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LA SALVACIÓN Y SU SEGURIDAD PARA EL CREYENTE

Conferencia

Juan Belmonte

20/07/2018
Introducción

Para tener una verdadera seguridad de salvación es esencial tener una clara comprensión de lo
que Cristo obtuvo por medio de su muerte en la cruz. La salvación no es una obra del hombre para
agradar a Dios, sino una obra de Dios en favor del hombre. Depende completamente de la gracia
divina, sin tener en consideración ningún mérito humano. La persona que comprende que Cristo
murió en su favor y proveyó una salvación completa que se ofrece a cualquiera que cree
sinceramente en Cristo, puede tener la seguridad de su salvación en cuanto cumple la condición
de confiar en Cristo como Salvador. En muchos casos la falta de seguridad se debe a una
comprensión incompleta de la naturaleza de la salvación. Una vez que se ha comprendido que la
salvación es un obsequio que no puede obtenerse por esfuerzos humanos, que no puede
merecerse y que está disponible como un don de Dios para todo aquel que la reciba por fe, se ha
echado una base adecuada para la seguridad de la salvación, y la cuestión se resuelve por si sola
en la respuesta a la pregunta de si uno ha creído realmente en Cristo.

El apóstol Juan se dirige a los creyentes en los siguientes términos: "Estas cosas as he escrito a
vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna" (1 Jn.
5:13). Por medio de este pasaje se da seguridad a todo creyente, carnal o espiritual por igual, para
que sepan que tienen vida eterna. Esta seguridad se hace descansar, no en experiencias
cambiantes, sino sobre las cosas que están escritas en la inmutable Palabra de Dios (Sal. 119:89,
160; Mt. 5:18; 24:35; 1 P. 1:23, 25).

Algunos no están seguros de su salvación porque no están seguros de que Dios los haya recibido y
salvado. Este estado mental normalmente es provocado par la búsqueda de un cambio en los
sentimientos en lugar de ponen la mirada en la fidelidad de Cristo. Los sentimientos y las
experiencias tienen su lugar, pero, coma se dijo antes, la evidencia definitiva de la salvación
personal es la veracidad de Dios. La que Él ha dicho, hará, y no es piadoso ni digno de elogio el que
una persona desconfíe de su salvación después de haberse entregado en forma definida a Cristo.

La seguridad de salvación, consecuentemente, depende de la comprensión de la naturaleza de la


salvación completa de Dios para quienes ponen su con fianza en Cristo. En parte, puede hallarse
una confirmación en la experiencia cristiana, y normalmente hay un cambio de vida en la persona
que ha confiada en Cristo coma su Salvador. Es esencial que comprenda que la seguridad de
salvación depende de la certeza de las promesas de Dios y de la seguridad de que el individuo se
ha entregado a Cristo pon fe confiando en que El cumplirá estas promesas. La persona que se ha
entregado de este modo puede descansan en que la fidelidad de Dios, que no puede mentir,
cumplirá su promesa de salvar al creyente par su divino poder y gracia.
¿SE PUEDE PERDER LA SALVACIÓN?

¿Cuantos pecados nos perdonó Cristo en la cruz? Todos, pasados, presentes y futuros. Si la
salvación se perdiera, Cristo tendría que volver a pagar por ellos otra vez. En hebreos 10: 12-18
está escrito que Cristo nos hizo santos y perfectos con un sólo sacrificio, juzgando y sentenciando
al pecado en la cruz para que con un sólo sacrificio no existiera remisión por este.

12 Pero Éste, habiendo ofrecido un solo sacrificio para siempre por los pecados, se sentó a la
diestra de Dios, 13 de ahí en adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por
estrado de sus pies. 14 Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los
santificados.15 Y nos testifica también el Espíritu Santo, porque después de haber dicho: 16 Este
es el pacto que haré con ellos: Después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus
corazones, Y en sus mentes las escribiré, 17 añade: Y ya nunca más me acordaré de sus pecados y
de sus iniquidades. 18 Porque donde hay remisión de estas cosas, no hay más ofrenda por el
pecado.

Cuando el creyente peca, no pierde su salvación, sino que este pierde su comunión con Dios. Y lo
único que le hace falta es confesar sus pecados a fín restaurar esa comunión con Dios. Si la
salvación se perdiera, está ya no es eterna entonces; cuando Dios nos salva nos da una vida
eterna, no temporal. Cuando Dios nos salva nos hace nacer de nuevo, somos sellados por el
Espíritu Santo. Absurdo seria que cada vez que pecamos perdemos la salvación, cuando
confesamos nuestros pecados volvemos a nacer de nuevo, somos sellados y tenemos vida eterna;
esto solo es posible en el universo de lo absurdo.

¿Puede perderse una persona que ha sido salva?

El temor de perder la salvación podría afectar seriamente la paz mental de un creyente, y por
cuanto su futuro es tan vital, esta pregunta constituye un aspecto importantísimo de la doctrina
de la salvación.

La afirmación de que una persona salvada puede perderse nuevamente está basada sobre ciertos
pasajes bíblicos que parecen ofrecer dudas acerca de la continuidad de la salvación. En la historia
de la iglesia ha habido sistemas opuestos de interpretación conocidos como Calvinismo, en apoyo
de la seguridad eterna, y Arminianismo, en oposición a la seguridad eterna (cada uno denominado
según el nombre de su apologista más célebre, Juan Calvino y

Jacobo Arminio).

