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El abismo

de la miseria

Miguel Ángel Martínez Barradas / El mundo iluminado

www.elmundoiluminado.com

Cerrar cualquier ciclo es necesario para iniciar uno nuevo. Si iniciamos algo sin haber terminado
lo que antes habíamos comenzado, la ansiedad y el desasosiego se apropiarán de nuestros días.
Aunque la vida se vive comunitariamente, se recorre en soledad la mayor parte del tiempo, sin
embargo, pocos están dispuestos a asumir su soledad responsablemente, y prefieren cargar a
otros con los deberes que a uno mismo le competen. No se confunda la soledad con el
individualismo, la primera conduce a la libertad, el segundo, al esclavismo.

Es absurdo suponer que el mundo puede convertirse en un sitio apacible para todos, pues
el egoísmo jamás desaparecerá, pero eso no significa que las diferencias sociales no puedan ser
reducidas. Para el caso que nos ocupa, los interminables ciclos, sirvan las siguientes enseñanzas
dictadas por Helena Blavatsky, en su obra “La escala dorada”:

«Vida limpia. Mente abierta. Corazón puro. Intelecto despierto. Percepción espiritual sin
prejuicios. Fraternidad hacia nuestros iguales. Presteza para dar y recibir consejo. Obediencia a
los mandatos de la Verdad. Lealtad y deber hacia los maestros de la Verdad. Valor para soportar
las injusticias personales. Enérgica declaración de principios. Valiente defensa de los que son
injustamente atacados. Y mirada siempre fija en el ideal humano de progreso y perfección. Esta
es la Escala de Oro que conduce al Templo de la Sabiduría.»

Los trece peldaños de la áurea escala anteriormente citada van de lo individual a lo


colectivo. El ciclo inicia en el “yo” y termina en el “nosotros”. ¿Qué tan diferente es nuestra
sociedad a la de aquel entonces? Si el mundo hoy está enfermo, no es porque una voluntad
suprema quiera enseñarnos algo, sino porque nuestro egoísmo ha enfermado la tierra que
pisamos en detrimento de todos.

Decíamos al inicio que cerrar cualquier ciclo es necesario para iniciar uno nuevo.
Detengámonos a examinarnos: ¿Qué es lo que todavía tengo pendiente? ¿He gastado mis
energías en pretextos o en acciones? ¿A quién he hecho responsable de mi soledad?
Dependiendo de lo que respondamos sabremos si nuestro trayecto por la escala de oro es hacia la
soledad superior, el templo de la sabiduría, o hacia el individualismo inferior, es decir, hacia el
abismo de nuestra miseria.

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