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BARBARA CABALLERO Y ALZATE Y MAGDALENA SAMUDIO

¿REPRESENTACIÓN DE LA MUJER ANTIOQUEÑA O IDEAL FEMENINO EN


LA OBRA DE CARRASQUILLA?
Ahí os lo presento lector amable. Adrede lo he escrito en estilo llano, sencillo, casero,
bastante pedestre, porque aspiro a ser entendido por los lectores ajenos a los enredos y
tisquismiquis literarios, y porque se me figura que obras sobre asuntos, personas y
acontecimientos cuotidianos y vulgares, no requieren mayores primores ni pulimentos de
forma.
Tomás Carrasquilla

Vulgares y cotidianos, así describe Don Tomás los personajes y acontecimientos de su


obra, la misma a la que resta valor literario y asume como el resultado de ser lo que él
llama “una pluma alquilada”. ¿Pero qué tan corrientes son los personajes femeninos que se
tornan protagónicos en el cuadro de costumbres presentado por el autor en sus cuentos y
novelas?
El personaje femenino de Carrasquilla, no es el común, el propio de la literatura de su
época. De hecho, se evidencia un empeño especial del autor en la creación de estos
personajes, sean corrientes y cotidianos o especiales y altamente instruidos. Su
conocimiento sobre asuntos que le atañen solo a las mujeres, no es propio de los escritores
de la región para aquel momento de la historia.
“Un genio femenino”, así lo denomina Fernando González, y resulta difícil pensarlo de
otra manera, al leerlo y encontrarse con personajes femeninos, cuya descripción moral y
física, es propia solo de alguien capaz de entender y conocer perfectamente las mujeres, en
todas sus dimensiones. Así mismo lo expresa (González, 1995) cuando dice,
Dios le dio a Carrasquilla el don de entender y gozar con la conversación de las mujeres, la
rara facultad de seguir deleitadamente esos enredos alrededor de los sucesos baladíes; tiene
ese don, porque las objetiva; las mujeres han sido para él conversadoras; no sé qué haya
tenido amores, es soltero. Carrasquilla es un genio femenino; fue sastre y es literariamente
un sastre genial: su genio es irresistible cuando pone a conversar a sus mujeres. (pág. 221-
222)

No se puede discutir la capacidad de Carrasquilla como creador de personajes femeninos,


los cuales resaltan, tienen un toque especial, evidencian el empeño del autor en estudiarlos,
en incluir cada detalle sobre ellos. Sin embargo, es claro que algunas de esas mujeres que
han dado vida a sus obras, han resaltado más que otras, quizá por tener unas características
especiales y por tener comportamientos poco comunes de la época o de nuestra región,
según lo menciona en algún momento el mismo autor. Son entonces Bárbara Caballero y
Alzate, protagonista de la Marquesa de Yolombó; y Madalena Samudio, personaje
destacado de Grandeza, dos de sus grandes creaciones femeninas.
En 1928 es publicada la primera edición de La Marquesa de Yolombó, cuya protagonista
Barbara Caballero y Alzate, se destaca por ser una mujer con rasgos ajenos a la época de la
colonia, en la que tiene lugar la obra. En un momento de la historia en el que la mujer
estaba destinada a las labores del hogar y a formar una familia, Bárbara decide internarse en
las minas de su padre, en el municipio de Yolombó, obteniendo grandes riquezas producto
de la actividad minera y de su capacidad de dirigir los trabajos que normalmente son
asignados a los hombres. Tornándose entonces una mujer libre e instruida, con poder
económico y conocimientos, que para entonces eran de limitado acceso para el género
femenino. He aquí la opinión que su propio padre tenía de ella, enunciada en (Carrasquilla,
La Marquesa de Yolombó, 1968),
Y no creas que no sea capaz de dirigir esos trabajos. Lo hará mejor que nosotros: a
esa criaturita no le cabe la capacidad en el pellejo. Ya ves que piensa con el juicio y
la cordura del hombre más capaz. Y cuando Dios le dio tantas entendederas y tanta
actividad y ese modo de ordenar y mandar, no sería que se encerrase en el aposento
a hilar y a remendar. Por su mismo genio tiene que ocuparse en trabajos más útiles,
aunque no sean muy acostumbrados por el común de las mujeres. (pág. 65)
Pero ¿Cómo era posible que se permitiera a Bárbara Caballero ser libre y dedicarse trabajos
destinados a los hombres en plena época de la colonia? No hay duda de la existencia de
dicho personaje, pues hay registros de ella, y tampoco se pretende cuestionar la narración
del autor, pero si surge la inquietud de cómo en una pequeña aldea como lo era Yolombó,
surge un personaje femenino con un nivel de civilización tan alto. En este sentido, plantea
(Arango Morales, 2014),
Tradicionalmente era de esperarse que Bárbara se ocupara como mujer de cumplir con el rol
al cual estaba destinada: el matrimonio, los hijos, el cuidado de la casa y el hilado y la
costura acompañada de los rezos piadosos; no obstante, se empeña en su tarea de
aprendizaje y civilizadora de un espacio considerado por el mismo narrador como hostil y
poseído de embrujo. (pág. 58)

