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Pedido de perdón:
Tú, que has cargado sobre ti nuestros sufrimientos y has llevado nuestros dolores…
Señor, ten Piedad.
Tú, que en tu bondad hacia todos has pasado haciendo el bien y sanando a los
enfermos… Cristo, ten Piedad.
Tú, que has dicho a tus apóstoles que impongan las manos sobre los enfermos…
Señor, ten Piedad.
Introducción
Cuando salimos de nosotros mismos para ir en su ayuda se da el encuentro de dos
caridades: la del enfermo que, reconociéndose necesitado se deja amar, y la nuestra,
un amor que trata de aliviar y que también nos sana porque nos dejamos amar.
Muchas veces, cuando nos topamos con la enfermedad, tenemos la tentación de la
huida, porque el dolor y la impotencia nos supera; nos enojamos con el mundo y con
Dios. Sin embargo, la enfermedad no es un castigo divino, sino que nos confronta con
nuestro “estar de paso” que, a su vez, nos hace reflexionar sobre el sentido de nuestra
vida, sobre “el para qué y cómo vivir”, San Carlos Borromeo, descubrió al hermano
enfermo como lugar de encuentro y misión.
Reflexión
Intenciones
A cada intención respondemos por San Carlos Borromeo, te lo pedimos Señor.
-Por los enfermos, para que puedan experimentar el poder sanador de Dios en cuerpo,
mente y espíritu, y estar rodeados del amor y el apoyo de los demás… roguemos al
Señor
-Te pedimos por los que sufren enfermedades crónicas. Libralos de esta infección…
Roguemos al Señor