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¿Autocosificación o empoderamiento?

Camila Cisneros (00321912)

Universidad San Francisco de Quito USFQ

ESP-1001: Escritura Académica

Profesora: Andrea Naranjo

Jueves 26 de noviembre de 2020


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¿Autocosificación o empoderamiento?

El internet desde sus inicios ha cambiado las formas de vida de los seres humanos,

facilitando procesos, brindando nuevas formas de relacionarse, e incluso nuevas formas de

ganar dinero. Un ejemplo de esta última es el fenómeno OnlyFans, sitio web en donde,

actualmente se distribuye contenido pornográfico, a cambio de una mensualidad.

Actualmente existen 450.000 usuarios que en promedio ganan USD 100,000 por año (Forbes,

2020, párr. 8). En los últimos años, esta práctica de vender fotos íntimas por internet se ha

popularizado en cantidades exorbitantes; principalmente, porque se ha roto el tabú de la

desnudez. Además, este mercado apoya la normalización de los diferentes tipos de cuerpos y

destruye la belleza canónica que por años ha dañado tanto las perspectivas y la autoestima.

Sin embargo, este también tiene un lado que contrapone cualquier beneficio; así como la

pornografía tradicional, esta también ha causado indirectamente una cosificación aún mayor

de los cuerpos, en especial del femenino. En esencia, refuerza esta idea de la mujer como un

objeto, fundamentalmente destinado a complacer el deseo sexual masculino. A la vez que lo

instaura como un producto del mercado, separándolo completamente de la esencia humana,

provocando así una idea errónea del empoderamiento femenino. Por consiguiente, se

abarcarán aspectos psicológicos de quienes consumen y crean este contenido, qué beneficios

económicos trae y cómo esto afecta en la cultura machista de hoy en día. Para determinar si

realmente es una plataforma en beneficio del deconstruccionismo o solamente solapa la

prostitución.

La invención del internet no solo trajo una facilidad de comunicación y acceso a la

información, también con ella vino un descontrol de dicha información. Actualmente con un

solo clic podemos elegir que deseamos ver y muchas personas lo que hacen es consumir

contenido erótico. Y aunque existen paginas únicamente destinadas a ese contenido, no es

necesario ponerse en peligro de contraer algún virus al entrar en esos sitios web. En concreto,
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existen varias alternativas, como Twitter, donde los filtros de censura son mínimos y se

encuentra ese contenido fácilmente; pero también existen plataformas como OnlyFans, un

sitio web londinense cuya premisa es la capacidad de suscribirse a un generador de contenido

con un pago mensual que va desde los USD 5,00 a USD 20,00 (OnlyFans Terms &

Conditions, 2020). Así pues, este negocio ha crecido bastante estos últimos años. Llegando al

punto donde esta plataforma es la principal fuente económica de miles de personas que se

dedican a vender contenido sexual. Esto no solo ha impactado en la comunidad erótica, sino

que tuvo una fuerte resonancia en todas las redes sociales. Como resultado, ha traído un

fenómeno cultural en los jóvenes, la autocosificación. Esta sucede cuando se reduce al

individuo, en este caso, una mujer, a percepciones externas de su cuerpo, separando sus

partes sexuales de sus partes como persona (Sáez, G. et al, 2012, p.42). Este punto de vista se

ha visto reforzado con las redes sociales y la sed por aprobación pública que esta causa, tanto

que miles de personas han comenzado a autosexualizarse en busca de me gustas y seguidores.

La exposición del cuerpo en redes sociales últimamente se ha visto como una

oportunidad de empoderamiento, debido a que muestran otra perspectiva del cuerpo propio.

