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Max Gallardo
ISUM, ASAMBLEAS DE DIOS Fracmento del libro de Hermenéutica Avanzada, reproducido con permiso
1
CONCEPCIÓN DE HERMENÉUTICA
Por ejemplo, si vamos conduciendo un vehículo, debemos estar atentos a las señales
del tránsito, a las señales que los otros conductores emiten y a veces aún estar dispuesto a
percibir el “estado psicológico” del que va delante o detrás de nuestro automóvil.
Lo interesante en todo esto es que cada una de estas cosas las hacemos sin la
conciencia que estamos siendo “intérpretes” de la realidad puntual que nos rodea. Esto se
debe a que “cuando una persona está bien familiarizada con los materiales que lee u oye,
el proceso de comprensión se lleva a cabo sin esfuerzo. La interpretación se encuentra
presente pero funciona en forma tan espontánea que no se hace evidente”.1
LA HERMENÉUTICA BÍBLICA
1
B. Ramm, “Interpretación Bíblica” en Hermenéutica Bíblica por R. G. Turnbull, ed., p. 6. 3 Aunque el
término “hermenéutica” se ha extendido en los últimos años hacia todo el proceso de la percepción y la
comunicación humana, debido a la influencia de los filósofos M. Heidegger, G. Ebeling y H. G. Gadamer
entre otros.
2
hace necesaria la formulación de normas para llenar ese vacío. En tanto el intérprete
se halle separado de su material por el tiempo, el vacío será histórico; en tanto su
cultura sea diferente a la del texto, el vacío será ecológico y biológico. Y dado que
usualmente existe en el texto una actitud diferente hacia la vida y hacia el universo que
la del intérprete, puede decirse que hay un vacío filosófico.2
2
B. Ramm, Idem. , p. 6
3
J. L. González, Historia del pensamiento cristiano, Vol. I, p. 209
3
4
Un ejemplo de tal práctica fue la revelación que alguien recibió a principios de siglo, en un retiro
espiritual pentecostal en los Estados Unidos, acerca del nombre de Jesús. Esta revelación dio origen al
“bautismo en el nombre de Jesús” como formula bautismal, y a las denominaciones pentecostales unitarias
que rechazan la doctrina de la Trinidad y se les conoce como iglesias “Sólo Jesús.” Tal criterio en
oportunidades va asociado con intolerancia hacia quienes no concuerdan con sus interpretaciones. Rony
Chávez afirma en relación con la aceptación de la “reforma apostólica”: “Si al oír todo esto siente rechazo,
usted debe ser liberado. Debe ser ministrado. Todos hemos sido diseñados para ser ministros Apostólicos
y Proféticos, así que si todo esto choca contra su manera de pensar, tiene que recibir liberación para entrar a
una nueva dimensión Apostólica mayor.” (Roni Chávez, “Moviéndonos en lo apostólico”, http://www.
ccnven. org/ao1. htm, Internet, sin fecha, acceso del 30 de mayo del 2003.
5
Para una reseña cuidadosa de estos métodos y otros más recientes —incluyendo el método históricocrítico
y la “nueva hermenéutica”— y su desarrollo vea Hermenéutica Bíblica por J. M. Martínez, pags. 65-133;
L. Berkhof, Principios de interpretación bíblica, pags. 13-43; y H. Virkler, Hermenéutica, pags. 41-63.
4
Sin embargo, la hermenéutica, en el sentido más reciente del término, comienza con el
reconocimiento de que el condicionamiento histórico se da en ambos lados: el
intérprete moderno no menos que el texto, se encuentra en un contexto y tradición
histórica dada.6
La tarea hermenéutica como se ve tiene entonces dos fases, éstas reciben el nombre
de: exégesis y aplicación. La exégesis consiste en determinar el significado original del
texto. Ella se ocupa en dilucidar el sentido que el autor bíblico tuvo en mente al escribir
tal o cual pasaje. La exégesis no considera la aplicación del texto a la realidad del intérprete
hoy, sino por el contrario procura determinar lo más exactamente posible lo que el autor
quiso decir a sus receptores originales. Esto se lleva a cabo haciendo uso del método
gramático-histórico que toma seriamente las características literarias de las Escrituras y el
entorno histórico en el cual se produjeron.
EXÉGESIS APLICACIÓN
Orden correcto en la interpretación bíblica
6
A.C. Thiselton, The Two Horizons, p. 11. Las cursivas son del autor.
7
Algunos autores en las últimas décadas usan el término hermenéutica para referirse a lo que
tradicionalmente se ha denominado aplicación. Gordon Fee aclara: “Aunque la palabra “hermenéutica” de
ordinario cubre todo el campo de la interpretación, incluso la exégesis, también se usa en el sentido más
restringido de la búsqueda de la relevancia contemporánea de los textos antiguos.” (La lectura eficaz de la
Biblia, p. 22). No todos los estudiosos bíblicos están de acuerdo con tal distinción y prefieren seguir usando
la palabra en el sentido tradicional, como la ciencia que abarca todo el proceso interpretativo. 10 Para una
discusión más amplia de la aplicación de la Palabra vea: G. Fee y D. Stuart, La Lectura Eficaz de la Biblia,
pags. 49-54; J. Martínez, Hermenéutica Bíblica, pags. 541-560; y H. Virkler, Hermenéutica, pags. 179-196.
8
G. Fee y D. Stuart, La Lectura Eficaz de la Biblia, pags. 22 y 23. Las cursivas son del autor.
5
HERMENÉUTICA
BÍBLICA
INTÉRPRETE TEXTOBÍBLICO
VACÍO
Histórico
Cultural
Ecológico
Los evangélicos somos “el pueblo del Libro”. Es típico ver a cada familia o
creyente evangélico asistir a los cultos con su Biblia bajo el brazo, pero ¿leemos los
cristianos las Sagradas Escrituras? Un investigador católico hizo la observación de que los
evangélicos amábamos la Biblia, la distribuíamos, fomentábamos su lectura, pero en
términos reales la leíamos poco. Si tal aseveración tiene algo de razón, una de las causas
principales de esta situación sería la falta de enseñanza sobre principios para interpretar la
Biblia. Más de una vez nos hemos encontrado con creyentes que nos dicen: “Leo la Biblia,
pero no la entiendo por más que trato”, así es fácil desanimarse y abrir el Libro sólo cuando
el predicador va a exponer un pasaje en el culto.
