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Lunes 13 de enero de 2020

“La Omnisciencia De Dios”

Lectura Bíblica: Salmos 139, versículos 1 al 6. Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido
mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi
reposo, Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová,
tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado
maravilloso para mí; Alto es, no lo puedo comprender.

Referencias Bíblicas: Salmo 44: 21 ¿No demandaría Dios esto? Porque él conoce los secretos del corazón.
Hechos 1.24. Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál de estos dos has
escogido.
1ª Crónicas 28:9. Y tú, Salomón, hijo mío, reconoce al Dios de tu padre, y sírvele con corazón perfecto y con
ánimo voluntario; porque Jehová escudriña los corazones de todos, y entiende todo intento de los pensamientos.
Si tú le buscares, lo hallarás; más si lo dejares, él te desechará para siempre.
Hebreos 4:13. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están
desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

Comentario: SALMO 139: SALMO DIDACTICO. OMNISCIENCIA Y OMNIPRESENCIA DE DIOS


El exégeta judío Ibn Ezr lo llamó la corona del libro de los Salmos. Sólo en Job hay semejante profundidad de
deseo de que Dios le examine. Por cierto, muestra paralelos con el lenguaje de Job, por eso Dahood lo fecha en
el siglo VII a. de J.C., aunque muchos otros fechan tanto Job como este Salmo como posexílico.
El Salmo es útil para quitarnos las máscaras engañadoras y las hipocresías que tantas veces estorban la comunión
con Dios y la vida de la iglesia.
Es muy doctrinal, pero notemos cómo enseña las doctrinas de Dios. No lo hace con conceptos abstractos, sino
con hechos concretos de lo que significa esta verdad en la vida cotidiana. Así debemos teologizar: aplicar la
enseñanza bíblica a todo aspecto de nuestra vida.
1. Dios omnisciente: me conoce todo, vv. 1–6
Tú me has examinado (v. 1). Dios no es como un receptor impersonal de la tecnología moderna que capta todo,
pero sin discernir entre estados de ánimo, motivos, etc. Dios conoce todo, pero puede discernir nuestras
necesidades más íntimas.
Tú (v. 2) es enfático, el que me conoce es el Señor mismo, y me conoce personalmente.
Los verbos que se usan en los vv. 2 y 3 (sentarse, levantarse, caminar, acostarse) indican la totalidad de las
acciones de cada día. Nótense los mismos verbos en Deuteronomio 6:7.
Pensamiento en el v. 2 es una palabra (rea 7454) que conlleva la idea de “propósito” o “meta”. Has considerado
(v. 3) es una palabra que significa “zarandear”. Dios conoce todos mis proyectos, mis sueños, mis deseos, mis
propósitos. Él sabe si mi acostarme es pereza o el descanso necesario.
El v. 4 es sorprendente, nos hace cuidar aun lo que nos gustaría decir. Me rodeas en el v. 5 (tsur 6696) se usa
para sitiar un lugar o “encerrar”. Pero el salmista no se siente encasillado; más bien encuentra seguridad en este
hecho.
En heb., la última línea del v. 6 dice: “tan alto que no lo puedo”. Es una elipsis, con “alcanzar” sobreentendido;
figura que aumenta el impacto del Salmo. Nuestra mente no alcanza, no comprendemos cómo Dios puede saber
todos estos detalles de nuestra vida. Y conoce los mismos detalles acerca de miles y millones de otras personas a
la vez. La fe verdadera reconoce la grandeza de Dios, aunque la mente no la puede alcanzar. Para el salmista que
ama a Dios, todo esto no es negativo; implica dos lecciones grandes: 1) la responsabilidad, pues hemos de ser
francos con Dios y dejar que nos examine a fondo; 2) la seguridad, porque Dios conoce nuestras dificultades y
peligros y nos ama, sabemos que nos cuida: Sobre mí pones tu mano.

Comentario 2: El salmista declara que “grande es nuestro Señor, y muy poderoso; su entendimiento es infinito”
(Sal. 147:5). A menudo hablamos de lo que sabemos y cómo lo sabemos, pero rara vez nos preguntamos: ¿Cómo
sabe Dios? ¿Qué sabe Dios? Así que hoy dirigimos nuestra atención a diez cosas que debemos saber sobre el
conocimiento de Dios.
(1) El conocimiento de Dios es intuitivo, no discursivo. Cuando digo que nuestro conocimiento es discursivo
quiero decir que viene a nosotros por medio de la observación, el razonamiento, la comparación, la inducción, la
deducción, y así sucesivamente. En otras palabras, nosotros aprendemos. Pero el conocimiento de Dios es
intuitivo, lo que quiere decir que es innato e inmediato. Dios no aprende: simplemente sabe. Él no descubre ni
olvida.