El capturar fotos de la naturaleza del cuerpo ayuda a tener un punto de vista de cómo el resto

del mundo lo percibe, ayudando así a entender la percepción del cuerpo en la sociedad. En

consecuencia, aumenta la seguridad sobre el cuerpo, porque deshecha toda manipulación

externa que una sociedad corrupta por estereotipos podría causar. “Los procesos de

empoderamiento son de superación de la desigualdad de género y un desafío a la ideología

patriarcal, que buscan transformar las estructuras que refuerzan la desigualdad social y la

discriminación.” (Infante, E. y Guevara, M., 2020, p. 31). El desafiar estos estatus

previamente impuestos de belleza hegemónica crea una sensación de liberación, porque

enfrenta cara a cara todo lo instaurado. En este caso, reta a romper todo estereotipo y previa

concepción de lo que tradicionalmente debería ser un cuerpo femenino, provocando así un


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empoderamiento consecuente. Por otro lado, si bien es cierto que el contenido que se

comparte en redes sociales tiene una autoría y un emisor activo de esta, la parte de la

recepción todavía está fuera de control. Hasta el momento no ha habido manera de controlar

como las audiencias reciben el contenido, no solo en el internet, en todo medio masivo. Esto

recae en una incertidumbre respecto a la actividad de los consumidores con el contenido, al

no poderlos controlar, estos pueden hacer lo que quieran con este. Por ende, el mensaje de

empoderamiento se desvanece en mentes impropias que no lo interpretan como tal, porque

sin un contexto adecuado, cae en ambigüedades. “La vista percibe información que el cerebro

interpreta y traduce según sus referencias culturales y experiencia personal.” (Sotelo, G. y

Domínguez, M., 2014, p.45). Por tanto, sin mensaje de empoderamiento, estas fotos se

interpretan como clásica pornografía. De modo que estas mujeres al final terminan de manera

indirecta apoyando a la industria pornográfica, una industria caracterizada por la explotación

laboral, cosificación e ideas irreales del sexo.

En los últimos años, gracias al movimiento feminista y a la comunidad LGBTIQ+, se

ha logrado destruir con ciertas concepciones conservadoras respecto al género y sexualidad.

Esto se afianzó más con la llegada de las redes sociales, porque abrió espacios para expresar

la inconformidad hacia normas establecidas por la sociedad. En plataformas como Instagram

es común movimientos fotográficos como el Body Positive, que traducido significa “cuerpo

positivo”; este alega la diversidad de cuerpos, incluyendo de todo tipo; bajos o altos, delgados

o gordos, diferentes colores de piel, etc. (Romero, M., 2019, p.15). Tales premisas han

ayudado a miles de personas con su proceso de aceptación corporal, porque exponen un

desafío a lo cánones de belleza impuestos y un reto a los estereotipos de antaño. Garazi

manifiesta, “El cuerpo al ser visible puede ser evaluado, percibido por una mirada del

exterior, por lo que puede haber una representación evaluativa de su ser.” (Garazi, U., 2015,

p.13). Así pues, el exponer el cuerpo en redes sociales se considera un acto de rebeldía que
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permite desarraigar antiguas concepciones, minimizar el poder de la opinión publica sobre el

cuerpo y disminuir la dismorfia corporal.

Pero esto es desde una perspectiva muy positiva respecto a las redes sociales, se está

dejando a un lado que lo que diferencia al internet de los antiguos medios es que permite una

comunicación recíproca, donde el consumidor puede responder al contenido. De manera que,

al igual que en un ambiente fuera de internet, no toda persona tiene buenas intenciones. Por lo

tanto, esta podría caer en la interpretación incorrecta del mensaje, es decir, en vez de verlo

como un acto de empoderamiento, se pueden ver estas fotos como oportunidad para

comentarios agresivos y burlas. Buse expone asimismo “El uso de mensajes negativos hacia

la imagen corporal, sean o no, intencionados, pueden sobre enfatizar la importancia del peso

y talla en las mujeres adolescentes” (2019, p. 24). Estas respuestas, en contraposición al

objetivo inicial, solo afectarían de manera negativa a la percepción del sujeto y su cuerpo,

afianzando más estas ideas estereotípicas que intenta destruir. Y si se considera que la

mayoría de la audiencia son adolescentes, puede traer consecuencias aun mayores al afectar

significativamente en su construcción personal propia de esta etapa. “Al ser la adolescente

consciente de no estar a la altura del ideal, podría surgir un descontento con la propia imagen,

resultando en vergüenza corporal” (Buse, S., 2019, p.21). Así como provocar actos de acoso

selectivo y cibernético, que pueden provocar trastornos alimenticios en un futuro.

