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Hábitos Lectores para en Niños Con Dificultades en La Lectura
Hábitos Lectores para en Niños Con Dificultades en La Lectura
- Lectura global: poder frenar, levantar la vista y decir la palabra que continúa en la
oración o en el renglón de abajo. Lectura por “fijaciones” (3 fijaciones es lo normal),
explicitando que hay palabras más sencillas de adivinar que otras según sea el nivel de
datos que brinden las palabras anteriores.
Esto podrá hacerse tanto a nivel palabra (programa JEL computarizado o con visor)
como en la lectura de textos.
- Toma del libro: promover la toma del mismo con las dos manos y en 45°.
Actividad: El profesional podrá dar un “pisotón”cada vez que el niño realice una
lectura vacilante, repita o cometa un error de decodificación para promover el
monitoreo y la autocorrección. Luego el profesional “hará una lectura con estas
caracterísiticas” y será el niño el que dará el pisotón en el suelo. Esto divierte mucho a
los niños y a los no tan niños también.
Actividad: otra forma de ampliar el campo visual en la lectura de textos es jugar a leer
en forma conjunta con diversas consignas:
También se favorecerá la ampliación del campo visual utilizando un visor para achicar
la visión del texto. Este visor deberá irse extendiendo en tamaño poco a poco.
- Seguimiento de la oración - renglón visualmente: Evitar el uso del dedo para seguir
el texto luego que el niño puede leer palabras y comprenderlas. En su lugar, utilizar un
visor o sugerir ubique el dedo pulgar en el margen de la línea que está leyendo para no
perderse.
- Lectura global: poder frenar, levantar la vista y decir la palabra que continúa en la
oración o en el renglón de abajo. Lectura por “fijaciones” (3 fijaciones es lo normal),
explicitando que hay palabras más sencillas de adivinar que otras según sea el nivel de
datos que brinden las palabras anteriores.
Esto podrá hacerse tanto a nivel palabra (programa JEL computarizado o con visor)
como en la lectura de textos.
- Toma del libro: promover la toma del mismo con las dos manos y en 45°.
Actividad: otra forma de ampliar el campo visual en la lectura de textos es jugar a leer
en forma conjunta con diversas consignas:
También se favorecerá la ampliación del campo visual utilizando un visor para achicar
la visión del texto. Este visor deberá irse extendiendo en tamaño poco a poco.
- Seguimiento de la oración - renglón visualmente: Evitar el uso del dedo para seguir
el texto luego que el niño puede leer palabras y comprenderlas. En su lugar, utilizar un
visor o sugerir ubique el dedo pulgar en el margen de la línea que está leyendo para no
perderse.
ETAPAS DE LA LECTURA
Es importante remarcar que la lectura para que sea “verdadera lectura” debe iniciarse
fonológicamente. Una lectura de su propio nombre o de marcas no siempre es verdadera
lectura, sino que tenderá a ser una codificación de un logo. La lectura se incia en la fase
llamada “ALFABETICA” o “FONOLÓGICA”.
FASES:
Aquí no hay verdadera lectura sino un mero reconocimiento de la forma visual o logo,
hay “actitud de lectura” pero no
El niño capta grupos de letras y luego palabras en un solo golpe de vista. MA-NO
MANO
ETAPAS DE LA ESCRITURA
Al igual que la lectura, la escritura no es inherente al cerebro humano sino que debe ser
aprendida y automatizada, por lo cual necesita mediación de la enseñanza y tiempo para
fijarla. Para leer al igual que para escribir, se requiere del conocimiento del abecedario
(código arbitrario) y de la asociación con su correspondiente sonoro que son los
fonemas (conciencia fonológica). El aprendizaje de la escritura también es gradual, por
lo cual va evolucionando en la medida en que el niño va captando el principio
alfabético. A diferencia de la lectura, la escritura puede presentarse en formas más
precarias y sus primeras etapas colaboran hacia la representación total de los fonemas.
Es decir, un niño puede entender “algo” del principio alfabético y escribir
silábicamente, pero no bien entiende “algo” de la lectura ya sabe leer y sólo debe
automatizarla. En cambio, en la escritura debe atravesar etapas previas antes de escribir
alfabéticamente y comprender del todo la escritura. Luego deberá perfeccionar esa
escritura respetando la ortografía y pudiendo sustituir su imprenta mayúscula por trazos
más elaborados como son las cursivas.
Al igual que la lectura, la escritura verdadera es la que posee
componentes fonológicos. El escribir su nombre correctamente no
nos indica que entiende el principio alfabético, sino cuando empieza
a representar fonéticamente alguno o todos los sonidos de las
palabras.
