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tesoro real, y en cambio se les reconocían para ser tratada aquí, por lo que nos remi-
ciertos derechos. Otros piensan que como timos al lugar correspondiente.
en esa época no tenían los monarcas for- Ya hemos visto cómo Francia expresa-
mas de conocer por sus propios medios las mente e Inglaterra por el devenir que cons-
necesidades de sus subditos, debido" a la truye su Derecho modificaron las prácticas
ausencia de prensa y demás medios de in- primeras, adoptando las nuevas concepcio-
formación con que en la actualidad conta- nes que tuvieron consagración entre nos-
mos, aquéllos concurrían a hacer saber las otros a partir del Acuerdo de San Nicolás
necesidades de sus comitentes, y, por lo en 1852, que en su artículo 6? expresamente
tanto, debían ajustarse a las pretensiones prohibía dar instrucciones que limitasen las
de las colectividades que los comisionaban. facultades de los convencionales.
Desde el punto de vista práctico se advierte Sin embargo, la amplitud reconocida a
con facilidad una ventaja del mandato im- los poderes de los representantes va estre-
perativo, si se recuerda que era común por chándose en la actualidad. Se nota ello sin
entonces que los reyes arrancasen a las ninguna duda en la elección presidencial en
asambleas, mediante la fuerza o el fraude, los Estados Unidos, según lo advirtiera ya
más de lo que ellas estaban dispuestas a Estrada en su Curso, al referirse al mismo
dar, lo cual se impedía mediante las ins- tema de que venimos ocupándonos. Sabido
trucciones precisas a sus componentes que es que dicho país tiene establecida la mo-
invalidaban todo aquello que excediese los dalidad indirecta que adoptara nuestra Car-
límites establecidos. Esto explica por qué ta Magna, como también que mediante el
casi constantemente los monarcas se opu- doble grado se quiere que la designación la
sieran a que se diese este tipo de mandato. hagan los compromisarios según sus pro-
Cuando Rousseau escribía que los dipu- pias valoraciones. Sin embargo, aunque has-
tados no son representantes del pueblo ta ahora sólo dos Estados han establecido
sino solamente sus delegados, agrega a los legalmente que las personas designadas pa-
precedentes históricos un aval doctrinario ra nombrar presidente deben votar de acuer-
que se completa con la identificación que do a la orden que reciben de sus respecti-
entonces se hacía de esta figura con el vos partidos, la mayoría de ellos tienen ese
mandato civil. Si en este caso se daban ins- supuesto establecido en la práctica; inclu-
so la Corte Suprema de Justicia de ese país
trucciones, claro que en aquél también se en Ray vs. Blair resolvió en 1952, al revo-
podía hacerlo. De acuerdo con esto, si el car una decisión de la Corte de Alabama,
comisionado no cumple con el programa que el derecho consuetudinario ha sancio-
que propuso o que se le impuso, puede ser nado "el mandato" que, emanado de orga-
destituido —revocado su mandato— por los nismos partidarios, obliga a los electores
comitentes. Hay en esta concepción una re- presidenciales, y que nada en la Constitu-
lación íntima entre electores y elegidos, es- ción prohibe el ejercicio de este derecho
tando éstos obligados a seguir las directivas por un compromiso legalmente impuesto.
de aquéllos. El recall que existe en algunos En realidad, el caso parece extremo, pero
Estados norteamericanos, por ejemplo Ca- realmente la doctrina de la representación
lifornia, y que es "el derecho que se reco- libre va sufriendo cambios apreciables que
noce al pueblo de separar a los funcionarios se notan cada vez más y que se deben, so-
públicos cuando éstos dejan de inspirarle bre todo, a la organización actual que pre-
confianza", es la forma como más clara- sentan los partidos políticos y_a la expresión
mente esa subordinación aparece manifes- de éstos en los Parlamentos, es decir, los
tada en la actualidad. bloques.
Sin embargo, no fueron las concepciones Vemos diariamente que en general, y sal-
del ginebrino, sino las del abate Siéyes, las vo pocos casos, los partidos políticos obli-
que se impusieron, desde que las de éste gan a los legisladores que integran sus filas
alcanzaron resonancias en la Revolución de a pronunciarse en el sentido que ellos se-
1789, no obstante que algunos encuentran ñalan, y si bien la negativa a acatar la re-
que es en realidad en Inglaterra donde se solución no tiene aún sanciones de tipo ju-
origina la doctrina de que "el representan- rídico, las tiene de tipo político, que en la
te lo es de la nación entera y no del gru- actualidad son casi tan importantes como
po o región que lo ha elegido"; así, por aquéllas en algunos sentidos. La inhabili-
ejemplo, García Pelayo y, entre nosotros, tación que contra un afiliado dispone un
Florentino González, profesor que fuera de partido es ahora tan eficaz como si se tra-
Derecho constitucional de la Universidad tase de una impuesta por el propio Estado.
de Buenos Aires. Y por si alguna duda quedase sobre esta
Lo que la doctrina de Siéyes significa, así evolución, el decreto-ley 19.044/56, sancio-
como los conceptos del pensamiento domi- nado en nuestro país por el gobierno sur-
nante que acepta en forma prácticamente gido de la revolución militar de septiembre
absoluta el mandato libre, no es materia de 1955, dispuso en el apartado e) del ar-
tículo 6<? que "los partidos políticos reco- presentación que habrá de realizarse de
nocidos deberán, antes de elegir sus candi- acuerdo con las facultades que contenga
datos, sancionar una plataforma electoral la escritura de mandato.
que les servirá de mandato; una copia au- El mandato voluntario es un contrato,
tenticada de dicha plataforma deberá en- pues se requiere para su realización el con-
viarse al juez electoral". __ curso de las voluntades del conf érente y del
De modo que el mandato libre, que ocu- mandatario, pero sin que sea imprescindi-
para desde fines del siglo xvm el lugar im- ble la aceptación del mandato de modo ex-
perativo a que nos referimos, está siendo preso y en el mismo acto del conferimiento:
a su vez suplantado por una forma que si la aceptación puede ser tácita, y así se ma-
no es la misma que existía en las Cortes nifiesta generalmente.
españolas o en los Estados generales france- El mandato judicial podría definirse, por
ses, se le asemeja en gran medida. Las si- tanto, como el contrato por virtud del cual
militudes, y más aún el origen, las conse- una persona confiere a otra facultades su-
cuencias y el futuro de esta transforma- ficientes para representarla en juicio. Las
ción, es materia que excede la tipificación Partidas denominaban personero al apode-
propia de esta Enciclopedia, y que cae en la rado, y la ley 12 del título V de la partida 39-
materia propia de quienes estudian las mo- expresaba: Personero es aquel que recabad
o face algunos pleytos o cosas agenas por
dernas transformaciones que se operan en mandato del dueño de ellas. E ha nome de
relación al funcionamiento del poder. personero porque paresce, o está en juicio,
BIBLIOGRAFÍA. — Demicheli, Alberto, Formación constitu- o fuera del en lugar de otro.
cional rioplatense, t. 2. —- Duguit, León, Manuel de Droit
constitutional.— Esmein, E., Elements de Droit constirw- Existe en la materia, como regla general,
tionel. — Estrada, José Manuel, Curso de Derecho consti- que mientras la ley no exija la comparecen-
tucional, t. 2. — Friedrich, Cari J., La démocratie consti-
tutionelle. — García Pelayo, Manuel, Derecho constitu- cia personal de las partes en el proceso,
cional comparado. — González, Florentino, Lecciones de es permitida la gestión en él por medio de
Derecho constitucional. — González, Julio V., Filiación his-
tórica del gobierno representativo argentino. — Izaga, apoderado. En Venezuela, por ejemplo, la
Luis, S. J., Elementos de Derecho político, t. 1.—Jellinek, prestación del juramento siempre debe ser
Georg, Teoría general del estado.—Kelsen, Hans, Teoría
general del Derecho y del estado. — López, Mario Justo, personal, por lo que ni siquiera con facul-
La representación política. — Montes de Oca, M. A-, Lec- tad expresa podría prestarlo un apoderado.
ciones de Derecho constitucional, t. 2. — Ranney y Ken-
dall, La democracia y el sistema de los partidos políticos Respecto a la naturaleza jurídica del man-
en los Estados Unidos. — Rousseau, Juan Jacobo, El con- dato civil, existen diversas teorías aplicables
trato social. — Siey.es, Emmamiel, ¿ Qué es el tercer esta-
do? — Schinitt, Cari, Teoría de la Constitución. — Stuart al mandato judicial, las cuales enumera
Mili, John, On representation government. Gallinal, para esta última clase de manda-
to, así: a) de la ficción; b) del nuntius o
MANDATO JUDICIAL. * SUMARIO: I. Noción del mensajero; c) de la cooperación; d) de
del mandato judicial. II. Formas del mandato la autonomía de la voluntad; y e) la de
judicial. III. Extensión del mandato judicial.
IV. Remuneración del mandato judicial. V. El Demogue.
mandato judicial en el Derecho comparado. Pero, sin duda, el mandato voluntario es
VI. Terminación del mandato judicial. un contrato consensual y bilateral, puesto
que requiere el convenio de las partes para
I. Los procesos judiciales pueden venti- que pueda existir. Además, este contrato,
larse personalmente por las partes o por como dice Sánchez Román, tiene el resulta-
medio de representantes judiciales. En este do de convertir la ausencia real en presen-
último caso, el representante de la parte cia jurídica, porque la representación en-
litigante debe comparecer al proceso pro- vuelve esa propiedad; desde luego que el
visto del instrumento otorgado por ella, el mandante si en verdad no está material-
que deberá contener las facultades requeri- mente en el acto, sí lo está jurídicamente,
das a fin de que pueda desempeñar la re- porque su personería está presente por me-
presentación a cabalidad. Esa escritura, que dio de su mandatario. De allí bien puede
debe presentar el representante, es el man- decirse que propiamente no se trata de una
dato judicial. Así, pues, esta figura jurídica ficción, como piensan los patrocinantes de
tiene por finalidad proveer de facultades al esta teoría, porque el hecho de que el man-
mandatario para que represente a su con- dato convierta la ausencia real en una pre-
férente en sus asuntos judiciales contencio- sencia jurídica no implica un hecho sin rea-
sos o de jurisdicción voluntaria, nombre con lidad, -pero cuya existencia se supone para
el cual distinguimos la no contenciosa, con- hacer de él el fundamento de un derecho,
forme al Derecho procesal venezolano. Por puesto que existiendo, en verdad, la repre-
tanto, lo esencial en el mandato judicial es sentación del poderdante, no se requiere su-
el conferimiento de representación para poner la existencia de este último; no es
poder actuar ante los tribunales jurisdic- necesario el uso de ninguna apreciación
cionales en nombre del que lo confiere, re- que no esté de acuerdo con la realidad para
que pueda servir de fundamento al Derecho.
* Por ei Dr. ÁNGEL FRANCISCO BRICE. En Derecho la ficción es simulación, apa-
rienda: es, como dice Cabanellas, la supo- La teoría de la autonomía de la voluntad,
sición que la ley efectúa al atribuirle a una según Gallinal, está caracterizada, en sín-
persona o cosa calidad o circunstancia que tesis, por el hecho de sustituirse la volun-
no le son propias o naturales; y siendo esto tad del representante en la del representa-
así, es claro que, al contrario, la represen- do, y así participa directa y realmente en
tación —la que atribuye el mandato— es la formación del contrato; pero, sin duda,
una realidad, pues existe. no existe tal sustitución desde que el re-
El argumento principal, que pudiéramos presentante no queda responsable por el
llamar básico, de la ficción, según Gallinal, ejercicio del mandato, salvo que exceda de
consiste en que "el verdadero contratante sus atribuciones o facultades.
no es el representado, sino el representan- Esta teoría, basada en la sustitución, ha
te; pero en virtud de una ficción, es el pri- sido desarrollada in extenso por el proce-
mero, el considerado como contratante". salista Guillermo García Valdecasas, pues
Sin embargo, el postulado no es exacto; la considera esencial al mandato. Dice este
desde luego que el representante no proce- autor que le "ha parecido ver en el en-
de en nombre propio, sino por delegación cargo del mandante al mandatario la fina-
del representante, o sea en su representa- lidad de que este último obre en sustitu-
ción. ción del mandante; es decir, agrega, obre
Esto deja ver que el mandato no es pro- en lugar del mandante, haciendo sus veces".
piamente una ficción y, por lo tanto, la doc- Cree, por tanto, que la sustitución es la
trina que ve en ella la naturaleza jurídica causa específica del contrato de mandato;
del mandato no merece ser acogida, no obs- es la idea rectora, son sus palabras, que ins-
tante haber sido sostenida por notables ci- pira la regulación legal de la relación de
vilistas. mandato. Para García Valdecasas, "la sus-
Según los sostenedores de la teoría del titución del mandante por el mandatario"
nuntius, "el representante, como también es la causa del contrato de mandato, y por
lo expresa Gallinal, no es más que sim- ello la define así: "el contrato por el cual
ple nuntius (mensajero) del representado". una persona (mandante) hace a otro (man-
Tampoco es cierto el principio, porque nun- datario) el encargo, que ésta acepta y se
tius es palabra latina que significa porta- obliga a ejecutar, de sustituirle en el ejer-
dor de avisos, enviado, y en realidad el cicio de una determinada actividad". Para
mandatario no es portador de ninguna no- poder entender esta definición basta saber
ticia o mensaje, sino que su misión es eje- que para el autor de ella, el mandatario
cutar algo en nombre de otra capaz de pro- actúa en lugar del mandante, haciendo sus
ducir derechos y deberes; no el simple tras- veces; y para corroborar su dicho trae la
lado de un mensaje. Habría, pues, que afirmación de Escriche de que "el negocio
desechar esta otra doctrina, cuyo patroci- objeto del mandato había de ser de tal na-
nio se debe en primer término a Savigni. turaleza que pudiera considerarse lo hacía
En cuanto a la que ve en el mandato un el mismo mandante por ministerio del man-
acto de cooperación de voluntades, formu- datario". Pero es de observar que lo expre-
lada por Mittei, en razón de considerar sado por Escriche, lejos de confirmar lo
"que la representación es el resultado del asentado por el procesalista español, al con-
acuerdo de las voluntades del representa- trario, lo contradice; desde luego que al
do y del representante", nada dice especial- pensar que la naturaleza del objeto del
mente al caso, puesto que todo acto jurí- mandato habría de ser tal que pudiera
dico contractual envuelve la idea de que considerarse lo fiada el mismo mandante
quienes forman parte de él tratan jurídi- por ministerio del mandatario, está expre-
camente, y todos ellos producen el acto; de sando que no se trata de una sustitución,
allí que la teoría sería aplicable no sola- porque procede por ministerio de otro, vale
mente al mandato, sino también a todos decir que actúa empleando, encargando,
los demás contratos bilaterales, porque és- ocupando a ese otro, puesto que^ministerio
tos no podrían realizarse sin la cooperación significa cargo, empleo, oficio u ocupación.
jurídica de las partes. Clemente de Diego, En tanto que el verbo sustituir envuelve la
en sus Instituciones, se muestra partidario idea de reemplazo, de cambio de una per-
de esta doctrina cuando asienta que "la re- sona por otra eliminándola. Y si bien re-
presentación implica una colaboración en presentar quiere decir "sustituir o hacer sus
el acto jurídico que interesa a otro, pero la veces"; no debe olvidarse que en la defini-
colaboración principal y jurídica, no mera- ción del infinitivo representar, el Diccio-
mente suplementaria y de hecho". Sin em- nario de la Academia demuestra con A, for-
bargo, no podría negarse que la colabora- ma copulativa de la expresión que le está
ción no puede ser característica del man- dando al verbo sustituir la equivalencia de
dato, porque si colaboración es concurso de hacer sus veces, y esto, también según el
voluntades, existe igualmente, repetimos, en Diccionario, implica la idea de ocupar el
los otros contratos bilaterales. puesto o el cargo de otro, pero únicamente
para proceder en su nombre, jamás para gocios jurídicos para otros, pero en nombre
obrar por su propia y deliberada voluntad. de quien ios realiza, esto es, en nombre pro-
Esto nos permite pensar que, a la manera pio: el contrato de comisión y el de testa-
de la legislación y la doctrina francesas, la ferro o prestanombre. El primero es el con-
representación es lo que caracteriza al man- trato por virtud del cual el actuante pro-
dato, porque solamente representando a cede en su propio nombre, pero en realidad
otro es como se puede proceder en su nom- privadamente, por cuenta del comitente. En
bre y en su beneficio sin quedar afectado el segundo también el actuante procede en
de responsabilidad personal. ' su propio nombre al realizar el negocio ju-
Bien enterados estamos de que, debido a rídico. Estos dos contratos se han equipa-
la influencia alemana, principalmente, hoy rado a la representación, en vista de qué
se pretende establecer diferencia entre la existen reglas de derecho que se pueden
representación y el mandato, apartándose aplicar tanto al mandato como a ellos, co-
de este modo la nueva doctrina de la fran- mo ser aquellas tocantes a las relaciones
cesa, así como de su legislación, pues, como internas del representante y el represen-
dijo Lenel, la ciencia actual distingue cui- tado. Al respecto dice Charles Falque-Pier-
dadosamente el mandato de la representa- rotin que como contratos que tienen los
ción. Pero seguimos adheridos a la doctri- mismos efectos son necesariamente de la
na francesa. La definición que da el artícu- misma naturaleza, y por ello debe ampliar-
lo 1984 del Código civil de Francia es la que se el contenido de la definición que da la
mejor caracteriza y conceptúa el contrato legislación francesa al mandato, para incluir
de mandato, porque da los elementos esen- los actos jurídicos ejecutados en el propio
ciales que sirven para diferenciarlo de otros nombre del que reemplaza al mandante.
contratos, especialmente del de arrenda- Sin embargo, el hecho de que el problema
miento de cosas, con el cual se le ha con- merite una ampliación del contenido del
fundido mayormente. Dicho artículo ex- artículo francés que define al mandato, es
presa: Le mandat ou procuration est un prueba de que, según el régimen imperan-
acte par lequel une personne donne a une te, no son el mismo acto jurídico.
autre le pouvoir de faire quelque chose Creemos, en vista de todo lo expuesto, que
pour le mandant et EN SON NOM. Le contrat la naturaleza jurídica del mandato se ca-
ne se forme que par l'acceptation du man- racteriza por la representación; sin ella no
dataire. hay mandato, sino otro acto jurídico. Y nos
Lenel, al copiar la disposición legal fran- acogemos a la definición que da Demogue
cesa, dice categóricamente que apenas hay de la representación cuando expresa que
ya para qué demostrar hoy lo inexacto de la hay, en el sentido preciso de la palabra,
esa equiparación, porque en su concepto no "cuando una manifestación de voluntad no
es básico del mandato el poder de hacer emana de aquel que debe naturalmente ha-
alguna cosa en nombre del mandante. cerla, sino de otra persona, y sin embargo
Y no obstante el grave pecado que impli- los efectos se producen como si la mani-
ca contradecir al célebre autor, así como festación de voluntad proviniera de la pri-
a la ciencia actual, bien vale decir que sin mera"; y desde luego rechazamos la defi-
esa cualidad del mandato, éste se confun- nición de Pilón de vincular el concepto de
diría con otros negocios jurídicos o con un la representación a la sustitución de la vo-
acto cualquiera puramente material, to- luntad del representado por la voluntad del
mándole la expresión a Lenel. Sin obrar representante, porque, como ya lo hemos
en nombre del mandante, el mandatario dicho, la representación no envuelve la idea
no ejecutaría un acto de representación, de eliminar al mandante para reemplazar-
como no lo ejecuta quien fabrica un mue- lo por el mandatario.
ble para otro o lleva una misiva a la oficina Estas ideas son aplicables al mandato ju-
de correos. El ejemplo que nos da Lenel dicial en razón de que el mandatario es un
para comprobar la teoría se resuelve contra representante del poderdante, en el sentido
ella: se trata de una señora de la buena de que no lo reemplaza, sino que hace sus
sociedad, venida a menos, que se gana la veces; y de allí que el apoderado judicial
vida haciendo bordados y poniéndolos a la no responda personalmente por el ejercicio
venta en un comercio, prohibiendo el uso del mandato y en cambio obligue con su
de su nombre. Según Lenel, en el indicado gestión al mandante, porque su misión es
ejemplo el mandato no lleva aparejado po- ocupar el puesto de una persona, que es
der, puesto que no se confirmó el de hacer parte en el proceso, en virtud del poder o
alguna cosa a nombre del mandante. En autorización que de ella ha recibido, acep-
este caso nos encontramos, realmente, con ción pertinente del verbo representar acep-
la ejecución de actos o negocios jurídicos tada por la Real Academia.