El que es verdaderamente salvo debiera manifestar su nueva vida en Cristo por medio de su
carácter y sus obras. Sin embargo, puede ser engañoso juzgar a una persona por las obras. ¿Por
qué? Porque Hay quienes no son cristianos y pueden conformarse relativamente a la moralidad de
la vida cristiana, mientras hay creyentes genuinos que pueden caer, a veces, en la carnalidad y el
pecado en un grado tal que no se les puede distinguir de los inconversos.
SOTERIOLOGIA

La Soteriología es la parte de la Teología Sistemática que trata de la salvación.

El vocablo salvación comparte dos ideas fundamentales:

Primero: Ser salvo implica el ser rescatado de un estado de perdición.

Segundo: Ser salvo es ser transferido a un estado de salvación.

En un sentido más amplio, la doctrina de la salvación incluye toda provisión divina a favor del
creyente, desde su liberación del estado de perdición hasta su final introducción en la gloria hecho
ya conforme a la imagen de Cristo.

Siendo, pues, este designio divino de un alcance tan amplio, este tema de la salvación se divide en
tres tiempos:

a) El creyente fue salvo al momento que creyó.

Hechos 16:30-31, Primera Corintios 1:18; Segunda Corintios 2:15, Efesios 2:8, 2da. Timoteo 1:9
Este pretérito marca el hecho esencial e inmutable de la salvación. En el momento de crecer, el
que es salvo queda completamente liberado de su estado de perdición, purificado, perdonado,
justificado, nacido de Dios, revestido de los méritos de Cristo, libre de justo juicio de Dios de toda
condenación, y a salvo para siempre.

b) El creyente está siendo salvo del dominio pecado.

Romanos 6:14; 8:2, 2da Corintios 3:18; Gálatas 2:20; 4:19, Filipenses 1:19. 2:12; En este segundo
tiempo de salvación, el creyente está siendo preservado y santificado por Dios.

c) El creyente todavía necesita ser salvado de la presencia del pecado cuando sea introducido en la
gloria, ya sin tacha.

Romanos 13:11; 1ª Tesalonicenses 5:8; Hebreos 1:14; 9:28; 1ra de Pedro 1:3-5; 1ra de Juan 3:1-3
También podemos agregar otros versículos que, a su vez, presentan todos estos tres tiempos o
aspectos de la salvación: 1ra Corintios 1:30; Filipenses 1:6, Efesios 5:25-27, 1ra Tesalonicenses 1:9-
10 Con todo esto se puede afirmar que, en lo que toca a la salvación divina es de Jehová (Jonás 2:9
– Salmo 3:8).

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La salvación es de carácter sobrenatural y que el hombre no puede contribuir en absoluto a su


realización, por lo que no tiene más remedio que arrojarse desarmado, por fe en brazos de otro
que puede hacerlo.
Estas verdades pueden ser consideradas desde dos ángulos diferentes:

1. Marco legal: La salvación de un ser pecador está implicado en la necesidad de satisfacer las
ineludibles y santísimas exigencias de la justicia y del gobierno divinos que son ultrajados por el
pecado en cada una de sus múltiples formas. Nadie puede hacer expiación por su alma y así
salvarse a sí mismo.

2. Igualmente y sobre la misma base de la muerte y resurrección de Cristo, es otorgada toda


estipulación requerida para la Comunión eterna con Dios en los cielos. La persona de El Salvador
No hay más que un Salvador, y El es el único cualificado bajo todos los aspectos para salvar. Estas
dos afirmaciones constituyen el fundamento de la Soteriología.

Hasta ahora hemos visto la salvación desde un drón, una vista aérea. Vamos a pasar ahora a ir
tocando los elementos directos que la integran y al mismo momento forman parte de su
estructura legal.

¿QUÉ ES LA JUSTICIA?

Es el estado y propiedad de Dios, que el hombre obtiene por medio de la fe en el sacrificio


sustitutivo que Jesús llevó a cabo en la Cruz, y que se da por medio de un proceso que
se llama Justificación.

Ahora bien, como la justicia es producto de la justificación, debemos analizar desde el punto
de vista etimológico que es justificación.

La Justificación

Es el proceso o el plan que Dios ha desarrollado y llevado a cabo a través de la vida, sacrificio,
muerte y resurrección de Jesucristo para justificar al hombre (Romanos 4:2.5).

La justicia imputada es la base y resultado de la justificación. De acuerdo a su uso en el Nuevo


Testamento, las palabras “justicia” y “justificar” vienen de la misma raíz. Dios declara justificado
para siempre a aquel que El ve en Cristo. Este es un decreto equitativo que emana de la
justicia misma de Dios, ya que la persona justificada está vestida de la justicia divina.

La justificación no es una ficción (algo ficticio) o un estado emotivo del Creador, sino más bien
una consideración y decisión inmutable en la mente de Dios y que llevó a cabo a través de Su
hijo.

Igual ocurre con la justicia imputada como propiedad y resultado de la justificación, no


es ficticia, vana, superflua, débil, endeble, variante. Es permanente e inmutable y eterna en aquel
que la obtiene, pues descansa solamente en los méritos del Eterno Hijo de Dios, y se obtiene por
fe (Romanos 5:1), por medio de la gracia (Tito 3:4.7), y se hace posible a través de la
muerte y resurrección de Cristo (Romanos. 3:24; 4:25).

“¿Qué, pues, diremos que halló Abraham, nuestro padre según la carne? Porque si Abraham
fue justificado por las obras, tiene de qué gloriarse, pero no para con Dios. Porque ¿Qué dice la
Escritura? Creyó Abraham a Dios, y le fue contado por justicia. Pero al que obra, no se le cuenta el
salario como gracia, sino como deuda; mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al
impío, su fe le es contada por justicia”. (Romanos 4:2.5)

Según las Escrituras, la Justificación es un acto soberano y propio de Dios, que se da por pura
gracia, declarando acepto ante Él a quienes creen en su Hijo. El término justificación por lo
general aparece en los textos sagrados con la expresión “Declarar justo”, y es aplicable a una
acción única y exclusiva de Dios.

