Está en la página 1de 6

NUMEROS 7

(1-89)
Texto a memorizar: Números 7:2-3 “entonces los príncipes de Israel, los jefes de las casas de sus padres,
los cuales eran los príncipes de las tribus, que estaban sobre los contados, ofrecieron; y trajeron sus
ofrendas delante de Jehová, seis carros cubiertos y doce bueyes; por cada dos príncipes un carro, y cada
uno un buey, y los ofrecieron delante del tabernáculo.”

TRASFONDO
Números capítulo 7 es uno de los capítulos más largos de Números, 89 versículos. Y, también es uno de los
capítulos más repetitivos en todo el Pentateuco.
Como marco de referencia nosotros sabemos de fechas dadas en el Pentateuco mismo que todo lo que sucedió
comenzando en Éxodo 40, hasta todo el libro de Levítico y hasta donde ahora estamos en Números 7, todo
sucedió en un periodo de tiempo muy corto. Todos estos eventos ocurrieron en un periodo de tiempo
comenzando en el primer día del segundo año después que ellos salieron de Egipto, y terminando en el día
20 del segundo mes del segundo año, solo aproximadamente 50 días. En otras palabras, estas actividades
comenzaron en el décimo tercer mes después que ellos salieron de Egipto y concluyeron antes del final del
siguiente mes.
Nosotros sabemos que la edificación del Tabernáculo fue completada en el primer día, del primer mes, del
segundo año. Nosotros sabemos que la ordenación de los sacerdotes fue completada para el octavo día del
primer mes. Y nosotros sabemos que el censo de los Israelitas, y otro censo que era solo de los Levitas,
comenzó en el segundo día del segundo mes del segundo año; y nosotros sabemos que la nube se movió, por
lo que el campamento fue desmantelado e Israel comenzó su jornada del Monte Sinaí en el día número 20
del segundo mes. Exactamente donde los eventos de Números capítulo 7 caen dentro de ese periodo de 50
días que nosotros no podemos ubicar exactamente, aunque hay un puñado de opiniones Rabínicas sobre esto
las cuales nosotros no tenemos por qué entrar en detalle.
TODO LISTO PARA LA OFRENDA DE DEDICACION DEL TABERNACULO (1)
Hubo acabado de levantar el tabernáculo (1). El libro de Números comienza en el primer día del mes
segundo del segundo año desde el éxodo (1:1). En 7:1, volvemos al día de la erección del tabernáculo, que
según Éxodo 40:2 aconteció en el primer día del mes primero (del año segundo). Es importante resaltar aquí
el proceso que traza el texto respecto al tabernáculo:
 Levantar el Tabernáculo
 Lo hubo ungido
 Lo santifico
 Todos los utensilios fueron ungidos y santificados
 El altar fue ungido y santificado
 Todos los utensilios del altar fueron ungidos y santificados.
Esto implica que todo estaba listo y organizado como Dios había mandado, cada detalle estaba dentro del
orden dado por Dios. El tabernáculo estaba listo para su dedicación, para recibir la ofrenda de dedicación o
iniciación.
Vemos que el autor no sigue siempre un orden estrictamente cronológico. Parece que quería dar un
conocimiento de la organización de las tribus (capitulo 2) y del significado y los deberes de los levitas
(capítulos 3 y 4) antes de los datos en los capítulos 7-9. Así se puede entender mejor el significado de la
ofrenda y las dádivas para el altar de parte de las tribus (capitulo 7), y de la ceremonia de la consagración de
los levitas (capitulo 8). Además, parece que el autor tiene razones teológicas para agrupar sus materiales
como lo ha hecho. Ya ha descrito la organización del pueblo como una “teocracia sacerdotal” en los capítulos
1-4, y aquí usa las ofrendas del pueblo para demostrar que el pueblo acepta y apoya este arreglo.
LOS LEVITAS RECIBEN LA OFRENDA SEGÚN SU MINISTERIO (2-9)
Entonces los príncipes de Israel, … ofrecieron (2-9). En la ocasión de la erección y dedicación del
tabernáculo, los líderes de las tribus presentan una ofrenda de seis carretas y doce bueyes. El primer regalo
(antes que leamos lo que cada tribu trajo) era un regalo comunitario: eso es, que el mismo fue dado al
Tabernáculo como un regalo comunitario de la congregación entera de los líderes de Israel. Y, esto consistía
de 6 vagones grandes o carretas, cada una con dos bueyes para halarlos. Estos vagones debían ser dados a
los clanes específicos Levitas que estaban encargados de transportar las varias piezas del Tabernáculo.
