Domingo XV del Tiempo Ordinario Ciclo A Moniciones de la Misa
Monición de Entrada: Queridos
hermanos: Sean todos bienvenidos a la
celebración de esta Eucaristía. Hoy
escucharemos como Jesús viene a
nosotros en la humildad y la paciencia
del sembrador. Pidámosle al Señor que,
por medio de su Espíritu, nos ayude a
ser siempre tierra buena para así poder
dar el fruto que nuestra vida necesita y
que Dios espera de cada uno de
nosotros.
Moniciones a las Lecturas:
Primera Lectura: Isaías 55, 10-11
El profeta Isaías, nos presenta la
palabra de Dios como algo vivo y
dinámico, capaz de transformar en
nuestra vida incluso aquello que más
nos cuesta.
Segunda Lectura:( Romanos 8, 18-23)
San Pablo nos invita a pedir,
insistentemente la ayuda del Señor, que
nos enseña a vivir y entender su palabra.
Oración de los Fieles:
 Por todos los que formamos
parte de la Santa Iglesia de Dios,
para que, como auténticos
discípulos de Jesús, demos
testimonio de fe y esperanza.
Oremos.
 Por todos los que, en el mundo,
sufren a causa de la Pandemia
generada por el Covid -19, para
que el Señor les conceda la fe
que están necesitando y Queridos
recuperen pronto el don de la
salud. Oremos.
 Por aquellos que ante las
dificultades y los problemas han
perdido la fe y la confianza en
Dios, para que él les conceda la
paz y la fortaleza que están
necesitando. Oremos.
 Por aquellos que en nuestra
sociedad viven agobiados por las
privaciones, las carencias de los
recursos mínimos para una vida
digna, para que encuentren en
Cristo la fortaleza para mirar
con esperanza el futuro.
Oremos.
 Por los niños, adolescentes y
jóvenes, para que vuelvan sus
corazones a Dios, a pesar de los
constantes mensajes de violencia
y desaliento que se transmiten
en nuestro tiempo. Oremos.
 Por aquellos miembros de
nuestras comunidades que no
han podido asistir a Misa por
encontrarse enfermos o privados
de su libertad, para que Dios los
llene de ánimo y fortaleza.
Oremos.
 Por cada uno de nosotros los
aquí reunidos, para que la
Palabra de Dios eche raíces en
nuestros corazones y produzca
un fruto cada vez mayor de fe,
amor y esperanza. Oremos.
Comunión:
La presencia de Jesús en el pan y el
vino, es el fruto de su amor y entrega
permanente a la voluntad del Padre.
Acerquémonos al Señor con él deseo de
ser tierra buena.
Envío:
hermanos: Nuestra
celebración ha terminado. Pidámosle a
María, nuestra madre de la Merced, que
nos enseñe a acudir siempre a su hijo,
dándole cada día parte de nuestro
tiempo en la oración y siendo solidarios
con los más necesitados.