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Date: 2014.06.30 18:44:11 -05:00 Juez: CHAVEZ PAUCAR, JUAN CARLOS


Reason: Resolución Judicial Fecha: 30/06/2014 18:44:23
Location: LIMA / LIMA
Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL
D.Judicial: LIMA/LIMA
FIRMA DIGITAL
PODER JUDICIAL DEL PERÚ
CORTE SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA
OCTAVO JUZGADO ESPECIALIZADO PERMANENTE DEL TRABAJO
Esquina Av. Abancay S/N con Nicolás de Piérola - Edificio Javier Alzamora Valdez – Piso 17 - Teléfono: 4101818

EXPEDIENTE : 19345–2013–0-1801-JR-LA-08
DEMANDANTE : ABELINA MONTES ORTIZ.
CORTE SUPERIOR DE LIMA
DEMANDADO : FONDO NACIONAL DE FINANCIAMIENTO DE LA ACTIVIDAD
Secretario: JIMENEZ QUISPE,
CELIA ELIANA
EMPRESARIAL DEL ESTADO – FONAFE.
Fecha: 30/06/2014 18:45:32
Razón: RESOLUCIÓN JUDICIAL
MATERIA : INDEMNIZACIÓN POR DAÑOS Y PERJUICIOS.
D.Judicial: LIMA/LIMA
FIRMA DIGITAL
JUEZ : JUAN CARLOS CHÁVEZ PAUCAR.
SECRETARIA : CELIA ELIANA JIMÉNEZ QUISPE.

SENTENCIA N° -2014

RESOLUCIÓN N° 04
Lima, 27 de junio del 2014.
AUTOS Y VISTOS: en Audiencia Pública Juzgamiento, de fecha 26 de junio del 2014, con la
concurrencia de ambas partes, se procedió al Juzgamiento del proceso, cuya emisión del fallo y
notificación de la sentencia se difirió para ésta fecha.

I.- PARTES:
a) El demandante ROSA AVELINA MONTES ORTIZ (en adelante la actora).
b) La demandada FONDO NACIONAL DE FINANCIAMIENTO DE LA ACTIVIDAD
EMPRESARIAL DEL ESTADO - FONAFE (en adelante la demandada).

DE LA AUDIENCIA DE CONCILIACIÓN:
II.- DE LAS PRETENSIONES QUE SON MATERIA DEL JUICIO:
El Juzgador, conforme al artículo 43°, numeral 3) de la Ley 29497, Nueva Ley Procesal de
Trabajo – NLPT; al no lograr la conciliación fijó las pretensiones materia del juicio,
mencionándose los siguientes:
Primera Pretensión: Se le pague el importe de s/: 89,571.85 nuevos soles por
indemnización de daños y perjuicios que comprende: Lucro cesante, Daño emergente,
y, Daño moral, por haber sido cesada irregularmente el 30/09/1992.
Segunda Pretensión: Se le pague los intereses, las costas y costos del proceso

DE LA AUDIENCIA DE JUZGAMIENTO
III.- DE LA CONFRONTACION DE POSICIONES:
3.1.- FUNDAMENTOS DE LA DEMANDANTE.
El actor, en su demanda, subsanación y en la confrontación de posiciones invocó los siguientes
hechos:
a) Que, la actora ingreso a prestar servicios para la demandada Empresa Estatal Mercados
del Pueblo S.A. – MESA, desde el 31 de agosto de 1988, en el cargo de Secretaria 13
(SC13), percibiendo como última remuneración mensual el importe de S/ 170.47 nuevos
soles siendo cesada el 30 de setiembre de 1992.

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b) Que, con fecha 07 de febrero de 1991, se publicó en el Diario Oficial El Peruano, el D.S.
N° 039-91-PCM, por el cual se declara en Reorganización la Empresa Mercados del
Pueblo S.A., facultándole a adoptar la reducción de personal. Por ello, mediante Carta
de fecha 19 de febrero de 1991, se solicitó al Prefecto de Lima, para que el día 20 de
febrero de 1991 destaque al personal policial al local central, a fin de que brinden las
garantías debidas, dado que algunos trabajadores venían ejecutando actos de violencia;
siendo desalojados ese día los trabajadores de MESA, constituidos por auxiliares,
técnicos, profesionales y funcionarios, a partir de esa fecha no se permitió el ingreso a
los trabajadores a su centro de labores.
c) Que, a fin de regularizar ese despido colectivo, el Presidente del Directorio, presentó el
04 de julio de 1991 ante la Autoridad Administrativa de Trabajo –AAT, la solicitud a nivel
nacional de reducción de personal, autorizado por D.S. N° 039-91-PCM, el expediente
signado con el N° 1287-91-1DV-NEC, consideró excedentes a 757 trabajadores de la
Sede Lima y al resto de trabajadores de la sede Lima y provincias como no excedentes;
y, en la práctica, los trabajadores de MESA ya habían sido cesados el 20 de febrero de
1991; es así que no se emitió ninguna resolución por parte de la AUTORIDAD
Administrativa de Trabajo que autorizara dicho cese, tal como sucedió con el resto de
ceses colectivos.
d) Que, ante esos hechos el Sindicato de Trabajadores interpuso demanda en el Poder
Judicial en el año 1992, obteniendo sentencias judiciales en el año 1995, ordenando el
pago de sueldos a favor de los trabajadores, para el periodo de setiembre de 1990 a
junio de 1991 (28° Juzgado Laboral de Lima, Exp. N° 1919-91) y de julio de 1991 a
setiembre de 1992 (29° Juzgado de Lima, Exp. N° 1602-92; sentencias que recién
comenzaron a ejecutarse en forma fraccionada a partir de marzo del 2003 y que
culminaron en diciembre del 2009.
e) Que, al ser su caso uno de ceses colectivos, debe pagársele el concepto de daño moral,
por la pérdida de su estabilidad laboral, el no pago oportuno de sus beneficios sociales,
no otorgárseles incentivos por la reducción de personal, ser discriminados en el
saneamiento laboral efectuado por el estado a fin de cancelar los pasivos laborales; y en
cuanto al lucro cesante, señala que en los últimos años se ha dedicado a diferentes
actividades tanto formales como informales, pero no en las mismas condiciones
laborales que tenía en MESA; por lo que solicita el pago de la indemnización por daños y
perjuicios.
3.2.- FUNDAMENTOS DE LA DEMANDADA:
La demandada, en su contestación y la confrontación de posiciones invocó los siguientes
hechos:
a) La demandada dedujo la excepción de falta de legitimidad para obrar de la
demandada; señalando que FONAFE no tiene responsabilidad alguna, y menos puede
ser parte en el proceso, toda vez que conforme lo acredita con la copia de la partida
02000822 del Registro de Sociedades Anónimas de la Oficina Registral de Lima y
Callao, que en la fecha MESA no se encuentra en proceso de liquidación, sino
extinguida como consecuencia de haberse declarado judicialmente su quiebra, proceso
que quedó consentido y ejecutoriado, declarándose la incobrabilidad de sus deudas, lo
que los exime de toda obligación y/o responsabilidad. Asimismo, deduce la excepción de
falta de legitimidad para obrar de la demandante, señalando que es necesario que la
reclamante o quien promueva la demanda, tenga la calidad y/o calidad de Acreedor

