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Toma de Puerto Cabello

El 4 de agosto de 1498, piso suelo venezolano por primera vez el invasor español,
asumiendo la posición de dueño de todo nuestro territorio. Así se mantuvo durante
trecientos veinticinco años, hasta aquel memorable 8 de Noviembre de 1823, día
en que expulsamos a su último bastión de suelo patrio, consolidando de este
modo la Independencia de la Patria en el magno evento conocido como “La Toma
de Puerto Cabello”.
A pesar de que la Batalla de Carabobo, pasó a la historia como “La Batalla de la
Independencia de Venezuela”, la guerra continuó por más de dos años y medio,
en ese lapso de tiempo se desarrollaron más de sesenta acciones de armas entre
realistas y patriotas.
En la gloriosa Batalla de Carabobo, no hubo capitulación del ejército
expedicionario español. La capitulación llego a raíz de la famosa Batalla Naval del
Lago de Maracaibo(24 de julio de 1823), hasta el momento en que es libero esta
batalla la tercera parte del país estaba en manos españolas.

Las peligrosas fortalezas


Puerto Cabello, la más importante plaza militar de Venezuela, desde que cayó en
manos españolas (30 de junio de 1812), se mantuvo durante once años como un
inexpugnable bastión del ejército realista.
Por eso, después de Carabobo se hizo punto de honor tomar ese peligroso
einfaliblemente apiñadasconjunto de fortalezas, más aun cuando se auguraba una
próxima expedición española para retomar el control total de Venezuela.
Cuando el Mariscal de Campo Miguel de La Torre, un día después de Carabobo,
entro con los restos de su ejército a Puerto Cabello, lo consiguió sostenido por el
“2° Batallón de Navarra”, a los que se les sumo una considerable cantidad de
refugiados provenientes de Coro, San Felipe y La Guaira, pero a pesar de estas
vicisitudes, ya en una semana tenía cuatro mil soldados predispuestos, casi la
misma cantidad que en Carabobo.

¿Rendición o Amnistía?
Inmediatamente después de Carabobo, Bolívar propicio conversacionescon los
españoles que se realizaron en el pueblo de San Esteban, para solicitarle un
armisticio a La Torre.
Es muy significativo que el Libertador, no solicito la capitulación, ya que como lo
aseguran nuestros insignes historiadores hacia quince días había independizado a
Venezuela en la Batalla de Carabobo. Un armisticio es una tregua entre dos
ejércitos en disputa, con relativa igualdad de condiciones para poder ser aceptado,
ninguno firmaría una tregua después de haber derrotado al enemigo, en ese caso
solicitaría una capitulación incondicional. A menos que en Carabobo, no se haya
independizado a Venezuela.
En estas conversaciones estuvieron por el bando patriota: el Ministro de Guerra y
Marina:coronel Pedro Briceño Méndez y nuestro egregio coronel Bartolomé Salóm
y por el bando españolestuvieron: el brigadier José Sartorio,el coronel Tomas
García y el capitán de fragata Juan Barry. Se entiende que aun los españoles
tendrían algún poder, ya que no sellegó a ningún acuerdo,por lo que Bolívar
ordeno al General Páez sitiar por tercera vez al conjunto de fortalezas de Puerto
Cabello. Este tercer sitio fracaso y Páez lo reintento nuevamente con los mismos
resultados

Peligro en Puerto Cabello


La situación se torna gravísima para la Republica, la Santa Alianza a través del
ejército francés, invadió a España (17 de abril), restaurando nuevamente en el
trono a Fernando VII, de esta manera España queda libre para someter a las
colonias insurgentes, más aun, con una ciudad fortificada como Puerto Cabello,
donde pudiesen desembarcar tropas frescas, contra un ejército patriota cansado y
debilitado por doce años de la más sangrienta guerra vista en territorio americano.
El 2 de noviembre, se confirma la noticia de que en Cuba se está preparadola
salida hacia Puerto Cabello, de una expedición de dos mil quinientos soldados, al
mando del Almirante Ángel Laborde.