para otros, disfrazados de actos personales La teoría de Demogue nos la presenta
del gestor; en la práctica existen dos con- Gallinal en los términos siguientes: "La
tratos que comportan la ejecución de ne- representación se produce tar1*"- "or la vo-
luntad del representado (mandato conven- representante, no obsta para que los efec-
cional) , sin que él lo sepa (mandato legal) tos se radiquen en el representado, por-
o incluso a pesar de él (abuso del poder de que, para el autor de Essai d'une théorie
representante, gestión de negocios, actos de la representation dans les obligations,
del ex representante en casos de urgencia, se trata, antes bien, de un vínculo entre dos
representación de interdicto legal)". Esta patrimonios que entre personas determina-
teoría, como es fácil verlo, se traduce en la das, pues éstas intervienen solamente co-
indicación de las causas originarias del mo órganos relacionadores; de modo que
mandato, que vienen siendo tres: la volun- el titular de ese patrimonio, a pesar de no
tad del conferente, la ley y el abuso del haber manifestado en el acto su voluntad,
mandatario. recibe directamente todos los efectos, pues
La teoría de Demogue, inspirada en la ha sido sustituido por el representante.
imperante en Francia, es la que ve en el Esto lo explica Levy Ullman exponiendo que
mandato un acto jurídico basado en la re- la modalidad consiste en que al contratar
presentación, la que, según él, su noción se con un representante media la estipulación
aplica a numerosos actos jurídicos de De- tácita de que se actúe contemplatione do-
recho privado o de Derecho público. Afir- mini, esto es, con la intención de radicar
ma este autor francés que la representación la responsabilidad en el dueño o titular y
supone el empleo de un intermediario en- no en quien lo representa.
tre el representado y aquel o aquellos fren- Esto es una ratificación de la doctrina
te a quienes se va a producir el acto ju- que conceptúa la representación como la
rídico, y así el uso del intermediario en- sustitución de la voluntad de una persona,
vuelve una verdadera utilidad y una eco- el representado, por la de otra, el repre-
nomía de tiempo y de actividad, porque se sentante, en la formación del negocio jurí-
evitan múltiples transferencias de dere- dico, porque, al modo de Stolfi, considera
chos y de obligaciones del representante como representante a aquel que declara su
al representado. La representación, para propia voluntad o recibe una declaración
Demogue, es, pues, una simplificación. Sin de voluntad en nombre y en interés ajeno,
embargo, cree que si la representación su- no obstante que en el hecho el represen-
pone un intermediario, no comprende to- tante no expresa su propia voluntad, sino
dos los casos donde hay un intermediario, la voluntad del representado. Por consi-
como por ejemplo en el de la persona que guiente, al establecer esta teoría de que el
se limita a buscarle a otro con quien reali- negocio jurídico lo celebra el representante
zar un contrato, para lo cual sólo facilita se asienta una premisa que no está en un
con su intervención el acuerdo de volun- todo de acuerdo con la verdad, puesto que
tades, o bien el mensajero (nuntius), al el representante si bien interviene en el
que define: "un individuo a quien una per- acto, lo hace en nombre y representación
sona le encarga dirigirse a otra persona pa- de otro, pues de lo contrario se obligaría
ra hacerle a éste una comunicación". Pero personalmente.
asienta Demogue que la representación es La confusión respecto a la naturaleza ju-
distinta del mandato, por lo que puede ha- rídica del mandato pudiera aclararse si se
ber representación sin mandato, como la toma en cuenta que la representación sólo
gestión de negocio, la tutela y mandato sin existe en el mandato y que, al contrario de
representación, como cuando interviene un lo que dicen algunos autores, no existe
prestanombre. mandato sin representación, aunque el pos-
Está conforme este autor en que para que tulado contrario sea cierto, esto es, que
haya representación es necesario que exis- puede haber representación sin mandato.
ta contemplatio domini, vale decir, que el La gestión de negocios, por ejemplo, no es
representante demuestre su intención de un mandato, porque el gestor, sin estar
obrar por cuenta de otro y no por su pro- obligado, asume conscientemente la gestión
pio nombre, y de su lado, el tercero debe de un negocio ajeno, y aunque contrae la
tener conocimiento de esa intención. obligación de continuar la gestión y llevar-
Pero si se analizan las cuatro primeras la a término, no representa al mandante,
teorías, se verá al punto que todas adole- pues éste podría desaprobar lo hecho a su
cen de la falla de no explicar la represen- favor; y si es cierto que el dueño del nego-
tación legal de los absolutamente incapa- cio, cuando éste ha sido bien administra-
ces, como bien lo apunta Avelino León Hur- do, debe cumplir las obligaciones contraí-
tado, profesor de Derecho civil de la Uni- das por el gestor en su nombre, no es por
versidad de Concepción, Chile. virtud de que existe la representación, sino
Este autor nos habla también de la teoría porque lo hecho mediante una buena ad-
de la modalidad para explicar la natura- ministración enriquece al dueño y nadie
leza jurídica de la representación, que con- puede enriquecerse con perjuicio de otro.
sidera formulada por Pilón, según la cual El mandato nacería cuando el dueño rati-
el acto jurídico, si bien es celebrado por el fica la gestión, pues entonces produce los
efectos del mandato, incluso cuando la ges- otros asuntos si no se le otorga tal facultad.
tión haya sido cumplida por una persona Además de la especialidad de constituir
que creía gestionar su propio negocio. una representación, el mandato judicial
Para Demogue, el contrato de presta- tiene otras diferencias de importancia con
nombre es un mandato sin representación; el simple mandato civil.
pero creemos que aquí no se trata de un Sin embargo, el mandato judicial puede
mandato, porque este contrato tiene el efec- provenir no sólo de la voluntad del intere-
to de una gestión en nombre de otro y en sado, sino también de la ley. De esta mane-
su lugar, de modo que establece relaciones ra se evita, principalmente, que los inca-
directas entre el mandante y el tercero; pe- paces queden sin representación ante la vía
ro, al contrario, cuando el mandatario obra jurisdiccional; desde luego que si es cierto
en su propio nombre, como en el caso del que ellos tienen la legttimatio ad causam,
testaferro, el poderdante no tiene acción carecen de la legttimatio at processum; que,
contra aquellos con quienes contrató el por otra parte, las personas morales mal po-
prestanombre, y hay más: éste queda obli- drían defender sus derechos o intereses si
gado directamente hacia la persona con la ley no les concediera la debida protec-
quien contrató, como si el negocio fuera ción, dándoles el representante judicial que
suyo propio; y esto sucede porque en la las defienda.
gestión no hubo contemplatione domini, La ley, por tanto, para proteger la repre-
desde luego que el gestor no demostró la sentación en juicio de ciertos incapaces, a
intención de proceder por cuenta de otro. fin de que puedan presentarse a ventilar o
En este supuesto, el contrato no puede ser discutir sus cuestiones ante los tribunales
de mandato; podría ser el de comisión o de justicia, confiere expresamente esa re-
el de corretaje, pero nunca el de mandato, presentación, como sucede en los casos de
por más que en el hecho el gestor cumpla los menores de edad, los entredichos, las
instrucciones del dueño del negocio. personas jurídicas, los ausentes. En estos
Para llegar a la conclusión de que ni la casos existe la representación o el manda-
gestión de negocios ni el contrato de pres- to legal; y si es verdad que el representado
tanombre son mandato, bastaría tener pre- no confiere directa y voluntariamente la
sente que no envuelven la representación representación o el poder, este conferimien-
como sí la contiene el mandato, y que la to lo efectúa la ley, presumiendo así el que-
representación se caracteriza por estas dos rer del representado.
condiciones: a) el representante debe de- Especialmente en la materia procesal el
clarar su voluntad de acuerdo con las fa- mandato no puede ser ejercido por cual-
cultades conferidas; y b) el representante quier persona que tenga capacidad civil;
y el tercer contratante deben tener la in- se requiere algo más: que el mandatario
tención común de que las relaciones que esté revestido de facultad legal para ejer-
nazcan del negocio jurídico que celebren se cer poderes en juicio. Existe en verdad la
reflejen sobre el patrimonio del represen- libre defensa, pero ella ha sido mirada con
tado. Condiciones éstas que no podrían apli- recelo por el legislador moderno; de modo
cársele a la gestión de negocio ni al presta- que en algunos países ha sido suprimida,
nombre. como en Venezuela. La tendencia es per-
Lo expresado puede extenderse al man- mitirla únicamente a los titulados en De-
dato judicial, porque éste también es un recho, acaso inspirado ese propósito en aquel
contrato consensual por virtud del cual una concepto de Bentham, bien conocido, de que
persona, el mandatario, representa a otra, suprimida "la abogacía, un injusto agresor
el mandante, en la defensa de su persona o tendría dos ventajas de una naturaleza
Intereses ante los tribunales de justicia. igualmente opresora: la que deriva de una
Salvo las legislaciones donde la asistencia índole osada respecto de otra débil y pusi-
de abogado es obligatoria, es de principio lánime, y la de una posición elevada res-
en la materia que todo individuo tiene el pecto de un humilde e inferior". De allí que,
derecho de comparecer personalmente a los para este célebre autor, en una cuestión
tribunales jurisdiccionales para defenderse dudosa o compleja que se discutiera judi-
o defender sus derechos o intereses; pero cialmente, esas ventajas reían muy peligro-
pudiera suceder que la parte no puede asis- sas para la justicia; y continúa afirmando
tir ella misma a esos tribunales, y entonces que los abogados no se niegan a nadie y
confía su representación a un mandatario, restablecen la igualdad entre los litigantes,
quien habrá de representarla de acuerdo pues la misma rivalidad que existe entre
con. las facultades que se le confieran en la ellos, "les hace desplegar en cada ocasión,
respectiva escritura de mandato. El man- sea quien quiera su cliente, rico o pobre,
dato judicial no se diferencia del mandato grande o pequeño, plebeyo o ilustre, toda
civil sino en su objeto, puesto que se con- la fuerza del talento que poseen y que no
trae a la representación ante los tribuna- pueden dejar de emplear sin perjudicarse
les, sin que el apoderado pueda gestionar a sí mismos. El honor y el interés son aquí
auxiliares de su deber". Esto indica la razón tos en los países americanos, pues existe un
de que si es verdad que algunos países han "Protocolo sobre uniformidad del régimen
suprimido la orden para permitir la libre legal de los poderes", el cual fue suscrito en
defensa o el libre ejercicio de la representa- Washington el 17 de febrero de 1940.
ción judicial, bien pronto han tenido que Este Protocolo se debe a la recomendación
rectificar, llamando de nuevo al abogado. de la Séptima Conferencia Internacional
Naturalmente que el principio que prohibe Americana, de acuerdo con la Resolución
la libre representación judicial, ha tenido y número XLVIII, que estableció la designa-
tiene que ceder en los lugares apartados ción por el Consejo Directivo de la Unión
donde no existe el número suficiente de abo- Panamericana ,de una Comisión de Exper-
gados' en ejercicio. tos, formada por cinco miembros, para que
II. El mandato judicial no debe ser tácito redactara un proyecto de unificación de le-
ni privado porque destinado a surtir efectos gislaciones sobre simplificación y uniformi-
en frente de la contraparte en el proceso dad de poderes y personería jurídica de
donde se requiera, es imprescindible demos- compañías extranjeras, si tal unificación era
trar de modo fehaciente las facultades que posible. Al efecto, la Comisión de Expertos
se le han conferido al mandatario, para que redactó un proyecto, el cual fue sometido a
esa contraparte pueda saber a satisfacción los gobiernos de las repúblicas americanas,
si realmente el que se atribuye la represen- y revisado de acuerdo con las observaciones
tación de su contraparte la tiene de modo de esos gobiernos, fue aprobado por los res-
que sean válidos los actos que ejecuten. De pectivos plenipotenciarios y depositado en
allí que en algunos países se requiera que la Unión Panamericana y abierto a la fir-
el mandatario sea constituido por escritura ma. Según su articulado, los poderes otor-
pública o auténtica; también se considera gados en un país americano destinado a
suficiente en otros, que la escritura sea pri- obrar en el extranjero, deben llenar las for-
vada. Pero generalmente se requiere docu- malidades indicadas en el protocolo, y se
mento público o auténtico, es decir, que el diferencian según se trate de poderes con-
conferimiento se efectúe ante la autoridad feridos en el propio nombre del otorgante,
que tenga facultades para dar fe de los ac- que sea persona natural, y aquellos que lo
tos que se lleven a cabo en su presencia. son en nombre de un tercero o fuere dele-
Sin embargo, el otorgamiento del poder es gado o sustituido por el mandatario, y asi-
un asunto de prueba, y por lo tanto el hecho mismo, si lo fuere en nombre de una per-
de que el apoderamiento se haya efectuado sona jurídica.
de modo tácito no lo viciaría de nulidad y el Estas reglas, en síntesis, son las siguientes:
poderdante podría ratificarlo oportunamen- a) Poderes en nombre de una persona na-
te. En el Derecho procesal alemán es con- tural: En este caso el funcionario que auto-
siderado el poder expresamente como asunto rice el acto dará fe de conocer al poderdante
de prueba, pues el artículo 80 del Código y de que éste tiene capacidad legal para
procesal civil, es claro al respecto cuando el otorgamiento, b) Poderes conferidos en
preceptúa, que él apoderado deberá justifi- nombre de un tercero o delegado o susti-
car su calidad presentando el poder por es- tuido: El funcionario dará fe de conocer y
crito y haciendo que se tome nota de él en tener capacidad el mandante del represen-
los autos; pero aun en las legislaciones co- tante de éste, delegante o sustituyente, y
mo la venezolana que expresamente requiere además de que el representante tiene efec-
que el poder para actos judiciales debe tivamente la representación en cuyo nom-
constar en forma auténtica, suponemos que bre procede, que esta representación es le-
también es exigido como asunto de prueba gítima según los documentos que se le hayan
y, así, procederá de igual modo la oportuna presentado, los cuales mencionará especí-
ratificación, porque el apoderamiento que ficamente, con expresión de sus fechas y
no se haya efectuado en forma auténtica de su origen o procedencia, c) Poderes en
podrá ser rechazado por el interesado, pero nombre de una persona jurídica: El funcio-
los actos que ejecute ese apoderado, si no nario además de las certificaciones que debe
son objetados por la contraparte y los rati- dar en los casos de los otros poderes refe-
fica el representado, tendrían validez. Esto ridos, dará fe de la constitución de la per-
está en perfecta armonía con el conocido sona jurídica, de su sede, de su existencia
principio ratihabitio mandato equiparatur. legal actual, y que el otorgamiento está en-
El mandato puede conferirse también apud tre los actos que constituyen su objeto o¿
acta; esto es, en las propias actas del pro- actividad. Esta declaración la fundamentará
ceso donde va a surtir sus efectos y en este el funcionario en los documentos que le
caso debe conferirse ante el funcionario del fueren presentados, documentos que deberá
Tribunal respectivo que tenga facultades mencionar con expresión de sus fechas y
notariales para ello. origen.
Debemos hacer mención especial del otor- Las declaraciones del funcionario podrán
gamiento de poderes que van a surtir efec- ser destruidas mediante prueba en contra-
rio; pero no será menester la tacha de fal- dará fe de que conoce al otorgante, según
sedad para conseguir ese objeto, cuando la los documentos que ha producido".
objeción se fundare únicamente en la erró- También existe en derecho y en la legis-
nea apreciación o interpretación jurídica en lación la representación o mandato sin
que hubiere incurrido el funcionario. De poder: un representante no tiene poder
modo expreso establece el protocolo que no cuando actúa en nombre de otro en un pro-
se requiere la aceptación del mandatario en ceso, sin que necesite escritura de mandato;
el propio acto del otorgamiento, pues ella caso bien diferente de aquél en que al que
resultaría del ejercicio mismo del poder. se dice representante no se le ha conferido
Merece anotar también, que los poderes poder o se excede en sus facultades al ejer-
judiciales, al decirse en ellos "que se otor- cerlo, en cuyo supuesto, la gestión no podrá
gan con todas las facultades generales y las tener validez sin la debida ratificación.
especiales que requieran cláusula especial, Al mandatario sin poder, que, no obstan-
conforme a la ley", se consideran suficientes te, es un mandatario procesal, le provienen
o bastantes para todos los actos, sin restric- las facultades de representación de la pro-
ción o limitación alguna, y esto será así aun pia ley, y por consiguiente no necesita rati-
contra lo dispuesto en contrario establecido ficación al ejecutar actos dentro de la órbita
por la legislación del respectivo país. legal: tiene, pues, representación legal y
Para el ejercicio del poder no se requiere como tal representa al interesado dentro del
ser registrado ó protocolizado en oficinas proceso, aunque naturalmente en la exten-
determinadas, fuera de la legalización, pero, sión que le da la ley, que generalmente no
sin perjuicio de que se practiquen el regis-
tro o la protocolización, cuando así lo exija liega a los actos que exceden de la simple
la ley como formalidad especial en deter- administración, por lo que le estaría vedado
minados casos. ejecutar actos que envuelvan enajenación,
Otra prescripción del protocolo digna de como la transacción, el desistimiento, el
destacarla, es aquella que autoriza a cual- convencimiento, el compromiso, etcétera.
quier persona, que de acuerdo con la ley, En este acto de representación legal se
pueda intervenir o hacerse parte en un pro- encuentran: el padre, o la madre en su
cedimiento judicial para la defensa de sus defecto, por su hijo legítimo o el natural
intereses, podrá hacerse representar por un reconocido o adoptivo; el heredero por su
gestor, siempre que éste presente por escrito coheredero y el comunero por su condueño,
el poder legal necesario; o de que mientras en lo relativo a la comunidad; o viceversa,
este representante no acredite su persone- cuando el hijo tiene capacidad legal. En
. ría, preste fianza o caución a discreción del algunas legislaciones, al menos la venezo-
Tribunal para responder de las costas o de lana, por el demandado puede presentarse,
los perjuicios que puede causar su gestión. sin poder, cualquiera que reúna las cuali-
Esto es la caución de rato et grato, que re- dades necesarias para ser apoderado ju-
dicial.
quieren algunas legislaciones para garanti-
zar la ratificación del mandante. Pero en el derecho procesal venezolano y
en otros, el que gestiona sin poder está obli-
Según el protocolo, los notarios ante los gado a prestar caución real o personal, para
cuales se otorga el mandato se consideran el caso de que no le sea aprobada la re-
investidos para ejercer funciones y atribu- presentación: es la caución de rato et grato,
ciones equivalentes a las conferidas a las que equivale a garantía de ratificación y
notarías por las leyes del país destinatario, agradecimiento.
y esto es aplicable también a las autorida- Igualmente ordena nuestro procedimien-
des y funcionarios que ejerzan funciones to, que ciertas instituciones como el Estado,
notariales conforme a la legislación de sus las iglesias, etcétera, sean representadas en
respectivos países. juicio por sus respectivos procuradores, vi-
De igual modo el protocolo reglamenta el carios o rectores o administradores.
otorgamiento de los poderes que no son ju- El representante legal, a pesar que su re-
diciales y pauta expresamente que cualquier presentación emana de la ley, debe actuar
Estado que desee aprobarlo puede hacerlo en nombre de su representado, en razón de
con modificaciones, las que deberá declarar que él rio es parte, sino la persona que re-
antes de su firma. Que sepamos, el repre- presenta y los efectos de su actuación se
sentante de Venezuela modificó el artículo reflejan sobre su representado.