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impago, de no tener dicha condición, la ley no le otorga la legitimidad y titularidad para


obrar contra el socio y/o accionista. En cuanto a la excepción de prescripción
extintiva señala que el demandante fue cesado el 30 de setiembre de 1992, y su
demanda fue presentada el 06 de agosto del 2013, esto es, hace 21 años, cuando había
vencido en exceso el plazo que tenía para ejercer su derecho, de modo que la demanda
ha prescrito. Y, finalmente, en cuanto a la excepción de cosa juzgada, señala que en el
Juzgado Civil de San Juan de Miraflores, mediante resolución N° 01, de fecha 13 de
mayo del 2012, se ha declarado la quiebra, la extinción y la incobrabilidad de las deudas
de MESA en liquidación, disponiéndose la publicación de la resolución en el Diario
Oficial El Peruano, por el término de dos días, también dispone la inscripción de la
resolución en los Registros Públicos de Lima y Callao, finalmente, se dispone, se curse
oficio la Corte Superior de Justicia de Lima sur; por ello, la resolución de incobrabilidad
de las deudas de MESA, constituye calidad de cosa juzgada.
b) Para el otorgamiento de una indemnización, el demandante debe probar el daño
alegado, la conducta antijurídica, así como el lucro cesante y el daño moral, como así lo
precisa el artículo 23° de la NLPT y el Pleno Jurisdiccional Regional Laboral realizado
los días 23 y 24 de mayo del 2008.
c) Que, está demostrado que el accionante se encuentra inscrito en el Registro de
Trabajadores Cesados, sin embargo, no ha acreditado por cual o qué beneficio optó
luego de su reincorporación a dicho Registro, aun cuando haya optado por la jubilación
anticipada, no tiene derecho, y en consecuencia legitimidad para solicitar el pago de las
remuneraciones supuestamente dejadas de percibir durante 16 años y 1º meses
posteriores a su cese.
d) Además debe tener en cuenta lo señalado por el artículo 13° de la Ley 27803, que
señala que en ningún caso el reconocimiento del cese irregular, implica el cobro de
remuneraciones dejadas de percibir, durante el período de cese, por ende la pretensión
de lucro cesante no tiene amparo legal; más aún si el actor percibió incentivos
económicos al momento de su cese.
e) En torno al daño moral, no adjuntó ningún medio probatorio que acredite ello, ni prueba
que justifique la exorbitante suma reclamada por dicho concepto, pues en el proceso de
autos el demandante sólo se ha limitado a acreditar haber sido incorporado al Registro
Nacional de Trabajadores Cesados Irregularmente.
IV.- DE LA ADMISIÓN Y ACTUACIÓN PROBATORIA:
4.1.- DE LOS HECHOS REQUERIDOS DE PRUEBAS:
Concluido los alegatos de apertura, se fijó los hechos no requeridos de prueba siguientes:
a) Que la actora fue cesada el 30 de setiembre de 1992.
b) Que el cese fue por cese colectivo.
c) Que la última remuneración percibida fue de S/ 170.47 nuevos soles.
d) Que el cese de la actora fue declarado irregular, por lo que fue inscrito en el RNTCI
mediante Resolución Suprema N° 028-2009-TR.
4.2.- DE LOS HECHOS REQUERIDOS DE PRUEBAS:
Concluido los alegatos de apertura, se fijó los hechos requeridos de prueba siguientes:

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a) Si el cese irregular de la actora se configura como conducta antijurídica o el hecho


generador de la responsabilidad civil.
b) Si existe nexo causal entre el cese y los daños invocados.
c) Si la demandada incurrió en dolo, culpa inexcusable o culpa leve en el incumplimiento de
sus obligaciones.
d) Si le asiste a la actora el derecho al pago de la indemnización de daños y perjuicios en
los rubros de lucro cesante y daño moral, determinando de ser el caso sus importes.
4.3.- ADMISIÓN Y ACTUACION DE LOS MEDIOS PROBATORIOS:
a) El Juzgador admitió los medios probatorios documentales pertinentes ofrecidos por la
actora y la demandada, conforme consta del audio y video.
b) Ninguna de las partes ofreció pruebas extemporáneas.
c) Ninguna de las partes formuló cuestiones probatorias contra las pruebas admitidas.
d) Se procedió a la actuación de las pruebas documentales, requiriendo su oralización a los
abogados de ambas partes, como consta del audio y video.
V.- ALEGATOS FINALES:
a) El Juzgador requirió a los Abogados de las partes formulen sus alegatos finales, los que
fueron expresados oralmente y constan en el audio y video.
b) Se reservó la emisión del fallo oral y se fijó fecha para la notificación de la sentencia
escrita, la cual se procede a emitir a continuación.
VI.- DEL CONTENIDO DE LA SENTENCIA:
DERECHO A LA TUTELA JURISDICCIONAL EFECTIVA
1. Toda persona tiene derecho a la tutela jurisdiccional efectiva, para el ejercicio y defensa
de sus derechos e intereses, con sujeción a un debido proceso y las garantías y principios
propios del derecho laboral; empero observando que el proceso laboral se inspira entre
otros, en los principios de celeridad, economía procesal y veracidad (artículo I T.P. NLPT),
y los jueces de la jurisdicción laboral, asumen el rol protagónico en el desarrollo e impulso
del proceso, privilegiando el fondo sobre la forma y observar el debido proceso, la tutela
judicial y el principio de razonabilidad (artículo II del T.P. NLPT); y teniendo presente que
las exposiciones orales de las partes y sus abogados prevalecen sobre las escritas, sobre
la base de los cuales el Juez dirige las actuaciones procesales y pronuncia sentencia
(artículo 12° NLPT).
2. Los medios probatorios deben ser ofrecidos por las partes únicamente en la demanda y la
contestación; y que la inasistencia de los testigos, así como la falta de presentación de
documentos, no impide al Juez, pronunciar sentencia si, sobre la base de la prueba
actuada, los hechos necesitados de prueba quedan acreditados (artículo 21° NLPT);
debiendo tener presente la regla general que la carga de la prueba corresponde a quien
afirma hechos que configuran su pretensión, o a quien los contradice alegando hechos
nuevos (artículo 23.1 NLPT); así como las reglas especiales de distribución de la carga
probatoria, sin perjuicio de que por ley se dispongan otras adicionales (artículo 23.1
NLPT); que precisan que acreditada la prestación personal de servicios, se presume la
existencia del vínculo laboral a plazo indeterminado, salvo prueba en contrario. (artículo
23.2); es decir que la acreditación de la ausencia del vínculo laboral alegado o la

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autonomía o independencia en la prestación del servicio (sin subordinación), corresponde