Es irónico como Carrasquilla nos presenta una persona que pareciera pertenecer a otra
época o lugar, pero que finalmente siente la necesidad de complementar su misión con lo
que es esperado socialmente, formar una familia, y cómo precisamente es ese intento
fallido el que la lleva a perder su carácter de mujer libre y progresista. Pareciese que al
pretender responder a las expectativas sociales, Bárbara pierde para Don Tomás ese toque
especial que le ha dado desde el principio, y pasa a ser una mujer como las demás
antioqueñas. Es posible que muera allí el ideal femenino representado en la Marquesa para
el autor, o que finalmente este personaje realmente describía la mujer conservadora y
moralista de nuestra región, pesé a que algunas de sus características se salieran de lo
común.
Si bien la Marquesa de Yolombó, ha sido obra de gran reconocimiento por su valor no solo
narrativo sino también histórico, al contener una descripción detallada de la época de la
colonia en el territorio antioqueño, ha habido otras obras del autor de gran valor literario y
cultural, tal es el caso de Grandeza, publicada en 1910 y cuyo contexto es la Villa de la
Candelaria. Pasamos entonces de un personaje especial inmerso en las montañas de
Antioquia, a una mujer, también con unas características particulares, ubicada en la capital
del departamento.
Magdalena Samudio, o Magola como se le llama a lo largo de la historia, constituye el
punto de equilibrio, racionalidad y crítica femenina de la familia Samudio, mujer que el
mismo Don Tomás enuncia en la narración como diferente al resto de las mujeres de
Antioquia. Expresa el autor que dicho personaje fue inspirado por una dama de la Villa de
la Candelaria, sin embargo, él mismo durante la narración se sorprende de las
características de su personaje al punto de expresar que no pareciese antioqueña.
En cuanto a Magola… ¡es harina de otro costal! Esta Magdalena Samudio tenía un
modo de ver, sentir y apreciar las cosas y la vida, tan suyo, tan propio e individual.
No la creyera nadie producto de nuestro medio antioqueño. A fuerza de tener ella
una anchura moral casi inconcebible en una joven de su clase, y la indulgencia y
elasticidad consiguientes, podía adaptarse un tantico a la ciudad nativa; que por
despótica que sea la “tiranía del medio”, no avasalla por completo una
individualidad potente. (Carrasquilla, 1995; pág. 175.)
Si bien, en la creación de todos los personajes femeninos se ha evidenciado el don del autor
por describir las mujeres en todos sus aspectos, en la creación de Magola, sin duda, se hace
más evidente su amor por estos personajes, dando lugar nuevamente a interpretarla como
un ideal de femineidad del autor. Y es que así mismo lo expresa Antonio José Montoya en
la presentación de la obra para la edición de 1995, al decir,
Me decido por las mujeres en esta nueva novela. Magda Samudio, Juana de
Samudio y Leonilde de Gama son tres grandezas femeninas, las grandezas
femeninas de Tomás. Indudablemente en el nuevo libro ha descollado Carrasquilla
por las creaciones femeninas. Parece que no le gustara el estudio de los hombres,
que los trabajara sin amor… (pág. 145)
Resulta irónico entonces como un hombre soltero y casto, según Fernando González, que
nunca vivió la debilidad masculina ante la femineidad, pueda ser el creador de dos
personajes tan especiales como lo son Bárbara y Magdalena, así como muchas otras
mujeres que desde su cotidianidad dan vida a sus historias, y hacen de lo corriente un tema
que puede ser narrado y llevado a la literatura. Surge entonces la necesidad de estudiar más
a fondo estos dos personajes que al leer la Marquesa de Yolombó y Grandeza, resaltan a tal
punto de querer despejar la incógnita, respecto a cómo pudieron dos mujeres cómo ellas
marcar la diferencia en una sociedad conservadora, altamente religiosa y moralista en la
que la mujer estaba destinada a los quehaceres del hogar y le era limitada la posibilidad de
instruirse y acceder al conocimiento.
Finalmente, se entretejen muchos asuntos en torno a estas dos mujeres descritas por el
autor, pues no se evidencia en ellas una descripción de la mujer antioqueña corriente, como
si pudiesen interpretarse otras figuras femeninas de su obra. Podría pensarse entonces en
una crítica de su parte, orientada a lo que no era la mujer de esta región para aquel
entonces, siendo Bárbara y Magola, un ideal femenino de Don Tomás, quien nos presenta
en ellas características normalmente atribuidas al hombre Antioqueño. Así, la mujer
emprendedora que va a las minas y logra enriquecerse a costa de su conocimiento y
capacidad de dirigir el trabajo de los esclavos, hombres todos, es la representación de lo
que en términos regionalistas llamaríamos la verraquera paisa. O Madalena Samudio, logra
con su racionalidad y conocimiento, representar el equilibrio de una familia,
responsabilidad que normalmente se le delega al hombre, con el comúnmente asignado rol
de “Jefe de hogar”. Queda pues la inquietud sobre el la inspiración del autor en la creación
de dichos personajes, sea esta la realidad de Antioquia, o su ideal femenino.

REFERENCIAS
Arango Morales, M. A. (2014). La Marquesa de Yolombó: Una mirada a las mujeres
coloniales Antioqueñas. Revista Iberoamericana, 51-78.
Carrasquilla, T. (1968). La Marquesa de Yolombó. Medellín: Bedout.
Carrasquilla, T. (1995). Grandeza. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana.
González, F. (1995). Tomás Carrasquilla por Fernando González. En T. Carrasquilla, Hace
Tiempos III: Del monte a la ciudad (págs. 219-226). Medellín: Universidad
Pontificia Bolivariana.
Montoya, A. J. (1995). Grandezas (Apuntes sobre las femeninas de Tomás Carrasquilla).
En T. Carrasquilla, Grandeza (págs. 141-145). Medellín: Universidad Pontificia
Bolivariana.

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