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ANTECEDENTES

Un primer trabajo corresponde a un estudio realizado en guatemala para la


universidad de san carlos de guatemala de la facultad de ciencias quimicas y
farmacia, de carácter factible basado en estudios cientificos, el cual recibio el
nombre de elaboracion de propuestas de guias alimentarias para pacientes
diabeticos tipo 2 , fue efectuado con los pacientes diabéticos tipo 2 que asisten
a la Casa del Diabético de Guatemala institución encargada de brindar
tratamiento multidisciplinario a la población diabética de la Ciudad. Se tomó
aleatoriamente el 5% de la población, por conveniencia conforme su asistencia
a la clínica y de acuerdo a las características requeridas por el estudio. El
criterio de inclusión para la selección fue: ser diabético tipo 2, estado nutricional
normal y/o sobrepeso; y como criterio de exclusión tener patologías asociadas.
Se obtuvo como resultados las guías técnicas que incluyen los grupos y
porciones de alimentos para cubrir las necesidades nutricionales de los
diabéticos tipo 2, así como ocho recomendaciones que promueven la
alimentación adecuada de los mismos. Se determinó que las recomendaciones
son factibles para la población, es decir, fueron comprendidas en un 99.2%,
aceptadas en un 93.3%, y factibles en 94.3%, en las recomendaciones se
incluyó la actividad física la cual fue aceptada y se consideró factible, aunque
los pacientes no pueden llevarla a cabo todos los días. (Coburguer 2007)
Asi mismo un segundo estudio realizado en el departamento de Cundinamarca
colombia. Se llevo a cabo en los hospitales San José, del municipio de
Guaduas, San Rafael, del municipio de Facatativá y el Universitario La
Samaritana, del municipio de Zipaquirá, se incluyeron todos los pacientes
atendidos por el programa de control de la diabetes para, así, garantizar la
confiabilidad y la precisión de las estimaciones y la validez estadística de los
resultados. Se seleccionaron aquellos pacientes con diagnóstico de diabetes
mellitus de tipo 2 sin complicaciones derivadas de la enfermedad en los últimos
seis meses,la cual estuvo compuesta por 212 adultos entre los 25 y 70 años
que participaron voluntariamente
La lista de 28 alimentos se elaboró a partir de los grupos definidos en las guías
alimentarias para la población colombiana (15) y se centró en las fuentes de
energía, las proteínas, las vitaminas y los minerales, así como en los alimentos
considerados poco saludables, como las comidas rápidas, los snacks, y los
alimentos con altos contenidos de azúcar y grasas, entre otros, contemplando
un período de recordación de 30 días y diez categorías de frecuencia: nunca,
una vez al mes, dos a tres veces al mes, una vez por semana, dos veces por
semana, tres a cuatro veces por semana, cinco a seis veces por semana, una
vez al día, dos veces al día, y tres o más veces al día (14). Además, se indagó
por los tiempos de las comidas, las preferencias alimentarias, el consumo de
aceites de origen vegetal de diversas fuentes, el consumo de sal, el hábito de
retirar la grasa visible de las carnes, el seguimiento del plan dietético y la
capacidad de compra de alimentos. La mayoría de los pacientes estaban
entre los 45 y 65 años (58 %): el 37 % mayor de 65 años y el 6 %, menor de 45
años; el 24 % de los pacientes era de sexo masculino y el 76%, de sexo
femenino. El periodo de evolución de la enfermedad era de 7,9 años en
promedio. Más del 90 % de los pacientes pertenecía a los niveles 1 y 2 del
