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Trastorno de apego reactivo:

Definición, síntomas y tratamiento


por Ariana Melisa González

La palabra “trastorno”, nos remonta a pensar que esto únicamente es un padecimiento


de “adultos locos” y dejamos de lado la adolescencia y la infancia.

En cuanto a un trastorno durante la adolescencia, si bien no es imposible diagnosticarlo,


es más difícil debido a las situaciones que esta etapa conlleva. Tales como necesidad de
pertenecer al grupo, problemas con la autoridad, problemas con los cambios físicos y
hormonales, entre otros.

Pero ¿qué sucede cuando alguien le diagnostica a un niño algún trastorno?


Primordialmente, hay que considerar que, al hacer un diagnóstico a cualquier individuo,
como psicólogos, es necesario tener bases y la seguridad de los síntomas que presenta
para realizarlo, pues es algo que puede afectar a la persona.

Entonces, así como debemos tener delicadeza al realizar un diagnóstico a un


adolescente o a un adulto, con un niño hay que tener todavía más cuidado, debido a
que esto puede marcarlo por el resto de su vida.
Y al entregar nuestro informe como profesionales de la salud hay que ser cuidadosos, ya
que al igual que con las enfermedades físicas, las mentales deben tener su tratamiento y
continuidad, para mejorar la calidad de vida de los pacientes.
En este artículo hablaremos sobre el Trastorno de Apego Reactivo que se presenta en
los niños, así como los síntomas, causas y el tratamiento, para que sepamos identificar
cuando uno de nuestros pequeños niños necesita el apoyo psicológico para que no afecte
sus relaciones interpersonales, familiares y personales cuando estos sean mayores.
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¿Qué es el Trastorno de Apego Reactivo?
Este trastorno es poco común en los pacientes que lo presentan. Los niños que lo
padecen tienen una gran dificultad para relacionarse socialmente en cualquier
contexto, es decir, la familia, escuela, compañeros de juego y cualquier lugar donde el
niño deba interactuar con otros menores o adultos.
En muchos casos, es difícil para los padres tener la seguridad de que sus hijos no se
acercarán a desconocidos, sobre todo hoy en día que la problemática de seguridad es
alarmante a nivel mundial.

Mencionando lo anterior, debemos tener en cuenta que el niño con Trastorno de Apego
Reactivo no tiene la inhibición necesaria para limitarse al realizar actos peligrosos. Por e
contrario, la confianza excesiva que presentan los lleva a confiar en extraños, sin medir
el peligro que esto conlleva, poniendo en alerta a los padres, pues sus hijos no son paces
de “no hablar con desconocidos”, como a muchos de nosotros nos indicaban en nuestra
infancia.

Por otra parte, se encuentras los niños que presentan el tipo de Trastorno de Apego
Reactivo inhibido, donde les es difícil interactuar con cualquier persona que se le
acerque con la intención de demostrarle cariño, afecto o atención, llegando a ser hostil y
retraído.
Este trastorno se da a partir de la relación que mantiene el niño con los cuidadores
primarios, es decir, mamá, papá o tutores de los pequeños durante el período de seis
meses y tres años de edad.
Esto se debe a que, en este período, la separación con los cuidadores se da de forma
repentina, o por la falta de respuesta que el cuidador tiene cuando el niño intenta
comunicarle algo.

Hoy en día, pensaríamos que muchos de nuestros niños pueden presentar este trastorno
debido a que es más común que las madres trabajen, y una vez que su incapacidad por
maternidad finaliza, debe volver inmediatamente a trabajar, dejando al bebé al cuidado
de un tercero, sin embargo, no siempre deriva en este trastorno, es por eso que a
continuación veremos algunas de las causas que dan origen a esta patología.

Causas del Trastorno de Apego Reactivo


Basándonos en el período de seis meses y tres años de vida del niño, donde es aún más
necesario satisfacer sus necesidades básicas como la alimentación, los cuidados, cariño
y protección, esto no es recibido de forma suficiente.

Por lo general, los padres de estos pequeños tienen pocas habilidades afectivas y


tienden a no expresar sus sentimientos, desinteresándose incluso por las necesidades
que el menor pueda presentar, o por el contrario, en algunos casos expresan
excesivamente el afecto, regañando después, sin razón alguna, al niño.
Se presenta también en niños que han vivido violencia intrafamiliar, ya sea directamente
a él o alguno de los miembros de la familia. Inclusive niños que han vivido en situación
de calle o en orfanatos, pasando de una familia a otra, pueden derivar en un Trastorno
de Apego Reactivo.
Todas las causas anteriores, pasan como un mecanismo de defensa que el niño
implementa para evitar ser heridos afectivamente como lo fue en el período que
continuamente hemos señalado (seis meses – tres años).

Síntomas del Trastorno de Apego Reactivo


Los síntomas para este trastorno se dividen en dos grupos, para los niños que presentan
la forma inhibida o para los niños que lo presentan de forma desinhibida. A
continuación, se presentan los síntomas para ambos tipos desde los parámetros
del DSM-V.
 Forma inhibida
 Alteraciones en el patrón de comportamiento, emocionalmente retraído hacía los
cuidadores.
 Mínima reacción social y emocional con los demás.
 Afecto positivo limitado.
 Episodios de irritabilidad, tristeza o miedo inexplicado.
 Falta persistente por parte de los cuidadores, en cubrir las necesidades
emocionales básicas.
 Repetitivos cambios de cuidadores primarios.
 Educación en contextos no habituales.
 Evidente sintomatología antes de los cinco años.
 Aspecto triste y desganado.
 Incapacidad de sonreír.
 Desinterés en los juegos de los demás.
Forma desinhibida
 Alteración en el patrón de comportamiento, es decir, interacción activa con
adultos extraños.
 Reducida reticencia a aproximarse a adultos extraños.
 Excesivamente familiar comportamiento verbal o físico.
 Recurre poco o nada al cuidador después de una salida arriesgada.
 Disposición de irse con adultos extraños.
Hay que tener en mente que estos síntomas debieron presentarse durante los primeros
cinco años de vida y tener en claro que ambos tipos del Trastorno de Apego Reactivo
son similares e independientemente del tipo, la presencia de los síntomas puede
indicarnos la presencia de este trastorno.

Tratamiento para el Trastorno de Apego


Reactivo
Debido a que es un trastorno que tiene su origen en las relaciones familiares, es
necesario, evaluar a través de un enfoque sistémico si se pueden realizar
intervenciones con la familia, y en caso de que no sea un ambiente favorable para el
menor, trasladarlo a un contexto distinto para su correcto desarrollo.
Al iniciar el tratamiento, como con todos los diagnósticos de otras patologías, se debe
abordar de forma multidisciplinaria, con psicólogos, médicos, trabajadores sociales y
con los maestros, hablando del contexto educativo.

El niño deberá establecer una vinculación sólida con un adulto que sea capaz de
brindarle atención emocional cuando esta sea necesaria. Por otra parte, debemos, como
psicoterapeutas, fortalecer la autoestima del pequeño y ayudarlos a crear vínculos
sociales sanos.
Cabe mencionar que, a pesar del esfuerzo y la dedicación que se ponga en
el tratamiento del niño con Trastorno de Apego Reactivo, este llevará tiempo para
sanar las heridas que dejo en el infante ante el contexto en el que se encontraba.
Y, puesto que no será tan sencillo el tratamiento, debe ser continúo y constante para
evitar que en el futuro, este individuo genere algún otro problema de salud mental.

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