Sin embargo, si se habla de plataformas como OnlyFans, estas no apuntan a un

público adolescente, se tiene que ser mayor de edad y con acceso a una cuenta bancaria para

entrar en esta. Así pues, en su mayoría son personas ya formadas y conscientes las que

escogen este tipo de trabajo; y debido al impacto socioeconómico que se ha visto en la vida

de los creadores, los usuarios aumentan día con día. Este tipo de oficio se ha visto tentador

porque ofrece ventajas propias del internet, que empleos tradicionales no brindan, por

ejemplo; ofrecen autonomía, flexibilidad y control sobre sus horarios de trabajo (Ryan, P.,
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2019, párr. 4), Por lo tanto, permite deslindarse de la tradicional industria pornográfica, al no

ser un empleado más de estas grandes corporaciones. De mismo modo, es una oportunidad

para trabajadoras sexuales tradicionales de encontrar mejores condiciones laborales que no

sigan los patrones comunes de explotación laboral de la industria. Ryan afirma que este

modelo de trabajo promueve la autonomía sobre el cuerpo gracias a la autopromoción y

trabajos publicitarios exclusivos, por lo tanto, facilita la conversión de estas prácticas

sexuales en contenido monetizado (Ryan, P., 2019, párr. 4). Por consiguiente, se arrebata el

poder de control sobre los cuerpos femeninos que por tantos años ha ejercido la industria y

los posiciona como eje central de donde la industria debería regirse. Al mismo tiempo que

contribuye económicamente como cualquier otro negocio legítimo, al ser una simple

transacción de bienes (Mejía, E., 2020, p. 6). Así mismo, acaba con las injusticias

burocráticas de pago a empleados, porque, a pesar de que la plataforma se lleva cierta

comisión, todas las ganancias van directamente a las creadoras de contenido.

Sin embargo, esta perspectiva omite las consecuencias culturales y morales en la

sociedad de esta práctica, para solo concentrarse en el bienestar económico. Una de estas

consecuencias siendo que destruye todo avance en contra de la cosificación de la mujer,

alentando a ver el cuerpo femenino como un producto de consumo. Por años se ha luchado

por cambiar estas perspectivas y que se valore a la mujer más allá de su exterior, pero estas

prácticas lo que hacen es subyugarse una vez más por un beneficio económico efímero. A la

vez que normalizan actitudes dominantes e impulsan a continuar con el proceso de opresión

hacia la mujer por medio de su cuerpo. Ya que, si bien se separan de opresiones estructurales,

siguen teniendo la misma premisa de tratar al cuerpo como un producto mercantil. La única

diferencia radica en quién distribuye dicho producto, pero no acaba con la fundamental idea

machista de tratar a la mujer como un objeto. “Otorga un sentimiento ilusorio de autonomía,

mientras que a su vez siguen inmersas en una estructura social patriarcal en la que las mujeres
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siguen siendo valoradas por su apariencia (American Psychological Association, 2007 citado

en Sáez, G. et al, 2012, p.48). Este fenómeno de autocosificación únicamente ha traído una

desviación del objetivo inicial de la emancipación femenina, porque pretende un falso poder

sobre los cuerpos confundiendo el empoderamiento con autonomía económica. En adición, al

ser un fenómeno de talla mundial enseña a niñas y adolescentes a verse como un producto

que pueden explotar para obtener dinero fácil, en vez de destruir esta idea de que solo son

valiosas por su cuerpo. Por estas razones, es plausible afirmar que la autocosificación

monetizada no trae beneficio alguno, sino que refuerza ideas patriarcales y las lleva a la era

digital.

