Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Es irónico como Carrasquilla nos presenta una persona que pareciera pertenecer a otra
época o lugar, pero que finalmente siente la necesidad de complementar su misión con lo
que es esperado socialmente, formar una familia, y cómo precisamente es ese intento
fallido el que la lleva a perder su carácter de mujer libre y progresista. Pareciese que al
pretender responder a las expectativas sociales, Bárbara pierde para Don Tomás ese toque
especial que le ha dado desde el principio, y pasa a ser una mujer como las demás
antioqueñas. Es posible que muera allí el ideal femenino representado en la Marquesa para
el autor, o que finalmente este personaje realmente describía la mujer conservadora y
moralista de nuestra región, pesé a que algunas de sus características se salieran de lo
común.
Si bien la Marquesa de Yolombó, ha sido obra de gran reconocimiento por su valor no solo
narrativo sino también histórico, al contener una descripción detallada de la época de la
colonia en el territorio antioqueño, ha habido otras obras del autor de gran valor literario y
cultural, tal es el caso de Grandeza, publicada en 1910 y cuyo contexto es la Villa de la
Candelaria. Pasamos entonces de un personaje especial inmerso en las montañas de
Antioquia, a una mujer, también con unas características particulares, ubicada en la capital
del departamento.
Magdalena Samudio, o Magola como se le llama a lo largo de la historia, constituye el
punto de equilibrio, racionalidad y crítica femenina de la familia Samudio, mujer que el
mismo Don Tomás enuncia en la narración como diferente al resto de las mujeres de
Antioquia. Expresa el autor que dicho personaje fue inspirado por una dama de la Villa de
la Candelaria, sin embargo, él mismo durante la narración se sorprende de las
características de su personaje al punto de expresar que no pareciese antioqueña.
En cuanto a Magola… ¡es harina de otro costal! Esta Magdalena Samudio tenía un
modo de ver, sentir y apreciar las cosas y la vida, tan suyo, tan propio e individual.
No la creyera nadie producto de nuestro medio antioqueño. A fuerza de tener ella
una anchura moral casi inconcebible en una joven de su clase, y la indulgencia y
elasticidad consiguientes, podía adaptarse un tantico a la ciudad nativa; que por
despótica que sea la “tiranía del medio”, no avasalla por completo una
individualidad potente. (Carrasquilla, 1995; pág. 175.)
Si bien, en la creación de todos los personajes femeninos se ha evidenciado el don del autor
por describir las mujeres en todos sus aspectos, en la creación de Magola, sin duda, se hace
más evidente su amor por estos personajes, dando lugar nuevamente a interpretarla como
un ideal de femineidad del autor. Y es que así mismo lo expresa Antonio José Montoya en
la presentación de la obra para la edición de 1995, al decir,
Me decido por las mujeres en esta nueva novela. Magda Samudio, Juana de
Samudio y Leonilde de Gama son tres grandezas femeninas, las grandezas
femeninas de Tomás. Indudablemente en el nuevo libro ha descollado Carrasquilla
por las creaciones femeninas. Parece que no le gustara el estudio de los hombres,
que los trabajara sin amor… (pág. 145)
Resulta irónico entonces como un hombre soltero y casto, según Fernando González, que
nunca vivió la debilidad masculina ante la femineidad, pueda ser el creador de dos
personajes tan especiales como lo son Bárbara y Magdalena, así como muchas otras
mujeres que desde su cotidianidad dan vida a sus historias, y hacen de lo corriente un tema
que puede ser narrado y llevado a la literatura. Surge entonces la necesidad de estudiar más
a fondo estos dos personajes que al leer la Marquesa de Yolombó y Grandeza, resaltan a tal
punto de querer despejar la incógnita, respecto a cómo pudieron dos mujeres cómo ellas
marcar la diferencia en una sociedad conservadora, altamente religiosa y moralista en la
que la mujer estaba destinada a los quehaceres del hogar y le era limitada la posibilidad de
instruirse y acceder al conocimiento.
Finalmente, se entretejen muchos asuntos en torno a estas dos mujeres descritas por el
autor, pues no se evidencia en ellas una descripción de la mujer antioqueña corriente, como
si pudiesen interpretarse otras figuras femeninas de su obra. Podría pensarse entonces en
una crítica de su parte, orientada a lo que no era la mujer de esta región para aquel
entonces, siendo Bárbara y Magola, un ideal femenino de Don Tomás, quien nos presenta
en ellas características normalmente atribuidas al hombre Antioqueño. Así, la mujer
emprendedora que va a las minas y logra enriquecerse a costa de su conocimiento y
capacidad de dirigir el trabajo de los esclavos, hombres todos, es la representación de lo
que en términos regionalistas llamaríamos la verraquera paisa. O Madalena Samudio, logra
con su racionalidad y conocimiento, representar el equilibrio de una familia,
responsabilidad que normalmente se le delega al hombre, con el comúnmente asignado rol
de “Jefe de hogar”. Queda pues la inquietud sobre el la inspiración del autor en la creación
de dichos personajes, sea esta la realidad de Antioquia, o su ideal femenino.
REFERENCIAS
Arango Morales, M. A. (2014). La Marquesa de Yolombó: Una mirada a las mujeres
coloniales Antioqueñas. Revista Iberoamericana, 51-78.
Carrasquilla, T. (1968). La Marquesa de Yolombó. Medellín: Bedout.
Carrasquilla, T. (1995). Grandeza. Medellín: Universidad Pontificia Bolivariana.
González, F. (1995). Tomás Carrasquilla por Fernando González. En T. Carrasquilla, Hace
Tiempos III: Del monte a la ciudad (págs. 219-226). Medellín: Universidad
Pontificia Bolivariana.
Montoya, A. J. (1995). Grandezas (Apuntes sobre las femeninas de Tomás Carrasquilla).
En T. Carrasquilla, Grandeza (págs. 141-145). Medellín: Universidad Pontificia
Bolivariana.