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Accion Demarcacion y Cerramiento Reivindicatorias y Posesorias 2009
Accion Demarcacion y Cerramiento Reivindicatorias y Posesorias 2009
Y C E R R A M I E N T O
REIVINDICATORIAS Y POSESORIAS
CORTE
|SUPREMA
BIBLIOTECA 1
CHILE
c-
18052
BIBLIOTECA
Esta obra se terminó de imprimir el 16 de noviembre de 2009
ISBN 978-956-8541-46-0
Inscripción N° 175436
Pág.
Presentación IX
I
ÍNDICE
Pág.
del predio 31
III.- REQUISITOS
II
A C C I Ó N DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Pág.
ACCIÓN REIVINDICATORIA
II.- REQUISITOS
III
ÍNDICE
Pág.
III.-ACCIÓN REIVINDICATORIA
CONTRA M E R O T E N E D O R
I V
A C C I Ó N DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Pág.
V
ÍNDICE
Pág.
VI.-ACCIÓN REIVINDICATORIA
RESPECTO DE INMUEBLES SANEADOS
CONFORME EL D.L. N w 2.695
VII.- PRESCRIPCIÓN
Acciones Posesorias
V I
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Pág.
V I I
Pág.
VIII
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PRESENTACIÓN
Es precisamente en dicho contexto que esta obra tiene por objetivo seleccionar
y analizar sentencias de las Cortes en materias de la mayor relevancia de la prác-
tica judicial: Las acciones respecto de los bienes.
Estamos ciertos que este trabajo de selección y sistematización será un real aporte
al ejercicio profesional.
I X
I . - NATURALEZA JURÍDICA
Sumario:
La acción de demarcación regulada en el articulo 842 del Código Civil consis-
te en el derecho que tiene el dueño de un predio a que se fijen los limites o
deslindes que lo separan de los predios colindantes, haciéndose talfijación de
dos modos: jurídico, esto es tendiente a reconocer ¡a linea separativa y, mate-
rial, por el amojonamiento dirigido a señalar esta linea sobre el suelo con
signos apropiados llamados hitos, efectuándose todo por expensas comunes de
los propietarios de tales inmuebles.
A su vez, la pretensión de cerramiento, al decir del articulo 846 del referido
Código, tiene por objeto se obligue al dueño del sitio vecino a que concurra a
¡a construcción de cercas divisorias comunes.
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1 . - N A T U R A L E Z A JURÍDICA
QUINTO: Que sobre este supuesto Gladys Otilia Alister Sánchez demanda la
determinación de los límites de las propiedades, su demarcación y cerramiento.
SEXTO: Que la acción de demarcación regulada en el artículo 842 del Código Civil
consiste en el derecho que tiene el dueño de un predio a que se fijen los límites o
deslindes que lo separan de los predios colindantes, haciéndose tal fijación de dos
modos: jurídico, esto es tendiente a reconocer la línea separativa y, material, por el
amojonamiento dirigido a señalar esta línea sobre el suelo con signos apropiados
llamados hitos, efectuándose todo por expensas comunes de los propietarios de
tales inmuebles (Tratado de los Derechos Reales, Tomo III, Bienes, Alessandri,
Somarriva y Vodanovic, Editorial Jurídica de Chile, 1993, página 194).
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Regístrese y devuélvase.
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
Sumario:
La demarcación comprende dos operaciones: la fijación de los límites que se-
paran ¡os dos predios colindantes y la construcción o levantamiento en el terreno,
en los puntos ya fijados, de los hitos o mojones que determinan la dirección de
¡a linea de separación.
Ambas operaciones tienen lugar cuando los propietarios no están de acuerdo
sobre la linea divisoria de stts predios, o cuando esa linea es para ellos incierta
y exige una interpretación de los títulos respectivos o una mensura que deter-
mine la superficie de cada inmueble y establezca asi los puntos por donde
deban pasar los deslindes.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
a una instalación arbitraria del deslinde hecha por el demandado, dueño del in-
mueble colindante, adquirido por este último en el año 1986.
Agrega la actora que entabló acción criminal por usurpación en contra del de-
mandado ante el 4o Juzgado de Letras de Rancagua, causa Rol N° 16.212, de
1994, en la cual se dictó sobreseimiento, agregando a fojas 68 que tal
sobreseimiento a favor del querellado señor Cabrera se debió sólo a la supuesta
falta de dolo de este último, pero que peritajes producidos en dicha causa crimi-
nal, que acompañó al presente litigio, confirmaban la base fáctica de la querella,
entre los cuales cita dos que concluyeron que la parte de riego del predio del
señor Cabrera tenía una superficie de 20 hectáreas y fracción y no 25 hectáreas
y fracción como este último pretendía, como asimismo otro informe pericial
que acreditaba que el corrimiento de cercos se traduce en dejar al lado del señor
Cabrera 3,6 hectáreas que son de propiedad de la actora; y
b) El demandado señor Cabrera, al contestar a fojas 24 la demanda de autos,
dice que ésta es improcedente porque con ella la actora pretende apoderar se de
una parte del predio de su dominio, de una extensión de 3,1 hectáreas, lo que ha
de ser objeto de un juicio reivindicatorío.
Dice que su inmueble, adquirido en 1986, tiene según sus títulos, una superficie
de 25,233 hectáreas y que de acuerdo al resultado de un levantamiento topográ-
fico que hizo realizar, instaló la cerca de alambre que separa su predio de aquel
de la actora.
Reconoce que esta última interpuso una querella en su contra por el presunto
delito de usurpación en causa que se encuentra sobreseída.
Agrega que la actora adquirió el predio contiguo en el año 1994, en licitación
efectuada por el Banco del Estado de Chile, en cuyas bases se dejó constancia
que al predio que resultó adquirido por aquélla le afectaba una disputa respecto
del deslinde poniente con el propietario del predio vecino, señor Claudio Ca-
brera Correa, existiendo sobre el particular varios litigios judiciales, lo cual
aparece corroborado con el documento no objetado acompañado por el deman-
dado a fojas 176.
Tercero: Que la sentencia recurrida ha establecido como un hecho de la causa
(considerandos 4 y 5), inamovible para esta Corte, que existe un cerco colocado
en el deslinde poniente de su propiedad.
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Cuarto: Que nuestro Código Civil, entre las servidumbres legales relativas a la
utilidad de los particulares, señala las de demarcación y cerramiento (Art. 841).
La demarcación consiste en señalar los límites o confines de un terreno con
respecto a otro contiguo.
La ley reconoce a todo propietario el derecho de demarcarse, disponiendo el
artículo 842 del Código Civil, lo siguiente: "Todo dueño de un predio tiene
derecho a que se fijen los límites que lo separan de los predios colindantes, y
podrá exigir a los respectivos dueños que concurran a ello, haciéndose la de-
marcación a expensas comunes".
Según lo preceptuado, la servidumbre de demarcación consistiría en el grava-
men de los predios colindantes de concurrir a la fijación en el terreno de los
limites que separan un predio de otro predio, servidumbre que sería positiva
según lo indica el inciso final del artículo 823 del mismo Código, por cuanto
impondría al dueño del predio sirviente la obligación de hacer algo.
La acción de demarcación tiene por objeto, por lo tanto, fijar los límites que
separan a dos predios colindantes y supone que no existen en el terreno linderos
o mojones que determinen la línea de separación de los predios y que éstos no
han sido antes demarcados. (Luis Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil
Chileno y Comparado, Tomo 9 N° 1.415, Imprenta Nacimiento, 1933).
La demarcación comprende dos operaciones: la fijación de los límites que se-
paran los dos predios colindantes y la construcción o levantamiento en el terreno,
en los puntos ya fijados, de los hitos o mojones que determinan la dirección de
la línea de separación.
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
Sumario:
La acción, ahora intentada por la actora va más allá de los fines establecidos
para la demanda de demarcación y cerramiento, toda vez que lo que se intenta
es recuperar un terreno que había perdido en el fallo ejecutoriado, materia que
debe ser motivo de una acción de dominio y no la que se pretende.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
TERCERO: Que la acción, ahora intentada por la señora Figueroa, va más allá
de los fines establecidos para la demanda de demarcación y cerramiento, toda
vez que lo que se intenta es recuperar un terreno que había perdido en el fallo
ejecutoriado dictado en la causa Rol N° 12. 185, materia que debe ser motivo
de una acción de dominio y no la que se pretende;
CUARTO: Que los demás antecedentes del proceso, en nada alteran lo concluido.
Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 842 y 844 del Código
Civil y 680 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia
apelada de catorce de noviembre de dos mil dos, escrita a fojas 75, que acogió con
costas la acción entablada y ordenó la demarcación y cerramiento pedidos, y en
su lugar se declara que se la rechaza en todas sus partes, con costas.
Redacción a cargo del Abogado Integrante Sr. Herrera.
Regístrese y devuélvase con su agregado.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Julio
Torres A. y Abogado Integrante Sr. Oscar Herrera V.
No firman los Ministros Sres. Rodríguez A. y Torres no obstante haber concu-
rrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con permiso el primero
y haber terminado su suplencia el segundo.
Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.
Rol N° 5.638-2004.
Sumario:
Esta Corte Suprema ha resuelto que procede la acción de demarcación si nin-
guno de los vecinos posee el suelo en cuestión con ánimo de señor o dueño; de
lo contrario, para obtener que se prive a uno de la posesión y se entregue a
otro, hay que recurrir necesariamente a la acción reivindicatoría. También
esta Corte ha resuelto, en igual fallo, que hay acción reivindicatoría y no ac-
ciones de demarcación y cerramiento, si el actor pretende se proceda a estas
últimas operaciones en tal forma que, atendiendo a los títulos, se deje al de-
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SEGUNDO: Que para una adecuada resolución del asunto conviene tener presen-
te los siguientes antecedentes y hechos establecidos en la sentencia que se revisa:
a) Doña María Jesús Errázuriz Barros dedujo acción de demarcación de deslin-
des en contra de don José Enrique Troncoso Miranda, señala que es dueña de
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1.- N A T U R A L E Z A JURÍDICA
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sr.
Sergio Muñoz G., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E., Sra. Fiscal
Judicial Mónica Maldonado C. y Abogados Integrantes Sres. Roberto Jacob
Ch. y Oscar Herrera V.
Rol N° 4.606-2004.
Sumario:
Según ha sido jurisprudencia reiterada de esta Corte, se observa que los
sentenciadores han hecho una correcta aplicación de la normativa atinente al
caso de que se trata, puesto que, tal como se puntualizó en el apartado que
precede, el haber incoado una acción tendiente a obtener la demarcación y
cerramiento, cuyo objetivo es fijar los limites que ¡o separan del o los predios
colindantes, en circunstancias que el cierro existe como en autos, en forma de
cerco o valla alambrada, no permite llegar a otra conclusión que no sea que ¡a
acción intentada carece de objeto, correspondiendo a una acción diversa la
pretensión de desplazar ese linde con arreglo a los títulos de los que las partes
se sirvan.
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y cerramiento ejercida por el hecho de existir un cerco emplazado entre los dos
predios a los que refieren estos autos, toda vez que se parte del supuesto que su
parte solicita la restitución de terrenos como consecuencia del traslado del des-
linde a su correcta ubicación, lo que no es efectivo, desde que lo pretendido es
que los terrenos se correspondan con los respectivos títulos inscritos y que son
prueba, requisito y garantía de la posesión que reputa dueño al actor.
En suma, aduce que no por existir un cerco de alambres entre los predios de los
litigantes, puede el tribunal suponer la preexistencia de un reivindicante, si el
demandado no ha demostrado interés en que se reconozca su calidad de poseedor;
3°.- Que en la sentencia cuestionada, los jueces de segundo grado, consideran-
do que con la prueba rendida en autos se ha establecido la existencia de un
deslinde común entre las propiedades de las partes, el que se encuentra demar-
cado por un cerco de alambres, concluyen que la demanda impetrada en autos
ha carecido de objeto, correspondiendo lo pretendido por el actor a una reivin-
dicación de los terrenos actualmente ubicados en tras el cerco que lo separa del
demandado en la parte que, a su juicio, corresponderían a su predio; razones
que les llevaron a revocar el fallo en alzada, en la parte que acogía la demanda
de fojas 10, rechazándola en su lugar;
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
Sumario:
Los jueces del fondo fijaron como hecho que entre los predios de las partes
existen deslindes materiales, circunstancia que obsta a acoger la acción (de
demarcación), pues su construcción importa que ya se efectuaron las labores
tanto ideológicas como materiales de determinación de los deslindes, avan-
zando incluso a concretar el cerramiento, ya sea por cierros consistentes en
estacas de madera y alambres de púas, como por cierros vivos, constituidos
por zarzamora. Resulta igualmente desnaturalizada la acción contemplada en
el articulo 842 del Código Civil, a! afectar la posesión o derecho de dominio,
pues se desconoce el deslinde y cierre actualmente existente, como por el he-
cho que se tiene en vista la cabida del predio del actor. Existe falsa aplicación
del articulo 842 del Código Civil, al hacerlo aplicable a una situación que no
estaba llamada a regular. El fallo deja la fijación de los limites, demarcación
y cerramiento para la etapa de ejecución de! fallo, sin que quedaran éstos
especificados, los que ciertamente se realizarían en un lugar distinto al actual-
mente existente. Existiendo deslindes que han sido reconocidos por ¡os
propietarios de ¡os predios colindantes, cualquier alteración a los mismos, que
importe la privación de una porción de terreno, excede la acción de demarca-
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1.- N A T U R A L E Z A JURÍDICA
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Para acoger esta acción resulta necesario que sean distintos predios, que colin-
den en sus límites y que exista acuerdo entre las partes respecto de los títulos,
como de la calidad de propietarios.
Su acogimiento presupone diferentes hechos, entre los que destaca que se inter-
ponga por quien es propietario de un predio, el cual no se encuentra demarcado,
ni cerrado materialmente en su deslinde con otro predio, por lo que los predios
no sufren alteración, ni se priva al demandado de una porción de suelo que
posea a título de señor y dueño, el cual deba entregar o restituir al demandante.
5°.- Que, según se ha consignado con anterioridad, los jueces del fondo fijaron
como hecho, que entre los predios de las partes existen deslindes materiales,
circunstancia que obsta a acoger la acción, pues su construcción importa que ya
se efectuaron las labores tanto ideológicas como materiales de determinación
de los deslindes, avanzando incluso a concretar el cerramiento, ya sea por cierros
consistentes en estacas de madera y alambres de púas, como por cierros vivos,
constituidos por zarzamora.
Resulta igualmente desnaturalizada la acción contemplada en el artículo 842
del Código Civil, al afectar la posesión o derecho de dominio, pues se descono-
ce el deslinde y cierre actualmente existente, como por el hecho que se tiene en
vista la cabida del predio del actor.
Existe falsa aplicación del artículo 842 del Código Civil, al hacerlo aplicable a
una situación que no estaba llamada a regular.
En efecto, el fallo deja la fijación de los límites, demarcación y cerramiento
para la etapa de ejecución del fallo, sin que quedaran éstos especificados, los
que ciertamente se realizarían en un lugar distinto al actualmente existente.
6°.- Que existiendo deslindes que han sido reconocidos por los propietarios de
los predios colindantes, cualquier alteración a los mismos, que importe la pri-
vación de una porción de terreno, excede la acción de demarcación, de manera
tal que este error de derecho ha influido substancialmente en lo dispositivo del
fallo, pues de haber aplicado correctamente la norma legal ya citada, no se
debió acoger, sino rechazar la demanda interpuesta.
De conformidad a lo expuesto y lo normado en los artículos 842 del Código
Civil y 767. 785 y 805 del de Procedimiento Civil, se acoge el recurso de casa-
ción en el fondo interpuesto en lo principal de fojas 161 por el abogado Raúl
Iván Morales Matus, en representación de la parte de Luz del Carmen Palma
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
Sumario:
La demarcación es un conjunto de operaciones que tiene por objeto fijar los
¡imites o la linea de separación de dos predios colindantes de distinto dueño,
v señalarla por medio de signos materiales, según el articulo 842 del Código
Civil. Comprende un aspecto jurídico cual es establecer la línea de separación
entre los dos predios, y un aspecto material que consiste en fijar hitos u otros
signos materiales sobre la línea de demarcación. Entonces, para que proceda
la demarcación, deben concurrir los siguientes requisitos: a) Debe haber dos
predios colindantes: y b) Deben ser de distinto dueño.
El cerramiento, en el sentido que aquí interesa, es la facultad de todo propie-
tario de cerrar y cercar su predio, y de hacer que contribuyan a esta operación
los dueños de los predios colindantes, conforme los artículos 844 y 846 del
Código Civil. La demarcación tiene cabida, en lo referido a la situación que se
analiza, cuando los dueños no están de acuerdo acerca de la línea divisoria o
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
dicha linea es para ellos incierta y exige una interpretación de los títulos. En
la acción en estudio, dos dueños colindantes dilucidan la linea que los separa,
pero en modo alguno ella puede servir, como lo quiere el demandante, para
discutir dominio sobre un determinado terreno. En la especie, el actor, por
medio de lo que llama demanda de demarcación de deslindes y cerramiento,
envuelve, en el hecho, una acción de dominio sobre el terreno y bosque que
señala, lo que es improcedente.
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
ración los dueños de los predios colindantes (artículos 844 y 846 del Código
Civil);
4.- Que la demarcación tiene cabida, en lo referido a la situación que se analiza,
cuando los dueños no están de acuerdo acerca de la línea divisoria o dicha línea
es para ellos incierta y exige una interpretación de los títulos;
5.- Que con los documentos que el actor acompañó a su demanda, solamente ha
justificado ser el propietario de los lotes que en ella expresa. Pero, no se ha
agregado probanza alguna en la causa tendiente a acreditar que el demandado
sea dueño del predio colindante que el demandante indica. No existe ningún
titulo acerca de éste en el proceso, que permita establecer su cabida, superficie,
deslindes o extensión, para poder así acceder a la pretensión del demandante;
6.- Que, por otra parte, de lo manifestado por el actor en su demanda, y de lo
expuesto por el demandado al contestarla, aparece que la controversia materia
del pleito tiene su origen en que ambos se atribuyen dominio sobre el terreno en
que se encuentra el bosque al que hacen mención.
Pues bien, sabido es, en la acción en estudio dos dueños colindantes dilucidan
la línea que los separa, pero en modo alguno ella puede servir, como lo quiere
el demandante, para discutir dominio sobre un determinado terreno. En la espe-
cie, acorde con lo que se anota en el razonamiento primero de este fallo, el
actor, por medio de lo que llama demanda de demarcación de deslindes y cerra-
miento, envuelve, en el hecho, una acción de dominio sobre el terreno y bosque
que señala, lo que es improcedente;
7 - Que, en las condiciones anotadas, no cabe más que confirmar la sentencia en
revisión, que rechazó la demanda;
8 - Que las declaraciones de los testigos del demandante, como se aprecia del
examen de las mismas, y el acta de inspección del tribunal, que se lee a fs. 39,
no alteran lo que precedentemente se ha concluido; se confirma el fallo de 29 de
noviembre de 2004, escrito de fs. 51 a 57.
Regístrese y devuélvase, con sus agregados.
Redactó el Ministro don Guillermo Silva Gundelach.
Rol N° 2.414-2005.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Sumario:
Según nos enseña la doctrina nacional, la demarcación es un conjunto de ope-
raciones que tiene por objeto fijar la linea de separación de dos predios
colindantes de distintos dueños. El cerramiento, por su parte, consiste en la
facultad de todo propietario de cerrar y cercar su predio y de hacer que con-
tribuyan a esta operación los dueños de los predios colindantes. Es unafacultad
inherente a todo propietario. Ambos institutos, si bien confluyen en un mismo
fin, se diferencian en cuanto ¡a demarcación es un acto previo al cerramiento.
La operación de demarcación y cerramiento debe considerar y basarse en los
hitos y derrotero que expresa el titulo, en la parte que es común a ambos pre-
dios. De mantenerse tal conclusión (de informe pericial), se estaría alterando
la conformación y sustrayendo una importante superficie del predio de domi-
nio de la demandada, hipótesis y objeto ajenos a las acciones que se han
impetrado en estos autos.
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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1.- N A T U R A L E Z A J U R Í D I C A
de septiembre de dos mil seis, escrita de fojas 203 a 225, en cuanto hizo lugar
a las acciones de demarcación y cerramiento intentadas por los copropietarios
del Lote Uno proveniente de la subdivisión del predio denominado reserva
número cuatro del Proyecto de Parcelación Las Cañas de la comuna de Illapei
en contra de la Comunidad Agrícola Tunga Sur, con declaración que la demar-
cación y cerramiento habrá de hacerse a expensas de ambas partes, a través de
los siguientes hitos: Asentamiento Las Cañas, separado por línea sinuosa de
8.50 metros aproximadamente, indicada en el plano que corre a fojas 102 con
las letras "B"- M C\ Desde el punto "B'\ el deslinde continuará por la línea divi-
soria de las aguas que pasa por el morro Cordón, cerro Portillo, portezuelo
Portillo, cerro Colorado, cordón Colorado, hasta el punto "C", ubicado en el
morro La Dormida o Los Escalones.
Regístrese, notifíquese y devuélvase.
Redacción del Abogado Integrante señor Leonel Rodríguez Villalobos.
Rol N° 1.620-2006.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
I I . - LEGITIMADO ACTIVO
Sumario:
El derecho de dominio otorga a todo propietario, entre otras, las facultades de
delimitar y de cerrar o cercar sus predios, potestad que, en consecuencia se
encuentra reservada precisamente para el dueño del predio, motivo por lo que
sólo aquel puede ser titular de la acción intentada en autos.
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I I . - LEGITIMADO ACTIVO
Y TENIENDO EN CONSIDERACIÓN:
PRIMERO: Que el recurrente denuncia en su libelo de casación, que en el fallo
impugnado se han infringido los artículos 842 del Código Civil y 384 N° 2 del
Código de Procedimiento Civil.
El primer precepto por haberse acreditado con los instrumentos públicos acom-
pañados que la Corporación Pro-Adelanto del Balneario La Boca de Rapel fue
en un comienzo y durante muchos años la representante de las distintas comu-
nidades, entre ellas de la Comunidad Número Cinco donde se encuentra el terreno
materia de la demarcación; comunidad que era dueña de ellos y, posteriormen-
te, esta misma Corporación dueña de los sitios 55 y 56, que corresponde al
terreno materia de la demarcación en razón de la adjudicación que le hizo la
señora Juez Arbitro, o sea, la Corporación demandante fue primero administra-
dora del terreno y luego su propietaria, estima que sin embargo los sentenciadores
no hicieron un estudio debido de los antecedentes, instrumentos públicos y tes-
timonial rendida.
Explica el recurrente, en cuanto a la segunda norma invocada, que el artículo
384 N° 2 del Código de Procedimiento Civil tampoco fue correctamente aplica-
do por cuanto la sentencia impugnada no reconoce el valor de plena prueba
establecida en la declaración de los tres testigos presentados por su parte.
Concluye que de haberse aplicado correctamente los preceptos señalados se
habría confirmado el fallo de primer grado.
SEGUNDO: Que para determinar si se configuran las infracciones de ley que
denuncia el recurrente, se analizará en primer lugar, si se ha producido la infrac-
ción al articulo 384 N° 2 del Código de Procedimiento Civil que se esgrime.
Al respecto debe tenerse en consideración que tal norma no tiene el carácter de
reguladora de la prueba como parece sostener el recurrente.
En efecto, la doctrina procesal ha sostenido que tienen tal naturaleza sólo aque-
llas reglas que determinan en forma obligatoria para el juez la aceptación o
rechazo de un medio de prueba para demostrar un hecho, o el valor de convic-
ción que debe asignarle a un medio probatorio determinado, o el orden en que
se debe preferir un medio sobre otro o, por último, a quien debe asignarle la
carga de probar los hechos y, el precepto invocado, se limita únicamente a in-
dicar pautas a los jueces para apreciar la prueba testimonial dentro de sus
facultades privativas y haciendo uso de tales potestades, dieron por establecido
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I I . - LEGITIMADO ACTIVO
sido antes demarcados. (Luis Claro Solar, Explicaciones de Derecho Civil Chi-
leno y Comparado, Tomo 9o, N° 1.415, Imprenta Nacimento, 1933) (Sentencia
de casación de esta Corte en causa Sociedad Agrícola Santa Elena del Almen-
dro con Cabrera Correa, Claudio, de 17 de mayo de 2004).
QUINTO: Que el derecho de dominio otorga a todo propietario, entre otras, las
facultades de delimitar y de cerrar o cercar sus predios, potestad que, en conse-
cuencia se encuentra reservada precisamente para el dueño del predio, motivo
por lo que sólo aquel puede ser titular de la acción intentada en autos.
SEXTO: Que el demandante Prudón Sáez Silva actúa en autos en su calidad de
Presidente de la Corporación Pro-Adelanto del Balneario la Boca de Rapel y,
en consecuencia, en representación de aquella, y al intentar la demanda de fojas
4 la ha sustentado en la circunstancia de tener, la Comunidad de Veraneo y
Deportes Boca de Rapel número Cinco que se encuentra comprendida dentro
de la citada Corporación, la calidad de propietaria de un retazo de terreno de
más o menos seis cuadras de extensión ubicado en la Boca de Rapel, comuna de
Navidad por haberla adquirida por escritura pública de compraventa de 23 de
septiembre de 1963 inscrita en el Registro de Propiedad del Conservador de
Bienes Raíces de San Antonio, con los deslindes que indica.
Para intentar acreditar lo anterior la demandante acompañó al momento de dedu-
cir la acción, copia de la inscripción de dominio indicada y rindió prueba testimonial
consistente en la declaración de tres testigos que deponen al respecto.
SEPTIMO: Que, como lo han concluido correctamente los jueces del fondo del
análisis del documento referido se puede advertir que la propiedad allí
individualizada se encuentra inscrita a nombre de diversas personas, todas na-
turales y diversas a la persona jurídica que comparece en este juicio, por lo que
no puede entenderse establecido el dominio del predio dominante por quien
persigue la demarcación de deslinde y cerramiento.
34
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sr.
Milton Juica A., Sra. Margarita Herreros M. y Sr. Juan Araya E. y Abogados
Integrantes Sres. Hernán Álvarez G y Oscar Carrasco A.
No firman el Ministro Sr. Araya y el Abogado Integrante Sr. Carrasco, no obs-
tante haber concurrido ambos a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar
con feriado legal el primero y ausente el segundo.
Autorizado por el Secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.
Rol N° 1.944-2006.
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I I I . - REQUISITOS
I I I . - REQUISITOS
Sumario:
La demarcación es ¡a operación que tiene por objeto fijar ¡a linea que separa
dos predios colindantes de distintos dueños, señalándola por medio de signos
materiales. Son presupuestos para que sea procedente la acción de demarca-
ción, que los predios sean colindantes, sean también de distintos dueños y sus
deslindes no estén fijados materialmente.
36
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Asi lo entendieron el juez de la causa al fijar a fojas 20, como punto de prueba
la efectividad de no estar demarcado el deslinde Poniente-Oriente de los pre-
dios de las partes y éstas al no recurrir contra la expresada resolución.
2. Que es sabido que la demarcación es la operación que tiene por objeto fijar
la línea que separa dos predios colindantes de distintos dueños, señalándola por
medio de signos materiales. Son presupuestos para que sea procedente la ac-
ción de demarcación, que los predios sean colindantes, sean también de distintos
dueños y sus deslindes no estén fijados materialmente.
3. Que con el certificado de dominio vigente de fojas 4 y con las inscripciones
de dominio que rolan a fojas 88 de estos autos y 36 y 44 del cuaderno de docu-
mentos N° 2, se encuentra acreditado que los actores son comuneros en el
dominio, entre otros, del Lote B de la Subdivisión del Lote Uno del fundo Lonco,
dominio que corre a su favor a fojas 4282 vuelta N° 3674 del Registro de Pro-
piedad del año 1980 y a fojas 1871 N°1639 del Registro de Propiedad del año
1984 del Conservador de Bienes Raíces de Concepción.
Con la inscripción de dominio que rola a fojas 67 se prueba que la demandada
Canteras Lonco S.A. es dueña de un retazo de terreno de 6,75 hectáreas, cuyos
deslindes se señalan en dicho título, dominio que corre a su favor a fojas 2484
vuelta N° 2083 del Registro de Propiedad del año 1982 del Conservador de
Bienes Raices de Concepción.
4. Que con los títulos de dominio mencionados en el considerando anterior,
como con los Planos de fojas 47, 120 y 156, se acredita que el predio de los
actores y el de la demandada son colindantes entre sí por los deslindes Oriente-
Poniente, respectivamente, situación que, por lo demás, no se encuentra
controvertida por las partes.
5. Que los demandantes para acreditar su pretensión, han acompañado a la cau-
sa prueba documental consistente básicamente, en lo pertinente, en:
a) Fotocopia de Certificado de Dominio Vigente otorgado por el Conservador
de Bienes Raíces de Concepción de fecha 2 de mayo de 1996, de fojas 4, por el
que consta que Renato Fernández Irarrázabal y Juan Montero Matta son dueños
del retazo número Uno del Fundo Lonco, de forma irregular, de 5 hectáreas, con
excepción del Lote A y Franja Cesión que fueron transferidos;
b) Plano de Subdivisión Lonco Alto e Informe Topográfico de Juan Nilsen
Velásquez de fojas 37 y 38, en cuanto se refiere a Replanteo de deslindes, del
37
I I I . - REQUISITOS
Lote B de la Subdivisión Lonco Alto, del lado poniente colindante con don
Osvaldo Acosta,
c) Copia Memoria Explicativa del Proyecto Subdivisión Lonco Alto y Aproba-
ción de Loteamiento de fojas 1 y 2 del Cuaderno de Documentos N° 2 (en lo
sucesivo C.D. N° 2), en cuanto consta que un predio de forma irregular de 50.000
m2 de superficie se subdividió en 4 lotes: Lotes A, B y C y Lote Cesión Muni-
cipal, con los deslindes y superficie de cada Lote;
d) Fotocopia Inscripción de Dominio de fojas 44 C.D. N°2, por la que consta
que Renato Fernández Irarrázabal y Juan Montero Matta son dueños del retazo
número Uno del Fundo Lonco, de forma irregular, de 5 hectáreas aproximada-
mente, que al Oriente deslinda con don Guillermo Amthauer, antes con Francisco
Amthauer.
El predio lo adquirieron por Venta en Remate, según escritura pública de 20 de
noviembre de 1980 ante el Notario de Concepción don Humberto Faúndez
Rivera, fojas 46 C.D. N° 2 La inscripción corre a fojas 4282 vuelta N° 3674 del
Registro de Propiedad del año 1980 del Conservador de Bienes Raíces de Con-
cepción;
e) Fotocopia Inscripción de Dominio de fojas 36 C.D. N°2, por la que se acredita
que Juan Montero Matta es dueño del 50% de los derechos en el retazo número
Uno del fundo Lonco, cuyos deslindes y superficie se indican en dicho título.
