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Índice.

1. Introducción------------------------------------------------------------------------3

2. CAPÍTULO I-----------------------------------------------------------------------4

2.1. Ley 27287 -------------------------------------------------------------------------4


2.2. Qué es un Título Valor----------------------------------------------------------6

3. CAPÍTULO II----------------------------------------------------------------------6

3.1. De las Garantías de los Título Valores--------------------------------------6


3.1.1. Garantías personales y Reales------------------------------------------8

3.2. De las Garantías Personales----------------------------------------------------8


3.2.1. Aval----------------------------------------------------------------------------8
3.2.2. La Fianza--------------------------------------------------------------------11

3.3. De las Garantías Reales--------------------------------------------------------12


3.3.1. Garantías Reales----------------------------------------------------------13

4. Conclusiones------------------------------------------------------------------------14

5. Bibliografía -------------------------------------------------------------------------15

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1. INTRODUCCIÓN.

El presente trabajo titulado La Nueva Ley de Títulos Valores" Ley 27287 brinda una


versión amplia de los diferentes conceptos encontrados y reglas fundamentales que
hacen posible que los títulos valores cumplan su función, teniendo derechos de exigir el
pago de la prestación contenida en el título.

Teniendo considerable importancia no solo para esta prestigiosa casa de estudios


sino también a la comunidad en general, ya que el titulo valor sirve a la persona natural
como también a las personas jurídica, y nosotros como estudiantes de la Facultad de
Derecho, debemos conocer y manejar correctamente esta información.

Las técnicas utilizadas para la recopilación


de datos fueron fuentes primarias: libros específicos y la ley de títulos valores.

El presente trabajo se divide en II Partes la primera parte se refiere a las reglas


generales aplicables a los títulos valores, la segunda parte está referida la Sección
Cuarta de la Ley títulos valores.

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2- CAPÍTULO I

2.1. Ley 27287

En el año 1967 el Perú contó con su primera Ley de Títulos Valores (Ley 16587)
que se constituyó durante muchos años en una norma de suma utilidad para el ámbito
comercial. Para su época fue una ley de avanzada que llegó a constituirse en referente
para los legisladores de otros países de la región. Sin embargo, el vértigo de las últimas
décadas caracterizado por la presencia cada vez más sensible de la tecnología en
nuestras actividades diarias fue mostrando progresivamente la insuficiencia de la
antigua ley, lo que aunado a la aparición de nuevas figuras e instituciones jurídicas no
previstas en la década del sesenta que debieron ser abordadas en nuevas leyes y
reglamentos, propició una gran dispersión normativa en la materia, lo que resultaba
necesario pero no saludable para la seguridad jurídica ni para las inversiones.

En ese contexto, el 19 de junio último se publicó en el diario Oficial El Peruano


la nueva Ley de Títulos Valores, Ley 27287, norma que luego de más de 30 años de
vigencia viene a reemplazar a la anterior Ley N.º 16587 y que, salvo postergación,
entrará en vigencia en octubre del presente año.

La nueva Ley de Títulos Valores está llamada a constituirse en una herramienta


imprescindible para el desarrollo de la actividad empresarial, tanto por la presencia de
importantes cambios en las instituciones y mecanismos ya existentes en la ley anterior,
así como por la incorporación de nuevas figuras e instituciones que seguramente
contribuirán a un desarrollo más vigoroso de la actividad económica.

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Son propósitos de la nueva Ley:

I. Solucionar los problemas derivados de la gran dispersión normativa existente


en nuestro país en materia de títulos valores, reuniéndola en una sola norma legal
aplicable a todos ellos, para cuyo efecto, sistematiza y concuerda sus disposiciones con
importantes normas como el Código Civil, el Código Procesal Civil, el Código Penal, la
Ley General de Sociedades, la Ley del Mercado de Valores y otras normas pertinentes
por razón de la materia.

II. Asimilar los progresos de la tecnología informática, telemática y electrónica en


general en los procesos de circulación de riqueza a través del uso tanto de valores en
título (valores materializados) así como de valores representados por anotación en
cuenta (valores desmaterializados), asumiéndolos como dos especies de un mismo
género (títulos valores).

 Aportar soluciones prácticas, a las que llamaremos “remedios”, para problemas


comunes y reiterativos, observados en la jurisprudencia cambiaria para lo cual ha
incorporado, por ejemplo, normas que permiten:

 Girar títulos valores con la cláusula “a mí mismo”;

 Expresar la fecha de vencimiento en recuadros o de la forma en que las partes lo


estimen conveniente;

 La expresión de que la consecuencia de que el primero en utilizar hoja adherida al


título valor en caso necesario, no firme cuidando de que su firma comprenda tanto
el titulo valor como la hoja adherida, es que no procederá acciones cambiarias por
quienes hubieran intervenido en la hoja adherida, quedando a salvo sus derechos
causales.

