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Universidad V eracruzana

FACUL TAO DE SOCIOLOGÍA

"COSMOVISIÓN DE LA VIEJA GUARDIA.


ORGANIZACIONES Y CULTURA COMUNISTAS
CENTROAMERICANAS, 1922-1934"

TESIS
QUE PARA OBTENER EL TÍTULO DE:

LICENCIADO EN SOCIOLOGÍA

PRESENTA:

ERNESTO ISUNZA VERA

XALAPA, VER. 1993.


A la memoria de la Vieja Guardia,
en especial, a Miguel Angel,
Miguel Mármol y
Fernández Anaya

A Roque Dalton,
eslabón esencial
de la memoria colectiva
AGRADECIMIENTOS

Ahuihuihuitl,
mi querido Zacatitzin ...

JOSÉ CAMACHO

Muchos compañeros han intervenido a lo largo de los cinco años de


elaboración del presente trabajo. En la labor de archivo y entrevista en La
Habana tuve la gran ayuda de Sergio Guerra Vilaboy, Osear Zanetti, Olga
Cabrera, Tomasito (Biblioteca José Martí) y los compañeros del Archivo
del Palacio Aldana. Asimismo, mucho debo a los chapines (de nacimiento
y por convicción) de Alamar y, por sobre todo, a la solidaria presencia de
Graciela Solís, Graciela Piñera, Marta e Hilda Martí,nez y nuestro
recordado Carlos Martínez.
Marta Patricia Ponce Jiménez acompañó todo el proceso de la
elaboración de la historia de vida de Miguel Ángel Vásquez y el conjunto
del trabajo testimonial; a ella le debo lo fundamental de mi interés en las
fuentes vivas y muchas horas de cálido diálogo.
Los agudos comentarios de Angélica Prieto me permitieron encontrar
salidas en varios momentos claves de la investigación.
La reconstrucción histórica y la crítica del proyecto hubiera sido
imposible sin el apoyo de Arturo Taracena Arriola y Ricardo Melgar Bao.
En la formación de la perspectiva teórica que intenté retomar, gran parte
se debe al diálogo permanente con Renato Prada Oropeza.
Reconozco los aportes que a la concepción de este estudio realizaron
César Guevara, Arturo Hinojosa, Víctor Celis y Alfredo Zavaleta, de la
Facultad de Sociología. El apoyo de Alberto Olvera en la última fase de
elaboración de la tesis, fue invaluable.
A los compañeros del Seminario "Las Fuentes Vivas" del CIESAS-
Golfo, gracias por sus críticas y comentarios.
Por sobre todo, este esfuerzo se debe a las manos tendidas de
Xavier, Eduardo y Andrea, lsunza los tres; Ana María y Carmen Vera Cid
(Gudelias las dos); Gabriel a González y Constanza López-Caparrós
Íñiguez.
" la Justicia no es prenda
que conquisten algunos
para multiplicarla
como pan milagroso

La Justicia es trabajo
es cor aj e y ayuno
amor y luz
que encienden
los pueblos victoriosos."

ALFREDO ZITARROSA
INDICE GENERAL
pág.

INTRODUCCIÓN 11

PRIMER COMENTARIO 23
EL CONOCIMIENTO COMO PERSPECTIVA
DE ANÁLISIS SOCIOLÓGICO
LA IDENTIDAD INDIVIDUAL COMO PRISMA
DEL CONTEXTO SOCIOCULTURAL

PRIMER PASAJE TESTIMONIAL 51

SEGUNDO COMENTARIO 75
EL DILEMA DEL ISTMO
1850-1921

SEGUNDO PASAJE TESTIMONIAL 95

TERCER COMENTARIO 149


EL DILEMA DEL ISTMO
1922-1926

TERCER PASAJE TESTIMONIAL . 169

CU ARTO COMENTARIO . 245


EL DILEMA DEL ISTMO
1927-1931

CUARTO PASAJE TESTIMONIAL . 263

QUINTO COMENTARIO . 311


EL DILEMA DEL ISTMO
1932-1934

SEXTO COMENTARIO . . . . . . . . . . . . 323


LOS PARTIDOS COMUNISTAS DE CENTROAMÉRICA
1922-1934

CONCLUSIONES . . . . 363

ÍNDICE DE INFORMACIÓN TESTIMONIAL . 381

ANEXO METODOLÓGICO . 383

ANEXO GRÁFICO . . . . . . 391

CU ADRO CRONOLÓGICO . 413

SIGLAS ..... . 429

BIBLIOGRAFÍA . 431
INTRODUCCIÓN

o.
Toda obra humana tiene una historia que la constituye y la legitima. Esta
investigación intenta realizar un rastreo que sirva de base al cues-
tionarniento de la historia legitimadora de la tradición en la que se ha
socializado el autor. La búsqueda, debernos aclararlo, es rnultidirnen-
sional: una rama se dirige hacia la reconstrucción histórica regional de
los primeros comunistas centroamericanos; una seguna línea de este
trabajo se esfuerza por poner en movimiento la propuesta de análisis
teórico de la llamada sociología del conocimiento; en tercer 1ugar, se
trata de experimentar formalmente en el campo de las técnicas
narrativas de este tipo de estudios; y finalmente, mas no por último, la
investigación hunde sus raíces más profundas en la búsqueda de la
identidad del autor. Sentado lo anterior, explicaremos, en sentido
inverso a la enumeración, las motivaciones que nos impulsaron a la
realización del presente estudio.

1.
Los hijos de la generación que vivió el cisma del 68 corno actores del
movimiento de izquierda, interiorizarnos las razones, los valores, las
dudas, las certezas, pero también las contradicciones de nuestros padres.
En cierta manera, somos herederos de una búsqueda de proyectos para la
transformación de la realidad social. Nuestras vivencias infantiles se
impregnaron, en mayor o menor medida según el caso, de toda una
cultura, cuya materialidad abarcaba, desde ciertos gustos estéticos (la
música latinoamericana, el boom de los novelistas comprometidos, las

11
artes plásticas "con contenido social", etcétera) hasta la adopción de
ciertos elementos cosmopolitas (influenciados por la gran afluencia de
exiliados centro y sudamericanos que llegaron a México en los años
setenta), pasando por los símbolos, mitos y ritos propios de la izquierda
latinoamericana. Lo rojo, para algunos de nosotros, no fue la certeza de
la juventud de nuestros padres, sino el resultado de sus esfuerzos críticos:
ya habían pasado Tlatelolco y las guerrillas de los cincuenta-sesenta, ya
la Cuba de los barbudos en la sierra y la victoria del Viet Nam heroico,
ya Praga y Budapest, ya el XX y el XXII congresos del PCUS, ya la
Revolución Cultural china y el Che en Bolivia. Nosotros éramos adoles-
centes cuando los sandinistas llegaron a Managua en el 79 y la guerrilla
de El Salvador lanzó su primera "ofensiva general"; nuestra primera
juventud transcurrió paralelamente a la emergencia de las coordinadoras
de masas en el campo, el magisterio y la ciudades mexicanas, pero
también al derrumbe de los regímenes del socialismo autoritario europeo.
Nuestros referentes simbólicos, entonces, se acercan y se alejan de los
ses en tayocheros no sólo cuan ti ta ti va sino también cu ali ta ti vamen te.
Para nosotros, el resultado de todo lo anterior puede sintetizarse en
una crisis de las identidades socioculturales heredadas en el proceso de
socialización primaria. Cabe explicitarlo: nuestra crisis es la de un
segmento de las capas medias ilustradas y politizadas que a su vez se
autodenominaron herederas (críticas o no) de la tradición comunista. La
caída de los paradigmas en las ciencias sociales para nuestra generación
y la antecesora, es vivenciada más bien como crisis ideológica y
replanteamiento de las certezas en la percepción del mundo.
A mí me tocó vivir esa crisis del acervo de conocimiento de la
izquierda mexicana tanto en la búsqueda de antecesores simbólicos como
en la participación política en organizaciones hegemonizadas por la

12
"izquierda revolucionaria" (producto directo del cisma del 68), y en la
autocrítica del marxismo (estructuralista) latinoamericano.
Por esto, además de aspectos circunstanciales que no viene al caso
anotar, mi búsqueda de referentes simbólicos (los "abuelitos rojos" de los
que habla Taibo II) en base a los cuales reconstruir una parte de mi
identidad, tomó cuerpo en la relación que entabló mi familia con un
comunista salvadoreño de la Vieja Guardia. Para mí, Miguel Ángel
Vásquez Eguizábal, en un principio, fue sólo uno de los amigos fami-
liares. Más tarde, al platicar sobre su vida y sus experiencias sui-generis,
las cuales él minimizaba con su extrema modestia, fui tomando conciencia
de que "el abuelo" había sido en su juventud un personaje relevan te en la
fundación de los partidos comunistas centroamericanos. Sólo hasta que fui
revisando la escasa bibliografía existente sobre el tema y la región y,
sobre todo, hasta que tuve la oportunidad de conocer y platicar con Miguel
Mármol (el mítico personaje salvadoreño sobrevi vi en te de la matanza de
1932), sólo hasta entonces (en La Habana, entre diciembre de 19 87 y
enero de 1988), supe que "el abuelo" fue amigo de Farabundo Martí, que
jugó un papel destacado en varios acontecimientos significativos de la
historia centroamericana de los años veinte, que estuvo condenado a
muerte en 1932 por su actuación política en Guatemala, que asistió como
representante del Partido Comunista de El Salvador al XXII congreso del
PCUS junto a Salvador Cayetano Carpio, y que se encargó de las ediciones
y la biblioteca del PCM desde los primeros años de su exilio en México
(a fines de los años treinta) hasta mediados de los años setenta. Todo esto,
y mucho más, decidimos recuperarlo en una larga serie de entrevistas
grabadas que llevamos a cabo entre mayo de 1988 y diciembre de 1990,
con la perspectiva de realizar su historia de vida.
En un segundo encuentro con Miguel Mármol (en La Habana, entre

13
diciembre de 1990 y enero de 1991), pudimos realizar una serie de
entrevistas, teniendo ya en mente la posibilidad de utilizar el producto de
éstas como material de apoyo a su amplio testimonio recogido por Roque
Dalton, en su clásico libro Miguel Mármol. Los sucesos de 1932 en El
Salvador. Durante esta misma estancia en La Habana, tuvimos la
oportunidad de revisar algunas bibliotecas y el Archivo del Instituto de
Historia del Movimiento Comunista y de la Revolución Socialista de Cuba
(IHMCRSC), donde encontramos un par de documentos inéditos.
Con este material y el conocimiento cada vez más amplio de la
época, pudimos elaborar un primer proyecto de investigación, el cual se
retoma, en sus partes sustanciales, en el presente trabajo. Al cristalizar
nuestras inquietudes de afirmación existencial a través de la búsqueda de
referentes simbólicos, inició en nosotros un proceso de distanciamiento
(relativo) de lo que eran las propias experiencias vivenciales y las de los
"abuelitos rojos" que nos tocó conocer.
Paralelamente a este proceso vivimos la experiencia de la militancia
en una organización social, y en otra partidaria, de la autodenominada
"izquierda revolucionaria". Así, pudimos conocer "desde dentro" las
formas de mantenimiento de un orden institucional que se reconoce como
vanguardia del movimiento social. Pero también, en esa organización
partidaria, conocimos la teoría política de un sector de la izquierda
mexicana, influenciada por la versión francesa de la Revolución Cultural
china, la cual criticaba (entre otros puntos de la teoría y praxis de la
izquierda convencional) las formas tradicionales de relación entre la
"vanguardia" y el "sujeto histórico" de la revolución social. Al romper
políticamente con la organización política mencionada, un grupo de
compañeros, debido a divergencias fundamentalmente éticas, se nos
presentó de manera más clara una serie de cuestionamientos respecto al

14
papel del conocimiento de las élites políticas en el mantenimiento de un
orden institucional. Asimismo, comenzamos a buscar respuestas a las
dudas que nos surgieron respecto a: la constitución de los actores
sociales; la trascendencia de aquellos conocimientos, normas y valores
cristalizados en el mundo de la vida cotidiana de las clases subalternas,
los cuales van conformando la práctica de los grupos y su forma de
movilización política; el papel de los intelectuales como actores estratégi-
cos en los procesos de cambio social; y, en fin, las inconsecuencias que
habíamos percibido en la práctica dentro de una organización partidaria
de izquierda, au toproclamada "de nuevo tipo" pero que en realidad repetía
las formas más agudas de la concepción autoritaria y antidemocrática de
la cultura política hegemónica en México.
En base a esas dos experiencias (el conocimiento de los comunistas
centroamericanos y de los problemas internos de la "izquierda revol ucio-
naria" mexicana), y en el camino de explicarnos las formas de socializa-
ción de los individuos que conforman las vanguardias políticas (elemento
común entre las dos problemáticas), el pre-proyecto de investigación se
fue afinando con la revisión de textos. Estos materiales buscan abordar la
realidad social desde una perspectiva que rescata la especificidad de los
fenómenos de la esfera sociocultural, tratando de superar el estructuralis-
mo mecánico y el funcionalismo intrínsecos a la tradición marxista
ortodoxa. La lectura de Gramsci y sus continuadores (teoría política y
antropología culturalista), primero, y la sociología del conocimiento de
raíz fenomenológica junto a otras perspectivas de análisis social "funda-
cionales" y/ o "intermedias" (Weber, Bourdieu, p. ej.), después, fueron
abriéndome todo un nuevo horizonte que pudiera explicar la historia
política desde una perspectiva sociológica cuyo centro de atención fuese
el conocimiento, la comunicación y la cultura.

15
En síntesis, podríamos afirmar que entre los motivos personales que
nos impulsaron a plantear la presente investigación en determinada línea,
destaca la búsqueda de la reconstrucción de nuestra identidad; la cual, a
su vez, se basó en dos afinidades primordiales entre los comunistas
centroamericanos y nosotros: una cognitivo-evaluativa y otra sesgada por
el reconocimiento de la acción política como proyecto de vida.

2.
La base narrativa del trabajo es el contrapunto de los testimonios de tres
militantes comunistas que actuaron en la primera época de los partidos
centroamericanos. Como ya apuntábamos, nuestro primer trabajo de este
tipo fue la historia de vida de Miguel Ángel Vásquez, salvadoreño de
origen social medio, que actuó principalmente en Guatemala. Después,
realizamos una entrevista amplia con Miguel Mármol, la cual pudiera
servir de contrapunto a esa historia de vida y a lo dicho por él mismo a
Roque Dal ton. Mármol también es salvadoreño, pero de origen rural y de
extracción social ostensiblemente más humilde que nuestro primer
personaje. En tercer lugar, iniciamos una entrevista conjunta a Vásquez
y al mexicano Jorge Fernández Anaya, quien desde muy joven militó en
el movimiento comunista mexicano y jugó un papel fundamental en la
fundación del Partido Comunista de El Salvador. Lamentablemente, no
pudimos ampliar las entrevistas con Fernández Anaya, porque su estado
de salud empeoró rápidamente, hasta su fallecimiento a finales de 1990.
Con este material como base, nos dimos cuenta de la posibilidad de
recopilar la mayoría de los testimonios de militantes comunistas centro-
americanos (o de otras latitudes pero partícipes como actores u observado-
res de los acontecimientos que nos preocupan), y contraponerlos para
remarcar las especificidades de las experiencias de cada uno de ellos.

16
Creemos que el contrapunto testimonial logra mostrar elementos
claves de la socialización (primaria y secundaria) de los individuos, de
sus valores y normas, de la visión del mundo que sirvió de trasfondo para
su acción, y muchos otros elementos contextuales que sólo a través de la
revivificación de sus experiencias pueden dotar de "profundidad",
"color", y "detalle" a la historiografía del período.
Sabedores de la tradicional discusión respecto a la validez de la
información aportada por las fuentes orales, queremos mencionar que
nuestra posición reivindica esta información no sólo como una fuente más
para la reconstrucción histórica, sino como fuente privilegiada, cuando de
analizar la subjetividad de los actores se trata. Además, en el caso de la
reconstrucción histórica de fenómenos como el abordado por nosotros (en

el cual se ha tratado de borrar cualquier vestigio de memoria, o ésta casi
no se ha sistematizado), la tradición oral se convierte, en muchos casos,
en la única referencia de importantes acontecimientos. La crítica a los
datos aportados por nuestros informantes es un primer paso necesario para
su uso en la reconstrucción de sus acciones y motivos; pero esta labor
hermenéutica nos obliga a realizar, también, una crítica específica a las
informaciones de otro origen. Sin embargo, estas fuentes distintas a las
orales se encuentran imposibilitadas para darnos lo que el testimonio nos
aporta: la versión de los actores, como resquicio para penetrar en la
subjetividad; y es éste el punto que nos interesa resaltar en nuestro
trabajo.
Algunos documentos de la época han sido tratados, a fin de que
fuera verosímil el experimento narrativo del material testimonial. En
síntesis, retomamos la propuesta de Miguel Barnet (en Canción de Rache!)
y de Hans-Magnus Enzesberger (en El corto verano de la anarquía. Vida
y muerte de Buenaventura Durruti), es decir, presentar un conjunto de

17
narraciones de testigos de la época que, en el contrapunto, reconstruyen
los acontecimientos en los cuales fueron actores destacados. Narración no
exenta de puntos contradictorios (antes, bien, buscados a propósito), el
contrapunto testimonial puede leerse como un coloquio en el cual los
actores alternan sus voces para mostrarnos su visión de los acontecimien-
tos. Patricia Ponce, quien más nos ayudó a adentrarnos en la construcción
y uso del testimonio, nos propuso alguna, vez que escribiéramos la
narración histórica imaginándonos a todos "nuestros personajes" sentados
alredededor de una mesa, platicando hoy de lo que hicieron hace setenta
años. Eso mismo hemos tratado de hacer.

3.
El marco teórico utilizado en el presente trabajo lo retomamos de las
sesiones del taller "La Fundamentación de las Ciencias Sociales",
impartido por el doctor Renato Prada Oropeza entre 1990 y 1991, dentro
de las actividades del Seminario de Semiótica del entonces Centro de
Estudios Lingüístico-Literarios. Básicamente, Renato Prada buscó que los
miembros del seminario penetráramos en el conocimiento de la fenomeno-
logía de Alfred Schütz, y de sus consecuencias en la sociología del
conocimiento, propuestas por Thomas Luckmann y Pe ter Berger, alumnos
del filósofo austriaco.
La utilización de las premisas aportadas por Luckmann y Berger en
su clásico libro La construcción social de la realidad nos han parecido
fundamentales para la problematización del estudio de las vanguardias
políticas. El énfasis de la sociología del conocimiento en el desbroce de
las condiciones por medio de las cuales un orden material se legitima a
través de universos simbólicos específicos, y el mantenimiento de las
certezas del mundo de la vida cotidiana de los actores, retoma la esencia

18
de lo que Gramsci sólo pudo presentar de manera fragmentaria en sus
Quaderni. Hemos querido mantener en un nivel implícito este marco de
referencia teórico a todo lo largo del presente trabajo, excepto en el
Primer comentario, 1ugar donde desarrollamos un resumen crítico de las
propuestas de la sociología del conocimiento y describimos la forma en la
cual las engarzamos con las especificidades de nuestro objeto de estudio.
No desconocemos las críticas a la propuesta teórica que nos sirve
como marco de referencia (especialmente las de Jürgen Habermas,
recogidas en la segunda parte de su Teoría de la acción comunicativa), las
cuales apuntan a demostrar el sesgo subjetivista de la fenomenología que
impide a la sociología del conocimiento de matriz schütziana encarar los
niveles sistémicos de la dialéctica social. No obstante, hemos querido
experimentar los límites del modelo de Luckmann y Berger, como forma
de superar en un estudio empírico sus inconsistencias y aciertos. Creemos
que el experimento bien vale la pena, en el sentido de proponer formas de
mediación (técnicas, métodos, etcétera) para el estudio de la identidad y
los universos simbólicos de un actor social concreto. Y sea que abandone-
mos total o parcialmente lo que ahora asumimos como marco de referen-
cia, o (es lo más probable) busquemos formas de explicación en la cuales
se fusionen elementos de este modelo con otro que retome la complejidad
de las determinaciones sistémicas, esta experiencia de investigación nos
proveerá de elementos de juicio para forjar nuestra propia posición
teórica.

4.
Los partidos comunistas de Centroamérica han sido estudiados en formas
y grados muy disímbolos. Además, los estudios sobre las condiciones
materiales y simbólicas de la reproducción de los trabajadores cen troame-

19
ncanos en las primeras décadas del presente siglo, también son muy
desiguales. Guatemala y El Salvador llevan la delantera en cuanto a la
reconstrucción histórica de estos fenómenos, mientras para Honduras el
a vanee es significa ti vamen te menor.
En los tres casos observamos la fuerte presencia de una tradición
mítica que en algunas ocasiones obnubila la reconstrucción puntual de
hitos o problemas de la historia de los partidos, pero, tal vez en el caso
de El Salvador esto sea más agudo. Más allá de los estudios de Arturo
Taracen a Arriola, Carios Figueroa lb arra, Mario Posas, Renate Wi tzel de
Ciudad o Ricardo Melgar Bao, encontramos pocos esfuerzos serios de
explicación histórica que busquen clarificar aquellos puntos no retomados
por los testimonios.
Nuestra historiografía apenas aporta elementos nuevos a la
discusión, los que resultan de los testimonios recogidos por nosotros, unos
cuantos documentos inéditos que hoy presentamos, y nuestro esfuerzo por
verificar la verosimilitud de las diversas fuentes e interpretar los motivos
de las afirmaciones de cada una de ellas. Entre los documentos inéditos,
cabe resaltar el informe del representante del PCCA al 11 congreso del
PCM (MELGAR GONZÁLEZ, 1925) y los documentos del mismo PCCA
confiscados a Rosalío Blackwell en Honduras (BLACKWELL, 1925a y
1925b; PCCA, 1925 Y s.f.; DENNIS, 1925; MARTÍ, 1925), estos últimos,
hallados en los Archivos del Departamento de Estado norteamericano
(todos ellos, proporcionados generosamente por Arturo Taracena); otro
documento inédito que presentamos es el informe del Secretariado del
Caribe del Socorro Rojo Internacional, al Pleno del Ejecutivo Mundial del
mismo organismo, encontrado en el IHMCRSC de La Habana (GÓMEZ,
1931). En cuanto a los testimonios, lo más destacable de nuestro aporte
es la historia de vida de Miguel Ángel Vásquez, la cual se suma a las

20
pocas narraciones de comunistas centroamericanos de aquellos días
(Miguel Mármol, Obando Sánchez y Graciela García).
Lo que de original pudiera tener nuestra investigación es la visión
de conjunto en el tratamiento del fenómeno de las vanguardias políticas
comunistas en Centroamérica. Lo presentamos más como una versión que
resuma lo hasta hoy hecho sobre el tema (con algunos pequeños aportes
propios), que como la última palabra sobre el mismo.

5.
Finalmente, debemos dejar en claro que nuestra investigación no busca
conclusiones, en el sentido de una deducción, sino trata de presentar las
potencialidades y límites de ciertos métodos y técnicas, así como las de
un marco teórico.
La finalidad de nuestro estudio es la problematización de un modelo
de investigación para poner en claro los fenómenos de la identidad
sociocultural de los actores y el complejo del conocimiento social
denominado por nosotros universos simbólicos, todo ello en el caso
concreto de un grupo de individuos que quisieron ser la vanguardia de las
clases subalternas guatemalteca, hondureña y salvadoreña, en la tercera
década del presente siglo.

21
PRIMER COMENTARIO

EL CONOCIMIENTO COMO PERSPECTIVA DE ANÁLISIS


SOCIOLÓGICO
LA IDENTIDAD INDIVIDUAL COMO PRISMA DEL CONTEXTO
SOCIOCULTURAL

o.
¿Cómo explicarnos las alternativas que un actor colectivo toma en un.a
situación sistémica específica? ¿Por qué realiza tal acción y no otra?
¿Hasta dónde el conocimiento social limita los marcos de acción y hasta
dónde estos saberes y normas se forjan por la acción social?
Estas interrogantes, aplicadas al estudio de la Centroamérica de los
años 20, buscando posibles explicaciones a la acción de los comunistas de
la región, nos han llevado a plantear las bases de un análisis de su
identidad, desde la perspectiva de la sociología del conocimiento.
La percepción de este observador se encuentra básicamente con la
dificultad de interpretar las acciones de los comunistas centroamericanos,
ya que ha decidido rescatar la especificidad de la esfera sociocultural en
la que actúan sin caer en la tentación de la teoría del reflejo 1 , tan propia
de la tradición analítica en la que se formó primariamente. El observador
descubre la dialéctica de la realidad objetiva y la subjetiva, así como lo
propio de la realidad intersubjetiva, mediante los trabajos de Alfred
Schütz; centra su atención en la imposibilidad de desechar la teoría de la
acción social de Max Weber; y pone en examen sus certezas marxistas.

1
Nos referimos a la concepción de la sociedad que postula la correspondencia mecánica (tipo reflejo) entre los fenómenos de la esfera material
(económica) y los que acontecen en las esferas política y sociocultural.

23
Acto seguido, cae en la cuenta de las posibilidades para analizar la acción
de las vanguardias políticas (los partidos comunistas, como caso) que
ofrece la sociología del conocimiento, la cual propone, entre varias otras
tesis, que el mundo social es una construcción y que su existencia depende
de la capacidad hu mana de la comunicación en el marco de la interacción;
que la legitimación de toda construcción social podemos encontrarla en el
mundo de la vida cotidiana, en el cual se establecen cristalizaciones
cognoscitivo-normativas que permiten la reproducción del orden institu-
cional vigente.
En el camino de estas reflexiones, el observador recuerda la tesis de
Gramsci quien consideraba que la hegemonía de un actor colectivo en la
sociedad estaba basada en la suma de la coerción y del consenso; que este
consenso significaría la posibilidad para un bloque histórico de dirigir al
conjunto de las clases y grupos en todos los campos de la acción social;
que la fuerza de un proyecto histórico radicaba en el conjunto de normas,
valores, estrategias de conocimiento y posibilidades de interacción, los
cuales son sistematizados por los intelectuales orgánicos de ese bloque;
y que, según Gramsci, deberíamos rastrear la fuerza de un bloque histó-
rico determinado en esas construcciones simbólicas, a las que llamó en su
conjunto cultura, las cuales podrían encontrarse en las explicaciones más
sencillas y preteóricas del conocimiento del sentido común, llegando a los
grandes edificios teóricos y metateóricos que buscan explicar el mundo,
hasta en los refranes populares y en los nombres de las calles.
Después de todo esto, el observador asume que la discusión refinada
de la problemática esbozada queda fuera del alcance de una tesis de
licenciatura, y más aún su aplicación a un estudio de caso que, de por sí,
apenas se encuentra en la etapa de reconstrucción historiográfica. Sin
embargo, decide sentar las bases primeras para un estudio posterior, en

24
·-1

el problema del conocimiento como perspectiva de análisis sociológico (y


en especial de las vanguardias como objeto teórico), y en el de la
identidad como punto en el que las opciones de los actores sociales
(individuales y colectivos) entre lo dado y lo posible (el problema de la
utopía) se encuentran enmarcadas; en otras palabras, tratar de pensar la
identidad como mediación para las decisiones de los actores sociales, en
términos de los campos de elección para construir su acción, más que
como determinaciones rígidas o, peor aún, como reflejo de su situación en
la estratificación socioeconómica (G IMÉNEZ, 1992: 193)

l.
La emergencia de situaciones nuevas en el mundo social trae consigo la
problematización de lo presupuesto en el acervo de conocimiento de los
actores sociales. Las coyunturas críticas, en las cuales instituciones
sociales se enfrentan con la posibilidad de su transformación o negación
total, abren la alternativa para la innovación, tanto en términos de
negación de tradiciones como en la perspectiva de una adecuación de las
mis mas a las nuevas condiciones sistémicas y simbólicas.
El conocimiento social no es una masa informe sobre los actores
sociales como producto reflejo de ciertos condicionamientos sistémicos (el
Estado y el mercado). Por el contrario, el conocimiento social aparece
como un complejo integrado en el que se encuentran desde los saberes
propios del sentido común (el conocimiento de la vida cotidiana) hasta las
explicaciones globales del mundo forjad os en el devenir histórico (saberes
complejos y diferenciados, sistematizados por los especialistas).
La experiencia social se cristaliza como realidad objetiva en
habituaciones, roles e instituciones. Paralelamente, el conocimiento
propio para cada uno de esos niveles de construcción social se articula a

25
través del lenguaje, en diferentes campos semánticos, los cuales represen-
tan la objetivación de la praxis social en una triple dimensión: temporal,
espacial e intersubjetiva.
Pero estas construcciones sociales (las instituciones y el conocimien-
to) no están exentas ni de una historicidad ni de las contradicciones
propias de la jerarquización societal. Los universos simbólicos y las
instituciones son productos históricos que sólo pueden ser interpretados
a la luz de una reconstrucción articulada de su devenir; esta historicidad
del mundo social la perciben los individuos y los actores colectivos como
tradiciones y no como recuerdos biográficos. Dicha historicidad se
encuentra marcada de una manera indeleble por el enfrentamiento de
actores sociales que luchan, bien por mantener la vigencia del mundo
social a través de la legitimación de su validez, bien por destruir ese
complejo institucional mediante la construcción de datos heréticos que
potencialmente pueden erigirse como universos simbólicos alternativos.
Partimos de la tesis hermenéutica que percibe a los comunistas
centroamericanos de los años 20 como determinados en su acción por un
doble continuum de construcciones simbólicas: por un lado, el universo
simbólico que legitimó los diferentes regímenes hegemonizados por las
oligarquías hondureña, salvadoreña y guatemalteca, nacido del cruce entre
la tradición liberal decimonónica y la posición de naciones periféricas del
capitalismo de su tiempo (caracterizado por el cambio de centro de grave-
dad de Inglaterra -principalmente- a los Estados Unidos de Nor-
teamérica); en segunda instancia, los comunistas centroamericanos
asumieron como referente semántico para la acción (en su rol de vanguar-
dias de las clases subalternas de sus países), el universo simbólico cons-
truido por los bolcheviques rusos y la III Internacional, en especial, la
versión que les confería a los movimientos sociales de los llamados

26
"pueblos de Oriente" como apoyo a la revolución mundial. La traducción
de los postulados bolcheviques a las condiciones concretas en las que
actuaron los comunistas centroamericanos de los veinte, fue una propuesta
de transformación social radical, basada en el fortalecí miento del
campesinado y los trabajadores urbanos, en alianza con los sectores
progresistas de las capas medias, lo que culminaría con la destrucción del
Estado burgués-oligárquico y la creación de uno nuevo fundado en conse-
jos de trabajadores, con el partido comunista a la cabeza.
Otras fuentes de explicación de lo social que también influyeron en
la construcción del acervo de conocimiento de los comunistas centroameri-
canos fueron, sin duda, tres: 1) la tradición organizativa de los trabajado-
res urbanos, basada en las formas del apoyo mutuo y las cajas de ahorro,
e influenciada más tarde por las ideas anarquistas que, desde principios
de siglo, proponían la libre organización de los trabajadores en sindicatos,
al margen de cualquier participación en el Estado, y consideraban que la
huelga y la acción directa de las masas eran las vías para lograr tanto
mejores condiciones en el trabajo como la construcción de una nueva
sociedad; 2) la tradición de la Revolución Mexicana, percibida desde
Centroamérica como un movimiento de masas antidictatorial, anticlerical,
reivindicador de las ancestrales demandas campesinas, propiciador de la
organización obrera, y fundador de un proyecto nacional independiente;
3) la tradición centroamericana que anhela la unión de las cinco repúbli-
cas, la cual va de la mano con un acendrado espíritu anticolonial, tradi-
ción representada paradigmáticamente en la lucha sandinista por la
soberanía nacional, contra la intervención norteamericana y a favor de la
unidad de Latinoamérica, y en el movimiento unionista de 1921 (particu-
larmente en sus expresiones obrera y estudiantil).

27
2.
Para Luckmann y Berger ( 1968), la sociedad puede ser entendida como la
dialéctica entre tres procesos, los cuales nos ofrecen otras tantas
perspectivas de acercamiento a la realidad:
a) El proceso de externalización, en base al cual podemos afirmar
que "la sociedad es un producto humano".
b) El proceso de objetivación, el cual nos permite saber que "la
sociedad es una realidad objetiva". Y,
c) El proceso de internalización, por el cual afirmamos que "el
hombre es un producto social".

No se trata de tres momentos diacrónicos diferenciados sino de


momentos lógicos de la construcción social de la realidad.
El proceso de externalización de la subjetividad es observable
básicamente en la creación de sentido por los actores sociales. Dicho
sentido se cristaliza en el lenguaje, mediante el cual los actores se
relacionan en el mundo de la vida cotidiana. Como el motivo que domina
la acción de los sujetos en la vida cotidiana es el pragmático, el lenguaje,
aún el propio de otros segmentos ajenos a ella, permanecerán marcados
por su origen (BERGER; LUCKMANN, 1968: 55-57).
El lenguaje crea campos semánticos para cada sector de la vida
social, los cuales tienen su propio vocabulario, sintaxis y gramática.
Dentro de estos campos semánticos se abre la posibilidad de acumulación
selectiva de las experiencias individual es (biografía) y colectivas
(historia). Esta acumulación forma un cuerpo social de conocimientos que
utilizan los sujetos tanto en su vida cotidiana como en las demás zonas de
la vida social (BERGER; LUCKMANN, 1968: 60).
El acervo de conocimiento provee una serie de tipificaciones de

28
hechos y situaciones problemáticas que percibimos en forma de rutinas,
pero también de esquemas de tipificación de nuestros semejantes mediante
los cuales los percibimos como tipos de actores.
Para la sociología del conocimiento, la base de la institucio-
nalización se puede encontrar en la habituación, es decir, cualquier acto
que se repite con frecuencia, el cual crea pautas susceptibles de repetirse
y aprehenderse con economía de esfuerzos. La institucionalización se basa
en el proceso de habituación, ya que una institución se origina cuando se
da una tipificación recíproca de acciones habitualizadas por tipos de
actores (BERGER; LUCKMANN, 1968: 76).
Es importante destacar que las instituciones son inconcebibles sin
una historicidad y un control. Las reconocemos como históricas al admitir
que son producto de la actividad humana (cristalizada en las habituacio-
nes), y como controladoras, porque subsumen el comportamiento humano
al establecer pautas que encauzan los esfuerzos de los actores, negando la
posibilidad de llevar a cabo otras acciones potencialmente realizables. Al
desarrollarse, las instituciones perfeccionan su funcionamiento y así
acceden a un nuevo estadio cualitativo: la objetivación. Gracias a ésta, los
órdenes institucionales se le presentan al individuo como dotados de un
estatuto de realidad propia (aunque sepamos que las instituciones son
productos humanos), es decir, se le presentan al individuo como un hecho
externo y coercitivo (BERGER; LUCKMANN, 1968: 80).
En la perspectiva de la sociedad como totalidad, la institucionaliza-
ción se puede dar en cualquier zona de comportamiento de relevancia
colectiva. De lo anterior, podemos deducir que no todos los segmentos de
la vida social son importantes para el conjunto de los actores involucrados
en ella (la diferencia anunciada se funda en categorías dadas por
cualidades como el género -masculino/femenino- o por la situación vivida

29
en la di visión social del trabajo -campesino/ obrero-, etcétera). Sin
embargo, aunque las relevancias puedan ser parciales o totales, los
significados sociales (a través de los universos simbólicos) tienden a crear
legitimaciones más abarcadoras a cada momento.
La necesidad de legitimación de las instituciones se impone cuando
éstas se enfrentan a la coyuntura de su transmisión a una nueva generación
(o a una realidad que les es ajena) 2 • En este momento, el orden institucio-
nal ya no es válido sólo a través del recuerdo biográfico (preeminencia del
recuerdo ti individual" o ti sectorial ti): la tradición arriba al esta tu to de
necesidad (con la memoria colectiva como mediación), con la finalidad de
presentar una forma de conocer y valorar la realidad que se enfrenta a la
posibilidad de crisis.
La legitimación crea una capa de interpretaciones cognoscitivas y
normativas del orden institucional, en el afán de validar la realidad ante
sus predecesores y antagonistas. Dichas legitimaciones son aprehendidas
en el proceso de socialización (en sus fases primaria y secundaria) por los
individuos, es decir, en proceso de internalización de los significados
institucionales (BERGER; LUCKMANN, 1968: 88-90).
La transmisión de las tradiciones que legitiman a las instituciones
sociales se realiza a través de mecanismos que repiten el significado y
funcionamiento de la institución mediante fórmulas susceptibles de
aprenderse y memorizarse. Pero no todo el conjunto del conocimiento
social es relevante a todos los sectores de la sociedad ya que cada
individuo asume acervos de conocimiento diferenciados, en los cuales se
encuentran los saberes propios para cada tipo de actor. En este proceso

2
Este enfrentamiento lo observamos en dos procesos diferenciados en la historia de los partidos comunistas centroamericanos: En un primer
momento, con la necesidad de diferenciación respecto a las corrientes liberal y mutualista, en el seno de los trabajadores organizados. En una
etapa posterior, con la reafirmación de sus discursos en oposición a los anarco-sindicalistas y otros grupos "progresistas", como la corriente
influenciada por el APRA.

30
aparecen las acciones y los objetos simbólicos como elementos de
reafirmación del cuerpo de conocimientos de ciertos grupos (BERGER;
LUCKMANN, 1968: 94-95).
En el complejo de un orden institucional, los individuos, por así
decirlo, actúan. En realidad, los sujetos sociales se identifican con las
tipificaciones de comportamiento objetivadas en la sociedad. Este
fenómeno produce que el yo actuante y los otros actuantes se reconozcan,
no ya como individuos, sino como tipos. Pero estos tipos de actores no se
dan en el vacío. Por el contrario, en la realidad social las tipificaciones
aparecen en un contexto de conocimiento objetivado que es común a cierto
orden institucional. Lo que la sociología del conocimiento llama roles no
son sino los "tipos de actores en dicho contexto" (BERGER; LUCKMANN,
1968: 97).
En la realización de los roles se da la posibilidad de que las
instituciones existan como presencia real en la experiencia de los
individuos concretos. A través de los roles se ponen en juego todas las
significaciones del cúmulo de conocimiento social, gracias a la "magia"
de la praxis humana (la que dota de sentido a la realidad y, al mismo
tiempo, es delimitada por la misma -contexto sociocultural).
Asimismo, los roles tienen una función como mediadores entre
sectores específicos del cuerpo de conocimiento de un orden institucional
dado. En otras palabras, cuando los individuos "actúan" diversos roles no
sólo toman en cuenta el segmento específico del acervo de conocimiento
relativo a su rol (y las intersecciones con otros roles) sino que necesitan
manejar, de manera más o menos adecuada, la totalidad del acervo de
conocimiento del orden institucional. Es decir, manejar el conocimiento
de normas, valores, y emociones socialmente objetivados.
Es factible analizar la relación entre los roles y el acervo de

31
conocimiento desde dos perspectivas:
a) Desde la posición del orden institucional: los roles serían
representaciones y mediaciones institucionales de los conocimientos
socialmente objetivados. Y,
b) Desde la posición de los roles: cada rol conlleva (o supone) un
segmento de conocimiento socialmente definido.

La primera perspectiva afirma que "la sociedad existe sólo en cuanto


se realice en roles desempeñados por los individuos". Mientras la segunda
nos dice que "la conciencia individual se determina socialmente"
(BERGER; LUCKMANN, 1968: 88-90).
Dentro de la cada vez más compleja trama social, el conocimiento
legitimador del orden institucional no es uno sólo. Si bien existe un
universo simbólico que en última instancia dota de sentido al devenir y a
la reproducción de ese orden, con la fragmentación de la sociedad en
grupos de actores con actividades e intereses y, sobre todo, vivencias
diferenciadas, se amplía la posibilidad de surgimiento de subuniversos de
significado relativamente autónomos de aquél universo simbólico,
legitimador del conjunto del orden institucional (BERGER; LUCKMANN,
1968: 110-113).
La multiplicación de subuniversos simbólicos al interior del orden
institucional inaugura prácticas específicas que buscan mantener en tal
categoría tanto a los profanos como a los iniciados dentro del grupo.
L uckmann y Berger advierten, sin embargo, que la relación entre grupo
social y acervo de conocimiento (subuniverso simbólico) no es mecánica
sino dialéctica, ya que el conocimiento es al mismo tiempo un producto
social y un factor de cambio social. Al aumentar las diferentes visiones
parciales del mundo dentro de un orden institucional, el problema

32
fundamental será, sin duda, el problema de la legitimación de cada
subuniverso y del orden total (BERGER; LUCKMANN, 1968: 113-120)

3.
La legitimación integra los significados de procesos institucionales
dispares gracias a los nuevos significados creados en el proceso legitima-
dor. Es por esto que la legitimación, como proceso, puede ser entendida
como "la objetivación de significado de segundo orden" (BERGER;
LUCKMANN, 1968: 121). Dicho de otra manera, crea un nuevo complejo
de significados que integra a los producidos en el proceso de instituciona-
lización (o bj eti vaciones de primer orden).
La función básica del proceso de legitimación, entonces, es lograr
que las objetivaciones "de primer orden" se presenten como obj eti vamen te
disponibles y subjetivamente plausibles. La integración y la plausibilidad
subjetiva son reconocibles a dos niveles: el primero se refiere a la esfera
de la relación entre los actores sociales (básicamente, en una dimensión
intersubjetiva) mientras el segundo trata de la experiencia biográfica de
los individuos. Así, observamos:
a) En el nivel "horizontal" del proceso legitimador, el conjunto del
orden institucional aparece como dotado de sentido para los sujetos
que actúan en diversos sectores de la realidad institucional. En este
nivel la plausibilidad subjetiva nos permite reconocer un "sentido
general" que funciona como la base de nuestra ubicación en el orden
institucional. Dicho sentido, lo vivimos como la actuación de un rol
social, tanto en la relación con otros individuos que interpretan
roles, como en nuestra propia experiencia vital que nos impone la
necesidad de representar más de un rol.
b) En el nivel "vertical", la legitimación del orden institucional

33
permite que el conjunto de la vida de un individuo aparezca como
dotada de sentido, en referencia a la totalidad de este orden
institucional. En este nivel, la plausibilidad subjetiva permite el
reconocimiento de la biografía individual a través de la realización
roles, pertenecientes a etapas sucesivas, institucionalmente
prefijadas (BERGER; LUCKMANN, 1968: 120-121).

La legitimación se afirma como indispensable sólo en, por así


decirlo, una segunda fase del proceso de institucionalización. Si
tomásemos este proceso como originario nos daríamos cuenta de que en un
primer momento no es necesaria la legitimación pues la realidad "objeti-
va" se presenta como evidente por sí misma (es la realidad construida por
los miembros actuantes del grupo), por lo que no requiere de un apoyo
intersubjetivo y/o biográfico. Cuando se presenta la coyuntura de
comunicar a los predecesores el orden institucional, mediante la tradición,
es cuando surge la necesidad de legitimación. En esta situación los
recuerdos y las habituaciones de la generación Uno- a ya no son suficien-
tes para validar el orden institucional ante los ojos de la generación Dos-a
(o, en su caso, ante los posibles antagonistas: generación Uno-b o Dos-b).
La legitimación tendría dos rasgos fundamentales (o funciones, si se
prefiere): uno cognoscitivo y otro normativo:
a) Cognoscitivo porque explica el orden institucional, atribuyendo
una validez cognoscitiva a sus significados objetivos (existentes en,
por y para la sociedad). Es decir, la legitimación indica porgué las
cosas son lo gue son.
b) Normativo porque justifica el orden institucional, dotando de una
autoridad normativa a sus imperativos prácticos (creados en el
proceso de institucionalización). Es decir, la legitimación indica ILQ.I.

34
qué se debe realizar una acción y no otra (BERGER; L UCKMANN,
1968: 121).

Si bien en la realidad social la legitimación se nos presenta como un


proceso complejo e indiferenciado, es posible distinguir, a efectos
analíticos, diferentes niveles de legitimación 3 :
1) Un primer nivel es el llamado "preteórico", sobre el cual
descansan todas las demás legitimaciones. De manera poco sistemá-
tica, es lo que conocemos como "cuerpo de conocimiento de receta".
Es la suma total de "lo que todos saben" acerca del orden institucio-
nal. Este nivel de legitimación se conforma por el sistema de
objetivaciones lingüísticas de la experiencia humana. Por todo lo
anterior, decimos que este nivel es el fundamento del conocimiento
"au toeviden te", del cual parten los demás ni veles del proceso de
legitimación. Pero también es el receptáculo al que los demás
conocimientos deberán retornar, si es que pretenden incorporarse a
la tradición 4 (BERGER; LUCKMANN, 1968: 122).
2) El segundo nivel contiene proposiciones teóricas en forma
rudimentaria. Aquí encontramos esquemas explicativos que se
refieren a grupos de significados objetivos. Dichos esquemas son
eminentemente pragmáticos y tienen una relación directa con las
acciones concretas (proverbios, máximas morales, leyendas y
cuentos populares, etcétera) (BERGER; LUCKMANN, 1968: 123).

3
La fuerza de la legitimación, como lo afirma Bourdieu, se basa en el principio de presentar la relación de fuerza con el disimulo de la
misma (cfr. BOURDIEU, 1990: 241).

4
La producción del sentido común, del consenso explícito de todo un grupo, implica un trabajo de categorización pero también un inmenso
poder de creación de los grupos. Así, Bourdieu rescata y actualiza, en su perspectiva de conocimiento de lo social, la noción gramsciana que
insiste en la dimensión política de toda lucha cultural, simbólica. Por ello, nos dice Bourdieu: "el trabajo de producción y de imposición del
sentido se realiza dentro de y mediante las luchas del campo de la producción cultural (y ante todo en el interior del subcampo político)"
(BOURDIEU, 1990: 291).

35
3) El tercer nivel de legitimación contiene teorías explícitas
mediante las cuales un grupo social se legitima a través de cuerpos
de conocimiento diferenciados (subuniversos simbólicos). Proporcio-
nan marcos de referencia amplios a los diversos sectores de
comportamiento institucionalizado. Por su complejidad y alto nivel
de diferenciación, requieren de un cuerpo de especialistas para
perpetuarlas (por ejemplo, los ritos de iniciación). Con este nivel
de legitimación se abre la posibilidad de que el proceso en su
conjunto alcance tal nivel de autonomía que pueda llegar a generar
su propio proceso de institucionalización (BERGER; LUCKMANN,
1968: 123-124).
4) El cuarto, y último, nivel consiste en lo que la sociología del
conocimiento llama universos simbólicos. Éstos, son cuerpos de
tradición teórica (entendida en un sentido amplio) que integran
zonas de significado diferentes y abarcan el orden institucional en
una totalidad simbólica. Este nivel de legitimación se diferencia
radicalmente de los anteriores debido a su alejamiento de la esfera
de la aplicación pragmática. Asimismo, se distingue de los demás
niveles de legitimación por su alto grado de integración significativa
(coherencia y sistematicidad). La importancia de este nivel reside
en que puede concebirse toda experiencia humana desarrollada
dentro del universo simbólico. Es decir, todos los sectores del orden
institucional se integran en este marco de referencia general
(BERGER; LUCKMANN, 1968: 124-125).

De esta manera, el universo simbólico aparece como el ongen de


todos los significados objetivados socialmente y su bj eti vamen te reales.
Así, la sociedad histórica (en la acepción de "complejo intersubjetivo")

36
y la biografía individual son hechos que suceden dentro del universo
simbólico. En una perspectiva inversa, el universo simbólico es el
resultado de procesos de objetivación, sedimentación y acumulación del
conocimiento. Es decir, los universos simbólicos son productos sociohis-
tóricos (BERGER; LUCKMANN, 1968: 126-128).

4.
Los universos simbólicos legitiman tanto la biografía individual como el
orden institucional a través de una operación ordenadora. El universo
simbólico proporciona el orden para la aprehensión subjetiva de la
experiencia biográfica. Esto es también válido para la incorporación de
vivencias marginales (sufridas en otras esferas de realidad), ajenas a la
realidad suprema de la vida cotidiana. Ya que a ésta corresponden todas
las variaciones de comportamiento institucional y de roles, el universo
simbólico le concede la legitimación última en el orden institucional, al
presentarla como la cima de la experiencia humana. Asimismo, el universo
simbólico integra, de la manera más eficiente, los significados discrepan-
tes existentes dentro de la realidad de la vida cotidiana. Es decir, ordena
y legitima los roles cotidianos, las prioridades y los procedimientos
operativos, colocándolos en el contexto de referencia de una visión del
mundo (BERGER; LUCKMANN, 1968: 127-128).
Por otra parte, el universo simbólico dota de un orden a las diversas
fases de la biografía individual, lo que deviene en la legitimación de cada
fase biográfica como "modo de ser en el universo simbólico" (niñez,
adolescencia, juventud, madurez, vejez). Un ejemplo de esta función
legitimadora del universo simbólico es la ubicación del acontecimiento
"muerte" en la totalidad de la biografía individual. Si consideramos este
acontecimiento como el característico de las situaciones marginales de la

37
realidad de la vida cotidiana (como la locura, la enfermedad, etcétera),
podremos comprender la importancia estratégica de dotar de sentido a este
hecho de la biografía individual (en muchos casos, no el último), por
medio de la función legitimadora del universo simbólico. Cualquier
legitimación de la muerte (en cualquier weltanschauung, como serían la
atea, la católica, la comunista, la mitológica) cumple la misma función:
asimilar el deceso de los otros significativos y aceptar la propia de manera
que no suceda una paralización del proceso de rutinas de la vida cotidiana
("morir como un comunista"; "tomar el lugar junto a los dioses"; o gozar
de la "paz eterna"). En éste, como en todos los casos de vivencias
marginales de la vida cotidiana, el universo simbólico tratará de romper
los estados climáticos de angustia-depresión, mediante la legitimación de
las estructuras del orden institucional, permitiendo, así, la reproducción
social "normal" (BERGER; LUCKMANN, 1968: 129-130).
A nivel colectivo, los universos simbólicos también legitiman,
buscando el resguardo del orden institucional. Esta legitimación se realiza
por medio de la definición/nombramiento de todo lo que es real. En otros
términos, el universo simbólico asigna rangos ontológicos a diversos
fenómenos de la realidad (como, por ejemplo, "lo que es social" y "lo que
es natural"; o "los humanos" y los "no-humanos" 5 ). En este nivel
colectivo, el universo simbólico crea "la historia", ordenando los
diferentes a con tecimien tos de manera significativa, en pasado, pre sen te
y futuro 6 • De trascendental importancia resulta que el universo simbólico

dote de sentido al pasado mediante la creación de la "memoria colectiva":

5
Recordemos un ejemplo paradigmático de este fenómeno: las caracterizaciones españolas de los habitantes del continente americano. Hasta
que el grupo de especialistas lo decretó (lo explicitó, otorgándole vigencia mediante la violencia simbólica legítima) los millones de seres
humanos de estos lares accedieron a la categoría de seres humanos, elevándose de la nominación "animal".

6
Esto vale tanto para los discursos sistematizados que se reconocen como "textos históricos" como para los más prolijos, reproducidos por
el conjunto de los miembros del universo social: las diferentes versiones de la tradición oral.

38
comunidad de significados de los miembros de un orden institucional.
También, el universo simbólico establece "proyectos" que preconizan el
"futuro", entendido éste como las vías posibles y deseables de las acciones
individual es. Legitimando pasado y creando fu tu ro, el universo simbólico
aporta a los hombres una totalidad significativa en el presente, en la cual
se vincula la generación actual con antecesores y sucesores. En base a este
mecanismo, el universo simbólico permite la trascendencia de la ex is ten-
cia individual, negando la muerte y reconociendo la pertenencia a una
comunidad (orden institucional) y, más allá, al mismo universo significati-
vo (BERGER; LUCKMANN, 1968: 133-134)

5.
Llegados a este punto, podemos definir de manera un poco más clara el
sentido de nuestra indagación sobre el caso de los comunistas centroameri-
canos de la vieja guardia. Se puede afirmar que los países de la subregión
que nos incumbe (Guatemala, El Salvador y Honduras) pudieron forjar un
orden institucional relativamente coherente en el transcurso de la segunda
mitad del siglo pasado y hasta las primeras décadas de la presente
centuria.
El universo simbólico legitimador de estos órdenes institucionales,
como lo hemos mencionado y como será detallado más adelante, puede
caracterizarse como capitalista periférico de matriz liberal autoritaria.
Este orden institucional, presente a principios del siglo XX, se enfrenta
a los testimonios de grupos heréticos que ponen en duda la realidad
au toeviden te de aquél. La herejía proviene tan to de sectores conservadores
de la oligarquía (quienes recurren a tradiciones como el unionismo y la re-
afirmación del status-qua colonial, e innovan con demandas de apertura
para la participación política), como de los trabajadores urbanos que se

39
enfrentan a nuevas realidades en su reproducción material (la creciente
proletarización por la implantación de manufacturas nacionales y empresas
extranjeras) y de los grupos de las capas medias que se organizan y exigen
espacios de participación pública (casi inexistentes).
Obviamente, en este proceso de reacomodo de la dimensión sistémica
de Centroamérica jugarán su papel las visiones alterna ti vas que insertan

los grupos oligárquicos autóctonos (educados, principalmente, en Europa


y los Estados Unidos) y los administradores de las compañías extranjeras

(norteamericanos, en especial). Pero es necesario tomar en cuenta otra vía


de entrada de visiones del mundo ajenas a la hegemónica en la región: nos
referimos a los trabajadores migrantes que llegan a laborar temporal o
permanentemente a Centroamérica (mexicanos, chinos, negros, norte-
americanos, italianos, alemanes, españoles) y, fundamentalmente, a las
experiencias que tienen una gran cantidad de trabajadores nativos en sus
estancias temporales fuera de sus países (México, otros países de
Centroamérica, el Caribe o los Estados Unidos).
Este cúmulo de experiencias irán formando el caldo de cultivo para
la progresiva toma de conciencia, por parte de los trabajadores, de las
diversas posibilidades de vida, diferentes a las propuestas por el universo
simbólico hegemónico. Las teorías sociales llevadas por los inmigrantes
y los medios de comunicación (ese tercer nivel de legitimación del orden

institucional), en especial los socialismos y anarquismos de principios de


siglo, encontraron suelo fértil en el cual florecer, debido a la no-co-
rrespondencia entre la si tu ación cotidiana de los trabajadores (y sectores
medios) centroamericanos y los roles propuestos por el universo simbólico
hegemónico. Esos roles de agrupación y canalización de la participación
colectiva, para los trabajadores urbanos y los sectores medios ilustrados,
fueron las asociaciones mutualistas y los clubes políticos. Estos esquemas

40
empiezan a hacer agua en la segunda década del presente siglo, cuando
grupos de avanzada contraponen subuniversos simbólicos que ofrecen el
sindicato y el partido político como formas de agrupación y medios para
la movilización de la sociedad.

6.
El enfrentamiento del orden institucional con un universo simbólico ajeno,
a diferencia de los subuniversos nacidos al interior, una situación que
abre mayores posibilidades de engendrar testimonios contrarios, por parte
de los miembros del propio sistema institucional. Este fenómeno se basa
en que los subuniversos propios pueden ser explicados por mecanismos
legi timatorios del universo general o, en última instancia, reducidos
mediante la nominación negativa (la locura, la perversión, la margina-
ción); así, aunque 11
disonantes 11
, los conocimientos del subgrupo pueden
ser decodificados por varios mecanismos de legitimación, vigentes o
creados ex-profeso. Contrariamente, la presencia de un nuevo universo
simbólico (o cualquier otro nivel de conocimiento, perteneciente a un
orden institucional ajeno) rompe con uno de los mecanismos de legitima-
ción más profundos, mediante la experiencia empírica: deja ver que el
universo propio no es inevitable o único (rompiendo o, por lo menos,
abriendo la posibilidad de ruptura, del proceso de fetichización que
presenta a los actores el orden institucional -sus roles, sus categorías,
su conocimiento del sentido común, etcétera- como ajenos al proceso de
construcción social que los engendró).
A pesar de que el mantenimiento de los universos simbólicos sea un
proceso teórico llevado a cabo por los especialistas del orden institucio-
nal, es innegable que la mayoría de las experiencias de enfrentamiento
entre dos de ellos no se han resuelto mediante el debate de las ideas o el

41
triunfo del mejor argumento sino a través del uso de la violencia. Porque
"el enfrentamiento de universos simbólicos alternativos implica un
problema de poder [ ... ]. [Y] la cuestión de cuál de las dos [formas de
conceptualización] prevalecerá dependerá más del poder que de la
habilidad teórica de los legitimadores respectivos" (BERGER; LUCK-
MANN, 1968: 140).
Las formas de legitimación del orden institucional moderno asumen
una forma terapéutica, que en el fondo no es sino un mecanismo concep-
tual que busca el mantenimiento de los universos simbólicos a través de
la sistematización de los elementos cognitivos-evaluativos presentes en
aquél. En última instancia, la terapia y la aniquilación de los actores que
pres en tan testimonios heréticos en un orden institucional dado, tendrán
que hacerse con un acervo de conocimiento propio que contenga una teoría
de la desviación, un complejo para el diagnóstico y un sistema conceptual
para la readecuación de las desviaciones. En el caso de la aniquilación,
se lleva a cabo una legitimación basada en la negación de cualquier
fenómeno o interpretación que no cuadre en el universo simbólico
hegemónico; la expresión más radical de este mecanismo conceptual es el
exterminio físico de los "desviados", justificado mediante la aplicación
de un nivel ontológico (y, por lo tanto, cognitivo-evaluativo) inferior a
quien opuso datos extraños al saber hegemónico (BERGER; LUCKMANN,
1968: 140-148).
Esos subgrupos que proporcionan testimonios alternativos al
conocimiento legítimo del orden institucional, en muchas ocasiones ligan
su definición de la realidad a un interés concreto de poder. Esta relación
entre una definición particular de la realidad y la lucha por construir (o
mantener) una hegemonía dentro de un orden institucional es lo que se
conoce, en la sociología del conocimiento, como ideología (BERGER;

42
L UCKMANN, 1968: 157). Una de las funciones básicas de la ideología es
crear solidaridades alrededor de un proyecto político y, cuando dicha
visión de la realidad es recuperada por un actor colectivo, se realiza un
proceso de transformación (selección, adición e innovación) del cuerpo
ideológico original. La adopción de una ideología por un actor social,
como afirman Luckmann y Berger, "no se basa forzosamente en sus
elementos teóricos intrínsecos, sino que puede surgir de un encuentro
casual" (196 8: 15 8). Por lo tan to, podemos afirmar que la fusión entre un
subuniverso específico y una ideología determinada no necesariamente
encuentra su explicación en las condiciones materiales de un actor
colectivo, correspondientes a su situación dentro de la esfera sistémica de
su reproducción. Las posibles inconexiones entre ciertos segmentos
cognoscitivo-normativos de la ideología innovadora y las condiciones del
subgrupo receptor no implican mayor problema, antes bien "en una
ideología pueden existir grandes elementos que no tienen mayor relación
con los intereses legitimados, pero que el grupo 'portador' sostiene con
vigor sencillamente porque está comprometido con la ideología" (BER-
GER; LUCKMANN, 1968: 159). La coherencia global de estos elementos
aparentemente contradictorios será objeto de la función legitimadora del
subuniverso simbólico, el cual está encargado de la construcción de una
visión coherente de la realidad y de su tradición, en el camino de la
búsqueda de la hegemonía en el orden institucional general.
Los intelectuales, como expertos en la función legitimadora, proveen
explicaciones teóricas para el mantenimiento del universo simbólico y,
con él, del orden institucional vigente. Pero existen también intelectuales
que asumen una perspectiva divergente dentro de la sociedad y, algunos,
buscan el sustento societal para la realización o el mantenimiento de la
realidad que proponen para el conjunto de la sociedad. Las ideologías

43
revolucionarias asumen un papel fundamental en la creación de procesos
sociales que luchan por la hegemonía dentro del orden institucional. Ya
que "los subuni versos requieren sub sociedades como bases de obj eti-
vación, y las contradefiniciones de la realidad requieren contrasocieda-
des", el fortalecimiento de la ideología revolucionaria dependerá de su
grado de masividad al interior de los diferentes subgrupos de la sociedad
(BERGER; LUCKMANN, 1968: 162).
Las definiciones de la realidad crean realidades gracias a su
cualidad de au tocumplimien to. La anticipación de mundos posibles, a
través del discurso político, es la forma privilegiada mediante la cual el
telas de la acción social actúa como punto de referencia para la creación
de realidades socioculturales alterna ti vas 7 (BERG ER; L UCKMANN, 1968:
163).

7.
Un proceso especialmente importante en la creación de nuevos subgrupos,
y su correspondiente caudal de conocimiento, es el proceso de in ternaliza-

ción de los significados sociales. La in ternalización, como proceso global,


puede entenderse en dos fases principales: la socialización primaria y la
socialización secundaria.
En los primeros años de su vida, el individuo experimenta la
aprehensión e interpretación subjetiva de hechos cargados institucional-
mente de significación, a través del lenguaje. En esta fase, la internaliza-
ción es el proceso mediante el cual el individuo asume el marco sociocul-
tural en el que nace, comprendiendo tanto a sus semejantes como al

'Desde Weber, el te/os ya no sería el resultado de un proceso sino una representación de la causa, de forma que los actores sociales, al
marcarse un objetivo, un fin para sus acciones, dotan de sentido a su propia acción; en otras palabras, el telos viene a ocupar la función de un
motivo más, de una causa. Asimismo, la causa deja de ser sustancia, única detenninaciónde los fenómenos, y toma el sentido de "constelación"
de condiciones que probablemente producirán un fenómeno.

44
conjunto de la realidad como social y significativa (BERGER; LUCK-
MANN, 1968: 165).
Esta apertura al mundo sociocultural en la primera infancia es la
socialización primaria, definida como "la inducción amplia y coherente de
un individuo en el mundo objetivo de una sociedad o de un sector de él"
(BERGER; LUCKMANN, 1968: 166). Mediante la socialización primaria,
el niño interioriza el complejo del orden institucional y los saberes
específicos para desenvolverse en él 8 ; pero, principalmente, interioriza
las coordenadas del mundo social a través de los roles que, al abstraerse
junto a las actitudes de los otros, generan el concepto subjetivo del otro
generalizado mediante el cual el individuo percibe a sus semejantes.
En esta etapa del desarrollo individual se fijan los elementos
identificatorios básicos, gracias a la identificación generalizada de los
otros significativos y de la propia auto-identificación. Hasta esa etapa de
la socialización no se presentan problemas de identificación debido a la
imposición social de los referentes que determinan la autopercepción como
actor individual (BERGER; LUCKMANN, 1968: 169-170).
El proceso mediante el cual se internalizan los acervos de conoci-
miento específicos de sub grupos institucionales es la llamada socialización
secundaria. Es un mecanismo de internalización de campos semánticos
circunscritos dentro del universo simbólico hegemónico (y aún ajenos a
éste), que con tienen esquemas interpretativo-moti vacionales y saberes de
rutina, necesarios para la actuación de los roles del submundo institucio-
nal (BERGER; LUCKMANN, 1968: 175). Naturalmente, los procesos de
socialización secundaria se construyen sobre el yo y el mundo formados
en la fase primaria, lo que hará necesarios mecanismos rituales y

"Es pertinente recordar que, a través del lenguaje (en la socialización primaria como cenit del proceso), el actor interioriza esquemas
cognoscitivos, normativos y afectivos, necesarios para su "correcta" reproducción social.

45
materiales de reafirmación para la transformación "exitosa" del acervo de
conocimiento del actor socializado en cuestión.
El mantenimiento del acento de realidad en los submundos institucio-
nales se basa, primordialmente, en el diálogo entre actores sociales,
quienes a su vez se perciben como otros significativos. Asimismo, los
actores utilizan el medio del lenguaje para mantener la vigencia de esa
realidad en el mundo de la vida cotidiana. Las relaciones que se constru-
yen en los procesos de socialización secundaria (en el diálogo entre
actores que escenifican roles institucionales) man tienen, modifican y
reconstruyen su realidad subjetiva. Por esto, la identidad de los actores
sociales se enfrenta con múltiples coyunturas favorables al cambio que la
hacen, de suyo, inestable. La precariedad de la identidad subjetiva se basa
en que:
a) Depende de la relación con "otros significantes" que varían o
desaparecen. Y
b) Por la existencia de realidades marginales respecto a la realidad
de la vida cotidiana.

Podemos reconocer, a nivel colectivo, tipos de identidades que se


forman en el proceso de objetivación. La emergencia de tipos de
identidades asumidas por un actor colectivo, tiene su fundamento "en la
existencia de estructuras sociales históricas" que generan dichos tipos
11
reconocibles en casos individuales 11
• (BERGER; L UCKMANN, 1968:
216).
La identidad social es la construcción que permite a los individuos
el autorreconocimiento como actores inmersos en un complejo institucio-
nal; por ello, la identidad es ante todo intersubjetiva e histórica. En la
identidad subjetiva se relacionan los niveles del organismo, la conciencia

46
"individual" y la estructura social, enmarcando (vivencialmente para los
actores) la acción individual y colectiva que mantendrá, modificará o
transformará el orden institucional; en suma, los procesos de internaliza-
ción, externalización y objetivación que construyen la realidad social, son
realizados por los actores sociales gracias a un bagaje de conocimiento
específico que se actualiza constantemente bajo el prisma de la identidad.
Así, la autopercepción de los sujetos sociales (individuales y colectivos)
juega un papel importante en la configuración de los marcos para la
acción, actualizando constantemente el conocimiento del mundo para su
puesta en práctica.

8.
Una vez establecido el marco interpretativo mediante el cual hemos
realizado nuestra investigación, podemos explicar la estructura de la
exposición.
En primera instancia, narraremos el proceso de construcción del
contexto en el que actuaron los comunistas centroamericanos, entre 1922
y 1934. La exposición se centrará en tres elementos: 1) La explicación
general del contexto sistémico (Estado y mercado); 2) La caracterización
de los principales movimientos de trabajadores centroamericanos,
entendidos como el contexto de acción inmediata de las vanguardias
políticas; 3) El desarrollo de los principales elementos del universo
simbólico hegemónico en las tres naciones que estudiamos, haciéndose
énfasis en las contradicciones existentes entre subuniversos e ideologías
alternativas y el orden institucional vigente. Esta narración está contenida
en los comentarios historiográficos (ver El dilema del istmo 1850-1921,
1922-1926, 1927-1931 y 1932-1934).
En segundo lugar, se desarrolla la narración de los hitos de la III

47
Internacional y, en especial, de aquellos relevantes para América Latina
(recordemos, concebida dentro de lo que la COMINTERN llamó "Orien-
te"). Esta sección busca centrarse en la reconstrucción de las actividades
de los militantes comunistas centroamericanos, a la luz de una visión
regional que incluya los territorios de Guatemala, El Salvador y Hondu-
ras. Este recorte espacial se justifica tanto por la dinámica propia de los
comunistas centroamericanos (quienes no tuvieron una acción significativa
dentro del período de estudio en Panamá, Nicaragua, Belice, ni Costa
Rica), como por las interrelaciones de las historias políticas de aquellas
tres naciones. En resumen, trataremos en este apartado de centrarnos en
la acción de una de las vanguardias políticas centroamericanas, cuyas
actividades son expuestas muy superficialmente en los primeros comenta-
rios historiográficos de carácter general (ver, Los partidos comunistas de
centroamérica 1922-1934).
Por último, el hilo conductor de todo el trabajo será una narración
construida a partir de discursos testimoniales 9 de comunistas centroameri-
canos, y de algunos otros que, sin ser originarios de esa región, participa-
ron de alguna manera en la trama de esa historia. La narración se
desarrolla en la forma de un contrapunto que enfrenta diversas voces,
abocadas a la reconstrucción histórica desde la posición particular que
ocuparon en los acontecimientos. Obviamente, los enfoques de los testigos
están sesgados por las experiencias vividas entre el acontecimiento
narrado y el momento de la externalización del testimonio. Sin embargo,
creemos fundamental la presentación de los testimonios para acercarnos
a la posibilidad de interpretación del acervo de conocimiento y tipo de

9
Renato Prada define el discurso-testimonio como "un mensaje verbal en primera persona, preferentemente escrito para su divulgación
editorial aunque su origen primario y estricto sea oral, cuya intención explícita es la de brindar una prueba, justificación o comprobación de la
certeza o verdad de un hecho social previo a un interlocutor, interpretación garantizada por el emisor del discurso al declararse actor o testigo
(mediato o inmediato) de Jos acontecimientos que narra.". (PRADA OROPEZA, 1989: 443).

48
identidad subjetiva que marcaron las decisiones para las acciones de los
comunistas, entre lo dado y lo posible, dentro del orden institucional que
les tocó vivir. Asumiendo la hipótesis de Renato Prada (19 89: 441), en el
sentido de que no hay discurso testimonial "sin un compromiso previo del
emisor del discurso con una concepción o interpretación más amplia,
general del mundo, por una parte; y, por otra, todo discurso testimonial
es siempre explícitamente referencial y pretende un valor de verdad -dice
su (la) verdad-, [intencionalidad] que lo motiva en cuanto discurso",
podemos encontrar en la narración testimonial que presentamos, la visión
de los propios actores respecto a: 1) Los procesos de socialización
primaria (como centroamericanos) y secundaria (como comunistas); 2) Las
formas, de por sí contradictorias, de engarce con el universo simbólico
hegemónico, dentro del orden institucional de referencia; 3) Las formas
de construcción, tanto de un suborden institucional, como de su respectivo
subuni verso simbólico; 4) El proceso de refuncionalización de un discurso
alternativo en la perspectiva de la acción política (la ideología bolchevi-
que); 5) Las periodificaciones del continuum temporal; y, 6) Las formas
concretas de creación de la base social para la objetivación de su
definición social (la construcción de los actores sociales que harían
efectivas sus anticipaciones, cristalizadas en el discurso político).
En última instancia, cabe reconocer el origen primario de la
información aquí vertida. La tradición oral reproduce, principalmente,
una imagen de la identidad de los actores. Tal vez no se encuentre en ella
la precisión en los datos que pudiéramos esperar en una fuente de otro
origen. Pero, como afirma Hans Magnus Enzesberger (1975: 22) "las
ambiguas opalescencias de la tradición oral, su colectivo parpadeo, emana
del movimiento dialéctico de la historia. Es la expresión estética de sus
antagonismos".

49
PRIMER PASAJE TESTIMONIAL

* Entrada

Nací el 17 de febrero de 1899, en Ahuachapán, El Salvador. Mi familia


podría considerarse pequeño burguesa. Fuimos mamá, papá y cinco
hermanos: cuatro varones y una hembrita. Éramos, en este orden, Miguel
Ángel, Enrique, Marco Antonio, Rigo berto y Fidelina.
[Miguel Ángel Vásquez]

Vine yo al mundo en Ilopango, departamento de San Salvador, República


de El Salvador, el día 4 de julio de 1905, día de Santa Bárbara, y, Dios
me perdone, de la Independencia de los Estados Unidos de Norteamérica.
A los ocho días de nacido, todavía con el ombligo jocotudo, mi madre fue
a presentarme a la abuela, para ver si se enternecía con mi carita y con mi
llanto. Pero el problema fue además que yo era bastante feo y dicen que
llanto de feo no da lástima sino cólera y como mi madre insistiera en
seguir callando el nombre de mi padre, a pesar de los reclamos hechos a
grandes gritos y con un leño en el aire por mi abuela; pasó, como dice el
tango, lo que tenía que pasar, es decir, que mi abuela nos echó de nuevo
muchísimo al carajo.
[Miguel Mármol 1: 21]

Nací en San Salvador, República de El Salvador, a fines del siglo pasado.


Habiendo quedado huérfana de madre a los dos años de edad, transcurrie-
ron los primeros años de mi vida al lado de mi recordada abuela materna,
Dolores Palacios viuda de Barrientos.
[ Graciela A. García 1: 15]

51
Nací el 1 O de mayo de 1902. Hijo de campesinos neos, originario del
municipio de Villa Nueva en el departamento de Amatitlán (llamado así en
aquélla época), en la República de Guatemala. Mi padre, como campesino
rico, llevó una vida desordenada, procreando con mi madre a otros tres
hermanos mfos: María, Víctor, Vicente y Justo Rufino -el menor-. Los
tres fallecieron aún niños sobreviviendo yo; Guillermo Sánchez se llamaba
mi padre y Marcos Obando mi madre. Desde que mi madre resultó embara-
zada, mi abuela, a la usanza conservadora, arrojó a mi progenitora de la
casa, pretextando rígidos preceptos de moral y religión, por la falta de
matrimonio. Así las cosas, nací en el alero de un rancho pajizo, cuyo
dueño llamado Gregorio, nos otorgó albergue. Al habitar diferentes casas
con mi madre, crecí careciendo del cariño y los afectos del padre de ella.
[Antonio Obando Sánchez l]

* Familia. Los orígenes

Nosotros los comunistas hemos creído que la célula fundamental de la


sociedad es el hogar. Y que esta célula debe estar rescatada de todo, ¡todo
lo malo!. Creemos que en el hogar, hombre y mujer, deben ser lo mismo,
deben quererse por igual y regalarle todo esto a los hijos: que los hijos
vean en sus padres honradez, resignación, amor, ¡cariño!. Todo eso hace
que el hijo también sea de esa manera.
[Miguel Mármol 2]

Mi padre fue una persona muy lectora y practicaba la francmasonería. Fue


una gran influencia en mi vida. Se llamaba Enrique Vásquez Gutiérrez y
se ganaba la vida ejerciendo el magisterio en el Colegio de Varones de
Ahuachapán. Era liberal, con espíritu rebelde, ¡antigobiernista!, y estaba
en contra de la dictadura, que durante mi infancia se representaba en la

52
persona de los Meléndez 1 • Por eso mi padre apoyaba a Palomo 2 , también
liberal. Papá era de Nicaragua, parece que de Masaya, y tuvo una familia
que militó en el Partido Liberal. Él era el tercero de los hermanos: el
mayor era el general Nicasio Vásquez, quien fue Secretario de Guerra del
general José Santos Zelaya 3 , el famoso presiden te nicaragüense. Además
de Nicasio, recuerdo que mi padre hablaba de Cayetano ... y de otras
mujeres de las que no recuerdo los nombres.
Mamá se llamaba María de Jesús Eguizábal Valdivieso. Era pequeña,
delgada y morena. Era salvadoreña, de la villa de Ataco, departamento de
Ahuachapán, donde habitaban los indígenas pipiles. Sin embargo, mi
madre no tenía ascendencia pipil. Era hija de español. .. ¡Eran gente rica
los Valdivieso!. El abuelo, Salomón Eguizábal, era un vasco que murió
por las cosas tan brutas que se le ocurrían, porque una vez que iba por el
camino se le atascó la carreta, ¡y él solo, se encargó de sacarla del
lodazal!. Naturalmente, murió del esfuerzo.
[Miguel Ángel Vásquez]

Dámaso Sánchez se llamaba mi abuelo quien según fui creciendo y de


acuerdo con mis fuerzas, me enseñó innumerables cosas. Sin saber leer ni
escribir, poseía gran inteligencia que desarrollaba en pláticas y charlas,
tan vivas y activas, que me dejaban profundamente anonadado y confundi-
do.
Mi madre no supo -no quiso- leer ni escribir. Era, pues, analfabe-
ta. Pero esa analfabeta me relataba esto:

1
La llamada dinastía de los Meléndez-Quiñónez, fue la consecución de gobiernos salvadoreños, encabezados por familiares directos, que se
mantuvo en el poder desde febrero de 1913 (primer gobierno de Carlos Meléndez) hasta principios de 1927 (tercer y último, período de Alfonso
Quiñónez Molina).

2
Se refiere al doctor Miguel García Palomo, candidato antioligárquico independiente. Ver: DALTON, 1983: 42 y ss.

'Caudillo liberal nicaragüense. Accede al poder en 1893, mismo año en que se le nombra presidente. Permanece en el cargo hasta 1909,
fecha en la que sale al exilio por presiones norteamericanas, tras una reelección. "El general Zelaya gobierna a Nicaragua por dieciséis años,
durante los cuales logra medidas de progreso y consolidación nacional[ ... ]. Participaba ardorosamente de la ideología de que el progreso sólo
podría lograrse por medio del capitalismo mundial en expansión" (RAMÍREZ, 1988: 10-11).

53
-Cuando yo era joven, sin pensar tenerte a vos, me
decía a mí misma: "si algún día tengo un hijo,
lucharé sin descanso porque logre ser un «algo»;
que sepa leer, escribir y a la vez domine un oficio
o una profesión". ¿Sabés por qué?, pues porque no
deseo que padezcás ...

Y remarcaba la palabra:
- . . . padezcás como padecen mis hermanos, pu-
driéndose de soldados rasos en los cuarteles.