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(2) También hay que recordar que el conocimiento de Dios es simultáneo, no sucesivo. Él ve las cosas a la vez y
en su totalidad, mientras que nosotros solo conocemos a medida que los objetos de conocimiento son presentados
ante nosotros, poco a poco. Para Dios, el acto de percepción es completo e instantáneo. Dios piensa sobre todas
las cosas a la vez.
(3) También sabemos por las Escrituras que el conocimiento de Dios es independiente, no dependiente. Él no
recibe su conocimiento de nadie ni de nada externo a sí mismo. Isaías hizo esta pregunta: “¿Quién guió al Espíritu
del Señor, o como consejero suyo le enseñó? ¿A quién pidió consejo y quién le dio entendimiento? ¿Quién lo
instruyó en la senda de la justicia, le enseñó conocimiento y le mostró el camino de la inteligencia?” (Isa. 40:13-
14) La respuesta, por supuesto, es ¡nadie!

(4) El conocimiento de Dios es infalible, no sujeto al error. Como Ronald Nash ha dicho, “Omnisciencia divina
significa que Dios no tiene creencias falsas. No solo son todas las creencias de Dios verdad, sino que el alcance
de su conocimiento es total; Él conoce todas las proposiciones verdaderas”. Dios siempre está correcto en lo que
sabe.
(5) El conocimiento de Dios es infinito, no parcial. Dios conoce exhaustivamente todas sus acciones y planes.
También nos conoce a nosotros de manera exhaustiva. Ningún secreto del corazón humano, ningún pensamiento
de la mente ni sentimiento del alma escapa a su mirada. (Ver 1 Cr. 28: 9a; Prov. 15:3; Sal. 69:5; 139:1-4; Isa.
40:27-28; Ez. 11:5; Jer. 17:9-10; 1 Re. 8:39; Mt. 6:8; Hch. 1:24; He. 4:13; 1 Jn. 3:20).
(6) Dios tiene conocimiento exhaustivo previo de todas las cosas que suceden, incluyendo las decisiones morales
de todos los hombres y mujeres. Dios lanza un desafío a todas las demás supuestas deidades: “¿Y quién como
Yo? Que lo proclame y lo declare. Sí, que en orden lo relaté ante mí, desde que establecí la antigua nación. Que
les anuncien las cosas venideras y lo que va a acontecer. No tiemblen ni teman; ¿No se lo he hecho oír y lo he
anunciado desde hace tiempo? Ustedes son mis testigos. ¿Hay otro dios fuera de mí, o hay otra Roca? No conozco
ninguna” (Isa. 44:7-8). Solo Dios declara lo que está por venir. Solo Dios conoce el futuro, pues solo Dios lo ha
decretado.
(7) La verdad de la omnisciencia de Dios debe afectar nuestro culto y adoración de Él. Stephen Charnock lo puso
de esta manera:
“Considere cuan grandioso es conocer los pensamientos, las intenciones, y las obras de un hombre desde el
principio hasta el final de su vida; conocer de antemano todas estas cosas antes de la existencia de este hombre,
cuando se encontraba lejos en los lomos de sus antepasados, sí, de Adán. ¿Cuánto más grandioso es conocer de
antemano y saber los pensamientos y las obras de tres o cuatro hombres, ¡de todo un pueblo o vecindario! Es aún
más grandioso saber la imaginación y las acciones de una multitud de hombres como los contenidos en Londres,
París o Constantinopla; cuánto más grandioso aún es conocer las intenciones y prácticas, los artificios clandestinos
de tantos millones, que han vivido, viven vivirán en todas partes del mundo, ¡cada uno de ellos teniendo millones
de pensamientos, deseos, diseños, afectos, y acciones! Que este atributo, entonces, haga que el Dios bendito sea
honorable ante nuestros ojos y adorable en todos nuestros afectos. . .. ¡Adore a Dios por esta maravillosa
perfección!”.
(8) Una comprensión adecuada del conocimiento de Dios también debe tener un profundo impacto en nuestra
humildad. Charnock explica:
“No hay nada que haga al hombre más propenso a ser orgulloso que su conocimiento; se trata de una perfección
en la que se gloría; pero si nuestro propio conocimiento de la superficie de las cosas nos envanece, la
consideración de la infinitud del conocimiento de Dios debería suprimir el tumor. A medida que nuestros seres
son nada en lo que se refiere a la infinitud de su esencia, así nuestro conocimiento es nada en lo que se refiere a
la inmensidad de su entendimiento. Tenemos una chispa de ser, pero nada en comparación con el calor del sol;
tenemos una gota de conocimiento, pero nada en comparación con el océano divino. ¡Qué cosa vana es de un
arroyo poco profundo presumir de sus corrientes ante un mar cuyas profundidades son insondables! Como es
vanidad presumir de nuestra fuerza cuando recordamos el poder de Dios, y de nuestra prudencia cuando pensamos
en la sabiduría de Dios, así también no es menor vanidad presumir de nuestro conocimiento cuando pensamos en
el entendimiento y el conocimiento de Dios”.
(9) El conocimiento de los secretos de nuestro corazón por parte de Dios debe tener una profunda influencia en
nuestra santidad personal y práctica:
“¿Puede la conciencia de un hombre fácil y agradablemente tragarse aquello que él entiende cae bajo el marco
del conocimiento de Dios, cuando es odioso a los ojos de su santidad, y hace que el actor sea detestable para Él?
… Las tentaciones tienen ningún deseo de acercarse a aquél que está constantemente armado con el pensamiento
de que su pecado está reservado en la omnisciencia de Dios”.
(10) Lo que es aún más glorioso es que esta doctrina que nos hace temerosos del pecado es también el fundamento
de consuelo y seguridad. Si Dios es omnisciente, entonces Él sabe lo peor de nosotros, ¡pero nos ama a pesar de
ello! El apóstol Juan escribe: “En esto sabremos que somos de la verdad, y aseguraremos nuestros corazones
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delante de Él en cualquier cosa en que nuestro corazón nos condene. Porque Dios es mayor que nuestro corazón
y Él sabe todas las cosas” (1 Jn. 3:19-20).