Para concluir, se destacan los peligros que esta práctica puede tener a nivel

estructural, puesto que apoya fundamentos de la sociedad patriarcal. A la vez que deslegitima

la lucha por cambiar dichos fundamentos y los tergiversa para hacerlos pasar como

empoderamiento, mientras que sigue reforzando ideas opresoras que subyugan a las mujeres.

Preciso es pues, que se mantengan perspectivas de deconstruccionismo enraizado y

cuestionamiento mas profundo. Preguntarse si realmente esta práctica apoya en la lucha de la

liberación femenina o solo la opaca. Se puede decir que, en complemento, el empoderamiento

femenino va más allá de sentirse seguras en un cuerpo, sino que busca que las mujeres se

sientan completas y capaces de lo qué son y no cómo se ven. Porque como seres humanos, se

merecen que se las considere como lo que son, personas con autonomía y sentimientos, no

productos sexuales desechables, de la misma manera que se le ha considerado al hombre por

tantos años.
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Referencias

Buse, S. (2019). La internalización de ideales de belleza y la auto-cosificación del cuerpo en

mujeres adolescentes de Lima. [tesis para optar el título profesional en psicología con

mención en psicología clínica, Pontificia Universidad Católica Del Perú]. Repositorio

Institucional. http://hdl.handle.net/20.500.12404/14612

Garazi, U. (2015). Cosificación de las adolescentes en las Redes Sociales Digitales. [master

en estudios feministas y de género, Universidad del País Vasco]. Archivo Digital de

Docencia e Investigación. http://hdl.handle.net/10810/16124

Infante, E. y Guevara, M. (2020). Conversaciones con nuestro cuerpo: un recurso para el

empoderamiento. [Tesis/Trabajo de grado, Pontificia Universidad Javeriana: Facultad

de Psicología]. Bibliotecas Javeriana. http://hdl.handle.net/10554/50158

Klein, Matt. (2020). 50 Million Join The ‘Creator Economy’ Thanks To Platforms Like

OnlyFans, YouTube, Etsy And Twitch. Forbes.

https://www.forbes.com/sites/mattklein/2020/09/23/50m-join-the-creator-economy-

as-new-platforms-emerge-to-help-anyone-produce-content--

money/?sh=55ff6c003165

Mejía, E. (2020). Un riesgo, una oportunidad: trabajadores sexuales masculinos, nuevas

identidades de la era digital. Centro universitario de ciencias económico

administrativas. [maestría en negocios internacionales, Universidad de Guadalajara].

10.13140/RG.2.2.13062.19527

OnlyFans. (2020). OnlyFans Terms & Conditions. https://onlyfans.com/terms/


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Romero, M. (2019). Belleza Fuera Del Molde: proyecto pictórico a partir de otros cuerpos y

otros cánones. [Grado en Bellas Artes, Facultat de Belles Arts de Sant Carles].

Repositorio Institucional UPV. http://hdl.handle.net/10251/130323

Ryan P. (2019) Netporn and the Amateur Turn on OnlyFans. In: Male Sex Work in the

Digital Age. Palgrave Macmillan, Cham. https://doi-

org.ezbiblio.usfq.edu.ec/10.1007/978-3-030-11797-9_5

Sáez, G., Valor-Segura, I. y Expósito, F. (2012). ¿Empoderamiento o Subyugación de la

Mujer? Experiencias de Cosificación Sexual Interpersonal. Psychosocial Intervention.

21 (1). 41-51. http://dx.doi.org/10.5093/in2012v21n1a9

Sotelo, G y Domínguez, M. (2014). Cosificación femenina en la era del capitalismo tardío.

Ciencia Administrativa. (1). Repositorio Universidad Veracruzana. 40-50.

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