Muchas veces al castigarme me decía: "Si el castigo te educa, soy


buena maestra". En fin, ella sin saber nada de alta o baja política, aquella
mujer en su plenitud de madre, sembró desde mi infancia los gérmenes
nobles del trabajo creador y la paz. Y para asombro, también sembró en
mí el antimilitarismo.
[Antonio Obando Sánchez 1: 13-14]

Mi padre, José Bernardino Amaya, fue un liberal convencido. No profesó


la religión católica, ni ninguna otra. Rechazó la clerecía. Su actuación,
como la de todos los hombres de su tiempo, estuvo normada por las ideas
y principios del liberalismo, doctrina que como es sabido fue en el siglo
pasado la ideología preponderante.
Mi madre, Dolores Barrientos de Amaya, fue maestra y trabajó en
el Colegio de doña Agustina Charvín. Siempre oí en casa que mi madre se
distinguió de sus hermanas por su seriedad, su cordura, su energía.
Mi abuela gozaba de una situación bastante desahogada y fue así
como en los primeros años de mi juventud viví en la opulencia, en gran
residencia.
Mi buen padre dispuso que nos marchásemos de San Salvador a

54
Tegucigalpa, capital de la República de Honduras, en el año de 1915.
[Graciela A. García 1: 16-17]

Yo vine a averiguar que Eugenio Chicas era mi padre cuando yo andaba


por los ocho años. Él era por entonces alcalde de Ilopango y era a su vez
hijo del famoso Chico Chicas; lo que sí mi padre fue un irresponsable
absoluto con los hijos que tuvo fuera del matrimonio. Que fuimos muchos.
Mi papá, sin aparecer como tal sino simplemente como alcalde de
Ilopango, me hizo nombrar mayordomo de mi barrio en las Fiestas
Patronales, lo cual era una dignidad reservada a muchachos mayores o a
los hombres. Yo desempeñé mi cargo en la procesión principal con una
seriedad extraordinaria y al verme mi papá en aquella actitud se impresio-
nó mucho y muy favorablemente. Esa noche se metió unos tragos de guaro
y les confesó a sus amigos que yo era su hijo. La noticia circuló por todo
Ilopango ...
[Miguel Mármol 1: 26]

Mamá era lo que le llaman allá señora de casa y dirigía a las criadas: la
cocinera y una "criada de adentro". La "de adentro" se encargaba de
arreglar las camas, de barrer y, en fin, de hacer toda la casa. A las dos
mi madre las trataba muy bien, con un trato respetuoso.
Hubo un momento en el que a ella se le cargó mucho el trabajo
porque mi padre aceptó internos en el colegio, y se iban a comer a la casa
como abonados. En realidad, no había ningún problema con que fuera toda
la muchachada a mi casa ya que, aunque humilde, la casa era bastante
amplia para toda la familia y contaba con todas las comodidades: ¡había
luz eléctrica, agua corriente, fosa séptica y el piso de ladrillo!
[Miguel Ángel Vásquez]

55
Yo procedo de una familia o, dij éramos, de una sangre bastan te indígena:
origen náhuatl-tolteca. Mi madre era una señora muy hermosa, muy bien
parecida, con una cabellera bellísima que tenía. Ojos amarillos, bondadosa
como nadie ... ¡Fue una bondad!, fue un amor. Con toda la gente fue muy
humana.
Pero su padre era español, español criollo. Se llamaba Perfecto
Mármol. Mi abuela, la madre de ella, era bastante indígena: ¡altiva!, ¡muy
lista!, ¡muy altiva en todo!. Y mi padre era bastante indígena, tanto que
le decían "El indio Eugenio". Y su padre más, mucho más indio que él,
más indígena.
Lo único que lamento es que ellos no hayan ya hablado náhuatl. No
domino para nada el náhuatl sino que nada más el español. Pero todo el
mundo me pregunta que a qué se debe mi reciedumbre ... ¡les admira mi
actividad!, y yo podría asegurar que esa gran actividad se debe a mi
sangre indígena.
[Miguel Mármol 2]

Mi vocación por las luchas libertarias podría expresarse por memoria


ancestral, por una herencia de mis antepasados, ya que mi abuelo por vía
materna, general y doctor Felipe Barrientos, fue un gran luchador por la
libertad y autonomía de Centro América.
De los descendientes de nuestro abuelo varios se han destacado como
luchadores. Cabe citar a sus nietos José Luis Barrientos (uno de los
primeros divulgadores de las ideas socialistas en Centroamérica,
incansable luchador que murió asesinado por los esbirros de Lázaro
Chacón el 1° junio de 1930); a Fernando Antonio Santamaría (luchador en
actividades sindicales desde su adolescencia); y a mi propio hermano F.
Armando Amaya (militante en organizaciones socialistas de los Estados
Unidos y Honduras; estas últimas lo eligen, por unanimidad, representante
del Partido Comunista de Honduras ante los partidos de Francia y la Unión

56
Soviética).
[Graciela A. García 1: 14]

Por eso es que los pobres resultamos tan cuerudos, digo yo. Porque comer
tortillas cuando uno está de pecho lo deja listo para comer hasta piedras,
si es necesario, el resto de la vida. La vida era muchísimo más grave para
mi mamá que para mí, sin embargo, porque no era yo su único problema.
Ella tenía otras dos muchachitas, sólo que de otro papá, que ya estaban
por entrar en edad escolar cuando yo nací. Esta realidad hogareña hizo
que mi madre me tuviera que abandonar bien pronto. Yo me quedaba en
casa con mis hermanitas Pilar y Cordelia, que me cuidaban y me alimen-
taban pese a su corta edad, y mi madre comenzó a trabajar en el transporte
de tabaco de Ilopango a San Salvador, cargando grandes pacas sobre sus
espaldas. Hacía dos viajes por día, lo que equivale a un recorrido de
cuarenta kilómetros, la mitad con un gran peso encima. En veces hacía
hasta tres vi aj es porque el salario apenas alcanzaba para comer. De
calzado y de ropa, ni hablar. Todos andábamos descalzos y harapientos,
según me ha contado mi mamá.
Uno de los primeros acercamientos de mi abuela con mi madre
después de la expulsión del hogar fue con el pretexto de que mis
hermanitas y yo asistiéramos a las clases de doctrina cristiana que ella
daba en su casa, a las seis de la tarde, a todos los niños de Ilopango. Mi
abuelita hablaba entonces tremendamente sobre el Juicio Final, sobre los
ángeles que van a bajar del cielo con sus trompetas, etcétera. Pero
también recuerdo que ella insistía en que todos los hombres son iguales
ante Dios y que ningún ser humano se debe arrodillar ni humillar ante
otro.
[Miguel Mármol 1: 22-23]

57
* Infancia-juventud. Primeros ensayos del futuro

Nos otros los comunistas, la primera generación de comunistas, provenía-


mos de hogares como el mío: donde los padres eran un modelo. Donde el
hijo era el espejo del hogar. Respondía a sus padres. Esto era así tanto
desde el más humilde, más sencillo, como el más culto, el más civilizado
de los camaradas nuestros. Era tan bueno como lo fue el compañero Agus-
tín Farabundo Martí que llegó a ser un hombre ilustre. Pero también Martí
provenía de estas familias sanas, dijéramos, con personalidad.
Una de las cuestiones, necesarias de aclarar, es el caso de Agustín
Farabundo Martí. Era un muchacho que sus padres tenían dinero,
¡suficiente!. Ellos consiguieron ponerlo en la universidad, cuando sólo era
para los hijos de muy ricos. Sin embargo, ese muchacho tuvo una entrega
total en la ideología marxista-leninista.
Del tipo de él fueron muchos de todos aquellos dirigentes. Tenían
esa característica: apasionados y románticos en la lucha: a tal grado que
no pudieron los vicios con nosotros.
El mismo Farabundo fue liberado de las faldas. Él le hacía cariños
a las compañeras como el hermano mayor, pero nada de amoríos, nada de
esa cuestión. Fue muy puro en ese sentido.
[Miguel Mármol 2]

De niño, pasaron muchas cosas pero no de todas me acuerdo, no todas te


marcan ... Sin embargo, ¡sí, hubo una que no se me olvida!. Mi padre
estaba siempre junto a la oposición del gobierno y había un caudillo
nacional que luchaba por el cambio de esos gobiernos tiránicos: era
abogado. Este caudillo, obviamente, vivía perseguido. Me recuerdo de una
noche que me desperté y en mi cama había otra persona durmiendo junto.
Entonces, no dije nada. Pero al día siguiente le pregunté a mi padre:
-¿Quién era el señor de anoche?
-Era el doctor Alfaro.

58
¡El doctor Prudencio Al faro! ¡Y es que en todo el pueblo había
mucho "alfarismo" ! . Supe yo una vez, saliendo del colegio, que Alfaro
estaba hospedado en un hotel de la ciudad, entonces, al salir de las horas
de clase, sin decirle nada a nadie, ¡me fui a visitarlo!. Al principio él no
me quería abrir, pero vio que, sin duda, ¡era un muchacho el que tocaba!.
Entonces me abrió y me preguntó que qué quería, que quién era yo:
-¿Quién es tu padre?
-Enrique Vásquez.
-¡Ah!, ¡eres hijo de don Enrique Vásquez!. Pues,
mucho gusto ... Y, dígame usted, jovencito, ¿en
qué le puedo servir?
-Sólo vine a verlo ... ¡quería conocerlo!

Como a los dos días de eso me llamó mi padre:


-¿Es cierto que fuiste a visitar al doctor Prudencio
Al faro?
-Sí. ..
-¿¡¡Pero cómo has hecho eso!!? ¿No sabes que es
un hombre que está en contra del gobierno, que
está perseguido?
-Sí, por eso fui: ¡porque me interesaba conocerlo!
-¡Está bien ... andate!
[Miguel Ángel Vásquez]

Era muy sonado el nombre de don Prudencio Alfaro, político liberal


verdaderamente legendario, siempre en las filas de la oposición al
gobierno, capaz de salir de todas las emboscadas que le tendían sus
enemigos, a base de una gran capacidad para disfrazarse y maniobrar.
[Miguel Mármol 1: 42]

59
Nosotros éramos clase media, pequeña burguesía, y nuestros amigos eran
gen te de esa clase. Por lo regular, como mi madre era de ascendencia
social alta, venían de cafetaleros, me relacionaba yo con la gente alta ...
¡Caray, todos mis amigos eran burgueses!. Vivíamos, precisamente, frente
al parque Concordia: el principal de Ah uachapán.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Muy pronto los tres hermanos tuvimos que dejar la escuela para dedicar-
nos a trabajar para subsistir. Yo tenía once años y apenas había comenza-
do a estudiar el cuarto año de primaria. Entré a trabajar en calidad de
aprendiz en un grupo de pescadores que me usaban de sirviente para todo
y que me pagaban en especie: dos o tres pescados después de una faena
que duraba toda la noche.
[Miguel Mármol 1: 28]

Desde los cinco años de edad, de manera personal instaba a mamá a


enviarme a la escuela. No pocas veces, y con permiso de ella, el tío
Tiburcio me llevaba a su aula. De tal suerte me familiaricé con el estudio
y al final de cuentas, cuando tenía 6 años, inicié el primer grado, allá por
1908; el sexto año lo cursé en 1913. Con aplicación logré "sobresaliente"
que mi madre ocultó para no envanecerme.
[Antonio Obando Sánchez 1: 14-15]

Quien me guiaba en mis edades era mi madre: según mi edad ella me


trataba. Y así ella me aconsejaba. En aquél tiempo, el conservadurismo
de los pueblos era mucho. De manera que, cuando yo llegué a la pubertad,
ella me aconsejaba no andar parando a las amiguitas en la esquina, en lo
oscuro, ni andarles apretando las manitas, manoseándolas. Me decía:

60
-Eso es indecente, eso no es de hombres. ¡Eso es
de hombres canallas!. De manera de que usted
respete a sus amiguitas.

Y como así fue, a mí me sobraban las amigas. ¡Hasta que por las
fiestas, yo era el joven más buscado!. Esto acarreaba celos en los demás
jóvenes: egoísmo, enemistad.
[Miguel Mármol 2]

Fue en el Colegio Particular "Las Mercedes" donde estudié la primaria,


pasando luego a la Normal de Maestras, donde recibí el título de Maestra
de Educación Primaria de Primera Clase.
Como es sabido, el estudio de nuestras escuelas es de tipo dogmáti-
co, memorista, dando como resultado un conocimiento abstracto, alejado
de la realidad y de la vida social. La enseñanza es muy rudimentaria.
[Graciela A. García 1: 17]

Después de pasar por el parvulario, el kindergarten, ingresé en el Colegio


de Varones de San Salvador, como entre los diez y los doce años. Allí
alcancé el tercer grado de bachiller y como a los quince me fui a la ciudad
de Guatemala para matricularme en calidad de interno dentro del Instituto
Nacional de Varones.
Esa vez sólo alcancé el cuarto año de bachiller. .. Y es que, en las
vacaciones de fin de curso, regresé a El Salvador de visita. Yo estaba en
Ah uachapán muy qui ta do de la pena, ¡cuando sucedió el temblor que
destruyó gran parte de Guatemala!
[Miguel Ángel Vásquez]

El 24 y 25 de diciembre de 1917 son fechas fatales. La capital bailó el

61
tango como decían los bromistas de la época. Las ruinas que tales
movimientos dejaron en la Ciudad de Guatemala pudieron inspirar a poetas
y compositores. Surgieron melodías como "Noche de Luna entre Escom-
bros", el vals de "Carmela" y "Las Pelonas", que se pusieron en boga
rápidamente.
[Antonio Obando Sánchez 1: 21]

* La lucha contra los Meléndez-Quiñónez


El Salvador

Si la memoria no me falla, ése fue el de finales de 191 7. Naturalmente,


la tragedia me impide regresar a estudiar a Guatemala que quedó
semidestruida. Por esto el quinto año de bachiller lo hago en San
Salvador.
Me quedo a seguir los estudios de bachillerato pero viene en esa
época la lucha política entre los Quiñónez-Molina y el doctor Palomo ...
¡Es cuando mi padre se hace palomista, y yo también!.
[Miguel Ángel Vásquez]

La situación en todo el país era de una miseria terrible, agravada con la


reciente gran ruina de 1917, que destruyó San Salvador y mató a mucha
gente. Otra calamidad era que ya se había entronizado en el poder la
maldita dinastía de los Meléndez-Quiñónez.
[Miguel Mármol 1: 29]

62
* Iniciando los oficios

Mi madre por aquellas fechas estaba ya agotada por sus tres viajes
semanales a la capital adonde acudía para vender su "cigarro doblador o
de tuza", con sus "machos" o pinoles, que ambos elaborábamos, tras
recorrer cuatro leguas hasta la venta, en mi compañía, cargando con una
o dos gallinas y las espaldas ocupadas. Nos desesperaba esa vida cruel y
endurecida que servía únicamente para sacar unos "pesitos", moneda
circulan te entonces. Así, decidimos abandonar Villa Nueva y creyendo
alcanzar la gloria, nos dirigimos a la capital, ignorando la dureza de la
vida en la ciudad.
[Antonio Obando S ánchez 1: 16]

Cuando abandoné la Guardia Nacional -ahora me subleva haber sido


cholero de un guardia-, mi madre se propuso hacer los máximos
sacrificios para ponerme a aprender un oficio digno. Ella siempre quiso
impedir que yo trabajara en el campo porque los maltratos que se recibían
por parte de patrones y capataces eran tremendos, sobre todo si uno no
tenía ni siquiera un pedacito de tierra, como era nuestro caso.
Tratamos de que se admitiera en la Escuela Normal, pero los gastos
de aperaje eran imposibles de cumplir por nuestro nivel económico.
Después estuve a punto de aprender el oficio de telegrafista pero
también por ese rumbo fallaron nuestros esfuerzos. Finalmente escogí ser
zapatero, oficio que gozaba de mucho prestigio y que al mismo tiempo era
bastan te productivo. Inicié mi aprendizaje en Ilopango, en los pequeños
talleres locales, pero pronto me di cuenta de que allí no iba a progresar
mucho y que necesitaba ir a San Salvador para iniciarme en un taller de
gruesa producción, donde se practicaran los más nuevos secretos del
oficio.
[Miguel Mármol 1: 38]

63
En realidad, yo quería aprender un oficio -m1 sueño era estudiar algo
como carpintero o ebanista-, esa era mi obsesión.
Un día ofreciendo pasteles en la barbería de don Vitalino Guerra, me
encontré con don Moisés de León Letona, a la sazón tenedor de libros.
Expuse mis deseos de trabajar en "algo" y emprender una "nueva vida".
El señor de León Letona me propuso trabajo, consistente en cuidar a su
hijo Víctor Miguel, barrer, trapear, regar las flores y realizar "manda-
dos". Acepté de inmediato y me convertí de vendedor callejero en
sirviente, cuida niños y barrendero. Era el año 1915. En esa servidumbre,
donde comprobé la dureza desentrañada del amo, viví dos años; durmiendo
poco, trabajando de las cinco de la mañana a las doce de la noche, conocí
de cerca la triste explotación.
[Antonio Obando Sánchez 1: 17]

En Tegucigalpa, ca pi tal de la República de Honduras, contraje matrimonio


con Jo sé García Lardizábal, el año de 1916, estableciendo un hogar de
amorosa y comprensiva relación.
Desde mi llegada a Tegucigalpa lo conocí. Nos tratamos más de un
año y tanto los padres de él como mi familia reaccionaron favorablemente
ante nuestra proyectada unión.
[Graciela A. García: 18]

Cuando tenía 15 años, justamente en mayo de 1917, estaba lustrando los


zapatos del señor Letona, le dije:
-Don Moisés, yo pi en so retirarme de su servicio,
pues lo que gano no me alcanza. Deseo ganar 60
pesos por lo menos, pues quiero calzarme, vestir
mejor, usar corbata y mi mayor deseo es aprender
un oficio, pues juntos con mi madre queremos
hacer realidad eso de ser "algo", aprendiendo un

64
oficio o estudiando algo de provecho.
-Obando -me contestó- ¿cuál es el oficio que
más te gusta?

Rápidamente respondí que carpintero. A los pocos días, llamándome,


me dijo:
-Obando, desde mañana trabajarás por las tardes
de aprendiz en la mueblería y carpintería de don
Rafael Sotomayor; le hablé por ti y aceptó tu
ingreso, sin ganar salario alguno con él, pero yo
te aumentaré 30 pesos más de salario. Seguirás
vi viendo con nosotros y, como antes, al tan to de
tus quehaceres.
[Antonio Obando Sánchez 1: 19]

* Primeras experiencias contestatarias

Desde El Salvador también se pudo observar que la Primera Guerra


11
Mundial dio tres períodos: el período de reconstrucción, 1918-1923 11
; el
11 11
período del florecimiento económico, 1923-192 8 ; y el "período de crisis
de superproducción capitalista, 1929-1933 11

[Miguel Mármol 2]

A principios de siglo, entre los campesinos, no hubo organización


ninguna. Hubo violencia de los campesinos y hubo progresos que
operaron: casos que el campesino le volaba la mano al juez o al que había
firmado la expropiación ... pero eran actos anárquicos, no había una cosa
organizada.
De manera que las organizaciones, la clase trabajadora, empieza a

65
organizarse como tal, como clase contra clase, en 1919.
En El Salvador, como los demás países de Centroamérica, se dieron
mucho las asociaciones mutualistas: asociaciones que llevaban el nombre
de "obrero" pero que no lo eran porque eran dirigidas por patronos
artesanos.
[Miguel Mármol 2]

En la República de Honduras, tierra del indómito Lempira y del ilustre


caudillo centroamericano general Francisco Morazán, ya en el año 1890
existieron organizaciones de carácter mutualista, entre ellas "La
Democracia", cuyos objetivos fueron el ahorro, la ayuda mutua y la
promoción de la cultura.
Esta organización tuvo por varios años una escuela nocturna de
adultos, con su edificio propio y su caja de ahorros. Fueron sus fundado-
res Miguel A. García, arquitecto; Antonio Turcios, zapatero; Tiburcio
Acosta, sastre; Juan Galindo, talabartero; Antonio Urquía y Policarpo
Acosta, carpinteros; y otros muchos apreciables ciudadanos. Director de
la escuela fue el historiador hondureño Félix Salgado.
[ Graciela A. García: 82]

Los mutualistas hacían escuelas y bibliotecas: trataban de culturizar al


obrero. Pero no eran propiamente organizaciones obreras sino patronales.
De esas hay más de cincuenta organizaciones hasta hoy. Sobreviven y
tienen sus raíces.
Han sido ricas las asociaciones mutualistas en cuanto a experiencias:
la asociación "Porvenir de Obreros" en Santa Ana, Ahuachapán, Chalate-
nango: en todas partes ... Además, la Gerardo Barrios, y, ¡bu eh!, ¡hay más
de cincuenta agrupaciones de este tipo!: tienen su local propio, tienen su
desarrollo propio, y controlaban a los llamados aprendices.
Hoy muchos hablan de que el movimiento obrero surge de las

66
mutualidades, y no están tan acertados porque el movimiento obrero surge
en el período de 1919, desligado de esas asociaciones, muy aparte.
[Miguel Mármol 2]

* Agitación palomista
El Salvador

En las elecciones de 1918-19 el candidato popular había sido el doctor


Miguel García Palomo, un prestigiado profesional de corte liberal. Pero
la dinastía Meléndez-Quiñónez derrotó al doctor Palomo, imponiendo el
triunfo dictatorial a punta de fusil, con el terror más salvaje.
[Miguel Mármol 1: 42]

Ser palo mista era ser antigobiernista, ¡estar contra el despotismo!, y


terminar con esa cadena que había venido de presidentes electos por el
anterior, porque casi todos eran gobiernos despóticos ...
Por aquellas épocas se vivía una situación política candente, debido
a las elecciones para Presidente de la República. En esos días, ocupaba la
presidencia de El Salvador don Carlos Meléndez. Los contendientes eran
Alfonso Quiñónez Malina y el doctor Tomás García Palomo. El primero
era el bueno del presidente, mientras que Palomo era la figura anti-
gobiernista, ¡era lo único que había de opción, un médico famoso, de la
alta burguesía!, ¡una verdadera figura popular!.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Palomista era: ... ¡bueno! entonces no había la palabra "revolucionario",


nada de eso. Enemigo del gobierno, sí. Los palomistas, los del partido de
Palomo eran enemigos del gobierno. ¡Así se les trataba!. Así se les

67
miraba: ¡en los pueblos era terrible la persecución de los palomistas!.
Si quisiéramos ponerles un nombre, los palomistas eran liberales ...
más o menos. Sí me di cuenta que hubo esa opresión, esa fuerza. ¡Las
elecciones se hicieron en base a la fuerza del partido oficial! del así
llamado Partido Democrático, de Quiñónez Molina.
[Miguel Mármol 2]

Todo el país se dividió entre palomistas y gobiernistas, y el Instituto


Nacional de Varones de San Salvador, donde estudiaba, no fue la
excepción: ¡también existían grupos a favor de uno y del otro!. El grupo
palomista elaboraba y distribuía el periódico Verbo Estudiantil 4 que tenía
funciones de propaganda, principalmente. Yo contaba entonces con algo
así como dieciocho años y vivía en San Salvador con mi hermano Enrique,
gracias a una pensión de mi padre. Me toca participar en la edición del
11
Verbo Estudiantil 11

En realidad, las elecciones para dirigir la revista, ¡se hicieron desde


arriba!. No hubo elecciones verdaderas -desde abajo-: a mí me
nombraron un grupo de estudiantes que funcionaban desde antes como
dirección. Ellos dijeron, cuando se acordó sacar un periódico: 11
¿quiénes
lo van a dirigir? 11
• Hubo discusiones y estaban algunos en contra de que
fuera un solo director:
-Mejor que sean tres los directores, ¡y que repre-
senten a las tres partes de El Salvador!: Occiden-
te, Centro y Oriente.

A mí me eligen por el Occidente, por Ahuachapán. Un poeta, Juan


Coto, por el Centro y por el Oriente otro que no me recuerdo del nombre.
En el palomismo estudiantil estaba también Miguel Ángel Espino, un poeta

4
Miguel Ángel debe referirse al periódico Opinión Estudiantil. La falta absoluta de referencias a una publicación llamada Verbo Esiudiantil,
junto con las fechas y lugares que se mencionan, nos llevan a concluir que el cambio de nombre se debe a un "desliz" de la memoria de Miguel
Ángel, no exento de una similaridad interesante.

68
muy bueno que después fue casi siempre gobiernista, siempre estuvo con
sueldos en el gobierno. Juan Coto fue siempre más liberal en ese sentido,
no perteneció al gobierno, ¡y tuvo que salir de El Salvador, por la misma
cuestión del palomismo!.
Quedé en la dirección del periódico ¡a saber por qué!, tal vez porque
nunca fui un mal estudiante, y es posible que los muchachos dirigentes lo
hayan tomado en cuenta. Este grupo del periódico salió del núcleo
palomista, nos habíamos reunido pura gente partidaria del doctor Palomo.
¡Aunque fuéramos bachilleres, nos reuníamos a trabajar políticamente!
[Miguel Ángel Vásquez]

El apaleo y el destierro fueron las armas principales que prepararon el


resultado de las urnas. Pero hubo también muertos y heridos y presos y
torturados. Por cierto que la cantidad de salvadoreños que desde aquella
época emigraron a los demás países centroamericanos -especialmente a
Honduras y a México- huyendo de la represión gobiernista, fue enorme.
[Miguel Mármol 1: 42]

Casi la mayoría de la gente palomista tuvo que salir del país, como Juan
Coto. Desde el "Verbo Estudiantil" se hacían ataques a la preferencia
presidencial descarada, de recursos económicos, a favor de Quiñónez
Molina. Por esta actividad soy llamado a comparecer a la Dirección de
Policía, en donde se me ordena:
-Deben cesar los ataques al presidente. Si no ¡se
tomarán las medidas necesarias!.

Los ataques continuaron, ¡qué caray!, y nuevamente soy citado. Se


me informó que desde ese momento tenía la ciudad de San Salvador como
única residencia: "Arraigado en la capital". Debía presentarme una vez
por semana a la Dirección de Policía, pero como la situación de nuestras

69
actividades no paraba -¡faltaba más!-, la vigilancia se estrechó más y
más.
[Miguel Ángel Vásq uez]

En un período de cinco años hubo en El Salvador sublevaciones. Fueron


de 1918 a 1922, tiempo de muchos alzamientos en el ejército: la Escuela
Politécnica, la Escuela de Cabos y Sargentos, el Sexto Regimiento de
Artillería y otros cuerpos que se sublevaron contra el gobierno de
Meléndez. Y ahí se su pone andaba el poder inglés. Es decir, que estaban
alzados y ayudados por los ingleses, debido a que los Meléndez-Quiñónez
impusieron su política y el préstamo de diez y seis millones de dólares.
Hubo una lucha interimperialista. Por un lado, los ingleses que no
querían ser derrotados del Salvador y, por el otro, los americanos a
derrotarlos. Ambos tenían influencias en unos y otros sectores de la
burguesía o de las capas medias. Los ingleses las podían entre las capas
medias: las podían y eran fuertes.
Pero al llegar el empréstito de Estados Unidos, el dólar, penetraban
más los norteamericanos y barrían ¡y así fue!. Quedó el Estado debiendo
nomás de un millón de libras esterlinas. De treintitrés millones de colones
que debía, quedó debiendo nomás un millón de libras esterlinas.
¡Y, bien que sí!: ¡la candidatura del doctor García Palomo respondía
a las inquietudes del sector nacionalista!. ¡Apoyado del pueblo!. El pueblo
quería otro "Mesías". No se hablaba de cambios estructurales pero se
hablaba de cambios políticos, de un gobernante. Porque el pueblo era
caudillista.
El pueblo esperaba un hombre que trajera prosperidad al país.
¡Libertad, sobre todo!. Porque los Meléndez-Quiñónez fueron tiranos,
déspotas. Para entonces, yo tenía catorce años y ya soy aprendiz de
zapatería.
[Miguel Mármol 2]

70
Cuando arrecia la presión en contra mía, ya decretándome arraigado a la
capital, decido salir como sea del país ¡Era insoportable la presión! Yo ya
tenía un pasaporte, que conseguí cuando fui a estudiar el inicio del
bachillerato a Guatemala ... y eso fue lo que me sirvió, porque averiguo
que va a pasar un buque por el puerto de Acajutla, el más cercano a
Guatemala, y me traslado para allá. Cuando ellos se dan cuenta, ¡ya estaba
dentro del buque!. Me entero del buque por la prensa ya que, cuando deci-
dí que tenía que salirme ¡si no me iba a ir muy mal!, comencé a ver
periódicos y vi que pasaría ese barco. Inmediatamente le mando decir a mi
padre que urgía mi salida del país ... ¡y voy rumbo a Guatemala!
[Miguel Ángel Vásquez]

* La Guatemala de Estrada Cabrera

En 189 8, después del asesinato del general Jo sé María Reyna Barrios -el
entonces Presidente de la República-, tomó el mando ejecutivo el
licenciado Manuel Estrada Cabrera, quien malgobernó Guatemala y en
compañía de "generalotes" oprimió, encarceló, persiguió expatrió y
traicionó a la patria, hipotecando y vendiendo nuestras riquezas del suelo
y subsuelo a las potencias extranjeras, iniciando la desgracia de Guatema-
la.
Estrada Cabrera se hizo reelegir por espacio de 4 períodos por una
Asamblea Legislativa sumisa y obediente. La corte Suprema de Justicia
también era incondicional y en esa situación Guatemala era una cárcel
enorme a cuya cabeza, como carcelero mayor, estaba el "Benemérito de
la Patria". El panorama de nuestro país era pavoroso, inclusive el sostén
de la misma, que era el ejército, vivía dividido: por un lado -en medio
de riquezas, la opulencia y prebendas- se encontraban los generales y
mandos, mientras que los soldados rasos vivían harapientos, piojosos, mal

71
vestidos y despreciados, deambulando por las calles en busca de alimen-
tos, pordioseando en los mercados y extrayendo hasta cáscaras de fruta en
los basureros.
[Antonio Obando Sánchez 1: 25-26]

Una semana después de la segunda llamada policial llegué a Guatemala.


Escogí ese país por la cercanía y por la imagen de centro político y
cultural con la que contaba ... ¡por lo menos respecto a Honduras!.
Entonces se daba la dictadura de Manuel Estrada Cabrera, y se empezaba
a hablar de la Revolución Rusa y de Lenin. Conocí median te pláticas en
esos años a luchadores de México ... de aquel entonces recuerdo el nombre
de ese Herón Proal. Esto debió de haber sido a principios de los años
veinte en la ciudad de Guatemala: tendría alrededor de diecinueve años.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Guatemala siempre ha tenido la mejor categoría dentro de Centroamérica.


Tanto, que hasta costumbres de europeos las hay ahí.
Tenía también la categoría porque fue Ca pi ta nía General del Reino,
y es ahí donde llegó a vivir más gente extranjera, que en El Salvador por
ejemplo. El clima sabroso, rico ... y así Guatemala es muy visitada, por
su geografía preciosa.
Era visitada incluso por gente que pudo haber introducido literatura
revolucionaria, porque había demasiado comunismo en Guatemala. Eso era
uno de los hechos más positivos: que es donde más se hablaba de
comunismo; en Guatemala, antes que en El Salvador.
[Miguel Mármol 2]

72
Uno de mis objetivos en Guatemala era terminar el bachillerato en el
mismo Instituto Nacional de Varones, donde ya había estado antes del
terremoto del 17. A sí es que busqué una pensión barata y empecé a
gestionar mi ingreso. Necesitaba un tutor y le escribí a mi padre para
comunicárselo; él, a su vez, se dirige epistolarmente a la señora viuda de
Villafaña, una salvadoreña radicada en la ciudad de Guatemala, quien
tenía buenas relaciones con el dictador. La señora acepta de buena gana
ser la tutora responsable y así me es posible proseguir con mis estudios.
[Miguel Ángel Vásquez]

Los liberales y los conservadores no eran partidos modernos, no ... Los


liberales eran gen te más despierta, más desarrollada. Porque el liberalis-
mo llegó con la clase obrera moderna, revolucionaria; todavía nuestros
primeros líderes lo eran, es decir, tenían tinte liberal.
[Miguel Mármol 2]

Durante los exámenes finales, llegan mi hermano Marco Antonio y papá


a Guatemala: él como emigrado político. Mi padre llega como al mes de
que muere mi otro hermano, Enrique, de fiebre tifoidea. Terminé mis
estudios de bachillerato y me inscribí en la Facultad de Derecho de la
Universidad de San Carlos de Guatemala, entre 1919 y 1920. Se podría
decir que el estado de la Universidad era la de un centro político opacado.
En la Universidad, conocí a Miguel Ángel Asturias; a José Luis
Balcárcel, un muchacho muy inteligente y muy querido de todos los
compañeros; a Alfredo Valle Calvo, un poeta y empleado del aparato
judicial como secretario de una Sala de Apelaciones; a Antonio Cruz,
quien, por las vueltas que da la vida, será mi defensor doce años después;
a Rafael Castellanos, que llegará a ser diputado pro-gobiernista; a

73
Francisco Sartí, entonces otro diputado gobiernista,; al periodista
Clemente Marroquín Rojas, gen te de derecha.
Miguel Ángel Asturias era alto, de perfil maya, inteligente y en ese
tiempo aún no se daba a conocer como escritor; con él, nos reuníamos a
charlar en los tiempos libres.
[Miguel Ángel Vásq uez]

74
SEGUNDO COMENTARIO

EL DILEMA DEL ISTMO


1850-1921

o.
El istmo centroamericano puede entenderse como el territorio comprendido
entre el actual Panamá, al sur, y Guatemala y Belice, al norte. Sin
embargo, la primera división que aparece al interior de esta región es la
que sus propios habitantes reclaman: la exclusión de la antigua colonia
británica de Belice (aún hoy reclamada por un sector significativo de
guatemaltecos como parte de su territorio) y Panamá, que pasó de ser
parte de Colombia a convertirse en semicolonia norteamericana. Así,
históricamente, Centroamérica ha abarcado tradicionalmente cinco
repúblicas: Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica.
Sin lugar a dudas, la mayor cercanía cultural y política dentro de los
cinco países se da entre hondureños, salvadoreños y guatemaltecos. Sin
caer en determinismos geográficos, pero comprendiendo el gran peso que
en el pasado, y hasta el presente, ha jugado la división de los pueblos
centroamericanos por los accidentes orográficos, podemos observar cierta
diferenciación entre los tres países septentrionales y las repúblicas de
Nicaragua y Costa Rica.
Guatemala presenta regiones claramente delimitadas en geografía,
clima, actividad económica y hasta composición étnica. En la costa
atlántica se encuentran grupos significativos de origen racial africano, los
cuales fueron producto de migraciones caribeñas hacia esa región; junto
a ellos domina la población mestiza y multirracial, producto del fuerte

75
flujo demográfico provocado por la actividad portuaria de cara al Caribe;
el clima cálido de trópico húmedo fue aprovechado para los cultivos a los
que es propicio, entre los cuales destaca el plátano (banano). En la parte
norte de Guatemala se encuentra la inmensa selva del Quiché, en la cual
habitan pequeñas comunidades indígenas de raíz étnica maya; la explota-
ción primordial de esta zona ha sido la silvícola. En las regiones del
altiplano central, están distribuidas la mayoría de las etnias indígenas
guatemaltecas, agrupadas en pequeñas aldeas y unas cuantas poblaciones
que funcionan como centros político-administrativos y comerciales de los
departamentos; es ahí donde se dan los cultivos de los granos y legumbres
básicas de la alimentación nacional, junto a las grandes fincas cafetaleras.
En la costa del pacífico, domina la población mestiza, junto a ciertos
grupos de diverso origen étnico (chinos, por ejemplo), los cuales se
dedican primordialmente a las diferentes etapas de la producción
azucarera, al cultivo del algodón y otros productos agrícolas de menor
importancia. Por último, podemos observar un gran centro urbano del
país, lugar demográfico eminentemente mestizo y criollo, que es la ciudad
de Guatemala; ahí, la administración nacional, los servicios públicos
(incluida la educación formal) y el gran comercio, se mezclan con las
pocas industrias (principalmente dedicadas a la fabricación de bienes de
consumo y/o intermedios), existentes en el país.
El Salvador es el país más densamente poblado de Centroamérica.
Su territorio es el único de la región que no cuenta con una salida a los
dos océanos. Tanto su población como su orografía son menos polarizadas
que los demás países. La composición étnica de El Salvador es mayorita-
riamente mestiza y el único grupo de origen mesoamericano existen te son
los pipiles (de raíz nahua), quienes sobreviven apenas en el occidente del
país (frontera con Guatemala). La orografía de El Salvador se destaca por

76
su elevación pronunciada en casi todo su territorio, lo que favorece el
cultivo del café y los tradicionales productos de la dieta mesoamericana
(maíz, frijol y ciertas verduras). A pesar de su corto tamaño, los
salvadoreños hablan de occidente, centro (o la capital) y oriente, cuando
se refieren a su territorio.
Honduras, como Guatemala, está claramente dividido geográfica y
demográficamen te en regiones claramente diferenciadas. Lo que los
hondureños llaman costa norte es el gran litoral que se extiende a las
orillas del océano Atlántico y que va desde la región de la mosquitia
(frontera con Nicaragua) hasta las márgenes del río Motagua (frontera con
Guatemala); en la costa norte, debido a su clima del trópico húmedo
propio del Caribe, se estableció la explotación del banano y otras activi-
dades menores relacionadas con su transporte y exportación. La otra mitad
del país es la zona sur, dominada por la ca pi tal: Tegucigalpa. En la costa
norte se nota la presencia de grupos étnicos muy diversos, originarios de
las migraciones del Caribe (negros, principalmente), mientras que en el
resto del país domina el elemento mestizo hispano-indígena.
En cuanto a las dimensiones y composición de las poblaciones de los
tres países, no contamos sino con datos poco precisos. Por ejemplo,
sabemos que Guatemala tenía, para 1921, poco más de dos millones de
habitan tes, y que la población indígena, según el censo de 18 80,
representaba el 68.9% del total (TARACENA ARRIOLA, 1982: 25 y 63).
En cuanto a El Salvador, sólo sabemos que la población estimada para
1932 es de apenas un millón de habitantes, con la ya mencionada mayoría
absoluta de la población mestiza. Para Honduras no contamos con datos
confiables a este respecto.

77
l.
Desde la mitad del siglo XIX, la región centroamericana experimentó
transformaciones radicales en su estructura socioeconómica bajo el
impulso de la llamada reforma liberal. El paso de provincias coloniales
circunscritas a la Capitanía General de Guatemala, a Estados-nación se
realizó conforme a un proyecto modernizador dependiente, marcado por
un fuerte tinte anticlerical y autoritario, bajo la influencia del polo he-
gemónico capitalista inglés en decadencia.
Las estrategias de desarrollo nacional en Guatemala, El Salvador y
Honduras, son incomprensibles si ignoráramos el papel que jugaron como
surtidores de productos agrícolas al mercado internacional. El café
(Guatemala y El Salvador) y el banano (Honduras y Guatemala) serían las
llaves de entrada al circuito del capitalismo decimonónico.
Para el último cuarto del siglo XIX y en los primeros años del XX,
el centro hegemónico mundial del capitalismo se desplaza de Inglaterra a
los Estados Unidos. Dentro de la estrategia de desarrollo de la nueva po-
tencia, una vez terminado en lo esencial su crecimiento geográfico, se
hacía necesaria una nueva etapa: la de creación de los mecanismos de
explotación de las economías periféricas. Así, Centroamérica y el Caribe
experimentarían los efectos de la avasalladora empresa norteamericana en
los albores del siglo XX: las economías de enclave, el monopolio del
comercio y el soj uzgamien to descarnado del trabajador colectivo a través
de regímenes vernáculos sumisos o la intervención militar directa; en
síntesis, la caída al estadio de repúblicas bananeras.
En general, la subregión Guatemala-El Salvador-Honduras, se
caracterizó, en estos primeros años del siglo XX, por:
a) su estructura económica dependiente: un modelo estructural
condicionado por la producción agroexportadora, en función de las

78
necesidades del mercado internacional.
b) la herencia colonial: mano de obra indígena, grandes fincas de
producción de bienes de exportación, oligarquía criolla, débil y
reducida clase de trabajadores urbanos, débil burocracia profe-
sional.
c) una clase política reducida, inmersa en las pugnas decimonónicas
entre liberales y conservadores; expropiadora de los derechos
cívicos de la mayoría de la población.
d) organizaciones gremiales y mutualistas, como formas de agrupa-
ción de los trabajadores.
e) las dictaduras liberales, como palancas de la acumulación
originaria, mantenedoras de la disciplina de la fuerza de trabajo y
responsables de la inserción de sus economías al mercado mundial.

2. GUATEMALA
La revolución liberal que inició en 1871 en Guatemala tuvo como principal
dirigente al caudillo Justo Rufino Barrios (1873-1885 1 ). Este movimiento
significó para Guatemala (como para los demás países que tratamos) un
impulso nacional a la renovación económica y societal de una sociedad
determinada en la raíz por la herencia colonial.
Es en 1875, cuando comienza la entrada masiva del capital inter-
nacional en forma de inversiones en el sector agrícola de exportación, en
especial en los cultivos del añil y del café. El crecimiento de la produc-
ción capitalista en el campo estuvo definido por un modelo de especializa-
ción dependiente del comercio exterior, modelo que tuvo su correlato
societal en la transformación de los actores sociales guatemaltecos; junto

'Las fechas entre paréntesis, después del nombre de un gobernante, significan el período en el que se mantiene en el poder.

79
a las figuras del mozo-colono, sujeto de por vida a la tierra, del peón-
migrante, obligado al trabajo en plantaciones mediante la coerción
extraeconómica, del artesanado, y del terrateniente-propietario, encon-
tramos nuevos actores, como el trabajador asalariado de las plantaciones,
las pequeñas manufacturas y las contadas fábricas existentes, así como los
empleados de la infraestructura de servicios (TORRES RIVAS, 1990:
139).
Se debe resaltar el papel fundamental que en la historia de Guatema-
la juega Manuel Estrada Cabrera, quien se mantuvo como dictador de 1898
a 1920, definiendo los rasgos esenciales del país en los albores del siglo
XX. Continuador de la tradición autoritaria de sus antecesores gobernan-
tes guatemaltecos, Estrada Cabrera es la figura que sintetiza el prototipo
del caudillo liberal 2 , quien apoya la creación de la economía exportadora
mediante una gran oferta de tierra (gracias a la expropiación de tierras
indígenas, ejidales y comunitarias) y una de mano de obra dócil y barata
(indígenas movilizados por el Reglamento de Jornaleros, que obligaba al
trabajo mediante el traslado violento del altiplano a las haciendas
cafetaleras).
Dentro de la oligarquía exportadora guatemalteca se produce una
verdadera ruptura, entre el sector de origen alemán y el sector nacional.
Los primeros fueron ejemplo de productividad, con las haciendas más efi-
cientes de Centroamérica, contando con apoyo del gran ca pi tal comercial
y financiero de Hamburgo y Bremen; para 1913, en 170 haciendas modelo,
producían el 39 % de la cosecha exportable de café; además, se carac-
terizaron por el monopolio del beneficio moderno del grano y la expor-
tación del mismo. En contrapartida, el sector llamado nacional basó su

2
Ver: ASTURIAS, 1975.

80
desarrollo en la servidumbre y la explotación del trabajo forzoso; en 1913
producían el 61 % de la cosecha exportable, pero en base a las labores de
1657 haciendas. Mientras que los alemanes se abstuvieron de la par-
ticipación activa en la sociedad política (sosteniendo, sin embargo,
acuerdos directos de protección con el dictador), el sector nacional
promovía su monopolio del poder público mediante el apoyo a las
múltiples reelecciones de Estrada Cabrera.
En los primeros años del siglo XX, el capital norteamericano amplía
su penetración masiva, mediante las tres compañías que marcará el rumbo
de la economía y sociedad guatemaltecas: la United Fruit Company (UF-
CO), la International Railways of Central Ame rica (IRCA), y la Electric
Bond and Share Company. Este auténtico pulpo político-económico
norteamericano llegaría a controlar los transportes marítimos y terrestres,
las comunicaciones (eléctricas, telegráficas y telefónicas), las instalacio-
nes portuarias y las iniciativas políticas y económicas de Guatemala,
desde entonces (BALCÁRCEL, 1985: 10).
La intensificación de la influencia norteamericana se llevaría a cabo
durante el gobierno de Estrada Cabrera, quien prácticamente entregaría
la economía y el país a la UFCO. El resultado de esta alianza sería la
creación de lo que se conoce como enclave bananero 3 , y el fortalecimien-
to del gobierno cabrerista, en su papel de administrador del control y el
orden necesarios para la reproducción del capital oligárquico y, sobre
todo, tran snacional.
Como resultado de la acción del régimen estradacabrerista, se
conformó una fracción oligárquica, en base a una alianza entre un sector

3
EI enclave bananero es un complejo económico de matriz extranjera, dedicado a la explotación intensiva y orgánica del cultivo. Las
compañías dueñas de los enclaves se insertaron en zonas semi (o totalmente) despobladas, donde impusieron sus condiciones de trabajo y
disciplina territorial al margen de la política y economía de la nación receptora. En la mayoría de los casos, el enclave fue el espacio privilegiado
de las relaciones capitalistas de producción en un contexto dominado por las relaciones precapitalistas.

81
de los productores agroexportadores tradicionales y algunos miembros de
la burocracia estatal y militar. Esta facción pro norteamericana de las
capas dominantes vendría a sumarse a la conservadora (pro inglesa, que
podría tener su expresión política protagónica hasta el derrocamiento del
dictador, como Partido Unionista) y a la de origen alemán, la cual se
mantuvo al margen de las disputas entre liberales y conservadores.
De esta forma, la especial estructura de poder estradacabrerista se
iría conformando: en la base, los campesinos e indígenas (mayoría
abrumadora de la población), ajenos a cualquier participación; más arriba,
la pequeña burguesía urbana formada por artesanos y burócratas, los
cuales se debatirían entre el rechazo soterrado a la dictadura y el apoyo
descarado a ella; como mediación para el control político, el ejército, la
policía y los grupos políticos burocráticos aglutinados en el Partido
Liberal; y el Señor Presidente en la cúspide (TORRES RIVAS, 1990:
144).

3. EL SALVADOR
El Salvador tiene como principal producto de exportación al café, desde
que en 1875 desplaza al añil en este sentido. Desde 1845, se promulgan
leyes y se llevan a cabo medidas de hecho para "liberar" la tierra
(comunal y ejidal) y la fuerza de trabajo de los campesinos e indígenas
que la cultivan, así como para impulsar la cafeticultura. De esta forma,
se inserta a la economía salvadoreña en el mercado mundial y se crea la
capa oligárquica que Edelberto Torres Rivas denomina "el grupo de la
burguesía rural más poderoso de Centroamérica" (citado en SALAZAR
VALIENTE, 1990: 88).
La diferencia fundamental entre El Salvador y los demás países
centroamericanos será la inexistencia de enclaves económicos y de

82
intervenciones militares en su territorio. Opuesto al sentido de la política
de Estrada Cabrera en Guatemala, el gobierno de Manuel Enrique Araujo
(1911-1913), buscará la hegemonía, no a través del apoyo norteamericano,
sino mediante una política proteccionista de la oligarquía tradicional,
medidas populares (indemnizaciones por accidentes de trabajo, abolición
de la prisión por deudas, etcétera), la coptación de líderes populares, el
impulso tecnológico a la producción agrícola (junto con su di versifica-
ción) y una posición contraria al intervencionismo de Estados Unidos en
la región (en especial la invasión de 1912 a Nicaragua) (MENJÍV AR
LARÍN, 1985: 67).
Sin embargo, el gobierno de Araujo terminará con su asesinato, y
con el inicio de la llamada "dinastía Meléndez-Quiñónez" que se
mantendrá en el poder desde 1913 hasta 1928 (aunque su proyecto se
alargará en el mandato presidencial de Pío Romero Bosque: 192 8-1931).
Las características principales del proyecto dinástico fueron la orientación
de una nueva oligarquía hacia el beneficio del café (cierre del dominio del
proceso), la di versificación de la producción (cultivo de henequén,
algodón y la industria textil) y, principalmente, el acceso a créditos
ofrecidos por los Estados Unidos y la apertura del país a las empresas de
comunicaciones norteamericanas. Es como El Salvador se convierte en
zona de in f1 uencia de la nueva potencia, abandonando la protección
inglesa y desplazando a la vieja oligarquía en la dirección de la política
nacional (MENJÍV AR LARÍN, 19 85: 6 8).
Las políticas de la Dinastía Meléndez-Quiñónez crearon un nuevo
sector pro norteamericano de las capas dominantes de la sociedad,
enfrentadas al proyecto tradicional de desarrollo interno basado en el
proteccionismo y el apoyo financiero del imperio inglés. En el caso
salvadoreño, como en el guatemalteco, la fracción pro inglesa de la

83
oligarquía criolla estuvo representada por los conservadores quienes, al
oponerse a la hegemonía norteamericana en el subcontinente como vía para
el desarrollo económico, utilizaron la propuesta de un crecimiento de la
economía en base al capital vernáculo como centro de sus reivindicaciones
políticas.

4. HONDURAS
Desde la época de la Colonia y hasta el último cuarto del siglo XIX,
Honduras mantuvo el papel de proveedor de Centroamérica en lo que se
refiere a la carne, algunos productos agrícolas (cacao, añil, grana,
cochinilla, café y caña), pero sobre todo abasteció a la región (y al
mercado mundial) de plata. La reforma liberal no hizo sino eficientar
dichas tareas, resal tan do la modernización del proceso productivo y la
inyección de capital internacional a la minería.
Los caudillos liberales Ramón Sosa y Marco A urelio Soto (1876-
18 83), educados en el reformismo liberal de Guatemala, llevarían a cabo
la experiencia que en ese país impulsaron Justo Rufino Barrios, Reyna
Barrios y Estrada Cabrera. Siendo presidente de la República, Soto
llevaría a cabo los movimientos necesarios para inaugurar el primer
enclave de Honduras, al impulsar (como socio y principal animador
nativo) la fundación y funcionamiento de la New York and Honduras
Rosario Mining Company, empresa que controlaría, para 1888, el 45% de
las exportaciones nacionales (MEZA, 19 85: 12 9-130).
Sin embargo, hasta la llegada de las compañías bananeras nor-
teamericanas a la costa norte Honduras no moldearía su perfil económico
y lograría su inserción total al mercado mundial. Con una amplia disponi-
bilidad de recursos económicos y una tecnología industrial arrolladora
(transporte refrigerado, ferrocarriles, control de muelles), las empresas

84
norteamericanas relegarán a un segundo término a los productores
nacionales independientes que desde mediados del siglo XIX cultivaban el
banano (MOLINA CHOCANO, 1990: 223-224).
Esta estructura económica de exportación primaria y las políticas del
Estado provocaron, no sólo un reducido desarrollo del sector manufac-
turero, un raquítico sector agrícola de subsistencia y el impacto brutal de
los enclaves norteamericanos, sino también "la existencia de pequeñas
microoligarq uías regionales más que una clase dominan te nacional"
(MEZA, 19 85: 129), inmersas en disputas locales, las cuales tomaron el
rostro, en la arena pública, de los dos partidos tradicionales: el Conser-
vador y el Liberal.
En el caso hondureño se observó no la contraposición de proyectos
nacionales disímbolos, como en Guatemala y El Salvador, sino las luchas
intestinas por imponer el dominio en el débil aparato estatal, bajo la
sombra de los enclaves bananeros norteamericanos. La diferencia
liberales-conservadores de Honduras reflejó más las pugnas entre los
sectores oligárquicos regionales (costa norte-resto del país, incluida
Tegucigalpa) que entre estrategias de desarrollo nacional diferentes.

5.
En este escenario se empiezan a preparar los festejos del centenario de la
independencia centroamericana. De 1920 a 1922, los países de la región
vivieron la agitación de los trabajos para la formación de una República
Federal Centroamericana. Fallido in ten to que venía a recuperar varios
otros similares anteriores, tuvo como punto culminante la firma de la
Constitución Política de la República de Centroamérica por los delegados
de Guatemala, Honduras, El Salvador y Costa Rica, en la llamada
Asamblea Constituyente reunida en San José de Costa Rica, el 21 de enero

85
de 1921 (BALCÁRCEL, 1985: 20 y TARACENA ARRIOLA, 1984: 83).
A causa de la guerra por problemas limítrofes entre Costa Rica y
Panamá (impulsada por el gobierno nicaragüense) los delegados del país
anfitrión de la reunión de enero, no firmaron la ratificación de la
Constitución, en junio de ese mismo año (TARACENA ARRIOLA, 1984:
83).
El intento unionista puede entenderse s1 regresamos un poco en el
tiempo, al mes de abril de 1920, precisamente en Guatemala. Dada la
precaria situación económica 4 , la opresión generalizada y la falta de
espacios políticos en el país, estalla una insurrección popular para
derrocar al dictador Manuel Estrada Cabrera: la semana trágica de abril.
Los conservadores, que desde 1919 actuaban bajo el nombre de Partido
Unionista, movilizaron no sólo al bloque de la oligarquía que permanecía
fuera del círculo del poder, sino que, además, pudieron reclutar a los
dueños de los talleres artesanales, quienes a su vez sirvieron como puente
para sumar a los trabajadores urbanos, la mayoría artesanos. Cabe
destacar que en la lucha antidictatorial tuvieron un papel protagónico los
trabajadores reunidos en la Liga Obrera (rebautizada como Liga Obrera
Unionista: LOU), cuyos dirigentes provenían de la asociación mutualista
Comité Patriótico de Obreros.
Después de que el poder legislativo declarara demente al dictador,
tras una lucha armada que costó más de 2 mil vidas, el Partido Unionista
(léase grupos de terratenientes conservadores, comerciantes, profesionales
y clero) designa presiden te al terrateniente azucarero Carlos Herrera,
quien tendrá un breve gobierno (8/abril/1920-5/diciembre-1920) durante
el cual se respetarán las libertades (BALCÁRCEL, 1985: 16-18 y TORRES

4
La crisis económica ligada a la Primera Guerra Mundial tuvo un efecto negativo en los precios del café, principalmente.

86
RIVAS, 1990: 144-145).
U na de las demandas más sentidas, después de la caída del dictador,
fue la creación de la República Centroamericana. La búsqueda de_ la
unidad centroamericana, en efecto, fue una demanda impulsada por los
sectores urbanos (estudiantiles, artesanos, obreros, burócratas) que fue
retomada por los conservadores como una forma más de acuerpar la
oposición contra Estrada Cabrera. De esta manera, los legisladores
guatemaltecos convocan a una reunión a sus similares de las demás
repúblicas, la cual se lleva a cabo a finales de 1920 en San José de Costa
Rica. El único gobierno que no aceptó la invitación fue el de Nicaragua,
debido a que los demás países habían rechazado el pacto Brian-Chamorro,
mediante el cual se establecía el derecho de EEUU para construir un canal
interoceánico en Nicaragua. Como ya quedó apuntado, Costa Rica no
ratifica la firma de la Constitución Centroamericana, restando sólo
Guatemala, Honduras y El Salvador en la empresa.
Con la caída del régimen de Carlos Herrera a causa de un golpe de
Estado y la entrada del pro norteamericano José María Orellana al
gobierno de Guatemala (diciembre de 1921-septiembre de 1926), la Unión
Centroamericana se deshizo.

6.
A pesar de la disolución de la llamada República Tripartita, apenas en
1922, este nuevo intento de unidad regional marcó un hito en la conciencia
colectiva de todos los actores sociales del istmo.
En el sector estudiantil, el movimiento unionista guatemalteco actuó
como catalizador e impulsó la organización del mismo a través del Club
Unionista de Estudiantes Universitarios, fundado el 14 de enero de 1920
(TARACENA ARRIOLA, 1982: 251). En febrero del mismo año, la nueva

87
organización envió una delegación a El Salvador y Honduras con el fin de
pulsar el movimiento unionista en esos países. Por intermediación de los
estudiantes salvadoreños José Luis Barrientos y José Antolín Amaya
(quienes habían iniciado sus estudios en Guatemala), la delegación
guatemalteca realizó un acto en el Paraninfo de la Universidad sal-
vadoreña, en el cual participaron como oradores Alonso Argueta, José
Escalón (salvadoreños), la delegación invitada y el joven estudiante
salvadoreño Agustín Farabundo Martí. Inmediatamente, los estudiantes
salvadoreños realizaron una manifestación de apoyo a la lucha contra Es-
trada Cabrera, cuyo resultado fue la represión de los manifestantes, el
encarcelamiento de los dirigentes salvadoreños y la pronta salida de los
guatemaltecos (TARACENA ARRIOLA, 1982: 252).
Pocos meses después de estos hechos se produce la insurrección de
abril en Guatemala. Conformada por los trabajadores urbanos de la capital
e impulsada, en gran parte, por la agitación que el obispo (de Faselli) José
Piñol y Batres realizaba en sus pláticas cívico-religiosas, la insurrección
de abril de 1920 termina con el derrocamiento de Estrada Cabrera. El
sector estudiantil participó como medio de dirección secundaria y algunos
pocos estudiantes, a título individual, toman parte en la batalla. Un mes
más tarde -el 22 de mayo de 1920-, los universitarios guatemaltecos
fundan la Asociación de Estudiantes Universitarios (AEU), la cual
marcaría el distanciamiento de los con servado res unionistas, el inicio de
acciones para establecer nexos internacionales (rotos por el aislamiento
impuesto por la dictadura estradacabrerista), y la lucha por la libertad de
Mar tí y Barrien tos, presos en El Salvador (logrado el excarcelamien to de
éstos, ambos llegan exiliados a Guatemala, integrándose, el primero al
incipiente movimiento radical de trabajadores y el segundo a las ac-
tividades de la AEU) (TARACENA ARRIOLA, 1982: 253-254).

88
Fruto de los esfuerzos de la AEU para lograr contactos inter-
nacionales, fueron las relaciones con el proyecto vasconcelista de
educación popular (Miguel Ángel Asturias, como delegado guatemalteco,
traba relación personal con el Secretario de Educación mexicano durante
la celebración del Congreso Internacional de Estudiantes, en México,
durante 1921); dicha relación culminaría con la creación de las Univer-
sidades Populares de Guatemala y El Salvador ( 1 ° de marzo de 1923, la
primera, y 1924, la segunda). Estas Universidades Populares fueron
apoyadas por Vasconcelos no sólo ideológicamente, sino también en el
aspecto material (libros, materiales, etcétera) y económico 5 • El punto de
contacto concreto para este apoyo fue el militar revolucionario e ingeniero
Juan de Dios Bojórquez, quien fungió como embajador de México en
Honduras ( 1921-1922), y en Guatemala ( 192 3-1924). En ambos países
actuó como mediador entre las organizaciones de trabajadores nativas y
las homólogas de México. Gracias a Bojórquez, el apoyo de los sectores
radicales del gobierno mexicano se materializa en Centroamérica y que las
ideas socialistas y revolucionarias (muy del tipo de aquellos años)
encuentran un promotor sólido en la región 6 (TARACEN A ARRIOLA,
1982: 258-259).
En síntesis, el movimiento unionista impacta al sector estudiantil
centroamericano (con la acción destacada de los guatemaltecos), impulsan-

'Las universidades populares, en una primera etapa, fueron fundadas por los militantes anarcosindicalistas. En mayo de 1918 se funda la
primera en Puerto Rico, bajo el impulso del anarcocomunista argentino Julio R. Barcos. Fue de trascendental importancia, en la creación de las
condiciones subjetivas necesarias para la fundación de dichas universidades, la labor de los anarcosindicalistas que desde años atrás fundaron
bibliotecas populares, formaron cuadros artísticos y llevaron a cabo una importante labor editorial, bajo los postulados pedagógicos y políticos
de Anselmo Lorenzo y Francisco Ferrer Guardia (MELGAR BAO, 1992c: 2).

6
De Bojórquez, escribió el embajador francés en Guatemala, Albert Ravelli: "Mi colega mexicano ... es uno de los agentes más activos del
Ministro de Instrucción Pública Vasconcelos: su acción de propaganda se ejerce no sólo en Guatemala, sino en El Salvador y Honduras, a donde
va frecuentemente. Aquí [Guatemala], ha contribuido mucho a la creación de la Universidad Popular para trabajar a las masas obreras. A este
establecimiento el Sr. Vasconcelos acaba de regalarle 22.000 volúmenes, más o menos impregnados de ideas bolcheviques" (Archives du
Ministere des Affaires Etrangeres. Sous-Série Centre-Amérique. Correspondence politique Générale 1923-1931. Vol. 22, folio 22, París. Citado
en: TARACENA ARRIOLA, 1988b: 684)

89
do la incorporación a la vida pública de varios elementos que más tarde
jugarán un papel destacado en la política centroamericana (desde
posiciones muy diversas), ayudando a la radicalización de varios de esos
jóvenes median te el con tacto directo con los centros de pensamiento más
avanzados del hemisferio (México y la Reforma de Córdoba, Argentina),
y coadyuvando a la creación de espacios de socialización de esas (y otras)
ideas, en donde los estudiantes trabarán contacto con los trabajadores, en
especial, urbanos.

7.
Sin embargo, el mérito fundamental del movimiento unionista fue la
activación del movimiento reivindicativo y concientizador de los
trabajadores centroamericanos.
Desde el siglo XIX y hasta las primera década del XX, los trabaja-
dores habíanse organizado a través de sociedades y fraternidades de corte
mutualista. Actividades culturales, fondos de socorro mutuo, rei vindi-
caciones estrictamente económicas y separación de los trabajadores por
gremio de origen, fueron las características de esa etapa de la historia
centroamericana.
Los primeros intentos de organización sindical los encontramos en
1920 en Guatemala, como producto de la conciencia política a la que
acceden los trabajadores urbanos en su participación dentro de la lucha
armada para derribar a Estrada Cabrera; alrededor de este año en El
Salvador, fenómeno propiciado en gran parte por la crisis económica y el
surgimiento de las primeras grandes manufacturas y talleres; y en
Honduras, dentro del marco de las agudas condiciones de explotación en
los enclaves bananeros (aunque las formas de organización primarias se
dieron en centros urbanos fuera de esa zona) (MENJÍV AR LARÍN, 1985:

90
70-71; BALCÁRCEL, 1985: 14-20; MEZA, 1985: 131-132).
Pero hasta septiembre de 1921 no se da el salto definitivo del
movimiento de los trabajadores centroamericanos hacia la organización
regional, paradójicamente apoyados por los respectivos gobiernos "dentro
de su espejismo centroamericanista" (TARACENA ARRIOLA, 1984: 83).
En septiembre de 1921 se realizó en Guatemala el segundo encuentro
entre dirigen tes de las organizaciones de trabajadores centroamericanos,
asistiendo representantes de Honduras, El Salvador, Costa Rica y los
anfitriones de Guatemala.
La idea de retomar los esfuerzos del Congreso Obrero de 1911 7
surgió de miembros de la "Gremial de Albañiles", quienes solicitaron a la
Federación Obrera de Guatemala para la Legalización del Trabajo (FOG),
en octubre de 1920, que convocara a la mencionada reunión.
El 18 de abril de 1921, la FOG accede a la petición y convoca a un
"Congreso Centroamericano del Trabajo". El 19 de abril se forma una
comisión de 4 dirigentes gremiales, la cual formularía las bases del
congreso. Para el 9 de mayo las bases redactadas por la mencionada
comisión son revisadas por la dirección de la FOG, la cual aprueba
condiciones pro sindicales, de avanzada respecto al congreso de 1911.
Estas bases se enviaron a los demás países para su revisión y posibles
propuestas, fijando como límite el 20 de agosto (WITZEL DE CIUDAD,
1991: 152-153).
El congreso se estructuró mediante cinco presidentes (uno por país)

7
Con apoyo económico de los gobiernos del área, en 1911 se celebró en El Salvador el llamado Congreso Obrero Centroamericano, notable
por el contenido de sus resoluciones, las cuales fueron contrastantes con los objetivos y finalidades de las sociedades mutualistas, aunque la
mayoría de los asistentes fueran miembros de ese tipo de organización. Por ejemplo, se demandaba que las Juntas centrales de cada Estado
reglamentaran ocho horas diarias de trabajo para los obreros, destinando dos horas de almuerzo (art. 7). Solicitaba a los gobiernos centroame-
ricanos que gravaran con impuestos las manufacturas extranjeras que fueran también fabricadas en Centroamérica (art. 3). Demandó la creación
de un comité, por país, que pudiera resolver, en base a un fondo especial, el problema de la vivienda obrera (art. 6). Recomendó a los gobiernos
la unificación de tarifas aduaneras cada vez más reducidas, hasta lograr el libre mercado (art. 11). Por último, cabe destacar que el Congreso
Obrero llamó a los trabajadores centroamericanos a participar activamente en la lucha política para ocupar puestos de representación ya que "el
voto obrero deberá ser exclusivamente para el obrero" (artículo 2) (BALCÁRCEL, 1985: 14-15 y WITZEL DE CIUDAD, 199 l: 48-63).

91
los cuales se turnarían cada día de sesiones. También se convocaron 2
delegados por departamento. El discurso de inauguración lo pronunció el
guatemalteco Nicolás Reyes (antiguo miembro de la LOU y un partidario
de la separación entre los trabajadores y el Partido Unionista), electo
democráticamente por los miembros de la FOG y por las organizaciones
participan tes. El segundo orador fue Daniel Hernández (antiguo dirigen te
de la LOU y, seguramente, cercano aún al unionismo); estas parti-
cipaciones indican el juego dado a las dos tendencias que funcionaban al
interior de la FOG.
Ambos oradores coincidieron en sus críticas al gobierno: el primero
centrándolas contra el presidente Carlos Herrera (por su falta de apoyo al
evento), mientras que el segundo hizo lo propio contra el nuevo ministro
de guerra (por su represión contra los trabajadores), arrancando ovaciones
del público.
Estas críticas, junto con las proferidas contra el mismo ministro de
guerra por el dirigente gremial Francisco Ayerdi (fuera de programa y
desde las tribunas) provocaron el enojo y la retirada de ese funcionario y
toda la comitiva oficial que se encontraba en el recinto (WITZEL DE
CIUDAD, 1991: 156).
Cabe resaltar la arenga pro socialista pronunciada por Nicolás Reyes
("en favor de la organización del proletariado, contra el ca pi tal y a favor
de la unión de los trabajadores centroamericanos") con el que se inauguró
este segundo congreso obrero centroamericano.
Diferentes propuestas claramente radicales se hicieron a lo largo del
Congreso. Sin embargo, destacaron las realizadas por la Unión Ferrocar-
rilera de Escuintla: 1. Creación de un ministerio del trabajo; 2. Jornada
de 8 horas; 3. Pago doble del trabajo dominical; 4. Normalización de los
sueldos; 5. Pago de jornales a base de oro; 6. Indemnización por muerte

92
o accidentes ocurridos durante la jornada de trabajo; 7. Jubilación a los
15 -en climas malos- y 20 años de trabajo -en climas buenos-; 8. Pensión
vitalicia de 5 O% del último sueldo devengado; 9. Vacaciones remuneradas;
10. Creación de una Central Sindical Centroamericana. Así como las
propuestas de Pedro García Manzo (representante de los departamentos del
centro de Guatemala), las primeras que realizaba un dirigente obrero a
favor de los trabajadores del campo; y, por último, la moción que a nivel
individual levantó Rafael Solórzano para que el congreso se pronunciara
a favor del reconocimiento del derecho de huelga. Todas estas propuestas
y mociones no fueron integradas a los decretos en los que el segundo
Congreso Obrero Centroamericano expuso sus resolutivos y posiciones,
debido, principalmente, a que las posiciones economicistas y de formación
cultural de las organizaciones mutualistas aún eran hegemónicas dentro de
las organizaciones existentes en Centroamérica. Sin embargo, a partir de
las declaraciones de los elementos de avanzada, podemos percibir el
cambio en las demandas de ciertos sectores de los trabajadores, influidos
por los contactos que mantuvieron, principalmente, con sindicalistas
mexicanos y las propuestas de modernización en las relaciones de trabajo
en América, expresadas por la Confederación Panamericana del Trabajo
(la COPA), instrumento regional de los sindicalistas moderados de la AFL
norteamericana (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 157-15 8).
Como resultado de este II Congreso, quedó establecida, en el Primer
Decreto resolutivo, la Confederación Obrera Centroamericana (COCA).
La máxima instancia sería el Consejo Supremo, formado por un delegado
plenipotenciario de cada país, teniendo como sede cada una de las
ca pi tales, de manera rota ti va. La autonomía de cada federación quedaba
garantizada. Los delegados podrían reelegirse (TARACEN A ARRIOLA,
1984: 83).

93
En el Segundo Decreto resolutivo se asentaba la prohibición expresa
de que las Federaciones de los cinco países entraran en alianza o apoyaran
a "los eternos partidos que se disputan el Poder Político"; asimismo, se
prohibía a los socios participar en la "política militante". Por último, en
el mismo Segundo Decreto resolutivo, se reafirmaba un compromiso co-
lectivo centroamericanista y pacifista (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 159).

94
SEGUNDO PASAJE TESTIMONIAL

* Los trabajos por la unidad centroamericana


La caída de Estrada Cabrera

En cuanto al obrero y el artesano, los malos tratos y la explotación eran


cosa común. Trabajando de 12 a 14 horas de jornadas agotadoras ya
expuestos al despido individual o a la cesantía masiva por parte de los
patronos. Se vivía entonces una época de feroz persecución. En el agro el
cuadro era desolador: el campesino vivía una situación de continuo abuso.
Por ello el comercio decayó terriblemente al carecer de perspec-
tivas. Tal situación llegó a reflejarse hasta en la cuestión religiosa,
surgiendo contradicciones en la lucha por establecer uno u otro tipo de
monopolio feligrés.
Todo esto fue tomado muy en cuenta por el comando político del
partido "Unionista", encabezado por José Azmitia, Manuel Cobos Batres,
Tácito Molina Izquierdo, Julio Bianchi, Emilio Escamilla, Eduardo
Camacho, Luis Pedro Aguirre, etcétera. El jefe de la iglesia tampoco era
ajeno a este vaivén político. Con sus obispos distribuidos convenien-
temente y predicando desde el púlpito del templo de San Francisco, hizo
pronunciar discursos políticos dirigidos a los feligreses y al pueblo. Se
decía en ellos al pueblo de la necesidad de hacer una revolución que "no
fuera tan lejos". Es decir, que no fuera el pueblo quien gobernara sino los
"unionistas" como partido de la oligarquía conservadora, un grupo
organizado, como clase llamada a dirigir el Estado.
[Antonio Obando Sánchez 1: 26]

Una fecha importante es 1921: centenario de la independencia y los


trabajos de la Unidad Centroamericana ... en eso sí trabajé entrando en esa
campaña. La verdad es que el movimiento unionista de esa época fue

95
fuerte en Guatemala; era más fuerte que en El Salvador, y que Honduras
o en Nicaragua.
[Miguel Mármol 2]

En 1920, Guatemala estaba tiraneada por Manuel Estrada Cabrera, jefe del
Partido Liberal y presidente de la república. Para estos años se preparaban
las celebraciones del centenario de la Independencia, además de que ya
estaban en marcha los trabajos hacia la unidad centroamericana. El
Partido Conservador, aprovechando el odio popular que existía contra el
tirano, y el movimiento por la unidad de Centroamérica que había cundido
en todo el país, comienza a movilizar al pueblo con el nombre de Partido
Unionista, logrando que una inmensa mayoría lo secundara y se prin-
cipiara a luchar, en forma armada, contra el poder despótico.
[Miguel Ángel Vásquez]

Siendo aprendiz de carpintería de don Manuel Paniagua, con Martín Cruz


y Nicolás García éramos los encargados de ir a recoger el periódico "El
Unionista". Por esta razón, llegué el 7 de abril de 1920 a la sede del
Partido Unionista. El clima que encontré a mi llegada era expectante: el
coronel López, jefe del Cuartel de Caballería, se encontraba allí y
dialogaba con la directiva del Partido.
Escuchamos a Manuel Cobos Batres, a José Azmitia y a Miguel
Tizón:
-El coronel López se pone a las órdenes del Par-
tido y del pueblo con sus soldados y todas sus
armas bélicas para armar al pueblo. Junto a sus
soldados ha desconocido al presidente Manuel
Estrada Cabrera y se declara en franca rebeldía
porque el pundonor de todo el ejército reclama
justicia y libertad para todos los ciudadanos
guatemaltecos.

96
Sin conocer mayor cosa y mucho menos tener conciencia de lo que
hacía, empuñé una "Remington", con 10 cartuchos útiles en mi mochila.
Miles de adolescentes forjando la unidad de acción armada y civil,
codo a codo con todas las capas sociales de intelectuales, estudiantes,
comerciantes, católicos, hombres sin creencias, fundidos con el ejército
ya rebelado y al que más tarde se plegaron mu ch os más verificando el
derrumbe del despotismo.
[Antonio Obando Sánchez 1: 27-28]

Quise participar en la lucha contra Estrada Cabrera y me incorporé con un


rifle que obtuve por ahí. .. ¡simplemente, porque el ambiente era de
opresión!. Ya atacaban al gobierno, y salí a la calle solo, encontrándome
momentos después a unos obreros:
-¡Ya estamos peleando! ¡Ya comenzaron ayer a
atacar la Penitenciaría!
-Entonces sería bueno ver en qué forma ayudamos.
-Sí, nos hemos estado poniendo de acuerdo cómo
y nos estamos reuniendo.
-Miren, me he enterado que hay una Delegación de
Policía de la que se están yendo los guardias.
-Ya hemos averiguado quién esta ahí y sólo han
quedado muy pocos ... ¿por qué no la asaltamos?
Entonces dije:
-¿Cuál es? ¿dónde está?
-¡Yo sé dónde se encuentra la mentada Delegación
de Policía!
-¡Pues no perdamos más tiempo y pasemos ahí a
ver qué ... !

Nos dirigimos hacia allá, y realmente no se veían los policías, sólo


había dos en la puerta. Entonces fue que hicimos nuestro plan: mientras

97
la mitad de nosotros amenazaba a los dos guardias, la otra mitad, es decir,
dos compañeros y yo, entraríamos a la delegación. ¡Así sucedió!.
Sólo encontramos un policía más, ¡al que convencimos que se
rindiera, explicándole que el tirano ya caía!. De acuerdo con los dos
policías, nos entregaron los rifles, ¡sí, salimos armados!.
[Miguel Ángel Vásquez]

Por su expres1on unionista, Farabundo Martí se exaltó mucho contra el


gobierno de los Meléndez-Quiñónez, que entonces seguían tiraneando en
El Salvador. Esto le costó ser encarcelado junto con sus compañeros
estudiantes universitarios. Estando preso, su papá era bastante influyente,
y consiguió liberarlo. Pero él dijo que no saldría libre en tanto no salieran
todos sus compañeros que estaban por la misma causa. Frente a esta
actitud, el gobierno de Meléndez lo expulsó a Guatemala. Esto fue en
1920.
Allá en Guatemala agarra el fusil en una mano para botar a Estrada
Cabrera. Pero es una lástima que él no dejó nada escrito. Eso es nada más
lo que uno recuerda.
Miguel Ángel Vásquez y Farabundo han de haber sido amigos: ¡como
eran intelectuales!. Ellos estuvieron en Guatemala. Farabundo no era
comunista cuando lo expulsan en 1920, no era marxista ya: era obrerista.
Parece que percibe bien las ideas allá en Guatemala. ¡Y allá sí hace labor
de masas!.
Como salvadoreños se llevaban todos ellos como compatriotas. Y
peleó, así como Miguel, contra Estrada Cabrera. También agarró el fusil.
¡Sí era un hombre de fuego! ... fogoso.
[Miguel Mármol 2]

98
* Farabundo Martí en Guatemala

Como al año de estar en la Universidad, llegó Martí. Ya sabía quién era


él, pero sólo lo conocía por el nombre. Y él a mí me conoció porque
preguntó quiénes eran los salvadoreños que estudiaban ahí. Al llegar se
me presentó:
-Martí. Agustín Farabundo Martí.

Creo que era mayor que yo seis años. Era un muchacho moreno ...
¡Tan to que le decían "El Ne gro Mar tí"!.
Primero, me dijo que tuvo dificultades en la Facultad de Derecho,
que había discutido con un profesor, porque el catedrático había explica-
do, a su manera, el origen de que hubiera ricos y pobres. Pero Martí le
rebatió el punto, y casi todos los compañeros lo respaldaron, ¡por pura
in tuición! Agustín comenzó a defender, sobre todo, al campesinado pobre,
la vida que llevaban en el campo, que entonces era terrible. Además,
parece que había una huelga sindical que defendió ... y me dijo que por
esas cuestiones había sido expulsado de El Salvador.
Obviamente, al principio, la relación entre nosotros era más bien
como compatriotas. La confianza era poca, algo natural de los recién
conocidos. Eso no permitía hablar con él de "las ideas". ¡Pero, poco a
poco, mejoró!
Después, ya con un poco más de confianza, no mucha, me contó que
en realidad había salido escondido porque lo perseguían en El Salvador.
Martí estudiaba Derecho y ya no siguió la profesión. Abandonó los
estudios en la Universidad de San Carlos y empezó a profundizar sus
conocimientos teóricos y de la realidad social. Luego se fue, desapare-
ció ...
[Miguel Ángel Vásquez]

99
* La derrota militar del estradacabrerismo

Cuando el derrocamiento de Estrada Cabrera ya sabía manejar armas


porque de chico mi padre me había comprado una escopeta, de esas de
cartucho, ¡y llegué a tener muy buena puntería para matar animalitos! Esto
lo hacía desde que vivía en Ahuachapán.
[Miguel Ángel Vásq uez]

La rebelión del pueblo se prolongaba y con esto el hambre y las enfer-


medades. Sin embargo, si la situación era dura para los sitiadores de San
José, Matamoros y La Palma, para los soldados de estos cuarteles estaba
más dura por la escasez de agua. Por la carencia de este vital líquido los
cañones no disparaban sino de cuando en vez, advirtiéndose por ello que
estaba cercano el día de la rendición de las tropas leales al tirano. Por las
versiones de los soldados desertores, se sabía cómo estaba la moral
minada de ese ejército.
Estos datos, y el apoyo prestado por el comercio alentó mucho más
a los insurrectos.
En los días 12, 13 y 14 de abril surgieron cien tos de "comedores
populares" instalados por la mujer guatemalteca que, convertida en activa
insurgente, ocupaba su puesto de honor en la lucha.
[Antonio Obando Sánchez 1: 30]

Como se oía que seguían atacando la Penitenciaría, fuimos para allá.


