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MAND

MANDATO. * SUMARIO: 1. Introducción. 2. Man- II) El mandato sin representación. III) La


dato representativo u ordinario: sus caracteres, gestión de negocios. IV) La estipulación por
a) representación; 1>) poder; c) oneroso;
d) gratuito. 3. Forma. 4. Mandato: I, general; otro.
U, especial. 5. Prueba. 6. Condiciones de va- El mandato representativo tiene desde el
lidez, a) consentimiento; b) capacidad. 7. Ob- Derecho romano un desenvolvimiento aca-
jeto del mandato. 8. Las consecuencias jurídi- bado y se estima en general, y así lo des-
cas: I. Entre las partes: a) las obligaciones
del mandatario. I'-1, ejecución del mandato;
taca la doctrina C 1 ) como el que alcanzó
2°, la rendición de cuentas. II. Las obligacio- frente a las similares categorías jurídicas
nes del mandante. 9. Relaciones de las partes mencionadas, perfección mayor, de ahí que
con los terceros. 10. Mandatario que actúa sin se lo considere como el prototipo de estos
poder o que excede los límites de sus pode- modos de conducta con la característica se-
res. Mandato o representación sin poder. Man- ñalada, para diferenciarla de toda otra, y
dato aparente. 11. Representación. 12. Justi-
ficación. 13. Poder. 14. Poder y relación de en consecuencia, que la legislación recoge
fondo. 15. El poder de representación y el con la nominación propia de la doctrina y
mandato. 16. El mandato aparente tácito. Re- la jurisprudencia ya que ha devenido en lo
presentación sin mandato. 17. La negotiorum que se llama mandato ordinario.
gestor. 18. Capacidad procesal para actuar en
juicio. Personería. 19. Justificación de la per-
Así se advierte en nuestro Código civil,
sonería. 20. Cantío de rato et grato. 21. Rati- pues el artículo 1869 se refiere a él cuando
ficación. 22. Falta de poder. 23 La represen- expresa: "El mandato, como contrato, tiene
tación sin poder en el caso del artículo 200. lugar cuando una parte da a otra el poder,
24. Cesación del mandato: I. Voluntario: 1) que ésta acepta, para representarla, al efecto
bilateral; b) unilateral. II. Fáctica: 1) falle-
cimiento; 2) incapacidad; 3) inhabilitación. de ejecutar en su nombre y de su cuenta
un acto jurídico, o una serie de actos de esta
1. Introducción. Ha sido existencia cierta, naturaleza".
con elaboración técnico-jurídica adecuada Hay en la caracterización del mandato
desde antiguo, que en el patrimonio de una ordinario la identidad del mandato con ia
persona graviten las consecuencias de una representación, pero además se advierte que
operación en la que ella no ha intervenido la identidad pretende llevarse aún más allá,
directamente, aparente situación que no la al extremo de involucrar también el poder
excluye. o como se menciona en su fuente —doctrina
Este modo de conducta ha sido esquema- y legislación francesa—, artículo 1984, prc-
tizado y conceptuado según categorías ju-
rídicas con las que se entiende y conoce una (1) Planiol, Marcelo, y Ripert, Jorge, Tratado práctico
realidad que se mantiene en viviente ma- de Derecho civil francés, tomo XI, "Líos contratos civiles".
nifestación y por ende con actualidad, a Segunda parte, página 765, "Mandato", n? 1427 y sigs.
Josserand, Louis, Derecho civil, tomo II, vol. II, "Con-
través de: I) El mandato representativo. tratos". El Mandato, pág. 353 y stgs., n? 1396 y sigs
Bolaffio, Rocco, Vivante, Derecho comercial, tomo 10;
Agustín Ramella, Del mandato comercial, vol. I, pág.
* Por el Dr. ERNESTO EDUARDO BORGA. 118 y sigs.
curación —procuration—, haciendo así sino- Otra legislación se refiere en general al
nimia entre poder y mandato cuando el mandato como un contrato mediante el cual
poder es la documentación con que se com- el mandatario se obliga, en los términos
prueba el mandato, porque es acto escrito convenidos, a gestionar el negocio del que
en el que se revela el acuerdo de las partes, está encargado o a efectuar los servicios que
la expresa representación otorgada, y con ha prometido, extendiéndolo también a las
ello también la convención. prestaciones o servicios. Tal ocurre, por
Ya examinaremos más adelante, precisa- ejemplo, en el Código civil alemán, párrafos
mente al referirnos al mandato o represen- 662 y 675 ( 3 ); el Código suizo de las obliga-
tación sin poder, cómo se distingue uno de ciones —artículos 392 y 394—, y en el Código
otro y en qué medida gravita sobre cues- civil de Brasil —artículo 288—. Códigos ci-
tiones inherentes a la representación en viles italianos de 1882 —artículo 1737— y del
juicio. Tendremos así oportunidad de aludir año 1942 —artículo 1703—, por lo cual que-
de alguna manera, sin que se pretenda aquí dan comprendidos, administración de pa-
hacer estudio propio de ellas, a las otras fi- trimonios o haciendas, en las que, además
guras mencionadas antes, o sea el mandato de los actos de índole puramente táctica se
con representación sin poder y la gestión de comprenden también actos jurídicos.
negocios. 2. Mandato representativo u ordinario:
Quien dé mandato confiriendo su repre- sus caracteres, a) Representación. En ge-
sentación a otro al que otorga el correspon- neral cabe, pues, decir que el mandato que
diente poder se llama mandante; aquel al regula el Código civil francés, como el nues-
cual se le da y lo acepta se llama mandata- tro —en la legislación comercial no se pue-
rio. El mandato, en principio, se concluye de afirmar de la misma manera—, es siem-
intultu personae. pre representativo, porque el mandatario
Desde luego que el mandato exhibe simi- obra en nombre del mandante, produciendo
litud con otros contratos, con los cuales se sus actos consecuencias en el patrimonio de
establece deslinde y se explicitan unos y aquél y no en el suyo.
otros, de modo que se consideran situaciones No era concebido así originariamente en
de mandato y locación de obra o de servi- el mandato romano, que no tenía la idea de
cios, profesiones liberales, mandato y com- representación, y la cual se incorporó en
praventa, mandato y depósito, mandato y época ya muy diferenciada, que marcó así
arrendamiento, mandato y sociedad, man- una precisa delimitación del contorno y una
dato y transporte, mandato y agencia de contracción en su contenido.
negocios; de todo lo cual, por las caracte- Así ocurre en la definición que de man-
rísticas de éste nuestro trabajo y la exten- dato da el artículo 1984 del Código civil
sión de aquéllas, no hemos de ocuparnos francés, restringiendo, al referirse al mis-
aquí, remitiendo en cambio al lector a la mo, invariablemente, en forma explícita o
doctrina2 que ha hecho estudio detallado del implícita, el concepto de representatividad
asunto ( ) . por la asimilación incluso que hace del man-
Tampoco seguiremos en esta relación, res- dato a la procuración.
pecto del mandato, una exposición exegé- b) Poder. Del mismo modo ocurre con
tica de nuestro Código civil en la extensa nuestro artículo 1869, donde en primer tér-
normación del mandato, tan explícita por mino se lo alude, mencionando al mandato
cierto en el libro II, sección III, título IX, ar- como contrato, "cuando una parte da a otra
tículos 1869 a 1985, sino en los lincamientos el poder, que ésta acepta, para represen-
fundamentales del instituto, o sea: 1? sus tarla al efecto de ejecutar en su nombre y
caracteres; 2? su forma; 3? la prueba; 4<? de su cuenta un acto jurídico, o una serie
objeto del mandato; 5<? las consecuencias de actos de esta naturaleza".
jurídicas: a) obligaciones del mandatario; Actos jurídicos. Si a la especificidad del
b) obligaciones del mandante; y 6<? finiquito mandato como representación se suma co-
del mandato. mo precisa delimitación dentro del primitivo
El trato de negocios en nombre y por mandato romano la alianza de la relación
cuenta del mandante es lo que asume el jurídica con la procuración o el poder, queda
mandatario; pero el concepto de negocio así también marcado el perfil de su conte-
abarca un horizonte muy amplio, que in- nido, o sea el objeto del mandato en su
cluso comprende prestaciones materiales dimensión mayor, puesto que no podrá com-
puramente de hecho, lo cual en la legisla- prender en cuanto representación sino actos
ción que se refiere sólo al mandato repre- jurídicos, con exclusión de los simples he-
sentativo, queda excluido porque es contem- chos (*).
plado en la locación de obra o en la de
servicios.
(3) Ennecerus, Kipp y WoJfí, Tratado de Derecho civil.
--
(2) Planiol, Marcelo, y Ripert, Jorge, op. cit., nos. procurado
1429 a 1439, Inclusive. eíec
Nuestro artículo 1870, al enumerar múlti- datarlo, y cuando consista en los trabajos
ples representaciones y situaciones a las propios de la profesión lucrativa del man-
que se aplican las reglas del mandato, ha datario, o de su modo de vivir".
extendido la operancia del mandato y com- La gratuidad del mandato ha dado pie
prendido situaciones que no entrarían en él en Francia para que la jurisprudencia atri-
de adoptar un criterio restrictivo ( 5 ). buya a los tribunales la facultad de con-
c) Oneroso. Económica y jurídicamente trolar la cifra de la remuneración del man-
ha de sumarse una transformación más en datario y reducirla si la juzgan excesiva;
la concepción del mandato. supervivencia del pasado, en cuanto al fun-
En el derecho contemporáneo puede afir- damento del poder de revisión, que si en
marse que el mandato remunerado es la nuestro medio se aceptó con idéntico po-
regla en la práctica, ya que de un modo der de contralor no constituye el único o
u otro el mandatario pretende en forma exclusivo ahora, y mucho menos el más im-
expresa o tácita una retribución, por lo que portante en relación a las profesiones libe-
el carácter oneroso del mandato se acentúa rales, pues en su caso, razones de orden
en nuestro tiempo y conlleva así consecuen- público relacionado con la policía y ética
cias jurídicas importantes en cuanto a la del ejercicio de las profesiones, ligadas a la
responsabilidad del mandatario. colegiación obligatoria, señala un mínimo y
d) Gratuito. El principio, en materia de un máximo arancelario dentro del cual han
mandato, es que el mismo se considere gra- de convenirse o regularse las retribuciones
tuito, lo cual tiene su origen en la antigua del mandatario.
reputación de contrato de beneficiencia, 3. Forma. Ninguna forma se exige para
fundado en el puro oficio de amistad, que el mandato, puesto que la ley admite que
mantuvo vigencia aun en los juristas fran- puede ser expreso o tácito y además señala
ceses de la primera hora del Código civil, que puede darse por instrumento público o
no obstante que éste establecía la perspec- privado, por carta y también verbaimente
tiva de una retribución, dando una acción —artículo 1873—, para luego en la disposi-
para obtener su pago, lo que supone una ción siguiente —1874— describir el mandato
convención de las partes —expresa o táci- tácito cuando: "resulta no sólo de los hechos
ta— al respecto. positivos del mandante, sino también de su
Nuestro Código civil ha mantenido en ge- inacción o silencio, o no impidiendo, pu-
neral el principio en su artículo 1871 a falta diendo hacerlo, cuando sabe que alguien
de convención en contra, presumiéndolo está haciendo algo en su nombre".
-gratuito; pero también a su turno y en ello Es claro que la latitud informal no tiene
abriendo la perspectiva que se adecúa a la vigencia plena porque la propia ley señala
práctica de nuestro tiempo, resumió su one- mandato circunstancias en que es necesario que el
rosidad: "cuando consista en atribuciones terminada,aparezca dado en una forma de-
incluso muchas veces reclaman-
o funciones conferidas por la ley al man- do el poder escrito —cartas y poderes— y
hasta su extensión en instrumento público
nes es un arrendamiento de obra o un arrendamiento de (artículo 1184, incisos 7<? y 10? del Código
servicios.
"Por el contrario, en Derecho romano y aun cuando civil).
la idea de representación no constituye el corolario na- En este último caso es cuando se reclama
tural del mandato, esta operación podía recaer tanto
«obre los actos materiales como sobre los actos jurídicos: que el poder otorgado por documento autén-
un arquitecto, un médico, eran entonces tratados como tico, a lo cual se une el que siempre que la
mandatarios; en nuestro Derecho se estima de ordinario ley prescribe para asegurar la legitimidad
que esta calidad no les pertenece, porque no responden
a la definición del artículo 1934 (salvo, para el arqui- de un acto por razones de orden público o
tecto, si está encargado de satisfacer las cuentas); no en interés de las partes por la intervención
han recibido el poder de celebrar un acto por cuenta
del cliente y en su nombre". de un funcionario, sea también otorgado el
(5) Dispone el artículo 1870: "Las disposiciones de este poder en documento auténtico, puesto que
título son aplicables: 19 A las representaciones necesarias,
y a las representaciones de los que por su oficio público la exclusión del documento privado para el
deben representar determinadas clases de personas, o
determinadas clases de bienes, en todo lo que no se
contrato, se extiende al poder, en cuanto
oponga a las leyes especiales sobre ellas; 29 A las r^e- abonan idénticas razones para proceder del
presentaciones de las corporaciones y de los estableci-
mientos de utilidad pública; 39 A las representaciones
mismo modo para uno y otro. Si la auten-
por administraciones o liquidaciones de sociedades, en ticidad del acto es sólo para advertir a ter-
los casos en que así se determine en este Código, y en
el Código de comercio; 49 A las representaciones por
ceros, el poder en documento privado puede
personas dependientes, como los hijos de familia en rela- ser válido en cuanto se independiza así de
ción a los padres, el sirviente en relación a su patrón,
el aprendiz en relación a su maestro, el militar en relación
la solemnidad prescripta para el acto, aun-
a su superior, las cuales serán juzgadas por las dispo- que es dable advertir que queda ligado en
siciones de este título, cuando no supusiesen necesaria-
mente un contrato entre el representante y el repre-
ello a las contingencias de su fecha y re-
sntado; 59 A las representaciones por gestores oficiosos; conocimiento.
69 A las procuraciones judiciales en todo lo que no se En aquellos casos en que la ley exija para
opongan a las disposiciones del Código de procedimien-
tos; 79 A las representaciones por albaceas testamenta- determinado acto la forma escrita, el poder
rios o dativos". otorgado a fin de celebrar ese acto ha de
ser también por escrito, lo cual no supone siempre que el mandante hubiese entrega-
necesariamente el instrumento público. do el dinero o cosa que debe dar en pago al
4. Mandato: I. General; II. Especial. mandatario; el poder de vender bienes de
I. Es general: El mandato general compren- la herencia no comprende el poder para
de todos los negocios del mandante, pero no cederla antes de haberla recibido; el poder
alcanza sino a la administración, aunque de cobrar deudas no comprende el de de-
el mandante declare que no se reserva nin- mandar a los deudores, ni recibir una cosa
gún poder y que el mandatario puede hacer por otra, ni hacer novaciones, remisiones o
todo lo que juzgare conveniente, o aunque quitas (artículos 1882, 1883, 1884, 1885, 1888,
el mandato contenga la cláusula de general 1887 y 1888 del Cód. civil).
y libre administración (artículos 1879 y 1880 5. Prueba. En principio el mandato está
del Código civil). sometido al derecho común de la prueba,
II. Es especial: Cuando se refiere a uno no siendo dable así acreditar mandato por
o ciertos negocios determinados —artículo testigos cuando excediera los doscientos pe-
1879—, especificándose la necesidad de po- sos moneda nacional; salvo que exista prin-
deres especiales en los casos señalados por cipio de prueba por escrito (artículos 1191,
el artículo 1881, o sea para: 1° hacer pagos 1192 y 1193 del Código civil).
que no sean los ordinarios de la adminis- Generalmente cuando el negocio que el
tración; 29 novaciones que extingan obliga- mandante encarga al mandatario tiene al-
ciones ya existentes al tiempo del mandato; guna importancia, se extiende por escrito, y
3? transigir, comprometer en arbitros, pro- no obstante que se celebra al respecto una
rrogar jurisdicciones, renunciar al derecho convención, también generalmente en la
de apelar, o a prescripciones adquiridas; 49 práctica por regla general el poder se hace
renuncia gratuita, remisión o quita de deu- constar por escrito que el mandante entrega
das, salvo falencia del deudor; 59 contraer al mandatario sin la formalidad del doble
matrimonio a nombre del mandante; 69 re- ejemplar; lo cual es incorrecto y dificulta
conocimiento de hijos naturales; 79 contrato la prueba, aunque indique la aceptación del
que tenga por objeto transferir o adquirir mandatario, la ejecución del mandato; pero
el dominio de bienes raíces, por título one- fácilmente reducible así a una gestión de
roso o gratuito; 89 hacer donaciones, salvo negocios si no se logra probar, en caso de
pequeñas gratificaciones; 9° prestar o tomar incumplimiento.
dinero prestado salvo que resulte inherente El problema en la jurisprudencia se ha
al mandato que se desempeña; 109 arrenda- aliviado para el mandante, en cuanto sobre
miento de inmuebles por más de seis años; la base de la aceptación se toman en cuen-
119 constituir al mandante en depositario, ta diversos comienzos de prueba por escrito:
salvo que resulte inherente al mandato que cartas y gestiones en caso de mandato a
se desempeña; 129 constituir al mandante escribano; de un pliego de posiciones, et-
en la obligación de prestar cualquier servi- cétera.
cio, como locador o gratuitamente; 139 for- Se admite que ningún escrito sea necesa-
mar sociedad; 149 constituir al mandante en rio cuando los usos o costumbres hagan
fiador; 159 constituir o ceder derechos reales moralmente imposible que una de las partes
sobre inmuebles; 169 aceptar herencias; 179 lo exija a la otra; para los mandatos táci-
reconocer o confesar obligaciones anteriores tos, por ejemplo: el mandato doméstico de
al mandato. marido a mujer, de patrono a empleado, de
La especificación del contenido del poder condóminos a copropietarios, pero en todo
otorgado alcanza mayor precisión legal allí caso la jurisprudencia no mediando impe-
donde como en los artículos 1882 y siguien- dimento del tipo señalado ni de carácter fí-
tes, la ley enumera lo que el poder especial sico para que se obtenga el escrito corres-
no comprende. pondiente, rechaza la idea de su omisión.
Así, el poder especial para transar no Por lo que hace a la prueba frente a ter-
comprende el poder para comprometer en ceros, hay que tener en cuenta que la prueba
arbitros, el poder especial para vender tam- escrita es la que evitará que el mandante
poco, el poder de hipotecar ni recibir el pueda negar o rechazar lo que en su nom-
precio de la venta cuando se hubiere dado bre hizo el mandatario. Se recurre muchas
plazo para el pago; ni el de hipotecar, estan- veces a la inserción en el contrato celebra-
do limitado a deudas posteriores al mandato do, de las cláusulas del mandato, de las que
el de vender. El mandato especial para actos el mandatario hace uso, aunque esto no le
de una naturaleza determinada no puede da prueba contra el mandante, pues debe
extenderse a otros, limitándose a aquellos probar el mandato para que lo expresado
para los que fue dado sin comprender aná- por el mandatario se reputara proveniente
logos, aunque fueren consecuencia natural del mandante.
del acto encargado; el poder para contraer Son múltiples las dificultades que se pre-
una obligación comprende el de cumplirla sentan en la práctica y muy particularmente
en relación a los mandatos de tipo domés- capacidad necesaria para realizar dichos
tico: conferido por cualquier persona que actos por su cuenta personal.
viva en común: hijos en favor de madre Así nuestro artículo 1897 dispone que "el
viuda, mujer al marido; hijos menores res- mandato puede ser válidamente conferido
pecto de sus padres en relación a sus gastos a una persona incapaz de obligarse, y el
o mantenimiento; el que se otorga por el mandante está obligado por la ejecución del
patrón a sus sirvientes, para las compras mandato, tanto respecto al mandatario como
de productos alimenticios; el de los patronos respecto a terceros con los cuales éste hu-
a sus empleados por los negocios normales biese contratado".
del servicio. Pero es patente que en la práctica es nota-
Pero en todo ello queda una situación de blemente restringido el mandato otorgado a
prueba: que los tribunales de los hechos persona incapaz. La propia ley impone una
dentro de su arbitrio, tienen facultades so- limitación o introduce la mayor debilidad
beranas para reconocer la existencia del en el acto del otorgamiento de mandato en
mandato con la limitación consiguiente en tales condiciones, puesto que pone en manos
relación a la aplicación de las reglas gene- del incapaz la posibilidad de invocar la nu-
rales, y su apreciación a través de las cuales lidad del mandato al exigir el mandante la
deben darse con objetividad las caracterís- ejecución del mandato o la rendición de
ticas propias del mandato. cuentas, dejando a salvo acción suya, sólo
6. Condiciones de validez. Las condicio- por lo que el mandatario hubiese convertido
nes de validez del mandato se refieren: a) en su provecho.
al consentimiento; b) a la capacidad. De todo ello se colige que fuera de lo que
a) En cuanto al consentimiento, en prin- implica el mandato doméstico, difícilmente
cipio, es necesario que haya sido manifiesto se celebre el mismo con un incapaz.
y anterior a los actos del mandatario, toda Pero una situación de excepción se abre
vez que de no ser así, sería una gestión de camino en nuestro medio en relación a los
negocios en cuanto realizados; pero no es jóvenes profesionales de la procuración y
esto absoluto, puesto que el consentimiento la abogacía que obteniendo el título a la
puede ser tácito y además, como veremos menor edad son apoderados para la repre-
más adelante, aun cuando esté ausente el sentación en juicio.
consentimiento del mandante, la apariencia Se trata de situaciones en las que el me-
del mandato puede obligarlo en relación a nor prácticamente en cuanto a su persona
terceros (artículo 1932 y siguientes del Có- en desarrollo sicofísico y pleno discerni-
digo civil). miento, ha dejado de serlo. Por ello hay
legislaciones como la de Brasil, por ejemplo,
b) Capacidad. La capacidad necesaria que a la persona menor que ha alcanzado
para conferir mandato en general es la de un grado académico universitario superior
contratar, pero además ha de tener la ca- lo consideran plenamente capaz, como al
pacidad consiguiente para los actos que ha mayor de edad.
de celebrar el mandatario en su nombre, En nuestro ordenamiento jurídico subsiste
puesto que tales actos se reputan celebrados la limitación legal impuesta por el artículo
por el mandante y producen consecuencias 128 del Código civil, que fija, aún, la mayor
respecto de su patrimonio o de su persona edad en 22 años.
y no en relación a la persona o patrimonio 7. Objeto de mandato. El mandato debe
del mandatario; por ello se requiere la ca- tener un objeto determinado.
pacidad necesaria para celebrar el acto para Los actos jurídicos, en principio, pueden
el cual el mandato es otorgado. ser todos susceptibles de celebrarse por me-
Es lo que consagra la ley en los artículos dio de mandatario, y así lo determina el
1894 y 1895. "El mandato para actos de ad- Código civil en su artículo 1889 en cuanto
ministración debe ser conferido por persona expresa que pueden ser objeto del mandato
que tenga la administración de sus bienes", iodos los actos lícitos susceptibles de pro-
y "si el mandato es para actos de disposi- ducir alguna adquisición, modificación o
ción de sus bienes, no puede ser dado sino extinción de derechos ( e ).
por persona capaz de disponer de ellos". De este modo y en general el mandato
Más allá de lo que meramente alude a los que debe tener un objeto determinado, ese
bienes pecuniarios, tampoco puede dar man- objeto ha de ser lícito, y dentro de la con-
dato para contraer matrimonio en su nom- cepción moderna sólo referido a los actos
bre quien no tenga capacidad para casarse. jurídicos y no a los actos materiales.
Como los actos realizados por el manda-
tario no traen consecuencias sobre su patri-
monio ni sobre su persona, la ley, si bien (6) Sobre mandato conferido para un acto ilícito, que
a su vez hace ilícito al mandato y provoca la nulidad; lo
alude a la capacidad para contratar, no cual no obsta a ciertas consecuencias jurídicas en rela-
exige tanto en lo que concierne a su capa- ción a la buena fe y restitución o reintegro de sumas
entregadas o percibidas: véase Planiol-Eipert, t. 11,
cidad, por lo que no reclama que tenga la náET. 802,
pág. 8(12 1457
1457 y
v 1458.
14ÍÍR
Por otro lado también se señalan actos determina la índole del negocio y los po-
de tipo personalísimo que podrían hacer deres otorgados para conseguir el objeto del
que se considere imposible el que para ellos mandato, artículos 1904 y 1905 del Código
se otorgue mandato, tales como el matrimo- civil.
nio, o la comparecencia al tribunal, cuando La significación de tales disposiciones está
la ley reclama la presencia de las partes, el en la diligencia que ha de ponerse en la
testamento, la firma, el juramento prestado realización del negocio encomendado, ha-
judicialmente, notificaciones personales y ciéndole la ley responsable de los daños y
de carácter secreto. perjuicios que ocasionare al mandante por
Sin embargo, no todos escapan a la po- la inejecución total o parcial del mandato
siblidad de que el mandato sea otorgado porque: forma mandati servanda est; todo
para realizar el acto: así es corriente hoy lo cual debe efectuarse dentro de facultades
el matrimonio por poder, que supone el man- conferidas y de acuerdo a las instrucciones
dato, para hacerlo a nombre de la persona recibidas, siendo cuestión de hecho librada
que lo da; lo mismo ocurre con la firma. En al arbitrio de los jueces en la indetermina-
la organización de la certificación de fir- ción de las normas y con arreglo a la prueba
ma, en EK. UU. el secretario de Estado auto- aportada en cada caso, decidir en la con-
riza el uso de su firma a funcionario de troversia si el mandatario se ha circuns-
jerarquía inferior, el que estampa la firma cripto a los límites de su poder.
del secretario de su puño y letra y certifica La ley señala algunas pautas para la
que es la del secretario que lo ha autorizado. apreciación de tales circunstancias, al dis-
El objeto del mandato en general debe poner, por ejemplo, que no se consideran
interpretarse restrictivamente, y ello resulta traspasados los límites del mandato cuando
incluso de la ley, cuando especifica en rela- ha sido cumplido de manera más ventajosa
ción a los poderes especiales, qué es lo que que la señalada por éste (artículo 1906, Có-
no comprenden. digo civil); como que el mandatario debe
Pero no está de más decir que los tribu- abstenerse de cumplir el mandato, cuya eje-
nales pueden, apreciando soberanamente, cución fuera manifiestamente dañosa al
establecer la extensión del mandato. Por lo mandante (artículo 1907, Código civil), así
que hace a los actos que le fueron encarga- que no lo ejecutará fielmente, si diese pre-
dos en cuanto a la iniciativa para llevarlos ferencia a sus intereses, habiendo entrado
a cabo y celebrarlos en definitiva. en colisión con los de su mandante —con-
8. Las consecuencias jurídicas. En cuanto virtiéndose en contraparte—, no pudiendo
hace a las consecuencias jurídicas del man- comprar lo que el mandante le ordenó ven-
dato, la consideración de las mismas para der, ni vender lo que le ordenó comprar, ni
hacerlo de un modo sistemático, distingue: tomar en préstamo para sí lo que el man-
I. Entre las partes. dante le dio para prestar, salvo indemniza-
II. Respecto de terceros. ción suya (artículo 1908, Código civil). Pau-
tas éstas que no agotan por supuesto el
A ello habrá que agregar la situación que cúmulo de valoraciones que se acumula en
se contempla en la substitución del man- la apreciación del cumplimiento del man-
dato. dato, en cuanto corno conducta exhibe todas
I. En cuanto a las relaciones entre las las creaciones posibles de la libertad en su
partes, o sea entre mandatario y mandante, ejecución, y de lo cual da detalle la juris-
.también cabe a su vez agruparlas por sepa- prudencia.
rado las del primero y las del segundo: a) II. El mandatario debe informar y rendir
las del mandatario; b) las del mandante. cuentas al mandante de las operaciones que
a) Por lo que se refiere a las obligaciones realiza por él, tratándose ésta de una obli-
del mandatario hay dos momentos que a su gación general esencial del mandato que
vez permiten, esta subclasificación: 1? la eje- incumbe a todo mandatario, cuya dispensa
cución del mandato; 29 la rendición de no releva al mandatario de los cargos que
cuentas. contra el mismo justifique el mandante
a) Obligaciones del mandatario. (artículos 1909 y 1910 del Código civil).
Las obligaciones del mandatario pueden La obligación comprende todo lo que el
y son susceptibles de dividirse en dos par- mandatario haya recibido en razón de su
tes, a saber: procuración; aun aquello que no le fuese
I. Ejecución del mandato. debido al mandante; las ganancias resul-
II. Dar y rendir cuentas de su co- tantes del negocio; títulos y documentos,
metido. etcétera. Y de idéntica manera si encuentra
obstáculo en la realización del negocio en-
I. Por lo que hace a la ejecución del man- comendado, para promover así nuevas ins-
dato, desde la aceptación queda obligado a trucciones.
su cumplimiento, haciendo lo que se le ha En cuanto a los intereses, los debe de las
encargado y no menos, con la extensión que cantidades de que hizo uso propio y de
aquéllas por cuya entrega fue constituido I. Hay en las relaciones establecidas entre
en mora. mandante y mandatario, y por lo que hace
Pluralidad de mandatarios. No solidaridad. al primero, una obligación general de se-
Encargados del mismo asunto varios man- guridad en virtud de la cual el mandatario
datarios, apartándose de la tradición ro- no puede soportar pérdidas por la ejecución
mana, la legislación francesa y la nuestra de su misión, debe ser reintegrado de los
han consagrado la no solidaridad de los mis- gastos habidos y sumas desembolsadas, y si
mos, respecto de la obligación contraída con anticipa fondos, tiene derecho a los intere-
el mandante, respondiendo de los hechos y ses sin necesidad de colocar en mora al
faltas personales como así de las pérdidas mandante y también reparación por los da-
e intereses, por la porción viril, salvo el con- ños a su persona. Todo ello así, aun cuando
curso obligado en el que la no cooperación el negocio no haya tenido éxito y salvo claro
de uno le hace responsable de todas las pér- está culpa del mandatario (artículos 194.9,
didas e intereses por la inejecución del man- 1950, 1951, 1953, 1954 y 1956 del Código civil).
dato (artículos 1920, 1922 y 1923, Código Excepción. Pero no está obligado el man-
civil). dante a pagar los gastos hechos por el man-
No hay solidaridad por principio en caso datario cuando fueren:
de varios mandatarios para un mismo asun- 1<? Hechos con su expresa prohibición; a
to, pero puede ser establecida en la conven- no ser que quiera aprovecharse de las ven-
ción, artículos 1920 in fine y 1922, Código tajas que de ellos le resulten.
civil. 2? Ocasionados por culpa del propio man-
Sin embargo se acota que las circunstan- datario.
cias, aun cuando no se haya pactado la so- 3? Realizados, aun ordenados, sabiendo
lidaridad, dejan de lado el principio para del mal resultado en tanto lo ignoraba el
hacerlos solidarios, por incurrir conjunta- mandante.
mente en culpa, en tanto fueron encarga- 49 De cuenta del mandatario por conve-
dos de los mismos negocios y actos con idén- nio o que sólo pudiese el mandatario exigir
ticas facultades. una cantidad determinada.
Substitución del mandato. II. El mandatario debe percibir por sus
El mandatario puede substituir en otra servicios la retribución correspondiente y,
persona el mandato recibido y aceptado, como lo expresa la ley, ella puede ser en
pero responde de la elección de la persona cuota de dinero o de bienes obtenidos por
cuando no ha recibido el poder de hacerlo, el mandatario en la ejecución del mandato,
o ha recibido este poder sin designación de con la excepción que establece el Código
la persona en quien podía substituir. Debe argentino de lo dispuesto en relación a abo-
vigilar el cumplimiento del mandato por el
sustituto y revocar la sustitución cuando gados y procuradores judiciales en las res-
lo crea conveniente. Las relaciones entre el pectivas legislaciones locales (artículo 1952
mandatario y el sustituto se rigen por las del Código civil).
mismas reglas existentes entre mandatario Derecho de retención. Tanto por los ade-
y mandante, artículos 1924, 1925 y 1928 del lantos, gastos, pérdidas, intereses, daños, co-
Código civil. mo por la retribución de sus servicios, comi-
Además, el mandante y el sustituto tienen sión, honorarios impagos por el mandante,
acción directa recíprocamente: el primero tiene el mandatario derecho de retención
por las obligaciones contraídas y por culpa sobre valores o bienes del mandante que
del sustituto que lo haga responsable de se hallen a su disposición en cuanto bastare
daños e intereses; el segundo contra el pri- para el pago (artículo 1956 del Código civil).
mero por la ejecución del mandato. III. El mandante, si el mandatario se lo
Nada debe el mandante al sustituto si pidiere, está obligado a anticipar las canti-
pagó los gastos y retribuciones al manda- dades necesarias para la ejecución o rein-
tario, salvo que la sustitución hubiera sido tegro de gastos que hubiese hecho aun cuan-
indispensable (artículo 1959, Código civil). do no se hayan presentado cuentas por el
b) Obligaciones del mandante. mandatario ni se haya dado íntegro cum-
Las obligaciones del mandante también plimiento al mandato (artículos 1948 y 1955
comprenden dos aspectos muy significativos del Código civil).
que enmarcan el ámbito de sus determina- 9. II. Relaciones de las partes con los ter-
ciones, a saber: ceros. En relación a los terceros todo ocurre
de modo que aparece como si los actos hu-
I. El mandatario debe quedar in- biesen sido celebrados por el mandante, tal
demne. cual como si hubiere tomado parte en ellos,
II. El mandatario debe recibir la re- y como si el mandatario hubiera permane-
tribución correspondiente. cido fuera del negotium, lo cual es inherente
III. El mandante debe anticipar gas- al principio de la representación.
tos si el mandatario se lo pide. Consecuencia de ello es que:
!•? Producen todas sus consecuencias en límites de la procuración, rebasando los
la persona y en el patrimonio del mandan- poderes conferidos, no obliga al mandante,
te, activa y pasivamente, los actos celebra- pues no lo ha representado y rige con todo
dos por el mandatario dentro del límite de rigor la regla: res ínter alios acto (artículo
los poderes conferidos por el mandante. Así 1931, Código civil), lo cual sufre a su turno
adquiere el mandante los derechos directa- ciertas limitaciones en las situaciones en que
mente por él y las obligaciones lo ligan per- se expresa, participando de alguna manera
sonalmente, sin que pasen por el patrimonio la voluntad del mandante, a saber:
del mandatario (artículos 1930, 1946 y 1951 a) Cuando ratifica, en forma expresa o
del Código civil). tácita, apropiándose los actos del mandata-
2<? Aun emanando del mandatario, los mis- rio, y a los cuales queda así ligado (artícu-
mos actos no lo constituyen ni en deudor los 1932, 1935, 1936 y 1937 del Código civil).
ni en acreedor ni en propietario, porque b) Cuando los terceros se encontraron
pasan por su personalidad, pero no se detie- frente a términos ambiguos de la procura-
nen en ella sino que se insertan directa- ción, del mandato o en general tuvieron
mente en la del mandante, sin ser influidos serias razones para creer que el mandatario
por el mandatario. obraba dentro de los límites de sus poderes
3? Si el mandatario contrata en su propio (artículos 1933 y 1934 del Código civil).
nombre, no obliga al mandante respecto de 2<? Es dable advertir asimismo que el
terceros, pero el mandante puede sin em- mandatario que se excede en los límites de
bargo exigir una subrogación judicial en los su mandato o poderes tampoco se compro-
derechos y acciones que nazcan de los actos, mete en relación a los terceros con quien
y puede ser obligado por los terceros acree- contrata indebidamente, pues no tratando
dores que ejercieren los derechos, el manda- en su nombre personal sino a nombre de
tario por las obligaciones que de ellos re- su comitente, no ha querido obligarse y su
sultan (artículo 1929 del Código civil). responsabilidad no emerge sino en relación
Si hubiese duda, si el contrato ha sido a su culpa o dolo.
hecho a nombre del mandante o del man- A través de la exposición que sigue estu-
datario, se atenderá a la naturaleza del ne- diaremos en detalles cuanto es relativo al
gocio, a lo que por el mandato se encargaba mandato o representación y el poder en que
y a lo dispuesto en el Código de comercio esa representación se instrumenta, y ad-
sobre las comisiones (artículo 1940 del Có- vertiremos precisamente matices de esta si-
digo civil). tuación, en que se excede el mandatario en
10. Mandatario que actúa sin poder o que los límites de su procuración o poderes.
excede sus poderes. Mandato o representa- Poder, en este caso, no alude al instru-
ción sin poder. Mandato aparente. En ge- mento en que se comprueba el mandato sino
neral y respecto del arduo problema que a las facultades conferidas; y así se dice
plantea el exceso del mandatario, en. cuan- que actúa sin mandato o representación. Se
to actúa más allá de los límites de sus po- alude al poder como instrumento de com-
deres, o cuando actúa sin poder, se extiende probación del mandato cuando no tenién-
en una serie de posibles aspectos, que he- dolo se expresa que tiene representación
mos de examinar también y muy particu- sin poder.
larmente en relación a los poderes de los 11. Representación. La representación en
abogados y procuradores para actuar en juicio tiene lugar cuando una persona en
juicio, por ser allí donde el problema incide "lugar y nombre de una de las partes eje-
de un modo cotidiano en términos de ver- cuta y recibe actos de la gestión proce-
daderas controversias en torno al mandato sal" (?).
y la representación sin poder. Es pues de la esencia de la representación
De todos modos, y antes de entrar en el en el sentido más amplio del concepto, que
detalle de esa exposición, que incluso se se actúe a nombre de otra persona, sin dis-
particulariza con la situación creada en el tinguir por ahora para esclarecer esta ca-
proceso sobre la personería que se pretende racterística esencial, nada que haga a su
tener y no se acredita en la primera pre- justificación.
sentación, por no disponer del poder pre- De este modo, como puede advertirse, el
cisamente, y admitido como está por la ley ámbito de la representación, tanto general
5177 (artículo 200) de la provincia de Bue- como en juicio, se extiende en multitud de
nos Aires, poderlo hacer dentro de los 45 posibilidades, abiertas dentro de un hori-
días de dicha presentación. zonte de vastos confines a las creaciones de
Por lo pronto y circunscribiéndonos a la la libertad, que concreta modos de conducta
situación general, digamos que puede sinte- de intersubjetativa interferencia, coordina -
tizarse en tres principios o premisas que dan
resumida cuenta de las gestiones posibles, (7) Rosenberg, Leo, Tratado de derecho procesal civil.
,a saber: Traducción de Angela Hornera Vera, t. I, pág. 283 vta.,
9 cap. III, parág. 48, ed. 1955; Redenti, Enrico, Derecho
I Si el mandatario actúa excediendo los procesal civil, t. I, pág. 151, II.
da con objetividad según principios éticos en La justificación plena de la representa-
normas, cuya índole define así, la juridici- ción se obtiene exhibiendo libre de objecio-
dad, como categoría. nes el poder de representación que se tiene,
No siempre ha sido concebida la represen- en cuyo caso las consecuencia de la repre-
tación de este modo, pues con efectos direc- sentación ejercida se producen inmediata-
tos para y contra el representado recuerda mente para y contra el representado, que-
la doctrina "no procedía en los antiguos dando apartado de ellas el representante,
derechos romano y germano; pero se produ- sosteniéndose en doctrina alemana, que ello
jeron poco a poco excepciones cada vez más tipifica la representación directa ( 8 ). El po-
extensas, para llegar a ser finalmente ge- der es el consentimiento para obrar en re-
neral" ( 8 ). presentación de los negocios jurídicos.
De este modo la situación es a la inversa, El poder de representación no alude a un
en el derecho actual a tal punto, que, la determinado instrumento de justificación,
legislación señala, cuando, las partes no sino a esa facultad de actuar en nombre de
pueden ser representadas; llegándose a la la persona representada en los negocios ju-
situación de imponerla en términos tales rídicos que por supuestos, se articula de
que las partes no pueden actuar, sino que alguna manera y se exhibe en instrumento
deben ser representadas, según nos lo dice que precisamente acredita que se tiene el
Rosenberg, comentarista del derecho pro- poder para actuar en nombre ajeno; sea que
cesal alemán. dicho poder emane directamente de la ley,
Hecha así esta pintura comprensiva de o como expresión de voluntad.
toda representación, se hace inexcusable En tal supuesto cabe hacer distinción, que
circunstancializar el problema, para que los alude más al poder de representación que
conceptos adquieran su contenido dentro a la representación misma; ya que no se
del marco de su universalidad formal, ci- alude con ella a distintas clases de repre-
ñendo así poco a poco el presente trabajo sentación, sino a especies distintas del poder
al tema, que nos propone su parte medular. de representación y que se califican según
12. Justificación. Dentro del amplio con- su origen de: a) poder de representación
cepto que define la representación y por necesaria, y b) poder de representación vo-
lo que al juicio se refiere, concretado en el luntaria.
actuar —del representante— a nombre de a) Representación necesaria.
otra persona —el representado—; cobra par- El carácter legal del poder de represen-
ticular relevancia para la dilucidación del tación se exterioriza allí donde para su "na-
tema que nos ocupa distinguir entre el obrar cimiento, contenido, extensión y extinción
por representación y la justificación de esa no tiene influencia de ninguna especie el
representación. representado", siendo la más frecuente la
La inmediata derivación de este actuar a "representación legal de personas no capa-
nombre de otra persona de cualquier modo ces procesalmente"; aunque existen también
que fuere, señalada como parte en el pro- otros casos, como ocurre por ejemplo con
ceso, significa que han de imputarse a esta el concurso, donde concursado y acreedores
última las consecuencias del obrar de la tienen capacidad para estar en juicio, ello
primera, en tanto no sean las inherentes a no obstante la gestión efectiva del procedi-
la eficiencia de su desempeño o toda otra miento, está a cargo de un representante
que resulte imputable al pretendido repre- legal de la masa de acreedores.
sentante, si carece en absoluto de represen- Es pues poder de representación que ema-
tación en definitiva. na de la ley, que determina en circunstan-
La justificación tiene a su vez diversas y cias concretas representaciones, fijando su
amplias perspectivas que hacen ya a las con- extensión y límites, dejando por la índole
secuencias de la actuación por representa- misma de la representación, un marco de
ción, que podrán ser imputadas de un modo indeterminación para adecuarla a todas las
inmediato o mediato al representado, per- posibilidades de la realidad, en su individua-
maneciendo el representante apartado de lidad.
ellas, o si acaso pueden serle imputadas de La ley sustantiva es la que determina la
un modo mediato, esto es según que la jus- persona del representante necesario, legal y
tificación se logre plenamente o no; care- los requisitos de su capacidad para la re-
ciendo lo actuado del consentimiento del presentación, su nacimiento y extinción j
presunto representado. la "gestión del proceso por el representante
13. Poder. Independientemente de que la legal en lugar de la parte procesalmente in-
relación de fondo obligue no a obrar por capaz".
representación "el poder es siempre y sólo
para obrar por representación". (9) Hosenberg, op. cit., págs. 284 y 294, parág. 50, u.
1; Fernández, R., Código de Procedimientos comentado,
t. I, pág. 166, nota 37; Joíré, Tomás, Manual de proce-
dimiento, t. III, pág. 134, n? 9, letras W y f ) ; Redentl,
(8) Rosenberg, op. cit., I, pág. 286, II. op. cit., t. II, pág, 152, n? 39.
La representación necesaria legal, es pre- de derecho civil, y una serie de poderes de
supuesto procesal, como la capacidad pro- derecho civil comprende la representación
cesal a la que sustituye, pues su existencia procesal".
es cierta en virtud de estar instituida por 14. Poder y relación de fondo. Es impor-
la. ley; pero el poder de representación del tante recalcar ahora que entre los negocios
representante legal es presupuesto de actua- jurídicos cuenta la representación procesal.
ción procesal, y la ausencia del poder en la El poder para los actos de la gestión proce-
persona que lo invoca y que ejecuta actua- sal, para la representación procesal, que no
ciones procesales, provoca la ineficacia de es un acto procesal, es además "por lo regu-
éstas a pesar de la existencia de una "re- lar, independiente de su relación de fondo,
presentación legal" que así ha permanecido que basa el deber de representación y no
ausente del proceso. se extingue al mismo tiempo que ella".
De ahí que el poder de representación del Al respecto señala Rosentaerg que la neta
representante legal debe ser examinado de separación entre poder y relación de fondo
oficio por el órgano jurisdiccional; puede u obligación, es algo ya logrado. En efecto
ser objetada su falta —por el adversario—, expresa: "En la actualidad es indiscutida la
por la parte o su verdadero representante diferenciación del poder de su relación de
legal y por el falso representante legal in- fondo o de obligación. Mientras vienen en
troducido en el procedimiento contra su cuestión muchas relaciones de fondo (por
voluntad; o peticionar la nulidad de lo ac- ejemplo, mandato, contrato de servicio o de
tuado si no se advirtió falta y en tanto no obra, sociedad, etcétera) el poder es siempre
sea aprobada por el representante legal o único y el mismo. La relación de fondo no
la parte que ha llegado a ser procesalmente necesita obligar a un obrar por representa-
capaz. También sostiene Rosenberg que ción; el poder es sólo para eso. La relación
"mientras no ha sido comprobada la falta de fondo es casi siempre la consecuencia de
de legitimación, puede el tribunal en caso un contrato; el poder se otorga siempre me-
de peligro, autorizar provisionalmente al diante declaración unilateral. La relación de
compareciente como representante legal pa- fondo y el poder tienen distintas causas de
ra la gestión del proceso, con un plazo para extinción. La obligación emanada de la re-
la producción de la legitimación" ( 10 ). lación de fondo puede ser más estricta que
b) Representación voluntaria. el poder; esto rige particularmente para el
A la inversa del caso anteriormente exa- poder procesal inmodificable principalmen-
minado, esta representación se ubica en la te; mientras el representante procesal puede
esfera de la voluntad del representado de- ser obligado a omitir ciertos actos o a eje-
pendiendo de ella su nacimiento, contenido, cutarlos solamente con el consentimiento
extensión y extinción. Como en el caso an- del representado, si bien a él lo autoriza el
terior valiéndonos de las ideas de Rosenberg, poder procesal para su ejecución sin más".
adquiremos claras nociones al respecto ( u ) . Muchas veces el poder procesal resulta ser
El poder, vimos antes, es "consentimiento parte integrante de un poder más amplio:
para obrar en representación" y la "decla- por ejemplo poder general amplio de repre-
ración' del poder, una declaración de con- sentación; que puede suponer subyacentes
sentimiento", destacándose como peculiari- múltiples y distintas relaciones de fondo.
dad única suya, que "rige para las acciones Si bien es verdad que el problema que
de un representante". nos preocupa está íntimamente ligado a la
La declaración del poder se caracteriza representación en juicio, no lo es menos que
como un acto jurídico unilateral "y puede
también como el consentimiento ser otor- no obstante su independencia de la relación
gada", incluso posteriormente, en cuyo caso de fondo, han de considerarse antes de en-
se está en presencia de lo que se llama ra- trar a la etapa decisiva de la investigación
tificación. algunas cuestiones vinculadas a esa relación
Como puede advertirse, "el poder para a mérito de que se presentan íntimamente