Desde el punto de vista teológico, en el sentido más profundo, Dios es el que justifica (Isaías
45:25; 53:11). Las Escrituras desaprueban y condenan la posibilidad de que el hombre pueda
justificarse a sí mismo (Job 9:20; 32:2. Isaías 43:9.26.

Romanos 3:20.24. Gálatas 2:16; 3:11. Santiago 2:25).Esto indica que ningún hombre puede
obtener la posición de “justo” en lo divino por sus propios medios.

Según Romanos 3:21 - 31, la justicia, o el ser justo, no depende de las buenas obras, ni de
nuestro comportamiento, ni siquiera de nuestra obediencia; depende más bien de la gracia
divina como acto soberano de Dios en la obra de justificación. Esto es bueno entenderlo y tomarlo
en cuenta para evitar toda jactancia humana

La justificación es de pura gracia y no puede derivarse de una mezcla de gracia y obras (romanos
3:28; 4:4.5; 11:6. Gálatas 2:14.21; 5:4. Filipenses 3:9).

Pablo expresa esta verdad quizás en los términos más drásticos, pero es claro en el asunto:

“Pero cuando Pedro vino a Antioquia, le resistí cara a cara porque era de condenar. Pues antes
que viniesen algunos de parte de Jacobo comía con los gentiles; pero después que vinieron se
retraía y se apartaba, porque tenía miedo de los de la circuncisión. Y en su simulación
participaban también los otros judíos, de tal manera que aun Bernabé fue también arrastrado por
la hipocresía de ellos. Pero cuando vi, que no andaban rectamente conforme a la verdad del
evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como
judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar? Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores
de entre los gentiles, sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la
Je de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado. Y
si buscando ser justificados en Cristo, también nosotros somos hallados pecadores, ¿es por eso
Cristo ministro de pecado? En ninguna manera. Porque si las cosas que destruí, las mismas
vuelvo a edificar, transgresor me hago. Porque yo por la ley soy muerto para la ley, afín de vivir
para Dios, con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo
que ahora vivo en la carne, lo vivo en la Je del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo
por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió
Cristo.” (Gálatas 2:11.21)

“Al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, la Je le es contada por justicia”.

(Romanos 4:5)
Cuando un creyente comete un pecado, deja de ser santo pero no deja de ser justo, porque la
justicia en el hombre regenerado no se obtuvo ni se mantiene por obras, se obtuvo por Fe y se
sostiene en Fe.

“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por Je y para Je....”

(Romanos 1:17)

“Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito esta:
Maldito todo aquel que no permaneciere en toda las cosas escritas en el libro de la ley, para
hacerlas. Y que por la ley ninguno se justifica para con Dios, es evidente, porque: El justo por la fe
vivirá”. (Gálatas 3:10.11)

Lo que Pablo quiso expresar fue: «El justo, obtuvo la vida por la justicia que vino por la fe, y a
su vez hará de esa justicia un estilo de vida en fe, librándose de vivir en condenación».

Incidentes que se dieron para la Justificación

Dentro del plan de justificación se dieron tres incidentes para que el hombre fuese justificado,
obtuviese la justicia y pasase a ser justo, éstos son: Redención, Remisión y Propiciación.

1) Redención: De donde se deriva el término “Redimir”. En el griego existen cinco términos para
describir la redención, de los cuales vamos a estudiar tres, que son los más esenciales: Agorazo,
Exagorazo, Lutros.

a) Agorazo: Significa el acto de comprar, pero no se trata de una simple compra, es comprar con
mucho valor lo que para otros está totalmente desvalorizado; es cuando se paga un alto precio
por lo que aparenta no tener valor (1a Corintios 6:20; 7:23. Apocalipsis 5:9).

b) Exagorazo: Es la forma intensiva de agorazo. Es el acto de comprar un esclavo con vista de


otorgarle la libertad; es el contraste de comprar para esclavizar (Gálatas 3:13; 4:5).

Este término en su etimología caracteriza la diferencia que hay entre un siervo y un esclavo: El
esclavo era sometido a servidumbre, el siervo prestaba su servicio en forma voluntaria en
agradecimiento, después de ser comprado.

El acto Exagorazo era de un tipo de redención para comprar al esclavo y librarlo de su esclavitud.
Si el esclavo una vez siendo libre quisiera servir voluntariamente a quien lo compró, pasaría a
ser un siervo.

«Pero gracias a Dios que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella
forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la
justicia». (Romanos 6:17.18)

El término «esclavo» en griego es «Doulos» que originalmente en su etimología es el término


más inferior en la escala de la servidumbre, donde se caracteriza a aquel que es sometido a
servir.
Este término con el tiempo perdió sus propiedades en el uso, hasta el punto de que los
Apóstoles en sus escritos lo usaron intercambiablemente para hacer referencia tanto al esclavo
como al siervo; pero en su origen no era así.

c) Lutros: Que indica pagar un precio por un rescate. Es el acto de pagar un secuestro (Tito
2:14.1a Pedro 1:18).

Resumiendo (Redención):

1. AGORAZO

El término agorazo significa sencillamente comprar en un mercado; de manera más específica un


mercado de esclavos; donde estos eran tratados peor que animales, siendo pateados, golpeados,
molestados, comprados y vendidos; se les maltrataba para determinar cuál era su temperamento.

Antes de venir Jesús, Satanás tenía el control del mercado de esclavos; ahora hemos sido
redimidos; pero las personas que rechazan a Jesús siguen en ese mercado.