Es triste apreciar que en nuestro medio se han levantado personas que al afirmar:
“la Biblia dice...” han extraviado de la verdad a creyentes sencillos. Esto porque tanto el
líder como quienes le siguen desconocen los fundamentos básicos en el estudio de la
Palabra de Dios y terminan engañados por el error. Recordemos que Satanás también
conoce las Escrituras y las usa para extraviar a los creyentes, basta ver el caso de la
tentación que fue objeto nuestro Señor Jesús, el diablo le dijo: “Escrito está...”, pero el
Señor supo responder con el uso correcto de la Escritura (Ver Mateo 4:6-7).
CAPÍTULO 2
9
B. Ramm, Protestant Biblical Interpretation, p. 2.
7
LA IMPORTANCIA DE LA PRECOMPRENSIÓN
Lo que corresponde entonces es asumir que al leer la Biblia estos presupuestos serán
traídos consigo. Lo que se debe producir entonces es una actitud humilde frente a los
principios bíblicos, para que sean estos los que confirmen, modifiquen o sencillamente
censuren algunos de nuestros prejuicios, presupuestos o predeterminaciones. Esto es
introducirse en el “mundo del intérprete.” El efecto contrario, produce que el intérprete
“utilice” el texto bíblico, a través de una lectura prejuiciada, para que éste se conforme a
sus propias ideas. Así la Palabra es manipulada y no se cumple el objetivo de Dios de
hablar a través de ella al hombre. Gordon Fee lo explica de la siguiente forma:
La primera razón que hay que aprender en cuanto a la interpretación es que, aunque no
se quiera, todo lector es al mismo tiempo intérprete. Esto es, la mayoría de nosotros
suponemos al leer que también entendemos lo que leemos. También tenemos la
tendencia a pensar que lo que nosotros entendemos es lo mismo que se proponía el
Espíritu Santo o el autor humano. Sin embargo, siempre traemos al texto todo lo que
somos, con todas nuestras experiencias, cultura, y comprensión anterior de palabras e
8
ideas. Algunas veces lo que traemos al texto, sin intención, nos descarría, o nos hace
poner en el texto toda clase de ideas extrañas. 10
Algo que sin duda forma también parte de la precomprensión del intérprete es la
múltiple demanda de situaciones históricas puntuales contemporáneas que desafían al
lector a encontrar una respuesta en la Palabra de Dios. Estos desafíos no son los mismos
para cada generación de creyentes. Así como el legalismo para Pablo o el gnosticismo para
la iglesia del siglo II demandaron una reflexión y respuesta, es que hoy los cristianos del
siglo XXI nos vemos confrontados a considerar que decir a una sociedad postmoderna, que
se jacta de los logros de las ciencias y rechaza la posibilidad de lo sobrenatural.
Algunas de las actitudes deseables con las cuales el intérprete debe acercarse a las
Escrituras son: Humildad frente a la grandeza de la revelación, sinceridad consigo mismo
y con el texto bíblico; apertura para dejar que la Palabra nos transforme; determinación de
obedecer a la Escritura en la medida que vamos entendiendo sus principios; perseverancia
y persistencia en conocer más y más de la revelación de Dios; y sentido de dependencia de
la gracia de Dios y su Espíritu Santo. Esdras nos deja un gran modelo de un estudioso de
10
G. Fee y D. Stuart, La lectura eficaz de la Biblia, p. 12. Cursivas del autor.
9
las Escrituras, “Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir en la ley de Jehová
y para cumplirla, y para enseñar en Israel sus estatutos y decretos” (Esd. 7:10).
El autor de la epístola a los Hebreos nos dice que “Dios habiendo hablado muchas
veces y de muchas maneras a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha
hablado por el Hijo,...” (Heb.1:1-2a). La Biblia es el testimonio de que Dios ha hablado,
ésta registra el modo y la forma en que la Deidad se ha revelado al hombre. Al considerar
la Biblia como la revelación de Dios es importante entender dos verdades fundamentales
al respecto.
Por esto nos encontramos con el uso de lenguaje analógico en las Escrituras para
describir la naturaleza de Dios y las realidades de la experiencia espiritual del creyente.
Así la Biblia nos habla de Dios en forma antropomórfica al afirmar que él posee miembros
corporales como manos, brazos, rostro, etc. (ver Isaías 40:10). Sabemos que Dios es
11
B. Ramm. La revelación especial y la Palabra de Dios, p. 31. Cursivas del autor. Este libro fue escrito
por uno de los más claros y al mismo tiempo profundo erudito bíblico, su lectura completa será de tremenda
ayuda en la formación del intérprete de las Escrituras.
10
espíritu (Jn. 4:24) y no necesita de un cuerpo para accionar, pero él se acomoda a nuestro
entendimiento y espera que nosotros asociemos estos elementos humanos con la realidad
espiritual que representan.
Por ejemplo, el Antiguo Testamento otorga mucha importancia al respeto del día
sábado, pero el Nuevo afirma que el día que se guarda no debe ser objeto de divisiones (Ro.
14:5-6). Así la Iglesia ha entendido que el día de reposo no debe necesariamente ser el que
guardan los judíos, pues el sábado no está confirmado como obligatorio para los cristianos
no-judíos.
