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UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES GUIDO SANTIAGO TAWIL

Facultad de Derecho (Director)


Cátedra de Derecho Administrativo

Profesor Titular
Dr. Guido Santiago Tawil
Cátedra ele Derncl1o Administrativo ·-UBA-
Profesores adjuntos Guido Santiago Tawil
Osear R. Aguilar Valdez (int.), Dr. Javier l. Barraza, Federico Campolieti (int.),
Fabián Omar Canda, Nidia Karina Cicero, Máximo Fonrouge (int.),
David Andrés Halperin, Fernando Enrique Juan Lima (inU,
Laura M. Monti (int.l, Alberto Diego Sarciat

Jefes de Trabajos Prácticos


Dafne Soledad Ahe, Denise Bloch (int.), Gabriela Bordelois de Rossi,
María Soledad Larrea, Diego P. Llinás, Gustavo P. Lupetti,
Sergio Miguel Nápoli, Mariana A. Politi, María Paula Rennella,
Mario Revol Lozada, Marcela Roccatagliata, Gabriela Seijas,
Analía Soler, Viviana Valentini

Ayudantes de Primera
Procedimiento
María Gabriela Daud, Luis Devoto, Gastón Oberda,
Julieta Rodríguez Prado, Valeria E. Zayat Administrativo
Ayudantes de Segunda
Natalia Aprile, Tomás Arceo, Marina Avila Montequín, Sofía Capalbo,
María Paula Carpenteri, María Gabriela Casanova, Juan Agustín Cortelezzi,
Luis E. Dates, María Morena del Río, Martín Galli Basualdo,
Ignacio J. Minorini Lima, Natalia Victoria Mortier, Romina Laura Papel,
Karin Quiroga, Graciela Nora Remzulli, Natalia Romero,
Nicolás Sykes, María Susana Villarruel

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http:!!portalacademico.derecho.uba.ar/catedrasl Buenos Aires I Bogotá/ México! Santiago
CAPÍTULO XI
EL INFORMALISMO EN FAVOR DEL ADMINISTRADO
por FERNANDO E. JUAN LIMA

f. INTRODUCCIÓN

El principio del informalismo receptado en la LNPA1 importa Ja excusación de


los requisitos formales que se encuentren contemplados en el procedimiento adminis-
trativo en aquellos supuestos en que se constituyan en un obstáculo para determinar
la verdad material de la cuestión sometida a conocimiento ele la Administración.
Si bien en el presente trabajo se analizará el principio del informalismo con re-
lación a su consagración en las normas que regulan el procedimiento administrativo
nacional, no podemos dejar de señalar que la jurisprudencia ha propiciado la consa-
gración de este principio en procedimientos donde no se encontraba expresamente
reglado, efectuando una consideración más abarcatíva de sus alcances, lo que lo
acerca más a la categoría de principio general del procedimiento administrativo 2 .
Resulta de suma importancia para poder entender las implicancias y los alcan-
ces de este principio el entender qué papel juega el particular o administrado en el
procedimiento administrativo. En este sentido, la doctrina nacional es pacífica en
entender que aquél es un colaborador de la Administración 3 , que si bien concurre
ante ella para defender sus derechos e intereses, no lo hace en el marco de una con-
frontación, sino más bien, en busca de restaurar la legalidad del acto, hecho u omi-
sión contra la que se reclama 4 • A idénticas conclusiones arribó el Máximo Tribunal
Nacional, en la causa "Duresse de Fernández" 5 •