1er Título
Nos Conoce Desde Antes De Nacer. Jeremías 1:4 y 5. Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que
te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.

Referencias Bíblicas: hechos 17:28; Mal 2:10; He 2:11; Salmo 22:10; 71:6; Efesios 2:10; Proverbios 3:5-6.
Comentario: La importancia de este diálogo entre Jehovah y Jeremías es para darle al joven una experiencia
inolvidable que le pudiera servir durante toda la vida para confirmar su llamamiento y la certeza de su vocación.
Jeremías no es la única persona que tuvo una experiencia de esta índole; lo mismo ocurrió en el llamamiento de
Moisés, Isaías y Ezequiel, entre otros. Cada uno de ellos fue llamado en tiempos difíciles, y en cada caso Jehovah
se presentó a ellos de la manera necesaria para asegurarles de su llamamiento y de que era él quien le había
llamado.
El llamamiento de Jeremías es obra de Jehovah. En el v. 2 y en v. 4 se afirma que la palabra de Jehovah vino
a Jeremías. Jehovah, no Jeremías, es el protagonista. El llamamiento se inicia con palabras que solamente podrían
venir de Dios: Antes que yo te formase en el vientre, te conocí; y antes que salieses de la matriz, te consagré y te
di por profeta a las naciones (v. 5). Jehovah, el Creador del mundo, y también de Jeremías, tenía un plan para la
vida de Jeremías y para su pueblo por medio de él.
Se habla mucho de la importancia de la “narrativa del llamamiento” que se ve claramente en estos versículos.
Incluye un encuentro de Jehovah con su siervo con una palabra introductoria, luego la comisión, una posible
objeción seguida por palabras de aliento, y finalizando con alguna señal de Dios para “sellar” el llamamiento. El
llamamiento de Jeremías tiene cada uno de estos puntos. Es un llamamiento auténtico.
El v. 5 contiene tres verbos que distinguen el llamamiento de Jeremías. En primer lugar, Dios dice: Antes que
yo te formase en el vientre, te conocí. El verbo “conocer” en hebreo (yada3045) significa conocer en la forma
más íntima (comp. Gén. 4:1; Ose. 4:1; Amós 3:2). Era una afirmación que el joven nunca olvidó. Desde este
momento supo que el propósito divino para su vida se extendía atrás, aun antes de su nacimiento. ¡Dios le había
escogido cuando era un feto!
El segundo verbo utilizado es “santificar” (kadash6942), que quiere de decir “separar, destinar, consagrar”.
Dios le había separado de todos los bebés que nacieron en aquella época para una tarea especial, para ser su
mensajero a su pueblo.
El tercer verbo es “dar, nombrar, asignar” (natán5414). El joven estaba asombrado, lleno de miedo por haber
sido nombrado profeta no solamente a Judá sino a las demás naciones. Isaías tenía la misma misión dada por
Jehovah y sentía el mismo miedo frente a una responsabilidad tan grande (comp. Isa. 42:6; 49:2, 5). Jehovah no
solamente era el soberano Dios de Judá, sino también era Dios de las naciones. En aquel momento de tanto
movimiento y crisis internacionales Jehovah tenía que tener a un profeta para hablar a otros pueblos además de
la nación de Judá.