Llegamos rápidamente, nos reunimos con los que estaban en la refriega y
ahí me encontré al periodista Clemente Marroquín Rojas, quien estaba
echando tiros. Seguimos dándole por un tiempo, ¡y tomamos la Peniten-
ciaría!. Al lograrlo, liberamos a todos los presos y los mandamos a la
dirección del Partido Unionista.
Luego, seguimos a tacando La Palma, ¡la casa presidencial! Aunque

100
estaba fuera de la ciudad, ¡la fortificaron muy bien, había mu cha gente
defendiéndola! Sin embargo, los atacantes éramos muchos y la fuimos
tomando por partes. Entre los que capturamos, estaban dos conocidos
míos, ¡ mirá, los dos nicaragüenses!: un general que no recuerdo cómo se
llamaba y un periodista, de nombre Larga Espada. Yo conocía al general
porque era el tutor de Ricardo Chamorro, un estudiante nicaragüense de
la Facultad, y él me lo había presentado; en esa misma ocasión conocí a
Larga Espada.
Pero cuando cayó totalmente La Palma, ya no estaba presente,
porque había recibido un golpe de bala, ¡un rebote que me había dado por
fuera del tobillo y lo tenía muy morado!, ¡me dolía mu cho toda la pierna!.
Por eso ya no estuve en cuando el tirano se rindió horas después. Después
de que me dieron en el tobillo me fui a casa, me curé el golpe y ya no
intervine más. Pero afortunadamente ¡el hombre estaba preso!.
[Miguel Ángel Vásquez]

Al retornar al puesto de lucha en la iglesia de El Calvario, ocupado por


tantos días con sus noches por nosotros, en las primeras horas del 14 de
abril de 1920, vi cómo por todo el suroeste y norte del Fuerte de San José
y sus aledaños, hacían su ingreso a esta ciudad de Guatemala largas
columnas de jinetes que en actitud de guerra rodeaban ese Fuerte. Eran los
canaleños -batallón aguerrido y famoso-, que junto a los no menos
valientes palencianos y los de Los Guajitos y Villa Nueva, ocupaban las
posiciones estratégicas con las que se cerraba el círculo de asedio al
baluarte cabrerista.
Mientras tanto, supimos que el Arzobispo de Guatemala en unión del
cuerpo diplomático, negociaba las condiciones de rendición y renuncia de
Estrada Cabrera. Al llegar a este desenlace, con el derrocamiento del
tirano, se concretó la paz, cesando la lucha que había durado 8 días. Los
departamentos sublevados a) empuje de las masas hicieron claudicar a los
opresores y el pueblo gritaba de gozo por el triunfo alcanzado. A este

101
festival sumé mis fuerzas, deambulando de uno a otro lado.
[Antonio Obando Sánchez 1: 33]

* La unión centroamericana

El proletariado de Centro América se va orientando definitivamente en la


"lucha de clases" que le impone el capitalismo nacional y el capitalismo
extranjero, tributarios ambos del capitalismo imperialista de los Estados
Unidos de Norte América.
El ideal que agitó siempre al pueblo centroamericano fue el de hacer
de los cinco Estados que componen Centroamérica, una república federal
burguesa, que según los líderes de la Unión llegaría a ser lo suficien-
temente "poderosa" para librarse de la conquista yanqui.
Entre los movimientos que han tenido por bandera la Unión Centro
Americana, el de 1920 tiene una significación muy grande por lo que
respecta a las promesas engañosas de que fue objeto el proletariado.
Ese movimiento encabezado por el llamado Partido Conservador
llegó hasta obligar al presidente del Estado de Guatemala, Manuel Estrada
Cabrera, a renunciar a la Presidencia.
[Max Melgar González]

* Carlos Herrera y el unionismo centroamericano

Hace varios años los programas de todos los partidos radical-demócratas


de Centroamérica se caracterizaban por su tendencia unitaria. Se anhelaba
la fundación de una sola república federada que abarcara el territorio
entre la frontera norte de México (o sea, desde Texas y el sur de
California) y la frontera meridional de Panamá. Esto posibilitaría la

102
unidad política y económica frente al cada vez más opresivo imperialismo
norteamericano. Sin embargo, no nos hacíamos la ilusión de lograr una
mayor independencia económica. Lo que sí sería factible es la prevención
de las múltiples intervenciones estadounidenses en favor de los gobiernos
reaccionarios.
La idea de la unión era acogida favorablemente por la población
campesina. Conste que el número de los pequeños propietarios agrícolas
independientes era muy reducido. Naturalmente, los que tendrían que
sobrellevar la permanente revolución burguesa, serían los trabajadores
agrícolas.
Es fácil comprender que los Estados Unidos no ahorraran esfuerzos
por combatir el proyecto unificador, apoyando material y, sobre todo,
militarmente, a los regímenes reaccionarios, tanto en Guatemala como en
el res to de las repúblicas centroamericanas. En consecuencia, nuestros
compañeros en dichos países se encontraban en una situación análoga a la
que enfrentaban nuestros hermanos de lucha en los Estados marginales
controlados por los países aliados.
[Edgar Woog]

El tirano fue derrocado y se eligió como nuevo presidente al candidato del


Partido Unionista, Carlos Herrera. Era un terrateniente, hombre honrado
y bondadoso, que hizo un gobierno, por ponerle algún nombre, democráti-
co ... También fue partidario de la unión centroamericana. Este movimien-
to de unidad continuó en todo el istmo, y se logró que los gobiernos de la
América Central enviaran delegados a Tegucigalpa, a la que llamábamos
antes Hibueras, en donde se organizó una asamblea llamada la Constitu-
yente, que decretó la unión de Centroamérica. De ella hablaba todo el
mundo, era el tema central de las conversaciones. ¡Todos estaban
entusiasmados de que se estaba luchando por la unidad, con mayor razón,
cuando se reúne la Constituyente!
[Miguel Ángel Vásquez]

103
El gobierno de don Carlos Herrera -de naturaleza híbrida, pues estaba
formado por unionistas y liberales del árbol desmochado del cabrerismo-
tropezaba con innumerables dificultades.
Se aproximaba a pasos agigantados el centenario de la Independencia
y había que celebrarlo.
[Antonio Obando Sánchez 1: 35]

Con ese fin, los estudiantes hacían mitines y, naturalmente, los com-
pañeros escribían a favor, en las páginas de Studium, la revista de los
estudiantes universitarios de Guatemala. ¡Fue una cuestión popular, un
movimiento tan candente, tan entusiasta, de todo el pueblo ... !.
Pero, ¡por supuesto!, el imperialismo norteamericano no estaba de
acuerdo con el movimiento y al poco tiempo conspira con un grupo de
mili tares guatemaltecos, quienes dieron un cuartelazo y derribaron al
presiden te Herrera.
En el derrocamiento del presidente Herrera, nada más llegaron a
decirle "que ya no era presidente, que ahora mandaba un triunvirato".
Entre los del mentado triunvirato, se autodesignan para ver quién
quedaría... y le toca a José María Orellana, ¡el que me expulsó de
Guatemala!
[Miguel Ángel Vásquez]

Las autoridades mexicanas y el régimen liberal del señor Orellana


llevaban a cabo una censura sin precedentes a la correspondencia en la
frontera con Guatemala, lo cual dificultaba el intercambio regular entre
las organizaciones revolucionarias de ambos países. De vez en cuando
recibíamos noticias de Guatemala por vías clandestinas. En el momento,
apunté la urgencia de redoblar nuestros esfuerzos para el ulterior
desarrollo del movimiento proletario de Centro y Sudamérica.
[Edgar Woog]

104
Los nicaragüenses y costarricenses después no reconocieron el Congreso
Constituyente. En Guatemala era liberal Estrada Cabrera, ¡pero un
déspota!, un hombre que tenía en sus puños al pueblo durante veintidós
años; así es que el pueblo realiza la primera revolución que se conoce y
en la cual el compañero Miguel Ángel Vásquez peleó y Agustín Farabundo
Martí también.
El pueblo montaba en machos y en la cola de los machos amarraba
a los militares y los arrastraban. ¡Es que fue una furia del pueblo!. Y no
fue a más el triunfo en Guatemala porque Estrada Cabrera era apoyado por
Estados Unidos e intervino mucho; presionó mucho, políticamente.
Por eso también bajó la lucha unionista, y Guatemala ya no fue el
bastión que teníamos en Centroamérica. Se quedó lo más duro de la lucha
en El Salvador y en Honduras. En El Salvador seguimos fuertes: ¡cómo se
movilizaba el pueblo salvadoreño!.
[Miguel Mármol 2]

Pero el derroca mi en to de Herrera fue pacífico. El pueblo ya no hizo nada


para defenderlo, porque resulta que Herrera era de los jefes del Partido
Conservador de Guatemala. Y éste, hábilmente, se había aprovechado del
deseo popular de la unidad centroamericana, formando el Partido
Unionista, dirigido por los mismos conservadores. Nosotros nos dimos
cuenta, durante el período de Herrera, que los conservadores eran gente
reaccionaria, ¡y que llevaban al país a la derecha!.
Por todo esto, ya había caído, por lo menos dentro del estudiantado,
el prestigio que nos habíamos formado del Partido Unionista, y, cuando
cae Herrera, cae solo ...
Inmediatamente, formaron ese gobierno del triunvirato de generales
quienes, junto a los demás represen tan tes de Centroamérica, fueron
obligados, o simplemente apoyados por el imperialismo, para disolver la
Unidad. ¡Rompieron el Pacto, destrozando las ilusiones de todo el pueblo

105
centroamericano!
[Miguel Ángel Vásquez]

El ministro americano, Mac Millin, que no tenía más preocupación que


hacer pasar los cuatro contratos leoninos de ingrata recordación,
presionaba sobre el gobierno y mantenía en alto el big stick del imperia-
lismo de Teodoro Roosevelt. Las dificultades económicas eran abrumado-
ramente grandes. El plan de la Comisión Kemmerer para la reforma
monetaria seguía traspapelado o encajonado; los precios del café se habían
derrumbado como en los últimos días de Reina Barrios; y los mismos
intereses que habían mantenido la soga al cuello de la Hacienda Pública
duran te la administración de don Manuel propugnaban la contratación de
un empréstito leonino que acogotara definitivamente al país.
A todas estas medidas antipatrióticas se opuso abiertamente don
Carlos Herrera apoyado por los unionistas de su gobierno. De sobra sabía
él que eso motivaría la caída de su gobierno; y así fue. El 5 de diciembre
de 1921 una Junta Militar tomó el gobierno y Ben ton Mac Millin estaba de
plácemes.
[Antonio Obando Sánchez 1: 35]

Pero la Unidad Centroamericana fracasó porque iban solos El Salvador y


Honduras. Nicaragua se zafó; Costa Rica también renunció, y desde que
en Guatemala cayó Estrada Cabrera, los dos países ya no podían hacer
nada.
¡La gen te del pueblo sen tía un alborozo hermoso!. De eso sí que yo
me di cuenta: las grandes manifestaciones en todo el país por la unidad de
Centroamérica, ¡sí fue un alborozo tremendo!. El pueblo se manifestaba
en las calles apoyando todo, se demostraba, pues, en las calles, manifes-
taciones de apoyo a la unión centroamericana.
Esto exasperaba al gobierno de los Meléndez-Quiñónez; no los ponía
muy bien: y con la experiencia de Guatemala se vino maniobrando bastante

106
más.
La burocracia participó fuertemente en las luchas unionistas, a
través de las personas de Manuel Castro y Ramírez, Miguel Tomás Molina
y muchas grandes personalidades de la época, pues estuvieron al frente en
estas campañas. Y el pueblo acuerpó: quería la unión para mejorar las
condiciones, creyendo que unidos era mejor; que así se ahorraba las
fronteras. ¡Bueno, toda esa cuestión! Se creía que habría más grandeza en
Centroamérica.
La gente en Centroamérica, realmente nunca se ha tragado eso de las
fronteras. Lo que sí ha hecho las fronteras es que muchos cientos de miles
han pasado a Honduras, y otras cantidades a Guatemala, otras a Nicara-
gua ... Pero nunca ha sido agradable saber que estamos enfrentados ...
[Miguel Mármol 2]

Porque la mayoría de todos los centroamericanos querían, y quieren la


unidad. Las oligarquías nacionalistas estaban a favor también de la
unidad. Y los hombres que abrazaron el comunismo ¡también lucharon por
la unidad!, ¡era unánime!. Pero el pueblo no sabía que el imperialismo no
estaba de acuerdo con la unión; se sabía, nada más, en ciertos círculos
intelectuales. Pero los imperialistas de los Estados Unidos, cuando le
dieron el apoyo al triunvirato en el gobierno, de plano se descararon.
[Miguel Ángel Vásquez]

Queda más claro por qué la unidad centroamericana no es posible, si


vemos un poco el desarrollo histórico de Guatemala.
Cuando Estrada Cabrera tiene el papel para lograr la unidad
centroamericana, también sería como una "moneda de chantaje". Pero
cuando cae Estrada Cabrera y el Partido Unionista (los conservadores)
toman el poder, uno se da cu en ta que no querían, realmente, la unidad
centroamericana, sino que querían una forma de embarcar al pueblo.

107
Ahora, mi en tras pasaba eso en Guatemala, en El Salvador, en todo
1921 estuvo muy movida la lucha por la unión centroamericana. Ahí hay
una noticia de prensa que dice que el ferrocarril que conducía a la
delegación de San Salvador a Honduras, por vía de Fonseca, entró en los
pueblos de San Vicente, Usulután; en todos los pueblos los recibían con
11
flores, es decir, les llegaban a tirar flores, las señoritas. Dice allí: ¡era
un entusiasmo bárbaro! 11
• ¡Era un delirio que había por la unión de
Centroamérica!.
El Salvador era más unionista por su estrechez territorial. Hasta
hoy, ansía un poco más de territorio.
[Miguel Mármol 2]

* Los gérmenes del sindicalismo rojo

El Partido Conservador no sólo se consideraba unionista, sino defensor de


la libertad y de los derechos del pueblo trabajador (ésta es la canción de
todos los políticos en Latino América), y así, prometió tierras al
campesino, facilidades de instrucción a los trabajadores, reconocimiento
del derecho de huelga, etcétera.
A esto se debió que el gobierno de Carlos Herrera, que sucedió al
de Estrada Cabrera, permitiera las organizaciones obreras. Fue en es te
ambiente de libertad impuesto por la circunstancia de haber sido Herrera
llevado a la presidencia por la población civil, que se fundó, el 22 de
11
abril de 1920, la organización obrera denominada 11
Unificación Obrera •

[Max Melgar González]

108
* Las actividades después del descalabro de la unidad

A la caída de Estrada Cabrera, en Guatemala hubo un despertar juvenil,


sobre todo estudiantil, y comenzaron las discusiones, ¡de que el estudian-
tado no podía quedarse apoltronado 1 ! . En ton ces, vino la idea de formar
la Asociación de Estudiantes Universitarios: la AEU, de la Universidad
de San Carlos de Guatemala, y así, se empezó a organizarla, alrededor de
1921. De inmediato se propuso un órgano de publicidad para el que surgió
el nombre de 11
Studium 11
, vino la discusión de quién lo dirigiría y
acordaron que fuera un representante de cada facultad. En esa ocasión se
me elige por la Facultad de Derecho y llego a ser redactor de la revista,
ya que la redacción se conformaba con dos representantes por Facultad.
Eso era para "Studium" solamente y no para representar a la AEU.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Para 1921-22 yo vi vía en San Martín. En ton ces El Salvador estaba


encendido una vez más por la sucesión presidencial. El candidato de la
dinastía de los Meléndez-Quiñónez era el doctor Alfonso Quiñónez Molina
y el de la oposición Miguel Tomás Molina.
Un día me dice doña Marín:
-¡Miguelito! ¿sabés una cosa?.
-¿Qué?.
-¡Que va a salir de candidato a la presidencia el
doctor Miguel Tomás Molina!.
-¡¿De veras?!.
- j sí!.

El entusiasmo de ella era porque era su compadre.


-¿Sabés? ¡que vas a ser nuestro correligionario!.

'Perezoso.

109
Y la señora me entusiasmó tanto, que llegué a ser correligionario del
doctor Molina, en 1922.
[Miguel Mármol 2]

Realmente no tuve problemas para participar en la política estudiantil


siendo extranjero. Y es que los estudiantes decidían, eran actividades y
decisiones populares dentro del cuerpo estudiantil y no había ninguna
limitación.
Pero se daba cierta discriminación con los no-guatemaltecos, cierto,
sobre todo con los salvadoreños. ¡Porque los muy canijos chapines nos
decían, y nos siguen diciendo, guanacos! 2 • Pero no era muy profundo el
asunto.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Llegué a ser Secretario del Partido molinista, en San Martín, y qué


arrastre tuve como partidario de Molina. Toda aquella chiquillada,
todas aquellas amistades mías se hicieron al Partido de Molina. Al grado
que, estando en un baile, me llevan preso. Entonces, yo escapé. Y así
es tuve.
Todos aquellos campesinos que se habían hecho amigos míos se
hicieron también molinistas y causé odio entre la gente reaccionaria de
San Martín. ¡Me veían con odio, con furia!.
Viene la persecución. Se declaran todos ellos contra el molinismo.
Entonces, Leopoldo Parada, jefe de la patrulla, llega y capturan primero
a un personaje de San Martín: a don Luis Rivas Vides. Cuando lo capturan
llega el dueño de la farmacia, don Gabriel Ortiz, a despertarme:
-Capturaron a don Luis, ¡Ponéte al escape porque
ahí andan las patrullas capturando!.

2
Guanacos es el sobrenombre dado a los salvadoreños, así como se reconoce como chapines a los guatemaltecos, ricos a los de Costa Rica,
o nicas, a los nacidos en Nicaragua.

110
Como yo era una fiebre de molinista, ya era un molinista de cuerpo
entero, me traslado a San Salvador en una carreta. Yo como si fuera un
bulto de algo y mi prima, Josefina Mármol, sentada sobre mí. Y así
pasamos.
La carreta nuestra no me la registraron porque la muchachita era
muy conocida. Y paso así. Llego a San Salvador. Las patrullas, por todos
lados buscaban contrarios.
Me estoy en San Salvador. Pero apenas llegando ¡ raz ! , ¡saco toda mi
energía molinista en la capital!. Pero mi edad no me ayudaba. No podía
estar en todas las reuniones. Pero estaba en muchas.
Voy viendo la disposición de las mujeres por el molinismo: ¡Las
mujeres de todas las capas sociales; no sólo pobres!. Y se prepara la gran
manifestación del 25 de diciembre. Ese día le llamaron a San Salvador,
11
San Salvador Azul 11
• Porque calles y avenidas estaban adornadas con
papeles, adornos azules, que era el color de Molina. Y todas las
mujeres lucieron sus vestidos de azul intenso. Esta manifestación fue
ametrallada el 25 diciembre de 1922. Aquél San Salvador azul y aquella
alegría se tornó en tristeza, llanto y sangre: se volvió San Salvador rojo.
Entonces pongo más a la escapa ... y no hay otro escape que San Martín,
otra vez. En los lugares míos, regresar al lugar ... Regresar a San Martín.
Ya era más seguro. Y con mi familia a un lado.
[Miguel Mármol 2]

Había en ese año de 1920 en la ca pi tal del estado de Guatemala una fuerte
emigración de trabajadores de la sección de El Salvador, emigración que
tuvo su origen en el fracasado movimiento burgués de Arturo Araujo
contra la dinastía que definitivamente se estableció en aquella sección con
el actual presidente, el sanguinario Alfonso Quiñónez Molina.
Entre los trabajadores de la sección de Guatemala y entre los
emigrados, había elementos convencidos de que era necesario ir más allá
del unionismo sentimental, que era necesario poner toda actividad en

111
organizarse en base a principios socialistas. Como es de comprender, esta
orientación venía del entonces reciente triunfo del "bolshevikismo" en
Rusia.
Esa ideología trajo como consecuencia que la Unificación Obrera se
transformara en "Unificación Obrera Socialista" el 1° de mayo de 1921.
[Max Melgar González]

1922 fue un año común y corriente para esta Guatemala de la Asunción,


o mejor dicho, para sus pobres y sufridos pobladores que estaban ya
acostumbrados en su inmensa mayoría a sufrir toda clase de privaciones
en lo económico y de vejaciones por obra y gracia del poder público, en
lo moral. Caído el gobierno de Carlos Herrera -por el golpe militar
encabezado por José María Orellana y propiciado desde Washington-, los
Estados Unidos se apresuraron a darle la bendición al nuevo gobierno.
Verificado el hecho por otra parte incruento, la vida siguió su ritmo
de miseria y penurias, agravada con la sempiterna carencia de fuentes de
trabajo. Grande era la cantidad de obreros que deambulaban por las calles
en busca de ocupación. Entre ellos estaba yo mismo.
[Antonio Obando Sánchez 1: 35-36]

Una vez realizada la matanza de mujeres en San Salvador, todo el país se


v10 en vuelto en una verdadera cacería de molinistas.
En este clima, llega a San Martín un señor muy malo, don Jesús
Hernández, oriundo de San Vicente. Un negroide, ojos de serpiente, alto.
Y llegó con toda la furia del caso porque San Martín fue ocupado, como
todos los pueblos molinistas, militarmente.
Mis enemigos le hablan de mí y resulta la casualidad de que mi
mamá era cocinera y trabajaba en la plaza. Llega este hombre, Jesús
Hernández y averiguando quién era mi mamá, la encuentra:
-¿Usted es la madre de Miguel Mármol?
-Sí señor, yo soy su mamá.

112
-¿¡Dónde esta él!?
-No sé señor, no sé dónde está.
-Mire; usted me va a dar la comida a mi tropa y a
mí, ¡ay si me sale un soldado enfermo!
-Está bien señor, con todo gusto. Le sirvo.

Mi mamá era una gran cocinera. Les da la comida y agrada a la tropa


y agrada al jefe, ¡al mismo señor Hernández!
Los agrada y se hace amiga de él. El señor Hernández lleva a su
esposa Zaida al pueblo. Ella era vicentina, jovencita, preciosa. La lleva
a San Martín y la mejor amiga que encuentra Zaida es mi mamá. Mi mamá
era cariñosa, amorosa con las jóvenes. Mi madre le cuenta de mí, ella se
enternece y empieza a decirle a su marido quien era yo.
Por su parte, los hombres empiezan a investigar y van encontrando
quién era realmente yo. Por ello el jefe militar manda a llamar a mi
mamá:
-Mire, busque a su hijo y que se venga a guarnecer
aquí mismo. Que se venga para acá.

Mi mamá le creyó ... las madres no se equivocan. Se va a donde mí


y me le salgo enojado yo:
-¡Cómo va a creer que me voy a ir a donde la
fiera, a las garras del lobo!
-¡No hijo, mirá ... !

¡Ella ya había logrado hacer amistad!


-¡Bah, pues cualquier cosa, usted es la culpable!

Y paso donde el hombre. Ahí me tiene mientras hay la persecución:


entre la comida de él iba la mía. Cuando pasa todo, la represión, me
liberta. Me voy. Me dedico a trabajar.
La Zaida era muy jovencita y le pedía permiso a su marido que si

113
salía conmigo a tal lugar: de paseo. Y le dice que sí. De esa forma
empiezan las cartas contra mí, diciéndole que me habían visto con su
esposa en tal parte. ¡Todo lo hacían enemigos míos!.
Pero yo siempre fui cuidadoso de no cometer una estupidez, de no
propasarme con una amistad. Un día me llama el señor Hernández y me
tira las cartas de frente:
-Lea todo eso. Lo llamo, no porque crea todo esto
ya que las salidas con usted son con permiso mío.
Ella me pide permiso. Le llamo para que vea los
enemigos que tiene aquí. Cuídese de ellos.

¡Eso hace don Jesús Hernández conmigo!. Don Jesús aparece muerto,
enseguida, allá por Chalatenango.
[Miguel Mármol 2]

Tratando de mejorar mi situación, por los años de 21-23, me enrolé en la


compañía de energía eléctrica de origen norteamericano, conocida en
Guatemala como "Papi Ka-listo".
Más tarde regresé al taller de carpintería, pero no contento con mí
situación -y falto de experiencia- me fui a las plantaciones bananeras
de la costa norte, con el fin de progresar en mi oficio. El resultado fue el
que mí maestro del taller me había predicho: peores condiciones de
trabajo, un calor insoportable y el paludismo como moneda corriente.
[Antonio Obando Sánchez 1: 37-38]

La diferencia de clases estaba enmarcada en la manera de vestir y en la


manera de vivir. Todavía había muchas casas de rancho, las casas no eran
sino ranchos de paja. Las verdaderas casas eran de bajareque con teja.
Con tejado pero sencillas: con su ventana, su puerta, alguna con su
comedor. Aquí estamos hablando de la pequeña burguesía, de la gente que

114
podía.
En San Salvador, en 1920-22 ya hay casas de cemento armado. Había
palacetes, y hasta entonces ya corrían los carros Cádillac. Las casas
tenían pisos de piedra labrada, de adoquín. Las personas pudientes yo creo
que toda vía también usaban esos pisos, no había el desarrollo de
ladrillerías como ahora.
Las casas de San Salvador, las más, eran bajitas, de lámina y
madera. Los ricos usaban casas de cemento armado. Los demás servicios,
como el inodoro, entonces eran de zanja: letrinas de hoyo, hasta en la
ca pi tal.
¡La gen te cocinaba con leña!. Toda, con leña y carbón. ¡Era un gran
negocio de los campesinos, vendiendo leña, vendiendo carbón en las calles
de la ca pi tal!
Pero también en la forma de vestir se notan las diferencias de clase,
ahí se ve bastan te. Por ejemplo, la gen te del campo de los volcanes:
nagua, enagua de mucho revuelo, larga. Aún en la capital, usaban largo.
La que medio usaba rabón le hacían burla, la consideraban "fuera del
orden". Eso se comprende hasta hoy, hasta hace pocos años que usó la
gente ropa corta. Las mujeres del campo usaban mucho el color azul, el
amarillo, ¡amarillo chiltoto!. Y eran así: que dé revuelo las enaguas.
[Miguel Mármol 2]

Por ese entonces había en Honduras revueltas internas por el poder y los
caudillos Barahona, Carías, Perrera, etcétera, que para diferenciarse
usaban llamarse con colores rojos, azules, blancos, periódicamente
reclutaban gente para sus fines, es decir, llegar al poder. Agentes de estos
grupos llegaron a Morales y Bananera -en la costa norte guatemalteca-
y reclutaban hombres para "ir a trabajar a La Lima" (Honduras), con
salarios equivalentes a tres quetzales.
Ese señuelo me cautivó; firmé la lista de contigentación y un buen
día partimos en tren hacia Entre Ríos; bajamos y cruzando el Motagua nos

115
internamos en la selva; fatigados arribamos a Omoa, de allí a La Lima.
El instinto de conservación me llevó al diálogo con hombres que
consideré me informarían sobre la manera de encontrar pronto trabajo, y
sorprendido de eso, uno de ellos me dij o:
-¿Cómo, usted no viene en el cupo?
-¿Qué cupo?
- ¡Ah!, a ustedes los han engañado, aquí no hay
demanda de trabajadores, lo que sí hay es demanda
para hacer la revuelta de los grupos, para guer-
rear. Si usted puede, apártese de esto pues va a
morir por los grupos que se baten aquí por el
gobierno y sus opositores ...

Esto me puso los pelos de punta; tomé mis maletas y partí hacia San
Pedro Sula -todavía en Honduras-, en donde pronto encontré trabajo en
carrocería. Pero estando solo y nostálgico opté por regresar a Bananera:
a mi Guatemala.
[Antonio Obando Sánchez 1: 38-39]

Sí, había una gran diferencia. Y como decía, la gran diferencia estribaba
en esto: el trabajador del campo, los más, andaban a pie descalzo.
Algunos con caites 3 , generalmente sucios, remendados. La gran masa del
campo que ha hecho el capital salvadoreño andaba en esa forma.
Por el contrario, en la ciudad o en los pueblos desarrollados estaba
la que le decían "mengalita": la muchacha que usaba bonita blusa, tipo
española, peinado español, peineta, peinetón, ¡buena burguesa!. Es decir,
las capas sociales se iban viendo bien; se iban viendo bien las capas
medias: ya con más largo. Y las ricas: de sombrero. Era un distintivo el
sombrero. Tan to extranjeras como salvadoreñas ricas usaban el sombre-

'Especie de huaraches miserables.

116
ro ... y guantes ...
[Miguel Mármol 2]

* El parto de lo rojo

Creo que, eso de la rebeldía, ya lo traía por haber visto las actitudes de
mi padre, ¡fue un rebelde, siempre en contra del gobierno!. Y yo heredé
eso de luchar contra los despóticos que oprimían. Las primeras lecturas
mías del marxismo, ni mi padre las conoció, sino que se entera cuando
tenía ya tiempo en eso.
¡Y fui como él de rebelde! ... Precisamente, por eso he luchado en
todo movi mi en to popular; poco a poco más consciente y, con el contacto
que tuve con los obreros, viendo cómo vivían, me fui haciendo amigo de
ellos.
[Miguel Ángel Vásquez]

Después de mi experiencia en Honduras, y de una breve estancia en la


costa norte, regresé a la capital a curarme del paludismo. Por la vía de las
cartas, los carpinteros y compañeros conocidos me informaban que h.abía
mucha efervescencia en "organización sindical", que era entonces cosa
nueva. Nada entendía de esas palabras, pero como me lo escribían mis
mejores amigos me fui interesando.
Me integré como operario a una fábrica de muebles, propiedad de un
alemán de apellido Hildermann. No gané tres quetzales pero sí el
equivalente a 1.50 ...
[Antonio Obando Sánchez 1: 39]

Con mis conocidos obreros, primero teníamos reuniones sin ningún fin

117
político, nada más ayudándolos a comprender cosas que no entendían:
políticas, legales, sociales ... Siempre les daba alguna plática sencilla,
pero que a ellos les gustaba. Y les gustaban mis pláticas porque eran cosas
que no habían tenido la oportunidad de ver, de escuchar. .. Realmente, así
me fui haciendo amigo de ellos.
Cuando pasaba hacia la Facultad de Derecho, había un maestro
carpintero llamado Julio Alberto Del Pinal 4 • Era un hombre muy rebelde,
que estaba sordo como resultado de las palizas que le había propinado la
policía, por lo que tenía cicatrices en la cabeza. Él, me fue presentando
con otros más, entre los que vino un zapatero de apellido Cumes 5 •
[Miguel Ángel Vásq uez]

... después gané dos quetzales al día. Por supuesto, la efervescencia


sindical se extendía; los sindicatos de gremio se formaban; el abandono
de las antiguas formas societarias era un hecho que casi se palpaba.
Asistía con otros amigos a cuanta asamblea era convocada.
[Antonio Obando Sánchez 1: 39]

Yo no sé por qué hoy los compañeros hablan de "incipiente movimiento",


¡si era fuerte, masivo! ... Pero artesanal, manufactura artesana ...
Artesano es el que trabaja él solo con su familia. Pero, en El
Salvador, no. ¡Eran obreros los que trabajaban en los talleres! Eran
talleres de cien trabajadores, de cincuenta, de cuarenta ... ¡Y el capataz
no existía!. Existía, propiamente, la división del trabajo .. .
[Miguel Mármol 2]

4
Nacido en Antigua, Guatemala, se adhiere al Partido Unionista en febrero de 1920. A decir de Antonio Obando Sánchez, participó en la
Unificación Obrera Socialista. Fue conocido por su sobrenombre de El Sordito Del Pina!.

5
Antonio Cu mes. Zapatero, nacido en 1886. Miembro de "El Porvenir de los Obreros", al menos desde 1915. Participante de la Unificación
Obrera Socialista.

118
El 5 de diciembre de 1921 llegó a la presidencia de la sección de
Guatemala un miembro del Partido Liberal, el histrión José María
Orellana.
Y todo lo que el Partido Conservador había concedido a los
trabajadores, obligado por las circunstancias como decíamos antes, fue
anulado por el gobierno de Orellana. Fueron comprados con empleos
públicos algunos miembros de "Unificación Obrera Socialista" entre ellos
el actual director de la policía y el inspector general de la misma.
[Max Melgar González]

El Gremio de Carpinteros no queriendo quedarse atrás, también se


organizó; contaba entonces, al inicio, sólo con los talleres pequeños que
fueron los más entusiastas; pronto entendieron que para mejorar su fuerza,
frente a los patronos, era necesario atraer a los obreros de las grandes
fábricas de muebles y aserraderos. Los directivos de este sindicato
edita ron y repartieron continuamente boletines y manifiestos, llamamien-
tos del sindicato; formularon invitaciones al conjunto de los trabajadores
de los talleres grandes y pidieron muchas veces que concurrieran
delegaciones, las cuales debían ser electas o nombradas para representar
a tal o cual fábrica ante el sindicato en sus asambleas generales que se
verificaban en el edificio de la Cooperativa y Caja de Ahorros del Gremio
Obrero.
Allí nació el Sindicato de Carpinteros, cuyos dirigentes eran
Perfecto Lar a, Antonio de la Roca, Alfredo de León, J oselino Monroy,
Narciso Grajeda, Domingo Corado y otros compañeros; los unos eran
artesanos con tallercitos, los otros eran simples asalariados.
[Antonio Obando Sánchez 1: 39-40]

Después de algunos días de intentos frustrados pude ingresar como


aprendiz en el taller capitalino de Felipe Angulo, llamado Zapatería "La
Americana". En los primeros días mi trabajo consistió en barrer el local

119
y en regar la calle y la vereda, para que el viento no levantara tanto
polvo.
Como el maestro Angulo vio que yo era cumplidor me pasó muy
pronto a otros quehaceres más cercanos a la mera confección del calzado.
Poco después, me incorporó formalmente al grupo de aprendices y me
otorgó como sueldo los tres tiempos de comida en el cercano Mercadito
Meléndez. Fue entonces que pude aprender verdaderamente el oficio.
El maestro Angulo era analfabeto pero le interesaba estar informado
al detalle de la marcha de los acontecimientos nacionales y mundiales y
siempre andaba metido en discusiones de todos los colores y tópicos,
fundamentalmente de carácter político.
[Miguel Mármol 1: 38]

Fue mi hermano Felipe Armando A maya quien me catequizó. Principió por


ponerme al tanto de las enormes injusticias que prevalecen en el sistema
capitalista. Con gran empeño trató de explicarme los principios básicos
del Socialismo Científico.
Fue el director de mi actividad intelectual. Me impulsó a luchar. Me
animó siempre. Me criticaba con amabilidad.
[Graciela A. García 1: 19-20]

Como decía, fuimos invitados a ingresar al sindicato y un buen día los


operarios del taller de don Rómulo Feltrín me invitaron a una junta al aire
libre; allí leyeron una invitación expresa para la gran asamblea que se
verificaría el próximo domingo por la mañana. Existía el problema de que
la Feltrín no contaba con representante, y a propuesta del compañero
Mariano Castillo González, fui electo para representar a los trabajadores
de ese taller, en ese tiempo el mayor de la república.
Con ese mandato me pres en té a la magna asamblea y, llegado el
momento, los asambleístas otorgaron al representante de los trabajadores

120
de Feltrín el saludo de bienvenida. Como había que integrar y ampliar el
Comité Ejecutivo del sindicato, se pasó a proponer candidatos y al
verificar el escrutinio fui elegido para ocupar la vacante.
[Antonio Obando Sánchez 1: 40-41]

El maestro Angulo me ayudó muchísimo, pues, como he dicho, no se


limitaba a ser un oyente atento, un digeridor de lecturas ajenas que
causaban placer e inquietud. Más aún: periódicamente, y cada vez más a
menudo, organizaba en su casa reuniones secretas con personas de
distintas categorías sociales.
[Miguel Mármol 1: 39]

* Entrada de las ideas bolcheviques

En la capital guatemalteca se encontraba por entonces n u e s t r o


compatriota Miguel Ángel Vásquez, deportado de El Salvador por
comunista. Este compañero fue, junto con los que fueron mencionados en
su oportunidad, uno de los primeros introductores de las ideas marxistas
en Centroamérica y era en realidad una personalidad muy respetada por su
talento y su gran información. Como conocía idiomas, sobre todo el
francés, leía los impresos marxistas de Europa y los traducía para uso del
movimiento revolucionario de nuestros países.
[Miguel Mármol 1: 109]

Haciendo honor a la verdad, lo que dice Mármol de que yo hablaba el


francés, no es cierto, porque lo aprendí a cabalidad sólo hasta que llegué
a Europa. Naturalmente sabía algo de francés, ¡pero no tan to como para

121
hacer alguna propaganda!.
Trataba, aún dentro de mis compañeros de la Facultad, de ver s1
ellos aceptaban algo de "las ideas", pero nunca logré nada. Contrariamen-
te, en las pláticas que yo tenía con los obreros, sí creo haber logrado
algo. Y quiero decir que, además de lo que iba leyendo del marxismo
(poco a poco, con tropezones), me influyó mucho el movimiento de la
Gran Revolución Socialista de Octubre. ¡Y eso fue de una manera
enorme!, porque para nosotros, o por lo menos para mí, fue de una
importancia vital. En pocas palabras, me ayudó muchísimo la idea de que
se intentara hacer algo, no como aquello, pero cuando menos un principio,
algo parecido. Fue para mí, como digo, un gran impacto que me ayudó
mucho.
[Miguel Ángel Vásquez]

¿Por qué a nosotros nos interesó la Revolución Soviética?. Es que la


situación en El Salvador era igual a la de Rusia: la gran Rusia era muy
atrasada y estaba en el mismo marco económico que en nuestro país. ¡Y
hasta más desarrollado estaba El Salvador!, porque en Rusia no había las
grandes concentraciones agrícolas, digamos de trigo, y en El Salvador
había las grandes fincas de café que rendían cantidad. Era más rica
nuestra patria, más capitalista en ese sentido. Teníamos un proletariado
agrícola y en Rusia no: allá había un campesinado estilo feudal, depen-
diente del sistema de la renta. Mientras tomaban el poder los bolchevi-
ques, en Moscú se alumbraban con gas y los pobrecitos cocinaban con leña
y carbón. El Salvador ya estaba bien iluminado de focos, me acuerdo:
morados, rojos ... ¡bien iluminado El Salvador, en comparación al Moscú
de 1918!.
Sí, las ideas comunistas entraron por la vía indirecta.
[Miguel Mármol 2]

122
Hasta 1920, fue que leí el Manifiesto del Partido Comunista de Marx y
Engels. Me lo dio un vendedor ambulante de libros que andaba de casa en
casa. Era español. Después de presentarse, me enseñó todos los libros que
llevaba y, de repente, entre los libros vi un folletito:
- Y ése cuadernillo ¿qué es?
-¡Ah! ése no lo vendo.
-¿Por qué no?
-Porque no, yo creo que está prohibido y ...

Pero ya había oído hablar del Manifiesto, así que le dije que me lo
diera:
-¡Está bien, te lo daré, pero me lo devuelves!
-¡Sí, cómo no. Claro que se lo devuelvo!

Y así fue como lo vi. Después, se lo devolví y ya no tuve con tacto,


duran te un buen tiempo, con ninguna literatura revolucionaria.
[Miguel Ángel Vásquez]

La toma del poder de los bolcheviques hizo un escándalo mundial, furioso,


de las transnacionales. Y estas informaciones hablaban de que la tierra les
había sido arrebatada a los latifundistas, a los terratenientes; que las
fábricas trabajadas por los obreros, que las riquezas naturales y todo era
del pueblo, riquezas administradas por el Estado.
Y toda esta propaganda que hacían para enfurecer a las burguesías
locales, a nosotros nos agradaba. Para nosotros eso era bueno. Es así
como uno se va haciendo juicio de que el bolchevismo era bueno.
Decíamos: 11
pues sí, eso está bueno 11

Los periódicos hablaban de cómo estaba racionado todo, que había


un racionamiento terrible. Y la gente decía:
-Preferimos este racionamiento que aguantar
hambre.

123
¡Y es que lo negativo lo agarraban positivo!.
Y se hablaba de que el Estado le arrebataba los niños a los papás,
y decían:
-Es mejor a que se queden aquí y se nos mueran de
hambre.

Así, esa contrapropaganda, hacía propaganda. Porque estábamos


vi viendo una realidad de miseria, de desempleo, de hambre, ¡de per-
secución!. El pueblo agarró eso como bueno, y así fue calando ...
[Miguel Mármol 2]

En una de las charlas que tuvimos Agustín Farabundo Martí y yo, cuando
él estuvo exiliado por primera vez en Guatemala, me preguntó:
-¿Dónde podría encontrar algo de literatura mar-
xista?
-Pues aquí es muy difícil, en las librerías no hay.

Y le conté cómo había adquirido El Manifiesto.


-¿¡Quién es él!?
-El español no tiene puesto establecido, no tiene
librería. Anda siempre vendiendo sus libros de
manera ambulante, visitando las casas particula-
res. Pero, si lo veo, le puedo preguntar.
-¡Sí, me interesa hablar con él!

Cuando me encontré al español, le hablé del interés que tenía Martí


por verlo; le di sus datos para que lo buscara ... deben haberse reunido.
Con Martí nos seguimos viendo:
-¿Qué posibilidad hay aquí que, entre los com-
pañeros de la Facultad, alguien se interese en la
literatura marxista?

124
-Pues es muy difícil. De todos los que he tratado
yo aquí, casi todos son contrarios a "las ideas".
-Ni modo. Pero yo he conseguido un libro, a
través del español: El Estado y la Revolución.
Estoy terminándolo, ¡y si quieres, te lo voy a
prestar ... !

Así fue. Me lo dio a los días, y ése fue el único bagaje revo-
1ucionario que tuve ya que no había otro.
[Miguel Ángel Vásquez]

¡Las noticias llegaban por las transnacionales!: las prensas y todo eso.
Pero, poco a poco, también mediante la marinería europea ya que, entre
ellos, había revolucionarios.
Después de Panamá, es en Honduras que entra la literatura
revolucionaria. Honduras tiene costas abiertas para la marinería y es ahí
donde se dan el lujo de tener más literatura revolucionaria. Donde entra
por último es en El Salvador ...
Guatemala era privilegiada, porque siempre ha sido muy visitada de
los extranjeros. Pero a El Salvador, más pobre, entraban más restringidas
las noticias y las propagandas.
Como no teníamos puertos como para que llegaran marinos y nos
dieran propaganda, era menor el flujo de las informaciones en El
Salvador. Pero lo que se llama bolchevique, penetró El Submarino
Bolchevique; llegaba de Panamá pero editado en la Unión Soviética. Por
esa vía llegaban a El Salvador las noticias, la literatura revolucionaria.
Tuve la suerte de leer esa revista, donde se hablaba de muchas
cosas: aparecía la mujer liberada con sus hijos; el campesino trabajando
libremente sus tierras. Ahí, en las láminas, se veía claramente. Y era una
literatura, digamos, inquietan te.
[Miguel Mármol 2]

125
Un año después de la gloriosa toma del poder por los bolcheviques, los
trabajadores hondureños dieron los primeros pasos en la senda revolucio-
naria. Compañeros entusiastas y decididos procedieron a organizar
círculos de estudios marxistas que fueron el embrión del partido de los
trabajadores. En los círculos participaron obreros, artesanos, estudiantes
e intelectuales avanzados. Desde entonces datan las sociedades de
resistencia y los periódicos proletarios. La juventud obrera y estudiantil
prodigó su entusiasmo y su aporte material para tan provechosas activi-
dades ...
[Graciela A. García: 94-95]

A nosotros nos gustaba leer la literatura revolucionaria, pero era


clandestina. Yo no he podido saber cómo, pero penetraba. ¿Por qué
medio?, ¡a saber cómo!. De esos marinos revolucionarios, alguno se
quedaba en tierra y llegaba hasta El Salvador. Llegaban a San Salvador,
iban a dar su vuelta. Pero yo no sé por qué vía llegaba, por qué medios,
la propaganda esta del Submarino Bolchevique, que era muy buena ... yo
la leí, la tuve en mis manos.
En El Salvador no existían vendedores ambulantes de libros. Habían
casas que vendían libros, algunas personas que vendían libros, pero eran
establecidos.
[Miguel Mármol 2]

Los principios enunciados por los grandes maestros del proletariado


universal, Marx y Engels, eran abrazados con pasión. Se empezó la
siembra de las ideas socialistas. Se realizó una labor de agitación y de
propaganda entre las masas y años más tarde se procedió a la organización
del partido de la clase obrera.
[Graciela A. García: 95]

126
Bueno, quien vendía bastante literatura revolucionaria era la profesora
Rosa Ochoa. Por eso le cerraban la librería siempre: porque ahí se
conseguía El Poder Soviético y varias otras obras de la época. Tenía la
inteligencia de que le llegaran estos libros. Pero no se los vendía a
cualquiera, sino a gentes que ella conocía.
La librería estaba céntrica. Ana Rosa Ochoa fue bastante per-
seguida, fue bastante golpeada por la policía. Pero ella siempre penetraba
la literatura. Era lo que se conocía como una buena fuente de literatura
progresista.
Me olvido del nombre de la revista francesa que traía mucha
información comunista y de la Unión Soviética: estaba editada en París.
Yo conocí al director de ese centro: Ekclay. Era el editor de esa revista.
También llegaban periódicos de la misma España y de otros lugares.
De México, leímos bastante El Machete.
Asimismo entraban escritos de los anarquistas, cantidad. Su origen
era México, Argentina y España. Para los reformistas, de Estados Unidos,
de la Federación Americana del Trabajo.
Quizá el más privilegiado en Centroamérica fue El Salvador, en ese
sentido. Porque hubo la penetración masiva de propaganda. Fue cuando
salieron las distintas corrientes en la Regional de Trabajadores y se
dividió el movimiento ... ideológicamente.
[Miguel Mármol 2]

El nombre por el que se me conocía en México era Frank Seaman. Se nos


arrestó unos cuantos meses después del 1° de mayo de 1921, cuando los
miembros de la Confederación General de Trabajadores (CGT), entre ellos
varios extranjeros, habíamos realizado un mitin frente a la estatua de
Juárez en la Alameda. Me tuvieron incomunicado junto a Sebastián San
Vicente, un activista español que había reclutado: él militaba en el
movimiento, siendo entonces del Comité Ejecutivo de la CGT.
Nos iban a deportar a los Estados Unidos. Sin embargo, una

127
delegación de la CGT se enteró de eso, a través de mi esposa, y fueron a
ver a Obregón, que era presidente en aquel tiempo, y protestaron contra
el intento de enviarme a los Estados Unidos; y no me mandaron. Nos
embarcaron a San Vicente y a mí a Manzanillo, y de ahí nos deportaron
a Guatemala.
Estuvimos en Guatemala alrededor de un mes durante el cual, en
gran parte gracias a los esfuerzos de San Vicente que realmente era muy
capaz en ese sentido, hicimos contacto con algo parecido a un movimiento
guatemalteco; fue allí, en Guatemala, que recibí el nombre de Manuel
Gómez.
[Charles Francis Phillips: 13]

* Los primeros partidos comunistas

El único grupo político guatemalteco que compartía criterios y mantenía


relaciones con nosotros, como Internacional Comunista, era la Unificación
Obrera Socialista que por 1922 podía trabajar únicamente de manera
clandestina. Su intento de editar un periódico legal terminó con la
clausura de la imprenta y el encarcelamiento de dos compañeros. En la
capital el grupo contaba con 90 compañeros. Funcionaban también
pequeñas secciones en las regiones mineras.
[Edgar Woog]

Como yo les decía a los obreros con los que mantenía pláticas esporádi-
cas: 11
¡hay que traer, hay que traer más! 11
, pues fueron invitando a más y
más compañeros, hasta que se juntaron los ocho con los que trabajaba. De
esta forma, cuando se organizó el Partido, yo era el único intelectual, ya
que todos los demás eran obreros y artesanos. A partir de ese primer
núcleo de conversación es que se forma el Partido, cuando teníamos un

128
número, más o menos, como de treinta camaradas.
[Miguel Ángel Vásquez]

Nosotros propusimos a los compañeros de Guatemala fundar un partido


legal a pesar de las dificultades. Éste podría salir con consignas social-
demócratas, lo cual llevaría a fuertes controversias con los anarquistas.
En Centro y Sudamérica, los anarquistas y los así llamados sindicalistas
11
puros 11
formaban una 11
bonita pareja con los oportunistas europeos. Las
11

dos tendencias acometían ciegamente contra todo lo que provenía de la


Internacional Comunista. Era muy difícil encontrar alguna forma de
colaboración con estos elementos.
El problema de la propaganda comunista en las empresas sin-
dicalizadas era común para todos los partidos centro y sudamericanos.
También la táctica del 11
Frente Unido para Reivindicaciones Comunes"
encontraba la resistencia de los artículos injuriosos redactados por los
anarquistas que se enfrentaban contra todo lo que provenía -directa o
indirectamente- de la Internacional Comunista.
[Edgar Woog]

Pero, en la reunión de fundación, quizá nos reunimos sólo como veinte,


porque el lugar que habían encontrado era muy chico, ¡apenas cabíamos
todos!. No recuerdo la fecha exacta pero podría decir que la reunión
fundadora se llevó a cabo entre 1922 y 1923. Si no me equivoco fue a las
afueras de la Ciudad de Guatemala ... Los compañeros que asistieron a esa
reunión fueron, entre otros, Alberto del Pinal, Antonio Cumes, un
carpintero que se llamaba Luis Villagrán 6 , el panadero Luis Chigüichón 7

6
Luis Villagrán y García. Uno de los primeros obreros en militar en el Partido Comunista de Guatemala. Participa, junto a Del Pinal, Obando
Sánchez, Cumes, Virgilio Guerra y Miguel Mármol en el intento de fundar nuevamente el PC de G, durante el año 1946.

7
Juan Luis Chigüichón Bran. Nacido en Villa Nueva, Amatitlán. Después de toda una vida de lucha en las organizaciones comunistas, se
radica en Costa Rica a finales de los años 40, abandonando la actividad política.

129
y otro carpintero llamado Antonio Obando Sánchez.
[Miguel Ángel Vásquez]

De 1922 a 1932, fue para mí una década de múltiples experiencias y


enseñanzas; en esa década al concurrir y militar en nuestro sindicato, fui
invitado por jóvenes que ya militaban en un partido de la clase obrera, que
se llamaba entonces Partido Comunista de Centroamérica (Sección de
Guatemala). Con invitación expresa, sellada y firmada con el emblema de
la hoz y el martillo, me citaron para incorporarme. Es claro que otro gran
amigo mío me había invitado para que, como él, militara en dicho partido.
Concurrí a la hora; dos amigos que me apadrinaron dieron informe de mi
conducta y todo lo que de mí sabían y pidieron que se me leyera la línea
política y la declaración de principios que el Partido sustentaba.
Concluida la ceremonia se me preguntó si era mi voluntad ingresar ya o
más tarde al Partido; respondí que aceptaba todo lo allí leído y explicado,
y que mi deseo era ingresar de inmediato. Acto seguido el Secretario
General me tomó el juramento de ser fiel a la clase obrera.
[Antonio Obando Sánchez 1: 43-44]

Todos los compañeros nombrados ya habían experimentado los rigores de


la lucha, ya sea en el unionismo obrero, en organizaciones mutualistas de
artesanos o en cualquier otra asociación de trabajadores. Todos eran muy
responsables y destacados en la lucha, pero al compañero Cumes le tocó
ser el primer delegado del Partido ante la Internacional Comunista.
[Miguel Ángel Vásquez]

En el año de 1922 se produjo la fundación del Partido Comunista de


Honduras. Se convocó a una asamblea que tuvo verificativo en la ciudad
de San Pedro Sula y en ella se nombraron a las comisiones para la

130
elaboración de estatutos, programas y fundamentación de la táctica a
seguir. Se eligió el Comité Ejecutivo, llamado a dirigir las actividades de
la nueva organización, recayendo el cargo de Secretario General en la
persona de Manuel Cálix Herrera. Se eligieron también los Comités
Seccionales y se aprobaron, después de largas discusiones, el programa,
los estatutos y la táctica.
Frente a los partidos tradicionales surgió así el Partido Comunista
de Honduras que se impuso desde un principio la lucha contra el imperia-
lismo y la oligarquía, por la redención de las clases explotadas, por la
instauración de un régimen democrático, por la paz y la independencia
nacional.
[Graciela A. García: 99]

Nosotros organizamos al Partido en base a una estructura corriente para


este tipo de agrupaciones, por lo que había un Secretario General, un
Secretario de Educación y otro de Organización ... Una de las tareas
fundamentales del Partido fue la de organizar sucursales en Quetzaltenan-
go, Retalhuleu, Huehuetenango, la Capital, Mazatenango y Puerto Barrios.
Al principio, ¡y se podría decir que hasta el final!, el sector donde el
Partido tenía mayor influencia eran los artesanos; artesanos que tenían su
tallerci to, como una zapatería, una carpintería, una sastrería, ¡y eran
dueños de lo que tenían!
[Miguel Ángel Vásq uez]

Los miembros de la Unificación Obrera Socialista (UOS) que permanecie-


ron fieles a los principios enviaron un delegado al congreso de la Juventud
Comunista de México, celebrado en 1922, con amplias facultades para
pactar con dicha institución, habiéndose llegado al acuerdo de que la UOS
se transformara en Partido Comunista de Guatemala.

131
Con la invitación a los trabajadores de las otras cuatro secciones de
Centro América, se reorganizó el 1 ° de enero del corriente año ( 1925) el
Partido Comunista de Guatemala, quedando como Partido Comunista de
Centroamérica, incluyendo además a la colonia inglesa de Belice.
[Max Melgar González]

De hecho, el Partido es taba dirigido por artesanos. Dándonos cu en ta de


esta composición, de la abrumadora mayoría de artesanos, se comenzó la
lucha para que se extendiera la acción sobre todo entre los compañeros
sindicalistas. Y es que entre los compañeros del Partido teníamos firme
la idea de que necesitábamos traer obreros hacia la organización, porque
el artesano tenía una mentalidad propietaria, de dueño de lo que tenía, ¡y
necesitábamos un obrero con mentalidad realmente revolucionaria!. Así
lo teníamos en la mente, muy claro, porque esto lo escuchábamos o lo
leíamos de fuentes comunistas ... que había que fundar sindicatos en todas
partes que se pudiera, y eso era lo principal.
[Miguel Ángel Vásquez]

Con el convencimiento de que la prensa proletaria es un instrumento de


educación política y de organización de las masas, se puso a este aspecto
del trabajo una gran atención. Se publicó semanalmente un boletín
mimeografiado, donde se daban a conocer los problemas y las demandas
de los trabajadores. Publicamos también un periódico mural, elaborado
con utilización de recortes de diarios de diversos países, escogiendo
aquellos que daban a conocer los grandes a con tecimien tos de la política
mundial con una apreciación objetiva de las luchas de los pueblos. Para
superar las deficiencias de la teoría marxista, se dispuso estudiar de
continuo las enseñanzas de los grandes maestros del socialismo científico
median te charlas, disertaciones, conferencias, cursillos, etcétera, sobre
temas teóricos, sobre la situación nacional y la línea del Partido. En

132
vibrantes manifiestos se hacía ver a los trabajadores el engaño en que
vivirían mientras apoyaran a los partidos tradicionales -a los liberales
y conservadores- y se les invitaba a que ingresaran en su partido, el
Partido Comunista de Honduras.
[Graciela A. García: 100]

A mí me fue mu y difícil hacer la tarea del trabajo educativo en el Partido


de Guatemala. Pero es que no sólo eran las cuestiones educativas, sino
todo el trabajo que se me acumulaba, ¡era imposible!. Al fin renuncié
porque me daba cuenta que se necesitaba a alguien nada más dedicado a
eso... Pero, ¿a quién se ponía?, ¡no teníamos gen te!. En vista de mi
insistencia, y de que la dirección del Partido veía que no era posible el
que siguiera de responsable, pusieron a un obrero ... ¡Pero era un obrero
todavía más atrasado que yo!. No sé cómo terminó el asunto porque eso
fue poco antes de que viniera el problema ... de que me expulsaran de
Guatemala.
[Miguel Ángel Vásquez]

Durante los años que van de 1923 hasta 1932, el Partido Comunista
trabajó en la legalidad. Durante todo este tiempo permaneció unido
monolíticamente en torno a una dirección querida y respetada. No se
registraron divisiones ni luchas internas, como algunas gentes han llegado
a afirmar. Se registraron acaloradas discusiones sobre distintos tópicos,
inevitables y necesarias en los partidos revolucionarios, pero que no
desembocaron en fracciones.
[ Graciela A. García: 100]

133
* El movimiento de los trabajadores.
La organización sindical

Ya para 1923 y 24 se organizaron varios gremios en sindicatos de hondo


sentido clasista. En las ciudades grandes la labor organizativa abarcó
todos los talleres y atrajo a los trabajadores individuales diseminados:
zapateros, albañiles, carpinteros, fontaneros, barberos, sastres, cur-
tidores, tejedores textiles, panaderos, mecánicos, etcétera. En las
ciudades pequeñas y en los pueblos los sindicatos reunían en una misma
organización a los artesanos y obreros de distintas ramas de la producción
11 11
y los servicios y se le llamaba Sindicato de oficios varios • Bien pronto
se dieron las condiciones para la creación de la Federación Regional de
Trabajadores de El Salvador (FRTS), que iba a ser el gran instrumento con
que la clase obrera comenzaría a darse su lugar en la historia salvadoreña.
La creación de similares federaciones en Guatemala, Honduras y
Nicaragua, y el espíritu centroamericanista profundo de la época
propiciaron la formación de la Confederación Obrera Centroamericana
(COCA) y con ella surgieron las primeras relaciones internacionales de los
trabajadores salvadoreños.
[Miguel Mármol 1: 51]

Es en El Salvador donde la población es más densa de toda América


central. El efectivo del proletariado se eleva a cerca de 500 mil obreros
(250 mil trabajadores agrícolas aproximadamente y un número igual de
obreros asalariados industriales).
Dos centrales pertenecían a la Federación Panamericana del Trabajo:
la Unión Obrera de El Salvador y la Confederación de los Obreros de El
Salvador. Entre las dos, estas organizaciones contaban 2 mil miembros en
1925.
Además había un sindicato de [carpinteros] que adoptaban la
plataforma de la Internacional Sindical Roja.

134
Los empleados de comercio obtuvieron, en virtud de un acuerdo con
los patrones, la jornada de 8 horas a partir del 1° de septiembre de 1923.
Hasta el 29 de mayo de 1926 la Asamblea Nacional no había votado una
ley sobre la protección del trabajo de los empleados de comercio, que
fijaba el máximo de la jornada de trabajo a 8 horas para los hombres y de
7 para las mujeres. Además instituía vacaciones anuales de 15 días. No
tuvimos informaciones sobre la existencia de una legislación referente a
la protección del trabajo de los obreros.
A fines de 1925 se había constituido en este país una Liga An-
tiimperialista, que había realizado una vasta agitación contra el imperia-
lismo de los Estados Unidos, campaña que encontró un potente eco en las
masas obreras. El 17 de enero de ese año la Federación obrera regional
organizó en la capital una grandiosa manifestación contra el imperialismo
norteamericano, en la que participaron más de 1O mil trabajadores.
[J. Korsunsky]

Ya a principios de 1920 los trabajadores hondureños optaron por el


sindicalismo, y fue así como existieron las siguientes organizaciones:
En Tegucigalpa, capital de la República: Sindicato de Oficios Varios
"Redención", Sindicato de Tipógrafos "Juan Gu tem berg", y sindicatos de
barberos, carpinteros, zapateros, sastres y choferes. En San Juancito,
centro minero explotado por la Rosario Mining Company: la Sociedad de
Mineros "El Porvenir" y la Sociedad "La Fraternidad". En San Pedro
Sula, segunda ciudad del país: Sociedad "La Fraternidad", Sindicato de
Zapateros, Sociedad "Alianza Tipográfica", Sindicato de Albañiles y de
Trabajadores de la Aguja. En el puerto de La Ceiba: "Unión Ferrocar-
rilera de La Ceiba", Sociedad "El Porvenir de los Obreros" y el Sindicato
de la Trabajadoras del Tabaco. En el Puerto de Tela: la Sociedad "Fíat",
Sindica to de Ferrocarrileros y de Trabajadores del Muelle. En Puerto
Castilla: Sindicato de Ferrocarrileros. En Juticalpa: Sociedad "Vida
Obrera". En Olanchito: Sociedad "El Esfuerzo". En Progreso: "Sindicato

135
de Tipógrafos, de Zapateros y Choferes".
Además, existieron varias Uniones Campesinas en muchos lugares
del país.
Por otro lado, con el nombre de "Sociedad Cultura Femenina" un
grupo de brillantes mujeres luchó decididamente por las reivindicaciones
económicas, políticas y culturales de los trabajadores.
[Graciela A. García: 82-83]

Al iniciar mi ingreso social entre las masas obreras partiendo de la acción


de nuestro sindicato de carpinteros, fue apareciendo encadenada otra
premisa que fue la idea de conjunto para centralizar a todos los Sindicatos
ya organizados, así como también las asociaciones que por una razón u
otra no habían abandonado su antigua forma mutualista. Con esta
perspectiva en función nos coaligamos en un amplio comité unitario y
dimos más tarde cima a elegir una Central Sindical que por los esfuerzos
de conjunto se fundó por fin con el nombre de FROG (Federación Regional
Obrera de Guatemala). Surgió así porque en ello iba el germen de una
Central Obrera y Campesina similar a las que ya tenían los demás países
de Centroamérica.
El esfuerzo por llegar a fundar orgánicamente nuest~a Central
Sindical (FROG) por los años de 1923 a 1925 y la conciencia de la clase
obrera que ya tenía militancia de lucha, como premio de honor me elevó
a la cima de su dirección.
La patronal de entonces respetó un tanto a los obreros organizados,
que sin personalidad jurídica se la tomaba en cuenta casi como una entidad
de Derecho.
[An to ni o Obando Sánchez 1: 41]

El movimiento obrero de Guatemala fue uno de los primeros en adherirse


a la Federación Panamericana del Trabajo, fundada el 13 de noviembre de

136
1918.
La central sindical se llamaba Federación Obrera, o de una manera
más precisa "Federación Obrera de Guatemala para la Defensa Legal del
Trabajo". En 1922 esta Federación agrupaba a 16 sindicatos con un
efectivo de 1 000 sindicados; en 1925 este efectivo se había elevado a 1
600.
Oficialmente, esta Federación era reformista. Sin embargo, había
duran te 192 7 en sus filas los elementos ideológicamente más heterogéneos,
comenzando por los derechistas, a cuyos ojos los sindicatos no eran más
que cajas de socorros mutuos, y acabando por los anarquistas. En general,
su composición se caracterizaba no solamente por el confusionismo
ideológico, sino también por una estructura poco armoniosa. El fin oficial
de la Federación era asegurar "la defensa legal del Trabajo contra la
ofensiva y la arbitrariedad del capitalismo y del Estado".
La adhesión de la Federación de Guatemala a la Federación
Panamericana del Trabajo no había aportado ninguna mejora a la situación
de la clase obrera de este país tanto en 1919-1924 como precedentemente.
Dos delegados de Guatemala asistieron en 1924 al IV Congreso de
la Federación Americana del Trabajo. Estos delegados fueron secretamen-
te, a causa de las persecuciones practicadas en su país, y formularon una
serie de proposiciones. Una de ellas consistía en pedir a la Federación
Panamericana del Trabajo que ayudase a los obreros de Guatemala a
conquistar la jornada de 8 horas y un salario mínimo de 3 dólares por día
para los obreros calificados y de 1 dólar para los peones. Sin embargo,
es ta proposición, lo mismo que todas las otras, como veremos más
adelante ha sido escamoteada.
Pero no debía tardar en manifestarse en Guatemala un movimiento
obrero revolucionario. Desde 1922 existía ya en Guatemala todo un grupo
obrero que adoptaba el punto de vista de la Internacional Sindical Roja,
la "Unificación Socialista Obrera", obligada a actuar secretamente. La
tentativa de esta organización de editar un órgano legal abortó completa-
mente. En cuanto apareció el primer número, el periódico fue suprimido,

137
la imprenta cerrada y dos camaradas detenidos. Más tarde las represiones
se hicieron aún más violentas.
[J. Korsun sky]

Todas las organizaciones ya mencionadas tomaron la resolución de unirse


para luchar con más eficiencia por sus comunes intereses. Y con ese fin
celebraron con numerosos delegados, en el año de 1922 el Primer
Congreso Obrero de Honduras, acto trascendental de donde nació la
entidad denominada "Federación Obrera Hondureña" (FOH) y de donde
arrancaron múltiples e importantes luchas desarrolladas con posterioridad.
En la declaración de principios de la constitución de la FOH se
decía: "La explotación del hombre por el hombre es contraria a la
naturaleza y es un imperativo luchar por borrar diferencias artificiales y
romper cadenas".
El Comité Ejecutivo de la Central formada quedó integrada así:
Secretario General, Encarnación Martínez; Secretario de Cultura, Alfonso
Brenes Solano; Secretario de Finanzas, Santiago Durón Domínguez.
Formaban el Consejo Consultivo la profesora Visitación Padilla, el
licenciado Arturo Martínez Galindo y Félix Cálix Matute.
[Graciela A. García: 83-84]

Honduras cuenta cerca de 230 mil proletarios (agrícolas e industriales),


pero el movimiento obrero estuvo hasta 1927 muy poco desarrollado. No
obstan te, la Federación Panamericana del Trabajo tenía en este país,
igualmente, un punto de apoyo: la Unión Obrera "El Progreso", estaba
afiliada a ella.
A principios de febrero de 1927 se celebró en la ciudad de La Ceiba
un congreso de las organizaciones obreras que fundó una Federación del
Trabajo de Honduras. Esta nueva organización decidió adherirse a la

138
Federación Panamericana del Trabajo y se propuso como fin no solamente
mejorar la situación de la clase obrera, sino también luchar contra el
imperialismo de los Estados Unidos. 150 delegados asistieron a este
congreso que fue dirigido por líderes reformistas, lo que no impidió que
el estado de espíritu antiimperialista se manifestara enérgicamente.
[J. Korsunsky]

En El Salvador, los reformistas hicieron mucho por ir al campo. Porque


hay que ser claros también en la historia: no sólo es tirar lodo. Ellos
asistieron a un congreso de la CROM en México.
Venían inspirados por lo que habían visto en ahí: el movimiento
campesino que no teníamos en esa medida nosotros. Vinieron inspirados,
anticlericales, diciendo que en México, en los quince días que habían
estado, no habían sonado las campanas y las iglesias permanecían
cerradas. ¡Hablándolo con una gran euforia!.
Luego fueron al campo. Al campo no era fácil ir ya que había un
divorcio entre la ciudad y el campo. En esos años del 20, del 30, había
ese divorcio y los reformistas llegaron aspa vi en to samen te, demagógica-
men te. Por esto, los campesinos no los escuchaban, no los entendían.
Los comunistas íbamos también al campo. Pero los reformistas
fueron inteligentes: en el sindicato de pintores, hubo uno que hizo un
lienzo inmenso en el cual había una carreta tirada por hombres: ¡los
hombres eran los bueyes sangrados por los aguijones de los pollones!. De
esa manera, al ver el cuadro, a los campesinos sí les interesó la charla de
los reformistas.
Y dijeron:
-Ve, esos somos nosotros, ¡somos nosotros!.

Era el patrón quien iba en la carreta y pinchando el capataz. Iban el


administrador y el rico con su talega de oro. Ese cuadro lo posaron en
todas las zonas más movidas del campesinado, ¡hizo euforia! pero nomás

139
aspaviento.
Los reformistas tenían la condición de no quedarse en el campo a
trabajar; además, estaba prohibido. Porque estaba todavía la Ley de la
Reforma Agraria de 1907, en la que los de la ciudad no podían ir al
campo, ¡no se podía ir al campo!. Pero nosotros vamos cuando ya había
divergencias ideológicas. Nosotros hacemos nuestra parte, nuestro trabajo
de penetración: calmados, callados, sin guasa. E íbamos a conocer la vida
del campo, a ver cómo vivía esa gente, en qué nosotros podíamos ayudar.
Y así nosotros rompimos el cerco del campo, ¡penetramos profundamente!.
Tan es así, que a nosotros, nos tomaban como enemigos anarquistas
y reformistas.
[Miguel Mármol 2]

* Partido Comunista Centroamericano. 1923-1925

No hay nostalgia peor


que añorar lo que nunca
jamás sucedió ...

JOAQUÍN SABINA

La comunicación entre los comunistas de Centroamérica, supongo que se


basó en que teníamos todos la misma escuela. Es lo que yo creo.
Estábamos en el mismo cuadro, en el mismo marco de conocimientos, en
el marco de ese tiempo.
Todos los comunistas de Centroamérica inspirábamos lo mismo: sea
en Honduras, en Guatemala ... Se usaba la carta, se usaba la corresponden-
cia para transmitir conocimiento a compañeros: ¡eso sí había!: la

140
transmisión de experiencias. Aunque no abundaban, pero sí había el
acercamiento.
[Miguel Mármol 2]

No recuerdo quién fue el camarada que pasó por Guatemala y se llevó las
cartas para enviarlas a París, en las que anunciábamos la fundación del
Partido.
Nosotros tomamos el nombre de Partido Comunista de Guatemala,
porque eran las noticias que venían de Europa, sobre todo de la Unión
Soviética, por supuesto, noticias de que el Partido debería de ser de
masas, un verdadero Partido de obreros. Esas noticias llegaban también,
es verdad, a partir de la prensa burguesa. Los cables que llegaban de allá
decían: "El Partido de tal hizo aquello ... Lenin ha dicho esto ... " E n
ese entonces, todavía no había otro contacto con la Internacional. Las
únicas bases de nuestras acciones, nuestra única guía, eran esas infor-
maciones ... basadas, también, en el gran deseo de luchar ... Pero, más que
todo, nos influyó la novedad, porque otra experiencia no teníamos.
Nuestra experiencia se reducía a los primeros pasos que el Partido
dio, sin más rumbo que la intuición, y esas vagas informaciones que he
contado. Después, se empiezan a crear células y luego seccionales
departamentales. Y en estas acciones, lo que nos dirigía, era nuevamente
la figura de Lenin: ¡lo que Lenin decía es lo que había que hacer!, además
de tratar de emular el heroísmo con el que el pueblo ruso había conquis-
tado el poder.
[Miguel Ángel Vásquez]

Lo que sé nomás es que en éste participaron guatemaltecos, sólo obreros;


de El Salvador intelectuales, profesionales como Moisés Castro y Morales,
Max Ricardo Cuenca, doctor en farmacia, y Agustín Farabundo Martí,
estudiante de Derecho. Sé que estos participaron en la fundación del

141
Partido centroamericano. De Honduras se nombra a Manuel Cálix Herrera
y Juan Pablo Wainwright. De Nicaragua, uno de apellido Alarcón, que he
querido averiguar el nombre y su origen, pero no he podido ... de él no sé
s1 era obrero o si era profesional.
Esos son los que se mientan en la fundación del partido ... Quien
sabe mucho de esto es el compañero Miguel Ángel y éste Chigüichón.
Porque es fundador el guatemalteco Luis Chigüichón, de oficio panadero.
La razón de su desaparición es que no había las condiciones
materiales, no habían carreteras ni transporte. Cruzarse de un país a otro,
no era fácil. ¡Más en invierno!.
No había las condiciones materiales, por eso se consideró desunir
el partido y que se creara, en cada país de Centroamérica, un partido. Eso
fue el acuerdo que hubo: disolverse el Partido Comunista Centroamerica-
no, porque había dificultad: ¿Cómo iban delegados a Guatemala? ¡No
había transporte, las carreteras eran una calamidad! ¡Esa cuesta "La
Con ora" desde Guatemala, era terrible!.
Esas condiciones materiales es lo que muchos no destacan y sólo ven
el hecho y los errores. ¡Y no: hay que ver las condiciones materiales que
teníamos!. ¡No había la persecución policial, no había nada de eso!. Pero
la naturaleza era muy poderosa, más en invierno: ¿caminar. .. ?, ¡cómo
no!.
Por estas dificultades los camaradas acordaron disolverlo y que se
creara en cada antigua sección un partido. Así fue que lo disolvieron, así
es como me lo ha contado a mí Miguel Ángel.
Él fue el que fue a traer a México el Manifiesto del partido
centroamericano. Me parece que traía ese impreso junto al acuerdo de
fundarse los distintos partidos en base a las secciones.
[Miguel Mármol 2]

Al Partido le dimos una forma muy rígida, que se basó en los informes que
llegaban de Europa. Después de los primeros pasos, ya nos mandaban La

142
Internacional Roja, un folleto que llegaba de París, una revista que venía
en francés. Supimos claramente, lo que decían las revistas, hasta que se
dio la oportunidad de traducirlos con compañeros que venían de otras
partes, y que sabían el francés, eran ellos los que nos ayudaban ... y,
bueno, yo que también ayudaba un poquito.
La correspondencia que llegaba de la Internacional, siempre venía
a mi nombre, tanto en Guatemala como en El Salvador. Y, ni para
buscarle "tres pies al gato" porque, tanto para la correspondencia, como
las veces que iba de un país a otro, siempre usé mi verdadero nombre,
¡nunca lo cambié!, ni siquiera cuando estuve en la Unión Soviética.
Porque, cuando me iba, no decía "voy a la Unión Soviética", ¡decía que
iba a París, y ahí pagaba el pasaje para la URS S !
[Miguel Ángel Vásquez]

Los trabajos del Partido, como se ve de su organización del 1 ° de enero


de 1925, deben abrazar a todo Centro América, puesto que hasta esa fecha
sólo se limitaba a Guatemala.
En esta sección ha llevado a cabo los siguientes trabajos: como
Partido Socialista trabajó por la conmemoración del 1 ° de mayo. Como
Partido Comunista de Guatemala organizó el Sindicato de Carpinteros en
agosto de 1923, y el Sindicato Rojo de Zapateros en septiembre del mismo
año. Este sindicato, por influencia de líderes amarillos suprimió el
término "rojo". Logró que adoptaran la bandera roja las 7 sociedades
amarillas que siguen: Cruzada Mutualista "Fuerza de Acción", "Inte-
rnacional de Trabajadores", "Fraternal de Barberos", "Gremial de
Albañiles", "Centro Obrero de Albañiles", "Unión de Ferrocarrileros".
Desde 1920 ha hecho por que se conmemore el 1 ° de mayo, lanzando
manifiestos, etcétera. Desde que es Partido Comunista celebra el 7 de
noviembre.
Un miembro de nuestro partido fabricó una prensa de madera que fue

143
destruida por nuestro tiránico gobierno.
[Max Melgar González]

* Represiones al PCCA

Cuando el joven Partido Comunista de Guatemala (que se llamaba por


entonces Partido Comunista de América Central, pues abarcaba a todos los
países del centro de América), lanzó el 7 de noviembre de 1923, un
manifiesto ilegal en honor de la Revolución Rusa, invitando a los
trabajadores a adherirse al Partido Comunista, la policía invadió la
biblioteca obrera, confiscó los libros y encarceló al camarada Alberto del
Pinal, líder del Partido Comunista, y a otros compañeros. Alberto del
Pinal fue sometido a torturas atroces, y ha quedado completamente sordo
de resultas de disparos hechos de improviso al lado de sus oídos.
[J. Korsunsky]

Como por finales de 1923, en Guatemala el movimiento obrero estaba en


huelga y también había actividad entre los estudiantes, quienes querían
cambio de algunos maestros, y se combinaron los movimientos.
El gobierno decía que los estudiantes eran los que levantaban a los
obreros: "Líderes estudiantiles son los que están agitando a los obreros",
pero no era cierto. Sin embargo, nos sacaron del país a los que teníamos
más influencia entre el movimiento estudiantil. Indudablemente, también
jugó su papel, en la expulsión de Guatemala, mi trabajo con los obreros,
aunque no se atrevió el régimen a decírmelo de manera expresa.
Al exilio fui junto a Clemente Marroquín Rojas, un estudiante de
Derecho que fue líder estudiantil, y pasado el tiempo, periodista de
prestigio, ¡y vicepresidente de Guatemala!. Era más con servador que otra
cosa, gente de derecha.
[Miguel Ángel Vásquez]

144
Enjulio de 1923 fue herido el bibliotecario del partido y roto el brazo de
su hijo, robados muchos objetos y libros por la escolta enviada por Jorge
Ubico, entonces ministro de la Guerra de Guatemala.
El 7 de noviembre de 1923 fue saqueada nuevamente la biblioteca,
destruida la imprenta y rota la bandera del partido y reducidos a prisión
los compañeros Antonio Cu mes, y Antonio Avelar, quienes estuvieron
presos durante un mes, habiéndose libertado por los trabajadores del
Comité de Defensa.
El 3 de febrero de 1924 fue saqueada por tercera vez la biblioteca
por la policía y herido y golpeado y conducido a prisión a la Penitenciaría
el compañero Alberto del Pinal. Estuvo preso hasta el 28 de febrero de
1925 y obtuvo su libertad mediante el Socorro Rojo que fue enviado por
el Partido Comunista Mexicano. Los 3 meses que siguieron a la prisión del
compañero Del Pinal los miembros del Partido fueron perseguidos
encarnizadamente, siendo vigilados estrictamente los hogares de cada uno.
En honor a la verdad, el compañero Del Pinal fue colgado de los testículos
por varios minutos.
[Max Melgar González]

En mayo de 1924 se verificó en Guatemala una importante demostración


obrera, en la cual participaron 3 mil trabajadores, que exigió la libertad
de del Pinal. El presidente de la República prometió acceder a esta
reivindicación, pero del Pinal permaneció aún en prisión durante largos
meses. A fines de 1924 se encontraban en las prisiones de Guatemala 125
detenidos políticos.
[J. Korsunsky]

En 1925, después de realizado el acto en memoria de Lenin, la imprenta


fue nuevamente saqueada. En esta ocasión fue bárbaramente torturado el
compañero Del Pinal, que permaneció 13 meses en la prisión. Se luchó por

145
arrancarlo de la penitenciaría nacional y eso lo hicimos sin pedir ayuda
al Socorro Rojo Internacional de México o de la Argentina. Una delega-
ción que fue a México enviada por el gobierno, hizo conocer a los
compañeros del Partido mexicano que en Guatemala había la cantidad de
25 compañeros presos por cuestiones sociales, con el sólo propósito de
pedirles ayuda a los compañeros mexicanos y estafarlos. Pero los
compañeros de México enviaron una delegación más tarde a Guatemala,
lográndose que el compañero Del Pinal fuera puesto en libertad.
En 1925 llegó una delegación de México la cual nos manifestó que
el Partido Comunista de Guatemala debía convertirse en Partido Comunista
de Centro América, sección de la Internacional Comunista. El Partido
envió, entonces, una delegación a El Salvador, que organizó el partido de
ese país. El Partido Comunista continuó sus labores y consiguió organizar
la sociedad femenina "1 ° de mayo"; en 1926, logra fundar la primera local
de carpinteros. Ese año, el Consejo Obrero Centroamericano, debía residir
en Guatemala, y los elementos que formaban parte de ese Consejo, eran
controlados por el Partido guatemalteco.
[Luis Villagrán]

El régimen de O rellana -se dijo- haría un empréstito a EEUU. Había


entonces un clima de repulsa por tal política. Por ello, nuestro joven
partido creyó un deber dar a conocer su opinión. Promovió una reunión de
todo el Secretariado y fui designado para notificar a todos los miembros,
agregando los puntos a discusión, lugar fecha y hora.
La junta de emergencia fue realizada y estando en ella fuimos
rodeados por la policía. La bandera del partido, los libros de actas y otros
documentos quedaron en la mesa; se concretaron a llevarnos.
El delator, Manuel Alvarado, no concurrió; los apresados fuimos 13:
N éstor J. Juárez, Max Melgar González, Adrián Bautista R., Alfredo
Toledo, Antonio Cumes, Alberto del Pinal, Manuel Aguilar, Fermín
Castro, Herlindo García, Víctor Manuel Joya Peña, Miguel Rosales, Félix

146
Portillo y Antonio Obando Sánchez.
[Antonio Obando Sánchez 1: 44-45]

Como queda dicho anteriormente, se dirigen nuestras actividades a


organizar las demás secciones de Centro América. Con ese objeto llevó la
autorización del Partido el camarada Rosalío S. Blackwell, a fin de
organizar la sección en Honduras y como prueba de que allá hay opresión
por parte del gobierno, influenciado por el capitalismo yanqui, está el
hecho de que el compañero Blackwell fuera encarcelado en San Pedro
Sula, con otros compañeros por haber hecho labor de protesta, entre un
grupo de trabajadores, que habiendo sido enganchados con la promesa de
pagarles 3 dólares, puestos en el lugar del trabajo (Ingenio de la Lima)
solamente les pagaban la mitad de lo ofrecido. A los nueve días de estar
en la cárcel sin alimentación fue puesto en libertad el compañero
Blackwell.
[Max Melgar González]

Cuando llego a Honduras, pierdo todo vínculo con el Partido de Guatema-


la, ya que las comunicaciones se dificultaban cantidad. Traté de ligarme
con el Partido de Honduras, o el embrión de éste, pero en esa ocasión no
pude conocer a Manuel Cálix Herrera 8 , ya que entonces él trabajaba en
San Pedro Sula. Por lo tanto, al llegar a Tegucigalpa, me inscribo en la
Universidad Nacional de Honduras y me dedico a estudiar las materias que
me eran necesarias para terminar mi carrera de abogado. Me relaciono
nada más con estudiantes, ¡unos verdaderos reaccionarios, como en Guate-
mala!.
[Miguel Ángel Vásq uez]

8
1900-1935. "Activista político, fundador de círculos marxistas de estudio en las plantaciones bananeras, en el litoral norte de Honduras
donde operaban la United Fruit Co. y la Cuyamel Fruit Co. Fue electo primer Secretario General del PCH. En las elecciones de 1932, fue
candidato a la presidencia del país por el Partido del Trabajo, nombre bajo el cual el PCH -virtualmente en la ilegalidad- se presentó a las
elecciones, con poco éxito. En 1933, a raíz de la elección del general Tiburcio Carías Andino, Cálix Herrera es hecho prisionero nuevamente
por la policía. Muere dos años más tarde, víctima de la tuberculosis contraída en la prisión." En: TARACEN A ARRIOLA, sf.