Aunque tal progreso se aprecia obviamente entre ambos Testamentos, tal elemento
de progresión se observa aún dentro del Nuevo Testamento. Jesucristo dijo a sus
discípulos: “Aún tengo muchas cosas que deciros... pero cuando venga el Espíritu de
verdad, él os guiará a toda verdad...” (Jn. 16:12-13). La enseñanza de Jesús se completa
con la enseñanza que él mismo entregó a través del Espíritu Santo a los apóstoles. Desde
esa perspectiva los Evangelios son clarificados a través de la enseñanza de los Hechos y
las Epístolas.
12
D. A. Carson, “Unity and Diversity in the New Testament” en Scripture and Truth, D. A. Carson y J. D.
Woodbridge, eds., p. 83.
11
13
B. Ramm, “Interpretación Bíblica” en Hermenéutica por R. G. Turnball (Ed.), p. 15. 17 Aunque
reconocemos como válida la formula trinitaria de Mateo, no es correcto argumentar su superioridad sobre
las palabras de Pedro al descalificar la capacidad del apóstol de reconocer la correcta fórmula o enseñar
otra falsa. Es preferible asumir que Pedro no estaba pensando en fórmulas doctrinales al enseñar el
bautismo en el nombre de Jesús sino en términos de diferenciar el bautismo cristiano de otros “bautismos”,
como el de los fariseos por ejemplo.
12
afirma más arriba, hay diversos grados de peso teológico o normativo en la Escritura,
variando de su ubicación dentro de la progresión de la revelación, esto no significa que
haya partes de la Biblia más “inspiradas” que otras.
Más allá de estas posiciones, ha habido quienes han defendido la inerrancia llevándola
a extremos innecesarios, afirmando con vehemencia que en la Biblia no existe
ninguna clase error, ni siquiera los derivados de equivocaciones de los copistas, y
soslayando cualquier problema que el texto pueda plantear o sugiriendo soluciones
poco convincentes
En sentido opuesto, tampoco han faltado quienes sólo han reconocido fidedignidad a
la Escritura en lo tocante a materias doctrinales y éticas, a la par que han negado la
inerrancia en lo tocante a relatos históricos. Huelga decir que ambas posturas adolecen
de inconvenientes. La primera, de una falta de objetividad; la segunda, de un exceso
de subjetividad.14
14
J. M. Martínez, Hermenéutica bíblica, p. 55. Ver también Henry A. Virkler, Hermenéutica, pags. 26-38.
13
En el capítulo que viene consideraremos el proceso de la transmisión y preservación
de los textos bíblicos.
14
CAPÍTULO 3
El pastor tomó su Biblia y anunció desde el púlpito: “Busque, hermano, el pasaje que
está en el capítulo cuarenta, versículos uno al once, del libro de Isaías. Está en la página
seiscientos setenta y nueve en la Versión Reina Valera. Allí estará basado el sermón de
esta noche.” Expresiones semejantes se oyen casi en cada reunión en nuestras iglesias. Esto
porque tenemos el día de hoy la tremenda bendición de acudir a nuestros cultos con la
Biblia bajo el brazo y seguir atentamente la lectura de ésta desde nuestro asiento.
La situación en la Iglesia a mediados del siglo I fue muy diferente en este sentido. La
Biblia como la conocemos hoy no existía. Primero, porque el Nuevo Testamento aún no
estaba completo ni reconocidos todos sus libros. Segundo, porque no todos los libros de
las Sagradas Escrituras, que hoy nosotros llamamos Antiguo Testamento, estaban a
disposición de cada creyente, sino conservados en las sinagogas judías. Tercero, los libros
en aquel entonces eran de alto costo15 y pocos podían tener acceso a ellos. Por último la
imprenta aún no había sido inventada, una Biblia encuadernada y en nuestro propio idioma
es un producto de los últimos cinco siglos solamente.
En vista de lo expuesto más arriba, es obvio preguntarse ¿Cómo fue que nos llegó la
Biblia? ¿Qué itinerario cumplió para llegar a su actual presentación? Para ello tenemos
que examinar en primer lugar lo que medió entre el autor original de un libro bíblico
(llamado también autógrafo) y su posterior preservación. También tenemos que
introducirnos un poco en la ciencia de la traducción bíblica.
Los materiales usados por los autógrafos bíblicos para escribir sus obras fueron
frágiles y perecederos, por lo que hace ya muchos siglos que fueron destruidos por el uso
y el paso del tiempo. Para llegar a nosotros, generaciones de creyentes anónimos se
dedicaron a copiar manualmente las Escrituras. Esta noble y crucial tarea fue llevada a
cabo primero por los escribas hebreos y posteriormente por generaciones de cristianos. Los
monasterios medievales cumplieron un papel importante en esta obra preservadora.
15
El etíope que volvía de Jerusalén leyendo al profeta Isaías (Hechos 8:26-40) es toda una excepción. Él
podía tener tal posibilidad por su aventajada posición económica (tesorero real). Sólo personas adineradas
podían adquirir libros de tal magnitud. El apóstol Pablo contaba con algunos libros y manuscritos también,
producto tal vez de su educación rabínica (2 Tim. 4:13).
15
Algunos errores de pluma se filtraron en las primeras copias que se hicieron de los
manuscritos originales, a los cuales posteriormente se sumaron los errores de
transmisión, en las copias de las copias. Fue un hecho casi inevitable que ocurriera de
esa manera. No hay ningún ser humano que pueda copiar sin un solo error, el texto
íntegro de un libro. (¡Invitamos a quienes duden de la anterior afirmación a que lo
hagan!) Nada, a no ser un milagro, garantizaría la infalibilidad en la copia de un
manuscrito original.16
De ahí que debemos reconocer que no todos los copistas fueron tan esmerados y
que algunos de ellos modificaron el texto copiado ya sea deliberadamente (añadiendo a
veces glosas marginales que con el correr del tiempo fueron incluidas por otros copistas en
el texto original), por descuido (el cansancio les pudo llevar a confundir letras o palabras),
por problemas visuales (algunos pudieron tener problemas de visión en su ancianidad que
afectó su tarea), o por el simple hecho que como dice Archer más arriba: “No hay ser
humano que pueda copiar sin un solo error el texto integro de un libro”. De tal manera
entonces, que hoy nos encontramos con el hecho que aunque contamos con una gran
cantidad de manuscritos, preservados a través de sucesivas copias, se aprecian diferencias
de lectura en algunos pasajes de un mismo libro.