exclusivamente al demandado; en tanto que cuando el demandante invoca la calidad de
trabajador le corresponde acreditar la existencia de la fuente normativa de los derechos
alegados de origen distinto al constitucional o legal. (artículo 23.3.a); y de modo paralelo,
cuando corresponda, incumbe al demandado que sea señalado como empleador la carga
de la prueba de haber cumplido con el pago o con sus obligaciones derivadas de las
normas legales, o con sus obligaciones contractuales, su extinción o inexigibilidad (artículo
23.4.a).
Análisis de la excepción de falta de legitimidad para obrar pasiva y activa.
3. La demandada dedujo las excepciones de falta de legitimidad para obrar de la demandada
y del demandante, alegando respecto al primero que FONAFE no tiene responsabilidad
alguna, y menos puede ser parte en el proceso, toda vez que conforme lo acredita con la
copia de la partida 02000822 del Registro de Sociedades Anónimas de la Oficina Registral
de Lima y Callao, que en la fecha MESA no se encuentra en proceso de liquidación, sino
extinguida como consecuencia de haberse declarado judicialmente su quiebra, proceso
que quedó consentido y ejecutoriado, declarándose la incobrabilidad de sus deudas, lo
que los exime de toda obligación y/o responsabilidad ; y respecto al segundo que es
necesario que la reclamante o quien promueva la demanda, tenga la calidad y/o calidad
de Acreedor impago, de no tener dicha condición, la ley no le otorga la legitimidad y
titularidad para obrar contra el socio y/o accionista.
4. La legitimidad para obrar está referida a los sujetos a quienes, ya sea en la posición de
demandantes o de demandados, la ley autoriza a formular una pretensión determinada o a
contradecirla, o a ser llamados al proceso para hacer posible una declaración de certeza
eficaz o a intervenir en el proceso por asistirles un interés en su resultado.
La legitimidad para obrar tiene pues dos aspectos: la legitimidad activa y la legitimidad
pasiva, que corresponde, la primera a la parte que sostiene la pretensión y, la segunda a
la parte que la contradice, respecto a un determinada relación jurídica de derecho material
o estado jurídico, cuya declaración de certeza, ejecución, u otro tipo de providencia judicial
se pretende; sin que ello implique una decisión sobre la relación jurídica material invocada
en el proceso, pues basta sólo la identidad entre los sujetos de la relación jurídica material
referida y los sujetos de la relación jurídica procesal establecida; lo que de modo alguno
implica la atribución de derechos subjetivos, pues ello recién será establecida en la
sentencia de mérito.
5. En éste caso, la actora alega que demanda a FONAFE por tener la condición de
propietaria de su ex empledora la Empresa Estatal de Mercado del Pueblo S.A. – MESA
en extinción, puesto que de conformidad con el D.S. N° 089-91-PCM, donde dice para los
efectos de reducción de personal la empresa presentará a la Autoridad Administrativa de
Trabajo, la correspondiente solicitud, adjuntando la nómina de trabajadores comprendidos
dentro de la medida, conjuntamente con el informe favorable del referido sector; asimismo,
como medio probatorio en el Anexo I-I corre una Carta de Corporación Nacional de
Desarrollo - CONADE, el mismo que en la actualidad es FONAFE, donde indica: “tengo el
honor de dirigirme a usted en relación del oficio de la referencia cuya copia se adjunta a la
presente, con el cual el Presidente del Directorio de la Empresa Mercados del Pueblo S.A.
– MESA, comunica haber solicitado a su despacho la emisión del informe favorable, que
conforme a la reducción propuesta de personal, de conformidad a lo establecido en el Art.
3°, del D.S. N° 039, donde dice: sobre el particular, comunicamos a usted CONADE, que
hemos analizado el plan d emergencia para la reactivación de MESA, entonces CONADE,
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da el visto bueno que efectivamente se lleve a cabo la reducción de personal; más aún, en
el Anexo I-P obra una Carta, 3325-2002, donde dice que las empresas en liquidación se
encuentran comprendidas en el ámbito del FONAFE, razón por la cual se demanda al
FONAFE; y más aún, mediante la Resolución Suprema N° 095-2008-EF, donde dice que
el FONAFE asumirá la competencia sobre las empresas que se encuentren en procesos
de liquidación a cargo de las juntas liquidadoras encargadas en el proceso de liquidación y
disolución llevadas adelante, por estas consideraciones solicita que se declare infundada
las excepciones deducidas.
6. El FONAFE, es una entidad adscrita al Sector Economía y Finanzas creada por la Ley N°
27170, y está encargada de normar y dirigir la actividad empresarial del Estado y que
asumió las funciones de las desaparecidas CONADE (Corporación Nacional de
Desarrollo) y OIOE (Oficina de Instituciones y Organismos del Estado), encargadas con
anterioridad de dichas funciones. Dicha entidad tiene entre sus facultades principales, las
siguientes: i) Ejercer la titularidad de las acciones representativas del capital social de
todas las empresas (creadas o por crearse) en las que participa el Estado y administrar los
recursos provenientes de dicha titularidad; ii) Aprobar el presupuesto consolidado de las
empresas en las que FONAFE tiene participación mayoritaria, en el marco de las normas
presupuestales correspondientes; iii) Aprobar las normas de gestión en dichas empresas;
iv) Designar a los representantes ante la Junta General de Accionistas de las empresas en
las que tiene participación mayoritaria. Asimismo, bajo el ámbito de FONAFE se
encuentran únicamente las empresas que cuentan con participación mayoritaria del
Estado, sea que dichas empresas se encuentren activas o en proceso de liquidación.
Asimismo, se encuentran bajo su ámbito las empresas que le han sido entregadas por
encargo.
7. Por Decreto Supremo Nº 039-91-PCM, de fecha 06.FEB.1991; se declaró en estado de
emergencia a la Empresa Mercados del Pueblo S.A. – MESA, asimismo, se dispuso que el
Directorio de la empresa durante el periodo de emergencia, tiene la facultad de adoptar las
medidas más convenientes que conduzcan a la recuperación de su estabilidad económica
y financiera, así como para racionalizarla administrativamente, incluyendo la reducción de
su personal. Asimismo, mediante Decreto Supremo N° 106-98-EF, de fecha
25.NOV.1998; se autorizó a las Juntas Generales de Accionistas acordar la disolución y
liquidación de las empresas: IVERSIONES COFIDE S.A. – ICSA., Artesanías del Perú
S.A. – ADEPSA y, MERCADOS DEL PUEBLO S.A.- MESA. Por Decreto Supremo N° 430-
2001-EF, de fecha 10.SET.2011; se ratifica el acuerdo de la COPRI que incluye el proceso
de promoción de la inversión privada a las empresas en liquidación INDUMIL PERÚ S.A.,
MESA, ICSA y RTP S.A.
8. Asimismo, se tiene que Mercados del Pueblo en Liquidación, con Resolución Nº 01
del 13 de mayo 2011, expedida por la Jueza Provisional del Juzgado Civil de San Juan de
Miraflores y por el Especialista Legal del mismo Juzgado, se declara la quiebra de la
sociedad de la Empresa, la extinción y la incobrabilidad de sus deudas. Dejándose
constancia que dicha resolución se declara consentida por Resolución Nº 02 del 09 de
noviembre 2011, expedida por el Juez Titular del Juzgado Civil de San Juan de Miraflores
y ante el Especialista Legal del mismo Juzgado; sin embargo tal hecho a criterio de ésta
Judicatura no determina la extinción de las responsabilidades u obligaciones que pudieran
derivarse de la existencia de la mencionada empresa por los hechos que pudo haber
realizado la misma durante su existencia; tanto más si se tiene en cuenta que el accionista
de MESA fue el Estado y le correspondía a una entidad creada por el propio Estado, la
titularidad de las acciones de dicha empresa, como lo fue el CONADE, OIOE y finalmente
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lo es el FONAFE, la cual en todo caso tiene la legitimidad para ser emplazada


judicialmente; con lo que resulta suficiente el establecimiento de la relación jurídico
procesal válida entre el actor y dicha demandada; sin que tal hecho implique la atribución
de derechos o responsabilidades a las partes, pues ello sólo será posible ser estipulada
en la sentencia de mérito; por lo que debe desestimarse la excepción deducida.
Análisis de la excepción de prescripción extintiva:
9. La demandada FONAFE, formuló la excepción de prescripción extintiva, alegando que la
pretensión indemnizatoria de la actora, sustenta en el cese irregular que fue pasible en
fecha 30 de setiembre de 1992 ha prescrito, en razón a que desde dicha fecha hasta la
fecha de interposición de la demanda, transcurrió con exceso el plazo de los 10 años
previstos en el inciso 1) del artículo 2001°, plazo aplicable a dicha pretensión.
10. La actora sostuvo que el Estado recién reconoce que el cese de la actora ha sido ilegal e
irregular recién mediante la Resolución Suprema N° 028-2009, y recién a partir de esa
fecha su patrocinada tenía la acción pertinente, y, está bien lo que dice la demandada,
que el plazo son 10 años, pero el plazo se va a computar a partir del 2009, donde a su
patrocinada se le reconoce que su cese ha sido irregular; por ello, tiene plazo para
interponer la demanda hasta el año 2019.
11. De lo anterior se aprecia que al resolver el medio de defensa invocado, debe analizarse
dos situaciones: i) si el plazo de prescripción aplicable para la acción indemnizatoria
invocada es el plazo previsto para las acciones personales (civil) o el plazo previstos para
las acciones de naturaleza laboral; y ii) si el cómputo del plazo de prescripción debe
iniciarse a partir de la fecha del cese del actor o a partir de la fecha de inclusión en el
RNTCI.
12. La excepción de prescripción extintiva tiene por finalidad extinguir el ejercicio del derecho
de acción para exigir el cumplimiento de obligaciones, por el transcurso del tiempo
previsto por la ley, durante el cual el actor no haya instado las acciones judiciales
tendentes a lograr su cumplimiento, es decir constituye una sanción impuesta al acreedor
negligente por no ejercer oportunamente su derecho de acción.
13. El plazo de prescripción en el ámbito laboral tuvo sucesivas variaciones, todas ellas sin
embargo sólo son aplicables a los derechos y beneficios sociales específicos reconocidos
expresamente en las normas sustantivas laborales, fijándose como último plazo vigente en
la actualidad en 04 años computables a partir de la fecha de extinción del vínculo laboral.
14. Dicho plazo, sin embargo no es aplicable a las pretensiones indemnizatorias invocadas en
el ámbito laboral; al no estar previsto ello expresamente en las normas sustantivas
laborales; máxime si el sustento y fundamento de la pretensión indemnizatoria se sustenta
en las normas sustantivas contenidas en el código civil; debiendo por tanto aplicarse a
dichas pretensiones, los plazos de prescripción previstos en el código civil en el artículo
2001°; que fija el plazo de dos años para el caso de responsabilidad extracontractual y de
10 años, para el caso de la responsabilidad contractual.
15. Lo señalado precedentemente resulta compatible con el criterio establecido por la Corte
Suprema de Justicia, en la CASACION LABORAL N° 2665-2013-AREQUIPA, en su
noveno fundamento en relación a qué plazo debe aplicarse en las pretensiones
indemnizatorias invocadas en el ámbito laboral, estableciendo:
NOVENO.- En relación a la causal de infracción normativa por inaplicación de la Ley
27321, debemos señalar que no resulta aplicable al presente caso pues tiene que ver