147
En la medida que crecía el movimiento de masas -hasta aquí solamente
en la capital- también crecía el aparato represivo de Orellana y luego de
Chacón; por esta razón nos vimos compelidos a organizar un aparato
defensivo y a la vez de ayuda para todos los presos y para sus familiares
que por la represalia también eran encarcelados.
Tal aparato se denominó entonces Socorro Rojo Internacional
(Sección de Guatemala), cuya sede estaba en Moscú; no había otro país al
cual acogerse, ya que en ese entonces era el único que daba asilo y tenía
vigentes los derechos hu manos.
Con este vaivén de actividades dentro de las multitudes descubrí tres
puntos de apoyo; el uno fue distinguir el amor al saber; el otro, diferen-
ciar en la lucha y su movimiento de masas el no caer en el economicismo
dentro de los sindicatos, por el contrario, dar a estos una línea justa sin
limitaciones; el tercero dar al intelecto obrero y campesino, la línea que
tarde o temprano nos llevará al socialismo, avisorándolo para un futuro
próximo.
Obteníamos estos conocimientos de la constante lucha sindical y de
la militancia en lo político dentro del Partido Comunista, que vivía semi-
legal; la otra corriente societaria nos llegaba al ir descubriendo paso a
paso la existencia de las diferentes capas sociales en que está dividida la
sociedad.
En los años 1926-1928 ya había realizado varias difíciles tareas; por
mis viajes como delegado a diferentes pueblos del país en vía de
organización sindical, precisaba tener cierta capacidad de exposición,
abarcar un conjunto de detalles, asimismo conocer el medio pues siempre
llevaba en perspectiva dos líneas paralelas: la sindical y la política.
[Antonio Obando Sánchez 1: 49-50]

148
TERCER COMENTARIO

EL DILEMA DEL ISTMO


1922-1926

o.
En marzo de 1922, la COCA cambia su sede a Tegucigalpa, donde se daba,
como contexto, la agitación de los trabajadores de las minas de la Rosario
Mining Co. En la práctica, el JI Congreso de la COCA (Tegucigalpa,

septiembre de 1922) estuvo marcado por el enfrentamiento entre dos


corrientes opuestas: los fundadores (reformistas-mutualistas) y los nuevos
grupos, que irían navegando poco a poco hacia posiciones más sindicalis-
tas.
Asimismo, en este congreso, se discutió respecto a la posición que
las organizaciones deberían tomar ante las pugnas entre los partidos
tradicionales, que aún dominaban de arriba a abajo la escena política del
istmo. El sector fundador dentro de la COCA, al no tener en perspectiva
la toma del poder y al ver como participación política cualquier tipo de
apoyo a candidatos de los partidos tradicionales, tomó a las federaciones
más como un medio de ascenso social que como instrumento de lucha por
la autonomía de una clase (TARACENA ARRIOLA, 1984: 85).
Además, la cultura política del colectivo laboral de aquellos años
legitimaba el financiamiento por parte de los respectivos gobiernos de
turno, como soporte para sus movilizaciones regionales (congresos,
vi aj es, publicaciones). En su conjunto, las organizaciones mutualistas
nacieron protegidas por el apoyo económico de los gobiernos y bajo el
derecho general a la asociación, ya que el derecho a la sindicalización

149
será reconocido varios años después.
Así cobran sentido las declaraciones de la COCA, en su manifiesto
La COCA ante la faz de los istmeños y del mundo, de julio de 1922: "la
lucha no era en contra de ningún Gobierno legítimamente constituido,
nuestra lucha es contra el enemigo común: contra la imposición del
capital" (citado en: TARACENA ARRIOLA, 1984: 84).
En 1923, la COCA lleva su sede a San José de Costa Rica e impulsa
indirectamente la reorganización del movimiento costarricense. Debido a
la fuerte influencia del anarquismo en ese país, la Confederación General
de Trabajadores (CGT) había tenido una posición contraria a la par-
ticipación en la política tradicional desde 1917 (año de su fundación)
hasta su 111 Congreso, celebrado en enero de 1923. Tras la aprobación por
parte de la mayoría de delegados al 111 Congreso de un cambio de
estrategia que comprendiera la participación en demandas más amplias, la
CGT se disuelve; pero apenas cuatro meses después, en base a los
elementos que impulsaron el cambio de táctica dentro de la CGT, se funda
la Federación Obrera Costarricense (FOCR), la cual será admitida en la
COCA en abril de 1923. En este año, la COCA edita su revista Novación.
Pero para 1924, cuando la federación centroamericana lleva su sede a San
Salvador, la FOCR toma sus distancias con la COCA, debido a la posición
cada vez más radicalizada de las organizaciones salvadoreñas y la relación
de presión-acercamiento de la FOCR con el presidente costarricense Julio
Acosta.
Al mismo tiempo, en Nicaragua, el entreguismo del líder Sofonías
Salvatierra iniciaría el proceso que llevaría al deslinde de los trabajadores
nicaragüenses de la COCA, vía la disolución de la Federación Obrera
Nicaragüense (FON). De esta manera, al final del período que nos ocupa,
la Confederación quedaría reducida a las representaciones de Guatemala,

150
Honduras y El Salvador.
Después de unos meses en San Salvador, el Consejo Superior de la
COCA se establece en Tegucigalpa donde, en el mismo 1924, se llevaría
a cabo una guerra civil (por la sucesión presidencial) que culminaría con
el desembarco de los marines y la designación concertada de una
presidencia provisional. Contrariamente, un rasgo positivo para el
movimiento hondureño sería la serie de huelgas realizadas en 1925, las
cuales marcarían un paso cualitativo en la toma de conciencia de los
trabajadores de los enclaves norteamericanos.
En el mismo año, la descomposición de la FOG, representante de
Guatemala ante la COCA, abriría paso a la creación de la Federación
Regional Obrera de Guatemala (FROG), la cual sería reconocida por la
COCA como la representación legítima de los trabajadores guatemaltecos,
durante la estadía de su Consejo Supremo en la ciudad de Guatemala
( 1926). La importancia de este hecho la marca el origen de los represen-
tan tes de la FROG: tanto Francisco Castro como Néstor J. Juárez
pertenecían a la corriente influenciada por el Partido Comunista, y el
primero, incluso, fue su primer Secretario General (TARA CENA
ARRIOLA, 1984: 90).
Puede verse con meridiana claridad la existencia de dos etapas
diferenciadas en el desarrollo de la Confederación Obrera Centroamerica-
na: la primera, que va de 1921 a 1925, y la segunda, de 1925 a 1928. En
la primera etapa tenemos representación, en el Consejo Supremo, del
mutualismo, junto con una relación de cierta sumisión para con los
gobiernos centroamericanos. En la segunda etapa los representantes al
Consejo Supremo eran sindicalistas y, en su mayor parte, radicalizados o
simplemente miembros del anarcosindicalismo y/ o el comunismo regional.
El resulta do de este cambio en la dirección, y la relación cada vez

151
más tirante de ésta con los gobiernos de cada nación, significó el fin de
los subsidios de éstos para con la COCA. Pero, para un análisis de la
debacle de la COCA, no debe subestimarse la gran tensión que provocaron
las fricciones entre las diversas tendencias políticas que actuaron en su
interior (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 162).

l. HONDURAS
La estructura agroexportadora de Honduras, en especial el sector
bananero, experimentó de 1922 a 1926 una confirmación importan te de su
viabilidad a los ojos de los inversionistas: vivió una época de auge que se
tradujo en casi 14 millones de racimos exportados (MOLINA CHOCANO,
1990: 224).
En los albores de este despegue de la economía de enclave, varios
organismos de trabajadores de todo el país, especialmente mutualistas,
celebran en Tegucigalpa el Primer Congreso Obrero de Honduras. Los
delegados acuerdan una política de principios de auxilio mutuo y
fraternidades efectivas y, el 18 de mayo de 1921, acuerdan fundar la
Federación Obrera Hondureña (FOH). Dicha federación sería la represen-
tación ante el Congreso Centroamericano de Obreros, el cual se reuniría
en Guatemala el 15 de septiembre (MEZA, 1985: 133-134).
Vale la pena apuntar que la creación de la FOH tuvo como prin-
cipales animadoras a las organizaciones salvadoreñas, con las cuales las
centrales hondureñas tenían estrechos contactos. Asimismo, Mario Posas
(1977: 8-9) apunta que la dirección de la Federación quedaría en manos
de intelectuales "obreristas", maestros artesanos, funcionarios públicos
y periodistas, reproduciendo "las preocupaciones de las sociedades de
socorros mutuos que la formaron".
1924 iba a ser un año muy agitado tanto para las organizaciones de

152
trabajadores como para el país en su conjunto. En 1923 se llevan a cabo
elecciones presidenciales para suceder a Rafael López Gutiérrez. Ninguno
de los tres candidatos registrados (Policarpo Bonilla, Juan Ángel Arias y
Tiburcio Carías Andino) logra la mayoría absoluta, abriendo la posibilidad
de que los diputados no lleguen a ponerse de acuerdo en la designación.
Con este pretexto, el presidente saliente se proclama dictador el 1° de
febrero de 1924 y convoca a una Asamblea Constituyente.
El resultado inmediato es el estallido de la guerra civil, la cual tenía
como razón profunda una pugna interoligárquica añeja que sólo sería
resuelta a través de la intervención militar de los Estados Unidos. El
ministro norteamericano Franklin Morales ordena el envío de marines del
crucero Milwaukee, estacionado en el Golfo de Fonseca, "para proteger
vidas y propiedades de ciudadanos americanos". Las tropas de ocupación
llegan a Tegucigalpa el 19 de marzo de ese mismo 1924.
Reunidos los representantes de los grupos en conflicto, de los
diputados, de los gobiernos centroamericanos y un delegado personal del
presidente de EEUU (Calvin Coolidge), se designa a Vicente Tosta como
presidente interino. Tosta convoca a una Asamblea Nacional Constituyente
y ésta a su vez elecciones generales.
A fines de diciembre de 1924 se realizan los com1c10s, en los que
sale vencedor Miguel Paz Barahona, quien asume el poder el 1° de febrero
de 1925 e inmediatamente inicia la reducción de los alzados (MOLINA
CHOCANO, 1990: 237).
Paralelamente a la guerra interoligárquica, el movimiento de los
trabajadores realiza una huelga de ferrocarrileros, en febrero de 1924, y
otra de los empleados de las plantaciones de la Trujillo Railroad Co.,
quienes se oponían al pago de salarios median te "cupones de mercancías".
Esta variante de explotación en los enclaves bananeros consistía en obligar

153
a los trabajadores a comprar sus artículos de primera necesidad exclusiva-
mente en las tiendas de las mismas compañías, al estilo de las tiendas de
raya mexicanas (MEZA, 1985: 13 8). Pero es en marzo de 1925 cuando los
empleados de los enclaves bananeros realizan la mayor huelga del período
1922-1926. El movimiento inicia con la paralización del ingenio azucarero
de La Lima, propiedad de la Cuyamel Fruit Co., en la zona norte del país.
Inmediatamente se extiende a los campos bananeros de la Tela Railroad
Co., la Standard Fruit Co., y la Trujillo Railroad Co., llegando al nivel
de huelga general de la zona norte. Las demandas de los trabajadores
11 11
eran: la supresión de los cupones de mercancías , el pago semanal y en
efectivo, jornada diaria de 8 horas, aumento de sueldos a 2 dólares
diarios, rebaja del 25 % en el costo de las mercancías de las tiendas de las
compañías y la atención médica gratuita en las clínicas de las compañías
a los familiares de los trabajadores (quienes sufrían descuentos puntuales
en sus salarios por tal servicio). Después de una intervención militar y la
consiguiente resistencia obrera, se satisfacen todas las demandas excepto
el aumento salarial y la rebaja de los precios en los productos de las
tiendas. Como compensación, la Cuyamel permite la libre entrada de
comerciantes independientes a las plantaciones (MOLINA CHOCANO,
1990: 236-237 y MEZA, 1985: 138-139).
Un año después, los grupos de trabajadores organizados de la zona
norte, bajo la influencia de los comunistas y fortalecidos por las
experiencias de la huelga general de 1925, celebran el 1 ° de mayo con un
llamado a la fundación de la Federación de Sociedades Obreras del Norte
(FSON). Ante esta perspectiva, el Consejo Supremo de la COCA, reunido
entonces en Tegucigalpa, convoca a un Congreso de Unidad, el cual se
celebra el 15 de noviembre de 1926. De tal reunión resulta una frágil
unidad de las Federaciones existentes, pero, principalmente, la Constitu-

154
ción Obrera de 1926. En este documento se sintetizan las aspiraciones de
un movimiento renovador que asume la no participación de los trabajado-
res a través de los partidos políticos tradicionales y la invitación a
sumarse a organizaciones políticas nuevas (en franca alusión al Partido
Comunista). Asimismo, la Constitución de 1926 divide a Honduras en tres
zonas (norte, centro y occidente), marcando claramente la división
política, geográfica, social y cultural del país (MEZA, 19 85: 140-141).
O como lo dijo un periodista de El Cronista, testigo del momento: "( ... )
resultan las dos fases del movimiento obrero de Honduras en la época
actual, así: Región Norte contra explotación inicua extranjera; capitalismo
absorben te, monopolizador. Centro y demás zonas del Estado contra
gobiernos exclusivistas, de partido, política criolla, histórica" (edición
del 3 de diciembre de 1927, citado en: POSAS, 1977: 26).

2. EL SALVADOR
Entre 1919 y 192 7, El Salvador vi ve la segunda parte de la dinas tía de los
Meléndez-Quiñónez, bajo las presidencias de Jorge Meléndez (1919-1923)
y del doctor Alfonso Quiñónez Molina. Durante este período la economía

salvadoreña man tendrá el crecimiento de su sector agroexportador (café),


al tiempo que se llevan a cabo iniciativas de diversificación agrícola y la
implantación de las primeras (pequeñas) industrias y manufacturas:
textiles, elaboración de sacos para el café y servicios varios. Dicho
crecimiento se realizó a costa del control autoritario de la población
(DALTON, 1989: 73-78).
En el seno de los trabajadores puede observarse un claro período de
consolidación de las propuestas sindicalistas, junto al declive de las
organizaciones de corte mutualista. La primera federación de carácter
nacional fue la Confederación de Obreros de El Salvador (COES) la cual

155
nace como resultado de la reunión de Armenia, en 1918 1 • Ya construida
la COCA, se organizó en 1922 la Unión Obrera Salvadoreña (UOS), que
contaba con 35 filiales, según sus voceros. Dada la duplicidad de
representaciones, en 1924, la COES y la UOS se fusionan con miras a la
participación del movimiento salvadoreño en la COCA. Es en este
momento, primer semestre de 1924, cuando se dan las primeras fricciones
entre los sectores mutualistas tradicionales (COES) y los nuevos
segmentos del movimiento de trabajadores, más cercanos a las posiciones
sindicalistas.
Sin embargo, es el 21 de septiembre del mismo año cuando la COCA
acepta al último representante de los trabajadores del país: la Federación
Regional de Trabajadores de El Salvador (FRTS). Inmediatamente se van
delineando tres tendencias en el interior de la organización laboral
salvadoreña:
1) los socialreformistas, que se adscriben a la ideología masfe-
rreriana (conocida como "teoría del Mínimum Vital", sustentada por
Alberto Masferrer, intelectual que defendía la posibilidad de un
desarrollo armónico entre el capital y el trabajo, mediante la
creación de las condiciones mínimas para el sostenimiento de la
fuerza de trabajo, es decir, median te la realización de reformas de
corte democrático burgués); esta corriente se representa en la
COES, después de la expulsión de ésta de la COCA ( 1924).
2) los anarcosindicalistas, quienes surgen de una pequeña burguesía
en descomposición (artesanos, pequeños comerciantes, campesinos
parcelarios, etcétera), proponen la huelga como único medio de

1
Enjunio de 1918, se reúne en el pueblo de Armenia el llamado Congreso Obrero, al que asisten cerca de 200 delegados. Marcada por el
carácter mutualista de las organizaciones representadas, el Congreso de Armenia marca un hito en la organización regional de los trabajadores
salvadoreños (MENJÍV AR LARÍN, 1987: 31-32).

156
lucha y el sindicato como núcleo de la nueva sociedad.
3) los comunistas, quienes irán fortaleciendo su posición hasta
tomar el poder de la FRTS en 1929 (MENJÍVAR LARÍN, 1985: 70-
74).

3. GUATEMALA
El 5 de diciembre de 1921, el presidente guatemalteco Carlos Herrera es
víctima de un golpe de Estado, debido a que no cumple con lo expedito de
su gestión deseado por las compañías norteamericanas y a que dio su
apoyo para la unidad centroamericana. Su Ministro de la Guerra, José
María Orellana, asume el poder y lleva a cabo un programa de gobierno
encaminado a ampliar el campo de acción a las iniciativas norteamericanas
y a reforzar la economía agraria fundada en el trabajo extensivo de la
tierra y en la explotación y subordinación de los indígenas. Una de las
primeras medidas de Orellana fue la represión de las organizaciones más
radicales del movimiento obrero (la Unificación Obrera Socialista, por
ejemplo). Asimismo, durante los años 22-23, lleva a cabo una política de
represión de los elementos avanzados de la pequeña burguesía y, en
especial, del estudiantado: el punto culminante será el cierre de la
Universidad (28 de abril de 1923) y la expulsión de los dirigentes
estudiantiles, como respuesta a la protesta pública de los estudiantes de
la AEU respecto a la política pronorteamericana del orellanismo (a-
dquisición de préstamos -15 millones de dólares- del Banco de la
Reserva Federal de los EEUU y concesiones a la Central American Power
and Light) (TARACENA, 1982: 259-260).
El contexto económico de la gestión orellanista corresponde a lo
que, en una visión más amplia, se conoce como "la década de oro" ( 1919-
1928) de la economía de exportación: la tendencia al alza de los precios

157
de los productos principales (banano y café) se mantiene, a la par que la
estabilidad de los mercados internacionales (TORRES RIV AS, 1990: 145
y BALCÁRCEL, 1985: 21-22).
La presencia norteamericana en Guatemala se afirma con O rellana,
quien en 1923 otorga la concesión para la construcción del tramo
ferroviario Zacapa-El Salvador a favor de la IRCA (International Railways
of Central Ame rica), como premio al reconocimiento diplomático que los
Estados Unidos le habían dado a su gobierno. En el mismo sentido,
Orellana legaliza el 7 de noviembre de 1924 la presencia de la United
Fruit Co. (UFCO), la cual se había apoderado, a partir de 1901, de las
márgenes del Río Motagua, llegando a monopolizar la producción del
banano. Para hacerse una idea del significado político-económico de la
presencia de la "Mamita Yunai" 2 (la UFCO) en Guatemala, cabe men-
cionar que, de 1920 a 1930, el 30 % del valor total de exportación se debió
al banano y que el comercio con los Estados Unidos supuso para Guatema-
la el 70 % de lo exportado y el 75 % de lo importado (TORRES RIV AS,
1990: 146).
En los primeros años de la década de los veinte se 101c1a la
diferenciación entre las organizaciones sindicales: por un lado tenemos
algunas mutualidades que se cobijan bajo el apoyo gubernamental,
mientras que, por el otro, aparecen organizaciones que apuntan en sus
reivindicaciones a la labor propiamente sindical (BALCÁRCEL, 1985:
22).
Para 1922, y teniendo como contexto la 1u cha por el reconocí mi en to
de la jornada laboral de 8 horas, nació en la ciudad de Guatemala el
Sindicato de Carpinteros. Ese mismo año, dicho sindicato estableció

2
Forma popular como se le conoce a la United Fruit Co.

158
relaciones con organizaciones de trabajadores de México y Argentina
(WITZEL DE CIUDAD, 1991: 167).
Entre el 4 y el 16 de febrero de 1923 se llevó a cabo la huelga de los
trabajadores bananeros de Puerto Barrios (costa atlántica). La demanda
central fue el alza de los salarios 11
a medio centavo oro por racimo
embarcado 11
• El movimiento se ex tendió rápidamente a muchas de las
plantaciones de la UFCO, principalmente en Quiriguá. La UFCO se negó
a conceder las demandas y consiguió que el gobierno usara la fuerza para
detener el movimiento. Los huelguistas levantaron, además, peticiones que
lograron el apoyo de los medios moderados de los trabajadores (se hizo
ver lo nocivo del monopolio de la UFCO). La FOG actuó como mediadora
para una conciliación. No se sabe a ciencia cierta cómo se resolvió el
conflicto, pero cabe apuntar que la prensa obrera moderada (El industrial
colectivista, por ejemplo) nos da muestras de la fuerte presencia
ideológica que tuvo la revolución mexicana entre los trabajadores
guatemaltecos de los años veinte: un editorial en cual se rechaza y
denuncia las arbitrariedades de la UFCO, pide al presidente que no tome
partido por la compañía norteamericana sino que haga 11
como el gobierno
de México [al] que no le importa el reconocimiento de ningún preponde-
ran te e intruso, pero ampara los sagrados intereses del pueblo 11
(WITZEL
DE CIUDAD, 1991: 170-174).
Entre el 11 de agosto y septiembre de 1925, se registró la huelga de
zapateros. El reclamo fundamental fue un alza de salarios. Los patrones
(dueños de las escasas manufacturas existentes junto a los propietarios de
los numerosos talleres artesanales) contestaron con una negativa rotunda
y la amenaza del despido masivo; la negociación sería en lo individual,
como la contratación, argumentaban. A los dos días, los huelguistas eran
500 y circuló el rumor de que el movimiento había sido provocado por los

159
zapateros rojos, el cual desmintió la dirección de la "Unión de Zapate-
ros". Hubo cerrazón por parte de ambos bandos. El 18 de agosto, Pascual
Rosito (próspero comerciante progresista), ofrece el capital para montar
un gran taller entre los huelguistas si los patrones no rectifican; dicha
medida, se entiende, fortaleció a los primeros. Una semana más tarde, se
creó un Comité de Huelga. Las posturas de ambos grupos se radicalizaron
aún más. En la segunda semana, la huelga llegó a Quetzaltenango,
organizada por la "Liga de Zapateros". A fines de agosto, los patrones
hicieron una propuesta basada en la "tarifa modelo", la cual reflejaría
-según ellos- el equilibrio del capital y del trabajo, pero el Comité de
Huelga no aceptó. A lo largo del conflicto, se escucharon voces de
antiguos socios de mutualidades (muchos de los cuales eran artesanos
propietarios y en esos momentos dueños de grandes talleres), a favor de
la posición patronal. Aquí encontramos un signo inequívoco de la
transformación social y política de Guatemala, en especial en lo que se
refiere a la composición de sus trabajadores urbanos. El gobierno no
reprimió el movimiento, como sí ocurrió con la huelga bananera de 192 3,
actitud que la prensa obrera moderada reconoció. A mediados de
septiembre, los zapateros lograron el alza de los salarios (WITZEL DE
CIUDAD, 1991: 177-183).
Lo que quedó al descubierto tras la huelga fue la necesidad de una
reglamentación que mediara los conflictos entre el capital y el trabajo.
Por segunda ocasión, después de la huelga bananera de 192 3, este tema se
debatía públicamente en Guatemala. Lo que de fondo delimitó el conflicto
de los zapateros fue las diferencias internas del gremio, antes dejadas de
lado por las asociaciones mutualistas. En éstas, oficiales, aprendices y
dueños de talleres marchaban juntos, en un colectivo indiferenciado de
asalariados, semiasalariados y dueños de la pequeña planta productiva. En

160
los últimos años, con el movimiento descrito, en particular, se iniciaría
la diferenciación interna a través de las prácticas sindicalistas, rompiendo
la vieja alianza y planteando las diferencias en base al lugar ocupado en
el proceso productivo.
En el último tercio de 1925, se desencadenó una crisis en el
gobierno de Orellana que tuvo como antecedentes determinantes la
movilización de los trabajadores y la endeble estructura económica de
Guatemala. Con la gran alza que el precio internacional del café
experimentó a mediados de los años 20, una amplia capa de pequeños
productores agrícolas dirigieron sus capitales y esfuerzos hacia la
producción y exportación de ese bien, sumándose a los miembros
tradicionales del sector "exitoso". Consecuencia de la estructura
económica guatemalteca, dependiente del monocultivo, se dio una grave
crisis de abasto en los productos de consumo básico, destacándose el
trigo, por sus altos precios de importación.
Dirigidos por el llamado Sindicato de Panaderos, creado al calor de
las luchas de 1920, los trabajadores de las tahonas se lanzaron a la huelga
a finales de octubre de 1925. Las demandas fueron: 1) Mejoras salariales;
2) Clausura de la jornada nocturna de trabajo; 3) Creación de un
Departamento del Trabajo dentro del Ministerio de Fomento, el cual
instituyera a su vez un Tribunal de Conciliación donde se pudieran dirimir
los conflictos entre el capital y el trabajo. La respuesta de los patrones
fue negativa, excusándose en que sólo podrían atenderla subiendo el
precio del pan, debido a la crisis de desabasto de trigo y a los altos
precios de las importaciones de harina. Para finales de noviembre, las
demandas de los trabajadores aún no habían sido atendidas.
Ya en la segunda quincena de enero de 1926, el gobierno de O rellana
dio una doble respuesta que, aparentemente, resolvería el diferendo, el

161
cual ya tomaba un canz bastante peligroso dada la gran cantidad de
guatemaltecos afectados por la huelga. Por un lado, decretó una reducción
del 25 % en los aranceles por concepto de importación de harina de trigo
y un 5 % para los sueldos de los panaderos. Sin embargo, el 2 de febrero,
los panaderos reiniciaron la huelga, debido al incumplimiento del pacto
por parte de los dueños de dos de las principales panaderías de la capital.
Rápidamente se les sumaron la mayoría de los trabajadores del ramo,
retomando la demanda que había sido dejada fuera del convenio de enero:
la supresión de la jornada nocturna. Con posiciones frontalmente
encontradas, los patrones pidieron la intervención de la policía, mientras
los panaderos informaban a la población mediante hojas sueltas que se
elaboraban diariamente. El gobierno respondió con el encarcelamiento de
13 huelguistas, agudizando la situación y empujando al Sindicato de
Panaderos a coordinar esfuerzos con otros gremios, para celebrar una
grandiosa manifestación que lograra la libertad de los detenidos. La
respuesta gubernamental fue mandar producir pan en los fuertes de
Matamoros y San José, así como en el Hospicio, la Penitenciaría y la Casa
Central, además de vigilar con escoltas las calles de la ciudad para
impedir la manifestación. Las acciones gubernamentales para apagar el
movimiento funcionaron. Sin embargo, un año después, sería este sector
el que encabezaría las luchas reivindicativas de los trabajadores guatemal-
tecos. (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 183-186 y BALCÁRCEL, 1985: 24).
A finales de noviembre 1925, las cortadoras de café del beneficio
"La Moderna", propiedad de los alemanes de la firma Gerlach, se lanzaron
a la huelga, siendo el primer movimiento huelguístico guatemalteco
formado exclusivamente por mujeres. Sus demandas fueron siete: 1.
Jornada de 8 horas; 2. Supresión de multas; 3. Abolición del despido por
retardo; 4. Equidad en el salario, como producto de un manejo alterno de

162
la maquinaria; 5. Aumento salarial de 5 pesos diarios (ganaban entonces
sólo de 15 a 18, mientras los hombres recibían entre 50 y 80); 6.
Reconocimiento, si no del derecho a salario en caso de enfermedad, por
lo menos la permanencia de la plaza; 7. Respeto a los puestos de trabajo
de las involucradas en el movimiento. El movimiento huelguístico femenil
se ganó la solidaridad de la prensa (tanto tradicional como obrera), así
como de la in mensa mayoría de las organizaciones de trabajadores del
país. Tan to los sindicatos de panaderos y carpinteros (con hegemonía
comunista) como la más moderada FOG, se hicieron activamente presentes
en favor de las cortadoras de "La Moderna", aún en las negociaciones que
en tablaron con la patronal, frente al director de policía. Cabe mencionar
que esta sería la última vez que fuerzas de trabajadores tan disímbolas se
reunirían alrededor de un objetivo común. Como producto de la negocia-
ción, el 29 de noviembre, se logró un aumento salarial de 5 pesos, el
reconocimiento de la jornada de 8 horas, prohibición de las multas,
cambio de hombres por mujeres en el registro del grano, abolición del
despido por enfermedad y el respeto a las plazas de las huelguistas. Pero
el 15 de diciembre, la patronal informó al mediador, el director de
policía, que, "por falta de grano", debería despedir a la mayoría de las
trabajadoras. Las huelguistas, al ver que sus puestos no fueron cancelados
sino ocupados por nuevas empleadas, se lanzaron a la huelga nuevamente.
En esta ocasión, "debido a la escasa experiencia organizativa de las
trabajadoras, la empresa llegó a imponerse" (WITZEL DE CIUDAD, 1991:
186-188).
Al inicio de 1926 comenzó la huelga en dos grandes fábricas de la
capital de Guatemala (productoras de velas y de jabón), como reacción al
despido ·de 3 trabajadores que presentaron un pliego petitorio a la
gerencia. El pliego petitorio contenía las siguientes demandas: 1. Aumento

163
salarial; 2. Protección al trabajador en caso de accidentes de trabajo; y,
3. Destitución del jefe de fábrica por maltrato a los operarios. La huelga
recibió el apoyo de varias organizaciones, entre las que destacó la Local
de Carpinteros, sindicato donde los comunistas eran hegemónicos
(WITZEL DE CIUDAD, 1991: 188).
Por medio del Decreto 909, del 5 de diciembre de 1925, el gobierno
de Orellana creó el Departamento Nacional del Trabajo, dependiente del
Ministerio de Fomento. Como antecedentes a la creación del Departamen-
to, cabe mencionar las repetidas peticiones que en ese sen ti do realizó el
movimiento obrero, empezando con la de la Unión Ferrocarrilera, en el
II Congreso Obrero Centroamericano de 1921; además, la misma petición
realizaron la FOG, la Sociedad Central de Artesanos, la Gremial de
Albañiles, y los panaderos (en su movimiento huelguístico de octubre de
1925). Por todo esto, los trabajadores organizados expresaron su
beneplácito por la creación del Departamento del Trabajo, quien supliría
en varias funciones a la Policía. Según el Decreto, sus atribuciones eran:
1. Intervenir "amigablemente" en los conflictos laborales; 2. Crear, para
cada conflicto obrero patronal, comisiones de conciliación y arbitraje; 3.
Verificar las condiciones de higiene y seguridad de los centros de trabajo
(comercio e industria); y, 4. Levantar un registro estadístico de los
centros laborales (LÓPEZ LARRAVE, 1976: 22-23).
Las primeras inconformidades de los trabajadores organizados,
contra el Departamento Nacional del Trabajo, surgieron apenas en enero
de 1926, por el nombramiento gubernamental de Manuel F. Leche
(Gremial de Albañiles) y Rafael Sotomayor (dirigente a principios de siglo
del el u b cabrerista "Unificación Obrera") como represen tan tes obreros
ante el Departamento. La Revista del Trabajo mostró su insatisfacción por
la condición de dueños de talleres y no asalariados que ambos dirigentes

164
mantenían, además de que habían sido nombrados por el régimen y no por
las organizaciones de trabajadores. Cabe resaltar que la representación de
los patrones estuvo formada por dos de los miembros más modernos de la
burguesía industrial, a diferencia de la laboral, que pertenecía al sector
mutualista, dejando fuera a los nuevos grupos sindicales. Los representan-
tes patrones fueron los dueños de las únicas fábricas de importancia en
Guatemala: Arturo Castillo (propietario de la Cervecería Centroamerica-
na) y Carlos F. Novella (dueño de Cernen tos Novella).
De manera inmediata se mostró la falta, tanto de autoridad, como de
imparcialidad del Departamento, duran te los conflictos de los panaderos
y recogedoras de café (diciembre de 1925-enero de 1926) (WITZEL DE
CIUDAD, 1991: 190-194).
Al calor de la presión de los trabajadores organizados, basados en
los resultados de la Convención de Washington 3 , así como de los
huelguistas de fines de 1925 y principios de 1926 (entre los que se
destacan los panaderos en su segunda huelga), el gobierno de O rellana
promulga el Decreto 914, mediante el cual se convierten en punibles,
tan to la paralización de servicios públicos, como la de los servicios
privados que se dediquen a satisfacer necesidades básicas de la población.
Como era de esperarse, la medida provocó una clara y firme reacción en
contra, no sólo de los trabajadores organizados o radicales sino del
conjunto de la sociedad guatemalteca, incluidos los medios de comunica-
ción tradicionales. Para mediados de marzo, la Cámara de Diputados

3
La Convención Centroamericana para Unificar las Leyes Protectoras de Obreros y Trabajadores, se firmó en Washington el 7 de febrero
de 1923, por los representantes plenipotenciarios de las cinco repúblicas. Esta reunión puede entenderse como una presión del gobierno
norteamericano para homogeneizar las relaciones de trabajo en el subcontinente, las cuales todavía se encontraban, en su mayoría, en un estadio
precapitalista que dificultaba la reproducción del capital vernáculo y extranjero (LÓPEZ LARRAVE, 1976 :22). Lo fundamental de la
Convención se refería a: 1. Prohibición del trabajo forzoso; 2. Prohibición del trabajo infantil (12 años); 3. Prohibición del trabajo femenil en
horario nocturno; 4. Reglamentación del trabajo dominical; 5. Establecimiento del seguro obligatorio con primas pagadas por patronos y obreros
o sólo por los primeros; 6. Descanso y pago por maternidad; 7. Creación del seguro de vida; y, 8. Fomento a la organización obrera. (WITZEL
DE CIUDAD, 1991: 199).

165
admitió, ante la fuerte presión popular, la derogatoria del Decreto 914
(BALCÁRCEL, 1985: 25 y WITZEL DE CIUDAD, 1991: 199-202).
Casi inmediatamente después de que derogara el infamante Decreto
914, y como respuesta a la presión popular, el Congreso de Guatemala
promulgó el 1434 (la Ley del Trabajo), el 24 de abril de 1926. La Ley
preveía: 1. El contrato individual; 2. El salario; 3. La jornada de 8 horas;
4. El pago doble de las horas extras; 5. El descanso semanal; 6. La
prohibición del trabajo infantil (hasta los 12 años); 7. Protección y
descanso a las madres (4 semanas antes y 5 después del parto); 8.
Prestaciones médicas y medicinas; 9. Pago por enfermedad y accidentes
de trabajo; 10. Derecho de huelga (con aviso previo al Departamento del
Trabajo); y, 11. Arreglo de conflictos individuales por la vía común y de
los colectivos a través de comités de conciliación y tribunales de
arbitraje, dependientes del Departamento del Trabajo (LÓPEZ LARRA VE,
1976: 23 y WITZEL DE CIUDAD, 1991: 202-203).
El 28 de marzo de 1926, el Consejo Supremo de la COCA decreta la
expulsión de la FOG como representante de Guatemala ante la Con-
federación, en base a las reiteradas acusaciones de no representar ya a la
mayoría de las organizaciones de trabajadores guatemaltecos. Asimismo,
el decreto preveía la creación de una nueva "entidad federal" que pudiera
ser representante ante la COCA, por Guatemala. El 1° de mayo de 1926
se realizó, en la capital de Guatemala, el "Congreso Regional Obrero",
convocado por el Consejo Supremo de la COCA, en el cual participaron:
el Sindicato de Carpinteros; el Sindicato de Panaderos; la Primera Local
de Zapateros; la Primera Local de Trabajadores en Cemento; la Unión de
Zapateros; la Cruzada Mutualista; la Unión de Trabajadores Primero de
Mayo, de Jutiapa; y la Idealista Femenil de Jutiapa. Las mencionadas
organizaciones conformaron la Federación Regional Obrera de Guatemala

166
(FROG). En la lista de organizaciones de trabajadores fundadoras de la
Federación, se nota una minoría de mutualidades y una fuerte presencia
de sectores con influencia del Partido Comunista. Sin embargo, se deduce
la intención del PC de mantener una alianza con los sectores disidentes de
la FOG, observando la misma composición del Comité Directivo (WITZEL
DE CIUDAD, 1991: 208-210 y BALCÁRCEL, 1985: 24).
Pocos meses después de fundada, a finales de 1926, la FROG
conoció su primera crisis interna, según se desprende de las declaraciones
de Félix Castillo a El Imparcial, el 5 de enero de 1927. El problema
surgió en diciembre de 1926, durante las elecciones para renovar la
dirección. Castillo, miembro de la nueva dirección, denunció que varios
miembros de la misma (incluido el reelecto Secretario General, Diego
Amenábar) se habían negado a tomar posesión de sus cargos. Se ignora el
detalle de lo sucedido a continuación, pero esta crisis denota una situación
paralela a la ocurrida en el seno de la FOH, cuando los trabajadores
hondureños de la costa norte -influenciados por los comunistas-
empezaron a ampliar su dominio al interior de la federación de trabajado-
res (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 210-211).
El talabartero Manuel Bautista Grajeda, junto con otros tres
compañeros trabajadores, crearon el primer grupo de anarquistas decidido
a emprender una labor propagandística y organizativa en Guatemala. En
octubre de 1926 fundaron el llamado Grupo Nueva Senda, entrando en
contacto inmediato con la revista Cultura Obrera, que tenía su sede en
Nueva York, con el fin de apoyarse en ellos para obtener literatura y así
formarse y agitar en favor de la causa anarquista en Guatemala. En los
siguientes meses, el Grupo logra influenciar a tal grado en el movimiento
de los trabajadores urbanos, que para mayo de 1927 deciden fundar su
propia central sindical, llamada Comité Pro Acción Sindical (CPAS)

167
(TARACENA ARRIOLA, 1988a: 9-12 y WITZEL DE CIUDAD, 1991:
218).
Los orígenes de la actuación anarquista en Guatemala se pueden
encontrar desde la organización de la Unificación Obrera, en abril de 1920
y, más claramente, dentro de la Unificación Obrera Socialista, posible-
mente fundada en mayo de 1921. Sin embargo, la caída del presidente
Herrera y el ascenso de Orellana -diciembre de 1921- significó, para el
conjunto del movimiento de los trabajadores, y la UOS en especial, la
ilegalidad y la persecución. Debido a estas causas, los trabajadores
simpatizantes de la anarquía 11
se diluyen 11
en las organizaciones de base
existentes, entonces sin coordinación más amplia. Para septiembre de
1925, el dirigen te argentino, mili tan te de la Federación Obrera Regional
Argentina -FORA-, Julio Díaz, realiza una gira de trabajo por México y
Centroamérica. En esa ocasión, entra en contacto con un reducido grupo
de trabajadores, entre los que se destaca Manuel Bautista Grajeda, quien,
como ya vimos, fue el principal dirigente del anarquismo guatemalteco
(TARACENA ARRIOLA, 1982: 292-297 y WITZEL DE CIUDAD, 1991:
216-218).

168
TERCER PASAJE TESTIMONIAL

* El momento de crecimiento 1926-1929

Por el 26, termina el gobierno del general José María Orellana, el que me
había expulsado de Guatemala, y accede al poder Lázaro Chacón, un
militar que hizo una gestión liberal. En esa época, llevando pasaporte no
había problemas para pasar de un país a otro. Sólo se necesitaban visas y
yo tenía la mía para entrar a Guatemala. Así es que simplemente fui con
mi pasaporte a ver al cónsul, ¡y todo arreglado!.
Llegando a Guatemala, ya titulado, me establecí como abogado
litigan te. En un principio la idea era dedicarme a mi profesión. ¡Pero la
vida diaria era muy monótona!, sólo nos reuníamos de vez en cuando, los
sábados, con los compañeros. Mientras tanto el Partido Comunista seguía
trabajando y no se recibían recursos económicos del exterior, o de alguna
parte del interior del país. [Miguel Ángel Vásquez]

En 1927 volvieron las garantías constitucionales y se estableció un


régimen democrático en Guatemala, y como es lógico, las masas obreras
tenían mu cho interés por elegir un gobierno que fuese mejor que el
anterior. Con la muerte del presidente de la república, se convocaron las
elecciones. De aquí que los partidos burgueses trataran de ganarse las
simpatías de las masas trabajadoras por medio de la demagogia. El
Partido, orgánicamente, nada hizo en esta emergencia, porque no estaba
capacitado completamente sobre la manera en que debía obrar y de ahí que
los políticos burgueses consiguieran arrastrar a las masas trabajadoras, sin
contar con la actividad nuestra que los desenmascararía. De esta manera
se impuso la candidatura presidencial burguesa, a pesar de la existencia
de un ambiente favorable al cambio de régimen.
[Luis V illagrán]

169
Las únicas aportaciones monetarias con las que se sostenía el Partido eran
las de los camaradas militantes. Naturalmente intervengo en las reuniones
que se convocan sobre el Partido, aunque ya no milito plenamente como
lo hacía antes, como resultado del tiempo que me ocupaban las labores en
mi despacho de abogado. Pero por lo menos, usaba mi profesión para la
1u cha.
Por ejemplo, un primero de mayo los obreros hicieron su mitin en
una plaza pública, en un parque. De entre la multitud subió un hombre
cojo con muleta, buen orador, y se destapó ahí un discurso contra las
autoridades, contra la burguesía y contra no sé qué. Y es que ese hombre
no se daba cuenta dónde se encontraba, porque estaba acostumbrado a las
libertades de su país, ¡era originario de México!. Desde luego, llegó la
policía ¡y que se lo lleva!, así es que a mí me tocó la defensa del
compañero. In mediatamente fui a defenderlo ¡y, caray, si logré sacarlo!.
El cojo regresaba ya a México, después de una gira por el exterior, pero
no se dirigía a Chiapas sino a Mérida, Yucatán. Decía que era más fácil
llegar a Mérida pasando por Guatemala. Cuando vine a México, en
el 29, me lo encontré acá: era miembro del Partido Mexicano. Él había
contado el asunto a su modo, por lo que casi todo el Partido sabía que yo
lo había defendido. Su forma de contar la historia era más o menos así:
-Figúrense ustedes que en Guatemala me llevan
preso a la Penitenciaría, por un discursillo que me
eché en un acto. Entonces, ya dentro del penal, me
anuncian los guardias que iba a llegar mi abogado
defensor. Y cuál no sería mi desilusión, ¡al ver
que llega, de repente, un chamaco!, ¡qué fregado
me sentí!... ¡carajo, me mandaban los canijos
compañeros un chamaco a defenderme!. Y, por
supuesto, pensé: "¡Ya me chingaron estos camara-
das!" ¡Pero no!, ¡¡el chamaco resultó muy bueno
como defensor, me sacó libre e inmediatamente me
despachó para Mérida!!

170
¡Así lo contaba!. Al compañero le faltaba una pierna porque se la
volaron en la Revolución, y es que era sumamente activo el tal Carlos
Ardón, o tal vez Rendón 1 • Le decían "El Cojo", y era ferrocarrilero ...
[Miguel Ángel Vásq uez]

* Las diversas corrientes de la izquierda

Antes de la fundación del Partido salvadoreño, que fue hasta 1930,


nosotros informábamos a las masas del campo y a las masas sindicales. Es
decir, a los grupos más de vanguardia de la clase obrera y de los
campesinos. Estos grupos estaban al tanto de todo lo que ocurría en
Centroamérica, y de lo que ocurría en el mundo, ya que teníamos mucha
información.
Es que hay mucha cosa que no se explica. Los teóricos de hoy nos
tratan de negar muchas cuestiones. Resulta que nosotros fuimos inspirados
por el comunismo, por lo que sabíamos de los bolcheviques. Nosotros
trasladábamos esto a las masas; en las reuniones, trasladábamos lo que
están diciendo los bolcheviques, lo que ocurría en España en las per-
secuciones, ¡lo de las grandes huelgas de España!. Y llevábamos esa
información que nosotros recogíamos en boletines. Así es que los del
campo estaban al día de todo lo que estaba ocurriendo en el mundo, ¡y
entonces ellos se inspiraban!.
[Miguel Mármol 2]

Naturalmente, no éramos los únicos luchadores de la izquierda, porque ya


se había fundado la Federación Obrera de Guatemala. Dentro de la

1
Es muy posible que se trate del comunista mexicano Carlos Rendón, quien fuera electo miembro del Comité Central del PCM durante el
III Congreso, realizado del 7 al 13 de abril de 1925 (fAIBO 11, 1986: 293).

171
Federación existían elementos que todavía no se lograban atraer al
Partido, ¡pero que simpatizaban, por lo menos!. Podría decirse que era la
única gente con la que teníamos más cercanía.
Cuando la huelga bananera, nosotros mandábamos gente a aquello,
y llegamos a mandar hasta tres camaradas, quienes les fueron a ayudar a
la organización de la huelga, fue la forma como tuvimos el contacto.
Después se supo que varios de los huelguistas entraron al Partido.
¡Funcionaba la solidaridad entre los trabajadores, por supuesto!.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Yo estaba destinado, básicamente, al trabajo sindical. Existían entonces


dos centrales: la Confederación Obrera, COPA, y la Federación Regional
de Trabajadores; esta última, controlada por el Partido de Guatemala, era
la más fuerte. Manteníamos a los afiliados en la calle, y lográbamos
conquistas de importancia. Yo era panadero y mi Sindicato de Panificado-
res tenía más de 2 mil afiliados. Bueno, ya era militante sindical cuando
resolví luchar por y para el Partido. Y a la par de muchos y explicables
errores, logramos también importantes éxitos.
[Juan Luis Chigüichón]

En 1926 el gobierno desencadenó nuevas represiones contra el movimiento


obrero. A fines de abril fue destruida la sección guatemalteca de la Liga
Antiimperialista y todos sus miembros fueron detenidos o desterrados. En
junio fueron encarcelados el Comité Central del Partido Comunista de
América Central y numerosos mili tan tes sindicales revolucionarios.
Al mismo tiempo el gobierno aprovechó el estado de sitio para
prohibir las reuniones sindicales.
A pesar de todo esto, una ola antimilitarista arrastraba a la clase
obrera de Guatemala. La intervención escandalosa de los Estados Unidos
en Nicaragua había provocado un movimiento de solidaridad hacia los

172
trabajadores de Nicaragua. A principios de octubre de 1926, la Federación
Obrera de Guatemala había pedido al presidente de la Federación
Panamericana del Trabajo, Green, que no tolerara el sostén de los
reaccionarios de Nicaragua por los Estados Unidos. Green respondió con
un consejo amigable: ¡que se dirigieran al Ministerio de Negocios
Extranjeros de los Estados U nidos!.
[J. Korsunsky]

Para su acción de matar derechos y suprimir libertades a los trabajadores


contaba el gobierno de Orellana con la agrupación de obreros llamada
"Federación Obrera para la Protección Legal del Trabajo". Esta fue una
agrupación compuesta por viejos retrógrados: estuvo al servicio de
Estrada Cabrera en todo cuanto iba dirigido a tiranizar a los trabajadores.
Trabajó con el gobierno para disolver la huelga de bananeros en la Costa
Norte, estaba con todos los gobiernos.
[Max Melgar González]

* Las divergencias dentro de las vanguardias

Las mulas y los pendejos:


cada uno por su lado

FRANCISCO CID MERINO

La Federación Obrera Hondureña tuvo varios años de existencia pero a


causa de su composición heterogénea sobrevinieron choques y desviaciones
que se agudizaron con motivo de un descabellado acuerdo del Comité
Ej ecu ti vo, que exigía a los componen tes de la Central que votaran por la

173
candidatura liberal en las elecciones presidenciales. Tal acuerdo
contrariaba el espíritu de la organización y de la constitución obrera que
regía los destinos de la FOH y, como era de esperarse, produjo la
consiguiente división del conglomerado obrero y el descuido de sus
propios objetivos de lucha, ya que se consideraba que la central obrera,
en lugar de ocuparse de asuntos electorales, apoyando y sirviendo
intereses de partidos tradicionales bastante desacreditados, como sucedía
en este caso, tenía que ocuparse de sus tareas específicas. La par-
ticipación directa de las organizaciones sindicales en los asuntos
electorales, en las condiciones señaladas, repercutió desfavorablemente
en la cohesión de los trabajadores. Eso hizo sentir la necesidad de que los
trabajadores contaran con su propio partido, como el exponente de las
necesidades y aspiraciones de las masas.
[Graciela A. García: 84]

En aquélla época, no había ninguna relación con los anarquistas. Al


contrario, había cierta hostilidad para con ellos, no se les comprendía, no
se en tendía por qué 1uchaban, no había claridad en eso. Ellos decían, nada
más, que estaban en contra de todo gobierno. Pero creo que fueron los
primeros, realmente, en divulgar las ideas socialistas, por lo menos en
Guatemala. Entre los divulgadores iniciales debe haber habido anarquistas
ya que eran los primeros que llegaban a América desde España. Y ¡claro!,
lo que provocó la cuestión socialista, ya con un matiz bolchevique, fue la
Revolución Soviética. Sin embargo creo que fueron los anarquistas los
primeros que llevaron esas ideas.
Aparte de eso, no recuerdo sino las antipatías que provocaba la
presencia anarquista, el disgusto que había entre unos y otros: comunistas
y anarquistas. Sin ahondar mu cho en las cuestiones diferenciales, casi
todos los camaradas, cuando nos reuníamos y hablaban de ellos, ¡se
expresaban muy mal de los anarquistas!, decían que ellos no llevaban
ningún fin, que no tenían, o que no le encontraban, alguna razón a su

174
1u cha ya que sólo decían 11
en contra de las autoridades 11
••• ¡En fin!, que
no había otra razón que el anarquismo expusiera a favor del pueblo.
[Miguel Ángel Vásquez]

Fracasado el Comité Ejecutivo de la FOH en la campaña electoral en la


que se había embarcado, empezaron de nuevo a desarrollar su actividad las
distintas unidades que componían la FOH. Una crisis de mayor gravedad
se produjo entonces. Corría el año de 1926. Varios miembros del Comité
Ejecutivo de la referida central lograron del presidente de la república,
en esa fecha el doctor Miguel Paz Barahona, obtener la respetable
cantidad de 15 mil dólares. Guardaron el más profundo silencio sobre el
asunto. Luego Felipe Cálix y Arturo Martínez Galindo se dedicaron a
viajar por los Estados Unidos de Norte América, dizque con el fin de
arreglar, en nombre de la Federación, negociaciones para exportar finas
maderas que abundan en el territorio hondureño.
Elementos revolucionarios, siempre vigilan tes y celosos de los
intereses de la organización, descubrieron el hecho y trataron de adquirir
de inmediato las pruebas fehacientes. Consiguieron el Diario Oficial en
el que aparecía el acuerdo respectivo y acto seguido convocaron a todas
las organizaciones de la capital. Se nombró acusador al distinguido
elemento revolucionario Maximiliano B. Uclés y en una tumultuosa
reunión se desenmascaró a los traficantes con los intereses del movimiento
y se les desconoció como miembros del Comité Ejecutivo, por no gozar ya
de la confianza depositada en ellos.
[Graciela A. García: 84-85]

El Partido de Guatemala no tenía en mente la participación electoral.


Esperábamos que creciera un poco más el Partido, porque todavía era muy
insignificante. Comenzaba apenas a formarse y todavía no pensábamos en

175
trabajar de manera política 2 , en esa precisa manera. Es posible que los
anarquistas hubieran influido mucho en esta posición -aunque no lo
viéramos así de claro- porque entonces el anarquismo en Guatemala, a
pesar de que eran pocos los elementos, ¡resultaban bastante activos! ... Es
posible que la actuación de los mentados anarquistas, haya influido en el
Partido.
[Miguel Ángel Vásquez]

En la escuela comunista sacamos la obra Qué es ser bolchevique. Porque


los anarquistas tenían la ventaja de ser oradores; nosotros éramos gente
sin cultura, con una formación más débil.
Oír a Víctor Manuel López, ¡era un orador bárbaro!, que hasta la
gente extraña le aplaudía. Tenía una dicción preciosa, y una arrogancia
para hablar, impactaba. Y esos estaban contra nosotros. También los
reformistas como Gumersindo Ramírez y Peña Pineda, ¡famosos oradores!.
¡Nosotros no podíamos con ellos!. Entonces hicimos la escuela comunista
para instruirnos y agarrar mejor las ideas. Con la escuela logramos
bastante. Y fue cuando hicimos un trabajo de penetración tipo leninista al
campo. Hicimos más nosotros que los reformistas con sus guasas.
Hay que aclarar que la violencia que usaron contra nosotros los
miembros de las otras tendencias, no la usaron contra los patrones. La
usaron contra nosotros, cuando tomamos el poder sindical.
Los comunistas fuimos mayoría dentro de la Federación. Había
buenos camaradas que tenían sus partidarios. Pero, por último, eran los
campesinos los que decidían:
-¡Bueno aquí somos la mayoría: veinticuatro delegados ... !
En San Salvador eran como veinticuatro.

2
La expresión "de manera política", tiene un significado que puede llevar a un error de interpretación. Debe entenderse como las acciones
que los militantes del movimiento laboral, comunista o anarquista, percibían que se realizaban dentro de la esfera de la política tradicional,
legitimada por la clase política de aquellos años. Antes que otra cosa, significa "electoralmente".

176
[Miguel Mármol 2]

Se daba la violencia por parte de los anarquistas de Guatemala; existía esa


táctica de ellos, la violencia política. ¡Estaban hasta en contra de las
huelgas!. Querían nada más la acción directa, que hubiera alguna presión
así contra los burgueses: por ejemplo, contra los que hacían campañas de
Partido, campañas electorales. Pero también los anarquistas guatemaltecos
eran diferentes a otros: no ponían bombas. Sacaban hojas sueltas
insultando a los patrones, o golpeaban a los empleados que no se adherían
a ellos, cosas así, y que yo sepa, no destruyeron maquinaria nunca.
Golpeaban gente, eso sí, pero a nosotros los comunistas no. ¡Además ellos
no podían, como en Europa, batirse con los esquiroles!, ¡¡porque entonces
no se usaba ese nombre de esquiroles!!.
[Miguel Ángel Vásquez]

* Comunistas y sandinistas

Una de las actividaDes de la Regional, pero que realmente recogía las


indicaciones del grupo comunista, fue el envío de hombres a las filas de
Sandino.
Al estallar, la Revolución Nicaragüense motivó a todos los jóvenes
de América. Yo me incendié de entusiasmo. Lo mismo ocurrió con
Farabundo y él, inquieto por la revolución antiimperialista, se dirige a El
Salvador, ya de regreso de Guatemala.
Varios compañeros son designados para ir a luchar con Sandino a
Nicaragua. Para darle más legalidad la Universidad Popular y la Regional
los nombraron. Fueron como delegados. Eran cinco, y entre ellos iba

177
Antonio Asfura, zapatero.
Eso fue al principio, pero ya después había más de doscientos
salvadoreños. Farabundo, pues, tuvo el grado de coronel en la guerra
sandinista. Fue miembro del Estado Mayor en el sandinismo y Secretario
Privado del general Sandino. Mostró capacidad con el arma, con el fusil,
y capacidad con el talento. Fue de los mejores que tuvo Sandino, de gran
capacidad. Un intelectual, un mu chacho que hablaba francés, mu y
inteligente.
[Miguel Mármol 2]

Cuando regresa de México, Agustín se va para Nicaragua; se presenta con


Sandino y llega a ser su secretario personal. Sigue luchando con ellos
hasta que Sandino viene para México -porque le habían ofrecido una ayuda
económica y en armamentos-. Agustín lo acompaña, y al final, los mandan
para Mérida, Yucatán. Allí tuvieron discrepancias y se separa de él.
[Miguel Ángel Vásquez]

Sandino fue como cualquier otro pobre trabajador: estuvo trabajando en


México en muchas compañías americanas, según yo sé. No sé cuáles
fueron pero estuvo trabajando en compañías norteamericanas. Estuvo en
la época donde en México realmente se manifestaba el antiimperialismo
norteamericano.
En esa época, cuando la frescura de la Revolución Mexicana, cuando
la tierra pasa a los campesinos, en ese período está Sandino. Y está
también en el período del anarcosindical y del anarquismo, era poderoso
en México. Esto influye en Sandino. Influyen tanto la Revolución
Mexicana como las ideas anarquistas, anarcosindicales, no comunistas.
Influyen estas otras, y ¡el nacionalismo mexicano!. Regresa de México a
Managua ya con es tas ideas y llega a ser el jefe de la Revolución. Él

178
aplica esta cuestión.
Y cuando digo esto que estoy sosteniendo, lo digo con razón y lo
discuto con cualquierita: nosotros estamos en contra de la bandera roja y
negra que usaron en Nicaragua. Nosotros estamos con la bandera roja. Era
roja ... hubo una discusión infernal. Y de España viene lo de rojo y negro.
De España, donde el anarquismo decía: "Luto y sangre". ¡"Luto y vida"!
nosotros pedimos sólo vida, ¡sólo vida para trabajar!. Hubo una fuerte
polémica en aquellos años, en la cual los anarquistas se quedaron la
bandera roja y negro.
En México era fuertísimo eso, con la bandera roja y negra, que es
la que tienen en Cuba y que es la que tienen en Nicaragua. Nosotros
seguimos con la bandera roja.
[Miguel Mármol 2]

* Contactos internacionales

Los camaradas del Partido Comunista de Guatemala me nombraron para


que viniera a solicitar la ayuda de algún compañero del Partido de
México, para que nos auxiliara en el trabajo político, allá por 1929. En
esa ocasión traía el Manifiesto del Partido Comunista Centroamericano,
con la intención de editarlo en la imprenta del Partido. Como por el 28 ya
sabíamos de la necesidad de reforzar nuestro trabajo, pero no contábamos
con los recursos para mandar a alguno de nosotros a pedir ayuda.
En ese año de 192 8, Villagrán fue a Uruguay y Argentina, a unos
congresos: sindical y comunista.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Nuestras relaciones con México eran ininterrumpidas; por ello en 1927

179
recibimos invitación para asistir a uno de los congresos que verificó el
Partido en la capital federal; para asistir a él fue electo por nosotros el
compañero Max Melgar González, misión que cumplió satisfactoriamente;
en él aprendió muchas de las disciplinas que lleva consigo cada congreso.
Después de visitar el Distrito Federal, visitó comunidades campesinas, las
cuales en ese entonces estaban armadas para defender sus tierras.
Al Sexto Congreso de la Tercera Internacional Comunista (1928),
cuya sede fue Moscú, concurrió el compañero Antonio Cu mes (zapatero).
En 1929, Alfredo Toledo y Luis Villagrán García concurrieron a la
constitución de la Central Sindical Latinoamericana de Sindicatos. Tal
Congreso Constituyente se verificó en Montevideo, Uruguay. Este
congreso trazó la táctica y la estrategia al movimiento sindical latinoame-
ricano, para una lucha eficaz.
[Antonio Obando Sánchez 1: 50-51]

No sé por qué a Cumes no se le ha hecho honor. Cumes estuvo en el VI


Congreso de la Tercera Internacional, y trajo la recomendación de pasar
por todos los partidos de Centroamérica, cumpliendo a cabalidad. Eso le
costó de que Ubico lo maltratara, lo colgara, le diera una vida cruel.
Escapó de ser muerto, por poco ... Fue un obrero zapatero sencillo pero
firme en sus ideas. Lo conocí bien.
[Miguel Mármol 2]

El partido de Guatemala nació en el año 1922; en abril de 1924, resolvió


adherirse a la Internacional Comunista, la cual hasta 1928, no había
tenido en cuenta esa adhesión. Ese año, por primera vez, se nos invitó a
concurrir al VI Congreso que se celebró en Moscú, invitación que nos
llegó por intermedio del Partido de México. Así este partido nos invitó a
que nuestra delegación saliera junto a sus delegados, pero luego no nos
comunicó nada más, y si no fuera porque nos llamó la atención el

180
Secretariado Sudamericano, no hubiésemos enviado nuestra delegación.
Con todo, nuestro delegado llegó a Moscú cuando el Congreso ya había
terminado y pudo asistir solamente al Congreso de la Internacional Juvenil
Comunista. Es entonces el Partido Comunista de México el que tuvo la
culpa de esto porque según se nos dijo, tuvo la responsabilidad del
movimiento en América Central.
[Luis Villagrán: 134-135]

Antes, habíamos mandado, cuando se constituyó el Partido, un escrito


dando a conocer esto a París, a la oficina que había del movimiento
sindical, de la PROFINTERN 3 • En la carta dábamos a conocer la
constitución del partido, y aunque nunca recibimos una contestación
formal del aviso, ya habían quedado enterados que el partido existía. A
resultas de esta comunicación fue que se recibió una invitación para que
se mandaran delegados al congreso de la Sindical Roja. Por eso es que el
primer delegado fue el camarada Antonio Cumes, quien fue a Moscú con
esa tarea. Aunque Cumes va a Moscú, a mí me llegó ese dinero de París.
Con estos fondos, que mandaba la Internacional Comunista, se fue. No sé
ni la ruta que tomó, ni los contactos que tenía que hacer para llegar hasta
Moscú 4 .
[Miguel Ángel Vásquez]

En cuan to a la elección del delegado al congreso de Moscú, puedo decir


que tuvo que hacerse en forma apresurada, y el que fue no prestó a su
retorno la utilidad que el partido podía esperar.
La Internacional Comunista llegó tarde a América Latina y

'Internacional Sindical Roja.

4
Cumes va a Moscú al VI Congreso de la Internacional, que se celebró del 17 de julio al 1° de septiembre de 1928. Por negligencia del
PCM, la invitación al PC de Guatemala llega con retraso y Antonio Cumes sólo puede asistir a las labores del Congreso Juvenil (TARACENA
ARRIOLA, 1989a: 56-57).

181
La Internacional Comunista llegó tarde a América Latina y
especialmente a América Central, donde existían grandes simpatías para
nuestro partido. El Partido Comunista de Guatemala carecía de experien-
cias porque había falta de preocupación hacia él y nadie se había
interesado en educarlo. Las tesis de la Internacional Comunista eran casi
desconocidas. La organización celular se conoció allí en 1928, por lo
tanto las células que se habían constituido para el 29 funcionaban mal.
[Luis Villagrán: 135]

La concurrencia más importante que hicimos los salvadoreños en


diferentes conferencias y congresos internacionales, fue la que hicimos a
la Primera Conferencia de Partidos Comunistas de América Latina que se
realizó en Montevideo, con posterioridad a una reunión de la CSLA
(Confederación Sin di cal Latino Americana), en 1929 si no me equivoco.
Los delegados salvadoreños a la reunión de la CSLA fueron
invitados a la Conferencia de los partidos y recibidos en ella como "un
grupo comunista salvadoreño". Ellos eran: Serafín G. Martínez, mecánico
que mu riera fu sil ad o a mi lado en el año de 1932; Jo sé León Flores, del
Sindicato de Zapateros, que luego hizo estudios económicos y llegó a ser
Cónsul de El Salvador en Nueva York y conocido hombre de negocios en
nuestro país; y Luis Díaz, carpintero. Ninguno de ellos era comunista
entonces, y el único que llegaría a serlo formalmente sería Luis Díaz,
quien por cierto fue elegido en su oportunidad Secretario General del
Primer Comité Central de nuestro partido, es decir, cuando se fundó en
1930.
[Miguel Mármol 1: 7 4]

Con el tiempo, quizá como a princ1p1os de 1929, pasó por Guatemala el


coronel Carlos Aponte Hernández quien había trabajado con Sandino en
Nicaragua. Venía de allá y me platicó que ya se había retirado del Ejército

182
a México. Aponte Hernández venía para México, pero con muy poco
dinero, así es que llegó a mi casa -tenía mi dirección- y se presentó.
Contaba con mis datos por Martí, pues los dos eran compañeros de lucha
en Nicaragua. Supongo que Agustín me pensaba la persona indicada en
Guatemala para prestarle una ayuda al coronel Aponte Hernández, por eso
le da mi dirección y no la de otra persona.
Me comenzó a hablar de los camaradas, sobre todo de Martí, así que
hicimos la amistad. Me contaba las batallas en Nicaragua con detalles y
todo, ¡era un hombre muy arriesgado, muy valiente! ... venezolano.
[Miguel Ángel Vásquez]

Nuestros compañeros del partido tenían contactos con guatemaltecos o


compatriotas en Guatemala. No sé quién le habrá dado la dirección de
Miguel Ángel en Guatemala al coronel Aponte Hernández. El que lo
recibió y atendió en El Salvador fui yo.
Cuando pasa por El Salvador lo acompaña un teniente Blandón, que
iba con cuatro balazos. Blandón era nicaragüense. Eso es cuando pasa de
Nicaragua con rumbo al hospital de México.
Había una Comisión de Recepciones en la cual éramos cinco: yo era
el encargado y me tocó darle hospedaje y de todo.
Blandón era nicaragüense y casi no hablaba el hombre. Iba herido de
cuatro balazos, pero me decía Aponte:
-Corta chaleco éste con las ametralladoras.
[Miguel Mármol 2]

Ya con Aponte, resulta que un amigo nuestro, un escritor salvadoreño que


vivía en Guatemala, se sacó el premio mayor de la lotería. Y entonces, me
dice:
-Aquí tienes lo necesario para que vayas también

183
a México ...
-¿De qué hablas, hombre?
-¿Qué no me dijiste que querías ir a México?
¡Mirá, tengo el dinero suficiente!

Y pensé: "¡pues aprovecho la cuestión, seguro!". Como ya se había


hablado con los camaradas de la oportunidad de imprimir el manifiesto del
Partido Centroamericano, lo planteé a la Dirección:
-¡Aprovecha, pues, que te invitan a México, a ver
si ahí nos lo editan, y a ver si nos mandan alguna
ayuda aquí para el trabajo ... !. Ya ves que estamos
muy atrasados en el trabajo político, no nos entra
muy bien esa cuestión de "las ideas", no enten-
demos bien el as un to.

¡Pues así fue!. Nos vinimos los tres: el coronel A ponte Hernández,
Carlos Flores, el salvadoreño de la lana 5 , como dicen por acá, y yo.
[Miguel Ángel Vásquez]

Carlos A pon te correspondió a la época esa revolucionaria. ¡Era un


antiimperialista furibundo!. Por ejemplo, una vez estábamos platicando en
el "Hotel Gloria" cuando pasaba un gringo. Instintivamente él, ¡así de
repente!, se fue al revólver y yo le hice alto. Y me dice:
-¡Machos hijos de puta!.

El gringo era empleado del ferrocarril, de la IRCA. Pero él tenía


tanto odio que veía un gringo y apenas se iba alzando ... Ese era el
carácter de Aponte. Era como Wainwright, del mismo tipo, de ese tejido
de hombre. Valientes, osados, inteligentes también, de mirada honda,

5
El dinero.

184
penetrante. Fue anti machadista.
[Miguel Mármol 2]

Así fue como vinimos a México, y había como una revolución aquí, porque
en Veracruz nos de tu vieron... No nos dejaron pasar 6 • Pasamos de
Guatemala a México por tierra, y por tren hasta Veracruz. Estuvimos
varios días en el Puerto, hasta que capturaron a un coronel con sus fuerzas
y lo fusilaron en la plaza pública, nosotros fuimos a verlo. Hacía como
tres meses que habían matado a Julio Antonio Mella, el gran comunista
cubano, cuando llegamos nosotros. En total, estuvimos tres días varados
en Veracruz por lo del fusilamiento, ¡y al fin llegamos a la Ciudad de
México!. Ya en la Capital, Aponte nos presentó a Salvador de la Plaza y
a Gustavo Machado: dos grandes comunistas venezolanos. En ese
entonces, conviví con Gustavo y Salvador y, aunque no vivíamos en el
mismo lugar, sí trabajábamos unidos. Machado y De la Plaza eran dos
compañeros bastante evolucionados, destacados dentro del movimiento
obrero y comunista. Con más conocimientos que yo, naturalmente. Para
mí eran una fuente de saber, ¡aprendía enormidades al observar su forma
de pensar y de actuar!. Les preguntaba algunas dudas que tenía y ellos me
las resolvían. Siempre los reconocí como elementos muy capaces a ambos.
De la Plaza era un hombre de carácter seco, poco comunicativo pero muy
ordenado y disciplinado en su vida y forma personales. Y Machado,
también era hombre de mucho talento. Ellos ya habían estado en París por
lo que hablaban los dos francés ... Pero Machado era, ¿cómo decirlo?, más
expansivo, más simpático en ese sentido, más atrayente en lo personal.
Entonces ellos se encargaron de colocarnos, y nos llevaron a un
hotel de las calles del Centro de la Ciudad de México: creo que a la calle
de Isabel la Católica.

6
Debe de referirse a la rebelión militar de los generales Manzo y Escobar que inicia el 3 de marzo de 1929 y es aplastada en mayo del mismo
año.

185
[Miguel Ángel Vásq uez]

Nosotros tuvimos relación con Centroamérica no por iniciativa nuestra


sino por la de los propios compañeros centroamericanos. Por ejemplo, el
que mandaba las cartas era Miguel Ángel Vásquez pidiendo que se ayudara
ahí para la estructuración del Partido y para todas las demás tareas que
allá se necesitaban. No había partidos más que en Guatemala y Honduras.
Guatemala era un Partido Comunista Centroamericano que se fundó antes,
al cual pertenecieron gentes muy importantes en su tiempo, como
Farabundo Martí.
[Jorge Fernández Anaya 3]

Inmediatamente les dije a Machado y De la Plaza que necesitaba la


dirección del Partido, les expliqué a lo que venía. Gustavo me consiguió
la entrevista con Hernán Laborde, quien era el Secretario General del
Partido Comunista Mexicano. Carlos M. Flores era el que nos pagaba
todos los gastos; trabajaba como periodista en El Imparcial de Guatemala.
Gustavo Machado hizo muy buenas migas con Carlos Flores, y le
logró sacar 11
la lana 11
para hacer una invasión a Venezuela 7 • Se van los
dos y se llevan a otras gentes. Lo cierto es que se toman una isla. Luego
les desbarataron su invasión, pero tuvieron ese gesto, aunque valeroso,
imprudente y completamente aventurero ..
Por otro lado, Carlos vuelve a Guatemala después de la derrota que
tienen en Venezuela, de la mentada invasión ... Volvió muy decepcionado
y siguió trabajando como periodista. Aunque él nunca perteneció al
Partido fue mi amigo personal. Era simpatizante, nada más simpatizante
y, por supuesto, conocía toda mi trayectoria. También era muy luchador

7
El incidente al que se refiere Miguel Ángel, es la expedición que organizó Machado a Curazao, en 1929, con el fin de desencadenar la
rebelión en Venezuela, y derrocar al dictador Gómez. Como es sabido, la pequeña guerrilla (comandada por Rafael Simón Urbina) fue
inmediatamente desarticulada.

186
y un muchacho muy honrado.
Con Aponte resulta que siempre estuvimos juntos, él y yo, con
Salvador de la Plaza y Gerardo Machado, pero poco tiempo, como quince
días. Más tarde supe que Aponte se había metido en acciones revoluciona-
rias dentro de Cuba, junto a Tony Guiteras, un joven luchador cubano,
contrario a la dictadura de Machado y a las posteriores. No sé cómo
Aponte se había ido para Cuba, pero llevó un ataque a un cuartel. ..
Guiteras y Aponte murieron luchando contra la tiranía ... a resultas de una
traición 8 •
[Miguel Ángel Vásquez]

Carlos Aponte Hernández estuvo en Nicaragua. Después en Cuba. Él


buscaba dónde había focos de revolución. He dicho que se adelantó al Che
Guevara. ¿Por qué no decirlo? murió en Cuba, con Guiteras, fusilado.
Cayó preso el 8 de mayo de 1935.
[Miguel Mármol 2]

En México estuve alrededor de quince días y me entrevisté con gente del


Partido de México: con Laborde, quien fungía como Secretario General;
con Campa, Secretario de Organización; además de los compañeros Rafael
Carrillo y Miguel Ángel Velasco. También estaba el italiano Vittorio
Vidali, quien en ese entonces se hacía llamar Carlos Contreras. Es la
época en la que estaban Diego y Siqueiros, y se publicaba El Machete. La
dirección del Partido se reunió ex-profeso a petición mía, y les expuse
tanto la cuestión del Manifiesto del Partido Centroamericano como la
ayuda para el mejoramiento del Partido de Guatemala. Ciertamente
estuvimos todos de acuerdo: me publicaron el manifiesto que llevaba en

8
Aponte Hernández y Guiteras Holmes mueren el 8 de mayo de 1935, a manos de las fuerzas armadas de Cuba, en el lugar conocido como
El Morrillo, a resultas de la traición perpetrada por el capitán Carmelo González Arias (T ABARES DEL REAL, 1990: 312-325).

187
la imprenta de El Machete. Además acordaron:
-Dentro de un mes, más o menos, tienen ustedes
allá a la persona que los va a ir a ayudar.
[Miguel Ángel Vásquez]

Siendo Jorge Fernández Anaya miembro del Comité Ejecutivo de la


Internacional Juvenil Comunista y Secretario del Buró del Caribe de esta
organización leninista para la región, así como miembro del Comité
Central del Partido Comunista de México, entonces bajo la dirección del
compañero Hernán Laborde, en una asamblea se trató este problema y se
resolvió enviarle con las siguientes representaciones: Secretario del Buró
del Caribe de la IJC, representante del Buró Político del Partido
Comunista de México, representante del Bloque Obrero y Campesino, de
la Confederación Sindical Unitaria y de la Federación de la Juventud
Comunista de México. Más tarde, también el Buró del Caribe de la
Internacional Comunista le dio su representación. Su tarea: ayudar al
Partido Comunista Centroamericano con sede en Guatemala y lo que
adelante se plantease.
[Jorge Fernández Anaya 1: 233]

* La IC va a Centroamérica. 1929-1930

Yo es tu ve en Guatemala primero. Y había que ver aquél partido ¡eran


artesanos!. Lo meritorio era que estas gentes, a pesar de no ser obreros,
tenían una mentalidad revolucionaria. Recuerdo por ejemplo, a Ch igüi-
chón, a Antonio Cumes, al panadero Manuel Hernández.
Permanecí pocos meses en Guatemala. La única dirección que tenía
en ese país era la de Miguel Ángel Vásquez. Él me consiguió un cuartito
donde vivir, pero ya no me acuerdo dónde quedaba.

188
[Jorge Fernández Anaya 3]

Después de que regresé a Guatemala, al poco tiempo, llegó Jorge


Fernández Anaya quien iba enviado por el Partido Comunista Mexicano,
con el fin de ayudarnos en el trabajo partidario y de organización sindical.
Era entonces dirigente de la Juventud Comunista en México y nos ayudó
bastan te, porque tenía una experiencia enorme en el trabajo partidista.
Pero, sobre todo, su trabajo principal, Jorge lo realizó en El Salvador.
Después de algún tiempo en Guatemala, poco por cierto, se trasladó a El
Salvador donde lo embargó el movimiento organizativo salvadoreño, el
cual estaba mucho más avanzado que el nuestro. Y, por supuesto, su
trabajo fructificó mejor en esas condiciones. Cuando los acontecimientos
se precipitaron, en 1932, Jorge Fernández ya había regresado a México,
pasando una vez más por Guatemala ... Ayudó mucho al comunismo
centroamericano.
[Miguel Ángel Vásquez]

Era una situación muy difícil, de persecución muy tremenda ... Miguel
Ángel Vásquez era considerado como el patriarca del comunismo
centroamericano, le tenían un gran respecto a pesar de que no era muy
grande de edad.
En suma, había un partido que se llamaba Centroamericano pero que
era en realidad de Guatemala y de Honduras. Entonces propuse a los
compañeros que de plano formaran un Partido Comunista de Guatemala.
Me pregunté: ¿Qué se podría hacer para formar los partidos comunistas de
Centroamérica?. Pero por el momento yo no podía hacer más que cumplir
con la comisión que me había encomendado el Partido que era el de ayudar
a organizar la Juventud Comunista de El Salvador.
Entonces se discutió el problema. Miguel Ángel Vásquez intervino
apoyando la idea de transformar el Partido Comunista Centroamericano en

189
un Partido Comunista de Guatemala, formar un partido nacional que viera
realmente los problemas de Guatemala. Pero había un problema: Guatema-
la era un país mucho muy atrasado. No había una sola fábrica importante.
Lo único importante eran los trabajadores del ferrocarril, de la IRCA, y
esos obreros no querían saber nada del Partido Comunista. Se espantaban,
se echaban a correr; así, físicamente, se echaban a correr. Para ver lo
primitivo e infantil que era la cosa. No podíamos hacer nada. Había un
sindicatito muy pequeño de la compañía de luz: igual. Lo único que había
eran artesanos.
[Jorge Fernández Anaya 2]

Para esos años ya existen una serie de personas que empiezan a plantear
el comunismo y obras revolucionarias, y otras gentes ligadas a or-
ganizaciones internacionales que pasaron por Centroamérica.
Por ejemplo, de los que yo sé, que conocí y traté, serían el
compañero Jacobo Hurwitz, del Perú; el compañero Ricardo Martínez (que
no sé si era comunista entonces) líder sindical, quien estuvo en El
Salvador admirado del movimiento que había; Juan Pablo Wain wrigh t,
hondureño; y, guatemaltecos, bastantes que estuvieron, como Néstor J.
Juárez, carpintero, que fue expulsado para Nicaragua.
[Miguel Mármol 2]

El contacto en El Salvador fue Raúl Eguizábal. Llegué a Santa Ana a


media noche con una maleta y la encargué en una botica. No tenía dinero,
hasta llegar a El Salvador me duró. Así es que, mientras amanecía, me
acosté en el talud de la carretera que iba a Sochoapa y Ahuachapán y ahí
me quedé dormido.
Cuando ya me despertó el sol comencé a preguntar por dónde
quedaba Ahuachapán. "Por ahí derecho" ... y a pata llegué. En Ahuachapán
ya sabían que iba a llegar porque Miguel Ángel Vásquez les avisó, pero

190
no sabían cuándo. Así fue que llegué a Ahuachapán con Raúl Eguizábal.
[Jorge Fernández Ana ya 3]

¡Ah, también estuvo, de paso, Antonio Cu mes, zapatero!, con un sólido


conocimiento. Oí hablar varias veces a Obando Sánchez de la unidad del
movimiento obrero y se refería a la unidad celestial: de cómo los astros
mantenían cierta unidad en su distancia ... Me pareció un obrero instruido.
Me acuerdo que su discurso versó sobre la comparación de los hechos
sociales con la naturaleza, con el universo, la unidad universal. Ese
discurso de Obando Sánchez, habrá sido en Ilopango, en la sociedad que
yo tenía. La sociedad se llamaba: "Sociedad Fraternidad Obreros,
Campesinos y Pescadores". Nos visitó bastantes veces Obando Sánchez.
Ellos no eran obreros así simplemente. Eran inspirados, tenían
capacidad, explicaban. Esos compañeros venían porque el movimiento
de El Salvador atraía a mucha gente y llegaban y se inspiraban y
aprendían. Sirvió mucho ... Yo creo que llegaban por solidaridad, por el
acercamiento que teníamos.
El movimiento salvadoreño era un movimiento que atraía, pues, y
concurrían de Guatemala; no sé si la Federación los mandaba. No sé
cómo, pero con tal que llegaban continuamente. En mi país estuvo Cumes
también.
A Del Pinal también lo conocí, nos tratamos. Este conocimiento fue
cuando ya éramos miembros del Partido Comunista todos. El acercamiento
era más bien desde el punto de vista comunista: llegaban a El Salvador,
tanto de Guatemala como de Nicaragua, a las reuniones. Cuando pasaban
delegados nos reuníamos ...
[Miguel Mármol 2]

Con los fondos reunidos marché a San Salvador para buscar a los

191
dirigentes de la Federación Regional de Trabajadores de El Salvador y así
comenzó el trabajo. Primero contacté con el obrero carpintero Luis Díaz,
Aquilino Martínez, Martínez "El Mango", y Guarneros (el del Cuervo) y
con ayuda de ellos llegamos incluso a obreros de otras fábricas donde no
había organización sindical. Además no se había fundado el Partido
Comunista de El Salvador, y a partir de ese momento la tarea era crear los
organismos de base del futuro partido y de la Juventud Comunista para
más adelante constituirlos.
Así el primer paso fue contactarse con todos los que tenían una
posición de izquierda, con los que podían realizar una obra revoluciona-
ria. Localizados y reclutados los primeros once compañeros, obreros casi
todos, se comenzó a examinar la situación del país, sus más graves
problemas y las repercusiones concretas de la crisis en la clase obrera,
en su estado de ánimo. Se realizó todo un trabajo de investigación hasta
donde las condiciones lo permitieron. Cuando se concluyó este análisis se
me pidió que redactara este examen de la situación y pusiese las conclu-
siones que yo había propuesto, así como las que ellos habían planteado y
que habían sido aceptadas por todos. Terminado, se leyó y se volvió a
discutir dos veces más. Este documento sirvió inicialmente para atraer y
unir a nuevos compañeros.
[Jorge Fernández Ana ya 1: 233]

Nosotros no dominábamos la cuestión de la plusvalía y fue Jacobo Hurwitz


quien nos explicó bien esa cuestión. Él ya murió, era peruano, un tipo
intelectual, fuerte. Nos hablaba sobre el comunismo.
De igual forma, Martínez, de Venezuela, nos habló sobre la
composición social del campo, que nosotros no dominábamos. Quiénes
eran los campesinos pobres, los campesinos medios, los campesinos ricos.
Nosotros íbamos al campo, pero no estábamos claros. Entonces, con las
pláticas de él, nos pusimos claritos del tipo de organización de cada
trabajador del campo: las uniones campesinas, los sindicatos de trabajado-

192
res agrícolas y así, esas asociaciones ...
Recibíamos los comunistas, a los comunistas que llegaban de afuera.
Ellos llegaban como turistas y hacían el trabajo político a través del
Partido ... Nosotros los llevábamos a las masas en El Salvador pues tenían
curiosidad de ver todo el movimiento. Ellos eran desconocidos por las
masas, en su papel de agitadores, de revolucionarios. Participaban en lo
que hacíamos. Por ejemplo, en las fiestas que hacíamos ellos bailaban.
[Miguel Mármol 2]

Cuando el núcleo llegó a 20 compañeros, se organizó un curso breve de


marxismo-leninismo. Toda la obra era oral, pues no se contaba con
folletos o libros. Además, al igual que en México, no había en las
librerías literatura revolucionaria. De esa manera, el trabajo de educación
revolucionaria se realizaba en la casa de Guarneros y esta labor tuvo una
enorme importancia, porque unificaba ideológicamente a los asistentes.
Así se fueron realizando los trabajos de atracción, de educación política,
de unidad ideológica, de todos los que iban a ser los fundadores del
Partido Comunista de El Salvador.
[Jorge Fernández Anaya 1: 233]

El núcleo revolucionario de la Federación Regional, el de los que nos


sentíamos comunistas, al cual pertenecíamos un número cada día mayor de
compañeros, estaba aún más claro frente a este problema: sabía que ese
partido no podría ser cualquier partido, por el contrario, que ese partido
solamente podría ser el partido marxista-leninista, el Partido Comunista.
La idea pasó a concretarse más y mas y tuvo las condiciones para su
realización definitiva con la llegada del joven comunista mexicano Jorge
Fernández Anaya, que al mismo tiempo de llegar a El Salvador para
trabajar en la atención teórico-política del movimiento sindical, vino a
servirnos, obj eti vamen te, de enlace con el movimiento comunista

193
internacional.
[Miguel Mármol 1: 75]

El segundo problema fue encontrar el mejor camino, el más práctico para


ligarse con la clase obrera, para organizarla. Ello implicó el examen de
lo que era la Federación Regional de Trabajadores de El Salvador, ver
algo de sus orígenes; aunque no fuera propiamente una investigación
histórica, sí se trató de tener una idea clara el camino recorrido por esta
organización de los trabajadores salvadoreños y analizar las causas de sus
limitaciones.
El Partido sería el continuador de todas las luchas revolucionarias
del pasado contra el feudalismo colonial español, el representante de los
hombres avanzados de la naciente nación, de las luchas avanzadas -como
la del indio Aquino del siglo XIX-, que derrotados, aplastados,
simbolizaban la lucha contra el latifundio (fincas) en el país.
El Partido represen ta ría la tradición de 1u cha de los trabajadores
contra el dominio sanguinario y terrorista de los finqueros Meléndez y
Quiñónez Molina, realizada en el quinquenio de 1920 a 1925.
[Jorge Fernández Anaya 1: 233-234]

* FRTS: V Congreso, agosto de 1929.