Veamos Romanos 6:17-20 para ver esto de manera más clara: “Pero gracias a Dios, ustedes,
después de haber sido esclavos del pecado, han obedecido de corazón a la regla de doctrina que
les ha sido transmitida y ahora, habiendo liberados del pecado, han llegado a ser esclavos de la
justicia. Voy a hablarles en términos humanos, teniendo en cuenta la debilidad natural de su
carne. Si antes entregaron sus miembros físicos, haciéndolos esclavos de la impureza y de la
iniquidad cada vez mayor, pónganlos ahora al servicio de la justicia que lleva a la santificación.
Porque cuando eran esclavos del pecado, ustedes estaban libres con respecto de la justicia” (Biblia
Expandida de Fe).

La Biblia en Lenguaje Sencillo lo coloca de esta manera: “Cuando Dios los salvó, en realidad los
compró, y el precio que pagó por ustedes fue muy alto. Por eso deben dedicar su cuerpo a honrar
y agradar a Dios.”

Hemos sido comprados y rescatados del pecado; ahora tenemos un nuevo amo, al cual debemos
honrar, agradar y glorificar, a Dios.
2. EXAGORAZO

Este término griego significa ser removido o quitado del mercado de esclavos, sacado para ser
hecho libre, rescatado de la perdición.

Nuestro precio no fue el de un esclavo barato; Jesús dio todo lo que tenía, su vida misma.

Es el acto de comprar a un esclavo sacándolo del mercado. El esclavo de nacimiento del Señor
Jesús es comprado no solo para ser su esclavo, sino que es comprado para salir del mercado de
esclavos, para nunca volver a ponerlo en venta en ningún mercado de esclavos. Se vuelve esclavo
del Señor Jesús por el tiempo y la eternidad.”

En Gálatas 3:13 podemos ver la aplicación de esta palabra: “Cristo compró nuestra libertad
[redimiéndonos] de la maldición (el destino funesto) de la Ley [y su condenación] por [Si mismo] al
hacerse maldición por nosotros, como está escrito (en las Escrituras), Maldito todo el que es
colgado de un árbol (es crucificado)” (Biblia Amplificada).

Cristo nos redimió para llevarnos de una posición de esclavos del pecado a hijos de Dios.

Nuestro precio no fue el de un esclavo barato; Jesús dio todo lo que tenía, su vida misma.

3. LUTROO

Lutroo significa simplemente el pagar un rescate.

Jesús nos redimió de toda iniquidad, para que pasemos de nuestro antiguo amo el diablo a
nuestro nuevo amo Jesucristo, y podamos así tener comunión y servir a Dios.

En 1 Pedro 1:18-19 dice: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la
cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la
sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.”

En Tito 2:14 dice: “Que se entregó a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y
para purificar para sí un pueblo escogido, celoso por hacer el bien”

4. APOLUTROSIS

Apolutrosis significa rescatar completamente, liberación, salvación, redención total.

Es el acto de redimir a uno pagando un precio, hacer que uno salga libre por recibir un precio’; el
sustantivo, ‘la liberación efectuada por el pago de un rescate, liberación, liberación procurada por
el pago de un rescate.

En Efesios 1:7 dice: “En quien tenemos redención (liberación, salvación y rescate) a través de su
sangre, la remisión (perdón y libertad) de nuestros pecados (faltas y transgresiones), según las
*abundantes+ riquezas de su gracia (el favor y la buena voluntad de Dios hacia nosotros)” (Biblia
Expandida de Fe).

Para tener mayor comprensión y precisión acerca de los términos referidos a “Redención “en
sus diferentes aplicaciones, debemos analizar lo qué es un redentor.

Redentor: Era el pariente más cercano que tenía la responsabilidad de comprar nuevamente la
herencia que había sido enajenada (traspasada) de la línea familiar a la que realmente
pertenecía. Jesús, como el postrer Adán, cumple y ocupa el lugar del pariente más cercano,
convirtiéndose así en nuestro Redentor, restituyéndonos al linaje que perdimos en Adán.

La redención como «Lutros» era común en el tiempo del A.T y se aplica a cualquier cosa
que liberara a un hombre de una aflicción o deuda propia, pero era especialmente significativa
en la ceremonia que hacía como acto de redención del primogénito, cuyo origen se remonta a
la salvación de los primogénito, cuyo origen se remonta a la salvación de los primogénitos en la
noche de la pascua.

En cuanto a la redención de los primogénitos, éstos eran entregados al sumo sacerdote como
propiedad de Dios para ser sacrificados, pero como Dios no acepta sacrificios humanos, como lo
hacía Moloc, deberían los padres de niño comprarlo, como acto de redención, por cinco ciclos de
plata, con lo cual el primogénito pasaba a ser propiedad de sus padres.(Exodol3:13.15 Levítico
27:27. Número 18:15.16)

Se debe destacar que Jesús para poder ser un redentor no debía ser redimido, por dos cosas:

• En primer lugar, no hay propiedad en uno que ha sido redimido para redimir a otro, ya que él,
en lo personal, necesitó de un acto de redención.

• En segundo lugar, si Jesús era redimido por sus padres dejaría de ser propiedad de Dios y, por
consiguiente, Dios no podía ni presentarlo ni aceptarlo como ofrenda en sacrifico.

Este fue el único ritual bajo la ley a la que Jesús no fue sometido para cumplir con la redención de
la humanidad. Jesús fue presentado en el templo, fue circuncidado, pero no fue redimido, en lugar
de la redención fue sacrificado, cumpliendo así con la ley y pasar así a ser un perfecto redentor.