 La necesidad de indicar conjuntamente con el nombre del suscriptor de título valor


el número de su documento oficial de identidad (DOI), a fin de facilitar el proceso
de identificación evitando los casos de homonimia; y la precisión de que el error en
la expresión de dicho número no invalida al título valor.

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La teoría recogida por nuestra anterior ley en el marco de las Convenciones de
Ginebra de la década del treinta se mantiene vigente y con ello se mantienen también
vigentes conceptos legados desde el siglo XIX por el gran autor italiano César Vivante y
sus seguidores.

2.2. Qué es un Título Valor

El título valor es un documento escrito que enuncia una determinada obligación


y por ese motivo es un derecho subjetivo. Contiene una promesa unilateral de pago. Está
sujeto a requisitos formales, cuya omisión, en caso de ser esencial, produce en el
documento la pérdida de su calidad de título valor.

Ello, sin embargo, no afecta los efectos del acto jurídico (contrato, acuerdo, etc.)
que le hubiera dado origen. Los títulos valores, por su naturaleza, tienden a circular, es
decir, a ser transferidos de un titular a otro, el cual podrá ejercer todos los derechos
contenidos en el título en su propia persona. Es posible, sin embargo, restringir su
circulación mediante cláusulas contenidas en este.

3- CAPÍTULO II

3.1. De las Garantías de los Título Valores

Los títulos valores han influido de manera transcendente en nuestra


economía, toda vez que su función principal es permitir la circulación de la riqueza
de manera segura y efectiva. En efecto, en la medida en que el tráfico comercial
encierra siempre una cuota de inseguridad, los títulos valores han representado un
instrumento para contrarrestarla, conectando un derecho a un documento. De ahí
que la razón de ser de los títulos valores consiste precisamente en abrir la
posibilidad de transmitirlos con rapidez y como si fueran bienes muebles, ya que la
transferencia del documento implica también la transferencia del derecho. No
obstante, los títulos valores como cualquier otro instrumento de crédito, presentan
riesgos respecto a su cobro; por ejemplo, por la insolvencia del deudor o deudores.
Por ello, nuestra Ley de Títulos Valores (en adelante, LTV) ha establecido
determinados mecanismos para reducir los riesgos de falta de pago, consagrando

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dentro de su normativa una sección dedicada a las garantías de los títulos valores.

Función de las garantías


Las garantías, en general, son mecanismos que tienen por finalidad reforzar
el derecho del acreedor para la hipótesis de que el deudor no cumpla con la
prestación debida (riesgo de incumplimiento).
En efecto, uno de los elementos de las operaciones comerciales es el riesgo
que nace respecto al cumplimiento de las obligaciones que surgen. En ese sentido,
por más solvente que pueda resultar un deudor, siempre está presente la posibilidad
de que incumpla con el pago de su obligación. De ahí la preocupación del
legislador en procurar mecanismos que ayuden a incrementar la seguridad respecto
del cumplimiento de las obligaciones, lo que se reflejará en el incremento la
emisión y circulación de los documentos cambiarios.
De esta manera, las garantías surgen como una necesidad de disminuir el
riesgo propio de las operaciones comerciales, ya que, en virtud de estas, el
acreedor, cuando se produzca el incumplimiento, podrá cobrar su título valor
ejecutando la garantía.
Las garantías, en principio, tienen la función de disminuir el riesgo del no
pago del título valor, y como consecuencia de esto, incrementar la circulación de
los referidos documentos cambiarios.
En efecto, la función de las garantías respecto de la relación acreedor-
deudor es disminuir el riesgo de incumplimiento del pago de la obligación
cambiaria; sin embargo, no debe contemplarse solo desde esta perspectiva, sino
también en el conjunto de un sistema económico crediticio, toda vez que la
disminución del riesgo incrementará la emisión y circulación de los títulos valores.
En conclusión, las garantías tienen como primera finalidad, a nivel de la relación
jurídica acreedor-deudor, acercar la probabilidad de pago a la certeza, limitando o
disminuyendo el riesgo natural de las operaciones comerciales.
De otro lado, encontramos una función económico-social, toda vez que, de
proteger al acreedor de manera efectiva, el número de operaciones comerciales se
incrementará.
Nuestra LTV señala que el cumplimiento de las obligaciones que
representan los títulos valores puede estar garantizado total o parcialmente por
cualquier garantía personal y/o real u otras formas de aseguramiento que permita la

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ley. Existen, a grandes rasgos, dos tipos de garantías: las personales y la reales; en
las primeras un sujeto ajeno a la relación cambiaria queda obligado a realizar el
pago en caso el deudor no cumple con efectuarlo. En las segundas, se afecta un
bien determinado para que en caso no se cumpla con la obligación se proceda a su
realización, y con ello imputar el pago.