Hegemonía comunista

El V Congreso de la Regional de Trabajadores se realizó en la segunda


semana de agosto de 1929, congreso donde presentamos una terna de
concejales; cada grupo, presentó su terna. En una terna íbamos sólo
comunistas.
Resulta que salimos ganando por inmensa mayoría. Porque los
delegados eran 64: 40 del campo y 24 de la ciudad. Y nosotros en el

194
campo lo teníamos ya ganado. De esta forma el Congreso en su conjunto
lo teníamos ganado.
Por eso hoy nos critican: dicen que nosotros lo hicimos por la
fuerza. ¡Pero no fue con puñales!, ¡fue con trabajo en el campo!. Fueron
los compañeros del campo los que nos eligieron, por consenso, en
elecciones.
Entonces empezó el rejuego contra nosotros. Yo iba a ser Secretario
de Organización Campesino, según la terna del partido. Pero como todos
me conocían la honradez, los anarcosindicalistas propusieron que yo fuera
el Secretario de Finanzas. Para no romper con esa proposición y tener
mayoría, aceptó la corriente comunista mi postulación para las finanzas.
¡Y bien hecho eso!. Por lo tanto fue Ismael Hernández el Secretario de
Organización Campesina. Hecho el triunfo, hecha la victoria, se hizo el
verdadero movimiento obrero y campesino.
Ya nosotros endosamos las dos corrientes: obrera y campesina.
Entramos por el campesinado y penetramos. La línea a seguir en la
Regional de Trabajadores fue movilizar a las masas con la huelga
reclamando sus salarios. Nada de que como los reformistas: sólo la guasa
y no llevaban a las masas a conquistar nada. Nosotros le entramos a
trabajar seriamente al campo. Y fue un despertar en la ciudad y en el
campo.
Pero aquí vienen las disputas ... Eso fue largo. Una guerra en la
nueva Regional. No me dejaban hablar los contrarios. Me gritaban pestes
y empezaron a denunciarme que era ladrón, que me estaba robando los
fondos de la Regional. Que era aquí, que era allá ... en lienzos. De todas
maneras trataban de ofenderme, de desprestigiarme, y el puñal relumbraba
a veces, ¡se llegaba hasta el puñal!. ¡Fue una lucha dura!. Pero si la
habíamos ganado ya en el campo, teníamos que ganarla en la ciudad. ¡Y
la ganamos!
Las huelgas se despertaron por todos lados. Fue cuando más
prestigio ganamos. Una huelga en donde se ganó un colón diario, en vez
de dieciocho centavos, ¡ah, eso hizo bulla!. ¡Una cosa bellísima esa

195
huelga! Fue en Agua Fría, de los Ormilets, en Santa Tecla.
En pocas palabras, en la Regional se tomaron las riendas. Se
accionaba bien con el timón en las manos. Éste timón, la dirección de todo
el movimiento de los trabajadores, era el Consejo General Ejecutivo de la
Regional de Trabajadores.
[Miguel Mármol 2]

Desconocida la dirección de la Federación Obrera Hondureña, se convocó


a un segundo congreso para elegir un nuevo comité, el cual quedó
encabezado por el tipógrafo Manuel E. Sosa. Superada así la crisis que
sufrió la Federación, después de haber depuesto al Comité Ejecutivo
prevaricador y con las experiencias recogidas en esa breve pero fructífera
jornada, las distintas unidades que formaban la central continuaron la
brega, con la idea de que a medida que se desarrollaran actividades
positivas, la central obrera, como lógica consecuencia, sería una fuerza
respetada y decisiva, creadora de climas propicios para el triunfo de
obreros y campesinos en los conflictos sociales por resol ver.
[Graciela A. García: 85]

* Trabajo previo al VI Congreso de la FRTS

En todas las ciudades departamentales íbamos realizando el balance del


trabajo. No menor fue el trabajo en el campo, donde se organizaban los
sindicatos de obreros agrícolas y peones. Se comenzó en Santa Ana,
Chalch uapa, Ah uachapán, Son son ate, Nah uizalco, Juayúa, Panchimalco,
Ilopango, en este lugar conocimos al joven Miguel Mármol. Se había
comenzado en el occidente del país, luego se siguió con el centro y
después se trabajaba para organizar todo el oriente, y así se fue a muchas
partes, entre otras a Coj u tepeq ue, San Miguel, Cotuco. Las necesidad es

196
iban creando la necesidad de tener cuadros fuertes en los departamentos,
fuese Jayaque o Armenia, en este último teníamos un valioso cuadro
político, valiente, incansable y firme: el compañero Cordero.
Al abordar los problemas de las plantaciones de copra, plátano y
café, la lucha principal era contra los desalojos, por el pago del salario
en dinero y no pocas veces por el aumento de los exiguos salarios diarios
de un cuartillo (tres centavos) y medio real (seis centavos).
Había que recorrer todo el país, o casi todo, a pie, pues no teníamos
fondos para usar medios rápidos de transporte. Los muy modestos fondos
que llegaron del Socorro Rojo Internacional y del Partido Comunista de
México eran destinados a ayudar a las familias de los presos políticos. Las
rentas de los locales y los pagos de luz y agua se cubrían con las
utilidades de los bailes semanarios, organizados por nosotros en los
locales sindicales.
[Jorge Fernández Anaya 1: 235]

* FRTS: VI Congreso (o 1 Congreso Extraordinario).


Expulsión de los reformistas y anarquistas.
9 Y 10 de febrero de 1930

Nosotros habíamos salido triunfando pero los demás miembros de la


Regional no se quedaron quietos y tuvimos que expulsarlos. Por Congreso
Extraordinario expulsamos a los reformistas y a otros más. Esto lo hizo
el Congreso demostrando que habían ido como delegación de la Regional
a la Federación Americana del Trabajo con dinero del gobierno.
¿El resultado?: ¡afuera!. A los anarquistas les probamos que eran
enemigos de lo político, porque decían que nosotros los comunistas,
éramos políticos. Pero con eso los condenábamos: les probábamos que
ellos estaban traicionando los intereses de los trabajadores, cuando sólo
impulsaban ciertas luchas, que eran economicistas y no llevaban a la lucha
política a las masas.

197
Los anarcosindicalistas eran economicistas y despreciaban cualquier
otra lucha. Eran apolíticos y nos condenaban a nosotros por hacer política
en las masas. Los anarquistas nos acusaban de eso y de que no con-
denábamos a la iglesia.
La llamada "acción directa" la usaron con nosotros en la Regional.
Por ejemplo, una vez, al doctor Salvador Merlos, sin más, le hieren la
cabeza de un puñalada por intervenir pidiendo paz y tranquilidad. ¡Al
doctor Merlos, un gran abogado demócrata!. Había bochinches terribles.
¡Y es que nosotros también le entramos a la brava, a responder con la
misma fuerza la violencia que ellos ejercían!. Y hoy nos lo critican, pero
hay momentos en que es necesario ser violen tos también.
[Miguel Mármol 2]

El intenso trabajo descrito, permitió que ya para febrero de 1930 fuera


necesario realizar el Congreso de la Federación Regional de Trabajadores
de El Salvador para resolver la crisis política que vivía la organización.
Siendo la mayoría absoluta de los nuevos dirigentes de nuestra corriente
política, entusiastas y revolucionarios, el Congreso se realizó en un
ambiente enérgico de discusión, pero eminentemente unitario, saliendo
triunfantes cuadros revolucionarios, entre ellos muchos del movimiento
revolucionario. Y para entonces la FRT tenía 60 mil obreros de la ciudad
y del campo.
[Jorge Fernández Anaya 1: 235]

Las masas miran la valentía de la gente. Si nosotros estamos flojos y


mostramos debilidad, se pierde la confianza. Nosotros respondíamos con
fuerza también, con firmeza. Por esta misma firmeza abrimos la escuela
comunista.
Nosotros no atacábamos directamente a la iglesia porque era de
plano divorciarse de las masas. Era como cerrarse las puertas por todos

198
lados. Nosotros en el campo ayudábamos a arreglar los altares, rezábamos
con la gente. Y todo porque la iglesia abrió una campaña brutal diciendo
que éramos ateos, para que los del campo no nos escucharan.
Ellos decían:
-No, falso; aquí nunca nos han hablado de esa
forma. Al contrario: ¡son religiosos!, ellos rezan,
ellos ayudan en todo.
Era una táctica que llevamos nosotros para poder penetrar en las
masas. Así fue como la dirección del movimiento obrero y campesino
quedó en nuestras manos: nómbresele comunista.
Esto no era el partido todavía. Era el grupo del partido. ¡El grupo
comunista!. No era partido todavía, porque éste se funda hasta el '30 ...
y todo este rejuego fue en el '29.
[Miguel Mármol 2]

* El nacimiento del PC de El Salvador

El 1 ° de mayo de 1930 desfilaron por las calles de San Salvador cerca de


80 mil obreros: una parte venida de las poblaciones cercanas y de la
propia ciudad, San Salvador. Esa fue la primera manifestación gigantesca
proletaria en la capital del país. Sus lemas eran la lucha contra la crisis
y contra sus consecuencias, contra la desocupación, contra los reajustes
de trabajadores y la reducción de salarios, contra los lanzamientos en las
fincas cafetaleras. También podían encontrarse en la manifestación mantas
contra la guerra imperialista, etcétera. Aquella marcha manifestaba de
manera importante la presencia de un nueva fuerza política en el país, la
fuerza del proletariado con su Partido Comunista de El Salvador.
[Jorge Fernández Anaya 1: 236]

199
En marzo de 1930 se citó para la reunión de constitución del Partido
Comunista salvadoreño. Fueron convocados a ella los cuadros más
destacados, más firmes, más revolucionarios del movimiento obrero y
sindical de aquella época. No forzamos la historia cuando decimos que
nuestro partido comunista es hijo de la clase obrera salvadoreña, pues
entre nosotros no se dio el caso, ocurrido en otros países, del que el PC
se organizara primeramente en el medio universitario o entre la intelec-
tualidad pequeño burguesa. Nuestro PC salió de las entrañas mismas de
nuestra clase obrera, de nuestro movimiento sindical, como una forma
superior, política, de organización de clase. Los cuadros intelectuales que
dieron los aportes principales en el aspecto teórico, fueron cuadros ya
formados por el movimiento obrero mundial. La intelectualidad pequeño
burguesa salvadoreña propiamente dicha jugó un importante papel de
precursora del Partido con la divulgación de algunos elementos de la
ideología comunista, pero su papel directo en la creación del partido, en
los momentos de su fundación, fue escaso.
[Miguel Mármol 1: 75-76]

El Partido Comunista de El Salvador se fundó a orillas del Lago Ilopango


el 30 de marzo de 1930. En la preparación del Congreso Constituyente
participó activamente, en enero y febrero de 1930, el compañero Jacobo
Hurwi tz ( comunista peruano que regresaba a su país), y su actividad
consistió en la mejor organización de los cursos de marxismo-leninismo
a varios núcleos de compañeros, y en algunas tareas de organización
preparatorias del Congreso Constituyente. Trabajó con nosotros dos
meses. Lamentablemente se fue al Perú. Otro camarada que estuvo una
semana con nosotros, ya en el período de preparación del Congreso
(febrero), fue Ricardo Martínez, de Venezuela, pues era represen tan te de
la Confederación Sindical Latinoamericana.
La preparación del Congreso urgía un informe sobre la situación del
país, un manifiesto, el Programa, la Declaración de Principios y el

200
proyecto de Estatutos del futuro partido comunista. Todos estos documen-
tos fueron elaborados, discutidos y aprobados por el Congreso Constitu-
yen te.
Constituido el Partido Comunista de El Salvador, su primer
secretario general fue el obrero Luis Díaz; estaban en el Buró Político
compañeros como Aquilino Martínez, Rafael Bondanza, Martínez "El
Mango", Castillo, Hernández, Víctor Angulo, un electricista, un
ferrocarrilero, Guarneros y en el Comité Central estaban Miguel Mármol
y Cordero. Sólo Víctor Angulo no era obrero.
[Jorge Fernández Anaya 1: 236]

Yo he sacado una lista de cien compañeros, que considero de la Vieja


Guardia. El dirigente superior, entre nosotros, fue Luis Díaz, carpintero.
Estuvieron otros como Juan Antonio Guerra pero todos fueron adictos a
las luchas, entregados.
En la fundación del partido comunista estuvieron tres profesores:
Víctor Manuel Angulo, de Zacatecoluca, un profesor de secundaria que al
crearse el Partido fue secretario de organización; este camarada era muy
instruido. También Juan Campos Volame, quien fue secretario de
propaganda. Por último Gregorio Cortés Cordero, un campesino acomoda-
do que se desenvolvía como profesor rural. Fue uno de los que contribuyó
a formular las tesis del Congreso. ¡Un hombre mu y inteligente, muy
instruido, querido!. Donde anduvo huyendo, tiempo después, quedó
grabado su nombre en las escuelas. Se veía: "Gregorio Cortés Cordero".
Hizo escuela en las cárceles y fue tomado en cuenta por la policía. ¡Era
un hombre respetado, de enorme personalidad!. Elegante. Por él es que
crearon la Escuela Correccional de Menores, pero no según su idea ya que
el director de policía la hizo de otro modo: con disciplina policial y todo
eso.
Los tres (Cortés Cordero, Juan Campos Volame y Víctor Manuel
Angulo) estuvieron en la fundación del Partido. Sin embargo, de entre

201
ellos, Gregorio se destacó ya que fue uno de los fundadores de las tesis.
Además, participó el compañero Narciso Ruiz, panadero, en la construc-
ción de las tesis, en los estatutos y todo eso. Estos delegados contribuían
a instruirnos en una forma práctica ...
[Miguel Mármol 2]

Constituido el Partido Comunista, se comenzó rápidamente a desarrollarlo


con los más seguros; en el curso del mes de junio el PCS ya tenía 600
miembros; al finalizar el año, al hacer el balance en el mes de enero,
tenía 1 800 miembros.
El Partido crecía muy cuidadosamente, para evitar la penetración del
enemigo en nuestras filas y para asegurarnos de que cada militante era un
digno comunista, firme y valiente.
Para julio podemos decir que la parte occidental y central del país
ya estaba casi totalmente organizada, se había terminado con los trabajos
de organización de La Libertad. Entonces se marchó a trabajar sis-
temáticamente en todo el país, pues ya había organización en Cojutepeque
y U sul után; ahora con mayor can ti dad de cuadros se iba a trabajar a
Morazán, La Unión, Chalatenango, San Miguel, Cuscatlán, hasta el puerto
de Cutuco. El ascenso revolucionario era evidente, pues nuestros éxitos
en la organización de masas y en la lucha por sus intereses nos lo
mostraba cada vez en forma más evidente. Era un proceso de maduración
revolucionaria.
Ello también significaba crear y desarrollar nuestras organizaciones
del Partido Comunista, de la Juventud y del Socorro Rojo Salvadoreño.
[Jorge Fernández Anaya 1: 236-237]

202
* Los vástagos no reconocidos.
El Socorro Rojo y la Liga Antiimperialista.

El funcionamiento del Secretariado del Caribe del Socorro Rojo, data de


noviembre de 1928, en cuya fecha fue constituido en México. Sus primeras
actividades fueron concentradas en la organización de la Sección
Mexicana, cuya fundación data realmente de fines de 1928 y principios de
1929. Durante este primer período el trabajo en los otros países fue
sumamente débil. Desde julio de 192 9 se comenzó un trabajo serio de
agitación, propaganda y organización en el resto de los países del Caribe.
El Secretariado estaba compuesto de nueve miembros: 3 latinoameri-
canos; 1 de la West Indie; 4 americanos; 1 chino. Tres eran de habla
española; 4 de habla inglesa; 1 de habla francesa; 1 de habla china. Seis
eran blancos; dos negros; uno chino. El Buró del Secretariado estaba
compuesto de tres miembros. Es de hacer notar que los cambios en el
personal del Secretariado fueron sumamente frecuentes. Unos salieron del
país; otros de New York, otros fueron sacados de nuestro trabajo para
ocuparlos en otras organizaciones. Esta práctica dificultó mucho la
formación de un real trabajo colectivo. Sólo dos miembros del Secretaria-
do trabajaban diariamente para el mismo. El Secretariado se reunía
mensualmente. El Buró se reunía dos o tres veces por mes.
[R. Gómez]

Después de la elección del Comité Central alguien planteó el problema de


organizar especialmente a los jóvenes comunistas y de responder a
nuestras obligaciones internacionales y echando a andar la Sección
Salvadoreña del Socorro Rojo Internacional, la organización de ayuda y
defensa del proletariado mundial en la lucha antiimperialista que producía
tan tas víctimas de di verso tipo: presos, muertos, heridos, procesados,
perseguidos, torturados, viudas, hijos abandonados, enfermos, desemplea-

203
dos, etcétera. Se aceptaron ambas proposiciones.
[Miguel Mármol 1: 76]

El Secretariado del Caribe había tenido especial celo en que las Secciones,
Grupos, o el propio Secretariado, no dejaran de desarrollar actividades de
defensa en favor de las víctimas de la reacción y del imperialismo a través
de todo el Caribe. Nuestras actividades en este sentido habían estado
subordinadas al grado de influencia y de organización del Socorro Rojo
Internacional. En algunas partes la actividad del Socorro Rojo no había
pasado de ser pura agitación sin que pudiera haber sido complementada
por ningún acto concreto de movilización de masas, o defensa legal y
ayuda económica de las víctimas y familiares (Santo Domingo, Haití,
Nicaragua). En otras regiones la defensa se había circunscrito a puros
trámites legales (Colombia, Ecuador, Costa Rica).
Pero ya un buen número de Secciones comprendían la necesidad de
desarrollar la acción de las masas como un medio de defensa de los
perseguidos y por tanto estaban en la posibilidad de cumplir con los fines
de nuestra organización en la lucha de clases y antiimperialista. El grado
en que la acción de masas y la función de defensa se realizaban era
diferente en los distintos países; había tenido su máxima expresión en El
Salvador; había sido conducida con cierta energía en países de fascismo
como Cuba y México; tenía sus formas embrionarias en Honduras y
Panamá; en Guatemala había sido insuficiente.
[R. Gómez]

Como responsables en El Salvador del Socorro Rojo Internacional


quedaron los camaradas José Ismael Hernández, zapatero, y Balbino
Marroquín, albañil. Desde 1u ego que la fundación del Socorro Rojo no
tuvo como fin únicamente el de responder a nuestra obligación inter-
nacional, como he dicho que fue introducida la proposición en aquella

204
reunión, srno que principalmente para enfrentar las necesidades de la
lucha que avizorábamos llena de víctimas de la reacción y el imperialis-
mo. El Socorro Rojo se hizo cargo de canalizar nacionalmente no sólo la
ayuda y la solidaridad internacional con nosotros sino, y en medida
principal, la ayuda que a las víctimas de la represión burguesa daba el
pueblo salvadoreño en general, incluidas las capas de la pequeña burguesía
y de algunos sectores menos maleados de la burguesía.
[Miguel Mármol 1: 76-77]

La ayuda económica había sido siempre insuficiente aunque algunas


Secciones habían realizado enormes esfuerzos para organizarla. La
principal falla en este sentido había consistido en que los trabajos de
finanzas se habían ligado íntimamente a las actividades de masas. En
Cuba, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Panamá y
Ecuador se habían prestado ayuda económica a los presos y a sus
familiares. En general, el grado de perfeccionamiento y desarrollo del
trabajo de las Secciones variaba de acuerdo a su influencia en las masas,
con sus actividades de agitación, situación del país, grado del terror,
etcétera.
[R. Gómez]

Cuando regreso de México a Guatemala, es que se funda la sección de la


Liga Antiimperialista de las Américas. Solamente me mandan una
comunicación, diciendo que soy el representante en Guatemala. E 1
nombramiento, como represen tan te del Socorro Rojo Internacional, me
llegó después. Creo que, para entonces, todavía no estaba la oficina del
Buró del Caribe de la Internacional Comunista en Nueva York. Pero sí es
seguro que, en todos los países de Centroamérica, había un representante
del Socorro. Y, aunque las secciones del Socorro no estaban formalmente
ligadas con las representaciones de cada Partido, ¡eran una sola acción!.
La Liga Antiimperialista era una organización internacional, que

205
buscaba organizar las luchas de todos los pueblos, a favor de sacudirse
toda la opresión con la que el imperialismo, en especial el norteamerica-
no, sojuzgaba a las más débiles naciones latinoamericanas. Y cuando
sucedía la lucha de Sandino en Nicaragua, pues sí se hicieron cosas,
¡mucho en la prensa!. Ahí, no sólo por parte del Partido, o de la Liga,
sino que era un movimiento amplio, popular, que levantaban muchas
organizaciones: por lo regular, enemigas del gobierno. Algunos de los
compañeros comunistas, que participaron en esta organización inter-
nacional, fueron Gustavo Machado y Salvador De la Plaza, de Venezuela,
y Julio Antonio Mella, de Cuba.
[Miguel Ángel Vásquez]

La Defensa Legal había estado desconectada de las actividades de masas


en la mayoría de los casos. No puede decirse que existían departamentos
jurídicos en las secciones. Sólo existían bases para la creación de los
mismos, en 1931, en México, Cuba, Guatemala, El Salvador, Honduras y
Colombia. La Defensa había sido, en la mayoría de los casos, puramente
legalista sin que se hubiera hecho esfuerzo considerable, con excepción
de México, en el sentido de plantear las actividades legales sobre la base
de la lucha de clases. La autodefensa de los presos revolucionarios no
había sido estimulada ni organizada en ningún país. El Secretariado había
luchado contra estas tendencias y fallas, sobre todo insistiendo sobre la
ligazón que debía existir entre la defensa legal y las actividades de masas
y sobre el carácter primario y fundamental de la lucha de masas.
[R. Gómez]

Se podría decir que el Socorro Rojo también era internacional, como la


Liga Antiimperialista, pero la diferencia entre ellas radicaba en que el
Socorro se centraba, primordialmente, en la ayuda a los compañeros que
caían en la prisión, o en el apoyo a sus familiares, quienes quedaban en

206
cierto desamparo con la detención de los camaradas. A pesar de que
Machado y De la Plaza trabajaron también en el Socorro Rojo, no fueron
ellos los que me informan a profundidad de su estructura o de su
organización. Ciertamente, en México, se oía hablar ya de eso ... pero
nunca comentamos del Socorro Rojo con ellos.
[Miguel Ángel Vásquez]

No sólo las secciones sino que también el Secretariado había cometido


grandes errores en el desarrollo de las campañas. Todas ellas habían sido
sumamente generales y no se había procurado concretizar la agitación
sobre casos específicos y sobre países determinados.
Las secciones debían además darle una atención primaria a las tareas
de defensa y especialmente a la lucha contra la ilegalidad de todo el
movimiento obrero y antiimperialista.
Nuestro principal agitador en la defensa de las víctimas de la
reacción y del imperialismo fue la revista Mella de la cual se publicaron
4 números. Después la sustituyó el boletín mensual de prensa del que se
habían publicado, para marzo de 1931, 14 números, pero éste no podía
llenar el amplio cometido que le estuvo asignado a la revista Mella.
Además, se habían publicado por el Secretariado del Caribe 21
números del servicio de prensa regular, que se habían enviado periódica-
mente a 25 periódicos y revistas y a 65 organizaciones en el Caribe, en la
América Latina y Europa.
El Secretariado también había publicado 2 ejemplares del boletín de
prensa en inglés y 2 del boletín de prensa en francés. Se habían distri-
buido 100 circulares sobre campañas de agitación.
[R. Gómez]

El nombramiento, como representante en Guatemala del Socorro, me llega


de París. No sé si antes de mandarlo hablaron con Salvador y con

207
Gustavo. En realidad, la otra alternativa es que Agustín Farabundo Martí
fuera el enlace, el que me recomendó como representante en Guatemala.
Pero, realmente, no sé cómo me llegó. En esos días, el Socorro
Rojo trabajaba muy mal, porque yo no lograba encontrar un apoyo fuera
del elemento obrero que había ... Y no es menospreciar a los compañeros
pero, para ser francos, no había gen te capacita da para las relaciones que
hacían falta con el extranjero, con la prensa, con otras agrupaciones.
Pongamos, que yo pudiera decir "dedícate a esto y a eso", o que hubiera
alguno que asumiera todas las responsabilidades ... Y es que todavía la
capacidad de los obreros no daba. A ellos se les dificultaba, sobre todo,
saber escribir, saber redactar una carta, un oficio, y eso, objetivamente,
todavía no lo podían hacer.
[Miguel Ángel Vásquez]

El trabajo en los órganos de bases aún podía hacerse legal, aún en los
países de terror más bárbaro; pero día a día se hacía más difícil la
realización de estas actividades en la mayoría de los países. Por eso el
Secretariado insistió constantemente acerca de esto a las Secciones para
que organizaran grupos de fábrica y de hacienda, principalmente, y de
calle o barrio donde no fuere posible la constitución de los primeros. Las
estadísticas sobre la organización demostraron que se habían obtenido
algunos resultados en este sentido, pero era necesario continuar las
actividades iniciadas. Paralela a la lucha contra la ilegalidad y el
perfeccionamiento del trabajo ilegal estaba la tarea de enraizar al SRI en
las fábricas y haciendas.
[R. Gómez]

Por eso digo que hubiera sido de mu cha ayuda el apoyo de intelectuales
para las actividades del Socorro en Guatemala. ¡Pero el miedo que le
tenían a trabajar en eso hacía estragos!. Entonces, de hecho era yo el

208
único que hacía las protestas por algún ataque contra los obreros.
Protestaba por medio de cartas a los periódicos, ¡esa era la única forma!.
Naturalmente, usaba mi carrera de abogado para defender a los com-
pañeros, eso sí, pero no siempre dentro del Socorro Rojo, ya que unas
veces era a nombre del despacho que tenía en Guatemala. ¡Total, siempre
iba como defensor en persona!, y como sabían que era del Socorro, pues
era el Socorro Rojo quien realizaba la acción.
[Miguel Ángel Vásquez]

El problema del funcionamiento de la organización (de grupos, locales,


etcétera) hasta 1931 no había recibido una especial atención, ya que todo
el trabajo era tan joven que apenas habíamos logrado constituir las bases
organizativas de verdaderas organizaciones de masas.
El Secretariado, después de haber hecho resoluciones sobre el
trabajo del Socorro Rojo, para cada uno de los países del Caribe, sobre la
base de la resolución del Comité Ejecutivo Internacional, concentraría sus
actividades organizativas con el fin de lograr que los grupos, locales,
comités nacionales que funcionan regularmente.
Para este objeto se planteaba en primer lugar la tarea de reforzar los
Comités Ej ecu ti vos Nacionales y de hacerlos funcionar independien-
temente y regularmente, y en segundo lugar la de crear Comités Regio-
nales o Distritales como los que existían en Cuba y México.
[R. Gómez]

Así fue, a mí me tocaron todas las huelgas, para atender lo que hiciera
falta, en mi calidad de abogado. ¡No había nadie más, todos eran unos
collones 9 ! Contra mí, sólo hubo amenazas, ¡para qué exagerar, s1 nada
más me llegaban anónimos amenazándome, pero no otra cosa! Nunca,

'Miedosos.

209
oficialmente, me detuvieron por esas acciones. Mis compañeros de la
Universidad, si bien no cooperaban en las tareas, tampoco me atacaban de
manera directa. No les gustaban a ellos mis labores a favor de los
obreros, ¡que por qué me andaba metiendo en esas babosadas!, me decían.
Además, aunque sacara algunos fondos de mi labor como litigante, yo
también estaba sin medios económicos ... en lo personal, tenía que estar
pagando todo lo que se ofrecía, ya que no recibimos ayuda internacional
para las acciones de defensa o propaganda, nada más recibimos para los
viajes al extranjero, a congresos y cosas por el estilo.
[Miguel Ángel Vásquez]

En el terreno de las finanzas las actividades de las 'secciones habían sido


sumamente deficientes. La Sección Mexicana que era la más importante
reflejó estas deficiencias en una forma más aguda. La Sección Cubana
había realizado mayores esfuerzos en este sentido que las otras. Las
Secciones salvadoreña, hondureña y en general todos los grupos del SRI
habían realizado un trabajo insuficiente. Las cuotas no eran cobradas
regularmente; el tanto por ciento correspondiente al Comité Ejecutivo
Nacional no llegaba nunca al mismo; no se han cobrado cuotas colectivas
(con excepción de algunos sindicatos de Cuba); las colectas y la otras
iniciativas de índole financiera estaban desligadas de las actividades de
masas, en la mayoría de los casos. Se hacía imprescindible el más rígido
control sobre el pago de la cuotas individuales y colectivas. El análisis de
nuestro informe de finanzas demuestra nuestras fallas. Lo principal es que
había sido nula toda la actividad para recoger fondos, con excepción de
un baile organizado en favor de la Sección mexicana que arrojó sólo cerca
de 19 dólares, y 140 dólares de ayuda enviados a Cuba que fueron
colectados por la ANERC 10 y CUBANELL (organizaciones de obreros

'°Se trata de la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios de Cuba, fundada en agosto de 1927 por estudiantes exiliados en París.
En 1928 cambia su domicilio a México y nombran como su presidente al comunista Julio Antonio Mella. La ANERC nace al calor del
movimiento antiiperialista mundial que por esos años alcanza su cúspide en el 1 Congreso Antiimperialista Mundial, realizado en Bruselas,
Bélgica, del 10 al 15 de febrero de 1927 (fARACENA ARRIOLA, 1989c: 70).

210
cubanos).
[R. Gómez]

Las tareas de defensa, de ayuda a los reprimidos, las hacía indistintamente


como profesionista o como miembro del Socorro Rojo Internacional. En
El Salvador también existía el Socorro Rojo pero estábamos separados y
nunca nos reunimos en trabajos de este tipo con los camaradas de El
Salvador: ellos tenían su sección aparte. En general, se me dificultaba
mucho ejercer la profesión de abogado y llevar las tareas políticas porque,
aparte de dedicarme a la cuestión obrera, tenía que llevar otros asuntos
legales, profesionales que me ayudaban a ganar algún dinero, dinero que
después destinaba para los gastos que se tenían que hacer en el movimien-
to político y social.
Al fin, logré combinar las dos actividades. Tenía muchas respon-
sabilidades, pero logré llevar las dos cosas. Bueno, en realidad lo que me
favorecía en esa sobrecarga de trabajo es que acababa de entrar, ¡y tenía
muy pocos asuntos profesionales!
[Miguel Ángel Vásquez]

El trabajo idiomático y entre los grupos raciales fue uno de los aspectos
del trabajo del Secretariado que hasta mediados de 1930 no tuvo atención.
Él es complicado y difícil. La población del Caribe tiene todas las razas
del mundo y multitud de complicaciones raciales.
Entre distintos grupos existen discriminaciones específicas y muy
variadas, que se manifiestan principalmente contra los negros, indios,
chinos e hindús, pero también existen discriminaciones entre estos mismos
grupos que son fomentadas por el imperialismo.
En este sen ti do se hizo poco trabajo, pero se sentaron las bases para
el trabajo posterior. Es de notar que el trabajo entre los indios en general,
y específicamente entre los indios que hablan español era, para 1931

211
inexistente.
[R. Gómez]

Se hacían colectas, para tener dinero y ayudar. Darles calzado a los


camaradas que perdían sus zapatos por andar en la lucha. Había quienes
se quedaban sin zapatos por andar por aquí y por allá. Había que
comprarles zapatos. El Socorro Rojo los compraba.
Pero yo nunca trabajé en el Socorro Rojo ... Eran otros, por como
estábamos organizados.
Y fue mejor cuando Farabundo llegó como representante. Hubo más
vida para el Socorro Rojo. Farabundo iba como representante del Socorro
Rojo Internacional, siendo nombrado en Nueva York. El Buró del Caribe
lo nombró, porque el prestigio que tenía Agustín Farabundo era bárbaro.
[Miguel Mármol 2]

Informe parcial sobre las actividades del Socorro Rojo en Centroamérica,


para mediados de 1931:

-Fecha de inicio del trabajo: noviembre de 192 9 (El Salvador: ES);


agosto de 1929 (Honduras: H); agosto de 1929 (Guatemala: G);
diciembre de 1930 (Costa Rica: CR); 1930 (Nicaragua: N).
-Miembros que no se sabe si pagan cuotas: 3 mil (ES); 720 (H); 5 O
(CR).
-Miembros colectivos: 12 (H).
-Afiliados a los miembros colectivos: 1 340 (H).
-Comité Ejecutivo Nacional: Sí (ES, H, G, CR).
-Locales que funcionan: 14 (ES); 4 (H); 9 (G); 4 (CR).
-Locales destruidos: 1 (ES).
-Grupos de Hacienda: 2 (ES).
-Grupos de Fábricas: 2 (ES); 7 (H).

212
-Grupos de Barrio o Calle: 1 (CR)
-Grupos de Sindicatos: 14 (ES).
-Lugares con que tienen con tacto las Secciones: 60 (ES); 15 (H); 25
(G); 8 (CR).
-Ejemplares de Boletines Mimeográficos: 2 (H).
-Manifiestos impresos: 4 (ES); 1 (H); 1 (G) 1 (CR).
-Manifiestos mimeográficos: 5 (ES); 1 (H).
-Contactos del Secretariado: 8 (ES); 6 (H); 2 (G); 2 (CR); 3 (N)

-Lugares con los que tiene contacto el Secretariado: 7 (ES); 6


(ES); 2 (G); 2 (CR); 1 (N).

Trabajo de Habla Inglesa:


-Número de contactos para envío de propaganda: 1 (ES); 4 (H); 2
(G); 1 (N).
-Número de contactos activos: 1 (G).
-Hablan inglés: 2 (H); 1 (G).
-Hablan español: 1 (ES); 2 (H); 1 (G); 1 (N).
-Número de lugares: 1 (ES); 3 (H); 2 (G); 1 (N).
-Labor Defender que se venden: O.
-Agente del Labor Defender: O.
-Con tactos con asociaciones: 1 (H).
[R. Gómez]

* Farabundo Martí regresa a El Salvador.


Situación general de los partidos antes del 32

En cierto momento, le pregunté a Agustín:


-¿Por qué rompiste con Sandino?
-Es que Sandino era espiritista. Por más que traté

213
en Nicaragua y México no fue posible que enten-
diera el marxismo y de ahí comenzaron nuestras
dificultades. Preferí separármele cuando vi que no
podía hacer nada por cambiar sus creencias.
-¿Y qué piensas hacer ahora?
-A lo mejor voy a San Salvador, porque ya supe que han
organizado los compañeros el Partido.

Después de esa plática, supe que lo habían echado de Guatemala. ¡A


Agustín, el alcohol lo transtornaba, se puso una borrachera, y habló
contra Ubico!. Naturalmente lo agarraron y lo expulsaron para El
Salvador. Realmente estando él en México se fundó el Partido sal-
vadoreño. Él no estuvo ni fue fundador como dicen todos. Pero llegó allá
y, naturalmente, ¡era la figura cumbre, él era el marxista!. Por lo menos,
había leído más que todos los demás. Por eso es que lo eligieron
Secretario General, ya muy cerca de la rebelión del 32.
[Miguel Ángel Vásquez]

En el mes de agosto de 1930 regresó a El Salvador el compañero Agustín


Farabundo Martí; había luchado durante años con Sandino y era el segundo
en esa lucha de liberación nacional. A su llegada estimamos, y así se le
propuso, que él dirigiese la labor del Socorro Rojo. Fue incorporado
ampliamente a toda labor revolucionaria, pero semanas después Agustín
fue aprehendido por la policía cuando atravesaba el parque público de la
ciudad de Santa Ana. Este hecho nos impuso la necesidad de liberarlo, por
lo cual se realizaron manifestaciones en todas las ciudades, lo que
ocasionó más encarcelamientos. En el mes de septiembre, ante la enorme
cantidad de presos políticos, se organizaron grandes manifestaciones de
mujeres en todas las ciudades para exigir la libertad de Agustín Farabundo
Martí y de todos los presos, pero todos los mitines y manifestaciones
tuvieron que proseguir, debido a que, si bien se había liberado a la casi

214
totalidad, no se había logrado la libertad de Agustín. Finalmente, el
gobierno liberó a los presos aprehendidos en estas manifestaciones y
expulsó del país injustamente e ilegalmente a Farabundo Martí. Pese
a la tremenda represión en las poblaciones, pero particularmente en el
campo, nuestra organización de masas crecía, y para los meses de
septiembre y octubre la Federación Regional de Trabajadores tenía 93 mil
miembros bien organizados sindicalmente, lo que ya era una fuerza
política en el país, imponente por su organización y su disciplina. No
había en El Salvador ninguna otra fuerza como la nuestra, tanto por su
unidad, su militancia y su capacidad para aguantar la represión del
gobierno, y con una dirección política partidaria y sindical monolítica.
[Jorge Fernández Anaya 1: 237]

Farabundo regresa a El Salvador porque lo nombran representante del


Socorro y porque en Nicaragua no había el movimiento de masas tan
agitado que había en El Salvador. Había una lucha armada que era distinta
al movimiento de masas que necesitaba un Socorro Rojo. ¡Eran muchos los
encarcelados, muchos los detenidos!. Él conocía eso y prefirió pasar a El
Salvador.
Farabundo toma la decisión de regresar en julio de 192 8. A El
Salvador llegó en junio de 1930. Estaba yo en vueltas de ir a la Unión
Soviética. No sé si él pasa por Guatemala antes de llegar a El Salvador.
Nosotros sólo lo recibimos ... ¡Pero sí, ha de haber pasado por Guatema-
la!. Inmediatamente pasa a formar parte del Partido, tenía que ser
miembro rápidamente.
Y no había alguien que tuviera su estatura, esa fama internacional,
ninguno de nosotros. Por ejemplo, mi caso: yo tenía una fama nacional
mayor que, en cierto sentido, la de Martí. Porque él no había luchado en
las masas salvadoreñas. Y o sí había estado en las masas indígenas. Así es
que él llega cuando ya está el Partido y cuando está el movimiento de
masas. Se porta bien como representante del Socorro Rojo y llega a cobrar

215
enorme fama. ¡Y un prestigio que era bárbaro!.
Además de Farabundo, en el Socorro Rojo estuvo el Secretario
General de la Sección que era Ismael Hernández ... y que fue perseguido
y encarcelado igual que Farabundo. A veces sólo se mienta a determinada
persona, pero la personalidad de Hernández ¡fue bárbara, enorme!, ¡sufrió
como qué! ¡Fue un defensor legítimo de la clase obrera!. A Ismael yo lo
recluté para el partido, era zapatero.
[Miguel Mármol 2]

En la Federación Obrera Hondureña (FOH) se suscitaron varios cismas.


El Comité Ejecutivo trató de traficar con los intereses de la clase obrera
al recibir del entonces presidente de la república, doctor Miguel Paz
Barahona, la cantidad de 15 mil dólares sin dar a conocer a sus represen-
tados nada al respecto. Compañeros del Partido Comunista Hondureño
descubren tal proceder incorrecto, lo denuncian y convocan a los
miembros de los distintos sindicatos adheridos a la Federación a reunión
extraordinaria. Se nombra acusador al distinguido militante revolucionario
Maximiliano B. Uclés. Se presentan pruebas que no dejan lugar a dudas,
como el decreto publicado en el Diario Oficial. Y después de prolongada
discusión se toma por unanimidad el acuerdo de desconocer al comité
ejecutivo de la FOH, aduciendo que éste ya no era acreedor a la confianza
de los agremiados.
[Graciela A. García: 41-42]

Ni en el Partido ni en la Juventud existió en aquel entonces la organiza-


ción celular en El Salvador. Los organismos de base eran Comités Locales
de 8, 12, 15 y has ta 20 personas, pero prácticamente podían crecer sin
límites, y que si bien estaban supeditados a una Dirección Departamental
y a la Dirección Nacional, tenían un gran radio autónomo sobre todo en
su organización interna y en el trabajo en su localidad. Optamos por este

216
tipo de organización, no por ignorancia de los principios leninistas de
estructura del Partido, pues a esas alturas, sobre todo a través de las
revistas ar gen tinas que nos llegaban, hasta de memoria conocíamos los
esquemas de una organización celular, sus ventajas y fines. Pero por el
nivel político específico de la masa obrera salvadoreña, por sus carac-
terísticas, el Comité Local se adaptaba mejor que la célula a nuestras
necesidades de rápido crecimiento.
[Miguel Mármol 1: 77]

Después de la reunión extraordinaria donde se destituye a la dirección de


la FOH se convoca a un Congreso con el fin de elegir una nueva directiva.
Se realiza y encabeza este nuevo comité el tipógrafo Manuel E. Sosa.
Llega el 1 ° de mayo y el Partido Comunista de Honduras lanza un
manifiesto de contenido verdaderamente revolucionario, manifiesto que
produce grandes discrepancias de parte de los directivos de la central
obrera al grado de recurrir a delaciones, a frases ofensivas, tanto en
reuniones como por la prensa contra elementos comunistas que militaban
en diferentes sindicatos de la mencionada Federación.
[Graciela A. García: 42]

El defecto de la organización en El Salvador era que se crecía acelerada-


mente en todas las organizaciones -FRT, JC, SRI y PC- y no teníamos
los cuadros suficientes, pues el crecimiento nos implicaba la educación
sindical y política, la orientación de las masas, la atención a sus intereses
y la lucha sindical correspondiente; sobre todo, a la correcta preparación
de las huelgas.
Un trabajo con grandes lagunas fue la actividad entre las mujeres,
pese a que varias veces se discutió mejorar su atención; sin embargo,
había mujeres en todas las organizaciones y muchas de ellas pasaron los

217
cursos de marxismo-leninismo.
[Jorge Fernández Anaya 1: 238]

En vista del caos que existía en la Federación Obrera Hondureña, la


11 11
Sociedad Cultura Femenina tomó el acuerdo de separarse de esa central,
ya que sus directivos trataban de frenar la verdadera lucha de los
trabajadores y al tener conocimiento de lo sucedido, las pujantes
organizaciones de la Costa Norte de Honduras se solidarizaron con
11
"Cultura Femenina y toman el mismo acuerdo de separarse de la
Federación. Se convoca a un Congreso de Unidad Sindical el que tuvo
verificativo en el Puerto de Tela con numerosos representantes el año de
1930, de donde surgió la Federación Sindical Hondureña.
El Comité Ejecutivo quedó integrado por los elementos verdadera-
mente revolucionarios: Maximiliano B. Uclés, F. Armando Amaya, José
Ángel Trujillo, Néstor J. Juárez, Carlos F. Gómez y Abraham Ramírez,
quienes desplegaron grandes actividad es tan to organiza ti vas como
culturales, en las cuales tomé participación activa.
[Graciela García: 42]

Careciendo siempre de cuadros, se organizaba la preparación de éstos,


claro, limitados por las necesidades materiales, pero se estimulaba a todos
los compañeros, se impulsaba a todos en su desarrollo. Se hacían pequeños
cursos, charlas, hasta lo que podríamos llamar conferencias, para poder
satisfacer esas necesidades urgentes de cuadros que la situación deman-
daba en forma creciente.
[Jorge Fernández Anaya 1: 238]

La Sociedad "Cultura Femenina" que tan importante actuación tuvo en la


lucha del proletariado hondureño se impuso desde su nacimiento tareas que

218
se llevaron a la práctica con resultados muy satisfactorios. Entre esas
tareas, enumero las siguientes: la organización de una Escuela para
Adultas, que funcionó durante ocho años. Fundamos una biblioteca, cuatro
centros de alfabetización. Luchamos tesoneramente por las reivin-
dicaciones de los trabajadores en el aspecto económico, político y
cultural. Tuvimos nuestro órgano de publicidad en donde dábamos a
conocer la infame explotación de que eran víctimas los mineros de San
Juancito por la Rosario Mining Company, así como los obreros agrícolas
de la Costa Norte del país; sectores que con frecuencia visitábamos.
[Graciela A. García: 42-43]

Claro que al lado de la inevitable miseria y de los afanes para mantener


la verticalidad de conducta de los comunistas, también surgían entre
nosotros diversas actitudes exageradas, extremistas y pueriles. Por
ejemplo, la ola de lo que yo llamo "proletarismo estúpido" nos hizo mucho
daño entonces y después. Prácticamente era considerado como un crimen
el uso de la corbata por parte de los comunistas. Yo tuve que botar mis
camisas de cuello porque sólo en camiseta era uno bien recibido entre los
compañeros. En caso contrario caían sobre uno las burlas, las cuchufletas
y en ocasiones hasta los insultos. En lugar de cinturón de cuero llegué a
usar una pi ta de cáñamo para sostener los pan talones. Desde 1u ego que
esto era incomprensible para nuestras familias y para muchos compañeros.
Hubo mili tan tes abnegados que nos manifestaron sus dudas ante aquellas
actitudes:
-Por la gran chucha, camaradas, ¿quiere decir que
para ser comunistas tenemos que llegar a ser los
más pobres y andar todos jodidos?

La presión de mis hermanas (que por cierto nos ayudaban económica-


mente para medio comer y para pagar la renta del cuartucho del mesón)
era la más insistente: ellas no comprendían por qué, siendo nosotros

219
obreros jóvenes, fuertes y hábiles, pasábamos tanta miseria.
[Miguel Mármol 1: 79]

Logramos organizar en San Pedro Sula (segunda ciudad de Honduras) el


Sindicato de Trabajadores de la Aguja y el Sindicato de Trabajadores del
Servicio Doméstico; en el puerto de La Ceiba el Sindicato de Trabajadoras
del Tabaco y en el año de 1930, a iniciativa del Partido Comunista y con
11
la cooperación de Cultura Femenina 11
, se verificó en San Pedro Sula una
Conferencia Nacional de Mujeres con representantes de diversos sin-
dicatos y grupos de mujeres. En la mencionada conferencia se puso al
descubierto la difícil situación de este importante sector; se expusieron
sus graves problemas y como resultado final se planteó luchar de manera
sistemática por una legislación que asegurara una mejoría de salarios,
jornada de ocho horas de trabajo, vacaciones anuales remuneradas, pago
de días festivos, protección a la maternidad y a la niñez, indemnización
por accidentes de trabajo y despidos injustificados, creación de guarderías
y condiciones de higiene y de seguridad en el trabajo.
[Graciela A. García: 43]

En general, entre 1922 y 1932, el trabajo principal del Partido fue, más
que nada, entre los artesanos. Logramos penetrar entre los panificadores,
en el sector de la carpintería y entre los albañiles, haciendo un trabajo
más a fondo, pero sin que lográramos que ningún sindicato en su conjunto
ingresara al Partido. Sin embargo, pudimos llegar al punto de que
elementos nuestros estuvieran dentro de esos sindicatos, haciendo una
labor política, como militantes. Así fue que se logró algo en Quetzaltenan-
go, Mazatenango, Retalhuleu, La Antigua, en Puerto Barrios, y en otras
partes. Porque nosotros llegamos a tener cerca de 800 miembros en toda
la república, y ese recuento tuvo que haber sido en 1930 o 31, después de
que van Obando Sánchez y Chigüichón a otro congreso, que se celebró en

220
Moscú.
[Miguel Ángel Vásquez]

* Vi aj e a M os e ú •

Modesto Ramírez y yo fuimos nombrados por el partido para ir a hacer


labor política a las filas de Sandino, a petición del compañero Farabundo.
Fuimos electos en el VII Congreso para realizar esa tarea, pero viene la
invitación de la Unión Soviética y entonces el Congreso nos nombró a los
mismos dos. A Modesto le encantó ser nombrado para el VII
Congreso, pero iba decepcionado. Decía:
-¡Qué ganas de ir a Nicaragua. Hubiéramos ido
mejor a Nicaragua!

Pero ahí ya no fue culpa nuestra, sino de las resoluciones del


Congreso. Porque no fue tampoco el Congreso sino el mismo Partido el
que nos designó para ir a la Unión Soviética, y quitó la cuestión del viaje
a Nicaragua.
Nuestra elección para la Unión Soviética no fue fácil: había mucha
competencia, había muchos candidatos con buena capacidad. Pero el
partido recomendó que yo fuera. Y también metió su mano Fernández
Anaya, él era el que estaba de responsable. Aunque era muy joven, tenía
su presencia. Tenía su capacidad de dirigir, era ejecutivo. Yo ya me había
ido del local donde se desarrollaban las actividades. En vista de tanto
barullo en la elección, dij e: "no haciendo presencia se puede arreglar el
asunto".
No era cosa de Partido. Me salí del congreso. En ton ces salió una
comisión, para que me fueran a controlar. Y Jorge Fernández me halló
precisamente sentado frente a catedral. Estaba ahí cuando llegó y me
capturó.

221
-No. Es peligroso lo que estás haciendo -me dijo
el compañero Fernández Anaya. Es peligroso.

Como diciendo "una expulsión del partido" o algo así. Así


que regresé al salón del Congreso y salí electo por mayoría.
-Porque aquí no estamos jugando -dijeron los
campesinos- nosotros queremos que el compañero
Mármol vaya.

Entre los obreros propuestos para el viaje a la Unión Soviética


estaban un motorista, Rubén Darío; Luis Díaz, que ya tenía experiencia:
había estado en Montevideo y en Argentina; y el compañero Gregorio
Cortés Cordero ... ese sí me hubiera gustado que hubiera salido electo.
Yo no quería competir; en mis preferencias competía, pero no; me
hizo el partido llegar a las sesiones y me disciplinó. Entonces sí, la
elección fue total. Creo que a la cuarta elección salí electo por mayoría.
Naturalmente, los demás miembros de la Regional se quedaron
ladrando, señalándonos de comunistas. El VII Congreso lo hicimos a
puerta cerrada y nos denunciaron. Llegó la policía, abrió y les dijimos
que, precisamente por esos denunciadores estábamos a puerta cerrada,
porque nos estaban provocando y nosotros, evitando una provocación, nos
encerramos. Entonces la policía no era la de hoy, tan agresiva. Nos
atendió y dijeron: "pues continúen". Y no se suspendió el Congreso.
Nosotros supimos decirles que los miembros de otras corrientes nos
estaban provocando. Y nos atendieron.
Para mi ida a la Unión Soviética el que trae la información, la
invitación, no es Fernández Anaya sino el venezolano Martínez "Rolito".
Las demás corrientes de la FRTS se dieron cuenta que habíamos salido
Modesto y yo, por lo que nos denuncian que andábamos por la Unión
Soviética. Ellos fueron, la policía no sabía. Por eso, cuando venimos de
regreso de la Unión Soviética los policías saben los datos y cierran todas
las entradas al país. Había orden de detenernos y todas las entradas del

222
país estaban cerradas.
[Miguel Mármol 2]

En 1930 se eligió a una delegación que iría a Moscú, pues el 2 8 de julio


de ese año se verificaría el Congreso Mundial de los Sindicatos Adheridos
y Fraternales a la entonces Internacional Sindical Roja.
Dos delegados por Guatemala concurrieron a dicho Congreso: Juan
Luis Chigüichón y yo.
[Antonio Obando Sánchez 1: 51]

Supongo que cuando salimos de El Salvador corrían los primeros días de


junio de 1930. Hacía unos días no más que estaba entre nosotros, para
incorporarse a nuestro movimiento en representación del Socorro Rojo
Internacional, el camarada Agustín Farabundo Martí, que había acumulado
un gran prestigio en el movimiento obrero y comunista internacional, por
lo menos a nivel latinoamericano, y era ya un cuadro activo de la
Internacional, destacado por ella en el trabajo del SRI, en el Buró del
Caribe.
[Miguel Mármol 1: 88-89]

Nuestro recorrido hacia la Unión Soviética fue: Puerto Barrios -Guate-


mala-; La Habana, Cuba; La Coruña y Santander, puertos de España;
Plymouth, puerto inglés; luego al Havre -ya en Francia; a París en
ferrocarril, pasando por Colonia, ciudad alemana; y finalmente Hamburgo,
en donde un barco soviético nos condujo hasta Leningrado, dejando atrás
el mar Báltico. De Leningrado a Moscú, final del viaje; en total, 28 días.
[Antonio Obando Sánchez 1: 51]

223
Salimos por fin con Modesto Ramírez hacia Guatemala, con el propósito
de embarcarnos rumbo a Europa en Puerto Barrios; ahí tuvimos algunos
contactos con el movimiento obrero organizado del lugar. Intercambiamos
experiencias, charlas. Con el sigilo necesario, para que la policía no nos
detectara y pudiera impedir nuestro embarcamiento.
Yo nunca ja más había visto el mar. Y a los barcos solamente los
conocía por el cine.
[Miguel Mármol 1: 90]

Una vez atracado el barco en Leningrado, preguntamos cómo era posible


que los obreros vistieran tan pobremente y se nos dijo:
-Sí, vestimos sencillo porque la guerra primero,
más tarde la gran intervención y 1u ego el saqueo
de todos los intervencionistas mutiló y desintegró
nuestra economía. Las fábricas fueron destruidas,
nuestras minas inundadas, las cosechas quemadas,
ciudades despojadas. En fin, ustedes pueden ver
cuánto de malo tenemos y si nos indican errores y
defectos nos harán un gran favor.

Así entendimos el por qué del sacrificio.


[Antonio Obando Sánchez 1: 58]

Cuando desembarcamos en Leningrado nos golpeó verdaderamente la gran


pobreza general. Presentaba la ciudad aspecto descuidado con los edificios
destruidos o en construcción, los parques marchitos o lodosos a pesar de
ser pleno verano, las calles sucias y silenciosas, los monumentos todos
retorcidos, la gente mugrosa ...
El hotel en que nos hospedaron los camaradas estaba bastante
descuidado y presentaba un aspecto medio sombrío que lo deprimía a uno

224
de al tiro. Ninguno de nosotros decíamos absolutamente nada a los
camaradas soviéticos que habían acudido a recibirnos, desde 1uego; sólo
nos mirábamos mutuamente y poníamos caras largas.
Recuerdo como si fuera ayer que la primera buena impresión que me
entró por los ojos de todo aquél ambiente: fue la visión de una rueda muy
entusiasta de civiles y soldados que tocaban el acordeón y la guitarra y
bailaban y cantaban juntos. Era un hecho muy sencillo, pero fue muy
significativo para mí. El día que en mi país fraternizaran así las autorida-
des y el pueblo, tendría que haber pasado algo muy serio y tendría que
seguir pasando.
[Miguel Mármol 1: 95-96]

En Moscú se nos llevó a visitar al secretario general de la Internacional


Sindical Roja, Alejandro Salomón Losovsky; nos recibió en el Palacio de
los Sindicatos (antiguo gran colegio para los hijos de la nobleza rusa).
Con él sostuvimos en castellano un amable diálogo referente a nuestros
sindicatos y la labor desplegada en cada uno de nuestros países. Le
satisfizo saber que éramos obreros de base y se congratuló de la elección
porque en otras ocasiones habían llegado jóvenes que no tenían ninguna
militancia en organización alguna y que siendo así no habían producido
experiencias ni menos adquirirlas, y agregó: "podemos decir que fueron
turistas, nada más".
[Antonio Obando Sánchez 1: 59]

Inmediatamente después de llegar a la capital soviética fuimos a las


oficinas de la PROFINTERN (Sindical Mundial Roja) para recibir nuestras
credenciales definitivas como delegados al Congreso contra la presen-
tación de los mandatos que nos acreditaban como representantes de la
clase obrera de los respectivos países. En la sede de la PROFINTERN tuve
una gran sorpresa cuando al pasar por un salón alguien dijo en voz alta:

225
"Ahí viene Miguel Mármol". Eran dos camaradas de Guatemala a quienes
conocía por sus vi si tas a nuestro país y a quienes teníamos mu cho cariño:
Antonio Obando S ánchez, car pin tero, y Luis Chigüichón, panificador.
[Miguel Mármol 1: 97]

A los delegados de México y Centro América nos fue muy provechoso


haber llegado el 28 de julio, pues el Congreso se había pospuesto para el
15 de agosto y por ello pudimos estudiar y hacer visitas a cines, teatros,
fábricas, mu seos, parques, guarniciones del ejército, balnearios, casas
cuna, hogares familiares, visitar el Kremlin, de paso asistir a los mitines
de las grandes fábricas, campo de nudismo en el río Moscú, albergues,
casas de reposo, cárceles, templos de diferentes religiones y además
visitas a editoriales.
[Antonio Obando Sánchez 1: 60]

En los días siguientes hicimos vida rutinaria esperando la apertura del


Congreso y pudimos conocer muy bien la ciudad y sus espectáculos. Vimos
la ópera, el ballet y el circo, que a mí fue lo que más me gustó, sobre
todo por los animales amaestrados. El ballet nunca me ha entusiasmado y
los balletistas soviéticos, con todo y ser soviéticos, no me convencen.
Para mí que ser bailarín de ballet necesita amujeramiento y cuando salen
ahí brincando con las nalguitas templadas, me dan ganas de gritar una
chabacanada. La ópera rusa sí me gustó, porque es más ronca que la
italiana y las que llegan a San Salvador.
[Miguel Mármol 1: 97]

Chigüichón y otros delegados visitaron una prisión. No pude acompañarlos


debido a un fuerte ataque de gripe que me obligó a estar en cama. Los
muchachos volvieron asombrados. Chigüichón me decía:

226
-¡No se parece a las que tenemos nosotros! ¡Si no
parece cárcel! ¡Fíjate, a los presos les dan permiso
para ir a sus casas por ratos!. Lo único es que
reconocen que son presos y deben cumplir su
condena y rehabilitarse. Esa prisión me dio la
impresión de estar en una fábrica pues vi diferen-
tes máquinas y aquello parecía un enjambre ...
[Antonio Obando Sánchez 1: 67-68]

En una de las reuniones que hacíamos los latinoamericanos delegados,


volvió a surgir el problema de la impresión negativa general que había
causado entre nosotros el aspecto casi miserable de las dos ciudades
soviéticas que habíamos conocido. Esto hizo que inclusive el propio
camarada Lossovsky, que era el máximo dirigente del sindicalismo
mundial de la época, viniera continuamente para hacernos las aclaraciones
pertinentes.
La verdad es que Lossovsky gozaba de un extraordinario respeto,
casi de una idealización, entre todos nosotros. En su folleto sobre
cuestiones sindicales habíamos aprendido muchísimo desde antes de
conocerlo, allá en nuestros países, y todos apreciábamos en lo que valía
su ayuda teórica para el nacimiento de nuestros movimientos y or-
ganizaciones.
[Miguel Mármol 1: 98-99]

Una tarde encaminamos nuestros pasos hacia una de las guarniciones


mili tares de la gran ciudad. Los soldados nos dij e ron:
-Nosotros los soldados no somos en nuestro país
carga para el pueblo; nosotros, cuando el campo
requiere ayuda, allá vamos a prestarla; en época
de cosechas, concurre el Ejército al campo. Hace-

227
mos reparaciones a la máquina agrícola y repara-
mos carreteras y caminos vecinales.
-¿Qué salário o sueldo tiene cada soldado?

-preguntamos-
-Dos rublos al mes.

Viendo nuestro asombro, nos aclararon:


-Esos dos rublos sólo son para que se compren
cigarrillos porque todo lo tienen: desde el unifor-
me hasta los pases al "Gran Teatro" (el Bolschoi).
[Antonio Obando Sánchez 1: 68-69]

En los días siguientes se organizaron diversas conferencias formales sobre


aspectos de interés de la vida y la economía soviéticas, dictadas por
especialistas en la materia. Por ejemplo, para nosotros los zapateros, un
dirigente obrero de la rama hizo la historia de la industria del calzado en
Rusia y la URSS.
Dirigentes obreros de otros países también nos comunicaron sus
experiencias de 1u cha. Recuerdo especialmente las charlas que nos dio el
dirigen te sindical italiano, camarada Giermanetto, sobre las experiencias
del movimiento obrero en la clandestinidad anti-mussolinista. Cada una
de sus respuestas a nuestras preguntas era verdaderamente una conferencia
notable. Los camaradas soviéticos contestaban asimismo a nuestras
preguntas más variadas. Era evidente su interés para que regresáramos a
nuestros países con una visión lo más completo posible de la URSS.
[Miguel Mármol 1: 99]

Había en 1930 una enorme cauda de miseria. Cauda que dejara la guerra
imperialista, la de los intervencionistas; la gran insurrección de pueblo

228
todo; la destrucción de la industria por el bloqueo internacional; el
sabotaje de los enemigos del socialismo. Y agregado a todo esto: inviernos
rigurosos, sequías, destrozo de las cosechas y la emigración de los
técnicos al extranjero. Pero vi también el empeño, el coraje, la decisión
de los trabajadores para levantar su economía.
Nos explicaban los personeros de cada fábrica que visitábamos:
-Hacemos en estos momentos planes de emula-
ción 11 ; queremos realizar nuestro plan quinquenal
no en cinco sino en cuatro años.
[Antonio Obando Sánchez 1: 71]

El Congreso sindical, actividad central de nuestro viaje, fue un gran


éxito. El informante general fue el camarada Lossovsky, pero hubo un co-
informador, el representante del sindicalismo rojo en China, que informó
sobre la situación y necesidades del movimiento obrero en los países
coloniales, semi-coloniales y dependientes. Yo informé sobre El Salvador
a la clase obrera mundial ahí representada. Nuestro informe se refirió a
las formas de explotación existentes en el país, la organización de la clase
obrera y del campesinado y las luchas revolucionarias, y estaba amplia-
mente ilustrado con hechos, con detalles ex traídos de la realidad
cotidiana.
En el seno del Congreso se organizaron dos reuniones formales de
sindicalistas rojos latinoamericanos. La primera reunión versó exclusiva-
mente sobre los problemas de la organización en el campo. Hubo una gran
discusión por ejemplo acerca de si los colonos y los campesinos pobres
podrían ingresar a los sindicatos agrícolas con provecho para la Revolu-
ción. La tesis triunfante fue la de limitar los sindicatos agrícolas
exclusivamente para los proletarios agrícolas. Los colonos, campesinos
pobres, etcétera, podrían hacer su lucha desde otras organizaciones como

"Se refiere a las políticas de elevación de la producción mediante la emulación de los mejores trabajadores soviéticos.

229
las cooperativas, etcétera, y los sindicatos deberán seguir siendo en el
campo, lo que son o pretendían ser en las ciudades: núcleos sólidos de la
clase obrera. Esta cuestión había quedado clara para nosotros a partir de
la experiencia de organización rural en El Salvador y que esa fuera la
tesis triunfante en aquella reunión nos llenó de orgullo. Ello quería decir
que no estábamos caminando por las ramas, ni arando en el mar.
La segunda reunión de latinoamericanos se hizo en torno a asuntos
políticos; el carácter de la revolución en nuestros países (que se contaban
entre los del grupo denominado "coloniales, semi-coloniales y dependien-
tes", ya que entonces aún no se había acuñado eso de "países subdesarrol-
lados" o "del Tercer Mundo"), las formas de organización legales o
ilegales, las formas de lucha (armadas y pacíficas) y su adecuada
combinación, etcétera. El camarada Manuilsky, gran cuadro soviético de
la Internacional y el Socorro Rojo, fue solicitado por nosotros para que
nos ilustrara algunos aspectos teóricos de aquellas discusiones que nos
enredaban por mu cho tiempo. Hubo sin embargo unanimidad de criterio
por parte de nuestras delegaciones en los problemas fundamentales como
por ejemplo el del carácter de la revolución en la zona latinoamericana.
Todos coincidíamos en que el tipo de revolución que se nos imponía para
entonces era la revolución democrático burguesa, que tendría que incluir:
confiscación de la tierra mal habida de los gobernantes, confiscación de
la tierra usurpada por los latifundistas y su redistribución entre el
campesinado, nacionalización de las empresas extranjeras, socialización
de las propiedades donde existieran sindicatos capaces de mantener una
administración eficaz, nacionalización de la banca, estímulo al desarrollo
industrial, etcétera.
[Miguel Mármol 1: 1O1-102]

Una vez terminadas las sesiones del Congreso, hicimos una extensa gira
por el interior del país soviético. Rostov, Tflis, el Cáucaso, fueron
estaciones de nuestro derrotero que cumplimos a bordo de trenes, autos,

230
carretas e inclusive a caballo y aún a pie.
Uno de aquellos lugares que más me impresionaron en aquél
recorrido fue una mina de carbón llamada Chasplin, cerca de Rostov. Para
nosotros, trabajadores de países de tan poco desarrollo industrial, fue muy
aleccionador comprobar el ritmo de trabajo de los obreros soviéticos. El
trabajo era durísimo, pero a la par del esfuerzo que el mismo le exigía,
las prerrogativas de que gozaban ellos y sus familiares eran inmensas.
[Miguel Mármol 1: 102-103]

Al término de nuestras actividades regresamos por la misma vía a nuestra


patria. Pronto Leningrado quedó en la lejanía. Dejaba con nostalgia el
territorio soviético, a su pueblo hospitalario. Fuertemente impresionado
por sus enseñanzas, su moral, sus empeños, su obra revolucionaria nueva
para mis anteriores conocimientos me iba alejando de todo lo que.sería
para mí grato recuerdo y valiosa experiencia.
[Antonio Obando Sánchez 1: 72]

Después del recorrido por el territorio soviético, regresamos a Moscú por


la carretera militar que partía de Tiflis. Se plantearon los problemas del
largo viaje de regreso a nuestros países. El camarada Manuilsky nos pintó
un cuadro bien jodido de la situación: diversas policías de Europa y
América Latina estaban esperándonos para aprehendernos. En el caso de
algunos delegados y de algunos países, el peligro era mortal. Había habido
múltiples imprudencias por falta de experiencia conspirativa de los
viajeros y la mayoría de los delegados estábamos chequeados. Regresába-
mos, como se dice en El Salvador, "con los pies hinchados". El caso es
que salimos de Leningrado en noviembre, a bordo del carguero "Herzen".
[Miguel Mármol 1: 103]

231
En París nos reunimos nuevamente todos los delegados por Centro
América. Días más tarde nos dirigimos al puerto de Saint Nazaire, donde
un día después zarparía el barco "México" de la compañía Trasatlántica
Francesa con rumbo a Santander, España, a donde en efecto llegamos sin
contratiempo.
La Coruña fue el último puerto de la península ibérica que tocamos.
Luego nos internamos en el mar proceloso. Cielo y agua durante 14 días
con sus noches en busca del puerto de La Habana, Cuba, para luego, por
aguas del Caribe, buscar las playas centroamericanas.
Así, llegamos al puerto hondureño de Tela, en el barco "Parismina",
y poco después llegaba a mi patria, justamente por Puerto Barrios.
[Antonio Obando Sánchez 1: 75]

Llegamos a Hamburgo, a Colonia y a Lieja en ferrocarril. Finalmente,


arribamos a París, estando 26 días, como decimos, "a salto de mata", para
no ser detectados por el espionaje enemigo. Nosotros tomamos el carguero
francés "El Magdalena" en el puerto de Le Havre. La travesía fue más
aburrida esta vez. La primera escala que hicimos fue en Tenerife, Islas
Canarias, y para mí fue un gran gusto volver a oír el español, a pesar de
que las primeras palabras que oí fueron las de un marinero canario que
venía en un remolcador y que gritaba a los del barco nuestro para que le
tiraran un cable:
-Me cago en Dios, con estos cabrones.

Al llegar a La Habana los acontecimientos se precipitaron: nos


metieron a la cárcel de Tiscornia debido que no teníamos visa de entrada
al país y tuvimos que pasar mil peripecias para poder seguir nuestro
rumbo.
Después de muchas dificultades tomamos otro barco rumbo a Puerto
Barrios y fue al llegar allí cuando sentí que habíamos terminado nuestro
primer viaje por el mundo y que regresábamos al país y al hogar vivitos

232
y coli teando.
Mientras estuvimos en Puerto Barrios, Guatemala, logramos hacer
unos trabajitos de divulgación comunista. Dimos charlas a los obreros
bananeros y a grupos de amigos y simpatizantes de las ideas revoluciona-
rias, pero luego los compañeros de la localidad nos dijeron que nos
habíamos extralimitado y que de seguro la policía andaría ya buscándonos.
De tal manera que arreglamos la forma de irnos lo más pronto posible a
la Capital.
En la Ciudad de Guatemala se encontraba por entonces nuestro
compatriota Miguel Ángel Vásquez, deportado de El Salvador por
comunista. Él nos presentó a mucha gente revolucionaria y fue para
nosotros gran alegría comprobar cómo en toda Centroamérica el movi-
miento popular cobraba auge y firmeza.
Los delegados guatemaltecos que habían asistido al Congreso de
Moscú, Obando Sánchez y Chigüichón, aún no habían regresado de la
URSS de suerte que a nosotros nos tocó dar a los núcleos obreros y
revolucionarios guatemaltecos los primeros detalles sobre el país soviético
y el Congreso Mundial de la Sindical Roja.
[Miguel Mármol 1: 104-109]

Extraño sentí mi arribo al país. Miseria, suciedad. El lento rodar del


ferrocarril hacia la capital. Llegué a mi hogar, vi a mis pequeños hijos,
a mi esposa, mi madre y demás parientes, sufriendo la angustia de la
perenne pobreza. Vi al pueblo moverse por inercia, igual que cadáveres
ambulantes, tristes, sin trabajo. Luego al correr de los días yo también
ingresé al torrente de hombres que van en busca del trabajo ...
Al saberse mi retorno, los obreros se interesaron por saber de mi
viaje, por lo que en carácter de delegado rendí mi informe, sobre todo de
los acuerdos y resoluciones del Congreso. Ello suscitó gran discusión y
despertó mucho interés por las experiencias adquiridas de las cuales la
más valiosa correspondía al aspecto organizativo, no sólo en Guatemala,

233
srno en todo el mundo.
Llegamos a la conclusión de que estábamos muy atrasados y a la vez
débiles en organización para arrancar a la clase patronal mejoras efectivas
para los trabajadores en general, por lo que era urgente iniciar el trabajo
organizativo.
Las discusiones fueron muchas, decidiéndose al final que debíamos
volcarnos hacia el campo, en donde las masas estaban más explotadas.
[Antonio Obando Sánchez 1: 75-76]

* Centroamérica en 1931

La Federación Sindical Hondureña desarrolló múltiples actividades.


Organizó a los obreros agrícolas que trabajaban en los campos bananeros
de la Costa Norte del país. Tuvo esta central su órgano de propaganda
llamado "El Trabajador Hondureño", desde cuya tribuna trataban sus
directores de orientar las actividades de las organizaciones, así como de
difundir los principios que informan la lucha de los trabajadores.
La Federación Sindical Hondureña fue afiliada a la Confederación
Sindical Latino Americana que por esos años agrupaba a las centrales
obreras de los países latinoamericanos.
En las postrimerías del gobierno del Dr. Vicente Mejía Colindres
principió el calvario de las organizaciones obreras. Se realizaron
tremendas represiones contra destacados dirigentes. Los expulsados,
encarcelados y sacrificados de diferentes maneras llegaron a cifras
alarmantes. Y todo se debió a la presión que la United Fruit Company
ejerció contra el gobierno.
[Graciela A. García: 86-87]

234
De los compañeros que llegaban a ayudarnos, pasaba gente de Venezuela,
sobre todo, y de México. Era la gente que con más frecuencia veíamos. De
repente, llegaba algún europeo... pero rara vez. La comunicación
principal entre la Dirección del Partido de Guatemala y el interior, la
tenía el Secretario de Organización, por medio del correo, y cuando había
oportunidad, mandábamos a camaradas a que fueran a revisar cómo
estaban trabajando los de allá.
Por el año de 1931, en lo que respecta a mis lecturas, sólo contaba
con la revista que nos llegaba de París. Las revistas de la Internacional
eran el único derrotero que nos llegaba. Además, en el Partido no había
trabajo teórico, ¡nada más hacíamos el trabajo cotidiano!. Pero teórico no
había y no teníamos con quién consultar nada.
[Miguel Ángel Vásquez]

Al día siguiente de haber llegado a San Salvador tomo contacto con el


Partido y fui recibido de inmediato por el Comité Central para cambiar
algunas impresiones, las primeras. Ya en Guatemala había sabido de
varios cambios en la composición de la Dirección y aquí los vine a
comprobar. Narciso Ruiz, surgido del Sindicato de Panificadores, había
sustituido a Luis Díaz en la Secretaría General, pues este había sido
separado de la Dirección. Una agradable sorpresa fue encontrarme con que
uno de las figuras que más se destacaban en la lucha del pueblo era
Agustín Farabundo Martí, que gozaba de un prestigio enorme.
También me enteré que habían ingresado al Partido y trabajaban
cerca del núcleo de Dirección los camaradas Alfonso Luna, Mario Zapata,
Moisés Castro y Morales y Max Ricardo Cuenca, intelectuales jóvenes de
gran valor.
Mis primeros contactos con el Partido los hice, como es imaginable,
en la clandestinidad, pero no se pudo guardar por mu cho s días el secreto
de mi llegada a San Salvador. Bien pronto comenzaron a llegar a verme
grupos de obreros y campesinos de Ilopango y San Martín y aún de otros

235
1ugares, para que les con tara mis impresiones de la URS S. Algunos hasta
llevaban cuadernos y libretas para anotar mis respuestas. El interés era
grande y variado. No se contentaban con panoramas generales, sino que
solicitaban información detallada.
Desde luego, yo no exponía solamente las cosas bonitas de la URSS,
la cara rosada; también exponía los grandes problemas que confrontaba el
enorme país: la falta de alimentos, los enormes déficits de la producción
ante las necesidades de la gran masa de población, la falta de cuadros
técnicos suficientes para desarrollar en la medida requerida la producción,
el sabotaje del enemigo, etcétera. Y por encima de todo, por encima de lo
bueno y de lo malo, resaltaba la lucha titánica del pueblo soviético y su
Partido Comunista para superar aquel estado de cosas.
[Miguel Mármol 1: 110-111]

El doctor Vicente Mejía Colindres, siendo presidente de Honduras citó a


los miembros de la Dirección Nacional del Partido Comunista a efecto de
comparecer ante él.
Acudimos a la cita. Se trataba de proponer a los integrantes de la
Dirección Nacional del Partido Comunista que, a condición de abandonar
por completo la lucha revolucionaria, se les proporcionaría todos los
medios suficientes para vivir holgadamente. Ofreció ponerles, según su
oficio, talleres de herrería, zapatería, carpintería o bien darles con-
cesiones y buenos empleos en la tipografía nacional y en el magisterio.
Ocupaban cargos en la Dirección Nacional del PC en la fecha que me
refiero, año 1930, Manuel Cálix Herrera, Néstor J. Juárez, F. Armando
Amaya, Maximiliano B. Uclés, Rosendo Ferrara, Abraham Ramírez,
Felipe Zelaya y la que esto cuenta.
La proposición del presidente Mejía Colindres fue rechazada, pues
en coro manifestamos:
-No aceptamos la oferta.
-Bien, dijo el presidente, yo he querido favorecer-

236
los, pero puesto que ustedes lo rechazan, en
adelante se atendrán a las consecuencias.

Y desde esa fecha empezó el calvario de los trabajadores hon-


dureños. Fueron 1u ego a la cárcel Manuel Cálix Herrera y F. Armando
A maya, deportado Néstor J. Juárez y otros tantos compañeros en San
Pedro Sula y Puerto Cortés.
[Graciela A. García: 47-48]

Mi labor de propaganda sobre la Unión Soviética se extendería prác-


ticamente, mezclada con el trabajo político del momento, has ta que ya
avanzado el año 1931 las autoridades se pusieron a perseguirme de una
manera feroz y tuve que limitar muchísimo mi actividad pública y mis
intervenciones largas. La mediana legalidad que había tratado de ganarme
por consigna del Partido se me vino abajo muy pronto y tuve que pasar a
actuar clan des tino del todo. La labor secreta de organización y agitación
debió profundizarse y se puso en primer lugar en la orden del día.
Personalmente me tocó organizar y atender núcleos clandestinos de la
Juventud Comunista, comités locales del Partido en Soyopango e llopango.
Seguidamente, con camaradas de estos lugares, regresamos a San Salvador
para organizar y orientar grupos hasta de 15 miembros de la Juventud y
el Partido en los barrios de Candelaria, Concepción, El Cal vario, San
Esteban y Mejicanos.
[Miguel Mármol 1: 112]

Las resoluciones del Partido en Guatemala eran claras pero faltaba lo más
duro: hacerlas efectivas. Es decir, aplicarlas. En filamos nuestra labor
hacia las fincas de los más grandes cafetaleros del departamento de San
Marcos.
Informados de las condiciones bárbaras de explotación a que estaban

237
sometidos los peones que cortaban café en aquellas fincas: malos tratos,
caporales crueles y tramposos, en las medidas usadas en el corte de café,
atraso en los salarios, alojamiento peor que el de las bestias. Era, pues,
necesario iniciar la acción reivindicadora.
Los peones que vivían en San Antonio Las Flores, nos visitaban en
los sindicatos; por ellos supimos todo lo apuntado y, como es natural,
nosotros les ofrecimos nuestro apoyo solidario.
Todas nuestras gestiones en Ministerios, Juzgados, y además
suplicatorios en favor de la causa de los peones fueron inútiles, y estos
se lanzaron a la huelga.
Los sindicatos a los cuales pertenecíamos de inmediato brindaron su
solidaridad a los compañeros en huelga y el apoyo a sus justas demandas;
aunque la lucha se desarrollaba lenta, la protesta tomaba impulso por
gremios enteros que a su vez añadían sus propias reivindicaciones de
salarios y otras mejoras; en el campo la lucha sindical libraba batalla tras
batalla. En otras fincas de café los mozos también comenzaron a
intervenir y el conjunto de delegaciones colmaba nuestros centros
sindicales en la capital.
[Antonio Obando Sánchez 1: 76-77]

Modesto Ramírez trabajaba conmigo en todo lo relacionado a la or-


ganización de la Juventud y comités del Partido. Recuerdo que era un
compañero incansable, que se mecateaba día y noche, durmiendo dos o
tres horas diarias y comiendo cuando se podía. Al mismo tiempo de la
organización clandestina continuaban las labores de organización de los
sindicatos de la Regional, en cuyo seno los comunistas procurábamos ser
los mejores, los que daban el ejemplo, porque de aquellas filas era de
donde salían los nuevos cuadros para el Partido. La verdad era que
solamente en el lapso en que nosotros habíamos estado en la Unión
Soviética, el movimiento salvadoreño se había multiplicado por cien.
Desde luego, las autoridades andaban gazuzas detrás de nosotros y

238
teníamos que usar mil y más trucos para garantizar nuestra seguridad y la
continuidad del trabajo. Qué tiempos aquellos.
[Miguel Mármol 1: 112]

Tuve que regresar a México ante las exigencias de Hernán Laborde, quien
en ese mamen to era el secretario general del PC Mexicano. Él me mandó
decir que regresara o que me consignaría ante la Comisión Internacional
de Control. "Tú debes entender que debes ser disciplinado", me mandó a
decir. Así enfático, sin que ello significara que fuera una cosa tan
violenta.
Por esto salí de El Salvador. Cuando regresé a Guatemala en 1931
me encontré con que ya había una gran empresa, una fábrica de cemento
muy grande. Y organizamos allí una célula y comenzamos a preparar la
huelga. Y cayeron muchos comités del sindicato presos. Finalmente se
ganó pero muchos compañeros cayeron presos.
[Jorge Fernández Anaya 2: 220-221]

A principios del año 1931, en el mes de febrero, Antonio A velar


González, Julio Cristales, Vitalino López García y yo, dirigimos la huelga
de la firma Novella y Compañía, fuerte empresa productora única de
cemento en el país, paralizando el trabajo y apagando los altos hornos.
Los trabajadores ya estaban organizados en sindicatos y habían integrado
su Comité de Huelga, que actuaba con gran firmeza; a su lado estuvimos
nosotros.
La represión cayó sobre nosotros y por tres meses fuimos encar-
celados. Salimos de la prisión a petición que hicieran los trabajadores al
propio Ubico y nos puso en libertad porque esa vez los señores de la
Federación para la Protección Legal del Trabajo (oficial) se acercó a él
a ofrecerle como homenaje, el desfile del 1 ° de mayo de 1931. Condicionó
nuestra libertad para ese día, ordenando que el desfile pasara por la 6ª

239
avenida y se disolviera en el Templo de Minerva (Hipódromo del Norte).
Que, además, sólo intervendrían dos oradores al finalizar el desfile, y que
el coronel Roderico Anzueto sería el que, en su nombre, nos pondría en
libertad en el parque La Concordia.
Así sucedió: fuimos entregados al Comité Pro-Primero de mayo,
desfilando acto continuo hacia la casa presidencial.
El coronel Anzueto antes de darnos la libertad nos llevó a presencia
del general Ubico y éste nos increpó sobre la inconveniencia y error de
hacer huelgas. Le respondimos que las demandas de los trabajadores
habían sido aprobadas en asambleas y que nosotros no éramos sino los
ejecutores de esas demandas.
Después de este regaño, pidió al coronel Anzueto fuera a entregar-
nos a los directivos de la Federación Obrera para la Protección Legal del
Trabajo. Llenando este requisito iniciamos el desfile.
[Antonio Obando Sánchez 1: 77-78]

La violencia oficial comenzó a generalizar en las masas un nivel de


respuesta cada vez más adecuado. Grandes combates de masas e incluso
choques frontales contra el Ejército y la Guardia Nacional se daban en
Sonsonate, Santa Ana y otros lugares del país. Por ejemplo, el 17 de mayo
de 1931 hubo en Sonsonate una concentración en favor de la libertad de
Martí. Contra ella intervino violentamente la caballería de Santa Ana
conjuntamente con tropas del Regimiento de Sonsonate y se armó la de
Dios es Cristo, una masacre tremenda. Mataron a diez o doce compañeros
y hubo decenas de heridos graves, golpeados, presos. Frente a esa
violencia, la masa y no el Partido, comenzó a plantear a través de los
Sindicatos y otras organizaciones, el deseo de dar la batalla a la burguesía
en las elecciones para diputados y alcaldías municipales.
El Partido no participó en esas elecciones en las que dio el triunfo
a Araujo, y en las que contendieron candidatos como Claramount, Enrique
Córdoba, Miguel Tomás Molina, el general Martínez, etcétera. A pesar
del golpe de Estado que se veía venir, las masas no estaban convencidas

240
de que la vía electoral estuviese agotada sino todo lo contrario.
En ese tiempo, el control de una Alcaldía permitía el control
completo del gobierno local, policía municipal, funcionarios judiciales,
etcétera. Las masas creían plenamente que un cambio de autoridad en el
aparato administrativo resolvería realmente muchos problemas.
A mi modo de ver, los comunistas no entendimos que a pesar de la
debilidad última de aquel planteamiento, el mismo significaba el gran
anhelo de politizar su lucha que tenían los trabajadores salvadoreños.
[Miguel Mármol 1: 116-117]

En el tiempo que estuve en Guatemala, ya de regreso a México, fui a una


zona de Totonicapán y allí un compañero fue el que me metió en una
hacienda, a una enorme hacienda, donde había diferentes tipos de
población (mayas-quichés, quichés). Y con muchos trabajos, traducién-
doles en una forma mucho muy primitiva, realizamos la huelga por el pago
en dinero en toda la zona esa de Totonicapán. Allí les daban vales a los
peones. Pude realizar esta labor ya que un compañero conocía a un señor
que sabía varios idiomas de la región y éste buscó gentes para que lo que
yo dijera, ellos se lo dijeran a diversos núcleos que estaban en las
haciendas, porque tengo entendido que eran varias haciendas. Y se hablaba
y ellos les decían a los peones lo que uno quería.
Me costó un mes preparar la huelga. Me metí en la hacienda y ya
adentro no podía salir tan fácilmente porque también salir significaba un
gran peligro. Por eso me pasé todo el mes escondido en una especie de
jacalón grande.
El primer problema que se planteó fue el que se les pagara a los
peones en dinero, porque ningún otro problema podía plantearse ya que la
gente no habría actuado de ninguna manera. Yo luego me di cuenta que lo
que quería la gente era encontrar una forma de salvación de ellos y lo
veían en el pago en dinero. Su conciencia no iba más allá.
Hubo muchos presos, indios. Fue Miguel Ángel Vásquez el que fue

241
a defenderlos allá en la cárcel. No era cualquier gente, no era un tipo
bravucón, valentón, pero era un hombre muy responsable. Todo el mundo
lo respetaba.
La huelga, a pesar de todo, se ganó y logramos que se pagara el
dinero. Ya para esa época el PCG había crecido algo.
[Jorge Fernández Anaya 2: 221]

En nombre de la Juventud Comunista (JC) y de la Regional de Trabajado-


res me tocó a mí y a muchos compañeros la labor de calmar al pueblo en
cuanto al terreno de la participación electoral. La verdad es que la masa
se disciplinó. Pero ya en octubre el Partido acordó la participación en las
elecciones después de una prolongada y violenta discusión interna.
Esta discusión se hizo en el seno de un pleno ampliado del Comité
Central (CC), en el cual hubo representación de todos los organismos de
masas, que se llevó a cabo clandestinamente en los terrenos de lo que hoy
es la colonia Flor Blanca, que entonces era campo abierto. Los represen-
tantes de la JC y de la Regional del Trabajadores estuvimos en contra de
la participación en las elecciones, pero no por los motivos que había
esgrimido antes el Partido -las elecciones presidenciales recientes- o
sea los de no confundir la lucha política con la lucha económica.
El CC mantuvo su nueva tesis de participar en las elecciones y los
mejores exponentes de la misma en aquella discusión fueron los camaradas
Moisés Castro y Morales y Max Ricardo Cuenca.
En todo caso Farabundo Martí estuvo de acuerdo con ellos y
finalmente todos aceptamos ir a elecciones, con la reserva propuesta por
la JC y la Regional (a través de mi persona) en el sentido de que,
simultáneamente, se debería trabajar en la preparación de una gran huelga
nacional de los peones cafetaleros, planificada para conseguir aumentos
sustanciales de salarios, pero que podía avanzar hasta posiciones políticas
si se les relacionaba con un evento como las elecciones. Este planteamien-
to era sumamente importante para nosotros. Era un gran avance en el

242
terreno huelguístico de los trabajadores salvadoreños pues se trataba de
una huelga concebida a nivel nacional, que contemplaba además la
posibilidad de la solidaridad de los trabajadores de otras ramas de la
producción y dejaba atrás el trabajo tradicional de las huelgas parciales.
De inmediato se nombró la Comisión Electoral, adjunta al CC, que
sería el organismo por medio del cual el Partido y el movimiento
revolucionario salvadoreño dirigirían la campaña. Yo fui nombrado
responsable para la movilización en el Departamento de San Salvador, en
lo referente a los pueblos y zonas rurales del Departamento.
[Miguel Mármol 1: 117-118]

En marzo de 1931 nos agarraron -¡esas cosas torpes!- a cuatro: Cu mes,


dos muchachos más y yo. Estábamos en la calle y no podían juntarse más
de dos o tres personas como máximo en la calle, porque si no los
agarraban ¡y a la policía!. Nos agarraron y nos llevaron a la policía y lo
primero que nos preguntaron fue que dónde estaba el "bolchevique
mexicano".
Cumes sabía quien era yo y fue al primero al que le dieron una
tranquiza. Patadas, golpes ... Y no habló. A los otros dos jóvenes también
les dieron otra. Porque eran tres o cuatro desgraciados los que nos
golpeaban.
Después nos colgaron de los dedos, sentía uno que lo descuar-
tizaban. Nos daban de latigazos. Estuvimos presos una semana. Luego nos
echaban a un pozo de agua fría; nos paraban en la fuente amarrados de la
cintura y ¡vámonos!, nos echaban para abajo. No le quedaba a uno más que
tratar de defenderse para no morirse.
Un día en la madrugada una carreta de la policía nos sacó a los
cuatro. En ella iban varios policías. En el camino nos preguntaban por
dónde vivíamos y nos iban botando. Así botaron a un muchacho; ese ya
estaba muerto. Luego tiraron a otro de los muchachos, luego me tiraron
a mí y después a Cumes.

