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Resultados PISA 2018:

Latinoamérica por debajo del


promedio
Paola Estrada VillafuerteDecember 9, 2019

“Sólo el 1 % de estudiantes mexicanos


obtuvo un desempeño sobresaliente en
lectura, matemáticas y ciencia”, así señala
el informe PISA 2018.
El pasado 3 de diciembre se dieron a conocer los resultados del informe del
Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (PISA 2018),
informe llevado a cabo por la OCDE, Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos.  Esta prueba es realizada cada tres años y su
objetivo es evaluar lo que los estudiantes de 15 años conocen en áreas de
lectura, matemáticas y ciencia, y su aplicación en problemáticas relevantes
actuales. Además, supone un estudio que indica la calidad y equidad del
aprendizaje obtenido en las aulas, y permite a las instituciones y líderes en
educación conocer el desempeño en otros países y su comparación
oportuna.

Este año, la prueba se enfocó en el análisis de desempeño en el área de


lectura, donde el promedio global fue de 487 puntos, de 600 posibles.
Además, se logró la participación de 600,000 estudiantes provenientes de
79 países y economías distintas, y por primera vez, se implementaron áreas
de cuestionario en relación a materias vivenciales como el trabajo
colaborativo y finanzas personales. 

Ranking global
Los países asiáticos fueron los que una vez más se llevaron los primeros
lugares. Singapur, China y Macao obtuvieron los puntajes más altos en las
tres áreas, respectivamente. Más del 85 % de los estudiantes de estos
países lograron obtener un nivel 2 o superior en lectura, siendo que pueden
identificar la idea principal en un texto de largo moderado, encontrar
información basada en criterios explícitos, aunque a veces complejos, y
pueden reflexionar sobre el propósito y la forma de los textos cuando se les
indica explícitamente que lo que deben hacer. Además, se comprobó que
uno de cada seis de estos alumnos logró obtener un nivel 6 en
matemáticas, que es el que PISA considera como el más complejo.

Por otro lado, países como Estonia, Finlandia, Canadá, Irlanda y Polonia,
también lograron ingresar al top ten de puntaje en lectura, con variaciones
en las otras dos áreas. Es relevante mencionar, que sólo el 8.7 % del total de
los estudiantes participantes logró obtener un nivel 5 o 6 dentro de esta
área. En general, el 78 % de los estudiantes que tomaron la prueba
resultaron eficientes en un nivel básico o mayor de ciencia, porcentaje
equiparable al obtenido este mismo nivel dentro del apartado de lectura y
matemáticas, con un 77 % y 76 %, respectivamente.

El informe menciona que “en los países de la OCDE, el rendimiento promedio


en lectura, matemáticas y ciencias se mantuvo estable entre 2015 y 2018”,
reafirmando que no han habido avances en materia de promedio durante las
últimas dos décadas. 

Este año, por primera vez, se hizo énfasis en dar a conocer el análisis
equitativo de los estudiantes participantes. Los resultados dan a conocer
que el nivel socioeconómico en los alumnos, tiende a ser un factor predictor
en el desempeño. Los resultados llegan a ser tan irregulares, que en países
como China, el 98 % de los estudiantes logró obtener un nivel básico de
aprendizaje en matemáticas, mientras que en Zambia, esta cantidad se
reduce al mínimo de 2 %. En 23 países, uno de cada tres alumnos en
desventaja no logró obtener un nivel mínimo de competencia en lectura.
Además, quienes asistían a escuelas en desventaja, tenían el doble de
probabilidad de contar con personal docente que dificulta el aprendizaje.

En términos de bienestar escolar e intrafamiliar, área analizada igualmente


por primera vez en esta séptima edición, el 23 % de los alumnos reportaron
haber sido víctimas de bullying, cifra alarmante para el promedio de todos
los países. Además, se dio a conocer que las participaciones escolares de
uno de cada tres padres de familia eran afectadas por asuntos de trabajo. 

Latinoamérica
Todos los países latinoamericanos participantes obtuvieron una puntuación
menor al promedio en las tres áreas calificadas. Dentro de este ranking,
Chile se encuentra como el mejor puntuado de estos países, ocupando el
lugar 43 a nivel global en lectura, seguido de Uruguay. En matemáticas,
Uruguay lleva la delantera en América Latina, obteniendo el lugar 58, con
Chile por debajo de un punto. En esta última categoría, fue donde se alejaron
más del promedio global, con puntajes de 418 y 417 respectivamente.