Semillero homilético
El llamado de Dios a Jeremías
1:4–10
Introducción: En tiempos de crisis suele confundirse el llamado de Dios con el deseo de servir a su pueblo.
También es posible que las demandas de la vida “contemporánea” lleven a los hijos de Dios a tratar de ignorar
que su Señor los llama. La experiencia de Jeremías muestra cinco claves para estar seguro del llamado de Dios.
I. Tener la seguridad de que escuchamos a Dios y no a nosotros mismos, 1:4, 5a.
1. “Vino a mí la palabra de Jehovah, diciendo”.
2. “Antes que yo te formase en el vientre, te conocí”.
II. Tener la seguridad—certeza del alcance del llamamiento, 1:5b.
1. “Te consagré”.
2. “Te di por profeta a las naciones”.

2° Título
Conoce Plenamente Nuestro Obrar. 2ª de Reyes 5: 24 al 26. Y así que llegó a un lugar secreto, él lo tomó de
mano de ellos, y lo guardó en la casa; luego mandó a los hombres que se fuesen. Y él entró, y se puso delante de
su señor. Y Eliseo le dijo: ¿De dónde vienes, Giezi? Y él dijo: Tu siervo no ha ido a ninguna parte. El entonces
le dijo: ¿No estaba también allí mi corazón, cuando el hombre volvió de su carro a recibirte? ¿Es tiempo de tomar
plata, y de tomar vestidos, olivares, viñas, ovejas, bueyes, siervos y siervas?

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Referencias Bíblicas: Mateo 12:25, 22:18; Marcos 2:8; Lucas 11:17, 12:2; Juan 2:25; Hechos 15:8. 1ª Co. 4:5;
Comentario: A corta distancia de la casa del profeta, Giezi hizo detener a Naamán y le mintió afirmando tener
una petición de Eliseo. Su deslealtad le llevó además a aseverar que la mentira avara procedía de su jefe (v. 22).
Su traición y perfidia era aún más malvada al contrastarla con la generosidad de Naamán. Giezi pidió un talento
o 3.000 monedas (según DHH) y dos vestidos nuevos, lo cual el agradecido y generoso Naamán pensó que era
poco. Por lo tanto, le duplicó las monedas y la ropa, y mandó dos personas para llevar lo concedido. Giezi no
perdió tiempo en esconderlo él mismo (v. 24). Fue infiel y avaro mientras que Naamán fue fiel y generoso.
¿Nos anticipan la traición de Judas, el tesorero de Jesús, al posesionarse personalmente del dinero de su Señor?
¿Nos recuerda también la avaricia de Acán y de Ananías y Safira y su castigo más severo en momentos críticos
para el pueblo de Dios (Jos. 7:1–26; Hechos 5:1–11)? Es triste cuando uno usa su posición de confianza y de
privilegio para explotar a otros con el fin de enriquecerse personalmente. La religión no es para ganancia personal.
El ejemplo de Cristo al resistir la tentación de explotar su poder en beneficio propio nos sirve como una gran
lección (Mat. 4:1– 11).
No obstante, el esfuerzo de Giezi de hacer todo a escondidas y tratar de encubrirlo, Eliseo le descubrió,
demostrando así el don de Dios de percibir o intuir las cosas secretas, aunque no siempre le fue dada esta
presciencia (ver el caso de la mujer de Sunen y la muerte del único hijo, 4:25–27 y del hacha, 6:1–6). Por segunda
vez Giezi mintió. Una mentira le lleva a una cadena de ellas. Al regañar y castigar a su siervo, Eliseo le aclaró
que había momentos apropiados para que un profeta recibiera remuneración y había otros cuando no era
apropiado. Se administró la justicia divina de verdad cuando la lepra del franco y honesto guerrero se pegó al
tramposo y avaro religioso; salió de la presencia del profeta blanco como la nieve (v. 27; esta descripción nos
recuerda las experiencias de Moisés en Éx. 4:6 y Núm. 12:10). Cuando Dios estaba obrando para sanar y convertir
a uno, ese no era un momento para la avaricia o el engaño para el beneficio propio. Su desenlace, sin embargo,
no es tan severo como el de Judas, el discípulo de Cristo.