Lo adquirió por Adjudicación en Liquidación de sociedad conyugal según es-
critura pública de 10 de mayo de 1984 ante el Notario Público de La Cisterna
don Andrés Rodríguez Cruchaga, fojas 38 C.D. N° 2 La inscripción corre a
fojas 1871 N°1639 del Registro de Propiedad del año 1984 del Conservador de
Bienes Raíces de Concepción;
38
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
39
I I I . - REQUISITOS
6. Que los demandantes rindieron prueba testimonial con los dichos de Juan
Nilsen Velásquez, Gastón Donetch Jaureguy y Juan Donetch Sánchez, quienes
de fojas 40 a 42 en relación a los puntos de prueba fijados en el auto de fojas 20,
separadamente, expusieron: El testigo Nilsen Velásquez manifiesta que concu-
rrió al predio en septiembre de 1996 y enero de 1998.
Que por encargo de don Gastón Donetch padre trazó el deslinde oriente del
predio exclusivamente según el Plano de Subdivisión de fojas 37.
Que en el predio estuvo por el lado del Lote C. Que la forma de este deslinde
Oriente del Lote B corresponde en gran parte al borde del camino, en aproxima-
damente un ochenta por ciento, y en una fracción colinda con el Lote C, y en él
no notó ningún bosque de pino como separación natural de los predios, sino
sólo matorrales y árboles, correspondiendo su topografía a la parte alta de un
pequeño lomo al borde poniente de un camino existente, como es un lomo, línea
divisoria de aguas lluvias que se esparcen a cada lado.
Que la topografía con arbustos y vegetación es forestal en un ochenta por ciento
del deslinde oriente, y en ella no es fácil detectar un hito de fierro o vara de
fierro. Que a las fechas en que concurrió al terreno no vio ningún fierro de color
amarillo que lo demarcara.
Que en el lado poniente del Lote B hay un cerco de pandereta de Loteo del Lote A.
Que no vio camino dentro de los predios en disputa, sino al límite de ellos.
Reconoce como suya la firma estampada en el documento de fojas 38. A su
turno, el testigo Gastón Donetch Jaureguy dice que recorrió el terreno cuando
se iba a hacer una urbanización del Lote A y después, en 1988 y principios de
1989, en calidad de corredor de propiedades.
Que inícialmente todo era un solo paño no demarcado, y que, posteriormente,
los años 1986 y 1987, se subdividió en tres lotes (A, B y C). Que ha visitado en
varias oportunidades el Lote B, y reconoce que en su deslinde oriente (poniente
de Canteras Lonco) hay como deslinde un camino que siempre ha existido que
se ubica en la punta del cerro, lo que se ajusta a los títulos.
Que en una de esas visitas se percató que en su deslinde oriente habían hitos,
unos fierros amarillos colocados hacia el Lote A, lo que no correspondía al
límite primitivo; esos fierros, dice, no existían antes, y fueron colocados por el
señor Acosta sólo en abril de 1998.
4 0
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Que únicamente conoce, dice, los títulos y plano de la Subdivisión de los de-
mandantes.
Deponiendo el testigo Donetch Sánchez señala que concurre al sector desde
hace más o menos doce años, ingresando por el acceso principal de Lonco Alto.
En cuanto a la topografía del lugar, corresponde, dice, a matorrales, algunos
pinos, eucaliptus y nativos.
Que en el límite que conoce (el lomo de cerro) no existe demarcación, no hay
hitos, y recién en abril de 1988, en el deslinde oriente, descubrió entre los ma-
torrales unas demarcaciones de color amarillo que antes no había divisado.
Que conoce el Plano de Subdivisión de Lonco Alto y en base a él determinó que
el deslinde iba por el lomo de cerro.
7. Que los demandantes acompañaron a la causa Fotocopia del Recurso de Pro-
tección Rol N°5813-1984, Cuaderno de Documentos N° 1 que también obra en
custodia, por el cual consta que Juan Montero Matta interpuso dicha acción en
contra de don Aquiles Acosta Walker por haber cercado el acceso a una servi-
dumbre de tránsito y construido un cerco con postes de eucaliptus y alambre de
púas en el sector oriente de su predio, usurpando un retazo de éste, y en el que
la recurrida reconoció la reposición de un cerco derruido en su propio terreno.
La Corte de Apelaciones, por sentencia de 23 de enero de 1985, resolvió que el
recurrido debía retirar los cercos levantados en los sectores Poniente, Oriente y
Norte del predio El Bolsillo, fallo que fue confirmado por sentencia de la Corte
Suprema de 16 de abril de 1985.
8. Que por su lado, la parte demandada para acreditar sus pretensiones, acom-
pañó prueba documental consistente, en lo pertinente, en:
a) Fotografías de fojas 28 vuelta a 33 vuelta tomadas por el fotógrafo señor
Alejandro Espinoza Ríos, por las que se puede apreciar unos hitos o señales;
b) Fotocopia de Inscripción de Dominio de fojas 67, por la que consta que la
sociedad Canteras Lonco S.A. es dueña de un retazo de terreno denominado
Loncomilla de 6,75 hectáreas, cuyo deslinde Poniente es con propiedad de don
Enrique Van Rysselberghe Martínez. El predio fue adquirido por Aporte que
hizo don Augusto Osvaldo Acosta Cosmelli, según escritura pública de 23 de
junio de 1982 ante el Notario Público de Concepción don Humberto Enríquez,
fojas 48. La inscripción corre a fojas 2484 vuelta N° 2083 del Registro de Propie-
dad del año 1982 del Conservador de Bienes Raíces de Concepción;
41
I I I . - REQUISITOS
4 2
A C C I O N E S ni- DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
conoce el deslinde sublite desde el año 1980, y ya desde ese tiempo existían los
hitos, concretamente rieles de una altura de 1,20 metros, pintados de color
amarillo desde 1983.
Que ese mismo año se pusieron como hitos metálicos los pernos de más de dos
metros enterrados en pollos de concreto, quedando dos metros sobre el nivel
del suelo, siguiendo la misma línea de los antiguos rieles que aún están enterra-
dos, con una extensión de 300 metros aproximadamente.
Este deslinde se ubica al poniente del predio de Canteras Lonco que limita con
Lonco Alto y al sur con la cantera, y en su parte baja, que linda con Lonco Alto,
existen cercos de pandereta que los separa de construcciones de Lonco Alto, y
hacia arriba, hacia el cerro, hay plantación de pinos hacia y dentro de la cantera,
y al otro lado los eucaliptus.
El testigo Espinoza Ríos, fotógrafo, dice conocer el deslinde de los predios
porque hace como siete meses sacó el juego de fotografías acompañadas al
juicio, que se le exhiben.
Que vio la situación del deslinde en su totalidad desde la parte baja donde co-
linda con las casas de Lonco Alto hasta arriba que abarca unos 300 metros.
Que los monolitos metálicos de color amarillo que demarcan los límites entre
un predio y otro existen desde la pandereta, y los hay en toda la extensión que
los divide. Hay también, dice, un deslinde natural, un pequeño bosque de pinos
que llega hasta el límite con el predio vecino; al otro lado hay un bosque de
eucaliptus que los separa físicamente, y en su parte baja, junto al camino a la
Cantera, hay acopio de arena.
10. Que como medida para mejor resolver el tribunal ordenó practicar un infor-
me pericial sobre el asunto controvertido, designándose al efecto al topógrafo
señor Eduardo Urbina Alarcón.
En el informe pericial que rola a fojas 178 y siguientes, cuyo Plano corre a fojas
177, el perito dice que hay algunas estacas de fierro empotradas en concreto,
que'bajan del cerro en una sola línea hasta cortar el camino, con distancia entre
ellas variable, de 10 a 60 metros, algunas de ellas de difícil apreciación a simple
vista y que en el lado poniente del predio de 6,75 hectáreas hay estacas de
fierro alineadas con distancia irregular, de antigüedad que no se puede precisar,
algunas de ellas de difícil ubicación.
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I I I . - REQUISITOS
4 4
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I I I . - REQUISITOS
don Juan Donetch Sánchez sostiene que el deslinde oriente no está demarcado,
aunque agrega luego que en el mes de abril de 1998 vio en dicho deslinde, entre
unos matorrales, unas demarcaciones de color amarillo que antes no había per-
cibido.
14. Que apreciadas las pruebas testimoniales en referencia en forma legal, debe
dársele mayor valor a la testimonial de la demandada y tenerse por cierto lo
declarado por sus testigos, porque siendo iguales en número, aparecen más
veraces por estar mejor instruidos de los hechos.
15. Que, de otro lado, en el informe pericial de fojas 178, evacuado por el perito
Eduardo Urbina Alarcón, se indica que tomando como referencia el recurso de
protección 5813-84 y lo apreciado en el terreno, concluye que el deslinde orien-
te del Lote B de propiedad de los demandantes no está demarcado desde 1976,
como lo indica la demandada, y no lo ha sido a la fecha.
Sin embargo, en el mismo informe dicho perito indica que en el lado poniente
del predio de 6,75 hectáreas hay estacas de fierro alineadas con distancia irre-
gular, algunas de difícil ubicación y de antigüedad que no puede precisar.
Al inicio de su informe dice que hay algunas estacas de fierro empotradas en
concreto, que bajan del cerro hasta cortar el camino, con distancia entre ellas
variable, de 10 a 60 metros, y que van en una sola línea.
16. Que el informe pericial emitido por el perito Eduardo Urbina Alarcón debe
apreciarse en conformidad a las reglas de la sana crítica, esto es, según razones
de lógica y experiencia, ponderando su contenido en cuanto a su fúndamentación
técnica, comparándolo con otras probanzas del proceso y considerando que las
conclusiones sean propias de la pericia y no correspondan a interpretaciones
ajenas a su ciencia, arte u oficio.
17. Que la prueba documental rendida por las partes, debidamente detallada en
los considerandos 5o, 7o y 8o, únicamente permite acreditar que el deslinde oriente
del Lote B de la Subdivisión Lonco Alto del predio de los demandantes, es
propiedad del Sr. O. Acosta en línea quebrada, 400 metros y Lote C en 42 metros
y que el deslinde poniente del predio de la sociedad Canteras Lonco S.A. es con
propiedad de Enrique Van Rysselberghe Martínez, pero no prueban en modo
alguno que el deslinde oriente mencionado está o no demarcado en el terreno.
18. Que es necesario precisar que del mérito del recurso de protección Rol N°
5813-84 se desprende que el conflicto surgido entre los intervinientes de dicho
4 6
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
4 7
I I I . - REQUISITOS
cia de prueba de fojas 35 y siguientes por Alejandro Espinoza Ríos, en las que
aparecen señas materiales como estacas, y el Plano que rola a fojas 177, en el
que el perito Eduardo Urbina Alarcón consigna la existencia de dichas estacas
de fierro.
21. Que conforme a lo razonado, cabe concluir que e! deslinde oriente del Lote
B de la Subdivisión del Lote Uno del fundo Lonco de los demandantes, corres-
pondiente al deslinde poniente del retazo de terreno de 6,75 hectáreas de
propiedad de Canteras Lonco S.A. está debidamente demarcado por hitos me-
tálicos o estacas de fierTO.
22. Que en relación a la acción de demarcación, el profesor Luis Claro Solar ha
dicho: La acción tiene por objeto, por lo tanto, fijar esos límites, y supone que
no existen en el terreno linderos o mojones que determinen la línea de separa-
ción de los predios, y que los predios no han sido antes demarcados.
Cuando existen mojones que efectúan esa separación, la acción de demarcación
no tiene cabida y debe ser desechada por el juez, porque el objeto que persigue
la acción de demarcación se habría ya realizado (En Explicaciones de Derecho
Civil Chileno y Comparado, Imprenta Nascimento, Santiago, 1935, Tomo IV,
página 108). Nuestro Máximo Tribunal al respecto ha dicho que la acción de
demarcación es improcedente, porque el deslinde entre ambos predios está fi-
jado por signos aparentes (Corte Suprema, 24 de enero de 1990. En Fallos del
Mes N° 374, página 869).
También se ha dicho que la acción de demarcación sólo procede en el caso que
ninguno de los dueños de los predio s vecinos haya realizado actos posesorios
materiales y ostensibles respecto de la zona o área en conflicto; pues en el even-
to contrario, es la acción reivindicatoría o acción de dominio, definida en el
artículo 889 del Código Civil, la que corresponde deducir (Corte de Apelacio-
nes de Santiago, 16 de mayo de 2001, Rol N° 670-1997).
23. Que, así las cosas, teniendo en consideración que la acción de demarcación
sólo procede cuando aparece claramente que ella no existe en la actualidad,
como bien lo hizo la juez a quo, procede desechar la demanda interpuesta a
fojas 5 de autos.
24. Que sólo para fines procesales, cabe consignar que las partes acompañaron
los documentos que rolan a fojas 113,118 y en el Cuaderno de Documentos N°2
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Por estas consideraciones y lo dispuesto en los artículos 842 y 1698 del Código
Civil, 425, 384, 425 y 680 del Código de Procedimiento Civil, SE CONFIR-
MA, sin costas del recurso, la sentencia apelada de diez de mayo de mil
novecientos noventa y nueve, escrita de fojas 204 a 207 de autos.
Regístrese y devuélvase con sus agregados.
Redacción del Ministro señor Juan Clodomiro Villa Sanhueza.
Rol N° 934-1999.
Sumario:
El proceso intentado (acción de demarcación), establecido en el artículo 842
del Código Civil, tiene como primera pretensión para el dueño demandante:
que se fijen los limites que ¡o separan de los predios colindantes. Y el diccio-
nario de la Lengua Española de la Real Academia define colindante, en su
primera acepción, como: Dicese de los campos o edificios contiguos entre si,
y contiguo como: que está tocando a otra cosa. En consecuencia, resulta indis-
pensable, para que prospere esta acción, que los predios o inmuebles se
encuentren unidos, estén tocando unos a los otros, solamente separados o dis-
tinguidos por los deslindes comunes. En el caso de autos, no se produce este
requisito, toda vez que los predios objeto de la pretensión no se tocan el uno al
otro, sino que están separados por un accidente natural.
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I I I . - REQUISITOS
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Sumario:
Conforme al objetivo de ta acción de demarcación, en el presente caso, la
acción interpuesta por el demandante resulta improcedente por no darse los
presupuestos para su acogimiento, ya que existiendo controversia sobre el do-
minio, la acción a interponerse debió ser la reivindicatoria, cuyo objetivo es la
de obtener la restitución de un terreno, cual es la situación que se ha dado, por
cuanto si bien no se precisa extensión alguna de los terrenos que se reclaman,
implícitamente se exige el exceso de la cabida que señalan los títulos y que
posee el demandado, y sería menester, por ende, deducir la correspondiente
acción de dominio.
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I I I . - REQUISITOS
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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III.- REQUISITOS
Sumario:
El objeto de la acción de demarcación y cerramiento es fijarjudicialmente los
límites de un terreno con respecto a otro contiguo, pues todo propietario de un
suelo tiene derecho a que se fijen los limites que lo separan de ¡os predios
colindantes, pudiendo exigir a los respectivos dueños que concurran a ello,
realizándose ¡a demarcación a expensas comunes. Sin embargo, siendo su objeto
-como se ha dicho- la fijación de limites, tiene como presupuesto que no exis-
tan en el terreno linderos o mojones que determinen la linea de separación de
¡os predios como asimismo que éstos no hayan sido antes demarcados. Ade-
más, y, por otra parte como lo ha señalado la jurisprudencia, no debe existir
discusión acerca de por dónde los deslindes deben correr, ya que una contro-
versia sobre este aspecto impide a coger la acción en referencia pues exige
recurrir a la acción reivindicatoría.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
marcados en la época que la propiedad fue adquirida, con los años los cercos
han sido dañados por el transcurso del tiempo, lo que ahora está provocando
problemas con la vecina; sin embargo, y no obstante afirmarse que los deslindes
se encuentran demarcados, la sentencia se pronuncia sobre una supuesta in-
certidumbre respecto de donde materialmente debe estar ubicado dicho deslinde,
petición que no se había hecho.
Tercero: Que, por su parte, la segunda causal invocada, vale decir, la estatuida
en el N° 5, del mismo artículo, en relación con el artículo 170 N° 6, del Código
de Procedimiento Civil, que sanciona la falta de decisión del asunto controver-
tido, la hace consistir en la circunstancia de que el fallo entrega la solución del
conflicto al perito designado, al disponer en el considerando quinto que las
partes deberán de consuno efectuar las operaciones tendientes a cerrar sus pre-
dios de conformidad con los límites señalados científicamente por el perito
judicial.
Cuarto: Que, desprendiéndose en forma manifiesta de los antecedentes que el
recurrente no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con la invalidación del fa-
llo, toda vez que los hechos en que se basan las causales de casación en la forma
invocadas, sirven igualmente de fundamento a la apelación entablada en contra
de la misma resolución, se desestimará el citado arbitrio de conformidad con lo
prescrito en inciso penúltimo del mismo artículo 768, mencionado.
II. En cuanto al recurso de apelación:
Se reproduce la sentencia en alzada con excepción del considerando quinto,
que se elimina.
Y se tiene en su lugar y además presente:
Quinto: Que, como es sabido, el objeto de la acción de demarcación y cerra-
miento es fijar judicialmente los límites de un terreno con respecto a otro contiguo,
pues todo propietario de un suelo tiene derecho a que se fijen los límites que lo
separan de los predios colindantes, pudiendo exigir a los respectivos dueños
que concurran a ello, realizándose la demarcación a expensas comunes.
Sin embargo, siendo su objeto -como se ha dicho- la fijación de límites, tiene
como presupuesto que no existan en el terreno linderos o mojones que determi-
nen la línea de separación de los predios como asimismo que éstos no hayan
sido antes demarcados.
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I I I . - REQUISITOS
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Sumario:
Se ha sostenido que la alteración de los ¡imites existentes no puede perseguirse
por la acción de demarcación; se dice que es previa la acción reivindicatoria
para reclamar terrenos a que se pretende tener derecho y que tiene el vecino,
solamente una vez reconocido ese derecho procede entablar la acción de de-
marcación para que se señalen los verdaderos limites.
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I I I . - REQUISITOS
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Regístrese y devuélvase.
Redactó el Ministro Guillermo Silva Gundelach.
Rol N° 3.640-2001.
Sumario:
Si bien hay consenso y es un hecho establecido por los sentenciadores de ¡a
instancia que ambos predios deslindan en su ¡imite oriente-poniente y que no
existe cerco en dicho deslinde, la demarcación y cerramiento no puede llevarse
a efecto porque las partes no están de acuerdo acerca del lugar preciso por
donde debe correr este cerco. Los jueces del fondo, con el mérito de la prtieba
válidamente producida durante la substanciación del proceso, sólo lograron
establecer que los predios de las partes son colindantes y que están desprovis-
tos de cierro, sin que existan antecedentes del sitio exacto por el que debe
pasar ese cierro. De este modo, al inclinarse los sentenciadores por el rechazo
de la acción que consagra el articulo 842 del Código Civil-que fue la ejercida
en autos-, por estimar que del tenor de la discusión se desprendió que atendi-
da las pretensiones de las partes acceder a alguna de éstas importaba obtener
se privara a una de ellas de la posesión de una determinada cantidad de me-
tros cuadrados de superficie de su predio y se le entregara a ¡a otra y que ello
sólo era posible a través de ejercicio de la acción reivindicatoria, hicieron una
correcta aplicación de la normativa atinente al caso y no incurrieron en los
errores de derecho que se les atribuyen, de forma tal que el recurso de casa-
ción en el fondo deducido debe ser necesariamente desestimado.
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I I I . - REQUISITOS
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I I I . - REQUISITOS
to acerca del punto en que debe fijarse el límite en terreno (que es un hecho que
se establece en el fallo) es precisamente el presupuesto legal del referido pre-
cepto, en punto a que el sentenciador decida y resuelva la contienda demarcando
el deslinde fijado.
Como segundo error de derecho se menciona en el recurso la no aplicación de
lo dispuesto en el artículo 889 del citado Código Civil, pues de habérselo hecho
se habría concluido que jurídicamente es distinta la existencia de un conflicto
acerca de la demarcación de un límite con la reivindicación de una cosa singular
de que no se está en posesión.
El fallo fijó como hecho inamovible, termina el recurso respecto de este error,
que entre las partes existe un diferendo relativo a la demarcación del límite
poniente-oriente de los predios, circunstancia ésta que, a juicio de la parte que
recurre, no es equivalente a la reivindicación.
En tercer término se argumenta en el recurso que la sentencia no aplica el artí-
culo 846 del Código Civil, en tanto también fijó como hecho inamovible que no
existe cerco ni cerramiento alguno entre los predios de demandante y demanda-
do, particularmente en el mencionado deslinde poniente-oriente.
Los sentenciadores confundieron, estima la recurrente, los presupuestos legales
del derecho que asiste al dueño de un predio a que realice el cerramiento del
mismo, con los presupuestos legales de la acción reivindicatoría, en circunstan-
cias que el cerramiento envuelve una facultad con fisonomía propia, distinta y
totalmente independiente de la reivindicación, en términos que para que proce-
da el cerramiento basta con acreditar con que existen dos predios colindantes en
los que no se han efectuado los cierros correspondientes.
El último error de derecho que la recurrente atribuye a la sentencia impugnada
consiste en la trasgresión a los artículos 1.700 y 1.706 del mismo Código Civil,
en tanto a su juicio no se ha otorgado a los documentos acompañados el valor
probatorio que les atribuye la ley.
De haberse valorado correctamente esos antecedentes, la sentencia habría debi-
do concluir necesariamente que el límite poniente-oriente de ambas propiedades
se encuentra claramente determinado en los títulos, ya que son coincidentes a
ese respecto en cuanto a la extensión y ubicación del deslinde.
QUINTO: Que la sentencia objeto del recurso de casación de fondo estableció
como hecho de la causa que tanto la demandante como el demandado son due-
62
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
ños respectivamente de los predios que ellos alegan les pertenecen, que dichos
predios son colindantes el uno con el otro en el deslinde poniente de la propie-
dad de la actora y oriente del demandado y que este último no aparece
determinado de un modo cierto.
Luego el fallo hace constar que existe un recurso de protección seguido por el
demandado contra la Sociedad Los Alerces S.A., acogido por la Corte de Ape-
laciones de Puerto Montt por sentencia de 12 de septiembre de 1997, que
estableció que en ese proceso se acreditó que al momento de levantarse el cerco
por parte del recurrido, no existia hito demarcatorio alguno, de modo que la
actuación de éste significó en la práctica una demarcación y cerramiento que
requiere, al menos, de la aceptación de la otra parte, lo que no ha ocurrido en la
especie.
En consecuencia, concluye la sentencia recurrida, existiendo discusión y con-
flicto respecto del limite determinado que separa los predios de los litigantes,
esto necesariamente debe resolverse mediante el procedimiento pertinente,
incoado en virtud del ejercicio de las acciones que el derecho positivo concede,
ya que no es posible demarcar un límite colindante si no está éste determinado,
siendo preciso rectificar los límites que ambas partes se atribuyen.
Para obtener que se prive a una de ellas de la posesión de una determinada
cantidad de metros cuadrados y se entreguen a la otra, termina, es necesario
recurrir a la acción reivindicatoria.
SEXTO: Que de conformidad con lo dispuesto en el artículo 842 del Código
Civil, todo dueño de un predio tiene derecho a que se fijen los límites que lo
separan de los predios colindantes, y podrá exigir a los respectivos dueños que
concunan a ello, haciéndose la demarcación a expensas comunes.
Ahora bien, la disposición aludida consagra en su primera parte el derecho del
dueño de una propiedad raíz a que los márgenes de su predio sean determinados
con una claridad tal, que impida su confusión con el del vecino.
Y atendido que la delimitación de los predios interesa lógicamente a los propie-
tarios que comparten un límite común, la ley confiere acción al propietario
interesado para exigir del otro que concurra al pago de los gastos que esa deli-
mitación importe.
SÉPTIMO: Que de lo dicho en el motivo precedente se desprende que la acción
del precepto antes aludido tiene como presupuesto de aplicación evidente que
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I I I . - REQUISITOS
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I I I . - REQUISITOS
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los ministros Sres.
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G y Sra. Margarita Herreros M. y abogados
integrantes Sres. José Fernández R. y Oscar Herrera V.
No firman la ministra Sra. Herreros no obstante haber concurrido a la vista del
recurso y acuerdo del fallo, por estar en comisión de servicios.
Autorizado por el secretario Sr. Carlos A. Meneses Pizarro.
Rol N° 3.600-2004.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
I V . - D E M A R C A C I Ó N PROPIAMENTE TAL
Sumario:
La demarcación es un conjunto de operaciones que tiene por objeto fijar ¡a
linea de separación de dos predios colindantes de distintos dueños y señalarla
por medio de signos materiales
Comprende dos fases: una jurídica, la delimitación, tendiente a fijar o recono-
cer la línea separativa, v una material, el amojonamiento, dirigida a señalar
esta linea sobre el suelo por medio de signos apropiados, llamados hitos o
mojones, pudiendo efectuarse en forma amigable por los vecinos interesados o
ser judicialmente impuesta a éstos.
En el aspecto activo, de derecho, la demarcación es una de las facultades ma-
teriales del dominio que se traduce en el poder que tiene todo propietario de un
inmueble, por el solo hecho de serlo, para fijar la extensión exacta de su dere-
cho y para individualizar, por medio de signos materiales, la cosa sobre que
éste recae.
En el aspecto pasivo, de obligación de concurrir a la demarcación, trátase de
una obligación o deber jurídico derivado de las relaciones de vecindad.
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I V . - D E M A R C A C I Ó N P R O P I A M E N T E TAL
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I V . - D E M A R C A C I Ó N PROPIAMENTE TAL
por las partes, para cumplir con los trámites finales de la demarcación y cerra-
miento del deslinde común.
Comisión que evacuó su informe pericial determinando que los deslindes que
tiene Inmobiliaria Caburga aparecen con diferencias en cuanto a los metrajes
con las escritura y planos, estableciendo que prácticamente todos los deslindes
que emanan de los títulos y planos de Caburga no concuerdan con la realidad,
existiendo una superposición de planos entre ambos predios en una superficie
de 4.048,38 metros, es decir, los planos de Caburga se adentrarían, injustificada-
mente, en terrenos del Sporting en la superficie referida, debiendo agregarse
que las conclusiones a las que arribó la citada Comisión no fueron ratificadas
por la demandante.
SEXTO: Que la demandada expresa, también, que vulnerando la demarcación
efectuada por la Comisión, la actora procedió a levantar cercos y cierres arbi-
trariamente, internándose en terrenos del Sporting, dejando a su parte
imposibilitada de ingresar a ellos, los que siempre han estado bajo su dominio,
posesión y tenencia material, levantando cierres, con rejas metálicas, ocupando
ilegalmente los terrenos de los cuales es dueña, no habiéndose establecido cuál
es el deslinde que se pretende para la demarcación.
SEPTIMO: Que en la instancia se rindió abundante prueba tendiente a estable-
cer el lugar por donde debe correr el deslinde común de las propiedades de
ambas partes de acuerdo con sus títulos y la situación concreta que se observa
en terreno en relación con el deslinde común.
Entre otras, las siguientes:
a) Testimonial de Roberto Morbiducci Millán, ingeniero en geomensura, el que
señala, entre otras precisiones, que realizó un estudio solicitado por la actora,
cuyo objetivo principal era determinar si la obra se construía sobre terrenos de
la demandada, añadiendo que la superficie fusionada de Caburga respetó las
superficies indicadas en los lotes originales, mientras que el Sporting realizó un
plano similar no respetando las superficies de sus propios títulos, aumentando
en 4,5 hectáreas la superficie que le correspondía.
b) Deposición de Javier Alarcón Caprile, quien manifiesta que habiendo parti-
cipado como ingeniero administrador del edificio Terrazas de Sausalito desde
el comienzo, en el sector del límite con el Sporting, cerca de la cima del cerro
entre unos arbustos, después de haber iniciado la construcción, aparecieron
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
mojones de demarcación, los que no coinciden con los límites indicados en los
planos municipales, no existiendo cerco que separara ambas propiedades.
Que el cierro de protección de faenas se intentó ubicar en el lugar especificado
en los planos, lo que no se materializó debido a que fue impedido por personal
del Sporting.
c) Prueba pericial realizada por Rosa Tapia Ubilla, ingeniero en geomensura, la
que expresa que una vez realizado el análisis de los antecedentes, concluye que
se produce una franja de terreno entre la línea de la alta cumbre y el deslinde del
actor, que no pertenece al demandante ni al demandado.
d) Copia del informe pericial emitido por la Comisión Técnica designada por
las partes, que como conclusión expresa que se aprecia una superposición de
planos entre ambos predios, en una superficie de 4.048,38 metros.
e) Declaración de Andrés Sendra Ramírez, quien expone que en su carácter de
arquitecto, fue nombrado perito por la demandada con ocasión del acuerdo
suscrito por las partes, en conjunto con el perito designado por la actora, ha-
biendo hecho un levantamiento topográfico del sector, estudiando las escritura
y planos de ambas partes, concluyendo que la demandante ocupaba terrenos de
propiedad de la demandada, existiendo una superposición de ellos, existiendo
en la actualidad un cerramiento que según su criterio está en el interior de los
terrenos del Sporting, habiendo la empresa que construye los departamentos de
la cooperativa retirado unos hitos instalados por el club.
f) Testimonio de Galo Pérez Krumenacker, técnico proyectista en arquitectura,
el que expone que realizó un estudio de títulos, existiendo una incongruencia
entre ellos, no obstante provenir de la misma vendedora, puesto que la repre-
sentación gráfica de ambos genera una superposición y no un deslinde o línea
común, así como las medidas que se establecen en ambos títulos no calzan.
OCTAVO: Que de los antecedentes reseñados precedentemente, fluye sin lugar
a dudas, que respecto de los predios de ambas partes no solo existe una indefi-
nición respecto del límite común entre ellos, sino una duda razonable sobre la
cabida de cada uno y la posible superposición entre los mismos.
NOVENO: Que en estos autos se ha ejercido la acción de demarcación, cuyo
objeto, según lo establece en el artículo 842 el Código Civil, consiste en que
todo dueño de un predio tiene derecho a que se fijen los límites que lo separan
de los predios colindantes, y podrá exigir a los respectivos dueños que concu-
rran a ello, haciéndose la demarcación a expensas comunes.
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I V . - D E M A R C A C I Ó N P R O P I A M E N T E TAL
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I V . - D E M A R C A C I Ó N P R O P I A M E N T E TAL
Sumario:
Las acciones de demarcación y cerramiento tienen por objeto señalar los limi-
tes o confines de dos predios colindantes de distintos dueños, y señalarla por
medio de signos materiales, y además cerrar y cercar los respectivos predios
haciendo que ¡os dueños colindantes contribuyan a esta operación.
La demarcación, como lo ha sostenido la doctrina, comprende dos operacio-
nes: una jurídica, que consiste en ¡a ¡imitación tendiente a fijar o reconocer la
linea separativa, y una material, ¡a construcción o levantamiento en el terreno,
en ¡os puntos convenientes, de ¡os hitos o mojones que determinen la dirección
de esa linea.