3.1.1. Garantías personales y Reales

En las garantías personales el cumplimiento de la obligación, en caso incumpla el


deudor principal, recae sobre un tercero, que responderá con su patrimonio hasta el
monto en que se pactó garantizaba la deuda. La LTV regula dos tipos de garantías
personales: el aval y la fianza.

ARTÍCULO 56.- GARANTÍAS PERSONALES Y REALES


“56.1 El cumplimiento de las obligaciones que representan los títulos valores puede
estar garantizado total o parcialmente por cualquier garantía personal y/o real u otras
formas de aseguramiento que permita la ley, inclusive por fideicomisos de garantía.

56.2 Para que dichas garantías surtan efecto en favor de cualquier tenedor, debe
dejarse constancia de ello en el mismo título o registro respectivo.

56.3 Si no se señala a la persona garantizada, se presume que la garantía opera en


respaldo del obligado principal.
56.4 A falta de mención expresa del monto o límite de la garantía, se entiende que
garantiza todas las obligaciones y el importe total que representa el título valor.

56.5 En la constitución y ejecución de garantías de valores mobiliarios y de valores


con representación por anotación en cuenta, se observarán además las disposiciones
especiales que señalen las leyes de la materia.”

3.2. De las Garantías Personales


3.2.1. Aval

El aval es una garantía personal típica del derecho cambiario, mediante la cual el
avalista (quien otorga garantía) se obliga en las mismas condiciones y términos que el o

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los obligados principales a efectos de verificar el pago del título valor, convirtiéndose en
obligado solidario del deudor principal.

A tenor de lo dispuesto en el artículo 59 de la LTV, el avalista queda obligado de


igual modo que aquel por quien prestó el aval; y su responsabilidad subsiste, aunque la
obligación causal del título valor avalado fuere nula; excepto si se trata de un defecto de
forma de dicho título. La abstracción del aval se debe al hecho de que el avalista no está
garantizando un negocio concreto (por ejemplo, compraventa), sino que garantiza el
pago del documento cambiario en su calidad de título valor. Es decir, el aval importa la
constitución de una garantía objetiva, autónoma, típicamente cambiaria y abstracta que
viene dada por una declaración unilateral en virtud de la cual una persona se obliga a
cumplir la prestación expresada en el título valor, en las mismas condiciones que el
avalado. La autonomía del aval significa afirmar la existencia propia y diferenciada de
la obligación del avalista respecto de todas las restantes obligaciones cambiarias del
mismo título, incluida lógicamente la deuda cartular del avalado. Efectivamente, la
obligación cambiaria del avalista es tan autónoma e independiente como la del avalado,
siéndolo también respecto de los restantes firmantes del título valor. Para que el aval sea
válido debe cumplir algunos requisitos. En efecto, debe con - La cláusula “aval” o “por
aval” (salvo conste en el anverso del documento). - El nombre de la persona avalada.

De no contener indicación alguna del avalado, se entiende es el obligado


principal; o, de ser el caso, el girador. - El nombre, el número del documento oficial de
identidad, domicilio y firma del avalista. - El monto avalado, que de no estar expreso se
presume es por el importe total del título valor. Finalmente, cabe referir que el aval debe
constar en el anverso o reverso del mismo título valor avalado o en hoja adherida a él.

De otro lado, en caso el avalista cumpla con cancelar la obligación garantizada,


adquirirá los derechos resultantes del título valor contra el avalado y los obligados en
favor de este en virtud del título valor, y se subroga en todas las garantías y derechos
que otorgue dicho título.

ARTÍCULO 57.- AVAL

“Con excepción del obligado principal, el aval puede ser otorgado por cualquiera de
los que intervienen en el título valor o por un tercero. En el caso de ser uno de los
intervinientes, éste debe señalar en modo expreso su adicional condición de avalista.”

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ARTÍCULO 58.- FORMALIDADES

“58.1 El aval debe constar en el anverso o reverso del mismo título valor avalado o
en hoja adherida a él, observando en este último caso las formalidades que la presente
Ley establece.

58.2 El aval se expresa con la cláusula "aval" o "por aval"; la indicación de la


persona avalada; y el nombre, el número del documento oficial de identidad, domicilio
y firma del avalista.