Semillero homilético
Pecados que hacen caer a los siervos de Dios
5:20–27
Introducción: Giezi gozaba de una posición especial. Era el criado de Eliseo el siervo de Dios y pudo haber
llegado a ser el sustituto de Eliseo, como este lo fue de Elías. Pero lamentablemente fracasó y cayó porque:
Codició lo material.
Puso su corazón en el oro, la plata y la ropa.
La Biblia nos advierte contra la codicia (Hab. 2:9).
La codicia ha provocado la caída de varios siervos de Dios (1ª Tim. 6:10).
Dios nos manda que no codiciemos (Éx. 20:17; 1 Cor. 10:6).
Mintió.
Engañó a Naamán y trató de hacerlo con Eliseo.
Los que mienten andan en tinieblas (1 Jn. 1:6).
La mentira es abominación a Jehovah (Prov. 12:22).
Dios nos manda hablar la verdad (Ef. 4:25).
Una consecuencia de la mentira es la muerte (Prov. 21:28;
Apoc. 21:8; Hech. 5:1–11).
Pensó solo en sí mismo.
Actuó egoístamente: “Yo comeré y tomaré” (v. 20).
Actuó con rebeldía contra Eliseo.
Raíz de todos los males es el amor al dinero (1 Tim. 6:10).
Conclusión: Estos peligros se les presentan diariamente a los siervos de Dios. Debemos buscar fortaleza en Dios
y caminar en obediencia, puesta la mirada en Jesucristo.

3er Título
Nada Hay Oculto Que Él No Sepa. Josué 7:10 y 11. Y Jehová dijo a Josué: Levántate; ¿por qué te postras así
sobre tu rostro? Israel ha pecado, y aun han quebrantado mi pacto que yo les mandé; y también han tomado del
anatema, y hasta han hurtado, han mentido, y aun lo han guardado entre sus enseres.