Entiéndase por redención, en lo concerniente a Dios, el acto de entregar a su único hijo como
precio o paga por una humanidad que estaba secuestrada por el mal y esclavizada en el
pecado, y que por sus propios medios no podía escapar de dicha situación (Romanos 3:24.
Gálatas 3:13. Efesios 1:7.Tito 2:14. Hebreos 9:12)

2) Remisión: De donde se deriva el término «Remitir», que indica ¡Remover, quitar trasladar ,
trasponer (Lucas 23:7)

Remitir: En relación al pecado, es el acto de transponerlo de un lugar a otro.

Remisión: Es el acto de quitar “De” y poner “En”, en este caso quitarlo del hombre y
colocarlo en Jesús. Por esta causa nunca se podía dar la Remisión si no hubiese habido un
lugar donde poner lo remitido (Mateo 26:28. Hebreos 9:15.22;

10:18)

«Y ciertamente todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los
mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados; pero Cristo, habiendo ofrecido una
vez para siempre un solo sacrifico por los pecados, se ha sentado a la diestra Dios, de ahí en
adelante esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies ¡porque con
una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. Y nos atestigua lo mismo el
Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Éste es el pacto que haré con ellos después de
aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones y en sus mentes las escribiré,
añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones. Pues donde hay
Remisión de éstos, no hay más ofrenda por el pecado». (Hebreos 10:11.18)

Si Dios quita del hombre el estado de pecado que lo condenaba y no consigue en quien
colocarlo, tendría Dios que volverlo a poner sobre el hombre, entrando en él condenación de
parte de Dios, no habiendo posibilidad de justificación; por eso Dios se proveyó de un sustituto
que ocupara el lugar donde sería colocado el estado de pecado que mantenía al hombre en
condenación.

Esto indica que la fuerza de la Remisión no estuvo en lo absoluto en que Jesús llevó mi estado
de pecado, sino en que Él ocupó el lugar donde Dios colocaría dicho estado. Jesús no sólo ocupó
nuestro estado pecado (2a Corintios 5:21).
3) Propiciación: La palabra del griego es «Jilasterion» de donde se deriva el término
propiciar, propicio, que indica apaciguar, volver favorable, conciliar. En su más amplio concepto,
propiciar indica: Calmar la ira de un Dios ofendido, y está relacionado con la compasión y la
misericordia (Romanos 3:25. Hebreos 8:12. 1a Juan

2:2; 4:10).

En Hebreos 8:8.12 está escrito:

«Porque reprendiéndolos dice: He aquí vienen días, dice el Señor, en que estableceré con la casa
de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto que hice con sus padres el día que los tomé de la mano
para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos no permanecieron en mi pacto, y yo me
desentendí de ellos, dice el Señor. Por lo cual, éste es el pacto que haré con la casa de Israel:
Después de aquellos días, dice el Señor pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón
las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su
prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor ¡porque todos me conocerán, desde
el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré
de sus pecados y de sus iniquidades».

El término “propiciación” viene de “propiciatorio”, que era la tapa o cubierta del arca del pacto
que se encontraba en el Lugar Santísimo.

Para tener mejor comprensión del acto de propiciación, debemos estudiar que es el
propiciatorio, y qué función tenía en el Lugar Santísimo.

El Propiciatorio era una plancha de oro puro que cubría el Arca del Pacto, medía más de un
metro de largo y setenta centímetros de ancho (Éxodo 25:17; 37:6).Tenía un querubín labrado a
cada extremo, los cuales estaban frente a frente y sus alas extendidas se tocaban en el
punto central superior (Éxodo 25:18.20; 37:7.9). El Propiciatorio estaba sobre el Arca del
Pacto, situada detrás del velo en el lugar Santísimo (Éxodo 26:34; 30:6).

El Lugar Santísimo era donde Dios moraba y hacía acto de presencia manifestando su
Gloria. La sangre de la expiación era rociada por el Sumo Sacerdote sobre el Propiciatorio una
vez al año. Sobre la sangre descendía el fuego de Dios en forma literal y la consumía en su
totalidad, descargando toda su ira en señal de reconciliación por el período de un año (Levítico
16:2.34).

Cuando Pablo en Romanos 3:25 dice: “A quien Dios puso como propiciación...”, estaba
haciendo referencia a Jesús. Debemos aclarar que el término propiciación no aparece en los
textos originales, el que aparece es Propiciatorio, indicando la semejanza de lo que Jesús
hizo. Él fue el propiciatorio humano, donde se derramó la sangre, sobre la cual cayó la ira de Dios.

Según este acto de Propiciación que se dio en Jesús, nosotros como regenerados en Dios, no
somos hijos de ira sino de bendición (Efesios 2:3. 1aTesalonicenses 1:10;

5:9).

Lo otro que hay que entender es que Dios no está molesto o disgustado en lo absoluto con
el mundo, como muchos lo han pregonado en sus predicaciones, anunciando un mensaje de
condenación sobre las naciones, causando intimidación y temor, dejando de anunciar el
verdadero mensaje que conlleva a la Salvación que son las “Buenas Nuevas”.

En el desarrollo de su ministerio, Jesús hizo acto de propiciación al evitar que los discípulos
hicieran descender fuego del cielo sobre una aldea que no los recibieron.