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con las acciones por derechos derivados de la relación laboral, como es el caso de la
compensación por tiempo de servicios, gratificaciones, vacaciones, indemnización por
despido arbitrario, entre otros, los cuales tienen connotación distinta a la indemnización
por daños y perjuicios que en este caso deriva de la inejecución de obligaciones en la
que se tendrá que determinar la existencia de dolo, culpa leve o culpa inexcusable y la
relación de causalidad respectiva; (…). Sin perjuicio de ello, conviene señalar, conviene
señalar que en el presente caso, al encontrarse reclamando el pago de indemnización
de daños y perjuicios por responsabilidad contractual, cuyo objeto es el resarcimiento
económico por el despido ilegal efectuado por la demandada, el cual tiene carácter
personal pues deriva de un contrato de trabajo, resulta factible la aplicación del plazo de
prescripción de diez años, establecido en el inciso 1) del artículo 2001° del Código Civil,
conforme lo han determinado las instancias de mérito; (…).

16. Ahora bien, en torno al momento a partir del cual debe computarse el plazo de
prescripción, cabe señalar que la doctrina uniformemente estableció que para que se
configure la prescripción extintiva, se requiere la concurrencia de tres requisitos: i) la
existencia de un derecho que se pueda ejercitar; ii) la falta de ejercicio por parte del titular,
y iii) el transcurso del tiempo determinado en la Ley. Entre los tres, el requisito que más
dudas o controversias generó, es el primero, es decir determinar el momento en que debe
iniciarse el cómputo del plazo de prescripción.
17. Para resolver dicha duda, desde la antigüedad la doctrina formuló la teoría de la actio
nata, según la cual para que pueda comenzar a contarse el plazo de prescripción es
necesario que la acción haya nacido y la inversa, sostiene que la acción todavía no nacida
no prescribe (actio nondum nata no praescribitur). No basta, por tanto, con que el
derecho exista; se precisa, además, que haya nacido la acción para defenderlo o para
ejercitarlo.
18. Nuestra normativa contenida en el artículo 1993° del código civil, acogió dicha posición
doctrinaria al señalar que: “La prescripción comienza a correr desde el día en que puede ejercitarse la
acción y continúa contra los sucesores del titular del derecho”; es decir que el plazo de prescripción
sólo puede computarse a partir del momento en que la pretensión del titular del derecho
es exigible.
19. Lo señalado precedentemente resulta compatible con el criterio establecido por la Corte
Suprema de Justicia, en la CASACION LABORAL N° 2665-2013-AREQUIPA, en su
noveno fundamento en relación a qué plazo debe aplicarse en las pretensiones
indemnizatorias invocadas en el ámbito laboral, estableciendo:
Noveno.- (…).
“…, resulta factible la aplicación del plazo de prescripción de diez años establecido en el
inciso 1) del artículo 2001° del Código Civil, conforme lo han determinado las instancias
de mérito; el mismo que debe computarse desde el día en que puede ejercitarse la
acción, conforme lo establece el artículo 1993° del mismo cuerpo normativo, esto es, a
partir de la publicación del listado aprobado por Resolución Suprema N° 034-2004-TR
que reconoce al trabajador como beneficiario de la Ley N° 27803 (registro N° 515),
publicado en el Diario Oficial El Peruano recién el 02 de octubre del 2004, toda vez que
mediante la emisión de dicha resolución suprema, se le habilitaba al actor para reclamar
toda acreencia laboral o civil en contra de quien fuera su empleador. En tal sentido a la
fecha de presentación de la demanda de indemnización el 22 de junio del 2011, como
se aprecia a fojas 12, no había operado el plazo de prescripción de diez años (…).
20. Conforme a lo anterior, ésta Judicatura conceptúa que si bien el vínculo laboral de la
actora se extinguió en fecha 30 de setiembre de 1992, por cese colectivo; tal cese fue
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calificado como irregular, y en tal virtud se determinó que la actora fue pasible de un cese
irregular y por tal razón fue incorporada en el RNTCI, mediante Resolución Suprema N°
028-2009-TR de fecha 05 de agosto del 2009, fecha que recién apertura válidamente o da
inició al cómputo del plazo de prescripción; dado que con anterioridad a dicha fecha se
presume que la extinción del vínculo laboral era válido, en forma igual a la situación en la
que se encuentran todos los demás trabajadores que hubieran tenido similar forma de
extinción de su vínculo laboral, es decir como consecuencia de los procesos de
reorganización o reestructuración empresarial o reorganización de las entidades públicas
en la década de los noventa, en los cuales no cabía la posibilidad jurídica de instar
acciones judiciales; y es a partir de tal reconocimiento del hecho del cese irregular, en que
nace jurídicamente el derecho de acción para formular pretensiones y reclamaciones que
pudieran dirigirse contra dicho cese irregular; y en el caso concreto de la acción
indemnizatoria, el hecho generador de la responsabilidad o la conducta antijurídica, recién
fue establecida con el reconocimiento de la situación de cese irregular.
21. En tal sentido teniendo en cuenta lo anterior y que la demanda fue interpuesta en éste
caso en fecha 06 de agosto del 2013, se advierte que el plazo de los diez (10) años, aún
no ha transcurrido, por lo que debe desestimarse la excepción deducida.
Análisis de la excepción de cosa juzgada:
22. Que, la excepcionante alega que en el Juzgado Civil de San Juan de Miraflores, mediante
resolución N° 01, de fecha 13 de mayo del 2012, se ha declarado la quiebra, la extinción y
la incobrabilidad de las deudas de MESA en liquidación, disponiéndose la publicación de
la resolución en el Diario Oficial El Peruano, por el término de dos días, también dispone la
inscripción de la resolución en los Registros Públicos de Lima y Callao, finalmente, se
dispone, se curse oficio la Corte Superior de Justicia de Lima sur; por ello, la resolución
de incobrabilidad de las deudas de MESA, constituye calidad de cosa juzgada.
23. Que, la excepción de cosa juzgada, tiene por objeto extinguir un acción, cuando se
produce la concurrencia de la triple identidad de los elementos de la acción (sujetos,
pretensión y el interés), de un proceso iniciado, con los elementos de la acción de otro
proceso que ha concluido por sentencia con autoridad de Cosa Juzgada Material; y que
determina la extinción de la posibilidad continuarse el nuevo proceso.
24. Que se tiene que efectivamente mediante resolución emitida por el Juzgado Civil de San
Juan de Miraflores, de fecha 13 de mayo del 2011, se declaró la extinción y la
incobrabilidad de las deudas de la Empresa Mercados del Pueblo SA; sin embargo dicha
resolución no contiene los tres elementos para que se configure la cosa juzgada; puesto
que quien está a cargo actualmente de dicha empresa es el FONAFE; por consiguiente la
excepción deducida debe ser desestimada; por estas consideraciones SE RESUELVE:
declarar INFUNDADA LA EXCEPCIÒN DE COSA JUZGADA promovido por la
demandada.
Análisis del primer hecho requerido de prueba:
25. Respecto a si el cese de la actor se configura como el daño que invoca y si se
constituye en el hecho generador de la responsabilidad civil, cabe señalar que, el
daño -elemento sustancial de la responsabilidad civil-, en sentido amplio se entiende como
toda lesión o menoscabo del derecho subjetivo de un individuo y en sentido específico como
todo menoscabo a los intereses de los individuos en su vida de relación social, que el
derecho u ordenamiento jurídico ha considerado merecedor de la tutela legal.

