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EL ARBOL DE PAÑUELOS....

Un joven que se fue de la casa en rebeldía, pasados los años que vino la ruina y
vino la desgracia para él, envió una carta a su padre:
“Padre, he pecado contra el cielo y contra ti”, y yo sé que no soy digno de ser
llamado tu hijo, pero te escribo esta carta para pedirte que me perdones y que me
recibas en casa.

Yo voy a pasar el próximo domingo por frente a tu casa, en el tren, y padre…


¿recuerdas el manzano que hay en el jardín de atrás? Si tú me recibes amarra un
pañuelito blanco a una de sus ramas y cuando yo pase por el tren a punto de
llegar a la estación si yo veo ese pañuelo entiendo que soy bienvenido a tu casa,
pero si tú no me recibes, yo te entiendo.
Entonces no habrá pañuelo y seguiré a otra estación”. Y el joven iba en el tren, y
como el viaje era largo, contó a su compañero su historia, su triste historia.
Y llegando a la estación el tren comienza a disminuir la velocidad, y este joven
dice: “estamos por llegar… estamos por llegar, tengo miedo” Y el compañero de al
lado le dijo: “no temas, tranquilízate, espera lo mejor, cree lo mejor” Y el joven dijo:
“no sé, no pudiera soportar que mi Padre no me
recibiera, y ¿si no hay un pañuelo en ese manzano? Yo necesito que El me
perdone!!!”.

Y estaba viajando en el tren y ya para llegar le dice: “No, no puedo mirar a esa
casa, no puedo soportar que no haya un pañuelo, ¿me harías un favor? Miras tu,
mira por la ventana, es una casa amarilla, la única casa amarilla de ese bloque, de
esa cuadra, ya llegando a la estación tu vas a ver esa
casa amarilla, por favor mira el manzano, si hay un pañuelo, quiero saber si soy
bienvenido a casa”.
Y el tren se va acercando y el muchacho no aguanta más y cierra sus ojos y le
dice: 
“mira bien, ¿ves la casa?” Y el compañero dice: “Si, si, aquí ya viene, ahí se está
acercando!!!”
- “¿y estás viendo? Mira, ¿Hay un manzano al enfrente? Si lo ves? “
Y el hombre se quedó en silencio.
Y el joven dijo: “Por favor, mira si hay un pañuelo, busca entre las ramas, quizá
esta en la rama más baja, o quizá mi Padre lo puso en la última rama, mira bien!!!”
Y el hombre estaba callado.
- Y dijo: “¿Porqué te callas?”
- El le dijo: “No, no hay un pañuelo en
ese manzano, amigo mío, hay cientos
de pañuelos blancos, tu eres
bienvenido a la casa de tu Padre!!!”

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