Ambas operaciones tienen lugar cuando ¡os propietarios de los predios colin-
dantes no están de acuerdo sobre ¡a ¡inea divisoria de éstos, o cuando esa linea
es para ellos incierta.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I V . - D E M A R C A C I Ó N PROPIAMENTE TAL
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I V . - D E M A R C A C I Ó N PROPIAMENTE TAL
Se previene que el Ministro señor Rocha estuvo por acoger la demanda conte-
nida en lo principal del libelo de fojas 10, sólo en cuanto en el cumplimiento del
fallo se deberá proceder a limitar la línea divisoria de las parcelas número 18 y
17 -singularizadas en los motivos 4o y 5o de lo considerativo de esta sentencia-
como en derecho corresponda hecho, se deberá proceder al cerramiento reque-
rido, sin costas.
Regístrese y devuélvase, con un sobre de documentos, en su oportunidad.
Redacción del ministro señor Rocha.
Dictada en la Séptima Sala de esta Corte de Apelaciones, presidida por el mi-
nistro señor Raúl Héctor Rocha Pérez y conformada por la ministro señora Dobra
Lusic Nadal y la abogado integrante señora Angela Radovic Schoepen.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Se previene que el Ministro señor Rocha estuvo por acoger la demanda conte-
nida en lo principal del libelo de fojas 10, sólo en cuanto en el cumplimiento del
fallo se deberá proceder a limitar la linea divisoria de las parcelas número 18 y
17 -singularizadas en los motivos 4o y 5o de lo considerativo de esta sentencia-
como en derecho corresponda hecho, se deberá proceder al cerramiento reque-
rido, sin costas.
Rol N° 5.041-2001.
79
ACCIÓN REIVINDICATORIA
I . - LEGITIMADO ACTIVO
Sumario:
Desde siempre tanto la doctrina como ¡a jurisprudencia han estimado que ¡a
acción reivindicatoria es procedente tratándose del poseedor inscrito que, no
obstante no haber perdido jurídicamente su posesión, en virtud, precisamente,
de contar con inscripción a su nombre, ha perdido la posesión material del
inmueble.
Es la posesión material de la cosa ¡a que permite de mejor manera el ejercicio
de los atributos del dominio (por de pronto es inconcebible usar de ella si no
se la detentafísicamente) y esa tenencia tangible o corpórea debe reconocérsele
tanto al que es dueño individual de una cosa singular, como a ¡os que lo son en
comunidad, sin perjuicio, como se cuida de precisar el fallo objeto del recurso,
del derecho de los demás comuneros, si los que ejercieron la acción no son
todos los que tienen la propiedad indivisa de la cosa.
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I . - LEGITIMADO ACTIVO
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
el predio que posee, pues en tal caso la única decisión justa es entregar la posesión
material y legal a quien ha justificado dominio sobre la mayor parte de él.
En resumen, razona la recurrente sobre este punto, para el juez de primer grado
no es posible obtener la restitución material del predio por medio de la acción
reivindicatoría de cuota y para los de segunda instancia, en cambio, dicho ob-
jetivo sí es posible y cierto.
Ambas argumentaciones evidentemente se contraponen.
Otro tanto ocurre, ajuicio de la recurrente, con la argumentación proporcionada
para justificar el rechazo de la excepción de cosa juzgada, pues para un consi-
derando de la sentencia la demanda está planteada sobre los mismos derechos
hereditarios que la acción anterior y para otro la acción está cimentada sobre la
base de derechos distintos, incurriéndose en otra clara contradicción.
En cuanto al mismo vicio de casación, pero referido al N° 6 del artículo 170, la
sentencia recurrida omitió emitir pronunciamiento expreso, como lo manda la
ley, respecto de la excepción de cosa juzgada, puesto que no es lícito entender
un dictamen implícito o tácito por el hecho de haberse acogido la acción.
SEGUNDO: Que de conformidad con lo dispuesto en el inciso Io del artículo
769 del Código de Procedimiento Civil, para que pueda ser admitido el recurso
de casación en la forma es indispensable que el que lo entabla haya reclamado
de la falta, ejerciendo oportunamente y en todos sus grados los recursos estable-
cido en la ley.
Ahora bien, los vicios que la recurrente imputa al fallo impugnado dicen rela-
ción con la decisión adoptada relativa al acogimiento de la acción reivindicatoría
deducida por los demandantes, dictamen que la sentencia impugnada se limitó
a confirmar, pues ya había sido resuelto de este modo por el tribunal de primera
instancia.
En consecuencia, el agravio que justificaría el recurso se ha producido en la
sentencia de primer grado y contra este pronunciamiento la recurrente sólo dedujo
recurso de apelación y no le atribuyó los defectos en que ahora funda su casa-
ción de forma.
De este modo, el recurso, al menos respecto de esta causal, no aparece debida-
mente preparado, en los términos que exige el precepto citado en el primer párrafo
de este fundamento, de manera tal que debe ser desestimado por inadmisible.
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I . - LEGITIMADO ACTIVO
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I.- LEGITIMADO ACTIVO
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I.- L E G I T I M A D O A C T I V O
Luego los jueces del fondo argumentan que en este proceso se ha litigado sobre
la especie y monto de los perjuicios, por lo que de conformidad con lo dispuesto
en el artículo 173 del Código de Procedimiento Civil la sentencia debe resolver
sobre la indemnización solicitada y no formular reservas.
Finaliza el fallo recurrido exponiendo que el hecho que los actores no sean
dueños de la totalidad de los derechos sobre el inmueble que reivindican no es
óbice para acoger la acción de dominio, que se ha dirigido contra una persona
que no ha probado tener derecho de especie alguna sobre el predio que posee,
pues en tal caso la única decisión justa es entregar la posesión material y legal
a quienes han justificado dominio sobre la mayor parte de él, sin perjuicio del
derecho de los otros comuneros no demandantes, quienes podrán hacerlos valer
contra los actores en cualquier momento.
OCTAVO: Que en relación al recurso de casación deducido por la demandada,
en parte alguna el fallo impugnado ha hecho sinónimas las acciones de los ar-
tículos 892 y 1268 del Código Civil, sino que, derechamente, ha acogido la
acción reivindicatoria de cuota a que se refiere el primero de los preceptos
citados, por estimar que concurren los presupuestos de hecho de esa norma, en
relación con el artículo 889 del mismo cuerpo legal, de forma tal que el error de
derecho que se dice cometido no resulta ser efectivo.
Por otra parte, los demandantes, como establece la sentencia recurrida, tienen
un título inscrito a su favor en el Conservador de Bienes Raíces de Panguipulli
correspondiente a 1993 y en él aparece que a nombre de éstos figuran inscritas
acciones y derechos, ascendentes a un cincuenta por ciento, en un predio ubica-
do en el fundo TrafÜn de esa comuna, el que no se encuentra dividido.
Es por ello que jurídicamente los actores -todos ellos- son los poseedores de
esa cuota determinada proindi viso en una cosa singular.
Asimismo, es un hecho de la causa que la posesión material de los derechos
sobre la finca sub lite está en manos de la demandada.
Ahora bien, desde siempre tanto la doctrina como la jurisprudencia han estima-
do que la acción reivindicatoria es procedente tratándose del poseedor inscrito
que, no obstante no haber perdido jurídicamente su posesión, en virtud, preci-
samente, de contar con inscripción a su nombre, ha perdido la posesión material
del inmueble.
Es la posesión material de la cosa la que permite de mejor manera el ejercicio
de los atributos del dominio (por de pronto es inconcebible usar de ella si no se
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I . - LEGITIMADO ACTIVO
Ahora bien, la circunstancia que el fallo haya declarado que esos perjuicios
corresponden a lucro cesante, no importa que se hayan probado las bases que
deban servir para su liquidación al ejecutarse la sentencia.
En efecto, las bases para una liquidación necesariamente se refieren a valores -
cifras numéricas- a partir de las cuales se efectúan los cálculos en la liquidación
propiamente tal.
Las reglas del artículo 907 sólo disponen desde cuándo se deben los frutos
naturales y civiles, sea que se trate de poseedores de buena o mala fe, pero no
otorgan ninguna base, en los términos indicados más arriba, para calcular a
cuánto ascienden si, como en el caso de autos, esos frutos no existen.
En razón de lo anterior, al rechazar la demanda de indemnización de peijuicios
los sentenciadores no cometieron el error de derecho que se les atribuye en el
recurso de casación en el fondo, motivo suficiente para que éste sea desestimado.
Por estas consideraciones y visto, además, con lo dispuesto en los artículos 764,
765, 766, 767 y 808 del Código de Procedimiento Civil, se rechazan los recur-
sos de casación en la forma y en el fondo deducidos por la demandada en lo
principal y primer otrosí, respectivamente, de la presentación de fojas 218, y el
recurso de casación en el fondo interpuesto por los demandantes en lo principal
del escrito de fojas 215, contra la sentencia de veintidós de diciembre de dos mi
cuatro, escrita a fojas 211.
Regístrese y devuélvase.
9 0
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Sumario:
Esta Corte es de parecer que el ejercicio de una acción reivindicatoría, inte-
rrumpiendo una prescripción, es un típico acto de conservación, que beneficia
al conjunto de ¡os comuneros, que está legalmente asi considerado, y que es.
en consecuencia, susceptible de efectuar por cualquiera de ios copartícipes
aún sin mandato expreso.
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I . - LEGITIMADO ACTIVO
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A C C I O N E S D E D E M A R C A C IÓN Y C E R R A M I E N T O
Esa aplicación viene posibilitada, en principio, por el artículo 2305 del Código
Civil, que establece que el derecho de cada uno de los comuneros sobre la cosa
común es el mismo que el de los socios en el haber social.
Pese a la aparente claridad de la remisión normativa, parte de la doctrina nacio-
nal (siguiendo de cerca la francesa) ha criticado la teoría del mandato tácito y
recíproco, aseverando que la remisión recién descrita opera sólo respecto de los
numerales del artículo 2081, pero no a su encabezado, que es donde se encuen-
tra descrito el mandato tácito y recíproco.
Si se revisa la jurisprudencia, puede también deducirse que respecto de la
admisibilidad de la mentada teoría existen discrepancias, habiendo algunos fa-
llos que la aceptan, y otros que la rechazan.
Con todo, si se observan con cuidado las razones o fundamentos de la crítica,
puede colegirse que ellas se enmarcan esencialmente en el cuestionamiento de
la oponibilidad de los actos administrativos efectuados por uno de los comune-
ros a los demás copartícipes.
Así ocurre, por ejemplo, con la referencia al artículo 2307 del Código Civil (la
deuda contraída por uno en pro de la comunidad no afecta, en principio, a los
demás); o a la ausencia de affectio societatis (no parece equitativo aplicar a las
comunidades, en que no existe una necesaria relación de confianza, la norma
prevista para la sociedad, donde esa confianza es presupuesto del contrato).
Esto es, se trata fundamentalmente de limitar la aplicación de la teoría para
limitar la oponibilidad de los actos de uno cualquiera de los comuneros a los
demás, de modo de evitarles tener que asumir actos que pueden haberles resul-
tado inconvenientes o peijudiciales.
No otra, entonces, es la razón que explica que pueda sostenerse una idea tan
peregrina como que una norma se remite a los numerales de otra, pero no a su
encabezado.
Ahora bien, en el caso de autos, tal cuestión de oponibilidad, es decir, la fina-
lidad de restringir la aplicación del mandato tácito y recíproco con el fin de
proteger a los comuneros no actuantes, no se presenta.
Muy por el contrario, son los propios comuneros no actuantes los que asumen
como propio el acto de notificación judicial de una demanda ejecutado en su
nombre, ratificándolo íntegramente, intentando proseguir el pleito, y confirien-
do los expresos mandatos judiciales que constan en el proceso.
93
I . - LEGITIMADO ACTIVO
Por esa razón, esta Corte no divisa inconvenientes para aceptar, en este caso,
como perfectamente aplicable la teoría del mandato tácito y recíproco entre
comuneros, determinada por los artículos 2305 y 2081 del Código Civil.
CUARTO: Como se apuntó más atrás, existe en la doctrina nacional un cierto
consenso en tomo a que, en general, las medidas conservativas respecto de la
cosa común puedan ser realizadas a nombre de la comunidad por cualquiera de
los comuneros.
Asimismo, puede comprobarse cómo el concepto de medida conservativa in-
cluye, en abstracto, tanto la conservación material (limpieza, reparaciones,
recolección de frutos, etc) como la conservación jurídica, que comprende, entre
otras, la interrupción de prescripciones.
Esta inclusión de la interrupción de prescripciones dentro de las medidas
conservativas, esto es, su consideración como un acto de administración y con-
servación de la cosa, resulta perfectamente coherente con las normas del artículo
2132 del Código Civil que, referido al mandato, expresa con vigor que son
actos de administración perseguir enjuicio a los deudores, intentar las acciones
posesorias e interrumpir las prescripciones, y del artículo 2503 del mismo cuer-
po normativo, que puntualiza que la interrupción civil de la prescripción se
produce, justamente por todo recurso judicial intentado por el que se pretende
verdadero dueño de la cosa, contra el poseedor.
QUINTO: Con todo, esa unanimidad doctrinal tiende a diluirse cuando se trata
de decidir qué actuación judicial en concreto puede considerase medida
conservativa, y por tanto, ser ejecutada por uno cualquiera de los comuneros.
En efecto, al pasar de la cuestión general de las medidas conservativas a la
consideración específica de la acción reivindicatoria, surgen ciertos reparos en
parte de la doctrina, y decisiones encontradas en la jurisprudencia.
Alguna doctrina se afirma en el artículo 892 del Código Civil, que permite al
comunero reivindicar su cuota proindiviso de la cosa común, para sostener que
la reivindicación por la comunidad no es ya la única forma de velar por la con-
servación de los derechos propios (hipótesis en la que sería permitido actuar en
representación colectiva), y que la acción reivindicatoria no es una medida
conservativa ni un acto de administración.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C IÓN Y C E R R A M I E N T O
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I . - LEGITIMADO ACTIVO
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A C C I O N E S D E D E M A R C A C IÓN Y C E R R A M I E N T O
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I I . - REQUISITOS
I I . - REQUISITOS
Sumario:
La acción incoada en estos autos es la reivindicatoria que establece el articulo
889 del Código Civil, en el cual se señala que es la que corresponde al dueño
de una cosa singular, de que no está en posesión, para que el poseedor de ella
sea condenado a restituirla, de lo cual se colige que es exigencia que el bien a
reivindicar sea "singular " de tal modo que pasa a ser un presupuesto esencial
de dicha acción.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C IÓN Y CERRAMIENTO
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I I . - REQUISITOS
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I I . - REQUISITOS
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I I . - REQUISITOS
Sumario:
El articulo 889 de! Código Civil establece que la "reivindicación o acción de
dominio es la que tiene el dueño de una cosa singular, de que no está en pose-
sión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituírsela. "Singular ",
segim la Real Academia, es la cosa particular, individual, es decir, aquella que
no puede ser confundida con otra.
104
ACCIONES DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Por su parte, el demandado ha negado ocupar una parte del retazo de terreno del
demandante y se ha esmerado en demostrar documentalmente la adquisición
legítima de su propiedad.
De esta forma, no existe posibilidad de conocer cabalmente si ambos predios se
superponen o no, o si existe solamente una diferencia de deslindes, desde que
el propio actor renunció a fs. 65 al peritaje que él mismo había solicitado y que
105
I I . - REQUISITOS
Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 144, 160, 170 inciso final y 186
del Código de Procedimiento Civil, se declara:
Que se Revoca la sentencia de fecha 31 de marzo de dos mil cuatro, escrita
desde fs. 70 a 73 vta., en cuanto por su decisión 3a acogía la demanda de reivin-
dicación interpuesta por don Eustacio Pastor Orellana Orellana, por sí y en
representación de la Sucesión de Lucrecia de las Mercedes Orellana Martínez
en contra de don Guillermo René González Jara, y por sus decisiones 4a y 5a
implementaba la restitución consecuente a dicho predicamento; y en su lugar se
declara que se niega lugar a dicha demanda, sin costas, por estimar el tribunal
que se litigó con fundamento plausible.
Se confirma en lo demás el precitado fallo.
Regístrese y devuélvase.
Se observa al Secretario respectivo el error de la carátula en cuanto al segundo
nombre y apellido del demandado.
Redacción del Ministro señor Carlos Aránguiz Zúñiga.
Pronunciada por la Primera Sala de esta Corte de Apelaciones, integrada por los
Ministros señor Carlos Aránguiz Zúñiga y doña Jacqueline Rencoret Méndez y
Abogado Integrante doña María Latife Anich.
Rol N° 21.818.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C IÓN Y C E R R A M I E N T O
Sumario:
La demandante ha ejerc ido la acción reivindicatoria, que es la que tiene el
dueño de una cosa singular, de que no está en posesión, para que el poseedor
de ella sea condenado a restituírsela. En esta clase de acciones es siempre
necesario que el bien reivindicado tenga el carácter de singular. Ahora bien,
como lo ha sostenido este tribunal, el requisito aludido corresponde a una
condición o presupuesto esencial de la acción de que se trata. El aludido ca-
rácter singular se refiere a que el bien deba estar especificado de un modo tal
que no quepa duda acerca de su individualidad. Como se aprecia de la simple
lectura de ambas sentencias, no existe consideración ni análisis alguno res-
pecto de la singularidad de ¡a cosa cuya reivindicación se pretende.
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II.- REQUISITOS
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C IÓN Y C E R R A M I E N T O
Solicitan en definitiva:
1.- Que se condene al demandado a restituir el predio dentro del sexto día de
ejecutoriada la sentencia o en el plazo que el tribunal determine;
2.- Que se ordene cancelar y dejar sin efecto las inscripciones que el demanda-
do haya efectuado sobre el terreno, oficiándose al efecto al Conservador de
Bienes Raíces de Quilpue;
3.- Que se declare que el demandado está obligado a efectuar las prestaciones
que nazcan para el poseedor vencido y;
4.- Que se condene en costas al demandado
A fojas 72 el demandado solicita se cite de evicción a sus vendedores, Enrique
José León Lambarri y otros.
Contestando la demanda don Salvador Covarrubias Rodríguez a fojas 77, señala
que las actoras carecen de interés jurídico actual y no reúnen los requisitos que
establece la normativa vigente para deducir la acción reivindicatoria pues no son
dueñas de la propiedad inscrita a su nombre, ya que de acuerdo a las inscripciones
conservatorias respectivas, dicho inmueble le pertenece por más de veinte años,
sumando a la suya la inscripción de propiedad de sus antecesores.
En subsidio de lo anterior, alega prescripción adquisitiva en contra de las actoras, ya
que él se encuentra en posesión de la cosa que se pretende reivindicar y ésta pose-
sión ha durado el tiempo exigido por la ley, porque las inscripciones en el Conservador
de Bienes Raíces datan ininterrumpidamente desde 1984 en adelante.
A fojas 87 comparecen don Enrique León Lambarri, doña María Del Carmen
Rodríguez Aguirrezabal, doña Ana María León Rodríguez, doña Marcela Ceci-
lia León Rodríguez y don Enrique José León Rodríguez, solicitando se cite de
evicción a quienes les vendieron a ellos el predio en cuestión, esto es, a la su-
cesión Castillo Ruiz Tagle.
A fojas 106 comparecen don Juan Eduardo Castillo Ruiz Tagle, doña María
Isabel Castillo Ruiz Tagle, y doña Rosa Victoria Castillo Ruiz Tagle, quienes,
contestando la demanda solicitan el rechazo de ella con costas.
Manifiestan que las actoras no son titulares de la acción reivindicatoria, porque
los legados que invocan no son título suficiente para interponer la demanda, ya
que si se trata de un legado de género, no se es dueño de una cosa singular y no
se puede por ende reivindicar.
109
I I . - REQUISITOS
110
A C C I O N E S DE D E M A R C A C IÓN Y C E R R A M I E N T O
A fojas 365 la defensa de los señores Castillo Ruiz Tagle opuso la excepción de
prescripción adquisitiva ordinaria y, en subsidio, extraordinaria del inmueble
cuya reivindicación se reclama.
Por sentencia de veintinueve de noviembre de dos mil dos, escrita a fojas 453,
el juez titular del referido tribunal rechazó la excepción de prescripción adqui-
sitiva, señalando que ella procede sólo como acción y no como excepción; acogió
la demanda de reivindicación; ordenó al demandado restituir el predio en el
plazo de 6 días a contar desde que el fallo quede ejecutoriado; ordenó cancelar
la inscripción de dominio del demandado del Registro de Propiedad del Con-
servador de Bienes Raíces y sustituir por otra en que se exprese que el deslinde
poniente de la propiedad es 200 metros con prolongación de calle Cumming de
por medio, propiedad de los señores Valencia Mena; y no se condenó en costas
al demandado principal ni a los citados de evicción, por haber tenido ellos motivo
plausible para litigar.
Apelado este fallo por el demandado principal y por los dos grupos de personas
citadas de evicción, y habiéndose adherido las actoras a la citada apelación, una
de las Salas de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, por sentencia de ocho de
marzo de dos mil cinco, que se lee a fojas 581, lo confirmó en todas sus partes,
sin modificaciones.
En contra de esta última decisión el demandado principal y los dos grupos de
personas vendedoras citadas de evicción dedujeron sendos recursos de casa-
ción en el fondo.
111
II.- REQUISITOS
112
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
b) Se infringen los artículos 889, 892, y 893 del Código Civil, al existir falta de
determinación de la calidad de únicas dueñas de las demandantes, afectándose
además las normas reguladoras de la prueba.
Expone que para que la acción reivindicatoria sea procedente, es necesario que
se acredite que los demandantes son dueños del total de los derechos de domi-
nio cuya reivindicación solicitan.
En el caso de autos las actoras no han probado ni se ha determinado que sean las
únicas dueñas del bien que solicitan reivindicar, ya que como se señaló prece-
dentemente, se desprende de autos que existe al menos otra persona que ha
acreditado ser parte de la sucesión de la causante.
Añade que de una apreciación comparativa de los documentos acompañados
por las propias demandantes en fundamento de su pretensión, era posible adver-
tir la existencia de un tercero que no ha comparecido enjuicio, y que es dueña
de los lotes 1 y 5 de la manzana 17, por lo que la declaración que respecto de
esos dos lotes debe efectuarse la reivindicación a las demandantes constituye
una infracción a los artículos 889, 892, y 893 del Código Civil
c) Se infringen, además, las normas reguladoras de la prueba, al fallar en base
a presunciones que no cumplen los requisitos establecidos en la ley, especial-
mente los artículos 384 N° 1 y 426 del Código de Procedimiento Civil, en relación
al artículo 1712 del Código Civil.
Expresa que la procedencia de la acción reivindicatoría, exige la concurrencia
de tres requisitos copulativos.
Debe estar probado que el inmueble que se reivindica no solo está individualizado
en los títulos de dominio, sino que materialmente debe existir certeza de su ubica-
ción, deslindes y cabida, todo ello para poder probar que el demandado se encuentra
efectivamente en posesión material de la cosa inmueble que se reivindica.
Alega que en autos no se probó ni esto, ni la singularidad o cuota determinada de
la cosa materia de la causa, y las sentencias realizan argumentaciones sin un he-
cho base que permita arribar a una conclusión respecto a que el inmueble que
posee el demandado, es el mismo cuya reivindicación solicitan las demandantes.
Señala que los Jueces del Mérito otorgan valor de plena prueba a probanzas que
son solo bases de presunciones judiciales, como ocurre con la declaración de un
único testigo, sin que concurran en la apreciación comparativa de los medios de
113
I I . - REQUISITOS
prueba los requisitos de procedencia de una presunción judicial, esto es, que sea
grave, precisa y concordante, según exige el artículo 1712 del Código Civil.
Argumenta que no existe prueba alguna que determine que los predios son co-
lindantes y las sentencias omiten referirse a esta circunstancia dándola como un
hecho cierto, sin motivación del fallo, incurriendo además en una causal de
casación en la forma, anulable de oficio.
Rebate la conclusión de que los predios sean colindantes y argumenta que ellos se
ubicarían en sectores diferentes a distintas alturas de la calle Cumming, una exis-
tente en el año 1927 y otro, en el cual la referida arteria ni siquiera existía en 1950.
Alega asimismo que la conclusión de la sentencia en el sentido de que el predio
de los demandados habría absorbido el inmueble de las actoras, no se condice
con la cabida del primero que ha mantenido 17.124 metros cuadrados, sin in-
corporar los 7.000 metros cuadrados, que según las demandantes poseería el
predio que reclaman.
d) Se vulnera el artículo 889 del Código Civil, ya que no existe certeza del
predio a reivindicar.
Insiste en que en la demanda de autos no existe certeza de cual es el predio, cosa
singular, de la cual no se está en posesión para que el poseedor de ella sea
condenado a restituirla.
Agrega que de acogerse la demanda deberá iniciarse un juicio de deslindes para
poder determinar dicha situación, lo que ya por sí solo demuestra la falta de
determinación o singularización de lo que se pretende reivindicar.
Alega ,en resumen, que no se ha probado que los predios sean colindantes; que no
se ha probado que los predios estén en el mismo sector o altura de la calle Cumming;
que no se ha probado cual es la cabida del predio cuya reivindicación se solicita;
que de ser efectivo que el predio del demandado absorbió al de las demandantes,
por lógica el primero debió aumentar su cabida en igual superficie que el de las
actoras, lo que no sucedió; y que existe imposibilidad material de ejecutar la sen-
tencia de reivindicación, al no existir certeza material de lo que se debe restituir,
lo que de concretarse conllevará a un futuro juicio de deslindes.
e) Se estiman también infringidos los artículos 2492, 2493 y 2517 del Código
Civil.
Sin peijuicio de lo argumentado precedentemente y conociendo la jurispruden-
cia mayoritaria relativa a que la prescripción debe ser alegada como acción y no
114
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
115
I I . - REQUISITOS
que un inmueble ha entrado a este régimen pueda salir de el por medio de una
simple minuta rectificatoria de deslindes tal como lo afirma la actora.
En un segundo orden de ideas, afirma que la propiedad de los señores Valencia
Mena no aparece como equivalente a los lotes 1 a 6 de la manzana 17, ya que
no existe identidad entre los inmuebles que se pretenden reivindicar. Agrega
que la sentencia recurrida es tan equivoca, que llega al extremo de ordenar que
se cancele totalmente la inscripción de dominio del demandado y que se prac-
tique una nueva inscripción en la que se restablezca la redacción originaria del
deslinde poniente.
TERCERO: Que la recurrente doña Marcela Le Roy Barría, por los citados de
evicción don Juan Eduardo Castillo Ruiz Tagle, doña María Isabel Castillo Ruiz
Tagle, y doña Rosa Victoria Castillo Ruiz Tagle, sostiene que la sentencia de
segundo grado ha sido dictada con infracción a los artículos 889 del Código
Civil, y 428, 384, y 426 del Código de Procedimiento Civil, en relación al ar-
tículo 408 del último estatuto legal citado, según pasa a explicar.
Alega que no probaron las actoras dominio sobre la cosa que se pretende reivin-
dicar, vulnerándose así el artículo 889 del Código Civil, ya que durante el
transcurso del mismo juicio, se dedujo una querella criminal que se sustanció en
el mismo tribunal, de cuyo mérito es posible constatar que la propietaria de los
lotes 1 y 5 de la manzana es otra persona distinta a las demandantes
Agrega que la sentencia impugnada, en razonamiento noveno, se equivoca en la
cita que hace a la reinscripción efectuada a fojas 593 N° 490 del Registro de
Propiedad de 1966, del Conservador de Bienes Raíces de Limache, ya que debió
señalar Quilpue.
Sobre dicha copia de inscripción, alega que fue acompañada por las actoras y
dice relación solamente con la manzana 19, siendo por tanto errónea e ineficaz
respecto de las pretensiones de las demandantes.
Quien no probó que el dominio de quien demanda recaiga efectivamente sobre
una cosa singular, carece de titulo para demandar, pues no se logró establecer y
especificar cual es la franja de terreno que se desea reivindicar, la porción exac-
ta con sus medidas y deslindes y menos e! lugar donde está ubicado.
Sobre el particular, sostiene que las actoras no presentaron ningún plano escrito
que identificara la propiedad en términos tales de individualizarla, a efecto de
116
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
a) Las demandantes doña Elba del Tránsito Fernández Peña y doña Blanca Estela
Zúñiga Fernández deducen acción reivindicatoria en contra de don Salvador
Segundo Covarrubias Rodríguez, señalando que son propietarias del a) Las
demandantes doña Elba del Tránsito Fernández Peña y doña Blanca Estela Zúñiga
Fernández deducen acción reivindicatoria en contra de don Salvador Segundo
Covarrubias Rodríguez, señalando que son propietarias del bien raíz denomina-
do manzana 17, lotes 1 a 6, de la población Victoria de Quilpue, el cual colindaría
con el inmueble del demandado, quien se encontraría ocupando el predio de su
propiedad, privándolas de este modo de la posesión del bien raíz que reclaman,
desconociendo el derecho de dominio que sobre el mismo a ellas les asiste.
b) Que contestando la demanda, el demandado principal a fojas 52, señaló que
las actoras carecen de interés jurídico y no reúnen los requisitos legales para
poder deducir la acción intentada en su contra, pues no son dueñas del predio,
ya que de acuerdo a las inscripciones respectivas, el inmueble que él ocupa es
de su propiedad y sumando su dominio al de sus antecesores, le ha pertenecido
por más de veinte años.
En subsidio alega prescripción, ya que él se encuentra en posesión del inmueble
y ésta se ha mantenido en el tiempo, completando el término exigido por la ley,
pues las inscripciones que amparan su posesión inscrita en el Registro de Pro-
piedad del Conservador de Bienes Raíces datan de 1984 en adelante.
c) Que contestando la demanda los citados de evicción, don Juan Eduardo Castillo
Ruiz Tagle, doña María Isabel Castillo Ruiz Tagle, y doña Rosa Victoria Casti-
llo Ruiz Tagle, manifestaron que la expresión contenida en las escrituras de
117
II.- REQUISITOS
118
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
119
II.- REQUISITOS
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
121
I I . - REQUISITOS
impugnada, puesto que con un adecuado análisis de las pretensiones de las partes
y del examen de la prueba rendida en autos se habría concluido necesariamente
con el rechazo de la demanda de autos.
Y visto, además, lo dispuesto en los artículos 764, 775 y 808 del Código de
Procedimiento Civil, se INVALIDA DE OFICIO la sentencia de ocho de marzo
de dos mil cinco, escrita a fojas 581, dictada por la Corte de Apelaciones de
Valparaíso, la que se reemplaza por la que se dicta a continuación.
En atención a lo resuelto, se tienen por no interpuestos los recursos de casación
en el fondo deducidos por el demandado principal y por los de evicción en sus
presentaciones de fojas 593, 625 y 639, respectivamente.
Regístrese.
