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La Pila Real

de Atlamica
Entre los 32 inmuebles de nuestro municipio registrados Es por ello que resulta de gran trascendencia la
por el INAH en su Catálogo Nacional de Monumentos conservación y aprovechamiento de esta infraestructura,
Históricos Inmuebles, destaca la Pila Real de al menos hasta mediados el siglo XX, momento en el
Atlamica. Es, sin duda, un caso único entre ellos ya que el Valle de Cuautitlán sufrió un gran cambio en sus
que no figura fácilmente en alguna de las actividades productivas, resultado de cambios a nivel
clasificaciones tradicionales. federal.
No estamos frente a una construcción religiosa ni a
A lo largo de los siglos, y como resultado de su constante
propiedades de añejos hacendados. Se trata, en todo
momento, de un bien público diseñado y ejecutado uso, las aguas que distribuye nuestra Pila Real han sido
para el beneficio de todos. Si bien en la actualidad se motivo de conflictos, pero siempre resueltos por el uso
suele considerar una construcción del siglo XVII, lo j u sto y e q u i t a t i vo d e l v i t a l l í q u i d o, t a n to p a ra
cierto es que hay registros que revelan su probable encumbrados hacendados como para los más humildes
construcción a mediados del siglo XV. Esto es, campesinos. Ante todo, la concordia, tal como consta
anterior a la consumación de la Conquista española, en las diferentes actas conservadas de los siglos XVIII,
pero consolidada durante la época colonial. De ahí el XIX y principios del XX, donde se indican los surcos que
nombre con el que la conocemos hasta el día de hoy: cada acequia tenía permitidos y donde podemos leer el
Pila Real. nombre de las haciendas y pueblos que se beneficiaban
de ellos. Haciendas y pueblos que se han transformado,
El Archivo Histórico y Biblioteca Central del Agua
pero a quienes une un pasado común, hermanados por
registra que en 1435, y debido a las constantes
crecidas del Río Cuautitlán, se realizó la principal el vital líquido que nuestra Pila Real reguló durante
desviación del cauce de dicho río, mismas crecidas tantos años y llenó de vida el mosaico de comunidades
que fueron controladas por la Pila Real y que fue de lo que hoy conocemos como Cuautitlán Izcalli.
administrada por los diferentes gobiernos a lo largo
de los siglos, siendo los gobiernos locales quienes Es por esto que tiene sentido conservar este inmueble
mayor injerencia han tenido en ella. Originalmente se como uno de nuestros referentes históricos, no por su
trazaron 4 acequias para irrigar las diferentes zonas majestuosidad o longevidad, sino como un símbolo del
de cultivos, a la cual se le agregó una quinta en el bien común y del desarrollo que les permitió a todas las
transcurso de los siguientes 150 años. Tales acequias comunidades que se han desarrollado en nuestro
hoy son conocidas como ríos y llevan por nombres: municipio.
río Córdova, río San Lorenzo, río Huayapango, río
Chiquito y río Del molino. Todos ellos abastecieron
gran parte de nuestro actual municipio e incluso
zonas tan remotas como lo son Tultitlán, Tultepec y
Teoloyucan, siendo una construcción de gran
importancia a nivel regional.

Estos ríos, algunos aún con agua, otros no, tienen


también bifurcaciones propias y al día de hoy aun
sirven para el riego de alguna milpa perdida en el
laberinto de la urbanización. Es importante destacar
que hoy los llamamos ríos y no canales, zanjas o
acequias, tal como los mencionan los registros
históricos, concediendo que ya no es necesario un
gran cauce para llamar río a lo que en tiempos
remotos entendían como riachuelos de cultivo.

A pesar de haber perdido la utilidad de los ríos que


nacen en nuestra Pila Real, conservamos ahora con
orgullo un monumento digno de asombro y respeto.

Es bien sabido que las culturas prehispánicas


(chichimecas principalmente en nuestra zona) tenían
un complejo y funcional sistema de distribución de
agua, mismo que no siempre fue bien aprovechado
durante la colonia.

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