
Reconocimiento Arqueológico Colimilla-Barra de Navidad, el cual abarcó las zonas
costeras del Valle de Cihuatlán y la de Navidad. La base metodológica para entender los
posibles patrones de asentamiento se encaminó en cuatro niveles: la unidad habitacional, la
15
Beltrán Medina, José Carlos “El puerto de Salagua. Playa del Tesoro” en Anales del Museo Michoacano,
1994, No. 5, Centro INAH Michoacán.
16
Meighan, Clement Archaeology of the Morett Site, 1972, University of California Press, Berkeley.
17
Mata, Samuel Informe Proyecto de investigación arqueológica Bahías de Manzanillo Colima, Col.
Reconocimiento de Superficie, junio de 1994, julio 1997. 99 págs., 3 mapas, 2 croquis, 25 dib., 125 fotos
orig., 1 plano.
24
relación entre unidades, su participación en la conformación de asentamientos y la
distribución interregional, lo que posteriormente derivó en proponer tres tipos de
asentamientos: 1) los sitios en la zona de esteros y delta del río Marabasco, los cuales eran
temporales y se encuentran asociados totalmente a la explotación de los recursos marinos;
2) los sitios localizados en terrazas de elevación inmediata a la laguna, donde ya se
desarrollan actividades agrícolas; y 3) los sitios de arquitectura monumental.
Posteriormente, al sur de la laguna de Cuyutlán, sobre la Costa Norte de Michoacán,
colindante con Colima y en las inmediaciones del río Cohuayana, se llevaron a cabo
investigaciones arqueológicas con el objetivo de reconocer una de las zonas menos
trabajadas del Occidente, lo cual se logró después de tres temporadas de campo,
observándose similitudes en algunas de las vajillas encontradas en la zona de Tecomán y la
zona aledaña al municipio Armería de Colima18.
Después de este recorrido histórico en cuanto a la investigación arqueológica de la
zona costera, es posible observar que el desarrollo cultural de la región es bastante amplio,
involucrando no solo a Colima sino a los estados circundantes: Nayarit, Jalisco y
Michoacán. Esto podría sugerir que a lo largo de todo este litoral costero las poblaciones
asentadas en este ecosistema conocieron y aprovecharon su entorno adecuadamente,
además de establecer contacto con otras áreas del resto de Mesoamérica y, probablemente,
con algunas regiones de Sudamérica

Descripción del sitio

Como parte de los proyectos gubernamentales programados para el sexenio 2006-


2012, se contempló la construcción de una Terminal de Gas Natural Licuado en unos
predios propiedad de la Comisión Federal de Electricidad dentro del municipio de
Manzanillo, estado de Colima, justo en el límite de la laguna de Cuyutlán y el litoral del
Océano Pacifico. Por su ubicación geográfica, ante la cercanía con el mar y la laguna, el
terreno representaba un espacio estratégico para el establecimiento y obtención de recursos
naturales de cualquier grupo humano, y por tanto, contaba con alto potencial cultural, por lo
que, el Centro INAH-Colima inició trabajos de prospección arqueológica en el terreno con
el fin de determinar si existían vestigios que fueran a resultar afectados por la obra,
derivando en el proyecto de salvamento arqueológico Terminal Marítima de Regasificación
de Manzanillo, contando con la participación de la Universidad de Colima y el INAH.
Para fines metodológicos y de logística, el área fue dividida en tres poligonales o
sectores, el primero (Sector uno) con una extensión de 27.5 ha., el segundo (Sector dos)
35.3 ha. y el ultimo (Sector tres) con 31 ha.; cada uno de estos sectores fue dividido en
predios. Los trabajos de excavación se llevaron a cabo del 24 de septiembre de 2007 a 15
de febrero de 2008, obteniendo como resultado el hallazgo de contextos arqueológicos
importantes ubicados en dos de los tres sectores de exploración: el sector dos y el sector
tres.
Los principales descubrimientos del Sector 2 se localizaron en los predios 88 y 92,
donde se lograron recuperar 10 entierros humanos y algunos restos óseos de animal; la
mayor parte de ellos estaban acompañados de vasijas, figurillas sólidas y artefactos líticos.

18
Novella et al., 2002
25
Asimismo, se identificaron dos piedras depositadas verticalmente, apenas visibles, que
resultaban inusuales para el contexto natural de suelos de arena.
El otro depósito arqueológico con presencia de material óseo, se ubicó en el sector
tres, en los predios 60, 63 y 66, donde se encontraron dos entierros humanos y diversos
materiales cerámicos que muestran características tipológicas de la fase Chanal.
El Centro INAH-Colima dictaminó que era necesario definir el área de actividad
humana antigua con el propósito de que no resultase afectada y proteger el patrimonio
cultural, por lo que en mayo del 2008 se solicitó la intervención de la Dirección de
Salvamento Arqueológico (DSA) del INAH para continuar los trabajos de exploración
pendientes en los tres sectores, además de delimitar el área de restricción y obtener la
cronología de la ocupación humana, entre otros objetivos.
De 2008 a 2010, el proyecto de salvamento arqueológico Terminal de Gas Natural
Licuado Manzanillo, llevo a cabo cuatro temporadas de excavación, denominando a los
tres sectores como poligonales. En la poligonal uno, se localizó una pequeña elevación de
60 cm. que no correspondía con las características naturales de la zona, cuya extensión
abarca 55 x 25 metros.
Durante los trabajos de sondeo en esta poligonal se localizaron restos óseos
humanos, cerámica, lítica y objetos de concha, estableciéndose que dicha elevación era
artificial y se trataba de un cementerio o espacio destinado para fines exclusivamente
funerarios, por lo que se decidió ampliar la excavación de manera extensiva y se designó el
espacio como Loma Funeraria, ya que no se localizó ningún vestigio de actividad
habitacional.
Los resultados después de las cuatro temporadas derivaron en el hallazgo de mas de
340 enterramientos humanos y restos de animales, la mayor parte de los esqueletos se
encontraban asociados a diversos bienes funerarios (vasijas, cuentas, malacates, figurillas
etc.) que se ubican cronológicamente desde la fase Ortices (200 a.C.-200 d.C.) hasta el final
de la fase Chanal (1500d.C.), observándose una larga secuencia de uso del espacio con
fines funerarios, así como su reutilización19 (ver fig. 1).

19
Chávez Torres y Moguel Cos (2009) Segundo informe parcial temporada 2009 (campo) y temporada 2008
(análisis cerámico), pág. 18.
26
Figura 1.- Planta general de entierros. Dibujó y digitalizó: J. Joel Hernández Olvera.

Cabe mencionar que uno de los elementos culturales resaltables de este sitio
consiste en una serie de piedras irregulares acomodadas de forma circular, además de
cuatro piedras hincadas verticalmente. Dos de estas últimas son las que habían sido
identificadas durante los trabajos del Centro INAH-Colima. La dimensión de esta
formación circular es de aproximadamente nueve metros cuadrados. (ver fig. 2)

27
Figura 2.- Formación circular. Dibujó y digitalizó: J. Joel Hernández Olvera.

Por lo que se refiere a la connotación cultural y simbólica de la formación de


piedras, al parecer rigió en un determinado tiempo el espacio en que se enterraba a los
muertos, ya que la mayor parte de los entierros se localizó en las inmediaciones de este
elemento arquitectónico, conformándose “en dos momentos, el inicial en el cual se
depositan las piedras de manera circular y una segunda donde se incluyen las piedras
verticales”20.
La formación circular se encontró presente como elemento importante desde la fase
Ortices (200 a.C.-200 d.C.) hasta la fase Armería (700-900 d.C.) y, posiblemente, la fase
Chanal (900-1500 d.C.), aunque los alineamientos iniciales no son visibles en las dos
últimas fases, a excepción de las piedras verticales, a consecuencia de la presencia del
relleno cultural.21
En cuanto al posible patrón de enterramientos, los investigadores a cargo del
proyecto mencionan que “el 55% de los entierros pertenecen al periodo temporal del
Preclásico Superior (Fase Morett-Ortices y Comala)”, remarcando que “en el sitio se
presentaron entierros removidos dejándose una cantidad considerable de entierros
incompletos, lo cual dificultó su clasificación aún como entierros secundarios”22.
De manera general, los investigadores refieren que el material recuperado durante la
excavación muestra similitudes con la cerámica diagnóstica de la llamada Tradición
Tumbas de Tiro, correspondiente al horizonte Clásico mesoamericano. Ésta cerámica se
localizó en el sector oeste de la formación circular, donde la mayoría de los entierros no
guardan un patrón establecido, ya que el área de enterramiento fue sumamente reutilizada a
lo largo del tiempo (ver fig. 3).

20
Chávez y Moguel 2009:18.
21
Chávez, comunic. pers. 2010.
22
Chávez y Moguel 2009:19.
28
En el caso del lado este del elemento arquitectónico circular, se encontraron
materiales asociados a la fase Armería, que corresponde al Epiclásico mesoamericano. En
dicha zona, los entierros son individuales -la mayoría de ellos primarios-, a pesar de que no
guardan un alineamiento ni orientación establecidas, sí muestran homogeneización en la
cantidad y el tipo de ofrendas, la cual consta de una vasija ubicada en la región de la
cabeza, acompañada de una figurilla moldeada ubicada tanto en la región del tórax, como
de la pelvis.

Figura 3.- Planta de distribución general de piezas cerámicas. Ilustración PAF Juan Joel Hernández Olvera

Metodología

La metodología utilizada para el análisis de las prácticas funerarias se basó en dos


propuestas: la primera, elaborada por Arturo Romano23, y la segunda, por Henri Duday24, a
inicios de 1990. El objetivo de incluir ambas propuestas en este trabajo yace en sistematizar
el formato de registro de una sepultura, permitiendo así exponer las características propias
de un depósito funerario, es decir, acercarse a aquellos aspectos tangibles e intangibles que
se formulan dentro de los gestos funerarios.

23 Romano Pacheco, Arturo“Sistema de enterramientos”, en J. Comas (ed.) En Antropología física, época


prehispánica, 1974, pp. 83-112. Instituto Nacional de Antropología e Historia, México, D.F.
24
Duday, Henri “Antropología biológica ‘de campo’, tafonomía y arqueología de la muerte” en Elsa Malvido,
Gregory Pereira y Vera Tiesler (eds.), El cuerpo humano y su tratamiento mortuorio, 1997, Colección
científica del INAH, no 344, México, pp. 91-126.
29
La muestra ósea

La muestra se compone de 348 entierros; 23 de ellos presentan características


morfológicas propias del sexo femenino y 43 del sexo masculino25. En 27 entierros no fue
posible determinar el sexo, debido a la edad de los individuos. Finalmente, 238 entierros se
encontraron en muy mal estado de conservación, por lo cual tampoco fue posible conocer el
sexo26 (ver tabla 1)

Sexo % Frecuencia
Femenino 6.6 23/348
Masculino 12.3 43/348
Infantil/subadulto 7.8 27/348
Sin determinar 68.4 238/348
Osario 4.9 17/348
Tabla 1.- Estimacion de edad de la muestar ósea

Referente a la de edad de los individuos que integran la muestra, se logró estimar la


edad de 211 de ellos, reportando que dos fallecieron entre el periodo gestacional y
perinatal, 19 durante la primera década de la vida, 17 entre los 10 y 20 años de vida, 94
entre los 20 a 30 años, 55 durante los 30 y 40 años y, finalmente, 24 en la década de entre
40 a 50 años27 (ver grafico 1).

Rango de edad a la muerte


94

55

19 24
17
2

0-9 0-10 10-20 20-30 30-40 40-50


meses años años años años años

Grafico 1.- Representación de los individuos que integran la muestra por grupo de edad.

25
Cabe resaltar que el número de entierros analizados en esta investigación, se vio estrechamente relacionado
con el estado de conservación de la muestra, ya que gran parte del material se encuentra sumamente
fragmentado. Un segundo punto en este tenor, es que en ocasiones los entierros se encontraban sin objetos
asociados que le asignaran una cronología cultural, por lo que no entraron en análisis. Finalmente, es
importante mencionar que no se logró recopilar el total del material fotográfico dado que fue excavado por
distintos arqueólogos, por lo que fue difícil ponerse en contacto con cada uno de ellos.
26
Un aspecto importante para aclarar es que, a los conjuntos de restos óseos que no tenían un contexto bien
definido, se les designó como osarios. De ellos se registraron 17.
27
De los datos obtenidos de la estimación de edad es importante referir que la mayor parte de los individuos
que integran esta población llegaron a la etapa adulta, lo cual podría sugerir un buen sistema de amortiguación
a eventos estresantes durante gran parte de su vida. Respecto a los 19 infantes que fallecieron dentro de la
primera década de la vida, no podemos sugerir que fueron incluidos socialmente, ya que el número es poco
representativo en relación al tamaño total de la muestra. Quizá estos infantes pertenecieron a un estrato social
diferente, el cual les permitió que se les integrara en dicho espacio.
30
Consideraciones en torno a las practicas funerarias de un sitio arqueológico de
la zona costera de Colima durante las fases Ortices y Comala.

Hacia los últimos años, la mayor parte de los contextos arqueológicos localizados en
el estado de Colima son funerarios, esto no parece ser raro ya que desde periodos muy
antiguos, como lo es la llamada fase Capacha (2500 a.C.-200 a.C.), se han localizado
espacios exclusivamente para enterrar a personajes a quienes se les acompañaba de vasijas
bilobulares o trilobuladas, con decoración incisa o esgrafiada, con alusiones solares. Por lo
anterior, el establecimiento y la descripción de la estructura social, económica, política,
religiosa para esta época, queda sin vislumbrarse hasta la fecha.
Iniciamos con las consideraciones finales de esta sección dedicada al estudio de las
prácticas funerarias durante el complejo Ortices-Comala, retomando brevemente lo que
sugerimos ocurrió al final de la fase anterior que fue Capacha.
Al final de la fase Capacha se empezaron a edificar una clase de espacios
exclusivamente funerarios. Éstos se construyeron en el subsuelo, dejando un acceso
cilíndrico o en algunos casos de escalinata, el cual conducía a donde se encontraban el o los
personajes ya fuese en una o dos cámaras mortuorias.
Este tipo de recintos funerarios se han registrado en los actuales estados de Nayarit
y Jalisco y se piensa que eran reservados para personajes de status social alto o bien, para
un solo linaje. Un dato sobresaliente es que en la mayoría de las tumbas de tiro se ha
encontrado evidencia de una constante reutilización, tanto del espacio como de la posición
y colocación de los restos que fueron enterrados previamente.
De los 348 entierros que componen la muestra 70 se encuentran asociados a
elementos culturales que corresponden al complejo Ortices-Comala, siendo el 20.11% de la
muestra total. Los habitantes de este lugar decidieron entonces utilizar un elemento
arquitectónico circular, bajo el cual se distribuyeron los entierros.
Al parecer, en la fase Ortices fue cuando se comenzó a utilizar este elemento
arquitectónico y se observaron dos zonas de aglomeración de entierros: una el este de dicha
formación y otra al oeste. Éstas fueron constantemente reutilizadas durante los 700 años
correspondientes a estas fases (Ortices-Comala), lo que originó que se removieran
segmentos óseos para reutilizar, tanto el espacio como la ofrenda. Dicho movimiento derivó
en la remoción de pequeñas cuentas y orejeras de las cuales no se conoce su ubicación
original y relación con los entierros (ver fig. 4)

31
Figura 4.- Planta general de distribución de entierros correspondientes a la fase Ortices (200 a.C.-200
d.C.) y Comala (200 d.C.-500 d.C.). Dibujó y digitalización: J. Joel Hernández Olvera

Sugerimos que la práctica funeraria entre los antiguos habitantes de este sitio
costero, tiene que ver precisamente con el constante re-uso de los espacios y de las
ofrendas.
La mayor parte de los individuos inhumados durante este periodo eran adultos, no
se logró establecer un patrón de enterramiento relacionado con el sexo. En relación a la
edad, podemos mencionar que después de los 30 años de vida, se establecía una clase de
diferenciación social que les permitía preservar su espacio de inhumación.
Desafortunadamente, no se logró inferir cuál era dicho factor.
En cambio, los segmentos óseos de los individuos que aún no alcanzaban esa edad,
eran removidos quizá para la inhumación de otras personas de mayor edad.
En cuanto a la baja frecuencia de entierros infantiles, proponemos dos puntos:
1. Los individuos infantiles eran enterrados en otro lugar.
2. Los niños que fueron enterrados en este espacio funerario, quizá
pertenecieron a un linaje o familia, la cual les otorgó el derecho de ser inhumados en este
sitio. Es importante remarcar que la comparación con otros sitios podría aclarar o ampliar
esta hipótesis.
A manera de resumen, sugerimos que, llegada la muerte de un individuo,
posiblemente se le daba un tratamiento mortuorio sencillo28. Posteriormente, se buscaba el
lugar de inhumación de los demás familiares para ser depositado en una fosa sencilla. Se le

28
En algunos casos eran inhumados sin ningún tipo de tratamiento corporal; en otras ocasiones se le pudo
haber envuelto total o parcialmente.
32
colocaba de manera extendida, con una alta posibilidad de acomodarlo en decúbito dorsal
y, en menor probabilidad, en decúbito lateral o ventral. Si era hombre se le podía orientar
hacia cualquier dirección. En cambio, si era mujer, no se le orientaría de sur a norte. En el
caso de los niños, éstos no eran orientados de oeste a este, de acuerdo a lo previsto en este
trabajo.
Asimismo, mencionamos que dentro de la cosmovisión de estos pobladores las
alusiones de la flora y la fauna desempeñó un papel muy importante en su vida, al grado de
representarla en su cerámica, además de ser incluidas en el espacio funerario. Al respecto,
podemos señalar que a la mayoría de los individuos adultos se le acompañaba de una
ofrenda. En cambio, en los niños y jóvenes esto era menos frecuente.
El lugar más común donde se emplazaba la ofrenda era la cabeza para el caso de las
mujeres, en tanto que para los hombres lo fue en la región de la cabeza y el tórax.
Las representaciones más frecuentes en la cerámica de este par de fases son: míticas,
zoomorfas, fitomorfas, antropomorfas, todas éstas relacionadas a la tradición “tumbas de
tiro”.
Por otra parte, es importante mencionar que dentro de la formación circular se
localizó una concentración significativa de material cerámico y óseo correspondiente a
ambas fases (ver fig. 5 y 6). Parece ser que este depósito fue un posible ritual de clausura o
de reutilización del espacio, llevado a cabo por los habitantes que vivieron durante dichas
fases. El objetivo de esto fue quizá seguir preservando una ideología o creencia, como por
ejemplo, que ese espacio era un suelo sagrado y que continuaría siendo la tierra de sus
antepasados.
Estos materiales se encontraban por debajo de los entierros de características más
tardías: Colima y Armería. Estos últimos ocuparon también parte de la formación circular,
pero destaca el hecho de que sacaron los restos óseos correspondientes a las fases más
tempranas y se incluyeron algunos individuos al centro de las pilas verticales (ver fig. 7).
Este acontecimiento parece ser el punto central en la idea de la llegada de un nuevo grupo
social con distintas costumbres, ya que la ofrenda consistía en un cuchillo bifacial de
obsidiana y una figurilla de atributos estilísticos más tardíos.

Figura 5.- Ofrenda al interior de la formación circular. La cerámica muestra características de las
fases Ortices y Comala.

33
Figura 6.- Vista general de la ofrenda al interior de la formación circular.

Figura 7.- Vista general en la que se aprecia en la piedra ubicada en la parte superior izquierda de la imagen
un amontonamiento de restos óseos. Al centro se observa el entierro de fases más tardía (Colima 500 d.C.-700
d.C.-Armería 700 d.C.-900 d.C.

Finalmente, sobresale un acomodamiento no selectivo, ubicado a un lado de una de


las lajas verticales. Al respecto, sugerimos que los restos se ubicaban dentro del elemento
arquitectónico circular y que fueron removidos posteriormente. Dicho evento es signo claro
de reutilización del espacio funerario.

Consideraciones en torno a las prácticas funerarias de un sitio arqueológico de


la zona costera de Colima durante las fases Colima y Armería.

En lo que concerniente a las fases analizadas en este trabajo (Colima y Armería), es


pertinente aclarar que conjuntarlas podría constituir un sesgo en la información acerca de
las prácticas funerarias durante este periodo, pues es bastante amplio. No obstante, se
decidió hacerlo debido a que hasta la fecha (al igual que ha sucedido con las demás fases),
no se ha logrado definir de manera puntual la cronología de cada una de estas fases, así
como los aspectos tipológicos o estilísticos de éstas.
De los 348 individuos que componen la muestra, 71 entierros se encuentran
asociados a elementos culturales que corresponden al complejo designado como Colima-
Armería, siendo el 20.40% de la muestra ósea total.
A partir de los datos recopilados para el análisis de las prácticas funerarias llevadas
a cabo por los habitantes de este sitio entre el 500 d.C. y el 900 d.C., podemos resumir que
se preservaron los depósitos individuales y colectivos, así como los entierros primarios y
34
secundarios. Destaca el constante re-uso todavía presente en estas fases, es decir, no fue
privativo de las fases Ortices y Comala. Las posibles interpretaciones de esto se sintetizan
en los siguientes puntos:
1. Durante el periodo de transición entre las fases Comala y Colima, en este
sitio no hubo un componente cultural o funerario distintivo que estableciera con precisión
la temporalidad de los entierros, ya que se observa una constante reutilización de los
espacios de inhumación.
2. Si bien no es posible establecer o discernir un patrón de enterramiento
relacionado con el sexo, fue posible dilucidar que persiste un tratamiento y diferenciación
en cuanto a la edad. Esto implica que los entierros primarios, directos, extendidos y en
decúbito dorsal eran principalmente adultos. Por otro lado, en la distribución de los
entierros respecto a la formación circular se observaron tres concentraciones de entierros
importantes: una al noroeste, otra al noreste y una alrededor de dicha estructura (ver fig. 8).

Figura 8.- Plano general de distribución de entierros asociados a las fases Colima y Armería. Dibujó
y digitalización: J. Joel Hernández Olvera.

3. Consideramos que la transformación principal en las prácticas funerarias de


este sitio en las fases Colima y Armería, se basa en la influencia ideológica y la inclusión
de nuevos grupos en el área, propiciado en parte por los acontecimientos, rupturas y
decadencia de las grandes urbes desarrolladas en el periodo Clásico mesoamericano,
35
además del flujo migratorio bidireccional entre el occidente y el centro de México.
Esta última hipótesis se basa en los siguientes argumentos:
Durante estas fases ya no es tan frecuente las representaciones de la flora y la fauna,
los motivos decorativos de las vasijas se basan, más bien, en agregar pigmentos sobre el
cuerpo de éstas. En el caso de las figurillas, se pudo observar que son elaboradas a partir de
moldes. Además de esto, los atributos corporales difieren de las figurillas encontradas en
fases anteriores.
Asimismo, uno de los aspectos sobresalientes que probablemente transcurrió en el
periodo de transición de la fase Comala a la Colima-Armería, fue la inclusión de dos
personajes en el interior de la formación circular. Los pobladores de ese momento
removieron los entierros que se encontraban en el centro de dicha formación los cuales
posiblemente fueron de la fase Comala y los concentraron en una de las piedras verticales,
integrando a un individuo (ver fig. 9 y 10).

Figura 9 y10.- De lado izquierdo es notable observar el amontonamiento de restos óseos en una de
las piedras verticales. En la segunda imagen se advierte el entierro al centro de las cuatro pilas verticales.

Como se mencionó en el apartado anterior, uno de los entierros se encontraba


acompañado de un cuchillo bifacial de obsidiana y una figurilla antropomorfa moldeada.
Ambos depósitos quizá fueron el resultado de la incorporación de gente proveniente de otro
lugar (ver fig. 11).

Figura 11.- Foto de planta del entierro depositado al centro de la formación circular. el cual lleva en
la región del tórax un cuchillo bifacial trabajado en obsidiana y en la pelvis una figurilla antropomorfa.

36
Para complementar la hipótesis, es importante mencionar la presencia de
incrustación dental del tipo E-1 y la mutilación dental tipo A-2, localizada en una zona de
entierros de una fase más tardía (Chanal 900-1500 d. C.) y la presencia de artefactos
elaborados en obsidiana, misma que no se había registrado en periodos anteriores (ver fig.
12 y 13). Un ejemplo corresponde a la punta de flecha trabajada en obsidiana meca (ver fig.
14), cuya procedencia es referida a Michoacán y Jalisco29.

Figura 12, 13 y 14.- A la izquierda. Cuchillo bifacial fabricado en obsidiana asociado al entierro #
354. A la derecha cuchillo bifacial fabricado en obsidiana asociado al entierro #107 y al centro, punta de
flecha fabricada en obsidiana. Fotografías de Alma Vega.

Asimismo, se localizaron fragmentos de figurillas (Mazapa) con características


tipológicas del centro de México durante el Epiclásico y Posclásico temprano30 (ver fig. 15
y 16).

Figura 15 y 16.- Fragmentos de figurillas moldeadas de estilo Mazapa. Fotografías de Alma Vega.

Consideraciones finales

Por todos los argumentos aquí expuestos, sustentamos la idea de la llegada de


grupos foráneos, los cuales traen consigo nuevos elementos iconográficos, y quizá una
nueva cosmovisión y nuevas estructuras políticas y económicas, las cuales podrían irse
vislumbrando poco a poco, mediante la incorporación de datos de otros sitios del estado de
29
Arqlgo. Alejandro Meraz Moreno, comunicación personal, 2012.
30
Tipo cerámico recurrente en las fases tempranas del Posclásico en el centro de México, vinculado con la
cultura Tolteca (Arqlgo. Fernando Getino comunicación personal 2012).
37
Colima.
Asimismo, durante las fases Colima y Armería, mencionamos que el patrón de
enterramiento fue decúbito dorsal extendido, sin una orientación bien establecida. Esto no
quiere decir que se pueda considerar como un sistema estático, ya que a partir de las
representaciones iconográficas y sobre todo de los objetos que acompañaban a los muertos,
se logró esclarecer un proceso funerario dinámico dentro de este mismo espacio.
Asimismo, las posibles diferencias entre sexos o la edad con relación a la cantidad y
calidad de bienes funerarios, indicamos que las condiciones de conservación del material
óseo no permitieron aclarar dicho cuestionamiento relacionado con el sexo. En cuanto a la
edad, como se notó en los resultados, los individuos adultos son quienes fueron
acompañados con más frecuencia de algún bien funerario.
En cuanto a la estructura social y jerárquica del sitio durante las cuatro fases de
ocupación de este sitio, los depósitos funerarios son insuficientes para conjeturar la
estructura social. Lo que sí se advirtió fue que algunos personajes estuvieron acompañados
por atributos corporales y culturales particulares, como la presencia de incrustación dental o
de puntas de flecha y cuchillos bifaciales de obsidiana. Sin embargo, ninguno de ellos
permitió establecer la estructura social de los habitantes de este sitio.
Finalmente, por medio del análisis de las prácticas funerarias, es posible vislumbrar
atributos culturales locales, cambios en la conformación ideológica, dinámica cultural y
posibles redes de intercambio comercial en este sitio arqueológico de la costa de Colima.
Sugerimos que los antiguos pobladores de esta región, se asentaron en puntos geográficos
estratégicos para la subsistencia humana, permitiendo la domesticación de plantas y
animales. En este sentido, se hablaría entonces de una sociedad que aprovechó al máximo
los recursos que tenía a su disposición, aunque en algunos casos llevó al límite la capacidad
de respuesta a las presiones ambientales y culturales de algunos habitantes, siendo
perceptibles a través del análisis de la condición de salud dental31 y del apoyo de otras
disciplinas.
A pesar del poco conocimiento que se tiene de la conformación política, social y
cultural de los antiguos pobladores de Colima es posible, a través de las prácticas funerarias
y su correlación con datos biológicos, conocer algunos fragmentos de la vida y de cómo los
antiguos pobladores se relacionaban con el lugar donde habitaban. Aún permanecen
muchos cuestionamientos sobre estos pobladores relacionados con sus creencias, roles,
estatus, afecciones, conductas, todos aquellos cuestionamientos propios del ser humano y
que son tema central de la antropología.

31
La información referente a la condición de salud de esta muestra ósea puede ser revisada en el trabajo de
tesis de Juan Joel Hernández Olvera Prácticas Funerarias Entre Los Antiguos Habitantes De La Zona
Costera De Manzanillo, Colima. El Caso Del Sitio Arqueológico Terminal De Gas Natural Licuado, Tesis
inédita ENAH 2012.
38
El entierro sedente del Chanal, una manera común de enterramiento
para el periodo posclásico de occidente
Antropóloga Física Rosa María Flores Ramírez.
Arqueólogo Andrés Saúl Alcántara Salinas
Centro INAH Colima

Los estudios arqueológicos del Occidente en Colima han pasado por diversos
procesos de avance, donde la Dra. Isabel Kelly para los años cuarenta pone las bases
científicas en el estudio de esta amplia región, los cuales deja plasmadas en diversas obras
publicadas. Posterior a estos estudios, se da un letargo muy grande y se carece de estudios
formales de investigación; no es hasta que en los años ochenta, cuando se funda la
Delegación del Centro INAH en el estado, cuando se da de manera más constante la
obtención de información y con ello la aportación a cuenta gotas de datos que
incrementaban día con día los conocimientos de la historia prehispánica de este estado.
Los rescates y salvamentos de esta manera se han convertido desde hace poco más
de una década en el referente de consulta de los investigadores interesados en Colima y con
ello son la fuente de información principal en las investigaciones arqueológicas. Los datos
obtenidos con estos trabajos, nos hacen referencia al pasado más remoto de culturas con la
utilización de cerámica (el periodo Formativo) y que habitaron territorio de lo que hoy
llamamos Colima, tal es el caso de las Culturas Capacha y Ortices, denominadas así por
Kelly; existen múltiples referencias materiales de elementos que se ubican secuencialmente
posteriores a las nombradas y que conforman la época en que se define de manera clara la
cultura de Occidente (periodo Clásico), tal es el caso de diversas tumbas de Tiro reportadas
y otras que corresponden al mismo periodo, pero que no presentan ni tiro y mucho menos
bóveda, información que ha revolucionado la idea de que todo el cásico correspondía a
tumbas de tiro; de igual manera se han recuperado datos de los momentos posteriores al
periodo antes mencionado y que son elementos con poca referencia en los trabajos
publicados, correspondiendo al momento de cambios culturales donde se rompe con el uso
de tumbas de tiro y se marca una clara influencia cultural que viene empujando desde el
centro del territorio, nos referimos a las culturas denominadas Colima y Armería
(posclásico temprano), las cuales utilizan de manera regular el adobe como elemento de
construcción o bien para sellar los enterramientos a sus muertos; a su vez rompen con la
tradición alfarera que representó al occidente para el periodo Clásico, dando pie a nuevas
formas y acabados en la cerámica utilitaria y ritual.
En lo referente a nuestro trabajo, los datos que se dan para la fase de ocupación
Chanal (posclásico tardío) son diversos, pero dadas sus características al momento de
ubicarlas en el contexto durante el periodo de recuperación, no quedaba clara su ubicación
temporal, y no fue hasta la publicación del libro donde la Dra. Ángeles Olay reporta los
trabajos realizados en el Sitio El Chanal a partir de un proyecto específico INAH y a la
continuidad de investigación existente en el sitio, es que se ha podido definir con mayor
precisión los contextos y materiales de este periodo de la historia de Colima, por lo que los
datos que aparecían desde hace poco más de catorce años y los cuales aparentemente se

39
presentaban descontextualizados y sin manera clara de definir, ahora se están ubicando
temporal y espacialmente.
Como se mencionó, a lo largo de catorce años se estuvieron recuperando materiales
funerarios a lo largo del valle de Colima, especialmente en el Municipio de Villa de
Álvarez, los cuales presentaban características particulares:
 Al ser los contextos de la Fase Chanal resultado de los últimos grupos que habitaron
la región antes de la llegada de los españoles, generó que estos quedaran expuestos
o se encontraran de manera muy superficial en todo el territorio.
 La intención en los años setentas por parte del gobierno estatal en crear espacios
adecuados para ser utilizados en la siembra en los ejidos, generó una campaña de
despiedre masiva en prácticamente todo el territorio y ejidos de Colima, provocando
la destrucción de básicamente todos los contextos arquitectónicos.
 Los contextos funerarios Chanal, se caracterizan por la poca o nula deposición de
objetos suntuarios o de ofrenda, por lo que la mayoría de las veces solo era posible
reportar los huesos del personaje sepultado.
 Con la destrucción irreversible de los elementos arquitectónicos o habitacionales
existentes a lo largo y ancho del valle, además de las características contextuales
funerarias imposibilitó para el investigador el poder definir una temporalidad para
cada uno de contextos funerarios excavados y recuperados en diversas zonas del
territorio.
La ubicación de diversos entierros en aparente descontextualización que se da a lo largo
de diversos trabajos realizados en varias zonas del valle, se debió al patrón de asentamiento
que se reporta para el Valle de Colima para este periodo, el cual se identifica como un
patrón disperso, presentando una ocupación total a lo largo del Valle de Colima, donde
aldeas y caseríos aislados conformaban el paisaje urbano y trascendiendo como centro
rector se encontraba la actual zona arqueológica del Chanal, el cual con sus 180 hectáreas
de extensión y su patrón urbano bien definido y concentrado, marcaba su importancia como
centro administrativo.
En este sentido se reportan desde el año de 1999, diversos entierros sedentes asociados a
grandes rocas, los cuales no presentaban ningún tipo de elemento de ofrenda que pudiera
asociarlos a alguna temporalidad específica, tal es el caso de los trabajos arqueológicos
denominados: Cajita de Agua, Cobarrubias, Tapatía III, Los Aguacates, Tabachines Alpe,
Chanal Ramos, Chanal Magaña, entre otros muchos y gracias a los resultados obtenidos en
el Proyecto Arqueológico El Chanal durante sus diversas temporadas, es que se pudo
entrelazar la información necesaria para poder afirmar que aquellos entierros que se
pensaba descontextualizados en un principio, se trata de enterramientos de la fase Chanal,
tal es el caso de la Octava Temporada realizada en el año 2009. (Fotografía 1, 2, 3, 4, 5 y 6)

40
Fotografía 1.- Salvamento arqueológico
Cajita de Agua, Entierros 5 y 6 del pozo
56; se observa en la imagen dos cuerpos de
infantes depositados de forma sedente y
con la asociación de una gran roca, la cual
se aprecia en la parte inferior de la imagen.

Fotografía 2.- Entierros 3 y 4


del Pozo 56 del salvamento
Cajita de Agua, en donde se
observa la presencia de
diversas rocas asociadas a los
esqueletos.

41
Fotografía 3.- Rescate
Arqueológico Cobarrubias, se
observa el entierro 2 de la
Cala 1, el cual se encuentra
sedente y asociado a dos
rocas relativamente grandes.

Fotografía 4.- Muy


deteriorado se puede observar
el entierro 4 de la Cala 1 del
rescate arqueológico La
Tapatía III en la imagen se
observa un cuerpo depositado
de manera sedente y asociado
a una gran roca.

42
Fotografía 5.- Entierro sedente
recuperado durante las
excavaciones efectuadas en el
rescate arqueológico El
Aguacate.

Fotografía 6.- Entierro del rescate


arqueológico Tabachines Alpe, al que
se le asigna el nombre de Entierro 1 de
la unidad 2, en el cual se observa la
asociación roca restos óseos.

Cabe mencionar que los materiales óseos obtenidos han sido trabajados por diversos
investigadores en Antropología Física, los cuales señalan lo siguiente:
En 1999, Saúl Alcántara excava diversos entierros provenientes del sitio cajita de agua
de los cuales Rosa Ma Flores, Arturo Talavera y Israel Lara presentan resultados en 2003, y
reportan que en los 34 individuos localizados se observaron características antropofísicas
tales como desgaste, sarro, caries, abscesos, hipoplasia del esmalte en dientes, mientras en
esqueleto postcraneal se observa cribra orbitaria, hiperostosis pórotica, traumatismos,
osteítis y periostitis, un caso de posible osteoporosis, y cráneos cortos (braquicráneo), con
frontal estrecho y crestas divergentes, y una estatura de 1.52 para el sexo femenino.
43
Un entierro recuperado por Ángeles Olay, en el 2000 del Chanal Magaña, dicha
sepultura pertenece al postclásico y corresponde a una mujer.1; en el mismo año se recupera
también el entierro de un adulto depositado en decúbito dorsal flexionado, asociado a una
serie de rocas con una olla y una escultura que representa un rostro humano.2
Para el 2001 Ángeles Olay recupera otros tres entierros, uno de la sección Chanal
Ramos y dos de Chanal P, el análisis antropofísico de dichos entierros se llevo a cabo en
2005 y 2009 por los antropólogos físicos Arturo Talavera y Bertha A. Flores, los cuales
señalan que dichos entierros corresponde en el caso de Chanal Ramos a un sujeto femenino,
adulto; y del Chanal P, a una mujer joven y un adulto masculino; los tres sujetos presentan
características de anodontia, perlas de esmalte en las raíces de los dientes, sarro, caries,
atrición, abrasión, periodontitis y reabsorción alveolar, hiperostosis pórotica y periostitis en
esqueleto. 3
En el 2004 Olay recupera de la parcela 13 el entierro de un sujeto adulto, en cual fue
depositado en decúbito dorsal flexionado con la cabeza entre las piernas, sin embargo no
señala temporalidad y los resultados del análisis antropofísico aun no ha sido publicados.4
El Instituto Nacional de Antropología Historia ha permitido a partir de sus funciones de
protección, cuidado y estudio de nuestro patrimonio arqueológico, que el área nuclear y
monumental de la fase Chanal pudiera conservarse e inclusive fuera abierta al público y
gracias a ello, se logró mediante la implementación del proyecto de investigación continuo
del sitio, la recuperación de un gran número de información de los grupos que habitaron
durante este importante periodo, entre las que se encuentra la identificación de los entierros
sedentes asociados a rocas al interior de plataformas habitacionales.
La octava temporada de trabajos de investigación consistió en la liberación y estudio de
dos zonas que hasta ese momento no habían sido exploradas y las cuales se describen a
continuación:
1. Costado sur: Conjunto habitacional denominado como Plaza del Sedente, al cual se
le trabajaron solo tres plataformas habitacionales y dos escalinatas de acceso que la
conectan con otros conjuntos que se encuentran a un nivel superior de ésta.
2. Costado centro este: Se trata de 5 conjuntos habitacionales los cuales se nombraron
de sur a norte como Plaza de la Fundición la cual se conforma por 2 plataformas
habitacionales; Plaza Tláloc en la cual se recupera hasta el momento solo una
plataforma habitacional y el área de plaza; Plaza M, conformada por una sola
plataforma habitacional; Plaza de la Roca, la cual se conforma por dos plataformas
habitacionales, dos escalinatas y el área de plaza y por último el conjunto

1
Ángeles Olay Barrientos y Bertha Alicia Flores Hernández; comunicación personal 2009
2
Ángeles Olay Barrientos El Valle de Colima y sus aldeas, una visión arqueológica a través de
diversos rescates y salvamentos, informe de los trabajos de rescate arqueológico realizados en el
predio 0+160 de el camino a El Chanal (Colegio Ingles primera etapa) municipio de Colima
octubre-diciembre 2000, Archivo Técnico de Arqueología, INAH México D.F. 2000
3
Bertha Alicia Flores Hernández, comunicación personal, 2009.
4
Angeles Olay Barrientos, Informe final de los rescates arqueológicos realizado en fracciones de la parcela
19-7-1 P1/3 (Chanal Oseguera) y14 Z-1 P1/3 (parcela 13) del ejido de Villa de Álvarez, junio 2002-
septiembre 2005, agosto 2007, Archivo Técnico de Arqueología, INAH México D.F, 2007
44
denominado como Plaza L, el cual se conforma por un pequeño altar, una escalinata
de acceso y el nivel de plaza. (dibujo 1)

Dibujo 1.- mapa Chanal

Como se mencionó es en el conjunto de Plaza del Sedente donde se identificó este


contexto funerario, él cual se localizó al costado sur de la plataforma habitacional número
tres; al momento de su excavación se identificó una roca de gran tamaño que sobresalía del
nivel superior o de ocupación de la plataforma y dada su ubicación y a que la superficie
observable de dicha roca era muy plano, se decidió excavar alrededor de ella, logrando
identificar a una profundidad de 60 cm. por debajo del nivel de superficie los restos óseos
de un personaje depositado de manera sedente y en asociación directa con la roca.
(Fotografía 7 y 8)

45
Fotografía 7 y 8.- entierro
sedente

Entierro recuperado al interior de Plataforma 3 de Plaza del Sedente, en ambas


imágenes se aprecia la línea interna de muros que conforman la plataforma.
El contexto recuperado se trata de un entierro indirecto, primario que corresponde a
un sujeto de entre 40 y 45 años de edad de sexo masculino, el cual fue depositado de
manera flexionada, sedente. Dentro de las características antropofísicas tales como sarro,
proceso gingivitico, desgaste medio, caries, absceso, reabsorción alveolar en dientes, en
cráneo se tiene hiperotosis pórotica, exostosis auditiva y un proceso osteomielitico sobre
ambos malares, en esqueleto postcráneal se tienen datos de artritis y periostitis. (Fotografía
9, 10, 11 y 12)

46
Fotografía 9 y 10.- Desgaste dental

Fotografía 11.- Exostosis auditiva

Fotografía 12.- artritis

Dentro de las modificaciones culturales se tiene limado dental en incisivos


superiores del tipo A1 y A2, dichas modificaciones se levan acabo cuando el sujeto es
adulto ya que la dentición permanente esta presente, ya que es en esta cuando la dentina del
diente es mas gruesa y permite un mejor manejo del limado sin lastimar al individuo.
(Fotografía 13, 14 y 15)

47
Fotografía 13, 14 y 15

Las características que permiten inferir actividades realizadas por el sujeto en vida
se tienen marcas en axis por llevar objetos sobre la cabeza, desgaste mayor en carillas
articulares de vértebras del lado derecho lo cual refleja que la mayor cantidad de peso caía
sobre el lado derecho lo cual ocasiono que se alterara la curva normal de la columna
vertebral, de igual manera se tienen nódulos de shmorl y excrecencias en espinas de
vértebras torácicas y lumbares asociados a personas que cargan sobre la espalda media y
baja. Así mismo los datos osteométricos y una robustez general de los huesos permite
afirmar que se trata de un sujeto que llevo actividades físicas que implicaban un esfuerzo
especial, sobre todo del lado derecho. (Fotografía 16)

Fotografía 16.- entierro Chanal 2009

Se tiene individuo con nariz ancha (camerrino), con crestas intermedias y paladar
ancho (leptostafilino), de orbitas altas (hipsiconco).
Consideraciones finales
De los análisis llevados acabo hasta el momento por diversos investigadores,
sobresale la posición flexionada sedente sin diferencia por sexo, dentro de las
48
características patológicas observadas se tienen casos de sarro y caries las cuales nos
permiten conocer acerca de la dieta, ya que estas alteraciones se asocian con el consumos
de proteínas (sarro) y carbohidratos (caries), sin que exista una diferencia por edad y sexo,
así mismo se tienen casos de desgaste dental este es ocasionado por un proceso común de
masticación en el cual intervienen la dureza y tipo de alimentos, los cuales no debieron ser
muy abrasivos ya que es común el desgaste con la edad.
La limpieza de los dientes influye también ya que una mala higiene bucal es
precursor de procesos gingiviticos, caries y abscesos que terminen reabsorción alveolar, de
los cuales existen varios casos en estos sujetos.
En esqueleto fueron comunes los casos de hiperostosis pórotica aunque en un grado
ligero, asociadas con anemias, una explicación de esta alteración patológica es la manera de
preparar los alimentos, ya que el hervir mucho los alimentos ocasiona la perdida de ácido
ascórbico y vitamina B12 los cuales contribuyen a la absorción de los nutrientes, otra
posible causa es la perdida de hierro por la sudoración, ocasionando una perdida de
glóbulos rojos, que contribuye también a la aparición de anemias.
De igual manera fueron comunes los casos de periostitis, artritis la primera asociada
con procesos infecciosos y la segunda sin causa específica pero con una influencia clara del
ambiente, la edad y sexo.
Las modificaciones culturales mas comunes son la deformación del tipo tabular
erecta y solo un caso de limado dental, estas modificaciones si bien no eran comunes solo
se tienen algunos casos.
En lo que se refiere a las modificaciones en el esqueleto por la actividad que
realizaba en vida se tienen poca inserción muscular, con modificaciones en el esqueleto
asociados con la posición de acunclillamiento, cargas objetos sobre o con la cabeza, como
es el caso del mecapal, así como cargar con la espalda media o baja.
En lo que se refiere a la osteometría, solo se tiene el caso recuperado en 2009 de un
individuo masculino de nariz ancha, paladar ancho y orbitas altas, las estatura solo fue
factible obtenerla en una mujer la cual media 1.52 cm de alto, la cual además tiene un
cráneo corto, con frontal estrecho.
Como se ha visto atreves de los datos presentados, es común para la Fase Chanal
que los entierros humanos sean depositados de manera flexionada primaria, es decir no eran
removidos para depositar otros sujetos en los mismos espacios, de igual manera la
deposición de los cuerpos se realizó con algún material perecedero (fardo funerario), ya que
los restos óseos generalmente, n presentaban movimientos tafonómicos importantes,
manteniendo la posición anatómica del cuerpo.

49
Un caso especial de contexto funerario, “El entierro A11 recuperado en
Tabachines, durante el 2007”

Antropóloga Física. Rosa María Flores Ramírez


Arqueólogo. Marco Cabrera Cabello
ros19fr@hotmail.com y rosa_flores@inah.gob.mx/macck11@hotmail.com
Centro INAH Colima/Centro INAH Sinaloa

Resumen
Como parte del proyecto de antropología física” Propuesta metodológica para el análisis
antropofísico de los restos óseos depositados en el Centro INAH Colima”, se han trabajado
los entierros recuperados durante el 2007 en el sitio Tabachines sección A.
Durante el análisis antropofísico llama la atención el entierro A11, ya que es un entierro
muy completo en el que se recuperaron diversos datos tales como; alteraciones en la salud,
caracterización física, estatura, labores que llevaba a cabo en vida, edad y sexo, además de
que al revisar los datos arqueológicos nos percatamos de la colocación especial de este
individuo en el qué se localizo in situ hacia el área de las costillas una punta de proyectil,
con estos datos es que se inicia la labor de interpretación. Por esta razón es que
consideramos importante dar a conocer los resultados obtenidos hasta el momento, y las
posibles explicaciones que de este tipo particular de entierros se tiene y en el cual se
vinculan datos arqueológicos y antropofísicos; ya que la arqueología de Colima requiere no
solo establecer las características diferentes de cada fase cronológica, sino además tener
una mejor aproximación al conocimiento de los actores culturales que estén presentes.
Metodología
La metodología utilizada para la recuperación de los restos óseos, fue la común en una
excavación arqueológica, tal es registro fotográfico, dibujo con escala 1:10 y toma de datos
relevantes en una libreta de campo, sin embargo para este caso en particular se implemento
el usos de cedulas que permitieron la unificación de los datos obtenidos de cada entierro
tales como, posición, orientación, profundidad, posición del cráneo, objetos asociados,
ubicación de cuadro o pozo, área donde se encontraban, y relación con otros entierros.
Mientras que los métodos empleados en la obtención de las característica antropofísicas
observadas en el esqueleto fue la siguiente, para la asignación de edad se emplearon los
estándares de Bass Bass 1987, Brothwell1987, Krogman e Iscan 1986, White 2005, Meindl
y Lovejoy 19851, Bass 1987, White 2005 para la asignación de sexo2, Ortner y Putshar

1
Bass William, “Human Osteology, a Laboratory and Manual Skeleton”, en Davis R, Evans (ed),
tercera edición, Sociedad Arqueológica de Columbia, Missouri, 1987.
Brothwell D.R., Desenterrando huesos. La excavación, tratamiento y estudio del esqueleto. FCE,
México1987.
Krogman Wilton e Iscan Mehmet, The Human Skeleton In Forensic Medicine, Charles C Thomas,
Springfield, Illinois, 1986
50
1985; Campillo 1993 en los que se refiere a las alteraciones en la salud3, Bass 1987 y
Comas 1976, Genoves 1966 citado en Hernández y lagunas 2005 para la osteometría 4,
Pijoan, 1997; Talavera, Rojas y García, 2001 para las alteraciones tafónomicas5 y las
modificaciones culturales en base a Romano 1974, Romero1965, Dembo e Imbelloni 1938,
citado en Hernández y Lagunas 2005
Desarrollo
La arqueología añade una dimensión crucial desenterrando los vestigios de épocas
pasadas, los arqueólogos estudian secuencias de la evolución social y cultural bajo diversas
condiciones naturales y culturales, a través de sus restos materiales; mientras que los
antropólogos físicos tratan de reconstruir biológicamente a los individuos que habitaron en
épocas pasadas, mediante el estudio de sus restos óseos, intentan describir la distribución de
las variaciones hereditarias entre las poblaciones y la influencia que tiene en ellos la cultura
y el medio ambiente a la vida humana.
En esta ocasión partimos de ambas disciplinas con el fin de dar explicación a
fenómenos concretos que comienzan a partir del trabajo de rescate arqueológico realizado
en Tabachines entre el 2006 y 20076, en el cual nos propusimos plantear como objetivo
general la aproximación al estudio de los restos óseos, en este caso especifico a las
características del entierro A11 y los que fueron colocados alrededor de este, dicho entierro
es uno de los 47 recuperados en el rescate antes señalado, en el que se definieron tres áreas
de enterramiento.
Desde el inicio del trabajo arqueológico, se tenía el pleno conocimiento de que
existían restos óseos humanos ubicados en el área (1)7, con esa intención se exploró el área
2 y 3, definiendo los contextos funerarios, donde se ubicaron mayores evidencias

Meindl Richard y C. Owen Lovejoy, Ectocranial Suture Clousure; A revised Method for the
Determination of skeletal age at death based on the lateral anterior suture, No 68. 1985.
2
Bass William, 1987.
White D.Tim Pieter A. Folkens, The human bone manual, Academic Press. U.S.A, 2005
3
Campillo Domingo, Paleopatología. Primeros vestigios de la enfermedad. Colección histórica de
ciencias de la salud. Vol I-II, Fundación Uriach., 1993
Ortner J Putschar, Walter G.J. Identification of pathological conditions in human skeletal remains.
Washington D.C. Smithsonian Contribution to anthropology, 1981
4
Bass 1987,
Comas Juan. Manual De Antropología Física, México, UNAM, Instituto de Investigaciones
Antropológicas.,1976.
Lagunas Rodríguez Zaíd y Patricia Hernández Espinoza, Manual De Osteología, CONACULTA.
INAH, México DF, E.N.A.H. División de Posgrado, 1988.
5
Pijoan Carmen. Evidencias de sacrificio humano y canibalismo en restos óseos. El caso del
entierro 14 de Tlatelolco. México. Tesis doctoral, Facultad de Filosofía y Letras, UNAM, 1997.
Talavera Jorge Arturo, Martín Rojas y Enrique García, Modificaciones culturales en los restos
óseos de Cantona, Puebla. Un análisis Bioarqueológico, Colección Científica, 432 México, INAH,
2001
6
Cabe señalar quela recuperación de restos óseos en campo fue llevada a cabo por el arqueólogo Marco
Cabrera Cabello y el análisis antropofísico por la Antropóloga Física Rosa María Flores Ramírez.
7
Excavación que llevo a cabo la arqueóloga Roxana Enríquez Farías.
51
materiales, ya que el quehacer en campo añade una dimensión crucial al estudio de la
antropología física y arqueología, ya que estas estudian a las sociedades pasadas bajo
diversas condiciones naturales y culturales mediante el análisis de los restos arqueológicos,
entre ellos los huesos, que de manera interdisciplinaria hacen una aportación a la
comprensión de las características de la evidencia humana mediante la aplicación de
teorías, que permiten documentar la naturaleza biológica y social del grupo o individuos
estudiados.
La importancia de dar razón a este trabajo interdisciplinario, se justifica en la noción
del registro sistemático y la interpretación, esta doble acción si se realiza de manera
adecuada nos puede aportar muchos datos y mejores maneras de ordenar la información,
por ello en todo momento, cada ves que salían restos óseos, estos se registraban de manera
individual; ya que esta forma de registro ha sido una de las mejores formas de aproximarse
a un trabajo detallado y capacitado, obviamente cada entierro cuenta con su ofrenda, que
consiste en vasijas, ollas, cajetes, figurillas, navajillas, o como en el caso del entierro A11
que poseía una punta de lanza y tres vasijas.(dibujo 1)

Dibujo 1, entierro A11

Debemos destacar que fue muy importante registrar la posición de cada entierro, la
orientación y la dimensión de los huesos de cada individuo, incluso cuando era difícil
identificarlos, la excavación se llevo acabo cuidadosamente, retirando la tierra poco a poco,
pero poniendo énfasis en cualquier cambio de coloración o cualquier aspecto que fuera de
mucha importancia, por ejemplo, en el área 2 los entierros, B2, B13 y B28 presentaron
restos óseos solo de la cintura para arriba pero con sus respectivas ofrendas, ello podría
indicar que fueron removidos para colocar otros en un tiempo espacio, en el caso del
entierro B3 se trataba de un atado de huesos, colocados de una manera muy especial
también con su ofrenda, el entierro B18 tenía medio metate a la altura de las rodillas, el
entierro B14 no tenia los huesos de los pies, por lo tanto le fue colocado un fragmento de
olla en esa parte, era asombroso describir los entierros in situ, pues estos datos nos
aproximan cada vez más a los personajes que estaban ahí depositados.
52
Describir cuidadosamente y con detalles la manera en que fueron colocados los
entierros, nos indica muchas veces la clase de rito funerario que se practicaba en esta parte
del Occidente de México, que no solo consistía en la posición del entierro tal como
extendida, de forma fetal, en posición sedente, de cubito e incluso de amontonar los huesos
o de depositarlos en forma de atados cuidadosamente colocados o el número de sujetos
depositados, sino además como ha sido posible observar en otros rescates efectuados en el
área, en algunos casos se colocaba un marcador realizado con un alineamiento de piedras o
un escalón de adobe. (Fotografía 1,2 y 3)

Fotografía 1.- Marcador de Fotografía 2.- Piedras al norte del recinto


entierro

53
Fotografía 3.- Ent A9

El entierro A11 se ubico en el área 3 y constaba diversos marcadores, tales como un


escalón de adobes hacia la parte norte y dos templetes de piedras una al centro y otra al sur
del contexto funerario, el difunto fue colocado de manera extendida, acompañado de su
arma que era una punta de lanza y de tres vasijas. (Fotografía 4 y 5)

Fotografía 4.- contexto


entierro A11

Fotografía 5.- entierro


A11

Como podemos observa el contexto funerario cuenta con dos alineamientos de


piedras, uno localizado en la parte oeste y otro que se extiende de oeste a este, es decir, se
trato de un pequeño recinto; el acceso se encontraba hacia el norte introduciéndose de norte
a sur; hacia le parte noreste a cuatro metros se observo un alineamiento irregular formando
un muro que hacia el noreste, presentaba restos de lo que seria un fogón y hacia el este del
contexto funerario, restos de un horno hecho con piedras y tierra donde encontramos tierra
quemada y el entierro A16.
54
El entierro A11 se encontraba rodeado por diversos entierros, el A9 colocado este
oeste, ubicado al norte, al interior del recinto funerario, al lado sur del escalón de adobes,
este entierro presentaba una olla decorada sobre el cráneo, el entierro A9 estaba orientado
con el cráneo hacia el este, Debajo del entierro A9 se encontraba el entierro A10 pero
orientado noreste-suroeste también con ofrenda y a un metro del escalón de adobes pero
además con un marcador de piedras hacia el este, donde ubicamos la primera vasija que
acompañaba al entierro A11, hacia el sur se encontraba el entierro A12 con el cráneo hacia
el oeste pero sin ofrenda y con los huesos amontonados o colocados en un atado, hacia la
parte este del contexto funerario que estamos describiendo también se encontraba el
entierro A14 orientado norte-sur con el cráneo hacia el norte y sin ofrenda, hacia y
delimitando hacia el este, debajo del entierro A14 se rescato el entierro A16 que consistió
en huesos, destaca que los huesos del entierro A16, estaban quemados, y en la parte sureste
también de bajo del entierro A14 pero hacia el sur se encontró el entierro A15 al pie del
muro que delimita la parte este del contexto funerario y que forma parte del interior de un
horno. (Fotografía 6, 7, 8 y 9)

Fotografía 6.-
entierro A10

Fotografía 7.- A12

55
Fotografía 8.- entierro A13

Fotografía 9.- entierro


A15

En el 2010 y como parte del proyecto de antropología física “propuesta


metodológica para el análisis antropofísico de los restos óseos depositados en el Centro
INAH Colima”, se inicia el análisis de los restos óseos recuperados durante el 2007, por el
arqueólogo Marco Cabrera cabello en el sitio Tabachines sección A, durante este trabajo de
investigación llama la atención el entierro A11, ya que, por un lado, es uno de los entierros
mas completos, por lo que es factible recuperar una gran cantidad de datos biológicos,
dentro de los cuales se tienen alteraciones en la salud, caracterización física, estatura,
actividades que llevo acabo en vida, además de la edad y sexo; y por otro, al revisar los
datos arqueológicos observamos características especiales de enterramiento entre las que se
tiene el hecho de recuperar in situ hacia el área de las costillas una punta de proyectil, que
nos llevo a preguntarnos si fue la causa de la muerte o un objeto personal.
Los datos osteológicos recuperados reflejan que nuestro sujeto de interés es un
individuo de sexo masculino de entre 40-45 años de edad, depositado de manera indirecta,
primario, con orientación de oeste-este, y el cráneo facial hacia arriba, la posición general
del esqueleto fue extendido ligeramente recostado sobre su lado derecho, las extremidades
superiores extendidas a los costados y la inferiores extendidas, destaco además el hecho de
56
contar con una punta de proyectil sobre las costillas lo que nos sugirió que se trataba de un
individuo especial. (Fotografía 10)

Fotografía 10.- entierro A11,


punta de proyectil

Las características óseas nos permiten inferir que se trata de un individuo que
presenta alteraciones patológicas en dientes tales como, tales como un color café y sarro en
dientes, proceso gingivitico, absceso en primeros molares los cuales acompañados de caries
provoco una reabsorción alveolar de los dientes, además se identifico hipoplasia del
esmalte en incisivos de la maxila de los dientes. (Fotografía 11, 12 y 13)

Fotografía 11.- entierro A11

Fotografía 12.- manchas de color café

57
Fotografía 13.- desgaste, caries y
reabsorción alveolar

En esqueleto se observo, en cráneo hiperostosis pórotica y como epigéneticos


huesos wornianos sobre sutura lamboidea, en esqueleto postcráneal se tienen excrecencias
axis y en espinas de vertebras torácicas, nódulos de schmorl en cuerpos de vértebras,
excrecencias en cara anterior de rotulas, inserciones musculares muy ligeras. (Fotografía
14), periostitis en un grado muy ligero, y como material asociado una punta de proyectil
sobre las costillas.

Fotografía 14.- excrecencias en cara anterior de rotula

Dentro de las modificaciones culturales se tienen una deformación del tipo tabular
erecto, esta se realizaba al momento de nacer ya que es cuando el cráneo es maleable y
permite modificar su forma natural. (Fotografía 15 y 16)

58
Fotografía 15.- deformación tabular erecta Fotografía 16.- deformación tabular erecta
plano frontal plano lateral izquierdo

Los datos osteométricos arrojaron que este sujeto tiene un cráneo, con crestas
divergentes y mandíbula media, en fémur una pilastra débil con estenomeria de lado
izquierdo, no se tienen datos del derecho, Euricnemia en tibia una del lado izquierdo, no se
tienen datos del derecho, euribraquia para ambas tibias, platolenia en cubito y una estatura
de 161.50 cm.Los entierros localizados alrededor del entierro A11 fueron el A9, A10, A12,
A14, A15 y A16, de estos se tienen los siguientes datos antropofísicos.
El entierro A9 corresponde a una mujer de entre 46 y 50 años de edad, fue
depositada de manera extendida en lateral izquierdo, y dentro de sus características
biológicas contaba con una estatura de 151.50cm, con cráneo redondeado, ancho, con cara
estrecha y alta, con orbitas altas, y mandíbula ancha y corta, con deformación craneana del
tipo tabular erecta, alteraciones patológicas en dientes comunes como son sarro, desgaste,
proceso gingivitico, reabsorción alveolar, en esqueleto hiperostosis pórotica, artritis,
procesos infeccioso, nódulos de schomorl y excrecencias en espinas de vértebras y
excrecencias sobre cara anterior de rotulas. (Fotografía 17)

Fotografía 17.- entierro A9

Del A10 se identifico que se trata de una mujer de entre 40 y45 años de edad,
depositado extendido boca abajo, con alteraciones comunes como sarro, desgaste medio,
gingivitis y caries en dientes; en esqueleto se observo cribra orbitalia, hiperostosis pórotica,
59
excrecencias óseos en metatarsos asociados con la posición de acunclillamiento, artritis.
(Fotografía 18)

Fotografía 18.- entierro A10

Entierro A12, es un individuo de sexo masculino de entre 46-50 años de edad,


colocado de manera extendida, con una estatura aproximada de 166.50 de estatura, con
cráneo medio, alto y frontal estrecho, cara estrecha y alta, orbitas altas, reabsorción alveolar
en dientes, y en esqueleto hiperostosis pórotica y osteomielitis. (Fotografía 19)

Fotografía 19.- entierro A12

Para el entierro A14 se obtuvieron los siguientes datos, se trata de un individuo de


sexo femenino de entre 15 y 20 años de edad, colocado en posición extendida en decúbito
dorsal, con características biológicas como sarro, desgaste, manchas de color negro.
(Fotografía 20)

Fotografía 20.- entierro A14

60
En lo que se refiere al entierro A15, se trata de un sujeto sub-adulto de entre 10 y 15
años de edad, depositado en forma extendida, con sarro y desgaste en dientes, hiperostosis
pórotica en esqueleto. (Fotografía 21)

Fotografía 21.- entierro A15

Para el entierro A16, se obtuvo lo siguiente, se trata de solo la extremidad inferior


de un sujeto de sexo masculino, de entre 35 y 40 años de edad, con periostitis en huesos
largos los cuales se encontraban flexionados, con una estatura aproximada de 166.2.
(Fotografía 22)

Fotografía 22.- entierro A16

61
Consideraciones finales
Es importante señalar que este trabajo es el inicio de una labor continua de
investigación, que día a día muestra el potencial de información que es factible recuperar de
los restos óseos y su contexto, lo cual nos permite acercarnos al conocimiento de nuestros
antepasados e inferir por que depositaban de cierta manera a los individuos.
En este caso lo que en un primer momento se identifico como algo especial, arrojo
una gran cantidad de datos, ya que de acuerdo al análisis arqueológico se trataba de un
sujeto muy especial que tenia como característica principal el hecho de contener una punta
de proyectil sobre el pecho del lado derecho, la cual después del análisis antropofísico fue
factible inferir que se trataba de una herramienta, objeto ceremonial ó utensilio de trabajo
que pertenecía al individuo y no el causante de su muerte, como se pensó en un primer
momento, ya que al analizar las costillas y vértebras al microscopio ninguna presentaba
marca de corte, que indicara alguna herida.
Sin embargo al analizar el contexto se observo que este se encontraba rodeado de
otros sujetos principalmente de entre 40-50 años de edad, de ambos sexos, dos masculinos,
dos femeninos, y un sub-adulto, la mayoría fueron depositados extendidos, solo el entierro
A16 que al parecer fue parcialmente removido se encontraba flexionado. En cuanto a las
modificaciones culturales se tienen solo dos casos de deformación craneana del tipo tabular
erecta el A9 de sexo femenino y colocado al noreste y el individuo principal A11. De igual
manera todos los sujetos presentan alteraciones comunes como son sarro, desgaste, caries,
reabsorción alveolar en dientes, hiperostosis pórotica, procesos infecciosos en huesos largos
y artritis, todas ellas relacionadas con la edad y el medio ambiente, la única diferencia
biológica entre el entierro A11 y los demás del sexo masculino en los que fue factible
determinar la estatura, es qué, a él entierro A11 se le calculo de acuerdo a las tablas
Genovés publicadas en 19668, una estatura de 161.50cm mientras que los entierros A12 una
estatura de 166.50cm y A16. Presenta una talla de 166.00 (Fotografía 23)

8
Genovés 1966, citado en Lagunas Rodríguez Zaíd y Patricia Hernández Espinoza, Manual De
Osteología, CONACULTA. INAH, México DF, E.N.A.H. División de Posgrado, 1998:55-58

62
Fotografía 23.- contexto completo

Por lo tanto la única características que hace diferente al hombre denominado como
entierro A11, que habito entre el 200 y 400 DC en el Colima Prehispánico, es el hecho de
contar con un objeto especial dentro de su ajuar funerario y el ser colocado al centro de
otros sujetos, así que seguramente este sujeto era alguien importante para este grupo, sin
embargo estaba expuesto al mismo medio ambiente social y cultural que ocasionaron
alteraciones parecidas a la de los demás sujetos. Cabria señalar que aun queda mucho por
decir y contestar al respecto de este contexto, ya que esta es una primera aproximación a los
datos obtenidos, seria interesante llevar acabo análisis como el ADN, para conocer si se
trata de una familia o hay diferencias genéticas entre los sujetos colocados alrededor y el
central.

63
“Relación historica de los hospitales de religiosos y “civiles” de la ciudad
de Colima”

Alfredo Cesar Juárez Albarran


acja@hotmail.com
Sociedad Colimense de Estudios Históricos (SCEH).

El primer Hospital conocido en la ciudad de Colima como “Hospital Civil” al


parecer para establecer diferencia con los Hospitales Militares, estuvo localizado en el
costado oriente de lo que hoy es el Jardín Núñez, antes plaza nueva (1). Hubo antes otro
“Hospital de Religiosos”, los datos de mayor antigüedad señalan como su fundador al
Padre Pedro de Solórzano quien era hijo de Juan de Aguilar y Solórzano y de Ana Martel
quien llego en l523 y es considerada una de las primeras mujeres españolas avecindadas en
Colima –la callejuela que existía hasta hace unos años en la parte posterior de Palacio de
Gobierno/Catedral llevo su nombre-, el hospital primero llevo el nombre de Nuestra Señora
de la Concepción, posteriormente se le conoció como el “Hospital de Juan de Dios”, y
cuando dicho beato fue canonizado el 16 de octubre de 1690 por el Papa Alejandro Vlll se
le añadió la palabra “San” (2). El nombre completo de Juan de Dios fue el de Juan Ciudad
Duarte o João Cidade Duarte; esta institución que estuvo conformada por el nosocomio
propiamente dicho, un templo, y un panteón de acuerdo al Director del Archivo Historico
del Municipio de Colima Doctor Jose Miguel Romero de Solís ocupaba toda una manzana -
ver plano-.

64
Fotografía: Plano reconstruido de Colima elaborado por el cartógrafo Elías Méndez Pizano, Sobresalen la
plaza mayor, la Iglesia Parroquial y abajo el Hospital de Sn Juan de Dios. (Tomado de La Revista
“Luciérnaga”, de la Asociación Colimense de Periodistas y Escritores, Numero especial Noviembre 2010, pp
11.

El sacerdote Solórzano recibió en 1599 del Virrey de la Nueva España Don


Gaspar de Zúñiga la autorización respectiva, aun cuando se menciona que comenzó a
funcionar unos años antes. Cuando vinieron a Colima los padres juaninos, o de la orden de
San Juan de Dios se hicieron cargo de su funcionamiento. El padre Solórzano por
situaciones no claramente precisadas pronto se enemisto con los frailes quienes se retiraron
de la ciudad, para regresar cuando el señor Solórzano había fallecido. A este hospital
asistían para su curación los enfermos de la jurisdicción de Colima y los que iban de paso.
El primer médico cirujano que trabajo ahí fue Don Cristóbal de Herrera quien
falleció en 1613 y fue sepultado en el entonces cercano convento de la Merced. En El libro
México Pintoresco hay un documento en el que Rivera, hace referencia a las
construcciones de la ciudad de Colima señala entre ellas al “Hospital Civil”, que ocupó
para entonces el edificio del antiguo convento de San Juan de Dios, el que según consigna
fue fundado por Fray Juan de la Concepción el 7 de enero del año de 1608.
La beneficencia pública se impartía ahí, en el convento extinguido en el que desde
principios de ese siglo, había existido reiteramos un hospital que se sostenía con algunos
fondos administrados con estricta y regulada economía; ese plantel fue administrado por un
eclesiástico, bajo la vigilancia del provisorato de Guadalajara sic (3).
El historiador J. Levy coincide con Rivera y escribe en su columna Hoy en la
historia del periódico “El Comentario” fechado el 7 de enero del 2010: “Aunque los
historiadores no se han puesto de acuerdo en las fechas, consignamos la versión de Almada
y Vizcarra sobre la fundación del Hospital de San Juan de Dios, que dice que esto aconteció
el 7 de enero de l608 y fue fundado por fray Juan de la Concepción conocido como “pobre
Juan”, quien llego a la Villa de Colima al frente de varios frailes de su orden, haciéndose
cargo de inmediato de la curación de los enfermos del hospital”.
El mismo historiador en su columna correspondiente al 10 de enero del 2012
escribe: Llega la orden de los Juaninos”. El 10 de enero de 1608 llegó a Colima la Orden
Religiosa de los frailes Juaninos, dirigidos por Fray Juan de la Concepción. Su convento
fue construido por la actual calle Gildardo Gómez. Todavía se aprecian sus ruinas. La orden
de los Juaninos sostuvo el Hospital de “San Juan de Dios” por màs de dos siglos.
Su fuente de ingresos fue la limosna que recaudaban personalmente por las calles y
casas de la Villa de Colima y otros pueblos de la región. Utilizaban para recoger las
mencionadas limosnas unas cestas de mimbre o carrizo a las que llamaban “capachas”,
razón por la cual, la gente del pueblo acostumbraba nombrar a los Juaninos, con el
sobrenombre de “capachos”.

65
Este muro que estuvo por la hoy calle Gildardo Gòmez fue el último vestigio del viejo y primer
Hospital de la Villa de Colima, el llamado Hospital de San Juan de Dios; se destruyo durante el terremoto
del año 2003. Fotografìa cortesía del Cronista de la ciudad de Colima Profesor Abelardo Ahumada
Gonzàlez.

Por demás interesante lo escrito por el historiador Felipe Sevilla del Rìo, nos dice
que en realidad la fecha en que arribó a Colima el primer médico “graduado” y ejerció su
arte y ciencia en beneficio de los colimenses, es muy difícil de precisar ; sin embargo
menciona, nos es dable asentar que a fines del año del Señor de 1606, un hecho fortuito
erigió que Diego de Rivera, médico de cabecera del navegante capitán Pedro Fernández de
Quiroz se radicara en Colima, Quiroz al volver al Perú tras explorar las Nuevas Hibridas y
al pasar por las costas de Colima la NAO SAN PEDRO, capitana, soltó un barangay con
varios hombres para ir a tierra, pero ya cerca de la playa el fuerte oleaje arrastró la canoa y
la golpeó contra unas rocas, destrozándola, saliendo a nado los marinos entre los que venía
el médico Rivera, quien al conocer la villa de Colima decidió quedarse como vecino,
casándose aquí y ejerciendo su profesión por muchos años (4). De acuerdo a al Historiador
y médico Don Enrique Brizuela se le conoció más como pendenciero que como profesional
de la medicina (5), muy posiblemente este galeno trabajo en el entonces único hospital
existente en la ciudad.
Médico cirujano, barbero y sangrador a un mismo tiempo era el privilegiado que se
hacía cargo de combatir todas las dolencias físicas de los colimenses en el siglo XVl; y de
la vida y hechos de varios de estos pintorescos curanderos existen constancias en los
archivos colimenses, señala el propio Don Felipe Sevilla Del Rìo: En 1577 Francisco
Asencio tuvo una disputa con el Zaragozano Blas de Drago…….que no tiene oficio
ninguno, mas de que es Cirujano, que ese es el arte, del que del vive en esta villa de Colima
curando a algunas personas……………En 1588 fue aprendido el Maestre Donato Genovés

66
y se le “secresto” sus bienes entre los que se hallaban la clásica “bacìa” de barbero, navajas,
pinzas, tijeras “…y unos pañitos y papeles con polvos y medicinas, e un poco de copal…..”
El Maestre Donato dijo: ….que es cirujano, soltero y de edad de màs de cincuenta años, e
que “abrà diezsiete” años poco màs o menos que pasó a estas partes y reside en ellas, y
“queste” dicho tiempo ha usado del dicho oficio en toda esta Nueva España, de
“cirujía”…………
De 1590 hasta principios del siglo XVll figuran en Colima Álvaro Fernández,
cirujano; Juan Rodríguez del Padrón, curandero, casado con hija de Juan de Iniestra; Martín
Fernández y Cristóbal de Herrera, cirujanos, este último médico del convento y hospital del
entonces beato Juan de Dios de Colima; ……………
Al fundar el padre Pedro de Solórzano el Hospital de Nuestra Señora de la
Concepción (¿así se llamo inicialmente, al Hospital de San Juan de Dios ¿) y tomarlo poco
después a su cargo los frailes de Juan de Dios (1605), la residencia en Colima de médicos y
enfermeros, frailes o legos titulados o sin título, fue continua, casi todos ellos fueron
entusiastas y caritativos, entre los que sobresalieron fray Juan Leonardo, también fundador
del convento, y fray Joseph Medrano, quien ejerció su ciencia por 10 años en Colima.
Fueron notables también fray Juan Garro Montesinos, fray Phelipe de Valdez, fray Joseph
de Villalva, don Josè Castro, doctor don Andrés Ortiz, fray Cayetano Lasso de la Vega, don
Josè Faustino, etc. En 1641, habiendo fallecido el capitán don Bartolomé Bravo de
Lagunas, alcalde mayor de Colima, su médico el padre fray Marcos Jiménez de Arteaga,
prior del convento y hospital de San Juan de Dios en Colima, reclamó ante las autoridades
judiciales la paga por sus servicios profesionales durante un año. En 1780 don Carlos Marín
de Villaseñor, alias médico de Colima, inicio un juicio contra los bienes de la casa
mortuoria de don Atanasio de Cosío, por reclamación de honorarios……….(4).
No localizamos mayores datos relacionados hasta los de julio de 1828, año en que
de acuerdo al historiador Colimense Don Alfonso De la Madrid Castro un numeroso grupo
de los más característicos vecinos de Colima, presentaron un escrito dirigido al Jefe Político
Colimense el coronel Don Mariano de la Madrid, llamando su atención entre otras cosas a
que “El Hospital de San Juan de Dios hoy en día, se encuentra reducido a la nulidad, y la
humanidad doliente reclama imperiosamente su reforma” sic (6). En un croquis del año de
1856 elaborado por el cartógrafo colimense Elías Méndez Pizano, se señala que entre las
sesenta manzanas se dice componían en ese entonces la ciudad de Colima destaca entre
otros edificios el del Hospital de San Juan de Dios. Las calles de la ciudad respondían al
nombre de algún edificio o característica especial que las identificara.
El Historiador y Arquitecto Huerta Sanmiguel menciona en uno de sus escritos que
“La calle de Hospital indica el nombre de la arteria en donde se encontraba el Hospital de
San Juan de Dios”. El mismo al hacer una comparación de esos ayeres con los nombres de
las calles en el año de 1990 dice que esa calle se llama a la fecha Independencia y se
prolonga con la Morelos.

67
Dichos señalamientos van en correspondencia con uno de los costados, el del lado
sur del actual Jardín Núñez (7).
El Profesor e Historiador Abelardo Ahumada Gonzàlez, nos comentó que el
antiguo salón de juntas de la cooperativa de salineros de Colima –hoy calles de
Independencia y Gildardo Gòmez- formo parte del Hospital de San Juan de Dios, uno de
sus últimos muros localizado por la calle Gildardo Gòmez sucumbió ante el terremoto del
21 de marzo del 2003, hoy es asiento de la Logia Masónica. En ello coincide el Historiador
Profesor Francisco Hernández Espinoza quien escribió que el primer hospital civil –así lo
llamó- funciono donde hoy se encuentra la logia masónica “Acacia”, por la entonces calle
del Hospital hoy independencia (8).
Por decreto del 16 de noviembre de 1859, y debido a la aplicación de la Ley de
Desamortización de los Bienes del Clero, el Gobernador Miguel Contreras Medellín
suprimió el Hospital de San Juan de Dios y con sus muebles y el mismo personal
“inauguro” el que llamo “Hospital Civil de la ciudad de Colima” situándolo en el
edificio del Nuevo Seminario de Colima, calle de por medio con el Templo de la Merced
frente al Jardín Núñez (9).
El 18 de agosto del año 2010 Jose Levy en su columna del Periódico “El
Comentario” señala: Se establece el Hospital de San Juan de Dios: “Por decreto del Lic.
Miguel Contreras Medellín, Gobernador del Estado, se (re) estableció el Hospital de San
Juan de Dios, en el local que antes ocupaba el Seminario Conciliar ello fue el 16 de
noviembre del año de l859. Inicio con un cirujano y un practicante, tenía un departamento
para los menesterosos”, sic. De acuerdo a esto, el primigenio hospital de San Juan de Dios
cambio de localización o domicilio, pero para fines del año 1859 seguía con el mismo
nombre.
Sin embargo en el periódico el noticiero de fecha 13 de mayo del año 2012 el Pbro.
Héctor Michel y el Lic. Miguel Aguirre Radillo en su trabajo sobre “El Seminario de
Colima de la Preciosa Sangre de Cristo” mencionan que el 17 de octubre de 1849 se inician
los cursos en la casa propia del Seminario frente a la “Plaza nueva” (Actual jardín Núñez),
en donde ahora se encuentra la Escuela Federal Tipo Republica de Argentina.

68
El 16 de noviembre el Gobierno clausura el seminario y expropia todos los bienes
legados por el Señor Cura Don Jose Marìa Melchor Silva Diaz quien murió pocos años
antes y fue uno de los fundadores del seminario inicial. En enero de 1868 es expropiada en
definitiva dicho seminario.
El Historiador Don Francisco Hernández Espinoza escribe palabras más o palabras
menos en su Libro “El Colima de ayer”: En la esquina del lugar donde ahora se encuentra
la Escuela Tipo “Republica de Argentina” existió una vieja construcción que sirvió hasta el
año de 1859, de asiento al Seminario Conciliar, al ser trasladado éste de Villa de Álvarez a
Colima.
Haciendo un paréntesis, respecto a esa época resulta interesante el mencionar que en
la aun numerosa familia Fernández de rancio raigambre colimense hubo un medico
prácticamente en cada generación, nos lo informo el Dr. Oscar Fermín Fernández
Ahumada. Comenzaremos por mencionar al Dr. Fermín Juventino Fernández Solórzano
facultativo quien hiciera la primer apendicetomía en Colima específicamente al Señor Don
Manuel Alcaraz quien era padre de Marte y Cesar Alcaraz Quiroz destacados comerciantes
de la localidad; operación efectuada en la mesa del comedor de su casa, este médico fue
director del Hospital Civil de Colima y del Hospital Militar de la Plaza.
Le siguió el Dr. Vidal Fernández Mesina quien fuese Gobernador Interino de
Colima, y luego Director del Hospital Civil y quien estuvo casado con una de las hermanas
de la Dra. Luisa M. Oldenbourg Vietsh nacida y radicada en Colima, esta profesionista
estudio en la Escuela de Medicina de la Universidad de California en los Estados Unidos,
titulándose a los 22 años de edad, y fue la primer medica Colimense que el 6 de enero de
1889 se estableció en aquí.
Se especializo en Cirugía y Obstetricia y efectuó varias intervenciones quirúrgicas
de este tipo en el Hospital Civil de enfrente al Jardín Núñez y en el del Sagrado Corazón de
la calle 27 de septiembre: ayudo a traer al mundo en la ciudad de Guadalajara a quien seria
a futuro Gobernadora de Colima Griselda Álvarez Ponce de Leon. Fue hija de Don Jorge
M. Oldenbourg, después de varios años regreso a los EU y murió en 1952 en Berkley
California, nunca se casó.
Nuevamente acudimos a los escritos de Jose Levy en su columna del Comentario de
fecha 20 de enero del año 2012, dice: Donde actualmente se ubica la parroquia de La
Merced, existía hacia el año de 1871 un pequeño paraje………….Doña Luisa Espinoza
dueña de ese lugar cedió al clero la extensión necesaria para que se construyera un templo
que se dedicaría a Nuestra Señora de las Mercedes, con el objeto de reponer el que había
expropiado el gobierno durante la Reforma y que se encontraba en la actual calle Gildardo
Gòmez, en la esquina en donde se localiza la sastrería de los Naranjo y colina con la
Presidencia Municipal.
Aparece en una de las fotografias siguientes la Dra. Louise Oldenbourg Vieths, fue
tomada del libro “Árbol genealógico de la familia Oldenbourg” que amablemente nos
proporciono la Señora Tina Oldenbourgh; la médica perteneció a la decima generación,

69
actualmente ya hay trece generaciones de dicha familia originaria del puerto de Hamburgo
en Alemania. En otra fotografía se observa a Louise en la parte central junto con sus dos
hermanas todas ellas nacidas en la ciudad de Colima, también puede observarse3 una de la
familia en las afueras de su casa de Colima.

En acatamiento a las leyes de reforma en el seminario poco abajo y calle de por


medio con el templo de La Merced, comenzó a funcionar “El Colegio Civil”, a su clausura
el edificio pasó a ser cuartel de tropas federales y finalmente “Hospital Civil”; el Sr. Blas
Ruiz –rico comerciante constructor y propietario del edificio ahora llamado Palacio
Federal, localizado frente al Jardín Núñez en su parte Norte- financió la construcción de un
2º piso de madera al que aplico pintura de aceite, en este habitaban las madres Josefinas que
el mismo mandó traer y a cuyo frente figuro la bondadosa superiora Sor Dolores del
Castillo.
El Profesor y artista plástico Jorge Chávez Carrillo anoto en su libro sobre el
Pintor Alfonso Michel, “El viejo y tétrico Hospital Civil…..” sic, lo que nos llama la
atención con respecto a las condiciones en que se encontraba este hospital en parte
construido de madera (10).

70
13

El Profesor Manuel Velasco Murguía en sus escritos sobre “Cosas de Colima”


anota: “….en el jardín Núñez, frente al cuartel, que estuvo ocupando el antiguo edificio de
madera del Hospital Civil, donde ahora se halla la Escuela Primaria Federal Tipo República
Argentina…” sic (11).
En otro de los párrafos de su libro el pintor Chávez Carrillo escribió: “……..la
cárcel era un galerón donde ahora está la Escuela Tipo. El mismo historiador nos da a
conocer que en los primeros años del Siglo XX por orden del entonces Gobernador Don
Enrique O. de la Madrid, el síndico señor Ignacio Pamplona guardo el enrejado que rodeaba
al Jardín Núñez en las bodegas del “Hospital Porfirio Diaz” (un hospital civil mas) el que
estuvo en la iniciación norte de la ahora Calzada Pedro A. Galván, y que ahora en el 2012 y
ya desde hace muchos años es asiento de la XX zona militar.
Este hermoso y ya desaparecido edificio, cuya construcción en su mano de obra se
debió al Arquitecto Antonio Aldrete, se inicio bajo el gobierno del Sr. Francisco Santa
Cruz. Cruz (8), a la fecha y dados los fenómenos telúricos que han azotado a Colima
capital, no queda ningún vestigio.

71
FOTOGRAFÍA: Templo de la Merced a la izquierda, y al frente el antiguo seminario, transformado en
cuartel de la policía y cárcel, así como en Hospital Militar, y Cuartel del 2º batallón de infantería (en la
parte superior de una de las puertas alcanza a leerse “2º batallón”), la instantánea fue tomada desde el
Jardín Núñez. Fotografìa cortesía del Ingeniero J. Levy.

El Gobernador del Estado durante los años de l858 a l859 Miguel Contreras
Medellín comunico al pueblo de Colima el día 29 de agosto del año de l859 que se
reorganizo la administración; estableció la junta de Sanidad, el Colegio Civil, la Fundación
del Hospital e inicio la construcción del portal norte del centro de la ciudad (12).
Francisco Santa Cruz Gobernador de Colima, durante su periodo comprendido
entre los años de 1869 a 1873 (fue 1er mandatario del Estado también durante los periodos
de l880-l883, y 1891-1902) informaba a la V legislatura local : “Mientras el Hospital de
San Juan de Dios, custodiado siempre por una partida de soldados, adquiría el rango de
municipal”, el Ayuntamiento de la ciudad de Colima por acuerdo del Congreso, disponía
que todas las fincas urbanas fueran pintadas obligatoriamente.
Hubo también mejoras materiales en la capital colimense (con fondos públicos y
privados) de gran importancia, como la construcción del Jardín Núñez, del teatro Santa
Cruz ahora llamado Teatro Hidalgo, del Puente Quebrado y del Puente de Álvarez; la
reparación general de empedrados; y la “reconstrucción del Hospital Civil” . Estas obras
fueron consideradas, según expresión del referido gobernador Francisco Santa Cruz,
como "el ornato de la capital del Estado”. El propio Señor Santa Cruz se dirigió a los
integrantes de la Xlll Legislatura que fungió de l894 a l897 señalando lo siguiente: “Con el
objeto de remodelar el Hospital Civil, pido permiso a la cámara para vender el edificio del

72
cuartel de policía, y con los recursos obtenidos, formar un fondo especial para iniciar
aquella obra, pues en l897 el Hospital era insuficiente y carecía de las comodidades y
condiciones higiénicas que reclamaba la ciencia médica (13).

FOTOGRAFÍA: Templo de la Merced a la izquierda, y un lado el antiguo seminario, transformado en cuartel


de la policía y cárcel, así como en Hospital Militar, y Cuartel del 2º batallón de infantería, y después en el
Hospital Civil que todavía llevo el nombre de San Juan de Dios durante una temporada. Fotografìa cortesía
del Ing. J. Levy.

Conforme al historiador Luis Virgen al despuntar el siglo XX las enfermedades que


causaban màs defunciones en la ciudad de Colima eran: Disentería, enteritis, viruelas,
sarampión, eclampsia, picadura de alacrán, tuberculosis perniciosa, debilidad congénita,
fiebre intermitente, septicemia puerperal, y paludismo, etc. Considera Andrés, autor de una
carta dirigida a Martha y fechada el 27 de octubre de 1902, entre otras cosas que la mejor
obra pública del Gobernador Santa Cruz fue la construcción del “Hospital General
Porfirio Diaz” para ayudar a remediar tantos males. Continua refiriendo que las boticas de
Colima ya expenden prodigiosos medicamentos como las píldoras de Ayer para la
inactividad del hígado, el purgante Julien para las afecciones del estomago y del hígado, la
Apiolina Chapoteaut para el flujo menstrual, la zarzaparrilla del Dr. Ayer que enriquece la
sangre expeliendo sus impurezas, el Santal Midy para el catarro de la vejiga y la hematuria,
el jarabe de pino de Lagasse que cura resfriados, tos ronquera, catarros y bronquitis, y en
especial el Wampole, miel que devuelve la vida al moribundo. Los medicos progresistas la
aprueban y recetan, y yo que soy el boticario la recomiendo…..sic…. En ese entonces y de
acuerdo al censo de 1900 el Estado de Colima tenía 37,788 habitantes, y la capital
concentraba a 20,698 esto es a más de la mitad del total (14).

73
Fotografìa: Hospital “General Porfirio Diaz” visto desde su esquina izquierda, 1905. Fotografìa cortesía del
Ing. J. Levy., este historiador nos informo que el 15/lX/98 el Gobernador Coronel Fco. Santa Cruz inauguró
en brillante ceremonia el pórtico del Hospital, se empezaron a construir después sus interiores los que fueron
destruyéndose con los temblores de 1900 y 1932, años después en este edificio a medio construir, se ubico el
cuartel del Batallón de Infantería.

En l906 durante su informe de labores el Gobernador Don Enrique O. de la Madrid –fue


primer mandatario de Colima del año de l902 al de l911- dijo: “Convencido de que en el
Hospital Civil se necesitaba el personal que se preocupara debidamente del cuidado de los
asilados, se mandaron traer de la capital señoritas que pertenecen a una institución
organizada para dedicarse a tal servicio. Desde el 1º del mes anterior, comenzaron a ejercer
sus funciones, y me es verdaderamente satisfactorio informaros que tal establecimiento de
beneficencia se encuentra ahora en las mejores condiciones de aseo, orden y moralidad.
……..y prueba de ello que, hasta la fecha, se albergan ciento cincuenta enfermos de ambos
sexos y constantemente, hay solicitudes. Con ese motivo se ha dotado al establecimiento de
suficiente ropa, camas, medicinas y demás útiles necesarios, en todo lo que se han
invertido 4,000 pesos extraordinariamente, sin incluir gastos de empleados y alimentación”
sic (2). En búsqueda de información que pudiera estar relacionada localizamos una
referencia que se atribuye al Gobernador Ramón R. de la Vega quien vivió de 1811 a 1896
y fue Gobernador del Estado durante los periodos de l862 a l864 y el de l867 a l869 –ambos
periodos fueron interinato-, donde se señala que “Construyo el Hospital Guadalupano”
(15). No se consigna su localización, al parecer se trata de otro hospital. De esta manera el
Historiador Hernández Espinoza menciona que con anterioridad a la construcción y
servicio del “Hospital del Sagrado Corazón de Jesus” –donde por el norte termina la

74
calle 27 de septiembre-, funciono otro de carácter particular que estuvo ubicado en donde
hoy es aun la factoría de Jabon “La Casa Blanca” –propiedad de la familia Aguilar-, el que
presto por un periodo largo un gran servicio a la sociedad colimense y a cuyo frente estaba
Lina Landín, auxiliada por Dolores Rendón –hermana del bisabuelo de los Levy Vázquez-,
Felicitas Vega y otras respetables damas. Más al comenzar a funcionar el Hospital del
Sagrado Corazón de Jesus, el primero mencionado en renglones precedentes quedó fuera de
servicio. (8).

FOTOGRAFÍA: El Gobernador Francisco Santa Cruz extendió esta invitación a señaladas personalidades de
la sociedad colimense, está fechada el día 14 de septiembre del año de 1898. Fotografìa cortesía del Ing. J.
Levy.

75
De acuerdo a información verbal del Ing. Jose Levy en este hospital se prestaron
servicios a la población hasta el año de 1917 en que el gobierno lo incautó, muchos años
después y debido al terremoto del 21 de enero del año 2003 dicho edificio se destruyo.
Resulta Interesante referir en este espacio un proyecto deseado por autoridades y pueblo de
Colima, desafortunadamente no cristalizado:
“En el año de l872 el ayuntamiento encargo al alarife Lucio Uribe un presupuesto
para la reparación o ampliación del hospital de “San Juan de Dios”, el nuevo hospital
vendría a cubrir gran parte de las necesidades que requería la ciudad en virtud de que el
hospital que era de beneficencia, resultaba insuficiente aun para la población de escasos
recursos. Presupuesto y planeación se concluyen en l875, para entonces la obra aun no se
inicia y es cuando se hacen las averiguaciones para conocer el lugar más apropiado para su
construcción; las autoridades consultan con la junta de sanidad y con los médicos de la
ciudad para saber su punto de vista sobre la ubicación, pero a pesar de lo necesario de este
servicio, el proyectado hospital nunca se llevaría a cabo, el proyecto se interrumpe en l877
cuando la tesorería del ayuntamiento se declara en bancarrota, y en l881 se pierde toda
esperanza de cobrar al gobierno federal el resto del dinero destinado al hospital –habían
dado un anticipo al parecer en base a recaudaciones aduaneras de Manzanillo-,
actualmente el proyecto y sus planos se encuentran extraviados (4).
Entonces como no se pudo hacer ni la remodelación del hospital, ni la construcción
de uno nuevo, las autoridades cambiaron el Hospital Civil de “San Juan de Dios” el
localizado en ese entonces frente al ahora jardín Núñez, a las instalaciones del Hospital
llamado del “Sagrado Corazón” que hasta poco antes de remodelarlo venía siendo
manejado por el clero ya que era de su propiedad. Este “Hospital del Sagrado Corazón”
se comenzó a construir en l904, y entro en funciones a partir de l909, fue donado por
particulares al padre Don Ricardo Silva, y sus instalaciones le fueron expropiadas en los
años veintes del siglo XX por el Gobierno del Estado (1).
Nos da a conocer Don Francisco Hernández Espinoza que el lugar en donde se
construyo el Hospital del Padre Silva, era en aquel tiempo un campo lleno de maleza, sin
ninguna construcción en su cercanía, al que se llegaba por medio de una vereda que venía
siendo, digamos la prolongación de la hoy calle 27 de septiembre, antes calle de la Unión y
luego calle 19 de julio de la que, a la altura de la calle Niños Héroes, se desprendía otra
hacia la izquierda para conducir al arroyo que hoy se encuentra a poca distancia, y que
continuaba hasta la esquina que por entonces tenía el nombre de “El paseo de los amantes”,
o sea contra esquina de “La atrevida”. Continuamos con el relato de Don Francisco
Hernández:…….Otra vereda tomaba la dirección oriente, hoy prolongación de la calle
citada. En el punto preciso en donde se edificó el viejo hospital, había una pequeña
elevación del suelo con una noria y una larga atarjea para el servicio del ganado que era
propiedad de la familia De la Vega. El Hospital empezó a construirse casi al inicio del
siglo XX, por el año de 1904, previo plano que ejecuto el arquitecto Trinidad Gutiérrez, y
que desplantaron los maestros albañiles Felipe Sierra y Ricardo Hernández.

76
La construcción se termino por el año de 1909 y se puso en servicio con el nombre
de Hospital del Sagrado Corazón de Jesus, administrándolo directamente el Padre Silva,
contando también con J. Tiburcio Ochoa, Ramón de la Vega, Angelina García, Isidoro
Barreto y otros.

Litografía de autor desconocido del ahora Portal Medellín y de la plaza principal de Colima durante los
años de 1800s.

Entre los primeros doctores que prestaron por ese tiempo sus servicios por una
temporada más o menos larga se recuerda como ya lo mencionamos anteriormente a la
doctora Marìa Luisa Oldenbourg, así como al doctor Vidal Fernández, lo mismo que al Dr.
Augusto Morrill y a su hijo Carlos, entre otros. El Hospital del Sagrado Corazón estuvo a
cargo del Padre Silva con el auxilio de religiosas hasta que en 1927 el Gobierno del Estado
lo incautó. (8).
El edificio del Hospital del “Sagrado Corazón” era una construcción neoclásica, sin
la mayor ambición arquitectónica. De gran altura, todos los elementos estaban dispuestos
según un eje central; lo destacable era que todos sus espacios y volumetría exterior se
atenían a un edificio pentacular central: remataba al pórtico de entrada un frontón o base de
los cuatro amplios corredores que anidaban a ese espacio, erigiéndolo como el más
característico del viejo conjunto (4).

77
Fotografìa del Frontispicio del Hospital del “Sagrado Corazón”, en los albores del siglo XX, ciudad de
Colima. Cortesía del Ing. J. Levy.

78
FOTOGRAFÍA: El antiguo Hospital del Sagrado Corazón de Jesus ya convertido en el Hospital Civil de
Colima, año de 1940. Fotografìa cortesía del Ing. J. Levy.

62

Fotografìa: Personal médico y de enfermería a las afueras del Hospital Civil de Colima. Fotografìa cortesía
de la Historiadora Bertha Luz Montaño Vázquez.

_________________________________________________________

79
Fotografìa: Captada por el propietario e iniciador de la estación de radio XERL “La voz costeña desde
Colima” Sr. Don Jose Levy R., tomada desde afuera de su casa por la calle 27 de septiembre, Al fondo se
observa la fachada del Hospital Civil Fotografìa cortesía del Ing. J. Levy.

En 1915 había muy pocos medicos en Colima, entre ellos Ciro y Gerardo Hurtado,
el Dr. Jose Marìa Herrera, el Dr. Fermín Fernández, el Dr. Alba y el Dr. Miguel Galindo.
Varios de ellos trabajaron tanto en el Hospital situado frente al jardín Núñez, como en el
del Sagrado Corazón de la calle 27 de septiembre. En 1931 se levanto un censo de médicos,
trabajaban en Colima el Dr. Luis Bayardo Anzar, Dr. Salvador Gonzàlez Ventura, Dr.
Federico Linares Hinojosa, Dr. Miguel de la Madrid Bejar, Dr. Carlos Ortiz Mariotte, Dr.
Ramón Reyes Montañés, Dr. Salvador Vizcaíno y el Dr. Juan G. Velasco.
El Hospital del Sagrado Corazón como ya se menciono se localizaba en la antigua
calle Niños Héroes ahora Manuel Gallardo Zamora, donde hace cerrada la aun hoy estrecha
calle 27 de septiembre, y cuyo conjunto de edificios pasaron a formar parte del patrimonio
universitario desde l962, ahora hay ahí instalaciones del Instituto Universitario de Bellas
Artes (IUBA), el autor en sus tiempos de preparatoriano aun recuerda que en la oficina del
Rector y medico Don Salvador Gonzàlez Ventura aun había puertas con claraboyas así
como azulejo de color verde en las paredes, ahí era el quirófano. El pasillo central se dedico
buena temporada al museo de la máscara y fue el hábitat de la colección de arqueología de
Doña Marìa Ahumada de Gòmez, en los corredores laterales había oficinas
administrativas, aulas de la Escuela de Leyes, las de contabilidad y las del bachillerato
único. De acuerdo a J. Levy en su columna del periódico “El Comentario” del día 20 de
septiembre del 2009, escribió: “….la Universidad de Colima ocupo el antiguo edificio del
Hospital Civil, ubicado en la calle Niños Héroes, cerrada con 27 de septiembre. Dicho local

80
fue entregado el 2 de septiembre de l962…….quedo listo para transformarlo de Hospital en
Escuela –Universidad de Colima- el l9 del mismo mes” sic. .

60

Fotografìa: Volcanes, calle 27 de septiembre y Hospital del Sagrado Corazon al fondo. Fotografìa cortesia
de la Historiadora Betha Luz Montaño V.

FOTOGRAFÍA: Calle 27 de spt Colima 1940, al fondo se observa el Hospital Civil.

81
Fotografía: Oratorio del Hospital del Sagrado Corazón de Jesus de la Ciudad de Colima, obsérvese a un
sacerdote en oración –se trata del padre Silva?-. Fotografìa cortesía del Ing. J. Levy.

FOTOGRAFÍA: Interior del Hospital del “Porfirio Diaz” después de uno de los fenómenos telúricos que
azotaron la ciudad de Colima. Fotografìa cortesía del Ing. J. Levy.

82
Fotografía: Pasillos del Hospital Civil de Colima el 16 de abril de l941 un dia después del terremoto
que destruyo gran parte de la ciudad y dejo numerosos muertos y heridos, aquí podemos observar a los
pacientes encamados y a sus familiares, a una enfermera y a un medico desempeñando sus labores, al fondo
se lee “Sala Rayos X”.

Fotografía: Calles Medellín y Madero después del terremoto de 1941. Cortesía J. Levy.

83
FOTOGRAFÍA: Calle Madero y Catedral de Colima, después del temblor de 1941. Cortesía J. Levy.

Fotografìa: Grupo de damitas Colimenses pertenecientes a la “Cruz Blanca Mexicana” las que ayudaron a
los heridos y a sus familiares después del terremoto de 1941.

84
Fotografìa: Año de 1942, al centro el Dr. Salvador Vizcaíno –se le despedía por irse a radicar a Torreón
después de haber laborado más de 30 años en Colima, el Dr. Miguel Trejo y la Srita. Eva Fernìza Gòmez,
entre otras personas medicos y enfermeras. Fotografìa cortesía de la C. Celia Vizcaíno hija del médico del
mismo apellido.

La prensa de la época, pasado un poco el primer cuarto del siglo pasado destaca, de
acuerdo a lo que escribió Celia Vizcaíno en su libro relacionado con su familia, legajo
concluido pero aún no impreso:
“Un nuevo y poderoso auxiliar cuenta desde ahora la ciencia médica en nuestro
raquítico medio provinciano, al ser inaugurado el “Instituto Electro Terapico” debido a los
esfuerzos de los facultativos Juan Velazco Galindo, actual Presidente Municipal y Carlos
Ortiz Mariotte. Con asistencia del cuerpo médico local, representantes de la prensa y otras
personas invitadas ex profeso, se inauguro el moderno instituto haciéndose previamente
algunos ensayos en los pacientes que se prestaron para tal efecto con los maravillosos
aparatos de Rayos X.
Entre los asistentes se contaban los doctores Miguel Galindo, Salvador Vizcaíno,
Federico Linares, Salvador Gonzàlez, Miguel Madrid Bejar y Ramón Reyes Montañés, así
como los cirujanos dentistas Adrian J. Márquez, Jose G. Rivas y Raúl F Cárdenas. Las
pruebas se iniciaron a las 12 horas del día tomándose la radiografía del pequeño hijo del

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Sr. Ingeniero Fernando Vázquez Shiaffino, en una de sus extremidades inferiores,
resultando la prueba magnífica, perfectamente visible, lo que prueba la eficiencia de los
aparatos hábilmente manejados por los doctores Velazco y Ortiz.
En 1943 el doctor Federico Linares comenzó a emplear la penicilina, noticia que
fue todo un acontecimiento, mencionando la prensa local que se trataba de una curación
nunca vista, de acuerdo a lo que escribió la señora Celia Vizcaíno Hernández en sus
memorias, ella es hija del doctor Salvador Vizcaíno y aún vive en Torreón, contando con
poco mas de 80 años de edad. También consigno que de acuerdo a la prensa nacional de la
época este producto se empleo exitosamente por vez primera en México en el entonces
Hospital Ingles, aplicándose a un destacado diplomático quien presentaba un problema
infeccioso en el hígado.
Retomando lo relacionado con el Hospital Civil de Colima, cuando se entregaron
los edificios del antiguo Hospital a la Universidad de Colima, su parte más característica
vino a destinarse para la instalación del antiguo Museo de Culturas de Occidente fundado a
iniciativa de doña María Ahumada de Gómez, coleccionista e investigadora autodidacta de
la arqueología regional. El importante sismo que sacudió la ciudad en enero del año 2003,
dejo inservibles estas edificaciones, las que ya habían sufrido los embates del macro sismo
de 1941 (16).
Fueron numerosos los facultativos que colaboraron en el Hospital Civil repetimos
previamente llamado del Sagrado Corazón, antes de pasar a ser propiedad universitaria,
entre ellos citaremos al Dr. Enrique Brizuela Virgen, Dr. Juan Velasco Galindo, Dr. Daniel
Solórzano Maldonado, Dr. Enrique Antonio Vogues Herrera, Dr. Felipe Salazar Carrillo,
Dr. Alfonso Retana Mejía, Dr. David Jimenez Villalobos, Dr. Raúl Ochoa y Ochoa, Dr.
Alfredo Huerta Duarte, Dr Casimiro Ramírez Jaime, Dr. Raúl Sevilla Ramírez, Dr. Jose
Quevedo Morrill, Dr. Rogelio Cárdenas Alcaraz, y el Dr. Miguel Antonio Núñez
Solórzano, otros medicos sin tener nombramiento de base iban a ejercer la cirugía al
hospital tal es el caso del Dr. Jose R. Llerenas Ochoa, Dr. Leonel Ramírez García, Dr. Jesus
Velasco Márquez, etc.
Un nuevo Hospital Civil para la ciudad de Colima fue construido a iniciativa del
Gobernador Lic. Francisco Velasco Curiel – Gobernó el estado de 1961 a l967-; el 9 de
marzo de l962 se inicio su construcción en la llamada Avenida Circunvalación e Ignacio
Sandoval.
Poco menos de tres meses después el Gobernador acompañado del Secretario de
Salubridad Dr. José Álvarez Amezquita y doña Eva Samano Bishop de López Mateos
Presidente de México, lo inauguraron -18 de mayo 1962-, se había calculado un costo de 2
millones 760 mil pesos, al final vino costando al erario la cantidad de 3 millones de pesos
(17). En 1978 se conformo la Sociedad Médica del Hospital Civil de Colima de la
Secretaría de Salubridad y Asistencia, la que estuvo integrada en sus inicios por el Dr.
Juvenal Ríos Ruelas –Cirujano Oncólogo- como Presidente, Dr. Julio Cesar Férraes
Hernández –Cirujano General-, Dr. José Quevedo Morrill –Pediatra-, Dr. Alfredo C. Juárez

86
Albarran –Urólogo y jefe de enseñanza-, Dr. Jorge Macedo García –Ginecólogo y obstetra-,
Dr. Rafael Briseño Montes –Pediatra-, y el Dr. J. Guadalupe Granados Novela –
Anestesiólogo-.
En 1992 cuando se desempeñaba el Dr. Jose Rivas Guzmán como Jefe de la
Secretaria de Salud, el nombre del Hospital Civil cambio al de “Dr. Carlos Ortiz Mariotte”,
personaje quien laboro varios años en la ciudad de Colima. Así se recuerda que en 1929
junto con el Dr. Juan Velasco Galindo instalo el primer aparato de rayos X en la ciudad
(18).,

Fotografía: Sra. Eva Samano de López Mateos en la inauguración del Hospital Civil de la Avenida San
Fernando, le acompañan la señora Erendira de Solórzano, la Sra. Carmen Villa de Velazco Curiel
Gobernador del Estado, la Señora Cristina Zamora, el Lic. Abel López Llerenas presidente Municipal de
Colima, y el Dr. Rogelio Cárdenas Alcaraz. Fotografìa cortesía de la Historiadora Bertha Luz Montaño
Vázquez.

Retomando renglones precedentes mencionaremos que el doctor Ortiz Mariotte


colaboro como profesor de la antigua y prestigiada Escuela Dental de Colima junto con los
medicos Daniel Oseguera, Federico Linares Hinojosa, Dr. Miguel Galindo, y Dr. Juan
Velazco (19), salió de Colima a la ciudad de México y en la Secretaría de Salubridad y
Asistencia ocupo varios importantes cargos, se menciona que fue uno de los principales
promotores de las investigaciones que llevaron a reportar la primer experiencia en el
control de diarreas con el uso de la “Terapia de hidratación oral”, con disminución de la
tasa de mortalidad infantil, en los altos de Jalisco (20). En 1944 junto con el Dr. Daniel
Martínez y otros destacados epidemiólogos formaron la Sociedad Mexicana de Salud
Pública (21 El destacado medico Dr. Alfonso Gonzàlez Galván nos dice: Recuerdo al Dr.

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Carlos Ortiz Mariotte, extraordinario epidemiólogo, iniciador de la campaña nacional
contra la poliomielitis (22). Entre los años de 1962 al año 2000 y en diferentes épocas se
desempeñaron como director del Hospital Civil de Colima el Dr. Pedro Cervantes Ochoa
(+), Dr. Rogelio Cárdenas Alcaraz (+), Dr. Jose A. Quevedo (+) (en 2 ocasiones), Dr.
Eduardo Llerenas Silva (+), Dr. Efraín Villaseñor Campos, Dr. Alfredo Cesar Juárez
Albarràn, Dr. Raúl Bello Maldonado, Dr. Julio Cesar Férraes, Dr. Rafael Meillon Lomeli,
Dr. Santos García Santiago, Dr. Rafael Pineda Mendoza (+), Dr. Héctor Gonzàlez Manzo,
Dr. Ignacio Chavolla Moreno, Dr. Dante Tapia Sandoval, Dr. Andrés Vázquez Rubalcaba
(+), y el Dr. Gilberto Nazario Velasco Pineda.

Fotografía: Año de 1977, El doctor Emilio Martinez Manatou Secretario de Salud Federal, y el Dr. Alfredo
C. Juárez Albarràn en ese entonces Director de Hospital Civil de Colima, acompañan al Lic. Josè López
Portillo Presidente de la Republica Mexicana durante su recorrido por el HOSPITAL CIVIL DE COLIMA
con motivo de la inauguración de una de sus remodelaciones, era Gobernador del Estado el Lic. Arturo
Noriega Pizano -1974-1977-.

Al que debería ser el hasta la fecha último Hospital Civil de la ciudad pero que
cambio de nombre por decisión del Gobernador del estado en turno Lic. Fernando Moreno
Peña -1998-2003-, se le dio el calificativo de “Hospital Regional Universitario”. El 12
agosto del año del 2001 la periodista Norma Dávila corresponsal del periódico de
circulación nacional llamado “Mural” escribió en su columna “Los Estados”: “Ayer se
realizo una ceremonia para anunciar la puesta en operación del Hospital Regional
Universitario de Colima, evento que se da a ocho meses de que el entonces Presidente de

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la República Ernesto Zedillo Ponce de León lo inaugurara. Mañana ese nosocomio
comenzara a ofrecer los servicios de consulta externa y en dos semanas más tendrá
instalados el resto. El Gobernador anuncio que el hospital funcionaria con l4 millones de
pesos, recursos que el Gobierno estatal asumirá; con un préstamo, en tanto se reciben
recursos federales por 45 millones de pesos prometidos por el Presidente Vicente Fox
Quezada, en su última visita a la Entidad sic (23).
Cierto tiempo después principalmente por presiones ejercidas por los medicos del
Hospital se modifico el citado nombre al de “Hospital Regional de la Secretaria de Salud
de Colima”. Han sido sus directores el Dr. Felix Rosales, Dr. Ethelberto López
Maldonado, Dr. Christian Torres Ortiz Ocampo, Dr. Saúl Adame Barreto (+), Antonio
Calderón Cendejas y actualmente ocupa dicho puesto el Dr. Cristóbal Ruiz Gaytan López.
Hace algunos años se re organizo la Sociedad Medica ahora llamada del Hospital
Regional de la Secretaria de Salud en Colima ello a instancias de su entonces presidente el
Dr. Augusto Sánchez Cárdenas, para ello se re tomaron la protocolización notariada por los
fundadores de esa asociación, así como varios de los reglamentos y estatutos de la
asociación médica que había venido funcionando en el Hospital Civil. Hay muchísimos
datos más que pudiéramos escribir, pero tenemos la limitante del espacio, de antemano una
disculpa por errores involuntarios en este trabajo de investigación histórica.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:
1.- Escobosa H.M. 60 años de la Medicina en Colima (1940-2000), Doctor Miguel Trejo
Ochoa, 2008, 1ª ed. Tierra de Letras (México).
2.-Del Madrid C.A., Apuntes Históricos Sobre Colima, Siglos XVl-XX, Gobierno del
Estado de Colima-Universidad de Colima-Archivo Histórico del Municipio de Colima, 1ª
edición 1998; pp: a 55-60, y 188.
3.- Rivera C.M. México Pintoresco, Tomo lll, Estado de Colima, pp 600-604, Edición
facsímil Biblioteca Nacional de México, México Imprenta de la Reforma, 1883,
disponible en: http://cdigital.dgb.uanl.mx/la/1080018126/1080018126_128.pdf.
4.-Sevilla D.R.F, Los Médicos…..en Prosas Literarias e Históricas 2005, 2ª ed.,
Universidad de Colima, pp227-237.
5.-Brizuela VE, El primer médico autorizado que llegó a Colima, Historica, órgano de
difusión de la Sociedad Colimense de Estudios Historicos, 2000; Año lV (Numero 15), 2ª
época, pp 16-18.
6-Del Madrid C.A., Apuntes Históricos Sobre Colima, Siglos XVl-XX, Gobierno del
Estado de Colima-Universidad de Colima-Archivo Histórico del Municipio de Colima, 1ª
edición 1998; pp: a 55-60, y 188.
7.- Huerta SR. Lucio Uribe, El alarife de Colima, 1ª edición, H. Ayuntamiento
Constitucional de Colima y Universidad de Colima, 1990.

89
8.-Hernandez E.F., El Colima de Ayer, Cuarta edición 2009, Universidad de Colima, pp 7-
256.
9.-Ahumada GA, La cara oscura del coloniaje: Colima, Siglos XVll y XVlll Cuarta parte.
Condiciones educativas y religiosas, médicos y hospitales, 2008, 1ª ed. Colima Seri color
diseñadores e impresores; pp 149-172.
10.- Chávez C.J., Alfonso Michel –Mito y Leyenda-, Universidad de Colima y Gobierno
del Estado de Colima, 1ª ed.; 1993.
11.- Velasco M.S. Cosas de Colima, Universidad de Colima, 1ª re edición; 2005.
12.-Informe al Pueblo de Colima, Gobernador Miguel Contreras Medellín. Disponible en:
http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Contreras_Medellín.
13.-V Legislatura del Estado de Colima (l870-73)
http://www.congresocol.gob.mx/historia/hist-legislatura-05.html y -Solicitud del
Gobernador Santa Cruz a la X111 legislaturas del Estado de Colima, disponible en:
http://www.congresocol.gob.mx/historia/hist-legislatura-13.html.
14.-Virgen RL, Colima al despertar de un siglo, Historica (órgano oficial de difusión de la
Sociedad Colimense de Estudios Históricos) 1996; Año l (3) m 1ª época, pp 17-20.
15.-Informe del Gobernador Ramón R. de la Vega, disponible en:
http://www.joyasdemexico.com/cgi/index.php?Section=Persil&Op=2&seleccion=Colima.
16.- Levy J., “Hoy en la Historia”, Periódico “El Comentario” , De fecha Septiembre del
año 2006, agosto del año 2007, Agosto del año 2009, etc. Disponible en
http://elcomentario.ucol.mx.
17.-Diario de Colima, ediciones de Marzo y Junio de 1992.
18.-Brizuela VE, La Radiología en la ciudad de Colima, Historica (órgano oficial de
difusión de la SCEH), 1999, año lV (12), 2ª época, pp 8-10.
19.-Briseño CJM, Velasco MM, La Escuela Dental del Estado de Colima, Revista ADM,
2006, Historia Vol LXlll (4) pp 156-159.
20.-Martinez DM 131 años del quehacer epidemiológico en México, Bol de Epidemiología,
Serv Nac de Vig Epid SS Mexico, 2010; No. 2 vol 27.
21.-Gonzàlez GA, In memoriam del Dr. Pedro Daniel Martínez García, Salud Publica de
Mexico, l995; vol 37 (5) pp 477-484.
22.-Gonzàlez GA., Ventana Sanitarista 2010, Vol 15, disponible en
http://www.smsp.org.mx/ventana/2010.
23.- Periódico “Mural”, 12 de agosto del año 2001, “Inauguran de nuevo Hospital Regional
(Estados.
Agradezco a mis consocios de la Sociedad Colimense de Estudios Historicos Ingeniero
José Levy Vázquez (SCEH), al cronista de la ciudad de Colima Profesor Abelardo

90
Ahumada Gonzàlez (SCEH), así como a las señoras Celia Vizcaíno por conducto de
su sobrina Bertha Luz Montaño Vázquez (SCEH), y a Tina Oldenbourg por
haberme facilitado escritos y varias fotografías de su colección, así como por sus
comentarios y sus correcciones sin duda ello dará mas realce a mi trabajo el que lleva
dedicatoria especial a ADRIANA la compañera de mi vida, a nuestros hijos
ALFREDO, EDGAR, ALEJANDRO (+) y CARLOS lo mismo que a nuestros nietos
LYA y ALEXANDER.

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Biografía del Dr. Salvador Vizcaíno Mora, quién vivió en Colima de
1915 a 1942.
Celia Vizcaíno Hernández.
celiviz@hotmail.com

Nació en Sayula, Jal., el 19 de mayo de 1879. Hijo de Ignacio Julián Vizcayno


Cisneros y María de los Dolores Mora Armería.
Su papá fue Director Político en San Juan de los Lagos, y en otras poblaciones de
Jalisco. Avalado siempre por el Gobernador Don Ramón Corona, por su aptitud y honradez.
Asentándose definitivamente en Guadalajara, en 1889.
Sus estudios primarios los termina entre 1892 y 1893. En esa población estudia en el
Liceo de Varones y por indicaciones de algún maestro, cambia la forma de escribir su
apellido. Vizcayno y lo modifica a Vizcaíno. En 1899 ingresó a primer año de medicina en
la Escuela Médico-Farmacéutica. Trabajando para ayudarse con sus gastos.
En 1901 lo nombran preparador de la Cátedra de Química Orgánica e Inorgánica en
la Escuela de Medicina, en 1902, encargado del Arsenal del Hospital y en noviembre,
Practicante interno del Hospital Civil.
El 8 de enero de 1904 se inscribió en 6º año y en febrero de 1905 lo nombran
Practicante de Medicina de la 3° Inspección de Policía.
En julio 11 de 1905, según el Correo de Jalisco menciona: “ La Tesis que presentó
en la Escuela de Medicina el joven Salvador Vizcaíno, para sustentar su examen
profesional de Médico, Cirujano y Partero, fue un estudio sobre las fracturas expuestas de
los miembros y su tratamiento quirúrgico conservador.
Dicho trabajo mereció los elogios del jurado y su plena aprobación.”
Su título expedido en Septiembre 12 de 1905, como Doctor en Medicina, Cirugía y
Obstetricia.
Ese mismo año, presenta solicitud para ingresar al Cuerpo Médico Militar ya que no
existía aún la Escuela Militar de Medicina.
Realizando estudios sobre enfermedades tropicales del hombre y ordenanzas en el
Hospital Militar de la ciudad de México donde le turnaban a Toluca, Tula y otros sitios
(documentado esto en tarjetas postales escritas por él).
En Diciembre lo nombran Capitán Primero Médico Cirujano.
Un año después el Presidente de la República “General Don Porfirio Díaz” y el
Secretario de Guerra y Marina “Don Manuel G. Cossío”, le confieren el nombramiento de
“Mayor Médico Cirujano del Cuerpo Militar”.
En una carta extensa, en abril de 1907 recomendándolo ampliamente por sus
conocimientos y disciplina pasó de orden superior al Territorio de Quintana Roo. Iba a
Santa Cruz de Bravo, Q. R., anteriormente llamado Chan Santa Cruz y actualmente Felipe
Carrillo Puerto. Situado en la selva, en un lugar aislado e incomunicado.
El viaje lo hizo en tren de México al puerto de Veracruz y en barco a Progreso, Yuc.
Después de seis meses regresa a la misma ciudad para recibir nuevas órdenes.
En diciembre viaja a Guadalajara con permiso, retornando a México.
A su regreso, lo movilizaron a Estación Ortiz, Son. Viajando en tren a Ciudad
Juárez, Chih., por El Paso Tx.; Nogales, Az; Nogales, Son., finalmente llegando a
Estación Ortiz, el Hospital Militar se encontraba entre Hermosillo y Guaymas.

92
En Marzo de 1908 lo cambiaron a Tórim (uno de los siete pueblos yaquis) como
Sub Director en el Hospital. En ese lugar además había Juzgado y Farmacia Militar. Fueron
tierras de los yaquis que se habían ido poblando con personas de diferentes estados que las
fueron colonizando. Los yaquis no estaban conformes y siempre se habían sublevado contra
los invasores, desde lo primeros españoles que llegaron en 1533. Pasaban temporadas en
paz, pero algún grupo se sublevaba y volvían a luchar. Trataban los militares de poner paz y
él estuvo como testigo en la Pláticas sobre lo mismo. Se tienen fotos sobre esos Tratados.
Tenía que estar un año en Sonora, y estuvo dos.
Ahí conoció a una joven que tocaba guitarra y mandolina. Hicieron amistad, lo
mismo que con su familia. Mi papá en tren hizo un viaje a Guadalajara y puso su
consultorio, ya quería establecerse. Se escribía con amistades de Tórim, especialmente con
Carmen “mi mamá”. Por carta se hicieron novios.
En marzo de 1911, regresó a Tórim y el 16 de Julio de ese año se casaron. Le dieron
su cambio a Bácum (otro de los pueblos yaquis cercanos) donde vivieron recién casados. Al
término de sus servicios en Sonora le reconocieron con un Diploma.
En 1912, bajó nuevas órdenes, salieron en barco de Guaymas a Manzanillo, de ahí
en tren a Colima y Guadalajara. Mi papá continuó a México donde recibió órdenes de
trasladarse a Acapulco. Regresó a Guadalajara donde había nacido su primera hija “Ma del
Carmen”, rentaron casa en Guadalajara; él iba y venía a Acapulco, no deseaba llevarse a su
familia para allá, porque el clima era insoportable y con frecuencia salía a Zihuatanejo y
otros lugares.
El 24 de enero de 1913 hizo erupción el volcán de Colima. A mi papá le tocó verlo
en uno de sus viajes a Manzanillo.
En julio 17 de 1913 nació su segunda hija “Dolores Esther,”.
Como mi papá estaba desesperado por estar constantemente lejos de su familia
solicitó su baja del ejército. Él era muy cariñoso y apegado a su familia. Aunque le
ofrecían un ascenso, no le daban alguna plaza que le conviniera, en Noviembre de 1914
solicita la renuncia de su empleo.
La aprueban dándole las gracias por los buenos servicios que prestó al Batallón del
que era Médico Cirujano. Cuerpo del Ejército del Noroeste.
Columna del Gral. M. Diéguez”.
En 1915 animados por familiares cercanos planeaban irse a vivir a Torreón, Coah.,
por ser una ciudad con porvenir y crecimiento. Teniendo muebles y menaje empacado, no
pudieron realizar el viaje debido al recrudecimiento de las luchas revolucionarias que
destruyeron las vías del tren. Dialogaron entre ellos y como les había gustado mucho la
ciudad de Colima cuando pasaron en su viaje rumbo a Guadalajara, decidieron vivir ahí un
tiempo, él ya había estado varias veces en Colima.
Salieron a Colima en julio de 1915 rentando una casa chica que después fue kínder,
luego rentaron otra en Hidalgo No 98 esquina con Ocampo. Ahí puso su consultorio.
Pronto hicieron muy buenas amistades, todos vivíamos contentos en Colima. Mi
papá se dio a conocer y sus pacientes acrecentaron. Atendía a muchas personas sin
cobrarles, lo que le convirtió en un benefactor de la salud. En Colima nacimos 8 hijos más.
Presentó una solicitud de empleo en el Hospital Civil de Colima, confirmándole su
nombramiento el Gobernador y C.M. del Estado, Gral. Brigadier Juan José Ríos, como
Médico Auxiliar del Hospital Civil de la ciudad, en sustitución del C. Dr. Fermín
Fernández.

