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SOSTENIMIENTO

DE TÚNELES
BASADO EN LAS
CLASIFICACIONES
GEOMECÁNICAS.

DISEÑO Y EJECUCIÓN DE OBRAS SUBTERRÁNEAS.


Pablo Daniel Hergenrether Pérez.
Sostenimiento de túneles basado en las clasificaciones geomecánicas. 2

ÍNDICE.
Título. Página.

1. INTRODUCCIÓN. 3

2. CLASIFICACIONES GEOMECÁNICAS. 3
2.1. La Clasificación Geomecánica de Terzaghi (1946). 4
2.2. La Clasificación Geomecánica de Lauffer (1958). 5
2.3. La Clasificación Geomecánica de Protodyakonov (1962). 6
2.4. Índice de calidad de las rocas de Deree et al. (1967).
RQD (Rock Quality Designation). 8
2.5. Clasificación geomecánica de Barton (1974).
Índice Q de calidad. 9
2.6. La clasificación geomecánica de Bieniawski (1976).
Índice RMR (Rock Mass Rating). 10
2.7. Clasificación geomecánica de Laubscher (1976). 11

3. MÉTODOS DE SOSTENIMIENTO. 11
3.1. Hormigón proyectado o gunita. 11
3.2. Anclajes. 12
3.2.1. Bulones o pernos. 12
3.2.1.1. Principios de sostenimiento de los bulones. 13
3.2.1.1.1. Efecto cuña. 13
3.2.1.1.2. Efecto viga. 13
3.2.1.1.3. Efecto columna. 14
3.2.1.1.4. Efecto arco. 14
3.2.1.2. Cables de acero. 15
3.2.2. Otros métodos de sostenimiento. 15
3.2.2.1. Cimbras o cerchas. 15
3.2.2.2. Entibación metálica deslizante. 16
3.2.2.3. Paraguas de micropilotes. 17
3.2.2.4. Chapas Bernold. 18
3.2.2.5. Dovelas de hormigón. 18

4. RECOMENDACIONES DE SOSTENIMIENTO. 19
4.1. Ritmo de construcción del sostenimiento. 19
4.2. Bulonado. 19
4.3. Hormigón proyectado o gunita. 19
4.4. Cerchas. 20
4.5. Método Bernold. 20
4.6. Paraguas de presostenimiento. 21

5. REFERENCIAS. 22

Diseño y ejecución de obras subterráneas. Pablo Daniel Hergenrether Pérez.


Sostenimiento de túneles basado en las clasificaciones geomecánicas. 3

1. INTRODUCCIÓN.
El sostenimiento de los túneles es una técnica que se emplea para
evitar que las paredes del mismo una vez excavadas se desmoronen,
siendo su función asegurar la estabilidad de las excavaciones.

Se acepta que fue Terzaghi (1946) quien propuso la primera


clasificación del terreno orientada a la construcción de túneles. Sus
datos provenían de túneles sostenidos fundamentalmente por cerchas
metálicas. A partir de los años 50 fue generalizándose la utilización
del bulonado y el hormigón proyectado en la construcción de túneles
para usos civiles. La clasificación de Lauffer (1958) refleja
perfectamente el uso combinado de cerchas, bulonado y hormigón
proyectado en la construcción de túneles en roca. Esta clasificación
está, por otra parte, muy vinculada al surgimiento del Nuevo Método
Austriaco (NATM) en centroeuropa. Su utilización requiere, sin
embargo, la experiencia directa en obra y es poco práctica en las
fases de proyecto y anteproyecto. Las que podemos denominar
clasificaciones modernas (Sistema RMR (Bieniawski) y Q (Barton))
intentan un mayor grado de objetividad. Se trata en los dos casos de
combinar atributos del macizo rocoso (de tipo geológico, geométrico
y tensional) en un número único relacionado con la calidad global de
la roca. A su vez, este número permite, a través de la experiencia
recogida en su utilización en casos reales, la definición de un
sostenimiento del túnel y la estimación de otros parámetros o datos
de interés (resistencia del macizo rocoso, tiempo de estabilidad de
una excavación no sostenida, etc.).