No hay quinto malo


Ya estaba establecido desde el 23 de septiembre, el quinto y último sitio sobre
Puerto Cabello. El general Páez, estableció su cuartel general en Paso Real
(donde se encuentra el rio San Esteban con una de las vías hacia Valencia).
Contaba para este sitio con los batallones de infantería “Anzoátegui” y
“Granaderos”, que aglutinaban seiscientos efectivos de tropa cada uno, un
escuadrón de caballería de cien jinetes de su “Guardia de Honor” y un
destacamento de artillería comandado por el general Francisco Bermúdez. Es de
hacer notar que esta fue la única vez en la guerra independentista, que en una
sola acción bélica estuvieron tres generales en jefes (José Antonio Páez,
Francisco Bermúdez y Santiago Mariño).

Como leímos en la entrega


anterior, después de
implantarse el quinto y
último sitio sobre Puerto
Cabello, se recibió la
noticia de la inminente
salida desde Cuba de una
expedición compuesta de
dos mil quinientos
soldados rumbo a Puerto
Cabello, esta situación
acelero la necesidad de
tomar a todo costo a
Puerto Cabello, antes de que se convirtiese en la punta de lanza de un ejército
más grande proveniente de España.

La otra muralla…
Los esfuerzos por tomar las fortalezas de Puerto Cabello, consiguieron un nuevo
obstáculo, porque además de las murallas que lo circunvalaban, cuatro días
después de la Batalla de Carabobo, el mariscal de campo Miguel de La Torre
ordenó construir otra muralla a extramuros de la ciudadela.
Entre los archivos históricos que reposan en nuestras oficinas en la Casa
Guipuzcoana, tenemos dosdocumentosdel mariscal La Torre, fechados el 29 de
junio y el 02 de julio de 1.821, donde en su carácter de General en Jefe del
Ejército Expedicionario planteandoal ayuntamiento, en el primero la necesidad de
demoler varias casas inmediatas a las fortificaciones para facilitar la defensa. Y en
el segundo recomendando la demolición de las casas comprendidas desde el
comienzo de las calles de la Geringa y de los Cuernos, hasta las primeras casas.
A todos estos preparativos se les sumó la construcción de una segunda muralla
que iniciaba en la casa fuerte que protegía la desembocadura del río San Esteban,
pasando por la actual calle independencia, continuando hasta la batería de El
Tamborete, que estaba muy cercana al sitio donde funcionó el antiguo mercado,
entre las calles Bolívar, Anzoátegui, Independencia y Mercado y continuaba hasta
el Manglar, cercano a donde está el actual Grupo Escolar República de
Honduras.Las casas que coincidían con la nueva línea defensiva
fueronfortalecidas y artilladas, creando así una segunda muralla que servía de
refresco a las murallas originales, esta segunda línea defensiva se realizó entre
los años 1.821 y 1.822, a fin de contener el primer choque de quienes quisiesen
tomar la ciudad y mantener desahogadas las verdaderas murallas.

