El Instituto Nacional Penitenciario (INPE) se encuentra en una crisis sin precedentes, la cual ha desbordado su capacidad administrativa y operativa, impidiendo que se puedan brindar adecuadamente los servicios de seguridad, tratamiento y salud en los establecimientos penitenciarios que están bajo su competencia. La situación de las cárceles ha alcanzado niveles muy complicados para los internos, la prueba empírica llevo a la conclusión que la política pública penitenciaria ha fracasado, no se ha podido alcanzar los objetivos de la resocialización y la reinserción de la población penitenciaria; así mismo, prácticamente la totalidad de los “Establecimientos Penitenciarios Intramuros” están en malas e insuficientes condiciones de “infraestructura penitenciaria”; situación que ha llevado a la imposibilidad de brindar adecuadamente los servicios de seguridad, tratamiento y salud penitenciaria. Adicionalmente a las malas condiciones de infraestructura de los “establecimientos penitenciarios intramuros”, se ha sumado los problemas de hacinamiento por la creciente población penitenciaria. Esta situación de crisis en el INPE, ha imposibilitado la “ejecución” y el “desarrollo adecuado” de los “planes operativos” y “programas de seguridad penitenciaria”, “tratamiento penitenciario” y “salud penitenciaria” de los internos, situándolos en una falta directa del “Código de Ejecución Penal vigente”, el que contempla que “el interno” (persona privada de su libertad) deberá recibir un “tratamiento integral” iniciando en su ingreso y culminando con su liberación, como lo señala el decreto legislativo Nº 654 de 1991 en el artículo. 3°. Así mismo, dicho código en el articulo 97° también señala que: el “tratamiento penitenciario”, deber ser “progresivo”, comprendiendo la ejecución de “programas de resocialización” para la “persona privada de la libertad”, los cuales deberán darse en forma “individual” y en forma “grupal”, dependiendo de la “naturaleza de la atención”, promoviendo la participación de las “personas privadas de la libertad”, y de las “instituciones públicas” y las “instituciones privadas”, además de “la familia” y “la sociedad”. 1. SITUACIÓN ACTUAL DEL SISTEMA PENITENCIARIO NACIONAL La población del sistema penitenciario nacional está compuesta por las personas procesadas con medidas de detención y personas sentenciadas a pena privativa de libertad que se encuentran en los establecimientos penitenciarios, asimismo, personas liberadas con beneficio penitenciario de semilibertad ó liberación condicional y personas sentenciadas a pena limitativa de derechos, que son atendidas en los establecimientos de medio libre. El INPE está descentralizado en ocho Oficinas Regionales, las que a su vez tienen a su cargo establecimientos penitenciarios para personas privadas de libertad y establecimientos de medio libre para personas liberadas con beneficios penitenciarios y sentenciados a penas limitativas de derechos. La población del sistema penitenciario al mes de febrero 2018 es de 104,643 personas. De ellos, 86,2292 se encuentran en establecimientos penitenciarios al tener mandato de detención judicial o pena privativa de libertad efectiva, mientras que 18,414 personas asisten a establecimientos de medio libre al haber sido sentenciados a penas limitativas de derechos, dictaminado medidas alternativas al internamiento, o liberados con beneficio penitenciario de semilibertad ó liberación condicional.