actos de la gestión procesal no es un acto ligadas a la expresión de consentimiento
procesal", sino una declaración pertenecien- que exterioriza el otorgamiento de poder
te a los negocios jurídicos y por ende so- de representación. Y llegados a este punto
metida a las reglas de la capacidad de obrar veremos después de esas situaciones, la que
y no a la capacidad procesal; no debiéndose se refiere a la ratificación, o sea la expre-
hacer una diferenciación sustancial y con- sión de ese consentimiento, a posteriori de
ceptual entre el poder para declaraciones de la gestión de actos procesales a nombre de
voluntad y el poder para actos procesales; una representación que en la oportunidad
"porque también el apoderado procesal está de realizarlos, no se tenía.
facultado para declaraciones de voluntad 15. El poder de representación y el man-
dato. El poder de representación voluntaria
(U) Rosenberg. oj?. cit., t. I, pág. 294, parág. 50.
sin perder sus características esenciales,
(10) Hosenberg, op. cit.. t. I, pág. 294. aflora sin embargo las más de las veces a
través de un mandato de representación. que en el caso no es sino la ratificación
No vamos a hacer aquí la exégesis de toda ulterior del representado ( 13 ).
la figura del mandato, como obligación de La incertidumbre crea un estado de cosas
fondo, inherente al derecho privado, sólo para el tercero, que funda su derecho a
queremos aludir a lo que ha de sernos útil exigir del representado, si no la ejecución
para el acopio de nociones vinculadas al por lo menos una decisión propia directa,
problema de la representación sin poder, en el sentido de la ratificación o no de lo
en el caso precisamente en que el mandato actuado en su representación sin poderes
del cual surgiría o tendría que surgir dicho —o con exceso, fuera de los límites del
poder, no tuviera existencia, o la tuviera en conferido—. Se admite, pues, la necesidad
términos defectuosos. de establecer para tales casos un término
Esto es importante, porque tanto en el razonable, para que, vencido el mismo sin
problema procesal que se plantea, con la que ello ocurra, se produzca sin más el efec-
admisión provisoria del representante por to de tener por inexistente —nulo en nues-
defecto de poder, que en derecho procesal tro derecho— el contrato o el acto.
tipificó la cantío de rato et grato, y que en Nuestro ordenamiento jurídico no ha con-
nuestra legislación tiene recepción en el ar- templado nominalmente la situación que
tículo 200 de la ley 5177 con características estudiamos, pero no le faltan disposiciones
peculiares, y el mandato aparente, existen expresas, y aunque referidas al que obra
estrechas vinculaciones, que incluso condu- como representante con exceso, traspasando
cen a conclusiones de visible similitud, con los límites de su poder, no cabe distinguir
manifiesta coincidencia en cuanto a la ne- el caso del que obra excediéndose de sus
cesidad de la ratificación de los actos así límites, del que carece absolutamente de
cumplidos, sus consecuencias, y el estable- poder, porque el artículo 1936, al disponer
cimiento de un plazo para ello. de modo general, que la ratificación equiva-
16. El mandato aparente tácito. Represen- le al mandato, con efecto retroactivo al día
tación sin mandato. No resulta extraño a la del acto, supone la ausencia del mismo en
experiencia jurídica que la libertad en sus la oportunidad de celebrarse aquél ( 14 ).
creaciones originales revele el caso de per- Y esa es, como podemos apreciarlo, la
sona que sin representación de otro, por Inspiración de nuestra legislación, que aun-
falta de poderes o traspasando los límites que embrionariamente ha recogido en nor-
del_ conferido, estipule contratos o suscriba mas literales la eficacia de todo acto o con-
actos, asumiendo la calidad de aquél a quien trato celebrado por representante sin man-
atribuye los derechos y obligaciones emer- dato en cuanto excedía los límites del otor-
gado, subordinándolo a la ratificación po-
gentes de ellos. sible. Cabe admitir, pues, que nuestro orde-
Tal situación ha sido contemplada por la namiento jurídico acoge en su totalidad la
legislación civil más adelantada, como ocu- conducta jurídica del mandato aparente
rre con el Código civil alemán de 1900, por tácito otorgamiento, aunque puedan se-
párrafo 177 y el Código suizo de las Obliga- ñalarse diferencias entre el conocimiento
ciones, artículo 38, disponiendo que el con- o no de su existencia por el tercero, según
trato celebrado sin poderes en nombre de puede apreciarse en la doctrina y otras dis-
un tercero no lo hace acreedor o deudor posiciones del Código civil, y cuya vigencia
.sino mediante la ratificación del contrato se afirma en el grado de eficacia que mues-
y en su caso también los actos unilatera- tra en la experiencia jurídica que conceptúa
les C 1 2 ). de modo sistemático la expresión legislativa
Quiere decir que el contrato o el acto no doctrinaria y jurisprudencial de nuestro
puede considerarse en sí mismo desprovisto tiempo ( 1 B ) .
de eficacia en las relaciones con la persona Vale decir que no es extraño a nuestro
del representado, pues puede decirse que sus
efectos quedan en suspenso hasta su rati-
ficación, lo cual es tanto más evidente, si (14) Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires, La
Ley, t. 48, pág. 105, o Jurisprudencia Argentina, 1947-111,
el mismo conocía la falta de poderes en el pág. 372. Corte Suprema Nacional, Jurisprudencia Argen-
representante y apenas concluido el contra- tina, t. 8, pág. 89; Cámara Federal Capital, Jurisprudencia
Argentina, t. 20, pág. 104; Cámara Comercial, Jurispruden-
to o el acto que se hace perfecto y obliga- cia Argentina, t. 8, pág. 377; 9-774; 14-1226; 14-1257; 16-239;
torio para la otra parte desde el inicio, 18-1243; 28-906; Suprema Corte Tucumán, Jurisprudencia.
Argentina, 12-1009.
también resulta así para él en cuanto lo (15) Enneccerus, Kipp y Wolff, op. cit., pág. 261, letra
ratifica, creándose así una expectativa simi- beta; Bolaffio Rocco, Vivante, Derecho comercial, t. 10;
Ramella, A., Mandato comercial, t. 1, pág. 231-XI, n9 104,
lar al contrato condicional, que tendrá efi- Representación sin mandato. Artículos 1161, 1936 y 1875,
cacia retroactiva al cumplirse la condición, 1930 a 1933, 1935 y 1937 del Código civil argentino; Salas
Acdeel, E., "La ratificación en los actos celebrados sin
poder", Jurisprudencia Argentina, 1942-IV, sección doctri-
na, pág. 49; Código civil alemán; Código suizo de las
(12) Enneccerus, L,., Kipp, T., y Wolff, Derecho civil, obligaciones; Cámara Primera de Apelaciones de La Plata,
parte general, t. 1, vol. 2, pág. 258, parág. 170. Sala III, "D. J. A.", del 31 de mayo de 1938 y 21 de
(13) Enneccerus, Kipp y Wolfí, op. cit., pág. 259, m> 1. marzo de 1959.
ordenamiento jurídico y en lo que hace a la los actos pueden ser cubiertos por la ratifi-
legislación de fondo, reservada a la Nación cación del dueño del negocio, que así resul-
de acuerdo con lo dispuesto por el artícu- ta común para el mandato aparente y la
lo 67, inciso 11 de la Constitución Nacional, gestión de negocios.
y por ende vedada a las provincias en cuanto No se encuentra sujeta a formalidad al-
delegaron sus respectivos poderes (art. 104) guna, puede estar implícita en actitudes
la perspectiva de ejercer representación sin del mandante, y ser así tácita; pues resulta
mandato de representación, con las limita- de toda manifestación indudable de volun-
ciones inherentes a la. esencia de la insti- tad, que exteriorice la voluntad del man-
tución, las obligaciones emergentes de su dante y tratándose de mandato de repre-
ejercicio y la espera en inexcusable térmi- sentación, su declaración de poder de
no breve, para la consolidación de los con- representación ( 18 ).
trato o actos celebrados en su consecuencia. Esa ratificación equivale a un mandato
17. La "negotiorum gestor". En idéntica conferido retroactivamente, y la misma,
forma cabe expresarse de la gestión de ne- para destacar lo que nos interesa desde el
gocios que tradicionalmente comparada al punto de vista que la examinamos, ha de
mandato tiene, en el aspecto que examina- efectuarse dentro de un plazo razonable, lo
mos, un paralelo, pues la ratificación de la cual puede ser exigido por el propio gestor,
gestión por el dueño del negocio, la con- como un derecho que a éste se le reconoce.
vierte len mandato —al decir de los auto- Esto por lo que se refiere a estas obliga-
res— ( f i ) , "de suerte que un mismo acto ciones del derecho de fondo, pero el proble-
podrá, según el momento en que se contem- ma volverá a examinarse cuando puestas en
ple, constituir una gestión de negocios o el relación con el poder de representación, nos
cumplimiento de un mandato. Además como ocupemos nuevamente de la ratificación,
el mandato puede conferirse implícitamen- pero ya en particular respecto de los actos
te, lo mismo que la ratificación, el hecho de procesales, ejecutados por representante
tener conocimiento de la gestión, podrá sin poder de representación.
considerarse como una ratificación en cuan- Sólo hemos querido destacar aquí puntos
to al pasado y como un mandato, para lo que han de mostrarse coincidentes entre el
futuro, al mismo tiempo. En fin, puede dar- mandato y el poder de representación, cuan-
se también la gestión de negocios en caso do la representación falta; y la identidad
de mandato nulo o caduco, de extralimita- respecto de la ratificación, el plazo para
ción de facultades o de acto realizado por hacerla y las consecuencias que ella produ-
cuenta ajena como accesorio de un contrato ce; en las relaciones de fondo de las cuales
de arrendamiento de servicios" ( 17 ).
De más está destacar la diferencia que puede surgir el poder de representación pa-
caracteriza en esencia a la gestión de nego- ra actuar en juicio.
cios con el mandato, en cuanto para evitar 18. Capacidad procesal para actuar en
que, so pretexto de prestar un servicio, se juicio. Personería. En general es principio
emprendan negocios en nombre de otro, que recibido por la doctrina la jurisprudencia y
este último no habría querido iniciar o cuya la legislación que con la primera presenta-
entidad le fuera molesta o perjudicial o pu- ción a juicio debe acreditarse la personería
diera contrariar sus deseos, se exija en la o sea la capacidad para estar en juicio
misma no sólo la utilidad sino la necesidad, —legitimatio ad processum— distinta de la
y además la imposibilidad del dueño del capacidad para ser parte, que se caracteriza
negocio para atender por sí mismo la ges- en quien demanda en nombre propio o en
tión. cuyo nombre se demanda la aplicación de
Ratificación. Para el caso de mandato, ri- la ley y aquella persona frente a la cual su
ge el principio, claro está, de que el man- aplicación es exigida1Uy que hace a la legi-
dante no responde de los actos celebrados timatio ad caussam ( ).
por el mandatario fuera de los límites del una Se la llamó también en cuanto justificaba
defensa o excepción: personalidad, ex-
mandato. En los casos de extralimitación, presión recogida por el artículo 200 de la
el mandatario pierde su condición de tal ley 5177, no obstante sti impropiedad, ya
—al menos provisionalmente, según lo que
diremos en seguida—, convirtiéndose en un
simple gestor de negocios; y en tal sentido (18) Castiglione, Antonio, nota en Jurisprudencia Ar-
cabe referirse así a los actos celebrados, gentina, t. 5, pág. 126; Cámara Civil 2?, Jurisprudencia
Argentina, t. 37, pág. 1043; Cámara Comercial, La Ley,
cuando el mandato ha caducado. t. 23, pág. 692; Cámara Civil 1?, Jurisprudencia Argentina,
Conforme con lo que tenemos dicho antes, t.pág.3, pág. 386; t. 22, págs. 246 y 881; t. 32, pág. 183; t. 35,
991; La. Ley, t. 19, pág. 395, etc. Sentencia juez Au-
gusto Morello, "D. J. F. A.", año XVI, t. 52, n? 3761,
pág. 391, in. re: Graffigna de Meneses, Emma María, c.
(16) Planiol, Marcelo, y Ripert. Jorge. Tratado teórica- Alonso Dardo, desalojo.
práctico de derecho civil francés, t. 7, pág. 10, cap. lv, (19) Chiovenda, G., Prmcipii di diritto procésale civile,
n9 721 y sigs. pág. 578; Jofré, Tomás, Manual de procedimiento, t. III,
(17) Planiol-Ripert, op. cit., t. 7, pág. 11, n9 722. pág. 170, 2, y 171, 3.
desde hace tiempo conocida lo que ha jus- la-opinión de destacados procesalistas, co-
tificado una crítica certera ( 2 0 ). mo así por autorizada jurisprudencia.
Ello porque en derecho español se refería En efecto, al referirse al punto, Redenti,
a la persona del juez o a la persona de los caracterizando la posibilidad de que el po-
litigantes, dando lugar en cuanto objetable der de representación surja del mandato,
a la excepción o falta de personería, cuan- concluye al plantearse distintos supuestos:
do en verdad de lo que se trata, es de la "A las relaciones internas entre mandante
legitimatio ad processum, que resulta au- y mandatario y a la determinación de los
sente por dos circunstancias posibles a sa- poderes externos (en las relaciones con los
ber: terceros, y por consiguiente con las otras
a) Por falta de capacidad para estar en partes y con el juez en el proceso) dado
juicio del litigante. el silencio del Código de procedimientos,
b) Por falta o insuficiencia del poder de habrá que transportar, con prudente analo-
representación de quien pretende actuar en gía, las reglas del Código civil sobre la re-
el juicio a nombre de otro. presentación en los actos de Derecho subs-
La primera es dirigida contra el que afec- tancial" y concluye por lo bajo: "Para el
tado de incapacidad absoluta o relativa, no estudio a fondo de este tema no hay más
la tiene para actuar en juicio, aunque la que acudir a los tratados de Derecho civil
tenga para ser parte; la segunda contra el y argumentar sobre ellos" ( 2 3 ).
que pretende representar a otro sin acre- A su vez Jofré ya nos había anticipado,
ditar debidamente el poder de representa- mucho antes: "La capacidad para repre-
ción ( 21 ). sentar a otro en juicio se rige por las dis-
El tema que nos preocupa está referido posiciones del Código civil en cuanto no
al punto b); es decir el poder de represen- halla establecido nada al respecto en el Có-
digo de procedimientos" ( 2 4 ).
tación, o si acaso la representación misma, A su turno la jurisprudencia expresó: "Las
porque precisamente es en tal supuesto en normas del Código civil son aplicables al
que no aparece justificada la personería, y mandato judicial, en cuanto no2 5se opongan
cabe, pues, indagar si realmente esa ausen- al Código de procedimientos" ( ).
cia de justificación implica falta de poder de 19. Justificación de la personería. Exami-
representación. nemos ahora el problema relativo a la jus-
Aquí es donde al máximo resalta la ínti- tificación de la personería pero circunscrip-
ma compenetración de la situación de fon- to el problema al punto b), es decir, relativo
do antes examinada, con la situación pro- a la representación.
cesal que crea la falta de justificación del Debe hacérselo en principio, en la prime-
poder de representación o la ausencia del ra presentación según hemos visto y así lo
mismo, no obstante la actuación a nombre dispone la legislación, como ocurre por
de otro, es decir la representación que se ejemplo con el artículo 13 del Código de
invoca. procedimientos de la Capital Federal: "La
Con esto cobra significación lo que con persona que se presente en juicio por un
razón dijimos antes de ahora, que esta cues- derecho que no sea propio, aunque le com-
tión traía imbricados problemas relativos al pete ejercerlo en virtud de representación
derecho privado y público, toda vez que se legal, deberá acompañar con su primer
liga inexcusablemente aunque las entidades escrito los documentos que acrediten el
manejadas conserven su distinción, al man- carácter que invista" con lo cual alude a
dato aparente, tácito y la gestión de nego- personas de existencia ideal —sociedades,
cios y por otra parte a la personería con corporaciones— o a sucesiones, quiebras,
que se afrontaa ? en juicio la representación concursos y a las personas de existencia
en el mismo ( ). visible pero incapaces —menores, dementes,
La remisión al Derecho civil en múltiples etcétera— que necesariamente tienen que
supuestos tratándose de cuestiones relativas actuar en juicio por medio de sus represen-
al tema que nos ocupa, viene abonada por tantes: tutores, curadores, síndicos, presi-
dentes, directores, administradores, etcétera
(20) Passi, Miguel Ángel, Jurisprudencia Argentina, y el artículo 14, se refiere a los "apoderados
1958-1, pág. 83, nota I, "El antiguo cautio de rato et grato, o procuradores" que "acreditarán su perso-
según el artículo 200 de la ley 5177 de la provincia de
Buenos Aires'', en comentario a fallo de la Suprema nalidad desde la primera gestión que hagan
Corte de Buenos Aires que confirmara, fallo que pro- en nombre de su poderdante, con la com-
nunciáramos in re, Boguz, Angela Czarnade v. Kulikowskí,
Tomás y otra. El estudio analiza con acierto múltiples petente escritura de poder".
aspectos del artículo 200.
(21) Redeníi, Enrico, Derecho procesal civil, t. I, pág.
152-39, Ed. E. J. E. A., 1958; Kosenberg, Tratado de derecho '23) Redenti, op. cit., t. I, pág. 171-47.
procesal civil, Ed. E. J. E. A., 1955, t. 1-241, 43; Jofré, (24) Jofré, op. cit., t. III, pág. 175, n° 4.
Tomás, op. cit., t. III, pág 62; Fernández, R., Código &e (25) Corte Suprema Nacional, Jurisprudencia Argentina,
Procedimientos comentado, t. I, pág. 166, nota 37. t. 27, pág. 412; Cámara Civil 2?, Cap., Jurisprudencia Ar-
(22) Artículos 1930 a 1933, 1935 y 1937 del Código civil, gentina, t. 19, pág. 902; Cámara Civil 1?, Cap., Jurispruden
y 189, 1"!!, 199, 200 y 20' de la ley 5177. da Argentina, i. 29, pág. 674.
Estas disposiciones con contenido similar culación señalada supra y de la cual que-
se advierten en los demás códigos de las dan reminiscencias en nuestro Código civil
provincias, pero advertiremos, sin embargo, como ocurre por ejemplo con el condomino,
que hay excepciones en su legislación, de lo que puede reivindicar en juicio la totalidad
cual nos ocuparemos más adelante. del bien, obrando así en representación de
Los autores están contestes en que si una los demás condóminos, y en idéntica forma
persona se presentara demandando o res- la obligación cuyo objeto es cosa indivisible,
pondiendo a nombre de otra sin tener po- en cuyo caso cualquiera de los acreedores
der, evidentemente que debe ser apartada puede demandar su entrega y lo mismo res-
del juicio, pues carecería de personería para pecto de las obligaciones solidarias, pero a
la ley o no la tendría en términos suficien- diferencia de lo que ocurría con la caución
tes para actuar en el juicio, lo mismo que de rato et grato; ella no es menester pres-
ocurre si se tratara de algún supuesto de tarla, cuando se ejercen estas acciones ( 2 8 ).
unidad de título, de vínculo o de causa, en Proscripta la caución de rato et grato de
cuya circunstancia cada uno deberá limi- la legislación que reclama la presentación
tarse al ejercicio de los derechos que le del poder de representación en la primera
competen, sin poder atribuirse la represen- gestión procesal ( 29 ) que se efectuó, sin em-
tación de los demás ( 2 6 ). bargo se mantiene en algunas legislaciones
La doctrina, la jurisprudencia y la legis- de las provincias que la admiten expresa-
lación exhiben circunstancias que no pade- mente, pero en casos excepcionales taxati-
cen de este rigorismo tan extremo y así vamente enumerados por ejemplo para:
ocurre que no mediando imposibilidad de interrumpir la prescripción o impedir la
obrar por representación sino de una falta pérdida de un derecho, en favor de ciertos
del poder de representación; como toda fal- parientes consanguíneos y afines que se en-
ta de esta especie, puede ser subsanada cuentran en ese momento en el extran-
mediante aprobación de la parte o de su jero ( 80 ).
representante legal, lo que equivale al poder. Este era el primitivo sentido de la institu-
20. "Cantío de rato et grato". Por lo que se ción: ejecutar diligencias urgentes en nom-
refiere a la legislación, cabe recordar que así bre de terceros, como la interrupción de la
como vimos antes de ahora en las relaciones prescripción, las acciones posesorias, etcé-
de fondo una persona podía realizar un tera, y debía recurrirse a ella con la condi-
acto jurídico en interés de otra, de la que ción de que el poder que no se tenía o la
no tenía mandato o comisión, en Derecho deficiencia del que se poseía, habrían de
procesal también se han podido promover presentarse o suplirse; para cuyo efecto
demandas invocando derecho de personas se lo apremiaba para hacerlo a la mayor
de las que no se tenía mandato de repre- brevedad fijando el juez un término para
sentación ni poder o se lo tenía defectuoso. ello, en cuyo transcurso debe operarse la
Se denomina a dicha institución que era ratificación.
del Derecho romano: cantío de rato et grato. 21. Ratificación. Aquí volvemos a un tema
Cuando así se procedía, era admisible tal del cual nos hemos ocupado antes cuando
presentación si existía una estrecha vincu- nos referimos al mandato aparente y a la
lación entre aquél que formulaba la peti- gestión de negocios o sea respecto de rela-
ción y las personas en cuyo beneficio ciones de fondo; pero ocurre que ahora
ejercitaba la acción, llamándose por la legis- debemos hacerlo en coincidencia con figu-
lación española compañeros de demanda ( 2 7 ). ras del derecho de fondo de donde resulta
En tal supuesto era necesario dar una precisamente muchas veces el consentimien-
caución que se denominaba de rato et grato, to para la declaración unilateral del poder
que tenía por objeto asegurar que la parte de representación, respecto de situaciones
a nombre de la cual actuaba el represen- procesales, donde encontraremos consecuen-
tante sin poder, o con poder defectuoso, cias similares, puesto que la gestión de ne-
ratificaría lo hecho en su nombre. gocios ratificada equivale al mandato. En
La caución de rato et grato en esta anti-
gua legislación española no era admitida,
(28) Alsina, Hugo, Tratado teórico práctico de Derecho
como vimos, sin límites, de tal modo que la procesal civil y comercial, t. I, pág. 523, n'.1 23; Fernán-
ofreciera cualquiera en cualquier causa, dez, R., op. cit., t. I, pág. 100, nota 33; Joívé, Tomás,
Manual de procedimiento, t. III, pág. 184, n<? 9, letra a);
sino que era menester aquella estrecha vin- Castro, M-, op. cit., t. I, pág. 189, nos. 344 y 345; artículos
686, 699 y 2679 del Código civil.
(29) Cámara Civil, Fallos, t. 37, pág. 398.
(26) Fernández, op. cií., t. I, pág. 100 y notas; Castro, (30) Santa Fe, artículo 38 del Código de procedimien-
Máximo, Curso de Procedimientos civiles, t. I, pág. 189, tos; Entre Ríos, id., artículos 28 y 29; Córdoba, articulo
n? 346; Jofré, Tomás, Manual de procedimientos, t. HI, 29; Santiago del Estero, artículo 30; San Luis, artículo 54,
pág. 184, 119 9 a ) ; Alsina, Hugo, Tratado teórico práctico y ha sido incorporada con peculiar característica en la ley
de derecho procesal civil y comercial, t. I, pág. 523, 5177 de la provincia de Buenos Aires, artículo 200; Su-
n9 23, ed. 1956. prema Corte Tucumán, La Ley, t. 22, pág. 738 con limi-
(27) Ley 21, título V, partida III. taciones.
Derecho procesal la ratificación y el poder del representante que sin poder o con poder
son de la misma clase y efecto ( 81 ). defectuoso no ha legitimado su represen-
Dice Rosentaerg que "en todos los casos de tación, quedando como saldo conclusivo, de
la ratificación procesal basta por eso la ra- la doctrina, la legislación y la jurispruden-
tificación posterior para hacer nacer desde cia que para diligencias urgentes, con fija-
el principio, en la esfera jurídica del repre- ción de un plazo breve, para la ratificación,
sentado, las consecuencias de obrar por re- se admite dicha representación, y donde no
presentación. Lo que puede el poder, lo se ha establecido de una manera legal, la
puede la ratificación; de la procedencia y doctrina y la jurisprudencia admiten "mien-
eficacia de uno pueden concluirse las de tras no ha sido comprobada la falta de
la otra" ( a 2 ). legitimación que puede el tribunal en caso
Es que, como lo dejamos antes afirma- de peligro de perjuicios autorizar -provisio-
do, la declaración de poder es un acto jurí- nalmente al compareciente como represen-
dico unilateral, que expresado con posterio- tante legal para la gestión del proceso con
ridad al acto realizado en nombre de otra un -plazo para la producción de la legitima-
persona, por esta última, se llama entonces ción" ( 3 *).
ratificación. 22. Falta de -poder. Para la mejor consi-
Y así para el otorgamiento del poder y la deración del problema y examinadas ya las
ratificación de acuerdo con las disposiciones distintas situaciones y figuras jurídicas que
del Derecho alemán, señala Rosenberg, las se muestran en torno al mismo, cabe abor-
siguientes oportunidades, cuya transcripción dar ahora el relativo a la falta de poder,
literal efectuamos:
"a) mediante declaración unilateral del para así luego mostrar cómo en el caso del
otorgante, por ello no puede ser rechazado artículo 200 de la ley 5177, la falta de poder,
por el destinatario; no implica ausencia de representación.
"b) mediante declaración de la persona, Falta poder, es decir la declaración de
a quien se otorga poder, o al tribunal o al poder de representación, el consentimiento
adversario, con efecto también frente a los exteriorizado en la declaración unilateral de
demás; y se perfecciona por la recepción voluntad que supone el acto de otorgarlo,
de la persona a quien se dirige, sin conside- cuando precisamente no se ha otorgado,
ración de su conocimiento; cuando el representante se excede del otor-
"c) sin forma". gado, o cuando el otorgado resulta nulo, y
Agregando que el parágrafo 80 que dis- también cuando no puede el representante
pone la comprobación del apoderamiento, presentar en forma el documento de poder.
"mediante un poder por escrito, es un pre- Situaciones éstas que pueden presentarse al
cepto de prueba y lleva a rechazar a un representante legal, y cuya solución es co-
representante no legitimado mediante poder mún con el voluntario, por sujetarse a idén-
documentado; pero no hace cuestionable los ticos principios.
actos ejecutados sobre la base de un poder Esta falta, lo hemos visto ya de un modo
oral". explícito, puede ser subsanada, con efecto
Concluye: "En consecuencia el poder pa- retroactivo, mediante la ratificación del re-
ra la representación procesal y la ratifica- presentado.
ción pueden ser expresados también en Como lo advierte certeramente Rosenberg,
forma tácita (mediante conducta conclu- y ello lo comprendemos ahora con claridad,
yente): por ejemplo: el poder mediante el en razón de las nociones que adquirimos
«mandato» de representación, la ratifica- previamente, "carece de valor la diferencia-
ción mediante la prosecución real, sin ob- ción entre un «gestor de negocios sin man-
servación, del proceso o la apropiación de dato» y un «apoderado sin presentación de
sus resultados" ( 3S ). poder». Aquél dice expresamente que no
De todo ello hemos obtenido nociones pre- tiene poder; éste afirma que es apoderado,
cisas y claras que iluminaran nuestra in- pero no puede probarlo. Pero sólo importa
vestigación en torno a la gestión procesal que el poder no existe, o no ha sido otorgado
en forma eficaz, o no es pre?untado" ( 3 B ).
El poder, lo vimos también ya antes de
(31) S. C. B. B., La Ley, t. 48, pág. 105, y t. 48, pág. 744;
C. C. lí Cap., La Ley, t. 7, pág. 119; C. Fed. Mendoza, La ahora, "no es un presupuesto procesal, sino
Ley, t. 43, pág. 32; C. Com. Cap., La Ley, t. 15, pág. 437; un presupuesto de actuación procesal"; de
Sup. Trib. de Entre Ríos, La Ley, Kep. IV, Excepción de
falta de personería, sumario 22, C. la Apel. La Plata, donde se sigue que los actos procesales eje-
La Ley, t. 27, pág. 138; C. 2* Apel. La Plata, La Ley, cutados por o contra un representante sin
Rep. IV, ídem sumario 26. También La Ley, t. 67, pág. 30,
nota; "La excepción de falta de personería y la ratifi- poder, son nulos si no se le admite provi-
cación de lo actuado por el mandatario sin poder o con sionalmente por el tribunal, ya de acuerdo
poder insuficiente".
(32) Rosenberg, t. I, pág. 296, letra b).
con el ejercicio de su arbitrio y si como
(33) Rosenberg, op. cit., t. I, pág. 286, n° 3, letras
a), b) y c); Jofré, Tomás, Manual de procedimiento, t. III,
pág. 189, n9 11, y jurisprudencia en notas 197 a 209. (34) Rosenberg, op. cit., t. I, pág. 294, letra e).
Rosenbarg, op. cit., t. I, pág. 194 e). (35) Rosenberg, op. cit., t. I, pá,g. 307, parág. 51.
vimos se aceptase por la legislación, con la inexcusable, es decir en lapso razonable que
cantío de rato et grato. la ley3(i establece en nuestro caso en 45
Por lo que hace a la legislación, donde se días ( ).
deja al arbitrio judicial, ocurre señalar que La perentoriedad dimana, pues, tanto por
allí donde como la alemana considera viable razones de fondo, plazo extintivo cuando la
esta presentación sin poder, la misma tiene declaración de poder de representación ema-
las características de la referida caución, na de un mandato de representación —la
pues la admisión provisional del represen- gestión de negocios con ratificación se asi-
tante se opera mediante auto, en tanto mila— como por razones de forma, término
puede esperarse la presentación del poder preclusivo, cuando es simplemente aludida
para la oportunidad del debate oral. En la la gestión procesal propiamente dicha, y to-
práctica, dicho auto no se considera nece- do ello de la circunstancia de que el término
sario si no se opone el adversario. tiene un límite de razondbllicLad que es in-
Y concretando las características de esta justo vulnerar.
admisión dice el autor que llevamos citado: Para ser más explícitos aludiremos a mo-
"Puede hacerse depender la admisión de do de conclusión a conceptos que hemos
una prestación de seguridad para las costas vertido antes de ahora, en fallos pronuncia-
y daños y debe fijarse inmediatamente o dos en la Excelentísima Cámara Primera de
con posterioridad un -plazo para la produc- Apelaciones de La Plata ( 37 ), refiriéndonos
ción de la ratificación por lo transcurrido en concreto a esta situación del artículo 200,
y del poder para lo futuro. La similitud con vinculada a la existencia o no de poder, al
la caución de rato et grato es evidente. momento de invocarlo y a las circunstancias
De este modo el representante actúa en en que el poder es agregado en término o
nombre de la parte que representa, prosi- ratificado directamente por la parte, en
guiendo así el proceso, y presentada en tér- cuyo caso hemos considerado siempre válida
mino la ratificación para toda la gestión la ratificación con efecto retroactivo; y en
procesal del representante que ha de ope- cualquier circunstancia nulas las actuacio-
rarse siempre antes de la sentencia, queda nes, se tuviese o no el poder al invocarlo, si
subsanada la falta de poder para el pasado, no fue38 producida la ratificación en tér-
necesitándose para lo futuro, según lo pres- mino ( ).
cribe la ley alemana, la presentación de un 23. La representación sin poder en el caso
poder por escrito. del artículo 200. Sentado ello, pasemos aho-
En ausencia de ratificación, por no ha- ra a examinar la representación para la de-
berse presentado en término, o no haberse fensa en juicio, cuyo acreditamiento en su
presentado nunca o comprobándose que no forma han de normativizar las provincias,
puede ser presentado, o la presentada en su respectiva legislación procesal, cuyo
no comprendiese todos los actos procesales carácter de orden público viene declarado
realizados por el gestor, quedan como con- desde el inicio de sus disposiciones (art. 80,
secuencias, que el representante, debe ser Cód. de proc. civ. y com. de la prov. de
condenado al pago de las costas originadas Bs. Aires).
al adversario por la admisión provisional; Y bien; las disposiciones que hemos alu-
sin perjuicio de la acción civil, que contra dido ut supra reclaman la justificación de
él tiene derecho a reclamar por la indem- la representación, como requisito sine qua
nización de los daños que le hubiere irroga- non en la primera presentación —primero
do la admisión provisional; acción que por los artículos 41, 42, 43, Código de procedi-
supuesto no puede hacer valer en dicho miento civil; después los artículos 198 y 199
juicio sino en el que entable al efecto. de la ley 5177— y, por ende, en la regla
Como podemos advertir estamos en una general, está implícito que para presentarlo
situación muy similar a la del artículo 200 en juicio ha de estar otorgado.
de la ley 5177, pero en ésta resalta una dife- Sin embargo, en la ley 5177 él artículo 200
rencia, que denota el hecho de haberse es- establece posible representación con o sin.
tablecido la admisión provisional del repre- mandato, en correspondencia estrecha con
la legislación, jurisprudencia y doctrina
sentante sin poder —gestor de negocios sin respecto del mandato, que acabamos de
mandato y apoderado sin presentación de
poder que al efecto los hemos asimilado—
por ley, vale decir, no es excepción conce- (36) Artículo 200, ley 5177 y decreto-ley 3610/955.
(37) Publicados en D. J. A., del 31 de mayo de 1958 y
dida, según arbitrio judicial y además den- 21 de marzo de 1959.
(38) Ha de citarse también como un valioso aporte al
tro de las demás características como ex- esciar2cimiento de esos problemas imbricados en este
cepción, limitada a la urgencia, y en cuanto artículo 200 el estudio del doctor Eusebio Velazco, también
al término señalado para la presentación, relativo al fallo de la Suprema Corte que confirmó el
que pronunciáramos en la causa Boguz, Angela Czar-
dentro de lo que la provisionalidad se corres- nade, Kulikowski, Tomás y otra, Jurisprudencia Argen-
ponde con la necesaria ratificación admi- tina, 1957-III, pág. 368; el trabajo se titula: "Normatividad
del artículo 200 de la ley 5177 de la provincia de Buenos
tida en supuestos de fondo y de forma como Aires".
examinar, excepción al principio de la pre- cubraciones de carácter procesal según lo
sentación inexcusable en la primera opor- vimos —N<? VIII— en la doctrina, la legis-
tunidad de apersonarse al juicio, fundada lación y la jurisprudencia ( 4 0 ).
y limitada a los casos de urgencia y condi- Llegados a este punto del análisis del pro-
cionada a esa ratificación que no puede blema traído, no es dable asignar mayor
prolongarse sine ale ni longhi tempori, es- importancia como puede advertirse al hecho
tableciendo el plazo, cuyo vencimiento pro- de que en oportunidad de ejercer el derecho
duce ipso '¡acto la anulación de todo lo del artículo 200 se tenga o no el poder otor-
actuado, por quien, ya llegada esta circuns- gado por aquel a quien se representa —con
tancia, resulta calificado por la ley de mero o sin él— toda vez que la citada disposición
gestor, por cierto en tal situación oficioso, no puede operar sobre la legislación de
pero responsable de las costas causadas, y fondo, sino para reglamentar la efectividad
por supuesto aunque no lo dijera la ley de su realización, en el caso particular de
provincial, y en razón de la legislación de su específico contenido: la defensa en jui-
fondo, de todos los daños que pueda haber cio, y todo se reduce a que se cumplan las
irrogado con su actitud, a su pretendido condiciones a que se sujeta la excepción, de
mandante y al tercero con quien se enten- poder asumir la representación en juicio,
día y a salvo las limitaciones que las cir- sin acreditar la existencia de mandato, la
cunstancias imponen ( 39 ). representación, al efecto —esté o no otor-
En tanto la excepción no existía, recla- gado el mismo—; pero a condición de ha-
mando la justificación de la personería in- cerlo en término cuya perentoriedad, como
vocada en la primera presentación a juicio, dijimos ut supra y con carácter de orden
todo lo relativo al mandato aparente de público, no liga la conclusión a ninguna
tácito otorgamiento, pudo mantenerse sepa- manifestación de interés privado, aunque
rado de lo relativo al orden público procesal encuentra mayor apoyo y firmeza en la le-
y vigente en la esfera de las relaciones gislación de fondo según pudo apreciarse
privadas; pero abierta la brecha por el ar- antes.
tículo 200, resulta inexcusable que toda la 24. Cesación del mandato. La cesación del
teoría, la legislación y la jurisprudencia de mandato se opera por motivaciones diversas
fondo sobre el instituto jurídico aludido, que hacen o no a la voluntad de las partes,
irrumpe en el proceso de modo incontenible, por lo que las que la ley ha recogido, son
al extremo que no es dable resolver las susceptibles de exhibirse en la siguiente cla-
cuestiones que se susciten con meras elu- sificación :
a) cumplimiento del negocio por
1) Bilateral í el que el mandato fue dado.
I. Voluntaria ( b) expiración del plazo.
I a) revocación por el mandante.
2) Unilateral
CESACIÓN DEL MANDATO I ta) renuncia del mandatario.
1? Fallecimiento de una de las partes.
II. Fáctica 2? Incapacidad sobreviniente a una de las par-
tes.
3"? Inhabilitación del mandatario.
I. Voluntaria. 1) Por voluntad expresada del mandato, lo cual así admite en general
"bilateralmente por las partes. la ley, fundándose para ello en que el man-
a) Es la situación contemplada por la le- dato es revocable ad natum, vale decir, por
gislación en razón de haberse cumplido el el hecho de tratarse de un negocio que su-
negocio para el cual fue dado el mandato, pone la confianza, que desde luego no se
b) Haber expirado el plazo determinado o impone, y que en caso de haber desapare-
indeterminado por el cual fue dado, para cido, hace que el mandante pueda desasir-
realizarlo, según así lo expresa el artícu- se a su voluntad del mandato otorgado, lo
lo 1960 de nuestro Código civil. cual puede ocurrir de modo expreso o táci-
2) Por voluntad expresada unilateralmen- to (arts. 1970, 1971, 1972 del Código civil).
te por las partes. En efecto, ocurrirá el segundo de los casos
a) Revocación. En el primer caso, la del cuando constituya un nuevo mandatario
mandante, que se traduce en la revocación
(40) Suprema Corte de Buenos Aires, La Ley, t. 43,
pág. 105, y t. 71, pág. 263; Cámara Civil 19, Jurisprudencia
(39) Bolaffio-Hocco-Vivante, t. 10; Ramella, oj>. cit., Argentina, 1952, IV, pág. 232. Contra: Suprema Corte de
t. 1, pág. 232, n° 105; Rosenberg, op. cit., t. I, pág. 310, Buenos Aires, in re: Ari-ambide, Juan Martín (suc.) v.
n? 3. Cano, Valeria Correa, s. nulidad de sentencia.
para el mismo negocio o asuma directa- ble de los perjuicios que ello pueda irrogar
mente la ejecución del mismo, pues ello al mandante (art. 1978 del Código civil).
equivale a la revocación de} anterior a par- Es el relativismo propio de las situacio-
tir del día que fue notificado el mandata- nes que no pueden quedar, en cuanto en-
rio, lo mismo que respecto de terceros o tregadas a la voluntad unilateral de las
resulte conocida la cesación del mandato partes, libradas a la arbitrariedad, sin que
(arts. 1963, 1964 del Código civil). La omi- con ello se decaiga de la objetividad de la
sión de notificación trae como consecuen- coordinación de las acciones humanas en su
cia que puedan admitirse como válidas ac- interferencia intersubjetiva, como dato in-
tuaciones del mandatario, sea por éste o herente a lo jurídico, según lo advirtió Del
por terceros, en cuanto ignoran sin culpa la Vecchio para todo Derecho.
cesación del mandato o serles imputable la La razón de la renuncia y los límites de
ignorancia de tal cesación (arts. 1965, 1966, su razonabilidad también motivó elucubra-
1967, 1968, 1972 del Código civil). ciones de doctrina y jurisprudencia para
La irrevocabilidad del mandato. deslindar el abuso como ilícito del ejercicio
La revocación está establecida por la ley lícito de esta facultad, siendo un punto de
como interpretación de la voluntad de las partida para comprenderlo así el que el
partes, por lo que éstas pueden dejar de cumplimiento del mandato no implique per-
lado esa presunción y hacerlo irrevocable. juicio para el mandatario.
Por la misma razón, la facultad de revo- II. Fáctica. a) Fallecimiento de una de
car unilateralmente el mandato no existe las partes. El mandato puede celebrarse
cuando la operación esté dada en interés intuitu personae, y por ello finaliza por el
del mandatario o en común para ambas fallecimiento de uno de los contratantes,
partes, o de un tercero, por lo que dejando mandante o mandatario, ya que la confian-
de contemplar el interés exclusivo del man- za es personal y por ende intransferible (ar-
dante, desaparece la razón de la revocabi- tículo 1963, inciso 3?, del Código civil).
lidad y por ende aparece la irrevocabilidad Siendo el mandato otorgado por sociedad
en principio. que se extinge, la situación resulta similar
La determinación de esta situación está y el mandato cesa.
ligada a la interpretación del mandato otor- Este principio rige en toda la legislación,
gado y su contenido. Es una de las cues- pero tampoco con caracteres absolutos, ya
tiones más arduas para la jurisprudencia que se establece por la ley que "la muerte
en razón de las múltiples circunstancias del mandante no pone fin al mandato
que se ofrecen en las determinaciones de las cuando el negocio que forma el objeto del
partes con relación a sus creaciones, en la mandato debe ser cumplido o continuado
libertad en que realizan sus transacciones después de su muerte", pero impone la ley
(arts. 53, 1066 y 1197 del Código civil). la validez de tal mandato si puede serlo
De ahí que dispone el artículo 1977 que como disposición de última voluntad (ar-
"el mandato es irrevocable en el caso en tículos 1980 y 1982 del Código civil).
que él hubiese sido la condición de un con- Subsiste el mandato, como vimos, cuando
trato bilateral, o el medio de cumplir una debe continuarse el negocio ya empezado.
obligación, o cuando un socio fuese admi- Y subsiste también en las situaciones pre-
nistrador de la sociedad por el contrato so- vistas por la ley cuando el mandato auna
cial, no habiendo justa causa para privarlo el interés de mandante y mandatario o el
de la administración". de un tercero (art. 1982 del Código civil),
De este modo cabe considerar así, dentro Por último, las subsistencias aludidas tie-
de una relatividad, el derecho de revoca- nen una limitación en la necesaria repre-
ción, ya que la doctrina y la jurisprudencia sentación de los incapaces, en cuyo caso, de
tienen en este deslinde, entre la revocabili- serlo los herederos, son sus representantes
dad y la irrevocabilidad realizada, una ta- quienes resultan investidos del mandato
rea para señalar la zona lícita de la ilí- (art. 1981 del Código civil).
cita, pues esta última aparece allí donde b) Incapacidad de una de las partes. La
la revocación no es sino el abuso, que con- prolongación de las relaciones de confianza
figura sólo el deseo de perjudicar con la re- y de interés que supone entre las partes la
vocación, y en general la revocación no jus- ley se interrumpe por la incapacidad so-
tificada, y que por ende no exhibe una breviniente a una de las partes, pues ya
causa plausible. no se encuentra en condiciones de cumplir
b) Renuncia. A su turno el mandatario su misión el mandatario ni de conducir los
puede también evadirse de la operación en- negocios el mandante (arts. 1963, inc. 4<?, y
comendada por el mandante renunciando, 1948 del Código civil).
pero debe notificar al mandante, haciéndo- Autores franceses sostienen que la inter-
lo en tiempo oportuno y con causa suficien- nación es asimilada muchas veces a la in-
te, pues de los contrario se hace responsa- capacidad declarada.
c) Inhabilitación del mandatario. En MANDATO IMPERATIVO. * Entiéndese
idéntica forma sobreviene el finiquito de! por tal, en Ciencia Política, aquel en que
mandato, en razón de que desaparece la las personas designadas para ocupar car-
confianza que inspira el mandato y la po- gos en cuerpos deliberativos están obliga-
sibilidad de ejercerlo en quien resulta pri- das a ceñirse a instrucciones dadas por sus
vado de derechos por haber caído en la electores. Se diferencia del mandato repre-
inhabilitación por la ley, como en los ca- sentativo o libre, en el que no hay materias
vedadas para los funcionarios, quienes si-
sos del quebrado o del concursado civil- guen nada más que los dictados de sus con-
mente. ciencias.
Consecuencias de la cesación del mandato. Puede señalarse como fecha clave en esta
La cesación del mandato extingue la obli- materia el 23 de junio de 1789, día que en
gación de cumplirlo, lo cual tampoco cons- Francia se declararon nulos los límites im-
tituye un principio absoluto que ipso '¡acto puestos a los legisladores sobre la forma
detiene la tarea del mandatario respecto de como debían resolver los problemas que les
los negocios comenzados que no admitiendo serían sometidos, aunque ya antes, en el
demora puedan sufrir mengua o menoscabo reglamento sobre elecciones, se había dis-
con motivo de la cesación del mandato, que puesto que los poderes debían ser genera-
desde luego la diligencia del mandatario les y amplios.
cesante o sus sucesores puede evitar. Hasta la Revolución francesa era común
Por ello, la continuación se impone hasta dar instrucciones a los representantes; en
que el mandante pueda estar en condicio- realidad era lo normal. En España, por
nes de evitar al respecto perjuicios en sus ejemplo, los enviados a Cortes las llevaban,
intereses. La ley establece la continuación y en algunas oportunidades en forma es-
de los negocios, con las consecuencias de tricta, al extremo que hubo ciudades que
responder por el perjuicio que de su omi- quemaron en efigie a sus diputados por se-
sión resultare. La continuidad es hasta que pararse de ellas, y Segovia fue aún más le-
el mandante, sus herederos o representan- jos cuando, en 1520, ahorcó al suyo por esa
tes dispongan sobre los negocios encomen- causa.
dados al mandatario (art. 1969 del Código La misma práctica imperaba en los Es-
civil). tados generales franceses, según surge de las
La cesación del mandato respecto de uno prohibiciones antes mencionadas; en Ho-
de los mandatarios no afecta el manda- landa; en Inglaterra, donde, como sucede
to de los otros mandatarios cuando no se con todas sus instituciones, el tiempo fue
ha dado para la actuación conjunta. lentamente modificando las costumbres, y,
en fin, en todos los cuerpos legislativos de
JURISPRUDENCIA. — La citada en el texto y notas. las edades media y moderna. E incluso en
BIBLIOGRAFÍA. — Además de la citada en las notas, Josse-
la Constitución de Massachussets, que se
rand, Louis, Derecho civil, tomo II, vol. II, sec. 1, pág. 353 dictó ya en la era del constitucionalismo,
y sigs., nos. 1396-1431. Ed. Bosch y Cía., año 1951. — Pla- se encuentra que el "pueblo tiene derecho
niol, Marcelo, Hipert, Jorge, Tratado -práctico de Derecho
civil francés, tomo 11, pág. 763 y sigs., nos. 1427-1503. para, de manera ordenada y pacífica, jun-
Ed. Cultural Habana, año 1940. — Mazeaud, Henri, León tarse a consultar sobre el bien común para
y Jean, Lecciones de Derecho civil, parte III, tomo IV,
título IV, pág- 383 y sigs. E'd. Jurídicas Europa América, dar instrucciones a sus representantes..."
año 1962. — Segovia, Lisandro, El Código civil argentino, (part. I, art. XIX); mientras, entre nos-
su explicación y crítica en forma de notas, tomo I, pág.
582 y sigs. Ed. La Facultad, año 1933. — Llerena, Saldo- otros, el decreto de convocatoria de la asam-
mero, Concordancias y comentarios del Código civil ar- blea del año 13 disponía que los "poderes
gentina. Ed. La Facultad, 1931. — Machado, Olegario,
Exposición y comentario del Código civil argentino. de los diputados serán concluidos sin limi-
Ed. Lajouane, 1898. — Salvat, Baymundo M., Dere- tación alguna y sus instrucciones no conq-
cho civil argentino, "Fuentes de las obligaciones", "Con-
tratos", tomo III, capítulo VIII, págs. 109 y sigs., nos. cerán otros límites que la voluntad de los
1735-1973. Ed. T. E. A., año 1957. — Bolaffio-Rocco-Vivante, poderdantes", de lo que fueron consecuen-
Derecho comercial, tomo 10, vol. I. Ramella, Agustín.
Cuenta corriente. Mandato comercial. Comisión, pág. 118 cia las célebres "instrucciones de Artigas",
y sigs.. nos. 59-117. Ed. Ediar, 1951.—Lafaille, Héctor, que no eran las únicas que se llevaron a
Curso de contratos. — Arias, Contratos civiles. — Guasta-
vino, J. M., Notas al Código civil argentino. Ed. 1929. — dicho Congreso, sino que también las die-
Bibiloni, J. A., Anteproyecto de reformas al Código civil
argentino. Ed. 1929. — Proyecto de la Comisión de Refor-
ron Buenos Aires, San Luis y Potosí.
mas al Código civil; antecedentes, informe y proyecto. Según algunos publicistas, esta práctica
E'd. 1936. — Enneccerus, L., Kipp, T., y Wolff, M., Tratado
de Derecho civil. — Argañaraz, M., Casas Peralta, E-,
se explica porque en realidad aquellas asam-
Jurisprudencia de la Suprema Corte de la Provincia de bleas no deliberaban, sino que a ellas con-
Buenos Aires. currían, como apoderados de las ciudades,
los delegados de éstas a formalizar con el
MANDATO (EN DERECHO INTERNACIONAL rey un verdadero contrato: ellas contribuían
PÚBLICO) . (V. ESTADOS SEMISOBERANOS.) con determinados fondos a la formación del