1? del protocolo en la forma siguiente: "I. Si El mandatario procesal sin poder no es,
el poder lo otorgare en su propio nombre en nuestro concepto, un gestor de negocios,
una persona natural, el funcionario que y de allí que la actuación se realiza expre-
autorice el acto (notario, registrador, escri- samente a nombre de otro y no personal-
bano, juez o cualquier otro a quien la ley mente: su actuación se presume que es
del respectivo país atribuyere tal función) realizada en interés y beneficio de su re-
presentado, dados los estrechos vínculos que para representar a la parte en una instan-
le unen a él; o el respeto a la dignidad de cia, y así se llama poder para la instancia.
la profesión si se tratase de la representa- Naturalmente que el poder conferido para
ción por un abogado. la representación judicial, aun cuando no
La sustitución del mandato procesal re- sea general, trasmite facultad para concu-
quiere ciertas formalidades especiales que rrir a los actos del proceso, que legalmente
conviene expresar: la sustitución es el tras- constituyen actos de su secuela, como son
paso del poder a otra persona, reservándose la contestación de la demanda, proponer
o abandonando la representación. Como es, reconvención, citar de saneamiento, promo-
en síntesis, el conferimiento del poder que ver y evacuar pruebas, informar, intentar
se va a ceder o traspasar, a fin de que los recursos ordinarios, pedir medidas cautela-
interesados tengan conocimiento de las fa- res y, en fin, ejecutar todos los actos pro-
cultades que confiere. Generalmente el fun- cesales que pudiera efectuar el conferente,
cionario que le da autenticidad certifica en a excepción de aquellos que según la ley del
la misma escritura de sustitución la exac- lugar requieran facultad expresa.
titud de la copia del poder que se sustituye, El mandatario ad-litem tiene, pues, las
y esa certificación se efectúa en el mismo más amplias facultades para representar al
escrito de sustitución. Como el otorgamien- mandante en el proceso; pero, siempre que
to de poder se debe principalmente a la su actuación tienda a la mejor representa-
confianza que se le tiene al mandatario, es ción de aquél, sin perjuicio o detrimento de
natural que la sustitución no se efectúe sin sus intereses.
el consentimiento del poderdante; sin em- La extensión del mandato está especifi-
bargo, como muchas veces no es posible con- cada y caracterizada de un modo general
sultar con el conferente ni nada se ha pre- en el artículo del Código de procedimiento
visto en él respecto a sustitución, el sustitu- civil argentino, que dice: "El poder confe-
yente es facultado por la ley, en algunas rido para un pleito determinado, cualquiera
legislaciones, para sustituir, pero respon- que sean sus términos, se entiende compren-
diendo por la aptitud y solvencia del susti- der la facultad de interponer los recursos
tuido. Pero es de advertir que la sustitución legales y seguir todas las instancias a que
puede ser general o parcial. haya lugar. Se entenderá también que com-
III. El mandato judicial, al modo del ci- prende la facultad de intervenir en los inci-
vil, puede facultar al mandatario para todos dentes de lo principal y ejercitar todos los
los actos que desee ejecutar el mandante, o actos que ocurran durante la secuela de la
bien, para alguno o algunos, solamente, litis, excepto aquellos para los cuales la ley
porque el mandato puede ser para todos los requiera facultad especial o los reservados
actos judiciales que tenga o se le presenten expresamente en el poder".
al poderdante, o para uno o varios de sus La expresión del mandato conforme a las
asuntos, y así el mandato judicial será ge- facultades que comprende por conferimiento
neral o especial. Pero es universal el criterio del mandante o por disposición de la ley,
de que el mandato concebido en términos obliga a éste a pagar los honorarios conve-
generales, esto es, que no determine espe- nidos o fijados legalmente, así como a las
cíficamente los actos judiciales que pueda resultas del juicio, puesto que es una con-
ejecutar el apoderado, no comprende poder secuencia de la debida ejecución del con-
o facultad para transigir, desistir, convenir, trato; ejecución que por virtud de la repre-
ceder los derechos litigiosos, anunciar re- sentación que envuelve se considera como
cursos extraordinarios, comprometer, ni si hubiese sido realizada directamente por
darse por citado en los pleitos, etcétera, el poderdante.
porque en estos casos, como exceden de la Pero siendo consensual el mandato y por
simple administración, debido a su impor- lo tanto aceptado por el mandatario, éste
tancia, se supone que para considerar con- contrae obligaciones, que son convencionales
ferido el poder de ejecutarlos, se requiera o legales. Así está obligado a continuar la
que aparezca manifiesta, explícitamente por representación en el proceso en tanto en
el poderdante, la intención de trasmitir esa cuanto no haya terminado el mandato por
facultad de obrar. Y esto tiene su razón de cualquiera de sus causas; y de allí que el
ser, además, en el hecho de que el manda- mandatario no podrá abandonar el pleito
tario no podría con su gestión personal contra la voluntad del poderdante ni sus-
comprometer los derechos que representa pender ni obstaculizar el curso del proceso,
hasta el punto de enajenarlos o disminuir- porque ello lo haría responsable de los daños
los en cualquier forma, si esta facultad de y perjuicios que ocasionare.
disponer no la ha manifestado expresamen- La aceptación del mandato implica la
te el poderdante. En algunas partes se con- obligación por parte del mandatario de reali-
ceptúa como poder especial el conferido zar todo aquello que se requiera para el
cabal cumplimiento o ejecución del objeto en la defensa de los intereses que le han
del mandato; pues esa aceptación le da na- encomendado y que le pertenecen en parte
cimiento a determinadas relaciones entre hasta el punto que influenciado por ese
él y su representado, de cuyo cumplimiento interés personal empleará manejos de mala
depende la satisfacción del propósito que ley para obtener el triunfo.
tuvieron en cuenta las partes para darle La Partida 3^ título VI, ley XIV, fue
vida al mandato. categórica al efecto al decir: "Otrosí defen-
Como el mandatario obra por represen- demos, que ningún abogado non sea osado,
tación, el límite de su obrar está en las fa- de fazer postura con el dueño del pleito, de
cultades conferidas por el mandante o por recibir cierta parte de quella cosa, sobre que
la ley, y por ello los efectos del actuar se es la contienda. Porque tovieron por bien
radican ro en el mandatario sino en el los Sabios Antiguos, que cuando el abogado
mandante, y es a nombre de éste que se sobre tal postura razonasse, que se trabaja-
dictan las resoluciones en el proceso; y la ría de fazer toda cosa, porque la pudiesse
ejecución del proceso es contra él, como lo ganar, quien a tuerto, quien a derecho...".
es la cosa juzgada, y las costas no pertene- La referida Partida 3^ llegaba al extremo
cen al mandatario sino al mandante, a mo- de castigar al abogado que infringiera esa
do de indemnización por lo que haya gas- disposición, ordenando: "que después que le
tado en el proceso. fuere provado, non puede razonar por otri
IV. El mandato judicial fue gratuito en en juyzio, assl como persona enfamada; e
un principio, especialmente en Roma, pero demás, que el pleyto que oviere puesto con
como dice Bielsa, "la vida moderna ha cam- la parte, que non le vala".
biado ese concepto sin alterar la prístina
dignidad del jurista". Era, pues, bien severo el castigo, e inspi-
No hay duda, pues, de que el abogado de radas en ese precepto y el romano, muchas
nuestros tiempos tiene el derecho de cobrar legislaciones modernas son también preci-
honorarios por sus gestiones profesionales. sas en la prohibición; no obstante, no fal-
Bien sea el contrato que celebre el abogado tan legislaciones y doctrinas que admiten la
con su representado un contrato de man- cuota-litis. Nosotros hoy ratificamos nues-
dato, como dijo Pothier, inspirado en las tra opinión de que realmente carece de fun-
enseñanzas del Derecho romano, que pro- damento el argumento en que se basa la
hibía remunerar al abogado, como lo esta- prohibición; desde luego que no es el propio
bleció expresamente la ley Cincia; un con- interés en el objeto del litigio lo que induce
trato sui génerís o innominado, como lo al abogado a faltar a la ética profesional
pensó Garsonnet; una locación de servicios, en la defensa, sino su temperamento, su
según Baudry-Lacantinerie; cualquiera que educación y cultura, sus condiciones mora-
sea la naturaleza jurídica del vínculo nacido les, en fin, pues de su modo de ser depende
entre el abogado y el cliente, está fuera de esencialmente que en la defensa se dirija
duda que aquél tiene derecho a cobrar su por el buen o el mal camino.
trabajo; pero el problema se presenta hoy, V. El mandato procesal tiene marcadas
en cuanto a saber si el abogado puede ce- diferencias en las legislaciones alemana, es-
lebrar con su cliente algún pacto o contra- pañola, francesa e italiana, que de Europa
to de venta, donación, permuta u otro de han sido las inspiradoras del Derecho pro-
esa clase sobre las cosas objeto de la acción; cesal latino americano; e igualmente en la
es decir, si puede celebrar la negociación argentina, mexicana y la venezolana, tres
legislaciones de América, escogidas también
que se denomina cuota-litis. Algunas legis- por las señaladas desemejanzas que pre-
laciones, como la venezolana, la prohiben sentan.
expresa y terminantemente. El estudio comparativo de estas legisla-
Como hemos expuesto en otra ocasión, sí ciones nos deja ver a las claras que, por
bien esta prohibición ha sido constante en ejemplo, la legislación procesal italiana tie-
las legislaciones desde la época del Dere- ne en el Código de procedimiento civil un
cho romano, en nuestros tiempos, puesto título dedicado especialmente a las partes
que es universal el reconocimiento del de- y los defensores, dividido, en lo que respecta
recho del abogado a cobrar la remuneración a estos últimos, en sendos capítulos relati-
de su trabajo, se nota una tendencia a ad- vos a los defensores, sus deberes y sus res¿
mitir esa clase de contratos, porque se con- ponsabilidades; título ése que en la legis-
sidera infundado el razonamiento que le ha lación alemana existe con la denominación
servido de base secular a la prohibición, de "Representación y asistencia de las par-
consistente en suponer que el profesional tes en el proceso", cuya sola enumeración
interesado personalmente en las resultas del indica la disimilitud existente entre las dos
proceso, por virtud del contrato de cuota- legislaciones. Pero la diferencia es mayor
litis, habrá de empeñarse apasionadamente entre las de los otros países nombrados. Así
la española denomina la sección pertinente: ran de norma de conducta y dejar al mismo
"De los litigantes, procuradores y aboga- tiempo que en los casos no previstos la cues-
dos"; la francesa distingue el título respec- tión quedase a la soberana apreciación del
tivo con la denominación de "Constitución juzgador. Sin embargo, deseamos advertir
de abogados y defensores". En cuanto a las que no somos partidarios de la Abogacía del
legislaciones hispanoamericanas nombradas, Estado y, por lo tanto, rechazamos el patro-
la de México, según el Código de 1884, el cinio en forma de empleo. El problema que-
capítulo I trataba "De la capacidad de los daría resuelto con preceptos que constitu-
litigantes", que el Código de 1943 sustituyó yeran valla o barrera a la infidelidad o
por la denominación de "Personas que pue- violación de los deberes profesionales, cuan-
den intervenir en un procedimiento judi- do están cercanas al dolo o al daño a la
cial", modificando de este modo la leyenda parte representada; la prevaricación, y,
con que distinguió ese título el Código de principalmente, lo que se ha llamado el
1932, que fue: "De la capacidad y persona- alarde de la influencia que se ha puesto tan
lidad". En cambio, las legislaciones argen- de moda en nuestro tiempo.
tina y venezolana, la primera regula la Pero debemos advertir que sería prudente
materia en disposiciones generales y la com- distinguir entre la culpa o el dolo y el error
prende en el capítulo relativo a las partes, profesional, a fin de rio considerar como
al igual de la legislación segunda. deslealtad o falta de probidad lo que sólo
Y si hemos presentado ese ligero panora- es consecuencia de falta en la interpreta-
ma de las citadas legislaciones extranjeras, ción de las disposiciones legales, falta en
es para exponer la conveniencia de que en la que puede incurrir, sin intención, el pro-
las futuras reformas a la legislación pro- fesional más versado en su ciencia.
cesal se tome en cuenta el beneficio que VI. El mandato procesal termina por cau-
acarrearía la introducción de un título es- sas voluntarias o indeliberadas: siendo el
pecial relativo al mandato procesal, en el contrato de mandato de carácter consensual
cual se reglamentara con precisión todo lo y una manifestación unilateral de voluntad,
pertinente a la constitución y forma del es lógico que así como el querer del man-
mandato, obligaciones del conferente y del dante influye determinantemente en su
mandatario, cesación del mandato y su sus- constitución, igualmente interviene en su
titución, sin olvidar lo que toque a la re- terminación. Causa de esto es, pues, la revo-
presentación o mandato legal. Las legisla- cación por el que lo ha conferido: la revo-
ciones alemana e italiana podrían servir de cación es el retiro de la confianza que ins-
magníficos modelos; especialmente aquellas piró al mandante la persona del mandata-
disposiciones del Código italiano referentes rio; es, como dice Rosenberg, "el retiro del
al patrocinio y a las que imponen al man- consentimiento contenido en el poder y una
datario judicial el deber de lealtad y pro- declaración unilateral del poderdante".
bidad; superando los preceptos del Código Pero la manifestación de esa voluntad de
hacer
de Italia en esta materia, mediante la enu- o tácita:cesar el mandato, puede ser expresa
no bastaría la presencia de la
meración, sin carácter limitativo, de lo que parte en el proceso para que se presuma la
pudiera llevar al ánimo del juzgador el ver- intención de revocar el poder que ha con-
dadero concepto de esas dos palabras. ferido; se requiere que así lo manifieste de
Sabemos de lo peligrosas que son las defini- modo inequívoco; sin embargo, como el
ciones, y no hemos olvidado aquella expre- otorgamiento del poder es signo de confian-
sión de Redenti al apuntar que puede parecer za en la pericia y honradez del mandatario,
paradójico que el párrafo de su "Derecho algunas legislaciones, como la nuestra, con-
procesal civil" relativo a los deberes de las sideran señal de la intención de revocar el
partes y de los defensores fuera el más breve poder la presentación de otro apoderado
del tratado, pues no menos esmirriado es para el mismo pleito, salvo la manifestación
el correspondiente capítulo del Código, que en contrario. Pero la revocación no surte
sólo tiene dos artículos para reglamentar la efectos contra terceros, sino desde que se
cuestión, en vista de que es una verdad para introduzca en el proceso; esto es, desde que
él, "que no se pueden construir provecho- haya en las actas constancia de la revo-
samente doctrina o disciplinas generales de cación.
la especie variabilísima e impropia de obli- Así como el poder puede ser revocado por
gaciones y cargas a que pueda dar lugar el el conferente, el mandatario tiene facultad
proceso en su desarrollo, si se hace abs- para renunciarlo, y asimismo, esta renuncia
tracción de las situaciones particulares y no surte efectos en el proceso, sino desde
contingentes en que se encuentran". Sin que consta en el expediente. Es que en el
duda ambas palabras por su carácter tan proceso el expediente es la fuente de co-
subjetivo son de difícil definición; pero la nocimiento de las partes, y de allí que mien-
ley podría establecer principios que sirvie- tras el acto jurídico no figure en él, carece
de efectos, aun cuando se trate de hechos MANDATO Y GESTIÓN DE MINAS. (V.
contenidos en documentos públicos o autén- PROPIEDAD MINERA.)
ticos, que, como se sabe, tiene efectos erga
omnes. MANÍAS. (V. DEMENCIA.)
Entre las causas indirectas o involuntarias
de terminación del mandato, podemos citar MANIFESTACIÓN (Juicio DE) . (V. Juicio
la muerte del mandante y del mandatario; DE MANIFESTACIÓN.)
esto debido, con respecto al primero, por el
hecho de que si bien los herederos repre- MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD.
sentan la persona del de cujus, basado como (V. VOLUNTAD [MANIFESTACIÓN DE LA].)
está el mandato en sentimientos de confian-
MANIFIESTO (EN DERECHO MARÍTIMO) *,.
za, acaso los herederos no la tengan y ne-
cesiten el nombramiento de otro apoderado. En sus artículos 925, 926 y 927, el Código de
Lo mismo puede decirse en el caso de la Comercio indica los litaros y documentos que
muerte del apoderado. A base de esa misma el capitán del buque debe llevar a bordo
(ver CAPITÁN DE BUQUE) . Con respecto a la
razón, se justifica la cesación del poder,
carga (art. 925, inc. 6?) hace mención espe-
cuando el poderdante se separe de las ac-
cial a "las pólizas de fletamento, en los casos
ciones o defensas deducidas en el pleito o
en que hubiesen tenido lugar, y los cono-
hubiera cedido o trasmitido los derechos
deducidos en el proceso. cimientos de la carga que existiere a bordo".
Complementario de éstos son el manifiesto
La caducidad de la personalidad del que de carga y el manifiesto o lista de rancho.
confirió el poder es otra causa indirecta de (Malagarriga, Derecho Comercial, Bs. Aires,
terminación, porque ello implicaría un cam- 1952, t. III, pág. 120.)
bio de la representación legal. Lo mismo Documentación que reconoce su origen en
puede decirse si se presentare el caso de el Derecho marítimo francés, y a través de
pérdida de la capacidad procesal del man- éste, en el español (Consulado del Mar y
dante. Ordenanzas de Burgos), dice a su respecto
Cuando el mandato es parcial para deter- Alejandro de Bacardi en su Diccionario de
minado proceso, terminado éste cesa el po- Derecho Marítimo de España (Barcelona,
der, porque entonces está cumplido el objeto 1861) : "Es la relación que los capitanes o
para el cual fue conferido. patrones de los buques deben presentar a los
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et pratique de procedure civile et commerciale.
NUMERO 72
MANIFIESTO PARA LA CARGA del (clase, bandera y nombre del buque) Capi-
tán . . . . . . . . . . . . . del porte de . . . . . . . . . . . . . toneladas y . . . . . . . . . . . . . personas de tripu-
lación, incluso el Capitán que hace el viaje de . . . . . . . . . . . . . a . . . . . . . . . . . . . (puerto de
destino) consignado a . . . . . . . . . . . . .
(Artículo 429, R.C.)
Cantidad Peso
Consignatario Total de
.Marcas Números Envase de 0 Contenido Remitente
(si es a la bultos para
orden debe cada
Envases Volumen
determinarse) consignatario
J
territoriales, están sujetos a su jurisdicción formes y que el límite de tres millas es el que
y autoridad. Aquí se trata, evidentemente, ha contado en la práctica de los Estados con
de la protección de grandes intereses pe- una mayor aceptación y por lo tanto debe
troleros. mantenerse.
c) Islandia. Se trata de un país poco 3) Conclusiones. Conferencias, congresos
agraciado por la Naturaleza por la esterili- y tratados internacionales. Conferencia so-
dad de su suelo y la carencia de recursos bre el Derecho del Mar de 1958. Las decla-
agrícolas o mineros. Depende, por lo tanto, raciones oficiales, leyes y acuerdos interes-
exclusivamente de la pesca, tanto para el tatales que se han mencionado en los puntos
consumo interno como así también para la precedentes, especialmente las de los países
obtención de divisas destinadas a cubrir sus americanos, han venido a crear un problema
importaciones. Sus costas y aguas adyacen- nuevo en el Derecho internacional, que tie-
tes albergan una enorme riqueza pesquera, ne relación directa con el viejo problema
la que durante muchos años se vio sometida de la libertad de los mares. En efecto, tras
a una descontrolada explotación por pesca- varios siglos de discusiones doctrinarias y
dores de diversos países. Según el gobierno luchas por establecer la libertad de nave-
islandés, ello trajo como consecuencia una gación, de pesca, de comunicaciones, de in-
destrucción de las reservas y una pauperi- vestigación, etcétera, a través de los mares,
zación de los bancos de peces. Por tal ra- toda tentativa de extender la soberanía
zón, y en medio de interminables conflictos estatal más allá de los límites tradicional-
y su repercusión en muchas conferencias mente aceptados, puede parecer un retro-
internacionales, Islandia adoptó en los últi- ceso a épocas felizmente superadas.
mos años severas medidas de protección. El problema no es simple. La idea del mar
Como resultado directo de las mismas, apli- territorial se aceptó como una excepción a
cadas a pesar de la resistencia de algunos la regla general, a fin de asegurar la defen-
países europeos, se ha producido, según los sa del Estado ribereño y de permitirle al
técnicos islandeses, un notable mejoramien- mismo tiempo ejercer un control sanitario
to que es considerado como una consecuen- y aduanero eficaz frente a sus costas. La
cia directa de las medidas de protección y distancia de tres millas parecía suficiente
conservación adoptadas. a ese objeto. Pero con el transcurso del
El gobierno islandés denunció, en 1951, el tiempo surgieron diversos factores cuya im-
convenio firmado en 1901 entre Dinamarca portancia era anteriormente desconocida y
y el Reino Unido, que establecía una regla por gravitación de los cuales, los Estados
de diez millas para las bahía-s. Ello era con- ribereños buscaron fórmulas para la exten-
secuencia de una ley sancionada por el Par- sión de la zona marítima sometida a su
lamento de Islandia en 1948, por la que se jurisdicción.
autorizaba al Ministerio de Pesca a estable- a) Con el crecimiento constante de la
cer zonas netamente delimitadas dentro de población mundial, la pesca fue adquiriendo
la plataforma continental, dictando los re- una importancia y un desarrollo extraordi-
glamentos necesarios para la conservación narios, en tanto iba surgiendo paralelamen-
de la pesca en esas zonas. La reglamenta- te en algunos países una poderosa industria
ción se dictó en 1952, estableciendo líneas pesquera, incrementada con el aporte y los
de base rectas a través de las bahías y ex- perfeccionamientos de la técnica. Esos paí-
tendiendo el límite de las pesquerías a cua- ses se dedicaron a explotar la pesca, no sólo
tro millas de esas líneas. en sus aguas, sino en alta mar y en aguas
d) Gran Bretaña. La posición británica próximas a las costas 'de otros Estados.
en relación con el problema de las aguas Como lógica consecuencia reaccionan estos
adyacentes queda reflejada en los argumen- últimos tratando de extender su jurisdicción
tos esgrimidos por los delegados del Reino en mayor extensión sobre las aguas adya-
Unido en las distintas conferencias interna- centes. Por el contrario, los países que por
cionales, en todas las cuales han sostenido su mayor desarrollo técnico han hecho de
la necesidad de mantener el límite máximo la pesca una importante actividad econó-
de tres millas para la extensión del mar mica, se oponen a toda ampliación de los
territorial. La tesis británica es contraria a mares territoriales. Tal es el caso del Reino
la extensión del mar territorial por la sola Unido.