Son entregados a los clanes levíticos de Gersón y Merari para usar en su trabajo de transportar las partes
pesadas del tabernáculo. Al clan de Merari se le fue dado carretas, y el clan de Gerson recibió dos. Era la
obligación de Merari transportar las pesadas tablas de madera que formaban la estructura de soporte de la
Tienda Sagrada por lo que ellos necesitaban más carretas que Gersón, quien debía mover las gruesas cortinas
que formaban la puerta hacia la Tienda. (Como el clan de Coat lleva los muebles sagrados con varas sobre
los hombros, no necesita usar carretas.) La familia de Coat no recibió carros, ni bueyes; ellos debían cargar
el mobiliario santo del tabernáculo (Números 4:4), y debían cargar todas las cosas en sus hombros, entonces,
para remover la tentación a desobedecer, ¡Moisés no les dio carros! El verso 9 explica porque el clan de más
alto rango, el clan de Coat, no recibió ninguna carreta: ellos debían cargar el más preciado Arca del Pacto; y
el Arca del Pacto debía ser cargado en los hombres de los Levitas, y no puestos en la parte de atrás de la
carreta. Esta regulación de los Levitas cargando el Arca en sus hombres y de no ponerla en la carreta de
bueyes, fue aparentemente (al igual que eran muchas de las Leyes dadas en el Monte Sinaí) ignorada por el
liderazgo de Israel un poco después y trajo consigo las consecuencias prometidas.
Vemos un incidente en 1 Crónicas 13:1-12, cuando el Rey David pidió que el Arca del Pacto fuera traída a
él, y a un hombre llamado Uza se le dio esa encomienda. En este incidente hay un poco más de lo que
podemos ver a simple vista. Leemos de los hebreos transportando el Arca en una carreta de bueyes, y no en
los hombros de los Levitas. Los grandes eruditos judíos han dicho por años que Uza murió no solo por una
infracción, tocar el Arca, sino que más bien por dos: tocar el Arca y transportarla. Es por eso que habla sobre
el coraje del Señor ardiendo grandemente. Y, de hecho, todo esto fue la culpa de David por su negligencia
personal en permitir que tal cosa que sucediera.
Ya hemos visto en los capítulos 1, 3 y 4 que los levitas no participan en la guerra, sino que tienen una función
especial en cuanto a aguardar y transportar el tabernáculo. Esta ofrenda demuestra el apoyo de parte de las
demás tribus de los levitas en su tarea especial.
LA OFRENDA PARA LA DEDICACION DEL ALTAR (10-88)
Y los príncipes trajeron ofrendas para la dedicación del altar … (10). El verso 10 dice que los jefes de
tribus trajeron su “ofrenda de dedicación” para el altar. Lo que hace esto interesante es que la palabra hebrea
que es usada aquí en Números 7, la palabra que generalmente es traducida como “ofrenda dedicación”, es
Hanukkah. La misma palabra que es usada para el día de fiesta que se celebra en el otoño, Hanukkah, para
reconocer la rededicación del Templo para Jehová después de haber sido capturado y haberlo hecho un
Templo para Zeus por un periodo de 3 años.
Es bastante interesante que el primer uso de Hanukkah es aquí en Números 7, para iniciar el lugar de la
morada de Dios. El segundo uso de Hanukkah en las Escrituras era para reiniciar el lugar de la morada de
Dios después que el gobernador de Siria, Antíoco Epífanes, había detenido el ministerio sacerdotal por unos
cuantos años (durante la revuelta Macabea). Para algunos el Hanukkah hoy día se asocia con la realización
de la navidad de los cristianos. Inicia el 25 de kislev según el calendario judío, y se extiende por ocho días
corridos, hasta el día 2 de tevet, equivale actualmente entre el 22 y 30 de diciembre. Según esto un buen uso
de Hanukkah sería la ocasión para celebrar el nacimiento del único, que nos hizo a nosotros, ser el nuevo
lugar de la morada de Dios.
