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UN NUEVO ENFOQUE DE LA PENSIÓN ALIMENTICIA

(AUMENTO, REDUCCIÓN, PRORRATEO O LA EXONERACION)


 
 
NICOLA RAUL MARTUNEZ CARTOLINNI 1
Universidad Nacional Hemilio
Valdizan

SUMARIO: I. Introducción. 1. Alimentos: a) Concepto Etimológico. b) Concepto Sociológico. c) Concepto


Jurídico. 2. Naturaleza jurídica de la obligación alimentaria: a) Tesis patrimonial, b) Tesis extra patrimonial,
c) Naturaleza Sui Generis. 3. Interés Superior del Niño. 4. Integración de la Norma. 5. Concentración
procesal. — II. Criterios Jurisdiccionales vs. Pandemia: 1. Situación de los Procesos de Alimentos Previa a
la Pandemia de COVID-19 en el Perú: a) Función tuitiva de los jueces en los procesos de alimentos, b)
Fortalecimiento del Registro de Deudores Alimentarios Morosos del Poder Judicial (REDAM). 2. Situación
de los Procesos de Alimentos Durante la Pandemia de COVID-19: a) Dificultad económicos de las
personas obligadas. b) Mesa de Partes Electrónica para la presentación de demandas nuevas. 6.
Conclusiones. 7. Referencias bibliográficas.

 RESUMEN
 
El autor reflexiona de manera breve y analítica sobre la noción de pago, su naturaleza jurídica y aplicación
por distintos órganos jurisdiccionales; asimismo, se reflexiona sobre la buena fe del obligado, el modo y el
tiempo del cumplimiento de su obligación que, en muchos casos, adredemente, violentando el derecho del
alimentante incumple con dicha obligación, amparándose en que no tiene solvencia económica obligando a
que la parte agraviada acuda a la instancia penal, debido a que procesalmente el Juez que conoce del
proceso de alimentos, no puede seguir ejerciendo los apremios para que el obligado cumpla con lo
ordenado por el órgano jurisdiccional, puesto que no existe ordenamiento legal alguno que le permita, por
razones de celeridad y economía procesal seguir conociendo dicho proceso de alimentos, en cualquiera de
sus formas en que pudiera presentarse; por lo que, es imperativo y urgente ponderar el derecho alimentario
y su seguridad jurídica con la finalidad de no seguirse violentando el derecho fundamental del niño a su
alimentación como derecho humano.
 
PALABRAS CLAVES
 
Alimentos/Pensión alimenticia /Interés Superior del Niño/ Integración de la Norma /Concentración Procesal.

I. Introducción. 

En los últimos años se han evidenciado múltiples iniciativas normativas en torno al fortalecimiento del
cumplimiento de las obligaciones alimentarias en favor de niños, niñas y adolescentes en el Perú. Sin
embargo, más allá de los propios retos en la concientización de su efectivo cumplimiento, el contexto
sanitario vigente pone en riesgo lo ya avanzado sobre la materia, avances que deben de tener en
cuenta lo previsto por la Convención sobre los Derechos del Niño, ratificada por el Perú en 1990, lo que
indica que todas las decisiones que se tomen deben estar conforme al Estado de Derecho, dentro de
nuestro ordenamiento constitucional y los Tratados. En tal sentido, debe entenderse que las medidas
que se ha dictado al emitirse el D.S. Nº 044-2020-PCM, el gobierno debe haber hecho un análisis de

1
Abogado por la Universidad de Huánuco, con ejercicio independiente, Lic. Administración por la Universidad Inca
Garcilaso de la Vega.
prevalencia del Interés Superior del Niño, para reducir el riesgo de contagio dentro del estado de
emergencia y cuarentena, aumentando las probabilidades de vida y de la salud de los menores.

1. Alimentos

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, 2 constituyen alimentos cualquier sustancia que
puede ser asimilada por el organismo y usada para mantener sus funciones vitales, caso especial de los
seres humanos.

El autor (Varsi, 2012, pág. 419), define a los alimentos indicando que el mismo apunta a la satisfacción
de las necesidades básicas del ser humano que se dan, tanto en el aspecto material, entiéndase
comida, vestido, alimentos propiamente dichos, como el aspecto espiritual como existencial tal como la
educación, esparcimiento, recreación que resultan imprescindibles para el desarrollo ético, moral e
intelectual de la persona nutriendo el alma. A decir del derecho natural, el deber de alimentar a la prole
es la ley de las especies animales superiores, un deber moral (officium pietatis).