existencia de pesquerías en alta mar, en Indudablemente, es un problema que de-
zonas contiguas al mar territorial del Esta- berá resolverse algún día por acuerdos in-
do ribereño. Si bien reconoce el derecho ternacionales. Las comisiones y los estudios
del Estado para ejercer soberanía sobre su de las Naciones Unidas podrán contribuir
plataforma continental a los fines de su a ello en no poca medida. Pero es evidente,
exploración y explotación, niega toda pre- asimismo, que en tanto ello no ocurra, un
tensión sobre las aguas supra adyacentes. elemental principio de conservación y pro-
Sostiene que deben buscarse soluciones uni- tección de las pesquerías obliga a los Esta-
dos ribereños a extender su soberanía sobre libertad de los mares, se tuvo como primer
los mares adyacentes, a veces hasta enormes objetivo, sin duda alguna, la libertad de
distancias en alta mar C 12 ). navegación para todas las banderas, que
b) La geología y la oceanogragía aportan era necesaria para participar de los descu-
nuevos elementos en esta materia: se revela brimientos de nuevas tierras y para man-
la forma en que los continentes se conti- tener y desarrollar el comercio. Se ha lle-
núan bajo las aguas del mar, en forma de gado así a la etapa presente, en que la
suave pendiente hasta alcanzar una pro- libertad de navegación sobre todos los mares
fundidad aproximada de doscientos metros, y para buques de todas las banderas, aun
para descender luego más abruptamente las de aquellos países que no poseen costas,
hacia los mayores abismos. Este plano sub- es un hecho umversalmente reconocido e
marino, plataforma o zócalo continental, no indiscutido en tiempos de paz.
tiene igual extensión en todas partes. Es Por esa misma razón, las declaraciones y
así que, mientras en las costas de Chile y las legislaciones a que nos hemos referido
Perú la plataforma o meseta submarina es en puntos anteriores dejan claramente es-
casi inexistente porque la cordillera ha tablecido que en nada afectan la libertad
emergido a pico desde las profundidades, de navegación. Vale decir que se hace una
frente al territorio argentino de Santa Cruz distinción entre lo que es utilización de las
la misma alcanza una extensión de más de aguas, dentro de los límites señalados, para
trescientas ochenta millas bajo las aguas la navegación, y lo que es explotación y
del Atlántico. Tanto es así que las islas conservación de los recursos naturales con-
Malvinas se hallan asentadas en dicho zó- tenidos en ellas y bajo ellas.
calo continental, cuyo borde, al oriente del El problema ha sido ampliamente deba-
archipiélago, desciende bruscamente hacia tido en la doctrina y en conferencias y
profundidades abismales ( 4 3 ). congresos internacionales, sin que se haya
El problema de la plataforma submarina logrado hasta ahora un acuerdo general.
se vincula de inmediato con el de las aguas En forma somera haremos un resumen de
que la cubren. Sea que se acepte la teoría algunas de las posiciones adoptadas.
de la Inmersión o la de la accesión para ex- a) Doctrina. Richard Young señala que
plicar la formación de la plataforma, no es muy probable que las declaraciones for-
hay duda y no se discute ya que la misma muladas por varios países de América estén
pertenece al Estado ribereño, con todas las de acuerdo con los puntos de vista de otros
riquezas naturales contenidas en su suelo países no americanos, los que han avanzado
y subsuelo. ¿Qué razones pueden oponerse mucho en sus reclamos, tanto sobre las áreas
a que el Estado ribereño al que pertenece submarinas como en alta mar ( 4 1 ). Y el ju-
la plataforma extienda su soberanía sobre rista peruano Alberto Ulloa, como delegado
las aguas que la cubren, así como sobre el de su país a la Tercera Reunión del Consejo
espacio aéreo?; ¿por qué razón no han Interamericano de Jurisconsultos, realizada
de pertenecer exclusivamente al Estado ri- en México en 1956, sostenía que "los con-
bereño las riquezas naturales contenidas en ceptos del mar territorial o de la libertad
esas aguas? La respuesta a estos interro- de los mares pueden subsistir dentro de la
gantes, ya de por sí difícil, se complica más realidad contemporánea y deben subsistir
por las declaraciones y leyes de aquellos con su fundamento y su objeto esencial, que
países que, sin tener un zócalo continental es la libre navegación como instrumento,
extendido, han declarado su soberanía sobre como órgano del libre comercio, que debe
amplias extensiones de sus mares adyacen- ser respetado y mantenido, como respeta y
tes y sobre las riquezas que contienen den- mantiene la Declaración de Santiago y la de
tro de esos límites, aplicando para ello la todos los Estados que han proclamado de-
teoría de la compensación. rechos sobre la plataforma continental. Des-
Es de hacer notar que en todas las reivin- de ese punto de vista no peligra la libertad
dicaciones sobre plataforma continental y de los mares, pues nadie puede pretender que
aguas suprayacentes o sobre zonas de mar peligre su concepto esencial, es decir, el de
adyacente unilateralmente establecidas, se la libre navegación y el libre comercio" ( 4 5 ).
ha cuidado de manifestar expresamente que El mismo jurista señala, con respecto a
en nada afectan la libertad de navegación las declaraciones de aquellos Estados que no
dentro de las zonas reivindicadas. tienen plataforma continental ( 4 0 ), que las
Lo cierto es que, en la larga lucha por la mismas encuentran sólidos fundamentos en
(84) Convención sobre la Plataforma continental, art. 29. (86) Suárez, José L,., "El mar territorial y las indus-
(85) Gidel, G. C., La. Plataforma continental ante el trias marítimas", en Diplomacia Universitaria Americana,
Derecho, Valladolid, 1951, págs. 30-32. Buenos Aires, 1918, págs. 161-2.
Salvador del año 1950, dispone en su artícu- ración de Santiago proclama la soberanía
lo 7*? que "el territorio de la República den- y jurisdicción exclusivas sobre el mar que
tro de sus actuales límites es irreductible; baña las costas de los respectivos países
comprende el mar adyacente hasta la dis- hasta una distancia mínima de doscientas
tancia de doscientas millas marinas, conta- millas marinas. Si bien no desconoce "las
das desde la línea de la más baja marea, y necesarias limitaciones al ejercicio de la
abarca el espacio aéreo, el subsuelo y el soberanía y jurisdicción establecidas por el
zócalo continental correspondiente. Lo pre- Derecho internacional, en favor del paso
visto en el inciso anterior no afecta la liber- inocente e inofensivo a través de las zonas
tad de navegación conforme los principios señaladas para naves de todas las naciones",
aceptados por el Derecho internacional". es evidente el propósito de las naciones
Vale decir, que por este documento político firmantes de excluir de las zonas indicadas
se considera la faja o zona marítima de toda explotación de sus riquezas que no sea
doscientas millas como pertenecientes al efectuada por nacionales o cuente con la
dominio del Estado, incluyéndose en dicho expresa autorización del Estado. Los inci-
dominio el espacio aéreo, el subsuelo y el dentes producidos en años más recientes
zócalo continental correspondiente ( 8 7 ). (secuestro de naves pesqueras del armador
Para justificar la declaración de Santia- Onassis por Perú y de barcos norteamerica-
go, los gobiernos que la suscriben sostienen nos por Ecuador) demuestran la intención
la obligación de asegurar a sus pueblos las de los gobiernos de esos tres países de hacer
necesarias condiciones de subsistencia, por respetar los derechos proclamados sobre las
lo que deben cuidar de la conservación y respectivas zonas marítimas de doscientas
protección de sus recursos naturales. Agre- millas (88).
gan que se hace necesario impedir una ex- Para determinar la condición jurídica de
plotación de esas riquezas en perjuicio de estas aguas debemos basarnos en los docu-
países que, por su posición geográfica, tie- mentos legislativos y en las declaraciones,
nen en sus mares fuentes insustituibles y resoluciones o principios aprobados por los
vitales de subsistencia. congresos especializados que se ocuparon
Esta extensión de jurisdicción a tanta del problema. Partiendo del principio de
distancia de la costa no cuenta con consen- que las aguas del mar, a diferencia del lecho
so universal y sí, por el contrario, con la y del subsuelo, no son susceptibles de apro-
decidida oposición de las naciones que ven piación, habría que sostener la imposibili-
imposibilitado el libre acceso de sus flotas dad del dominio efectivo del Estado ribereño
pesqueras a zonas de alta mar que anterior- sobre determinadas franjas de mar adya-
mente explotaban sin traba alguna. Existe, centes a sus costas. En cambio, cabe admitir
sin embargo, una doctrina favorable, espe- la extensión de la soberanía estatal sobre
cialmente de autores de origen americano. zonas marítimas adyacentes de mayor o
Por otra parte, los principios de la Declara- menor extensión, dando a la palabra sobe-
ción de Santiago sobre la materia han sido ranía el alcance que ya hemos señalado ( 8 0 ).
aceptados por la Resolución de San Pablo nalSerá obra futura del Derecho internacio-
lograr el sistema que contemple las
sobre Mar Territorial aprobado por el Se-
gundo Congreso Hispano-Luso-Americano necesidades
internacional
e intereses de la comunidad
así como las necesidades y el
de Derecho Internacional, a la que ya nos
hemos referido. Y por los Principios de to y en la formaEstado
interés de cada ribereño. Entre tan-
en que se encuentra esta-
Méjico aprobados por la Tercera Reunión
Interamericana de Jurisconsultos se reco- blecida, la zona marítima de doscientas
noce la insuficiencia del límite de tres millas millas se halla sometida a la soberanía del
y la competencia de cada Estado para fijar Estado VII.
costero.
El régimen de las bahías, golfos,
su mar territorial hasta límites razonables radas y puertos. Bahías históricas. El límite
"atendiendo a factores geográficos, geológi-
interno del mar
cos y biológicos, así como a las necesidades marítimas está constituido territorial o de las zonas
económicas de su población y a su seguridad la más baja marea. Ocurre,porsinla embargo, línea de
y defensa". Los mismos Principios recono- que esta norma general no puede aplicarse
cen que los Estados ribereños tienen el
derecho de adoptar, siguiendo principios en todos los casos porque las costas no son
de un trazado uniforme sino que se encuen-
científicos y técnicos, las medidas de con- tran cortadas por diversos accidentes. ¿Có-
servación y vigilancia necesarias para la
protección de los recursos vivos del mar mo medir el mar territorial en los tramos
en que se encuentran los mismos?
próximo a sus costas más allá del mar terri- Durante muchos años Inglaterra sostuvo
torial, no discriminando en contra de pes-
cadores extranjeros. En cambio, la Decla- (88) Sotare la misma determinación. Ver el más reciente
Decreto del Ministerio de Agricultura de Chile a que se
nace referencia en la nota 39.
(87) Supra, IV, n« 3. (89) Supra, VI, n° 1, y nota 83.
la doctrina de los promontorios, conforme por la costa y constituye algo más que una
a la cual consideraba aguas jurisdiccionales simple inflexión de la costa. La hendidura
todas las que quedaban comprendidas en- no se considerará, sin embargo, como una
tre la costa y líneas trazadas de promonto- bahía si su superficie no es igual o superior
rio a promontorio. De esa manera se abar- a la de un semicírculo que tenga por diáme-
caban enormes extensiones de mar y se in- tro la boca de dicha hendidura. Si la bahía
cluían los llamados mares próximos (narrow tiene más de una entrada, el semicírculo se
seas) dentro de la jurisdicción británica. trazará tomando como diámetro la suma
En virtud de los tratados suscriptos en 1882 de las líneas que cierran todas las entra-
con los países ribereños del Mar del Norte das" ( 9 ' ) .
y en 1888 con los Estados Unidos de Nor- Spota observa que las definiciones no dan
teamérica, Inglaterra abandonó la mencio- un criterio suficientemente preciso para dis-
nada doctrina y reconoció el límite de tres tinguir un golfo de una bahía. Restando
millas para el mar territorial. importancia a las denominaciones geográ-
Hemos visto que este sistema de líneas de ficas, dice que "lo que interesaría, en todo
base trazadas entre promontorios se man- caso, es determinar cuándo se está en pre-
tiene en algunos casos de costas muy acci- sencia de una entrada de mar que reúna
dentadas. las condiciones que el Derecho internacional
Entre dos salientes de la costa se produce fije o llegue, alguna vez, a fijar, a fin de que
una entrada o seno marítimo. Surge la ne- se considere como tal" ( n 2 ) .
cesidad de establecer si las aguas de estas La doctrina y la práctica internacional
escotaduras son o no aguas interiores en su han sentado el principio de que las bahías
totalidad. Ello es de suma importancia, por- y golfos se hallan plenamente sujetos a la
que las aguas interiores son del dominio soberanía del Estado en cuyo litoral se en-
pleno del Estado y porque a partir de su cuentran cuando todas sus márgenes per-
límite exterior comienza a medirse el ancho tenecen al mismo Estado y su entrada tiene
del mar territorial. una anchura determinada. La razón que se
En lo referente a los senos marítimos tuvo para establecer un ancho máximo se
existe poca claridad conceptual, ya que no, fundó, en una doctrina ya superada, en la
se dan acepciones coincidentes de las voces posibilidad de defender la entrada median-
golfo, ensenada y bahía. te el fuego cruzado de los cañones 93ubicados
Según el Diccionario de la lengua espa- en los extremos de la escotadura ( ).
ñola, golfo es una gran porción de mar que Las más recientes extensiones de sobera-
se interna en la tierra entre dos cabos; nía a las plataformas submarinas y aguas
bahía es una entrada del mar en la costa, epicontinentales así como sobre zonas ma-
de extensión considerable, que puede servir rítimas de doscientas millas, restan prácti-
de abrigo a las embarcaciones; y ensenada camente trascendencia al problema de los
son los recodos que forman senos, entrando senos marítimos con respecto a los países
el mar en la tierra. que han proclamado tales reivindicaciones.
Establecer la diferencia puede resultar de El artículo 2340, inciso 2<?, del Código civil
interés, sobre todo cuando se afirma, como argentino, considera bienes públicos del do-
lo hace Sánchez de Bustamante ( 9 0 ), que minio nacional o provincial: "los mares in-
los golfos forman parte del alta mar y no teriores, bahías, ensenadas, puertos y ancla-
de los territorios marítimos de los Estados, deros". Vale decir que la ley no hace ninguna
salvo en la zona inmediata a la costa, idén- distinción e incluye a todos los senos marí-
tica a cualquiera otra del mar libre. Por lo timos, cualquiera sea el ancho de la entrada,
que concluye sosteneindo que sólo debe ha- debiendo por lo tanto medirse el mar terri-
cerse referencia a las bahías, puertos, radas torial desde la línea que une los cabos
y abras. El mismo autor define la bahía extremos de la bahía, ensenada, puerto o
como "una sinuosidad natural de la costa, ancladero.
que forma una entrada en la que el mar En virtud del artículo 1<? del decreto del
penetra y que lo limita en esa entrada por 11 de setiembre de 1946, que declara perte-
lugares de tierra firme relativamente próxi- neciente a la soberanía nacional el mar
mos, sin que por eso resulte abrigado total- epicontinental, las aguas de los grandes gol-
mente de los vientos y de las marejadas". fos y bahías del litoral atlántico quedan
La Resolución XIII de la Tercera Reunión sujetos a la soberanía nacional en su tota-
del Consejo Interamericano de Jurisconsul- lidad, así como las riquezas que contienen.
tos define la bahía como "toda hendidura
bien determinada cuya penetración tierra (91) Prácticamente reproducido por el art. 79 de la
adentro en relación con la anchura de su Convención sobre Mar Territorial aprobada en 1958 por
boca es tal que contiene aguas cercadas la Conferencia sobre Derecho del Mar.
(92) Spota, op. cií., t. II, pág. 97, nota 154.
(93) Así lo sostiene Bonfils, quien considera que los
golfos pertenecen al Estado cuyas tierras los rodean, cuan-
(90) Sánchez de Bustamante, A., El mar territorial, do el ancho no exceda de 10 millas marinas. V. Coríc.
La Habana, 1930, pág. 180 y sigs. Díaz Císneros, op. y vol. cits., pág. 524.
Las mismas conclusiones cabe formular res- los fiords de Noruega y los firths de Es-
pecto de los puertos, abras y radas. cocia.
Los Estados tienen derecho de reglamen- El almirante Storni, en su proyecto pre-
tar la entrada, estada y salida de las naves sentado a la Conferencia de Buenos Aires
extranjeras en sus puertos y radas, pudien- de la International Law Association, estipu-
do abrirlos o cerrarlos en caso de necesi- laba en el artículo 7"?: "El Estado podrá
dad ( 9 4 ). Sin embargo, como resultado de comprender dentro de los límites del mar
la práctica internacional y los acuerdos, su territorial los estuarios, golfos, bahías o
uso está abierto a todas las banderas. Como partes del mar adyacente en las cuales un
lo destaca Sierra, importa a la prosperidad uso continuo y secular ha consagrado su
marítima del Estado que sus puertos sean jurisdicción o que, en el caso de que estos
frecuentados por el mayor número de na- precedentes no existan, serían de una nece-
vios (95). sidad ineluctable según el concepto del ar-
La libertad de uso de los puertos fue re- tículo 2?" (97).
comendada por la Conferencia de Tránsito Con respecto al Río de la Plata, sus aguas
y Comunicaciones de Barcelona (1921) y la se consideran históricas dentro de una línea
Conferencia de Genova de 1923. trazada entre los cataos San Antonio y Santa
La Convención sobre Mar Territorial y María, ubicados en nuestro país y Uruguay,
Zona Contigua aprobada por la Conferencia respectivamente.
de las Naciones Unidas sobre Derecho del VIII. Mares interiores. Se llama mar in-
Mar (Ginebra, 1958) dispone en su artícu- terior una vasta extensión de agua salada
lo 8"? que "a los efectos de la delimitación que penetra en forma profunda en el conti-
del mar territorial, las instalaciones per- nente, denominándose mar interior cerrado
manentes más adentradas en el mar que o enclavado si no tiene comunicación direc-
formen parte integrante del sistema por- ta o aparente con el océano; y mar interior
tuario se considerarán como parte de la abierto o no cerrado si por intermedio de
costa". El artículo 9? preceptúa que "las un estrecho o paso se comunica con el océa-
radas utilizadas normalmente para la car- no u otro mar que tenga aguas libres (° 8 ).
ga, descarga y fondeadero de buques, que A los primeros se los califica como mares
de otro modo estarían situados en todo o en interiores en sentido propiamente dicho, y
parte fuera del trazado general del límite a los segundos, en sentido lato, o sea mares
exterior del mar territorial, estarán com- abiertos ("). Por eso algunos autores hablan
prendidos en el mar territorial. El Estado de mares cerrados y mares interiores ( 10 °).
ribereño deberá delimitar claramente esas Entre los mares cerrados debemos citar
radas e indicarlas en los mapas, junto con el Mar Muerto, el Mar de Aral y el Caspio.
sus límites, a los cuales ha de dar publicidad Los dos primeros están totalmente encla-
en forma adecuada". vados en el territorio de un solo Estado O01)
Bahías históricas. Al votar como juez del en tanto que el Caspio se encuentra rodeado
Tribunal de Arbitraje de La Haya, en el por territorio de la Unión Soviética y el
laudo arbitral de 1910, en la cuestión entre IránO" 2 ).
Estados Unidos y Gran Bretaña sobre pes- Si el mar interior abierto tiene todas sus
querías del Atlántico Norte, Drago funda-
riberas, así como las del estrecho o paso
que lo comunica con el mar libre, dentro de
mentó su doctrina de las bahías históricas. las fronteras de un Estado, y el ancho de
Sostuvo que "cierta clase de bahías, que dicho paso no es mayor que el doble del mar
propiamente podrían llamarse bahías o es- territorial, se considera que ese mar es
tuarios históricos, como las bahías de Che- cerrado: tal es lo que ocurre con el Mar
sapeake y Delaware, en Norteamérica, y el Azov, comunicado por el estrecho de Kertch
grande estuario del Río de la Plata, en con el Mar Negro, y que los autores consi-
Sudamérica, forman una categoría distinta
y separada, y pertenecen, indudablemente, (97) Ver Storni, S. R., Mar territorial, Buenos Aires,
a los países ribereños, cualquiera sea la 1942, "Boletín del Centro Naval", t. 42, pág. 153 y sigs.
(G8) Sierra, op. cit., pág. 291.
anchura de su entrada y la distancia de su (99) Díaz Cisneros, op. y vol. cits., pág. 534.
penetración dentro de la tierra firme, cuan- (100) Ulloa, A., op. v vol. cita., págs. 600-1. Bonfils,
op cit., págs. 270-1, define el mar interior como una
do dichos países han afirmado su soberanía, vasta extensión de agua salada rodeada de tierra por
y determinadas circunstancias, como la con- todos lados, sin comunicación directa y aparente con el
océano; a diferencia del mar cerrado que comunica con
figuración geográfica, el uso inmemorial, y, el mar por un canal o estrecho. Contr. Kuiz Moreno, I.,
más que todo, la necesidad de su 9propia Lecciones de Derecho internacional publico, t. II, pág. 28;
defensa, justifican esa pretensión". ( G ). para él es mar interior el que, perteneciendo a uno o
varios Estados, se comunica con aguas libres (océano u
En la misma situación son considerados otro mar); y es cerrado el que no tiene tal comunicación.
(101) El Mar Muerto se encuentra totalmente en terri-
torio de Palestina y el Mar de Aral en territorio de la
Unión Soviética.