MANDATO CRIMINAL. (V. INSTIGACIÓN.) * Por el Dr. GUSTAVO ADOLFO REVIDATTI.


MAiND

tesoro real, y en cambio se les reconocían para ser tratada aquí, por lo que nos remi-
ciertos derechos. Otros piensan que como timos al lugar correspondiente.
en esa época no tenían los monarcas for- Ya hemos visto cómo Francia expresa-
mas de conocer por sus propios medios las mente e Inglaterra por el devenir que cons-
necesidades de sus subditos, debido" a la truye su Derecho modificaron las prácticas
ausencia de prensa y demás medios de in- primeras, adoptando las nuevas concepcio-
formación con que en la actualidad conta- nes que tuvieron consagración entre nos-
mos, aquéllos concurrían a hacer saber las otros a partir del Acuerdo de San Nicolás
necesidades de sus comitentes, y, por lo en 1852, que en su artículo 6? expresamente
tanto, debían ajustarse a las pretensiones prohibía dar instrucciones que limitasen las
de las colectividades que los comisionaban. facultades de los convencionales.
Desde el punto de vista práctico se advierte Sin embargo, la amplitud reconocida a
con facilidad una ventaja del mandato im- los poderes de los representantes va estre-
perativo, si se recuerda que era común por chándose en la actualidad. Se nota ello sin
entonces que los reyes arrancasen a las ninguna duda en la elección presidencial en
asambleas, mediante la fuerza o el fraude, los Estados Unidos, según lo advirtiera ya
más de lo que ellas estaban dispuestas a Estrada en su Curso, al referirse al mismo
dar, lo cual se impedía mediante las ins- tema de que venimos ocupándonos. Sabido
trucciones precisas a sus componentes que es que dicho país tiene establecida la mo-
invalidaban todo aquello que excediese los dalidad indirecta que adoptara nuestra Car-
límites establecidos. Esto explica por qué ta Magna, como también que mediante el
casi constantemente los monarcas se opu- doble grado se quiere que la designación la
sieran a que se diese este tipo de mandato. hagan los compromisarios según sus pro-
Cuando Rousseau escribía que los dipu- pias valoraciones. Sin embargo, aunque has-
tados no son representantes del pueblo ta ahora sólo dos Estados han establecido
sino solamente sus delegados, agrega a los legalmente que las personas designadas pa-
precedentes históricos un aval doctrinario ra nombrar presidente deben votar de acuer-
que se completa con la identificación que do a la orden que reciben de sus respecti-
entonces se hacía de esta figura con el vos partidos, la mayoría de ellos tienen ese
mandato civil. Si en este caso se daban ins- supuesto establecido en la práctica; inclu-
so la Corte Suprema de Justicia de ese país
trucciones, claro que en aquél también se en Ray vs. Blair resolvió en 1952, al revo-
podía hacerlo. De acuerdo con esto, si el car una decisión de la Corte de Alabama,
comisionado no cumple con el programa que el derecho consuetudinario ha sancio-
que propuso o que se le impuso, puede ser nado "el mandato" que, emanado de orga-
destituido —revocado su mandato— por los nismos partidarios, obliga a los electores
comitentes. Hay en esta concepción una re- presidenciales, y que nada en la Constitu-
lación íntima entre electores y elegidos, es- ción prohibe el ejercicio de este derecho
tando éstos obligados a seguir las directivas por un compromiso legalmente impuesto.
de aquéllos. El recall que existe en algunos En realidad, el caso parece extremo, pero
Estados norteamericanos, por ejemplo Ca- realmente la doctrina de la representación
lifornia, y que es "el derecho que se reco- libre va sufriendo cambios apreciables que
noce al pueblo de separar a los funcionarios se notan cada vez más y que se deben, so-
públicos cuando éstos dejan de inspirarle bre todo, a la organización actual que pre-
confianza", es la forma como más clara- sentan los partidos políticos y_a la expresión
mente esa subordinación aparece manifes- de éstos en los Parlamentos, es decir, los
tada en la actualidad. bloques.
Sin embargo, no fueron las concepciones Vemos diariamente que en general, y sal-
del ginebrino, sino las del abate Siéyes, las vo pocos casos, los partidos políticos obli-
que se impusieron, desde que las de éste gan a los legisladores que integran sus filas
alcanzaron resonancias en la Revolución de a pronunciarse en el sentido que ellos se-
1789, no obstante que algunos encuentran ñalan, y si bien la negativa a acatar la re-
que es en realidad en Inglaterra donde se solución no tiene aún sanciones de tipo ju-
origina la doctrina de que "el representan- rídico, las tiene de tipo político, que en la
te lo es de la nación entera y no del gru- actualidad son casi tan importantes como
po o región que lo ha elegido"; así, por aquéllas en algunos sentidos. La inhabili-
ejemplo, García Pelayo y, entre nosotros, tación que contra un afiliado dispone un
Florentino González, profesor que fuera de partido es ahora tan eficaz como si se tra-
Derecho constitucional de la Universidad tase de una impuesta por el propio Estado.
de Buenos Aires. Y por si alguna duda quedase sobre esta
Lo que la doctrina de Siéyes significa, así evolución, el decreto-ley 19.044/56, sancio-
como los conceptos del pensamiento domi- nado en nuestro país por el gobierno sur-
nante que acepta en forma prácticamente gido de la revolución militar de septiembre
absoluta el mandato libre, no es materia de 1955, dispuso en el apartado e) del ar-
tículo 6<? que "los partidos políticos reco- presentación que habrá de realizarse de
nocidos deberán, antes de elegir sus candi- acuerdo con las facultades que contenga
datos, sancionar una plataforma electoral la escritura de mandato.
que les servirá de mandato; una copia au- El mandato voluntario es un contrato,
tenticada de dicha plataforma deberá en- pues se requiere para su realización el con-
viarse al juez electoral". __ curso de las voluntades del conf érente y del
De modo que el mandato libre, que ocu- mandatario, pero sin que sea imprescindi-
para desde fines del siglo xvm el lugar im- ble la aceptación del mandato de modo ex-
perativo a que nos referimos, está siendo preso y en el mismo acto del conferimiento:
a su vez suplantado por una forma que si la aceptación puede ser tácita, y así se ma-
no es la misma que existía en las Cortes nifiesta generalmente.
españolas o en los Estados generales france- El mandato judicial podría definirse, por
ses, se le asemeja en gran medida. Las si- tanto, como el contrato por virtud del cual
militudes, y más aún el origen, las conse- una persona confiere a otra facultades su-
cuencias y el futuro de esta transforma- ficientes para representarla en juicio. Las
ción, es materia que excede la tipificación Partidas denominaban personero al apode-
propia de esta Enciclopedia, y que cae en la rado, y la ley 12 del título V de la partida 39-
materia propia de quienes estudian las mo- expresaba: Personero es aquel que recabad
o face algunos pleytos o cosas agenas por
dernas transformaciones que se operan en mandato del dueño de ellas. E ha nome de
relación al funcionamiento del poder. personero porque paresce, o está en juicio,
BIBLIOGRAFÍA. — Demicheli, Alberto, Formación constitu- o fuera del en lugar de otro.
cional rioplatense, t. 2. —- Duguit, León, Manuel de Droit
constitutional.— Esmein, E., Elements de Droit constirw- Existe en la materia, como regla general,
tionel. — Estrada, José Manuel, Curso de Derecho consti- que mientras la ley no exija la comparecen-
tucional, t. 2. — Friedrich, Cari J., La démocratie consti-
tutionelle. — García Pelayo, Manuel, Derecho constitu- cia personal de las partes en el proceso,
cional comparado. — González, Florentino, Lecciones de es permitida la gestión en él por medio de
Derecho constitucional. — González, Julio V., Filiación his-
tórica del gobierno representativo argentino. — Izaga, apoderado. En Venezuela, por ejemplo, la
Luis, S. J., Elementos de Derecho político, t. 1.—Jellinek, prestación del juramento siempre debe ser
Georg, Teoría general del estado.—Kelsen, Hans, Teoría
general del Derecho y del estado. — López, Mario Justo, personal, por lo que ni siquiera con facul-
La representación política. — Montes de Oca, M. A-, Lec- tad expresa podría prestarlo un apoderado.
ciones de Derecho constitucional, t. 2. — Ranney y Ken-
dall, La democracia y el sistema de los partidos políticos Respecto a la naturaleza jurídica del man-
en los Estados Unidos. — Rousseau, Juan Jacobo, El con- dato civil, existen diversas teorías aplicables
trato social. — Siey.es, Emmamiel, ¿ Qué es el tercer esta-
do? — Schinitt, Cari, Teoría de la Constitución. — Stuart al mandato judicial, las cuales enumera
Mili, John, On representation government. Gallinal, para esta última clase de manda-
to, así: a) de la ficción; b) del nuntius o
MANDATO JUDICIAL. * SUMARIO: I. Noción del mensajero; c) de la cooperación; d) de
del mandato judicial. II. Formas del mandato la autonomía de la voluntad; y e) la de
judicial. III. Extensión del mandato judicial.
IV. Remuneración del mandato judicial. V. El Demogue.
mandato judicial en el Derecho comparado. Pero, sin duda, el mandato voluntario es
VI. Terminación del mandato judicial. un contrato consensual y bilateral, puesto
que requiere el convenio de las partes para
I. Los procesos judiciales pueden venti- que pueda existir. Además, este contrato,
larse personalmente por las partes o por como dice Sánchez Román, tiene el resulta-
medio de representantes judiciales. En este do de convertir la ausencia real en presen-
último caso, el representante de la parte cia jurídica, porque la representación en-
litigante debe comparecer al proceso pro- vuelve esa propiedad; desde luego que el
visto del instrumento otorgado por ella, el mandante si en verdad no está material-
que deberá contener las facultades requeri- mente en el acto, sí lo está jurídicamente,
das a fin de que pueda desempeñar la re- porque su personería está presente por me-
presentación a cabalidad. Esa escritura, que dio de su mandatario. De allí bien puede
debe presentar el representante, es el man- decirse que propiamente no se trata de una
dato judicial. Así, pues, esta figura jurídica ficción, como piensan los patrocinantes de
tiene por finalidad proveer de facultades al esta teoría, porque el hecho de que el man-
mandatario para que represente a su con- dato convierta la ausencia real en una pre-
férente en sus asuntos judiciales contencio- sencia jurídica no implica un hecho sin rea-
sos o de jurisdicción voluntaria, nombre con lidad, -pero cuya existencia se supone para
el cual distinguimos la no contenciosa, con- hacer de él el fundamento de un derecho,
forme al Derecho procesal venezolano. Por puesto que existiendo, en verdad, la repre-
tanto, lo esencial en el mandato judicial es sentación del poderdante, no se requiere su-
el conferimiento de representación para poner la existencia de este último; no es
poder actuar ante los tribunales jurisdic- necesario el uso de ninguna apreciación
cionales en nombre del que lo confiere, re- que no esté de acuerdo con la realidad para
que pueda servir de fundamento al Derecho.
* Por ei Dr. ÁNGEL FRANCISCO BRICE. En Derecho la ficción es simulación, apa-
rienda: es, como dice Cabanellas, la supo- La teoría de la autonomía de la voluntad,
sición que la ley efectúa al atribuirle a una según Gallinal, está caracterizada, en sín-
persona o cosa calidad o circunstancia que tesis, por el hecho de sustituirse la volun-
no le son propias o naturales; y siendo esto tad del representante en la del representa-
así, es claro que, al contrario, la represen- do, y así participa directa y realmente en
tación —la que atribuye el mandato— es la formación del contrato; pero, sin duda,
una realidad, pues existe. no existe tal sustitución desde que el re-
El argumento principal, que pudiéramos presentante no queda responsable por el
llamar básico, de la ficción, según Gallinal, ejercicio del mandato, salvo que exceda de
consiste en que "el verdadero contratante sus atribuciones o facultades.
no es el representado, sino el representan- Esta teoría, basada en la sustitución, ha
te; pero en virtud de una ficción, es el pri- sido desarrollada in extenso por el proce-
mero, el considerado como contratante". salista Guillermo García Valdecasas, pues
Sin embargo, el postulado no es exacto; la considera esencial al mandato. Dice este
desde luego que el representante no proce- autor que le "ha parecido ver en el en-
de en nombre propio, sino por delegación cargo del mandante al mandatario la fina-
del representante, o sea en su representa- lidad de que este último obre en sustitu-
ción. ción del mandante; es decir, agrega, obre
Esto deja ver que el mandato no es pro- en lugar del mandante, haciendo sus veces".
piamente una ficción y, por lo tanto, la doc- Cree, por tanto, que la sustitución es la
trina que ve en ella la naturaleza jurídica causa específica del contrato de mandato;
del mandato no merece ser acogida, no obs- es la idea rectora, son sus palabras, que ins-
tante haber sido sostenida por notables ci- pira la regulación legal de la relación de
vilistas. mandato. Para García Valdecasas, "la sus-
Según los sostenedores de la teoría del titución del mandante por el mandatario"
nuntius, "el representante, como también es la causa del contrato de mandato, y por
lo expresa Gallinal, no es más que sim- ello la define así: "el contrato por el cual
ple nuntius (mensajero) del representado". una persona (mandante) hace a otro (man-
Tampoco es cierto el principio, porque nun- datario) el encargo, que ésta acepta y se
tius es palabra latina que significa porta- obliga a ejecutar, de sustituirle en el ejer-
dor de avisos, enviado, y en realidad el cicio de una determinada actividad". Para
mandatario no es portador de ninguna no- poder entender esta definición basta saber
ticia o mensaje, sino que su misión es eje- que para el autor de ella, el mandatario
cutar algo en nombre de otra capaz de pro- actúa en lugar del mandante, haciendo sus
ducir derechos y deberes; no el simple tras- veces; y para corroborar su dicho trae la
lado de un mensaje. Habría, pues, que afirmación de Escriche de que "el negocio
desechar esta otra doctrina, cuyo patroci- objeto del mandato había de ser de tal na-
nio se debe en primer término a Savigni. turaleza que pudiera considerarse lo hacía
En cuanto a la que ve en el mandato un el mismo mandante por ministerio del man-
acto de cooperación de voluntades, formu- datario". Pero es de observar que lo expre-
lada por Mittei, en razón de considerar sado por Escriche, lejos de confirmar lo
"que la representación es el resultado del asentado por el procesalista español, al con-
acuerdo de las voluntades del representa- trario, lo contradice; desde luego que al
do y del representante", nada dice especial- pensar que la naturaleza del objeto del
mente al caso, puesto que todo acto jurí- mandato habría de ser tal que pudiera
dico contractual envuelve la idea de que considerarse lo fiada el mismo mandante
quienes forman parte de él tratan jurídi- por ministerio del mandatario, está expre-
camente, y todos ellos producen el acto; de sando que no se trata de una sustitución,
allí que la teoría sería aplicable no sola- porque procede por ministerio de otro, vale
mente al mandato, sino también a todos decir que actúa empleando, encargando,
los demás contratos bilaterales, porque és- ocupando a ese otro, puesto que^ministerio
tos no podrían realizarse sin la cooperación significa cargo, empleo, oficio u ocupación.
jurídica de las partes. Clemente de Diego, En tanto que el verbo sustituir envuelve la
en sus Instituciones, se muestra partidario idea de reemplazo, de cambio de una per-
de esta doctrina cuando asienta que "la re- sona por otra eliminándola. Y si bien re-
presentación implica una colaboración en presentar quiere decir "sustituir o hacer sus
el acto jurídico que interesa a otro, pero la veces"; no debe olvidarse que en la defini-
colaboración principal y jurídica, no mera- ción del infinitivo representar, el Diccio-
mente suplementaria y de hecho". Sin em- nario de la Academia demuestra con A, for-
bargo, no podría negarse que la colabora- ma copulativa de la expresión que le está
ción no puede ser característica del man- dando al verbo sustituir la equivalencia de
dato, porque si colaboración es concurso de hacer sus veces, y esto, también según el
voluntades, existe igualmente, repetimos, en Diccionario, implica la idea de ocupar el
los otros contratos bilaterales. puesto o el cargo de otro, pero únicamente
para proceder en su nombre, jamás para gocios jurídicos para otros, pero en nombre
obrar por su propia y deliberada voluntad. de quien ios realiza, esto es, en nombre pro-
Esto nos permite pensar que, a la manera pio: el contrato de comisión y el de testa-
de la legislación y la doctrina francesas, la ferro o prestanombre. El primero es el con-
representación es lo que caracteriza al man- trato por virtud del cual el actuante pro-
dato, porque solamente representando a cede en su propio nombre, pero en realidad
otro es como se puede proceder en su nom- privadamente, por cuenta del comitente. En
bre y en su beneficio sin quedar afectado el segundo también el actuante procede en
de responsabilidad personal. ' su propio nombre al realizar el negocio ju-
Bien enterados estamos de que, debido a rídico. Estos dos contratos se han equipa-
la influencia alemana, principalmente, hoy rado a la representación, en vista de qué
se pretende establecer diferencia entre la existen reglas de derecho que se pueden
representación y el mandato, apartándose aplicar tanto al mandato como a ellos, co-
de este modo la nueva doctrina de la fran- mo ser aquellas tocantes a las relaciones
cesa, así como de su legislación, pues, como internas del representante y el represen-
dijo Lenel, la ciencia actual distingue cui- tado. Al respecto dice Charles Falque-Pier-
dadosamente el mandato de la representa- rotin que como contratos que tienen los
ción. Pero seguimos adheridos a la doctri- mismos efectos son necesariamente de la
na francesa. La definición que da el artícu- misma naturaleza, y por ello debe ampliar-
lo 1984 del Código civil de Francia es la que se el contenido de la definición que da la
mejor caracteriza y conceptúa el contrato legislación francesa al mandato, para incluir
de mandato, porque da los elementos esen- los actos jurídicos ejecutados en el propio
ciales que sirven para diferenciarlo de otros nombre del que reemplaza al mandante.
contratos, especialmente del de arrenda- Sin embargo, el hecho de que el problema
miento de cosas, con el cual se le ha con- merite una ampliación del contenido del
fundido mayormente. Dicho artículo ex- artículo francés que define al mandato, es
presa: Le mandat ou procuration est un prueba de que, según el régimen imperan-
acte par lequel une personne donne a une te, no son el mismo acto jurídico.
autre le pouvoir de faire quelque chose Creemos, en vista de todo lo expuesto, que
pour le mandant et EN SON NOM. Le contrat la naturaleza jurídica del mandato se ca-
ne se forme que par l'acceptation du man- racteriza por la representación; sin ella no
dataire. hay mandato, sino otro acto jurídico. Y nos
Lenel, al copiar la disposición legal fran- acogemos a la definición que da Demogue
cesa, dice categóricamente que apenas hay de la representación cuando expresa que
ya para qué demostrar hoy lo inexacto de la hay, en el sentido preciso de la palabra,
esa equiparación, porque en su concepto no "cuando una manifestación de voluntad no
es básico del mandato el poder de hacer emana de aquel que debe naturalmente ha-
alguna cosa en nombre del mandante. cerla, sino de otra persona, y sin embargo
Y no obstante el grave pecado que impli- los efectos se producen como si la mani-
ca contradecir al célebre autor, así como festación de voluntad proviniera de la pri-
a la ciencia actual, bien vale decir que sin mera"; y desde luego rechazamos la defi-
esa cualidad del mandato, éste se confun- nición de Pilón de vincular el concepto de
diría con otros negocios jurídicos o con un la representación a la sustitución de la vo-
acto cualquiera puramente material, to- luntad del representado por la voluntad del
mándole la expresión a Lenel. Sin obrar representante, porque, como ya lo hemos
en nombre del mandante, el mandatario dicho, la representación no envuelve la idea
no ejecutaría un acto de representación, de eliminar al mandante para reemplazar-
como no lo ejecuta quien fabrica un mue- lo por el mandatario.
ble para otro o lleva una misiva a la oficina Estas ideas son aplicables al mandato ju-
de correos. El ejemplo que nos da Lenel dicial en razón de que el mandatario es un
para comprobar la teoría se resuelve contra representante del poderdante, en el sentido
ella: se trata de una señora de la buena de que no lo reemplaza, sino que hace sus
sociedad, venida a menos, que se gana la veces; y de allí que el apoderado judicial
vida haciendo bordados y poniéndolos a la no responda personalmente por el ejercicio
venta en un comercio, prohibiendo el uso del mandato y en cambio obligue con su
de su nombre. Según Lenel, en el indicado gestión al mandante, porque su misión es
ejemplo el mandato no lleva aparejado po- ocupar el puesto de una persona, que es
der, puesto que no se confirmó el de hacer parte en el proceso, en virtud del poder o
alguna cosa a nombre del mandante. En autorización que de ella ha recibido, acep-
este caso nos encontramos, realmente, con ción pertinente del verbo representar acep-
la ejecución de actos o negocios jurídicos tada por la Real Academia.
para otros, disfrazados de actos personales La teoría de Demogue nos la presenta
del gestor; en la práctica existen dos con- Gallinal en los términos siguientes: "La
tratos que comportan la ejecución de ne- representación se produce tar1*"- "or la vo-
luntad del representado (mandato conven- representante, no obsta para que los efec-
cional) , sin que él lo sepa (mandato legal) tos se radiquen en el representado, por-
o incluso a pesar de él (abuso del poder de que, para el autor de Essai d'une théorie
representante, gestión de negocios, actos de la representation dans les obligations,
del ex representante en casos de urgencia, se trata, antes bien, de un vínculo entre dos
representación de interdicto legal)". Esta patrimonios que entre personas determina-
teoría, como es fácil verlo, se traduce en la das, pues éstas intervienen solamente co-
indicación de las causas originarias del mo órganos relacionadores; de modo que
mandato, que vienen siendo tres: la volun- el titular de ese patrimonio, a pesar de no
tad del conferente, la ley y el abuso del haber manifestado en el acto su voluntad,
mandatario. recibe directamente todos los efectos, pues
La teoría de Demogue, inspirada en la ha sido sustituido por el representante.
imperante en Francia, es la que ve en el Esto lo explica Levy Ullman exponiendo que
mandato un acto jurídico basado en la re- la modalidad consiste en que al contratar
presentación, la que, según él, su noción se con un representante media la estipulación
aplica a numerosos actos jurídicos de De- tácita de que se actúe contemplatione do-
recho privado o de Derecho público. Afir- mini, esto es, con la intención de radicar
ma este autor francés que la representación la responsabilidad en el dueño o titular y
supone el empleo de un intermediario en- no en quien lo representa.
tre el representado y aquel o aquellos fren- Esto es una ratificación de la doctrina
te a quienes se va a producir el acto ju- que conceptúa la representación como la
rídico, y así el uso del intermediario en- sustitución de la voluntad de una persona,
vuelve una verdadera utilidad y una eco- el representado, por la de otra, el repre-
nomía de tiempo y de actividad, porque se sentante, en la formación del negocio jurí-
evitan múltiples transferencias de dere- dico, porque, al modo de Stolfi, considera
chos y de obligaciones del representante como representante a aquel que declara su
al representado. La representación, para propia voluntad o recibe una declaración
Demogue, es, pues, una simplificación. Sin de voluntad en nombre y en interés ajeno,
embargo, cree que si la representación su- no obstante que en el hecho el represen-
pone un intermediario, no comprende to- tante no expresa su propia voluntad, sino
dos los casos donde hay un intermediario, la voluntad del representado. Por consi-
como por ejemplo en el de la persona que guiente, al establecer esta teoría de que el
se limita a buscarle a otro con quien reali- negocio jurídico lo celebra el representante
zar un contrato, para lo cual sólo facilita se asienta una premisa que no está en un
con su intervención el acuerdo de volun- todo de acuerdo con la verdad, puesto que
tades, o bien el mensajero (nuntius), al el representante si bien interviene en el
que define: "un individuo a quien una per- acto, lo hace en nombre y representación
sona le encarga dirigirse a otra persona pa- de otro, pues de lo contrario se obligaría
ra hacerle a éste una comunicación". Pero personalmente.
asienta Demogue que la representación es La confusión respecto a la naturaleza ju-
distinta del mandato, por lo que puede ha- rídica del mandato pudiera aclararse si se
ber representación sin mandato, como la toma en cuenta que la representación sólo
gestión de negocio, la tutela y mandato sin existe en el mandato y que, al contrario de
representación, como cuando interviene un lo que dicen algunos autores, no existe
prestanombre. mandato sin representación, aunque el pos-
Está conforme este autor en que para que tulado contrario sea cierto, esto es, que
haya representación es necesario que exis- puede haber representación sin mandato.
ta contemplatio domini, vale decir, que el La gestión de negocios, por ejemplo, no es
representante demuestre su intención de un mandato, porque el gestor, sin estar
obrar por cuenta de otro y no por su pro- obligado, asume conscientemente la gestión
pio nombre, y de su lado, el tercero debe de un negocio ajeno, y aunque contrae la
tener conocimiento de esa intención. obligación de continuar la gestión y llevar-
Pero si se analizan las cuatro primeras la a término, no representa al mandante,
teorías, se verá al punto que todas adole- pues éste podría desaprobar lo hecho a su
cen de la falla de no explicar la represen- favor; y si es cierto que el dueño del nego-
tación legal de los absolutamente incapa- cio, cuando éste ha sido bien administra-
ces, como bien lo apunta Avelino León Hur- do, debe cumplir las obligaciones contraí-
tado, profesor de Derecho civil de la Uni- das por el gestor en su nombre, no es por
versidad de Concepción, Chile. virtud de que existe la representación, sino
Este autor nos habla también de la teoría porque lo hecho mediante una buena ad-
de la modalidad para explicar la natura- ministración enriquece al dueño y nadie
leza jurídica de la representación, que con- puede enriquecerse con perjuicio de otro.
sidera formulada por Pilón, según la cual El mandato nacería cuando el dueño rati-
el acto jurídico, si bien es celebrado por el fica la gestión, pues entonces produce los
efectos del mandato, incluso cuando la ges- otros asuntos si no se le otorga tal facultad.
tión haya sido cumplida por una persona Además de la especialidad de constituir
que creía gestionar su propio negocio. una representación, el mandato judicial
Para Demogue, el contrato de presta- tiene otras diferencias de importancia con
nombre es un mandato sin representación; el simple mandato civil.
pero creemos que aquí no se trata de un Sin embargo, el mandato judicial puede
mandato, porque este contrato tiene el efec- provenir no sólo de la voluntad del intere-
to de una gestión en nombre de otro y en sado, sino también de la ley. De esta mane-
su lugar, de modo que establece relaciones ra se evita, principalmente, que los inca-
directas entre el mandante y el tercero; pe- paces queden sin representación ante la vía
ro, al contrario, cuando el mandatario obra jurisdiccional; desde luego que si es cierto
en su propio nombre, como en el caso del que ellos tienen la legttimatio ad causam,
testaferro, el poderdante no tiene acción carecen de la legttimatio at processum; que,
contra aquellos con quienes contrató el por otra parte, las personas morales mal po-
prestanombre, y hay más: éste queda obli- drían defender sus derechos o intereses si
gado directamente hacia la persona con la ley no les concediera la debida protec-
quien contrató, como si el negocio fuera ción, dándoles el representante judicial que
suyo propio; y esto sucede porque en la las defienda.
gestión no hubo contemplatione domini, La ley, por tanto, para proteger la repre-
desde luego que el gestor no demostró la sentación en juicio de ciertos incapaces, a
intención de proceder por cuenta de otro. fin de que puedan presentarse a ventilar o
En este supuesto, el contrato no puede ser discutir sus cuestiones ante los tribunales
de mandato; podría ser el de comisión o de justicia, confiere expresamente esa re-
el de corretaje, pero nunca el de mandato, presentación, como sucede en los casos de
por más que en el hecho el gestor cumpla los menores de edad, los entredichos, las
instrucciones del dueño del negocio. personas jurídicas, los ausentes. En estos
Para llegar a la conclusión de que ni la casos existe la representación o el manda-
gestión de negocios ni el contrato de pres- to legal; y si es verdad que el representado
tanombre son mandato, bastaría tener pre- no confiere directa y voluntariamente la
sente que no envuelven la representación representación o el poder, este conferimien-
como sí la contiene el mandato, y que la to lo efectúa la ley, presumiendo así el que-
representación se caracteriza por estas dos rer del representado.
condiciones: a) el representante debe de- Especialmente en la materia procesal el
clarar su voluntad de acuerdo con las fa- mandato no puede ser ejercido por cual-
cultades conferidas; y b) el representante quier persona que tenga capacidad civil;
y el tercer contratante deben tener la in- se requiere algo más: que el mandatario
tención común de que las relaciones que esté revestido de facultad legal para ejer-
nazcan del negocio jurídico que celebren se cer poderes en juicio. Existe en verdad la
reflejen sobre el patrimonio del represen- libre defensa, pero ella ha sido mirada con
tado. Condiciones éstas que no podrían apli- recelo por el legislador moderno; de modo
cársele a la gestión de negocio ni al presta- que en algunos países ha sido suprimida,
nombre. como en Venezuela. La tendencia es per-
Lo expresado puede extenderse al man- mitirla únicamente a los titulados en De-
dato judicial, porque éste también es un recho, acaso inspirado ese propósito en aquel
contrato consensual por virtud del cual una concepto de Bentham, bien conocido, de que
persona, el mandatario, representa a otra, suprimida "la abogacía, un injusto agresor
el mandante, en la defensa de su persona o tendría dos ventajas de una naturaleza
Intereses ante los tribunales de justicia. igualmente opresora: la que deriva de una
Salvo las legislaciones donde la asistencia índole osada respecto de otra débil y pusi-
de abogado es obligatoria, es de principio lánime, y la de una posición elevada res-
en la materia que todo individuo tiene el pecto de un humilde e inferior". De allí que,
derecho de comparecer personalmente a los para este célebre autor, en una cuestión
tribunales jurisdiccionales para defenderse dudosa o compleja que se discutiera judi-
o defender sus derechos o intereses; pero cialmente, esas ventajas reían muy peligro-
pudiera suceder que la parte no puede asis- sas para la justicia; y continúa afirmando
tir ella misma a esos tribunales, y entonces que los abogados no se niegan a nadie y
confía su representación a un mandatario, restablecen la igualdad entre los litigantes,
quien habrá de representarla de acuerdo pues la misma rivalidad que existe entre
con. las facultades que se le confieran en la ellos, "les hace desplegar en cada ocasión,
respectiva escritura de mandato. El man- sea quien quiera su cliente, rico o pobre,
dato judicial no se diferencia del mandato grande o pequeño, plebeyo o ilustre, toda
civil sino en su objeto, puesto que se con- la fuerza del talento que poseen y que no
trae a la representación ante los tribuna- pueden dejar de emplear sin perjudicarse
les, sin que el apoderado pueda gestionar a sí mismos. El honor y el interés son aquí
auxiliares de su deber". Esto indica la razón tos en los países americanos, pues existe un
de que si es verdad que algunos países han "Protocolo sobre uniformidad del régimen
suprimido la orden para permitir la libre legal de los poderes", el cual fue suscrito en
defensa o el libre ejercicio de la representa- Washington el 17 de febrero de 1940.
ción judicial, bien pronto han tenido que Este Protocolo se debe a la recomendación
rectificar, llamando de nuevo al abogado. de la Séptima Conferencia Internacional
Naturalmente que el principio que prohibe Americana, de acuerdo con la Resolución
la libre representación judicial, ha tenido y número XLVIII, que estableció la designa-
tiene que ceder en los lugares apartados ción por el Consejo Directivo de la Unión
donde no existe el número suficiente de abo- Panamericana ,de una Comisión de Exper-
gados' en ejercicio. tos, formada por cinco miembros, para que
II. El mandato judicial no debe ser tácito redactara un proyecto de unificación de le-
ni privado porque destinado a surtir efectos gislaciones sobre simplificación y uniformi-
en frente de la contraparte en el proceso dad de poderes y personería jurídica de
donde se requiera, es imprescindible demos- compañías extranjeras, si tal unificación era
trar de modo fehaciente las facultades que posible. Al efecto, la Comisión de Expertos
se le han conferido al mandatario, para que redactó un proyecto, el cual fue sometido a
esa contraparte pueda saber a satisfacción los gobiernos de las repúblicas americanas,
si realmente el que se atribuye la represen- y revisado de acuerdo con las observaciones
tación de su contraparte la tiene de modo de esos gobiernos, fue aprobado por los res-
que sean válidos los actos que ejecuten. De pectivos plenipotenciarios y depositado en
allí que en algunos países se requiera que la Unión Panamericana y abierto a la fir-
el mandatario sea constituido por escritura ma. Según su articulado, los poderes otor-
pública o auténtica; también se considera gados en un país americano destinado a
suficiente en otros, que la escritura sea pri- obrar en el extranjero, deben llenar las for-
vada. Pero generalmente se requiere docu- malidades indicadas en el protocolo, y se
mento público o auténtico, es decir, que el diferencian según se trate de poderes con-
conferimiento se efectúe ante la autoridad feridos en el propio nombre del otorgante,
que tenga facultades para dar fe de los ac- que sea persona natural, y aquellos que lo
tos que se lleven a cabo en su presencia. son en nombre de un tercero o fuere dele-
Sin embargo, el otorgamiento del poder es gado o sustituido por el mandatario, y asi-
un asunto de prueba, y por lo tanto el hecho mismo, si lo fuere en nombre de una per-
de que el apoderamiento se haya efectuado sona jurídica.
de modo tácito no lo viciaría de nulidad y el Estas reglas, en síntesis, son las siguientes:
poderdante podría ratificarlo oportunamen- a) Poderes en nombre de una persona na-
te. En el Derecho procesal alemán es con- tural: En este caso el funcionario que auto-
siderado el poder expresamente como asunto rice el acto dará fe de conocer al poderdante
de prueba, pues el artículo 80 del Código y de que éste tiene capacidad legal para
procesal civil, es claro al respecto cuando el otorgamiento, b) Poderes conferidos en
preceptúa, que él apoderado deberá justifi- nombre de un tercero o delegado o susti-
car su calidad presentando el poder por es- tuido: El funcionario dará fe de conocer y
crito y haciendo que se tome nota de él en tener capacidad el mandante del represen-
los autos; pero aun en las legislaciones co- tante de éste, delegante o sustituyente, y
mo la venezolana que expresamente requiere además de que el representante tiene efec-
que el poder para actos judiciales debe tivamente la representación en cuyo nom-
constar en forma auténtica, suponemos que bre procede, que esta representación es le-
también es exigido como asunto de prueba gítima según los documentos que se le hayan
y, así, procederá de igual modo la oportuna presentado, los cuales mencionará especí-
ratificación, porque el apoderamiento que ficamente, con expresión de sus fechas y
no se haya efectuado en forma auténtica de su origen o procedencia, c) Poderes en
podrá ser rechazado por el interesado, pero nombre de una persona jurídica: El funcio-
los actos que ejecute ese apoderado, si no nario además de las certificaciones que debe
son objetados por la contraparte y los rati- dar en los casos de los otros poderes refe-
fica el representado, tendrían validez. Esto ridos, dará fe de la constitución de la per-
está en perfecta armonía con el conocido sona jurídica, de su sede, de su existencia
principio ratihabitio mandato equiparatur. legal actual, y que el otorgamiento está en-
El mandato puede conferirse también apud tre los actos que constituyen su objeto o¿
acta; esto es, en las propias actas del pro- actividad. Esta declaración la fundamentará
ceso donde va a surtir sus efectos y en este el funcionario en los documentos que le
caso debe conferirse ante el funcionario del fueren presentados, documentos que deberá
Tribunal respectivo que tenga facultades mencionar con expresión de sus fechas y
notariales para ello. origen.
Debemos hacer mención especial del otor- Las declaraciones del funcionario podrán
gamiento de poderes que van a surtir efec- ser destruidas mediante prueba en contra-
rio; pero no será menester la tacha de fal- dará fe de que conoce al otorgante, según
sedad para conseguir ese objeto, cuando la los documentos que ha producido".
objeción se fundare únicamente en la erró- También existe en derecho y en la legis-
nea apreciación o interpretación jurídica en lación la representación o mandato sin
que hubiere incurrido el funcionario. De poder: un representante no tiene poder
modo expreso establece el protocolo que no cuando actúa en nombre de otro en un pro-
se requiere la aceptación del mandatario en ceso, sin que necesite escritura de mandato;
el propio acto del otorgamiento, pues ella caso bien diferente de aquél en que al que
resultaría del ejercicio mismo del poder. se dice representante no se le ha conferido
Merece anotar también, que los poderes poder o se excede en sus facultades al ejer-
judiciales, al decirse en ellos "que se otor- cerlo, en cuyo supuesto, la gestión no podrá
gan con todas las facultades generales y las tener validez sin la debida ratificación.
especiales que requieran cláusula especial, Al mandatario sin poder, que, no obstan-
conforme a la ley", se consideran suficientes te, es un mandatario procesal, le provienen
o bastantes para todos los actos, sin restric- las facultades de representación de la pro-
ción o limitación alguna, y esto será así aun pia ley, y por consiguiente no necesita rati-
contra lo dispuesto en contrario establecido ficación al ejecutar actos dentro de la órbita
por la legislación del respectivo país. legal: tiene, pues, representación legal y
Para el ejercicio del poder no se requiere como tal representa al interesado dentro del
ser registrado ó protocolizado en oficinas proceso, aunque naturalmente en la exten-
determinadas, fuera de la legalización, pero, sión que le da la ley, que generalmente no
sin perjuicio de que se practiquen el regis-
tro o la protocolización, cuando así lo exija liega a los actos que exceden de la simple
la ley como formalidad especial en deter- administración, por lo que le estaría vedado
minados casos. ejecutar actos que envuelvan enajenación,
Otra prescripción del protocolo digna de como la transacción, el desistimiento, el
destacarla, es aquella que autoriza a cual- convencimiento, el compromiso, etcétera.
quier persona, que de acuerdo con la ley, En este acto de representación legal se
pueda intervenir o hacerse parte en un pro- encuentran: el padre, o la madre en su
cedimiento judicial para la defensa de sus defecto, por su hijo legítimo o el natural
intereses, podrá hacerse representar por un reconocido o adoptivo; el heredero por su
gestor, siempre que éste presente por escrito coheredero y el comunero por su condueño,
el poder legal necesario; o de que mientras en lo relativo a la comunidad; o viceversa,
este representante no acredite su persone- cuando el hijo tiene capacidad legal. En
. ría, preste fianza o caución a discreción del algunas legislaciones, al menos la venezo-
Tribunal para responder de las costas o de lana, por el demandado puede presentarse,
los perjuicios que puede causar su gestión. sin poder, cualquiera que reúna las cuali-
Esto es la caución de rato et grato, que re- dades necesarias para ser apoderado ju-
dicial.
quieren algunas legislaciones para garanti-
zar la ratificación del mandante. Pero en el derecho procesal venezolano y
en otros, el que gestiona sin poder está obli-
Según el protocolo, los notarios ante los gado a prestar caución real o personal, para
cuales se otorga el mandato se consideran el caso de que no le sea aprobada la re-
investidos para ejercer funciones y atribu- presentación: es la caución de rato et grato,
ciones equivalentes a las conferidas a las que equivale a garantía de ratificación y
notarías por las leyes del país destinatario, agradecimiento.
y esto es aplicable también a las autorida- Igualmente ordena nuestro procedimien-
des y funcionarios que ejerzan funciones to, que ciertas instituciones como el Estado,
notariales conforme a la legislación de sus las iglesias, etcétera, sean representadas en
respectivos países. juicio por sus respectivos procuradores, vi-
De igual modo el protocolo reglamenta el carios o rectores o administradores.
otorgamiento de los poderes que no son ju- El representante legal, a pesar que su re-
diciales y pauta expresamente que cualquier presentación emana de la ley, debe actuar
Estado que desee aprobarlo puede hacerlo en nombre de su representado, en razón de
con modificaciones, las que deberá declarar que él rio es parte, sino la persona que re-
antes de su firma. Que sepamos, el repre- presenta y los efectos de su actuación se
sentante de Venezuela modificó el artículo reflejan sobre su representado.
1? del protocolo en la forma siguiente: "I. Si El mandatario procesal sin poder no es,
el poder lo otorgare en su propio nombre en nuestro concepto, un gestor de negocios,
una persona natural, el funcionario que y de allí que la actuación se realiza expre-
autorice el acto (notario, registrador, escri- samente a nombre de otro y no personal-
bano, juez o cualquier otro a quien la ley mente: su actuación se presume que es
del respectivo país atribuyere tal función) realizada en interés y beneficio de su re-
presentado, dados los estrechos vínculos que para representar a la parte en una instan-
le unen a él; o el respeto a la dignidad de cia, y así se llama poder para la instancia.
la profesión si se tratase de la representa- Naturalmente que el poder conferido para
ción por un abogado. la representación judicial, aun cuando no
La sustitución del mandato procesal re- sea general, trasmite facultad para concu-
quiere ciertas formalidades especiales que rrir a los actos del proceso, que legalmente
conviene expresar: la sustitución es el tras- constituyen actos de su secuela, como son
paso del poder a otra persona, reservándose la contestación de la demanda, proponer
o abandonando la representación. Como es, reconvención, citar de saneamiento, promo-
en síntesis, el conferimiento del poder que ver y evacuar pruebas, informar, intentar
se va a ceder o traspasar, a fin de que los recursos ordinarios, pedir medidas cautela-
interesados tengan conocimiento de las fa- res y, en fin, ejecutar todos los actos pro-
cultades que confiere. Generalmente el fun- cesales que pudiera efectuar el conferente,
cionario que le da autenticidad certifica en a excepción de aquellos que según la ley del
la misma escritura de sustitución la exac- lugar requieran facultad expresa.
titud de la copia del poder que se sustituye, El mandatario ad-litem tiene, pues, las
y esa certificación se efectúa en el mismo más amplias facultades para representar al
escrito de sustitución. Como el otorgamien- mandante en el proceso; pero, siempre que
to de poder se debe principalmente a la su actuación tienda a la mejor representa-
confianza que se le tiene al mandatario, es ción de aquél, sin perjuicio o detrimento de
natural que la sustitución no se efectúe sin sus intereses.
el consentimiento del poderdante; sin em- La extensión del mandato está especifi-
bargo, como muchas veces no es posible con- cada y caracterizada de un modo general
sultar con el conferente ni nada se ha pre- en el artículo del Código de procedimiento
visto en él respecto a sustitución, el sustitu- civil argentino, que dice: "El poder confe-
yente es facultado por la ley, en algunas rido para un pleito determinado, cualquiera
legislaciones, para sustituir, pero respon- que sean sus términos, se entiende compren-
diendo por la aptitud y solvencia del susti- der la facultad de interponer los recursos
tuido. Pero es de advertir que la sustitución legales y seguir todas las instancias a que
puede ser general o parcial. haya lugar. Se entenderá también que com-
III. El mandato judicial, al modo del ci- prende la facultad de intervenir en los inci-
vil, puede facultar al mandatario para todos dentes de lo principal y ejercitar todos los
los actos que desee ejecutar el mandante, o actos que ocurran durante la secuela de la
bien, para alguno o algunos, solamente, litis, excepto aquellos para los cuales la ley
porque el mandato puede ser para todos los requiera facultad especial o los reservados
actos judiciales que tenga o se le presenten expresamente en el poder".
al poderdante, o para uno o varios de sus La expresión del mandato conforme a las
asuntos, y así el mandato judicial será ge- facultades que comprende por conferimiento
neral o especial. Pero es universal el criterio del mandante o por disposición de la ley,
de que el mandato concebido en términos obliga a éste a pagar los honorarios conve-
generales, esto es, que no determine espe- nidos o fijados legalmente, así como a las
cíficamente los actos judiciales que pueda resultas del juicio, puesto que es una con-
ejecutar el apoderado, no comprende poder secuencia de la debida ejecución del con-
o facultad para transigir, desistir, convenir, trato; ejecución que por virtud de la repre-
ceder los derechos litigiosos, anunciar re- sentación que envuelve se considera como
cursos extraordinarios, comprometer, ni si hubiese sido realizada directamente por
darse por citado en los pleitos, etcétera, el poderdante.
porque en estos casos, como exceden de la Pero siendo consensual el mandato y por
simple administración, debido a su impor- lo tanto aceptado por el mandatario, éste
tancia, se supone que para considerar con- contrae obligaciones, que son convencionales
ferido el poder de ejecutarlos, se requiera o legales. Así está obligado a continuar la
que aparezca manifiesta, explícitamente por representación en el proceso en tanto en
el poderdante, la intención de trasmitir esa cuanto no haya terminado el mandato por
facultad de obrar. Y esto tiene su razón de cualquiera de sus causas; y de allí que el
ser, además, en el hecho de que el manda- mandatario no podrá abandonar el pleito
tario no podría con su gestión personal contra la voluntad del poderdante ni sus-
comprometer los derechos que representa pender ni obstaculizar el curso del proceso,
hasta el punto de enajenarlos o disminuir- porque ello lo haría responsable de los daños
los en cualquier forma, si esta facultad de y perjuicios que ocasionare.
disponer no la ha manifestado expresamen- La aceptación del mandato implica la
te el poderdante. En algunas partes se con- obligación por parte del mandatario de reali-
ceptúa como poder especial el conferido zar todo aquello que se requiera para el
cabal cumplimiento o ejecución del objeto en la defensa de los intereses que le han
del mandato; pues esa aceptación le da na- encomendado y que le pertenecen en parte
cimiento a determinadas relaciones entre hasta el punto que influenciado por ese
él y su representado, de cuyo cumplimiento interés personal empleará manejos de mala
depende la satisfacción del propósito que ley para obtener el triunfo.
tuvieron en cuenta las partes para darle La Partida 3^ título VI, ley XIV, fue
vida al mandato. categórica al efecto al decir: "Otrosí defen-
Como el mandatario obra por represen- demos, que ningún abogado non sea osado,
tación, el límite de su obrar está en las fa- de fazer postura con el dueño del pleito, de
cultades conferidas por el mandante o por recibir cierta parte de quella cosa, sobre que
la ley, y por ello los efectos del actuar se es la contienda. Porque tovieron por bien
radican ro en el mandatario sino en el los Sabios Antiguos, que cuando el abogado
mandante, y es a nombre de éste que se sobre tal postura razonasse, que se trabaja-
dictan las resoluciones en el proceso; y la ría de fazer toda cosa, porque la pudiesse
ejecución del proceso es contra él, como lo ganar, quien a tuerto, quien a derecho...".
es la cosa juzgada, y las costas no pertene- La referida Partida 3^ llegaba al extremo
cen al mandatario sino al mandante, a mo- de castigar al abogado que infringiera esa
do de indemnización por lo que haya gas- disposición, ordenando: "que después que le
tado en el proceso. fuere provado, non puede razonar por otri
IV. El mandato judicial fue gratuito en en juyzio, assl como persona enfamada; e
un principio, especialmente en Roma, pero demás, que el pleyto que oviere puesto con
como dice Bielsa, "la vida moderna ha cam- la parte, que non le vala".
biado ese concepto sin alterar la prístina
dignidad del jurista". Era, pues, bien severo el castigo, e inspi-
No hay duda, pues, de que el abogado de radas en ese precepto y el romano, muchas
nuestros tiempos tiene el derecho de cobrar legislaciones modernas son también preci-
honorarios por sus gestiones profesionales. sas en la prohibición; no obstante, no fal-
Bien sea el contrato que celebre el abogado tan legislaciones y doctrinas que admiten la
con su representado un contrato de man- cuota-litis. Nosotros hoy ratificamos nues-
dato, como dijo Pothier, inspirado en las tra opinión de que realmente carece de fun-
enseñanzas del Derecho romano, que pro- damento el argumento en que se basa la
hibía remunerar al abogado, como lo esta- prohibición; desde luego que no es el propio
bleció expresamente la ley Cincia; un con- interés en el objeto del litigio lo que induce
trato sui génerís o innominado, como lo al abogado a faltar a la ética profesional
pensó Garsonnet; una locación de servicios, en la defensa, sino su temperamento, su
según Baudry-Lacantinerie; cualquiera que educación y cultura, sus condiciones mora-
sea la naturaleza jurídica del vínculo nacido les, en fin, pues de su modo de ser depende
entre el abogado y el cliente, está fuera de esencialmente que en la defensa se dirija
duda que aquél tiene derecho a cobrar su por el buen o el mal camino.
trabajo; pero el problema se presenta hoy, V. El mandato procesal tiene marcadas
en cuanto a saber si el abogado puede ce- diferencias en las legislaciones alemana, es-
lebrar con su cliente algún pacto o contra- pañola, francesa e italiana, que de Europa
to de venta, donación, permuta u otro de han sido las inspiradoras del Derecho pro-
esa clase sobre las cosas objeto de la acción; cesal latino americano; e igualmente en la
es decir, si puede celebrar la negociación argentina, mexicana y la venezolana, tres
legislaciones de América, escogidas también
que se denomina cuota-litis. Algunas legis- por las señaladas desemejanzas que pre-
laciones, como la venezolana, la prohiben sentan.
expresa y terminantemente. El estudio comparativo de estas legisla-
Como hemos expuesto en otra ocasión, sí ciones nos deja ver a las claras que, por
bien esta prohibición ha sido constante en ejemplo, la legislación procesal italiana tie-
las legislaciones desde la época del Dere- ne en el Código de procedimiento civil un
cho romano, en nuestros tiempos, puesto título dedicado especialmente a las partes
que es universal el reconocimiento del de- y los defensores, dividido, en lo que respecta
recho del abogado a cobrar la remuneración a estos últimos, en sendos capítulos relati-
de su trabajo, se nota una tendencia a ad- vos a los defensores, sus deberes y sus res¿
mitir esa clase de contratos, porque se con- ponsabilidades; título ése que en la legis-
sidera infundado el razonamiento que le ha lación alemana existe con la denominación
servido de base secular a la prohibición, de "Representación y asistencia de las par-
consistente en suponer que el profesional tes en el proceso", cuya sola enumeración
interesado personalmente en las resultas del indica la disimilitud existente entre las dos
proceso, por virtud del contrato de cuota- legislaciones. Pero la diferencia es mayor
litis, habrá de empeñarse apasionadamente entre las de los otros países nombrados. Así
la española denomina la sección pertinente: ran de norma de conducta y dejar al mismo
"De los litigantes, procuradores y aboga- tiempo que en los casos no previstos la cues-
dos"; la francesa distingue el título respec- tión quedase a la soberana apreciación del
tivo con la denominación de "Constitución juzgador. Sin embargo, deseamos advertir
de abogados y defensores". En cuanto a las que no somos partidarios de la Abogacía del
legislaciones hispanoamericanas nombradas, Estado y, por lo tanto, rechazamos el patro-
la de México, según el Código de 1884, el cinio en forma de empleo. El problema que-
capítulo I trataba "De la capacidad de los daría resuelto con preceptos que constitu-
litigantes", que el Código de 1943 sustituyó yeran valla o barrera a la infidelidad o
por la denominación de "Personas que pue- violación de los deberes profesionales, cuan-
den intervenir en un procedimiento judi- do están cercanas al dolo o al daño a la
cial", modificando de este modo la leyenda parte representada; la prevaricación, y,
con que distinguió ese título el Código de principalmente, lo que se ha llamado el
1932, que fue: "De la capacidad y persona- alarde de la influencia que se ha puesto tan
lidad". En cambio, las legislaciones argen- de moda en nuestro tiempo.
tina y venezolana, la primera regula la Pero debemos advertir que sería prudente
materia en disposiciones generales y la com- distinguir entre la culpa o el dolo y el error
prende en el capítulo relativo a las partes, profesional, a fin de rio considerar como
al igual de la legislación segunda. deslealtad o falta de probidad lo que sólo
Y si hemos presentado ese ligero panora- es consecuencia de falta en la interpreta-
ma de las citadas legislaciones extranjeras, ción de las disposiciones legales, falta en
es para exponer la conveniencia de que en la que puede incurrir, sin intención, el pro-
las futuras reformas a la legislación pro- fesional más versado en su ciencia.
cesal se tome en cuenta el beneficio que VI. El mandato procesal termina por cau-
acarrearía la introducción de un título es- sas voluntarias o indeliberadas: siendo el
pecial relativo al mandato procesal, en el contrato de mandato de carácter consensual
cual se reglamentara con precisión todo lo y una manifestación unilateral de voluntad,
pertinente a la constitución y forma del es lógico que así como el querer del man-
mandato, obligaciones del conferente y del dante influye determinantemente en su
mandatario, cesación del mandato y su sus- constitución, igualmente interviene en su
titución, sin olvidar lo que toque a la re- terminación. Causa de esto es, pues, la revo-
presentación o mandato legal. Las legisla- cación por el que lo ha conferido: la revo-
ciones alemana e italiana podrían servir de cación es el retiro de la confianza que ins-
magníficos modelos; especialmente aquellas piró al mandante la persona del mandata-
disposiciones del Código italiano referentes rio; es, como dice Rosenberg, "el retiro del
al patrocinio y a las que imponen al man- consentimiento contenido en el poder y una
datario judicial el deber de lealtad y pro- declaración unilateral del poderdante".
bidad; superando los preceptos del Código Pero la manifestación de esa voluntad de
hacer
de Italia en esta materia, mediante la enu- o tácita:cesar el mandato, puede ser expresa
no bastaría la presencia de la
meración, sin carácter limitativo, de lo que parte en el proceso para que se presuma la
pudiera llevar al ánimo del juzgador el ver- intención de revocar el poder que ha con-
dadero concepto de esas dos palabras. ferido; se requiere que así lo manifieste de
Sabemos de lo peligrosas que son las defini- modo inequívoco; sin embargo, como el
ciones, y no hemos olvidado aquella expre- otorgamiento del poder es signo de confian-
sión de Redenti al apuntar que puede parecer za en la pericia y honradez del mandatario,
paradójico que el párrafo de su "Derecho algunas legislaciones, como la nuestra, con-
procesal civil" relativo a los deberes de las sideran señal de la intención de revocar el
partes y de los defensores fuera el más breve poder la presentación de otro apoderado
del tratado, pues no menos esmirriado es para el mismo pleito, salvo la manifestación
el correspondiente capítulo del Código, que en contrario. Pero la revocación no surte
sólo tiene dos artículos para reglamentar la efectos contra terceros, sino desde que se
cuestión, en vista de que es una verdad para introduzca en el proceso; esto es, desde que
él, "que no se pueden construir provecho- haya en las actas constancia de la revo-
samente doctrina o disciplinas generales de cación.
la especie variabilísima e impropia de obli- Así como el poder puede ser revocado por
gaciones y cargas a que pueda dar lugar el el conferente, el mandatario tiene facultad
proceso en su desarrollo, si se hace abs- para renunciarlo, y asimismo, esta renuncia
tracción de las situaciones particulares y no surte efectos en el proceso, sino desde
contingentes en que se encuentran". Sin que consta en el expediente. Es que en el
duda ambas palabras por su carácter tan proceso el expediente es la fuente de co-
subjetivo son de difícil definición; pero la nocimiento de las partes, y de allí que mien-
ley podría establecer principios que sirvie- tras el acto jurídico no figure en él, carece
de efectos, aun cuando se trate de hechos MANDATO Y GESTIÓN DE MINAS. (V.
contenidos en documentos públicos o autén- PROPIEDAD MINERA.)
ticos, que, como se sabe, tiene efectos erga
omnes. MANÍAS. (V. DEMENCIA.)
Entre las causas indirectas o involuntarias
de terminación del mandato, podemos citar MANIFESTACIÓN (Juicio DE) . (V. Juicio
la muerte del mandante y del mandatario; DE MANIFESTACIÓN.)
esto debido, con respecto al primero, por el
hecho de que si bien los herederos repre- MANIFESTACIÓN DE LA VOLUNTAD.
sentan la persona del de cujus, basado como (V. VOLUNTAD [MANIFESTACIÓN DE LA].)
está el mandato en sentimientos de confian-
MANIFIESTO (EN DERECHO MARÍTIMO) *,.
za, acaso los herederos no la tengan y ne-
cesiten el nombramiento de otro apoderado. En sus artículos 925, 926 y 927, el Código de
Lo mismo puede decirse en el caso de la Comercio indica los litaros y documentos que
muerte del apoderado. A base de esa misma el capitán del buque debe llevar a bordo
(ver CAPITÁN DE BUQUE) . Con respecto a la
razón, se justifica la cesación del poder,
carga (art. 925, inc. 6?) hace mención espe-
cuando el poderdante se separe de las ac-
cial a "las pólizas de fletamento, en los casos
ciones o defensas deducidas en el pleito o
en que hubiesen tenido lugar, y los cono-
hubiera cedido o trasmitido los derechos
deducidos en el proceso. cimientos de la carga que existiere a bordo".
Complementario de éstos son el manifiesto
La caducidad de la personalidad del que de carga y el manifiesto o lista de rancho.
confirió el poder es otra causa indirecta de (Malagarriga, Derecho Comercial, Bs. Aires,
terminación, porque ello implicaría un cam- 1952, t. III, pág. 120.)
bio de la representación legal. Lo mismo Documentación que reconoce su origen en
puede decirse si se presentare el caso de el Derecho marítimo francés, y a través de
pérdida de la capacidad procesal del man- éste, en el español (Consulado del Mar y
dante. Ordenanzas de Burgos), dice a su respecto
Cuando el mandato es parcial para deter- Alejandro de Bacardi en su Diccionario de
minado proceso, terminado éste cesa el po- Derecho Marítimo de España (Barcelona,
der, porque entonces está cumplido el objeto 1861) : "Es la relación que los capitanes o
para el cual fue conferido. patrones de los buques deben presentar a los
BIBLIOGRAFÍA. — Luis Sanojo, Exposición del Código de puertos de España, expresando el número,
procedimiento civil venezolano. — Ramón F. Feo, Esíwdios
sobre el Código de procedimiento civil venezolano. — Ar- cantidad y calidad de los géneros y efectos
minio Borjas, Comentarios al Código de -procedimiento que conducen a bordo. Tiene por objeto evi-
civil venezolano. — Pedro Pineda León, Lecciones ele- tar las maniobras fraudulentas que pudie-
mentales de Derecho procesal civil. — Hugo Alsina, Tra-
tado teórico y práctico de Derecho procesal civil y co- ran hacerse en alta mar, y sobre todo en
mercial. — Raymundo L. Fernández, Código de procedi- la proximidad de las costas; sirve también
miento civil y comercial de la Capital de la nación argen-
tina. Concordado y comentado. — Ricardo Reimundin, para facilitar el fondeo, y de garantía a la
Derecho procesal civil. — G. Cabanellas, Diccionario de Administración para recaudar los derechos".
Derecho usual. — S. Sentís Melendo, Teoría y práctica, del
proceso. — Rafael Gallinal, Manual de Derecho procesal
En sus artículos 20 y siguientes, las Orde-
civil. — David Stichkim B., SI mandato civil. — Avelino nanzas de Aduana de la República Argentina
León Urtsdo, La voluntad y la capacidad de los actos establecen las condiciones a que debe ajus-
jurídicos. — Eduardo Pallares, Diccionario de Derecho pro-
cesal civil. — Demetrio Sodi, La nueva ley procesal. — Ja- tarse el manifiesto, connotaciones que recoge
mes Goldschmidt, Derecho procesal civil. — Leo Rosem- el Reglamento Consular en su artículo 429,
berg, Tratado de Derecho procesal (traducción de Angela
Romera Vera, Ed. B. Carlos y Ernesto Krotcschin). — figurando en su Apéndice el siguiente mo-
O. Lenel, "Mandato y poder", Revista de Derecho Privado, delo de manifiesto:
n<? 135. — José María Manresa y Navarro, Comentarios a
la ley de enjuiciamiento civil. —Jaime Guasp, Comentarios
a ía ley de enjuiciamiento civil. — Manuel de la Plaza,
Derecho procesal civil español. — Francisco Bonet, "Al-
gunas figuras afines al contrato de mandato", Revista
General de Legislación y Jurisprudencia, diciembre de
1948, n(.> 6. — Guillermo García Valdecasas, "La esencia
del mandato", .Revista de Derecho Privado, n<.> 331. — Fran-
cesco Carnelutti, Sistemas de Derecho procesal civil. —
Lodovico Mortara, C omine ntario al Códice de procedura
civile. —- Enrico Redenti, Derecho procesal ciiñl (traduc-
ción de Santiago Sentis Melendo y Marino Ayerra Redinj
— Rene Demogue, Traite des obligations en general. —
Charles Falque-Pierrotin, Le mandat. Ses eleménts consti-
tutifs. — E. Garsonnet y Ch. Cezar-Bru, Traite théorique
et pratique de procedure civile et commerciale.

MANDATO LEGISLATIVO. (V. PARLA-


MENTO.) * Por el Dr. MELCHOR ECHACÜE.
SEGUNDA PARTE - ANEXO 6 - 217

NUMERO 72
MANIFIESTO PARA LA CARGA del (clase, bandera y nombre del buque) Capi-
tán . . . . . . . . . . . . . del porte de . . . . . . . . . . . . . toneladas y . . . . . . . . . . . . . personas de tripu-
lación, incluso el Capitán que hace el viaje de . . . . . . . . . . . . . a . . . . . . . . . . . . . (puerto de
destino) consignado a . . . . . . . . . . . . .
(Artículo 429, R.C.)

Cantidad Peso
Consignatario Total de
.Marcas Números Envase de 0 Contenido Remitente
(si es a la bultos para
orden debe cada
Envases Volumen
determinarse) consignatario

Yo . . . . . . . . . . . . . Capitán del expresado buque, declaro que no he embarcado otra car-


ga a bordo en este puerto que la arriba expresada, excepto las provisiones del buque, y que
durante mi viaje haré por escrito cualquier otra declaración que deba agregar a las de
este manifiesto, tanto por falta como por aumento de volúmenes, a fin de entregarla con
dicho manifiesto y los correspondientes conocimientos a la primera visita de aduana que
viniese a bordo del buque de mi mando en el puerto de destino.
(Lugar y fecha) (Firma del Capitán)
El Cónsul de la República Argentina en . . . . . . . . . . . . . certifico que este manifiesto,
conforme con (tantos) conocimientos y (tantos) certificados de encomienda, está forma-
lizado con todas las declaraciones exigidas por los reglamentos de Aduana de la Re-
pública Argentina, sin enmiendas, raspaduras, ni interlineaciones. En fe de lo cual firmo
el presente, poniéndole el sello del Consulado.
(Lugar y fecha) (Sello) (Firma del Cónsul)
N<? de orden.
N"? del arancel.
Derecho que corresponda abonar en la Aduana de destino en pesos m/n.

De acuerdo a las recientes modificaciones Derecho público y de Derecho privado. For-