Gracias a Dios contamos con la bendición de tener acceso a cerca de cuatro mil
quinientos manuscritos bíblicos (libros completos o pasajes) del Nuevo Testamento. Tal
garantía es inigualada en la preservación de libros antiguos. También tenemos la gracia de
acceder a manuscritos de considerable antigüedad (algunos del N. T. van al s. II d.C.).
Otra fuente para los estudios textuales del Antiguo Testamento la constituye la
llamada Versión Septuaginta. Esta es una traducción del texto hebreo al idioma griego,
que tradicionalmente se atribuye a la labor de eruditos judíos en Alejandría en el s. III a.C.,
de la cual se han conservado algunas copias que pueden ser fechadas por el s. II de nuestra
era. Por el carácter misionero de la iglesia primitiva, la Versión Septuaginta se constituyó
en las Sagradas Escrituras que ellos usaron en su predicación al mundo de habla griega, de
ahí a que gran parte de las citas que hacen los autores del Nuevo Testamento proviene de
esta fuente.
Otras ayudas en el estudio del texto bíblico son diferentes traducciones que se
llevaron a cabo, tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, al principio de la era
cristiana. También las citas bíblicas que los padres de la Iglesia en los primeros siglos
16
G. L. Archer, Reseña de una Introducción Crítica al Antiguo Testamento, pág. 25.
16
incluyeron en sus escritos constituyen otra fuente de información sobre el texto del Nuevo
Testamento.
Considerando lo antes expuesto es que los eruditos bíblicos han desarrollado toda
una ciencia en torno a la evaluación de los manuscritos. Esta trata de identificar, en
aquellos casos donde existen diferentes lecturas de un mismo pasaje (estas reciben el
nombre técnico de variantes), lo que pudo haber sido la redacción original del autógrafo.
Esta tarea es sumamente importante, pero también compleja y no siempre se produce
consenso en algunos casos. Por esto, es que los eruditos en crítica textual han desarrollado
variadas técnicas para facilitar su labor de depuración del texto bíblico.17
Los traductores de los textos bíblicos deben asumir su tarea considerando un texto
base desde el cual traducir. Las traducciones completas del Antiguo o Nuevo Testamento
reciben el nombre de versiones. Estas deben establecer de antemano que texto base van a
usar en su tarea. En este momento los dos textos base reconocidos para el Nuevo
Testamento son el llamado Texto Recibido (textus receptus) y el Texto Crítico (textus
criticus). El Texto Recibido fue redactado en el siglo XVI y es en el cual se basan las
traducciones más antiguas como la alemana hecha por Martín Lutero, la versión inglesa
King James, y la española Reina-Valera. En cambio, las versiones más recientes prefieren
el Texto Crítico, ya que este refleja todo el cúmulo de información que ha aparecido en
materia de manuscritos bíblicos en los dos últimos siglos. Está de más decir que el Texto
Crítico no estaba alcance de los traductores del s. XVI. El uso de uno u otro texto a sido
motivo de controversia debido a que algunos eruditos creen que el Texto Recibido fue
17
Para una descripción detallada del método de la crítica textual vea Hermenéutica Bíblica por J. M.
Martínez, págs. 129-133. Ver también http://www. sociedadbiblicainternacional. com/criticatextual. htm,
acceso del 22 de agosto del 2003.
17
18
mejor preservado. Otros piensan que el Texto Crítico es un texto que considera
manuscritos de más antigüedad y por ende más confiables.19
Los católicos también han publicado numerosas traducciones en español. Entre las
más antiguas se cuentan la de Felipe Scio Sn. Miguel (1793) y la de Félix Torres Amat
(1823), ambas tradujeron el texto de la Vulgata Latina. Entre las más recientes, algunas de
las más prestigiosas son la Versión Nacar-Colunga (1944) Versión BoverCantera (1947) y
la Versión Biblia de Jerusalén (1967).
Últimamente, han aparecido nuevas versiones como Dios Habla Hoy (1979), La
Biblia de las Américas (1986) y la Nueva Versión Internacional (1999). Está en proceso
la llamada Biblia Textual Reina Valera, que consiste en una revisión de la Reina Valera
usando el Texto Crítico. Estas versiones hacen uso del Texto Crítico, de ahí que en algunos
pasajes difieran de la versión Reina-Valera. Esto porque en algunos manuscritos más
antiguos, se encuentra una lectura diferente y se ha preferido a la del Texto Recibido. Por
ejemplo, estas versiones más recientes no incluyen el pasaje de 1 Juan 5:7, ya que no se
encuentra en los manuscritos más confiables por su antigüedad y preservación. Por otro
lado es importante también considerar que estas versiones también han aportado a mejorar
la lectura, reconociendo pasajes que no se encontraban en copias menos antiguas y que
claramente son fiables, por ejemplo la versión Dios Habla Hoy traduce Juan 1:18: “Nadie
ha visto jamás a Dios; el Hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el
18
Ver http://www. philadelphos. org/versionesmodernas. htm, Internet, acceso de 22 de agosto del 2003,
para una defensa del textus receptus.
19
Ver http://www. sociedadbiblicainternacional. com/textogriego. htm, Internet, acceso del 22 de agosto
del 2003, para una defensa del texto crítico.
20
Vea M. Gallardo, “Y qué de la Reina Valera Actualizada” Conozca (abril-junio) 1992.