(94) Díaz Cisneros, op. y val. cits., pág. 526. (102) El dominio del Mar Caspio fue asignado a Rusia
(95) Sierra, op. cít., pág. 235-6. por tratados del siglo xrx. Pero por Tratado de 1921, Rusia
(96) Díaz Cisneros, op. y vol. cits., pág. 525. reconoció a Persia igualdad para la navegación.
deran como formando parte del territorio el carácter de Estado ribereño, lo que abrió
ruso. las puertas del Mar Negro para las marinas
El Mar Blanco, en cambio, aunque rodeado mercantes de Francia, Austria, Inglaterra y
por territorio ruso en todas sus márgenes, Rusia, aunque continuaron cerradas para
no ha sido admitido en la misma condición, las naves de guerra.
no obstante las pretensiones rusas, ya que su En 1841 se suscribió en Londres la Con-
paso al mar libre (Ártico) tiene treinta y vención de los Estrechos que estableció los
cinco millas. Sin embargo, todas las elabo- mismos principios. El Tratado de París
raciones doctrinarias previas pueden variar de 1850 neutralizó las aguas del Mar Negro,
con los nuevos conceptos de plataforma sub- para las naves de guerra de todas las ban-
marina y zonas marítimas adyacentes. deras, incluyendo en la prohibición las de
Mar de Behring. A principios del siglo xix Turquía y Rusia. Pero este último país, al
Rusia era dueña de las riberas americanas producirse la guerra franco-prusiana de
y asiáticas del mar de Behring, ya que le 1870, denunció dicho tratado. Las potencias
pertenecía el actual territorio de Alaska. De interesadas se reunieron en Londres en 1871
ahí la pretensión rusa de considerarlo suje- y firmaron un nuevo acuerdo, que reconocía
to exclusivamente a su jurisdicción. Enfren- la soberanía de Rusia y su derecho a man-
tada con los intereses pesqueros de Gran tener una fuerza naval en el Mar Negro.
Bretaña y de los Estados Unidos, esa pre- Turquía se reservó el derecho de abrir los
tensión no pudo prosperar, manteniéndose estrechos a las naves de guerra de otros
la libertad de pesca en sus aguas. Pero a su países que pudieran garantizar su indepen-
vez los Estados Unidos, luego de adquirir dencia.
Alaska y fundándose en la necesidad de Este estado de cosas se mantuvo hasta la
conservar y proteger las focas, alegó dere- Primera Guerra Mundial. Por el Tratado de
chos exclusivos sobre esas aguas. Una sen- Sévres, que se firmó en 1920 y puso fin al
tencia arbitral del año 1893 negó tales estado de guerra entre las potencias aliadas
derechos, estableciéndose en cambio algunas y Turquía, se creó una comisión interna-
normas destinadas a asegurar la perpetua- cional que por delegación del gobierno turco
ción de las especies. asumía el control de los estrechos y de las
Mar Báltico. Este mar se encuentra ro- aguas territoriales de las desembocaduras.
deado por los territorios de varios países: El Tratado de Sévres encontró muchas
Suecia, Finlandia, la Unión Soviética (Es- resistencias en su aplicación, sobre todo por
tonia, Letonia y Lituania), Polonia, Alema- la decidida oposición de la Asamblea y del
nia y Dinamarca. Comunica con el Mar del ejército de Turquía. El régimen fue modifi-
Norte por los estrechos del Sund, entre cado por la Convención de Lausana suscrip-
Dinamarca y Suecia, y el Grande y Pequeño ta en 1923 por Inglaterra, Francia, Italia,
Belt, en territorio danés. Los Estados ribe- Japón, Bulgaria, Grecia, Yugoslavia, Ru-
reños pretendieron dominio exclusivo y tan- mania, Rusia y Turquía.
to Suecia como Dinamarca han intentado La Convención de Lausana establecía la
cerrar sus aguas a las naves beligerantes libertad de paso y de navegación por los
en tiempos de guerra. Todo ello pertenece estrechos y el Mar de Mármara, tanto por
al pasado, ya que hoy se lo considera como mar como por aire. Las naves mercantes
mar libre, salvo las áreas de aguas terri- disfrutaban de ese derecho en tiempos de
toriales de cada Estado. paz, y aun en tiempos de guerra, siendo
Mar Negro. Siendo un mar interior abier- Turquía neutral. En caso de no serlo, se
to, ofrece algunas características especia- mantenía el derecho de paso para los países
les: a) se encuentra rodeado por varios neutrales, aunque Turquía se reservaba el
países (Rusia al Norte y al Este; Turquía derecho de visita. Para los buques de guerra
al Sur; Bulgaria y Rumania al Oeste); b) el se disponía que ninguna potencia podía en-
paso de comunicación con el Mar Mediterrá- viar al Mar Negro fuerzas superiores a la
neo está formado por los estrechos de Bos- flota más fuerte de los Estados ribereños.
foro y Dardanelos y el pequeño Mar de Para los submarinos se imponía la obliga-
Mármara, y desde que los turcos conquis- ción de navegar en la superficie.
taron Constantinopla en 1453, han dominado A pedido de Turquía se realizó una nueva
esos pasos; c) el Danubio, vía internacional, Conferencia en 1936, en Montreaux, con el
vuelca sus aguas en el Mar Negro, lo que lo fin de revisar el régimen de los estrechos.
transforma en paso obligado hacia el Me- Por la nueva Convención de Montreaux, se
diterráneo. reconoce y afirma la libertad de tránsito y
Durante mucho tiempo la política de de navegación, así como la libertad de paso
Turquía consistió en cerrar el Mar Negro y navegación para los buques de todas las
y usarlo exclusivamente. Recién en el si- banderas y cualquiera sea su cargamento,
glo xvín Catalina II obtuvo para Rusia el siendo la única formalidad permitida la ins-
derecho de navegar en sus aguas. Los tra- pección sanitaria que debe realizarse con la
tados de Kamardji, de 1774, dieron a Rusia mayor rapidez. Estas condiciones se man-
tienen aun en caso de guerra en que Tur- Los estrechos de Sund y Belt, que unen
quía no sea beligerante. En caso de guerra el Báltico con el Mar del Norte, fueron libe-
en que Turquía participe, la libertad de rados para la navegación por la Convención
paso subsiste para los buques de países neu- de Copenhague de 1857.
trales, siempre que no ayuden al enemigo, La Convención de Montreaux de 1936 rige
que entren durante el día en los estrechos para los estrechos de Bosforo y Dardanelos,
y sigan la ruta indicada por las autoridades de cuyo régimen ya nos hemos ocupado ( 104 j.
turcas. El estrecho de Gibraltar fue neutralizado
Para los navios de guerra se limita el en 1904, en virtud del Tratado suscripto en-
tonelaje y se establecen normas para el paso, tre Francia e Inglaterra, al que adhirió pos-
limitándose asimismo el tiempo de perma- teriormente España.
nencia. El estrecho de Magallanes fue declarado
Por la Convención de Montreaux se trans- de Ubre navegación y neutralizado a perpe- ,
fieren al gobierno turco las atribuciones que tuidad por el Tratado del 23 de julio de 1881 i
tenía la comisión internacional creada por entre Chile y la República Argentina.
la Convención de Lausana, a la vez que se Diferente en algunos aspectos al de ios
permite a Turquía militarizar la zona de los estrechos es el problema relacionado con
estrechos. Esta situación ha sido cuestiona- los canales marítimos artificiales, o sea las
da por la Unión Soviética a partir de 1945, vías de comunicación entre dos mares cons-
pretendiendo que se debe acordar la defensa truidas por el hombre a través del territorio ,
conjunta de los estrechos por Rusia y Tur- de un Estado. En todos ellos rige la libertad j
quía. La propuesta soviética se ha enfren- de navegación, como consecuencia de la
tado con la firme oposición de Estados Uni- solidaridad y la interdependencia comercial
dos y Gran Bretaña. Turquía ha recibido entre los pueblos. Su condición jurídica es,
importante ayuda militar y técnica de los sin embargo, diferente. Todo canal maríti-
Estados Unidos y se encuentra sólidamente mo, por el solo hecho de construirse en el
ligada a la política de Occidente y a sus territorio de un Estado, integra su dominio
planes militares. y está sometido totalmente a su soberanía.
IX. Canales y estrechos marítimos. Los El Canal de Panamá, que une el Atlántico
estrechos son pasos naturales que comuni- con el Pacífico a través del territorio pana-
can dos mares entre sí. meño, pertenece a los Estados Unidos por
Cuando la distancia entre las dos riberas concesión del gobierno de Panamá.
es superior a la extensión del mar territorial El Canal de Suez, que vincula el Medi-
de cada una de ellas, el caso no ofrece terráneo con el Océano índico a través del
complicaciones. La porción que pertenece a Mar Rojo, se encuentra en territorio egip-
las aguas territoriales está sujeta al régimen cio. Tras enfrentar a Inglaterra y Francia
de éstas, el resto al régimen de alta mar. con apoyo de la Unión Soviética, Egipto
Señala Sierra que si las dos riberas de los recuperó para la soberanía de ese país el
estrechos que unen un mar cerrado con un mencionado canal. El gobierno egipcio no
mar abierto pertenecen a un mismo Estado respetó la libertad de paso para todas lasv
en cuyo territorio se encuentra enclavado el banderas al discriminar contra los buques
mar cerrado, los estrechos forman parte del de Israel.
territorio marítimo del mismo. Agrega que X. Conclusiones. De todo lo que hasta
el problema varía si la anchura del estrecho aquí se lleva expuesto surge un hecho evi-
no es suficiente para que una parte de sus dente: en ningún caso se discute la libertad
aguas quede fuera de las aguas territoriales. de navegación, el derecho de paso inocente
Si las dos riberas pertenecen al mismo Es- para los buques de cualquier bandera por
tado, el estrecho en su totalidad forma par- las aguas que se considera sometidas a la
te de su mar territorial. Si las riberas per- soberanía de un Estado, sea por acuerdo
tenecen a Estados diferentes y la anchura internacional, sea por la voluntad unilateral
del estrecho es inferior al doble del mar de ese Estado.
territorial, la jurisdicción territorial de cada Ello significa que, en la larga lucha por la
Estado llegará hasta la línea media del es- libertad de los mares, se ha consagrado
trecho (i*»). definitivamente uno de los objetivos fun-
Es hoy un principio universalmente admi- damentales de la misma: la libre navega-
tido el de la libertad de navegación a través ción de todos los mares por buques de todas
de los estrechos que constituyen vías de las naciones, aun de aquellas que no poseen
comunicación internacional. En cambio, en litoral marítimo. Justamente lo que propug-
relación con la pesca, los derechos de los naba Francisco de Vitoria en el siglo xvi
Estados ribereños son incuestionables hasta cuando fundaba su doctrina en el jus com-
donde alcanzan sus respectivos mares terri- municationis, es decir, el derecho de todos
toriales.
(103) Sierra, op. cit., pág. 295. (104) Supra, cap. VIII.
los pueblos de comunicarse para comer- ralmente por razones geográficas de la con-
ciar (i°5). figuración de sus costas, surgió la tendencia
En la actualidad la intercomunicación co- de no agravar esas dificultades y a suscribir
mercial es tan variada, intensa y necesaria, algunos convenios internacionales entre los
que ya nadie podría cuestionar la libertad Estados reglonalmente interesados. Mas en
de navegación, del mismo modo que no se esos conflictos, dentro de cierto tipo, apa-
cuestiona la libertad de establecer redes de reció la tendencia dominical del Estado
comunicaciones a través de los mares, que costanero a ejercer una jurisdicción lo más
permite el tendido de cables submarinos, su extensa posible, sobre lo que consideraba
conservación y protección. como adyacente a su propio territorio, y,
Frente a los principios consagrados por el por consiguiente, como correspondiente a
Derecho internacional ¿significan un retro- su riqueza y a sus posibilidades comerciales
ceso las reivindicaciones estatales de más e industriales" ( 1 0 6 ).
extensas áreas de soberanía sotare los mares Debe reconocerse como cierto que el ob-
adyacentes? Si como ha sido reconocido por jetivo principal de la lucha doctrinaria y
la doctrina, el mar no es susceptible de política por el mar libre ha sido la libertad
apropiación y es una res communis usus, de navegación, por lo que podría afirmarse
¿cómo justificar la creación de verdaderas que las declaraciones estatales extensivas
fronteras sobre el mar, a distancias consi- de soberanía, al dejar a salvo el régimen
derables de las costas? de libre navegación, no afectan el principio
consagrado por el Derecho internacional.
Sostiene Ulloa que al aceptarse de un Pero también es cierto que al establecerse
modo general el principio de la libertad de la libertad del alta mar quedó implícita-
los mares en tiempo de paz, el problema mente reconocida la libertad de pesca y ca-
consistía en saber hasta dónde eran libres, za en sus aguas para todos los países. Esto
o sea que la cuestión llevaba en sí misma trajo como consecuencia que las naves pes-
su propia limitación. Agrega que las limi- queras de cualquier Estado pudiesen pes-
taciones de un concepto corresponden a la car en las aguas adyacentes de otro Estado
mentalidad jurídica y a las necesidades hu- siempre que respetasen los límites del mar
manas de una época. Partiendo de estos territorial. Cuanto menor fuera éste, tanto
preconceptos afirma que en un tiempo se más beneficioso resultaba el hecho para los
podía discutir la mayor o menor extensión barcos pesqueros, ya que algunas de las es-
de la libertad de los mares en época de pecies más codiciadas forman sus bancos
guerra, los alcances de ciertos actos domi- en las proximidades de las costas. Es así
nicales que el Estado ribereño podía ejercer que las flotillas de los países técnicamente
en el mar territorial y la importancia del más desarrollados y con mayores recursos
ejercicio de ciertos actos jurisdiccionales. para la explotación de esa riqueza se apro-
Sin embargo, aparece después el problema ximaron a diversas riberas en todos los ma-
de la pesca. Es una consecuencia del con- res en busca de sus bancos de peces.
cepto de libertad de los mares, ya que sien- Como lo señala el autor antes mencio-
do éstos libres, todos podían aprovechar de nado, es un hecho comprobado que las es-
su riqueza. Pero "conforme el modesto oficio pecies sometidas a una explotación intensa
de pescar, que en el curso de las civilizacio- y sin un programa de conservación, o se
nes y en la vida de los Estados ha comen- agotan o emigran, por lo que surge la ne-
zado en todas partes por ser una actividad cesidad de medidas 107 protectoras por parte
de un grupo de hombres en puntos deter- del Estado ribereño ( ). Son coincidentes
minados que se alejaban más o menos de las declaraciones del representante de Is-
sus costas, según sus pobres medios se lo landia en la Asamblea General de las Na-
permitían, se fue convirtiendo en una ciones Unidas, quien destaca la enorme di-
industria con fines mercantiles; confor- ferencia que existe entre considerar las ru-
me se fue desenvolviendo la codicia de tas marítimas como vías de comunicación
una riqueza que podía ser valorizada des- entre los pueblos de la comunidad inter-
de ese mismo punto de vista comercial o nacional y la doctrina que trata de defen-
mercantil, surgieron dos fenómenos: la pes- der los recursos naturales del mar adya-
quería distante, es decir, las expediciones cente a las costas de los Estados, donde el
para ir a pescar en otros mares; y, además, hombre trata de buscar nuevos medios de
los conflictos derivados unas veces de la subsistencia para la población inmediata.
jurisdicción y otras veces de las relaciones Recuerda que no puede desconocerse que
entre los mismos pescadores. Como este tipo la historia de la civilización trae ejemplos
de conflictos era también restringido a elocuentes de la formación de núcleos hu-
determinadas zonas y sólo interesaban a al- manos alrededor de grandes ríos, lagos o
gunos Estados, a los Estados vecinos gene-
(106) Ulloa, op. y val. cits., págs. 558-6'
(105) Ver en Omeba la voz MAR LIBRE. (107) Loe. cit.
mares propicios para el desarrollo y pro- significado jurídico y político. Dado que la
tección de sus respectivos habitantes pró- costumbre —una de las fuentes principa-
ximos. El interés vital, en el caso de Is- les del Derecho internacional— se forma
landia y otros países del mundo, ha dado por la repetición de ciertos actos indivi-
origen a la necesaria e ineludible protec- duales de cada Estado, creando el Derecho
ción de zonas marítimas más allá de la dis- internacional consuetudinario, nos encon-
tancia dudosamente tradicional de las tres tramos en presencia de la creación de una
millas, la que ha caído en desuetud. De es- nueva norma que enriquece considerable-
ta manera la pesca ha venido a considerar- mente el Derecho internacional america-
se como parte de los bienes inmediatos de no (n°).
los Estados costeros, como pueden serlo el En forma coincidente, opina López Villa-
petróleo, los minerales en general, etcé- mil que "el nuevo Derecho internacional
tera (ios). , marítimo, producto de la voluntad de va-
La creación de una zona de mar paralela rios Estados de América y muchos otros
a la costa sometida a la soberanía del Es- Estados fuera de aquel continente, se en-
tado ribireño respondió históricamente a camina a la protección de los recursos del
dos finalidades principales: mar, tanto de los espacios acuáticos como
a) Una finalidad defensiva, razón por la del subsuelo de la zona costanera". Agre-
cual se adoptó la distancia de tres millas ga que estas nuevas normas, fundadas en
marítimas, teniendo en cuenta el alcance razones jurídicas innegables (accesión o
de los cañones desde la ribera. El tiempo, vecindad geográfica), cuentan con la vo-
sin embargo, no ha transcurrido en vano y luntad recíproca de varios Estados, mani-
la técnica se ha perfeccionado a tal punto fiesta en declaraciones unilaterales y co-
que hoy los proyectiles pueden cruzar todos lectivas, así como en reuniones específicas.
los océanos, por lo que la finalidad apun- Y que dichas nuevas normas corresponden
tada pierde su anterior importancia. a la categoría de una costumbre interna-
b) Una finalidad policial, de vigilancia, cional en formación, con plena convicción
que permite al Estado ribereño perseguir y de hacerlas exigibles de parte de los Es-
reprimir las infracciones a sus leyes adua- tados que ven en ellas un medio de de-
neras, fiscales, sanitarias o penales. Para fensa de sus derechos naturales inmedia-
cumplir esta segunda finalidad no es me- tos ("i).
nester que el mar territorial tenga exten- El mismo autor señala que la delimita-
siones extraordinarias. Ni creemos necesa- ción de los espacios marítimos viene a ser '
rio mantener la división entre mar terri- un concepto a priori y que es tan aprio-
torial y zona contigua. Bastaría convenir, rística la regla de las tres millas como
por acuerdo internacional, una zona única cualquiera otra. De modo que no interesa :,
de mar territorial de anchura suficiente tanto, como fundamento jurídico, la deli- '
como para permitir a cada Estado ribereño nutación en sí, sino las razones legítimas
una adecuada vigilancia de sus costas. para establecer si existen o no derechos de
En los últimos años aparece en el Dere- parte de los Estados para la protección y j
cho internacional, en relación con los ma- defensa de los intereses inmediatos a sus ••
res adyacentes, una nueva finalidad: la costas ( i i 2 ) .
defensa o la reserva de las riquezas con- El valor de la costumbre como fuente del
tenidas en los mismos. En base a dicho Derecho internacional es indiscutible. En
fundamento se dictan las proclamaciones tal sentido sostiene Del Vecchio que no pue-
del presidente Truman en 1945, a las que de aceptarse la doctrina según la cual las
siguen las declaraciones de los gobiernos normas reguladoras de las relaciones inter-
latinoamericanos reinvidicatorias de sus nacionales se fundan exclusivamente so-
plataformas continentales, aguas supra- bre la voluntad de los Estados adheridos a
yacentes y zonas marítimas de doscientas las mismas. Ello significaría que en el De-
millas, así como de las riquezas naturales recho internacional sólo habría normas po-
contenidas en el suelo, en el subsuelo y en sitivas y carecerían de validez o tendrían
las aguas de las mismas. Ejemplo que es escasa importancia y aplicación las normas
seguido inmediatamente por otros Estados, consuetudinarias. Por el contrario, esas_
como ya se ha visto ( 109 ). normas son fuente constante de vincula-i
Se ha creado de este modo un firme pre- clones jurídicas entre los Estados y llevan*
cedente en el Derecho internacional, y, co- en sí la dinámica de las constantes trans-
mo afirma Yepes, la suma de declaraciones formaciones, tanto de la costumbre comOj
unilaterales, coincidentes en lo sustancial, de los acuerdos entre los Estados ( 113 ).
constituye una actitud colectiva de hondo
(110) Yepes, J. M., La plataforma continental subíno-i
riña, Bogotá, 1955, págs. 34-5.
(108) Nota de la representación de Islandia a la Asam- (111) López Villamil, op. cit., pégs. 37-8.
blea General. Documentos oficiales n<> 9.A-2934. X Perío- (112) L-ópez Villamil, op. cit., págs. 111-12.
do de Sesiones. (113) Del Vecchio, G.. Filosofía del Derecho, t. I,
(109) Supra, cap. IV. cap. XVIII.