Referencias Bíblicas: Salmo 27:5. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará
en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. Marcos 4.22; Lc. 8:17; 12:2; 1ª Corintios 14:25;
Comentario: b. Castigo de Acán, 7:6-26.
La actitud de Josué refleja la crisis provocada por la derrota, pero sobre todo porque en el fondo sabe que algo
está fallando. La relación con Jehovah anda mal. Las preguntas de Josué son similares a los argumentos de los
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que se quejaban ante Moisés en el desierto (Núm. 14:2, 3). El ensimismamiento en que ha caído Josué no le
permite comprender que quien ha fallado al pacto no es Jehovah sino el pueblo mismo.
Hay señal de duelo, de arrepentimiento en el sentido del dolor, el pesar por saber que han fallado; pero aún no
se sabe dónde está la razón del problema. El dolor por fallar es un paso inicial en el proceso de restauración,
porque implica al menos que se reconoce que las cosas no están funcionando bien en relación con Dios. Esto es
sólo un preámbulo en el arrepentimiento.
Jehovah dio instrucciones para que Josué indagara acerca de quién era el culpable de la tragedia que afectaba a
todo el pueblo (vv. 14, 15). Josué fue tribu por tribu investigando de clan en clan y luego de familia en familia,
es decir, todas las unidades que componían al pueblo hebreo: tribus, clanes, familias, hasta la estructura más
pequeña del pueblo.
Es importante comprender la mentalidad de los pueblos antiguos para respetar el texto bíblico que narra el
castigo de Acán (vv.15–26). La comunidad es la unidad básica para la sobrevivencia de las personas. Estas no
son entendidas, como en nuestro tiempo, en términos individuales; no son personas aisladas que se pueden
pertenecer a sí mismos o que son libres según la democracia occidental. La persona en este contexto tiene valor
en la medida en que pertenece a una comunidad. Las tribus cuidan estrictamente a sus miembros porque ellos
representan la mano de obra para la cacería o la agricultura y a las mujeres porque garantizan la reproducción de
la comunidad si son fértiles. De ahí se pensaba que una mujer en una comunidad tenía valor en la medida en que
era fértil. La lucha entre tribus o clanes con frecuencia se dio por el rapto de mujeres o violaciones, que tenían
una implicación socioeconómica y religiosa, puesto que lo que importaba en el fondo no era el honor de una mujer
sino el de la comunidad. Por esta razón la mujer era, en cierto modo, un objeto de intercambio sobre el cual solo
los padres podían intervenir para darlas en matrimonio, y en muchos casos entre los clanes con cierta
consanguinidad para que la comunidad no se desintegrara. Así como el individuo se debe a la comunidad, la
comunidad se debe al individuo. Lo que esta haga por él no es un beneficio que termine fortaleciendo el
individualismo, sino por el contrario a la comunidad misma. La reciprocidad es fundamental, pues lo que el
individuo haga afecta a la comunidad; cuando actúa quien lo hace es la comunidad y no una persona individual.
Esta manera comunitaria de pensar y actuar también se demostró en Israel. Se desarrolló hasta el punto que
muchos consideraban que los pecados de sus padres causaban las tragedias actuales, procurando evitar la
responsabilidad individual. Este hecho permite comprender por qué el pecado de uno afecta a toda la comunidad,
y por qué el esfuerzo de uno ayuda a la comunidad.
Jehovah se reveló a un pueblo en su contexto, y en esa medida no se reveló a individuos para que estos se dieran
por bien servidos al conocer a la divinidad. Se reveló a ellos en la medida en que hacían parte de una comunidad.
Por ese trato que Jehovah hace con todo un pueblo, todo el pueblo responde; cada tribu, cada clan, cada familia
puede afectar positiva o negativamente a la comunidad en general.
El pecado de Acán no lo afectó negativamente a él solamente, sino a toda la comunidad. Treinta y seis hombres
murieron, y no se alcanzó la meta propuesta. La violación del pacto no era la desobediencia a un acuerdo entre él
y Jehovah, sino entre Jehovah y todo el pueblo.
El sentido de pertenencia, que no es característico de nuestro tiempo, nos impide tal vez comprender el sentido
fuertemente comunitario de la relación de Israel con Jehovah y por esa razón puede existir resistencia a aceptar
tal castigo.
Acán fue anatematizado por tocar objetos anatematizados por orden de Jehovah. Eran malditos y debían
destruirse para comenzar de nuevo; eran parte de una herencia de la ciudad cananea que no debían recibirla.
Mientras que Acán se identifica con lo que está anatematizado, Rahab se identifica con lo que está sacralizado.
El contraste confirma que la adhesión al pacto no estaba dada de hecho por pertenecer a una etnia, sino que
también esta debía estar comprometida en el cumplimiento de ese pacto. El v. 24 deja constancia de que toda la
familia recibió el castigo, lo cual no es injusto pues la ley (Deut. 24:16) prohibía claramente la pena de muerte de
los familiares del inculpado siempre y cuando estos no fueran cómplices. Al parecer por estar viviendo en la
misma tienda, los de Acán conocieron el secreto de su padre y sabían dónde estaba escondido lo que se guardó
para sí. Parece que fuera un castigo muy drástico, pero el pecado no era menos grave. Al pensar en sí mismo
ignorando el pacto de todo el pueblo con Dios, se amenazaba la unidad de ese pueblo; se pretendía acumular
riquezas para sí dando lugar a la reproducción de un sistema injusto que precisamente ya se estaba destruyendo.
En nuestro tiempo el individuo parece ser dueño de sus decisiones y aparentemente responde por ellas; pero
quizá este sentido comunitario, que no es tan fuerte en la actualidad, provoca que se olvide la connotación de las
acciones individuales en la comunidad de fe, los efectos de pecados individuales para la unidad de la iglesia.
4° Título
Sabe Con Certeza Lo Que Guardamos En Nuestro Corazón. Los Hechos 13:9 al 11. Entonces Saulo, que
también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad,
hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor? Ahora, pues, he
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aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron
sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano.