La manera en que la palabra Hanukkah es usada en Números 7 pone un punto más fino en lo que realmente
quiere decir; cuando nosotros vemos el uso de la palabra Hanukkah, esto es más una ofrenda de iniciación
que una dedicación. La ofrenda de Hanukkah tiene la intención de ser la ofrenda que es el catalizador, es la
ceremonia de corte de cinta, que dice “abierto al servicio”. Por otro lado, cuando nosotros vemos una
verdadera ofrenda de dedicación, en el cual algo es consagrado (queriendo decir ceremonialmente separado)
para Dios, el ritual siempre envuelve ungir con aceite. Nosotros no encontramos el ungir con aceite con el
traer de esta ofrenda de Hanukkah aquí en Números, ni tampoco nosotros lo encontramos en la ceremonia de
Hanukkah de la iniciación del uso del Templo, nuevamente, para adoración a Jehová durante la rebelión de
los Macabeos.
Al igual que todo lo demás en el N.T., nosotros encontramos que el concepto entero y el propósito y uso de
Hanukkah comenzó en el A.T., y esto fue traído al NT en un significado mayor y completo, personificado en
Jesús.
Ofrecerán su ofrenda, un príncipe un día, y otro príncipe otro día, … (11). Desde una vista un poco más
estrecha lo que nosotros estamos viendo es el líder de cada una de las 12 tribus de Israel traer su ofrenda, uno
por uno, al Señor. Comenzando con la tribu de Judá, el jefe de cada tribu trajo el regalo de su tribu al
Tabernáculo, una tribu por día, para un total de 12 días. Cada una de las doce tribus presenta una dádiva de
un plato de plata (que pesa como 1,4 kg.) y un tazón de plata (que pesa unos 770 gr.). Los dos están llenos
de harina fina con aceite. También presenta un cucharón de oro (que pesa unos 110 gr.), lleno de incienso.
Estos utensilios son para el uso de los sacerdotes al hacer los sacrificios sobre el altar. Además, cada tribu
presenta un total de 21 animales para usar en varios sacrificios.
Claramente, esta era una dadiva generosa. Dios debía mostrarle al pueblo de la Tierra Prometida como ser
dadores, una de las mejores medidas de uno que se ha movido de una mentalidad de esclavo a una mentalidad
de la Tierra Prometida. El esclavo por naturaleza es tomador, porque él esta inseguro de provisión. El pueblo
de la Tierra Prometida es generoso, porque confían en un Dios que promete satisfacer todas sus necesidades.
Claramente, esta era una dadiva humilde. Al requerir la misma ofrenda de cada tribu, Dios se aseguró que
ninguna tribu o líder tribal se glorificara a si mismo por su dadiva. Debemos resistir la tendencia de dar para
ser vistos por el hombre. El pueblo de la Tierra Prometida se preocupa por la gloria de Dios, no la suya.
Cada día se recibe la ofrenda de una tribu; así que lleva doce días la recepción de todas. Los líderes de las
tribus son los mismos nombrados en los capítulos 1 y 2 y presentan su ofrenda en el mismo orden en que
salen en la marcha según el capítulo 2. Como la ofrenda de cada tribu es exactamente igual, ¿por qué se
dedica tanto espacio a este proceso? Debe haber alguna razón por tanta repetición. Parece que se quiere
enfatizar la participación de cada tribu en el culto de Israel. Cada tribu hace su contribución para sostener la
adoración del pueblo, con su centro en el altar de los sacrificios. Además, como las ofrendas cereales
quedaron con los sacerdotes, al entregar los utensilios de plata llenos de harina y aceite, las tribus están
contribuyendo al sostenimiento de los sacerdotes. Así demuestran que reconocen el valor del papel especial
de los sacerdotes. Aunque no se pueden comprar las bendiciones de Dios, el pueblo de Dios siempre ha tenido
la responsabilidad de mantener el culto y los ministros de Dios (18:8-24; 1 Corintios 9:7-14). La repetición
aquí enfatiza la grandeza de las ofrendas de las tribus, y así anima al pueblo de Dios de cualquier época de
seguir este ejemplo de generosidad.