18
21
Padre, es quien nos lo ha dado ha conocer” . Esta lectura, de acuerdo a investigaciones
recientes, es la más probable; reforzando así la doctrina de la deidad de Jesucristo.
También es cierto que el Texto Crítico arroja dudas sobre pasajes que han sido
tradicionalmente muy apreciados, y muchos creyentes se sienten preocupados por este
hecho. Por ejemplo, este Texto considera la última parte de Mateo 6:13 (“... porque tuyo
es el reino el poder y la gloria, por todos los siglos. Amén) como una adición posterior y
no lo incluye en el texto canónico. Antes de reaccionar con rechazo frente a tal proposición,
es importante recordar que nosotros hemos favorecido la lectura de Mateo sobre el Padre
Nuestro y hemos olvidado que el evangelista Lucas no incluye dicha expresión en su
Evangelio (vea Lucas 11:2-3). Bueno es considerar y evaluar las evidencias antes de
manifestar rechazo a tal conclusión.
El intérprete no necesita ser un experto en hebreo o griego para hacer uso de los estudios
en crítica textual, algunas de las versiones en castellano traen numerosas ayudas textuales
al pie de la página. Las más aventajadas en este aspecto son la Biblia de Jerusalén y la
Reina Valera Actualizada. Aquellos que dominan el griego encuentran mucha ayuda en el
Nuevo Testamento Griego publicado por Sociedades Bíblicas Unidas.
Conclusiones
nuestra fe. Debemos aceptar el hecho que aunque creemos en la infalibilidad de los
autógrafos, no aceptamos la infalibilidad de los copistas.
21
Negritas añadidas.
19
evaluarlas con respeto, aún cuando no estemos totalmente de acuerdo con las tales.
reconocer lo que pudo alterar el texto original y recuperar la obra del autógrafo.
En este sentido no nos está alejando del texto bíblico sino al contrario nos asiste
para depurarlo.
• Cual sea nuestro texto base preferido para el Nuevo Testamento (Textus Criticus o
Textus Receptus) debemos mantener una actitud de respeto ante otros criterios, y evitar
la descalificación de aquellos que no comparten nuestra apreciación.
Debemos dar gracias a Dios por la bendición de tener tal acceso a las Escrituras y usarlas
con confianza para la edificación personal y la enseñanza. Al mismo tiempo debemos estar
conscientes de las limitaciones propias de la falibilidad humana en la preservación del texto
bíblico y considerar todas las ayudas que podamos recibir en la recuperación de la lectura
más probable donde existan problemas textuales.
20
CAPÍTULO 4
Tal orientación mental es la clave para leer la Biblia con provecho. Esta debe
considerar el género literario del pasaje (es narrativa, profecía evangelio, poesía, etc.), el
contexto histórico (¿Quién habla? ¿A quién? ¿Cuáles eran las circunstancias que rodeaban
al autor y a los receptores? ¿Qué factores de índole histórico, geográfico, social, religioso
o cultural necesitan clarificación?), el contexto literario (considerar si el pasaje forma
parte de una sección más amplia), análisis sintáctico (prestar atención al fluir de ideas,
especialmente a los sujetos, verbos y expresiones conectivas; identificar oraciones
principales y oraciones subordinadas; chequear la confiabilidad textual [ver Cáp. 3] de
cada declaración), la naturaleza del lenguaje (verificar la presencia de lenguaje figurado,
parábolas, tipos o expresiones hebraicas), la consulta de pasajes paralelos (observar otros
pasajes que aporten significado al que se estudia), por último considerar las posibles
aplicaciones prácticas del pasaje.
EL CONTEXTO HISTÓRICO. 22
22
La mejor exposición sobre el uso del contexto histórico en la interpretación bíblica se encuentra en el
libro Hermenéutica Bíblica por J. M. Martínez, págs. 193-213.
22
recibido, y su conocimiento es decisivo al momento de interpretar las Escrituras. Como
atinadamente afirma D. S. Ferguson:
Así una información óptima del mundo político, cultural, social, geográfico y
religioso será de inestimable ayuda para clarificar nuestro estudio de algún pasaje bíblico.
Por ejemplo, si entendemos la naturaleza del culto cananeo a Baal y el hecho que este era
el dios cananeo conectado con la fertilidad de la tierra, es que se comprende mejor la
constante tentación hebrea de dejarse arrastrar por esta religión y dejar a Jehová. Debido a
las presiones que significaba la supervivencia agrícola, los israelitas absurdamente
pensaban asegurar su subsistencia adorando al dios local, sin dejar totalmente de lado a
Jehová. La ciencia de la arqueología ha ayudado mucho para tener una visión más clara de
los eventos narrados en la Biblia.
El contexto histórico funciona en dos niveles. Uno guarda relación con el contexto
histórico del libro en general (¿Quién escribió? ¿A quiénes? ¿Bajo que circunstancias?
¿Cuándo?), el otro se relaciona con protagonistas específicos de ciertos pasajes (¿Quién
habla? ¿A quién? ¿Qué estaba pasando?, especialmente en pasajes narrativos) o también
con la necesidad de cierta información crucial para entender un párrafo (ubicación
geográfica [“un hombre descendía de Jerusalén a Jericó”], elementos culturales o religiosos
[¿Quién era Diana de los efesios], o costumbres sociales [“Este majano es testigo entre
nosotros” Gn. 31:48])
EL CONTEXTO LITERARIO
23
Duncan S. Ferguson, Biblical Hermeneutics: An Introduction, p. 71.
23
por los hombres, ya han sido reveladas a la Iglesia. Esto lo sabemos porque el mismo
apóstol en el siguiente versículo 2:10 afirma: “Pero Dios nos las reveló a nosotros por el
Espíritu”, es decir se refiere a las doctrinas apostólicas conocidas por los creyentes en la
iglesia. Así es que este principio nos recuerda que no debemos leer aisladamente pasajes
de la Biblia sino considerar su entorno literario.