1
Confr. art. 1°, inc. e), de la ley 19.549.
' Sup. Corte de la Provincia de Mendoza, 27/7/l990, "Álvarez, Ornar v. Municipalidad de San
Rafael", LL 1990-E-266.
1
García de Enterria y Femández destacan que el procedimiento administrativo en España se
encuentra concebido como un proceso contradictorio (ver GARCIA DE ENTERRIA, Eduardo - FER.NÁNDEZ.
Tomás R., Curso de derecho administrativo, t. ll, 4' ed., Civitas, Madrid, 1997, ps. 452 y ss.).
4
MoNn, Laura, "El principio del informalismo en el procedimiento administrativo", Jornadas
Nacionales sobre Procedimiento Administrativo organizadas por la Un;versidad Austral, Facultad de
Derecho, los días 20 al 22 de mayo de 1998, Editorial Ciencias de la Administración, División de Estudios
Administrativos, Buenos Aires, 1998, ps. 29/39.
' fallos 308:633.
FERNANDO E. JUAN LIMA EL INf'ORMALlSMO EN f'AVOR DEL ADMINISTRADO !35
134
6
Dentro de Ja doctrina reseñada, cabe resaltar que Tawil eleva la calidad de En otras palabras, nos estamos refiriendo a un presupuesto lógico de !a norma,
colaborador del administrado a la categoría de principio rector del procedimiento el cual constituye u11a guía del análisis hermenéutico que se hará de ésta. Su valora-
administrativo, toda vez que entiende que la colaboración mutua debe prevalecer ción impmta una obligación para el intérprete, pudiendo ser subsanada la interpre-
como condición esencial y hasta existencial de la relación entre el administrado tación errónea o su negativa de aplicación, aun mediante una declaración judicial al
y la Administración, destacando que le compete a esta última el deber de luchar efecto.
y bregar por la defensa y el respeto de los derechos e intereses individuales, en tanto
y en cuanto no se contrapongan con los de la comunidad en su conjunto, teniendo 1. Elementos que componen el concepto
siempre en miras la concreción de un resultado justo y provechoso para el individuo
En primer lugar, cabe hacer referencia al elemento subjetivo. En este aspecto la
y la comunidad. norma reseñada no parece llevar a interpretación confusa alguna, en atención a que
Finalmente, corresponde destacar que tanto la doctrina como la jurisprudencia
han utilizado distintos términos para hacer referencia a este principio, entre los que en ella claramente se establece que el sujeto al que se encuentra dirigido este princi-
cabe destacar los de "formas informales" 7 , "formalismo moderado"", "in dubio pro pio es el administrado o interesado.
actione" 9 , entre tantos otros, los cuales se diferencian más en lo estrictamente termi- Ello tiene razón de ser en que el procedimiento administrativo constituye un
nológico, que en las consideraciones efectuadas sobre el fondo del asunto. instrumento de control de Ja legalidad y del acie1-to de los actos en relación con el
interés público o bien comón que la Administración persigue, constituyendo una ga"·
rantía formal a favor del pattícular que le asegura el ejercicio del poder de reacción
!I. NOCIÓN CONCEPTUAL frente a los actos violatorios de sus derechos subjetivos e intereses legítimos 1'
En este sentido, explica Gordillo 12 que el "procedimiento es informal sólo para
Como hemos visto, en el art. 1°, inc. c), LNPA, se define el informalismo como los administrados y usuarios de servicios püblicos, consumidores, vecinos, en espe-
"[l]a excusación de la observancia por parte de los interesados de las exigencias for- cial los de menor condición económica. Son ellos quienes pueden invocar la elasti-
males no esenciales y que puedan ser cumplidas posteriormente". cidad de las normas de procedimiento, en tanto y en cuanto ellas les beneficien. Ese
De esta definición surge la existencia de tres elementos que deben converger informalís1110 no puede ser empleado por la administración para dejar de cumplir
para que sea procedente la aplicación del principio del informalismo, que se pueden con las normas, ni para eludir el debido proceso; o sus deberes de control de los ser-
sintetizar como el elemento subjetivo, el de forma y el de cumplimiento futuro. vicios que ha concedido o licenciado en monopolio. Tampoco lo pueden invocar los
En acápite subsiguiente examinaremos estos elementos, pero previamente cahe concesionarios o licencia1arios de poderes económicos monopólicos otorgados por
analizar si la excusación de las formas constituye una facultad de la Administración, el Estado, no al menos como si fuera usuario. Así planteada la cuestión, parécenos
o bien, una obligación. indudable que es superior el principio del informalismo para el administrado y los
Si se entiende que el informalismo es una facultad de la Administración, im- usuarios (consumidores, vecinos, etc.) exclusivamente, respecto al del formalismo
portaría sostener que ésta detenta la aptitud de eximir o no del cumplimiento de las para todos".
formas a los particulares. Como el ejercicio de una facultad no es obligatorio, la apli- En otras palabras, el único legitimado en el procedimiento administrativo para
cación de este principio quedaría sujeta a la aplicación discrecional por parte Je la invocar la aplicación de este principio es el paiiicular, a fin de defender sus dcre--
Administración, sin que ello pudiera ser ~en principio- revisado en sede judicial. chos e intereses, pero de ninguna forma se admite su invocación por parte de la
No compartimos esta línea de pensamiento. Administración, quien debe cumplir y respetar acabadamente todas y cada una de las
Cuando hablamos de un principio del derecho, nos referimos a una proposición formas y reglas del procedimiento.
o directiva jurídica, que constituye un criterio fundamental de la justicia o de la nor- Ahora bien, asentado lo expuesto, corresponde determinar los alcances del
ma. Su sentido es el de servir de fundamento, de causa, al ordenamiento, informandc• demento de forma, que surge de la frase "exigencias formales no esenciales
10
y proporcionando el contenido de la norma al intérprete . del proceso".
Todas las peticiones que se le formulen a la Administración, así como las aclua . .
ciones iniciadas de oficio por ésta deben ser canalizadas a través de! procedimiento
" TAWIL, Guido S., "El principio de colaboración y su importancia en el procedimiento admini.,-
normaclo por la LNPA y sus normas complementarias, en el cual se establecen distin-
lrativo", LL 1985-E-952. tas exigencias formales para encauzar las actuaciones hacia el dictado de una deci-
7 F10R1Nr, Bartolomé, "Procedimiento administrativo y recurso jerárquico•·, 2' cd. ampl. y actual..
sión definitiva sobre e! fondo del asunto traído a conocimiento de la Administración.
Abcledo-Perrot, Buenos Aires, 1971, ps. 36 y ss.
' Fallos 315:2762.
' GARClA nE ENTmmiA, Eduardo - FERNÁNDEZ, "fomás R., Curso ... , cit., t. ll, ps. 456 y ss. 11
'º CASSAGNE, Juan C., "Principios generales del procedimiento administrativo", .Jornadas C\sSAGNE, Juan C., Derecho administrativo, t. ll, 8" ed. actual., LexisNcxis, Buenos Aires,
20(!6, ps. 653 y SS.
Nacionales sobre Procedimiento Administrativo organizadas por la Universidad Austral, Facultad d~
Derecho, los días 20 al 22 de mayo de 1998, Editorial Ciencias de la Administracíón, División do " GoJ<DILLO, Agustín, Tralado de derecho adnunistrativo, t. !!, 8' ed., Fundación de Dcr~d10
t\dnJinistrativo, Buenos Airés, 2006, p. IX-26.
Estudios Administrativos, Buenos Aires, 1998, ps. 17/22.