«Y envió mensajeros delante de él, los cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos
para hacerle preparativos. Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a Jerusalén.
Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda
fuego del cielo, como hizo Elías, y los consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió, diciendo-
.Vosotros no sabéis de qué espíritu sois; porque el Hijo del

Hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra
aldea». (Lucas 9:52.56)

Esto lo hizo Jesús antes de hacer acto de propiciación en la cruz, ¿qué nos hace pensar que
después de que Dios haya amado al mundo, y por causa de esto haya entregado a su único
hijo, descargando sobre Él toda su ira, va a arremeter Con ira en contra de ese mundo que amó?
Pensar de esa forma es no entender la fuerza que tuvo el acto de Propiciación que se dio en
Jesús entregando su vida, derramando su sangre en el calvario.

Nunca olvidemos esta verdad, que aunque parezca paradójico, ese Dios que no cambia, su
carácter cambió en la cruz. Dios depositó toda su ira sobre Su hijo para no descargarla sobre
nadie. A esto se le llama: Propiciación.

“Oh Jehová, Dios de mi salvación, día y noche clamo delante de ti. Llegue mi oración a tu
presencia; inclina tu oído a mi clamor. Porque mi alma está hastiada de males, y mi vida cercana al
seol. Soy contado entre los que descienden al sepulcro; soy como hombre sin fuerza, abandonado
entre los muertos, como los pasados a espada que yacen en el sepulcro, de quienes no te acuerdas
ya, y que fueron arrebatados de tu mano, me has puesto en el hoyo profundo, en tinieblas, en
lugares profundos. Sobre mí reposa tu ira. y me has afligido con todas tus ondas”. (Salmo 8 8: 1.7)

Si analizamos Juan 3:1 6, hay unas propiedades y características producto del amor de Dios a
favor del hombre caído. Leamos y analicemos:

• “Porque de tal manera”— La inmensidad de su amor.

• “Amo Dios al mundo”— El objeto de su amor.

• “Que ha dado”— El despojo de su amor.

• “A su hijo unigénito”— La dádiva de su amor.

• “Para que todo aquel que en él cree”— Lo universal de su amor.

• “No se pierda”— El rescate de su amor.

•“Más tenga vida eterna”— La recompensa de su amor.


Si éste fue el sentir de Dios (amarnos) antes de rescatarnos en nuestra condición caída, cuánto
más ahora que somos sus hijos.

Por esta razón es que Pablo dice que nosotros estamos llamados a reconciliar al mundo con
Dios, no a Dios con el mundo, porque Él a causa de la Propiciación que se dio en Jesús, quedó
reconciliado con el mundo; Dios no tiene problemas con el mundo, el mundo lo tiene con Dios.

“De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas
son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo,
y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo
al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la
palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, . . . ” ( 2 a Corintios
5 : 1 8 . 1 9)
LA REGENERACIÓN

L a Redención, la Remisión y la Propiciación trajeron como resultado la “Regeneración”:

El término “Regeneración” indica llevarte al género original que tenías antes de caer en Adán
(Tito 3 : 5 ) .

Regeneración viene del griego “Palingenesia”, que indica “Hacerte de nuevo”. La “Regeneración”
no es aplicable al remiendo, o a la reestructuración, somos nuevas criaturas, nunca antes
habíamos existido para Dios. Por esta causa el término “Nuevo” que Pablo utilizó en 2a
Corintios 5 : 1 7 para hacer referencia al nuevo nacimiento es “Kainos”, que indica lo que viene
a ser por primera vez.

Kainos: Tiene que ver con lo que nunca ha existido. De modo que nosotros no tenemos
pasado para Dios, en El somos un presente y nos proyectamos hacia un futuro; para Él las
cosas cuentan desde el mismo momento en que creímos.
NUESTRA IDENTIFICACIÓN CON CRISTO

Romanos 5:12

12 Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la
muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

1 Corintios 15:21-22, 45

21 Porque por cuanto la muerte entró por un hombre, también por un hombre la resurrección de
los muertos.

22 Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados.

45 Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán,
espíritu vivificante.

Desde el punto de vista de Dios, en el momento que Cristo fue crucificado, muerto, sepultado,
resucitado y sentado en los lugares celestiales, nosotros también.

El primer Adán fue la cabeza de una raza de hombres que murió espiritualmente; el postrer Adán
es la cabeza de una nueva raza de hombres que nunca antes existió.

Todos los hombres están incluidos en Adán y en todas las cosas en las que participó, pues estamos
identificados con él.

Todos los hombres que nacen de Dios, están incluidos en Cristo y en todas las cosas en las que
participó, pues estamos identificados con él.

La identificación con Cristo es nuestra completa unión con todo lo que él hizo, junto con él
pasamos lo que él pasó. La identificación es el aspecto legal de nuestra redención, lo que el
Espíritu hace en nosotros es el aspecto vital. La identificación es todo lo que Cristo obtuvo para la
nueva criatura.

Aspectos de nuestra Identificación con Cristo

1. Crucificados con Cristo

Gálatas 2:20

20 Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora
vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Ya hemos sido juzgados, condenados, flagelados, desvestidos y crucificados con él.

Romanos 6:6

6 Sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo
del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado.
Participamos en sus sufrimientos y estamos incluidos en su muerte para ya no estar bajo el primer
Adán sino bajo Cristo.

Romanos 6:14

14 Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia.

Hemos muerto y ya no estamos bajo ley sino bajo la gracia.

2. Él Fue Hecho Pecado

2 Corintios 5:21

21 Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado (iniquidad), para que nosotros
fuésemos hechos justicia de Dios en él.

2 Corintios 5:21

21 Aquel que no conoció pecado de manera experimental, a favor y en vez de nosotros, fue hecho
pecado, para que nosotros, podamos convertirnos en la justicia de Dios en Él.

A pesar de que Jesús no peco ni conoció por experiencia el pecado; Dios mismo lo idéntico con el
pecado a favor de nosotros y en nuestro lugar, al poner sobre Él y cargar nuestra iniquidad como si
fuera suya.