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26. Según la doctrina, estos daños pueden ser patrimoniales o extrapatrimoniales. El primero
comprende al daño emergente (la pérdida patrimonial efectivamente sufrida) y el lucro
cesante (la ganancia dejada de percibir). El segundo comprende al daño moral (la lesión a
los sentimientos de la víctima y que produce un gran dolor o aflicción o sufrimiento en la
víctima) y al daño a la persona (la lesión a la integridad física del sujeto (perdida de un
brazo, lesión severa, etc.) o la psicológica y la frustración del proyecto de vida.).
27. El daño emergente, comprende el detrimento o la pérdida sufrida en el patrimonio por una
persona, como consecuencia de la conducta antijurídica y que para su cuantificación debe ser
demostrado y acreditado de modo objetivo y fehaciente por quien alega haber sufrido el daño,
conforme así lo impone el artículo 196° del Código Procesal Civil.
28. El lucro cesante, comprende las ganancias o ingresos dejados de percibir; estando en tal caso la
actora obligada a señalar y acreditar fehacientemente, cuál o cuáles o en qué consisten aquellas
ganancias o ingresos presuntamente dejados de percibir.
29. El daño moral, debe entenderse como la lesión a los sentimientos y que produce un gran dolor o
aflicción o sufrimiento en la víctima, pues la pérdida abrupta del trabajo y sin la concurrencia de
una causa justa de despido; genera incontrovertiblemente un sentimiento profundo de aflicción,
que impone la necesidad de la tutela legal y resarcimiento a la víctima, el cual no puede ser
desconocido por el simple hecho de haber efectivizado la tutela restitutoria a través de su
reposición en el centro de trabajo. Al respecto el artículo 1322º del Código Civil establece que: “El
daño moral, cuando él se hubiere irrogado, también es susceptible de resarcimiento”, y considerando que
dicho dispositivo, no hace ninguna referencia específica al significado del daño moral,
conceptuamos que para su valuación resulta aplicable el mismo significado del daño moral
previsto en el régimen de la responsabilidad extracontractual por el artículo 1984º del Código Civil
que señala: “El daño moral es indemnizado considerando su magnitud y el menoscabo producido a la
víctima o a su familia”.
30. La doctrina y la jurisprudencia plantearon dos grandes problemas respecto al daño moral: i) su
acreditación, y ii) su cuantificación. En el primer caso, señalan que existe enorme dificultad para
establecer si existe daño moral o no, pues no todas las personas expresan sus sentimientos o
emociones por igual; en otros casos puede haber una simulación de sufrimientos; y en otros los
sufrimientos severos son resistidos con fortaleza sin ninguna alteración en la salud o aspecto físico
del sujeto, por tal razón la jurisprudencia ha optado por presumir que aquellos casos de pérdida
abrupta del trabajo que pone en riesgo la propia subsistencia del trabajador y la de su familia, la
persona padece un sufrimiento o tristeza por estar impedido de participar en actividades
recreativas, celebraciones familiares y festividades tradicionales o colectivas, que se extiende a
sus, hijos y parientes, resultando por tanto evidente la causación del daño moral que impone su
reconocimiento y una indemnización. En el segundo caso igualmente resulta difícil cuantificar el
monto de la indemnización, pues los sentimientos morales resultan inapreciables
económicamente, por lo que se estima que a la probable concurrencia de las situaciones
emocionales antes referidas, deben agregarse circunstancias directas como son el prestigio
personal y profesional del trabajador afectado por el despido arbitrario; la frustración de su
desarrollo profesional; las privaciones que sufrió tanto él trabajador como sus familiares directos
tanto en alimentación, salud, educación, recreación, etc., los que deben ser considerados como
elementos objetivos en función a los cuales debe cuantificarse un monto razonable y prudencial.
31. Que, por otro lado respecto de la antijuricidad, el Jurista Lizardo Taboada Córdova1, ha
señalado que ésta, desde la óptica legal supone que “una conducta es antijurídica, no solo cuando
contraviene una norma prohibitiva, sino también cuando la conducta viola el sistema jurídico en su totalidad, es decir,

1
Lizardo Taboada Córdova. ELEMENTOS DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL. Editorial Jurídica Grijley E.I.R.L. 2da.
Edición. 2003. Pág. 28.

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afecta los valores o principios sobre los cuales se ha construido el sistema jurídico”; y desde la óptica
contractual; la antijuricidad es siempre típica y no típica, pues ella resulta del incumplimiento total de una
obligación, del cumplimiento parcial, del cumplimiento defectuoso o del cumplimiento tardío o moroso”.

