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BREVE ANÁLISIS SOBRE “TENGO MIEDO, TORERO” DE PEDRO

LEMEBEL
ADRIANA STRATAN GHERMAN
16/10/2020

Este breve trabajo escrito consiste en la realización de un análisis de la novela chilena

“Tengo miedo, torero” de Pedro Lemebel publicada en 2001. Siguiendo las directrices

de la guía, este análisis tiene como objetivo la elaboración de un comentario tratando

tres temas en concreto, el tema de las mujeres, homofobia-machismo y el paradigma

queer. Para ello, escogeré diferentes párrafos, marcando en letra negrita aquellas

palabras que prueban el comentario que les antecede. La novela yuxtapone dos historias,

una critica la opresión de género y la otra la opresión política bajo el contexto histórico

del Chile de Pinochet antes del atentado del 68. Así mismo es esencial el papel que

juega el narrador, al carecer la novela de capítulos, se relega el cambio de historia a la

voz del narrador.

El papel de las mujeres es tratado de forma ambigua y opuesta en ambas historias. En la

historia de la Loca del Frente, es posible que desde su punto de vista se note cierto

recelo y comparación hacia las mujeres. Su condición como travesti durante una

dictadura, ha desembocado en numerosos actos de discriminación machistas y

homófobos, forzándole a ser trabajadora sexual, lo que le supone el desconocer qué

patrones de conductas debe efectuar con Carlos: “Pero se contuvo; no podía aplicar en

el amor las lecciones sucias de la calle.” (pág. 18) Además, le supone una continua

incertidumbre sobre qué roles adoptar, ya que es continuamente rechazada como mujer

por los otros: “…y ante la orden mandona del militar, que los hombres allá y las

mujeres acá, no supo reaccionar tupiéndose entera, y ahí le afloró lo loca en la

emergencia. ¿Y usted qué espera, no sabe dónde ponerse? le gritó el uniformado.

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Tendría que partirme por la mitad para estar en las dos partes, le contestó risueña.”

(pág. 76)

Esta frustración por no ser vista como mujer, siempre autodenominándose vieja y cola

se entiende como su conformismo hacia que la sociedad la rechace y oprima. En este

párrafo en el que la Loca del Frente le ha hecho sexo oral a un Carlos desfallecido en su

cumpleaños se sobreentiende que su aceptación como mujer se ha dado por aquellos

hombres que querían usar sus servicios sexuales: “Las mujeres no saben de esto,

supuso, ellas sólo lo chupan, en cambio las locas elaboran un bordado cantante en la

sinfonía de su mamar. Las mujeres succionan nada más, en tanto la boca-loca primero

aureola de vaho el ajuar del gesto.” (pág. 47)

Por otra parte, cabe hacer referencia al complejo de superioridad que tiene la Dama

Lucy frente a las esposas de los generales. En este párrafo destaca su indignación al

considerarse ella como la única señora con clase superior del círculo aristocrático

chileno: “Jamás tuvimos la oportunidad de codeamos con la realeza. (…) No me

digas que no te has dado cuenta cómo se visten, cómo me miran, cómo me saludan

haciéndome la pata, cómo tocan las telas de mis trajes diciendo: Qué elegante es

usted señora Lucy, qué bien le queda esta seda tan exquisita. Cuando yo sé que en el

fondo se las come la envidia. Y no me mires así, como diciendo que soy una vieja

peladora. Por algo te casaste conmigo. ¿No? Porque de jovencita mi madre me educó

con clase y me enseñó los secretos del buen vestir” (pág. 32).

Este recelo entre damas aristocráticas de poder no se da entre aquellas mujeres

guerrilleras, las cuáles promueven su sentimiento de unión y sororidad. Esto se muestra

en la manifestación que las mujeres hacen cerca de la Catedral alzando en alto las fotos

de sus familiares detenidos desaparecidos: “JUSTICIA- QUEREMOS-JUSTICIA.

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-LOS-LLEVARON-DETENIDOS-NO-LOS-VIMOS-NUNCA-MÁS.-LO-QUE-

AHORA-EXIGIMOS-QUE-NOS-DIGAN-DÓNDE-ESTÁN. Eran las consignas que

coreaban las señoras, madres, abuelas, hermanas de toda esa gente que aparecía

desteñida en las fotos clavadas en el pecho. (…) Era extraño, pero allí, en medio de las

señoras, no sentía vergüenza de alzar su voz mariflauta y sumarse al descontento. Es

más, una cálida protección le esfumó el miedo…” (pág. 70).