En consecuencia, los alimentos constituyen un factor indispensable para la vida y la salud, sin los
cuales el individuo perecerá indefectiblemente, y en el caso de que no sean suficientes, se verá limitado
en su desarrollo integral, físico mental y psicológico, por cuya razón, considero que toda omisión en su
cumplimiento es un verdadero atentado contra los Derechos Humanos.

a. Concepto etimológico
La palabra alimento, deriva del latín alimentum y ésta a la vez de alere que significa alimentar.
Atendiendo a estas raíces etimológicas se puede entender que es la comida y la bebida que el
hombre y los animales necesitan para subsistir; figurativamente se afirma que es “lo que sirve para
mantener la existencia de algunas cosas, (por ejemplo, el fuego, que necesita de combustible para
seguir ardiendo). En las cosas incorpóreas, como virtudes, vicios, defectos, etc. pábulo, sostén
fomento. Asistencia para el sustento adecuado de una persona a quien se deben por ley,
disposición testamentaria, fundación de mayorazgo o contrato” 3 .

b. Concepto sociológico
Desde el punto de vista de la sociología, los alimentos significan todo lo que es necesario para que
una persona satisfaga las necesidades de su vida, en este caso, se puede admitir que se incluya
cualquier sustancia que nutra el organismo, es decir, para mantenerlo en óptimas condiciones,
igualmente lo que puede ser útil para fomentar los sentimientos, las costumbres y una mejor forma
de vivir4 .

c. Concepto jurídico
Guillermo Cabanellas de Torres, en una de sus obras considera que desde el punto de vista jurídico,
los alimentos puede entenderse como “las asistencias que en especie o en dinero, y por ley, contrato
o testamento, se dan a una o más personas para su manutención y subsistencia; esto es para
comida, bebida, vestido, habitación y recobro de la salud, además de la educación e instrucción
cuando el alimentista es menor de edad” 5 .

2
Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española, 1992. Vigésima Primera edición. Editorial Espasa
Calpe Sociedad Anónima.
3
Palomar de Miguel, Juan (2000). Diccionario para Juristas. Tomo I. A-i, México D.F.: Porrúa, p. 83
4
Cásares, Julio (1971). Diccionario Ideológico de la Lengua Española. Barcelona: Gustavo Gili, 2ª edición, p. 37
5
Cabanellas, Guillermo (1979). Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual. Tomo I A-B, Buenos Aires: Heliasta, 12ª
edición, p. 252.
Existe un concepto jurídico de los alimentos, como se comenta en la Enciclopedia Jurídica
OMEBA,4 indicando que “comprende todo aquello que una persona tiene derecho a percibir de otra
(por ley, declaración judicial o convenio) para atender a su subsistencia, habitación, vestido,
asistencia médica, educación e instrucción”.
Este criterio está sustentado en la Declaración de los Derechos Humanos y en la Convención sobre
los Derechos del Niño, normas internacionales que el Perú suscribió, convirtiéndolas en ley interna,
como se consagra en el artículo 55° de la Constitución Política5 “Los tratados celebrados por el
Estado y en vigor forman parte del derecho nacional”

Dada la proliferación de conceptos y definiciones desde el punto de vista de la Ley, hemos optado
por el que se consigna en el artículo 472° del Código Civil, 2 aplicable en forma genérica para
adultos, ha sido modificado para los casos de menores por el Código de los Niños y
Adolescentes6 (artículo 101°), con el siguiente texto: “Se considera alimentos lo necesario para el
sustento, habitación, vestido, educación, instrucción y capacitación para el trabajo, asistencia médica
y recreación del niño o adolescente. También se considera alimentos los gastos del embarazo de la
madre desde la concepción hasta la etapa del post- parto”.
Este criterio está sustentado en la Declaración de los Derechos Humanos y en la Convención sobre
los Derechos del Niño, normas internacionales que el Perú suscribió, convirtiéndolas en ley interna,
como se consagra en el artículo 55° de la Constitución Política5 “Los tratados celebrados por el
Estado y en vigor forman parte del derecho nacional”

2. Naturaleza jurídica de la obligación alimentaria

La naturaleza jurídica de la pensión alimenticia es la de un deber jurídico impuesto por la ley que las
personas involucradas deben cumplir sin protestar. El deber jurídico es el mandato jurídico impuesto por
una ley, pacto o decisión unilateral, irrevocable para servir o beneficiar a personas ajenas, cumpliendo
los fines exigidos por el orden social humano. El fundamento de este concepto está en el orden
procedente de las relaciones naturales de la sociedad, que surgen en la sociabilidad. También se apoya
en la ley positiva, en la natural o en ambas a la vez. Puede haber deberes jurídicos absolutos, relativos,
religiosos, sociales, personales, positivos, negativos, perpetuos, temporales, transitorios, exigibles o no,
coercibles, incoercibles, excusables, inexcusables, estables, privados, familiares, legales,
convencionales, personales y especies, basadas en otros enfoques de las ramas jurídicas. Como
sinónimos de deber, tenemos obligación, compromiso, necesidad.

