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Proyección Neurótica, Identificación Proyectiva, Roles Invertidos; y la

Teoría de Melanie Klein. (Caligor, et al. 2018)

Algo que hasta esta lectura fue nuevo para mi, fue el concepto de proyección
neurótica, la cual entiendo como una forma de proyección apoyada en la
represión; mientras que la identificación proyectiva en la escisión. En la lectura
hay una parte que refiere en la estructura de personalidad neurótica, hay una
disociación entre las representaciones del self que generan conflicto, de las
que no. Esto hace que el yo proyecte en otro objeto esas partes conflictivas,
por ello se habla de una disociación, ya que sin esto no ocurriría.

En tratamiento dice Kernberg que lo que alcanzamos a ver en el paciente es


que cuando las defensas bajan, hay una inversión de roles, es decir que el
paciente que era ingenuo frente a un objeto sexual, ahora es objeto sexual
frente a un objeto ingenuo.

La diferencia con la organización borderline, es que el yo no es capaz de


reprimir la conexión entre él y las partes proyectadas, sino que más bien
mantiene una identificación con ellas ya que no se mantuvo reprimido. Esto lo
entiendo de la siguiente forma: el yo descubre partes inaceptables de él, así
que mientras una persona neurótica puede reprimirlas y mejor colocarlas en
otro, aquel de organización borderline, al no tolerarlas las proyecta pero
mantiene la identificación con ellas, además que según entiendo, esas partes
las niega.

Ante esto la lectura menciona como ejemplo el que una persona niegue su
agresión, la proyecte y aunque la actúe, encuentre que está justificada y que
sólo es una respuesta a una previa experiencia (soy agresivo porque respondo
a la agresión que cometieron en mi contra).

Otro punto que me pareció muy claro, fue donde se estipula que en la
proyección neurótica, el paciente o más bien cualquier individuo proyecta sus
impulsos y sentirá o creerá que el otro es el que por ejemplo seduce o agrede,
pero la persona no cae envuelta en ello. Por otra parte en la identificación
proyectiva, el conflicto inicia en la mente de una persona, pero se materializa
en el actuar del objeto sobre la cual se proyectó, es decir que acá sí cae
envuelto el objeto (acá también habla de la actualización, lo que me parece
fascinante análisis pues el conflicto se carga en el aquí y en el ahora con las
relaciones de objeto presentes.

Luego viene la parte Kleiniana. Si bien es algo que ya habíamos estudiado, me


parece muy didáctico aterrizarlo en ejemplos y en la estructura de
personalidad, debido a que descubro que a Klein la he entendido mejor en
niños que en adultos. Me refiero a que en un niño en consulta es un tanto
claro ver sus posiciones, la omnipotencia, las relaciones diádicas o lo edípico.
Pero en el adulto me parece aún una línea muy delgada, en virtud de que por
ejemplo al escucharlo, hay que diferenciar entre la vivencia de experiencia con
objetos con aspectos positivos/negativos pero en un vaivén, o bien escucharlo
en una idealización absoluta para posterior escuchar las partes devaluadas de
sus experiencias, además de que agregaría justo esto de “las partes”, lo cual
también puntualiza y resalta el texto.

Pero acá hay algo que me parece importante recordar, que es precisamente
que todos nos vivimos entre las dos posiciones, lo que entonces sería
importante tener en la mira, creo va más por la parte de la constancia, es decir,
qué tanto se mantiene constante la representación del self y de las
experiencias con los demás.

No sé acá también si entonces sería importante el determinar, observar o


tratar de entender cómo es el manejo de la agresión en los pacientes, además
de sus relaciones de objeto y de las representaciones del self que observemos.
Y es que a partir de estas últimas lecturas, me quedo pensando que dónde
observemos la agresión, nos va a decir mucho de la integración o de la
consolidación de la identidad: si la agresión es proyectada, no reconocida, no
reprimida y por el contrario aparentemente siempre rondando la vida del
paciente, quiere decir que no está integrada. Creo. ** También habría que
incluir los impulsos sexuales.

Otro punto a recordar me queda en que la posición depresiva implica el


asumir responsabilidad de esta agresión, lidiando con sentimientos de culpa
con relación a su destructividad. Igual pienso que en los niños es un poco más
sencillo verlo en el juego, al contrario del adulto que es a través de la palabra y
su actuar como lo podemos identificar nosotros.

Desde una perspectiva estructural, las ansiedades, defensas, relaciones de


objeto y cualidad de ellas que definen la posición esquizo-paranoide,
corresponden con el mundo interno de un paciente con patología severa de la
personalidad y de difusión de identidad; mientras que en la posición depresiva
lo que corresponde es un nivel de personalidad alto y una identidad
consolidada.

Espero podamos retomar en clase esto de las relaciones diádicas y edípicas.

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