ETAPA pre-fonética:
PRESILÁBICA: aún no hay comprensión del principio alfabético, por lo tanto no hay
correspondencia grafema-fonema.
ETAPA fonética:
ETAPA viso-fonética
Para aprender a leer, la persona necesita convertir las letras de una página en un código
lingüístico. Sin embargo, las letras no tienen la connotación lingüística que poseen los
sonidos del habla y que son captados por el cerebro. Al menos que el futuro lector
pueda convertir las letras en el código fonético, estas letras sólo significarán un montón
de rayas y círculos sin sentido. Una vez que esta relación de correspondencia grafema-
fonema es comprendida, el niño ha captado el principio alfabético.
Todos los niños deberán pasar por el mismo proceso, incluso los disléxicos. La
diferencia estará en el esfuerzo y tiempo que les llevará realizar el proceso.
Son tres las etapas principales, en las cuales se utilizan diferentes estrategias para este
aprendizaje. Ellas son la logográfica, la alfabética y la ortográfica. (Frith, 1986;
Morton, 1989; Seymur, 1990). Alegría y Morais (1989) las describen como “tres
mecanismos de identificación de las palabras escritas”, entre los cuales hay una
sucesión fluida, en la que el paso desde un mecanismo anterior a otro más elaborado no
implica la sustitución del primero, sino la “disminución de su importancia relativa en
relación al número de palabras que pueden ser leídas”. Entre ellos hay una interacción
dinámica y progresiva, que impide considerarlas como etapas consolidadas y claramente
delimitables. En este sentido podríamos también hablar de “períodos” del aprendizaje,
para indicar así su característica evolutiva y temporal y de estrategias lectoras para
referirnos a actitudes más estables que emplean los niños en la decodificación de las
palabras.
Es necesario que los niños preescolares hayan adquirido un nivel mínimo básico en el
desarrollo fonológico previo (”prelexical”), sobre el cual pueda actuar la enseñanza
alfabética. En los niños sin dificultades para aprender, “la conciencia fonológica es
automáticamente desencadenada por los principios alfabéticos”. En cambio, los
disléxicos tampoco tienen un desarrollo mínimo de estas habilidades previas para
aprender a decodificar. Esta etapa es donde tienen las mayores dificultades.
Según Morton (1989), en los casos en que se produce una detención o un quiebre en
este proceso (por ejemplo en una dislexia), los sujetos pueden emplear estrategias
compensatorias para seguir aprendiendo. Sin embargo, también pueden regresar y
utilizar estrategias que fueron adecuadas en los períodos anteriores, o inferiores, pero
que ya son insuficientes para ser aplicadas con éxito en el período siguiente. Desde esta
perspectiva, es importante tomar en cuenta si hubo detención y vuelta atrás en las
estrategias para aprender o si el retraso en la lectura se origina en el empleo de
estrategias erradas y corregibles con metodologías corrientes de enseñanza.
Rack (1985) planteó la hipótesis de que los disléxicos “leen usando una estrategia
primariamente visual-ortográfica, más que una recodificación fonológica”. En su
investigación encontró que los disléxicos no emplean eficazmente el código fonético de
la memoria, es decir, no representan internamente, de manera correcta, los sonidos de
las palabras. Para compensar la mayor lentitud que tienen para acceder a la
representación fonológica, tienden a echar mano a las claves visuales-ortográficas. Su
estrategia estaría dirigida más bien a recordar “visualmente” las palabras, compensando
de este modo su dificultad para retenerlas “auditivamente’. Es probable que regresen a
emplear estrategias “logográficas”, de memoria visual global más que utilizar la
información ortográfica propiamente tal. Un efecto importante del uso inadecuado de la
estrategia logográfica es la limitación en el número de palabras diferentes que pueden
memorizar y mayor lentitud para leerlas.
organización motriz
organización espacial
Para detectar dificultades en la escritura se debe tener en cuenta los siguientes aspectos:
1. Trazado
2. Forma
3. Legibilidad
4. Fluidez
5. Significado
Se puede hablar de una “pre-disgrafía” o de niño en riesgo a partir de los 4-5 años.
- Ilegibilidad
Evolutiva: se denomina así al tipo de dificultad ocurrida por disfunción cerebral. El niño
presenta dificultades desde el inicio del aprendizaje.
PRENSIÓN SOBRE EL LÁPIZ: se determina por la forma de toma del lápiz. La misma
debe ser en pinza, con la presión puesta en los dedos pulgar e índice y con soporte en el
dedo mayor. Un niño torpe generalmente utiliza mal la fuerza y no desarrolla destreza
digital. Por ello toma el lápiz en forma incorrecta realizando la presión con una zona
incorrecta (palma, 4 dedos). Ello genera cansancio y por ello se ve afectada la fluidez en
la escritura.