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Dentro de estas exigencias formales, existen dos tipos: las esenciales y las no esen- En palabras de García de Enterria y de Fernández 15, se puede decir que es la
ciales_ esencia misma de la institución, la tendencia a proseguir el camino, siendo el pro-
Como apunta Cassagne 13, las formas no esenciales comprenden desde las irre- cedimiento la vía para llegar a esa decisión final, eficaz y justa, que constituye el
gularidades intrascendentes, hasta aquellos defectos de forma que impliquen una objetivo al que se ordenan todos los requisitos y trámites intennedíos.
nulidad relativa del acto o del procedimiento, mientras que si el defecto configura
una nulidad absoluta, estaremos en presencia de la violación a una forma esencial. IV. ÁMBITO DE APLICACIÓN
En pocas palabras, las formas no esenciales las podemos identificar como aquellas
cuya inobservancia acarreará ~n el peor de los casos- una nulidad relativa, mien-
Las normas procedimentales contempladas en la LNPAy sus normas complemen-
tras que si lo que se configurara es una nulidad absoluta, estarnos ante la violación
tarias son de aplicación en el ámbito de la Administración centralizada y descentraliza-
de una forma esencial. da, inclusive los entes autárquicos 16, encontrándose expresamente excluida su aplica-
Finalmente, al establecerse la posibilidad de que el cumplimiento de las formas
ción a los organismos militares, de defensa y seguridad 17, y sociedades del Estado.
pueda ser efectuado con posterioridad, ello importa la posibilidad de subsanación del
En este sentido, cabe destacar que la aplicación de la norma es determinada ra-
acto o procedimiento, circunstancia que se identifica con !os vicios intrascendentes
tio personae -solamente puede ser aplicada por los sujetos enunciados precedente-
o con las nulidades relativas, atento a que las nulidad absolutas no pueden ser sub-
mente- y ratio materiae -por aplicación del derecho administrativo--, no siendo
sanadas. de relevancia la ubicación territorial en la que se encuentre el organismo 18 •
Lo señalado precedentemente no importa una dispensa en el cumplimiento de
Las disposiciones y los principios establecidos por Ja LNPA configuran un cuer-
las formas. Entiéndase bien: lo que dispone este principio es el diferimiento de su
po normativo que debe ser entendido como un todo único, donde los conflictos que
cumplimiento y no su inobservancia. Esta es la interpretación que debe dársele a
puedan suscitarse deberán ser solucionados mediante una hermenéutica armónica de
la última parte del artículo en comentario y que entendemos como el elemento de las normas.
cumplimiento futuro. Por consiguiente, y siguiendo esta línea de pensamiento, es claro que la apli-
cación del principio del infonnalismo se extiende a todo el procedimiento ya que
lll. FUNDAMENTO. FlNALlDAD lo contrario importaría su aplicación en el inicio del expediente administrativo y su
negación en la etapa recursiva, con las obvias consecuencias perniciosas que ello
El informalismo es el principio procedimental que tiende a garantizar que las implicaría para el particular. Asimismo, y toda vez que el reclamo administrativo
peticiones aiticuladas por particulares en sede administrativa no serán obstaculiza- previo forma parte integrante de este plexo normativo, la aplicación del principio del
das por defectos de índole formal. informalisrno a este supuesto resulta indudable 19•
En este aspecto cobra suma importancia el principio de verdad material, que colo-
15
ca en cabeza de la Administración el deber de conocer la realidad de los hechos traídos GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo - FERNÁNDEz,Tomás R., Curso __ ., cit. l. ll, p. 457_
a su conocim íento, debiendo superar cualquier defecto que configure un obstáculo para " Cfr art. l", ley 19-549.
17
ello, ya sea que haya sido generado por el patticular o por la propia Administración. En lo que respecta a la inap!icabilídad de las nonnas procedimentales contenidas en la LNPA
Como puede verse, estos dos principios se encuentran íntimamente relacionados, ya y sus normas complementarias, la jurisprudencia de la CS.IN no ha sido pacífica, toda vez que en de-
que la observancia irrestricta de uno penn ítirá la concreción del otro. terminadas causas se ha pronunciado por la inaplicabilidad de estas normas (Fallos: 311 :255), mientras
que en otras se pronunció en sentido contrario (Fallos: 312: 1682). En particular, entendemos que en los
El origen de este principio se sustentaría en la tesis de que la Administración
procedimientos administrativos que no se vinculen a lemas que hagan específicamente a la defensa y
debe otorgar a los particulares un tratamiento tolerante en todos los aspectos proce- seguridad del país y sus ciudadanos, la aplicación analógica de las normas y los principios de la LNPA
dimentales relacionados con el cumplimiento de formalidades no esenciales, cuando deberán ser de aplicación. En este sentido se pronunció la PTN (dictámenes, 209:331; 260:294, entre
14 otros).
actúen ante ella en defensa de sus derechos e intereses •
Es decir, es deber de la Administración remover los escollos formales que obs- " Puede suceder que en un mismo territorio existan diversas normas de procedimiento adminis-
taculicen la decisión definitiva sobre el fondo de la cuestión objeto del procedimien- trativo que sean de aplicación, debido a que convergen distintos organismos, tanto de la Nación, de las
provincias, asl como de !a Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
to_ Es que el procedimiento debe ser entendido corno el cauce donde se articulan 19
En este sentido se pronunció la PTN al indicar que los reclamos "deben proveerse, tramitarse
las defensas de los derechos e intereses de los particulares, y sus reglas de forma
Yresolverse cuando resulte indudable Ja impugnación de actos de akance general, hechos, omisiones,
sólo tienden a ordenarlo, no constituyendo de forma obstáculos imposibles de ser etc., cualquiera que sea la denominación que se dé al reclamo; ello así, con fundamento en el principio
sorteados. de informalismo a favor del particular. que rige el procedimiento administrativo e interpretando los arts.
24. inc. a), 30 y 3 l, LNPA, 71 y 72 de la reglamentación respectiva (dictámenes 2 J3 :291 ). Cuando la
petición de un administrado es clara, precisa y concreta, no es posible soslayarla invocando cuestiones
formales, resultando a su vez obligatorio para la Administración expedirse sobre tal petición. toda