Ciudad pertrechada…
Es bueno conocer la situación de dificultad, que se tenía para tomar una ciudadela
como Puerto Cabello, después de Cartagena de Indias eraconsiderada la segunda
ciudad/fortaleza de las colonias suramericanas.
De acuerdo al informe del comandante español Juan Nepomuceno Jaldón, para el
momento del asalto el 8 de noviembre de 1.823, Puerto Cabello contaba con una
gran cantidad de fortalezas.La batería circular de San Luis con seis cañones
protegía la sabana de Santa Lucía, luego estaba la cortadura y el fuerte de El
Trincheron, que Páez encontró abandonado y lo dotó con los dos cañones más
potentes de la época, entre la batería de San Luis y el fuerte de El Trincheron el
Almacén de Pólvora del Rey. Las baterías de Los Tanques del Rey en el
portachuelo del cerro de Las Vigías, que en su cúspide tenía al Fortín de Solano y
en sus faldas los baluartes de El Vigía Medio y El Vigía Bajo. La batería de El Río
en la desembocadura del río San Esteban. La línea exterior anteriormente
descrita,el brazo de mar que circunvalaban la ciudad interior y la línea magistral
constituida por el frente La Estacada, como se le llamaba a la muralla que unía a
los baluartes La Princesa (ubicada donde está la actual catedral) y El Príncipe
(ubicada en la actual plazoleta la Confraternidad, frente a la plaza Bolívar). Una
muralla que unía a la fortaleza de El Príncipe con el fortín El Corito ubicado en la
zona hoy conocida como la Planchita. Pasando el canal de entrada al puerto, el
Castillo San Felipe, con su hornabeque. Las baterías de La Puntilla, la batería de
El Carenero, la batería de Punta Brava y la muralla en forma de herradura frente al
castillo que se llamaba El Caballero. Esta cantidad de fortalezas y murallas,
plantean la inexpugnabilidad de Puerto Cabello, agobiada ahora por el quinto sitio
militar de su historia.
Puerto Cabello no se rinde…
La situación apremiante para las tropas republicanas ante la arremetida que
prepara la corona española para recuperar los espacios perdidos y sus colonias,
hacía impostergable tomar Puerto Cabello, es por ello que no se escatima
esfuerzo alguno.
Hubo las esperanzas de conseguir la solución pacífica con la rendición de las
tropas españolasque carentes de un auténtico liderazgo se veía en inferioridad de
condiciones, sumado a la presión de los vecinos que recordaban los sinsabores
sufridos en los cuatro anteriores sitiosmilitares y conspiraban activamente para
quitarle el poder a los españoles, tanto así, que Páez, el 23 de septiembre cuando
instala el quinto sitio con trescientos infantes y veinticinco lanceros a caballo,
denomina a este: “Simulacro de sitio”, ya que la intención era estimular con su
presencia las actividades conspirativas dentro de la ciudad.
Sin embargo, la llegada del Segundo Jefe del Ejército Expedicionario Español, el
brigadier Sebastián de La Calzada, cambia la situación imperante y alista al
ejército a la defensa de la plaza.
Como yareferimos, para el
momento del quinto y
último sitio militar
contraPuerto Cabello,
existió la posibilidad de una
rendición, que fue abortada
por la llegada del Segundo
Jefe del Ejército
Expedicionario Español en
tierra venezolana, el
brigadier Sebastián de La
Calzada, quién
inmediatamente reorganizó
las fuerzas españolas para inmolarse si fuese necesario en defensa de la
amurallada ciudad.

Jacinto Iztueta y Julián Ibarra


En este sitio hubo mucha comunicación escrita entre sitiadores y sitiados.A través
de las murallas de la ciudad se intercambiaron misivasel general Páez y La
Calzada, también algunos soldados patriotas lo hacían con familiares y conocidos
dentro de las murallas. Sin embargo, la comunicación más importante de todas fue
la del general Páez con Jacinto Iztueta, quien leofreció un esclavopara que guiase
a la tropa por los manglares y de esta manera por el único lugar no
amuralladopenetrar en la ciudadela, este esclavo se llamó Julián Ibarra.
El 5 de noviembre en horas de la noche, este esclavo guío con éxito a través de
los manglares al capitán de caballería Marcelo Gómez y a los tenientes del
batallón Anzoátegui, José Hernández y Juan Albornoz.

Comenzó la acción
El 7 de noviembre a las cinco de la mañana hasta las once de la noche, la
ciudadela fue víctima de un despiadado bombardeo, el brigadier de La Calzada,
contabilizo más de seiscientas impactosde bombas y granadas, fuera de los
disparos de fusilería, que destrozaron las casas y ocasiono una densa niebla de
polvo y humo en toda la ciudad. Fueron bombardeados inclementemente los
baluartes de “EL Príncipe y La Princesa”, tanto que a esta última le destrozaron
buena parte del muro, también sufrió serios daños la muralla construida por La
Torre, después de la Batalla de Carabobo.
A las siete de la noche, saliódesde Paso Real una columna de cuatrocientos
infantes del Batallón Anzoátegui y los cien lanceros del Regimiento de Honor,
hasta el fuerte del Trincheron, tan lentamente marcharon que llegaron a las diez
de la noche, allí se unieron al esclavo guía y partieron por los manglares.