Al hacerse iniquidad Jesús se estaba identificando con los hombres tomando la naturaleza caí da
para poder tomar nuestro lugar y justificarnos.

3. Él Fue Hecho Enfermedad

Isaías 53:4-5

4 Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por
azotado, por herido de Dios y abatido.

5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestra iniquidad; el castigo de nuestra
paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

En esa cruz Jesús no solo llevó nuestra iniquidad, sino también nuestra enfermedad. Él se hizo
enfermedad por nosotros para que no tengamos que sufrir en enfermedad.

No tenemos que estar llevando lo que Jesús llevó. Jesús llevó nuestras enfermedades; no hay
ningún motivo para que las llevemos en nuestro cuerpo.

A veces pensamos que tenemos que ir por la vida llevando nuestras enfermedades; pero, la
enfermedad ya no es nuestra, Jesús la tomó y se la llevo, así que no vayas detrás de él, queriendo
quitarle tu enfermedad para volverla a sufrir.

4. Él Se Hizo Pobre

2 Corintios 8:9
9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre,
siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos.

Fue en la cruz donde Jesús se hizo pobre por nosotros, cuando fue crucificado no tenía ni siquiera
el taparrabo que le pusieron para tapar sus partes íntimas, estaba totalmente desnudo.

Durante su ministerio nunca experimentó hambre ni necesidad, todo lo que necesitaba lo tuvo.
Pudo alimentar durante todo su ministerio a sus discípulos, dio de comer a los pobres, no le falto
donde dormir a él ni a los suyos. Sin embargo, en esa cruz lo dejó todo, murió sin nada.

Es a través de está pobreza que nosotros somos hechos ricos.

En el mundo tendremos aflicción y persecución, pero eso no significa que dejemos de recibir las
cosas que nos pertenecen.

La tribulación o persecución vienen con el propósito de robar la Palabra que fue sembrada en
nosotros.

A pesar de las persecuciones que lleguen contra nosotros tenemos la victoria.

5. Hemos Muerto con Él

Isaías 53:9-12

9 Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo
maldad, ni hubo engaño en su boca.

10 Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya
puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de
Jehová será en su mano prosperada.

11 Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi


siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

12 Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto
derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado
de muchos, y orado por los transgresores.

En hebreos dice “en sus muertes”. Para poder identificarse con nosotros Jesús tuvo que morir
tanto física como espiritualmente.

2 Timoteo 2:11-12

11 Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él;

12 Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.

Al morir con Él es que somos justificados del pecado.

1 Pedro 2:24

24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros,
estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
6. Fuimos Sepultados con Él

Colosenses 2:12-13

12 Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él, mediante la fe
en el poder de

Dios que le levantó de los muertos.

13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida


juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Romanos 6:4

4 Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como
Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida
nueva.

El hecho de haber sido sepultados con Cristo significa que nuestro viejo hombre ya fue sepultado y
nosotros somos ahora nuevas criaturas.

7. Él Sufrió Todo por Nosotros

Salmo 88:3, 7

3 Porque mi alma está hastiada de males, mi vida cercana al Seol.

7 Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido con todas tus ondas. Selah

Jesús sufrió en la carne para llevarnos a Dios.

Jesús sufrió los tormentos del infierno, la ira y separación de Dios y debido a eso paralizó a Satanás
y le quitó las llaves de la muerte y el hades.

8. Vivificados con Él

Colosenses 2:13

13 Y a vosotros, estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida


juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.

Efesios 2:5

5 Aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois
salvos).

Nosotros que estábamos muertos hemos recibido la vida eterna juntamente con Jesucristo. A
través de la resurrección de Jesús es que nosotros somos llevados a Dios,

9. Él Fue Hecho Justo

Romanos 3:21-26
21 Pero ahora, aparte de la ley, se ha manifestado la justicia de Dios, testificada por la ley y por los
profetas;

22 la justicia de Dios por medio de la fe en Jesucristo, para todos los que creen en él. Porque no
hay diferencia,

23 por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios,

24 siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús,

25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su
justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,

26 con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que
justifica al que es de la fe de Jesús.

Somos justos por la obra de Dios en Cristo, y por eso es que tenemos la naturaleza de Dios en
nuestras vidas. Jesús fue hecho justo cuando resucito a fin de poder justificarnos.

10. Conquistó a Satanás

Apocalipsis 1:17-18

17 Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas;
yo soy el primero y el último;

18 y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo
las llaves de la muerte y del Hades.

En su resurrección Jesús conquistó el reino de Satanás y tomó dominio sobre él.

Mateo 28:18

18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra

Jesús recibió la autoridad que el diablo tenía sobre la tierra.

Colosenses 2:15

15 Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobr e
ellos en la cruz.

En la cruz Jesús despojó al diablo y sus huestes de su poder y autoridad.

Hebreos 2:14

Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo,
para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo

Este verso es un poco engañoso en la revisión Reina Valera de 1960, nos hace pensar que Satanás
fue destruido, pero veamos que dicen otras versiones.
Veamos lo que dice la Biblia Latinoamericana: “Puesto que esos hijos son de carne y sangre,
Jesús también experimentó esta misma condición y, al morir, le quitó su poder al que reinaba por
medio de la muerte, es decir, al diablo.

Aquí dice que le quito su poder a Satanás.

La Biblia de las Américas lo describe así: “Así que, por cuanto los hijos participan de carne y sangre,
El igualmente participó también de lo mismo, para anular mediante la muerte el poder de aquel
que tenía el poder de la muerte, es decir, el diablo.”

Aquí vemos que anuló su poder.