de la legislación consular en materia de mas de matrimonio. Derecho público. Propie-
despachos de buques, en la actualidad el dad. Herencia. Compra-venta. Contratos. Usu-
ra. Depósito. Disposiciones de la ley sobre
manifiesto no requiere la intervención del organización de la sociedad. Régimen de De-
cónsul, siendo conformado directamente por recho internacional.
la autoridad aduanera en el puerto de des-
tino. Dadas las circunstancias especiales, geo-
gráficas y ambientales de la India antigua,
BIBLIOGRAFÍA.—La citada en el texto.
que dificultaban en grado sumo las comu-
MANOS MUERTAS. (V. AMORTIZACIÓN. nicaciones, no resultaba factible la aplica-
DESAMORTIZACIÓN.) ción de un Código o legislación única a la
totalidad del país. En los asuntos de la vida
MANÚ (LEYES D E ) . * SUMARIO: Carácter esen- ordinaria el lugar de la ley era ocupado por
cial de estas leyes. Régimen de castas. Posi- los dharmqsastras locales, que eran en reali-
ción de los brahamanes. Privilegios y obliga- dad textos métricos en los que se contem-
ciones. Normas religiosas. Disposiciones de plaban los deberes y reglas de casta desde
un punto de vista que favorecía absoluta-
* Por la Dra. MARÍA E. ITZICSOHN DE FISCHMAN. mente a los brahamanes. El más antiguo y
trascendente de estos compendios legales suponer que Manú era el nombre o apodo
ha llegado a nuestros días bajo la denomi- de un braham erudito al que luego se divi-
nación de "Código o Leyes de Manú". nizó.
La denominación primitiva de las mismas Carácter esencial de estas leyes: Régimen
era "Manava-Dharma-Zastra", que, literal- de castas: Más que un sistema de legislación
mente, significa: Mañana, de Manú; Dhar- común, las Leyes de Manú eran un Código
ma, ley; Zastra, libro o tratado. Vale decir, de principios y normas éticas, destinadas,
en nuestro idioma corriente: "Libro de la en un comienzo, a ser manual o guía de una
Ley de Manú". adecuada conducta de castas. Luego, paula-
El primer problema que se plantea al ini- tinamente, fueron consideradas como for-
ciar el estudio de estos textos, es el que se mando parte de un Código de comporta-
relaciona con su antigüedad. Burnell los miento que debía reglamentar todos los as-
considera postcristianos, y afirma que fue- pectos de la vida de la comunidad hindú,
ron redactados, o por lo menos difundidos, y sobre el cual se apoyó, firmemente, el
en el siglo xi de nuestra Era. Su opinión, sistema de castas.
sin embargo, no ha sido confirmada por Fiel reflejo de la organización social, reli-
otros estudiosos, que, si bien divergen en giosa y económica de una época y de un
espacios de siglos, los ubican, unánimemen- pueblo, bien puede decirse que representó
te, en los años anteriores al advenimiento un verdadero monumento a la injusticia,
del cristianismo. cuyo efecto inmediato fue el de reforzar las
Max Muller dice que las Leyes de Manú delimitaciones y arbitrariedades de una so-
fueron escritas, o dadas a conocer, 200 años ciedad dividida en capas estratificadas.
antes de Cristo. Elfistone las hace datar Los principales beneficiarios del sistema
del siglo ix, a. de C., pero acepta la opinión fueron los varones que componían la casta
de muchos de sus colaboradores, quienes brahmánica. A este respecto conviene acla-
afirman que su difusión tuvo lugar unos rar que el rigor del sistema imperante se
650 años antes de la Era crisiana, hacién- fue acentuando con el correr de los años, y
dolas coincidir así, en el tiempo, con el que,_mientras en los días védicos la casta
apogeo del budismo. Schlegel las ubica en el era determinada por el varna o color, más
año 1000 antes de Cristo, mientras que adelante, en la India medieval, lo fue, inexo-
William Jones, Chézy y Loiseleur Deslong- rablemente, por el jati o nacimiento. Se
champs remontan su antigüedad al siglo xn nacía, y se debía vivir y morir, dentro de
de la Era precristiana. una capa social predeterminada y ubicada
Como se ve, estas diferencias de opinión de por siglos, y de la que nadie podía eva-
llegan a abarcar siglos, algunos de los cua- dirse impunemente, ya que el castigo repre-
les pueden haber transcurrido, fácilmente, sentado por el desprecio, se prolongaba por
desde el comienzo hasta la finalización de generaciones.
la obra. Además, no debe olvidarse que los Las ventajas de que disfrutaban los inte-
Códigos no se improvisan, sino que simple- grantes de la casta superior estaban, en
mente reconstruyen y dan fuerza de ley a cierta medida, contrabalanceadas. El ser
situaciones de hecho regidas por la costum- brahmán implicaba el recibir la herencia de
bre. Así, partiendo de este criterio, que re- una condición social privilegiada, pero sig-
presenta una verdad jurídica indiscutible, nificaba también la aceptación del dharma,
bien podemos decir que aunque el cuerpo vale decir, de los deberes y obligaciones tra-
de Leyes de Manú haya sido concretado dicionales de esa casta, que en algunas
600, 800 ó 1000 años antes de la Era cris- oportunidades resultaban verdaderamente
tiana, sus disposiciones tienen por lo me- pesados.
nos una antigüedad real de más de dos Su poder se fundaba en un monopolio de
milenios. conocimientos. Al resto de los individuos,
Manú reconoce y acepta también la in- que componían las demás castas, les estaba
fluencia de la costumbre sobre su obra al vedada la lectura y repetición de los textos
decir: "La costumbre es la suprema ley, de- sagrados, por lo que el brahamanismo se
clarada tal por la revelación y por la tra- convirtió en un culto exclusivo, cerrado a
dición. Por ello habiendo visto los muñís toda posible intrusión.
(sabios), que la ley procede de la costumbre, Esta situación resultaba muy fácil de
la aceptaron como base suprema." mantener frente a un pueblo tan agobiado
Después de ubicar el Código de Manú en por la esterilidad del suelo y la hostilidad
el tiempo, corresponde establecer la perso- de los elementos, como por la indiferencia
nalidad de su autor. ¿Quién fue Manú? o crueldad de sus gobernantes, y para el
Mitológicamente hubo siete Manú, que ri- cual la sabiduría no sólo era un campo
gieron el mundo por delegación divina en la prohibido, sino también un lujo innecesario.
primera época de la creación. Pero ubicán- Estas condiciones históricas especiales, per-
donos en el terreno de la realidad, todos los mitieron que los brahmanes se mantuviesen
elementos de que disponemos nos hacen durante 2500 años como jefes espirituales
indiscutidos, bajo cuya autoridad implaca- contrapesados, por lo menos en parte, por
ble se debatían tres mil castas inferiores, una numerosa serie de obligaciones. El
que constituían en verdad, la representación brahmán no actuaba solamente como sacer-
social y religiosa de otros tantos gremios de dote, debía profundizar el estudio de la ley
la artesanía o de la industria. y de los Vedas, y cumplir, diariamente, con
Posición de los brahamanes. Privilegios y una vida de austeridad y pureza. Debía ba-
obligaciones. A lo largo de todos sus libros, ñarse y afeitarse todos los días, y seguir,
y por medio de innumerables zlocas o dis- además, un complicado ritual higiénico pa-
posiciones, las Leyes de Manú establecen ra cumplir con los imperativos de la natu-
los privilegios de los brahamanes. Su im- raleza. Debía abstenerse de comer carne y
portancia es tal que hasta la autoridad del huevos, y no podía caer en la codicia, la ira
rey debe inclinarse ante ellos; el Código o la sensualidad. Y, por sobre todo, "no de-
advierte al soberano que nunca debe impo- bía dañar nunca a ningún ser viviente".
ner tributo a un brahmán, ya que si éste se Normas religiosas. Disposiciones de Dere-
encoleriza puede destruir, en un segundo, al cho público y de Derecho privado. Los dos
rey y a todo su ejército, mediante la simple primeros libros del Código de Manú contie-
recitación de maldiciones y textos espe- nen, casi exclusivamente, normas de neto
ciales. carácter religioso y sus definiciones y dis-
Esta exención de tributos representaba un posiciones son ambiguas y confusas. El pri-
privilegio muy importante, ya que los brah- mero se refiere a la creación del mundo, y
manes acumulaban gran cantidad de bienes, el segundo, a las reglas del noviciado y a las
generalmente inmuebles, recibidos por do- fórmulas de los sacramentos. Este último
nación o herencia, o como retribución por abunda en detalles superfinos, enumera to-
su intervención en las ceremonias religiosas. das las formas correctas de la vestimenta,
En una serie de disposiciones dispersas, de la ablución y de los saludos, por riguroso
Manú insiste sobre este postulado: "la per- orden jerárquico, y estudia también distin-
sona y los bienes del brahmán son invio- tas reglas de abstinencia, destinadas a lo-
lables", y hasta llegó a afirmar que, "todo grar el dominio absoluto de los sentidos.
lo que existe en el universo es propiedad del Los libros restantes reglamentan, minu-
brahaman". Éstos debían ser mantenidos ciosamente, la vida privada y pública, la
por donaciones públicas y privadas, sin que conducta del individuo dentro de su hogar,
las mismas implicaran un ejercicio de cari- y sus obligaciones de casta. En los textos
dad sino, por el contrario, la posibilidad de que podríamos llamar de Derecho público,
disfrutar de un privilegio. Al conceder hos- se ocupa de la organización de la ciudad, de
pitalidad a un brahmán se cumplía con uno los poderes y deberes de los gobernantes,
de los más elevados deberes religiosos, y en de la forma de aplicación de la ley, etcétera.
caso de que el trato no hubiese sido satisfac- Nos ocuparemos en detalle, a continuación.
torio, el huésped sagrado podía llevar consi- En el Libro Tercero, Manú se ocupa de los
go, al partir, todos los méritos acumulados deberes, derechos y obligaciones emergentes
por el dueño de casa a lo largo de muchos del matrimonio. Como puede verse a través
años. El que intentase golpear a un brahmán de sus disposiciones, el legislador concedió
sufriría en el infierno durante cien años, y especial importancia a la institución de la
quien llegase a golpearlo, sería condenado familia, dando a la paternidad el carácter
por millares de años. Si algún individuo de de una obligación casi sagrada. Dice la ley:
casta inferior seducía a la esposa de un "Sólo es perfecto el hombre cuando ha pa-
brahmán, recibía como castigo mínimo la sado de uno a tres, él mismo, su esposa y
confiscación de sus bienes y la amputación su hijo".
de los genitales. La ley, en cambio, no ad- Se establecían ocho formas de matrimo-
mitía condenas severas para los brahmanes, nio, en las cuales intervenían muy poco la
cualesquiera fuesen los crímenes que los voluntad o el libre albedrío de los contra-
mismos hubiesen cometido; la pena máxi- yentes. Estos matrimonios eran: 1<?) el de
ma era el destierro, que les permitía en to- Brahma, que se celebra cuando un padre
dos los casos, conservar sus bienes. El sudra adereza y viste a su hija para entregarla
que mataba un sudra podía expiar su delito a un hombre sabio y virtuoso; de esta ma-
dando diez vacas a los brahmanes, si mata- nera la desliga de su hogar y de su culto,
ba a un vaisia debía entregar cien vacas a para que forme parte del hogar del marido
los brahmanes, si mataba un chatria, su y participe de las ceremonias religiosas di-
crimen sólo podía ser purgado con un millar rigidas por el mismo. 2<?) El de los dioses,
de vacas, pero si llegaba a matar á un que es, en esencia, el mismo ya mencionado,
brahmán debía pagar su crimen con la con la variante de que se celebra con una
muerte. Para el Código de Manú sólo el ceremonia religiosa, en la que el oficiante
asesinato de un brahmán era realmente es el futuro marido. 3<?) El de los rixis, que
un asesinato. tiene lugar cuando el padre entrega a su
Tantos y tan importantes privilegios eran hija conforme a la ley, después de haber
recibido del novio un toro y una vaca, no en el cual sus antepasados podían saciar su
concepto de precio, sino para ser destina- hambre de ultratumba.
dos al sacrificio. 49) El de los pradjapatis, En cuanto a la mujer, la ley dispone "que
nombre que designa a los primeros pobla- no debe tener ojos rubios, ni miembros de
dores del mundo, padres de todos los seres más o de menos", lo que revela que en Manú
humanos; para que el mismo se formalice existían serias preocupaciones eugenésicas,
el padre debe honrar a su yerno en el mo- manifestadas también en los principios de
mento de entregarle su hija. 5?) El de los endogamia y exogamia ya mencionados an-
asuras, que requiere la entrega de regalos teriormente. Además, el legislador estable-
del novio a la prometida y a sus padres. cía que no convenía casarse "con mujeres
6?) El de los gandarvas, o sea el de los mú- en cuyas familias no se celebren los ritos,
sicos del paraíso de Indra, denominación en las que nacen solamente mujeres, o en
poética de las uniones que se celebran por las que ha habido casos de tisis, dispepsia,
amor. 7<?) El de los raksasas, que representa epilepsia, lepra blanca o elefantiasis". Estas
el extremo opuesto al anterior y en el que disposiciones se asemejan, en cierta medi-
se invoca a los genios del mal para dar es- da, a las más modernas de profilaxis social.
tabilidad a las relaciones emergentes de Una vez contraído el matrimonio, ¿qué
estupro, rapto o violencia a mano armada. obligaciones imponía la ley a los componen-
8"?) El de los pizachas soluciona los pro- tes de la pareja?
blemas que se plantean cuando el novio ha El hombre había llegado a la madurez y
poseído a su prometida en estado de sueño, plenitud de su condición como tal, y sus
ebriedad o locura. dos deberes esenciales eran: "amar a su
La ley reconocía todas las formas enun- consorte y oficiar los sagrados sacrificios".
ciadas, pero concedía mayor validez a las "Gracias al marido la mujer debe alcanzar
cuatro primeras, en las que se daba cum- toda bienaventuranza, ya que él representa
plimiento al requisito esencial de la entrega para ella la fuente de todo bien."
que el padre hacía de su hija, renunciando En cuanto a la mujer, educada dentro de
a sus derechos y poniéndola en manos de los cánones de la familia patriarcal, pasaba
su nuevo señor. Las otras celebraciones eran de la autoridad del padre a la del marido
aceptadas a disgusto, especialmente las dos sin haber franqueado siquiera los límites de
la pubertad. Todo se reducía a un simple
últimas, que significaban una mancha y un cambio de amo.
baldón, tanto para los contrayentes como En los tiempos védicos se la consideraba
para sus familiares. Se consideraba esencial merecedora de gran respeto, pero Manú la
que los padres hubiesen dispuesto el matri- colocó en una situación de marcada infe-
monio con contrayentes pertenecientes a rioridad, condenándola de antemano con
una misma casta, pero no a un mismo grupo. sentencias similares a las pronunciadas por
Manú se inclinaba en favor de la mono- los primeros fanáticos cristianos. Dice así:
gamia, pero no la imponía. Para conservar "La fuente del deshonor es la mujer, la
la pureza y preeminencia de la casta brah- fuente de la lucha es la mujer, la fuente de
mánica, establecía que sólo una de las espo- la existencia terrena es la mujer, evitad pues
sas podía ser de la misma casta del marido, a la mujer." Y en otro pasaje: "Una hem-
y que a ésta se la debía mantener siempre bra es capaz de desviar del recto sendero
en una situación de privilegio frente a las de la vida no sólo al simple, sino al sabio,
demás. y lo puede hacer esclavo del deseo o de la
Antes de contraer matrimonio el hombre ira." Las enunciadas pueden parecer sim-
debía cumplir con las etapas del noviciado ples sentencias o manifestaciones de opi-
y adquirir carácter sacerdotal; recién en- nión, pero la ley llevaba a la práctica estas
tonces estaba en condiciones de asumir los consideraciones teóricas sobre la inferiori-
deberes y responsabilidades de un "jefe de dad de la mujer en forma tal, que la misma
familia" o "dueño de casa". quedaba sometida a tutela de por vida. Pa-
Al llegar a esta nueva condición, la ley dre, marido e hijo eran sus sucesivos seño-
le permitía ganarse la vida en cualquiera res, dueños a su vez de todos los bienes que
de las formas siguientes: participar en la en cualquier concepto pudieran correspon-
recolección de la cosecha, pedir limosna, derle.
cultivar la tierra, negociar y prestar dinero Si la mujer incurría en adulterio, el es-
a interés. Dentro de la casa, sus instrumen- poso obtenía de inmediato el divorcio. Si
tos eran el hogar, la piedra de moler, la era bebedora, enferma, rebelde, derrocha-
escoba, el mortero y el cántaro de agua, con dora o pendenciera, podía ser repudiada o
cuya ayuda debía cumplir el sagrado deber reemplazada sin más trámites por otra espo-
de la hospitalidad. sa. La mujer, en cambio, no lograba el divor-
El jefe de la familia se ocupaba también cio cualquiera fuese la gravedad de la ofensa.
del "oficio de los manes", que se cumplía •Contradiciendo las disposiciones mencio-
por lo menos tres veces por año, y durante nadas, otros pasajes del Código aconsejan
la dulzura en el trato con las mujeres, esta- están dedicados al Derecho público. El pri-
blecen: "que no debe golpearse ni con una mero de los mencionados se ocupa, especial-
flor", y "que las mujeres encintas, las no- mente, de las relaciones del rey con sus
vias y las señoritas deben ser servidas antes subditos, y da una semblanza de cómo y
que los demás invitados". Dice también que cuál era la autoridad que gobernaba en
"la madre excede a un millar de padres en aquella época a la India.
el derecho a la reverencia", y en un párra- Vemos así que aun cuando el rey fuese
fo llega a autorizarla a retener como suyos "viento, sol, luna, dios de la riqueza y de la
la dote y los regalos recibidos al casarse. justicia, soberano señor del firmamento y
La ley consideraba la procreación como de la tierra", ejercía sobre sus subditos una
esencial al matrimonio y al perfecciona- autoridad puramente temporal. Los proble-
miento de la vida misma. Era la única for- mas de la tierra no se confundían con los
ma en que el individuo podía reabsorberse del cielo, y la representación de la divinidad
en Brahma, ya que la trasmisión de la vida quedaba siempre en manos de los brahma-
"diviniza el cuerpo". nes. El jefe del gobierno es siempre el ser-
Resulta lógico que en un país donde se vidor del brahmán, y las disposiciones de la
rendía culto a los muertos con tanta vene- ley se encargan de recordárselo continua-
ración, se diese a la paternidad un carácter mente.
de obligación legal, moral y religiosa. Quien El Código exige del rey un cúmulo de
engendraba muchos hijos tenía asegurados virtudes, la primera de las cuales debe ser
la subsistencia y el reposo eternos. la austeridad. El soberano debe ser la ver-
En consecuencia, no se practicaba ningún dadera encarnación de la justicia, ya que
control de nacimientos, y el aborto era con- labra su propia perdición si cae en la arbi-
siderado un crimen tan grave como el ase- trariedad; con continua voluntad de renun-
sinato de un brahmán. El que esas reglas ciamiento, porque mal podría gobernar a
de carácter religioso-legal llevasen a la su- los demás si no logra dominarse a sí mismo.
perpoblación y miseria de la India, eran En los años de vigencia del Código, la
problemas que no llegaron a preocupar a autoridad real no era despótica, y como
Manú. medida prudencial Manú obligaba al sobera-
La fidelidad era también un deber conyu- no a compartirla con ocho ministros, elegi-
gal de carácter ético-religioso, establecida y dos entre los más sabios y prudentes. En
sancionada por la ley. Ésta no admite man- acuerdo de ministros debían tratarse los
cha en la mujer, y sus muestras de liberti- asuntos relacionados con la celebración de
naje se castigan con una serie de penas la paz, la declaración de la guerra, las alian-
establecidas en el Libro VIII, las que van zas con otros estados, las rentas públicas
desde la multa y los azotes, hasta la muti- y la seguridad interior. Cuando los proble-
lación y la exhibición afrentosa. Si la mujer mas revestían una trascendencia excepcio-
de un brahmán llega a serle infiel, "su nal, el rey estaba obligado a elevarlos en
próxima reencarnación será en la figura consulta ante algún brahmán. No se acep-
de un chacal". taba el gobierno unipersonal, y los colabora-
La obligación de fidelidad es recíproca; dores llegaban a adquirir verdadera jerar-
en el versículo 101 del Libro IX, Manú im- quía por la trascendencia de su voz y de
pone explícitamente: "Mutua fidelidad has- su voto.
ta la muerte, tal es, en suma, el principal En los asuntos cotidianos, el monarca en-
deber que ha de reconocerse entre marido carnaba la facultad de castigar; "gracias a
y mujer." Disposición paradójica si se re- él impera el derecho de propiedad y por su
cuerda que en otro pasaje, el codificador obra no toman los más viles el puesto de
autoriza ciertas formas de poligamia. los mejores". Para Manú el temor del cas-
La fidelidad de la mujer debe ir más allá tigo es la base del orden. Dice expresamen-
de la muerte, hasta el extremo de "no le- te: "los dioses, los titanes, los músicos
vantar nunca más los ojos en presencia de celestes, los demonios, los pájaros y las ser-
un hombre, ni pronunciar jamás otro nom- pientes se mantienen cada uno en su esfera
bre de varón". Este deber absoluto sólo ad- por temor del castigo" (Libro VII).
mite una excepción, que resulta de una ins- Y el orden no resultaba nada fácil de
titución muy similar al levirado hebreo y conservar en un país como la India de aquel
permite que si el muerto ha sido estéril, su entonces. El robo individual y los actos de
hermano engendre un hijo en la viuda para bandolerismo a mano armada eran delitos
que pueda rendirle honores fúnebres y ali- a la orden del día. En la zloca 332 del Li-
mentar su cuerpo y su espíritu durante bro VIII se legisla con respecto a los delitos
muchísimos años (L. IX). La ley aclara que contra la propiedad, diciendo: "El acto de
para que su propósito no se desvirtúe, "sólo apoderarse con violencia de lo ajeno en pre-
se autorizan las relaciones entre cuñados sencia de su dueño constituye robo, y si
hasta que el hijo haya sido engendrado". aquél está ausente, hurto". Llevado por un
Derecho público. Los libros VII, VIII y IX exceso de escrúpulos asimila a estos delitos
el vicio de los juegos de azar, afirmando ni las mujeres. Tampoco podían serlo los
que: "El robo y la apuesta son un robo niños ni los reyes.
manifiesto". Cuando las declaraciones no eran con-
En cuanto a las hordas de bandidos, cons- cordantes, el juez debía aceptar las que re-
tituían un verdadero azote para las pobla- presentaban la expresión de la mayoría, y
ciones alejadas de la capital, destruían los si había empate, prevalecía el testimonio
caminos y las obras de bien público y sa- de los más puros.
queaban a cuanta caravana caía a su al- Ya en aquel entonces se consideraba que
cance. Tan grande era el daño que infli- el testimonio, además de ser un imperati-
gían, que el Estado llegó a imponer a los vo de la conciencia, representaba una ver-
pobladores de las zonas afectadas la obli- dadera carga pública. Los testigos debían
gación de colaborar en la defensa común, comparecer frente al tribunal dentro de tér-
condenándolos en caso contrario a destierro minos perentorios, so pena de multa para
perpetuo. los casos de incumplimiento.
En lo que respecta al asesinato, si la víc- En algunos casos especiales los jueces con-
tima es una mujer, un brahmán o una cria- sideraban que las declaraciones de los tes-
tura por nacer, el mismo se castiga con la tigos no alcanzaban a iluminar su juicio,
muerte. Si la víctima era menos importan- y recurrían a otro medio de prueba que se
te, la pena podía llegar a la mutilación o consideraba como definitivo: el juramento.
limitarse a una indemnización económica De acuerdo a fórmulas especiales, que de-
cuyo monto también se graduaba. bían adecuarse a cada oportunidad, el brah-
Establecidos los delitos y las penas, ¿cuál mán juraba por la verdad, el kxatriya (o
era la forma de administrar justicia? La guerrero) por sus armas, el vaizya por las
ley partía de la base de que el rey era el vacas y el sudra por todos los pecados.
supremo juez y que debía dirimir todos los Como puede apreciarse, el Código de Ma-
pleitos, ya fuesen civiles o criminales, aun- nú profundiza poco en el terreno de la
que tampoco en este terreno su autoridad prueba, ya que basa la veracidad y valor
era absoluta. En la parte del Código llama- de la misma en la honradez de la palabra
da "Libro de los jueces" se establece que de los testigos o partes intervinientes (el
el rey examinará por sí mismo los litigios, falso testimonio era un delito gravísimo que
pero siempre acompañado de brahmanes podía acarrear hasta el destierro). En cam-
y consejeros sabios que colaborarán en su bio es mucho más complejo y minucioso
resolución aplicando a cada caso no sólo cuando legisla sobre algunas instituciones
los preceptos de la ley, sino también las nor- de Derecho civil y comercial, muy semejan-
mas elementales de la equidad y la justicia. tes a las de nuestra época. Enunciaremos
Cuando el monarca no podía intervenir, algunas de las más importantes:
a causa de enfermedad o ausencia, la mi- Propiedad: Manú dice que el campo per-
sión de juzgar era confiada a cuatro brah- tenece al primero que lo rotura o que lo
manes especialmente sabios, que integraban ocupa, lo que indica que consideraba a la
lo que se denominó "Asamblea de Brahma". posesión como base de la propiedad. Una
El Código aceptaba el juicio uor ordalía, vez consolidada la misma y afianzada la
de neto carácter religioso; pero junto al organización de la familia, la tierra no
mismo legislaba en detalle sobre otras for- queda a disposición de cualquier ocupante,
mas de prueba más jurídicas. La más im- sino que se transmite por herencia o venta.
portante era la testimonial, a la que se Todo propietario debía deslindar su pro-
prestaba plena fe: "si la palabra es sagra- piedad plantando en torno árboles perdu-
da, ¿quién puede mancillarla con una men- rables, cuya continuidad tenía la misma
tira?". eficacia real y legal que un muro inexpug-
Todos los individuos podían ser testigos, nable.
siempre que se dirimiesen pleitos de per- Herencia: Las leyes de Manú admitían
sonas de su misma clase, ya que, al igual la posibilidad de la repartición de los bie-
que en épocas más cercanas, la justicia se nes entre los hijos antes del fallecimiento
administraba entre "pares". Pero junto a del padre, pero generalmente la transmi-
esta disposición de características tan am- sión de los mismos se hacía de acuerdo a
plias encontramos a una serie de personas las disposiciones especiales sobre la heren-
excluidas por reglas que podríamos con- cia establecidas en el libro IX.
siderar como antecedentes de las "gene- Resalta en primer término la primacía
rales de la ley". otorgada en todo sentido al hermano ma-
La similitud es clara. No podían ser tes- yor. A la muerte del padre, el primogénito
tigos los que estuviesen directa o indirec- se constituye en su prolongación jurídica,
tamente interesados en el juicio, ni los con el cúmulo de sus derechos y atribucio-
amigos, criados o enemigos, ni los enfer- nes. Los demás integrantes de la familia
mos, ni los culpables de crimen, ni las per- caen bajo su potestad, que puede autorizar-
sonas de mala fe notoria, ni los dementes, lo hasta a negar a los coherederos el dere-
cho a la partición de la herencia. Como sario que las partes contratantes tengan
compensación debe mantener a toda la fa- "libertad de obrar y posibilidad de hacer".
milia dentro del rango y con las mismas En consecuencia, no pueden contratar los
comodidades que la rodeaban mientras vi- esclavos o los que por cualquier motivo no
vía el causante. La única objeción admitida son dueños absolutos de su propia persona.
por la ley para impedir la prolongación de La ley dice: "Todo contrato hecho por per-
este estado de cosas era la inconducta o sona ebria, o por un loco, un enfermo, uno
indignidad del primogénito, que debía ser que esté enteramente sujeto a otro, un ni-
probada por declaración testimonial o ju- ño, un anciano o persona no autorizada, es
ramento del que formulase la acusación. nulo". Pero aclara que esta nulidad no es
Para los casos en que se llegaba a la par- absoluta, porque puede salvarla la autori-
tición de la .herencia, Manú establecía una zación posterior del amo o del paterfami-
escala que a los ojos de nuestra época re- lias.
sulta sumamente injusta. La viuda no era El compromiso emergente de un contrato
considerada heredera, pero su manuten- válido es sagrado. Quien no lo cumple pue-
ción debía correr por cuenta de los hijos de ser castigado con la pena de destierro
y se le permitía conservar su dote y los re- y además debe indemnizar el daño produ-
galos que le habían sido acordados con ca- cido por su informalidad.
rácter personal. Además, aunque los bienes Usura: El Código de Manú admitía la
se repartían por partes iguales entre los usura e incluso disponía que una de las
demás sucesores, la ley determinaba una profesiones más honorables que podía ejer-
serie de reservas que debían agregarse a cer un brahmán era la de prestamista. El
la suma inicial en la siguiente proporción. monto de los intereses variaba de acuerdo
El primogénito sumaba a su porción here- a las distintas categorías de los destina-
ditaria un agregado que representaba el tarios del préstamo. Los brahmanes paga-
vigésimo del total; los segundones, cuales- ban el 2 % mensual por ese concepto, los
quiera fuese su orden, un cuadragésimo, kxatriyas el 3 %, los vaizyas el 4 % y los
y el menor, un octogésimo. El hermano ma- sudras el 5 %, lo que representaba otra
yor recibía además no sólo los objetos del muestra enorme de injusticia, ya que los
culto, sino también el recinto donde se ce- sudras eran los más necesitados de dinero
lebraban las ceremonias respectivas. y también los que se encontraban en una
Las hermanas solteras no quedaban to- situación más difícil para amortizar una
talmente desheredadas, ya que la ley obli- tasa tan elevada.
gaba a cada uno de los hermanos a cederle Para los casos en que en garantía del prés-
un cuarto de los bienes recibidos. tamo se daba en usufructo una casa o un
En los casos en que el brahmán hubiese campo, la ley establecía que no podía im-
tenido varias esposas, la partición resulta- ponerse ningún tipo de interés, y lo mismo
ba más difícil. Los hijos de la brahamana, sucedía cuando la garantía estaba repre-
considerada siempre por la ley como esposa sentada por vestidos o alhajas, de los que
principal, debían separar de antemano pa- el prestamista podía disfrutar en el ínterin.
ra sí "la casa, el carro y las joyas", agre- Depósito: Manú le daba al depósito un
gando a esta porción legítima tres cuartas carácter especialmente religioso. Sólo po-
partes de los bienes restantes. Si la madre dían ser depositarios los pater'familias, y
de otro hijo había pertenecido a la casta éstos, al recibir un objeto en depósito, lo
de los kxatriyas, al mismo le correspondían ponían de inmediato bajo la protección de
dos partes de los bienes restantes; al que los manes domésticos. El Dios tutelar era
fuese hijo de una valzya se le adjudicaba el encargado de velar por su integridad y
una porción y media, y al hijo de una zu- devolución, cuidando de que no se cambia-
dra, sólo una porción. se el objeto dado aunque se tratase de cosa
Compraventa: Como ya hemos dicho, los fungible.
bienes se transmitían por herencia o por El depositario se exime únicamente en
venta. Para que hubiese venta era necesa- caso fortuito: por incendio, robo o terre-
rio que interviniese el dueño de la cosa, moto. La lógica de esta exención se basaba
por sí o por persona autorizada. La venta en que los mismos dioses custodios eran los
de un objeto ajeno era asimilada al robo, que determinaban los casos fortuitos, y si
y la ley adoptaba toda clase de precaucio- seres tan elevados se permitían romper los
nes para impedirla; sólo se autorizaba la compromisos, los humanos no podían juz-
venta de la cosa ajena cuando la misma se garlos.
hacía en pública subasta. De esta concepción casi sagrada que el
Contratos: Desde los tiempos más remo- legislador hindú tenía del depósito derivan
tos, al legislar sobre contratos se ha im- muchas de las características tan severas
puesto como requisito indispensable la ca- que signan esta institución hasta nuestros
pacidad para contratar; así lo reconoce el días.
Código indo, el cual establece que es nece- Disposiciones de la ley sobre organización
de la sociedad. El gobierno de la India es- tienen que ser puestas en práctica única-
taba representado por una monarquía he- mente cuando el ejército flaquea. En el
reditaria, dentro de la cual el trono y el mismo libro VII la ley es muy clara con
cetro se transmitían siempre a los primo- respecto a este punto: "Cuando el monarca
génitos. En los casos en que la sucesión vea que todas las fuerzas del Estado alcan-
directa era imposible, la elección del suce- zan el mayor grado de florecimiento y que
sor se hacía dentro de la casta privilegia- se encuentra en la más elevada prosperi-
da, con características netamente aristocra- dad, debe decidirse a emprender la guerra".
tizantes. La guerra se hacía para obtener ventajas
Las poblaciones estaban organizadas en o para vengar a un aliado, y se partía del
forma similar a los antiguos clanes, y cada principio de que todo vecino es un enemigo
una de las mismas obedecía las órdenes de en potencia. La ley afirma: "El rey ha de
un jefe o patriarca. Diez poblaciones for- considerar como enemigo a todo príncipe
maban un distrito gobernado por un jefe vecino y a los aliados de éste".
superior, y dos distritos constituían una Una vez iniciadas las hostilidades, avan-
sección política sometida a la autoridad de za el ejército, cuya vanguardia está forma-
un "señor". La reunión de cinco "señorías" da por espías. La ley enumera taxativamen-
determinaba una nueva entidad política te las cinco clases de espías indispensables
denominada "barrio". Con diez barrios se para cualquier campaña: "los jóvenes au-
integraba la "urbe", o ciudad regida por daces y listos, los falsos anacoretas, los la-
el "jefe de mil". Era, como se ve, una es- bradores sin fortuna, los mercaderes arrui-
tructuración piramidal que iba de una base nados y los estudiantes del Veda". La mi-
integrada por múltiples unidades pequeñas sión de los mismos consistía en "atraer a
a una entidad central. De este sistema re- su partido a los del bando contrario, tales
sultaba que cada ciudad estaba compuesta como los parientes del príncipe enemigo
por mil poblaciones y tenía un gobierno que tengan pretensiones al trono o como los
propio, que tampoco era autónomo, ya que ministros disgustados". Con sus sobornos,
dependía de la autoridad suprema del rey. intrigas y negociaciones lograban muchas
El monarca ejercía sobre todo el país una veces la victoria.
amplísima tutela, que redundaba en protec- Cuando la diplomacia y el espionaje fra-
ción y beneficio general. Debía discriminar casaban se debía llevar adelante una lucha
cuidadosamente antes de aplicar sus pode- sin cuartel. Manú establece que "todo debe
res y hacer sentir el peso de su autoridad. ser destruido, hasta vencer".
En el libro VIII se establece: "El rey no La ley continúa más adelante detallando
cobrará impuesto ni del ciego, ni del en- la actitud que se debe adoptar con el ven-
fermo, ni del tullido, ni del septuagenario; cido, y en este terreno del Derecho de gen-
antes bien, a todos los nombrados les debe tes se atiene a principios de clara justicia.
protección". Impone en primer término el respeto y la
Régimen de Derecho internacional. A pe- consideración a los dioses y autoridades
sar de la antigüedad del Código, de las dis- vencidas. En el libro VII dice: "El vencedor
posiciones especiales del mismo consigna- distribuirá mercedes al pueblo y mandará
das en el libro VII surge que Manú había hacer pregones para ganarse la confianza
comprendido perfectamente la importancia pública". Y en el libro VIII establece: "El
trascendental de la coexistencia de los pue- rey debe hacer respetar las leyes del país
blos. Ya en aquel entonces se conocía la conquistado tal como hayan sido promul-
importancia de la diplomacia y de la ma- gadas; las costumbres locales de las tribus
la fe. o familias son sagradas". En la zloca 208
El legislador concede especial importan- del libro VII se enuncia un concepto muy
cia a los embajadores, en cuyas manos con- particular de los derechos otorgados por
sidera que queda librado el destino del país la victoria: "Tanto el rey vencido como sus
en todo lo que respecta a la paz o a la gue- ministros serán objeto de regalos y aga-
rra. El rey y los ministros deben elegir cui- sajos, ya que el propósito esencial de una
dadosamente al individuo que los represen- guerra no estriba en la conquista de tierras
tará ante otros gobiernos. Dice Manú: "El y dineros, sino en la posibilidad de ganar
embajador ha de conocer todas las leyes y un amigo".
tratados, y dominará la ciencia de inter- Como es lógico suponer, esa manifesta-
pretar los signos, los gestos, las actitudes". ción de propósitos resultaba muy elegante,
También —y esto parece extraído del ma- pero no podía ser tomada en serio, sobre
nual de un plenipotenciario de los tiempos todo en el transcurso de una época en que
actuales— "procurará enterarse de los se- todos los ardides y artimañas estaban per-
cretos del monarca extranjero, poniéndose mitidos.
al habla con sus ministros ávidos o descon- Sin embargo, no debe olvidarse que el
tentos". Estas artes, destinadas a apaciguar Código es dual a este respecto y que mien-
al adversario o a sacarle alguna ventaja, tras autoriza una conducta que hoy lia-
maríamos "maquiavélica" antes de la inicia- MANUMISSIO. * Etimológicamente esta
ción del combate, fija reglas de juego muy voz proviene de las palabras manus y mit-
limpio para el lapso de duración de la con- tere, o sea "soltar de la mano" o "soltar de
tienda. su poder". La manumisión era una de las
La conducta bélica se gobierna por las formas de salir el esclavo de la potestad del
más rígidas normas del deber y de la éti- dominus, llevada a cabo por voluntad de
ca: el soldado no debe llegar a ser nunca éste. Como señalan los autores, ese acto
un ciego agente de destrucción. En el li- ofrecía cierta trascendencia en el orden
bro VII, que en algunos pasajes parece un público, porque incorporaba a la sociedad
verdadero manual de conducta a seguir en un nuevo ciudadano, y en el orden privado
la batalla, Manü establece: "Un guerrero porque disminuía el patrimonio del manu-
nunca debe emplear armas pérfidas, como mitente. De ahí que ciertas formas de ma-
las que se hacen de madera, con agudas numisión requiriesen solemnidades garan-
puntas de hierro, ni flechas barbadas o en- tizadoras de la efectividad del acto.
venenadas, ni dardos inflamados". Y "el Esas forman eran: la manumissio vindic-
Tcxatriya no herirá al enemigo que combate ta, la manumissio censu y la manumissio
a pie si él va en carro, ni tampoco al que testamento. La manumisión por vindicta
no pueda defenderse, ni a quien le pida consistía en una reivindicación ficticia de
perdón con las manos cruzadas, ni al que la libertad conforme a las formalidades de
le diga: soy tu prisionero". la in jure cessio (V. esta voz), y general-
Como puede verse, la ley no estimulaba mente el manumitente comparecía ante el
el ansia de matar que puede desatarse en magistrado acompañado no sólo del escla-
el combate, y el guerrero luchaba más por vo a manumitir, sino también de un tercero
un concepto de deber hacia su soberano que actuaba de testigo y era llamado adser-
que por una real vocación. Eran tantas las tor libertatis, que en ocasiones era un lic-
normas que lo contenían, que su conducta tor, si bien posteriormente se suprimieron
debía resultar, finalmente, similar a la de esas formalidades, bastando la expresión de
los paladines que siglos más tarde interve- voluntad del amo ante el magistrado para
nían en las justas medievales. que la liberación por vindicta quedase efec-
Las leyes de Manú fueron, en consecuen- tuada. La manumisión por censo se realiza-
cia, no sólo una recopilación de modos y ba inscribiendo el amo al esclavo en el cen-
costumbres firmemente arraigados en una so de los ciudadanos, y se cree que esta for-
sociedad de características estratificadas, ma de manumitir data por lo menos del
sino también el fiel reflejo del concepto reinado de Servio Tullo, pudiéndose em-
que la misma tenía con respecto a los de- plear cada cinco años al realizarse las ope-
rechos y poderes de una monarquía que raciones censales. La manumisión por tes-
hacía a su misma esencia. No se aceptaba tamento era le que se efectuaba por el acto
la idea de la dictadura ni del despotismo, de última voluntad del amo disponiendo la
que llegaron posteriormente a la India lle- libertad de sus esclavos. Esta manumisión
vados de la mano por los reyes musulma- testamentaria tenía dos modalidades, ya
nes. Las leyes de Manú le dieron a la mo- que la libertad del esclavo podía concederla
norquía de su época un cierto tinte cons- directamente el testador, o encargar a su
titucional, ya que al no poder evadirse de heredero o legatario que concediese la li-
sus normas, a los soberanos les resultaba bertad a determinado esclavo. El manumi-
muy difícil ejercer una autoridad uniper- tido adquiría la condición de liberto del
sonal. Además, las normas éticas, explícitas manumitente, que podía serlo el testador
o implícitas en casi todas las disposiciones, o el heredero, según acabamos de decir.
hicieron que el gobierno tuviera caracterís- Otras formas de manumisión instauradas
ticas paternales, de solicitud y preocupa- al final de la República fueron la manu-
ción por el bien público. Y así, pese a tener missio inter amicos, en la que la manifes-
como punto de partida un concepto de se- tación hecha por vindicta ante el magis-
gregación totalmente inadmisible, el Códi- trado se sustituía por la declaración ante
go, alejándose de su temática central, trata testigos; la manumissio per epistolam, que,
de atenuar con disposiciones que podríamos como su mismo nombre indica, se efectuaba
llamar de caridad pública la situación de en una carta que el amo enviaba al escla-
los proscriptos y de los desposeídos. vo, y la manumissio per mensam, que se
BIBLIOGRAFÍA. — L. Deslongchamps, Leyes de Manú. —
llevaba a cabo mediante el sencillo acto de
Von Ihering, Prehistoria de los indo-europeos. — Fustel sentar al esclavo a la mesa del amo.
de Coulanges, La ciudad antigua. — Arturo Capdevila, El Los efectos que producía la manumisión
Oriente jurídico. — Will Durant, La civilización cíe la
India. —- Will Durant, Historia de la civilización. han sido examinados en otra voz de esta
Enciclopedia (V. LIBERTOS) ; pero no estará
MANU LONGA. (V. TRADITIO.) de más señalar que ellos eran distintos se-
MANUMISIÓN. (V. MANUMISSIO.) * Por el Dr. MANUEL Ossomo Y FLORIT.
gún la forma en que la liberación se hu- indignos de la ciudadanía y de la latini-
biera producido, pues mientras con las so- dad, quedando en la condición agravada de
lemnes de la vindicta, el censo o el testa- los peregrinos dediticios.
mento, el esclavo adquiría los derechos de La Lex Fufia Caninia, también llamada
libertad y ciudadanía que tuviese el manu- Furia o Fusia Caninia, puso un límite al
mitente, con las no solemnes la libertad era exceso de manumisiones testamentarias he-
más limitada, ya que carecían de efectos chas por un prurito de vanidosa generosi-
civiles, creando una mera situación de he- dad, sin tener en cuenta los merecimientos
cho que si en una época fue revocable por individuales de los esclavos manumitidos y
voluntad del dueño, posteriormente se hizo con grave perjuicio de los herederos, que se
irrevocable mediante la intervención preto- veían privados de una parte considerable
riana, quedando asimilados ya que no a los de su herencia. Esta ley prohibió que por
cives romanorum, sí a los latini coloniarii, testamento se manumitiese a más de una
llamados latini iuniani, por cuanto su situa- cantidad de esclavos, proporcional al núme-
ción fue creada por la Lex lunia Norbana. ro de los que se tuviesen y nunca superior
Otra forma de manumisión fue estable- a ciento, imponiendo que las manumisiones
cida en tiempos de Constantino, y consis- se hicieren designando nominalmente a los
tía en la declaración que en tal sentido esclavos manumitidos. Tal restricción, in-
efectuaba el amo ante la autoridad ecle- comprensible por razones humanitarias pa-
siástica y en presencia del pueblo cristiano ra una sensibilidad y unos conceptos de
(manumissio in ecclesia). Era una forma nuestra época, tenía un alcance similar al
solemne por la que el esclavo adquiría el de las vigentes normas de respeto a la le-
status libertatis et clvitatis. gítima de los herederos legitimarios, ya que
En tiempos de Justiniano se estableció los esclavos tenían la condición de cosas
que cualquier forma de manumisión era vá- incluidas en el patrimonio de su dueño. De
lida y concedía al manumitido la plenitud todos modos la Lex Fufia Caninia fue dero-
de los derechos. gada en la legislación justinianea.
La facultad ilimitada de manumitir dio BIBLIOGRAFÍA. — Arangio Rulz, Historia del Derecho ro-
lugar a situaciones insostenibles, porque en mano; Arias, J., Manual de Derecho romano; Petit, E.,
Tratado elemental de Derecho romano; Arias Ramos, J.,
una sociedad de población disminuida por Derecho romano; Paña Guzmán, L. A. y Arguello, L. R.,
las guerras, el excesivo número de libertos Derecho romano.
producía desórdenes y corrupción. Para li-
mitar el daño, la Lex Aelia Sentia, del año MANUS. * Significa sometimiento de las
757 de nuestra era, establecía las siguientes personas y de las cosas. De varias maneras,
restricciones: el esclavo libertado antes de en locuciones significativas, los romanos
los treinta años de edad era simplemente aludieron a la fuerza o violencia ejercidas
un latino juniano, salvo que hubiese sido sobre dichos objetos: in manu esse alicujus
manumitido por vindicta y sometido a la (estar sometido a alguien); manu urbes
aprobación de un consejo compuesto en Ro- capere (tomar la ciudad a la fuerza por
ma de cinco senadores y de cinco caballeros asalto). En el proceso privado primitivo,
púberos, y en las provincias, de veinte re- la manus injectio, que literalmente signi-
cuperadores ciudadanos romanos; la manu- fica poner la mano encima, técnicamente
misión hecha por un amo menor de veinte alude al poder de aprehensión que tiene y
años era nula por suponerse que su falta ejerce el acreedor sobre su deudor insol-
de reflexión podía llevarle a manumitir a vente, confeso o juzgado.
esclavos poco dignos de la libertad, salvo Manus, en el Derecho de familia, signifi-
que la manumisión tuviese un motivo legí- có en la época primitiva el poder del pater
timo y fuese aprobada por el consejo pre- familias, que se ejerce en forma unitaria
citado; la manumisión hecha en fraude de dentro del grupo gentilicio y familiar.
acreedores era asimismo nula, si bien pre- En un comienzo, dicho poder original, re-
valeció el criterio de algunos jurisconsultos presentativo de la soberanía patriarcal, fue
en el sentido de que para esta nulidad era designado indistintamente con los términos
necesario que el manumitente conociese el manus o potestas. En la época clásica, se-
perjuicio causado a los acreedores, pues si gún los objetos sobre los que se aplicó, se
así ocurría, el esclavo quedaba en una li- empezó a distinguir los supuestos en que
bertad de hecho, o sea en la condición de se despliega la manus y por otra parte la
statuliber, como se llamaba a los liberta- potestas.
dos bajo término o condición, y no adqui- Manus siguió aplicándose en el Derecho
ría la libertad de derecho hasta que había privado respecto al señorío sobre las cosas,
seguridad de que los acreedores no harían hasta que fue sustituido por el vocablo do-
prevalecer la ley Sentia; y la creación de minium.
una clase de manumitidos dediticios apli- Por último, significó específicamente el
cable a los que durante su esclavitud hubie-
sen sufrido ciertos castigos que les hacían * Por el Dr. ARMANDO V. SILVA,
poder o la potestad marital, al lado de las de poder soberano. En las relaciones inter-
otras potestades del pater familias: sobre nas del grupo, el jefe es soberano y ningu-
el esclavo, sobre los hijos (patria potestas) na autoridad estatal tiene jurisdicción ni
o sotare los hombres libres (el mancipium). imperium. Muy bien se ha dicho: "En gene- J
Consideración histórica. En el ámbito de ral, puede decirse perfectamente que sobre '
las relaciones privadas, como en el que co- la estructura de la sociedad romana primi-
rresponde a las relaciones públicas, los ro- tiva (federación de paires) se modeló todo
manos desplegaron una gama determinada el sistema del ius quiritlum, cuyas carac- 1
de poderes. La comprensión del carácter y terísticas son el formalismo, la rigidez y el i
naturaleza de los grupos sociales primitivos verbalismo, y cuyas bases estaban constitui-
y la evolución sociológica de los mismos nos das: por la familia, su organización y los
llega a explicar la índole de tales poderes. poderes del pater familias; por los derechos
Aunque pertenece al estudio de la antro- de éste sobre los bienes y cosas que consti-
pología cultural, debe tenerse en cuenta que tuían el patrimonio primordial; por los
la familia romana y su formalización jurí- principios que regulaban la suerte de la
dica sufrió un proceso de cambios desde el familia al morir el pater, y, en fin, por las
grupo gentilicio hasta la época clásica. En relaciones entre los diversos cabezas de fa-
ese proceso se apuntan persistencias de las milia" ( 3 ).
mores primitivas y formalismos que carac- Los romanistas, historiadores y antropó-
terizan la institución, romana dentro del logos hacen notar esta pecularidad de la
grupo latino y mediterráneo. familia romana. "Fue un desenvolvimiento
En la familia y su grupo se manifiestan excepcional —y en la familia romana exce-
los orígenes violentos de la unión sexual más sivo— de la autoridad paterna, que lejos
o menos permanente. Pero a pesar de la de ser universal, quedó en su mayor parte
larga evolución prehistórica de todas las circunscripta a los pueblos citados (hebreo
instituciones domésticas, cuando Roma apa- y latino). Gayo declara que la autoridad
rece en la historia ya tiene formada en su del padre romano sotare sus hijos era pe-
núcleo gentilicio la familia patriarcal í 1 ). culiar a los romanos, y que, en general,
El patriarca en el grupo gentilicio, y como ningún otro pueblo la registraba" (*).
pater-familias proprio iure, en la familia Sobre ese trasfondo histórico se explica
organizada de la época histórica, al igual el proceso de desenvolvimiento de la po-
que los magistrados en el ámbito del De- testas paterna en la familia. Se entiende
recho público ( 2 ) , despliega ante sus subdi- así por qué en las épocas primitivas, manus
tos las potestades que le atribuyen las mo- y potestas se usaron indistintamente para
res de origen ético-religioso. señalar el poder sotare personas y cosas que
Es indudable que la voluntad de orden y entraban en el patrimonio del dueño y se-
la vocación por el derecho formal se ex- ñor de la comunidad doméstica (domus).
presaron con vigor incontrastable y rele- Más tarde se abre en la forma indicada
vante en la potestas. Ésta representa esa dicha potestas, designándose con el voca-
voluntad de autoridad y de orden en el ám- blo manus la autoridad y soberanía fami-
bito gentilicio, doméstico y estatal. Rige con liar ejercida sobre la mujer, que entra a
un formalismo que ha sido criticado por formar parte de la familia del jefe o cabeza
excesivo y que, a la luz de la antropología, del domus, ya sea casándose con el patriar-
denuncia los antecedentes de violencia y ca o con un hijo suyo (filii familias).
las vicisitudes especiales que condicionaron En su plena vigencia, manus vino a sig-
históricamente esa manera de ser de los nificar, por lo tanto, poder o potestad mari-
romanos. tal. Por una derivación, designó en cierta
Lo cierto es que cuando se presenta en la época el poder ejercido por un tercero so-
civilización romana la familia patriarcal, el bre la mujer, en el negocio ficticio deno-
pater tiene en su haber, y sin discusión, un minado coemptio fiduciae causa.
haz de potestas, en su calidad de funciona- Contenido de la institución. Textos im-
rio máximo del grupo familiar. Esta fun- plicados como fuentes. Según el recordado
ción de autoridad le viene desde una épo- texto de Gayo: Olim itaque tribus modis
ca anterior al Estado y la ejerce en calidad in manum conveniébat: usu, farreo, coemp-
tione (es decir, que antiguamente se entra-
(1) V. Morgan Lewis H., La sociedad primitiva, cap. XI, ba en la potestas marital por el uso, por
5
la
pág. 253 y sigs., Buenos Aires, 1946; D'Aguanno, José,
Génesis y evolución del derecho, cap. VI, págs. 261, 269
ceremonia del pan o por la compra) ( ).
y sigs., Buenos Aires, 1943. Este pasaje plantea a los romanistas el
(2) Sólo en un sentido moderno se puede hablar de
derecho privado o público. En casi toda la historia del
problema de la antigüedad del uso, para
Derecho romano, ambas esteras se gobiernan por princi-
pios que rigen los grupos menores en que se descompone
el Estado: Gens, domus, tribus, Estado. V. la explicación (3) De Francisci, ovus cit-, pág. 154.
acertada de esta perspectiva histórica y cultural en de (4) Morgan, L., opus cit., pág. 403 y nota 4.
Francisci, Pietro, Síntesis histórica del Derecho romano, (5) Citado por Petit, Eugéne, Tratado elemental de
págs. 153 y 201, Madrid, 1954. Derecho romano, pág. 176 (cita de Gayo : I. S. 110).
constituir matrimonio sine manus. Ello con- El autor citado pone de relieve las dudas
cierne al tema específico sotare el matrimo- que existen sobre si esta forma, el usus,
nio romano, al cual nos remitimos (°). suplía las otras solemnes y podía consa-
Sin lugar a dudas, debe partirse del he- grar el matrimonio en caso de usus anual.
cho del matrimonio del período en que es- "La posesión de la mujer, continuada du-
tá consagrada esta institución. rante un año, daba al marido la manus",
En sus líneas generales, el mecanismo dice Petit; pero debe tenerse en cuenta la
del ingreso de la mujer a la comunidad fa- costumbre que después consagra la ley de
miliar se presenta de la siguiente manera: las Doce Tablas mediante la cual el aleja-
se realiza por intermedio de una conventio miento de la mujer por tres noches conse-
in manum, es decir, por el acto formal de cutivas del domus impedía que el matrimo-
quedar sujeta al poder del paterfamilias. nio tomara vida; "pero precisamente —dice,
En virtud de este sometimiento obliga- aclarando, Arangio Ruiz (las dudas de los
torio y ritual, se convierte la mujer casada romanistas)—, muy poco después se esta-
en una filia familias. Pero en el orden del bleció que la interrupción sirviese para evi-
parentesco pierde toda relación de depen- tar solamente la adquisición de la manus,
dencia de sus agnados e ingresa en la de y que el matrimonio contraído válidamente
su marido. Se coloca en la situación de con el comienzo de la convivencia sobrevi-
hija de familia, pero al mismo tiempo está viese al trinoctium" ( 9 ) .
"loco neptis respecto del suegro, loco pro- Esto está también dicho por Aulo Gelio
neptis respecto del abuelo del marido, con en las Noches áticas, al referirse a una opi-
todas las consecuencias favorables y des- nión del jurisconsulto Quinto Murcio sotare
favorables; si era mujer sui inris, y como el matrimonio consumado por usucapión.
tal, titular de un patrimonio propio, se pro- (V. opus cit., libro III in fine.)
duce en beneficio de quien adquiere la po- La confarreatio. Mediante el ritual de la
testad una sucesión a título universal" ( 7 ) . confarreatio se producían el acto y los efec-
En los comienzos del matrimonio parece tos de la conventio in manum señalada.
que toda vinculación se hacía cun manum, Consistía formalmente en una ceremonia
y después de la ley de las Doce Tablas se religiosa. Petit la describe así: "Delante del
permitió consumarlo por el uso. (V. texto Gran Pontífice, el Flamen Dialis y diez tes-
de Gayo ya citado y Uso in manum conve- tigos, se pronuncian solemnes palabras ofre-
niébat quoe anno continuo nupta perseve- ciéndose un pastel de harina (farreum) a
raba^..., con lo que se indica que por el Júpiter Farreus. Los hijos nacidos de nup-
uso entraba en la potestad marital la mu- tiae confarreatoe sólo podían ser investidos
jer que permanecía casada durante un año de ciertas funciones sacerdotales" ( 1 0 ). Por
entero.) La ley de las Doce Tablas agregó eso esta institución sólo fue útil desde el
el mecanismo legal para escapar a la ma- punto de vista religioso.
nus, disponiendo que la mujer que quisiera La coemptio. Era una forma de la man-
eludirla tenía que interrumpir esa posesión cipatio aplicada a la celebración del matri-
pasando tres noches cada año fuera del monio por compra. Por eso Gayo previene
hogar. que la fórmula debió ser cambiada conve-
La manus clásica, que podía ejercerse por nientemente para que no produjese los
el marido si era sui inris, y si estaba en con- efectos de aquélla, sino los deseados por la
dición de alieni inris (en su familia) podía nuptiae. (V. Gayo, I, 123, in fine, citado por
serlo por el jefe de la misma, se adquiría Petit.)
por estas tres formas ya mencionadas en la En un comienzo, la venta se realizó efec-
nota de Gayo: por el uso, por la confarrea- tivamente; luego, en la época republicana,
tio y por coemptio. fue ficticia. Concretamente consistía en la
Usus. Según las fuentes, parece ser el venta efectuada por quien ejercía potestad
modo más primitivo, y se cree que es la sobre la mujer alieni inris, o si fuese sui
consagración jurídica del antiguo rapto ( 7 ). inris, por la propia mujer al futuro ma-
Si se parte del concepto de matrimonio rido o a quien ejerce potestad sotare él.
en el más antiguo Derecho, nos encontra- Tuvo por principal objeto facilitar los
mos con que puede ser un hecho el usus matrimonios plebeyos, que estaban exclui-
en virtud del cual una mujer sui inris o alie- dos de la confarreatio, sólo reservada para
ni inris sale de la familia de origen y entra los patricios.
en la nueva, en condición de sometida y con Gayo nos sirve de fuente directa para el
la particular función de procrear al jefe conocimiento de esta celebración: "Coemp-
de familia o a uno de sus subditos libres tione vero in manum conveniunt per man-
una descendencia legítima ( s ).
(6) Arangio Ruiz, V., Instituciones de Derecho romano, (9) V. íbidem, pág. 491, y Petit. opus cit., pág. 176.
pág. 485 y sigs. Trinoctium, se refiere al hecho de pasar tres noches,
(7) V. Arangio Ruiz, opus cit., pág. 488. cada año, fuera del techo conyugal.
(8) V. Arangio Ruiz, opus cit., pág. 488. (10) Petit, optts cit., pág. 177.
cipationem, id est quandain imaginariam trimonio, sino casi exclusivamente para
venditionem: nam adhibitis nom minus fines particulares y derivados; por ejemplo,
quam V testibus civibus Romanis puberis, la mujer que quería sustraerse a la tutela
ítem libripende, em.it vir mulierem cuiuis de los agnados se dejaba coémere por un
in manus convenit" ("Se entra en la potes- prestanombre, quien la mancipaba inme-
tad por compra, mediante una mancipa- diatamente a otro hombie de confianza, y
ción, esto es, por una venta íingida, pues éste la manumitía y quedaba formalmente
en presencia de cinco testigos o más, ciu- como su tutor (coempLio fiduciae causa).
dadanos romanos púberos, y también de un Estos últimos residuos también han des-
portador de la balanza, el marido compra aparecido en el Derecho justinianeo" O 1 ) .
a la mujer, entrando ésta bajo su poder
marital"). MANUS INIECTIO. (V. MANUS.)
Efectos de la manus. Con motivo del tras- MAQUIAVELISMO. * Conócese con este
paso in personam y con su patrimonio, des- nombre la doctrina política desarrollada
de la familia agnaticia a la nueva, si era por Maquiavelo, escritor florentino nacido
sui inris, la mujer desata sus lazos genti- el año 1469 y fallecido en 1527. Está conte-
licios antiguos y adquiere los de su marido. nida en su obra titulada El príncipe, y en
Pero en estas condiciones, como ya se se- ella se describen las condiciones que, a jui-
ñaló, con una nueva escala parental; de cio del autor, debe reunir el príncipe ideal.
tal manera que viene a quedar en situación Tales condiciones resultan altamente repro-
jurídica equivalente a la de una hermana bables, no ya desde un punto de vista jurí-
de sus propios hijos (loco sororis). dico-político, sino también ético. Para él, lo
Asimismo adquiere los derechos de su- esencial en el gobernante es alcanzar el
cesión como heres sui en paridad de los triunfo sin reparar en los medios, ya sean
hijos del marido; es decir, que a la muerte éstos la violencia o el engaño.
de éste concurre con aquéllos. El príncipe es el hombre fuerte comple-
Si trajo un patrimonio, éste se absorbe tamente despreocupado de lo que debe ha-
en el de su marido, y una hija de familia cerse y atenido a lo que quiere hacer, tra-
ya no puede adquirir nada en propiedad. tando de aprovechar en su beneficio cuan-
"Cuando tenía un patrimonio resultaba en tas ocasiones se le presenten. El egotismo
beneficio del marido una adquisición per y el egoísmo le tipifican. No le interesa ser
universitatem, sometida a las mismas re- bueno, ya que actúa en medio de hombres
glas que la adquisición por adrogación". que son malos, y para lograr sus objetivos
(Gayo, prfs. 83 y 84, III.) debe mantener en constante ejercicio su
En el Derecho sagrado debe anotarse que voluntad, así como la disciplina del pen-
la mujer adoptaba el culto familiar del ma- samiento, del sentimiento y de los nervios.
rido y sus ascendientes. Puesto a optar entre ser amado o ser te-
Extinción. Las causales ordinarias eran mido, opta por lo segundo, pues entiende
las siguientes: la muerte o la capitis demi- que no es posible conseguir ambas cosas a
nutio de uno de los cónyuges. Si el matri- un mismo tiempo. El temor puede ser sus-
monio se contrajo por usus o coemptio, se citado por él en tanto que el amor depende
obtenía mediante una especie de reeman- de la voluntad de los demás. Prefiere el bien,
cipación de la mujer: la rotura del víncu- pero no le importa realizar el mal cuando
lo matrimonial. Si se había contraído por a ello se ve obligado con harta frecuencia.
confarreatio, por una ceremonia solemne Es mejor, a su juicio, prevalecer violando la
de signo contrario: la diffarreatio. En caso fe jurada que hundirse por respetarla.
extraordinario, por el divorcio, la mujer po- Siempre a juicio de Maquiavelo, la habi-
día obligar al marido a romper la atadura lidad constituye la cualidad esencial del
de la manus. príncipe, que se manifiesta por medio de
Evolución final. No perduraron la con- la destreza, de la energía, de la resolución
farreatio ni el usus en la época clásica. El ydones
de la fuerza. La simulación es otro de los
que debe adornar al príncipe. Cree
usus es abolido por las mores nuevas, que que éste es encuentra no ya por encima de
superan el simbolismo primitivo.
En un limitado círculo de personas, a los la ley y de la sociedad sobre la que gobier-
aspirantes al sacerdocio en el culto del fla- na, sino también por encima de la moral.
Todos los medios son aceptables, inclusive
men maior o del rex sacrorum se les permi- el dolo, el libertinaje, el robo, la corrup-
te celebrar la ceremonia antigua de la con- ción, la traición, etcétera, con tal de que le
farreatio. Ya ha dejado de usarse por la lleven al fin que persigue. Es la "razón de
ciudadanía romana. Estado" lo que justifica toda clase de actos.
"En cuanto a la coemptio —precisa Aran-
gio Ruiz—, no parece que fuese más usada, * Por el Dr. MANUEL Ossomo Y FLORIT.
salvo con extrema rareza, en su función
originaria de negocio constitutivo del ma- (11) Arangio Ruiz, opits cit., pág.
La teoría de Maquiavelo resulta tan re- un carnicero de Milán. El maquiavelismo
pelente para un espíritu sano y para un ha sido así juzgado conforme a lo que ha-
político honesto, que no han faltado trata- bía elegido como su propia medida: el éxito".
distas que, como Juan Jacobo Rousseau, tra- Por fortuna para la humanidad, frente a
tan de explicarla diciendo que Maquiavelo, esa doctrina que algún autor ha calificado
precisamente por ser un convencido repu- de "misantropía desesperada" y de "cinis-
blicano, obligado a disimular su pensamien- mo sin matices" han prosperado otras doc-
to, se propuso presentar una figura de prín- trinas de nobles tendencias y de elevados
cipe tan execrable que forozsamente habría conceptos. Son a ese respecto muy intere-
de hacerse odiosa. No hay duda de que esa santes las siguientes palabras de Prélot:
explicación —compartida por muy pocos— "Es que Maquiavelo, para crear una doc-
hubiese sido una actitud verdaderamente trina política valedera, debería haberla crea-
maquiavélica. do completa, porque incluso en su época exis-
En definitiva, la idea del "secretario flo- tían, por suerte, otros hombres además de
rentino", con el mismo Maquiavelo se de- los aventureros a quienes admiraba. Había
nominó, habría carecido de importancia si pensadores y santos: los Erasmo y los To-
hubiese quedado en el terreno de una mera más Moro".
teoría, tan reprobable como se quiera. Pero
lo malo es que tomó cuerpo en el pensa- MAQUINACIONES PARA ALTERAR EL
miento y en la acción de los gobernantes PRECIO DE LAS COSAS. (V. AGIO. ESPECU-
inescrupulosos o ambiciosos, todos los cua- LACIÓN. FRAUDES AL COMERCIO Y A LA INDUS-
les, al amparo de la supuesta "razón de TRIA.)
Estado", que no es otra que la de su propio
interés o de la satisfacción de su megalo- MAQUINISMO. * Con el vocablo maqui-
manía, se apoderaron de la idea y no vaci- nismo se alude en la actualidad al predo-
laron en prescindir de la razón auténtica, minio de la máquina, de lo maquinal, en
de la moral y del derecho para valerse de todos los órdenes de la vida.
la violencia, del engaño y de la astucia. Las Los principios mecanicistas y de automa-
más modernas manifestaciones del maquia- tización son incluidos en la acepción 'ma-
velismo se encuentran en los regímenes to- qumismo, en cuanto hacen referencia a
talitarios y autocráticos que gobiernan al- producción de algo mediante maquinaria.
gunos países. Independiente del régimen económico,
Ya Bonaparte fue admirador entusiasta pero con innegable origen en él, maqumis-
y "aprovechado discípulo" —como dice Ca- mo connota la significación de automáti-
banellas— de Maquiavelo. Podemos añadir co, pronto, respuesta rápida —aunque cie-
que Hitler fue otro de sus más conspicuos ga— a interrogantes abiertos en áreas afi-
y desembozados secuaces. El desprecio con nes a lo técnico-económico.
que se refiere en Mi lucha al valor de la En ámbito filosófico se designó con el
palabra dada o del convenio suscripto, así nombre de maqumismo al sistema de ideas
como toda la defensa del "espacio vital", que sostenía que los animales son puras
con sus bélicas consecuencias, constituyen, máquinas. Inclusive se distinguió el meca-
en su afán de justificación, una muestra nismo del mecanicismo, ya que éste no
tan patente como cruenta de maquiavelis- creía en la existencia de ningún principio
mo. Y por si todo esto fuese poco, Musso- vital, mientras que los maquinistas admi-
lini, otro de los grandes discípulos de Ma- tieron el principio vital en el hombre. En
quiavelo, ha hecho el elogio de éste en un la historia de la filosofía destacan dos gran-
ensayo titulado Preludio a Maquiavelo, con des defensores del maqumismo: Gómez Pe-
Jas siguientes palabras: "Afirmo que la doc- reira y Descartes. Abrigaban estos pen-
trina de Maquiavelo está más viva hoy que sadores, que concebían a los animales como
hace cuatro siglos, porque si bien las fron- máquinas, la noble idea de querer salvar la
teras exteriores de nuestra existencia han preeminencia del alma humana, la espiri-
cambiado mucho, no se han producido mo- tualidad, sobre el ser de los brutos. Es por
dificaciones profundas en el espíritu de los carecer de alma directriz que el animal se
individuos y de los pueblos... El elemento torna máquina.
fundamental del arte (político) es el hom- Para Descartes, en el animal hay tan sólo
bre. Ése debe ser nuestro punto de partida". lo que en el hombre es cuerpo. Su pensa-
Pero, como muy bien señala Marcel Pré- miento dista mucho del tradicional que ad-
lot (Histoire des idees politiquea), "prime- mite un alma espiritual en el hombre. Hoy
ro Maquiavelo y Mussolini finalmente, que que el maqumismo cartesiano está abando-
han representado la maldad y la medio- nado, concebir la sustancia pensante apar-
cridad del hombre, han perdido. Los hé- tada del cuerpo es una utopía inadmisible.
roes maquiavélicos han terminado mal: Cé- Menéndez Pelayo, en La ciencia españo-
sar Borgia, desterrado en España, en una
escaramuza; Mussolini, en el mostrador de * Por el Dr. MIGUEL HERRERA FICUEROA.
Za (Madrid, 1879), se hace eco de las ideas Es contra el avance del maqumismo, en el
de Gómez Pereira, por otra parte ya sufi- sentido de incorporación de la entidad hu-
cientemente refutadas en cuanto respecta mana desvalida al engranaje potente y ma-
a las teorías del maqumismo en el siglo xvi. yúsculo de la máquina, que libra incruentos
Sin perjuicio de la ciento y una refuta- combates el nuevo Derecho. De lo que se
ción formulada al maqumismo, estas ideas trata en el fondo es de procurar que las
persisten explícita o implícitamente en al- ventajas traídas por la máquina, no termi-
gunos sistemas y llevan la ilegítima im- nen ampliando el campo de la esclavitud
pronta de pretender explicar conjuntos sino suprimiéndola. No se convierta en cir-
biológicos y culturales por las leyes de la cunstancia desfavorable para el desarrollo
mecánica. Éstas, aptas para los cuerpos in- de la personalidad de los más. Por el con-
orgánicos o para la tratativa de cuestiones trario, precaviéndose del maqumismo, cu-
físicas que se ocupan del movimiento y de rándose de toda automatización que detri-
las fuerzas que puedan producirlo, no lo mente el equilibrio y armonía del ser del
son para tratar aspectos enmarcados en lo hombre, se extrae un provecho mejor lo-
vital . grado y más extendido del mensaje de
En materia jurídica aludimos a maqui- liberación traído por la máquina a las co-
nismo cuando nos referimos a modos inde- munidades contemporáneas.
liberados o automatizados de expresión. El maqumismo, impuesto revolucionaria-
Dentro del orden jurídico-social es conce- mente, supone un hecho imparable, incon-
bido como indecoroso. Significa carencia de tenible. Se trata de buscar los cauces ade-
contenido vital y artificio que pretende su- cuados de tránsito. Para ello, coadyuvando
plantar la dimensión humana que conlleva con los , aciertos del Derecho laboral, la
toda expresión auténticamente jurídica. A teoría sociológica ha creado la sustantiva
él va unida toda acepción de mecanicismo, noción de productividad, paralela a las mu-
teoría que tiende a explicar las acciones chas entidades estatuidas en el mundo jurí-
que ejercen sobre el hombre órganos extra- dico laboral, que suplanta con ventaja al
ños a su estructura. vocablo maqumismo, desde que las negati-
Se habla también de analogía maquinis- vidades que connota éste resultan insosla-
ta cuando se aplican conceptuaciones ex- yables.
traídas de la técnica mecánica a modos y Productividad y maqumismo, lejos de ser
maneras de expresión técnico-jurídica. vocablos sinónimos, se contraponen en múl-
En el mundo del Derecho es donde más tiples aspectos, sin perjuicio de cierta com-
resistencia cobraron las modernas ideas de plementación racionalizada hacia lo huma-
•maqumismo, estrechamente enlazadas con no que supone la aceptación de ciertos
la revolución industrial que nos trae la principios de automación debidamente ela-
XVIII centuria, prefigurada a fines del si- borados y cuidados por la teoría de la pro-
glo XVII. ductividad.
La noción de maqumismo, en cuanto cuer- El margen humano de la situación exis-
po de hombres y animales pueden ser asi- tencial concreta, es el definitorio en lo que
milables a entes autómatas, tiene profun- hace al tiempo en materia de productividad,
das raíces de las que no escapan inclusive no así en el maqumismo, donde las coorde-
humanistas como Platón y Aristóteles. Es- nadas existenciarias son subordinadas a las
tas nociones creadas con antelación, en mu- necesidades de ios engranajes de la má-
cho, a la era de la automatización, han ser- quina.
vido en algún especial sentido para defensa En el proceso de desarrollo industrial de
de la condición humana. En Grecia se ha- toda comunidad es de superlativa impor-
bía predicho que cuando la lanzadera te- tancia el grado de tecnificación. Si éste es
jiera mecánicamente se acabaría la escla- conseguido con prescindencia de los princi-
vitud. Pero lo que debía terminar con la pios de la productividad y solamente gracias
maquinización se pretendió sólo transfor- a la implantación de un deshumanizado
mar, para continuar así con otra especie •maqumismo, las posibilidades de futuro pro-
de esclavitud: la del maqumismo. misorio quedan cercenadas, circunscriptas a
De esta manera, el maqumismo, que se la élite beneficiada, con evidente detrimento
presenta al mundo humanista con la pre- comunitario.
tensión de libertador, a poco y en nombre Las técnicas de productividad se asientan
de un mejor provecho a su mensaje, se lo en principios que salvaguardan lo comuni-
convierte en un campeón de un nuevo es- tario, la prosperidad generalizada de toda
clavismo: el de la automación sin tasa ni sociedad que las vivencia. Por el contrario,
medida. Es contra este avance que se forma las técnicas del maqumismo atienden sólo
un nuevo tipo de ideas jurídicas en la le- a la mayor producción con olvido total de
gislación del trabajo, que transformada y las formas y maneras que den con el rendi-
sistematizada cobra cuerpo en la contem- miento buscado.
poránea doctrina del Derecho laboral. Mientras los principios de productividad
están atentos a lograr una plenaria auten- del especialismo técnico, cuando no está
ticidad vital para el mayor número de per- cubierta con una capacidad humanística
sonas, los principios del maqumismo ani- para usarla, también se convierte en conse-
mados por cualquier colectividad, se desen- jera desintegradora.
tienden de los valores humanísticos de dicha Otras exploraciones sociológicas —en tér-
comunidad. Subordinan todo al predominio minos muy generalizados— han mostrado
de la máquina, creando con ello un espeso que los niveles de vida alcanzados por dis-
ambiente de inseguridad colectiva y de opre- tintas comunidades no guardan relación
sión, signados por negatividades probadas. con las técnicas del maqumismo. En distin-
Las técnicas del maqumismo, al desen- tas palabras, que casi siempre el maqumis-
cadenar un régimen laboral olvidado por mo resultó beneficioso solamente a una
completo de toda singularidad espiritual, pequeña élite minoritaria, e inclusive que,
han despertado un afán dialéctico de con- técnicas de productividad que han suplan-
trarréplica, que va encauzando a menudos tado esferas y órbitas de maqumismo, han
y pausados avances el Derecho laboral. Éste traído un provecho mejor logrado. No sólo
ha permitido que las luchas gremiales que para toda la comunidad que las vive, sino
amenazaban ser incendiarias y pasionales, también para un mejor desenvolvimiento
plasmen positivamente en principios pro- económico-financiero y de seguridad, de su