93
El Hospital Civil estaba situado frente al Jardín Núñez, por la calle Revolución, a
una cuadra del Templo de la Merced. Años antes había sido Seminario Conciliar, “Colegio
Civil” y después Cuartel de Tropas Federales. 1
También prestó sus servicios en el Hospital del Sagrado Corazón, que mandó
construir el Pbro. Ricardo Silva, con la cooperación de muchas personas, los terrenos los
había donado la Sra. Hermelinda de la Vega.
Este hospital estaba en la calle Niños Héroes “actualmente Manuel Gallardo”, que
era la que cerraba, la calle 27 de septiembre. Ahí mi papá daba sus servicios gratuitamente.
Nombramientos que le da el Gobernador Juan José Ríos en 1916:
–Enero 31 Vocal de Consejo de Salubridad.
–Marzo 16 lo cambian a Secretario del mismo Consejo. (Esto aparte del puesto en
el hospital).
–Marzo 28 Subdirector del Hospital con el carácter de Interino, por la licencia
concedida al Director C. Dr. Gerardo Hurtado Suárez.
El Secretario de Gobierno Francisco Ramírez Villarreal le otorga el nombramiento
como Auxiliar de sub-Director del Hospital Civil en sustitución del C. Dr. Fermín
Fernández quien pasó a sustituir temporalmente al Dr. Gerardo Hurtado Suárez por la
licencia ilimitada concedida para separarse del cargo de Director.
El Gobernador del Estado, Felipe Valle lo nombra:
–Sub-Director del Hospital Civil el 1 Sept. de 1917.
–Director del Hospital Civil el 23 enero de 1918.
Posteriormente presenta su renuncia, a la cual dan la siguiente respuesta: “En
acuerdo de hoy he tenido a bien aceptar a usted su renuncia que con fecha de ayer hizo de
los cargos que ha venido desempeñando en el Hospital Civil de esta ciudad. Al darle las
gracias por el tiempo que gratuitamente prestó sus importantes servicios en dicho
establecimiento, le renuevo las seguridades de mi consideración.
Firma. El Gobernador Constitucional del Estado, Felipe Valle.”
En Noviembre de 1919, estuvo postulado como Regidor del Partido Independiente,
estando como Presidente Higinio Álvarez y como Secretario Aniceto Castellanos- En
Diciembre recibe la certificación de que obtuvo la mayoría de votos (1794) para Regidor
Propietario.
Se tiene la fotografía del Ayuntamiento de Colima. Están algunos nombres, no
todos. Entre ellos el del Lic. J. Jesús Ahumada, Aniceto Castellanos, Héctor Pons, José
Padilla Gómez, Dr. Linares, Dr. Salvador Vizcaíno Mora e Ing. Felipe Inda. Colima, Enero
1º de 1920.
El 9 de Enero siguiente, se le extiende nombramiento: “En acuerdo de hoy he tenido
a bien dar a usted las debidas gracias por aceptar la invitación relativa de este Ejecutivo, a
la petición de prestar gratuitamente sus servicios médicos en el Hospital Civil, según se
sirve participarlo en su atenta contestación de fecha 7 del actual. Reitero a usted mi atenta
consideración. El Gobernador Const. del Estado, Miguel Álvarez García.
En ese año, apareció un periódico llamado “La Voz del Pueblo”, dirigido por el Sr.
Carlos Véjar, entre sus colaboradores se encontraban: Dr. Fidel Fernández M., Lic. J. Jesús
Ahumada, Dr. Miguel Galindo, Dr. R. I. Chávez y Dr. Salvador Vizcaíno. 3
En Colima por esas fechas, se presentó una crisis de Influenza española, a las
personas les daba gripa muy fuerte y diarrea.

94
En casa, Lola y Graciela cayeron muy malas. Él no descansaba atendiendo
pacientes, iba en su carruaje a visitarlos. Él Dr. Hurtado (creo que Ciro) estaba en cama y le
prestaba su caballo para que pudiera darle descanso al suyo.
Falleció mucha gente... Había pocos médicos y muchos eran presa de la influenza.
A Lola, que tenía como 6 años le prendían la sábana con alfileres de seguridad al colchón,
para que no se moviera, pues podía tener hemorragias (la alta temperatura le
intranquilizaba).
Gracielita en su cuna, aún no tenía un año y estaba muy delicada. Se agravó más y
no pudieron salvarla, falleciendo poco después.
Carta publicada en un periódico de Colima; “a los señores doctores Vizcaíno y
Herrera. Colima, Octubre 5 de 1920. Señor Director del semanario local “La Idea”.
Muy apreciable Director: Ruego a usted se sirva dar cabida en las columnas de su
semanario a las siguientes líneas: Hallándose gravemente enferma mi hijita María
Guadalupe, de una pleuresía purulenta, acudí a los señores facultativos Salvador Vizcaíno y
José María Herrera, quienes atendieron a dicha niña en el Hospital del Sagrado Corazón.
Fue indispensable hacer una difícil operación a la pequeña, misma que se llevó a
cabo con todo éxito y pericia del Dr. Vizcaíno, encontrándose la niña a la fecha,
enteramente curada.
Hago pública esta manifestación, en testimonio de mi gratitud a los referidos
facultativos que espero aceptarán, de su muy atento y S.S. Luciano Núñez”.
En junio 18 de 1923 le enviaron a mi papá un nombramiento de Director del
Hospital Civil, por entrega que le hizo el Dr. José María Herrera.
El Dr. Crescencio Castillo se hizo cargo del empleo de Subdirector, por entrega que
le hizo el Gobernador Miguel Álvarez García.
Mi papá tenía bastante bibliografía en francés. Aprendió este idioma de estudiante,
tal vez en la Escuela de Medicina, ya que algunos de los libros que necesitaban para
estudiar eran en francés. Tenía sus colecciones de numismática y filatelia. A todos sus hijos
también nos gustó la lectura.
María Teresa tenía como un año 5 meses y en Colima se presentaban casos de
sarampión y tosferina. Ella enfermó, lo mismo Emma y Alicia. A Mela le atacó la crup
(enfermedad viral respiratoria), mi mamá la atendía y no quería acercarse a las otras niñas
para no contagiarlas. Lola y Salvador ayudaban a cuidar a sus hermanas.
Fue muy difícil y penoso para todos. Él tenía jornadas agotadoras entre enfermos de
la familia y muchos otros en la ciudad. María Teresa empeoró y falleció.
En Diciembre de 1927 se creó la Escuela Dental de Colima y en 1932 el
Gobernador Salvador Saucedo la clausuró.7
En una carta abierta, publicada en “El Ecos de la Costa” el 17 de febrero de 1928, el
Dr. José María Herrera, hace presente su gratitud a sus colegas, los Dres. Federico Linares,
Salvador González, Ramón Reyes M. Jesús Fuentes, Salvador Vizcaíno, Daniel Cárdenas,
R. Torpey y Juan Velasco, por la manera espontánea, leal y desinteresada en que actuaron
al hacer pública su protesta por los injustificados ataques de que el mencionado Dr. Herrera
fuera víctima de parte de Rafael Ochoa F.
El Dr. Herrera había atendido al hijo de Rafael Ochoa, que estaba muy enfermo, ya
grave. Herrera no pudo hacer nada y el niño falleció. Ochoa creyó que había sido por
negligencia de Herrera y fue a reclamarle.
El cuerpo médico apoyaba al facultativo asegurando que había sido correcto el
tratamiento brindado al niño; él, trató de explicarle eso al papá del niño y un domingo

95
paseando por el jardín con otras personas, Herrera vio a Ochoa en el portal Hidalgo, afuera
de su negocio.
Se acercó para hablar con él, y éste sacó una pistola disparando varias veces
privándole de la vida.
Lola mi hermana cuenta que mi papá quedó triste e impresionado, ya que eran
buenos amigos y compadres.
Cuando mi papá viajaba, encargaba que buscaran al Dr. Herrera y en ocasiones lo
procuraba para pedirle su opinión en casos especiales.
En diciembre de 1931 “Se levantó un padrón de los médicos que prestaban servicios
en Colima. Eran 3 dentistas; J. Jesús Dueñas, José G. Rivas y Juan Linares. Ocho alópatas:
Luis Bayardo, Salvador González, Federico Linares, Miguel de la Madrid Béjar, Carlos
Ortiz Mariotte, Ramón Reyes Montáñez, Salvador Vizcaíno M. y Juan G. Velasco.
Alicia Hurtado Oldenbourg, amiga de Mela y Lola, se había casado con el Lic. y
Notario Miguel de la Madrid Castro.
En diciembre 12 de 1934 nació un niño, al que le pusieron Miguel (mi papá atendió
a la señora Alicia durante el embarazo y en el parto).
Vivían por la calle Hidalgo, a un costado de Palacio de Gobierno.
El licenciado De la Madrid llevaba el caso legal de unas tierras, le visitó su cliente
para informarse cual había sido el fallo de los jueces, y al decirle que había sido en su
contra, la persona encolerizó, sacó su pistola y le disparó. Inmediatamente buscaron a mi
papá (vivíamos a cuadra y media), llegando enseguida, pero su muerte había sido
instantánea.
La señora Alicia esperaba a su segundo hijo, naciendo meses después una mujercita.
Ella, decidió irse a vivir a México con sus hijos, platicándole a Lola mi hermana que para
ellos sería muy difícil vivir en Colima, porque cuando fueran más grandes, otros niños les
contarían lo sucedido y quería evitarles ese sufrimiento.
En septiembre de 1935 mi papá comenzó a dar clases en la Preparatoria y Normal
del Estado. Le nombró catedrático de Primera, el Gobernador Provisional del Estado José
Salvador Campero.
En 1936 lo nombra Catedrático del Laboratorio de Botánica así como Médico
Puericultor de la Oficina Central con adscripción a la Secretaría de Higiene Infantil, el
Gobernador Constitucional del Estado Miguel G. Santa Ana.
El 1º de enero de 1937 el Estado Libre y Soberano de Colima y Poder Ejecutivo,
“Con la facultad que le otorga el inciso “B” de los Servicios Sanitarios Federal y Local del
Estado le nombran Oficial Médico Sanitario “D” del Servicio de Higiene Infantil y Escolar
de los Servicios Sanitarios Coordinados”
No sé si fue cuando comenzó a trabajar él, en esos servicios, aunque en esa fecha lo
nombraban del Estado y después ya fue por Presidencia.
El 1 de Agosto de 1937, lo nombran Oficial Médico Sanitario “G”, y Medico
Sanitario “F”, el 1 de Enero de 1940.
Mi papá se relacionó con el Dr. Carlos Ortiz Mariotte, quien llegó a Colima siendo
doctor. El recorte de un periódico entre 1940 y 1942 dice: “Un nuevo y poderoso auxiliar
cuenta desde ahora la ciencia médica en nuestro raquítico medio provinciano, al ser
inaugurado el Instituto Electro-Terápico (sic) debido a los esfuerzos de los facultativos Juan
Velasco G., actual Presidente Municipal y Carlos Ortiz Mariotte.

96
Con asistencia del cuerpo médico local, representantes de la prensa y otras personas,
se inauguró el moderno instituto, haciéndose previamente algunos ensayos en los pacientes
que se presentaron para tal efecto con los maravillosos aparatos de Rayos X.
Entre los asistentes se contaban los doctores Miguel Galindo, Salvador Vizcaíno,
Federico Linares, Salvador González, Miguel Madrid Béjar y Ramón Reyes M., así como
los cirujanos dentistas Adrián J. Márquez, José G. Rivas y Raúl F. Cárdenas.
Las pruebas se iniciaron a las 12 horas del día tomándole radiografías a una de las
extremidades inferiores de Miguel A. Vázquez Schiaffino el pequeño hijo del Ing.
Fernando Vázquez Schiaffino, resultando la prueba magnífica, y perfectamente visible,
comprobando la eficiencia de los aparatos hábilmente manejados por los Dres. Velasco y
Ortiz Mariotte”.
El 1º de enero de 1941, lo nombran “Oficial Médico Sanitario”.
Un artículo, sin fecha, de aquellos últimos años y de alguna revista médica, dice:
“Esta fotografía corresponde al Sr. Doctor don Salvador Vizcaíno, el médico más antiguo
de Colima, Col. Nació el 19 de mayo de 1879. Hizo sus estudios profesionales en la
Escuela de Medicina de Guadalajara, Jal. Presentó exámenes para titularse, (sic) el 6 de
julio de 1905. Durante 9 años, prestó sus servicios en el Ejército Nacional como Médico
Militar. En dos ocasiones desempeñó el cargo de Director del Hospital de Colima como
Médico civil. Actualmente es Jefe de Higiene Infantil en los Servicios Coordinados de
Salubridad en la misma ciudad de Colima.
-Consultada su opinión acerca de las conquistas más notables obtenidas en el campo
de la medicina y de la Cirugía, respondió sin vacilación- “En cirugía la conquista más
grande de nuestros tiempos es la asepsia, en Medicina: los arsenicales”.
El 15 de Abril de 1941 fue el terremoto que pegó muy fuerte en Colima, mis
hermanas en Torreón recibieron la noticia por el radio, claro que muy exagerada. Al día
siguiente mi papá pudo enviarles un radiograma, por medio de un barco de Manzanillo,
diciéndoles que estábamos bien. Mi papá estaba en un puesto de Primeros Auxilios de
Salubridad y le dieron preferencia para enviarlo.
Mi papá pidió su cambio a Asistencia de Salud.
Después de algún tiempo le contestaron diciendo que no se podía porque en ese
puesto ya había un titular.
Presentó su renuncia y después le dijeron que lo cambiaban pero a otro puesto, el
cual sí aceptó.
Le llegó su baja de la Secretaría de Asistencia Infantil en Colima y al mismo tiempo
su alta en la ciudad de Torreón el 6 de Agosto de 1942.
Invitación. “Los empleados de Asistencia Pública se honran invitando a usted y a su
distinguida familia para asistir a un Gran Baile organizado para dar la despedida al señor
Dr. Salvador Vizcaíno Mora. Este sarao se efectuará el sábado 8 del corriente mes, a las
20.00 horas, nuestro agradecimiento por su benévola asistencia, que contribuirá al mayor
lucimiento de esta demostración de adhesión y cariño para quien ha sido ilustre titular de la
Institución en esta ciudad.
Colima, 6 de agosto de 1942.”
Mi papá, el Dr. Salvador Vizcaíno Mora durante veinte años, continuó trabajando
en Salubridad hasta principios de 1962, que ya se encontraba enfermo. Falleció el 14 de
agosto de ese año. Mi mamá, Carmen Hernández de Vizcaíno, falleció el 28 de abril de
1973.
Gracias.

97
Colima, Col., Julio 25 de 2012 (miércoles)

CVH/blmv.

FUENTES.
“Anécdotas y Recuerdos de la Familia Vizcaíno Hernández”. Celia Vizcaíno Hernández.
Torreón, Coah. 2009
“El Colima de ayer” Francisco Hernández Espinoza. Talleres IMPRE ROER, S.A. 1982.
Pag. 42.Colima, Col.
“La Educación Superior en Colima”. Vol. 1 Pag. 144. Manuel Velasco M. Universidad de
Colima. 1988.
“El Libro” Lucas Huerta Dueñas. No indica ciudad de impresión, ni editorial. 1989. Pag.
16.
”La semana en Colima…hace 35 años” Velasco Murguía 1988. Pags. 177 y 199.
“Viñetas de la Provincia” Manuel Sánchez Silva. Publicó el caso con más detalles.
“Hoy en la Historia”, José Levy Vázquez. Diciembre de 1998.
“Enciclopedia de México”, Tomo 6, 1977. Pag. 215

“Fotos”. Celia Vizcaíno Hernández, Celia Escalona Vizcaíno y Berthaluz Montaño


Vázquez.
“Escaneo” Aliosha Miranda Montaño.
“Video” Aliosha Miranda Montaño.
“Ponente” Berthaluz Montaño Vázquez.

/blmv.

98
Andrés de Urdaneta ¿pionero de la globalización?
Ángel Luis Gaona Carrasco
gaona_carrasco @hotmail.com

Con esta interrogante que sirve de título al presente trabajo de investigación, doy
inicio al relato, que basado en la amplia documentación disponible, me permite incursionar
en el estudio y análisis de la vida y obra de éste personaje histórico, que a mi juicio ha sido
injustamente ignorado, y que está a la espera de verse más allá de los círculos académicos,
donde sólo una minoría de estudiosos de la historia novohispana lo conoce cabalmente.
Pretendo pues, hacer mi aportación al conocimiento y reivindicación de este gran personaje
de la historia universal.
McLuhan comenzó a hablar de globalización en los años sesenta, en un contexto
donde los medios de comunicación transforman a la sociedad, debido a su capacidad cada
vez mayor de transmitir toda clase de información de manera inmediata, alrededor del
mundo. Andrés de Urdaneta con sus descubrimientos fue, el primer globalizador de la
historia en el ámbito del comercio intercontinental, fue el, quien realizó el viejo sueño de
Cristóbal Colón de llegar a China y Japón para comerciar con ellos. Al haber sentado las
bases para completar las rutas comerciales del mundo, podemos sin ambages calificarlo
como pionero de la globalización.
Una de las razones primordiales que me impulsaron a la realización de esta tarea,
fue darme cuenta que, en Colima Urdaneta es totalmente desconocido. Considero que su
legado ha tenido un gran impacto en la región occidental del territorio mexicano, que se
extiende al resto del país y del continente, transformando no solo el paisaje con el
advenimiento de nuevos y desconocidos productos de la tierra, sino que se proyecta a través
de los siglos posteriores a la conquista y que a la fecha, permanece y se acrecienta con la
consolidación del Puerto de Manzanillo como un enclave del comercio en la región Asia-
pacífico. El devenir histórico de nuestro país es otro a partir del descubrimiento de “La
Vuelta del Poniente”, o tornaviaje que significó el inicio del comercio entre la Nueva
España y el continente asiatico.
Colima es el primer productor de limón en México. Aquí se cosechan: mangos,
plátanos, y las palmeras son emblemáticas de la región, sólo superadas por los volcanes que
miran al valle majestuosos. Todos estos productos de la tierra fueron traídos por los
españoles que descubrieron y exploraron el inmenso océano pacífico y que iniciaron el
comercio entre las Filipinas y el puerto de Acapulco. Esta ruta comercial ha sido la que más
permanencia tuvo a lo largo de la historia, más de tres siglos ininterrumpidos haciendo el
tornaviaje que Urdaneta descubrió en el siglo XVI.
En los inicios de la travesía trasatlántica, uno de los mayores problemas a los que se
enfrentaban los navegantes: era el temido escorbuto. Ésta terrible enfermedad diezmaba a
las tripulaciones que realizaban largas travesías. La carencia de frutas y vegetales frescos
determinaba la aparición de éste padecimiento. En aquella época no se conocía la causa de
la enfermedad, además de la imposibilidad de almacenar por periodos prolongados,
hortalizas y fruta fresca a bordo de las embarcaciones.

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En la Costa Occidental que va de Guerrero a Nayarit, principalmente en el Estado
de Michoacán, existen pequeñas comunidades situadas en promedio a unos 30 kilómetros
de la playa, rumbo a las montañas, que tienen un gran parecido a las aldeas típicas de
regiones rurales en países asiáticos como Vietnam. Éste curioso fenómeno se debe con
seguridad, al flujo inmigrante que llegó de Asia a tierras novo-hispanas en el largo periodo
de tiempo (250 años) que se comerció con Asia a través de las Filipinas por medio de la nao
de China ó galeón de Manila.
La tuba, como se le dice a la savia de la palmera, es una de las bebidas tradicionales
en el estado de Colima, su nombre proviene del “tagalo”, que es uno de los lenguas nativas
de las Filipinas. Realmente desconocemos cuánto de nuestra cultura, tradiciones y
costumbres tienen una influencia que llegó a estas tierras en el periodo novohispano desde
Asia, principalmente de las posesiones españolas. Seguramente también de aquí partieron
infinidad de productos y riquezas que allá tomaron carta de naturalización, v.gr.: la nuez de
la India que en realidad es el fruto de un árbol (Marañón) que crece silvestre en la costa
cercana al puerto de Manzanillo.
Esta historia comienza en el ombligo del mundo, -para muchos historiadores este
lugar es el punto de partida donde se inicia la relación entre el Oriente y el Occidente- es
decir: Barra de Navidad, un pintoresco pueblo de la costa alegre en Jalisco. Aquí se
construyeron, y de aquí Urdaneta y Legazpi parten a las Filipinas para encontrar una ruta
que los traiga de vuelta a las costas de la América del Norte, cuando la Nueva España
expandía sus dominios a los territorios de Norteamérica aún desconocidos.
En la disputa por los dominios de las islas del Poniente con los Portugueses, a los
navegantes españoles les obsesionaba trazar una ruta de retorno de las Filipinas a la Nueva
España, (con lo cual se inicia el intercambio comercial más largo de la historia) desde el
siglo XVI hasta los primeros años del siglo XIX, a la fecha, es una de las principales rutas
marítimas del mundo moderno. Sus conocimientos en cosmografía y su experiencia como
navegante fueron la clave para que Urdaneta fuese capaz de localizar la ruta para retornar
de las islas Filipinas a Norteamérica en sólo cuatro meses, dando origen a la Nao de China
o Galeón de Manila.
Como militar se distinguió de los otros conquistadores porque nunca avasalló ni
ejerció la brutalidad contra los aborígenes de los nuevos territorios, como era la costumbre
de la época. Urdaneta, además de eclesiástico, fue Intendente de la Provincia de Avalos y
visitador de las localidades de Zapotán y Puerto de la Navidad. Ingresa a la orden de los
agustinos donde se hace Fraile y de la cual sale para embarcarse en la expedición a las
Molucas con Miguel López de Legazpi, por pedimento de Felipe II. Concluida la
exploración, Urdaneta regresa a la península a realizar todo el protocolo que valida la
veracidad de su hazaña. Recibe del Rey y las autoridades del Consejo de Indias los honores
correspondientes y vuelve a la ciudad de México al convento de San Agustín donde muere
en la capital de la Nueva España en el año de 1568, dejando un legado inconmensurable a
la corona española.
Alguno de sus biógrafos afirma, basado en escritos del propio Urdaneta, que éste,
realizó un viaje exploratorio desde las Molucas al Japón, durante su estancia en esas islas
en la fallida expedición Loaysa. Se dice que Elcano tenía la firme intención de descubrir

100
una ruta al legendario Cipango, (Japón). A la muerte de éste, Urdaneta recaba informes
entre los nativos y los portugueses asentados en las islas, que le permiten trazar y
documentar no solo la ruta, sino la periodicidad de las tormentas (tifón), alertando en que
meses del año es más propicia la navegación en estos mares. Éste valioso conocimiento le
ayudó sin duda a encontrar el tornaviaje a tierras novo-hispanas, años más tarde.

101
A los diecisiete años de edad, Andrés de Urdaneta sale de su natal Villafranca, hoy
Ordicia, en la provincia de Guipozcua. Se le considera un Cosmógrafo genial pues fue él
quien completó las rutas comerciales del mundo. Gracias a su descubrimiento, el comercio
mundial fue una realidad.
Sus dotes de gran diplomático le permitieron entablar relación cercana con dos
reyes de España: Carlos V y Felipe II, su hijo y sucesor, también se relacionó con dos
Virreyes de la Nueva España Antonio de Mendoza y Luis de Velasco.
En 1565 la Nao San Pedro completa el Tornaviaje entre las Filipinas y la Nueva
España.
Urdaneta es considerado por muchos historiadores el Colón del Pacífico, para otros,
un héroe Novohispano. Él hizo posible el viejo sueño de Colón de establecer una ruta
comercial con China.
Conoció como muy pocos de sus contemporáneos los secretos de la navegación y,
nunca desistió de sus sueños como navegador, porque sabía del beneficio que representaba
comerciar con las Islas del Tesoro, llamadas así por ser las productoras de las especies, tan
apreciadas en la Europa de la época. Se sabe que la Nao Victoria con la que regresó Elcano,
llegó cargada de mercancías valuadas en medio millón de Maravedíes, lo cual convirtió a la
navegación en un negocio altamente redituable.
En los años que tuvo que pasar en las Molucas, aprendió mucho de los portugueses,
sobre todo, en el conocimiento de la navegación y sus secretos. Oriundo del país Vasco,
dominaba además del Castellano, el Euzkera, la lengua de los vascos.
Muy joven Urdeta, se embarca en la expedición de Fray García Jofre de Loaysa,
comandada por Juan Sebastián Elcano, quien murió en el trayecto después de comer un
pescado que lo envenenó. La expedición resultó un fracaso y se convirtió en una batalla de
aventuras contra portugueses y algunos nativos que lo asediaban. Esta situación se prolonga
por ocho años, hasta que Urdaneta es repatriado a la Península. Durante la estancia de
Urdaneta y demás sobrevivientes de la expedición a las Islas del Tesoro, como eran
conocidas. Carlos V vende los derechos de la corona española para comerciar los
productos de las Islas de la Especiería a la corona portuguesa, cuestión que los españoles
acantonados ignoraron por mucho tiempo y siguieron peleando sin saber que ya la disputa
por esas tierras se había negociado entre los monarcas de ambos países. Al llegar a Lisboa,
el 26 de Junio de 1536, Urdaneta es despojado de toda la información que había recabado
en su estancia en las Molucas: documentos y cartas de navegación; informes al emperador.
Depositario de mucha información valiosa, que tuvo que transcribir de memoria los
escritos dando cuenta de la aventura. Cuando llega a Valladolid a entrevistarse con Carlos
V. La relatoría de Urdaneta escrita a mano y conocida por el rey, no hizo sino reforzar el
deseo y la determinación de los españoles por recuperar esos territorios de manos de los
portugueses.
Urdaneta llegó a la península acompañado de su hija Grecia, que había procreado
con una bella mujer, nativa de las Islas Molucas, a sus 28 años el joven padre de la niña le
había dado la vuelta al mundo. Regresó a Villafranca para dejar ahí a su hija a cargo de uno
sus hermanos.
102
Pedro de Alvarado lo trajo a la Nueva España, con la intención de llevarlo a una
expedición a las Filipinas que nunca se llevo a cabo, debido a la repentina muerte de
Alvarado. Fue por eso que en compensación lo hacen alto funcionario de la colonia
nombrándolo corregidor de la provincia de Avalos. Más adelante lo nombran visitador de
los pueblos aledaños a la demarcación de dicha provincia y es así como conoce el Puerto de
Navidad.
Luego de ocupar ese cargo por varios años, Urdaneta toma una decisión que cambia
radicalmente su vida pública. Ingresa en la orden de los Agustinos, en el convento de la
ciudad de México.
En 1556, Carlos V declina en favor de su hijo Felipe II, con lo cual se reavivan las
intenciones de la corona española por encontrar una ruta de retorno a la Nueva España
desde las Filipinas.
En el año de1559 Felipe II le envía una carta a Urdaneta, proponiéndole encabezar
un nuevo viaje, -luego de 5 expediciones fracasadas-, que encuentre la ruta de regreso.
Éste, propone a Miguel López de Legazpi, como Capitán de la expedición. Por entonces,
Legazpi ostentaba el cargo de Escribano Mayor de la Ciudad de México de la que también
fue Alcalde Mayor. Con el cual lo unía una vieja amistad, aunque otras fuentes hablan de
un vínculo familiar en el cual Urdaneta es sobrino de Legazpi.
El 21 de Noviembre de 1564 parte la expedición a las Filipinas, desde el puerto de
la Navidad en la costa occidental mexicana, comandada por la guía náutica Andrés de
Urdaneta llega a Cebú en el archipiélago filipino el 27 de Abril de 1565.
En esta parte de las Filipinas se venera al Santo Patrono de ese País: “El Santo Niño
de Cebú”, que justo en el tiempo que Urdaneta llega a estas Islas, es hallado por un
bermeano en una choza, luego de haber estado perdido 45 años, poco después que llegó a
las Islas enviado como regalo de Magallanes al cacique de la Isla.
La expedición atravesó el pacífico en 93 días. Los abusos cometidos anteriormente
por los navegantes portugueses motivaron que algunos pueblos opusieran una fuerte
resistencia a Legazpi. Urdaneta se opuso a la conquistad de esos territorios pues él sabía
que los mismos caían dentro de los dominios asignados a los portugueses. El mostró un
gran respeto por la cultura indígena, recomendando a los evangelizadores dar a conocer la
nueva religión en uno de los idiomas originales de los nativos: El Tagalo, que a la fecha
permanece vivo en cierta región del archipiélago filipíno. Se puede afirmar que la conquista
de las Islas Filipinas fue en parte un aculturamiento, a diferencia de la brutalidad y el
despojo que ejercieron los españoles en el continente americano.
Legazpi se quedó en las Filipinas hasta su muerte, Urdaneta regresó a la Nueva
España gracias a su fuerte intuición científica. Los vientos alisios lo llevan a Oriente, para
regresar, El navegante elige una ruta peligrosa y desconocida, navegó hacia el Norte para
enlazarse con la corriente del Kuro-Shivo hasta el paralelo 40, que fue lo que le permitió
llegar al Puerto de Acapulco en un recorrido de 16300 Kilómetros. Iniciando así una ruta
comercial que duró 250 años. Una de las razones que explican el intercambio comercial que
se estableció con los chinos, se debe a que en esa época ya había establecida en Luzón una

103
colonia de comerciantes chinos. Mercancías como la seda china y la porcelana llegaban al
Parián de Manila en el zócalo de la Ciudad de México.
Urdaneta muere el 3 de Junio de 1568 a los 68 años, por razones que estarán sujetas
a discusión este héroe novohispano es olvidado por la historia, es el gran desconocido, el
responsable de haber iniciado las relaciones entre el Oriente y el Occidente, es sin duda: el
gran visionario de la Aldea Global.

Apéndice.
Cito al escritor acapulqueño Édgar Pérez Pineda: Según la historia, la cosmovisión
del acapulqueño fue conformada por un batiburrillo de legados, de negros africanos, indios
mesoamericanos, escurridizos chales de oriente, españoles iracundos y otros especímenes
europeos. Somos la primera experiencia global de la historia.
En la expedición de Fray García Jofre de Loaysa, La nao “Santa María de la
Victoria” llega a Tidore (Molucas; Indonesia) el 1º de Enero de 1527. 120 españoles
supervivientes eligen como Capitán a Hernando de la Torre. Hacen un fuerte que es atacado
por los portugueses de la Isla de Ternate. Un año de enfrentamientos. Sólo regresan 24 a la
península entre ellos Andrés de Urdaneta hasta el año de 1536.
El Conquistador Gil González Dávila, es nombrado General de la Mar del Sur y
obtiene capitulaciones para explorar la ruta desde Panamá a las Molucas pero fracasa en su
intento de viaje, pues sólo bordea la costa del pacífico descubriendo lo que hoy son los
territorios de Nicaragua y Costa Rica. Luego de dos años de preparativos sale de Panamá
con rumbo a las Molucas en el año de 1521.
Álvaro de Saavedra Cerón es el primero en explorar las bahías de Manzanillo en
1527. El 31 de Octubre de ese año parte de la bahía de Zihuatanejo al mando de 3 naves y
un centenar de hombres. Descubre las Islas de los barbudos, además es el primero en
avistar las Islas del Rey (Hawai) y Las Islas Carolinas. Llega a la Moluca, en 1528 llega a
Mindanao (Filipínas) donde halla a Sebastián del Puerto, desertor de la expedición de
Loaysa, que le da valiosa información. Ejecuta a dos de los amotinados del Loaysa, recoge
a varios españoles del “Santa María de la Victoria” y repara su nao para iniciar el regreso a
México pero las tormentas lo obligan a regresar a Tidore. El 3 de Mayo de 1528 descubre
Nueva Guinea en su 2º intento por regresar a México. Muere cerca de las Islas Hawai y su
tripulación decide regresar a las Molucas, 8 de los últimos supervivientes mueren a manos
de los portugueses y 10 de ellos son capturados. Todos los sobrevivientes de ambas
expediciones ( Loaysa y Saavedra), en total 24, son repatriados vía Lisboa en el año de
1536.
En 1529 Carlos I, V del Sacro, le vende al Rey de Portugal sus derechos sobre las
Islas Molucas estableciendo la “Línea de Demarcación” de las antípodas a 297.5 leguas al
Este de las Molucas, 135° O.
En 1542 Parte la expedición de Ruy López Villalobos del puerto de Navidad en
Jalisco, redescubre y toma posesión de las Islas Revillagigedo. Luego de vanos intentos
para encontrar la ruta de regreso a Nueva España (tornaviaje), El expedicionario termina

104
entregándose a los portugueses y muere en la cárcel de Amboína en las Molucas, según la
tradición, lo hace en brazos del jesuita navarro San Francisco Javier.
Bernardo de la Torre también fracasa en el intento de completar el tornaviaje (Ruta
con vientos del Éste). Zarpó con Villalobos en 1542 a las filipinas, él fue el que, en honor
del Príncipe de Asturias, luego Felipe II, llamó a las Islas del Poniente: Islas Filipinas.
En el año de 1547 Urdaneta es nombrado Almirante de la flota que habrá de
combatir desde México al rebelde Gonzalo Pizarro, y que no llegará a zarpar.
La Isla Deseada como la llamó Urdaneta, pues fue el primer avistamiento de tierra
que observaron luego de atravesar el inmenso océano pacifico sin mirar nada que no fuera
el cielo y el mar. Hoy se llama San Miguel, y está situada frente a las costas de California.
En el año de 1537 Pedro de Alvarado viaja a la Península, donde se le hace entrega
de una carta de exploración de las costas occidentales de México y las Islas Molucas (que
no llegará a visitar, aunque Andrés de Urdaneta viaja con esa intención con el a México).
En el año de 1536 llega Andrés de Urdaneta a Lisboa, siendo el 2º hombre en dar la
vuelta al mundo (1525-1536), y le entrega al emperador su memoria sobre las Molucas.
Para consolidar los descubrimientos de Magallanes y tomar posesión de la Molucas,
Carlos I envía una expedición (1525-1526) al mando de Fray García Jofre de Loaysa, quien
pide que Juan Sebastián Elcano sea su piloto y guía mayor, salen de La Coruña 6 naos el
24 de Julio.
En la expedición de Legazpi, Alonso de Arellano a bordo del “San Lucas” es el
primero en regresar a México, El 9 de Agosto de 1565 llega a la bahía de Navidad México.
Se desconoce si la nave se pierde o deserta siguiendo una ruta distinta poco después de
haber zarpado la expedición del puerto de Navidad, lo que es un hecho es que Arellano es
el descubridor del “tornaviaje”, la superioridad de las cartas y la documentación de
Urdaneta le aseguró el crédito, pese a la prioridad histórica de Arellano.
Andrés de Urdaneta utiliza y documenta la “vuelta de poniente” para viajar a bordo
del patache “San Pedro”, y llegar en sólo 4 meses de estas islas a Acapulco el 8 de Octubre
de 1565. 16 de los 44 hombres mueren en el trayecto de 20. 000 km. Un tribunal español le
concederá el título de descubridor de la “vuelta de poniente” en perjuicio del navegante del
“San Lucas”. A pesar de que Urdaneta documenta que las Filipinas estaban dentro de la
demarcación asignada a Portugal, Felipe II las retiene a pesar de todas las dificultades, tal
vez para diferenciarse de su padre que les regaló las Molucas.
La expedición de Legazpi zarpó a la media noche del puerto de la Navidad el 21 de
noviembre de 1564. A los 10 días de haber iniciado la travesía, el patache “San Lucas”
comenzó a separarse de la escuadra debido a que por su ligereza, navegaba más rápido que
el resto de las naves, fue así que se le perdió de vista.
El nombre completo de Urdaneta es: Andrés Ochoa de Urdaneta y Cerain. Participó
en las guerras de Germania y la península itálica, alcanzando el grado de Capitán por sus
dotes de mando y su valor. Aunado a su carrera militar. Desde muy joven se distinguió por

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sus conocimientos en matemáticas, lo cual le ayudo a continuar por si mismo sus estudios
en Astronomía y Cosmografía.
En la expedición de Loaysa, Elcano los nombra su ayudante personal, lo que le dio
la oportunidad de estar al lado de uno de los cosmógrafos más importantes de la época y
propiciar en convertirse, lo que andando el tiempo sería.
En este viaje, al arribar a la Isla de Guam, les sucedió un hecho digno de contarse.
Luego de anclar las naves en la cercanía de la Isla de los ladrones, llegaron hasta ellos
piraguas repletas de indígenas que subieron a los navíos con gran destreza y la confianza de
quien llega en son de paz, pero de ellos se destaca uno que en un perfecto castellano con
acento gallego, les espeta - buenos días, señor capitán, y maestre y buena compañía…-, no
era otro que Gonzalo Vigo, uno de los tres que habían sido castigados por Magallanes, por
ser amigos de lo ajeno, y que había conseguido sobrevivir entre los nativos.
En las Molucas, sucedió otro hecho similar, ya que estando anclados, un grupo de
indígenas sube a las naves, y les comienzan a hablar en portugués a los tripulantes.
En Enero de 1527, comenzó una pequeña guerra entre portugueses y españoles, por
estar estos en territorios de aquellos, hasta que el Tratado de Tordesillas puso orden en
estos asuntos.
Durante la estancia en las Molucas de la expedición Loaysa, luego de infinidad de
vicisitudes, llega la nao “Florida” comandada por Saavedra al rescate de los sobrevivientes.
Ésta en compañía de otras dos que se perdieron en él camino había sido enviada por Hernán
Cortez a buscarlos, derivado todo esto de los informes que le llevó Juan de Areizaga,
sobreviviente del patache “Santiago”, que al dispersarse la flota, se desvío y a duras penas
pudo regresar a costas novohispanas, específicamente en el Golfo de Tehuantepec. Fue así
como Hernán Cortes envía a Saavedra al rescate de los sobrevivientes de la fallida
expedición Loaysa.
En el tercer intento de retorno, La nao “Florida”, al mando del piloto pues Saavedra
y su sucesor en el mando ya habían muerto, llegan a un punto en el pacífico en el cual se
hallaban más cerca de la nueva España que de las Molucas. Sin embargo deciden volver al
punto de partida, perdiéndose la gloria de haber sido los descubridores de la anhelada ruta
de retorno.
En Febrero de 1535 Urdaneta en compañía del resto de los supervivientes de las
expediciones Loaysa y Saavedra, parte a la península por la ruta portuguesa, arribando el 26
de Junio del año siguiente a la ciudad de Lisboa, Luego de 11 años menos 28 días
completó la vuelta al mundo, periplo que le tomó 3 años menos 24 días a Sebastián Elcano.
Urdaneta permaneció en México ocupándose de cometidos de responsabilidad,
como la investigación sobre la fracasada expedición de Cabrillo a la costa californiana en
1542. Por estas fechas escribe un relato sobre variados temas, como la navegación por el
Caribe, la formación de tormentas tropicales, la reproducción de las tortugas marinas o la
curación de las fiebres tropicales. En 1547 se le encomendó la organización de un ejército
para la pacificación del Perú, pero el éxito de Lagasca hizo innecesaria la expedición.

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En 1544 el capitán Andres de Urdaneta funge como corregidor en la Provincia de
Avalos, cargo que tuvo que dejar tres años después debido a un desfalco en las cuentas.
Estos problemas de dinero, según algunos de sus biógrafos, se atribuyen a Los apremios
que tuvo, para enviar a España la dote necesaria para que su hija pudiera contraer
matrimonio, como era la costumbre de la época. Cabe la posibilidad que su ingreso a la
orden de los agustinos se debió a que no pudo pagar éste y otros adeudos.
Alonso de Ávalos Saavedra. Primo hermano de Hernán Cortés, en 1521 ocupa
pacíficamente el Sur de Jalisco, En Sayula establece la capital de la provincia de Ávalos el
22 de Diciembre de 1522 con el nombre de San Francisco Sayula.
Se sabe que participó en la expedición de Camargo a Chile, y que después se alistó
en el ejército español como jefe de infantería en la pacificación de la Nueva Galicia. En el
año de 1553 ingresa en la orden de los agustinos en la ciudad de México.
El 24 de Noviembre de 1564 zarpa del puerto Navidad la expedición a Filipinas al
mando de Legazpi, la escuadra estaba compuesta por cuatro velas; San Pedro, San Pablo,
San juan y el San Lucas. Por carta del Rey don Felipe II, se indicó que fuera Fray Andrés
de Urdaneta el que dirigiera toda la operación. Cuando Legazpi acudió a la Real Audiencia
poco antes de partir, le fue entregado un sobre lacrado con la orden expresa de abrirlo a 100
leguas del punto de partida, pues eran instrucciones secretas y así nadie podía hacerse atrás.
Esto se debió a que Juan Pablo Carrión, maniobró y diseñó esa estratagema para evitar la
negativa de Urdaneta a partir en la expedición, sabedor de que el Fraile Agustino no habría
de participar en la expedición si esta tenía la intención de conquistar las Filipinas, pues
como él mismo decía: su misión era otra y de haber conocido los verdaderos planes no
hubiese participado. Urdaneta acató las instrucciones, similares a las de Villalobos, aunque
lo hizo a disgusto.
Juan Pablo Carrión, a la muerte del virrey Luis de Velasco, fue nombrado
Almirante de la Armada, por lo cual se convierte en un personaje importante que se
contrapone con los planes y la visión de Urdaneta acerca de la expedición a las filipinas. A
pesar de que no participa, pues al final no se embarca, pero influye de manera determinante
para la toma de decisiones, junto con el visitador Jerónimo Valderrama, que es el que se
encarga de los últimos detalles de la expedición.
Se sabe que Urdaneta recomendaba dirigir la expedición a Nueva Guinea,
descubierta por Ortiz de Retes, pues él estaba convencido que las filipinas se hallaban en la
zona dominio de Portugal.
Los Objetivos de la expedición eran fundamentalmente: 1º. Rescatar a los
castellanos que pudieran permanecer en aquellas Islas. 2º. Evangelizar a los naturales del
archipiélago y 3º. Descubrir la vuelta, es decir, el retorno a la Nueva España para establecer
una ruta comercial con chinos y japoneses. En las instrucciones de Valderrama queda
establecido lo siguiente: las naves deberán ir preparadas para su defensa si era necesario
pero no con carácter de armada de guerra, “procurarían adquirir relaciones y noticias de los
chinos y japoneses; comprarles cartas náuticas; de corregir errores de las nuestras;
adelantar los conocimientos geográficos y etnográficos; estudiar el régimen de los vientos

107
y corrientes; escribir derroteros y descripciones; hacer información en que constara si los
portugueses han hecho o no población en las Filipinas”.
Al arribar al archipiélago filipino Legazpi ordena una exploración de las islas para
buscar un asentamiento definitivo. Los informes inducen a Legazpi a elegir la Isla de Cebú
como emplazamiento final para iniciar la conquista. Urdaneta es el primero en ir a tierra
para negociar con los nativos pues hablaba fluidamente el malayo que era la lengua de
relación de buena parte del sudeste asiático, además de tener conocimiento de otras lenguas
locales.
Urdaneta acertó al afirmar que la “vuelta de poniente” era posible realizarla, pero se
equivocó al pensar que era sencillo. Cuando llegaron a Acapulco solamente 18 de los
hombres estaban en condiciones de trabajar, los demás venían enfermos y 26 de ellos,
murieron en el trayecto más 4 al estar ya en tierra y un indio que murió en la cercanía de las
Islas Marianas. Una de las causas principales de las muertes, además de los piojos era el
mal de los “Belfos Sangrantes” que en esa época diezmaba a las tripulaciones de los barcos
que hacían largas travesías.
Urdaneta es considerado el descubridor y navegante más experto quizá de todas las
épocas, sus minuciosos trabajos de situación de astros, vientos, corrientes y
posicionamiento, perduraron durante siglos en aquella derrota, siendo considerado como el
fruto dela más paciente y experta atención a todos estos datos, y consiguiendo su propósito
de convertir a Acapulco, en el más importante puerto de salida y arribada de toda América
bañada por el océano Pacífico, de los buques provenientes de las islas Filipinas, sobre todo
cuando en el siglo XVIII se centralizó en el todo el tráfico marítimo.
Los frutos directos de aquel viaje perduraron hasta 1815, que fue el año que zarpó el
último galeón de Manila; los indirectos se siguen materializando en una de las principales
rutas marítimas del mundo moderno.

Bibliografía.
Urdaneta y el tornaviaje. José Ramón de Miguel Bosch. Editorial Santillana.
Biografía de Urdaneta. Enciclopedia Católica, Volumen I.
Andrés de Urdaneta un hombre moderno. Susana Truchuelo García. Ordizia:
Ayuntamiento, 2009.
Urdaneta el dominador de los espacios del Océano Pacifico. Sociedad Guipuzcoana de
ediciones y publicaciones, 1968.
La expedición Legazpi-Urdaneta a las Filipinas (1557-1564). Sepsetentas, México.
Secretaría de Educación Pública, 1975.
El Océano Pacífico: Navegantes españoles del siglo XVI. Carlos Prieto. Editorial Alianza,
Madrid, 1984.
Andrés de Urdaneta (1508 1568) Su contribución a los Descubrimientos Geográficos de la
Época.

108
Mikel Ubillos Salaberria. Instituto Geográfico Vasco “Andrés de Urdaneta”, San
Sebastián.
El gran logro descubridor del reinado de Felipe II: El hallazgo del tornaviaje de las
Filipinas por el Pacífico hacia Nueva España. Ma. Monserrat León Guerrero.
Las expediciones en el Área de la Especiería. En Historia General de España y América,
Ediciones Rialp, tomo VII. Madrid 1982.

109
Los archivos colimenses y su importancia para la historia de Zacatecas
Limonar Soto Salazar
INAH, Zacatecas

Para un investigador del quehacer histórico la búsqueda de información de primera


mano se enfoca principalmente a realizar pesquisas en archivos que resguarden
documentación histórica, por lo general explora los acervos existentes en la localidad de su
residencia, en ellos se propone agotar los fondos que requiera según el periodo y tema que
este trabajando. Luego, en este proceso indagatorio, suele planear y realizar estancias en
archivos de orden nacional como son el Archivo General de la Nación o la Biblioteca
Nacional de Antropología e Historia, e incluso hay quienes al contar con la posibilidad
económica consideran consultar el Archivo General de Indias y otros de similar
envergadura. En este proceso heurístico pocas veces se pondera el efectuar estancias de
investigación en archivos municipales o estatales de otras entidades de la república.

 Los motivos personales


La presente ponencia se ofrece a manera de testimonio con respecto a lo
enriquecedor que puede llegar a ser el apoyarse en acervos históricos de carácter municipal
o estatal y que se encuentran fuera de la entidad de residencia, esto se expondrá a través de
diversos materiales de archivo que por un lado han permitido sustentar una investigación
propia que he emprendido con respecto a los extranjeros en el norte de Nueva España, por
otra parte el identificar documentación que considero importante para la historia de
Zacatecas, principalmente en lo tocante al comercio inter-regional durante los siglos XVI y
XVII, periodo del que en Zacatecas se carece de testimonios documentales requeridos.
Finalmente haré una breve reflexión basada en algunas propuestas temáticas factibles de ser
investigadas y que pueden ser sustentadas documentalmente por archivos colimenses.

 Geografías distantes, historias cercanas


Separadas por poco más de 400 kilómetros lineales y una diversidad de
conformaciones geográficas –sierras, valles, altiplanos-, las ciudades de Colima y
Zacatecas guardan un interesante vínculo histórico que en gran parte aun se desconoce.
Pero tal velo puede descubrirse a partir de lo que los archivos históricos ofrecen a quien
emprende pesquisas en sus acervos, mismos que resguardan una diversidad de documentos
que son testimonios de la actividad social, económica y política efectuados a través del
tiempo. Particularmente en el estado de Colima existen algunos archivos que dan cuenta de
personajes y hechos acontecidos en siglos XVI y XVII, periodo del cual Zacatecas posee
pocos materiales de primera mano.1 Circunstancia que se repite en mayor o menor grado en
otros importantes reales de minas del siglo XVI como Taxco, Guanajuato, Pachuca y
Durango.

1
Algunos ejemplos de lo expresado los encontramos en los libros de Cabildo que comienzan a partir de
1558, de igual forma podemos citar los protocolos de notarios dado que sólo aparecen en número escaso
para el siglo XVII, este tipo de fuente sobresale en cantidad a partir del siglo XVIII.

110
Las poblaciones de Colima y Zacatecas fueron concebidas en la primera mitad del
siglo XVI, una es villa de españoles fundada en 15232 cerca de la línea costera de lo que se
llegó a llamar la Mar del Sur en el occidente de Nueva España, siendo esta fundación el
resultado de las expediciones cortesianas posteriores a la conquista de Tenochtitlán,
incursiones que se vieron acompañadas por una guerra de conquista de varios años sobre
los diversos señoríos indígenas ya existentes en la región de Colima.3 La naciente Colima
contó con cerca de 100 vecinos españoles, gran parte de ellos provenientes de diversas
empresas exploratorias como las de Hernán Cortes y Pánfilo de Narvaez.4 Su actividad
económica se centró el cultivo de productos agrícolas y la explotación de las cercanas
salinas.
La otra comenzó su historia como un real de minas en el septentrión novohispano
bajo el carácter de un incipiente establecimiento creado entre los años de 1546 y 1548 por
antiguos integrantes de las huestes de Nuño de Guzmán. Quizá aquí pueda encontrase una
primera relación entre Zacatecas y Colima dado que se sabe que varios vecinos de Colima
se integraron a la empresa conquistadora de Guzmán, el principal personaje que sentó las
bases para la conformación de la Nueva Galicia, en este proceso debe incluirse parte del
actual territorio zacatecano, el cual en su región sur fue explorado hacia 1530 por Pedro
Almíndez Chirinos, aquí habrá que subrayar que este conquistador pocos años atrás fue
compañero de armas de Gonzalo de Sandoval el primer fundador de Colima.
Conforme transcurrían los años cada una de estas poblaciones consolidaron su
propia identidad. Colima fue una villa que aprovecho lo fértil de las tierras de su comarca,
así como su cercanía a la costa, teniendo así intereses y autoridad en asuntos marítimos.
Zacatecas terminó en conformarse en el centro minero más importante de toda Nueva
España para los siglos XVI y XVII, mérito que le valió obtener el título de ciudad en 1588
por parte de Felipe II.

Zacatecas: un real de minas como gran consumidor de suministros


Según una descripción anónima de Zacatecas elaborada en 1608 se nos da cuenta
que la ciudad minera tenía una prominencia comercial como enseguida se cita:5
Es la principal contratación y comercio de cuantas hay en la Nueva
Vizcaya, Sinaloa, Culiacán, Topia, San Andrés, Santa Bárbara, Parras, Minas
de Guanacevi, Reino de Nuevo León, Nuevo México, y así muchos españoles
tienen su trato y granjería en trajinar con carros y recuas, y con carretas de
bueyes.

Ciertamente la importancia mercantil zacatecana no tuvo comparación en otra


población de toda la Nueva Galicia y gran parte de la Nueva España, salvo la misma ciudad
de México y quizá Puebla. Por hacer un ejercicio de comparación, siempre tuvo un mayor
número de tiendas y mercaderes que la misma Guadalajara, la capital neo-gallega, por
2
Hay un antecedente de esta fundación cuando el 26 de febrero de 1522 se instala el primer Ayuntamiento
en la villa que se denominó San Sebastián hoy Colima.
3
López Portillo y Weber, La conquista de la Nueva Galicia, México, Colección Peña Colorada, 1975, pp. 71-
72, 103 y ss.
4
López Portillo y Weber, 1975, p. 196.
5
Mendoza Torres, Luis (Comp.), Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y
organización de las antiguas posesiones españolas de América y Oceanía, tomo IX, Nendeln-Liechtenstein,
Kraus Reprint, 1969, p. 187

111
ejemplo para 1585 Zacatecas contaba con un centenar de establecimientos, con similar
número de mercaderes,6 mientras que Guadalajara para el año de 1605 apenas si superaba
los 20 mercaderes cuyo capital oscilaba entre los 4 mil y 20 mil pesos, en este mismo año
de 1605 el caudal de los comerciantes zacatecanos era entre 20 y 40 mil pesos, incluso
algunos de ellos alcanzaban los cien mil pesos. Las mercancías que expendían eran todo
género de ropa de Castilla (proveniente de los reinos ibéricos y otros países de Europa), de
la China (Filipinas y otras islas y tierras del lejano oriente) y de la Tierra (diversas regiones
y ciudades del actual México, como Michoacán, Puebla y Oaxaca), en este tenor
encontramos diversos artículos como paños, lienzos, sedas, vestidos, utensilios domésticos,
vino, aceite, hierro, especias, todo ello se traía en carros y carretas.7
Ahora bien, la llamada “capital de la plata mexicana” fue una llave hacia el
septentrión novohispano, esto no sólo en el aspecto de exploración, conquista y
colonización, sino también para atender su mantenimiento, esto a través del suministro de
mercancías de la más diversa variedad. Quizá lo anterior se pueda explicar mejor a través
del Camino Real de Tierra Adentro, cuyo eje troncal fue la Ciudad de México-Zacatecas-
Santa Fe de Nuevo México.8 Este Camino Real contaba numerosos ramales que
potencializaban su importancia, de tal suerte que se conectaban con poblaciones como
Guadalajara, Saltillo, Monterrey, San Luis Potosí, Valladolid, así como numerosas
haciendas, villas y pueblos.

Colima y Zacatecas: algunos testimonios de sus vínculos


Explicado lo anterior, en Colima a través de los registros documentales existentes en
sus archivos podemos identificar numerosos expedientes que dan cuenta de una intensa
actividad mercantil y también social que tenían muchos vecinos de la villa con otras
poblaciones del septentrión novohispano, particularmente con Zacatecas. Por ejemplo
podemos encontrar a un genovés de nombre Nicolao Berro de oficio sastre, quien hacia las
últimas décadas del siglo XVI fue vecino tanto en Colima, Zacatecas y Durango, esto
quiere decir que vivió por varios años en cada una de estas poblaciones, seguramente tuvo
esta facilidad de domiciliarse en ellas por su oficio de sastre.9 Otro caso es el de Juan
Fernández Cabral, originario de Portugal y vecino que fue de Zacatecas y Colima hacia la
década de 1580,10 aunque no se tiene certeza de su profesión o actividad es posible que
haya sido un mercader, una actividad bastante común como se vera enseguida en otros
casos.
Identificar la actividad mercantil de vecinos colimenses en Zacatecas y otras
poblaciones de Tierra Adentro en los archivos históricos de Colima puede ser algo común
como ya se indicó con anterioridad, por ejemplo en 1575 Juan Núñez de Alvarado elabora

6
Enciso Contreras, José, Zacatecas en el siglo XVI, derecho y sociedad colonial, Zacatecas, México,
Ayuntamiento de Zacatecas, Universidad de Alicante, Instituto Zacatecano de Cultura Ramón López Velarde,
2000. P. 471
7
Mota y escobar, Alonso, Descripción geográfica de los reinos de Nueva Galicia, Nueva Vizcaya y Nuevo
León, Durango, Universidad Juárez del Estado de Durango, pp. 35-36 y 111-112
8
María Teresa Huerta, “Comerciantes en tierra adentro” en Mercaderes, comercio y consulados de Nueva
España en el siglo XVIII, México, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora 2003, pp. 18-20
9
Romero Solís, José Miguel, Andariegos y pobladores Nueva España y Nueva Galicia, México, el Colegio de
Michoacán, Archivo Histórico Municipal de Colima y Universidad de Colima, 2001, pp. 91 y 179
10
Romero, p. 174

112
una memoria que da cuenta de varios productos propios de la región de Colima, los cuales
llevó a Zacatecas para su venta. Entre las mercancías se encuentran las siguientes:11
- 50 arrobas12 de pescado
- 5 arrobas de pescado blanco
- 20 arrobas de candela de sebo
- 200 jícaras
- 70 gallinas

Otro testimonio ejemplar es un documento generado en el año de 1583 por Luis


Maldonado, mercader de Zacatecas, quien es visitado por su hermano Tomás Maldonado,
vecino en Colima. Cabe mencionar que las condiciones económicas de cada hermano son
diferentes entre si, Luis es un floreciente comerciante mientras que Tomás se encuentra en
la pobreza. Con la intención de ayudar a su familiar, Luis le facilita 450 pesos en
mercancías, además de varios animales de carga, el propósito fue llevar el cargamento a
Colima e hiciera venta o trueque de ellos. Tomás emprende el viaje con tal objetivo pero al
encontrarse ya en Colima muere por enfermedad quedando bajo custodia pública -
Ayuntamiento- los bienes que transportaba para su comercio. Esta situación hace que Luis
de Maldonado se traslade a Colima para reclamar sus pertenencias, las que enseguida se
enuncian:
- Ropa de la tierra como enaguas y huipiles.
- Paños y mantas de color azul, verde, amarillo y pardo
- Cera de Campeche (miel de abeja sin aguijón o melipona).
- Confituras (dulces)
- Conservas en barriles

No se omite mencionar que la compañía de los hermanos Maldonado tenía por


interés, en dado caso que se prestaran a trueque sus mercancías, llevar a Zacatecas cacao y
gallinas, dos productos muy socorridos por el consumidor zacatecano.13 A mi parecer este
caso ilustra bien el trajín, intercambio y venta de mercancías entre las dos poblaciones aquí
reseñadas.
A través de las indagaciones documentales se continúa encontrando los
nombres de más personas residentes en Colima y vinculadas con Zacatecas y otras latitudes
norteñas. Para el año de 1616 habitaba en la villa de Colima Melchor de Rodas, quien es un
griego dedicado al comercio,14 llama la atención que unos veinte años después, pero en las
minas de Parral, se encuentra otro griego del mimo nombre y de profesión mercader, es
muy posible que se trate del mismo individuo. Con mayor precisión tenemos el caso del
francés Cristóbal de Arnao quien en 1626 tenía tienda de mercadurías tanto en Colima

11
Archivo Histórico Municipal de Colima en adelante AHMC, Sección A, Caja 7, Expediente 20, “Juan Núñez
de Alvarado contra Gaspar González por una recua de mulas y cerca cantidad de puercos y vacas. Año de
1575”.
12
Medida de peso que equivale a 11.5 kilos por arroba
13
AHMC, Sección A, Caja 11, Expediente 5 “Querella de Luis de Maldonado. Año de 1583”.
14
Romero, 2001, p. 108

113
como en Zacatecas.15 Por los mismos años podemos encontrar otro ejemplo ahora uno que
da muestra de la construcción de relaciones sociales y políticas, esto con el caso del
colimense Fernando de Nava, quien para 1622 declaró en función de una testificación de
sus bienes que fue alcalde mayor de las minas de Fresnillo.16 Aquí se debe subrayar que
Nava debió haber contado con importantes relaciones políticas para acceder a un
ambicionado cargo público en el que devengaba un sueldo de 500 pesos anuales.

Colima: un puente entre el oriente y el septentrión novohispano


A manera de una aproximación se integra este breve apartado que diserta sobre el
puente que habrá representado Colima entre el oriente, a través de la nao de China, y el
norte minero de Nueva España. Lo anterior podrá constatarse a través de diversos
testimonios documentales existentes en archivos históricos, entre ellos los de Colima.
Esta corta disertación nace por el precedente que se tuvo con los 114 desembarcados
del pirata John Hawkins en Pánuco hacia 1568. Un número significativo de estos marineros
de origen inglés llegaron a Zacatecas para trabajar como capataces en sus minas, lugar
donde se enriquecieron notablemente, por contar con sueldos de hasta 300 pesos mensuales
además del beneficio que obtenían del servicio que les entregaban los sábados los indígenas
y negros que tenían bajo su custodia, al respecto declaro Miles Philips “algunas semanas
ganábamos tanto por este medio además de nuestro sueldo que muchos nos hicimos muy
ricos y teníamos tres mil o cuatro mil pesos, porque vivimos en estas minas tres o cuatro
años”.17 Este pasaje histórico es un motivo para preguntar si Colima y sus costas habrán
dado lugar a desembarcados procedentes de oriente, interrogante que puede ser respondida
por expedientes de los archivos históricos como es el caso de la información que se registra
en torno a Manuel Pérez, marinero que venía de las islas Filipinas y que desembarcó en
1585 junto con otros cuatro marineros en el puerto de Salagua.18 Este dato bien podría ser
sólo un ejemplo, de otros tantos hechos similares en que individuos hayan desembarcado en
las costas de la Mar del Sur para luego dirigirse al interior del virreinato, siendo los reales
de minas los que bien les pudo haber llamado la atención por representar una expectativa de
riqueza.
Pero con las personas también llegaban objetos de manufactura oriental,
precisamente en el citado caso del marinero Manuel Pérez se mencionan algunas de sus
pertenencias entre las que se encontraban varios objetos de China como, porcelanas, mantas
y tocados. Estos objetos y otros más eran muy apreciados por la sociedad colonial de
carácter pudiente por lo que no es difícil encontrarlos en sus memorias y relaciones de
bienes. Un ejemplo de ello lo vemos en el testamento de la acaudalada colimense Beatriz
López en donde sobresale una merlota de la India de Portugal, que no es otro lugar que la
ciudad de Goa, cabe señalar que la merlota es un vestido de origen morisco.19

15
AHMC, Sección B, Caja 94, Expediente 7 “Testamento de Cristóbal de Arnao, villa de Colima. Año de
1626”.
16
Reyes G. Juan Carlos, Por mandato de su majestad, inventario de bienes de autoridades de Colima, 1622,
México, gobierno del Estado de Colima, 2000. p. 139
17
Ita Rubio, Lourdes, Viajeros isabelinos en la Nueva España, México, Fondo de Cultura Económica,
Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 2001, pp. 153 y 166
18
AHMC, Sección A, Caja 10, “Información sobre Manuel Pérez, marinero de una nao que venía de las islas
del poniente, fallecido en el puerto de Salagua. Año de 1585”
19
AHMC, Sección A, Caja 1, “Poder que otorga Beatriz López en favor de Gonzalo López y Diego Baeza. Año
de 1552”.

114
Conclusión: algunos temas susceptibles de investigación
Tras haber expuesto en este breve ensayo algunos testimonios documentales que
considero han resultado útiles con lo que hago patente lo pertinente que ha sido el haberme
propuesto el emprender búsquedas en archivos colimenses para documentar mis propias
investigaciones, me permito exponer algunas temas de interés para la historia zacatecana,
ciertamente puede ser que ya hayan sido abordadas por algún investigador, pero para
Zacatecas son tópicos poco conocidos. Enseguida se mencionan los temas:
- Los señores de minas colimenses en los albores de Zacatecas.
Tras ser descubiertas los extraordinarios filones argentíferos de Zacatecas en
el año de 1546, un gran número de personas se asentaron en el incipiente real de
minas para dedicarse a la extracción de plata. Se trató de una generación que le
correspondió mantener y consolidar lo que en pocos años llegó a ser la tercera
ciudad más importante de la Nueva España. Algunos de estos mineros tuvieron su
residencia u origen en Colima, aunque habrá que decir que poco se conoce de ellos
dado que la historia de Zacatecas en lo que respecta al comienzo del periodo
colonial está escasamente documentada y sólo tenemos referencias aisladas de la
mayoría de los primeros pobladores del antiguo real de minas.

- Venta de cacao en un mercado emergente.


La “importación” de cacao proveniente de Venezuela y Guatemala para ser
llevado a la ciudad de México significó un problema para los productores
colimenses de esta semilla. Sin embargo, la apertura de un mercado emergente hacia
mediados del siglo XVI como fue el caso de Zacatecas resulto muy atractivo no sólo
por una relativa cercanía, sino por los precios que cualquier mercancía solía llegar a
alcanzar en la ciudad minera.

- El consumo del vino de coco.


Las sociedades mineras eran grandes consumidoras de vinos, se tiene
conocimiento de la gran cantidad de vino que se trasportaba de la ciudad de México,
previamente importado de Castilla, hacia los grandes centros mineros. Habrá que
dar pie a la pregunta de si el vino e coco habrá tenido un importante mercado en el
norte del México colonial.

- Sal para el beneficio de la plata.


Las costas de Colima contaron con varias salitreras de suma importancia
para la obtención de la sal, pero las salinas más importantes fueron las de Cuyutlán
–mismas que con una extensión de 50 kilómetros de largo y 3 de ancho.20 Aquí
debe recordarse que la sal fue requerida para el beneficio de la plata con el
procedimiento del azogue o mercurio, para el caso de Zacatecas considero que
requirió de este elemento para las últimas décadas del siglo XVI, hasta antes del

20
Guerra Pimentel, Noé “La sal en las venas” http://cronistascolima.blogspot.mx/2011/07/cuyutlan-con-la-
sal-en-las-venas.html

115
aprovechamiento de las salinas del Peñol Blanco localizadas hacia el este del
antiguo real de minas.

Finalmente no omito comentar que desde mi perspectiva una manera de valorar la


importancia de la historia de una localidad es a través de los ecos que ha tenido esa historia
en otras latitudes, considero que con ello se puede obtener una perspectiva con la que
podemos sopesar hasta qué punto trascendió el lugar o tema que hemos decidido estudiar.

116
Un repositorio de la cultura originaria de la antigua Colima
Isidoro Jiménez Camberos
Universidad Pedagógica Nacional
Unidad Tlaquepaque

Repositorio: (Del latín repositorium, armario, alacena). Lugar donde se guarda algo1.
En éste ensayo pretendo presentar la argumentación que fundamenta el supuesto, resultante
de la investigación etnohistórica en la región2, de ser la comunidad de Tuxpan el lugar
donde hasta hoy día se guardan tradiciones que tienes que ver con la cultura originaria de la
antigua Colima.
*

Enclavada en el ámbito regional conocido como “Sur de Jalisco”, Tuxpan se


localiza en un área cercana al sitio donde empiezan las barrancas hacia Colima. Desde los
alrededores se tiene una hermosa perspectiva de los dos volcanes: el de nieve y el de fuego.
Repegada a un pequeño cerro denominado Cihuapilli, ubicado al este de la montaña de los
volcanes, ésta localidad se extiende en la llanada que en declive se abre, desde las faldas de
la montaña hacia el cercano río –que toma el nombre de Río Tuxpan a su paso por este
lugar-, cuyo origen es el área montañosa de Tamazula, fluyendo su cause hacia el sur por la
imponente Barranca de Atenquique, donde se le van uniendo los afluentes que, viniendo
desde la Sierra del Halo y la montaña de los volcanes, aumentan sus aguas que desembocan
en el área costera con la denominación de Río El Naranjo y posteriormente Río
Coahuayana, entregando sus caudales hídricos al Océano Pacífico.
Desde inmemorial tiempo, los de Tuxpan se mantuvieron aislados de las
comunidades vecinas, como un esqueje colocado de manera forzada en el ámbito regional.
Reconocida por los habitantes de las comunidades cercanas como un pueblo integrado
principalmente por familias de naturales o indígenas, con una fuerte cultura comunitaria
que les mantenía encerrados en sí mismos, actuando de manera homogénea a grado tal, que
a la realización de trabajos diversos en las cercanías acudían formando cuadrillas.
Una leyenda, que forma parte de la tradición oral en las localidades de la región
cercanas a Tuxpan, señala cierto desacuerdo con los tuxpanenses sus vecinos, porque por
sus culpa “no se había parado el águila” en terrenos cercanos a la montaña de los volcanes:
“ellos corrieron el águila; aquí debía haber sido México, la capital”3. La animadversión de
los habitantes de los pueblos vecinos era notoria hasta en los encuentros que los equipos
deportivos -patrocinados por el Sindicato de Trabajadores de Atenquique-, sostenían con
equipos de esas localidades. Narra un cronista:
Llegó primero el basquetbol y conjuntos tuxpanenses iban a Tecalitlán, a Zapotiltic,
a Tamazula y apaleaban a los contrincantes. El público corría a jugadores y
aficionados a pedradas y así les gritaba: “Indios hijos de tal por cuál, váyanse a su
rancho” y el vozarrón que se oía por todo el campo de juego, de aquél inolvidable
Rascuacho, tronaba vengativo: “¡Somos indios, cabrones, pero no de su tribu!”4

**

117
El conocimiento documentado que se tiene hasta la fecha de la historia y la
organización social de los pueblos originarios de Colima es escasa y está contenido
principalmente en la información levantada a mediados del siglo XVI, denominada
“Relación de Lebrón de Quiñones” y en los datos que conocemos sobre la visita del
superior franciscano Alonso Ponce en 1587. Del siglo XVIII contamos con breves datos
que amplían el conocimiento de la población autóctona, como es el caso de la relación
geográfica denominada “Parroquia de Ixtlahuacán” fechada en 1778 y otra titulada
“Noticias de la Provincia de Colima y su agregado Corregimiento de San Miguel Xilotlán”
de 1789.
Los estudiosos de la cultura y la historia del occidente de México han buscado la
Relación Geográfica de Colima del siglo XVI, desafortunadamente sin resultados hasta la
fecha. Se mantiene la expectativa que –entre otros datos-, la información contenida en este
documento llevará a una mayor comprensión de la cultura y la historia de los antiguos
pobladores de este ámbito geográfico. Sin embargo no necesariamente puede ser así. Al ser
la Villa de Colima una fundación española, en caso de encontrarse la referida relación
geográfica, lo más probable es que en la información contenida tendrán prioridad los datos
sobre los españoles residentes en esa localidad y sus cercanías para esa fecha; muy
probablemente datos relacionados con la fundación de la villa, propiedades y actividades
realizadas por los vecinos. De manera secundaria -al igual que en las relaciones geográficas
conocidas-, será objeto de mención la población nativa, concentrada principalmente para la
fecha en la que se redactó el documento en el cercano pueblo de Almoloyan, como se
muestra en la relación que conocemos sobre la visita del superior franciscano Ponce en
1587, donde aparecen los “naturales” separados de los vecinos españoles de la Villa5.
Dada la pobreza de la información contenida en las fuentes escritas coloniales
citadas, conocemos elementos de la historia y cultura de los pueblos originarios del antiguo
Colima, principalmente sobre la base de interpretaciones de los indicios que ha aportado el
conocimiento arqueológicos de construcciones, artefactos funerarios y la cerámica,
descifrando o leyendo sus estudiosos, los componentes de estos elementos para reconstruir
el probable proceso histórico y los elementos que dan cuenta de la historia, cultura y
posible cosmovisión que articulaba el sentido de la vida en las comunidades nativas,
referente básico que determinaba la realización de las actividades de la vida cotidiana. Sin
embargo está poco explorada la opción de complementar o correlacionar la información
arqueológica con la cultura viva de las comunidades de ascendencia autóctona reconocidas
hasta la fecha y cuyos elementos culturales perviven todavía.
Con respecto de las fuentes documentales que nos aportan datos muy sugerentes
para la reconstrucción de la historia y la cultura autóctonas, tenemos que volver a leerlas
cuidadosamente, revisando la intertextualidad de las mismas, dado que el discurso de los
informantes nativos –“indios viejos y naturales” interrogados por medio de intérprete- está
mediado por el discurso de los colonizadores. Así pues, realizando una nueva lectura -sobre
la base de nuevas preguntas-, de lo contenido en las relaciones geográficas conocidas y
atendiendo a la intertextualidad, correlacionando esta información con la que aportan los
resultados de las investigaciones arqueológicas, etnográficas, linguísticas y antropológicas,
estaremos en la posibilidad de arribar a un estadio que nos permita comprender mejor parte
del proceso histórico y de la cultura de los pueblos originarios de la región.

Vayamos pues al desarrollo de un esfuerzo interpretativo que nos permita ampliar el


conocimiento de la historia y la cultura de la población originaria que habitó, entre el siglo

118
X y hasta principios del XVI, en el llanado situado al sur del cono volcánico. Si atendemos
lo expresado por el funcionario colonial Lebrón de Quiñones en su relación de 1551,
encontraremos que en su segunda parte menciona:
Aquella villa de Colima se fundó habrá treinta y dos años poco más o menos, en
otro sitio siete leguas del que al presente tienen, el cuál dicho asiento primero
estaba a una legua o legua y media de la mar del Sur; pobláronse entonces más de
ciento y veinte españoles y en este sitio estuvieron poblados dos años poco más o
menos y luego se despoblaron deste asiento y se fueron al que al presente tienen,
que era el sitio donde solía estar poblado el pueblo de Tuxpan; pasáronse a este sitio
por estar más cerca de las minas de oro y ser mejor que el primero y tener mejores
tierras y exidos6.
Por lo tanto, sobre la base de lo contenido en este texto, puede ampliarse el
conocimiento de la historia y cultura de una parte de la población autóctona, habiendo
certeza en la afirmación que los antecesores de los pobladores del actual Tuxpan en el sur
de Jalisco procedían, en su mayoría, del Tuspa originalmente localizado al sur del cono
volcánico.

¿Cómo es que población originaria del antiguo Tuxpan vino a establecerse en la


localidad que actualmente ocupa? Una relectura de las fuentes coloniales nos ayuda a
comprender este hecho del proceso histórico de los pueblos nativos. Para el caso, es la
Relación Geográfica de Tuspa de 1580 la que aporta la pieza del rompecabezas. Los
informantes interrogados de Tamazula, Zapotlán y del propio Tuspa expresaron que estaban
sujetos al cazonci, señor de Michoacán y que a él le tributaban, aunque de la afirmación de
los de Tuspa se alcanzó a colar una información adicional que nos habla de su caso
particular: “Dicen que tenían en la provincia otro señor que los gobernaba, al cuál daban lo
que cogían y le servían como a tal; y que tenían guerras con la provincia de Colima…” 7.
Tal información permite establecer el siguiente supuesto: en las campañas militares que
emprendió el Cazonci para ampliar el señorío, los habitantes de los pueblos que hoy día
conforman el ámbito regional denominado “Sur de Jalisco” quedaron como tributarios del
cazonci, situación que compartieron los habitantes del original Tuspa.
Efectivamente, en el capítulo XXXI de la Relación de Michoacán, que trata de las
conquistas para ampliar el señorío, se afirma:
Y otro señor, hijo de Hiripan, conquistó otro pueblo llamado Carapan –y el padre y
abuelo de este cazonci muerto conquistaron a Tamazula y Zapotlán y los pueblos de
Ávalos y lo demás8.
Según los estudiosos de la historia de Michoacán, tales campañas de dominio serían
realizadas estando todavía con vida Tariacuri y siendo Hiripan uno de los capitanes de
guerra del cazonci (entre 1400?-1450?). Ésta campaña militar abarcaría una extensa área
geográfica, como se expresa en el capítulo de la Relación de Michoacán citado.
Ampliando los datos referentes a estas campañas de dominio, encontramos que
también el área geográfica transvolcánica (¿como resultado de una campaña posterior?),
también quedaría sujeta, conformando la Provincia de Amole. Tiempo después, ya
concentrado el señorío en Tzinzunzan, capital del señorío michoacano (entre 1450? –
1500?) y bajo el domino de Zizispandaquare como cazonci, “tuvo su conquista hacia
Colima y Zacatula y otros pueblos”9.
Habiendo consolidado el dominio sobre Tamazula, Zapotlán y Sayula ¿los guerreros
del Cazonci emprendieron una nueva campaña de expansión del señorío, que incluyó el

119
dominio de Amole y del original Tuspa, destruyendo éste último asentamiento y tomando
prisioneros, según su forma de conquistar? No tenemos elementos para fundamentar la
respuesta al anterior planteamiento, lo cierto es que en la temporalidad arriba citada, muy
probablemente del conjunto de prisioneros tomados en el área de Tuspa, organizados
socialmente en calidad de tributarios del cazonci, fueron reubicados en el sitio donde
actualmente se encuentra la localidad de Tuxpan, quedando como pueblo-frontera del
señorío.
Ya consolidado el señorío michoacano, los pueblos dominados aportaban personal
que se integraba a las campañas de expansión del señorío en las expediciones militares que
emprendieron los cazonci Hiripan y Zizispandaquare, como se describe en la Relación de
Michoacán, en el capítulo que trata de “Cómo destruían o combatían los pueblos”:
Iban a esta conquista los de Michoacán y los chichimecas y otomíes que el cazonci
tenía sujetos y matlalcingas y uetamaecha y chontales y los de Tuspa y Tamazula y
Zapotlán10.
¿Hubo resistencia de los habitantes de los pueblos dominados para liberarse del
dominio de los de Michoacán? Hay evidencia de ello. En la Relación Geográfica de la
Provincia de Amole, se asienta lo siguiente:
Y el dicho cazonci puso tres capitanes en esta provincia, de los cuáles no les saben
los nombres estos declarantes, y éstos pelearon con los que quedaron, y los
recogieron en un pueblo que estaba aquí junto, de pocas casas. Y que, allá, los
dichos capitanes estuvieron recogidos y, peleando con los demás pueblos,
murieron11.
El caso tiene su complemento: en la Relación Geográfica de Xiquilpan se hace
mención de que el cazonci trasladó un importante grupo de gentes desde la Provincia de
Amole, principalmente del Xiquilpan -cercano al actual San Gabriel-, y con ellos fundó el
actual Xiquilpan en Michoacán12, según parece como pueblo-frontera del señorío ante
posibles incursiones de los habitantes de Ameca, enemigos de los michoacanos. ¿Sucedió
algo semejante con los pobladores del original Tuspa en la llanada al sur del volcán?
***

Los elementos anteriores de información etnohistórica amplían nuestro


conocimiento y comprensión de la historia y cultura de los habitantes de las comunidades
originarias, aunque habría que especificar su dimensión temporal, correspondiente a la
etapa en la que la historia y la cultura nativas se traslapan con los inicios de la colonización
europea. Lo anterior significa un pequeño avance que se suma al alcanzado hasta la fecha; a
pesar de ello siguen siendo muy limitados los elementos que nos permitan una explicación
integral. Existen todavía demasiadas interrogantes para cuya respuesta no contamos todavía
con elementos que aporten, tanto los documentos coloniales conocidos, como los resultados
de los estudios históricos, arqueológicos, lingüísticos, antropológicos o etnográficos, entre
otros. Hay un avance; paso a paso se van vislumbrando las respuestas.
Sin embargo las posibilidades no se cierran para los investigadores. Una posibilidad
más para avanzar en el amplio propósito de reconstruir la dinámica histórica y cultural de la
población nativa de la antigua Colima en su conjunto y a la vez enlazar el pasado con el
presente, lo constituyen las expresiones de la cultura viva tradicional que pervive hoy día
en las comunidades.
En la localidad de Tuxpan perviven tal número de celebraciones compartidas
comunitariamente, que la segunda denominación de ésta localidad es la de “Pueblo de la

120
Fiesta Eterna”, dado que en el transcurso del año se realizan un considerable número de
festividades (más de cincuenta celebraciones, de acuerdo con las investigaciones
recientes13); en algunas se involucra la mayoría de la población y en otras sólo un sector de
la misma, dado que corresponden a alguno de los barrios o colonias o segmentos sociales
directamente involucrados. Herederos de la cultura de sus antecesores, una parte de la
población de la antigua Tuspa continúa sosteniendo ancestrales tradiciones que
orgullosamente mantienen vigentes; tradiciones que tuvieron que recargar, para su
pervivencia, en los referentes del calendario cristiano:

ALGUNAS DE LAS PRINCIPALES FESTIVIDADES TUXPANENSES

PERIODO FECHA DENOMINACION RITUALES

… SECAS 1,6 y 7 de enero Niños Dios, Paixtes y Celebración de Dios


“moritos” Niño en altares
domésticos.
Ofrecimiento de la
danza de Paixtes y
Moritos

17 enero Bendición de los animales

20, 27 de enero. 2 de Fiesta grande del pueblo en Celebración de San


febrero honor de San Sebastián y Sebastián y de La
Ntra. Señora de La Candelaria.
Candelaria
Ofrecimiento de la
danza de Sonajeros y
Chayacates

5 de febrero Ntra. Señora del Platanar

Febrero, movible Ntra. Señora de la Salud

22 de febrero Ntra. Señora de Talpa

19 marzo Señor San José

25 marzo Aniversario del temblor de


1806 y juramento al Sr. Del
Perdón

Marzo/abril, movible Semana Santa

15 abril Aniversario del temblor de


1941

25 abril-2 mayo Encendios a la Sta. Cruz Altares en las casas de


las mayordomías de las
cruces.

Visitas a los altares

Inicia el periodo de 3 mayo Gran fiesta a la santa Cruz Fiesta solemne en las
AGUAS … casa de los
mayordomos donde se

121
encuentran los altares

15 mayo San Isidro Labrador

Ultimo domingo de mayo Fiesta solemne al Señor del Desfile de carros


Perdón y Misa de Buen alegóricos.
Temporal
Ofrecimiento de la
danza de Sonajeros

24 junio San Antonio de Padua

24 junio San Juan Bautista

Tercer jueves junio Corpus Christi Procesión por las calles


de la población.
Ofrecimiento de la
danza de Sonajeros

27 junio Ntra. Señora del Perpetuo


Socorro

29 junio Apóstoles Pedro y Pablo

4 julio Ntra. Señora del Refugio

16 julio Ntra. Señora del Carmen

25 julio Santiago Apóstol

Julio, movible Misa de Buen Temporal

15 agosto Asunción de María


Santísima

24 agosto Bartolomé Apóstol

28 septiembre Miguel, Rafael y Gabriel,


Arcángeles

Septiembre, movible Misa de Buen Temporal

4 octubre San Francisco

7 octubre Ntra. Señora del Rosario

29 octubre Los Niños del Limbo

31 octubre Los Angelitos

1° noviembre Todos Los Santos

2 noviembre Fieles Difuntos

22 noviembre Santa Cecilia

Noviembre, movible Cristo Rey

122
29 noviembre Acostamiento de los Niños
Dios

12 diciembre Ntra. Señora de Guadalupe

13 diciembre Santa Lucía

21 al 23 diciembre Veladas en la Capilla del


Niño

24 diciembre Gran festividad en la


Capilla del Niño

31 diciembre Levantamiento de los Niños


Dios

Si nos atenemos a los componentes del ritual y la parafernalia, encontraremos que


sus elementos tienen relación con aquellas festividades que, al momento de la llegada de
los colonizadores europeos a estos confines geográficos, se realizaban en una periodicidad
relacionada con las dos grandes etapas del año: la estación de lluvias y la de secas y la
transición entre ambas. A pesar de haberse movido de fecha algunas de estas
manifestaciones, sobre por influencia de los religiosos franciscanos sobre la población
nativa en la localidad, siguieron conservando los elementos de la antigua cultura. Estas
expresiones culturales pueden darnos idea de la cosmovisión que articulaba el sentido de la
vida entre los habitantes nativos y que era referente básico en las acciones y decisiones que
formaban parte de la cotidianidad entre los habitantes de las comunidades autóctonas, dado
que –según expresó Torquemada en su Monarquía Indiana-, “ninguna cosa se emprendía
que primero no se tratase por vía de religión”14.
En estrecha relación con lo anteriormente expuesto, otras expresiones culturales de
la cultura viva ligadas a antiguos rituales, son las leyendas y las costumbres que de manera
un tanto suelta han pervivido en la memoria colectiva y que poco a poco, conforme avanza
la urbanización de la vida cotidiana en la localidad de Tuxpan y en las vecinas, se van
perdiendo, siendo urgente sus rescate. Me refiero a temas relacionados con las culebras (las
pertenecientes a diversas especies biológicas y las relacionadas con el “temporal de las
aguas”): el cuidado que se debe tener con ellas, la forma de neutralizar sus efectos, las
formas de conjurar su impacto en la vida cotidiana de los humanos habitantes de las
comunidades de la región, etc. Las leyendas de los pueblos encantados, que se encuentran
en el interior de los cerros cercanos; la forma de conseguir los dones y los bienes a través
de la ejecución de la danza tradicional; las formas que había para conseguir una mejor
semilla para la siembra; la humanización del maíz, etc.
Así pues, Tuxpan y sus festividades -incluidas las danzas-, se constituyen en una
posibilidad de ampliar nuestro conocimiento de los elementos culturales de los habitantes
de los pueblos originarios en el antiguo Colima; elementos que bien pueden ampliar el
conocimiento y la explicación de esta parte de nuestra historia.

123
NOTAS:
1 REAL ACADEMIA ESPAÑOLA. DICCIONARIO DE LA LENGUA ESPAÑOLA - Vigésima segunda edición
.
http://lema.rae.es/drae/
2. Véase: Jiménez, Isidoro. DANZAR PARA MERECER, Las Cuadrillas de Sonajeros del Sur de Jalisco. CNCA-PACMyC/Secretaría de
Cultura de Jalisco. Guadalajara, 2009 y Jiménez, Isidoro. CONTACTANDO CON LA DIVINIDAD. La ancestral Danza de los Paixtes
en el Occidente de México. CECA-Jalisco. Guadalajara, 2009
3. Entrevista con Toribio Jiménez Guzmán. Huescalapa Jalisco; febrero de 1996
4. Vázquez, Jorge Salvador. TUXPAN A TRAVÉS DE LOS AÑOS. Secretaría de Cultura del Estado de Jalisco. Guadalajara, 1999; p.
102
5. RELACIÓN BREVE Y VERDADERA DE ALGUNAS COSAS DE LAS MUCHAS QUE SUCEDIERON AL PADRE FRAY
ALONSO PONCE EN LAS PROVINCIAS DE LA NUEVA ESPAÑA. Imprenta de la Viuda de Calero. Madrid, 1872, Tomo I, pp. 107-
109
6. RELACIÓN BREVE Y SUMARIA DE LA VISITA HECHA POR EL LIC. LORENZO LEBRÓN DE QUIÑONES, OIDOR DEL
NUEVO REINO DE GALICIA, POR MANDATO DE SU ALTEZA. Ediciones de la Junta Auxiliar Jalisciense de la Sociedad Mexicana
de Geografía y Estadística. Guadalajara, 1951: pp. 64-65
7. Ochoa, Álvaro y Sánchez, Gerardo. Editores. RELACIONES Y MEMORIAS DE LA PROVINCIA DE MICHOACÁN, 1579-1581.
UMSNH/Ayuntamiento de Morelia. Morelia, 1985; Relación de Tuspa, pp. 143-155
8. Alcalá, Fr. Jerónimo. LA RELACIÓN DE MICHOACÁN. SEP, México, 1988, p. 212
9. Alcalá, Fr. Jerónimo. LA RELACIÓN DE MICHOACÁN, p. 226
10. Alcalá, Fr. Jerónimo. LA RELACIÓN DE MICHOACÁN, p. 242
11. RELACIONES GEOGRÁFICAS DEL SIGLO XVI: NUEVA GALICIA. Edición de René Acuña. UNAM, México, 1988; p. 63
12. Ochoa, Álvaro y Sánchez, Gerardo. Editores. RELACIONES Y MEMORIAS, pp. 73-74
13. Lameiras, José. EL TUXPAN DE JALISCO, UNA IDENTIDAD DANZANTE. El Colegio de Michoacán, Zamora, 1990. Fabián,
Ricardo. FIESTAS Y COSTUMBRES DE TUXPAN JALISCO; 2003. Gaspar Esther y Hernández Luis. Compiladores. IDENTIDADES
EN FIESTA. La fiesta en Tuxpan, Jalisco. Tochtli Promoción Cultural Tuxpan A. C./PACMyC; Tuxpan, 2004. Ortíz, Miguel. TUXPAN,
SU HISTORIA. H Ayuntamiento Constitucional. Tuxpan, 2009
14. Torquemada, Juan de. LOS VEINTE Y UN LIBROS RITUALES Y MONARQUÍA INDIANA. IIH-UNAM. México, 1975-1979;
Vol. I, Libro Tercero, pp. 385-286

124
Engrosamiento radicular dental en series esqueléticas de Colima

Albertina Ortega Palma


Ismael Álvarez Zúñiga
Nancy Miramón Valdez
ENAH-INAH

Durante el análisis osteológico de las series óseas prehispánicas del actual estado de
Colima, resguardadas en el Acervo del Laboratorio de Osteología de Licenciatura de la
Escuela Nacional de Antropología e Historia, fue detectada una morfología anormal de las
raíces dentales de varios individuos. Hecho que llamó la atención, por lo que se procedió al
desarrollo de la presente investigación con el objetivo de dar cuenta de este tipo de
anomalía dental conocida en la literatura odontopatológica, como Hipercementosis. Su
presencia ha sido relacionada con trauma dental, severo desgaste dental, estrés oclusal y
enfermedad periodontal, así como, con enfermedades sistémicas, entre ellas el Paget. En
este sentido nuestro objetivo fue establecer la relación de esta alteración con las lesiones
dentales mencionadas, así como, determinar si existía relación alguna con enfermedades de
tipo sistémico detectables a través del análisis osteopatológico de los restos óseos. Para ello
fue necesario establecer su frecuencia por sexo y edad, el tipo y el grado de lesión que se
presenta e identificar los posibles factores causales que ocasionaron su presencia en los
antiguos habitantes de Colima

¿Qué es la Hipercementosis?
La Hipercementosis (Hc) es un crecimiento continuo y excesivo del cemento del diente,
dando a la raíz una apariencia bulbosa,1 es asintomática, y generalmente, no afecta la
sensibilidad. Existen dos tipos de Hipercementosis: local, cuando está confinada a un sólo
diente, y generalizada, cuando varios o incluso toda la dentición está afectada. El primero
ha sido relacionado con un proceso infeccioso crónico, trauma oclusal, la pérdida del diente
opuesto o la ausencia de erupción. Otro tipo de Hc localizada es la concrescencia, que
ocurre con la unión de dos o más dientes adyacentes por la deposición del cemento.
Respecto al segundo tipo son pocos los casos reportados, en estos casos la lesión
está relacionada con el factor de herencia genética y/o con enfermedades sistémicas, entre
ellas el bocio tiroideo, la artritis, la acromegalia, la calcinosis, la deficiencia de vitamina A
y C, la presencia de plomo y la enfermedad de Paget 2,3,4,5. Los factores sistémicos tienden a
provocar una amplia distribución de la Hc con lesiones simétricas de las raíces completas.

1
Leider, A. S. y E. Garbarino. 1987. “Generalized hypercementosis”, Oral Surgery, Oral Medicine and Oral
Pathology, 63: 375-80.
2
Basdra, E. K., Stellzig, A. y G. Komposch. 1997. “Generalized hyperementosis in young female patient”,
Oral Surgery, Oral Medicine, Oral Pathology, Oral Radiology and Endodontology, 83: 418-19.
3
Corruccini, R. S., Jacobi, K., Handler, J. y A. C. Aufderheide. 1987. “Implications of tooth root
hypercementosis in a Barbados slave skeletal collection”, American Journal of Physical Anthropology, 74:
179-84.
4
Leider y Garbarino, 1987.
5
Suter, V. G. A., Reichart, P. A., Bosshardt, D. D. y M. M., Bornstein. 2011. “Atypical hard tissue formation
around multiple teeth”, Oral Surgery, Oral Medicine, Oral Pathology, Oral Radiology and Endodontology,
111:138-45.

125
Etiología e identificación radiológica
Se conoce que la alteración en el grosor del cemento, inicia con un crecimiento
desorganizado de los cementoblastos en la zona apical de la raíz hasta ocasionar una
hipertrofia; con distintas etapas de desarrollo que pueden ir desde una ligera aposición del
cemento, hasta recubrir y engrosar toda la raíz dental.
Algunos investigadores afirman que el cemento al igual que el hueso, tiene una
respuesta dinámica a fuerzas de tensión, de esta manera, el uso intensivo del diente o una
inflamación periodontal estimularía una migración de los cementoblastos adyacentes,
produciendo una excesiva deposición de cemento alrededor de la raíz.6,7
Consecuentemente, sugieren que la Hc permite reforzar el anclaje del diente y afrontar, por
ejemplo, el estrés oclusal extremo.8
Radiográficamente dos grupos de Hc fueron descritos por Weinberger en 1954.9 La
Clase I que exhibe un engrandecimiento generalizado, con poca diferencia entre la
superficie de la raíz original y el cemento neo-formado, y que incluye los tipos asociados
con patología periapicales, estrés anormal oclusal, artritis hipertrófica, acromegalia10 y
Paget.11 En esta última, en la radiografía no es posible apreciar el espacio del ligamento
periodontal, porque existe una fusión del cemento con el hueso patológico alrededor,
resultando en una anquilosis y reabsorción de la raíz.12
La Clase II está caracterizada por un nuevo cemento menos denso y alrededor del
ápice de la raíz como un gorro bien delineado. El engrandecimiento en forma de bombilla
se observa en la raíz rodeada por un espacio periodontal normal y una lámina dura radio-
opaca.13 Para Weinberg14 esta clase es observada la mayoría de las veces en los premolares
superiores y la encontró relacionada a pacientes que han sufrido fiebre reumática.

Antecedentes
En patología oral la literatura referente a la etiología y patogénesis de la Hc es escasa y en
población antigua los casos reportados lo son también; particularmente en México no
existen reportes publicados de la lesión en series osteológicas. No dudamos que existan
casos, sin embargo, el no ser una lesión observable a simple vista a menos que el diente
6
Bosshardt, D. D. y K. A. Selving. 1997. “Dental cementum: the dynamic tissue covering of the root”,
Periodontology 2000, 13: 41-75.
7
Major M., A. y M. L. Ward. 1986 [1960] Oral Pathology. An introduction to general and oral pathology for
hygienist. Quinta edición, Lea y Febiger, Philadelphia.
8
Spounge, J. D. 1973 Oral Pathology, Mosby Company, St. Louis.
9
Leider y Garbarino, 1987:378
10
Resultado de un tumor en la hormona pituitaria que produce engrandecimiento de la mandíbula, expansión
del hueso frontal y la protuberancia occipital. Es una enfermedad de escasa presencia. Brothwell, D. 2008.
“Tumours and Tumour-like Processes”, Pinhasi, R. y S. Mays (eds.), Advances in Human Paleopathology,
Jonh Wiley & Sons, Ltd, Wiltshire: 253-282.
11
El Paget es una enfermedad metabólica con mayor prevalencia en la población de origen inglés y europeo
por arriba de los 55 años de edad, mientras que en los nativos americanos es rara encontrarse. Es caracterizada
por una remodelación y formación ósea excesiva y anormal. Su origen no es claro pero al parecer está
relacionada con factores genéticos y ambientales. Mays, Simon. “Metabolic Bone Disease”, Pinhasi, R. y S.
Mays (eds.), Advances in Human Paleopathology, Jonh Wiley & Sons, Ltd, Wiltshire: 215-252.
12
Bender, I. B. 2003 “Paget´s disease”, Journal of Endodontics, 29: 720-723.
13
Suter et al., 2011.
14
Weinberger, A. 1954. “The clinical significance of hypercementosis”, Oral Surgery, Oral Medicine and
Oral Pathology, 7:79-87.

126
esté suelto o el mal estado de conservación del borde alveolar lo permita, ésta puede llegar
a pasar desapercibida, o simplemente por su poca frecuencia se les ha considerado casos
aislados y no han sido registrados.
Entre los pocos estudios paleoodontológicos sobresalen el de Comuzzie y Stele15
realizado en una muestra prehistórica de cazadores recolectores de la costa de Texas en los
que registran una serie de lesiones en los primeros molares inferiores y superiores que
incluyen severo desgaste dental, hipercementosis y reabsorción del margen bucal del
alvéolo. Con un desgaste de la corona por debajo del margen cervical con la subsecuente
incorporación de las raíces bucales dentro del plano oclusal, provocando la ampliación de
ésta superficie con un ligero cambio de orientación. En esta muestra los autores consideran
que la presencia de Hc parece ser de tipo local y ser un signo de trauma oclusal o de severo
desgaste dental, en cuyas piezas dentales el aumento de cemento contribuye a incrementar
la superficie de oclusión.
Otro estudio es el de Corrucini y colaboradores,16 quienes en una muestra de una
centena de esclavos de los siglos XVII al XIX del cementerio de la Plantación Newton,
Barbados, hallaron un alta prevalencia de Hc, así como, un alto contenido de plomo en el
esqueleto. Los autores sugieren que en estos individuos la etiología puede estar relacionada
con periodontitis, cálculo y malnutrición crónica periódica, con una rehabilitación
estacional. Resulta interesante también mencionar que Laband y Leacock17 encontraron
también una inusual elevada frecuencia en la población moderna negra de Barbados; misma
condición que la hallada en población negra de Charleston, en el sur de California.18 Si esta
alteración es de tipo endémica en la población negra, es todavía tema de discusión.
Como es posible apreciar, a pesar de los resultados obtenidos, no existe consenso
científico para aceptar alguno de los factores antes mencionados como el elemento causal
contundente, y se prefiere seguir considerando su etiología como de origen desconocido.

Series óseas
Las series óseas proceden de salvamentos y rescates arqueológicos realizados en los
actuales municipios de Villa de Álvarez y Colima, en Colima en la primera década de este
siglo. Éstas son: Los Triángulos, Los Aguacates, Peralta, Villa de Álvarez, El Cortijo II,
Tapatía V y Real de Centenario. La temporalidad de ocupación de estos sitios abarca una
gran línea de tiempo del Occidente Mesoamericano, que va desde el periodo Preclásico
hasta el Posclásico, con una mayor incidencia del Clásico. La cronología aquí presentada es
la reportada en el respectivo informe por los arqueólogos responsables de cada sitio,
consultados en el Archivo Técnico de la Sección de Arqueología del INAH; sin precisión
de la temporalidad de cada entierro, sólo del sitio en general (ver cuadro 1).19, 20,21,22,23
15
Comuzzie, A. G. y G. Steele. 1989. “Enlarged occlusal surfaces on first molars due to severe attrition and
hypercementosis: examples from prehistoric coastal populations of Texas”, American Journal of Physical
Anthropology, 78: 9-15.
16
Corruccini et al., 1987.
17
Laband, P. F. y A. G. Leacock. 1967. “Sclerosing osteitis of the jaws”, Journal Oral Surgery, 25: 23-29.
18
Corruccini et al., 1987.
19
Alcántara, A. S. 2002. Aguacates fraccionamiento puerta de hierro, en el municipio de Villa de Álvarez,
Colima, Centro INAH, Colima.
20
Mora, C. O. 2004. Informe final de los trabajos de rescate arqueológico llevadas a cabo en el predio
rustico denominado “Los Triángulos”, Villa de Álvarez, Colima, Centro INAH, Colima.
21
Olay, M. A y J. Aguilar. 2008. “Peralta, un deposito mortuorio del preclásico tardío en el valle de Colima”,
ponencia presentada en el Foro Colima y su Región Arqueológica, Centro INAH, Colima.

127
La condición geográfica y cultural de estas poblaciones es importante, pues ello,
establece qué alimentos se producían, se consumían y cómo se elaboraban, y conocer si el
tipo de alimentación está relacionado con la presencia o ausencia de patología dental y/o
Hc, que algunos autores como Taylor24 han asociado al consumo de raíces de helechos.25
Las primeras sociedades de Colima eran agrícolas y guerreras, practicaron la caza,
la pesca y la recolección; su dieta común constituían el maíz, el frijol y la calabaza, además
de bayas silvestres y raíces, algunas frutas, yerbas, vainas de mezquite y excepcionalmente
semillas.26 Al parecer divididas en clanes y con poca estratificación social, encabezadas por
señores guerreros. Se cree que estaban conformadas por unos pocos cientos de personas;
asentados en forma más o menos dispersa alrededor de centros ceremoniales.

Serie Arqueólogo Año Ubicación Cronología


Citlálic Olivia Alce Consorcio Fase Ortíces 500 a.C. – 500 d.C.
Triángulos Mora 2004 Inmobiliario, Villa de
Bautista Álvarez. Fase Comala 200 – 600 d. C
Aguacates
Andrés Saúl Fase Colima 500- 650 d.C.
Fraccionamiento
Aguacates Alcántara 2002
Puerta de Hierro,
Salinas Fase Armería 500 – 950 d.C.
Villa de Álvarez.
Villa de * Sin
Álvarez informe

Rafael Platas 2004 - Municipio de Fase Armería 500 d.C. – 950 d.C.
Cortijo II
Ruíz 2005 Colima, Colima
Fase Chanal 1200-1480 d.C.

Fase Comala 200 – 600 d.C.

Maritza Al sureste del Fase Colima 500 d.C.- 650 d.C.


2004 -
Tapatía V Cuevas municipio de Villa
2005
Sagardi de Álvarez. Fase Armería 500 d.C. – 950 d.C.

Fase Chanal 1200 d.C. - 1480 d.C.


Jaime Fase Comala 200-600 d.C.
2004 - Predio Peralta, Villa
Peralta Aguilar
2005 de Álvarez. Fase Colima 500-650 d.C.
Rodríguez
Andrés Saúl Predio Real de Fase Comala 200 – 600 a.C. ?
Real de
Alcántara 2000 Centenario, Villa de
Centenario *Información personal.
Salinas Álvarez.
Cuadro 1.- Procedencia y cronología de las series óseas analizadas.

22
Platas, R. 2005. Informe Técnico Final del Rescate arqueológico “El Cortijo”, Centro INAH, Colima.
23
Cuevas, M. 2005. Informe técnico del rescate arqueológico “Exhacienda El Cortijo”, “Tapatía V”, Villa
de Álvarez, Colima, Centro INAH, Colima.
24
Taylor, R. M. S. 1963. “Cause and effect of wear of teeth”, Acta of Anatomy, 53: 97-157.
25
Como ya se mencionó, la presencia de Hc ha sido hallada en asociación a un cambio en la inclinación de la
superficie dental. Al respecto, Buck (1925, citado por Comuzzie y Steele, 1989:9) y Taylor (1963),
encontraron que el severo desgaste y la inclinación dental observado en aborígenes australianos y maoris fue
creada por la masticación de un tipo específico de rizomas (tallos subterráneos) de helechos.
26
Corcuera de Mancera, S. 1981. Entre gula y templanza, UNAM, México.

128
Tiempo después el perfeccionamiento alfarero a partir de la fase Comala (200-600
d. C) permitió cocer los alimentos y mezclarlos con otros ingredientes, lo que dio como
creación diversos platillos y permitió procesar sus alimentos de varias maneras; podían
asarlos directamente sobre el fuego o cocerlos sobre el comal de barro, también los hervían
o cocían al vapor.27 Ya para el Posclásico, la alimentación se vio aún más favorecida por el
intercambio comercial.28
Bernal Díaz del Castillo29 describe sobriamente la alimentación precolombina,
señalando que comían lagartijas, aves, la envoltura de las mazorcas y la gama salitrosa. Que
andaban masticando semillas de colorín, lirios acuáticos, el cuero y la piel de venado,
algunas yerbas ásperas y aún barro; conservaban los alimentos por medio del secado o
salado, para endulzarlos se disponía de mieles de maíz, abeja y otros vegetales. Muy
seguramente lo anterior no constituía su único alimento, no obstante permite apreciar de
modo general que algunos de los alimentos pudieron ser de cuerpo y textura dura, áspera y
difícil, y no procesados, lo que podría ocasionar severo desgaste dental.

Metodología
Para el estudio sólo fueron incluidos los individuos que cumplieron con las características
de ser mayores de 19 años y presentar dos o más piezas dentales. En ellos se evaluó el sexo,
la edad, la patología ósea, el estado alveolar, el desgaste dental y el estado patológico
(caries, fístulas, cálculo) de acuerdo con los criterios propuestos por Chimenos y Malgosa30
quienes establecen un protocolo paleopatológico estandarizado de toma de datos y la
evaluación de la localización y severidad de la lesión.31 Además de la presencia de
periodontitis, siguiendo la propuesta de Kerr32 que evalúa la morfología del borde alveolar
(forma, porosidad y separación), mas no el grado de reabsorción.
La Hc fue registrada a través de un examen visual en dientes sueltos, mandíbulas y
maxilares rotos. Debido a que no existen criterios de evaluación reportados dentro de la
literatura odontológica y paleopatológica, fue preciso elaborar la escala aquí propuesta con
las siguientes categorías:
O. No valorable o se encuentra in situ el diente.
1. Raíz normal.
2. Ligera aposición o engrosamiento de la raíz.
3. Raíz totalmente recubierta.
4. Raíz totalmente recubierta y engrosamiento masivo.
Los datos fueron registrados en una cédula elaborada específicamente para ello y
procesados a través de los programas estadísticos SPSS y Excel, con los que se obtuvo la
frecuencia de patologías por pieza dental en ambas arcadas (superior e inferior) y por sexo,

27
Long, J. 2008. “Tecnología alimentaria prehispánica”, Estudios de la cultura náhuatl, vol. 39, pp. 131-132.
28
Olay B., M. A. 2004. El Chanal, Colima. Lugar que habitan los custodios del agua, Universidad de
Colima, INAH, México.
29
Díaz del Castillo, B. 1961. Historia verdadera de la conquista de la Nueva España, Fernández Editores,
México.
30
Chimenos K., E. y A. Malgosa. 2002 “Recogida de datos en Antropología Dental”, Antropología y
Paleontología dentarias, Fundación MAPFRE Medicina, Madrid, pp. 293-317.
31
Para una revisión más profunda de la metodología consúltese Chimenos y Malgosa (1999).
32
Kerr, N.W. 1988. “A method of assessing periodontal status in archaeologically derived material”, Journal
of Paleopathology, 2: 67–78.

129
en los individuos con Hc. Posteriormente se aplicó la prueba estadística no paramétrica chi
cuadrada para determinar si existían diferencias significativas entre las frecuencias por
sexo y la relación entre las variables revisadas. Además, en algunas piezas fueron tomadas
radiografías para el diagnóstico paleopatológico.

Resultados
De un total de 172 individuos, sólo 64 fueron incluidos en el estudio, por ser adultos y
presentar al menos dos piezas dentales (cuadro 2). De éstos, 24 presentaron Hc en alguna
de las piezas dentales, 9 son masculinos, 6 son femeninos y 9 son indeterminados; en la
mayoría no fue posible determinar la edad en un rango corto, abarcando desde adultos
jóvenes hasta edad avanzada.
Con un total de 103 dientes afectados (34.4%), la mayor incidencia se presentó en el
maxilar (64 piezas -62.1%-) con respecto a la mandíbula (39 piezas -37.9%-), siendo el
lado derecho, en ambas arcadas, el más afectado (gráfica 1). Respecto a la severidad de la
lesión va desde una ligera aposición de cemento en la raíz en gran parte de los casos (75%
en maxilar y 56% en mandíbula); menos casos con su raíz totalmente recubierta (21.8%
maxilar y 38.5% mandíbula), y son raros, en donde se observa un engrosamiento masivo
(3.2% y 5.1% respectivamente); este grado se encontró en terceros molares y en caninos
(figura 1). La lesión fue ligeramente mayor en los hombres; no obstante, las diferencias no
son estadísticamente significativas, este resultado puede ser debido a que en un número
considerable de individuos fue imposible determinar el sexo.

Cuadro 2.- Cuadro general de las series óseas analizadas que muestra el total de individuos
por serie, número de individuos incluidos y de sujetos con presencia de Hc (elaboración
propia).

130
Gráfica 1.- Frecuencia de Hc en las series analizadas.

Figura 1.- Maxilar con molares y premolares con Hc. En detalle se aprecia el tercer molar
derecho con Hc en grado 4. Ent. 16, Pz. 78, Real de Centenario, Colima.

131
El análisis paleopatológico dental de los individuos con Hc, muestra una importante
relación con patologías como periodontitis (65.3%) y cálculo (70.1%), en menor proporción
con la atrición (53.0%) y la caries (25.36%), y muy poca con la presencia de fístulas
(10.7%). Es decir la frecuencia de las patologías como periodontitis y cálculo es
considerable; por arriba del 65% de los individuos con Hc.
La periodontitis es mayor en el maxilar del lado derecho y en la mandíbula del lado
opuesto, con grados leves a moderados en la que el reborde alveolar es romo y/o poroso,
con una depresión de la profundidad de 2-4 mm entre el diente y el alvéolo, pero incluso
llega a ser severa en el maxilar, es decir, se observan casos en los que el reborde alveolar es
irregular y poroso, con un canal mayor de 5 mm (gráfica 2). Mientras que el cálculo tiene
una frecuencia similar en maxilar y en mandíbula, sólo que en la primera prevalece en los
dientes posteriores, mientras que en la segunda en los anteriores (gráfica 3). Ambas
lesiones es mayor en los hombres (periodontitis: 74.6% hombres y 50.0% mujeres, cálculo:
84.6 % hombres y 55.4% mujeres).

Gráfica 2.- Frecuencia de periodontitis en individuos con Hc. Los casos severos se
presentan mayormente en los dientes superiores.

132
Gráfica 3. Frecuencia de cálculo en individuos con Hc. Nótese la similitud en ambas
arcadas, aumentando su frecuencia en los dientes posteriores.

El desgaste dental va de moderado a severo (gráfica 4), esto último es más frecuente
en las mujeres (16.0%) con respecto a los hombres (12.0%). Mientras que la caries (gráfica
5) muestra mayor número de casos del lado derecho, que afectó a los dientes en todas sus
caras y bordes; con algunas ocurrencias de grado severo que alcanzó hasta la pulpa dental
(figura 2). Ambas patologías fueron también, más frecuentes en los hombres (desgaste
dental: 59.0% hombres y 58.2% mujeres; caries: 82.6 % hombres y 55.4% mujeres) y se
presentaron considerablemente en la mandíbula.

Gráfica 4. Frecuencia de desgaste dental en individuos con Hc, se observa un mayor grado
desgaste dental en los dientes anteriores.

133
Gráfica 5. Frecuencia de caries en individuos con Hc, ubicación y severidad, en la que es
patente que los dientes más afectados son los posteriores con una mayor prevalencia en los
dientes de la mandíbula.

El análisis radiológico descarta como probable diagnóstico el Paget, ya que no


existe pérdida de la lámina dura, radio-opacidad pulpar, ni reabsorción de la raíz, así como,
tampoco existe fusión del cemento con hueso patológico a su alrededor (figura 3).
Asimismo, en el estudio paleopatológico de los restos óseos (en los que el estado de
conservación lo permitió) los sujetos no mostraron signos de Paget, acromegalia, ni algún
tipo de artritis.

Figura 2. Mandíbula con presencia de cálculo dental, periodontitis generalizada y en el


premolar derecho una caries amelocementaria que afecta hasta la pulpa. Ent.4, Real de
Centenario, Colima.

134
Figura 3. Radiografía del maxilar con presencia de Hc en molares y premolares, en la que
es posible apreciar un engrandecimiento irregular en forma de bombilla que rodea la raíz
con la lámina dura radio-opaca y el espacio periodontal normal. Ent. 16, Pz. 78, Real de
Centenario, Colima.

Discusión
La Hc es una lesión que para los odontólogos generalmente pasa desapercibida por ser
asintomática y en los análisis osteopatológicos en restos antiguos es en ocasiones imposible
de detectarla debido a que las piezas dentales habitualmente se conservan dentro de sus
alvéolos. En este estudio su localización fue posible gracias a las piezas sueltas
recuperadas; a la reabsorción de hueso dental presente; a la fracturas, pérdida de hueso
alveolar y daños tafonómicos post-mortem; así como, a la aplicación, en algunos casos, de
tomas radiográficas. De esta manera, observamos que la prevalencia de Hc en las series
prehispánicas de Colima analizadas es considerable, si además, tomamos en cuenta que es
una lesión de baja prevalencia poblacional.
Los casos aquí reportados corresponden a Hc de tipo generalizada, lo que es aún
más raro de encontrar. Si bien, este tipo de lesiones han sido asociadas a enfermedades de
tipo sistémico, el análisis radiológico permite descartar la presencia de Paget y el
osteopatológico la acromegalia y artritis, asimismo, por el ambiente físico en el que se
desarrollaron es posible pensar en la inexistencia de presencia de plomo, al menos, no en
cantidades suficientes que resultara perjudicial. Aunque no por ello se descartan
padecimientos como la deficiencia de vitamina A y C o el bocio tiroideo, que son los
padecimientos que autores como Basdra,33 Corrucini,34 Wen-Chen35 y respectivos
colaboradores han reportado como factor causal.
En los individuos de Colima, las lesiones de Hc están relacionadas con
padecimientos bucales como periodontitis y cálculo. Siendo sobre todo la primera bastante
severa en varios casos. Lo que difiere de lo que Comuzzie y Steele36 encontraron entre los
cazadores-recolectores de la costa de Texas, donde la Hc parece estar ligada a trauma
oclusal o desgaste dental. En los casos aquí reportados, existen piezas con severa

33
Basdra et al., 1997.
34
Corrucini et al., 1987.
35
Wen-Chen, W., Yi-Shing, L., Chung-Ho, Ch., Yu-Ju, L., Yuk-Kwan, Ch. y L. Li-Min. 2005 “Paget´s
disease of bone in a Chinese patient: A case report and review of the literature”, Oral Surgery, Oral Medicine,
Oral Pathology, Oral Radiology and Endodontology, 99: 727-33.
36
Comuzzie y Steele, 1989.

135
hiperplasia de cemento y que sin embargo, no muestran desgaste o trauma alguno (ver
figura 1).
Los resultados demuestran que el mayor grado de afectación de Hc se encuentra en
el maxilar y con preferencia de la arcada derecha, lo que sucede de manera similar con las
frecuencias de periodontitis y cálculo dental. La asociación de periodontitis e Hc, ha sido
discutida, debido a que la enfermedad periodontal consiste en la migración apical del
epitelio de unión y la pérdida del tejido conectivo en el diente, lo que disminuiría la
capacidad de los dientes para crear nuevo cemento para la reparación. No obstante,
Corrucini y colegas37 afirman que la enfermedad periodontal asociada con periodos
alternados de severa deficiencia de vitamina C, alentaría la reparación y la formación
(aunque de manera desordenada) de cemento, resultando en la formación de Hc.
A su vez, la presencia de cálculo (placa bacteriana mineralizada) al actuar como un
cuerpo extraño, promueve también la inflamación del tejido periodontal, llegando a
provocar la pérdida de tejidos de soporte y la reabsorción del hueso alveolar. De esta,
manera el complejo cálculo-periodontitis-desnutrición con periodos de recuperación en los
individuos colimenses, podría haber provocado el desarrollo de Hc, tal como lo reportado
por Corrucini y colaboradores.38
Es probable que las poblaciones del valle de Colima, al estar circunscritos a una
alimentación no muy variada pudieran estar limitados al cultivo de temporal y sufrir de
sequías, con la subsecuentes carencias nutricionales, asimismo, varios de los alimentos no
procesados y de textura dura pudieron provocar irritación e inflamación periodontal
favorecido a su vez, por la formación de cálculo. Si bien es necesario hacer la observación
que en este sentido se esperaría un cambio en el desgaste dental debido a las
modificaciones en la producción y elaboración de los alimentos conforme estos se
perfeccionaban, es decir, se esperaría una disminución de la lesión del período Clásico al
Posclásico, sin embargo al respecto este estudio no arroja datos significativos, pues al
parecer no se observa tal cambio. Si hubo o no, cambios en la textura y dureza de los
alimentos, estos no se ven reflejados en el grado del desgaste dental.
Otra posible factor registrado ha sido el genético y hereditario al encontrar estas
lesiones en individuos de una misma familia.39,40,41 Esto nos hace reflexionar sobre la
permanencia a través del tiempo de dicha patología en estas poblaciones, ya que como ya se
ha mencionado está presente en individuos con una cronología que abarca desde el
Preclásico hasta el Posclásico.

Conclusiones
Este estudio permitió descartar como posible causa de la Hc enfermedades sistémicas como
artritis, acromegalia y Paget. Principales causas reportadas en la actualidad cuando se trata
de una Hc generalizada. Aunque no es posible descartar otras como son el bocio tiroideo, la
calcinosis, fiebre reumática y deficiencias de vitamina A y C. En el caso de las deficiencias

37
Corrucini et al., 1987.
38
Ibíd.
39
Zemsky, J. L. 1931 “Hypercementosis and heredity: an introduction and plan of investigation”, Dental
Items Interesting, 53:335-347.
40
Humerfelt, A y K. Reitan. 1966 “Effects of hypercementosis in the movability of teeth during orthodontic
treatment”, Angle Orthodontic, 6: 179-189.
41
Leider y Garbarino, 1987.

136
es necesario realizar un estudio más minucioso en relación a presencia de escorbuto, debido
a que en esta ocasión el mal estado de conservación lo impidió en gran medida.
También, en estos sujetos son descartados el estrés oclusal, el trauma y el desgaste
dental como factores relevantes o causales de la lesión. Lo observado es más bien una
fuerte relación con la presencia de periodontitis y cálculo.
Asimismo la prevalencia de esta lesión a través del tiempo, nos hace considerar que
la presencia de Hc en las piezas dentales analizadas de los sujetos de Colima puede estar
vinculada a un factor de predisposición genética, sin descartar por ello, su vinculo con
ciertas patologías bucales como son la periodontitis y el cálculo, que a su vez, tienen una
correlación directa con el tipo de alimentación y las prácticas culturales de los individuos.
Es decir, quizá se trata de una lesión de tipo endémico favorecida por factores ambientales.
Para confirmar lo anterior, es necesario ampliar la investigación en otras series óseas
mesoamericanas y en población actual.

Agradecimientos
Un especial agradecimiento al Mtro. Mirsha Sánchez-Quinto por su tiempo, apoyo
fotográfico, radiográfico y asesoría a lo largo de la investigación. A José Eduardo González
por su ayuda en la toma de radiografías. Al Arqlgo. Saúl Alcántara por la información
proporcionada.

137
Análisis Bioarqueológico de los Entierros de la Fase Cultural Capacha de
Colima.
Antrop. Fís. Juan Alberto Román Berrelleza.
Museo Templo Mayor-INAH

Arqlgo. Andrés Saúl Alcántara Salinas.


Centro Regional Colima-INAH.

Adriana Ciraní Zamora Herrera.


Escuela Nacional de Antropología e Historia-INAH.

Martín Hernández Carvajal.


Escuela Nacional de Antropología e Historia-INAH.

Introducción.
El estado de Colima, al igual que en el resto de los estados que conforman el
Occidente mesoamericano, ha presentado una serie de problemáticas con respecto a las
posibilidades de contribuir cualitativamente al conocimiento de los procesos culturales del
mundo prehispánico, siendo dos de sus principales causas las actividades de los llamados
“moneros”, quienes se han dedicado a la búsqueda de piezas arqueológicas desde hace más
de un siglo, para posteriormente comercializarlas. La otra fuente de destrucción la
encontramos en el desarrollo de infraestructura en poblados y ciudades donde se busca
mediante estas obras cubrir necesidades de un marcado crecimiento demográfico.
Tal es el caso de los hallazgos realizados en el año del 2002, en donde la compañía
constructora Casas Talismán, S.A. de C.V. realizaba trabajos de despalme y nivelación del
terreno, de lo que ellos denominaron como Fraccionamiento Las Fuentes, esto sin contar
con autorización alguna por parte del ayuntamiento local y mucho menos de uno por parte
del INAH; este último se entera mediante denuncia de estas actividades y solicita la
realización de una inspección al área, ello para verificar la presencia de vestigios
arqueológicos y hacer un dictamen de las condiciones y estado que guardaban los contextos
en ese momento.
Durante dicha inspección, se corrobora un alto grado de alteración en el terreno,
producto de un acelerado proceso de construcción con maquinaria pesada, lo que motivó la
remoción de tierra por debajo del nivel de superficie de hasta 80 cm. de sedimentos (Fotos
1 y 2) y, por tanto, la consecuente exposición de al menos dos vasijas que presentaban las

138
formas típicas de la Cerámica de la fase cultural denominada “Capacha” (Foto 3); hecho
que motivó el plantear una excavación controlada en esta área1.

Fotos 1 y 2. Aspectos de las alteraciones hechas al momento de la visita de inspección al predio


Las Fuentes.

IMAGEN 2. Vasija de forma típica Capacha, recuperada al momento de la inspección.

Foto 3. Vasija de forma típica Capacha, recuperada


al momento de la inspección.