- Cantar el abc.
- Reconocimiento del nombre y sonido de las letras. También se puede jugar al
reconocimiento por el tacto (poner las letras adentro de una bolsa o caja y que el niño
deba meter la mano y sacar una reconociendola solo por el tacto), sobre todo cuando se
trabaja con un nuevo abc como el de imprenta minúscula.
- Seleccionar una letra o sílaba y seguirla de dibujos algunos de los cuales comiencen (o
terminen) con dicha letra o sílaba. El niño debe pintar – marcar aquellos dibujos que
sigan la consigna.
- Unir con flechas dibujos modelo o letra con otros dibujos que comiencen con el
mismo sonido inicial. Hacer lo mismo con el sonido final.
- Decir de 3 a 4 palabras de las cuales una sola comience con un sonido diferente a las
otras. El niño debe seleccionar la diferente. Hacer lo mismo con el sonido final.
- Pensar en forma oral palabras que comiencen con determindad letra o sílaba. Luego
identificar la letra o sílaba en forma escrita, entre otras sílabas.
- Trabajar un vocabulario con flashcards y luego armar una oración para que “lean” con
las palabras conocidas.
- “Adivinar” una palabra a partir del deletreo de otro (para ello se pueden usar tarjetas
con palabras impresas). Se puede elegir el vocabulario a trabajar y ponerlo en las
tarjetas destinadas a este juego. Incluso se pueden organizar niveles de tarjetas
diferenciandolos por “colores” de las tarjetas (se pueden imprimir en hojas de color).
Por ejemplo: palabras bisílabas directas de un color, palabras trisílabas directas de otro
color, palabras bisílabas con alguna sílaba indirecta de otro color, etc.
- Para el deletreo, se puede utilizar material concreto para “materializar” los sonidos. Es
útil el uso de charts con tantos cuadrados como sílabas tiene la palabra y que el niño
deba poner monedas o porotos en cada casillero según sonidos oiga en cada sílaba.
Luego pedir la “lectura” de la palabra. Para ello deberá usar su memoria fonética que ha
sido apoyada en forma visoespacial. Por eso es importante comenzar con palabras
cortas. Se puede trabajar en grupos pequeños de acuerdo a los niveles que existan en el
grado.
- Formar nuevas palabras con los sonidos de otras: agregando, quitando o cambiando
sonidos. Por ejemplo: bala x ala, bota x gota, nube x sube, cama, x coma, sana, x ana,
etc.
A continuación se detallan algunos de los errores más comunes que realizan los niños
con dificultades en el aprendizaje (tanto específicos como no específicos). El docente
debe estar atento a la aparición de algunos de estos signos e implementar las estrategias
sugeridas.
- Marcar con color los renglones en forma intercalada (uno si y otro no) y utilizar cruces
para indicar dónde debe empezar a escribir. Otorgarle mayor espacio en las fotocopias.
Incentivar la importancia de respetar el renglón utilizando un sistema de incentivos:
cada 3 renglones sin salirse del mismo 1 premio. Charlar con el alumno y escribir en el
cuaderno las metas que se proponen: “Durante este mes voy a tratar de escribir sobre el
renglón tratando de no pasarme. Mi maestro me dará un caramelo cada 3 renglones bien
escritos”. Así el niño es, de alguna manera, consciente de su dificultad y de cómo va a
hacer para resolverla.
“A veces lee bien y otras lee mal. Cambia una palabra por otra”
Elegir 2 grupos consonánticos en los que más se equivoque y hacer tarjetas con
palabras. Buscar imágenes con esos grupos ( ver Memotest de Palabras)
“Lee bien pero su lectura es monótona, no respeta los puntos ni las comas ”
Brindarle textos con diálogos y signos de puntuación. Marcar los puntos con
color e indicar que cuando vea uno debe respirar hondo “exageradamente”.
Antes de trabajar con un texto, practicar las palabras de mayor complejidad.
Puede servir realizar carteles con las mismas.
- Respetar signos de puntuación: previo a la lectura, marcar con color los signos de
puntuación; luego pedirle que “exagere” las pausas con respiración profunda en los
puntos y respiración media en las comas. Alternar roles a modo de lectura compartida
para modelar.
- Alternar roles de lectura con el adulto. Al terminar cada párrafo el que lo lee deberá
decir con sus palabras lo que comprendió. Si el niño comete algún error al leer, el adulto
deberá decir la palabra nuevamente o animarlo a que la lea “para adentro” y luego para
afuera. Alternar estas modalidades de corrección para no generar frustración.
Requerir que marque con color los signos antes de comenzar a resolver las
operaciones.
“Empieza a resolver por las decenas, Se olvida de sumar lo que se lleva o de pedir
prestado”