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Después de una breve discusión, los padres aceptaron.

En la estación de tren, los padres se quedan parados esperando a que salga el


tren. Se despiden de su hijo dándole algunos consejos por la ventana, mientras
Martín les repetía:

- Ya lo sé. Me lo han dicho más de mil veces.

El tren está a punto de partir y su padre le murmura al oído de Martín:

- Hijo, si te sientes mal o inseguro ... ¡Esto es para ti!

Y se metió algo en el bolsillo de Martín.

Ahora Martín está solo, sentado en el tren como quería, sin sus padres, por
primera vez.

Martín empieza a mirar el paisaje a través de la ventana, cuando de repente


escucha mucho ruido. A su alrededor empiezan a entrar y salir gente
desconocida del coche y unos empujan a otros.

El supervisor del tren llama la atención y les hace saber que hay un niño que
está solo.

Una de las personas mira a Martín con ojos tristes y de pena. Y Martín empieza
a sentirse mal. Cada minuto que pasa el niño siente más y más miedo.

Martín se baja la cabeza y se siente acorralado, angustiado y solo, con


lágrimas en los ojos.

Unos minutos después, él recuerda lo que dijo su padre al oído y de lo que


había guardado en su bolsillo.

Temblando, buscó el papel y cuando lo encontró, lo abrió y lo leyó:

- Hijo, ¡estoy en el último coche!

FIN

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