58.3 Podrá prescindirse de la cláusula "aval" o "por aval", cuando esta garantía
conste en el anverso del documento.

58.4 Si no se señala a la persona avalada, se entiende otorgado en favor del


obligado principal; o, de ser el caso, del girador.

58.5 A falta de indicación del domicilio del avalista, se presume que domicilia para
todos los fines de ley respecto al ejercicio de las acciones derivadas del título valor, en
el mismo domicilio de su avalado o, en su caso, en el lugar de pago.

58.6 Si no se señala el monto avalado, se presume que es por el importe total del
título valor.”

ARTÍCULO 59.- RESPONSABILIDAD DEL AVAL

“59.1 El avalista queda obligado de igual modo que aquél por quien prestó el aval; y,
su responsabilidad subsiste, aunque la obligación causal del título valor avalado fuere
nula; excepto si se trata de defecto de forma de dicho título.

59.2 El avalista no puede oponer al tenedor del título valor los medios de defensa
personales de su avalado.

59.3 El avalista puede asumir la obligación señalada en el primer párrafo en forma


indefinida, en cuyo caso no será necesaria su intervención en las renovaciones que
acuerde su avalado y el tenedor del título. En este caso, su aval deberá constar en
modo expreso en el título mediante la cláusula "Aval Indefinido" o "Aval Permanente".

59.4 La cláusula señalada en el párrafo anterior no es necesaria en los títulos


valores que contengan la cláusula de prórroga a que se refiere el Artículo 49.”

ARTÍCULO 60.- SUBROGACIÓN DEL AVAL

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“60.1 El avalista que cumple con la obligación garantizada adquiere los derechos
resultantes del título valor contra el avalado y los obligados en favor de éste en virtud
del título valor, y se subroga en todas las garantías y derechos que otorgue dicho título.

60.2 El avalista que cumpla con el pago el día del vencimiento o antes que el título
fuese protestado, de lo que se dejará constancia en el mismo título, no requerirá de la
formalidad prevista en el segundo párrafo del Artículo 70 para ejercitar los derechos
cambiarios que le corresponda.”

3.2.2. La Fianza

Por la fianza, el fiador se obliga frente al acreedor a cumplir determinada


prestación, en garantía de una obligación ajena, si esta no es cumplida por el deudor.

De esta manera, el patrimonio de una persona distinta al deudor (fiador) va a


garantizar la operación de crédito contraída por este. Este es el concepto genérico de
fianza; sin embargo, encontramos ciertos matices que dependerán de si nos encontramos
ante una fianza común (en una relación ordinaria) o ante una fianza cambiaria (propia
de la relación cambiaria nacida de un título valor).

En este sentido, la fianza común garantiza obligaciones no contenidas en los


títulos valores, por ello no tiene mérito ejecutivo (esto es, no pueden cobrase mediante
proceso ejecutivo) al seguir la suerte de la obligación principal.

Además, la fianza común permite al fiador oponer el beneficio de excusión. Esta


regla está consagrada en el artículo 1879 del Código Civil que señala que el fiador no
puede ser compelido a pagar al acreedor sin hacerse antes excusión de los bienes del
deudor. Distinto es el caso de las fianzas cambiarias, contenidas en los títulos valores,
que por tal motivo tienen mérito ejecutivo, por lo que en caso de incumplimiento
podremos cobrarlo vía ejecutiva, además de no permitir al fiador el beneficio de
excusión. Así lo establece el artículo 61 de la LTV que señala: “(…) la fianza que conste
en el mismo título valor o en el respectivo registro tiene carácter de solidaria y el fiador
no goza del beneficio de excusión, aun cuando no se haya dejado constancia de ello en
el título o en el respectivo registro del valor con representación por anotación en
cuenta”.

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Diferencias entre el aval y la fianza

1. El aval puede ser constituido como parte de un título valor. En cambio, la


fianza puede constar en cualquier documento, no necesariamente en un título valor.

2. El aval es constituido por declaración de una persona. De otro lado, la fianza


nace del acuerdo de las partes.

3. En la fianza existe una sola obligación y dos deudores; en el aval hay dos
obligaciones autónomas, de ahí que se diga que en el aval el avalista no asume la misma
obligación que el avalado, sino la misma responsabilidad.

ARTÍCULO 61.- RESPONSABILIDAD DEL FIADOR

“61.1 Salvo que en modo expreso se haya señalado lo contrario, la fianza que conste
en el mismo título valor o en el respectivo registro tiene carácter de solidaria y el
fiador no goza del beneficio de excusión, aun cuando no se haya dejado constancia de
ello en el título o en el respectivo registro del valor con representación por anotación
en cuenta.