En este caso, debe destacarse, que ese deber jurídico de pagar la obligación impuesta por la ley o el
Estado, es de orden público y éste en el Derecho Familiar, es un conjunto de normas jurídicas
impuestas por la ley o por el Estado a los miembros de la familia, que estos tienen que aceptar y cumplir
sin protestar. Se reafirma su carácter de deber jurídico porque a diferencia de las obligaciones, los
alimentos no son negociables, no son compensables, son personalísimos, intransferibles, recíprocos,
intransigibles, indivisibles, preferentes, incompensables e irrenunciables, características que se dan su
perfil de deber jurídico y que además la sociedad, a través de lo que denomina la ley, interés social,
está avocada, está interesada, está particularmente preocupada porque todas estas cuestiones del
Derecho Familiar que son de orden público, se cumplan íntegramente.

6
Edwin Sevillano Altuna, Victoria Mendoza Otiniano: Código de los Niños y Adolescentes. Editora Normas Legales
Sociedad Anónima. 1994 - Trujillo Perú.
Sobre la naturaleza jurídica de los alimentos, se puede afirmar que, la doctrina no se ha puesto de
acuerdo sobre el origen de éstos, y por tanto se halla dividida; en razón se ello, se expondrá la posición
de (Peralta, 2008, págs. 562- 563) que consideramos da una mejor explicación, asi tenemos:

a) Tesis patrimonial
De acuerdo con esta tesis el autor, jurista italiano, FRANCESCO MESSINEO (1954) explica su
planteamiento señalando: “El derecho de alimentos tiene naturaleza genuinamente patrimonial,
puesto que la prestación se cumple con el aporte económico o de bienes sin necesidad de que el
deudor se preocupe del cuidado de la persona que recibe los alimentos” (pág. 5). Podemos decir
que una vez cumplida la obligación el deudor puede desinteresarse del modo, forma y medida en
que el alimentado lo viene empleando; en la actualidad esta concepción ya ha sido desfasada y
ampliamente de superado porque el derecho alimentario, no solo es de naturaleza patrimonial sino
también extramatrimonial.

No obstante, la tesis propugnada por el citado jurista ya ha sido superada, por cuanto el derecho
alimentario no tiene naturaleza patrimonial, de lo contrario sería ubicada dentro de los derechos
reales, situación que en nuestro país eso no sucede.

b) Tesis extrapatrimonial
La postura de los doctrinarios CICU, GIORGINO Y RUGGIERO, consideran que los alimentos son
un derecho personal o extra patrimonial, sosteniendo que el aporte económico no es suficiente, ya
que el alimentista no tiene ningún interés monetario de la prestación otorgada al no aumentar este
su patrimonio, al contrario este atiende a una naturaleza superior, social y de necesaria vinculación
familiar de los sujetos para que exista el nacimiento de la obligación; entonces ,podemos decir que
son relaciones individuales simples de contenido económico destinado a desarrollar un crecimiento
biológico y una formación sea académica, social a fin de que la persona pueda ser parte activa en la
sociedad, así como desarrollar su proyecto de vida. 7

Ricci sostiene que este derecho, eminentemente personal, no forma parte de nuestro patrimonio,
sino que es inherente a la persona, de la cual no puede separarse y con la cual se extingue o perece
y que, así como es inherente a la persona el derecho de alimentos, es también personal el deber de
prestarlos, es decir intransmisible a los herederos 8.

c) Naturaleza Sui Generis


El jurista CORNEJO OCCAS (2016) sostiene que la naturaleza de los alimentos es: “La naturaleza
de la institución de los alimentos es un derecho de carácter especial o sui generis de contenido
patrimonial y finalidad personal conexa a un interés superior familiar que se presenta como una
relación patrimonial de crédito - debito por lo que existiendo un acreedor puede exigirse muy bien al
acreedor una prestación económica en concepto de alimentos”. (Pag.21-22) Por eso también con
gran acierto expresa CORNEJO CHÁVEZ (1970) “Que los alimentos no implican ventaja ni carga
patrimonial y que se configura como un derecho personal”. (pág. 108). De las teorías expuestas,
puedo concluir que, en nuestro sistema jurídico, la teoría más aceptada la Teoría Sui Generis más
conocida como Mixta, que adopta el contenido patrimonial y el contenido afectivo. 

De todo lo expuesto, se considera que el derecho alimentario es un derecho que corresponde a toda la
humanidad, como un derecho natural, originado por las necesidades de la propia naturaleza humana,
por lo tanto, puede ser considerado como un derecho humano de primera categoría, por su repercusión

7
PAJONARES FERNÁNDEZ, C. (1998). Del incumplimiento civil de la obligación alimentaria y sus consecuencias en el
ámbito penal. Santa Ana, El Salvador. Pág. 10.
8
RICCI. Francisco: "Derecho Civil". T. III
en todos los seres humanos, cuya omisión o limitación, como se dijo, no solo los llevaría a su
aniquilamiento, sino además a la disminución en su formación. Se trata de un derecho de categoría
especial, que forma parte, como todo el contenido del derecho de familia, del Derecho Social 9
 