En el caso de las declaraciones de los prerrogativas a los Estados ribereños para
Estados americanos, se trata de un prece- reglamentar la pesca en zonas de alta mar
dente que ha sido reconocido por reunio- adyacentes a su mar territorial, aunque todo
nes especializadas en la materia. ello sujeto a eventuales negociaciones con
La III Reunión del Consejo Interameri- otros Estados interesados y a posteriores
cano de Jurisconsultos, realizada en Méji- arbitrajes en casos de desacuerdo ( 1 1 5 ).
co en 1956, reconoció la insuficiencia de la 2. Existe, pues, un consenso universal en
extensión de tres millas y declaró que la cuanto al reconocimiento de los derechos
misma no constituye una norma de Dere- del Estado ribereño sobre su plataforma
cho internacional, pudiendo cada Estado continental. La misma delegación perma-
fijar su mar territorial hasta límites ra- nente del Reino Unido ante las Naciones
zonables, atendiendo a factores geográficos, Unidas, que formuló observaciones al pro-
geológicos y biológicos, así como a las ne- yecto de la Comisión de Derecho Interna-
cesidades económicas de su población. Con cional y se opuso a toda ampliación del
los mismos fundamentos se estableció que mar territorial, aceptó que el Estado ribe-
los derechos del Estado ribereño se extien- reño ejerza soberanía sobre la plataforma
den a los recursos naturales que se encuen- continental, a los efectos de la exploración
tran en la plataforma continental y a to- y explotación de los recursos naturales. Pe-
das las especies marinas, animales y vege- ro tanto Gran Bretaña como otros países
tales, que viven en constante relación física se han opuesto a la extensión de la sobe-
y biológica con la plataforma. Aún más allá ranía estatal sobre las aguas epicontinen-
del mar territorial, los Principios de Méji- tales o sobre zonas marítimas adyacentes
co establecieron el derecho de los Estados al mar territorial, sosteniendo la necesidad
ribereños de adoptar, siguiendo principios de que las cuestiones relativas a pesquerías
científicos y técnicos, las medidas de con- en alta mar se resuelvan mediante el acuer-
servación y vigilancia necesarias para la do internacional.
protección de los recursos vivos del mar. Es evidente que los intereses encontra-
Y si bien se mantuvo la condición de no dos son importantes y que los mismos cons-
discriminar contra pescadores extranjeros, tituyen gran parte del problema. Los Es-
se reconoció el derecho a la explotación ex- tados que más se oponen a cualquier am-
clusiva de las especies vinculadas a la cos- pliación del mar territorial, cualquiera sea
ta, a la vida del país o a las necesidades la fórmula empleada, son precisamente
de la población costera. aquellos en que mayor desarrollo han ad-
La Resolución de San Pablo aprobada por quirido la explotación y la industria pes-
el II Congreso Hispano-Luso-Americano de queras, y que por su potencialidad marítima
Derecho reconoció asimismo el dominio del se encuentran en condiciones de realizar ex-
Estado ribereño sobre la plataforma con- pediciones de pesca en mares distantes. Por
tinental y su facultad de reglamentar y el contrario, la reacción proviene de los
fiscalizar la pesca y la caza en las aguas Estados que consideran en peligro la ri-
epicontinentales, a fin de evitar el exter- queza pesquera de los mares adyacentes a
minio de las especies. En cuanto a los Es- sus costas, por la descontrolada explotación
tados que carecen de plataforma, dispuso que realizan pescadores extranjeros.
que los mismos, con la finalidad de prote- Si las reivindicaciones sobre el zócalo
ger los recursos naturales contra su exter- continental están principalmente vincula-
minio, tienen el derecho de reglamentar y das con las riquezas minerales allí conte-
fiscalizar la pesca y la caza que se realicen nidas, las relativas a los mares epiconti-
en las zonas de alta mar adyacentes a su nentales y zonas marítimas adyacentes se
mar territorial hasta el límite de doscien- vinculan con la necesidad de proteger y con-
tas millas marítimas. Esto aun en el caso servar los recursos vivos, animales y vege-
de que sus habitantes no practiquen tales tales, que en las mismas se encuentran.
actividades. La pesca adquiere día a día una mayor
Fuera del ámbito americano se encuen- importancia. Se ha dicho con razón que el
tra el precedente de las convenciones apro- mar puede cubrir las necesidades de pro-
badas por la Conferencia sobre el Derecho teínas de todo el mundo a muy bajo costo.
del Mar, reunida en Ginebra en 1958, por Las industrias relacionadas con la pesca se
iniciativa de las Naciones Unidas. Allí se perfeccionan continuamente y demandan
estableció el Derecho de soberanía del Es- una explotación más intensiva de dicha ac-
tado ribereño sobre su plataforma conti- tividad en todos los mares.
nental a los efectos de su exploración y
de la1 1 explotación de sus recursos natura-
les ( 4 ). También se reconocieron ciertas los que en el período de explotación están inmóviles en
el lecho del mar o en su subsuelo, o sólo pueden moverse
en constante contacto físico con dicho lecho o subsuelo
(Convención sobre Plataforma continental, art. 2?).
(114) Son recursos naturales los minerales y los orga- (115) Convención sobre Pesca y conservación de lea
nismos vivos pertenecientes a especies sedentarias, o sea recursos vivos de la alta mar.
Por otra parte, los estudios realizados en boles cuyas raíces se encuentran en su he-
diversos países han permitido comprobar redad, deba perecer de hambre y no bene-
que las reservas de peces y otras especies ficiarse de esos frutos, en espera de que una
que viven en el mar no son inagotables. Se caravana distante e irresponsable, contra
ha demostrado que las mismas disminuyen la naturaleza, contra los intereses humanos,
si se las somete a una explotación intensiva contra el legítimo beneficio de los vecinos,
e irracional, por lo que no se discute ya la de los cercanos, de los dueños naturales,
necesidad de adoptar medidas de conser- venga para completar su mesa y el lucro
vación adecuadas. Ya ha sido señalado de los que tienen otros medios de vida muy
que las disposiciones protectoras adoptadas diferentes y muy superiores a los nues-
oportunamente por Islandia han permitido tros" ( U S ) .
la repoblación de bancos de peces que se Se podrá decir, no obstante, que estas ex-
iban agotando en forma alarmante. tensiones de soberanía sobre las aguas epi-
Otros estudios efectuados han comproba- continentales y sobre zonas marítimas de
do que los bancos de peces están íntima- doscientas millas constituyen un mal pre-
mente vinculados, por razones geográficas, cedente contra el principio consagrado de
climatéricas y biológicas, a las costas en la libertad de pesca en alta mar. Y que de
cuyas cercanías se desarrollan. Es así que, la misma manera, por actos unilaterales o
con respecto al Pacífico Sur, señala Ulloa de grupos de países, podrían producirse en
que las corrientes marítimas y la tempera- el futuro nuevos avances sobre las aguas
tura de las aguas, en las que influye la ve- libres. La respuesta es sencilla: no se trata
cindad de la cordillera de los Andes, han de limitar arbitrariamente el mar libre ex-
creado condiciones especiales para el des- tendiendo las zonas de aguas jurisdicciona-
arrollo de una riqueza pesquera óptima, les. Se trata, en cambio, de proteger las es-
producto del medio geobiológico que la ro- pecies cuya vida está íntimamente ligada a
dea y que la ha creado, como lo es el hom- la costa vecina, tanto en el aspecto bioló-
bre mismo que habita la costa vecina ( 1 1 B ) . gico como en el económico. Y la protección
3. Creemos, por nuestra parte, que todas no va ni puede ir más allá del área donde
las medidas adoptadas por los Estados ribe- las especies protegidas cumplen su ciclo de
reños no constituyen ataques a la libertad desarrollo. Más aún, muchas de las espe-
de los mares. Los principios de libertad de cies que se reproducen y desarrollan en
navegación, de comunicaciones y de vuelo zonas vecinas a las costas, y por lo tanto
han sido expresamente respetados. protegidas, se alejan luego hacia aguas más
¿En qué consiste, entonces, la lesión al distantes y donde la pesca no tiene restric-
Derecho internacional? Si se admite que el ciones.
Estado ribereño pueda ejercer soberanía so- En lo que se refiere a las declaraciones
bre su plataforma continental, a los efectos y actos legislativos de los países america-
de explorar y explotar sus riquezas natu- nos, cabe otra reflexión más. En momentos
rales; si se admite, como lo ha hecho la en que las economías particulares de los
Conferencia de Ginebra sotare Derecho del Estados pierden su anterior individualidad
Mar, que los derechos del Estado ribereño y se integran en economías regionales de
son exclusivos, así como independientes de fuerte gravitación (Mercado Común Eu-
toda ocupación real o ficticia, mantenién- ropeo, Comecón, Asociación Latinoamerica-
dose aun cuando no explore o explote los na de Libre Comercio), nos encontramos en
recursos naturales de la plataforma ( I 1 7 ) , presencia de verdaderas fuerzas continen-!
¿por qué razón no puede el Estado ribereño tales que crean nuevos y diversos proble-
tener los mismos derechos sobre los recur- mas en el comercio internacional. Los paí-
sos contenidos en las aguas y que por razo- ses menos desarrollados de América sufren,
nes geográficas, biológicas y económicas se ya las consecuencias de la disminución de j
encuentran íntimamente vinculados con di- numerosas exportaciones que tradicional- j
cho Estado? Ulloa expresa la idea brillan- mente realizaban hacia Europa y que ano- j
temente cuando dice que "negar a esos hom- ra deben buscar otros mercados. ¿Cómo 1
bres el derecho preferencial a la riqueza justificar, entonces, que las riquezas conté-j
que se encuentra al alcance de sus manos, nidas en las aguas adyacente de esta uni-|
de aprovecharla en su condición de seres dad geográfica que es América, y que pro-j
humanos... es decir, de su condición de su- cura ser una unidad económica, sean ex-,
jetos fundamentales del Derecho interna- plotadas por los particulares de otros paíse
cional; negar a esos hombres tales dere- allende el mar? No tratamos con ello def
chos o tales preferencias, equivaldría a pre-
tender que el ser humano, sobre cuya ca- (118) Discurso pronunciado en la Comisión I de
Tercera Reunión del Consejo Interamericano de Juri
beza se ofrecen los frutos ubérrimos de ár- consultos (México, 195S), por el citado tratadista en
carácter de representante del Perú. (Actas y documento
Mar territorial y cuestiones afines. Publicación del
(116) Ulloa, op. y vol. cits., págs. 570-1. partamento Jurídico de la Unión Panamericana, Wa¡
(117) Convención sobre Plataforma continental, art. 29. ingston, 1956.)
plantear el problema en términos de un Marca hispánica fueron reguladas por las
excesivo regionalismo. Creemos que la in- Capitulares de los reyes francos.
terdependencia y la solidaridad entre los Entre las marcas principales pueden se-
pueblos es hoy más necesaria que nunca. ñalarse las del Norte, la de Lusace, la de
Pero consideramos que por el momento, y Thuringia, la de Verona, la de Aquilea, la
hasta tanto la humanidad encuentre otras francesa o limosina, la de Brandeburgo y
formas, universalmente aceptadas, para re- la de Ancona. Todas ellas tuvieron su exis-
solver el problema, las medidas adoptadas tencia en los siglos medios. (M. O. y F.)
por los países americanos tienen plena jus-
tificación. (V. DOMINIO MARÍTIMO. LEY DEL MARCAS DE COMERCIO O DE FÁBRI-
PABELLÓN.) CA (EN DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO) . *
BIBLIOGHA™. — La citada en el texto y notas.
I. Concepto. El vocablo, tomado en sim-
MARCA (DERECHO POLÍTICO) . La primera ple particularidad de "marca", significa en
acepción de esta palabra que contiene el la gramática castellana (entre otros con-
Diccionario de la Academia es la de "pro- ceptos generales) "acción de marcar. Señal
vincia, distrito fronterizo", y señala como hecha en una persona, animal o cosa para
ejemplo la Marca de Ancona y la Marca distinguirla de otra o denotar calidad. Dis-
de Brandeburgo. Hinojosa, en su obra El tintivo que el fabricante pone a sus pro-
régimen señorial y la cuestión agraria en ductos" i 1 ). Tal sentido coincide, en líneas
Cataluña durante la Edad Media (Madrid, fundamentales, con el concepto jurídico que
1905), dice que la marca o limes son "los al vocablo asignamos: "señal o distintivo
nombres que se daban a los territorios con- que ponen los comerciantes o industriales,
quistados en la proximidad de las antiguas e igualmente los agricultores, a sus produc-
fronteras del imperio", y constituían "una tos para identificar la procedencia de los
circunscripción política y militar, goberna- mismos y diferenciarlos de otros otros" ( 2 ).
da por un funcionario de categoría supe- Dijimos en líneas fundamentales, pues la
rior a los condes de los otros distritos, con consideración del instituto nos lleva a ubi-
título de comes marcaes o comes et marchio". carlo en el Derecho internacional privado.
Entre esas marcas es de señalar la "Mar- De ahí entonces, y acorde con la doctrina
ca hispánica", que fue una prolongación más reciente, que ella involucre por sí "ga-
de los dominios de Carlomagno hacia la rantía de calidad" en el producto que la
península Ibérica, y que comprendía toda ostenta y, como tal, sea inherente al mis-
la parte de España situada entre el Pirineo mo ( 3 ). Más que fijar el origen de éste en
y el río Ebro. De ella dice el precitado Hi- su relación meramente local, por su exten-
nojosa que no se fundó en el año 795, como
se había creído, error que derivó de la cir- sión y difusión en el ámbito espacial —dada
cunstancia de que entonces Ludovico Pío la rapidez y monto del intercambio inter-
pobló y fortificó a Vich, Cardona y Case- nacional— al cubrir las distintas soberanías
rías, sino entre los años 785 y 792. "En el legislativas en cuyo contacto está la razón
año 797 —sigue diciendo Hinojosa—, el go- de ser de nuestro Derecho ( ' ) , la marca es
bernador de Barcelona, Zeid, se presentó en el símbolo que identifica en la universali-
Aquisgrán a Carlomagno, ofreciéndole en- dad del mercado la cualidad y circunstan-
tregar la ciudad a los francos, los cuales, cias diferenciales de las distintas mercan-
después de varias tentativas para hacerse cías que a él convergen en pendular mo-
dueños de ella, lo consiguieron en 801. Co- vimiento de oferta y demanda* 5 ). Como
mo centro de una red de importantes vías destacan los especialistas contemporáneos,
que la unían con las otras regiones y por es "el pabellón de la mercadería con los
su privilegiada situación geográfica, vino a atributos y garantías que como tal repre-
ser desde entonces la principal ciudad y la senta" ( « ) , bien sea referidos al comercian-
capital de la Marca". Bara fue nombrado te e industrial por una parte, al consumi-
conde de Barcelona (801-820), y los franco- dor en otra o al estado donde ocurre el
aquitanios trataron inútilmente de exten- hecho de su fabricación o venta, por la res-
der sus conquistas hasta Tortosa, fraca- ponsabilidad de tutelar el patrimonio mo-
sando en sus expediciones, que "no dieron
más resultado positivo que hacerla feuda-
taria de los francos". La Marca hispánica, * Por el Dr. EUGENIO C. A. SAHRABAYROUSE.
que bajo Carlomagno llegó al término defi-
nitivo de su desenvolvimiento, siempre se- (1) Dic. Eypasa-Calpe, ed. 1945.
gún Hinojosa, a la muerte de Ludovico Pío (2) Dlc. Forum, t. II, pág. 662.
correspondió a su hijo Pipino, separándose (3) A. Isaac, Propriété Industrielle, 1949, pág. 148.
(4) Vico, Carlos M., Tratado de Derecho internacional
de la Aquitania e incorporándose a la Sep- privado, t. 1.
timania, para pasar luego a poder de Car- (5) The Trade Mark Coses; 100-U. S. 820.
(6) Fernández, R. L., Código de comercio comentado,
los el Calvo. Las condiciones de vida de la t. II, pág. 153 y sigs., ed. 1950.
ral y material de los individuos que en su taca el doctor Pascual Di Guglielmo: "... las
territorio actúan en función de la comuni- marcas no son cosas y no se confunden con
dad jurídica internacional que integran ( 7 ) . los objetos que distinguen...". Agregamos:
El incremento de las relaciones comercia- la materialización creadora (símbolo) y de-
les internacionales, la rapidez de los trans- recho de propiedad surgen o nacen simul-
portes, la interdependencia diariamente táneamente, pero ello no es fundamento ni
acentuada de las naciones, llevan a un rá- justificación para confundir los elemen-
pido asociarse, en la mente del consumidor, tos («).
de los detalles y características de forma, Debe señalarse que la marca de fábrica
calidad y origen del producto. Ello obliga o comercio lleva como inherente a la ca-
al Estado a realizar "control" para mante- lidad de comerciante o industrial el derecho
ner tal certeza, constituyendo esto lo que de usarla; forma parte del patrimonio de
el juez norteamericano H. Frankfurter ha los mismos y sirve para acreditar la garan-
llamado "reconocimiento de la psicología tía de calidad de los productos que diferen-
de los símbolos" ( 8 ). La legislación imperan- cia y nomina, constituyendo su apropiación
te, tanto nacional como internacional, ha o uso indebido una verdadera usurpación
acentuado a través de su normativa el fin (en su tipificación de delito económico), y
proteccional, con miras al progreso econó- como tal severamente penada en la legisla-
mico, desechando todo tipo de especulación ción represiva. Los principios que a las mis-
conceptual ('•>). Agreguemos con respecto a mas sustentan, su normativación, tienen
la primera la influencia de la interpreta- que basarse en el correcto sentido de la li-
ción jurisprudencial. bertad económica, que no tiene otro límite
II. Objeto. La voz en estudio y su im- que la concurrencia sana y leal ( 1 5 ).
plicancia en la disciplina jurídica constitu- La marca debe ser subjetivamente idó-
ye objeto del Derecho industrial. Acorde con nea, original; debe determinar una rela-
el principio "jusfilosófico" que adoptáramos ción efectiva entre el signo y los 1produc-
al analizar el concepto de "autonomía" de tos o mercaderías que distingue ( C ). No
las ramas, que10componen el saber y queha- obstante, la novedad exigida no es abso-
cer jurídico ( ), diremos que el Derecho luta; pueden coexistir marcas etimológi-
industrial se conforma en la sustancia del camente parecidas o expresadas, siempre
Derecho y se desprende de ella a través del que no se trate de productos similares o, aun
conjunto de normas que reglan sus propias siéndolo, les permita expresar una indivi-
instituciones ("). Su objeto se halla cons- dualidad propia.
tituido por bienes de carácter patrimonial, Se ha destacado la necesidad (trasuntadas
específicamente bienes inmateriales ( 12 ), y en imperativo legal en el Derecho vigente)
entre ellos (patentes de invención, dibujos, del registro de marcas: La legislación mo-
nombre, etcétera) se encuentran las mar- derna lo ha reglamentado minuciosamente.
cas de fábrica o de comercio ( 13 ). Ello así Si bien lo consideramos importante, ya qufr
en correcta lógica jurídica, ya que la con- su fin es el de "publicidad", disentimos con:
fusión de autores y el aspecto "protecto- aquellos que atribuyen al acto de "registrar
territorial" de la legislación (en su mayo- la marca" el carácter de reconocitivo o atri-;
ría) vigente les llevó a hablar de "propie- butivo de propiedad. Tal tesitura lleva a al-
dad... de marcas", confundiéndose el ins- gunos autores (17) a considerar en los mis-
tituto como una "cosa" sujeta a derecho mos dos sistemas; a) atributivo: atribuye
real. No se diferenció el nacimiento de la (por eso el concepto) la "propiedad" a quien
marca, su manifestación y el derecho emer- primero solicita el registro; b) declarativo:
gente que la ampara y rige. La marca surge se declara la propiedad a favor de quien
como una expresión que se materializa en primero la ha usado. Para nosotros, el de-
símbolos del espíritu; como tal es legislada recho de propiedad sobre la marca existe
por el Derecho industrial, que norma la "pro- con prescindencia de su inscripción ( 1 8 ). La
piedad industrial" precisamente en la ge- finalidad del legislador —escribe R. L. Fer-
neralidad de propiedad y la particularidad nández—, cualquiera sea el sistema adopta-
de industrial con caracteres, en este último do, es "la de proteger a la industria y al
caso, propios y esenciales, inherentes a la comercio honestos y no conferir derechos
singularidad de su naturaleza jurídica. Des- de exclusividad precisamente para perjudi-
carlos y permitir un enriquecimiento sin
(7) Savigny, F. C. de, Derecho romano actual, ed.
española, t. IV, pág. 120. (14) Blac, J., Contre]acon; este autor en contra. En
(8) Cita fallos The Trade Mark Cases. pág. 601 dice: Se trata de un derecho de propiedad sobre
(9) Di Franco, P., Trattato delta proprietá industríale, las cosas que llevan la marca.
pág. 227. (15) Di Guglielmo, P., Rev. La Ley, "Los proyectos
(10) Voz LOCACIÓN, t. XVIII, Enciclopedia Jurídica de leyes sobre propiedad industrial", t. 103, pág. 1086.
Omeba. (16) Fernández, ob. citada, t. II, pág. 172.
(11) Di Guglielmo, P., Derecho industrial, t. I, pág. (17); De Marval, Protección, de los inventos y de lía
310. marcas, pág. 68, año 1929.