2. CLASIFICACIONES GEOMECÁNICAS.
Las clasificaciones geomecánicas tienen por objeto caracterizar un
determinado macizo rocoso en función de una serie de parámetros a
los que se les asigna un cierto valor. Por medio de la clasificación se
llega a calcular un índice característico de la roca, que permite
describir numéricamente la calidad de la misma. Es una herramienta
muy útil en el diseño y construcción de obras subterráneas, pero
debe ser usada con cuidado para su correcta aplicación, pues exige
conocimientos y experiencia por parte de quien la utiliza. Las
clasificaciones pueden ser usadas en la etapa de Proyecto y también
durante la Obra. En la etapa de Proyecto, permiten estimar el
sostenimiento necesario en base a las propuestas del autor de cada
sistema de clasificación, mientras que durante la Obra, permiten
evaluar la calidad del terreno que se va atravesando conforme
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avanza la excavación del túnel y aplicar el sostenimiento correcto en


cada caso.
2.1. La Clasificación Geomecánica de Terzaghi (1946).

La clasificación geomecánica de Terzaghi es, posiblemente, la más


usada de todas.

Desarrollada a partir de experiencias previas en túneles de ferrocarril


revestidos con cerchas de acero, y basada únicamente en el tipo de
terreno, a partir de la anchura y la altura del túnel, proporciona la
carga sobre las cerchas metálicas, permitiendo así un rápido
dimensionamiento (Ilustración 1).

Ilustración 1

Para diámetros inferiores a 9 metros los resultados se pueden


considerar buenos, incluso conservadores si se trata de roca de
buena calidad, pero en terrenos de comportamiento plástico o
expansivo no es muy fiable, además, como mantiene la tradición
americana de usar mucho explosivo y la mayor cantidad posible de
acero en las cerchas (muy rígidas, por supuesto), es demasiado
conservadora también para túneles excavados con limitación de
explosivos o con microretardos, y con voladuras de contorno.

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Tabla 1

Aunque la primera versión sólo era para roca (la Tabla 1 no es el


original, sino el modificado por Deere y Rose en 1982), hay también
versiones para suelos, como la Tabla 2, publicado por Manuel
Romana (2000).

Tabla 2

2.2. La Clasificación Geomecánica de Lauffer (1958).

A partir de las ideas de Stini (1950) sobre la importancia de los


defectos de un macizo rocoso en su comportamiento mecánico,
Lauffer decidió estudiar cuanto tiempo eran capaces de mantenerse
estables determinadas excavaciones en diferentes tipos de roca
(incluyendo minas abandonadas).

Hecho esto, clasificó los terrenos en siete categorías, indicando el tipo


de sostenimiento más apropiado a partir de dos parámetros:

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- La longitud libre o vano crítico: Menor de las dos dimensiones (diámetro o


longitud de galería) que se puede mantener estable sin revestimiento.

- Tiempo de estabilidad o mantenimiento (Stand Up Time): Tiempo que


puede mantenerse, sin desmoronarse, dicha longitud libre.

El trabajo de Lauffer resultó básico para que Rabcewicz, Pacher y


Müller llegaran a desarrollar el llamado “Nuevo Método Austriaco”,
unos años más tarde.

Clasificaciones (véase Tablas 3 y 4).

Tabla 3

Tabla 4

2.3. La Clasificación Geomecánica de Protodyakonov (1962).

Muy utilizada en los antiguos "países del este", la clasificación


geomecánica de Protodyakonov permite calcular la carga que ejerce
el terreno sobre el sostenimiento en función de dos factores
únicamente, la anchura del túnel (B) y un parámetro "f", denominado
coeficiente de resistencia.
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Este coeficiente "f" depende de la resistencia a compresión simple


(RCS), el ángulo de rozamiento interno (φ) y la cohesión (c) del
terreno, de forma que para rocas, "f" vale una décima parte de la
resistencia a compresión simple (en MPa), mientras que para suelos
se toma:

f = tg φ + c/RCS

El planteamiento teórico del método es similar al utilizado por


Terzaghi, aunque Protodyakonov simplifica mucho las expresiones al
considerar que las cargas de compresión creadas por el terreno se
distribuyen de forma parabólica (Ilustración 2).

Ilustración 2

A grandes rasgos:

- Considerar un arco parabólico triarticulado trabajando a compresión.