3. Interés Superior del Niño

En toda medida concerniente al niño y al adolescente que adopte el Estado a través de los Poderes
Ejecutivo, Legislativo y Judicial, del Ministerio Público, los Gobiernos Regionales, Gobiernos Locales y
sus demás instituciones, así como en la acción de la sociedad, se considerará el Principio del Interés
Superior del Niño y del Adolescente y el respeto a sus derechos. 10El principio de interés superior de los
niños y niñas como el eje fundamental en cada uno de los procesos donde interviene un niño, una niña
o un sujeto adolescente, toda vez que este principio forma parte del sistema de protección de los
derechos de la niñez, el cual goza de reconocimiento universal desde la Declaración de Ginebra sobre
los Derechos de los niños, aprobada por la Sociedad de Naciones el 26 de diciembre de 1924, hasta la
Convención sobre los Derechos de los niños y niñas adoptada por la Asamblea General de las
Naciones Unidas el 20 de noviembre de 1989. En la Convención de Ginebra de 1924, se consagran por
vez primera, en el ámbito internacional, los derechos de los niños y niñas, estableciéndose la obligación
de darles lo mejor con la frase “primero los niños”; posteriormente, en la Declaración Universal de los
Derechos Humanos de 1948, se determina implícitamente los derechos de los niños como fuente de
todos los derechos de la humanidad.

El Perú aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño (1989), mediante la Resolución Legislativa
N° 25278, del 3 de agosto de 1990, ratificada el 14 de agosto del mismo año. Y, en concordancia con
estos principios, ha extendido la protección al niño desde antes de nacer hasta que cumple los 18
años, en que adquiere la mayoría de edad, ya que, tanto la Convención como la Declaración de los
Derechos del Niño, reconocen que "el niño, por su falta de madurez física y mental, necesita protección
y cuidado especiales, incluso la debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento" 11 .
Esos cuidados especiales se reflejan en las normas administrativas, en la legislación civil, penal y
laboral. Desde el 24 de diciembre de 1992 se recogió en un solo instrumento jurídico, la legislación
especial para custodiar los derechos de los niños y adolescentes, en el Código del Niño y del
Adolescente. Este Código ha sufrido diversas modificaciones en el transcurso de los años, a la vista de
situaciones de violencia familiar y otros hechos que afectaban el normal desarrollo y estabilidad
emocional de los menores, pero sustancialmente se mantiene su estructura originaria carácter
supletorio en casos relacionados con los derechos de los niños y adolescentes 12.

El Tribunal Constitucional destaca que “el Código de los Niños y Adolescentes (Ley Nº 27337)
implementa sus derechos y libertades, regula el Sistema Nacional de Adopción y las funciones de las
instituciones familiares y establece el sistema de justicia especializada. En el ámbito penal, el Código
establece un procedimiento especial en su Capítulo III, determinando que en el caso de infracción a la
ley penal, el niño será sujeto de medidas de protección y el adolescente de medidas socio-educativas
(artículo IV)”13

9
Constitución Política del Perú: Edición oficial. 199.
10
El Nuevo Código de los Niños y Adolescentes -Ley No 27337.
11
Cfr. Preámbulo de la Convención sobre los Derechos del Niño
12
Está divido en cuatro libros o secciones: el primero, desarrolla los derechos, deberes y libertades de los niños, las
niñas y los (as) adolescentes. El segundo, se refiere a las organizaciones responsables de su atención. El tercero,
enfoca los derechos y deberes de los padres, cuando no hacen vida en común. Señala el régimen de visita, la
pensión alimenticia, así como los derechos de las niñas y los niños abandonados y los requisitos para su adopción,
etc. El último libro, puntualiza el funcionamiento de las instituciones que promueven los derechos reconocidos en
el Código. 3 Constitución del Perú, art. 4
Para (SORIANO ORTEGA, 2015, pág. 41) el principio del interés superior de la niña y el niño es una
herramienta interpretativa fundamental para ampliar la esfera de protección de los derechos de las
niñas y los niños. En la medida en que su empleo sea coherente con los principios en los que
descansa, permitirá el desarrollo progresivo de los derechos de las niñas y niños.

Definiciones
La autora MEDINA (citando a GATICA Y CHAIMOVIC, 2016) señala que: El llamado “interés superior
del niño” debe ser entendido como un término relacional o comunicacional, y significa que, en caso de
conflicto de derechos de igual rango, el derecho de prioridad del interés superior del niño/niña prima
sobre cualquier otro que pueda afectar derechos fundamentales del niño/niña. Así, ni el interés de los
padres, ni el de la sociedad, ni el del Estado pueden ser considerados prioritarios en relación a los
derechos del niño/niña.

