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A la carta

Pese a que el estómago moderno se ve condenado a aceptar toda clase de comida basura, no
por eso a la hora de digerirla deja de ser muy delicado, exigente y reactivo, cosa que no se
puede decir del cerebro humano, un órgano increíblemente sofisticado, pero incapaz de
rechazar la basura intelectual que recibe cada día.

Manuel Vicent, El País, 19 de marzo de 2017 (fragmento)

Valor estilístico del adjetivo


En el fragmento analizado, que pertenece a un artículo de opinión con la firma de Manuel Vicent,
encontramos un número considerable de adjetivos. Esto es, en principio, lo esperable en este
tipo de textos, especialmente en los que el autor opta por mostrar de modo más evidente su
subjetividad. Un uso adecuado de la adjetivación puede conferirle al texto mayores expresividad
y poder de persuasión. Como veremos más adelante, sin embargo, en este fragmento la función
predominante del adjetivo es la de dotar de precisión al texto, y de recubrirlo de una apariencia
de objetividad.

En un caracterización global, puede verse que predominan los adjetivos en grado positivo,
aunque también encontramos dos casos de superlativo, absolutos los dos: en primer lugar, una
serie de adjetivos coordinados modificados por el adverbio “muy” (“delicado, exigente y
reactivo”, l. 2); en segundo lugar, el adjetivo “incapaz” (l. 4), en coordinación adversativa con
“sofisticado”, y elevado a grado superlativo por el adverbio “increíblemente”.

Con respecto a la función, excepto la ya mencionada serie de superlativos, que aparece como
atributo, y una proposición subordinada adjetiva de participio (“condenado […] comida basura”,
l. 1), que funciona como complemento predicativo, todos los adjetivos cumplen función de
complemento del nombre, apareciendo además, todos ellos, tras el núcleo del sintagma
nominal. Por otro lado, solo dos de estos adjetivos adyacentes del nombre (“sofisticado” e
“incapaz”, l. 3) son de tipo explicativo. La predominancia del tipo especificativo se justifica por
el modo de elocución del fragmento, que constituye la introducción del artículo: en esta parte,
como decíamos al principio, predomina un estilo expositivo con el que autor pretende explicar
el funcionamiento divergente de dos órganos humanos. Por un lado, el estómago, “muy
delicado, exigente y reactivo” frente a la “comida basura”; por el otro, el cerebro, “incapaz” de
reaccionar ante “la basura intelectual” que debe procesar a diario.

En cuanto al valor estilístico de los adjetivos, es destacable que la mayoría de los adjetivos son
descriptivos, pues solo dos pueden considerarse valorativos: el participio “condenado” (l. 1), y
el sustantivo en aposición especificativa “basura” (l. 1). Este rasgo del texto se explica por las
razones recién apuntadas, que se ven reforzadas por la ocurrencia, entre una mayoría de
adjetivos calificativos, de varios de carácter relacional o clasificatorio: “moderno” (l. 1),
“humano” (l. 3) e “intelectual” (l. 4). Su presencia viene exigida por la necesidad de precisión y
claridad de la explicación.

No obstante lo dicho hasta ahora, el carácter argumentativo y opinativo del texto aflora en la
fuerza semántica de los dos adjetivos valorativos, con un significado marcadamente negativo: el
sustantivo en aposición “basura” califica el tipo de comida ante la que el estómago reacciona, y
resuena, con marcado contraste, en la “basura intelectual” que, según el autor, consumimos
acríticamente; el participio “condenado” (l. 1), por otro lado, posee esta misma fuerza expresiva,
y está dotado, además, de un cierto carácter literario, presente también en el empleo del
adjetivo “moderno”. Ambos aparecen como figura de personificación —o de metonimia, quizá—
pues se predica del estómago lo que es atribuible al ser humano, al menos en nuestro contexto
sociocultural.

En conclusión, en la parte del texto a la que se refiere este análisis, el autor opta por presentar
sus argumentos con cierta apariencia de objetividad, y esto se refleja, como hemos visto, en el
tipo y en el valor estilístico de los adjetivos empleados. En todo caso, la analogía entre el
funcionamiento del estómago y el del cerebro humanos no deja de ser un recurso literario, y ese
carácter imaginativo y subjetivo del fragmento puede verse también, como hemos comentado,
en el modo en que se emplean los adjetivos en ciertos momentos del texto.

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