parece claro que gran parte de nuestro sufrimiento viene
determinado por nuestras creencias de lo que está bien o está mal, creencias que son aprendidas culturalmente y que vienen fundamentadas por los valores que promueve la sociedad occidental. Mientras que la mayoría de terapias ven el sufrimiento como algo anormal, la ACT entiende que el sufrimiento es parte de la vida misma. Por eso se dice que la ACT cuestiona la ideología social y lo modelos de normalidad saludable, en el que la felicidad se entiende como la ausencia de dolor, ansiedad o preocupaciones. ACT, que en inglés quiere decir “actuar”, hace hincapié en tomar acciones efectivas guiadas por nuestros valores más profundos, en las que estamos totalmente presentes y comprometidos. Principios de este tipo de terapia La ACT emplea algunos principios que permiten que los pacientes desarrollen la flexibilidad mental necesaria para mejorar su bienestar emocional. Son estos seis: 1. Aceptación La aceptación significa reconocer y aprobar nuestra experiencia emocional, nuestros pensamientos o nuestros sentimientos. Tiene que ver con tratarnos con cariño y compasión a pesar de no ser perfectos. No debemos luchar contra nuestros eventos privados ni huir de ellos. En realidad, la aceptación de la situación presente contribuye a que muchos de los aspectos de nuestra vida que percibimos como problemas dejen de serlo, disminuyendo así el nivel de ansiedad y los factores de malestar asociados a este. 2. Defusión cognitiva Se trata de observar nuestros pensamientos y cogniciones como lo que son, trozos de lenguaje, palabras, imágenes, etc. Simplemente, observar y dejar ir sin juzgarlos. De este modo se adopta una visión distanciada y más racional de las cosas. 3. Experiencia presente El presente es el único momento que podemos vivir. El estar en el aquí y el ahora con una mentalidad abierta y la conciencia plena, participando totalmente con la atención debida a lo que está ocurriendo en nosotros y nuestro alrededor es la clave de nuestro bienestar. 4. El “Yo observador” Significa desprenderse del yo conceptualizado, es decir, del apego hacia nuestras propias narraciones. Desde la perspectiva del yo como observador vemos las cosas desde un punto de vista no enjuiciador. 5. Claridad de valores La ACT exige un trabajo de autoconocimiento que permite clarificar nuestros valores desde lo más profundo del alma. ¿Qué es lo verdaderamente valioso para nosotros? ¿Dónde queremos estar o ir en realidad? Estas son algunas de las preguntas a las que hay que responder. Eso sí, siempre con honestidad. 6. Acción comprometida La dirección que seguimos siempre debe estar determinada por nuestras propios valores y no por las imposiciones sociales. Hay que involucrarse en acciones significativas para nosotros mismos. De este modo somos mucho más propensos a comprometernos con nuestros proyectos y hacer que progresen al ritmo que queremos.