1.1. Modelo Penitenciario Vigente en el Perú
El modelo penitenciario en el Perú, está fuertemente influenciado por el modelo Panóptico y el modelo Filadélfico, dado que el modelo vigente se centra principalmente en el cumplimiento de la “pena de privación de la libertad” de los internos, todo el modelo está enfocado en el confinamiento de los internos, y en el “cumplimiento de la pena privativa de la libertad” que el sistema de justicia ha determinado. Todo el sistema gira en torno al confinamiento de la población carcelaria, tanto así que tenemos que el Instituto Nacional Penitenciario (INPE), encargado de la “administración del sistema carcelario” en el País, se define en su “Reglamento de Organización y Funciones (ROF)” de la siguiente manera: “El INPE es un organismo ejecutor del sector Justicia, rector del sistema penitenciario nacional, con personería jurídica de derecho público y con autonomía económica, técnica, financiera y administrativa. Forma pliego presupuestario y se rige por el Código de Ejecución Penal y su Reglamento”, como se aprecia se centran principalmente en la “ejecución de la pena privativa de la libertad” que el sector justicia determine; por otro lado, si analizamos sus funciones, también contenidas en su ROF, tenemos “Sus funciones principales son: - Dirigir y administrar el Sistema Nacional Penitenciario, - Realizar investigaciones sobre criminalidad y elaborar políticas de prevención del delito, - Brindar asistencia post penitenciaria, - Dictar normas técnicas y administrativas sobre el planeamiento y construcción de infraestructura penitenciaria”, nuevamente se aprecia que sus funciones se centra en el “confinamiento” de las “personas privadas de la libertad”. Sin embargo en la misión y visión si aparece una mención al “tratamiento penitenciario” y la “salud penitenciaria” como podemos apreciar en el texto que define su misión: “Ejercer la rectoría del sistema penitenciario nacional, reinsertando social y positivamente la población penitenciaria intramuros y extramuros, con condiciones de vida adecuada y con personal altamente calificado”; así como en el texto que define su visión: “En el Perú se respetan los derechos humanos en un contexto de cultura de la legalidad y convivencia social armónica, con bajas tasas de criminalidad y discriminación, donde toda persona goza de seguridad jurídica y tiene acceso a una justicia inclusiva confiable, gracias a un Estado moderno y transparente que protege efectivamente los intereses del país y de sus ciudadanos”.
1.2. Evolución de la Población Penitenciaria (Febrero 2017 – Febrero 2018)
La población penitenciaria (POPE) comprende desde el mes de febrero del 2017 a febrero del 2018. Se observa un incremento de la población del sistema penitenciario en 6%, pasando de 98,982 a 104,643; es decir, se tiene un aumento de 5,661 personas en el término de un año. En el caso de la población intramuros, el incremento al mes de febrero 2018 ha sido de 5% (3,722 internos). Si dicho crecimiento fuera sostenido, se tendría un grave problema para poder albergarlos, ya que teóricamente se debería construir dos establecimientos penitenciarios por año con una capacidad para 3,500 internos, similares al EP Lurigancho. 1.3. Población Penitenciaria Intramuros y Extramuros La población penitenciaria desde la actual división política del Perú (departamentos, provincia y distrito), diferente demarcación territorial de las oficinas del INPE. Análisis de la población penitenciaria por cada uno de los establecimientos penitenciarios del país, el cual pretende proyectar datos significativos para ser utilizados en el planeamiento o elaboración de programas de tratamiento al privado de libertad, o mecanismos de prevención. CAPACIDAD DE ALBERGUE, POBLACIÓN Y HACINAMIENTO POR ESTABLECIMIENTO PENAL - Moquegua
1.4. Población Penitenciaria por Género según Edad
Un análisis del gráfico de la población penal clasificada por género y grupo de edad que se muestra, presenta que la mayor concentración de la población penitenciaria masculina se encuentra en el grupo entre los 20 a 39 años, mientras que en el caso de la población femenina es entre los 25 a 44 años.
1.5. Población Penitenciaria por Rango de Edad según Establecimiento
Penitenciario La composición etaria de los privados de libertad por EP permite visualizar de manera más focalizada las características particulares del tratamiento en cada unidad. Resulta importante remarcar el valor que la educación tiene como parte decisiva del tratamiento, especialmente para los internos jóvenes y primarios. La predominancia de la educación técnica obedece a que concede al interno la ventaja de adiestrarse en un oficio/labor y generar un beneficio económico al vender sus productos; este enfoque teórico-práctico resulta netamente útil a corto y largo plazo, pues el interno logra cierta independencia económica en prisión (trasladable incluso a su familia), además de aplicar lo aprendido cuando recupere su libertad.
