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CADA NIÑO ES UN PROYECTO DE DIOS

INTRODUCCIÓN

Vamos a abrir nuestras Biblias en Proverbios 14:28: “En la multitud del pueblo está la gloria del
rey; Y en la falta de pueblo la debilidad del príncipe”. Hay otra versión que dice: “la población que
aumenta es gloria del rey; una nación que se va extinguiendo es su condena”. Estuve
recientemente predicando en un congreso del ministerio Remar en el África cuyo lema era: “Dejad
los niños venid a mi y no se lo impidáis, porque de los tales es el reino de los cielos”. Y
precisamente en ese ministerio se les da un lugar especial a los niños; ellos reciben a todo niño
que aparezca tirado en la calle e incluso el gobierno, conocedor de su obra, les entrega niños que
han quedado huérfanos. Me hospedé en una casa donde vivían alrededor de catorce niñas y una
de ellas, de cuatro años, tenía SIDA, al igual que su madre, quien murió de SIDA. Este versículo que
leímos nos enseña que el potencial de una nación está en proporción directa con el crecimiento de
la población. Y hay otro pasaje que quiero compartir que está en Éxodo capítulo 1. Leeré varios
versículos salteados. Versículo 7: “Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron
aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra”. Ellos eran esclavos pero se
multiplicaron y fructificaron y fueron aumentados y fortalecidos en extremo y se llenó la tierra de
ellos. Los versículos 8 y 9 dicen: “8Entretanto, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no
conocía a José; y dijo a su pueblo: 9He aquí, el pueblo de los hijos de Israel es mayor y más fuerte
que nosotros. 10Ahora, pues, seamos sabios para con él, para que no se multiplique,…” Y los
versículos 15 al 18 expresan: “15Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las
cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: 16Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis
el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. 17Pero las parteras temieron a Dios, y no
hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños”. Pasemos al
versículo 20: “Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran
manera. 21Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. 22Entonces Faraón
mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la
vida”. Cuando el Faraón mata niños es porque tiene les tiene miedo, y, ¿qué tienen los niños para
merecer el temor del Faraón? El Faraón es un cobarde y toda nación que mata niños es una nación
cobarde. ¡En el crecimiento de la población está la fortaleza de la nación y en la disminución de la
población está su ruina!

SATANÁS TAMBIÉN TIENE PLANES CON LOS NIÑOS

En el año 1966 el presidente norteamericano Lyndon B. Johnson en un discurso ante la ONU, dijo
que iba a encaminar su gobierno y su nación hacia una política de control poblacional, pues
invertir 5 dólares en la prevención de la natalidad, o mejor dicho en no dejar nacer niños, era
equivalente a invertir 100 dólares en el desarrollo de un país. Este hombre en el año 1966 le
declaró la guerra a la población mundial en el seno de la ONUcon ese discurso y creó la agencia
AID, que es una agencia internacional para el desarrollo, y vean la palabra que utilizan “desarrollo”
y un año después se crea en la ONU, un fondo para la población al que se llamó FNUAP, que en el
año 1973 ya contaba con 100 millones de dólares pero hoy en día cuenta con miles de millones de
dólares. Gran parte de esos recursos se utilizan para prevenir el nacimiento de los niños. Asimismo
en el año 1970 el Banco Central otorga por primera vez un préstamo para control demográfico.
Robert Mc Namara, presidente de dicha institución desde 1968 hasta 1981, en su discurso
inaugural del 30 de setiembre de 1968 afirma: “El rápido crecimiento demográfico es una de las
mayores barrearas que obstaculizan el crecimiento económico y el bienestar de los estados
miembros de la ONU”. En ese tiempo ha comenzado a hablarse en todos los discursos dela ONU y
en todas las conferencias internacionales concernientes a la cultura, la niñez, la familia y la
economía, de la explosión demográfica, como si los niños fuesen una bomba atómica, y se
denuncia el grave peligro que implica la explosión demográfica. Se produce un punto de inflexión
en el año 1974 cuando el conocido estadista y secretario del presidente Nixon, Henry Kissinger
eleva un informe de defensa denominado “Memorandum de estudio para la seguridad nacional
No200”. Después de la guerra fría el presidente Nixon quería saber cuál era el problema más grave
que corría Estados Unidos en tema de seguridad nacional y el secretario de Estado, Kisinger le dijo
que el problema mayor que Estados Unidos tenía era el crecimiento poblacional de los países
pobres. ¡Cuando el Faraón mata es porque tiene miedo!