32. En el presente caso, la actora sostiene que sufrió daños, como consecuencia de su cese
arbitrario e irregular; tanto en la esfera patrimonial (lucro cesante) al verse desprovisto
abruptamente de su ingreso mensual que era su sustento económico de ella y de su familia;
así como en la esfera extra patrimonial (daño moral) al habérsele causado sufrimiento,
aflicción por la pérdida de su trabajo y la privación de sus ingresos mensuales; hecho que
trunco su desarrollo personal y familiar.
33. Está acreditado en autos que el cese de la actora como resultado de su cese colectivo; fue
calificado como irregular y en tal virtud fue inscrita en el Registro Nacional de Trabajadores
Cesados Irregularmente mediante Resolución Suprema N° 028-2009-TR; en cuya virtud,
eligió acogerse al beneficio de la reincorporación, solicitando su reincorporación al Seguro
en un proceso seguido ante el Noveno Juzgado en Jesús María, el que se encuentra a la
fecha admitida, pero aún no hay sentencia (Min. 00:25:12 Registro de Audio y Video);
circunstancia que a criterio de ésta Judicatura determina la configuración del daño y
del hecho generador del daño, dado que el cese irregular de la actora se asimila a
un despido, el cual se constituye en el presente proceso como la conducta
antijurídica realizada por la demandada.
Análisis del segundo hecho requerido de prueba:
34. Respecto a si existe nexo de causalidad entre el cese y los daños que reclama; cabe
señalar que el daño que alega sufrió tanto en la esfera patrimonial a título de lucro cesante,
como en la esfera extrapatrimonial a título de daño moral, guardan relación de causalidad con
el hecho del cese colectivo de la actora que fuera posteriormente declarado como cese
irregular; lo cual habría originado que dejara de percibir sus remuneraciones habituales y le
habría ocasionado los sufrimientos y aflicciones; por lo que ésta Judicatura concluye que
está acreditada la concurrencia del nexo de causalidad.
Análisis del tercer hecho requerido de prueba:
35. Respecto a si la demandada incurrió por dolo, culpa inexcusable o culpa leve en
incumplimiento de sus obligaciones legales o convencionales al momento de
determinar el cese de la actora; cabe señalar que la culpa es toda violación de un deber
jurídico, derivado de la falta de diligencia (negligencia) en el cumplimiento de las
obligaciones provenientes de la ley o un convenio; negligencia que puede derivar sea de
una falta de previsión del resultado (in omittendo) o una previsión errónea (in faciendo).
En el primer caso el responsable no previó las consecuencias, pudiendo y debiendo
hacerlo; y en esto está su falta. En el segundo caso, el responsable sí previó las
consecuencias; pero confió con imprudencia o ligereza en que no se producirían; sin
embargo lo que es relevante es que en ambos casos, la culpa sea perjudicial al acreedor,
para que surja la responsabilidad del deudor, pues no hay acción sin interés.
36. Por otro lado, la gravedad de la culpa, se deriva de la falta o ausencia de previsión de las
consecuencias, que pudieran ocasionar la determinación de una conducta o
comportamiento determinado, convirtiéndole por ende en una culpa inexcusable; de
manera que la previsión errónea de que no se daría el resultado dañoso, sólo determinaría
la configuración de una culpa leve.
37. La decisión del empleador de extinguir el vínculo laboral; supone la obligación de observar
las disposiciones legales que regulan dicha vinculación; es decir la concurrencia de una
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causa justa prevista en la ley y el cumplimiento del procedimiento formal; de manera que
la inobservancia de dichas exigencias importará la configuración una conducta negligente;
cuya gravedad dependerá de si dicho comportamiento denota una negligencia inexcusable
o una negligencia leve; para lo cual deberá evaluarse si el empleador estuvo en la
posibilidad de prever las consecuencias de dicho comportamiento.
38. En éste caso, la implementación del procedimiento de cese colectivo; no puede ser
calificado de modo automático como una conducta negligente inexcusable, precisamente
porque se sustentó en que el comportamiento de la Empresa MERCADO DEL PUEBLO -
MESA, habría estado sustentado en la observancia de las disposiciones legales que
regulan dicho procedimiento de terminación del vínculo laboral por causas objetivas
(cumplimiento de la Ley), sin embargo dicho procedimiento pese haber sido declarado
nulo mediante sentencias judiciales emitidas en los expedientes N° 1602-1992 y 1919-
1992, seguidos ante el 28° y 29° Juzgados Laborales de Lima, se ordenó la invalidez del
cese colectivo, procedimiento que posteriormente fue abandonado por la demandada y
por ende en el desamparo total a los trabajadores; procedimiento que además había sido
autorizado por el CONADE (HOY FONAFE); brindándoles un tratamiento discriminatorio
respecto a otros trabajadores que se acogieron a las renuncias voluntarias, a quienes les
otorgaron incentivos económicos; de lo que se infiere que dicha decisión excluye la
voluntad infractora de la empresa empleadora (dolo), más no así la falta de previsión
(culpa inexcusable); pues existiendo un mandato judicial que determinó la invalidez del
cese colectivo dispuesto, debió la demandada adoptar las decisiones pertinentes para la
restitución de los derechos del actor y otros trabajadores que fueron cesados
colectivamente, lo que no ocurrió; y si bien el propio Estado con posterioridad determinó la
irregularidad de los ceses ocurridos como resultado de aquellas disposiciones; como es el
caso del cese de la actora; tal determinación, no puede implicar la atribución de la
responsabilidad ya sea a título de dolo, sino simplemente la atribución de una negligencia
inexcusable.
39. Lo anterior resulta compatible además con el hecho de que para que se configura como
conducta antijurídica o hecho generador de la responsabilidad civil, el hecho de la
extinción del vínculo laboral de la actora, se requirió la previa calificación de su cese como
irregular; siempre que se cumpliera con los requisitos exigidos por la Ley 27803 emitida
por el propio Estado; no siendo por ende automático el reconocimiento de tal irregularidad
a todos los trabajadores que hubieran sido cesado por igual razón o en similares
circunstancias; sino extensible únicamente a quienes fueron incluidos en los cuatro
listados aprobados por el propio Estado; ante lo cual las empresas o entidades
empleadoras se vieron obligados a reconocer tal irregularidad; circunstancias por las que
ésta Judicatura concluye que la imputación de la responsabilidad de la demandada,
debe sustentarse en éste caso en la culpa inexcusable, prevista en el artículo 1319°
del Código Civil.
40. A mayor abundamiento, respecto a la responsabilidad que tendría FONAFE en el presente
proceso, dado que la actora habría prestado servicios a favor de la empresa MERCADOS
DEL PUEBLO S.A.; cabe reproducir los fundamentos mencionados en la torno a las
excepciones de falta de legitimidad para obrar invocada por la demandada; de los cuales se
infiere que FONAFE tiene la condición de obligada para asumir las obligaciones que
pudieran establecerse en éste proceso a favor de la actora.
Análisis del cuarto hecho requerido de prueba:

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41. Respecto a si le asiste a la actora el derecho al pago de la indemnización de daños y


perjuicios en los rubros de lucro cesante y daño moral, determinando sus importes;
cabe señalar que los daños en sus diversos ámbitos (daño emergente, lucro cesante y
daño moral), deben ser plenamente acreditados, no bastando invocar haberlos sufrido.
42. Al haberse acreditado que el cese de la actora fue calificado posteriormente como
irregular, por el propio estado, se habría acreditado que se le ocasionó daños en su esfera
patrimonial en el rubro de lucro cesante, al verse privada en forma inmediata y automática
de los ingresos económicos dejados de percibir durante todo el periodo desde su fecha de
cese hasta que se produzca su reincorporación, ya que como afirma la actora, y que no
ha sido desvirtuado por la demandada, que la actora ha iniciado un proceso de
reincorporación en el Noveno Juzgado ubicado en Jesús María, el mismo que se
encuentra admitido a la fecha, pero aún no se ha emitido sentencia, tal como manifestó en
Audiencia de Juzgamiento (Min. 00:25:12); con lo que se colige que los daños alegados
en la esfera patrimonial están en vía de ser resarcidos por el Estado; pues
voluntariamente optó por la reincorporación; por lo que se ha visto privada de sus
remuneraciones habituales, gratificaciones, y otros beneficios, por lo que le asistiría el
derecho al reconocimiento de tales daños y la atribución de las consecuencias
resarcitorias por parte de la entidad demandada; sin embargo, previamente, antes de
establecer la conclusión de si le asiste a la actora el derecho o no a percibir la
indemnización por lucro cesante, cabe señalar lo siguiente:
a. Por Decreto Supremo Nº 039-91-PCM de fecha 06.FEB.1991; se declaró en estado de
emergencia a la Empresa Mercados del Pueblo S.A. – MESA, asimismo, se dispuso que el
Directorio de la empresa durante el periodo de emergencia, tiene la facultad de adoptar las
medidas más convenientes que conduzcan a la recuperación de su estabilidad económica y
financiera, así como para racionalizarla administrativamente, incluyendo la reducción de su
personal.
b. Que, mediante Decreto Supremo N° 106-98-EF, de fecha 25.NOV.1998; se autorizó a las
Juntas Generales de Accionistas acordar la disolución y liquidación de las empresas:
IVERSIONES COFIDE S.A. – ICSA., Artesanías del Perú S.A. – ADEPSA y, MERCADOS
DEL PUEBLO S.A.- MESA.
c. Por Decreto Supremo N° 430-2001-EF, de fecha 10.SET.2011; se ratifica el acuerdo de la
COPRI que incluye el proceso de promoción de la inversión privada a las empresas en
liquidación INDUMIL PERÚ S.A., MESA, ICSA y RTP S.A.
d. Por Ley 27452, se dispuso la creación de la Comisión Especial encargada de la revisión de
los ceses colectivos efectuados en las empresas del Estado sometidas a procesos de
promoción de la inversión privada en cualquiera de las modalidades de promoción de la
inversión, comprendidas dentro de los alcances del Decreto Legislativo Nº 674 y sus normas
reglamentarias o modificatorias que se efectivizaron entre los años 1991 y el 2000;
e. Como consecuencia de la culminación de la revisión de los expedientes formulados por los ex
trabajadores cesados, se emitió la Ley Nº 27803, cuya finalidad fue la implementación de las
recomendaciones formuladas por las comisiones creadas por las Leyes Nº 27452 y Nº 27586;
disposición ésta última que era de aplicación únicamente a los ex trabajadores cesados mediante
procedimientos de ceses colectivos llevados a cabo ante la Autoridad Administrativa de Trabajo
en el marco del proceso de promoción de la inversión privada, y que conforme a lo establecido por
la Comisión Especial hubieran sido considerados irregulares; y conforme al artículo 8°, segundo
párrafo, el Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo debía centralizar la información que
debían ser remitidas obligatoriamente por las entidades referidas en la Ley Nº 27487, para la
elaboración del respectivo registro de ex trabajadores.