Los temas de homofobia y machismo están presentes a lo largo de las dos historias. La

Loca del Frente pasa por todo tipo de discriminaciones desde que era niño. Desde los

comienzos de su relación con Carlos, tanto las otras amigas locas de la Loca como el

resto de personas que los veían los llamaban maricones, degenerados, colas…Pese a que

ellos hicieran caso omiso de estos insultos, ya inertes, es la Loca la que constantemente

se va enfrentando a situaciones de acoso e incluso violencia callejera. En este párrafo, se

enuncia como la Loca es víctima de brutalidad policial por intentar coger un panfleto

del suelo que llamaba a protestar en contra de la dictadura: “¡Bótalo, maricón culiao!,

le gritó el paco mirándolo con furia. Y córrete de aquí, anda a mariconear a otro lado,

si no querías que te lleve preso. (…) sintiendo, más que el dolor, la humillación de ser

golpeado por ese perro de uniforme verde.” (pág. 69)

La Loca también sufre acoso callejero, en este otro párrafo se denuncia la forma en la

que los hombres aprovechan la mínima ocasión para ser excitados. El narrador

omnisciente describe cómo ella en la micro de vuelta de casa de la señora Catita, tras no

haberle entregado el mantel bordado como signo de protesta hacia las clases altas, es

usada por un hombre que roza su miembro contra ella para excitarse: “Ella venía

sentada a la orilla del pasillo, donde los hombres sudados de cansancio le refregaban

el bulto al pasar a su lado. Entonces ella se quedaba quieta y sin respirar sentía el

latido de ese animal posado en su hombro, era sólo un minuto de éxtasis roto por el
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vozarrón del chofer (…) le apretaba su entrepierna apegándosela al brazo. (…). Lo

sintió crecer nerviudo como una pitón enroscada en su antebrazo.” (págs. 36-37)

Por otra parte, el Dictador formula numerosos comentarios homófobos, por ejemplo, el

odio que muestra hacia un cadete que monta guardia en la casa del Cajón del Maipo,

horas antes de que se produjera el ataque: “¿Y de dónde salió este pájaro afeminado?,

(…) ¿Y cómo se les ocurre traer a mi casa este tipo de gente? ¿Cómo se les ocurre

dejar entrar estos raros a la Escuela Militar? Lo recomendó el coronel Abarzúa, mi

General. A la mierda el coronel Abarzúa. No sabe usted que estos tipos traen mala

suerte, y quizás qué tragedia nos espera este fin de semana. ¿En qué cabeza les cabe

permitir que un maricón use el uniforme de cadete? ¿No sabe usted que estos

desviados son iguales que los comunistas?, una verdadera plaga, donde hay uno...

ligerito convence a otro y así, en poco tiempo, el Ejército va a parecer casa de putas

(…) No soporto verlo mariconeando en mi jardín, insolentando a los muchachos de la

escolta.” (pág.66)

Este cadete se le aparece después en una pesadilla en la gala aniversario de la Batalla de

la Concepción, en la que se encontraban figuras importantes literarias y artísticas de la

época, excepto el “comunista de mierda que se cree Neruda”. Se muestra el odio que

comparte el Dictador hacia los homosexuales y comunistas: “Era el mismo

mariposuelo que había mandado a expulsar de la Escuela Militar. El mismo colijunto

que ahora lo enfrentaba sonriendo, desabotonándose la guerrera, desnudándose un

pecho forrado en un negro sostén de encaje para recibir la medalla. No me vaya a

clavar mi General, le decía burlesco.” (pág.82)

A la misma vez, se presenta la figura de Gonzalo, el peluquero-estilista de la Primera

Dama, el cual también es homosexual pero no sufre ningún tipo de discriminación, y es

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continuamente elogiado por la Primera Dama. Es entonces cuando entra la

interseccionalidad, y Lemebel alude la importancia del clasismo. Mientras que estos

“homosexuales degenerados” contribuyan y sean útiles para las damas de alta clase,

serán tolerados y no insultados o discriminados.

La opresión al colectivo queer es un tema activo en esta novela, pero básicamente se

vive desde el punto de vista de la Loca, es decir, desde la visión travesti homosexual, lo

que no nos permite analizar mucho más allá de la explotación sexual y homofobia. Es

entonces esencial mencionar la situación actual de Chile respecto a la comunidad queer.

El XVII Informe Anual de los Derechos Humanos de la Diversidad Sexual y de Género

de 2018 muestra alarmantes datos donde hubo un aumento de un 44% de casos de

violencia y abusos hacia el colectivo, comparados con el 2017. Las golpizas, torturas y

robos policiales aumentan en un 1500% según datos de 2017. Estos datos demuestran

que el Estado no se pronuncia e incluso promueve esta exclusión institucional. Según, la

página web del Senado, en Chile se ha aprobado este año el proyecto de matrimonio

igualitario, y la Ley de Identidad de Género, la cual solo se aplica sobre personas

mayores de 14 años y solteras, la cual sigue siendo excluyente.

A modo de conclusión, considero transparente y evidente el impacto que esta novela ha

supuesto como crítica a la opresión durante el periodo de dictadura. Lemebel hace uso

de su obra como forma de protesta, usando tintes autobiográficos debido a su condición

de homosexual proveniente de los márgenes de la ciudad, como respuesta al clasismo

burgués y su oposición al régimen de Pinochet. Me parece adecuado relacionar la

importancia que el colectivo queer ha tenido históricamente relativo a la victoria de la

lucha marxista. Pese a que la Loca del Frente procure evitar meterse en temas de

denuncia social debido a su falta de educación, Lemebel claramente utiliza su figura

como importante al ser ella la que acoge a Carlos como miembro del Frente Patriótico
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MR, el cual la utiliza como mensajera encubierta e incluso guarda cajas con armas en su

casa. Sin embargo, a partir de los datos previamente mencionados, es triste comprobar

que la presión de género sigue siendo una de las mayores lacras a las que se enfrenta la

sociedad chilena.

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