- Plantear el equilibrio de fuerzas, compensando las cargas verticales y


horizontales mediante el factor "f" (como una especie de coeficiente de
rozamiento).

- Buscar la mayor altura estable "h" que puede desarrollar el terreno,


obteniendo h = B/2f.

Una vez conocida esa altura "auto-estable", tenemos delimitadas dos


zonas con distinto comportamiento. Así, por encima de la parábola el
terreno queda sustentado por un "efecto arco", mientras que por
debajo de la parábola carga directamente sobre el sostenimiento.

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Como se conoce la ecuación de esa parábola, se puede medir esta


cantidad de terreno, obteniendo una carga total sobre el
revestimiento de:

Q = (1/3) · γ · B²/f

O, en términos de tensión sobre la sección:

σ = (1/3) · γ · B/f

* γ: densidad del material.

Es decir, valores muy similares a los que se obtienen aplicando el


método de Terzaghi.

De forma aproximada, Protodyakonov dio los siguientes valores para


el coeficiente de resistencia "f" (Tabla 5):

Tabla 5

La experiencia en los países soviéticos muestra que este método


funciona más o menos bien para profundidades comprendidas entre
B/(2·tg φ) y B/tg φ.

2.4. Índice de calidad de las rocas de Deree et al. (1967). RQD


(Rock Quality Designation).

Esta clasificación está basada en la recuperación modificada de un


testigo, es decir, el porcentaje de la recuperación del testigo de un
sondeo.
Depende indirectamente del número de fracturas y del grado de la
alteración del macizo rocoso.

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Condiciones:

- Ha de contarse solamente fragmentos iguales o superiores a 100 mm de


longitud.
- El diámetro del testigo tiene que ser igual.

∑ (longitud fragmentos >10cm)


RQD = x100
longitud total perforada

RQD (%) Calidad de roca


< 25 muy mala
25 - 50 mala
50 - 75 regular
75 - 90 buena
90 - 100 excelente

El RQD será igual a:

RQD =115 - 3.3 Jv


Siendo Jv el número de juntas identificadas en el macizo rocoso por
m3.

2.5. Clasificación geomecánica de Barton (1974). Índice Q de


calidad.

En esta clasificación se catalogan los macizos rocosos según el


denominado índice de calidad Q, basado en los seis parámetros
siguientes:
- R.Q.D. Rock Quality Designation (RQD)

- Numero de familias de juntas (Jn)

- Rugosidad de las juntas (Jr)

- Meteorización de las juntas (Ja)

- Presencia de agua (Jw)

- S.R.F. Stress Reduction Factor (SRF)

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Mediante los 6 parámetros indicados, se define la calidad del macizo


rocoso mediante la fórmula:

RQD Jr Jw
Q=
Jn Ja SRF

Los resultados obtenidos son: la dimensión equivalente, el valor Q,


calidad del macizo rocoso y tipo de sostenimiento recomendado para
el túnel dependiendo del valor de Q.

Q (rock mass quality) valoración

0,001 – 0,01 excepcionalmente mala


0,01 – 0,1 extremadamente mala
0,1 – 1,0 muy mala
1,0 – 4 mala
4 – 10 regular
10 – 40 buena
40 – 100 muy buena
100 – 400 extremadamente buena
400 - 1000 excepcionalmente buena

En 1993 propone un nuevo ábaco a partir del cual los resultados que
se obtienen son: clase de roca, índice de calidad Q, dimensión
equivalente, categoría y tipo de sostenimiento, espaciado de los
pernos en zonas gunitadas y no gunitadas, así como la longitud de los
mismos

2.6. La clasificación geomecánica de Bieniawski (1976). Índice


RMR (Rock Mass Rating).