El problema era que los países ricos tenían una muy baja tasa de natalidad, a diferencia de los
países pobres; para las naciones ricas, era un problema grave porque en los próximos treinta años,
el crecimiento del mundo pobre les iba a cobrar, como se está cobrando ahora la pobreza, la
miseria, el hambre. Ellos no han colapsado precisamente porque gran parte de la población de los
países pobres emigra a Europa y Estados Unidos; la falta de crecimiento por índice de natalidad se
ve enmendado por el ingreso de población de las demás naciones. Pero esto está afectando
gravemente el relacionamiento; por ejemplo, en Inglaterra hay 5 millones de musulmanes, en
Francia quizás más y en cualquier momento, puede salir un ”hombre bomba”.

Mi interés es que la iglesia crea la palabra de Dios, y nosotros hemos sido puestos por Dios para
defender la multiplicación de la población dela RepublicaOrientaldel Uruguay. ¿Por qué se les
tiene miedo a los niños? Se ponen excusas ridículas, se dice: “¿para qué vamos a traer niños si los
haremos sufrir?” Declaramos que somos cobardes y que no somos capaces de alimentar niños y
de darles educación, pero creo que debíamos gemir por el solo hecho de pensar así. Debiéramos
de ser un país capaz de darle de comer a los niños, de darles amor y de educarlos para que el país
crezca en población y aumente su potencial, pero Satanás tiene algo con los niños, ¡el siempre
sufrió el embate de los pequeños! Al tiempo que nació Moisés, el Faraón mandó matar todos los
niños pero hubo una mamá y un papá que se propusieron esconder y salvar su hijo y ese niño que
ellos salvaron, sin saberlo, fue Moisés, el libertador del pueblo judío; ellos no sabían ni entendían
que estaban preservando a un hombre escogido por Dios. Todos los niños que vienen al mundo
son enviados por Dios; Él es el creador y el dador de la vida, Él manda niños, por tanto, Satanás
vislumbra el perjuicio que ellos pueden ocasionar a las naciones porque dentro de cada niño viene
todo el potencial de Dios para el futuro de la humanidad. Un niño no es lo que se ve, sino que es
una tremenda promesa para el mundo. Dios no ve las cosas como nosotros las vemos, nosotros
decimos “realidad” a lo que ven nuestros ojos, pero los ojos de Dios miran a través del tiempo.
Para Dios un niño no es una criatura pequeña sino un hombre, cuando Dios envía un niño a la
tierra, manda un hombre, de modo que cuando esos padres salvaron a ese niño, salvaron al
libertador de Israel, a Moisés el gran siervo de Dios. Cuando tú preservas niños estás salvando
planes de Dios, estás resguardando planes celestiales, los pequeños vienen por causa de Dios, El
tiene propósitos extraordinarios con ellos.

Muchos conocen la historia de mi abuelo, cuando una granada estalló a su lado y todos sus
compañeros del pelotón en la guerra de Italia pensaron que fue muerto, de modo que
procedieron a enterrarlo en una fosa común, pero sorpresivamente él se quejó y vieron que
estaba vivo. ¡Dios preservó la vida de mi abuelo! Él había planificado que se case con mi abuela,
pero cuando regresó de la guerra, ella ya se había casado con el hermano de mi abuelo, pero no
obstante, transcurrido un tiempo, mi abuela enviudó y pudo casarse con mi abuelo. Dios había
planificado que de ese matrimonio naciese una niña llamada Vicenta Santamaría, porque ella daría
a luz un pastor para Uruguay. ¡Dios tiene planes para los niños! Pero Satanás quiere niños
abortados, turbados, tristes y frustrados, en tanto que Dios anhela multiplicar los niños sobre la
faz de la tierra, quiere niños liberados de las maldiciones del infierno para llevar adelante sus
planes, cada niño trae dentro un propósito de parte de Dios para el mundo, y nuestra tarea es
descubrir cuál es el propósito de Dios con cada uno de ellos. Debes amar y ayudar a los niños.
Jesús les ama y cuando sus discípulos se enojaron porque los papás querían traer los niños para
que fuesen bendecidos por Él, se indignó. ¿Te lo imaginas a Jesús indignado? “Dejad a los niños
venir a mí y no se los impidáis porque de los tales es el reino de los cielos…” y ¿por qué? Porque
Jesús trae planes dentro de cada uno de ellos. Un niño no es lo que ves a simple vista, un niño
tiene tremendo potencial de parte de Dios, es una semilla que va a producir un gran bosque, ¡un
pequeño es un peligro para Satanás! Qué bueno que sepamos esto, y que entendamos que en la
multiplicación de la población hay bendición, hay poder y potencial, así lo dice la Biblia, la palabra
de Dios.