243
De casualidad pasó allí Manuel Hernández a trabajar a la panadería,
y que voltea y me ve a mí. .. "¡Pero compañero ... !", fue lo único que
logré escuchar. Él me cargó y me llevó a la panadería. Allí me puso
debajo de la mesa de amasar hasta que llegó el hermano de Miguel Ángel
Vásquez que era médico. Me examinó, me dio medicinas. Me estuvo
curando, fueron como 15 días. Así fue como conocí la ferocidad de la
policía guatemalteca.
[Jorge Fernández Anaya 2: 221-223]

244
CUARTO COMENTARIO

EL DILEMA DEL ISTMO


1927-1931

o.
Los años de 1927, 1928 y la primera mitad de 1929 fueron de crecimiento
económico y relativas libertades en los países de Centroamérica que nos
ocupan. Crecieron las cantidades absolutas exportadas de los principales
productos (café, bananos y caña de azúcar), al tiempo que el mercado
internacional aumentó, o cuando menos mantuvo, las cuotas y precios de
las mercancías centroamericanas.
Esta situación del mercado tuvo su correlato en el espacio de los
Estados: se vivieron ciertas aperturas en cuanto a los niveles de control
del movimiento popular. Es significativo que en este período se hayan
dado las condiciones propicias para la apertura política y el regreso de los
exiliados a Guatemala; para la ampliación de los mecanismos de par-
ticipación en El Salvador, los cuales desembocarían en las únicas
elecciones populares y limpias de su historia; y para la estabilización de
los poderes en Honduras.
Paralelamente, en el seno del movimiento de los trabajadores, se
puede observar la completa implantación del sindicalismo como forma
generalizada de organización, junto a un auge de las luchas reivin-
dicativas. La decadencia de los gremios y las asociaciones mutualistas
abrió paso a nuevas formas de comprensión del mundo que se expresaron
en sindicatos; actores sociales que nacieron, es verdad, junto al desarrollo
de la economía capitalista pero, es de resaltarse, que nutrieron de

245
universos simbólicos propuestos a nivel internacional.
De esta manera, los anarcosindicalistas comprendieron su realidad,
en parte, a través de las consignas de la Asociación Internacional de
Trabajadores (AIT) y la Asociación Continental Americana de Trabajado-
res (ACAT); los comunistas mediante lo propuesto por la Internacional
Sindical Roja (ISR o PROFINTERN) y la Confederación Sindical Latino
Americana (CSLA); y los socialreformistas fueron influenciados por las
estrategias de la Confederación Obrera Panamericana (COPA) y la
Confederación Regional Obrera de México (CROM).
De un cruce de universos simbólicos y praxis construidas en
realidades sociales como las descritas, surgen las nuevas federaciones
obreras centroamericanas. El anarcosindicalista Comité Pro Acción
Sindical (CPAS) y la comunista Federación Regional Obrera de Guatemala
(FROG); la comunista Federación Sindical Hondureña (FSH); y la
anarcosindicalista/comunista Federación Regional de Trabajadores de El
Salvador (FRTS).
Como consecuencia de la radicalización de las federaciones que para
1926 conformaban la COCA (FROG, FSH y FRTS), esta confederación
regional se extinguió: las pugnas entre anarquistas, comunistas y los
sectores tradicionales, aunadas al cese de subsidios dados por los
gobiernos del área provocaron la muerte real de la COCA entre 1926 y
1927, aunque la formal tuviera que esperar hasta el año de 1928 (TARA-
CENA ARRIOLA, 1984: 90-91).
En el segundo semestre de 1929 los efectos de la crisis mundial del
capitalismo se hicieron sentir en Centroamérica. A diferencia de otras
naciones del hemisf erío, en Guatemala, Honduras y El Salvador dichos
efectos no provocaron un auge de sectores alternativos a los dominantes
hasta antes de esa coyuntura. En conjunto, las inversiones norteamerica-

246
nas en el área se redujeron en casi un 50%· entre 1929 y 1936. Si
recordamos la rígida estructura social, la cultura profundamente autorita-
ria de las oligarquías de la región y el carácter monoproductor de las
economías, podremos imaginar los funestos resultados de la crisis del 29
en el conjunto de las sociedades analizadas. La falta de proyectos
alternativos viables sólo vino a profundizar lo obscuro del panorama
centroamericano, avizorado desde fines de la década de los veinte.
La salida ante la paralización de las economías, el desempleo de casi
el 100 % de algunos trabajadores agropecuarios asalariados 1, la brusca
caída de los ingresos reales de las capas medias (alrededor del 50 % ) y el
consecuente descontento generalizado conduciría a la represión masiva
entre 1932 y 1934 (MELGAR BAO, 1990: 231-232).

l. GUATEMALA
Los grandes volúmenes de capital que ingresaron a Guatemala en la
segunda mitad de la década de los 20, fueron destinados primordialmente
a la construcción y, secundariamente, al ramo de la manufactura. La
especial estructura económica guatemalteca -basada en el monocultivo-
determinará los períodos de auge y crisis de su economía, junto a las
respectivas etapas sucedidas en el mercado internacional.
El 13 de mayo de 1926, Lázaro Chacón es electo por la Asamblea
Nacional como primer designado a la Presidencia de la República. A fines
de septiembre, muere el presidente Orellana y aquél asume la presidencia
de manera provisional.
Entre septiembre y diciembre, Chacón realiza una serie de medidas
a favor de la liberalización del país: deroga el Decreto 916 (de junio de

'Los cortadores de café salvadoreños y guatemaltecos, por ejemplo.

247
1926) mediante el cual Orellana había suspendido las garantías in-
dividuales; promueve la libertad de prensa y convoca elecciones a
celebrarse los días 3, 4 y 5 de diciembre del mismo año (TARACEN A
ARRIOLA, 1982: 319-320).
Dadas sus inmediatas acciones de apertura, Chacón recibe el apoyo
de diversos sectores, como el estudiantil (manifiesto del 6 de octubre de
1926) y de los obreros agrupados en la Liga Nacional (manifiesto de 26
de octubre de 1926). Se forma un frente nacional que lo propone para la
presidencia y él declara como prioridades de su gobierno, al aceptar la
postulación: "proteger el trabajo y la producción en los talleres". El 6 de
diciembre de 1926, se anuncian los resultados electorales: Lázaro Chacón:
2 94 84 7 votos; Jorge Ubico: 3 7 2 90; licenciado A. Tell o: 2 207 (WITZEL
DE CIUDAD, 1991: 222-227).
El primero de marzo de 1927, Chacón se vio obligado por los grupos
que lo habían apoyado a llegar a la presidencia a convocar a la formación
de una Asamblea Constituyente; la principal finalidad de la Asamblea,
según declaró, sería reglamentar la alternabilidad en el mandato presiden-
cial (TORRES RIV AS, 1990: 146).
Con la apertura política y de expresión en el primer año y medio del
gobierno del Lázaro Chacón, el movimiento de los trabajadores guatemal-
tecos observó un ascenso notable, respecto a lo ocurrido en los últimos
meses del régimen orellanista. En octubre de 1926, el Sindicato de
Empleados del Comercio pidió modificaciones a los ordenamientos
laborales, en lo que respectaba a la proporción de empleados extranjeros
de las compañías instaladas en Guatemala. En este mismo período se
dieron las reivindicaciones de los sastres, carpinteros, curtidores, obreros
de las fábricas de velas y jabón, carreteros y ladrilleros. A fines de marzo
de 192 7, hubo un conato de huelga en la fábrica de telas Cantel, ubicada

248
en Quetzaltenango (BALCÁRCEL, 1985: 26).
A finales de abril de 1927, se celebró el 11 Congreso Constituyente
de la FROG, en el cual se nombró una nueva Directiva. Sus miembros
fueron: J. Isidro Lara (de la Fraternal de Barberos; Secretario General);
Ismael Rodríguez (de la Cruzada Mutualista; Secretario de Finanzas); el
carpintero Manuel Marroquín (comunista, de la Primera Local de
Carpinteros; Secretario de Relaciones Exteriores); Domingo Corado
(afiliado desde 1926 a la anarcosindicalista CPAS; del Sindicato de
Carpinteros; Secretario del Interior); Alejandro Ri vas (de la corriente
sindical moderada; de la Unión de Zapateros; Secretaría de Acuerdos).
Además, se notó la presencia comunista en el Comité de propaganda,
donde los destacados miembros del Partido Comunista Alfredo Toledo y
Antonio Cumes ocuparon las posiciones más importantes. En diciembre de
192 7, se retiraron de la FROG las asociaciones mu tu alistas Cruzada
Mutualista y Mutual de la Niñez, dejando aún más fortalecida en la
correlación de fuerzas internas a favor de la corriente comunista (WITZEL
DE CIUDAD, 1991: 210-211).
El 1 ° de mayo de 1927 se funda el Comí té Pro Acción Sindical
(CPAS), central hegemonizada por los anarquistas, la cual vino a sumarse
a las ya existentes FOG (moderada-progobiernista) y FROG (comunista).
La fundación del CPAS pudo ganarse gracias a la influencia que los
anarquistas habían podido alcanzar en menos de un año desde la fundación
de su grupo Nueva Senda. El CPAS contó con los sindicatos de albañiles,
curtidores y reporteros de diarios, así como con las federaciones de
trabajadores de la madera y la metalurgia. Entre los integrantes de la
nueva central de trabajadores, en con tramos al Sindica to de Trabajadores
del Calzado, que poco antes permanecía bajo la influencia de los
comunistas guatemaltecos. Obviamente, esta intrusión de la influencia

249
anarquista en el radio de acción comunista funcionó como detonante de
profundas disputas entre los seguidores de ambas corrientes ideológicas.
11
Según Obando Sánchez, entre 8 y 14 sindicatos 11
les fueron 11
arrebatadas"
por los anarquistas para fundar el CP AS. Sin especificar fechas, se anota
que una de las tácticas de propaganda en favor de la suma de nuevas
organizaciones de trabajadores al CP AS, fue la constan te campaña de
descrédito que realizaron en contra de la FOG y la FROG, centrada en la
colaboración de estas dos organizaciones con el gobierno de Chacón, en
especial, con el Departamento Nacional del Trabajo.
De abril de 192 7 a mayo de 192 8, el gremio de panaderos reanuda
su lucha activa en pos de la suspensión de la jornada nocturna y el alza de
sus salarios (TARACENA ARRIOLA, 1982: 330). A mitad del conflicto
-y, en cierta medida, como resultado del mismo- el gobierno de Chacón
decreta la creación del Consejo Consultivo del Departamento del Trabajo.
Mediante éste, se reconoce a los sindicatos como organismos represen-
tativos de los trabajadores guatemaltecos. Según el texto del ordenamiento
presidencial, el Consejo Consultivo estaría formado por los representantes
de todos los gremios existentes en el país.
De las tres centrales del país, la FOG fue la más beneficiada con la
medida y, aunque no se disponga de información precisa, se presume (en
base a los ataques recibidos por la FROG de parte de la CPAS) que
también la central comunista participó en el Consejo. Siendo consecuentes
con sus principios ideológicos de no cooperación con el Estado, los
anarquistas del CPAS rechazaron cualquier posibilidad de participación en
el órgano de mediación laboral. Asimismo, se dedicaron a condenar a la
FOG y a la FROG por su participación en las labores de la mencionada
instancia gubernamental (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 232).
En septiembre de 1928, se produce la primera crisis política del

250
gobierno de Lázaro Chacón, que desencadenó la suspensión de las
garantías constitucionales. La oposición al liberal Chacón se concentró en
los círculos de los políticos tradicionales, quienes acusaron al presidente
de corrupción y de debilidad ante las demandas obreras.
El 19 de enero de 192 9, la situación empeoró y el gobierno decretó
el estado de guerra en todo el país, debido al levantamiento militar,
secundado en Retalh uleu, S uchitepéq uez y Quetzal tenango. Sólo hasta el
2 7 de febrero, cuando ya se han extinguido los focos de la rebelión, se
levantan las medidas de excepción en todo el país (WITZEL DE CIUDAD,
1991: 243-244).
El 1° de mayo de 1929 se producen enfrentamientos entre trabajado-
res durante el desfile conmemorativo del día del trabajo, cuyo resultado
es una gran cantidad de detenidos. A fines de ese mes, trabajadores
capitalinos realizan una manifestación que tiene como meta el llegar al
palacio presidencial para pedirle en persona al mandatario la libertad de
los detenidos a resultas del enfrentamiento del 1 ° de mayo. La manifes-
tación es abatida, acción que la FOG aplaude, como forma para controlar
a los elementos subversivos. Este hecho marca el acercamiento definitivo
de la FOG al régimen (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 243-244). Conviene
recordar la composición mutualista de esta federación, lo que puede
explicar su cercanía al gobierno como un regreso a las posiciones que las
agrupaciones de este origen (artesanal) tuvieron a principios de siglo,
antes del surgimiento del sindicalismo, propiamente dicho.
Por otro lado, tan to la FROG como el CP AS (cada central con-
secuente con sus principios y sin conceder posiciones al gobierno en sus
respectivas luchas) quedarían cada vez más enfrentados a partir de lo
sucedido el 1° de mayo de 1929; el distanciamiento entre comunistas y
anarquistas se reforzaría con las directrices que ambos tomaron de los

251
respectivos congresos continentales que la Internacional Sindical Roja y
la Asociación Internacional de Trabajadores realizarían, y a las que la
FROG y el CPAS mandarían delegados. El CPAS y la FROG asumieron,
resultado de su asistencia a los congresos de la ACAT (Buenos Aires) y
la CSLA (Montevideo) -ambos realizados en 1929-, la tarea de
organizar a los trabajadores asalariados del campo (TARACEN A AR-
RIOLA, 1988a: 19-23).
Para junio de 1929, el régimen de Chacón se ve obligado a decretar
un aumento en los impuestos, como medida tendiente a reducir el enorme
déficit público. Éste afectó las utilidades del comercio, la industria y la
banca (en especial, las ventas e importaciones de la industria del tabaco).
El resultado de las medidas impositivas para los trabajadores, fue la
cancelación de grandes cantidades de puestos de trabajo. La baja del poder
adquisitivo de la mayoría de los guatemaltecos, junto con la gran cantidad
de desempleados (30, 000 se calculan para septiembre de 1929) y la
presión de los grupos políticos tradicionales, resultaron en una enorme
tensión social que orilló a Chacón a decretar, una vez más, el 11 de
septiembre de 1929, la suspensión de las garantías constitucionales
(WITZEL DE CIUDAD, 1991: 24 7).
Para octubre de 1929, se acentúa la crisis económica guatemalteca,
ya que se empiezan a sentir los efectos del descalabro del capitalismo
internacional. Las correas de transmisión de estos efectos negativos
fueron los ingresos por las exportaciones de café (principal entrada de
divisas), ya que los precios del grano se derrumbaron. Se disparó la
inflación y toda la situación se complicó aún más, cuando la crisis del
sistema financiero internacional obligó a varios bancos que operaban en
Guatemala a cerrar. El cierre no sólo significó la falta de f1 uidez en el
mercado financiero, sino también el despido de un considerable grupo de

252
trabajadores.
Duran te el mes de junio de 1930, la IRCA despidió a 73 empleados
y obreros. Esta medida despertó la solidaridad para con esos trabajadores

tanto de la prensa (en especial El Imparcial) como del Sindicato de


Empleados de la República. Además del despido, la IRCA aumentó las
horas de trabajo sin la compensación salarial correspondiente y logró que
su petición de que la policía detuviera a seis dirigentes laborales, se
cumpliera. A pesar de lograr salir a los pocos días de la cárcel, ni los 6
dirigen tes ni sus demás ·compañeros afectados pudieron revertir la acción
de la transnacional. En ese mismo mes fueron despedidos 80 trabajadores
de la Sastrería Militar (WITZEL DE CIUDAD, 1991: 24 8-249).
Chacón decidió contener las muestras de inconformidad decretando
la suspensión de garantías constitucionales desde el 28 de junio de 1930
hasta mediados de septiembre del mismo año. Asimismo, trató de reducir
el déficit público median te otro drástico recorte presupuesta!, que
significó la supresión de plazas y de los llamados "organismos in-
necesarios". Las medidas se tradujeron en despidos y el descenso de los
subsidios a los servicios públicos (por ejemplo, el presupuesto para la
educación, se redujo en un 19.5%).
El 1 O de diciembre enferma gravemente Chacón, lo que deriva en
una crisis política que sólo terminaría con la designación del licenciado
José María Reina Andrade el 31 de diciembre de 1930; y, más allá, con la
elección de Jorge Ubico a inicios de febrero de 19 31 (WITZEL DE
CIUDAD, 1991: 251-254 y BALCÁRCEL, 1985: 27-28).

2. HONDURAS
Durante los cuatro años que van de 1927 a 1930 llegó a su punto
culminante el auge de la economía monoproductora hondureña, en

253
especial, en lo referido a la producción y exportación del banano: creció
un 88%, respecto al período 1922-1926 (MOLINA CHOCANO: 1990: 224-
225). Los efectos de la crisis económica mundial no se harían sentir sino
hasta mediados de 1930, y sus consecuencias inmediatas serían funestas
para la economía y la sociedad de Honduras.
La división de la clase política aún se reflejará en las elecciones
realizadas a fines de 192 8, de las cuales sale vencedor el candidato del
Partido Liberal, Vicente Mejía Colindres. Los miembros del Partido
Nacionalista (conservador) lograrían tener mayoría en el Congreso, y su
líder, Tiburcio Carías Andino, encabezaría una activa oposición a la
gestión del presidente (MOLINA CHOCANO, 1990: 23 8).
La existencia de dos grandes focos de desarrollo en el enclave
bananero (la UFCO y la Cuyamel Fruit Co., de Samuel Zemurray) había
estimulado el enfrentamiento entre los sectores de la oligarquía hon-
dureña. Pero en noviembre de 1929, en los albores de la depresión
mundial y de sus efectos en Centroamérica, Zemurray vende su empresa
a la UFCO; así, la Cuyamel se unirá a la Tela Railroad Co. y a la Trujillo
Railroad Co. (subsidiarias de la UFCO), formando el principal centro
económico y político del país. La unión permitirá acabar con las pugnas
interoligárquicas que dividían al país, llevar a Honduras al primer lugar
mundial en la producción de banano (29 millones de racimos, el 87. 8 % de
las exportaciones totales del país, que se tradujeron en 23 millones de
dólares), y abrir la posibilidad de terminar con la llamada Guerra del
banano entre Guatemala y Honduras -disputas fronterizas en la zona de
los márgenes del río Motagua que tenían en su base las pretensiones de la
Cuyamel y la UFCO de que les fueran cedidas en concesión; obviamente,

254
los conflictos terminaron al fusionarse las dos compañías 2 - (MEZA,
1985: 144 y MOLINA CHOCANO, 1990: 239).
Como se dijo antes, a fines de 1928 la sociedad hondureña centra su
atención en las elecciones presidenciales. La dirección de la Federación
Obrera Hondureña, en clara violación de lo establecido en la Constitución
Obrera de 1926, se involucra en la contienda electoral y hace campaña
proselitista entre las bases para que éstas emitan su voto a favor del
candidato liberal. Las reacciones de las organizaciones radicales y de
influencia comunista no se hacen esperar. La Sociedad "Cultura Femeni-
na" abandona las filas de la FOH, acción que secundan las organizaciones
sindicales de la costa norte, y de inmediato se convoca al Primer Congreso
Obre ro-Campesino, a realizarse a mediados de 1929 en el puerto de Tela
(costa norte). Inmediatamente se conforma el Comité Pro-Congreso, en el
que fungió como Secretario General Manuel Cálix Herrera, líder principal
del Partido Comunista de Honduras. Cálix Herrera, desde el 18 de marzo
de ese año, inició la publicación de El Martillo, eficiente medio de
comunicación alternativo que funcionó como órgano preparatorio del
Congreso (POS AS, 1977: 27).
El Congreso Obrero-Campesino se inaugura el 1° de mayo, en un
puerto de Tela "que viste sus mejores galas". Los 23 delegados asistentes,
represen tan tes de 13 organizaciones, acuerdan 1uchar por el cumplimiento
de los contenidos de la Constitución Obrera de 1926, fundan la Federación
Sindical Hondureña (FSH), deciden adherir a la FSH a la CSLA y crean
el periódico El Trabajador hondureño, como órgano oficial de la nueva
central obrera (POSAS, 1977: 27-28).
En respuesta a los avances organizativos de los comunistas, los

2
Ver: RODRÍGUEZ BETETA, 1980.

255
socialreformistas de la FOH impulsarán como reivindicación principal la
obtención de tierras para la colonización obrera de la mosquitia 3
hondureña -petición que, por lo demás, fue completamente rechazada por
el gobierno-. Asimismo, buscan la creación de una institución que
exprese formalmente sus aspiraciones de participación política: de esta
forma se crea el Partido Socialista Revolucionario de Honduras (PSRH).
Con un claro matiz reformista y anticomunista, el PSRH tuvo una corta
existencia, debido a que la mayoría de sus líderes terminarían actuando en
uno u otro de los dos partidos tradicionales (MEZA, 1985: 141-142). En
cuanto al movimiento de los trabajadores, la FOH se refugió, después de
la creación de la FSH, en la reivindicación de la autoformación como
medio para la superación de sus agremiados, y las mejoras materiales
paulatinas, obtenidas de la concertación con los patrones. Fundan el
periódico Orientación Obrera y se afilian a la COCA (MEZA, 1985: 143).
Como en el caso de la mutualista FOG guatemalteca, la FOH regresará, al
ser cuestionada su legitimidad por otras propuestas organizativas, a las
tácticas del período pre-sindical, principalmente al acercamiento con el
gobierno y al refugio en reivindicaciones graduales, y periféricas del
proceso productivo.
A partir de 1929, la FSH se convertirá en la única alternativa de
organización obrera y se dedicará casi exclusivamente a las luchas de los
trabajadores en las zonas bananeras. A mediados de 1930 sale una hoja
volante en la zona norte, invitando a nombre de la FSH a la huelga general
(a realizarse el 4 de julio) "para acabar con el poder de los partidos
tradicionales y de los enclaves bananeros". Inmediatamente, la FSH se
deslinda del llamamiento y acusa a las compañías bananeras (subsidiarias

3
Zona nororiental, selvática, que comparte con Nicaragua.

256
de la UFCO) de su autoría. Sin embargo, la provocación cumple su
cometido y el gobierno lanza una ola represiva que incluye el estado de
sitio en los cuatro departamentos del litoral norte y la persecución,
prisión y destierro de los dirigentes de la FSH (incluido Manuel Cálix
Herrera, Secretario General del PC hondureño). A pesar de la represión,
el movimiento obrero en la zona norte continúa (POSAS, 1977: 40-42).
Este sería el escenario con el que Honduras sufriría los efectos
económicos, políticos y sociales de la crisis del 29.

3. EL SALVADOR
El 1° de marzo de 1927, El Salvador estrenó presidente: Pío Romero
Bosque, quien llevó a cabo un gobierno (1927-1931) con ciertas libertades
democráticas. A pesar haber sido impuesto por los miembros de la dinastía
de los Meléndez-Quiñónez, Romero Bosque rompe con algunos rasgos que
caracterizaron la gestión de sus antecesores, y realiza las únicas
elecciones libres que El Salvador ha tenido hasta la actualidad. En primer
lugar, levanta de inmediato el estado de sitio, al tiempo que lleva adelante
una política económica de apoyo a la producción nacional (exenta del pago
de impuestos a los productores de maíz, frijol, arroz y cereales en
general; prohíbe la importación de maquinaria para la producción de
calzado; y otorga los excedentes de exportación a la Asociación de
Productores de Café) y al desarrollo de las instituciones reguladoras de
las relaciones de trabajo (se crea el Departamento del Trabajo, se
reglamenta la jornada laboral de 8 horas). Aunque en el terreno laboral
Romero Bosque abrió ciertos espacios para la expresión política de los
trabajadores urbanos, no hizo lo mismo en el sector campesino: reprimió
cualquier intento (en especial el de los comunistas y anarquistas) de
organizar a proletarios y subproletarios del agro (MENJÍV AR LARÍN,

257
1985: 68-69).
Entre 1927 y 1931 se pueden observar dos su bperíodos en lo que se
refiere al movimiento obrero salvadoreño: el primero, que llega hasta
1930, en el que la FRTS amplía su acción entre los trabajadores (desplaza-
ndo las agónicas corrientes mutualistas); y el segundo, que va de 1929 a
1931, en el que se dan la toma del poder de la FRTS por los comunistas,
la fundación del partido de estos últimos, el ascenso de las luchas
populares, el despido masivo como efecto de la crisis mundial y los
primeros embates represivos del gobierno.
En este período la FRTS controla, según Rafael Menjívar, el 10.6%
de la población económicamente activa (estimada en un 49.3 % del total de
habitantes, que para entonces eran 1 437 611). Asimismo, se observa que
su radio de acción, a pesar de las prohibiciones y persecuciones del
gobierno, fueron aquellas zonas donde se había dado la expropiación de
ejidos y comunidades -en especial, a partir de 1880-(MENJÍVAR
LARÍN, 1985: 74-77).
Para 1929, la FRTS celebra su V Congreso, convocado para
mediados de julio bajo la consigna "un congreso regional obrero y
campesino". En esta reunión participaron exclusivamente trabajadores
sindicalizados. La convocatoria estuvo firmada por Luis Díaz (carpintero
comunista, delegado a las reuniones de Montevideo -fundacional de la
CSLA- y Buenos Aires -la Primera Conferencia Comunista Latinoameri-
cana4- de ese mismo año). Este V Congreso de la FRTS se destacó por
ser la primera reunión en Centroamérica en la que participaron obreros y
campesinos en una actividad organizativa conjunta.
Los antecedentes de la organización campesina los encontramos en

4
Ver: SSA IC, 1929.

258
la actividad de la Sociedad de Obreros, Campesinos y Pescadores de
Ilopango 5 y, posteriormente, en el trabajo organizativo que encabezó
Modesto Ramírez (miembro del PCES) en la zona indígena pipil 6 •
La FRTS llevará a cabo actividades de organización campesina en las
fincas de café. A decir de Miguel Mármol (DALTON, 1983: 70 y ss.) las
demandas levantadas en este sector agrícola fueron: aumento de salarios,
mejora de los ranchos y la instalación de botiquines de primeros auxilios.
Posteriormente, las demandas abarcaron: obtención de raciones más
abundantes de frijol y tortilla, supresión de las tiendas de raya y de las
fichas de pago en las líneas y mejor trato, entre otras (TARACENA
ARRIOLA, 1989a: 57).
En el segundo semestre de 1929 se sienten los primeros efectos de
la crisis mundial del capitalismo, la cual tocará fondo en 1932. Siendo El
Salvador un país que para 1928 dependía, en su sector de exportaciones,
en un 92.95 % del café; que a su vez dependía de ese sector para la
adquisición de la mayoría de los productos de consumo básico; y que, para
octubre de 1929, se dan bajas espectaculares en los precios internacionales
del grano (en un promedio del 45 % de su valor en 1928), podemos
formarnos una idea del descalabro económico que significó la crisis del
29 para esta nación (MENJÍV AR LARÍN, 1985: 78-79). Para precisar la
magnitud del daño sufrido, podemos citar que los precios de los cereales
se desplomaron entre 1928 y 1935 (35 % el maíz, 55 % el arroz y 57 % el
frijol); el desempleo creció alarmantemente en 1929 (40% en el campo y
15% en la urbe); la renta nacional, entre 1926 y 1931, se redujo en un

'Esta sociedad, junto a otras de su tipo, serían las primeras experiencias de trabajo intersectorial de tendencia sindical, creadas por el trabajo
de los comunistas.

•como lo explica Roque Dalton (1989: 17-18), los pipiles, único grupo étnico vernáculo salvadoreño, son de origen nahua y no representan
una colectividad significativa dentro de la gran masa campesina mestiza de El Salvador.

259
33 %; las rentas fiscales, debido a la suspensión de entradas por concepto
de exportación cafetalera, para 1931, disminuyeron en un 11. 8 % ; y, por
si esto fuera poco, la falta de divisas obligó a limitar las importaciones,
entre 1928 y 1929, en un 38% (MENJÍVAR LARÍN, 1985: 70-80).
Por lo que respecta a la composición social, los efectos de la crisis
produjeron un aceleramiento en la diferenciación entre los distintos
actores sociales. El 28 % de los campesinos pierden, en los años treinta,
sus tierras, engrosando la capa de posibles asalariados. Los artesanos,
pequeños industriales y dueños de las incipientes manufacturas tienen
problemas para el financiamiento en general, y para la importación de
bienes elaborados en particular, por lo cual, la mayoría de ellos termina
incorporándose al grupo de los trabajadores asalariados, mientras unos
cuantos pasan a engrosar el de los dueños del capital. Finalmente, la
crisis financiera del Estado salvadoreño arrojó al desempleo a un número
considerable de sus trabajadores, mientras que quienes mantuvieron su
puesto de trabajo sufrieron una baja del poder adquisitivo de sus salarios
del orden del 30% (MENJÍVAR LARÍN, 1985: 81).
A fines de 1929, Pío Romero Bosque convoca a elecciones. El
resultado fue el triunfo de Arturo Araujo, candidato del Partido Laboralis-
ta, quien retorna el proyecto de desarrollo diversificado e industrializante,
y reproduce en su discurso político posiciones que pueden identificarse
corno socialdemócratas. La base social de su candidatura estuvo confor-
mada por trabajadores y sectores populares urbanos, por campesinos y por
ciertos sectores progresistas de la intelectualidad. Cabe destacar una
característica del Partido Liberal que lo diferenciaba de los demás
contendientes (el Nacional Revolucionario, el Zaratista, el Constitucional,
el Progresista, y el Nacional Republicano): no fue un partido organizado
ad hoc para las elecciones, sino que nació de un trabajo ideológico que se

260
remontaba a los inicios de los años veinte, y entroncó con los primeros
intentos de la oligarquía por incorporar a las clases populares (en un papel
dominado pero activo) a un proyecto de nación (MENJÍV AR LARÍN, 1985:
84). Podríamos decir que, en cierto modo, el proyecto de nación arauj is ta
está más cercano de las iniciativas oligárquicas pro inglesas (por su
insistencia en la formación de una burguesía nacional), que de la dinastía
Meléndez-Quiñónez (mantenida en la administración y usufructo de la
monoexportación y las actividades del capital norteamericano).
Araujo toma posesión el 1° de marzo de 1931, pero de inmediato es
rebasado por tres problemas: el agravamiento de la crisis económica, una
ofensiva de los sectores más reaccionarios de la oligarquía 7 (quienes,
asustados por el contenido populista del discurso araujista, obligan a una
gran capa de burócratas de primer nivel a la renuncia), y la agitación
obrera-campesina impulsada por un Partido Comunista cada vez más
radical (MENJÍV AR LARÍN, 1985: 89).
No pudiendo soportar más la tensión, el régimen de Arturo Araujo
se rompe en la forma predilecta de los intolerantes sectores dominantes
centroamericanos: el golpe de Estado ... era el 2 de diciembre de 1931
(MENJÍV AR LARÍN, 1985: 89).

7
En esta ocasión, como en otras más (Estrada Cabrera, Jorge Ubico), los liberales vendrían a resultar más retrógrados en sus políticas sociales
y económicas, que los miembros del Partido Conservador (recuérdese el unionismo).

261
CUARTO PASAJE TESTIMONIAL

* Los primeros síntomas del temporal

sirvió.
Es doloroso aceptarlo,
pero es cierto.
Para sembrar,
tiene que morir
la semilla.

MARíA TOJ

El 2 de diciembre de 1931 yo dirigí una gran reunión campesina en las


proximidades de Ahuachapán. Después de terminada ésta, me dirigí a
dicha ciudad, pero en el camino me interceptaron los miembros de varios
comités de mujeres campesinas que me esperaban para hablar de sus
problemas y de las elecciones. Ellas me dijeron que circulaba insisten-
temente el rumor de que se había producido un golpe de Estado, que ese
golpe de Estado era nuestro y que el camarada Martí había tomado el
poder para los pobres de El Salvador. Mientras hablábamos, algunos
aviones militares sobrevolaron la zona. Al llegar a Ahuachapán supe que
el golpe de Estado que el Partido esperaba se había producido, que el
siniestro general Maximiliano H. Martínez había tomado el poder y que
era el hombre fuerte que realmente gobernaba tras la fachada de una
11
Junta de Gobierno 11
que había sustituido a Arauj o.
Yo me fui apresuradamente hacia la Capital, para tratar de hacer
contacto con el Comité Central. Cuando el golpe ocurrió, la campaña
electoral estaba ya bastante adelantada y los comunistas teníamos
candidatos para Alcaldes y Diputados en todo lo que nosotros llamábamos
la zona revolucionaria del país, o sea la mayor parte del Centro y el

263
Occidente de la república.
[Miguel Mármol 1: 120]

* La represión.
Guatemala, El Salvador.
Diciembre de 1931-enero de 1932

Cuando recuerdo los acontecimientos del año 32 en El Salvador, compren-


do que aún teníamos los conceptos revolucionarios como simples fetiches
o imágenes, como entes abstractos independientes de la realidad, y no
como verdaderos guías de la acción práctica.
Martí, Luna y Zapata, los tres intelectuales del año 32, leían El
Capital en traducciones hechas del francés, mecanografiadas y hasta a
mano. Yo también decía que lo leía. Pero ¿a quién se le va a ocurrir que
yo pudiera haber en tendido algo de eso?. Lo que en tendíamos eran los
planteamientos teóricos hechos a nivel de propaganda y divulgación, el
idioma de las resoluciones y los congresos. De ahí que los salvadoreños
encajáramos tan bien en el seno del Congreso Mundial de la Sindical Roja
que se realizó en Moscú, durante 1930.
[Miguel Mármol 1: 1O1-102]

Sobre la campaña electoral para elegir Presidente de la República se


discutió mu cho. Tuvo gran peso, entre otros argumentos, el de que debía
verse que la situación en El Salvador marchaba en el ascenso revoluciona-
rio, que si no teníamos a las masas organizadas de todo el país no
podríamos influir en su preparación y dirección. El peligro era un
estallido revolucionario espontáneo, que sería fatalmente derrotado.
Deberíamos dedicarnos a organizar a las masas y tener fuertes Federación
Regional de Trabajadores, Juventud Comunista, Socorro Rojo y un PC
capaz de dirigir toda la obra revolucionaria. Entonces se vio la necesidad

264
de que deberíamos avanzar en el proceso de organizac10n y orientación
nacional, pues el ascenso revolucionario iba madurando y se planteaba ya
un conjunto de problemas de qué era y cómo podía analizarse y conducir
la lucha en la crisis revolucionaria que inevitablemente desembocaría en
la Revolución. Esto pesó mucho. No fueron resabios anarquistas, sino la
gravedad y el tener una gigantesca fuerza de masas, bien organizada, bien
orientada y bien disciplinada para realizar las grandes tareas revoluciona-
rias que se tenían ante sí. Estos problemas pesaron mucho y por ello se
tomaron tales resoluciones.
[Jorge Fernández Anaya 2: 238-239]

La inquietud oposicionista contra el nuevo régimen crecía sin embargo día


a día en todos los sectores de la población. Bien pronto hubo acción entre
los estudiantes de secundaria y los universitarios, los primeros sobre
todo, en protesta contra la disciplina militar que quería imponerles el
nuevo Ministro de Instrucción Pública. En medio de tantos datos
agitativos, el gobierno de facto decretó sorpresivamente que las elecciones
deberían celebrarse el 3 o 5 de enero. A los partidos burgueses se les
había avisado esta fecha con gran anticipación a fin de que se nos
adelantaran. Nosotros respondimos intensificando aún más la campaña
propagandística. Nuestros mitines proliferaban en los barrios de las
ciudades, en los pueblos, en las fincas, en los cruces de caminos, en las
carreteras y hasta en la playas. La propaganda reaccionaria atacaba
ferozmente: su consigna de fondo era atemorizar a las masas para
separarlas de nosotros y para ello levantaban la amenaza de la masacre
anticomunista que preparaba el régimen. En esta actividad el clero, a
pesar de sus reservas con Martínez, jugó su papel verdaderamente nefasto.
Las elecciones se harían separadamente. Primero se votaría para alcaldes
y al día siguiente para diputados.
[Miguel Mármol 1: 121]

265
En El Salvador había gran efervescencia obrero-campesina y estudiantil;
hubo ese fin de año una rebelión de masas; tomaron por asalto algunos
poblados y ese sentimiento de rebeldía llegaba a nuestro país, no porque
fuéramos llevados a remolque por esa rebelión salvadoreña, sino por las
condiciones de profunda miseria reinan tes.
En Guatemala, el general Jorge Ubico se aprestó para proceder con
saña, aún cuando aquí no sucedía nada que se lo pareciera. Hizo capturar
a los dirigentes y activistas de nuestro incipiente movimiento. Justamente
en el mes de diciembre del año 31 desató la cacería.
La oligarquía cafetalera, bananera, bancaria y comercial elevó sus
voces de apoyo incondicional al Señor Presidente; la prensa, como de
costumbre, emprendió una campaña servil, a la vez calumniosa, diciendo
que los comunistas (los sindicalistas) éramos "los causantes de la crisis".
[Antonio Obando Sánchez 1: 78-79]

La votación para alcaldes comenzó a las ocho de la mañana. Todos los


oradores de los otros partidos, aunque nos atacaran, reconocían el orden
y la disciplina con que los votantes comunistas se habían presentado ante
las urnas. Es interesante saber que no hubo violencia mutua entre los
partidos contendientes. La violencia vino del poder estatal exclusivamente
que no contaba aún, dado lo reciente del golpe de Estado martinista, con
los instrumentos políticos necesarios para participar en los comicios de
manera eficaz, propiciando el fraude en su favor, etcétera.
Después de terminada la votación, los activistas nos reunimos con
el objeto de hacer un balance de la jornada y sacar experiencias. Yo
critiqué el tipo de agitación que se hizo frente a la actividad electoral
concreta, dije que no se le había dado a la propaganda y a la agitación un
contenido de exhortación para el triunfo, que sobre la base de entender
que lo principal era la difusión de nuestro programa se había descuidado
crear en las masas el ánimo de la victoria. No bastaba con que los
comunistas asistiéramos a las urnas como buenos alumnos, ordenaditos y

266
bien peinados.
[Miguel Mármol 1: 122]

En 1931, llega a Guatemala el hondureño Juan Pablo Wainwright quien


hasta hacía poco había sido miembro de la Internacional Anarquista, y
viene a presentarse conmigo. En esa entrevista me comentó lo fuerte del
movimiento de El Salvador y que le había decepcionado que en Guatemala
no existiera ese nivel de agitación. Yo le decía que eso pasaba porque las
circunstancias eran diferentes, que en El Salvador hacía ya algún tiempo
que se había con sti tui do el Partido y que estaba mejor organizado, con
mayor número de adheridos. Además, que el Partido en Guatemala era dé-
bil aún.
Después de esa conversación salió a la luz una hoja suelta con
palabras muy fuertes contra el dictador Ubico, por lo que los agentes del
régimen comenzaron a investigar. Ubico, al leer la publicación, dijo: "El
que hizo esta hoja, se muere". Entonces empiezan a detener a todos los
camaradas. Yo fui uno de los últimos que capturaron. Todo el asunto
causó una gran sorpresa dentro del Partido ya que la Dirección no sabía
quién había hecho la hoja suelta. Sólo se logró averiguar hasta que
estábamos todos presos en la Penitenciaría. La policía, a través del tipo
de letra de la máquina con la que se había hecho el panfleto, descubrió a
Wainwright como el autor.
[Miguel Ángel Vásquez]

Al día siguiente de las elecciones para alcaldes se llevó a cabo la votación


para diputados. Con las experiencias obtenidas de la votación anterior, los
obstáculos y las trabazones para nuestro triunfo fueron eliminados en lo
fundamental y en las primeras horas de la mañana ya fue evidente en todos
los lugares que arrasaríamos con todos los partidos a nivel nacional. El
gobierno se decidió entonces atacar a fondo. Y aduciendo diversos

267
pretextos que no convencieron a nadie, hizo suspender la votación y
anunció que la misma se llevaría a cabo algunos días después. Los
partidos políticos burgueses emitieron débiles protestas. Nosotros
protestamos enérgicamente pero llamando a nuestras masas votantes a la
serenidad.
[Miguel Mármol 1: 122-123]

En la penitenciaría me encontré de nuevo con Wainwright, y cuando


hablamos de la hoja suelta, pretexto para la represión, me confesó que
había sido él el responsable. Me comentó que él había hecho la hoja para
levantar el ánimo del pueblo guatemalteco y que creía que con una
publicación así se podría lograr.
En el momento en que caímos presos los compañeros de Guatemala,
en El Salvador los camaradas del Partido, que habían dirigido las
revueltas populares producto de las elecciones fraudulentas, también se
encontraban en la cárcel.
[Miguel Ángel Vásquez]

La noche siguiente al día de las fallidas elecciones para diputados, el


Comité Central de nuestro partido llamó a una reunión secreta y extrema-
damente urgente. Se trataba de escuchar el informe que nos traía el
camarada Clemente Estrada, de origen nicaragüense, a quien apodaban "El
Cenizo", quien desde hacía un tiempo estaba destacado por el Partido en
Ahuachapán. Informó que en aquella ciudad se había comenzado a votar
normalmente, que los comunistas se habían presentado en una fila
compacta cuyo grueso era de más de 5 mil hombres, pero a la hora en que
comenzó la votación nuestra columna había sido rodeada amenazadoramen-
te por la Guardia Nacional, armada de fusiles y ametralladoras. La
provocación llegó a extremos tales que los camaradas decidieron retirarse
de la votación y regresaron a sus lugares de trabajo con la disposición de

268
iniciar de inmediato la huelga general de protesta por aquellos desmanes.
Los guardias regresaron -emborrachados por los patrones- al lugar
en donde los compañeros estaban reunidos y los provocaron hasta el grado
de asesinar a balazos frente a todo el mundo al camarada Alberto Gualán,
dirigente campesino de la Juventud Comunista y de herir gravemente a
otros compañeros: hombres, mujeres y hasta niños. Los huelguistas se
indignaron y respondieron a aquella agresión gratuita y criminal,
ajusticiando a 14 guardias nacionales. Aquel hecho hizo cundir la alarma
entre los terratenientes de la zona, los cuales lograron que el gobierno
enviara apresuradamente a la feroz caballería de Santa Ana a rodear el
lugar de los hechos y a tomar venganza contra los campesinos, sin
distinguir entre los que habían participado en el incidente de "La
Mon tañí ta" y el res to de la población pobre.
[Miguel Mármol 1: 123]

Habían sido llevados a las cárceles los compañeros del Comité Central y
Comités de Base, los sindicatos y asociaciones gremiales. Arreciaba la
saña de Ubico.
Sabiendo esto opté por abandonar mi empleo de vendedor de café y
pasar a vivir clandestinamente.
Busqué con empeño hogares conocidos y afines; en esa búsqueda me
encontré con el Secretario General de la Juventud Comunista, Bernardo
Gaytán. De inmediato procedimos a planificar nuestro trabajo y obtener
medios para la defensa de todos los presos políticos. Me ingenié la forma
de fabricar un mimeógrafo, luego encomendé al compañero Gaytán
proveerme de máquina de escribir y la papelería necesaria. Este magnífico
compañero fue asimismo el encargado de distribuir -y lo hacía con gran
tacto- la propaganda escrita.
Las comisiones que se movilizaban para repartir propaganda contra
la dictadura crecían cada día que pasaba y ello me daba fuerzas para

269
proseguir en el empeño.
[Antonio Obando Sánchez 1: 80]

Las informaciones sobre muertos, heridos, torturados, atropellados y


presos comenzaron a llegar al Comité Central como una catarata.
Discutimos aquella situación gravísima con minuciosidad y espíritu
sombrío, a decir verdad.
Después de la fallida entrevista con el dictador Martínez -que en
realidad fue con su Ministro de Guerra y un verdadero fiasco- se llevó
a cabo una reunión del Comité Central (que duró toda la noche entre el 7
y el 8 de enero de 1932) en la que propuse llamar inmediatamente a las
masas salvadoreñas a la insurrección armada popular encabezada por el
Partido Comunista. Max Ricardo Cuenca y otros intelectuales se retiraron
por diversos motivos y, según se supo después, habían ido a buscar
refugio para capear la tormenta que se avecinaba.
La discusión fue intensa, acalorada. Farabundo -quien ya fun-
cionaba como Secretario General Interino- estuvo de acuerdo con mi
proposición, aceptando que el deber del Partido era el de ocupar su puesto
de vanguardia al frente de las masas, para evitar el peligro inminente,
mayor y deshonroso para nosotros, de una insurrección incontrolada,
espontánea o provocada por la acción gubernamental, en que las masas
fueran solas y sin dirección al combate.
[Miguel Mármol 1: 124-125]

Me capturaron a fines de enero. La policía logró localizarme por denuncia


y también por mi poca experiencia. Había más de 400 presos en la
Penitenciaría Central y otros centenares en los cuerpos policíacos. Fui de
los últimos en caer. Me buscaron en talleres de carpintería, en mi casa y
la de mis parientes y no hallándome llevaban a los que encontraban en el
domicilio cateado, sin que fuera posible disuadir a los sicarios. Por esta

270
razón, casi todos mis familiares estaban en la cárcel: padres, hermanos,
esposa y mis hijitos; hasta mis cuñados y concuñas: sólo yo faltaba.
Mi captura no fue un acierto de la policía sino mi propia inexperien-
cia.
La verdad es que preocupado por la ya larga prisión de mi familia,
la pena de no saber de ella, el temor de que fuera torturada y el recuerdo
de mis hijos, me hacía sufrir lo indecible; sentimentalmente, sin medir las
consecuencias, envié con Lorenzo López -compañero que servía de
enlace- un papel escrito de mi puño y letra a la prisión de mujeres de
Santa Teresa que, como era natural, causó gran alboroto. La policía
capturó a López quien fue colgado y azotado, y junto con mi concuño los
llevaron al lugar donde me hallaba. Ellos dos me identificaron ante la
policía.
Estamos en el año de 1932, finalizando el mes de enero.
[Antonio Obando Sánchez 1: 82]

Pensando en la exactitud cronológica que Lenin también reclamaba, yo


dije que la insurrección debía hacerse no el 15 de enero ni el 17 sino
precisamente el 16 a las cero horas. Se aceptó en principio mi proposición
y se dispuso que fuera el Comité Central el organismo que se hiciera cargo
de la cuestión militar. Farabundo Martí y otros camaradas se encargaron
de buscar contactos operativos con oficiales amigos en el Ejército,
búsqueda de armas, el_aboración de material bélico tal como explosivos,
etcétera, organización de las comunicaciones con diversas zonas del país,
incorporación de otros sectores sociales y políticos a la 1u cha (por
ejemplo, personalidades políticas democráticas, movimiento estudiantil,
etcétera), búsqueda de dinero y demás.
El CC procedió a nombrar los Comandantes Rojos que serían los
encargados de las comisiones militares en las sub-zonas, en los centros de
trabajo, en los regimientos, en las organizaciones de masas, etcétera, y
que responderían de sus actividades ante dicho CC. En las acciones de la

271
insurrección desatada, los Comandantes Rojos cumplirían las funciones
militares de un capitán al frente de su compañía.
[Miguel Mármol 1: 125]

Después de ser vejado por el tirano Jorge Ubico, me trasladó Anzueto a


la dirección de la Policía Nacional y fui arrojado a las inmundas
11
bartolinas mal llamadas apartados 11
; luego me trasladaron a la 7 ª Avenida
y 17 Calle, al cuerpo de la policía guatemalteca que estaba en ese lugar,
en donde por las noches era azotado y 11
colgado 11
• Para ese efecto me
trasladaban a altas horas de la noche al tormento de la interrogación para
extraer del mismo piezas convincentes de criminalidad, las cuales eran:
tenencia de propaganda, libros, máquinas de escribir, hojas volantes,
manifiestos, y además, los pliegos de peticiones económicas para los
campesinos y los obreros en sus demandas por mejores salarios. Estas eran
las pruebas de los delitos por los cuales teníamos que ser juzgados y
condenados los dirigentes de entonces. Fui el último de los indagados para
cubrir el "plenario".
[Antonio Obando Sánchez 1: 85-86]

La consigna a esas alturas era ya la de ocupar cada quien su puesto y


esperar la orden definitiva. Sin embargo, cuando el 14 de enero volvimos
a reunirnos en torno al ce para discutir los últimos detalles, nos
encontramos con una pésima noticia: se proponía aplazar la insurrección
para el día 19. A ninguno de los asistentes nos gustó aquella peligrosa
proposición, pero Farabundo Martí nos calmó diciéndonos que el
aplazamiento se había hecho frente a una posibilidad muy real de que se
incorporara al movimiento revolucionario la oficialidad y la tropa del
Primer Regimiento de Infantería. A esas alturas Farabundo era ya más que
un Secretario General Interino: por la fuerza de los hechos y por su
capacidad de dirigente, la jefatura suprema tanto dentro del Partido como

272
en la organización para la insurrección habían quedado en sus manos. La
insustituibilidad del Negro fue de seguro una de nuestras mayores
debilidades.
Después de la reunión nos distribuimos en las zonas de operaciones
que se nos había asignado para comunicar a los mandos intermedios la
proposición: a nadie le gustó la noticia. Y al regresar a San Salvador
después de esta tarea, nos encontramos con algo aún peor: se aplazaba el
comienzo de las acciones para el día 22 de enero. Llevar esta nueva
disposición a la masa enardecida fue una tarea verdaderamente seria. A
todo esto el enemigo había logrado ya una gran cantidad de información
sobre nuestros propósitos, y cada día, cada hora que pasaba, estaba
acorralándonos más y más. Y eso que el enemigo tenía un servicio de
información y con trainf ormación muy deficientes.
[Miguel Mármol 1: 126-127]

Nos sacaron de un 1ugar donde estábamos todos juntos y nos comenzaron


a repartir en bartolinas. A mí me tocó vivir junto con Antonio Obando
Sánchez, ¡y la pasábamos muy bien, con mucha fraternidad!. Realmente,
sentíamos que nos iban a matar. No es algo que me guste el estar hablando
de los tormentos que recibimos los compañeros durante las continuas
reclusiones a las que nos vimos expuestos, ¡pero es verdad que los
tormentos eran terribles!. Mi razón para pensar así es que hablar de estas
cosas puede llevar a que se tome con cierto amarillismo, ¡y en eso, no
estoy de acuerdo!.
Sin embargo, podría decir que uno de los tormentos usados en
Guatemala contra los prisioneros políticos, era colgarnos de los pulgares
tomados por la espalda. A mí me tocó sufrir esa tortura en especial, en
una prisión que tenía la dictadura por el barrio del Guarda Viejo. Me
sacaban a la una o dos de la mañana de la Penitenciaría y me llevaban para
allá. En la Penitenciaría había unos subterráneos y también ahí me bajaron
varias veces, pero en ese lugar nunca me torturaron. Donde era terrible,

273
era en el otro lugar, ¡terrible, eso de oír a la una, dos de la mañana, que
le están abriendo a uno la celda y ya sabe uno dónde lo llevan ... !. Nos
llevaban uno por uno.
Lo que más me preguntaban, era cuáles eran las órdenes que yo
había dado, quiénes eran los dirigentes de los diferentes departamentos en
el interior del país, que cuántos elementos teníamos, y que si teníamos
armas. ¡Pero como no era cierto nada de lo que me preguntaban, pues
tenía que decir que nada era verdad!. Y ellos querían saber a la fuerza
algo de eso.
No había absolutamente nada, ¡si era una estupidez! ¡¿cómo car aj os
íbamos a querer levantarnos en armas, si apenas estaba principiando a
organizarse el Partido?! ... ¡No teníamos ni cortaplumas! ... En general,
las formas de tortura en esa época eran los golpes con la mano abierta, los
puñetazos, los latigazos en la espalda ¡y la colgada de los pulgares por
atrás!
[Miguel Ángel Vásq uez]

Se nombró en el seno del CC -reorganizado, ya que Farabundo, Luna y


Zapata habían sido capturados- una Comisión de Información y Enlace
que se encargaría de hacer circular las disposiciones de la Dirección
Revolucionaria en todos los niveles del movimiento. El CC, sin embargo,
después de la caída de Martí, Luna y Zapata, se encontraba falto de
información acerca de muchos detalles vi tales que era menester manejar
para orientar correctamente la insurrección. Era ya 20 de enero y no había
una información completa de los medios materiales y humanos con los que
contábamos: no sabíamos mayor cosa acerca del número y calidad de las
armas que tenían nuestras fuerzas, ignorábamos el número exacto de
batallones rojos formados y apenas había datos sobre la integración de los
mandos en todos los niveles, del reparto de responsabilidades concretas,
etcétera.
Hasta la última hora el Partido manejó la insurrección como un

274
hecho de masas simplemente, sin desarrollar una concepción militar
específica del problema. Simplemente no se reparó nunca en que los
problemas militares pasan a ser los fundamentales una vez que se ha
decidido hacer la insurrección y que los problemas militares se solucionan
con una técnica y una ciencia especiales, que tiene sus propias leyes.
[Miguel Mármol 1: 128]

Guatemala es taba manejada por un loco. Ubico realmente era un loco, ¡y


más desquiciado se puso cuando sale la hoja suelta de Wainwright!. En esa
época el Partido seguía en el mismo nivel. Lo que a mí me parece es que
Ubico quiso, como dicen, pararse el cuello con la oligarquía. Estaba la
cuestión de El Salvador, la revuelta campesina que los camaradas
comunistas encabezaron, y eso fue lo que me achacaba Ubico a mí en lo
personal. .. Porque tuve una entrevista con él.
Me sacaron de la prisión, pues él dijo que quería hablar conmigo:
- Usted quería también seguir las mismas hu ellas de
ese loco Martí, ¡usted es el que organizó el Par-
tido! ¡usted es!

A mí me echaba toda la culpa ...


-Pues no. Yo ayudaba a los obreros pero lo hacía
como abogado. A mí me buscaron como abogado y
en todo momento esa fue mi función. No tengo
nada que ver en lo que dice.
- ¡Cómo no va a tener nada que ver! Usted tiene
que decirme cómo está organizado el Partido y
dónde tienen sucursales, si no ...
-Yo lo único que sé, es que aquí están presos
cuatro o cinco obreros que se reúnen para mejorar
su situación laboral, ¡eso es lo único que sé!
-Bueno, y entonces, ¿qué quiere decir esto?

275
Y me sacó la credencial donde se me nombraba representante en
Guatemala del Socorro Rojo Internacional. ..
- ¡Ah, esto es otra cosa!. Es que también por mi
misma profesión de abogado me han nombrado para
realizar esa función, ¡pero es una cuestión de
defensa para todos los ciudadanos!
-¡¡No, todo esto es la misma mierda!! ...

Como era el único intelectual tenía razón para creer que era yo el
de todo, y que quería hacer lo mismo que en El Salvador ... Porque él me
dijo:
-¿Y ése, su amigo Martí?
-¡Bueno, nosotros fuimos compañeros de escuela!.
Mis relaciones con él siempre fueron de amistad,
y no tiene que ver con nada más.

Y como vio sin duda que no me podía sacar nada, dijo furioso:
-Llévense a este loco, ¡¡que continúe el proceso!!

Porque a fuerza Ubico quiso decir que había una conexión entre mis
paisanos y nosotros, los comunistas de Guatemala.
[Miguel Ángel Vásquez]

El mero día 22, fecha señalada para el inicio de la insurrección, yo andaba


coordinando células en San Salvador (trabajo previo al de las operaciones
con la guarnición de Ilopango) a pie, y sin siquiera un cortaplumas en el
bolsillo. Y lo que más duele es que el espíritu revolucionario de la masa
era tremendamente elevado: un espectáculo muy serio que no era para que
lo estudiaran los sociólogos treinta años después, sino que debió haber
sido el Norte de la brújula insurrecciona! del Partido.
[Miguel Mármol 1: 12 8]

276
Fuimos notificados que un tribunal militar sería el que nos juzgaría.
Se instaló el Consejo de Guerra en la 13 Avenida y 7ª Calle, en el
llamado Cuartel de Caballería de la Ciudad de Guatemala. El despliegue
de fuerza soldadesca era de un batallón que cubrió el recorrido de ida y
vuelta, que fue por 6ª Avenida y la 9ª Calle Oriente; este despliegue de
fuerza ocasionó un escándalo que hizo época.
Un oficial de nombre Zelada presidió el tribunal; un viejito -del
que no recuerdo su nombre- fue el fiscal; los demás eran jueces. Los
encargados de nuestra defensa estaban presentes: Adalberto Aguilar
Fuentes, Ricardo Castañeda, Tomás González, Antonio Cruz Franco y
alguien más que ha logrado escapar en las alas de tiempo, a la ingrata
memoria.
Después de los trámites preliminares, dio princ1p10 la sesión del
Consejo de Guerra, iniciándose el debate. La Presidencia cedió la palabra
al Secretario quien dio lectura a todo el proceso y artículos del Código
Militar que nos aplicaban.
Escuchamos lo indecible en contra de nosotros: "principios",
"dictados de la ley", "espíritu y alcance de las leyes", "peligros a la
soberanía", "defensa de la patria", "tenebrosidad y peligro del comunis-
mo", "moral", "peligros", "la familia", "el honor e integridad", en fin,
una sarta de conceptos jurídicos interminables. Después escuchamos la
defensa de nuestros abogados defensores de oficio los cuales, a decir
verdad, la hicieron en forma brillante en su mayoría; ellos sabían como
profesionales del Derecho la falsedad de todo aquello, aquello que
llamaban proceso.
Agotados los temas de acusar y defender, se levantaron los miembros
del Consejo de Guerra para deliberar. Pronto retornaron con su veredicto.
[Antonio Obando Sánchez 1: 86-87]

277
El enemigo no esperó nuestra famosa Hora Cero para iniciar sus acciones
mili tares contrarrevolucionarias. A los pocos camaradas que en San
Salvador manteníamos contactos mutuos a nivel cercano a la Dirección con
comenzaron a llegar las noticias del inicio de la lucha en diversos lugares.
A pesar del estado de desorganización en las comunicaciones, el
llamado insurrecciona! del ce había llegado a diversos lugares de
Occidente y las masas organizadas, disciplinadamente, habían comenzado
asimismo a entrar en acción. Noticias en este último sentido llegaron a
San Salvador, sobre todo procedentes del departamento de Sonsonate,
hacia donde el gobierno despachó una gruesa columna punitiva al mando
11 11
del general José Tomás Calderón, siniestro asesino apodado Chaquetilla •

[Miguel Mármol 1: 129]

Resulta que a mí me nombraron un defensor de oficio porque querían


amolarme, y nombraron a un abogado malo ... Es decir, malo no en el
sentido de mala persona sino incompetente. Y éste, cuando recibió la
orden, me mandó decir que hiciera el favor de recusarlo como mi
defensor. ¡Por miedo él no quería defenderme! Le dije que no tuviera
cuidado, que lo rechazaría. Como prometí, lo recusé al defensor de oficio
y le mandé decir a mi antiguo compañero de la Facultad de Derecho
An to ni o Cruz que si quería ser mi defensor, ¡me dij o que sí, que con
mucho gusto!. No comulgaba con mis ideas ¡pero me hizo una buena
defensa, muy valiente! ... siempre se lo agradeceré.
A pesar de la brillante defensa que hizo Antonio Cruz, y los demás
defensores nuestros, la Cort_e Marcial nos condenó a muerte.
[Miguel Ángel Vásquez]

Una lluvia de ceniza se había desatado sobre San Salvador, al parecer


proveniente de la erupción de un volcán en Guatemala, cuyo fragor se
escuchaba en la lejanía y hacía decir a la gente que era la artillería de las

278
fuerzas araujistas que habían invadido desde Guatemala el país y que
combatían en Occidente. El compañero Pineda -militante de la Juventud
Comunista que me ofreció su casa como refugio ante mi persecución-
insistió en acompañarme por lo menos mientras no me alejara de la zona
de peligro y así lo comenzó a hacer, pero yo le dij e que ya se me había
ocurrido un lugar al cual ir, muy cerca de allí. Efectivamente, me dirigí
a casa del camarada Chilano, un activista del Partido que vivía en la calle
Celis. Allí mismo me coparon.
Desgraciadamente un oreja maldito, el tal Pedro Escobar, conocía
las casas de todos los comunistas de la zona y llevó a todas ellas a la
comisión policial que me buscaba. Pasó que me tomé demasiado tiempo en
cambiarme de ropa nuevamente, ya que Chilano me ofreció la suya, y los
policías me agarraron con los pantalones en la mano. Traté de luchar pero
los policías eran muchos y bien armados y no tuve más que aceptar mi
derrota.
Todavía me duele pensar que los comunistas éramos tan idiotas que
ni siquiera garantizamos que cada cuadro tuviera en las manos por lo
menos una pistola desde el momento en que se decidió ir a la insurrección.
No sé en qué carajos estábamos pensando.
[Miguel Mármol 1: 130]

La Sala 4ª de Apelaciones que se constituyó en Corte Marcial aceptó el


traslado y fue integrada por tres generales y un magistrado de la Corte
Suprema de Justicia.
La sala del tribunal, los magistrados, nuestros defensores y nosotros
al centro en el banquillo de los acusados, además de la multitud que colmó
el recinto al grado que no quedando espacio en el interior llenaron las
calles y avenidas aledañas: era una marejada humana. La novedad del día
éramos nosotros porque se nos acusaba de traición, ultrajes graves al jefe
de Estado, y de intento de rebelión. El asombro era general. El pueblo,
quizá sin darse cabal cuenta de la situación, se colocaba a nuestro lado

279
-¿presentimiento? ¡quién sabe!-. Mas la verdad es que el combate del
pueblo en contra de la dictadura ubiquista tuvo inicio en aquellas
manifestaciones de repudio a la injusticia que pretendía cometerse con
siete trabajadores, hijos de ese mismo pueblo.
La audiencia pública dio principio. La Secretaría del Tribunal leyó
todo lo actuado; su voz sonaba lúgubre en aquél ambiente cargado de
expectación.
Se da la palabra a los abogados de la defensa y uno a uno fue
exponiendo sus punto de vista legales.
El público con cada argumento legal que exponía premiaba su
valiente actuación con grandes y ruidosas muestras de aprobación que al
salir del recinto a la calle se convertían en una grita ensordecedora. ¡El
ambiente se caldeaba!. La multitud aplaudía cuanto se decía contra el
gobierno y la policía.
A tal grado llegó la situación ¡que el Fiscal pidió la absolución de
los cargos y que se nos diera la libertad!.
Esto arrancó a la multitud un huracán de aplausos y de vivas.
El hecho insólito desconcertó a los jueces que no atinaron sino a
levantar la audiencia para desalojar la sala y librarse de aquella enorme
presión popular que había desquiciado al Fiscal.
[Antonio Obando Sánchez 1: 88-89]

Ya en la cárcel, después de una noche de interrogatorios y torturas, llegó


a la celda la prensa diaria con la noticia a grandes titulares de la muerte
del doctor Jacinto Colocho Bosque. Los titulares de prensa eran enormes
y decían: "asesinado por los comunistas", como si aquella muerte hubiera
sido la primera de todo aquel proceso y el gobierno no hubiera ya
asesinado a aquellas alturas a centenares de campesinos. Las noticias
relataban en términos espeluznantes cómo un grupo de campesinos había
dado muerte a este profesional, después de interceptar su auto en la
carretera de Sonsonate. Los términos de todas las noticias al respecto

280
estaban dirigidos a crear en las capas urbanas el mayor terror, presentan-
do a los comunistas como desalmados criminales que con un machete en
la mano se habían lanzado a una orgía de sangre y terror.
Los jóvenes chalatecos fueron los únicos que se alegraron al ver los
periódicos. Yo les pregunté por qué, ya que aquellas noticias eran, sin
duda, parte de nuestra sentencia de muerte:
-Ese Colocho Bosque recibió el castigo de Dios
-me dijeron-. Ese es el culpable de nuestra
desgracia actual. Por razones de enemistad per-
sonal nos acusó de comunistas allá en Chalatenan-
go, y marcó de rojo nuestras puertas lo mismo que
las puertas de otras personas inocentes. Por eso
estamos presos. No somos comunistas, pero si ese
canalla se fue ya adelante, a nosotros no nos
importará morir. Ya fuimos vengados de antemano
y no vamos a parar en el Purgatorio por causas de
rencor. Ahora ya podemos perdonar a semejan te
hijo de puta.
[Miguel Mármol 1: 132-133]

* Los fusilamientos.
Guatemala, El Salvador.
Enero-febrero de 1932

La Sala de Apelaciones, una vez que se volvió a reunir, revocó la pena de


muerte. Ganamos, declarando que no había derecho para el proceso, que
las razones jurídicas eran inexistentes. Con motivo de esa anulación,
¡Ubico se puso furioso porque le quitaban la base que estaba construyendo
para aparecer como un defensor de la burguesía!.
Llama a los magistrados de la Tercera Sala de Apelaciones, a la que

281
recurrimos, y les mete una regañada terrible:
-Miren, ustedes tienen que anular esa resolución
que han dado y confirmar la sentencia de la Audi-
toría de Guerra.

Entonces, el más joven de los magistrados le dijo a Ubico:


-General, yo me opongo a eso, ¡si no hay base
jurídica alguna que valga para la sentencia!
-¡A mí no me importa la base jurídica, ustedes
tienen que hacer lo que les ordeno!
El dictador andaba siempre con un fuete: ¡Pras, pras, pras!, ¡le pegó
de fuetazos !
-¡Mañana va a estar eso anulado!

Y, efectivamente, lo anularon ... confirmaron la sentencia. De esta


forma, se fijó el día para la ejecución. Un día antes de la fecha que
fijaron es cuando se nos pone en capilla.
[Miguel Ángel Vásq uez]

La luna brillaba en el cielo pero los árboles hacían que el lugar per-
maneciera oculto en la oscurana. Nos bajaron a todos del camión a punta
de culata. Yo me tiré como pude y quedé sembrado en el suelo y llegó un
policía a ayudarme y me quitó el sombrero de un manotazo. Pero yo lo
putié en firme y él se retiró y no me siguió jodiendo. Cuando me
incorporé al grupo, sacaron de él a empellones a Bonilla y a Bondanza y
los pusieron contra el paredón. Serafín Martínez, con la boca toda llena
de saguanza y de pedazos de dientes, le decía al capitán Alvarenga que no
mataran a Navas, porque tenía cinco hijos. Era una gran alma Serafín.
Pero yo que siempre he sido bruto y endiablado, le dij e en voz alta: "No
les pida nada a estos hijos de puta, que a matarnos han venido".
[Miguel Mármol 1: 135]

282
Durante la noche de capilla se nos dijo que había un sacerdote para el que
quisiera confesarse y un notario por si alguien quería hacer su testamento:
¡a las dos cosas nos opusimos todos los compañeros!. Cuando se nos dijo
que si queríamos hacer una carta de despedida para alguien, pedí papel y
pluma y le hice una carta a mi madre.
El capitán del pelotón de fusilamiento que estaba designado pidió
hablar conmigo esa noche. Se disculpó por el hecho de haber sido señalado
para tal efecto -tengo que decirlo: ¡yo sentí que era sincera su disculpa!-.
Me dijo que había tratado por todas las formas que lo reemplazaran como
jefe del pelotón, para no cargar con el peso de ser quien mandara mi
fusilamiento ... pero que no se lo habían permitido. Entonces, fue cuando
me dijo:
-Pero he logrado algo licenciado, ¡por lo menos,
he logrado algo!
-¿Y qué es lo que logró?
-Que los fusilemos con los "Reyna Barrios".
-Bueno, ¿y eso qué tiene?
-Es que los fusiles "Reyna Barrios" son de balas
de plomo, ¡muy gruesas, muy grandes ... ! y ésas ...
no lo dejarán a usted sufriendo.

¡Caray, pobrecito!
[Miguel Ángel Vásq uez]

Los faros del camión iluminaban la escena. Quince policías se formaron


en pelotón de fusilamiento, mientras los otros dos y el chofer y el jefe nos
apuntaban a nosotros. El jefe dio la voz de: "Preparen, apunten, y fuego"
casi de una sola vez. Digo yo que por los nervios. Pero la tropa estaba
muy nerviosa también y de la primera descarga sólo hirieron levemente a
nuestros dos compañeros. Con la segunda descarga los hirieron bien, pero
los compañeros no cayeron, aguantaron a pie firme los vergazos, aunque

283
en la cara se les v10 la muerte. En veces sueño todavía con sus gestos.
Bon danza gritó: "¡Viva el Partido Comunista!". La tercera descarga fue
certera y los dos se desplomaron.
[Miguel Mármol 1: 135]

Las familias sufrían nuestro martirio con mayor intensidad, pensaban no


obstante en todo; reunieron su desgracia y sus centavos y enviaron al
centro penitenciario nuestros ataúdes con tarjeta fúnebre con nuestros
nombres dentro de cada caja. Los oficiales nos dijeron:
-¿Quieren ver sus cajas mortuorias?
-Sí, respondimos.

Y algunos de nosotros fuimos a verlas. Vi que mi caja tenía mi


nombre bordado en rojo.
A distancia de unos 70 metros vimos cómo los reos, en un pequeño
taller, fabricaban siete bancos ordinarios. Eran los banquillos para nuestra
ejecución. De lejos veíamos las caras compungidas de algunos reos, vi al
cocinero mayor de la Penitenciaría, a quien llamaban "Tanish", tembloro-
so llevándonos el rancho de cada tiempo.
[Antonio Obando Sánchez 1: 95]

El capitán Alvarenga preguntó:


-A ver ¿quién quiere morir ahora?
-Yo, grité, y di un paso al frente.

El pelotón de fusilamiento estaba a un lado del camino y el paredón


estaba del otro. Los policías sudaban, a pesar del frío del verano. Todo
el cuerpo me picaba y yo no me podía rascar por el amarre de los brazos.
Comencé a atravesar el camino, cuando oí una voz serena:
-A la par del camarada Mármol moriré yo.

284
Era el ruso. Como pudimos nos estrechamos la mano dándonos las
espaldas y juntándonos, y nos pusimos frente al paredón con actitud
altiva. El jefe dio la voz de mando y nos vino encima la primera descarga.
No nos tocaron y yo pensé que eso era por puro joder, por prolongarle a
uno el martirio.
-Ni a tirar bien han aprendido, cabrones -les dije
con calma.
Los policías todavía nos tiraron dos descargas más que sólo nos
rozaron y el capitán Al varenga comenzó a putearlos ...
[Miguel Mármol 1: 135-136]

Ese 15 de febrero recordé que era el cumpleaños de mi padre, quien


también estaba preso en los calabozos del mismo presidio. Pedí como un
favor que le llamaran para saludarlo y hablar con él. .. Así tuve la
oportunidad de despedirme de mi padre en es ta hora trágica, abrazándole
serenamente. Luego recordé que tenía oculto un billete de cinco quetzales
y antes que se marchara se lo di.
Un día antes de la ejecución llegó mi madre al centro penal.
- ¡Hijo de mi alma! -me dij o al verme- ¡he
solicita do verte porque anoche supe que los van a
matar, que han confirmado la sentencia, que
mañana van a morir ... ! ¡Esos bárbaros no tienen
compasión!. Ustedes no son mala gente; lo sé, lo
he comprobado, les conozco. Te digo que es hasta
hoy que comprendo cuánta razón tenés de no
apreciar a los curas y a los militares que tenemos.
Hoy sé por mi propio dolor que son malos. Vengo
de un gran Te Deum que el señor Arzobispo ha
oficiado y él, allí, ha pedido al gobierno que los
fusilen; y ¡lo van a hacer mañana a las seis en
punto ... !. Tengo mi cabeza aturdida, no encuentro

285
la fe, ya la estoy perdiendo pues todo lo que veo
que sucede es altamente criminal.

"¡Asesinos!", gritó frente a los guardias. Los soldados al oírla


palidecieron.
-¡Señora, debe retirarse, ya ha terminado su
visita, debe irse! -le ordenaron.
-Está bien -contestó.

Y alzando su mano hizo el signo de la cruz y se alejó llorando.


[Antonio Obando Sánchez 1: 95-96]

... A la cuarta descarga sí me hirieron, a la altura del pecho, pero


felizmente no de adelante para atrás sino de lado, por la postura que
adopté al sonar la voz de "¡Fuego!". Los tiros me atravesaron la tetilla y
el brazo izquierdos. Para mí la herida fue sabrosa, pues al salirme la
sangre a borbotones se me alivió la presión que las ataduras de los brazos
me hacían.
Y o no me acordé ni de bajar san tos del cielo ni de nada. De m1
madre sí me acordé. Pero más que todo, no sé por qué, aún allí y en
aquella situación, yo sentía que iba a salir de aquel lío, que no me iba a
morir allí. De todas maneras caí, pataleando por la fuerza de los
impactos. El ruso no cayó, aunque fue herido también, en el pecho o en
un hombro. Cuando unos policías del pelotón llegaron a ayudarme a
incorporar, yo ya estaba otra vez de pie. "Puta, les dije, así no vamos a
terminar nunca". No sé de dónde me salía aquella serenidad, aquel
sentimiento de invulnerabilidad. Vino otra descarga. Aquí sí me dieron
bien. Sentí varios golpes en el cuerpo y como un timbrazo, un como golpe
eléctrico en toda la cabeza. Después vi una luz intensa y perdí el sentido.
[Miguel Mármol 1: 136]

286
A las seis de la mañana del día siguiente, se nos sacó del local donde
habíamos pasado la noche y se nos colocó frente al paredón donde íbamos
a ser ejecutados. Todos los compañeros estábamos para el fusilamiento ...
Creo que el único que no estaba ahí era Wainwright: lo tenían en una
bartolina.
Villagrán, Cu mes, "El Sordi to" Del Pin al, Obando Sánchez,
Chigüichón. Los compañeros y yo estábamos en el paredón. Éramos trece
los procesados y dos anarquistas que no sé cómo se llamaban.
[Miguel Ángel Vásquez l]

Al despertar estaba de bruces, manando sangre de la cabeza. Mi pen-


samiento estaba claro. El cuerpo del ruso estaba sobre el mío y todavía
goteaba sangre caliente. Cerré los ojos e hice lo posible por respirar sin
ruido, aunque me salía sangre por la nariz. Oí que el camión calentaba el
motor, pero lo peor vino cuando pude oír que el bandido del capitán
Alvarenga ordenaba que le dieran el tiro de gracia a cualquier cuerpo que
diera señales de vida. A Bonilla y a Bondanza los encontraron todavía
vivos. Oí la voz de Bondanza que decía:
-Mátennos de una vez, hijos de puta, con un
chorro de tiros.

