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Canitrot

Introducción
(Publicado en 1975)

Hubo en la historia argentina tres intentos expresos de modificar la distribución del ingreso a favor de los
trabajadores mediante el aumento de salarios: Perón (1946-1952 y 1973-1976) e Illia (1963-1966).

Peronismo y radicalismo comparten ideología nacionalista y aspiración a política económica conocida como
populista que busca mejorar las condiciones de vida de los sectores de ingresos medianos y bajos, sin alterar
fundamentalmente la estructura de propiedad y las relaciones económicas vigentes.

Los tres intentos mencionados fracasaron en tener efectos perdurables, con la redistribución comida por la
inflación o por políticas antiinflacionarias.

El autor sostiene que a diferencia de lo que peronistas y radicales creen, los retrocesos posteriores a cada intento
de redistribución no se debe a la acción deliberada de grupos de interés que reaccionan ante sus pérdidas sino
que resultan de los elementos característicos que las propias políticas redistributivas tienen.

La teoría y sus consecuencias


Teoría neoclásica: un cambio en los salarios es una perturbación de las condiciones de equilibrio del sistema y
no se sostiene por si mismo; el sistema tiende a retornar a la situación original. La perturbación es transitoria y
genera ineficiencia.

Marxismo: el salario se mantiene en el largo plazo al nivel de subsistencia relativo. Los capitalistas ejercen
presión en detraimiento del salario para aumentar la plusvalía extraída. El grado de conciencia de los trabajadores
y de organización de los trabajadores puede aliviar la situación solo temporariamente.

Keynesianismo y neokeynesianismo: admite una modificación permanente del salario. Dada la disponibilidad
de recursos y el ingreso total derivado de su uso en la producción, se puede distribuir arbitrariamente el ingreso
entre salarios y beneficios dependiendo de la tasa de acumulación de capital que se adopte. Como los beneficios
se destinan principalmente a inversión y los salarios a consumo, una mayor tasa de acumulación de capital
requiere una proporción mayor del ingreso canalizado hacia los beneficios. El incremento de los salarios no solo
se hace a costa de los beneficios de los capitalistas del presente y de los salarios de los trabajadores del futuro.
Estos enfoques se refieren a economías cerradas. En economías abiertas con capital móvil, la capacidad de
redistribución de ingresos desaparece ya que el capital se muda adonde sea más barato producir. En los hechos
el capital no es estricta y universalmente móvil. La movilidad varía según los sectores de la economía. Las
multinacionales y los grupos de inversión tienen gran movilidad de capital mientras que las empresas pequeñas,
los trabajadores independientes, y los propietarios menores y rentistas tienen menos movilidad de capital. Éstos
últimos deben resignarse a aceptar una tasa de rentabilidad menor (por salarios elevados) al tiempo que reducen
su monto de inversión, pero en la realidad resisten elevando sus precios o desarrollándose en el mercado negro.

La expansión de la demanda generada por una redistribución a través de salarios requiere una ampliación de la
capacidad productiva que no siempre es compatible con la reducción de del nivel de inversión. Entonces se
genera desabastecimiento, lo que refuerza presiones inflacionarias.

La redistribución a la vez necesita de una fuerte intervención del Estado y lo debilita (porque es el principal
empleador y debe pagar salarios más altos). La resolución de este problema es el aumento de la carga tributaria,
lo cual genera una reducción adicional de la rentabilidad de las impresas privadas y una caída en la capacidad de
consumo de los asalariados.

Limitaciones de la teoría
La homogeneidad dentro de cada conjunto (trabajadores, capitalistas, beneficios y salarios) es una ficción.

Como conclusión de este trabajo puede suponerse que el gasto público es un medio más eficiente de
redistribución de ingresos que el aumento de salarios.

Inflación
En condiciones cercanas al pleno empleo, y si no media intervención estatal, el incremento de salarios se
transmite a los precios, manteniendo iguales los salarios reales.

El alza de salarios reduce los beneficios de las empresas con salarios nuevos incompatibles con las estructuras
económicas representadas por las empresas. O se modifica esta estructura o el sistema de precios se acomoda al
nuevo valor nominal del salario vía inflación.