Redacción a cargo del Abogado Integrante Sr Carlos Künsemüller.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres
Milton Juica A., Sergio Muñoz G, y Sra Margarita Herreros M y Abogados
Integrantes Sres. Carlos Künsemüller L. y Oscar Carrasco A.
No firma el Abogado Integrante Sr Carrasco, no obstante haber concurrido a la
vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.
Autorizado por el Secretario Sr Carlos A Meneses Pizarro.
Rol N° 1.992-2005.
Sumario:
La acción reivindicatoría deducida pretende la restitución de una parte del
bien raíz de su propiedad que identifica y singulariza en el croquis. Es claro
que el demandante no está del todo seguro si en el hecho ocurrió la toma de
posesión material del retazo por la demandada hace 20 años; es esta incerti-
dumbre la que induce tal petición, que se extiende incluso a la exacta extensión
de lo ocupado por aquella, en caso de corroborar lo anterior. En suma, renun-
ciando tácitamente a los propios fundamentos de hecho en que basa su
122
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
123
I I . - REQUISITOS
debiendo estarse para ello a los documentos acompañados por ambas partes
(títulos y planos). El informe pericial, evacuado por Carlos Hidalgo Herrera,
según documento de fs. 66 al margen de sus conclusiones generales y especiales
relativas a sus objetivos específicos, que serán motivo de análisis y evaluación
posterior, merece las siguientes consideraciones:
1.- Señala que sus fundamentos teóricos y técnicos que le dan sustento se basan
específicamente en la realización del levantamiento topográfico de la Parcela
N° 1 y de su comparación con el Plano de la parte excluida de la expropiación
de CORA, (hoy Reserva Asentamiento Las Garzas) de fs. 29 y con el Plano del
Proyecto de Parcelación CORA, que dio origen a dicha parcela, de fs. 80 y 81,
todo ello a través de la técnica de superposición cartográfica. 2.- Sin embargo,
pese a que se le encomendó, también, la medición del predio de la demanda
signada como Reserva Las Garzas, a fin de determinar, al igual que el otro
inmueble, su superficie real actual para su posterior comparación con los planos
mencionados, el perito descarta medirlo, basado en que su título no detalla la
superficie que posee (3.1.1.) y sólo se limita a medir su lindero Sur.
3.- Al singularizar el retazo que pretende reivindicar, el demandante consigna que
en los límites Sur y Poniente deslinda con el Estero Lihueimo. No obstante, el perito
toma sólo como elementos de referencia los caminos que señala, excluyendo dicho
estero por las variaciones de su forma en los planos antes referidos (3.1.2.).
4.- En el análisis de los deslindes de la Parcela 1, refiriéndose específicamente
al límite Norte, señala que más al Oeste, o sea, hacia el Estero Lihueimo, no
existe en la actualidad un cerco continuo que las separe, salvo en el tramo B-Q,
de 64 mts. de la cartografía de fs. 73, conformado por alambres adosados a
estacas de maderas , que, al decir del demandante, habrían sido puestos por la
sociedad demandada con el fin de delimitar por el Sur ambas propiedades, en-
cerrando para sí un sector de plantación de álamos que se encuentra en su poder;
ajuicio del actor, esa parte de la propiedad sería de su dominio (3.5.1.1.).
5.- Aclara que las superficies de los títulos originados en el Proyecto de Parce-
lación Majadas Garzas no guardan relación con las señaladas en el plano
correspondiente (fs. 80), pues, mientras en éste el lindero que separa ambas
propiedades es curvo, en el plano de expropiación (fs. 29) es recto, estimando
el perito que la línea correcta sería la de este último, por ser del año 1970 y el
de la parcelación de 1975. Concluye que en esta discordancia estaría el origen
del problema de este juicio (3.8 y 3.9).
124
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
125
I I . - REQUISITOS
126
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Cuarto: Que, del modo expuesto, no resulta concluyeme para este Tribunal la
aseveración de la pericia en cuanto a que la demandada poseyó materialmente
una porción de ten-eno de la Parcela N" 1, de una superficie de 1,8 hectáreas.
El demandante no provee medios probatorios que acrediten fehacientemente
que la porción del terreno, cuyo perfil y superficie configura en su croquis de fs.
9 es aquella que se encuentra ilegalmente en posesión de la demandada.
Es esa y no otra la que se pretende reivindicar; por ello, los extremos de su
acción no podían sino converger a ese objetivo.
Sin embargo, este es completamente desbordado en la forma y en el fondo,
según el tenor de los puntos entregados a la determinación y discernimiento del
perito, lo que no se condice con la naturaleza y objeto de la acción reivindicatoría,
cuyos requisitos los señala el fallo en alzada en su considerando quinto.
Quinto: Que, en abono de lo anterior, cabe tener presente lo alegado por la
demandada en cuanto a que cada propietario adquirió su predio como cuerpo
cierto, lo que resulta evidente del tenor de los respectivos títulos de dominio,
como bien lo asienta el juez a quo en el motivo decimotercero de su sentencia.
Sexto: Que, conforme a lo expuesto precedentemente, y teniendo presente que
el articulo 425 del Código de Procedimiento Civil permite apreciar la fuerza
probatoria del dictamen pericial en conformidad a las reglas de la sana crítica,
este Tribunal, no asistiéndole la plena convicción de que en la especie se haya
acreditado fehacientemente la posesión del retazo de terreno que se pretende
reivindicar por parte de la demandada, según se advirtió, y que incluso ese re-
tazo corresponda al que singulariza el perito y, más aún, considerando que éste
no da mayor fundamento para dar por acreditado dicha posesión, más que por
la mayor superficie detectada en la Parcela 1, no dará lugar a la demanda.
Por estas consideraciones, y de conformidad, además, a lo dispuesto en los artí-
culos 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, SE REVOCA la
sentencia apelada, dictada con fecha veintinueve de Junio de dos mil cinco, escri-
ta de fojas 90 a 94, y en su lugar se declara que se rechaza la demanda interpuesta
en lo principal de fs. 10, sin costas por existir motivo plausible para litigar.
Regístrese y devuélvase.
127
II.- REQUISITOS
Sumario:
Que la cosa sea singular significa que aquella se la individualice de tal forma
que de acogerse la demanda ¡a sentencia pueda cumplirse bastándose a si
misma. Luego, si de un inmueble se trata, como sucede sub judice, el actor
deberá especificar el retazo de terreno que pretende se le reivindique, señalan-
do no sólo su cabida sino también sus deslindes particulares y ¡as dimensiones
de éstos, pues de otra manera no se cumple con la exigencia de la singularidad
de la cosa y la sentencia que eventualmente se dictare acogiendo ¡a acción
seria imposible de cumplir.
En la especie, el demandante no ha singularizado Ia cosa de la manera antes
referida, pues sólo ha dicho que se trata de un retazo de 3.077 metros cuadra-
dos, sin indicar deslindes de ninguna naturaleza ni el metraje de estos.
En la forma como está planteada la demanda, la individualización de la cosa
cuya reivindicación se pretende resulta imprecisa e impide determinar exacta-
mente donde se situaría el bien raíz aludido, con sus deslindes, ya que no se
señala ni dimensiones de éstos ni medios para situarlos dentro del predio que
posee el demandado.
No hay, consecuentemente, una identificación precisa de ¡a cosa que se desea
reivindicar.
128
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
fecha 24 de enero de 1991 (se quiere decir, evidentemente, que dicho plano está
archivado bajo el número citado en el referido Conservador), el que se extiende
sobre el sitio de mi dominio, individualizado como sitio N° 6, resultante de la
subdivisión del retazo A del Lote 1, ubicado frente a la Carretera Panamericana,
con una cabida de 7.885 metros cuadrados.
Explica el actor en su demanda que su parte es dueña del sitio 6 con una cabida
de 7.885 metros cuadrados y del sitio 7, con una cabida de 7.000 metros cuadra-
dos aproximadamente, y que el demandado es dueño del sitio 1 del loteo del
Retazo A, el que limita al poniente con el sitio 6 aludido, percatándose, al hacer
un levantamiento topográfico, que el demandado se había ilegalmente adentrado
en gran parte en los sitios de mi dominio ocupando de esta manera una franja de
terreno de mi propiedad de 3.077 metros cuadrados.
Pide, finalmente, que el demandado sea condenado a restituirle la franja de
terreno de 3.077 metros cuadrados de mi propiedad que actualmente posee s in
título alguno
129
I I . - REQUISITOS
130
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
131
I I . - REQUISITOS
Sumario:
Para que proceda ¡a acción reivindicatoría, es necesario que se trate de una
cosa susceptible de reivindicarse, que el reivindicante sea dueño de ella y que
esté privado de la posesión, debiendo dirigirse la acción contra el actual po-
seedor. Tratándose de bienes raíces, no obstante tener el dueño demandante
inscripción conservatoria, de la cual carece el demandado, al privarse al due-
ño de Ja tenencia material, se le ha privado de una parte integrante de ¡a
posesión, su fase material, y podría en tal caso el dueño reivindicar, al no ser
integralmente poseedor. Dentro del sistema instituido por nuestro Código Civil
sobre el dominio y la posesión inscrita de los bienes raices, no cabe duda de
que el dueño y poseedor inscrito de un inmueble tiene aptitud jurídica para
ejercitar la acción reivindicatoría en contra de quien detenta su posesión ma-
terial. Así se ha fallado por esta Corte. Por consiguiente, constituye un error
de derecho de la sentencia recurrida sostener que la acción reivindicatoría,
tratándose de bienes raices, es improcedente contra el poseedor material.
132
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Considerando:
Primero: Que los recurrentes sostienen que la sentencia de segundo grado, que
confirmó la de primera instancia que, a su vez, rechazó la demanda, ha come-
tido error de derecho al infringir los artículos 700,714, 728,889, 895 y 915 del
Código Civil, desde que dicha resolución ha expresado que los demandados
carecen de inscripción registral que ampare su presunta posesión sobre el in-
mueble materia de la litis, situación que los califica de simples o meros tenedores,
la que no es posible de transmutarse por el simple lapso de tiempo.
En efecto, agregan los recurrentes, la posesión tiene dos elementos: el corpus y
el animus, de suerte que procede la acción reivindicatoría si su parte ha sido
privada de la tenencia material de la cosa, esto es, del corpus, y se pretende,
precisamente, recuperar este elemento que detentan los demandados, quienes,
por lo demás, no han reconocido dominio ajeno, como sostiene erradamente la
sentencia, desde que afirman ser compradores de la cosa.
Segundo: Que para resolver el recurso en estudio, es menester tener presente las
siguientes circunstancias del proceso:
a) El abogado don Mauricio Silva Figueroa, en representación de Paulina del
Carmen Córdova Pérez, María Zulema Córdova Pérez, Pedro Angel Córdova
Pérez, Enzo Andrés Córdova Valenzuela, Pedro Ignacio Liendo Córdova, Ramiro
Alejandro Liendo Córdova y Diego Enrique Liendo Córdova, dedujo demanda
de reivindicación en contra de doña Victoria Tapia Herrera y familia, señalando
que son dueños de dos inmuebles ubicados en calle Esperanza números 64 y 66,
Santiago, inscritos a nombre de sus mandantes en el Registro de Propiedad de
1996 del Conservador de Bienes Raíces de esta ciudad, habiéndolos adquirido
por sucesión por causa de muerte de don Pedro Córdova Espinoza.
Los demandados, señala la demanda, se pretenden dueños de los bienes y ex-
plotan por más de veinte años un hospedaje, impidiéndoles a los actores la
posesión material de los mismos;
b) La demanda se notificó, de acuerdo con el estampado de fs. 13, únicamente
a doña Victoria Tapia Herrera;
c) La demandada no contestó la demanda. En la duplica, compareció el aboga-
do don Hugo Parra, mandatario de doña Victoria Tapia Herrera y de su cónyuge
Luis Alberto Moreno Gutiérrez, y solicitó el rechazo de la acción porque no se
ha emplazado a todos los ocupantes del inmueble y el emplazamiento genérico
a Victoria Tapia y familia, es inocuo e improcedente.
133
I I . - REQUISITOS
Agrega que los inmuebles están en posesión y dominio de los señores Luis
Alberto y Gustavo Esteban, ambos Moreno Gutiérrez, quienes los adquirieron
por compraventa hecha a don Pedro Córdova Espinoza y a su cónyuge Rosa
Pérez Barahona, por escritura pública de 8 de febrero de 1972, la que no se
inscribió en el Registro del Conservador. Doña Victoria Tapia, agrega la dupli-
ca, sólo es cónyuge de Luis Alberto Moreno Gutiérrez.
Tercero: Que de acuerdo a lo resumido en el razonamiento que antecede, debe
entenderse que la demandada válidamente emplazada es sólo doña Victoria Tapia
Herrera, puesto que es la única que se individualiza en la demanda, no siendo
procedente tener como sujetos pasivos de la acción a la familia de la señora
Tapia pues, de acuerdo con el N° 3 0 del artículo 254 del Código de Procedi-
miento Civil, es requisito de la demanda el contener el nombre, profesión y
domicilio del demandado.
En la especie, sólo se individualizó de esta manera a la antedicha doña Victoria
Tapia, única persona a quien se le notificó la demanda, razón por la cual debe
deducirse que la persona demandada en este juicio es aquella, no pudiendo esta
Corte concluir, por otros antecedentes del proceso, quienes serían eventualmen-
te los integrantes de la familia a que aluden los demandantes.
Cuarto: Que para que proceda la acción reivindicatoria, es necesario que se
trate de una cosa susceptible de reivindicarse, que el reivindicante sea dueño de
ella y que esté privado de la posesión, debiendo dirigirse la acción contra el
actual poseedor.
Tratándose de bienes raíces, no obstante tener el dueño demandante inscripción
conservatoria, de la cual carece el demandado, al privarse al dueño de la tenen-
cia material, se le ha privado de una parte integrante de la posesión, su fase
material, y podría en tal caso el dueño reivindicar, al no ser integralmente po-
seedor (Daniel Peñailillo Arévalo, Los Bienes, Editorial Jurídica, 3 Edición,
1997, página 372).
Dentro del sistema instituido por nuestro Código Civil sobre el dominio y la
posesión inscrita de los bienes raíces, no cabe duda de que el dueño y poseedor
inscrito de un inmueble tiene aptitud jurídica para ejercitar la acción
reivindicatoria en contra de quien detenta su posesión material.
Así se ha fallado por esta Corte (sentencias de 21 de septiembre de 1955 y de
7 de marzo de 1961, Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomos 52 y 58, sec-
ción 1 páginas 294 y 23, respectivamente).
134
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
135
II.- REQUISITOS
Sumario:
No obstante encontrarse acreditada la concurrencia de dos de los requisitos
básicos para que la acción reivindicatoría prospere, esto es, la calidad de dueño
y poseedor inscrito del demandante y que la porción del predio que se pretende
reivindicar es ¡a misma que mantienen bajo su posesión material los demanda-
dos, el actor ha dirigido la acción reivindicatoría en contra de estos últimos,
en su calidad de ocupantes ilegales, desconociendo desde ya su condición de
poseedores, circunstancia que hace ineficaz la demanda entablada, por no reunir
uno de sus presupuestos de procedencia, toda vez que el hecho de ser los de-
mandados ocupantes ilegales o meros tenedores de la cosa sin titulo que los
habiliten para ocupar ¡a franja de terreno del demandante impide considerar-
los legitimados pasivos de dicha acción de dominio.
Tampoco es posible concluir que el articulo 915 del Código Civil extienda la
acción de dominio al mero tenedor, toda vez que esta disposición sólo hace apli-
cable las reglas de la reivindicación, referidas a las prestaciones mutuas, a aquél
que poseyendo a nombre de un tercero, por cuanto el poseedor inscrito conserva
la posesión de la cosa y el tenedor de la misma no tiene el ánimo de señor.
136
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
teriales del predio, sino que ocupantes ilegales, agregando, además, en la répli-
ca, que los reivindicados nunca han tenido la posesión del inmueble, porque
doña Marta Pino Barrueto, anterior propietaria del lote N° 24, quien había ocu-
pado ilegalmente la franja demandada, jamás tuvo la calidad de poseedora de la
misma y por lo tanto, no pudo haberles transmitido derecho alguno.
SEGUNDO: Que por su parte, los demandados contestando la demanda solici-
tan su rechazo, aduciendo que el actor no ha sido nunca dueño de la parte del
inmueble que reivindica, ya que la propiedad de dicha franja corresponde a los
hermanos Casas del Valle Pino y por tanto, la acción carece de uno de sus su-
puestos básicos; enseguida, opone, asimismo, la excepción de improcedencia
de la acción deducida, sosteniendo que el demandante no considera a su parte
poseedores de la franja de terreno objeto de la reivindicación, sino como ocu-
pantes ilegales, en circunstancias que de acuerdo con el artículo 895 del Código
Civil (aunque erróneamente cita su artículo 825), la demanda debe dirigirse
contra el ?actual poseedor?, agregando que al atribuirse a los demandados la
calidad de ocupantes ilegales, esto es, la de simples tenedores de la cosa, la
acción a intentar no era la reivindicatoría, sino otra, como por ejemplo la de
precario; por lo que la demanda debe ser desestimada en todo caso.
TERCERO: Que a fin de dilucidar la controversia jurídica planteada en estos
autos, resulta preciso tener presente que la acción reivindicatoría deducida por
el actor, que es la que compete al dueño de una cosa singular, es una acción real
que sanciona y protege el derecho de dominio y que, de acuerdo al artículo 889
del Código Civil, corresponde al dueño de una cosa singular de que no esta en
posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituírsela.
CUARTO: Que, por lo tanto, de conformidad con la disposición legal precitada,
al que ejercite la acción reivindicatoría o de dominio le corresponde probar, en
primer término, que con respecto a la cosa corporal poseída materialmente por
otro, ha obtenido y mantiene el derecho de dominio por alguno de los medios
que le otorgan la posesión legal de ese derecho real, entre los que se encuentra
la tradición y que cuando recae sobre inmuebles, sólo puede producirse por la
inscripción de un título traslaticio de dominio, practicada con los requisitos
legales en el Registro respectivo del Conservador de Bienes Raíces; en segundo
lugar, el actor no sólo debe acreditar el dominio sobre la cosa singular cuya
restitución solicita, sino también, que el demandado es el actual poseedor, por
cuanto se trata de elementos constitutivos de la acción; y, finalmente, el
137
II.- REQUISITOS
reivindicante, además, debe justificar con sus títulos, que la cosa que reclama
en la misma que tiene bajo su posesión el demandado.
QUINTO: Que, en consecuencia, para que proceda la acción reivindicatoria, es
necesario que se trata de una cosa susceptible de reivindicarse; que el
reivindicante sea dueño de ella y que esté privado de la posesión, debiendo
dirigirse la acción contra el actual poseedor. Por lo tanto, el legitimado pasivo
de la acción reivindicatoria o acción de dominio es el actual poseedor de la cosa
singular que se pretende reivindicar, de acuerdo a lo previsto, además, en el
artículo 895 del Código Civil; y es el poseedor, entonces, contra quien debe
entablarse la acción, no pudiendo dirigirse en contra de un simple ocupante o
mero tenedor de la cosa, porque en este evento mal podría un mero tenedor
restituir una posesión de la cual el actor de antemano reconoce que carece.
SEXTO: Que en la especie ha quedado demostrado, con el mérito de los ante-
cedentes probatorios allegados al proceso, acertadamente ponderados por la
juez a quo en los motivos cuarto, quinto y décimo, que el actor es el actual
propietario y poseedor inscrito del bien raíz, consistente en el sitio N° 25 de la
modificación Loteo Manzana B de la Población Tongoy, Cuarta Región, que
tiene una superficie de 372 metros cuadrados; que, por su parte, los demanda-
dos son dueños del predio denominado sitio N° 24 de la Manzana B, de la
Población Tongoy, con una superficie de 312 metros cuadrados y que deslinda
por el oeste con el sitio del actor, en 24 metros; y, en fin, que el citado deslinde
oeste ha sido desplazado hacia el terreno del actor, esto es, hacia el sitio N° 25,
privándolo de una superficie de aproximadamente 22,63, que es, en la actuali-
dad, poseída, materialmente por los demandados.
138
A C C I O N E S PE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
139
I I . - REQUISITOS
140
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
141
I I . - REQUISITOS
Sumario:
Si bien es discutida la tesis de conceder la acción de dominio (reivindicatoria)
en contra de aquel que ¡o detenta materialmente, esta Corte la estima proce-
dente, siguiendo una linea jurisprudencial que acepta esta vía y que encuentra
reconocimiento en nuestro Máximo Tribuna! Es obvio que el dueño, aunque
sea tal puede encontrarse en el caso de no tener la posesión de la finca o
tenerla, pero no en su totalidad, esto es faltarle su tenencia material. Y en esta
142
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
143
I I . - REQUISITOS
144
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Respecto de este punto se debe tener en cuenta que la demandada reconoce que
ocupa un terreno de 270 metros cuadrados, pero que no corresponde al que
reivindica el actor (contestación de fojas 10 y 11).
Sin embargo, el rol de avalúo del inmueble que se reivindica (certificados agre-
gados a fojas 30,32 y 33) corresponde al N° 251-3, que es el mismo número de
rol que confesó la demandada, Helia del Carmen Pérez Pinochet al presentar la
solicitud de regularización de posesión de inmueble ante Bienes Nacionales (do-
cumento de fojas 94 y 95), en el se indica que la propiedad alcanza una cabida de
264,69 metros cuadrados y se ubica en el Callejón 6, casa 207, Villa Alegre.
Esta solicitud fue objeto de una oposición por el actor (como consta del Oficio
del Director del Serviu a fojas 96) en la cual se refiere que la mitad del terreno
del demandante se encuentra ocupado por la Sra. Helia Pérez Pinochet.
6°.- Que, el retazo en disputa cuyo dominio persigue el demandante correspon-
de al que ocupa la demandada, puesto que precisamente en la solicitud de
regularización presentada por Helia Pérez Pinochet, se indica como deslinde
Norte a Wenceslao Riffo Reyes, antecesor del demandante según se aprecia de
la inscripción especial de herencia y posesión efectiva de fojas 1 a 3.
La constatación anterior coincide con el documento de fojas 29, en el cual la
demandada reconoce que vive hace 40 años en un inmueble que demanda Riffo
Avila y ofrece pagar por él la suma de S400.000 - agregando que dicho sitio se
emplaza en el Callejón 6 casa 207, Villa Alegre, Coronel.
7°.- Que, de los antecedentes referidos, esta Corte estima que el retazo de terre-
no que se reivindica es el mismo que esta amparado por la posesión inscrita del
demandante y, aún cuando en la demanda se indica que el terreno que se reivin-
dica se ubica en Callejón 6, N° 207, Población Cerro Merquín Coronel, no hay
dudas de que se trata del mismo retazo que la demandada singulariza como
Callejón 6, casa N° 207, Villa Alegre.
145
I I . - REQUISITOS
9°.- Que, por los mismos razonamientos antes expuestos se satisface el requisito
de que el objeto reivindicado es una cosa singular, esto es, un retazo de terreno
de 10 metros de frente por 27,30 metros de fondo que forma parte de un inmue-
ble inscrito de mayor extensión y que es ocupado por la demandada Helia Pérez
Pinochet.
Así, si bien la demandada reconoce que las dimensiones del retazo que ocupa
alcanza a 270 metros cuadrados y no los 273 metros cuadrados que indica la
actora, ello no desvanece el carácter de singular del retazo de terreno que se
reivindica según ya se dijo.
10°.- Que, de este modo, y ante la contundencia de los antecedentes documen-
tales analizados, el a-quo correctamente restó mérito probatorio a la prueba
testimonial de la demandada, que pretendía establecer que el retazo reivindica-
do era distinto al retazo que ocupaba la demandada, según se sostiene en el
motivo octavo del fallo en revisión
11°.- Que, finalmente se deberá decidir si la demandada es una poseedora no
dueña según lo exige el artículo 890 del Código Civil. En este aspecto y confor-
me los antecedentes antes expuestos, queda claro que la demandada posee
materialmente el retazo de terreno que se reivindica, y esa posesión aunque no
amparada en una inscripción, resulta de la incontrastable prueba que se extrae
de los antecedentes probatorios agregados al expediente y analizados en los
motivos precedentes.
A los que se puede agregar, la circunstancia de que la propia demandada con-
fiesa que ella detenta el terreno a título de dueña y no mera tenedora (respuesta
a la pregunta N° 1 del pliego de posiciones de fojas 46).
Además, de la copia del Ordinario N° SE-08-02277-2004 emanado de la Seremi
de Bienes Nacionales acompañado a fojas 94, donde la demandada, Helia del
Carmen Pérez Pinochet se atribuyó la calidad de poseedora material por más de
5 años y por ello solicita la inscripción conservatoria a su nombre de acuerdo a
las disposiciones del Decreto Ley N° 2.655.
De esta forma resulta innegable la vocación de la poseedora material del retazo de
propiedad del demandante, por lo que se estima cumplido el requisito de que el
sujeto pasivo tenga la calidad de poseedor no dueño del retazo que se reivindica.
12°.- Que, si bien es discutida la tesis de conceder la acción de dominio en
contra de aquel que lo detenta materialmente, esta Corte la estima procedente,
146
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
siguiendo una líneajurisprudencial que acepta esta vía y que encuentra recono-
cimiento en nuestro Máximo Tribunal según se indica en el siguiente fallo En
nuestro sistema implantado por el autor del Código Civil, respecto de los bienes
raíces, ambas instituciones se han refundido en una sola: dominio y posesión
inscrita.
Es obvio que el dueño, aunque sea tal puede encontrarse en el caso de no tener
la posesión de la finca o tenerla, pero no en su totalidad, esto es faltarle su
tenencia material.
Y en esta situación, como ya se ha explicado, la acción reivindicatoría y la
posesoria pueden ejecutarse sin contraposición (R.D.J, Tomo LII, 2a parte, sec-
ción I a , página 303 y 304).
Esta doctrina jurisprudencial encuentra correlato en varias sentencias que se
citan en el artículo del profesor Javier Barrientos De los Bienes y de su Domi-
nio, Posesión, Uso y Goce (Revista Chilena de Derecho Privado, Universidad
Diego Portales, N° 4, año 2005, páginas 221 y siguientes).
13o.- Que, de conformidad a la posición doctrinal y jurisprudencial antes citada,
el demandante Jorge René Rififo Avila, puede legítimamente accionar de reivin-
dicación, aún cuando el demandado esgrima sólo una tenencia material, ya que
si el dueño ha sido privado de dicha tenencia, que es parte esencial de la pose-
sión del bien reivindicado, no hay inconveniente en que pueda reclamar la entrega
del retazo para completar su posesión.
En este sentido se ha pronunciado esta Corte, en sentencia de 3 de septiembre
de 2004, Rol N° 760-2002 y otra de 26 de septiembre de 2000, Rol N° 720-99.
14°.- Que, de los antecedentes antes referidos y con fundamento en la prueba
rendida en el proceso, se tienen por acreditados todos los supuestos exigidos
por el artículo 889 del Código Civil para la procedencia de la acción
reivindicatoría interpuesta por don Jorge René Riffo Avila y en consecuencia,
se ordenará la restitución del retazo de terreno de 10 metros de frente y 27,30
metros de fondo que dice poseer la demandada, Helia del Carmen Pérez Pinochet.
15°.- Que, atendido lo prevenido en el artículo 907 del Código Civil, la deman-
dada poseedora vencida en este juicio, se considerará como poseedora de mala
fe desde la fecha de contestación de la demanda, época que al negar el dominio
de la actora, genera la obligación de indemnizar los frutos que el texto legal
citado le impone.
147
II.- REQUISITOS
148
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Sumario:
La reivindicación o acción de dominio es la que tiene el dueño de una cosa
singular, de que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea conde-
nado a restituírsela. Asi entonces, es requisito fundamental para que pueda
acogerse una demanda reivindicatoria, que quien reivindica pruebe ser el dueño
de la cosa objeto de la acción. El reivindicador debe probar su derecho de
dominio sobre la cosa que piden le sea restituida, comoquiera que ese derecho
es el primer supuesto de la acción reivindicatoria y. además, el demandado
poseedor tiene a su favor ¡a presunción de ser propietario, mientras otra per-
sona no justifique serlo, acorde lo dispone el artículo 700 inciso segundo del
cuerpo legal referido. Y aunque el demandado no alegue dominio, el actor
debe probar su derecho, pues aquella circunstancia, por si sola no significa
que el actor sea dueño. Para que el actor hubiere probado el dominio, debió
acompañar no sólo copia de su escritura de compraventa con el certificado de
inscripción, sino además debió acompañar todos ¡os títulos e inscripciones de
sus antecesores hasta el plazo de ¡0 años contados hacia atrás desde la fecha
en que él compró.
149
I I . - REQUISITOS
150
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Agrega que el actor tiene un título de papel que no lo habilita para poder adqui-
rir el dominio sobre el bien, pues la inscripción de un bien raíz en un registro
conservatoria! solamente da una garantía de posesión y no titularidad de domi-
nio y, en este sentido, la tradición solamente aporta la posesión ficta que nunca
ha tenido, ya que mal se ha podido constituir en poseedor del inmueble de autos
que jamás la ha tenido y la supuesta venta que se le efectuó tampoco se le trans-
firió y se le constituyó en poseedor, puesto que la vendedora no la tenía desde el
año 1978 al haber enajenado la primitiva dueña el inmueble sub lite con fecha 13
de junio del mismo año y, por ende, el actor no tiene el carácter de dueño del
inmueble que pretende reivindicar y por lo mismo no ha nacido a su respecto la
titularidad de la acción contenida en el artículo 889 del Código Civil.
CUARTO: Que de conformidad a lo establecido en el artículo 889 del citado
Código, la reivindicación o acción de dominio es la que tiene el dueño de una
151
I I . - REQUISITOS
cosa singular, de que no está en posesión, para que el poseedor de ella sea
condenado a restituírselo. Luego para la procedencia de esta acción se requiere:
a) El dominio del actor sobre la cosa que se trata de reivindicar.
b) Que ésta sea singular, debidamente individualizada y que se encuentre en
posesión del demandado.
QUINTO: Que como puede advertirse en la especie el mismo predio fue vendi-
do dos veces, en el año 1978 por doña Norma Ruth Morgado Santos a doña
Ménica Ester Avilés Al faro, quien actuó representada por su madre, mediante
escritura pública de 13 de junio de 1978, celebrada ante el Notario Conservador
de Bienes Raíces del Departamento del Loa don Claudio Mesina Schulz; y en
el año 2003 la misma lo vendió a don Exequiel Femando Galdamez por escri-
tura pública de fecha 6 de agosto de 2003 quien lo inscribió bajo el N° 1.413 del
Registro de Propiedad del Conservador de Bienes Raíces del Loa Calama.
SEXTO: Que ha interpuesto demanda reivindicatoria don Ezequiel Femando
Galdámez Suazo en contra de doña Mónica Avilés Alfaro, para que se le conde-
ne a restituir el inmueble de que esta última está en posesión, ubicado en calle
Hernán Cortés 2187 de Calama, que la demanda individualizada y deslinda;
SEPTIMO: Que como se explicitara precedentemente, la reivindicación o ac-
ción de dominio es la que tiene el dueño de una cosa singular, de que no está en
posesión, para que el poseedor de ella sea condenado a restituírsela.