Bonilla gritó:
-¡Viva la Internacional Comunista, viva el Partido
Comunista Salvadoreño, viva la Unión Soviética,
vi va el camarada Stalin, mu era el general Martí-
nez ! .

Y Bondanza contestaba. A mí me dieron ganas de contestar también,


pero me contuve. Los policías los insultaron y les dispararon repetidas
veces. Luego llegaron hasta donde yo estaba tendido ...
[Miguel Mármol 1: 136]

287
Estando ya listos para el fusilamiento, el director del penal salió a recibir
una "llamada telefónica urgente". A los pocos minutos de ir, siempre
corriendo, el director llegó, esta vez sonriendo, con los ojos iluminados
de alegría y nos dijo:
- ¡Muchachos ... se han salvado! ¡Queda en suspen-
so la ejecución de todos ustedes; ya tengo orden de
desalojar del centro penal a toda la tropa que está
en cuadro para la ejecución!

En efecto, después de felicitarnos se alejó y le vimos pocos


momentos después en el desfile de la tropa que, encabezada por nuestra
insignia patria, se dirigía hacia su cuartel.
Cuando todos los reos se dieron cuenta que no seríamos fusilados,
prorrumpieron en exclamaciones de desbordante júbilo y no parecía sino
que la naturaleza se adhería a ese contento luciendo su más luminoso sol
mañanero. ¡Eran las 7:00 horas del 16 de febrero!
[Antonio O bando Sánchez 1: 98-99]

... Levantaron el cuerpo del ruso, que no dio señales de vida. Un policía
me iba a tirar a mí, oí cómo el cerrojo del fusil cortó el cartucho, pero el
otro dij o:
-Eso es gastar pólvora en zopes ¿no ves que tiene
los sesos de fuera? Lo que podemos ver es si tiene
dinero.

Al ruso, después me di cuenta, un balazo en la frente le había


abierto la cabeza y le había saltado los sesos y parte de la masa de sus
sesos me cayó a mí en la cabeza y parecía que eran mis sesos salidos por
las heridas sesgadas que tenía en ambas sienes. Me rompieron el pantalón
buscando pista. Yo sólo tenía 80 centavos que era lo que me había
quedado después de que mandé al traidor Escobar a comprar guare. El

288
capitán Alvarenga ordenó que le cortaran las pitas de amarre a todos los
cadáveres, para que los enterradores los pudieran arrastrar mejor a la fosa
al día siguiente. Entonces fue que machetearon todo el cadáver de
Granillo. Luego siguieron cortando los amarres a puros machetazos. Me
hirieron seriamente en los dedos y en el brazo que de todas maneras ya
tenía muerto por las heridas de la fusilada. En ton ces se fueron por fin.
Para mí habían pasado los siglos y había vuelto a nacer cuando oí el
camión bastante lejos, me incorporé dificultosamente y fui a ver si no
había algún otro camarada vivo como yo. Todos estaban bien muertos. Me
llevé el sombrero café, nuevecito, de Serafín G. Martínez, porque nunca
me he acostumbrado a andar sin sombrero.
[Miguel Mármol 1: 136]

* Muerte de Juan Pablo Wainwright.


Guatemala.
18 de febrero de 1932

El tirano, cumplió la promesa que hizo al leer la famosa hoja suelta, por
lo que Wainwright fue fusilado. Antes, le había escrito a Ubico,
diciéndole que fuera a la prisión porque tenía cosas importantes que
informarle. El dictador llegó a la penitenciaría. Esa reunión fue en la di-
rección del centro penitenciario. Según dicen los que estuvieron presen-
tes, hubo una discusión entre los dos, y Wainwright le escupió la cara al
tirano, por lo que se había despedido violentamente de ahí ¡Parece que los
custodios golpearon brutalmente a Wainwright! Ya que lo sacaron de la
dirección, cuando terminó la plática con Ubico, lo colocan en una celda
aparte, ya no junto con nosotros. El día siguiente, fue fusilado en el patio
de la prisión.
La pena de muerte, fue realmente una exageración ... Precisamente,
porque Ubico quería poner un ejemplo, ¡Y la prueba es que no había

289
ninguna razón para ello!
[Miguel Ángel Vásq uez]

Fue decisiva la solidaridad internacionalista que nos brindó el pueblo


mexicano para evitar el fusilamiento, aunque Wainwright no se salvó.
Muchos obreros se concentraron alrededor de la embajada de Guatemala
en el Distrito Federal, y no precisamente en manifestación pacífica.
Amenazaron al Embajador con prender fuego al edificio si se cumplía la
ejecución. La solidaridad de México influyó mucho, al grado que la
sentencia se modificó. Acordaron condenarnos a 15 años de prisión.
[Luis Chigüichón: 384]

Cuando pasaba frente a nuestras celdas, escuchamos que Wainwright se


dirigía a nosotros:
-¡Sostengan la verdad; ustedes no han hecho el
volante de los mili tares, he sido yo!

Al mismo tiempo oímos los cintarazos de las espadas que caían sobre
la espalda de él.
Esa misma noche, con un Gillete, se cortó las venas del brazo con
ánimo de suicidarse; su sangre, al derramarse salió de la celda y el
soldado de guardia dio parte. Lo llevaron a la enfermería, en donde
lograron detener la hemorragia. Desde ese momento estuvo amarrado y en
otra celda con doble guardia, en espera del pelotón de fusilamiento. Antes
de morir frente al pelotón tuvo fuerzas para gritar:
-¡Viva la Internacional Comunista! ¡Viva la clase
obrera! ¡Abajo el capitalismo y sus lacayos ... !

Días después v1 en la pared de la celda donde intentó suicidarse,

290
estas palabras escritas de su mano: "Viva la Internacional Comunista".
[Antonio Obando Sánchez 1: 103-104]

Wainwright, pertenece a los militantes que abandonan todo bienestar


personal y se lanzan resueltamente a la lucha contra el imperialismo y las
oligarquías reinantes. Fue un luchador abnegado y valiente. Es sabido que
entre los militantes de un país, quien desarrolla actividades con mayor
rigor y entusiasmo, quien con nobleza y sinceridad ayuda a sus com-
pañeros de lucha, conquista afecto y estimación. Y eso pasó con Wain-
wright. Su casa en San Pedro Sula era albergue de los compañeros, toda
vez que lo necesitaban. Su automóvil estaba a la disposición de los
organismos sindicales y políticos para el desarrollo de las actividades y
en fin, fue el militante que no escatimaba nada que fuera en provecho de
la lucha revolucionaria.
Siempre orientaba con sus consejos, con sus palabras de estímulo y
aliento, así como también propiciaba discusiones orientadoras. Conocía
a fondo los problemas sociales de Honduras y demás países centroamerica-
nos. Desde que se incorporó al movimiento revolucionario, año de 1928,
determinó el rumbo de la vocación que le inquietaba. Nació Wainwright
el año de 1894 en Santa Bárbara, Honduras. Hijo de familias distinguidas
tanto por su origen como por su desahogada posición económica. Su padre
de origen inglés y su madre hondureña.
[G raciela A. García, 1: 29]

* La matanza en El Salvador

A duras penas y con la sensación de estar naciendo de nuevo, comencé a


alejarme del 1ugar del fusilamiento. A travesé con sumo cuidado u na milpa,
tratando de no alarmar demasiado a un perrito que ladraba por ahí.

291
En realidad ni sabía cuántas heridas tenía encima. Yo tenía miedo
que al detenerme o caerme, la sangre que botaba se empozara y quedara
como huella. Silenciosamente di un nuevo rodeo y así pude llegar a un
filón del Cerro de San Jacinto que nacía allí. Cuando comenzaba a trepar,
me salió un perro ladrando: pude distinguir que muy cerca había un
ranchito. Con la bulla del perro salieron del rancho hombres armados con
escopetas y por supuesto yo pensé que eran patrulleros o guardias.
Uno de los hombres fue al interior del rancho y trajo un candil de
gas para alumbrar y cuando la luz me dio, todos se asombraron. Uno dijo:
-Compañeros, es el camarada Mármol a quien
tenemos aquí.
[Miguel Mármol 1: 136-137]

Si bien en Guatemala la represión fue un desastre, en El Salvador no tuvo


medida. En un principio, no sabíamos realmente, el tamaño de lo que
estaba pasando en El Salvador. Fue precisamente en la cárcel de Guatema-
la, por algunas cosas que lograba leer en la prensa, que empecé a ver la
realidad, además de las noticias que me comentaban algunos amigos que
llegaban a visitarme -pero fueron muy raros, los amigos que iban a la
Penitenciaría-. Sin embargo, desde la prisión en Guatemala me fui dando
una idea más clara de lo que pasaba entonces, ¡la situación era más crítica
de lo que se pensaba!
Ya desde antes, por amigos y compañeros que pasaban de El
Salvador a Guatemala, se veía mucha agitación. ¡La insurrección se llevó
a cabo por hambre del pueblo, no por otra cosa! Porque los dueños de
grandes fincas, sobre todo de café, trataban de una manera bestial al
pueblo: los bajos salarios, los golpes, los engaños ... ¡En fin!, había
agitación por hambre, ¡de desesperación del pueblo! Ante esta situación,
el Partido no tiene más remedio que ponerse al frente de esa desesperación
popular. .. Sólo que se veían limitados: incluso a Agustín Farabundo
Martí, que era el jefe por ser el más preparado de todos, todavía le faltaba

292
mu cho para poder enfrentarse a esa insurrección. Los camaradas tuvieron
ofertas de entregas de armas por parte de algunos miembros del ejército,
sobre todo, de soldados. Pero eso no se logró porque, cuando los citaron
para la entrega de las armas, fueron masacrados. Eso me da una muestra
de que el movimiento había sido traicionado, y de que se encontraba
acorralada la dirección. Cuando capturan a Agustín, lo agarran junto a los
dos estudian tes que formaban parte de la dirección: Luna y Zapata.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Propuse que me dejaran descansar cerca de su rancho abandonado y que


me recogieran al amanecer.
Así comencé a convalecer, gracias al amoroso cuidado de aquellos
compañeros campesinos, la flor del pueblo. Comenzaron a llegarme
noticias, pese a que la zona estaba supervigilada por el enemigo.
Lo más tremendo para mí en aquellos días eran las descargas
cerradas que se oían al anochecer: vidas de camaradas y personas
inocentes que no iban a tener mi suerte. Nosotros habíamos sido solamente
algunos de los primeros fusilados. Los asesinatos continuaban en gran
escala.
En ocasiones ni s1qu1era las voces daban los Guardias y de una vez
dejaban ir los plomazos. Hasta perros y gatos amanecían muertos por la
culpa de la Ley Marcial. Tan es así que toda una generación de borrachi-
tos noctámbulos de San Salvador desapareció en menos de una semana bajo
el fuego de los retenes y los resguardos. Entre ellos recuerdo al famoso
Chumbulún, vecino de La Tiendona, bolito patero, a veces muy simpático
y a veces muy malcriado, que amaneció serenado una mañana de aquellas.
[Miguel Mármol 1: 138]

293
* La muerte de Martí

Mi madre llegó a visitarme. En los minutos que teníamos me dijo:


-¿Sabes? Hoy me enteré que a tu amigo Agustín, lo
fusilaron.
-¿¡Cómo!?
-Sí. Lo fusilaron.
-¡Qué crimen!

Eso fue todo, porque nunca volvimos a hablar de eso. Las cartas que
me mandó Agustín quién sabe dónde pararon. No sé, n u nea me dij e ron
dónde las dejaron ...
[Miguel Ángel Vásquez]

Una amarga noticia llegó días después a terminarme de fregar la vida, al


grado que casi me olvidé de mi penoso estado y de mis propios dolores:
había trascendido a conocimiento público que Farabundo Martí, Alfonso
Luna y Mario Zapata habían sido condenados a muerte por un tribunal
militar y que el tirano Martínez les había negado el indulto. También llegó
a mis oídos que en !zaleo había sido colgado el gran líder indígena
Feliciano Ama y que en Sonsonate habían fusilado sin juicio a mi
camarada Francisco Sánchez. Casi inmediatamente después se confirmaron
estas noticias por la prensa. Los detalles de la muerte de Martí, Luna y
Zapata, me hicieron pedazos el corazón de comunista. Murieron como
vivieron: fieles a sus convicciones, al Partido y al pueblo. los periódicos
decían que Martí había rehusado a defenderse ante el Tribunal Militar
porque no se quería acoger a las leyes contra las que luchó toda su vida,
que se negó a confesarse con un cura católico y que antes de morir había
aclarado que consideraba al general Sandino el mayor patriota del mundo.
[Miguel Mármol 1: 140]

294
* Pero la noche, apenas comienza.
Guatemala y El Salvador.
1932-1933

Aún con nuestra prisión, el régimen no estuvo con ten to, ¡no le fue
suficiente! Hubo una gran persecución de los elementos de los Partidos
que estaban en contra de Ubico. Hubo mucho político preso, pero burgués.
Los acusaban de que también habían ayudado a los movimientos de
agitación, ¡y no era cierto! Bueno, los tipos hablaban o escribían en
contra del gobierno, y Ubico tenía muchos enemigos políticos, por lo que
se atiborraron 1 las cárceles de toda clase de elementos. Entre ellos, cayó
Bernardo Al varado Tello, ¡lo tuvo preso Ubico, y lo mandó rapar! ... fue
un gran tipo, una clara inteligencia; buen orador, que nos hablaba con una
magnífica fluidez, por lo que era agradable oír una conferencia suya. A
otros, no lograron capturarlos vivos: los cazaron. Hubo muchos crímenes.
De entre tantas brutalidades, se destacó el caso de dos estudiantes de
Derecho, formidables, que cayeron cuando estábamos presos en la
Penitenciaría. Uno de los dos, se destacaba como buen orador 2 • Ellos
organizaron, con gen te enemiga del gobierno, un complot para liquidar a
Ubico. Ya presos, se dio la ocasión de sacarlos a declarar, pero los
ametrallaron a los dos ... ¡Fue una barbaridad de gente que mató Ubico!
[Miguel Ángel Vásquez]

Las acciones de la insurrección popular se llevaron a cabo principalmente


en el occidente del país, como es sabido. En Tac u ba se asaltó la Guardia
Nacional y se tomó el pueblo por uno o dos días, instaurándose un soviet
local. En Ahuachapán las masas sitiaron el cuartel departamental y

'Llenaron.

2
Tal vez, Miguel se refiere a Bernardo Gaytán, estudiante antiubiquista y Secretario General de la Juventud Comunista, quien fue fusilado
en la misma Penitenciaría, durante 1933. Ver, OBANDO SÁNCHEZ, 1978: 80-81 y 108-109.

295
planearon un duro combate, pero no se logró dominar la situación. La
acción más grande fue la de Sonsonate, donde los campesinos se tomaron
el edificio de la Aduana y varios otros puntos estratégicos. Se asaltó el
cuartel del Regimiento Departamental pero el fuego de la ametralladoras
nos hizo mucho daño. Sin embargo, diecisiete de nuestros combatientes
lograron penetrar al cuartel a puro machete, pero por la falta de apoyo
con un buen volumen de fuego fueron aislados del resto de la masa y
fusilados en plena acción.
[Miguel Mármol 1: 159]

* El encierro y la masacre.
Guatemala-El Salvador.
Febrero-noviembre de 1932

Las torturas fueron antes de la sentencia de muerte, para hacernos


confesar. Después ya no se nos tortura, pero nos intimidaban abriendo las
bartolinas en la madrugada, porque, a esa hora, esperaba uno ir a que lo
torturaran. A veces no nos hacían nada, pero lo hacían para amedrentar-
nos. Nosotros estuvimos presos en la Penitenciaría Central. Le habían
puesto un nombre, como aquí a Lecumberri 3 ••• no me acuerdo, pero era
algo de horror.
[Miguel Ángel Vásquez]

Sonsonate es la tercera o la cuarta ciudad de El Salvador en orden de


importancia. En Juayúa se tomó el cuartel local, se instauró el Soviet y
por tres días la bandera roja ondeó allí al lado de la bandera de El

'El Palacio de Lecumberri fue, durante muchas décadas, la prisión. Ubicada al oriente de la Ciudad de México, remodelada y acondicionada,
hoy funciona como el Archivo General de la Nación.

296
Salvador. Con la represión posterior creo que ninguno de los miembros
del Soviet de Juayúa sobrevivió. Como dice el tal Pedro Geoffroy en uno
de sus poemas: "Al primer Soviet de América, lo hicieron mierda a
balazos". Tanto habló de mierda Pedrito en sus versos que terminó
bañándose en ella.
[Miguel Mármol 1: 159]

Con la pesada carga de pesadumbre del fusilamiento de Wainwright se


inició nuestro largo cautiverio. Por suerte me tocó ser compañero de celda
del licenciado Miguel Ángel Vásquez. Fue para mí no sólo un compañero
sino también un maestro; me explicó muchas cosas, que poco a poco fui
asimilando. Era el único a quien su familia llevaba portaviandas diaria-
mente, que él compartía con nosotros.
Nuestra situación era de rigurosa abstinencia de lectura, situación
que duró dos años, en los que no leímos la prensa y mucho menos libros.
[Antonio Obando Sánchez 1: 104]

En !zaleo un contingente de unos dos mil camaradas se tomó el pueblo


durante tres días y tres noches y sólo mediante el ametrallamiento y
bombardeo aéreo fue que dicho contingente se retiró, dispersándose.
Nahuizalco se tomó por completo, por un período igual. En Teotepeque las
acciones estuvieron dirigidas por el padre de Farabundo Martí, quien
comenzó por tomarse la Alcaldía a punta de pistola. Nuestras fuerzas se
posesionaron asimismo por breve tiempo de Tacuba, Ataco (que era el
pueblo natal de los compañeros Cuenca, cuyo padre y hermanos menores
fueron ahorcados 1u ego por el Ejército y las llamadas Guardias Cívicas),
Salcoatitlán, Colón, Sonzacate, Turín, San Julián (que fue seriamente
bombardeada y ametrallada por la aviación del régimen) y estaban listas
para caer sobre Armenia y Ateos.
Se trataba de borrar todo vestigio de organización popular eliminan-

297
do físicamente la militancia real o potencial de las organizaciones
democráticas y populares, incluidas las menos radicales. Y se trataba de
hacerlo para siempre, para crear una desolación que durara años y años.
Los primeros días murieron cerca de dos mil hombres diarios y luego se
siguió asesinando al por menor durante dos o tres meses, en toda la
República.
[Miguel Mármol 1: 159]

Hubo un caso raro: a nosotros los comunistas, nos tenían aparte de los
presos comunes, y al final del corredor donde estaban las prisiones de
nosotros, se encontraba aislado un loco; le decían Tata Dios 4 . Era un
asesino, creo que llevaba veinticinco o treinta gentes asesinadas, y por
eso lo tenían aislado. Él tenía arreglado una especie de cuarto especial,
donde vivía. Tenía su cocinita, su cama donde dormía y todo, pero estaba
completamente aislado. Con él, logré hacer amistad, ¡me llegó a querer
mucho Tata Dios! En la prisión, los reos acostumbraban guardar algo de
la comida del día y, al día siguiente, la usaban para hacer lo que llamaban
calienta, el desayuno: calentar lo que les había sobrado del día anterior,
sumado a la nueva ración. Entonces, el muy asesino de Tata Dios me
invitaba a comer la calienta con él. En una de esas ocasiones, me dijo:
-Mire licenciado, le voy a suplicar una cosa ...
¿cómo decirle? ... cuando usted me vea con algunas
copas ...

¡Porque le metían aguardiente para azuzarlo contra nosotros!


- ... no se acerque, no venga aquí.
-¡Bueno, le dije, gracias!

Y así pasó. Muchas veces decían:

'Se trata de Roberto Isacs, jefe de los celadores de Ja Penitenciaría Central (OBANDO SÁNCHEZ, 1978: 104).

298
-¡Tata Dios está bebiendo, se está emborrachan-
do ... !

Y yo no me acercaba a su bartolina. La verdad, no supe que sería de


él, si siguió preso después del gobierno de Ubico ... ¡quién sabe! Creo que
sí, ha de haber muerto en la cárcel, ¡debe haber tenido una sentencia
enorme ... Tata Dios!
Como la cárcel era especial, había un corredor grande al lado de las
celdas. Ahí nos sacaban todos los días, en las mañanas, a hacer ejercicios
militares. Sobre todo, nos ponían dos horas diarias de marcha.
[Miguel Ángel Vásquez]

El terror era, pues, tremendo. Además, en cada localidad se organizaron


guardias blancas ,contrarrevolucionarias llamadas "Guardias Cívicas",
formadas por elementos burgueses, oportunistas, delincuentes o fanáticos
reaccionarios que se encargaron de localizar y entregar a los cuerpos
armados a las personas clasificadas anteriormente como comunistas o
progresistas, y asimismo de cometer por la propia mano asesinatos, robos,
violaciones, torturas, etcétera, en contra de las capas humildes de la
población.
Ni se diga de la cantidad de odios y pleitos personales que se
zanjaron por estas vías cobardes.
[Miguel Mármol 1: 160]

Al reanudarse nuestro con tacto con los familiares, al permi tírsenos las
visitas, nos fue posible saber algo de lo que sucedía en el país. Ese clima
espantoso, unido a la aglomeración en que vivíamos provocaba hasta
disgustos entre nosotros. Los capataces y celadores, que encabezaba Tata
Dios (Roberto Isacs), hacían de nuestra vida un martirio. Los familiares
luchaban por lograr la libertad de los presos que involucraron en nuestro

299
caso. Algo iban consiguiendo porque mi padre, entre otros, salió libre.
Al finalizar el año sólo quedábamos como cuarenta, y a los dos años,
sólo catorce.
[Antonio Obando Sánchez 1: 104]

* La noche llega también a Honduras

Cuando mi hermano F. Armando A maya regresó de la Unión Soviética, el


año de 1932, postrimerías del gobierno del doctor V icen te Mejía
Colindres, al desembarcar en Puerto Cortés, fue detenido por las
autoridades del mencionado puerto y con ese motivo mi compañero José
y yo nos dirigimos a ese lugar.
Los autobuses que iban hacia la Costa Norte se detenían en
Zambrano donde Elena, la compañera del general Carías, tenía un
restaurante para que. los pasajeros tomaran allí sus alimentos. José, mi
compañero, se dirigió al restaurante a desayunarse y yo me quedé en el
autobús.
Y el entonces candidato a la presidencia de la República, general
Tiburcio Carías Andino, subió al camión y se sentó a mi lado, pues me
manifestó que quería conversar con migo.
-Ya sé -me dijo-, que va a hacer gestiones en
compañía de José a Puerto Cortés, donde su her-
mano está prisionero. ¿Qué necesidad tienen de
andarse molestando por esa causa? Yo no sé cómo
están ustedes metidos en una lucha tan descabel-
lada. Si yo llego a la Presidencia, por todos los
medios posibles trataré de reprimir todo lo que se
refiere a esas actividades tan torpes. Y le aseguro
que si ustedes dejan esas ideas y llego a la Presi-
dencia, como es casi seguro, usted y toda su

300
familia estarán mu y bien.
-Pero general, en todos los países los elementos
progresistas luchan por el bienestar de los pue-
blos, luchan contra los explotadores. Y si usted,
como dice, trata de impedir que se defienda al
trabajador, tendrá el repudio y la animadversión
de la mayoría de los hondureños.
-No me importará. Pero no permitiré que en el
país se propaguen ideas exportadas de otros luga-
res. Por ociosos los castigaré enviándolos a la
cárcel o fuera de Honduras.

Y tal como lo expuso, lo cumplió, ya que desde el inicio de su


período clausuró las organizaciones sindicales, políticas y culturales que
hacían propaganda revolucionaria y fue cuando el Partido Comunista se
vio obligado a trabajar en la clandestinidad, siendo encarcelados,
asesinados y deportados infinidad de militantes revolucionarios.
[Graciela A. García: 45-46]

Las mayores masacres colectivas se dieron en Soyapango (donde se fusiló


a la mayor parte de los prisioneros capturados en San Salvador y en
Oriente), Ilopango, A sino (igualmente), el Playón (C uj uaoa) donde
mataron a un gran contingente de camaradas o simpatizantes capturados
en distintos puntos del país y de una vez, por puro sadismo, a todos los
presos comunes que trabajaban forzados en una carretera que pasaba por
allí; En Santiago Texacuangos, en Colón, Comasagua, Tacuba, Izalco,
Juayúa, Salcoetitán (donde asimismo se ametralló a una gran multitud
congregada en la plaza pública), Zaragoza, Teotepeque, Jayaque,
alrededores de Santa Tecla y Ahuachapán.
En Armenia, un general de apellido Pinto mató personalmente a 700
campesinos después que sus soldados los obligaban a abrir la fosa, uno por

301
uno. El general Ochoa, gobernador que fue de San Miguel, obligaba a los
capturados a caminar de rodillas hasta donde estaba él sentado en una
silla, en el patio del cuartel, y les decía:
-Vení, olé la pistola.

Los reos le suplicaban por Dios y por sus hijos, le lloraban y le


imploraban, pues antes de entrar al patio habían oído los disparos
intermitentes. Pero el bárbaro general insistía y convencía:
-Si no olés la pistola es que sos comunista y tenés
miedo. El que nada debe, nada teme.

El campesino olía el cañón y ahí mismo el general le pegaba el


balazo en la cara.
-Que pase el otro -decía luego.
[Miguel Mármol 1: 160-161]

Pasó el tiempo con esos ejercicios marciales que nos obligaban a realizar.
La mayor parte del tiempo, sin hacer nada, porque cuando mucho, nos
dejaban leer la prensa ... pero nada más. En ese tiempo mi familia andaba
gestionando mi libertad y me dijeron que habían llegado peticiones en ese
sentido, sobre todo de Centroamérica, de conocidos de mi padre. Creo que
estas amistades de papá tenían que ver con la cuestión masónica: amigos
de él de Centroamérica. Pero hubo de todas las tendencias ya que fueron
muchas. Creo que una de las más importantes fue la de los abogados, la
del Foro de Abogados de Guatemala que pidió la suspensión de la
ejecución, y después mi libertad ... además de los estudiantes, que también
la pidieron ... ¡En fin!, muchas peticiones que estaban dirigidas a la
presidencia de la república.
Pasaron los días, los meses y, como al año de estar ahí, llegó mi
madre a visitarme desde El Salvador. Me dijo que había hablado con el
general Ubico, y que éste le había prometido mi libertad, siempre que

302
saliera de Guatemala y del continente americano, ¡que me fuera para
Europa! Cuando se conoce en la Penitenciaría el que me conmutan la
prisión, los compañeros sólo me dijeron que se alegraban de que me
sacaran, porque sabían que saliendo, haría gestiones internacionales para
obtener su libertad. Después ya no tuve contacto con ningún miembro del
Partido de Guatemala, ni aún fuera, en Europa, recibía cartas de ellos.
Como se sabe, Obando Sánchez me toca como compañero de celda desde
el proceso, hasta que salí de la cárcel. Lo único que hizo fue felicitarme,
y decirme que creía como los demás compañeros, que mi libertad serviría
para la suya ...
[Miguel Ángel Vásquez]

El famoso "héroe" de la lucha contra Martínez en 1944, el coronel Tito


Tomás Calvo, fue el verdugo de Izalco y tenía una variante hija de puta
con respecto al truquito del general Ochoa. Cuando llegaba el campesino
preso y amarrado, le decía:
-Abrí la boca y cerrá los ojos, a ver cómo tenés
las muelas.

Simulaban que era un examen físico para el reclutamiento forzado.


Cuando el hombre abría la boca, Tito Calvo le daba un tiro en el paladar.
Este mismo Tito Calvo ametralló la iglesia de Concepción de Izalco,
que era un simple ranchón con atrio, a más de 200 personas de una sola
vez, la mayor parte mujeres y niños. En Chanmico y Las Granadillas, los
Guardias Nacionales incendiaron todos los ranchos en una zona de veinte
kilómetros a la redonda y violaron a todas las mujeres mayores de diez
años.
A un camarada de Nahuizalco lo ahorcaron en presencia de su
familia y luego los soldados lanzaban el cuerpo al aire tomándolo por los
brazos y las piernas y otros lo recogían aún en el aire, enganchándolo con

303
las bayonetas.
[Miguel Mármol 1: 161]

La ya para entonces férrea dictadura encarcelaba ciudadanos hasta srn


motivo alguno. Veía complots por todos lados. Por ello encarceló al
doctor Escobar y al licenciado Rodrigo Robles Chinchilla; a Eugenio
Truj illo, Luis de León, Federico Calderón, J acobo Sánchez, Hum berto
Molina, Luis Sánchez Batén, Leopoldo Pimentel, José Rodríguez y a
muchos más acusados de colaborar en los distintos conatos de derrocar al
tirano.
Un caso curioso fue el de Octavio Porras, éste era oficial de la plana
mayor, de temperamento festivo y chancista. Contaba que a él lo
apresaron tan sólo porque repetía los chistes en los que Ubico aparecía
como chiclán (así le llaman en Guatemala al que sólo tiene un testículo)
y por ello de Ubico no hubo descendencia.
Jacobo Sánchez y Luis Sánchez Batén fueron leyfugueados.
Humberto Molina y otros más fueron fusilados ante nosotros al pie del
árbol conocido como el "cush".
[Antonio Obando Sánchez 1: 107-108]

En Izalco, para el ahorcamiento del respetado líder indígena Feliciano


Ama, llevaron a presenciar el espectáculo a los niños de las escuelas,
"para que no olvidaran lo que les pasa a los comunistas que osan
levantarse contra sus patrones y las autoridades establecidas". La aviación
pasó días y más días ametrallando las zonas rurales: persona que se movía
era persona que hacía escupir fuego a los aviones. La gente de Feliciano
Ama en los alrededores de !zaleo fueron masacrados así por medio de la
infantería punitiva.
[Miguel Mármol 1: 161-162]

304
A Bernardo Gaytán le llamábamos Nayito por chaparrito. Era un muchacho
inquieto por naturaleza y también por naturaleza, rebelde. Odiaba cuanto
oliera a dictadura y como era natural adversaba a Ubico y al ubiquismo.
Por ello se involucró en el caso de Max Aldana, obrero mecánico, al que
se acusó de fabricar una bomba que simulando una piedra fue colocada en
la carretera hacia Amatitlán -cuyo lago era el paseo favorito del
tirano-, que por cierto fue accionada fuera de tiempo y no logró el fin
perseguido.
La furia del autócrata no conoció límite. El encarcelamiento y tras
él la más espantosas torturas pusieron de manifiesto los bastardos
sentimientos y lo sombrío del alma de Ubico y el ubiquismo.
Ningún hogar ni persona se sentía segura.
A Nayito lo acusó la policía de tener en su poder una bomba (¡claro,
estaba de moda!) y la presentó como prueba, que por cierto no convenció
a nadie, menos a los jueces. A sí, con ese fatídico cargo vivió aparen-
temente olvidado por espacio de año y medio.
Un día Ubico visitó el presidio y viendo a "Nayito" dijo:
- ¡Y a ese toda vía lo tienen vivo!
-Sí señor -contestó el director de la Peniten-
ciaría.

Dos días después "Nayito" fue llevado al patio, se formó el cuadro


de soldados y los presos presenciamos su fusilamiento.
[Antonio Obando Sánchez 1: 108-109]

305
* Vásquez rumbo al destierro.
Ciudad de Guatemala/Puerto de Champerico.
Diciembre de 1932-4 de enero de 1933

A finales de 1932, se me notificó que sería puesto en libertad, que


arreglara mis cosas. Se me dijo que saldría acompañado de un oficial, un
militar que me acompañaría hasta el puerto de Champerico. De la Capital
hasta la costa, me acompañaron mi padre, mi hermano y una amiga, una
amante con la que vivía ... actualmente habita en los Estados Unidos, y no
puedo decir su nombre. Esta amiga fue la única mujer con la que mantuve
una relación formal, más estable. Probablemente, en otras circunstancias,
habría llegado a ser la compañera de mi vida ... era lo más seguro. En ella
encontraba fidelidad, sobre todo, y que no era enemiga de mis ideas,
aunque tampoco había mayor convergencia. Ella también era de extracción
pequeño burguesa y salvadoreña, y tal vez por ser paisanos, había también
identificación. La despedida fue ... ¿cómo decirlo? ... ¡pues solamente,
darnos un abrazo! Mi padre y los demás, me dijeron que esperaban que me
fuera bien, que fuera pronto el retorno. Sin embargo, desde que salí sabía
que era muy difícil mi regreso a Guatemala.
Los camaradas quedan presos y cumplen su sentencia: los quince
años.
[Miguel Ángel Vásq uez]

Como dijo más o menos Marx, acerca de la represión llevada a cabo contra
los comuneros parisinos "la burguesía se vengó de manera inaudita del
miedo mortal que había pasado". No se vengó del daño real que le
hicimos, porque no le hicimos apenas ninguno.
[Miguel Mármol 1: 166]

306
* Hacia el tercer exilio.
1 ° de febrero de 1933

En el camino a Hamburgo tocamos puertos de Holanda y entonces preferí


quedarme en Rotterdam. Éste me quedaba más cerca para ir a Bélgica, a
donde tenía que dirigirme, ya que en mi pasaporte estaba señalado ese país
como final del viajecito. En Bélgica, al llegar a Bruselas, busqué una
pensión, y fui a una que estaba manejada por una familia de españoles.
En Bélgica, hice varios amigos. Pero, en general, eran gente sin una
tendencia política definida, tanto los obreros, como los rentistas. Entre
ellos, había quienes tenían una idea muy vaga, que hablaban bien de la
Unión Soviética ... Pero, en realidad, no hubo ninguna persona en
especial. Mi idea, en ese momento, era conocer un nuevo idioma y, si era
posible, estudiar alguna materia: sobre todo, me gustaba la Economía.
Cuando llegué a Bruselas, me inscribí en la Universidad, para tomar un
curso sobre Economía Política. De los maestros, no hubo ninguno que me
impresionara en especial ya que, la mayoría de esa gente, era antisoviéti-
ca. Había un compañero de estudios que parecía ser obrero belga, ¡pero
era muy escurridizo!, nunca pude hacer amistad con él. Además de las
clases en la Universidad, visitaba mucho la Biblioteca Nacional de
Bruselas, diariamente, y en eso pasé el tiempo. Mi hermano Marco
Antonio, el médico, me sostuvo allá como dos años.
[Miguel Ángel Vásquez]

Y es que la gran verdad, la verdad de fondo, es que estas treinta mil


muertes no estuvieron dirigidas exclusivamente contra nosotros, no
estuvieron dirigidas a propiciar la destrucción del Partido Comunista de
El Salvador, del partido que existía en 1932.
Ese gran crimen se hizo para traumatizar y mutilar al pueblo
salvadoreño para un largo futuro, para asegurar las condiciones del
dominio oligárquico-imperialista en el país; para instaurar una "paz de

307
cementerio" que fuera la base de una férrea dictadura militar como la de
Martínez, que por cierto duraría nada menos que trece años.
[Miguel Mármol 1: 167]

Ahora bien, desde el año 193 3, en que se inició el funesto período


presidencial del general Tiburcio Carías Andino, fueron clausuradas
violentamente todas las organizaciones. Pero en la mayoría de los
trabajadores siguió latente el deseo y la conveniencia de reorganizarse. Y
así fue como existieron numerosos grupos de obreros, que en forma
clandestina se organizaron y que discutían y estudiaban tanto los
acontecimientos nacionales como los problemas que en esa fecha agitaban
al mundo.
[Graciela A. García: 87]

Nosotros en Guatemala estuvimos presos, en las condiciones descritas, de


1932 a 1944 .. Esa monotonía, ese tedio, se rompieron ante otro mal -si
así puede llamarse--, que vino a golpearme en forma violenta haciendo
que, por lo menos durante unos días, la fiera que vive dentro de nosotros
afilara las zarpas con ánimo de ocasionar destrozos.
Mi joven esposa no resistió mi larga ausencia del hogar. Era lógico
que la naturaleza al exigir el cumplimiento de sus leyes, por otra parte
ineludibles, la hiciera rebelarse contra su soledad.
Esa soledad para los inocentes no estaban, ni está, contemplada en
código alguno. Para los jueces aplicando las sentencias "de acuerdo con
la ley" no ex is te esa soledad. Pero esa soledad se la llevó de mi lado;
claro que es un decir porque ella no estaba a mi lado ya que los jueces nos
habían separado al encarcelarme.
Estas separaciones ocurren a menudo; pero este efecto de carambola
no interesa a la jurisprudencia. En la caza de volatería se dan casos

308
parecidos: se tira al que se ve y se mata al que no se ve.
[Antonio Obando Sánchez 1: 111]

Debemos acabar de una vez por todas con nuestra "leyenda negra" a los
ojos del pueblo y poner las cosas en su lugar. Inclusive en lo que se
refiere a las graves responsabilidades políticas que nos corresponden como
Partido. Cuando estas cosas estén históricamente en su lugar, los
comunistas salvadoreños también estaremos en nuestro lugar adecuado,
como nunca quizás lo hemos estado antes en el país.
Sólo entonces podremos enterrar de verdad y con honor a nuestros
muertos. A los que murieron asesinados en los montes y las ciudades, a
los que murieron en la clandestinidad, después de años de persecuciones,
humillaciones y miserias; a los que se pudrieron en las cárceles, a los que
se quedaron en las salas de tortura; a los que tuvieron que salir huyendo
con los hijos a rastras, con una mano adelante y otra atrás, para Guatema-
la, para Honduras sobre todo, para Nicaragua y más lejos aún, buscando
un lugar que les permitiera, algún día, olvidar tanto horror. ..
[Miguel Mármol 1: 168]

309
QUINTO COMENTARIO

EL DILEMA DEL ISTMO


1932-1934

Desde ese año maldito todos nosotros


somos otros hombres

MIGUEL MÁRMOL

O.
El año 1932 significó para Centroamérica la anulación de toda posibilidad
de construcción de una sociedad mediante el consenso.
A partir del uso casi exclusivo de la violencia, los bloques
hegemónicos de Guatemala, Honduras y El Salvador mantuvieron el
control en sus territorios. La falta de alternativas ante la cultura
autoritaria heredada, principalmente del liberalismo, coadyuvó a que las
oligarquías criollas, con el absoluto respaldo de los Estados Unidos,
utilizaran el descabezamiento físico del movimiento obrero y campesino;
la forma más radical de esta práctica tuvo 1ugar en El Salvador, donde
fueron asesinadas alrededor de 30 mil personas (en un país de 1 millón de
habitantes).
Es sintomático que los tres regímenes que se inauguran en 1931, los
que llevarán adelante la represión, hayan sido encabezados por mili tares
con una amplia trayectoria en su carrera de supresión de los movimientos
sociales en sus respectivos países; así mismo, es de notarse que, en los
tres casos, el bloque hegemónico utilizará "el peligro comunista" como

311
pretexto para iniciar la represión.
El contexto económico no podía ser más grave: los tres países
sufrirán, entre 1932 y 1936, los duros efectos de la crisis mundial del
sistema capitalista. Como se ha dejado anotado, la estructura económica
nacional, basada en el monocultivo de productos dependientes de los
avatares del comercio internacional, multiplicará las dificultades para
sobrellevar esa etapa recesiva del capitalismo mundial.
Los enclaves bananeros y las empresas dedicadas a la explotación
cañero-cafetalera reaccionarán con el cese y la represión de sus trabajado-
res; caso extremo en los casos de las haciendas cafetaleras de El Salvador
y Guatemala, donde los terratenientes prefirieron dejar el grano en la mata
y a los cortadores sin ingreso alguno.
En ese momento, en Nicaragua se da la cresta de la lucha sandinista
por la expulsión de los marines. Allí, la salida será concertada en un
principio, aunque el desenlace final será la represión que culmina con el
asesinato de Sandino ( 1934).
La caída de los regímenes dictatoriales instaurados en este período
no se dará sino hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial (28 de junio de
1944: Guatemala; 8 de mayo de 1944: El Salvador; 194 8: Honduras). En
esas fechas una nueva etapa en la política hemisférica norteamericana,
junto a la reorganización de la oposición interna (y las rebeliones
populares, en los casos de Guatemala y El Salvador), harán insostenible
la situación de las tres dictaduras aisladas internacionalmente y descom-
puestas internamente por la ineficiencia y la corrupción. S 1 n
embargo, lo sucedido en esa década y media fue suficiente para producir
una profunda huella traumática en la memoria colectiva de las clases
populares centroamericanas.
No es fortuito el desconocimiento de los acontecimientos de 1932

312
y 1934 por parte de la mayoría de los centroamericanos. No es tampoco
casual que las clases dominantes hayan tratado de enterrar en el olvido su
actuación en los acontecimientos. Porque, como escribió el poeta
salvadoreño Roque Dal ton: " [ ... ] medio vi vos, medio muertos. Todos
11
nacimos medio muertos en 1932 (DALTON, 1983: 505).

l. HONDURAS
Entre 1932 y 1936, la producción de bananos en Honduras se reduce en un
28 % . La consecuencia inmediata fue el derrumbe de la capacidad
importadora, de la que dependía el país para el abastecimiento de
alimentos, materias primas semielaboradas, un gran porcentaje de bienes
de consumo terminados y la casi totalidad de los bienes de capital
(MOLINA CHOCANO, 1990: 224-225).
En el momento más agudo de la crisis, los grupos dominantes, en
lugar de buscar mejores condiciones para el desarrollo de una economía
11
hacia adentro 11
(en las renegociadas concesiones a las compañías
extranjeras), consolidaron la posición de los enclaves bananeros y
permitieron que las compañías ampliaran su control sobre los servicios
públicos y la construcción de infraestructura en las regiones bajo su
influencia -zona norte- (MOLINA CHOCANO, 1990: 225).
A pesar de su victoria al adquirir la Cuyamel Fruit Co., la UFCO
también resintió la crisis del mercado internacional, viendo reducidas sus
ganancias en 1932 a 6 millones de dólares: ínfimas si las comparamos con
los 44 millones del año 1920. Su respuesta ante esta situación fue la
reducción de salarios y supresión de puestos de trabajo, así como la
disminución de los precios de compra del racimo a los productores
independientes. La descarga del peso de la crisis en los trabajadores

313
provocó que éstos llevaran a cabo, en la costa norte, las movilizaciones
más grandes desde la huelga de 1925 (MEZA, 1985: 146-14 7).
El 3 de enero de 1932, los estibadores de una filial de la UFCO en
el puerto de Tela, inician un movimiento de huelga, protestando por las
reducciones salariales de casi el 50% (que la patronal justificaba con el
derrumbe del mercado del banano) y por el despido de 800 trabajadores de
la plantación. Rápidamente los ferroviarios (quienes controlaban el otro
eslabón que permitía manipular las toneladas de producto) se lanzan a la
huelga en solidaridad con los primeros. Asimismo, los pequeños
comerciantes y la población en general apoyan activamente a los h uelguis-
tas. En una segunda fase del movimiento, la compañía usa esquiroles para
romper la huelga (acción que fracasa) y golpeadores para detener y
deportar a los líderes del movimiento; al mismo tiempo, el gobierno de
Mejía Colindres decreta el estado de sitio en toda la zona y manda tropas
para controlar las manifestaciones de descontento que crecían rápida y
peligrosamente. El presidente pide a los trabajadores que acepten las
condiciones de la compañía norteamericana "por el interés nacional" y el
Partido Comunista lanza un manifiesto en el que se acusa a Mejía
Colindres de "lacayo de la UFCO" y a la FOH de "reformista". Los
trabajadores mantienen la movilización y finalmente logran, si no la
concesión de la totalidad de las demandas, sí, al menos, que la compañía
dé alojamiento a los despedidos y reduzca, en un pequeño porcentaje, la
baja salarial. Ante la reducción en el pago por racimo por la UFCO, los
productores independientes se suman al movimiento; Mejía Colindres
interviene a favor de la UFCO, pidiendo a los pequeños propietarios
aceptar las condiciones de la compañía (MOLINA CHOCANO, 1990: 239-
240 y MEZA, 1985: 147).
Del 17 de enero al 1 O de febrero del mismo 1932, van a la huelga los

314
trabajadores de la Standard Fruit Co., en contra de las reducciones al
salario y, como en el caso anterior, la compañía resuelve demandas
menores, pero no la principal. En las plantaciones de la Trujillo Railroad
Co. se lleva a cabo una larga huelga (febrero-abril de 1932): el resultado
fue el descabezamiento del movimiento -mediante la compra de un
dirigente por parte de la patronal, el cual les provee de una "lista
negra"- y el despido de 700 trabajadores (MEZA, 19 85: 14 8).
Una vez realizadas las campañas por la presidencia de la República
(en la que contiende de manera independiente el Partido Comunista con el
registro de Bloque Obrero Campesino), asume el poder el candidato del
Partido Nacionalista y de la UFCO: Tiburcio Carías Andino. Éste resultó,
para la unificada intervención económico-política norteamericana, el
hombre ideal que podría mantener la disciplina de la fuerza de trabajo en
una época de crisis.
En el informe central al IV Congreso de la FSH (enero de 1932), se
menciona la asistencia de 29 delegados, representantes de 10 áreas
bananeras, 4 260 trabajadores y 600 finq u eros 1 ; es ta fuerte organización
caería totalmente, entre 1932 y 1934, bajo las medidas de fuerza del nuevo
régimen. La saña demostrada contra ella tiene su explicación en la
importante labor realizada entre los trabajadores de las compañías
bananeras, quienes lanzaron la consigna para la creación de una federa-
ción de los trabajadores de ese sector. Esta propuesta no pudo llevarse a
cabo dada la represión masiva de 1932 (POSAS, 19 87: 4 7 y ss).
Carías Andino sube al poder el 1 ° de febrero de 1933 y en un sólo
año impone un régimen caracterizado por la represión masiva del

1
La asistencia de estos finqueros marca un hito en la historia del movimiento sindical en Honduras, al unirse trabajadores asalariados con
pequeños propietarios en la lucha por mejores condiciones en la relación con las compañías bananeras. Fueron estos finqueros los que se negaron
a cortar el banano, en solidaridad con los trabajadores de la UFCO, durante la huelga de principios de 1932.

315
movimiento sindical (exilio, cárcel o muerte a dirigentes, proscripción de
las organizaciones), gobierno basado en el estado de sitio y la violación
a las leyes aún vigentes, el completo irrespeto a las libertades públicas y
la entrega aún más profunda del país a las compañías norteamericanas
(MEZA, 1985: 148-149 y MOLINA CHOCANO, 1990: 240-242).

2. GUATEMALA
El 10 de diciembre de 1930 enfermó gravemente el presidente guatemal-
teco Lázaro Chacón. Esto desata la 1u cha por el poder, la cual inicia con
movimientos por parte de los chaconistas, quienes obligan al primer
designado para la presidtncia, general Mauro de León, a ocuparse del
Ministerio de la Guerra. Con esta maniobra, logran nombrar a Baudilio
Palma como presidente.
El 15 de diciembre, la jerarquía militar realiza un golpe de Estado
para que el general de León ocupe la presidencia. Sin embargo, éste muere
durante la acción golpista. Apenas un día después, el general Manuel
Orellana se proclama presiden te.
La crisis política todavía sufriría un importante viraje: la embajada
norteamericana, no contenta con la autodesignación del general Orellana,
negocia con la jerarquía militar, ya que su candidato era el general Jorge
Ubico, quien había demostrado, desde el gobierno de Estrada Cabrera,
tener mano fuerte como delegado militar contra los movimientos sociales
(WITZEL DE CIUDAD, 1991: 251-254) ..
Orellana acepta dejar el poder (a cambio de una considerable suma
de dólares) y el mismo día de su dimisión, el 31 de diciembre de 1930, se
nombra presidente interino al licenciado José María Reina Andrade. Éste
llama a principios de febrero de 1931 a elecciones generales, a las cuales

316
sólo se presenta como candidato el general Jorge Ubico, quien obtiene 309
933 votos. A partir de la llegada de Ubico, "el último de los militares
liberales descendientes de la generación reformista de 18 71", a la
presidencia, el movimiento obrero va a ser víctima de una política
sistemática y agresiva en pos de su destrucción (TORRES RIV AS, 1990:
146).
Para esos momentos, Guatemala sufre los efectos de la crisis del 29,
que se manifiestan en una reducción del 60 % en el valor de sus expor-
taciones. Ubico lleva adelante una política económica basada en la
contracción radical del gasto público (bajando los salarios de la burocra-
cia) y en la defensa a toda costa de la paridad monetaria. Al mismo
tiempo, se apoya el resurgimiento masivo de la economía de subsistencia
campesina. En el agro, la administración ubiquista suprime el trabajo
forzoso y el régimen de mozos colonos (o "peonaje por deuda vitalicia")
implementando la "Ley contra la vagancia" 2 (TORRES RIVAS, 1990: 147-
149).
El primer conflicto protagonizado por los trabajadores urbanos
guatemaltecos del período, fue la huelga de la Cementera Novella & Co.,
durante la cual se llegó a apagar los altos hornos. Al frente del comité de
huelga se encontraban los miembros de la FROG y del PCG Antonio
Avelar, Julio Cristales, Vitalino López y Antonio O bando Sánchez,
quienes fueron apresados duran te una negociación con la patronal. Ubico
los mantuvo tres meses en la cárcel y sólo accedió a dejarlos en libertad
si los organizadores del desfile del 1 ° de mayo se comprometían a que éste
se ajustara a las condiciones impuestas por la policía. Finalmente, los

2
Este ordenamiento obligaba a todos los campesinos a trabajar la tierra de su propiedad, cuya extensión debería ser de 25 cuerdas (0.1120
hectáreas). Obviamente, en dicha extensión era imposible producir lo necesario para mantener un núcleo familiar. Al no poder subsistir del
producto de su trabajo, estos campesinos caían en el estatuto de punibles de la ley. De esta manera, los campesinos acusados de vagos eran
obligados, como pena judicial, a entre 100 y 150 días de trabajos forzosos en las haciendas cafetaleras y/o en la construcción de caminos.

317
huelguistas arrestados, pertenecientes a la FROG, fueron liberados y
entregados a la dirección de la FOG, la cual fungió como mediadora en el
proceso de negociación para su excarcela mi en to (BALCÁRCEL, 19 85: 2 8).
A decir de Obando Sánchez, los campesinos de San Antonio de las
Flores, después de haber visitado las sedes sindicales, se lanzaron a la
huelga por la mejora en las condiciones de trabajo en el campo. Este
movimiento, surgido poco después de los acontecimientos de la Cementera
Nove11a, terminó con la encarcelación de los huelguistas. Estos cam-
pesinos habían acudido a la FROG para recibir asesoría en cuanto a las
gestiones ante juzgados y ministerios (TARACENA ARRIOLA, 1989a:
60).
A fines noviembre de 1931, Ubico ordena la represión de la FROG
y la CPAS, las cuales se encontraban inmersas en un enfrentamiento
mutuo. Su debilidad y dispersión en ese momento permitió que la ola de
arrestos avanzara con rapidez (TARACEN A ARRIOLA, 1989a: 60).
A mediados de enero de 1932, la prensa informó del "desmantela-
miento de un complot comunista", el cual tendría como fecha de inicio,
según la misma fuente, el 1 ° de enero y como primer blanco al propio
Ubico. El 15 de mismo mes, se informó de la captura de los dirigentes del
PCG y del comunista hondureño Juan Pablo Wainwright. Esta sería la
señal para encarcelar, no sólo al conjunto de la dirigencia obrera, sino
también a la mayoría de los opositores a Ubico, independientemente de su
adscripción ideológica (TARACENA ARRIOLA, 1989a: 60-61).
La campaña de terror ubiquista culminará en una farsa de juicio y
condena a muerte a los líderes comunistas, a quienes les será perdonada
la vida (a excepción del hondureño Wainwright) minutos antes del
fusilamiento ordenado por el Consejo de Guerra. Sin embargo, el saldo
para el movimiento popular fue absolutamente negativo, ya que varias

318
decenas de mili tan tes obreros, campesinos e intelectuales fueron
asesinados y todo tipo de organización (incluidas la moderada FOG y las
asociaciones mutualistas) fue prohibida hasta 1944. El pretexto para
iniciar la cacería fue la supuesta rebelión comunista, la cual tendría
coordinación con los hechos sangrientos sucedidos paralelamente en El
Salvador. La oligarquía, las organizaciones artesanales y reformistas,
junto a la iglesia católica, salieron a la calle a darle gracias al dictador
por haberlos salvado de las iras comunistas. Sin embargo, una estructura
piramidal de poder basada en lealtades tradicionales al jefe y ex en ta de
mediaciones institucionales que representaran a los diversos sectores de
la sociedad, un régimen así, terminaría por engullir a más de uno de sus
primeros alabadores (TORRES RIV AS, 1990: 149).

3. EL SALVADOR
En El Salvador, los nueve meses del gobierno de Araujo terminan con el
golpe de Estado que da el general Maximiliano Hernández Martínez, el 2
de diciembre de 1931. En un país cuya renta nacional dependía en un 80%
de la venta del café, la caída del valor del grano a menos de la mitad
provocó una profunda crisis económico-social: la completa bancarrota de
la hacienda pública, la pérdida de tierras por parte del 30% de los
campesinos medios y pobres, un extendido desempleo rural y urbano, y la
depauperación de las capas medias, serían sólo algunos de los efectos
inmediatos (SALAZAR V ALIENTE, 1990: 90).
En este estado de cosas, el general H. Martínez convoca para el 3,
4 y 5 de enero de 1932 elecciones para autoridades municipales, las cuales
habían sido suspendidas a raíz del golpe de Estado. El proceso de
votación, en un principio, fue tranquilo y ordenado, pero la alta par-
ticipación popular a favor de los candidatos comunistas (en especial en el

319
centro-occidente del país) obliga a Martínez a usar el fraude y la
represión localizada para escamotearle el seguro triunfo al PCES. Al
repetirse el fraude en las elecciones para diputados (el 11 de enero), las
masas campesinas del occidente estallan en cólera, en'frentándose a las
fuerzas armadas de la dictadura. El Partido Comunista asume la dirección
del movimiento y organiza la rebelión, llamando a la insurrección
popular, la cual debía estallar el 22 de enero de ese mismo año. Al mismo
tiempo, el Partido Laboralista del derrocado presiden te Arturo Arauj o
prepara un movimiento armado en la zona occidental, con la finalidad de
restablecer el gobierno caído (SALAZAR VALIENTE, 1990: 91-93).
El 4 de enero, Martínez reprime una huelga de cortadores de café y
una manifestación anti fraude en Mejicanos; en los siguientes días,
encarcela a los líderes populares de Armenia, acosa a las comunidades más
radicalizadas (Tacuba, !zaleo, Nah uizalco y Juayúa) y detiene a los
dirigentes del Partido Comunista de El Salvador (Agustín Farabundo
Martí, Alfonso Luna y Mario Zapata, entre otros). Finalmente, una vez
que el PCES llama a la insurrección nacional y a la creación de soviets
locales de obreros, campesinos y soldados, el gobierno inicia la matanza.
En dos meses, El Salvador vivirá la violencia descarnada, la cual le
costará alrededor de 30 mil muertos (MENJÍV AR LARÍN, 1985: 89-91).
Mario Salazar Valiente sostiene que tres posibles factores ayudaron
al desencadenamiento de la insurrección del 32:
1) El exaltado estado de ánimo de las masas, las cuales, desespera-
das por el hambre y la falta de perspectivas, se lanzaron a realizar
acciones cada vez más audaces ante la escalada represiva.
2) El plan para la insurrección del Partido Comunista (elaborado
precipitadamente, cuando las masas, de hecho, ya la habían
iniciado), el cual se concibe dentro de las estrategias de conocimien-

320
to y esquemas de conocimiento dados por la III Internacional. En
este contexto, de crisis internacional del capitalismo, es compren-
sible la percepción por parte de los comunistas salvadoreños de su
realidad como la adecuada para la "toma del poder" (del Estado).
3) El proyecto del dictador Martínez, de un "orden" basado en la
fuerza, que se tradujo en "dejar hacer" para, después, reprimir toda
oposición (SALA ZAR V ALIENTE, 1990: 94).

¿Qué consiguió la dictadura con los sucesos de 1932 en El Salvador?


La destrucción del laborismo y su base de apoyo; la eliminación física de
los comunistas y sus organizaciones; el reconocimiento diplomático de los
Estados Unidos (con el pronto secundamiento de los países latinoamerica-
nos); el apoyo de la oligarquía y terminar con el proyecto modernizador
burgués, iniciado por el presidente Manuel Enrique Arauja (MENJÍV AR
LARÍN, 1985: 91).
A manera de epílogo, podríamos apuntar que el sector rural de la
población salvadoreña tuvo que refugiarse en la economía de subsistencia,
y que el hambre, junto a la represión, obligaría a miles de salvadoreños
a marchar al exilio (300 mil, sólo a Honduras). Tanto el sector cafetalero
como las libertades en El Salvador, no se recuperarían sino hasta 15 años
después (SALA ZAR V ALIENTE, 1990: 97).

321
SEXTO COMENTARIO

LOS PARTIDOS COMUNISTAS DE CENTROAMÉRICA


1922-1934

o.
Los hombres y mujeres que en Centroamérica, entre 1922 y 1934,
fundaron sus respectivos partidos comunistas, retomaron, como punto de
referencia para su acción política, antes la experiencia de la revolución
bolchevique que las propuestas teóricas de Marx y sus continuadores
anteriores a Lenin. Como observa Taibo II para el caso mexicano, el
universo simbólico de los comunistas centroamericanos "lo que de Marx
tiene les ha llegado filtrado por el jacobinismo socialdemócrata de Lenin.
El partido en este sentido es más bien bolchevique que marxista. Sus
puntos de referencia ideológicos son de carácter histórico y se remontan
no más allá y únicamente a la revolución rusa" (T AIBO 11, 19 86: 10).
Las noticias de la Revolución Bolchevique en Centroamérica, desde
poco después de la toma del poder hasta mediados de los años veinte, se
dieron casi exclusivamente a través de la prensa tradicional, la cual
exageraba a con tecimien tos, confundía términos e interpretaba los hechos
bajo el prisma del temor que le causaba. Sin embargo, los datos estaban
ahí para quien los quisiera ver y un grupo de artesanos, obreros e
intelectuales lo hicieron.
En 1919 el Partido Bolchevique impulsa la creación de la III
Internacional, la cual se diferenciaría de las dos anteriores, entre otras
cosas, por su propuesta de un partido de dimensión mundial. Es decir, la
federación de partidos (impulsada por la 1 y 11 internacionales) es

323
permuta da por un férreo cuerpo unificado con dirección central, esencial-
mente vertical: el Partido Comunista Mundial (CABALLERO, 1985: 21)
En Guatemala, Honduras, El Salvador, Costa Rica y Nicaragua 1 ,
hubo grupos que simpatizaron con lo sucedido a miles de kilómetros de
distancia, en el experimento histórico de los llamados bolcheviquis 2 . Sin
embargo, sólo en los tres primeros países se llevarían a cabo experiencias
significativas por parte de los grupos comunistas locales en el período que
estudiamos. En Costa Rica, quizás se explique este fenómeno por la fuerte
influencia anarcosindicalista; mientras en Nicaragua, el sandinismo, como
respuesta a la intervención militar norteamericana, se erigiría como única
alternativa de acción para los sectores progresistas del país. De hecho, los
comunistas nunca fueron un grupo significativo en Nicaragua. En Costa
Rica sí llegarán a serlo, pero a partir de 1934, cuando miembros del
partido comunista costarricense jugarán un papel protagónico en la gran
huelga bananera de ese año 3 • De todas formas, la especial ligazón que
existió entre los movimientos obreros y los militantes comunistas en
Guatemala, Honduras y El Salvador fue mucho más importante de la que
pudo haber entre los del resto de países del istmo.
La Internacional Comunista (COMINTERN, por sus siglas en inglés)
estuvo ligada, de principio a fin, a la historia de la entonces naciente
Unión Soviética. La necesidad de impulsar y, sobre todo, dirigir la
anunciada revolución mundial a fines de la Primera Guerra, marcó

1
Cultural, histórica, económica y políticamente, estos países forman Centroamérica: tanto Belice como Panamá quedan excluidos en la
percepción que los centroamericanos tienen de sí mismos.

2
Ya para el 5 de febrero de 1920, encontramos indicios de que los sectores oligárquicos de la sociedad guatemalteca usaban el término
bolcheviqui para denigrar a sus enemigos políticos. Ese día, la redacción del periódico El Unionista publica en su editorial: "Sabemos por el
cable [no se dice cuál] que nuestros enemigos nos han acusado en el extranjero por bolcheviquis y provocadores, y es necesario demostrar que
nosotros [los unionistas] no somos ni lo uno ni lo otro" (p. 3, reproducido en: WITZEL DE CIUDAD, 1991: 94). Destaca en este editorial que
la dirección del periódico liga las acusaciones citadas a los rumores en boga esos días, sobre la posibilidad de huelga de los empleados del
comercio y ferrocarril, en la ciudad de Guatemala.

'Al respecto, ver: CERDAS CRUZ, 1986: 307-360 y ACUÑA ORTEGA, 1984.

324
indeleblemente la creación de la COMINTERN como resultado de la
urgencia por repeler la invasión imperialista y la Guerra Civil en la Rusia
Soviética. Al "fracasar" la revolución en Alemania, la III Internacional
torna a su cargo las relaciones exteriores del Partido Bolchevique y busca
una di rnensión ecu rnénica para el rnovi miento revolucionario. En la época
anterior a la Segunda Guerra, la política de la COMINTERN cambia,
dejando de centrarse tan sólo en la defensa de la URSS, y permite
acciones amplias de solidaridad y lucha contra el fascismo en ascenso. Por
último, dentro de la nueva correlación de fuerzas a nivel mundial (2ª
Guerra, la URSS corno potencia internacional, el peligro real de su
desaparición por la invasión nazi) la Internacional Comunista muere por
iniciativa de sus mismos fundadores: el PCUS propone su extinción en
mayo de 1943 secundado por 31 partidos comunistas. Aunque, de hecho,
desde después del VII Congreso ( 1935) la III Internacional prácticamente
ya no funcionaba, tendría que esperarse hasta junio de 1943 el decreto de
su disolución. Sin embargo, no debernos olvidar que la acción de los
partidos comunistas latinoamericanos de la "primera y segunda olas",
entre los que se cuentan los centroamericanos, se dio antes de que la Rusia
Soviética llegara a ser potencia mundial (POPPINO, 1964: 78-83).
A nivel discursivo, la Internacional Comunista (IC) se debatió entre
dos líneas claramente enfrentadas de caracterización de la situación
mundial y de la vía de la revolución: una occidentalista y europeizante (de
tono obrerista, urbanista y civilizador) y otra orientalista (la cual puso
énfasis en la lucha de los países rnultiétnicos y agrarios, dominados por
los imperialismos europeo y norteamericano). Dentro de la segunda línea,
los paradigmas fueron, no América Latina o Africa, sino la India y China
(MELGAR BAO, 1984: 10). Fundamental resulta comprender que la
problemática de América Latina fue discutida por la IC (hasta mediados

325
de los 20) en el marco del 11
Camino de Oriente 11 , mi en tras que los
comunistas centroamericanos se concebían a sí mismos como realizadores
de un tipo de revolución más cercano a la línea de Occidente.
Para una periodización de la IC y su relación con América Latina,
Melgar Bao nos propone tres períodos:
1) 1919-1923: la III Internacional lucha por establecerse como la
guía del proletariado y de los pueblos oprimidos de todo el mundo.
En esta fase, América Latina se asume desde el "Camino de
Oriente".
2) 1924-1928: se da el debate entre varios "leninismos" que luchan
por imponerse en la URS S y la IC; se deja de lado en el plano
discursivo la bipolaridad oriente-occidente; es una fase de amplia
adhesión de partidos; se impone, poco a poco, el debate sobre el
papel estratégico de los EEUU en el capitalismo mundial.
3) 1929-1934; la IC y la URSS experimentan la pugna entre
estalinistas y bujarinistas, que también se da en las instancias de
dirección de la Internacional en Latinoamérica (Secretariados Latino
y Sudamericano, y Buró del Caribe); la IC pasa al izquierdismo

exacerbado (con su buena dosis de sectarismo); se regresa al


discurso del "Camino de Oriente"; se aplica mecánicamente la
"teoría de las nacionalidades" de Stalin; y se llevan a cabo campañas
contra el "provincianismo pequeño burgués" (refiriéndose, por
ejemplo, a Mariátegui).

De 1934 en adelante, se observa la bancarrota de las secciones


latinoamericanas de la IC (MELGAR BAO, 1984: 20-21).
Los comunistas centroamericanos se formaron con la fusión de las
tradiciones revolucionarias de sus países (fuertemente marcadas por las

326
expenenc1as liberal, mutualista y anarquista), los movimientos sociales
en los que actuaron, y la búsqueda del empalme entre sus acciones y las
directivas emanadas de la III Internacional. En la construcción de su
acervo de conocimiento, los comunistas centroamericanos tuvieron dos
influencias determinan tes más: la Revolución Mexicana y la lucha
antiimperialista de Sandino. Tanto estas experiencias como las directrices
dadas por la IC, los comunistas centroamericanos las adecuaron a sus
propias condiciones: fue una traducción y no la aplicación mecánica de
principios y experiencias extrañas a la realidad que percibían.
En su conjunto, las acciones de los grupos comunistas podrían verse
más como la lucha de un puñado de militantes inmersos en los movimien-
tos sociales de sus países, que como partidos de alcance nacional
dispuestos a la toma del poder; a esta sentencia podríamos agregar que,
sólo en la efervescencia de la insurrección popular salvadoreña de 1932,
el Partido Comunista de ese país se planteó tal alternativa, sin que
objetivamente pudiera llevarse a cabo.
Las formas de comunicación privilegiadas entre los comunistas
centroamericanos fueron la correspondencia, las visitas de militantes de
otras latitudes y, sobre todo, las estancias obligadas por los exilios de
varios de ellos. Entre la IC y Centroamérica sólo había contacto epistolar
y no es sino hasta 1928 que un militante guatemalteco asiste a una reunión

de la COMINTERN. Así, de 1921 a 1927, las correas de transmisión entre


"la meca" (la URSS) y Centroamérica fueron el Partido Comunista
Mexicano y los militantes de otras nacionalidades que pasaban por el
istmo por diferentes motivos.
No podemos menospreciar los acontecimientos ocurridos en el seno
de la IC, si queremos lograr una comprensión básica del contexto en el
que se da la acción de los comunistas centroamericanos, en especial, a

327
partir del período de intensificación de las relaciones entre el istmo y "la
meca" (1928-1934).

l.
En enero de 1919, se redacta y promociona una carta de invitación para
el Congreso Comunista Internacional, escrita por Trotsky y firmada por
ocho partidos.
Las sesiones se llevan a cabo en Moscú del 2 al 6 de marzo de 1919.
Como resultado de las deliberaciones, Bujarin y el espartaquista alemán
Rugo Eberlein redactan la plataforma de la IC, en la que se destacan como
banderas de lucha la destrucción del Estado Capitalista seguida de la
construcción de un nuevo Estado Proletario, la dictadura del proletariado
sobre las clases opresoras derrocadas, la instalación de los consejos de
soviets en lugar de los congresos de diputados burgueses, y la confis-
cación y socialización de las propiedades capitalistas y los servicios
públicos. El documento de la plataforma termina con el reconocimiento a
los espartaquistas alemanes Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg, recien-
temente asesinados (PASADO Y PRESENTE, 1981: 61-69).
El tema central de las sesiones fue la discusión del estado del
capitalismo mundial, la crítica situación en Europa (en especial, sobre la
inminente "revolución alemana") y la diferenciación total de la 11
Internacional. En este último sentido, los asistentes al 1 Congreso asumen
una política que reivindica la violencia revolucionaria y la acción directa
de las masas para la toma del poder. También se enfatizó en la necesidad
de centrar los esfuerzos de los comunistas en los consejos de fábrica, el
sindicalismo revolucionario y en la creación de partidos de tipo conspira-
tivo (MELGAR BAO, 1984: 93-96).
La presencia de los llamados "países de Oriente" se redujo a las

328
secciones del Partido Bolchevique del Asia Central y al KUOMINTANG.
Si bien la cuestión de los países coloniales y semicoloniales no fue tratada
de manera explícita en el I Congreso, las bases para cualquier discusión
en este sentido fueron dadas en el Manifiesto de la Internacional
Comunista a los proletarios de todo el mundo. En él se dejó sentado que
la liberación definitiva de las colonias llegaría cuando la revolución
proletaria mundial hubiera derrocado a los Estados Capitalistas que los
oprimían (PASADO Y PRESENTE, 1981: 88-99).
En la sesión del 4 de marzo, a propuesta de los delegados Ch.
Rakovsky, Gruber, Grimland y Endre Rudnyánszky 4 , los partidos
presentes en el Congreso Comunista Internacional deciden "constituirse
como III Internacional y adoptar el nombre de Internacional Comunista"
(PASADO Y PRESENTE, 1981: 59-60).

2.
Entre el primer ( 1919) y el segundo (1920) congresos de la IC, se
llevarían a cabo cuatro eventos cominternistas, relacionados con "Oriente"
y América Latina.
Del 24 al 30 de mayo de 1919, tuvo 1ugar el I Congreso de los
Comunistas de Asia Central, donde un delegado denunció el "panrusismo"
de los bolcheviques en aquellas regiones. El contexto de este congreso fue
la política del comunismo de guerra, la Guerra Civil y la agresión de las
naciones europeas a la Rusia Soviética. Dentro del Partido Bolchevique se
llevaba a cabo, por aquellos días, la lucha contra los prejuicios chovinis-
tas, herencia de la cultura rusa zarista. Como respuesta a las denuncias
de los comunistas asiáticos, Lenin ordena investigar los hechos. El

'Rudnyánszky fue el representante húngaro en el 11 Congreso; Gruber era en realidad Karl Steinhardt, delegado de Austria; Grimland no
ha sido identificado y Rakovsky era representante del Partido bolchevique (KAHAN, 1976: 157-158 y KAHAN, 1978: 180).

329
enviado fue Georgij l. Safarov 5 , quien pudo confirmar sobre el terreno
la denuncia, iniciándose así las primeras manifestaciones orgánicas de los
comunistas "de Oriente" por la reivindicación de sus derechos al interior
de la futura URSS y de la IC (MELGAR BAO, 1984: 103).
A fines de septiembre de 1919, Mij aíl Borodín 6 , colaborador del
secretariado de la IC, llega a México y se liga a un grupo de militantes
del Partido Socialista Mexicano (en especial, mantiene contactos con
Manabendra Nath Roy 7 y Richard Francis Phillips 8 ). En los últimos días
de octubre, conoce a Felipe Carrillo Puerto y al general Francisco J.
Múgica, quienes por esos tiempos mantenían vínculos con los comunistas
del grupo Roy-Phillips. Pero, lo fundamental de la estancia de Borodín en
México, para la historia que nos concierne, fue su influencia sobre ese
grupo de militantes para que el Partido Socialista Mexicano (fundado el
4 de septiembre) se convirtiera en Comunista Mexicano, nombrara repre-
sentantes ante la IC y pidiera su afiliación a la misma, lo cual se lleva a
cabo el 24 de noviembre de 1919. Poco antes había nacido, en el papel,
el Buró Latinoamericano de la Internacional Comunista (TAIBO 11, 1986:
49-57). El 8 de diciembre, se publicó en El Soviet la noticia de que el
Buró convocaba a un congreso a los comunistas latinoamericanos, a
celebrarse en México inmediatamente, con la asistencia de los partidos
comunistas de EEUU y Canadá; el comité estaba integrado, según la

'Su nombre era Goergij l. Egorov, quien fue electo por el IV Congreso de la IC (1922) como miembro del Comité Ejecutivo, representando
a los "países de Oriente" (KAHAN, 1976: 162).

•seudónimo de Mijaíl Markovich Gruzenberg, miembro del sector bolchevique del POSDR desde 1903 (f AIBO 11, 1986: 50).

'Sobrenombre de Marendranath Bhattacharjee, hindú nacido en Arbalia, Bengala, en 1887. En junio de 1917 llega a México junto con su
esposa, Evelyn Trent, después de haber militado en el movimiento nacionalista de la India, huido a los Estados Unidos -vía Alemania- y
escapado de ese país, al ser involucrado en un juicio contra nacionalistas hindúes, acusados de violar la neutralidad de los EEUU (fAIBO 11,
1986: 27-28).

8
Phillips nació en los Estados Unidos. Estudió en la Universidad de Columbia, donde formó parte de la Liga Esrudiantil contra la Guerra.
Por estas actividades, y huyendo del servicio militar, llega a México en los años veinte, donde se le conocerá bajo el seudónimo de Frank Seaman
o Manuel Gómez (fAIBO 11, 1986: 25 y GÓMEZ, 1986: 1).

330
misma fuente, por José Allen (Secretario General del PCM y agente de la
Embajada norteamericana), Leopoldo Urmachea (anarcosindicalista
peruano), Elena Torres (maestra feminista yucateca, del Partido Socialista
de Carrillo Puerto), Martín Brewster (mayordomo de Roy) y Antonio Ruiz
(Secretario General del Sindicato Panadero del D.F.). El Buró jamás
funcionó y su desaparición se produjo en los dos primeros meses de 1920,
cuando los socialistas de Carrillo Puerto se involucraron en la campaña
presidencial de Obregón. Sin embargo, es importante destacar que del
grupo de militantes que vivieron estas experiencias, saldrían los primeros
delegados del comunismo latinoamericano en Moscú, y contactos de los
comunistas mexicanos en Centroamérica (MELGAR BAO, 19 84: 105-109
y TAIBO 11, 1986: 62-76).
Mientras esto sucedía en México, en Rusia se celebraba el 11
Congreso de las Organizaciones Comunistas de Oriente, donde los
delegados se manifestaron por la inevitabilidad de la revolución en el
Oriente, contra las tesis que por entonces mantenían los bolcheviques
rusos y los espartaquistas alemanes. En enero de 1920, se lleva a cabo el
111 Congreso de los asiáticos, en el cual se reafirman las tesis de su 11
Congreso (sobre el papel de Oriente en la revolución mundial) y los
delegados demandan la independencia de la sección turquestana del partido
bolchevique, para formar el Partido Comunista de Turquía. Ambos eventos
despertarían el interés de algunos miembros destacados de la dirección
cominterniana, preparando el terreno para el 11 Congreso de la IC
(MELGAR BAO, 1984: 109).

3.
Del 19 de julio al 7 de agosto de 1920, se realiza en Moscú el 11 Congreso
de la IC. En esta reunión se sientan las bases organizativas de la

331
Internacional, en especial, se publican las famosas 21 condiciones de
admisión y los Estatutos de la Internacional Comunista (ver: PASADO Y
PRESENTE, 1981: 103-114). Asimismo, el 11 Congreso marca el inicio de
la verdadera búsqueda, para la IC, de una dirección ecuménica del
movimiento revolucionario.
En cuanto a los países "de Oriente", destaca la redacción conjunta
de Lenin y Roy (delegado del PCM) de las Tesis y adiciones sobre los
problemas nacional y colonial, las cuales otorgan "carta de ciudadanía"
a los pueblos de Asia, Africa y Latinoamérica, dentro del movimiento por
la revolución mundial. En síntesis, Lenin propuso que la IC debería
apoyar el movimiento de liberación nacional en las colonias, mientras Roy
sostenía la concretización de esa política general median te la creación de
partidos comunistas en las colonias, con el fin de radicalizar a los
movimientos de liberación nacionales, con la presión de obreros y
campesinos organizados. Le nin, reconociendo la riqueza del planteamiento
de Roy, aunque sin pleno convencimiento, debido a su reconocida
ignorancia respecto a los problemas de varias zonas no europeas, reco-
mendó la adopción de ambas tesis (CERDAS CRUZ, 1986: 55-63).
En general, el 11 Congreso propuso:
1) La participación comunista en los "movimientos revolucionarios
de emancipación" y la obligación de los proletarios metropolitanos
de apoyarlos.
2) El combate a las instituciones religiosas y a las llamadas
"ideologías regionalistas f eudal-b ur guesas" (panislamismo, panasia-
ti smo, por ejemplo).
3) La organización de los campesinos para la lucha contra los
terratenientes.
4) El combate a la creación de "países gendarmes" regionales por las

332
potencias imperialistas.
5) Lograr la convergencia entre la revolución colonial y la revolu-
ción proletaria (MELGAR BAO, 1984: 112-116).

Para América Latina, el II Congreso significó aparecer por primera


vez en los debates, por medio de la intervención del delegado nor-
teamericano Louis C. Fraina 9 • En la sesión del 26 de julio, éste sostuvo
que Latinoamérica era la base colonial de la nueva potencia imperialista:
los Estados Unidos. En consecuencia, la tarea de la IC en la región
debería ser la creación de partidos comunistas en todos los países del
área, bajo la iniciativa del partido norteamericano: sólo la acción del
movimiento revolucionario en toda América Latina sería capaz de batir al
nuevo imperio. Sin embargo, las tesis de Fraina no encontraron eco en la
IC, sino hasta varios años después (CERDAS CRUZ, 1986: 64).
Por último, cabe mencionar la importancia de la asistencia al II
Congreso de los delegados del PCM: Roy y Phillips (el último, bajo el
seudónimo de Frank Seaman); el primero, como ya apuntamos, jugó un
papel protagónico en la formulación de las directrices cominternistas para
el mundo colonial, y en particular, para América Latina. Phillips, a
principios de 1921 regresaría a México, donde se le uniría su compañera,
Na tacha Michailowa 10 . Este último llevaría como mandato de la Inter-
nacional Sindical Roja (ISR) fundar una oficina en ese país, apoyado con
tres mil dólares y bajo la dirección de los destacados cuadros de la

9
Secretario del PC de Jos EEUU, Fraina nació en Italia en 1894 y emigró junto a su familia a Norteamérica a los dos años de edad. Junto
a John Reed, era "la gran figura del comunismo norteamericano" (f AIBO 11, 1986: JO). Kahan (1978: 180), lo identifica como Lewis Corey.

10
Joven comunista ruso-polaca, Michaelowa "hablaba cinco idiomas y trabajaba como traductora para el Bureau Francés de la IC" cuando
conoce a Phillips, durante el 11 Congreso (fAIBO 11, 1986: 109).

333
COMINTERN Louis Fraina y Sen Katayama 11 .

4.
Entre el 11 y el llI Congreso de la IC, se dan los primeros contactos de los
centroamericanos con miembros de la Internacional. Conocer un acon-

tecimiento particular en la historia del movimiento obrero mexicano es


indispensable para comprender esas primeras relaciones.
Entre el 15 y el 22 de febrero de 1921, los sindicalistas radicales
(comunistas y anarcosindicalistas) del Distrito Federal, realizan la
Primera Convención Roja de la Federación Comunista del Proletariado
Mexicano, en el salón de actos del Museo de Antropología, cedido por el
Secretario de Educación obregonista José Vasconcelos. De esta reunión
nacería la Confederación General de Trabajadores (CGT), única experien-
cia de fusión, de esta magnitud, entre comunistas y anarquistas dentro del
movimiento sindical mexicano. La Convención denunció al gomperismo
por el ju ego que le hacía al gobierno norteamericano, desconoció a la
COPA, reconoció al PCM como el único partido mexicano que no era
"destacamento de la burguesía" y le otorgó el estatus de "grupo cultural"
al interior de la CGT. Además, decidió su afiliación a la Internacional
Sindical Roja, por lo que nombró al joven comunista Manuel Díaz Ramírez
como su delegado ante el 11 Congreso de la IC (T AIBO 11; VIZCAÍNO,
1984: 101-110 y TAIBO II, 1986: 113-118).
Cabe destacar la presencia de cuatro personajes en la Convención
Roja, los cuales serían responsables de los primeros contactos de la IC
con Centroamérica: el norteamericano Frank Sea man (Charles F. Phillips),
delegado fraterno por el PCM, quien sin duda influye en los resolutivos

"Nacido en Hadegi, Okoyama, Japón, en 1859, Katayama pa1ticipó en los primeros movimientos socialistas del Japón, de donde tuvo que
salir exiliado a los EEUU en 1914. Fue fundador del PC norteamericano (TAIBO 11, 1986: 109).