PARA DIOS, UN NIÑO ES UN HOMBRE

Generalmente los niños nos molestan y les decimos: “¡Cállate la boca! Cuando seas grande te
explico, ¡esto es conversación de grandes!” Pero Dios tiene planes con ellos, que no nos
imaginamos. Al lado de mi casa vivía una niña a la que siempre veía jugar con su muñeca, se
llamaba Marta. Yo veía en ella sólo una nena, nunca me interesó y nunca me imaginé que Dios
tendría planes con esa nena. Fue creciendo y creciendo hasta que un día la observo
detenidamente y digo: “¡Uy, qué bonita!” ¡Dios tenía planeado que se casara conmigo! Los
grandes no saben ni entienden que Dios tiene planes con los niños; siempre cuento que mi mamá
quería una nena, pero Dios necesitaba una pastor, de modo que cuando nací, para Dios nació un
apóstol. Del mismo modo, cuando nació Moisés, no nació un niño, sino un libertador. También,
cuando nació Jesús, los reyes magos no fueron a ver un niño, ¡sino a adorar un rey! Un niño no es
lo que se ve sino que es todo aquello que Dios tiene planeado hacer con un hombre, durante su
estadía y aún después que parta de esta tierra. La obra que yo estoy haciendo aquí en Uruguay,
cuando me muera, va a continuar, porque no soy lo que se ve, ¡soy lo que Dios tiene planeado
conmigo aún para la eternidad! Tú has venido para algo grande y trascendente, que continuará
luego del día de tu muerte.
Muchos cristianos dicen”yo no soy nada”, no valgo nada, no tengo nada, no tengo palabras…estoy
orando para saber qué dones tengo”. No saben a qué han venido al mundo, pero gloria a Dios por
aquellos que saben a qué han venido. Los niños son un peligro para el reino de Satanás, un niño
amado es una bomba en las manos de Dios; el doctor Juan Antonio Tripolote, recientemente nos
enseñó que cuando una madre le da el pecho a su niño y al mismo tiempo le habla palabras de
amor, el pequeño se fortalece en su ánimo, y comienza a sentir que vale la pena vivir y disfrutar
del manjar de la vida. Dios ama a los niños y afirma la Biblia que nadie podrá entrar al reino de los
cielos si no se vuelve como un niño; tú no puedes entrar al reino de los cielos como un grande, el
grande que hay en ti tiene que morir porque no recibe pues tiene la cabeza llena de ideas, está
esquematizado… hemos crecido, hemos ido a la universidad, y ¿quién nos va a enseñar? Cientos
de personas llegaron a la iglesia creyendo que el amor no existía porque han vivido ciertas
experiencias que le hacen creer que no hay Dios. Algunos han dicho: “…cuando yo era chico le pedí
a Dios por mi abuelita que tenía 99 años, para que no se muera, y se murió y a partir de ese
momento, no creí más en Dios”. Los grandes estamos llenos de ideas, llenos de pensamientos, por
tanto, Dios no puede tratar con nosotros; tenemos una naturaleza pecaminosa, contaminada, y es
necesario que renunciemos a esa naturaleza para nacer del espíritu y así poder ver y entender las
cosas desde el espíritu, porque ellas se han de discernir espiritualmente. Por lo tanto Dios no
puede tratar con nuestra mentalidad, dice la Biblia que él nos ha librado de nuestra vana manera
de vivir la cual hemos heredado de nuestros padres. ¡Nada bueno hemos heredado de nuestros
padres! La Biblia afirma que lo que es nacido de la carne, carne es, de modo que si algo has
heredado de tus padres, es de la carne. Lo único bueno que puedes tener es un nuevo nacimiento
del espíritu y eso viene por un engendramiento divino dentro de ti. Dios pues, tiene que hacer una
obra nueva en tu vida. Es necesario que renuncies a todas tus experiencias, sean buenas o malas,
la naturaleza pecaminosa no puede heredar nada. Un niño tiene su mente vacía y es un recipiente
que hay que llenar, pero una persona grande es un recipiente lleno y para poder hacer algo en
ella, es necesario que primero se vacíe su cabeza. Dios no puede tratar con una persona grande
que quiere retener su sabiduría, inteligencia, conocimiento y todo lo que recibió de sus padres, Él
te dice: “Yo quiero ser tu padre, y quiero engendrarte de nuevo, por tanto, tienes que morir”, en
otras palabras, Dios dice “yo te puede perdonar los pecados pero a ti tengo que matarte”, y si
dices que si, se cumplirá eso en tu vida… “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida
por causa de mí, la hallará” (Mateo 10:38). Por eso Jesús dijo que debemos volvernos como niños
para recibir el reino de los cielos, Dios te enseñará todo de nuevo porque toda tu experiencia es
nada delante de Él. Yo tengo un problema muy serio con mi madre, ella tiene 25 años más que yo
y cuando voy a San Juan a visitarla, me dice: “Jorge toma la leche, cuídate…” Yo tengo 54 años de
edad y dos hijas que ahora están de novio, soy un apóstol y tengo una iglesia grande, pero aún mi
madre me dice: “Come la comida con pan”. “Mami, soy grande”, le recrimino, y ella replica: “¡Para
mí siempre vas a ser pequeño!” Del mismo modo, Dios me ve como un niño; yo creo que ya he
crecido, que ya soy grande porque ya fui a la facultad, y tengo una experiencia increíble, pero
jamás podré igualar su formación, si es que Él algún día tuvo que informarse de algo. ¿Cómo me
puedo presentar delante de Dios, creyendo que soy algo y que sé algo? Muchos cristianos se creen
más vivos que Satanás, y no se han percatado que él lleva mil años molestando gente y tú quizás
tienes cuarenta años y te crees más vivo que él. ¡Satanás nos conoce muy bien! Hoy tenemos que
pedirle perdón a Dios por ser tan “agrandados”, por creer que nadie ya nos tiene que enseñar
cómo hacer las cosas… aunque los jóvenes dicen: “tú ya te golpeaste la cabeza, ahora me toca a
mí”. ¿Crees que a medida que crecemos nos vamos formando? ¡No! ¡Nos vamos deformando! Es
por eso que Dios no pudo hacer entrar a los hijos de Israel a la tierra prometida, porque tenían una
“cabeza deformada”, con mentalidad de esclavo, por tanto, decidió introducir a sus hijos, aquellos
que no nacieron en la esclavitud, porque era imposible quitar la mentalidad de esclavos en sus
padres. ¡Líbranos de nuestra mentalidad ya formada Señor! No obstante, hay gente que tiene
revelación y visión: ¿Sabes qué preguntaron los reyes magos cuando llegaron a Jerusalén?
“¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido?” No dijeron: “Nos han dicho que está por nacer
un niño que quizás sea un príncipe, rey de Israel…” ¡Ellos tenían visión de Dios en sus corazones!