Los quinientos héroes


Estos quinientos hombres estaban comandados por el mayor Manuel Cala y como
segundo el teniente/coronel Andrés Elorza. Los infantes del Batallón Anzoátegui,
los comandaba el teniente/coronel Abreu De Lima y los cien lanceros del
Regimiento de Honor, los comandaba el teniente/coronel Francisco Farfán. Ellos
protagonizarían la acción militar más suicida y sangrienta de toda la guerra de la
independencia venezolana, ya que entraron en las fauces del ejército español, sin
posibilidades de escapar si fracasaban, escenificando una hazaña sin parangón
en la historia militar.
A las dos y media de la madrugada del 8 de noviembre, después de cuatro horas
en los manglares, llegaron a la orilla del manglar, entre la batería “Constitución”
(actual U.E. Republica de Honduras) y el baluarte de “La Princesa” (actual
catedral), el sitio debió ser donde funciona en la actualidad un cachapera.
La vanguardia conformada por doscientos hombres ataco inmediatamente los
baluartes “La Princesa” y “El Príncipe”, que situado en la parte sur de la calle Ño
Morían (actual calle Lanceros), mientras otros contingentes atacaban el Baluarte
“El Corito” y los muelles.

El asalto a la ciudad
Cuando sonó el primer disparo, los seiscientos hombres del batallón
“Granaderos”arremetieron contra la segunda línea defensiva, ubicada por la actual
calle Sucre y al mismo tiempo desde el mar seis flecheras y algunos botes
atacaban al “Príncipe”, con ánimos de desembarcar por la muralla que lo unía al
fuerte “El Corito”, ubicado en la zona conocida como “La Planchita”.
Fue tan sangriento el combate que en media hora de enfrentamiento los realistas
tuvieron en sus filas ciento cincuenta y seis muertos, entre los cuales se
encontraban los tenientes/coroneles: Fausto Garcés y José Manuel Sarsamendi,
cincuenta y nueve heridos, entre ellos seis oficiales.
El brigadier Sebastián de La Calzada, el teniente/coronel Ángel Loño, siete
capitanes, siete tenientes, doce subtenientes, dos cirujanos, cinco practicantes y
doscientos trece soldados, los integrantes del Cabildo, el jefe Superior Político e
Intendente Diego Alegría y el Auditor de Guerra Manuel Oropeza, fueron tomados
prisioneros mientras defendían el baluarte de El príncipe. El botín de guerra fue de
sesenta cañones de todos los calibres, seiscientos veinte fusiles, tres mil quintales
de pólvora y seis lanchas cañoneras. La corbeta de guerra Baylén fue volada al
amanecer, para que no cayese en manos patriotas.
Sin embargo, el coronel Manuel Carrera y Colina, en medio del combate logro
escabullirse escondido por la muralla que unía al fuerte El Príncipe con el de
Nuestra Señora de Coro o el Corito, para de allí atravesar por una cadena de
madera hasta el castillo San Felipe, donde se hizo fuerte hasta el 10 de
noviembre, día en que se rinde.
(El 8 de noviembre, a las
seis de la mañana
entrabanlos generales
Páez y Bermúdez a la
ciudad de Puerto Cabello,
escenificaban el momento
culminante de la guerra,
eliminaban el último
bastión español en
Venezuela.
Las reacciones por la toma
de la ciudad fortificada
más importantedel país se
convirtió en la comidilla de las tertulias en todas las esferas sociales.

Y llegó la noticia…
Un mes exacto tardaron en llegar las buenas nuevas a Bogotá, capital de la
república de Colombia, convirtiéndose en el más connotado triunfo republicano.
A Bolívar le llegaría tres meses después,cuando se encontraba enfermoen
Pativilca y sin duda, influyo en su recuperación, para continuar la lucha y liberar al
Perú.