Para determinar la calidad del macizo rocoso, se divide éste en


dominios estructurales, es decir, en zonas delimitadas por
discontinuidades geológicas dentro de las cuales la estructura es
prácticamente homogénea. La estructura del macizo comprende el
conjunto de fallas, diaclasas, pliegues y demás características
geológicas propias de una determinada región. Su aplicación no tiene
apenas limitaciones, excepto en rocas expansivas y fluyentes donde
no es aconsejable su uso. El parámetro que define la clasificación es
el denominado índice RMR (Rock Mass Rating), que evalúa la calidad
del macizo rocoso a partir de seis parámetros siguientes:

(1) Resistencia del material intacto valor máximo = 15

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(ensayo carga puntual o compresión simple)


(2) R.Q.D. Rock Quality Designation valor máximo = 20
(3) Espaciado entre las discontinuidades valor máximo = 20
(4) Condiciones de las discontinuidades valor máximo = 30
(5) Agua subterránea valor máximo = 15

Los resultados obtenidos son: el valor del RMR, clase y descripción


del macizo rocoso y la guía para la excavación y sostenimiento de
túneles dependiendo del RMR.

RMR = (1) + (2) + (3) + (4) + (5)

2.7. Clasificación geomecánica de Laubscher (1976).

La clasificación geomecánica de Laubscher es una modificación de la


de Bieniawski (1976, 1979) y está basada en experiencias en
explotaciones mineras, generalmente en roca dura y a profundidades
elevadas, donde las tensiones naturales e inducidas por la explotación
juegan un importante papel.

Además de la consideración de los campos tensionales, las


aportaciones de Laubscher van dirigidas a los efectos de las voladuras
así como a la influencia de la meteorización en los macizos rocosos.

El índice de calidad del macizo rocoso se obtiene como suma de los


cinco parámetros siguientes:
- R.Q.D. Rock Quality Designation

- I.R.S. Resistencia de la roca intacta.

- Indice del espaciado de las juntas.

- Estado de las juntas.

- Flujo de agua.

Se realizan una serie de ajustes dependiendo de:


- La meteorización.

- Tensiones de campo e inducidas.

- Cambios tensionales debido a la propia explotación.

- Tipo de excavación y orientación respecto a la estructura


geológica.

- Efecto de las voladuras.


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Los resultados obtenidos son: el valor del RMR, clase, subclase y


descripción del macizo rocoso y el diseño del sostenimiento
dependiendo del RMR.

3. MÉTODOS DE SOSTENIMIENTO.

3.1. Hormigón proyectado o gunita.

El hormigón proyectado o gunita se define como un mortero u


hormigón transportado a través de manguera y proyectado
neumáticamente sobre techo, hastiales y frente (Imagen 1). Tiene
dos efectos principales sobre la roca. El primero es de sellado de la
superficie, cerrando las juntas que se han producido durante la
excavación. Así, se evita la descompresión y la alteración de la roca.
Por otro lado, el hormigón proyectado forma un anillo que, al adquirir
resistencia, trabaja como lámina y resiste las cargas producidas por
la deformación de la roca. También es capaz de resistir la carga
puntual ejercida por pequeñas cuñas que se apoyan sobre la lámina.

Imagen 1

Cuando el hormigón debe trabajar a tracción, será necesario armarlo;


esto se lleva a cabo, generalmente, con mallas electro-soldadas de
diámetros comprendidos entre 3 y 8 mm y también con fibras de
vidrio o de acero. Si el hormigón armado va a tener un espesor
importante, superior a 20 cm, pueden utilizarse como armadura
cuadros metálicos deslizantes.

3.2. Anclajes.
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3.2.1. Bulones o pernos.

El bulonaje es una técnica de sostenimiento que consiste en anclar en


el interior de las rocas una barra de material resistente que aporta
una resistencia a tracción, permite que se cosan las juntas de la
roca, impidiendo el deslizamiento de unas rocas sobre otras a favor
de las fracturas. Por otra parte, tiene un efecto de confinamiento de
la roca, armando la roca. Así, es capaz de absorber las tracciones que
aparecen en el terreno y se impide la generación de zonas
descomprimidas.

3.2.1.1. Principios de sostenimiento de los bulones.

3.2.1.1.1. Efecto cuña.

En roca masiva o levemente fracturada y en rocas fracturadas, el


papel principal de los bulones de roca es el control de la estabilidad
de los bloques y cuñas rocosas potencialmente inestables. Esto es lo
que se denomina “EFECTO CUÑA” (Ilustración 3).