1
Isabel Kelly propone para ésta fase cerámica una fecha de 1450 a.C. en Ceramic sequence in Colima:
Capacha, an early phase. Anthropological Papers of the University of Arizona, núm. 37, The
University of Arizona Press, 1980.

139
En el presente trabajo se abordan los resultados del análisis efectuado a tres de los
entierros múltiples recuperados en el año de 2002, mismos que, por sus características
contextuales y configuración, se han considerado como ejemplos de las costumbres
funerarias practicadas por los antiguos pobladores de Colima en el periodo preclásico.
Asimismo se ofrecen los resultados del análisis antropofísico practicado a los materiales
óseos recuperados.

Localización y Ubicación del Sitio.


El sitio Las Fuentes, se encuentra localizado en el municipio de Colima, justo en la
parte noroeste de la Ciudad de Colima, zona en la cual se conservaban hasta esos años,
áreas de cultivo las cuales se vieron afectadas por el cambio de uso de suelo, producto de
las necesidades de cubrir satisfactores de viviendas de corte popular principalmente; el
terreno formaba parte del rancho de nombre “El Cortijo” (Mapa 1).

Mapa 1. El circulo señala la ubicación del Fraccionamiento Las Fuentes.


La zona está conformada por una planicie aluvial con una suave pero constante
pendiente de norte a sur, la cual se encuentra en las márgenes del arroyo “Los Trastes”
mismo que corre por la parte central del predio hacia el este; por fuera del terreno en
estudio también cruza el arroyo “Pereira”, ambos conforman una zona muy propicia para la

140
agricultura gracias a los suelos derivados de cenizas volcánicas, muy ligeros y con gran
capacidad de retención de agua y ricos en nutrientes orgánicos; su origen es residual, se
desarrolla sobre areniscas y fija fuertemente el fósforo; presenta en su superficie una capa
oscura muy ácida, los cuales han sido producto de los continuos arrastres provocados por
las lluvias anuales. Por estas razones fueron aprovechados por el hombre desde épocas muy
antiguas para su aprovechamiento y explotación agrícolas. (Mapa 2).

Mapa 2. Detalle del predio Las Fuentes, donde en el círculo se señala la ubicación de los
contextos Capacha.

Sistema de Excavación.
La excavación realizada para la recuperación de los contextos se desarrolló en dos
sentidos: a). Vertical, donde se realizó la remoción de sedimentos, partiendo desde el nivel
de superficie y deteniéndola al momento de detectar algún elemento que pudiera
corresponder a un contexto funerario; en algunos casos se presentaron diversos niveles de
deposición en los contextos. b). Horizontal, la cual se desarrolló con la intención de
delimitar el área total de cada uno de los contextos; este tipo de excavación se realizó de
manera extensiva utilizando ampliaciones dentro del pozo con dimensiones mínimas de 2
X 3 metros. A partir de la estrategia implementada para la recuperación de los contextos
arqueológicos, se inició con los trabajos de liberación y levantamiento de los elementos que
conformaron uno a uno los contextos Capacha, dando como resultado una excavación

141
extensiva la cual presentó una extensión total de 14 metros en sentido este oeste y 22
metros en sentido norte sur (Foto 4).

Foto 4. Vista general del pozo al momento de la conclusión de los trabajos y cuadros
excavados vistos en dibujo de planta.

La Problemática de la Fase Cultural Capacha


La oportunidad de poder excavar contextos del periodo Capacha han sido escasas.
La primera de ellas fue realizada por la Dra. Isabel Kelly a fines de los años 30´y para la
cual propuso la fecha de 1450 a.C, hace notar en su trabajo de haber excavado y registrado
tan solo 10 sitios, donde documenta solamente 24 entierros primarios, dos entierros
secundarios y un entierro secundario múltiple (con restos de varios individuos)2; una
referencia más la tenemos con el hallazgo realizado en el año de 1997 por parte de la Dra.
Ángeles Olay Barrientos, donde en el rancho El Volantín, el cual se ubica al norte de la
ciudad de Colima y en la margen izquierda del arroyo Campos, donde reporta en tres pozos
excavados, la recuperación de elementos de clara filiación Capacha3; el trabajado por la

2
Kelly, Isabel, Secuencia Cerámica en Colima: Capacha una Fase Temprana, Gobierno del Edo. De Colima-
Conaculta, 2002.
3
Olay Barrientos, Angeles“Umbrales de muerte” En: Pretextos, no. 23, Archivo Histórico Municipal de
Colima, México, 2000.

142
Mtra. Judith Galicia Flores4 en el año de 2007, donde el Fraccionamiento Puertas de Rolón,
recupera un contexto muy importante con cerca de 50 contextos funerarios.
Para el caso de las Fuentes se tienen registrados un total de 54 contextos funerarios,
convirtiendo a este sitio como el contexto Capacha más importante reportado para el estado
de Colima; la complejidad de la información, la abundancia de materiales recuperados in
situ y sobre todo la poca información que aborde los contextos funerarios Capacha, dieron
la posibilidad de hacer una propuesta de interpretación de los diversos contextos
registrados, la cual se fundamentara en las características propias de cada uno de los
contextos, es decir de los datos observados en el proceso de excavación; la intención de este
planteamiento, era la de contar con un corpus de informativo que pudiera ayudar a los
investigadores que en el futuro se enfrentaran a este tipo de hallazgos; así dicha
información queda plasmada en una Tesis de Licenciatura5, en la cual se realiza una
propuesta clasificatoria de los contextos Capacha, la cual se expone en el siguiente
apartado.

Los Contextos Funerarios.


A continuación se ofrece de manera muy general la propuesta clasificatoria de los
contextos funerarios Capacha, misma que no pretende sustituir la clasificación de Romano6,
sino que basándose en ella, se busca caracterizar provisionalmente, a partir de la
información obtenida de cada uno de los contextos identificados, las costumbres funerarias
practicadas por los antiguos habitantes de esta fase cultural de Colima.
1.-Entierro múltiple complejo.- Estos entierros al parecer tuvieron la intención de resaltar
la importancia de un personaje principal, fueron depositados de manera directa y eran
contextos primarios, los cuerpos que se identificaron se encontraban en posición de
decúbito ventral y/o dorsal extendida; no presentaron una orientación definida con respecto
al norte, estaban representados por al menos dos individuos y un máximo de cuatro. En
cuanto a las Ofrendas asociadas, éstas se encontraban constituidas por diversas vasijas
cerámicas, así como una variada presencia de formas; en algunas ocasiones estuvieron
presentes elementos líticos como metates y figurillas zoomorfas y, por último, la deposición
de los elementos que constituyeron el entierro fue de por lo menos tres niveles verticales.
2.- Entierro individual complejo.- Se trató de un conjunto de entierros donde al parecer se
pretendió realzar la importancia del personaje sepultado. Los entierros fueron primario
directos y los cuerpos se colocaron en posición de decúbito ventral y/o dorsal extendida; no
presentaban una orientación definida con respecto al norte. Las ofrendas asociadas, se
encontraban constituidas por diversas vasijas cerámicas, así como una variada presencia de

4
Galacia Flores, Judith, Comunicación personal, 2009.
5
Alcántara Salinas Andrés Saúl, Un panteón preclásico en Colima; ENAH, 2005. Tesis para obtener el título
de Licenciatura en Arqueología.
6
Romano, Arturo, “Sistema de Enterramientos”. En: Antropología Física. Epoca Prehispánica. INAH,
México, 1974, pp. 83-112

143
formas; en algunas ocasiones se presentó un atado de huesos en el rostro del personaje o en
los pies y la deposición de los elementos que constituyeron el entierro fue de por lo menos
tres niveles.
3.- Entierro múltiple sencillo.- En este tipo de entierros se llegaron a depositar los cuerpos
sin ofrendas aparentes, aunque no se descarta la posibilidad de que estas pudieran haberse
elaborado en material perecedero como madera o fibras vegetales. Se trató de entierros
primarios directos y se identificó una posición de decúbito ventral y/o dorsal extendida, sin
orientación definida con respecto al norte; presentaron un número de individuos que iba de
dos hasta cinco. Las ofrendas las constituían por lo menos 3 vasijas cerámicas o piezas
líticas y la deposición de los elementos del entierro fue de un solo nivel.

4.- Entierro individual sencillo.- Se trató de entierros primarios directos que fueron
localizados en posición de decúbito ventral y/o dorsal extendido, sin orientación definida
con respecto al norte; las ofrendas no se presentaban y en algunos casos llegaban a un
máximo de dos vasijas cerámicas, en algunas ocasiones presentaron vasijas miniatura. El
entierro fue colocado en un solo nivel.
Los materiales óseos recuperados durante los tres meses de excavaciones, fueron
enviados para su estudio a los laboratorios de la Escuela Nacional de Antropología e
Historia, donde desde hace apenas poco tiempo, se han venido analizando de manera
regular; la idea del presente trabajo es exponer parte de los resultados, como un primer
acercamiento a la información obtenida de los análisis osteológicos. De esta manera se
expondrán los resultados a dos entierros múltiples complejos (Entierros 16 y 17) y uno a
un múltiple sencillo (Entierro 14), dando inicio con la descripción de cada uno de los
contextos y se pasará posteriormente a la descripción del análisis osteológico.
Entierro 14.
Entierro que se clasificó como múltiple sencillo. Se trató de dos osamentas que
presentaban mal estado de conservación, ambas presentaban una orientación hacia el norte,
su posición era de decúbito dorsal extendida, al oeste se encontraba el denominado
Individuo 1 y al este el denominado Individuo 2; asociados a ellos se presentaba parte de un
tercer cuerpo, el cual se localizaba al oeste del Individuo 2 y correspondía a las
extremidades inferiores y que se denominó Individuo 3; entre Individuo 2 y 3 se identificó
al denominado Individuo 4 que correspondió a los restos de un cráneo que se colocó a la
derecha de piernas, mismo sentido que presentó el segundo cráneo identificado como
Individuo 5 y que en el contexto se asoció al Individuo 1. Al costado derecho del cráneo del
Individuo 1 se identificó la única vasija depositada como ofrenda de este entierro (Dibujo
1) (Fotos 5 y 6).

144
Dibujo 1. Dibujo de planta del contexto
identificado como Entierro 14.

Fotos 5 y 6 . Vistas generales y de detalle de contexto denominado Entierro 14.

145
Entierro 16
Se trató de un entierro múltiple complejo, al cual se le identificaron cuatro niveles
de deposición, tres de ellos corresponden a la ofrenda y el nivel final lo conformó el
enterramiento del individuo principal y al que se le asignó el nombre de Individuo 9. De
esta manera tenemos que:
Nivel 1 de deposición lo conformaron los elementos que de manera ritual constituyeron el
final del proceso de inhumación del personaje principal; en este nivel se recuperó un cráneo
al que se denominó Individuo 1, el cual se encontró asociado a una vasija cerámica.
El nivel 2 se encontró por debajo del anterior y lo constituía un individuo primario en mal
estado de conservación que presentaba posición de decúbito ventral, al parecer de un
adolecente denominado Individuo 2, recuperándose restos de cráneo, las extremidades
superiores, incluyendo una clavícula y el fémur izquierdo; la posición en las que se
encontraban los brazos, sugirieron que la persona en cuestión se encontró atado de manos,
por lo que los restos óseos posiblemente correspondieron a una ofrenda del entierro
principal en calidad de acompañante.
El denominado Nivel 3 de deposición, correspondió a las ofrendas suntuosas depositadas al
personaje principal. Se trató de 22 elementos cerámicos de diversa manufactura, así como
restos óseos distribuidos en diversas partes del personaje principal; de esta manera se
identifican tres cráneos en el depósito, a los cuales se les asignó la nomenclatura de
Individuo 3, localizado en la parte oeste y a la altura de lo que serían las piernas en su
costado derecho, en mal estado de conservación y con faltantes; el Individuo 4 se localizó a
la derecha de cadera del individuo principal y al norte de atado central o Individuo 7, su
estado de conservación era malo; el denominado Individuo 5 lo conformó de igual manera
un cráneo en mal estado de conservación y localizado en la parte del pecho, justo entre
atado central y este. La presencia clara de tres concentraciones de huesos localizados en
tres partes del cuerpo del personaje principal, son los indicadores claros de un proceso
ritual de deposición, se trató del denominado Individuo 6, atado de huesos largos localizado
en la parte oeste del depósito, justo donde estarían las piernas del personaje principal; el
atado de huesos largos denominado como Individuo 7 se le localizó en la parte central del
depósito, justo donde se encontraría la pelvis del personaje principal; por último el atado
este o Individuo 8 lo conformaba la concentración de huesos localizados sobre el rostro del
personaje principal.
Por último el Nivel 4 lo conformaba al nivel final, consistente en cuatro vasijas
cerámicas asociadas al personaje principal, tres de ellas en mal estado de conservación. Al
centro del depósito se localizaron los restos correspondientes al personaje principal, al que
se le denominó como Individuo 9. Se trató de un entierro primario directo, que a juzgar por
las características de sus huesos podría tratarse de un personaje adulto, al parecer del sexo
masculino que presentó faltantes en las extremidades inferiores, asi como en el húmero
derecho en la parte distal y las costillas derechas incompletas (Dibujo 2). El estado de
conservación fue bueno pese a los huesos faltantes; esta ausencia pudo deberse a un
proceso ritual durante su enterramiento (Fotos 7 y 8).

146
Dibujo 2. Dibujo de planta de Nivel
3, del contexto identificado como
Entierro 16.

147
Fotos 7 y 8. Vistas generales del Nivel 3 y detalle del Nivel 4 donde se observa la imagen
del personaje principal del Entierro 16.

Entierro 17
Se trata de un entierro múltiple complejo, el cual presentó cinco niveles de
deposición, los cuatro primeros, corresponde a los niveles de ofrenda depositados para
acompañar al personaje principal, el cual se encuentra en el nivel cinco. A continuación se
describen cada uno de los niveles identificados:
Nivel 1.- Correspondió al cierre o tapa de entierro, se trató de una ofrenda que tuvo cinco
elementos cerámicos, los cuales se asociaron a dos restos óseos que correspondieron a los
cuerpos de un adolescente localizado en la parte norte del depósito y se encontró orientado
al este, al cual se denominó como Individuo 2 y un niño al sur del depósito, el cual se
orientaba al norte y al que se le asignó el nombre de Individuo 1; ambos individuos se
encontraron en posición decúbito dorsal extendidos. Ambos individuos probablemente
fueron los acompañantes de los personajes principales.
Nivel 2.- Se encontraba por debajo del nivel anterior y se conformó por 4 elementos
cerámicos asociados a dos osamentas, la primera denominada como Individuo 3, esta
osamenta se encontraba al norte del depósito y con una orientación al noreste´, con una
posición de decúbito dorsal extendida y en mal estado de conservación. El denominado
Individuo 4, se localizó al sur del contexto, era un cuerpo incompleto y en mal estado de
conservación, pese a ello se pudo definir su posición que era de decúbito dorsal extendida,
donde los huesos de la parte superior del cuerpo eran los que estaban mejor conservados,
así como parte de la pierna derecha.

148
Nivel 3.- Correspondió a un nivel depositado del anterior y el cual correspondió a un
elemento cerámico antropomorfo y a tres concentraciones de huesos depositados de norte a
sur, los localizados al centro del depósito correspondieron al denominado Individuo 5, el
cual consistió en un conjunto de huesos largos y fragmentos de cráneo; la posición de los
huesos largos siguiere que se trata de un atado. Al sur del contexto se identifico una
segunda concentración de huesos largos y fragmentos de cráneo, en este caso los huesos no
presentaban un orden de deposición y fueron denominados como Individuo 6; por último
al norte del depósito se identificó una tercera concentración de huesos, los cuales
correspondieron a huesos de cadera, de fémur y huesos de cráneo, estos no presentaban un
orden de deposición, por lo que fueron considerados como un posible osario, a estos
elementos se les asignó el registro de Individuo 7.
Nivel 4.- Se integró por la presencia de cinco elementos cerámicos asociados a tres
individuos colocados de sur a norte del deposito. El denominado Individuo 8 correspondió
a un individuo primario directo, en posición de decúbito dorsal extendido en mal estado de
conservación; al parecer se trataba de un personaje adolescente que presentó faltantes de
cráneo, húmeros y parte de una pierna derecha y que se encontró orientado al norte. En la
parte norte del depósito se identificó una concentración de huesos largos, a manera de
atado, los cuales se localizaban por arriba de lo que serían las caderas del personaje
principal del siguiente nivel, a estos se les denominó como Individuo 9. Por último se
identificó un cráneo localizado al interior de una vasija y al cual se le denominó como
Individuo 10, este elemento se encontraba al sur del atado de huesos o individuo 9.
Nivel 5.- Parte inferior del depósito donde se localizaron los restos de un personaje
depositado de manera directa y primaria, cuyos restos se identificaron en mal estado de
conservación, presentó una orientación al este, con una ligera desviación al norte,
depositado en posición de decúbito dorsal extendida. Asociado a estos restos óseos, se
identificó un pulidor de roca, el cual se localizó en el costado derecho del individuo, a la
altura de la pierna (Dibujos 3,4 y 5) (Fotos 9, 10 y 11).

149
Dibujo 3 y 4. Dibujos de planta de los Niveles 1 y 2 respectivamente del Entierro 17.

Foto 9. Foto general de Nivel 1, donde se


aprecian los dos individuos del Entierro 17.

150
Dibujo 5. Dibujo del Nivel 3, donde
se dos de los elementos cerámicos
recuperados en este contexto.

151
Foto 10. Imagen de detalle de las
piezas cerámicas recuperadas, se
trata de una vasija zoomorfa y una
antropomorfa respectivamente.

Foto 11. Imagen de detalle del


Nivel 5 de entierro, donde se
observa el personaje principal de
entierro.

El Análisis Antropofísico.
Después de efectuar la limpieza y preparación de los materiales óseos para su
estudio se procedió a realizar, en primera instancia, el inventario de las diferentes partes del
cuerpo que se hubiesen recuperado durante la excavación y posteriormente se hizo la
cuantificación del número mínimo de individuos presentes en los tres entierros analizados.
Cabe señalar que los materiales se hallaban sumamente deteriorados y fragmentados, no
solo por las condiciones mismas del sitio de enterramiento, su antigüedad y la remoción
que de ellos se hizo con la maquinaria pesada, sino también por los traslados de que fueron
objeto en varias ocasiones, hasta llegar al laboratorio de antropología física de la ENAH.
Los resultados de este procedimiento se exponen en las Tablas 1, 2 y 3. Es importante
señalar que aparte de los 25 individuos expresamente contabilizados en campo, se
agregaron piezas óseas, o sus partes, correspondientes a cuatro individuos más, por lo que
el número total de individuos de los entierros hasta ahora analizados, suman un total de 29.
Cabe la posibilidad que alguna de estas partes pertenezcan a individuos de entierros
adyacentes a los aquí estudiados. El número final se tendrá cuando se concluya el análisis
de los 54 entierros de este sitio.

152
Tabla 1. Entierro 14

Individuo Sexo Edad Inventario

1 M 14-16 años Fragmentos de la rama izquierda de la mandíbula, en la


porción del cóndilo. Diáfisis fragmentada del húmero
derecho. Ambas diáfisis de fémures. Un fragmento de
diáfisis de tibia. Maxila: M3 M2 M1 Pm2 Pm1 derecho;
1
Pm 2Pm 3M izquierdo. Mandíbula: M 3, M2, M1, Pm2, I1
derecho; 1I, 2I, 2M, 3M izquierdo.

2 M 30-35 años Fragmentos del hueso frontal, fragmentos de mandíbula.


Ambas clavículas, epífisis ausentes. Fragmentos de
diáfisis de ambas tibias. Peroné izquierdo. Maxilar: M3
M2 M1 Pm2 Pm1 C I1 derecho; C 1Pm 2Pm 1M
izquierdo. Mandíbula: M2 M1 C I1 derecho; 1I C 2Pm
1M 3M izquierdo.

3 Fragmentos de ambas extremidades inferiores (fémur,


tibia, peroné)

4 M 30-35 años Fragmentos del hueso occipital, frontal y parietal


derecho. Mandíbula completa. Mandíbula: M1 Pm2 I1
derecho; C 2Pm 1M 2M izquierdo.

5 M 30-35 años Cráneo: hueso frontal y ambos parietales. PM2 izquierdo.

Tabla 2. Entierro 16

Individuo Sexo Edad Inventario

1 M Apófisis mastoides derecha, fragmentos del hueso


occipital, parietal derecho y hueso frontal. Del esqueleto
poscraneal solamente se identificaron los siguientes
elementos; fémur izquierdo casi completo, fémur
derecho incompleto y ambas tibias fragmentadas.

2 M 35-40 años Fragmentos de mandíbula. Costilla; derechas 1,2, 5, 6, 7,


y 8. Izquierdas 1, 3, 5 y 6. Diáfisis del húmero y cúbito

153
izquierdo, y diáfisis de fémur izquierdo.

3 M 20-25 años Fragmentos del hueso occipital y frontal. Maxilar: M3


M2 M1 Pm2 Pm1 derecho; 1Pm 2Pm 3M izquierdo.
Mandíbula: M 3 M2 M1 Pm2 I1 derecha; 1I 2I 2M 3M
izquierda.

4 M 20-27 años Fragmentos del hueso occipital y frontal, bastante


deteriorados Fragmentos de radio y cúbito izquierdo.
Ambas tibias y peronés incompletos. Calcáneo y
astrágalo izquierdo.

5 F Fragmentos del hueso frontal y occipital y por último la


apófisis mastoides izquierda.

6 Ambas tibias incompletas, peroné izquierdo

7 Atado Central. Está integrado por los restos de tres


individuos. El primero está representado por un fémur
izquierdo completo y el extremo proximal del derecho;
mientras que los otros dos están representados por una
diáfisis de fémur izquierdo y un extremo proximal del
mismo lado.

8 F Cubito izquierdo y ambos fémures incompletos.

9 M 20-25 años Hueso frontal, ambos parietales fragmentos del hueso


occipital. Fragmentos de maxilar y mandíbula.

Del esqueleto poscraneal solo se identificaron los


siguientes elementos: extremidades superiores casi
completas (húmeros, radios y cúbitos) Fémur derecho
fragmentado. Maxilar: M3 M2 M1 Pm2 derecho; C 1Pm
2
Pm 1M 2M 3M izquierda. Mandíbula: M 3 M2 M1 Pm2
Pm1 C derecha; M 3 M2 M1 Pm2 Pm1 C izquierda.

154
Tabla 3. Entierro 17

Individuo Sexo Edad Inventario

1 F Fragmentos del cráneo (parietales, occipital). Diáfisis de


fémur y tibia izquierda, peroné derecho incompleto,
astrágalo izquierdo y calcáneo derecho incompletos.

2 M 16-18 años Fragmentos del cráneo (parietales, occipital). Diáfisis de


fémur izquierdo, peroné derecho incompleto, calcáneo
derecho incompleto. Maxilar: Pm2 Pm1 I1 derecho; 1Pm
2
Pm izquierdo. Mandíbula M 3 M2 M1 derecha; 1M 2M
izquierda.

Se asocian dos mandíbulas; de un individuo de 45-55


años y otra de un individuo infante de 10-11 años
aproximadamente.

3 F Fragmentos del cráneo (frontal, parietales), clavícula


izquierda, escápula derecha incompleta, fragmentos de
cúbito derecho, fragmentos de hueso iliaco derecho,
diáfisis de fémur izquierdo y fragmentos de tibia y
peroné derecho.

4 M Fragmentos del hueso occipital, apófisis mastoides del


lado izquierdo, maxilar derecho y mandíbula. Maxilar:
M1 Pm2 Pm1 C I2 derecha; 2I C1 Pm2I C1Pm 1M 2M
3
M izquierda. Mandíbula: M 3 M2 Pm2 I1 derecha; 1I 2I C
IPm 2Pm 1M 2M . Izquierda

5 F Diáfisis de fémur y tibia de lado derecho. Puede estar


asociado con el individuo 1.

6 Cráneo.

7 F Fragmentos de fémur derecho

8 16-18 años Ambos cúbitos incompletos, fémur izquierdo y


fragmentos de diáfisis del fémur y tibia derechos.
Maxilar: M2 M1 derecha; 1M 2M izquierda. Mandíbula:
M 3 M2 Pm2 Pm1 C I2 I1 derecha; C IPm 2Pm 1M 2M
Izquierda.

155
9 Diáfisis de fémur izquierdo y fragmentos de tibia de ese
mismo lado

10 Fragmentos del cráneo (frontal y parietales).

11 M 30-35 años Fragmentos de cráneo frontal, ambos parietales, el


occipital y fragmentos pequeños de ambos temporales.
Maxilar: M3 M2 M1 Pm2 Pm1 izquierda. Mandíbula: M2
M1 derecha; 1M 2M 3M izquierda

Del esqueleto postcraneal se identificaron fragmento de


atlas y axis. De las extremidades superiores se recuperó
la diáfisis del húmero izquierdo y las diáfisis de ambos
cúbitos. De las extremidades se identificaron las diáfisis
de ambos fémures y la diáfisis de la tibia derecha y la
diáfisis del peroné izquierdo.

Osteopatologías.
Otra de las tareas se enfocó a la identificación, cuantificación y evaluación de los
padecimientos que dejaron su huella en los huesos, asi como de las prácticas culturales que
alteraron la forma de las distintas unidades óseas de los esqueletos estudiados. A
continuación se exponen los resultados de dicho análisis. Para ello se respetó la secuencia
de los números de entierro que se empleó en campo, asi como la numeración que se asignó
a cada individuo recuperado de cada entierro.

Entierro 14, Individuo 1.


Se trató de un pequeño diente no identificado debido a que tanto la corona como la
raíz presentaron un desarrollo incompleto, por lo que sus características anatómicas no
fueron lo suficientemente claras como para poder saber de qué pieza se trataba. Además,
tanto como el maxilar como la mandíbula estaban sumamente fragmentados, razón por la
que tampoco fue posible ubicar su lugar correspondiente en la arcada. Dicha condición se
conoce como hipodontia y puede obedecer a múltiples causas, entre las que podemos
mencionar trauma localizado, factores ambientales y hereditarios7. (Foto12)

7
Ortner, Donald J. y Walter G.J. Putschar. Identification of Pathological Conditions in Human skeletal
Remains. Smithsonian Institution Press, City of Washington, 1981, pp. 446-450.

156
Foto 12. Hipodontia en pieza dental
no identificada.

Entierro 14, Individuo 2.


A este individuo se le identificaron cuatro condiciones patológicas, tres de ellas en
la cavidad oral y la otra en huesos del esqueleto postcraneal. El primer caso se trató de una
caries de segundo grado, que afectó el esmalte y la dentina, de la superficie oclusal del
tercer molar permanente inferior izquierdo8. (Foto 13). El segundo caso lo representó una
hipercementosis 9, que afectó el segundo premolar y el primer molar permanentes inferiores
del lado derecho, (Foto 14), asi como el tercer molar inferior permanente del lado
izquierdo. La tercera patología oral fueron dos abcesos, ubicados en el segundo y tercer
molares permanentes inferiores del lado derecho, los cuales destruyeron ambos alveolos,
con la consecuente pérdida antemortem de las piezas dentales involucradas10. (Foto 15).

Foto 14. Hipercementosis en segundo premolar y


primer molar permanentes inferiores del lado
Foto 13. Tercer molar con caries de
izquierdo.
segundo grado.

8
Darling, Arthur. “Caries Dental”. En: Patología Oral, Salvat, Barcelona, 1983.
9
Leider, A.S. y E. Garbarino. “Generalized Hypercementosis”. En Oral Surgery. Oral Med. Oral Pathol.,,
1987, 63:375-380. Vease el artículo de Ortega Palma y colaboradores en este mismo vol.
10
Darling, 1983.

157
Finalmente, a este individuo también se le identificó la condición conocida como
Periostitis, la cual representa parte de, o una reacción a, cambios patológicos del hueso
subyacente, mismo que responde a muchas agresiones con la formación de hueso nuevo,
cuyas superficies tienden a ser irregulares y de grosor variable. La hipervascularidad
resultante puede observarse en la parte afectada como pequeños y alargados poros sobre el
hueso11. En este caso la periostitis se localizó en la región posterior de la parte media de la
diáfisis de la tibia izquierda, paralela a la línea áspera, y se intensificó cerca del cuello del
trocánter mayor. (Foto 16). La lesión se observó en ambos fémures y las dos tibias.

Foto 15. Abcesos sobre el segundo y tercer molar. Foto 16. Fémur izquierdo con
periostitis.

Entierro 14, Individuo 3.


A los restos óseos de este individuo no se le identificaron patologías debido al
estado fragmentario de los huesos.

Entierro 14, Individuo 4.


Entre los restos óseos de este individuó se recuperó la mandíbula casi completa, la
cual presentó abcesos en prácticamente la totalidad de la arcada. Debido a la gravedad de
los procesos infecciosos que el individuo sufrió en vida, los alveolos que sostenían y
contenían a los dientes fueron destruidos en su totalidad, razón por la que perdió la mayoría
de sus piezas dentales, debido a caries dentales12. Solo conservó el segundo premolar y el
primer molar inferiores permanentes del lado derecho, mismos que presentaron
hipercementosis y un desgaste dentario extremo (Foto 17).

11
Ortner y Putschar, 1981, pp. 129-138.
12
Jensen, A., et. al. Fundamentos Clinicos de Endodoncia, The C:V. Mosby Co., México, 1979; Newman,
Michael G., y A. D. Goodman, “Oral and Dental Infections” En: Anaerobic Infections in Humans, Academic
Press, San Diego, 1989.

158
Foto 17. Pérdida de huesos alveolar,
desgaste dentario e hipercementosis.

Entierro 14, Individuo 5.


Este individuo solo presentó deformación tabular erecta, con una ligera
plagiocefalia del lado izquierdo, similar a la detectada en cráneos de otra colección
Capacha, recuperada en Puertas de Rolón, Villa de Álvarez, Colima..13(Foto 18).

Foto 18. Deformación craneana intencional del


tipo tabular erecta.

Entierro 16, Individuo 1.


A los restos óseos de este individuo no se le identificaron patologías.

Entierro 16, Individuo 2.


La diáfisis del fémur izquierdo de este individuo presentó periostitis, la cual es más
notoria en la parte media de la cara anterior del hueso y se extiende hasta la línea áspera
(Foto 19).

13
Román B., Juan Alberto y Judith Galicia Flores. “Los Entierros de la Fase Capacha: Un Análisis
Antropofísico de los Antiguos Pobladores de Colima. En preparación.

159
Foto 19. Fémur izquierdo con periostitis.

Entierro 16, Individuo 3.


Este individuo presentó caries de tercer grado (afectó esmalte, dentina y cámara
pulpar) en el segundo premolar y primer molar permanentes inferiores derechos e
hipercementosis. (Foto 20). Además se observó deformación craneana intencional del tipo
tabular erecta.

Foto 20. Caries de tercer grado en segundo


premolar e hipercementosis.

Entierro 16, individuo 4.


Debido a lo fragmentado de los materiales óseos recuperados a este individuo no se
le identificó ninguna patología ósea.

Entierro 16, Individuo 5.


Se trató de una mandíbula incompleta, a la que le faltaba la rama del lado izquierdo,
que presentó abcesos en prácticamente toda la arcada. Al igual que el caso del individuo 4

160
del entierro 14, perdió casi la totalidad de sus dientes y solo conservó el segundo premolar
permanente inferior del lado derecho, el cual presentó una caries de tercer grado que
destruyó por completo la corona, además de una severa hipercementosis. (Foto 21)

Foto 21. Mandíbula incompleta con


abcesos.

Entierro 16, Individuo 6.


Se trató de una diáfisis de tibia izquierda y de un fragmento de diáfisis de peroné del
mismo lado que presentaron periostitis (Fotos 22 y 23).

Foto 22. Diáfisis de tibia izquierda con Foto 23. Periostitis en peroné izquierdo.
periostitis.

Entierro 16, Individuo 7.


A los restos óseos de este individuo no se le identificaron patologías.

Entierro 16, Individuo 8.


A los restos óseos de este individuo no se le identificaron patologías.

161
Entierro 16, Individuo 9.
Se trató de una mandíbula incompleta, a la que le faltaba la rama derecha, y de un
fragmento derecho de maxilar. Este individuo presentó un abceso en la parte posterior del
tercer molar del lado izquierdo, (Foto 24) cuyo proceso inflamatorio se extendió hacia la
parte interna del cuerpo mandibular y de la rama del mismo lado. (Foto 25). También
presentó vestigios de haber padecido cálculo dentario generalizado, lo cual le provocó una
fuerte gingivitis, la cual, a su vez, le ocasionó una pérdida de hueso alveolar en ambas
arcadas. Finalmente se observó un fuerte desgaste dentario en los primeros molares,
premolares, caninos y centrales de ambas arcadas. Fue posible observar que a este
individuo se le practicó la deformación craneana intencional del tipo tabular erecta, con una
ligera plagiocranea de lado izquierdo (Foto 26).

Foto 24. Abceso en la parte posterior del Foto 25. Proceso inflamatorio en la parte interna del
tercer molar. cuerpo mandibular.

Foto 26. Cráneo con deformación


intencional del tipo tabular erecta.

Entierro 17, Individuo 1.

162
Individuo que presenta una osteomielitis14 en la tibia izquierda que afectó el hueso
en su totalidad. (Foto 27). Además, se observó un fuerte proceso inflamatorio en la cara
lateral de la diáfisis del fémur izquierdo. Es probable que su origen haya sido un
traumatismo que lesionó tanto a los tejidos blandos como al hueso. Lo anterior, a su vez,
ocasionó un prolongado proceso infeccioso que perforó la pared de hueso cortical en el
punto donde se recibió un presumible impacto. A consecuencia de la actividad bacteriana y
supurativa el hueso presenta en el área afectada una superficie irregular debido a la
respuesta del hueso a la remodelación. (Foto 28). Es muy factible que el foco infeccioso
que ocasionó la osteomielitis de la tibia se haya iniciado con la lesión del fémur.

Foto 27. Ostemielitis en tibia


izquierda.

Foto 28. Traumatismo en fémur


izquierdo.

Entierro 17, Individuo 2.

Debido a lo fragmentado de los materiales óseos recuperados a este individuo no se


le identificó ninguna patología ósea.

Entierro 17, Individuo 3.

Debido a lo fragmentado de los materiales óseos recuperados a este individuo no se


le identificó ninguna patología ósea.

Entierro 17, Individuo 4.

14
Ortner y Putschar, 1981, pp. 104-109.

163
Mandíbula incompleta que presentó abcesos en el área correspondiente a los
premolares y molares de ambos lados, con la consecuente pérdida de la mayoría de las
piezas involucradas; También se observó un extendido proceso inflamatorio que afectó
bilateralmente el cuerpo mandibular, tanto por su parte interna como externa. Las pocas
piezas que se conservaron en su lugar presentaron desgaste dentario. (Foto 29 ). Fragmento
de maxilar derecho que presenta abcesos periapicales, periodontitis y pérdida de
hueso.(Foto 30). Las piezas de este fragmento de maxilar adicionalmete presentaron un
fuerte desgaste dental que destruyó el esmalte oclusal, gran parte de la dentina, hasta llegar
a cámara pulpar. Este hecho, sin duda, provocó el acceso bacteriano que, a su vez, ocasionó
los abcesos arriba descritos.(Foto 31).

Foto 29. Abcesos en premolares y


molares de ambos lados y proceso
inflamatorio.

Foto 30. Maxilar derecho con abcesos


periapicales, periodontitis y pérdida de
hueso.

164
Foto 31. Desgaste dental en fragmento
de maxilar.

Entierro 17, individuo 5.

Se trata de fragmentos de diáfisis de un fémur y de una tibia del lado derecho que
presentan una osteomielitis muy similar a la reportada para el caso del individuo 1 de este
mismo entierro. Dadas las caracterísiticas semejantes de esta patología en ambos
segmentos, es posible que esta parte de la extremidad pertenezcan al mismo individuo.(Foto
32).

Foto 32. Osteomielitis en fémur


izquierdo.

Entierro 17, Individuo 6.

Se trata de fragmentos de huesos largos, descritos en la sección del inventario que


no presentaron patología alguna.

Entierro 17, Individuo 7.

Se trata de huesos largos, descritos en la sección del inventario que no presentaron


patología alguna.(Foto 33).

Entierro 17, Individuo 8.

165
Se trata de huesos largos, descritos en la sección del inventario que no presentaron
patología alguna.(Foto 34)

Fotos 33 y 34. Fragmentos de huesos largos “atados” asociados a individuo principal.

Entierro 17, Individuo 9.

Se trata de huesos largos, descritos en la sección del inventario que no presentaron


patología alguna.(Foto 35)

Entierro 17, Individuo 10.

Se trata de huesos largos, descritos en la sección del inventario que no presentaron


patología alguna.(Foto 36).

Fotos 35 y 36. Fragmentos de huesos largos y craneo asociados a individuo principal.

Entierro 17, Individuo 11.

Se trata de una diáfisis de fémur derecho que presenta una periostitis distribuída en
sus caras laterales y en la cara posterior sobre la línea áspera. (Foto 37) Este individuo

166
también presentó un fuerte proceso infeccioso no específico que afectó principalmente el
canal medular.

Fotos 37 y 38. Diáfisis de fémur derecho con periostitis y cubito derecho con proceso
infeccioso, respectivamente.

Discusión.
En resumen, se puede decir que hasta ahora son pocos los contextos de la Fase
Cultural Capacha del Preclásico de Colima que se han logrado recuperar, razón por la que
desconocen muchos de los aspectos y particularidades de las costumbres funerarias, por
ejemplo, de los antiguos habitantes de la región, asi como las características físicas de los
pobladores y los procesos de salud y enfermedad que los afectaron, ya que a partir de esos
datos se puede generar la información que permita establecer muchas de las dinámicas
culturales que identifiquen con mayor claridad y certeza las peculiaridades de este complejo
cultural tan antiguo.
En relación con lo anterior, resulta de especial interés la propuesta de clasificar los
distintos contextos funerarios de una manera más sistemática, aunque sea todavía en forma
exploratoria, ello con el propósito de que en el futuro sea posible trabajar desde el campo
los entierros con mayor precisión. Asi, resulta interesante que algunos de los individuos
carezcan de sus extremidades inferiores; al igual que otros presenten los denominados
“Atados” de huesos largos y otras unidades óseas que les fueron colocados en diferentes
partes del cuerpo, los cuales pudieron ser parte de los ritos funerarios. ¿Serán éstas
características mortuorias parte de las distintivas costumbres funerarias de la Cultura
Capacha? Es pronto para afirmarlo. Sin embargo, los registros arqueológicos ya establecen
ciertos parámetros a tomar en cuenta para el futuro.
Por otra parte, es importante señalar que al conjuntar la información arqueológica y
antropofísica es posible establecer un panorama de las condiciones y estilo de vida de las
poblaciones estudiadas. Asi, por ejemplo, una buena parte de las osteopatologías identificadas

167
correspondieron a lesiones provocadas por instrumentos u objetos que ocasionaron heridas en las
partes blandas del cuerpo y que, eventualmente, pudieron llegar a afectar al hueso de manera directa
o indirecta, ya que dichas heridas constituyen la puerta de entrada al cuerpo de organismos
patógenos como las bacterias. ¿Fueron estas heridas provocadas por actividades de la vida diaria,
conflictos bélicos o prácticas rituales como el autosacrificio , por mencionar algunas? Por el
momento carecemos de evidencias que apoyen una u otra posibilidad.

Dentro del ámbito de la salud dental, es notorio que casi todos de los esqueletos examinados
evidenciaron al menos una afectación en la cavidad oral. El panorama de salud de estos individuos
se complica al considerar que este tipo de lesiones dentales constituyen focos de infección a nivel
sistémico, de lo cual se derivan procesos infecciosos específicos como son las otitis, rinofaringitis,
meningitis, cuadros diarréicos, artritis, periostitis, entre otras.

Finalmente, la acción conjunta y acumulativa de estas lesiones y sus cuadros de evolución


en periodos largos de tiempo, trajeron como consecuencia que, al menos los individuos de este sitio,
hayan tenido una existencia sumamente precaria, llena de molestias, afecciones y dolores intensos y
cotidianos; lo cual se traduce en unas paupérrimas condiciones en su estilo de vida.

168
Arquitectura prehispánica. Una perspectiva narrativa e interpretativa de
la estructura E1 del fraccionamiento Verde Valle.
Arqueóloga Gloria Clemente Barrera
Centro INAH Colima
Tel: 3 087983
Cel: 3121261004
sapiensis@hotmail.com

Tradicionalmente se ha considerado arquitectura el espacio construido, delimitado


por muros, apoyos y cubiertas. La arquitectura griega, tan admirada como inicio del
clasicismo, era abordada más bien como escultura. Las fachadas de los templos se
proyectaban en armonía de proporciones con las plazas, tomando como centro el punto de
vista del observador y su cono visual a sesenta grados del eje central.

El espacio exterior circundante se ha valorado históricamente en función de la


contemplación que ofrece de los distintos monumentos como prodigios de equilibrio y
proporción. Visión ajena al contexto original, donde esos espacios tenían un uso físico y
psicológico.

Como resulta evidente, los enfoques que conciben como espacio arquitectónico sólo
el espacio interior dejan fuera de valoración a los grandes conjuntos ceremoniales
prehispánicos con su marcado predominio del espacio abierto y negación o reducción al
mínimo del espacio interior. Esta opción de manejo espacial a cielo abierto no marca
ninguna incapacidad técnica o conceptual; es la expresión consciente y laborada del
espacio arquitectónico, urbanístico y cósmico en Mesoamérica.

La concepción de los templos y sitios sagrados mesoamericanos como ordenes


cósmicos, capaces de inducir el cambio energético para los pueblos y para los individuos se
basa en que ocupan puntos especiales del planeta donde la sincronicidad es un fenómeno
recurrente. La alineación de las montañas y puntos significativos de paisaje con los
solsticios y equinoccios explica la ubicación de numerosos sitios prehispánicos y relaciona
el emplazamiento de los centros ceremoniales con los puntos de inflexión del trayecto solar
en conjunción con el paisaje.

La construcción de una unidad habitacional de alta densidad en el predio Palo Alto,


la cual modificará de manera sustantiva el espacio, justificó de manera evidente la
necesidad de sondear el área y verificar la presencia y la índole de contextos prehispánicos.
De tal suerte, el objetivo principal del proyecto fue el de realizar el registro (y del que
genero información para esta ponencia) de todos aquellos contextos culturales que hubieran
permanecido en el lugar, la recuperación de una muestra controlada de los materiales
arqueológicos que dieran cuenta de la o las ocupaciones sucedidas en el lugar y, en su caso,
en definir la presencia/ausencia de elementos arquitectónicos, áreas de actividad y
elementos varios que permitieran inferir algún patrón de asentamiento dejado por los
grupos humanos que habitaron la región durante la época prehispánica.

169
El fraccionamiento Verde Valle

Dado que el área de afectación se encuentra en un espacio en el cual se han venido


ejecutando numerosos rescates y salvamentos arqueológicos que han devenido en
importantes hallazgos, se decidió que era necesaria la realización de un proyecto de
salvamento.

El salvamento arqueológico: Palo Alto se ubico sobre el camino que conduce a la


localidad de El Espinal y que corresponde a la prolongación de la calle Niños Héroes,
accediéndose a la misma a partir de su intersección con la Avenida Pablo Silva ,en el
municipio de Villa de Álvarez. Las coordenadas UTM en las que se ubica son 0627822 E y
2131584 N. el área en que se ubica el fraccionamiento Palo Alto se encuentra al oeste de
los fraccionamientos Buenavista y Las Higueras y al NW de La Reserva. En sus
inmediaciones y más cercanas al área urbanizada de Villa de Álvarez se encuentran Los
Limones, Puertas de Rolón y las diversas etapas de la Villa Flores. Todos ellos son
desarrollos habitacionales de alta densidad algunos en y en su mayoría se han realizado
estudios arqueológicos.

1.- ubicación del predio Palo Alto. Foto. Arqlga. Gloria Clemente Barrera.

El área se localiza al poniente de la ciudad de Villa de Álvarez, lugar donde existe


una amplitud de obras de infraestructura de vivienda de interés social, muchos de los
terrenos a urbanizar están en la lateral izquierda y derecha del camino al Espinal con
dirección Este-Oeste. Al este se encuentra ubicado el fraccionamiento Buenavista así como
La Reserva, Las Higueras, Los Limones, Puertas de Rolón, San José de Buenavista entre
otros; los cuales actualmente son desarrollos habitacionales de alta densidad que se
encuentran en construcción y en cuyos terrenos se han realizado estudios arqueológicos

170
La estructura E1

Las investigaciones recientes han registrado un sinnúmero de contextos funerarios y


arquitectónicos y se focaliza en torno a la ubicación de las zonas habitacionales de contexto
domestico, ceremonial, o donde llevaron a cabo su vida cotidiana. Es evidente la poca
arquitectura que se ha registrado en la región. Pero considerando para ello el factor
importante de esta área regional y el factor medioambiental, por encontrarse en un valle
fértil y delimitada por los arroyos El Tecolotero y Los Limones, es por ello que permitieron
un desarrollo social importante y por ello un número de habitantes considerable.
La intervención arqueológica en el predio Palo Alto se realizó a partir del plano de
urbanización que nos facilitó la empresa SEAL a efecto que la exploración diera prioridad a
aquellas áreas en las cuales se llevaría a cabo una mayor afectación en el subsuelo a causa
de la introducción de servicios varios como el drenaje y las líneas de luz y agua potable.

Dado lo bien conservado de dicho basamento y de la inminente presencia de una


mayor cantidad de elementos constructivos, se llegó al acuerdo con la empresa SEAL
Bienes Raíces S.A. de C. V. (empresa constructora dueña del predio en cuestión) de que el
área fuera restringida para toda obra que implicara su afectación por lo que sería donada
como área verde a fin de impedir cualquier modificación.

El Sitio arqueológico restringido se divide en dos porciones:


1.- La parte que corresponde a los basamentos, alineamientos arquitectónicos
denominados plataformas rectangulares y remanentes cerámicos denominados como
E1,
2.- y la parte también con alineamientos arquitectónicos denominada como
E2. Con el área arriba señalada.
Para esta ponencia que me atañe, el área E1 es importante describir y señalar
primero por la importancia inherente al vestigio arqueológico – arquitectónico, y por otro
lado el sentido de reconocer este lugar como un recinto de índole ceremonial, donde
podríamos vislumbrar rituales y eventos de características cívico-religiosas.
Seguramente estas actividades religiosas daban evidencia de sus rituales con
preponderancia agrícola o la permanencia de un rito fundamentando el linaje de un grupo,
sabiendo que es rango de la interpretación puede ser amplia. Las estructuras unificadas de
la e1 nos pueden clarificar y acotar más este rango.
Por un lado se tiene dispuesto una estructura trunco piramidal, franqueada por
plataformas rectangulares y al centro lo que parecer ser un patio (es claro decir, que aquí no
tuve oportunidad de excavar). Dando un entorno de enclave cívico-religioso aunado a la
cercanía de los ríos Tecolotero y limones.

171
Esta forma de agrupación nos ofrece un centro ceremonial de una escala semi
monumental, en torno a una elevación. Y aunque no estoy hablando de un patrón
generalizado, pues habría que definirlo este a partir de todos los registros arqueológicos
vistos en el área. Si estoy hablando de un área importante y de gran preponderancia para su
época.
El estado de conservación del sitio arqueológico posee dos características diferentes.
Por una parte el área E1 donde se ubica el grueso de la ocupación prehispánica conformada
por restos de arquitectura y cerámica, el cual posee gran afectación por parte de la
ocupación moderna y por otra parte la denominada E2, que, que posee un estado
conservación medianamente bueno, las afectaciones graves, están ligados a los trabajos de
erosión y remoción de tierra por ser áreas de cultivo extensivo e intensivo, donde quedaron
solo evidencias en promedio de las hiladas de piedras con su desplante a superficie de una
profundidad de entre 30 cm. a 1.50 metros en lo más profundo y que corresponde a la
estructura piramidal del área denominada como E1

2.- Basamento piramidal. Costado este de la gran plataforma. Foto. Arqlga. Gloria
Clemente Barrera.

La metodología de excavación empleada


consistió en seguir los muros detectados en las
primeras calas para poder tener una delimitación
estimada de las proporciones de la plataforma de
planta rectangular lo cual, como se verá a
continuación, presentó el adosamiento de
diversos elementos constructivos.
3y

172
4.- vista de los trabajos en la E1. Foto de panorámica del costado sur. Foto. Arqlga. Gloria
Clemente Barrera.

A partir del análisis se identificaron materiales pertenecientes a los grupos


cerámicos pertenecientes a las fases Comala, Colima, Armería y Chanal

Los restos arquitectónicos de un emplazamiento prehispánico que, según el


comportamiento de los materiales cerámicos recuperados, parece haber surgido hacia la
fase Colima (500-650 d. C.) y haberse mantenido durante la fase siguiente Armería (700-
1,100 d.C.).

Los elementos arquitectónicos recuperados parecen indicar que se trata de una gran
plataforma que integraba varios recintos de plantas rectangulares los cuales se organizaron
alrededor de un patio interior.

5 6

173
7 8

9 10
5 a la 10.- Secuencia de fotografías del recinto arquitectónico denominado E1. Se muestra
el trabajo de exploración donde solo se muestra el seguimiento de los muros
arquitectónicos. Foto. Arqlga. Gloria Clemente Barrera.

“Se debe tomar en cuenta que se trata del control de un área sumamente rica en
cuanto a potencial de producción agrícola ya que se trata ni más ni menos que del sector en
donde se podría obtener más de dos cosechas anuales a causa de las variables que ya han
sido enunciadas” . (Esto es mencionado por Olay y Zaldívar en informe técnico final de
Palo Alto 2009.) .

Partiendo de esta información, es pertinente enunciar que en definitiva el recinto


arquitectónico visto y descrito aunque de manera breve, tiene los rasgos de tener ante todo
una influencia de poder económico, donde posiblemente derivarían los demás atributos que
mencione arriba, de ser un recinto con probable vocación ritual y suntuario.

174
Bibliografía

INEGI, Síntesis geográfica de Colima, México, Instituto Nacional de Estadística,


Geografía e Informática, 1981.

Kelly, Isabel, Ceramic sequence in Colima: Capacha an early phase, Tucson,


Anthropological Papers of the University of Arizona Press, 1980.

Olay, Ma. Ángeles, El Chanal. Lugar que habitan los custodios del agua, México,
INAH, Universidad de Colima, 2004.

Olay, Ma. Ángeles y Zaldívar Rivera Bernardette de Lourdes. Informe técnico final
del proyecto de Salvamento Arqueológico Palo Alto, Municipio de Villa de Álvarez,
Colima. 2009.

175
Los Juaninos en la Villa de Colima.
Lic. América Araceli Arellano Cerritos.
americaarellano@gmail.com

Al Maestro Juan Carlos Reyes Garza.


In Memoriam.

INTRODUCCION.

El presente trabajo es complemento de una investigación de la presencia y trabajo


desarrollado por la Orden de San Juan de Dios en el Nuevo Reino de la Galicia, cuyo
corpus principal esta definido por documentos existentes en el Archivo Histórico del
Obispado de Guadalajara, que aunque no son muchos, hasta el día de hoy es la única
información encontrada para el extenso territorio que ocupó la Diócesis, la cual abarcó no
solamente el actual estado de Jalisco, sino los de Nayarit, Zacatecas, Aguascalientes,
Coahuila y California, así como el Nuevo Reino de León.
La presencia de la Orden de San Juan de Dios en la villa de Colima, es el tema
principal que nos ocupa en esta ocasión, aclarando que hay poca información, pero debe de
existir en abundancia en alguno de los Archivos Históricos de la ciudad de Morelia,
Michoacán, ya que en los primeros tiempos coloniales, esta villa perteneció al Obispado de
Michoacán.
El trabajo está complementado con una bibliografía escasa, pero interesante, ya que
ha decir de sus autores, a los hermanos Juaninos no les gustaba mucho dejar constancia de
sus cosas y haberes, de ello no hay información suficiente en los lugares a donde la Orden
llegó y se instaló, esto es: la ciudad de México, Pachuca, Guadalajara, Zacatecas,
Aguascalientes, Colima, San Luis Potosí, Orizaba, Celaya, Atlixco, etc., por mencionar
algunos.
La Orden Hospitalaria de Nuestro Padre San Juan de Dios, nació en Granada
España en 1579, veinte años después de la muerte Juan Ciudad Duarte, mejor conocido
como Juan de Dios, quién había fundado una congregación con el objeto de ayudar a los
enfermos mentales, personas abandonadas y descuidadas tanto por parte de sus familiares
como de algunas instituciones de salud, y que estas personas en aquellos tiempos eran
considerados poseídos por el demonio, y así, esta congregación se convirtió en una Orden
mendicante, que sin olvidar su principal objetivo, no le negó la atención a otra clase de
enfermos.
Con ese espíritu de servicio la Orden Hospitalaria de Nuestro Padre San Juan de
Dios, mejor conocidos como los padres o hermanos juaninos, se dispersaron por toda
España y así pasaron a las nuevas tierras, llagando a la ciudad de México, capital de la
Nueva España a principios del siglo XVII, concretamente en 1604, y se les ubicó en el
Viejo Hospital de los Desamparados.

176
Poco después en 1606, arribaron a la ciudad de Guadalajara, capital del Reino de la
Nueva Galicia, donde el Obispo les dio como sede la ermita y hospital de la Santa Vera
Cruz y Preciosa Sangre de Cristo y casi enseguida, en 1608, hicieron su aparición en la
ciudad de Nuestra Señora de los Zacatecas y Durango, y muy tardíamente los encontramos
en la villa de Aguascalientes, que pertenecían todos al Obispado de Guadalajara.
Para mejor comprensión y manejo de los materiales, se trabajará en forma
cronológica y para ello lo hemos dividido en tres partes:
1. Biografía de su fundador.
2. Llegada de la Orden de San Juan de Dios a la Nueva España.
3. Los Juaninos en la villa de Colima.

177
1.- BIOGRAFIA DEL FUNDADOR.

La primera biografía de San Juan de Dios, fue publicada en 1585, por Francisco de
Castro, Presbítero Rector del Hospital de Granada, y gran amigo de Juan.
La obra titulada: “La vida de Ioan de Dios”, fue impresa por Antonio de Lebrixa en la
ciudad de Granada, España, en 134 fojas, divididas en cuadernillos de a 10 e iniciada con
poemas de Juan Latino y Juan López Serrano, el autor la dedica a dos grandes personajes
de su tiempo como lo fueron: el rey de España y Portugal Felipe II y a Juan Méndez de
Salvatierra, Arzobispo de Granada.
El 8 de marzo de 1495, nació en el pueblo portugués de Montemoro o Novo del
Obispado de Evora: Juan Ciudad Duarte, conocido tiempo después como “el loco de
Granada” y antes de alcanzar la santidad. Fue hijo de Andrés Ciudad y Teresa Duarte, para
unos o Ana Duarte para otros.
A los 22 años se incorporó a la Compañía del Conde de Oropesa, con quién combatió
en Francia y en la ciudad de Viena a los musulmanes, (particularmente al ejército de
Soleiman el Magnífico). Ya de vuelta en casa fue leñador, pastor y albañil y en Gibraltar se
inició en el oficio de librero que también ejerció en Granada hasta su conversión que se
realizó en 1539 durante la Fiesta de San Sebastián, al escuchar un sermón predicado por
San Juan de Avila.
Por sus actos un poco desconcertantes y desordenados, Juan fue encerrado en un
manicomio, en este lugar se dio cuenta de la mala asistencia que le deban a los enfermos
mentales, por lo que en cuanto salió, fundó su propio hospital con ayuda de algunos
benefactores.
Reunió a vagabundos y ancianos en un asilo y empezó a trabajar también con las
prostitutas de Granada.
En 1549 hubo un gran incendio en el Hospital Real de Granada y Juan salvó a los
enfermos y desde ese día adquirió la categoría de santo cuyo lema fue: ¿quién se hace bien
así mismo dando a los pobres de Cristo?
Murió el 8 de marzo de 1550, día del 55 aniversario de su natalicio en la ciudad de
Granada. Fue beatificado por el papa Urbano VIII el 21 de septiembre de 1630 y
canonizado por el papa Alejandro VIII el 16 de Octubre de 1690.

2.- LLEGADA DE LA ORDEN A LA NUEVA ESPAÑA.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, es una orden mendicante fundada en


1572 por San Juan de Dios, que después de establecerse en Granada, se extiende por todos
los territorios del domino español. Fue una orden masculina, en ninguna parte fueron
admitidas a mujeres, salvo las que se dedicaron al aseo del hospital o la elaboración de los
alimentos, pero no vivían en el convento.
Por Real Cédula fechada el 1º de Agosto de 1592 y firmada por Felipe II, se autoriza
que la Orden pase a las nuevas tierras, distribuyéndose y organizándose en cuatro
Provincias, a saber:
1. Provincia Hospitalaria de San Bernardo en tierra firme que comprendió: Panamá y
Colombia. Con cuatro hermanos destinados a Cartagena de Indias.

178
2. Provincia Hospitalaria del Arcángel San Rafael en Perú y Chile, que comprendió
también Bolivia y Ecuador.
3. Provincia Hospitalaria del Espíritu Santo de la Nueva España, a la que se le destinó
cuatro hermanos, y que comprendió Cuba (con cuatro hermanos que llegaron a La
Habana), El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Filipinas y un hospital en
La Guaira, Venezuela.
En el siglo XVI, las ciudades principales de la Nueva España ya contaba con 14
Hospitales y en el XVII con 27 hospitales, sin contar con los Hospitales de Indios
que se ubicaban en los pueblos, villas, poblados, puestos, etc., del Virreinato, al
arribo de los juaninos, muchos de estos hospitales se les dieron como destino,
ocupándolos hasta su supresión.
4. También se destinaron cuatro hermanos para Portobelo (Brasil), sin que esta
aparezca como una provincia propiamente dicha.
A la ciudad de México, capital de la Nueva España llegaron los Juaninos en 1604, con
la disposición de que se les diera como sede el Hospital de Alvaro Rodríguez o sea el
Hospital Real, pero el Virrey don Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros les
dio el Hospital de Nuestra Señora de los Desamparados y el Hospital Real lo destinó para
los Hipólitos.
Nuestra Señora de los Desamparados, ya en poder de la Orden, pronto fue adecuada y
modificada para el mejor servicio de las necesidades de los hermanos, construyéndose
además un nuevo templo dedicado a San Juan de Dios junto con el hospital y la casa de
cuna del mismo nombre. Y aquí permanecieron los Juaninos hasta 1820 cuando las Cortes
españolas decretaron la supresión de las órdenes hospitalarias. Regresaron al lugar y luego
se retiraron en forma definitiva; el inmueble fue adquirido por varios particulares hasta
llegar a manos del gobierno, quienes lo remodelan y su edificio actualmente alberga al
Museo Franz Mayer.
A la ciudad de Guadalajara capital del Nuevo Reino de la Galicia, arribaron fray Bruno
de Avila, fray Andrés de Arcaraz y fray Francisco Ferrer el 2 de julio de 1606, y el Sexto
Obispo de Guadalajara: don Alonso de la Mota y Escobar, les ofreció el Templo y Hospital
de la Santa Vera Cruz y Preciosa Sangre de Cristo como sede y 500 pesos para la
instalación de su orden. Justo es mencionar que al poco tiempo se le empezó a llamar al
Templo San Juan de Dios, al igual que al Barrio que fue el primero en aparecer en la ciudad
y al río que lo atravesaba de sur a norte.
Dos años después en 1608, fray Alonso Pérez, superior del Hospital de San Juan de
Dios de Guadalajara, llegó a la ciudad de Zacatecas en demanda de limosna en metálico o
especie para su institución en Guadalajara; sin embargo al ver las necesidades que había en
el lugar decidió prestar sus servicios hospitalarios y para tal efecto se les entregó el
Hospital de San Juan Bautista que al poco tiempo fue conocido como de San Juan de Dios,
sin embargo, hubo algunas condiciones para que los hermanos juaninos se establecieran en
Zacatecas entre los que estaba el recibir a todo género de enfermos y sería pedida la
fundación no para un nuevo hospital sino para transferir el que estaba en el Puerto de
Veracruz.
La atención hospitalaria fue empírica, pues ellos no se consideraban hombres de
ciencia, cada hospital era atendido por 4 ó 10 hermanos juaninos, pero en algunos había
además una cocinera, una atolera, un enfermero, una enfermera para las mujeres y algunos
encargados del aseo, sino era así, los propios hermanos hacían todo.

179
El mayor auge de la Orden, lo tuvo durante los años de 1650 a 1720 con 46 casas
fundadas, sin embargo existe enormes vacíos respecto a sus funciones o bienes materiales,
pues los hermanos no se preocupaban mucho por dejar escrito todos sus movimientos desde
económicos hasta sociales.
Estos hospitales a los que llegaron o que ocuparon los Hermanos Juaninos fueron
según la investigación de Gabriel Márquez Ramírez, los que a continuación se enumeran y
en los que se considera: el lugar de residencia, el nombre que llevó el Hospital y la duración
del mismo:

México. Nuestra Señora de los Remedios. 1604-1820.


Guadalajara. Santa Veracruz. 1606-1827.
Durango. San Cosme y Damián. 1610-1820.
Zacatecas. San Juan Bautista. 1608-1827.
San Luis Potosí. San Juan Bautista. 1611-1827.
León. Espíritu Santo. 1617-1823.
Orizaba. De la Concepción. 1619-1834.
Celaya. De la Concepción. 1623-1820.
Mérida. Nuestra Señora del Rosario. 1625-1821.
Puebla. Nuestra Señora de los Remedios. 1635-1821.
Campeche. San Juan de Dios. 1645-1820.
Morelia. San Juan de Dios. 1645-1820.
San Juan del Río. San Juan de Dios. 1662-1820.
Pátzcuaro. San Juan de Dios. 1670-1820.
Aguascalientes. Nuestra Señora de los Remedios. 1685-1817.
Parral. San Juan Bautista. 1687-1699.
Toluca. Nuestra Señora de Guadalupe. 1695-1812.
Texcoco. San José. 1699-1821.
Oaxaca. Santa Catalina. 1702-1820.
Chiapas. Nuestra Señora de la Caridad. 1712-1807.
México. San Lázaro. 1721-1821.
Pachuca. Nuestra Señora de Guadalupe. 1725-1835.
Atlixco. Nuestra Señora de la Concepción. 1731-1821.
Tehuacán. San José. 1744-1822.

180
Izúcar de Matamoros. Nuestra Señora de los Dolores. 1748-1820.
Colima. Purísima Concepción. 1816-1823.

Otra versión de estos hospitales ocupados por los Juaninos en la Nueva España nos
la proporciona la investigadora Solange Alberro, e igual se toma en consideración el
nombre del Hospital, el lugar de residencia y los años de estancia y éstos fueron:

De la Epifanía o Nuestra Señora de los Desamparados. Ciudad de México.


1604-1835.
Purísima Concepción. Colima. 1605-1835.
Santa Veracruz. Guadalajara. 1606-1835.
San Juan Bautista. Zacatecas. 1608-1824.
San Cosme y Damián. Durango. 1610-1836.
San Juan Bautista San Luis Potosí. 1611-1835.
San Juan de Dios. León, Guanajuato. 1617-1835.
Nuestra Señora de la Concepción. Orizaba, Veracruz. 1617-1835.
Nuestra Señora de la Concepción. Celaya, Guanajuato. 1623-1835.
Nuestra Señora del Rosario. Mérida. 1625-1835.
Nuestra Señora de los Remedios. Campeche. 1635-1835.
San Bernardo. Puebla. 1639-1860.
Santa Veracruz. Valladolid, Yucatán. 1645-¿
San Juan de Dios. Mazapil. 1650-¿
San Juan de Dios. San Juan del Río. 1662-¿
San José. Aguascalientes. 1668-¿
San Juan de Dios. Patzcuaro. 1670-1835.
Nuestra Señora de la Limpia Concepción. Parral. 1680-1899.
Nuestra Señora de Guadalupe. Toluca. 1695-1835.
Nuestra Señora de los Dolores o los Desamparados. Texcoco. 1695-1835.

181
Santa Catalina mártir. Oaxaca. 1699-1836.
San Juan de Dios. Zamora. 1700-¿
San José/ San Juan de Dios. Valladolid, Michoacán. 1694-1835.
Nuestra Señora de la Caridad. Ciudad Real, Chiapas. 1711-1807.
San Lázaro. México. 1721-1835.
Nuestra Señora de Guadalupe. Pachuca. 1725-1835.
Nuestra Señora de la Concepción. Atlixco. 1731-1821.
Hospital Provisional Nuestra Señora de Guadalupe en la ciudad de México. Del mes de
febrero al mes de agosto de 1737.
Hospital Provisional de San Rafael en la ciudad de México. Finales de 1737.
San Juan de Dios. Tehuacán. 1744-1835.
San Juan de Dios. Izúcar. 1748-1821.
San Juan de Dios. San Miguel el Grande. 1770-¿

Como se manifiesta en los cuadros, Márquez Ramírez contabiliza 27 hospitales que


fueron administrados por los Hermanos Juaninos, iniciándolos con el de Nuestra Señora de
los Remedios en 1608 y terminando con el de Colima en 1816.
Por su parte Solange Alberro añade 6 Hospitales más: el de Mazapil, el de Zamora, los
dos Provisionales de la ciudad de México (Nuestra Señora de Guadalupe y San Rafael) y el
de San Miguel en Grande, que dan un total de 32 Hospitales iniciándolos con el de Nuestra
Señora de los Desamparados en la ciudad de México en 1604 y terminándolos con el de
San Miguel el Grande en 1770 que no se sabe con exactitud la fecha de abandono por parte
de los Hermanos Juaninos a este Hospital, y además pone en segundo lugar al establecido
en la villa de Colima.
En 1820 se suprime la orden por disposición del rey de España, y en el año de 1881
retornan a México, sin embargo, a pesar de la orden real, en algunos lugares
permanecieron, y a su regreso en 1881, viven tres momentos:
1. Vuelven a sus antiguos conventos-hospitales.
2. Desaparecen los Hospitales como dependientes de los juaninos y pasan a depender
del ayuntamiento.
3. De alguna manera permanecieron en los lugares en su Convento-Hospital, lo que
sucedió en la villa de Colima, aunque no hemos encontrado, como es que
subsistieron y lograron permanecer aquí.

182
3.- LOS JUANINOS EN LA VILLA DE COLIMA.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios, tuvo su última fundación en la Nueva


España, en la villa de Colima en el año de 1816 y duraron solamente 7 años dando sus
servicios hospitalarios a la comunidad, pues acatando las disposiciones de la corona
española, la orden se disolvió en 1823, según el investigador Gabriel Márquez Ramírez.
Sin embargo, la investigadora Solange Alberro afirma que el primer hospital de la
Orden de San Juan de Dios, en terreno provinciano novohispano fue en la villa de Colima,
y a cargo de los juaninos en el año de 1605, un año después de su toma de posesión del
Hospital de la Epifanía o de Nuestra Señora de los Desamparados en la ciudad de México,
versión que concuerda con el trabajo realizado por la investigadora Adriana Rocher Salas
sobre los Hermanos de San Juan de Dios, en la Nueva España.
Colima actualmente ciudad, fue fundada el 20 de Enero del año de 1522 por el
capitán Hernando (Fernando) de Sandoval con el nombre de San Sebastián, para otros San
Sebastián de los Caballeros y para otros más San Sebastián de la villa de Colima, años
después sólo Villa de Colima.
Tenía hacia mediados del siglo XVI, a pesar de su corta población un hospital, nos
dice Alberro, pero la Doctora Josefina Muriel, afirma que por esas fechas, en el actual
estado de Colima había 11 hospitales, todos dedicados a la Purísima Concepción, o sea
Hospitales de Indios, a saber:
1. Hospital de la Concepción en Cajitlan.
2. Hospital de la Concepción en Comala.
3. Hospital de la Concepción en Ixtlahuacán.
4. Hospital de la Concepción en Juchitán (Suchitlan).
5. Hospital de la Concepción en Juluapan.
6. Hospital de la Concepción en Quizalapa (Quizalapita).
7. Hospital de la Concepción, en San Francisco Almoloyán (Villa de Alvarez).
8. Hospital de la Concepción en Tecomán.
9. Hospital de la Concepción en Zacualpa (Zacualpan)
10. Hospital de la Concepción en Acautlan. Que no localizó la autora su situación
física. Y
11. Hospital de la Concepción en Xolotlan.

Al finalizar el siglo XVI, un sacerdote, el Pbro., y Lic. Pedro Solórzano, hizo donación
de una casa y una hacienda para sostener un establecimiento hospitalario y logró las
licencias necesarias del virrey don Gaspar de Zúñiga y Acevedo Conde de Monterrey y las
del Obispo de Michoacán, fray Domingo de Ulloa para el Hospital de la Purísima
Concepción. A principios del siglo XVII y al salir los franciscanos de la villa de Colima, se
llamó a los Juaninos para que se encargaran del establecimiento y el 8 de febrero de 1605,
los Hermanos Fray Gonzalo de San Esteban y Fray Juan Leonardo –dos de los primeros
llegados a la Nueva España-, recibieron el Hospital al que atendieron durante 9 años. La
falta de recursos los llevó a abandonarlo en 1614, pero a instancias del patrono y heredero
del Lic. Pedro Solórzano, que había recaído en la persona de su sobrino, seis religiosos
regresaron dos años después (1616), y pese a las pocas rentas de que disponían lograron
restaurar el hospital y asegurar su funcionamiento con muchos altibajos, pues tenía a veces
la asistencia de 6 a 8 religiosos y a veces sólo dos, y unas 120 camas, que no siempre

183
estuvieron ocupadas, excepto en el año del cólera morbus, cuando este espacio fue
insuficiente, sin embargo, el modesto establecimiento prestó sus valiosos servicios
hospitalarios, no sólo a los vecinos de la villa, sino también a los habitantes de la comarca,
de la región, a los sacerdotes de otros lugares, así como a los viajeros.
Después de la supresión proclamada en 1825, por orden real, el hospital permaneció
abierto hasta 1887 cuando fue clausurado definitivamente.
Hemos podido rescatar algunos documentos con información valiosa de la estancia de
los Juaninos en esta villa de Colima, en los años subsecuentes a partir de 1823, encontrados
en el Archivo Histórico del Obispado de Guadalajara, pero no hemos hallado documentos
que nos indiquen de las actividades que tuvo la Orden de San Juan de Dios en Colima antes
de esta fecha, aunque se sobreentiende que se dedicaban al cuidado de la salud, sin
embargo, tenemos una referencia en el que se menciona la obligación de proveer de sal a
los conventos de la Provincia Hospitalaria del Espíritu Santo de la Nueva España, porque al
parecer un “pozo de salinas” en Cuyutlan pertenecía al Hospital de San Juan de Dios de la
villa de Colima y una parte era vendida y otra era repartida a los otros hospitales de la
Orden.
Estos documentos se extienden hasta 1887, a pesar de que se había ordenado la
supresión en 1825 y su regreso en 1881 como ya lo habíamos mencionado, los hermanos
juaninos no abandonaron la villa de Colima y permanecieron en su Convento-Hospital
hasta este año de 1887; y aunque pudiera pensarse que son muchos los documentos por la
cantidad de años que abarcan, en realidad son 55, porque en 17 años sólo se encontró uno,
en seis años dos y los que más tuvieron fueron los años de 1840, 46 con cinco cada uno y
1856 con 4; la mayor parte son informes de cuentas de data, o sea, gastos y haberes tanto
del Convento como del Hospital, y a veces se añadían inventarios, remisión de diezmos,
quejas y suplicas para que mandaran a más hermanos para ayudar en el hospital; que son
remitidos por su administrador el Pbro. Teodoro Mendoza, quién tuvo una larga vida y que
las envía principalmente a los Obispos de Guadalajara: Don Diego de Aranda y
Carpinteiro, don Pedro Espinoza y Dávalos, y muy pocos al Obispo Juan Cruz Ruíz de
Cabañas y Crespo, sin embargo en estos informes, nos encontramos algunos datos
interesantes que dan idea de la vida social, espiritual y económica y aún política de la villa
en estos años, así como las penalidades que sufrieron los hermanos juaninos, muchas de
ellas provocadas por el carácter difícil, ya que al decir de Márquez Ramírez, eran
“sumamente rebeldes”, aquí en Colima el Pbro. Teodoro Mendoza no fue la excepción.
No hemos tenido la oportunidad de revisar los Archivos Históricos del Estado de
Michoacán, sobre todo los establecidos en ciudad de Morelia, principalmente el del
Archivo Capitular de la Administración Diocesana, localizado en la “Casa de Morelos”, en
donde es muy probable que exista documentación al respecto, pues como ya lo
mencionamos: esta villa de Colima perteneció a la Diócesis de Michoacán casi todo el
periodo colonial y en donde pudieran existir documentos relativos a los siglos XVII y
XVIII, que son los faltantes en el Archivo Histórico del Obispado de Guadalajara.
Estos informes fueron enviados con sumo cuidado y detención a la Mitra de
Guadalajara, a partir de 1813, o por lo menos aparecen a partir de esa fecha, ya que antes
Colima no perteneció a este Obispado, sino al de Michoacán que lo administró durante los
siglos XVII y XVIII, ni tampoco tenían la obligación de enviarle los hermanos juaninos
esta clase de informes al Obispo; y por lo menos al Provincial de la Orden vivía en la
ciudad de México, y no tenemos conocimiento de que se le haya enviado una copia o
informe por separado.

184
Es casi al finalizar el siglo XVIII (1794), cuando la corona le ordena al Obispo de
Michoacán, ceder once prósperas parroquias a la diócesis de Guadalajara, entre ellas la de
Colima, argumentando la regularización de los límites eclesiásticos y seculares de las
intendencias y de los obispados respectivos.
Estos documentos que se encuentran aquí en Guadalajara, los compartimos en esta
ocasión con todos Ustedes, esperando su benevolencia al realizar su lectura.
Así pues, el primer documento encontrado en este Archivo del Obispado de
Guadalajara, está fechado en 1813 (inicios del siglo XIX), y dirigido a su Obispo Juan Cruz
Ruíz de Cabañas y Crespo y firmada por fray Antonio de la Merced, en donde dice que
obedeciendo a la superior orden de publicar el Edicto del 9 de Octubre, relativo a la
extinción del Santo Oficio de Inquisición, que fue verificado el 21 de Octubre, así como el
7 y 14 del siguiente mes de noviembre, lo ha hecho publico, pegándolo en las puertas de la
iglesia y del convento, a la vista de todos los vecinos para que se enteren de su contenido.
Diez años después, en 1823, aparece el segundo documento firmado por el prior del
Convento de Nuestro Padre San Juan de Dios de Colima, fray Ignacio Ibarra, quién envía
cuentas del gasto anual.
En 1830, de nuevo Fray Ignacio Ibarra del Sagrado Orden Hospitalario de Nuestro
Padre San Juan de Dios y prior actual del Convento de la Purísima Concepción de Nuestra
Señora y encargado de la curación de esta ciudad de Colima, certifica que llegó a este
hospital el Pbro. Antonio Valdovinos.
Un documento fechado el 26 de mayo de 1832, que es un informe detalladísimo que
envía el Pbro. Teodoro Mendoza, administrador del Convento-Hospital de San Juan de
Dios, sobre datos geográficos y cultivos que se daban en la región, y que le habían sido
solicitado el 16 de abril, en el que concretamente le pedían: “sobre las prácticas de cultivo
observadas en este territorio… sobre el cultivo de toda clase de plantas … según los
climas… la calidad de la tierra…la situación del territorio de Colima…sobre el riego…. y
sobre las fincas establecidas en él, que el Presbítero envió con exactitud en un total de 6
fojas.
El segundo documento de este año, fechado el 27 de Julio, es en donde Teodoro
Mendoza manda condolencias por la muerte del Obispo Cabañas.
El primer documento del año de 1833, está firmado por fray Ignacio Ibarra, quién
solicita permiso al Obispo Aranda, para realizar una colecta en el departamento de Jalisco,
argumentando el mal estado en que se encuentran las fincas del Hospital por motivo de
estar cerca de los volcanes. El Obispo le contesta que se le concede el permiso por dos
años.
El 5 de abril de este año de 833, Teodoro Mendoza escribe al Gobernador y Vicario
General de la Sagrada Mitra de Guadalajara, sobre su ida a las salinas de Cuyutlan debido a
su mal estado de salud. Y se excusa de todavía no poder cumplir las órdenes dadas por esa,
motivo a que el Pbro. Celso García no ha estado.
El 12 de abril nuevamente Teodoro Mendoza escribe quejándose del poco personal que
tiene para atender a los enfermos.
Fray Ignacio Ibarra envía el 16 de Noviembre de 1834, una petición sobre el arreglo a la
Ley 5ª Titulo 4º Libro 4º de la Recapitulación de Indias del año de 1760, con la obligación
de mantener 4 camas de enfermos y 1,000 pesos de fondo, y que con los continuos
terremotos no ha quedado más que 300 pesos, con tal razón se han reunido los vecinos y las
autoridades y solicitan una parte del 9º ½, aunque sea para 8 camas más.

185
Lo vuelve a solicitar el 16 de diciembre de ese año, informándole también que ha
habido varias muertes a causa de que no tienen medicinas, debido a que la farmacia esta
cerrada y no tienen dinero para comprar material curativo.
A principios del año de 1835 (febrero), fray Ignacio Ibarra envía las cuentas del gasto al
Gobernador y Vicario General de la Mitra, así como las cuentas extraordinarias que se
realizaron con motivo de la visita que hizo a este convento de Colima, el 27 de octubre de
1820, el R. P. Juan Nepomuceno Alonso, Provincial de la Orden de Nuestro Padre San Juan
de Dios de la ciudad de México.
Meses después (agosto), fray Ignacio Ibarra solicita permiso para vender unas tierras
pertenecientes al Convento de San Juan de Dios, al señor Marcial Durán. Y el Pbro.
Teodoro Mendoza que es el administrador oficial del convento, envía las cuentas anuales.
Al año siguiente de 1836, fray Ignacio Ibarra informa al Visitador Aranda sobre las
deplorables condiciones en que se encuentran algunas fincas en Colima pertenecientes al
Hospital de San Juan de Dios a causa de los continuos terremotos y una inundación que
sufrió la ciudad. Así mismo le avisa sobre la visita que realizará el Padre Superior de
Durango a Colima.
En este año (1836), el cura Francisco Delgadillo firma como administrador del
Convento y envía las cuentas de gasto anual a la Mitra, que fechan del 28 de octubre de
1820, al 31 de marzo de 1836, se ignora porque el Padre Mendoza no lo añadió en el
informe que envió el año anterior, cuando éste fungía como administrador.
El 21 de agosto de este año de 836, fray Ignacio Ibarra en una extensa misiva informa
que no fue arreglada a la Ley 5º de la recopilación de Indias por no gozar este convento-
Hospital del manejo de ninguna renta nacional, pero si se les concedió el 9º ½ de los
Diezmos que produce el territorio, que aunque es poco, con ello se está arreglando la iglesia
que la necesita con urgencia debido al tiempo de aguas; se queja del poco apoyo del cura
Delgadillo.
El 31 de agosto de 1837, Teodoro Mendoza se queja del carácter indomable de las
monjas de Santa Clara, motivo principal por el cual se realizó su salida del Convento de
Colima y su agradecimiento por este acontecimiento.
Dos años después, el 21 de febrero de 1839, fray Ignacio Ibarra envía copia del acta de
visita del Señor visitador Don Diego de Aranda, que realizó al Hospital de San Juan de
Dios de Colima, en donde se presentaron las cuentas desde el 28 de Octubre de 1820 fecha
en que hizo su ultima visita el R. P. Provincial fray Juan Nepomuceno Abreu hasta el
último de marzo del presente año, incluido lo tocante a la enfermería, a lo de la fábrica
material del templo, a sus ornamentos y alhajas, al edificio del convento y los inventarios
de las fincas y capitales a réditos, plasmados en 5 cuadernos y 58 fojas, desglosados en los
temas siguientes:
- El Hospital tiene 8 camas y se ha dado asistencia a 1269 enfermos.
- El Convento de San Juan de Dios recibe cada año por renta de sus fincas y réditos
193 pesos, debiéndose ingresar más de 800 pesos anuales. Se le adeudan más de
2,000 pesos, por diversos giros.
- Del Señor de Esquipulas y otras limosnas, se colectan 400 pesos, más 6,000 pesos
del 9º. ½.
- Manejó el Hospital D. Ignacio Ochoa, 20 meses, desde junio de 1835 hasta enero de
1837.

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A principios del año de 1840, el 25 de febrero, fray Ignacio Ibarra informa al Obispo
Aranda, que don Marcial Durán vendió unas tierras llamadas Juanacatlan que fue una
hacienda de caña del Convento de San Juan de Dios en 500 ó 600 pesos, que compraron
inicialmente Alonso y Pedro Guzmán en 1620 ante escribano público y en 1806 se
remataron y vendieron a fray José Montemolina que en ese tiempo era capellán y
administrador del dicho convento de San Juan de Dios en 400 pesos ante el Alcalde Mayor.
Solicita de nuevo licencia para colectar limosna en Morelia, Michoacán y en Jalisco (no
dice que parte de Jalisco).
El 3 de Marzo de 1840, el cura Francisco Delgadillo informa que tiene a dos individuos
“atacados benignamente de la enfermedad de las viruelas” y que las vacunas que se
producen en el Hospital de San Juan de Dios son pocas y de mala calidad, ya que son pocos
los hermanos que hay y además está abandonada la botica, por lo que piensa dotar al
Profesor en Medicina D. Cirilo Murillo, el que la con ayuda de algunos vecinos
administrará una vacuna de buena calidad.
En el mes de mayo, fray Ignacio Ibarra, solicita licencia de pedir limosna ahora en las
poblaciones de Zapotlán el Grande y La Barca del Obispado de Guadalajara, argumentando
la restauración de la iglesia de Colima, dañada por el terremoto del año de 1816.
En Julio, se recibe una misiva interesante, en donde se queja el padre Teodoro Mendoza
por los malos manejos que se ha hecho de los fondos y diezmos del Hospital de San Juan
de Dios fray Ignacio Ibarra. Al mes siguiente y con el mismo asunto, Teodoro Mendoza
escribe al Gobierno de la Sagrada Mitra de Guadalajara, lo siguiente: “El Ilmo. Sr. Obispo
desde la Sierra de Pinos con fecha 28 de Julio me manda recibir del padre de San Juan de
Dios Fray Ignacio Ibarra todos los documentos relativos a obras pías consignadas al
Hospital de San Juan de Dios y así mismo esté al cuidado del referido padre de cuyo mal
manejo en dichas fincas está su Señoría Ilma., perfectamente impuesto, y como hace mucho
tiempo no se asiste allí un solo enfermo, sino que la que se colecta se invierte en objetos
muy diversos de los que manda la voluntad de los que dejaron estos intereses, con
murmuración del público y faltando a la caridad y a los que tiene un derecho a que se les
socorra en este establecimiento; se me hace de toda necesidad consultar a Vs cuál sea la
cantidad que debe asignar a cada uno de los dos padres que viven en el Convento y que
siendo el rendimiento el de 400 pesos anuales, por los capitales impuestos, fuera de las
limosnas, si apenas alcanza para la mantención de los padres según su superior resolución
de prescindir y de socorrer a los enfermos. Dios conceda a Vs, muchos años. Colima,
agosto 17 de 840. Teodoro Mendoza (rúbrica).
A pesar de lo fuerte de la carta, la Mitra no ordena ninguna investigación, ni contesta a
la misiva y todo sigue igual.
En diciembre de 1840, fray Ignacio Ibarra informa que el bandolero Gordiano Guzmán
entró a Colima con mil hombres el 23 de Diciembre y al día siguiente 24 con un cañón que
sustrajo de la villa se apoderó de la Barranca de Atenquique, en donde se libró de una feroz
batalla. También informa sobre el fallecimiento del señor Miguel Ceballos cura de
Tamazula que era interno del hospital.
En 1841, se recibe un informe del señor Ignacio Ochoa, y copia de la solicitud que hace
la Junta de Sanidad en el cual se les pide:
1. Se entregue al H. Ayuntamiento de Colima, el local que ocupan los religiosos de
San Juan de Dios y su hospital.
2. Que se le pague al hospital los diezmos.
3. Que el Ayuntamiento pague 600 pesos para la subsistencia del hospital.

187
Contesta la Mitra que ha ordenado a la clavería y al jefe político que entregue las
mismas cantidades con relación a dicho objeto 592 pesos anuales.
En el mes de Mayo de este año (1841), Teodoro Mendoza inicia un litigio a
consecuencia de la cobranza sobre diezmos que debía Martín Anguiano que murió y fue
remitido a Juan de Dios Ochoa que debía a Anguiano, pero éste también murió por lo que
regreso nuevamente con los herederos de la testamentaría de Anguiano iniciándose un
juicio que duró hasta el 4 de abril de 1844 y cuya deuda recayó en una casa y parte de la
Huerta nombrada La Albarradita, bienes que pasaron al Convento de San Juan de Dios.
En el año de 1842, sólo hay una queja que envía el Pbro. Teodoro Mendoza, sobre los
malos manejos que ha efectuado el prior Fray Ignacio Ibarra, sin embargo en el mes de
agosto, se envía a la Mitra una Relación de Bienes con los que cuenta el Hospital de San
Juan de Dios de Colima que fueron expuestas por Fray Ignacio, en su lecho de muerte y que
son las siguientes:
- Doña Rosa Malbaso posee un terreno cuya renta anual es de 20 p
- Fray Filomeno Ursúa (sic) paga por la casa en que vive 60 pesos anuales.
- Don Jacinto Basulto de una casa 300 pesos.
- Don Pedro Basavilbaso (sic) paga 10 pesos anuales por rédito de 200 pesos de
principal y debe los años de 41 y 42.
- La Testamentaria de Don José María Ahumada paga 10 pesos anuales de dos pozos
de Salinas en el Real y debe los años de 40, 41 y 42.
- Don Juan Novela por un pozo de Salinas en el Real paga 5 pesos anuales debe el
año de 41 y 42.
- Don Joaquín Campos por el capital de 1200 pesos que carga sobre su hacienda,
paga 60 pesos anuales.
- Doña Antonia Torres por el principal de 300 pesos que carga sobre su casa, no sabe
cual es el total de su deuda.
- Don Blas Huertas paga 5 pesos por el arrendamiento de las tierras de Los Chinos y
debe 30 pesos.
- Don Tomás Quiroz por el principal de 1000 pesos impuestos sobre la Hacienda de
la Estancia, paga 50 pesos y debe el año de 42.
- Don Martín Cruz por el principal de 390 pesos que cargan sobre un potrero debe el
año de 41 y 42.
- Doña Dolores Auzar por el capital de 700 pesos que carga sobre un potrero, no ha
pagado nada.
- Don Joaquín Deza por el arrendamiento de las tierras de Juotan y Cuatecomatan
paga 40 pesos anuales y debe el año del 42.
- D. Liberato Maldonado por arrendamiento de las tierras de La Noria paga 2 pesos
anuales y debe el año de 42.
- Doña Antonia Prieto paga 2 pesos anuales por un solar.
- Rafaela Vicente paga 2 pesos anuales por un solar.
- La testamentaría de D. Francisco Vidriales, reconoce una casa perteneciente al
Convento situada en la plaza principal de esta ciudad y paga 29 pesos anuales, debe
el año del 42.
- Doña María Vega por un solar paga 12 reales anuales debe el año de 41 y 42,
- Francisco Delgado por un pedazo de solar paga 1 peso.

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Cómo se puede ver, son varios los bienes que posee el Convento-Hospital de San Juan
de Dios, sin embargo, les cuesta mucho trabajo que paguen y tanto el convento como el
hospital tienen mucha austeridad.
A inicios del año de 1843, Teodoro Mendoza agradece el nombramiento de Receptor de
Diezmatorio de Colima para el bienio de 1843-44. De aquí en adelante toda la
correspondencia versará sobre este asunto, iniciándose con la información al Obispo sobre
el manejo del dinero referente al 9º y ½ por parte de Ignacio Ochoa, así como otras
irregularidades administrativas provocadas por el propio Ochoa. Y anexa noticia sobre los
capitales y réditos pertenecientes al Convento de San Juan de Dios.
Una misiva fechada en 1844 del señor Manuel Ocampo de Guadalajara, se recibe e
informa al Obispo sobre el compromiso tácito entre él como proveedor de medicamentos y
los administradores del Hospital de San Juan de Dios de Colima.
En febrero de ese mismo año, Teodoro Mendoza informa sobre un terreno que se llama
Valenzuela que es de la capellanía del finado padre Viana y que tiene problemas de límites
con Tecomán. Contesta el Señor Secretario de la Mitra que se libere orden al cura
encargado de Tecomán para que deje de molestar al administrador del Hospital de San Juan
de Dios de Colima en la posesión que tiene ese hospital en el terreno que llaman de Los
Chinos recurriéndosele la escritura y mapa que acompaña el Pbro. Mendoza para que se
contenga en los límites.
Por dos años no hay documentos, en 1846 aparece uno en el que se celebra un convenio
entre el doctor Reyes Flores de Guadalajara y el administrador del Hospital de San Juan de
Dios de Colima, sobre el arrendamiento de un Mesón en aquella ciudad, perteneciente a
dicho Hospital. No hay seguimiento sobre cuales fueron las intenciones de Reyes Flores, ni
que pasó con el convenio.
En abril de 1846, el señor cura Francisco Delgadillo informa que el Hospital de San
Juan de Dios de Colima necesita recursos ya que con los que cuenta no son suficientes,
aunque admite que estos informes pueden estar exagerados o equivocados, ya que el actual
administrador el Pbro. Teodoro Mendoza se encuentra de vacaciones en las playas de
Cuyutlán.
En el mes de agosto de este mismo año de 46, el Pbro. Teodoro Mendoza, en un largo
informe y a consecuencia de la misiva enviada en el mes de abril por Francisco Delgadillo,
remite al Obispo lo siguiente:
a) Cuentas y el estado en que se encuentra el Hospital de San Juan de Dios.
b) El arrendamiento detallado de las casas y haciendas que reconoce el Hospital en
Colima.
c) Las cantidades que ha percibido y distribuido en el tiempo que ha sido de su cargo
el Hospital de San Juan de Dios desde el 1º de Mayo de 1841 a fin de agosto del
presente año de 1846.
En el mes de septiembre de 1846, el cura Francisco Delgadillo manda al Obispo Diego
Aranda información sobre el Hospital de San Juan de Dios, que es la única enviada en todo
el tiempo de su administración del dicho inmueble y dice: “El local de dicho Hospital se
compone de una sala de diez varas, seis cuartos, cocina y dos corredores angostos. Todo
estaría ya en ruinas si el Padre Paz no lo hubiera reparado todo con limosnas que colectó
personalmente…”
En el mes de noviembre de ese mismo año, el Pbro. Teodoro Mendoza muy molesto
solicita una indemnización y propone al padre Carlos Pazcasio como su sucesor, debido a
que se encuentra dolido del hígado. No hay respuesta, pero creemos que se le dio o un

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tiempo de descanso, o una buena reprimenda personalmente, porque como veremos en años
posteriores sigue apareciendo él como administrador del Hospital de San Juan de Dios.
En Diciembre de 1847, el Pbro. Mendoza solicita comprar una casa perteneciente al
Hospital de San Juan de Dios, que se encuentra en la Plaza principal de Colima, que ha
estado arrendada, se anexan los gastos hechos a la misma en el mes de octubre, así como el
avalúo practicado por el señor Luis Michel.
El 18 de febrero del siguiente año (1848), se remite la venta de la casa.
En 1850, se envía un listado de enfermos egresados del Hospital de San Juan de Dios de
diferentes enfermedades, así como de muertos y curados. Ahí mismo José María Gutiérrez,
remite un listado de utensilios sobrantes del Hospital que se estableció en tiempos de la
epidemia del cólera morbus, los que pasarán a poder del señor cura don Francisco de Paula
Avila como individuo de la Junta de Sanidad de esta capital.
Al año siguiente: 1851, el señor José Cassini envía a la curia el avalúo y un plano del
Hospital de San Juan de Dios y de la Cofradía de Nuestra Señora de la Soledad de Colima,
por orden del Cura Francisco de Paula Avila.
En 1852, el cura Francisco de Paula Avila, informa detalladamente sobre el Hospital de
San Juan de Dios de Colima y anexa una lista de los enfermos actuales atendidos por este
nosocomio, así como las cuentas desde el 1º de mayo de 1844 hasta finales de octubre de
1850.
A principios del año de 1853, el Pbro. Teodoro Mendoza solicita permiso para arrendar
una casa perteneciente al Hospital a la que se le tienen que hacer varios arreglos físicos. Le
contestan afirmativamente, pero que los arreglos tienen que ser por cuenta del propio
Mendoza. Meses después el Pbro. Mendoza solicita facultades a Carlos María Colina para
comparecer ante el Juzgado de Primera Instancia y exigir la desocupación de una casa que
quiere en arrendamiento. No se sabe si es la misma finca de la que habla en el párrafo
anterior, o es otra, porque no da más detalles.
En 1854, el Pbro. Teodoro Mendoza informa al Obispo Pedro Espinoza que entregó el
Libro de cuentas del Hospital de San Juan de Dios al cura finado Francisco Avila y que éste
lo remitió a otro lugar, por lo que solicita su remisión.
Para el año de 1855, encontramos como administrador del Hospital de San Juan de Dios
de Colima al señor cura Rafael Z. Vargas, quién pide autorización para arrendar por siete
años al señor Domingo González, una casa perteneciente al Hospital. La mitra lo autoriza.
En este mismo año, la Mitra recibe una carta enviada por un señor Aguilar vecino de
Colima, en donde se queja del mal estado que guarda el Hospital de San Juan de Dios. Por
lo que el Obispo orden al cura que vea este problema. El administrador del Hospital, el
señor Rafael Z. Vargas manda un informe detallado de la situación. La Mitra le contesta
satisfecha y agradecida por el informe y lo invita a continuar administrando el Hospital con
la eficiencia que ha demostrado hasta el presente.
Llega el año de 1856 y con el todos los cambios radicales que se dieron en materia
religiosa en todo el país, estos cambios violentaron tanto la vida religiosa como civil en
todos los ámbitos, Colima lo sufrió más porque en estas fechas ni el Obispado de
Michoacán ni el de Guadalajara tuvieron los suficientes fueros como para abrigarlo por
completo en sus respectivas jurisdicciones. Y así el 17 de Julio de 1856, el cura Vargas
informa que el día anterior se publicó un bando en la ciudad: la Ley de manos muertas
expedida en la ciudad de México el 25 de Junio. Y como en el curato hay muchas fincas
pertenecientes a las Cofradías y al Hospital de San Juan de Dios, solicita instrucciones a la
Mitra de cómo tratar este asunto. No hay respuesta.

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El 25 de agosto de 1856, el cura Rafael Z. Vargas informa que no ha recibido ninguna
citación judicial respecto a la ley del 25 de Junio por lo que toca a las fincas rústicas y
urbanas de cofradías y del Hospital de San Juan de Dios que son las que están a su cargo.
Pero como el Decreto del 30 de Julio que reglamenta a aquella en sus artículos 11 y 12
permite las ventas convencionales con las corporaciones, por tal motivo algunas personas lo
han inducido a que lo haga, solicita a la Mitra para que nombre a una persona para que a
nombre de ésta celebre éstos convenios.
El cura Rafael Z. Vargas el 13 de Octubre de 1856, informa que el señor Salvador
Marcuchi quiere comprar dos terrenos en Cajitlan y Los Chinos, los primeros pertenecen a
Tecomán y los segundos al Hospital de San Juan de Dios, en la cantidad de 6024 pesos,
pero que el señor Marcuchi tiene varias deudas pendientes, espera instrucciones.
El 27 de Octubre vuelve a informar Rafael Z. Vargas sobre de que las fincas
pertenecientes a obras pías, en su mayoría han sido denunciadas y pronto se escrituraran,
aunque ha habido algunas personas que en articulo de muerte y totalmente arrepentidas han
querido hacer la restitución, y pregunta como actuar y si les puede dar la absolución. Lo
mismo ha sucedido con todos los bienes del Hospital y pregunta si lo cierra por no haber
con que sostenerlo, finalmente pide sea relevado del cargo de administrador del Hospital,
porque “privado de sus recursos no tiene medios de llenar su oferta”. Tampoco hay
respuesta.
El 11 de Junio de 1857, Rafael Z. Vargas, envía copia del bando publicado por el Jefe
Superior Político y Comandante Principal del Territorio de Colima: General Manuel
Alvarez, quién en cuatro artículos decreta lo dispuesto en el artículo 2º de la Ley de 11 de
abril sobre derechos y obvenciones parroquiales.
El señor Santos de la Vega, administrador del Hospital de San Juan de Dios, el 21 de
Noviembre de 1857, informa a la Mitra y al cura Vargas que le han ordenado que entregue
la administración al prefecto Gabriel Orosco, así como las fincas que pertenecen a los
fondos respectivos; a lo que contesta al cura Rafael Z. Vargas, que el acatará lo que ordene
la autoridad del Obispado.
El cura Rafael Z. Vargas el 30 de Noviembre de 1857, informa sobre el estado actual
del Hospital de San Juan de Dios y dice: “tan luego como las tropas del gobierno que
desbarataron el motín de agosto entraron a esta ciudad de Colima y se posesionaron
primeramente de una pieza del Hospital para encerrar el parque, por consiguiente pusieron
la guardia, entraron también algunos soldados enfermos, por esto y por estar el cuartel en la
casa de enfrente, se llenó el Hospital, los enfermos paisanos que había se salieron, la
cocinera y el mayordomo no pudieron sufrir tal compañía y quedaron los soldados únicos
dueños del establecimiento”. El señor General Núñez informado pero mal, de que el
Hospital era dueño de cuantiosísimos bienes y abundantes fondos, mandó hacer camas
nuevas y sobrecamas de damasco y para ello exigió al Mayordomo el señor Santos de la
Vega, dinero, por lo que cambió de Mayordomo, y el cargo quedo en poder del señor
Antonio Ferrer y solicita la ayuda de la Mitra para sacar al Gobernador de su error.
El Pbro. Teodoro Mendoza el 15 de Octubre de 1858, informa con gran asombro que el
Gobernador del Estado Miguel C. Medellín lo mandó salir de la República con destino a la
Alta California. Se retira con un certificado del señor cura porque no hay tiempo para
ocurrir al señor Provisor y suplica al Señor Obispo mande extender una certificación de su
buena conducta. No sabemos si efectivamente cumplió con esta disposición, o si lo
perdonaron o que pasó. Pero cinco años después: el 15 de Diciembre de 1863, dice en una
misiva que en el año del 47 (por lo visto equivoco la fecha ó ya no recordaba bien) tuvo que

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salir al extranjero por orden del gobierno político, pero que se fue a Guadalajara por orden
del Obispo. Con esta fecha vuelve a pedir un documento para presentarlo en caso de que
tenga que salir de la Nación y que se la envíen a la casa de don Juan Fermín Huarte del
comercio de Colima. Por lo visto no salió de Colima, ni siquiera fue a la ciudad de
Guadalajara como dice, en fin todo un enigma.
El cura Crescencio González, el 2 de Diciembre de 1866, envía al Doctor Germán
Villalbazo las partidas para los padres inválidos (que no dice en donde se encuentran), en
ellas aparece el Pbro. Teodoro Mendoza con 80 pesos por 8 meses, esto es lo último que se
sabe del Pbro. Mendoza.
Finalmente, en el año de 1887, se encuentra la última misiva que se recibió del Hospital
de San Juan de Dios de Colima, que lo remite Sor Vicenta Campos a la Mitra, y en donde
informa sobre el nombramiento como capellán de este establecimiento al Pbro. Ignacio
Ceballos.
Muchas gracias por su atención.

192
Imagen y estructura de la Villa de Colima, primera mitad del siglo XIX.
Interpretación a partir de documentos de la época

Gabriela Eugenia Abdalá Vázquez


gavdala@hotmail.com abdalagaby@gmail.com
Instituto Tecnológico de Colima

Introducción

La labor del historiador consiste en la aportación de nuevos datos acerca de los


sucesos, de diversa índole, ocurridos en un sitio y periodo determinados. La interpretación
que se hace de los hechos pasados y que se alimenta de buena parte de experiencia e
imaginación, es el ingrediente fundamental para reconstruir un acontecimiento. Este trabajo
lleva la intención de exponer los primeros esbozos de nuestra modesta, pero entusiasta
contribución en el ejercicio de reconstruir la historia de nuestra ciudad, basándonos
principalmente en la interpretación de algunos de los documentos que mayormente
aportaron información en el conocimiento de la estructura y la imagen de la ciudad de
Colima, desde finales del siglo XVIII y en la primera mitad del XIX.

Tales documentos contienen una enorme riqueza de información de carácter urbano, aun
cuando esa no haya sido la intención original. La carencia de planos, croquis, fotografías o
pinturas que otorguen una visión aproximada de la imagen urbana de ese entonces, fue la
motivación para adentrarnos en la interpretación de dichos textos, escudriñándolos y
extrayéndoles la información relevante y valiosa, en relación a la composición y estructura
urbanas, llenando así, ese vacío en cuanto al conocimiento de cómo pudo ser la imagen de
la entonces Villa de Colima.
Para establecer ese primer acercamiento a la Villa de Colima en los albores del siglo XIX,
se cuenta (entre otros) con dos importantes documentos elaborados por personajes de

193
aceptable reputación, se trata primeramente, de la Descripción del Distrito de Colima, de
Miguel José Pérez Ponce de León, del año de 1789; y en segundo lugar, la Descripción
Geográfica del Partido de Colima, de Diego de Lasaga, del año de 1793 y que contiene el
Padrón de españoles, castizos y mestizos, del mismo partido.

A partir de tales documentos, fue posible hacer algunos planteamientos hipotéticos acerca
de cuáles pudieran haber sido las características urbanas de la Villa de Colima en la última
década del siglo XVIII y en las dos primeras del XIX, es decir, de 1789 a 1818. Estos años
pueden considerarse un periodo de gestación de cambios políticos en el nivel nacional,
como lo fue la guerra de independencia, pero que en la región no repercutió de igual forma
que en el centro del país.

Después del padrón levantado por Diego de Lasaga, en 1793, que se hizo principalmente
con el objeto de conocer la calidad racial y actividad productiva de los habitantes de la
Villa, se desconoce la existencia de algún otro que se haya efectuado con la exactitud y
minuciosidad requeridas, hasta el Padrón de 1842, elaborado principalmente con intereses
electorales para la capitación establecida por el Decreto del 7 de abril del mismo año, y que
no fue otra cosa que la continuación de otro padrón iniciado el año anterior, de acuerdo con
la ley establecida el 8 de marzo de ese año de 1841.

A pesar de las limitaciones para obtener información que, muy probablemente, debieron
prevalecer, estas descripciones y padrones permiten que 170 años después, podamos tener
una idea aproximada de cómo era la estructura urbana de Colima en la primera mitad del
siglo XIX.

Fisiografía y Estructura Urbana de la Villa de Colima, definidas a partir del padrón de


Diego de Lasaga, de 1793.

194
Para el tiempo en que Don Diego de Lasaga elaboró su padrón, la Villa de Colima
era cabecera de la Provincia del mismo nombre y según sus propias palabras “...la
población de Colima al tiempo de mi Padrón constaba de 1,939 Almas de Españoles, 85
castizos de 181 mestizos y 2,109 de mulatos, que su total asciende a 4,314”1.

El asentamiento se encuentra situado en un valle de pendiente uniforme y constante, de


norte a sur, surcado por varios ríos, de los cuales dos atravesaban la villa en esa época (río
Colima y arroyo Chiquito) y otro más definía, al oriente, los límites de sus arrabales (arroyo
Manrique). La función de esos ríos, además de delimitar, era la de dotar a la población del
agua necesaria para subsistir. El río Colima era el más importante por el caudal que llevaba,
proveyendo la mayor cantidad del líquido a la Villa. A su vez era el límite más difícil de
franquear.
“Cuasi por el centro de la Villa pasa un río, el que en tiempo de verano suele
esquilmarse mucho a causa de algunos regadíos en los altos y su falta es perjudicial
porque de él se proveen para sus necesarios aseos de ropa y baños que usan mucho
todos los patricios” 2

El arroyo Chiquito nacía en terrenos de La Capacha y, aunque llevaba poca agua,


representó, durante los siglos anteriores a esa época, un obstáculo para el crecimiento de la
mancha urbana hacia el oriente; sin embargo, adentrado el siglo XIX, se podrá advertir que
tal límite es sobrepasado hasta casi hacerlo desaparecer.

Río y arroyo provocan dos depresiones correspondientes a su cauce y que generan, al


centro de ambos, una especie de planicie. Ahí nació la Villa y entre esos límites, durante
casi cuatro siglos, se fue desarrollando el casco principal, creciendo lentamente en el
sentido norte-sur. Los arrabales, sin embargo, fueron más extensos hacia el nor-oriente del
mismo.

1
Archivo General de la Nación (AGN), Ramo Padrones. Descripción Geográfica del Partido de Colima,
1793. Diego de Lasaga.
2
Descripción del Distrito de Colima y del corregimiento agregado de Sn. Miguel de Xilotlán, 1776-1777.
Miguel José Pérez Ponce de León. En CALDERON Quijano, José Antonio, Documentos para la Historia del
Estado de Colima, siglos XVI-XIX, Colección Peña Colorada, 1979, p.243

195
Mapa 1

Mapa elaborado en 1684, por Francisco Pérez de Palencia, alcalde mayor de Motines, y que muestra los límites
entre Colima y Motines. Se aprecia la plaza al centro y las primeras manzanas, así como algunas iglesias.
(Tomado de Mirafuentes Galván y Soberón Mora, Mapas y Planos Antiguos de Colima y el Occidente de
México, Colección Peña Colorada, 1978, p. 79)

La Villa de Colima se componía básicamente de Plaza Mayor, casco y arrabales, cuya traza
presentaba, hacia el año de 1800, una forma alargada en el mismo sentido, con una
extensión aproximada de 600 metros de Norte a Sur y 400 de Oriente a Poniente3 y se
apreciaban, dentro del casco y en sus arrabales infinidad de árboles de diversas especies.
Acerca de la extensión y características urbanas de la Villa, a partir del padrón de Lasaga,
las referencias que existen conciernen exclusivamente al casco principal. El empadronador
menciona que ésta se ubicaba...
“...en terreno algo desigual y sus calles están del Nor Nordeste al Sur Sudoeste y del Oes
Noroeste al Le Sueste, extendiéndose por los primeros rumbos como ochocientas varas
(672 mts.) y por los últimos como quinientas (420 mts.), pero en sus desordenados
arrabales hay más casas que en el casco principal, cubiertas de árboles y matorrales que
forman un espeso bosque..” 4
Aún cuando la intención de Don Diego de Lasaga no era la de adentrarse en cuestiones
urbanas, se vio en la necesidad de dividir a la Villa en cuatro cuarteles, a fin de llevar a
cabo su padrón con cierto orden, según lo establecían las tradiciones borbónicas. (Ver
plano No. 1)

3
Descripción Geográfica del Partido de Colima, 1793, Diego de Lasaga. Se hizo la conversión a metros, en el
texto original se manejan 800 y 500 varas, respectivamente.
4
Idem.

196
Como él no presenta un plano (o croquis) que ubique con exactitud tal división, resultó de
gran dificultad poder establecer cuál era la correspondencia espacial de los cuatro cuarteles,
así como los límites entre cada uno5.

Para la elaboración de este plano que muestra el trazado de manzanas y localización de


algunos elementos representativos, nos basamos principalmente en la información que
aporta el padrón de Lasaga y en el croquis que se incluye en la Descripción de Don Miguel
José Pérez Ponce de León6, que aunque carece de escala y proporción, resultó de gran
utilidad (Véase Croquis No. 1).

Previo a este croquis solo encontramos pocos datos gráficos. El primero es un mapa
elaborado por el alcalde mayor de Motines, Francisco Pérez de Palencia, en 1684 en donde
se muestra a la Villa de Colima compuesta por ocho manzanas dispuestas de manera
regular en torno a una plaza central; al oeste se observa el río Colima y al este el río
Chiquito (Mapa 1). Se puede así comprobar que la plaza y los edificios principales han
ocupado el mismo sitio desde la fundación de la villa. Otros elementos que sirvieron de
base para elaborar nuestro plano, fueron las interpretaciones realizadas por algunos
profesionales interesados en el tema7.

5
El Empadronador ubica el 2º cuartel “del Oes Noroeste al Nor Nordeste” y el 4º “del Sur Sudoeste al Le
Sueste”, y haciendo la pertinente relación con los puntos cardinales, quedarían invertidos. ¿Porqué suponemos
esto? Porque existen muchos otros indicios (nombres de calles, de personas, número de habitantes, etc.) que
nos inclinan a pensar que es más fácil que él se hay equivocado en una referencia cardinal que en una serie de
datos que se pueden fácilmente comprobar. Las actas de cabildo y los expedientes que obran en el Archivo
Municipal, nos ayudaron en esa tarea.
6
Descripción del Distrito. Op. Cit. (p. 266)
7
Véase: Rosa Margarita Nettel Ross, “Un Censo una Historia. La Villa de Colima a fines del siglo XVIII”.
Gob. del Edo. de Colima, INAH, 1992, p.14; Sergio A. Camarena Villaseñor, “Declaratoria de Zona de
Monumentos Históricos para la ciudad de Colima, Colima” Tesis para obtener el grado de Maestro en
Ciencias en Revitalización Patrimonial, por la Universidad de Colima, en 1998, págs. 35 y 37.

197
La Villa de Colima en 1793
Primer Quartel

87. 6% españoles,
Casc criollos y
o mestizos
97 9.27% pardos
Cuarto Quartel casas 1.03% indios
2.06% no
68 92.65% españoles, habitadas
casas criollos y
mestizos Arrabal = 249 casas
1.47% pardos Y 51.8 % pardos
5.88% no habitadas

Arrabal = 151 casas


29,56% pardos
0.66% indios

Segundo
Quartel

66.69%
españoles,
Tercer Quartel 48 criollos y
casas mestizos
83% 22.9% pardos
47 españoles, 10.41% no
casas criollos y habitadas
mestizos
6.38% pardos Arrabal = 66 casas
10.69% no 69% pardos
habitadas

Arrabal = 175 casas


45.14% pardos

Plano No. 1
Basado en el croquis de Miguel José Pérez Ponce de León (1789) y en la Descripción Geográfica de Diego de
Lasaga (1793). Representa una hipótesis, más o menos a escala, de la extensión del casco urbano, la disposición
de manzanas y ubicación de algunas construcciones y sitios de importancia. Se incluye una posible lotificación
basada en los datos obtenidos del Padrón levantado por Lasaga.

198
Croquis 1
Croquis de la Villa de Colima en 1789, de Miguel José Pérez Ponce de León. Con éste concluye su Descripción
del Distrito de Colima elaborada por él en los años 1776 y 1777. A pesar de carecer de escala y proporción da
una idea de la traza y el número de manzanas y de la función que desempeñaban los ríos como límites del área
urbana de entonces. También localiza los edificios de gobierno y eclesiásticos. El croquis fue dibujado
considerando el norte en forma inversa a como se indica comúnmente.

En el plano No. 1, puede apreciarse la extensión y delimitación de cada cuartel y el orden


en que Lasaga fue empadronando la Villa, casa por casa. Aparecen los nombres de las
calles que él utilizó para identificarlas. Algunos nombres él los inventó, pero otros ya
servían de referencia para ubicarse dentro de la Villa, coincidiendo por lo general, con
algún elemento urbano de importancia (calle de la Parroquia, de la Cárcel, de la Merced, de
la Soledad, etc.), otras veces tomaban el nombre de alguien que habitaba en ella y que
gozara de cierto reconocimiento popular (callejón de Anaya, callejón de Vargas, etc.) El

199
resto fueron bautizadas por él. Para el trazado de manzanas y localización de algunos
elementos nos basamos en el croquis que se incluye en la Descripción de Don Miguel José
Pérez Ponce de León8 (Croquis No. 1).

En el tiempo en que Lasaga elaboró su padrón, se supone que se había hecho una nueva
subdivisión de lotes, ahora en ocho partes; pues asignando cuatro lotes por frente,
concuerda, más o menos, con el número de manzanas que aparecen en el croquis de Pérez
Ponce de León. El plano No.1 resulta apenas una aproximación de cómo pudiera haber sido
la Villa de Colima en 1793, debido a que todos los datos son conjeturados; sin embargo, su
utilidad radica en que presenta la información de manera gráfica y con una escala más o
menos proporcionada que ayuda a situarse espacialmente.

Revisando minuciosamente el padrón de Lasaga, se obtuvieron datos significativos para


determinar la cantidad de almas que habitaban los arrabales. Con dicha información se
elaboró el siguiente cuadro, donde se puede observar que el primer cuartel era el de mayor
extensión, tanto la parte correspondiente al casco, como al arrabal. El segundo cuartel
contenía el mayor porcentaje de habitantes pardos (49.16% en total, casco y arrabal)9,
observándose en su arrabal hasta un 65 % de éstos. La existencia del templo del Dulce
Nombre de Jesús en ese cuartel, a cuya cofradía pertenecían los pardos, corrobora la
ubicación de éste. Nos podemos dar cuenta también que dentro de la Villa de Colima casi
no había indígenas, existiendo sólo dos casas habitadas por éstos (una en el primer cuartel y
otra en el cuarto); así como algunas menciones de criollos o mestizos casados con
indígenas, que en todos los casos habitaban fuera del casco, haciendo un total de ocho
individuos.10

No. DE CASAS Y GRUPO ETNICO QUE LAS PRIMER SEGUNDO TERCER CUARTO
HABITA (%) CUARTEL CUARTEL CUARTEL CUARTEL

8
Descripción del Distrito… Op. Cit. (p. 266)
9
Debido al continuo arribo de esclavos africanos a Colima, a lo largo de todo el virreinato y al constante
mestizaje que se dio, tanto con españoles como con indígenas y filipinos, derivando en una extensa lista de
denominaciones diferentes, se optó a finales del siglo XVIII por llamar “pardo” a todo aquel que tuviera
sangre africana, y que por esa época constituía el 35% de la población. Véase, Juan Carlos Reyes, “La antigua
provincia de Colima. Siglos XVI a XVIII. Historia General de Colima. Vol. II Univ. de Col., Gob. del Edo. de
Col., Consejo Nacional para la Cultura y las Artes. México 1995. (pp.50-58)
10
Descripción Geográfica… Op. Cit.

200
Número de casas en el CASCO 97 48 47 68
% habitado por ESPAÑOLES, MESTIZOS Y 87.6 % 66.69 % 83.0 % 92.65 %
CASTIZOS
% habitado por PARDOS 9.27 % 22.9 % 6.38 % 1.47 %
% habitado por INDIOS 1.03 % 0 .0% 0.0 % 0.0 %
No habitadas 2.06 % 10.41 % 10.63 % 5.88 %
TOTAL 100.00% 100.00 % 100.00 % 100.00 %
Número de casas en el ARRABAL 249 66 175 151
% habitado por ESPAÑOLES, MESTIZOS Y 48.2 % 33.48 % 53.71 % 78.81 %
CASTIZOS
% habitado por PARDOS 51.8 % 65.0 % 45.14 % 19.86 %
% habitado por INDIOS 0% 0% 0% 0.66 %
No habitadas 0% 1.51 % 1.14 % 0.66 %
TOTAL 100.00 % 100.00 % 100.00 % 100.00 %
Cuadro No. 1
Resume los porcentajes totales de habitantes empadronados por cuartel, tanto en el casco como en los
arrabales, especificando su calidad racial.

Dentro de los arrabales, en esa época ya se distinguían y nombraban frecuentemente los


barrios de Tarímbaro, Triana, El Manrique, la Plaza Nueva, la Presa, España, las Cabezas,
la Teja y Guadalajarita; siendo los más poblados, en orden descendente, el del Manrique,
Triana y España; el resto contenían un número similar de pobladores 11. Es claro que los
arrabales se extendían entonces hasta donde actualmente se ubican dichas zonas, y en
comparación a la extensión del casco principal, podemos afirmar que, de acuerdo a la
percepción moderna, las distancias, por ejemplo del barrio del Manrique o Guadalajarita
hacia la Plaza Mayor, eran excesivas para recorrerlas a pie, aunque no debemos olvidar que
se tenía un ritmo de vida diferente. La existencia de los barrios de Guadalajarita y del
Manrique, sugiere que la extensión de la Villa pudiera ser mayor de la que se cree que
tenía, ya que por su lejanía, los barrios, unidos al casco por tan solo caminos de tierra, (que
después fueron calles) al irse extendiendo fueron ocupando los espacios libres. Si esto fue
así, para 1842, la Villa no aumentó de tamaño, simplemente llenó sus arrabales. (Ver
Plano 2)

11
Archivo Histórico del Municipio de Colima (AHMC), Ramo Actas de Cabildo, Sección F, Cajas 2, 3 y 4
(1796-1816) y Ramo Expedientes, Sección D, Cajas 19, 29, 30 y 33 (1800-1819) Nota aclaratoria: Las
referencias en cuanto a la sección y número de caja especificadas a lo largo del texto fueron hechas antes de
elaborarse el Inventario de Actas y Expedientes del Archivo Histórico del Municipio de Colima, por lo que es
probable que algunas no concuerden. En tal caso hemos agregado la leyenda “Revisar inventario”.

201
La Villa de Colima en 1818

Sus barrios y arrabales

B. de Guadalajarita

B. de la Presa
Barrio de los
Martínez B. de
8 Tarímbaro

San Francisco
de Almoloyan B. de El Salate
B. de la Soledad

Barrio de La B. de la Salud B. del Hueso


Teja 7
B. de Triana
B. de La Merced

B. de las Cabezas 6 1 3
2
4 B. de El
B. de España B. del Dulce Manrique
1. Plaza Real
5 Nombre B. de la Plaza
2. Plaza Nueva de Jesús Nueva
3. Parroquia
B. de San Juan de Dios
4. Conv. de Sn. Juan
B. de Playas del Río
de Dios
5. T. del Dulce
Nombre de Jesús
6. Conv. de La
Merced
7. T. de La Soledad
8. Conv. de Sn
Francisco

Plano No. 2
Resulta apenas una aproximación de cómo pudieron haber estado los arrabales con respecto al casco principal.
El Plano No. 1 sirvió para ubicar el casco y la localización de barrios y arrabales se obtuvo de los documentos
antiguos consultados. Su disposición y límites han sido deducidos de acuerdo con la extensión y límites
actuales. La escala y proporción son reales, pues se basó en el Plano Urbano de Colima y Villa de Álvarez, en el
año de 1887, de Jaime Pizano.

El emplazamiento de estos barrios no cambia al transcurrir el tiempo y, más adelante,


cuando el casco principal se va extendiendo, dichas células van quedando dentro de éste, ya
no a “las afueras de la ciudad”, sino constituyéndose en una parte de la misma,
conservando, por lo regular, el nombre con el que se les conocía.

También hubo barrios dentro del casco principal, pero generalmente correspondían a las
cofradías que se daban en torno a las iglesias. Se tiene conocimiento de los siguientes:

202
barrio de la Soledad, de la Merced, de San Juan de Dios, del Dulce Nombre de Jesús 12, y
para 1809 también el de la Salud13.

Vale la pena aquí una reflexión. Si examinamos a la Villa de Colima en los albores del
siglo XIX, basándonos exclusivamente en lo que compete al casco principal, percibiremos
que era de reducida extensión; sin embargo, si nos detenemos a escudriñar sus arrabales,
podremos percatarnos de que la Villa de Colima era de un tamaño mucho mayor del que el
mencionado croquis de Pérez Ponce de León nos permitía suponer.

De las características urbanas y zonificación

La Plaza Real “...es cuadrada y de bastante extensión, a cuyo frente a la parte de


Le Sueste, están la Parroquia, las Casas Reales y el que se llama Cárcel...”14 Fue el centro
del cual partió la Villa y el núcleo de diversas actividades (y lo sigue siendo), entre las que
destacaban el comercio, las ceremonias públicas, las festividades, etc. Quizás por ello es
que carecía de vegetación o de mobiliario urbano, para dejar todo el espacio libre.

La Plazuela del Mercado correspondía al espacio que anteriormente ocupara el Cementerio


de la Parroquia, ubicado a espaldas de la misma, y aún no estaba consolidada como tal,
por lo que debía tener en esas fechas un aspecto similar al de los solares baldíos, pero sin
vegetación. La Plaza Nueva, por su extensión y por encontrarse fuera del casco, sólo era un
paraje un tanto despoblado de árboles, en comparación con las huertas y vegetación
existente en los arrabales que la rodeaban. Esta última servía como área de recreo, aunque
también se hacían excursiones a la Piedra Lisa, que entonces era una ranchería habitada por
dos familias.
El comercio dentro de la Villa también fue una actividad importante. De acuerdo al padrón
de Lasaga, la calle de San José (hoy Venustiano Carranza), en el cuarto cuartel, agrupaba la
mayor cantidad de comerciantes, con un número de seis tiendas localizadas. Además, había
otro tipo de servicios, entre los que se pueden mencionar la carpintería, curtiduría, herrería

12
AHMC, Sección F, Caja 3, 23 noviembre 1809; Caja 4, 1 marzo 1816. (Revisar Inventario)
13
AHMC, Sección D, Caja 19, sin fecha. (Revisar Inventario)
14
Descripción Geográfica… Op. Cit.