Nasón hijo de Aminada, de la tribu de Judá (12). Lo otro que nosotros no debemos pasar por alto es que
fue la tribu de Judá de donde sale Cristo la primera en presentar su ofrenda de Hanukkah. Y, lo que nosotros
encontramos es que los regalos que todas las tribus van a presentar, son exactamente idénticos. Cada tribu
dio la misma cosa, hasta la misma cantidad y la misma calidad.
Al leer nuevamente los 12 pasajes consecutivos, repetimos una vez más que la ofrenda de Hanukkah de cada
tribu era: 1 fuente de plata, 1 tazón de plata, cada una llena de flor de harina mezclada con aceite (una ofrenda
Minchah); 1 recipiente de oro lleno de incienso; un novillo, un carnero y un cordero de un año para la ofrenda
de Shelamim. Estas clases diferentes de ofrendas ya las tratamos en nuestro estudio de Levítico.
El punto es que esta lista es lo que cada líder de tribu presentó en el Santuario. Una tribu por día por 12 días
consecutivos trajo esta ofrenda específica.
Aquí hay un gran significado: porque al igual que cualquiera que viene al Señor para expiación y salvación
debe ofrecer la misma cosa, nada menos, y nada más, así mismo es con esta ofrenda de Hanukkah. Las 12
tribus no eran todas igual en población, autoridad, estatus, o riquezas, pero eso no importaba: la ofrenda para
el Señor tiene que ser la misma para todos.
Ahora los eruditos hebreos dicen que algo bastante significativo sucedió aquí; El hecho es que al menos un
Sabbath tenía que ocurrir dentro del periodo de 12 días de la ofrenda de Hanukkah; y, matemáticamente,
pudo haber 2 Sabbaths.
Los Rabinos dicen que la ofrenda del jefe de la tribu de Judá, la primera ofrenda dada, fue dada en el primer
día de la semana. En el segundo día Isacar dio la ofrenda, y el tercer día fue Zabulón, y así hasta que llegamos
al séptimo día, Shabbat, y ¿cuál fue la tribu que dio su ofrenda en Shabbat? Efraín.
El honor de ser el primero fue para Judá, el honor de dar su ofrenda en Shabbat fue para Efraín. Y fueron
estas dos tribus quienes eventualmente llegaron a ser las dos súper tribus que sobrevivieron y absorbieron
todas las otras tribus, y hasta formaron los dos Reinos llamados Efraín y Judá, después de la muerte del Rey
Salomón. Es Judá y Efraín quienes también son llamados “Las Dos Casas de Israel” en Ezequiel y en otros
lugares de la Biblia.
Ya sea que fuera Shabbat o no, lo cierto es que es lógico y habitual para esto que hubiese comenzado en el
primer día de la semana en vez de cualquier otro día. Los primeros para dar su ofrenda de Hanukkah fue Judá
(la tribu del Mesías) y el séptimo para dar el suyo fue Efraín. Esto no fue coincidencia. Nosotros vamos a
encontrar a Judá y Efraín lentamente y seguramente elevados sobre las otras 10 tribus como lo manifiesta el
Pentateuco, los Escritos, los Profetas que forman el Antiguo Testamento.
MOISES SE REUNE CON DIOS Y ESCUCHA SU VOZ (89)
La voz que le hablaba de encima del propiciatorio … (89). Al terminar de ser levantado el tabernáculo,
Moisés entra y escucha la voz de Jehová que le habla desde encima del propiciatorio del arca (7:89). El verbo
indica que Dios hablaba así con Moisés por costumbre; no fue en solamente una ocasión. ¿Por qué se
menciona aquí? En 7:1-4 vemos que Moisés levantó, ungió y consagró el tabernáculo, y que las tribus
demostraron su apoyo por el centro de adoración con la ofrenda de las carretas y bueyes. La mención de la
voz de Dios aquí cumple la promesa de Éxodo 25:22, confirmando que Jehová se complace en las ofrendas
del pueblo y acepta el tabernáculo, producto del trabajo y de las ofrendas del pueblo, como su morada en la
tierra. El santuario llega a ser en realidad una “tienda de reunión” (1:1) donde Dios se reúne con el hombre
Moisés, líder del pueblo de Dios. Este pasaje afirma que mientras Moisés antes consultaba con Dios en una
tienda fuera del campamento (Éxodo 33:7-11), ahora lo hace en el tabernáculo, el centro del culto de todo el
pueblo.