'-' CAss.~GNE, Juan C., Derecho_,_, cit., ps. 673 y ss_ Yc1_ que así Jo prescriben los arts_ I ", incs. a) y í). LNPA y 4" de su decreto reglamentario (dictámenes
1
" P1eRRI l3ELMDNTE, Daniel A_, "Principios de derecho administrativo en un fallo de la Suprcm1 107:212). El trámite del reclamo administrativo previo regulado por el art. 30, ley 19_549, modificado
Corte Provincial", LL2000-A-105_ por el art. 12, ley 25.344, no se encuentra sujeto a la observancia de requisitos formales más que aquel
EL INFORMALISMO EN Fi\VOR DEL ADMrN!STRi\DO !39
FERNANDO E. JUAN LIMA
J38
En este senti<lo, y en especial contraposición con el procedimiento administra-
Sin perjuicio de ello, corresponde señalar que su aplicación será más restrictiva tivo, se encuentran consagrados el principio dispositivo y el de prcclusión 22 .
o más laxa, dependiendo de la etapa del procedimiento en el cual se encuentre el El primero de ellos confia a las partes el estímulo de la función judicial, de-
expediente administrativo. A fin evitar reiteraciones innecesarias, corresponde remi- biendo aportar ellas los elementos materiales sobre Jos que versará la decisión
tirnos en este aspecto a las consideraciones que se harán en el acápite 6, cuando se jndícial. Su vigencia se apoya en la consideración de que las pretensiones y las
analicen distintos supuestos en particular. defensas que se ventilan en el proceso civil constituyen un reflejo de los dere-
chos subjetivos de las partes, que no exceden el mero interés privado de éstas.
Asimismo, este principio determina que el proceso judicial sólo se inicia a instan-
v. COMPARACIÓN CON EL CPCCN cia de parte, que los sujetos intervinientes en el proceso detentan la disponibilidad
Como primera consideración, corresponde destacar que el proceso judicial se Jd derecho material· · salvo que exista un interés social respecto a éste....,,, que el
encuentra concebido como un sistema de resolución de. controversias, donde dos o impulso procesal recae sobre ellos, y que el órgano judicial debe limitar su pro-
más partes contrapuestas someten, a la decisión de un tercero ajeno e imparcial, la nunciamiento sólo a lo que ha sido pedido por ellos. Del segundo resulta que el
solución de un conflicto que se ha planteado entre aquéllas. En estos procesos, el proceso se encuentra dividido en períodos o fases, dentro de las cuales se deben
interés de las partes radica en que se haga Jugar a su pretensión, a fin de satisfacer un cumplir uno o más actos, siendo ineficaces aquellos que se ejecuten fuera del pe-
ríodo que le está asignado 23 •
interés que no excede la esfora de su ámbito privado.
En lo reseñado precedentemente radica una de las principales diferencias con De lo reseñado surge la expresa contraposición de estos principios con el infor-
el procedimiento administrativo, que, como vimos en el acápite 1, es concebido malismo, así como la inviabilidad de su aplicación en un proceso judicial, aun cuan-
como un proceso de colaboración -y no de contradicción- entre el particll!ar y la do lo que se someta a decisión del magistrado sean temas exclusivamente nornrndos
Administración, donde el objetivo perseguido es la restauración de la legalidad del por el derecho administrativo.
acto, hecho u omisión que originó las actuaciones, que trasciende el mero inter6o, Por otra parte, así como el informaJismo no puede ser aplicado en un proceso
judicial, el principio dispositivo y el de preclusión de ninguna forma se pueden in-
del particular.
Como lo señala Monti 20 , el juez -en el proceso judicial- tiene la atribución vocar en el procedimiento administrativo a favor de una formalidad que importe una
y el deber de dirigir el proceso, manteniendo la igualdad de !as partes y la inviolahi- negación de Jos derechos o intereses de los paiiiculares. De lo contrario, se negaría la
lidad del derecho de defensa, observando el cumplimiento de los plazos y las etapas es.:ncia misma del procedimiento, el cual excede el mero interés del administrado y
procesales, a fin de mantener incólumnes los derechos de las partes. de la Administración, y que se proyecta directamente en el interés de la comunidad.
Esta concepción en nada se condice con Ja especialidad y el fundamento institucio- Así, podemos destacar claras contraposiciones entre estos principios, entre las
nal del procedimiento administrativo, donde se coloca en cabeza de laAdministraeión que cabe resaltar, a modo de ejemplo, las siguientes:
la obligación de instruir el procedimiento, a fin de determinar la verdad material del L El procedimiento administrativo puede ser iniciado a pedido de parte o de
asunto traído a su conocimiento, mientras que el particular act(ta como un simple oficio, mientras que el principio dispositivo impone que el proceso sea iniciado a
colaborador de ese objetivo. Es por ello que ambas partes detentan prerrogativas que p¡;dido de parte.
les son propias y no pueden ser invocadas por la otra. 2. El impulso de las actuaciones administrativas se encuentra en cabeza de la
Refiriéndonos a las facultades exclusivas del pmticular, se encuentra la de invo- Administración, mientras que en el proceso judicial se le asigna a las partes.
car el informalismo para asegurarse su derecho ele defensa. Este principio sólo podrá 3. Por aplicación del principio del informaJismo, la Administración debe re-
ser alegado por el administrado, en razón de que la Administración debe observar solver el planteo traído a su conocimiento tomando en cuenta no sólo la letra de la
estrictamente las formas a fin de no violentar este derecho, presentación, sino el sentido, la intención, el objetivo que el particular tuvo en miras
Por otro lado, el procedimiento jucli<;ial --regulado por el CPCCN-, al igual al efectuarlo. Asimismo, deberá pronunciarse acerca de los derechos de los adminis-
que el procedimiento administrativo, cuenta coú principios que Je son propios y que trados que se encuentren en juego, aun cuando por ignorancia u omisión, su defensa
sirven como directivas u orientaciones generales en los que se funda ese ordi:na- o invocación no haya sido articulada 24 • En contraposición a ello, el principio disposi-
tivo establece que el magistrado deberá expedirse solamente acerca de las cuestiones
miento jurídico. invocadas por las panes.
Estos principios no son absolutos, ya que si bien la ley prevé determinado:;
principios respecto de ciertas circunstancias, las características especiales
21
del caso 4. Por otro lado, se permite la excusación de las formas a fin de que el admí-
pueden hacer prevalecer un principio diferente, y aun uno contrapuesto . allegue o acompañe nuevas constancias al expediente, aun cuando la etapa