Como todo principio jurídico, el principio del interés superior de niño cumple una respectiva función en
el ordenamiento jurídico y en la solución de conflicto de intereses, informando que el interés de los
niños y niña se antepone a cualquier tipo de interés, por lo tanto, el bienestar de los niños y niñas,
prevalece sobre cualquier otra circunstancia paralela por la cual se tenga que decidir. Dicha decisión se
debe considerar según lo que más le convenga al niño o niña en el caso concreto, a través de
determinaciones que así lo indiquen, además de considerar los deseos y sentimientos del niño o niña
-de acuerdo con su edad y madurez- y de las necesidades físicas, emocionales y educativas de los
niños, niñas o adolescentes (LÓPEZ, 2015. Pág. 55).

Asimismo, como todo principio jurídico este puede ser identificado como un instrumento jurídico que
tiene un objetivo, que sería según ZERMATTEN (2003): “ Asegurar el bienestar del niño en plan físico,
psíquico y social. Funda una obligación de las instancias y organizaciones públicas o privadas a
examinar si este criterio está realizado en el momento en el que una decisión debe ser tomada con
respecto a un niño.”. (pág.15).

En la jurisprudencia nacional en varias ocasiones el Tribunal Constitucional se refirió al principio del


interés superior del niño que es el principio regulador de la normativa internacional de los derechos del
niño y que interactúa y respalda al principio de especial protección del niño, estima que este principio
se encuentra implícitamente reconocido en el Artículo 4° de la Constitución Política del Estado que
dice, “La comunidad y el Estado protegen especialmente al niño, al adolescente, a la madre y al
anciano en situación de abandono. También protegen a la familia y promueven el matrimonio.
Reconocen a estos últimos como institutos naturales y fundamentales de la sociedad. La forma del
matrimonio y las causas de separación y de disolución son reguladas por la ley”. (VÁSQUEZ, 2014).

Finalmente podemos decir que el interés superior del niño es el principio rector el cual se encuentra
protegido en diversos tratados internaciones, como la Convención Internacional del Niño, habiendo
nuestro país ratificado este convenio nos encontramos en la obligación de que las instituciones
públicas o privadas de bienestar social, los tribunales, las autoridades administrativas o los órganos
legislativos , los correspondientes mandatos que realicen deben estar inspirados en la protección,
cuidado y bienestar de los niños y adolescentes, asimismo, desplegar su máximo esfuerzo y crear
condiciones donde se desarrollen íntegramente y plenamente en derechos y deberes.

4. Integración de la Norma
13
Expediente N° 05966-2008-PHC/TC, fundamento jurídico 19. En consecuencia, no es contrario al orden
internacional ni al nacional, ni al ISN, que haya un breve retraso en la expedición de una sentencia si se verifica
que las autoridades han cumplido con estas prescripciones. En este caso, hubo incluso sustracción de la materia
porque ya se había emitido sentencia, sin embargo, el TC quiso aprovechar la oportunidad para desarrollar los
criterios constitucionales de protección al menor en el ámbito penal. Cfr. Ibid., fundamento jurídico 21.
 
La cual se encuentra regulada en el artículo III del Título Preliminar del Código Procesal Civil, que
según Monroy (1996) es el principio que:

Le concede al juez la posibilidad de cubrir los vacíos o defectos en la norma procesal, es decir, las
lagunas o contradicciones sobre la base de ciertos recursos metodológicos y a un orden establecido
entre estas (…) lo importante de esta apertura al juez y a los interesados en el proceso, a fin de que
utilicen en los casos excepcionales en donde la norma procesal sea inútil – herramientas para
reconducir el proceso a los logros de los fines previstos (pág. 85).

Debemos reconocer que los principios procesales contemplados en el título preliminar del Código procesal
civil resultan bastante importantes. Para los fines de la presente, resaltamos dos en particular:

 Derecho a la tutela jurisdiccional efectiva: Por el cual toda persona tiene el derecho de acceder a
los tribunales de justicia para el ejercicio de una acción o en defensa de sus derechos o intereses, los
cuales deben ser conocidos por un juez justo, razonable e imparcial, el mismo que debe emitir un
pronunciamiento sobre el fondo de la controversia debidamente motivada, con absoluta sujeción al
debido proceso, y que finalmente dicha resolución pueda ser ejecutada.
 Fines del proceso e integración de la norma procesal: Establece que la finalidad concreta del
proceso es la de atender y resolver un conflicto de intereses (para un proceso contencioso) o eliminar
una incertidumbre (para un proceso no contencioso), los cuales deben ser de relevancia jurídica, para
así lograr el fin último y abstracto de todo proceso, el cual es la paz social en justicia.

5. Concentración procesal

Este principio se encuentra regulado en el artículo V del Título Preliminar de nuestro Código Procesal
Civil, que supone que el proceso se pueda llevar a cabo en el menor número de actos procesales, es
decir una concentración de actos procesales que supone el cumplimiento de otros aspectos como el de
un proceso célere y económico, con el objetivo de no desgatar al sistema jurisdiccional ni a las partes.