(12) Bedarride, A., Brevets d'invention, 1-24. (18) A. de Bry: La proprieté industrielle, literaire tí
(13) DI Guglielmo, ob. citada. artistique.
causa". El registro será, llegado el caso, una bien por los acuerdos internacionales ( 30 ),
prueba más del uso de la marca; pero nun- que, conjuntamente con las normas de De-
ca la omisión en la inscripción puede per- recho positivo, constituyen las tres fuentes
mitir el exceso de afirmar que su falta en esenciales.
manera alguna puede ser suplida por el En el Derecho positivo la mayoría de las
empleo anterior, ya que éste9 no acredita la legislaciones, en su normativa "jus-priva-
existencia de tal derecho (i - 2 o). La fun- tista", rigen la marca por la ley del Esta-
ción del registro será de garantía tanto pa- do que en primer lugar la concedió, mien-
ra el creador intelectual, en concepto de tras que en los otros es de aplicación la ley
titular, como para los terceros ( 2 1 ). La le- territorial, lo que equivale a decir que la
gislación que mejor ha encarado el proble- marca se rige por la legislación del país
ma es la germana, permitiendo decir a un donde se utiliza. Esto implica pluralidad:
especialista de nuestro país: "Su vigencia la marca caerá bajo normativa de los dis-
resultó una realidad para Alemania en lo tintos países por donde circula el producto.
que se refiere a la moral de los tráficos y Hay una tercera corriente, que sólo consi-
relaciones comerciales" ( 2 2 ). dera el aspecto penal en las infracciones,
III. Ubicación en el Derecho internacio- en cuanto niega protección a la marca ex-
nal privado. Dado el concepto de la voz en tranjera que haya caído en el dominio pú-
estudio, al igual que determinado su objeto blico en su patria o cuya forma se oponga
(en los límites de extensión que nos fija la a la moral (:!1). Poco a poco el sistema de
naturaleza de la obra), debemos situarla co- protección territorialista va cediendo terre-
mo instituto reglado en la esfera normativa no en movimiento, que se inicia en Francia
del Derecho internacional privado ( 2:i ). La en 1857 con la sanción de la ley sobre con-
razón de ser de éste se encuentra en la currencia ilícita. El Common law adoptó el
extraterritorialidad del Derecho, en la ex- principio priority of adoption and use (- ¡2 ),
tensión espacial de las relaciones que a 2 las que es rechazado por nuestra ley 3975, al
personas vinculan, de sus conductas ( 4 ), establecer en el artículo 41: "Para que las
tomando este último término en su acep- marcas extranjeras gocen de las garantías
ción jurídica amplia; sus actos, el ejercicio que esta ley acuerda deberán ser registra-
de sus derechos, su nacimiento, el efecto de das con arreglo a sus prescripciones. Los
los mismos, que pasa fuera y más allá de propietarios de ellas o sus agentes debida-
los límites territoriales de un Estado. Su- mente autorizados son los:!;!únicos que pue-
perado el aislamiento y hostilidad recípro- den solicitar el registro" ( ). Es decir, que
ca de la antigüedad, a través de la evolu- para nuestro Derecho internacional privado
ción jurídica surge nuestra disciplina en la (para las normas argentinas) la marcas ex-
Edad Media, cuando Accursio ( 2 5 ), el glo- tranjeras gozan de protección únicamente
sador, busca resolver las cuestiones prove- si se encuentran registradas en el territo-
nientes de las relaciones trabadas entre los rio de la República. No obstante ello, la doc-
habitantes de las distintas comunas italia- trina caracterizada se muestra acorde en
nas que, por su origen, presentaban elemen- destacar que si se trata de una marca um-
tos extraños al estatuto del propio munici- versalmente conocida, su registro (cuando
pio. Posterior evolución, aún no detenida, ella no lo está) no podría ser pedido por
da fundamento en la comunidad jurídica, un tercero ( 3 4 ). La Corte Suprema de Jus-
tendiendo la normativa del Derecho inter- ticia de la Nación ha fallado que la norma
nacional privado a resolver los problemas, que prevé nuestro texto legal no da pro-
no por colisión de normas ( 2 6 ), sino por exis- tección a una sociedad en la defensa de sus
tir contacto legislativo emanado de sobe- productos en los centros comerciales exte-
ranías distintas ( 27 ) a través de soluciones riores, ya que ello sería una cuestión ajena
interpretativas o científico-judiciales ( 2 8 ), a la aplicación o interpretación de la ley,
cerno por ejemplo la del "reenvío" ( 2 U ), o que no rige sino dentro del ámbito nacional
y que —agrega— estará regida por las leyes
(19) Ob. citada, pág. 155.
(20) De Marval, ob. citada.
del país donde los hechos se produzcan y
(21) P. Braun, Les nouvelles, pág. 644, París. justiciables ante los tribunales del mis-
(22) Di Guglielmo, nota citada.
(23) Voz DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO, Enciclopedia Ju-
mo ( 3 5 ). Requiere nuestro superior tribunal
rídica Omeba. t. VII, pág. 503. que los productos se hayan efectivamente
(24) Carlos M. Cossio, "El jurista no interpreta la ley,
interpreta la conducta humana mediante la ley", Diario
importado a la República, debiendo indivi-
La Ley, 15-8-63.
(25) De cunetas populus, Vico, ob. citada, n9 182.
(26) Goldschmidt, W-, Suma de Derecho internacional (30) Voz CONVENCIONES INTERNACIONALES, Enciclopedia Ju-
privado. Este autor está en contra en la terminología; rídica Omeba, t. IV, pág. 808.
para él son normas de colisión. (31) Romero del Prado, Tratado de D, J. P., t. I, pág.
(27) Vico, ob. citada. 380.
(28) Arguello y P. Frutos, leer objeto del D. I. P., (32) R. Resemberg, Trade Mar-Protection, ed. New of
pág. 21, t. I, año 1962. York, 1957.
(29) Ob. citada. Relaciones de los sistemas de solución (33) Cód. de comercio. Ed. Lajouane, 1953, pág. 363.
en 5 32. El doctor Vico y la doctora Arguas, a los que (34) R. L. Fernández y W. Goldschmit, ob. citadas.
seguimos en contra. (35) Digesto de fallos de la C. S. J. N., t. IX.
dualizar con anterioridad la marca que determinan una "ley uniforme". Buscan la
detenten a sus similares argentinos. Consi- uniformidad legislativa aunando las normas
dera entonces que la norma es de aplica- de los Estados signatarios sobre la mate-
ción exclusivamente territorial y únicamen- ria que tratan, por cuanto aquéllos se obli-
te atiende el aspecto delictivo. gan a introducir esa norma a su legisla-
Disentimos del fallo en su criterio con- ción interna. Son reglas de Derecho uni-
ceptual. El jurista, al interpretar la ley, forme, ya que rigen directamente la relación
debe simplemente3 f > interpretar la conducta jurídica sobre la cual tienen jurisdicción (41).
mediante la ley ( ). No los encontramos en nuestra disciplina.
A salvo las críticas de la doctrina espe- 2) Los tratados que determinan "unidad en
cializada, el proyecto presentado por el las reglas electivas" de leyes. No buscan
doctor Breur Moreno sobre "propiedad in- uniformar leyes en contacto, sino las re-
dustrial", y que fuera sometido al Senado glas electivas (nacionalidad, domicilio, lu-
de la Nación en el año 1960 ( 8 7 ), confiere gar de celebración, de ejecución, etcétera),
iguales derechos a las marcas "usadas o de tal manera que esas reglas se encaminen
registradas" en el país, que a las usadas o siempre a una misma ley ( 4 2 ). La mayoría,
registradas en el extranjero. Comentándo- y diré, la totalidad, siguen este sistema, pero
lo el ya citado profesor Di Guglielmo, ex- restringida la regla electiva al lugar de ins-
presaba: "Si se pretende asegurar el orden, cripción o registro en lo que a nuestro aná-
la policía y la moral de los mercados y lisis hace.
prestigiar al país en los medios interna- En materia de marcas no se ha dado el
cionales, no pueden los jueces limitarse a caso, lo que no impide que ocurra, que dos
declarar la nulidad de la marca fraudu- o más Estados lleguen a coincidencia de
lentamente registrada...; deben castigar soluciones, por razones meramente cientí-
los actos enumerados (en el proyecto) y ficas, adoptando una ley única. Al respec-
los otros (en ello comprendemos el usar to destacamos el caso del Paraguay, que
una marca extranjera reconocida en nues- en materia civil adoptó como propio nuestro
tro país)". Agrega, en laborioso estudio, el Código y leyes
43
posteriores modificatorias
ejemplo que da la legislación contemporá- del mismo ( ).
nea de treinta años a la fecha, imperante El beneficio que otorgan los tratados de-
en Francia, Alemania, Italia, Rusia, Japón, pende de los Estados signatarios que los
Bélgica, etcétera ( 3 8 ). La excepción está da- suscriben y de la amplitud de su objeto
da cuando el que ha puesto la mercadería legislado. Resulta obvio señalar que a ma-
en circulación, con su marca, no puede im- yor número de signantes, mayor será el ám-
pedir que el que haya adquirido el mismo bito internacional de aplicación.
producto siga haciéndolo correr con esa En lo que hace a nuestro estudio concre-
marca. Ello porque hay individualidad en to, el objeto que han tenido los suscriptos
el objeto ( 3 9 ). hasta la fecha se ha reducido a asegurar y
Entendemos que el derecho de marca no amparar a los titulares de marcas registra-
debe conocer límites locales. Tiene que go- das en uno de los países adheridos, median-
zar de protección internacional, de tal mo- te relativas ventajas o facilidades para ins-
do que lanzado el producto al mercado, am- cribirlas en los otros obligados por la con-
parado en su calidad por una marca, ob- vención. Detrás de lo escrito (muy limita-
tenida de acuerdo a su derecho de origen, do) alienta el fin de la "marca universal"
debe ser igualmente protegido en otro 4Es- que, como tal, ampare al industrial o al co-
tado, aun cuando no esté registrada ( 0 ). merciante no sólo en su país, sino en toda
Así estaremos acordes en el principio de la comunidad civilizada.
universalidad y unidad del Derecho mar- En orden cronológico ( 44 ) tenemos las si-
carlo, como instituto del Derecho industrial guientes convenciones:
en sus relaciones o vinculaciones privadas 1. La Convención de la Unión de París.
(patrimoniales) internacionales. Celebrada en París el 20 de marzo de 1883.
En cuanto a los acuerdos internaciona- Revisada en Bruselas el 14 de diciembre de
les como fuente de normas de Derecho in- 1900; en Washington, el 2 de junio de 1911;
dustrial internacional referente a las mar- en La Haya, el 6 de noviembre de 1925, y
cas, es necesario dividirlos para su estudio en Londres, en 1934. Esta convención se ue-
teórico en dos tipos: 1) Los tratados que
(41) Por ejemplo, Suiza al suscribir las convencloneB
sobre Ley uniforme de letra de cambio y las anexas:
(36) Cossio, Carlos, El Derecho en el Derecho judicial, Conflicto de leyes, Forma y convención sobre timbre
año 1962. (votadas en Ginebra en 1930) en el año 1932, sustituyó
(37) Diario Sesiones Hon. Congreso (Senadores), 23 jun. la parte pertinente de su Código de comercio por la
1960. misma. Igualmente Francia: se adhiere en el año 1935 y
(38) Rev. La Ley, artículo citado, pág. 1095. la incorpora al año siguiente a su legislación interna.
(39) Wasserman Martín, Marca de comercio argentina (42) Vico, ob. citada.
contra marca de comercio extranjera, año 1943. (43) ídem anterior.
(40) Fallo del Reichsgericht (Superior Tribunal Ale- (44) Ver texto completo en el apéndice del t. II de la
mán) ; autor citado. ob. de R. L. Fernández.
fiere no sólo a las marcas, sino también a de 1911; en La Haya el 6 de noviembre de
las patentes de invención. La principal ven- 1925, y en Londres en 1934. Es un comple-
taja de ella está en el artículo 4<?, que acuer- mento de la Convención de París; fue cele-
da a los nacionales de los países que forman brado entre algunos —no todos— países
parte de la convención y que han registrado adheridos a esta última. Se refiere al "Re-
sus marcas en uno de ellos un plazo de seis gistro Internacional de Marcas", que crea.
meses (antes de la Conferencia de La Ha- Establece la oficina central en Berna. En
ya era de cuatro) para registrarla en cual- éste pueden inscribirse las marcas a su vez
quiera de los demás. Dentro de ese plazo, el ya registradas en los países contratantes.
nacional goza de prelación para el registro Vale decir que el registro internacional sólo
de su marca contra cualquiera que pudiera puede obtenerse en los países que están en
haberla solicitado o registrado mientras se el arreglo, y por nacional de uno de ellos
efectuaban las inscripciones en los demás (ley nacionalidad) o extranjero con esta-
países. A igual beneficio pueden acogerse blecimiento (ley domicilio) que presenta la
los "no nacionales" que tengan un estable- solicitud en la oficina de marcas de su país
cimiento en un país de la Convención y que de origen o de situación; éste se encarga
hayan registrado en él su marca. La Repú- a través de sus órganos respectivos de tras-
blica Argentina no forma parte de esta mitir oficialmente la solicitud a la oficina
Convención ni tampoco de las otras que internacional de Berna que anota la marca
enumeraremos, siendo la única el tratado y a su vez -solicita su inscripción en los de-
de Montevideo (número 7) del año 1889. más países signatarios. Admitida la solici-
Por ello, sus beneficios no alcanzan a los tud por esos países, la marca sin más trá-
ciudadanos argentinos salvo en el caso que mite entra en vigor.
tengan un establecimiento industrial o co- 4. Convenciones panamericanas de Bue-
mercial en un país de la Convención. nos Aires de 1910 y de Chile de 1923. Tienen
En lo que hace a los subditos de países por objeto estas convenciones permitir el
adheridos a la misma que estén estable- Registro Internacional de las marcas en los
cidos en la República, para que puedan aco- países signatarios. Estos se dividen para las
gerse a los beneficios de la Convención de- mismas en dos grupos: Norte: con sede en
ben previamente registrar la marca en su La Habana; y Sur: con sede en Río de Ja-
patria para entonces poder invocar el be- neiro. El procedimiento para obtener el Re-
neficio en los demás. Se la criticó por lo gistro es similar al del registro de Berna.
exiguo del plazo que concede; ello le resta La Argentina no ratificó esta convención
utilidad. De treinta países que la han sus- y el grupo Sur no llegó a constituirse.
cripto, sólo dos son de América latina: Bra- 5. Convención de Washington. Celebra-
sil y Cuba. da en 1929 suprimió, como dijimos, la ofi-
2. Tratado de Montevideo de 1889 (nú- cina internacional que debía funcionar en
mero 7). Celebrado el 16 de enero de 1889. Río de Janeiro. Conserva únicamente la del
Rige actualmente en cuatro países: Boli- grupo Norte, única que había funcionado en
via, Uruguay, Paraguay y el nuestro. La La Habana. Permite optar entre el Registro
principal disposición surge del artículo lp, Internacional y el registro directo en los
que establece la reciprocidad que los países distintos estados. Según su artículo 3? toda
signatarios se acuerdan para el registro de marca legalmente protegida en cualquiera
las marcas de sus respectivos nacionales de los países contratantes, goza de prioridad
"con sujeción a las formalidades y condi- en los demás. Lo que quiere decir que su
ciones establecidas por sus leyes". titular puede oponerse a su registro o uso
Siendo que las leyes de los países adhe- por un tercero y obtener su cancelación si
ridos a este tratado acuerdan a los extran- es registrada.
jeros los mismos derechos civiles de que Para finalizar, diremos que todas estas
gozan los nacionales (ley del domicilio), es
evidente que al establecer que los naciona- convenciones no tienen ningún resultado
les de un país podrán registrar en los otros práctico para el comerciante o industrial
sus marcas con sujeción a las formalidades establecido en nuestro país.
y condiciones establecidas en sus leyes, el BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas.
Tratado ha aportado un cambio poco apre-
ciable a la situación anterior y su alcance MARCAS DE FÁBRICA Y DE COMER-
práctico no se ha llegado a percibir, a tal CIO. * Deslinde preliminar. Pertenece al
punto, que los autores lo consideran inexis- grupo de los llamados comúnmente "pro-
tente para nuestra República. piedad industrial y comercial", no obstante
3. Acuerdo de Madrid para el registro in- a que dentro de los primeros se incluyen los
ternacional de las marcas de fábrica y de derechos de inventor y descubridor, y en los
comercio. En vigor desde el 14 de abril de segundos, los derechos al nombre y al em-
1891; revisado en Bruselas el 14 de diciem-
bre de 1900; en Washington el 2 de junio Por el Dr. ANTONIO JUAN RINESSI.
blema. Considerando en la moderna termi- las mercaderías o productos, hasta el mo-
nología jurídica agrupado en los llamados mento en que el adquirente de ellas las reci-
derechos intelectuales, entre los que se be para la circulación mediante la reventa,
cuentan los derechos de autor de obra cien- y no para el consumo; o en otras palabras,
tífica literaria o artística, piensan quienes en tanto no sean tales productos objetos de
así conceptúan, que el estudio de su natu- un determinado comercio." Creemos, sin
raleza jurídica debe realizarse en íorma embargo, que es a la inversa, que el régimen
unitaria con respecto a todos los derechos legal es el comercial, y ampara esas situa-
enunciados; y que no es otra cosa su funda- ciones cuando entran dentro de las carac-
mento que garantizar el libre ejercicio de terísticas del comercio.
la actividad material o intelectual en el Es significativa la relevancia que crea en
campo económico, para asegurar la obten- la circulación, la necesidad de la individua-
ción de los beneficios pecuniarios (*). lización de las mercaderías o productos, y
Lafaille separa la propiedad industrial y connotamos a la opinión de Rivarola, que
comercial, para el Derecho industrial y co- es de destacar la necesidad de la individua-
mercial, respectivamente; aclarando que no lización recién cuando se entra a la circu-
juzga adecuada la terminología "propiedad" lación del comercio, antes no.
y reconociendo que con la misma queda Aun cuando se acepte la autonomía de
extendido el concepto hasta límites que los derechos intelectuales, derechos de au-
pierden la precisión y sus caracteres ( 2 ). tor, patentes de invención, o su integración
Cierto orden vinculatorio puede disciplinar en el tronco común (Derecho civil), paré-
en principio estos conceptos, en razón de cenos incompatible comprender a las mar-
que el nombre individualiza y señala al cas de fábrica y comercio, a pesar de una
titular del establecimiento, la enseña al es- cierta semejanza, por la alternativa del
tablecimiento y la marca a sus productos rasgo peculiar de estar éstas afectadas úni-
o mercaderías, en términos generales. camente por la circulación.
Toda la copiosa literatura que se ha reuni- La modalidad especial del uso á que están
do en torno al tema, hace impacto en el sometidas las marcas, hacen de ella un
estudio de la naturaleza jurídica, habiendo derecho distinto. Al nacer ya tienen la fun-
perdido fuerza en forma paulatina su iden- ción de su destino, porque de otra manera,
tificación con la propielad. su regulación estaría en otra materia.
Correcta ubicación. Hay unanimidad en Naturaleza jurídica. Al reconocer como
identificar a las marcas de fábrica y de co- exacta la noción económica de empresa da-
mercio, como materia mercantil. Son obvias da por Bolaffio, como organización de los
las razones, pero basta consignar que las factores de la producción con el propósito
modalidades del comercio exigen una dis- de obtener un resultado económico y tener .
tinción que individualice los bienes o pro- como elemento característico la especula-
ductos, para que con el interés propio de la ción sobre el trabajo, Scialoja busca un
oferta y la demanda se vea facilitada su fundamento unitario de las distintas em-
circulación. presas enumeradas en la ley, descarta el
"Las denominaciones de los títulos pri- económico y cree hablar en considerarlos
mero y segundo de la ley 3975 demuestran organismos esencialmente inspirados en la •
que no se refieren tan sólo a las materias finalidad lucrativa con sentido objetivo. Re-
regidas por el Derecho comercial", expresa conoce sin embargo que el Código al enu- ;
Rivarola ( s ) . "El inciso 3<? del artículo 452 merar las empresas no ha hecho sino enume-
del Código de comercio —sigue diciendo— rar clases de negocios que tienen carácter
excluye expresamente de la calificación de comercial cuando son ejercidos en forma
compraventa mercantil, las ventas que ha- de empresa: la esencia comercial no puede
cen los labradores y hacendados de los fru- residir sino en la naturaleza del negocio
tos de sus cosechas y ganados, de modo que que constituye la finalidad. De lo contrario
cuando en el artículo 1? de la ley 3975 se el Código hubiera dicho que todas las em-
habla de las marcas de agricultura, y en el presas son comerciales ( 4 ) .
artículo 42 se habla del nombre de agricul- Scialoja nos proporciona así un funda-
tor, y se establece en los artículos siguientes mento aceptable para considerar que la
la protección del uso de ese nombre en el ley 3975 ha querido otorgar al comercio
ramo agricultura, el régimen legal no entra organizado —empresa— los beneficios de
en el dominio del Derecho comercial, ni en la segundad y confianza de la marca. Sin
lo que se refiere al nombre, ni en cuanto a detenernos a analizar el objeto de las acti-
vidades de los que comprende en el artícu-
(1) Raimundo L. Fernández, Código de Comercio co-
lo 1?, el sentido de empresa lo está dado en
mentado, t. II, Bs. Aires, 1950, pág. 113. las disposiciones del artículo 42, cuando se
(2) Héctor LafaiUe, Derecho Civil, t. IV, "Tratado de
los derechos reales", Vol. II, Bs. Aires, 1950, pág. 113.