Entonces, vemos que Jesús no destruyo a Satanás lo que hizo fue quitarle y anular su poder.

11. Somos Resucitados con Él

Romanos 6:5

5 Porque si fuimos plantados juntamente con él en la semejanza de su muerte, así también lo


seremos en la de su resurrección.

El ser plantados juntamente con Jesús en su resurrección, significa que Dios acepto el sacrificio de
Jesús en la cruz y que podemos disfrutar de la vida eterna.

Efesios 1:19, 20, 2:1

19 y cuál la extraordinaria grandeza de su poder con respecto a nosotros, los que creemos, según
la eficacia del poder de su fuerza

20 que desplegó en Cristo, resucitándolo de entre los muertos y sentándolo a su derecha en e l


cielo,

2:1 Y a vosotros, que estabais muertos por las culpas y pecados.

Nosotros somos también identificados con Cristo en su resurrección.

12. Se Sentó

Hebreos 1:3

3 El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta


todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros
pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.

Colosenses 3:1

1 Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la
diestra de Dios.

Jesús habiendo acabado su obra en la tierra se sentó a la diestra de Dios; esto significa que ya no
le toca a él hacer la obra aquí en la tierra sino a nosotros.
Jesús terminó su obra y nosotros estamos sentados con él en el mismo trono de autoridad en que
Él está.

Romanos 5:17

17 Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno
solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia.

La Versión Amplificada dice que “reinemos como reyes en vida”; es decir, ya que estamos
sentados en el mismo trono de Jesús, reinemos en esta vida como reyes.

Razones por las que no se puede perder la salvación

1. Porque el cristiano está sellado con el Espíritu Santo para el día de la redención - Efesios
1:13-14.
2. Porque nadie lo puede arrebatar de la mano de Cristo - Juan 10:28.
3. Porque nadie lo puede arrebatar de la mano del Padre - Juan 10:29.
4. Porque la vida obtenida en el nuevo nacimiento es de Dios, y por tanto, ya no puede morir
- Juan 3:3,5; Romanos 6:9-11.
5. La salvación se obtiene por fe, no por obras, y se conserva de la misma manera, por la fe -
Efesios 2:8-9; Colosenses 2:6.
6. La salvación es un regalo de Dios, y nadie que da un regalo lo vuelve a quitar; y por
supuesto, Dios menos - Romanos 6:23.
7. Cristo nunca rechazará a los que ha recibido - Juan 6:37.
8. Porque se invalidaría el bautismo, ya que el bautismo es para creyentes - Mateo 28:19.
9. Si el cristiano pudiera perder su salvación, entonces debería poder ser salvo otra vez; lo
cual es imposible, porque sería como volver a crucificar a Cristo - Hebreos 6:6.
10. Cristo murió por todos los pecados, no solamente por aquellos cometidos hasta antes de
ser salvo - Colosenses 2:13-14.
11. Nada nos puede separar del amor de Dios - Romanos 8:35-39.
12. Cuando se acepta a Cristo, la Trinidad viene a hacer morada en el creyente para siempre;
no entran y salen del creyente por su comportamiento - Juan 14:17-18,23.
13. El creyente verdadero tiene (no tendrá) vida eterna; no vida nada más mientras sea "fiel" -
Juan 5:24.
14. Ya que todos los pecados son iguales para Dios, y no existen los pecados "grandes" y
"pequeños"; si se perdiera la salvación por el pecado, ésta se perdería a cada momento
por causa de cada mentira, o mal pensamiento, etc. - Romanos 3:23 "La paga del pecado
[todo pecado] es muerte. . ."
15. Si la salvación se pierde por "volver al pecado", se crea incertidumbre porque ¿en qué
momento se consideraría que una persona ha perdido su salvación? ¿con cuántos
pecados? y si "regresa", ¿tiene que volver a "aceptar" a Cristo, o basta con simplemente
pedir perdón?
16. Los nombres de los salvos están escritos en el libro de la vida desde antes de la fundación
del mundo, y Dios no los está quitando y poniendo según su comportamiento - Apocalipsis
3:5, 17:8.
17. La sangre de Cristo nos limpia de TODO pecado (los pecados de toda la vida) - 1 Juan 1:9.
18. Cuando Cristo murió, murió por todos los pecados, aun aquellos que el cristiano cometería
en su vida de cristiano - 1 Pedro 2:24.
19. El cristiano se convierte en hijo de Dios al nacer de Dios; un hijo de Dios no puede
perderse - Juan 1:12.
20. El pecado interrumpe la comunión con el Padre, pero no la relación; así como la
desobediencia de un hijo aquí en la tierra no termina su relación con su padre - Salmo
51:12 (note que David pidió de nuevo el gozo de su salvación, no su salvación).
21. El castigo de Dios a sus hijos por el pecado, no es quitándoles la salvación, sino disciplina
paternal - Hebreos 12:5-7.
22. Al nacer del Espíritu somos hijos de Dios y coherederos con Cristo. Cristo es nuestro
hermano mayor. Ni tal participación en la herencia, ni la relación con el Hermano mayor se
interrumpen jamás; por ningún motivo - Romanos 8:17.
23. Porque invalidaría la obra intercesora de Cristo. Si el cristiano se puede perder, entonces
Cristo no es un buen abogado - 1 Juan 2:1.
24. ¿Porque habría que aceptar que hay dos maneras de ser salvos? Una, por fe en la sangre
de Cristo (hasta el momento de ser salvo), y otra por las buenas obras (a partir de ser
salvo) - Efesios 2:8-9.
25. Porque entonces Dios no sería omnipotente, pues no sería poderoso para guardarnos sin
caída – 2 Timoteo 1:12; Judas 24.

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