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Para descubrir los orígenes de estos simpáticos snacks, por

muy curioso que parezca, hay que remontarse a la Guerra


Civil española, cuando Forrest Edward Mars vio a los
soldados combatientes comer bolitas de chocolate
cubiertas de azúcar para evitar que se deshicieran en los
dedos debido al calor. El joven Mars que había emigrado a
Londres tras una disputa familiar con su padre Frank Mars,
creador de la también internacional chocolatina en barra
“Milky Way” y del imperio de las golosinas en Chicago,
quedó entusiasmado y por ello se asoció con R. Bruce
Murriec para comprar los derechos de aquellas bolitas.
En 1939 ambos consiguieron introducir el producto en el
mercado estadounidense bajo el nombre de M&M. Dos
años después ya estaban a la venta en el país y en 1950 ya
habían conseguido alcanzar gran popularidad entre los
ciudadanos estadounidenses, gracias, en parte, al auge de la
televisión. Precisamente a este medio llegaron los primeros
personajes de la familia, que bajo el eslogan “el chocolate
se derrite en tu boca, no en tu mano”, consiguieron hacerse
un hueco rápidamente en todos los hogares.

Gansito “Recuérdame”
Este slogan es sencillo, fácil de recordar y ha logrado
mantenerse a través del tiempo. Distintas
generaciones lo repiten porque transmite un fuerte
sentimiento: la nostalgia de la niñez. Esta frase
comercial está presente en casi toda la publicidad del
Gansito de Marinela y tuvo sus primeras apariciones
en la década de los 70. En el 2010 la empresa relanzó
su imagen y campaña, pero basándose en el tierno
personaje del gansito y en esta frase para atender al
nuevo público infantil y adolescente. Sin duda, el mejor
branding de una marca construido a partir de una sola
palabra. Con este producto Seguimos en la primera
infancia, donde este pastelito sustituyó al de
cumpleaños en la escuela, en la oficina y en muchas
bancas de algunos parques mexicanos. Por eso lo
recordamos, porque es lo eslogan lo pedía y siempre
estaba, siempre estuvo y siempre estará. Una sola
palabra, una sola petición, y un solo producto de una
lovemark en México.

Fundador Lorenzo Servitje (1918-2017), 

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