II. Criterios Jurisdiccionales vs. Pandemia


 
Existe en nuestro Código Civil, un artículo que alude directamente al criterio que tiene y además debe
respetar el magistrado al momento de evaluar su decisión. Nos estamos refiriendo básica y
puntualmente al artículo 481 del Código Civil vigente, el cual pone de relieve por un lado las
necesidades del acreedor alimentario y en contrapartida las posibilidades actuales y concretas del
deudor alimentario protagonista marcadamente del cumplimiento de la obligación. Es de aclarar que, en
circunstancias donde no hay una amenaza pandémica que atente mayormente contra la salud pública,
este criterio normativo debe aplicarse a plenitud teniendo en cuenta la premura de los hechos
evidentemente acreditados con material probatorio estrictamente objetivos.

Sin embargo, producto de este letal virus denominado COVID-19, hace que las circunstancias no solo
varíen en temas eminentemente de salud e integridad, sino que además posibilita a que el panorama
jurídico se vea variado y mute a la par de lo acontecido, por ello el criterio judicial debe ir en ese orden
de cambios.
 
Al respecto, el juez a cargo de los casos de alimentos, debe tener en cuenta no solo su decisión sino la
forma de ejecución de la misma, principalmente en este patógeno que va calando día a día en
desmedro de la salud de la ciudadanía mundial. Por ello, pensamos que este cumplimiento a nuestro
entender debe limitarse, solo por el momento, a una arista de lo que significa en esencia jurídica los
alimentos.
 
Es importante tener presente que muchos de los obligados se han visto mermados desde la perspectiva
laboral, lo cual indica que será imposible cumplir con su deber alimentario de manera plena y estipulada
ya sea de por mandato judicial o extrajudicial. Situación que a todas luces va en perjuicio del acreedor
alimentario y del propio obligado como es de observarse por las propias medidas emitidas por el Estado
a través de sus representantes.
 
Vale decir que, siendo aún un derecho ineludible del deudor alimentario, también debe contemplarse
una forma excepcional para su cumplimiento; sin llegar, claro está, a iniciar nuevas demandas cuyas
pretensiones irían en el orden a la reducción de alimentos, cuestión que sí causaría perjuicio hacía
futuro para los beneficiados con este especial derecho.
 
Por lo tanto, somos de la idea que dicho cumplimiento vaya en consonancia de las circunstancias
actuales; toda vez que, lo que se requiere en forma imperiosa es cubrir, dejando de lado todo aquello
que no sea de urgente atención para el acreedor alimentario. En ese orden de ideas tanto jueces como
las partes interesadas tendrán que deponer sus intereses y uniformizar criterios para preservar la salud
y la vida que es lo que consideramos que resultaría lo más preciado en épocas de pandemia por la
COVID-19.

a) Situación de los Procesos de Alimentos Previa a la Pandemia de COVID-19 en el Perú

Función tuitiva de los jueces en los procesos de alimentos


El Tercer Pleno Casatorio Civil (2011), que constituye precedente judicial vinculante, manifestó la
importancia de la función tuitiva de los jueces en los procesos de derecho de familia, haciendo hincapié en
su deber de proteger a la parte perjudicada. Para alcanzar dicha finalidad, dispuso la flexibilización de
principios procesales, evitando el exceso de ritual y la ineficacia del instrumento procesal.

En ese mismo sentido, mediante Expediente N° 04058-2012-PA/TC, el Tribunal Constitucional tuvo


oportunidad de resolver una demanda de amparo contra una Jueza de Familia que, en estricto
cumplimiento del artículo 203 del Código Procesal Civil, dio por concluido un proceso judicial de alimentos
ante la inasistencia de ambas partes a la audiencia. En el caso puntual, la madre de la menor de edad
alimentista alegó que había acudido dos minutos tarde a la reprogramación de la audiencia y que dicha
tardanza era justificada.

De este modo, en la mencionada sentencia, el Tribunal Constitucional señaló que la jueza “no tuvo en
consideración el escrito presentado oportunamente (por la madre), aplicando de forma tangencial las
normas procesales, sin avizorar las implicancias en la menor” (fundamento 21). Adicionalmente, agregó
que se debe tomar en cuenta que el principio del interés superior del niño “presupone que los derechos
fundamentales del niño, niña y adolescente, y en última instancia su dignidad, tienen fuerza normativa
superior no solo en el momento de la producción de normas, sino también en el momento de la
interpretación de ellas (…)” (fundamento 19). 

Así, el archivamiento del proceso judicial de alimentos a favor de una niña implicó una vulneración al
principio de interés superior, puesto que se optó por una salida totalmente perjudicial para ella que
ocasionó un daño irreparable al perder la fijación de una pensión de alimentos y los devengados que le
hubiesen correspondido. 
Debemos recordar, asimismo, que el artículo 568 del Código Procesal Civil refiere que las pensiones de
alimentos se pagan desde el día siguiente de la notificación de la demanda y, por lo tanto, al archivar el
proceso no es posible reclamar pensión alguna. Como consecuencia de lo anterior, para asegurar una
pensión alimenticia se tuvo que iniciar un proceso judicial de alimentos nuevamente, pero todo lo avanzado
se perdió. Poniendo, de este modo, en riesgo su subsistencia de una niña al no contar con una pensión de
alimentos de su progenitor de manera oportuna.  