Este capítulo termina, apropiadamente, con una importante pieza de información: que cuando Moisés se
encuentra con Dios en la Tienda de Reunión, esto fue encima del Asiento de Misericordia, el Kapporet, en
hebreo, eso es, la tapa dorada del Arca del Pacto, y dentro de las formadas alas de los dos Querubines que
estaban pegadas al Kapporet, fue que la presencia de Dios habló a Moisés. Y, para que nosotros
completamente entendamos, la frase “hablaba con Él”, cuando se refiere a Dios hablando a Moisés, en hebreo
es dibber. Y, dibber quiere decir una conversación, una comunicación de dos a un oráculo que sencillamente
es un edicto pronunciado por Dios. Aunque lo más seguro es que a veces Dios llamaba a Moisés a la Tienda
y sencillamente le daba una instrucción, al menos a menudo había una conversación, un diálogo, entre los
dos. Moisés tenía un honor que muy pocos otros hombres en la historia tuvieron; tener una conversación
audible con el Señor Dios Todopoderoso. Aunque hasta cierto grado nosotros tenemos ese privilegio, como
creyentes, en la forma de oración, no podemos decir que es la misma cosa. Cuan a menudo hemos deseado
el poder hacerle a Dios una pregunta, y obtener una respuesta de manera directa y audible.
Hay que señalar otra cosa importante en la que podemos estar equivocados. Moisés no se paró delante del
Arca del Pacto en el sentido de estar dentro del Lugar Santísimo. En ningún lugar encontramos la explicación
que Moisés se paró dentro del Lugar Santísimo; eso es una conjetura (una incorrecta) que sale de una idea
equivocada muy común de que, para oír la voz de Dios, Moisés tenía que entrar hasta el lugar santísimo y
estar parado delante del Señor.
Aun cuando para nosotros eso suena como que tiene que indicar la presencial en el Lugar Santísimo, parado
justo al lado del Arca del Pacto, en realidad lo que tenemos es a Moisés parado en el Lugar Santo al lado del
velo interior llamado el Parokhet y meramente mirando el Arca. “Parado delante del Señor” o “delante del
Señor” es una expresión idiomática hebrea muy común en la Biblia y la misma quiere decir venir cerca del
santuario de Dios, no dentro del mismo, ni ciertamente dentro del Lugar Santísimo.
Los eruditos hebreos y los Rabinos siempre han visto a Moisés parado afuera del velo. Después de todo, a
pesar de la posición noble y única de Moisés como Mediador él era solo un hombre. Nosotros encontramos
que Moisés está tan terriblemente ansioso de ver a Dios que él le pide al Señor si esto puede ser posible y el
Señor le cumple hasta cierto grado al esconder a Moisés en la hendidura de la roca, cuando ÉL pasa por la
misma. El punto es que, si Moisés vio al Señor de cerca diariamente en el Lugar Santísimo, no había
necesidad para el de verlo en otro escenario. Lo cual para algunos significa que lo había oído, pero no lo
había visto.
No puede estar más claro que nadie, ni tan siquiera el Sumo Sacerdote, se le era permitido entrar al Lugar
Santísimo y pararse delante del Arca excepto una vez al año en Yom Kippur. Moisés tenía que tener un velo
entre Él y el Señor por la santidad tan grande del Señor. Por consiguiente, cuando al Sumo Sacerdote le era
permitido entrar en ese día especial cada año, él tenía que llevar incienso ardiente para que el incienso actuara
como una clase de velo para que el Sumo Sacerdote no muriera por estar tan cerca de la extrema santidad de
Jehová.
El pueblo de la Tierra Prometida necesita liderazgo, y ellos necesitan liderazgo que escuche de Dios y
conozca Su voz.

En Resumen. Este capítulo 7 de Números, es en realidad un capítulo extraordinario. Tiene 89 versículos


y desde un punto de vista de la minuciosidad de los detalles, y considerando la repetición de los mismos, es
un capítulo monótono. ¿Qué podemos decir? El Señor tiene registrado y presente cada uno de estos detalles,
dándoles valor. Creemos que El abre los libros y dice: "Bueno, veamos lo que ofrendó este príncipe." Dios
toma nota minuciosa de todas las ofrendas. Algunas eran muy generosas, pero, el escritor de estas páginas,
guiado por el Espíritu Santo no pasó por alto ningún detalle.