En México, 7 mil 299 jóvenes participaron en la evaluación PISA,


representando al casi millón y medio de jóvenes de 15 años en el país. Sus
resultados dieron a conocer que “los estudiantes tienen dificultades en
aspectos básicos de la lectura, lo que es preocupante”, según menciona
Gabriela Ramos, directora general de la OCDE.

Además, solo el 1 % de los estudiantes mexicanos obtuvo un desempeño


sobresaliente en los niveles de competencia más altos (nivel 5 o 6) en
lectura, matemáticas y ciencia, encontrándonos por debajo de Chile,
Uruguay y Costa Rica. El estudio menciona que el desempeño promedio de
México no fue distinto al observado en otras áreas, reflejando un nulo
avance. De igual manera, en matemáticas, se logró el mismo porcentaje
mínimo de estudiantes acreedores de un nivel superior, en contraste con
China, Singapur y Hong Kong, los primeros lugares en el ranking, con
porcentajes entre el 44 % y 30 % de alumnos.

Otro aspecto importante fue la diferencia de puntajes entre estudiantes


aventajados en factor socioeconómico y su contraparte, basándose en la
diferencia de 81 puntos entre ambos grupos en nuestro país. A pesar de
esto, se hace una mención pertinente al aumento de alumnos participantes
en México, quien matriculó una cantidad mayor en comparación a la
aplicación anterior de esta prueba, con más de 400,000 jóvenes agregados a
la población elegible para participar en la prueba PISA.
En aspectos generales, el puntaje no solo de México, sino global, se ha
mantenido en una recta plana durante las últimas dos décadas. Factor que
hace llamada a las distintas organizaciones educativas en búsqueda de una
mejora no sólo cualitativa sino equitativa en el aprendizaje que ha estado en
constantes cambios durante los últimos años.

A pesar de esto, se han generado diversas opiniones acerca de la


acertividad de las pruebas PISA, creando críticas y una oposición marcada
en distintos sectores educativos que consideran este informe como
impreciso en datos, detonador de decisiones políticas apresuradas,
empobrecedor de la autonomía docente e indistinto hacia la medición de
áreas de conocimiento que salen de la lectura, matemáticas y ciencia. Este
es, de hecho, uno de sus factores más criticables, ya que existen áreas
educativas muertas que deja PISA por detrás, evaluando únicamente tres
zonas pedagógicas, dejando de lado, por ejemplo, el desarrollo artístico,
moral, o materias como historia y geografía.

De igual manera, las distintas observaciones negativas hacia estos


exámenes, señalan el factor cuna de oro, siendo que todos los alumnos son
aplicados el mismo test, sin tomar en cuenta rasgos cruciales como el
desarrollo socioeconómico, entonces, generando una desventaja clara de
menores resultados para aquellos países que se encuentran en un déficit
general. Se coloca también, por ejemplo, el caso de países asiáticos como
China o Singapur, quienes son acaparadores de los primeros lugares en los
rankings de pruebas de este tipo, pero contrariamente, los alumnos son
sometidos a tal presión que llegan a suicidarse.

“La OCDE, una institución conservadora y neoclásica, proyecta una imagen


del mundo en la que lo importante no es evaluar la educación, sino cómo las
personas pueden funcionar dentro la economía del conocimiento. Es decir,
quieren que sean funcionales, o peor, intercambiables, así que deben leer
bien, saber matemáticas y un poco de ciencia, porque es lo único que se
pone a prueba”. explica Andrea Saltelli, profesor de la Universidad de
Bergen, en El Confidencial.

Es entonces que, a pesar de que la OCDE es considerada como institución


líder en materia de educación, su prueba PISA, más que ser una medida
estandarizada para calcular el rendimiento académico, se transforma en un
modelo arbitrario que termina por favorecer a los países acomodados y
obliga a aquellos en desventaja a generar cambios precipitados en sus
políticas educativas, esto según distintos profesores e instituciones que se
han declarado en oposición a estos informes trienales.

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