203
o barbería; predominando los oficios de sastre (10 vecinos) o tejedor (7), en el primer
cuartel. Había 5 tejedores en el tercer cuartel y 10 en el cuarto, además de 7 sastres y 8
plateros. Lasaga sólo contabilizó a un albañil para toda la Villa y, cosa curiosa, un buzo15.

Pero indudablemente, la actividad comercial más intensa se efectuaba en la Plaza Mayor,


de seis de la mañana a seis de la tarde, donde el intercambio de todo tipo de productos se
llevaba a cabo sin interrupción y bajo la estricta vigilancia del comisionado o mayordomo,
16
quien tenía a su cargo evitar la venta de productos no autorizados – como la tuba – , la
evasión del pago establecido o que se excedieran de los horarios reglamentarios

En las construcciones ubicadas en torno a la Plaza Mayor también había diversos giros,
destacándose el Mesón, en el costado norte, propiedad de don Francisco Guerrero del
Espinal17, así como dos barberías y una nevería, entre algunos otros “tendejones”18.

El comercio se había extendido hacia 1818, y se tenía previsto ocupar la plazuela que
quedaba a espaldas de la Parroquia (eliminando de ahí el cementerio). También la Plaza
Nueva se iba definiendo, ubicándose en torno a ella viviendas con “tendejones”, donde se
expedían productos diversos19.

Entre los elementos de mayor relevancia dentro y fuera del casco principal, podemos
mencionar las iglesias. Don Miguel José Pérez Ponce de León las enumera y describe de la
siguiente forma:
Tiene iglesia parroquial dedicada al Apóstol Santiago, compuesta de tres naves a la
moda antigua con sobre techo de teja. En la iglesia de Nuestra Señora de la Merced se
venera con particular aprecio de todos los vecinos la imagen de María Santísima de la
Merced… El Convento Hospital de San Juan de Dios, tiene como el anterior, decente
iglesia […] en el que se dedicó un retablo al Santo Cristo de Esquipula, en el que está
colocada la Santa Imagen en competente nicho… En la iglesia de la Soledad se venera la
imagen de María Santísima de la Concepción […] En dicha iglesia se forma todos los
años la procesión del Viernes Santo… En la iglesia del Nombre de Jesús que pertenece a
los mulatos de dicha Villa, se ve decente adorno y el principal retablo está dedicado a un
15
Descripción Geográfica… Op. Cit.
16
La tuba es una bebida típica de la región, que se extrae de la palma de coco y que después de unas horas se
fermenta y se vuelve embriagante, por lo cual se prohibía su venta.
17
AHMC Sección D, Caja 33, 23 diciembre 1819. (Revisar Inventario)
18
AHMC Sección D, Caja 30, 24 octubre 1818. (Revisar Inventario)
19
AHMC, sección D, Caja 30, 34 octubre 1818. Otra referencia en Caja 25, 11 enero 1814. (Revisar
Inventario)

204
Niño Jesús muy hermoso.[…] En dicha iglesia se forma la procesión del Jueves Santo
por la tarde. La iglesia de Nuestra Señora de la Salud, dedicada a María Santísima […]
se halla cuasi en términos de la vega del río que divide la villa con el pueblo de
Almoloyan. Las referidas son las iglesias que hay en la Villa de Colima, en cuya
parroquial, que tiene decentes retablos, se ve el correspondiente a San Felipe de Jesús,
patrono jurado de dicha Villa…20

Diego Lasaga, por su parte dice: “Hay una Parroquia […] un Convento de la Merced y
otro de San Juan de Dios; por lo que no hay escasez de Ministros para el Pasto Espiritual
y las tres iglesias están bastante aseadas y decentes”21.

Compitiendo en importancia con los edificios religiosos, se pueden mencionar a los civiles
y gubernamentales, específicamente los de la Plaza Mayor, los cuales eran conformados por
portales sencillos, de madera y techos de teja muy bajos (Ver ilustración No.1), y de las
casas de habitantes prestigiados. El conjunto partía de la Plaza de Armas al centro, en torno
de la cual se podían observar, además de la iglesia parroquial, las Casas Reales con
corredor al frente (dicho portalito era el “paraje acostumbrado para los pregones”22,
seguidas de la Sala de Cabildos, donde tenían lugar las reuniones, y después la Real Cárcel.
En contra esquina de ésta, el Estanco de Tabacos, administrado por don Pablo Duesso, y
más hacia el poniente, en el mismo portal, la Casa del Diezmo. Fuera de ese conjunto, sobre
la misma acera hacia el poniente, la Real Estafeta, y por la calle de San José y callejón
Oscuro, las Reales Alcabalas.

20
Descripción del Distrito. Op. Cit. (pp. 241-242)
21
Descripción Geográfica… Op. Cit.
22
AHMC. Sección C, Caja 42, 28 marzo 1796. Los pregones se efectuaban durante las acostumbradas
“subastas de bienes” o de puestos de gobierno, y que generalmente duraban un mes. (Revisar Inventario)

205
Ilustración 1
Pintura de principios del siglo XIX. Es una de las muy escasas recreaciones que pueden dar una idea de cómo
era la imagen de la Plaza Mayor en esos años. Se aprecia al frente la Parroquia, a la izquierda los portales y al
fondo la Calle de la Parroquia (hoy calle Madero) (Tomada de Margarita Nettel Ross, Un Censo una Historia,
1992, p. 107)

Es importante señalar que las primeras tres décadas del siglo XIX se caracterizaron, en el
nivel nacional, por la desestabilización política, generada por la lucha independentista.
Colima, a pesar de su aislamiento físico,23 no pudo sustraerse a la influencia negativa de
esos acontecimientos, además de atravesar por una serie de cambios políticos inherentes a
su particular situación geográfica que frenaron su desarrollo, principalmente durante la
primera mitad del siglo.

23
La distancia entre la entonces Villa de Colima con otras ciudades era: 175 leguas con la Capital de la
República, 110 con la ciudad de Morelia y 66 con la de Guadalajara. La comunicación se dificultaba por las
barrancas intransitables que circundaban la región y que tenían pocos pasos estrechos. Ver Jaime Olveda
(compilador) Estadísticas del Territorio de Colima, Colección Fuentes INAH (p. 71)

206
En los años que siguieron a la consumación de la Independencia, considerado como un
período de sometimiento, oscilando entre los intereses de Jalisco, Michoacán y el centro, 24
Colima buscaba definir su identidad, tenía prisa por ser independiente, por abrirse al
mundo a la par que lo hacían otras entidades. La Villa, por su parte, obtiene la categoría de
ciudad en 1824, tal vez como una forma de frenar las ansias de libertad. La vida económica
del entonces territorio o partido, transcurre apoyándose, entre otros factores: primeramente,
en el Puerto de Manzanillo, abierto al comercio exterior y de cabotaje, en 1825; en el auge
de sus salinas; y en el arribo paulatino de extranjeros (principalmente alemanes), que se
integran a la vida económica de la región. La recién nombrada ciudad de Colima va
cambiando de imagen y de dimensiones, los efectos de la crisis social y política del país
parecieran no mermar el crecimiento poblacional y urbano que se mantiene casi estable
hasta 1842 y otros años más. Aunque persistían el aislamiento, la inexistencia de caminos
adecuados y de un mercado interno integrado, todas las esperanzas se centraban en la
situación ventajosa de contar con un puerto, a diferencia de otras ciudades del altiplano.

Y así, entre clausuras y reaperturas del Puerto de Manzanillo, el progreso se fue abriendo
paso, sobre todo después de 1847, año en que dicho puerto volvió a abrirse, ahora ya
definitivamente, estableciéndose con ello, un paulatino intercambio comercial con otras
zonas del país. Esto propició que el crecimiento de la ciudad de Colima se acelerara, en
comparación con los siglos anteriores.

Estructura Urbana de Colima, a partir del Padrón de 1842

Durante las primeras décadas del siglo XIX, en Colima existía el Ramo de Propios y
Ejidos a cuyo fondo iban a dar las contribuciones de los propietarios de tierras, solares y
casas, es decir, se pagaba lo que ahora se conoce como impuesto predial. Saber cuántos
habitantes había en la ciudad y sus alrededores, así como de qué manera estaban
distribuidos, era indispensable para llevar a buen término la recaudación.

24
Colima fue Partido del Estado de Jalisco (1823), Territorio de la Federación (1824-1836), Distrito del
Sudoeste de Michoacán (1837-1846), y de nuevo Territorio (1847-1855), obteniendo finalmente su autonomía
el 5 de febrero de 1857, al constituirse como Estado Libre y Soberano.

207
Esta información era además necesaria para efectuar las elecciones de funcionarios locales,
llamados por entonces compromisarios, y que se refería a los miembros del congreso local,
que era la primera elección que se hacía de este tipo en Colima, en 1842, en su categoría de
territorio. Los términos “padrón” y “censo” fueron en algún tiempo, conceptos sinónimos,
ya que el conteo, además de que permitía conocer el número total de habitantes, sus edades,
ocupación y ubicación de la vivienda entre otros datos, también permitía establecer el
número de electores de que se componía la población. Conforme ésta fue creciendo, se hizo
necesario definir los procedimientos relativos a cada caso y entonces los padrones
electorales fueron levantados con mayor frecuencia que los censos de población, y en
muchos casos eran confundidos.

En julio de 1842, se habla de las dificultades que se tienen en la ciudad para verificar con
exactitud el empadronamiento, amagada como estaba la población por las levas y en las que
se habían cometido múltiples abusos, provocando “...inmensos males a la población y por
consiguiente a la agricultura, a las artes y al comercio. La forma en que se recluta
ahuyenta a los mejores individuos y exenta a los vagos y sin oficio, a quienes debiera
25
perseguirse...” , por lo que se retardó la conclusión de los padrones,26 aún cuando se
contaba con una reglamentación explícita al respecto27.

El Padrón de 1842, resulta ser un documento que, por su carácter casi inédito, arroja
información valiosa no solo desde el punto de vista estadístico, sino particularmente del
urbano, pues con ello surgió la posibilidad de definir un plano que establece forma,
extensión y límites urbanos, así como la nomenclatura correspondiente28 (Ver Plano No.
3). Aunque los datos poblacionales se refieren específicamente a las personas capacitadas
para participar en la votación, (entiéndase sólo varones mayores de 18 años, si eran casados

25
AHMC, Ramo Expedientes, Caja D-77, Exp. 89, Noviembre de 1842. (Revisar Inventario)
26
AHMC, Expedientes, Caja D-76, Exp. 145, año de 1842. . (Revisar Inventario)
27
AHMC, Expedientes, Caja D-76, Exp. 179, 1842. Fragmento de Reglamento que trata de las elecciones
primarias o de compromisarios. Documento por demás interesante que plantea el procedimiento en que
deberán llevarse a cabo las elecciones. . (Revisar Inventario)
28
Plano Urbano del Distrito del Sudoeste denominado Colima, Departamento de Michoacán, elaborado por el
cartógrafo Elías Méndez Pizano.

208
y de 21 si eran solteros, y otras excepciones29) resulta de sumo interés la división de
manzanas hecha para tal efecto así como la nomenclatura empleada, que por no haberse
encontrado datos anteriores donde aparezcan tales nombres, nos hace suponer que éstos
fueron designados ex profeso para dicho padrón electoral. Existe la seguridad de que el
plano urbano a que hacemos mención, fue derivado de un análisis detallado de los datos
contenidos en el padrón, ya que hemos cotejado la información y corresponde casi en su
totalidad, y el casi se debe al hecho de haberse encontrado incompleto en una de sus
secciones.

Por tratarse de un padrón electoral, el de 1842 no permite conocer qué cantidad de


población había por entonces en la ciudad de Colima; se tiene el dato de 1,290 electores
(cantidad que es aproximada por no tenerse el padrón completo), pero se debe considerar a
las mujeres, que generalmente rebasaban en número al género masculino; a los niños, que
también conformaban un buen número, y a una gran cantidad de personas considerados
“exceptuados”; es decir, que no eran incluidos en el padrón refiriéndose a: los extranjeros
(que para entonces ya eran muchos y ya habían echado raíces en Colima), los presos, los
enfermos, los religiosos, algunos militares de alto rango, los vagos y malvivientes y los que
“mantengan juegos prohibidos o vivan de ellos” 30 .

Como puede verse, se excluía a mucha gente. Sin embargo, podemos tener una idea
aproximada del número de habitantes en 1842, de acuerdo al estudio realizado por De la
Vega en 1849, que menciona una población total de 31,774 y si en 1837, según el Análisis
Estadístico de Eduardo Harcort, Colima tenía 30, 673 habitantes, se puede suponer que en
el año del padrón, la ciudad contaba con alrededor de 31,000 almas. (Ver Cuadro 2)

AÑO 1783 1793 1802 1830 1837 1837 1849

29
AHMC, Expedientes, Caja D-76, Exp. 179, 1842. Reglamento para elecciones primarias. (Revisar
Inventario)
30
AHMC, Expedientes, Caja D-76, Exp. 179, 1842. Reglamento para elecciones primarias. (Revisar
Inventario)

209
No. De 3,693 4,314 10,447 29,865 20,000 30,673 31,774
habit.
Pérez Diego de Padrón Harcort32 Análisis Análisis De la
Fuente Ponce de Lasaga del Estadístico Estadistico Vega
León Curato31 182933 1837
Cuadro No. 2
La información contenida en este cuadro da una idea de cómo fue aumentando el número de habitantes de
Colima, durante la primera mitad del siglo XIX.

El área urbana fue dividida en cuatro secciones, muy similares a las que se observan en el
Padrón de Lasaga, que en ese entonces eran denominadas cuarteles. Cada sección se dividió
a su vez en manzanas34. La sección 1, corresponde a la parte Nor-poniente de la ciudad, con
32 manzanas; la sección 2, a la parte Nor-oriente, con 55 manzanas; la sección 3 a la Sur-
oriente, con 54 manzanas y la sección 4 a la parte Sur-poniente, con 34 manzanas. Esto nos
habla de una población más numerosa hacia el oriente, tal vez por el obstáculo natural que
representaba el Río Colima, hacia el poniente. En esas fechas se observa una mancha
urbana alargada en el sentido oriente-poniente, a diferencia de 1793, que se desarrolló de
norte a sur. (Ver Plano No. 3)

Aún cuando en el Padrón de 1842 sólo se incluyeron los varones en edad laboral, es posible
tener una idea clara de las actividades productivas predominantes en la ciudad, así como las
zonas urbanas que se definen de forma natural en función de tales actividades, sobre todo si
consideramos que ni los niños, ni los ancianos, ni las mujeres, ni los enfermos, ni los
presos, que no se incluyeron en el padrón, estaban en condiciones de trabajar. Por tanto, se
puede pensar que los individuos censados representaban, en efecto, la población
económicamente activa de la ciudad, en ese año. Partiendo de esto, se observa que la
población urbana se componía de la siguiente forma: (Ver Tablas 1 a 4)

31
Descripción eclesiástica de Colima. Visita de 1802. En CALDERON Quijano, José A. Documentos para la
historia del Estado de Colima, siglos XVI-XIX, Colección Peña Colorada. 1979. (p. 276)
32
Documento elaborado por Eduardo Harcort en 1830, con el título: Noticias Geográfico-Políticas del
Territorio de Colima y que fue publicado y actualizado por Ramón R. De la Vega, en 1842; citado por Jaime
Olveda, Estadísticas del Territorio de Colima, Op. Cit. (pp. 13-26)
33
Rosa Margarita Nettel Ross, Noticias históricas y estadísticas de Colima en el siglo XIX. Antología,
introducción y notas. Historia Gral. de Colima. Documentos Colimenses No. 4, Universidad de Colima,
Gobierno del Estado de Colima, CNCA. (p. 5). En su antología, la autora incluye el “Análisis estadístico del
Territorio de Colima” de 1829, el cual localizó en el Archivo del Congreso del Estado de Michoacán, en 1992
y del que obtuvo estos datos.
34
Padrón de 1842, para la capitación establecida por el Decreto del 7 de abril; encontrado por el Profr.
Ricardo Guzmán Nava, quien lo prestó para realizar este trabajo.

210
PRIMERA SECCION NUM % SEGUNDA SECCION NUM %
Artesano 106 27.9 Trabajador del campo 35 45.45
Operario 55 14.47 Artesano 23 29.87
Trabajador del campo 50 13.15 Comerciante 5 6.5
Comerciante 41 10.8 Prestador de servicios 4 5.19
Trabajador de la construcción 24 6.32 Trabajador de la construcción 3 3.89
Militar 22 5.8 Empleado de Gobierno 2 2.6
Arriero 19 5 Militar 2 2.6
Dependiente 18 4.73 Vendedor de comida o bebida 2 2.6
Prestador de servicios 17 4.47 Artista 1 1.3
Sirviente 14 3.68 77 100%
Vendedor de comida o bebida 8 2.1
Empleado de Gobierno 3 0.8 Tabla 2
Clérigo 2 0.52
Artista 1 0.26
Tabla 1 380 100%

TERCERA SECCION NUM % CUARTA SECCION NUM %


Trabajador del campo 104 36.88 Militar 184 31.9
Operario 60 21.27 Sirviente 111 19.24
Artesano 37 13.12 Artesano 81 14.03
Trabajador de la construcción 17 6.03 Comerciante 52 9.02
Comerciante 16 5.68 Trabajador del campo 44 7.62
Vendedor de comida o bebida 16 5.67 Trabajador de la construcción 25 4.33
Arriero 10 3.54 Prestador de Servicios 20 3.47
Sirviente 7 2.48 Dependiente 17 2.94
Sin oficio y otros 5 1.77 Vendedor de comida o bebida 11 1.9
Prestador de servicios 4 1.42 Arriero 9 1.56
Artista 4 1.42 Clérigo 8 1.38
Empleado de Gobierno 2 0.72 Artista 7 1.21
282 100% Empleado de Gobierno 4 0.7
Tabla 3 Sin oficio y otros 4 0.7
Tabla 4 577 100%

Tablas 1 a 4: Elaboradas a partir de la descripción de las cuatro secciones del Padrón de 1842

Existen algunos datos que no concuerdan del todo con los que arroja dicho padrón y éstos
se refieren particularmente a la nomenclatura y a la designación de algunos nodos o hitos
urbanos, como algunas plazas, templos o caminos, posiblemente porque fueron deducidos
por no estar contenidos en el mismo. Un ejemplo de esto puede ser el hecho de que en
varias actas de cabildo se menciona la existencia de alguna calle cuya denominación no
concuerda con la nomenclatura establecida en el padrón. No obstante, existen otras muchas

211
que sí corresponden: Se hipoteca una casa en el barrio del Puente Verde, calle de Franclin,
manzana No. 12 35.

Por otro lado, la nomenclatura siempre representó un problema. Desde el Padrón de Lasaga,
éste tuvo que inventarles nombres a las calles, los que él consideró que las identificaría con
mayor facilidad, tomando algunas que ya utilizaba el común de la gente. Pero esa
denominación establecida por Lasaga no perduró. Como la mayoría de las calles eran
conocidas por algún elemento que las distinguía de las demás (calle de la Cárcel, calle de la
Parroquia, calle de la Soledad) o por los individuos destacados que tenían su vivienda sobre
ellas (calle de Dn Francisco Campos, calle de Doña Dolores Anzar) al cambiar las
circunstancias, la calle vuelve a quedar sin nombre. En algunos casos se sigue mencionando
“la calle del finado Campos”, hasta que en ella habite otro personaje de importancia que “la
bautice”. De igual forma, los sismos frecuentes hacían que las referencias urbanas
desaparecieran en muchos de los casos y aunque por algún tiempo se siguiera utilizando el
mismo nombre, posteriormente aparecía otro elemento que fuera digno de ser integrado
como referencia. Lo cierto es que la gente de Colima parecía estar muy conforme con ese
sistema, aunque originara confusiones y desorientara a los que venían de fuera.

El Padrón de 1842, llevó el asunto de la nomenclatura al extremo. Una misma calle en cada
cuadra cambiaba su nombre, y podemos mencionar el caso de la calle más larga en el
sentido ote-pte que contaba con 18 nombres diferentes, y la más larga en el sentido nte-sur,
con 13. Había nombres extravagantes tales como: calle de La Floresta, calle de la
Filantropía, etc.; nombres míticos como: calle de Vulcano, de Apolo, de Aqueronte, etc.; o
simpáticos: calle de Salsipuedes, del Chiste, etc.; otras más hacían alusión a los valores
humanos: calle de la Templanza, de la Tolerancia, de la Caridad, etc. Sin duda alguna se
hizo patente la imaginación de los que intervinieron en ello, sin poder aún precisar
claramente a quién le correspondió esa labor. Por supuesto que no faltaron los nombres de
los héroes de la Independencia, Hidalgo, Morelos, Allende, etc. y muy pocas conservaron la

35
AHMC, Expedientes, Caja D-82, Exp. 19, octubre de 1845. (Revisar Inventario)

212
nomenclatura asignada por Lasaga, aunque solo fuera a lo largo de una cuadra: calle de la
Parroquia, de la Soledad, de San Juan de Dios, por nombrar algunas36.

Plano No. 3
Plano Urbano del “Distrito del Sudoeste del Departamento de Michoacán, denominado Colima”, realizado por
el cartógrafo Elías Méndez Pizano, sin que se especifique su fecha de elaboración.
El afán del Gobierno de contar finalmente con una nomenclatura adecuada no rindió frutos
una vez más, pues los colimotes siguieron llamando a las calles por otros nombres que les
eran más familiares o por referencias que fueran más claras, según observamos en actas y
testamentos de años posteriores: calle de Salomé Romero o calle de la Plaza Nueva hacia el

36
Padrón de 1842 y Plano Urbano, Op. Cit.

213
Campo Santo Nuevo, en un expediente de 184537 . Esa actitud es comprensible si pensamos
en la dificultad de aprenderse tal variedad de nombres. Inmediatamente los gobernantes se
percataron del error, ya que al año siguiente de haberse efectuado el padrón, se consideraba
como indispensable reformar la anterior nomenclatura38.

Otro aspecto importante era la necesidad que se tenía de conocer el número de extranjeros
que residían en la ciudad y debido a que éstos no podían ser incluidos en los padrones
electorales, el Ayuntamiento se vio en la obligación de formar un Padrón de Extranjeros,
con el objetivo de tener registro exacto de sus actividades y su lugar de residencia. Sin
embargo, llegar a un acuerdo en cuanto a cuál sería la nomenclatura definitiva en la ciudad
de Colima, era de suma importancia para el Ayuntamiento, y en septiembre de 1844 se
proponía lo siguiente:
“Para expeditar las elecciones así como para formar con exactitud la estadística,
subsanando los errores que se han padecido en la que se formó [...] conviene se hiciese
un padrón exacto del vecindario, no solo de esta municipalidad, sino de todo el Distrito,
a cuyo efecto se comisionaren sujetos de providad y respetables, uno por cada manzana
[...] haciendo el gasto que fuere necesario, tanto para esto como para la enumeración y
arreglo de las manzanas...”39
y para finales del mismo mes, el comisionado da cuenta en cumplimiento de su comisión,
sobre la nomenclatura y arreglo de las manzanas, que dicho trabajo se mandó suspender por
falta de fondos40.

El asunto no paró ahí. Se sabe que en 1856, se encargó a Dn. Filomeno Medina, que era
pintor, decorar las losas con los nuevos nombres de las calles, y hacer un croquis de la
ciudad (Ver plano No. 4)
”Sírvase Usted mandar pagar a la orden del Sr. Secretario del Gobierno Político, D. Antonio
Rodríguez, cincuenta pesos para el pago del croquis de esta ciudad formado por D. Filomeno
Medina, por orden del mismo superior Gobierno; cuya cantidad será bien dada previos los
requisitos de estilo.” 41

37
AHMC, Expedientes, Caja D-82, Enero de 1845. . (Revisar Inventario)
38
AHMC, Actas, Caja F-11, Pos- 1, Enero de 1843. . (Revisar Inventario)
39
AHMC, Actas, Caja F-11, Pos 2, Septiembre de 1844. . (Revisar Inventario)
40
Idem.
41
AHMC, Expedientes, Caja D-102, 26 de Julio de 1856. (Revisar Inventario)

214
Al año siguiente, al mismo Filomeno Medina se le encargó el padrón correspondiente, pero
éste no lo llega a realizar por haber renunciado al cargo, y los que continuaron la labor
también renunciaron42.

Plano No. 4
Plano realizado por Don Filomeno Medina en 1856. Obtenido de “Mapas y Planos antiguos de Colima y del
Occidente de México” (1521-1904) Mirafuentes G. José Luis/Arturo Soberón Mora. Colección Peña Colorada.
Archivo Histórico del Municipio de Colima. Tomar en cuenta que el plano apunta hacia el poniente, en su
parte superior.

Parece un tanto incomprensible, que dotar de nombre a las calles en ese tiempo resultara un
asunto tan difícil de resolver, y mientras las autoridades decidían qué hacer, los habitantes
de Colima optaban por denominarlas como siempre lo habían acostumbrado: por

42
AHMC, Expedientes, Caja D-103, Junio de 1857. (Revisar Inventario)

215
referencias urbanas o personas que vivían ahí, mientras el tamaño de la ciudad lo
permitiera.

Se observa, para 1845, cómo los otrora arrabales fueron absorbidos por la expansión del
viejo casco principal, formando barrios más consolidados y nuevas calles. La extensión del
mismo sobrepasaba las 200 manzanas, predominando aún el crecimiento en el sentido
Norte–Sur. La población aumentó de 29,865 que tenía en 1830,43 a 32,000 en 184244;
incremento relativamente poco, en comparación con el crecimiento urbano que se tuvo en
el mismo periodo45. (Cuadro 1)

La mancha urbana se extendía rápidamente y las solicitudes de arrendamiento de solares


manifiestan que el crecimiento se dio hacia varios puntos: el barrio de Guadalajarita, al
norte; el del Manrique, al este o el de la Garita, al sur, eran muy solicitados, así como las
playas del río principal.46 Había por tanto, necesidad de abrir nuevas calles y edificar
nuevos puentes.

Si observamos el plano levantado por Filomeno Medina en 185647 (Plano 4), apreciaremos
el crecimiento de la mancha urbana, así como la ocupación de áreas que antes tenían
construcciones dispersas. Se define claramente otro límite natural hacia el Oriente, que es el
arroyo Manrique, y por el Poniente casi llega a otro, el arroyo Pereyra. La ciudad cambió la
forma alargada que había prevalecido en el sentido Norte-Sur durante el virreinato, por una
tendencia de crecimiento de Oriente a Poniente, sobrepasando dichos límites naturales

De las características urbanas y la zonificación en 1842

43
Rosa Margarita Nettel Ross, Noticias Históricas… (p.5) Op. Cit.
44
Eduardo Harcort, Noticias Geográfico-Políticas… Op. Cit.
45
Conviene tomar en cuenta que tales estadísticas (Harcort y De la Vega) se elaboraron con el propósito de
demostrar que Colima era autosuficiente y así poder obtener su autonomía, por tanto, el compilador sugiere
que es probable que los datos hayan sido adulterados. Veáse la Presentación de Jaime Olveda (p. 11).
46
AHMC, Ramo Expedientes. Cajas D-102 y D-103 (1856-1857) . (Revisar Inventario)
47
AHMC, Ramo Expedientes. Caja D-102 (Exp. 5) Contiene una orden de pago a favor de D. Filomeno
Medina, por la elaboración del “croquis de esta ciudad”. Se puede constatar entonces, que las iniciales F.M.
corresponden a este personaje colimense. . (Revisar Inventario)

216
Los datos que arroja el Padrón de 1842, nos hablan de una gran variedad de actividades,
tantas como necesidades existían en el lugar; por ello optamos por englobar a aquellas que
fueran más o menos similares o se encaminaran a un mismo fin. Como puede verse, existe
un predominio de artesanos. Se denominó de este modo a los fabricantes de todo tipo de
enseres de uso común y que, a falta de productos industrializados, constituían un sector
imprescindible en la vida urbana, ya que proporcionaban artículos manufacturados, la gran
mayoría de primera necesidad. Un ejemplo de ello son los zapateros, que eran 60,
sobrepasando en número a cualquier otro rubro, existiendo diseminados en toda la ciudad,
pero principalmente en la 1ª y 4ª secciones. Le sigue el grupo dedicado a las actividades del
campo, lo que nos habla de una sociedad eminentemente agrícola, como seguramente lo era
la mayoría en ese tiempo.

Siguen en importancia los militares, que en realidad no son particularmente representativos


de la población de la ciudad de Colima, ya que constituían un grupo conformado por
individuos de varios puntos del territorio, que se concentraban en Colima para efectos de
organización, pero variaban constantemente, conforme se fueran suscitando algunos hechos
defensivos, o fueran cumpliendo con la obligación del servicio militar.

Llama la atención el alto porcentaje (10.61%) de sirvientes domésticos (incluidos aquí los
mandaderos), porcentaje aún mayor que los mismos comerciantes. Esto nos muestra una
sociedad con grandes diferencias sociales, ya que éstos regularmente habitaban en las casas
de las personas de clases más acomodadas. Los operarios constituyen un grupo cuyas
funciones son un tanto ambiguas, pues no se especifica exactamente cuál es la actividad
productiva a la que apoyan, aunque es de suponerse que podrían ser las labores del campo,
o el ramo de la construcción48. Siguen los comerciantes cuya importancia radicaba no tanto
en el intercambio para la subsistencia, (aunque también se daba); el cual se efectuaba
generalmente del productor al consumidor y en el ámbito del tianguis popular; sino más
bien consistía en el abastecimiento de productos más sofisticados, provenientes
principalmente de fuera, y que no estaban al alcance de todas las clases sociales, y por
ende, era acaparado por los más pudientes.
48
AHMC, Expedientes, Caja D-75, Exp. 85, 1842, menciona el Diario para la Raya de Operarios en las
Consistoriales, cuando éstas se estaban reconstruyendo. (Revisar Inventario)

217
Los anteriores fueron los grupos de mayor importancia, aunque también podríamos señalar
que los trabajadores de la construcción destacaban, localizándose 15 albañiles y 53
obrajeros49, sin considerar a los operarios que pudieran estar relacionados con esa actividad.
En el otro extremo se encuentran los médicos o boticarios, que solo eran 3 para toda la
ciudad.

En cuanto a los empleados de Gobierno, no existe la certeza del dato, ya que la gran
mayoría seguía con su actividad productiva, a la par que desempeñaba el cargo público que
se le había asignado; por tanto, es probable que el número de éstos fuera mayor. Lo mismo
sucede con los clérigos, puesto que eran considerados como exceptuados y los
empadronadores no emplearon el mismo criterio al hacer las listas y también es muy
probable que fueran más de los 10 que arroja el censo. El grupo de los arrieros, que en el
Padrón de Lasaga fuera de gran importancia, en este año de 1842, bajó notablemente en
número.

Por otro lado, resulta de sumo interés observar las diversas secciones de la ciudad y notar
que la población de más bajos recursos (artesanos y labradores) se ubicaba en la zona
oriente (2ª y 3ª secciones) y los comerciantes, sirvientes, operarios, y empleados de
gobierno se localizaban en las secciones 1ª y 4ª, siendo la parte central y poniente de la
ciudad donde se asentaban las clases más acomodadas y donde también se localizaba el
comercio. Los militares ocupaban el Cuartel, ubicado en la 4ª sección y los carniceros se
situaban todos en la 3ª sección que era donde estaba el Corralón, construido para la
matanza de reses. La mayor cantidad de población se asentaba al oriente, teniendo como
límite el arroyo Manrique.

49
Se consideraba obrajero al trabajador de una obra, aunque no se especifica que sea de la construcción.

218
Plano No. 5
Interpretación personal basada en el Plano Urbano del “Distrito del Sudoeste del Departamento de
Michoacán, denominado Colima”, realizado por el cartógrafo Elías Méndez Pizano, donde se muestra, con
colores, las diferentes zonas identificadas a partir de las actividades económicas de los habitantes de Colima en
1842.

Para entonces, ese primer cuadro de la ciudad fue el de mayores transformaciones en su


fisonomía. Las construcciones que rodeaban a la plaza de armas se modifican y se van
vistiendo de modernidad, debido a la influencia de otras zonas del país. Cambiaron sus
derruidos portalitos de madera y teja, por nuevos y resistentes portales, ostentando cada
uno aspectos diferentes según el periodo en que fueron reedificados: el Portal Hidalgo, en
1790; (Ver Foto 1) el Portal Morelos en 1848 y el Portal Medellín en 186050 . El de mayor
importancia estética fue este último.

50
Francisco Hernández Espinosa. El Colima de ayer, 3ª edición, Colima, Col. 1982. (p. 72)

219
Foto No. 1
Primer portal sólido que se edificó en torno a la plaza (hoy Portal Hidalgo). Archivo fotográfico del Archivo
Histórico del Municipio de Colima, Foto 252

En cuanto a los espacios abiertos destinados para el esparcimiento, hacia finales de la


década de los 40s, Colima contaba con el Paseo de las Parejas, posteriormente llamado
Paseo del Progreso (hoy Parque Hidalgo) y el Paseo de la Piedra Lisa. Los dos se
caracterizaban por la abundante vegetación y hermosos paisajes. Además funcionaban
como plazas, la principal o de Armas (para eventos de gobierno), la del Mercado (cuya
función era netamente comercial) y la Plaza Nueva (hoy Jardín Núñez) y que hacía las
veces de Alameda. (Ver Plano 3)

Por lo general, sus construcciones siguieron siendo de factura sencilla, proporciones


horizontales y achaparradas por razones de seguridad. Los frecuentes sismos fueron
partícipes de esa imagen, al ser reedificadas constantemente, aunque las hubo de dos
niveles en las cercanías de la Plaza Mayor. Sin embargo, su fisonomía en general, se
caracterizaba por la repetición de los mismos esquemas:

220
“Debido a que el estilo de la arquitectura es generalmente el mismo, las calles en su mayoría se
parecen unas a otras, y siendo que todas son de un ancho semejante, sin escaparates que sirvan como
puntos de referencia, resulta asunto difícil para un extranjero hallar el rumbo sin perderse” 51

Colima obtuvo finalmente su autonomía en 1857, al ser considerado Estado Libre y


Soberano y durante las siguientes tres décadas, a pesar de los vaivenes políticos nacionales
y la situación local también inestable (cambios drásticos de gobierno, enfrentamientos,
estados de sitio,52 etc.) la entidad manifestó una tendencia de crecimiento que se debió
seguramente al esfuerzo reiterado de sus gobernantes por integrarse a la corriente de
progreso y modernidad imperante en el país, aún cuando la situación económica de los
ayuntamientos fuera precaria. Aparece en escena el protagonismo político, es decir, la
necesidad gubernamental de trascender a toda costa, lo cual tuvo impacto directo en la obra
pública, afectando indiscutiblemente, la fisonomía del Colima de entonces.

Breve reflexión final

Recrear cómo pudo haber sido la estructura, traza y composición urbanas de Colima en la
primera mitad del siglo XIX fue uno de los objetivos que motivaron a realizar esta
investigación. Es un trabajo que está en proceso, que debe completarse y depurarse, y
esperamos que sea del interés de los lectores para, con sus atinados comentarios y
observaciones, podamos mejorarlo y completar aquellos aspectos que aún quedan
inconclusos en la fascinante labor de reconstruir la historia, y en este caso particular, la
historia urbana de Colima.

51
John Lewis Geiger, “De Manzanillo a Colima, 100 años atrás” citado por Servando Ortoll, Por tierras de
cocos y palmeras. Apuntes de viajeros a Colima, siglos XVIII a XX. Instituto de Investigaciones Dr. José
María Luis Mora, Editorial Ofset, México 1987. (p. 205)
52
Servando Ortoll. “Dulces inquietudes, amargos desencantos. Los colimenses y sus luchas en el siglo XIX”
Hist. Gral. de Colima, Tomo III, Univ. de Col. Gob. del Edo. de Colima y CNCA México 1997, (pp.93-162)

221
La Relación jurada de gastos de funeral del Cura del Pueblo de
Ixtlahuacán, Vicente Iriarte (1768)
José Luis Silva Moreno, AHEC
María Irma López Razgado, INAH-Colima

A fines del año de 1767 falleció en la villa de Colima el bachiller Josep Vicente de
Iriarte, cura propietario del pueblo de Ixtlahuacán. El 15 de diciembre de 1768, una vez
alcanzado el término del llamado “cabo de año”, su hermano, don Gregorio de Iriarte,
vecino de esta misma villa, de la que había sido su alcalde ordinario hacía apenas unos
cuantos meses, y de oficio comerciante, presentó, como era usual al realizar la
testamentaria de todo difunto en ése tiempo, la memoria y relación jurada de todo lo que se
gastó en la enfermedad, el velorio y el funeral de dicho eclesiástico.

Esta memoria y relación es un documento muy detallado que, por su naturaleza, se


presentó ante el juez ordinario de Colima, seguramente como parte del expediente formado
para realizar el inventario y división de los bienes entre sus herederos. Ello usualmente
incluye un tanto del testamento respectivo realizado ante juez receptor, escribano público o
al menos cuatro testigos; en su caso, la memoria y relación de los gastos que se hayan
realizado en el entierro, la cuantía de sus deudas, y el inventario de todos sus bienes
muebles, inmuebles y capitales, para proceder entonces al pago de los adeudos totales y la
división de la cantidad restante entre los legítimos herederos.

De la misma manera en que para conocer la vida cotidiana de los pueblos debemos
consultar los archivos eclesiásticos, para conocer el entorno privado de los hombres de la
iglesia podemos acudir, como en este caso, a expedientes de justicia ordinaria, cuya
importancia ha sido ya puesta en relieve para el estudio del mundo novohispano, pero que
para sigue siendo una fuente documental por atender, especialmente para el siglo XVIII, en
esta provincia del mar del sur.

Las cuentas que realiza don Gregorio Iriarte, como primer albacea, de la suma de
gastos realizados, permiten una lanzar una mirada al universo privado de la enfermedad y
los rituales relacionados con la muerte, de obligado cumplimiento para garantizar la
disposición final del cuerpo y la salvación del alma, pero también, como afirma un
historiador que ha trabajado las piedades funerarias en el ámbito maya, Mario Humberto
Ruz, “era momento privilegiado para reafirmar, así fuere por última vez, las diferencias
entre los poderosos y el pueblo común”1

Este ensayo está dividido en cuatro partes. En la primera, se mostrarán las cuentas
generales de la relación jurada y otros documentos relacionados con el mismo. En la
segunda, se hablará de la enfermedad; los remedios y los cuidados del paciente; en la
tercera hablaremos de los ritos de la muerte y en la cuarta, daremos una breve conclusión a
modo de resumen.

1
“Fastos y piedades funeraias en el ámbito maya”. Mario Humberto Ruz., p. 249; en HISTORIA DE LA
VIDA COTIDIANA EN MÉXICO

222
PRIMERA PARTE
MEMORIA y RELACIÓN JURADA

El expediente de los gastos del funeral del Cura Vicente Iriarte, consta de varios
documentos. La precede una constancia y varios recibos relativos al cumplimiento que hizo
don Gregorio Iriarte, fechadas el 21 de octubre de 1768 en Jolotlán, de una disposición
testamentaria de su hermano. En dicho lugar, hizo entrega de 15 reses a los alcaldes e
indios principales de los pueblos de indios de Ixtlahuacan, Tamala, Cautlán, Zinacamitlán y
Chamila, así como de otras 18 al pueblo de Jolotlán, todos ellos en dicha parroquia de
Ixtlahuacán, de las 140 cabezas de ganado que tenía el cura en su rancho. Constan
asimismo, cada uno de los recibos que dieron estos alcaldes; pero, por alguna razón, dichos
animales y otros gastos realizados en ese momento, no constan en la memoria.

La memoria y relación, por su parte, consignó, hasta un total de 3,605 pesos siete
reales y medio, la cantidad y costo de todo lo que se compró, y gastó en la enfermedad, el
funeral, el velorio, y las honras; así como para cumplir las disposiciones testamentarias,
deudas y habilitaciones de dinero dejadas en su momento por el difunto.

He de reconocer que, en principio la cantidad erogada y consignada en esta


memoria me sorprendió por su magnitud, sobre todo tomando en cuenta que se habría
realizado para “los gastos de funeral, y entierro, novario, honras y cabo de año”.

Sería, en relación a la época, una cantidad considerable, sobre todo si tenemos en


cuenta que, por ejemplo, los 633 pesos 5 reales gastados durante el funeral del cura del
pueblo de Retalhuleo, Chile, don Tomás Antonio Zapata en 17912, pero un gasto aceptable,
en todo caso, en una época donde la salvación del alma tenía más valor que los bienes
materiales.

Usualmente hemos utilizado para medir estos gastos y actitudes, los de la corona.
En la monarquía española el representar era tan importante como el hacer. La lejanía de los
reyes era compensada en América con imágenes o símbolos que los representaban como si
estuvieran presentes, por ejemplo, en sus propios funerales, y podemos medir contra éstos,
el gasto efectuado por otros. Así, apenas en 1767, en la ciudad de Guatemala, se habían
gastado 1,500 pesos solo en la cera utilizada en la pira funeraria en honor de Isabel de
Farnesio, la segunda esposa de Felipe V, fallecida el 10 de julio de 1766.3

Una lectura más detalla de la memoria y relación del bachiller Iriarte mostró, sin
embargo, una situación diferente. El gasto se divide en tres grandes rubros: enfermedad,
disposición final del cuerpo y del alma, y gastos obligados; encontramos asi que,
desglosadas las cantidades que había sido destinadas al pago de deudas, los gastos
necesarios y el cumplimiento de diversas disposiciones o habilitaciones dispuestas por el
difunto, estas son la mayor parte del total: 2,872 pesos con tres reales y medio; mientras
que lo gastado en el entierro, velorio, el túmulo, el novenario y las honras comprendió

2
Humberto Ruiz, op. Cit., pp. 256.
3
Humberto Ruiz, p 252

223
apenas 361 pesos con dos reales, que fue a su vez cinco veces lo dispuesto durante la
enfermedad: 68 pesos y medio real.

MEMORIA Y RELACIÓN JURADA DE GASTOS DEL FUNERAL


TABLA 1
SUMAS PARCIALES Y TOTALES
RUBRO CANTIDAD CANTIDAD PARCIAL
Enfermedad 68 pesos ½ real 68 pesos ½ real
Entierro 223 pesos 6 reales
Velorio 22 pesos
Túmulo 45 pesos 1 real
Novenario 33 pesos 3 reales
Honras 37 pesos 361 pesos 2 reales
Deudas 348 pesos 4 reales
Gastos 546 pesos 4 ½ reales
[Ganado] [135 pesos 6 reales]
Habilitaciones 2325 pesos 7 reales 2,879 pesos 7 ½ reales
[Disposiciones en vida o
testamentarias]
TOTAL DE LA MEMORIA 3,613 pesos 3 reales
Incluyendo ganado [3,752 pesos]

361 pesos que, sin embargo, habrían sido suficientes 30 años después, en 1797, para
comprar en 55 pesos un solar en la calle de Tarímbaro a don Antonio Falcón y su esposa
María Antonia Fuentes4, otro junto al río de Colima, en 79 pesos, situado a un costado del
templo de la Salud, a don Antonio Pérez5; y una casa y solar al otro lado del río chiquito,
frente a la casa del regidor don Pedro Norverto de Orozco, valuada en 180 pesos6.

En suma, los más de tres mil pesos 600 pesos hacen referencia al cacao, chocolate,
frijol, gallinas, bizcochos, aguardiente, vino, aceites, agua de la Reina de Hungría, alucema
y otros gastos en la enfermedad; hasta el número y tipo de misas, repiques dobles de
campana, cantores, cera labrada, cirios, velas de sebo, balleta, pontibí, reata, clavos, tablas,

4
AHEC, Virreinal, Caja 28, exp. 1. Protocolo 1797 ante Agustín Brizuela, alcalde ordinario de segundo voto;
Villa de Colima. 26 agosto 1797. Antonio Falcón, marido y conjunta persona con María Antonia
Fuentes, vecinos del Pueblo de Sayula, otorga escritura de venta de un pedazo de tierra en la calle
de Tarímbaro que sube para San Francisco Almoloyan, a doña Felipa Pineda.
5
AHEC, Virreinal, Caja 28, exp. 1. Protocolo 1797 ante Agustín Brizuela, alcalde ordinario de segundo voto.
Villa de Colima.02 mayo 1797. Don Antonio Pérez, vecino de Colima, heredero de doña Gertrudis
Mata, vende a Juan Torivio Velásquez, también vecino de Colima, un solar en la otra banda del rio de esta
villa, que linda al sur con la capilla de Nuestra Señora de la Salud.
6
AHEC, Virreinal, Caja 28, exp. 1. Protocolo 1797 ante Agustín Brizuela, alcalde ordinario de segundo voto;
Villa de Colima. 16 mayo 1797. Don Marcos Samora, don Miguel, don Antonio, don Felipe, doña Josefa,
casada con Felipe Virgen, María Rosa, viuda, y María Aleja, casada con Gerónimo Solórzano, venden a don
Atanacio Gómez, de esta vecindad, un solar y casa al otro lado del rio Chiquito.

224
tachuelas, el hábito y la ropa talar con que fue enterrado, lo que se pagó a quienes lo
trasladaron, hicieron el cajón de entierro, ayudaron en la tumba, deudas pendientes,
novenarios sin pagar, compromisos adquiridos, y un largo etcétera.

SEGUNDO
ENFERMEDAD Y REMEDIOS

En 1767 el apellido Iriarte era importante en la villa de Colima para 1767. Por este y
otras escrituras públicas otorgadas en febrero de ese año7, sabemos que era una familia de
comerciantes formada por don Gregorio de Iriarte, ya finado, y cinco hermanos: Antonio,
Francisco, Gregorio, Juan Ygnacio, Joseph Vicente y Rita. Juan Ygnacio y Gregorio
formaban parte del cabildo; el primero ya había sido alcalde ordinario de 1766 a 17678; y
Gregorio lo sería de 1769 a 17709.

Joseph Vicente era clérigo presbítero domiciliado en el obispado de Michoacán y


cura propietario de la parroquia de Ixtlahuacán, cuya jurisdicción parroquial incluía
entonces el valle de Alima, con cabecera en la congregación de Coahuayana como una
vicaría propia. Era un curato pobre, de tercera categoría, con rentas inferiores a los mil
pesos anuales, pero con suficientes ingresos propios para el mantenimiento de su párroco,
no obstante ser un curato de indios, gracias a que Coahuayana era una congregación de
criollos y mulatos dedicados a la siembra de algodón.

En 1796 el cura Pedro Pablo Pintado se lamentaría que en un año antes, se le


hubiera segregado a esa parroquia la vicaría de Coahuayana, al quedar agregado Colima al
obispado de Guadalajara. En una representación que escribió entonces al obispo Alcalde le
dijo que

“este Curato a más de haver sido siempre corto, ha quedado ahora mucho
más, por que como abrasaba de dos Provincias en el se dividieron los Obispados,
quedando de la parte de Valladolid lo que verdaderamente lo componía y hacía
Curato, y era lo que mantenía al Cura con Obenciones y Primicias, pues se le
segregaron tres Pueblos, una Congregación muy crecida nombrada Cuahuayana, y
muchas Aldeas anexas Capaces y háviles de sostener un Subdelegado como lo
mantienen, y a la presente Cura”10

7
AHEC, Fondo Virreinal, Serie Protocolos, caja 23, carpeta 2; Colima 6 febrero 1768 ante Don Norberto
García Menocal. Poder que otorga Joseph María de Yriarte, vecino de la ciudad de Valladolid a Don Gregorio
de Yriarte su hermano; Villa de Colima 9 febrero 1768 ante Don Antonio María Azbuzúa, Poder que otorgan
don Juan Ygnacio, don José María de Yriarte, vecinos de esta villa, a Don Gregorio de Yriarte, su hermano;
Villa de Colima, 9 febrero 1768; Reconocimientoque hacen don Gregorio y Don Juan Ygnacio de Yriarte, de
una cláusula del testamento del bachiller Joseph Vicente de Iriarte.
8
AHEC, Virreinal, Caja 23, exp. 1
9
AHEC, Virreinal, Caja 23, exp. 5
10
Año de 1797. Representación del cura de Ixtlahuacán D. Pedro Pablo Pintado, sobre unos puntos y entre
ellos la redificación de la Iglesia Parroquial. AHAG, GOBIERNO, PARROQUIAS, IXTLAHUACÁN DE
LOS REYES, CAJA 1: EXP. 1797 MARZO 22.

225
El bachiller Iriarte enfermó de gravedad en Ixtlahuacán a mediados de 1767, por lo
que hasta ese pueblo viajó don Gregorio, como dejó consignado, bien surtido de alimentos
y medicinas, ya que, excepto sal, no había otro mercado y todo debía llevarse desde la villa
de Colima.

La memoria indica que don Gregorio llegó con 7 libras de cacao, de a real la libra,
vino de parras y aguardiente, además de condimentos como clavo, romero, pasas y
almendras para aderezar su comida, tal vez demasiado magra para un enfermo como él; así
como ollas, jarros y unto, o manteca, para cocinar frijoles, pollos, gallinas, pollas y un
carnero, ya que comer carne era parte de los tratamientos médicos habituales, además del
cacao, cuya ingesta era soportada incluso por quienes padecían problemas digestivos.

No dice de qué enfermó don Vicente; de hecho, pero, además de aceites de


almendras y aceite rosado, se mencionan un par de cosas que pueden dar una pista al
respecto. había llevado consigo dos reales de “Agua de la reyna de Ungría”, y medio almud
de alusema.

El primero es un destilado aromático, refrescante y con propiedades digestivas, que


se prepara macerando unos días en alcohol flor de romero, cuyo resultado se aplica
directamente en la piel; una receta, consultada en internet, le añade esencia de azahar,
corteza de naranja, corteza de limón, pétalos de rosa y flor de lavanda; hay referencias de su
uso en la corte española a mediados del siglo XVIII11, pero no en el Colima de ese tiempo.
Por su parte, la alhucema, también llamada lavanda, salvia o espliego, es una planta,
también macerada y utilizada en forma de aceite, recetada para padecimientos digestivos,
así como expectorante, por lo que era útil para casos de diarrea, flema y tos crónica. En este
caso, encontramos que se menciona su uso en el siglo XVI, pero no en más allá.

Por la memoria tenemos idea de que fue necesario traer al enfermo a la villa de
Colima, para lo cual se pagó 2 pesos y 4 reales en regalar con vino y vizcochos a los mozos
que lo trajeron a hombros, probablemente en una hamaca, por la delicada salud del párroco;
por el entonces muy transitado camino a las salinas de Ixtlahuacán, que pasa por el pueblo
de Tecolapa.

En la villa de Colima, el cuidado de don Vicente corrió a cargo de “varias mujeres y


hombres” que lo asistieron hasta que falleció y a quienes se les pagó chocolate, comida y
cena, así como de las cinco visitas que le hizo Fray José y por Rafael, el barbero, quien le
hizo propiamente la barba. Vino de parras, aguardiente y agua de la reyna de Ungría
constan también en las cuentas mencionadas, así como la compra de una colcha y de una
frazada.

Como ya hemos dicho, hasta su deceso, la enfermedad del bachiller Joseph Vicente
de Iriarte había costado, según su hermano don Gregorio, la suma de 72 pesos con 1 real.

11
Según Juan de Vicente González, 2002; Boticas monásticas cartujanas y conventuales en España”

226
LA MUERTE

Los ritos de disposición final del cuerpo del bachiller Joseph Vicente de Iriate
corresponden al velorio propiamente dicho, que ocurre inmediatamente tras el fallecimiento
del enfermo; el entierro; novenario, honras, y cabo de año.

No disponemos la información suficiente para darles fechas a estos actos litúrgicos;


el documento carece de precisión al respecto; por él sabemos de “la noche que se veló al
difunto”, “el día del entierro”, del “día que se acabó el novenario” del “día de las honras”,
así como de “el cabo de año del mencionado difunto”; asimismo que fue importante “el
discurso de seis meses”; la ofrenda que se le hizo el día de los finados y una misa más el 5
de diciembre. Pero como la memoria está fechada apenas el 15 de ese mes, parece posible
interpretar el dato como que el citado día 5 sería el del acabo del año; entonces tiene lógica
que los hermanos del bachiller hayan otorgado en los primeros días de febrero de 1768,
poderes para vender las propiedades de la familia y cumplir cláusulas de su testamentaría,
una vez concluidos los periodos pertinentes del entierro, novenario y duelo.

Ello tiene la ventaja añadida de explicar el que, a finales de ese mes o marzo a más
tardar, don Gregorio viajara a la ciudad de Valladolid, en compañía de dos mozos, para
arreglar diversos negocios de familia, de los cuales se detalla tan solo uno: el que haya
otorgado un poder a otro comerciante de esa ciudad para que en su ausencia cobrara los
arrendamientos de la casa de sus padres y

En la noche que se veló el difunto, sabemos, se dispuso el gasto de más chocolate,


vizcochos y vino para las personas que acudieron al mismo; se le mando construir un cajón
de tablas de madera, para lo cual se requirió que un herrero fabricara clavos y tachuelas con
fierro de Coalcomán; cajón que fue asimismo forrado de balleta negra, una especie de
terciopelo, con detalles en puntibí; posiblemente el cuerpo sería velado con un hábito
franciscano, consignado en esta memoria, y el cual, según otros testamentos
contemporáneos, era usual en la mayoría de los sepelios de esta época, y por el cual se pagó
la cantidad de

Ocho misas cantadas se dedicaron por su alma el día del entierro, que sería a la
mañana siguiente del velorio, a un costo de pesos tanto en el derecho parroquial respectivo
como en costo de los cantores; ello implicó, además, además el servicio de otros mosos
para transportar y colocar en la nave de la iglesia parroquial bancas, que no formaban parte
del mobiliario eclesial ni eran comunes, sino excepcionales para el uso de altos cargos del
cabildo, funcionarios reales y otras personas con derecho.

Se le construyó un túmulo funerario, aunque no sabemos si en Colima o su


parroquia de Ixtlahuacán, de donde fue titular, con gasto de cera labrada, de 28 libras de
cera labrada; hubo replique doble de campanas en las iglesias de los conventos de San Juan
de Dios y de Nuestra Señora del Carmen, aunque en ninguno de los dos sería enterrado,
sino en el de la parroquia de la villa; para inhumar el cuerpo, fue vestido además con los
ornamentos talares propios de su cargo: casulla, alba, estela y manipulo, los que costaron
80 pesos.

227
CONCLUSIONES

Hemos estudiado apenas por encima a los eclesiásticos en Colima, no solo en este
siglo XVIII sino a lo largo de todo el periodo novohispano; don Vicente de Iriarte es quizás
un ejemplo típico para esta región de hombres de la iglesia que surgen de familias con
poder y dinero capaces de darles a sus hijos una educación eclesiástica completa, como
ocurrió también con don José María Arzac y Díaz, natural de Zapotlán el grande cuya
familia se había distinguido por aportar varios hombres y mujeres al servicio divino12.

Los funerales del Bachiller Joseph Vicente Iriarte nos indican, sin bien a falta de
otros documentos contemporáneos que nos informen más con mayor amplitud sobre los
ritos de la enfermedad y la muerte no solo de los hombre de la iglesia sino entre los vecinos
de la villa y de los pueblos, son una ventana de oportunidad para conocer la amplia
dimensión de estas prácticas, sus costos y su valor relativo para asegurar la salvación del
alma por sobre el económico, que forman parte de las prácticas culturales presentes en el
partido de Colima a mediados del siglo XVIII.

Pero documentos como esta memoria nos replantean también que tenemos que
reconocer desde distintas perspectivas el momento y lugar en que se encuentran estos
párrocos. Datos como la disposición y relación de su familia, la mayor o menor disposición
de ingresos al curato en relación con la riqueza o producción de los pueblos de su
jurisdicción, el gasto promedio dedicado a la enfermedad y a los ritos mortuorios, son
temas en los que hace falta un trabajo más extenso, para que el bachiller Joseph Vicente de
Iriarte, Pedro Pablo Pintado y José María Gerónimo Arzac sean parte de un universo más
amplio de eclesiásticos y no, como ahora, casos aislados y sorprendentes.

12
José Luis Silva Moreno. Tierras de Dios, territorios del hombre. Párrocos y parroquias en el origen de los
ayuntamientos constitucionales en el Partido de Colima. 1808-1816. Tesis de Maestría. Universidad de
Colima, 2007.

228
ANEXOS

Nota: las cantidades de peso son en libras, que hemos tomado como 0.486 kilo, y onzas
La unidad de medida, el peso, se divide a su vez en 8 reales

Tabla 1
Número, tipo y costo de las MISAS pagadas por el bachiller Joseph Vicente de Iriarte
8 ENTIERRO 8 pesos
8 HONRAS 8 pesos
9 DIFUNTOS 9 pesos
1 CANTADA 3 pesos
100 PARROQUIA, SAN JUAN, 100 pesos
LA MERCED
2 NOVENARIOS 54 pesos
TOTAL: 126 misas y 2 202 pesos
novenarios

Tabla 2
Peso, destino y costo de la CERA utilizada en los actos funerarios por el bachiller
Iriarte
14 libras [ a 5 reales libra] TÚMULO 86 pesos 6 reales
11 libras ALTARES DEL TÚMULO 8 pesos 6 reales
3 libras 13 onzas 2 pesos 3 reales
45 libras TUMBA 28 pesos 1 real
46 libras ALTARES, CRUZ, 28 pesos 6 reales
CIRIALES, TUMBA
20 libras [líquida] 5 pesos
1 libra 5 reales
4 libras 7 reales
2 libras OFRENDA 2 pesos 2 reales
3 libras MISA 5 DICIEMBRE 1 peso 7 reales
6 libras CIRIOS 2 pesos 6 reales
VELAS SEBO 2 pesos
TOTAL: 155 libras 13 173 pesos 2 reales
onzas [50k]

Tabla 3
Ceremonia en que se registran CANTORES y su costo, en los actos funerarios por el
bachiller Iriarte
MISA 8 pesos 5 reales
ENTIERRO 2 p 4 reales
HONRAS 3 pesos
[SIN IDENTIFICAR] 3 pesos
TOTAL 17 pesos 1 real

229
Tabla 4
Derechos pagados a ECLESIÁSTICOS en los actos funerarios por el bachiller Iriarte
PADRE COMENDADOR 20 pesos
CURA ENTIERRO 27 pesos
CURA NOVENARIO 27 pesos
VIGILIA, MISAS HONRAS 17 pesos
MISA Y VIGILIA 16 pesos
SACRISTÍA NOVENARIO 6 pesos
SACRISTÍA HONRAS 1 peso
SACRISTÍA DERECHOS 2 pesos 2 reales
TOTAL 116 pesos 2 reales

Tabla 5
Gastos efectuados por REPLIQUES DE CAMPANA DOBLES en los actos funerarios
por el bachiller Iriarte
DOBLES SAN JUAN DE DIOS, LA 2 pesos
MERCED
DOBLES ENTIERRO, NOVENARIO 3 pesos 2 reales
DOBLES HONRAS 3 pesos
DOBLES LA MERCED, SAN JUAN 3 pesos
DOBLES PARROQUIA 1 peso
TOTAL 14 pesos 2 reales

Tabla 6
Costo del CAJÓN funerario del bachiller Iriarte
Pieza Balleta negra 1 peso 4 reales
2 varas Pontiví 1 peso 2 reales
[pieza] Cinta de reata 2 pesos 4 reales
5 docenas Clavos 5 reales
[sin indicar número] tachuelas 2 pesos 2 reales
[sin indicar número] Clavos y tachuelas 2 pesos 3 reales
[sin indicar número] tablas 3 pesos
Manufactura 6 pesos
TOTAL 12 pesos 3 reales

230
Tabla 7
Costos realizados durante la ENFERMEDAD del bachiller Iriarte
Tipo Motivo Costo
Remedios Agua de la Reina de Hungría 3 pesos 3 reales
Aceite de almendras y rosado 6 pesos 6 reales
Alusema, polvo de cangrejo 4 reales
Varios remedios 11 pesos 2 reales
Cacao y azúcar 7 pesos 5 reales
Vino de Parras 4 pesos 1 real
Rosa de Castilla, pasas, 7 ½ reales
almendra, clavo, romero
Aguardiente 5 pesos 1 real
Alimentos Ollas, jarra, unto 4 reales
Frijol 4 reales
Pollos, gallinas y pollas 2 pesos
Carnero 1 peso 4 reales
Chocolate, comida, cena 10 pesos
Otros servicios Velas sebo 2 pesos
Visitas P. Fray José 5 pesos
Colcha y frazada 4 pesos 2 reales
Barbero 2 pesos
Mozos 10 pesos
TOTAL 68 pesos ½ real

Tabla 8
Gastos erogados durante el ENTIERRO del bachiller Iriarte
Misas 29 pesos
Cantores 5 pesos 4 reales
Fábrica 23 pesos
Dobles de campana 6 pesos 2 reales
Hábito de San Francisco 12 pesos 4 reales
Cera 57 pesos 4 reales
Antonio Carrillo 3 pesos
Cera labrada en altar, cruz, ciriales, padres y 28 pesos 6 reales
tumba
Misa cantada 3 pesos
Capa 1 peso
Mozos 1 peso
Benegas 1 peso
Monaguillos 6 reales
Cura 43 pesos
Sacristía 2 pesos 2 reales
Ofrenda 1 peso
TOTAL 223 pesos 6 reales

231
Tabla 9
Gastos erogados por el TUMULO del bachiller Iriarte
Cera labrada 8 pesos 6 reales
Cirios 2 pesos 2 reales
Cirios 8 pesos 6 reales
Cera 2 pesos 3 reales
Doble de campanas 2 pesos
20 pesos
TOTAL 45 pesos 1 real

Tabla 10
Gastos erogados durante el NOVENARIO del bachiller Iriarte
Mozos 3 reales
Derechos del Cura 27 pesos
Derechos de la Sacristía 6 pesos
TOTAL 33 pesos 3 reales

Tabla 11
Gastos realizados en las HONRAS al bachiller Iriarte
Dobles 2 pesos
8 misas 8 pesos
Misa 1 peso
Cura 17 pesos
Sacristía 1 peso
Cantores 3 pesos
Juan Benegas 3 pesos
Diáconos 2 pesos
TOTAL 37 pesos

Tabla 12
Monto de las DEUDAS que fueron cubiertas a la muerte del bachiller Iriarte
Papel 4 pesos
Yegua 8 pesos
Buceo Panocha 5 pesos 6 ½ reales
Cebolla 4 reales
Balleta 1 peso 4 reales
Belduque y suadero 7 ½ reales
Chile 1 peso 3 reales
Canoa 4 pesos 3 ½ reales
clavos 1peso 4 reales

232
Buzo Santiago 2 pesos 6 reales
Martínez

Buzo Thomás García 3 pesos


Sombrero 1 peso
Fresada 1 peso 2 reales
Una libra de fierro y media de acero para 1 peso 4 ½ reales
componer un guango
Cigarrera empeñada 2 pesos 2 reales
Cocinero Francisco González 7 pesos 4 reales
A Lorenzo el Vaquero 8 pesos 5 ½ reales
Pensión conciliaria a Don Agustín de 29 pesos
Esquivel y Vargas
Cofradía del Santísimo Sacramento de 48 pesos
Tepalcaltepeque
Indios de Jilotlán 28 pesos
Esclava 80 pesos
TOTAL 348 pesos 4 reales

Tabla 13
Monto de los GASTOS diversos presentados en la cuenta del funeral del bachiller
Iriarte
A Don Gregorio e hijo por nueve meses y 86 pesos
medio como porqueros
Ración de maíz y frijol 23 pesos 6 reales
Viajes al Rancho 25 pesos
Arrendamiento de las tierras 6 pesos
4 libras de Cera 4 pesos 3 reales
Cera labrada 5 pesos
Una carga de Harina, 5 cuartillos de vino 5 pesos 4 reales
por ofrenda y una misa resada
Vino de Parras y misa 2 pesos 4 reales
Inventarios 150 pesos
Amanuense 15 pesos
Mozo Francisco López 49 pesos
Mozo Phelipe Bega 32 pesos 6 reales
Viaje de ida a Valladolid 20 pesos
Cocinera en Valladolid 36 pesos
Pan, chocolate y almuerzo 45 pesos 6 reales
Herradura de 2 mulas y 1 caballo 6 pesos
Camino de regreso a Colima 20 pesos
Poder notarial a Pablo Fonz 6 pesos

233
Vestuario del difunto: alba, cíngulo, 80 pesos
estola, manipulo
Avaluadores 30 pesos
TOTAL 681 pesos 2 ½ reales

Tabla 14
Monto de las HABILITACIONES realizadas a voluntad del Bachiller Iriarte
Hermano 60 pesos
Recaudo 5 ½ reales
Memoria 360 pesos 3 ½ reales
Por 34 mulas 591 pesos
Yegua 6 pesos
Mula 25 pesos
Avalúo 57 pesos 3 reales
Aparejos 10 pesos
Machos 162 pesos
Memoria 436 pesos 4 reales
Comunicado 600 pesos
Herrero 14 pesos
Amanuense 4 pesos 6 reales
TOTAL 2,325 pesos 7 reales

234
Ramón R. de la Vega:
La Formación de un Actor Político,
1837-1857
José Luis Larios García
<joseguis@hotmail.com>
Sociedad Colimense de Estudios Históricos
Archivo Histórico del Municipio de Colima

Apuntes Biográficos
Este ensayo hace un recuento de la primera etapa en la vida de Ramón R. de la Vega (1811-
1896), quien se dedicó muy pronto a la política, con un vertiginoso crecimiento y progreso
en la sociedad colimense. De la Vega fue un hombre con amplia trayectoria en la
administración pública.
Describe a un ciudadano dedicado a las actividades personales, pero forjado en
acciones tendientes a superarse como miembro de familia y actor político. Desde un
principio manejó a la par estas dos labores, que lo llevaron a ser una figura importante de su
época.
También enfatiza nuestro estudio su desempeño como secretario y regidor del
Ayuntamiento. Igualmente, expone los sucesos ocasionados por la anexión del territorio de
Colima al estado de Michoacán, tiempos en que De la Vega participó con ahínco por
devolver a Colima su anterior condición federal.
De igual manera participó en los debates por mejorar el sistema educativo y, con
ello, vino el establecimiento de las Juntas de Instrucción Pública, cuya importancia radicó
en crear políticas para instruir a la sociedad.
Nos señala cuando los inversionistas de Michoacán incursionaron en el ámbito textil
y establecieron la fábrica de hilados y tejidos San Cayetano, donde De la Vega fungió como
socio fundador de la misma; además de los cuestionamientos a su persona a raíz de la
acusación de contrabandista que emprendieron el jefe político interino del Territorio, José
Mª Gutiérrez, y el director de la Aduana Marítima de Manzanillo, Salvador Iturbide.
José Ramón de la Vega Escamilla, mejor conocido como don Ramón R. de la Vega,
nació en la población de Zapotlán, jurisdicción de la Nueva Galicia, el 11 de septiembre de
1811. Fue bautizado en la iglesia parroquial de ese lugar al día siguiente por el bachiller

235
José Antonio Barreda. Hijo legítimo de Agustín de la Vega y Ramona Escamilla, sus
abuelos paternos fueron José de la Vega y María Díaz, y maternos, José Escamilla y Juana
Pérez.1
En un primer acercamiento a la vida del personaje, destaca en su nombre una
diferencia muy evidente, con respecto a su apellido: De la Vega está textual en su acta de
bautismo, mientras la letra “R” no aparece como nombre oficial. Asimismo, el significado
no corresponde a ningún apelativo de sus ascendientes a no ser el de su madre.2
Los padres de Ramón R. de la Vega eran originarios y vecinos de la Villa de Colima,
así lo demuestra el acta de matrimonio fechada el 11 de diciembre de 1803, que se
encuentra en el Archivo de la Parroquia de San Felipe de Jesús (Beaterio), donde quedó
registrado que Agustín Garcilazo de la Vega y Ramona Escamilla se casaron ese día.3 No
sabemos los motivos que llevaron a la familia De la Vega Escamilla trasladarse hasta
Zapotlán, pero es probable que, para 1830, se encontraran de regreso en Colima.
El joven De la Vega, arraigado ya en la ciudad de Colima, comenzó a tener
amistades con amigos políticos, empresarios locales y extranjeros. Según Daniel Moreno,
realizó estudios de contabilidad, quizás por eso tuvo experiencia de trabajo en lo
administrativo y comercial, lo cual le permitió emprender un proyecto ambicioso en la
esfera pública y aspirar a puestos clave en el gobierno estatal y municipal de Colima. 4 En
los documentos analizados no hallamos ningún referente que ahonde en su formación

1
Archivo Parroquial del Sagrario de Zapotlán, Jal. : Libro de Bautismos, nº 34 (1808-1813), f. 45: Ramón
León Morales comenta que Ramón R. de la Vega “apenas contaba con 11 años de edad cuando quedó
huérfano de padre, ya que este militar del ejército insurgente murió en 1822, en un combate contra las tribus
salvajes del norte del país”: Ramón León Morales, “Ramón R. de la Vega. La consolidación de Colima como
Estado”, en: Pablo Serrano Álvarez (coord.), Personajes de Colima. Colima, Gobierno del Estado de Colima
e INEA (1997), p. 27.
2
No se encontró un documento donde se explique porqué agregó la letra “R” en su firma, en su acta de
bautismo no la contempla. Es probable que comenzara a usarla en 1837, ya que así aparece su nombre en un
documento oficial. José Óscar Guedea y Castañeda señala que la letra “R” corresponde a un castigo que le
impuso la masonería por haber renegado un tiempo de ella. Filomeno Medina Limas consiguió su perdón,
según nos informó el Sr. Guedea y Castañeda el 27 de octubre de 2008.
3
Archivo Parroquial de San Felipe de Jesús, de aquí en adelante (APSFC): Libro 13 de Matrimonios (1795-
1805), f. 157 vta. En cambio, Daniel Moreno asegura que eran originarios de Sinaloa y se trasladaron a
Zapotlán El Grande: Daniel Moreno, Colima y sus gobernadores: un siglo de historia política. México,
Studium (1953), p. 31.
4
Ibid., p. 31. De la Vega en los años treinta aparece en los documentos de archivo como impresor del
Ayuntamiento de Colima. Acta del 28 de enero de 1830, en: Archivo Histórico del Municipio de Colima, de
aquí en adelante (AHMC): Actas de Cabildo, 1830, caja F-7, pos. 3, f. 17 fte.

236
académica. Es muy probable que haya aprendido teneduría de libros, algo similar a la
contabilidad, pues a principios del siglo XIX no existía dicha carrera como tal.5
En 1830, propuso hacerse cargo de la imprenta del Gobierno del Territorio. Como lo
menciona Francisco R. Almada, esa actividad lo condujo a iniciar los primeros trabajos
periodísticos en la entidad.
Fue entonces cuando Ramón R. de la Vega y Ramón Fajardo ofrecieron pagar
cincuenta pesos anuales por el arrendamiento de la imprenta del Gobierno Territorial. Esta
oferta fue gestionada en la sesión de Cabildo el día 28 de enero de 1830.6 A la sazón, De la
Vega tenía 19 años de edad, por lo que se puede deducir que contaba con las nociones
apropiadas para hacerse cargo de la misma. Se les notificó el requisito de operar la imprenta
bajo un contrato de tres años,7 con pagos de fianza de seguridad, obligándose a imprimir
todo lo perteneciente al Ayuntamiento sin estipendio alguno, excepto el cargo del papel.
Por último, tendrían que detallar un informe de los gastos y ganancias de la imprenta.8
Figuró como editor de los primeros periódicos Observador de las Leyes, El Popular y La
Unión. De la Vega y Fajardo se convirtieron así en precursores del periodismo colimense.
La primera experiencia de De la Vega en el servicio público la realizó en el
Ayuntamiento de Colima, como escribiente de Aduana en 1833, con un sueldo de treinta
pesos mensuales, y en sus ratos libres se dedicaba a curador. 9
Su vida personal cambió por completo a los veinticuatro años de edad, pues se casó
en la iglesia parroquial de Colima (hoy Catedral Basílica Menor) el 25 de mayo de 1835. El
presbítero Andrés Rodríguez casó a Ramón de la Vega, vecino de la ciudad de Colima, con
Micaela de León, de 17 años, hija legítima de Juan Francisco de León y Dolores Soto. Sus

5
Mª de los Ángeles Rodríguez Álvarez, “Primeros proyectos de enseñanza comercial en el mundo y en
México”, en: María de los Ángeles Rodríguez Álvarez (coord.), Origen y desarrollo de la contaduría en
México, 1845-2000. México, Instituto Politécnico Nacional, Escuela Superior de Comercio y Administración
(2000), p. 16.
6
Acta del 28 de enero de 1830, en: AHMC: Actas de Cabildo, 1830, caja F-7, pos. 3, f. 17 fte. Almada
comenta que se les entregó en arrendamiento por la cantidad de 50 pesos mensuales: Francisco R. Almada,
Diccionario de historia, geografía y biografía del Estado de Colima, Colima, Tipografía Moderna, Talleres
de “Ecos de la Costa” (1939), art. “Imprenta”, p. 106.
7
Acta del 28 de enero de 1830, en: AHMC, Actas de Cabildo, 1830, caja F-7, pos. 3, f. 17 fte.
8
Acta del 14 de enero de 1830, en: AHMC, Actas de Cabildo, 1830, caja F-7, pos. 3, f. 10 vta.
9
Circulares y comunicados, (23 de julio, 1833): AHEC, Siglo XIX, caja 43-44 A., exp. 2, f. 68 fte. Curador,
“persona elegida o nombrada para cuidar los bienes y negocios del menor, o de quien no estaba en estado de
administrarlos por sí”. Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española, 22ª ed., art. “Curador”:
http://buscon.rae.es/draeI

237
padrinos fueron, Liberato Maldonado y María Trinidad Garibay, y sus testigos, Carlos
Carrillo, José María Castellanos y Rafael Nieves.10
Muy pronto la felicidad rodeó a la nueva familia De la Vega León. Al año siguiente,
el 31 de junio, nació su primera hija en el barrio del Dulce Nombre de Jesús, bautizada con
el nombre de María Petra de las Mercedes.11

Ingreso a la Administración Pública


En 1837, el escenario político del Estado mexicano tuvo cambios muy drásticos
bajo el poder de Antonio López de Santa Anna, quien decidió ejercer el mando nacional y
optó por abolir la Constitución de 1824, remplazándola con lo que se llamaron las “Siete
Leyes” o la Constitución de 1836, para así convertir su gobierno en un régimen
conservador y centralista. De acuerdo con el nuevo sistema político, Colima pasó a ser
parte de Michoacán y se convirtió en Distrito del Sudoeste.
Y así fue, el Ayuntamiento se conformó por los alcaldes: Tomás Quiroz, Joaquín
Campos, Ignacio Bravo y Juan Virgen; los regidores, Pedro Bazavilbazo, Rafael Murguía,
Félix Orozco, Ignacio Martínez, Ignacio Gómez, Antonio Colina, Ramón de la Vega y
Ángel García; y los síndicos, Juan Ramírez y José María Verduzco. Todos ellos
conformaron el nuevo Ayuntamiento de Colima, en 1837.12 Al constituirse las comisiones
del Ayuntamiento, Ramón R. de la Vega quedó integrado en dos de ellas: la Revisora y la
de Instrucción Pública.

Fábrica de Hilados y Tejidos de San Cayetano


Corría el año de 1842 cuando inversionistas de Michoacán incursionaron en el
ámbito textil y establecieron la fábrica de hilados y tejidos San Cayetano, donde De la Vega
fungió como socio fundador y ocupó la administración hasta unos meses antes de su muerte
en 1896.13

10
APSFC: Libro de Casamientos (1834-1838), acta de matrimonio, nº 68, f. 72.
11
APSFC: Libro de Bautismos (1835-1837), nº 40, f. 112.
12
Acta del 8 de junio de 1837, en: AHMC: Actas de Cabildo, 1837, caja F-10, pos.1, f. 45 fte-46 vta.
13
“Al presidente del Ayuntamiento de esta capital” (Colima, 23 de abril, 1896) Papeles sueltos sobre Don
Ramón R. de la Vega (1831-1899), en AHMC: Fondo Sevilla del Río, caja 1, exp. 16, f. 15 fte. Más de
150,000 pesos costó “esta magnífica fábrica, fundada por una compañía de michoacanos y colimenses”, cuya
maquinaria fue traída de Estados Unidos por uno de los socios, el Sr. Jones. Quedó establecida en 1842 y ya
en 1846 dio de 30-40% de utilidades. “Tan brillantes resultados se deben al celoso administrador D.R.R. de la
Vega”: “Ensayo estadístico sobre el territorio de Colima, mandado formar y publicar por la muy ilustre

238
La mayoría de las personas, en especial los hombres del campo y con pocos recursos,
utilizaban calzón y camisa de manta, debido al clima. Otros utilizaban en su vestimenta el
algodón. Por ello existió gran demanda de telas en todas las poblaciones cercanas a Colima.
De la Vega era el administrador de la fábrica, razón que aprovechó para decir que la
producción de San Cayetano era de las mejores.
El 12 de abril de 1845 De la Vega, como miembro del Ayuntamiento, dispuso la
apertura de la calle recta de San Cayetano (hoy Venustiano Carranza) a la fábrica del
mismo nombre.14 Con esta obra le dio acceso rápido a la parte norte de Colima, donde más
tarde comenzó a poblarse de casas. Además, tres años después, en 1848, José Levy comenta
que se construyó un puente sobre el arroyo llamado “Santa Gertrudis”, conocido como “El
puente de las niñas” (junto al antiguo Panteón de los gringos, hoy entre la avenida
Tecnológico y Venustiano Carranza).15 Durante muchos años fue el camino que condujo a
la fábrica de San Cayetano.

Un Personaje en las Juntas de Instrucción Pública


El 30 de mayo de 1831 se creó la Junta Inspectora de Instrucción Pública, compuesta
por siete individuos residentes en Morelia, Michoacán. Esta corporación tenía por fin
gobernar y vigilar la enseñanza.
Al cambiar el régimen federal por el centralista, la Junta Departamental de
Michoacán declaró, en 1837, que las escuelas siguieran bajo el cuidado y responsabilidad
de la Junta Inspectora de Instrucción Pública.
Michoacán tomó las riendas jurisdiccionales y las normas de la instrucción pública.
Se estableció en la ciudad de Colima una Junta Inspectora de Instrucción Pública,
compuesta por cinco vocales nombrados por el gobierno. La integraron: Liberato
Maldonado, presidente, Ramón de la Vega, secretario, Ignacio de la Madrid, visitador,

municipalidad de la capital del mismo territorio”, en: Jaime Olveda (Comp.), Estadísticas del territorio de
Colima. México, Instituto Nacional de Antropología e Historia (1985), p. 71.
14
Apertura de una calle desde la fábrica de San Cayetano a esta ciudad (12 de abril, 1845): AHMC, caja D-
82, exp. 54, f. 1 fte.
15
José Levy, “Puentes con historia: III Puente «de las Niñas»”, en: J. Levy (Pte) Ruinas del Convento de San
Francisco de Almoloyan, Colima, Sociedad Colimense de Estudios Históricos, ( Histórica, año IV, 2ª época,
nº 13:, diciembre, 1999), p. 12.

239
Manuel Álvarez y Pedro Bazavilvazo, vocales, con sus suplentes Antonio Colina y Félix
Figueroa.16
El 4 de junio de 1840 la Junta Subalterna de Morelia creó un decreto para establecer
dos escuelas normales de ambos sexos en Colima. Pero fue hasta el 21de febrero de 1842
cuando entró en funciones.
Se nombró a dos preceptores: José María Cardoso que se encargó de la escuela de
niños y Francisca Olañeta y Menéndez de la de niñas. Por cierto, este último plantel
“se inauguró con general aplauso abriendo sus puertas al bello sexo, que
ávido de instrucción, asistió a recibir con entusiasta empeño, y fue
sorprendente el aprovechamiento de las alumnas, siendo de las más
distinguidas la Srita. Rafaela Suárez”17

El propósito fue “distribuir directores en todos los puntos expresados”, que egresaran
de las escuelas normales de ambos sexos, pero el funcionamiento de éstas se suspendió en
1846, cuando el distrito se separó de Michoacán y adquirió de nuevo la denominación de
territorio federal:
De la Vega asumió un papel importante como miembro de la junta. Desde el inicio
de su trayectoria política, demostró interés en los asuntos educativos, pues él mismo llegó a
impartir clases a un grupo de niños.
El 21 de septiembre de 1848 se comisionó a Ramón R. de la Vega para redactar una
“noticia” circunstanciada del estado que guardaba la primaria y secundaria, con el fin de
enfrentar todo tipo de rezagos en la entidad.18 Ese mismo año fungió como jefe político
interino del Territorio.19
De la Vega planeó una reforma educativa el 31 de diciembre de 1849, la cual
proponía establecer dos grupos normales para hombres y mujeres y sustituir a los que ya

16
Mª de los Ángeles Rodríguez Álvarez y Alberto Paul Ceja Mendoza “Las juntas de instrucción pública de
1840-1857” en: Mª de los Ángeles Rodríguez Álvarez (Coord.), Escenarios, actores y procesos: la educación
en Colima durante el siglo XIX y primeras décadas del XX. Colima, Universidad de Colima (2007), p. 57.
17
Informe que el C. Inspector de Instrucción pública del estado de Colima rinde el gobierno sobre la
situación del ramo en el año escolar de 1889, Colima, Imprenta del Gobierno, p. 58. en: Archivo Histórico
del Estado de Colima, de aquí en adelante (AHEC), Fondo siglo XIX, caja 517, exp. 648.
18
“A Ramón R. de la Vega” (28 de septiembre, 1848), en: Comunicaciones de la Junta Superior de
Instrucción Pública: AHEC, caja S. XIX - 79-80, exp. 2. f. 3 fte.
19
“Decreto del ciudadano Ramón R. de la Vega, jefe político de este territorio” (Colima, 19 de enero, 1848),
en: Papeles sueltos sobre Don Ramón R. de la Vega (1831-1899): AHMC, caja FSR-1, exp. 16, f. 4 fte.

240
estaban; también planteaba dos escuelas unisexuales en poblaciones con más de dos mil
habitantes, mientras que en las poblaciones de menos de quinientos, una sola y mixta.
En 1850 se reestructuró de nuevo la Junta de Instrucción, integrándola esta vez
Manuel Álvarez y Liberato Maldonado, funcionarios con experiencia en las actividades
públicas. De la Vega le dio el respaldo a esa corporación, con el interés de cuidar y vigilar
el buen funcionamiento de las escuelas. Se contrató a Fossey con el sueldo de mil
doscientos pesos anuales y la escuela se instaló en la casa de Ramón R. de la Vega, cuya
renta ascendía a ocho pesos.20 Fossey impartió la clase de dibujo a veinte alumnos de al
menos 12 años cumplidos en adelante. También podían tomar la clase las estudiantes de la
escuela normal de niñas. El jefe político trajo a Fossey para educar a sus hijas, y se dice que
quien también aprovechó las clases fue la profesora Rafaela Suárez, quien recibió la misma
educación.
Los planes de Ramón R. de la Vega no se terminaron de concretar, pues se vieron
truncados por los constantes ataques que recibía el jefe político. Acusado de contrabando en
el puerto de Manzanillo y despojado de su puesto, nada pudo hacer por la continuidad de su
proyecto educacional. En 1852 Fossey tuvo que abandonar Colima, en medio de un
ambiente desfavorable. Los malestares que provocaba su presencia, no le convenían a él.
Los intolerantes argumentaban que gozaba de preferencias, y que su sueldo perjudicaba al
erario público.21
En los años siguientes continuó organizándose la Junta de Instrucción Pública con
diversas personalidades. Se rolaban los cargos o los dejaban, para luego regresar.
Aquí se muestran las fechas de la presencia de Ramón R. de la Vega en la Junta de
Instrucción Pública:

1. 1840, secretario.
2. 1841, presidente y secretario.
3. 1842, presidente y cuatro veces secretario.

20
“Carta de Ramón R. de la Vega” (21 de julio, 1849), en: Expediente contraído al establecimiento de
escuela normal a cargo del señor profesor Mathieu Fossey: AHPJ, caja 64, exp. 28.4. “De la Vega negoció
ante la diputación territorial que Fossey siguiera al frente de las normales con un sueldo de 2,000 pesos
anuales y 500 más por hacerse cargo de la escuela de dibujo”: La instauración de la educación pública en
Colima: pugnas y conflictos, 1830-1870. Colima, Secretaría de Cultura del Gobierno del Estado de Colima.
(2003), p. 79.
21
Rodríguez Álvarez (Coord.), Escenarios, actores y procesos… (2007), p. 93.

241
4. 1843, vocal.
5. 1856, presidente22

Hacia la Autonomía de Colima.


En 1842 el escenario interno no era muy alentador, pues el Supremo Gobierno mandó
clausurar el puerto de Manzanillo. La decisión tomada se apoyó en las condiciones insalubres y la
escasa vigilancia que tenía el comercio de cabotaje y ante ello, el Ayuntamiento de Colima
comisionó a Ramón R. de la Vega para gestionar con el gobierno federal la derogación del decreto
de prohibición.
De la Vega publicó en 1842 las Noticias geográfico–políticas del territorio de
Colima, elaboradas por Eduardo Harcort años atrás,23 con el fin de dar a conocer las
potencialidades de la región en agricultura, ganadería, industria, clima, flora, fauna y demás
rubros importantes. Sugirió también la posibilidad de que tal riqueza podía proporcionar las
bases para que Colima se elevara como entidad autónoma separada de Michoacán, del que
había dependido desde 1837.
El propio de la Vega se afanó en defender la rehabilitación del puerto. Es posible
suponer que el cierre de Manzanillo repercutía en sus intereses empresariales, pues a través
del puerto se importaba materia prima para la fábrica de hilados y tejidos San Cayetano, y
la situación implicaba problemas y pérdidas a la empresa que representaba.24
En 1846 las cosas cambiaron a nivel federal y local, con el triunfo del federalismo
encabezado por Mariano Salas, general del Ejército Libertador Republicano, quien derrocó
al fallido general Mariano Paredes Arrillaga, de ideología monárquica, puso fin al

22
Ibíd. 67-68.
23
Noticias geográfico-políticas del territorio de Colima, escritas por el coronel ingeniero D. Eduardo
Harcort, en 1834, y publicadas en 1842 por Ramón de la Vega (1842). México, S. Pérez lo imprimió en su
oficina.
24
Servando Ortoll, “Los primeros sinsabores”, en Servando Ortoll (Coord.), Colima: una historia
compartida. México, Secretaría de Educación Pública e Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis
Mora. (1988), p. 72. No fue posible conseguir la apertura a pesar de las gestiones que hizo de la Vega y ser
apoyado por el General Francisco Duque, gobernador de Sinaloa. En 1845, el Congreso de la Unión autorizó
de nuevo la apertura pero quedó sin efecto a consecuencia de los conflictos políticos nacionales y haber
triunfado el “cuartelazo” encabezado por el general Mariano Paredes Arrillaga. En 1848 terminó el bloqueo al
firmarse los tratados de Guadalupe Hidalgo que pusieron fin al conflicto del país. El presidente Manuel Peña
y Peña expidió en Querétaro el decreto de la rehabilitación definitiva del puerto al comercio interior y
exterior. Véase: Almada, Diccionario de historia, geografía y biografía... (1939), art. “Manzanillo (historia)”,
p. 128.

242
centralismo. Después de once años, los federalistas volvían al poder aunque con la
problemática de la inminente invasión de Estados Unidos al territorio nacional.25
Colima logró separarse de Michoacán y recobrar su condición de territorio federal.
El Congreso de esa entidad se opuso a la nueva organización territorial, pues perdía un
territorio anexado desde 1837. Arremetieron con dureza:

Colima olvida los pueblos de Michoacán que se le subordinaron: Colima


olvida que a Michoacán debe su instrucción pública: Colima olvida que
Michoacán previsor y generoso cuidó siempre de aquel departamento
tuviese una representación inmediata y directa en nuestros legislativos
generales: Colima olvida los constantes esfuerzos con que por
Michoacán se promovió la apertura del puerto de Manzanillo: Colima
olvida que por Michoacán tiene hoy una de las industrias más
acreditadas y mejor establecidas en el ramo de algodones.26

El 19 de noviembre de 1849 a De la Vega se le designó jefe político y bajo su gestión


hubo obras muy importantes como la colocación subterránea de la nueva cañería de plomo,
de mucha utilidad para los pobladores por la toma de pajas de agua y las fuentes públicas.27
Una parte se instaló en la plaza principal, otra en la plaza nueva y en la placeta de la Sangre
de Cristo.28
Ramón R. de la Vega dispuso regular la policía de seguridad y emitió un reglamento
en 1849 sobre la misma.
Estipuló la división de la ciudad en ocho secciones, subdivididas en ciento noventa y
dos fracciones, que eran las manzanas y grupos de casas marcadas progresivamente en el
plano de la cuidad. En cada una de las fracciones se nombró a un jefe de manzana, quien

25
Josefina Zoraida Vázquez, “Los primeros tropiezos”, en: Centro de Estudios Históricos, Historia general de
México: versión 2000. México, El Colegio de México, (2000), pp. 548-549.
26
Memoria sobre el estado que guarda la administración pública de Michoacán leída al Honorable
Congreso por el Secretario de Despacho, el 23 de noviembre de 1846. Morelia, Mich., Imprenta de I. Arango
(1846), p. 6 [referencia proporcionada por la Dra. Mª de los Ángeles Rodríguez Álvarez]. También en 1846,
Ramón R. de la Vega junto con Antonio Ferrer y Longinos Banda formaron por segunda ocasión el Ensayo
estadístico del territorio de Colima, con el mismo propósito de la vez anterior: dar a conocer la riqueza y el
potencial que tenía la región en esos momentos.
27
Acta del 22 de agosto de 1848, en: AHMC, Actas de Cabildo, 1848, caja F-12, pos. 2, ff. 64 fte-vta. A
propósito a esta referencia, el propio De la Vega hizo uso de la cañería dos años después: Los señores Don
Sixto y Ramón de la Vega solicitan una paja de agua para cada uno (7 de noviembre, 1850): AHMC, caja D-
94, exp. 4. Otro expediente describe sobre la compostura de un caño. Noticia de los dineros que el señor Jefe
político Don Ramón R. de la Vega ha ministrado al que suscribe para construcción del caño a la cárcel (5 de
junio, 1851), en: AHMC: caja D-96-A, exp. 6.
28
Acta del 9 de septiembre de 1848, en: AHMC, Actas de Cabildo, 1848, caja F-12, pos. 2, f. 73 fte-vta.

243
tenía que llevar un registro de altas y bajas de aquellos que se avecindaran o se retiraran de
la misma; se averiguaría la conducta de los vecinos y se debería aprehender y poner a
disposición del juez respectivo a todo aquel que portara un arma sin la debida licencia, a los
escandalosos, ebrios, ociosos y quienes perturbaran la tranquilidad y la moralidad públicas.
Se tenían que hacer rondas en las noches, cuidar el aseo y la salubridad del espacio y de los
vecinos. En las disposiciones se creó la figura del jefe de Policía, quien a su vez tendría la
responsabilidad de que se cumpliera la ley.29

Una Infame Calumnia: ¿Contrabandista?


Durante su gestión como jefe político, se amenazó con clausurar de nuevo el puerto
de Manzanillo.
De la Vega tuvo que separarse de su cargo nuevamente en 1850, con el fin de viajar a
los Estados Unidos de Norteamérica, por asuntos relacionados con la fábrica de hilados y
tejidos San Cayetano, y atender su enfermedad, conocida como erupción herpética crónica.
Su médico de cabecera, el doctor Luis Kegel, comentó que en el tiempo de calor y,
especialmente, en las aguas, tomaba un carácter más agudo y molesto, impidiendo al
enfermo muchas veces moverse con libertad.30 Dejó como responsable en la jefatura
política a José Mª Gutiérrez.
Gutiérrez comenzó a tener problemas con la diputación territorial, a causa de algunos
cambios que hizo sin la anuencia de ésta y mucho menos de Ramón R. de la Vega. Los
miembros afirmaron “que apenas de haberse embarcado el Sr. Vega, cuando disminuyendo
el cólera y otras enfermedades las filas de esta legislatura, se formó luego en su seno una
mayoría opuesta al jefe político ausente y a sus adictos, es decir a toda la población.”
Es probable que los enemigos y algunos miembros de la diputación querían derrocar a
Ramón R. de la Vega, al señalar su bajo desempeño por

haber dejado caer la Hda. Pública y aumentado los gastos; ejercer un


despotismo con capa de libertad, estar las calles desaseadas y llenas de
inmundicias; no haber constituido el tribunal de 2ª Inst. que era

29
Reglamento de policía, dictado por Ramón R. de la Vega, Jefe Político de Territorio de Colima (1849), en:
AHMC: caja D-89, exp. 1, ff.1-2 vta.
30
Periódico Oficial El Estado de Colima (9 de junio, 1870): AHMC, tomo IV, nº 24, 197.

244
necesario para la administración pública de Justicia y haber amenazado
a los diputados para hacerse obedecer.31

Los detractores de De la Vega pugnaban por destruir las escuelas normales y


despedir a su director, Mathieu de Fossey; además, se opusieron a que se reinstalara el
cuerpo municipal anterior, o se procediera a realizar nuevas elecciones. Las rencillas no
tardaron en causar efecto, pues Gutiérrez aprovechó diversas circunstancias: el escenario
político, la epidemia de cólera en la capital, el contrabando en las costas y el posible cierre
del puerto de Manzanillo. Junto con el director de la Aduana Marítima de Manzanillo,
Salvador Iturbide, hijo del primer emperador de México, acusaron a De la Vega de
contrabandista.
Según la aduana, había excesos y diferencias en los paquetes y cajas que se
encontraron en el cargamento del bergantín Sylvina, se registró en el inventario: tres mesas
para madejear [sic], piedras de mármol para mesa de sala, caja con dos botes para pintura,
tres calentadoras de fierro, rellenas de clavazón, caja con catorce bombas, siete rejas para
cultivador y ocho guadañas sin inventariar.
Mathieu de Fossey escribió una carta dirigida a Urbano Fonseca, ministro de Justicia,
donde defendió la integridad y honradez de su amigo, y reclamó que existían personas en
Colima que deseaban dañar a un hombre de bien.
Servando Ortoll comenta que un defensor y amigo anónimo publicó el 25 de
noviembre de 1851, en el periódico La Voz de la Razón, su posición referente a este tema.
El texto señala que De la Vega era inocente de los cargos que se le imputaban. Los mismos
argumentos utilizados son citados por Mathieu de Fossey en la carta enviada al ministro
Urbano Fonseca, el 12 de octubre de 1851. No es arriesgado afirmar que Fossey pudo ser
el amigo anónimo que publicó el escrito. También que el contenido de la carta se utilizó
para los argumentos de la defensa de Ramón R. de la Vega. Probablemente Fossey tuvo
mucho que ver en las pesquisas para demostrar la inocencia de su amigo.
Con su reingreso a la administración pública quedó claro que no era contrabandista.
Al menos en los archivos, no se encontró otro documento que diera cuenta de la conclusión
del juicio de contrabando padecido por Ramón R. de la Vega.

31
Almada, Diccionario de historia, geografía y biografía... (1939), art. “Vega, Ramón R.”, 183.

245
Propósito Cumplido: Colima, Un Nuevo Estado
El gobierno de Antonio López de Santa Anna fue derrocado en 1853 por el plan de
Ayutla. Se proclamó la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el 5 de
febrero de 1857, que declaró a Colima y a Tlaxcala como estados de la federación.
El 19 de julio de 1857, De la Vega declaró solemnemente instalada la legislatura del
estado.
Así quedó conformada la primera legislatura del Estado de Colima
Presidente: Ramón R. de la Vega.
Puntos constitucionales: Francisco Vaca, Ramón R. de la Vega y Juan Nepomuceno
Salazar.
Gobernación: Miguel Escoto.
Hacienda: Liberato Maldonado
Justicia y negocios eclesiásticos: Francisco Vaca.
Guerra: Liberato Maldonado.
Industria, agrícola y fabril: Ramón R. de la Vega.
Policía interior y de peticiones: Pedro Brizuela32

Al ocupar la presidencia del Congreso, Ramón R. de la Vega comenzó a desplegar


más sus ambiciones políticas. En ese momento, ya era un hombre respetable, con liderazgo,
además de un acaudalado empresario de la región occidente.
No obstante, al poco tiempo, las convulsiones políticas estallaron en Colima, tras el
asesinato en la plaza principal del primer gobernador, Manuel Álvarez.33 José Silverio
Núñez asumió el gobierno interino y decretó estado en sitio tras la revuelta encabezada por
Francisco Ponce de León, ex jefe de la Guarnición de la Plaza de Colima, quien quiso

32
Acta del 21 de julio de 1857, en: Dirección de Servicios Documentarios del Honorable Congreso del Estado
de Colima., Libro de actas de las sesiones del Honorable Congreso del Estado, 1857, caja 1, pos. 1, ff. 604
vta. y 605 fte.
33
Ensayo geográfico, estadístico e histórico del Estado de Colima, formado de orden del Gobernador del
mismo C. Esteban García, en vista de los datos más fehacientes, tanto oficiales como privados. Edición de
Daniel Moreno. México, Imprenta de Editorial y Litografía Regina de los Ángeles (1973), p. 51 (Colección
Club del Libro Colimense) [facsimilar de la edición hecha por la Imprenta del Gobierno del Estado, a cargo
de Carlos Véjar, 1886]. El 26 de agosto de 1857 se apoderó de la capital un grupo de revoltosos quienes
dieron muerte al gobernador Manuel Álvarez. La noche del 7 de septiembre de 1857, entonces se hizo cargo
de la plaza el Coronel José Washington de Velasco. Ibid., 52.

246
apoderarse del mando gubernamental. Así terminaría una época para Colima y para el
personaje, abriéndose un porvenir insospechado en ambos.
En los años venideros De la Vega ganó terreno en la élite política, fue el hombre más
influyente de Colima durante muchos años. Su ascenso al poder en varias ocasiones a la
gubernatura del estado durante la década de los sesenta del siglo XIX, le permitió estar en
la coyuntura de los asuntos más controversiales de México.

247
Bert Lindemann. Ingeniero noruego en Colima

Enrique Ceballos Ramos


tierra.letras@hotmail.com
Sociedad Colimense de Estudios Históricos

Resumen

El 15 de septiembre de 1904, la compañía norteamericana Ferrocarril Central inició


trabajos de construcción de vía férrea entre Tuxpan y Colima, tramo faltante de la ruta
Guadalajara-Manzanillo. Cuatro años después, el 12 de diciembre de 1908 se celebró la
llegada del ferrocarril a Colima, trayendo como invitados de honor al presidente de México
Porfirio Díaz y al gobernador jalisciense coronel Miguel Ahumada, de origen villalvarense.
Fueron recibidos por el gobernador de Colima Enrique O. de la Madrid, abuelo del
presidente de México 1982-1988 Miguel de la Madrid Hurtado.

Bert Lindemann, ingeniero civil noruego participó en la ruta ferroviaria Tuxpan-


Colima. Radicado en Colima casó con Emilia Vogel Quevedo, hija de los propietarios de la
hacienda de San Antonio de Comala, Colima, Arnoldo Vogel Von Der Wettern y Clotilde
Quevedo Rivas. La familia Lindemann-Vogel procreó cinco hijos: Emilia, Bert Hans, Hilde
Clotilde, Elena y Bertha. La familia Lindemann-Vogel se fue de Colima en 1922,
radicándose en California, Estados Unidos de Norteamérica.

Presento la historia del noruego que al participar en la construcción del ferrocarril


contribuyó al progreso de Colima como lo han hecho otros notables extranjeros que han
dejado huella de su paso por tierras colimotas.

Introducción

Los extranjeros en Colima

Durante los siglos XIX y XX Colima ha recibido un flujo importante de extranjeros


que han contribuido a nuestro progreso en todos los órdenes comerciales, agrícolas o
industriales. Muchos de ellos, al terminar sus labores han retornado a sus patrias, pero
muchos otros han echado raíces en nuestro solar y sus familias han seguido contribuyendo a
nuestro desarrollo económico y social.

Varios escritores han dejado constancia del paso de los extranjeros por nuestras tierras
con la publicación de libros que son de mucha utilidad para entender nuestro pasado. Entre
otros podemos citar a titulo de ejemplo a:

“Las expediciones alemanas” en Cuentos Colimotes de Gregorio Torres Quintero


(1931); Por tierras de cocos y palmeras de Servando Ortoll (1987); “Extranjeros en

248
Colima: El caso del barón De Brackel-Welda” en Los años de crisis de hace cien años de
José Miguel Romero de Solís (1988); Vogel. Las conquistas y desventuras de un cónsul y
hacendado alemán en Colima de Servando Ortoll (2005); Las migraciones alemanas en
Colima, 1848-1890 (Un estudio de caso: familia Schulte Vogel) de Leopoldo Barragán
Maldonado (2007); “Dos haciendas transmutadas” y “Leyenda de dos poblados: Tonila y
La Esperanza” en Por las faldas del volcán de Colima; Cristeros, Agraristas y Pacíficos de
Julia Preciado Zamora (2007) y La construcción del ferrocarril Manzanillo-Colima:
empleadores y empleados (1880-1889) tesis de maestría regional de J. Jesús Jiménez
Godinez (2009).

Con los escritos antes mencionados, con mis propias investigaciones y con el apoyo
importantísimo de J. Jesús Jiménez Godinez, logré redondear una aproximación a la vida y
obra de Bert Lindemann que expongo a continuación.

Trabajos de Lindemann en Colima

Bert Lindemann vino a México probablemente bajo el mando del ingeniero Edgar K.
Smoot en 1897 para efectuar trabajos portuarios en Mazatlán, Sinaloa, al parecer venía
procedente de Galveston, Texas, Estado Unidos de Norteamérica. Posterior a los trabajos
de Mazatlán estuvo en las montañas de Guerrero trabajando para la empresa del Coronel
Hampson’s, construyendo una red ferrocarrilera1.

En 1900 ya se le ubica en Colima en trabajos de construcción de obras del puerto de


Manzanillo bajo las órdenes del contratista Smoot. En conferencia de prensa en la ciudad
de México, en septiembre de 1904, donde también estuvieron presentes Arnoldo Vogel y el
Ing. Smoot, se informó que ya se habían invertido cuatro millones de pesos y se emplearía
otro millón y tres cuartos, todo para el mejoramiento del puerto. Se dijo entonces que
Manzanillo, con los trabajos que se efectuaban, sería uno de los mejores puertos del mundo
sin la menor duda. Los principales trabajos fueron la construcción del rompeolas y el
dragado de la laguna de Cuyutlán2.

Lindemann se involucró después como contratista de la línea del ferrocarril Tuxpan-


Colima, tramo faltante del ramal Guadalajara-Manzanillo. El tramo que le tocó construir
bajo la firma Lindemann y Van Zandt fue el contrato de 28 kilómetros partiendo de Colima
hacia Tuxpan3.

Los trabajos de inicio son descritos así por Servando Ortoll basándose en datos del
Periódico Oficial El Estado de Colima: “A las 10 de la mañana del jueves 15 de septiembre
de ese año [1904], tuvo lugar en el llano “El Peregrino” una ceremonia de iniciación de las
labores de construcción del ferrocarril de Colima a Tuxpan. En el acto estuvieron presentes
las “principales personas de la localidad”; y el licenciado Manuel Rivera, orador que por lo
regular pronunciaba discursos en diversos actos oficiales, “tomó la palabra [para] felicita [r]

1
J. Jesús Jiménez Godinez, Bert Lindemann. Colima: mecanoescrito, 2012, p. 1
2
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 4
3
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 5

249
al gobierno y al vecindario de Colima porque al fin iban a ver realizada una mejora que
desde hac [cía] muchos años estaban deseando [...]”. En realidad esto era de suma
importancia porque las riquezas que encerraba el territorio alcanzarían de una vez por
todas, su pleno desarrollo.

Después del discurso de Rivera, Enrique O. de la Madrid, tomó un zapapico que el Sr.
Bert Lindemann del Ferrocarril Central, le prestó.

“y después de cavar un poco de tierra, arrojó a un lado con una pala una cantidad de
aquella [...] este acto conmovió a los presentes quienes con un atronador aplauso y
vivas lo festejaron, tocando los músicos el himno nacional y disparándose morteros y
nutrida salva de cohetes: a la vez en la ciudad tuvieron verificativo un repique general
y salvas.”4

“En 1907 se inició la construcción del ferrocarril del Cerro Grande, montaña cuya
riqueza maderera aguardaba a la modernidad. Dice una nota de La Patria: “Los
trabajos han empezado activamente bajo la dirección del ingeniero Lindemann y se
han dedicado a ellos un gran número de operarios, no siendo imposible que muy
pronto comiencen a tenderse los primeros rieles”5

El miércoles 28 de octubre de 1908 llega a Colima la máquina 514 cuyo objeto tenía
practicar el reconocimiento de la vía, previa a su inauguración.

Servando Ortoll señala los preparativos que se efectuaron para recibir la llegada
oficial del tren a Colima:

“Las autoridades del estado hicieron febriles preparativos para recibir


dignamente a esa figura casi mítica [...]. Orden terminante para encalar las fachadas
de todas las casas de la población: repaso al empedrado de las calles principales,
pintura nueva y brillante para el kiosko, y bancos de la plaza; desinfección y limpieza
a fondo del tren de mulitas por si a don Porfirio le daba la humorada de treparse en él
para subrayar la enorme diferencia entre la tracción animal y la de vapor; uniformes
de gala a la veintena de gendarmes que hasta entonces no habían tenido otro quehacer
que acarrear muy de vez en cuando a algún borrachito por cantar a horas
inconvenientes [...]. Los charros convocados de todos los rincones del estado, daban
la nota de mayor brillo.”6
Por fin el 12 de diciembre de 1908 se inauguró con la presencia de Porfirio Díaz, la
ruta de Tuxpan a Colima, según el órgano oficial, citado por Ortoll:

“ese día en la mañana se encontraba la estación del ferrocarril de esta ciudad pletórica
de familias de nuestra elegante sociedad y de pueblo [...]. A las 10 a. m. llegó la
locomotora que traía a los señores Felton, Presidente del Ferrocarril Central; Lic.

4
Servando Ortoll (Coordinador). Colima una historia compartida. México, D. F.: Secretaría de Educación
Pública, Instituto de Investigaciones Dr. José María Luis Mora, 1988, pp. 262-263
5
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 6
6
Servando Ortoll, p. 267

250
Salvador M. Cancino, apoderado de la Compañía de dicho ferrocarril; Julio
Limantour, Licenciados Rivas Cervantes, Juan L. Lomelí, Secretario de Gobierno de
Jalisco; Rafael López, Presidente del Tribunal de Justicia del mismo estado y Sergio
Sánchez, Presidente del Congreso. Diez minutos después llegó la locomotora que
conducía al primer magistrado de la nación, quien venía acompañado de los señores
Vice-presidente de la República, Ramón Corral, Ing. Leandro Fernández, Secretario
de Comunicaciones y Obras Públicas; Coronel Miguel Ahumada, Gobernador de
Jalisco y del Estado Mayor,”7

Con esta llegada del tren, Colima iniciaba una era de progreso en todos los órdenes.

Emilia Vogel, la novia de Lindemann

María Juana Emilia Vogel, hija de Arnoldo Vogel Von Der Wattern y de Clotilde
Quevedo Rivas se convierte en novia de Bert Lindemann.

Tuvo tres hermanas: Enriqueta Luisa quien casó con Carlos Schulte Kuhlmann;
Manuela Rosa quien lo hizo con José Francisco Santa Cruz Ceballos, y Clotilde Sofía quien
casó con José Schneider. Tuvo además un hermano, hijo de un segundo matrimonio de su
papá con Modesta Carrillo, que llevó el nombre de Arnoldo Vogel Carrillo, quien casó con
Carmen Guzmán Valencia.

En cuanto a primos hermanos en línea paterna, no tuvo en México, ya que su padre


llegó solo a México, sin hermanos o hermanas.

Primos hermanos en línea materna si tuvo, ya que una hermana de su mamá de


nombre Luisa casó con Adolfo Kebe y tuvieron ocho hijos y por lo tanto fueron primos
hermanos de Emilia: Luisa, quien casó con Enrique Schondube; Emma, Carlos, Adolfo,
Emilia, Clotilde, Gustavo y Oscar, todos de apellidos Kebe Quevedo.

Su mamá Clotilde tuvo una hermana más de nombre Carolina quien casó con un señor
de apellido Capetillo y tuvieron dos hijos que fueron primos hermanos de Emilia Vogel,
éstos son Guillermina y Manuel Capetillo Quevedo, éste a su vez tuvo un hijo que llevó su
mismo nombre y que fue un famoso torero.

Boda Lindemann – Vogel

En principio se fijó la fecha de la boda el 15 de junio de 1904, pero por una seria
enfermedad de un familiar de la novia, fue pospuesta por doce días y se efectuó el 27 de
junio.

7
Servando Ortoll, p. 268

251
En una nota de prensa de la ciudad de México se dice que estará presente en la boda
su primo Gustavo Kebe, que se desempeña como asistente de la gerencia del Hotel Bazar
de la ciudad de México.

Se reproduce parte de la nota:

“Finalmente se llegó el día en que la doncella Emilia Vogel, vecina de la hacienda de


San Antonio, enclavada en la circunferencia original del volcán de Colima, entre las
umbrías huertas de cafetos y frutas tropicales; contraería nupcias con el ingeniero
ferrocarrilero Bert Lindemann”.8

Otra nota de la ciudad de México expresa:

“Ayer en el templo de La Merced en Colima, la señorita Emilia Vogel, hija del señor
y la señora Arnoldo Vogel, de esa ciudad, se casó con el señor Bert Lindemann, un
ingeniero asistente de Edgar K. Smoot de los trabajos portuarios de Manzanillo. El
señor Lindemann, es bien conocido en esta ciudad.”9

Una nota más hace mención de la fiesta y de la asistencia de otro primo:

“Adolfo Kebe, hermano del asistente de Gerencia del Hotel Bazar [Gustavo] regresó
de Colima, en donde acudió a la boda de su prima la señorita Emilia Vogel, hija del
cónsul alemán en Colima, con Bert Lindemann, ingeniero en jefe a cargo de la
construcción de trabajos portuarios en Manzanillo. El novio y la novia fueron
calurosamente felicitados y ovacionados en Manzanillo por los amables empleados
del señor Lindemann, y fueron trasladados de Colima a Manzanillo en un tren
especial. Celebraron también en Manzanillo un banquete. El señor Kebe estuvo
presente en los banquetes y también celebró banquetes con sus amigos. Esta fue la
primer visita a Colima en seis años.”10

La pareja Lindemann – Vogel salió por ferrocarril en su luna de miel a California.

No cabe duda que el Ing. Lindemann se relacionó bien con esta boda. Su suegro
Arnoldo Vogel en un viaje a la capital del país es entrevistado, en agosto de 1904 y así es
presentado:
“Arnoldo Vogel, cónsul alemán en Colima, está en el hotel Palacio. El señor Vogel es
el director de la sucursal del Banco Nacional en Colima, es propietario de una gran
firma comisionista de negocios en Colima y en Manzanillo y agente de la línea
naviera Kosmos, la línea correo del Pacífico y la línea mexicana Compañía Naviera
del Pacífico.”11

En la entrevista Vogel confía en la prosperidad de Manzanillo y Colima al mencionar:

8
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 2
9
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 2
10
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 3
11
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 3

252
“Creo en el gran futuro de Colima y Manzanillo. Edgar K. Smoot quien es el
contratista de los trabajos portuarios está buscando convencer al Gobierno de darle a
él el contrato para rellenar una parte de la laguna de Cuyutlán. Él es el hombre
adecuado para hacerlo y tiene toda la ayuda necesaria y material a la mano.
Esperamos que logre su objetivo. Mi yerno, Bert Lindemann, ingeniero en jefe en los
trabajos portuarios y apoderado del señor Smoot estará en esta ciudad de México,
mañana.”12

El 15 de diciembre de 1904, acude Bert Lindemann a la ciudad de México a un baile


con motivo del inicio de un nuevo mandato presidencial de Porfirio Díaz, pero también
diseñado para honrar a Carmen Romero Rubio, su esposa. La crónica social del baile
registró la presencia elegante de su esposa describiendo su vestido. A este baile también
fueron invitados Trinidad Alamillo, Francisco Santa Cruz, Enrique O. de la Madrid, Miguel
Ahumada y Edgar K. Smoot.13

Hijos del matrimonio Lindemann – Vogel

Tuvieron cinco hijos, a saber:

1. Emilia Lindemann Vogel nació en Colima el primero de enero de 1906. Murió de 98


años de edad, en 2004, en Palo Alto, California. Su nombre final fue Emilia
Lindemann Rathbun.

Su obituario menciona que su padre fue un ciudadano americano, ingeniero civil que
construyó líneas de ferrocarril y puertos en México y se casó con la hija de una rica
familia mexicana. Su familia se movió a San José, California en 1922.

Se casó con el profesor Rathbun en 1931, abogado de la Universidad de Stanford,


California. Vivieron en Portola Valley, California de 1974 a 1979. Tuvieron dos hijos,
Richard y Juana.

2. Bert Hans Lindemann Vogel nació en Colima el 25 de febrero de 1908. En su acta de


nacimiento observamos que sus abuelos paternos fueron Henry Hans Lindemann y
Emma Lindemann. Su papá Bert Lindemann, declaró tener 35 años por lo que habría
nacido en 1873.

No logré obtener mayores datos, excepto que un hijo, John Lindemann vive en
Kennewick, Washington, USA, al que conocí en Colima en 2005, cuando vino a la
presentación del libro Vogel de Servando Ortoll. Lo contacté telefónicamente y
mostró voluntad de proporcionarme datos, pero perdí la comunicación con él. No
contesta mis llamadas ni responde por correos de internet.

12
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 4
13
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 5

253
3. Hilde Clotilde (Coco) Lindemann Vogel debió haber nacido en Colima en 1917, por
su obituario logrado por internet con el nombre de Clotilde (Coco) Lindemann
Southgate Gibson. Murió a los 84 años de edad, en 2001 en Portola Valley,
California. En dicho Lugar vivió por 52 años. También menciona el obituario que
pasó su infancia en un vasto rancho cerca de Colima, México, fundado en 1879 por su
abuelo, un diplomático alemán. En un tiempo la hacienda tuvo su propia moneda y
100 militares como protección contra bandidos. La familia se movió a San José
[California] durante la revolución mexicana [1922].

Se menciona que siendo joven trabajó en un hotel de Yosemite por más de 10 años,
cantando melodías folclóricas mexicanas con sus dos hermanas.

Se casó primeramente en 1942 con Harry W. Edwards pero dos semanas después se
fue a la guerra y murió en 1944, quedando viuda.

En 1949 casó con Hugh Southgate de Portola Valley, quedando viuda en 1982. Tuvo
una hija, María Cristina Southgate.

En 1989, casó por tercera ocasión, con William Gibson.

4. Elena Lindemann Vogel. No se han localizado datos de ella.

5. Bertha Lindemann Vogel. No se han localizado datos de ella.

De las cuatro hermanas, ignoro quiénes formaban el coro en California, pero sé que
grabaron una melodía: “Music and Flowers”. Song Spanish, en 1932 en Gwendolen Brooks
Penniman.

La otra familia Lindemann

En marzo de 2012, recibí una invitación de Juan Carlos Reyes para participar en el
séptimo foro Colima y su región. El hecho de haber participado en todos los anteriores (los
seis realizados), me motivó a participar también en éste.

En el mismo mes de marzo, estuve en McAllen, Texas, visitando a familiares que ahí
viven y por azares del destino platiqué con Tove Lindemann, abogada que reside en ese
lugar y a la que ya conocía. En la plática me refirió que su abuelo Bert Lindemann había
vivido y trabajado en Colima en vías ferroviarias, por lo cual me animé a estudiar el caso de
su abuelo, porque sería una fuente importante de información para mi trabajo, por lo que
regresando a Colima registré mi tema con Juan Carlos.

La información que me proporcionó Tove Lindemann fue escueta: su abuelo Bert


Lindemann de 25 años se casó en 1909 con su abuela Alvide Sevilda Hjellestad, noruega y
mitad judía de 22 años, al año siguiente, en 1910 nació su hijo al que le pusieron Bjorne
Emili Lindemann. Su abuelo abandonó a su esposa e hijo y con el tiempo, el hijo de Bert o
sea su papá, se casó con Gertrudis Midtun, noruega y tuvieron dos hijos, ella de nombre
Tove nació el 17 de junio de 1940 y Truls Halbor Lindemann el 12 de noviembre de 1946,

254
que sigue viviendo en Noruega, mientras que Tove, como ya dije, vive en McAllen, Texas
y pasa periodos de vacaciones en Chapala y Guadalajara, Jalisco.

También me dijo que su papá y ella vinieron a Colima a buscar rastros de su padre y
abuelo. Localizaron un busto de Bert Lindemann y ambos aseguraron que se parecían
mucho. También se entrevistaron con el notario Adolfo Virgen Schulte, quien se sorprendió
mucho de que en Colima no se supiera que Bert tenía otra familia en Noruega. Me
confirmó que sin duda alguna se trata de la misma persona y que no comprende porqué en
Colima se hizo pasar por soltero.

Los datos que proporciona Tove me hacen aventurar varias hipótesis:

1. Que se trata de dos personas distintas con apellido común.

2. Que Bert en Noruega se casa, pero no en 1909, en base a las fechas dadas por Tove,
sino en 1895 (de 22 años de edad) naciendo su hijo a fines de 1895 o principios de
1896 y luego abandonarlos y venirse a Estados Unidos en 1896 y empezar una nueva
vida de soltero, casándose nuevamente en Colima en 1904.

3. Que Bert hubiera efectuado un viaje a su natal Noruega a visitar a su familia o pasar
navidades a fines de 1909, allá haber mentido sobre su situación civil en México y
haberse casado y tener el hijo en 1910 y haber regresado como si nada hubiese pasado
por tener su vida hecha en Colima.

Esta última teoría la considero más difícil pero no imposible, ya que se casa en 1904,
nace su primer hija en 1906, su segundo hijo en 1908, desconozco cuándo nacen otras dos
hijas y aparentemente la última nació en 1917, yéndose la familia a California en 1922. Hay
un hueco de tiempo entre las fechas de nacimiento de los hijos, aunque falta acreditar las
fechas de dos de ellas.

Por otro lado Bert es localizado en un boletín hotelero el 12 de mayo de 1909 en el


Hotel Iturbide de la ciudad de México.14 Pudiera estar viajando rumbo a Veracruz a abordar
un buque que lo llevara a Noruega a visitar familiares.

En una nota de la Gaceta de Guadalajara, de fecha 20 de junio de 1909 se dice:

“Después de una corta permanencia en la villa veraniega de Chapala, regresó a esta


Ciudad [Guadalajara], la señora Clotilde Vogel de Schnaider, a quien acompañaba su
apreciable hermana, la señora Emilia Vogel de Lindemann.”15

Se pudiera colegir que visitaba a su hermana por estar su esposo Bert de viaje a
Europa.

14
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 7
15
J. Jesús Jiménez Godinez, p. 8

255
En fin, este descubrimiento de un posible abandono de familia y engaño al decirse
soltero en 1904 o bien en incurrir en un acto de infidelidad en 1909 y abandono de familia,
no cambia el gran peso que tuvo Bert Lindemann en la historia del progreso de Colima por
su destacada labor en el ramo ferrocarrilero en Colima y el portuario en Manzanillo.

Muchas gracias.

256
Antiguas familias: un rescate del pasado remoto
María Guadalupe Paredes López
paredeslmg@hotmail.com

Introducción

¡Han aprehendido a Cuauhtémoc!


es cercado por la guerra el Tenochca,
es cercado por la guerra el Tlatelolca!

Preso este señor, luego en ese punto cesó la guerra.


Martes, día de San Hipólito, 13 de agosto de 1521.