Mamá, ¿podrás ver así a tu hijo? ¿O eres de esas que dicen “tú nunca vas llegar a nada”? ¿Podrá
ser que mires en cada niño un rey y en cada niña un princesa de Dios? En el viaje que
recientemente hice a África, me di el gusto de conocer algunos pastores, ¡que son príncipes!
Conocí un pastor de Ghana, negro, que admiré desde que lo vi, él no tenía ningún complejo de ser
negro. Nuestros padres no saben cómo será el niño que han engendrado, mi mamá buscaba una
niña, pero aparecí yo… pero cada pequeño está en los propósitos celestiales. Tú has nacido mujer
u hombre porque eres parte de los planes de Dios para el planeta tierra. Él necesitaba una mujer
como tú, un hombre como tú…

CONCLUSIÓN

Dios tiene planes extraordinarios con cada uno de nosotros, pero por sobre todas las cosas hoy
Dios quiere poner un amor especial por los niños del mundo, para que nunca más los mires como
antes; Dios ama a los niños y no puede tener trato con gente a que no le importan los niños. Están
naciendo niños en el mundo que le harán doler la cabeza a Satanás, y nosotros somos los
responsables de llenarlos de fe, de esperanza, de bendecirlos en el nombre poderoso de Jesús, y
poner en ellos la semilla incorruptible de la palabra de Dios. Si hoy quieres recibir un corazón
nuevo para la niñez, Dios entonces, hará algo nuevo en ti. Si estás dispuesto, haz esta oración
ahora mismo: “Señor hoy vengo delante de tu presencia para pedirte perdón por mi mentalidad
de adulto, cerrada, por tantas veces que creí saber todas las cosa y no entendí que no sabía nada.
Perdóname por las veces que he hechos las cosas por mi cuenta, sin consultarte, creyendo que
hacía lo bueno cuando en realidad era de la carne. Perdóname por cuantas veces he pasado al
lado de un niño y he mirado solamente un niño, y no un plan tremendo de parte de Dios en él. Hoy
me levanto contra todo poder de Satanás que quiere destruir niños, que ataca a los niños a través
de leyes. Reclamo que esta nación sea de bendición para la niñez. ¡Multiplica esta nación! Vengo
delante de ti para pedirte que me des un corazón de niño, un corazón sensible a los niños y
también un corazón para buscarte en cada decisión, que no crea que lo sé todo, que tenga una
dependencia tal de ti, como un niño la tiene de su padre. Hoy declaro que tú sabes y conoces
todas las cosas, que yo no soy sabio y que si algo de sabiduría tengo, es revelada y vine de ti. En el
nombre de Jesús hago esta oración, amen”.

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