Hay dos razones por las que el sistema puede no regresar a los valores de equilibrio:

1. No todas las empresas pueden modificar libremente sus precios (control de precios, efectivo solo en el
corto plazo a menos que se de un cambio estructural). Tres conjuntos de precios controlables: precios
agropecuarios, alquileres y las tarifas de empresas públicas. En Argentina, los incrementos en los salarios
reales, cuando ocurren, se deben esencialmente a la caída del valor relativo de estos precios con

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respecto al salario. Entonces la redistribución es pagada por productores agropecuarios, las empresas
públicas y los rentistas de casas de alquiler, pero no perdura ya que esta oferta se deteriora a medida
que se mantienen esos precios y sube el nivel general de precios. La inversión se hace nula o negativa.
2. El alza original de los salarios genera movimiento de los precios hacia nuevas posiciones, pero en
distintos momentos y con diferente ritmo, creando nuevas variables dinámicas que no actúan en relación
con el equilibrio original y no conducen a este. Iniciado, el movimiento se transmite hacia arriba. Hay una
tendencia inherente en el proceso inflacionario a acelerarse. Hay más riesgo en perder capital por ajustar
de menos que en perder ingresos por retrasar ventas ajustando los precios demás. Por eso, las empresas
suben precios adelantándose a los costos futuros que deberá costear. El resto de las empresas
(vendedores y compradores directos o indirectos) hace lo miso. Las políticas monetarias y fiscales de
estabilización operan contrayendo la demanda de modo que cueste adelantarse a aumentos de precios
por ventas demasiado bajas que generan un costo mayora al de la perdida de capital por no adelantarse.

El funcionamiento de la economía argentina


Presentación del modelo argentino

Se supone la economía argentina representada por un sector agropecuario exportador con pleno empleo y uno
industrial importador de insumos y bienes de capital que produce para el mercado interno y admite desempleo
cuando la demanda efectiva es insuficiente. Los cambios en la demanda agregada de bienes corresponden a
cambios en la demanda de los asalariados y dependen de cambios de los precios y de los ingresos de estos
últimos.

En un primer análisis se excluye las posibilidad de inversión autónoma, exportaciones industriales y sustitución de
importaciones.

El salario real de los trabajadores se modifica –ceteris paribus– cuando se modifica su salario nominal. También
se modifica cuando cambian los precios de los bienes de consumo (agropecuarios o industriales). Un cambio en
esos precios modifica también la proporción y, a salario nominal fijo, la magnitud del gasto que se destina a los
bienes de cada uno de los sectores. Un cambio de precio en cualquier sector modifica la demanda de bienes de
ambos sectores. En el caso del sector agropecuario (volumen fijo de producción por pleno empleo), afecta la
magnitud de las exportaciones; en el caso del sector industrial, su nivel de actividad y la demanda de
importaciones.

Los mercados

La asignación de los bienes producidos por el sector agropecuario al sector interno y al sector externo se define
en función del precio interno de los bienes y de su relación con el salario nominal. Cuando más alto es este

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precio, más se exporta. Pero este precio en realidad depende del precio internacional y de la tasa de cambio de la
moneda extranjera. Manteniendo una variable constante (precio internacional o tasa de cambio), debe cambiar el
otro para que cambien los precios internos. A ingresos constantes, el aumento del precio de los bienes
agropecuarios reduce la capacidad de gasto de los asalariados en bienes del sector industrial. En el sector
industrial, ante cambios en la magnitud de la demanda modifican la cantidad vendida o producida sin alterar los
precios. Ante cambios en los precios de insumos, o de la mano de obra, elevan proporcionalmente los precios del
producto final. La respuesta del sector industrial ante traslaciones de la demanda o cambios en los precios de los
insumos va a ser una modificación de la cantidad producida, por mínima que sea.

Movimientos

El modelo admite tres variables independientes:

1. El precio de los bienes agropecuarios como consecuencia de alteraciones en la tasa de cambio o en los
precios internacionales.
2. El precio de los insumos importados y, consecuentemente, de los bienes industriales.
3. El salario nominal de los trabajadores.

Y las siguientes variables dependientes:

1. Las exportaciones
2. Las importaciones
3. El precio de los bienes del sector industrial
4. El nivel de actividad industrial
5. Empleo urbano
6. Beneficios de los empresarios rurales
7. Beneficios de los empresarios urbanos
8. Salario real

Modelo:

A. Suben precios agropecuarios (VI1) y se mantienen fijos los otros (VI2 y VI3).
B. Caen la demanda de bienes del agro y aumentan las exportaciones (VD1).
C. Demanda es inelástica entonces cayó cantidad pero no precios, y cayó el salario real (VD8).
D. Se reduce el nivel de demanda de bienes industriales a precios constantes, lo que reduce el nivel de
actividad industrial (VD4) y el empleo urbano (VD5).
E. Cae aún más el salario real (VD8), bajando la demanda y se repite D hasta llegar a un equilibrio.
F. El mecanismo de multiplicación de E existe en el sector industrial y no en el agropecuario ya que la
exportación absorbe los saldos de producción no demandados internamente.
G. Se afecta la balanza del comercio: aumenta el saldo porque se exporta más y la caída industrial reduce
importación de insumos.