que se refiere a que el reclamo versará sobre los mismos hechos y derechos que se invouirán en la ... Cabe dcstacer que el proceso civil consagra distintos principios que no se enumeran, en aten-
eventual demanda judicial" (dictámenes, 244:287). " que no resultan rnlcvanles para la prcsenie comparación.
'º MoNTI, Laura, El principio .. ., cit., p. 32. PALACIO, Uno E., Derecho .. ., ciL, ps. 253 y ss.

11 PALACIO, Lino E., Derecho procesal civil, L !, 2' ed., 6' rcimpr.. Abckdo-Perrot, Bueno.; " Dic1ámenes 240:61; 210:305 y 210:309, entre otros.
1994, p. 251.

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MO FERNANDO E_ JUAN LIMA EL fNFORMALISMO EN FAVOR DEL ADMINISTRADO 141

pertinente del procedimiento se encuentre concluida, toda vez que en el procedi- dad por el órgano que hubiera debido resolver el recurso, salvo que éste dispusiere
miento administrativo se persigue el esclarecimiento de la verdad material, la cual Jo contrario por motivos de seguridad jurídica o que, por estar excedidas razonables
no puede ser negada en miras de convalidar la vigencia de una formalidad procedi- pautas temporales, se entienda que medió abandono voluntario del derecho" 28 •
mental. Ello, sin perjuicio de que la excusación de las formas no puede acarrear la Si setrala de plazos en el procedimiento en general, la doctrina y la jurispruden-
permanente inseguridad procedimental, ya que de esa forma se vería directamente cia son pacíficas en sostener que la aplicación del informalismo es procedente en es-
afectado un principio primordial del procedimiento: la determinación de la verdad tos supuestos, con excepción de los casos donde se pudiesen conculcar derechos de
material. Por el contrarío, el principio de preclusión impone que los hechos y las terceros. En lo que respecta al supuesto de los plazos de los recursos, ya las posturas
pruebas deben ser alegados y aportados al expediente judicial en la etapa procesal se inclinan a una interpretación más restrictiva, donde el principio es que no procede
correspondiente. la aplicación del informalismo, salvo supuestos especiales.
En este sentido, Fiorini2 5 señala que el procedimiento administrativo persigue A fin de que el particular pueda so11ear la perentoriedad de los plazos de los re-
que las prerrogativas del poder administrador no se ejerzan en forma injusta e irra- cursos deberán configurarse especiales circunstancias, entre las que se puede desta-
zonable, circunstancia que impone que la convalidación de la pérdida de derechos car aquellas que no permitan a la Administración pronunciarse con seguridad acerca
del particular ante la Administración por simples cuestiones formales no represente de la interposición extemporánea del recurso 29 , que el plazo para recurrir sea excesi-
jamás un recto ejercicio de un poder jurídico. En consecuencia, la referencia a la vamente breve 30, entre otras.
aplicación de la preclusión procesal que opera en el proceso judicial en el procedi-
miento administrativo, a fin de justificar la rigidez de las formas, carece de sentido 2. Denominación de los recursos
jurídico.
Aquí entran a jugar dos aspectos diferentes: la aplicación del arL 81 del regla-
mento de la LNPA y la del principio del informalismo propiamente dicha.
VI. ALCANCES DEL lNFORMALISMO En la norma mencionada se establece que los recursos "deberán proveerse y
resolverse cualquiera sea la denominación que el interesado les dé, cuando resulte
Como se ha ido viendo, el informalismo impone que la Administración excuse indudable la impugnación del acto administrativo".
al particular del cumplimiento de ciertas formalidades procedimentales, siempre que
En tan breves líneas, la LNPA pone en cabeza de la Administración la obligación
se cumplan los recaudos desarrollados en el acápite H. de la correcta determinación de los recursos interpuestos por los administrados cuando
Sin perjuicio de ello, no podemos dejar de señalar que si bien la doctrina y la
ellos los hayan calificado erróneamente 31 o cuando no invoquen en términos expresos
jurisprudencia propician una aplicación casi irrestricta de este principio, siempre se
el ténnino "recurso", pero su voluntad de recurrir surja de forma indubitada. Como
deberá tener en cuenta que el informalismo no puede implicar la inexistencia de for-
vemos, es el mandato expreso de la norma lo que regula todo lo referente a la conducta