Referencias Bíblica: 1ª Corintios 2:10-11. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu
todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el
espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.
Jeremías 23:24. ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el
cielo y la tierra? ▬ 17:10. Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según
su camino, según el fruto de sus obras.
Genesis 6:5. Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los
pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.
Deuteronomio 11:16. Guardaos, pues, que vuestro corazón no se infatúe, y os apartéis y sirváis a dioses ajenos, y
os inclinéis a ellos;

Comentario: 8. Pero Elimas el mago—que esto es lo que significa su nombre—se les opuso, intentando
desviar de la fe al procónsul. 9. Entonces Saulo, también conocido como Pablo, lleno con el Espíritu Santo,
fijó su vista en Elimas 10. y le dijo: “Estás lleno de engaño y de maldad, hijo del diablo, enemigo de toda
justicia; ¿no cesarás de pervertir los rectos caminos del Señor? 11a. Y ahora la mano del Señor está contra
ti. Quedarás ciego por un tiempo, y no podrás ver la luz del sol”.
▬a. “Pero Elimas el mago … se les opuso”. Lucas dice que Barjesús tenía un nombre griego, Elimas, el cual es
la transliteración de una palabra aramea o arábiga que quiere decir “mago”.780 En la corte de Sergio Paulo,
Barjesús usaba su nombre griego más que el arameo. Nótese que, en este contexto, Pablo también prefiere su
nombre griego al hebreo (v. 9).

▬b. “[Intentando] desviar de la fe al procónsul”. Mientras la predicación del evangelio intrigaba a Sergio Paulo,
a Elimas lo movilizaba hacia una postura de oposición. Era un mago que se daba cuenta que si Sergio Paulo
abrazaba el cristianismo, sus servicios dejarían de ser necesarios y eso significaba que se secaba la fuente de sus
ingresos. Además, como judío, Elimas adoptó una postura de fuerte oposición al evangelio y a sus mensajeros.
Cuando vio que Sergio Paulo había pedido que los misioneros vinieran a verle para escuchar la explicación del
evangelio, hizo todo lo posible por disuadir al procónsul de aceptar la fe cristiana (c.f. 2 Ti. 3:8).
La situación alcanzó un nivel crítico, porque estaba en juego la veracidad del evangelio. O Elimas era un
impostor; o lo eran Bernabé y Pablo.
▬c. “Entonces Saulo, también conocido como Pablo, lleno con el Espíritu Santo, fijó sus ojos en Elimas”.
Podemos observar aquí a lo menos cuatro cambios importantes:
Primero, desde este momento, Lucas da prominencia a Pablo. Es decir, Pablo ya no es más la persona que
acompaña a Bernabé; las posiciones se trastocan, aunque a veces todavía se da el orden Bernabé y Pablo (véase
14:14; 15:12).
Segundo, Pablo adopta el nombre griego Paulus el cual es una palabra prestada del latín que literalmente
significa “el pequeño” o, “el chico”. Ya no usa más la forma hebrea. Agustín creía que Pablo adoptó su nuevo
nombre para indicar que él era “el más pequeño (o insignificante) de los apóstoles” (1 Co. 15:9; y véase Ef. 3:8).
Pero esta opinión no tiene mucho respaldo. Tampoco tenemos pruebas de que Pablo haya decidido usar su
nombre griego en reconocimiento de Sergio Paulo. Pablo, un ciudadano romano, ya tenía dos, si no tres, nombres.
(Un ciudadano romano usualmente tenía tres nombres; por ejemplo, Quinto Sergio Paulo.) Y Pablo usó su nombre
griego aun antes que Sergio Paulo llegara a ser un creyente.
Tercero, aunque Pablo había recibido el Espíritu Santo cuando Ananías impuso sobre él sus manos (9:17) y fue
enviado por el Espíritu Santo (v. 4), esta es la primera afirmación explícita que Pablo es lleno con el Espíritu. Y
cuarto, fortalecido por la presencia del Espíritu Santo, Pablo maldijo a Elimas con una ceguera y así ejerció su
autoridad apostólica. De paso, llamamos la atención al paralelo entre los dos apóstoles: Pedro reprende a Simón
el mago (8:20–23) y Pablo maldice a Elimas.
▬d. “Pablo … dijo: ‘Estás lleno de engaño y de maldad, hijo del diablo’ ”. Cuando Pablo denunció a Elimas
delante de Sergio Paulo, hubo una erupción verbal. Lo llamó “hijo del diablo” (c.f. Jn. 8:44) en lugar de “hijo de
Jesús” (Barjesús). Pablo estaba lleno con el Espíritu Santo, pero Elimas estaba lleno de engaño y maldad.