Ilustración 3

3.2.1.1.2. Efecto viga.

En roca estratificada subhorizontal y roca no estratificada con un


sistema de fracturas dominantemente subhorizontal, los bulones
ayudan a minimizar la deflexión del techo (pandeo). Esto es lo que se
comunmente se denomina “EFECTO VIGA” (Ilustración 4).

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Ilustración 4

3.2.1.1.3. Efecto columna.

El concepto del “efecto viga” puede ser extendido al caso de paredes


paralelas a estratos o discontinuidades sub-verticales generando el
denominado “EFECTO COLUMNA”, para minimizar el pandeo de los
bloques tabulares (Ilustración 5).

Ilustración 5

3.2.1.1.4. Efecto arco.

En roca fracturada e intensamente fracturada y/o débil, los bulones


confieren nuevas propiedades a la roca que rodea la excavación.
Instalados en forma radial, los pernos en conjunto forman un arco
rocoso que trabaja a compresión denominado “efecto arco”, dando
estabilidad a la excavación (Ilustración 6).

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Ilustración 6

3.2.1.2. Cables de acero.

Se utilizan para grandes longitudes de anclaje, por ejemplo en


grandes cámaras. Suelen tener 15 mm de diámetro y estar
conformados parcialmente retorciendo los cables en sentido contrario
al de su fabricación para mejorar las condiciones de adherencia con la
lechada. Si se consigue un buen estanco es preferible que la lechada
vaya ascendiendo. Utilizando cables de 15mm de diámetro se
consigue una carga de rotura entre 23 y 27 t, según la longitud del
cable, y una carga máxima en estado elástico comprendida entre 19
y 22 t.

Imagen 2: Cables con una zona descubierta y otra recubierta

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para evitar la adherencia con la lechada de cemento.

3.2.2. Otros métodos de sostenimiento.

3.2.2.1. Cimbras o cerchas.

Las cimbras o cerchas metálicas, son estructuras fabricadas con


perfiles de acero de ala ancha para soporte rígido, cuya función es
otorgar inmediata seguridad, ajustándose lo más posible a la línea de
excavación en el frente de avance de una excavación subterránea
(Imagen 3). Permiten la definición de la geometría del túnel, y
poseen una función resistente al trabajar como arco y colaborar con
el hormigón proyectado.

Imagen 3

3.2.2.2. Entibación metálica deslizante.

Los cuadros metálicos deslizantes son arcos de entibación, a base de


perfiles acanalados, que permiten cierto deslizamiento entre sí en los
tramos en que se solapan. De esta forma, cuando los esfuerzos
litostáticos sobrepasan la resistencia conseguida en el apriete de los
perfiles en contacto, se producirá el deslizamiento, y disminuirá la
sección de la excavación (Ilustración 7).

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Ilustración 7

Si los cuadros están bien colocados, sus componentes no se


deformarán, salvo en casos extremos de muy fuertes presiones del
terreno; entonces podrán sufrir deformaciones, pero rara vez la
rotura. Es fundamental una buena colocación, lo que requiere:
- El plano del cuadro debe ser perpendicular al eje de la excavación

- Los cuadros contiguos deben estar arriostrados entre sí por medio de


tresillones que impidan el revirado.

- Debe realizarse un correcto apriete de las grapas que unen las partes
constituyentes del cuadro y las zonas de solapamiento deben estar en
contacto entre sí en toda su longitud.
- Se reducirá el asentamiento de los pies del cuadro sobre el muro de la
excavación, colocando piezas de acero, hormigón e incluso madera si fuere
preciso.
- Se rellenarán los huecos existentes entre los cuadros y los paramentos de
la galería con recortes de madera o trozos de roca, para que el macizo
rocoso se apoye uniformemente sobre el cuadro en toda su longitud.
Desde el punto de vista de su diseño y fabricación, los cuadros
deslizantes mantienen una relación de sus módulos resistentes,
respecto a los dos ejes de la sección, aproximadamente igual a la
unidad. Ello hace que sean muy resistentes al pandeo y a las
deformaciones.

3.2.2.3. Paraguas de micropilotes.

Un paraguas de micropilotes es un conjunto discreto de elementos


lineales (paralelos al eje de excavación) subhorizontales perforados
en el terreno armados e inyectados, que forman una prebóveda
resistente envolvente de la cavidad a excavar, cuya misión es
sostener el terreno existente por encima, así como minimizar las
deformaciones del mismo para evitar daños en estructuras o
infraestructuras viarias existentes durante la excavación (Imagen 4).