gresistas y benéficos para todas las partes élite dirigente.
en juego. En síntesis, que lo que ha quedado defi-
Entre nosotros hacen crisis las ideas del nitivamente mostrado, es que las prácticas
maqumismo un poce tardíamente, en los al- de seguridad impuestas en la realidad exis-
bores del presente siglo y, recién en ese tencial del Derecho laboral, atento a los
momento, ven luz las primeras manifesta- principios básicos de productividad, han
ciones legislativas, verbi gracia: sobre des- producido muchísimas mayores ventajas —y
canso dominical de los trabajadores; régi- ello en todo orden— que el ciego maquinis-
men especial para el trabajo de mujeres; mo sólo atento a una mayor producción por
accidentes de trabajo; después, trabajo de la producción misma. Desde otro aspecto
menores, limitaciones de jornadas de tra- de la cuestión, no es que se esté en contra
bajo, seguros sociales, etcétera, e inclusive del maqumismo por lo que de técnica con-
un órgano administrativo especializado, el tenga, sino que se lo ataca para imponer
Departamento Nacional del Trabajo, que se —con prioridad absoluta— la técnica de lo
transforma con el correr de los años en Mi- humano, de modo tal que sea la máquina
nisterio Nacional, dividido con posterioridad la que sirva al hombre y no éste esclavo de
en sector administrativo y judicial. Este úl- aquélla, conforme la implícita postulación
timo, con el tiempo, aunque conservando del maqumismo aquí censurado.
su especificidad incluida la del procedimien- MAR EPICONTINENTAL. (V. DOMINIO
to, pasa a depender del Ministerio de Jus- MARÍTIMO. MAR TERRITORIAL.)
ticia.
Un conglomerado amorfo de leyes no sig- MAR LIBRE.* SUMARIO: 1. Concepto. 2. An-
nifica de modo seguro que el país que las tecedentes históricos. 3. Naturaleza jurídica
haya dictado, goce de las ventajas que im- del mar libre. 4. La libertad de los mares y
ponen dichos ordenamientos legales. Por el la navegación. 5. La libertad de pesca en alta
contrario, es bastante repetido el hecho que mar. 6. Instalaciones y explotaciones subma-
rinas. 7. Instalaciones flotantes. 8. Conven-
patentiza acentuadas distancias entre lo le- ciones internacionales.
gislado y la realidad vivida. Por ello, más
que atender a una indagación legislativa 1. Concepto. A diferencia de las porciones
sobre técnicas de prevención al maqumis- sólidas de la Tierra, susceptibles de apro-
mo, resultan mucho más interesantes las piación y dominio, el mar tiene caracterís-
investigaciones sociológicas tendientes a pal- ticas particulares, por su misma naturaleza
par la realidad viva de lo existente en la fluida y movediza, que determinan un régi-
materia. men también particular. Mientras que sobre
Estas múltiples investigaciones han en- las primeras, por medio de guerras, anexio-
contrado hasta hechos paradojales en lo nes, conquistas, descubrimientos, etcétera,
que respecta al maqumismo. Éste ha avan- los Estados han adquirido y ejercen pleno
zado tanto que impone necesidades ficticias dominio y soberanía sobre las tierras que
no justificables desde ningún sentido en la les pertenecen, no ha ocurrido lo mismo con
existencia humana. El empleo del tiempo los mares, no obstante las tentativas que
libre creado por la tecnificación maquinista diversas potencias han realizado en distin-
si no es aprovechado como ocio reparador tas épocas por establecer su soberanía sobre
se convierte en un mal consejero del hom- los mismos.
bre. En opuesto orden de ideas lo que con-
temporáneamente se ha llamado la barbarie * Por el Dr. HUGO CHARNY.
Desde que el hombre aprendió a navegar, ción del mar, sin que ello signifique que no
el mar ha sido, en tiempos de paz, una va- sea posible ejercer dominio de hecho sobre
liosísima ruta de comunicación comercial grandes extensiones del mismo ( 4 ) ; b) la
con otros pueblos: la más permanente e necesidad que tienen todos los Estados de
inalterable y al mismo tiempo la más eco- intercomunicarse comercialmente, para lo
nómica. En tiempos de guerra, el mar ha cual, hasta el momento y por el desarrollo
sido muchas veces escenario principal de actual de la técnica, el mar continúa siendo
lucha, ya que el predominio sotare sus aguas, una vía insustituible; c) la necesidad que
además de su valor estratégico y ofensivo a la vez tienen los Estados ribereños de ejer-
directo, permitía a las naciones dominantes cer jurisdicción sobre sus litorales maríti-
mantener abierto el comercio con los países mos, por las razones ya enunciadas.
neutrales, contando así con una fuente de De la conjunción de los factores enuncia-
aprovisionamiento de la que se privaba al dos ha resultado la idea, histórica y concep-
enemigo O ) . Gran parte de la Segunda tualmente, de mar libre.
Guerra Mundial (1939-45) se desarrolló en Se ha dicho de la "alta mar", "plea mar"
los mares, en todas las latitudes. Uno de los o "mar litare", que se llama así a las aguas
objetivos perseguidos por los países del Eje del mar que se encuentran fuera del control
fue el de quebrar la hegemonía aliada en. de Estado alguno ('•)- Se lo define así por
los mares, sobre todo antes del ingreso de los oposición a las aguas adyacentes sobre las
Estados Unidos en la contienda. Y el fracaso que los Estados ribereños pretenden domi-
de tal intento fue uno de los factores deci- nio y jurisdicción. Como la extensión de
sivos en el resultado final del conflicto ( 2 ). dichas aguas no se encuentra claramente
Al mismo tiempo cabe señalar que las establecida, surgen dificultades en la doc-
naciones con litorales marítimos han trata- trina y en la práctica para determinar hasta
do de extender su soberanía sobre una faja dónde el mar es libre y dónde deja de
del mar contigua a sus costas. Las finalida- serlo ( e ).
des han sido varias: a) reserva y explotación Con la salvedad anterior, pensamos que
de las riquezas del suelo y del subsuelo puede definirse como la porción de mar en
marítimos, generalmente prolongación de la la que todos los Estados, por sí o por sus
plataforma terrestre; b) por razones estra- subditos, pueden ejercer libremente la na-
tégicas, como zona incluida en los planes de vegación, la pesca y la caza, el tendido de
defensa; c) como zona sobre la que se debe cables y el establecimiento de otras insta-
ejercer un poder de policía adecuado a fin laciones pacíficas, estudios, etcétera, siem-
de evitar la introducción o salida clandes- pre que su propio ejercicio de la libertad
tina (contrabando) de mercaderías o de no perturbe el de los demás y que se realice
personas; d) por la necesidad de proteger con pleno respeto de las normas acordadas
su riqueza pesquera. Todo ello ha dado na- por la comunidad internacional.
cimiento a lo que se ha dado en lla- 2. Antecedentes históricos. El principio de
mar "mar jurisdiccional", "mar territorial", la libertad de los mares no fue siempre
"aguas adyacentes o contiguas", con un reconocido por los autores, y hasta hace
régimen distinto que el de la "alta mar" o muy poco tiempo, fue discutido por los Es-
3
"mar libre" ( ). tados.
De todo lo expuesto surge que, en lo rela- Los pueblos de la antigüedad, egipcios,
tivo a la libertad de los mares, deben seña- fenicios, griegos y cartagineses, trataron de
larse varios factores que han permitido ir establecer su hegemonía en los mares, sobre
elaborando, si no una doctrina uniforme, por todo en la vigilancia y policía de costas y
lo menos un estado jurídico umversalmente puertos. En general, por la extensión del
reconocido en tiempos de paz. Dichos fac- comercio en los tiempos de paz, existía una
tores son: a) la imposibilidad de apropia- relativa libertad de navegación en alta mar.
Roma trató asimismo de excluir a otros
Estados en el dominio del mar, no obstante
(1) V. la voz BLOQUEO. Aun en tiempos de paz se 'na
recurrido al bloqueo como forma de aislar a un país de los textos de Ulpiano, Celso y Justiniano,
toda comunicación marítima, sea como represalia o corno que consideraban el mar como res commu-
medio destinado a obtener determinados resultados. El
caso más reciente es el del bloqueo practicado por los
nis ( 7 ).
Estados Unidos, con apoyo de otras naciones del hemis-
ferio, con motivo de la instalación de bases aéreas y de (4) V. Cisneros, César Díaz, Derecho internacional pú-
proyectiles por la Unión Soviética en Cuba. El bloque* blico, Bs. Aires, 1955, t. II, págs. 32-33. Sostiene este autor
fue levantado cuando existieron seguridades de que la que la posesión material del mar, su aprehensión por el
Unión Soviética había retirado las bases, los proyectiles hombre, consiste en el hecho material de la navegación;
y los aviones a reacción introducidos e instalados ante- en la posibilidad de la pesca y la caza marítimas; en 3a
riormente en Cuba. Este bloqueo estuvo limitado a los posibilidad, de inmersión; o de instalar islas flotantes;
materiales de guerra. o de explotar el lecho marítimo y el subsuelo para su
(2) Ayer la aviación, hoy los proyectiles teleguiados, aprovechamiento industrial.
sumados a otros hallazgos de la técnica, han alterado tan (5) Sierra, Manuel, Derecho internacional público, 3*
profundamente las formas de la guerra, que es imposible ed., México, 1959, pág. 263.
prever cuál será la importancia del mar en un futuro (6) V. la voz MAR TERRITORIAL.
conflicto. (7) Ulpiano, Dig. lib. 8, tít, 4, ley 13; Celso. Dig. lib. 43,
(3) V. la VOZ MAS TEBEITOBIU,. tít. 8, ley 3; Justiniano, Instit., lib. II, tít. I, I 1.
Durante la Edad Media, numerosos Esta- Inclusive niega fundamento religioso a la
dos procuraron convertirse en amos abso- conquista, al distinguir la coacción de la
lutos de los mares que servían de ruta persuasión como modos de extender la fe.
obligada a su comercio: Venecia sobre el Junto a estas concepciones, que parecen
Adriático, en competencia con Ragusa y destinadas a demoler los más importantes
otras ciudades; Genova y Pisa, sobre el Li- fundamentos de la conquista, elabora su
gúrico y el Golfo de León; Dinamarca y doctrina del jus communicationis, vale de-
Suecia sobre el Báltico y aun sobre el Mar cir, el reconocimiento a los Estados de los
del Norte, la primera. Por entonces, la idea derechos de comunicación y comercio, crea-
de dominio exclusivo, obtenido y mantenido dores de la solidaridad internacional. De
por la fuerza de las armas, se ajustaba per- donde surge como consecuencia ineludible
fectamente a los principios vigentes del feu- la libertad de los mares ( 8 ).
dalismo. Pero es Grocio quien, sin lugar a dudas,
A comienzos de la Edad Moderna y con plantea el problema de la libertad de los
los grandes descubrimientos geográficos y mares con mayor erudición. En 1605 publica
las colonizaciones de nuevos y extensos terri- su obra De lure Proeda, cuyo capítulo XII,
torios de extraordinaria riqueza, surgen las al publicarse separadamente en 1609 bajo el
primeras grandes potencias marítimas, en- nombre Mare Liberum, alcanzó una enorme
tablándose una lucha que habría de durar difusión.
siglos, por la hegemonía en los mares. Así En la primera de las obras mencionadas,
Inglaterra pretendía el dominio sobre todos Grocio ataca los supuestos títulos de Por-
los mares adyacentes y además sobre el Mar tugal sobre el Mar de las Indias ( 9 ). En
del Norte, el Canal de la Mancha y una cambio en el Mare Liberum ataca los argu-
enorme extensión del Atlántico septentrio- mentos de Inglaterra, que pretendía el mo-
nal, desde Noruega hasta las costas de Amé- nopolio de la pesca en los llamados mares
rica. España reclamaba los mismos derechos británicos, en perjuicio de los intereses de
sobre el Atlántico Occidental y el Pacífico, Holanda.
en tanto Portugal lo hacía sobre el Atlán- Grocio utiliza una serie de argumentos
tico Oriental y el Indico, basados ambos que en la actualidad carecen de relevancia,
reinos en la Bula de Alejandro VI; Holanda pero que se ajustaban a los conocimientos
buscaba el dominio sobre la ruta del Cabo de su época. Sostiene, así, que el mar es
de Buena Esperanza, y Rusia consideraba
como cosa propia el mar de Behring. infinito y no se pueden definir sus contor-
La pretendida hegemonía significaba el nos externos, por lo que no se pueden deli-
derecho de cobrar impuestos, la reserva ex- mitar zonas o secciones en el mismo. Por
clusiva de la pesca, el derecho de los buques otra parte, sostiene que el mar, por su na-
de guerra del país dominante, de detener e turaleza, no se presta a ninguna apropia-
inspeccionar los buques de otros países, et- ción. Finalmente, en el orden moral, utiliza
cétera. Fue en su comienzo, como es evi- un argumento que continúa siendo de ac-
dente, una lucha intensa por el predominio
tualidad: ningún Estado puede confiscar en
su provecho una cosa necesaria para la
en la conquista y colonización de las nuevas humanidad, porque atentaría contra su in-
tierras descubiertas. Pero ello se mantuvo terés.
hasta el siglo pasado como lucha por el Los argumentos de Grocio sobre la libertad
predominio en el comercio a través de los de los mares y la gran difusión de la obra
mares. provocaron la reacción de Carlos I, monarca
La doctrina no estuvo siempre conforme inglés, quien no sólo pidió el enjuiciamiento
con las pretensiones de los estados maríti- de Grocio al gobierno holandés, sino que
mos. Ya un siglo antes de Grocio, el teólogo encomendó al tratadista Selden que redac-
de la Universidad de Salamanca, Francisco tase, a su vez, una obra refutando la de
de Vitoria, cuya personalidad ha adquirido aquél. La obra se publicó bajo el nombre de
relieve en los últimos años por diversos es- Mare Clausum seu de domino maris, y en
tudios que sobre su vida y obra se han reali- ella, mediante el empleo de argumentos his-
zado, escribió su Reliccion sur les Indiens. tóricos, el autor inglés trató de refutar a
En dicha obra se niega a la Bula de Ale- Grocio. No lo consiguió, evidentemente, y su
jandro VI el carácter de título suficiente de doctrina del mar cerrado fue perdiendo
la autoridad española en América (las In- terreno a medida que nuevos descubrimien-
dias) . Se combate asimismo la idea de auto- tos y la permanente expansión del comercio
ridad universal del emperador. Discute el
carácter de res nullius de las tierras descu-
biertas, ya que los naturales tenían dominio (8) V. Ossorio, A., El pensamiento vivo del P. Vitoria,
Bs. As., 1943; Barcia Trelles, C., Francisco de Vitoria,
y soberanía sobre las mismas, con lo que se fundador del Derecho internacional, Valladolid, 1028.
socava uno de los argumentos fundamen- (9) Títulos, al igual que los de España, fundados en la
Bula de Alejandro VI modificada por el Tratado de Tor-
tales sostenidos por las potencias ocupantes. desillas.
iban dando justificación a la doctrina de la nacional. Como toda libertad, existe un mí-
libertad de los mares. nimo de restricciones para posibilitar su
El proceso no fue breve ni sencillo. Du- general ejercicio. En cuanto al fundamento
rante siglos pretendieron algunas potencias jurídico de la libertad de los mares, se han
marítimas, aun en tiempos de paz, mante- dado en la doctrina diversas teorías. Es in-
ner algunas prerrogativas sobre los mares. dudable que resulta sumamente importante
En. nuestros días, el problema ya no existe. determinar con exactitud la verdadera na-
Nadie discute la libertad de los mares en turaleza jurídica del mar libre por las con-
tiempos de paz. El problema subsiste, sin secuencias que pueden derivarse de la posi-
embargo, en épocas de guerra. No obstante ción adoptada.
las declaraciones de la Liga de la Neutrali- La primera teoría en boga fue la del res
dad Armada (1800-1801) relativas al esta- nullius, que cobra vigor con motivo de los
blecimiento de la libre navegación neutral grandes descubrimientos. España y Portugal,
y la libertad de las mercaderías; las poste- apoyándose en la Bula de Alejandro VI,
riores y análogas declaraciones de la Con- pretendían la exclusividad de paso en los
ferencia de París de 1856 ( 1 0 ) ; la perma- mares que conducían a las tierras descu-
nente prédica norteamericana, desde su biertas. Conforme al concepto de res nullius,
independencia, en favor de los derechos de una cosa que no ha sido apropiada per
los países neutrales en la guerra maríti- nadie, que a nadie pertenece, es susceptible
ma ( u ) , las últimas dos grandes conflagra- de apropiación por la persona que la des-
ciones han superado las antiguas limitacio- cubra.
nes a la libertad de los neutrales (visitas, Los autores que se han inclinado por la
registro, bloqueo) mediante la creación de teoría del res nullius lo han hecho por con-
extensas zonas vedadas a la navegación siderarlo el fundamento obligado de la liber-
mercante de cualquier bandera, los ataques tad de los mares. Ellos llegan a la conclusión
indiscriminados de submarinos, las listas de que el mar es utilizatale por todos los
negras, etcétera, que tornaron prácticamen- Estados por el mismo hecho de no pertenecer
te inexistentes los derechos de los neu- a ninguno de ellos ( 1 2 ).
trales. Esta posición ha sido abandonada por la
Con respecto a los tiempos de paz, Gran mayoría de los autores. Admitirla sería re-
Bretaña reclamó para sí, durante mucho conocer a cada estado su competencia ex-
tiempo, el derecho de visita y registro en clusiva para dictarse su propia ley y obrar
alta mar de los buques mercantes, frente a según su propia voluntad en alta mar. Y asi-
la decidida oposición del gobierno norte- mismo la posibilidad, aunque hoy remota
americano. En el año 1858, Gran Bretaña por el estado de las relaciones internacio-
reconoció la justicia de las reclamaciones nales, de que una nación o varias preten-
americanas. dieran establecer su hegemonía sobre de-
Algunas convenciones internacionales han terminados mares. En el estado actual de la
admitido, sin embargo, el derecho de visita civilización y del Derecho internacional, esa
y registro en determinadas regiones, con el posibilidad no se admite.
propósito de evitar el tráfico de esclavos. A la teoría del res nullius se opone aque-
Así, el Acta de Berlín de 1885, la Declara- lla que considera el mar libre como res
ción de Bruselas de 1890 y la Convención communis, vale decir, que pertenece a todos
de 1926 para suprimir el tráfico de esclavos. los Estados ( 1 £ ) .
3. Naturaleza jurídica del mar libre. Co- Fauchille sostiene que el mar no es sus-
mo surge de su propia denominación, la ceptible de apropiación, ni como cosa de
condición esencial del mar libre es precisa- nadie, ni como cosa de todos, porque la masa
mente la libertad que tienen todos los Es- líquida de mar no puede ser aprehendida
tados, sin excepciones, de navegar en sus ni ocupada. Ante esa imposibilidad, no pue-
aguas, pescar o efectuar instalaciones de de existir dominio ni condominio de los
todo tipo, siempre que el ejercicio de esa Estados sobre el mar, llegando a la conclu-
libertad por un Estado no perturbe el mis- sión de que las naciones solamente tienen
mo ejercicio por los demás y se ajuste a las un derecho de uso con respecto al mismo(14).
normas aceptadas por la comunidad Ínter- Los autores que se inclinan por esta tercera
teoría del res usus afirman que el mar, por
su especial naturaleza, no puede pertenecer
(10) La Conferencia de París abarcó cuatro cuestiones
fundamentales en materia de navegación marítima: a)
ni a un Estado ni a la colectividad de los
supresión del corso; b) libertad de propiedad enemiga Estados, constituyendo una cosa sui generis,
bajo bandera neutral, salvo el contrabando de guerra;
c) libertad de propiedad neutral bajo bandera enemiga,
salvo el contrabando de guerra; d) exigencia de la efec- (12) V. Nys, Le Droit interna.tion.al, t. II, págs. 171-2.
tividad del bloqueo. (13) Sostenida en la reunión del Instituto de Derecho
(11) La libertad de los mares es una condición sine Internacional realizada en La Haya en 1925; V. Díaz Cis-
qua non de la paz, de la igualdad y de la mutua coope- neros, op. y üoi. cits., págs. 30-31.
ración, decía el presidente Wilson al esbozar las bases (14) Bonfils-Fauchille, Droit international public. París,
de la paz universal. 1925, t. I, n? 483.
cuyo uso está permitido a todas las naciones des zonas del océano vedadas a la navega-
y les es común ( 13 ). ción de los neutrales, la que por otra parte
Con respecto al argumento anterior, es se hizo riesgosa en todos los mares por los
interesante destacar la posición de Díaz Cis- ataques indiscriminados de los submarinos
neros, quien sostiene que existe una posesión germanos. Y también hemos mencionado el
de conjunto sobre el mar libre. Si bien la hecho más reciente, en tiempo de paz, de
misma no se realiza en detalle, sobre puntos la cuarentena dispuesta por los Estados Uni-
fijos o determinados, es ejercida por la co- dos contra Cuba, que se hizo efectiva me-
munidad internacional, por el género hu- diante la detención, visita y registro de los
mano. Ella implica el condominio interna- buques sospechosos de llevar materiales de
cional, de cuyo derecho son titulares todos guerra a la isla.
los Estados, inclusive los que no tienen cos- 5. La libertad de -pesca en alta mar. La
tas marítimas, y su titular es el hombre, libertad de pesca y caza en alta mar es
como sujeto de todo derecho. Agrega el asimismo libre para todos los Estados y nin-
mismo autor que ese condominio representa guno de ellos puede pretender exclusividad
la posesión y el dominio del mar, cuya o monopolio en esas actividades. Las únicas
materialidad, vale decir, su aprehensión por limitaciones surgen de acuerdos internacio-
el hombre, consiste en el hecho material de nales destinados a conservar la fauna ma-
la navegación; en la posibilidad material rina y en ningún caso pueden provenir de
de la pesca y la caza marítimas; en la posi- imposiciones de uno o varios Estados a los
bilidad de inmersión; en la posibilidad, asi- demás.
mismo, de instalar islas flotantes y de apro- Este principio de la libertad de pesca no
vechar el lecho y el subsuelo marítimos. Por se aplica en casos como el de las pesquerías
todo ello sostiene la doctrina del condomi- de perlas y corales, ya que las mismas se
nio internacional integrada por el uso co- realizan sobre el lecho del mar, el cual es
mún ( l c ). susceptible de apropiación privada, respe-
4. La libertad de los mares y la navega- tándose el derecho adquirido por un Estado
ción. Como consecuencia inmediata del sobre determinadas porciones del mismo.
régimen de libertad de los mares, los buques
de todas las banderas (aun de países sin En el año 1882 se firmó en La Haya una
costas marítimas) pueden navegar los ma- Convención entre Inglaterra, Francia, Bél-
res sin otras limitaciones que aquellas que gica, Holanda, Dinamarca y Alemania, que
surgen de los acuerdos internacionales re- establece reglas para la pesca en el Mar del
lativos a los buques, las señales, los salva- Norte, fuera de las aguas territoriales. La
mentos y la asistencia, la prohibición del vigilancia del cumplimiento de sus normas
tráfico de esclavos, etcétera ( 17 ). se confió a las naves de guerra de los países
La libertad de navegación en alta mar contratantes. Los mismos países celebraron
comprende los buques de todas clases: mili- en 1887 una nueva convención prohibiendo
tres, mercantes, científicos, de pesca o de la venta de bebidas espirituosas, por buques
recreo, sin que ningún Estado y por ningún llamados cabarets flotantes, a los pescado-
concepto pueda poner trabas al ejercicio de res del Mar del Norte. Las reglas de estas
este derecho. convenciones no fueron adoptadas por otros
Ahora bien, hemos señalado que el goce Estados, salvo Italia.
de la libre navegación no debe perturbar Dinamarca e Inglaterra firmaron en 1901
el goce del mismo derecho por los demás. una convención relativa a la pesca en aguas
Al respecto se ha dicho que, si se admite alrededor de Islandia y la isla Faroé, fuera
el principio de la comunidad internacional del mar territorial. Otras convenciones im-
sobre el mar y como consecuencia inmedia- portantes han sido la de Washington de 1911,
ta el de la libertad de los mares, la guerra reglamentando la caza de la foca en el
debería ser suprimida en el mar libre, el Pacífico Norte, y las de Ginebra (1931) y
que debería quedar sometido a una legisla- Londres (1937 y 1938) reglamentando la caza
ción, policía y justicia internacionales ( 1S ). de la ballena en los mares libres.
Ya hemos señalado, sin embargo, lo acon- 6. Instalaciones y explotaciones subma-
tecido durante la última guerra mundial. rinas. La doctrina admite el derecho de los
Los países beligerantes establecieron gran- Estados para efectuar instalaciones en el
lecho y en el subsuelo del mar. Es más, se
(15) V. Ortolan, T., Regles internationales et diplo- asimila el mismo a la superficie terrestre
matie de la mer, París, 1864, t. I, pág. 119; Antokoletz, y por lo tanto se reconoce la soberanía de
D-, Tratado de Derecho internacional público en tiempo
de paz y en tiempo d-e guerra, 4^ ed., Bs. Aires, 1944, los Estados sobre dichas instalaciones ( 19 ).
t. III, n'.' 330; Fernández, R., Código de comercio comen- A la plena libertad de los Estados en
tado, Bs. Aires, 1952, t. IV, págs. 171-2.
(16) Díaz Cisneros, C., op. y vol. cits., pág. 32. cuanto a la posibilidad de realizar trabajos
(17) Para régimen de los buques en alta mar, vsr la
voz BUQUE.
(18) Sierra, M., op. cií., pág. 268. (18) Fauchüle, T., op. y vol. ctts., ni 483".
o instalaciones en el lecho marítimo sólo se reservándose derechos hasta 200 millas de
opone una única limitación: que no afecten la costa ( 2 0 ).
el derecho de los demás Estados a usar 7. Instalaciones flotantes. Los inespera-
libremente el mar. dos avances de la técnica moderna hacen
Dentro de la variedad de trabajos que posible la instalación precaria o permanente
pueden realizarse sobre el lecho del mar o de islas artificiales en alta mar. Las mismas
en el subsuelo, cabe mencionar los siguien- pueden estar adheridas al lecho, sostenidas
tes: a) túneles submarinos, tales como el mediante columnas, o bien estar ancladas.
proyectado entre Francia e Inglaterra a tra- Se las puede utilizar como bases aéreas o de
vés del Canal de la Mancha; b) tendido de aprovisionamiento, como estaciones meteo-
cables submarinos; c) túneles de minas, rológicas, faros, centros de estudios ocea-
continuación de las terrestres, bajo el lecho nógraficos, etcétera.
del mar; d) explotación de los bancos de En tiempos de paz, tales instalaciones no
perlas y arrecifes de coral. afectarían la libre navegación en alta mar,
En cuanto al tendido de cables submari- y por lo tanto no parece existir razón para
que no se construyan, sobre todo si persi-
nos, la Convención de París en 1884, vigente guen fines científicos, de socorro o de ayuda
desde el 1 de mayo de 1888, ratificada pos- para la navegación. Pero dichas bases po-
teriormente por tratados y aceptada por drían tener una finalidad estratégica y es-
otros Estados, cuenta hoy con reconocimien- tar preparadas para operaciones militares.
to casi universal. En virtud de sus cláusulas, Entendemos que en tal caso, aun sin afectar
todos los Estados signatarios garantizan la la libre navegación en tiempos de paz, re-
libertad de colocar y conservar los cables presentarían un factor de perturbación y
submarinos. Cada estado se compromete a una amenaza para la seguridad de otros
dictar leyes que aseguren la ejecución de la países. En efecto, ¿qué ocurriría si una de
Convención y sancionen las violaciones a la las grandes naciones instalase una isla flo-
misma. Se establece un régimen de repara- tante en medio del océano, que pudiese ser-
ciones por los daños que pudieran ocasio- vir de base de proyectiles teleguiados?
narse a los cables, así como normas para Evidentemente cabria la oposición de las
la conservación de los mismos. (V. CABLES naciones que se sintieran amenazadas. Es
SUBMARINOS.) más, pensamos que no obstante la libertad
Las disposiciones de la Convención sólo de efectuar instalaciones flotantes o fijas
rigen para las aguas extraterritoriales. En en el mar libre, ellas deberían realizarse
con el consenso y bajo la supervisión de la
aguas jurisdiccionales queda reservado a los comunidad internacional. Nada se podrá
Estados ribereños el derecho y el deber de oponer a las que tengan una finalidad paci-
actuar en la materia. Las cláusulas de la fica o de beneficio general.
Convención no se aplican en caso de guerra. Respecto a la naturaleza jurídica de tales
La doctrina que admite la posibilidad de instalaciones, se las asimila a las islas si se
apropiación y soberanía sobre el lecho y el asientan en el lecho marítimo, considerán-
subsuelo del mar, no obstante la libertad doselas como cosas sui generis si son flo-
de navegación, ha servido de precedente a tantes. La doctrina está conforme en que
las declaraciones de muchos Estados esta- no se puede reconocer un mar territorial
bleciendo su soberanía sobre la meseta sub- en torno a las mismas.
marina o plataforma continental. Tal la 8. Convenciones internacionales. Hemos
declaración de nuestro país, del año 1944, señalado que la libertad en alta mar en-
sobre su derecho exclusivo a la explotación cuentra sus únicas limitaciones en las re-
de las minas de carbón y petróleo del sub- glas adoptadas por las naciones a través de
suelo marítimo, que son prolongación de las convenciones y tratados, destinados a regu-
vetas terrestres. Y la declaración del año lar sus derechos y a establecer obligaciones
1946 sobre dominio exclusivo de las riquezas recíprocas, en tiempos de paz y en tiempos
minerales, animales o vegetales en el mar de guerra.
epicontinental. Como precedentes de esta Ya se ha hecho referencia a los acuerdos
actitud, cabe mencionar similares declara- conducentes a evitar el tráfico de esclavos,
ciones anteriores de Gran Bretaña, Estados que autorizan el derecho de visita y registro
Unidos, Venezuela y México. En el caso de a los buques de guerra. Similares previsio-
Venezuela, las instalaciones petrolíferas en nes se han adoptado con respecto a la pira-
el Golfo de Paria se encuentran en zonas tería. El Tratado de Montevideo de 1889, que
vecinas de la costa, pero en el mar libre, es ley para la Argentina, Uruguay, Paraguay,
dejándose una ruta para la navegación en Bolivia y Perú, define y pena la piratería.
virtud de un tratado entre ese país y Gran El Tratado de Washington de 1922, entre
Bretaña. Chile, Perú y otros países del Pa- Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia, Ita-
cífico han hecho declaraciones semejantes
con respecto al lecho y subsuelo marítimos, (20) Ver la voz: MAR TERRITORIAL.
lia y Japón, nunca ratificado, estableció por sí o sus subditos, puedan ejercer libre-
normas para la detención de buques mer- mente la navegación, dedicarse a la pesca
cantes. Sus normas no se cumplieron al o a la caza de la fauna marina, tender
desatarse la Segunda Guerra Mundial. En cables o establecer otras instalaciones pací-
1937 se firmó un tratado entre Gran Breta- ficas ( 2 ) . Quiere decir esto que si nos refe-
ña, Francia, la Unión Soviética y otros paí- rimos a porciones o extensiones de mar que
ses, en el que se establecieron sanciones se encuentran fuera del control de cualquier
contra la piratería de algunos submarinos Estado, en las que todos pueden realizar
en la guerra civil española. Por el Convenio pacíficamente las actividades mencionadas,
de Ginebra de 1937, se extendió a naves de deben existir, lógicamente, partes del mar
superficie y aeronaves. Pero estos acuerdos que no participan de esta condición ( 3 ).
y otros similares quedaron convertidos en Efectivamente, se trata de las aguas adya-
letra muerta durante la guerra de 1939-45. centes a los Estados ribereños, sobre las
Mayor efectividad han tenido las Confe- que, en mayor o menor extensión, éstos
rencias y Convenciones internacionales que pretenden ejercer su soberanía, no obstante
establecieron normas de seguridad, de so- mantener en vigencia la libre navegación
corro, indemnizaciones, etcétera, para la de las mismas para todas las banderas ( 4 ).
navegación marítima. Entre las más impor- En algunos casos, las legislaciones se refie-
tantes, cabe mencionar: 1) La Conferencia ren, no sólo a la jurisdicción y control del
de Washington de 1889, que estableció un Estado ribereño,
5
sino al dominio del mar 6
reglamento internacional en vigor desde el territorial ( ) y del mar epicontinental ( ).
año 1897, estipulando asimismo el uso de La existencia de zonas de mar adyacentes
luces y señales acústicas destinadas a pre- a las costas, para las que rige una situación
venir abordajes. Al uso del Código Interna- jurídica distinta de la del mar libre, provoca
cional de señales, aprobado en 1879 y com- de inmediato una serie de interrogantes:
pletado en 1900, debe agregarse el uso de la ¿No es el mar físicamente uno e indivisible?
radiotelegrafía, contemplado en la Conven- Y en ese caso, ¿cómo se explica que pueda
ción de Washington de 1927 sobre radiote- dividirse en partes totalmente libres y en
lecomunicaciones. 2) Convenciones de Lon- otras que no lo son? Además, ¿qué funda-
dres de 1914 y 1929 sobre salvaguardia de la mentos pueden justificar esta ficción de
vida humana en el mar. 3) Convención de fronteras trazadas sobre el mar?
Bruselas, de 1910, sobre abordajes, aprobada El mar (del latín mare) es la masa de
por la Argentina. 4) Convención de Bruse- agua salada que cubre gran parte de la
las, de 1910, también ratificada por la Ar- tierra y rodea todos los continentes. Como
gentina, sobre asistencia y salvamento. lo señala Gidel, el medio marino es física-
BIBLIOGRAFÍA. — La citada en el texto y notas. mente uno ( 7 ). Sin embargo, existen zonas
del mar para las que se ha creado —y se
MAR TERRITORIAL. * SUMARIO: I. La liber- continúa creando— un trato jurídico dife-
tad de los mares y el mar adyacente. II. Con- rente.
ceptos: 1) Mar territorial. 2) Zona contigua. La doctrina que a través de varios siglos
3) Plataforma submarina o zócalo continental.
4) Mar epicontinental. III. Antecedentes his- ha venido elaborando el principio de la li-
tóricos. IV. Declaraciones unilaterales de al- bertad de los mares coincide hoy en con-
gunos Estados contemporáneos: 1) Los países siderar el mar como res communis afectada
americanos. 2) Posición de otros países. 3) a un uso común ( 8 ). Es más, se ha llegado
Conclusiones. Conferencias, congresos y trata- a decir que existe una posesión de conjunto
dos internacionales. Conferencia sobre el De-
recho del mar de 1958. V. El problema en la sobre el mar libre que no se realiza en de-
legislación argentina. VI. Condición jurídica
de las aguas adyacentes y de la plataforma. (2) Ver la voz MAR LIBRE en este mismo tomo de Omeba.
VII. El régimen de las bahías, golfos, radas y (3) Nos ocupamos aquí exclusivamente de los marea
puertos. Bahías históricas. VIII. Los mares. abiertos situados entre dos o más países. Del régimen
IX. Canales y estrechos marítimos. X. Con- de los mares cerrados nos ocuparemos más adelante,
clusiones. mira, VIII.
(4) Indudablemente, se trata de la libre navegación
mercante, ya que tratándose de navios de guerra de otros
I. La libertad de los mares y el mar ad- países deben someterse a las normas establecidas por el
yacente. Se ha definido el mar libre, tam- Derecho internacional al entrar en aguas jurisdiccionales.
Los submarinos deben navegar en la superficie. Puede
bién denominado alta mar o plea mar, como recordarse los casos muy recientes de acciones realizadas
las aguas del mar que se encuentran
1
fuera contra probables submarinos de origen desconocido que
navegaban sumergidos en aguas jurisdiccionales de Ar-
del control de Estado alguno í ). Lo hemos gentina y Brasil.
definido también como la porción del mar (5) V, Infra, IV-1 y V.
(6) Injra, II-4 y IV-1.
abierta al uso de todos los Estados para que, (7) Gidel, G. C., Le Droit international public de la
mer, París, 1932-34, t. I, pág. 44.
(8) V. Ortolan, T., Regles intemationales et diplomatie
* Por el Dr. HUGO CHARNY. de la mer, París, 1864, t. I, pág. 119; Antokoletz, D.,
Tratado de Derecho internacional público en tiempo de
paz y en tiempo de guerra, 4a ed., Bs. Aires, 1944, t. III,
(1) Sierra, Manuel J., Derecho internacional público, n? 330; Fernández, R., Código de comercio comentado,
!» ed., México, 1959, pág. 263. Bs. Aires, 1952, t. IV, pág. 171-2.
talle, sobre puntos determinados, y que es las aguas que la cubren, denominadas su-
ejercida por la comunidad internacional, prayacentes o mar epicontinental.
por el género humano. Y que ello implica I I . Conceptos. Nos encontramos en pre-
el condominio internacional, de cuyo dere- sencia de diversas denominaciones cuyos
cho son titulares todos los Estados, inclu- alcances consideramos necesario aclarar
sive los que no tienen costas marítimas, y conceptualmente antes de explicar las ra«
su titular es el hombre, como sujeto de todo zones históricas, políticas, económicas y
derecho (°). Se ha llegado a afirmar, in- geológicas que dieron origen a estos pro-
clusive, que como consecuencia inmediata blemas del Derecho internacional público.
de admitir el principio de la libertad de los 1) Mar territorial: Se trata de una faja
mares, la guerra debería ser suprimida del de mar, de creación artificial, paralela a
mar, el que debería quedar sometido a una la costa del Estado ribereño y cuya exten-
legislación, policía y justicia internaciona- sión se mide desde la línea de las más bajas
les (i»). mareas. No existe uniformidad universal en
La lucha por la libertad de los mares, que cuanto al ancho que debe tener esa faja,
se prolongó durante siglos y que surgió co- ya que no todos los Estados aceptan la dis-
mo una reacción contra el predominio que tancia de tres millas marinas que propu-
pretendían ejercer las potencias marítimas siera el holandés Bynkershoeck, adecuada
sobre las rutas descubiertas, no se entabló al alcance de un cañón desde la costa (12).
con relación a determinadas porciones del El Instituto de Derecho Internacional
mar. Cuando el teólogo de Salamanca, Fran- (París, 1894) propuso el establecimiento de
cisco de Vitoria, elabora su doctrina del jus un límite general de seis millas marinas
communicationis, es decir, el reconocimien- en tiempos de guerra y de paz, reconocien-
to a los Estados de los derechos de comu- do a los Estados ribereños la facultad de
nicación y comercio, creadores de la solida- establecer una zona más extensa de nuevt
ridad internacional, llega necesariamente a millas en caso de guerra.
preconizar la libertad de los mares como En la Conferencia de La Haya, 1930, no
indispensables para practicar esos derechos. hubo acuerdo sobre la extensión del mar
El mismo argumento moral utiliza Grocio
cuando en su Mare Liberum sostiene que (12) El Código civil argentino, art. 2340, incluye entre
ningún Estado puede confiscar en su pro- los bienes públicos del Estado general o de los Estados
particulares: inc. 19). Los mares adyacentes al territorio
vecho una cosa necesaria para la huma- de la República, hasta una distancia de una legua marina,
nidad, porque atentaría contra el interés medida desde la línea de la más baja marea... La legua
marina equivale a la distancia de tres millas náuticas, o
de los hombres ( ' ' ) . sea unos 5556 metros. Según señala Spota en su Tratado
Sin embargo, a pesar de todos estos prin- de Derecho de aguas, Bs. Aires, 1941, t. II, pág. 80, nota
127, la legua náutica consta de tres millas marinas (3 por
cipios, aceptados umversalmente tras una 1852 m: 5556 m). Pero en realidad la legua marina mide
lenta elaboración, surge y se afirma con e^ 19.938 pies castellanos, o sea 5555,55 m. La milla es la
longitud en metros del arco de meridiano que corres-
tiempo la toma de jurisdicción y control de ponde al ángulo de un minuto con vértice en el centro
los Estados ribereños sobre una faja de mar de la Tierra. Dado que la esfera terrestre no es tal sino
un gexñde, y el meridiano no es un círculo sino una
adyacente a sus costas. En algunos casos se elipse, la longitud del ángulo de un minuto no es la misma
llega a hablar de dominio del Estado sobre en cualquier lugar del globo. Sin embargo, como lo se-
ñala Gidel, cit. por Spota, numerosos países han adoptado
el mar territorial. Esto provoca una serie el valor convencional de 1852 .metros: Alemania, Brasil,
de problemas del Derecho internacional, ya Bélgica, Chile, Dinamarca, España, Finlandia, Francia,
Grecia. Italia, Japón, Noruega, Holanda. Polonia, Portu-
que no existe criterio uniforme acerca de gal, Rumania, Suecia y Uruguay. En cambio, Gran Bre-
la condición jurídica de esta faja de mar, taña e Irlanda, Canadá, China, Estados Unidos, Rusia y
la República Argentina han aceptado la milla de 1855 me-
así como tampoco sobre su extensión. A es- tros. Por lo que el mar territorial argentino tendría 5565
tos problemas deben sumarse los provoca- metros, la zona contigua 16.695 metros y ambas sumadas
22.260 metros.
dos por la creación de zonas contiguas so- La fuente directa del artículo 2340 del Cód. civil argen-
bre las que muchos Estados han extendido tino es el art. 593 del Cód. civil chileno, que dispone
que "el mar adyacente, hasta la distancia de una legua
unilateralmente sus derechos de vigilancia, marina, medida desde la línea de más baja marea, ea
sanitarios y fiscales, o pretenden reservar- mar territorial y de dominio nacional". La diferencia con
el inciso primero de nuestro articulo 2340 es que, mien-
se el monopolio de la pesca. En los últimos tras éste declara el mar territorial como bien público del
años, al tomarse en consideración factores "Estado general o de los Estados particulares", la dis-
posición chilena se refiere al mismo como bien del "do-
geográficos y geológicos, han surgido las minio nacional".
cuestiones relativas a la plataforma sub- La distancia de tres millas como límite del mar terri-
torial, si bien es la más generalizada, no es uniformemente
marina o zócalo continental, así como a admitida. Así España lo ha establecido de seis millas, al
igual que Portugal. Por la Territorial Waters Jurisdictions
de 1878, Gran Bretaña adoptó la distancia de tres muías
(9) Díaz Cisneros, César, Derecho internacional público, marinas como ancho del mar territorial y tuvo como
Bs. Aires, 1955, t. II, págs. 32-33. Los subrayados son finalidad evitar las controversias que de continuo se sus-
nuestros. citaban en los tribunales ingleses acerca de] ancho de
(10) Sierra, M. J., op. cit., pág. 268. esa faja de mar (Bonfils, Henry, Manuel de Droit inter~
(11) V. en este tomo la voz MAR LIBRE, n? 3. Asimismo, rtational pu-blic [Droit des f/ens], 4? ed., pág. 269). El
en nota 11, se cita la frase de Wilson al esbozar las bases Reino Unido no admite que el mar territorial pueda tener
de la paz universal: "La libertad de los mares es una una extensión mayor que la señalada ni que un Estado
condición sine Qua non de la paz, de la igualdad y de ribereño pueda extender su jurisdicción más allá de las
la mutua cooperación.. tres millas (Gidel, G. C., op. cit., t. III, pág». 103-5).
territorial, aunque eran mayoría los países La Comisión de Derecho Internacional de
partidarios de extender sus límites más allá las Naciones Unidas, en el proyecto pre-
de las tres millas marinas. Para ello, algu- sentado ante la asamblea general en su
nos Estados propusieron la creación de una XI período de sesiones, incluye un artículo
zona contigua de mayor extensión. En di- que reconoce al Estado ribereño, en una
cha conferencia una de sus comisiones de zona contigua al mar territorial, la facul-
trabajo declaró que se reconoce que el De- tad de adoptar las medidas necesarias para
recho internacional atribuye a cada Estado evitar infracciones a sus leyes de policía
ribereño soberanía sobre una faja de mar aduanera, fiscal y sanitaria que pudieran
a lo largo de sus costas que forma parte del cometerse en su territorio o mar territo-
territorio del Estado; la soberanía que el rial, y para reprimir las infracciones a esas
Estado ejerce sobre la faja no difiere en leyes cometidas en su territorio o en su mar
carácter de la autoridad ejercida sobre el territorial. Aclara la misma comisión que
dominio terrestre ( 1 S ). estas aguas de la zona contigua, que no se
En tanto que la Comisión de Derecho In- pueden extender más de doce millas conta-
ternacional de las Naciones Unidas, en su das desde la línea de base desde donde se
proyecto del año 1956, establece que la so- mide el mar territorial, no están sometidas
beranía se extiende a la zona de mar adya- a la soberanía del Estado ribereño: son y si-
cente a las costas de un Estado (art. 1<?), guen siendo parte del alta mar y no se re-
así como al espacio aéreo situado sobre ese conoce ningún derecho exclusivo al Estado
mar territorial y al lecho y subsuelo de ese ribereño para ejercer la pesca en esa zona.
mar (art. 29), y agrega en el segundo pá- En cambio, la Convención sobre el Mar Te-
rrafo del artículo 3"? que el Derecho inter- rritorial y la Zona Contigua, en el texto
nacional no autoriza a extender el mar te- aprobado por la Conferencia de Ginebra
rritorial más allá de doce millas, en la de 1958 sobre el Derecho del Mar, repro-
III Reunión del Consejo Interamericano de dujo las disposiciones del proyecto en lo
Jurisconsultos, realizada en Méjico en 1956, relativo a delimitación y extensión de la
se declaró que cada Estado tiene competen- zona contigua, así como finalidades de la
cia para fijar su mar territorial hasta lími- misma, pero sin hacer referencia al derecho
tes razonables, atendiendo a factores geo- de pesca en esa zona ( ie ).
gráficos y biológicos, así como a las nece- Las legislaciones de los diversos Estados
sidades económicas de14su población y a su no han sido uniformes en la anchura es-
seguridad y defensa ( ). tablecida para la zona contigua, del mismo
Sobre las aguas del mar territorial, el Es- modo que no lo han sido al considerar la
tado ribereño ejerce derechos cuyos alcan- extensión del mar territorial ( 17 ).
ces precisaremos en otro capítulo ( l r >). Pero 3) Plataforma submarina o zócalo con-
al ejercer el Estado indiscutidos jurisdic- tinental: A diferencia de los dos casos an-
ción y control sobre esas aguas, se denomi- teriores, en que se trata de creaciones ar-
na también a la faja en cuestión mar ju- tificiales del hombre, la llamada platafor-
risdiccional, y por su adyacencia a la costa ma submarina, o simplemente plataforma,
se suele designar como mar adyacente o o cornisa, o plataforma, o sócalo continen-
mar litoral. tal, tiene una existencia real bajo las aguas
2) Zona contigua: Es una faja de mar y una extensión que, por variada que sea,
que algunos Estados consideran a conti- es perfectamente determinable ( J 8 ).
nuación del mar territorial y paralela a Es un hecho comprobado científicamente
éste, sobre la que se ejerce derechos de vi- que los continentes no se continúan bajo
gilancia, así como aduaneros y sanitarios, las aguas en línea perpendicular, sino que
sin afectar con ello la libre navegación so- lo hacen en forma de suave pendiente des-
bre sus aguas. de el nivel cero hasta una profundidad apro-
(13) López Villamil, Humberto, La plataforma conti-
nental y los problemas jurídicos del mar, Madrid, 1958, (16) Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derecho
págs. 67 y 71. del mar. Ginebra, 1958. Convención sobre el Mar terri-
(14) La Resolución LXXXIV aprobada por la X Con- torial y la zona contigua. II parte, art. 24.
ferencia Panamericana, realizada en Caracas en 1954, jus- (17) El más generalizado es el límite de doce millas
tificaba asimismo la proclamación por los Estados de su contadas desde la linea de base del mar territorial. El
derecho a proteger, fomentar y conservar las riquezas problema se complica con la fijación de distancias de
de la plataforma submarina; y refirmaba el interés de hasta 200 millas por varios países sudamericanos.
los Estados americanos en las declaraciones o actos legis- (18) La plataforma continental no tiene la misma ex-
lativos nacionales que proclaman soberanía, jurisdicción, tensión en todas partes, como puede apreciarse por las
control o derechos de explotación y vigilancia a cierta siguientes cifras comparativas de distintos puntos del
distancia de la costa, tanto sobre la plataforma subma- continente americano sobre el Atlántico: en el Brasil,
rina como sobre las aguas del mar y las riquezas que frente al Amazonas, 170 millas; en Faro San Hoque, 30
en ella existan. millas; en Olivenca (Bahía, 15° S), 20 millas; en Cañonea
La inclusión del tema "Régimen del mar territorial y (San Pablo, 25" S), 170 millas. En Uruguay, Maldonado,
cuestiones afines" en el programa de la III? Reunión 35° S, 110 millas. En la Argentina: Bahía Unión (Bs. Aires,
del Consejo Interamericano de Jurisconsultos fue acor- 40° S), 240 millas; Cabo Dos Bahías (Chubut, 45° S), 265
dada por el Consejo de la Organización de Estados Ame- millas; Río Santa Cruz (50° S), 385 millas. V. osé León
ricanos (O. E. A.). Suárez, El mar territorial y las industrias marítimas, el>
(15) V. Infra, VI. Diplomacia Universitaria Americana, pág. 177.
ximada de doscientos metros (cien brazas), desde el punto de vista del Derecho inter-
a partir de los cuales la caída es vertical nacional nada puede objetarse a la crea-
hacia mayores profundidades. Este llano o ción de diques en la plataforma continen-
plano continental bajo las aguas del mar tal por el Estado ribereño, ni a la trans-
constituye el zócalo continental, cuya ex- formación en polders, mediante este proce-
tensión varía según las características geo- dimiento, de la plataforma adyacente. Si a
lógicas de la costa. consecuencia de un cataclismo que afecte
Con respecto a los derechos de los Es- al suelo marítimo (maremoto) o como re-
tados ribereños en relación con la platafor- sultado de un temblor de tierra (terremo-
ma se han enunciado diversas teorías. Hay to) emergiese el zócalo, ¿podría atribuirse
quienes sostienen que los Estados no pueden a país distinto del Estado ribereño? La teo-
apropiarse de la plataforma submarina, ría de la plataforma continental viene de
por ser la misma res communis. Por otra este modo a evitarnos una gran cantidad
parte, quienes reconocen ese derecho al Es- de trabajo de construcción de diques o de
tado ribereño sostienen que la plataforma producción de temblores de tierra artifi-
les pertenece ipso jure. Algunos tratadistas ciales, reconociendo sencillamente, de una
han afirmado que la plataforma es res vez para siempre, que el Estado ribereño
nullius, y que, por lo tanto, puede ser apro- puede, sin necesidad de especiales diligen-
piada por cualquier Estado. Conforme a es- cias, mantener sus derechos sobre esta zo-
ta teoría se hace indispensable el requisito na contigua a sus costas ( 2 2 ).
de las declaraciones oficiales destinadas a Evidentemente que si el zócalo continen-
exteriorizar en forma simbólica el dominio, tal pertenece al Estado ribereño, son de su
la aprobación del Estado ribereño ( 19 ). exclusiva propiedad las riquezas de cual-
El zócalo continental puede reconocer di- quier índole existentes en su suelo y sub-
versos orígenes: sea por abrasión del mar, suelo.
o por invasión de sus aguas sobre una su- La Convención sobre la Plataforma Con-
perficie continental, o bien por sedimenta- tinental de la Conferencia sobre el Derecho
ción marina adyacente a la pared del con- del Mar, reunida en Ginebra en 1958, de-
tinente. En los dos primeros casos es evi- finió la plataforma continental como "el
dente que dicha superficie inmersa perte- lecho del mar y el subsuelo de las zonas
necía originariamente al Estado ribereño y submarinas adyacentes a las costas, pero
que por factores físicos o geológicos quedó situadas fuera de la zona del mar territo- '
cubierta por las aguas. Si se tratara, en rial, hasta una profundidad de doscientos
cambio, de una sedimentación, rige el con- metros, o, más allá de este límite, hasta
cepto romano de la accesión, que las legis- donde la profundidad de las aguas supra-
laciones modernas han mantenido. O sea yacentes permita la explotación de los re-
que la propiedad de los bienes públicos o cursos naturales de dichas zonas", así co-
privados se extiende por accesión a todo lo mo "el lecho del mar y el subsuelo de las
que ellos producen o se les une o incor- regiones submarinas análogas, adyacentes
pora natural o artificialmente. El Derecho a las costas de las islas". El artículo 2? de
internacional ha aceptado tanto el aluvión dicha Convención reconoce derechos de so-
como las nuevas islas de formación natural, beranía al Estado ribereño sotare la plata-
considerándose en igual forma los diques forma continental, a los efectos de su ex-
formados para avanzar sobre el mar, así ploración y de la explotación de sus recur-
como las construcciones que hace un país sos naturales. Este derecho se reconoce en
para diversos fines en beneficio 2exclusivos forma exclusiva en favor del Estado ribe-
del Estado que las lleva a cabo ( 0 ). reño, aunque éste no explore o no explote
Gidel afirma que la plataforma continen- los recursos naturales de su plataforma y
tal llega a tener existencia propia a través con independencia de su ocupación real o
de decenas o centenares de siglos, y por esta ficticia, así como de toda declaración ex-
causa de la acción del tiempo, el concepto presa.
jurídico de accesión es válido para21consi- El mismo artículo de la Convención ex-
derarla incorporada al territorio ( ). El plica el alcance de la expresión "recursos
mismo autor, citando a Feith, sostiene que naturales", aclarando que se entiende por
tales los recursos minerales y otros recur-
(19) Los Estados americanos han hecho declaraciones
sos no vivos del lecho del mar y del sub-
de esa índole, con lo que parecería confirmarse la nece- suelo. También comprende los organismos
sidad de las mismas, como forma de apropiación nominal vivos pertenecientes a especies sedentarias,
de una res nullius. Por nuestra parte pensamos que tales
declaraciones no hacen sino confirmar lo que es un es decir, aquellos que en el período de ex-
dominio legítimo y originario del Estado y su determi- plotación están inmóviles en el lecho del
nación de ejercerlo.
(20) López Villamil, H., op. cit., pág. 62. mar o en su subsuelo, o sólo pueden mo-
(21) Gidel, G. C., La plataforma continental ante el
Derecho, Valladolid, 1951, pág. 64, cit. por López Villamil,
op. cit., pág. 227. (22) López Villamil, ¡oc. cit.
i
verse en constante contacto
23
físico con di- Convención y las declaraciones de algunos
cho lecho y subsuelo ( ). Estados americanos, en ciertos casos incor-
Los derechos del Estado ribereño sobre poradas a sus constituciones políticas, por
la plataforma no afectan el carácter de al- las que se establece un dominio sin limita-
ta mar de las aguas suprayacentes ni la li- ciones sobre las respectivas plataformas (23).
bertad de navegación en el espacio aéreo 4) Mar epicontinental: Denomínase así
situado sobre dichas aguas. Tampoco pue- la parte del mar que cubre la plataforma
de impedir el Estado ribereño la colocación submarina hasta sus límites externos, so-
ni la conservación de cables o tuberías sub- bre cuyas aguas algunos Estados han ex-
marinas en la plataforma continental. Con- tendido su soberanía mediante declaracio-
forme lo dispone el artículo 5? de la misma nes expresas, reservándose jurisdicción y
Convención, la exploración o explotación de control sotare las mismas y el derecho ex-
los recursos naturales de la plataforma no clusivo de explorar y explotar sus riquezas.
debe causar entorpecimientos injustifica- Otros países con plataformas poco exten-
bles a la navegación, la pesca o la conser- didas han establecido una línea imaginaria
vación de los recursos vivos del mar, ni en- paralela a sus costas, hasta una distancia
torpecer las investigaciones oceanógraficas de doscientas millas marinas, extendiendo
fundamentales u otras investigaciones cien- en esa forma el ancho de las aguas adya-
tíficas realizadas con intención de publicar centes sobre las que se reservan soberanía
los resultados. Faculta asimismo a los Es- y jurisdicción ( 2 e ).
tados ribereños a construir instalaciones y Dejamos para más adelante ( 27 ) el co-
otros dispositivos necesarios para la explo- mentario sobre la legitimidad de las de-
ración y explotación de la plataforma, y a claraciones unilaterales de algunos Esta-
establecer zonas de seguridad alrededor de dos por las que extienden la soberanía na-
dichas instalaciones y hasta una distancia cional a las aguas epicontinentales, cuan-
de quinientos metros contados desde sus do existe plataforma submarina pronuncia-
límites exteriores. Aclara, sin embargo, que da, o a la zona de mar de un ancho de
dichas instalaciones y sus zonas de segu- doscientas millas náuticas. Ya hemos se-
ridad, aunque se hallen bajo jurisdicción ñalado, sin embargo, que la Conferencia
del Estado ribereño, no tendrán condición sobre el Derecho del Mar celebrada en Gi-
jurídica de islas, ni mar territorial, y que nebra en 1958, en el texto final de conven-
su presencia no afectará a la delimitación ción adoptado sobre plataforma continen-
del mar territorial del Estado ribereño. tal, si bien reconoció la soberanía exclusiva
Además, deberá notificarse debidamente la del Estado ribereño sobre el zócalo conti-
presencia de tales instalaciones, las que nental (art. 2?), estableció asimismo que los
mantendrán medios permanentes para se- derechos del Estado ribereño no afectan el
ñalar su situación, debiendo ser completa- régimen de las aguas supradyacentes como
mente suprimidas en caso de desuso o 'aban- alta mar (art. 3<?). Además se dispuso que
dono. En cualquier caso, su instalación de- la exploración de la plataforma continen-
berá hacerse en lugares donde no entorpez- tal y la explotación de sus recursos natu-
can las rutas marítimas ordinarias. rales no deben causar un entorpecimiento
El artículo 71? aprobado por la misma injustificable de la navegación, la pesca o
Convención establece normas para delimi- la conservación de los recursos vivos del
tar la plataforma continental cuando sea mar (art. 5<?) ( 2 »).
adyacente al territorio de dos Estados cu- III. Antecedentes históricos. Las razones
yas costas estén frente a frente, o cuando que pudieron influir para el establecimien-
se trate de dos Estados limítrofes. En am- to de una faja de mar contigua a la costa
bos casos deja librada la delimitación al y sometida a la soberanía de los Estados
acuerdo entre los dos Estados, y, de no lo- ribereños han ido variando o ampliándose
grarse el mismo, dispone que la delimita- con el progreso de la humanidad.
ción se efectuará siguiendo el principio de Desde que el hombre aprendió a navegar,
equidistancia de los puntos más próximos el mar le sirvió como vía para el comercio
de las líneas de base desde donde se mide con otros pueblos y al mismo tiempo como
el mar territorial de cada Estado ( 2 4 ). ruta de conquista y colonización. Por lo tan-
Es indudable que no existe plena coin- to, la importancia del mar, indudable en
cidencia entre el texto aprobado por esta tiempos de paz, lo era mucho mayor en
tiempos de guerra. El dominio del mar sig-
(23) Tal fue el punto en discusión en el reciente con- nificaba la posibilidad económica de man-
flicto de las langostas entre Francia y Brasil. En tanto
el país americano sostenía que las langostas están en
contacto constante con el lecho submarino, sobre el que (25) V. Infra, IV-1.
caminan, los franceses sostenían todo lo contrario para (26) Esos Estados han aplicado la teoría de la com-
afirmar sus derechos a la pesca. pensación, de la que nos ocuparemos más adelante (In/ra,
(24) Conferencia de las Naciones Unidas sobre Derecho VI).
del Mar (Ginebra, 1958). Texto aprobado por la Con- (27) Infra, IV-1 y VI.
vención sobre Plataforma submarina. (28) Supra, II-3.
tener expedito el comercio con países neu- nal hasta las costas americanas; España
trales y contar así con los abastecimientos sobre el Atlántico occidental y el Pacífico;
necesarios, así como la posibilidad táctica Portugal sobre el Atlántico oriental y el
de privar al enemigo de esas íuentes. A la Indico.
vez, brindaba en muchos casos una ruta de Ante la importancia adquirida por el mar
ataque de evidente valor ofensivo. Por todo como vía de acceso para el descubrimiento
ello, desde muy antiguo adquirió trascen- de nuevas tierras y riquezas, y ante la ne-
dencia la lucha en el mar por el predomi- cesidad de mantener en forma permanente
nio de sus aguas. Como lógica consecuen- y no perturbada el creciente comercio ma-
cia, los Estados ribereños debían estar pre- rítimo, surgen las primeras teorías sobre
venidos contra ataques realizados desde el la libertad de los mares. Si bien se esgrimen
mar, fuera por naves enemigas o por naves argumentos filosóficos, históricos, jurídicos,
piratas. De allí nació la necesidad de cus- religiosos y morales, las verdaderas razones
todiar las aguas litorales, de construir for- de esta lucha son políticas y económicas.
talezas y observatorios en las riberas para Pero antes de ello, cuando el mundo co-
avizorar la presencia de naves extrañas a nocido era mucho más reducido y las civi-
distancias que por lo cercanas resultasen lizaciones se desarrollaban principalmente
peligrosas para el Estado, ciudad o pueblo alrededor del Mediterráneo y el Mar del
ribereño. Norte, ya existían esbozos de lo que hoy
En la primordial necesidad de la defen- constituye el mar territorial, que los Esta-
sa costera debe verse una de las razones dos ribereños resguardaban por 3 razones de
fundamentales de la existencia del mar te- defensa, de pesca y sanitarias ( 1 ).
rritorial entre las instituciones del Dere- En el siglo xiv, el jurista Bartolo de Sasso-
cho internacional. f errato estableció la distancia de cien millas
Los pueblos de la antigüedad, egipcios, como extensión de las aguas territoriales,
fenicios, griegos y cartagineses, trataron de considerando que tal era la distancia que
establecer su hegemonía en los mares y desde la costa podía recorrer un velero en
prestaron especial atención a la vigilancia dos días de navegación. La misma distan-
y policía de sus costas y puertos. Los ro- cia fue aceptada por la mayoría de los auto-
manos consideraban que el uso del mar, res del siglo xv y sirvió de base para recla-
como el del aire, era común a todos los maciones posteriores de algunos Estados
hombres ('"•>). Sin embargo, el carácter de italianos. En cambio, fue un uso común
uso comunitario internacional pierde su aceptado por Francia, Inglaterra y otros
verdadero alcance por el hecho de que las países que la extensión del mar territorial
huestes romanas habían conquistado el fuera la del alcance visual, o sea siete le-
mundo civilizado de la época y no se con- guas marinas (veintiuna millas náuticas).
cillaba con la idea del Mare Nostrum de la Desde 1432, los reinos de Noruega y Di-
Roma imperial. En todo caso, cabe distin- namarca, bajo el cetro común del rey Erik,
guir en el Derecho romano el alta mar del hicieron saber al rey de Inglaterra que a
mar territorial, ya que mientras el primero ningún extranjero le era permitido pescar
era considerado res communis, el segundo en aguas noruegas sin un permiso espe-
se tenía por res publicae ( 30 ) . cial ( 32 ).
Es indudable que la batalla doctrinaria En los siglos xvn y xviu comienza a con-
por la libertad de los mares comienza al siderarse como mar territorial la extensión
finalizar la Edad Media y contemporánea- de mar paralela a la costa que podía reco-
mente con los grandes descubrimientos. rrer transversalmente una bala de cañón
Las potencias descubridoras pretendieron disparada desde la ribera. Es la fórmula
reservarse grandes extensiones del mar a creada por el jurista holandés Cornelio
fin de mantener abiertas las rutas de co- Bynkenshoeck. Esta distancia equivalía en
municación con los nuevos territorios des- aquel entonces, por el alcance de las ar-
cubiertos y colonizados: Inglaterra sobre mas, a tres millas marinas o su equivalente,
el Mar del Norte y el Atlántico septentrio- una legua náutica.
En tanto que algunos autores destacan la
(29) Ulpiano, Dig., lib. 8, tít. 4, ley 13; Celso, Dig., necesidad de convertir el mar territorial
llb. 43, tít. 8, ley 3; Justiniano, Instit., lib. II, tit. I.
(30) Esta interpretación la hace el jurista Emilio Costa
en su obra: Le acque nel Diritto romano, Bolonia, 1939, (31) Así "León, Emperador de Bizancio, proclamó el
pág. 97, text. y n. 2, cit, por Spota, A. G-, Tratado ae derecho de pesca y de explotación de los recursos salinos
derecho de aguas, Bs, As., 1941, t. I, n9 59, pág. 127 y hasta distancias considerables de la costa. Varios siglos
n<? 16. Costa, parte del Digesto, libro 19, tít. 8, ley 10, después, Venecia; posteriormente, Genova, Mallorca y
donde se lee: "Dice Aristón que así corno se haría pri- Marsella pusieron en cuarentena los navios para prote-
vado lo que en el mar se hubiera edificado, así también se gerse de la peste, el cólera y la fiebre amarilla". Meló
hace público lo que por el mar haya sido ocupado". En Lercaros (Chile), doc. A. G. A-C-6-S. R. 496. Naciones
contra, también citado por dicho autor, Gidel, Le droit Unidas, cit. por López Villamü, op. cit., pág. 1.
international public de la raer, París, 1934, t. III, págs. (32) López Villamü, H., op. cit., pág. 9, quien cita
24-5, quien entiende que el Derecho romano no hacía a su vez a Imbar Latour, La mer territoriale, París,
ninguna distinción entre los espacios marítimos según su 1889, pág. 122; y Antonio Sánchez de Bustamante, The
proximidad o lejanía de las costas. territorial sea. pág. 5.
en propiedad de la nación ribereña, por los tante ello, no tardó el gobierno estadouni-
diferentes usos a que se presta, el problema dense en reaccionar, y en su nota dejó sen-
se complica a medida que surgen los mo- tada la necesidad de salvaguardar los re-
dernos Estados y establecen su respectivas cursos de la pesca en razón de principios
legislaciones. Así, España fija en 1760 la de equidad y justicia. Agregaba que debe
extensión de seis millas para su mar terri- considerarse como un sólido principio de
torial, mientras que en 1878 Inglaterra de- justicia que una industria como la de la
clara que su jurisdicción de aguas territo- pesca, constituida por nacionales de un
riales se extiende hasta donde se considere país, no puede ser dejada para que la des-
necesario para la defensa y seguridad de truyan los nacionales de otros países ( 3 n ).
los dominios de su majestad británica. En 1939, cuando los Estados Unidos aún
En 1929, al finalizar los términos del Tra- no participaban directamente en la segun-
tado de Paz y Límites entre los Estados Uni- da guerra mundial, el presidente Roosevelt
dos y Méjico, suscripto en 1848, se fijó en ordenó patrullar el mar hasta una distan-
nueve millas (tres leguas marinas) la ex- cia de doscientas millas de las costas.
tensión del mar territorial a partir de la Finalmente podemos anotar como ante-
desembocadura del río Bravo ( 3 3 ). cedente el tratado suscripto en Caracas en-
En la actualidad, no obstante la encona- tre Gran Bretaña y Venezuela el 26 de fe-
da oposición de las potencias que, a pesar brero de 1942, por el que ambos Estados
de ser marítimas, insisten en mantener la reconocieron derechos de soberanía o de
extensión del mar territorial en las tres control sobre las aguas submarinas de la
millas tradicionales, se ha producido un plataforma adyacente al golfo de Paria,
nuevo enfoque del problema. Ello ha ocu- con. una longitud de setenta millas y una
rrido no sólo mediante la directa extensión anchura de treinta y cinco. Ambas partes
del mar territorial o su extensión en forma se comprometieron a respetar la libre na-
indirecta mediante zonas contiguas, sino vegación por las aguas que forman un co-
también con la nueva posición adoptada rredor de seis a diez millas entre las en-
por la mayoría de los países americanos, tradas-salidas del mencionado golfo.
que se verá en el capítulo siguiente. Se tra- Nos ocuparemos a continuación de las
ta de una materia en plena elaboración legislaciones, tratados y declaraciones de
dentro de las legislaciones particulares y en algunos países americanos y euroasiáticos
las conferencias especializadas del Derecho en relación con el problema, para finalizar
internacional público ( 3 4 ). con algunas referencias a los congresos y
IV. Declaraciones unilaterales de algunos conferencias internacionales sobre la ma-
Estados contemporáneos. A fines del siglo teria.
pasado y durante el transcurso del presen- 1) Los países americanos: Es en los paí-
te, con el aumento de la población y de las ses de este continente donde en forma más
necesidades alimenticias, con el musitado generalizada se produce una nueva con-
desarrollo de la industria petrolera y mer- cepción sobre los derechos del Estado ribe-
ced a los nuevos conocimientos geológicos reño, la que debe enfrentar la cerrada opo-
y oceanógraficos, el problema de las aguas sición de países tradicionalmente maríti-
litorales se actualiza, se transforma y da mos como Inglaterra. En general puede
lugar a la formación de nuevas normas de afirmarse que la oposición está represen-
Derecho internacional. tada con mayor firmeza por aquellos países
En realidad, lo que las declaraciones uni- que han llevado a un alto grado técnico su
laterales de numerosos Estados tratan de industria pesquera y que tratan de impe-
salvaguardar es la riqueza económica de dir se les cierre el acceso a las fuentes de
sus plataformas continentales y de las aguas pesca próximas a las costas de los países
del mar epicontinental. El propósito per- americanos.
seguido es el mismo, aunque se lo exprese a) Venezuela. Además del tratado con
de diferentes modos y aunque en algunos Gran Bretaña antes mencionado, se dictó
casos se declare la propiedad de las aguas la ley de navegación de 1944, cuyo artícu-
del mar hasta cierta distancia de la costa. lo 3<? fijó en tres millas marinas, medidas
Ya en el año 1930 y algunos de los años desde la línea de la más baja marea, la
siguientes, barcos pesqueros japoneses se extensión de las aguas territoriales. A la
fueron acercando a las costas occidentales vez, con fines de vigilancia marítima y se-
de los Estados Unidos en busca de mejores guridad de la República, se estableció una
sitios para la pesca del salmón, aunque sin zona contigua de nueve millas marinas, a
penetrar en las aguas territoriales. No obs- contar desde el límite exterior del mar te-
rritorial.
(33) López Villamil, op. cií., págs. 12-15, quien cita con Finalmente, la Constitución política san-
referencia a dicho Tratado a Manuel J. Sierra, discurso cionada en 1953 dispone en su artículo 2<?
en la III» Reunión del Consejo Interamericano de Juris-
consultos, México, 25 de enero de 1956.
(34) Infra, cap. IV, 1-2 y 3. (35) López Villamil, op. cií., pág. 116.
que se hallan sujetos a la autoridad y juris- querías donde las actividades han podido
dicción de la República de Venezuela "el desplegarse y mantenerse exclusivamente
lecho del mar y el subsuelo de las áreas por sus nacionales, los Estados Unidos con-
que constituyen su plataforma continental, sideran conveniente establecer zonas de
así como las islas que se formen o aparez- conservación perfectamente delimitadas, en
can en esta zona. La extensión del mar te- las cuales las actividades pesqueras queda-
rritorial, la zona marítima contigua y el rán sujetas a la reglamentación y vigilan-
espacio aéreo en los cuales el Estado ejer- cia de los Estados Unidos. Donde tales ac-
ce su vigilancia se determinarán por la ley. tividades han sido o pueden ser en el fu-
Ni el territorio ni las zonas sujetos a la au- turo legítimamente desplegadas por nacio-
toridad y jurisdicción de Venezuela podrán nales de los Estados Unidos o de cualquier
enajenarse, cederse o arrendarse en forma otro Estado, pueden ser establecidas zonas
alguna a Estado o Estados extranjeros ni de conservación expresamente delimitadas,
a quien sus derechos haya, represente o previo acuerdo entre los Estados Unidos y
gestione". esos otros Estados, y todas las actividades
b) Estados Unidos. Este país se mostró pesqueras en esas zonas quedarán sujetas
siempre decidido partidario de la libertad a la reglamentación y vigilancia estable-
de los mares, desde el momento mismo de cidas en tales convenios. Reconoce asimis-
su independencia. A la vez, algunos trata- mo el derecho de cualquier Estado a esta-
distas y representantes oficiales en confe- blecer zonas de conservación frente a sus
rencias y asambleas internacionales se han costas, siempre que se reconozcan los inte-
manifestado tenaces defensores de la ex- reses pesqueros nacionales de los Estados
tensión máxima de tres millas para el mar Unidos que puedan existir en tales costas.
territorial, considerando innecesario en- Las dos proclamas dejan a salvo que en
sanchar sus límites en forma arbitraria y nada afectan la litare navegación en las
unilateral ('Ja). Los Estados Unidos consi- aguas comprendidas.
deran que para la conservación de la ri- En general, tomando como base las nu-
queza pesquera en alta mar, en zonas con- merosas declaraciones formuladas por re-
tiguas al mar territorial, debe procurarse presentantes estadounidenses a raíz de las
el acuerdo de los Estados interesados, en declaraciones y leyes emanadas de diver-
base a reciprocidad de trato. Cabe la re- sos Estados latinoamericanos, el gobierno
flexión: si los Estados Unidos no logran de los Estados Unidos considera que en tan-
esa reciprocidad de parte de algunos Es- to puede aceptarse como legítima toda pre-
tados, ¿qué medidas adoptarán si cualquie- tensión de dominio sobre la plataforma con-
ra de ellos pretende pescar en aguas de tinental, no ocurre lo mismo con las aguas
alta mar contiguas al mar territorial nor- suprayacentes, que corresponden a zonas
teamericano? Cualquier medida restrictiva de alta mar de 3las que ningún Estado pue-
que adoptase sería una extensión de hecho de apropiarse ( 7 ).
de su jurisdicción y soberanía más allá del c) Méjico. Por una declaración emitida
límite de las tres millas, en cuya vigencia el 20 de octubre de 1945, el gobierno meji-
insiste el Departamento de Estado de aquel cano reivindica "toda la plataforma o zó-
país. calo continental adyacente a sus costas y
El 28 de setiembre de 1945, el presidente todas y cada una de las riquezas naturales
Truman dictó dos proclamaciones, seguidas conocidas e inéditas que se encuentren en
por sus correspondientes órdenes ejecuti- la misma, y procede a la vigilancia, apro-
vas. Por una de ellas se declaraba que el vechamiento y control de las zonas de pro-
gobierno de los Estados Unidos considera tección pesqueras necesarias a la conser-
los recursos naturales del subsuelo y del vación de tal fuente de bienestar". En base
fondo del mar de la plataforma continental a esta declaración, el poder ejecutivo envió
por debajo del alta mar como pertenecien- a las Cámaras del Congreso un proyecto de
tes a los Estados Unidos y sujetos a su ju- enmiendas a la Constitución. Por las mis-
risdicción y control. Y por la respectiva mas se declaraba de propiedad nacional la
orden ejecutiva se define la plataforma plataforma continental e insular y el lecho
continental como la tierra sumergida ad- submarino, así como también las aguas que
yacente al continente y que está cubierta cubren esas áreas en la extensión estable-
por cien brazas de agua (entre ciento ochen- cida por el Derecho internacional. Poste-
ta y doscientos metros). riormente, mediante decreto fechado el 25
Por la segunda proclama se establecían de febrero de 1949, se incluyó la platafor-
reglas de conservación de las pesquerías de ma continental e insular dentro del terri-
alta mar próximas a las costas de los Es- torio nacional mejicano.
tados Unidos. Dispone que, en aquellas pes- d) Panamá. "Pertenecientes al Estado y