(3) Mario A. Rivarola. Traíado de Derecho comercial (4) Marcos SatanowsKy, Tratado de Derecho comercial,
argentino, t. I, Bs. Aires, 1938, pág. 64-65. t. r, ed. Tea, Bs. Aires, págs. 404-405.
refiere al nombre del agricultor, comercian- la marca llena su cometido únicamente en la
te o fabricante y el de la razón social, el de circulación.
la muestra o la designación de una casa o Se acentúan las diferencias cuando se
establecimiento. caracteriza a los derechos intelectuales co-
Se afirma esta postura cuando en la mo categoría de los derechos de la perso-
ley 11.867 del 9 de agosto de 1934, declara na (°); o derechos patrimoniales sobre bie-
en su artículo 1°: "elementos constitutivos nes incorporales ( 7 ) , a pesar que el mismo
de un establecimiento comercial o fondo de Kohler incluye en tales derechos patrimo-
comercio, las instalaciones, existencias en niales a las marcas. No se puede asimilar
mercaderías, nombre y enseña comercial, la a los derechos de la persona, porque no
clientela, el derecho al local, las patentes devienen del sujeto (son elementos del es-
de invención, las marcas de fábrica, los tablecimiento), ni son representativos del
dibujos y modelos industriales, las distin- mismo, a pesar de una cierta representati-
ciones honoríficas y todos los demás dere- vidad dentro de la esfera limitada del
chos derivados de la propiedad comercial e comercio, y con relación a determinado
industrial o artística". Una ley posterior ha producto. La categoría de derechos patri-
venido a ratificar la finalidad de la ley de moniales sobre bienes incorporales puede
marcas, considerándola como uno de los caracterizar mejor a las marcas, pero no
elementos del establecimiento comercial. capta su vigencia para la circulación, por-
Se impone una aclaración: no puede ser que en su apoyo se dice que es un derecho
elemento constitutivo, porque el uso de la subjetivo privado. No se aviene además por
marca no es obligatorio, puede faltar en la discrepancia existente, sosteniéndose por
la constitución del establecimiento, y sin unos autores de que se trata de un derecho
embargo éste conservará todas las condi- real de propiedad, y por otros, de uno de los
ciones de tal. No es elemento indispensable llamados derechos intelectuales, como ca-
y necesario, como debería ser para revestir tegoría distinta de los dos clásicos de dere-
el carácter de constitutivo. Es, en cambio, chos reales y derechos personales ( s ) .
un elemento accidental que puede o no La empresa es objeto de derechos, no su-
existir, sin perjudicar la existencia del es- jeto de derechos. En suma, es el rnodo téc-
tablecimiento. Pero la ubicación de elemen- nico del ejercicio el que atribuye a los actos
to del establecimiento, es relevante también de una empresa que figura en los indicados
para demostrar los propósitos de la ley de en el Código para ser comerciales ( 9 ). Por
marcas. lo tanto la exclusividad de la marca no
Como el uso de marcas es optativo, se ha puede ser derecho subjetivo; es derecho ob-
previsto su reglamentación para la entidad, jetivo nacido de las exigencias de seguridad
que por razones de su cometido —empresa— y certeza de las leyes de la circulación.
se ve en la necesidad de su utilización con Como es susceptible de adquirir un valor
evidentes beneficios. Esto no obsta a que el en las alternativas de las operaciones co-
comerciante que ejerce actos de comercio merciales, la marca posee un contenido eco-
pueda utilizarla, no está vedado, pero su nómico que le imprime un rasgo peculiar
esencia está en servir a la individualización en ese sentido. Al ser un derecho objetivo
de los productos en la circulación. Es decir por la normatividad de su existencia, su
que es un instrumento que coadyuva de significación económica lo adquiere en la
diferentes maneras a la circulación; y para circulación que es su medio de vigencia.
esto resulta idónea la organización creada La marca se ha instituido únicamente
al efecto, o sea la organización para el cam- para los comerciantes e industriales, a efec-
bio de los factores de5 la producción, en tos de que distingan sus mercaderías o
expresión de Bolaffio ( ). productos (ley 3975, arts. lp y 6<?), permi-
Se aprecian distinciones entre las marcas tiéndoles acreditarlos y formar clientela,
y los llamados derechos intelectuales; tales difundiéndolos por medio de la propaganda;
son: el derecho de autor dura toda la vida las marcas constituyen así una fuente de
del creador y continúa en treinta años más riqueza, que según nuestra ley es una pro-
para los herederos, la marca diez años, pero piedad del titular y según la más autorizada
es renovable indefinidamente. El derecho doctrina un derecho intelectual con todos
de autor pertenece a su titular y puede ha- los caracteres del derecho de propiedad ( 10 ).
cer valer con respecto a cualquiera de sus Si son una fuente de riqueza y su finalidad
obras; en cambio la exclusividad de la mar- es distinguir las mercaderías o productos
ca sólo se adquiere con relación al objeto
para el cual fue solicitado; en síntesis, los (6) Di Franco, Trattato delta propietá industríale, Mi-
derechos intelectuales son más amplios, y lán, 1933, n? 8. Berard, Du caractére personnel de cer-
rigen para cualquier situación que compro- tains droits et notamment du droit d'auteur. París, 1903,
pág. 36 y sigs.
metiera los derechos del autor, en cambio (7) Kohler, Antorrecht, Jena, 1880, pág. 129.
(8) R. L. Fernández, op. cit., pág. 154.
(9) M. Satanowsky, op. cit., pág. 403.
(5) M. Satanowsky, op. cit., pág. 402. (10) R. L. Fernández, op. cit., pág.. 154.
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permitiendo acreditarlos y formar clientela agente tenga idea de colocarla en factura
a sus titulares, es reconocidamente un de- alguna, sino que declara que los productores
recho individualizatorio de contenido eco- o comerciantes no están obligados a distin-
nómico. Parécenos mejor esta ubicación. guir necesariamente todos los objetos que
"Las acordadas a quienes carecen de la produzcan o con los que comercian, a adop-
calidad de industrial o comerciante no pue- tar y registrar una marca, salvo en los casos
den llenar esas finalidades sino únicamente en que las leyes lo dispongan de modo ex-
la ilícita de lucrar con la exclusividad que la preso ... Es la finalidad buscada con el re-
marca comporta, impidiendo a sus naturales gistro de la marca lo que determina la
destinatarios, los comerciantes e industria- aplicación de la ley; aquella que no tiende
les, el desarrollo de sus actividades" ( U ) . a la garantía, defensa o seguridad de una
No hay lugar a dudas de que es un derecho empresa industrial o mercantil o del consu-
que deviene de la exclusividad en la circu- midor, no merece ni goza de la protección
lación. legal. La intentio se conoce por la conducta
Principios generales establecidos en fallos posterior del que la registró o por la natu-
de la Corte Suprema de Justicia de la Na- raleza, importancia y desarrollo de su acti-
ción, nos autorizan en ciero modo los cri- vidad fabril o comercial; el que nunca ha
terios expresados O 2 ) . sido propietario de una empresa y no la
En cambio, son criterios que se apartan inicia, pese a que han transcurrido muchos
de la esencia de la ley de marcas algunos años desde que inscribió la marca en el
recientes fallos, que consagran terminante- Registro demuestra que nunca tuvo el pro-
mente que el registro y no el uso1son los que pósito de aplicarla sobre los artículos de su
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confieren el derecho a la marca ( ) ; porque industria, o de su comercio; las empresas
si bien son interpretaciones ajustadas a la que, por su giro y su desenvolvimiento, no
letra de la ley, no captan el propósito de están en condiciones de llevar al mercado,
protección que la misma intenciona. de un momento a otro, nuevos productos, ¡
En un principio se entendió que no tenía no registrarán marcas por causa de su pre- j
derecho a oponerse quien no había regis- visión, sino por otra cualquiera, que no está
trado su marca, o había caducado la regis- comprendida en los fines que la ley persi-
trada, quedando sin reparación el perjuicio gue, y que de consiguiente, no podrá contar
que se ocasionaba a quien hasta entonces con el amparo de ella" ( 1 4 ) . Recientes fallos
la había usado y que por una omisión no la confirman también lo dicho. "Es inconce-
había registrado o renovado. Intereses ma- bible —se dice— que quien ha conseguido
yores ,al torcido interés particular, debe acreditar sus productos durante largos años,
tutelar la ley creada a esos efectos, y una distinguiéndolos con una marca no regis-
interpretación teleológica surgida de la ar- trada, carezca de defensa a otro comer-
monía de su estructura, con visión dogmá- ciante que se decide a usarla y registrarla
tica, debe revelarnos los principios que pri- por la simple aplicación rígida y formal de
marán en su aplicación. la ley de marcas. Ello daría lugar no sólo
"Se arguye que la ley 3975 adopta un al aprovechamiento del prestigio de produc-
sistema atributivo, que el simple registro tos ajenos, sino también a la confusión del
otorga la propiedad y que el uso de la marca público consumidor" U 5 ).
es facultativo y se deduce de tales principios Conceptuación. "Un producto cualquiera
que basta inscribir una marca, aunque se que ha logrado notoriedad, o aspira a ella,
piense no usarla nunca, para adquirir la puede ser distinguido por quien lo fabrica
propiedad de ella y estar en condiciones o expende, utilizando al efecto un signo que
de impedir que cualquier otro la pueda se denomina «marca». Al titular de ella le
adoptar. Pienso, sin embargo, que no es esa asiste el derecho de impedir que otro lo uti-
la interpretación que corresponde. Cuando lice beneficiándose de sus cualidades reales
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la ley da la propiedad de la marca a quien la o no, y de la propoganda efectuada" ( >.
registra, supone que el solicitante va a des- Reunimos en el concepto, como principal
tinarla a su función propia, normal y característica, además de la individualiza-i
corriente y que no intenta ejercer un mo- dora, su funcionalidad, que es inherente a
nopolio con miras a un lucro particular, aquélla pero en la dinámica de su empleo;
ajeno a ésta, y sin tener en cuenta los inte- dicho en otras palabras sería, que el obje-
reses de la industria, del comercio y del tivo de individualizar el producto está en
consumidor. Si la ley dice que el uso de la la circulación del mismo. De otro modo, si
marca es facultativo, no sanciona la posibi- tuviera que individualizar la cosa en manos
lidad de registrar una marca por capricho, de su titular, desempeñaría un cometido dis-
etxravagancia o especulación, sin que el
(14) La Ley, 32-380 (argumentos del fallo de primera
instancia, confirmado por la Cámara Federal de Rosa-
(11) R. L. Fernández, oí?, cit., pág. 154. rio, con fecha 12-8-1943).
(12) Fallos de la C. S. J. N., 250-467. (15) J. A., 961-IV-489.
(13) La Ley, 101-984; J. A., 961-III-416. (16) H. Lafaille, op. cit., pág. 193.
tinto y vendría a Identificarse: o con el registro o uso por aquéllos; y 2?, que las
nombre o emblema u otros derechos intelec- marcas extranjeras no acuerdan derecho
tuales. El derecho de la exclusividad, igual- alguno mientras no se registren en el país,
mente se deriva de la circulación, de otro sólo este registro y desde la fecha en que
modo sería un derecho de propiedad. Nues- tiene lugar, confiere los derechos que por
tro enfoque dogmático, nos posibilita a sos- ley corresponden a los titulares de marcas;
tener con holgura la determinante de la nada impide a terceros registrar en el país
exclusividad en las condiciones expuestas, una marca registrada en el extranjero ( 1 8 ) .
de tal manera que no siempre la sola ins- Las disposiciones que contienen los artícu-
cripción de la marca, lo conseguirá. Su fun- los 3"? y 6? de la ley 11.275, no aclaran la
cionalidad coadyuvará significativamente. posible interpretación del artículo 41 de la
El interés que protege lo es directamente al ley 3975; pero amplían los alcances de la
titular y al consumidor; e indirectamente protección legal sobre marcas extranjeras,
a la buena fe del comercio. De ahí que su en la misma forma en que lo han hecho
uso, independientemente a la cosa que va con respecto a las marcas nacionales, es de-
adherida, deviene una apreciabilidad tra- cir tratando de evitar las posibles_ manio-
ducida en valor económico, que lo identi- bras que provoquen confusión en el consu-
fica como derecho de tal naturaleza. midor.
Clases. El sistema de la ley se refiere a Con acuerdos y convenciones internacio-
marcas de fábrica, comercio, agricultura y nales se persigue la protección legal de la
de industria etxractiva. Fernández expresa: marca con sentido universal. Nuestro país
que la ley ha seguido el modelo francés, ins- ha participado del tratado de Montevideo,
pirado a su vez del italiano, pero aclara no en vigencia el de 1889 (ratificado). Las dis-
haber uniformidad en cuanto a su aplica- posiciones que al respecto se sancionaron,
ción O 7 ) . Sin embargo no se puede hablar no cambiaron el panorama existente hasta
de cuatro clases de marcas, porque a pe- ese momento, porque subsisten las exigen-
sar de las distintas menciones, que indica- cias de someterse a las leyes de cada país
rían distintos orígenes, la finalidad es in- para dispensar la protección correspondiente.
dividualizar el producto en el comercio, de La convención de Buenos Aires creó al
la naturaleza que fuere. En Estados Unidos, igual que las anteriores de la Unión de
la ley se refiere únicamente al Trade mark, París y el acuerdo de Madrid, el registro
La distinción entre nacionales y extran- múltiple automático, que es la verdadera,
jeros sí constituyen clases. protección con alcance universal (basta la
Nacionales: El sistema establecido por sola inscripción en uno de los países adheri-
ley 3975 lo es para las marcas de uso en el dos, para dar validez a todos los demás).
país, excepción del artículo 41. La ley 11.275 Nuestro país estuvo ajeno a muchas de ellas,
y sus modificatorias (leyes 13.526 y 14.004) y ni siquiera ratificó la celebrada en Buenos
reglamenta otros aspectos del sistema: Así Aires.
en su artículo 1° amplía la protección legal Condiciones del sistema. Como ya anti-
a la manera de usarla y estamparla. De esta cipáramos, el sistema de la ley es atributivo,
forma la tutela al comercio honesto se tor- pero no en forma absoluta, sino atenuado;
na real y efectiva. Otro tanto ocurre con los cede al interés superior de protección de la
artículos 2?, 49, 5<?, 6? y 7<? de la misma ley, en actividad comercial. Toda empresa o esta-
que se prohibe toda manifestación que tien- blecimiento que desarrolla sus actividades
da a producir confusión, no solamente a los de carácter comercial, tiene derecho a que
titulares de otras marcas o a los que ten- se le respete en el ejercicio de la misma, y
gan derecho a oponerse en la inscripción en el desenvolvimiento de su capital; y quien
de nuevas marcas, sino a los consumidores tiene un interés jurídicamente protegible,
de los mismos. Se confirma una vez más tiene simultáneamente la acción para de-
nuestra tesitura de la funcionalidad de la fenderse y repeler el ataque a su derecho.
marca y la finalidad del sistema legal. Tal protección resulta de la ley de mar-
Extranjeras: La disposición del artícu- cas 3975 y de la ley 11.275 y sus modifica-
lo 41 de la ley 3975, que se refiere a las mar- torias, interpretada en forma armónica en
cas extranjeras, es ambígua.Dos criterios de el conjunto de sus disposiciones.
interpretación monopoliza la aplicación de "La titularidad anterior de una marca de
sus normas: 1?, que las marcas extranjeras fábrica autoriza la oposición al registro de
sólo pueden ser registradas en el país por otra confundible con aquélla. La identidad
sus titulares o los agentes de éstos debida- de productos obvia el agravio fundado en
mente autorizados; los terceros no pueden la especialidad de la ley de marcas" ( 1 9 ).
registrarlas y si lo hacen, como no se ha- Y avanzando más aún: "el derecho de opo-
brían llenado los requisitos exigidos por la nerse a la concesión de una marca o el de
ley, carecerían del derecho a oponerse a su
(18) R. L. Fernández, op. cit., pág. 178.
(17) R. L. Fernández, op. (18) Fallos de la C. S. J. N., 249-696.
pedir su anulación en la forma y por la vía de una marca que se encuentra registrada
pertinente, no es exclusivo de quien tenga a nombre de otra persona, antes de que haya
registrada a su favor una marca igual o pa- caducado, así como caducada una marca
recida. Puede promoverse cuestión sobre va- por falta de renovación si su titular pide
lidez de una marca por cualquiera de las un nuevo registro, dentro de un término
circunstancias enumeradas por la ley 3975 prudencial, debe acordársele, aunque la mis-
fuera de existir otra igual o análoga de ma marca con anterioridad haya sido pe-
propiedad de un tercero, como las relativas dida por un tercero.
a las denominaciones, nombre o signos que Condiciones de valides: Una marca se
no pueden constituir marcas" ( 2 0 ) . Aunque perfecciona por la reunión o aporte de re-
no se tenga registrada la marca a su fa- quisitos de orden legal y por vía de inter-
vor, el solo hecho de usar el nombre, le da pretación que están mencionados en los dis-
derecho a 2oponerse al registro de otra con- tintos temas, que íbamos desarrollando,
fundible ( 1 ) . La certeza y seguridad de la pero que para el caso se impone establecer
circulación de mercaderías impone el crite- un orden. Ellos son: la entidad que realiza
rio, materializado en este fallo, de que "no la actividad comercial; el signo idóneo (de
es requisito indispensable para la oposición acuerdo al encuadre legal); relación efec-
al registro de una marca la existencia efec- tiva entre el signo y la mercadería que in-
tiva y actual de productos susceptibles de dividualiza, y su aplicación al objeto en la
confusión. Basta para su procedencia de la forma establecida por ley; registro del sig-
razonable posibilidad de su existencia" ( 2 2 ). no previo el cumplimiento de los trámites
Condiciones de inscripción: Son las que determinados en la ley.
la ley exige para la obtención de la marca. Condiciones de titularidad: No es requi-
La concesión está basada en que no se haya sito acreditar ante el registro la calidad de
formulado oposición y que no se hayan comerciante o propietario de la empresa o
otorgado otras similares. Para el caso de establecimiento; pero si quien obtiene el
oposición la ley reglamenta el procedimiento registro no posee la calidad necesaria para
a seguir: expresa que la oposición deberá poseer la marca, carecerá de protección le-
deducirse en la oficina (artículo 29), la que gal y por consiguiente del derecho de opo-
será resuelta en el término de quince días, nerse en las circunstancias anteriormente
si todos renuncian a la vía judicial, con re- apuntadas. Lo contrario sería ir contra el
curso ante el Ministerio dentro de los diez comercio y la industria honesta, y no lle-
días, el que será sustanciado con el Procu- nar la finalidad de protección que quiere
rador del Tesoro (artículos 19, 30 y 31). Los la ley.
artículos 32, 33 y 34, se refieren al trámite Condiciones de uso: Por decretos regla-
judicial. mentarios y resoluciones ministeriales, se
También puede denegarse, sin mediar opo- han venido a completar estas condiciones,
sición, en los casos siguientes: por existir que por ser de detalle y destinados a la
otras anteriores similares, cuando no se práctica de la utilización de los signos, em-
cumplen los extremos tíe los artículos 3<? a blemas, nombres, figuras e ideas, como mar-
5<? (no solamente desde el interés del soli- cas, pertenecen más que nada a la policía
citante, sino salvaguardando igualmente el de la institución, que deberán desarrollar
de los consumidores). La ley, como ya lo los organismos administrativos creados al
expresáramos, confiere la facultad de opo- efecto, y exigir su cumplimiento por los
nerse al registro a quien le perjudicara su agentes de vigilancia de tales organismos.
inscripción, pero la falta de tal oposición Los más importantes son: decreto regla-
debe suplicarla el registro en interés del co- mentario de la ley 3975; decreto de clasifi-
mercio honesto, y no únicamente ante la cación de mercaderías; decreto reglamen-
carencia real de tal oposición, sino en el tando la tramitación de asuntos ante la
caso de que desista o haya conformidad por Oficina de Marcas; decreto reglamentario
quien tiene el derecho de oponerse. de la ley 11.275 y sus modificatorias.
Conviene aclarar igualmente que aunque Condiciones de temporalidad: Su dura-
las marcas se conceden para determinadas ción es indefinida, siempre que se le renueve
especies de artículos, pueden coexistir en cada diez años. La renovación no crea de-
clases diferentes, siempre que no exista la rechos, sino solamente los conserva. Por lo
posibilidad de confusión, sobre todo en el tanto no cabe oponerse a la renovación. Se
consumidor, en cuanto a su procedencia (- 8 ). extingue: por renuncia; por el transcurso ds
Son también criterios establecidos, con diez años sin efectuar renovación; por sen-
buen sentido de justicia, los que han deter- tencia firme declarando su invalidez o nu-
minado que no se puede solicitar el registro lidad.
Confusión. Insertamos a la confusión en
(20) ídem 248-479. este acápite posterior, por tratarse de una
(21) La Ley, 101-429.
(22) Fallos C. S. J. N.. 249-719.
situación que puede afectar las condiciones
(23) En ese sentido: S. C. J. N., 193-97, La Ley, 27-249. de inscripción, de validez, de titularidad,
S i g u i e n t e P á g i n a