OCTAVO: Que, así entonces, es requisito fundamental para que pueda acogerse
una demanda reivindicatoria, que quien reivindica pruebe ser el dueño de la
cosa objeto de la acción. "El reivindicador debe probar su derecho de dominio
sobre la cosa que piden le sea restituida, comoquiera que ese derecho es el
primer supuesto de la acción reivindicatoria y, además, el demandado poseedor
tiene a su favor la presunción de ser propietario, mientras otra persona no jus-
tifique serlo, acorde lo dispone el Art. 700 inciso segundo del cuerpo legal
referido. Y aunque el demandado no alegue dominio, el actor debe probar su
derecho, pues aquella circunstancia, por sí sola no significa que el actor sea
dueño" (Alessandri-Somarriva, Tercera Edición, N° 1156, pág. 821).
NOVENO: Que en el caso sub lite, para probar su dominio, el actor ha acom-
pañado el contrato de compraventa otorgado por escritura pública de 6 de agosto
de 2003, ante el Notario de la Cuarta Notaría de El Loa Calama, don José Mi-
guel Sepúlveda García, que rola a fs. 1 con la correspondiente constancia de
encontrarse inscrita, y certificado de dominio vigente a fs. 57.
152
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
DECIMO: Que dicha prueba es insuficiente para acreditar el dominio del in-
mueble que se reivindica. En efecto, si bien está probado que la vendedora doña
Norma Ruth Morgado Santos le hizo tradición del inmueble vendido, con ello
no prueba haber adquirido el dominio del inmueble, porque para que ello ocu-
rriera debió también acreditar que los antecesores de la señora Morgado Santos
eran dueños de la cosa, pues de acuerdo al Art. 682 del Código Civil "si el
tradente no es el verdadero dueño de la cosa que se entrega por él o a su nombre,
no se adquiere por medio de la tradición otros derechos que los transmisibles
del mismo tradente sobre la cosa entregada".
UNDÉCIMO: Que en este discurrir para que el actor hubiere probado el domi-
nio, debió acompañar no sólo copia de su escritura de compraventa con el
certificado de inscripción, sino además debió acompañar todos los títulos e
inscripciones de sus antecesores hasta el plazo de 10 años contados hacia atrás
desde la fecha en que él compró, con lo que habría acreditado la adquisición del
dominio por el modo de adquirir prescripción adquisitiva, cosa que no hizo.
Como lo señalan los mismos autores aludidos en el libro recién citado "la prueba
del dominio adquirido derivativamente supone demostrar no sólo la adquisición
válida del actual titular, sino también el derecho del causante que lo transfirió o
transmitió, y el del causante de éste hasta llegar al antecesor que adquirió el do-
minio por un modo originario. Alcanzar hasta el dueño jurídicamente irreprochable
es, por lo general, tarea larga, difícil y ardua, sino imposible; tan complicada la
prueba a través de la escala de los sucesivos titulares que desde la Edad Media se
le llama probatio diabólica, frase de justa retórica que puso en boga el glosador
florentino Accursio" (ob. cit., N° 1159, págs. 824-825).
DUODÉCIMO: Que, en consecuencia, atendido lo razonado precedentemente,
procede rechazar la acción reivindicatoria, toda vez que el actor no ha acredi-
tado que el antecesor o antecesores de quienes deriva su título de dominio eran
dueños o poseedores del inmueble materia de la demanda, además de conside-
rarse que la demandada ha estado y está en posesión material del mismo.
DECIMOTERCERO: Que habiéndose rechazado la demanda, resulta inoficioso
pronunciarse acerca de los frutos civiles demandados.
153
II.- R E Q U I S I T O S
Se deja constancia que se hizo uso del artículo 82 del Código Orgánico de
Tribunales.
Regístrese y devuélvanse.
Redacción de la Ministro Sra. Laura Soto Torrealba quien no firma por encon-
trarse haciendo uso de feriado legal.
Rol N° 844-2006.
Sumario:
Los actores (dueños de departamentos) han deducido la acción reivindicatoría,
sosteniendo que los demandados (constructoraj al obtener un certificado de
dominio vigente sobre el edificio de estacionamientos del citado conjunto
habitacional les habría privado de su posesión. Tratándose de un bien inmue-
ble inscrito a nombre de la empresa constructora demandada y sus antecesoras
y no constituyendo un bien común del conjunto habitacional, la referida ac-
ción reivindicatoría no puede prosperar, tanto porque los demandantes no han
acreditado el dominio del citado edificio mediante títulos inscritos en que conste
expresamente que han adquirido dichos estacionamientos, como así tampoco
que se ha cancelado la inscripción a nombre de ¡os demandados por la volun-
tad de las partes o por una nueva inscripción que transfiera los derechos a
otro, o por decreto judicial.
154
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Considerando:
Primero: Que la sentencia de primera instancia se limitó a declarar que acoge la
demanda de fojas 33, entablada en contra del Instituto de Normalización
Previsional y de la Empresa General de Construcciones S.A. (Egeco S.A.),
declarando de nulidad absoluta, de la escritura de compraventa y su
complementación celebrada entre las partes demandadas, disponiendo la can-
celación de todas las inscripciones de dominio efectuadas a favor del Instituto
de Normalización Previsional, relativa a los 251 estacionamientos, ordenando
al Conservador de Bienes Raíces respectivo a efectuar las anotaciones o
subinscripciones que correspondan a favor de los demandantes, en sus respec-
tivas inscripciones de dominio, dejándose expresa constancia que dichos
estacionamientos tienen la calidad jurídica de bienes comunes del Conjunto
Habitacional Quinta Claude de Viña del Mar.
Segundo: Que si bien lo resuelto en la sentencia impugnada no se atiene a la
confusa parte petitoria de la demanda, relacionando sus considerandos con sus
decisiones, debe entenderse que se declaró nula la escritura de compraventa
celebrada entre la empresa constructora y la institución de previsión y se acogió
la acción reivindicatoría de los estacionamientos del conjunto habitacional de
155
I I . - REQUISITOS
que se trata, en atención a que serían bienes comunes, y que por aplicación del
artículo 112 del D.F.L. N° 458 de 13 de abril de 1976, no pueden enajenarse
libremente, ordenando cancelar todas las inscripciones al respecto; y que la
escritura de compraventa se declara nula por el mismo motivo, por ser su objeto
ilícito y carecer de causa y, por consiguiente, habiéndose pedido la nulidad de
los actos administrativos en forma alternativa a la declaración de que los esta-
cionamientos no podían enajenarse libremente, cabe concluir que no era necesario
un pronunciamiento del tribunal sobre esta nulidad de pleno derecho de los
actos administrativos solicitada por los demandantes.
Tercero: Que, en todo caso, teniendo presente que se trata de acciones deduci-
das por los demandantes, que se han conformado del fallo y que los demandados
han deducido recurso de apelación, se concluye que la recurrente, Empresa
General de Construcciones S.A., no ha sufrido un perjuicio reparable sólo con
la invalidación del fallo.
Por estas consideraciones y de conformidad con lo dispuesto en los artículos
768 inciso penúltimo y 798 del Código de Procedimiento Civil, se declara sin
lugar el recurso de casación en la forma deducido en lo principal del escrito de
fojas 1.808 en contra de la sentencia de dieciséis de marzo de dos mil uno,
escrita a fojas 1.617 y siguientes, la que no es nula.
II.- Respecto al recurso de apelación:
Vistos:
Se reproduce la sentencia en alzada de dieciséis de marzo de dos mil uno, escri-
ta desde fojas 1.617 a 1.771, complementada y rectificada por la de nueve de
mayo de dos mil uno, escrita a fojas 1.784, en su parte expositiva y sus veinti-
nueve primeros considerandos, con excepción del motivo veintiocho en que
sólo se reproduce sus dos primeros apartados, eliminándose desde donde se lee:
Esta ordenanza, está en íntima relación con el D.F.L. 458 del Minvu, del 13 de
abril de 1976,..' '; se suprimen el resto de sus fundamentos como sus citas legales;
Y teniendo en su lugar y, además, presente:
Primero: Que, como se ha dejado establecido en el considerando vigésimo quinto
N° 2 del fallo en alzada, las cuatro torres de departamentos y el edificio desti-
nado a los 251 estacionamientos de vehículos se construyeron bajo los permisos
de obra nueva N° 151-75 y N° 179-75, otorgados durante el año 1975.
156
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
157
I I . - REQUISITOS
158
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
159
I I . - REQUISITOS
Sumario:
Al tenor de lo dispuesto en el artículo 889 del Código Civil, los presupuestos de
la acción reivindicatoría son los siguientes: a) que el actor sea dueño de la
cosa cuya reivindicación se persigue: b) que esta sea una cosa singular y sus-
ceptible de reivindicar y c) que el reivindicante se encuentre privado de su
posesión, por el demandado. Dicha acción supone la concurrencia copulativa
de estas tres condiciones, correspondiendo la prueba pertinente al actor, de
conformidad con lo dispuesto en el articulo ¡698 del Código Civil
160
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
De sus citas legales se eliminan los artículos 724,728, 890 y 925 del Código
Civil.
Y TENIENDO ADEMÁS PRESENTE:
PRIMERO: Que la parte demandante en su escrito de fojas 59 a 62 deduce
recurso de apelación en contra de la sentencia definitiva dictada por la Juez
Subrogante del Juzgado de Letras de Chile Chico, doña Mónica Coloma Pulgar,
por ser agraviante a sus derechos, puesto que rechaza su demanda reivindicatoría
no obstante que ella probó todos los presupuestos de su acción, por lo que pide
se revoque la sentencia dictada y en consecuencia se acoja su demanda
reivindicatoría y se ordene que la parte demandada le restituya su bien, dentro
de tercero día de que quede ejecutoriada la sentencia, bajo apercibimiento de
lanzamiento, con costas.
SEGUNDO: Que al tenor de lo dispuesto en el artículo 889 del Código Civil,
los presupuestos de la acción reivindicatoría son los siguientes: a) que el actor
sea dueño de la cosa cuya reivindicación se persigue; b) que esta sea una cosa
singular y susceptible de reivindicar y c) que el reivindicante se encuentre pri-
vado de su posesión, por el demandado. Dicha acción supone la concurrencia
copulativa de estas tres condiciones, correspondiendo la prueba pertinente al
actor, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 1698 del Código Civil.
TERCERO: Que de la lectura de la sentencia recurrida aparece, que la Juez dio
por acreditados los dos primeros presupuestos de la acción reivindicatoría, como
lo señala expresamente en su considerando séptimo reproducido, y rechazó la
demanda porque no se probó que el demandado se encuentre en posesión de la
cosa que se pretende reivindicar; de tal forma que lo controvertido se reduce a
determinar por este Tribunal de alzada, si con la prueba rendida por la deman-
dante, sobre la cual recae el onus probandi, ésta logra acreditar que el demandado
tiene la posesión del inmueble objeto del juicio.
CUARTO: Que en la audiencia de prueba de que da cuenta el acta de fojas 42,
como testigo de la demandante declara doña Rapsodia Gioconda Pavez Yáñez,
quien sobre el punto de prueba referido -efectividad de encontrarse el deman-
dado en posesión del inmueble objeto de la demanda- declaró sí es efectivo,
actualmente el demandado no vive en la propiedad objeto de esta demanda,
pero cuando doña Yosseline fue a cercar y a realizar obras en la propiedad que
realmente le corresponde, el demandado don Pedro Medina, le impidió el in-
greso a la propiedad, señalándole que él era el dueño.
161
I I . - REQUISITOS
QUINTO: Que esta prueba individual rendida por la parte demandante, no ta-
chada ni desvirtuada por otra de contrario, se reafirma con la actitud del
demandado durante la secuela del juicio en cuanto se mantuvo activo en el
juicio, primero, incidentando de nulidad como consta de su escrito de fojas 17
ratificado a fojas 24, acompañando documentos en parte de prueba como cons-
ta de su escrito de fojas 49 y, finalmente, asistiendo personalmente al llamado
a conciliación que le hiciera el tribunal según da constancia el acta de fojas 40,
oportunidad en que pudo oponer la excepción de falta de legitimación pasiva, lo
que no hizo, asumiendo con dicha conducta, la calidad de legítimo contradictor.
SEXTO: Que así, esta única prueba de la actora, valorada de conformidad con
lo dispuesto en el artículo 426 del Código de Procedimiento Civil en relación
con el artículo 384 n° 1 del mismo cuerpo legal, constituye presunción judicial
y, ajuicio de estos sentenciadores, tiene el valor de plena prueba, por lo que en
consecuencia, se tiene por acreditado el tercer presupuesto de la acción materia
del juicio, esto es, que el demandado ocupa el inmueble perteneciente a la actora,
privándole así, de la posesión material que unida a la posesión inscrita que tiene
sobre aquél, le permite disponer de la posesión integra que le corresponde, en
su calidad de dueña del bien inmueble cuya restitución reclama.
SEPTIMO: Que conforme a lo antes razonado y habiendo la actora acreditado
los presupuestos legales de la acción reivindicatoria impetrada por ella, resulta
del todo procedente acogerla.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I I I . - A C C I Ó N REIVINDICATORÍA C O N T R A M E R O T E N E D O R
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CONTRA MERO TENEDOR
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Agrega que el artículo 2.515 del Código Civil da un plazo de cinco años para
hacer efectiva la acción ordinaria que es la que compete en este caso; el plazo
para hacer efectiva la promesa de compraventa, se encuentra irremediablemen-
te vencido.
Señala además que la causa Soc. Aravena Hnos con Donoso Lagos y otros, no
tuvo el efecto de interrumpir la prescripción.
Segundo: Que, el demandado reconvencional pretende a través de la vía de la
excepción obtener la declaración de prescripción de las acciones que pueden
emanar del contrato de promesa de venta; y, podría teóricamente lograrlo, si es
que la demandante reconvencional hubiese accionado en virtud de este, pero
ello no es así.
La demandante reconvencional sólo ha solicitado en su libelo lo que ella estima
corresponderle por concepto de prestaciones mutuas y no ha intentado ninguna
de las acciones que emanan del contrato.
El demandado reconvencional pretende excepcionarse en razón de las alegacio-
nes de fondo que ha efectuado la demandada principal, no en la demanda
reconvencional, sino en la contestación de la demanda, en la cual señala que no es
poseedora, sino mera tenedora, siendo el título que invoca el contrato señalado.
De esta forma, bien lo señala el juez a quo, no procede interponer la prescrip-
ción como excepción, dado que no existe acción en contra de la cual
excepcionarse, sino sólo alegaciones de fondo que ha hecho la demandada como
defensa.
b) En cuanto al fondo:
Tercero: Que, la sentencia de primera instancia ha hecho un análisis de los re-
quisitos de procedencia de la acción reivindicatoría, cuales son, que se trate de
una cosa susceptible de reivindicarse, que el reivindicante sea dueño de ella y
que esté privado de su posesión.
En relación a los dos primeros requisitos, estos se cumplen sobradamente, tanto
es así que la demandada ni siquiera los discute, es decir, reconoce el dominio
por parte de los actores y que la cosa es susceptible de ser reivindicada.
Cuarto: Que, la controversia surge con el último requisito, esto es, que el actor
se encuentre privado de la posesión; y en este sentido cabe señalar primeramen-
te que en relación con los inmuebles surge el problema de si corresponde acción
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
protectoras nominadas, reguladas por la ley; así el propietario puede verse im-
pedido de actuar, por no poder encuadrarse en una acción específica, como
acontece justamente (y se cita como ejemplo por la doctrina) en casos de pro-
mesas de compraventa, en que se faculta al promitente comprador para entrar
en posesión material y posteriormente la promesa caduca. (Daniel Peñailillo,
Bienes)
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
III.- Que la demandada deberá restituir a los actores los frutos de la cosa e
indemnizar los deterioros producidos en ella, en la forma que se consigna en el
motivo noveno del presente fallo, reservándosele a la demandante el derecho a
discutir la especie y monto de los frutos y perjuicios en la ejecución del fallo.
IV.- Que, se rechaza la demanda reconvencional deducida en el otrosí de fojas 23.
V.- Que, se confirma en lo demás la referida sentencia
VI.- Que, no se condena en costas a la perdidosa, por haber tenido motivo plau-
sible para litigar.
Regístrese y devuélvase.
Redacción de la abogado integrante Sra. Latife.
Rol N° 690-2006.
Sumario:
En cuanto al último requisito exigido por el artículo 889 del Código Civil,
respecto de la acción reivindicatoria, esto es, que el demandado sea actual
poseedor del inmueble de que se trata, en este caso tal exigencia no se cumple,
puesto que no se ha probado que el demandado ocupe dicho inmueble con
ánimo de señor y dueño, sino por el contrario, que lo ha hecho reconociendo
dominio ajeno respecto de un tercero, no respecto de la actora. En efecto, la
demandada acepta que ha ocupado materialmente la franja de terreno en liti-
gio, reconociendo un supuesto dominio ajeno detentado por un tercero, la cual
fue condenada a restituir al actor la mencionada franja en disputa por senten-
cia ejecutoriada tenida a la vista en estos autos. De lo anterior se desprende
que la demandada ha ocupado la referida franja de terreno y la ha retenido
indebidamente, negándose a restituirla, en calidad de mero tenedor.
El artículo 915 del Código Civil, autoriza expresamente la acción reivindicatoria
contra la persona que tiene la tenencia de una cosa raíz o mueble, sin que sea
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I I I . - A C C I Ó N REIVINDICATORÍA C O N T R A M E R O T E N E D O R
necesario que sea poseedora propiamente tal de esos bienes por lo que en esta
materia, nuestro ordenamiento jurídico admite la acción del dueño de la cosa
en contra del injusto detentador, de manera que debe acogerse ta! acción.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
definitiva ni se emitió pronunciamiento sobre los aspectos que son materia del
presente juicio civil, además, porque la usurpación se fundó en la apropiación
que determinadas personas naturales hicieron de la franja en cuestión en 1993;
en cambio, la presente acción civil se basa en la conservación, bajo un supuesto
título de posesión que desde ese año mantuvo la sociedad demandada, sobre la
misma franja en disputa; porque no se da la triple identidad por las razones que
expone y, finalmente, porque el sobreseimiento referido se dictó porque existía
una disputa en el dominio, lo que debía resolverse en sede civil.
3°.- Que de los antecedentes que constan en este proceso, de la causa Rol N°
70.961 sobre usurpación tenida a la vista y de lo expuesto por las partes, apa-
rece claro que, no obstante existir en ambos juicios identidad de demandante y
demandado, la cuestión controvertida es diferente, no concurriendo al respecto
la identidad de la cosa pedida o beneficio jurídico inmediato que se reclama, ni
la causa de pedir o fundamento inmediato del derecho deducido enjuicio, toda
vez que en sede penal se persigue la aplicación de una sanción personal a los
que resultaren responsables del mencionado delito de usurpación.
Por el contrario, en materia civil la parte actora deduce una demanda reivindicatoria
con el objeto de obtener la restitución del retazo detentado por la demandada
Petroleum S.A. y las consecuentes indemnizaciones que pretende.
4°.- Que, por otra parte, de la resolución de 6 de febrero de 1995, que decreta
el sobreseimiento definiiivo en el proceso penal referido al delito de usurpa-
ción, emana que -los hechos investigados-, si bien no constituyen delito penal,
ellos existen como consta del proceso tenido a la vista, por lo que pueden cons-
tituir un delito civil, por tanto dicho fallo no produce cosa juzgada en lo civil,
como lo establece la jurisprudencia de nuestra Corte Suprema.
En consecuencia, de acuerdo a lo analizado, la excepción de cosajuzgada opuesta
por la parte demandada debe ser rechazada.
II.- EN CUANTO AL FONDO.
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I V . - REIVINDICACIÓN DE CUOTA
Sumario:
El articulo 1268 del Código Civil dispone que el heredero podrá también hacer
uso de ¡a acción reivindicatoría sobre cosas hereditarias reivindicables, que
hayan pasado a terceros, y que no hayan sido prescritas por ellos. A su vez el
articulo 892 del Código Civil estatuye que se puede reivindicar una cuota de-
terminada proindiviso de una cosa singular. La interpretación armónica de las
aludidas disposiciones y las demás que rigen las relaciones entre los herederos
conduce a sostener que una acción como la intentada en autos supone necesa-
riamente fijarse para cada una de las partes (un tercio, un cuarto, un décimo)
en la cosa singular hereditaria, lo que necesita no sólo una petición concreta
de los actores sobre el particular, sino también que en el transcurso del juicio
se discuta y compruebe ¡a cuota determinada que a cada uno de los herederos
corresponde en ¡a cosa singular pues el tercero es legitimo contradictor en
relación al interés del heredero que le transfirió el dominio
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Sumario:
El verdadero heredero tiene una doble acción: la petición de herencia, que se
dirige contra el falso heredero, y ¡a reivindicatoria, enderezada a obtener ¡a
restitución de los bienes que han salido de manos del falso heredero siempre
que el tercero poseedor no haya adquirido por prescripción. Los actores al
deducir la acción reivindicatoria consagrada en el articulo 1268 del Código
Civil en relación a los derechos que les corresponden en ¡a propiedad antes
singularizada, lo han hecho correctamente, puesto que la determinación de la
cuota o porción que en la herencia se adjudica a los demandantes, es propia
del juicio de partición. En este sentido, esta Corte es del parecer que, habiendo
probado los actores que detentan la calidad de herederos de la causante, que
su derecho no ha prescrito, v que le asisten derechos en la calidad reconocida
respecto del bien individualizado, correspondía acoger la demanda, sin que la
indeterminación de los derechos del actor sea óbice para ello.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
con Díaz Díaz María Milagros y otros, la juez titular, por sentencia de veintidós
de noviembre de dos mil cinco que se lee a fojas 142, acogió las acciones de
petición de herencia y reivindicatoría.
Apelada por la parte demandada, una sala de la Corte de Apelaciones de
Valparaíso, por sentencia de veintidós de septiembre de dos mil seis, escrita a
fojas 177, la revocó y desestimó la demanda en todas sus partes.
En contra de ese fallo, la actora dedujo recursos de casación en la forma y en el
fondo se leen a fojas 181.
Se trajeron los autos en relación.
CONSIDERANDO:
1.- En cuanto al recurso de casación en la forma:
PRIMERO: Que el recurrente invoca, como causal de nulidad que lo autoriza,
aquella prevista en el numeral cuarto del artículo 768 del Código de Procedi-
miento Civil, esto es, señala que la sentencia se dio ultra petita, por cuanto se ha
extendido a puntos no sometidos a la decisión del Tribunal.
Expone que el considerando 6o del fallo se señala que no se puede dar lugar a
la acción de petición de herencia ni reivindicatoría por que falta un requisito
legal, cual es, la determinación concreta de la o las cuotas que se pretende rei-
vindicar por el actor y respecto de quién o quiénes, respectivamente, con sus
necesarias correspondencias porcentuales.
La sentencia impugnada señala que el artículo 890 del Código Civil permite
reivindicar cosas corporales raíces y muebles; y el artículo 892 del mismo Có-
digo autoriza reivindicar una cuoia determinada pro indiviso de una cosa singular,
de lo que se sigue que puede ser reivindicado el todo, pero no una universali-
dad, lo que conlleva necesariamente que debe especificarse en la demanda la
cuantía porcentual de cada cuota pretendida reivindicar.
Sostiene el recurrente que los jueces del fondo en lugar de ocupar la facultad
que otorga el artículo 775 del Código de Procedimiento Civil, que necesaria-
mente habría llevado a la anulación de lo obrado y al estado de tener que
completarse la demanda con las especificaciones que exige la sentencia, aco-
gieron una apelación por un motivo no planteado en dicho recurso y todavía
más por un asunto respecto del cual no existió controversia en el juicio, por lo
que se ha fallado la apelación acogiendo una petición no planteada por el apelante
y por un motivo no discutido ni fundante de la misma.
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Estima el recurrente que al decidir de esa manera, el Tribunal sin anular la sen-
tencia de primer grado ha fallado la apelación extendiéndola a puntos no
sometidos a la decisión del Tribunal, otorgando más de lo pedido por las partes.
SEGUNDO: Que conviene precisar, en relación a la causal de nulidad formal
que se aduce, que los puntos sometidos a la decisión del Tribunal se establecen
con los escritos de fondo del pleito, en los que se traba la litis; respecto de los
cuales la sentencia debe guardar absoluta conformidad y congruencia y esta
Corte ha resuelto en reiteradas oportunidades, que el vicio de ultra petita se
produce cuando la sentencia, apartándose de los términos en que las partes si-
tuaron la controversia por medio de sus respectivas acciones y excepciones,
altera el contenido de éstas, cambiando de objeto o modificando su causa de
pedir; también cuando la sentencia otorga más de lo pedido por las partes en sus
respectivos escritos que fijan la competencia del tribunal o cuando se emite un
pronunciamiento en relación a materias que no fueron sometidas a la decisión
del mismo.
184
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Sostiene que se ha vulnerado el artículo 1264 del Código antes citado, disposi-
ción que no supone un acto jurisdiccional encaminado a establecer cuanto son
los derechos, haberes o cuotas que el actor tiene en cada bien, sino a la calidad
en que concurre como heredero.
Estima también infringidos los artículos 889, 890, 891 y 892, todos del Código
sustantivo pues si bien es cierto la acción reivindicatoría es siempre sobre una
cosa o cuota singular, el artículo 891 del Código Civil deja claro que el derecho
de herencia produce la acción de petición de herencia y no la reivindicatoría y
por ende no le son exigibles a aquella, los requisitos y presupuestos de esta
última, bastando en la petición de herencia la invocación de la calidad y grado
de parentesco en que el demandante se pretende heredero de la universalidad.
Por último, sostiene que se han transgredido los artículos 877, 878 y siguientes
del Código Civil, según los cuales la declaración judicial de posesión efectiva,
cuya modificación es el objeto de la acción de petición de herencia, no consti-
tuye un acto por el cual se declare el quantum de los derechos del heredero, sino
solamente el reconocimiento de su calidad de tal.
II. En cuanto a la acción reivindicatoría:
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
de petición de herencia debe dirigirse en contra del falso heredero y que ellos
tienen la calidad de herederos de la causante, agregan que no incluyeron a su
hermano difunto en el auto de posesión efectiva, por que había transcurrido
mucho tiempo desde su muerte y no tenían contacto con su familia y omitieron
mencionarlo en forma involuntaria.
Por su parte don David López Servieri, tercero adquirente del inmueble que
compone la herencia, señaló que el dominio del mismo lo obtuvo en virtud del
contrato de compraventa celebrado con los demandados, herederos de doña
María Marina Díaz Liberona y Manuel Eugenio Díaz Díaz, encontrándose de
buena fe, pues no tenía como saber que un heredero fue preterido.
SEXTO: Que la sentencia que por esta vía se impugna señala que ambas de-
mandas petición de herencia y reivindicatoria, no cumplen con un requisito
esencial, cual es la determinación concreta de la o las cuotas que se pretende
reivindicar por el actor.
En consecuencia la cuestión a resolver consiste en establecer si dicha exigencia
corresponde a un presupuesto de la acción de petición de herencia y
reivindicatoria.
SEPTIMO: Que el artículo 1264 del Código Civil, que la recurrente denuncia
como vulnerado por la sentencia recurrida establece, en lo que interesa para la
resolución de este recurso, que el que probare su derecho a una herencia, ocu-
pada por otra persona en calidad de heredero, tendrá acción para que se le
adjudique la herencia, y se le restituyan las cosas hereditarias, tanto corporales
como incorporales.
OCTAVO: Que armonizando con esa preceptiva, la doctrina ha señalado que
dicha acción de petición de herencia, que es la que se ha ejercitado en autos,
tiene por objeto el reconocimiento de la calidad de heredero y el derecho a la
herencia ocupada por otro, por una parte, y la restitución material de las cosas
hereditarias que componen la asignación reclamada, por otra, siendo lo primero
el supuesto jurídico necesario de lo segundo (Pablo Rodríguez Grez, Institucio-
nes de Derecho Sucesorio, Vol. II, página 100).
NOVENO: Que según la norma antes transcrita esta acción puede ser deducida,
entre otros, por los herederos y en contra de quien posea la herencia invocando
la calidad de heredero sin serlo, sin perjuicio de que pueda intentarse contra un
heredero verdadero, pero cuándo en la parte o asignación que se reclama no
tiene esta calidad.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Sumario:
Los restantes inmuebles legados, se individualizan como la casa y sitio de la
ciudad de Graneros, sin indicar dirección, o inscripción en el Conservador de
Bienes Raíces respectivo; la falta de individualización de estos inmuebles, que
no permiten siquiera saber si se trata de uno o dos inmuebles distintos, hace
imposible considerar a estos legado como de especie o cuerpo cierto.
En el caso de estos inmuebles ubicados en la comuna de Graneros, el legado
deberá considerarse como de género, y en razón de ello, improcedente la ac-
ción reivindicatoría intentada.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
de que se trata (sin perjuicio de las acciones que procedan para la impugnación
del testamento), se hace necesario establecer en primer término si los legados
cuya reivindicación se solicita corresponden a aquellos de especie o cuerpo
cierto o si por el contrario deben clasificarse como de género.
Lo anterior, resulta imprescindible para resolver en primer lugar la procedencia
de la acción de dominio que se intenta en el presente juicio, o si por el contrario
les asiste a los demandantes sólo una acción personal, al menos en contra del
heredero demandado.
Tercero: Que, en relación al bien inmueble legado a doña Alicia Faúndez, sin
perjuicio de las falencias en que se incurre en su individualización, desde que se
señala que corresponde a casa habitación de calle Carrera Pinto N° 930, sin
indicar siquiera la ciudad en que se encuentra ubicado, se puede considerar que
el legado que a esta se le realiza es de aquellos en especie o cuerpo cierto; lo
mismo ocurre con el legado del vehículo hecho a don Pedro Aedo.
Sin embargo, los restantes inmuebles legados a don Pedro Aedo, se individualizan
como la casa y sitio de la ciudad de Graneros, sin indicar dirección, o inscrip-
ción en el Conservador de Bienes Raíces respectivo; la falta de individualización
de estos inmuebles, que no permiten siquiera saber si se trata de uno o dos
inmuebles distintos, hace imposible considerar a estos legado como de especie
o cuerpo cierto.
En efecto, el demandante reclama ser dueño de un inmueble ubicado en calle Arturo
Pratt N° 162, cuya inscripción señala y de otro inscrito a fojas 7899 N° 5.817 del
Registro de Propiedad del año 2.003 del Conservador de Bienes Raíces de
Rancagua, ambos de la Comuna de Graneros, pero no es posible determinarlo
en virtud del testamento, por la falta de individualización ya señalada.
Por lo anterior, en el caso de estos inmuebles ubicados en la comuna de Grane-
ros, el legado deberá considerarse como de género, y en razón de ello,
improcedente la acción reivindicatoria intentada.