Era el día 1–serpiente del año 3–casa1

Esta fecha marca el inicio de la exploración, conquista y asentamiento de parte de los


españoles en el territorio que se denominará Nueva España.
Hernán Cortés desde ese momento busca con sentido estratégico en primer lugar
consolidar, la villa Rica de la Vera Cruz —fundada en 1519—, reforzar los sitios o puertos
que le permitieran la comunicación con la metrópoli. Con este fin acude personalmente a
Pánuco para llegar a un acuerdo con Francisco de Garay; Coatzacoalcos es sometida por
Gonzalo de Sandoval en 1521. Asegurados estos tres puntos se vuelve hacia el Pacífico con
dos propósitos: la búsqueda de un puerto a fin de continuar la anhelada ruta de Colón a
costas asiáticas y localizar los yacimientos que habían abastecido a los purépechas de
metales preciosos.
Cristóbal de Olid es elegido para entrar a los reinos de Michoacán y Zacatula.
Sometidos los purépechas, a finales de 1522 penetra por Mazamitla llega a Tamazula y
regresa a Tzintzuntzan, —centro de operaciones— dejando a Hernando de Saavedra a
cargo de la exploración minera y la penetración silenciosa en la zona sin encontrar mayor
resistencia de los naturales.2
En 1523 de nuevo Cristóbal de Olid sale a la costa rumbo a Zacatula donde ya había
españoles, de su tropa se desprende una parte encabezada por Juan Rodríguez de
Villafuerte, misma que penetra a Colima. En Tecomán son atacados por los nativos y hubo
de retroceder con gran apuro a Zacatula.
Ante el fallido intento Cortés considerando la importancia que tiene la zona para sus
propósitos, —además, de castigar, de llevar presos a los involucrados, relatar la
desafortunada incursión al emperador en la Carta de Relación de 15 de octubre de 1524—,

1
Alejandra Moreno Toscano, “El siglo de la conquista”, en Historia General de México 2, 1ª reimpr. 1980,
México, El Colegio de México, p. 21.
2
José María Muría comenta que Cortés no deseaba que llegarán noticias a España o al Rey para “no ceder al
monarca la quinta parte de los productos obtenidos en [la] región”. José María Muría, Sumario Histórico de
Jalisco, Prol. de Miguel León Portilla, México, Gráfica Nueva, 1996. p. 49.

257
envía a Gonzalo de Sandoval a principios de 1523 quien somete la región y funda la Villa
de Colima el 25 de julio del mismo año y establece su cabildo.
A partir de esa fecha Cortés mantiene su interés en el territorio, envía a Francisco
Cortés conocido por San Buenaventura a explorar tierras de Jalisco y Nayarit, con amplios
poderes para dar nombramientos, repartir tierras. Entrará en conflicto con su
contemporáneo Nuño Beltrán de Guzmán —gobernador de la provincia de Pánuco y
presidente de la Primera Audiencia de México— por el codiciado occidente.
Así se fue configurando el espacio, motivo de la investigación cuya avance hoy
presento, donde Colima junto con Michoacán y el Sur de Jalisco comparten una historia
común desde hace más 489 años. De la misma manera se establece el tiempo considerando
éste, desde la presencia hispana en esta demarcación hasta nuestros días.
Definido el espacio geográfico – temporal, se buscó situar al hombre como morador y
sujeto histórico. Y definir la forma de interrogar el ayer dar vida a los actores y traerlos al
presente, es decir, cómo y con qué: aspecto metodológico y técnico.
Para cumplir este cometido, hubo que recurrir a las fuentes localizarlas, conocerlas,
estudiarlas, interrogarlas, confrontarlas, “ordenar sus signos en apartados que permitan
establecer identidades y actos”.
En esta tarea fui conociendo un gran número de documentos: crónicas, historia
regional, estudios locales, biografías, anecdotarios, monografías, genealogías…; así mismo
a los autores que, a través de sus estudios han resuelto dudas, aportado datos, corregido
información, iluminando caminos, estimulando nuestro trabajo al descubrir que
compartimos problemas, incertidumbres y dilemas comunes. Además pude visualizar en
ellas y con ellos las distintas maneras de cómo y con qué interrogar el pasado.
Por mi parte opté por hacer genealogía, antigua disciplina cultivada desde los tiempos
remotos, presente en la Biblia y leyendas de la antigüedad; desvirtuada con frecuencia para
halagar la vanidad y el orgullo del hombre, al extremo que muchos personajes se les hacía
descender de héroes legendarios y míticos y aún de los mismos dioses.
La ha utilizado la literatura, el arte y la historia en la sucesión de linajes gobernantes,
las estructuras y mentalidades nobiliarias, los privilegios políticos, sociales y económicos
de determinados estamentos. Y en la actualidad ha recuperado su estatuto de ciencia, se han
descubierto nuevas y sugerentes posibilidades de investigación, análisis y reflexión,
renovando sus métodos y objetivos. En suma porque es la

Ciencia que atañe directamente al hombre en su dimensión más personal e intima: la


que estudia los antecedentes familiares, sus orígenes próximos o remotos, afectando tanto
a sus derechos civiles —herencias— como su natural interés o deseo de conocer sus
antecedentes o historia personal.3

3
Manuel Sánchez Mariana, en el prólogo de la obra de Luis García Cubero, Bibliografía Heráldico–
Genealógico–Nobiliario de la Biblioteca Nacional (Manuscritos), Madrid, Biblioteca Nacional Ministerio de
Cultura, 1992, p [9].

258
Estudio genealógico de Antiguas Familias: Colima, Michoacán y Sur de Jalisco

Desde el año de 1990 de manera circunstancial inicié la investigación genealógica,


con el estudio del linaje de la Torre, familia ubicada en Madrid desde el siglo XVI.
Algunos de sus miembros pasaron a Cuba asentándose en las principales provincias,
donde participaron en la fundación de pueblos, en relevantes puestos de la
administración, ligándose además con las más notables familias de la isla.
Este apellido tomado por vía materna se antepuso al de su padre Diego de Cifontes,
del que tengo la hipótesis ser de la misma familia de Francisco de Cifontes nacido en la
provincia de Portillo en 1497, llegó con Pánfilo de Narváez. Además de conquistador
fue vecino de Colima, nombrado en distintos documentos de la época por destacados
investigadores estudiosos del siglo XVI.4
El material encontrado sobre esta familia en Madrid y Cuba, lo utilizó la escritora
Julieta Campos para trazar su novela La Forza del Destino,5 que reconstruye 500 años
del pasado familiar.
Un segundo acercamiento al campo de la genealogía se presentó cuando el
empresario jalisciense don René Rivial León, con el deseo de conocer el pasado familiar
y legar a sus descendientes el estudio de sus ancestros, me encomendó la investigación
sobre la familia de su señora madre doña María Asunción de Jesús León Galván y la de
su esposa doña María Guadalupe Vergara Ochoa. El resultado se plasmó en dos obras
una: Apuntes Genealógicos de la Familia Vergara Ochoa, la otra Familia León y sus
linajes adherentes: Borja, Campos, Galván, Rivial y Servín, Notas genealógicas,
publicadas en 2007. Estos trabajos permitieron dar seguimiento a 14 generaciones y más
de 430 años en los Ochoa, alrededor de 226 años en la familia León con 10
generaciones y en la estirpe Vergara 9 generaciones y más 234 años. Y sobre todo
permitió entrar al espacio geográfico – temporal ya mencionado. Este andar, iluminado
y respaldado por la rica experiencia relatada hizo surgir en mí, un nuevo desafío:
proseguir la investigación.
Primero, para aprovechar el material obtenido y no utilizado completándolo,
ampliándolo y profundizando en él.
Segundo, dar al estudio un enfoque social, incluyendo a todas las familias que
aparecen en los primeros libros parroquiales, y que permitieran con certeza seguir las
líneas del mismo tronco familiar, considerando que todos los habitantes, fueron
protagonistas, todos con su esfuerzo en el momento que les tocó vivir, dieron sentido al
territorio, diseñando y construyendo una vecindad, todos fueron forjadores del rostro
actual de la región.

4
Entre ellos destaco al doctor Rubén Villaseñor Bordes, Materiales para Biografías, s/l, s/e, 1952, pp. 4, 5,
14, 17, 19, 21, 24, 26; Thomas Hillerkuss, Diccionario biográfico del occidente novohispano. Siglo XVI.
Zacatecas, Universidad Autónoma de Zacatecas–Centro de Docencia Superior, vol. 1 A-C, 1997. José Miguel
Romero de Solís, Andariegos y pobladores. Nueva España y Nueva Galicia (Siglo XVI), Zamora, Mich., El
Colegio de Michoacán, Archivo Histórico del Municipio de Colima, Universidad de Colima y
CONACULTA–FONCA, 2001, pp. 114-115; y otros que no tengo a la mano.
5
México, Alfaguara, 2004.

259
Tercero, contribuir a través de la genealogía, a hacer la historia del Occidente desde
el siglo XVI, en especial de la región que hoy ocupan los estados de Michoacán, el Sur
de Jalisco y Colima, zona de paso y asentamiento, lugares donde se realizaron grandes
empresas, origen de pueblos, “Señuelo de la imaginación” como llama a Colima
Romero de Solís, que permitió en este “Finisterre Novohispano”, lograr las
exploraciones del Mar del Sur y luego el arribo a tierras de oriente para cumplir el sueño
colombino y darle la “auténtica universalidad que anhelaba en lo espiritual y material”
el imperio español.

Un ambicioso proyecto:

La propuesta la presenté a don René Rivial León, quien, de manera generosa autorizó
la beca de investigación y más tarde los recursos para la edición del primer tomo. De esta
manera proseguí la 3ª etapa de indagación genealógica con un proyecto de mayor
envergadura, que pretende ir rescatado los antiguos linajes asentados en la región ya
mencionada. El titulo: Estudio Genealógico de Antiguas Familias. Colima, Michoacán y
Sur de Jalisco. Siglos XVI – XXI. La obra busca:
Ofrecer una panorámica de cómo se fue configurando el espacio geográfico,
comprendido hoy por el territorio mencionado con la llegada de los españoles.
Registrar primero, la presencia apellidos españoles, que permitan dar seguimiento a las
líneas de sucesión, así como aquellos que a partir del siglo XIX van aparecer por la
necesidad de un segundo nombre o apellido a fin de servir de complemento al nombre de
pila para evitar confusiones y sobre todo como seña de identidad.
Facilitar el conocimiento del pasado remoto, al establecer orígenes, parentescos y
enlaces de los linajes estudiados.
Dar rostro a los personajes, que con su quehacer cotidiano: en el hogar, la agricultura,
la ganadería, la minería, el comercio, como oficiales reales o eclesiásticos o en los oficios
participaron en formar la sociedad que se fue gestando a partir de de la segunda mitad del
siglo XVI.
Constituir una base de datos de familias y apellidos, que facilite a los investigadores o
curiosos el uso y comprensión de documentos, la clara vinculación de las familias.
Revelar los acervos a los que puedan acudir a profundizar un tema o iniciar otros.
Facilitar el recorrido por la geografía familiar, conocer el itinerario de un viaje y su
peregrinar, para poder reconstruir su historia integrando los eslabones perdidos.
Poner al alcance de los investigadores en rápida consulta una serie de nombres que
aparecen en las fuentes documentales y estimular el estudio de nuevos temas.
El primer tomo se imprimió en octubre de 2009 incluye 75 apellidos castellanos, —
cuyo listado se anexa al final—, con un mayor número de familias pues cabe hacer notar
que, aparecen muchas que comparten el mismo apellido, no así los lazos de parentesco,
origen y tiempo de asentamiento.
La obra esta estructurada en tres apartados: Introducción, estudio de los 75 apellidos,
bibliografía. El primero presenta breve bosquejo histórico de la implantación de la cultura
occidental en el espacio geográfico mencionado, los actores y el tiempo de su presencia: del

260
siglo XVI hasta el siglo XXI. Se comentan los objetivos propuestos, la metodología y
técnicas empleadas, los alcances y limitaciones de la investigación.
La segunda, —parte sustancial del trabajo—, describe los 75 apellidos pertenecientes a
familias asentadas en la región, en su mayoría localizadas a partir del siglo XVII en los
archivos parroquiales, municipales, en testamentos, informaciones de limpieza de sangre,
escrituras públicas, etc.
Su presentación inicia colocando el apellido como nombre base del estudio, le siguen
los subtítulos: apellido y armas. En el apellido se da a conocer de manera sencilla y amena
su origen, significado y evolución esto es abordarlo desde el punto de vista etimológico con
el fin de dar información breve: “a qué lengua pertenece, de qué palabra procede, y cuál es
su significado” aderezada, cuando es posible con relatos de nacimiento del apellido. La
fuente básica fue el Diccionario de Apellidos Españoles.6
Para los apellidos no localizados en el anterior se consultó el Diccionario Heráldico y
Nobiliario,7 mismo que aborda los apellidos desde la heráldica, íntimamente ligada a los
escudos de armas, pertenecientes a las familias nobles que llevan dicho apellido.
Aquellos no encontrados en los mencionados diccionarios se localizaron en otros
autores o bien se acudió a internet. Todos los datos de identificación de la fuente están
mencionados en cada apellido.
En la publicación de estudios genealógicos es casi una tradición que aparezcan las
armas de las familias allí descritas, en otros a falta de ellas, la descripción es tomada de
diccionarios —como es mi caso— haciendo la aclaración que dichas armas no pertenecen
al apellido descrito, ni a la familia(s) mencionada(s) por carecer de documentos que así lo
demuestren, sin embargo consideré que, como formación intelectual puede despertar
curiosidad adentrarse a una materia que pide el mismo rigor que otras ciencias para probar
su dicho; así como recrearnos con personajes y hazañas que inspiraron de alguna manera a
muchos de los primeros conquistadores del nuevo mundo.
La parte medular del trabajo es la integración de las familias, se hizo estudiando cada
personaje primero en su identificación a través de la investigación de sus datos individuales
(nombre, lugar y fecha de nacimiento, matrimonio, defunción), familiares (padres,
ascendientes, cónyuges, hijos) y circunstanciales (actividad o profesión, hechos
sobresalientes y sucesos) que ayudaran a recrear su presencia en la sociedad que perteneció,
el espacio donde actúo y el tiempo en que vivió.
Logrado esto, se procedió armar el gran rompecabezas donde cada historia individual
se unió primero a su familia o bien se integró a la que por vínculo o enlace matrimonial se
adhirió.
Es importante destacar que la información de cada personaje es desigual en unos es
rica, abundante, se han podido incorporar datos de testamentos, información de limpieza de

6
Roberto Faure, María Sunción Ribes, Antonio García, Diccionario de apellidos españoles, 3ª ed. España,
Espasa Calpe, 2005. Este importante estudio de apellidos españoles tiene más de 6125 entradas o
descripciones. Da cuenta de la historia de los apellidos desde el siglo IX, fecha donde aparecen en los
primeros manuscritos en latín, relata su tránsito por los siglos XI – XII cuando debido al empobrecimiento de
la onomástica —ciencia que estudia los nombres propios—, fue preciso utilizar el segundo nombre o apellido.
7
Fernando González – Doria, Diccionario Heráldico y Nobiliario, España, Editorial Bitácora, 1994.

261
sangre, escrituras, actividades laborales, cargos públicos y hasta bosquejar pequeñas
biografías, otros apenas están registrados con una fecha y, algunos sólo mencionados,
rescatados del anonimato a través de un testamento, una escritura, un poder o un cargo
público.
El tercer apartado titulado Bibliografía da cuenta de los acervos, bibliografía y fuentes
a las que se acudió, entre ellas se puede citar archivos eclesiásticos, municipales, el Archivo
Casa de Morelos, en Morelia, Michoacán, el Archivo Histórico de Jalisco, el Archivo
General de la Nación, en cuanto a fuentes consulté bibliografía locales y regionales,
diccionarios y enciclopedias, árboles genealógicos, realicé entrevistas y acudí al internet,
pero muy especialmente utilicé los libros parroquiales, indispensables para este tipo de
estudios. A partir del siglo XIX el Registro Civil complementa la información.
Esta tercera investigación se convirtió en un gran desafío por la cantidad de individuos
que es necesario estudiar. Entre las dificultades encontradas en el manejo de las fuentes esta
la forma en como se usan los apellidos.
 Ausencia en los primeros libros parroquiales en su mayoría de los apelativos maternos.
 Las mujeres en las primeras épocas, casi siempre usan el apellido materno
conservándolo en sus descendientes, otras regresando al paterno.
 Mudanzas sin conocer la razón del cambio.
 Apellidos compuestos usados indistintamente en esta forma o de manera sencilla,
encontrando además su reducción a través del tiempo o privilegiando uno de ellos.
 El surgimiento de homónimos. Problema que tras una indagación cuidadosa y cotejo de
documentos se pudieron en la mayoría de los casos resolver.

Los libros parroquiales inician su registro hasta mediados del siglo XVII (1640), cien
años después de presencia y aculturación hispana en la zona, razón por la cual los estudios
del doctor José Miguel Romero de Solís, Thomas Hillerkuss, entre otros, enfocados
especialmente al siglo XVI vienen a llenar el gran vacio de fuentes de este periodo.
Entre el listado de linajes estudiados destaca, desde el siglo XVI el del conquistador
don Juan Villaseñor y Orozco, asentado en Michoacán de cuya ilustre familia descienden
varios títulos de nobleza de Nueva España, las familias de don Miguel Hidalgo y Costilla y
don Agustín de Iturbide, así como una noble y distinguida sucesión forjadora de pueblos en
el Bajío, Michoacán y Jalisco. Procedentes de Santa María de Galdácano, Vizcaya, España,
a finales del siglo XVIII, los hermanos Mateo y Francisco Antonio Garibi y Jugo se
establecieron en Zapotlán el Grande, Nueva Galicia, donde casaron y fueron padres de
familias que llegan hasta nuestros días, entre las que destacan la de don José Garibi Rivera,
primer cardenal mexicano y la de don José Ignacio Dávila Garibi. Por ese mismo tiempo
procedente de Guadalajara se asienta en la mencionada población la familia formada por
don José Gerardo Palafox Lozano y doña María Manuela Gil Calatayud, dando origen a
un distinguido linaje. Entre sus herederos se cuentan políticos, eclesiásticos, militares,
magistrados, abogados y doña María de la Gracia Palafox Garibi, quien en los aciagos
años del siglo XIX mexicano, fue esposa del presidente de la República don María Félix
Zuloaga y Trillo. También es de mencionarse la familia de don José Paulino de Jesús
Rolón Alcaraz, conocido por José Rolón, destacado músico y compositor, uno de los
mayores exponentes de la música clásica mexicana, fundador de la primera orquesta

262
sinfónica del país. Otro notable linaje es Rulfo, del cual desciende don Juan Nepomuceno
Carlos Pérez – Rulfo Vizcaíno, Juan Rulfo, escritor de reconocimiento universal, quién
durante su vida, recibió varios homenajes, condecoraciones y premios, entre ellos destaca el
Premio Príncipe de Asturias en 1983. Y una larga lista de familias que a través de su
estudio, nos han dado agradables sorpresas en el rescate de la microhistoria y la historia
regional.
Es importante destacar que las familias asentadas en la zona la mayoría procedían de
Michoacán, las cuales a través de varias generaciones fueron ocupando poco a poco el
territorio estudiado, flujo que también se efectúa a la inversa o en ambos sentidos.
De ello da cuenta el origen michoacano de la familia Rulfo (Real de Tlalpujahua), los
Alcaraz, Anaya, Balbuena, Barragán, Béjar, Cárdenas, Coria, Fuentes (Chilchota),
Mendoza, (Cotija), Sánchez Aldana (Puruándiro), Silva (Cotija), Villaseñor y Jasso, así
como la familia Arzac (Jiquilpan) de la cual desciende el inquieto cura de San Francisco de
Almoloya, (Villa de Álvarez), don Joseph María Gerónimo de Arzac Díaz, originario de
Zapotlán el Grande, donde nació el 28 de septiembre de 1769, bautizado el 3 de octubre,
hijo de don Joseph de Arzac Fernández, y de doña María Francisca Díaz Mancilla.
Estudió la carrera eclesiástica y en una relación de méritos, apunta

‘que no ha sido Insurgente ni un instante y es de alabarle que siendo sobrino y discípulo


en gramática del Apóstata Padre Díaz (bachiller José Antonio Díaz), y discípulo en
Teología del revolucionario Hidalgo y condiscípulo, concolega o amigo de los más de
sus perversos secuaces, con quienes se vio cuando la ciudad de Guadalajara estaba
poseída por ellos, ninguno fue capaz de arrancar de su corazón la firme esencia de que
la causa que actualmente defendemos y era la justa y Santa, y tuvo política para
defenderse de los muchos seductores que procuraron atraerlo a su infame partido, contra
el que luego que tuvo oportunidad se declaró enemigo acérrimo.8

Toda obra tiene sus límites irremediables: al revisar los documentos se encuentra que
apenas se ha podido capturar una pequeña porción de información sobre un personaje,
familia, espacio, época, etc. El tiempo en que hay que rendir cuenta de nuestro trabajo
obliga a hacer un alto y decir: hasta aquí. Uno más, saber de antemano que ninguna obra es
completa ni perfecta y por tanto se encontrarán en ella vacios, imprecisiones,
equivocaciones; pero a pesar de ello, se puso el mejor esfuerzo para la primera entrega.
El trabajo ha proseguido sin descanso, puedo anunciar la próxima aparición del
segundo y tercer tomo para el próximo mes de octubre, en ellos se documenta el origen
colimense del linaje Orozco, del cual desciende el célebre pintor José Clemente Orozco, los
linajes: Álvarez, Brizuela, Basavilvazo, de la Madrid, Pérez Ponce de León, Rangel,
Solórzano y muchas otras que muestran ese dinamismo humano, ese ir y venir sin fronteras.
Finalmente quiero dejar constancia de mi agradecimiento a don René Rivial León, pues
sin su apoyo esta ardua y paciente investigación no se hubiera podido realizar.

8
Carlos Martín Boyzo Nolasco, La Independencia en la Región de Autlán y Costa de Jalisco, México, Acento
Editores, 2008.

263
Portada del libro

264
Relación de apellidos publicados en el tomo I.

1. Aguilar 39. López del Amo


2. Alcaraz 40. López de Lara
3. Anaya 41. Maciel
4. Arias 42. Mancilla
5. Arzac 43. Manríquez de Lara
6. Ascencio 44. Manzano
7. Ávalos- 45. Mendoza
8. Avellaneda 46. Ochoa
9. Avendaño 47. Orbe, de
10. Balbuena 48. Orilla
11. Barragán 49. Padilla
12. Barreto 50. Palafox
13. Béjar 51. Pérez
14. Blanco 52. Pérez Hurtado
15. Cárdenas 53. Plasencia
16. Carrasco 54. Pizano
17. Carrillo 55. Preciado
18. Ceballos 56. Quesada
19. Cobián 57. Ramírez
20. Coria 58. Rodríguez
21. Covarrubias 59. Rodríguez-Cano
22. Díaz 60. Rolón
23. Díaz Infante 61. Ruiz-Galindo
24. Dosal 62. Rulfo
25. Espinosa 63. Sánchez-Aldana
26. Figueroa 64. Sánchez de la Mejorada
27. Fuentes 65. Sayago
28. Garibi 66. Silva
29. Gómez 67. Trejo
30. Gómez-Dávalos 68. Urzúa
31. Gómez de Cárdenas 69. Vargas
32. Gómez de Velasco 70. Vargas-Machuca
33. González 71. Vázquez
34. Gutiérrez 72. Velasco
35. Lambarena 73. Villalvazo
36. León, de 74. Villaseñor
37. López 75. Villaseñor y Jasso
38. López de Andrada

265
Relación de apellidos que aparecerán en los tomos II y III

1. Ábrica 43. Gutiérrez de San Juan


2. Álvarez 44. Hinojosa
3. Álvarez Tostado 45. Huerta
4. Adame 46. Jiménez
5. Andrade 47. Juárez
6. Anguiano 48. Lancaster Jones
7. Arreola 49. León
8. Árzaga / Álzaga 50. López
9. Ayala 51. Lorenzana
10. Barajas 52. Luis Juan
11. Barreda 53. Madrueño
12. Baz 54. Madrid, de la
13. Bazavilvazo 55. Magaña
14. Bonales 56. Marín
15. Brizuela 57. Martínez
16. Bueno de Viveros 58. Martínez de los Ríos
17. Calderón 59. Medina
18. Campos 60. Meillon
19. Carranza 61. Mójica / Moxica / Mújica
20. Casillas 62. Monroy
21. Castolo 63. Montero
22. Cervantes 64. Montes de Oca
23. Contreras 65. Mora, de la
24. Cortés 66. Moreno
25. Cueva / Cuevas / Cueva, de la 67. Murguía / Munguía
26. Chávez 68. Navarro
27. Dávila 69. Núñez
28. Delgado 70. Ochoa Garibay
29. Dipp 71. Olaso, de
30. Dueñas / Dueña, de la 72. Olivera
31. Elías 73. Oramas
32. Enríquez 74. Oranday / Uranday
33. Farías 75. Orozco
34. Flores 76. Parra / Parra, de la
35. Galindo 77. Pedraza
36. Galván 78. Peña, de la
37. García 79. Peralta
38. Gaytán 80. Pérez
39. Gudiño 81. Pérez de Garfías.
40. Guerra 82. Pérez Ponce de León
41. Gutiérrez 83. Pinto
42. Gutiérrez de Ceballos 84. Plaza, de la

266
85. Prieto 103.Toledo
86. Quiñones 104.Toro, del
87. Rangel 105.Torre, de la
88. Reyes 106.Torres
89. Robledo 107.Tortolero
90. Rojas 108.Tortoriello
91. Saavedra 109.Toscano
92. Sánchez 110.Ugarte
93. Sánchez Anaya 111.Vázquez
94. Sánchez Antúnez 112.Vega
95. Sánchez Picazo 113.Vera, de la
96. Sandoval 114.Verduzco
97. Serrano 115.Vergara
98. Silva (II) 116.Villanueva
99. Solís 117.Villegas
100.Solórzano 118.Vizcaíno
101.Soto 119.Vizcarra
102.Sotomayor 120.Zúñiga

267
Los trabajadores de las obras del puerto de Manzanillo y la
inconformidad laboral:
el caso de Mariano García Gómez

Héctor Porfirio Ochoa Rodríguez


rodrigo5794@hotmail.com
Archivo Histórico del Municipio de Colima

Introducción: las interminables obras portuarias


Desde fines del porfiriato y principios de la revolución las obras portuarias de Manzanillo
quedaron suspendidas durante años y tardaron mucho tiempo en reanudarse,1 con perjuicio
para todos los trabajadores del puerto, pues el aumento del desempleo ocasionó una mayor
oferta de mano de obra y, por consiguiente, el abaratamiento de la misma, dando mayor
poder a los patrones.
En octubre de 1920, el cónsul estadounidense en Manzanillo, Harry L. Walsh,
envió un reporte en donde informaba acerca de la posible reanudación de las obras
portuarias, según los planes del ingeniero Edgar K. Smoot, quien desde 1895 se había
involucrado en diversos trabajos por contrato en México. En Manzanillo, el contratista

1
Por ejemplo, el 9 de abril de 1912 el vecindario de Manzanillo se opuso a que se almacenara alcohol en la
bodega del referido Edgar Smoot, conocida como “Finca de Reinsch”, por considerarlo un peligro: Archivo
Histórico del Estado de Colima (=AHEC), caja 806, año 1912, exp. s/núm., 9 de abril de 1912.
El 10 de mayo siguiente, el ayuntamiento dirigió al prefecto político del distrito de Medellín un
acuerdo tomado por la corporación para pedirle al coronel Edgar K. Smoot, contratista de dichas obras, el
desalojo de la calle principal, obstruida completamente por cañería y vía férrea de la compañía respectiva, en
vista de que los trabajos estaban suspendidos y no se sabía cuándo se reanudarían. El representante del
contratista respondió que por motivo de estarse tramitando ante el gobierno federal la suspensión definitiva o
no de los trabajos, y no conocerse todavía la resolución correspondiente, resultaría sumamente perjudicial a
sus intereses hacer cualquier maniobra, sobre todo porque no era posible en ese momento activar gestiones
del caso, debido a la crítica situación por la que atravesaba el país. Por ello suplicaba que se le concediera un
plazo más amplio, hasta el día último del año, para el cumplimiento de la disposición. El 14 de diciembre, el
ayuntamiento volvió a insistir, porque no se había desalojado la calle. El secretario de Gobierno contestó de
enterado, pero ya no se tuvo más información al respecto: AHEC, caja 821, año 1912, del Ayuntamiento de
Manzanillo al secretario general de Gobierno, Manzanillo, 14 de diciembre de 1912.
Por esas mismas fechas, la corporación municipal se quejó ante el gobernador Alamillo por las
dificultades que causaba un depósito de carbón mineral instalado en las playas del puerto, a inmediaciones
del vecindario y dentro de la zona federal. El gobernador tramitó ante la Secretaría de Gobernación el asunto,
y ésta, a su vez, hizo lo propio con la de Hacienda. Tampoco en ese caso se dio cuenta cabal de la
terminación del trámite: AHEC, caja 821, año 1912, de la Secretaría de Gobernación al gobernador del
estado de Colima, México, D.F., 21 de diciembre de 1912.

268
estadounidense había realizado obras de mejoramiento del puerto durante la administración
porfirista y, en esta ocasión, los nuevos proyectos incluían agregar al rompeolas 657 pies a
los 1446 que ya tenía; edificar un embarcadero en el malecón frente al puerto; extender el
malecón hacia el este, desde el ferrocarril hasta la Punta de San Pedrito; dragar el fondo de
la bahía a un mínimo de 30 pies de profundidad, y remover un pequeño cerro en el extremo
oriente de la ciudad, para ampliar el paso hacia la hacienda de Santiago. También había
planes en cuanto al sistema de agua potable, y consistían en construir una estación de
bombeo en El Colomo, a nueve kilómetros de Manzanillo y una presa con una elevación de
85 pies, que permitiera tener un sistema de distribución de agua en todas las calles y en el
muelle, con bocas contra incendios en las vías públicas. Asimismo, se planeaba abrir un
sistema de drenaje y pavimentar con asfalto las calles para mejorarlas. Además, se
pretendía utilizar el material de desecho generado al quitar el cerrito, para llenar la laguna
al sur de la población, y rehabilitar cuanta tierra fuera posible para sitios de construcción. 2
El contrato con Smoot se firmó el viernes 10 de diciembre de 1920 a las 10 p.m., y
las mejoras consistían, como ya se dijo, en la ampliación del rompeolas, el dragado de la
bahía y la construcción de malecones, desembarcaderos, obras hidráulicas, sistema de
drenaje, excavación y pavimento. Sin embargo, una cosa era firmar el contrato y otra iniciar
labores. El 16 de junio de 1921, el nuevo vicecónsul estadounidense en Manzanillo,
Stephen E. Aguirre, reportó que la prensa de la ciudad de México había informado de los
planes del gobierno mexicano para las mejoras del puerto de Manzanillo, en las cuales se
gastarían alrededor de treinta y dos millones de pesos, y se incluía el suministro de agua
para la población, que era bastante cara y resultaba una demanda impostergable. No
obstante, el 8 de julio, el vicecónsul informó que apenas se reiniciaban las mejoras en el
puerto, una vez que al coronel Smoot se le había concedido el contrato y había concluido
una huelga general entre los trabajadores portuarios, en vigor desde el mes de abril de ese
año. De hecho, las actividades comenzaron con una fuerza de alrededor de veinte hombres,
con salarios de dos pesos al día en moneda mexicana, y los trabajadores se dedicaban a
remover un cerro que sobresalía hasta la orilla del agua y obstruía la continuación del
puerto, según lo propuesto.3

2
Citado en Servando Ortoll (comp.), Noticias de un puerto viejo. Manzanillo y sus visitantes, siglos XIX-XX,
Colima: Universidad de Colima-Gobierno del Estado de Colima-CONACULTA, 1996, p. 50.
3
Ibid., pp. 50-53.

269
Un editorial del periódico El Informador, de Guadalajara, Jalisco, hizo un resumen
de lo que habían sido las obras portuarias de Manzanillo, desde la época porfirista. En él se
acusaba al contratista Smoot de incumplimiento, incompetencia y corrupción. El texto no
tiene desperdicio:

Las obras del puerto de Manzanillo en los últimos años del porfirismo fueron en
rigor uno de los más escandalosos panamás de aquella época […], fue el Presidente
con un brillantísimo y numeroso acompañamiento a inaugurarlas, antes de
concluidas, sin que estuvieran ajustadas a los proyectos primitivos y sin que
correspondieran al gasto de aquellos doce millones de pesos que tan alegremente se
habían derrochado en menos de cinco años.
El contratista Smoot, no cumplió honradamente ninguno de sus compromisos,
ni construyó las obras conforme a los planos presentados. El rompe-olas resultó con
otra longitud y otra dirección contrarias a las requeridas por las corrientes; los
bloques de concreto empleados en esta obra no tuvieron ni el volumen ni la
consistencia especificada en el contrato […].4

Los acres señalamientos del diario tapatío se convirtieron en crueles premoniciones,


pues esta nueva etapa de construcción de las obras portuarias de Manzanillo estuvo plagada
de complicaciones, como se verá más adelante.

La inconformidad laboral: el caso de Mariano García Gómez


El 25 de febrero de 1921, el gobernador de Colima, Miguel Álvarez García, reportó al
secretario de Industria, Comercio y Trabajo el hecho de que los trabajadores de las obras
del puerto de Manzanillo se habían declarado en huelga, pidiendo aumento de jornales.
Agregó en un escueto telegrama que, después de hablar con ellos, los había convencido de
volver al trabajo y, además, conseguido el incremento solicitado, con lo que terminó la
huelga.5
Hasta donde la documentación consultada permite suponer, no se tuvieron noticias
el resto del año de nuevas movilizaciones laborales en el puerto, aunque resulta sintomático
el hecho de que un evento como el referido no hubiera generado la formación de alguna

4
“Las obras del puerto de Manzanillo”, en El Informador, Guadalajara, miércoles 26 de octubre de 1921,
sección editorial, p. 3.
5
Archivo General de la Nación (=AGN), fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp.
10, telegrama del gobernador Miguel Álvarez García al secretario de Industria Comercio y trabajo, 25 de
febrero de 1921.

270
agrupación sindical entre los trabajadores de las obras portuarias, sobre todo cuando ya
existía la Unión de Estibadores, es decir, en un momento en que se había logrado por
primera vez la permanencia de un sindicato en Manzanillo.
En ese contexto, es interesante lo que aconteció hacia fines de ese mismo año, al
presentarse la inconformidad de un trabajador despedido de la compañía contratista,
reveladora del tipo de desacuerdos que se iban incubando. Así las cosas, Mariano García
Gómez denunció ante el secretario de Industria, Comercio y Trabajo que desde el 1 de
agosto de 1921 había entrado a laborar con el contratista de las obras, el ingeniero
estadounidense Edgar K. Smoot. Permaneció en su puesto hasta el mes de noviembre, y
desempeñó todos los trabajos que le fueron encomendados: rayador, pasador de tiempo,
capataz, bodeguero y ayudante de ingeniero, todo al mismo tiempo, según su decir. Durante
ese lapso cubrió jornadas de nueve horas y media, y recibió como pago $ 4.00 por día
trabajado. Literalmente señaló: “Se me estaba explotando, pero tenía que trabajar y me veía
obligado a disimular”.6
El anterior comentario resulta interesante porque es revelador de formas de
resistencia que la gente desprovista de poder suele implementar ante sus dominadores. Los
engaña, haciéndoles creer que está de acuerdo con sus arbitrariedades y que tienen su
consentimiento, cuando en realidad cuestiona día con día su situación. Es necesario aclarar,
sin embargo, que García no era un operario sin calificación, sino un hombre con
entrenamiento en diversas labores, colocado por encima del promedio de sus compañeros.
A García le colmó la paciencia el hecho de que entre el grupo de extranjeros que
laboraban en la compañía contratista de las obras portuarias, el que ganaba menos era un
estadounidense llamado Federico Tate, y aun así recibía $ 240.00 mensuales, a pesar de ser,
según su decir, “un hombre por completo incompetente”, que realizaba “trabajos de
ninguna importancia”.7
Al darse cuenta de lo anterior, García se puso a averiguar los sueldos de todos los
estadounidenses. Lo que obtuvo, a consecuencia de su inusitada acción detectivesca, fue
que el día 22 de noviembre el jefe de los trabajos, señor Otis S. Smoot, hermano del

6
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, comunicado de Mariano
García Gómez al secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 22 de diciembre de 1921.
7
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, comunicado de Mariano
García Gómez al secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 22 de diciembre de 1921.

271
contratista Edgar K. Smoot, lo despidiera de su empleo, supuestamente con mucho pesar,
aduciendo cumplir con órdenes de su familiar, pero con el compromiso de reponerlo en su
puesto a más tardar en ocho días. Al transcurrir el plazo, García se presentó a las oficinas
de la empresa. Llevaba una carta en la que, previendo la negativa a su reposición en el
cargo, exigía la indemnización correspondiente. Lo recibió otro extranjero de apellido
Vallencey, quien con lujo de prepotencia rompió la carta ante sus ojos y después le entregó
los pedazos.8
El 1 de diciembre García se dirigió ante el presidente municipal de Manzanillo,
Eusebio Zaragoza, a fin de buscar su intervención ante la Junta de Conciliación y Arbitraje,
sólo para encontrarse con la inexistencia de la mencionada instancia mediadora, que en
teoría debía de existir.9 Entonces el munícipe le comunicó el caso al gobernador Álvarez
García, quien le contestó que a dicha presidencia municipal le correspondía resolverlo. Con
esas instrucciones, se concertó una reunión entre Otis Smoot, la autoridad municipal y
García, para tratar de llegar a un arreglo, lo cual fue imposible, por argumentar Smoot que
no podía aceptar ninguna propuesta debido a la ausencia de su hermano, a quien calificó
como “jefe nato del trabajo”.10
El oficial mayor de la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo, haciéndose eco
de las quejas de García, tramitó ante la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas que
se giraran instrucciones al capitán de puerto en Manzanillo, para que interviniera en dicho
conflicto y procurara que se atendiera en lo procedente, “conforme a las prescripciones
constitucionales relativas al trabajo”.11 Sin embargo, la ambigüedad de esas disposiciones
permitía la evasión de responsabilidades para cumplirlas. En consecuencia, la participación
del capitán de puerto brilló por su ausencia. De hecho, García mencionaba tener
conocimiento de que el anterior presidente municipal de Manzanillo, Eusebio Zaragoza, no
había remitido ante la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo el expediente relativo a

8
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, copia del comunicado de
Mariano García Gómez al presidente municipal de Manzanillo, 2 de diciembre de 1921.
9
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 22 de diciembre de 1921. Sobre la Junta de Conciliación y
Arbitraje puede verse: AHEC, caja 901, año 1917, exp. de Autoridades.
10
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 22 de diciembre de 1921.
11
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, del oficial mayor de la
Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo al secretario de Obras Públicas, 29 de diciembre de 1921.

272
su caso, por lo que gestionó ante el nuevo munícipe, Isaac R. Chávez, el envío de la
información aludida, para agilizar su trámite.12
Chávez recabó la documentación y mandó a la Secretaría de Industria, Comercio y
Trabajo copias fieles de la misma. Cuando el capitán de puerto dio señales de vida y pidió
informes respecto a la indemnización referida, García ofreció al presidente municipal
presentar cuatro testigos que dieran fe de sus aseveraciones, pues no trataba sólo de lograr
su indemnización, sino también que se le pagaran las horas extras trabajadas durante cerca
de cuatro meses, a razón de una y media diaria, que debían cubrirse con sobresueldo de cien
por ciento.13
De acuerdo a lo prometido, el 8 de febrero de 1922 acudieron ante el presidente
municipal los declarantes propuestos por García. Así, Ignacio Rueda afirmó que en los
primeros días del mes de diciembre de 1921 arribó al puerto el vapor inglés “Chihuahua”,
consignado a la casa “Adolfo Stoll y Cía.”, con una carga de 200 ó 300 toneladas de carbón
mineral para la empresa de las obras del puerto, y que él estuvo recibiendo en el buque el
cargamento aludido, por cuenta de la agencia Stoll, mientras que por parte de la compañía
constructora estuvo, junto con Otis S. Smoot, un extranjero de apellido Sammson, quien
presuntamente ocupaba el puesto de García Gómez.14
De igual manera, Miguel Aguilar y José C. Amador, empleados del Resguardo
Marítimo del puerto, también declararon que cuando García Gómez fue separado de su
cargo entró a sustituirlo un extranjero, quien “trabajó en compañía de un señor de apellido
Vallancey [sic]”, dedicándose “por varios días a tomar algunas medidas en el malecón
frente al edificio de la Aduana Marítima”.15
No obstante, el testimonio más extenso fue el que rindió el carpintero Aurelio
Flores, ex empleado del ingeniero Edgar K. Smoot, quien señaló que, efectivamente, García
trabajó durante algún tiempo en las obras del puerto, desempeñando distintas labores
durante el día; que trabajaba nueve y media horas diarias, como todos los demás empleados

12
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
jefe del Departamento del Trabajo, 27 de enero de 1922.
13
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
presidente municipal de Manzanillo, 7 de febrero de 1922.
14
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, acta de las nueve de la
mañana del 8 de febrero de 1922.
15
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, acta de las once de la mañana
del 8 de febrero de 1922.

273
y operarios; que le constaba que era cumplido y puntual en sus obligaciones, y bastante
respetuoso con sus superiores, y que fue suspendido de su trabajo,” entrando a sustituirlo
un señor de nacionalidad extranjera”.16
Con toda esa información, el 20 de febrero de 1922 el presidente municipal de
Manzanillo, Isaac R. Chávez, envió a la Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo el
expediente que había reunido a favor de García Gómez,17 pues le habían indicado que él
debía mediar en el asunto y buscar su solución. Cuando el legajo llegó a la mencionada
Secretaría, el 24 de febrero de dicho año, el jefe del Departamento del Trabajo, de índole
federal, citó al ingeniero Smoot, quien se encontraba en la ciudad de México, para
informarle oficialmente del caso relatado.18
A pesar de que todo indicaba que la razón le asistía a García, y de tener a su favor la
franca simpatía del presidente municipal, ello no fue suficiente para que la balanza se
inclinara de su lado. Por tal motivo, el 10 de marzo, al borde de la desesperación, García
seguía pidiendo informes de su caso, debido a “las difíciles circunstancias” en que se
encontraba, y a la escasez de trabajo en el puerto. Todo ello, agregaba, lo obligaba “a no
permanecer en silencio”19 y a buscar por todos los medios que “cuanto antes se pudiera
resolver este tan dilatado asunto”.20
El 28 de marzo llegó una noticia por demás adversa. La Secretaría de Industria,
Comercio y Trabajo informó a García Gómez que no había sido posible obtener por la vía
conciliatoria una solución favorable, y le sugería, sin más, “llevar el asunto ante los
Tribunales Comunes”, a fin de que éstos resolvieran en definitiva sobre el particular. 21 De
nada sirvió que al día siguiente el presidente municipal abogara nuevamente por García22 ni
que el día 30 el oficial mayor de la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas

16
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, acta de las diez de la mañana
del 8 de febrero de 1922.
17
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, del presidente municipal de
Manzanillo al secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 20 de febrero de 1922.
18
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, memorándum del jefe del
Departamento del Trabajo al ingeniero Edgar K. Smoot, 24 de febrero de 1922.
19
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 10 de marzo de 1922.
20
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 22 de marzo de 1922.
21
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, del oficial mayor de la
Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo a Mariano García Gómez, 28 de marzo de 1922.
22
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Isaac R. Chávez,
presidente municipal de Manzanillo al secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 28 de marzo de 1922.

274
remitiera un informe favorable al atribulado trabajador, elaborado por un inspector a su
servicio, en el que asentaba haber consultado al señor Otis S. Smoot, quien informó que la
separación de su empleado no fue por mal comportamiento ni porque diera motivo para
ello, sino que, teniendo órdenes de su hermano Edgar de cesar al personal que prestaba sus
servicios en las obras por haberse paralizado éstas, tuvo que manifestar a Gómez que
quedaba sin empleo. Agregaba el oficial mayor que la opinión de su oficina era que la
solicitud del trabajador debía tomarse en consideración y resolverse favorablemente por ser
de justicia, toda vez que su caso estaba considerado en la fracción XXII del artículo 123 de
la Constitución General de la República.23
La respuesta de García Gómez al secretario de Industria, Comercio y Trabajo no
pudo ser más clara. En un elocuente comunicado afirmó que si esa secretaría se consideraba
incompetente para el efecto, no sabía a quién más recurrir en lo sucesivo, en vista de que
las autoridades del puerto no tenían capacidad legal para gestionar un asunto por valor de
más de $ 99.00, y si se le proponía seguir tramitándolo por la vía judicial, lo consideraba
completamente perdido, no obstante que lo favorecía el artículo 123 de la Constitución
Federal.24
A pesar de lo anterior, García Gómez tuvo la paciencia de proponer, todavía, que el
caso pasara de nuevo al presidente municipal de Manzanillo, y se le ordenara a éste la
formación de una Junta de Conciliación y Arbitraje, pues en su concepto esa era la manera
más práctica para terminar una cuestión de tanto interés para él, ya fuera en pro o en contra,
en vista de que no existían en la localidad otros tribunales, ni había en el estado la junta de
conciliación correspondiente.25

23
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, del secretario de
Comunicaciones y Obras Públicas al secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 30 de marzo de 1922. La
fracción XXII del artículo 123 constitucional dice textualmente: “El patrono que despida a un obrero sin
causa justificada, o por haber ingresado a una asociación o sindicato, o por haber tomado parte en una huelga
lícita, estará obligado, a elección del trabajador, a cumplir el contrato o a indemnizarlo con el importe de tres
meses de salario. Igualmente tendrá esta obligación cuando el obrero se retire del servicio por falta de
probidad por parte del patrono o por recibir de él malos tratamientos, ya sea en su persona o en la de su
cónyuge, padres, hijos o hermanos. El patrono no podrá eximirse de esta responsabilidad, cuando los malos
tratamientos provengan de dependientes o familiares que obren con el consentimiento o tolerancia de él.”
24
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 5 de abril de 1922.
25
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Mariano García Gómez al
secretario de Industria, Comercio y Trabajo, 5 de abril de 1922.

275
Pero la decisión de las autoridades laborales estaba tomada y, un mes después,
todavía insistían en que el conflicto se arreglara en los tribunales comunes o federales del
distrito en donde se hubiera celebrado el contrato.26
Cuando el jefe del Departamento del Trabajo federal, Ricardo Treviño, se volvió a
interesar en el asunto y giró instrucciones al inspector Pedro M. Chávez, residente en
Guadalajara, para que le diera seguimiento al caso,27 era demasiado tarde. García Gómez ya
no se encontraba en Manzanillo.28 Probablemente sus apremios lo habían llevado a buscar
el sustento en otros horizontes, decepcionado de la lentitud e incapacidad de las autoridades
laborales, impotentes para hacer que una empresa comandada por extranjeros,
específicamente estadounidenses, cumpliera con las leyes del país.

26
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, del oficial mayor de la
Secretaría de Industria, Comercio y Trabajo a Mariano García Gómez, 15 de mayo de 1922.
27
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Ricardo Treviño a Pedro
M. Chávez, 5 de septiembre de 1922.
28
AGN, fondo Departamento del Trabajo, serie Conciliación, vol. 302, exp. 28, de Pedro M. Chávez a
Ricardo Treviño, 6 de noviembre de 1922.

276
Patrimonio cultural, artístico e histórico
y su legislación en México
María Irma López Razgado y
Andrés Saúl Alcántara Salina

En la actualidad está de moda hablar del patrimonio cultural y de su defensa. En la


familia se dice “cuida el patrimonio familiar” y en la escuela nos inculcan a cuidar el
patrimonio de la nación, incluso nos dicen que el patrimonio es de todos, pero qué
significa, en realidad, este término y ¿de qué manera nos involucra?

Patrimonio cultural. El término más conocido se refiere a “aquellos productos


culturales tangibles o intangibles (materiales o inmateriales) que tienen un valor
excepcional para una colectividad social determinada y que forma parte fundamental de su
identidad cultural”1 localizado en un territorio específico, elementos que pueden ser
acumulados y heredados.

En el patrimonio cultural, las sociedades humanas inscriben y reconocen los


elementos de su identidad; los mismos que crean y recrean en su tiempo y espacio y
heredan a sus sucesores para su posteridad, de esta forma vemos que el patrimonio cultural
no es estático pues las sociedades constantemente con su creación o con la apropiación de
esos elementos culturales que integran a su acervo, enriquecen o sustituyen al acervo
original. Así, de esta forma el patrimonio de las sociedades actuales está compuesto por los
elementos aún vigentes y por aquellos conservados como parte de su memoria histórica.
Los elementos vigentes tienen valor por su utilidad, mientras la memoria adquiere sentido
cuando es reconocida, comprendida y valorada.

En la sociedad actual, por ejemplo, pasamos de calificar a los restos prehispánicos


de “ruinas” a “monumentos arqueológicos” o de nombrar a un archivo público de “papeles
viejos” a “acervo histórico”. Estas nuevas definiciones comportan todo un cambio de
significado y un trabajo de reconocimiento formal y de contenido.

Los bienes culturales son objetos antiguos de valor artístico, histórico, cultural,
científico o técnico, relacionados con una civilización, y con base en su permanencia física
se dividen en bienes muebles e inmuebles.

Los bienes muebles pueden ser desplazados espacialmente, como las obras de arte
(pinturas, esculturas, cerámica, etc.); los escritos (códices, estelas, manuscritos, incunables,
documentos, expedientes, ediciones, libros, etc.); las fonograbaciones; las fotografías; las
películas; las colecciones etnográficas, científicas y técnicas y los archivos documentales,
de imagen y sonido.


Investigadores del Centro INAH-Colima
1
Bolfy Cottom, “Patrimonio cultural nacional: el marco jurídico y conceptual”, Derecho y cultura, Número 4,
otoño 2001, pag. 84 y Cf. Olivé Negrete, Julio y Bolfy Cottom, Leyes estatales en materia del patrimonio
cultural, CNCA-INAH, México, 1997.

277
Los bienes inmuebles son construcciones estacionarias “producto de asentamientos
que representan a una cultura”2, son monumentos arqueológicos, artísticos e históricos
como centros ceremoniales precolombinos, castillos, fortalezas, ciudades, almacenes, casas
de correo, casas de moneda, casas históricas, edificios de interés histórico o artístico, etc.
El uso religioso u oficial que se le haya dado a una construcción o edificio es un factor
determinante en su catalogación como bien cultural.

Por su temporalidad, estos bienes también se clasifican en arqueológicos,


históricos y artísticos; en nuestro país, de acuerdo con la Ley Federal sobre Monumentos
y Zonas Monumentales, Arqueológicos, Artísticos e Históricos (LFMZAAH) de 1972, los
bienes arqueológicos son los que fueron producidos antes de 1521, los bienes históricos de
1521 a 1900 y los bienes artísticos después de 1900. Estas fechas corresponden a tres
periodos culturales determinantes en la historia de México: el precolombino, el
novohispano y el de la modernidad.

En México para la protección del patrimonio nace el Instituto Nacional de


Antropología e Historia, líder en la defensa del patrimonio cultural y fue creado con un
elevado compromiso académico en el estudio, protección y difusión de la diversidad
cultural de nuestro país, que se fundó en 1939. Las labores de la institución en materia de
conservación de los monumentos arqueológicos, históricos y artísticos, quedaron definidos
a partir de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e
Históricos de 1972, donde se menciona que son propiedad de la nación, inalienables e
imprescriptibles, tanto los muebles como los inmuebles3, por esto la presencia del INAH
ha sido determinante en toda la República para la protección de los monumentos
arqueológicos e históricos.

Patrimonio arqueológico. Compuesto por los bienes culturales muebles e


inmuebles, restos humanos y paleontológicos vinculados a las culturas que habitaron el
territorio nacional antes de la colonización española. Los restos paleontológicos son
yacimientos fosilíferos de flora y fauna, junto a los restos humanos proporcionan
información sobre las características de la vida social de los pueblos precolombinos a
través del registro de fenómenos bioculturales; a esto se debe su incorporación a este tipo
de patrimonio.

Específicamente los restos humanos permiten conocer las características biológicas


de los miembros de las sociedades antiguas, de las que se pueden deducir aspectos de su
historia demográfica como sus expectativas de vida y su densidad poblacional; estos
materiales también aportan conocimientos sobre la práctica de alteraciones corporales
rituales, como deformaciones, incrustaciones y mutilaciones intencionales.

2
Marmolejo Morales, Emma y Monzón Flores, Martha. “Los bienes muebles: su protección y
conservación como patrimonio cultural”. En 1er. Foro por la defensa del patrimonio arqueológico,
histórico y subacuático. Ediciones Import. México D.F, 1989, pag. 48.
3
Rodríguez García, Ignacio. "Para una revalorización social del patrimonio arqueológico". México, 1996,
pag. 3

278
Dentro de los bienes arqueológicos inmuebles destacan las cuevas que fueron
utilizadas por los antiguos pobladores como viviendas, centros ceremoniales, tumbas,
graneros y corrales; estos usos modificaron su composición natural con escaleras, pozos y
galerías, y las convirtieron en depósitos de materiales líticos, cerámica, cestas y pinturas
rupestres que ofrecen datos relevantes sobre la cultura de las civilizaciones cazadoras-
recolectoras, nómadas, seminómadas y sedentarias que vivieron en el pasado.

Los bienes arqueológicos pertenecen a la nación por lo que su comercio es


ilegal; la nación es responsable de su estudio, protección, conservación y difusión. Estos se
encentran en la mayoría de los casos, bajo diversas capas de sedimentos que a lo largo de
los años ocultan los restos de nuestro pasado; a estos elementos ocultos se les denominan
contextos arqueológicos. Los arqueólogos junto con diversas especialidades con las que se
apoya para el estudio de su campo de acción, tienen la oportunidad de estudiar y trabajar
un sinnúmero de contexto arqueológico, en los cuales vienen plasmados diversos
momentos históricos de las sociedades que los crearon, entre los que se encuentran formas
de enterramientos, sistemas constructivos, rituales, tipos de vestimentas, usos de utensilios,
comercio, entre otros muchos que van formando los procesos culturales que se daban en
las sociedades antiguas que estudian.

En este sentido, es de suma importancia el poder hacer un buen estudio de los


contextos ya que al momento de entrar en contacto con ellos, los arqueólogos solo tenemos
una oportunidad de registrar y tomar las muestras necesarias que permitan la obtención de
todos los datos que nos pueden dar cada uno de los momentos históricos de aquellas
personas que los depositaron. La relación de las vasijas en un entierro, la forma en que
depositaron un cuerpo para su enterramiento, el lugar que guardan cada uno de los objetos
existentes dentro de un área determinada, la orientación de los edificios en una ciudad
prehispánica, todos y cada uno de ellos marcan un dato relevante que unidos uno con otro,
permiten dar una imagen clara de lo que hacían cada una de las sociedades antiguas.

Es por lo anterior que se considera al saqueo, como un fuerte enemigo de la


investigación arqueológica, ya que se trata de una actividad que por origen es totalmente
ilegal, el cual se basa en la extracción de aquellos bienes patrimoniales muebles, algunas
veces se realizan por desconocimiento y otras muchas son totalmente intencionales. Esto
conllevan a la pérdida total del contexto e información que estos nos pueden proporcionar,
originando además la pérdida patrimonial del objeto en sí, los cuales la gran mayoría de las
veces son trasladadas al extranjero para formar parte de colecciones particulares o a alguna
colección museográficas de algún otro país.

Al contar en el país con una gran riqueza arqueológica, la cual se encuentra


presente en todo el vasto territorio, el INAH apoyado de la legislación vigente y
particularmente de La Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Monumentales,
Arqueológicos, Artísticos e Históricos, presenta mecanismos mediante los cuales trata de
cumplir las funciones constitucionales que le son inherentes. Los Proyectos de
investigación, son dichos mecanismos, estos se realizan en tres formas, los Proyectos
específicos, los de Salvamento y los de Rescate arqueológicos; a continuación se especifica
de manera general cada uno de ellos:

279
 Proyectos específicos.- Trabajos que se enfocan a la investigación,
protección, y difusión de sitios arqueológicos prioritarios, los cuales son propiedad
o están en proceso de adquisición del instituto; esta investigación es a largo plazo y
cuenta con un presupuesto anual asignado.
 Proyectos de Salvamento.- Trabajos que se enfocan a la
investigación, protección, y difusión de sitios arqueológicos que se encuentran en
eminente afectación e incluso perdida, causada principalmente por obras de
infraestructura necesarias por la modernidad; esta investigación se encuentra
limitada a un tiempo y un presupuesto determinado.
 Rescates Arqueológicos.- Trabajos que se enfocan a la protección, y
difusión de sitios arqueológicos, mediante la recuperación del mayor número de
datos y contextos, aunque estos se encuentren muy afectados de manera
intencional, causada principalmente por obras de infra estructura necesarias por la
modernidad; esta investigación se encuentra limitada a un tiempo y un presupuesto
determinado.

En el caso del patrimonio histórico. En un país es una parte de la memoria de la


nación y su preservación forma parte de la conservación del patrimonio nacional. La
legislación vigente en México prevé la manutención de este patrimonio a través de la Ley
Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos Artísticos e Históricos.

Los monumentos históricos son construcciones declaradas como bienes por su


belleza y su valor histórico. No pueden ser alterados ni demolidos. Sin embargo, la falta de
control hace que cada año se destruyan más monumentos de este tipo, muchas veces por
falta de información.

Actualmente las ciudades se entienden como la materialización de la memoria,


como depósito de vida que compartimos con quienes nos precedieron y cuya realidad
construida constituye un patrimonio colectivo que hay que recuperar y mantener. Es
necesario, pues, olvidarse del ideal único de ciudad y esforzarse en comprender el espíritu
y la construcción de cada una de ellas, aproximándose a la memoria y lugares concretos.

En los años ochenta los administradores de las ciudades abordaron los grandes
planes urbanísticos, con esta ola de planeación se produjeron las primeras desilusiones
cuando los centros históricos fueron relegados en la gestión urbanística cotidiana; hubo
honrosas excepciones, ya que para algunas ciudades si se tuvo como objetivo la
recuperación de su patrimonio histórico. Las intervenciones más frecuente han sido las
específicas desde el INAH y algunas empresas públicas, sin embargo poco se ha abordado
de forma integral la recuperación del soporte físico y los problemas de la población
residente más necesitada que nunca de políticas públicas que velen por la integralidad de
su hábitat.

Los bienes históricos pueden ser propiedad de particulares si su adquisición y


derechos de propiedad corresponden a lo dispuesto en la citada Ley Federal sobre
Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, sus dueños son los
encargados de protegerlos, conservarlos y en su caso restaurarlos.

280
Uso social del patrimonio. En materia de patrimonio cultural es urgente que las
instituciones de enseñanza hagan contrapeso a la cantidad y calidad de los mensajes que se
transmiten por medios masivos de comunicación. En éstos se difunde muy poco la noción
de uso social del patrimonio y se privilegia demasiado la idea mercantil, turística o
decorativa. Es muy escaso lo que los antropólogos, arqueólogos o historiadores pueden
hacer llegar a los medios electrónicos y, en cambio, es abrumador el discurso de los
noticieros sobre la progresiva destrucción del patrimonio e incapacidad del INAH para
protegerlo. Muchas veces vemos documentales de otros países donde se da voz a los
especialistas para explicar las características de la cultura egipcia o de algún grupo humano
de la selva amazónica, pero casi no se hace lo mismo respecto a las culturas con asiento en
territorio mexicano. El ambiente educativo es, sin duda, el lugar propicio para profundizar
en el conocimiento de la diversidad cultural mexicana y en la formación de una conciencia
abierta, receptiva y generosa.

A manera de conclusión.
Hoy, desafortunadamente, el INAH, en algunos casos, ha perdido eficiencia en la
realización de sus labores sustantivas debido a las formas administrativas adoptadas por los
gobiernos neoliberales y la forma en que se han echado a andar las políticas culturales.
Teotihuacan, por ejemplo, fue la autorización de un proyecto de luz y sonido,4 mismo que
acarreo que la población, y muchos otros, ya no respeten la normatividad vigente del INAH,
lo que está haciendo que una gran cantidad de vestigios se estén destruyendo. Además ya
todo lo quieren iluminar, sin control y sin norma.

Pues lo que vemos es que no hay información amplia sobre el tema del patrimonio y
su conservación a nivel nacional. Se otorgan licencias para demoler monumentos
arqueológicos e históricos y serias limitaciones para actuar en materia de conservación,
protección y difusión en cada uno de los municipios, que es materia de competencia del
INAH. Por otra parte, hay falta de voluntad de las autoridades para establecer puentes entre
las diversas instancias de gobierno para aplicar la Ley Federal sobre Monumentos.

En muchas ocasiones, el INAH no cuenta con los recursos suficientes para el


mantenimiento de los sitios arqueológicos, y es cuando se busca y establecer acuerdos o
convenios con los gobiernos estatales y municipales, y por el otro lado, se debe intentar
recibir apoyo para estas actividades por parte de quienes se benefician de los sitios como
son las industrias turísticas locales, nacionales e internacionales.

La experiencia ha demostrado que los aspectos académicos y técnicos de la


conservación del patrimonio cultural no son de interés de los gobiernos estatales o
municipales, interesados más por la actividad turística y la desincorporación administrativa
de las zonas arqueológicas, olvidándose del aspecto social y educativo, con lo que fue el
espíritu de creación del INAH.

4
Afortunadamente este proyecto de luz y sonido llamado “Resplandor Teotihuacano” se frenó con la defensa
y denuncia con argumentos, presentada por los investigadores del INAH en donde algunos funcionarios del
Consejo de Arqueología, fueron sustituidos de sus cargos por haber autorizado dicho proyecto.

281
Por otro lado, cada día existe más personas interesadas en proteger patrimonio
cultural, que conjuntamente con los especialistas ponen en la mesa la problemática del
patrimonio, “se pone en el centro del debate la concepción de mirar el patrimonio como un
espacio que potencialmente es de todos, en tanto que es un espacio público, en donde todos
los ciudadanos nos reconocemos porque forma parte del imaginario colectivo que lo
autoinstituye en la recreación de nuestra identidad, así y sólo así, el patrimonio que es el
patrimonio de todos nosotros puede ser algo más que un conjunto de edificios, piedras u
objetos sin sentido, ya que su valoración es recreada desde nuestra propia historia hacia el
futuro y nos capacita para intervenir de manera directa y constante en la programación de
nuestro propio destino”5.

El patrimonio visto así no es una cuestión lejana o ajena a nosotros, es nuestro


patrimonio; la defensa para evitar que se destruya nos habilita a los ciudadanos en general,
es decir, a la sociedad civil, pueblos indígenas y especialistas a instituir el propio
imaginario social colectivo, es decir, que al involucrarnos en su protección se produce la
legitimación del patrimonio; la adhesión a la causa de su defensa rompe el cerco y
establece un vínculo directo entre los diversos sectores sociales y el patrimonio con lo cual
se puede garantizar la preservación de éste, toda vez que este proceso ha recreado al
patrimonio como un elemento de identidad, pero sobre todo, como un elemento de unidad
de lo diverso.

Por ello, se debe impulsar la articulación del Instituto Nacional de Antropología e


Historia (INAH) con otras dependencias de los tres niveles de gobierno, para crear acuerdos
de colaboración interinstitucional y tomando en cuenta la opinión de la ciudadanía, siempre
y cuando sea el INAH quien legisle y regule sobre monumentos arqueológicos, artísticos e
históricos, cuya conservación sea de interés nacional puesto que 70 años de experiencia y
conocimiento avalan su trabajo. Propuesta que sale dentro la Ley Orgánica del INAH que
prevé también la celebración de acuerdos y convenios de coordinación con los estados y
municipios en materia de investigación, protección y conservación del patrimonio cultural.

FUENTES
López Razgado, Irma, “Presentación” en López Razgado, Irma (coord.),
Política Cultural y Patrimonio, México, DII-IA-1, H. Cámara de Diputados
LVIII Legislatura, 2003, pp. 13-14. (Serie Patrimonio Cultural).

Mena Gutiérrez, María del Rayo. “El ascenso de la sociedad civil en México.
Las ONGs y Alianza Cívica”. Tesina presentada para obtener el Diplomado de
Analista Político, Universidad Iberoamericana, México, 1995.

Mena Gutiérrez, María del Rayo. El debate del patrimonio cultural a fin de
milenio. Tesis- ENAH, México, 1998.

5
Maestre, Agapito. “Ensayo preliminar”. En La Cuestión Democrática. Ed. Huerga y Fierro, Col.
Solitarios Solidarios. España, 1997, pag. 20.

282
Olivé Negrete, Julio César, Augusto Arteaga Castro-Pozo (coords.), INAH, una
historia, México, INAH, 1988 (Colección Divulgación).

Rodríguez Morales, Leopoldo, “Relatoría de la mesa 4: INAH. Una Historia”


Foro Nacional sobre reformas constitucionales en materia de monumentos
arqueológicos, históricos y artísticos e institucionales concernientes a la
cultura general de los habitantes de la Nación sede Ciudad de México, México,
MNA, 16 junio 2006.

Sánchez, José Guadalupe, “Relatoría de la mesa 4: INAH. Una Historia” Foro


Nacional sobre reformas constitucionales en materia de monumentos
arqueológicos, históricos y artísticos e institucionales concernientes a la
cultura general de los habitantes de la Nación sede Guadalajara, México, 16
junio 2006.

Velasco Ávila, Cuauhtémoc, Edgar O. Gtz. López, Pedro Quintito Méndez y


Mario Ceja Moreno “Política cultural y patrimonio” en López Razgado, Irma
(coord.), Política Cultural y Patrimonio, México, DII-IA-1, H. Cámara de
Diputados LVIII Legislatura, 2003, pp. 17-48. (Serie Patrimonio Cultural).

Revista Derecho y cultura, Número 4, Órgano de Divulgación de la Academia


Mexicana para el derecho. La educación y la cultura, A.C., México, D.F. 2001.

283
Conocimiento y difusión del territorio:
El X Congreso Geológico Internacional de 1906
Laura Valdivia Moreno

Introducción
A través del trabajo de geógrafos y geólogos se fueron conociendo las
características del territorio nacional. Las comisiones y exploraciones realizadas bajo el
auspicio del gobierno, principalmente de Porfirio Díaz, proporcionaron un conocimiento
que se trataría de explotar posteriormente. De la misma manera, los resultados de estas
expediciones fueron demarcando, institucionalizando y profesionalizando la práctica
científica relativa al estudio de la tierra.1
En 1906 se realizó el X Congreso Geológico Internacional con sede en México.
Sabios de diversas partes del mundo recorrieron nuestro territorio, dirigidos por topógrafos
o ingenieros de minas convertidos en geólogos, como Ezequiel Ordóñez y José Guadalupe
Aguilera. Entre los volcanes estudiados están El Jorullo y el de Colima.2
Este trabajo forma parte de una investigación denominada Científicos de la Tierra
en México (1846-1906). Uniformismo y práctica científica. Se buscan resaltar los
resultados del X Congreso Internacional como producto de una etapa de amplio desarrollo
intelectual relacionado con las ciencias de la tierra, que proporcionó a México mayor
conocimiento de su territorio con descripciones geológicas de su superficie. De la misma
manera, la publicación y difusión de estos resultados es una muestra de la
profesionalización que se iniciaba en esta rama.
El presente trabajo hace referencia a un periodo: siglo XIX; y a un lugar: México.
También, a un grupo de hombres que buscaban por una parte, comprender y explicar la
naturaleza, y por la otra, ayudar a que el país lograra salir de la incertidumbre que lo
caracterizó desde 1821, cuando firmó su acta de nacimiento como nación independiente. Y
en este espacio, en este tiempo, fue que comenzó la institucionalización de la geología en el
país.3
En Europa, a finales del siglo XVIII y principios del XIX, la Geología comenzó a
delimitarse; esto es, a separar su cuerpo de conocimientos y a construir su propia
metodología, que la distanciase de la Historia Natural, de la Geografía y de la Mineralogía.4

1
Omar Moncada y Luz Fernanda Azuela, entre otros, han realizado investigaciones individuales y publicado
libros sobre estos temas, individuales y colectivos. Una muestra de estos últimos es Moncada Maya, José
Omar y Patricia Gómez Rey (coords.), El quehacer geográfico: instituciones y personajes (1876-1964),
Instituto de Geografía de la UNAM, México, 2009, 140 p. Véase también, Moncada Maya, Omar, e Irma
Escamilla, “La geografía en México en el siglo XIX. Institucionalización y profesionalización”, en: Ciencia,
Revista de la Academia de la Investigación Científica, México, vol. 44, núm. 2, junio de 1993, pp. 269-278.
2
Raúl Rubinovich realizó una compilación de la obra completa de Ezequiel Ordóñez en seis tomos; en ella se
describe la participación de este geólogo en dicho congreso, y se presentan los trabajos y las expediciones que
dirigió. En su primer volumen se incluye además su biografía. Véase: Rubinovich, Raúl (comp.), Ezequiel
Ordóñez, vida y obra (1867-1950), El Colegio Nacional, México, 1998, vol. I, 318 p.
3
Véase Azuela Bernal, Luz Fernanda, De las minas al laboratorio, la demarcación de la geología en la
Escuela Nacional de Ingenieros (1795-1895), México, UNAM, 2005, 188 p.
4
Idem.
284
Para expresarlo en términos de Thomas S. Kuhn, la geología adquirió en ese periodo un
grado tal de madurez como ciencia que le permitió contar con un cuerpo de académicos y
seguidores que la desarrollaran.5
Estudiosos de la historia de la Geología, como Francisco Pelayo, Carmina Virgili,
C.C. Albritton Jr. y Arthur F. Hagner6, entre otros, determinan que, como ciencia, ésta
nació con los trabajos de Abraham Gottlob Werner en la escuela de Freiberg, en Prusia,
dado que con su teoría, denominada neptunista,7 se encargó de sistematizar el conocimiento
geológico y de realizar clasificaciones con base en las características de los minerales.
Francisco Pelayo sostiene que la fecha de 1775, año en que es nombrado profesor de
Mineralogía, puede ser tomada como punto de partida para la organización de las ciencias
geológicas.8
Para los sabios del siglo XVIII el neptunismo se convirtió en la teoría que explicaba
de mejor manera las características de la superficie del planeta, su estructura y
composición,9 lo cual, aunado a la organización y delimitación de la geología, al
establecimiento de una clasificación propia y a la conformación de un grupo –o
comunidad– que siguió estos principios, cumple con los aspectos que Kuhn señala que una
teoría debe tener para convertirse en paradigma.10 Es por esto que autores como Francisco
Pelayo son de la idea de que con Werner se delimitó y profesionalizó la geología. Y el
paradigma dominante hacia finales del siglo XVIII fue el neptunismo.
Hablar de modernización es referirse a las modificaciones que una disciplina ha
sufrido para conformarse como la conocemos ahora, esto es, bajo el paradigma de que la
ciencia debe:

Organizar los conocimientos de modo sistemático, capaz de revelar patrones de relaciones entre
fenómenos y procesos, proveer explicaciones para la secuencia de sucesos ocurridos y, por último,
proponer hipótesis explicativas que pudieran ser accesibles a la observación y la refutación.11

Si bien con Werner nació la geología, el inglés Charles Lyell fue el creador de la
geología moderna porque su método aplicaba el principio newtoniano “de que las leyes

5
Véase lo que expresa este autor en su capítulo denominado “El camino hacia la ciencia normal”. Kuhn,
Thomas S., La estructura de las revoluciones científicas, Fondo de Cultura Económica, primera reimpresión,
2007, pp. 70-87.
6
Véase Pelayo, Francisco, “Las teorías geológicas y paleontológicas durante el siglo XIX”, Akal, Historia de
la ciencia y de la técnica, núm. 40, Madrid, 1991, 56 p.; también, la compilación de Albritton sobre aspectos
filosóficos de la geología, en la que participan Arthur F. Hagner, Donald B. McIntyre y el mismo Albritton,
entre otros, en Albritton, C.C. (editor), Filosofía de la Geología, 1ª edición en español, Cía. Continental
Editorial, 1970, 305 p. Cfr. con Virgili, Carmina, Lyell, el fin de los mitos geológicos, Nivola libros y
ediciones, España, 2003, y con Moreno, Pedro, El explorador del tiempo, Charles Lyell, 1ª edición, Pangea
editores, México, 1988, 114 p.
7
Véase Pelayo, “Teorías de la tierra y sistemas geológicos: un largo debate en la historia de la Geología”,
Asclepio, Vol. XLVIII-2-1996, pp. 21-52.
8
Idem.
9
Idem. Cfr. Virgili, Carmina, op. Cit., pp. 49-52.
10
Véase el capítulo denominado “La prioridad de los paradigmas”, en Kuhn, Thomas S., op. Cit., 117-128.
11
Pinar, Susana, “El peso del carácter, algunas consideraciones sobre la historia de la botánica española en el
tránsito de sistemas”, en: Asclepio, Revista de Historia de la Medicina y de la Ciencia, Vol. XLVIII, Fascículo
2, 1996, p. 8.
285
naturales han permanecido invariables en el transcurso de los tiempos”. También validó
sus teorías e hipótesis de investigación con base en la observación, para lo cual recorrió
varias regiones de Europa y América tomando notas, clasificando y estudiando muestras y
fósiles para tener una base sobre la cual elaborar sus trabajos.12
Y este tránsito hacia la modernidad comenzó a darse en el siglo XVIII, aunque fue
el siglo XIX el que vio nacer varias disciplinas y subdisciplinas, al multiplicarse el estudio
de la naturaleza siguiendo el método científico, único camino válido para conocer lo
material desde ese entonces.
En México, la delimitación de la Geología comenzó en el siglo XIX. Al principio
quienes realizaron las exploraciones e investigaciones fueron extranjeros, pero poco a poco
fueron interviniendo mexicanos como Antonio del Castillo, Santiago Ramírez, Mariano
Bárcena, entre otros, de modo que para el último cuarto del siglo puede verse que sus
trabajos comenzaron a destacar.13 Como todavía no se contaba con la carrera de Geología
en el país, los recursos humanos que realizaron investigaciones geológicas en México
tuvieron que profesionalizarse en este campo. Siguiendo a Teresa Pacheco Méndez, cuando
se profesionaliza una actividad, se hace con base en clasificaciones y en niveles de
calificación formal, así como con el apoyo de las instituciones y de las asociaciones
científicas profesionales; de la misma manera se requiere de publicaciones subsidiadas por
el gobierno. De este modo, la ciencia se convierte en una profesión socialmente
legitimada.14
La institucionalización de una ciencia tiene que ver con el conjunto de normas,
reglamentos, acuerdos y/o leyes, con que el gobierno da legitimidad a una institución. En el
caso de México, y hablando de la geología, el instituto bajo el cual se creó la el Mexicano
de Geología, si bien tiene como antecedente la Comisión Geológica, ambos creados a
finales del siglo XIX bajo el gobierno de Porfirio Díaz.

Exploraciones en México
Como es sabido, desde antes de la llegada de los colonizadores al territorio de lo
que es hoy México, los habitantes originales ya utilizaban algunos minerales en su
beneficio. Sin embargo, se puede decir que con la conquista comienzan las ciencias de la
tierra en México.15
Las primeras exploraciones realizadas constan en las crónicas de Cristóbal Colón,
Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, si bien incluyen descripciones acerca de lo que va

12
Ibid., p. 54.
13
En las revistas periódicas de la época, como el Boletín de la Sociedad Mexicana de Geografía y Estadística,
o la revista La Naturaleza, puede observarse el cambio paulatino de contenidos y de autores, desde mitad del
siglo XIX hasta el último cuarto de dicho siglo, donde se presentan con más frecuencia los nombres de
autores mexicanos. Al respecto, José G. Aguilera también se pronuncia. Véase: Aguilera, José G., “Reseña
del desarrollo de la Geología en México”, en Boletín de la Sociedad Mexicana de Geología, 1906, Tomo I,
s/p. Visto en línea: boletinsgm.igeolcu.unam.mx/.../1904-1resenageologiaenmexico.pdf (consulta: 11 de mayo
de 2012).
14
Pacheco Méndez, Teresa, La organización de la actividad científica en la UNAM, México, CESU. UNAM,
1994, p. 17. Véase también Morelos Rodríguez, Lucero, La vida y obra de Antonio del Castillo (1820-1895)
en el proceso de institucionalización de las ciencias de la tierra en México (Tesis de licenciatura), UMSNH,
Morelia, 2007, p. 13.
15
Ver Aguilera, José G., op. Cit., s/n.
286
conociendo, de las plantas, de los minerales –sobre todo yacimientos de oro–, éstas son
generales y sirven para despertar la curiosidad de los naturalistas europeos y la codicia de la
corona que reclamó las tierras.16 Se organizaron expediciones científicas que comenzaron a
descubrir el territorio, como la de Francisco Hernández, médico del rey, en el siglo XVI, y
la de Martín de Sessé, a finales del siglo XVIII.17 En estas exploraciones se dedicaron a
hacer una recopilación de muestras de flora y fauna sobre todo para la Historia Natural, si
bien prestaron atención a la Mineralogía, y sobre todo en la de Sessé se contó con la
descripción de los terrenos donde podían encontrarse los minerales de interés.
Pero fue la expedición de Alexander von Humboldt la que mayores beneficios trajo
al estudio de las ciencias de la tierra. Por sus estudios en mineralogía y esa capacidad que
tenía para abstraer y organizar el conocimiento, realizó aportes importantes para la geología
mexicana al visitar volcanes como el Jorullo, o al tratar de clasificar los estratos de la
superficie del país y compararlos con los de otros continentes, y al sistematizar y englobar
la información que ya se disponía en la Nueva España, en una sola obra, denominada
Ensayo político del reino de la Nueva España.18
Humboldt, además, encontró en el Real Seminario de Minería a dos de sus antiguos
compañeros de la escuela de mineralogía de Freiberg: Andrés del Río y Fausto Delhúyar,
quienes al abrirle las puertas de esta institución pusieron a su alcance los conocimientos que
se tenían en ese entonces y de los cuales el mismo barón se mostró impresionado.

La geología en México
Cuando Humboldt salió de México, dejó establecidas redes de correspondencia con
Andrés del Río y otros colegas, y después se afilió como miembro honorario a la Sociedad
Mexicana de Geografía y Estadística (SMGE).
Por otra parte, cuando Fausto Delhúyar asumió la dirección del Seminario de
Minería en 1792, observó que el atraso de la oritocgnosia y la geognosia 19 que acusaba la
metrópoli no era nada en comparación con la situación que privaba en la colonia, puesto
que: a) existía un escaso conocimiento geológico del territorio novohispano; b) las técnicas
para la prospección, explotación y beneficio de los metales estaban escasamente
desarrolladas; y c) la falta de reflexión científica sobre las características de los yacimientos
de minerales y su entorno ecológico tenía como consecuencia un “pobre aprovechamiento
metálico de sus menas”.20
De modo que había mucho trabajo. Y para hacerlo, se formó un equipo de
profesores provenientes de Europa, entre los cuales se encontraba Andrés del Río, otro
16
Cortés, Hernán, Cartas de relación, Porrúa, México, 2002, 397 p.; Díaz del Castillo, Bernal, Historia
verdadera de la conquista de la Nueva España, Editorial Pedro Robredo, México, 1939, 415 p.
17
La expedición de Francisco Hernández fue la primera realizada de carácter científico. Por su parte, La Real
Expedición Botánica a la Nueva España, dirigida por Martín de Sessé, de 1787 a 1803, y a la cual se unió el
criollo Mariano Mociño, formó parte de un programa de la Corona española para reconocer y dominar su
territorio de ultramar.
18
Véase Humboldt, Alexander von, Ensayo político sobre el reino de la Nueva España, Porrúa, México, 470
p.
19
Oritocgnosia y geognosia eran los nombres con los cuales eran conocidas, respectivamente, la mineralogía
y la geología, en el siglo XVIII y la primera mitad del XIX.
20
Uribe Salas, y María T. Cortés Zavala, “Andrés del Río, Antonio del Castillo y José G. Aguilera en el
desarrollo de la ciencia mexicana del siglo XIX”, Revista de Indias, 2006, vol. LXVI, núm. 237.
287
sabio que impulsó el desarrollo de la geología en México, a través de su trinchera como
profesor de Mineralogía en el Colegio Nacional de Minería. Español, de origen madrileño,
como ya se ha dicho fue otro de los que aportaron a la demarcación de la geología en
México, si bien para ello tuvo que desligarse poco a poco de las teorías de su maestro
Werner.
Por medio de sus expediciones y trabajos fue cambiando gradualmente de la antigua
enseñanza de la geognosia (geología primitiva desarrollada por Werner) a la enseñanza de
la geología, si bien no se desligó completamente de las teorías de su maestro, como muestra
en su Manual de geología que escribió para sus alumnos.21
Fue uno de los alumnos más brillantes de Andrés del Río quien jugó un papel
fundamental en esta modernización y demarcación de la geología: Antonio del Castillo, al
abrir varios “frentes” para lograr este objetivo: los planes de estudio, la práctica geológica,
la producción del conocimiento, la conexión con las políticas del gobierno por medio de
proyectos de ley y comisiones específicas, la creación de sociedades científicas, la
participación de comisiones en exhibiciones internacionales y, finalmente, su
institucionalización, que culminó en 1892 con la creación del Instituto Geológico
Nacional.22
En cuanto a los planes de estudio, Antonio del Castillo se esforzó por modificar los
correspondientes a la materia de Mineralogía, Geología y Paleontología, para separarlos en
tres especialidades diferentes. También propuso mayores tiempos de práctica de los
estudiantes, a través de exploraciones y del trabajo en una escuela práctica, adscrita al
mismo Colegio de Minería, pero en lugares donde había yacimientos mineros, de modo que
la primera se ubicó en Fresnillo y después, cuando se reabrió, en Pachuca.23
Cabe aquí hacer el comentario de que durante la segunda mitad del siglo XIX es
posible observar la estrategia que los hombres de ciencia utilizaron para insertarse en el
discurso hegemónico, así como el interés del Estado por impulsar el desarrollo y la
institucionalización de las ciencias, en una estrecha relación donde científicos y gobierno
hicieron mancuerna para trabajar en el progreso de la ciencia y del país. Los primeros se
sirvieron del Estado para que apoyara sus proyectos, y los segundos utilizaron el desarrollo
científico para su sostenimiento y legitimidad. Se propició el intercambio de aportaciones
para una interacción en la cual los hombres de ciencia también incursionaron en el gobierno
en turno, realizando actividades diversas, ya fuera como grupo intelectual de apoyo, como
observadores, divulgadores, promotores o legisladores.24

21
Puede verse en los libros que escribió como apoyo para impartir sus clases, cómo poco a poco fue
incorporando elementos nuevos, para mantenerlas vigentes, como es el caso de la clasificación de minerales
de Bercelius. Véase Del Río, Andrés M., Elementos de oritocgnósia ó del conocimiento de los fósiles según el
sistema de Bercelio, y según los principios de Abraham Gottlob Werner, Segunda edición, Filadelfia,
Imprenta de Juan F. Hurtel, 1832 y sus posteriores ediciones.
22
Véase Morelos, Lucero, op. Cit., 231 p.
23
Ramírez, Santiago, Apuntes para la historia del Colegio de Minería, Sociedad de Exalumnos de la Facultad
de Ingeniería de la UNAM, México, 1982, p. 313.
24
Véase Morelos, Lucero, Ciencia, Estado y científicos. El desarrollo de la Geología mexicana a través del
estudio de los ingenieros Antonio del Castillo, Santiago Ramírez y Mariano Bárcena (1843-1902) (Tesis de
maestría), UNAM, 2010, pp. 2-4.
288
Porfirio Díaz fue un mandatario que identificó el progreso del país primordialmente
en términos de su avance material, ya que consideró que las obras materiales tendrían un
“efecto civilizatorio” sobre la población; de la misma manera, siempre tuvo en mente que
tanto su legado a México como su papel en la historia quedarían asociados
fundamentalmente a este tipo de realizaciones. La era de Díaz –dice Enrique Krauze– fue la
era del progreso material.25
A nivel nacional, esta obra le sirvió para que “manipulara los hilos de la política,
tanto en el plano nacional como internacional. Nacionalmente, le permitió establecer
alianzas con distintos grupos políticos, otorgar prebendas a sus amigos, imponer castigos a
sus oponentes y neutralizar a sus potenciales enemigos, todos elementos necesarios para el
funcionamiento de su régimen. En el frente internacional, le permitió establecer un
equilibrio entre los diversos intereses extranjeros, construir relaciones personales con
importantes capitalistas de la época y proyectar a nivel mundial su imagen como uno de los
más grandes estadistas de finales de siglo.
Antonio del Castillo, a través de la Secretaría de Fomento, presentó ante la Cámara
de Diputados el 26 de mayo de 1886, la intención de formalizar la creación de una
institución geológica. Dicho organismo tendría por objeto “practicar el estudio geológico
del territorio, dando a conocer éste desde los puntos de vista científico e industrial”.26
Pero mientras este instituto seguía el cauce burocrático para su creación, se formó la
Comisión Geológica de México, cuyo objetivo principal fue preparar el material que el país
presentaría en la Exposición Internacional de París en 1889, como el Bosquejo Geológico y
la reproducción, en papel maché, de grandes meteoritos metálicos que habían caído en
Chihuahua y Zacatecas.27
En cuanto al Bosquejo Geológico, a decir de Raúl Rubinovich realmente merecía tal
nombre, puesto que podían verse espacios en blanco del territorio que no había sido
explorado geológicamente, como Baja California28. Sin embargo, aunque estaba centrado
en el bosquejo geológico general del país, también se contemplaba la preparación de cartas
geológico-mineras de los principales distritos mineros, como Pachuca-Real del Monte,
Guanajuato, Zacatecas y Real de Catorce, así como las memorias sobre los depósitos de
mercurio, cobre, hierro y carbón de piedra, con sus mapas mineros y geológicos. Asimismo
se presentó un catálogo descriptivo de las especies minerales de México y otro de fósiles,
además de cortes geológicos de sectores atravesados por el ferrocarril y la formación de
colecciones de minerales, rocas y fósiles.29
Cuando presentó con éxito su material en la exhibición de París, Antonio del
Castillo también:
 Imprimió el Bosquejo geológico para distribuirlo entre los representantes de los
países participantes en la exposición.

25
Enrique Krauze, Porfirio Díaz, místico de la autoridad, FCE, México, 1987.
26
Diario de los Debates de la Cámara de Senadores, 1889, p. 99.
27
Véase Rubinovich, op. Cit., pp. 33-39.
28
Ibidem, p. 38.
29
Ibidem, pp. 39-40.
289
 Aprovechó el viaje para revisar la forma de organización y de funcionamiento de
los organismos geológicos en Londres, Berlín, Bruselas Viena y Washington.30

Antonio del Castillo fue quien puso todo su empeño para lograr los mejores
resultados. Cabe destacar que en ese tiempo se creía que para que el país alcanzara a los
más desarrollados hacían falta inversionistas que explotaran la abundante riqueza de
recursos del país.
Todo este desarrollo científico tuvo la doble función de mostrar hacia el exterior y
el interior del país una cara civilizada, que diera la seguridad de que se tenía rumbo hacia el
progreso, para demostrar que el Estado-nación mexicano era capaz de conocer y dominar su
territorio, es decir que tenía soberanía sobre él. Y quería este reconocimiento a nivel
nacional e internacional.
Una vez terminados los trabajos de la exhibición, y de regreso ya en México,
Antonio del Castillo procedió a la organización del Instituto Geológico Nacional.

X Congreso Geológico Internacional

En 1891 comenzaron las actividades del Instituto Geológico Nacional, en


seguimiento de las que había tenido la comisión antecesora. La muerte de Antonio del
Castillo en 1895 marcó un cambio en la dirigencia, de la que se hicieron cargo José
Guadalupe Aguilera y Ezequiel Ordóñez, como director y subdirector, respectivamente. De
acuerdo con Raúl Rubinovich, este hecho marca el fin de la etapa inicial del instituto y el
inicio de su “época de oro”, por los éxitos obtenidos a nivel nacional e internacional.31
Entre las actividades del instituto, una que tuvo seguimiento fue la asistencia a los
congresos geológicos internacionales, que se celebraban cada tres años en un país sede. En
estos, se formaban comisiones que realizaban recorridos por el país sede para aplicar los
conocimientos, métodos, nomenclatura, clasificaciones y representaciones gráficas, cuyas
conclusiones después presentaban en forma escrita por medio de informes. De esta manera
se podía apreciar el avance del conocimiento geológico y el entorno territorial del país
sede.32
Al asistir a estos congresos, lo que buscaban los mexicanos era conocer los avances
de la geología para aplicarlos a México, y crear redes de sociabilidad con los representantes
más prominentes de esta disciplina. De hecho utilizaron estas redes para terminar de
conformar la plantilla de personal del Instituto Geológico Nacional, puesto que todavía no
existía la carrera de geólogo en el país y los egresados de la Escuela Nacional de
Ingenieros33 era la que proveía de personal con otra formación, que tenía que “hacerse”
geólogo sobre la marcha.
Y es que el instituto debía contar con la infraestructura y los recursos humanos para
asumir los compromisos que constituían su razón de ser, es decir, debía ser capaz de ofrecer
30
AGN, Fomento, Exposiciones Extranjeras, 1, 16, 69 y siguientes. Carta de A. del Castillo al secretario de
Fomento, Colonización, Industria y Comercio, abril 27 de 1889.
31
Rubinovich, op. Cit., p. 50.
32
Ibidem, p. 54. Luz Fernanda Azuela amplía la información con respecto de la Exposición Internacional de
Filadelfia de 1876. Véase: Azuela Bernal, Luz Fernanda, op. Cit., pp. 132-133.
33
El Colegio de Minería se transformó en Escuela Nacional de Ingenieros.
290
información práctica sobre aspectos relacionados con sismos, derrumbes, inundaciones,
erupciones volcánicas, fallas, entre otros.
De modo que cuando Aguilera viajó al Congreso Internacional de Viena, en 1903,
tenía en mente dos objetivos:
 Conseguir personal especializado entre los extranjeros para el Instituto, y
 Conseguir la sede del siguiente Congreso Internacional.

Cabe destacar que en las dos empresas tuvo éxito, puesto que consiguió atraer al
instituto al estratígrafo y geólogo suizo Carl Burckhardt, y al geoquímico austriaco Paul
Waitz. Y con respecto del congreso, aun cuando había otras sedes propuestas como Canadá
y Portugal, los organizadores eligieron a México porque el material presentado en otras
exhibiciones, y el propio conocimiento de su riqueza geológica –como los yacimientos de
metales preciosos, los meteoritos y los volcanes– les atrajo.34
De este modo, en el mismo año de 1903 comenzaron a alistarse para este congreso
geológico, con un aumento de presupuesto, con una plantilla completa, con un edificio
propio y con el apoyo decidido del gobierno del General Díaz. A la par, se creó una
sociedad que pudiera reunir a la comunidad geológica nacional. En la convocatoria se
mencionaba:

México es un país eminentemente minero y agricultor; para estas dos industrias, la base científica es
la geología. Hay ya muchos trabajos sobre la constitución geológica del suelo de nuestro país, pero
todavía no está organizado el trabajo de los aficionados; una multitud de observaciones útiles se
pierde por falta de una publicación que reúna tanto los artículos formales, como las noticias y
observaciones aisladas y las revistas de la literatura geológica relativa á México… 35

A la par de la formación de esta asociación, se creó su correspondiente órgano de


difusión: el Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, que comenzó a ser publicado al
año siguiente.
Cuando llegó la fecha del Congreso, los mexicanos estaban preparados para hacer
frente al compromiso, al unirse el Instituto y la Sociedad de geología. El programa se
desarrolló de manera cuidadosa e incluía el transporte en ferrocarril hacia los distintos
puntos programados, aspecto importante porque para construir dichas vías ferroviarias se
habían requerido estudios geológicos, de modo que ya se contaba con los que formaban
parte del itinerario. Las excursiones, de acuerdo con Ordóñez y Rubinovich, fueron las
siguientes:
1. Con duración de diez días, la primera excursión recorrió lugares del sur de la
República Mexicana, hacia Esperanza y Tehuacán, y San Juan Raya, mientras
Ordóñez se encargó de los esquistos cristalinos del cañón de Tomellín, en el
tramo Tehuacán-Oaxaca. Está de más decir que en estos recorridos se apreciaron
los aspectos geológicos como la estratificación.36
2. La segunda excursión fue al volcán de Colima, bajo la dirección de Paul Waitz.

34
Rubinovich, op. Cit., pp. 82-84, 97-98.
35
Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, op. Cit.
36
Rubinovich, op. Cit., pp. 102-103.
291
3. De manera simultánea a la segunda, otro grupo se dirigió al Nevado de Toluca,
bajo la dirigencia de Teodoro Flores. Un grupo de excursionistas que regresaban
de Oaxaca se le incorporaron en Toluca, para dirigirse a Michoacán, a donde
llegaron hasta el Jorullo. Allí Ezequiel Ordóñez dio a conocer los resultados de
su investigación sobre este volcán.
4. Regresaron a la ciudad de México en septiembre, para partir al día siguiente a
visitar la parte oriental del país. Llegaron por ferrocarril a Xalapa, donde
Ordóñez habló sobre las rocas neovolcánicas del camino, así como de los
volcanes de los alrededores.
5. Después viajaron a Santa María Tatetla y al cerro de Escamela, guiados por
Böse, quien explicó los rasgos de la tectónica de la Sierra Madre Oriental.37

Después de estas expediciones regresaron a la ciudad de México para la


inauguración formal del Congreso, a la cual asistieron el presidente Díaz y algunos
diplomáticos de países participantes.
En las sesiones del congreso, la mayoría fueron disertaciones de extranjeros. Los
aspectos que se tocaron fueron la expedición sueca a la Antártida, aspectos petrográficos, la
relación entre la oceanografía y la geología y sobre la geología tectónica, entre otros temas.
Los mexicanos que participaron, además de Ordóñez y Aguilera, fueron Juan de
Dios Villarelo, quien habló sobre la génesis de las menas metalíferas; Severo Díaz, del
Seminario Mayor de Guadalajara, quien disertó sobre las erupciones del volcán de Colima;
también se desarrollaron presentaron trabajos escritos, como la reseña de la geología de
México organizada por eras geológicas, de Aguilera. También se presentaron los trabajos
de Ordóñez y Böse sobre “la relación entre los volcanes, el relieve, la tectónica y la
actividad sísmica del territorio”, que incluía un plano sísmico elaborado por Ordóñez.38
Un aspecto que estuvo ausente en las presentaciones del congreso fue el referente a
los campos petroleros, aunque sí se hicieron unas excursiones para los interesados en este
tema, visitando la Mexican Petroleum Company en la Huasteca potosina.
Entre las excursiones que se realizaron posteriores al congreso, se recorrieron
puntos hacia el norte del país, y también se visitaron los depósitos y geología de la ciudad
de Guanajuato; se partió a Zacatecas, donde un grupo descendió a la mina para observar la
exploración y explotación de plata. Y de ahí siguieron a varios puntos del norte del país.
Finalmente concluyó este esfuerzo de hombres de ciencia y del gobierno mexicano
de manera exitosa.

Conclusiones
En este esbozo de la geología que se ha hecho en esta presentación, puede verse
cómo en conjunción con el gobierno se trató de avanzar en el conocimiento del territorio
del país, por medio de exploraciones y de eventos organizados. Los sabios mexicanos eran
conscientes de la necesidad de que el gobierno se involucrara en estas actividades, para
recibir los fondos que les sirvieran para profesionalizar e institucionalizar su actividad, en
este caso la geológica. Y supieron vender el proyecto de manera que el gobierno aceptó

37
Ibidem, 103-108.
38
Idem.
292
crear un organismo que pudiera responder a necesidades prácticas pero que también pudiera
ser muestra del desarrollo del país bajo el mandato de Díaz, puesto que es bien conocido
cómo este mandatario daba un peso importante al desarrollo “material”, que pudiera
palparse como resultado de su liderazgo.
Por estas razones puede decirse que este congreso internacional es la culminación
de una etapa de desarrollo geológico importante no quiere decir que después de este
congreso no hubiera seguido el desarrollo de la geología, lo que se intenta clarificar es que
este congreso puede tomarse como producto de un esfuerzo iniciado desde finales del siglo
XVIII, pero que tuvo mayor auge desde la mitad del siglo XIX, cuando los ingenieros
egresados del Colegio de Minería se dieron a la tarea de modernizar la enseñanza y la
práctica geológicas, con la introducción de nuevas teorías, nuevas materias, nuevas
metodologías, nueva tecnología y nueva legislación.
Para ello puede hablarse de una “columna vertebral” que durante medio siglo
sostuvo este trabajo, compuesta por: Antonio del Castillo, José G. Aguilera y Ezequiel
Ordóñez. Fueron ellos quienes desarrollaron las actividades conducentes a la
profesionalización e institución de la geología en el país, cuya mayor manifestación fue la
organización del X Congreso Internacional de Geología.

293
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Morelia, 2004, pp. XI-XXXI.
Pinar, Susana, “El peso del carácter, algunas consideraciones sobre la historia de la
botánica española en el tránsito de sistemas”, en: Asclepio, Revista de Historia de la
Medicina y de la Ciencia, Vol. XLVIII, Fascículo 2, 1996, p. 8.
Ramírez, Santiago, Apuntes para la historia del Colegio de Minería, Sociedad de
Exalumnos de la Facultad de Ingeniería de la UNAM, México, 1982, p. 313.
Rubinovich, Raúl, María Lozano, Ezequiel Ordóñez, vida y obra (1867-1950), primera
edición, El Colegio Nacional, 1998, pp. 315 p.
Uribe Salas, José A. y María T. Cortés Zavala, “Andrés del Río, Antonio del Castillo y
José G. Aguilera en el desarrollo de la ciencia mexicana del siglo XIX”, Revista de
Indias, 2006, vol. LXVI, núm. 237, pp. 491-518.
Virgili, Carmina, Lyell, el fin de los mitos geológicos, Nivola libros y ediciones, España,
2003.

295
Las defunciones vistas desde la perspectiva del periódico oficial del estado
de Colima; durante fines del siglo XIX.
M.A. María del Carmen Ascensio Mercado1.

La muerte en cada lugar y cada región ha tenido una concepción de manera singular.
Desde la mirada del periódico oficial del Estado de Colima, se redactaron las defunciones
haciendo alusión a las costumbres propias del estado, en ocasiones vagamente, otras
plagadas de efusividad y remembranza, pero siempre caracterizadas por el respeto a la
muerte, el cobijo bajo la religión católica y posteriormente su rompimiento en algunos
sectores de la sociedad. Denotar mediante la presente investigación la perspectiva
consignada en este medio de publicación estatal, representa un acercamiento a los modos de
vida de la sociedad colimense del siglo XIX, lo que nos permite deducir las costumbres
funerarias y los ritos de respeto hacia la muerte propios de la región, es decir, proporciona
una perspectiva más clara y específica del pensamiento y la filosofía asociados a la cultura
del estado. Los datos consignados en las líneas subsecuentes representan un esfuerzo de
recopilación, con la finalidad de obtener material para reinterpretar las contemporáneas
visiones hacia la muerte.
Palabras clave: defunciones, periódico oficial, estado de Colima.

1
Arquitecta por la Universidad de Colima. Maestra en Arquitectura por la misma Universidad. Miembro de la
Red mexicana de Espacios y Cultura Funeraria A.C. desde el 2009.

296
Al reflexionar acerca de la aparición de los periódicos oficiales como órganos
informativos en los estados del territorio mexicano resulta necesario abordar la filosofía
imperante hacia el siglo XIX para entender el formato, y lo que se en ellos se consignaba,
pues el pensamiento mexicano de la mencionada centuria estuvo marcado por varias luchas,
entre ellas la de mayor significación es la independencia.
El período independentista está marcado por ideas no sólo de la ilustración sino
también de la escolástica2, mismas que postreramente fueron apoyadas en el grupo
denominado los liberales que abanderados en el progreso y la libertad pretendían obtener el
poder del territorio.3
Debido a la inestabilidad que imperaba en el país, y tras la guerra de reforma en la
segunda mitad del siglo, llega el positivismo que se veía como un remedio a tantas luchas
fratricidas4. El positivismo se oponía a la violencia y proponía el orden y progreso con la
ciencia y la educación. Ya no se impondría nada por la fuerza, sino por la persuasión
educativa; y si se enseñaba la ciencia positiva, se tendría no solamente paz, sino adelanto,
y progreso, ya que México tenía que colocarse a la par de las naciones avanzadas como lo
establece Sosa5. De acuerdo a los postulados del positivismo la población culta era quien lo
predicaba, ya que estaban dentro del mundo científico, pero fue degradando hasta llegar a
ser una doctrina popular y con principios muy simples y aceptados por cualquiera como lo
declara Beuchot6, resultando el reflejo de los escritos consignados en el Periódico Oficial
del Estado de Colima, identificando en ellos comunicación, difusión, señales claras de
educación de un pueblo, empero surge el cuestionamiento de que si en su totalidad lo
consignado por este medio era de conocimiento público, lo más seguro es que no, pues la
suscripción tenía un costo a pagar por adelantado, además de que en el siglo XIX una
elevada cifra poblacional se consideraba analfabeta7. De tal manera y con el preámbulo de
las disertaciones anteriores establecemos que el Periódico Oficial del Gobierno del Estado

2
O escolasticismo. Filosofia cristiana de la edad media. Movimiento filosófico iniciado por Escoto Erigena y
San Anselmo: llegó a su apogeo con San Alberto Magno, Santo Tomás de Aquino y Duns Escoto en el siglo
XIII. En: Diccionario Porrúa de la Lengua Española. 2005. México. Editorial Porrúa. 5° edición, pp. 296.
3
S. Ramos.1993. Historia de la filosofía en México. México, CONACULTA. pp. 126.
4
L. Zea.1943. El positivismo en México. México. El Colegio de México. El mismo, “El positivismo”, en M.
de la Cueva et al., op. cit., pp. 227-247.
5
I. Sosa. 2005. “Prólogo” a Varios. El positivismo en México. México. UNAM, pp. 13.
6
Doctor en filosofía. Profesor del Colegio y Posgrado de Filosofía en la Facultad de Filosofía y Letras de la
UNAM. E investigador del Instituto de Investigaciones Filológicas, UNAM. Pertenece al Sistema Nacional de
Investigadores (SNI), nivel III.
7
La divulgación de resultados del primer censo de población en 1895 constituyó, además de un testimonio de
la nueva etapa de la historia de México, la base para un conocimiento más objetivo y amplio no sólo sobre
efectivos poblacionales y su distribución en el territorio nacional, sino además sobre las condiciones de vida
de la población y aspectos relacionados con su dinámica. Para las esferas gubernamentales y los incipientes
centros de estudio e investigación, los datos censales significaron la oportunidad para desarrollar nuevas
líneas de trabajo tanto para el diseño e instrumentación de políticas de gobierno como de diagnóstico
socioeconómico, al disponer de información detallada. La población total "de hecho" fue de 12 millones 632
mil habitantes, incluyendo casi 141 mil personas de paso. Se captaron además casi 209 mil residentes
ausentes, cifras todas presentadas con desglose por entidad federativa y grupos municipales (partidos).
Sobresale el hecho de que los estados de Jalisco y Guanajuato se ubicaban con los mayores montos
poblacionales, ambos con más de 1 millón de habitantes. Destaca también la juventud en la estructura por
edad de la población, con poco más de 40% de menores de 15 años, así como un analfabetismo cercano al
80%. En: Estados Unidos Mexicanos. Cien años en Censos de Población. 1996. Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática. México, pp. 10.

297
de Colima se comienza a publicar el día nueve de febrero de 1867, con la finalidad de
comunicar a un sector distinguido del pueblo de los acontecimientos de mayor envergadura,
siendo un órgano de publicación sabática ofreciendo suscripciones y avisos como consta en
la siguiente nota que es fiel reproducción de la portada:

CONDICIONES.
Se publica los sábados. El precio de suscrición [sic.] es de dos
reales adelantados cada mes. Los avisos se insertarán á [sic.] precios
convencionales. Las suscriciones [sic.] se reciben en el despacho de esta
imprenta.8

Los redactores de este periódico justifican la impresión con la columna


introductoria, que denota la función informativa no sólo de leyes y reglamentos, sino de
buenas noticias, sufrimientos, progresos del territorio nacional y del mundo con el objetivo
de contribuir a mantener la paz, así como alimentar el espíritu de hombres justos, como a
continuación se reproduce textual un fragmento y posterior en la imagen digitalizada como
verificativo:
México está pasando por una de esas pruebas amargas á [sic.]
que el destino sujeta por lo regular á [sic.] las naciones. Quizá los
sufrimientos que sobre él pasan, sean un elemento de regeneración, quizá
una rehabilitación ante los que la escarnecían y la befaban, tal vez un
elemento de unión ó [sic.] en fin, el desarrollo de sus fuerzas físicas o
morales con cuyo que se le tiene reservado entre las naciones todas del
globo…9

8
Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Colima. Colima, Febrero 9 de 1867. Tomo I. Núm. 1.
9
Op.cit.

298
Ilustración 1. Periódico Oficial del Estado de Colima. 9 febrero de 1867. TOM. I. NÚM. 1. Fuente:
AHEC. Archivo Histórico del Estado de Colima.

299
Con las reproducciones anteriores, se delata la nueva forma en que el pueblo liberado
asumía la búsqueda de su identidad, aprovechando los recursos y tecnología de la época, se
rechazaba la suntuosidad que remontaba a las ceremonias virreinales, así que por el
contrario, se pretendía celebrar con algarabía, pero imprimiendo nuevo sentido a las
ceremonias oficiales, actos protocolarios y festividades. En publicaciones de Vásquez
Meléndez10 se establece como el general Santa Anna favoreció el cambió en las ceremonias
oficiales y actos protocolarios del gobierno, impulsando el periodismo decimonónico, con
lo cual se favorecía la publicación de poemas, himnos, sonetos y cantos a propósito de
acontecimientos y personajes celebrados o remembrados.
Con la expansión del periodismo y los periódicos oficiales era posible conocer las
noticias, cada semana como es el caso de Colima, de tal manera se leían sonetos, canciones,
odas o versos en honor a fechas importantes como aniversarios u onomásticos, o se
notificaban las honras fúnebres de los personajes destacados de la sociedad. Lo anterior
contribuyó a nutrir la memoria colectiva de los habitantes y denotar su postura, opiniones o
desacuerdos hacia los acontecimientos conforme sucedían.
Múltiples funerales se anunciaban desde el periódico oficial, en ellos se exaltaba en
inició las cualidades del ausente, el extrañamiento y vacío familiar que dejaba, y en
ocasiones si eran gobernantes la esperanza de que se encontrara en su lugar un reemplazo
que diera continuidad a su proyecto, al tratarse de personajes sobresalientes como escritores
y artistas se enunciaba parte de su obra, se les recordaba en versos, sonetos, canciones o
extensivos discursos de despedida. Los términos y la simbología para representar estas
publicaciones eran variados, desde lo formal, lo casual, lo elegante, alterando el formato así
como el vocabulario y las iconografías empleadas.
Estas noticias públicas, condolencias colectivas, y pésames solemnes redactados en
la prensa, es lo que acostumbramos denominar como esquelas aduciendo según el
Diccionario Porrúa de la lengua española como carta breve. Comunicación escrita o
impresa para dar citas, pasar invitaciones o comunicar ciertas noticias11. La definición
otorgada con antelación es demostrativa de que los acontecimientos eran difundidos para
invitar al acompañamiento, en Colima existía aún en las primeras décadas del siglo XX,
una imprenta en el centro de la capital encargada de las tareas de comunicación de
funerales imprimiendo las esquelas y posteriormente repartiéndolas a domicilio con niños
que acudían casa por casa o lloronas que imprimían sensacionalismo a las noticias de los
decesos; como ejemplo mostramos una esquela perteneciente al municipio de Comala:

10
Instituto Nacional de Bellas Artes, Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información
Teatral “Rodolfo Usigli”. En: Antonio López de Santa Anna: entre la continuidad y el cambio de las
ceremonias públicas oficiales en la Ciudad de México.
11
Diccionario Porrúa de la Lengua Española. 2005. México, pp.304.

300
Ilustración 2. Esquela del municipio
de Comala. 1946. Propiedad de la
Familia Senteno.

301
Para el análisis de este trabajo se agruparon las esquelas en estratos hasta finiquitar el
período correspondiente al siglo XIX en 1894, año en que ya no encontramos periódicos
oficiales del estado en los archivos correspondientes al siglo mencionado.
A continuación se describirán las esquelas por período, detallando la redacción,
iconografía, vocabulario y profesión de los personajes, entre otras características:

Esquelas Periódico Oficial del estado de Colima 1867-1869.


En este periodo es común encontrar esquelas separadas del texto únicamente por el
término defunción para referirse a muerte, fallecimiento, deceso u óbito12 limitándose a
comunicar el hecho ocurrido como se describe a continuación:

Defunción
________________

D. Catarino Navarro, de 57 años, natural de Colotlán, Estado de


Jalisco, México, falleció en la Ciudad de Mariposas el 25 de Enero
último, después de una larga y penosa enfermedad. El finado era de
estado soltero y de oficio carpintero.
Se suplica á [sic.] los periódicos de México reproduzcan la
anterior noticia para que llegué á [sic.] conocimiento de los deudos y
amigos del finado Navarro.
“La voz de Chile”. – San Francisco California.13

12
En Diccionario Porrúa de la Lengua Española. 2005. México. Editorial Porrúa, pp. 230.
13
Periódico Oficial del Estado de Colima. Defunción de Catarino Navarro. 16 de marzo de 1868, pp.7 vuelta.

302
Ilustración 3. Periódico Oficial
del Estado de Colima. Defunción de
Catarino Navarro. 16 de marzo de
1868, pp.7 vuelta.

En otras comunicaciones funerarias consignadas en el periódico, se hace un


apartado denominado necrología con el cual se describe toda noticia o biografía de una
persona notable y respetada muerta recientemente, o se adjetiva la lista de muertes14. El
término atañe el cambio de pensamiento que aunado a la propiedad del lenguaje mostraba
el título separado del texto regular, con tipología en tamaños mayores y resaltados en
negrillas o subrayado, como en el siguiente caso enunciativo a la muerte del escritor
Filomeno Medina:

14
En Diccionario Porrúa de la Lengua Española. 2005. México. Editorial Porrúa, pp. 509.

303
NECROLOGIA.
El sábado 18 del corriente á [sic.] las seis y media de la tarde
falleció en esta ciudad el distinguido escritor público, el poeta popular, el
satírico profundo C. Filomeno Medina. Nosotros que lo conocemos hace
muchos años, que lo hemos seguido paso á [sic.] paso en su gloriosa
carrera, que hemos tenido orgullo en llamarnos sus amigos, lamentamos
como es debido, esa pérdida irreparable para el partido democrático
porque era una de las mas [sic.] firmes columnas de las ideas liberales,
que inculcaba al pueblo con la gracia inimitable de sus escritos.
Desde muy joven y sin auxilios ni elementos de ninguna clase sin
educación literaria de ningún género, porque faltaba absolutamente en
Colima, se dedicó Medina á [sic.] escribir lo que la naturaleza le
dictaba, lo que su sola inteligencia le sugería, sin reglas de ningún
género y sin mas [sic.] modelos que las muy pocas obras que en esa
época venían á [sic.] Colima á [sic.] las manos de uno que otro
aficionado á [sic.] la lectura que a la verdad eran muy pocos. Sin
embargo el génio [sic.] se eleva sobre todos los obstáculos y Medina sin
estudio alguno, ha sido uno de los primeros escritores de la Republica.

Ilustración 4. Periódico
Oficial del Estado de
Colima. Defunción de
Filomeno Medina abril
20 de 1868, pp. 6 vuelta.

304
Resulta denotativa la observación de que si continuamos en la lectura de la noticia
del fallecimiento de Filomeno Medina, encontraremos, acciones, trabajos y beneficios a la
sociedad que indudablemente exaltan la vida de un hombre ejemplar para el estado; y la
mención anterior es recurrente, así como el titular de necrología cuando se trata de hombres
ilustres, políticos y literatos importantes, como se observa en la siguiente nota:

NECROLOGÍA.
DEFUNCIÓN.
A las tres de la mañana del día veinte del corriente, falleció en
esta Capital el C. Higinio Alvarez [sic.], diputado al Congreso actual del
Estado.
Nosotros, al consignar este hecho desgraciado, damos el pésame
á [sic.] su apreciable familia, acompañándole en su justo sentimiento, y
haciendo votos por el eterno descanso del finado.

Ilustración 5. Periódico Oficial del


Estado de Colima. No. 47. Defunción de
Higinio Álvarez, septiembre 30 de 1869,
pp. 7 vuelta.

305
Se manifiesta como imperante la significación de la frecuente aparición de
estructuras funerarias que yacen bajo un árbol de ramas caídas que asiduamente es
denominado como árbol de la vida, lo que con frecuencia representa la cruz porque la cruz
une al cielo con la tierra, oriente con occidente, y tiene un centro: La religión cristiana. El
sacrificio de Cristo. La cruz de cristo es relacionada con frecuencia con un sauce llorón,
porque este árbol tenía las ramas elevadas al cielo, las cuales se colgaron cuando se eligió
para que su madera sirviera para construir la cruz de Cristo15.

Ilustración 6. Periódico Oficial del Estado


de Colima. No. 47. Defunción de Higinio
Álvarez, septiembre 30 de 1869, pp. 7
vuelta.

15
Monterrosa Prado, Mariano y Talavera Solórzano, Leticia. Repertorio de símbolos cristianos. 2004.
México. INAH. Primera edición, pp. 76-77.

306
Esquelas Periódico Oficial del estado de Colima 1870-1875.
Las comunicaciones de este período conservan similitud con las del período
anterior, como lo denota el seguimiento al utilizar el término necrología para los decesos de
los personajes importantes, como lo ilustra la siguiente esquela correspondiente a la Sra.
Doña Margarita Maza de Juárez, cabe señalar sin embargo que el énfasis en la presentación
del título necrología se ve disminuida, pues ya no se separa, sino se coloca en negrillas
separada con un guión como se observa a continuación en la reproducción y posterior en la
ilustración:
Necrología.- El día dos del corriente falleció en México la Sra.
Doña Margarita Maza de Juárez, esposa del Sr. Presidente de la
República.
Los relevantes méritos de la Sra. Juárez, por las virtudes con que
se encontraba adornada, fueron apreciados en su justo valor, por toda la
sociedad, la que, en el sentimiento que manifestó por el fallecimiento de
tan recomendable Sra., dio una prueba evidente de la estimación que le
profesaba.
Damos al Señor Juárez y á [sic.] su familia el más sincero
pésame, acompañándoles en su justo sentimiento, y deseando descanse en
paz la ilustre difunta.

Ilustración 7. Periódico Oficial del


Estado de Colima. Defunción de
Doña Margarita Maza de Juárez.
19 de Enero de 1871, pp. 22 vuelta.

307
La participación de la defunción de la Sra. Maza de Juárez no termina en la
redacción de la nota, sino que continúa en la exaltación de sus virtudes, sus actos y reseña
biográfica entre otras características propias del medio político del siglo XIX como se
transcribe acto seguido:
La Sra. D. ª Margarita Maza de Juárez.- Leemos en el Diario
Oficial:
Después de una agonía lenta y dolorosa ayer a las cuatro y media
de la tarde, ha dejado de existir la inolvidable esposa del presidente de la
República.
Los primeros días del año 1871; han marcado una huella de dolor
y de lágrimas en la apreciable familia de la ilustre difunta.
Nació la Sra. Doña Margarita Maza de Juárez, en la ciudad de
Oaxaca el 29 de Marzo, de 1826, y allí contrajo su enlace con el Sr. D.
Benito Juárez, cuya vida política puede decirse que es la historia íntima
de su familia en la parte que ha tenido aquella de persecuciones y
sinsabores.
La señora Juárez, por la benevolencia de su carácter, por la
magnanimidad de su alma, y por el tesoro de las virtudes domésticas de
que era el más perfecto modelo, estaba llamada a recibir el respeto y la
consideración de los más irreconciliables enemigos políticos de su
esposo. No fue así, sin embargo; y todos recuerdan su peregrinación por
la sierra de Oaxaca, huyendo con su inocente familia de la vengativa y
rencorosa persecución de Cobos, que pretendía herir en aquellos seres
queridos al hombre indomable de la Reforma.
En los peligros, su deber la encontraba siempre al lado del
Presidente, sin tratar en ningún momento de interponer los afectos de la
esposa y de la familia, entro la crisis que ha tenido que atravesar el jefe
de Estado. Así presenció el bombardeo de Veracruz, cuando el elemento
reaccionario llevó hasta los muros de aquella Ciudad los estragos de la
guerra civil.

Sin embargo, hacia 1875 existe la ausencia de titulares y encabezados para las
defunciones, se presentan bajo la cintilla intitulada como Gacetilla y con el ícono de una
cruz procesional como representación de alta jerarquía y primacía, no descartando que el
símbolo de la cruz sea reflejo de la fe como lo describe Monterrosa16. De tal manera que
enmarcando este símbolo, se detenía el lector a ocuparse en la nota primero por
observación y luego por interés de enterarse quién era el fallecido como se expresa en la
siguiente misiva:

16
Monterrosa Prado, Mariano y Talavera Solórzano, Leticia. 2004. Repertorio de símbolos cristianos.
México. INAH. Primera Edición, pp. 74-76.

308
GACETILLA

Con el más profundo sentimiento participamos á [sic.] nuestros


lectores la muy temprana muerte del Sr. Coronel D. Miguel Topete,
Diputado al Congreso de la Unión por este Estado. A las doce del día
quince del actual lo perdió Colima, cuyos habitantes se llenaron de
consternación al saber tan infausto suceso. El señor Topete comenzó su
carrera militar en las filas liberales que pelearon por la reforma, y más
tarde, combatiendo á [sic.] los francotraidores [sic.], se distinguió por
actos de heroísmo verdaderamente temerarios, hasta el fin de la tragedia
de Querétaro, á cuyo sitio concurrió.
Al estado de Colima, de que era hijo adoptivo, prestó importantes
servicios, primero peleando contra los franco-traidores hasta su
expulsión de esta plaza en Enero de 1867, y después como Prefecto,
Diputado al Congreso del Estado, habiendo últimamente merecido de sus
conciudadanos que lo elijieran [sic.], Diputado al Congreso de la Unión.
Entre varias virtudes que distinguieron al finado, resaltan las de
haber sido muy buen hijo, liberal patriota, excelente amigo y pródigo con
los necesitados.

309
Ilustración 8. Periódico Oficial del Estado
de Colima. Defunción de Sr. Coronel D.
Miguel Topete. 19 de Noviembre de 1875,
pp. 448 vuelta.

Esquelas Periódico Oficial del estado de Colima 1880-1885.


Esta etapa se caracteriza por la utilización de cruces procesionales y de la cruz celta
que es un ícono religioso que combina una cruz cristiana con un círculo rodeando su
intersección, como a continuación se presenta:

Los periódicos de Guadalajara han traído oportunamente la triste


noticia del fallecimiento del Sr. Dr. En Medicina D. Pablo Gutiérrez, á
[sic.] quien solo conocimos por su universal reputación como sabio y
como hombre útil á [sic.] la humanidad. Razón han tenido, pues, todos
los hombres de ciencia de Jalisco, de Colima y de toda la República,
para participar del duelo que la sociedad jalisciense ha resentido con tan
sensible pérdida. El Sr. Gutiérrez, como maestro, produjo innumerables
profesores que forma hoy la honra del cuerpo médico mexicano, y como
médico, salvó de la muerte incontables personas, pues era un profesor
que ha formado época en los anales de la medicina en nuestro país.

310
Por estas razones unimos nuestra expresión de duelo con las
manifestaciones que en el mismo sentido se han tributado á [sic.] la
memoria del que fué [sic.] tan ilustre mexicano.

Ilustración 9. Periódico Oficial del Estado de


Colima. Defunción de Dr. Pablo Gutiérrez.
24 de mayo de 1881. No. 34, pp. 209.

311
También hacia 1884 encontramos la ausencia de íconos y grandes titulares, después
de un cintillo ancho de color negro se enunciaba la palabra defunción, seguida de las
posteriores defunciones, como es demostrativo en la siguiente transcripción:

Defunción.
En Guadalajara dejó de existir la virtuosa Sra. D. Paula Alatorre
de Alcaraz, madre de la Srita. Preceptora Soledad de este último apellido
y de nuestro estimado amigo D. Rosendo Alcaraz ¡Que el alma de la
finada haya encontrado el premio que merecían su excelente corazón y
sus apreciables cualidades, y que sus deudos, alcancen la resignación
necesaria para sufrir tan irreparable pérdida!
Otra defunción.
Antes de ayer, á [sic.] las ocho de la mañana, dejó de existir en
esta ciudad el Sr. Don. Fernando Carrillo, a consecuencia de una caída
que le dio un caballo que montaba, fracturándole un brazo, el cual a pesar
de haberle sido amputado, fue invadido por una gangrena que le produjo
la muerte.
El Sr. Carrillo era un tipo de honradez y de constancia en el
trabajo y deja á [sic.] su familia el recuerdo de estas virtudes que por
todos le fueron reconocidas durante su vida.
La sociedad colimense pierde uno de sus miembros más útiles en
la persona del Sr. Carrillo; la familia de este queda entregada á [sic.] la
desesperación, pues es inmenso el dolor que le ha causado semejante
desgracia.
No parece sino que esta se había posado sobre el hogar del Sr.
Carrillo; aún no hace un año que una descarga eléctrica había herido al
que es hoy ya difunto y todos temimos por su vida; pero estaba dispuesto
por la Providencia, la prolongación de aquella por algún tiempo más y
que otro accidente de diferente orden viniera á [sic.] extinguirla, y así se
ha cumplido. Entonces, en este mismo periódico nos congratulábamos de
la ineficiencia del rayo, para terminar con la existencia del industrioso y
honrado amigo, hoy tenemos que resignarnos ante la fosa que lo cubre
¡Paz a su alma! ¡Consuelo para su familia!

