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a papå a que subiera a comer, lo encontraba
revisando atentamente las fotografias tomadas
e n un evento reciente.
temblorosa:
vida! No
-iGracias, Agustín, m e salvaste la
gestto que has tenido
voy a olvidar jamás este
conmigo.
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si le escribo una
-Entiende algo, Clara, de
Corazón y,
-Es cierto, pero tal vez con el tiempo pueda carta a la chica más linda de
cambiar u n poco, es posible que llegue u n par de ojos que
entrada, le digo que tengo
a dejar de lado mi timidez y que, cuando ella más timido que
s e m e salen de la cara, que soy
me conozca, etectivamente yo sea «el rey de las blancuzca como
una avestruz, que tengo la piel
tiestas». que n u n c a he ido a
una fiesta,
un papel bond,
-Está bien, de acuerdo, yo creo que tú que mi c o r t e de cabello e s t u v o de moda e n
94 podrias llegar a ser más seguro y expresivo. 1950 y que bailo c o m o mi papá... ella romperá
Pero y lo guapo? Una cosa es retocar fotografías, la c a r t a y n o querrá saber nada de mi.
Agustin, pero n o puedes r e t o c a r la realidad. -Sí, en eso tienes razón, pero mentir puede
Cómo harás cuando debas enviar las demás ser muy arriesgado. Mi abuela dice que cuando
piezas de ese «rompecabezas» la verdad y la mentira se pelean, es posible
-iTe parezco muy feo? que la mentira se crea la triunfadora durante
-Mira, yo soy tu amiga y no puedo engañar- un tiempo, pero, tarde o temprano, la verdad
te, no eres el dinosaurio Barney, pero tampoco terminará aplastándola como a una mosca
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qué no esperas a Navidad o hasta el próximo agradaba mucho más su m a n e r a de ver la vida.
año bisiesto, «Al menos espera a que te crezca Me gustaban sus labios, pero valoraba más
el pelo de puercoespín». sus palabras. Clara no sabia que Alegria sig-
nificaba para mí mucho más que una foto de
Era tan insistente que, en un momento,
una quinceañera de hermosos ojos verdes que
tuve que pedirle que respetara mi decisión.
Clara estaba volviéndome laoco. me habia flechado. Ahora yo comprendia
152 -No sé qué diablos te ocurre, Clara, tú queAlegría era, además, linda por dentro. 153
Ella no podría odiarme, entendería que lo que
fuiste quien concibió este plan, tú misma me
hice fue por timidez, por inseguridad y, sobre
recomendaste que escribiera cartas hasta que todo, porque no quería dejar escapar la opor
Alegría sintiera unas ganas locas de conocerme;
tunidad de acercarme a ella y ser su amigo.
y ahora dices que me quede callado, que no lo
Clara me miró iracunda, si mi papá no hu-
haga. ¡No te entiendo!
biera llegado ese preciso momento, me habria
Por primera vez Clara se quedó sin pala-
dado un golpe en la nariz.
bras, se veia enfadada pero no podia darme
una sola razón válida para que yo dejara de Se dio media vuelta y desapareció.
lado mi plan con Alegría. Al dia siguiente, a la una y media de la tarde
-Solo te pido, por lo que más quieras, que sali del colegio, crucé el Barrio Nublado,
no lo hagas. Tú crees que estás enamorado de el parque de la Libertad y llegué a la Avenida
Alegría, pero te equivocas... no la conoces y del Volcán. Alli me detuve con el corazón
ella tampoco a ti. Alegría piensa que tú eres dando botes.
otra persona, solo quiero ahorrarte un mal Me senté en la acera y esperé.
momento, se siente atraída por u n chico dis- A las dos en punto el portero del colegio
tinto a ti, jtú no eres como en los retazos de Virgen del Agua Clara abrió el portón de nma
fotos que le has enviado! dera, sonó la campana y decenas de niñas y
Clara tenía algo de razón, pero lo que igno jóvenes comenzaron a salir.
raba era que durante todo el tiempo en que Enseguida vi a Alegria con la mochila car-
Alegria y yo habíamos intercambiado corres gada de un solo brazo. Estaba rodeada de dos
pondencia, noté que ella, además de linda, era amigas. Todas reian como si hubieran tenido
una persona que me provocaba cosas extrañas un gran dia. Alegria abrazaba un libro, pegán-
en la piel. Me gustaban sus ojos, sí, pero me dolo a su pecho y acomodaba su cabello que a
esa hora del dia se escapaba de la cinta con la
que se lo había atado.
Me acerqué a ella, la miré de frente y le dije
con voz temblorosa:
-Hola, soy Camaleón.
Alegria sonrió, miró a sus amigas, arrugó
sus cejas y dijo:
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-Si tú eres Camarón, yo soy Cangrejo.
Las tres soltaron u n a carcajada violenta
y yo n o supe qué decir. 155
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Luego de dar vueltas y vueltas por todo Como ya lo había sospechado alguna vez,
Corazón, sin saber a dónde ir, tomé la decisión. cuando besas a una persona que te gusta sien-
Me dirigi a casa de Clara y toqué el timbre; tes que la sensación sensible de los sentidos se
aunque no sabia bien qué iba a decirle, si conmociona ante la sobrecogedora sensación
sabia que no permitiria que las piezas de nuestra de sensibilidad. Al principio se siente así, pero
amistad quedaran desintegradas. luego es más sensitivo.
174 Ella abrió la puerta y me miró con unos El beso de Clara fue la mejor respuesta. 175
ojos que no tardaron en llenarse de agua. Era u n beso de
verdad
-Hola -dije yo, y senti que mi voz comen-
zaba a temblar- soy Camaleón, voy a cumplir
trece años, tengo los ojos saltones, miedo
a la sangre, peinado aburrido, padres divorcia-
dos, no sé bailar, no sé besar, solo he ido a dos
fiestas e n mi vida y cuando crezca m e gustaria
ser cirujano-fotógrafo. No es el curriculum de
una estrella de Hollywood, lo sé, pero todo lo
que he dicho es verdad y he venido a pregun-
tarte si con todo esto que soy, y con todo lo
que no soy... te gustaría ser mi amiga?
Extendi mi mano y puse sobre la suya una
fotogratía de mis ojos, era la pieza del rompe
cabezas que faltaba para que ella terminara de
armar ese Frankenstein llamado Camaleón.
Clara me miró, ladeó su cabeza, me tomó
de las mejillas y, sorpresivamente, me dio un
beso.
Senti una cosquilla que se extendió desde
el estómago hasta los pies y después ascendió
hasta el pulmazón.