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f. El artículo 9° de la Ley 27803; precisó los criterios o parámetros para la elaboración del listado o
registro de ex trabajadores cesados, entre ellos: i) Considerar únicamente las solicitudes de
revisión de cese cursadas al amparo de la Ley 27487; ii) Considerar únicamente a los ex
trabajadores que cesaron por renuncia coaccionada; iii) Se considerarán ceses irregulares
aquellos ceses colectivos que se produjeron incumpliendo los procedimientos legales establecidos
en el Decreto Legislativo 276, contraviniendo los procedimientos de excedencia regulados en el
Decreto ley 26093 y contrarios a los procedimientos establecidos en las normas de reorganización
autorizados por norma legal expresa; iv) Se consideraran como ceses irregulares, aquellos que
afectaron a los obreros municipales al amparo del Decreto Ley 26093, fuera del ámbito de la
Octava Disposición Final de la Ley 26553.
g. Posteriormente, se emitieron las Resoluciones Ministeriales N° 347-2002-TR y 059-2003-TR y las
Resoluciones Supremas N° 034-2004-TR y 028-2009-TR; por los que se aprobaron el primer,
segundo, tercer y cuarto listados de Ex trabajadores cesados irregularmente que debían ser
inscritos en el Registro Nacional de Ex Trabajadores Cesados Irregularmente; con derecho a
acceder a los beneficios previstos en la Ley 27803.
43. La emisión de la Ley 27803, como lo afirmó el propio Tribunal Constitucional en la STC
emitida en el expediente N° 00007-2009-PI/TC; conlleva pues una decisión política de
reconocer la especial y particular situación de enmienda que el Estado decidió llevar a
cabo, en relación a los ceses colectivos implementados en el marco del proceso de
privatización de las empresas del Estado ordenado mediante el Decreto Legislativo 674 y
otros dispositivos concordantes o complementarios; que afectaron el derecho al trabajo de
un número indeterminado de trabajadores, servidores y empleados públicos que
laboraban para entidades del sector público o para empresas en las que el Estado tenía
una participación mayoritaria.
44. Tal situación especial y particular de enmienda unilateral y voluntaria del Estado, supuso
pues tanto el reconocimiento de la antijuridicidad de dichos ceses y el voluntario
resarcimiento de tales hechos, con la dación de la Ley 27803; cuyo artículo 1°, determina
el ámbito subjetivo de aplicación, extendiéndolo únicamente a los ex trabajadores
cesados que se les habría obligado bajo coacción a renunciar; y cuyo artículo 2°,
determina el ámbito objetivo, es decir los únicos beneficios de carácter resarcitorio
(indemnizatorio), reconocidos por el Estado a través de dicha ley; instituyendo a dicho
efecto un Programa Extraordinario de Acceso a Beneficios, dirigido a los destinatarios de
la misma ley, incluyendo la creación del Registro Nacional de Trabajadores Cesados
Irregularmente cuya función primordial sería la de administrar el acceso a los beneficios,
previstos por dicho programa y que se mencionan en el artículo 3°, cualquiera de los
cuales debían ser elegidos optativa y excluyentemente por los beneficiarios; previéndose
entre ellos:
1) la reincorporación o reubicación laboral;
2) la Jubilación Adelantada;
3) la compensación económica; y
4) la Capacitación y Reconversión Laboral.
45. Adicionalmente a dichos beneficios, en el artículo 13°, se previó el pago de aportes
pensionarios que debía asumir el Estado, tanto en el Sistema Nacional de Pensiones o al
Sistema Privado de Pensiones, por el tiempo en que se extendió el cese del trabajador por
un lapso no mayor a los 12 años; previéndose sin embargo de modo expreso que en
ningún caso implica el cobro de remuneraciones dejadas de percibir durante el
mismo período.
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46. El artículo 16°, en torno al beneficio de la Compensación Económica, precisó que