Sisbén y casi todos (99 %) estaban en el régimen subsidiado de salud. El 77,7
% de ellos vivía en el área urbana y el resto en la zona rural. estaban en un
rango de edad coincidente con el periodo de vida productivo y el de mayor
riesgo de padecer diabetes mellitus de tipo 2, el promedio de ingresos era de
menos de la mitad de un salario mínimo legal vigente, lo cual constituye una
dificultad evidente para acceder a los alimentos: el 44 % ocasionalmente
contaba con dinero para comprar verduras y frutas, mientras que el 12 %
manifestó no tener recursos para adquirir estos alimentos.
En cuanto al tipo de actividad laboral, el 69 % de las mujeres era ama de casa,
el 39 % de los hombres desempeñaba trabajos informales, el 17 % de la
población estaba desempleada y consideraba que no podía trabajar debido a
su condición física, en este sentido, se evidenció que la actividad laboral se vio
disminuida como consecuencia de la enfermedad, lo que afectó negativamente
la calidad de vida de estas personas y su capacidad adquisitiva. En la
población adulta mayor, la principal dificultad fue la dependencia con respecto
a su entorno familiar o a otras personas, ya que ninguno era jubilado, lo cual
dificultaba el cumplimiento de las recomendaciones nutricionales; además, la
alimentación del paciente era diferente a la del resto de la familia y no se
consideraba que pudiera ser adoptada por el núcleo familiar completo.
Las carnes eran la principal fuente de proteína de alto valor biológico, aunque
su consumo era bajo: solo el 50 % de los pacientes consumía carne de res o
pollo una vez al día y de estos, el 25 % consumía carne de res con grasa
visible o pollo con la piel. El consumo de huevo era habitual: el 71 % lo
consumía entre una y cinco veces a la semana y, el 20 %, diariamente. En
cuanto al consumo de lácteos, el 82 % manifestó no consumir leche
descremada; de los restantes, el 68 % la consumía entre una y dos veces al
día, el consumo de queso, yogur o kumis, ya fuera bajo en grasa o entero, era
escaso: solo el 20 % consumía estos alimentos una vez a la semana y un
promedio de 75 % no los consumían.
Tambien se evidencio que el consumo de tubérculos y plátanos era elevado: el
45 % de los pacientes los ingería por lo menos una vez al día y, el 15 %, entre
una y cuatro veces por semana; en tanto que el de frutas y verduras era bajo
30 % de los pacientes consumía verduras una vez al día y, el 21 %, frutas. Solo
el 2 % de los pacientes consumía dos porciones de frutas o verduras al día. La
gran mayoria de los pacientes refiero no consumir margarina ni mantequilla
Ya en cuanto al manejo nutricional de estos pacientes, se encontró que el 52
% de ellos refirió tener un plan dietético que incluía el aumento en el consumo
de frutas (55 %) y verduras (56 %), así como la reducción del consumo de
grasas (58 %), azúcar (80 %) y sal (69 %), pero solo el 8,9 % había tenido en
algún momento consulta con un profesional en nutrición. La prevalencia de la
diabetes mellitus de tipo 2 en este estudio fue mayor en las mujeres que en los
hombres, en Colombia la prevalencia de exceso de peso fue de 51,1 % y
mayor en las mujeres (55,1 %), lo cual puede estar relacionado con una mayor
prevalencia de diabetes mellitus de tipo 2 entre ellas. Puede concluirse,
entonces, que si el sobrepeso y la obesidad se previenen y se tratan
adecuadamente, podría reducirse de forma significativa la carga de esta
enfermedad, que hoy constituye la quinta causa de mortalidad en el país.