Merecidas recompensas…
Inmediatamente el general Santander, vice/presidente de la república y máximo
jefe del ejecutivo, ya queel Libertador estaba en la Campaña del Sur, felicito a los
vencedores decretando los siguientes ascensos por la gloria alcanzada;
Al “Batallón Anzoátegui”, que tuvo el honor de escenificar esta victoria, lo
denomino oficialmente a partir de ese momento “Valeroso Anzoátegui de la
Guardia”. Al “Regimiento de Caballería Lanceros de Honor” se le denominó a partir
de ese momento “Lanceros de la Victoria”. A los oficiales y tropas se les impuso
una medalla, pendiente de una cinta carmesí con la leyenda “Vencedor en Puerto
Cabello año 13º”. A los generales en jefe Páez y Bermúdez, la misma medalla con
incrustaciones de diamantes. A la División completa que participo en el sitio la
medalla de los “Libertadores de Venezuela”. Ascendieronal grado de coroneles
Manuel Cala y Juan Antonio Mina. A las viudas, hijos o padres, la tercera parte
del sueldo de los fallecidos en este combate.

Celebrando con todo…


Para la época de nuestra emancipación era muy notoria la debilidad de nuestros
líderes por las grandes fiestas y comilonas, tanto así que entre las causas de la
caída de la Primera República, se encuentra el dispendio de los fondos públicos,
manifestado justamente en el derroche con el que se pagaban los banquetes
populares.Por lo tanto, no fue de extrañar y más que justificado que se celebrara,
después de haber tomado la Ciudadela de Puerto Cabello.
El General Carlos Soublette, organizo un banquete a los vencedores por tan
trascendental victoria, en el Cuartel Carabobo, que se encontraba en el cerro El
Vigía, bajando por el camino de los españoles, donde se les sirvió chivo y carnero
asado, jamones abundantes y buen vino, que al final hubo que arrojarse porque
las mil personas que ocuparon las mesas no alcanzaron a consumirlo todo.
La mesa de los Generales, ostentaba; loza, cristalería y cubiertas finas, en
contraste con la de los soldados, donde se usaban cucharas de madera y
cubiertos de tropa, aunque sus mesas estuvieron vestidas con manteles de
“gatuna”, ese día estuvieron acompañados por mujeres de gran belleza.

El otro banquete
La celebración no termino con el banquete del cerro El Vigía, otro festín en honor
a estos héroes se llevó a cabo en La Guaira, en el cual se consumieron 20
botijuelas de aceite de oliva, un peso y siete reales de aceitunas, cuatro ristras de
ajo, dos pesos de alcaparras, y dos pesos y medio de almendras, 218,5 libras de
azúcar, 8 reales de berro, 12 capones, 12 ristras de cebolla, 2 almudes de arroz,
chorizos de Extremadura, 2 cajas de frutas en aguardiente y 500 manzanas, un
manjar cuyo gusto prevaleció más allá de la época, los sesos de vaca, muy
propios de una gastronomía que aun guardaba reminiscencia de la edad media, se
comían a granel, además se compraron 2 almudes de maíz para cebar las 24
gallinas, 20 pesos de mariscos, 6 pavos, 4 cajas de moscatel, 4 cajas de
champaña, 5 cajas de vino de Burdeos, una caja de licor de Amphoux, 7 cajas de
aguardiente de España, 5 cajas de vino, 2 cajas de cerveza británica, una botella
de ron inglés, se destacaron los manteles de elefantes, en cuya confección se
utilizó una pieza entera de tela. Para la brigada de cocina se contrató a Manuela
Ceballos, como jefa, Rafaela de piña, como pastelera y a Mercedes Xedler, como
repostera, se emplearon un carnicero y doce cocineros adicionales.
Además la fastuosidad en la ornamentación de las fachadas de los edificios, los
desfiles militares, música y fuegos artificiales, la prensa de la épocareseñó esta
gran celebración.
Este banquete, describía la alegría por haber erradicado definitivamente al Imperio
Español de suelo patrio y a pesar de que no es mi intención exacerbar la gula de
nuestros patriotas, creo necesario demostrar que el 8 de noviembre, fue
conmemorado nacionalmente por nuestros Padres Libertadores como el día en
que se selló oficialmente la independencia de Venezuela del imperio español.
Es por ello que todos los porteños debemos luchar a brazo partido por la
Nacionalización de la Conmemoración de La Toma de Puerto Cabello.

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