A más abundamiento, y en relación también a la falencia anotada, en cuanto a
la determinación de la especie legada, adquiere igualmente importancia la nor-
ma contenida en el artículo 1066 del Código Civil, la cual tiene por no escritas
las asignaciones de especie que no puedan determinarse claramente por las in-
dicaciones del testamento, como asimismo las de géneros y cantidades que no
puedan serlo.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
La tradición de los derechos hereditarios, por tanto, se rige por las normas de
los bienes muebles, y se efectúa en cualquier forma que manifieste expresa o
tácitamente la intención de transferir los derechos hereditarios, bastando aún
una entrega simbólica.
Por lo expuesto, resulta que no es necesaria la inscripción en el Conservador de
Bienes Raíces de la cesión de derechos hereditarios, como ha alegado la recu-
rrente, a fin de que se produzca la tradición de la universalidad jurídica,
universalidad, que como se ha demostrado en esta causa, comprende bienes
muebles y raíces, y que corresponden a los bienes reivindicados.
Séptimo: Que, el efecto fundamental de la cesión de los derechos hereditarios
es que el cesionario pasa a ocupar la misma situación jurídica del cedente, efec-
to que no se ve alterado por el hecho de que el demandado Sergio Medina haya
obtenido la posesión efectiva de la herencia o inscrito los inmuebles a su nom-
bre, dado que en definitiva lo relevante es que se haya dejado constancia de que
los derechos que a el le correspondían en la herencia, fueron cedidos a un ter-
cero, que en atención a ello, debe considerarse el poseedor actual del derecho
real de herencia y de los bienes comprendidos en la universalidad jurídica.
Octavo: Que, en consecuencia, el demandado Sr. Medina no aparece revestido
de la legitimidad pasiva necesaria, por no haberse acreditado que es el actual
poseedor de los bienes raíces materia de la acción de dominio intentada.
Noveno: Que, en todo caso, no está de mas puntualizar que la demandante Ali-
cia del Carmen Faúndez Moyano, no realizó ninguna petición concreta al tribunal
en su demanda, cuestión que de cualquier forma habría impedido pronunciarse
sobre la acción deducida por la actora mencionada.
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Sumario;
La acción ejercitada por los demandantes, únicos herederos del causante, recae
sobre una cosa singular, porque la universalidad jurídica de la herencia está
conformada por un solo bien, que es el inmueble colacionado en el inventario
como único existente a la fecha de su fallecimiento v, en consecuencia, reivin-
dicable conforme al citado articulo 889 del Código Civil Aún de no estimarse
asi, le seria aplicable lo dispuesto en el articulo 892, que hace posible la rei-
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Así lo dispone el artículo 2o del mismo decreto ley, que establece como primer
requisito para ejercitar el derecho de saneamiento: estar en posesión del inmue-
ble por sí o por otra persona en su nombre, en forma continua y exclusiva, sin
violencia ni clandestinidad, durante cinco años a lo menos.
En este caso específico, la testimonial ofrecida por la parte demandante, cons-
tituida por las declaraciones de Froilán Aurelio Céspedes Guerra, María
Magdalena Pino Cuevas y Jorge Elias Figueroa Duarte, quienes deponen a fs.
48 y siguientes, en concordancia con los comprobantes de pago de arriendo en
el Servicio de Tesorerías y demás antecedentes acompañados a los autos, per-
miten desvirtuar las declaraciones esgrimidas por la parte demandada en el
expediente administrativo seguido ante el Ministerio de Bienes Nacionales.
Por estos fundamentos y visto, además lo dispuesto en los artículos 764, 765,
766, 768, 186 y siguientes del Código de Procedimiento Civil, se resuelve:
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Sumario:
La interpretación armónica de los artículos 1268 y 892 del Código Civil y de
las demás que rigen las relaciones entre los herederos, conduce a sostener que
una acción como la intentada en autos supone necesariamente que pueda fi-
jarse una cuota determinada para cada uno de los herederos (un tercio, un
cuarto, un décimo) en ¡a cosa singular hereditaria, lo que necesita no sólo de
una petición concreta de los actores sobre el particular, sino también que en el
transcurso del juicio se discuta y compruebe la cuota determinada que a cada
uno de los herederos corresponde en la cosa singular, requisitos, que en la
especie, no se cumplieron, ya que en la demanda no se precisó cuál cuota
proindiviso se reivindicaba para cada demandante, ni menos se discutió y pro-
bó por las partes tal extremo, lo que era de importancia fundamental, máxime
si varios herederos no concurrieron a ¡a demanda.
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c.- Que el demandado adquirió el inmueble antes referido por la venta que le
hizo Lisaldo del Carmen Arias Ramírez, la que se inscribió en el registro Con-
servador de Bienes Raíces de San Femando;
d.- Que, también, son hijos de los causantes José Manuel, Ramiro Segundo,
Herminio del Carmen, Adolfo Enrique, Humberto del Carmen, Adriana Rosa y
Elizarda Rosa Arias Ramírez que no figuran como partes en este juicio;
2° Que los actores solicitaron en el petitorio de su demanda "tener por inter-
puesta acción reivindicatoría en contra de Hugo del Carmen Arias González, ya
individualizado, para que restituyera a las mismas personas las cuotas del in-
mueble que indebidamente posee...".
3o Que el artículo 1268 del Código Civil dispone que el heredero podrá también
hacer uso de la acción reivindicatoría sobre cosas hereditarias reivindicables,
que hayan pasado a terceros, y que no hayan sido prescritas por ellos.
A su vez, el artículo 892 del Código Civil estatuye que se puede reivindicar una
cuota determinada proindiviso de una cosa singular;
4o Que la interpretación armónica de las aludidas disposiciones y las demás que
rigen las relaciones entre los herederos, conduce a sostener que una acción como
la intentada en autos supone necesariamente que pueda fijarse una cuota deter-
minada para cada uno de los herederos (un tercio, un cuarto, un décimo) en la
cosa singular hereditaria, lo que necesita no sólo de una petición concreta de los
actores sobre el particular, sino también que en el transcurso del juicio se dis-
cuta y compruebe la cuota determinada que a cada uno de los herederos
corresponde en la cosa singular, requisitos, que en la especie, no se cumplieron,
ya que en la demanda no se precisó cuál cuota proindiviso se reivindicaba para
cada demandante, ni menos se discutió y probó por las partes tal extremo, lo
que era de importancia fundamental, máxime si varios herederos no concurrie-
ron a la demanda;
5o Que, en estas condiciones, la acción intentada no puede prosperar.
Por estas consideraciones, citas legales y lo previsto en los artículos 186 y si-
guientes del Código de Procedimiento Civil, se revoca la sentencia de veintiocho
de agosto del año dos mil, escrita a fojas 59 y se decide, que no ha lugar a la
demanda interpuesta en lo principal del escrito de fojas 14, por doña Rojelia de
las Mercedes Arias Ramírez y otros, sin costas por haber litigado con funda-
mentos plausibles.
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I V . - R E I V I N D I C A C I Ó N D E C U O T A P O R PARTE D E H E R E D E R O S
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Ministro señor Domingo Kokisch Mourgues.
Pronunciado por los Ministros señores Eleodoro Ortiz S., Enrique Tapia W.,
Jorge Rodríguez A., y Domingo Kokisch M., y el Abogado Integrante señor
José Fernández R.
Rol N° 444-01.
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Sumario:
Si el acto o contrato cuya nulidad es decidida en la sentencia era translaticio
de dominio -como acontece con las compraventas sobre que versa este juicio-
y al otorgamiento de ese acto o contrato siguió el subsecuente modo de adqui-
rir el dominio, es evidente que el vendedor transfirió la propiedad de las cosas
que vendió y, por consiguiente, al anularse el título que sirvió de antecedente
a la tradición ésta pierde su sustento y el dominio vuelve a quien lo había
transferido, precisamente como efecto de la declaración de nulidad. Ahora
bien, si el comprador que se hizo dueño en virtud de la tradición enajena a su
vez la cosa a un tercero -como ha acontecido en la especie-, declarada la
nulidad del titulo en virtud del cual él adquirió, la ley, en el articulo 1689 del
Código Civil, da al vendedor acción reivindicatoria contra este tercero y el
establecimiento del dominio del reivindicante se entenderá implícito como efecto
de la anulación del contrato que había servido de antecedente para transferir-
lo. Lo anterior es precisamente lo que ha ocurrido en el caso de autos, como
consecuencia de la interposición de las acciones de nulidad -dirigida contra
quien celebró los contratos nulos-y reivindicatoria -dirigida contra el terce-
ro, adquirente de dos de los predios-, cuyo ejercicio conjunto en un mismo
juicio, como acertadamente establecen los magistrados de la instancia, es
permitido por la ley.
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pre que se deduzca la misma acción, o acciones que emanen directa o inmedia-
tamente de un mismo hecho, o que se proceda conjuntamente por muchos o
contra muchos en los casos que autoriza la ley.
En la especie, como se indicó en el motivo precedente, se dedujo las acciones
de nulidad y reivindicatoria -enteramente compatibles- y se las dirigió contra
personas distintas, figurando en consecuencia en el litigio varios demandados,
en razón de emanar esas acciones directa e inmediatamente de un mismo hecho.
En razón de lo dicho, no resulta efectivo el error de derecho que esta recurrente
atribuye a la sentencia impugnada, motivo por el cual la casación en el fondo
intentada debe ser necesariamente desestimada.
II.- EN CUANTO AL RECURSO DE CASACIÓN EN EL FONDO DEL DE-
MANDADO MARCELO GONZALO SILVA GUZMÁN:
QUINTO: Que en su recurso este demandado denuncia la vulneración de los
artículos 889, 1698 y 1690 del Código Civil y, al efecto, argumenta que se
probó en el proceso que los bienes sobre los que recayeron los contratos tenían
la calidad de bienes sociales al momento de celebrarse las tres convenciones y,
en razón de ello, la cónyuge del vendedor Silva Vera concurrió al otorgamiento
de las compraventas.
En este contexto, sigue el razonamiento, es indudable que al fallecer aquélla, el
4 de abril de 2004, se trasmitió a sus herederos el derecho a ejercer la acción de
nulidad.
No obstante lo anterior, expone el recurrente, esos herederos, que debieron ejercer
tal acción en calidad de partes -por cuanto esa era la única manera que podían
defender sus derechos si estimaban que los actos de la difiinta Ies causaban
perjuicio- no lo hicieron.
El hecho que los herederos no interpusieran acción alguna y sus consecuencias,
concluye el recurrente, las regula el artículo 1690 del Código Civil, que limita
los efectos de la declaración de nulidad sólo a las personas en cuyo favor se
declara, impidiendo que ésta aproveche a otros que, no obstante haber contra-
tado, no impetraron la acción.
De este modo, termina el recurso, el fallo no puede acoger la acción interpuesta
en términos generales como lo hizo, pues al extender los efectos de la declaración
de nulidad a todas las personas que suscribieron los contratos de compraventa
impugnados infringe el citado artículo 1690.
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V . - REIVINDICACIÓN QUE EMANA DE LA NULIDAD DEL CONTRATO
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Sumario:
Nada obsta para que ambas acciones, la de nulidad y la reivindicatoría, o la
de cancelación de los gravámenes, en su caso, se establecen simultáneamente
en un mismo juicio. En este caso, se demandará la nulidad del acto o contrato
mediante ¡a acción personal que irá dirigida contra los que celebraron el acto
o contrato nulo; y, a la vez, se intentará la acción reivindicatoría o de cance-
lación de los gravámenes, acción de carácter real, que se dirigirán contra el
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V . - REIVINDICACIÓN QUE EMANA DE LA NULIDAD DEL CONTRATO
que actualmente posea ¡a cosa materia del acto o contrato nulo o contra el
titular del derecho real constituido en ella. El ejercicio conjunto de las accio-
nes de nulidad y reivindicatoria, contra los legítimos contradictores, está
expresamente autorizado por el artículo 18 del Código de Procedimiento Civil,
que dice: En un mismo juicio podrán intervenir como demandantes o deman-
dados varias personas siempre que se deduzca la misma acción, o acciones
que emanen directa e inmediatamente de un mismo hecho. Es evidente que
ambas acciones emanan de un mismo hecho: la nulidad, ya que es ésta la que
autoriza, por una parte, la destrucción del acto o contrato nulo y, por la otra,
la restitución de lo que se dio o pagó en virtud de ese mismo acto o contrato.
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V I . - A C C I Ó N REIVINDICATORÍA
RESPECTO DE INMUEBLES SANEADOS
CONFORME E L D . L . N ° 2 . 6 9 5
Sumario:
Respecto al ejercicio de las acciones de dominio a que se refiere el articulo 26
del Decreto Ley N° 2.695, norma que invocando de nuevo el precepto del ar-
ticulo 19, le permite a los terceros, sin hacer distinción de ninguna especie,
ejercer dentro de un determinado plazo las acciones de dominio que estimen
asistirle, este término por supuesto es menor, por la especialidad del tema, al
que se concede para la acción reivindicatoria ordinaria.
Este tercero, como ya se consignó, debe ser un poseedor anterior inscrito, por-
que se trata de una acción propietaria, considerándose aquel tercero que podía
ejercer esta acción de dominio especial hizo uso de este derecho en un juicio
que le fue desfavorable, por lo cual no puede ser atendida su pretensión de
reiterar una acción reivindicatoria porque ahora estima que no es el tercero
habilitado para hacer uso de dicha acción y que sólo le cabía la ordinaria del
Código Civil, lo cual no puede ser aceptado como fundamento de un error de
derecho que justifique el recurso de nulidad sustancial que ha invocado.
Conforme con lo expuesto aparece que la sentencia impugnada, al considerar
a la recurrente como aquel tercero habilitado para el ejercicio de la acción
reivindicatoria que le permite el artículo 26 del Decreto Ley N" 2.695, que ya
había ejercido en otro juicio en que no obtuvo sentencia favorable, al declarar
improcedente el ejercicio de la acción propietaria del derecho común y estimar
extinguida por aplicación de la misma norma dicha pretensión no ha podido
incurrir en los errores de derecho que le atribuye el recurso.
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V I . - A C C I Ó N REIVINDICATORÍA D E INMUEBLES S A N E A D O S D . L . N ° 2 . 6 9 5
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
los números 4 y 5 del artículo 170 del Código de Procedimiento Civil, esto es,
las consideraciones de hecho o de derecho que le sirven de fundamento y la
enunciación de las leyes, y en su defecto de los principios de equidad, con arre-
glo a los cuales se pronuncia el fallo.
Se aduce, que la sentencia recurrida, sin perjuicio de revocar la de primera
instancia, reproduce íntegramente las consideraciones primera a decimosexta
de esta resolución, haciendo por tanto suyos los argumentos y decisiones que en
ellos se expresan; no obstante, se dice que algunas de esas motivaciones no
pueden armonizarse con lo resuelto por la sentencia de segundo grado, toda
vez, que su contenido resulta absolutamente opuesto a lo que ella dispone.
De esta manera, se enfatiza, el fallo atacado reproduce el considerando 15 del
de primer grado, el cual hace una distinción entre aquellas personas a las cuales
les afecta la prescripción de corto tiempo establecida en el D.L. N° 2.695 y,
aquellas a quienes no les afecta, lo que determina que las que fueron emplaza-
das y que se encuentran regulados en ese texto legal, se ven envueltas en los
efectos de esa ley, mas no así los demás terceros.
Se indica que los motivos 3o, 4o, 5o, 7o y 9o de la sentencia de segunda instancia,
además de no efectuar esta necesaria distinción, concluyen que los terceros tie-
nen el plazo de un año para deducir las acciones pertinentes.
Por otra parte, se agrega en el recurso, se produce una grave y decisiva contra-
dicción entre lo señalado en las consideraciones 7o, 8o y 9o de la sentencia de
primera instancia y los fundamentos 7o y 9o de la de segundo grado, puesto que
en la primera se otorga la razón a la demandante en cuanto a que deben
desestimarse las excepciones de improcedencia y prescripción de la acción
reivindicatoría, en cambio, los argumentos de la Corte de Apelaciones mani-
fiestan que la acción aludida seria improcedente en razón que habría transcurrido
el plazo y por ende precluido el derecho para impugnar el título de la demanda-
da, lo que estaría demostrado por la simple lectura de los fundamentos de las
sentencias involucradas;
SEGUNDO: Que razonando sobre el mismo vicio, el recurso sostiene que se
puede apreciar la absoluta falta de concordancia y armonía entre las motivacio-
nes que el fallo recurrido señala reproducir y que por ende hace suyos, y aquellos
que redacta el sentenciador de segunda instancia.
Por tal motivo, se aduce, el fallo recurrido violenta aquel imperativo legal, en
virtud del cual toda sentencia debe contener las consideraciones relativas al
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
que el fallo adolezca de las razones de hecho y de derecho que le sirvan de fun-
damento para concluir de la manera que se hizo en la parte resolutiva de tal
resolución, por lo que de este modo, esta actuación judicial no ha cumplido con
la exigencia prevista en el N° 4 del artículo 170 del Código de Procedimiento
Civil y, por consecuencia, tal sentencia ha incurrido en la causal de nulidad pre-
vista en el N° 5 del artículo 768 del mismo cuerpo de leyes;
UNDECIMO: Que sin peijuicio de lo acotado en el motivo anterior, es del caso
señalar que el recurso de casación en la forma, como remedio de nulidad exige,
como ocurre en esta materia con todas las nulidades de carácter procesal, que se
cumpla con el principio de trascendencia, como se infiere de lo indicado en el
inciso primero del artículo 83 del Código de Procedimiento Civil, en cuanto se
estatuye que la nulidad procesal deberá declararse en todos aquellos casos en
que exista un vicio que irrogue a alguna de las partes un perjuicio reparable sólo
con la declaración de nulidad.
En el mismo sentido hay que entender lo que se regula en el penúltimo inciso
del artículo 768 del código aludido, puesto que tratándose del recurso de casa-
ción en la forma se dispone en dicha norma, que no obstante lo dispuesto en ese
artículo, el tribunal podrá desestimar este recurso cuando el vicio no ha influido
en lo dispositivo del fallo impugnado.
En este caso, es evidente que si se acepta el defecto formal denunciado, que en
verdad existe, se deberá anular la sentencia y luego, dictar otra de reemplazo
que resuelva lo contrario de lo que resolvió el fallo casado, pero si la decisión
que habrá de dictarse en vez de la anulada llega a la misma conclusión en orden
a rechazar la demanda, es evidente que el vicio producido no influye en lo de-
cisivo de la sentencia recurrida y por esta sola razón, como lo permite el precepto
del artículo 768 referido, esta Corte no está en la obligación de acoger la casa-
ción en la forma e invalidar ese fallo, lo cual se comprenderá más claramente
cuando se pronuncie este tribunal acerca del recurso de casación en el fondo, en
donde examinará los errores de derecho denunciados en contra de la misma
resolución impugnada.
De esta manera se desestimará la casación en la forma en cuando ésta se ha
fundado en el motivo de nulidad previsto en el N° 5 del artículo 768 del Código
de Procedimiento Civil, en relación con los requisitos previstos en los N°s. 4 y
5 del artículo 170 del Código antes referido;
DUODÉCIMO: Que el segundo motivo de invalidación formal que se denun-
cia, es el vicio contemplado en el N° 7 del artículo 768 del Código de
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dominio que informa y publica como parte del referido expediente, es decir,
como lo decidió el fallo de primer grado, las acciones administrativas y judicia-
les del D.L. N° 2.695 son aplicables a quien pudo válidamente oponerse al
saneamiento, es decir, al poseedor inscrito sobre cuya inscripción se pretende
sanear y de este modo, las acciones y los efectos de su no ejercicio alcanzan a
aquel tercero sobre cuya inscripción se pretende sanear, para que pueda ejercer
la acción de dominio a que se refiere el artículo 26 del citado decreto ley y
siempre que fuera emplazado administrativamente, porque de alguna manera
han sido alertados de la regularización que les pueda afectar.
El fallo impugnado, se sostiene, extiende el sentido de la norma citada a todos
los terceros, dándole un alcance que no consideró el legislador y en esta forma,
si se trata de un tercero que no podía deducir la oposición del artículo 19 de la
aludida ley, por no encontrarse en ninguna de las situaciones que taxativamente
se señalan, no le era aplicable la acción de dominio establecida en el artículo
26, debiendo aplicarse a su respecto las normas generales, ya que como se in-
dicó la inscripción de dominio de la demandante no fue objeto de procedimiento
administrativo alguno;
DECIMOCTAVO: Que sobre e! mismo error de derecho, se agrega en el recur-
so que los artículos 18,19 y 26 del citado decreto ley, se refieren a terceros que
se entiende han sido informado de la vulneración o amenaza de vulneración del
derecho de dominio y sólo respecto de ellos es aplicable el plazo de un año
contado desde la respectiva inscripción de la resolución administrativa o judi-
cial que afecta al inmueble y, de esta manera, ha de tenerse presente que dicho
Decreto Ley de forma coherente hace contar el plazo del año desde la respec-
tiva inscripción de la resolución administrativa o judicial, ya que se supone que
en un procedimiento legalmente tramitado la correspondiente inscripción trae-
ría aparejada, a su vez, la subinscripción de dicha resolución o sentencia al
margen de la inscripción del propietario que tendría derecho a reclamar, el que
poseería un medio de publicidad para tomar conocimiento del procedimiento
de regularización, así lo indica el artículo 15 de dicho cuerpo de leyes.
De este modo, se agrega, al no haberse efectuado la subinscripción aludida
respecto del título de la actora, lo que revela que no fue parte del procedimiento
de regularización, la sentencia recurrida se equivoca al señalar que habría
precluído su derecho a ejercer la acción reivindicatoria ordinaria, por haber
ejercido en su oportunidad la especial del artículo 26, ya que esta acción, que
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V I . - A C C I Ó N REIVINDICATORÍA D E INMUEBLES SANEADOS D . L . N ° 2 . 6 9 5
VIGESIMO: Que son hechos establecidos por los jueces del fondo, los siguientes:
1.- Que la demandante Inmobiliaria e Inversiones Regáis S.A. adquirió median-
te compraventa dos lotes de terreno ubicados en la Isla Talcán, del grupo de las
Desertores de una superficie de de 13,20 hectáreas y 4.000 hectáreas, respecti-
vamente, título inscrito a fs. 384 vta. Bajo el N° 386 el registro de Propiedad del
Conservador de Bienes Raíces de Chaitén, correspondiente al año 1995;
2.- Que el demandado, don José Custodio Burgos, mediante el procedimiento
de regularización establecido en el Decreto Ley N° 2.695, obtuvo la calidad de
poseedor regular de un terreno de una superficie de 30 hectáreas ubicado en la
Isla Talcán, el que se inscribió a fs. 108 bajo el N° 106 del Registro de Propie-
dad del Conservador de Bienes Raíces de Chaitén, correspondiente al año 1998;
3.- Que el inmueble regularizado por el demandado, se encontraba ubicado dentro
de la mayor superficie de terreno que tenía inscrito a su nombre la actora;
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
4.- Que la demandante, con anterioridad a este juicio, en la causa Rol N°2.144
del Juzgado de Letras de Chaitén, interpuso en contra del mismo demandado y
respecto de la regularización del inmueble inscrito por este último, la acción
especial reivindicatoria que establece el Decreto Ley N° 2.695, proceso que
terminó sin sentencia definitiva por haberse declarado abandonado el procedi-
miento;
VIGESIMO PRIMERO: Que como se ha señalado en los motivos anteriores, el
error de derecho que se denuncia consiste en haberse estimado improcedente el
ejercicio de la acción ordinaria de reivindicación que se contiene en el derecho
común y, como consecuencia de lo anterior, se aplicó al caso en discusión, la
acción de prescripción extintiva de corto tiempo que se establece en el Decreto
Ley N° 2.695, arbitrio que en opinión de la recurrente, no es procedente puesto
que esta parte no tiene la calidad de tercero que pudiera ser afectado por el
procedimiento de saneamiento, toda vez que esta regularización se dirigió en
contra de una inscripción de dominio anterior a la de la actora y distinta, por
supuesto, a la que ella ostenta;
VIGESIMO SEGUNDO: Que como se ha señalado, no se discute el hecho de
que el demandado regularizó un terreno de acuerdo al procedimiento previsto
en el Decreto Ley N° 2.695 a virtud del cual obtuvo la declaración administra-
tiva de poseedor regular de dicho inmueble, acto jurídico que se encuentra
debidamente inscrito en el Conservador de Bienes Raíces de Chaitén. Tampoco
se discute que la demandante tenía inscrita una compraventa de dos lotes de
terreno de la Isla Talcán, que se superponían al inmueble regularizado por el
demandado.
Es un hecho también demostrado, el que en la regularización se consideró como
inscripción de dominio del bien raíz de esta última parte, otra correspondiente
a la inscripción de fs. 14 bajo el N° 14 del año 1994 del Conservador de Bienes
Raíces de Chaitén y que correspondía a la inscripción especial de herencia de la
sucesión de Bernabé García Álvarez y que finalmente la actora ejerció, sin éxito,
respecto de la inscripción que estimó poseedor regular al demandado, la acción
de dominio en la forma establecida en el artículo 26 del Decreto Ley N° 2.695;
VIGÉSIMO TERCERO: Que el Decreto Ley N° 2.695 fijó un estatuto jurídico
destinado a regularizar la posesión de la pequeña propiedad raíz y para la cons-
titución del dominio sobre ella mediante un procedimiento administrativo que
permita dar una solución práctica de la situación que afecta a poseedores ma-
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V I . - A C C I Ó N REIVINDICATORÍA D E INMUEBLES SANEADOS D . L . N ° 2 . 6 9 5
teriales que carecen de títulos o que los tienen imperfectos, como se enuncia en
la exposición de motivos del referido cuerpo legal.
Por lo tanto, se trata de una regularización de carácter especial que escapa a las
disposiciones comunes que sobre la materia contiene el Código Civil, en parti-
cular toda la problemática que presenta la teoría de la posesión inscrita.
En el presente caso, se ha regularizado administrativamente la situación de un
poseedor material, el que por sobre el inmueble que ocupa no tiene título inscri-
to, a fin de que se le considere poseedor inscrito lo que le permitirá adquirir el
dominio del inmueble que ocupa por prescripción, declaración que finalmente
obtuvo sin oposición y por tanto se procedió a la inscripción correspondiente en
el Registro de Propiedad pertinente;
VIGESIMO CUARTO: Que el recurso sostiene, sobre la base de que el proce-
dimiento administrativo que regularizó el estado de posesión material del
demandado se refirió a una inscripción de dominio distinta a la que lo ampara,
no podía ser considerado tercero, en los términos que utiliza el Decreto Ley
aludido, ya que esa denominación sólo podía corresponder a aquél que pudo
válidamente oponerse al procedimiento administrativo yjudicíal que regula dicha
ley y que sería sólo el relativo al titular de la inscripción de dominio materia de
dicho saneamiento.
En verdad, esa distinción no emana de la aludida ley en ninguno de los casos en
que se permite la oposición a esta regularización.
Desde luego, la ley prevé la posibilidad que existan inscripciones de dominio
anteriores sobre el inmueble que se trata de sanear, como se infiere del inciso
segundo del D.L. N° 2.695 y la indagación que hace el Servicio, según el ar-
tículo 10 de la misma ley, es averiguar sobre el supuesto propietario, a fin de
ordenar las publicaciones a que se refiere el artículo siguiente, debiendo agre-
gar en los avisos y carteles la respectiva inscripción si fuere conocida, lo cual
está fijando el precepto la idea de que el dato de la inscripción de dominio
puede ser de dudosa veracidad, lo que sólo podrá dilucidarse sobre la base de
las oposiciones que permite la ley, tanto para impedir la regularización adminis-
trativa, que se hará jurisdiccional, conforme a las normas del párTafo tercero del
titulo IV de la indicada ley o para justificar el ejercicio de las acciones de do-
minio a que se refiere el artículo 26 del mismo estatuto legal;
VIGESIMO QUINTO: Que el artículo 18 del Decreto Ley N° 2.695, que trata
del ejercicio de derechos por terceros, indica que éstos cuando pretendan im-
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
V I I . - PRESCRIPCIÓN
Sumario:
De conformidad con lo dispuesto en el artículo 310 del Código de Procedi-
miento Civil, entre las excepciones que se permite oponer, se encuentra la de
prescripción, ¡o pedido en consecuencia, es la prescripción de una acción
reivindicatoria, cuyo objeto es el reconocimiento del dominio y la restitución a
su dueño por el tercero que lo posee, pero no puede extinguirse por su no uso
v es el articulo 2517 del Código Civil el que indica la regla, al señalar que toda
acción por la cual se reclama un derecho se extingue por la prescripción ad-
quisitiva del mismo derecho. En consecuencia, la acción reivindicatoria de
dominio, no se extingue por el solo transcurso del tiempo ya que para que ello
ocurra es necesario que un tercero adquiera el dominio por prescripción ad-
quisitiva. Así la acción reivindicatoria de dominio sólo se extingue por la
prescripción adquisitiva del mismo derecho. Por todo lo señalado, deberá
rechazarse la excepción de prescripción extintiva de la acción reivindicatoria
y también la prescripción adquisitiva, alegada en forma indebida.
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VII.- PRESCRIPCIÓN
antes citada, por estimar que dicho fallo incurre en las causales de casación en
la forma contempladas en el artículo 768 del Código de Procedimiento Civil en
sus numerales 4 o , 5o y 7 o , es decir, por haberse dado ultrapetita, por no contener
el fallo las consideraciones de hecho y de derecho que sirven de fundamento, la
falta de decisión del asunto controvertido y por contener decisiones contradic-
torias.
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VII.- PRESCRIPCIÓN
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
legales establecidos en los artículos 2492 y 2498 del Código Civil, dada su
naturaleza, hace que sea de lato conocimiento y, por tanto, debe ser alegada
como acción, sea principal o reconvencional, por lo que al hablar de prescrip-
ción sin distingos como se hace en el contexto de la contestación sólo puede
referirse a la prescripción extintiva.
Décimo: Que, de acuerdo a lo razonado en el considerando precedente, debe-
mos analizar si se dan los presupuestos para que proceda la excepción de
prescripción extintiva.
En primer lugar de conformidad con lo dispuesto en el artículo 310 del Código
de Procedimiento Civil, entre las excepciones que se permite oponer, se en-
cuentra la de prescripción, lo pedido en consecuencia, es la prescripción de una
acción reivindicatoria, cuyo objeto es el reconocimiento del dominio y la resti-
tución a su dueño por el tercero que lo posee, pero no puede extinguirse por su
no uso y es el artículo 2517 del Código Civil el que indica la regla, al señalar
que toda acción por la cual se reclama un derecho se extingue por la prescrip-
ción adquisitiva del mismo derecho.
Undécimo: Que, en consecuencia, la acción reivindicatoria de dominio, no se
extingue por el solo transcurso del tiempo ya que para que ello ocurra es nece-
sario que un tercero adquiera el dominio por prescripción adquisitiva.