Una de las situaciones donde es necesario reforzar la facultad tuitiva antes aludida se presenta en el
establecimiento de la asignación anticipada de una pensión provisional para los niños, las niñas y los
adolescentes mientras dure el proceso. Así, aunque el artículo 675 del Código Procesal Civil precisa que
“en los casos de hijos menores con indubitable relación familiar, el juez deberá otorgar medida de
asignación anticipada, actuando de oficio, de no haber sido requerida dentro de los tres días de notificada
la resolución que admite a trámite la demanda”, la realidad evidencia que, muchas veces, esta asignación
anticipada solo es establecida cuando hay una solicitud expresa de la parte interesada. Sin embargo,
muchas veces, dicha solicitud no es requerida en los formularios de alimentos por no comprenderse, a
cabalidad, los alcances o beneficios de tal mecanismo.

Fortalecimiento del Registro de Deudores Alimentarios Morosos del Poder Judicial (REDAM)
El incumplimiento por tres meses de una pensión alimenticia fijada en sede judicial o por conciliación
extrajudicial confiere la posibilidad de inscribir en el REDAM a la persona obligada e iniciar un proceso
penal por el delito de omisión de asistencia familiar.
Con el Decreto Legislativo N° 1377 – Decreto Legislativo que fortalece la protección integral de niñas,
niños y adolescentes, en el año 2018 se modificaron algunas disposiciones relativas al REDAM para hacer
más efectiva su relación con los centros de labores públicos o privados de las personas obligadas.
Asimismo, se plasmó que el cumplimiento de las obligaciones alimentarias se considera de interés para el
Estado peruano.
Más allá de los avances ya mencionados, aún existen dificultades prácticas en la eficacia plena del
REDAM debido a los procedimientos previos a las inscripciones de las personas deudoras. En la medida
en que la solicitud debe contener el monto exacto de lo adeudado, muchas veces se le solicita a la parte
interesada la preliminar aprobación de la liquidación de pensiones devengadas e intereses legales. Así,
para obtener esta liquidación, es necesario un procedimiento en el Juzgado que conoció inicialmente el
caso, el mismo que puede ser dilatado cuando las sentencias de alimentos son apeladas o la persona
obligada cuestiona sin motivos la propuesta de liquidación presentada.

b) SITUACIÓN DE LOS PROCESOS DE ALIMENTOS DURANTE LA PANDEMIA DE COVID-19

Dificultad económicos de las personas obligadas


Sabemos que en tiempos de COVID-19 la situación económica de muchos progenitores puede haber
cambiado, ya sea por disminución de sus ingresos o pérdida del empleo. Sin embargo, no debemos olvidar
que la obligación de los padres de cumplir con la pensión de alimentos de sus hijos, debe situarse por
encima de cualquier otra y no se suspende aun con el contexto sanitario actual. 

En ese sentido, si existe imposibilidad de cumplirla en su totalidad, se debe dar una garantía de su
cumplimiento o de ser el caso, solicitar la reducción judicial de la misma. No obstante, para solicitar una
reducción o exoneración de la pensión, es indispensable que el deudor alimentario se encuentre al día en
el pago de la pensión alimenticia, según lo dispuesto en el artículo 565-A del Código Procesal Civil. 

Respecto a los procesos sobre pensión de alimentos en trámite, debe tenerse en cuenta que en los incisos
1 y 3 del artículo 350 del Código Procesal Civil se establece que no hay abandono en los procesos que se
encuentran en ejecución de sentencia, ni en aquellos procesos en los que se contiendan pretensiones
imprescriptibles, como son las pensiones alimenticias de los niños, las niñas y adolescentes. Ello es una
consecuencia inmediata de lo establecido en el inciso 4 del artículo 1994 del Código Civil, donde se precisa
que se suspende la prescripción cuando se trata de menores de edad.

Por otro lado, existen casos donde los padres que no están inmersos en procesos judiciales ni en acuerdos
de conciliación extrajudicial sobre pensión de alimentos con anterioridad al contexto sanitario actual. En
estos casos, debido al continuo incumplimiento o el cumplimiento defectuoso de las obligaciones
alimentarios pactadas verbalmente, muchas madres se ven con la necesidad de iniciar un proceso judicial
de alimentos. No obstante, como veremos a continuación, las propias medidas adoptadas por el Estado
peruano hacen muy difícil el poder accionar dichos procesos durante el contexto sanitario.