Todo este capítulo largo, trata de estos hombres y lo que presentaron como ofrenda al Señor. Hasta se
menciona que le ofrecieron una cuchara llena de incienso. ¿Por qué tanto detalle? En el Evangelio según
Mateo 6:3 y 4, el Señor dijo: Pero cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha, para
que sea tu limosna en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará en público. Para mucha gente
es mejor que la mano derecha no sepa lo que hace la izquierda, porque ambas manos hacen tan poco para el
Señor, que sus dueños debieran avergonzarse de ellas; tanto de la derecha como de la izquierda. El Señor
registra cuidadosamente, todo lo que hacemos para El. Y de ello tenemos una prueba en este capítulo.
En el Evangelio según San Lucas, se relata el incidente en el que Jesús fue al templo y se detuvo ante las
arcas de las ofrendas y observó cómo presentaba la gente sus ofrendas. Vio que los ricos dejaban muchísimo
dinero. Notó, por lo menos en sus apariencias, que eran generosos. Luego observó a una viuda que echó sólo
dos monedas de cobre. Ahora, comparadas con la riqueza de aquel templo, sus adornos y riquezas, aquellas
dos monedas no valían nada, pero Jesús no consideró su ofrenda desde ese punto de vista humano. Había
dado todo lo que tenía, y para Jesús, aquella había sido la ofrenda más importante de todas. Ella había dado
más que cualquiera otra persona.
Jesús sabe exactamente lo que le damos. Y El conoce igualmente, cuánto guardamos, o nos reservamos para
nosotros. A veces decimos que lo que nosotros damos queda en secreto entre nosotros y el Señor. De lo que
tenemos que darnos cuenta realmente es que el Señor observa y registra lo que estamos dando.
No hemos hecho algo por El, que El no haya observado. Y no nos referimos solo a asuntos relacionados con
las ofrendas voluntarias de dinero u otros bienes materiales. Puede incluirse aquí a el trabajo, todo servicio
realizado para El, por muy humilde que haya sido, o que quizás haya pasado desapercibido para los demás.
En la mayoría de los casos, no recibiremos un reconocimiento público ni una recompensa, a nivel humano.
Pero tengamos la seguridad de que Dios nos recompensará por eso. Debemos hablar con más libertad en
cuanto a estas cosas, y sin complejos, al comprobar la naturalidad y sinceridad con que la Palabra de Dios
trata estos asuntos.
Y la forma adecuada de tratar los Temas relacionados con nuestra función de mayordomos, al disponer de
los bienes que Dios ha puesto en nuestras manos, es no perder de vista una noción fundamental. Los
elementos materiales y la forma en que los utilizamos, sin dejar que ellos nos dominen u obsesionen, revelan
la realidad espiritual, es decir, la condición espiritual de cada uno. Los ojos de Dios no se fijan en la cantidad
de riquezas, ni en la manera espectacular en que aquellas se pueden utilizar para resaltar el orgullo humano
o una supuesta generosidad personal. Más allá de toda ostentación, la mirada divina penetra hasta el lugar
más íntimo del ser humano, poniendo al descubierto sus verdaderas motivaciones, y el alcance de la entrega
personal de una persona que se acerca a Dios con un corazón humilde y agradecido.
En conclusión, todas sus ofrendas eran iguales; todas las tribus de Israel tuvieron una participación igual en
el altar, y un interés igual en los sacrificios ofrecidos. Él que ahora habló a Moisés, desde en medio de los
querubines, era el Verbo Eterno; porque toda comunión de Dios con el hombre es por medio de su Hijo, por
quien hizo el mundo y gobierna la iglesia, que es el mismo ayer, hoy y por los siglos. El pueblo de la Tierra
Prometida necesitaba liderazgo, y ellos necesitaban liderazgo que escuche a Dios y conozca Su voz.
BOSQUEJO PROPUESTO.
LA BENDICION DEL DAR
1. El ejemplo al dar
Como padres
Como pastores
Como iglesia
2. Todos debemos dar
En la medida que Dios demanda
De todo lo recibido
Por los motivos correctos
En el orden correcto

PR OMAR URIBE TUIRAN

También podría gustarte