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Imagen 4

Se distinguen cuatro fases principales en la ejecución de un paraguas


de micropilotes: replanteo, perforación, introducción de la armadura
e inyección. La fase más importante para la buena ejecución del
paraguas es el replanteo, de no realizarse correctamente los
micropilotes pueden cruzarse en el espacio, terminar dentro de la
sección del túnel a excavar, o cortarse entre sí.

3.2.2.4. Chapas Bernold.

Las chapas Bernold son chapas ranuradas que se usan como


encofrado perdido, rellenando huecos o en zonas en las que ha
habido un desprendimiento. Deben colocarse con el hormigón
(Imagen 5).

Imagen 5

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3.2.2.5. Dovelas de hormigón.

Se trata de un elemento constructivo de entibación y aislamiento del


macizo rocoso que conforma una sección circular de varios elementos
formando un anillo prefabricado. Se elaboran en hormigón armado o
pretensado (Imagen 6).

Del montaje de las dovelas se encarga la propia tuneladora (TBM), a


medida q avanza va colocando los diferentes elementos prefabricados
conformando anillos de dovelas (Imagen 7). Estos anillos se cierran
en última instancia por medio de la clave (dovela superior).

Imagen 6 Imagen 7

4. RECOMENDACIONES DE SOSTENIMIENTO.

4.1. Ritmo de construcción del sostenimiento.

Dependiendo de la calidad del macizo rocoso y del tipo de roca puede


ser necesario esperar algo más de 10 m de distancia al frente para
completar la última parte del sostenimiento. Es frecuente que los
empujes y convergencias finales se produzcan a 2 ó 3 anchos del
túnel como distancia al frente (20 o 40 m). Se trata de un tema que
debe estudiarse analíticamente y comprobarse en obra mediante
instrumentación. Por lo tanto, creemos que cae fuera del ámbito de
las clasificaciones geomecánicas.

4.2. Bulonado.

En España muchos técnicos cuestionan la eficacia del bulonado para


macizos rocosos de calidad geotécnica muy mala o pésima. Además
es poco frecuente utilizar en túneles bulones de más de 5 a 6 m de
longitud.
El bulón más usado en España es el de acero corrugado de 25 mm de
diámetro (En las recomendaciones de Bieniawski se menciona el de
22 mm). El método de adherencia puede ser la resina o el mortero
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(mejor cuando hay problemas de perforación o cavidades


microkársticas). Pero es creciente el uso de los bulones de expansión
mecánica. Sin entrar en la polémica sobre su durabilidad podemos
indicar que presentan ventajas para valores altos del RMR (por su
mecanización fácil) y en los valores muy bajos (porque pueden
adaptarse a perforaciones irregulares). Si se utilizan debe tenerse en
cuenta que su resistencia es menor, por lo que hay que aumentar la
densidad de bulonado.
Cuando el sostenimiento es provisional, y ha de demolerse
posteriormente (por ejemplo en túneles piloto), los bulones más
adecuados son los de fibra de vidrio o los de expansión mecánica,
porque en ambos casos se cortan fácilmente.
El espaciamiento entre bulones se refiere a mallas cuadradas de
implantación y es sólo indicativo. En cada caso debe ajustarse la
distribución a las densidades de bulonado propuestas y a la longitud
real de pase.