Mesa de Partes Electrónica para la presentación de demandas nuevas


Como es bien sabido, durante la primera etapa de esta pandemia se estableció el aislamiento social
obligatorio a nivel nacional. En dicho periodo, el Poder Judicial suspendió sus actividades en lo que
respecta a este tipo de procesos, fijando su acción en algunas materias puntuales tales como los procesos
de violencia familiar. Posteriormente, con la finalidad de continuar salvaguardando la salud de las personas
litigantes a través de la virtualización los trámites judiciales, el Poder Judicial habilitó el Sistema Mesa de
Partes Electrónica en su web 14. Esta plataforma permite que las personas litigantes puedan colgar y enviar
escritos judiciales con sus respectivos anexos.

A pesar de los beneficios que supone la creación de una Mesa de Partes Electrónica, para acceder a este
servicio es imprescindible iniciar sesión con un usuario y contraseña. Así, toda vez que el número de
usuario será la casilla electrónica, es preciso subrayar que el Poder Judicial solamente viabiliza la
tramitación o registro de una casilla electrónica a abogados/as, instituciones, fiscales, personal de la
Oficina de Control de la Magistratura, personas naturales y jurídicas del Sistema de Remate Judicial
Electrónico (REM@JU), peritos judiciales y martilleros públicos. Tomando en cuenta lo anterior, para el
caso de procesos judiciales de alimentos en tiempos de COVID-19, la parte demandante tiene dos
opciones:

1. Atender a una programación virtual de cita a fin de presentar la demanda de manera presencial en
la Mesa de Partes física de aquellos Juzgados donde los protocolos sanitarios ya lo posibiliten.
2. Contratar el patrocinio de un/a abogado/a con casilla electrónica, quien le permitirá acceder a la
Mesa de Partes Electrónica subir los escritos.

Si bien el contexto sanitario no supone la variación de los aspectos materiales del derecho de alimentos
(conceptualización, criterios para fijar el monto, entre otros), con la última alternativa presentada se
generaría una modificación de facto a las normas procesales, en la medida en que la obligatoriedad de
contar con un abogado con casilla electrónica puede entenderse contraria a la regla por la cual los escritos
judiciales para demandar alimentos no requerían poseer firma de abogado en su presentación. 

Del mismo modo, en la medida de que existe población sin acceso a internet, recomendamos que el
servicio en línea de Orientación Legal Gratuita del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos tome
especial atención de las particularidades de los casos de alimentos durante el contexto santuario a fin de
ser acordes a las políticas estatales de fortalecimiento en el cumplimiento de las obligaciones alimentarias. 

5. Conclusiones 
 

14
Para acceder a la referida plataforma, deberá ingresar al siguiente enlace:
 https://casillas.pj.gob.pe/sinoe/login.xhtml
 Se concluyó que la naturaleza jurídica del derecho alimentario de los hijos en el derecho peruano es
patrimonial y subjetivo (sui generis), debido a que la doctrina mayoritaria menciona que la naturaleza
jurídica de los alimentos es derecho subjetivo familiar de contenido patrimonial pero de finalidad
personal, es decir que, el derecho de alimentos es extra-patrimonial mientras que su contenido es
patrimonial Sustentar la viabilidad de la unificación de los procesos derivados sobre aumento,
reducción, cambio en la forma de prestarla, prorrateo y extinción de la pensión de alimentos, como
incidentes dentro del proceso originario de pensión de alimentos, como medida legislativa destinada a
lograr la descongestión de los despachos judiciales de Paz Letrado y una mayor celeridad en la
solución de los conflictos alimentarios.

 A partir de todo lo desarrollado, se evidencia que, si bien se han realizado esfuerzos por acelerar los
mecanismos de virtualización en los trámites judiciales, no se toman en cuenta la naturaleza de los
procesos de alimentos ni la urgencia de la atención de estos casos. Por este motivo, la virtualización
puede convertirse en una barrera de acceso a la justicia en los sectores con menores ingresos
económicos de nuestro país. Además, en tiempos de COVID-19, la intervención de abogado/a en
dichos procesos ha devenido en un factor indispensable, a pesar de que la norma dispone que en los
procesos judiciales de alimentos no se requiere el patrocinio legal.

 Finalmente, y como corolario de lo desarrollado, consideramos que para hacer efectiva la pensión
alimenticia en la mayoría de los casos se tendría que recurrir al ámbito penal, el cual vulnera abierta y
flagrantemente el fin concreto y abstracto del proceso, siendo que al fijarse como éste la solución un
conflicto de intereses y la paz social en justicia, a fin de no generar incertidumbre sobre una situación de
relevancia jurídica, no se permite la solución efectiva del conflicto, sino una solución profiláctica como la
consignación judicial, que únicamente mantiene la incertidumbre pendiente, hasta ser efectivamente
demandado e iniciar una contienda que pudo haber sido motivada por la otra parte e iniciada con
anterioridad en beneficio del menor.
6. Referencias bibliográficas 
 
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