El uso correcto del contexto va a depender mucho del género literario del pasaje
que se está leyendo. En las epístolas el contexto es en realidad la carta completa (además
del contexto inmediato de cada sección), en el caso de los profetas el contexto se limita al
oráculo o profecía entregada, en los textos narrativos a la narración completa de un evento,
en la literatura apocalíptica el contexto es generalmente la visión recibida o un conjunto de
visiones relacionadas (ver Zac. 1:7-6:8).
El uso del contexto será explicado con mayor detalle más adelante en conexión con
la metodología exegética aplicada a cada género.
Análisis sintáctico
24
Para otros modelos de diagramas vea Gordon D. Fee, Exégesis del Nuevo Testamento, pags. 55-68.
24
Primera razón de lo que expondrá: La
elección de los santos y el hecho que
los creyentes habían creído y sido
sellados con el Espíritu Ef. 1:14
Por esta causa, yo Segunda razón: El testimonio de los
habiendo oído receptores. Su fe y amor.
de vuestra fe
Ideas en el Señor Jesús
subordinadas Fe en Cristo y amor
y a los creyentes.
de vuestro amor para Dos virtudes
con todos los santos, destacables e
inseparables
no ceso de dar gracias
por vosotros,
haciendo memoria
de vosotros en mis oraciones Motivo de su oración: sabiduría espiritual
para que en el conocimiento del Padre.
el Dios de nuestro Señor Jesucristo, Paralelismo
el Padre de gloria,
os dé
espíritu Dios Padre: Protagonista de la acción
Ideas de sabiduría de poder que se expondrá en 1:19-
subordinadas y 22.
de revelación
en el conocimiento de él, Es decir en el conocimiento del
Padre: Su llamamiento, sus
riquezas y su poder 1:18-22
Figura 4.1
Debe determinarse la naturaleza del lenguaje usado por el autor bíblico. Esto es crucial
para no caer en desviaciones de sentido. Es importante reconocer si se está haciendo uso
de lenguaje figurado o literal. Un conocimiento básico de las figuras literarias como
metáforas, símiles, personificaciones, eufemismos, metonimias, pleonasmos, etc. y
también algunas características culturales típicas del idioma hebreo como los llamados
hebraísmos, solucionaran muchos problemas de interpretación. Nos encargaremos de
repasar las principales figuras literarias en el siguiente capítulo.
En oportunidades la consideración del contexto gramatical no nos ayuda tanto para aclarar
algún detalle del texto que estamos leyendo, y el consultar otros pasajes bíblicos que nos
otorguen clarificación es necesario. La mejor forma de utilizar este recurso interpretativo
es comenzar por buscar algún paralelo en el propio libro que se está leyendo. Si queremos
mayor luz sobre “lo sacrificado a los ídolos” en 1 Co. 8:1, junto con el contexto inmediato
(vs. 2-13) debemos leer también 10:16-11:1. Si no se encuentran paralelos en el libro
mismo se debe consultar con escritores contemporáneos, por ejemplo los detalles de las
visiones de Zacarías 1-6 se aclaran a la luz de la consulta de Esdras 1-6.
25
Las enseñanzas claras en la Biblia deben servir de referencia para interpretar las oscuras y
no al revés. El bautismo por los muertos de 1 Co. 15:29 debe interpretarse a la luz de los
pasajes bíblicos que claramente enseñan sobre el bautismo en agua. Lo mismo que debe
aplicarse al texto de 1 Tim 2:15 donde se dice que la mujer “se salvará engendrando hijos”,
es la enseñanza del resto de la Biblia sobre la doctrina de la salvación, la que debe usarse
como referencia para este texto oscuro.
“Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses
ancianos en cada ciudad, así como te mandé.” (Tito 1:5).
a. 1Timoteo 5:17-20, sobre el trato a los ancianos por parte de Timoteo. pastores
26
b. 1Timoteo 3:1-2 (obispo), se usa el término sinónimo obispo.
c. Santiago 5:14, funciones de los ancianos.
d. 1Pedro 5:1-5, los ancianos son , deben cuidar de la grey.
e. Hechos 14:23, constitución de ancianos.
i. Mateo 16:21, 26:57, también los ancianos eran los líderes del Sanedrín.
a. Jeremías 19:1, se usa el término tanto para líderes civiles como religiosos.
b. Isaías 3:2, ellos también estaban propensos a corromperse.
c. Salmo 107:32, los ancianos debían exaltar al Señor en sus reuniones.
d. Éxodo 4:28-29; 24:1, el oficio de anciano existía antes de salir los hebreos de
Egipto.
En los Evangelios se usa esta expresión en dos sentidos: para referirse a los maestros
preservadores de la tradición (rabies) y para los miembros del Sanedrín (Mt. 15:2; 16:21;
26:57).
Debía darse sostenimiento económico a los ancianos, especialmente los que gobernaban
bien y los que trabajaban en predicar y enseñar (1 Tim. 5:17-18). Los ancianos podían ser
disciplinados, y aun exhortados públicamente si no había sujeción a la autoridad apostólica
(1 Tim. 5:19, 20).
Conclusiones
La institución de ancianos era una antigua tradición entre los hebreos, por lo cual no es
raro que se usase el mismo tipo de líderes, considerando que gran parte de los miembros
de las congregaciones primitivas eran judíos.
Parece ser que el hecho que casi siempre se les mencione en plural nos indica que había
más de un anciano por congregación y que lo más posible es que hallan constituido una
especie de consejo administrativo o presbiterio.
28
Una de las debilidades más frecuentes de los libros sobre interpretación bíblica es el
problema metodológico. Es decir, se entrega mucha información sobre las herramientas
que la hermenéutica provee, tal como el uso del contexto histórico y el gramatical, el lugar
de la crítica textual, consulta de paralelos, reconocimiento de lenguaje figurado, etc., pero
no se ofrece al lector un orden metodológico para llevar adelante la exégesis.