312
Ilustración 10. Periódico Oficial del Estado de Colima. Defunción de la Sra. Alcaraz y el Sr.
Carrillo. 25 de abril de 1884, pp, ilegible.

Esquelas Periódico Oficial del estado de Colima 1886-1890.


Resulta imperante, como en este lapso de tiempo las comunicaciones funerarias eran
más sucintas y breves, incluso en la impresión se ven disminuidas, pues se hacían
inclusivas en los textos sin separarlas, y en ocasiones colocando una sencilla cruz bizantina
(denominada así por los remates pometeados) seguida de la nota, como se demuestra en la
transcripción:

Defunción.
El jueves de la semana pasada falleció en esta capital la Sra.
Fermina A. de Sánchez. Damos el pésame al Sr. Higinio Sánchez esposo
de la finada, así como á [sic.] su estimable familia, deseando para el alma
de aquella la bienaventuranza eterna.

313
Ilustración 11. Periódico Oficial del Estado de Colima. Defunción de la Sra. Fermina A.
de Sánchez. 19 mayo de 1888, pp.80.

Otras esquelas pertenecientes a este sustrato contienen los titulares en mayor


número de tipología y participando a la sociedad de la lamentable partida e invitándolos al
acompañamiento al cementerio:

Defunción.
Ayer recibimos la siguiente esquela:
“A N O C H E
A LAS DIEZ HA DEJADO DE EXISTIR
EL SR. JESÚS A. GUTIERREZ.
Sus amigos participan á [sic.] Vd. Tan doloroso acontecimiento y
le suplican se sirva elevar sus plegarias al SER SUPREMO por el
descanso del alma del finado y acompañar al cadáver al Cementerio de
esta ciudad, hoy a las cinco de la tarde, por cuyo favor protestan a Vd. Su
eterno reconocimiento.
Colima, 6 de Enero de 1881”

314
Ilustración 12. Periódico Oficial del Estado de Colima.
Defunción del Sr. Jesús A. Gutiérrez. 6 de Enero de 1881, pp.
Ilegible.

315
En otras esquelas se relata el deceso del personaje y posterior se invita a las honras
fúnebres en la iglesia correspondiente:

Defunción.
Ayer a las nueve de la noche dejo de existir en esta capital el Sr.
Francisco Pamplona, apreciabilisimo [sic.] profesor de instrucción
primaria y catedrático del liceo de Varones de esta misma capital. El Sr.
Pamplona fue [sic.] un distinguido ciudadano por su honradez, por su
inteligencia, por su patriotismo. Colima estaba orgullosa de contar en el
número de sus hijos, al que fue [sic.] sabio sin pretensión, humilde por
naturaleza y amante del trabajo por convicción. La instrucción pública
pierde a uno de sus más activos y eficaces propagandistas, la sociedad un
miembro útil; la industria un obrero infatigable, porque Pamplona
dedicaba todo el tiempo que le dejaba libre su profesión al ejercicio de
diferentes ramos de la industria. Nosotros que conocimos á [sic.] fondo
todas estas virtudes que adornaban al Sr. Pamplona, no podemos menos
que lamentar su desaparición, consolándonos la idea de que aquellas han
de haber alcanzado el premio correspondiente en la otra vida. Reciba la
apreciable familia doliente nuestro más sentido pésame.

Honras fúnebres.
Sabemos que los comprofesores en el liceo de varones, del finado
Sr. Pamplona, están organizando una función religiosa dedicada á [sic. ]
su memoria y en cuya función tomará parte “La Lira Colimense”. Dicho
acto tendrá lugar próximamente en la Iglesia del Beaterio.

Ilustración 13. Periódico Oficial del Estado de Colima. Defunción del Sr.
Pamplona. 15 Febrero de 1884, pp.28. 316
Esquelas Periódico Oficial del estado de Colima 1891-1894.
Aquí observamos las últimas emisiones del periódico oficial legibles, pues algunos
ejemplares están en máximo deterioro y por lo tanto ilegibles tanto manual como
digitalmente. Está etapa se caracteriza por la inclusión de actas de fallecimiento como en el
caso de Don Benito Juárez, que posterior a la noticia de su deceso, se incluye el acta que
reza:
En la ciudad de México, á [sic.] las cuatro de la mañana del 19 de
julio de 1872, se reunieron en uno de los salones del Palacio Nacional, y
en presencia del cadáver del C. Lic. Benito Juárez, Presidente
Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, los CC. Ministros de
relaciones exteriores José Ma. Lafragua; de guerra Ignacio Mejía; de
fomento Blas Valcárcel; y de hacienda Francisco Mejía; los CC.
Ciudadanos Dr. En medicina Ignacio Alvarado, y los notarios públicos
Crescencio…

Ilustración 14. Periódico Oficial del Estado de Colima. Defunción del Sr. Lic.
Don Benito Juárez. Acta de Fallecimiento. 18 de Julio de 1891, pp. 114.

Entre otros aspectos denotativos destacan entre las notas varias, el abstencionismo
de cintillos y de negrillas, utilizando una cruz bizantina y la palabra óbito como sinónimo
de fallecimiento17 para enmarcar la noticia, como se describe:

17
Diccionario Porrúa de la Lengua Española. 2005. México. 5° Edición, pp.520.

317
Obito [sic.].
El martes 17 del corriente, á [sic.] las siete de la noche falleció en
esta ciudad el Sr. Don FELIPE MARTINEZ, miembro de la sociedad
filarmónica “LA LIRA COLIMENSE”.
El Sr. Levy, con una generosidad que hace mucho honor a sus
sentimientos, suministro á [sic.] la familia del finado los auxilios
necesarios. A la inhumación del cadáver asistieron los miembros todos de
la “LIRA” con la bandera de la asociación y los instrumentos enlutados.
¡Hermosa manifestación de duelo por el compañero ausente!

Ilustración 15. Periódico Oficial del Estado de Colima. Defunción del Sr.
Felipe Martínez, miembro de los Filarmónicos. 21 de Noviembre de 1891, pp.
188.

Aparecen detalles de tipología en la reproducción de esquelas como enmarcarlas


para resaltar la comunicación, y así visualmente atender como primicia la nota. También en
este estrato hacen su aparición las abreviaturas en las esquelas, tal como reza la siguiente
redacción:
El martes de la presente semana, de una manera inesperada, voló
al cielo el espíritu purificado de la virtuosísima Señora:
D.A LUISA ROSALES DE PADILLA.
Buena hija, modelo de esposa y madre llena de ternura y
abnegación, tenemos fé [sic.] en que ya habrá recibido en el cielo la
recompensa de sus virtudes. Aquí en la tierra, acompañamos al Sr. Lic.
Padilla y demás deudos de la finada en su justísimo duelo.

318
Asistieron á [sic.] la casa mortuoria, lo mismo que á [sic.] la
inhumación del cadáver las personas más prominentes de la localidad, lo
cual demuestra las universales simpatías que con su bondad infinita supo
captarse la Sra. Rosales de Padilla.
D.E.P.

Ilustración 16. Periódico Oficial del Estado de Colima. Defunción de Doña


Luisa Rosales de Padilla. 7 febrero de 1891, pp. Ilegible.

Como relevante para llevar las estadísticas y mostrar informes de los registros
civiles se publicaban las listas de defunciones con nombres, edades y las enfermedades o
padecimientos causantes del deceso, como se presenta a continuación:
Defunciones

Nombres Edad Enfermedad


Pablo cruz 8 días (ilegible)
Antonio Ramírez 25 años Hidropesía
Mauro Valdovinos 25 años Fiebre
Luisa Rosales 38 años Congestión cerebral
Plácida Huerta 41 años Pulmonía
Mónica Ochoa 28 años Impaludismo [sic.]
José Falot segundos Congestión
pulmonar
M. Jesús Velásquez 50 años Indigestión
Margarita Ramírez 50 años Perniciosa
Andrés Medina 20 años (ilegible)

319
Luis López 25 años Diarrea
J. Jesús Cervantes 4 meses Hepatitis
Rafael Ochoa Hidropesía
Telesforo Gómez 33 años Fiebre
Pedro Valencia 2 meses Diarrea
Vicente Ramírez 25 años Caquexia palúdica
Cirilo…(ilegible) 25 años Fiebre
Anacleta Cortes 61 años Tuberculosis
Teodoro Gómez (ilegible) Apoplejía

Ilustración 17. Tabla de defunciones del Registro Civil. Reproducida de la contenida en el


Periódico Oficial del Estado de Colima. 24 de Febrero de 1891, pp. Ilegible.

Ilustración 18. Defunciones del


Registro Civil. Periódico Oficial
del Estado de Colima. 24 de
Febrero de 1891, pp. Ilegible.

Hacia 1894 desaparecen los titulares que nos refieren a la muerte, como óbitos,
esquela, necrología, entre otros; y en su lugar aparecen iconos que inducen la condición del
fallecido en este caso una infanta, por lo que se le simboliza con un ángel esperando,
velando el sueño eterno. Los ángeles como lo describe Monterrosa enlazan el origen y la
revelación, lo ascendente y descendente, el mundo invisible18, y la nota declara:

Ayer a las 3.50 p.m. después de larga y penosa enfermedad,


abandono este mundo para remontar su vuelo á [sic.] la región de los
ángeles, la niña, ANA MARÍA, hija de nuestro amigo el Sr. D. Ignacio D.
Gutiérrez y la virtuosa Sra. Concepción Santacruz de Gutiérrez y nieta
del Sr. Gobernador del Estado.

18
Monterrosa Prado, Mariano y Talavera Solórzano, Leticia. Repertorio de símbolos cristianos. 2004.
México. INAH. Primera Edición, pp.33.

320
El rayo siquiera hiere los altos árboles y las nevadas cimas; la
muerte es cruel e inexorable, pues con su guadaña siega también las
tiernas mieses, los renuevos de las plantas y los botones de la rosa. Debe
ser muy triste y sombrío un eclipse de sol a la hora en que la naciente luz
de la aurora tiñe de gualda y nácar la región de oriente. Los niños son la
aurora de la vida, y cuando mueren, la luz del hogar se eclipsa dejando
sombras de tristeza.
Acompañamos en su justo dolor á los estimables esposos y demás
deudos que acaban de perder una de sus más preciosas joyas.
¡Resignación a los decretos del destino! ¡Paz a las cenizas de los
muertos!

Ilustración 19. Periódico Oficial del estado de Colima. Defunción de Ana María.
28 de Junio 1894, pp. Ilegible.

Con la enumeración de características clasificadas por estratos en los que se dividió


el siglo XIX para analizar las defunciones del Periódico Oficial del Estado de Colima, se
establece y denota de manera específica la evolución de pensamiento durante el siglo en
cuestión, a la vez que se refleja mediante las redacciones la repercusión en los modos de
vida de la sociedad del Colima decimonónico.
Como nota conclusiva, establecemos que las evidencias escritas otorgan un cúmulo
de indicadores para desarrollar investigación, a la vez que esclarecen y detallan el
pensamiento, la expresión, las creencias y costumbres que se amalgaman para fundirse en

321
las particularidades culturales de una localidad. La muerte jamás ha sido ajena, es parte de
nuestro vivir cotidiano, y como parte del quehacer del hombre se ha reinterpretado, dando
lugar a nuevas concepciones que se hacen tangibles en los cementerios como reflejo de la
sociedad y sus modos de vida. Como reflexión concluyó con el siguiente pensamiento: “La
muerte se visiona lejana, y en un segundo se acerca…no te detengas a llorar en una tumba
mejor vive la vida, agradece y sonríe; recuerda que el tiempo perdido hasta los ángeles lo
lloran”.

322
Después de la Cristiada.
Recuperando la paz y formando opinión

Mirtea Elizabeth Acuña Cepeda


mirtea@ucol.mx
Universidad de Colima / Instituto Superior de Educción Normal de Colima

Resumen
Es interesante, desde la perspectiva sociocultural de la región de Colima una
revisión histórica de los esfuerzos de la prensa en difundir las ideas liberales que llegaron
con la Revolución mexicana al estado e intentaron borrar su identidad conservadora, se
aplicaron leyes y reglamentos que en conjunto alteraron la paz porfiriana en la región.
Aparentemente, la población superó los cambios y siguió adelante, pero en 1924 ya no
aceptó la imposición gubernamental y se levantó en armas, defendiendo su estilo de vida;
al término de la contienda (1929) era necesario restablecer la tranquilidad, una acción social
en la que participaron escritores y periodistas en el semanario Ecos de la Costa.

Abstract
It is interesting, from the sociocultural perspective of Colima's region a historical
review of the efforts of the press in spreading the liberal ideas that came with the Mexican
Revolution to the condition and tried to erase his conservative identity, there were applied
laws and regulations that as a whole altered the porfiriana peace in the region. Seemingly,
the population overcame the changes and continued forward, but in 1924, the people did
not accept the governmental imposition and rose up in arms, defending his way of life; at
the conclusion of the war (1929) it was necessary to restore the tranquility, a social action
in which writers and journalists took part in the Ecos de la Costa newspaper.

Introducción

Los medios de comunicación, en particular la prensa escrita, han sido


históricamente un foro donde se expresa un discurso en el que subyace la intención de guiar
o formar la opinión pública; en consecuencia, llama la atención la fundación de un
semanario en una situación particular en la región de Colima, durante el movimiento social
contrarrevolucionario de la Cristiada.

En los movimientos sociales, la lucha no sólo es armada, sino que existe una
ideológica que la precede, acompaña y prosigue. En tiempos donde los conflictos sociales
se manifiestan de modo notable, los artículos periodísticos pueden tener un propósito
formativo, esto significa que el mensaje se dirige hacia una reflexión educativa, de ahí que

323
se considere que el semanario Ecos de la Costa (EC en adelante)1, denominado “decano de
la prensa colimense”, haya jugado el papel de “prensa pedagógica” en el periodo
mencionado; esto a través de la acción social del Sujeto, que es plural al estar constituido
por los escritores y periodistas que publicaban sus artículos en este órgano informativo.

Dicha pluralidad, base de la libertad de prensa en una de la razones por las cuales se
considera interesante conocer cuáles pudieron ser las influencias ideológicas (conservadora,
ideal y hasta socialista) en los mensajes en dicho semanario.

Para la región de Colima2, el periodo histórico que inicia con la llegada de la


Revolución se puede entender como la colisión entre dos trenes, uno iba a toda marcha,
cargado de ideas liberales y el otro de conservadoras, se mantenía detenido en la estación.
Desde la perspectiva pedagógica, este choque se explica como un intento por borrar la
identidad local mediante la aplicación de la Ley, decretos y reglamentos, entre otros, fijar
el número y la duración de las campanadas para llamar a misa. En su conjunto, los cambios
impuestos por el gobernador militar (1914 – 1917)3 alteraron la paz porfiriana en la región
y sembrarían el malestar social; además, se podría considerar que los referentes a los que
impactaron la educación escolarizada fueron en buena parte una las causas de la Cristiada.

Ahora bien, tomando en cuenta que ese periodo histórico la mayoría de colimenses
mantenía una postura conservadora, resulta interesante el rescate histórico de los esfuerzos
de la prensa por recobrar la paz, pero también de formar opinión mediante la difusión de
ideas liberales.

Metodológicamente, el objeto de estudio se aborda a parir de la lectura y


sistematización mediante el análisis de contenido –cuantitativo-, para el posterior análisis
del discurso –cualitativo- de los artículos de editores y periodistas, así como las
contribuciones de profesionistas, sobre todo los profesores que formaban parte de la élite
intelectual de la localidad.

1
El Ecos de la Costa se consultó en: Archivo histórico y hemeroteca de la Universidad de Colima; por lo que
las referencias bibliográficas son de acuerdo al registro digitalizado por: la carpeta (C), el número de
diapositiva (n) y la fecha de publicación (dd/mm/aa). Los nombres de los escritores se incluirán en caso de
estar firmados, señalando que una buena parte de artículos carece de firma de autor, pero se considera que en
conjunto integran el Sujeto de estudio, como agentes que ejercían una acción social.
2
Así como gran parte de la región Centro Occidente de la República mexicana, los estados donde más tarde
se presentaría con mayor fuerza la Contrarrevolución cristera.
3
General Juan José Ríos (1882 – 1954), originario de Zacatecas, estuvo prisionero 5 años en San Juan de
Ulúa por escribir un artículo contra el presidente Porfirio Díaz. En 1913 se incorporó al ejército
constitucionalista, después de ser gobernador militar en Colima, ejerció distintos cargos: Secretario de Guerra
y Marina (1918 – 1920), Director del H. Colegio Militar (1927 – 1928), Jefe del Estado Mayor (1929 –
1931), Secretario de gobernación (1932) con Ortiz Rubio, siendo presidenciable en ese año.
324
La interpretación del discurso es sociológica, por ende, es preciso llevar a cabo un
análisis textual y contextual; el análisis textual caracteriza el discurso y como objeto de
estudio se centra en los enunciados y en lo que concierne al contextual, se considera
indispensable para comprender el discurso, pues más allá del enunciado, es preciso
dimensionar los hechos o acontecimientos que permiten interpretar y explicar el discurso,
considerando sus dimensiones ideológicas o de producto social4

El material analizado es esencialmente periodístico, la unidad de muestreo es el


periódico EC. El semanario se fundó el 15 de octubre de 1927, pero sólo se pudieron
recuperar los periódicos a partir del último año de la Cristiada (1929), de ahí que se haya
delimitado el periodo a partir de ese año y hasta 1933, cuando se escuchaban en Colima los
preludios de la educación socialista.

El segmento de contenido del objeto de estudio, que se consideró como unidad de


registro se conformó siguiendo los encabezados y titulares, al tomarlos como indicadores
para la selección de los mensajes en torno a los acontecimientos; ya que se intenta conocer
la tendencia ideológica y la intención formativa. Lo anterior se aplica a la unidad de análisis
documental (EC) la cual es susceptible de ser estudiada de modo objetivo y de acuerdo a
los propósitos de esta investigación, se sitúa en el contexto sociocultural de la región de
Colima al finalizar el movimiento social contrarrevolucionario o Cristiada.

Para realizar el trabajo se consideraron los aspectos cualitativo y cuantitativo. El


primero corresponde al análisis del discurso y segundo al análisis de contenido, dado que
ambos se admiten para obtener indicadores, mediante procedimientos sistemáticos y
objetivos de descripción de los mensajes, que permiten inferir conocimientos relativos a las
condiciones de su producción y recepción con el propósito de efectuar deducciones
lógicas.5

La interpretación del análisis del discurso, pese al rigor científico puede estar
marcado por la subjetividad, de ahí el interés de conjugarlo con el de contenido, pensado
como una técnica de cuantificación en términos numéricos de los procesos de
comunicación en diversos contextos, aquí entre la guerra y la paz, y con base en ellos,
poder realizar el análisis del discurso.6

Se intentará describir las tendencias en el contenido del periódico, esto con base en
el supuesto que se podrán identificar creencias, valores, actitudes. El primer paso consistió

4
Ruiz Ruiz Jorge (2009). “Análisis sociológico del discurso: métodos y lógicas”, en: FQS, Forum Qualitative
Sozialforschung / Forum: Qualitative Social Research, Vol. 10, No. 2, Art. 26, mayo de 2009, en:
http://www.qualitative-research.net/ http://www.academia.edu/
5
Bardin L. (1996). Análisis de contenido. 2ª ed., Akal universitaria, Madrid.
6
Hernández Roberto et al. (1988). Metodología de la investigación, McGraw Hill, 2ª edición, México.
325
en lectura sitemática del semanario, para obtener los datos que una vez ordenados,7 se
procedió a la interpretación de los mismos, tomando en cuenta tanto lo expreso como lo
implícito, sabiendo que adquieren sentido al situarse en relación a un contexto que sirve de
marco de referencia. 8 Esto para captar, o en cierta medida intuir, el significado del texto en
un contexto dado, lo cual resulta esencial para comprender el fondo simbólico de la
situación en la que ocurrió un hecho o se escribe algo.9 Texto y contexto integran un
binomio fundamental en el análisis del discurso.

El material publicado durante ese periodo se agrupo en categorías, a fin de describir


del modo más preciso posible las características del contenido, por su presencia o ausencia,
frecuencia, intensidad, dirección, orden y contingencia.10 La ausencia de un tema es tanto o
más significativa que su presencia en un medio de comunicación, sobre todo lo relacionado
con las noticias de índole religioso y político en un momento de confrontación bélica;
asimismo, la frecuencia11 e intensidad (medida en base a criterios gramaticales) sirven
como indicadores de aspectos como: intereses sociales, posición partidista o ideológica del
medio de comunicación, medida en que se evade un tema crítico, sea político, económico,
social u otro.

En cuanto al orden, este precisa la aparición temporal o importancia asociado esto


al contexto social, es decir, la relación con la política, economía, cultura, en este caso la
guerra. El mensaje no tiene un significado único y por ello es necesario complementar los
datos en relación a un contexto, aquel en que las personas comparten la misma perspectiva
cultural y sociopolítica, o el acuerdo intersubjetivo sobre el significado de un mensaje.12

Esta metodología de investigación permite observar la realidad social y considerar


la orientación subjetiva de la acción social, la cual está orientada por el sentido que le da el
Sujeto social, que al estar integrado por los periodistas y escritores que escribían en el
semanario EC, se considera un sujeto plural, es decir, su orientación subjetiva es también
plural y diversa; de modo tal que es indispensable situar esa orientación en su contexto que
influye en las creencias y constricciones individuales es decir, producida socialmente; pero
también es compartida socialmente, que se explica por la intersubjetividad como

7
Andréu Jaime (1998). Los españoles: Opinión sobre sí mismo, España y el Mundo.
Análisis Longitudinal Escala de Cantril. Universidad de Granada, España.
8
Andreu, Jaime (2002). Las técnicas de análisis de contenido: una revisión actualizada.
Fundación Centro de Estudios Andaluces, Sevilla.
9
Berelson B. y Laszarfeld P.F (1948). The analyisis in Communications Content.
University of Chicago and Columbia University.
10
Bardin, 1996.
11
La frecuencia ponderada es útil, al suponer que la aparición de uno o varios elementos tienen mayor o
menor importancia que los demás por su repercusión social.
12
Krippendorff (1990) Metodología de análisis de contenido. Teoría y Práctica.
Piados, España.
326
característica del sentido común, indispensable para el proceso de integración al contexto
(Schutz, 1974: 35 y siguientes).13

Contexto sociocultural

La Revolución mexicana llegó al estado de Colima e intentó borrar la identidad


local aplicando la Ley, reglamentos como fijar el número de campanadas para llamar a
misa, y cambios en el ámbito educativo, como transformar las dos Normales de niños y
niñas en una mixta; en su conjunto alteraron la paz porfiriana en la región.

Aparentemente, la población aceptó los cambios y siguió adelante, pero en 1924 ya


no aceptó la imposición gubernamental y se levantó en armas, defendiendo su estilo de
vida; desde años antes ya se habían manifestado distintas formas de protesta en defensa de
un estilo de vida, pero al conocerse las leyes callistas, la inconformidad condujo al
levantamiento en armas; de ahí la trascendencia del movimiento social cristero, el cual,
desde la perspectiva socio –cultural de la región colimense, es la respuesta violenta a la
imposición de las ideas liberales por parte del Estado.

El movimiento cristero tuvo una fuerza muy importante, pues al finalizar la


población de la entidad había disminuido en un tercio. De acuerdo con los censos de
población: en 1921, el estado de Colima tenía 91,749 habitantes y en 1930, habían
descendido a 65,923, una cantidad similar a los 65,115 de 1900. Aún se sienten sus
repercusiones y la legitimación de las demandas cristeras mediante la santificación de
algunos protagonistas.14

En el ámbito educativo, el gobernador militar, general Juan José Ríos nombró


Director de educación pública de Colima al profesor Basilio Vadillo, quien plantea una
reforma educativa y se promulga una Ley de Educación que propicio el cambio de la plana
magisterial, removió las estructuras administrativas, clausuró la mayoría de escuelas
privadas y clericales de la entidad, asimismo se acosó al profesorado de las escuelas
confesionales, por ejemplo, a los profesores varones de embriaguez y descuido de sus
tareas;15 además, el 28 de marzo de 1916, por decreto del gobernador, las dos escuelas

13
Schutz Alfred (1974). El problema de la realidad social. Ed. Amorrortu, Buenos Aires, Argentina.
14
Acuña Cepeda M.E. y Preciado Cortés F. (2012), “Mujeres en Combate: la Cristiada”, en: Ehrenfeld
Lenkiewicz Noemi, coordiandora (2011), Mujeres y acciones: aspectos de género en escenarios diversos.
UAM- Ixtapalapa, UdeC., México, pp. 73 – 108.
15
Serrano Álvarez Pablo (2000), Basilio Vadillo Ortega. Itinerario y desencuentro con la Revolución
mexicana (1885 – 1935), Instituto Nacional de Estuidos Históricos de la Revolución mexicana. Secretaría de
Gobernación, México.
327
normales para niños y niñas que desde mediados del siglo XIX funcionaban en la ciudad de
Colima, se fusionaron en una, la Escuela Normal Mixta de Colima16

Este suceso parece mínimo, sin embargo era un asunto preocupante para las familias
colimenses, pues la enseñanza se impartía segregada por género, al considerar inapropiado
que niños y niñas compartiesen los mismos espacios escolares, 17 todavía en los años
cincuenta en las escuelas privadas se continuaba este sistema.18

Durante la Cristiada se publicaba el periódico “La Reconquista”, cuyo director era


Dionisio Eduardo Ochoa, presidente regional de la ACJM y que trabajaba en la Tesorería
del estado: “Los muchachos de La Reconquista más de una vez merecieron, por su actitud
noble y gallarda, no sólo el respaldo de Colima, decidido y ardiente, sino aun la aprobación,
bendición y elogio del Metropolitano, el Excmo. Sr. Arzobispo de Guadalajara, don
Francisco Orozco y Jiménez”.19

Acerca del contexto, de modo general se podría describir como una situación social
crítica; aparentemente, durante ese periodo histórico la mayoría de colimenses mantenía
una postura conservadora, de ahí que la sociedad estuviese bajo tensión y ante la lucha
armada. No extraña que la población no sólo se manifestará asustada, sino también cansada
y tremendamente impactada por una guerra que había dividido la sociedad, lo cual es de
suponer se reflejaría en la opinión y en consecuencia también en la acción pedagógica del
Sujeto: escritores y periodistas del semanario Ecos de la Costa.

Ecos de la Costa ¿Prensa pedagógica?

Antes de entrar de lleno en el análisis del discurso, para saber si el Ecos de la Costa
tuvo un papel como prensa pedagógica, se procedió a sistematizar la información del
segmento seleccionado para el análisis de contenido, el cual se realizó con base en los
encabezados y titulares, que se tomaron como indicadores de la posible tendencia del
mensaje; este análisis de contenido no se considera concluyente, pero si necesario ya que
tiene el propósito de confirmar de modo previo, la tendencia de los mensajes.

Del análisis de contenido que principalmente es de tipo cuantitativo y por tanto se


considera preliminar al análisis del discurso, surgieron seis categorías:

16
La Normal siguió el proyecto educativo liberal del Estado, de ella surgiría la actual Universidad de Colima
(UdeC) y el Instituto superior de educación normal del estado (ISENCO).
17
Romero Aceves Ricardo (1975), Maestros colimenses, COSTA - AMIC, México.
18
Sobre este tema se ha hecho otra investigación.
19
Spectator, seudónimo del sacerdote Enrique de Jesús Ochoa (1942), Los cristeros del Volcán de Colima,
traducción del italiano (1933), Colima. Libro primero, Cap. segundo, “La hora dolorosa”, consulta
10/05/2012, en: http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/historia/colima/1_2.html
328
1. Conservador, referida a las tradiciones colimenses (6.45%);
2. Liberal por expresiones a favor de esas posturas, o bien por manifestar oposición
hacia las conservadoras (29.03%);
3. Política, noticias relacionadas con el acontecer político local o nacional, en
algunos casos vinculadas con las dos anteriores (8.87%);
4. Deporte, se consideraron por tener que ver con un forma de educación liberal
(7.26%);
5. Género, en razón de ser noticias relacionadas con las mujeres, pero al mismo
tiempo indican un cambio social, y el papel pedagógico del EC en ese sentido (8.06%);
6. Varios, se consideró necesaria para no ampliar demasiado el abanico de
categorías y agrupar diversos tipos de noticias, señalado que algunas retoman aspectos
educativos (40.33%).

Estas categorías, con base en el contexto social colimense, permiten establecer el


contenido en términos cuantificables, mostrados en cifras porcentuales; cabe aclarar que no
se tomaron en cuenta los anuncios y otras secciones que serían objeto de otro trabajo.

Debido a la cantidad de artículos, se prestará especial interés a las publicaciones de


las dos primeras categorías, al estar relacionadas con la tendencia ideológica, pero sin
descuidar los que tengan una intención formativa, como sería el caso de las otras
categorías; esto porque a pesar de que el segmento de contenido que se consideró como
unidad de registro no incluye la totalidad de artículos, aunque se tomo nota de todos los
encabezados y titulares a fin de tomarlos como indicadores tanto para la selección de los
mensajes, como para elaborar las categorías antes mencionadas, para ello se revisaron los
periódicos de cinco años (1929 a 1933) del semanario EC, resultando un total de 260
números

Atendiendo lo cuantitativo, los cifras indican que de alguna manera, la tendencia


ideológica marcaba el rumbo liberal del EC, sin embargo se aprecia que se desliza la
posición conservadora, esto a pesar de que era el último año de la Cristiada -la paz se firmó
el 21 de junio- continuaron apareciendo artículos como la noticia de que el Colegio de “La
Paz” reanudaría sus cursos el próximo día 2 de enero, en 1930; en el mismo se dice que la
señorita Emilia G. Velasco informa que el 2 de septiembre de 1929, se abren inscripciones,
se impartirán “…materias prácticas que beneficiarán a los alumnos, como pintura,
taquigrafía, piano, bordado en máquina.”20

20
C8n25082904, 25/08/1929.
329
Esto es de subrayarse, porque este Colegio21 que había superado la clausura en
1916, cambiando su nombre de Sagrado Corazón de Jesús, en 1924, un año antes de iniciar
la Cristiada, tuvo que cerrar sus puertas, cuando se le expropio el edificio.22 Unos días antes
les habían advertido por lo que pudieron salvar algunas posesiones, sobre todo escolares
que les permitieron seguir sus funciones educativas en la clandestinidad.23

Poco después, como contradiciendo la noticia antes mencionada, se anuncia que los
“Bienes del clero que van a nacionalizarse”.24 Otra contradicción está en el hecho de que en
Colima, ya se habían expropiado edificios pertenecientes a escuelas privadas católicas y el
del Seminario25, convertido primero en cuartel y luego en escuela pública.

Algunas de las propuestas liberales son claras y directas, como la referida a las
“Misiones Culturales” (C10n61, s/f, falta el fragmento de papel, -/09/1929), o la editorial,
que bajo el título “La fiesta de la Patria”, señala: “El respeto a la moral pública y privada
hace que el periódico este en todas partes […] Por eso ahora la obra revolucionaria se
encuentra delegada a la instrucción pública y en el periodismo” (C10n37, 08/09/1929)

Otras, no menos claras pero que se expresan de forma indirecta, al referirse a la


necesidad de impulsar los deportes, insertan el mensaje de oposición a la tradición
conservadora de la región; el artículo editorial, “Por la Raza Mejor”, escrito en un
lenguaje rebuscado habla del énfasis que el catolicismo pone en la salvación del alma,
pues:

Al dedicar la mayor parte de las actividades humanas al atildamiento de la «psiquis» la


envoltura material del alma sufrió detrimento y paulatinamente vino a menos la grandeza
física de la raza y terminó el imperio del bien formado músculo que guiaba, cual si fuera de
hierro, las riendas de una alba y portentosa cuadriga […] Ojala que nuestros atletas costeños
sepan y puedan probar que en Colima no se ha olvidado el ejemplo que la Historia nos
muestra en sus héroes del Ciclo Troyano.26

Respecto al deporte, se reseñan “Dos encuentros de resultados sosos”, el autor


describe el ambiente que privaba a tres meses de la Cristiada: “Ni remedio tiene que
Colima es una ciudad triste por excelencia, ni paseos, ni fiestas, ni algo en que divertirse.

21
La historia de este colegio la publique en el año 2006, bajo el título de: “Cien años de educación cristiana
en Colima”, Instituto Cultural de Colima, conocido como Colegio de las Adoratrices. Gobierno del estado de
Colima, Secretaría de Cultura. Colima, México.
22
La propiedad colindaba, en Aldama esquina con A. Obregón, colindaba con el templo del Sagrado
Corazón, ahora se ubica ahí la Cruz Roja.
23
Acuña Cepeda M.E. (2006), Cien años de educación cristiana en Colima, Instituto Cultural de Colima,
conocido como Colegio de las Adoratrices. Gobierno del estado de Colima, Secretaría de Cultura, Colima,
México.
24
C11n11, ¿-/11/1929.
25
Hoy escuela primaria “Gregorio Torres Quintero”, en Vicente Guerrero esquina con 27 de Septiembre.
26
C12n108, -/11/1929.
330
Afortunadamente nuestra juventud ha organizado tardes deportivas. Normal contra la
Tipo27, arbitrado por los señores Sevilla y Macedo”. Ambos eran reconocidos profesores de
la Normal Mixta de Colima, su posición era decididamente liberal y posiblemente su
afición al deporte también tenía el propósito de una formación femenina contraria a la
conservadora, que todavía a mediados del siglo XX manifestaba su oposición a la
convivencia de niños y niñas en una misma aula.

Sigue la reseña de lo que el redactor califica de “juego soso”, pero la “concurrencia


nutrida” pudo aplaudir a las jugadoras, lo cual se entiende después de tres años de
sobresaltos. “Ni duda cabe que nuestras muchachas deportivas son de fibra […], se daban
empujones que ya quisiera ver a mi buen amigo Nacho resistirlas. […] Normalistas con
mucho brío […] Las de la Tipo se crecen, cuando faltan 15 segundos, Sara Codina Huerta,
normalista, aprovecha una pasada de López, su compañera, manda y encesta la más bonita
canasta que vimos en el juego. El resultado fue «Normal» 4, «Tipo» 2”28 Unos meses
después, se insistía sobre la importancia de la física en las escuelas de niños.29

Algunos títulos en primera instancia parecerían ser conservadores, como “La


conciencia, Nací de un soplo divino”, por Macario G. Barbosa,30 pero el autor manifiesta
una visión liberal del Evangelio; el fondo del discurso se entiende al conocer un poco sobre
Macario Barbosa González (1880-1956),31 quien estudiaba en el seminario y se cambió a la
Normal Mixta, de la cual egresó y ejerció el magisterio en primaria y luego en la Normal;
también estudió Derecho y desde 1928, fue a un tiempo maestro y abogado, litigando a
favor de los desfavorecidos se gano el sobrenombre de “abogado de los pobres”. En esos
tiempos inseguros, en una población dividida por la Cristiada, don Macario con un grupo
de vecinos del barrio de la Sangre de Cristo, en Colima, formó un comité pro-Bandera
Nacional32 y celebraba una ceremonia honrando la bandera mexicana, antes de que se
decretara oficialmente.

27
En el edificio de esta escuela “Tipo República Argentina” (la Tipo), se alojaba el Seminario Conciliar
Tridentino de Colima, el cual fue expropiado durante la guerra de Reforma; está ubicado a un costado del
templo de la Merced y frente al Jardín Núñez.
28
C10n44, 14/09/1929.
29
C1n01023104, 01/02/1931.
30
C1n29013305, 01/01/1930.
31
Macario G. Barbosa firmaba a la usanza colimense en ese tiempo, anteponiendo la sigla del apellido
materno, González, al paterno
32
En enero de 1933, Barbosa envió un oficio con la iniciativa de honrar a la Enseña Nacional el 24 de febrero,
al Presidente Abelardo L. Rodríguez, recibiendo respuesta positiva. El 29 de marzo de 1935, un oficio del
subsecretario de Gobernación, Francisco Ramírez Villarreal, decía: “Ha sido en poder de esta secretaría el
siguiente escrito de usted fechado el 14 de los corrientes, manifestándole en respuesta que en oficio número
8977 de 11 del actual, se le comunicó que oportunamente se le dieron a conocer las opiniones de los
ciudadanos Gobernadores de los Estados, que fueron emitidas a la iniciativa presentada por usted, para que se
rindiera un Homenaje a la Bandera Nacional” (González Santana Candelario (2010), “Manganeando”, en: El
Comentario, periódico de la Universidad de Colima, 2 de febrero de 2012, versión digital en:
http://elcomentario.ucol.mx/Noticia.php?id=1266993998
331
La “Colaboración científica” del Dr. Miguel Galindo sobre el alcoholismo,33 podría
tener dos interpretaciones, por un lado y aludiendo al título, la prensa está cumpliendo su
papel pedagógico o bien, conociendo la posición ideológica del Dr.34, esta podría tener
raíces en una acusación de borrachos y desobligados que hace el Prof. Basilio Vadillo a los
profesores que laboraban en las escuelas privadas.35

El Dr. Galindo, en un artículo que llamaría al debate, habla de “Las


responsabilidades del clero ante la Historia”, afirma: “…aunque han tenido un enorme
poder en sus manos no han detenido la corriente de las pasiones que, como las grandes
corrientes, debe encauzarse. Si se le pone valla la rompe o la desborda; pero ni se detiene ni
retrocede.” En seguida aclara que a través de sus 25 años investigando “el origen del
aborrecimiento, desprecio o cuando menos desafecto que se ha tenido al clero, a pesar de
sus grandes beneficios dignos de todo elogio.”36

Deduce que esto se debe a cuatro proposiciones que formula con base en otra: la
familia es fundamento de la sociedad; Galindo explica que el clero ha fallado por:

1º.- Enseñanza incompleta del sexto mandamiento.


2º- Preferencia de la virginidad sobre el matrimonio.
3º- Desprestigio de las uniones ilegítimas y de sus descendientes.
4º. Falta de desprestigio sobre la soltería masculina.37

Al padre Ursúa38, que se molestó y criticó estas proposiciones, le responde: “mi


respetable amigo vea si es verdadera o falsa la primera proposición, le ruego investigue y
haga la estadística de las personas que saben con precisión el significado del verbo
«fornicar».” En el mismo tenor, cuestiona la epístola de San Pablo, «si casas a tu hija haces
bien; pero si no la casas, haces mejor ».” “¿Qué sucedería si todos, absolutamente todos los
padres de familia quisieran lo mejor para sus hijos, y a ninguna dejaran casar?”39

33
C5n05053002, 05/05/1930.
34
Como se puede apreciar en el artículo, “La responsabilidad del clero ante la historia”, del Dr. Galindo, en:
C2n15023102, 16/02/1931.
35
Serrano, 2000.
36
C3n01033105, 15/03/1931.
37
C3n01033105, 15/03/1931.
38
Galindo (1999) escribiría la biografía de Ursúa, donde manifiesta su admiración y respeto por el amigo:
“Ursúa procuraba la ilustración de los de su tierra, así como él mismo quería ilustrarse, siendo [...] uno de los
pocos que ha tenido verdadera pasión por los libros, a los que dedicó muchas horas de su vida y gran parte de
su pequeño capital material.” Galindo Miguel (1999). El alma batalladora de Jesús Ursúa. AHMC.
Reimpresión del original publicado en 1932 por la imprenta El Dragón. Colima. México, p.43.
39
C3n01033105, 15/03/1931)
332
Las respuestas de los conservadores no se hicieron esperar, pues todavía en 1931,
como lo manifiesta Manuel C. Silva40 en su artículo “Platicando con el Señor Doctor
Miguel Galindo”, consideraba una…

…exageración y grave, es que se debe enseñar lo relativo al VI mandamiento a diestra y


siniestra, para que todos lo sepan, niños y adultos. Esto sencillamente es antipedagógico y
además inmoral. Antipedagógico, porque distrae completamente la atención de los niños en
cosas innecesarias, y los sistemas modernos europeos, como los antiguos métodos, tratan de
concentrar las facultades del educando a la materia correspondiente. Por eso ahora hay
diversos métodos, según las distintas ciencias que se enseñan. – Es inmoral, porque se
despierta en el niño una curiosidad peligrosa, una idea inconforme con la misma naturaleza
que protege la inocencia, y se siembran apetitos desordenados que en la realidad de la vida
sólo sirven para aumenta el caudal de bajas pasiones que atizan la hoguera del corazón que
se consume gastándose en miseria. De ahí viene esa podredumbre de jóvenes y de hombres
que se han agotado sin dar un servicio a la familia, a la Patria o a la Humanidad.41

Finalmente, el escritor acusa al materialismo socialista de la confusión y conductas


inmorales y se respalda en el socialismo cristiano.42

Este debate relacionado con la educación sexual que tanta ámpula ha levantado en
tiempos más cercanos, provocó artículos de uno u otro bando que defendían su posición
ideológica; más se comprende desde el contexto social y cultural de Colima, donde
todavía en la década de los sesenta del siglo XX se levantaban los altares, llamados
“Incendios” y donde la Dolorosa lloraba y sus lagrimas convertidas en aguas frescas de
tamarindo, mango, limón u otras frutas eran obsequiadas a los vecinos que visitaban el
altar, por jóvenes vestidas de ángeles, samaritanas u otras evocaciones de los evangelios.

Al parecer, en 1930 parecía extinguirse esa tradición, según se lee en: “Los viernes
de Dolores en Colima de Antaño”, el mensaje en cierta medida da la razón al Dr. Galindo,
al describir lo que para el autor era el mejor, el “incendio en casa de Doña Pascuala, la que
para dar mayor realice y atraer a la pollada colimense, ponía como «insignias» vivientes a
las más guapas muchachas, las que tenían ojos como un sol de grandes, a las que, cuando
reían, desgranaban como de un abanico canciones olorosas a cuaresma. Y allá iba gritona y
saltando a la parvada de viejos, de niños y sobre todo de trovadores, pero más por el agua
fresca y la oración, iban con Doña Pascuala a coquetear furtivamente con las «insignias»,
porque las mamás por ahí escondidas estaban, y guay de la que pillaran volteando en blanco
los ojos al galán, porque era segura una reprimenda de la mamá iracunda…” finaliza con

40 Manuel Silva Cárdenas (1886- . Se ordenó sacerdote en Colima, en Roma obtuvo su doctorado en el
Colegio Pío Latino, donde “disertaba lo mismo en español, italiano, francés o latín”; historiador,
enciclopedista, meteorologista, literato y filosofo, impartió 14 diferentes cátedras en 40 años de servicio;
desde botánica hasta trigonometría esférica y teología dogmática.
41
C3n2233102, 22/03/1931.
42
Ibid.
333
añoranza “Ahora, todo es diferente, La gente devota, la amiga de las viejas costumbres,
parecen asustadas con la canción del progreso.”43

Respecto al tema deportivo, ya se mencionaron los “Dos encuentros de resultados


sosos” y como este, la mayoría de las notas se refieren a encuentros entre las escuelas
Normal y Preparatoria de Colima, la primera equivalente a la segunda si recordamos que a
las dos se ingresaba al concluir el nivel de secundaria.

Durante el periodo estudiado, los juegos más practicados por las mujeres eran el
Volibol y el Basquetbol; en menor nivel la natación, lo cual es entendible si se piensa en la
cercanía del mar, entre los nadadores de esa época, se distinguió Francisco Vizcaino que
cruzó el Canal de la Mancha.44 Las escuelas de nivel primario más competitivas eran la
Tipo y la Barrera. También se jugaba el tenis, pero al parecer no se extendía a todas las
clases sociales.

El Prof. Rafael L. Macedo escribió un artículo “Los deportes en nuestro estado”,


donde comenta:

Es verdaderamente halagador el constante incremento que están tomando los deportes en


nuestro Estado. Paso a paso, lenta, pero seguramente vamos ganando terreno en la conquista
del músculo, pleno de juventud y entusiasmo. […] Es digna de encomio la labor bellamente
patriótica que se desarrolla en las escuelas a cargo de la Federación, donde se educa al
campesino y a su hijo en los deportes. Los sufridos y abnegados maestros rurales, en su
digno apostolado, han transformado los corrales de sus Escuelas en canchas deportivas y los
luengos caminos de las sierras nuestras, en interminables pistas. Es asimismo, digna de
aplauso la empeñosa labor llevada a cabo a favor de los deportes por la Dirección de
Educación Federal y por el «comité Cultural en el Estado,» quienes luchan tenazmente por
cumplir con uno de los postulados de la revolución como es la perfección y el mejoramiento
de la raza por medio de la educación física.” “Esta es la principal victoria de nuestros
muchachos; haber vencido a la apatía y a la indolencia con la unciosa fuerza de su
entusiasmo.45

Otros profesores consideraban, posiblemente dado el clima de enfrentamiento de


quienes pugnaban desde las distintas posiciones, por la “unificación ideológica en el
magisterio colimense.”46 Lo cual era en ese momento y aún ahora, bastante utópico, pese a
sindicalismo magisterial.

De concretarse este trabajo sólo en lo referente a la educación formal, es decir


escolarizada, entonces se observa que el EC le dedica un 10.48% de los artículos se refieren
a temas educativos; al respecto, la cuantificación en términos numéricos es útil para

43
C4n18043005, 12/04/1930.
44
C5n03053102, 05/05/1931.
45
C5n05053006, 05/05/1930, p. 6.
46
C6n04063304, ¿-/04/1933.
334
analizar el contenido de los procesos de comunicación en diversos contextos, aquí entre la
guerra y la paz, y con base en ellos, poder realizar el análisis del discurso47 del cual se
desprende que muchos de ellos escriben sobre la “Escuela Preparatoria y Normal del
estado”,48 o las actividades realizadas por estudiantes y docentes de estas instituciones,
como la “Excursión al Volcán de Colima”, un viaje de estudios de alumnos de la Normal y
la Preparatoria de Colima que “llegaron al cráter, descendieron cono abajo, tomaron
fotos.”49

El seguimiento cronológico del semanario permitió observar que conforme


avanzaba el periodo (1929 – 1933) se fue haciendo cada vez más clara la intención de una
acción social de parte del Sujeto en pro de una educación liberal; ya fuese destacando el
programa de educación propuesto por el gobierno,50 aludiendo a la importancia de la clase
trabajadora: “La redención por el digno trabajo,”51 o haciendo notar que “la obra de la
educación [liberal] ha sido un éxito,” ya que “el nivel era aterrador por sus altos índices de
analfabetismo,” un problema que la “Revolución […] ha resuelto de forma eficaz y
halagadora, ya que “Colima es uno de los estados que cuenta con más planteles
educativos.”52

Asimismo, la acción social se ve reflejada en el llamado a la ciudadanía a participar


en la solución: “Nuestras Instituciones no pueden lograr sin cooperación del pueblo todo,”53
y respecto a la participación de la federación en el estado de Colima, escriben:
“Deberíamos tener fe en la fuerza de los maestros rurales, porque su labor altamente
comprensiva, es clara visión del problema nacional que ante sí tienen y su espíritu riguroso,
ponen a salvo los intereses de la educación popular.”54

Hay que tener presente que estamos viviendo una época que es la iniciación de una era de
paz depurativa y de progreso, la cual todos los ciudadanos debemos respetar; y sobre todo,
que la institución del Ejército contando con magnífica organización y superiores elementos,
[ilegible por estar doblada la página del periódico] honor como guarda de la Patria,
sostendrá absolutamente la paz de la República y la realización: del IDEAL
REVOLUCIONARIO. (Sic)55

47
Hernández et al., 1998.
48
Prof. Santiago G. Barbosa - C1n02013002, 19/01/1930.
49
Enrique Gutiérrez - C1n19013004, 19/01/1930.
50
El Porvenir editorial de México – C1n23023003, 16/02/1930
51
C11n73, -/11/1929.
52
C4n18043004, 12/04/1930.
53
Alfonso Sánchez - C5n05053003, 05/05/1930, p.3
54
C5n05053013, 05/05/1930, p. 13
55
Alfonso Sánchez - C6n15063004, 16/07/1930
335
Anotaciones finales

Construir la paz, después del movimiento social cristero requería de la acción social
del Sujeto comprometido con esa tarea en la cual participaron escritores y periodistas que
publicaron sus artículos en el semanario Ecos de la Costa.

En los artículos relativos a la educación, destaca la acción social del Sujeto de


tendencia liberal; dicha acción es compartida y producida socialmente, por ende, al
integrarse a un contexto de triunfo del gobierno liberal sobre el movimiento social cristero,
se podría entender que los integrantes de este Sujeto, cuya tendencia era conservadora,
poco a poco disminuyeron en su producción, mientras aumentaba la de quienes, en ese
momento su acción social los coloca en el papel de intelectuales orgánicos del gobierno
constituido. Respecto al semanario EC, su posición es liberal, esto de modo general, lo cual
se desprende del análisis del discurso de las editoriales y artículos de fondo.

Del contenido del semanario en cuestión se deduce que la prensa colimense jugó un
papel importante, influyendo en la opinión pública, pero es mediante el análisis del
discurso en los artículos de editores, periodistas y profesionistas, sobre todo profesores, que
formaban parte de la élite intelectual de la localidad, que se observa su intención de una
acción social formativa.

El semanario EC además de difusor de noticias, fue un órgano educativo, podría


decirse que se tomó en serio el papel de aparato ideológico del Estado, pues se percibe en
el discurso la intención de forjar una identidad nacional sobre la local; por lo tanto, se
puede concluir que el “decano de la prensa colimense” jugó el papel de “prensa
pedagógica” durante ese periodo de la historia de Colima.

336
Los procuradores de pueblos y el reparto agrario en Colima, 1921-1928.1

María J. Ramírez
mjramirez1984@gmail.com

1 Introducción

Los procuradores de pueblos2 y el reparto agrario en Colima, 1921-1928, es parte de la


tesis en donde documenté la política agraria y el reparto agrario colimense de principios del
siglo XX. Su importancia consiste en que, desde el periodo de gobierno de Álvaro
Obregón, eran estos procuradores los encargados de que se atendieran las solicitudes
ejidales, por lo que su posición los colocaba como intermediarios entre los solicitantes de
tierra, los propietarios y las autoridades gubernamentales.
La relevancia del tema consiste en que, aparte de ser indispensable para entender
un proceso político-administrativo nacional y la particular forma que adoptó en los distintos
ejidos formados en el estado de Colima; entidad donde el sector rural sufrió reacomodos
políticos y económicos a partir del arribo al poder del constitucionalismo y, del regreso a la
política de los viejos actores decimonónicos. Estos detalles de la política local permiten
entender la cuestión agraria y la problemática estatal desde el arribo del constitucionalismo,
hasta el periodo de pacificación de la Guerra de los Cristeros; pues en todo momento se
advierte la necesidad de los campesinos por acceder a la tierra y de los propietarios por
conservar sus posesiones.
De este modo es que se advierte que el reparto agrario tenía distintos propósitos,
entre los que sobresalían los matices políticos -al ser también una estrategia de pacificación
rural-.3 No obstante, muchos de los pueblos involucrados mantenían relación con los viejos
despojos de territorios (que en ocasiones eran adquiridos por la fuerza, por medios
jurídicos, políticos y económicos ad hoc).4 De modo que al aplicarse el artículo 27
constitucional en los núcleos solicitantes de tierra, después de que fue establecida la
Constitución de 1917, éstos involucraban sus propias dinámicas, perspectivas del problema,
intereses, pugnas con los hacendados, conflictos internos y relación con las diferentes
autoridades.

1
Este trabajo se desprende del tercer y cuarto capítulo de la tesis de maestría de la autora, titulada Política
agraria y reparto de tierras en Colima, 1915-1935, IIH-Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo,
2011.
2
Los Procuradores de Pueblos eran una figura jurídica nombrada por la Comisión Nacional Agraria (en
adelante CNA), en el periodo de gobierno de Álvaro Obregón (1921-1924), para que atendieran las quejas y
denuncias de los solicitantes de tierra y encaminaran favorablemente los expedientes de dotación.
3
Núñez, Ricardo B., Colima en la historia de México, México, Talleres Gráficos de México, 1973, pp.13-74.
4
Para Colima, vale la pena revisar la tesis sobre la desamortización de bienes de comunidades indígenas de
Colima hecha por Martha Lorenza López Mestas Camberos en la tesis de maestría en historia “Entre la
desamortización y el reparto agrario: una historia rural en las laderas del volcán (1870-1920)”,
FCPyS/Universidad de Colima, 2006.
337
Esta problemática conlleva al lector a pensar en las redes políticas y económicas
involucradas, pues partimos del entendido de que el tema forma parte de un sector
dinámico que reaccionó diferente ante un mismo proceso político-administrativo.5 De tal
manera que en el trabajo abordaremos la forma en la que los campesinos y los procuradores
se adaptaron a las disposiciones jurídicas, para entender cómo vivió cada ejido el mismo
proceso nacional, que no fue homogéneo y mucho menos lineal o constante. Cabe añadir
que dentro de estas redes también estaban las conformadas por los propietarios y
comerciantes que se estaban asociando para conservar las mejores posesiones y seguir
obteniendo rendimientos por los negocios y recursos con que contaban.
En cuanto a la participación de los procuradores de pueblos, tenemos
documentados algunos casos sobresalientes en Colima: el de Eugenio Aviña, quien fue
miembro del contingente El Michoacano6 y, el de Jesús O. Cota, quien participó en el
reparto agrario de Los Colomos, uno de los núcleos más emblemáticos de la entidad.
Otro problema con relación a las instituciones y a los procuradores de pueblos, es
la negativa de las autoridades por dotar de presupuesto a la Comisión Local Agraria (en
adelante CLA) para que realizara el trabajo de su competencia. Estos posicionamientos de
la política local impedían los cambios estructurales y cualitativos dentro de los entornos
rurales, poniendo en riesgo a los solicitantes de tierra y a los ingenieros adeptos a la
reforma agraria; pues la CLA desaparecía con regularidad durante el periodo de gobierno
de Miguel Álvarez García.
No obstante la importancia de estas figuras públicas, el manejo del reparto agrario
fue político y estos hombres terminaron siendo subordinados por los caudillos nacionales,
quienes vieron la conveniencia de emplear el reparto de tierras como una medida de
pacificación, que no alcanzó a impactar a corto plazo en el desarrollo de la agricultura
intensiva -que se supuso que favorecería para el desarrollo de las fuerzas productivas-.

2 El contexto estatal y los primeros conflictos ejidales

Para 1921, en Colima gobernaba Miguel Álvarez García, por lo que el reparto agrario pasó
a ser un problema secundario entre los gobernantes de la entidad. Para ello suspendieron el
subsidio para la CLA, encargada de instaurar los expedientes de dotación ejidal. Esta
diferencia intergubernamental da razón incluso de la posición tan diversa entre los propios
ingenieros o procuradores de pueblos, sobre el problema de los campesinos; ya que esas
percepciones regularmente incidían en las resoluciones gubernamentales, pero la decisión
final también dependía de la relación de éstos profesionistas con sus superiores. En estos
casos, cuando los ingenieros llevaban a cabo los trabajos técnicos y se ponían de parte de
los campesinos, los intereses que se proponían trastocar eran mayores, por lo que sus

5
Algunos posicionamientos teóricos sobre el problema agrario se leen en Congosto, Rosa, Tierras, leyes,
historia: estudios sobre la gran obra de la propiedad, Barcelona, Crítica, 2007.
6
Aviña fue uno de los organizadores del Contingente El Michoacano, que tomó en 1911 las plazas de Colima
para derrocar al régimen porfiriano y, que más tarde, sería uno de los delegados para participar en la
Convención de Aguascalientes de 1914; regresando al estado como defensor del Plan de Ayala. Años más
tarde lo nombraron Procurador de Pueblos, para que promoviera el reparto de tierras entre los campesinos.
338
superiores disminuían las dotaciones al mínimo y cuando esto pasaba, los ingenieros eran
removidos de sus labores.7
De dichos informes se desprende que el costo de vida de los pobladores de la
hacienda de Los Colomos, quienes ganaban $50 centavos por día trabajado, según los
reportes oficiales, aunque las declaraciones de los peones señalaban que el sueldo real no
superaba los $25 centavos. De modo que si contrastamos los precios de los productos
básicos que se consumían en el campo, con los de la ciudad, aunque queda pendiente
descifrar los costos reales con los que llegaban estos mismos insumos al campo, pues los
reportes dan cifras a mayoreo y a estos debemos agregarle el costo de traslado, más la
ganancia del comerciante y la de los distribuidores al interior de los poblados.
De igual manera, al contrastar la utilidad media por trabajador dentro de las
haciendas, podemos advertir que de los $38.00 pesos -libres de los costos de producción-
que generaba cada trabajador, el propietario pagaba cerca de $6.00 pesos mensuales; lo que
nos hace pensar que para ese momento era necesario emplear otras medidas que
retribuyeran a los arrendatarios de las haciendas o a sus dueños; pues coincide con esto el
que se arrendaran a altos costos los pisos para habitación y las parcelas en las que
paralelamente producían las familias.
Por las características de la población de la hacienda Los Colomos y de su líder
moral, así como de la participación activa tanto de hombres como mujeres en el proceso
estudiado, le dan a este poblado ciertas particulares que sirven de antecedente para
comprender por qué se enfrentaron contra el Ejército federal, policía montada y guardias
blancas, en un primer momento y, después contra los vecinos cristeros.
Ahora bien, la relación que había entre los solicitantes de tierra, su ingeniero y
procurador de pueblos, era importante, pues de ellos dependían los trabajos técnicos, de
planeación, redacción de las resoluciones presidenciales, así como la ejecución de las
mismas una vez que eran aprobadas por la Comisión Nacional Agraria (en adelante CNA) y
el presidente de la república. Para nuestros fines sirven los casos de Los Colomos, Pueblo
Juárez y Alcaraces, pues fue donde más participaron estos hombres, convencidos de la
utilidad de la reforma agraria.
De este modo, los registros de Los Colomos indican que en este pueblo el ingeniero
Villaseñor fue el encargado de planificar el ejido, quien además señalaba la existencia de
poco más de 600 habitantes, de los cuales 148 eran hábiles para ser dotados de ejido. De
ellos 107 eran padres de familia, cuya media era de 5 personas (3 hijos); en tanto, el
desequilibrio económico de los labradores se ve si se toma en cuenta que el jornal del
trabajador por día laborado era de 50 centavos. Este dato podemos complementarlo con los
levantados en Pueblo Juárez, donde se calcula que el jornal para una familia de cuatro
personas debería ser de 2.50 más los costos de producción, de manera que al ver los
cálculos del ingeniero Villaseñor, podremos advertir que calculó los ingresos medios de
una familia tomando en cuenta sólo las necesidades de los jefes de familia y, que éstos no
incluyen gastos para medicina, educación ni ningún rubro relacionado con niños ni mujeres.
Lo que bien añadió el Ingeniero en cuestión era la existencia de grandes deudas de
los pobladores a favor del propietario, quien tenía en su haber la tienda de raya donde

7
Para Colima veremos la destitución de ingenieros y Procuradores de Pueblos en Alcaraces, Los Colomos y
Armería. Para ver algunos casos relacionados con el tema en el centro del país, ver Cuadros Caldas, Julio,
Catecismo agrario: recopilación completa de leyes, México, RAN/CIESAS/SEP/CONACYT, 1999.
339
surtían sus despensas a precios comerciales especulativos. Las condiciones de vida de estos
pobladores eran comparadas con los parias,8 independientemente de que se pensara que los
habitantes de Los Colomos sobrevivían en tales condiciones, podremos encontrar que su
situación material fue un factor importante para que decidieran enfrentar a las fuerzas
armadas gubernamentales y a las organizadas por los propietarios una vez que solicitaron
ejido, tomando en cuenta también que antes de las Leyes de Reforma Los Colomos
pertenecían a la Comunidad Indígena de Suchitlán.9
Tomando en cuenta lo anterior, los ingenieros calculaban que la cantidad de tierra
que debía ser dotada por jefe de familia tendría que ser de 12 ha., aunque no todos los
ingenieros se veían benevolentes en los trabajos de dotación, pero las circunstancias
pudieron orillar a Alberto Villaseñor para proceder como lo hizo, pues mientras levantaba
los trabajos pertinentes para la dotación, éste fue baleado por los mozos de la hacienda Los
Colomos.10 Ante estos hechos, además del asalto de la policía montada en el lugar, los
solicitantes de tierra que eran encabezados por Ignacio Torres enfrentaron a las fuerzas
armadas, quedando orilladas las mujeres a promover las solicitudes de amparo, ante la
persecución y enjuiciamiento de los hombres.11
Si bien variaban las características entre los pueblos, también variaban las de las
mujeres, dependiendo del entorno social en cuestión; pues mientras las mujeres de Los
Colomos respaldaban a sus maridos, las de Cardona participaban en las comisiones para
obtener tierras, siempre al amparo de sus familiares varones que formaban parte de los
solicitantes; pero en Comala, quizá por ser un núcleo más urbano y por las influencias
religiosas, las mujeres no fueron tomadas en cuenta en la primera fase de la gestación del
ejido, aunque quedaba demostrado que había madres de familia que se dedicaban a labrar la
tierra.12
Estos conflictos dan razón de la inestabilidad política que se vivía en la entidad,
pues al momento las élites aprovechaban la nueva legislación para defender sus negocios,
posición comprensible debido a que eran propietarios y gobernantes. Así fue desde finales
de 1919, año electoral en el que se disputaron el poder político local las facciones Alvarista
y Constitucionalista, ambas estrechamente ligadas a los grandes propietarios, quienes en
voz del gobernador, estaban descontentos al haber sido privados de tierra.13
Cabe mencionar que entre 1917 y 1921, los campesinos de Pueblo Juárez también
enfrentaban un proceso judicial por haber respondido a las agresiones armadas del
administrador de la hacienda de La Magdalena, por lo que los solicitantes procedieron a
pagar con sus propios fondos a un ingeniero que levantara los trabajos de campo requeridos

8
ARAN-Colima. Sala regional, Expediente CM010005, Caja 23/192/345, Legajo 4, Informe del ingeniero
Villaseñor sobre los trabajos levantados en Los Colomos, fs. 101-108.
9
ARAN-Colima. Sala regional, Expediente CM010005, Caja 23/192/345, Legajo 4, Informe del ingeniero
Villaseñor sobre los trabajos levantados en Los Colomos, fs.101-108.
10
ARAN-Colima. Informe del ingeniero Villaseñor sobre los trabajos levantados en Los Colomos. Ibíd.
11
Este papel que jugaron las mujeres en la parte legal de su proceso judicial, es importante, pues aunque
condicionadas, vemos que su relación con el conjunto de su población era más importante de lo que
advertimos, pues al ver la dinámica interna de las comunidades agrarias, se nota que las mujeres ocupan un
lugar mucho más activo que lo que se percibe cuando éstas salen a las zonas urbanas.
12
ARAN-Colima. Sala regional, Expediente CM010005, Caja 23/192/345, Legajo 4, Informe del ingeniero
Villaseñor sobre los trabajos levantados en Los Colomos, fs.101-108
13
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Telegrama del gobernador Felipe Valle a
la CNA, f. 070.
340
para la dotación de ejido, pues las autoridades estatales argumentaron que no tenían
recursos para dichos fines.14
Debido a que el ingeniero Cañas, contratado por los campesinos para levantar sus
trabajos técnicos, había hecho los cálculos basándose en las circulares que señalaban que
éstos debían hacerse con base en los usos y costumbres de los pueblos, la CNA procedió a
nombrar a un nuevo ingeniero que corroborara dicho levantamiento; esto pese a que el
gobierno estatal sostenía su argumento de que la entidad no requería impulsar las leyes
agrarias debido a que la propiedad de la tierra estaba suficientemente dividida a partir de las
leyes de desamortización. Este interés local por conservar el viejo estado económico de las
cosas, subordinó temporalmente a Colima a las disposiciones de la CLA de Guadalajara.15
Finalmente el 17 de marzo de 1921 la CNA formuló el dictamen de dotación del
ejido de Pueblo Juárez, cuya justificación legal para que se llevaba a cabo la dotación,
modificando la dotación del gobernador Juan José Ríos, por considerarla insuficiente, de
modo que asignaban al ejido la cantidad de 4080 ha, tal como lo propuso el ingeniero
Cabañas.16 En tanto el gobierno nacional preparaba el decreto de dotación de ejido, el
profesor Aniceto Castellanos le solicitó a la CNA que enviara un ingeniero para medir los
ejidos que corresponderían al poblado, por estar próximo el temporal de siembras.17
Finalmente el presidente Álvaro Obregón se pronunció a favor de la dotación el 26 abril de
1921 y en su decreto confirmaba en todas sus partes el dictamen propuesto por la CNA,
publicándose en el Diario Oficial de la Federación, el 13 de mayo de 1921.18
A partir de ese momento aumentaron las agresiones contra los agraristas,
sumándose al expediente ejidal un comunicado de Antonio Díaz Soto y Gama en diciembre
de 1921. En el informaba a la CNA que el general Ramón de la Vega, jefe de operaciones
en el estado, había recogido las armas que poseían los habitantes del poblado para defender
sus ejidos, por lo que denuncia la intervención de las fuerzas federales en los asuntos
agrarios, cuestión que podemos explicar dado el temor de los gobernantes a la insurrección
popular.19
La intervención de Soto y Gama en el ejido se debe al papel que entonces jugaba el
Partido Nacional Agrarista, a raíz de su alianza con el obregonismo; aunque ese privilegio
les fue relegado con el cambio de gobierno de 1924, pues no eran de la simpatía de Calles,
por lo que el Partido Nacional Agrarista se limitaba a denunciar lo que consideraban abusos
u obstáculos para que el reparto agrario se llevara a cabo. 20 Este estado de tensión rural

14
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Informe del Ingeniero Valdovinos, Jefe
de la sección de campo y gabinete, 25 de julio de 1919, f. 073.
15 ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Respuesta a Aniceto Castellanos,
presidente de la CLA, 25 diciembre de 1920, f. 086.
16 ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Dictamen de dotación para Pueblo
Juárez de la CNA, propuesto, 17 de marzo de 1921, fs. 107-108.
17 ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Solicitud de ingeniero por Aniceto
Castellanos para medir ejido “provisional” de Pueblo Juárez, f. 111.
18 ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Resolución presidencial dotando de
ejido a Pueblo Juárez, 26 abril de 1921, fs. 112-113.
19
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Comunicado de Antonio Díaz Soto y
Gama al presidente de la CNA, 21 de diciembre de 1921, f. 152.
20
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Sobre este particular se pueden ver las
denuncias de Soto y Gama en el periódico El Heraldo de México, el 8 de abril de 1921, f. 154. Para ver los
341
hacía que los pueblos se desarticularan, pues no obstante existían las resoluciones
presidenciales, la falta de ejecución y deslinde favorecía para que los hombres salieran en
busca de tierras y trabajo.21
Sobre la propietaria de Pueblo Juárez se tenían pocas noticias, siendo hasta el 28 de
julio de 1921 en que la señora Dolores Vélez se dirigió al presidente de la CNA, para
desconocer la afectación a su propiedad.22 En su escrito señalaba su domicilio en la Ciudad
de México y exponía las pérdidas (de hasta $300 mil pesos en maquinaria agrícola y
semoviente respectivo) a raíz de la intervención de su propiedad por los constitucionalistas.
Estos argumentos tardíos constituían la base para conformar los expedientes de
indemnización por las pérdidas causadas por la revolución y por la expropiación de las
tierras.23
Cabe decir que la intervención de las haciendas constituía una oportunidad para que
los gobernantes afectaran a otros propietarios y una buena coartada de estas compañías era
declarar las propiedades que adquirían en diversos estados de la República como unidades
agroindustriales, de modo que la integración regional se deja ver con el nombramiento del
señor José Vélez, vecino de la ciudad de Morelia, para que vendiera las haciendas de
Aratichanguio, en el estado de Guerrero. Por este motivo vemos que los intereses que
tocaba la política agraria no estaban sólo en las localidades en cuestión, sino que las redes
políticas y económicas estaban articuladas regional y nacionalmente. En este caso, a juzgar
por los apellidos de la propietaria y del señor José Vélez, vecino de Morelia, podríamos
presumir de lazos familiares, lo que permite ver los alcances que tenía el que los
propietarios estuvieran ubicados en la Ciudad de México o Guadalajara y no sólo en la
ciudad de Colima.
Pese a estos tropiezos, las medidas preventivas de los propietarios no se limitaron a
la creación de compañías que resguardaran sus propiedades, pues en otros casos se utilizó
el fraccionamiento de las grandes propiedades para justificar jurídicamente la

detalles correspondientes al Partido Nacional Agrarista ver Castro, Pedro. Antonio Díaz Soto y Gama,
agrarista. México, UAM-I, s.f., pp.257-282.
21
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Informe del ingeniero Benjamín de J.
González al secretario de agricultura y fomento, 14 de junio de 1921, f. 124.
22
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Dolores Vélez al C. presidente de la
CNA, 28 de Julio de 1921, fs. 128-130.
23
Abonan al tema Ochoa Rodríguez, Héctor Porfirio, Las caras del poder. Conflicto y sociedad en Colima,
1893-1950, Universidad de Colima/Gobierno del Estado de Colima/CNCA, 1995 y, Serrano Álvarez, Pablo,
Haciendas y Ranchos de Colima. Del esplendor al declive, España, Publicaciones virtuales, 2005. Además,
cabe señalar que al momento de realizar los trabajos técnicos que delimitaran las tierras ejidales, uno de los
problemas mayores era la inexistencia de linderos, dado que la propiedad había sido abandonada hacia 1914,
posiblemente por la intervención de la hacienda. Debido a estos trabajos y a la imposibilidad por evitar la
afectación, en 1921 apareció la Compañía de Fomento Agrícola, S.A., quien decía haber adquirido la
hacienda La Magdalena desde 1919. Desde entonces Salvador Cortés Rubio se declaraba representante de
dicha empresa, siendo también el apoderado legal al señor Antonio Rodríguez Gil y Vélez, residentes en la
Ciudad de México. En el caso de ésta compañía se sabe que se fundó el 26 de enero de 1912 en la Ciudad de
México, notario sus estatutos el 3 de abril de 1913, quedando como objetivo adquirir las haciendas La
Magdalena, en Coquimatlán, Colima., Cultzaro, en Tacámbaro, Mich., Los Cerritos, en Soconuzco, Chiapas y
Aratichanguio en Coyuca de Catalán, Gro., para su explotación agrícola, comercial e industrial. ARAN-
Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Oficio de la Compañía de Fomento Agrícola a la
CNA, 3 noviembre de 1921, f. 143. También ver Testimonio notariado de la compañía agrícola, 3 noviembre
de 1921, fs. 169-173.
342
improcedencia de las afectaciones. En tanto, la parte gubernamental, argumentaba que los
amparos de los propietarios no procedían por tratarse de un asunto administrativo de
competencia para el poder ejecutivo y no para el poder judicial.24
En torno a los grupos disidentes de la zona, considerados criminales, se decía que
eran protegidos por el gobierno estatal, aunque más que ser criminales, existen evidencias
que indican que sus víctimas tenían lazos con los líderes ejidales. Es el caso del asesinato
de los hijos de Isidro Morales y Esteban Negrete,25 el primero habitante y representante del
ejido de Armería, ligado a las gavillas que se levantaron contra los gobernadores
porfirianos y el segundo aún no identificado, pero que al parecer se relacionaba con algunos
habitantes de Armería.
Como era su función, el procurador de pueblos era el encargado de mediar en los
conflictos donde estuvieran inmersos los poblados, de manera que en 1923 fue quien
organizó la elección del nuevo CPA de Pueblo Juárez; donde estuvieron presentes 94 jefes
de familia y demás usufructuarios del ejido, dando un 60% de asistentes del padrón ejidal,
aunque no era el único ejido donde existían problemas internos, aunque podría resultar
normal si se toma en cuenta que requerían aprender a organizarse de manera independiente.
Finalmente, el 26 de agosto de 1924 se dio la posesión definitiva del ejido, tras reconocerse
que no se dio posesión provisional de las tierras como se señalaba en la resolución
presidencial de 1921.
El caso de Alcaraces también es emblemático por la forma en la que se desarrolló la
cuestión agraria, pues no obstante se solicitaron las tierras el 7 de octubre de 1918, estas
les fueron dotadas varios años después. Inicialmente estaban representados por el señor
Porfirio Cruz, quien usaba la concepción del hombre nuevo que se creía que poseyendo los
medios de producción, podría forjarse una mejor vida dentro de los valores promovidos por
esa nueva sociedad: la libertad y la igualdad. Al fin que no estaba lejos la gran influencia
francesa en el mundo político moderno.
En este caso, la hacienda de Alcaraces (anexa a la hacienda de Buenavista y
considerada en algunos casos como rancho), había sido fraccionada entre distintas
personas, quedando el casco de la misma en manos de Federico Ramírez, a quienes los
campesinos ubicaban como reaccionario villista;26 toda vez que sentían que sus gestiones
habían sido inútiles, pues el propietario hacía alarde de sus influencias e inmunidad dentro
de la esfera pública. Esta inconformidad también se debía a que Ramírez no los dejaba
sacar materias primas para su sobrevivencia –agua, leña, animales silvestres y recolección
en general-, además de negarles las tierras de renta para dárselas a otros labradores, con la
condición de que no emplearan a los solicitantes de ejido.
24
Al respecto se puede ampliar el tema con la obra de Arnaldo Córdoba, Ideología de la revolución mexicana.
La formación del nuevo régimen. México, Era, 1973. También ver ARAN-Colima, Sala regional, Expediente
23, Caja 227, Legajo 2, Esta resolución se hizo con base en la jurisprudencia y ejecutoria de la Suprema Corte
de Justicia del 5 de enero de 1920, fs. 169-173.
25
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23, Caja 227, Legajo 2, Oficio del procurador de pueblos al
secretario de guerra y marina, 15 diciembre de 1922, f. 183.
26 ARAN-Colima, Sala regional, Expediente 23-343, Caja 23-86, Legajo 1, Carta al presidente de la CNA,
Pastor Rouaix, 17 de abril de 1920, f. 127. También ver Urzúa, Roberto, Trilogía Histórica. El Camino real,
Colima, Gobierno del Estado de Colima, 1979, p.101. Sobre el fraccionamiento de la hacienda de Alcaraces,
por Salvador M. Ochoa, ver ARAN-Colima, Sala regional, Expediente: 23-343, Caja: 23-86, Legajo 1,
Documento sobre reunión del gobierno estatal y CLA para tratar asunto de Alcaraces, 18 octubre de 1918, fs.
11-12.
343
Entre las estrategias de dispersión del núcleo, empleadas por el señor Ramírez,
estuvo el aumento de la renta de los lotes donde vivían los jornaleros y labradores, aunque
es destacable la organización que había en este lugar, de modo que se les atribuye un
manejo del lenguaje sumamente congruente con el discurso oficial para obtener la tierra y
denunciar a sus contrincantes.27
Los problemas entre propietarios afectados y ejidatarios de Alcaraces iniciaron de
manera frontal en marzo de 1922, cuando el CPA de Alcaraces denunció que el señor
Santana selló una puerta de fierro para evitar el paso de los ejidatarios al predio El
Aguacate, por lo que al intentar pasar el señor Celedonio Amezcua -el 6 de marzo de ese
año-, éste fue abatido a balazos por personas pagadas por este propietario. Dicha denuncia
la interpusieron ante la CLA para recibir las garantías correspondientes, por lo que el
presidente de la CLA respondió que no podía hacer nada por no tener instrucciones de sus
superiores.28
A diferencia de otras propiedades, la estrategia de Salvador M. Ochoa, dueño de la
hacienda de Alcaraces, consistió en fraccionar su propiedad entre 1917 y 1919. No obstante
lo anterior y las características del gobierno estatal, la presión externa favoreció para que se
dotara provisionalmente de ejido, aunque la CLA continuaba sin presupuesto y en la
entidad continuaban los reacomodos políticos.29 De este modo la posesión provisional del 5
de noviembre de 1921 la constituyeron 1000 ha.
En síntesis se puede decir que lo común entre Pueblo Juárez y Alcaraces en materia
agraria es la irregularidad con la que les fue atendida la solicitud de tierras que comenzaron
desde 1916 y 1917; así como la implementación de grupos de choque contra los habitantes,
por lo que los campesinos tuvieron que dispersarse, toda vez que la irregularidad con la que
funcionaba la CLA de Colima, dificultaba que se llevaran a cabo los trabajos técnicos
requeridos para concretar la dotación ejidal y más tarde la ejecución de las resoluciones
presidenciales.
También cabe decir que en ambos casos las resoluciones fueron tardías debido a que
los propietarios y compañías involucradas, contaban con suficientes nexos políticos a nivel
nacional que alargaba el tiempo requerido para que se llevaran a cabo estos trabajos. A esta
problemática se sumaron las diversas concepciones que tenían los mismos ingenieros que
trabajaban para la reforma agraria, pues mientras unos favorecían mayormente a los
campesinos, otros pasaron a ser los defensores de los propietarios afectados con las
dotaciones ejidales.

3 Las secuelas de la rebelión delahuertista en Colima: el campo y en la ciudad.

A finales de 1923 Higinio Álvarez, hermano del gobernador Miguel Álvarez, formó
acordadas para someter a los alzados delahuertistas, siempre con el apoyo de los
propietarios de la entidad, quienes contribuyeron con el préstamo y donación de caballos

27
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente: 23-343, Caja: 23-86, Legajo 1, Carta de solicitantes de
Alcaraces al gobernador, 17 abril de 1920, fs. 124-125.
28
ARAN-Colima. Expediente: 23-343, Caja: 23-86, Legajo 2, Informe denuncia del CPA de Alcaraces ante la
CLA, 16 marzo 1922, f. 133.
29
ARAN-Colima. Sala regional. Caja: 23-86, Expediente: 23-343, Legajo 2, Oficio del delegado de la CNA
en Colima, el 17 octubre de 1921, f. 45.
344
para conformar un nuevo regimiento que combatiera a los rebeldes.30 Estas acciones eran
interpretadas por los campesinos que tenían ejido solicitado como una estrategia con doble
fin, pues al verse agredidos por los propietarios de las haciendas afectables, denunciaban
los hechos como la alianza entre el gobierno estatal y los propietarios para dispersarlos;
siendo el caso de Pueblo Juárez donde su presidente del Comité Particular Ejecutivo fue
baleado por miembros de estos grupos.
En este sentido el gobierno del general Daniel Castillo,31 nombrado gobernador
interino de Colima luego de la sublevación de Isaías Castro –en Colima- y Adolfo de la
Huerta –a nivel nacional-, contra Álvaro Obregón. Castillo fue elevado al rango de general
delahuertista tras la toma de Colima, el 9 de diciembre de 1923. Su mayor preocupación era
el establecimiento de juntas municipales, para dar paso a la soberanía estatal que declaró.
Para llevar a cabo ese empadronamiento se propuso comenzar a cobrar las
contribuciones del año fiscal en curso (1924); aunque tales planes no se llevaron a cabo
debido al restablecimiento del orden constitucional, pero las secuelas fiscales se hicieron
presentes en la administración suplente debido a que los propietarios de bienes muebles y
de negocios se negaban a pagar las contribuciones correspondientes al periodo de la
intervención, causando que las autoridades intervinieran propiedades en la ciudad, cobraran
de nueva cuenta los impuestos ya contribuidos, entre otra serie de acciones que pronto
provocaron el descontento de los sectores más pudientes de la entidad.32
Ese golpe de Estado, en apariencia aislado, impactó en los núcleos solicitantes de
ejido de Manzanillo, aunque la mayoría de sus decretos fueron en materia político-
administrativa, como la disminución del personal de las oficinas municipales y la
cancelación del pago a los civiles dependientes del municipio; pues se advirtió la necesidad
de regular los desajustes en las finanzas municipales, toda vez que el pago de pensiones
vitalicias eran contraproducentes para la consolidación de las nuevas instituciones,
reflejándose de igual manera en la poca la aplicación de la ley agraria. La diferencia entre
los rebeldes y los revolucionarios dominantes estaba en que los primeros consideraban que
el Estado debía indemnizar a los propietarios al momento de afectarlos y que los
beneficiados con ejidos debían comenzar a trabajarlos una vez teniendo el proyecto de
dotación, aunque no contaran con la resolución presidencial.33
Las preocupaciones del que prometía ser el principio de un nuevo periodo de
gobierno, requerían de un diagnóstico nacional tendiente uniformar el catastro de la
propiedad raíz a nivel federal; pues tenían presente que los propietarios evadían impuestos
al devaluar el precio catastral de sus predios. Por este motivo requerían llevar a cabo las
reformas planteadas, con el propósito de adaptarse a un sistema federado donde se aplicaran
las leyes relativas al municipio libre. De lograrlo, les permitiría tener padrones fidedignos y
aumentar las recaudaciones tras uniformar los distintos sistemas de impuestos.
Se creía pues, que al flexibilizar la utilización de datos existentes, el catastro
nacional permitiría aplicar los principios de proporcionalidad en el cobro de los impuestos.

30
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Legajo 1017, Expediente 3, jefatura de armas del estado,
abril de 1924.
31
Ver trabajos de Naranjo, Francisco, Diccionario biográfico Revolucionario, México, Imprenta Editorial
Cosmos, sf.
32
Ochoa Rodríguez, Las caras del poder, 1995.
33
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Legajo 1017, Circular no. 59 del gobierno de Adolfo de la
Huerta, 19 de enero de 1924.
345
Por tal motivo la Secretaría de Hacienda convocó al poder ejecutivo y legislativo de las
entidades federativas para que propusieran medidas en dicho asunto.34 Esta preocupación se
sumaba a la constante de la Secretaría de Industria y Fomento y de empresas como la
Universal Information and Service Company, relacionada con el Continental National Bank
of Los Angeles CA, por diagnosticar los recursos naturales e industrias existentes en cada
entidad. No obstante estas empresas se presentaban como intermediarios legales en los
trámites entre los particulares y las instituciones, su mayor interés residía en los sectores
estratégicos del país.
En materia agraria en este periodo se le dio prioridad a la posesión provisional de
ejidos, aunque no se contara con los requisitos de ley -pues se pensaba que eran
indispensables para hacer productivas las tierras-.35 Fue así que se adelantaron los trámites
de dotación para Camotlán de Miraflores y se aprovechó para solicitar los ejidos de
Cuyutlán y Armería, pues en esta región hubo participación de los campesinos en el frente
occidental delahuertista. Las controversias surgieron una vez depuesto el gobierno interino,
aunque para esa fecha ya existía la Liga de Comunidades Agraristas de Colima,
organización fundada a finales de 1923, distinguida por su constante agitación en materia
agraria hasta finales de la década.36
En la convocatoria de la Liga se advierte la percepción de la estrategia dispersiva
como forma de debilitar a los solicitantes de tierra (“Terreneros”), así como la alianza de
algunos gobernantes con capitalistas regionales e internacionales, para limitar el alcance de
la política agraria; de modo que La Liga planteaba la necesidad de que los peones
comprendieran su condición para que buscaran una vida digna, sin amo y sin degradar su
condición humana. En estas declaraciones se advierte, por ejemplo, la debilidad en la
acción agraria del momento en cuestión, pues la desarticulación de las comunidades
agraristas desfavorecía a los solicitantes para presionar efectivamente para ser dotados de
tierra.
En tanto se planteaba la necesidad de la unidad, la Liga de Cominidades Agraristas
de Colima buscó el respaldo en su homóloga de Jalisco y en la Federación de Obreros y
Campesinos de aquella entidad –dirigida por Timoteo Durón -, así como de los
representantes del gobierno estatal para que se enteraran oportunamente de las necesidades
de los campesinos.37 Los planteamientos del secretario general de la Liga, el C. Juan D.
Mendoza, hacía los señalamientos mencionados dado que buscaba una justificación legal a
sus acciones, toda vez que fue acusado de simpatizar con el movimiento de Adolfo de la
Huerta, de modo que argumentaba el derecho de asociación, regido por una asamblea
reguladora, cuyos esfuerzos estaban dirigidos a las comunidades, para que participaran por
medio de tres delegados comunitarios.38

34
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Legajo 1017, Circular no. 424, Expediente s/n, Secretaría
de Hacienda, 5 de enero de 1924.
35
ARAN-Colima, expediente MA/003/002/, Caja 2385, Legajo 1, Carta de Mariscal Sevilla Serapión a
Obregón, Junio 6 de 1922, fs. 006-010.
36
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Legajo 1017 “B”, expediente 16, Secretaría de Gobierno,
29 de abril de 1924. Para los días 27-29 de abril de 1924 tenía convocada su II Convención y aunque no se
cuenta con la información relativa a la primera de estas, en la segunda participaron más de 20 núcleos agrarios
solicitantes de tierra y algunas organizaciones obreras y campesinas regionales, incluidos los ferrocarrileros.
37
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, expediente 16- Secretaría de Gobernación, 1924.
38
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, expediente 16- Secretaría de Gobernación, 1924.
346
A dicha convocatoria asistieron cerca de cincuenta representantes de 21
comunidades, aunque los delegados del gobierno estatal y de gobernación señalaron que
por falta de cultura “los campesinos no aportaron nada en el desempeño de las comisiones”,
condición marginal que no supone que los asistentes no se reconocieran en su entorno, sino
que implica las jerarquías impuestas por la estructura gubernamental en materia agraria;
quedando en el eslabón más bajo quienes solicitaban la tierra. A este problema se le añadía
uno más real: la desorganización y desarticulación del sector campesino, aunque es
comprensible si se piensa que las experiencias que tenían otros trabajadores los favorecían
para lograr los objetivos que se planteaban, de modo que era en ese momento cuando los
habitantes de Colima estaban transformando sus elementos culturales en estrategias
políticas de defensa.
Por esta razón, el discurso pro soviet que tenían los delegados de Jalisco, no eran
sino experiencias ajenas expresadas bajo esquemas rígidos que poco favorecían su
comprensión entre los campesinos de Colima.39 Otro reto para los presentes fue el llamado
de la Federación de Ferrocarrileros a romper con la influencia sacerdotal, para lograr la
unión sólida que se requería como sector; pero el problema no era menor, si consideramos
que el mundo rural tenía un gran apego a la tradición religiosa.
En tanto se llevaban a cabo las discusiones de los intelectuales que participaban de
las instituciones y corporaciones, acerca del deber ser de los campesinos y su entorno, los
propietarios se organizaban para solicitar la disminución de impuestos en la producción
agroindustrial de sus tierras; de modo que dos de los propietarios más activos fueron la
compañía Vergara y Rangel, propietarios de la hacienda Nogueras, así como la señora
Isaura Vídriales, dueña de la hacienda de Armería y Cualata. El primero pugnaba hacia
abril de 1924 porque le redujeran de 13,000 a 8,000 pesos el impuesto sobre la elaboración
de alcohol, dado que había aumentado el costo de producción.
Esta protesta implicaba la reformulación del presupuesto de ingresos de la entidad.
La justificación de la compañía para solicitar dicho descuento en los impuestos fue el
aumento en los costos de producción, aunque el hecho de que para esas fechas se abrieran
las fábricas de Chiapa y El Alpuyeque, del mismo rubro (azúcar y alcohol), nos podría
hacer pensar que el negocio seguía siendo redituable o, por lo menos, da razón de las
pugnas entre propietarios fabricantes y su distanciamiento por motivos económicos.40
No obstante había diferencias entre los gobiernos delahuertista y callista, ambos se
apoyaron de los militares para gobernar, mientras que en materia fiscal las dos facciones
presionaron a los contribuyentes, favoreciendo el retroceso en algunos casos de los
procesos en materia agraria. Este avance –limitado-, se hacía presente en el momento en
que los funcionarios encargados de la CLA dejaban de lado sus responsabilidades para
fungir como administradores dentro de los municipios, sin asumir sus responsabilidades
como gestores de ejidos. Este problema era más grave de lo que en apariencia parece, pues
el gobierno estatal pronto señaló que la instauración de expedientes ejidales no se
realizaban debido a la insuficiencia de ingenieros que los realizaran.41

39
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, expediente 1017- Secretaría de Gobernación, legajo sin
número, informe del diputado Blas Dueñas, abril de 1924.
40
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, caja 1017 “B”, expediente 3 bis, relaciones con el
Congreso, 4 abril de 1924.
41
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, caja 1017 “B”, expediente 1, CNA, abril de 1924.
347
Un factor más para la comprensión de la dimensión de los problemas que se vivían
en la entidad lo constituyen las clases medias, quienes se veían presionadas para pagar las
contribuciones por casa habitación, dando cabida a que las esposas de los hombres de
negocios y otras de sectores menos privilegiados dirigieran en conjunto cartas de denuncia
al gobernador, dejando ver que las mujeres de su clase lejos de simpatizar y abrigar ánimo
de ayudar a la revolución, la temen y la repugnan; pero se sometían por la fuerza pública
mediante la cual se apoyaban los gobernantes en turno. En este caso eran los abogados
Padilla quienes recibían las comunicaciones.
Esto causó las protestas entre mujeres allegadas a los propietarios de haciendas y
casas habitación de la ciudad, quienes solicitaban la derogación de dicho impuesto, pues
decían que con la guerra anterior sus arrendatarios habían dejado de percibir salarios,
debiéndoles hasta 6 meses de renta. El problema se circunscribía en el contexto estatal
donde la medida de coacción era el remate de las fincas para que la Hacienda Pública se
hiciera de los impuestos moratorios y de los gastos originados por las operaciones en
cuestión.
Así, los problemas de la ciudad mucho se relacionaban con el campo, pues en los
conflictos citadinos estaban involucrados los propietarios afectados para dotar de ejidos a
los campesinos de las diversas haciendas. Por ello, la ciudad era el espacio más álgido,
dado que era donde había mayor concentración de la población y donde concurrían todos
los sectores de ella. Comparativamente esta población iba en aumento, reflejando la
inestabilidad política regional y aumentando la necesidad de dotación de tierras, pues los
inmigrantes que llegaban a los centros urbanos eran mayoritariamente campesinos.
De estas condiciones se desprendieron los conflictos en la ciudad, pues mientras los
productores de alcohol, del norte del estado, se negaban a pagar mayores impuestos -la
mayoría de ellos relacionados con los ejidos que nos ocupan-, sus mercancías se distribuían
indistintamente en la ciudad. Aunado a este conflicto, estaba la relación que guardaban los
problemas de la ciudad con los jornaleros agrícolas y con el trabajo sexual como opción
para las mujeres que no contaban con ingresos ni alternativas de vida. En este sentido, es
necesario detenerse un poco en la problemática, pues no obstante es paralela al problema de
estudio, se relaciona con nuestros sujetos; ya que el gasto público aumentó en aras de poner
orden en un espacio donde la marginación y psicosis colectiva se reflejaba en el momento
en el que los jornaleros agrícolas que llegaban a la ciudad a realizar sus transacciones
mercantiles, eran perseguidos por las personas de la ciudad, pues por su aspecto, los
consideraban sospechosos de delito.
El caso de Isaura Vídriales, propietaria de la hacienda de Armería y afectada por la
política agraria y por las disposiciones administrativas de la ciudad; los edictos son
importantes para comprender la desventaja en la que estaban los propietarios nacionales en
comparación con los extranjeros, pues mientras los nacionales cubrieron las contribuciones
directas por sus casas habitación durante la administración del gobierno delahuertista, el
Director General de Rentas determinó que sus casas de Colima debían ser rematadas para
cubrir el mismo adeudo al nuevo gobierno. En tanto, persiste el respaldo a los propietarios
extranjeros que estaban en las mismas circunstancias.
Las cantidades que señalan son importantes, pues le requirieron $1181.49 pesos por
la explotación de la palma de coquito, dado que entre los propietarios que lo explotaban,
debían contribuir a la Hacienda Pública con $6,000.00 También es notorio que la autoridad
pública incurría en abusos contra los habitantes, tras aplicar la legislación a discreción, pues
348
a los propietarios les solicitaban el pago de impuestos, adelantos por el mismo concepto,
préstamos en efectivo y requisas de semillas y semovientes.42 En este sentido, nos
encontramos con el perfil de una propietaria que constantemente hacía públicos los abusos
recibidos, ya fuera por su cuenta o mediante sus representantes legales, cuestión que la
hacía más visible entre los propietarios afectados, desfavoreciéndola en sus negociaciones
encaminadas a conservar sus bienes; pues al momento de solicitar el trato equitativo con
respecto a los demás propietarios, incluidos los extranjeros que habían sido condonados de
los impuestos que les requirieron los rebeldes, la administración estatal determinó que
debía pagar de nueva cuenta sus adeudos, con excepción de los recargos generados.43
Es importante agregar que hasta el momento previo a su deceso, el médico Aristeo
Núñez, esposo de Isaura Vídriales, fungió como presidente del Subsindicato de
Agricultores del Estado de Colima, dependiente del Sindicato de Agricultores de Jalisco.
En esta empresa lo acompañaron “Francisco Gallardo, como vicepresidente; Tesorero,
Andrés F. Schmidt; vocales, Francisco Rubios, José L. Aguilar, Lázaro Cárdenas, Enrique
Torres y Daniel Inda, y secretario Vicente Orozco”. 44
En este sentido, podríamos pensar que durante el año de 1924 se concretaron
algunas condiciones que dieron pie a hechos futuros, además de ser un periodo intenso en
las relaciones internacionales, pues la embajada de Japón intentaba internar a las costas del
Pacífico a 32 mil inmigrantes nipones, provenientes de Estados Unidos. El reto era grande,
pues la mayoría de los solicitantes se dedicaba a la agricultura, siendo este el motivo de que
el gobierno norteamericano les prohibiera comprar o arrendar tierra. De este modo, la
Secretaría de Agricultura y Fomento no desdeñó la posibilidad de aceptar dicho ingreso,
aunque el desafío era mayor dado el incremento de posibles jornaleros agrícolas; pues
pensaban que una de las consecuencias sería la disminución en las ofertas de trabajo, la baja
de los salarios y el incremento en los productos de primera necesidad, lo cual no era
fortuito para Colima, pues aquí se pensó en recibir a unos 10 mil de esos jornaleros.45
Esta proyección de posibles conflictos es importante, pues a los costos de vida de
las familias rurales y sus ingresos, visto la primera parte de este trabajo, le podemos sumar
los costos de vida en la ciudad, de manera que podamos comprender el quehacer que
esperaba a los gobernantes posrevolucionarios en la reconstrucción del país. En este
sentido, la ventaja de los políticos colimenses fue usar sus relaciones con el centro para
reincorporarse entre los altos mandos del poder político estatal, aunque el costo implicaba
ceder a ciertas medidas drásticas, si se toma en cuenta que en la entidad el arraigo
conservador entre las clases media y alta, era muy alto, lo cual implicaba la resistencia a los
cambios impulsados desde la capital. La clase media por ejemplo, pronto comprendió que
la nueva estructura gubernamental era la adecuada para ser la empleadora de los servicios
que ellos como profesionistas liberales podían ofrecer; en tanto, los remanentes de las

42
El cayaco despertó interés entre los empresarios nacionales e internacionales para extraer su aceite. En este
sentido existen reportes en los que Max Wasmer, gerente de ventas de la Schweiser Journal, de Los Ángeles,
CA, fue contratado por firmas europeas para conseguirles poco más de mil libras de esta almendra. AHC, Sala
regional, Fondo siglo XX, Sección A, Caja 1017, Expediente 25 bis, Secretaría de Agricultura y Fomento,
abril de 1924.
43
AHC, Sobre impuestos a los propietarios… Ibíd.
44
Ver El Informador, año IV, No. 1175, Tomo XII, 2 de diciembre de 1920, p.3.
45
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Caja 1017, expediente 4, Secretaría de Gobernación, abril
de 1924.
349
antiguas élites porfirianas modernizaban sus comercios, pasando a ser en la posrevolución
los proveedores del Estado, pues era de los pocos clientes que garantizaba grandes compras
a precios elevados.
Este detalle marca un punto de partida importante para la cuestión empresarial, pues
sólo los propietarios de la tierra que diversificaron sus negocios continuaron generando
riqueza de la mano del nuevo Estado. Este fue el caso de Luis Brizuela, dueño de la
Hacienda La Estancia, quien invirtió en la Compañía Hidroeléctrica Occidental hacia 1920.
A este selecto grupo se sumaron los propietarios alemanes, siendo Carlos L. Oldembourg,
E. Brun, y Carlos Shulte, tres de los más activos, pasando pronto a ser los principales
proveedores de las distintas instituciones públicas e indispensables para el funcionamiento
de las dependencias administrativas; pues en el caso de la CLA, algunos de sus ingenieros
decían que no tramitaban los expedientes agrarios debido a que no contaban con máquinas
de escribir –mismas que luego adquirían de dichos mercantes-.46 Estas relaciones
comerciales son importantes, pero se circunscribían a preceptos ideológicos, de modo que
los obstáculos técnicos en muchas ocasiones tenían un trasfondo político, como se explica
en los capítulos anteriores.
Mientras esto pasaba con los propietarios y comerciantes de la ciudad, en la capital
concurrían los jornaleros agrícolas, los labradores de las haciendas aledañas, así como los
trabajadores manuales del estado y de la región, quienes dinamizaban el trabajo de los
guardias del orden común, dado que todos los días reportaban la detención de ebrios
escandalosos, de mujeres clandestinas que injuriaban a la autoridad, por reñir entre ellas o
por escandalizar en la vía pública.47
Entre los detenidos por ebriedad estaba Juan D. Mendoza, presidente de la Liga de
Comunidades Agraristas de Colima, mostrando que el alcoholismo no era exclusivo de las
clases bajas, pues a los mismos lugares recurrían los funcionarios públicos; quienes eran
denunciados por no pagar sus consumos, agrediendo físicamente a las propietarias y
denunciándolas después por haber respondido a sus agresiones. Aunque también podríamos
pensar que las detenciones contra los promotores del reparto agrario y los jornaleros
agrícolas, pudo tener fines políticos y no sólo por faltas administrativas, ya que eran los
espacios públicos donde concurría la diversidad social, siendo allí los posibles lugares
aprovechados para agitar a los trabajadores, facilitarles experiencias y promover el reparto
de las tierras donde laboraban. Esta última apreciación es congruente con las apreciaciones
de Blanca Gutiérrez, quien afirma que esta era una medida emprendida por el ejecutivo
estatal para deshacerse de sus enemigos, pasando hacia 1925-1926 a fusilarlos sin guardar
registro de ellos.48
En este sentido, destaca que la mayor cantidad de personas procesadas hacia
noviembre de 1925, fuera de oficio jornalero, a quienes detenían por ebriedad; no obstante
los delitos más graves se cometían dentro de las élites, pues mucho se denunciaba el
peculado y la corrupción era evidente, por lo menos en el ejido de Camotlán de Miraflores,
los campesinos pagaron arados metálicos a los ingenieros de la CNA y éstos nunca

46
AHMC, Sección E, Caja 94, 1920.
47
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Caja 1025, Expediente 3, CNA, 21 noviembre de 1923 y
mismo fondo, legajo 1017, expediente 21, ramo varios, 1924.
48
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Caja 1025, Expediente 3, CNA, 21 noviembre de 1923 y
mismo fondo, legajo 1017, expediente 21, ramo varios, 1924.
350
llegaron, aunque tampoco les fue rembolsado el dinero. Por esta razón podremos intuir que
la relación más directa entre los jornaleros procesados era con los trabajadores de segunda:
empleados, albañiles, betuneros, tocineros, carreros, comerciantes, carpinteros, alfareros,
arrieros, zapateros, ebanistas, peluqueros, sastres, agricultores, panaderos, mecánicos,
cacleros, talabarteros y curtidores, pues si vemos los censos agrarios, la diversidad de
población incluye con mayor o menor grado a esos profesionales.
La relación de los oficios con el proceso relacionado no es fortuita, si se toma en
cuenta que era precisamente en las cantinas, espacio de concurrencia general, donde se
aprovechaba para socializar; de modo que fuera del morbo provocado por la existencia del
trabajo sexual en la ciudad, podremos hacer alusión a la mala calidad de vida y a la falta de
empleos para que las decenas de mujeres detenidas a lo largo del periodo en estudio, se
vieran en la necesidad de converger en los espacios de los hombres.49
Este era parte del contexto que rodeaba Colima previo a la guerra cristera y a la
instauración de leyes en materia laboral, que tenían un trasfondo agrario; es decir, para
diciembre de 1925 se publicó la Ley del Trabajo en el estado, planteando que el salario
mínimo sería lo “suficiente para subvenir a los gastos de alimentación, casa, vestidos,
educación y placeres honestos del trabajador, considerado como el jefe de familia”. 50 En
tanto, en materia agraria disponía que el dueño de las tierras tenía que proporcionarle a cada
peón o mediero una vivienda y extensión no menor a 2000 m2 en un lugar convenido para
el provecho del trabajador; además de permitir el comercio eventual y permanente entre los
trabajadores, pues se había comprobado que estos excesos eran los que muchas veces
hacían que los labriegos y jornaleros solicitaran las tierras como ejidos, de modo que
regulando las relaciones laborales, podía también reducirse la problemática rural.51
En parte, esta justificación se adaptaba a los conflictos internos, pues si a los
trabajadores se les otorgaba en préstamo y no en propiedad, una extensión pequeña de
tierra, éstos estarían obligados a cuidar las propiedades y medios de producción del patrón;
de manera que el Estado se evitaría conflictos con los propietarios y hacer los enormes
gastos burocráticos por el sostenimiento de sus estructuras. Tal propuesta tenía mucho qué
ver con la visión del problema rural de los intelectuales estatales y decimonónicos, quienes
consideraban que los campesinos se unían a los ejércitos cuando se encontraban
desempleados, razón por la que había de dotarlos de un poco de tierra, para que se
mantuvieran ocupados durante el temporal y se emplearan en las haciendas el resto del
tiempo.
Así, mientras se echaban a andar los ejidos dotados entre 1921-1924, la Secretaría
de Industria, Comercio y Trabajo, informaba que para diciembre de 1925 en el municipio
de Comala se habían producido cerca de 30 mil hectolitros de maíz, 5904 en Tecomán,
municipio donde hubo pérdida de cosechas; 8000 hectolitros en Coquimatlán y 19, 620 en
Cuauhtémoc. Esta producción es importante si tomamos en cuenta la siguiente tabla de
población, de manera que se adelanta la insuficiencia alimentaria; dado que no toda la
producción se quedaba en los municipios de origen.

49
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Caja 1025… Ibíd.
50
AHC, Sala regional, Fondo siglo XX, Sección A, Caja 1025… Ibíd.
51
Periódico Oficial del Gobierno del Estado de Colima, Tomo X, no. 50, sábado 12 de diciembre de 1925.
p.11
351
Ante este panorama, una de las salidas para resolver los problemas políticos de la
entidad seguía siendo el reparto agrario, de manera que en noviembre de 1925 se estaban
tramitando los ejidos de Comala, Tecomán, La Centinela, Colomos y Juluapan; estando
Tinajas y Cofradía de Juluapan en la lista de los núcleos pendientes de tramitación. Basta
decir que sólo Colomos y Comala fueron atendidos en los cinco años posteriores, siendo
atendidos otros solicitantes hasta 1935. Este periodo poco claro en el devenir del reparto de
tierras, fue aprovechado por los propietarios para fraccionar sus haciendas, como
constatamos en Alcaraces, propiedad de Salvador M. Ochoa, Camotlán de Miraflores,
fraccionada entre distintos propietarios, La Albarradita, con José de la Macorra, entre otras
que no fueron afectadas para dotar de tierra a los ocho casos que aquí interesan.
En esta ocasión, los nuevos propietarios presentaron sus proyectos como
agroindustriales, de manera que el gobierno estatal quebrantaba la legislación agraria
federal, para facilitar la posesión y administración de amplias extensiones de tierra, que
garantizaban el aprovisionamiento de materias primas.52 Estas hazañas eran permitidas por
los gobernadores debido a que la legislación federal daba pie para que los gobernadores
emplearan sus criterios en la aplicación de la ley y reglamentación agraria.
En suma, podemos advertir que el periodo previo a la consolidación del maximato
fue más de reacomodos políticos que de transformaciones profundas, pues fue precisamente
cuando el capital nacional se articuló con mayor fuerza con el capital internacional. Esto se
debió a que el Estado mexicano continuaba requiriendo estrechamente de las acciones
emprendidas por las Cámaras Agrícolas y de Comercio, creadas por la Ley del 25 de
diciembre de 1909; aunque para el caso de Colima, la agrupación a la que recurrían los
propietarios era a la sección agrícola adscrita a la Cámara Nacional de Comercio de
Colima.53
Esta Cámara pertenecía a la Confederación de Cámaras de Comercio de los Estados
Unidos Mexicanos, misma que organizó un viaje a diversos países de Europa para
principios de 1926 como forma de estrechar relaciones comerciales con los productores de
aquellos países, de dar a conocer las fuentes de producción de México, conocer nuevos
mercados para transacciones mercantiles y “cooperar en la reconstrucción nacional”.
Dichas relaciones comerciales se estaban estrechando aún más con la presencia en
la frontera norte de la Cámara de Comercio de estados Unidos de Norteamérica, en el
centro con la presencia de la Cámara de Comercio Francesa en México, así como con la
Comisión Comercial Alemana y la Cámara Oficial de Comercio Española; además de estar
siempre presentes las agencias comerciales de distintos países del mundo, quienes buscaban
los objetivos anteriores, más la adquisición de licitaciones públicas. Regularmente estos
comerciantes relacionaban sus actividades con el capital financiero, promoviendo la
instalación de sucursales de los bancos con los que tenían relación, como era el caso del
Banco de México, S.A., para el caso de Colima.54
Así, los representantes de comercio e industria, además de los propios de la banca,
articulaban sus discursos según los proyectos de gobierno y las necesidades estatales. No
obstante, antepusieran sus intereses, su necesidad de conocer el funcionamiento de las

52
AHC, Fondo Siglo XX, Caja 1025 “B”, expediente 14, Acuerdos, 4 de noviembre de 1925.
53
AHC, Fondo Siglo XX, Caja 1025 “A”, expediente 3, Secretaría de Agricultura y Fomento, 10 de
noviembre de 1925.
54
AHC, Fondo Siglo XX, Caja 1032, Expediente 22, Varios, 1925.
352
industrias extranjeras tenía como fin modernizar los procesos productivos internos, para
incrementar la productividad y con ello la ganancia (además de que evitarían ser afectados
por la Ley Agraria). Para tales fines involucraron a la Secretaría de Relaciones Exteriores,
pues era un canal seguro para obtener descuentos en los transportes y hospedaje que
utilizarían en su travesía por Alemania, Suiza, Italia, Francia, Bélgica, Inglaterra, España,
Estados Unidos, Suecia, Holanda y Cuba.
Por tal motivo, tanto la iniciativa privada como la Secretaría de Relaciones
Exteriores solicitaron a los gobernadores el envío de un diagnóstico detallado de las
industrias y recursos naturales con que contaban los estados; poniendo especial atención en
las zonas aisladas donde existían reservas minerales. En el caso de Colima se entrega dicho
informe, siempre cargado de exaltación a la productividad de las haciendas, como una
forma de justificar su existencia, apuntando también que para esas fechas la minería seguía
sin ser una fuente de riqueza, existiendo sólo denuncios para explotación minera de hierro y
plata en Manzanillo y Villa de Álvarez, plomo y cobre en Juluapan, fierro en Piscila y Los
Ortices, azufre y salitre en Los Ortices, además de la piedra de cantera en distintos
lugares.55
El señalamiento de la estructura social es importante para aludir a otro problema
más, relacionado con el campo, pues en gran parte la inestabilidad económica y los abusos
políticos eran factores para que los disidentes políticos u otros grupos se articularan en
torno a las gavillas o en grupos que robaban ganado, así mismo en los grupos pagados por
los propietarios para desestabilizar a los Comités Particulares Administrativos de los ejidos
–acordadas-.

4 Ejidos costeros y serranos: de la coyuntura delahuertista a la guerra


cristera.

Tras la inoperatividad de la CLA de Colima y la obsoleta funcionalidad de la CLA de


Guadalajara, al frente de los problemas agrarios de Colima, el gobierno rebelde optó por
repartir tierras sin llevar a cabo el engorroso proceso administrativo, pues caían en cuenta
que lo que se requería era que las tierras fuesen productivas; sin importar que la posesión
provisional de los ejidos careciera de las formalidades presidenciales, toda vez que la
posesión de hecho adelantaba a la de derecho. De esta manera, fue patente la necesidad de
que en el estado funcionara una delegación de la CNA quien sería la encargada de la
problemática en la materia local.
De los ejidos costeros documentados veremos que a Camotlán de Miraflores se le
dieron tierras en posesión, mientras que Armería y Cuyutlán tienen registros de su
participación en el mencionado frente de combate rebelde, encabezado por el general Isaías
Castro. Desgraciadamente los repositorios documentales consultados hasta ahora tienen
poca información en materia agraria, poseyendo más datos para los asuntos fiscales,
planeación económica, estratégica y militar, del estado y el país; de modo que nos
centraremos en los detalles que se alcanzan a percibir con mayor claridad.

55
AHC, Fondo Siglo XX, Caja 1031 “A”, Expediente sin clasificar, Secretaría de relaciones exteriores,
diagnóstico de Colima, años 1925-1927.
353
Así, en Cuyutlán quedó documentado que solicitaron el ejido a finales de 1923, año
en que se ven los reacomodos dentro de la CLA, pues para esas fechas estaban próximas las
elecciones para la gubernatura y federación, respectivamente. Aparentemente parte de los
reacomodos fueron producto de la rebelión delahuertista, la cual está poco documentada en
la entidad, pero que repercute al menos en éste ejido y en el de Camotlán de Miraflores;
pues algunas inconformidades internas se atribuyen al apoyo de ciertos miembros de los
CPA y CPE del estado a esta rebelión. Por esta razón, una vez restablecidas las viejas
autoridades, los procuradores de pueblos, en este caso, mandaron preguntar a las
autoridades locales, la actitud tomada por los Comités en ese sentido.
De tal manera que se informó que en Cuyutlán sí se tomó participación activa de
obreros y campesinos, advirtiendo que a pesar de eso, ningún revolucionario de renombre
había establecido relación con ellos en ese sentido. De modo que los pobladores de
Cuyutlán escribieron a la CLA diciendo que sabían que en algunos papeles aparecían sus
nombres (del señor Rufino García y del firmante, cuyo nombre no se señala), “siendo
conducente a reconocer la revolución y aceptar de manera directa la beligerancia”, por lo
que las firmas que allí aparecían eran auténticas, explicando que las causas que motivaron
estampar sus firmas en esos papeles los ponía en la situación de víctimas si aquellos sabían
que ellos activaron la propaganda entre las tropas terminando por convencer al menos a 7
personas que “inocentemente militaba en las filas de la reacción”, que se dieran de baja,
pues de lo contrario se les enviaría a las filas del frente occidental.
Debido a esto señalaban al señor Francisco Linares como quien había tomado las
armas o inducido a muchos a que las tomaran, considerándolo al igual como a los demás
rebeldes, como individuos enemigos del gobierno y de los pueblos, por lo que se
pronunciaban en contra de que siguieran defraudando la confianza en ellos depositada.56
El documento anterior, en el que J. Rosario Rodríguez, representante agrario de los
campesinos de Manzanillo solicita la remoción del presidente del CPE de Cuyutlán, da
pistas de cómo la entidad contribuyó a las rebeliones orquestadas contra Obregón y Calles,
aunque los enfrentamientos no se hayan llevado a cabo en el territorio estatal, cabe destacar
la permanente crisis política en la que estaba inmersa la entidad, toda vez que las diversas
facciones, caudillos y partidos políticos, se disputaban el control de la entidad.
Al respecto vale la pena revisar el breve recorrido que hace al respecto Pablo
Serrano Álvarez, pues estas crisis internas tenían estrecha correlación con las coyunturas
nacionales, de modo que coincidió la rebelión delahuertista con la cuestionable elección del
gobernador Gerardo Hurtado Suárez, depuesto por el golpe del general Isaías Castro
(apoyado por el Partido Cooperatista de Colima, quien había perdido las elecciones
estatales contra este fiel amigo de los Álvarez García).57 La otra cuestión implica la
división interna de los poblados, así como las diversas posturas e intereses en torno a al
problema agrario y a las simpatías con los diversos grupos. En este sentido podría pensarse
que los detractores lo hicieron en vísperas de reconciliarse con el constitucionalismo,
restablecido en el poder, para continuar con los trámites de la dotación de ejido.

56
ARAN-Colima. Sala regional. Caja 23-342, Expediente AR/003/01, Legajo 3, Informe sobre la rebelión
delahuertista entre los Comités particulares administrativos y ejecutivos, 5 abril 1924, fs. 013-014.
57
Serrano Álvarez, Pablo, La crisis política de Colima en el umbral de la posrevolución, 1920-1926, Colima,
Colección Mar del Sur, 1994. También ver Zamora Preciado, Julia, Por las faldas del Volcán de Colima:
Cristeros, agraristas y pacíficos, México, CIESAS/Archivo Histórico del Municipio de Colima, 2007, p.29.
354
Ahora bien, lejos de creer que el golpe acabó con el reparto agrario, en los 72 días
de gobierno pro De la Huerta en que avanzaron los trámites de los tres ejidos de esta
coyuntura: Cuyutlán, Camotlán de Miraflores y Armería, siendo dotado de tierras el
segundo de éstos. Este estrecho periodo (1923-1926) es estratégico además para
comprender cómo se reposiciona la vieja élite política y económica en el gobierno estatal y,
cómo desde ahí, en alianza con propietarios, fuerzas federales, guardias blancas y clero, van
bloqueando el reparto de las tierras en la entidad; no obstante los constantes esfuerzos que
hacía la Liga de Comunidades Agraristas de Colima, por contrarrestar esa medida
contrarrevolucionaria mediante la organización de los núcleos de población.58
En torno a los trabajos técnicos, la CNA aprovechó el proyecto que había realizado
el propietario de la hacienda con la intensión de fraccionarla. Aunque al principio se
calculó el tamaño de las parcelas con base en la extensión de cada una de las propiedades
afectables (Cuyutlán y Armería), concluyeron que la parcela tipo debería ser de 7 ha de
terreno laborable, además de una zona de unión entre el ejido y las haciendas que no era
apta para ningún cultivo; por lo que al ser 90 los beneficiados, se proyectaba la extensión
de 1,233 ha de dotación, de las que se tomarían 570 ha y 763 respectivamente, dotando
también de 101 ha para el fundo legal además del que ya poseían a partir de la creación del
pueblo.59
A un mes de haber presentado la propuesta de dictamen para que el gobierno estatal
la aprobara, el procurador de pueblos se dirigió al presidente de la CLA para notificarle que
lo que en el censo agrario aparecía como sueldo, no eran sino jornales, pues en el poblado
sólo eran empleados el de ferrocarril (jefe de la estación) y el encargado de la oficina de
correos y que los sueldos de éstos no eran sino de $30 pesos mensuales. La observación la
hace para que al dictaminar la dotación no se excluya a quienes perciben jornales más
elevados.60
Uno de los motivos que mencionaban los solicitantes en torno a la hacienda de
Armería, era que les cobraba cuotas para el corte de madera, sin dar facilidades de trabajo
para siembras de pequeña escala, además de que el censo había sufrido 28 bajas debido a
que el propietario se negó a rentar tierras para la siembra, por haber firmado la solicitud de
ejidos; de manera que el 26 de febrero de 1925 el presidente Plutarco Elías Calles decretó la
resolución presidencial para el poblado, modificando la resolución del gobernador del
estado, tras estimar que a cada beneficiado deberían corresponderle 16 ha de tierra que en
conjunto hacían 1440 ha; de manera que la hacienda de Cuyutlán sería afectada con 334 ha
y la de Armería con 1,106 ha.61 En dicha posesión le aclararon a los ejidatarios que las
salineras no estaban comprendidas dentro de la dotación y la pretensión era evitar futuros
problemas con el propietario de la finca, quien explotaba los pozos. Finalmente, lejos de lo
58
Convención de la liga de comunidades agraristas de Colima, 27 y 28 de mayo de 1924. Archivo Histórico
de Colima (en adelante AHC), Legajo 1026. Este punto lo desarrolla de manera amplia Gutiérrez Grageda,
Blanca, El descontento campesino en Colima, 1914-1926, Tesis de licenciatura de la Facultad de Historia de
la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo, 1990, pp.107-108.
59
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente AR/003/004, Caja 23-342, Legajo 4, Alberto Villaseñor, de la
CNA al presidente de la CLA, diciembre 8 de 1923, fs. 056-059.
60
ARAN-Colima. Sala regional. Expediente AR/003/004, Caja 23-342, Legajo 4, Informe del procurador de
pueblos al presidente de la CLA sobre los ingresos de los solicitantes de ejido de Cuyutlán, 29 agosto de
1924, f. 066.
61
ARAN-Colima. Sala regional. Expediente AR/003/01, Caja 23-342, Legajo 3, Resolución presidencial
dotando de ejido a Cuyutlán, fs. 063-065.
355
ocurrido en Armería, en la resolución para el ejido de Cuyutlán sí se contemplaba la
dotación de agua
En tanto, en Camotlán de Miraflores, un pueblo que no obstante permanecía aislado
geográficamente, se han podido documentar diversos conflictos rurales, como es el caso de
las gavillas, los salteadores de caminos, los grupos de choque y las organizaciones político-
religiosas que tenían como finalidad desmantelar la presencia agrarista. Este caso, como
ninguno otro, refleja la crueldad del proceso documentado, pues no sólo encontramos los
problemas político-administrativos de rutina, sino que encontramos la violencia sexual
dirigida hacia las mujeres de los agraristas; de modo que aunque no fueron investigados, da
razón del origen e intenciones de los ataques.
Comenzamos pues, diciendo que el contexto en el que se solicitó este ejido es el
mismo de Cuyutlán y Armería, pero con cuatro variantes: existen antecedentes directos de
las repercusiones en el lugar de las leyes de reforma, la presencia de una Compañía de
Fomento Agrícola con sede en Guadalajara y, la intervención de una organización
religioso-militar como parte de la estrategia para desarticular al ejido, pasando por supuesto
por la vejación sexual en contra de la mujer del líder ejidal.
Un factor coincidente en la mayoría de los núcleos agrarios es la inmigración
regional, comprobando en este caso la presencia de campesinos provenientes del suroeste
de Michoacán y, como en ningún otro caso, se contaba con la presencia de un herrero
“chino”. Además, un dato importante de este poblado es la creencia de que pertenecía al
político y propietario estatal Carlos Meillón, quien hasta el periodo porfiriano rentaba la
propiedad para explotar las maderas finas. La cuestión se torna más interesante cuando se
reclamó la propiedad del fundo legal por una presumible deuda del gobierno federal con
prestamistas que subsidiaron la guerra contra la intervención norteamericana, aunque falta
documentar el tema. Sumándose entre los afectados la Compañía de Fomento Agrícola,
representada por Carlos Robles Gil.62
Sobre la cuestión social, vemos que este, como otros ejidos, estaba compuesto de
una gama amplia de habitantes, de manera que es pertinente añadir las aportaciones en
materia conceptual de Hobsbawm,63 pues una de sus muchas búsquedas es dotar de
movilidad y rostro a los diversos componentes del sector rural; los que por cierto distan
mucho de ser lo mismo y de responder a los mismos intereses, aunque en la conciencia
general se catalogue a todos ellos como campesinos. Al respecto nos sorprenderá la gran
diversidad de oficios y rubros económicos a los que se dedica la población, pudiendo
matizarse las jerarquías ahí existentes con base en la autodefinición de éstos, siempre con
respecto a su actividad productiva, ingresos, cantidad de ganado con que contaban, tierra
que cultivaban, tipo de cosecha, cantidad de cosechas al año, entre otros factores.

