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6.

LA OBRA DE ARTE

Estructura de una obra de arte.

En toda obra de arte se puede distinguir su contenido y su forma. El contenido es el


tema del que trata y que expresa la obra, mientras que la forma es la organización y
combinación de las partes de la obra. Mediante la forma se expresa la creatividad del
artista, creando una obra única y singular.
Otra forma de considerar la estructura de una obra de arte, es analizando tres
elementos:
1. Sensoriales
2. Formales.
3. Contextuales.

Teorías del arte.

A lo largo de la historia del arte, se ha concedido más importancia a unos aspectos u


otros para interpretar qué es el arte o qué es lo importante en el arte. Se puede considerar
las siguientes teorías –discusos o relatos sobre el arte–, aplicadas principalmente a la
pintura:

1. Realismo / naturalismo: la obra de arte debe representar miméticamente la realidad.


La belleza o fealdad se establece cuánto según cuánto se parezca la obra de arte a la
realidad.

2. Formalismo: la obra de arte es independiente de la realidad, por lo que el artista no


tiene qué copiar la realidad, pudiendo crear cualquier forma fruto de su imaginación. La
belleza se fundamenta en la estructura y la composición (armonía, equilibrio, proporción,
color…).

3. Expresionismo: si las dos corrientes anteriores se basan en la cómo es la obra, esta


teoría focaliza lo importante en la expresión, la comunicación y la emoción, tanto del
artista como del espectador. La belleza consiste en generar emociones y sentimientos
mediante el arte.

4. Simbolismo: lo esecial del arte es su capacidad simbólica, es decir, comunicativa. La


obra de arte es el medio a través del cual el artista comunica ideas o conceptos al
espectador.

¿Cómo diferenciamos una obra de arte?

En la actualidad, muchas personas no relacionadas específicamente con el mundo


artístico se pueden preguntar «¿por qué eso es arte?» o «¿cómo diferencio una obra de
arte de algo que no lo es si, en la actualidad, parecen exactamente iguales?». Este es uno
de los principales problemas que la estética y la teoría del arte actual continúa intentando
responder.
Duchamp, un artista francés (ss. XIX-XX)
vanguardista, planteó de forma radical el problema de
determinar cuál es la naturaleza del arte, y cómo
podemos considerar una obra como artística o no. Así,
elegía objetos cotidianos e industriales para
resignificarlos como obras de arte, dándoles un título y
descontextualizándolos, lo que, para inicios del s. XX,
era una provocación a los cánones establecidos. Una
reproducción de la Gioconda, a la que añadió una perilla
y un bigote, firmar un famoso rascacielos de Nueva
York, o usar una reproducción de un cuadro de
Rembrant como tabla de planchar, son ejemplos de su
nuevo arte vanguardista. Su obra más conocida fue la
Figura 6. Fuente (1916). De
exposición en un museo de arte un urinario masculino
Marcel Duchamp.
girado 45 grados, firmado por R. Mutt y titulado Fuente

(Figura 6). Para Duchamp, el arte era cualquier creación humana como resultado de un
puro ejercicio de la voluntad, sin necesidad estricta de formación, preparación o talento.
El modernismo artístico de finales del s. XIX y primera mitad del s. XX, al que
pertenecía Duchamp, pretendía acabar con los antiguos cánones del arte clásico,
reivindicando la radical libertad de expresión –abordando temas tabúes, liberando la
creatividad de la métrica clásica, etc.–.
Sin embargo, algunos críticos artísticos posteriores, pertenecientes a la revolución
cultural de Mayo del 68, consideraron que el modernismo fue realmente una estrategia
calculada para reforzar privilegios, mediante el fortalecimiento de instituciones como el
museo, la galería, el coleccionista y, por supuesto, el mercado; allí, el artista estaba
inevitablemente coaccionado y, si deseaba triunfar, debía producir obras que reforzaran
esas instituciones.
Actualmente, existe la polémica tesis del fin del arte, según la cual se han acabado
los grandes discursos o manifiestos sobre el arte (realismo, expresionismo…), que
nacieron en la modernidad (s. XV) –y con ellos el arte moderno–, y establecían cada
uno cuál era el arte verdadero y único. El descubrimiento filosófico de la tesis del fin
del arte es que no hay arte más verdadero que otro y que el arte no debe ser de una
sola manera: todo arte es igual e indiferentemente arte. Por lo tanto, no significa que
ya no haya arte, sino que ya no puede haber discursos cerrados sobre el mismo. La
principal consecuencia de esta concepción, es que ya no hay una única dirección
normativa en el arte, de hecho, ya no hay ninguna dirección, por lo que cualquiera puede
ser un artista y cualquier cosa puede ser una obra de arte.
Finalmente, y contrariando concepciones dominantes sobre teoría del arte,
podríamos definir “arte” como todo aquello realizado por el ser humano que puede
producir una experiencia estética. Y podríamos definir obra de arte es aquella creada
por el ser humano con finalidad de generar una experiencia estética en el espectador, y
que efectivamente crea una experiencia estética en el espectador.

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