4.3. Hormigón proyectado o gunita.

Se indican los espesores mínimos más usados. El número de capas


incluye la capa inicial de sellado, que no es necesaria para macizos
rocosos de calidad muy buena. Los espesores de cada capa no deben
exceder de 10 cm para evitar problemas de adherencia.
Los espesores reales dependen de la precisión de la excavación. Si se
deben rellenar las sobreexcavaciones, y/o cubrir las cerchas, los
espesores reales pueden ser mucho mayores en algunos puntos.
Por lo menos es tan frecuente utilizar fibras metálicas como mallazo
para armar el hormigón proyectado. Las fibras tienen ventajas de
mecanización, rendimiento y ductibilidad del hormigón a flexo-
tracción, y en países como Inglaterra, Suecia o Noruega solo se
utilizan fibras metálicas (que están prescritas como componente por
el sistema Q de BARTON). En países de tradición alemana (Alemania,
Austria, Suiza) persiste más el mallazo, que tiene la ventaja de exigir
un espesor mínimo de hormigón proyectado.
En las recomendaciones sugerimos el uso de fibras metálicas para
macizos de calidad media a buena y el de mallazo para macizos de
calidad mala a muy mala.
Cuando no es necesario el hormigón proyectado (en macizos de
calidad muy buena) puede ser conveniente el uso ocasional de
mallazo como protección contra la caída de cuñas rocosas aisladas.

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4.4. Cerchas.

Es frecuente en España el uso de cerchas en macizos rocosos de


calidad media (RMR < 50). El tipo de cercha depende tanto de la
calidad del macizo rocoso como del ancho del túnel. En estas
recomendaciones se consideran cerchas ligeras (TH-21), y medias a
pesadas (TH-29) y las HEB. En túneles de 5 a 6 m de ancho se
utilizarían las cerchas TH-16 como ligeras y las TH-21 como pesadas.
En todos los casos las cerchas se deben arriostrar entre sí mediante
tresillones. El uso de forros de entibación (mediante chapas continuas
o pequeñas tablestacas) es poco frecuente en España, donde se
prefiere sustituirlos por mallazos cuando es necesario en macizos de
calidad mala a muy mala.

4.5. Método Bernold.

El método Bernold integral (con cerchas de montaje, chapas


continuas solapadas y relleno de hormigón) sigue siendo una opción
válida para macizos de calidad mala o muy mala. Sin embargo su
utilización ha decaído en España debido a la popularización del Nuevo
Método Austríaco.
En todo caso la combinación de cerchas HEB con chapas BERNOLD,
apoyadas sobre las alas de las cerchas, y con relleno de hormigón
bombeado o proyectado, constituye un método muy adecuado para
construir sostenimientos rígidos, pesados y continuos. Su empleo es
recomendable en las zonas de boquillas y al atravesar fallas y/o
zonas tectonizadas.

4.6. Paraguas de presostenimiento.

Con valores del RMR inferiores a 30 es normal utilizar paraguas de


bulones de 5 a 6 m de longitud, localmente o en la parte superior de
la sección. Su necesidad depende de las condiciones de estabilidad
del frente en clave y hastiales, y del buzamiento de las capas.
Para valores del RMR inferiores a 20 (y para atravesar zonas de
hundimiento) es buena práctica la construcción de paraguas de
micropilotes, que suelen inyectarse con la técnica de los tubos-
manguito. Se trata de un procedimiento lento y costoso pero que
puede resultar imprescindible en ciertos casos.

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5. REFERENCIAS.

Clasificaciones geomecánicas.

http://upcommons.upc.edu/pfc/bitstream/2099.1/6215/1/00.pdf

http://www.inforock.es/Georock1.htm#1

Lauffer.

http://geodiendo.blogspot.com/2009/09/la-clasificaciongeomecanica-
de-lauffer.html

Terzaghi.

http://geodiendo.blogspot.com/2009/09/la-clasificaciongeomecanica-
de.html

Protodyaconov.

http://geodiendo.blogspot.com/2009/12/la-clasificaciongeomecanica-
de.html

Recomendaciones de sostenimiento para túneles.

http://www.danotario.com/manuales/excavaciones%20de%20tuneles
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Sistemas de sostenimiento.

http://www.dsiperu.com/uploads/media/DSI_ALWAGSystems_Sistem
as-de-sostenimiento-para-la-construccion-de-tuneles-yminerias_s.pdf

http://www.wikivia.org/wikivia/index.php/Sostenimiento_t%C3%BAn
eles_(construcci%C3%B3n)

Bulones.

http://geco.mineroartesanal.com/tikidownload_wiki_attachment.php?
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Paraguas de micropilotes.

http://www.ciccp.es/ImgWeb/Castilla%20y%20Leon/Mis%20docume
ntos/Paraguas%20Pesados%20Micropilotes.pdf

Diseño y ejecución de obras subterráneas. Pablo Daniel Hergenrether Pérez.

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