En un tercer estudio realizado en el centro de salud Julio Andrade Carchi. En la


ciudad de Tulcán (Ecuador) se tuvo como objetivo Evaluar la efectividad de la
educación nutricional en los pacientes con DM tipo 2 que asisten al Centro de
Salud Julio Andrade mediante la implementación de talleres para prevenir las
complicaciones derivadas de esta enfermedad.
El método fue el siguiente En este estudio semiexperimental, 50 pacientes
diabéticos tipo 2 que asistieron a las sesiones impartidas en el Centro de Salud
Julio Andrade, provincia del Carchi, país Ecuador, fueron seleccionados al azar
y divididos en dos grupos de intervención y control (25 pacientes en cada
grupo). Para controlar los posibles factores de confusión, los dos grupos se
combinaron. Los criterios de inclusión incluyeron: adultos de 30 a 80 años de
edad, IMC >30, los familiares con los que conviven sean mayores de 18 años
de edad.
Luego se evaluó el estilo de vida. Sabemos que la obesidad es un factor de
riesgo para poder padecer esta enfermedad. El riesgo de desarrollar diabetes
aumenta progresivamente tanto en hombres como en mujeres, con la cantidad
de exceso de peso, el objetivo es alcanzar y mantener el peso normal
equivalente a IMC < 25.
 Se ha determinado que la obesidad es un factor predisponente para
desarrollar la diabetes mellitus (DM) tipo 2, ya que quienes presentan las
enfermedades son más del 80% tiene esta característica, cuyo riesgo aumenta
en forma progresiva tanto en varones como en mujeres a medida que aumenta
el grado de sobrepeso lo que probablemente se debe, a la disminución de la
sensibilidad a la insulina a medida que se incrementa el peso.
También evaluaron la dieta de la alimentación de las personas es un factor
determinante en el riesgo de adquirir la enfermedad, ya que se asocia que la
ingesta de alimentos pobres en calorías disminuye la frecuencia de la
diabetes ,mientras que la ingesta de alimentos ricos en carbohidratos y grasa
inciden en el aumento de peso convirtiéndose en un factor predisponente para
desarrollar la diabetes mellitus tipo 2 , aunque una alimentación rica en grasa
se asocia a la obesidad y una distribución alterada de grasa en el organismo
que aumenta el riesgo en la eficacia de la actividad insulínica.
A estos pacientes se les hicieron recomendaciones en su tratamiento dietético
La conciencia alimentaria es la base de una dieta equilibrada Una alimentación
apropiada conduce a un excelente estado nutritivo y aun óptimo estado de
salud.
La distribución de los nutrientes de la dieta para la población con diabetes
mellitus (DM) es la misma que se recomienda a la población general.

Recomendándoles una breve ingesta de hidratos de carbono, se les


recomendó ingerir un 66% de la distribución de los hidratos de carbono, deben
ser de lenta absorción (vegetales, viandas, cereales y leguminosas) debido que
estos hidratos de carbono no dan lugar a elevaciones bruscas de la glicemia
después de su ingestión. Los hidratos de carbono simples de rápida absorción
(monosacáridos, disacáridos y oligosacáridos) deberán restringirse. Una dieta
con suficientes hidratos de carbono provenientes de almidones previene la
disminución de las HDL, promueve el incremento de la sensibilidad a la insulina
y el mantenimiento o disminución del peso.

También se les recomienda unas cantidades que debían ingerir de proteínas La


ingestión dietética recomendada es de 10 a 30% del total de la energía. Si
existe un deterioro renal se deben reducir a un máximo de 0.8 g/kg/día. El
pescado, el pollo y los productos derivados de la leche, bajas en grasas están
entre las fuentes proteicas preferidas.

Se les recomendó una ingesta de fibras, la ingestión dietética recomendada de


fibra total es de 35 a 40 gramos al día; con lo cual se promueve el
mantenimiento y disminución de peso y el control glucémico.
En conclusión se buscó crear un modelo de vida alimenticio para pacientes con
DM2.

Bibliografia
http://biblioteca.usac.edu.gt/tesis/06/06_2510.pdf

doi: https://doi.org/10.7705/biomedica.v38i3.3816

Nm.org. 2021. https://revistamedica.com/efectividad-educacion-nutricional-diabetes-mellitus-
tipo-2/. [online] Available at: <https://www.nm.org/-/media/northwestern/resources/patients-and-
visitors/patient-education-espanol-spanish/northwestern-medicine-planificacio%CC%81n-de-
comidas-para-personas.pdf> [Accessed 28 February 2021].

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