62
Esta propiedad pertenecía a dicha compañía debido a que para 1920 el señor Eliodoro J. Guzmán, quien
adquirió la propiedad en 1910, se encontraba envuelto en un juicio mercantil promovido por el Banco de
Crédito Territorial Mexicano (Credit Foncier Mexican) por una deuda de $102,095.62, pasando a ser
rematada para cubrir la deuda con el banco, adquiriéndola la sociedad que más tarde fue afectada por el
reparto de tierras. Sobre la propiedad de Meillón, quien la arrendó a la compañía maderera norteamericana
“San José Lumber Company”, ver Guedea Castañeda, José Óscar, Las haciendas de Colima, Colima, Idear,
1999 y, Ochoa Rodríguez y Gutiérrez Grageda, Las caras del poder, 1995. También el Periódico Oficial del
Gobierno Constitucional del Estado de Colima, Tomo IV, Colima, Col., octubre 11 de 1919, no. 63, p.737
63
Hobsbawm, Erick. Bandidos. Barcelona, Ariel, 1976. Mismo autor, Rebeldes primitivos. Estudios sobre las
formas arcaicas de los movimientos sociales en los siglos XIX y XX. Barcelona, Ariel, 1974.
356
Esta diversidad podría ser generada entre otras cosas, por la lejanía que había con
respecto al centro, así como la distancia que tenían con respecto a los propietarios. Sin que
estos planteamientos estén acabados, me atrevo a ir adelantando parte de la respuesta al
matiz que toman los agraristas con respecto al poder central y, aunque en este poblado no
hay grandes confrontaciones, sí se advierten para Los Colomos, otro poblado aislado. En su
momento justificaré estas afirmaciones con base en las aportaciones de James C. Scott.
Ahora bien, ubicando a nuestro poblado con relación a la inestabilidad política
estatal, dentro de las coyunturas nacionales, es que debemos comenzar señalando que éstos
recibieron ejido en el periodo de gobierno delahuertista; aunque restablecido el orden
constitucional, se echó abajo tal dotación, para proceder con las leyes vigentes del régimen.
Este ofrecimiento corrobora la inexactitud de los funcionarios que argumentaron que en el
periodo no había solicitudes de tierra, pues la carta del 6 de junio de 1922, del señor
Mariscal Sevilla, hasta cierto modo emotiva, da razón entre otras cosas de la vigencia de los
conflictos originados por las leyes de desamortización, pero también de su interés por
participar de la política nacional, por considerar que los regímenes previos estuvieron
llenos de injusticias en contra de la gente rural. Esta carta, denuncia que autoridades
estatales bloqueaban la comunicación dirigida a las autoridades federales.64
En el ámbito rural se encuentran expresiones de aparente conformidad, al creer que
pese a lo que se piense o se busque, los políticos profesionales harán lo que quieran. Esto
puede coincidir con el trabajo de Scott y, en relación a los planteamientos de Rosa
Congost,65 se advierte incluso que las condiciones legales no determinaban el devenir de los
pueblos en su búsqueda por poseer la tierra, de manera que en la entidad quedó patente que
son las presiones externas y las coyunturas internas, parte de lo esencial en la toma de
decisiones en la materia. Y añadiendo el miedo de las autoridades al poder de acción de
éstos, es que vemos el desarme de los potenciales enemigos del régimen posrevolucionario,
pueblos que en su mayoría eran agraristas. Estos elementos eliminan la versión lineal de la
vida rural, permitiendo que haya gran aplicación de la idea de Congost acerca de la
propiedad como una relación social, que no sólo se gesta al exterior, sino que incluye las
prácticas internas, mismas que no quedan excluidas de contradicciones.
Vemos pues que, lejos de que los pueblos solicitantes de ejido carezcan de
movimiento, considerar su entorno los hace dinámicos, porque entra en juego lo que para
Georges Duby era la mentalidad colectiva, esa parte bien descubre Scott, pero no
podríamos dejar de lado que en estas relaciones sociales, incluso cuando hablamos de un
mismo sector con diversos matices, había grados con más o menos subordinación hacia el
poder económico, político y religioso. Dada esa condición podemos explicar por qué un
número de campesinos de Camotlán accedieron a la presión de sus patrones para retractarse
de la solicitud de ejido que habían hecho ante las autoridades agrarias, aunque cabe señalar
que fue una estrategia empleada por los propietarios en la mayoría de los ejidos, acción que
bien se vincula al temor del castigo físico y religioso.
No obstante esa condición, las autoridades agrarias nacionales comprendieron que
se trataba de manifestaciones hechas bajo presión, razón que llevó a que el ejido se dotara

64
ARAN-Colima, Sala regional, Expediente MA/003/002/, Caja 2385/ Legajo 1, Carta de Mariscal Sevilla
Serapión al presidente Obregón, Junio 6 de 1922, fs.006-010.
65
Congost, Rosa. Tierras, leyes, historia. Estudios sobre la gran obra de la propiedad, Barcelona, Crítica,
2006, p.18.
357
provisionalmente el 7 julio 1924 con 1,150 ha de tierra, de las cuales 480 serían de
temporal, 160 de riego y 460 de terreno cerril.66 En apariencia las cantidades dotadas
podrían hacernos pensar que se habla de fabulosas extensiones, siendo que las más
productivas eran las 160 ha y, provisionalmente las 480 de temporal, de manera que si
vinculamos esta extensión real con el número de solicitantes (134), quedando parcelas de
5.3 ha para cada familia, pues desde el principio del reparto quedaba establecido que las
maderas no se podían explotar sin consentimiento de las autoridades.
Un asunto a resaltar respecto a otros poblados es la presencia de las mujeres en el
censo agrario, pues contrario a Comala donde no figura ninguna mujer entre las
beneficiadas, no obstante hubiera labradoras, en este pueblo se consideraron a quince que
eran viudas. Esta particularidad puede observarse de manera más amplia entre los poblados
cuyo rubro era más agrícola, aunque también se empleaban en las empresas. Un aspecto
importante que hemos podido constatar en los censos agrarios y con comentarios de Pablo
Serrano, es que en la entidad para el periodo de estudio, eran las mujeres quienes más
sabían leer y escribir con respecto a los varones. Este detalle puede incluso justificar de
alguna manera el que traten de incluirse en los nuevos procesos vividos dentro de sus
núcleos poblacionales, aclarando que siempre hay lazos sanguíneos entre estas mujeres y
las autoridades ejidales o entre los ejidatarios.
Hay dos consideraciones en torno a las protestas de los solicitantes. En primer lugar
señalamos la inconformidad de los ejidatarios de tomar las tierras que consideraban que no
les servirían para trabajar, aspecto coincidente con el ejido de Armería, núcleo que
abordaremos en el siguiente apartado, dado que el hecho de no recibir las tierras hacía que
permaneciera el rezago en materia agraria y que las condiciones de vida y conflictos
surgido a partir de eso se agravaran. Aunque en este pueblo se les dijo a las autoridades que
no deseaban tales tierras, pero cuya insistencia podemos interpretar como la búsqueda por
mediar entre los intereses del propietario y los solicitantes, de manera que no hubiera
argumentos legales que avalaran la subversión de los campiranos.
Aunque la posesión del 23 de enero de 1924, dada por los delahuertistas no
contradecía el espíritu agrario, las autoridades se negaron a reconocerla, procediendo a
anularla y conducir los expedientes por los conductos constitucionales. Esta anulación pudo
tener efectos entre los campesinos que luego dijeron no querer tierra si no la podían pagar,
no obstante en el consenso colectivo reiteraban las condiciones de vida durante el periodo
porfiriano. Aunque no hay datos al respecto, sería erróneo creer en la afirmación de John
Adrian Foley, acerca de la relación amistosa entre el propietario de Camotlán de Miraflores
y los trabajadores;67 pues el hecho de que éstos últimos no manifestaran públicamente su
sentir, no hace que cambien las relaciones sociales entre dominados y dominantes; por lo
que silenciar estos aspectos tan sutiles, llevaría a ignorar las contribuciones de E. J.

66
ARAN-Colima, Sala regional. Expediente MA 003 001, Caja 2385, Legajo 1, Resolución del gobierno
estatal dotando provisionalmente de ejido, 7 de julio de 1924, f. 063.
67
Foley, John Adrian, “Geografía, economía y sociedad”, en Servando Ortoll (Coord.), Colima una historia
compartida, México, SEP/Instituto Mora, 1998, pp.45-62. Para ver trabajos especiales en torno al descontento
campesino de la entidad, la conformación de gavillas ver Gutiérrez Grageda, Blanca Estela, El descontento
campesino en Colima 1914-1926, Tesis de licenciatura, Facultad de Historia, UMSNH, 1990. Además se
puede ver el folleto de la misma autora titulado Prófugos de la ley y la utopía (bandolerismo en Colima:
1910-1926), Colima, Pretextos/Archivo Municipal de Historia de Colima, 1996. Sobre el tema también está el
libro de Montaño, Alfredo, Andanzas del indio Vicente Alonso, Colima, Universidad de Colima, 2006.
358
Hobsbawm y E.P. Thompson en la materia, quienes han pugnado por encontrar “la
dinámica y el cambio social”.
Otra de las afectadas era Belem Báez, heredera de los terrenos del fundo legal,
quien argumentó que se trataba de terrenos nacionales que le habían sido heredados, aunque
presumiblemente el pueblo contaba con registros desde el s. XVII. 68 No obstante, cabe
añadir el ofrecimiento del señor Meillón por facilitarle a esta propietaria los documentos
relativos a su propiedad para que justificara su posesión jurídica. Este ofrecimiento podría
hablar de la solidaridad entre propietarios, aunque también cabría hablar de la defensa de
los propios intereses de éstos, pues el que afectaran a Báez eximía a aquél de la afectación,
pues durante el periodo porfiriano, éste arrendaba esas tierras.
En tanto, la intervención del Banco Hipotecario de Crédito Territorial Mexicano
contra la dotación argumentaba que la dotación ejidal perjudicaba los intereses de esa
institución, pues perjudicaban la capacidad de crédito de las personas que tenían
hipotecadas sus propiedades.69 En tanto, los tapatíos David Baseve, Carlos Robles Gil y
José Martínez Gallardo, constituían la sociedad civil particular “Hacienda de Camotlán,
S.C.P.” Misma que tenía como objeto adquirir y explotar la hacienda de Camotlán durante
10 años, a partir del 6 agosto 1921, para lo cual contaban con un capital social de $5,000.00
oro nacional ($2,500.00 de David Baseve, $1,250.00 de Robles Gil y $1,250.00 de
Martínez Gallardo).70
Ahora bien, aunque la guerra cristera no es nuestro principal objeto de estudio, debe
mencionarse por su estrecha relación con los agraristas. Por tal motivo cabe señalar que el
conflicto comenzó oficialmente tras la negativa de los sacerdotes para adaptar su culto a las
disposiciones civiles, de manera que pronto enlistarían en sus filas a los fieles que creían
que el poder civil intentaba privarlos de su religión. No obstante la parte religiosa fue uno
de los elementos que hizo que estallara el conflicto armado, las causas eran más profundas
y mucho se debió a la ineficiencia de los revolucionarios para dar respuesta a los
problemas sociales que se manifestaron durante la Revolución mexicana, de modo que
aunque se considere a la guerra cristera como contrarrevolucionaria, una pregunta válida
sería qué tan revolucionarias fueron las medidas empleadas por los nuevos hombres en el
poder político.
Por lo antes expuesto y entrando de nueva cuenta en nuestro tema de estudio, es
necesario explicar el rumbo que tomaron los ejidos a raíz de esta explosión social, pues
mucho tuvo que ver la postura de la Iglesia en la desarticulación de los núcleos de
población ejidal; dado que los propietarios utilizaron la inestabilidad política para emplear
mecanismos de presión y expulsar a los ejidatarios de los pueblos. Paralelo a esto, el Estado
puso en marcha la formación de acordadas que serían utilizadas para combatir a los
cristeros, pero lo común a los ejidos que nos ocupan en este trabajo, fue el abandono de
tierras para refugiarse de la guerra.

68
Al respecto consta el testimonio notariado de Miguel García Topete, dicho sea de paso, otro político de la
entidad.
69
Posición del Banco Hipotecario de Crédito Territorial Mexicano (Credit Foncier Mexicain) sobre la
dotación a Camotlán, 1 septiembre 1924. ARAN-Colima. Sala regional. Expediente MA003001, Caja 2385,
Legajo 1, f. 126.
70
ARAN-Colima. Sala regional. Expediente MA003001, Caja 2385, Legajo 1, Certificado de propiedad de la
hacienda de Camotlán, S.C.P., 6 agosto 1921, f. 087-099. Las escrituras de la sociedad mencionada se
encuentran en el mismo expediente, fs. 092-099.
359
De la mano de este conflicto estaba la importación de armas y pólvora,
coincidiendo además con la indisposición de las autoridades por resolver el problema
agrario. Así, los comisarios municipales decían que en los pueblos de su jurisdicción no
requerían ejidos, en tanto en los núcleos que sí tenían tierra, los propietarios se oponían a
que hicieran uso de las aguas. Para ello, utilizaban distintos recursos de dispersión, pues en
varios casos los ejidatarios trataban de seguir con los cultivos o negocios que las haciendas
tenían, resultando tal iniciativa en su perjuicio, pues los propietarios argumentaban tener los
derechos de explotación de tales recursos; quedando como única salida acudir a los
monocultivos tan criticados a los ejidatarios.71
Este caso se presentó en la Costa, donde el Comité Particular Administrativo de
Cuyutlán le solicitó al gobierno del estado la concesión, para explotar el cayaco que estaba
dentro de las tierras expropiadas a la hacienda de Armería, aunque se argumentó contra tal
solicitud diciendo que el permiso de explotación de ese producto había sido concesionado
al señor Camilo Vídriales, hermano de la propietaria y ejidatario del ejido de Armería. El
mismo problema existía en Pueblo Juárez y Alcaraces, donde los nuevos ejidatarios
buscaron continuar con el giro agroindustrial de las haciendas, aunque se les negaron las
concesiones, de manera especial en Alcaraces, pues las aguas del pueblo estaban
concesionadas para el trapiche de Quesería, donde tenía parte de sus inversiones el señor
Salvador M. Ochoa.72 Mientras que en Cuyutlán, los trabajadores solicitaron a las
autoridades el permiso para explotar industrialmente el coquito de aceite; en tanto, los
ejidatarios del norte trataban infructuosamente de cultivar arroz y caña de azúcar.73 Estas
prácticas gubernamentales contradecían el discurso público, pues criticaban los
monocultivos mientras impedían la incursión de los campesinos en la agroindustria.74
Esta situación provocó la crítica de la Cámara Nacional Agrícola de la Ciudad de
México, donde se reunían diversos productores de todo el país, a lo largo de la década de
los veinte; pues la Secretaría de Agricultura y Fomento ofrecía cursos para enseñar a los
campesinos a sembrar la tierra, olvidando que el problema no era que no supieran sembrar,
sino que requerían tierra fértil y recursos para hacerlo. En tanto, la Comisión de Propaganda
de la Cámara, señalaba la deficiencia en los planes de enseñanza e investigación agrícola de
la Secretaría, pues consideraban que no fomentaban la investigación entre los labradores,
proponiendo además que la cuestión residía en enseñar a los nuevos productores a
aprovechar los cultivos.75
Estos planes pronto se suspenderían, pues no obstante existiera el proyecto que
procuraba desarrollar e importar tecnología agroindustrial, este recurso no bajó a los ejidos.
Por tanto, los nuevos posesionarios de la tierra pasaron a depender de sus cultivos para
coexistir; mientras que las medidas anticlericales empezaban a tener efectos, desde finales
de 1925, cuando los habitantes de Cofradía de Juluapan destituyeron a sus representantes

71
AHC, Fondo siglo XX, Legajo 920, año 1918-1923, Expediente de Armería. Así mismo ver en el mismo
fondo la caja 1032 del 26 de noviembre de 1926.
72
AHC, Fondo siglo XX, Legajo 920, año 1918-1923… Ibíd.
73
AHC, Fondo siglo XX, Legajo 1032, 26 de noviembre de 1926.
74
AHC, Fondo siglo XX, Legajo 959, año 1920, Expediente 3 de Cónsules y extranjeros. Este expediente
muestra la relación comercial entre los propietarios costeros con comerciantes norteamericanos, así mismo
ver el legajo 1037, año 1926, expediente número 7, de Relaciones Interiores y exteriores, pues muestra la
vinculación de estos agentes comerciales con el West Englewood National Bank de Chicago.
75
AHC, Fondo siglo XX, Legajo 1032, año 1929, Expediente 3… Ibid.
360
argumentando que requerían mejoras materiales y no paliativos religiosos, pues estaban
molestos porque sus representantes se habían paralizado tras las campañas antiagraristas de
los miembros de la Iglesia católica.76
De modo que a principios de 1927, el gobierno estatal nombró jefes de acordada a
los principales líderes agraristas, siendo la parte norte, montañosa y central de Colima
donde más actividad bélica había. Otros elementos importantes en el combate a los cristeros
fueron las autoridades municipales, quienes recibían carabinas “Elfin” con abundantes
cartuchos, de parte del gobierno estatal, pues se decía que “los fanáticos religiosos” eran
enemigos del gobierno y que se tenía la misión de acabarlos.
Era claro el aprovechamiento de las estructuras agrarias para emplearlas a favor de
los intereses gubernamentales, pues pronto nombraron jefes de acordada a José Torres, en
Ixtlahuacán; J. Félix Hernández, de Zacualpan; Darío Cruz y Gorgonio Ávalos, en
Suchitlán; Ignacio Torres, en Los Colomos; Juan Marcial, en Cofradía de Suchitlán y Vidal
Asencio, como jefe de acordada regional de la zona norte. Nicolás Martell, en Tecomán;
José Mesina en Cardona, Luis Gómez en Cuyutlán; Andrés Figueroa en Alcaraces; José
Espinosa en Pueblo Juárez; Pedro Núñez en Camotlán de Miraflores y, Marcos Torres
sustituyó a su hermano Ignacio, en Los Colomos, luego de la muerte de aquél.77
Es importante señalar que aunque los conflictos se comenzaron a manifestar
tiempo atrás, el año de 1927 fue el más intenso en combates, presentándose así los
enfrentamientos en la zona montañosa de Comala. El primero de ellos tuvo lugar el 17 de
noviembre de ese año, a las 05:00 horas en Comala y, el segundo a las 11:00 horas el
mismo día. Para ello, los militares y acordadas del gobierno gastaron poco más de 340
cartuchos de carabinas 30-30 y 205 de 8mm.
Respecto a las acordadas podemos advertir su composición con los miembros más
activos de los ejidos, ya fuera con los dotados o los que tenían abierto su expediente; así, el
grupo de Zacualpan se componía de 8 miembros, la de Suchitlán tenía 20, 18 en Pueblo
Juárez, 16 en Cuyutlán y 6 elementos en Cardona. La variación en el número de elementos
agraristas dentro de las filas federales varía debido a que se trataba de poblaciones
relativamente pequeñas, a excepción de Suchitlán y Comala, este último, bastión de las filas
cristeras.
Sobre el deceso de los líderes agraristas de Pueblo Juárez y Los Colomos, las
autoridades estatales se limitaron a decir que José Espinosa (8 de marzo de 1927) e Ignacio
Torres, habían muerto valientemente en la defensa de las instituciones del país,
substituyéndolos por sus hermanos; de manera que seguían teniendo cohesionados a los
grupos dentro de los ejidos, llevando la cuestión al terreno personal, pues las personas no
estarían combatiendo a favor del gobierno, sino en contra de los agravios recibidos por los
cristeros.
Lo mismo sucedió con la muerte de Ignacio Torres, el 2 de diciembre del mismo
año, día en que el pueblo de Los Colomos fue atacado por unos 700 cristeros, matando así a

76
AHC, Fondo Siglo XX, Caja 993, Expediente 8, Secretaría de Gobernación. Mismo fondo ver Caja 1001 y
1025, Expedientes 8 y 2, de la Secretaría de Agricultura y Fomento, así como el legajo 1037 del expediente 5
de Acuerdos.
77
AHC, Fondo Siglo XX, Caja 1049 “A”, expediente 4, Jefatura de operaciones militares en Colima, 1927.
También ver en el mismo Fondo, Caja 1049 B, año 1927, expediente 29.
361
Ignacio Torres, Silvestre Torres y otras diez personas.78 En este caso, los cristeros se
llevaron a las familias de los agraristas para fusilarlas, como a la señora Juanita Sánchez,
esposa de Ignacio Torres, quien fue llevada a la Piedra Partida para ser fusilada, no sin que
antes el capitán Eliocadio Llerenas le solicitara repetir “Viva Cristo rey”, en señal de
arrepentimiento, a lo que la mujer contestaba “que viva su chingada madre, y ahí la
mataron”.79
De este modo, las acordadas de los propietarios y de los gobernantes surtieron el
efecto de dispersar a los campesinos, abandonando las tierras y dejándolas sin producir.
Esta baja en la productividad el gobierno estatal quiso relacionarla sólo con los lugares
donde había mayor presencia cristera, aunque la CNA no reportó mayor cantidad de
cosechas en los ejidos que estaban en posesión de 1917 a 1926 y era comprensible si
pasaron de ser campesinos pacíficos a conformar contingentes armados.
Esta guerra, perdida por los campesinos mexicanos, trajo con ella efectos nocivos
para los cambios que se estaban impulsando de forma lenta, dando paso a retrocesos
mayores, dado que hubo pequeños propietarios y ganaderos que empezaron a tomar tierras
ejidales, oponiéndose a pagar la renta correspondiente por las pasturas y negándose a
respetar la investidura del Comité Particular Administrativo. Esta situación generó
tensiones internas ya que los ejidatarios pedían igualdad de condiciones con respecto a
dichos sujetos.80
En tanto en el ejido de Camotlán de Miraflores, como en el resto, la cuestión
agraria se subordinó a los problemas políticos nacionales, de manera que el 16 de octubre
de 1925 el señor Pedro Núñez se presentó ante la CNA para denunciar que el 7 de ese mes,
un grupo de bandoleros (guardias blancas) saqueó a la población, robándole sus bienes y
ultrajando fuertemente a su mujer. Manifestaba que el objetivo había sido selectivo contra
los agraristas, por lo que dimitía a su cargo, toda vez que soldados federales les recogieron
en dos ocasiones las armas que tenían para su autodefensa. El expediente se interrumpe,
para aparecer sólo una nota de febrero de 1929, donde se le informa a la CNA que debido
“a la Revolución de los fanáticos”, la mayoría de los ejidos habían sido abandonados,
permaneciendo en sus trabajos sólo Cuauhtémoc, Alcaraces, Tepames y Cuyutlán.

5 Conclusiones

No obstante existe poca información sobre los ingenieros, procuradores de pueblos y


funcionarios de segundo nivel de la reforma agraria, es de suma importancia comprenderlos
en sus ideas y en el contexto que actuaron, pues son piezas clave para entender el reparto
agrario; aunque regularmente su permanencia o continuidad dentro de los trabajos que
promovían, dependía del entorno político estatal, mismo que en distintos estados
conservaban una postura renuente a dotar de tierras a los campesinos.

78
AHC, Fondo siglo XX, Legajo 1049, año 1927, Expediente 4 de la Jefatura de operaciones militares.
Mismo fondo, expediente 2 de la CNA, 29 de diciembre de 1926 y expediente 3 de la jefatura de
operaciones militares del 7 de noviembre de 1927.
79
Entrevista al señor Manuel Barbosa Flores (1917), habitante del pueblo El Remudadero (ejido Los
Colomos, Comala), sobrino de Juana Sánchez e Ignacio Torres, realizada el 30 de septiembre de 2010.
80
AHC, Fondo Siglo XX, caja 1049 b, año 1927, Expediente de la CNA, febrero de 1927.
362
Una vez estudiados los casos del reparto agrario local podemos sostener que en
efecto, éste dependía de la presión ejercida por los pueblos –ayudados por los ingenieros y
los procuradores de pueblos- y, muchas veces de las coyunturas políticas locales y
nacionales; por lo que no dejaba de ser un proceso político-administrativo subordinado a
los intereses políticos locales.
Estos intereses políticos locales, a menudo contrarios a la reforma agraria, hacía
que los procuradores de pueblos –como fue el caso de Eugenio Aviña- quedaran relegados
política y socialmente.
Otro detalle sobresaliente en el proceso expuesto es que no obstante el
constitucionalismo se presentó como reformista, éste no tenía la suficiente fuerza política,
ni base social en las entidades para mantener el proyecto, por lo que pronto los grupos
locales recuperaron el poder político para bloquear desde ahí la afectación en sus
propiedades y en las de sus grupos cercanos; aprovechando la oportunidad para castigar a
sus enemigos políticos al afectarlos en sus bienes.
Es importante reconocer que con el trabajo realizado por algunos procuradores e
ingenieros, podemos advertir el impacto cualitativo de la reforma agraria en la vida de la
población rural, pues con los censos agrarios se advierte en primer lugar que es erróneo
considerarlos como una sociedad homogénea e inmóvil. Quedando patente también que
aunque los ingenieros planeaban la dotación ejidal para que se resolvieran las necesidades
básicas de la familia, la tierra dotada finalmente omitía estos detalles y dotaba a los pueblos
de tierras de mala calidad –y sin agua-, por lo que su tierra les ajustaba para solventar una
octava parte de sus necesidades, pasando a ser empleados –de nueva cuenta- en las
propiedades cercanas y regionales.
Otra cuestión importante es la constante movilidad de la población, tanto
trabajadores del campo, como propietarios e inversionistas; de modo que estamos ante
procesos políticos, económicos y sociales amplios, los cuales en términos generales,
respondían a las transformaciones globales de la economía.
Finalmente, con la rebelión Delahuertista quedó patente el carácter
antidemocrático que predominaba en la posrevolución, pues la imposición en la esfera
política se daba en todos los niveles de gobierno; evidenciando que la autonomía municipal
y los preceptos republicanos estaban lejos de ser una realidad. Este movimiento dejó serios
problemas en el tintero, pues las diferencias en materia agraria con los otros revolucionarios
tenían qué ver con la forma en la que se aplicaría la ley agraria, la modernización de la
Hacienda Pública, los reajustes del gasto público y las estrategias fiscales que emplearían
para hacerse de recursos públicos que financiarían el proyecto que ellos consideraban que
era el correcto.
En torno a la guerra cristera y al reparto agrario, podemos concluir que este
movimiento armado afectó seriamente a los campesinos, pues desarticuló a los ejidatarios
tras asesinar a los dirigentes agraristas que eran quienes cohesionaban a los pueblos.
Aunque los campesinos que pelearon de parte de la Iglesia más tarde recibirían tierra,
quedando en evidencia que este movimiento fue financiado por propietarios e interesados
en que no se desarticularan las grandes propiedades y por ende, el viejo estado de las cosas.

363
Atenquique, Jalisco: un poblado industrial
como expresión de la arquitectura moderna del siglo XX

Luís Alberto Mendoza Pérez


Facultad de Arquitectura Universidad de Colima
Eduardo Cruz González
312-3161161, luis_mendoza@ucol.mx
Juan Ramón González de Loza
Facultad de Arquitectura Universidad de Colima
312-3161161, juanramon@ucol.mx

RESUMEN:
El conjunto de viviendas de Atenquique se construyó para resolver las necesidades de
alojamiento de los obreros de la nueva industria por iniciativa pública. El primer
asentamiento (1946) incluía dotaciones y servicios comunes ubicadas en las riberas del río.
El desbordamiento de este cauce en 1955 arrasó la iglesia e inutilizó los edificios públicos
como la escuela. Esto fue la causa de una nueva propuesta del poblado desde bases
diferentes: nueva ubicación de las viviendas y centros públicos alejados de los peligros de
inundaciones.
Tres cuestiones asumieron protagonismo en esa reconstrucción: en primer lugar la erección
de espacios y edificios públicos separando los de carácter civil y religioso. En segundo
lugar, el lenguaje arquitectónico de esos edificios públicos reflejando las vías de la
arquitectura moderna mexicana de la época: Respondiendo a formas del estilo
internacional. Por último, la evolución en los tipos de viviendas ensayando propuestas
tipológicas y morfológicas en sucesivas etapas.
La síntesis entre problemas morfológicos, el uso de técnicas y nuevas propuestas
arquitectónicas de las viviendas adaptando soluciones tradicionales y estándares de calidad
y la plasticidad de los repertorios formales de los edificios públicos forman las líneas de
interés de este trabajo.

PALABRAS CLAVE: conjuntos de viviendas, arquitectura moderna.

364
Introducción

Jalisco es un estado de la República mexicana ubicada en el occidente de la misma.


Guadalajara en la segunda ciudad en importancia tanto en el aspecto social, como en el
aspecto económico.
Atenquique se encuentra en las colindancias del estado de Jalisco y colima, en la parte baja
de la barranca donde pasa el rio Tuxpan y la confluencia del arroyo x.
Durante muchos años, quizá desde la época prehispánica, y sobre todo durante el virreinato,
el camino hacia los poblados de la tierra de Coliman, fueron a través de este sitio, conocido
tiempo después como Camino Real de Colima. Y aunque en 1828 se iniciaron los trabajos
de unir el Puerto de Veracruz con la Ciudad de México, no fue sino hasta treinta años
después cuando formalmente se estableció esa ruta
En 1880 se inicio el trazo del ferrocarril que pretendía unir los dos océanos cruzando la
capital de la republica
El primer contrato que Porfirio Díaz firmó para construir un ferrocarril hacia la frontera
norteamericana era a la vez interoceánico e internacional… y favorecía a una empresa
originaria de Pennsylvania presidida por William Palmer y representada en ese momento
por James Sullivan (Kuntz, 1995, 30). En septiembre de 1880 se otorgó la concesión a la
Compañía Constructora Nacional Mexicana representada por Sullivan para construir una
línea que y cuyo trazado sería: México al Océano Pacífico, atravesando Toluca, Maravatío,
Acámbaro, Morelia, Zamora, La Piedad y los demás puntos que convinieran a los intereses
de la compañía y la nación; de un punto en la línea al Pacífico entre Maravatío y Morelia la
frontera norte…(Kuntz 1995, 47), con el fin de construir una línea de México a Paso del
Norte y al Océano Pacífico de construir la vía angosta del ferrocarril que uniría la ciudad de
México con el océano pacífico. Y en 1881 se iniciaron los trabajos el puerto de Manzanillo
en dirección a la ciudad de Colima y de la ciudad de Toluca hacia el estado de Michoacán.
El primer tramo de Manzanillo Armería se concluyó en 1882 y pasaron 7 años para unir
este sitio con la ciudad de Colima en el año de 1889.
En 1905 la compañía pierde la concesión por no cumplir sus compromisos y es adquirida
esa concesión por el Ferrocarril Central Mexicano. Esta compañía que utilizaba la vía ancha

365
(4 pies de anchura), había concluido y llegado su ramal de ferrocarril llegando a
Guadalajara en mayo de 1885.
La decisión de unir su vía con la construida en Colima, se debió a dos razones
fundamentales. Su primer proyecto era llegar al pacífico particularmente a la costra de
Chamela, para lo cual tenía que cruzar varias barrancas y subir la Sierra Madre Occidental
para poder cumplir ese cometido, y la segunda, el trazo a Manzanillo tenía menores
pendientes y ya existía el tramo de Colima y el Puerto de Manzanillo con un tren local
funcionando. Esto último, aunado a las peticiones que realizaron los productores de azúcar
de la zona de Zapotlán el Grande y una entrevista que realizaron con el presidente Porfirio
Díaz en 1905, lograron que el ferrocarril Central Mexicano obtuviera la concesión para
conectarse con la ciudad de Colima y por lo tanto con el Puerto de Manzanillo, inaugurando
el 13 de diciembre de 1908 el recorrido Guadalajara-Puerto de Manzanillo y por lo tanto la
primera conexión interoceánica e internacional.
Así, lo que durante muchos años ha sido el camino Real de Colima, una conexión obligada
por ser el paso más adecuado, allí precisamente se construyó a principios del siglo XVIII el
Mesón de Atenquique en la ruta de Guadalajara-Colima-Puerto de Manzanillo.
La estación de ferrocarril que se construyó en este poblado en 1941, tenía como fin ser una
estación de carga para los productos e insumos de fabricación del papel, más que ser una
servicio de transporte de pasajeros.
Con el advenimiento del transporte de autobuses, la ruta para unir Guadalajara con el
Puerto de Manzanillo se realizaba por los poblados de Tecalitlán, dado que el camino Real,
era bastante sinuoso y angosto. Y fue hasta el año de 1965 cuando se inauguró la “vía
corta” Guadalajara-Manzanillo, en una carretera que se creó, aprovechando los caminos y
terracerías que se habían construido para llevar madera a la fábrica. Así, Atenquique se
convirtió nuevamente en paso obligado durante 40 años, cuando se crea la autopista y
puentes que salvan la barranca mencionada.

366
1) EL CONTEXTO

1.1.- ASPECTOS DE LA PROMOCIÓN


.- Origen de la iniciativa (pública, privada, oficial…)
La población de Atenquique se encuentra ubicada se encuentra ubicada en la Barranca de
Atenquique, en la zona limítrofe entre el Estado de Jalisco y el Estado de Colima, en el
occidente de la república mexicana. Su altura sobre el nivel del mar es de 1,033 metros y se
encuentra a una distancia de 165 kilómetros de Guadalajara, 29 kms de Ciudad Guzmán, 62
de la ciudad de Colima y 160 del Puerto de Manzanillo.
Su creación se inicia precisamente durante la segunda guerra mundial, cuando la industria
mexicana se encontraba fortaleciendo lo que se llamaría el milagro mexicano en la década
de los años 50’s. se materializa el proyecto a iniciativa de Enrique Anisz Weisberger1
cuando presenta el “Estudio relativo al proyecto de establecer una planta para la producción
de celulosas químicas y mecánicas, papel, sosa cáustica, cloro y otras instalaciones
industriales conexas” el 31 de diciembre de 1940 como director general de la empresa
Financiera industrial y de comercio exterior S.A. donde consideraba la conveniencia de
crear una fábrica de papel, ya que en dicho estudio, señalaba que solo existían en ese
momento dos empresas productoras de papel, la Compañía de Fábricas de Papel San Rafael
y Anexas, localizada en Tlamanalco Estado de México creada en 1892 y la Fábrica de papel
Loreto y Peña Pobre S.A. en Tlalpan, Ciudad de México y que había sido fundada en 1750
y convertida en fábrica de papel industrializado en 1928 en ese momento dirigida por
Alberto Lenz. Anteriormente se encontraba en Jalisco la primera planta productora de papel
que se encontraba en la Sierra de Tapalpa y se llamó La Constancia, la cual había sido
fundada en el año de 1840 por José Vicente Gutiérrez, y tuvo mucha aceptación, ya que se
le consideraba de excelente calidad llegando a ser premiado en exposiciones

1
Inmigrante nacido en Checoeslovaquia en 1898, con estudios de Finanzas en Alemania. Llega a México en
1922. Se traslada al sur de Jalisco donde a inicios de 1930 inicia actividades empresariales que lo conducirán
a fundar Financiera Industrial de Comercio Exterior S.A. y posteriormente la Compañía Industrial de
Atenquique, S.A.

367
internacionales. Sin embargo dejo de funcionar en 1913, producto de la situación política
del país y las dificultades presentada para la explotación de la madera.

Los objetivos de la Compañía Industrial de Atenquique, S.A. manifestados en su acta


constitutiva se refieren a establecer y operar varias plantas industriales, tanto químicas,
como mecánicas de papel, sosa cáustica, cloro y derivados. Así como explotar la zona,
establecer laboratorios, organizar la explotación, así como construir, poseer, adquirir y
administrar, y finalmente las actividades necesarias para el desarrollo de la empresa2.
En términos generales se identifica como una empresa dedicada a la fabricación de
productos de papel, cartón y pasta de celulosa.

La planeación de la planta consideraron las fuentes de aprovisionamiento de materia prima


básica, los caudales de agua, las vías de comunicación, la proximidad de las caleras de
Huescalapa que suministraron la cal viva requerida en el proceso y cuyas muestras habían
sido estudiadas por los laboratorios Institute of Chemistry ubicado en Appleton, Wisconsin.
Asi como la posibilidad de generar energía eléctrica de 100 millones de KWH que
permitiera el funcionamiento de la planta industrial.
La compañía se fundó el 7 de octubre de 1941, mediante escritura pública Nº 4264 teniendo
como accionistas a la empresa Fomento Industrial y Mercantil, S.A. que aportó $3,500.00,
Nacional Financiera con $1,000.00 y varios accionistas que en conjunto aportaron
$1,500.00
Para la creación de esta empresa, recibió apoyos de la iniciativa privada y del gobierno
federal. Posteriormente se convierte en una empresa paraestatal del gobierno federal.3

1.2.- SOPORTE TERRITORITORIAL/ENTORNO


La población de Atenquique se encuentra ubicada en la barranca del mismo nombre, la cual
forma parte de las Sierra de Tapalpa y la Sierra de Pihuamo y cuenta con varias corrientes
pluviales entre las que destacan el Río Tuxpan y el Arroyo de Atenquique, el primero nace
2
Objetivos que se describen en el acta constitutiva respectiva.
3
Una empresa paraestatal, es aquella que tiene un funcionamiento independiente, aunque se maneja con la
mecánica del gobierno federal.

368
en la Sierra del Tigre al oriente de la barranca, mientras que el Arroyo Atenquique nace al
poniente del mismo lugar desde las faldas del Volcán de Colima. En la parte denominada
Barranca Seca, llamada así porque parte del año carece de agua. Es en esta zona donde se
presenta el primer asentamiento donde se amplía el terreno del cauce del arroyo, y donde
pasa el Antiguo Camino Real de Colima que conducía a los indígenas de la Costa de
Colima y particularmente a la zona de producción de sal de Cuyutlán. Durante la época del
virreinato, en los años de 1700 se construye el Mesón el cual se encontraba…
perfectamente ubicado, pues en la temporada de aguas lo más seguro sería que no se
pudiera vadear el río y había que pasar la noche en aquel acogedor y tibio refugio entre
rascar guitarras, ronquidos de arrieros y cuentos de aparecidos4.
En tanto el poblado de la fábrica de papel se encuentra en la confluencia del arroyo
Atenquique y el Río Tuxpan. Esta zona en particular era agreste y deshabitado, con
vegetación chaparra y espesa, características de la selva tropical subhúmeda.
La topografía del lugar presenta pendientes bastante inclinadas y paredones que confinan
los poblados a unas pequeñas zonas donde se puede desarrollar un espacio urbano.
El clima es templado subhúmedo y las condiciones ambientales propicias para la
explotación de madera, pues la zona pertenece al conjunto boscoso ubicado en la falda del
volcán y la sierra de Tapalpa, la cual forma parte de la Sierra Madre Occidental, con una
gran variedad de maderas para su explotación.

La población de Atenquique pertenece al municipio de Tuxpan, Jalisco. Y durante el


virreinato fue identificada como Provincia de Ávalos, basados en la encomienda de la
población de indígenas que da Hernán Cortes en 1523 a tres parientes suyos.5 Actualmente
se considera delegación y depende a las políticas administrativas del munícipe. La
población actual se encuentra cerca de los 1000 habitantes residentes, su momento más
intenso de producción, llegó a albergar 3,700.00 habitantes. Por su ubicación la traza
urbana es sinuosa con y el poblado y la fábrica colinda con parcelas de miembros de la
Unión Forestal de Jalisco y Colima, S. A. que es la empresa proveedora de materia
producto de la explotación del bosque.

4
Descripción de Urzúa Orozco y citado por José Medina Enriquez.
5
Texto de Thomas Hillerkuss, en su documento relativo a las tasaciones y tributos de los pueblos de la
Provincia de Ávalos, 1990.

369
La conexión con la cabecera municipal de Tuxpan, se da a través de la carretera que une
ambos poblados y que fue construida en 1940 precisamente para la construcción de la
fábrica de papel.
La vía del ferrocarril que corre paralelo al cauce del Río Tuxpan, y la posterior conexión de
la carreta vía corta a la ciudad de Colima y Puerto de Manzanillo permitía reconocer la
selección ideal de este sitio para una empresa como esta.

1.3.- SOPORTE CONCEPTUAL


.- Modelos de referencia de los autores (social, arquitectónico, urbano,
económico…)
La concepción de ubicar la fábrica de papel en la confluencia del Arroyo de Atenquique y
el Río Tuxpan, se ve apoyada también por la presencia del paso del ferrocarril y en esa
zona, se podría construir una estación que permitiera exportar e importación los productos
de la fábrica, aprovechando la presencia de una explanada que permitía ubicar la planta
industrial al borde del Río Tuxpan.
La concepción de la planta industrial se le encomendó a la firma norteamericana Morrison
Kundsen Company empresa especializada en la construcción de presas y cuya matriz se
encontraba en Idaho.
En 1943 se iniciaron los estudios para la conformación de la plataforma, misma que fue
supervisada por el Sr. Charles Gregory.
El proyecto de una fábrica de papel, la había tomado Enrique Anisz Weisberger de su
experiencia en los Estados Unidos de Norteamérica, habiendo encomendado los proyectos
constructivos y la instalación de la maquinaria a la firma George F. Hardy Company de
Nueva York, oficina especializada en proyectos de plantas hidroeléctricas.
El edificio principal fue proyecto de John F. Beasley & Company, quien posteriormente
construiría el Puente de las Américas en Panamá6 y que unía las dos masas continentales de
América sobre el Canal de Panamá.
La cimentación montaje y estructura de la fábrica se inició en 1944, bajo supervisión de
personal norteamericano.

6
Para los norteamericanos, el puente se llamaba Tatcher Ferry Bridge y mediante Asamblea Nacional del 2
de octubre de 1962 se le denominó Puente de las Américas de manera oficial.
http://www.alonsoroy.com/cp/cp07.html

370
La empresa empezó a trabajar formalmente el 20 de octubre de 1946.
En lo referente a las viviendas de la empresa, estas se dividen en dos núcleos, la primera
propiamente de los trabajadores de la fábrica que se encuentra en las colindancias de la
empresa, y el núcleo de viviendas de la empresa que suministraba el material, conocida
como Unión Forestal de Jalisco y Colima, S.A. era la propietaria de las viviendas que se
encuentran cercanas al Mesón. En conjunto se consideraron 407 unidades habitacionales,
las cuales estaban repartidas en dos proyectos genéricos que consideraban viviendas de 3, 2
y una recámara cada una y que su emplazamiento individual era a partir del plan general de
urbanización, el cual definía una variedad de distintos acomodos de las mismas. Este
proyecto de viviendas se le encomendó a Alexander Ritcher de Nueva York y cuya firma
comercial era conocida como Ritcher & Company.
El poblado de Atenquique se empezó a construir simultáneamente que la fábrica en el año
de 1944 y en la inauguración de la misma el 31 de octubre de 1946 existían pendientes de
concluir varias casas y particularmente la zona C o “poblado alto” donde se encuentra el
hotel. También quedaban pendientes el mercado y la escuela “Artículo 123” Enrique Anisz.
Se complementaron los empedrados, banquetas y se reiniciaron las construcciones de
viviendas del poblado en el año de 1947 hasta concluirlas en 1954, respetando el proyecto
original y las especificaciones estructurales. En este mismo periodo se construye el Casino
y las albercas, de estos edificios no se consigna el nombre del arquitecto proyectista.
Existió una colonia llamada Veladores, dedicada a los vigilantes de la empresa. Esta se
encontraba ubicada en los actuales terrenos del parque, y desapareció totalmente con la
inundación del 16 de octubre de 1955. A excepción de algunas fotografías donde se
identifican casas de madera, semejantes a las casas construidas por las empresas
constructoras de las estaciones de Ferrocarriles en el occidente de México a principios del
siglo XX.
En el caso particular de los templos de la Sagrada Familia, el primero de ellos inicio su
construcción en el año de 1947 y concluyó en 1949, bajo el proyecto y supervisión del Ing.
Juan Rodríguez Flores, quien fue egresado de la Escuela Libre de Ingenieros, de la ciudad
de Guadalajara en el año de 1925 (De la Torre, 2008). En la misma generación del Arq.
Luis Barragán, insigne arquitecto mexicano, el Ing. Rodríguez, también fue profesor de
matemáticas y física del Instituto Tecnológico de la Universidad de Guadalajara. Este

371
templo que respondía a las normas de proyectación arquitectónica que se manifiestan en los
libros de Vitrubio dedicados a los templos con una concepción constructiva funcionalista
desapareció bajo la inundación del 16 de octubre de 1955, quedando solo la torre como
testigo.
Posteriormente se inicia la edificación del nuevo Templo de la Sagrada Familia bajo la
asesoría de los ingenieros Orozco y Velazco así como del Arq. Enrique de la Mora y
Palomar, quien ya había realizado proyectos de manera conjunta con Felix Candela, como
es el Templo de la Milagrosa en la Ciudad de México en 1958, otro templo en Guadalajara,
una capilla en Puente Grande y otro en la ciudad de Monterrey. Bajo esta información,
podemos visualizar que la forma del templo de Atenquique que se termina de construir en
1958 compromete su forma a la plástica de Felix Candela.

Una vez revisadas las instancias que fueron contratadas por el promotor de esta empresa, se
puede avizorar que la visión del Sr. Anisz, conocía de las bondades de los estudios
meticulosos y de las buenas asesorías. Identificados los constructores y proyectistas de la
fábrica y la calidad de obras, así como haber trascendido en la historia de cada empresa en
su ramo especializado, identificamos que la selección de estas empresas no fue
circunstancial ni irresponsable. Les antecedía prestigio y experiencia. En el caso particular
de los edificios de la empresa, la concepción arquitectónica refleja el pensamiento racional
que para este tipo de edificaciones predominaba. En cuanto a los proyectos de vivienda,
podemos identificar los seis elementos que León Batista Alberti considera para construir,
como es: el hogar, solar, distribución, muros, cubiertas y vanos. Así como los principios del
diseño racional, como es la estandarización, la prefabricación y la modulación de las partes.
La experiencia de las ciudades alemanas o los paradigmas de los primeros CIAM. La
vivienda obrera que circunda las fábricas es una característica de la industrialización, en ese
tenor existieron proyectos para trabajadores que buscaban una solución sencilla y
económica. Sin embargo es en la ciudad de Chicago donde George Mortimer Pullman,
inventor del coche cama para los ferrocarriles y que posteriormente tomo su nombre (. A
finales de 1880, contrata al Arq. Solon Spencer Beman el diseño de una planta industrial
para producir su coche-cama. Y adicional a este proyecto, busca resolver los problemas de
los trabajadores, y construye viviendas, comercios, templos hotel y biblioteca para los

372
operarios de su fábrica. Y aunque posteriormente por la crisis de 1894, una huelga que es
reprendida severamente el gobierno mediante un estudio, considera que el proyecto es
contrario al pensamiento norteamericano, solicitando sean enajenadas las viviendas e
incorporadas a la ciudad de Chicago.
Y aunque no fue el caso, el poblado de Atenquique ofrece los servicios médicos, áreas
deportivas, comercio, educación básica y religiosos entre otros, la población no ha entrado
en huelga pese a las diferentes crisis que el país ha tenido. A diferencia del ejemplo citado,
en este caso el propietario de las viviendas del poblado es la empresa, mientras que las
viviendas de los trabajadores que abastecen a la empresa pertenecen a la Unión Forestal de
Jalisco y Colima, S. A., siguiendo el mismo ejemplo.

De particular relevancia es el hecho d señalar que el personal que trabajo en la construcción


de los edificios de la fábrica y de la instalación de la empresa en su origen fueron
mayoritariamente norteamericanos, para el caso de las viviendas del poblado así como las
viviendas del Mesón, fueron realizadas con trabajadores del municipio o poblaciones
aledañas, como es el caso del Sr. José del Toro, quien participó desde un principio y
actualmente vive rentando una vivienda de la empresa.

Por lo investigado y por las entrevistas realizadas a los actuales habitantes, se percibe que la
población original del poblado, se consolidó como una comunidad unida, convencidos de
la importancia de la empresa y de un gran entusiasmo y solidaridad manifiesta. Prevalecen
habitantes con un promedio de 30 años de residencia en el lugar, hay quienes nacieron y se
quedaron allí, otros regresaron a sus lugares de origen, pero guardan particular afecto al
sitio, particularmente orgullosos de su estancia en ese lugar.

2) LA PROPUESTA (PLANIFICACIÓN Y PROYECTO)

2.1.- DESCRIPCIÓN.
La fábrica de papel se instala sobre una superficie aproximada de 400 hectáreas, en donde
se incluye el poblado de Atenquique, su trazo se encuentra confinado por las paredes que al
norte y sur tiene la barranca del mismo nombre. En alguna medida se puede decir que

373
asemeja a un desarrollo líneas. Sin embargo su emplazamiento urbano que se encuentran en
el margen norte del arroyo de Atenquique y el río Tuxpan, sobre una pendiente aproximada
del 20 al 30 por ciento hacia la parte baja de la explanada que contiene a la fábrica. En esa
dirección se encuentra la zona C o “el poblado alto”, donde se ubican 59 viviendas de los
altos directivos, el hotel y una zona de recreación privada, aunque esta sección fue
considerada en el plano general de viviendas, su construcción y conclusión fue el más
tardío, algunas edificaciones se concluyeron a principios de la década de los sesenta.
En la parte baja se divide en dos grupos, la zona A y la zona B, las cuales tienen una misma
tipología arquitectónica. Es las zonas A y B quizá la más importante en cuanto a
equipamiento urbano, cuenta con 180 viviendas, ordenadas en grupos de 5 cada uno
resultando 34 manzanas y quedando 4 viviendas en grupo de dos. A su vez cada grupo de
cuatro viviendas se divide en dos viviendas de tres recámaras y dos viviendas de dos
recámaras. Es en este lugar donde únicamente se presentan viviendas de una recámara, las
cuales están dispuestas en forma lineal dentro del conjunto y se distinguen claramente. Con
una orientación norte-sur, las viviendas miran al poblado ubicado al sur de cada vivienda.
Con una calidad extraordinaria en la conformación de las plataformas de las viviendas,
estas no han presentado inundaciones o entradas de agua, lo que denota un buen trazo de las
vialidades que permite alternen en caminos sinuosos y con diferentes vistas sobre el paisaje
de la barranca. Además de contar con el taller de carpintería, supermercado el Excine
Ocampo (1961), la escuela primaria (1959), la central telefónica (1955) y la oficina del
poblado (1946). Este conjunto es el más antiguo y se inició su construcción en 1944.
Como complemento al poblado de trabajadores de la fábrica, se encuentra el poblado de los
trabajadores de la Unión forestal, que es la empresa que suministra madera e insumos a la
fábrica, es otra organización paralela y sus objetivos son las e explotar la madera de los
bosques y áreas circunvecinas de los Estados de Jalisco y Colima. En esta zona se
encuentra conformada por tres colonias, la sección a, la sección y la Colonia Jackson. En
total presentan viviendas individuales de dos y tres recámaras sobre una retícula cuadrada,
marcada por andadores peatonales confinados con muros bajos y diseños de jaranas típicas
de la zona sur de Jalisco. En este caso los ingresos a las viviendas son este-oeste. El
número total de viviendas fue de setenta.

374
Y finalmente, los dos grupos de viviendas que se encuentra en la zona más antigua poblada
de la barranca, junto al antiguo Mesón y el Camino Real de Colima, una denominada
Colonia Juárez que cuenta con solo 9 viviendas frente a la calle que de acceso a la plazoleta
del Mesón. Son casas de dos recámaras y cuentan con una construcción central de 45.00 m²
y un terreno de sobre un terreno rectangular de 121.00 m².
Concluye el poblado de Atenquique con el conjunto de viviendas de la colonia Antonio
Rendón7 donde los núcleos habitacionales se encuentran conformadas en 4 calles donde de
manera lineal se presentan 8 frentes con 91 casas para obreros y trabajadores de la Unión
forestal, con unidades de 2 y 3 recámaras, basadas en una modulación rectangular. La
orientación predominante de las viviendas es norte-sur. Y todas las calles se encuentran
empedradas, pero carecen de banqueta y guarnición, para permitir el paso del agua hacia las
partes bajas y el arroyo.
En este conjunto cabe resaltar que las viviendas se erigen sobre una plataforma sobre la
rasante de la calle de aproximadamente 60 centímetros, esta peculiaridad se debe al hecho
de que en temporal de lluvias, baja bastante agua de la parte alta de la barranca y alimentan
el arroyo de Atenquique. El sistema de drenaje sanitario es conducido a tres fosas sépticas
ubicadas fuera del conjunto.

2.2.- LA MORFOLOGÍA URBANA


Conjunto urbano concebido inicialmente consideró las viviendas en las faldas y pendientes
de la barranca, las primeras construcciones y particularmente la colonia Veladores, la
escuela, el templo y el mercado, se habían puesto en una explanada que bordeaba el Arroyo
Atenquique. Sin embargo los antecedentes de crecientes que tenía el sitio como la
presentado en el año de 1896 y que había sido calificado de espantoso y terrible (Medina,
1988), así como el registrado el 4 de octubre 1906 manifestaban que en ocasiones el flujo
del arroyo se veía incrementado en demasía y provocaba inundaciones. Un desbordamiento
del arroyo en 1954 daba muestras de lo que posteriormente se presento el 16 de octubre de
1955 con la inundación y destrucción de esta parte baja y playa del Arroyo Atenquique, el
cual arrasó a la mencionada colonia Veladores, templo y escuela.

7
En 1959 se le otorgó este nombre a la población que se ubicaba frente al antiguo Mesón. El Sr.Antonio
Rendón era un trabajador que durante la inundación del 16 de octubre de 1955, salvo con su camioneta a
varios habitantes y murió en esos hechos.

375
De tal manera que la traza y morfología urbana de la población consideraba como límite de
desarrollo del poblado, presentando una conformación sinuosa debido a las pendientes de
la zona. Mientras en lo que respecta a La Unión Forestal, esta fue construida alejada a las
playas del arroyo, buscando la parte más alta sobre la playa mencionada y que permitieran
la seguridad.
Cada sección del poblado o colonia. Presenta una traza particular. Como se había
mencionado anteriormente la zona A y B del poblado es sinuosa, conforme a las pendientes
y plataformas concebidas en el proyecto del arquitecto Ritcher, mientras que en la zona C
conocida como el poblado alto, allí se presentan un sembrado de viviendas más disperso,
con diferentes núcleos habitacionales, algunos concluidos en 1954 y otros que fueron
agregados en los años sesenta.
En tanto la traza de la sección de viviendas correspondientes a la Unión Forestal,
observamos conjunto de viviendas de la sección a y b de esta colonia son conjunto de
viviendas en retícula, mientras que la Colonia Jackson su traza es líneas, semejante a la que
se presenta en la colonia Antonio Rendón.
2.3.- LAS EDIFICACIONES
La construcción de la fábrica se concluyó en dos años, de 1943 a febrero de 1945,
iniciando sus actividades el 20 de octubre e inaugurado el 31 de del mismo mes del año de
1946.
Las viviendas y edificios correspondientes al poblado de la fábrica es proyecto por el
arquitecto Alexander Ritcher de Nueva York, y las construcciones se realizaron por parte
de la empresa mediante contrato por administración. Algunas edificaciones como el Excine,
la nueva escuela Artículo 123, el templo de la Sagrada Familia, el casino y almacenes
generales, se realizaron en distintas fechas y por distintos arquitectos e ingenieros que
participaron posteriormente.
Entre las edificaciones se pueden identificar como la Unidad de medicina familiar 17 del
Instituto Mexicano del Seguro Social, proyectada y construida por la oficina de proyectos
del gobierno federal.
La zona comercial conocida Cuauhtémoc, donde se encuentra un restaurante que da
servicio mayoritariamente a los trabajadores durante las horas laborales, un gimnasio y
bodega. Conjunto arquitectónico que se empezó a edificar en 1943 y que responde a la

376
tradición constructiva de la zona, con un lenguaje arquitectónico usual de las escuelas
primarias que edificaba el gobierno a principios de los años 20. El parque Eva Sámano de
López Mateos construido sobre la antigua colonia Veladores en 1959, donde se mantiene
las ruinas del primer templo y la torre como homenaje y recuerdo de la inundación. Un
casino y restaurante de 1961 y la escuela Artículo 123 concluido en el año de 1959.
Cuenta el poblado con un taller de carpintería que su fin era dar servicio de mantenimiento
a las viviendas.
Mientras que en la sección de la Unión Forestal se cuenta con un taller mecánico,
suministro de gasolina y oficinas de la suministradora de material. Un casino abandonado
realizado en 1965. Otra carpintería una cancha de frontón. Y por último en la colonia
Antonio Rendón, presenta un templo, área de juegos y el Mesón que se ha utilizado como
escuela, salón de fiestas y bailables.

3) LA EJECUCIÓN

3.1.- CUESTIONES FUNCIONALES / DISTRIBUTIVAS / TIPOLÓGICAS


“El método de producción más eficaz es el que arranca de la racionalización y la
normalización. Racionalización y la normalización actúan directamente sobre los
métodos de trabajo, tanto en la moderna arquitectura (concepción) como en la
industria de la construcción (realización)” Hannes Meyer 19318. (Martín, 1984)
En lo referente a los aspectos funcionales, distributivas y tipológicas de las viviendas, estas
consideran los aspectos básicos para el servicio de la vivienda. Se presentan dos prototipos
de vivienda, el correspondiente al poblado de Atenquique que cuenta con un equipamiento
al interior de las viviendas de mayor cuidado y detalle constructivo, predomina sobre
plataformas y en conjunto de 5 viviendas. Cada vivienda cuenta con un espacio exterior
utilizado como pórtico y escaleras que dan acceso al mismo. Delimitados por unas
pequeñas bardas conocidas como jaranas. El baño y la cocina se ubican como un módulo
cerca de la puerta principal y cuenta con ventilación natural, en las casas se presenta la

8
Citado por Martín Hernández en su tesis doctoral sobre la tipología en arquitectura, pág. 80.

377
iluminación y ventilación cruzada. Así la tipología arquitectónica se mantiene constante en
el paisaje de las viviendas y del poblado mismo.
Mientras que en las colonias de la Unión Forestal de Jalisco y Colima, S.A., presenta dos
prototipos, el primero, los correspondiente a las Sección A y B y Colonia Juárez presentan
un proyecto de casas modulares de 2 recámaras sobre un terreno de forma cuadrada y
andadores compuestos con jaranas que nos conducen a los principales caminamientos del
sitio. Mientras que el prototipo de la colonia Antonio Rendón, son casas alineadas con
frente a la calle y con módulos de 5 viviendas, de orientación norte-sur y cuyas
características espaciales son manifiestamente menores.

3.2.- CUESTIONES TÉCNICAS / CONSTRUCTIVAS


Como se comentó anteriormente, la edificación de las viviendas estuvo a cargo de la
empresa mediante la construcción por administración.
Para la producción del tabique de barro y tejas con las que se edificarían las viviendas, se
instaló un laboratorio para el estudio de las tierras, fabricando los moldes de las mismas.
En lo que respecta a la conformación de plataforma, se utilizaron maquinaria de la empresa
y recibieron asesoría de la empresa que construyó la cimentación de la fábrica. Se utilizaron
muros de piedra como contenciones y a la vez como delimitantes de las calles. La
manifiesta exhibición de piedra aparente como característica paisajística surge también de
la abundante materia prima que hay en la zona.
Por las características del módulo de vivienda, estas no exceden los tres metros de claro, y
en la unión se realizó con traslape del ladrillo, se utilizó una dala de coronación que sirve
de cerramiento de las ventanas y puertas. Y la cubierta es una estructura de madera con teja
en la parte superior. Es necesario hacer notar que existe la presencia de plafón de papel
kraft en las viviendas sobre un bastidor de madera. Lo que otorga al espacio una morfología
regular en su interior.
Las ventanas son en la actualidad de herrería, aunque en un principio existían de madera,
mismas que se fueron sustituyendo conforme se convirtió en un proceso más rápido para la
edificación de las viviendas.

378
Estas cualidades constructivas se presentan técnicamente en todas las viviendas, excepto las
del poblado alto, que ya incluyen instalaciones modernas, debido a que fueron realizadas 20
años después de la inauguración de la fábrica.

4) CONCLUSIONES
1.- La necesidad de ajustarse lo más posible a este esquema que es lo que puede
garantizar una síntesis cruzada entre todos los casos analizados para poder avanzar
algún tipo de conclusiones.

2.- Partir de la idea que este esquema no puede ser rígido (más aún en el estado
embrionario en el que se encuentra la investigación) y, en consecuencia, cada grupo
debería tener la capacidad de desarrollar, ampliar o enfatizar aquellos apartados del
esquema que considere relevantes así como eliminar aquellos otros de los que
carezca de información o considere poco esenciales.

Estos dos requisitos se presenta, en principio, como opuestos puesto que el segundo pone el
foco de interés en lo singular del caso analizado mientras que el primero subraya lo común
que hay entre ellos y que es lo que hace posible encontrar pautas y establecer relaciones. El
equilibrio entre ambos debe ser sopesado por cada grupo de investigación, si bien, la
coordinación a lo largo de todo el trabajo entre todos es lo que debe servir para dar unidad a
la investigación conjunta.

BIBLIOGRAFÍA

Battista Alberti, León. De Re Aedificatoria. Madrid, España. Ediciones Akal. 1991.


Carozzi, Gigliola. La Arqueología industrial. Universidad Iberoamericana, México. 1991.
De la Torre, De la Torre, Federico. García Corzo, Rebeca Vanesa. Ambrosio Ulloa.
Monografías de arquitectos del siglo XX. Gobierno del Estado de Jalisco, Guadalajara.
2008.
Grossman, James R. Keating, Ann Durkin. The Encyclopedia Chicago. 2004.

379
Hillerkuss, Thomas Tasaciones y tributos de los pueblos de la Provincia de Ávalos, 1990.
López Díaz, José, Espacio, tiempo y forma. Serie VII, H. del arte, t. 16. 2003, pags. 179-
197.
Martín Hernández, Manuel J. La tipología en arquitectura. Tesis doctoral de la Universidad
de Las Palmas de Gran Canaria. 1984.
Medina Enriquez, José. Atenquique, una aportación a su historia. Talleres litográficos
Impre-Jal. Guadalajara. 1988.
Ponce Segura, José Manuel. Histor4ia de Atenquique. Ciudad Guzmán, México. 1983.

380
La curación milagrosa de una religiosa almoloyense, la “Madre Jesusita”.

Isabel Eugenia Méndez Fausto.


isemefaust@yahoo.com
Universidad de Guadalajara

En el momento presente de una relativa liberación femenina, que nos permite


realizar estudios, y desempeñar diversos trabajos. Y a final de cuentas nos otorga la libertad
de elegir nuestro modo de vida, la reclusión monástica de centenares de mujeres durante los
pasados siglos, nos despierta una gran interrogante sobre las motivaciones, los horarios, las
prácticas, las relaciones de las internas, las jerarquías conventuales, la vida individual y en
general sobre la vida cotidiana dentro de estas organizaciones.
Efectivamente, ya hay una base de investigaciones previas, que han enfocado, la
historia de las diversas órdenes, las etapas, los ceremoniales, los ingresos y las
fluctuaciones de éstos como señal de una mayor o menor aceptación de este modo de vida,
aunque sin duda estas investigaciones también pueden realizarse para nuevos escenarios, y
variarse, o profundizarse, para cumplir con estos nuevos intereses, dada la mayor apertura y
la mejor organización de los archivos eclesiásticos, que así lo permiten.
Situación oportuna que no debemos desaprovechar, sobre todo si se da el caso de las
órdenes dominicas de Santa María de Gracia y de Jesús María, que a comparación de los
tres conventos restantes de la ciudad de Guadalajara, resultan ser los grupos que mejor
están representadas en cuanto a volumen o disposición de expedientes para su estudio. Este
universo documental cercanamente integro nos ha permitido rescatar la historia de la
curación milagrosa de una de las monjas del convento de Jesús María, Sor María de Jesús
Cecilia de San Cayetano, la “Madre Jesusita”, ocurrida en 1850, después de algunos años
de invalidez y falta total de ambulancia.
Aunque algunos de los historiadores contemporáneos conocen integralmente este
caso, siempre se limitan a mencionar la portentosa renovación o intervención de la Virgen
del Rosario del Rayo,1 presente en este convento como el elemento de interés principal de

1
“Es de mediano tamaño (104 centímetros) con el rostro un tantito severo y muy lleno de majestad, el color
rosado, los ojos bajos, el cuello recto y erguido …teniendo en el brazo izquierdo al Niño Dios pequeñito y
vestido, y con la otra mano muestra a la vez el Santo Rosario y sostiene un cetro” Luis Enrique Orozco.

381
la leyenda, sin ocuparse de las personas reales, beneficiarias de este prodigio, ni de la parte
de la historia que todavía se conserva.
Subrayan excesivamente al carácter milagroso del terreno de ubicación del convento
de Jesús María, y lamentan la pérdida de los documentos que refieren las renovaciones
prodigiosas de las imágenes de San Juan Bautista de la Penitencia y de la Virgen ya
mencionada del Rosario del Rayo en ese lugar, sin rescatar del anonimato a la beneficiaria
principal de esta curación milagrosa.
Ellos suelen referirlo así, el área ocupada por el convento de Jesús María “ha sido
escogió por Dios para teatro de maravillas…Aquí se retocaron o renovaron la imagen del
Señor de la Penitencia… y la virgen del Rosario llamada del Rayo”. 2 Lamentando que los
juramentos de los testigos del prodigio, se perdieran de la Sagrada Mitra durante la Guerra
llamada de Tres Años.3
Y renuncian inexplicablemente a beneficiarse de la conservación que si existe hasta
el presente, de los expedientes de mediados del siglo XIX que refieren que la virgen del
Rayo obró dos curaciones milagrosas en las personas de Sor María de Jesús Cecilia de San
Cayetano, religiosa del mismo convento, y la de la vecina del mismo, Micaela Gómez de
Contreras, una persona socialmente sobresaliente por ser hermana del arquitecto Manuel
Gómez Ibarra, responsable de la construcción del panteón de Belén. Ya que según
reconocen, “de ambos casos se levantaron expedientes juramentados que se guardan en la
Sagrada Mitra.”4
Adquiriendo esta imagen de la virgen del Rosario del Rayo, una importancia
paulatina dentro de los mismos relatos conventuales, ya que registran también su traslación
gradual hacia un lugar conventual principal, ya que la virgen pasó de estar en el dormitorio
de las religiosas, a ocupar el segundo altar por el lado del Evangelio, desde 1868, de donde
pasó después, al templete del altar mayor.5

“Nuestra Señora del Rayo”. En Helia García Pérez (Comp.) Leyendas, Tradiciones y Personajes de
Guadalajara. Guadalajara: Dirección General de Publicaciones del Estado, IV ed. 1999, pp. 128- 132, p. 131.
2
Ya que el 13 de agosto de 1807, una atronadora descarga “la había dejado quemada, con los ojos de vidrio
reventados, el vestido y la cabellera chamuscados” Ibid., p. 129.
3
Ibid., p. 130.
4
Ibid., p. 130.
5
Por orden del Arzobispo doctor don José de Jesús Ortíz. Ibid., p. 131.

382
Razones por las que nos proponemos cumplir en dos etapas la presente
investigación, describiendo en una primera, la curación milagrosa de la referida madre, y en
la segunda, los motivos que pudieran explican la falta de difusión o el desconocimiento casi
total de este hecho.
Según consta en su expediente de ingreso al convento de Jesús María, María Cecilia
García Rojas declaró haber nacido en Almoloyan. Fueron sus padres Don Dimas García
Rojas, administrador de la Hacienda de San Marcos, y Doña María Guadalupe Urzúa.
Vecinos tenidos por de buena sangre. Siendo sus abuelos paternos Don Felipe García Rojas
y Doña Anastasia Tapia, y sus abuelos maternos, Don Luis Urzúa y Doña Juana Hernández,
vecinos de Zapotlán.6
Fue bautizada el 24 de noviembre de 1820 en la parroquia de Zapotlán el Grande
por el cura vicario Dionisio Arteaga. Habiendo nacido el día anterior, 23, en la hacienda de
San Marcos. Recibió por nombre María Cecilia, y fue su madrina, Doña María Micaela
Castro.7 En cambio fue confirmada en Almoloyan por el presbítero José María Gerónimo
de Arzac, el 25 de diciembre de 1831, y fue su madrina María Francisca Centeno.8
Por las diligencias del cura, vicario y juez eclesiástico de la villa de Almoloyan,
José Gerónimo de Arzac, y las recomendaciones de Ignacio Arzac, y del sacristán mayor de
la parroquia de Colima, presbítero Don Teodoro Mendoza, quienes la reconocieron como
“vecina desde la infancia de esta villa de honrada conducta y de mucho juicio,
descendiente de Padres de muy buen linaje”,9 fue aceptada en el convento tapatío de Jesús
María, donde presentó su cartas de legitimidad y pureza de sangre, a fines de 1837. Siendo
aceptada a profesar al año tres meses de iniciar su noviciado., -por hallarse firme en su
vocación-.10
Dictó su testamento de profesión como religiosa de velo y voto el 21 de noviembre
de 1839 ante el escribano Ventura Tapia, con el nombre de Sor María Jesús Cecilia de San

6
Archivo Histórico de la Arquidiócesis de Guadalajara, en adelante AHAG. Sección Gobierno, Serie
Secretaría/ Religiosas de Santo Domingo, Jesús María, Caja 8, Expediente # 1 “Diligencias de Legitimidad,
limpieza de sangre, partida de bautismo y confirmación de María Cecilia García Rojas”. Años 1837- 1849,
Núm. exps. 93.
7
Libro respectivo de bautismos (1820), a foja 234 v.
8
Libro I, foja 2v.
9
AHAG. Sección Gobierno, Serie Secretaría/ Religiosas de Santo Domingo, Jesús María, Caja 8, exps. 93,
Años 1837- 1849. Expediente de ingreso.
10
31/10/1839.

383
11
Cayetano. Cuando Sor Jesús entró al convento de Jesús María, sirvió el oficio de
refectolera hasta enero de 1842, y después el oficio de ayudanta de la secretaria, hasta el 7
de diciembre de 1842, en que se enfermó gravemente. Sor Jesús también “padeció un
noviciado penoso por padecer una enfermedad en ambas rodillas que la hizo sufrir una
fuerte operación con la que sanó y pudo profesar”.12
Desde fines de 1842 la asaltó una fiebre que la tuvo en cama ocho días y queriendo dar
pasos se reconoció con una convulsión que no le permitía tenerse en pie, aunque apoyada
en dos religiosas asistió a misa un año, al fin del cual sufrió dolor vehemente en el
espinazo, en el estómago, y en brazos y piernas. Estuvo totalmente inhábil por años, para
moverse por sí misma, con largas temporadas sin salir de su cama, y ni aún poder comer
por su mano.
Durante la revolución de 1846, estuvo con la mayor salud y caminaba apoyada de
paredes o por personas, daba algunos pasos.13 El día 2 de octubre de 1847 se hizo llevar a
misa más cargada que andando.
Esta dificultad persistió, hasta el 17 de agosto de 1850, según relata la priora
Joaquina de San Pedro y San Pablo. Quien declaró en su testimonio, me dijo “Madre quiero
andar”, le dije “vamos a la capilla de Nuestra Señora del Rosario”, salió la enferma del
aposento más arrastrándose que andando, sostenida por mí. Llegó tan convulsa que en el
suelo se dejó caer casi expirando según ella misma lo confiesa. Luego le lleve una
almohada y poniéndosela a la cabeza le dije “estese aquí hasta que la Santísima Virgen le
de sus pies para que ande, y me retiré”. A las diez y cuarto volví a ver a nuestra enferma,
por segunda vez la insté a pedirle sus pies y me retiré.14
A las once y cuarto dos religiosas preguntaron si quería volverse a su cama o comía
allí. Respondió “no vámonos, pero no me cojan yo me voy sola y diciendo esto se paró
ligeramente y anduvo sin detenerse hasta llegar a su cama, y a las dos, cuando una religiosa

11
Archivo Histórico de Jalisco. Fondo de Instrumentos Públicos. Escribano Ventura Tapia. (1839- 1840) Vol.
5, pp. 165v- 167v.
12
Según afirma profesó el 23 de noviembre de 1851. AHAG. Sección Gobierno, Serie Secretaría/ Religiosas
de Santo Domingo, Jesús María, Caja 9, exps. 98, Años 1850- 1860. Expediente #6 “En averiguación del
modo maravilloso con que fue restituida la salud a la Madre Sor María de Jesús de San Cayetano Religiosa
del Convento de Jesús María de la ciudad de Guadalajara 1850.”
13
Declaración de Sor María del Rosario de Sr. San Sebastián, fecha 26/09/1850.
14
Declaración de la Priora Joaquina de San Pedro y San Pablo.

384
fue a llevarle su comida, “se dirigió por si sola a la capilla, se postró ante la virgen en
silencio, se enderezó y entonó el Magnificat y cantó puesta de rodillas”.15
Las religiosas testigos del milagro, comprobaron mudas la primera trayectoria
andante de Cecilia de Jesús a partir de la capilla. En los interrogatorios afirmaron también
verla salir corriendo de ésta, y dar varias vueltas por los ambulatorios hasta llegar a su
celda. Para volver a salir cerca de dos horas más tarde, ir al refectorio y volver nuevamente
a la capilla. Afirmando unánimemente la recuperación permanente e inmediata de su
movilidad.
Sor María Dolores Ignacia de San Francisco de Sales, de 36 años de edad, 8 años de
ingreso y 7 años de profesa de coro. La conoció fuera del convento antes de que entrara al
Colegio de San Diego y después la encontró en este Monasterio. “En el refectorio la vio de
vuelta, andando con otras y la abrazó y felicitó, y con permiso de la Prelada dio gracias a la
Soberana del Cielo (menos la enferma porque no había comido). Refirió que desde
entonces está buena, andando asiste al refectorio, a misa, asistió a calenda de Nuestra
Señora del Rosario, baja a comunidad, y sigue las instrucciones mejor que otras enfermas.
Sor María Engracia Josefa, de 75 años de edad y 47 de profesa. La conoce, entró
buena de salud. “El 17 de septiembre volvió de echar de comer a las gallinas, supo la
noticia y subió a verla, no la encontró en la celda y fue a la capilla y la encontró andando.
Reflexiona que fue el día de las llagas de Nuestro Padre San Francisco.”
Sor María del Rosario de Señor San Sebastián, de 38 años de edad y 16 de profesa.
Conoció a Sor María Cecilia desde que entró, se le recibió sana. “El día 17 la vio acostada y
luego dar pasos en la capilla, supo cuando ya estaban todas enteradas.”
Sor María Concepción Bernarda del Santísimo Sacramento, de 33 años de edad y 12
de profesa. Conoció a Sor María de Jesús desde que entró porque la declarante es más
antigua. “El 17 de septiembre, la vio andar por sí sola, después de haberle oído decir a otras
Religiosas.”
Sor María del Refugio de Señor San Miguel, de 56 años, entró en 1815 de 24 años,
la conoce desde que entró al convento, porque fue su Maestra de Novicias y la trató de
cerca. Refiere que en el segundo año de su prelatura contrajo Jesús “la chanza” eran unas

15
Declaración de la Priora Joaquina de San Pedro y San Pablo.

385
calenturas, con eso empezó. “Cuando acudió ya andaba Sor María de Jesús,” ahora está
buena y anda por todo el convento, sube y baja escaleras.
Sor María Lugarda de la Asunción, de 33 años, 13 años de profesa de velo blanco.
Conoció perfectamente a Sor Jesús, ya que fueron novicias con doce días de diferencia, y
era más antigua la declarante. “No avisó arrebatada de gozo. Visitó el Divino Preso, la
Santa Escala y el Coro.”
Sor María Francisca de Jesús, Religiosa de coro desde 1838. Estaba en el juvenado
cuando Cecilia era novicia, ocupada de sus oficios no la veía. “no le parece que fuese
mala”. “Le pareció extraordinario que no dijo a Priora, ni a todas las que veía“. Sor Jesús
baja y sube escaleras, sirve en el refectorio, y se porta como buena.
Sor María Magdalena de Jesús María y José, de 34 años de edad y 9 de profesa. Sor
María de Jesús estaba en el noviciado cuando entró la declarante y la conoce, desde que
estuvieron ambas en el Colegio de San Diego. “El día 17,”de los pies de Nuestra. Señora, se
levantó la enferma y pudo andar hasta hoy. No vio los primeros pasos, la vio en el
ambulatorio de la Secretaría, andando sola con ligereza.”
Sor María Expectación del Divino Salvador, 34 años de edad y 8 de profesa.
Cuando entró ya era profesa Sor María de Jesús. “Cuando le avisaron que Sor María de
Jesús andaba “fue y la vio andar y aún correr porque así lo hizo, era fiesta.”
Sor María Antonia del Refugio, de 30 años de edad, y 7 años de profesa de coro. La
conoció “en tiempo que entró la declarante, y Jesús ya era profesa”. “Siendo que ha sido
enfermera dos años y ocho meses. No la atendió porque salió de la Enfermería por orden
del Obispo.”
“Solo oyó decir que la sacaron de la celda a la capilla de Nuestra. Señora del
Rosario, pero que ella no vio de lo que se dice. Pues cuando vio a la enferma ya había dado
una vuelta por el ambulatorio y la encontró andando.”
Sor María Inés de los Santos Ángeles, de 25 años de edad y 6 de profesa. Cuando
entró Sor María de Jesús estaba en la Enfermería con unas calenturas. “El 17 de septiembre,
“de la capilla de Nuestra. Señora, salió corriendo María de Jesús.”

386
Sor María de Jesús de San Cayetano, 30 años y más o menos 12 de profesa, ya que fue año
36 o 37, ya que Cuando profesó era Maestra de Novicias Sor María del Refugio de Señor
San Miguel.
Según advirtió el encargado de la investigación Ignacio García, deán de la catedral,
al obispo Diego de Aranda, sólo incluyó en la declaración de religiosas. ” únicamente de
aquellas que por razón de su edad, oficio o por la inmediata relación que tuvieron en el
hecho de que se trata podían dar las luces necesarias para conocer mejor la verdad,
omitiendo el examen de otras muchas que no tuvieron ocasión de ver por sí mismas el
acontecimiento.”
Y advierte también que, “la escrupulosidad y timidez de algunas Religiosas para
declarar bajo juramento de los hechos que se refieren, [l]e ocasionó algunas dificultades y
retardos en la conclusión de este negocio.”

Monjas testigo, su nombre en el siglo, y año de profesión.

Joaquina de San Pedro y San Luciana Verdía 1820


Pablo

Sor María Lugarda de la Lugarda Camacho 1837


Asunción

Sor María Francisca de Jesús Jesús Villegas 1838

Sor María Dolores Ignacia de Ignacia Chávez 1843


San Francisco de Sales

Sor María Antonia del Refugio Antonia Basauri 1843

Sor María de Jesús de San Cecilia García Rojas 1839


Cayetano

Sor María del Rosario de Sr. No se menciona 1834


San Sebastián

Sor María del Refugio de Sr. Refugio Cosío No lo


San Miguel dice

387
Sor María Engracia Josefa Engracia Gómez 1803

Sor María Expectación del Andrea Pérez 1842


Divino Salvador

Sor María Concepción Bernarda Bernardina García 1838


del Santísimo Sacramento

Sor María Magdalena de Jesús Josefa Padilla 1841


María y José

Sor María Inés de los Santos Norberta Fernández 1844


Ángeles

Fuente: Dotes de Jesús María (Exclaustración de 1863). AHAG. Caja 10,


Expediente # 17, 106 exps. Sección Gobierno, Serie Religiosos de Santo
Domingo/ Jesús María, Años” 1851- 1877.

Después de reconstruir el proceso de la curación milagrosa de la monja “Jesusita”,


desarrollaremos en la segunda parte de este trabajo, la posible explicación de por qué esta
curación sorprendente no ha sido difundida a la par, de las restauraciones prodigiosas de las
imágenes religiosas del convento de Jesús María. Opinando que en la consecución de ese
objetivo, constituye una guía inmejorable, conocer la evolución de los interrogatorios
practicados a los diferentes testigos, para poder acercarnos a esa explicación,
El análisis de las declaraciones de las monjas testigos demuestra, que guardan una
notable regularidad al declarar el estado correspondiente de salud de Sor Jesús en las etapas
recepcionales ya reconocidas del noviciado, y de la profesión religiosa. Declarando todas, -
unánimemente-, su estado de completa salud en el ingreso, y la operación necesaria de
rodillas y su relativa curación para la profesión.16
Dividiéndose las opiniones solo para la etapa posterior del juvenado, en el punto
concreto, de sí se manifestó la enfermedad y la parálisis constante, durante esta etapa, o fue

16
Por ejemplo Sor María del Rosario de Señor San Sebastián declaró en 26/9/1850. “Se le recibió sana”. “En
profesión oyó decir que no estaba del todo bien de las rodillas”.

388
producto de unas calenturas epidémicas posteriores.17 Dando como resultado que a partir
de esta apreciación particular, los médicos y algunas monjas fecharon la duración de la
enfermedad en siete años o más y algunas otras en solamente dos.
Según las diversas opiniones: “Empezó por dolor de muelas, tuvo fríos, y estuvo
tullida por dos años”.18 Estuvo “enferma dos años ocho meses, oyó decir que de rodillas,
que era raquitis”.19 Por tres años la paciente estuvo tullida, “el médico decía que era un
ardiente calor en la sangre”.20 Fue una “parálisis de la que adoleció por más de 6 años”21
Siendo sin embargo, la opinión más común, -inclusive la de la propia Sor Jesús-,
que estuvo enferma por siete años, ya que “cayó enferma en diciembre de 1843, desde
entonces no se levantó de la cama”.22 “Desde el contagio ha seguido enferma de espinazo,
la enfermedad le impidió andar”.23 Sor María Magdalena tuvo calenturas epidémicas “que
le dieron a Sor María de Jesús y desde entonces ya no podía andar.”24 Aunque el Dr.
Antonio Pacheco Leal, afirmó que: “ese estado alterado duró de 15 de diciembre de 1842 a
17 de septiembre de 1850, en que recuperó la plenitud de su salud después de siete años,
nueve meses y dos días.”25
Situación que independientemente de cuál haya sido el momento de su
manifestación y duración, las obligaba a bajar dificultosamente a la madre Sor María de
Jesús, sólo para comer26 o para recibir las consultas de los médicos.27 Así como las llevó
también a tomar la medida complementaria, de poner a su disposición personal, dos monjas
de velo blanco,28 o por lo menos una, para lograr su cuidado.29

17
Por ejemplo, Sor María Lugarda de la Asunción declare: “en juvenado estuvo buena de salud, y salió
buena…luego calenturas epidémicas y no se recupero”
18
Sor María Dolores Ignacia de San Francisco de Sales. Significando que ni siquiera podía comer por sí
misma, hasta que la curó el Dr. Francisco Garibay.
19
Sor María Antonia del Refugio. Significando que, “no podía pararse para sí sin caer y necesitaba el auxilio
de otras para salir de la cama”.
20
Sor María Francisca de Jesús.
21
Testimonio del Dr. Francisco Garibay de 19/4/1850. Certifica que la asistió por cinco años a causa de una
mielitis.
22
Sor María Concepción Bernarda del Santísimo Sacramento.
23
Sor María Cecilia de Jesús de San Cayetano.
24
Sor María Magdalena de Jesús, María y José.
25
En declaración del 6/5/1852.
26
Sor María Lugarda de la Asunción, “la bajaban sólo para darle alimento.”
27
Sor María del Rosario de Señor San Sebastián: “Durante el juvenado la llevaban del noviciado a la
enfermería, a que la recetara el Dr. José María Cano, y siguió enferma de las mismas rodillas”.
28
Sor María Antonia del Refugio declaró:”desde entonces ha sido auxiliada por dos hermanas de velo blanco,
Sor María Lugarda y Sor María Lorenza”

389
La regularidad de las declaraciones sobre la buena salud en el ingreso y el
restablecimiento relativo de la monja para lograr la profesión religiosa, obedecía a que la
reglamentación contemporánea así lo exigía. Según los reglamentos y constituciones,
solamente se recibían a postulantas sanas. Ya que, “la regla fundada en el derecho natural
prohíbe la recepción de la que tenga alguna enfermedad. Ninguna ha de tener sino positiva
salud y robustez.”30
Aconsejando de hecho, privilegiar la salud extraordinariamente robusta de las
monjas de fuera de coro, para que pudieran cumplir sus ocupaciones. Recalcando que solo
aceptaran novicias sin enfermedad alguna, y que fueran aptas e idóneas para “que puedan
llevar el peso y asperezas de la Religión”.31 Exigiendo sobre todo, para cumplir las labores
con inmediatez al fuego, se debería elegir a las buenas y sanas que no necesitaran de
dispensación del médico.
Aunque a la vez reconocía la posibilidad de sufrir algún quebranto, entre el ingreso
y la profesión religiosa. Debido enteramente a “la terrible variación de vestido, cama,
comida, ocupaciones, la austeridad de la vida, la desnudez no puede dejar de producir
alteración o enfermedad para el que tal vez estaba predispuesto el físico, de cada una, sin
que esté al alcance de nadie conocerlo”32
No obstante, también reglamentaba al parecer la temporalidad adecuada para la
aparición de ese quebranto, que no debía manifestarse inmediatamente, sino al menos
pasados los primeros cuatro meses, en cuyo caso ya se podía proponer la permanencia o
salida de la novicia a la deliberación de los médicos.33
Este punto en particular era tan delicado, y exigía tal cuidado, ya que según las
reglas y constituciones, -al menos los de las órdenes de clarisas-, amenazaban a las
comisiones monjiles autorizadoras del acceso a pretendientas enfermas, con los castigos del
infierno. Aunque en el momento las interpretaciones más suaves, ya habían descontinuado

29
Sor María del Refugio de Señor San Miguel: “tenía además una religiosa exclusivamente dedicada a su
asistencia era Sor María Expectación”.
30
AHAG. Caja 2 Religiosas de San Francisco/ Capuchinas, “Año 1829. Consulta que hace la Madre Abadesa
del Convento de Capuchinas de esta ciudad sobre votación de una novicia a quien han sobrevenido
enfermedades. “Años: 1808- 1849, exps. 13
31
Ibid.
32
Ibid.
33
Ibid. “Si resulta enferma a los cuatro meses de recibida, es falso que por solo esto quede al arbitrio del
capítulo admitirla, sin consideración a la clase y grado de enfermedad, y sin la calificación de los peritos.”

390
este castigo estricto y lo reservaban únicamente para el caso de incumplimiento en los
cuatro votos esenciales de clausura, pobreza, obediencia y celibato, y para la elección y
deposición de abadesas, los que sí se debían seguir respetando, estrictamente en el
convento.34
La admisión de Sor María Jesús Cecilia presentó dos particularidades, ingresó sana,
pero su enfermedad y la necesidad de su operación se pusieron de manifiesto en los
primeros tres meses. Así lo admite la priora promotora del milagro, Sor Joaquina de San
Pedro y San Pablo, la propia Sor Cecilia, la Maestra de Novicias, y una de las monjas que
fue su cuidadora. La priora manifestó que “casi no tuvo noviciado, por sus enfermedades,
pues solo cosa de tres meses estuvo con regular salud, [ya que] ocupaba operación
quirúrgica en las rodillas”.35
La propia Sor Cecilia manifestó que, “Don Ignacio Moreno la operó porque se le
hinchaban las rodillas después de tres meses de enfermedad”.36 La Maestra de Novicias,
Sor María del Refugio de Señor San Miguel, abundó diciendo, “en el noviciado se puso
mala, le salieron granos en las rodillas que después se le hicieron tumores”.
No obstante su enfermedad no se calificó de incurable, y permitió su permanencia
en el convento.37 Ya que tal como manifestó la monja que fue su cuidadora, Sor María
Lugarda de la Asunción, al momento de querer dar la profesión, “los médicos dijeron que
las rodillas no impedían la profesión, por edad tierna”.
Razón por la cual y de acuerdo con la regla precedente, los jueces concluyeron
correctamente que se le recibió enferma, aunque la priora en funciones promotora del
milagro, sorteó está dificultad, subrayando que la gran virtud de Sor Cecilia inclinó a las
monjas a elegirla. Aclarando que, “No fue sin mucha dificultad y consultas de médicos que
su mucha virtud inclinó seguramente a las monjas a darles el voto”38 Recalcando con ello,

34
Ibid.
35
AHAG. Caja 9 exp. 6, Años: 1850- 1860, 98 exps.
36
Ibid.
37
“Solo por enfermedad contagiosa o incurable puede ser expelida o no admitida la novicia a la profesión.”
AHAG. Caja 2 Religiosas de San Francisco/ Capuchinas, “Año 1829. Consulta que hace la Madre Abadesa
del Convento de Capuchinas de esta ciudad sobre votación de una novicia a quien han sobrevenido
enfermedades. “Años: 1808- 1849, exps. 13
38
AHAG. Caja 9 exp. 6. Sección Gobierno, Serie Religiosas Dominicas/ Jesús María, Años: 1850- 1860, 98
exps. Los expedientes han sido consultados en diferentes fechas.

391
que se acudió convenientemente a las dos medidas, que aconsejaban los reglamentos
vigentes.
Las monjas jóvenes no se pueden contraponer o polarizar, a partir de sus
declaraciones, respecto de las monjas más antiguas y de los médicos, ya que entre ambos
grupos hubo una mayoría de personas quienes afirmaron, la inmovilidad permanente de la
monja, por más de siete años, mientras que otro grupo menor afirmó una notable mejoría
que le permitía caminar a Sor Jesús, dentro de los últimos cuatro años.
Ya que según la declaración de Sor María del Rosario de Señor San Sebastián,
quien apoyó la aparición de su enfermedad en la larga duración, ya que en su opinión la
experimentó desde el juvenado“: no obstante, en la Revolución de 20 de mayo de 1846
estuvo con la mayor salud y caminaba apoyada de paredes o por personas…daba algunos
pasos.”
Y en la opinión de Sor María Concepción Bernarda del Santísimo Sacramento,
quien opinó en cambio que se encontraba paralizada a partir de 1843, Sor María de Jesús,
“si daba algunos pasos arrastraba los pies”. Incidiendo también en la apreciación del
mismo periodo y en la apreciación positiva, Sor María Engracia Josefa quien declaró que,
“en trienio mala se apoyaba de barandales”.
Y aún en las apreciaciones más pesimistas, como la de Sor María del Refugio de
Señor San Miguel, “la bajaban las enfermeras de la cama, y más bien caminaba para atrás”.
Siendo todo este tipo de movimientos, incompatibles con la definición popular que
compartimos de lo que es una parálisis. Situación que llevó por una parte, a expresar dudas
a las propias autoridades eclesiásticas, y fue por eso que el factor de un posible fingimiento
de la enfermedad por parte de la monja extraordinariamente curada, determinó que se
propusiera a la opinión de los médicos, esa simulación. Éstos profesionales la rechazaron
basados en la “crueldad” de los tratamientos de curación, que debió haber soportado
gratuitamente la monja, para poder seguir fingiendo.
El Dr. Antonio Pacheco Leal, calificó los episodios anteriores de desplazamiento de
la madre “Jesusita”, como mejoras simples, que no avanzaban sin embargo hacia una
curación definitiva, y distinguió también la naturaleza de su curación, -sino como
milagrosa-, sí como extraordinaria, ya que a diferencia de la evolución normal, no dejó
como huella un miembro endeble o debilitado, sino uno absolutamente sin trazas de haber

392
padecido la enfermedad. Lo expresó así, “he recorrido según creo la enfermedad en su
periodo agudo y crónico, de ingreso y de progreso y en su larga duración no he hallado
disminución alguna de síntomas que pudiera prometer tocaría un día en la declinación, ella
sin embargo desapareció sin dejar estampada ni aún su huella”
Concluyendo parcamente que, “tal conjunto de circunstancias no deja ver es verdad
un hecho contra el orden natural cual sería si esfacelados (muertos) ya los miembros
hubieran vuelto a la salud y a la vida…Pero un hecho del que no ven cual sea la causa
natural que puede dar la explicación no alego mi ignorancia, como medida de una
maravilla. Más lo que sucede fuera del orden natural; ¿cómo se llama?”
Los jueces canónicos llegaron a convertir a los médicos auxiliares en la curación de
la madre “Jesusita”, en árbitros, para decidir sobre el carácter milagroso de la curación. Los
doctores Van der Linden,39 y Justo Topete,40 dos de los cuatro médicos convocados
denegaron por diversos motivos dar esa respuesta. Mientras que los dos restantes, aunque
confirmaron la extraordinario de la curación, no aceptaron denominarlo un milagro, apenas
si una curación extraordinaria en el concepto del Dr. Francisco Garibay,41 o en todo caso
una muestra de benevolencia divina, al responder a una oración fervorosa, de parte del Dr.
Antonio Pacheco Leal.42
Los médicos por su propia formación racionalista u académica se abstuvieron de
declarar el suceso como un milagro. Leal mismo se disculpó de tener que concluir la
petición sobre el carácter que revistió la curación de Sor Jesús, diciendo simplemente: “con
el más profundo respeto dejo a la penetración de VS Ilma., determinar el grado a que
pertenece este suceso”.43
Aunque la declaración de curación sorprendente o extraordinaria fue suficiente para
que las monjas de Jesús María empezaran a celebrar con procesión encabezada por la
virgen del Rosario, los aniversarios sucesivos, a partir de la fecha del suceso, que ellas si,
denominaron milagro. De ahí que en la celebración del sexto aniversario, se produjera la
segunda curación milagrosa, precisamente en la persona de una vecina inmediata del

39
Solicitan testimonio del Dr. Van der Linden. Guadalajara 31 de diciembre de 1851.
40
Solicitan testimonio del Dr. Justo Topete. Guadalajara 14 de mayo de 1852.
41
Mediante comunicación de 26 de noviembre de 1850
42
Mediante comunicación de 6 de mayo de 1852
43
Ibid. Es comunicación signada en Guadalajara.

393
convento de Jesús María. Enferma crónica y con gravedad fatal, antes del milagro, y salud
total, después de éste. La que fue curada en el momento exacto del ingreso de la virgen del
Rosario, a la portería del convento; y quien fue capaz de caminar inmediata y
permanentemente como la beneficiara del milagro anterior, la madre Jesusita.44
Milagro magnificado ya que fue curada sin ser monja, tenía catorce y no siete años
postrada, no estuvo regularmente grave, sino en peligro inminente de muerte e inclusive se
le dio la extremaunción. Presintió el prodigio que la virgen iba a operar en ella, y fue capaz
de dirigir las oraciones familiares de agradecimiento, en medio de una parentela sollozante.
Solicitando además de eso, por parte de su famoso hermano, el arquitecto Manuel Gómez
Ibarra, la dedicación de un triduo en agradecimiento a la Santísima Virgen.45
Mientras que en el caso de la monja dominica, las relatoras principales del milagro,
son la priora, y sus cuidadoras principalmente, y nos parece inexplicable que su respuesta
sea salir corriendo de la capilla para retirarse a su celda, que coma primero, y dos horas
después de ocurrido el milagro, vuelva a la capilla para entonar el Magnificat
El aspecto restante sobre el que tenemos que pronunciarnos obligatoriamente, es el
de contrastar las regulaciones que puntualizaban la prohibición de aceptar pretendientas
enfermas, contra la práctica general escenificada contemporáneamente. Este punto
particular, es muy importante, porque ya se ha señalado, para otros lugares y tiempos, el
uso de los conventos como resguardo de personas retardadas, dementes, ciegas, baldadas,
afectadas de sus extremidades, inferiores o superiores. De tal modo que se contravenía
intencionalmente con este tipo de conducta, el propósito de ofrendar a dios, que
fundamentó en la antigüedad la vida religiosa.
El intento de cancelar conventos, y la prohibición respetada en la práctica para
dejar de recibir nuevas novicias, fueron reformas estipuladas en las diversas
exclaustraciones que se sucedieron en Jalisco desde 1821;46 pero tenemos que considerar
que al menos una porción de las motivaciones que explican esa disminución, también se

44
AHAG. Caja 9 exp. 71 “Sobre la curación milagrosa de Doña Micaela Gómez de Contreras parálisis de la
cintura para abajo”. Sección Gobierno, Serie Religiosas Dominicas/ Jesús María, exps. 98.
45
Ibid.
46
En el convento de Santa Teresa, las “disposiciones del gobierno en la materia, dificulta[ro]n la profesión
religiosa a las novicias”, de tal manera que entre 1821 y 1826 no se dio ningún hábito, ni se realizó ninguna
profesión en ese convento. AHAG. Caja 1, Sección: Gobierno, Serie: Religiosos/Carmelitas Descalzas de
Santa Teresa, Años: 1688- 1786, exps. 32.

394
deben vincular con los motivos personales que manifestaron las novicias para lograr que se
les permitiera salir,- como ya dijimos-, tanto antes, como después de la Reforma.
Conviene agregar que en la práctica, a las postulantes para monjas se les practicaban
dos pruebas por parte de un consejo conventual, tanto para acceder como novicias, en cuyo
caso se verificaban principalmente las fuerzas corporales o “industria de ánimo” para
sobrellevar las tareas conventuales físicas; como también eran examinadas para aceptarles
la profesión religiosa, y entonces se observaba principalmente la firmeza de vocación de la
futura profesa.
Y todavía se obtenía una confirmación más de este propósito, ya que previa a la
profesión formal de la religiosa ante las autoridades eclesiásticas, se hacía una profesión
simple ante la abadesa, -denominada profesión de bendición,47 contra la bendición solemne
que se denominaba-, que impedía ya, por lo menos en ese último momento el desistimiento
de la novicia. Siendo entonces lo más común que la expulsión tuviera lugar durante el
noviciado.
Los casos numerosos de enfermedades de novicias: como Manuela Gómez que salió
de Santa Teresa en 1845 porque padecía herpes.48 La descalificación en 1853 de otra
novicia de Santa Mónica por ser enojona y sufrir dolores de cabeza. 49 La depresión y
postración de la novicia Francisca Aristorena, motivadas por el cambio drástico de vida,
quien fue expulsada en 1848 del convento de Santa Mónica.50 Todos son representativos
de una serie de salidas contemporáneas de novicias por estar enfermas.
Hasta aquí expresamos exclusivamente la falta de salud, aunque los motivos de las
exclaustraciones personales: fueron además la falta de fuerzas corporales y falta de
vocación, que son situaciones que no se han recalcado antes, y todas son anteriores a la
exclaustraciones generales de 1863 y 1867. Enseguida abordaremos las motivaciones
posteriores puesto que entre 1867 y 1914 las órdenes conventuales tapatías se
47
Sor María de los Dolores de las Llagas de Cristo Rivera. El Convento de Santa María de Gracia de
Guadalajara. Guadalajara: Javier Huizar Zuno (Editor), 1998. p. 34. Para hacer la profesión simple, las
monjas esperaban la noche, y acabados los maitines la novicia hacia los votos en manos de la prelada, y a
otro día a las 7 de la mañana, hacía la profesión solemne en manos del señor provisor que iba acompañado del
obispo.
48
AHAG. Caja 2, Sección: Gobierno, Serie: Religiosos/ Convento de Santa Teresa, Años: 1772- 1934, exps
24. Comunicación del 3/4/1845.
49
AHAG. Caja 10 Sección Gobierno, Serie Religiosos/ Santa Mónica, Años 1856- 1879, exps.113.
Comunicación de 16/4/1853.
50
Ibid. En comunicación de 11/11/1848.

395
reconstituyeron, como lo hicieron en otros lugares, adquiriendo el estatus novedoso de
congregaciones.
En el convento de Santa Mónica, el 24 de julio de 1903 expulsaron a la postulante a
novicia Concepción Casillas por enfermedad. El 24 de julio del mismo año, salieron dos
niñas del coro, “una por no tener verdadera vocación y otra porque padec[ía] ataques”.
Elisa González salió del convento de Santa María de Gracia el 24 de febrero de 1909 por
enfermedad.51 El 22 de mayo de 1911, también Gregoria Ramírez, originaria de Moyahua
se separó por motivo de enfermedad. También el 10 de agosto de 1911, salió la novicia Sor
Imelda, aunque fue motivada, por enfermedad contagiosa.
El 26 de abril de 1911 la priora en funciones del convento de Santa María de
Gracia, accedió al ingreso de dos postulantas españolas, que pretendían ser monjas de coro.
El 16 de agosto se dio orden de que salieran y se sublevó una de ellas al grado de
amenazarlas, con que las monjas de la orden serían arrojadas a la calle, ya que iba a
inconformarse ante el cónsul español. En tanto que la otra con ruegos y lágrimas logró
convencer de su permanencia a la superiora, aunque la maestra de novicias exigió que no se
le admitiera por edad inconveniente y males.52
Tradicionalmente el ingreso múltiple de novicias en prevención de la enfermedad,
depresión y falta de vocación, de algunas, podía graduarse en su número, según la
conciencia del capítulo conventual, pudiendo regular con libertad un número variable de
novicias.53
Así, la admisión numerosa de novicias en las etapas alrededor de la exclaustración,
no obedeció al parecer, a una urgencia de parte de las congregaciones recientemente
diezmadas, de reforzarse con numerosas novicias. Muchas veces integrando precipita-
damente a personas a todas luces inapropiadas para los fines religiosos, -como llegamos a
pensar inicialmente-, sino a la ejecución de una práctica inveterada. En la que se admitían
muchas postulantas para llenar pocos lugares, con el objetivo de seleccionar las mejores.
Los diferentes propósitos de ofrecimiento espiritual, envanecimiento familiar y, el
desprendimiento económico de las hijas, o familiares enfermas, o deformes, carentes de

51
Priora Sor Juliana de la Asunción, pregunta al obispo si no hay inconveniente para segunda entrada.
52
Mayor de 33 años, en cuyo caso se requería una dispensa especial por parte del obispo.
53
Aconsejó el capellán mayor como cuarta medida, guardar la Regla, “para que obren con libertad y según su
conciencia” “Año 1829. Consulta Op.cit.

396
dote para el matrimonio, recluidas como monjas,54 también chocaron con las ideas de la
mentalidad liberal, el concepto emergente del individuo y los reclamos de libertad de
pensamiento experimentados contemporáneamente.55
Causales que podemos relacionar también con los señalamientos de coacción y
presión de los familiares sobre las novicias. No obstante que en 1869 se ratificaron por la
Santa Sede, las prohibiciones con pena severa de excomunión para los familiares que
coaccionaran u obligaran a las jóvenes a entrar a los conventos, vestir el hábito o profesar.56

54
Fueron las tres diferentes motivaciones que impulsaron el enclaustramiento femenino. Mina Ramírez
Montes. Niñas, Doncellas, Vírgenes Eternas. Santa Clara de Querétaro (1607- 1864). México: Instituto de
Investigaciones Estéticas/ UNAM, 2005, p. 32.
55
Cf. Speckman Guerra, Elisa. Las ordenes femeninas en el siglo XIX. El caso de las Dominicas. En Martha
Beatriz Loyo (Editora) Estudios de Historia Moderna y Contemporánea de México. México: UNAM/Instituto
de Investigaciones Históricas, vol. 18, 1998, pp15- 40.
56
En la Colección de Documentos Eclesiásticos t. III p. 533 “Disposiciones Generales de la Iglesia” Artículos
90 y 100, Excomunión lata a quienes obligan a las mujeres a entrar contra su voluntad en el convento, vestir el
hábito, o profesar. Octubre 12 de 1869.

397
De indios a indígenas, identidades nahuas en Colima

Mtro. Luis Gabriel Hernández Valencia


lghv78@hotmail.com
CIESAS OCCIDENTE

RESUMEN

La emergencia nahua es un tema que se posicionó en la esfera pública a partir del


2000 como resultado de inquietudes surgidas de grupos de la sociedad civil organizados y
diversas instituciones. Y actualmente se reconoce la existencia del grupo indígena nahua en
tres estados del occidente de México: Jalisco, Colima y Michoacán. Sin embargo, no existe
una idea de grupo o comunidad que cohesione a los nahuas (localidades y ONGs).
En el imaginario social, se ha descalificado la existencia de los indígenas 1 nahuas y
puesto en duda su existencia. Entonces… ¿Cómo se piensa o imagina que existen los
nahuas, si hay un reconocimiento social y políticas públicas especificas? La respuesta se
centra en cuatro aspectos: 1) la visualización indígena; 2) el cambio de las identidades
privadas a públicas; 3) el uso de etiquetas sociales (indio-indígena); y 4) los agentes
involucrados.

DESARROLLO

La zona nahua occidente


En este documento esbozaré algunas de las ideas referentes al trabajo de campo del
proyecto de investigación “La institucionalización de la emergencia étnica nahua del
occidente de México: Jalisco, Colima y Michoacán”, del Doctorado en Ciencias Sociales
(generación 2010-2014) del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en
Antropología Social, sede Occidente.
El interés de este trabajo se centra en conocer el proceso de construcción étnica
nahua a través de actores institucionales que han propiciado o coadyuvado a legitimar y

1
Se piensa en el indígena a partir de la cultura material y con ello que deba mostrar elementos que lo avalen
como tal. En el caso nahua no existe el uso del idioma náhuatl, tampoco un “vestido tradicional” que haga
“parecer” diferente a las personas que se autoadscriben como indígenas.
398
construir la emergencia étnica en el territorio que se denomina zona nahua occidente (el
cual abarca el sur de Jalisco, Colima y Costa norte de Michoacán).
Para este estudio, la emergencia étnica es el proceso por el cual las inquietudes, los
reclamos y las problemáticas de las comunidades, se sitúan en el ámbito público y son
abanderadas aludiendo una pertenencia indígena, a un grupo en particular, con un pasado
en común y señalando su continuidad en el tiempo. La emergencia étnica y su dimensión-
proceso institucionalizante es el resultado de prácticas emergentes, de agentes que cruzan
sus intereses, del contexto histórico particular y de sus relaciones en un territorio físico y
social. A esta visibilidad se añade la importancia de la institucionalización, como la
dimensión y proceso donde las inquietudes se convierten en una opción “legal” o
socialmente reconocida, mediada por los intereses de los agentes institucionales (colectivos
e individuales) que alientan las formas de reconocimiento y legitimación desde diversos
ámbitos (gubernamental, social, económico, religioso) y que con el tiempo articula los
diversos intereses que delinean las características y las formas de intervención en y desde la
etnicidad.
Como etnia se entiende a las “comunidades históricas, sociales y culturales básicas
de la convivencia humana, cuyos distintos sistemas organizativos e ideológicos [son]
históricamente generados y por lo tanto contingentes y mutables, se manifiestan como
realidades de un orden mitificado por la misma colectividad que lo genera […] históricas y
cambiantes, en la medida en que se realizan dentro de procesos sociales de identificación”2.
Esta mutabilidad manifiesta “múltiples identidades sociales, producto de los diferentes
procesos regionales o sectoriales de identificación, se han dado lugar a distintas estructuras
identitarias”3.
Esta idea es antecedida por la noción de grupos étnicos de Barth, que las define
como “categorías de adscripción e identificación que son utilizadas por los actores mismos
y tienen, por tanto, la característica de organizar interacción entre los individuos”4. Este es

2
Bartolomé Miguel. 2000. Los retos de la etnicidad en los estados-nación del siglo XXI. CIESAS. México.
Pág. 155.
3
Bartolomé, Pág. 156.
4
Barth, Frederick. 1976 "Introducción", pp. 7-49 de Los grupos étnicos y sus fronteras. Fondo de Cultura
Económico. México. Págs. 10-11.

399
el punto nodal del planteamiento, la interacción es el ámbito social en el cual se reconoce la
diferencia, y es en la competencia social, donde el conflicto se muestra más fuerte, la
sociedad parece no evitar sino propiciar el conflicto para denotar las adscripciones y en este
caso, la emergencia étnica se manifiesta cuando la lucha por los recursos se hace más
evidente. En ella participan varios agentes que están determinando las formas en que se ha
articulado una legitimación y una especie de acuerdos en los que los nuevos actores están
participando y que involucran distintos niveles socio-organizativos: el gobierno (en sus
distintos niveles), el sector no gubernamental, la educación, las comunidades referentes (o
sustentantes), la base tradicional festiva con sus organismos, la iglesia, el mercado y las
organizaciones que se autoadscriben como indígenas.
En el caso nahua, a nivel de la región propuesta, la emergencia étnica es desigual y
sin una organización general que abarque los intereses de los diversos grupos que han
surgido en este vasto territorio. Las poblaciones que han sido reconocidas como indígenas
en Jalisco, Colima y Michoacán tienen un desarrollo desigual y enarbolan distintas
situaciones que están abanderando su movilización, la cual es laxa en la mayoría de ellos.
Las causas pueden estar generalizadas en el reconocimiento de la tierra, pero no son igual
de fuertes en todos los casos, también se alude a la preservación de tradiciones, de
conocimientos, de religiosidad o al apoyo hacia una de las áreas que se considera indígena
(danzas, fiestas, ofrendas, entre otras). Es decir, la conformación de la zona nahua
occidente no tiene una idea de grupo que cohesione los distintos esfuerzos por
autoidentificarse como nahuas. Lo cual ha propiciado que no permee la identificación por
otros grupos como indígenas y que esta descalificación tenga consecuencias en su total
aceptación, ya sea por quienes se dicen indígenas y por quienes interactúan con estas
organizaciones en espacios comunes.
Por otro lado, se propone que la base festiva tradicional en la zona nahua occidente
funge como la fuente desde donde se abreva el movimiento étnico para legitimarse como
originario. Para ello, es necesario entender a la tradición como una construcción
sociocultural en el tiempo, “un conjunto de prácticas, normalmente gobernadas por reglas
aceptadas abierta y tácitamente, de un ritual o naturaleza simbólica, las cuales buscan
inculcar ciertos valores y normas […] implican [… una] continuidad con un pasado

400
histórico conveniente”5. Esta idea de establecer la continuidad con el pasado es una
característica de las organizaciones autoadscritas como indígenas que han transformado
algunos aspectos de la religiosidad en la ceremonialidad (política y elementos que
identifican al grupo) y su reservorio está en el ciclo festivo donde “…Una gran reserva de
tales materiales es acumulada en el pasado de alguna sociedad, donde un lenguaje
elaborado de prácticas simbólicas y comunicación esta siempre disponible”6.
No todos los elementos de la base festiva sirven para el propósito de la
autoadscripción, las tradiciones son selectivas, como lo señala Raymond Williams “lo que
tenemos que ver es no sólo una tradición sino una tradición selectiva: una versión del
pasado elegida intencionalmente que da forma al presente, la cual a su vez opera de manera
muy poderosa en los procesos de identificación y en los procesos de definición social y
cultural”7. Así, Williams ve en la tradición un “proceso deliberadamente selectivo y
conectivo que ofrece una ratificación histórica y cultural de un orden contemporáneo”8. La
selección es un proceso histórico complejo que involucra procesos de formación social e
institucionalización.
En la dimensión institucional, las organizaciones que han surgido están
conformadas en tres grandes grupos: 1) quienes tienen personalidad jurídica, como
Sociedades de Solidaridad Social (S.S.S.), Asociaciones Civiles (A.C.), Sociedades Civiles
de Responsabilidad Limitada (S.C.de R.L.); 2) aquellas que se basan en la figura de
tenencia de la tierra como ejidos o sistemas comunales; y 3) las agrupaciones que no tienen
un reconocimiento legal, pero que están legitimadas por su papel en la comunidad
salvaguardando las tradiciones o el sistema de fiestas.
La mayoría de grupos surgidos tomaron forma después de 1994 con el surgimiento
del movimiento zapatista. Algunas antes de 1992 con la celebración de los 500 años del
descubrimiento de América o los 500 años de resistencia indígena. A partir de la
emergencia de estas organizaciones y del sentido de pertenencia a una comunidad indígena,
se han tejido lazos de diversa índole, como la cooperación en capacitación, en acuerdos

5
Hobsbawm, Eric and Ranger, Terence (edit). 1983. The Invention of Tradition. Cambridge, Nueva York y
Melbourne: Cambridge University Press. Pág.1.
6
Hobsbawm y Ranger, Pág. 6.
7
Williams, Raymond. 1977. Marxismo y literatura. Barcelona: Editorial Península. Pág. 115.
8
Williams, Pág. 116.
401
dentro del Congreso Nacional Indígena (CNI) y a través de las instituciones que tienen
programas de atención a este sector de la población. Así, las redes de cooperación han sido
desde nivel local hasta el internacional, y también la intensidad de tales redes ha sido de
intensa a nula, debido al contexto político y a sus adhesiones en la participación y
compromiso con sus comunidades de origen y sus integrantes. Aunado a esta emergencia
indígena el papel de las instituciones que han reconocido a dichas organizaciones ha sido
clave para su desarrollo.

Los indígenas nahuas de Colima, apuntes breves


El actual estado de Colima tiene una adhesión al circuito de las entidades con
población indígena, la cual se divide en dos básicas: migrantes y nahuas. Hace poco más de
20 años no existía la etiqueta social de nahua, menos indígena. La aparición de tales
términos fue a consecuencia de eventos externos y de la construcción de políticas
encaminadas a denotar la filiación milenaria de algunos lugares del estado colimense como
la microregión Suchitlán – Cofradía de Suchitlán – Nogueras y la localidad de Zacualpán
en Comala, el municipio de Ixtlahuacán de los Reyes, y en menor medida este
reconocimiento (por parte de instituciones como la Comisión para el Desarrollo de los
Pueblos Indígenas – CDI y el gobierno estatal) se extiende a poblaciones de Tecomán,
Manzanillo y Minatitlán.
En la objetivación del indígena, y particularmente en Colima (porque en la zona
nahua occidente hay casos en los cuales se conserva en parte la vestimenta tradicional, que
no se usa cotidianamente sino de forma ritual) existe una necesidad de “ver” a los sujetos
que se detentan con base en el imaginario social. Los indígenas de Colima dejaron de usar
sus trajes tradicionales y de hablar el idioma náhuatl, de manera cotidiana, desde hace
sesenta años aproximadamente. Todavía en la década de los ochenta del siglo pasado
existían resabios de estos dos elementos. En la actualidad no hay cultura material que avale
tal identidad y por ello se ha descalificado su existencia.
Sin embargo, existe un reconocimiento institucional y políticas públicas específicas
de atención, no sin problemas, puesto que para la misma Comisión nacional para el
Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) es una necesidad imperante tener indicadores
que caractericen a los indígenas. Otras de las instituciones son el Consejo Nacional de
402
Población (CONAPO), la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESOL) y el Instituto
Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre otros, quienes no encuentran forma de
diferenciar a la población indígena de la mestiza. En este tenor, se propone observar el
contexto indígena colimense a través de cinco aspectos: 1) la visualización indígena; 2) el
cambio de las identidades privadas a públicas; 3) el uso de etiquetas sociales (indio-
indígena); 4) los agentes involucrados; y 5) los conflictos.
En el primer aspecto, la visualización indígena, la necesidad de ver a los indígenas
cómo indígenas parte de los contextos nacionales, donde esta población viste un traje que
diferencía y pone énfasis en distinguir el “nosotros” de los “otros”. Los objetos remiten a
una identificación rápida que no deja espacio para otras interpretaciones. Sin embargo, la
autoidentificación, es decir, el pensarse como parte de un conglomerado específico ha sido
el aval de varios grupos en el país y en el mundo. En México, hay una alusión directa al
Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para legitimar la
autoadscripción a un grupo particular. Pero también es un problema en sí, debido a que en
la actualidad hay diversos apoyos para minorías, lo que deja un espacio abierto para que en
el concurso o gestión de recursos, pueda utilizarse esta denominación para acaparar apoyos
por parte de grupos que no lo son, y que dejan sin esta opción a aquellos “realmente” tienen
estas características.
Este problema de legitimar quién es indígena y quien no lo es, es muy importante,
porque el aval puede responder a intereses diversos, desde la formación de una clientela
política, pasando por una racialización de la población, o fomentar procesos de
discriminación, hasta la “generación espontánea” para atender problemas de desarrollo
social, que de otra forma no podrían ser solventados. En este caso, las instituciones (en
particular el Estado y el mercado) son las que finalmente avalan el origen indígena, y casi
siempre como lo comenta Carmen Martínez Novo son quienes con propósitos políticos y
económicos moldean las identidades colectivas9.
El segundo aspecto, cambio de las identidades privadas a públicas, es una
problemática que merece atención especial. A lo largo de la historia de México, la
población indígena ha sido objeto de explotación y negación. Este último aspecto tomó

9
Martínez Novo, Carmen. Who defines indigenous? Rutgers University Press.2006. Estados Unidos.
403
forma como política pública después de la Revolución Mexicana para mestizar a toda la
población y formar la idea de nación. Uno de los textos básicos es el ensayo de José
Vasconcelos Calderón, La raza cósmica, que propone la igualdad y suma de las tres “razas”
que tenían como antecesoras la población en México [blanca (europeos), amarilla
(americanos), negra (africanos)], para pensarse como una nación homogénea con excelentes
características para lograr un gran desarrollo. Este fue un primer momento en el
indigenismo reciente que propició las políticas de desaparición de las diferencias en los
grupos indígenas. El indigenismo trató de asimilar a la población indígena a partir de la
eliminación de los rasgos distintivos y de “modernizar” a través de características deseables
como el aprendizaje del español, vestir a la usanza occidental y tener una preparación
académica reconocida por las instituciones del Estado.
En este sentido, las identidades son transformadas y hay un repliegue de lo público a
lo privado. En el caso de Colima, hay una referencia de que para entrar en Colima capital
había que quitarse el calzón de manta y vestir pantalones de “gente decente”, entonces, se
rentaban los pantalones antes de entrar a la capital. Esto es, la identificación de un elemento
indígena se repliega en las comunidades para no ser visible en los contextos públicos y
tener un desenvolvimiento mejor en cuestiones administrativas y de comercio. En el caso
de la lengua, hay un repliegue sistemático, primero en las comunidades, después en la
familia, luego en grupos específicos (oficio, edades, intereses) hasta que desaparece de la
vida cotidiana y se reserva para eventos públicos (recibimiento de autoridades sobretodo)
donde es una mera exhibición de tradición que en ese momento preciso, brinda un asombro
por la continuidad histórica y por aludir a las raíces que dan sustento a la mexicanidad,
hasta que finalmente desapareció.
Este proceso de repliegue, a partir de las políticas indigenistas, después de la década
de los noventa comenzó su decaimiento y empezó otro de resurgimiento. Con el
reconocimiento de las poblaciones indígenas se buscó la opción contraria, que las
identidades replegadas a lo privado, se hicieran públicas. A partir de reforma al artículo 4º
Constitucional, el Estado mexicano se declaró multicultural y hay una mayor permisividad
de mostrarse como indígena. Se volvió deseable que las poblaciones indígenas se mostraran
como tales.