malidad alguna, toda vez que ello constituiría un obstáculo insalvable en la búsqueda
que deberá adoptar la Administración ante la errónea calificación del recurso.
de la verdad material. Por otro lado, cuando nos referimos a la conducta del particular y la interpretación
que debe hacerse respecto de su voluntad de recurrir el acto, entra a jugar el principio del
L Plazos infonnalismo, el cual determina la excusación de fonnas respecto de la interposición del
recurso, así como la interpretación más propicia para tener por articulado el recurso 32 •
Sobre el particular, hay que comenzar por hacer una distinción que se estima
fundamental, ya que la interpretación variará sustancialmente si nos reforimos a los
plazos previstos para el procedimiento en general o a los de los recursos adminis- " Dictámenes 21 l :470.
26
trativos_ Esto se debe a que estos últimos son perentorios , lo que constituye una '" En este supuesto, en los casos en que exista duda acerca del particular, deberá estarse a favor
de la interposición en plazo del recurso (dictámenes 215:189).
formalidad esencial que no puede ser dejada de lado por la aplicación del inforrna-
"' Corte Sup., 16/11/1993, "Parra de Presto, Stella Maris", LL 1994-A-39; DJ 1994-1-552; DJ
lismo27. 1994-2-552; ED 156, 284.
En este sentido se pronunció la PlN al sostener que los "términos establecidos
" Sobre el particular la PTN viene sosteniendo desde antiguo una doctrina uniforme, que se pue ..
para interponer recursos administrativos son perentorios, por lo que una vez vencidos de sintetizar así: "La Administración debe encuadrar cada impugnación en la normativa procedimentaf
se perderá el derecho para articularlos. En aquel supuesto --recurso deducido fuera de aplicación. Ello así por el principio del infonna!ísmo a favor dei administrado que consagra el ali_ 1°,
de plazo-- ello no obstará a que se considere la petición como denuncia de ilegitirni- apart. c), Ley Nacional de Procedimientos Administrativos Nº 19.549 y además por la teoría de la cali-
ficación jurídica, por la cual los actos tienen la denominación que corresponde a su naturaleza -y no
la que le atribuye la parte---, sustentada en el arL 8 l, Reglamento de Procedimientos Administrativos,
" F10R1N1, Bartolomé, Derecho administrativo, L JI, 2' ed. actual., Abelcdo-Perrot, Buenos J\ires. decreto l759/l972 t(}, !991" (dictámenes 187:!04; 2ll:470; 224:119; 224:660; 235:524; 237:323;
J 976, ps. 420 y SS. 241:226; 242:494; 250:29; 250:57; 250:150; 251:224; 252:15; 253:451; 258:!; 262:40, entre otros).
12
" Cfr. art. 1°, inc_ e), apart. 6), LNPA Cfr. C. Nac. Cont. Adm_ Fed., sala 2', 2504/2000, "WoHSohn, Nelson y_ Dirección Gral.
17Sup. Corte Jusi. Mendoza, sala la, 24/9/1997, "Riquelmc, Héctor A. v_ Municipalidad de impositiva", LL 2000-C-866; OJ 2000-3-523; C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 5', 131211997, "Vicytcs
SAUF E I v. DG!"; dictámenes 213: 178.
Malargüe", LL Gran Cuyo 1998-130.
El, !NFORMAUSMO EN FAVOR DELADM!NISTRr'\DO ¡,13
FERNANDO E. JUAN LIMA
142
Por otro lado, mención especial merece el caso de los procedimientos de licila-
Ello, claro está, no debe ser llevado al extremo de que la laxitud del plan-
ción pública. Sobre el particular cabe destacar que Gordillo'' propicia la aplicación
teo no permita determinar, aun con una interpretación amplia, la voluntad de
del informalismn en el proceso licitatorio, en atención a que entiende que el prin-
recurrir el acto. En este sentido, la jurisprudencia sostiene que si bien en el
dpio de .concurrencia constituye el principio medular de ese procedimiento, por lo
procedimiento administrativo reina el informalismo, las peticiones de los particu-
que el informalismo constituye un medio eficaz para so1tear las formalidades que
lares no pueden formularse con tal vaguedad y laxitud que la Administración no
33 pnedan obstm a la concurrencia de licitantes. Esta postura es compartida por parte de
tenga elementos de juicio suficientes para acceder o denegar lo solicitado • la doctrina nacional, entre los que cabe destacar a Cassagne 3 ª y Monti 39 .
Sin pe1juicio de ello, y más allá de lo rico del debate doctrinario en este aspecto,
3. Algunos casos especiales resulta pertinente destacar que la postura de la PTN 40 sobre este asunto es contraria