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H. El aumento del precio de los insumos es absorbido por industria, alzando precios de los productos finales.
I. Como salarios nominales permanecen fijos, alza de precios obliga a reducir su cantidad de bienes
industriales demandados.
J. Se genera un nuevo efecto multiplicador.
K. Como la elasticidad de la demanda de bienes industriales es alta, el gasto en esos bienes no se altera
significativamente cuando su precio aumenta, por lo que no se afecta mucho el gasto en bienes
agropecuarios (sigue disponible la misma cantidad de dinero).

Es posible graduar mediante políticas arancelarias e impositivas el impacto de la modificación de la tasa de


cambio de modo que uno de los dos precios considerados se incremente más o menos que el otro. En ambos
casos, el resultado del alza de los precios sobre el nivel de actividad y el empleo urbano es recesivo y sobre la
balanza comercial positivo pero el alza del precio agropecuario tiene un impacto mayor sobre el incremento de los
saldos exportables que el alza de precio de las importaciones. La diferencia mayor es de carácter distributivo: el
aumento de los precios agropecuarios incrementa los beneficios de los empresarios de ese sector mientras el
aumento de los precios de las importaciones los mantiene inalterados. En ambos casos, sin embargo, tanto los
beneficios de los empresarios industriales como de los asalariados se deterioran.

El aumento del salario nominal

Aumento del precio de las importaciones y los agropecuarios, con salarios nominales constantes, equivale a caída
del salario real. Un incremento del salario nominal, con los otros dos precios constantes, es un aumento del
salario real.

Un aumento de los precios agropecuarios es una decisión política y el ajuste es prácticamente instantáneo. En el
caso de un aumento de los precios de importación el ajuste es más lento porque tardan en trasladarse los nuevos
costos a los precios industriales. Los aumentos de salarios nominales crean una situación expansiva por el
aumento de la capacidad de gasto de los asalariados: aumenta la actividad industrial, ajustándose a los nuevos
costos por los salarios más altos, generándose un proceso inflacionario que se acelera. Si el proceso de ajuste
fuera simultáneo en todos los precios, no habría un desencadenamiento de la inflación. Es la
disparidad de los tiempos y ritmos de ajuste que la hace posible.

Los precios agropecuarios, controlados políticamente, tienden a quedar atrás de esta inflación acelerada. Esto
genera nuevas expansiones del consumo. Aumenta el empleo y la actividad industrial mientras la balanza
comercial se deteriora por la caída de las exportaciones y el incremento de las importaciones.

Otras fuentes de la demanda autónoma

1. Inversión autónoma
2. Exportaciones industriales

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3. Sustitución de importaciones

Son fuentes independientes del salario real.

Las llamadas políticas populistas se apoyan principalmente en el aumento del salario nominal, una relación alta
entre el salario nominal y la tasa de cambio. Las políticas keynesianas o modernizantes usan las fuentes
alternativas de la demanda. Las segundas son más beneficiosas para los empresarios industriales que las
primeras.

El largo plazo

En la medida en que haya mano de obra excedente, el máximo de empleo que pueda proveer la economía en
una situación dada depende de la restricción del comercio exterior. Hay una relación directa entre el volumen de
empleo que puede haber, satisfecha la restricción externa, y el precio interno de los exportables con respecto al
salario nominal. Cuanto mayor es el precio de los exportables mayor es el volumen de empleo ofrecido.

En tanto el precio interno de los exportables queda determinado de acuerdo con el nivel deseado de empleo
posible, el volumen efectivo de empleo depende de la posición que tome la relación entre precios de importación
y salarios nominales y de la magnitud de la demanda autónoma. El incremento del empleo se logra tanto por la
baja de dicha relación como por el incremento de la demanda autónoma.

Final
El máximo de empleo que puede dar la economía está definido por las exportaciones porque las importaciones
condicionan el nivel de axtividad del sector industrial. La generaci´n efectiva de empleo depende de la intensidad
de la demanda. Esta puede crearse por aumento de los salarios reales o por factores autónomos como la
inversión, la exportación de manufactura y la sustitución de importaciones. El peso relativo de estas fuentes de
creación de demanda incide en la distribución final del ingreso. En el punto de empleo máximo, el valor máximo
del salario real es tanto mayor cuanto menor es el peso de la demanda autónoma en la demanda total.

El conflicto entre distribución (salarios) y acumulación (beneficios) rige en situación de máximo empleo. Cuando
hay desempleo y recursos, la expansión puede hacerse favoreciendo tanto salarios como beneficios industriales.
Esto hace posible y limita la política populista.

Recesión – Nace alianza populista (trabajadores y burguesía industrial vs empresarios rurales) con programa
expansivo – Éxito de la expansión destruye la alianza a medida que se acerca al pleno empleo – Alianza entre
burguesía industrial y empresarios rurales – Nuevo programa de orden y recesión.

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El proyecto propio de la burguesía industrial es el de la demanda autónoma: inversión, promoción de
exportaciones y sustitución de importaciones. En Argentina suele fallar porque la burguesía industrial es débil
comparada con la extranjera.

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