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MÁSTER OFICIAL EN
Análisis y
Prevención
del Crimen
3
Índice
PARTE I 5
CRIMINOLOGÍA
AMBIENTAL
5
1.
INTRODUCCIÓN
6
2.
CRIMINOLOGÍA
AMBIENTAL
Y
TEORÍAS
DEL
CRIMEN
7
3.
LAS
TEORÍAS
DE
LA
OPORTUNIDAD
10
3.1.
EL
ENFOQUE
DE
LAS
ACTIVIDADES
COTIDIANAS
11
3.2.
EL
ENFOQUE
DEL
PATRÓN
DELICTIVO
12
3.3.
ELECCIÓN
RACIONAL
18
PARTE II 25
5
PARTE I
CRIMINOLOGÍA AMBIENTAL
1. Introducción
Fig. 1. Esquema del modelo básico de selección de objetivos por parte del
delincuente.
Tras las críticas a los postulados del positivismo criminológico y sus pobres
resultados preventivos, los investigadores revitalizaron las ideas de la escuela
clásica, uno de cuyos paradigmas fundamentales está relacionado
precisamente, con la teoría del delito como elección racional formulada por
J.Q. Wilson y R.J. Herrnstein (1985) y por R. Clarke y D. Cornish (1986). El
delito para estos autores, es producto de una elección racional tomada sobre
la base de los costes y beneficios que una conducta puede proporcionarle,
aunque entienden que en el comportamiento puede influir factores
psicológicos, sociales y experienciales del individuo, sin embargo “el
delincuente busca el placer y evita el castigo inminente” (Felson M. , 1994).
Esta teoría ha propiciado los análisis de los eventos delictivos por medio de
entrevistas a los delincuentes. En ellos, se preguntaba a los delincuentes por
sus motivaciones para elegir determinados blancos y lugares. Así Bennet
(1989) estudió por medio de entrevistas a delincuentes en las que proyectaba
vídeos de distintas casas, qué criterios seguían los ladrones para elegir una
vivienda a la hora de cometer un robo. Encontró que los delincuentes se
fijaban sistemáticamente en el mismo número de factores.
En su manual “60 pasos para ser analista delictivo” Cornish y Clarke (2008)
establecen seis conceptos clave (Vozmediano & San Juan, 2010):
• Iniciación.
• Habituación.
• Abandono.
conducta
prosocial.
25
Parte II
LA PREVENCIÓN SITUACIONAL DEL DELITO
Introducción.
La prevención situacional pretende, por una parte, hacer el delito más difícil y
arriesgado, y también, menos satisfactorio, provocando de este modo una
percepción de la reducción de los beneficios y las recompensas (Medina,
2011).
3. Hacen que la comisión del delito sea más difícil y arriesgada o menos
provechosa.
Que las medidas deban estar dirigidas a formas delictivas específicas significa
que deben hacerse distinciones, no entre amplias categorías de delitos como
robos, sino entre los distintos eventos dentro de estas mismas categorías, es
decir, robo en interior de vehículo, robo de vehículo, e incluso, robo de uso y
otras categorías igualmente específicas. Sin embargo, el hecho de que las
medidas deban ser específicas no implica que los delincuentes sean
especialistas, únicamente, que la comisión de específicos tipos de delitos
depende de una constelación de oportunidades que deben ser eliminadas de
forma muy concreta y también, que existe una amplia variedad de
delincuentes, con la intención de satisfacer una gran diversidad de
motivaciones, empleando diversos métodos. De hecho, cualquier persona
tiene una probabilidad de cometer un delito dependiendo de las
circunstancias en las que se vea envuelto, en este sentido, la prevención
situacional del delito no hace distinciones entre los que cometen delitos y los
que no.
Cornish y Clarke (2003) han propuesto una serie de ejemplos para cada una
de las técnicas de prevención situacional del delito:
Reducir provocaciones
1. Reducir frustraciones / estrés • Mantener eficiencia en las
Los proyectos de prevención situacional del delito pasan por varias etapas
(Medina, 2011):
Son distintas las críticas que diferentes autores han realizado al enfoque de la
prevención situacional del delito, siendo tres las áreas en las que se han
centrado: la prevención situacional sólo proporciona soluciones a los
síntomas y no a las causas del delito; sus efectos pueden ser transitorios y
locales; por sus implicaciones éticas y morales.
• Temporal: cuando el delito se comete a otra hora del día, otro día de
la semana, es decir, cuando los delincuentes cambian de tiempo en el
que cometen el delito.
Los estudios de desplazamiento del delito han dado lugar a otros conceptos
pero en sentido opuesto. Así, en 1990 Barr y Pease enunciaron la noción de
desplazamiento benigno. Para estos autores existe un desplazamiento
maligno cuando los cambios en la criminalidad se producen de una manera
“socialmente indeseable”, por el contrario, si consecuencia de un programa
de prevención la criminalidad se desplaza a formas de criminalidad menos
serias, el desplazamiento debe considerarse benigno (Medina, 2011).
Más tarde la Comisión Europea introdujo una directiva instando a los estados
miembros a legislar sobre la instalación en fábrica de inmovilizadores en los
vehículos, mostrando un renovado interés en el perfil delictivo de los
productos electrónicos fundado el Proyecto MARC con el objetivo de lograr
un enfoque de la seguridad como el propuesto por Clarke y Newman. Por su
parte, en el Reino Unido el Home Office ha incorporado el diseño de
productos contra el delito a su estrategia nacional para reducir el delito y en
2007 inauguró DTA (Design and Technology Alliance) reuniendo a
diseñadores, industria e investigadores.
• Objetivos
Por otra parte, no todos los productos presentan las mismas probabilidades
de ser robados. Clarke ha definido los “hot products” como aquellos que son
45
• Objetos más resistentes al mal uso, como las botellas de plástico para
que no puedan ser utilizadas como armas; armas de fuego que
únicamente pueden ser utilizadas por sus usuarios escaneando sus
huellas dactilares.
• Motivarles.
• Autorizarles.
• Dirigirse a ellos.
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encontrado evidencias circunstanciales en relación con la contribución de la
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