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MONICIÓN INICIAL
Queridos Hermanos, sean bienvenidos a esta Eucaristía en este Domingo Décimo
Sexto del Tiempo Ordinario. Jesús nos invita a la “Actitud de Escucha” de su Palabra como
la “mejor parte” a tantas cosas que se dicen, se proponen y se hacen en este mundo. Su
Palabra es profética, crítica, radical, que llega a lo más hondo del corazón, para iluminar y
liberar.
En este Tercer día del Triduo en honor a Ntra. Sra. Del Carmen, queremos celebrar
por Los Niños y Jóvenes, recordando que María es su modelo a seguir, “la influencer de
Dios”. Ella tuvo la fuerza del saber decir “SÍ”. En Ella aparecen bien definidos los rasgos
propios de la juventud de todo tiempo: generosidad, entrega, compromiso arriesgado,
ilusión, disponibilidad, apertura a lo nuevo… Todo un ejemplo de cómo ser joven cristiano
en el mundo actual.
“Siendo Fieles y Servidores como María”, unamos nuestros corazones y voces,
para dar inicio a esta celebración. Cantamos…
LITURGIA DE LA PALABRA
El Salmo describe a los que son dignos de merecer la casa de Dios. Participamos de
esta oración, aclamando:
R. Señor, ¿quién entrará en tu Casa?
Por la Santa Iglesia: para que sostenida por la Palabra de Dios, viva una intensa
vida de oración, siendo contemplativa y al mismo tiempo trabajando
incansablemente por el Reino de Dios. Oremos.
Por nuestra Patria: para que gobernantes y dirigentes asuman con responsabilidad
y honestidad el compromiso de trabajar por una sociedad justa promoviendo el
bien común. Oremos.
Por todos los que sufren: para que por nuestro intermedio les llegue la Palabra de
Vida y de Esperanza que los reconforte en esos momentos difíciles. Oremos.
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
Colecta
Hermanos, el gesto litúrgico de la colecta simboliza la compartición de los bienes y
expresión de lo que cada uno ofrece de sí mismo. Cantamos.
Hermanos, con los dones de pan y de vino ofrezcamos las obras de servicio y de
caridad que están fundamentadas en la escucha de la Palabra del Señor, como María a los
pies de Jesús, en actitud de discípulos y discípulas del Señor.
Comunión
Nuestra capacidad de vivir y llevar a los demás el amor y la ternura de Dios nace de
la contemplación y de una fuerte relación de amistad con el Señor. Recibamos su Cuerpo y
su Sangre con alegría.
MONICIÓN FINAL