a lo propiciado por los mencionados autores.
La particular situación que revisten los concesionarios de los servicios públicos,
En tal sentido, se sostuvo que el principio de informalismo a favor del adrninis--
así como Jos grandes contribuyentes al fisco, requiere una especial consideración.
trado no resulta de aplicación en la presentación de la oferta para un concurso pl!bl i-
que excede el marco del presente capítulo. Sin pe1juicio de ello, corresponde desta-
co, en razón de tratarse de una situación en que intervienen diversos pa1iículares, por
car algunos supuestos en los que su presencia ha generado una particular modulación
lo que Ja conducta de la Administración debe ajustarse a las pautas establecidas en
en la aplicación del principio estudiado. el pliego de condiciones, a fin de no violar el principio de igualdad de todos los ofi>-
Así, se ha dicho que el principio del inforrnalisrno en favor del administrado no
rentes. El procedimiento administrativo, garantía de la tutela del derecho de los par-
es aplicable cuando el actor del proceso no es un administrado que, aisladamente,
ticulares ante la Administración, debe también asegurar la protección igualitaria de
tiene un conflicto con un ente estatal, un inexperto en este tipo de lides; sino que
los derechos de los administrados cuando éstos compiten an1e ella, evitando que la
discute en numerosos procesos cada una de las obligaciones fiscales que se inte11tan
tolerancia en la observancia de los plazos, respecto de uno de los participantes, lesio-
cobrarle, desde que no hay dudas de que las posibilidades de acceso a la informa-
ne el derecho de los restanies. Ello así puesto que en Ja interpretación de los pliegos
ción sobre las formas del procedimiento son para él y su cuerpo de abogados muy
no debe perderse de vista el criterio rector de que los procedimientos de selección
superiores a las que tiene un individuo que, ocasionalmente, enfrenta el aparto ad-
del contratista del Estado han sido establecidos básicamente en beneficio del Estado
ministrativo3". mismo, en resguardo de sus conveniencias económicas, financieras y técnicas, por lo
En el mismo sentido, tampoco podría ser invocado este principio como pn-
cual todo aquello que tienda a una fundada competencia entre los oferentes y a una
dría hacerlo cualquier interesado por una empresa presiadora de un servicio pú-
mayor concurrencia de propuestas no debe ser desalentado por ritualismos formales
blico, en tanto ella participa, en alguna medida, de las potestades relativas a /u
e interpretaciones limitativas; pero ello no implica de manera alguna que deba privi-
Administración, y por cuanto, además, las falencias comportan incumplimientos de legiarse el principio de concurrencia en desmedro del de igualdad.
obligaciones propias de la prestación encomendada. Se ha dicho que admitir la
A mayor abundamiento, se afirmó que la presentación extemporánea de losan-
vigencia irrestricla del injormalismo implicaría, en estos casos, liquidar parte del
tecedentes excede el ámbito de la omisión ritual, para constituirse en una vulneración
contenido normal del servicio público a gestionar al cual se habría obligado /u
sustancial de las normas del pliego, las cuales son obligatorias para la Administración
prestadora en cuestión". y el particular. El mero hecho de presentar una oferta para intervenír en una licitación
En un orden de ideas similar, quien contrata con la Administración no puede
pCiblica engendra, dada la seriedad y relevancía del acto, la exigencia de una dí!igcn-
justificar el incumplimiento de los trámites expresamente previstos invocando la
da del postulante que excede la común, al efectuar el estudio previo de sus posibili-
ignorancia de las disposiciones vigentes o el infonnalísmo administrativo, toda \CZ
dades y de las condiciones que son base de la licitación. El procedimiento licitatorio,
que este principio no es incompatible con las formas de control que son, precisamen-
por la circunstancia de Ja eventual intervención de diversos particulares, se asemeja
te, el supuesto del que parten aquellas disposiciones, que no cabe obviar con apoyo
36 :ti procedirn iento judicial, en tanto y en cuanto no resulta posible otorgar facilidades
en la buena fe que debe regir los contratos , o elasticidades a alguno de los concursantes, sin lesionar el principio de igualdad.