2. POBLACIÓN PENITENCIARIA SEGÚN DELITOS ESPECÍFICOS
2.1. Delitos Específicos de Mayor Frecuencia El gráfico siguiente cuenta con un muestreo de los delitos en donde se encuentra la mayor concentración de los privados de libertad. Puede apreciarse que el delito de robo agravado (Artículo 189º, Código Penal) tiene la mayor frecuencia y le sigue el delito de violación sexual de menor de edad. Con mucha preocupación se observa que el 4.7% de la POPE se encuentra inmersa en el delito de violación sexual tipo básico (Artículo 173º, Código Penal) que sumado al 9.5% por el delito de violación sexual de menor de edad (Artículo 173º, Código Penal), al 1.7% del delito de actos contra el pudor (Artículo 176º, Código Penal) y al 2.1% del delito de actos contra el pudor contra menores de edad (Artículo 176º-A, Código Penal), nos invita a reflexionar sobre cifras alarmantes y pensar que la población penitenciaria se inclina por la comisión de delitos en donde premia la vulneración y menoscabo de los derechos de grupos vulnerables de la sociedad (menores de edad y mujeres), por lo que se hace necesario realizar una política conjunta de tratamiento a estos tipos de agresores. 2.2. Ocupación antes de Ingreso a los Penales Los internos en condición de profesionales antes de su ingreso al establecimiento penitenciario llegarían a 1,987. Así tenemos que el 36.2% (720 internos) pertenecieron a las fuerzas armadas y policiales; el 29.3% (583 internos) son profesores; y el restante 34.5% (684 internos) se reparte entre otros profesionales (médicos, ingenieros, arquitectos, abogados, economistas y otros). Asimismo, quienes ejercían carreras técnicas antes de su ingreso al establecimiento son 2,538 privados de libertad: el 29.9% (981 internos) son mecánicos, el 15.4% (524 internos) electricistas. Los internos que antes de ingreso al sistema penitenciario se desempeñaron en oficios congregan 79,406 personas: el 28.8% (23,342 internos) eran obreros, el 15.6% (12,350 internos) se dedicó a la agricultura, el 16.9% (13,433 internos) se desempeñó como conductor de vehículos y el 10.0% (7,904 internos) laboró como comerciante. Este indicador brindará datos importantes para proponer políticas de tratamiento en el área de trabajo penitenciario, en especial los programas de capacitación técnico- productiva para los privados de libertad que no cuentan con oficio e impulsar políticas públicas de apertura a las empresas privadas, a fin de que contraten a los que egresen del penal, logren obtener un puesto de trabajo y se inserten a la sociedad. 3. POBLACIÓN DE ASISTENCIA POST PENITENCIARIA La asistencia post penitenciaria de la Dirección de Medio Libre (INPE) tiene como finalidad apoyar al sentenciado -al que se denomina “liberado”- que accedió a los beneficios de semilibertad o liberación condicional para su reincorporación a la sociedad. El liberado está obligado a realizar actividades que complementan a las acciones del tratamiento penitenciario (Artículo 125º Código de Ejecución Penal). Los establecimientos de asistencia post penitenciaria, de ejecución de penas limitativas de derechos (EAPP y EPLD), y de Medidas Alternativas son los órganos encargados de velar, conforme al artículo 187º del Reglamento del Código de Ejecución Penal, el cumplimiento de las reglas de conducta impuesta por el juez penal al momento de conceder la semilibertad o la liberación condicional. En aquellos lugares donde no exista este órgano, el director del establecimiento penitenciario de la localidad, designará al funcionario que cumpla tales funciones. Por tanto, el Instituto Nacional Penitenciario es el encargado del control de las reglas de conducta señaladas en la resolución judicial que le otorga el beneficio penitenciario al sentenciado, pero también es responsable de dar cumplimiento a las disposiciones que establece el Código de Ejecución Penal dentro del marco legal de sus artículos 48º al 57º; además de su Reglamento en los artículos 178º, 182°, y 183º al 196°. 12.1.- Población de liberados Asistencia Post Penitenciaria por tipo de beneficio En el mes de febrero 2018 se ha controlado a 6,800 liberados, de ellos 5,371 se encuentran con beneficio de semilibertad y 1,429 con beneficio de liberación condicional. 3.1. Población de Liberados según Delito Específico En el cuadro general de liberados, en su mayoría son sentenciados que cometieron delito de robo agravado representando 24.35% (1,656), seguido por el delito de homicidio calificado – asesinato con 10.50% (714).
3.2. Población de liberados según Grupos de Edad
En cuanto a la edad de los liberados, se reitera que la mayor población se encuentra en el rango de edad de 35 a 39 años, hecho que demuestra la existencia de una población con posibilidades de reintegrarse a la PEA..
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