(37) Doc. Asamblea General de las Naciones Unidas.


(36) V. Infra, cap. IV, 3». A-C. 6-S. R. 498, XI Período de Sesiones (1956-1957).
de uso público, sin que puedan ser objeto ce el carácter de bahía histórica del golfo
de apropiación privada", declara el artícu- de Fonseca.
lo 209 de la Constitución panameña de 1946 i) Brasil. Por decreto 28.840 del 8 de no-
al referirse al espacio aéreo y la plataforma viembre de 1950, el gobierno de Brasil de-
continental submarina del territorio na- claró que "queda expresamente reconocido
cional. que la plataforma submarina en la parte
Con respecto a la pesca en aguas juris- correspondiente al territorio continental e
diccionales panameñas y en las que cubren insular del Brasil se halla integrada en este
la plataforma, un decreto del 17 de diciem- mismo territorio bajo jurisdicción y dominio
bre de 1946 regula la explotación de esa exclusivos de la Unión Federal". Por el mis-
actividad por barcos extranjeros. mo decreto se dispone el mantenimiento
e) Cosía Rica. Por decreto del mes de de las normas sobre navegación en las aguas
julio de 1948 se declaró la soberanía cos- suprayacentes, salvo las normas especiales
tarricense sobre toda la plataforma subma- que podrán ser establecidas, especialmente
rina o zócalo continental e insular adya- sobre la pesca en esa región.
cente a las costas continentales e insulares j ) Ecuador. "La plataforma o zócalo con-
del territorio nacional, cualquiera sea la tinental adyacente a las costas ecuatoria-
profundidad a que éste se encuentre, reafir- nas y todas y cada una de las riquezas que
mando "el derecho inalienable de la nación se encuentran en la misma pertenecen al
en todas las riquezas naturales que existen Estado", establece el artículo 19 del de-
sobre, en o bajo dicho zócalo o plataforma creto legislativo del 6 de noviembre de 1950,
conocidas o por conocer". Siguiendo los pre- promulgado el 21 de febrero de 1951. El mis-
cedentes chileno y peruano, estableció la mo artículo acuerda al Estado el control
"protección y control del Estado sobre el necesario para la conservación de dicho pa-
mar comprendido dentro del perímetro for- trimonio y para la protección de las zonas
mado por la costa con una paralela mate- pesqueras correspondientes. Por el artícu-
mática, proyectada en el mar a doscientas lo 39 se fija en doce millas la distancia desde
millas marinas de distancia de las costas la costa comprendida dentro del mar terri-
continentales costarricenses". torial.
La Constitución de 1949 dispuso en su ar- La Ley de Pesca y Cacería Marítima, dic-
tículo 6?; "El Estado ejerce la soberanía tada el 22 de febrero de 1951, establece que
completa y exclusiva en el espacio de su el Estado ejerce su soberanía sobre las aguas
territorio y en sus aguas territoriales y pla- territoriales de los mares continental e insu-
taforma continental, de acuerdo con el De- lar y sus reservas. Fija en doce millas la
recho internacional y con los tratados vi- extensión del mar territorial a los fines se-
gentes". ñalados. Esta legislación quedó modificada
f) Honduras. La Constitución aprobada al aprobarse por Decreto Legislativo del 13
en 1950 dispone en su artículo 49 que "la
de diciembre de 1954 la Declaración sobre
Zona Marítima y otros instrumentos suscri-
plataforma submarina o zócalo continental
e insular y aguas que la cubren en ambos tos en la Conferencia sobre Explotación y
océanos Atlántico y Pacifico, cualquiera que Conservación de las Riquezas Marítimas del
sea la profundidad a que se encuentre y la Pacífico Sur. Asimismo fueron ratificados
extensión que abarque, íorma parte del por el gobierno ecuatoriano los convenios
territorio nacional". suscritos en la segunda Conferencia sobre
Explotación y Conservación de las Riquezas
g) Nicaragua. El artículo 5<? de la Cons- Marítimas del Pacífico Sur, celebrada en
titución dictada el 19 de noviembre de 1950, Lima en diciembre de 1954 (" 8 ).
en copia casi textual del artículo 29 de la k) Chile. Con fecha 23 de junio de 1947,
anterior Constitución aprobada en 1948, dis- el gobierno de Chile dictó una Declaración
pone que el territorio nacional comprende confirmando y proclamando la soberanía
las islas adyacentes, el subsuelo, el mar te- nacional sobre el zócalo continental adya-
rritorial, la plataforma continental, los zó- cente a las costas continentales e insulares
calos submarinos, el espacio aéreo y la es- del territorio nacional, cualquiera sea la
tratosfera. profundidad en que se encuentre, reivindi-
h) El Salvador. El artículo 79 de la Cons-
titución aprobada en 1950 dispone que el
territorio nacional comprende el mar ad- (38) Perú, Chile y Ecuador pretenden y sostienen que
ruando ellos han hecho una proclamación sobre una zona
yacente hasta la distancia de doscientas contigua a sus costas, para ejercer en ella sus derechos
millas marinas, contadas desde la línea de de control sobre la pesquería, han creado y pretenden
que se generalice una norma justa. Norma justa porque
la más baja marea, y abarca el espacio aé- representa la compensación para los países que no tienen
reo, el subsuelo y el zócalo continental co- plataforma de lo que reciben y usan los países que la
tienen. Agregan que no habrá razón de justicia para que,
rrespondiente. Aclara que ello no afecta la en razón de los sacudimientos geológicos primitivos, unos
libertad de navegación consagrada por el países tengan una amplia plataforma submarina y otros
no. V. Ulloa, Alberto, Derecho internacional público,
Derecho internacional. Finalmente estable- Madrid, 1957, t. I, pág. 565.
cando todas las riquezas naturales existen- igual que la Declaración chilena, señala
tes sobre dicho zócalo, en él y bajo de él, que no queda afectado el derecho de libre
conocidos o por descubrirse. navegación de todas las naciones, conforme
Por la misma Declaración se "confirma y al Derecho internacional.
proclama la soberanía nacional sobre los La ley 11.780, llamada Ley del Petróleo, del
mares adyacentes a sus costas, cualquiera 12 de marzo de 1952, define el zócalo conti-
que sea su profundidad, en toda la exten- nental como "la zona comprendida entre
sión necesaria para reservar, proteger y con- el límite de la zona de la costa y una línea
servar y aprovechar los recursos y riquezas constante trazada mar afuera a una distan-
naturales de cualquier naturaleza que sobre cia constante de doscientas millas de la
dichos mares, en ellos y bajo ellos se en- línea de baja marea del litoral continental"
cuentren), sometiendo a la vigilancia del (art. 14, inc. 4?). "Para los efectos de esta
gobierno especialmente las faenas de pesca ley —dispone el artículo 15— los territorios
y caza marítima con el objeto de impedir insulares se consideran zona de la costa, y
que las riquezas de este orden sean explo- el zócalo adyacente a las islas se determi-
tadas en perjuicio de los habitantes de Chi- nará en la misma forma y medida que el
le y mermadas o destruidas en detrimento zócalo del litoral continental".
del país y del continente americano". El gobierno peruano ratificó asimismo los
En relación con la caza y la pesca marí- acuerdos suscritos con Chile y Ecuador en
tima en los mares continentales e insulares las dos conferencias sobre Explotación y
de Chile, la Declaración fija una línea para- Conservación de las Riquezas Marítimas del
lela a sus costas a una distancia de dos- Pacífico Sur, celebradas en Santiago (1952)
cientas millas marinas, reservándose el de- y Lima (1954).
recho de poder alterar esa demarcación en 2) Posición de otros países. Es intere-
caso de exigirlo el interés de la Nación. sante destacar que otros países fuera del
Se reconoce en la Declaración los derechos continente americano han efectuado de-
de los demás Estados, sobre la base de reci- claraciones relacionadas con la extensión
procidad y se aclara que en nada afecta de sus aguas jurisdiccionales, en muchos
los derechos de libre navegación en alta casos en defensa de intereses pesqueros y
mar ( s f l ). en otros para proteger las posibles reservas
El Poder Ejecutivo, por decreto 432 de petroleras de sus subsuelos marítimos. Fren-
setiembre de 1954, y el Congreso chileno, te a éstos y todos los países que han pro-
ratificaron los acuerdos suscritos en la Pri- curado ampliar la extensión de las aguas
mera Conferencia sobre Explotación y Con- territoriales bajo sus respectivas jurisdic-
servación de las Riquezas Marítimas del ciones o soberanías, Gran Bretaña ha man-
Pacífico Sur, realizada en Santiago el 18 de tenido una posición de franca oposición,
agosto de 1952 con la participación de Chile, que también será reflejada en este tra-
Ecuador y Perú ( 4 0 ). bajo («).
1) Perú. El 1"? de agosto de 1947, por a) Rusia. Fue de los primeros países en
decreto supremo 781, el gobierno peruano proclamar sus derechos sobre la plataforma
declaró que "la soberanía y la jurisdicción submarina y considerarla incorporada a su
nacionales se extienden a la plataforma territorio. Así lo hizo el gobierno imperial,
submarina o zócalo continental o insular el 29 de setiembre de 1916, por intermedio
adyacente a las costas continentales o insu- de la Cancillería. Declaró que las islas del
lares del territorio nacional, cualquiera que Archipiélago de Taymir, Tierra del Norte,
sea la profundidad y la extensión que abar- Pequeño Taymir, islas Henriette, Jeannette,
que dicho zócalo". Establece asimismo la Bennet, Herald, Quedinenie, Wrangel y Nue-
soberanía y jurisdicción del Perú sobre el va Siberia, así como las otras de menor
mar adyacente a las costas, hasta una dis- dimensión comprendidas en dichas islas,
tancia de doscientas millas marinas. AI aunque deshabitadas, pertenecía al territo-
rio ruso por integrar la plataforma conti-
(39) "Los barcos de bandera extranjera que deseen nental.
venir a pescar en aguas territoriales de Chile y que no
entreguen el producto de la faena a empresas nacionales, Esta proclamación fue ratificada el 4 de
no podrán ser autorizados", expresa un decreto del Mi- noviembre de 1924 por el gobierno soviético.
nisterio de Agricultura de Chile. Mediante el mismo el
gobierno de ese país comienza a dar forma a una enér- b) Los países árabes. Los diversos países
gica política de defensa de la riqueza ictiológica chilena y sultanatos árabes que tienen costas sobre
dentro de la zona marítima de doscientas millas. El
mismo decreto deja sin efecto el otorgamiento de permisos el Golfo Pérsico, mediante leyes dictadas al
de pesca por los consulados chilenos en los puertos de efecto, han declarado que el suelo y subsue-
zarpe: Los permisos deberán solicitarse en lo sucesivo
al Ministerio de Agricultura, el que decidirá previo in- lo de dicho golfo, lindantes con las aguas
forme del Departamento de Pesca y Caza de la Cor-
poración de Fomento y Producción ("La Razón", Bs.
Aires, 19 de junio de 1963). (41) Es interesante destacar que fue Inglaterra el país
(40) Para el conocimiento de los acuerdos aprobados que más se opuso a las doctrinas relativas a la libertad
en dichas conferencias, ver en este mismo capítulo, de los mares, cuando enfrentó especialmente a Holanda y
n? 3 b. a Grocio con el Mare Clauswm de Selden.

J
territoriales, están sujetos a su jurisdicción formes y que el límite de tres millas es el que
y autoridad. Aquí se trata, evidentemente, ha contado en la práctica de los Estados con
de la protección de grandes intereses pe- una mayor aceptación y por lo tanto debe
troleros. mantenerse.
c) Islandia. Se trata de un país poco 3) Conclusiones. Conferencias, congresos
agraciado por la Naturaleza por la esterili- y tratados internacionales. Conferencia so-
dad de su suelo y la carencia de recursos bre el Derecho del Mar de 1958. Las decla-
agrícolas o mineros. Depende, por lo tanto, raciones oficiales, leyes y acuerdos interes-
exclusivamente de la pesca, tanto para el tatales que se han mencionado en los puntos
consumo interno como así también para la precedentes, especialmente las de los países
obtención de divisas destinadas a cubrir sus americanos, han venido a crear un problema
importaciones. Sus costas y aguas adyacen- nuevo en el Derecho internacional, que tie-
tes albergan una enorme riqueza pesquera, ne relación directa con el viejo problema
la que durante muchos años se vio sometida de la libertad de los mares. En efecto, tras
a una descontrolada explotación por pesca- varios siglos de discusiones doctrinarias y
dores de diversos países. Según el gobierno luchas por establecer la libertad de nave-
islandés, ello trajo como consecuencia una gación, de pesca, de comunicaciones, de in-
destrucción de las reservas y una pauperi- vestigación, etcétera, a través de los mares,
zación de los bancos de peces. Por tal ra- toda tentativa de extender la soberanía
zón, y en medio de interminables conflictos estatal más allá de los límites tradicional-
y su repercusión en muchas conferencias mente aceptados, puede parecer un retro-
internacionales, Islandia adoptó en los últi- ceso a épocas felizmente superadas.
mos años severas medidas de protección. El problema no es simple. La idea del mar
Como resultado directo de las mismas, apli- territorial se aceptó como una excepción a
cadas a pesar de la resistencia de algunos la regla general, a fin de asegurar la defen-
países europeos, se ha producido, según los sa del Estado ribereño y de permitirle al
técnicos islandeses, un notable mejoramien- mismo tiempo ejercer un control sanitario
to que es considerado como una consecuen- y aduanero eficaz frente a sus costas. La
cia directa de las medidas de protección y distancia de tres millas parecía suficiente
conservación adoptadas. a ese objeto. Pero con el transcurso del
El gobierno islandés denunció, en 1951, el tiempo surgieron diversos factores cuya im-
convenio firmado en 1901 entre Dinamarca portancia era anteriormente desconocida y
y el Reino Unido, que establecía una regla por gravitación de los cuales, los Estados
de diez millas para las bahía-s. Ello era con- ribereños buscaron fórmulas para la exten-
secuencia de una ley sancionada por el Par- sión de la zona marítima sometida a su
lamento de Islandia en 1948, por la que se jurisdicción.
autorizaba al Ministerio de Pesca a estable- a) Con el crecimiento constante de la
cer zonas netamente delimitadas dentro de población mundial, la pesca fue adquiriendo
la plataforma continental, dictando los re- una importancia y un desarrollo extraordi-
glamentos necesarios para la conservación narios, en tanto iba surgiendo paralelamen-
de la pesca en esas zonas. La reglamenta- te en algunos países una poderosa industria
ción se dictó en 1952, estableciendo líneas pesquera, incrementada con el aporte y los
de base rectas a través de las bahías y ex- perfeccionamientos de la técnica. Esos paí-
tendiendo el límite de las pesquerías a cua- ses se dedicaron a explotar la pesca, no sólo
tro millas de esas líneas. en sus aguas, sino en alta mar y en aguas
d) Gran Bretaña. La posición británica próximas a las costas 'de otros Estados.
en relación con el problema de las aguas Como lógica consecuencia reaccionan estos
adyacentes queda reflejada en los argumen- últimos tratando de extender su jurisdicción
tos esgrimidos por los delegados del Reino en mayor extensión sobre las aguas adya-
Unido en las distintas conferencias interna- centes. Por el contrario, los países que por
cionales, en todas las cuales han sostenido su mayor desarrollo técnico han hecho de
la necesidad de mantener el límite máximo la pesca una importante actividad econó-
de tres millas para la extensión del mar mica, se oponen a toda ampliación de los
territorial. La tesis británica es contraria a mares territoriales. Tal es el caso del Reino
la extensión del mar territorial por la sola Unido.
existencia de pesquerías en alta mar, en Indudablemente, es un problema que de-
zonas contiguas al mar territorial del Esta- berá resolverse algún día por acuerdos in-
do ribereño. Si bien reconoce el derecho ternacionales. Las comisiones y los estudios
del Estado para ejercer soberanía sobre su de las Naciones Unidas podrán contribuir
plataforma continental a los fines de su a ello en no poca medida. Pero es evidente,
exploración y explotación, niega toda pre- asimismo, que en tanto ello no ocurra, un
tensión sobre las aguas supra adyacentes. elemental principio de conservación y pro-
Sostiene que deben buscarse soluciones uni- tección de las pesquerías obliga a los Esta-
dos ribereños a extender su soberanía sobre libertad de los mares, se tuvo como primer
los mares adyacentes, a veces hasta enormes objetivo, sin duda alguna, la libertad de
distancias en alta mar C 12 ). navegación para todas las banderas, que
b) La geología y la oceanogragía aportan era necesaria para participar de los descu-
nuevos elementos en esta materia: se revela brimientos de nuevas tierras y para man-
la forma en que los continentes se conti- tener y desarrollar el comercio. Se ha lle-
núan bajo las aguas del mar, en forma de gado así a la etapa presente, en que la
suave pendiente hasta alcanzar una pro- libertad de navegación sobre todos los mares
fundidad aproximada de doscientos metros, y para buques de todas las banderas, aun
para descender luego más abruptamente las de aquellos países que no poseen costas,
hacia los mayores abismos. Este plano sub- es un hecho umversalmente reconocido e
marino, plataforma o zócalo continental, no indiscutido en tiempos de paz.
tiene igual extensión en todas partes. Es Por esa misma razón, las declaraciones y
así que, mientras en las costas de Chile y las legislaciones a que nos hemos referido
Perú la plataforma o meseta submarina es en puntos anteriores dejan claramente es-
casi inexistente porque la cordillera ha tablecido que en nada afectan la libertad
emergido a pico desde las profundidades, de navegación. Vale decir que se hace una
frente al territorio argentino de Santa Cruz distinción entre lo que es utilización de las
la misma alcanza una extensión de más de aguas, dentro de los límites señalados, para
trescientas ochenta millas bajo las aguas la navegación, y lo que es explotación y
del Atlántico. Tanto es así que las islas conservación de los recursos naturales con-
Malvinas se hallan asentadas en dicho zó- tenidos en ellas y bajo ellas.
calo continental, cuyo borde, al oriente del El problema ha sido ampliamente deba-
archipiélago, desciende bruscamente hacia tido en la doctrina y en conferencias y
profundidades abismales ( 4 3 ). congresos internacionales, sin que se haya
El problema de la plataforma submarina logrado hasta ahora un acuerdo general.
se vincula de inmediato con el de las aguas En forma somera haremos un resumen de
que la cubren. Sea que se acepte la teoría algunas de las posiciones adoptadas.
de la Inmersión o la de la accesión para ex- a) Doctrina. Richard Young señala que
plicar la formación de la plataforma, no es muy probable que las declaraciones for-
hay duda y no se discute ya que la misma muladas por varios países de América estén
pertenece al Estado ribereño, con todas las de acuerdo con los puntos de vista de otros
riquezas naturales contenidas en su suelo países no americanos, los que han avanzado
y subsuelo. ¿Qué razones pueden oponerse mucho en sus reclamos, tanto sobre las áreas
a que el Estado ribereño al que pertenece submarinas como en alta mar ( 4 1 ). Y el ju-
la plataforma extienda su soberanía sobre rista peruano Alberto Ulloa, como delegado
las aguas que la cubren, así como sobre el de su país a la Tercera Reunión del Consejo
espacio aéreo?; ¿por qué razón no han Interamericano de Jurisconsultos, realizada
de pertenecer exclusivamente al Estado ri- en México en 1956, sostenía que "los con-
bereño las riquezas naturales contenidas en ceptos del mar territorial o de la libertad
esas aguas? La respuesta a estos interro- de los mares pueden subsistir dentro de la
gantes, ya de por sí difícil, se complica más realidad contemporánea y deben subsistir
por las declaraciones y leyes de aquellos con su fundamento y su objeto esencial, que
países que, sin tener un zócalo continental es la libre navegación como instrumento,
extendido, han declarado su soberanía sobre como órgano del libre comercio, que debe
amplias extensiones de sus mares adyacen- ser respetado y mantenido, como respeta y
tes y sobre las riquezas que contienen den- mantiene la Declaración de Santiago y la de
tro de esos límites, aplicando para ello la todos los Estados que han proclamado de-
teoría de la compensación. rechos sobre la plataforma continental. Des-
Es de hacer notar que en todas las reivin- de ese punto de vista no peligra la libertad
dicaciones sobre plataforma continental y de los mares, pues nadie puede pretender que
aguas suprayacentes o sobre zonas de mar peligre su concepto esencial, es decir, el de
adyacente unilateralmente establecidas, se la libre navegación y el libre comercio" ( 4 5 ).
ha cuidado de manifestar expresamente que El mismo jurista señala, con respecto a
en nada afectan la libertad de navegación las declaraciones de aquellos Estados que no
dentro de las zonas reivindicadas. tienen plataforma continental ( 4 0 ), que las
Lo cierto es que, en la larga lucha por la mismas encuentran sólidos fundamentos en

(44) Young, Richard, The Continental Shelf in the


(42) Hasta ahora la distancia de doscientas millas esta- Practice of American Status, en Anuario Jurídico In-
blecida por varios países latino americanos rio ha sido teramericano, 1950-1951, pág. 35, cit. por López Villamil,
reconocida en el Derecho internacional. Únicamente ha op. cit., pág. 36.
llegado a constituir una norma nueva en el Derecho (45) Ulloa, Alberto, cit. por López Villamil, op. cit.,
internacional americano, y aun aquí, con la oposición pág. 39.
de les Estados Unidos do Norteamérica. (46) Perú, Chile v Ecuador, aurores de la Declaración
(43) Díaz Cisneros. C., op. cit., t. I, pág. 514. de Santiago de 1952.
los conceptos de compensación (con respec- los países americanos como los de otros lu-
to a los Estados que la tienen) y la vecindad. gares del mundo que han proclamado ma-
De esta última dice que está en la base de yores extensiones jurisdiccionales sobre las
uno de los conceptos jurídicos más antiguos zonas marítimas adyacentes no piensan so-
que existen, incorporado a todos los sistemas lamente en recursos minerales sino en la
de Derecho. El concepto de accesión es la defensa de los recursos naturales en ge-
vecindad expresada en términos jurídicos. neral ( s i ) .
El derecho preferente de los Estados veci- Es interesante destacar la opinión del
nos reposa en la naturaleza de las cosas, en profesor Andrés Aramburu y Menchaca, de
la razón natural ( 4 7 ). la Universidad de San Marcos, quien hace
Gonzalo Escudero, delegado de Ecuador notar la incongruencia que supone procla-
a la Tercera Reunión del Consejo Interame- mar el control y jurisdicción sobre distancias
ricano de Jurisconsultos (México, 1956), determinadas en los espacios marítimos,,
destacaba que las grandes potencias, con su manteniendo al mismo tiempo inalterable
obstinada oposición a toda ampliación del el status de alta mar que cubre la platafor-
mar territorial, tratan de evitar toda res- ma continental. Afirma que no sólo aparece
tricción a la llamada zona internacional del antijurídico, sino imposible porque el ejer-
alto mar, en la que dominan la navegación cicio de un derecho tiene que afectar al
con sus ilotas de guerra y comerciales, así otro. Concluye que la explotación del suelo
como la explotación de los recursos natura- y del subsuelo 52
puede alterar las condiciones
les marinos, por medio de singulares flotas del océano ( ).
pesqueras y otros recursos técnicos. Y que Gidel opina que los primeros contactos
los países medianos y pequeños, que no po- de la plataforma continental con el Derecho
seen tan poderosos recursos, anhelan rec- se produjeron a propósito de pesquerías.
tificar ese régimen de injusticia, estable- Agrega que tanto en el caso de las pesque-
ciendo zonas de seguridad nacional y de rías como de los demás recursos naturales,
aprovechamiento de los recursos del mar, la idea greciana de la libertad de los mares
indispensables para satisfacer las necesida- pierde su carácter primordial. El área de
des de sus respectivas poblaciones ( 4 8 ). protección está condicionada solamente por
El profesor Joseph Z. Kunz, tratando de los hábitos de vida de las especies protegi-
rebatir los puntos de vista latinoamericanos, das, siendo independiente de toda delimi-
ha señalado que, contrariamente a lo que tación territorial preestablecida, aun de
se sostiene, no se ha incorporado una norma la propia 5
noción de plataforma continen-
nueva al Derecho internacional y que se tal ( 3).
encuentra en plena formación la doctrina El mismo autor afirma que los documen-
jurídica en relación con la plataforma con- tos legislativos de América latina, como del
tinental ( 4 9 ). Sostiene que las normas con- Medio Oriente, aparecidos después de la
cernientes a la plataforma continental sólo Declaración del presidente Truman de 1945,
pueden ser aplicadas a los Estados que la aunque van más allá de las reivindicaciones
poseen, rechazando la teoría de compensa- norteamericanas, nada agregan al fondo de
ción enunciada por el jurista colombiano la argumentación. Sostiene que las diferen-
Yepes. Sobre el particular manifiesta que tes legislaciones se basan en el consentimien-
sería un contrasentido conceder el derecho to, en la costumbre de antemano establecida
de exploración y explotación de los recursos en el Derecho internacional.
minerales de la plataforma continental a Es evidente que la Proclama del 28 de
los Estados que carecen de ella y que la setiembre de 1945 del presidente Truman y
teoría compensatoria no puede encontrar las posteriores Declaraciones y actos legis-
apoyo 5en la igualdad jurídica de los Es- lativos de países americanos y de Medio
tados ( 0 ). Oriente, han introducido un nuevo proble-
López Villamil refuta en su citada obra ma en el Derecho internacional, el que se
estas manifestaciones, afirmando que al ha- encuentra en plena elaboración.
blar solamente de recursos minerales, Kunz b) Conferencias, congresos y tratados. La
parece salirse por la tangente, pues tanto cuestión de las reivindicaciones sobre las
plataformas submarinas y aguas supraya-
(47) Ulloa, A., Derecho internacional público, Madrid,
centes, así como extensas zonas marítimas
1957, t. I, pág. 576. V. también Yepes, J. M., La plata- contiguas a las costas de los Estados ribere-
forma continental submarina, Bogotá, 1955, pág. 51.
(48) López Villamil, op. cit., pág. 122.
ños, no sólo ha sido debatida en la doctrina
(49) Existe plena coincidencia doctrinaria en este punto.
Es más, se ha creado la norma internacional reconocida (51) López y Villamil, !oc. cit.
universalmente que admite los derechos del Estado ribe- (52) Aramburu y Menchaca, Andrés, Character and
reño sobre su propia plataforma continental. El problema Scope of tile Rights Declared and Practiced over Conti-
subsiste con respecto a las aguas suprayacentes y con nental Sea and Shell, en "The American Journal of In-
respecto a las declaraciones de los países que no tienen ternational Law", vol. 47, January, 1953, n» 1, pág. 122,
plataforma y que han extendido sus zonas contiguas en cit. por López Villamil, op. cit., pág. 229.
alta mar. (53) Gidel, H. C., La plataforma continental ante el
(50) V. López Villamil, op. cit., pág. 55. Derecho, Valladolid, 195!, págs. 30-32.
sino que también dio motivo a conferencias hace referencia al zócalo continental sino
y congresos internacionales, oficiales y de a la zona marítima, concepto con el cual
especialistas ( 5/1 ). se incide directamente en la institución del
b 1 ) La primera Conferencia para la Co- mar territorial. Los fundamentos de la De-
dificación del Derecho Internacional, cele- claración son económicos. Parte de la obli-
brada en La Haya en 1930, reconoció la gación de los gobiernos de "asegurar a sus
Boberanía del Estado ribereño sobre el mar pueblos las necesarias condiciones de sub-
territorial. Pero ya en dicha Conferencia se sistencia" y de su consecuente deber de "cui-
advirtió que muchos Estados eran partida- dar de la conservación y protección de sus
rios de la extensión de la distancia de tres recursos naturales" y reglamentar su apro-
millas, generalmente admitida hasta enton- vechamiento. Por lo tanto el Estado debe
55
ces ( ). Solamente una minoría de nueve impedir que la explotación de esos bienes,
países, entre los que se contaban Gran Bre- vitales para la subsistencia del pueblo, haga
taña y los Estados Unidos, defendió el límite peligrar la existencia y conservación de las
de tres millas. especies.
b 2 ) La Comisión de Derecho Internacio- Sobre la base de tales fundamentos y dada
nal de las Naciones Unidas, en su reunión la insuficiencia del mar territorial, la De-
de 1951 en Ginebra, redactó un proyecto en claración proclama la soberanía y jurisdic-
base a un informe del profesor J. A. Frangois. ción de cada uno de los tres Estados sobre
En síntesis, sus puntos fundamentales son el mar que baña sus respectivas costas,
los siguientes: 1*?) se extiende el concepto hasta una distancia mínima de doscientas
de plataforma continental, no sólo al lecho millas contadas desde las referidas costas,
y subsuelo de las zonas submarinas adya- así como sobre el suelo y el subsuelo de
centes a las costas, hasta una profundidad dicha zona.
de doscientos metros, sino que se agrega La Declaración deja expresamente a sal-
"hasta donde la profundidad de las aguas vo el derecho de paso inocente a través de
permite la explotación de los recursos del las zonas indicadas, para los buques de to-
lecho marino y del subsuelo"; 2?) reconoce das4las banderas ( B 7 ).
el control y jurisdicción del Estado ribereño b ) El Congreso Hispano-Luso-Americano
para la exploración y explotación de los de Derecho Internacional, cuya segunda
recursos naturales; 3?) las aguas supraya- reunión tuvo lugar en San Pablo (Brasil)
centes se mantienen bajo el régimen de alta en 1953, aprobó la Resolución de Sao Paulo
mar; 49) el espacio aéreo sobre la platafor- sobre mar territorial. Se expresa en la mis-
ma se mantiene igualmente libre; 5<?) la ma que la extensión del mar territorial debe
jurisdicción del Estado ribereño no afecta ser de doce millas marítimas, en las que el
la colocación y mantenimiento de cables Estado ribereño ejerce soberanía sobre las
submarinos; 6?) no puede afectar la nave- aguas, el suelo y subsuelo y el espacio aéreo
gación ni la pesca, ni las instalaciones que correspondiente (Res. I, 2, 3). Acerca de la
se hagan podrán tener el status de islas, plataforma continental, se reconoce como
aunque podrán establecerse zonas de pro- perteneciente al Estado costero, que ejerce
tección a su alrededor; 7<?) los Estados con autoridad y jurisdicción sobre la misma,
territorio contiguo a la misma plataforma para utilizar y explotar sus recursos natu-
acordarán los límites de las zonas respec- rales. Dicha autoridad y jurisdicción com-
tivas y an 6 falta de acuerdo acudirán al ar- prende la facultad de reglamentar la pesca
bitraje ( ). y la caza que se realicen sobre las aguas
3
b ) La Declaración de Santiago sobre que cubren la plataforma, a fin c*e proteger
Zonas Marítimas, suscrita el 18 de marzo los recursos naturales contra su exterminio,
de 1952 entre Chile, Perú y Ecuador, no aunque los habitantes del Estado ribereño
no practiquen tales actividades en la refe-
rida zona (Res. II, 8, 9, 10).
(54) En cuanto a los Tratados, ya hemos hecho refe-
rencia al suscripto entre Venezuela y Gran Bretaña el
Respecto de los Estados que carecen de
26 de febrero de 1942, en relación con el Golfo de Paria, plataforma submarina, les reconoce el dere-
supra, IV. Asimismo hemos mencionado el Tratado de
Paz entre los Estados Unidos de Norte América y México,
a cuyo comentario nos remitimos, supra, IV. (57) En la Segunda Conferencia sobre Explotación y
(55) Algunos Estados propugnaron extender el mar Conservación de las Riquezas Marítimas del Pacífico Sur,
territorial a seis millas, con zona contigua: España, Por- celebrada en Lima en diciembre de 1054, se suscribió un
tugal, Turquía, Cuba, Letonia; otros, a seis millas sin convenio complementario de la Declaración de Santiago
zona contigua: Brasil, Chile, Colombia, Italia, Rumania sobre zona marítima de 200 millas. En virtud del mismo,
y Yugoslavia; por tres millas con zona contigua se pro- Chile, Perú y Ecuador acordaron proceder de común
nunciaron Alemania, Bélgica, Francia, Estonia, Grecia, acuerdo "en la defensa jurídica del principio de soberanía
Irlanda y Polonia; por tres millas sin zona contigua, sobre la zona marítima hasta una distancia de doscientas
Estados Unidos, Gran Bretaña. Canadá, Japón, Sudáírica, millas marinas, incluyéndose el suelo y el subsuelo res-
Australia, China, India, Países Bajos. pectivamente" (art. 19). Se estableció un compromiso de
(56) Díaz Cisneros, C., op. y vol. cits., págs. 521-22. consulta y cooperación acerca de la defensa en caso de
Estas soluciones fueron en gran parte aprobadas, con li- reclamaciones (art. 2»), asi como para las medidas a
geras modificaciones, por la Convención sobre Plataforma adoptar en caso de violación de hecho (art. 39), compro-
Submarina de la Conferencia de las Naciones Unidas metiéndose las partes a no celebrar convenios capaces
sobre Derecho del Mar, Ginebra, 1958. V. Supra, II, 3. de afectar su soberanía sobre la zona en cuestión (art. 4?).
cho, con el fin de proteger los recursos na- tren, tales como petróleo, los hidrocarburos,
turales marítimos, de reglamentar y fisca- las sustancias minerales y todas las especies
lizar la pesca y la caza que se realicen en marinas, animales y vegetales, que viven en
las zonas de alta mar adyacentes a sus constante relación física y biológica con la
costas, hasta el límite de doscientas millas plataforma, sin excluir las especies bentó-
marítimas (Res. 11). En este sentido se dife- nicas". 4) Se reconoce igualmente el derecho
rencia de la Declaración de Santiago al de los Estados ribereños de adoptar medi-
limitar el derecho del Estado ribereño a la das de conservación y vigilancia, siguiendo
fiscalización y reglamentación de las activi- principios científicos y técnicos, para la pro-
dades señaladas, sin que ello importe excluir tección de los recursos vivos del mar próxi-
las naves de otros países que, lícitamente mos a sus costas, más allá del mar territo-
y en igualdad de condiciones, se dediquen a rial (Sección O. Se aclara, no obstante,
la misma actividad. La resolución destaca que esas medidas no perjudicarán los dere-
que no queda afectado el régimen de alta chos derivados de acuerdos internacionales
mar de las zonas consideradas ni el régimen en que el Estado ribereño sea parte, ni
del espacio aéreo correspondiente. discriminarán en contra de pescadores ex-
b 5 ) La Décima Conferencia Interameri- tranjeros. De cualquier modo, los Estados
cana (Caracas, 1954) recomendó la convo- ribereños tienen derecho a la "explotación
catoria de una conferencia especializada exclusiva de las especies vinculadas a la
destinada a estudiar "en su conjunto los costa, a la vida del país o a las necesidades
distintos aspectos del régimen jurídico y de la población costera, como en el caso de
económico de la Plataforma Submarina, de las que se desarrollan en aguas costeras y
las aguas del mar y de sus riquezas natura- después emigran al alta mar, o cuando la
les" (Res. LXXXIV). existencia de ciertas especies influye de ma-
b 6 ) Como consecuencia de la precitada nera importante en una industria o activi-
resolución de la Conferencia de Caracas, el dad esencial del país costero, o cuando este
Consejo de la Organización de Estados Ame- último lleve a cabo obras de importancia
ricanos resolvió incluir en el temario de la que tengan por resultado la conservación
Tercera Reunión Interamericana de Juris- o el aumento de las poblaciones de espe-
consultos, el tema "Régimen 58del Mar Terri- cies". 5) Se dispone que la anchura del mar
torial y Cuestiones Afines" ( ). territorial se medirá desde la línea de bajas
La mencionada Tercera Reunión del Con- mareas que sigue la costa, salvo que ésta,
sejo ínter americano de Jurisconsultos se por sus pronunciados accidentes, exija el
efectuó en México en 1956. De esta reunión sistema de líneas de base recta que unan
surgen los llamados Principios de Méjico los puntos más alejados de la costa,r islas,
sobre el régimen jurídico del mar, que se islotes, cayos o escollos (Sección D) ( '°).
puede resumir así: 1) Reconocen su propio c) La Conferencia de Ginebra de 1958.
carácter de expresión de la "conciencia ju- Luego de algunos años de estudio por parte
rídica del continente" y su condición de de la Comisión de Derecho Internacional de
aplicables por los Estados americanos, sin las Naciones Unidas y la elaboración de va-
que su aceptación implique la renuncia o el rios proyectos, entre los que se destacan los
perjuicio de la posición que sostienen los de 1950 y 1956, a que ya hemos hecho refe-
diversos países de América sobre la exten- rencia, se llega a la Conferencia sobre Dere-
sión que debe tener el mar territorial. 2) Des- cho del Mar, celebrada en Ginebra en el
tacan, respecto del mar territorial (Sec- año 1958, con la asistencia de ochenta y
ción A), que la extensión de tres millas "es seis naciones (°°).
insuficiente y no constituye una norma ge- La Conferencia preparó y puso a la firma
neral de Derecho internacional. Por tanto,
se justifica la ampliación de la zona de mar (59) Cabe destacar que las decisiones de esta Confe-
tradicionalmente llamada mar territorial". rencia fueron aprobadas con el voto favorable de quince
naciones y uno solo negativo: el de los Estados Unidos.
Y que "cada Estado tiene competencia para Hubo, además, cinco abstenciones.
fijar su mar territorial hasta límites razo- (60) La Conferencia se reunió en la Oficina Europea
de las Naciones Unidas, en Ginebra, entre el 24 de fe-
nables, atendiendo a factores geográficos, brero y el 27 de abril de 1958. Contó, por invitación de
geológicos y biológicos, así como a las nece- la Asamblea General, con la presencia de observadores
de importantes organismos ' internacionales, pudiéndose
sidades económicas de su población y a su mencionar entre otros: la Organización de Estados Ame-
seguridad y defensa". 3) Sobre plataforma ricanos, la Organización de Aviación Civil Internacional,
la Organización de las Naciónos Unidas para la Agricul-
continental (Sección B), se declara que los tura y la Alimentación, la Organización Mundial de la
derechos del Estado ribereño, en lo que con- Salud, la Organización Internacional del Trabajo, la
Unión Internacional de Telecomunicaciones, la Comisión
cierne al lecho y subsuelo, de la plataforma Internacional para la Explotación y Conservación de las
correspondiente, "se extienden asimismo a Riquezas Marítimas del Pacífico Sur, el Consejo de Pesca
del Indo Pacífico, el Consejo General de Pesca del Me-
los recursos naturales que ahí se encuen- diterráneo, el Consejo Internacional para la Explotación
del Mar, el Instituto Internacional para la Unificación
del Derecho Privado, la Liga de Estados Árabes, la Co-
(58) Reunión del 5-1-1955. misión Interamericana del Atún Tropical, etcétera.
las siguientes Convenciones: 1) Convención ribereño. Se destaca que no se considerará
sobre 6 1el Mar Territorial y la Zona Conti- paso inocente el de buques pesqueros ex-
gua ( ). 2) Convención sobre la Alta tranjeros que no cumplan las leyes y regla-
Mar ( 82 ). 3) Convención sobre Pesca y Con- mentaciones dictadas y publicadas por el
servación de los Recursos Vivos de la Alta Estado ribereño. Los buques submarinos tie-
Mar C 0 3 ). 4) Convención sobre la Platafor- nen obligación de navegar en la superficie
ma Continental ( 6 4 ). 5) Aprobó además un y de mostrar su bandera (art. 14). El Estado
Protocolo de firma facultativa sobre juris- ribereño no puede suspender el paso ino-
dicción obligatoria en la solución de las cente de buques extranjeros en los estre-
controversias ( C5 ), así como algunas resolu- chos que se utilizan para la navegación
ciones sobre: experimentos nucleares en internacional entre una parte de la alta
alta mar; contaminación de la alta mar mar y otra patre de la alta mar (art. 16).
por desperdicios radiactivos; convenciones Pero los buques extranjeros que utilicen el
internacionales para la conservación de las derecho de paso inocente deben someterse
pesquerías; cooperación en las medidas de a las leyes y reglamentos promulgados por
conservación; procedimientos humanos de el Estado ribereño, especialmente en lo re-
sacrificio de la fauna marina; situaciones lativo al transporte y la navegación (art. 17).
especiales relativas a pesquerías ribereñas; Ello no obstante, no podrá imponerse gra-
régimen de las aguas históricas; convoca- vámenes a los buques por el solo hecho de
toria a una segunda conferencia de las cruzar el mar territorial, sino como remu-
Naciones Unidas sobre Derecho del Mar; neración de servicios prestados a dicho bu-
homenaje a la Comisión de Derecho Inter- que y sin discriminación de ningún género
nacional ( c c ). (art. 18).
Ya nos hemos ocupado en forma detallada El artículo 19 contempla normas de juris-
de las normas aprobadas por la Convención dicción penal. Establece que la misma no
sobre la Plataforma Continental ( 6 7 ). debería ser ejercida a bordo de un buque
La Convención sobre Mar Territorial y extranjero que pase por el mar territorial,
Zona Contigua tiene el inconveniente de con motivo de infracciones penales come-
que, si bien define el mar territorial como tidas a bordo durante el paso, salvo que: la
la zona de mar adyacente a las costas de un infracción tuviera consecuencias en el Es-
Estado (art. 1?) sobre la que se extiende la tado ribereño; o fuese de tal naturaleza que
soberanía del mismo, al igual que al espacio pudiera perturbar la paz del país o el orden
aéreo situado sobre dicha zona (art. 2"?), no en el mar territorial; o que el capitán del
establece su anchura. Ello se debe a que buque o el cónsul del país del pabellón
no hubo acuerdo sobre este punto funda- solicitasen la intervención de las autorida-
mental y quedó pendiente para una nueva des locales; o que la intervención fuese ne-
conferencia. cesaria para la represión del tráfico de
Se dispone asimismo el derecho de paso estupefacientes.
inocente para los buques de cualquier país De igual manera se establece que el Esta-
a través del mar territorial, entendiendo do ribereño no debería detener ni desviar
por paso el hecho de navegar por el mar de su ruta a un buque que pase por el mar
territorial, sea para atravesarlo sin penetrar territorial, para ejercer su jurisdicción civil
a las aguas interiores, sea para dirigirse a sobre una persona que viaje a bordo. Ni
ellas o para dirigirse a alta mar viniendo poner en práctica, respecto del buque, me-
de ellas (art. 14). Comprende el derecho de didas de ejecución o precautorias en mate-
detenerse y fondear en la medida que ello ria civil, a no ser que se adopten en razón
constituya un incidente normal de la nave- de obligaciones contraídas por el buque o
gación o sea impuesto por una arribada responsabilidades en que haya incurrido con
forzosa o por un peligro extremo. El paso motivo de o durante la navegación a su
es inocente mientras no sea perjudicial para paso por las aguas territoriales (art. 20).
la paz, el orden o la seguridad del Estado En cuanto a la zona contigua, de la que
se ocupa la segunda parte de la Convención,
la define como una zona de alta mar conti-
(61) Aprobada el 27-4-1958 en base al Informe de la
Primera comisión. gua al mar territorial, en la que el Estado
(62) Aprobada el 27-4-1958 en base al Informe de la ribereño podrá adoptar medidas de fiscali-
Segunda Comisión. zación necesarias para: a) evitar infraccio-
(63) Aprobada el 26-4-1958 en base al Informe de la
Tercera Comisión. nes a sus leyes de policía aduanera, fiscal,
(64) Aprobada el 26-4-1958 en base al Informe de la de inmigración y sanitaria que pudieran
Cuarta Comisión.
(65) Aprobado el 26-4-1958. Las partes convienen en cometerse en su territorio o en el mar terri-
someter sus controversias relativas a la interpretación
o aplicación de cualquier Convención sobre el Derecho
torial; b) reprimir las infracciones de esas
del Mar, a la Corte Internacional de Justicia, aunque leyes cometidas en su territorio o mar terri-
se prevén fórmulas de conciliación y arbitraje antes de
apelar a la Corte.
torial (art. 24-1).
(66) Anexo VI. Declara que la zona contigua no se puede
(67) Supra, n« U, 3. extender más allá de doce millas contadas
desde la línea de base del mar territorial tas ( 71 ), cabe interpretar la manera de me-
(art. 24-2). dir la línea de base del mar territorial del
V. El problema en la legislación argen- siguiente modo: en el caso de una bahía
tina. El articulo 2340, inciso 1"? del Código o ensenada, las tres millas deben medirse
civil, dispone que son bienes del Estado ge- a partir de la línea que una los cabos ex-
neral o de los Estados particulares: los tremos de esas entradas; en el caso de un
mares adyacentes al territorio de la Re- puerto o de un ancladero (fondeadero), las
pública, hasta la distancia de una legua aguas territoriales comienzan desde la lí-
marina, medida desde la línea de la más nea que los delimita hacia el mar, línea
baja marea; pero el Derecho de policía para que puede estar constituida por la de cie-
objetos concernientes a la seguridad del rre de los cataos naturales o por la que
país y la observancia de las leyes fiscales idealmente una los morros de las obras de
se extiende hasta la distancia de cuatro defensa construidas para el puerto pro-
leguas marinas medidas de la misma ma- piamente dicho o para la rada ( 7 2 ).
nera (e 8 ). El Tratado de Derecho Penal de Monte-
De la lectura de la norma transcripta sur- video, celebrado en 1889 entre la República
ge que el legislador ha considerado como Argentina, Uruguay, Paraguay, Perú y Bo-
bien del dominio público nacional o pro- livia, y que es ley para los cinco países ( 7 3 ),
vincial al mar territorial, el cual abarca una dispone en su artículo 12: "Se declaran
extensión de una legua marina, o sea tres aguas territoriales, a los efectos de la ju-
millas, medidas desde la línea de la más risdicción penal, las comprendidas en la ex-
baja marea. Y una aona contigua de nueve tensión de cinco millas desde la costa de
millas desde el límite externo del mar te- tierras firmes e islas que forman parte del
rritorial, que sin pertenecer al Estado gene- territorio de cada Estado".
ral o a los Estados particulares queda some- La jurisdicción penal establecida supera
tida a la vigilancia del país para los ob- en dos millas la extensión del mar terri-
jetos concernientes a su seguridad y a la torial y penetra otro tanto en la zona con-
observancia de las leyes fiscales. tigua. De modo que podríamos señalar tres
Machado interpreta que las aguas terri- límites legales: a) de dominio (nacional o
toriales no pueden pertenecer a las pro- provincial): tres millas; b) de jurisdicción
vincias, porque a 6ellas no corresponde la penal: cinco millas; c) de vigilancia poli-
defensa nacional ( 9 ). Refuta Spota dicha cial: doce millas, contadas todas desde la
interpretación señalando que el citado au- línea de base del mar territorial.
tor olvida el absoluto poder jurisdiccional El decreto reglamentario de la ley 9475,
que tiene la nación, no sólo para la defensa, dictado el 26 de diciembre de 1914, fija la
sino también para asegurar la libre nave- distancia de tres millas marítimas (mar
gación (arts. 26 y 27, inc. 99 de la Const. territorial) como reservada exclusivamen-
Nacional). Agrega que las provincias son los te a barcos de bandera nacional a los efec-
titulares del mar territorial y que tal es la tos de la pesca.
doctrina constitucional imperante. Así, la Nuestro país no permaneció insensible
ante el surgimiento de un nuevo concepto
provincia de Buenos Aires, como titular de de defensa de las riquezas marítimas en
las aguas marítimas territoriales que bañan el Derecho internacional americano, cuya
sus costas, puede reglar su aprovechamien- primera manifestación debe verse en las
to siempre que con ello no "interfiera" con dos proclamas del presidente Truman del
las mentadas atribuciones del poder fede- año 1945. Sin embargo, un año antes, el
ral ( ™ ) . 24 de enero de 1944, por decreto 1386, el
Por aplicación del artículo 2518 del Có- gobierno de la República Argentina decla-
digo civil, el dominio se extiende al piso ra zonas transitorias de reservas minera-
(suelo y subsuelo) del mar territorial y al les la plataforma continental y el espacio
espacio aéreo sobre el mismo. marítimo situado sobre ella. El artículo 2?
El mismo artículo 2340, en su segundo de dicho decreto establece: "Hasta tanto
inciso, considera bienes del dominio pú- se dicte una ley especial sobre la materia,
blico nacional o provincial "los mares in- las zonas de fronteras internacionales de
teriores, bahías, ensenadas, puertos y an- los territorios nacionales y de sus costas
claderos". Al adoptar tal criterio, en lo que oceánicas, así como el mar epicontinental
el codificador ha seguido el Esbogo de Frei- argentino, se considerarán zonas transito-
rias de reservas mineras".
(68) Ya hemos señalado que la fuente del inciso 19
del artículo 2340 es el artículo 593 del Código civil chileno. (71) Preitas, A. T. de, Código civil, traducción caste-
V. Supra, nota 12. llina, Bs. Aires, 1909, I, págs. 185-6, art. 328, inc. 2«, que
(69) Machado, J. O., Exposición y comentario del Có- incluye además los bancos de arena.
digo civil argentino, Bs. Aires, 1928, t. VII, pág. 212. (72) Spota, A. G., op. cit., t. II, págs. 107-8.
(70) Spota, A. G., op. cit., t. II, págs. 34-85, texto y (73) Aprobado por nuestro país mediante ley n9 3192 del
nota n« 134. íño 1894.
Posteriormente, el decreto 14.708, del 11 Oppenheim, Westakle ( 7 i ) ). Los resultados de
de octubre de 1946, declaró perteneciente a uno y otro sistema son los mismos, ya que
la soberanía nacional "el mar epicontinen- reconocen el derecho del Estado ribereño
tal y zócalo continental argentino", seña- de reglamentar la navegación, exclusividad
lándose que ello no afecta la libre nave- de pesca para sus nacionales, de defensa
gación. militar, de neutralidad y de jurisdicción pe-
Es evidente que, en vista de las conclu- nal, sanitaria y fiscal.
siones de la III Reunión Interamericana de Cualquiera sea la que se acepte de las
Jurisconsultos (Principios de Méjico), así dos teorías expuestas, es un hecho incues-
como la doctrina elaborada en los últimos tionable que el Estado ribereño debe respe-
años en nuestro continente y los actos le- tar la libertad de navegación en el mar
- gislativos de sus gobiernos, corresponde que territorial, sin discriminaciones y para todas
en nuestro país se sancione una más ade- las banderas. Esto ha sido interpretado en
cuada legislación que concilie las diversas el sentido de que el mar territorial es una
normas vigentes y signifique una eficaz de- continuación de la alta mar y como tal es
fensa de las riquezas naturales de toda ín- res communis. Para explicar los derechos
dole contenidas en la plataforma subma- del Estado ribereño, partiendo de esa pre-
rina, en el mar epicotinental y en zonas misa, se han formulado dos teorías:
marítimas determinadas cuando la explota- Por la teoría de la servidumbre costera a
ción de las especies en ellas contenidas, por favor del Estado costero, de Lapradelle,
razones biológicas y económicas, requiera existe una servidumbre a favor del Estado
la defensa y fiscalización del Estado ( 7 5 ). destinada a defender sus intereses, la que
VI. Condición jurídica de las aguas ad- le acuerda ciertos derechos, a saber: de
yacentes y de la plataforma. Éste que pa- prohibir la guerra en sus costas; de vigilan-
samos a tratar es un tema en plena con- cia aduanera y de policía sanitaria ( 8 0 ).
troversia doctrinaria. Nos ocuparemos se- La teoría del derecho de conservación,
paradamente de cada una de las zonas enunciada por Imbart Latour í 8 ') y Fauchi-
marítimas hasta aquí consideradas, así co- lle ( 8 2 ) , sostiene que como es obligación
mo de la plataforma submarina, a fin de fundamental del Estado conservar su terri-
una más ordenada elaboración. torio y librarlo de todo peligro, ello hace
1. Mar territorial: Según nuestra ley (ar- que exista una zona de mar sometida a ese
tículo 2340 del Código civil), el mar terri- derecho. Pero el mar territorial continúa
torial pertenece al Estado general o a los formando parte del océano y no existe sobre
Estados particulares. De lo que se infiere él ninguna soberanía.
(art. 2518) que también son bienes del do- Respecto al alcance de la palabra sobera-
monio nacional o provincial el suelo y sub- nía, el jurista norteamericano Phillip Jes-
suelo bajo las aguas del mar territorial y sup ( 83 ) sostiene que se emplea para signi- .
el espacio aéreo que lo cubre. Así lo en- ficar el poder exclusivo de disposición y
tiende Spota, quien afirma que el Estado control que cada Nación discrecionalmente
ejerce su soberanía sobre el mar territo- eejrce sobre su territorio terrestre. Agrega
rial y además es el titular del dominio so- que no es un concepto absoluto sino limitado
bre el mismo: dominium et imperium es por las restricciones del Derecho interna-
la fórmula que resume la naturaleza jurí- cional. Y afirma luego: "Una Nación puede
dica del derecho que asiste al Estado ( 7 6 ) . disponer de la propiedad nacional con ex- i
Ese dominio reconoce algunas restricciones clusión de todas las otras naciones. Cuales-
impuestas por el Derecho internacional, quiera derechos, privilegios, poderes e inmu-
siendo una de las más importantes el de- nidades que la ley asigna al poseedor son '•
recho de paso inofensivo para los buques gozadas por la Nación que es soberana del .
de todas las banderas ( 7 7 ). objeto. En este sentido, se cree que el Estado ;
Las legislaciones de América, en general, es soberano en el mar territorial y en el i
adoptan el mismo sistema. Sin embargo, y espacio aéreo". j
al margen del Derecho positivo, la doctrina 2. Zona contigua. En la forma que la "•
no es uniforme en la materia. contemplan las legislaciones y los congresos
Admiten el derecho de propiedad del Es- testable de dominio y jurisdicción sobre las aguas que
tado ribereño, entre otros, Vattel, Fiore, bañan sus costas hasta una distancia conveniente para
su defensa y que baste para poner a salvo la seguridad
Philümore, Pradier-Foderé, Wheaton, Fedoz- del territorio y proteger los intereses del comercio y del
z\ ( 7 S ). En cambio, sólo admiten un derecho fisco.
(79) V. Díaz Cisneros, C., op. y vol. cits., pág. 508.
de soberanía, Perels, Bluntschli, Ortolan, (80) Lapradelle, A. G., "Le Droit de l'Etat sur la
mer torritoriale", en Revue de Droit International Public,
(74) Supra, n? IV, 1. V, pág. 26 y sigs., 264 a 284, 309-407.
(75) Sobre el particular nos remitimos al cap. X. (81) Imbart Latour, La mer territoriale. París, 1889,
(76) Spota, A. G., op. cit., II, pág. 103. pág. 14.
( 7 7 ) Spota, A. G., op. cit., II, pág 102. (82) Fauchille, P., Traite de Droit international de Hen-
(78) Fiore, P., Tratado cié Derecho internacional pu- ry Bonfils, París, 1925, I, 21 part., pág. 147 y sigs
blico, trad. de A. García Moreno, Madrid, 1879, pág. 337, (83) Jessup, P., The La wof Territorial Waters and Ma~
sostiene que el Estado marítimo tiene un derecho incon- ritime Jurisdiction, N. York, 1927, págs. 116-17.
internacionales, así como la doctrina, el José León Suárez considera el problema de
Estado ejerce jurisdicción en esta zona a los las aguas territoriales desde un punto de
fines de extender la vigilancia policial de vista económico. Considera la arbitrariedad
su territorio y mar territorial, con el objeto que significa mantener una extensión que
de evitar trasgresiones a las leyes y regla- no es suficiente para la defensa militar y
mentos aduaneros, sanitarios, íiscales y de que imposibilita la explotación de una ri-
inmigración. queza. Y agrega en su interesante estudio,
En nuestro continente, el problema de la publicado en 1918: "Es un clamor universal
zona contigua queda superado por las rei- la necesidad de extender el mar territorial
vindicaciones sobre los mares epicontinen- para toda clase de efectos; lo exige impe-
tales y sobre zonas marítimas de gran riosamente la seguridad de los países, por
extensión. el extraordinario alcance que hoy tienen los
3. Plataforma submarina. Ya no se dis- armamentos; lo exige el comercio y lo exi-
cute el derecho de soberanía del Estado ri- gen, sobre todo y ante todo, la pesca y la
bereño sobre su plataforma continental. Ha .caza, cuyos más valiosos ejemplares evolu-
sido reconocido por la Conferencia de Gine- cionan el ciclo de su vida entre la extensión
bra sobre 8Derecho del Mar (1958) en forma del mar territorial y la del mar libre, sólo
expresa ( 4 ). Algunas de las declaraciones separada del primero por una división arti-
de los países americanos hablan directa- ficial e imaginaria del hombre, pero cons-
mente de dominio. Debemos dar, sin em- tituyendo, por la naturaleza y por su forma,
bargo, a la palabra soberanía el alcance un conjunto único y sin solución de conti-
amplio que hemos señalado a través de la nuidad." ( s e ).
interpretación de Fhillip Jessup. Razones de la índole analizada por el
4. Mar epicontinental. Las declaraciones mencionado autor motivaron los documen-
de los gobiernos americanos extienden la tos americanos reivindicatorios de derechos
soberanía de los respectivos Estados sobre sobre las plataformas continentales y las
las aguas que cubren la plataforma conti- aguas suprayacentes: la necesidad de ase-
nental. En general, los autores del continen- gurar para el Estado ribereño el dominio
te se pronuncian a favor de tal extensión y sobre las riquezas minerales contenidas en
aún más allá, según las circunstancias de el subsuelo de las mesetas submarinas, así
cada caso, teniendo en cuenta la necesidad como la de conservar y proteger las riquezas
de proteger y conservar los recursos natu- naturales contenidas en las aguas epiconti-
rales de las zonas adyacentes del mar. nentales.
Es indudable que nos encontramos en pre- La configuración de las costas no es la
sencia de cambios fundamentales en el misma en todas partes, como ya hemos
Derecho internacional, ya que como señala señalado. La plataforma submarina tiene
Gidel, "tanto en uno como en otro punto de en algunos lugares del continente america-
vista —pesquerías y recursos minerales— la no extensiones enormes (385 millas en parte
idea grociana de la libertad de los mares de la zona patagónica), en tanto que en
pierde el carácter primordial que en con- otras partes se reduce a extensiones insig-
junto había conservado hasta este mo- nificantes. Los países situados sobre el
mento". (85). Océano Pacífico, de costas recortadas y
La oposición más enconada parte de los abruptas, no pudieron dejar de contemplar
países que, por sus recursos técnicos, han el problema de la preservación de sus rique-
desarrollado una fuerte industria pesquera zas marinas. Ante la imposibilidad de fun-
y explotan las especies que se encuentran dar sus reclamaciones en base a las plata-
vecinas a las costas de otros Estados. Porque formas submarinas, ya que en casi todas
es bueno dejar en claro que, si el objetivo sus costas el continente desciende prácti-
fundamental de la creación del mar terri- camente a pico hacia las profundidades
torial ha sido en su momento la defensa del abismales, se crean las zonas marítimas
Estado ribereño, hoy es quizás el fundamen- sobre las que se extiende la soberanía del
to menos válido, por los cambios operados Estado hasta una distancia de doscientas
en la técnica militar y el alcance de los millas. Ya nos hemos referido a las decla-
nuevos proyectiles. El motivo de fondo de raciones de Chile, Perú y Ecuador, tanto
toda discusión sobre áreas marítimas es unilaterales como a los acuerdos suscriptos
económico: la explotación de los recursos en Santiago (1952) y Lima (1954). En estos
naturales en la proximidad de las costas, últimos se proclama la soberanía y jursi-
pero más allá del clásico mar territorial de dicción exclusiva que a cada Estado corres-
tres millas. ponde sobre dichas zonas marítimas. Hemos
5. Zonas marítimas. El jurista argentino visto, también, que la Constitución de El