La gran excepción a esta situación es el libro Exégesis del Nuevo Testamento por Gordon
Fee. En esta obra se explican los diferentes géneros literarios neotestamentarios y la
metodología exegética apropiada para cada uno de ellos. Además entrega excelentes
sugerencias para la tarea exegética en el texto griego. La debilidad de ésta se evidencia,
sin embargo, en su falta de ejemplos de exégesis y por su diagramación que, al tratar de
evitar la redundancia, pierde continuidad y claridad.
El lector familiarizado con las obras de Fee notará inmediatamente la influencia que este
erudito ha ejercido en el autor de este texto. Tal vez su contribución es simplificar un poco
la metodología, para hacerla más accesible al lector que no domina los idiomas bíblicos
originales, y entregar ejemplos de la metodología a seguir con cada género literario bíblico.
En tercer lugar, debemos identificar todos aquellos factores que otorgan ayuda a la
exégesis, considerando el objetivo y el género literario. El contexto histórico está presente
siempre junto con el análisis del contexto y la consulta de paralelos. En algunos géneros
se hace más uso del reconocimiento de lenguaje figurado (poesía, sabiduría, profecía),
mientras que en otros se ocupa bastante tiempo en el análisis de la estructura del libro
(epístolas y evangelios) y por supuesto que en las narraciones históricas dependeremos
mucho más del contexto histórico.
En cuarto lugar, se debe determinar el orden del análisis de dichos factores. Nuevamente,
el género literario dará la pauta. En las epístolas es preferible comenzar por el análisis
estructural e identificación de elementos claves, y luego ir al estudio del contexto histórico.
En cambio en los Evangelios es preferible comenzar familiarizándose con el contexto
histórico y luego proceder al análisis estructural. La profecía hebrea demanda comprender
primero las peculiaridades de la naturaleza de ésta.
Por último, se debe investigar los factores, en el orden apropiado, tomando apuntes de los
diferentes pasos, culminando por poner por escrito las conclusiones exegéticas. Basando
estas en la investigación previa. Toda exégesis debe culminar enriqueciendo las
conclusiones con la consulta de comentarios bíblicos o ayudas similares, y buscando
aplicaciones prácticas de los principios reflejados en la Escritura estudiada.
Ocurre lo mismo al momento de hacer una exégesis, sobre nuestro escritorio tenemos
información sobre el contexto histórico, datos sobre el contexto literario, algunos pasajes
paralelos, características del género literario, etc. Sin embargo, al momento de escribir
nuestras conclusiones seguramente no haremos uso de todo lo que sabemos sobre el
contexto histórico, o el análisis del contexto, pero tal vez ocuparemos casi toda la
información que tenemos de los pasajes paralelos.
Decimos esto porque una de las preguntas frecuentes que el estudiante se hace es, “¿Por
qué tengo que buscar tanta información, si no voy a usarla toda?” Exactamente como el
cocinero, el intérprete queda con “excedentes” sobre su escritorio que será información
valiosa para otra exégesis del mismo libro o pasaje.
También la analogía del cocinero nos ayuda a explicar por qué no todos los intérpretes
manifiestan la misma habilidad al momento de hacer una exégesis. Primero que nada,
debemos asumir la realidad que no todos son buenos cocineros, esto depende de muchos
factores, entre ellos la información previa, experiencia, familiaridad con los ingredientes,
las facilidades de la cocina, etc. En la exégesis es lo mismo, algunos estudiantes parecen
volar mientras que otros apenas caminan. Tenemos que reconocer que el elemento de
información o experiencia previa ayudan enormemente. Es muy difícil que un estudiante
que no está acostumbrado a leer literatura variada y no sabe tomar apuntes, logre hacer
buenas exégesis desde el principio. Si un creyente acostumbra evitar pensar por sí mismo,
y siempre espera que otros le den las respuestas, sin hacer un esfuerzo personal por
buscarlas, seguramente se le dificultará la tarea exegética cuando tenga que decidir sobre
el significado de una palabra o expresión. Por esto el estudio de las Escrituras demanda
paciencia y persistencia para introducirnos en una disciplina a la que muchos no están
acostumbrados. Todos pueden aprender si tienen la determinación de hacerlo.
40
En este libro se abordará la metodología exegética orientada por el género que representa el pasaje,
seguida de un ejemplo práctico como modelo. Se comenzará por el género de Epístolas, el cual
será el modelo maestro del cual todos los otros enfoques metodológicos evolucionarán.
Lamentablemente, algunos investigadores que usan la crítica de formas manifiestan un pesimismo
extremo sobre la posibilidad de que las historias se hallan transmitido en forma fidedigna. Según
ellos la cosmovisión primitiva de los cristianos del siglo I les hizo creer en milagros y relatos
portentosos, relacionados con Jesús, que nunca ocurrieron realmente. De ahí nace entonces el
proyecto de Bultmann de “desmitificar” el evangelio e interpretarlo en categorías existencialistas
al hombre moderno, el cual ya ha superado la “superstición” y no acepta la idea de lo sobrenatural.