Cfr. C. Nac. Cont. Adm. Fed., sala 4;', 16/3/1998. "Negocios y Participaciones S/\ v. Dirccdón
:.-~,,··
33
General Impositiva", LL 1999-B-535; ED 179-776; DJ 1999-2·· 1042; kL 23/5/1989, -· 17
GORDILLO, AguslÍ!l, "El informalisrno y la concurrencia en la licitación pública", l?evista de
Lumen v. Estado nacional - Secretaría de Agricultura y Ganadería", LL l 990-A--678. Üoreclw Administrati:vo, Nº l 1, Bue11os Aires, l 992, p. 293.
34 Sup. Corte .JusL Mendm:a, sala l'', 24/11/1999, "Tdefónica de Argentina v. Municipali.Jad " C.'\sSAGNE, Juan C., "Los procedimientos de selección del con!ratista estatal", LL 1997-E-
las !-leras''_ LLGrnn Cuyo 2000-66. 1485.
39
" C. Nac. ConL Adm. Fcd., sala 3;', 2/4/1996, "Edesur SA v. ENRE"- MoNTl, Laura, "El principio ... ", cit., ps. 37 y ss.
;c. C. Nac. Cont. Adrn. Fcd., saia 3', 8/l 011980, "Linotipia Talín y otro v. -;n Dictámenes 213: 14 7
-Ministerio de Cu Hura y Educación')~.

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