(84) Convención sobre la Plataforma continental, art. 29. (86) Suárez, José L,., "El mar territorial y las indus-
(85) Gidel, G. C., La. Plataforma continental ante el trias marítimas", en Diplomacia Universitaria Americana,
Derecho, Valladolid, 1951, págs. 30-32. Buenos Aires, 1918, págs. 161-2.
Salvador del año 1950, dispone en su artícu- ración de Santiago proclama la soberanía
lo 7*? que "el territorio de la República den- y jurisdicción exclusivas sobre el mar que
tro de sus actuales límites es irreductible; baña las costas de los respectivos países
comprende el mar adyacente hasta la dis- hasta una distancia mínima de doscientas
tancia de doscientas millas marinas, conta- millas marinas. Si bien no desconoce "las
das desde la línea de la más baja marea, y necesarias limitaciones al ejercicio de la
abarca el espacio aéreo, el subsuelo y el soberanía y jurisdicción establecidas por el
zócalo continental correspondiente. Lo pre- Derecho internacional, en favor del paso
visto en el inciso anterior no afecta la liber- inocente e inofensivo a través de las zonas
tad de navegación conforme los principios señaladas para naves de todas las naciones",
aceptados por el Derecho internacional". es evidente el propósito de las naciones
Vale decir, que por este documento político firmantes de excluir de las zonas indicadas
se considera la faja o zona marítima de toda explotación de sus riquezas que no sea
doscientas millas como pertenecientes al efectuada por nacionales o cuente con la
dominio del Estado, incluyéndose en dicho expresa autorización del Estado. Los inci-
dominio el espacio aéreo, el subsuelo y el dentes producidos en años más recientes
zócalo continental correspondiente ( 8 7 ). (secuestro de naves pesqueras del armador
Para justificar la declaración de Santia- Onassis por Perú y de barcos norteamerica-
go, los gobiernos que la suscriben sostienen nos por Ecuador) demuestran la intención
la obligación de asegurar a sus pueblos las de los gobiernos de esos tres países de hacer
necesarias condiciones de subsistencia, por respetar los derechos proclamados sobre las
lo que deben cuidar de la conservación y respectivas zonas marítimas de doscientas
protección de sus recursos naturales. Agre- millas (88).
gan que se hace necesario impedir una ex- Para determinar la condición jurídica de
plotación de esas riquezas en perjuicio de estas aguas debemos basarnos en los docu-
países que, por su posición geográfica, tie- mentos legislativos y en las declaraciones,
nen en sus mares fuentes insustituibles y resoluciones o principios aprobados por los
vitales de subsistencia. congresos especializados que se ocuparon
Esta extensión de jurisdicción a tanta del problema. Partiendo del principio de
distancia de la costa no cuenta con consen- que las aguas del mar, a diferencia del lecho
so universal y sí, por el contrario, con la y del subsuelo, no son susceptibles de apro-
decidida oposición de las naciones que ven piación, habría que sostener la imposibili-
imposibilitado el libre acceso de sus flotas dad del dominio efectivo del Estado ribereño
pesqueras a zonas de alta mar que anterior- sobre determinadas franjas de mar adya-
mente explotaban sin traba alguna. Existe, centes a sus costas. En cambio, cabe admitir
sin embargo, una doctrina favorable, espe- la extensión de la soberanía estatal sobre
cialmente de autores de origen americano. zonas marítimas adyacentes de mayor o
Por otra parte, los principios de la Declara- menor extensión, dando a la palabra sobe-
ción de Santiago sobre la materia han sido ranía el alcance que ya hemos señalado ( 8 0 ).
aceptados por la Resolución de San Pablo nalSerá obra futura del Derecho internacio-
lograr el sistema que contemple las
sobre Mar Territorial aprobado por el Se-
gundo Congreso Hispano-Luso-Americano necesidades
internacional
e intereses de la comunidad
así como las necesidades y el
de Derecho Internacional, a la que ya nos
hemos referido. Y por los Principios de to y en la formaEstado
interés de cada ribereño. Entre tan-
en que se encuentra esta-
Méjico aprobados por la Tercera Reunión
Interamericana de Jurisconsultos se reco- blecida, la zona marítima de doscientas
noce la insuficiencia del límite de tres millas millas se halla sometida a la soberanía del
y la competencia de cada Estado para fijar Estado VII.
costero.
El régimen de las bahías, golfos,
su mar territorial hasta límites razonables radas y puertos. Bahías históricas. El límite
"atendiendo a factores geográficos, geológi-
interno del mar
cos y biológicos, así como a las necesidades marítimas está constituido territorial o de las zonas
económicas de su población y a su seguridad la más baja marea. Ocurre,porsinla embargo, línea de
y defensa". Los mismos Principios recono- que esta norma general no puede aplicarse
cen que los Estados ribereños tienen el
derecho de adoptar, siguiendo principios en todos los casos porque las costas no son
de un trazado uniforme sino que se encuen-
científicos y técnicos, las medidas de con- tran cortadas por diversos accidentes. ¿Có-
servación y vigilancia necesarias para la
protección de los recursos vivos del mar mo medir el mar territorial en los tramos
en que se encuentran los mismos?
próximo a sus costas más allá del mar terri- Durante muchos años Inglaterra sostuvo
torial, no discriminando en contra de pes-
cadores extranjeros. En cambio, la Decla- (88) Sotare la misma determinación. Ver el más reciente
Decreto del Ministerio de Agricultura de Chile a que se
nace referencia en la nota 39.
(87) Supra, IV, n« 3. (89) Supra, VI, n° 1, y nota 83.
la doctrina de los promontorios, conforme por la costa y constituye algo más que una
a la cual consideraba aguas jurisdiccionales simple inflexión de la costa. La hendidura
todas las que quedaban comprendidas en- no se considerará, sin embargo, como una
tre la costa y líneas trazadas de promonto- bahía si su superficie no es igual o superior
rio a promontorio. De esa manera se abar- a la de un semicírculo que tenga por diáme-
caban enormes extensiones de mar y se in- tro la boca de dicha hendidura. Si la bahía
cluían los llamados mares próximos (narrow tiene más de una entrada, el semicírculo se
seas) dentro de la jurisdicción británica. trazará tomando como diámetro la suma
En virtud de los tratados suscriptos en 1882 de las líneas que cierran todas las entra-
con los países ribereños del Mar del Norte das" ( 9 ' ) .
y en 1888 con los Estados Unidos de Nor- Spota observa que las definiciones no dan
teamérica, Inglaterra abandonó la mencio- un criterio suficientemente preciso para dis-
nada doctrina y reconoció el límite de tres tinguir un golfo de una bahía. Restando
millas para el mar territorial. importancia a las denominaciones geográ-
Hemos visto que este sistema de líneas de ficas, dice que "lo que interesaría, en todo
base trazadas entre promontorios se man- caso, es determinar cuándo se está en pre-
tiene en algunos casos de costas muy acci- sencia de una entrada de mar que reúna
dentadas. las condiciones que el Derecho internacional
Entre dos salientes de la costa se produce fije o llegue, alguna vez, a fijar, a fin de que
una entrada o seno marítimo. Surge la ne- se considere como tal" ( n 2 ) .
cesidad de establecer si las aguas de estas La doctrina y la práctica internacional
escotaduras son o no aguas interiores en su han sentado el principio de que las bahías
totalidad. Ello es de suma importancia, por- y golfos se hallan plenamente sujetos a la
que las aguas interiores son del dominio soberanía del Estado en cuyo litoral se en-
pleno del Estado y porque a partir de su cuentran cuando todas sus márgenes per-
límite exterior comienza a medirse el ancho tenecen al mismo Estado y su entrada tiene
del mar territorial. una anchura determinada. La razón que se
En lo referente a los senos marítimos tuvo para establecer un ancho máximo se
existe poca claridad conceptual, ya que no, fundó, en una doctrina ya superada, en la
se dan acepciones coincidentes de las voces posibilidad de defender la entrada median-
golfo, ensenada y bahía. te el fuego cruzado de los cañones 93ubicados
Según el Diccionario de la lengua espa- en los extremos de la escotadura ( ).
ñola, golfo es una gran porción de mar que Las más recientes extensiones de sobera-
se interna en la tierra entre dos cabos; nía a las plataformas submarinas y aguas
bahía es una entrada del mar en la costa, epicontinentales así como sobre zonas ma-
de extensión considerable, que puede servir rítimas de doscientas millas, restan prácti-
de abrigo a las embarcaciones; y ensenada camente trascendencia al problema de los
son los recodos que forman senos, entrando senos marítimos con respecto a los países
el mar en la tierra. que han proclamado tales reivindicaciones.
Establecer la diferencia puede resultar de El artículo 2340, inciso 2<?, del Código civil
interés, sobre todo cuando se afirma, como argentino, considera bienes públicos del do-
lo hace Sánchez de Bustamante ( 9 0 ), que minio nacional o provincial: "los mares in-
los golfos forman parte del alta mar y no teriores, bahías, ensenadas, puertos y ancla-
de los territorios marítimos de los Estados, deros". Vale decir que la ley no hace ninguna
salvo en la zona inmediata a la costa, idén- distinción e incluye a todos los senos marí-
tica a cualquiera otra del mar libre. Por lo timos, cualquiera sea el ancho de la entrada,
que concluye sosteneindo que sólo debe ha- debiendo por lo tanto medirse el mar terri-
cerse referencia a las bahías, puertos, radas torial desde la línea que une los cabos
y abras. El mismo autor define la bahía extremos de la bahía, ensenada, puerto o
como "una sinuosidad natural de la costa, ancladero.
que forma una entrada en la que el mar En virtud del artículo 1<? del decreto del
penetra y que lo limita en esa entrada por 11 de setiembre de 1946, que declara perte-
lugares de tierra firme relativamente próxi- neciente a la soberanía nacional el mar
mos, sin que por eso resulte abrigado total- epicontinental, las aguas de los grandes gol-
mente de los vientos y de las marejadas". fos y bahías del litoral atlántico quedan
La Resolución XIII de la Tercera Reunión sujetos a la soberanía nacional en su tota-
del Consejo Interamericano de Jurisconsul- lidad, así como las riquezas que contienen.
tos define la bahía como "toda hendidura
bien determinada cuya penetración tierra (91) Prácticamente reproducido por el art. 79 de la
adentro en relación con la anchura de su Convención sobre Mar Territorial aprobada en 1958 por
boca es tal que contiene aguas cercadas la Conferencia sobre Derecho del Mar.
(92) Spota, op. cií., t. II, pág. 97, nota 154.
(93) Así lo sostiene Bonfils, quien considera que los
golfos pertenecen al Estado cuyas tierras los rodean, cuan-
(90) Sánchez de Bustamante, A., El mar territorial, do el ancho no exceda de 10 millas marinas. V. Coríc.
La Habana, 1930, pág. 180 y sigs. Díaz Císneros, op. y vol. cits., pág. 524.
Las mismas conclusiones cabe formular res- los fiords de Noruega y los firths de Es-
pecto de los puertos, abras y radas. cocia.
Los Estados tienen derecho de reglamen- El almirante Storni, en su proyecto pre-
tar la entrada, estada y salida de las naves sentado a la Conferencia de Buenos Aires
extranjeras en sus puertos y radas, pudien- de la International Law Association, estipu-
do abrirlos o cerrarlos en caso de necesi- laba en el artículo 7"?: "El Estado podrá
dad ( 9 4 ). Sin embargo, como resultado de comprender dentro de los límites del mar
la práctica internacional y los acuerdos, su territorial los estuarios, golfos, bahías o
uso está abierto a todas las banderas. Como partes del mar adyacente en las cuales un
lo destaca Sierra, importa a la prosperidad uso continuo y secular ha consagrado su
marítima del Estado que sus puertos sean jurisdicción o que, en el caso de que estos
frecuentados por el mayor número de na- precedentes no existan, serían de una nece-
vios (95). sidad ineluctable según el concepto del ar-
La libertad de uso de los puertos fue re- tículo 2?" (97).
comendada por la Conferencia de Tránsito Con respecto al Río de la Plata, sus aguas
y Comunicaciones de Barcelona (1921) y la se consideran históricas dentro de una línea
Conferencia de Genova de 1923. trazada entre los cataos San Antonio y Santa
La Convención sobre Mar Territorial y María, ubicados en nuestro país y Uruguay,
Zona Contigua aprobada por la Conferencia respectivamente.
de las Naciones Unidas sobre Derecho del VIII. Mares interiores. Se llama mar in-
Mar (Ginebra, 1958) dispone en su artícu- terior una vasta extensión de agua salada
lo 8"? que "a los efectos de la delimitación que penetra en forma profunda en el conti-
del mar territorial, las instalaciones per- nente, denominándose mar interior cerrado
manentes más adentradas en el mar que o enclavado si no tiene comunicación direc-
formen parte integrante del sistema por- ta o aparente con el océano; y mar interior
tuario se considerarán como parte de la abierto o no cerrado si por intermedio de
costa". El artículo 9? preceptúa que "las un estrecho o paso se comunica con el océa-
radas utilizadas normalmente para la car- no u otro mar que tenga aguas libres (° 8 ).
ga, descarga y fondeadero de buques, que A los primeros se los califica como mares
de otro modo estarían situados en todo o en interiores en sentido propiamente dicho, y
parte fuera del trazado general del límite a los segundos, en sentido lato, o sea mares
exterior del mar territorial, estarán com- abiertos ("). Por eso algunos autores hablan
prendidos en el mar territorial. El Estado de mares cerrados y mares interiores ( 10 °).
ribereño deberá delimitar claramente esas Entre los mares cerrados debemos citar
radas e indicarlas en los mapas, junto con el Mar Muerto, el Mar de Aral y el Caspio.
sus límites, a los cuales ha de dar publicidad Los dos primeros están totalmente encla-
en forma adecuada". vados en el territorio de un solo Estado O01)
Bahías históricas. Al votar como juez del en tanto que el Caspio se encuentra rodeado
Tribunal de Arbitraje de La Haya, en el por territorio de la Unión Soviética y el
laudo arbitral de 1910, en la cuestión entre IránO" 2 ).
Estados Unidos y Gran Bretaña sobre pes- Si el mar interior abierto tiene todas sus
querías del Atlántico Norte, Drago funda-
riberas, así como las del estrecho o paso
que lo comunica con el mar libre, dentro de
mentó su doctrina de las bahías históricas. las fronteras de un Estado, y el ancho de
Sostuvo que "cierta clase de bahías, que dicho paso no es mayor que el doble del mar
propiamente podrían llamarse bahías o es- territorial, se considera que ese mar es
tuarios históricos, como las bahías de Che- cerrado: tal es lo que ocurre con el Mar
sapeake y Delaware, en Norteamérica, y el Azov, comunicado por el estrecho de Kertch
grande estuario del Río de la Plata, en con el Mar Negro, y que los autores consi-
Sudamérica, forman una categoría distinta
y separada, y pertenecen, indudablemente, (97) Ver Storni, S. R., Mar territorial, Buenos Aires,
a los países ribereños, cualquiera sea la 1942, "Boletín del Centro Naval", t. 42, pág. 153 y sigs.
(G8) Sierra, op. cit., pág. 291.
anchura de su entrada y la distancia de su (99) Díaz Cisneros, op. y vol. cits., pág. 534.
penetración dentro de la tierra firme, cuan- (100) Ulloa, A., op. v vol. cita., págs. 600-1. Bonfils,
op cit., págs. 270-1, define el mar interior como una
do dichos países han afirmado su soberanía, vasta extensión de agua salada rodeada de tierra por
y determinadas circunstancias, como la con- todos lados, sin comunicación directa y aparente con el
océano; a diferencia del mar cerrado que comunica con
figuración geográfica, el uso inmemorial, y, el mar por un canal o estrecho. Contr. Kuiz Moreno, I.,
más que todo, la necesidad de su 9propia Lecciones de Derecho internacional publico, t. II, pág. 28;
defensa, justifican esa pretensión". ( G ). para él es mar interior el que, perteneciendo a uno o
varios Estados, se comunica con aguas libres (océano u
En la misma situación son considerados otro mar); y es cerrado el que no tiene tal comunicación.
(101) El Mar Muerto se encuentra totalmente en terri-
torio de Palestina y el Mar de Aral en territorio de la
Unión Soviética.
(94) Díaz Cisneros, op. y val. cits., pág. 526. (102) El dominio del Mar Caspio fue asignado a Rusia
(95) Sierra, op. cít., pág. 235-6. por tratados del siglo xrx. Pero por Tratado de 1921, Rusia
(96) Díaz Cisneros, op. y vol. cits., pág. 525. reconoció a Persia igualdad para la navegación.
deran como formando parte del territorio el carácter de Estado ribereño, lo que abrió
ruso. las puertas del Mar Negro para las marinas
El Mar Blanco, en cambio, aunque rodeado mercantes de Francia, Austria, Inglaterra y
por territorio ruso en todas sus márgenes, Rusia, aunque continuaron cerradas para
no ha sido admitido en la misma condición, las naves de guerra.
no obstante las pretensiones rusas, ya que su En 1841 se suscribió en Londres la Con-
paso al mar libre (Ártico) tiene treinta y vención de los Estrechos que estableció los
cinco millas. Sin embargo, todas las elabo- mismos principios. El Tratado de París
raciones doctrinarias previas pueden variar de 1850 neutralizó las aguas del Mar Negro,
con los nuevos conceptos de plataforma sub- para las naves de guerra de todas las ban-
marina y zonas marítimas adyacentes. deras, incluyendo en la prohibición las de
Mar de Behring. A principios del siglo xix Turquía y Rusia. Pero este último país, al
Rusia era dueña de las riberas americanas producirse la guerra franco-prusiana de
y asiáticas del mar de Behring, ya que le 1870, denunció dicho tratado. Las potencias
pertenecía el actual territorio de Alaska. De interesadas se reunieron en Londres en 1871
ahí la pretensión rusa de considerarlo suje- y firmaron un nuevo acuerdo, que reconocía
to exclusivamente a su jurisdicción. Enfren- la soberanía de Rusia y su derecho a man-
tada con los intereses pesqueros de Gran tener una fuerza naval en el Mar Negro.
Bretaña y de los Estados Unidos, esa pre- Turquía se reservó el derecho de abrir los
tensión no pudo prosperar, manteniéndose estrechos a las naves de guerra de otros
la libertad de pesca en sus aguas. Pero a su países que pudieran garantizar su indepen-
vez los Estados Unidos, luego de adquirir dencia.
Alaska y fundándose en la necesidad de Este estado de cosas se mantuvo hasta la
conservar y proteger las focas, alegó dere- Primera Guerra Mundial. Por el Tratado de
chos exclusivos sobre esas aguas. Una sen- Sévres, que se firmó en 1920 y puso fin al
tencia arbitral del año 1893 negó tales estado de guerra entre las potencias aliadas
derechos, estableciéndose en cambio algunas y Turquía, se creó una comisión interna-
normas destinadas a asegurar la perpetua- cional que por delegación del gobierno turco
ción de las especies. asumía el control de los estrechos y de las
Mar Báltico. Este mar se encuentra ro- aguas territoriales de las desembocaduras.
deado por los territorios de varios países: El Tratado de Sévres encontró muchas
Suecia, Finlandia, la Unión Soviética (Es- resistencias en su aplicación, sobre todo por
tonia, Letonia y Lituania), Polonia, Alema- la decidida oposición de la Asamblea y del
nia y Dinamarca. Comunica con el Mar del ejército de Turquía. El régimen fue modifi-
Norte por los estrechos del Sund, entre cado por la Convención de Lausana suscrip-
Dinamarca y Suecia, y el Grande y Pequeño ta en 1923 por Inglaterra, Francia, Italia,
Belt, en territorio danés. Los Estados ribe- Japón, Bulgaria, Grecia, Yugoslavia, Ru-
reños pretendieron dominio exclusivo y tan- mania, Rusia y Turquía.
to Suecia como Dinamarca han intentado La Convención de Lausana establecía la
cerrar sus aguas a las naves beligerantes libertad de paso y de navegación por los
en tiempos de guerra. Todo ello pertenece estrechos y el Mar de Mármara, tanto por
al pasado, ya que hoy se lo considera como mar como por aire. Las naves mercantes
mar libre, salvo las áreas de aguas terri- disfrutaban de ese derecho en tiempos de
toriales de cada Estado. paz, y aun en tiempos de guerra, siendo
Mar Negro. Siendo un mar interior abier- Turquía neutral. En caso de no serlo, se
to, ofrece algunas características especia- mantenía el derecho de paso para los países
les: a) se encuentra rodeado por varios neutrales, aunque Turquía se reservaba el
países (Rusia al Norte y al Este; Turquía derecho de visita. Para los buques de guerra
al Sur; Bulgaria y Rumania al Oeste); b) el se disponía que ninguna potencia podía en-
paso de comunicación con el Mar Mediterrá- viar al Mar Negro fuerzas superiores a la
neo está formado por los estrechos de Bos- flota más fuerte de los Estados ribereños.
foro y Dardanelos y el pequeño Mar de Para los submarinos se imponía la obliga-
Mármara, y desde que los turcos conquis- ción de navegar en la superficie.
taron Constantinopla en 1453, han dominado A pedido de Turquía se realizó una nueva
esos pasos; c) el Danubio, vía internacional, Conferencia en 1936, en Montreaux, con el
vuelca sus aguas en el Mar Negro, lo que lo fin de revisar el régimen de los estrechos.
transforma en paso obligado hacia el Me- Por la nueva Convención de Montreaux, se
diterráneo. reconoce y afirma la libertad de tránsito y
Durante mucho tiempo la política de de navegación, así como la libertad de paso
Turquía consistió en cerrar el Mar Negro y navegación para los buques de todas las
y usarlo exclusivamente. Recién en el si- banderas y cualquiera sea su cargamento,
glo xvín Catalina II obtuvo para Rusia el siendo la única formalidad permitida la ins-
derecho de navegar en sus aguas. Los tra- pección sanitaria que debe realizarse con la
tados de Kamardji, de 1774, dieron a Rusia mayor rapidez. Estas condiciones se man-
tienen aun en caso de guerra en que Tur- Los estrechos de Sund y Belt, que unen
quía no sea beligerante. En caso de guerra el Báltico con el Mar del Norte, fueron libe-
en que Turquía participe, la libertad de rados para la navegación por la Convención
paso subsiste para los buques de países neu- de Copenhague de 1857.
trales, siempre que no ayuden al enemigo, La Convención de Montreaux de 1936 rige
que entren durante el día en los estrechos para los estrechos de Bosforo y Dardanelos,
y sigan la ruta indicada por las autoridades de cuyo régimen ya nos hemos ocupado ( 104 j.
turcas. El estrecho de Gibraltar fue neutralizado
Para los navios de guerra se limita el en 1904, en virtud del Tratado suscripto en-
tonelaje y se establecen normas para el paso, tre Francia e Inglaterra, al que adhirió pos-
limitándose asimismo el tiempo de perma- teriormente España.
nencia. El estrecho de Magallanes fue declarado
Por la Convención de Montreaux se trans- de Ubre navegación y neutralizado a perpe- ,
fieren al gobierno turco las atribuciones que tuidad por el Tratado del 23 de julio de 1881 i
tenía la comisión internacional creada por entre Chile y la República Argentina.
la Convención de Lausana, a la vez que se Diferente en algunos aspectos al de ios
permite a Turquía militarizar la zona de los estrechos es el problema relacionado con
estrechos. Esta situación ha sido cuestiona- los canales marítimos artificiales, o sea las
da por la Unión Soviética a partir de 1945, vías de comunicación entre dos mares cons-
pretendiendo que se debe acordar la defensa truidas por el hombre a través del territorio ,
conjunta de los estrechos por Rusia y Tur- de un Estado. En todos ellos rige la libertad j
quía. La propuesta soviética se ha enfren- de navegación, como consecuencia de la
tado con la firme oposición de Estados Uni- solidaridad y la interdependencia comercial
dos y Gran Bretaña. Turquía ha recibido entre los pueblos. Su condición jurídica es,
importante ayuda militar y técnica de los sin embargo, diferente. Todo canal maríti-
Estados Unidos y se encuentra sólidamente mo, por el solo hecho de construirse en el
ligada a la política de Occidente y a sus territorio de un Estado, integra su dominio
planes militares. y está sometido totalmente a su soberanía.
IX. Canales y estrechos marítimos. Los El Canal de Panamá, que une el Atlántico
estrechos son pasos naturales que comuni- con el Pacífico a través del territorio pana-
can dos mares entre sí. meño, pertenece a los Estados Unidos por
Cuando la distancia entre las dos riberas concesión del gobierno de Panamá.
es superior a la extensión del mar territorial El Canal de Suez, que vincula el Medi-
de cada una de ellas, el caso no ofrece terráneo con el Océano índico a través del
complicaciones. La porción que pertenece a Mar Rojo, se encuentra en territorio egip-
las aguas territoriales está sujeta al régimen cio. Tras enfrentar a Inglaterra y Francia
de éstas, el resto al régimen de alta mar. con apoyo de la Unión Soviética, Egipto
Señala Sierra que si las dos riberas de los recuperó para la soberanía de ese país el
estrechos que unen un mar cerrado con un mencionado canal. El gobierno egipcio no
mar abierto pertenecen a un mismo Estado respetó la libertad de paso para todas lasv
en cuyo territorio se encuentra enclavado el banderas al discriminar contra los buques
mar cerrado, los estrechos forman parte del de Israel.
territorio marítimo del mismo. Agrega que X. Conclusiones. De todo lo que hasta
el problema varía si la anchura del estrecho aquí se lleva expuesto surge un hecho evi-
no es suficiente para que una parte de sus dente: en ningún caso se discute la libertad
aguas quede fuera de las aguas territoriales. de navegación, el derecho de paso inocente
Si las dos riberas pertenecen al mismo Es- para los buques de cualquier bandera por
tado, el estrecho en su totalidad forma par- las aguas que se considera sometidas a la
te de su mar territorial. Si las riberas per- soberanía de un Estado, sea por acuerdo
tenecen a Estados diferentes y la anchura internacional, sea por la voluntad unilateral
del estrecho es inferior al doble del mar de ese Estado.
territorial, la jurisdicción territorial de cada Ello significa que, en la larga lucha por la
Estado llegará hasta la línea media del es- libertad de los mares, se ha consagrado
trecho (i*»). definitivamente uno de los objetivos fun-
Es hoy un principio universalmente admi- damentales de la misma: la libre navega-
tido el de la libertad de navegación a través ción de todos los mares por buques de todas
de los estrechos que constituyen vías de las naciones, aun de aquellas que no poseen
comunicación internacional. En cambio, en litoral marítimo. Justamente lo que propug-
relación con la pesca, los derechos de los naba Francisco de Vitoria en el siglo xvi
Estados ribereños son incuestionables hasta cuando fundaba su doctrina en el jus com-
donde alcanzan sus respectivos mares terri- municationis, es decir, el derecho de todos
toriales.
(103) Sierra, op. cit., pág. 295. (104) Supra, cap. VIII.
los pueblos de comunicarse para comer- ralmente por razones geográficas de la con-
ciar (i°5). figuración de sus costas, surgió la tendencia
En la actualidad la intercomunicación co- de no agravar esas dificultades y a suscribir
mercial es tan variada, intensa y necesaria, algunos convenios internacionales entre los
que ya nadie podría cuestionar la libertad Estados reglonalmente interesados. Mas en
de navegación, del mismo modo que no se esos conflictos, dentro de cierto tipo, apa-
cuestiona la libertad de establecer redes de reció la tendencia dominical del Estado
comunicaciones a través de los mares, que costanero a ejercer una jurisdicción lo más
permite el tendido de cables submarinos, su extensa posible, sobre lo que consideraba
conservación y protección. como adyacente a su propio territorio, y,
Frente a los principios consagrados por el por consiguiente, como correspondiente a
Derecho internacional ¿significan un retro- su riqueza y a sus posibilidades comerciales
ceso las reivindicaciones estatales de más e industriales" ( 1 0 6 ).
extensas áreas de soberanía sotare los mares Debe reconocerse como cierto que el ob-
adyacentes? Si como ha sido reconocido por jetivo principal de la lucha doctrinaria y
la doctrina, el mar no es susceptible de política por el mar libre ha sido la libertad
apropiación y es una res communis usus, de navegación, por lo que podría afirmarse
¿cómo justificar la creación de verdaderas que las declaraciones estatales extensivas
fronteras sobre el mar, a distancias consi- de soberanía, al dejar a salvo el régimen
derables de las costas? de libre navegación, no afectan el principio
consagrado por el Derecho internacional.
Sostiene Ulloa que al aceptarse de un Pero también es cierto que al establecerse
modo general el principio de la libertad de la libertad del alta mar quedó implícita-
los mares en tiempo de paz, el problema mente reconocida la libertad de pesca y ca-
consistía en saber hasta dónde eran libres, za en sus aguas para todos los países. Esto
o sea que la cuestión llevaba en sí misma trajo como consecuencia que las naves pes-
su propia limitación. Agrega que las limi- queras de cualquier Estado pudiesen pes-
taciones de un concepto corresponden a la car en las aguas adyacentes de otro Estado
mentalidad jurídica y a las necesidades hu- siempre que respetasen los límites del mar
manas de una época. Partiendo de estos territorial. Cuanto menor fuera éste, tanto
preconceptos afirma que en un tiempo se más beneficioso resultaba el hecho para los
podía discutir la mayor o menor extensión barcos pesqueros, ya que algunas de las es-
de la libertad de los mares en época de pecies más codiciadas forman sus bancos
guerra, los alcances de ciertos actos domi- en las proximidades de las costas. Es así
nicales que el Estado ribereño podía ejercer que las flotillas de los países técnicamente
en el mar territorial y la importancia del más desarrollados y con mayores recursos
ejercicio de ciertos actos jurisdiccionales. para la explotación de esa riqueza se apro-
Sin embargo, aparece después el problema ximaron a diversas riberas en todos los ma-
de la pesca. Es una consecuencia del con- res en busca de sus bancos de peces.
cepto de libertad de los mares, ya que sien- Como lo señala el autor antes mencio-
do éstos libres, todos podían aprovechar de nado, es un hecho comprobado que las es-
su riqueza. Pero "conforme el modesto oficio pecies sometidas a una explotación intensa
de pescar, que en el curso de las civilizacio- y sin un programa de conservación, o se
nes y en la vida de los Estados ha comen- agotan o emigran, por lo que surge la ne-
zado en todas partes por ser una actividad cesidad de medidas 107 protectoras por parte
de un grupo de hombres en puntos deter- del Estado ribereño ( ). Son coincidentes
minados que se alejaban más o menos de las declaraciones del representante de Is-
sus costas, según sus pobres medios se lo landia en la Asamblea General de las Na-
permitían, se fue convirtiendo en una ciones Unidas, quien destaca la enorme di-
industria con fines mercantiles; confor- ferencia que existe entre considerar las ru-
me se fue desenvolviendo la codicia de tas marítimas como vías de comunicación
una riqueza que podía ser valorizada des- entre los pueblos de la comunidad inter-
de ese mismo punto de vista comercial o nacional y la doctrina que trata de defen-
mercantil, surgieron dos fenómenos: la pes- der los recursos naturales del mar adya-
quería distante, es decir, las expediciones cente a las costas de los Estados, donde el
para ir a pescar en otros mares; y, además, hombre trata de buscar nuevos medios de
los conflictos derivados unas veces de la subsistencia para la población inmediata.
jurisdicción y otras veces de las relaciones Recuerda que no puede desconocerse que
entre los mismos pescadores. Como este tipo la historia de la civilización trae ejemplos
de conflictos era también restringido a elocuentes de la formación de núcleos hu-
determinadas zonas y sólo interesaban a al- manos alrededor de grandes ríos, lagos o
gunos Estados, a los Estados vecinos gene-
(106) Ulloa, op. y val. cits., págs. 558-6'
(105) Ver en Omeba la voz MAR LIBRE. (107) Loe. cit.
mares propicios para el desarrollo y pro- significado jurídico y político. Dado que la
tección de sus respectivos habitantes pró- costumbre —una de las fuentes principa-
ximos. El interés vital, en el caso de Is- les del Derecho internacional— se forma
landia y otros países del mundo, ha dado por la repetición de ciertos actos indivi-
origen a la necesaria e ineludible protec- duales de cada Estado, creando el Derecho
ción de zonas marítimas más allá de la dis- internacional consuetudinario, nos encon-
tancia dudosamente tradicional de las tres tramos en presencia de la creación de una
millas, la que ha caído en desuetud. De es- nueva norma que enriquece considerable-
ta manera la pesca ha venido a considerar- mente el Derecho internacional america-
se como parte de los bienes inmediatos de no (n°).
los Estados costeros, como pueden serlo el En forma coincidente, opina López Villa-
petróleo, los minerales en general, etcé- mil que "el nuevo Derecho internacional
tera (ios). , marítimo, producto de la voluntad de va-
La creación de una zona de mar paralela rios Estados de América y muchos otros
a la costa sometida a la soberanía del Es- Estados fuera de aquel continente, se en-
tado ribireño respondió históricamente a camina a la protección de los recursos del
dos finalidades principales: mar, tanto de los espacios acuáticos como
a) Una finalidad defensiva, razón por la del subsuelo de la zona costanera". Agre-
cual se adoptó la distancia de tres millas ga que estas nuevas normas, fundadas en
marítimas, teniendo en cuenta el alcance razones jurídicas innegables (accesión o
de los cañones desde la ribera. El tiempo, vecindad geográfica), cuentan con la vo-
sin embargo, no ha transcurrido en vano y luntad recíproca de varios Estados, mani-
la técnica se ha perfeccionado a tal punto fiesta en declaraciones unilaterales y co-
que hoy los proyectiles pueden cruzar todos lectivas, así como en reuniones específicas.
los océanos, por lo que la finalidad apun- Y que dichas nuevas normas corresponden
tada pierde su anterior importancia. a la categoría de una costumbre interna-
b) Una finalidad policial, de vigilancia, cional en formación, con plena convicción
que permite al Estado ribereño perseguir y de hacerlas exigibles de parte de los Es-
reprimir las infracciones a sus leyes adua- tados que ven en ellas un medio de de-
neras, fiscales, sanitarias o penales. Para fensa de sus derechos naturales inmedia-
cumplir esta segunda finalidad no es me- tos ("i).
nester que el mar territorial tenga exten- El mismo autor señala que la delimita-
siones extraordinarias. Ni creemos necesa- ción de los espacios marítimos viene a ser '
rio mantener la división entre mar terri- un concepto a priori y que es tan aprio-
torial y zona contigua. Bastaría convenir, rística la regla de las tres millas como
por acuerdo internacional, una zona única cualquiera otra. De modo que no interesa :,
de mar territorial de anchura suficiente tanto, como fundamento jurídico, la deli- '
como para permitir a cada Estado ribereño nutación en sí, sino las razones legítimas
una adecuada vigilancia de sus costas. para establecer si existen o no derechos de
En los últimos años aparece en el Dere- parte de los Estados para la protección y j
cho internacional, en relación con los ma- defensa de los intereses inmediatos a sus ••
res adyacentes, una nueva finalidad: la costas ( i i 2 ) .
defensa o la reserva de las riquezas con- El valor de la costumbre como fuente del
tenidas en los mismos. En base a dicho Derecho internacional es indiscutible. En
fundamento se dictan las proclamaciones tal sentido sostiene Del Vecchio que no pue-
del presidente Truman en 1945, a las que de aceptarse la doctrina según la cual las
siguen las declaraciones de los gobiernos normas reguladoras de las relaciones inter-
latinoamericanos reinvidicatorias de sus nacionales se fundan exclusivamente so-
plataformas continentales, aguas supra- bre la voluntad de los Estados adheridos a
yacentes y zonas marítimas de doscientas las mismas. Ello significaría que en el De-
millas, así como de las riquezas naturales recho internacional sólo habría normas po-
contenidas en el suelo, en el subsuelo y en sitivas y carecerían de validez o tendrían
las aguas de las mismas. Ejemplo que es escasa importancia y aplicación las normas
seguido inmediatamente por otros Estados, consuetudinarias. Por el contrario, esas_
como ya se ha visto ( 109 ). normas son fuente constante de vincula-i
Se ha creado de este modo un firme pre- clones jurídicas entre los Estados y llevan*
cedente en el Derecho internacional, y, co- en sí la dinámica de las constantes trans-
mo afirma Yepes, la suma de declaraciones formaciones, tanto de la costumbre comOj
unilaterales, coincidentes en lo sustancial, de los acuerdos entre los Estados ( 113 ).
constituye una actitud colectiva de hondo
(110) Yepes, J. M., La plataforma continental subíno-i
riña, Bogotá, 1955, págs. 34-5.
(108) Nota de la representación de Islandia a la Asam- (111) López Villamil, op. cit., pégs. 37-8.
blea General. Documentos oficiales n<> 9.A-2934. X Perío- (112) L-ópez Villamil, op. cit., págs. 111-12.
do de Sesiones. (113) Del Vecchio, G.. Filosofía del Derecho, t. I,
(109) Supra, cap. IV. cap. XVIII.
En el caso de las declaraciones de los prerrogativas a los Estados ribereños para
Estados americanos, se trata de un prece- reglamentar la pesca en zonas de alta mar
dente que ha sido reconocido por reunio- adyacentes a su mar territorial, aunque todo
nes especializadas en la materia. ello sujeto a eventuales negociaciones con
La III Reunión del Consejo Interameri- otros Estados interesados y a posteriores
cano de Jurisconsultos, realizada en Méji- arbitrajes en casos de desacuerdo ( 1 1 5 ).
co en 1956, reconoció la insuficiencia de la 2. Existe, pues, un consenso universal en
extensión de tres millas y declaró que la cuanto al reconocimiento de los derechos
misma no constituye una norma de Dere- del Estado ribereño sobre su plataforma
cho internacional, pudiendo cada Estado continental. La misma delegación perma-
fijar su mar territorial hasta límites ra- nente del Reino Unido ante las Naciones
zonables, atendiendo a factores geográficos, Unidas, que formuló observaciones al pro-
geológicos y biológicos, así como a las ne- yecto de la Comisión de Derecho Interna-
cesidades económicas de su población. Con cional y se opuso a toda ampliación del
los mismos fundamentos se estableció que mar territorial, aceptó que el Estado ribe-
los derechos del Estado ribereño se extien- reño ejerza soberanía sobre la plataforma
den a los recursos naturales que se encuen- continental, a los efectos de la exploración
tran en la plataforma continental y a to- y explotación de los recursos naturales. Pe-
das las especies marinas, animales y vege- ro tanto Gran Bretaña como otros países
tales, que viven en constante relación física se han opuesto a la extensión de la sobe-
y biológica con la plataforma. Aún más allá ranía estatal sobre las aguas epicontinen-
del mar territorial, los Principios de Méji- tales o sobre zonas marítimas adyacentes
co establecieron el derecho de los Estados al mar territorial, sosteniendo la necesidad
ribereños de adoptar, siguiendo principios de que las cuestiones relativas a pesquerías
científicos y técnicos, las medidas de con- en alta mar se resuelvan mediante el acuer-
servación y vigilancia necesarias para la do internacional.
protección de los recursos vivos del mar. Es evidente que los intereses encontra-
Y si bien se mantuvo la condición de no dos son importantes y que los mismos cons-
discriminar contra pescadores extranjeros, tituyen gran parte del problema. Los Es-
se reconoció el derecho a la explotación ex- tados que más se oponen a cualquier am-
clusiva de las especies vinculadas a la cos- pliación del mar territorial, cualquiera sea
ta, a la vida del país o a las necesidades la fórmula empleada, son precisamente
de la población costera. aquellos en que mayor desarrollo han ad-
La Resolución de San Pablo aprobada por quirido la explotación y la industria pes-
el II Congreso Hispano-Luso-Americano de queras, y que por su potencialidad marítima
Derecho reconoció asimismo el dominio del se encuentran en condiciones de realizar ex-
Estado ribereño sobre la plataforma con- pediciones de pesca en mares distantes. Por
tinental y su facultad de reglamentar y el contrario, la reacción proviene de los
fiscalizar la pesca y la caza en las aguas Estados que consideran en peligro la ri-
epicontinentales, a fin de evitar el exter- queza pesquera de los mares adyacentes a
minio de las especies. En cuanto a los Es- sus costas, por la descontrolada explotación
tados que carecen de plataforma, dispuso que realizan pescadores extranjeros.
que los mismos, con la finalidad de prote- Si las reivindicaciones sobre el zócalo
ger los recursos naturales contra su exter- continental están principalmente vincula-
minio, tienen el derecho de reglamentar y das con las riquezas minerales allí conte-
fiscalizar la pesca y la caza que se realicen nidas, las relativas a los mares epiconti-
en las zonas de alta mar adyacentes a su nentales y zonas marítimas adyacentes se
mar territorial hasta el límite de doscien- vinculan con la necesidad de proteger y con-
tas millas marítimas. Esto aun en el caso servar los recursos vivos, animales y vege-
de que sus habitantes no practiquen tales tales, que en las mismas se encuentran.
actividades. La pesca adquiere día a día una mayor
Fuera del ámbito americano se encuen- importancia. Se ha dicho con razón que el
tra el precedente de las convenciones apro- mar puede cubrir las necesidades de pro-
badas por la Conferencia sobre el Derecho teínas de todo el mundo a muy bajo costo.
del Mar, reunida en Ginebra en 1958, por Las industrias relacionadas con la pesca se
iniciativa de las Naciones Unidas. Allí se perfeccionan continuamente y demandan
estableció el Derecho de soberanía del Es- una explotación más intensiva de dicha ac-
tado ribereño sobre su plataforma conti- tividad en todos los mares.
nental a los efectos de su exploración y
de la1 1 explotación de sus recursos natura-
les ( 4 ). También se reconocieron ciertas los que en el período de explotación están inmóviles en
el lecho del mar o en su subsuelo, o sólo pueden moverse
en constante contacto físico con dicho lecho o subsuelo
(Convención sobre Plataforma continental, art. 2?).
(114) Son recursos naturales los minerales y los orga- (115) Convención sobre Pesca y conservación de lea
nismos vivos pertenecientes a especies sedentarias, o sea recursos vivos de la alta mar.
Por otra parte, los estudios realizados en boles cuyas raíces se encuentran en su he-
diversos países han permitido comprobar redad, deba perecer de hambre y no bene-
que las reservas de peces y otras especies ficiarse de esos frutos, en espera de que una
que viven en el mar no son inagotables. Se caravana distante e irresponsable, contra
ha demostrado que las mismas disminuyen la naturaleza, contra los intereses humanos,
si se las somete a una explotación intensiva contra el legítimo beneficio de los vecinos,
e irracional, por lo que no se discute ya la de los cercanos, de los dueños naturales,
necesidad de adoptar medidas de conser- venga para completar su mesa y el lucro
vación adecuadas. Ya ha sido señalado de los que tienen otros medios de vida muy
que las disposiciones protectoras adoptadas diferentes y muy superiores a los nues-
oportunamente por Islandia han permitido tros" ( U S ) .
la repoblación de bancos de peces que se Se podrá decir, no obstante, que estas ex-
iban agotando en forma alarmante. tensiones de soberanía sobre las aguas epi-
Otros estudios efectuados han comproba- continentales y sobre zonas marítimas de
do que los bancos de peces están íntima- doscientas millas constituyen un mal pre-
mente vinculados, por razones geográficas, cedente contra el principio consagrado de
climatéricas y biológicas, a las costas en la libertad de pesca en alta mar. Y que de
cuyas cercanías se desarrollan. Es así que, la misma manera, por actos unilaterales o
con respecto al Pacífico Sur, señala Ulloa de grupos de países, podrían producirse en
que las corrientes marítimas y la tempera- el futuro nuevos avances sobre las aguas
tura de las aguas, en las que influye la ve- libres. La respuesta es sencilla: no se trata
cindad de la cordillera de los Andes, han de limitar arbitrariamente el mar libre ex-
creado condiciones especiales para el des- tendiendo las zonas de aguas jurisdicciona-
arrollo de una riqueza pesquera óptima, les. Se trata, en cambio, de proteger las es-
producto del medio geobiológico que la ro- pecies cuya vida está íntimamente ligada a
dea y que la ha creado, como lo es el hom- la costa vecina, tanto en el aspecto bioló-
bre mismo que habita la costa vecina ( 1 1 B ) . gico como en el económico. Y la protección
3. Creemos, por nuestra parte, que todas no va ni puede ir más allá del área donde
las medidas adoptadas por los Estados ribe- las especies protegidas cumplen su ciclo de
reños no constituyen ataques a la libertad desarrollo. Más aún, muchas de las espe-
de los mares. Los principios de libertad de cies que se reproducen y desarrollan en
navegación, de comunicaciones y de vuelo zonas vecinas a las costas, y por lo tanto
han sido expresamente respetados. protegidas, se alejan luego hacia aguas más
¿En qué consiste, entonces, la lesión al distantes y donde la pesca no tiene restric-
Derecho internacional? Si se admite que el ciones.
Estado ribereño pueda ejercer soberanía so- En lo que se refiere a las declaraciones
bre su plataforma continental, a los efectos y actos legislativos de los países america-
de explorar y explotar sus riquezas natu- nos, cabe otra reflexión más. En momentos
rales; si se admite, como lo ha hecho la en que las economías particulares de los
Conferencia de Ginebra sotare Derecho del Estados pierden su anterior individualidad
Mar, que los derechos del Estado ribereño y se integran en economías regionales de
son exclusivos, así como independientes de fuerte gravitación (Mercado Común Eu-
toda ocupación real o ficticia, mantenién- ropeo, Comecón, Asociación Latinoamerica-
dose aun cuando no explore o explote los na de Libre Comercio), nos encontramos en
recursos naturales de la plataforma ( I 1 7 ) , presencia de verdaderas fuerzas continen-!
¿por qué razón no puede el Estado ribereño tales que crean nuevos y diversos proble-
tener los mismos derechos sobre los recur- mas en el comercio internacional. Los paí-
sos contenidos en las aguas y que por razo- ses menos desarrollados de América sufren,
nes geográficas, biológicas y económicas se ya las consecuencias de la disminución de j
encuentran íntimamente vinculados con di- numerosas exportaciones que tradicional- j
cho Estado? Ulloa expresa la idea brillan- mente realizaban hacia Europa y que ano- j
temente cuando dice que "negar a esos hom- ra deben buscar otros mercados. ¿Cómo 1
bres el derecho preferencial a la riqueza justificar, entonces, que las riquezas conté-j
que se encuentra al alcance de sus manos, nidas en las aguas adyacente de esta uni-|
de aprovecharla en su condición de seres dad geográfica que es América, y que pro-j
humanos... es decir, de su condición de su- cura ser una unidad económica, sean ex-,
jetos fundamentales del Derecho interna- plotadas por los particulares de otros paíse
cional; negar a esos hombres tales dere- allende el mar? No tratamos con ello def
chos o tales preferencias, equivaldría a pre-
tender que el ser humano, sobre cuya ca- (118) Discurso pronunciado en la Comisión I de
Tercera Reunión del Consejo Interamericano de Juri
beza se ofrecen los frutos ubérrimos de ár- consultos (México, 195S), por el citado tratadista en
carácter de representante del Perú. (Actas y documento
Mar territorial y cuestiones afines. Publicación del
(116) Ulloa, op. y vol. cits., págs. 570-1. partamento Jurídico de la Unión Panamericana, Wa¡
(117) Convención sobre Plataforma continental, art. 29. ingston, 1956.)
plantear el problema en términos de un Marca hispánica fueron reguladas por las
excesivo regionalismo. Creemos que la in- Capitulares de los reyes francos.
terdependencia y la solidaridad entre los Entre las marcas principales pueden se-
pueblos es hoy más necesaria que nunca. ñalarse las del Norte, la de Lusace, la de
Pero consideramos que por el momento, y Thuringia, la de Verona, la de Aquilea, la
hasta tanto la humanidad encuentre otras francesa o limosina, la de Brandeburgo y
formas, universalmente aceptadas, para re- la de Ancona. Todas ellas tuvieron su exis-
solver el problema, las medidas adoptadas tencia en los siglos medios. (M. O. y F.)
por los países americanos tienen plena jus-
tificación. (V. DOMINIO MARÍTIMO. LEY DEL MARCAS DE COMERCIO O DE FÁBRI-
PABELLÓN.) CA (EN DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO) . *
BIBLIOGHA™. — La citada en el texto y notas.
I. Concepto. El vocablo, tomado en sim-
MARCA (DERECHO POLÍTICO) . La primera ple particularidad de "marca", significa en
acepción de esta palabra que contiene el la gramática castellana (entre otros con-
Diccionario de la Academia es la de "pro- ceptos generales) "acción de marcar. Señal
vincia, distrito fronterizo", y señala como hecha en una persona, animal o cosa para
ejemplo la Marca de Ancona y la Marca distinguirla de otra o denotar calidad. Dis-
de Brandeburgo. Hinojosa, en su obra El tintivo que el fabricante pone a sus pro-
régimen señorial y la cuestión agraria en ductos" i 1 ). Tal sentido coincide, en líneas
Cataluña durante la Edad Media (Madrid, fundamentales, con el concepto jurídico que
1905), dice que la marca o limes son "los al vocablo asignamos: "señal o distintivo
nombres que se daban a los territorios con- que ponen los comerciantes o industriales,
quistados en la proximidad de las antiguas e igualmente los agricultores, a sus produc-
fronteras del imperio", y constituían "una tos para identificar la procedencia de los
circunscripción política y militar, goberna- mismos y diferenciarlos de otros otros" ( 2 ).
da por un funcionario de categoría supe- Dijimos en líneas fundamentales, pues la
rior a los condes de los otros distritos, con consideración del instituto nos lleva a ubi-
título de comes marcaes o comes et marchio". carlo en el Derecho internacional privado.
Entre esas marcas es de señalar la "Mar- De ahí entonces, y acorde con la doctrina
ca hispánica", que fue una prolongación más reciente, que ella involucre por sí "ga-
de los dominios de Carlomagno hacia la rantía de calidad" en el producto que la
península Ibérica, y que comprendía toda ostenta y, como tal, sea inherente al mis-
la parte de España situada entre el Pirineo mo ( 3 ). Más que fijar el origen de éste en
y el río Ebro. De ella dice el precitado Hi- su relación meramente local, por su exten-
nojosa que no se fundó en el año 795, como
se había creído, error que derivó de la cir- sión y difusión en el ámbito espacial —dada
cunstancia de que entonces Ludovico Pío la rapidez y monto del intercambio inter-