Así la acción reivindicatoria de dominio sólo se extingue por la prescripción
adquisitiva del mismo derecho.
Duodécimo: Que, por todo lo señalado, deberá rechazarse la excepción de pres-
cripción extintiva de la acción reivindicatoria y también la prescripción
adquisitiva, alegada en forma indebida.
Décimo tercero: Que, los tribunales tienen la facultad y el deber de examinar los
presupuestos de la acción y, de conformidad a lo dispuesto en el artículo 889 del
Código Civil, para deducir la acción reivindicatoria o de dominio se exige: ser
dueño de la cosa, que el dueño debe haber sido privado de la posesión de la cosa,
y que la cosa sea individualizable, requisito que en el caso concurre conforme a
los planos, escrituras de compraventa e informe pericial acompañados, por lo
que todas estas exigencias se han dado a favor del actor y, por otra parte, los
demandados están en posesión material de parte del terreno, lo que ha sido
reconocido por los mismos, por lo que la acción intentada, como se razona en los
considerandos quinto al séptimo de la sentencia que se revisa, debe ser acogida.
239
VII.- PRESCRIPCIÓN
Sumario:
Se ha pedido v aceptado (por la sentencia) la prescripción extintiva de una
acción dominica!, esto es, la reivindicatoría, cuyo objeto principal está dirigi-
do al reconocimiento del dominio y a la restitución de la cosa a su dueño por
el tercero que la posee.
Sin embargo, se debe considerar que el dominio es perpetuo y subsiste inde-
pendientemente del ejercicio que se pueda hacer de él. La acción reivindicatoría
no puede extinguirse por su no uso. Es por ello que tal acción, a la luz de
nuestra normativa sustantiva, y de una doctrina más que mayoritaria, resulta
imprescriptible.
El artículo 2517 del Código Civil contiene la regla expresa en cuanto señala
que toda acción por la cual se reclama un derecho se extingue por la prescrip-
ción adquisitiva del mismo derecho.
Asi, entonces, en el caso del derecho de dominio, la acción para reclamarlo,
esto es la reivindicatoría, por ejemplo, se va a extinguir cuando un tercero
haya adquirido la cosa por prescripción adquisitiva.
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texto legal, las excepciones que allí se indican, que son cuatro, entre ellas, la de
prescripción, en cualquier estado del juicio, pero antes de la citación para oír
sentencia en primera instancia, o de la vista de la causa en segunda.
Si bien la primera norma citada no distingue a qué clase de prescripción de
refiere, lo cierto es que tratándose de excepciones que puede oponer el deman-
dado, no cabe duda que sólo reviste tal carácter la extintiva, puesto que la
prescripción adquisitiva, entendida como un modo de adquirir el dominio de las
cosas comerciales ajenas, por haberlas poseído durante cierto tiempo con los
requisitos legales (artículos 2492 y 2498), dada su naturaleza, para beneficiarse
con ella debe ser alegada como acción, sea principal o reconvencional.
Así por lo demás, ha sido entendido por la doctrina mayoritaria.
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VII.- PRESCRIPCIÓN
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VII.- PRESCRIPCIÓN
El segundo de los testigos, manifestó que por trabajar desde hace años en el
Lote N° 4, le consta que los deslindes son los cercos que separan el lote N° 1 de
la Estancia Cruz de Cañas, con los lotes segregados.
Los deslindes corresponden a los que se encuentran graficados en el plano N°
176 que se le exhibe; que nadie ha movido los cercos, y que jamás el lote N° 5
tuvo la forma que en indica en el documento que se le muestra denominado
levantamiento planimétrico, dibujado por don Pablo Uziada Rojas.
El tercer testigo, aseguró que los deslindes de todos los lotes que resultaron de
la división de la Cruz de Cañas quedaron determinados por los cercos de deli-
mitación que fijó Armando Jiles, administrador de la Sociedad Agrícola Cruz
de Cañas, lo que sabe puesto que él, fue el primero en comprar el lote N° 3, en
el año 1989 ó 1990; que su cuñado compró el lote N° 4, el que hoy también le
pertenece, y que también le fue ofrecido el Lote N° 5, y que por todo ello cono-
ce sus deslindes que son los que están en el plano N° 176 que se le exhibe.
Asegura que los deslindes nunca se han movido y que nunca el lote en cuestión
ha tenido la forma que aparece en el plano dibujado por Pablo Uziada Rojas.
El último de los testigos, Carlos Eider Godoy, señaló, pormenorizadamente,
que los deslindes del lote N° 5, al igual que los demás, están delimitados por un
cerco que corresponde a los planos elaborados por la sociedad vendedora Agrí-
cola Cruz de Cañas, lo que le consta pues él compró el lote N° 6, y vio los
deslindes del Lote N° 5.
Agregó que tales deslindes corresponden a los que están graficados en el plano
agregado con el N° 176, y que no era efectivo de que la demandada haya corri-
do algún deslinde y que jamás ha tenido la forma que aparece en el documento
que se le exhibe, documento referido al levantamiento planimétrico de Pablo
Uziada.
Duodécimo: Que, a fojas 130, rola acta de inspección personal del tribunal al
Lote N° 5, consignándose que en el sector oriente, se visualiza un cerco cons-
truido con palos, mallas y alambres de púa, y que continúa hasta el lote N° 6.
La dirección del cerco es la misma que se vislumbra en el plano agregado a
fojas 120 y que deslinda con el resto de la Estancia Cruz de Cañas. Se expresa
que no se advierten vestigios o rasgos (sic) de haber sido movido dicho cerco.
Décimotercero: Que a la testimonial rendida en autos por la demandada, por
estar los deponentes contestes en el hecho y en sus circunstancias esenciales, sin
2 4 8
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
tacha, legalmente examinados y que han dado razón de sus dichos, y no exis-
tiendo prueba idónea en contrario, los sentenciadores le atribuyen el valor de
plena prueba para los efectos de determinar que los deslindes existentes en el
sector, en relación con el Lote N° 5, materializados mediante cercos, fueron
fijados por la propia demandante, al momento de efectuar el loteo, sin que haya
existido corrimientos del mismo respecto de aquel existente en su límite Orien-
te, que lo separa del Lote N° 1 de propiedad de la demandada.
Esto último, se encuentra corroborado con la inspección ocular efectuada por el
tribunal, a la cual también se le da valor de plena prueba respecto del hecho ob-
servado y consignado de no aparecer vestigios de haber sido movido dicho cerco.
El informe pericial, por lo demás, no es contrario a todo lo anterior si se consi-
dera que en él se concluyó que era difícil verificar si el deslinde Oriente era el
mismo que el original (sic).
Décimocuarto: Que, de otra parte, la circunstancia de que en el mencionado
peritaje se haya indicado que en la medición del área correspondiente al Lote
N° 5 se constataron 107,13 hectáreas, no resulta relevante en la presente causa
para que, eventualmente, con ese solo antecedente, se pudieren dar por estable-
cidos los hechos fundamentales de la demanda, puesto que, como ya se ha
mencionado, el Lote N° 5, en todas sus transferencias de dominio, debe enten-
derse, por las razones ya dadas en acápites anteriores, y por no existir prueba en
contrario, que fue vendido como cuerpo cierto con señalamiento de linderos, y
si a ello se une la circunstancia ya establecida de que no se ha alterado su límite
Oriente, puesto que permanece en la misma forma que dispuso el loteador, y
que fue vendido como tal, cabe sólo concluir que la demandante, a quien le
correspondía el onus probandi, no ha logrado acreditar el hecho preciso en que
se apoya su acción dominical: que el deslinde oriente fue desplazado por la
demandada, anexando e incorporando materialmente 3,45 hectáreas correspon-
dientes al Lote N° 1, de dominio de la actora.
Como epílogo de lo reflexionado en esta materia, cabe hacer notar, además, que la
actora en la presente controversia, no logró acreditar un asunto de extrema impor-
tancia para el éxito de sus pretensiones: que el Lote N° 1, a la fecha de su demanda,
tenía una superficie menor a aquella que le correspondía según sus títulos.
Decimoquinto: Que en fin, para los efectos de dejar agotados todos los extre-
mos de la causa, es preciso dejar consignado que la acción reivindicatoría
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VII.- PRESCRIPCIÓN
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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ACCIONES POSESORIAS
I . - Q U E R E L L A DE AMPARO
Sumario:
De conformidad con lo dispuesto en el inciso Ia del articulo 551 del Código de
Procedimiento Civil, los presupuestos de procedencia del interdicto posesorio
denominado querella de amparo son que el demandante o querellante pruebe,
en primer término, que personalmente o agregando la de sus antecesores, ha
estado en posesión tranquila y no interrumpida durante un año completo del
derecho en que pretende ser amparado y, en segundo, que se le ha tratado de
turbar o molestar su posesión o que en el hecho se le ha turbado o molestado.
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I . - Q U E R E L L A DE AMPARO
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
las modestas sesenta cuadras ubicadas en otro sitio, entre las cuales no están los
lugares indicados en la demanda.
Así, termina el recurso, se omite aplicar los artículos 918 del Código Civil y 551
del Código de Procedimiento Civil, normas que la sentencia también vulnera.
SEGUNDO: Que el fallo objeto del recurso estableció que la querellante Invecsur
S.A es dueña de la propiedad cuyo nombre es El Chonchón o Pangue Alto (cuyos
deslindes se señalan) y que no sólo ha estado en posesión material de dicho pre-
dio, sino que se encuentra amparado, a lo menos, con la inscripción de dominio.
Seguidamente dispone el fallo que si bien es cierto pudieran existir dudas respec-
to del dominio que las partes invocan, no lo es menos que las pruebas demuestran
que el querellante ha estado en posesión material no interrumpida durante a lo
menos quince años del predio denominado El Chonchón o Pangue Alto, y será
materia de un juicio de lato conocimiento determinar si es poseedor no dueño.
Agregan los sentenciadores que en este pleito es de toda evidencia que los
querellados han turbado la posesión al ingresar al predio para cumplir una reso-
lución judicial que eventualmente está referida al fundo El Crucero y no al predio
llamado El Chonchón -los que son distintos y se encuentran separados por el
camino público- y que es de claridad absoluta que el querellante cumple con
los presupuestos del artículo 925 del Código Civil.
TERCERO: Que de conformidad con lo dispuesto en el inciso Io del artículo
551 del Código de Procedimiento Civil, los presupuestos de procedencia del
interdicto posesorio denominado querella de amparo son que el demandante o
querellante pruebe, en primer término, que personalmente o agregando la de sus
antecesores, ha estado en posesión tranquila y no interrumpida durante un año
completo del derecho en que pretende ser amparado y, en segundo, que se le ha
tratado de turbar o molestar su posesión o que en el hecho se le ha turbado o
molestado.
CUARTO: Que, como se señalara en el fundamento primero de esta sentencia,
el fallo recurrido tuvo por probada ambas circunstancias de hecho, de manera
tal que la única forma de alterar esas proposiciones fácticas, por la vía de la
casación en el fondo, será a través de la denuncia de vulneración de las normas
que regulan la apreciación o valoración de la prueba.
Ahora bien, la parte recurrente circunscribe sus alegaciones al yerTO en que se
habría incurrido, a su juicio, al tenerse por acreditado el primero de los hechos,
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I . - Q U E R E L L A DE AMPARO
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I . - Q U E R E L L A DE AMPARO
Sumario:
Las normas sustantivas del Código Civil y las adjetivas del Código de Proce-
dimiento Civil establecen como requisito para ser legitimado activo de la acción
posesoria de amparo, el haber estado en posesión tranquila y no interrumpida
durante un año completo. Además, como supuesto de la acción, es necesario
que el querellante exprese que se le ha tratado de turbar, molestar o embarazar
en esta posesión por medio de actos que explicitará circunstanciadamente.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I . - Q U E R E L L A DE AMPARO
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
261
I.- Q U E R E L L A DE A M P A R O
CUARTO: Que las normas sustantivas del Código Civil y las adjetivas del Código
de Procedimiento Civil establecen como requisito para ser legitimado activo de
la acción posesoria de amparo, el haber estado en posesión tranquila y no inte-
rrumpida durante un año completo.
Además, como supuesto de la acción, es necesario que el querellante exprese
que se le ha tratado de turbar, molestar o embarazar en esta posesión por medio
de actos que explicitará circunstanciadamente.
QUINTO: Que en el caso subjudice-como se ha establecido por los jueces del
mérito- aparece de manifiesto que la posesión de la querellante no puede esti-
marse pacífica, toda vez que un Tribunal de la República (Corte de Apelaciones
de Temuco) ordenó inscribir a nombre del querellado el inmueble objeto de la
querella posesoria, lo que determina que no se han cometido los errores de
derecho que se denuncian, por lo que debe rechazarse el recurso de invalida-
ción de fondo incoado.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en las normas legales
citadas y en los artículos 767 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se re-
chaza el recurso de casación en el fondo deducido por la parte querellante en lo
principal de la presentación de fojas 213, contra la sentencia de veintiuno de
enero de dos mil cinco, escrita a fojas 209.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del abogado integrante señor Herrera.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema, por los Ministros Sres
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G, y Sr Juan Araya E y Abogados Integran-
tes Sres Oscar Herrera V y Hernán Álvarez G
No firma el Abogado Integrante Sr Álvarez G, no obstante haber concurrido a
la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar ausente.
Autorizado por la Secretaria Subrogante Sra Carola A Herrera Brummer.
Rol N° 1.387-2005.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Sumario:
Es del caso formular una última reflexión sobre ¡a improcedencia de esta que-
rella de amparo, va que en el libelo no se identifica, con todos los datos
indispensables, el inmueble sobre los que la Congregación habría realizado
actos violatorios de ¡a posesión de ¡os querellantes, no habiendo una debida
individualización de ese bien raíz, y que es indispensable para que prospere ¡a
querella por aplicación analógica de la norma del articulo 889 del Código
Civil. A tanto llega esta falta de fijación que cuando el Juez a quo accedió a la
solicitud de los querellantes para que se oficiara ¡a Municipalidad, afin de que
suspendiera desde ya la autorización de toda obra o permiso en el sector, el
Director de Obras Municipales de esa Corporación informó al Tribunal que
con el propósito de dar cumplimiento a ¡o ordenado, es menester se precise ¡a
individualización del predio donde ha de aplicarse dicho oficio, indicando el
rol de avalúo de la propiedad, su dirección domiciliaria y un plano de empla-
zamiento de! mismo, lo que nunca pudo implementarse, por lo que ¡a suspensión
dispuesta no tuvo aplicación práctica.
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I . - Q U E R E L L A DE AMPARO
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
cesitan dar fe de los bienes que éstos fueron transmitiendo, mediante las inscrip-
ciones especiales de herencia que se hubieren practicado, y no a través de copia
de una solicitud de ampliación de posesión efectiva que no corrobora nada.
Igualmente, hay que tener en cuenta que en esta instancia se ha acompañado, a fojas
352 y 353, certificado del Primer Juzgado Civil de Santiago, causa Rol N° 102-
2004, no objetado, en el cual se tramita la posesión efectiva de don Samuel
Francisco Salvador Vergara Alvares, causa Rol N° V 102-2004, que testimonia
que el 21 de diciembre de 2001 compareció el Sr. Francisco Javier Vergara Jara,
impetrando la ampliación de la posesión efectiva a favor de doña Blanca Diana
y de don José Francisco, ambos Vergara Lickmann, petición que al 28 de mayo
de 2007, no había sido acogida.
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I.- Q U E R E L L A DE AMPARO
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I I . - Q U E R E L L A DE RESTABLECIMIENTO
I I . - QUERELLA DE RESTABLECIMIENTO
Sumario:
Como se acogerá la querella de restablecimiento, ordenándose restablecer las
cosas en el estado que antes se hallaban, las partes podrán intentar las accio-
nes que crean corresponder!es, una vez restablecidas las cosas, y asegurado el
resarcimiento de daños, como io dispone el articulo 928 del Código Civil. Tam-
bién se pide en la querella se condene a los demandados a indemnizar los
perjuicios causados a los demandantes, cuya especie y monto se reservaría
para la etapa de cumplimiento o para otro juicio, lo que de acuerdo al citado
articulo 928 y a lo que disponen los artículos 921 y 926 del mismo Código
Civil es procedente acceder a tal petición.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I I . - Q U E R E L L A DE RESTABLECIMIENTO
antes de la fecha que los Muñoz construyeran el cerco; José Cea Navarrete dice que
el señor Cruzat criaba animales en el predio y hacía pequeños sembrados en él.
6) Que como esta prueba testimonial no ha sido desvirtuada y se trata de dos o
más testigos contestes en el hecho y en sus circunstancias esenciales, sin tacha,
legalmente examinados y que dan razón de sus dichos, constituyen plena prue-
ba de que el padre de los querellantes y éstos realizaban acciones en el predio
como echar animales, tener un cuidador u otros de igual significación sin el
consentimiento de nadie.
Se trata, en consecuencia, de hechos positivos que unidos a la confesión de uno
de los querellados, el mérito de lo resuelto en el pleito anterior, permiten dar por
probada la posesión de los querellantes sobre el predio objeto del litigio.
7) Que ocho años después del pleito anterior, el año 1994, el mismo demandan-
te, padre de los querellados, pese a los resuelto por sentencia firme inscribió a
su nombre, conforme al Decreto Ley 2.695, el predio materia del pleito anterior
y del presente.
Así adquirió posesión inscrita sobre un predio donde sólo tendría acciones y
derechos; pero no posesión material.
Después de su muerte sus herederos, los querellados, procedieron a poner un
cerco paralelo al que existía para impedir, como lo han reconocido, que nadie
pueda ingresar al predio sin su autorización, es decir, tomaron posesión mate-
rial del predio poseído por los querellantes en forma violenta, pues se hizo el
cerco con la concurrencia de un grupo de personas que se enfrentó al cuidador
incapaz de impedirlo por si solo.
Alteraron el estado natural de las cosas, tratando de hacerse justicia por si solos.
8) Que la defensa de los querellados reconoce estos hechos; pero dice que a don
Renato Muñoz Arias le faltó mejor prueba para ganar el pleito anterior y que
actualmente tienen posesión inscrita desde 1994.
Agregan que a la fecha ha prescrito el derecho de los querellantes y por ello alegan,
como excepción, la prescripción adquisitiva del artículo 15 del D.L. N° 2.695.
Para acreditar sus dichos acompañaron los documentos de fojas 65, 66, 68, 69
y 70; pero estos documentos sólo prueban su actual posesión inscrita y no la
posesión material del suelo, que es la que tenían los querellantes antes del 5 de
noviembre de 2001.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I I . - Q U E R E L L A D E RESTABLECIMIENTO
Sumario:
En ¡a querella de restablecimiento no se necesita acreditar posesión, basta
probar el despojo violento. Las palabras fuerza o violencia de que hablan los
artículos 710 y 928 del Código Civil y 549 y 551 del Código de Procedimiento
Civil, deben entenderse en el sentido de que se ejerciten fuera de ¡a razón y de
justicia, injustamente, contra derecho, y esta interpretación conduce a la con-
clusión de que los expresados artículos dicen relación con la fuerza o violencia
cuyo uso es arbitrario e ilícito y constituye o puede constituir delito, con lo que
queda en evidencia que el eventual despojo del actor, al que alude en su de-
manda, no puede considerarse fuera de razón o contra derecho, sino que se
trató de un acto judicial autorizado por la ley y que no puede estimarse ilícito
o arbitrario, pues lo fue en cumplimiento de una diligencia ordenada por el
juez exhortante, mandada a ejecutar por el juez exhortado, en el ejercicio de
sus funciones y en uso de sus facultades.
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I I . - Q U E R E L L A DE RESTABLECIMIENTO
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
razón o contra derecho, sino que se trató de un acto judicial autorizado por la
ley y que no puede estimarse ilícito o arbitrario.
En efecto, la actuación del Receptor y Carabineros, en la que se encontraba
presente don Mario Viveros Jara, lo fue en cumplimiento de una diligencia or-
denada por el Juez exhortante, del Segundo Juzgado Civil de esta ciudad,
mandada a ejecutar por el Juez exhortado de Los Ángeles, en el ejercicio de sus
funciones y en uso de sus facultades.
Así, por lo demás, se ha resuelto reiteradamente por los Tribunales Superiores
de Justicia, como puede verse del fallo últimamente mencionado y de otros que
se aluden en el Repertorio del Código Civil, Tomo III, pág. 411, art. 926.
11.- Que, por lo que se ha venido reseñando, la querella de restablecimiento
formulada en los autos no puede prosperar, por lo que debe revocarse la senten-
cia del juez que la acogió, como lo ha solicitado el apelante.
12.- Que el fallador de primer grado, al acoger la querella antes indicada, no se
pronunció sobre las querellas de restitución y amparo, deducida la primeramen-
te referida en subsidio de la de restablecimiento, y la otra, en subsidio de la de
restitución.
13.- Que, entonces, en conformidad a lo preceptuado en el artículo 208 del
Código de Enjuiciamiento Civil, a esta Corte corresponde emitir pronuncia-
miento sobre tales querellas;
14.- Que el artículo 926 del Código Civil estatuye: El que injustamente ha sido
privado de la posesión, tendrá derecho a pedir que se le restituya; a su vez, el
artículo 551 del Código de Procedimiento Civil preceptúa que quien intente una
querella de restitución deberá expresar que personalmente o agregando la de
sus antecesores, ha estado en posesión tranquila y no interrumpida durante un
año completo del derecho en que pretende ser amparado, y que ha sido despo-
jado de la posesión por medio de actos que indicará clara y precisamente.
Por lo mismo, al querellante corresponderá acreditar los hechos que configuran
los supuestos ahora anotados;
15.- Que el artículo 921 del Código Civil dispone que el poseedor tiene derecho
a solicitar que no se le turbe o embarace su posesión y el artículo 551 del Có-
digo de Procedimiento Civil dice que quien deduzca una querella de amparo
tiene que expresar lo que primeramente se acotó, en relación con lo que se
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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I I I . - Q U E R E L L A D E RESTITUCIÓN
I I I . - Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
1. Concepto y requisitos
Sumario:
La querella posesoria de restitución es la dirigida a recuperar la posesión de
los bienes raíces o de los derechos reales constituidos en ellos, de que ha sido
injustamente despojado el poseedor.
Para que proceda la querella posesoria de restitución es necesario que el que-
rellante acredite la concurrencia de los siguientes presupuestos:
a) Haber estado en posesión tranquila v no interrumpida del terreno reclama-
do durante un año completo y
b) Que haya sido despojado de la posesión del terreno reclamado por actos
que hayan hecho posible tal despojo, los que debe indicar clara y
circunstanciadamente.
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III.- Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
del pliego de fojas 20, reconoce que posee materialmente el retazo de terreno
que anteriormente poseía su difunto marido Abelardo Carrasco Sáez, que apa-
rece achurado en el plano que se le exhibe.
7. Que en la diligencia de inspección ocular que rola a fojas 37, el tribunal
observó que los inmuebles que ambas partes poseen se encuentran delimitados
y que corresponden al plano acompañado a fojas 6 de autos.
8. Que como medida para mejor resolver, esta Corte trajo a la vista la causa Rol
N° 10.615 del Juzgado de Letras de Nacimiento, caratulada Elba Castro Medina
con Abelardo Carrasco Sáez, sobre demarcación y cerramiento, en la que se
dictó sentencia definitiva el 23 de noviembre de 1992, laque no fue impugnada,
de la cual fluye que conforme a la prueba rendida entre ella, el plano e informe
pericial, cuyas copias rolan a fojas 6 y 7 de estos autos, los deslindes de los
predios de las partes se encuentran claramente establecidos, y que existen los
cierros desde hace más de seis años, fijados por las partes.
9. Que en cuanto al segundo presupuesto que debe concurrir para que prospere
la querella posesoria de restitución, es útil consignar que habrá acto de despojo
cuando la posesión haya salido de las manos del querellante para radicarse en
poder del causante de tal situación.
El despojo consiste en privar al poseedor de la posesión de la cosa o en impe-
dirle el ejercicio del derecho que posee.
Crea un obstáculo persistente, que impide al poseedor recobrar libremente el
uso de la cosa que posee o que necesita para ejercer la posesión de su derecho
(Arturo Alessandri Rodríguez y Manuel Somarriva Undurraga. Redactado y
completado por Antonio Vodanovic H., Curso de Derecho Civil, tomo II, De los
Bienes, Editorial Nascimento, 1957, página 867).
10. Que los testigos de la parte querellante Eduardo Venegas Amagada, José
Lezano Barriga, Tomás Astudillo Vilugrón y Timoteo Reyes Castro, a fojas 17,
17 vuelta, 33 y 34 depusieron, a propósito de este segundo presupuesto, lo si-
guiente:
Venegas Amagada dice que como perito en la causa Rol N° 10.615, midió los
predios de las partes, por lo que conoce el terreno que está en discusión; que
comparando el plano de esa pericia con la realidad actual, puede establecer que
el terreno de 1,5 hectáreas que actualmente posee la parte demandante está
dentro de la parte de la señora Carrasco; que con relación a la visita que efectuó
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I I I . - Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
13. Que la parte demandada, por su lado, acompañó los siguientes documentos,
entre otros:
a) Copia de inscripción de posesión efectiva de 04 de abril de 1985, por la cual
consta que se concedió la posesión efectiva de los bienes quedados al falleci-
miento de don Abelardo Carrasco Sáez a sus hijos legítimos María Lucila
Carrasco Carrasco y otros, sin perjuicio de los derechos de su cónyuge sobre-
viviente doña Carmela Carrasco Vallejos, figurando en el inventario, acciones
y derechos en el predio El Avellano, de 12 cuadras de extensión aproximada-
mente, con los deslindes que se indican (fojas 21 y 28) y
b) Copia de escritura pública de compraventa de 04 de abril de 1985, por la que
consta que doña Hilda Flor Medina Carrasco y otros vendieron a don Abelardo
Carrasco Sáez un predio compuesto de 12 cuadras más o menos, denominado
El Avellano, cuyos deslindes se indican en dicha escritura.
14. Que la parte demandada también rindió prueba testimonial con los dichos
de Ignacio Reyes Aburto y José Cid Ferreira, quienes a fojas 34 vuelta y 35
manifestaron lo siguiente:
Reyes Aburto dijo conocer a las partes del pleito por tener una propiedad colin-
dante con los Medina; que cuando se construyó el actual camino a Nacimiento,
quedó una esquina de 1,5 a 2,5 hectáreas, que es lo que hoy pleitean las partes;
que doña Carmela Carrasco ha ocupado todo este tiempo esa esquina, y últi-
mamente, plantado pinos; que la demandada cerró esa esquina porque le pertenecía
por herencia de sus abuelos. Que la demandante nunca ha ocupado esos terrenos.
Cid Ferreira también dice conocer a las partes del pleito por vivir cerca del
sector Los Guindos.
Que al reemplazarse por uno nuevo el antiguo camino que llegaba a Palos
Quemados, quedó un pedazo de terreno separado, que pertenecía a los Carrasco,
parientes de la demandada.
Ese pedazo, dice, medía poco más de 1 hectárea y estaba situado aledaño a una
escuela; la demandada lo cercó porque le pertenecía, y actualmente tiene unas matas
de pino y eucaliptos. Que los Castro y los Medina no han ocupado ese suelo.
El predio de la demandada, dice, tiene una superficie como de 30 hectáreas.
15. Que en relación a los planos e informe pericial agregados a fojas 6,7 y 8 es
necesario consignar que si bien no constituyen prueba pericial, sí constituyen
instrumentos privados emanados de tercero que tienen valor probatorio en jui-
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III.- Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
cío, por cuanto quien los emitió, elaboró y suscribió, ha declarado como testigo
en este juicio, reconociendo su autoría y contenido, y en cuanto al expediente
traído a la vista como medida para mejor resolver, su mérito radica por tener
vinculación directa con los hechos que se controvierten en el juicio y que las
partes han debido probar.
Finalmente, respecto de la prueba testimonial rendida por las partes, estos
sentenciadores, conforme lo dispone el artículo 384 del Código de Procedi-
miento Civil darán mayor valor a los dichos de los testigos de la parte querellante
por estar mejor instruidos de los hechos y hallarse sus declaraciones más con-
formes con otras pruebas del proceso.
16. Que la prueba aportada por la parte querellante permite tener por acreditado
los siguientes hechos:
a) Que en la causa Rol N° 10.615 del Juzgado de Letras de Nacimiento, seguida
entre otros, por Luis Alberto Medina castro contra Abelardo carrasco Sáez,
cónyuge fallecido de doña Carmela Carrasco Vallejos, se estableció por senten-
cia definitiva de 23 de noviembre de 1992, que los deslindes de los predios de
las partes están claramente establecidos, existen cercos divisorios y poseen
materialmente el terreno indicado en el plano y en la forma explicada en el
informe de peritos, que en estos autos rolan a fojas 6 y 7; que al 30 de agosto de
1998, el querellante se encontraba en posesión de las dos porciones de terreno
que reclama en la querella;
c) Que la posesión de las porciones de terreno era tranquila, ya que la ejercía
públicamente y sin contradicción;
d) Que dicha posesión era no interrumpida porque no había sufrido ni interrup-
ción natural ni civil;
e) Que la posesión tranquila y no interrumpida es superior a un año completo y
anterior a los actos de perturbación;
0 Que los días 30 y 31 de agosto de 1998 el querellante fue despojado por la
demandada de la posesión de las dos porciones de terreno que reclama en la
querella;
g) Que el despojo consistió en que la demandada procedió a cercar con estacas y
alambradas de púas las dos porciones de terreno reclamadas por el querellante y
h) Que la demandada cercó las porciones de terrenos pretendiendo derechos
sobre ellos.
2 8 4
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
17. Que, de otro lado, la prueba aportada por la demandada permite tener por
acreditado que se encuentra en posesión de un retazo de terreno que correspon-
de a la parte achurada del plano que rola a fojas 6, y que cercó las dos porciones
de terreno reclamadas por el querellante porque pretende derechos sobre ellos.
18. Que conforme a lo razonado, cabe concluir que la parte querellante con
anterioridad al 30 de agosto de 1998 se encontraba en posesión de las dos por-
ciones de terreno que reclama en la querella; que su posesión era tranquila y no
interrumpida por más de un año completo; que los días 30 y 31 de agosto de
1998 fue despojado por la demandada de la posesión de las dos porciones de
terreno reclamadas y que los actos de despojo consistieron en cercar y alambrar
las dos porciones de terreno integrándolas a su predio.
19. Que en relación a la materia en estudio, nuestro Máximo Tribunal ha seña-
lado que la acción posesoria oel artículo 926 del Código Civil o querella de
restitución, es procedente cuando se ha perdido la tenencia material de un pre-
dio, pues esta pérdida importa privar parcialmente de su posesión al poseedor,
pues se lo priva parcialmente de uno de los elementos constitutivos de ella (En
Revista de Derecho y Jurisprudencia, tomo 52, sección primera, página 294).
20. Que el artículo 926 del Código Civil dispone que el que injustamente ha
sido privado de la posesión, tendrá derecho para pedir que se le restituya, con
indemnización de perjuicios.