Debido a esto es que esta disciplina de estudios fue poco explorada por los eruditos conservadores
que veían en ella una amenaza a la autoridad de los Evangelios. Sin embargo, el cuadro ha
cambiado en las últimas décadas y existen eruditos conservadores que piensan que el problema no
está en la técnica en sí sino en los presupuestos de los que la ocupan.25
Como resultado de la crítica de formas apareció otra disciplina que ya no considera a la obra de
escritores de los Evangelios como meramente recolecciones desordenadas de tradiciones sino
como escritores originales que no solo recogieron información sino la editaron teniendo un
propósito particular en mente. Stephen S. Smalley explica así el estudio llamado crítica de la
redacción:
Desde el momento que los Evangelios como tales nacen, el periodo de la tradición oral
comienza a desaparecer, y los escritores (tal vez en el contexto de una “escuela” o aun iglesia)
cobran prominencia, surgiendo de una, hasta entonces, anónima comunidad. Al observar
cuidadosamente los comentarios de los evangelistas, sus conexiones editoriales y resúmenes, y
en general la selección, modificación y expansión del material que ellos usaron (cuando Mateo
o Lucas, por ejemplo, se comparan con Marcos), es posible descubrir cómo cada escritor
entendió e interpretó (así como editó) la tradición que recibió. Está es el área de interés de la
crítica de la redacción.26
Esta última disciplina crítica es la que ha suscitado mayor interés entre los conservadores, ya que
toma con seriedad la obra de los evangelistas y les otorga el crédito de ser teólogos originales por
la forma en que presentan y organizan sus evangelios.
A lo anterior debe agregarse el hecho que en los evangelios encontramos el género de parábolas,
el que ya es en sí un desafío para la interpretación.
25
Uno de ellos es George E. Ladd, vea sus argumentos en Crítica del Nuevo Testamento, Págs. 113-135.
26
Stephen S. Smalley, “Redaction Criticism” en New Testament Interpretation por I. H. Marshall, Pág. 190.
32
Este estudio debe cubrir los elementos históricos generales de los evangelios.
Asuntos que caen bajo esta categoría son los presentados en forma muy completa por Merrill
Tenney en la primera parte de su obra Nuestro Nuevo Testamento. Algunos de estos son la
situación política, elementos culturales judíos de Palestina, situación religiosa, sectas religiosas y
políticas, economía, y leyes civiles y religiosas.
Como ya fue expresado, el género de los Evangelios es más complicado que el de Epístolas por el
sentido de adaptación del material que cada evangelista usó para componer su obra. Esto es lo que
debe estar presente con más fuerza en la mente del intérprete mientras estudia un particular
evangelio.
Debido a su complejidad y extensión, es difícil llegar, como en el caso de las epístolas, a una
óptima percepción de las características o énfasis particulares que cada evangelista dio al material
que incluyó en su evangelio, a través de sucesivas lecturas solamente. De ahí que se haga necesario
consultar obras de eruditos que han dedicado mucho tiempo al estudio de estas cosas. Información
útil puede ser encontrada en libros tales como introducciones al Nuevo Testamento, comentarios,
o diccionarios bíblicos.
Los elementos a considerar en esta fase de preparación para el análisis exegético del pasaje son:
27
Para una mayor información sobre los Evangelios como género y sus características vea "El evangelio cuadruple"
por F. F. Bruce en Nuevo Comentario Bíblico, D. Guthrie y J. A. Mottyer, eds., Págs. 61-67 y G. Fee y D. Stuart La
lectura eficaz de la Biblia, Págs. 99-118.
33
A. Reconocer énfasis específicos del evangelista. Aquí corresponde notar aquellos
aspectos distintivos del evangelio que se estudiará. Esto es clave en la exégesis en los
Evangelios.28
B. Propósito del autor: A la luz de los específicos intereses del evangelista se puede
esbozar el propósito que éste tuvo en mente al escribir su evangelio.
Esta sección es semejante a lo que se hace en las Epístolas, con la diferencia que los Evangelios
reflejan menos dependencia entre sus partes. Se dará comentario extra a lo que necesita mayor
clarificación debido a la diferencia de género. Esta fase de la exégesis debe hacerse sin consultar
comentarios.
Determinar los límites del pasaje. Esto no ofrece problemas por la característica de presentar
eventos, enseñanzas, parábolas o narraciones sin excesiva conexión entre sí.
Análisis del texto en griego. Reconocer detalles gramaticales claves tales como sustantivos,
verbos, preposiciones, etc. Chequée problemas textuales. Si adopta una versión particular como
base, mencione posibles problemas de traducción.
28
J. M. Martínez da un buen comentario sobre las peculiaridades de cada Evangelio en Hermenéutica bíblica, Págs.
381-405.
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Reconocer cuestiones de género y retórica. Posible uso de lenguaje poético o figurado. Esto
es especialmente importante si se hace una exégesis de una parábola o símil parabólico.
Esto consiste en reconocer ayudas de índole histórico, cultural, social, geográfico, etc. que el
pasaje que se está estudiando demanda para clarificar algún aspecto de este. Por ejemplo, conocer
las características del camino de Jerusalén a Jericó, la rivalidad entre samaritanos y judíos y las
costumbres relacionadas con las posadas, ayudará a entender mejor la parábola del Buen
Samaritano
El uso de pasajes paralelos en la exégesis en los Evangelios cobra especial significado, dado que
los Evangelistas a veces usan narraciones o dichos de Jesús en diferentes contextos y aún con
diferentes palabras.
Especialmente útiles en esta fase son las obras de consulta llamadas Armonías de los Evangelios.
En la exégesis en los Evangelios la consulta de paralelos lleva el objetivo de ver el particular
tratamiento que cada Evangelista da al material común entre ellos.
Recuerde que este proceso es para arrojar luz sobre el especial uso que el
Evangelio que estamos analizando da a algún evento o dicho de Jesucristo. El objetivo no es
"armonizar" sino comprender que es lo que ya sea Mateo, Marcos o Lucas querían comunicar a la
específica comunidad que ellos tenían en mente al escribir.
Ahora llega el momento de escribir las conclusiones asumidas luego del estudio detallado del
pasaje y sus paralelos. Especial cuidado debemos poner aquí al significado del pasaje en el
contexto teológico, eclesiológico y cultural del Evangelista y la comunidad receptora del
Evangelio en particular.
35
Solo en esta última etapa se hace necesario comparar nuestras propias conclusiones con aquellas
encontradas en los comentarios bíblicos Si incluye notas tomadas de libros o comentarios debe
incluir autor, obra y página(s).