Pablo representa a Jesucristo y Elimas representa al diablo. Por lo tanto, en este conflicto espiritual, Pablo se
dirige a Elimas directamente y a Satanás indirectamente: “Tú, hijo del diablo, lleno de todo engaño y de toda
maldad”. En Hechos, Lucas se refiere a Satanás dos veces (5:3; 26:18) y una vez al diablo (13:10).
Pablo no pudo haber sido más explícito en su denuncia. Según él, Elimas practicaba el engaño y la maldad al
más alto nivel. Tronando, Pablo continúa: “Enemigo de toda justicia”. Lo identifica como un servidor de Satanás
y, por lo tanto, como un enemigo. ¿Qué clase de enemigo era él? Este falso profeta se había constituido él mismo
Estudio bíblico I.E.P. Autor hermano Roberto Saldías Roa; htpps://estudiobiblicotiquico.wordpress.com; WhastApp +5676426950; correo electrónico rsaldiasroa@gmail.com 6
como contrario a todo lo que fuera recto, justo y verdadero. Era un activo y persistente perturbador “de los justos
caminos del Señor”. Por el Antiguo Testamento, Elimas sabía que los caminos de Dios son perfectos, rectos y
justos. Pero inexorablemente se opuso a las enseñanzas del Señor. Para Elimas, la expresión Señor significaba el
Señor Dios de Israel. Y este Dios, a quien él personalmente se oponía, lo castigó con una ceguera temporal. Pablo
reprendió a Elimas y le dijo:
▬e. “Y ahora la mano del Señor está contra ti. Quedarás ciego por un tiempo, y no podrás ver la luz del sol”.
Nótese, primero, que no es Pablo sino el Señor quien castiga a Elimas por su oposición grosera a la enseñanza
del evangelio. Con su mano, el Señor lo pone fuera de juego (jue. 2:15; 1 S. 12:15). Luego, el Señor extiende su
gracia y misericordia a Elimas al decirle que su castigo será sólo temporal. Y finalmente, Dios lo afligió con el
flagelo de una ceguera, lo que lo lleva a vivir un tiempo de confinamiento. Pablo podía entender esta condición,
porque en su estado de ceguera física, su ceguera espiritual fue quitada, lo que le permitió entender los
propósitos de Dios (9:8–18).
Versíc. 11b. Inmediatamente, niebla y oscuridad cayeron sobre él, y tuvo que buscar por su alrededor a
alguien que lo llevara tomado de la mano. 12. Cuando el procónsul vio lo que había sucedido, creyó y se
asombró de la enseñanza del Señor.
Qué aspecto más lamentable debe de haber ofrecido el mago Elimas, dando tumbos, incapaz de ver, oírlo
pidiendo a la gente que le tomara de la mano para llevarlo de un lugar a otro. En el inesperado conflicto entre
Pablo y Elimas, Pablo triunfó mientras su oponente se sumió en la oscuridad. La inmediatez del castigo divino
que cayó sobre Elimas asombró al procónsul, quien entendió que Pablo era el verdadero profeta del Señor y
Elimas el impostor.
Cuandoquiera que el Nuevo Testamento revela que Dios realiza un milagro, el resultado es que las personas se
vuelven a él con fe. Por ejemplo, Pedro sanó al paralítico en la puerta del templo y numerosos adoradores creyeron
en Jesús (3:6; 4:4). Cuando Dios golpeó a Elimas con la ceguera, Sergio Paulo puso su fe en Cristo. No se nos
dice que Elimas se haya arrepentido y haya creído. Pero Sergio Paulo quedó libre de las ataduras con que Elimas
lo había tenido cautivo, creyendo ahora en la enseñanza del evangelio de Cristo, la misma que se le había dicho
que rechazara.

Consideraciones doctrinales en 13:4–12


“La fe viene por el oír, y el oír viene por la palabra de Cristo”, escribe Pablo (Ro. 10:17). Lucas dice que la
gente acepta a Cristo cuando escucha a su evangelio. Los samaritanos creen cuando Felipe proclama las Buenas
Nuevas en medio de ellos (8:12). Felipe enseña a un eunuco etíope, quien después sigue su camino lleno de gozo
(8:39). Cornelio y su familia escuchan el evangelio de boca de Pedro y reciben el don del Espíritu Santo (10:44).
Y Sergio Paulo ve lo que ocurre a Elimas y cree. Lucas agrega que él continuó maravillándose de la enseñanza
del evangelio de Cristo; sin embargo, no tenemos razón para dudar de lo genuino de su fe.785 No vuelve a ser
mencionado; se supone que una vez que completara su período en el cargo, se iría de Chipre. Sergio Paulo sirve
como la marca de aprobación del Espíritu Santo sobre el propósito misionero de la iglesia de proclamar las Buenas
Nuevas al mundo grecorromano.

Amén, para honra y gloria de mi Dios.

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