La indemnización de peijuicios en los interdictos posesorios es una consecuen-
cia emanada de la aceptación de la demanda.
21. Que así las cosas, concurriendo en la especie los presupuestos que hacen
procedente la acción posesoria de restitución, de acuerdo a las probanzas seña-
ladas y ponderadas en los considerandos precedentes, resulta necesario acoger
la querella deducida por el querellante.
22. Que sólo para efectos procesales, cabe indicar que el resto de la prueba docu-
mental acompañada por las partes en nada alteran las conclusiones arribadas.
23. Que atendido el pronunciamiento que deberá adoptarse, es inoficioso emitir
cualquier otro respecto de la decisión de la parte resolutiva de la sentencia de
primer grado que deja a salvo al querellante la acción ordinaria que correspon-
da con arreglo a derecho, por ser una consecuencia de la decisión II de dicho
fallo, que en esta sentencia se revoca.
Por estas consideraciones y visto lo dispuesto en los artículos 916, 918, 926 y
1698 del Código Civil, 144, 549 y 551 del Código de Procedimiento Civil, SE
285
I I I . - Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
Sumario:
Este TribunaI no comparte el criterio que la querella de restitución no procede
cuando hay usurpación de posesiones inscritas, esto es cuando el poseedor
inscrito es privado materialmente del todo o parte su finca, v que en tal caso
solo procede la querella de amparo por no existir pérdida de ¡a posesión, ya
que aún en los bienes inscritos la posesión materia! es un elemento fundamen-
tal, por lo que al privarse al dueño de la tenencia material, se le está privando
de una parte integrante de su posesión (el corpus), v habría por ende un des-
pojo parcial.
2 8 6
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
2 8 7
I I I . - Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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I I I . - Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
12.- Que lo anterior permite dar por establecido que don Juan Veliz Cisternas,
entre el 15 y el 17 de Marzo del 2002 abrió una faja para lo cual debió cortar
cinco árboles, cuya leña utilizó para construir galpones.
Al mismo tiempo permite dar por establecido que se retiró un cerco y que con
las mismas estacas se construyó uno nuevo, siendo relevante al respecto lo cons-
tatado en terreno por el perito don Francisco Gómez Quilodran quien a fs. 93
señala que este cerco que se dice antiguo por la demandada está hecho con
estacas antiguas, alambre y grampas nuevas.
13.- Que lo anterior es confirmado por el relato que consta en el informe N° 249
de 17 de Abril del 2002 de la Tercera Comisaría de Padre Las Casas, en el que
se expresa que don Juan Veliz Cisterna, manifiesta que él le administra la par-
cela N° 3 a don Cristian Leighton y que por instrucciones de este último, había
sacado el cerco que se encontraba al costado norte de su parcela, toda vez que
la escritura que el tenía figuraba que su deslinde hacia el norte era hasta el río
Allipen, por lo que retiró el cerco y lo colocó en los costados norte y sur exten-
diendo dichas alambradas hasta el río Allipen .
13.- Que en cuanto a si esta acción material conllevó una alteración de la situa-
ción de hecho antes existente, y por ende el despojo de parte de la posesión que
el querellante ejercía sobre su predio, debe tenerse en consideración el informe
de peritos que rola a fs. 93 evacuado por don Francisco Gómez Quilodran, que
este Tribunal dará mérito probatorio, al ser este concordante con los demás
hechos que se han dado por establecidos, que señala que entre el deslinde los
predios de ambas partes, existe un cerco hecho con estacas antiguas, alambre y
grampas nuevas, lo que indica que es de reciente data, agrega que el cerco bor-
dea el sendero hasta llegar a la parte plana, punto en que el cerco llega al brazo
del rió Allipen, junto a la desembocadura de un meandro con una diferencia de
nivel de 20 metros respecto del punto A, cruzamos el brazo del rió Allipen
recorriendo la isla que se forma actualmente para regresar al borde del rió hacia
el Nor-Este, llegando al punto signado con la letra AA, donde existe un cerco,
que recorrimos, de estacas antiguas, alambre y grampas nuevas, que va en di-
rección Sur-Este, y que según la parte demandante seria su límite (vértice AA-A)
con el predio de la parte demandante.
En sus conclusiones agrega: La parcela N° 4 de la parte demandante signada
con las letras A-D-E-AA-F-G-H-I-B-A según sus vértices y acotaciones, a sido
usurpada en un retazo de 3,44 hás y su limite SUR respecto de la parcela N° 3
es SUR: Parcela N° 3 separada por cerco.
2 9 0
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Precisa además que el cerco removido por la parte demanda entre los vértices
A-D, al borde del camino, que corre de Este a Oeste al borde del barranco,
corresponde al Límite entre la parcela N° 3 y 4 y tiene una longitud de 300
metros.
Finalmente precisa que el lote A-D-E-AA-A de 3,44 hás usurpado por parte de
la demandada de clasificación de suelos VIII, se ubica dentro del predio de la
parte demandante.
La longitud entre los vértices A-AA es de 140 metros-.
14.- Que esta conclusión del perito es concordante con lo constatado en terreno
por Carabineros de la Tercera Comisaría de Padre Las Casas, que consta en su
informe N° 249 de 17 de Abril del 2002 (fs. 5 de autos) cuando señalan que al
efectuar una inspección personal se observa claramente los hoyos donde fueron
sacados los cercos en el costado norte de la parcela N° 4, como además se
observa el nuevo cerco construido por Veliz Cisterna el cual llega hasta el río
Allipen, y los restos de los 5 árboles nativos talados.
También es además concordante con la Inspección personal del Tribunal que
rola a fs. 103 de autos cuando expresa: En el costado Sur de este camino se
observan hoyos ubicados a una distancia de dos metros uno del otro, los que
según la parte demandante corresponde al lugar donde se encontraban las esta-
cas del cerco del deslinde Norte de la parcela N° 3 que fue retirada por la
demandada y ocupado para cerca y prolongar el deslindé oriente de la parcela
N° 3 con la N° 4.
15.- Que todo lo anterior permite tener por acreditado que entre los días 15 y 17
de marzo del 2002 don Juan Veliz Cisternas retiró un cerco y que con las misma
estacas construyó uno nuevo, en una nueva ubicación, ubicada dentro de los
terrenos a la fecha poseídos por la querellante, conllevado con ello que se des-
poseyera a éste de una superficie de 3,44 hás. descrito en el plano que rola a fs.
92 de autos como el lote A-D-E-AA-A que se aprecia en la lamina N° 2 y que
se dibuja dentro de la parcela N° 3.
16.- Que con el título acompañado a fs. 11 y 12 de autos que se encuentra
vigente conforme a certificado emitido por el Conservador de Bienes Raíces de
Temuco se acredita, conforme al artículo 924 del Código Civil la posesión del
querellante don Osmin Rivera Jara, sobre el terreno del que ha sido desposeído,
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I I I . - Q U E R E L L A DE RESTITUCIÓN
2 9 2
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Sumario:
El articulo 948 del Código Civil citado contiene la acción popidar que se con-
cede a cualquier persona del pueblo para recurrir a favor de los lugares de uso
público, y para la seguridad de los que transitan por ellos, ¡os derechos con-
cedidos a los dueños de heredades o edificios privados. La primera cuestión a
resolver consiste en determinar si en el lugar existe un área verde que consti-
tuya un bien nacional de uso público. La prueba (de testigos) se estima de
mayor valor, fundamentalmente a que el informe se basa en el plano regulador,
pues es posible que se hubiere proyectado como tal pero del resto de la prueba
se infiere que ello no se concretó. A su vez, el informe pericial, sin perjuicio de
que contiene declaraciones improcedentes, se basó en el plano de loteo. No
habiéndose acreditado la existencia de un área verde y que correspondiera al
sector donde se construyó la sede del Club, construcción que por lo demás se
efectuó con las autorizaciones de la dirección de obras respectiva, debe con-
cluirse que no concurren los presupuestos que establece el artículo 948 del
Código Civil.
293
IV.- A c c i ó n p o p u l a r p o s e s o r i a d e l a r t i c u l o 9 4 8 d e l C ó d i g o C i v i l
Agrega que la primera exigencia a que se refiere esta disposición, para que
proceda la acción popular que contempla, es que el camino o plaza u otro sea de
uso público, esto es, tiene que tener la calidad de un bien nacional de uso públi-
co, su uso debe pertenecer a todos los habitantes del país.
Por su parte bienes nacionales de uso público, de acuerdo al artículo 589 del
Código Civil son aquellos cuyo uso pertenece a todos los habitantes de la na-
ción, tales como plazas, calles, caminos, mar adyacente y sus playas.
SEGUNDO: Que la demandante Miriam Ximena Casanga Carvajal sostiene en
su denuncia de obra nueva que sobre un área verde destinada a plaza y que se
encuentra ubicada frente a su domicilio, el denunciado habría realizado una
construcción y que la obra nueva consiste en una futura sede social para el club
deportivo Libertad, lo cual se traduce en un impedimento para poder acceder
tanto al área verde como a la vía pública.
TERCERO: Que el demandado en tanto, sostiene que las obras se han construido
en los sitios 6 y 7 de su propiedad y que dan a la calle Patria, propiedad adquirida
por compraventa a la Asociación de fútbol amateur de Illapel, obra que se cons-
truyó con la autorización de la dirección de obras y que en el sector no existe área
verde ni de hecho ni legal y que actualmente la única actividad que ha desarrolla-
do el club ha sido la de terminar el cerramiento de su propiedad.
CUARTO: Que así las cosas la primera cuestión a resolver consiste en determi-
nar si en el lugar existe un área verde que constituya un bien nacional de uso
público.
Para acreditar tal hecho la demandante acompañó a fs. 5 copia autorizada de un
plano de la Población El Quilllay que indica "área verde" frente a la denomina-
ción subida a Quillaycillo, presentó a la testigo Elizabeth del Transito Cisterna
Pérez quien afirma que antiguamente existían áreas verdes e informe pericial de
Waldo Juan Guerrero Cruz quien informa que del simple análisis del plano de
loteo concluye que la sede del club deportivo está construido sobre una área
verde.
Sin embargo, tal prueba se encuentra desvirtuada con los testimonios de Oscar
Germán Tirado Solís y Guillermo Segundo Valencia Polanco quienes legalmen-
te examinados y dando razón de sus dichos están contestes en que en el lugar en
que se levantó la sede deportiva nunca existió una área verde, agregando el
testigo Tirado que él vive allí desde que se construyó la población José Miguel
294
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Carrera, que en un principio existió en el lugar una sede de madera que la ocu-
paba la junta de vecinos y luego la compró el club deportivo Libertad y
corresponde a los lotes seis y siete; asimismo, el director de obras municipales
don Héctor Hevia Molina informa que en el sector de la calle Patria de la pobla-
ción José Miguel Carrera no se registra ninguna área verde.
Que esta prueba se estima de mayor valor fundamentalmente a que el informe
se basa en el plano regulador, pues es posible que se hubiere proyectado como
tal pero del resto de la prueba se infiere que ello no se concretó.
A su vez, el informe pericial, sin perjuicio de que contiene declaraciones impro-
cedentes, se basó en el plano de loteo .
2 9 5
V . - D E N U N C I A D E O B R A NUEVA Y O B R A R U I N O S A
Sumario:
La denuncia de obra nueva es la acción judicial que, a fin de prevenir un daño,
se dirige a lograr la suspensión de los trabajos de una obra nueva, comenza-
dos o a punto de comenzarse, para impedir que la obra nueva se consume o
concluya, pero no cabe respecto de una obra nueva ya terminada o concluida,
que ya no puede ser impedida. Es por ello que el articulo 565 del Código de
Procedimiento Civil dispone la presentación de la demanda sobre denuncia de
obra nueva para la suspensión de una obra nueva denunciable y no se puede
pretender la suspensión de una obra que ya ha sido concluida. El antiguo in-
ciso 1 ° del articulo 937 de dicho cuerpo legal, que en virtud de la ley 9.909fue
trasladado al articulo 252 del Código de Aguas contenido en dicha ley, que
permanece como inciso Io del artículo 124 del Código de Aguas en actual
vigor, distinguió claramente entre obras nuevas y obras ya hechas. Consecuen-
temente, no existe en nuestro derecho disposición procesal alguna que se ponga
en el caso de una obra nueva ya terminada, resultando impivcedente en tal
caso el interdicto del N" 4 del artículo 549 del Código de Procedimiento Civil.
2 9 6
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
2 9 7
V . - D E N U N C I A DE OBRA NUEVA Y OBRA RUINOSA
2 9 8
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
Sumario:
En lo relativo al error de derecho concreto, por una contravención formal del
inciso 3o del artículo 950 del Código Civil, que dispone: Si las -acciones-
dirigidas contra una obra nueva no se instauraren dentro del año, los denun-
ciados o querellados serán amparados en el juicio posesorio, y el denunciante
o querellante solamente perseguirá su derecho por la vía ordinaria, corres-
ponde señalar que esta norma será aplicable en el evento que los presupuestos
de la acción hagan procedente la denuncia de obra nueva, que como se ha
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V . - D E N U N C I A D E O B R A NUEVA Y O B R A R U I N O S A
dicho en el caso de autos no ocurre, por lo que tal disposición no ha podido ser
infringida, pues no está llamada a regir la prescripción de la acción interpues-
ta en este proceso.
En todo caso, reafirmando esta conclusión, resulta pertinente agregar que por
regla general, puede decirse que las acciones posesorias especiales, lo mismo
que las acciones posesorias generales, prescriben en un año contado desde
que se realizó o principió a realizarse el hecho que la motiva.
Por consiguiente, si se trata de una obra nueva, Ia denuncia de obra nueva
debe ser iniciada dentro del año en que la obra principió a ejecutarse, no
dentro del año contado desde la fecha en que la obra se terminó, porque enton-
ces no se trataría de una obra nueva, sino de una obra ya hecha.
La ley se coloca en el caso de una obra cuya ejecución dura más de un año
desde que se inició, y si la persona afectada por dicha obra se deja estar y no
la denuncia durante un año, el articulo 950 del Código Civil evidentemente
supone que la obra permanece nueva, es decir, se halla en ejecución, y no ha
sido aún terminada, porque según lo hemos explicado en esta denuncia lo que
se pide es la paralización o suspensión de la obra, no su destrucción que es la
materia del juicio ordinario que ha de seguirse sobre si el que ejecuta ¡a obra
tiene o no derecho de hacerla.
3 0 0
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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V . - D E N U N C I A D E O B R A NUEVA Y O B R A R U I N O S A
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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V . - D E N U N C I A DE OBRA NUEVA Y O B R A RUINOSA
establecido por los jueces del fondo, concuerda precisamente con el acta que
corre agregada a fojas 65.
En las circunstancias expresadas, al no haberse infringido leyes reguladoras de
la prueba, los hechos fijados por los magistrados del fondo resultan inamovi-
bles para esta Corte de Casación y teniéndolos en consideración debe emitirse
pronunciamiento referido a los errores de derechos sustantivos.
Es así como resulta adecuado reiterar que se dio por establecido que la obra
denunciada fue construida en el mes de agosto del afl o 1999 y que la denuncia
de obra nueva fue interpuesta el 14 de octubre del mismo año.
CUARTO: Que en orden a decidir sobre el error de derecho denunciado, co-
rresponde determinar los casos de obra nueva a que se refiere el Código Civil
en los artículos 930 y 931.
3 0 4
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
do -sea este uno nuevo o una reparación del anterior-, resultan igualmente
improcedentes las acciones de obra nueva del inciso Io del artículo 930 como
las del inciso Io del artículo 931, ambos del Código Civil.
La primera de las acciones en referencia requiere estar ante una construcción
proyectada o en ejecución.
La denuncia de obra nueva defiende en este caso la posesión, evitando que se
terminen los trabajos emprendidos en el suelo que el denunciante posee: se
impide con ella la conclusión de una obra empezada, que se halla en ejecución
y cuya construcción no está aún terminada. (Luis Claro Solar, Explicaciones de
Derecho Civil y Comparado, Volumen IV, De los Bienes, N° 1875, página 545).
Del análisis de los artículos 565 a 570 del Código de Procedimiento Civil dicha
conclusión resulta más evidente.
El artículo 625 del Proyecto del señor Lira sobre Código de Enjuiciamiento
Civil disponía: Presentada que sea la demanda para la suspensión de cualquier
obra nueva, la decretará el juez provisionalmente y, discutida esta norma en la
Comisión Revisora, sesión 62, el señor Gandarillas hizo presente que, como en
la práctica no se solicitan antecedentes para interponer esta acción, resultaría
que cualquier obra que se denuncie debería ser suspendida, por lo que estima
que debe definirse lo que se entiende por obra nueva, circunstancia que se su-
pera acordando que no debía admitirse la tramitación especial sino para las
obras que se enumeran en los artículos 930 y 931 del Código Civil, para lo cual
se contempla una nueva redacción para el artículo en términos muy similares a
los del actual artículo 565.
305
V . - D E N U N C I A DE OBRA NUEVA Y OBRA RUINOSA
mismo, son nuevos, o que levantada sobre cimientos existentes o sobre pared o
edificio antiguo, altere o cambie su forma; pero no serian obras nuevas
denunciables los trabajos momentáneos que requiera la limpia, conservación o
reparación de construcciones ya existentes que no se trata de mudar, cambiar o
alterar.
Tratándose de la refacción de una antigua obra se preguntaba Ulpianus si debe-
ría o no dar lugar a una denuncia de obra nueva; y se pronunciaba por la negativa,
dando como razón que no se hacía en realidad una obra nueva, sino un medio
de mantener en pie la antigua (obra citada, páginas 545 y 546).
En el mismo sentido Carlos Letelier Bobadilla expresa: Señalamos entre las
condiciones necesarias para deducir la acción de que nos ocupamos, el que las
obras denunciadas se encuentren inconclusas. Creemos que esta acción procede
sólo respecto a las obras o trabajos que al tiempo de deducir la acción se en-
cuentren inconclusas.
Para afirmar esto, nos ha bastado leer el artículo 930, de donde emana la acción,
puesto que este artículo dice que el poseedor tiene derecho para pedir que se
prohiba toda obra que se trate de construir sobre suelo, etc. (De los Interdictos
o Juicios Posesorios Sumarios, páginas 74 y 75, lo destacado pertenece al autor
de la obra).
Femando Jiménez Larraín agrega que el artículo 549 N° 4 del Código de Pro-
cedimiento Civil establece que los interdictos o juicios posesorios pueden
intentarse para impedir una obra nueva y sólo se pueden impedir las cosas no
consumadas o no concluidas (Comentarios de Jurisprudencia, Interdictos
Posesorios, página 80).
La segunda de las acciones en referencia, tiene por base que se desarrolle en un
predio sirviente, que obstaculice el goce de la servidumbre constituida en él.
Los presupuestos de esta pretensión no requieren de mayor desarrollo, pues el
actor si bien invoca esta norma, no reclama respecto de los privilegios que ha
dejado de beneficiarse producto de una servidumbre.
El actor sostiene su pretensión reclamando derechos de dominio en todo el paño
cerrado por el demandado, expresamente afirma que el terreno correspondiente
al deslinde norte de la propiedad del demandado y hasta la calle, son de su
propiedad, por lo que se está ante un supuesto de hecho diferente al que con-
templa la norma.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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V . - D E N U N C I A D E O B R A NUEVA Y O B R A R U I N O S A
La ley se coloca en el caso de una obra cuya ejecución dura más de una año
desde que se inició, y si la persona afectada por dicha obra se deja estar y no la
denuncia durante un año, el artículo 950 del Código Civil evidentemente supone
que la obra permanece nueva, es decir, se halla en ejecución, y no ha sido aún
terminada, porque según lo hemos explicado en esta denuncia lo que se pide es la
paralización o suspensión de la obra, no su destrucción que es la materia del juicio
ordinario que ha de seguirse sobre si el que ejecuta ta obra tiene o no derecho de
hacerla (Luis Claro Solar, obra citada, números 1917 y 1918, página 594).
En tal contexto, resulta indispensable que los jueces de la instancia dieran por
establecida la fecha en se dio inicio a las obras, aspecto de hecho que no se fijó,
no obstante existir prueba al respecto imposibilitando a este Tribunal de Casa-
ción a emitir pronunciamiento al respecto, sin que se denunciara la vulneración
de normas reguladoras de la prueba por su omisión, circunstancia que impide,
de igual forma, estudiar la posible infracción a la norma legal referida en este
fundamento.
OCTAVO: Que en las circunstancias expresadas y por las distintas argumenta-
ciones vertidas en esta sentencia, los jueces de la instancia no han incurrido en
errores de derecho, por lo que el recurso interpuesto debe ser desestimado.
Y visto, además, lo dispuesto en las normas legales citadas y en los artículos
767 y 805 del Código de Procedimiento Civil, se declara que se rechaza el
recurso de casación en el fondo deducido por el abogado Carlos Javier González
Medel en representación de la parte demandante, contra la sentencia de ocho de
julio de dos mil cuatro, escrita a fojas 162.
Regístrese y devuélvase.
Redacción del Ministro señor Muñoz.
Pronunciado por la Primera Sala de la Corte Suprema por los Ministros Sres.
Jorge Rodríguez A., Sergio Muñoz G. y Fiscal Judicial Sra. Mónica Maldonado
C. y Abogados Integrantes Sres. Hernán Álvarez G y Oscar Carrasco A.
No firma el Ministro Sr. Muñoz y la Fiscal Judicial Sra. Maldonado no obstante
haber concurrido a la vista del recurso y acuerdo del fallo, por estar con permiso
el primero y haberse ausentado la segunda al momento de firmar.
Autorizado por la Secretaria Subrogante. Sra. Carola A. Herrera Brummer.
Rol N° 3.375-2004.
3 0 8
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Sumario:
La situación planteada en la litis no encuadra en ninguna de las situaciones
previstas en los artículos 930 y 931 del Código Civil. El denunciante en su
apelación sostiene que en el caso sub lite se darían los supuestos de la acción
posesoria concerniente a construcciones que se trata de sustentar en edificio
ajeno, que no está sujeto a servidumbre. Según lo dispone el Diccionario de la
Lengua Española sustentar es: "sostener una cosa para que no se caiga o se
tuerza. Lo que sirve para dar vigor y permanencia a una cosa. Sostén y apo-
yo ". En el caso subjudice no se dan los presupuestos de tal acción posesoria,
ya que las construcciones efectuadas por el demandado no se sustentan en el
inmueble del denunciante, de manera que no siendo ¡a acción invocada en la
litis ¡a vía legal adecuada para ejercer su derecho, habrá de desestimarse ¡a
demanda interpuesta, sin perjuicio del ejercicio de ¡as acciones ordinarias que
le asisten de conformidad a lo dispuesto en el artículo 569 del Código de Pro-
cedimiento Civil. En ¡a especie, no tiene aplicación ¡o dispuesto en el artículo
935 del Código Civil, desde que dicha disposición está referida a cualesquiera
obra ruinosa o peligrosa en los términos que lo establece el artículo 549 N° 5
del Código de Procedimiento Civil, pero no se extiende a una obra nueva de-
nunciable.
309
V . - D E N U N C I A D E O B R A NUEVA Y O B R A R U I N O S A
En el caso subjudice no se dan los presupuestos de tal acción posesoria, ya que las
construcciones efectuadas por el demandado no se sustentan en el inmueble del
denunciante, de manera que no siendo la acción invocada en la litis la vía legal
adecuada para ejercer su derecho, habrá de desestimarse la demanda interpuesta,
sin peijuicio del ejercicio de las acciones ordinarias que le asisten de conformidad
a lo dispuesto en el artículo 569 del Código de Procedimiento Civil.
CUARTO: Que en la especie, no tiene aplicación lo dispuesto en el artículo 935
del Código Civil, desde que dicha disposición está referida a cualesquiera obra
ruinosa o peligrosa en los términos que lo establece el artículo 549 N° 5 del Có-
digo de Procedimiento Civil, pero no se extiende a una obra nueva denunciable.
3 1 0
A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Sumario:
Aún excluyendo la superficie del puente en cuestión, y toda la franja destinada
al camino que desemboca en dicho puente, el inmueble de propiedad del actor
ocupa una extensión mayor a la consignada en sus títulos, razón por la cual no
es posible acoger la tesis del demandante en cuanto a que la obra denunciada
se construye dentro de su propiedad y, por lo mismo, la demanda será recha-
zada.
311
V . - D E N U N C I A DE O B R A NUEVA Y OBRA RUINOSA
3 1 2
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
313
V . - D E N U N C I A DE OBRA NUEVA Y O B R A RUINOSA
un bien nacional de uso público, resulta irrelevante por cuanto la acción dedu-
cida no podría prosperar, aún en el caso que el puente se estuviere construyendo
en otro inmueble, diferente del expresado por la demandada, pero igualmente
distinto del referido por el actor.
SÉPTIMO: A fojas 1 de autos se ha acompañado copia autorizada de la inscrip-
ción de fojas 1.521 vuelta N° 795, del Registro de Propiedad del año 1996, del
Conservador de Bienes Raíces de Peumo. Por su parte, a fojas 64 se ha agrega-
do copia autorizada del plano de subdivisión predial, relativo a dicha inscripción.
Con el mérito de los instrumentos públicos antes referidos, que no fueron obje-
tados por las partes, se tiene por acreditado en autos que el inmueble denominado
Lote N° 8, dentro del cual el demandante alega que se está construyendo la obra
denunciada, deslinda por el norte con el denominado Lote N° 7 de la misma
subdivisión, en 151 metros y que tiene un ancho por el deslinde poniente con
calle Carlos Fresno, de 38 metros.
3 1 4
A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
315
V . - D E N U N C I A D E O B R A NUEVA Y O B R A R U I N O S A
Sumario:
La acción supone que se tema la destrucción de un inmueble vecino, por lo que
la legitimación activa para intentar la presente querella corresponde a quien
reviste tal calidad, es decir, que sea vecino del edificio ruinoso. Se entiende por
tal "todo el que posea, ocupe o habite un predio cercano, próximo o inmediato
al que causó el daño, sea que se halle contiguo, al frente o en cualquier otra
dirección ". No existe ningún antecedente en autos que pueda llevar a concluir
que el querellante reviste la calidad de vecino que la ley exige para legitimar
la interposición de la presente querella, razón por la cual ésta tampoco podría
ser acogida.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
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V . - D E N U N C I A DE OBRA NUEVA Y OBRA RUINOSA
Sumario:
Esta Corte no comparte el criterio de ¡a jueza del grado de asignarle mayor
valor probatorio al informe pericial a la inspección personal efectuada, puesto
que ¡a denuncia de obra ruinosa, como acción posesoria especial, requiere
basarse, precisamente, para su pronunciamiento en el referido examen perso-
nal practicado, por tal circunstancia, solamente por la jueza de ¡a instancia,
como procedimiento especialisimo de que se trata. Por ende, no le es posible
a juicio de estos sentenciadores, reemplazar el mérito probatorio fundante de
la misma en un informe pericial cuyas observaciones no se encuentran regis-
tradas en el acta de inspectiva respectiva, aun cuando haya delegado en los
peritos continuar con la diligencia, ya que como se ha sostenido, la ley sólo le
permite delegar en una situación determinada y claramente especificada, en
otro juez o ministro de fe no teniendo los peritos esta última categoría, ni tam-
poco se da, en el caso de marras, esa situación expresamente contemplada en
la ley.
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A C C I O N E S DE D E M A R C A C I Ó N Y C E R R A M I E N T O
Cuarto: Que para tales efectos, se debe atender al principal medio probatorio en
estos casos, constituido por el acta de inspección personal escrita a fojas 37, de
cuyo tenor se desprende que la propiedad denunciada no se encuentra en un
estado de inminente ruina y que exista peligro de dañar al querellante, requisi-
tos copulativos exigidos por el artículo 932 del referido Código Civil.
Efectivamente, en el acta levantada con ocasión de la prueba ocular de fecha 12
de noviembre de 2002 se señala textualmente por la magistrado que: en la inter-
sección sur-poniente de calle Dávila Baeza con Avenida Recoleta se encuentra
un local en aparente buen estado de conservación; y prosigue, continuando por
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V . - D E N U N C I A DE OBRA NUEVA Y O B R A RUINOSA
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A C C I O N E S DE DEMARCACIÓN Y CERRAMIENTO
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V . - D E N U N C I A DE OBRA NUEVA Y O B R A RUINOSA
El querellante reconoce que el muro era medianero y que separaba las dos pro-
piedades y que al ser responsabilizado de no haber afianzado el muro medianero
existente, sólo señala que el no entendía ya que la empresa constructora debió
hacerlo.
Asimismo, declara el querellante que el demandado ha procedido a reemplazar
el muro medianero de marras por un muro de concreto y ladrillos y que éste
efectivamente impide que se ocasione daño a terceros que transiten en su pro-
piedad.
Decimoprimero: Que, en mérito de lo expuesto, no parece coherente al criterio
de estos sentenciadores lo que ha venido sosteniendo el demandado, en cuanto
a que es necesario ordenar la demolición de la propiedad ubicada en Avenida
Recoleta 386 y de las demás propiedades que continúan por calle Dávila Baeza
hasta el N° 264 por el peligro inminente que su estado ruinoso amerita, puesto
que ha quedado en evidencia que esta situación sólo se circunscribe a un muro
poniente que separa las propiedades colindantes y que es un muro medianero
cuya estructura es posible presumir se encontraba en buenas condiciones al año
1997, siendo seriamente afectado por la demolición y posterior construcción
efectuadas por el querellante el año 1998 para su proyecto inmobiliario, cues-
tión que fluye, además, de sus propias aseveraciones, efectuadas con motivo de
la prueba confesional rendida en la segunda instancia.
Decimosegundo: Que, en este mismo sentido y del mérito de los antecedentes
y medios probatorios indicados, a esta Corte le cabe la convicción que la obra
en cuestión no está en estado de inminente ruina y que pueda dañar al querellan-
te, requisitos copulativos exigidos por el artículo 932 del referido Código Civil,
cuestión que se desprende de lo informado por la misma jueza a quo a propósito
de la inspección ocular realizada de la obra denunciada, y de las afirmaciones
de la parte querellante al deponer sobre el pliego de posiciones presentado por
la demandada, siendo, en consecuencia, improcedente su demolición como se
ha sostenido erradamente por la jueza a quo , y debiendo sólo ordenarse las
respectivas medidas de reparación que se requieran.
Decimotercero: Que, siguiendo el mismo razonamiento, es posible presumir
que la obra, cuya ruina inminente no es tal que pueda inferir daño al querellante
para ordenar su demolición, es un muro medianero, debiendo entonces acudirse
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V . - D E N U N C I A D E O B R A NUEVA Y O B R A R U I N O S A
Sumario:
No existe motivo plausible para deducir denuncia de obra ruinosa o peligrosa,
puesto que en la realidad se está frente al recurso de interdicto previsto en el
articulo 5 71 del Código de Procedimiento Civil, para obtener del procedimiento
concentrado ahí dispuesto, sin forma de juicio, el reconocimiento de un even-
tual derecho a una parte del terreno que el querellado defiende como propio.
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