61.2 El fiador queda sujeto a la acción cambiaria, del mismo modo, durante el
mismo plazo y en los mismos términos que contra su afianzado.

61.3 El fiador puede oponer al tenedor del título valor los medios de defensa
personales de su afianzado.”

ARTÍCULO 62.- NORMAS APLICABLES A LA FIANZA

“Son de aplicación a la fianza de que trata el Artículo 61, en cuanto no resulten


incompatibles con su naturaleza y con lo señalado en dicho artículo, las disposiciones
referentes al aval.”

3.3. De las Garantías Reales

Garantía real es todo aquel reforzamiento del derecho del acreedor por medio de
la afectación de un bien del deudor o de un tercero, que asegure el cumplimiento de la
prestación principal. Se diferencia con la garantía personal en que la garantía real se
constituye sobre un bien, que será ejecutado en caso no se cumpla el pago; mientras en
la personal, es un sujeto quien asegura el cumplimiento de la prestación con su
patrimonio, no con un bien determinado. Actualmente, en nuestra legislación nacional

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encontramos cuatro tipos de garantías reales: la garantía mobiliaria (Ley N° 28766), la
hipoteca, la anticresis y el derecho de retención. La primera se da por la afectación de
un bien mueble, puede darse con o sin desposesión de este; en la segunda, se grava un
inmueble, que permanece en posesión del deudor o propietario, debe inscribirse en
registros públicos; en la tercera se entrega un bien inmueble al acreedor concediendo el
derecho de explotarlo y percibir los frutos, debe constar en escritura pública; finalmente
en virtud de la cuarta, se confiere al acreedor la facultad de retener en su poder el bien
de su deudor si su crédito no está suficientemente garantizado, y solo procederá en
casos previstos por ley.

Ahora bien, para constituir garantías reales sobre títulos valores, deberán
expresarse en el mismo título valor, o en el respectivo registro contable, debiendo
señalarse, de ser el caso, la referencia de su inscripción registral. Así lo establece el
artículo 63 de la LTV según el cual: “además de las formalidades y requisitos que las
respectivas disposiciones legales señalen para la constitución de garantías reales que
respalden títulos valores, cuando dichas garantías aseguren el cumplimiento de las
obligaciones frente a cualquier tenedor, debe señalarse en el mismo título o en el
respectivo registro la existencia de tales garantías y, en su caso, las referencias de su
inscripción registral”.

3.3.1. Garantías Reales

ARTÍCULO 63.- GARANTÍAS REALES


“63.1 Además de las formalidades y requisitos que las respectivas disposiciones
legales señalen para la constitución de garantías reales que respalden títulos valores,
cuando dichas garantías aseguren el cumplimiento de las obligaciones frente a
cualquier tenedor, debe señalarse en el mismo título o en el respectivo registro la
existencia de tales garantías y, en su caso, las referencias de su inscripción registral.

63.2 En ese caso, las transferencias del título no requieren del asentimiento del
obligado ni, de ser el caso, del constituyente de la garantía, para que ésta tenga plena
eficacia frente a cualquier tenedor del título valor.”

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4- CONCLUSIONES

 La Ley de Títulos Valores establece como uno de los elementos esenciales de


todo título valor, para la conservación de sus efectos cambiarios, la correcta
identificación de los intervinientes en el documento

 Todas las personas que suscriban el título valor deberán dejar constancia de su
nombre y documento de identidad.

 Las garantías surgen como una necesidad de disminuir el riesgo propio de las
operaciones comerciales, ya que, en virtud de estas, el acreedor, cuando se
produzca el incumplimiento, podrá cobrar su título valor ejecutando la garantía.

 Tanto la fianza como el aval son garantías personales, es decir, es una persona la
que asegura, con todo su patrimonio, el cumplimiento de una obligación
asumida por su garantizado, con lo cual, ante el incumplimiento de la obligación
por parte del garantizado, el acreedor puede requerir el pago a los garantes.

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5- BIBLIOGRAFÍA

 M. BROSETA PONT. “Manual de Derecho Mercantil”, Madrid, 1.994

 J. GARRIGUES. “Curso de Derecho Mercantil”. Madrid, 1.994


 
 F. SÁNCHEZ CALERO.” Instituciones de Derecho Mercantil”. Madrid, 1.998
 
 F. VICENT CHULIÁ. “Compendio crítico de Derecho Mercantil”. Barcelona,
1.990

 LEY 27287- Ley de Títulos Valores

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