quienes opten por dicho beneficio, deberán manifestar su disposición a acogerse al
beneficio de pago de una compensación económica y que el monto de dicha
compensación será equivalente a dos remuneraciones mínimas vigentes a la fecha de
publicación de esta ley, por cada año de trabajo acreditado hasta un máximo de 15 años.
47. Asimismo el artículo 18°, brindó el beneficio a los trabajadores comprendidos en su
ámbito de aplicación, cuyos beneficios sociales no les hubieran sido abonados o hubieran
sido liquidados en forma diminuta, a que puedan acudir al Poder Judicial para que previa
revisión de beneficios sociales, se les abone lo que conforme a Ley corresponda.
48. Para la viabilidad económica de dicha Ley, en su artículo 20°, se estableció la fuente de
financiamiento, para atender cualquiera de los beneficios previstos, con los recursos
provenientes del Fondo Especial del Dinero Obtenido Ilícitamente en Perjuicio del Estado
(FEDADOI), creado por el Decreto de Urgencia Nº 122-2001 y normas ampliatorias; y en
defecto o insuficiencia de ellos con los fondos que establecerá el Ministerio de Economía y
Finanzas, de conformidad con la norma VIII del Título Preliminar de la Ley Nº 27209 - Ley
de Gestión Presupuestaria del Estado y los artículos 5 y 17 del Decreto Legislativo Nº 183
- Ley Orgánica del Ministerio de Economía y Finanzas.
49. De lo señalado, se advierte pues que el Estado, previó normativamente de modo taxativo
todas las formas de resarcimiento que debía cumplir por los daños causados como
consecuencia de los ceses irregulares, opciones resarcitorias que todo se enmarcan
en la esfera patrimonial.
50. Si bien en éste proceso se estableció que la actora sufrió los daños alegados, el hecho
generador o conducta antijurídica, el nexo de causalidad y el factor de atribución de
responsabilidad por culpa leve; también es cierto que fue el propio Estado, que calificó el
cese de la actora como irregular, al incluirla en el cuarto listado aprobado por la
Resolución Suprema 028-2009-TR, que debía inscribirse en el Registro Nacional de
Trabajadores cesados irregularmente, en cuya virtud la actora, pretende ser reubicada en
el seguro; con lo que se colige que los daños alegados en la esfera patrimonial aún
no han sido resarcidos por el Estado; y pese a que voluntariamente optó por la
reubicación en lugar de la compensación económica prevista con carácter indemnizatorio;
y si bien hasta la fecha aún no ha sido reincorporada; al haber optado por la reubicación,
optó por uno de los beneficios excluyentes regulados en la ley; por ende no puede
pretender paralelamente pretender ahora el otorgamiento adicional de un resarcimiento
económico (compensación económica), salvo en el supuesto de que se determinara en
forma definitiva en el proceso judicial que inicio que no le corresponde tal derecho a la
reincorporación o reubicación; debiendo entre tanto entenderse que jurídica y legalmente
no le asiste a la actora el derecho al pago de la indemnización en la esfera patrimonial,
máxime si se tiene que en éste caso, el factor de atribución establecido en éste caso fue
por negligencia inexcusable; en cuyo caso la indemnización pretendida debe sujetarse a lo
previsto en el artículo 1321° del código civil; el cual a criterio de ésta Judicatura va a ser
resarcido satisfactoriamente con la reincorporación al Centro de Trabajo; y con el probable
reconocimiento del tiempo de servicios para efectos pensionarios, el cual resulta adicional
a cualquiera de los beneficios previstos; por lo que ésta Judicatura concluye que no le
asiste a la actora el derecho al pago de la indemnización por lucro cesante (daño en
la esfera patrimonial), al haber sido ya satisfecho por la entidad demandada,
debiendo por ende declararse infundada la demanda en torno a la pretensión
indemnizatoria sustentado en el lucro cesante.
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51. Respecto al daño moral; ésta Judicatura, considera en primer término que al formar éste
parte de la esfera extrapatrimonial de la responsabilidad civil; no está comprendido dentro
de los beneficios de resarcimiento previstos por el Estado en la Ley 27803; lo que equivale a
decir que el daño moral invocado no fue objeto de resarcimiento con ninguno de los
beneficios previstos para los beneficiarios de la referida ley; por lo que corresponde realizar
el análisis respecto a dicho extremo.
52. En el fundamento 30) de ésta sentencia, se precisó la dificultad probatoria en la acreditación
de los daños morales; sin embargo atendiendo a que el hecho generador de la
responsabilidad fue acreditado; la concurrencia del daño moral debe ser presumido en éste
caso; desde la perspectiva que toda conducta antijurídica ordinariamente en forma adicional
a los daños patrimoniales, origina siempre daños de naturaleza moral; más aún si éste está
vinculado a la extinción del vínculo laboral, cuya consecuencia directa e inmediata es la
pérdida del trabajo y por ende de la privación de su fuente única o principal de ingresos,
hecho que evidentemente causa aflicción, dolor a cualquier persona; por lo que estimo que
debe procederse a su cuantificación, teniendo las circunstancias especiales y peculiares de
éste tipo de responsabilidad y el hecho de que el factor de atribución de la responsabilidad
civil en éste caso es la negligencia leve.
53. La cuantificación de la indemnización en éste caso concreto debe ser fijado en base a dos
parámetros objetivos: i) la concurrencia de circunstancias directas; que permitan establecer
una relación entre el hecho del cese y el sufrimiento que se presume padeció la actora, según
los montos de las retribuciones que percibía a la fecha de su cese y el tiempo que dure el cese
en el trabajo, sus expectativas de crecimiento profesional y personal proyectadas en base a su
condición de trabajadora de MESA con las innegables perspectivas y aspiraciones de
crecimiento económico, que fueron de plano cortadas abruptamente; con su cese irregular,
hecho que generó de inmediato la ausencia de ingresos económicos y la consiguiente
depresión psicológica sufrida; y ii) la concurrencia de circunstancias indirectas; como son el
hecho de tener una carga familiar.
54. En tal sentido; la cuantificación de la indemnización que debe fijarse a favor de la actora; debe
ser estrictamente equitativa; pues ella nunca podrá constituir un real o justo resarcimiento
en su dimensión integral del daño moral causado, sin embargo por lo menos contribuirá a
aliviar el sufrimiento de la actora, en tal virtud no existiendo en el sistema jurídico nacional,
un parámetro fijado para la determinación o cuantificación de dichos daños morales;
consideramos que objetivamente resulta aplicable por analogía el parámetro fijado por el
artículo 38° de la LPCL, que fija el quantum de la indemnización por el despido arbitrario
como base de cálculo, es decir el equivalente a una remuneración y media por año dejado
de laborar; el cual a criterio de ésta Judicatura resulta plenamente aplicable para el caso
de la indemnización por daño moral; dado que éste guarda compatibilidad con los
elementos objetivos invocados para su determinación; así si tiene que la última
remuneración que percibió asciende a S/ 170.47 nuevos soles, tal como señala la actora,
y que no fue negado por la demandada, en tal virtud, considerando que el tiempo de
duración del cese de la actora fue desde el 30 de setiembre de 1992 hasta la fecha, es
decir de 21 años, y la base de cálculo equivaldría a S/ 255.71 nuevos soles (una
remuneración y media), con el tiempo de duración del cese hasta la fecha de la demanda
06 de agosto del 2013, dado que aún no se ha cumplido con su reincorporación;
alcanzaría un tiempo de 20 años, 10 meses y 06 días, lo que significaría un importe
aproximado de S/ 5,331.55 nuevos soles; monto que ésta Judicatura estima
excesivamente diminuto; por lo que en éste caso particular adoptara como parámetro de
graduación del importe indemnizatorio el fijado para el beneficio de la compensación
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económica, prevista en el artículo 16° de la Ley 27803, es decir el otorgamiento de 02


remuneraciones mínimas vitales vigentes a la fecha y con un máximo de 15 años;
obteniéndose como resultado el monto de S/ 22,500.00 nuevos soles; que
correspondería como indemnización por daño moral, por ende debe concluirse que la
demandada le adeuda al actor por éste concepto el importe de VEINTIDOS MIL
QUINIENTOS CON 00/100 NUEVOS SOLES (S/ 22,500.00).
DE LOS INTERESES LEGALES:
55. El importe total indemnizatorio fijado, constituye una obligación dineraria, cuya
determinación requirió de una declaración judicial previa; devengan intereses legales a
partir de la presentación de la demanda, conforme a lo previsto por el artículo 1334° del
código civil y hasta la fecha de su pago efectivo.
DE LAS COSTAS Y COSTOS DEL PROCESO:
56. Las costas y costos procesales según el artículo 31° de la NLPT, no requieren ser
demandados, pero sí deben ser objeto de pronunciamiento expreso en la sentencia,
precisándose su cuantía o modo de liquidación; en concordancia con lo previsto en el
artículo 14° de la misma ley que señala que la condena en costas y costos se regula
conforme a la norma procesal civil, en tal sentido ostentando la condición de parte vencida
la demandada; corresponde imponerle la obligación del pago de las costas y costos
procesales, teniendo en cuenta para su graduación que la demanda fue admitida sólo
parcialmente y el importe reconocido como indemnización, que se desarrolló dos
audiencias; fijándose como costos procesales el importe equivalente al veinte por ciento
(20%); del importe total que debe abonar la demandada al actor por las obligaciones
reconocidas y los intereses legales que se determinen en ejecución de sentencia; costos
que deben ser liquidados en ejecución de sentencia.
DEL CAMBIO DE CRITERIO
57. Esta Judicatura, deja expresa constancia del cambio de criterio judicial, en relación a la
excepción de prescripción extintiva, en los procesos de indemnización de daños y
perjuicios instados por los ex trabajadores cesados irregularmente y que fueron incluidos
en el Registro Nacional de Trabajadores Cesados Irregularmente, en cuanto a la fecha de
inicio del cómputo del plazo de prescripción; así como en torno al reconocimiento del
derecho de dichos trabajadores a percibir la indemnización por daño moral; variando con
ello los criterios vertidos en sentencias y procesos anteriores.
VII.- DECISIÓN:
Por las razones expuestas el Juez del Octavo Juzgado Laboral Permanente de Lima,
Administrando Justicia a Nombre de la Nación RESUELVE:
1) Declarar INFUNDADA en parte la demanda, en el extremo referido al pago de
indemnización por lucro cesante.
2) Declarar FUNDADA en parte, la demanda interpuesta por ROSA ABELINA MONTES
ORTIZ, contra el FONDO NACIONAL DE FINANCIAMIENTO DE LA ACTIVIDAD
EMPRESARIAL DEL ESTADO – FONAFE, sobre Indemnización por daños y perjuicios en el
rubro de daño moral.
3) ORDENAR que la demandada le pague al actor el importe total de VEINTIDOS MIL
QUINIENTOS CON 00/100 NUEVOS SOLES (S/ 22,500.00), por daño moral; más los
intereses legales, costas y costos del proceso;
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