404
Los grupos indígenas en México y el mundo han sido las poblaciones que más se
han adaptado a los cambios, y lejos de ser consideradas como conservadoras o arcaicas, han
mostrado su flexibilidad al transformarse según lo ha requerido el contexto. La adaptación
es una necesidad y una problemática, los ciclos de repliegue desde lo público y despliegue
desde lo privado han dejado su huella en la pérdida de elementos y en la individualización
de los intereses y formas de ser. Así, muchas de las pérdidas no tienen fecha de renovación
y las formas de autoidentificación están carentes de elementos de cultura material que
permitan una identidad pública indígena.
En el tercer aspecto, el uso de etiquetas sociales, es relevante el cambio de la
palabra indio a indígena, aunque la designación no conlleve los mismos significados. La
palabra indio tiene una carga negativa, y su uso es incluso para ofender. El cambio de la
nominación hacia grupos originarios por indígena, incluye no sólo la denominación en el
plano político (ser políticamente correctos) sino que quita el lastre socio-histórico de ser
indio, es un nuevo indio que tiene características diferentes y que es apropiado (como
persona, como concepto) en el contexto de la globalización.
Cuando se refiere al cambio de indio a indígena también hay que hacer la diferencia
de indígena a grupo étnico; en el primero no existe una noción de disputa por recursos. Es
una categoría social distinta que se desarrolla a partir de la adscripción y no sólo de la
visibilidad o de la denominación. En el segundo, hay movilización por la lucha de recursos,
ya sean materiales o simbólicos. Los conflictos siempre existen al interior de las
poblaciones y entre ellas. Cuando para resolverlos se aluden a grupos en particular, la
movilización convierte al grupo social indígena en un grupo étnico indígena. En Colima,
los conflictos de las zonas que se consideran indígenas son diversos, aunque no han sido un
cisma para la movilización como región amplia, si lo son para la autodeterminación
indígena en afianzar la separación de “nosotros” frente a los “otros”.
Por ello, la etnicidad no es una etiqueta que designa únicamente a un colectivo, sino
la forma en que la identidad se convierte en vehículo para canalizar una forma de
reconocimiento. La diferencia cultural es una manera de agrupar a un colectivo, de tener
una pauta de reconocimiento, pero la sola idea de entenderse como un grupo que comparte
características en común no es una forma de etnicidad, para que exista debe de haber una
disputa por el acceso a recursos (materiales o inmateriales). Como lo señala Malesevic “la
405
etnicidad es en última instancia una cultura politizada […] cuando la diferencia cultural es
movilizada para fines políticos, cuando los actores sociales a través del proceso de la acción
social (re) crean las narrativas de los descendientes comunes para responder al ambiente
social cambiante. Las diferencias culturales enmarcadas como diferencias étnicas son
sociológicamente relevantes sólo cuando están activas, movilizadas y dinámicas, y no son
meras diferencias”10.
El cuarto aspecto, los agentes involucrados, hay que tomar en cuenta no sólo a los
grupos que se detentan como indígenas, sino a los que ayudan, proponen y legitiman su
adscripción. La explicación de la emergencia e institucionalización no descansa únicamente
en la forma de entender al colectivo, el contexto en el que se desarrolla, entre él se toman
importancia las jerarquías institucionalizadas de poder (en este caso, las derivadas de la
Iglesia, el Estado y el mercado, con sus ciclos de expansión y contracción, con sus
contradicciones y sus mutuos y constantes reacomodos y contradicciones)”11. Ello produce
diversas concepciones acerca de la etnicidad, tanto desde las perspectivas de lo académico,
lo político, lo cultural, como de las miradas locales.
La etnicidad no es una sola, ni siquiera a nivel local. Los discursos sobre lo que es
indígena, o étnico difieren entre las poblaciones particulares. Por ello, es importante
observar el proceso de reconstrucción de la etnicidad a partir de las transformaciones
sociales, además de considerar los “aspectos de las prácticas colectivas ‘locales’ como
ámbitos de conexión o incluso de intervención y de mediación dentro de las jerarquías
políticas, religiosas y del mercado anteriores o emergentes”12. Y al mismo tiempo “incluir
la pregunta acerca de la producción y reproducción de las instituciones locales, así como el
análisis de las variaciones y los usos de los sistemas simbólicos como parte de la relación
entre una población particular y las configuraciones sociales más amplias”13. Así, en el
“debate actual sobre la etnicidad […] la transformación del modelo de Estado-nación
posrevolucionario, al parecer, está relacionada, con una reorganización de la producción de

10
Malesevic, Sinisa. 2004. The sociology of ethnicity. Gran Bretaña. SAGE. Pág. 4.
11
Escalona Victoria, José Luis. 1998. Etúcuaro, la reconstrucción de la comunidad. Campo social,
producción cultural y Estado. COLMICH. México. Págs. 161-162.
12
Escalona, Pág. 162.
13
Escalona, Pág. 163.
406
grupos y solidaridades en México”14. Primero, la delimitación de lo étnico como lo obrero y
campesino; después a partir de la crisis de identidades colectivas, espacios de interacción y
comunicación, la definición de grupos y solidaridades, y de etnicidad, se convirtió en un
campo de disputas. Propiciando espacios abiertos que han sido ocupados por las iglesias y
diversas organizaciones no gubernamentales que han entrado a ocupar espacios dejados por
el sistema del estado, apoyando la construcción de solidaridades o redes de intercambio
transnacionales; pero también entran en este juego los partidos y las organizaciones
políticas de orientación regional y nacional. Ello ha dado como resultado que la etnicidad
“se ha ido convirtiendo en una forma de comunicación y de movilización desde distintas
posiciones y fines; al mismo tiempo, su definición y su objetivación, es decir, el
establecimiento de lo que es o no indígena, se ha convertido en un campo de
enfrentamiento de posturas. Sin embargo, paradójicamente, esta redefinición de lo étnico ha
llevado más a marcados procesos de reconstrucción de los símbolos y los significados de
ciertas prácticas identificadas como ‘indígenas’, que a su preservación y entendimiento”15.
Existe, la inclusión de dependencias que no estaban en “funciones” dentro del
contexto local y que hoy tienen presencia (algunas de ellas no permanente, en cuestión
física o de procesos) como el CDI o la figura del encargado a nivel estatal sobre asuntos
indígenas. La iglesia ha sido un agente de transformación y reconformación de las prácticas
que sostienen la cuestión indígena al permitir, prohibir o cambiar nombres y organizaciones
tradicionales donde subyace la identidad. Y el mercado con sus altibajos ha permitido o
prohibido el cambio de mercancías que son necesarias para entender la cosmovisión de los
grupos originarios. Con ello no se pretende establecer una explicación esencialista basada
en la cultura material, sino la construcción de la idiosincrasia que se recrea en el uso y
forma cotidiana de la vida de las poblaciones y el significado que se atribuye al conjunto de
prácticas, objetos y cosmovisión. Compartir una cultura en común es una implicación o
resultado de la organización de los grupos étnicos. Esto es un prejuicio sobre la
conformación de los grupos étnicos es una consecuencia no un origen.

14
Escalona, Pág. 176.
15
Escalona, Págs. 177-178.
407
Por último, en estos aspectos es imprescindible el abordaje de los conflictos como
detonante de las transformaciones identitarias. Para ello se categoriza con base en la
información obtenida tres ámbitos:
El primero es la especulación sobre los bienes raíces. El territorio es el anclaje de la
reproducción de los grupos. Cuando existe la pérdida del sustento material hay una
paulatina merma de la identidad. El constante acoso por los recursos, ya sea por
mercancías, por disfrute estético, o por clima, ha orillado al incremento o despojo de las
tierras de las comunidades indígenas. En las últimas décadas la legislación en torno al uso
de la tierra ha propiciado el despojo a través de la posibilidad de venta de terrenos ejidales
o del cambio de uso de suelo. Ello conlleva el cambio del paisaje, la transformación de las
“rutas” de movilidad, el aumento en costos de mantenimiento, la inclusión de agentes
externos que no comparten la visión del mundo de la comunidad y como consecuencia
indirecta la desconfianza en el otro. La historia de comunidades como Suchitlán, Zacuapan
o Ixtlahuacán está llena de situaciones en las que el despojo ha sido sistemático. Por
ejemplo, en el caso de Ixtlahuacán, cuando inicié con la idea de este proyecto de
investigación, comencé la búsqueda bibliográfica de materiales referentes a indígenas y a
esta zona, dentro de los libros sobre indígenas, consulté la obra Los indios de Colima en el
Virreinato del Mtro. Juan Carlos Reyes, el cual refería la riqueza que tenía la Cofradía de
La Milagrosa al ser de las pocas poblaciones de indios en tener permiso para la posesión de
minas de sal y el vasto territorio que la conformaba. Y en la actualidad al no tener esa
riqueza a disposición, me preguntaba ¿Por qué había decaído? Tanto el cronista José
manuel Mariscal, como el Mtro. Reyes coincidieron en que hubo un despojo sistemático de
las tierras que les pertenecieron, por cuestiones personales y políticas.
En la actualidad, además de las causas mencionadas existe el interés minero sobre
algunos territorios que son ricos en recursos y que se quiere explotar. Nuevamente es
necesario vigilar y encauzar los proyectos para beneficio de todas las partes involucradas o
sopesar los beneficios de los daños.
El segundo ámbito de conflicto es la búsqueda de fuentes de ingresos, en esta área la
búsqueda del sustento ha propiciado la migración nacional e internacional, y también la
lucha por espacios de trabajo, o ha relegado a oficios determinados a la población, también

408
como la búsqueda se ha ampliado a las zonas más urbanizadas ha habido un cambio social
por horarios y presencias de sus habitantes.
El tercer ámbito ha sido el cambio de la jerarquía social, como lo señala Dumont, el
orden social es una forma de dar coherencia a la organización de los sujetos y agentes que
en él participan, se desarrollan y reproducen sus ideas-conceptos del mundo. “El hombre no
solo piensa, sino que también obra. Tiene ideas, pero también valores. Adoptar un valor es
jerarquizar, y cierto consenso en torno a los valores, cierta jerarquía de las ideas, de las
cosas y de las personas es indispensable a la vida social”16. Es decir, cambia el sentido de
pertenencia y cambia el reacomodo social, además de entrar en conflicto sobre la toma de
decisiones del propio cambio social. La desigualdad es inevitable. “En el plano político, la
igualdad no se puede definir independientemente de la libertad, porque la igualdad en la
humillación, bajo el despotismo propio del desarrollo social en un grado mínimo, no es una
virtud […] la igualdad no es buena nada más que cuando se combina con la libertad y en
tanto consiste en proporcionalidad”17. Y refiere que si los hombres son considerados como
iguales e idénticos “la diferencia de naturaleza y de status entre comunidades es alguna vez
reafirmada de forma desastrosa, concibiéndose entonces como derivado de caracteres
somáticos, lo cual es el racismo”18.

Enfilando hacia el Camino Real


En el desarrollo de este documento se palpa cómo la dimensión actual indígena en
Colima es un contexto con muchas aristas. La gran mayoría de los habitantes de las
comunidades consideradas indígenas no se “siente” del todo como tal. En una plática con el
Mtro. Reyes me comentaba que los indígenas en Colima son inventados en el sentido de
que se ha tomado desde la política el interés de su atención, pero no se niega su
autenticidad por ocupar este territorio desde antes de la Conquista, además de que lo
indígena no es tanto la parte ritual o las fiestas, sino la cotidianidad y los elementos de la
vida donde se denota la reproducción de grupo. En este sentido, es notorio que se percibe la
identidad nahua ligada a una cuestión política o de aprovechamiento de recursos.

16
Louis Dumont, Homo hierarchicus. Ensayos sobre el sistema de castas, Madrid: Aguilar, 1967. Pág. 25.
17
Dumont, Pág. 17.
18
Dumont, Pág. 22.
409
El reconocimiento de los actores indígenas por actores institucionales, ha propiciado
que los sujetos se reconozcan “frente” a los otros como diferentes. Si las implicaciones de
su legitimidad están sustentadas en el actuar cotidiano, entonces las múltiples identidades,
entre ellas la indígena, nos sirven para conocer en qué contextos está usada, ante quienes y
por quienes.
En la historia reciente de la zona nahua occidente, no ha habido un cisma importante
que propicie se active la etnicidad nahua. La forma que ha adoptado la etnicidad entre el
presente construido y la historia supuesta ha llevado a la negación de determinadas
identidades, a un retraimiento o un reconocimiento que le ha permitido a los movimientos
étnicos continuar detentando una identidad transformada y adaptada, como el movimiento
indígena.
Desde esta mirada, el empleo de la herencia (de cualquier manufactura) ha
permitido construir propósitos enteramente nuevos. El pasado es un “gran almacén de tales
materiales, así como siempre está accesible un lenguaje elaborado de prácticas simbólicas y
de comunicación”19 (Hobsbawn y Ranger: 1983, 6). Esta construcción puede pensarse
superpuesta a través de las formas que presentan las tradiciones inventadas, de las que se
nutre el movimiento indígena y la etnicidad. Pueden pensarse desde la membresía de los
grupos, de la legitimación del estatus o la autoridad o de la socialización y el inculcamiento
de creencias, sistemas de valores y comportamientos convencionales.
En ello, el propósito de establecer las estrategias para el mantenimiento de la
etnicidad es un aspecto interesante al volcarlo a situaciones particulares, a casos
específicos, donde los discursos/acciones, permiten la emergencia étnica y su
operacionalización para la movilización de personas y recursos. Cualquiera que sea la
forma o formas elegidas, lo importante es el resultado, la etnicidad al igual que “las
comunidades no deben distinguirse por su falsedad o legitimidad, sino por el estilo con el
que son imaginadas”20.

19
Hobsbawm y Ranger, Pág. 6.
20
Anderson, Benedict. 1997. Comunidades imaginadas. Fondo de Cultura Económica. México. Pág. 24.

410
DATOS PERSONALES
Mtro. Luis Gabriel Hernández Valencia
Calle 8 de julio 780 casa 6, Colonia Mexicaltzingo,
Guadalajara, Jalisco
(Temporal)
Nicolás Bravo 750, departamento 2, Colonia San Pablo
Colima, Colima
Teléfono Celular – 33 13 09 50 90
Correo electrónico – lghv78@hotmail.com

411
Una revisión de la situación artesanal en Colima del 2000-2012
Adriana Chamery García

Introducción

Esta ponencia es un breve ensayo que identifica los esfuerzos de los sectores público y
privado, en relación al fomento, rescate, desarrollo y colaboración en el espacio social
artesanal de Colima en la última década. La iniciativa surge a partir de un interés
profesional por conocer cuales han sido las voluntades logradas después de egresar la
licenciatura en diseño artesanal en la Facultad de Arquitectura y Diseño de la
Universidad de Colima en el 2001.
En aquel entonces surgía el Centro Nacional de Capacitación y Diseño Artesanal
(CENCADAR) y se re inauguraba años atrás el nuevo Museo Universitario María
Teresa Pomar. En el transcurso de los años algunas instituciones han desaparecido, otras
por el contrario, se han fortalecido. También personas claves en el ámbito ya no están
con nosotros como el historiador Juan Carlos Reyes; la implacable mujer defensora de
los artesanos, Ma. Teresa Pomar; y el reconocido maestro artesano mascarero, Herminio
Calendario. También me encuentro con la grata sorpresa de las nuevas generaciones de
hijos e hijas de artesanos que continúan el legado artesanal de sus padres.
El interés particular por realizar una revisión es comprobar que la llegada de nuevas
tecnologías, los cambio en la política y en los puestos de los funcionarios de los
diferentes campos de acción, es un esfuerzo relevante y organizado destinado a seguir
preservando la cultura y tradiciones de los oficios artesanales en Colima. Tengo la sólida
convicción que existe un incremento de planes, programas, museos, infraestructura,
concursos, convocatorias, ferias y festivales que son fuente importante para el desarrollo,
rescate y fomento de las actividades artesanales en el Estado. Esta es una mirada que
pretende iniciar un testimonio de las personas que invirtieron sus conocimientos, pasión,
sueños por las artesanías. Cabe aclarar que sólo enuncio las actividades realizadas sin
poner en tela de juicio o evaluación los resultados.

412
Colima
Para aquellos que no conocen Colima, dicen por ahí que “es el secreto mejor
guardado de México”. Es el cuarto estado más pequeño de la república mexicana, limita
al norte con el estado de Jalisco, al sur con el estado de Michoacán a través de la Sierra
Madre Occidental y al oeste con salida al Océano Pacífico.
Se divide solamente en diez municipios: Armería, Colima, Comala, Coquimatlán,
Cuauhtémoc, Ixtlahuacán, Manzanillo, Minatitlán, Tecomán y Villa de Álvarez. Tiene
un clima privilegiado con una constante de humedad que varía del cálido sub-húmedo a
cálido semiseco propicio para una flora abundante y exuberante tropical donde todo el
año Colima es un jardín de flores coloridas y frutos exquisitos que caen de los árboles
según temporada, hay limones, mangos, papayas, tamarindos, palmas de coco, melones;
los árboles de lugar son el guamúchil, mezquite, parota, guayacán, primavera y mangle.
La fauna silvestre en las sierras esta conformada de ardillas, jabalís de collar, venados
cola blanca, tigrillos; mientras, en los valles hay especies como topacaminos, torcazas,
zanates, tlacuaches, tzentzontles, conejos y coyotes. No olvidemos la fauna marina
conformada por atún, pez dorado, tiburón, cornuda, aguijón, tortuga de carey etc.
En cuanto a datos numéricos en el último censo de población del INEGI1 Colima
cuenta con un total de 650.555 habitantes en un territorio de 5.191 km² con una densidad
de 109,4 hab/km². Mientras que en el 2000 Colima contaba con 539, 473 habitantes.

Artesanos en Colima
Entrando en materia artesanal, en Colima existían 750 personas dedicadas a oficios
artesanales, según datos encontrados en La Tradición Artesanal de Colima publicado en
año de 2005 de la doctora Victoria Novelo ex directora desaparecido Centro Nacional
de Capacitación de Diseño Artesanal CENCADAR, cito:

1
Censo de población Colima 2011. Dato consultado en el 19 de julio del 2012 en la red
www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/poblacion/2010/panora_socio/
col/panorama_col.pdf
413
El Censo Industrial del año 2000, se desprende que hay alrededor de 750 personas
ocupadas en labores de oficios artesanales en todo el Estado de Colima, teniendo que los
principales productos manufacturados son loza doméstica, ollas para piñatas y
reproducciones de figuras prehispánicas; muebles rústicos y ebanistería fina, así como
muebles tallados, máscaras y equipales; faroles, lámparas y muebles finos de fierro;
huaraches, sombreros, cestas, hamacas y escobas; cinturones, sillas de montar, coronas
de flores de papel y florería laqueada; vestidos bordados y prendas deshiladas2.
La doctora Victoria Novelo menciona que esta cifra de 750 artesanos puede parecer
poco significativa en comparación con otros estado como Oaxaca, Yucatán, Chiapas o
Guerrero y dice: “que estos datos representa el 13.2 por ciento a partir de 38.8 por ciento
de la población total ocupada en Colima” en el año 2000. Realizando mis propios
cálculos la cifras aun parecen no “describir la variedad de dimensiones de la cuestión
artesanal de Colima” como concluye la propia doctora Novelo acerca de estos
indicativos. Lo que me sigue quedando claro, no sólo en Colima sino a nivel nacional
existe un hueco en el censo artesanal de la población económicamente activa dedicada a
las actividades artesanales.
Pero ¿por qué producen lo que producen los artesanos de Colima? Para responder
dicha pregunta la propia doctora Victoria Novelo en La Tradición Artesanal de Colima
expone en la “Introducción” los antecedentes históricos de la forma de producción
divididos en tres etapas, las cuales nos arrojan curiosos datos para responder a nuestra
pregunta inicial. La primera etapa es la herencia prehispánica que se remonta a 1600
a.C. con la técnica de barro bruñido en la reproducción de piezas arqueológicas y tejido
de fibras tiene una justificación en la vida doméstica colimota: esteras, equipales, cestos,
indumentaria, redes y techumbres. La segunda etapa es la Colonial donde la carpintería,
herrería, huarachería, sombrerería, sastrería, cartonería y papel, hojalatería y talabartería
tiene su origen por las formas de vida y ocupaciones de las haciendas y de las relaciones
campo-ciudad a nivel local y regional. Y la tercera etapa es la instrumentada bajo el
auspicio de los diseños de Alejandro Rangel Hidalgo, en segunda mitad del siglo veinte
(años 60 y 70) incluye piezas de barro bruñido, muebles decorados con pinturas de oleo,

2
Victoria Novelo, La Tradición Artesanal en Colima, Colima: Universidad de Colima, 2005, p. X
414
objetos concha y caracol, flores de papel laqueado y herrería artística. Todas ellos
subsisten hasta hoy en día.3
Una vez descrito el lugar y su tipo de producción artesanal, es momento de
establecer identificar la conformación de la topografía del espacio social del fomento al
desarrollo de la actividad artesanal en el Estado de Colima. Para ello lo he clasificado en
dos sectores: público y privado. Cada uno se conforma de distintos campos: económico,
cultural y académico. Estos campos incluyen las instituciones desaparecidas y vigentes
que trabajan por el desarrollo artesanal colimense.

3
Novelo, 2005, págs. XIII-XVI
415
I. Sector Público
El Estado
Los esfuerzos del Estado4 en relación a lo artesanal en el sexenio de Prof. Silverio
Cavazos (2005-2009), establece en el DECRETO 549, la Ley de Fomento y Rescate
Artesanal del Estado de Colima5 en la Sesión Pública Ordinaria de fecha 30 de
septiembre de 2006. La ley entra en vigor el 30 de mayo de 2009 en el sexenio de Lic.
Mario Anguiano (2009-2015) publicada en el Suplemento No. 2 del Periódico Oficial
del Estado de Colima. La ley contiene veintiún artículos, dos transitorios, esta dividida
en cuatro títulos:
1) Consideraciones Generales con un único capítulo.
2) Del Fomento Artesanal con dos capítulos de la Organización de Artesanos y de la
Promoción Artesanal.
3) Del Rescate Artesanal con los capítulos de Registro y del Archivo Histórico
Artesanal.
4) De la Coordinación con los capítulos de la Coordinación y del Desarrollo Sustentable
Artesanal.
En síntesis esta Ley de Fomento y Rescate Artesanal del Estado de Colima
establece quienes conformaran un Consejo que trabaje en proponer políticas públicas en
el ámbito artesanal.
El Consejo queda de la siguiente manera: I. Un presidente: que será el Gobernador
del Estado; II. Un Vicepresidente: que será la presidenta del DIF Estatal Colima; III. Un
Secretario Técnico: que será el Secretario de Fomento Económico; y IV. Los Vocales

4
José Zafra Valverde, Teoría Fundamental del Estado, España: Universidad de Navarra, 1990, pág. 74. El
ex-Catedrático de Derecho Político de la Universidad de Navarra, el Estado se definiría como: Grupo
territorial duradero, radicalmente comunitario, estrictamente delimitado, moderadamente soberano frente a
otros, que se manifiesta como máximamente comprensivo en el plano temporal y en cuyo seno, sobre una
población, con creciente homogeneidad y sentido de autopertenencia, una organización institucional
eminentemente burocrática, coherente y jerarquizada, desarrolla una compleja gobernación guiada
conjuntamente por las ideas de seguridad y prosperidad. pág. 74 del primero de los dos tomos que
explican esta definición.
416
siguientes: a) El Secretario de Cultura; b) El Secretario de Educación; c) El Secretario de
Turismo; d) El Secretario de Desarrollo Rural; e) El Secretario de Planeación; f) El
Secretario de Desarrollo Social; g) El Coordinador de Fomento y Rescate Artesanal del
Estado de Colima; h) Cinco artesanos del Registro Estatal; i) El Director del
CENCADAR; y j) Un representante de cada una de las cámaras empresariales en el
Estado.
Incluye una figura interesante en el título tercero del Rescate Artesanal al Archivo
Histórico Artesanal con las siguientes actividades:
I. Investigaciones sobre trabajos artesanales en peligro de desaparecer con la finalidad de lograr
su conservación;
II. Fomentar la participación de las diversas instituciones de educación en el Estado a fin de que
se realicen investigaciones sobre las historia de las ramas y técnicas artesanales;
III. Difundir la actividad artesanal que permita la participación de sectores de la sociedad en
áreas productivas;
IV. Integrar y conservar el acervo documental que describa técnicas, procedimientos y materiales
para la elaboración de las artesanías locales;
V. Integrar y conservar el acervo de productos artesanales locales; y
VI. En general, aquellas que promuevan el conocimiento histórico de la actividad artesanal en el
Estado.

Cabe destacar que para el presente ensayo solo profundizaré en la Secretaría de


Fomento Económico, Secretaría de Cultura y en la Secretaría de Educación representada
por la Universidad de Colima por cuestiones de tiempo y extensión del ensayo. Con el
compromiso de investigar a fondo las políticas y programas de las otras secretarías
faltantes en relación a los programas y actividades que realizan en el ámbito artesanal.

Plan Estatal de Desarrollo 2009-2012


El actual gobernador del Colima, Mario Anguiano Moreno, presentó al inicio de su
sexenio el Plan Estatal de Desarrollo 2009-2015 que contiene aproximadamente 388

5
Consultado el 15 de julio del 2012 en la página de Internet:
www2.scjn.gob.mx/LegislacionEstatal/Textos/Colima/68878001.doc
417
metas distribuidos en 16 apartados.6 En una revisión general del Plan en materia
artesanal, encontré 19 metas distribuidas en 3 apartados: Arte y Cultura; Consolidación
de la Familia: Apoyo a la Niñez y Atención a Grupos Vulnerables del Sistema Nacional
para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) y Diversificación Comercial. Transcribo
las metas mencionadas:

Arte y Cultura
134. Formular y operar un programa de educación artística que permita
incrementar en un 100 por ciento (de 350 a 700 alumnos) la capacidad de
atención del alumnado en los talleres formales de música, danza, teatro,
artes plásticas y artesanías, así como en un 60 por ciento (de 2 mil a 3 mil
200 alumnos) la capacidad de atención de los talleres itinerantes de artes
plásticas, literatura, artesanías y música.

165. Realizar un padrón para conocer e identificar la iconografía, acervos y


elementos originales, genuinos o de identidad en las diversas expresiones
de la cultura popular.

166. Producir e imprimir material discográfico y audiovisual que conserve y


difunda las diversas expresiones de las tradiciones y cultura popular, por año.

167. Realizar 2 presentaciones por año de artes escénicas, encuentros,


intercambios, exposiciones y expo-venta de creadores de arte y cultura
popular.
168. Diseñar y operar un programa para la formación de niños y jóvenes
apegada al rescate y preservación del arte popular.

178. Crear la marca “Cultura Colima”.

181. Fundar la “Comercializadora Cultura Colima S.A. de C.V” para la venta de


los productos artísticos Colimenses.

6
Consultado el 18 de julio del 2012 en la página de Internet: www.colima-
418
182. Editar 3 libros sobre temas de relevancia en la cultura e historia popular de
la entidad (historia del mariachi en Colima, fiestas tradicionales de Colima,
historias de vida de creadores de cultura popular).

183. Realizar 10 coloquios de pastorela y tres de danza, producción de 6 videos


de cultura popular (danzas de conquista, pastorelas, maestros artesanos).

186. Realizar una expoventa anual de productos artesanales de beneficiarios


Programa de Apoyo a las culturas Municipales y Comunitaria (Pacmyc).

187. Realizar un Festival de cultura popular por año.

188. Rendir un homenaje anual y premiar con estímulo económico a un creador


de cultura popular.

190. Establecer un taller permanente de cerámica en barro bruñido estilo


Rangeliano.

191. Impartir 2 cursos de capacitación por año a artesanos de la entidad.

205. Establecer y operar un programa de rescate, conservación, promoción y


desarrollo de manifestaciones artesanales, artísticas y culturales en las
zonas indígenas del estado de Colima.

206. Fortalecer el Archivo Histórico del estado e implementar un programa por


año que permita la preservación de documentos históricos.

207. Establecer y operar un programa de turismo cultural en coordinación con la


Secretaría de Turismo estatal, con el objetivo de alentar nuestro estado
como destino recreativo y al mismo tiempo promover los productos
artísticos y artesanales de los creadores colimenses.

Consolidación de la Familia:Apoyo a la Niñez y Atención a Grupos Vulnerables del Sistema


Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF).

estado.gob.mx/transparencia/archivos/plan_estatal_2009-2015.pdf
419
357. Abrir una tienda de artesanías en Manzanillo en beneficio de los artesanos
del estado.

Diversificación Comercial
369. Realizar un censo de artesanos en el estado de Colima.

En el primer apartado de Arte y Cultura de 8 metas de 17 menciona sobre las


tradiciones, cultura popular, creadores del arte popular, si bien no específica
artesanos o artesanías definido en la Ley de Fomento y Rescate Artesanal entra dentro
del concepto establecido. Ya que hay manifestaciones culturales como la danza, la
música y la gastronomía que propiamente no son productos tangibles culturales pero son
parte de la tradición cultural.

Campo económico
Secretaría de Fomento Económico: Coordinación de Fomento Artesanal
En su actual gestión el Secretario de Fomento Económico SEFOME, Rafael Gutiérrez
Villalobos, tiene la misión de fomentar un ambiente propicio para la generación de la
actividad económica y la atracción de inversión en el Estado con base en políticas
estatales, tendientes a crear un desarrollo del Estado con la visión de fortalecer a la
Secretaría de Fomento Económico como una institución pública que cumpla las
expectativas de los sectores productivos y de la sociedad en general con eficiencia en los
tiempos determinados y las responsabilidades específicas para ello se plantea tres
objetivos:
1) Crear estrategias e instrumentos que promuevan e impulsen las políticas de fomento
económico de la entidad.
2) Apoyar y fomentar la actividad económica en el Estado a través del financiamiento de
proyectos viables que repercutan en la generación de empleos y en la consolidación de
empresas ya existentes.

420
3) Estudiar el comportamiento de los mercados de trabajo y orientar a los buscadores de
trabajo para alternativas de autoempleo y microindustrias.7
En el ámbito artesanal la SEFOME trabaja y encamina sus esfuerzos a partir de la
Ley de Rescate y Fomento Artesanal, ejecutando actividades a través de la Coordinación
de Fomento Artesanal; en los tres años del presente sexenio (2009-2015) ha realizado
una serie de actividades, como lo mencionó en una entrevista la Coordinadora de
Competitividad, Carolina Venegas Ochoa8:
1)Se trabaja con los artesanos en cuatro vertientes: capacitación, apoyo a producción,
comercialización y concursos a través de convocatorias establecidas.
2) Se participó con un estante en a la Feria de Todos los Santos 2011 con la
invitación de 100 artesanos en colaboración con FONART. Se vendió en
promedio 1, 500,000.00 (un millón quinientos mil pesos en M.N.)
3)Se invita a artesanos a ferias a nivel nacional.
4)Existe una alianza con la Facultad de Arquitectura y Diseño de la Universidad de
Colima con la carrera de Diseño Grafico para apoyar a los artesanos con la
imagen de sus productos.
5) Hay un proyecto de video documentales bilingües (español/ingles).
6)Se quiere realizar un catálogo de artesanías.
7) La Tienda del DIF de Artesanías ubicada en centro de la ciudad es ahora parte de
SEFOME. Actualmente se encuentra en remodelación a partir de una
convocatoria de proyectos de remodelación que se realizó con el Tec de Colima
con los estudiantes de arquitectura.
8) Fondo Nacional de Artesanías (FONART) para entregar apoyos económicos.

Tienda de Artesanías del DIF

7
Consultado el 16 de julio del 2012 en la página de Internet: www.sefome.gob.mx/2012/sefome.php
8
Entrevista directa realizada el 19 de julio del 2012 en la oficinas en el Complejo Administrativo Edificio
A Piso 1 en la Coordinación de Fomento Artesanal de SEFOME.
421
La tienda de artesanías de DIF Estatal (desde hace siete meses pertenece a SEFOME)
abrió sus puertas el 25 de Noviembre de 1987; este proyecto fue creado con el objetivo
de apoyar uno de los sectores vulnerables de la población de nuestro estado. Estuvo a
cargo de Guillermina Cosío ubicada en abajo del Estacionamiento de Constitución
esquina con Zaragoza.
Por un tiempo colaboró con artesanos de Minatitlán con bordadoras, Suchitlán
con Herminio Candelario, equipaleros de Nicolás Bravo, ollas de Paticajo. Sus
principales clientes fueron gente de Colima y Manzanillo.
Los productos que encontramos son: figuras prehispánicas de barro madera
torneada, pinturas y litografías rangelianas, figuras en papel mache, artículos de gamuza
y vaqueta, juguetes de madera, mascaras de Suchitlán , artículos varios con fotografías
de Colima, artículos en plata y alpaca, piezas en repujado, artesanías en angeo, bolsas y
portafolios de vaqueta, figuras de coco, artesanías en resina, piezas pintadas a mano,
hamacas de hilo, vidrio y vitrales, relojes colimotes, sombreros colimotes, pinturas al
óleo, libros y recetarios de Colima, canastos y equípales, ropa de manta, manualidades
en deshilado y manta, ajuares de india de Colima.9

Campo cultural
Secretaría de Cultura: Unidad de Culturales Populares
La Secretaría de Cultura tiene la misión de contribuir al mejoramiento integral de las
condiciones de vida de los colimenses, por medio de la promoción y socialización del
arte, la cultura, la ciencia y la tecnología, así como de la protección, rescate y
conservación de los elementos propios de la cultura tradicional, con excelencia
acreditada y con un desempeño que sea ampliamente reconocido en los ámbitos estatal y
nacional y la visión de ser una institución de calidad en el ofrecimiento de los servicios
de arte y cultura motivando a la sociedad en el pleno disfrute de estas manifestaciones y
en el pleno aprovechamiento de la infraestructura cultura.10 , Rubén Pérez Anguiano es

9
Novelo, 2005, p. 224.
10
Consultado el 18 de julio del 2012 en la página de Internet: http://culturacolima.gob.mx/
422
el actual Secretario de Cultura. Dentro de la secretaría esta la Unidad de Culturas
Populares coordinada hoy en día Marina Saravia.
En una síntesis de las actividades realizadas en el 2011 al favor del rescate y
conservación de los elementos propios de la cultura tradicional tenemos lo siguiente:
1) Capacitación artesanal: Confección de blusas y diseño de vasijas.
2) Encuentros y exposiciones: V Encuentro del Son de Occidente, expoventa
artesanal, Encuentro de Huapango, Encuentro Bandas de Viento, Encuentro
de Beneficiaros Pacmyc y homenaje a la alfarera Aurora Delgado.
3) Fortalecimiento de la música tradicional.
4) Grabaciones y publicaciones.
5) Mi Barrio Cuenta
6) Pacmyc que en año 2011se dieron apoyo a 31 proyectos con un monto de
$900,000.00 (Novecientos mil pesos M.N)
Esta información me fue proporcionada por la Unidad de Culturales Populares que
conforma la Comisión de Planeación y Apoyo a la Creación Popular (CACREP), de la
cual fui invitada este año 2012 para formar parte. La CACREP es una comisión
integrada por especialistas, creadores, académicos y promotores de la cultura popular
quienes son jurados del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias
Pacmyc.
El Pacmyc pertenece a la Dirección General de Culturas Populares del Consejo
Nacional para la Cultura y las Artes y es un programa que opera de manera
descentralizada, dando estímulos a grupos de artesanos organizaciones, asociaciones
civiles, sociedades cooperativas, mujeres y hombres interesados en la creación,
promoción, recuperación, preservación y desarrollo de la cultura popular de su
comunidad en los temas de: Memoria histórica, Lengua y literatura indígena, Turismo
Cultural Comunitario, Artesanías, Música popular, Fiestas tradicionales, Danzas
tradicionales, Vestimenta tradicional, Museos comunitarios, Biodiversidad, Medicina

423
tradicional, Técnicas de cultivos tradicionales, Gastronomía, Teatro, Juegos y Juguetes
11
.

Campo académico
Universidad de Colima:
Museo Universitario de Artes Populares “Ma. Teresa Pomar”
Los antecedentes del actual Museo María Teresa Pomar se remonta al desaparecido
Museo Nacional de la Máscara, la Danza y las Artes Populares de Occidente (1980-
2003) que estuvo a cargo de Juan Carlos Reyes desde 1981 invitado por la Universidad
Colima. En una entrevista realizada en noviembre del 2003 por Victoria Novelo a Juan
Carlos Reyes, describe que el museo era muy visitado y se realizaban diferentes
estrategias para involucrar a la gente. Organizaban exposiciones como: el pan de Colima
encabezados por “Cacheto”; la exposición de “El libro Mayor” con don Regino artesano
de oficio de empaste de libros; concurso de altares; trabajos de investigación junto con
Roberto Williams graban video sobre “El seño de Lo de Villa, un Cristo Peregrino” y
sobre la cultura salinera. Además había una pequeña tienda de artesanías donde vendían
cosas de toda la república.
El 10 de octubre de 1996 el museo entra en su segunda etapa y se re inaugura para
entrar bajo la dirección de María Teresa Pomar. Se instauraron cuatro programas en el
Museo que son:
a) Programa de Servicios Educativos
b)Programa de Apoyo a las Tradiciones
c) Programa de Exposiciones Temporales

11
Consultado el 17 de julio del 2012 en la página de Internet:
www.culturaspopulareseindigenas.gob.mx/pdf/pacmycparapdf.pdf
424
d)Programa de Concurso y Eventos de Estímulo a la Cultura Popular Colimense.12

Cada uno de los programas realizan diferentes actividades visitas guiadas, taller de
cerámica con el maestro Guillermo Ríos (en el 2011 se jubiló) y cursos de verano. El
museo también sigue trabajando de cerca con los actores de la cultura popular colimense
como: la celebración de paspaques, caranaval indígena de Suchitlán, y participación de
kermeses. Además de tener el XXIV Evento al Estímulo a la Cultura Popular Colimense,
Vedición del concurso de la Santa Cruz, VII del Concurso de Ofrendas de Muertos y X
Concurso de Nacimientos Tradicionales. La maestro María Teresa Pomar falleció el año
pasado 2011 dejando su legado más importante una inmensa colección de artesanía. Hoy
en día el Museo sigue funcionando con un grupo de entusiastas colaboradores
continuando con los programas.13

Licenciatura en Diseño Artesanal

La licenciatura de Diseño Artesanal es una propuesta de la Facultad de Arquitectura y


Diseño ubicada en el municipio de Coquimatlán que pretendió ofrecer una carrera para
mejorar las condiciones de competencia comercial y de actualización tecnológica, donde
el Licenciado en Diseño Artesanal adquiriera los conocimientos para:

Resolver necesidades físicas, estéticas o de identidad cultural por medio de productos


con valor afectivo agregado, tomando como base el uso directo de mano de obra
calificada con técnicas propias de su medio cultural y con escalas personales de
producción.

12
Consultado el 19 de julio del 2012 en la página de internet:
www.ucol.mx/arteycultura/detalleRecinto.php?&nombre=Museo-Mar%EDa-Teresa-Pomar&id=122
13
Novelo, 2005, págs. 226-229
425
Según describe un documento emitido por la Facultad en la promoción de la carrera,
que tenía una duración de 4 años, de 8 semestres; de la cual salieron 9 generaciones en el
período de 1996 al 2005.
Según el Programa Integral de Fortalecimiento Institucional 2008-2009 (PIFI) el
Plan de Estudios (PE) no contaba con una serie de requisitos solicitados, es decir nunca
se renovó el PE, no había un currículo flexible, no se aplicaron evaluaciones colegiadas,
posibles razones causa del cierre de la carrera.
De los egresados de la licenciatura en diseño artesanal (aventurando una hipótesis por
comprobar y desde mi experiencia personal) son escasos los colegas de las generaciones
de egresados que se dedican a “trabajar en instituciones públicas, en el campo de la
extensión, promoción y desarrollo de productos y servicio o en empresas privadas,
desarrollando productos o servicios para el propio consumo de la empresa o como oferta
para sus clientes o en empresa o despacho propio del diseñador, realizando desarrollos
para el sector público y privado por medio de la promoción directa” como indicaba el
promocional de la carrera. Sin embargo, puedo asegurar que la mayoría que cursaron la
carrera, la ejerzan o no tienen un capital cultural en el ámbito artesanal, es decir, la
mayoría debe reconocer un producto artesanal su significados en los ámbitos de la
economía, materia de producción, valores estéticos, culturales y simbólicos.

Centro Nacional de Capacitación y Diseño Artesanal


Antecedentes
Fue una iniciativa de la Universidad de Colima a partir de que Alejandro Rangel Hidalgo
en 1995 redactó el proyecto para crear un centro que diera capacitación continua a los
artesanos en toda la república, y donde pudieran actuar como instructores de los más
destacados artesanos colimenses menciona Victoria Novelo en la Tradición Artesanal
Colimense.
El proyecto se trabajó en el marco del Programa de Arte Popular de la Dirección de
Culturas Populares y se abrió la discusión en mesas redondas donde participaron la
mayoría de especialistas en el tema del diseño y las artes populares, con la presencia de

426
los patrocinadores del proyecto: el rector de la Universidad de Colima, Fernando
Moreno Peña, el director de Culturas Populares, José Iturriaga y la dirección de Arte
Popular, Victoria Novelo. En 1999 se abre el CENCADAR en la ex hacienda de
Nogueras dentro de la Universidad de Colima cuando era rector Carlos Salazar Silva
[…] Desde su fundación el Centro ha buscado participar de manera responsable en la
producción y diseño artesanales.14
El CENCADAR dejó de operar en el 2008, en casi una década formó a estudiantes de
carrera de diseño artesanal para la investigación básica y aplicada en el ámbito artesanal,
se realizaron cursos de capacitación de diseñadores, realizó el concurso del mueble, se
instaló en el 2002 un taller-laboratorio de cerámica donde se dan cursos y talleres hasta
ahora se inició una biblioteca y Archivo Histórico Artesanal, se colaboró para el decreto
de la Ley de Rescate y Fomento Artesanal y la publicación como re edición de libros.

II. Sector Privado

Campo económico
El sector privado en el campo económico artesanal en Colima, esta constituido por
tiendas que se dedican a la comercialización de artesanía y que están separadas
completamente del Estado. En los últimos años han florecido las tiendas de artesanías a
partir del Programa de Pueblos Mágicos de la Secretaría de Turismo en el municipio de
Comala que incluye: Comala, Nogueras, Suchitlán y Cofradía de Suchitlán. Existe una
proliferación de tiendas de ponche y tiendas que venden souvernirs de otros estados,
además podemos encontrar piezas de reproducción arqueológica de figuras
prehispánicas y litografías rangelianas, como lo más representativo o cuestiones de la
gastronomía local: sal, café, vainilla y el tradicional ponche.

Tiendas de artesanías

14
Novelo, 2005, págs. 232-234
427
En el andador Constitución en el centro de la capital colimense encontramos tiendas
que ofrecen a los turistas una gama de artesanía de Tlaquepaque, playeras impresas,
cigarros y litrografías. En el censo de INEGI15 de 1998 nos indica que había unos 334
establecimientos de tiendas de artesanías en todo el Estado. La mayoría de los artesanos
son productores y tiene su tienda-taller dentro de casa, no es precisamente un local
comercial, por lo tanto, tiene sentido si en el año 2000 existían 750 artesanos que la
mitad de estos vendieron sus productos en casa.
En el Directorio Estadístico Nacional de Unidades Económicas DENUE 2012 nos
informan que actualmente hay 243 tiendas artesanales en Colima, 61 tiendas menos en
estos doce años; además no existe el censo de artesanos por lo cual no se puede saber
número exacto de artesanos que hay en el Estado, lo que representa un foco rojo, ya que
es un indicador sobre la desaparición de esta rama.
Es sumamente importante realizar censo artesanal que incluye tiendas y establecimiento
de venta artesanal exclusivamente.

Caritas Colima IAP

Como una institución de asistencia privada que se encuentra vigente hasta el


momento, con una trayectoria de 16 años que inicio en 1996 es Caritas Colima IAP con
su programa de Manos Creativas. Actualmente trabaja con 150 artesanas en el ramo del
bordado textil y en el transcurso de los años han pasado cerca de 500 beneficiarios,
principalmente mujeres de comunidades vulnerables dentro del Estado de Colima.
Caritas Colima esta conformado por un patronato de 14 personas. Su actual
presidenta, Olga Montiel de Silva, nos informa que la tienda Manos Creativas es la
principal fuente de ingreso así como los pedidos especiales. En tres ocasiones pidieron
financiamiento a SEDESOL en proyectos de capacitación para talleres de corte y

15
Consultado el 20 julio del 2012 en la página de Internet:
www.inegi.org.mx/prod_serv/contenidos/espanol/bvinegi/productos/censos/economicos/1999/imaeco/coli
e.pdf
428
confección. Asisten regularmente a ferias como la Chapingo en Texcoco estado de
México y en Monterrey donde en una semana tuvieron una venta por más de
$100,000.00 (Cien mil peses M.N) según explica la presidenta de patronato la Sra. Olga
Montiel. Cabe mencionar que Caritas Colima es única en el estado de Colima.16

Campo académico
ALACYT
El Archivo de Letras, Artes, Ciencias y Tecnologías, A.C., por sus siglas ALACYT, una
asociación civil sin fines de lucro que tiene por objetivo fundamental la realización de
actividades de investigación y de enseñanza en Ciencias, Artes y Humanidades en los
niveles de educación media superior, superior y posgrado, orientadas a mejorar los
niveles culturales de la sociedad, el desarrollo de la creatividad y la innovación
tecnológica, así como al estudio y solución de problemas locales, regionales, nacionales
e internacionales.
A grandes rasgos, esta organización pretende convertirse en una opción para la
reflexión y el desarrollo tanto académico como creativo en las diversas áreas del
conocimiento humano en el estado de Colima.
ALACYT es una institución que labora bajo el auspicio del Archivo Histórico del
Municipio de Colima (AHMC). Desde el 2009 trabaja en proyectos importantes para el
fomento, rescate y capacitación de organizaciones civiles comprometidas y preocupadas
por los diferentes tipos patrimonios del Estado de Colima , además de tener proyectos el
ámbito académico histórico y la promoción de las actividades artesanales y artísticas.

Conclusiones

A manera de reflexión puedo comentar que existe en Colima un sector público


auspiciado por el gran aparato del Estado preocupado por el patrimonio cultural
artesanal, el fomento y el rescate de estas actividades, como bien se puede comprobar

16
Entrevista directa realizada el 20 de julio del 2012 a Olga Montiel de Silva presidenta del patronato.
429
con la Ley de Rescate y Fomento Artesanal promulgada en el 2009 y auspiciados por su
actual gobernador del Estado Mario Anguiano, que considero diversas metas en su Plan
de Desarrollo Estatal 2009-2015 en el tema artesanal.
En conjunto las diversas secretarías del Estado tienen planes, programas, concursos,
encuentros, apoyos económicos y de capacitación para los artesanos del Estado en las
instituciones del campo económico y cultural. El campo académico del sector público
donde se ubica la Universidad de Colima conforma importantes alianzas y prepara
estudiantes para dichos retos en el ámbito académico y de investigación con la
publicación de libros en el tema. El sector público esta conformado por una
considerable cantidad de funcionarios públicos, especialistas, maestros, investigadores
que contribuyen al fortalecimiento de la producción artesanal colimense y cuentan con
infraestructura en materia de museos con recursos presupuestarios que consolidan una
plataforma sólida para el artesanado colimense.
El sector privado con los campos económicos y académicos se encuentra reducido en
comparación al sector público, tanto en cantidad de instituciones que lo conforman y la
generación de recursos económicos. Cuando el ideal sería que en el sector privado se
concentrara la mayor cantidad de instituciones que demandaran al Estado las políticas
públicas necesarias para el desarrollo. Este sector privado se encuentra presionado y con
una tendencia a la baja por la llegada de grandes consorcios comerciales que tiene la
opción de créditos y ofrecen productos de importación de mercancías que desplazan el
consumo de productos locales, por lo tanto es eminente la preferencia de otro tipo de
productos no artesanales.
Es necesario seguir investigando en el tema, estudiar los factores que más ponen en
peligro la desaparición de los oficios artesanales en Colima y aplicar las políticas
publicas que fortalezcan el desarrollo artesanal colimense.

430
De la muerte a la melancolía. La reciente narrativa colimense.
Nohemí Yesenia Zúñiga Preciado
Nohemi_zu_@hotmail.com

Introducción

Este trabajo de investigación sobre la reciente narrativa, se origina de cuestionamientos


sobre la existencia de imágenes arquetípicas a nivel regional, es decir, la literatura universal
crea modelos para una literatura más periférica, podemos decir, continental o nacional, lo
que nos lleva a preguntar, si también sucede esto en la literatura regional, por ejemplo la de
Colima. Es decir, que si este estado posee también ese valor de imágenes significantes que
lo universal le transfiere ya no de manera directa, sino a través de una periferia nacional.

El objetivo general es analizar las imágenes arquetípicas desde la teoría de


Northrop Frye en la narrativa de los escritores César Anguiano y Jorge Vega. Las imágenes
arquetípicas son modelos que presenta cada creador al escribir su visión de mundo en
cualquier tipo de texto literario y que como parte del inconsciente se muestran sólo a partir
de la interpretación, como menciona Jung: “el arquetipo representa esencialmente un
contenido inconsciente, que al conciencializarse y ser percibido cambia de acuerdo con
cada conciencia individual en que surge.” (Carl, Jung, Carl, Barcelona, Paídos, 1984, p.11).

Es de ahí en donde se crea una imagen arquetípica que muchas veces es conformada
por varios individuos, es decir, constituyen el inconsciente colectivo. “Los arquetipos son
formas típicas de conducta que, cuando llegan a ser conscientes, se manifiestan como
representaciones, al igual que todo lo que llega a ser contenido de conciencia” (Jung, 1984,
p. 173). Es lo que pretendemos realizar en esta investigación, reflexionar de forma
consciente sobre las imágenes arquetípicas que se reflejan en la narrativa colimense del
siglo XX.

En la narrativa de César Anguiano (1966), la crítica se ha limitado a breves


comentarios en la prensa local respecto a los logros del narrador, tanto en el Diario de
Colima como en el Ecos de la Costa; sin embargo, los alcances de su narrativa lo han
llevado a continuar escribiendo, por lo que su presencia en el medio literario colimense ha
sido constante. Jorge Vega (1966) es más conocido como poeta que como narrador, pero ha
debutado en la mayoría de los géneros literarios. Su único libro de cuentos De princesas,
dragones y otras indecencias gusta de ser una de sus creaciones literarias más
sobresalientes.

Las imágenes apocalípticas, demoníacas y analógicas constituyen sólo una visión de


cómo categorizar el significado que se presenta de manera recurrente; esta división consiste
en la misma conciencia de existir del hombre. Las imágenes apocalípticas tienen que ver
con lo deseable, la creencia del hombre en algo que lo gobierna, por eso surgen imágenes
que habitualmente forman las creencias de los hombres. Las imágenes demoníacas son lo
no deseable, lo que el hombre trata de evitar e igual que las anteriores son deseos que

431
convencionalmente se forman a partir de la conciencia de estar vivo. Las imágenes
analógicas están compuestas por la resolución de observar las dos anteriores y por lo tanto,
consisten en la búsqueda del equilibrio moral que necesita por naturaleza una sociedad, un
grupo social, un individuo.

Esta investigación pertenece a un trabajo más extenso sobre narradores colimenses


en el siglo XX. Ahora hablaremos de las imágenes presentadas por Cesar Anguiano que
van desde imágenes de muerte a la melancolía e igualmente después mencionaremos a
Jorge Vega en este sentido.

De la muerte a la melancolía en César Anguiano

Comenzaremos con la imagen de la muerte dentro de las imágenes demoníacas, para


después ligarlas a las imágenes analógicas, ya que los libros que se analizarán A la deriva y
Cara de Perro no mostraron referencia a las imágenes apocalípticas. Los demás libros del
autor son inéditos. Por lo tanto, analizaremos sólo los dos libros anteriormente
mencionados.

Imágenes demoníacas

A la deriva, muestra a la muerte con imágenes como la cárcel, la obstinación, la pérdida, el


hundimiento y la caída, todas estas pertenecientes a las imágenes demoníacas como ya
mencionamos. La novela relata la vida de Consuelo, una mujer que lucha para sacar
adelante a su familia a pesar de que la naturaleza humana está en su contra, en un tiempo
cree lograrlo, pero al final termina perdiendo por completo la unión familiar que tanto
anhela, y que sólo logró cuando sus hijos eran pequeños.

Consuelo y Pepe su hijo, relatan la historia en dos tiempos discursivos.


Comenzaremos analizando la voz de consuelo, para después pasar con Pepe. Dice la
narración de Consuelo: “dos años después de la muerte de su madre, su padre comenzó a
vender las propiedades de la familia” (Cesar Anguiano, México, Praxis, 2003, p. 46). La
muerte de la madre de Consuelo es la que detona la agresión familiar en contra de ella. La
muerte dentro de las imágenes demoníacas es muy temida, ya que es el designio final de
cualquier ser vivo. La muerte de los personajes en la narración, no sólo es decadente
corporalmente hablando, sino también mental, así como circunstancial en el contexto de
Consuelo y Pepe. Todo el ambiente narrativo guarda la idea de muerte.

“Su padre se quitaba el cinto y le pegaba, como le pegaban sus hermanos cuando no
les tenía la ropa lista” (Anguiano, 2003, p. 47). Consuelo empezó a sentir rencor por la
desunión de su familia y el trato que recibía. Su vida se fragmenta, y ella no tiene voz.
Consuelo sabe que si se queda con ellos su vida no tendrá ni un momento de felicidad, ya
que lo único que le espera con su familia es dolor, llanto e impotencia, todos estos
elementos muestran las imágenes demoníacas, por ser emociones, sentimientos pasionales.
Llevan a Consuelo a abandonar a su familia.

432
Sigue la novela: “-Tu padre ya no quiere saber nada de ti. Mira, esta ropa la
encontré en la calle, frente a tu casa, seguramente él la tiró. Es mejor que no vayas”
(Anguiano, 2003, p. 69). Su familia no dudo en despreciarla, pero Consuelo no se da por
vencida, a pesar de que la vida le dice que se rinda, decide casarse. Señala la novela: “la
miseria en que la mantuvo Benjamín durante años la sofocó, la sorprendió de tal manera
que tardó mucho en recuperarse del golpe” (Anguiano, 2003, p. 137). Todo el contexto
social y personal de Consuelo, estaba lleno de miseria y desamor, todo es el bien quedar
con los demás, lo que a Consuelo le fastidiaba.

“Consuelo habló y lloró toda la noche. A Mercedes le pareció estar escuchando a la


misma niña que quince años atrás, igualmente abatida y desprotegida, había llegado a su
casa” (Anguiano, 2003, p. 239). Consuelo explota en ira, cuando rompe su televisión que la
madre de Benjamín se había robado, esa explosión pasional de emociones, la hace ver que
nuevamente tiene que abandonar su hogar, para que la vida no sea injusta con ella y la
hunda en el fango social y personal. Hasta aquí el mundo de Consuelo está lleno de
egoísmo, rencor, insensatez y demás sentimientos, que lo único que logran es predecirle
una vida miserable.

Pepe el hijo de Consuelo, nos cuenta de la vida de Consuelo, dice: “-Dile a Gustavo
que mataron a Alberto, que le dispararon por venganza” (Anguiano, 2003, p. 5). Gustavo y
Alberto también son hijos de Consuelo, entonces vemos que la muerte sigue en la vida de
Consuelo. Pero ahora es Pepe quien nos muestra el mundo de mentiras en el que vivía,
gracias a la protección de su madre.

“Pepe subió las escalinatas de la prisión de Los Ángeles preguntándose lo que bebía
contar” (Anguiano, 2003, p. 5). Los hermanos de Pepe cometieron el peor de los crímenes,
el asesinato, la muerte continúa presente en la vida de Consuelo y no sólo su familia es
víctima, sino culpable. Continúa la novela: “en el aeropuerto, mientras esperaba a que
subieran el ataúd y los equipajes, recordó a Lorena. ¿Era verdad que vivía en París y que
era modelo de los grandes diseñadores o era otra mentira piadosa?” (Anguiano, 2003, p.
10). Pepe comienza a descubrir la situación que rodea a su familia. Mediante los
sentimientos de desconsuelo de Pepe, podemos ver como la familia comienza a caer, hasta
llegar a fragmentarse completamente.

Pepe menciona: “‘mejor debería morirme’, se dijo de nuevo, mientras se ponía el


saco para dirigirse hacia donde se escuchaban los rezos” (Anguiano, 2003, p. 15). Los rezos
de quién, de su hermano, el mundo de Pepe se comienza a derrumbar. Y lo peor que hace
Pepe es no aceptar la realidad que lo rodea, como un día lo hizo su madre, y ese retraso de
conciencia le trae problemas más tarde. Continúa: “Pepe no se dio cuenta de que su propio
futuro y su vida se hundieron cuando se fue a pique el negocio de su madre” (Anguiano,
2003, p. 32). Es decir, la vida de Pepe se ha destrozado y no se da cuenta que así como va
cayendo las decisiones de su madre, él también cae. Le dice su madre: “olvídate de Los
Ángeles. Somos de Alcaraces y aquí nos vamos a morir” (Anguiano, 2003, p. 39).

La novela sigue: “el amor que sentía por su amante, la alegría con que lo recibieron
Mauricio, Paulín y Pepe, vencieron todas sus barreras (…), despojarse unos días de la
mascara de fortaleza tras la que se ocultó, luego de la muerte de Alberto” (Anguiano, 2003,
433
p. 83). Consuelo ya no era la misma mujer que partió de Alcaraces, la vida le había quitado
muchas de las vergüenzas que a la mujer común angustian, como el hecho de tener un
amante que está casado e incluso estaba mezclado con actividades ilícitas. Dice: “Javier no
podía regresar a Colombia; su padre, su abogado famoso que colabora con el gobierno en la
lucha contra el narcotráfico, lo habían repudiado” (Anguiano, 2003, p. 99). Pues Javier,
amante de Consuelo se había mezclado con el narcotráfico, actividad que ahora realizaba
Consuelo. Es decir, vemos que hasta las actividades y acciones de Consuelo se ven más
vinculadas a la muerte de sus hijos, ahora vemos lo degradante y pasional de estas
imágenes demoníacas.

“-Quiero encargarme del cabrón que mató a Alberto –dijo, de pronto, Paulín-.
Quiero matar al cabrón ese, liquidarlo –agregó, y se quedó quieto a mitad de la cocina. El
entusiasmo con el que había hablado unos momentos se había esfumado” (Anguiano, 2003,
p. 116). El deseo de muerte, no abandona a los hijos de Consuelo, y la muerte de Alberto, la
muerte física e individual de la familia, se ha vuelto una condena para Consuelo. La muerte
se vuelve una razón de venganza, una pasión obsesiva.

Todo lo que Pepe había intentado negar hasta entonces: las relaciones de su
madre con el mundo de las drogas, el motivo de la muerte de su hermano
Alberto, el encarcelamiento de Gustavo y Lorena, y hasta el hecho se ser hijo
legitimo, cayó sobre él, quedando sumergido en el dolor y la confusión
(Anguiano, 2003, p. 165).

Es en esta cita, vemos toda la situación familiar que encierra a la novela y la cual la hace
perteneciente a las imágenes demoníacas. Todos los miembros de esa familia se inmiscuyen
en actividades o situaciones bajas. Y esas mismas actividades traen consecuencias, en este
caso la muerte casi completa de la familia.

“Durante dos días esperó que su madre llegara al pueblo con el cadáver de
Mauricio” (Anguiano, 2003, p. 107). Su segundo hermano muere, la narración nos sigue
dejando un destino ya trazado como hemos mencionado, la muerte ha estado siempre
presente en la vida de Consuelo. Sigue la novela: “entró sin tomar precaución alguna y un
hombre tendido en el piso, en medio de mujeres y niños quietos y sangrantes, le disparó en
el estomago” (Anguiano, 2003, p. 269). Esta cita muestra que Pepe ya se introdujo en los
asuntos de la familia, y al igual que la mayoría de la familia sufrirá las consecuencias de sus
actos. Sigue: “la policía simulaba no saber su edad, porque quería interrogarlo, demostrar
su culpabilidad antes de trasladarlo al reformatorio” (Anguiano, 2003, p. 337). Ahora Pepe
está en la cárcel, igual que su hermano Gustavo, Paulín y su hermana Lorena, todos por
haber asesinado a alguien, por venganza. Dice: “la mañana que murió Paulín, salvando a su
hermano, amaneció gris y fría. Soplaba el viento y estaba a punto de llover” (Anguiano,
2003, p. 358).

Y finaliza: “un chorro de sangre brotó y bañó el pecho de Pepe, mezclándose con la
suya. La alarma sonó, pero Pepe sólo puedo mirar los ojos de su hermano” (Anguiano,
2003, p. 368). Con ésta breve imagen que finaliza la novela, vemos al mundo del agua,
perteneciente a las imágenes demoníacas como la sangre líquida, que es lo que brota tras
una muerte dolorosa.
434
A la deriva, está llena de dolor, desesperación y muerte. Frye dice que en las
imágenes demoníacas muestran un destino ya marcado. En está novela, desde la muerte de
la madre de Consuelo, su vida se torna deprimente y triste. Aunque ella trata de superar el
ambiente de la vio crecer, no logra evitar crear para su familia un drama cruel.

En la novela Cara de perro también se observan las imágenes demoníacas, pero


mezcladas más hacia el tercer tipo de imágenes arquetípicas, las analógicas, que tienen que
ver con la inocencia, la castidad. En este caso, las últimas van perdiendo su esencia y se
convierten en demoníacas, es decir, en razón de elementos negativos. Hablamos aquí de la
inocencia perdida, todavía arraigada a la idea de muerte. Sólo de la parte demoníaca de la
novela Cara de Perro.

Y comienza otra vez con la idea del pasado que destroza el presente: “desde el
asesinato de su padre, 20 años atrás, había dejado de sentir la atracción de las montañas”
(Anguiano, 2006, México, Códices, p. 17). Vemos cómo un hombre abandona su deseo de
conocimiento de la naturaleza por la idea de venganza sobre la muerte de su padre, y la
venganza, siendo pasional es una de las imágenes demoníacas.

“Nadie sabía que el secreto de su arte era la histeria, unos nervios tensos, siempre al
borde del colapso” (Anguiano, 2006, p.25). Andrés se volvió un artista y sus obras
expresaban lo que él sentía; sin embargo, con el sentimiento de venganza nunca es
suficiente lo que la realidad te ofrece, sino que es necesario alimentar un alma en tormento.
Andrés expresa un arte en angustia, que desea liberar el rencor y coraje, pero sobre todo el
vacío de la impotencia de ser un niño, cuando asesinaron a su padre. El mundo del que se
rodea es triste, deprimente y con la muerte a un costado, como sucedió en la novela de A la
deriva. Continúa Cara de perro: “para recordar los últimos meses de la vida de Eve, su
intento de suicidio, Andrés conservó la ventana podrida a la que un momento antes ella se
había referido” (Anguiano, 2006, p. 29). Sus clientes eran personas con crisis emocionales,
sentimentales, que se deprimían por lo conflictivo de existir, como Eve que intentó
suicidarse, pero no lo logró.

Andrés sintió que todo el odio acumulado en veinte años le subía a la cabeza
de golpe y sin meditar demasiado en lo que hacía, pero consciente de algún
modo, dio un furioso empujón a Eve, que fue a caer, tras romper el cristal,
doce pisos más abajo” (Anguiano, 2006, p. 35).

Como la cita señala, Andrés acumuló todo el odio que sentía por el asesino de su padre y lo
descargó sobre su cliente, siendo éste el punto crucial de su deseo de venganza, que lo lleva
a concientizarse ante su necesidad pasional de vengarse y lo hace asesinar nuevamente.

Dice la novela: “sólo quería mirar si su padre tenía, efectivamente, cara de perro.
Buscó con la mirada, el rostro de quien le diera la vida, pero ya no había tal, sólo una masa
amorfa” (Anguiano, 2006, p. 50). Con la muerte de su padre y la idea de que un hombre
tenga cara de perro, caemos en cuenta del horror que el niño sintió ante semejante
situación. Continúa la novela: “a los tres meses de enterrado su padre, le dijeron que su tío
había disparado contra Marciano, pero que había errado todos los tiros. Se llenó de furia, de
desprecio contra él” (Anguiano, 2006, p.54). El niño inocente, que disfrutaba del chocolate
435
y la pepena se perdió en el rencor ante la indecisión familiar de vengar al padre de Andrés.
Por eso: “el día que cumplió quince años, tan pronto amaneció se presentó en casa de su tío
René. (…). -Vengo por la escopeta que me prometiste” (Anguiano, 2006, p. 57). Pero el tío
no se la da, entonces mandan a Andrés a estudiar al extranjero. Cosa que no sucede, ya que
la depresión lo lleva a convertirse en un pordiosero, que sólo olvidaba su miseria humana y
del alma, contemplando la naturaleza de un parque norteamericano.

Tuvo un protector que lo ayudó a salir de la vida vacía que llevaba como
pordiosero. Sin embargo, al cabo de uno años, murió, el que casi era su segundo padre.
Dice: “corrió al cuarto del señor O’connor seguro de lo que iba a encontrar. Su protector
yacía de espaldas, con la boca y los ojos abiertos, inmóviles, fijos en el techo de la
habitación” (Anguiano, 2006, p. 74). La misma cara de perro que vio en su padre cuando
murió, se le presenta ahora con el señor O’connor. Ya lo único que le quedaba era su deseo
de venganza, libre de cualquier sentimiento que lo obligara a sentir agradecimiento por su
mentor. Dice: “Macario cayó de espaldas, justo como él deseaba que cayera: con los ojos
abiertos. El antiguo síndico movió los parpados y trató de pasar saliva, pero un estertor lo
hizo volver sangre” (Anguiano, 2006, p. 93-94). Por fin vio la cara de perro que deseaba
desde hacia muchos años, la venganza se cumplió y lo peor de la venganza es hacerle caso.
La consciencia de Andrés parece haber recibido tranquilidad e incluso alivio, sin embargo,
la venganza lo ha llevado a asesinar a dos personas, y una era inocente.

Imágenes analógicas

La única imagen analógica que encontramos es la imagen de la naturaleza, pues nos


muestra la pureza y castidad en la novela Cara de Perro. A través de Andrés podemos ver
un mundo maravilloso y sorprendente. Pues Andrés se asombra ante el descubrimiento
hasta de una hormiga. Todo esto antes de la muerte de su padre. Dice:

Diez pasos al norte corría al arroyo; su cauce, oculto por los árboles y la
maleza, tenía tres o cuatro metros de profundidad. Para los hombres de la
región era un sitio sólo bueno para abreviar vacas y criar zancudos. Para
Andrés en cambio, era el comienzo de la maravilla del mundo (Anguiano,
2006, p. 7).

Andrés vivía en un mundo lleno de inocencia y castidad, en donde las cosas más simples de
la naturaleza, como corretear hormigas, le parecía una de las actividades más emocionantes
del día.

Era domingo y su padre dormía un poco más. Andrés no; eso hubiera sido
traicionar la multitud de pequeños peces que nadaban en el río, los rayos de
la luz que al amanecer se colaban entre el follaje hasta llegar al débil y
transparente curso de agua (Anguiano, 2006, p. 9).

Andrés sólo pensaba en jugar, en divertirse con su padre, la naturaleza le da el privilegio de


maravillarse con un mundo desconocido y fantástico, en donde no cabe más que la felicidad
de ver el día transcurrir.

436
“Dos nubes blancas, esponjosas, ocupaban una parte del cielo, los mirlos cantaban
en el arroyo, el día ya no era una habitación vacía que amueblar, era un castillo
resplandeciente” (Anguiano, 2006, p. 16). El niño observa la naturaleza y le otorga un
mundo con el que encuentra toda clase de observaciones desconocidas que le fascinan. Dice
también: “Andrés amaba meterse entre los brazos de su padre, mirará con él el movimiento
de las frondas de los árboles en el aire transparente de la tarde” (Anguiano, 2006, p. 51). Le
gustaba disfrutar de la compañía de su familia, de sonreírle al buen tiempo como dicen. En
realidad el mundo de un niño radica en dormir, comer, jugar, y así sucesivamente,
manejando de manera aleatoria las anteriores actividades. Ya que viven en un mundo donde
la consciencia de la realidad no le afecta. Hasta que crecen.

Dice: “en algún momento, sin embargo, sintió que dejaba de sufrir y alzó la cabeza
y vio los enormes árboles que lo regodeaban mecerse con el viento” (Anguiano, 2006, p.
67). La naturaleza lo introduce a una visión diferente de la realidad, que él no conoce, es un
espectador ante los acontecimientos y actividades que las hojas de un árbol o un animal
realiza. Finaliza la novela con la siguiente cita: “alzó la mirada más allá de los cañaverales
que desfilaban por la ventanilla y descubrió el volcán. Podría jurar que estaba a menos de
un kilómetro” (Anguiano, 2006, p. 95). Después que cumplió su venganza, su alma al
parecer comienza a tranquilizarse y enseñar otra vez ese mundo natural que había dejado de
ver desde la muerte de su padre.

Las imágenes que más se representan en las dos novelas, son la muerte, tanto física
como mental y el destino, como un hecho futuro. El tipo de muerte más importante para el
ser humano es sin duda la muerte humana, pero sobre todo la muerte de alguien que se
quiere. La familia de Consuelo y ella misma vio el proceso de muerte de la familia casi
completa, el ambiente de la novela se ve cansado y solitario, lo que fomenta más la imagen
demoníaca de muerte. Y la única salvación de esa muerte es la naturaleza, pues sobre todas
las imágenes de amargura, sobre sale la belleza de lo natural, en breves instantes el mundo
vegetal y animal transportan a los personajes de las novelas a otros lugares, en donde
tranquilizan su alma como sucedió en Cara de perro.

De la muerte a la melancolía en Jorge Vega

Analizamos a un narrador que ha experimentado en todos los géneros literarios y que por lo
tanto, su validez radicara en varias áreas de crítica y análisis. De princesas, dragones y
otras indecencias encontramos algunos cuentos que se adecuan a nuestras necesidades
teóricas, por lo que no se tomó el libro completo. Comenzando las imágenes demoníacas en
los cuentos “Las cinca de la tarde” y “Pituca y Petaca”, para terminar con la imagen más
centrada, la inocencia, perteneciente a la estructura analógica, con los cuentos: “El balón”,
“Mariachi”, “El circo”, “Lulú” y “Kalín”.

Imágenes demoníacas

En “Pituca y petaca” vemos imágenes como la homosexualidad. Dice el cuento: “de noche,
Pituca y Petaca vestían pantalones a la cadera, ajustadísimos, o vestidos cortos, brillantes y
salina a pasear con el primer hombre que ser hiciera caso” (Jorge Vega, México, Secretaria
de Cultura, 2006, p. 83). Por ser hombres vestidos de mujer, desordenan los
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convencionalismos sociales, y el hecho de tener una vida en relación a cuestiones sexuales
y demás características, que pertenecen al mundo bajo y vulgar del hombre, nos lleva a
saber que nos referimos a imágenes demoníacas.

Sigue el cuento: “con el tiempo me fui a acostumbrando a su presencia y me gustó


su libertad, su no querer centrarse nada más en lo feo de la vida” (Vega, 2006, p. 85). Estos
dos hombres deciden vivir una vida fuera de las convenciones, se burlan de la sociedad. Se
mantienen en estado anestésico ante la vida. Señala: “era hermoso saber que la vida seguía
su curso natural, que en el mundo había tipas como ellas, de lucecitas rutilantes, ajenas a
los conflictos existenciales, a la idea misma de depresión.” (Vega, 2006, p. 86). Esta cita
clarifica la idea de la risa como burla del mundo. Es lo que las hace pertenecer a un mundo
de goce terrenal y por lo tanto demoníaco.

Menciona el cuento: “encontraron a Pituca amarrada, amordazada y acuchillada en


la cajuela de un auto, en un camino abandonado por el rumbo de Tecomán” (Vega, 2006, p.
87). Otra imagen relacionada al mundo demoníaco es la muerte, en este caso la muerte de
Pituca. Como hemos venido señalando morir es dejar de existir materialmente, por lo tanto
alguien que disfruta tanto de la vida como Pituca, es lo peor que le pudo pasar. Es una
imagen relacionada al dolor y sufrimiento por eso es demoníaco. Y termina el cuento:

Antes de esa muerte, que aún continúa sin aclararse, mi dolor se volvió nada.
En un mes Petaca volvió a sonreír, a salir de noche con sus pantaloncillos
ajustados y sus vestidos llenos de brillitos, con sus zapatillas de reina y la
sonrisa dulce que tanto hechiza a los hombres y a las chanclas, a las
tortilleras y a las hombras (Vega, 2006, p. 88).

Aquí la palabra clave, podremos decir que es hechizo, el mundo bajo, demoníaco, pretende
estar en un continuo hechizo, en el goce fortuito de lo terrenal. Sin embargo, esta estadía es
lo vincula a lo peor del ser humano, trayéndole consecuencias graves. Ese hechizo evita la
concientización del hombre, la ignorancia de su propia destrucción.

Siguiendo con las imágenes demoníacas, pero esta vez dentro del mundo de fuego,
está el cuento “Cinco de la tarde”, donde se presentan imágenes como el sol, el fuego, la
tarde, el calor, siendo estos elementos demoníacos de sufrimiento humano, o decadentes en
cuanto al tiempo. El cuento dice: “la cita era esa tarde a las seis, en el café Dalí de Casa de
la Cultura. Desde las cuatro me fui a la esquina de la calle a esperar el autobús a la ciudad”
(Vega, 2006, p. 17). El personaje está esperando el autobús, es decir, él menciona que está
afuera del pueblo, en medio del calor, esperando que pase el autobús; esta imagen de
amarillo por todos lados, es el calor que el mundo de fuego recrea, dentro de imágenes en la
tierra, pues es un calor atormentante. Continúa: “cuarto para las cinco. Estaba
hiperventilado. Me dolía el pecho y no sé si estaba a punto de desmayarme” (Vega, 2006, p.
18). El hecho de que esté contando el tiempo que trascuerde, es otro motivo de
desesperación, pero sobre todo por el calor que hace, la espera lo hace padecer el calor, y la
hiperventilación presenta otra imagen demoníaca, ya que no permite el paso de oxigeno,
siendo éste el que produce la vida en un ser humano.

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Señala el cuento: “a partir de las cinco con dos minutos, esto es lo que recuerdo:
mire por centésima vez hacia la entrada del pueblo esperando ver la trompa amarilla del
autobús” (Vega, 2006, p. 18). Sigue ese mundo de fuego, derritiendo el animo humano y
desesperando el cuerpo del hombre, el calor es uno de los sufrimientos de mayor tortura
para el hombre, y finalizan la citas con la siguiente imagen que nos lleva a observar la
desesperación del castigante calor solar: “el sol iluminaba la calle, pero no logré precisar
desde que dirección lo hacia. Era una luz amarilla, de miel” (Vega, 2006, p. 18). Cabe
señalar que un color como el amarillo miel, la presencia de una imagen desértica, es una
imagen de angustia. Así terminamos con las imágenes del mundo de fuego, las imágenes
demoníacas que existen en la narrativa de Jorge Vega.

Imágenes analógicas

Continuamos con las imágenes analógicas, que son las que más encontramos en Jorge
Vega, referidas las representaciones de inocencia, el desconocimiento de la niñez e
inocencia de los adolescentes, con la idealizaron del romance. Los cuentos señalados con
estas características son: “El balón”, “Mariachi”, “El circo”, “Lulú” y “Kalín”.

En “El balón” dice: “el niño rebota el balón en las paredes que rodean la cancha de
la escuela. Juega solo, con los zapatos de su papá que le quedan grandes” (Vega, 2006, p.
29). El niño debido a su desconocimiento, juega y se divierte, sin saber que fue a la escuela
a pedir permiso por el velorio de su padre. La inocencia otorga esa capacidad de
desconocimiento e ignorancia de un mundo en sufrimiento. “Ese día y los tres anteriores el
niño no asistió a la escuela (…). El niño ya no escuchó el comentario, miraba las calles
empedradas del pueblo” (Vega, 2006, p. 29). El niño ya no escuchó, justo en el momento
que hablan de la muerte de su padre, el niño ya no oye, tanto porque los adultos le privan de
esa capacidad, así como inconscientemente el niño; vive en su mundo feliz, sin darse cuenta
de la problemática que lo rodea.

“El niño pensó que tal vez podría llover. Buscó golondrinas en el cielo gris, pero no
encontró ninguna” (Vega, 2006, p. 29). A pesar de todo, el niño nota algo en el cielo, la
oscuridad, la lluvia, un día gris, todo otorgado por el conocimiento del vestido negro de su
madre, en su inconsciencia ve venir una tormenta, sin saber que ya se encuentra lloviendo.
Continúa: “al niño no le gustaba verla callada, ausente. Le daba miedo su vestido negro
oloroso a humedad, a polvo” (Vega, 2006, p. 30). El niño se siente incomodo con la imagen
que posee su mamá en ese momento, no se explica por qué, pero siente su tristeza. “El niño
ve a su mamá platicando con la directora (…) el niño hace como si no sé enterara de nada y
patea el balón” (Vega, 2006, p. 30). La inocencia, como ya dijimos permite esa habilidad de
apartamiento de la realidad angustiosa y dolorosa. Un niño, puede alejase de la realidad
tanto como lo desee.

Otra imagen de inocencia, pero igual de desconocimiento, y exaltación de una


figura humana es la del cuento “Mariachi” menciona: “la abuela, dulce como el coco
rayado, olorosa a miel, llegaba a nuestra casa con sus faldas blancas, amplísimas” (Vega,
2006, p. 33). Este cuento nos relata la historia de una abuela que cuenta historias a su nieto,
llevando a un mundo en donde el mal se representa por el diablo en cualquier. La cita nos
describe a la abuelita, idealizada por un niño. El cuento sigue:
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Después el brillo de sus ojos cambiaba; se ponía a mirar lejos, abría el viejo
portón de madera que daba acceso a otras tardes, de casa de abobe, velas y
quinqués, así, montada en el corcel de sus palabras, nos llevaba a transitar
las calles polvorientas de su pueblo o a recorrer, protegidos del sol con
amplios sombreros de paja, caminos solitarios que podían llevar a cualquier
parte (Vega, 2006, p. 34).

La abuela les fomenta la imaginación de un mundo fantástico, y esta idea sólo puede ser
captada y aceptada como real dentro de la mente de un niño, pues todavía se encuentra en el
proceso de inculcación de convencionalismos que obligan a razonar.

Continúa: “ella, con sus propios ojos, había visto varias veces al Diablo en las
múltiples formas que éste elige para visitar la tierra: como cerdo, culebra, sapo, alacrán,
perro con rabia, gato negro, chivo y como catrín” (Vega, 2006, p. 34). El aceptar que una
persona vea o conozca una figura tan fantástica como el diablo nos deja ver la inocencia del
niño en creer todo lo que se le cuenta. “Aquí solía la abuela venir una pausa, antes de entrar
a lo más escalofriantes del relato. La abuela, como al descuido, sacaba un enorme pañuelo
rojo y se sonaba la nariz” (Vega, 2006, p. 36). La utilización de técnicas al narrar una
historia, es parte del proceso que permite crear un mundo y que el que escucha se
introduzca más en él, creyéndolo real.

Menciona el cuento: “la abuela. Me gustaba la abuela, su piel suave, de pocas


arrugas, sus olores tibios y dulces. Amaba estar cerca de ella” (Vega, 2006, p. 36). En sí, la
imagen de la abuela contando historias, es la más clara visión de inocencia, pues estas
abuelitas siempre se relacionan con la infancia de un menor.

Siguiendo con la misma imagen de inocencia, pero desde una representación más
romántica, está el cuento “El circo” que dice: “el único carro-camerino de circo, un viejo
armatoste de los años cincuenta, una adolescente, casi niña, miraba detrás de una ventanita
de vidrio el humo que salía de las chimeneas del ingenio de azúcar, varios metros atrás del
campo deportivo” (Vega, 2006, p.55). La misma mención de circo nos lleva a un
espectáculo de acciones sobrenaturales y espectaculares, que hacen entrar en otra realidad,
mucho más feliz. Dice el cuento: “vestida nada más con un leotardo rosa, remendado varias
veces, y unas panty medias sucias que dejaban ver sus piernas bellísimas, la chavita casi se
moría de frío, pero era capaz de mantener su sonrisa por más de dos minutos seguidos”
(Vega, 2006, p. 56). El primer amor, es una imagen romántica, pues ambos enamorados,
aunque aquí es uno, se mantienen a la expectativa de qué esperar de un sentimiento
desconocido hasta entonces: la ilusión de amor. Continúa:

Congelándome, cubierto sólo con una chamarra de mezclilla, recuerdo que


me enamoré de la cirquera. Mientras la veía ofrecer palomitas y cigarrillos,
me imaginaba ya de grande, con barba y pelos, con dinero y un jeep como el
de papá, llevándomela a la playa (Vega, 2006, p. 56).

El estado de enamoramiento provoca ilusionarias figuraciones de un futuro posible, esa es


una idea muy inocente del posible resultado del encuentro entre dos seres que se aman, lo
que convierte esta idea en una imagen de inocencia. Dice otra cita:
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Era bellísima, de escasos dieciséis años; tal vez más, pero estaba tan flaca y
tan desnutrida que aparentaba catorce, tres más que yo. Me emocionó verle
las piernas y el cabello suelto dando vueltas en un cielo oscuro y frío
(cuando le tocó ser la trapecista), con todas las estrellas brillando para ella
(Vega, 2006, p. 56).

El exaltar e idealizar una persona por sus habilidades humanas, es otra imagen de inocencia
común en un joven sin experiencia, pues le otorga características que no posee. Sin
embargo, la capacidad de imaginación de un individuo no corrompido crea una realidad con
significado particular. Y finaliza el cuento:

Busqué con la mirada a Xuxa, la diosa de mi primer corazón, y la encontré a


la salida tomándose fotos con los hijos del comisario. Se veía tan hermosa
que me dieron ganas de llorar. De abrazarla. Y sin venir al cuento me sentí
vivo, completo” (Vega, 2006, p. 58).

Está claro que es el primer amor, la ilusión más pura de un adolescente. El cuento “Lulú”
también habla del primer amor. Dice el cuento: “la primera vez que la vio fue durante una
tardeada a beneficio de la fiesta final de los de tercero” (Vega, 2006, p. 12). La primera vez
que ves a la persona creyendo es tu primer amor, es un acontecimiento de sensaciones sin
límites, los sentidos se exaltan sin motivo, por lo tanto podemos referirnos a las imágenes
analógicas. Sigue el cuento:

Desde esa tarde ya no le perdió la pista. Supo que vivía con su abuela por la
calle Cárdenas, en el número 67, que tenía unos tíos celosos y que su mamá
pasaba medio año en Los Ángeles, California. Le gustaba el color amarillo,
leer la revista Vanidades con sus amigas y escuchar la XERL. Su cantante
favorito era Emmanuel” (Vega, 2006, p. 13).

El deseo de conocimiento de todo lo que le gusta a la otra persona, a la que consideramos la


más hermosa del mundo, nos convierte en inocentes; como en este caso a un adolescente,
que a pesar de saber que esta jovencita no es tan pura como quisiera, el estado de
enamoramiento no permite observar esta imagen, sólo ve lo que desea.

Continúa: “Lourdes caminaba despacio, echando el humo de su cigarro como las


chicas malas de las películas. Emilio comenzó a temblar sintiéndola cada vez más cerca”
(Vega, 2006, p. 13). No le importa la imagen que tiene socialmente Lourdes aparece como
mujer, él la ve como una víctima, como un inocente, resignada a las circunstancias de su
vida. Sigue el cuento: “Emilio vio el rostro de Lourdes y le dieron ganas de abrazarla, de
darle un beso. Muchos besos. En la boca” (p. 14). Primero dice un beso, después muchos y
finaliza en la boca, imagen que se aparta de la idea de inocencia, porque se está adentrando
dentro de sus deseos corporales; sin embargo, el hecho de besar y de no pensar en ir más
allá de un beso, se refiere a imágenes de inocencia, y tras la representación que nos presenta
el autor, podemos ver que así es; un adolescente que no ha experimentado ninguna pasión
corpórea. Y finaliza la representación del cuento con: “de espaldas, agitó su manita suave
por encima de la cabeza. Luego se perdió en la noche” (Vega, 2006, p. 14). Lourdes se
pierde en la noche, eso nos lleva a creer que ella no es inocente como su enamorado, en
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cambio él todavía imagina, se ilusiona con un amor platónico, que se pierde en la noche,
Emilio piensa en el día siguiente para verla.

La última imagen de inocencia representada por Jorge Vega se encuentra en el


cuento “Kalín”, donde nos habla de la muerte de un niño, a través de las acciones de un
adolescente en confusión. El cuento dice: “no decía nada, no hablaba, sólo bebían cervezas
heladas que sacaban de una hielera. Era por la tarde y hacia frío” (Vega, 2006, p.41). El
ambiente en donde se representan las acciones, manifiestan una melancolía, un estado de
tristeza, como presagio de un acontecimiento. Sigue el cuento:

René no podía dormir. No tenía ganas de hacer sus trabajos de la universidad


ni de ver televisión. Estaba inquieto, se acordó de una tarde, años atrás,
cuándo aún no iba a la escuela, en la que le ganó todas las canicas a su
amigo César (…). Esa tarde había sido feliz (Vega, 2006, p.41).

El estado en el que se encuentra René es de tristeza, ya que recordar lleva a un estado de


felicidad gratuita. René pretende estar desconectado del mundo real. Continúa el cuento:
“iba con su amigo Jorge cuando vio la mariposa blanca, de enormes alas y vuelo
zigzagueante. Se dirigía a la biblioteca de la secundaria por un libro de poesía española”
(Vega, 2006, p.43). La mariposa blanca en lugar como muchos dicen, predijera la buena
suerte de René, es todo lo contrario, lo entristece más, lo aleja de la realidad.

Continúa el cuento: “en el camino miró unas palmeras altas y tuvo miedo. Entró en
una especie de túnel hecho de niebla y se puso a cantar una canción. Un lamento” (Vega,
2006, p.46). Precisamente ésta última palabra describe cómo se siente René, está en un
lamento profundo, que no acaba, lo adentra a escuchar y ver cosas que no veía desde que
era niño, lo regresan a un estado de inocencia. Dice: “soplaba el viento y René tenía tanto
frío que pensó que iban a congelarse, que algo terrible podría sucederles” (Vega, 2006, p.
47). Comienza a ver elementos de la naturaleza que no notaba antes, observa al mundo en
una nueva perspectiva. Señala otra cita: “atravesaron por las calles mal iluminadas y
avenidas solas en medio del frío y de una luna congelada, redonda, que casi cubría el cielo”
(Vega, 2006, p.48). La luna es otro estado de insomnio del hombre, una luz celeste que
permite en algunas culturas entrar en contacto con seres iluminados, aunque también la luna
presencia hechos muy trágicos. Como la siguiente cita: “tirado como un costal, como un
baúl sin forma, estaba Kalín. Más sangre que cuerpo. Apenas conoció a ese amasijo de tela
y carne a su hermano” (Vega, 2006, p.49). El estado en que René se encuentra, se resuelve
cuando Kalín muere, su contacto con su lado inocente, le permite ver cosa puras en la
naturaleza, y ésta le predice algo, sólo que no puede deshacer un destino hilado.

Sigue: “René se tendió de espaldas en el pasto mojado a ver el cielo. Buscaba una
estrella. En un interior no había violencia ni ruidos. Era una hoja de árbol abierta a la
oscuridad y sus misterios” (Vega, 2006, p.49). Esta cita, nos muestra un René tranquilo, no
hay ruido de perturbe su conciencia. Pero al despertar de esa ensoñación sucede algo que lo
convierte en arte de un Pharmakos, siendo ésta un elemento de las imágenes demoníacas,
dice:

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Fue por el arma y disparó contra su propia imagen, sin rabia, sin odio, sin
dolor, René voló en pedazos.

Un hilo de sangre empezó a fluir desde el ropero.

Extrañado, miró donde antes estuvo el espejo y descubrió, moribundo, un


niño de escasos siete años que dejaba escapar de sus manos un puñado de
canicas (Vega, 2006, p.51)

René asesina a un niño y ni cuenta se dio, es cuando entra el pharmakos, es decir, éste es
una víctima que se sacrifica para dar fuerza a alguien; el opresor y la víctima se convierten
en pharmakos. Pero éste no resulta ser culpable o inocente, es decir, en este caso el
sacrificado es el niño que está en el ropero, pero René se convierte en igualdad de
condiciones con el niño, porque su disparo fue accidental. Ambos, niño y René son
Pharmakos, pues los dos son culpables e inocentes. Ya que en ninguno de los dos se
justifica un error cruel, como es el disparo a un espejo, pero son culpables porque ambos
pertenecen a una sociedad corrompida. Sociedad que a uno, le provocó esconderse en el
ropero y al otro, disparar a un espejo.

En el libro de cuentos De princesas dragones y otras indecencias, vemos que en los


textos, resulta ser más complicado identificar una imagen que defina la narrativa o varias
imágenes que se recreen como modelos. Sin embargo, la imagen de inocencia, de
desconocimiento resalta en la narrativa de Jorge Vega. La más noble de las imágenes se
deja entrever.

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Conclusiones

Existe, menciona Frye, a través de la estructuración de imágenes una semejanza metafórica


de las obras de arte literarias, que se refieren a patrones narrativos, personajes o escenarios.
Es decir, el arquetipo o las unidades de significación que de manera recurrente se presentan
en las obras, no importando el periodo histórico en el que se encuentran.

La estructura que sistematizó Frye, se precisa a través de múltiples conexiones y


procesos de imaginación del ser humano, que se vinculan al orden de la experiencia del
imaginario, de forma metafórica o personal e intransferible. Esta estructuración de
imágenes, se relaciona con el mito o la historia de la búsqueda de identidad sobre el que
conviven las experiencias literarias unitarias.

Como Frye nos demuestra y como lo observamos en el análisis realizado, la tragedia


es inevitable a lo largo de la historia. Hay, como dicen varios críticos una tragedia moderna.
Por lo tanto la carga narrativa de los creadores siempre se verá afectada por ésta tragedia.
Lo que a nosotros nos permite realizar un análisis como el anterior.

Sabemos que la narración como forma de representación de una variación


imaginativa se compone de distintas reglas. Pero Frye nos hace ver que para un análisis
arquetípico, una sola regla se impone, es decir, que todo el análisis actúa como un
procedimiento que contrasta al individuo, con su medio natural, así como el orden social
humano y con el otro individuo.

En la narrativa de César Anguiano observamos imágenes de muerte, tanto física


como mental. Y la referencia a las imágenes analógicas es la naturaleza en el mundo
vegetal y animal que permite tranquilizar el alma. En los cuentos de Jorge Vega, vemos
imágenes de inocencia, romance, del deseo de conocimiento. Así como la actuación del
pharmakos. De la muerte a la melancolía es nuestro titulo, ya que a partir de sucesos de
dolor y muerte, los personajes vuelven a esa melancolía que los recuerdos a lo largo del
tiempo van acumulando. La caída arraiga al presente, siendo esta la presentación o instante,
pero el comprender, el estar ahí, es siempre el presente “que está siendo sido”.

Los creadores nos muestran el mundo del hombre con imágenes vinculada a la
esencia del ser, y su problemática en el mundo terrenal. Las imágenes constituyen el
estudio de una poética universal. La actividad de la imaginación se presenta en los
arquetipos literarios, como un proceso de entrelazado y se vuelve potencial de revelación en
las estructuras que mantienen en común. Y las imágenes de la narrativa analizada, se hila
para mostrarnos un mundo apocalíptico que se olvida de la naturaleza y refuerza su
creencia en la necesidad de existir.

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Una mirada al asentamiento prehispánico del Valle de las Garzas,
Manzanillo, Colima
Maritza Cuevas Sagardi
Rafael Platas Ruiz
Centro INAH Colima

Introducción
El presente documente tiene la finalidad de dar a conocer los resultados obtenidos de
la investigación arqueológica efectuada en un predio constituido por una superficie de 19,
597.25m², ubicadas en el barrio 1 del Valle de Las Garzas en Manzanillo, Colima en el cual
se llevaron a cabo obras de urbanización y apertura de algunas vialidades.
Durante muchos años Manzanillo se mantuvo al margen en cuanto al desarrollo de
infraestructura que mostraron otros lugares del país, a pesar de su importancia como puerto
de altura, la llegada de nuevos proyectos federales durante este sexenio como La Terminal
Marítima de Gas Licuado en la Laguna de Cuyutlán, la ampliación del área de contenedores
y carga del puerto, apertura de centros comerciales y un auge turístico nacional e
internacional, ha generado que Manzanillo sea un lugar que cuente con fuentes de trabajo.
No obstante esto ha provocado que la ciudad donde se concentra la segunda mayor densidad
de población del estado y un flujo importante de inmigrantes se vea inmersa en la necesidad
de proporcionar nuevos espacios de vivienda a la creciente población que se concentra para
ofertar su mano de obra.
Este crecimiento mercantil ha traído consigo la necesidad de una ampliación y
reestructuración del puerto, y por ende de la infraestructura de la ciudad, la creación de
obras de alternativas viales, como puentes y viaductos, aperturas de calles y con ello la
introducción de servicios de agua potable, saneamiento y alcantarillado, envisten
actualmente a Manzanillo dentro de un escenario en pleno auge constructivo.
Desafortunadamente el Instituto Nacional de Antropología Historia no cuenta con la
posibilidad de tener un investigador de tiempo completo que se encargue de proteger el
patrimonio arqueológico de este municipio que se pierde bajo el halo del desarrollo urbano y
comercial de la región, el cual es sin duda importante y rico culturalmente.

El escenario de la Investigación
El área de estudio se ubica espacialmente bajo las coordenadas 19° 05’ 23. 16’’N y
104° 17’ 30. 65’’. Específicamente justo frente a la entrada principal de la Central
Camionera de la Ciudad, y a espaldas de las bardas de las instalaciones del CONALEP y del
IMSS, instituciones situadas en el denominado barrio 1 del Valle de las Garzas.
Se le considera como barrio de Las Garzas a un peculiar escenario geográfico
delimitado en su parte norte y noreste por los pies de monte de los cerros que conforman las
estribaciones de la sierra madre Occidental, al oriente y sur por los esteros que integran los
cuerpos hidrológicos de la Laguna de Las Garzas, Laguna de San pedrito y la Laguna de
Tapeixtles, y poco más al suroeste las aguas del Océano Pacifico. Esta área se caracterizaba
antes de la modificación del hombre moderno por ser una planicie de humedal que recibía

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los escurrimientos de los cerros de su extremo norte formando zonas pantanosas hacia los
márgenes oriente de la laguna de Las Garzas, no obstante en el sector este del valle se
encuentran tierras ligeramente más elevadas, con presencia de materiales de arrastre ricos en
limos, aluvión y minerales provenientes de la ladera de la sierra y de los desbordamientos
del arroyo Francisco Villa, generando un lugar propicio y predilecto para la agricultura, sin
embargo fue evidente que para el establecimiento humano tuvo que ser acondicionado desde
la época prehispánica.
Desde hace algunas décadas esta superficie a recibido la impronta humana de manera
comunal, puesto que en ella se planteó un plan de desarrollo urbano denominado
Equipamiento Metropolitano del Valle de las Garzas, provocando que en la actualidad
prácticamente la mayor parte del valle se encuentre fraccionado.

Imágenes 1-2.- En la primer imagen vemos la ubicación geográfica del Valle de Las Garzas, mientras que en la
segunda vemos la localización del terreno dentro de la mancha urbana de Manzanillo.

Objetivos
Como parte de una arqueología enfocada a acciones preventivas la presente
investigación partió bajo el objetivo de hacer una búsqueda con la finalidad de detectar
aquellas áreas con presencia de remanentes culturales dentro de la superficie que estaría
sujeta a los trabajos de infraestructura urbana, en una zona que particularmente no ha sido
atendida por el Instituto Nacional de Antropología en Historia, a pesar de las obras que se
realizaron hace algunos años, como la construcción de la Terminal de Autobuses Foráneos,
la clínica del IMSS y la escuela CONALEP.
Por lo tanto la investigación estuvo encaminada a rastrear elementos culturales que
hayan sobrevivido en este predio, mismos que dieran referencia sobre el gran asentamiento
que se supone existió en este sector sureste del llamado Valle de las Garzas, y cuya área
nuclear fue destruida por las mencionadas obras. En este sentido los objetivos académicos
partieron bajo la hipótesis de que algunas de las pequeñas elevaciones que presentaba el
terreno eran producto de un acondicionamiento artificial por parte del hombre prehispánico,
erigidas con la finalidad de servir de base para poder cimentar unidades habitacionales, y en
las cuales consideramos en un principio podrían resguardar elementos de orden
arquitectónico o funerario, cuya filiación cultural habría que definir a partir de los propios
materiales recuperados.
Conforme a los objetivos planteados durante esta investigación se tuvo la oportunidad
de estudiar un peculiar nicho ecológico, el cual contaba con recursos marinos, encontrando

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el hombre mesoamericano un espacio propicio para desarrollar actividades como la caza, la
pesca y la recolección, intercambios comerciales, e incluso el cultivo convencional de estas
sociedades agrícolas.

La exploración Arqueológica
En el sentido estricto podemos decir que la exploración del predio se sucedió y dividió
para su objeto de estudio en tres sectores. El primero lo constituyó el eje de una vialidad
llamada Los Pinos, el segundo el área que marcaba el plano del proyecto urbano como lotes
comerciales situada en torno a sus calles perimetrales, y por último la parte centro y noroeste
del terreno. Bajo esta secuencia a continuación nos enfocaremos a especificar los resultados
de cada uno de estos espacios conforme al orden estipulado en la narrativa.

Imagen 3.- Gráfico que representa los tres sectores intervenidos.

Los contextos funerarios identificados en el primer sector del predio, situados sobre la
margen de la calle Los Pinos, fue más que un lugar en donde se depositaron ofrendas, en
ellos se hallaron elementos que nos dieron referencias sobre las costumbres funerarias
practicadas por un grupo de individuos de tradición costera.
La distribución que alcanzó esta área de enterramiento localizada en el sector 1
englobó una superficie de 528m² donde se recuperaron 40 osamentas, cuyas características
de inhumación mostraron un patrón común al encontrarse depositados directamente en fosas
sencillas excavadas sobre un estrato de origen arenoso. Las intrusiones fueron hechas en
dos niveles estratigráficos a una profundidad promedio que varió entre 1.40 a 1.60m de la
actual topografía del terreno, la mayoría respetando el mismo nivel inhumación. El arreglo
dado al recinto funerario en donde se colocaron los restos óseos, es decir a las fosas
excavadas fue similar, aunque algunas osamentas mostraron piedras en torno a su cuerpo o
arriba de ellas.
En cuanto al sistema de enteramiento tenemos que fueron depositados en su mayoría
extendidos, tanto en decúbito lateral derecho e izquierdo, así como en posición dorsal (boca

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arriba) y ventral (boca abajo). La mayoría de los entierros mostraron elementos cerámicos
ofrendados, principalmente utensilios de características domesticas, además de malacates e
instrumentos líticos. Del contexto se recuperaron alrededor de 70 vasijas.

Imágenes 4-12.- Estas tomas nos ejemplifican el acomodo de los individuos, así mismo vemos la escasa profundidad en la
que se encontraron. En los últimos gráficos podemos ver las características de los objetos cerámicos que conformaron
parte de las ofrenda de algunos de los personajes. Las piezas fueron elaboradas bajo diferentes formas pero con la misma
pasta y técnica de modelado, cocción y acabado de superficie.

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En la segunda área de enterramiento ubicada en el sector 2 se detectaron 18 cuerpos
cuyo sistema implicó excavar fosas sencillas donde colocaron de manera directa a los restos
hasta en tres niveles de deposición, la primera estuvo representada por 4 entierros dejados
entre los 5cm a los 30cm, en el segundo nivel que abarcó de los 30cm a los 60cm fueron
detectados 7 individuos, mientras que en el último 5 fueron las osamentas que inhumaron
entre los 60cm a 1m.

Imágenes 13-20.- Por medio de los gráficos se puede apreciar la distribución y la escasa profundidad a la que fueron
encontrados algunos de los personajes registrados en la segunda área de enterramiento. Así mismo se ejemplifican algunas
de las formas de los recipientes que les fueron ofrendados.

Retícula 1 Retícula 2
Entierro Sexo Edad Entierro Sexo Edad
1 Femenino 25-30 años. 1 Masculino 25-30 años.
2 s/id 30-35 años. 2 Masculino 30-35 años.
3 s/id 20-25 años. 3 s/id 30-35 años.
4 Femenino 18-24 años. 4 Masculino 35-40 años.
5 Femenino 20-30 años 5 Femenino 35- 45 años.
6 s/id 18-24 años. 6 s/id 20-25 años.
7 s/id Adulto. 7 Femenino 35-45 años.
8 s/id Adulto. 8 Femenino 35-40 años.
9 s/id Adulto. 9 Masculino 35-40 años.
10 Masculino 25-30 años. 10 Masculino 30-40 años.

449
11 s/id Adulto. 11 Masculino 35-40 años.
12 s/id 40-45 años. 12 Masculino 25-30 años.
13 Masculino 20-30 años. 13 Femenino 30-35 años.
14 s/id Adulto. 14 Femenino 18-22 años
15 s/id 35-40 años. 15 Masculino 35-40 años.
16 Cánido 16 Femenino 35-45 años.
5 años +/- 1.5
17 Femenino 25-30 años. 17 s/id
años.
18 s/id Adulto. 18 s/id s/id
18b s/id Adulto.
19 Masculino 35-40 años.
20 Masculino 25-30 años.
21 Masculino 35-40 años.
22 s/id 20-30 años.
23 s/id 20-25 años.
24 s/id Adulto.
25 s/id Adulto.
26 Masculino 30-35 años.
27 s/id 30-35 años.
28 s/id Adulto.
29 s/id 30-35 años.
30 Cánido
31 s/id 35-40 años.
32 s/id Adulto.
33 s/id Adulto.
1.5 años +/- 6
34 s/id
meses.
35 s/id 1 año +/- 4 meses.
36 s/id Adulto.
37 s/id 20-25 años.
38 s/id 20-25 años.
39 s/id Adulto.
40 s/id Adulto.
Tabla 1.- Descripción general de los entierros

El sector 3estuvo conformando por una superficie de 7,725.60m² donde se


encontraron emplazados un conjunto de tres montículos que delimitaron un patio abierto al
suroeste, mismos que fueron desplantados sobre una plataforma alargada dispuesta en forma
de herradura abierta al suroeste. Para efecto de su registro y descripción a cada uno de estos
promontorios les asignamos una nomenclatura que corrió en sentido inverso a las manecillas
del reloj.
La primera de ellas, la registrada como montículo 1 fue la de mayores dimensiones y
delimitó el extremo este del conjunto. Se trató de una plataforma distribuida bajo una silueta
rectangular en un plano de orientación noreste-sureste, que alcanzó un largo de 50m sobre
este rumbo, y un acho regular de 8 a 10m en sentido opuesto, exhibiendo una altura de 1m
en relación con el resto de del terreno, no obstante hacia su extremo noreste, se demarca
sobre ella otro pequeño cuerpo bajo la misma figura que presume unos 50cm más elevado.
Adosada a la primer plataforma a partir de su extremo noroeste, se desprende la
segunda de estas elevaciones, cerrando hacia el norte esta pequeña plaza. Construida
también bajo una figura rectangular se distinguió por mostrar en un plano horizontal 15.5m

450
de larga aproximadamente, por 12m de ancha, con una altura de 80 a 90cm. La última de
estas elevaciones se situó hacia el lado poniente, su silueta un poco distorsionada por
factores antrópicos se confunde si fue rectangular o semicircular, de cualquier modo, su
figura nos proporcionó unas dimensiones de 15m en su parte más a largada y 9.5m en la más
angosta, lo que vendría siendo un radio de 8m aproximadamente.

Imágenes 21-23. Los gráficos tienen la finalidad de mostrar bajo diferentes perspectivas la distribución y conformación de
este conjunto de plataformas que nos dan fe sobre las características del sistema constructivo que emplearon los habitantes
de este sitio.

451
Resultados
Sin lugar a duda la oportunidad que significó llevar a cabo esta investigación dentro de
un peculiar escenario geográfico colmado antiguamente de recursos marinos y por una vasta
flora y fauna hoy en día extintita y socavada por la creciente mancha urbana y los
desarrollos de infraestructura portuaria, nos permitió desentrañar valiosos datos sobre las
características culturales de un antiguo asentamiento humano relativo a los grupos que se
asentaron en la región costera del sector oeste de la bahía de Manzanillo durante la época
prehispánica.
Sabemos que es difícil tratar de interpretar y determinar las características
socioculturales de una población arqueológica cuando no se cuenta con un estudio integral
de un sitio, y mucho menos cuando no se conocen sus dimensiones, patrón de asentamiento,
zonas de producción, entre muchos otros rasgos que se deben incluir para poder conocer y
determinar su estructura social. Esto se vuelve aun mucho más complejo cuando el área de
estudio, notablemente alterada, y un tanto modificada en su relieve, es una unidad mínima
de análisis tanto en extensión de superficie como en tiempo destinado a su estudio, si a esto
le sumamos las presiones con las que se desenvuelven este tipo de investigaciones
entenderemos que el trabajo tiene que tratar de recopilar en el menor tiempo posible el
mayor número de elementos para comprender e interpretar el pasado, a partir de las pocas
evidencias que han sobrevivido.
En este sentido a continuación daremos curso a los resultados obtenidos iniciando en
como estuvo constituida nuestra unidad de análisis, es decir el predio. Las evidencias que
aun prevalecían a todas luces referían un lugar acondicionado por un grupo adscrito a un
mismo periodo cultural. Todo parece indicar que fue entre los años 450- 650 d.C. cuando se
empieza a poblar el sector suroeste del denominado Valle de las Garzas. Recordemos que
este escenario se caracterizaba antiguamente por ser una pequeña cuenca pantanosa
flaqueada por una extensa zona de humedales conformada al este por la Laguna de Las
Garzas, al sur por la Laguna de Tepextle, mientras que al norte por los escurrimientos de los
cerros El vigía y promontorios pertenecientes a los pie de monte de la sierra Madre del Sur,
cuyos escurrimientos desembocaban en el pantano, y finalmente al oeste por el caudal del
extinto arroyo conocido como Pancho Villa, y cuya desembocadura era en la bahía de
Manzanillo, formando así un cinturón hidrológico.
Las partes más elevadas eran precisamente el extremo suroeste del valle, lo que
correspondía al extremo oeste del arroyo Pancho Villa. A todas luces la información
recabada dio cuenta que la población que se apropió del escenario tuvo que acondicionar el
espacio para establecer cualquier tipo de construcción, ya sea de carácter habitacional o
cívico-ceremonial, o incluso funerario. Al ser una zona con un nivel freático muy somero y
de constantes inundaciones se vieron en la necesidad de desarrollar un sistema constructivo
cuya arquitectura estuvo determinada a partir del confinamiento de tierra formando
plataformas distribuidas bajo siluetas rectangulares y semicirculares, en este caso las que
documentamos alcanzaron una altura promedio que fluctúo entre los 50cm y 1m, aunque se
dice que existieron algunas hasta de 5m de altura, tal y como lo documentó en su reporte de
inspección la Dra. Ángeles Olay en el año 20001.

1
Olay Barrientos Ma. de Los Angeles. Oficio No. CINAHC-DIR-034/2000, Mecanoscrito, 25 de Enero de 2000.

452
Imágenes 24-25.-. Los gráficos nos muestran las plataformas que construyeron estos individuos para cimentar sus
construcciones, y así protegerse de inundaciones ganando mas altura en el relieve del paisaje.

Una vez conformados los promontorios desplantaron sobre ellos las paredes de la
construcción, estos conformados por materiales perecederos y recubiertos con lodo que
posteriormente era quemado formando paredes enjarradas, tal y como lo demostraron los
fragmentos de bajareque que se recuperaron durante el proceso de excavación y en
superficie durante la limpieza de algunas de estas elevaciones.

Imagen 26.- A través de esta imagen podemos apreciar algunos de los fragmentos de barro quemado con impresiones de
madera que ejemplifican que recubrieron las paredes de algunas casas.

En cuanto a los materiales empleados para formar la estructura y paredes de las


construcciones seguramente debieron emplear maderas de mangle de la especie rojo y
caballero (Rhizophora mangle y Ryzophora mangel) que se da en los márgenes de la Laguna
de Las Garzas. Como la mayoría de los pueblos costeros que cuentan con esteros y lagunas,
este árbol de las rizofóreas que crece de cuatro a seis metros de altura, aunque a veces

453
alcanza más, proporciona largas ramas, varas y troncos rectos extendidos cuyas
características son muy funcionales y aprovechadas para armar estructuras.
Indiscutiblemente el mangle era un recurso abundante en el entorno que también debió ser
utilizado para formar cercos, canoas, balsas y remos, además de ser una fuente importante
como proveedor de combustible para mantener el fuego vivo para todas sus aplicaciones.

Imágenes 27-31.- Estas ilustraciones nos muestran la zona de manglares que caracteriza el nicho ecológico de La
Laguna de las Garzas.

Pero el medio no solo les ofreció el manglar para construir la estructura de las casas,
también les proveyó de un material resistente para conformar las cubiertas, grandes y
frondosas hojas de palma de la especie (Attalea Butyracea) las cuales seguramente fueron
utilizadas para enramadas y los techos de la casas, como actualmente se continua utilizando
en las palapas de los espacios turísticos.

454
Imágenes 32-37.- Los primeros gráficos muestran las palmas de coyol real nativas de la región, de las cuales sus hojas son
aun utilizadas para formar techumbres de palapas y casas, recordemos que este material tiene una gran tradición dentro del
sistema constructivo de casas desde épocas prehispánicas en todo los pueblos costeros de Mesoamérica. En las tres
imágenes finales podemos ver su empleo en casas y palapas.

Como ya referimos los resultados nos situaron frente a una serie de contextos que se
relacionan para un solo momento cultural, cuyas características reflejan actividades de un
grupo poblacional que se desarrolla dentro de un orden social y económico de carácter
doméstico, es decir, el espacio intervenido corresponde a un área donde se encontraban
emplazadas unidades habitacionales ocupadas por individuos, cuyas costumbres
comprendían inhumar a sus miembros debajo del suelo donde se suscitaba la vida cotidiana.
Este barrio, por llamarlo de alguna manera, manifiesta que sus miembros basaban su
encomia de subsistencia en un modo de producción que estuvo ligado a la agricultura, caza,
pesca y la elaboración de textiles.
Como es sabido para los siglos V y VI d. C. el hombre mesoamericano ya contaba con
un amplio bagaje de plantas domesticadas y técnicas agrícolas que permitían su producción
intensiva, así como las herramientas para dominar el medio y los utensilios para transformar
la materia prima en alimentos. La presencia de fragmentos de metates y una gran cantidad
manos de diferentes formas y tamaño dieron cuenta que las labores de moler y triturar
granos como el maíz, frijol, semillas de calabaza, cacao entre otros, indican que fue una
labor recurrente para la comunidad; otros artefactos detectados como morteros y tejolotes
también refieren el proceso de molienda.

Imágenes 38-41. En primer plano vemos un grupo de artefactos que corresponden a herramientas que permitieron el
dominio del entorno, seguramente utilizadas para cortar los arbustos y preparar las áreas de cultivo, o también fueron
usadas para desmembrar animales entre otras funciones. De igual manera se aprecian instrumentos utilizados para la
molienda.

455
Con respecto al nivel nutricional que caracterizaba esta población, vemos a través de
los restos óseos de animales recuperados y el análisis antropofísico que su dieta era variada
y combinada con un buen porcentaje de ingesta de vegetales, carnes, granos, productos
marinos y minerales. Fríjol, chile, calabaza, quelite, maíz, tomate, camote de cerro, papaya
silvestre, tuna, entre otras especies que se dieron en la región. Venado, aves, mapache,
tejones, armadillo, perro, pescado, tortugas, almejas, ostiones y cangrejos fueron parte de la
dieta de estos hombres, sin olvidar la sal que permitía recuperar los electrolitos perdidos por
la humedad y el calor, y por otro lado las agaváceas que proporcionaban azucares, al igual
que las frutas silvestres.

Imágenes 42-51.- En estas exposiciones vemos los restos de animales que se encontraron dentro de los contextos,
en ellas se encuentran dientes de venados, huesos de perro con huella de corte, tenazas de cangrejos y diferentes especies
de moluscos, Pinctada mazatlanica Glycymeris Acanthocardia_tuberculata, Glycymeris deleta (Solander Glycymeris
gigantea, algunas de ellas refieren un contacto con el fuego o trabajos con fines ornamentales.

Muchos de estos alimentos seguramente fueron preparados en hornos enterrados


conformados por piedras de pequeñas a medianas dimensiones bajo figuras circulares, estos
hornos se encontraron asociados con una gran cantidad de conchas de diferentes moluscos,
además de restos óseos. Esto nos recuerda de que para ciertos grupos mesoamericanos la
idea de enterrar a sus muertos dentro de las casas o junto a los fogones les aseguraba el calor
en su viaje al más allá.

456
Imágenes 52-54.- Véanse a detalles algunos de estos fogones.

Es notable que otra de las actividades desempeñadas por los miembros de esta
comunidad fue la producción algodonera. La siembra de esta planta, la cual requiere durante
su desarrollo un escenario húmedo con abundante agua tal y como era el ecosistema del
Valle de Las Garzas, permitió el cultivo y la trasformación de la fibra que se obtiene de este
arbusto del genero Gossypium hirsutum.
La elaboración de textil seguramente dio pie a una economía de mayor escala que a su
vez permitió adquirir productos de otras regiones. El intercambio de prendas de algodón
decoradas con tintes de caracoles marinos como el de la especie Purpura patula pansa y
Grana cochinilla, seguramente sirvieron para adquirir artículos como la obsidiana que no
existe en la zona, pudo ser por ejemplo una de las transacciones que sostuvieron estos
individuos.
A continuación se pueden apreciar algunos malacates que nos indican la notoria
actividad relacionada con el hilado y confección de vestimentas. En los siguientes gráficos
se muestran algunas puntas de proyectil efectuadas en obsidiana de diferentes colores,
sobresaliendo una de color rojo. Por la escasa presencia de herramientas de corte elaboradas
en este vidrio volcánico, como navajillas prismáticas y desechos que hablen de su
manufactura, consideramos que las puntas de flechas llegaban al lugar ya en sus formas
terminales. Las técnicas de elaboración de estos utensilios y sus características formales se
asemejan a las puntas recuperadas en el sitio Playa del Tesoro por José Beltrán, por lo cual
consideramos podría tratarse del mismo corredor comercial.

457
Imágenes 55-64.- En la primer imagen que conforma esta serie fotográfica, se muestra un fragmento de caracol,
posiblemente usado para explotar sus secreciones y teñir los textiles, otros usados como punzones (Trigonoatoma
tuberculosun y Turris crispa). Posteriormente se muestran algunos de los malacates recuperados, todos ellos con una
iconografía implícita. En tomas a la inversa las siguientes imágenes nos muestran una pieza cerámica que consideramos fue
utilizada para aplanar las fibras o textiles. Su forma aplanada con una cara completamente pulida y la otra con una
agarradera nos recuerda a una plancha, siendo factible que su función haya sido tal.

No debemos dejar a un lado que las evidencias nos señalan que la producción de
textiles fue tan importante para la comunidad, que los utensilios como los malacates usados
para elaboración de las fibras trascendieron a un plano cosmogónico, formado parte de los
enseres que constituían los objetos sacros durante los rituales de sepultura de algunos
personajes. Estas piezas elaboradas de arcilla fueron consideradas como chalchihuis, y
puestas a los muertos como si fueran piedras preciosas.

Imágenes 65-67.- Véase donde fueron puestas estas piezas que conformaron los objetos suntuosos de los
individuos.

Por otra parte la producción alfarera como cualquier pueblo mesoamericano fue otra
de las actividades desempeñadas por los individuos que integraron la comunidad. La
trasformación de la arcilla en cerámica permitió dejar impresos en los objetos, los estilos
formales y estilísticos de la época, tanto endémicos como exógenos. Su importancia más allá
de un simple recipiente trascendió del plano utilitario, pasando a ser utilizados y sacralizados
dentro de los espacios funerarios fungiendo como ofrendas.

Algunas de estas piezas dejan ver a través de su decoración un simbolismo ligado


completamente al entorno, donde el movimiento y el cambio son constantes, como
corrientes de agua o el vaivén de las olas del mar, como la vida y la muerte o el eterno
renacer del sol, concepciones muy arraigadas en el pensamiento de los grupos de América
precolombina.

458
Imágenes 68-75. Véase que la decoración de estas piezas ejemplifican espirales, grecas, caracoles cortados, soles
que simbolizan el movimiento, el cambio.

Otras expresiones plásticas producidas a través de la arcilla que fueron detectadas en


este sitio, nos remiten a esa analogía que han señalado algunos autores como Isabel Kelly
(1938), Patricia Anawalt (1998), Mountjoy (1972) Beltrán (2001), Olay (2006) acerca de la
innegable relación que sucedió desde épocas tempranas entre los pueblos del pacifico
mexicano con los de la costa de Ecuador.
El paralelismo que guardan las expresiones plásticas desde el formativo hasta el
clásico medio lo hemos venido observando en los últimos años a través de investigaciones
bajo la figura de salvamento Olay, Platas (2004) Cuevas, Olay(2004), Olay, Cabrera y
Platas(2006) Olay, Cuevas y Platas(2008), Almendros, Cuevas y Platas (20011), estos datos
nos llevan a corroborar aun más la hipótesis de este contacto, el cual determinó y dio forma
a la cultura material de Colima, tanto en el valle como en el costa durante las fases Capacha,
Orices, Comala y parte de la fases Colima y Armeria -la cual creemos puede ser una misma-
manteniendo un vinculo más estrecho con Sudamérica durante las tres primeras que con la
propia Mesoamérica.
Como parte de este paralelismo vemos que los artesanos de este sitio intentan
reproducir ciertas características formales de especies marinas consideradas como suntuosas
e importantes para celebrar rituales propiciatorios de lluvia como es el caso del espondylus
princeps, este molusco cuyo culto -.se dice se originó en el seno de la cultura Valdivia en la
costa de Ecuador en los años 3500 a.C. y que siglos después paso a Mesoamérica- fue
considerado parte fundamental de la práctica religiosa que comparten los pueblos costeros
del Pacifico2 .

2
Jorge G. Marcos, Los pueblos Navegantes del Ecuador Prehispánico, producciones digitales Abya-Yala, Quito- Ecuador, diciembre
2005.

459
Imágenes 76-87.- Las dos primeras imágenes nos muestran ejemplos de las conchas que representan la especie Spondylus,
ellas nos permiten hacer una analogía con las conchas que registramos en el sitio, y que es representada por la tercer
imagen. Posteriormente los siguientes gráficos nos exhiben algunas de las vasijas registradas en la costa ecuatoriana que en
su forma reproducen elementos que aluden a este molusco. Por último se presentan las piezas registradas en el sitio del
Valle de Las Garzas con estas mismas características.

Otras expresiones plásticas que se enmarcan dentro de esta relación son las vasijas del
tipo cerámico bandas sombreadas, cuya forma y decoración fue ampliamente reproducida en
todo el eje del río Armería y del río Salado durante la fase Colima, aunque sus
características primordiales provienen de periodos más tempranos. Esta cerámica también
reportada para el sitio de Morett, como Morett policromo y para Playa del Tesoro,
investigadores como Clement Meighan señalan que muestra gran similitud con la cerámica
de la fase Tejar de Ecuador3.

3
Meighan Clement, Archaeology of the Morett Site, Colima. Publications in Anthropology, vol. 7. University of California Press.

460
Imágenes 88-97.- A través de las dos primeras exposiciones podemos ver las características formales de las vasijas
que representan el tipo cerámico bandas sombreadas o Morett policromo. Posteriormente vemos un grupo de cajetes o
también llamadas copas base de pedestales procedentes del sitio Salango ubicado en la costa sur de Manabí, Ecuador. En
las imágenes siguientes se presentan las ilustraciones de las vasijas registras en esta investigación y que comparten una gran
similitud con las del sitio Salango.

También es de llamar la atención la presencia de algunos fragmentos cerámicos cuyas


formas se asemejan a los llamados asientos-platón registrados en Playa del Tesoro por
Beltrán, quien a su vez retoma el nombre a partir de piezas ecuatorianas idénticas
recuperadas en el sitio de Jama-Coaque (350 a.C-400 d.C) situado en la costa norte y que
representan pequeños equípales en cerámica4. Estos materiales cerámicos fueron algunos de
los referentes que nos permiten decir que se relacionan formalmente con expresiones
culturales del sur del continente.

Imágenes 98-99.- Desafortunadamente ninguna de estas piezas se recuperó completa, no obstante su presencia viene a
corroborar el contacto que se dio entre los pueblos costeros de Mesoamérica con los de la costa Ecuatoriana.

4
Beltrán, José Carlos, La Explotación de la Costa del Pacifico en el Occidente de Mesoamérica y los Contactos con Sudameria y con
otras Regiones Culturales.

461
Referente a las expresiones plásticas que reproducen ejemplificaciones antropomorfas
fueron escasas. Las piezas guardan una gran similitud con las figurillas registradas en el sitio
Playa del Tesoro, en este caso los ejemplares más diagnósticos se distinguen por ser simples
personajes en escenas cotidianas, la mayoría son de sexo femenino e indeterminado, van
ataviados con pulseras, collares, cuentas y algunos presentan vestimenta.

462
Imágenes 100-119. En las primeras ilustraciones vemos los rasgos y adornos en las figurillas; seguramente algunos
individuos portaban este tipo de indumentarias, siendo corroborado por las prendas confeccionadas en concha y piedras
que presentaron algunos entierros.

Indudablemente el halo que envuelve a estas manifestaciones plásticas expresa por


completo un orden que gira por ensalzar los propios modelos de la parafernalia de la época,
que quizás caracterizaba a la población en general. Las mismas no hacen referencia a
personajes importantes de la elite o sacerdotes, tampoco encontramos en ellas expresiones
que indiquen un simbolismo distintivo de alguna deidad que haya sido objeto de culto, -
debemos recordar que el espacio que se intervino es un área donde se encontraban
establecidas unidades habitacionales y los entierros encontrados sus habitantes, - por lo tanto
no debemos descartar la posibilidad de que dentro los espacios donde se concentró el poder
político y religioso, zonas ya urbanizadas, estuvieran presentes y materializadas las
expresiones que mantenían en cohesión al grupo y el orden social.
En esta narrativa se habló de algunos de los aspectos sociales y culturales que
caracterizaron a estos individuos, su apropiación e interacción con el medio natural, cómo el
entorno influyó en el hombre que lo habitó desde el punto de vista de la antropología física,
vimos en dicho apartado cómo los recursos apropiados, producidos y trasformados
determinaron su desarrollo fisiológico coadyuvando en la conducta social.
Finalmente a partir de las correlaciones que venimos realizando, no podemos negar
que la cultura material registrada de este sitio que floreció en el llamado Valle de las Garzas
muestra una relación con los contextos del asentamiento de Playa del Tesoro explorado por
investigadores de la Universidad de California y por José Beltrán del INAH. De esta
intervención se realizaron algunos fechamientos de radiocarbono que establecen que Playa
del Tesoro tuvo su apogeo entre los años 200 al 650 d. C. a partir de esta fechas y a través de
una analogía podemos decir que la ocupación del valle de las Garzas muy probablemente se
haya dado entre los años 450 al 650 d. C.

Imagen 120. Esta ilustración nos ofrece una toma abierta que nos permite ver la ubicación del sitio dentro del Valle
de las Garzas, referido a partir del punto rojo, así como áreas donde se explotaban y producían los recursos que mantenían
la economía del asentamiento.

463
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