pobló y fortificó a Vich, Cardona y Case- nacional— al cubrir las distintas soberanías
rías, sino entre los años 785 y 792. "En el legislativas en cuyo contacto está la razón
año 797 —sigue diciendo Hinojosa—, el go- de ser de nuestro Derecho ( ' ) , la marca es
bernador de Barcelona, Zeid, se presentó en el símbolo que identifica en la universali-
Aquisgrán a Carlomagno, ofreciéndole en- dad del mercado la cualidad y circunstan-
tregar la ciudad a los francos, los cuales, cias diferenciales de las distintas mercan-
después de varias tentativas para hacerse cías que a él convergen en pendular mo-
dueños de ella, lo consiguieron en 801. Co- vimiento de oferta y demanda* 5 ). Como
mo centro de una red de importantes vías destacan los especialistas contemporáneos,
que la unían con las otras regiones y por es "el pabellón de la mercadería con los
su privilegiada situación geográfica, vino a atributos y garantías que como tal repre-
ser desde entonces la principal ciudad y la senta" ( « ) , bien sea referidos al comercian-
capital de la Marca". Bara fue nombrado te e industrial por una parte, al consumi-
conde de Barcelona (801-820), y los franco- dor en otra o al estado donde ocurre el
aquitanios trataron inútilmente de exten- hecho de su fabricación o venta, por la res-
der sus conquistas hasta Tortosa, fraca- ponsabilidad de tutelar el patrimonio mo-
sando en sus expediciones, que "no dieron
más resultado positivo que hacerla feuda-
taria de los francos". La Marca hispánica, * Por el Dr. EUGENIO C. A. SAHRABAYROUSE.
que bajo Carlomagno llegó al término defi-
nitivo de su desenvolvimiento, siempre se- (1) Dic. Eypasa-Calpe, ed. 1945.
gún Hinojosa, a la muerte de Ludovico Pío (2) Dlc. Forum, t. II, pág. 662.
correspondió a su hijo Pipino, separándose (3) A. Isaac, Propriété Industrielle, 1949, pág. 148.
(4) Vico, Carlos M., Tratado de Derecho internacional
de la Aquitania e incorporándose a la Sep- privado, t. 1.
timania, para pasar luego a poder de Car- (5) The Trade Mark Coses; 100-U. S. 820.
(6) Fernández, R. L., Código de comercio comentado,
los el Calvo. Las condiciones de vida de la t. II, pág. 153 y sigs., ed. 1950.
ral y material de los individuos que en su taca el doctor Pascual Di Guglielmo: "... las
territorio actúan en función de la comuni- marcas no son cosas y no se confunden con
dad jurídica internacional que integran ( 7 ) . los objetos que distinguen...". Agregamos:
El incremento de las relaciones comercia- la materialización creadora (símbolo) y de-
les internacionales, la rapidez de los trans- recho de propiedad surgen o nacen simul-
portes, la interdependencia diariamente táneamente, pero ello no es fundamento ni
acentuada de las naciones, llevan a un rá- justificación para confundir los elemen-
pido asociarse, en la mente del consumidor, tos («).
de los detalles y características de forma, Debe señalarse que la marca de fábrica
calidad y origen del producto. Ello obliga o comercio lleva como inherente a la ca-
al Estado a realizar "control" para mante- lidad de comerciante o industrial el derecho
ner tal certeza, constituyendo esto lo que de usarla; forma parte del patrimonio de
el juez norteamericano H. Frankfurter ha los mismos y sirve para acreditar la garan-
llamado "reconocimiento de la psicología tía de calidad de los productos que diferen-
de los símbolos" ( 8 ). La legislación imperan- cia y nomina, constituyendo su apropiación
te, tanto nacional como internacional, ha o uso indebido una verdadera usurpación
acentuado a través de su normativa el fin (en su tipificación de delito económico), y
proteccional, con miras al progreso econó- como tal severamente penada en la legisla-
mico, desechando todo tipo de especulación ción represiva. Los principios que a las mis-
conceptual ('•>). Agreguemos con respecto a mas sustentan, su normativación, tienen
la primera la influencia de la interpreta- que basarse en el correcto sentido de la li-
ción jurisprudencial. bertad económica, que no tiene otro límite
II. Objeto. La voz en estudio y su im- que la concurrencia sana y leal ( 1 5 ).
plicancia en la disciplina jurídica constitu- La marca debe ser subjetivamente idó-
ye objeto del Derecho industrial. Acorde con nea, original; debe determinar una rela-
el principio "jusfilosófico" que adoptáramos ción efectiva entre el signo y los 1produc-
al analizar el concepto de "autonomía" de tos o mercaderías que distingue ( C ). No
las ramas, que10componen el saber y queha- obstante, la novedad exigida no es abso-
cer jurídico ( ), diremos que el Derecho luta; pueden coexistir marcas etimológi-
industrial se conforma en la sustancia del camente parecidas o expresadas, siempre
Derecho y se desprende de ella a través del que no se trate de productos similares o, aun
conjunto de normas que reglan sus propias siéndolo, les permita expresar una indivi-
instituciones ("). Su objeto se halla cons- dualidad propia.
tituido por bienes de carácter patrimonial, Se ha destacado la necesidad (trasuntadas
específicamente bienes inmateriales ( 12 ), y en imperativo legal en el Derecho vigente)
entre ellos (patentes de invención, dibujos, del registro de marcas: La legislación mo-
nombre, etcétera) se encuentran las mar- derna lo ha reglamentado minuciosamente.
cas de fábrica o de comercio ( 13 ). Ello así Si bien lo consideramos importante, ya qufr
en correcta lógica jurídica, ya que la con- su fin es el de "publicidad", disentimos con:
fusión de autores y el aspecto "protecto- aquellos que atribuyen al acto de "registrar
territorial" de la legislación (en su mayo- la marca" el carácter de reconocitivo o atri-;
ría) vigente les llevó a hablar de "propie- butivo de propiedad. Tal tesitura lleva a al-
dad... de marcas", confundiéndose el ins- gunos autores (17) a considerar en los mis-
tituto como una "cosa" sujeta a derecho mos dos sistemas; a) atributivo: atribuye
real. No se diferenció el nacimiento de la (por eso el concepto) la "propiedad" a quien
marca, su manifestación y el derecho emer- primero solicita el registro; b) declarativo:
gente que la ampara y rige. La marca surge se declara la propiedad a favor de quien
como una expresión que se materializa en primero la ha usado. Para nosotros, el de-
símbolos del espíritu; como tal es legislada recho de propiedad sobre la marca existe
por el Derecho industrial, que norma la "pro- con prescindencia de su inscripción ( 1 8 ). La
piedad industrial" precisamente en la ge- finalidad del legislador —escribe R. L. Fer-
neralidad de propiedad y la particularidad nández—, cualquiera sea el sistema adopta-
de industrial con caracteres, en este último do, es "la de proteger a la industria y al
caso, propios y esenciales, inherentes a la comercio honestos y no conferir derechos
singularidad de su naturaleza jurídica. Des- de exclusividad precisamente para perjudi-
carlos y permitir un enriquecimiento sin
(7) Savigny, F. C. de, Derecho romano actual, ed.
española, t. IV, pág. 120. (14) Blac, J., Contre]acon; este autor en contra. En
(8) Cita fallos The Trade Mark Cases. pág. 601 dice: Se trata de un derecho de propiedad sobre
(9) Di Franco, P., Trattato delta proprietá industríale, las cosas que llevan la marca.
pág. 227. (15) Di Guglielmo, P., Rev. La Ley, "Los proyectos
(10) Voz LOCACIÓN, t. XVIII, Enciclopedia Jurídica de leyes sobre propiedad industrial", t. 103, pág. 1086.
Omeba. (16) Fernández, ob. citada, t. II, pág. 172.
(11) Di Guglielmo, P., Derecho industrial, t. I, pág. (17); De Marval, Protección, de los inventos y de lía
310. marcas, pág. 68, año 1929.
(12) Bedarride, A., Brevets d'invention, 1-24. (18) A. de Bry: La proprieté industrielle, literaire tí
(13) DI Guglielmo, ob. citada. artistique.
causa". El registro será, llegado el caso, una bien por los acuerdos internacionales ( 30 ),
prueba más del uso de la marca; pero nun- que, conjuntamente con las normas de De-
ca la omisión en la inscripción puede per- recho positivo, constituyen las tres fuentes
mitir el exceso de afirmar que su falta en esenciales.
manera alguna puede ser suplida por el En el Derecho positivo la mayoría de las
empleo anterior, ya que éste9 no acredita la legislaciones, en su normativa "jus-priva-
existencia de tal derecho (i - 2 o). La fun- tista", rigen la marca por la ley del Esta-
ción del registro será de garantía tanto pa- do que en primer lugar la concedió, mien-
ra el creador intelectual, en concepto de tras que en los otros es de aplicación la ley
titular, como para los terceros ( 2 1 ). La le- territorial, lo que equivale a decir que la
gislación que mejor ha encarado el proble- marca se rige por la legislación del país
ma es la germana, permitiendo decir a un donde se utiliza. Esto implica pluralidad:
especialista de nuestro país: "Su vigencia la marca caerá bajo normativa de los dis-
resultó una realidad para Alemania en lo tintos países por donde circula el producto.
que se refiere a la moral de los tráficos y Hay una tercera corriente, que sólo consi-
relaciones comerciales" ( 2 2 ). dera el aspecto penal en las infracciones,
III. Ubicación en el Derecho internacio- en cuanto niega protección a la marca ex-
nal privado. Dado el concepto de la voz en tranjera que haya caído en el dominio pú-
estudio, al igual que determinado su objeto blico en su patria o cuya forma se oponga
(en los límites de extensión que nos fija la a la moral (:!1). Poco a poco el sistema de
naturaleza de la obra), debemos situarla co- protección territorialista va cediendo terre-
mo instituto reglado en la esfera normativa no en movimiento, que se inicia en Francia
del Derecho internacional privado ( 2:i ). La en 1857 con la sanción de la ley sobre con-
razón de ser de éste se encuentra en la currencia ilícita. El Common law adoptó el
extraterritorialidad del Derecho, en la ex- principio priority of adoption and use (- ¡2 ),
tensión espacial de las relaciones que a 2 las que es rechazado por nuestra ley 3975, al
personas vinculan, de sus conductas ( 4 ), establecer en el artículo 41: "Para que las
tomando este último término en su acep- marcas extranjeras gocen de las garantías
ción jurídica amplia; sus actos, el ejercicio que esta ley acuerda deberán ser registra-
de sus derechos, su nacimiento, el efecto de das con arreglo a sus prescripciones. Los
los mismos, que pasa fuera y más allá de propietarios de ellas o sus agentes debida-
los límites territoriales de un Estado. Su- mente autorizados son los:!;!únicos que pue-
perado el aislamiento y hostilidad recípro- den solicitar el registro" ( ). Es decir, que
ca de la antigüedad, a través de la evolu- para nuestro Derecho internacional privado
ción jurídica surge nuestra disciplina en la (para las normas argentinas) la marcas ex-
Edad Media, cuando Accursio ( 2 5 ), el glo- tranjeras gozan de protección únicamente
sador, busca resolver las cuestiones prove- si se encuentran registradas en el territo-
nientes de las relaciones trabadas entre los rio de la República. No obstante ello, la doc-
habitantes de las distintas comunas italia- trina caracterizada se muestra acorde en
nas que, por su origen, presentaban elemen- destacar que si se trata de una marca um-
tos extraños al estatuto del propio munici- versalmente conocida, su registro (cuando
pio. Posterior evolución, aún no detenida, ella no lo está) no podría ser pedido por
da fundamento en la comunidad jurídica, un tercero ( 3 4 ). La Corte Suprema de Jus-
tendiendo la normativa del Derecho inter- ticia de la Nación ha fallado que la norma
nacional privado a resolver los problemas, que prevé nuestro texto legal no da pro-
no por colisión de normas ( 2 6 ), sino por exis- tección a una sociedad en la defensa de sus
tir contacto legislativo emanado de sobe- productos en los centros comerciales exte-
ranías distintas ( 27 ) a través de soluciones riores, ya que ello sería una cuestión ajena
interpretativas o científico-judiciales ( 2 8 ), a la aplicación o interpretación de la ley,
cerno por ejemplo la del "reenvío" ( 2 U ), o que no rige sino dentro del ámbito nacional
y que —agrega— estará regida por las leyes
(19) Ob. citada, pág. 155.
(20) De Marval, ob. citada.
del país donde los hechos se produzcan y
(21) P. Braun, Les nouvelles, pág. 644, París. justiciables ante los tribunales del mis-
(22) Di Guglielmo, nota citada.
(23) Voz DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO, Enciclopedia Ju-
mo ( 3 5 ). Requiere nuestro superior tribunal
rídica Omeba. t. VII, pág. 503. que los productos se hayan efectivamente
(24) Carlos M. Cossio, "El jurista no interpreta la ley,
interpreta la conducta humana mediante la ley", Diario
importado a la República, debiendo indivi-
La Ley, 15-8-63.
(25) De cunetas populus, Vico, ob. citada, n9 182.
(26) Goldschmidt, W-, Suma de Derecho internacional (30) Voz CONVENCIONES INTERNACIONALES, Enciclopedia Ju-
privado. Este autor está en contra en la terminología; rídica Omeba, t. IV, pág. 808.
para él son normas de colisión. (31) Romero del Prado, Tratado de D, J. P., t. I, pág.
(27) Vico, ob. citada. 380.
(28) Arguello y P. Frutos, leer objeto del D. I. P., (32) R. Resemberg, Trade Mar-Protection, ed. New of
pág. 21, t. I, año 1962. York, 1957.
(29) Ob. citada. Relaciones de los sistemas de solución (33) Cód. de comercio. Ed. Lajouane, 1953, pág. 363.
en 5 32. El doctor Vico y la doctora Arguas, a los que (34) R. L. Fernández y W. Goldschmit, ob. citadas.
seguimos en contra. (35) Digesto de fallos de la C. S. J. N., t. IX.
dualizar con anterioridad la marca que determinan una "ley uniforme". Buscan la
detenten a sus similares argentinos. Consi- uniformidad legislativa aunando las normas
dera entonces que la norma es de aplica- de los Estados signatarios sobre la mate-
ción exclusivamente territorial y únicamen- ria que tratan, por cuanto aquéllos se obli-
te atiende el aspecto delictivo. gan a introducir esa norma a su legisla-
Disentimos del fallo en su criterio con- ción interna. Son reglas de Derecho uni-
ceptual. El jurista, al interpretar la ley, forme, ya que rigen directamente la relación
debe simplemente3 f > interpretar la conducta jurídica sobre la cual tienen jurisdicción (41).
mediante la ley ( ). No los encontramos en nuestra disciplina.
A salvo las críticas de la doctrina espe- 2) Los tratados que determinan "unidad en
cializada, el proyecto presentado por el las reglas electivas" de leyes. No buscan
doctor Breur Moreno sobre "propiedad in- uniformar leyes en contacto, sino las re-
dustrial", y que fuera sometido al Senado glas electivas (nacionalidad, domicilio, lu-
de la Nación en el año 1960 ( 8 7 ), confiere gar de celebración, de ejecución, etcétera),
iguales derechos a las marcas "usadas o de tal manera que esas reglas se encaminen
registradas" en el país, que a las usadas o siempre a una misma ley ( 4 2 ). La mayoría,
registradas en el extranjero. Comentándo- y diré, la totalidad, siguen este sistema, pero
lo el ya citado profesor Di Guglielmo, ex- restringida la regla electiva al lugar de ins-
presaba: "Si se pretende asegurar el orden, cripción o registro en lo que a nuestro aná-
la policía y la moral de los mercados y lisis hace.
prestigiar al país en los medios interna- En materia de marcas no se ha dado el
cionales, no pueden los jueces limitarse a caso, lo que no impide que ocurra, que dos
declarar la nulidad de la marca fraudu- o más Estados lleguen a coincidencia de
lentamente registrada...; deben castigar soluciones, por razones meramente cientí-
los actos enumerados (en el proyecto) y ficas, adoptando una ley única. Al respec-
los otros (en ello comprendemos el usar to destacamos el caso del Paraguay, que
una marca extranjera reconocida en nues- en materia civil adoptó como propio nuestro
tro país)". Agrega, en laborioso estudio, el Código y leyes
43
posteriores modificatorias
ejemplo que da la legislación contemporá- del mismo ( ).
nea de treinta años a la fecha, imperante El beneficio que otorgan los tratados de-
en Francia, Alemania, Italia, Rusia, Japón, pende de los Estados signatarios que los
Bélgica, etcétera ( 3 8 ). La excepción está da- suscriben y de la amplitud de su objeto
da cuando el que ha puesto la mercadería legislado. Resulta obvio señalar que a ma-
en circulación, con su marca, no puede im- yor número de signantes, mayor será el ám-
pedir que el que haya adquirido el mismo bito internacional de aplicación.
producto siga haciéndolo correr con esa En lo que hace a nuestro estudio concre-
marca. Ello porque hay individualidad en to, el objeto que han tenido los suscriptos
el objeto ( 3 9 ). hasta la fecha se ha reducido a asegurar y
Entendemos que el derecho de marca no amparar a los titulares de marcas registra-
debe conocer límites locales. Tiene que go- das en uno de los países adheridos, median-
zar de protección internacional, de tal mo- te relativas ventajas o facilidades para ins-
do que lanzado el producto al mercado, am- cribirlas en los otros obligados por la con-
parado en su calidad por una marca, ob- vención. Detrás de lo escrito (muy limita-
tenida de acuerdo a su derecho de origen, do) alienta el fin de la "marca universal"
debe ser igualmente protegido en otro 4Es- que, como tal, ampare al industrial o al co-
tado, aun cuando no esté registrada ( 0 ). merciante no sólo en su país, sino en toda
Así estaremos acordes en el principio de la comunidad civilizada.
universalidad y unidad del Derecho mar- En orden cronológico ( 44 ) tenemos las si-
carlo, como instituto del Derecho industrial guientes convenciones:
en sus relaciones o vinculaciones privadas 1. La Convención de la Unión de París.
(patrimoniales) internacionales. Celebrada en París el 20 de marzo de 1883.
En cuanto a los acuerdos internaciona- Revisada en Bruselas el 14 de diciembre de
les como fuente de normas de Derecho in- 1900; en Washington, el 2 de junio de 1911;
dustrial internacional referente a las mar- en La Haya, el 6 de noviembre de 1925, y
cas, es necesario dividirlos para su estudio en Londres, en 1934. Esta convención se ue-
teórico en dos tipos: 1) Los tratados que
(41) Por ejemplo, Suiza al suscribir las convencloneB
sobre Ley uniforme de letra de cambio y las anexas:
(36) Cossio, Carlos, El Derecho en el Derecho judicial, Conflicto de leyes, Forma y convención sobre timbre
año 1962. (votadas en Ginebra en 1930) en el año 1932, sustituyó
(37) Diario Sesiones Hon. Congreso (Senadores), 23 jun. la parte pertinente de su Código de comercio por la
1960. misma. Igualmente Francia: se adhiere en el año 1935 y
(38) Rev. La Ley, artículo citado, pág. 1095. la incorpora al año siguiente a su legislación interna.
(39) Wasserman Martín, Marca de comercio argentina (42) Vico, ob. citada.
contra marca de comercio extranjera, año 1943. (43) ídem anterior.
(40) Fallo del Reichsgericht (Superior Tribunal Ale- (44) Ver texto completo en el apéndice del t. II de la
mán) ; autor citado. ob. de R. L. Fernández.
fiere no sólo a las marcas, sino también a de 1911; en La Haya el 6 de noviembre de
las patentes de invención. La principal ven- 1925, y en Londres en 1934. Es un comple-
taja de ella está en el artículo 4<?, que acuer- mento de la Convención de París; fue cele-
da a los nacionales de los países que forman brado entre algunos —no todos— países
parte de la convención y que han registrado adheridos a esta última. Se refiere al "Re-
sus marcas en uno de ellos un plazo de seis gistro Internacional de Marcas", que crea.
meses (antes de la Conferencia de La Ha- Establece la oficina central en Berna. En
ya era de cuatro) para registrarla en cual- éste pueden inscribirse las marcas a su vez
quiera de los demás. Dentro de ese plazo, el ya registradas en los países contratantes.
nacional goza de prelación para el registro Vale decir que el registro internacional sólo
de su marca contra cualquiera que pudiera puede obtenerse en los países que están en
haberla solicitado o registrado mientras se el arreglo, y por nacional de uno de ellos
efectuaban las inscripciones en los demás (ley nacionalidad) o extranjero con esta-
países. A igual beneficio pueden acogerse blecimiento (ley domicilio) que presenta la
los "no nacionales" que tengan un estable- solicitud en la oficina de marcas de su país
cimiento en un país de la Convención y que de origen o de situación; éste se encarga
hayan registrado en él su marca. La Repú- a través de sus órganos respectivos de tras-
blica Argentina no forma parte de esta mitir oficialmente la solicitud a la oficina
Convención ni tampoco de las otras que internacional de Berna que anota la marca
enumeraremos, siendo la única el tratado y a su vez -solicita su inscripción en los de-
de Montevideo (número 7) del año 1889. más países signatarios. Admitida la solici-
Por ello, sus beneficios no alcanzan a los tud por esos países, la marca sin más trá-
ciudadanos argentinos salvo en el caso que mite entra en vigor.
tengan un establecimiento industrial o co- 4. Convenciones panamericanas de Bue-
mercial en un país de la Convención. nos Aires de 1910 y de Chile de 1923. Tienen
En lo que hace a los subditos de países por objeto estas convenciones permitir el
adheridos a la misma que estén estable- Registro Internacional de las marcas en los
cidos en la República, para que puedan aco- países signatarios. Estos se dividen para las
gerse a los beneficios de la Convención de- mismas en dos grupos: Norte: con sede en
ben previamente registrar la marca en su La Habana; y Sur: con sede en Río de Ja-
patria para entonces poder invocar el be- neiro. El procedimiento para obtener el Re-
neficio en los demás. Se la criticó por lo gistro es similar al del registro de Berna.
exiguo del plazo que concede; ello le resta La Argentina no ratificó esta convención
utilidad. De treinta países que la han sus- y el grupo Sur no llegó a constituirse.
cripto, sólo dos son de América latina: Bra- 5. Convención de Washington. Celebra-
sil y Cuba. da en 1929 suprimió, como dijimos, la ofi-
2. Tratado de Montevideo de 1889 (nú- cina internacional que debía funcionar en
mero 7). Celebrado el 16 de enero de 1889. Río de Janeiro. Conserva únicamente la del
Rige actualmente en cuatro países: Boli- grupo Norte, única que había funcionado en
via, Uruguay, Paraguay y el nuestro. La La Habana. Permite optar entre el Registro
principal disposición surge del artículo lp, Internacional y el registro directo en los
que establece la reciprocidad que los países distintos estados. Según su artículo 3? toda
signatarios se acuerdan para el registro de marca legalmente protegida en cualquiera
las marcas de sus respectivos nacionales de los países contratantes, goza de prioridad
"con sujeción a las formalidades y condi- en los demás. Lo que quiere decir que su
ciones establecidas por sus leyes". titular puede oponerse a su registro o uso
Siendo que las leyes de los países adhe- por un tercero y obtener su cancelación si
ridos a este tratado acuerdan a los extran- es registrada.
jeros los mismos derechos civiles de que Para finalizar, diremos que todas estas
gozan los nacionales (ley del domicilio), es
evidente que al establecer que los naciona- convenciones no tienen ningún resultado
les de un país podrán registrar en los otros práctico para el comerciante o industrial
sus marcas con sujeción a las formalidades establecido en nuestro país.
y condiciones establecidas en sus leyes, el BIBLIOGRAFÍA. — La indicada en el texto y notas.
Tratado ha aportado un cambio poco apre-
ciable a la situación anterior y su alcance MARCAS DE FÁBRICA Y DE COMER-
práctico no se ha llegado a percibir, a tal CIO. * Deslinde preliminar. Pertenece al
punto, que los autores lo consideran inexis- grupo de los llamados comúnmente "pro-
tente para nuestra República. piedad industrial y comercial", no obstante
3. Acuerdo de Madrid para el registro in- a que dentro de los primeros se incluyen los
ternacional de las marcas de fábrica y de derechos de inventor y descubridor, y en los
comercio. En vigor desde el 14 de abril de segundos, los derechos al nombre y al em-
1891; revisado en Bruselas el 14 de diciem-
bre de 1900; en Washington el 2 de junio Por el Dr. ANTONIO JUAN RINESSI.
blema. Considerando en la moderna termi- las mercaderías o productos, hasta el mo-
nología jurídica agrupado en los llamados mento en que el adquirente de ellas las reci-
derechos intelectuales, entre los que se be para la circulación mediante la reventa,
cuentan los derechos de autor de obra cien- y no para el consumo; o en otras palabras,
tífica literaria o artística, piensan quienes en tanto no sean tales productos objetos de
así conceptúan, que el estudio de su natu- un determinado comercio." Creemos, sin
raleza jurídica debe realizarse en íorma embargo, que es a la inversa, que el régimen
unitaria con respecto a todos los derechos legal es el comercial, y ampara esas situa-
enunciados; y que no es otra cosa su funda- ciones cuando entran dentro de las carac-
mento que garantizar el libre ejercicio de terísticas del comercio.
la actividad material o intelectual en el Es significativa la relevancia que crea en
campo económico, para asegurar la obten- la circulación, la necesidad de la individua-
ción de los beneficios pecuniarios (*). lización de las mercaderías o productos, y
Lafaille separa la propiedad industrial y connotamos a la opinión de Rivarola, que
comercial, para el Derecho industrial y co- es de destacar la necesidad de la individua-
mercial, respectivamente; aclarando que no lización recién cuando se entra a la circu-
juzga adecuada la terminología "propiedad" lación del comercio, antes no.
y reconociendo que con la misma queda Aun cuando se acepte la autonomía de
extendido el concepto hasta límites que los derechos intelectuales, derechos de au-
pierden la precisión y sus caracteres ( 2 ). tor, patentes de invención, o su integración
Cierto orden vinculatorio puede disciplinar en el tronco común (Derecho civil), paré-
en principio estos conceptos, en razón de cenos incompatible comprender a las mar-
que el nombre individualiza y señala al cas de fábrica y comercio, a pesar de una
titular del establecimiento, la enseña al es- cierta semejanza, por la alternativa del
tablecimiento y la marca a sus productos rasgo peculiar de estar éstas afectadas úni-
o mercaderías, en términos generales. camente por la circulación.
Toda la copiosa literatura que se ha reuni- La modalidad especial del uso á que están
do en torno al tema, hace impacto en el sometidas las marcas, hacen de ella un
estudio de la naturaleza jurídica, habiendo derecho distinto. Al nacer ya tienen la fun-
perdido fuerza en forma paulatina su iden- ción de su destino, porque de otra manera,
tificación con la propielad. su regulación estaría en otra materia.
Correcta ubicación. Hay unanimidad en Naturaleza jurídica. Al reconocer como
identificar a las marcas de fábrica y de co- exacta la noción económica de empresa da-
mercio, como materia mercantil. Son obvias da por Bolaffio, como organización de los
las razones, pero basta consignar que las factores de la producción con el propósito
modalidades del comercio exigen una dis- de obtener un resultado económico y tener .
tinción que individualice los bienes o pro- como elemento característico la especula-
ductos, para que con el interés propio de la ción sobre el trabajo, Scialoja busca un
oferta y la demanda se vea facilitada su fundamento unitario de las distintas em-
circulación. presas enumeradas en la ley, descarta el
"Las denominaciones de los títulos pri- económico y cree hablar en considerarlos
mero y segundo de la ley 3975 demuestran organismos esencialmente inspirados en la •
que no se refieren tan sólo a las materias finalidad lucrativa con sentido objetivo. Re-
regidas por el Derecho comercial", expresa conoce sin embargo que el Código al enu- ;
Rivarola ( s ) . "El inciso 3<? del artículo 452 merar las empresas no ha hecho sino enume-
del Código de comercio —sigue diciendo— rar clases de negocios que tienen carácter
excluye expresamente de la calificación de comercial cuando son ejercidos en forma
compraventa mercantil, las ventas que ha- de empresa: la esencia comercial no puede
cen los labradores y hacendados de los fru- residir sino en la naturaleza del negocio
tos de sus cosechas y ganados, de modo que que constituye la finalidad. De lo contrario
cuando en el artículo 1? de la ley 3975 se el Código hubiera dicho que todas las em-
habla de las marcas de agricultura, y en el presas son comerciales ( 4 ) .
artículo 42 se habla del nombre de agricul- Scialoja nos proporciona así un funda-
tor, y se establece en los artículos siguientes mento aceptable para considerar que la
la protección del uso de ese nombre en el ley 3975 ha querido otorgar al comercio
ramo agricultura, el régimen legal no entra organizado —empresa— los beneficios de
en el dominio del Derecho comercial, ni en la segundad y confianza de la marca. Sin
lo que se refiere al nombre, ni en cuanto a detenernos a analizar el objeto de las acti-
vidades de los que comprende en el artícu-
(1) Raimundo L. Fernández, Código de Comercio co-
lo 1?, el sentido de empresa lo está dado en
mentado, t. II, Bs. Aires, 1950, pág. 113. las disposiciones del artículo 42, cuando se
(2) Héctor LafaiUe, Derecho Civil, t. IV, "Tratado de
los derechos reales", Vol. II, Bs. Aires, 1950, pág. 113.
(3) Mario A. Rivarola. Traíado de Derecho comercial (4) Marcos SatanowsKy, Tratado de Derecho comercial,
argentino, t. I, Bs. Aires, 1938, pág. 64-65. t. r, ed. Tea, Bs. Aires, págs. 404-405.
refiere al nombre del agricultor, comercian- la marca llena su cometido únicamente en la
te o fabricante y el de la razón social, el de circulación.
la muestra o la designación de una casa o Se acentúan las diferencias cuando se
establecimiento. caracteriza a los derechos intelectuales co-
Se afirma esta postura cuando en la mo categoría de los derechos de la perso-
ley 11.867 del 9 de agosto de 1934, declara na (°); o derechos patrimoniales sobre bie-
en su artículo 1°: "elementos constitutivos nes incorporales ( 7 ) , a pesar que el mismo
de un establecimiento comercial o fondo de Kohler incluye en tales derechos patrimo-
comercio, las instalaciones, existencias en niales a las marcas. No se puede asimilar
mercaderías, nombre y enseña comercial, la a los derechos de la persona, porque no
clientela, el derecho al local, las patentes devienen del sujeto (son elementos del es-
de invención, las marcas de fábrica, los tablecimiento), ni son representativos del
dibujos y modelos industriales, las distin- mismo, a pesar de una cierta representati-
ciones honoríficas y todos los demás dere- vidad dentro de la esfera limitada del
chos derivados de la propiedad comercial e comercio, y con relación a determinado
industrial o artística". Una ley posterior ha producto. La categoría de derechos patri-
venido a ratificar la finalidad de la ley de moniales sobre bienes incorporales puede
marcas, considerándola como uno de los caracterizar mejor a las marcas, pero no
elementos del establecimiento comercial. capta su vigencia para la circulación, por-
Se impone una aclaración: no puede ser que en su apoyo se dice que es un derecho
elemento constitutivo, porque el uso de la subjetivo privado. No se aviene además por
marca no es obligatorio, puede faltar en la discrepancia existente, sosteniéndose por
la constitución del establecimiento, y sin unos autores de que se trata de un derecho
embargo éste conservará todas las condi- real de propiedad, y por otros, de uno de los
ciones de tal. No es elemento indispensable llamados derechos intelectuales, como ca-
y necesario, como debería ser para revestir tegoría distinta de los dos clásicos de dere-
el carácter de constitutivo. Es, en cambio, chos reales y derechos personales ( s ) .
un elemento accidental que puede o no La empresa es objeto de derechos, no su-
existir, sin perjudicar la existencia del es- jeto de derechos. En suma, es el rnodo téc-
tablecimiento. Pero la ubicación de elemen- nico del ejercicio el que atribuye a los actos
to del establecimiento, es relevante también de una empresa que figura en los indicados
para demostrar los propósitos de la ley de en el Código para ser comerciales ( 9 ). Por
marcas. lo tanto la exclusividad de la marca no
Como el uso de marcas es optativo, se ha puede ser derecho subjetivo; es derecho ob-
previsto su reglamentación para la entidad, jetivo nacido de las exigencias de seguridad
que por razones de su cometido —empresa— y certeza de las leyes de la circulación.
se ve en la necesidad de su utilización con Como es susceptible de adquirir un valor
evidentes beneficios. Esto no obsta a que el en las alternativas de las operaciones co-
comerciante que ejerce actos de comercio merciales, la marca posee un contenido eco-
pueda utilizarla, no está vedado, pero su nómico que le imprime un rasgo peculiar
esencia está en servir a la individualización en ese sentido. Al ser un derecho objetivo
de los productos en la circulación. Es decir por la normatividad de su existencia, su
que es un instrumento que coadyuva de significación económica lo adquiere en la
diferentes maneras a la circulación; y para circulación que es su medio de vigencia.
esto resulta idónea la organización creada La marca se ha instituido únicamente
al efecto, o sea la organización para el cam- para los comerciantes e industriales, a efec-
bio de los factores de5 la producción, en tos de que distingan sus mercaderías o
expresión de Bolaffio ( ). productos (ley 3975, arts. lp y 6<?), permi-
Se aprecian distinciones entre las marcas tiéndoles acreditarlos y formar clientela,
y los llamados derechos intelectuales; tales difundiéndolos por medio de la propaganda;
son: el derecho de autor dura toda la vida las marcas constituyen así una fuente de
del creador y continúa en treinta años más riqueza, que según nuestra ley es una pro-
para los herederos, la marca diez años, pero piedad del titular y según la más autorizada
es renovable indefinidamente. El derecho doctrina un derecho intelectual con todos
de autor pertenece a su titular y puede ha- los caracteres del derecho de propiedad ( 10 ).
cer valer con respecto a cualquiera de sus Si son una fuente de riqueza y su finalidad
obras; en cambio la exclusividad de la mar- es distinguir las mercaderías o productos
ca sólo se adquiere con relación al objeto
para el cual fue solicitado; en síntesis, los (6) Di Franco, Trattato delta propietá industríale, Mi-
derechos intelectuales son más amplios, y lán, 1933, n? 8. Berard, Du caractére personnel de cer-
rigen para cualquier situación que compro- tains droits et notamment du droit d'auteur. París, 1903,
pág. 36 y sigs.
metiera los derechos del autor, en cambio (7) Kohler, Antorrecht, Jena, 1880, pág. 129.
(8) R. L. Fernández, op. cit., pág. 154.
(9) M. Satanowsky, op. cit., pág. 403.
(5) M. Satanowsky, op. cit., pág. 402. (10) R. L. Fernández, op. cit., pág.. 154.
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permitiendo acreditarlos y formar clientela agente tenga idea de colocarla en factura
a sus titulares, es reconocidamente un de- alguna, sino que declara que los productores
recho individualizatorio de contenido eco- o comerciantes no están obligados a distin-
nómico. Parécenos mejor esta ubicación. guir necesariamente todos los objetos que
"Las acordadas a quienes carecen de la produzcan o con los que comercian, a adop-
calidad de industrial o comerciante no pue- tar y registrar una marca, salvo en los casos
den llenar esas finalidades sino únicamente en que las leyes lo dispongan de modo ex-
la ilícita de lucrar con la exclusividad que la preso ... Es la finalidad buscada con el re-
marca comporta, impidiendo a sus naturales gistro de la marca lo que determina la
destinatarios, los comerciantes e industria- aplicación de la ley; aquella que no tiende
les, el desarrollo de sus actividades" ( U ) . a la garantía, defensa o seguridad de una
No hay lugar a dudas de que es un derecho empresa industrial o mercantil o del consu-
que deviene de la exclusividad en la circu- midor, no merece ni goza de la protección
lación. legal. La intentio se conoce por la conducta
Principios generales establecidos en fallos posterior del que la registró o por la natu-
de la Corte Suprema de Justicia de la Na- raleza, importancia y desarrollo de su acti-
ción, nos autorizan en ciero modo los cri- vidad fabril o comercial; el que nunca ha
terios expresados O 2 ) . sido propietario de una empresa y no la
En cambio, son criterios que se apartan inicia, pese a que han transcurrido muchos
de la esencia de la ley de marcas algunos años desde que inscribió la marca en el
recientes fallos, que consagran terminante- Registro demuestra que nunca tuvo el pro-
mente que el registro y no el uso1son los que pósito de aplicarla sobre los artículos de su
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confieren el derecho a la marca ( ) ; porque industria, o de su comercio; las empresas
si bien son interpretaciones ajustadas a la que, por su giro y su desenvolvimiento, no
letra de la ley, no captan el propósito de están en condiciones de llevar al mercado,
protección que la misma intenciona. de un momento a otro, nuevos productos, ¡
En un principio se entendió que no tenía no registrarán marcas por causa de su pre- j
derecho a oponerse quien no había regis- visión, sino por otra cualquiera, que no está
trado su marca, o había caducado la regis- comprendida en los fines que la ley persi-
trada, quedando sin reparación el perjuicio gue, y que de consiguiente, no podrá contar
que se ocasionaba a quien hasta entonces con el amparo de ella" ( 1 4 ) . Recientes fallos
la había usado y que por una omisión no la confirman también lo dicho. "Es inconce-
había registrado o renovado. Intereses ma- bible —se dice— que quien ha conseguido
yores ,al torcido interés particular, debe acreditar sus productos durante largos años,
tutelar la ley creada a esos efectos, y una distinguiéndolos con una marca no regis-
interpretación teleológica surgida de la ar- trada, carezca de defensa a otro comer-
monía de su estructura, con visión dogmá- ciante que se decide a usarla y registrarla
tica, debe revelarnos los principios que pri- por la simple aplicación rígida y formal de
marán en su aplicación. la ley de marcas. Ello daría lugar no sólo
"Se arguye que la ley 3975 adopta un al aprovechamiento del prestigio de produc-
sistema atributivo, que el simple registro tos ajenos, sino también a la confusión del
otorga la propiedad y que el uso de la marca público consumidor" U 5 ).
es facultativo y se deduce de tales principios Conceptuación. "Un producto cualquiera
que basta inscribir una marca, aunque se que ha logrado notoriedad, o aspira a ella,
piense no usarla nunca, para adquirir la puede ser distinguido por quien lo fabrica
propiedad de ella y estar en condiciones o expende, utilizando al efecto un signo que
de impedir que cualquier otro la pueda se denomina «marca». Al titular de ella le
adoptar. Pienso, sin embargo, que no es esa asiste el derecho de impedir que otro lo uti-
la interpretación que corresponde. Cuando lice beneficiándose de sus cualidades reales
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la ley da la propiedad de la marca a quien la o no, y de la propoganda efectuada" ( >.
registra, supone que el solicitante va a des- Reunimos en el concepto, como principal
tinarla a su función propia, normal y característica, además de la individualiza-i
corriente y que no intenta ejercer un mo- dora, su funcionalidad, que es inherente a
nopolio con miras a un lucro particular, aquélla pero en la dinámica de su empleo;
ajeno a ésta, y sin tener en cuenta los inte- dicho en otras palabras sería, que el obje-
reses de la industria, del comercio y del tivo de individualizar el producto está en
consumidor. Si la ley dice que el uso de la la circulación del mismo. De otro modo, si
marca es facultativo, no sanciona la posibi- tuviera que individualizar la cosa en manos
lidad de registrar una marca por capricho, de su titular, desempeñaría un cometido dis-
etxravagancia o especulación, sin que el
(14) La Ley, 32-380 (argumentos del fallo de primera
instancia, confirmado por la Cámara Federal de Rosa-
(11) R. L. Fernández, oí?, cit., pág. 154. rio, con fecha 12-8-1943).
(12) Fallos de la C. S. J. N., 250-467. (15) J. A., 961-IV-489.
(13) La Ley, 101-984; J. A., 961-III-416. (16) H. Lafaille, op. cit., pág. 193.
tinto y vendría a Identificarse: o con el registro o uso por aquéllos; y 2?, que las
nombre o emblema u otros derechos intelec- marcas extranjeras no acuerdan derecho
tuales. El derecho de la exclusividad, igual- alguno mientras no se registren en el país,
mente se deriva de la circulación, de otro sólo este registro y desde la fecha en que
modo sería un derecho de propiedad. Nues- tiene lugar, confiere los derechos que por
tro enfoque dogmático, nos posibilita a sos- ley corresponden a los titulares de marcas;
tener con holgura la determinante de la nada impide a terceros registrar en el país
exclusividad en las condiciones expuestas, una marca registrada en el extranjero ( 1 8 ) .
de tal manera que no siempre la sola ins- Las disposiciones que contienen los artícu-
cripción de la marca, lo conseguirá. Su fun- los 3"? y 6? de la ley 11.275, no aclaran la
cionalidad coadyuvará significativamente. posible interpretación del artículo 41 de la
El interés que protege lo es directamente al ley 3975; pero amplían los alcances de la
titular y al consumidor; e indirectamente protección legal sobre marcas extranjeras,
a la buena fe del comercio. De ahí que su en la misma forma en que lo han hecho
uso, independientemente a la cosa que va con respecto a las marcas nacionales, es de-
adherida, deviene una apreciabilidad tra- cir tratando de evitar las posibles_ manio-
ducida en valor económico, que lo identi- bras que provoquen confusión en el consu-
fica como derecho de tal naturaleza. midor.
Clases. El sistema de la ley se refiere a Con acuerdos y convenciones internacio-
marcas de fábrica, comercio, agricultura y nales se persigue la protección legal de la
de industria etxractiva. Fernández expresa: marca con sentido universal. Nuestro país
que la ley ha seguido el modelo francés, ins- ha participado del tratado de Montevideo,
pirado a su vez del italiano, pero aclara no en vigencia el de 1889 (ratificado). Las dis-
haber uniformidad en cuanto a su aplica- posiciones que al respecto se sancionaron,
ción O 7 ) . Sin embargo no se puede hablar no cambiaron el panorama existente hasta
de cuatro clases de marcas, porque a pe- ese momento, porque subsisten las exigen-
sar de las distintas menciones, que indica- cias de someterse a las leyes de cada país
rían distintos orígenes, la finalidad es in- para dispensar la protección correspondiente.
dividualizar el producto en el comercio, de La convención de Buenos Aires creó al
la naturaleza que fuere. En Estados Unidos, igual que las anteriores de la Unión de
la ley se refiere únicamente al Trade mark, París y el acuerdo de Madrid, el registro
La distinción entre nacionales y extran- múltiple automático, que es la verdadera,
jeros sí constituyen clases. protección con alcance universal (basta la
Nacionales: El sistema establecido por sola inscripción en uno de los países adheri-
ley 3975 lo es para las marcas de uso en el dos, para dar validez a todos los demás).
país, excepción del artículo 41. La ley 11.275 Nuestro país estuvo ajeno a muchas de ellas,
y sus modificatorias (leyes 13.526 y 14.004) y ni siquiera ratificó la celebrada en Buenos
reglamenta otros aspectos del sistema: Así Aires.
en su artículo 1° amplía la protección legal Condiciones del sistema. Como ya anti-
a la manera de usarla y estamparla. De esta cipáramos, el sistema de la ley es atributivo,
forma la tutela al comercio honesto se tor- pero no en forma absoluta, sino atenuado;
na real y efectiva. Otro tanto ocurre con los cede al interés superior de protección de la
artículos 2?, 49, 5<?, 6? y 7<? de la misma ley, en actividad comercial. Toda empresa o esta-
que se prohibe toda manifestación que tien- blecimiento que desarrolla sus actividades
da a producir confusión, no solamente a los de carácter comercial, tiene derecho a que
titulares de otras marcas o a los que ten- se le respete en el ejercicio de la misma, y
gan derecho a oponerse en la inscripción en el desenvolvimiento de su capital; y quien
de nuevas marcas, sino a los consumidores tiene un interés jurídicamente protegible,
de los mismos. Se confirma una vez más tiene simultáneamente la acción para de-
nuestra tesitura de la funcionalidad de la fenderse y repeler el ataque a su derecho.
marca y la finalidad del sistema legal. Tal protección resulta de la ley de mar-
Extranjeras: La disposición del artícu- cas 3975 y de la ley 11.275 y sus modifica-
lo 41 de la ley 3975, que se refiere a las mar- torias, interpretada en forma armónica en
cas extranjeras, es ambígua.Dos criterios de el conjunto de sus disposiciones.
interpretación monopoliza la aplicación de "La titularidad anterior de una marca de
sus normas: 1?, que las marcas extranjeras fábrica autoriza la oposición al registro de
sólo pueden ser registradas en el país por otra confundible con aquélla. La identidad
sus titulares o los agentes de éstos debida- de productos obvia el agravio fundado en
mente autorizados; los terceros no pueden la especialidad de la ley de marcas" ( 1 9 ).
registrarlas y si lo hacen, como no se ha- Y avanzando más aún: "el derecho de opo-
brían llenado los requisitos exigidos por la nerse a la concesión de una marca o el de
ley, carecerían del derecho a oponerse a su
(18) R. L. Fernández, op. cit., pág. 178.
(17) R. L. Fernández, op. (18) Fallos de la C. S. J. N., 249-696.
pedir su anulación en la forma y por la vía de una marca que se encuentra registrada
pertinente, no es exclusivo de quien tenga a nombre de otra persona, antes de que haya
registrada a su favor una marca igual o pa- caducado, así como caducada una marca
recida. Puede promoverse cuestión sobre va- por falta de renovación si su titular pide
lidez de una marca por cualquiera de las un nuevo registro, dentro de un término
circunstancias enumeradas por la ley 3975 prudencial, debe acordársele, aunque la mis-
fuera de existir otra igual o análoga de ma marca con anterioridad haya sido pe-
propiedad de un tercero, como las relativas dida por un tercero.
a las denominaciones, nombre o signos que Condiciones de valides: Una marca se
no pueden constituir marcas" ( 2 0 ) . Aunque perfecciona por la reunión o aporte de re-
no se tenga registrada la marca a su fa- quisitos de orden legal y por vía de inter-
vor, el solo hecho de usar el nombre, le da pretación que están mencionados en los dis-
derecho a 2oponerse al registro de otra con- tintos temas, que íbamos desarrollando,
fundible ( 1 ) . La certeza y seguridad de la pero que para el caso se impone establecer
circulación de mercaderías impone el crite- un orden. Ellos son: la entidad que realiza
rio, materializado en este fallo, de que "no la actividad comercial; el signo idóneo (de
es requisito indispensable para la oposición acuerdo al encuadre legal); relación efec-
al registro de una marca la existencia efec- tiva entre el signo y la mercadería que in-
tiva y actual de productos susceptibles de dividualiza, y su aplicación al objeto en la
confusión. Basta para su procedencia de la forma establecida por ley; registro del sig-
razonable posibilidad de su existencia" ( 2 2 ). no previo el cumplimiento de los trámites
Condiciones de inscripción: Son las que determinados en la ley.
la ley exige para la obtención de la marca. Condiciones de titularidad: No es requi-
La concesión está basada en que no se haya sito acreditar ante el registro la calidad de
formulado oposición y que no se hayan comerciante o propietario de la empresa o
otorgado otras similares. Para el caso de establecimiento; pero si quien obtiene el
oposición la ley reglamenta el procedimiento registro no posee la calidad necesaria para
a seguir: expresa que la oposición deberá poseer la marca, carecerá de protección le-
deducirse en la oficina (artículo 29), la que gal y por consiguiente del derecho de opo-
será resuelta en el término de quince días, nerse en las circunstancias anteriormente
si todos renuncian a la vía judicial, con re- apuntadas. Lo contrario sería ir contra el
curso ante el Ministerio dentro de los diez comercio y la industria honesta, y no lle-
días, el que será sustanciado con el Procu- nar la finalidad de protección que quiere
rador del Tesoro (artículos 19, 30 y 31). Los la ley.
artículos 32, 33 y 34, se refieren al trámite Condiciones de uso: Por decretos regla-
judicial. mentarios y resoluciones ministeriales, se
También puede denegarse, sin mediar opo- han venido a completar estas condiciones,
sición, en los casos siguientes: por existir que por ser de detalle y destinados a la
otras anteriores similares, cuando no se práctica de la utilización de los signos, em-
cumplen los extremos tíe los artículos 3<? a blemas, nombres, figuras e ideas, como mar-
5<? (no solamente desde el interés del soli- cas, pertenecen más que nada a la policía
citante, sino salvaguardando igualmente el de la institución, que deberán desarrollar
de los consumidores). La ley, como ya lo los organismos administrativos creados al
expresáramos, confiere la facultad de opo- efecto, y exigir su cumplimiento por los
nerse al registro a quien le perjudicara su agentes de vigilancia de tales organismos.
inscripción, pero la falta de tal oposición Los más importantes son: decreto regla-
debe suplicarla el registro en interés del co- mentario de la ley 3975; decreto de clasifi-
mercio honesto, y no únicamente ante la cación de mercaderías; decreto reglamen-
carencia real de tal oposición, sino en el tando la tramitación de asuntos ante la
caso de que desista o haya conformidad por Oficina de Marcas; decreto reglamentario
quien tiene el derecho de oponerse. de la ley 11.275 y sus modificatorias.
Conviene aclarar igualmente que aunque Condiciones de temporalidad: Su dura-
las marcas se conceden para determinadas ción es indefinida, siempre que se le renueve
especies de artículos, pueden coexistir en cada diez años. La renovación no crea de-
clases diferentes, siempre que no exista la rechos, sino solamente los conserva. Por lo
posibilidad de confusión, sobre todo en el tanto no cabe oponerse a la renovación. Se
consumidor, en cuanto a su procedencia (- 8 ). extingue: por renuncia; por el transcurso ds
Son también criterios establecidos, con diez años sin efectuar renovación; por sen-
buen sentido de justicia, los que han deter- tencia firme declarando su invalidez o nu-
minado que no se puede solicitar el registro lidad.
Confusión. Insertamos a la confusión en
(20) ídem 248-479. este acápite posterior, por tratarse de una
(21) La Ley, 101-429.
(22) Fallos C. S. J. N.. 249-719.
situación que puede afectar las condiciones
(23) En ese sentido: S. C. J. N., 193-97, La Ley, 27-249. de inscripción, de validez, de titularidad,
S i g u i e n t e P á g i n a

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