334
pro-COMINTERN de la Convención, dada su calidad de contacto con la
ISR 12 ; el anarquista vasco Sebastián San Vicente 13 , delegado fraterno
del Grupo Cultural Germinal, quien fue electo sub secretario de la CGT;
el anarcocomunista peruano Leopoldo Urmachea, representante del
Sindicato de Obreros Panaderos del Distrito Federal; y el salvadoreño
Luis Felipe Recinos 14 , miembro solitario de la Delegación Fraternal de
los Obreros de la República de El Salvador" (TAIBO 11, 1986: 105-107).
Recinos tenía contactos con el grupo comunista de Phillips-Roy, por
lo menos, desde noviembre de 1920. En la fundación de la Local
Comunista del Distrito Federal (19 de septiembre), el salvadoreño aparece
como miembro del Comité Provisional, por encargo del efímero Buró
Latinoamericano de la IC, fundado a propuesta de Mij aíl Borodín
(BOLETÍN COMUNISTA, 3/0CT/1920: 8).
El 8 de mayo de 1921, Michaelowa, Phillips, Allen y San Vicente
participan en Morelia en la celebración (atrasada) del día del trabajo, la
cual terminó con el izamiento de la bandera rojinegra en la catedral, por
parte de militantes del Partido Socialista Michoacano (PSM). La respuesta

12
El Bureau Mexicano de la Internacional Roja de Sindicatos y Uniones de Trabajadores, comenzó a trabajar a fines de abril de 1921, con
los esfuerzos de Katayama, Fraina, y, principalmente, Phillips. Los miembros fueron elegidos por los enviados de la IC entre los dirigentes de
la CGT. Trabajaron en el Buró: José C. Valadés, por el PCM; José Rubio, por la dirección de la CGT; Martín Paley, en representación de la
IWW mexicana; y el impresor cromista disidente de izquierda Felipe Leija Paz. Con los fondos de la IC traídos por Katayama y Fraina, el Buró
funcionó organizando en el DF y la provincia, editando materiales varios y publicando El Trabajador (difusor de las posiciones de la CGT),
hasta la represión obregonista, en mayo del mismo año (T AIBO 11, 1986: 118-124).

13
Taibo 11 lo presenta como marinero y mecánico de calderas, de origen vasco, militante en el sindicalismo anarquista de la costa este
norteamericana. San Vicente habría participado en el intento de asesinato del presidente Wilson, según la policía de los EEUU, por lo que tiene
que huir a Cuba. Ahí, funda una sección de Industrial Workers ofthe World (IWW), en la ciudad de Matanzas, y milita en un grupo clandestino
llamado Soviets (T AIBO 11, 1986: 348 -nota 15-). Según Oiga Cabrera, San Vicente participa en el 11 Congreso Nacional Obrero cubano (14-
16 de abril de 1920), como "Delegado de la Tercera Internacional" (en realidad representaba a un pequeño grupo anarquista, autodenominado
así). A raíz de las movilizaciones obreras y el ascenso de la agitación popular, San Vicente y otros 14 importantes dirigentes del sindicalismo
cubano son apresados con el pretexto de la explosión de "bombas" (en realidad, petardos) en la ciudad de La Habana (CABRERA, 1969: 114-
134). Nuestro anarquista llega a México a fines de 1920, como polizón de un petrolero que atraca en Tampico (T AIBO 11; VIZCAÍNO, 1984:
185-190).

"Expulsado de El Salvador a Guatemala por sus ideas avanzadas, a los diecisiete años, Recinos se instala en la ciudad de Guatemala, donde
publica un periódico: 14 de julio. Expulsado a su vez de Guatemala antes de la lucha por el derrocamiento de Estrada Cabrera, se estableció
en México, donde trabajó en el diario obregonista Lucha (ANDERSON, 1982: 51-52 y SCHLÉSINGER, 1946: 41-42).

335
de los católicos fue una manifestación de desagravio ( 12 de mayo) la cual
des embocó en ch oques entre éstos (j unto con p o 1i cías) y miembros de 1
PSM, y en el asesinato del líder socialista Isaac Arriaga. Esto provocó
1

manifestaciones violen tas en el DF (13 de mayo), cu yo saldo fueron


discursos incendiarios en la Cámara de Diputados y la detención de varios
manifestantes. En su conjunto, los incidentes de Morelia-DF sirvieron de
pretexto a Obregón para aplicar el artículo 33 constitucional y ordenar la
deportación de los dirigentes extranjeros del ala radical sindicalista. Entre
los detenidos estuvieron Philli ps, San V icen te y Michaelowa, quienes
-gracias a la presión de los sindicatos- consiguieron ser deportados a
Guatemala y no a los EEUU, donde los problemas, para ellos, serían
mayores (TAIBO 11, 1986: 124-127).
A su llegada a Guatemala, a finales de mayo de 1921, Phillips,
Michaelowa y San Vicente, toman contacto con grupos de trabajadores, en
especial con la Unificación Obrera Socialista 15 • La UOS se fundó el
primero de mayo de 1921, como desprendimiento del ala izquierda de la
Unificación Obrera (grupo surgido de las 1uchas de abril de 1920 por el
derrocamiento del dictador Estrada Cabrera). San Vicente y Phillips,
según cu en ta este último (GÓMEZ, 19 86: 13), trabajaron alrededor de un
mes en Guatemala y de ahí regresaron clandestinamente a México (T AIBO
11, 1986: 127).
No sería ése el único contacto entre Centroamérica y la IC, antes de
1922: según Arturo Taracena, poco antes de la llegada de Phillips y San
Vicente a Guatemala, Miguel Ángel Asturias asiste a un congreso
estudiantil en México, como representante de la AEU. Es posible que en

"Este primer contacto de la IC con los centroamericanos en su territorio, lo confirman Alexander (1957), Taracena (l 989a), Alvarado
Monzón (1975) y Ricardo Melgar Bao (1984). Sin embargo, son Taibo II y Vizcaíno (1984), quienes por primera vez aclaran la identidad de
las dos partes de las entrevistas; cabe mencionar que la información original está contenida en las declaraciones de Gómez-Phillips-Seaman a
Theodore Draper (GÓMEZ, 1986).

336
este vi aj e haya hecho los con tactos necesarios para que el 5 de mayo de
1921, la organización estudiantil guatemalteca publique un desplegado en
el Diario de Centroamérica, copia del mensaje enviado al PCM, a la
Federación de Jóvenes Comunistas, a la Federación Comunista del
Proletariado, al Partido Socialista, al Partido Agrarista a la Federación
Regional Obrera Mexicana (sic) y al Buró Latinoamericano de la IC, en
el cual se le pedía a estas organizaciones mexicanas que presionaran al
gobierno norteamericano para detener la invasión panameña a Costa Rica
(ver apartado 4 de El dilema del istmo. 1850-1921). El manifiesto de la
AEU lo firmaron los dirigentes de la organización, entre los que se
encontraban el propio Asturias y el estudiante salvadoreño José Luis
Barrientos (TARACENA ARRIOLA, 1989a: 51-52).
El 8 de junio de 1921, la prensa guatemalteca denuncia, como
actividades bolcheviques, el reparto de volantes con escritos de Lenin y
Trotsky (MELGAR BAO, 19 84: 134).
Es posible que Phillips y San Vicente hayan regresado a Guatemala
pocos meses después, ya que una nota periodística de septiembre de 1921
los sitúa dando conferencias y organizando mitines en ese país centroame-
ricano. Asimismo, hay indicios de que el anarcocomunista peruano
Leopoldo Urmachea, al ser deportado en febrero de 1922 a Guatemala, se
haya integrado a los trabajos de la UOS (MELGAR BAO, 1984: 134-135).
Con todo esto, los miembros de la UOS, quienes permanecieron
fieles a la causa (a excepción de unos pocos que aceptaron las prebendas
del presidente Orellana), mandan un delegado al 11 Congreso de la
Federación de Jóvenes Comunistas de México" con amplias facultades para
pactar con dicha Institución". Dicho congreso se llevó a cabo del 12 al 15
de agosto de 1922, "habiéndose llegado al acuerdo de que Unificación
Obrera Socialista se transformara en Partido Comunista de Guatemala"

337
(MELGAR GONZÁLEZ, 1925: 1-2). En todo caso, la fundación del PC de
G, tal como la señala Melgar González (y como lo interpreta Taracen a
Arriola) no se diferenciaría en esencia de la fundación de partidos
comunistas tan significativos como el mexicano: la reunión de unos pocos
militantes atraídos por las consignas de la IC, los cuales deciden adherirse
a la misma, antes de formar una estructura permanente a nivel nacio-
nal16.
La prensa comunista internacional (Communist International, # 166-
167) registra por primera vez al grupo comunista centroamericano en
1921, en el Llamamiento del Movimiento Internacional de Mujeres
Comunistas, en el que daban un "voto de apoyo" a los grupos comunistas
de Cuba y Centroamérica (citado en CERDAS CRUZ, 1986: 183).
Poco después, en un artículo aparecido en INPREKOR 17 en noviem-
bre de 1922, Edgar Woog 18 menciona la propuesta hecha a los guatemal-
tecos de "fundar un partido legal a pesar de las dificultades, [el cual]
podría salir con consignas socialdemócratas, lo cual llevaría a fuertes
controversias con los anarquistas" (STIRNER, 1922: 15 3 7). Esta
información, la primera que alude claramente a la relación UOS-IC, Woog
seguramente la recibiría en el 11 Congreso de la JC de México; poco
después sale rápidamente a Moscú para asistir al IV Congreso de la IC
(TAIBO 11, 1986: 186).

16
La fecha de fundación del PC de G es ampliamente debatida. Arturo Taracena (1989a: 52-53) afirma: "no cabe duda que esta fecha
corresponde más bien a la intención de un sector de la UOS por poner en pie una nueva organización de acuerdo a los postulados de la IC que
a su fundación de hecho". Por su parte, Luis Villagrán (SSA IC, 1929: 225) cita el año de 1923. Sin embargo, en esta fecha de 1922 (sin precisar
día o mes) como la de fundación del PC de G, coinciden tanto el informe de Melgar González (1925) como Miguel Ángel Vásquez (ISUNZA
VERA, 1992). Carlos Figueroa !barra (1989a: 313) asume una hipótesis parecida a la nuestra.

17
La Correspondencia de Prensa Internacional de la IC será citada como INPRECOR en todas sus versiones, exceptuando la alemana, que
aparecerá como INPREKOR.

18
Actuando bajo el seudónimo de Alfred Stirner, el suizo Edgar Woog sería el representante del PCM ante el 11 Congreso de la Internacional
Juvenil Comunista (Moscú, fines de 1921) y el IV Congreso de la IC. 'ºNacido en 1898 en Suiza, estudia en Basilea y Hamburgo, se une a la
juventud socialdemócrata suiza y al PSD en 1917. Viaja a México con su familia, donde su padre establece una joyería. Adopta al conectarse
con los medios radicales el seudónimo de Alfred Stirner" (TAIBO 11, 1986: 338 -nota 37-).

338
En síntesis, entre 1921 y 1922, un grupo de artesanos, obreros e
intelectuales, aglutinados principalmente en torno a la UOS, se conforman
como Partido Comunista de Guatemala e inician sus contactos con la IC
a través de México y la prensa comunista internacional.

5.
En el plano mundial, existen indicios del creciente interés de la IC sobre
Latinoamérica. En enero de 1921, el Comité Ejecutivo de la IC (CEIC),
lanza el manifiesto Sobre la Revolución en América, dirigido a "la clase
obrera de las dos américas" (MELGAR BAO, 1984: 121). En el documento
se reconocía oficialmente al movimiento revolucionario de América
Latina, se aceptaba de manera condicional a las secciones existentes, se
manifestaba la preocupación por crear líneas específicas de acción
regional, y se denunciaba la intervención de los EEUU en Centroamérica
y el Caribe. Pero, también se demostraba un desconocimiento de la
región, median te errores de geografía y en la extrapolación a América del
peligro europeo de la socialdemocracia. Finalmente, el CEIC carac-
terizaba la revolución latinoamericana como agraria y continental, y como
la única forma de contrarrestar la dominación norteamericana (MELGAR
BAO, 1984: 123-124).
Al 111 Congreso de la IC (del 22 de junio al 12 de julio de 1921)
asisten, entre otros, Roy, su esposa (Evelyn Trent) y el mexicano Manuel
Díaz Ramírez, como representante de la CGT.
Cabe resaltar que en el 111 Congreso se pres ta poca atención a los
problemas "de Oriente" y América Latina, por lo que Roy, en lugar de
presentar su ponencia, el 12 de julio, protestó públicamente en la sesión
plenaria, por el escaso interés de los dirigentes de la IC y de los partidos
europeos en la "cuestión colonial" (CERDAS CRUZ, 19 86: 68). Sin

339
embargo, en este Congreso se decide fundar el Buró Latino de la IC,
presidido por el suizo Jules Humbert-Droz. A pesar de dedicarse a países
tan diferentes como Francia, Italia, Bélgica, España, Portugal y América
Latina, la fundación del Buró Latino impulsará una ascendencia progresiva
de Latinoamérica dentro de la IC (MELGAR BAO, 1984: 126-127).
Por último, podemos mencionar que durante el III Congreso, el
norteamericano Louis C. Fraina ("la figura" del comunismo de los EEUU,
a la muerte de J ohn Reed), redacta un artículo, avanzado para la época,
en el cual afirma que el polo de gravitación del capitalismo internacional
había pasado de Europa a los Estados Unidos, y que, por lo tanto, la
COMINTERN tendría que irse interesando cada vez más en la zona de
influencia del nuevo imperialismo: la América Latina. Sin embargo, el
texto de Fraina pasó poco menos que desapercibido (MELGAR BAO, 1984:
131).

6.
Entre el 5 de noviembre y el 5 de diciembre de 1922, se realiza en Moscú
el IV Congreso de la IC. Esta reunión lleva sobre sus espaldas los últimos
momentos de la Guerra Civil y de la agresión militar de las potencias
europeas, así como el signo de la derrota comunista en Alemania. La IC,
ante la nueva correlación de fuerzas, y abandonando la visión insurrec-
cional-eurocen tris ta de la revolución mundial, propone el llamado "Frente
Único Antiimperialista" para los países coloniales y semicoloniales, como
correlato del "Frente Único Proletario en Europa" (CERDAS CRUZ, 1986:
70-71).
El CEIC asume un papel de dirección, como el Estado Mayor de la
revolución mundial, lanzando la consigna de igualar a los partidos no
europeos con el modelo ruso-alemán. Esta política de "pureza" de la

340
autoproclamada vanguardia del proletariado se conoce como la "bolchevi-
zación" de los partidos comunistas, política que provocará las primeras
luchas internas en las secciones latinoamericanas, así como las fricciones
con los antiguos aliados anarquistas (MELGAR BAO, 1984: 133)
Como delegado del PCM al IV Congreso de la IC va Edgar Woog,
quien había asistido a los trabajos del 11 Congreso de Internacional Juvenil
Comunista, a finales de 1921, y al 11 Congreso de la Juventud Comunista
de México, a su regreso a este país. Sale para Moscú a principios de
septiembre de 1922 (TAIBO 11, 1986: 184-186).
A raíz de la estancia de Woog en Moscú, se publican en las
ediciones alemana y francesa de INPRECOR, los artículos sobre la
situación socio-política y económica de Guatemala, así como de los
contactos con la UOS 19 • Los conocimientos necesarios para la redacción
de tales artículos, debe haberlos adquirido en una entrevista con la
delegación centroamericana que asiste al congreso de la JC, en agosto de
1922, además de los contactos de Phillips-San Vicente-Urmachea a
mediados de 1921.
El 20 de enero de 1923 aparece en INPRECOR un llamamiento del
CEIC A los campesinos y obreros de la América el Sur, entre los que se
incluía a todos los países latinoamericanos 20 • Básicamente, se trata de la

,
traducción de los acuerdos del IV Congreso a las condiciones de la región
latinoamericana. El documento dejaba ver el cambio en la visión mundial
del CEIC: se reconocía la influencia creciente de EEUU en el capitalismo
internacional y proponía a los trabajadores latinoamericanos una alianza

19
La versión alemana ya fue citada (Aus Guatemala); la versión francesa es casi una traducción textual, y apareció en La Correpondance
lntemationale, # 88, del 18 de noviembre de 1922, bajo el título "Dans un coin perdu de l'Amérique Centrale au Guatemala".

20
En la caracterización del período que elabora la IC, se destaca la visión de "las dos américas"; los EEUU y América Latina. Tendrá que
esperarse hasta el VI Congreso de la IC (1928) para que los líderes comintemistas afinen sus conocimientos del "nuevo" continente.

341
global (bajo la dirección de la IC y la ISR) para oponerse a la ola
represiva por parte de los gobiernos latinoamericanos 21 (MELGAR BAO,
1984: 155).
Con fecha 21 de agosto de 1923, el CEIC envió una carta al PCM.
En el último capítulo, se señalaba brevemente la necesidad de que los
comunistas mexicanos trabajaran estrechamente con los demás partidos
comunistas y movimientos latinoamericanos, en aras de formar un frente
americano contra el imperialismo (TAIBO II, 1986: 214-217).
Apenas un mes después (septiembre de 1923), el CEIC envía otra
carta a una sección de la IC, cuyo destinatario era el Comité Directivo del
Partido Comunista de Centro América y Sud América. Como en el anterior
manifiesto, de enero de 1921 (Sobre la Revolución en América), el CEIC
demuestra una deficiente comprensión geográfica de la región. En la carta
se llamaba a los centroamericanos a atacar el monroísmo obrero de la
COPA 22 , a luchar por la libertad de prensa y por la formación de la
conciencia revolucionaria en los obreros y campesinos. Por último, el
CEIC invitaba a la "Sección Centroamericana de la IC" a asistir al
próximo V Congreso de la COMINTERN, y a estrechar los lazos con los
partidos comunistas de EEUU, México, Canadá, Chile, Brasil, Uruguay,
Argentina y "el grupo comunista de Cuba", con la perspectiva de formar
con todos ellos un frente único del movimiento revolucionario latinoameri-
cano. Salta a la vista, en este último apartado, el semejante resultado que
buscaba el CEIC con sus cartas a México y Centroamérica, en acuerdo con
los resol u ti vos del IV Congreso (MELGAR BAO, 19 84: 15 6-15 8).

21
A raíz de los incendiarios llamados de la IC en su IV Congreso, y ante el ascenso del movimiento obrero y campesino, representantes de
los gobiernos de la mayoría de los países sudamericanos se reúnen en Buenos Aires, en 1922, para coordinar las acciones de sus cuerpos
policíacos (MELGAR BAO, 1984: 150).

22
Con este término se designaba la política de los dirigentes sindicales amarillos norteamericanos (Gompers y compañía), por su semejanza
con los postulados de Monroe (exclusividad hemisférica de los EEUU), en el campo de la organización sindical.

342
7.
El V Congreso de la IC se llevó a cabo en Moscú del 16 de junio al 8 de
julio de 1924. Las sesiones se dieron en un ambiente de disputas entre las
diferentes fracciones del partido ruso (en medio de la llamada "lucha
contra el trotskismo"). El V Congreso se distingue, en cuanto a la
"cuestión colonial", por la aceptación de que la revolución en Europa ya
no es el centro de la mundial, reconociéndose el papel estratégico de la
lucha en los "países coloniales y semicoloniales" dentro de la perspectiva
ecuménica.
Por primera vez, los delegados latinoamericanos asumen, en una
proporción importante, misiones en los cuerpos de dirección de la IC: dos
en la Comisión Política, uno en la Comisión de Organización, dos en la
Comisión de Programa (Roy y Woog), uno en la Sindical, dos en la
Comisión para las Cuestiones Nacionales y Coloniales, uno en la
Campesina; uno en la encargada de las cuestiones juveniles, y dos
delegados en la Comisión de Propaganda (CERDAS CRUZ, 1986: 81-82).
Uno de los delegados más significativos de América Latina fue Bertram D.
Wolf e 23 , represen tan te al PCM; pronunció un discurso en la sesión del
26 de junio, explicando el peligro del imperialismo norteamericano para
el proletariado mundial, y resaltando la importancia en la lucha contra
aquél del proletariado latinoamericano (CERDAS CRUZ, 1986: 83).
En el V Congreso se aprueba la fundación del Socorro Rojo
Internacional (SRI), concebido como una organización no partidaria que
funcionaría como mediadora para la ayuda a los revolucionarios per-
seguidos; asimismo, se crea la Internacional Campesina, para impulsar la

23
Taibo 11 (1986), en la nota 125 de la quinta parte, dice de él: "fue miembro del ala izquierda del Partido Socialista, militó en el P.C. en
Nueva York y pasó a California clandestinamente a causa de la persecución política. Allí se reincorporó al Partido Comunista hasta 1922 en que
viajó a México". Wolfe se incorpora en 1923 al PCM y será representante de éste en el V Congresos de la IC y en el 111 de la ISR, en 1924.

343
lucha por un gobierno obrero-campesino, a través de la alianza entre estos
dos sectores. Ambas organizaciones, para la IC, tendrían que funcionar
como organizaciones de masas con un papel fundamental en la formación
de un Frente Único (línea del Congreso). La creación de secciones del SRI
sería una obligación de los partidos comunistas a partir de ese momento.
Por otro lado, la IC impulsó la política de bolchevización, provocando,
en la práctica, una doble línea (Frente Único Antiimperialista, por un
lado, y bolchevización de los partidos 2 4, por el otro). Los resultados de
dicha contradicción fueron: un creciente sectarismo de los partidos
comunistas; el enfrentamiento con caudillos antiimperialistas, regionales
o nacionales, no comunistas (Sandino, por ejemplo); y la no corresponden-
cia entre el tipo de organización y objetivos planteados, y las realidades
de los países latinoamericanos (debilidad del sindicalismo e imposibilidad
de contar con una vanguardia exclusivamente comunista) (CERDAS CRUZ,
1986: 97-109 y TAIBO II, 1986: 243-246).
Cabe destacar en este V Congreso, la creación del Secretariado
Sudamericano de la IC (la cual se realiza en Buenos Aires, en 1925), como
una medida tendente a la atención especializada por parte del CEIC, a una
región cada vez más estratégica para la revolución mundial.
Por lo que respecta a Centroamérica, la Comisión de Mandatos
registra la existencia de una militancia de 50 miembros, de la sección de
América Central, la cual aún no había sido admitida en la IC de manera
formal (CERDAS CRUZ, 1986: 98).

8.

24
Rodolfo Cerdas (1986: 197) define la bolchevización, como "la formación de una organización centralizada, monolítica, fuertemente
coherente y dispuesta a desembarazarse de cualquier diferencia en las propias filas. Era la fidelidad a la idea de la dictadura proletaria y al
leninismo".

344
Entre 1923 y abril de 1925, el grupo comunista guatemalteco fue
ampliando su ascendiente sobre los trabajadores organizados, buscando,
en primer lugar, aumentar su autoridad entre las organizaciones ya
existentes hasta llegar al punto de tomar la dirección de éstas. La
dirigencia del Partido estaba conformada en su mayoría por artesanos y
obreros, los cuales llevaban a cabo una labor semiclandestina de
reclutamiento de los mejores cuadros sindicales o gremiales. En algunos
casos, los miembros del PC de G buscaban consolidar su influencia en
organizaciones ya constituidas (carpinteros, p.ej.) mientras, en otros
casos, ellos mismos fundaron grupos de trabajadores (Sindicato General
de Panaderos, p.ej.). La relación entre la actividad partidaria y la sindical
u organizativa era muy estrecha, aunque diferenciada. Mientras la labor
sindical se daba de manera abierta, las actividades del Partido Comunista
eran clandestinas, ya que, en estos años, nunca fue reconocido legalmente.
Tanto el partido como la UOS, fueron reprimidos varias veces, y sus
efímeras publicaciones (El Comunista y Nuestra Palabra) prohibidas
inmediatamente. Territorialmente, el PC, fue fundado en la Ciudad de
Guatemala, pero pronto se extendió a Quetzaltenango, Escuintla y Jutiapa
(WITZEL DE CIUDAD, 1991: 203-206).
En el mes de julio y el 7 de noviembre de 1923, fueron allanadas las
oficinas del partido por la policía guatemalteca. En la segunda acción
fueron encarcelados Antonio Cumes y Antonio Avelar, quienes per-
manecieron un mes en prisión. El 3 de febrero de 1924 fue saqueado una
vez más el local del PC, ocasión en que fue apresado Alberto Del Pinal.
Sometido a torturas increíbles, Del Pinal no recuperó la libertad sino
hasta mayo de 1925 (MELGAR GONZÁLEZ, 1925: 3-4; EL LIBER-
TADOR, MAR/1925: 16 y EL LIBERTADOR, MAY/1925: 16).
Cabe destacar que, el 25 de enero de 1924, el grupo comunista

345
guatemalteco organizó una manifestación de duelo en memoria de Lenin,
la cual fue reprimida por el gobierno de Orellana (MELGAR GONZÁLEZ,
1925: 4).
Si confiamos en el informe de Max Melgar al 111 Congreso del PCM,
el 1 ° de enero de 1925, el PC de G (en el cual militaron, por esos años,
intelectuales salvadoreños como Miguel Ángel Vásquez y Moisés Castro
y Morales 25 , o el mismo A. Farabundo Martí) se convierte en Partido

Comunista de Centroamérica (PCCA), teniendo como principal tarea la


organización de las secciones en los cinco países de la región, más otra
en la colonia inglesa de Belice (MELGAR GONZÁLEZ, 1925: 2-3).

9.
Por el informe de Melgar González al 111 Congreso del PCM (abril de
1925) se sabe que el comunista norteamericano Roswell (Rosalío cuando
firma en español) S. Blackwell 2 6 fue hecho prisionero junto a trabajado-

25
"Llega a Guatemala siendo adolescente, con el fin de estudiar la carrera de Derecho en la Universidad Nacional, a principios de los años
veinte. Allí jugó un papel importante como agitador político, junto a sus compatriotas José Luis Barrientos y Agustín Farabundo Martí. En 1923
forma parte de la directiva de la Revista Studium, órgano de la AEU, y un año más tarde pasa a ser su director. En 1925, con Martí, forma el
núcleo de intelectuales comunistas salvadoreños que participó en la constitución del PCCA, junto a los militantes del PC de G. Ese mismo año,
desde las páginas de Studium, Castro Morales relanza el debate sobre la autonomía universitaria, lo que le vale la expulsión de Guatemala, como
les había sucedido a José Luis Barrientos y a Clemente Marroquín Rojas un año antes. De regreso a Guatemala, en 1927, tras el fallecimiento
del general Orellana, Castro Morales reinicia su militancia en la política universitaria. Entre 1927 y 1928, escribe varios artículos en la
Correspondencia Sudamericana, sobre la situación del movimiento obrero en la América Central, y en las páginas de Studium analiza el
pensamiento de Alberto Masferrer. En 1929 obtiene el título de abogado en la Universidad de San Carlos. De regreso a El Salvador,
posiblemente en el año 1930, Castro Morales milita en las filas del recién constituido PCES. En efecto, forma parte del grupo de intelectuales
que están cerca de la dirección encabezada por Martí. Durante los acontecimientos de 1932 juega un papel de importancia, primero, en la defensa
de la tesis de la participación comunista en las elecciones municipales de enero y, segundo, oponiéndose a la planificación de la insurrección
militar planteada por Martí, Mármol y otros dirigentes del PCS. Estas tesis fueron compartidas también por Max Ricardo Cuenca, salvándose
ambos de la represión que siguió a la insurrección de 1932" (fARACENA ARRIOLA, s.f.). Mármol (DALTON, 1983: 235) lo cita como
fundador de la Escuela Claridad, en la Guatemala de los años cuarenta, junto con los también salvadoreños Daniel Castañeda, Virgilio Guerra,
Graciela García y Matilde Elena López. Según Obando Sánchez (1952: 9), Castro y Morales fue miembro de la Unificación Obrera Socialista
y seguía vivo para 1952.

26
Muy poco sabemos de la vida de Blackwell. Taracena Arriola sólo lo cita como "un comunista norteamericano que estaba en contacto con
el PCM y que trabajaba para la Liga Pro Luchadores Perseguidos con sede en México" (fARACENA ARRIOLA, 1990: 92). Los mismos
servicios diplomáticos de EEUU dudaban de su nacionalidad, más sabían que su madre vivía en Tucson, Arizona, y un tío (Henry L. Thomas)
en Brooklyn, Nueva York (DENNIS, 1925: 1). En México se le conoció, después de su viaje a Centroamérica y captura en Honduras, como
Rosalío Negrete. Lo vemos en un par de fotografías, posando con el Comité de la Federación de Jóvenes Comunistas de México, en diciembre
de 1927 y en 1928 (Congreso de la FJCM) (ver FERNÁNDEZ ANA YA, 1985: 235 y 239), y en otra más, asistiendo a una conferencia del PCM
en abril de 1928 (ver CAMPA, 1978: apéndice gráfico sin folio). Julio Gómez (o Ramírez) Rosovski, señala a Blackwell como líder de la
"fracción trotskista" al interior de la FJCM, en 1929 (GÓMEZ-RAMÍREZ, 1985: 244). Por último, se sabe que en enero de 1930, Negrete

346
res bananeros por participar en un movimiento de estos últimos, en San
Pedro Sula, y encarcelado durante ocho días, en 1924. El norteamericano
se encontraba en Honduras tratando de organizar la sección nacional del
PCCA (MELGAR GONZÁLEZ, 1925: 3).
En la primera quincena de julio de 1925, Blackwell fue nuevamente
detenido en La Ceiba, Honduras. Su captura por parte del ejército
hondureño, se debió a la presión del encargado de negocios de la legación
norteamericana en Tegucigalpa, Lawrence Dennis. Blackwell fue detenido
con varios documentos en su poder 27 , copias de los cuales el diplomático
envió al Secretario de Estado de EEUU, con sede en Washington, en
informe especial fechado en Tegucigalpa, el 14 de julio de 1925 (DENNIS,
1925). Dichos documentos aportan datos muy importantes respecto a las
acciones del PCCA:
1. El Secretario del Exterior del PCCA fue A. Farabundo Martí y la
primera edición del Manifiesto del PCCA, salió a la luz el 1° de
mayo de 1925, en Guatemala.
2. La estructura del PCCA estaría formada por las secciones de las
crnco repúblicas centroamericanas (más Belice), las cuales tendrían
como organismo rector el Comité Central Ejecutivo (formado por
cuatro secretarios: General, del Interior, Financiero y de Actas; así
como por dos secciones: de Propaganda Verbal, Literatura y
Organización -tres miembros-, y de Estadística -tres miembros),
con sede en Guatemala.
3. La base social serían obreros, campesrnos y soldados, agrupados

(Blackwell) se encuentra dentro del grupo de expulsados del PCM, por "conciliadores", "liquidacionistas" y "trotskistas" que formarán el Partido
Comunista Nacional (como Bach, Diego Rivera, Flores Magón, Vargas Rea, Úrsulo Galván, etc.) (MELGAR BAO, 1984: 279).

27
Los documentos de referencia son: PCCA, 1925; BLACKWELL, l 925a; BLACKWELL, l 925b; y MARTÍ, 1925. Anexados a este último,
se encontraban tres documentos: Métodos y organización de la propaganda comunista en el campo, El Consejo Campesino Internacional y Bases
del Partido Comunista de Centroamérica.

347
en torno a las locales que cada sección debería fundar.
4. El objetivo central del PCCA sería "el advenimiento de una
Sociedad en la cual el libre desarrollo de cada uno, sea condición
del libre desarrollo de los demás", meta que podría llevarse a cabo
mediante "la fuerza del Proletariado encaminada hacia la conquista
del Poder del Estado, dando cima a la Dictadura del Proletariado,
o Gobierno del Pueblo Trabajador" (PCCA, s.f.: 1-2).
5. El PCCA declaró dos fechas festivas: el 1 ° de mayo y el 7 de
noviembre.
6. El PCCA "trabajará por todos los medios a su alcance para
obtener su admisión en la Tercera Internacional Comunista con la
cual está de acuerdo en todos sus puntos" (PCCA, s.f.: 2).

De los informes de Den nis al Secretario de Estado de los EEUU, se


infiere que Blackwell fue expulsado de Honduras, en los días inmediata-
mente próximos a su captura (DENNIS, 1922: 6).
Las actividades del PCCA todavía no han podido ser reconstruidas
a cabalidad. Se tiene conocimiento, además de lo ya mencionado, de la
anuencia del comunista Abarca en Nicaragua, para la fundación de la
respectiva sección, y que, para el mismo fin, una delegación de Guatemala
fue a El Salvador (TARACENA ARRIOLA, 1989a: 54). En Honduras,
según los testimonios de Miguel Mármol y Miguel Ángel Vásquez, además
de los esfuerzos de Blackwell, se contó con el consentimiento de Manuel
Cálix Herrera, líder comunista de los trabajadores bananeros de la costa
norte 28 (ISUNZA VERA, 1992: 44 y ss. y TARACENA ARRIOLA, 1982:

28
Nacido en 1900, el obrero agrícola Manuel Cálix Herrera fue fundador de círculos de estudio marxistas en las plantaciones bananeras, en
el litoral norte de Honduras. En 1925, Cálix Herrera no puede estar presente en la construcción del Partido Comunista de Centroamérica en
Guatemala, pero envía su comentario, según informaciones de Miguel Mármol y Miguel Ángel Vásquez. Cálix Herrera fue electo primer
Secretario General del PCH. En las elecciones de 1932, fue candidato a la presidencia del país por el Partido del Trabajo, nombre bajo el cual

348
426).
Todo parece indicar que los trabajos del PCCA no fueron más allá
de la edición, por parte de Miguel Ángel Vásquez, de un manifiesto del
partido en la imprenta del PCM, en 1929, el cual fue distribuido a El
Salvador y Honduras, inmediatamente después del regreso de aquél a
Guatemala. En realidad, los partidos de Honduras (fundado en 1927) y El
Salvador (creado en 1930) tendrían un desarrollo autónomo a las
iniciativas de los guatemaltecos y, en especial, a las del PCCA.

10.
Una segunda fase en el desarrollo del PC de Guatemala viene marcada por
el ascenso de su influencia dentro del movimiento de trabajadores
organizados. Esta etapa inicia con el rompimiento con la corriente
mutualista de la FOG, a partir del nombramiento del representante
guatemalteco ante la COCA a principios de 1926.
La elección, en 1ugar de realizarse entre todas las organizaciones
existentes en Guatemala -como lo marcaba el reglamento de la COCA-,
sólo se llevó a cabo entre los miembros de la FOG, resultando electo el
antiguo dirigente mutualista J. Atanasio Miranda.
Debido a los mecanismos autoritarios y excluyentes utilizados para
la designación de Miranda, aunados al descontento existente en las bases
por el creciente apoyo económico gubernamental que recibían los
representantes de la FOG, se inició un fuerte movimiento por la realiza-
ción de nuevas elecciones, con el consecuente desconoci mi en to de Miranda
como delegado guatemalteco ante la COCA. Las acciones encabezadas por

el PCH -virtualmente en la ilegalidad- se presentó a las elecciones presidenciales, con poco éxito. En 1933, a raíz de la elección del general
Carías Andino, Cálix Herrera es hecho prisionero nuevamente por la policía. Muere dos años más tarde, víctima de la tuberculosis contraída
en la prisión (fARACENA ARRIOLA, s.f.).

349
los comunistas, desembocaron en la renuncia de Miranda y la realización
de nuevas elecciones. Las votaciones tuvieron como resultado: Francisco
Castro: 118 votos; J. Atanasio Miranda: 45 votos; Miguel Tizón (antiguo
dirigen te de la LOU): 40 votos. El panadero Francisco Castro, fue el
primer secretario general del PC de G y líder del Sindicato Central de
Panificadores. La elección se llevó a cabo el 12 de febrero de 1926.
El avance de la corriente sindical con influencia del PC queda
patente, además de en la elección de Francisco Castro, en la composición
de la FROG, donde empezaría a ejercer primero una alianza con la
disidencia mutualista de la FOG -1926-, después una convivencia con los
anarcosindicali s tas, mu tu alis tas y sindicalistas moderados -1927- y más
tarde la plena dirección de la Federación (WITZEL DE CIUDAD, 1991:
206-211).
En 1927, en Honduras, los sectores más radicalizados del sindicalis-
mo de la costa norte reorganizan el Partido Comunista de Honduras, con
base en la sección hondureña del PCCA 29 (POS AS, 1977: 18). Algunos
de los militantes del PCH fueron Manuel Cálix Herrera, Juan Pablo
Wainwright, Graciela A. García, F. Armando Amaya (hermano de la
anterior, salvadoreños los dos), José Ángel Trujillo, Fernando Cañas,
Néstor J. Juárez (guatemalteco) 30 , Carlos F. Gómez, Maximiliano Uclés,
Zoroastro Montes de Oca, Ángela Andino; y los licenciados José Pineda

29
Arturo Taracena afirma que, en 1927, lo que funcionaba en Honduras como Partido Comunista, era una organización denominada Sociedad
Leninista, pues la fundación del verdadero PCH se dio en el transcurso del año 1929, después de la celebración del primer Congreso
Obrero-Campesino de Tela (TARACEN A ARRIOLA, s.f.: CÁUX HERRERA, Manuel).

'°Fue zapatero. "Fundador del Partido Comunista de Guatemala, en 1922 y su Secretario General de 1924 a 1926. En 1924 es capturado
junto a los otros miembros del Secretariado por la policía del régimen del general José María Orellana. Liberado tres meses más tarde se dedica
a trabajar en la fundación de la Federación Regional de Obreros de Guatemala, de la que es delegado ante la Confederación Obrera de
Centroamérica -COCA-, de 1926 a 1928, con el cargo de Tesorero. En 1930 es deportado hacia Honduras en donde milita en la Federación
Obrera Hondureña y trabaja en la Sección local del Socorro Rojo Internacional. Capturado a raíz de un movimiento de huelga en las plantaciones
bananeras, es deportado hacia la ciudad de León, en Nicaragua. Allí se pone en contacto con los miembros del Obrerismo Organizado, pero
las autoridades nicaragüenses no tardarán en apresarlo y deportarlo hacia el puerto de La Unión, El Salvador. No se tienen noticias de que en
1932 haya sido apresado en la redada organizada por Ubico contra el PC de G. En septiembre de 1944 es uno de los cofundadores de la Escuela
Sindical "Claridad" (TARACENA ARRIOLA, s.f.). Según Obando Sánchez, Juárez estaba vivo para 1952 (OBANDO SÁNCHEZ, 1952: 9).

350
Gómez, Francisco Murillo Selva, Arturo Martínez Galindo, Óscar A.
Flores y Julián López Pineda (GARCÍA, 1981: 99-100).
En enero de 1926, los estudiantes peruanos Esteban Pavletich y
Nicolás Terreros, así como el comunista cubano Julio Antonio Mella,
estuvieron en Guatemala y fundaron la sección en ese país de la Liga
Antiimperialista de las Américas (LADLA), en la última semana de ese
mes. Los asistentes a dicho evento fueron la AEU, miembros de la
Universidad Popular y trabajadores de distinta filiación. Viéndose atrapa-
dos por la efervescencia de la huelga de panaderos y como resultado de su
agitación antiimperialista, fueron expulsados del país por la policía
orellanista (TARACENA ARRIOLA, 1989a: 53 y LADLA: 1926: 2).
Podríamos decir que en este período de 1926-1927, los grupos (o
partidos) comunistas de Guatemala y Honduras tendrán un fortalecimiento
considerable gracias a su inserción en el movimiento sindical. Como queda
anotado, una de las principales influencias para el mantenimiento de los
lazos con la IC (en especial el PCM) serían los militantes de otros países
que por esos años recorrieron Centroamérica.

11.
La visión del mundo de la IC, entre el V (1924) y el VI (1928) congresos,
estuvo claramente marcada por dos fenómenos: por un lado, la es-
tabilización del capitalismo, con el consecuente alejamiento de cualquier
perspectiva insurrecciona! en Europa; y, relacionado con lo anterior, el
desplazamiento del centro revolucionario a los países 11
orientales 11
, en
especial, Asia y América Latina.
En este contexto, entre el 17 de agosto y el 1 ° de septiembre de
1928, se lleva a cabo el VI Congreso de la III Internacional. El centro de
la discusión fue la revolución en China (recuérdese la traición del

351
KUOMITANG a los comunistas en 1927), sin tomar en cuenta los
elementos que en el próximo año provocarían la crisis más aguda del
sistema capitalista vista hasta la fecha (CERDAS CRUZ, 1986: 126).
Lo más destacado del VI Congreso para América Latina fue, sin
duda, el informe sobre la región que presentó el suizo Jules Humbert-
Droz. Fue la primera discusión programada acerca del tema dentro de los
congresos de la IC. Humbert-Droz, miembro del Buró Latino, planteó en
la 32ava sesión (16 de agosto de 1928) la primera caracterización afinada
de los problemas socio-económicos latinoamericanos, de sus conflictos
políticos, de la influencia en el área del imperialismo norteamericano y,
principalmente, de las tareas de los partidos comunistas. Sostuvo que, a
partir de entonces, iba a destacar la importancia central del imperialismo
norteamericano dentro del capitalismo mundial (8 años después de las tesis
de Fraina); aseguró que el rasgo común de los países latinoamericanos era
el carácter semicolonial de sus estructuras económicas, políticas y
sociales; y analizó los procesos políticos de tal forma que le llevó a
caracterizar los movimientos revolucionarios como democrático burgueses,
donde dominaban las luchas campesinas contra los latifundistas y no las
luchas de la burguesía por un desarrollo autónomo respecto del imperialis-
mo (CERDAS CRUZ, 1986: 126-133).
En consecuencia, Humbert-Droz concluía que las tareas centrales de
los partidos comunistas debían ser: conquistar la hegemonía en los
movimientos antiimperialistas; formar un bloque con obreros, campesinos
y la pequeña burguesía revolucionaria, conservando la independencia
dentro del mismo. Las consignas a proclamar en las luchas revolucionarias
latinoamericanas por los comunistas serían: la expropiación sin indem-
nización y nacionalización del suelo y el subsuelo, la entrega de tierra
para la explotación colectiva o en minifundios, la confiscación y

352
nacionalización de las empresas extranjeras, la anulación de la deuda
externa, la jornada laboral de 8 horas y la liberación de la fuerza de
trabajo que todavía permaneciera bajo formas de explotación semif eudal,
armar a obreros y campesinos, la destrucción del ejército y su reemplazo
por una milicia obrero-campesina, la abolición del poder de los ter-
ratenientes y la iglesia, y la creación inmediata de soviets de obreros,
campesinos y soldados (CERDAS CRUZ, 1986: 133-136).
Con estas consignas, la IC impulsaba a los partidos latinoamericanos
a la acción, bajo una perspectiva que conjugaba la posibilidad de que los
países de América Latina pudieran saltar ciertas etapas del desarrollo
capitalista gracias a la instauración de un régimen soviético (con el apoyo
de la URSS), a la vez que preveía un largo período de estabilidad del
capitalismo mundial y, en especial, de la economía norteamericana (ver
las previsiones de Bujarin en el VI Congreso) (CERDAS CRUZ, 1986:
142-163).
La IC cambiaría la táctica del Frente Popular, por la que se conoce
como de "clase contra clase". Se abre lo que, en la historiografía
comunista, corresponde al "tercer período", en continuidad con el primero
(desde la revolución soviética hasta la derrota de la alemana) y el segundo
(de estabilización capitalista, el cual determinaría la política del Frente
Popular). La creación del término tercer período corresponde al delegado
de Finlandia al VI Congreso (Otto Kuusinen), quien caracterizó la
coyuntura como un período de nuevo ascenso revolucionario y de un
movimiento de masas cada vez mayor, junto a una mayor represión por
parte de los diferentes Estados capitalistas (CERDAS CRUZ, 1986: 166).

12.
Al VI Congreso de la IC, el PC de Guatemala envió a su secretario

353
general, el zapatero Antonio Cu mes. Según Luis Villagrán, delegado
guatemalteco a la Primera Conferencia Comunista Latino Americana
(Buenos Aires, 1929), la invitación al VI Congreso para el partido
guatemalteco llegó a través del PCM. Sin embargo, los mexicanos no
cuidaron la coordinación última para el viaje, motivo por el cual el
delegado Cumes llegó a Moscú cuando el Congreso ya había concluido
(SSA IC, 1929: 135). No obstante, el viaje de Cumes no fue infructuoso,
ya que pudo asistir al Congreso de la Internacional Juvenil Comunista, e
informar a su regreso a los centroamericanos de lo visto en la URS S.
Dentro de las actividades de la IC en 1928, cabe destacar la
formación de un grupo de trabajo del CEIC, encargado de América Latina
(el llamado Secretariado Latinoamericano de la IC), formado por Jules
Humbert-Droz, el italiano-argentino Vittorio Codovilla, Edgar Woog y el
ruso (¿o búlgaro?) S. Mineff31 • Después de varias sesiones de delibera-
ciones este grupo llegó al acuerdo de realizar dos conferencias para
América Latina: una sindical y otra de los partidos comunistas (TARACE-
N A ARRIOLA, 1989a: 57).
Así, en mayo de 1929 se lleva a cabo en Montevideo, Uruguay, el
Congreso Constituyente de la Confederación Sindical Latino Americana,
y en junio del mismo año, la Primera Conferencia Comunista Latino
Americana. Respecto a la reunión sindical, podemos apuntar que la CSLA
retomó la función política que le correspondía dentro de la revolución

"Taracena Arriola (1990: 98), plantea dudas respecto a la identidad de este personaje. Según Fernando Granados Cortés, se trataba de Juan
Groham Bukovich (alias Pedro Moreno), cuyo verdadero nombre era S. Mineff, quien se establece en Huehuetán, Chiapas, en 1928. Con el
nombre de Pedro Moreno, realizó viajes a Centroamérica, como delegado de la IC, hasta que fue detenido con propaganda, en 1929, por la
policía guatemalteca en Retalhuleu (costa del Pacífico), y más tarde deportado a Alemania. En 1932, este Mineff sustituye a Humbert-Droz, en
la dirección del Secretariado Latinoamericano de la IC. Sin embargo, apunta Taracena, este personaje que anduvo por Centroamérica y Chiapas,
pudo ser el yugoslavo Filip Filipovic (alias Boscovich), quien estuvo dentro de la IC entre 1924 y 1931.

354
mundial, bajo la óptica de la IC y la ISR 32 • Allí se aprobaron tácticas
específicas (y plataformas reivindicativas) para los trabajadores del
campo, para los miembros de grupos étnicos minoritarios, mujeres y
jóvenes. También se insistió en la necesidad de la unificación continental
del sindicalismo revolucionario (diferenciándose del monroísmo obrero de
la COPA-CROM, y la propuesta anarcosindicalista), y de la lucha
antiimperialista latinoamericana (MELGAR BAO, 1990: 269-270). Los
delegados centroamericanos, ante el Consejo General de la CSLA, fueron
Luis Díaz (de la FRTS), Rojas 33 (por la FROG) y dos puestos vacantes
para cada uno de los delegados (por entonces ausentes 34 ) de la FSH y de
los trabajadores de Costa Rica (CSLA, 1929: 301-302).
Los mismos delegados de Centroamérica (guatemaltecos y sal-
vadoreño) asisten a la conferencia de Buenos Aires, la cual se lleva a cabo
del 1 ° al 12 de junio. Asistieron en total representaciones de 15 partidos
comunistas (Argentina, Brasil, Bolivia, Colombia, Cuba, Ecuador, El
Salvador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay,
Venezuela y Chile), además de los delegados de la IC, la Internacional
Juvenil Comunista (IJC), de los secretariados sudamericanos de la IC y la
IJC y de los partidos comunistas de Francia y los Estados Unidos (SSA IC,
1929: 3). El en vi ad o de la IC fue Ju les Humbert-Droz, quien en realidad
viaja a Buenos Aires quasi exiliado, como resultado de su filiación
bujarinista y su enfrentamiento con Stalin. En la Conferencia de Buenos

32
EI antecedente inmediato dentro de 1 sindicalismo rojo para la formación de la CSLA, lo encontramos en el IV Congreso de la ISR, en
Moscú (abril de 1928) donde se formó un comité promotor para la organización del futuro encuentro de Montevideo (SCARZANELLA, 1980:
199).

"Posible seudónimo de Luis Villagrán o Alfredo Toledo. En el apartado de "Las organizaciones presentadas en el Congreso", la delegación
guatemalteca se encontró formada por Luis Aguirre y Am1ando Rojas. Ambos, sin duda, son sobrenombres. Tal vez, por la correspondencia
de las primeras letras de los nombres propios, "Rojas" se trate de Alfredo Toledo (ver CSLA, 1929: 298).

34
La delegación salvadoreña fungió como representante de los trabajadores de Costa Rica (MELGAR BAO, 1990: 267), mientras que, el
último día de actividades del Congreso, llegó la adhesión de la FSH a la Confederación (CSLA, 1929: 300 -nota 1-).

355
Aires se combate la teoría de la descolonización, la cual sostenía que la
presencia imperialista impulsaba el desarrollo capitalista, preparando las
condiciones para la ruptura del régimen colonial. Respecto al carácter de
la revolución en la región, se definió como democrático burguesa, agraria
y antiimperialista, teniendo como fuerzas motrices a los obreros y a los
campesinos. Se repudiaron las guerras interburguesas apoyadas por los
EEUU, al tiempo que se destacó el deber de solidarizarse con las guerras
de liberación nacional (Sandino). Básicamente, se proclamó el apoyo a lo
discutido y aprobado en el VI Congreso de la IC.
Cabe destacar una declaración de Luis Villagrán, respecto a la
relación IC-América Central, donde se puede apreciar una visión más
cercana a la realidad, que las ambiciosas declaraciones del congreso:
"[ ... ] La Internacional Comunista llegó tarde a América Latina y
especialmente a América Central, donde existen grandes simpatías para
nuestro Partido. [ ... ]Las tesis de la IC son casi desconocidas. La
organización celular se conoció allí el año pasado, por lo tanto, las
células que se han constituido, funcionan mal" (SSA IC, 1929: 135).

13.
En el primer semestre de 1929, viaja a México el salvadoreño radicado en
Guatemala Miguel Ángel Vásquez (fundador del PCCA y miembro del PC
de G), junto con el venezolano Carlos A pon te Hernández (quien iba de
Nicaragua a México, después de haber logrado el grado de coronel en el
Ejército Sandinista) (IS UNZA VERA, 1992: 46-51). En ese vi aj e, Vásq uez
se entrevista con la dirección de PCM, con la finalidad de publicar varios
ejemplares del Manifiesto del PCCA y pedir el apoyo de cuadros
mexicanos para el fortalecimiento de los partidos centroamericanos. El
resultado de las gestiones de Vásquez, junto con las cartas del también

356
salvadoreño Raúl Eguizábal desde Ah uachapán, El Salvador, fue que el
PCM enviara al dirigente de la FJCM, Jorge Fernández Anaya, para
apoyar a guatemaltecos, salvadoreños y, tal vez, a los nicaragüenses 35
(FERNÁNDEZ ANA YA, 1985: 232 y ss.).
A decir del informe que el Secretariado del Caribe del SRI eleva al
Pleno del Comité Ejecutivo Internacional en marzo de 1931, para agosto
de 1929 se fundan las secciones guatemalteca y hondureña del Socorro
Rojo (GÓMEZ, 1931: 7). Miguel Ángel Vásquez piensa que es a partir de
sus contactos con varios destacados comunistas latinoamericanos en
México 36 , que el SRI decide enviarle el nombramiento de representante
en Guatemala (IS UNZA VERA, 1992: 54-5 6). En cuanto a la sección
salvadoreña del Socorro Rojo, según Miguel Mármol (DALTON, 1983: 76)
y Jorge Fernández (1985: 235-236), se creó después del PCES (marzo de
1930), mientras el informe citado (GÓMEZ, 1931) ubica su fundación en
noviembre de 1929. Lo cierto es que los responsables de la sección serían
el zapatero José Ismael Hernández y el albañil Balbino Marroquín.
Para mayo de 1929, los comunistas hondureños lograrán ampliar su
radio de acción, fortaleciendo su ya largo trabajo sindical, al fundar la
Federación Sindical Hondureña. De inmediato, afiliaron la FSH a la
CSLA, e iniciaron la publicación de un periódico llamado El Martillo,
mediante el cual agitaron principalmente en la costa norte (POSAS, 1977:
27-28).
La visita de Fernández Anaya a Centroamérica inicia con una
estancia de alrededor de un mes en Guatemala, continuando hacia El
Salvador, donde llega a fines de 1929 (FIGUEROA !BARRA, 1990: 216).

"Según Fernández Ana ya (1985: 233) viajó con las representaciones de: el Buró del Caribe de la UC, el Buró Político del PCM, del Bloque
Obrero Campesino, de la Confederación Sindical Unitaria, de la FJCM y del Buró del Caribe de la IC.

36
Vásquez mencionó en las entrevistas citadas especialmente a los comunistas venezolanos Salvador de la Plaza y Gustavo Machado.

357
Ahí, se encuentra con el grupo comunista de la FR TS, con quienes realiza
varias charlas de formación teórica (a nivel de divulgación de los
principios leninistas de la organización partidaria), una caracterización
de la estructura socioeconómica de El Salvador y de la FRTS, así como
viajes a los departamentos para fortalecer el trabajo de dicho grupo con
los trabajadores del campo (FERNÁNDEZ ANAYA, 1985: 233-235).
Robustecida la fracción comunista dentro de la FRTS con el congreso de
febrero de 1930, en el que toman el control de la central de trabajadores,
deciden fundar el Partido Comunista de El Salvador, e, inmediatamente,
el Socorro Rojo y la Juventud Comunista (DALTON, 1983: 74-76).
Ayudados los salvadoreños por Fernández Anaya, además de los apoyos
del peruano Jacobo Hurwitz (quien pasaba rumbo a su país) y del
venezolano Ricardo Martínez (quien se dirigía a México, después de
participar en las conferencias de Montevideo y Buenos Aires), el 30 de
marzo de 1930, se crea, a las orillas del lago Ilopango, el PCES (FERNÁ-
NDEZ ANA YA, 1985: 236 y DALTON, 1983: 70-77). Poco después, en
agosto de 1930, regresará a El Salvador uno de los cuadros más destacados
dentro de la estructura de la IC en la región de Centroamérica y el Caribe,
Agustín Farabundo Martí, quien inmediatamente se hará cargo de la
dirección real de los comunistas salvadoreños, en una coyuntura de
ascenso de las luchas populares y de agudización de los efectos de la
crisis mundial del capitalismo en el "Pulgarcito de América" 37

14.
El 15 de julio de 1930 se celebró en Moscú el V Congreso de la In ter-
nacional Sindical Roja. Entre los representantes de los trabajadores de 61

37
Expresión que Gabriela Mistral usó para referirse a El Salvador.

358
países del mundo, estaban cinco centroamericanos: Antonio Obando
Sánchez y Juan Luis Chigüichón, guatemaltecos; Modesto Ramírez y
Miguel Mármol, por El Salvador, y Valdés 38 , por Honduras (CERDAS
CRUZ, 1986: 2 75). En plena euforia del llamado "tercer período" (y la
consiguiente táctica de clase contra clase), el Congreso acuerda luchar
para vencer al imperialismo e instaurar la dictadura revolucionaria y
democrática del proletariado y campesinado, con la hegemonía de los
primeros. Asimismo, se nombra al venezolano Ricardo Martínez miembro
del Buró Ejecutivo de la ISR (CERDAS CRUZ, 1986: 272-277).
Con toda esta información, los centroamericanos regresan a sus
países a finales de 1930, encontrándose no sólo con la miseria agudizada
por los efectos de la crisis económica, sino también con la agitación social
en su punto más alto. Los últimos movimientos de comunistas entre los
tres países que nos interesan, antes de la represión de 1932, fueron: el
regreso de Fernández Anaya a México a principios de 1931; el paso
obligado por el exilio del guatemalteco Néstor J. Juárez, entre 1930 y
1932, de Guatemala a Honduras (militando en la FSH), de ahí a Nicara-
gua, y por último a El Salvador; y la expulsión, en 1930, de Luis
Villagrán de Guatemala hacia El Salvador, donde participa con los
comunistas de ese país en los trabajos del recién fundado partido
(TARACENA ARRIOLA, 1989a: 58).

15.
Entre diciembre de 1931 y febrero de 1932, se lleva a cabo la represión
masiva en El Salvador (con elecciones de por medio, en las que los

'"No hemos podido establecer la identidad de este delegado hondureño. De todas las fuentes revisadas, sólo Rodolfo Cerdas (ya citado) y
Robert J. Alexander (1957: 37) lo mencionan. Alexander afirma, sin citar más detalles o la fuente de información, que el 11 Congreso de la
FSH (1° de mayo de 1930) "resolvió enviar un delegado a 'el congreso mundial de Moscú'".

359
comunistas habrían obtenido resonantes triunfos), y la preventiva acción
contra los dirigentes sindicales anarquistas y comunistas en Guatemala,
por parte del nuevo dictador Jorge Ubico. Al mismo tiempo, en Honduras
se llevó a cabo la huelga más importante del período, la cual desemboca
en la represión masiva de movimiento sindical bond ureño.
Las posibilidades de respuesta de los partidos comunistas fueron
diversas. En Guatemala, sólo pudo darse la mínima y desesperada
resistencia de unos cuantos militantes ante una campaña sorpresiva que
implicó la cárcel inmediata para toda la dirección del partido comunista
y del sindicalismo anarquista. En Honduras, los comunistas respondieron
con una acción audaz en las elecciones de fines de 1932, ante la escalada
represiva de Mejía Colindres: lanzaron candidaturas a puestos de elección
popular, con el membrete de Bloque Obrero Campesino, encabezados por
el secretario general del PCH, Manuel Cálix Herrera (MEZA, 1985: 14 8-
149). El resultado adverso en la contienda electoral sólo vino a confirmar
las duras condiciones de semiclandestinidad en las que trabajaban, desde
la huelga bananera del 32, los comunistas hondureños. A partir del
gobierno de Ti burcio Carías Andino, quedarían definitivamente prohibid os
el PCH y las organizaciones obreras en Honduras.
Respecto a El Salvador, poco habría que agregar a lo dicho en otro
1ugar de este trabajo (ver El Di lema del istmo. 193 2-193 4). Más valdría
citar a Roque Dal ton:
[ ... ] A pesar de las presiones, los encarcelamien-
tos, persecuciones, provocaciones y asesinatos de
un proceso electoral básicamente fascistizado, el
Partido Comunista Salvadoreño logró un éxito
rotundo en las elecciones. Se inició entonces la
represión militar en el Occidente del país.

360
[ ... ] El Partido Comunista Salvadoreño propone
discutir la situación con el Presidente Martínez
para detener la masacre. Representantes de su
Comité Central llegan a Casa Presidencial pero
Martínez se niega a recibirlos. El Ministro de la
Guerra dice a los dirigentes comunistas que no
está autorizado para parlamentar.
[ ... ] Son capturados los principales dirigentes
comunistas, encabezados por Farabundo Martí.
[ ... ] Comienza la fusilación masiva de comunistas
11
y las Operaciones pu ni ti vas 11
en el campo. El
Partido Comunista Salvadoreño llamó a la insur-
rección popular.
[ ... ] La masacre a nivel nacional alcanzó propor-
ciones monstruosas. No se refrenaría su carácter
masivo hasta después de llegar a los 30 mil asesi-
natos.
[ ... ] Martínez inició, sobre aquellos miles de
cadáveres, su len to reinado de 13 años (D AL TON,
1980: 114-115).

16.
Entre 19 32 y 19 34, el CEIC llama a rehacer en todo el mundo los Frentes
Populares de masas, abandonados durante la época anterior. La coyuntura
internacional se torna cada vez más oscura para la URSS y los comunistas.
En ella, destaca la llegada de Hitler al poder en Alemania y el ascenso
global de la derecha europea.
Stalin ha terminado con la posición dentro de la URSS y consolida

361
su poder dentro del PCUS, la IC y la sociedad soviética; se inicia el
primer plan quinquenal. Este nuevo contexto provoca que la III Inter-
nacional reduzca su horizonte de lucha para llevar a cabo la defensa de la
Unión Soviética, ante el avance del fascismo en Italia, Hungría y
Alemania (no olvidar que el futuro pacto germano-italo-japonés se llamará
"Pacto Anti-COMINTERN") (CABALLERO, 1985: 22).
El resultado inmediato del cambio de estrategia para la IC fue que
11
el PCUS asignó cuadros de "segundo nivel a sus actividad es, sin contar
con las sensibles bajas ocasionadas por la 11
limpieza 11
stalinista (por
ejemplo, Buj arin, Trotsky y Hum bert-Droz). La política de los Frentes
Populares llevaría de inmediato a los partidos latinoamericanos a
múltiples contradicciones que tuvieron su cenit en la etapa conocida como
browderismo.
La inmensa mayoría los comunistas centroamericanos de la primera
generación, la Vieja Guardia, que sobrevivieron a la matanza, la cárcel
o el exilio, se reagruparon en sus refundados partidos comunistas de los
años cuarentas. Sin embargo, sus aciertos y errores, sus sectarismos y
entregas heroicas, en fin, las acciones de este puñado de hombres y
mujeres que en Centroamérica, entre 1922 y 1934, fundaron sus respec-
tivos partidos comunistas, permanecerían en el olvido durante largos años.

362
CONCLUSIONES

La meta de los trabajadores sigue siendo la misma,'


lo que ha cambiado, necesariamente,
a causa de los últimos acontecimientos históricos,
son los caminos elegidos para arribar,
o para aproximarse siquiera, a esa meta ideal.

JOSÉ CARLOS MARIÁTEGUI

o.
Los comunistas centroamericanos pudieron retomar las consignas de la III
Internacional, en la forma de una versión subalterna al interior del
radicalismo jacobino bolchevique, logrando formar un subuniverso
simbólico propuesto como alternativo en su propio país.
El contexto sociocultural en el cual se dieron las iniciativas
comunistas estuvo marcado principalmente por la tradición liberal
autoritaria centroamericana. Debido a la posición que jugaban en el
concierto internacional, las oligarquías de El Salvador, Honduras y
Guatemala se vieron arrastradas por los vaivenes del capitalismo mundial,
en particular, el cambio de su centro gravitatorio de Inglaterra a los
Estados Unidos. Una de las características de los liberales fue su apuesta
por una modernidad que combinaba la virtual entrega de la economía a las
compañías extranjeras, con el mantenimiento de formas políticas
premodernas y un discurso legitimador basado en las promesas del orden
y progreso.
Un Estado débil, reflejo de las disputas regionales o sectoriales de
la oligarquía; una sociedad civil prácticamente inexistente, suplantada por

363
la movilización coyuntural, inorgánica y sectorial de los actores constitui-
dos; la imposibilidad para las oligarquías locales de construir un proyecto
alternativo de desarrollo capitalista con base industrial propia, o de
autosuficiencia alimentaria; la fuerte tradición de con trol político-militar,
estructurado como una pirámide de lealtades personales, coronada por la
figura del caudillo o dictador en turno; todas estas características, podrían
dibujar los rasgos principales de las sociedades centroamericanas, entre
1922 y 1934.
En este contexto, las propuestas de los comunistas se configuraron
no sólo como la ideología de la acción política de los pocos militantes del
partido (campesinos, obreros, artesanos y profesionistas), sino que
también se encontraron con receptores sensibles en aquellos individuos
quienes, formados en la tradición liberal, buscaban respuestas a su
radicalización política. Y es que las consignas bolcheviques, en términos
prácticos, poco se diferenciaron de los postulados de libertad-igualdad-
fraternidad. Menos, aún, en tres países en los que esas mismas demandas
representaban una transformación radical del status-qua.
La práctica de los comunistas centroamericanos retomó algunas
tareas del discurso general liberal-democrático, como el fortalecimiento
de nuevas formas de organización de los trabajadores (sindicalismo). Sin
embargo, los nuevos actores políticos fueron más allá, con la reivin-
dicación de la acción política en el agro y la construcción de un espacio
político alternativo al conformado fundamentalmente por la pugna entre
conservadores y liberales (con sus respectivos clubes políticos de apoyo
a candidatos).

364
l.
La coherencia del subuniverso simbólico comunista fue mantenida gracias
a mecanismos legitimatorios construidos ad-hoc, los cuales fueron desde
el uso de símbolos universales (la bandera roja, la hoz y el martillo),
hasta la celebración de ciertos de ritos (la marcha, la conmemoración de
ciertas fechas), pasando por la creación de una terminología propia del
subgrupo y la asistencia a eventos donde los comunistas centroamericanos
compartían con sus pares de otros países, fortaleciendo la visión
ecuménica del grupo de referencia global (la IC). Para Centroamérica, de
especial relevancia en este último sentido fueron las Conferecias de
Montevideo y Buenos Aires ( 1929) y el V Congreso de la ISR, celebrado
en Moscú (1930).
Podemos afirmar que la constitución del subgrupo de los comunistas
no respondió a similaridades en las condiciones materiales en las que se
socializaron primariamente los individuos que participaron en él. No
existió una constante en el gremio o actividad laboral de origen, y la
presencia de varios individuos de sectores medios (incluso algunos de los
principales cuadros del comunismo centroamericano), nos permite afirmar
que sus condiciones materiales de reproducción como agentes económicos
tampoco fueron determinantes en la constitución de los partidos comunis-
tas. Por lo tanto, y atendiendo a lo expresado en los testimonios presen-
tados en el presente trabajo, podemos afirmar que no hubo reglas en
cuanto al origen social de los individuos miembros de los partidos
comunistas; que tal vez habría similaridades en los valores morales
introyectados durante la primera socialización (familiar); pero, sobre
todo, que su participación en la arena política, desde la posición
particular tomada por ellos, tuvo como fundamento una elección ética.
Opción personal que la mayoría de ellos llevaría hasta sus últimas

365
consecuencias (incluso la muerte), mostrando la enorme distancia
existente entre las necesidades materiales y la elección de proyectos
vitales.
Los comunistas centroamericanos se asumieron como creadores de
un mundo que no existía en términos materiales. Su propia acción
construyó realidades inexistentes en sus países. Algunas de las guías de
sus elecciones y propuestas de sociedad fueron valores tan abstractos
como la justicia y la igualdad, los cuales, en el contexto en el que
actuaron, adquirieron un sen ti do tan to procedural como sus tan ti vo. En una
primera instancia, la justicia por la que lucharon los comunistas puede ser
en tendida como proced ural: la creación de leyes que reconocieran nuevas
realidades (trabajadores urbanos y campesinos, junto a sus formas de
organización y representación) así como el funcionamiento de las ya
existentes. Pero principalmente, la búsqueda de los comunistas centroame-
ricanos se expresó en términos de una justicia sustantiva, articulada en
demandas sociales como el respeto a la diferencia, o mejores salarios y
condiciones de trabajo, los cuales devienen la demanda de justicia social.
Ambos aspectos de las reivindicaciones, incluso las referidas al respeto
a la legalidad instituida, se transformaban, en el contexto de regímenes
autoritarios y sociedades premodernas, en radicales formas de cues-
tionamien to al orden establecido.

2.
La represión de las oligarquías guatemalteca, salvadoreña y hondureña,
entre 1932 y 1934, ciertamente tuvo un efecto devastador en la or-
ganización de los trabajadores centroamericanos, en especial, en aquellos
sectores radicalizados que proponían alternativas de sociedad: los
comunistas y los anarquistas.

366
También es verdad que todo el peso descarnado de la fuerza cayó en
esos sectores de la sociedad centroamericana, con una considerable
ventaja material sobre los sorprendidos y desarmados trabajadores,
sectores medios e intelectuales.
El acervo de conocimiento de los comunistas de Guatemala,
Honduras y El Salvador, como el de la mayoría de los originarios de
1

países ajenos a Europa o los Estados Unidos, interiorizaron una serie de


elementos concordantes con el papel de periféricos asignado en el
proyecto de revolución proletaria mundial. Los límites de lo posible
fueron marcados por la visión del mundo que le confería a las sociedades
periféricas el papel de retaguardia en la construcción del socialismo: hasta
que la revolución no instaurara el poder de los soviets en Europa y, más
tarde, en los Estados Unidos, los comunistas "de oriente" no podrían
pensar en la toma del poder. Paradoja fatal que propuso el derrocamiento
de Estados fuertes a vanguardias que objetivamente no podrían construir
la hegemonía del bloque subalterno hasta llegar a ser dirigentes (cfr.
Europa y "guerra de posiciones"); mientras que en aquellos 1ugares donde
(como en Centroamérica) había Estados débiles, se planteó una estrategia
revolucionaria a largo plazo (cfr. "guerra de movimientos"). La toma del
poder, tan no se concebía en este continente, que ante la inminente
posibilidad de una rebelión de masas, no hubo vanguardias capaces de
dirigir la destrucción del débil Estado burgués.
Sin embargo, las posibilidades materiales de una alternativa en
Centroamérica, ajena a la salida autoritaria que se impuso, sólo podría
explicarse en términos multifactoriales. Principalmente, el bloque
hegemónico, en los tres países que estudiamos, mostró una coherencia
mayor a la esperada por los comunistas y otros sectores. Los ejércitos
utilizaron la violencia como mecanismo de mantenimiento del orden

367
institucional, cuando la sociedad empezaba a crear espacios de autoor-
ganización. La unidad de las capas oligárquicas quedó demostrada por
medio de la represión masiva de las clases populares y de sus intelec-
tuales.

3.
Ciertamente, los comunistas no fueron los únicos actores de las vanguar-
dias obrera y campesina centroamericanas. Otros grupos jugaron un papel
fundamental en la conformación del acervo de conocimiento de los
trabajadores organizados. En el período de estudio, se destacaron los
grupos anarquista y "socialreformista", tanto en la formación de alianzas
tácticas dentro de las federaciones de trabajadores, como en la construc-
ción de subuniversos simbólicos propios de su visión general del mundo.
La relación comunistas-anarquistas en Centroamérica, como en otras
latitudes, estuvo marcada claramente por las disputas que a nivel mundial
tuvieron estas dos tendencias organizativas e ideológicas. Si bien, en un
primer momento de la organización propiamente sindical, comunistas y
anarquistas convivieron en las mismas organizaciones de base, poco a
poco fueron diferenciándose en el nivel discursivo y en las formas de
organización concretas de los trabajadores que se reproducían a su
alrededor.
A mediados de los años veinte, con la complejización de las
sociedades centroamericanas y de las organizaciones de los trabajadores,
la pugna anarquistas-comunistas se materializó en enfrentamientos cada
vez más directos, hasta llegar a la ruptura total y la separación de sus
esfuerzos organizativos en centrales de trabajadores diferenciadas. De esta
manera, los ecos de las disputas europeas entre sus grupos de referencia
encontraban referentes vernáculos en el istmo.

368
La hegemonía comunista en Honduras y El Salvador contrastaba con
el equilibrio dado con los anarquistas en Guatemala. Las líneas de la IC
y la ISR, hasta poco antes de la crisis de 1929, ayudó a la agudización de
las diferencias internas en la vanguardia de los trabajadores centroameri-
canos. Sin embargo, en el momento de la represión, las oligarquías poco
diferenciaron la matriz ideológica de los colectivos que deberían ser
dominados mediante la cárcel o la ejecución. El conjunto de los jóvenes
espacios de autoorganización de la sociedad civil fueron cancelados por
las fuerzas del Estado, y poco importaba si bajo el epíteto de "campaña
anticomunista" se desaparecieran organizaciones socialdemócratas,
anarquistas o, incluso, mutualistas: el fin fue someter al trabajador
colectivo mediante la coerción, como vía para asegurar la reproducción
del orden institucional hegemónico.

4.
Un fenómeno digno de mención, es la no correspondencia dada entre el
discurso político de los comunistas centroamericanos y las condiciones
sociales en las que se desenvolvieron. La contradicción fundamental se
debió a la inexistencia del sujeto histórico de la revolución proletaria, en
países apenas elevados de las formas pre capitalistas de producción, sin
contar con un trabajador colectivo siquiera cercano a la clase obrera
europea, en la cual pensaban los intelectuales bolcheviques cuando se
referían al sujeto de la revolución mundial. Como ya lo vimos, el papel
de los llamados países coloniales, semicoloniales y dependientes se
desarrolló en la IC antes en términos negativos (qué no podían realizar)
que afirma ti vos.
A pesar de todo, los comunistas centroamericanos llevaron adelante
su acción política, con el universo simbólico bolchevique como referente

369
general, creando realidades antes in existen tes en sus países. El papel
creador de realidades de las utopías ayudó a realizar un proyecto (por
ejemplo, las actividades sindicales o la organización de los trabajadores
del agro), que no correspondía con las condiciones materiales de la
reproducción de los trabajadores centroamericanos. Esto confirma una de
nuestras tesis teóricas centrales, la cual propone la posibilidad de crear
espacios institucionales en base a los subuniversos simbólicos que
legitiman la existencia de un subgrupo del orden institucional general.
Como vemos, el contexto sociocultural es determinante en la acción de los
actores sociales, pero, a su vez, dichas condiciones son creadas por la
práctica social de los sujetos colectivos.

5.
Nuestro conocí mi en to de las sociedades centroamericanas previas a la
actuación de los comunistas, es poco profundo. Esta debilidad en la
reconstrucción historiográfica nos obliga a ser cautelosos en las afir-
maciones respecto a la constitución de los universos simbólicos, digamos,
vernáculos, que funcionaron como contexto general a la acción de los
comunistas. Asimismo, dado el estado actual de la historiografía
centroamericana, difícilmente podríamos concluir las formas concretas del
tejido social de Guatemala, El Salvador y Honduras, en los años veinte y
treinta. No conocemos cabalmente el conjunto de las formas de solidaridad
de las sociedades que nos ocupan como para poder aventurar conclusiones
más amplias que las aquí vertidas. Sin la reconstrucción histórica del
nivel intermedio entre las élites políticas y los movimientos reivin-
dicativos, por un lado, y las condiciones sistémicas, por el otro, poco
podemos profundizar aún en nuestros estudios comparativos, respecto a la
dialéctica de universos simbólicos hegemónicos y las diferentes versiones

370
de la realidad o proyectos de sociedad alternativos.
A nivel intuitivo, y no más certero, por lo anteriormente descrito,
.
percibimos la importancia que jugó la escasa distancia social entre los
cuerpos de las organizaciones de los trabajadores y sus dirigentes.
Creemos que la movilización de aquellos grupos que reclamaron mejoras
materiales en sus condiciones de trabajo mediante huelgas u otras tácticas,
se basaron principalmente en sistemas de lealtades locales ya presentes de
manera originaria en las formas de organización para el trabajo. Aquella
mínima distancia social que había entre oficiales, aprendices y maestros
de los talleres se reprodujo en las nuevas organizaciones sindicales,
todavía muy marcadas por la herencia mutualista y gremial. La moviliza-
ción política de los actores no muestra sino la desproporción entre los
fines y el costo de la lucha. La base del consenso de las vanguardias
podríamos encontrarlo, entonces, en el prestigio surgido del estatus de los
dirigentes laborales. Dicho prestigio se representa, en la acción colectiva,
en la fuerza del carisma de aquellos líderes que entregaban todos sus
esfuerzos a la consecución de ciertos fines, moralmente sancionados de
una manera positiva.
Elementos como el manejo de cierto conocimiento refinado que
explicaba los fenómenos sociales; el uso de símbolos, mitos y ritos que
apelaban a ideales universales (anarquismo y socialismo), los cuales se
con figuraban en esos años como un proyecto alternativo al ca pi talis mo;
valor y consecuencia demostrado en las movilizaciones reivindicativas;
representación simbólica en sus países de órdenes institucionales con
pretensiones ecuménicas (proyectos de organización como la ACA T o la
CSLA); todos estos elementos, fueron afirmando el poder de nominación
de las vanguardias políticas que proponían caminos diferentes a los
establecidos en la Centroamérica de los veinte.

371
6.
El uso de los testimonios a lo largo del trabajo nos aporta la visión que
los propios actores del proceso tienen de sí mismos, tanto en el nivel de
las experiencias individuales como en el de la narración de los espacios
comunitarios de su vida cotidiana. Parece ser que la impresión dejada por

el contrapunto testimonial apunta hacia la constitución de esos espacios


comunes en los cuales los individuos conformaron un actor colectivo.
Una ventaja para la presente investigación es la posibilidad de
contar con las memorias de varios militantes de diverso origen social, los
cuales rinden cuentas ante la historia pero desde el mismo marco general
bajo el que actuaron varios años antes. Con esta continuidad (relativa,
como ya apuntamos), se gana en racionalización de la memoria a costa de
una distancia crítica en el aspecto normativo de su identidad individual.
Sin embargo, la riqueza de los testimonios nos permite observar diversos
matices en la percepción de los mismos fenómenos, por los miembros de
la misma colectividad de referencia (los partidos comunistas).
La finalidad del estudio determinó cierta forma de presentación de
los testimonios parciales: la importancia de la racionalidad subjetiva de
los actores nos dictó, en cierta medida, la estructura narrativa de su
exposición.
Tal vez, con herramientas propias del análisis semiótico, podríamos
descubrir elementos más finos de la estructuración de los discursos que
hoy presentamos "en bruto". No obstante, debemos remarcarlo, la
intencionalidad del autor se dibuja en la misma decisión de transcribir
esos y no otros fragmentos, y, sobre todo, en la contraposición de ciertos
elementos (disímbolos) de las memorias con las que contábamos como
materia prima para la elaboración del contrapunto.
En última instancia, podemos comentar que la búsqueda de cierto

372
goce estético también jugó su papel como motivación para la experimen-
tación formal del nivel narrativa en el presente trabajo.

7.
La utilización de la propuesta de la sociología del conocimiento de
Luckmann y Berger, ha sido un experimento con un saldo positivo. Nos ha
servido para problematizar fenómenos propios del mantenimiento del
orden institucional, a partir de la función legitimadora del conocimiento
social. Los problemas de la socialización primaria y secundaria, recupe-
rando implícitamente los aportes de la psicología social de George Herbert
Mead, nos permiten visualizar la conformación del individuo como
miembro de una comunidad, gracias a la asunción de roles y acervos de
conocimiento específicos. También, los aportes de Luckmann y Berger
respecto al problema de la identidad individual, nos han llevado a
cuestionarnos la pertinencia de referirnos a identidades colectivas, por el
peligro de caer en la hipostación de un sujeto colectivo, otorgándole
características antropomorfas; por esto, hasta el momento preferimos
hablar de una similaridad en las perspectivas de las identidades in-
dividuales, más que de la existencia de identidades colectivas, mientras
no profundicemos en el tema armados de más herramientas teóricas, y
ejercicios de investigación pragmática.
A pesar de la riqueza de la propuesta de Luckmann y Berger, es
necesario comentar los límites del modelo. Principalmente, la crítica se
enfocaría a la imposibilidad del modelo para explicar formas de socializa-
ción concretas, tomando en cuenta elementos externos a la realidad de las
construcciones sociales del conocimiento. Es decir, la cultura no se
explica en sí misma, y la sociología del conocimiento, tal como la
retomamos de Luckmann y Berger, deja sin engarzar en su modelo de

373
explicación del mundo, fenómenos de pertinencia sistémica que también
determinan las alternativas y acciones de los sujetos sociales. La posición
ocupada en el mercado, las formas de constitución de los movimientos
sociales, los espacios de configuración de la sociedad civil, como
instancias de autoorganización e intercambio para los sujetos colectivos,
una caracterización de las sociedades centrales y periféricas del capitalis-
mo tardío; todas estas problemáticas escapan al afán explicativo del
modelo retomado en el presente trabajo. En síntesis, si bien la sociología
del conocimiento nos ofrece herramientas indispensables para el análisis
de las realidades institucionales desde la perspectiva de sus construcciones
simbólicas, creemos indispensable contar también con propuestas que
aborden la especificidad de los espacios sistémicos de reproducción
social, y de los problemas propios de la comunicación social, para poder
contar con explicaciones cada vez más amplias y coherentes de realidades
sociales concretas.
A nuestro entender, una de las enseñanzas más valiosas del análisis
de los partidos comunistas centroamericanos de la primera época, así
como la descripción de los elementos centrales de su cultura (subuniverso
simbólico), es tratar de socializar el conocimiento de las experiencias de
un puñado de individuos que buscaron la transformación radical de su
en torno socioyul tural, mostrando una consecuencia y un arrojo sólo
explicables por la fuerza de su basamento ético. La derrota sufrida en
1932-1934, nos aporta elementos para la reflexión, en el sentido de
visualizar los límites entre lo posible y lo deseable, teniendo como
mediación las posibilidades de construcción social de la realidad.

374
8.
La ruptura histórica y biográfica que representó 1932-1934 para el
comunismo en Centroamérica, tal vez no permitió realizar una crítica de
raíz a la práctica de los militantes. No nos referimos a la autocrítica (ya
expresada por los actores en los testimonios) en cuanto a la respuesta dada
en los tiempos de la represión, de cara a las masas campesinas y urbanas
que los consideraban su vanguardia política. El ajuste de cuentas a que
nos referimos tiene que ver con el modelo de partido que los miembros de
"la vieja guardia" reproduje ron con cien temen te antes y después de la
coyuntura 1932-1934. Ese partido centralizado, vertical, semimilitar, fue
la herencia de la teoría y práctica leninistas. Sus flaquezas y bondades no
son retomadas por los actores de la versión latinoamericana, de los
primeros años.
Como apuntábamos en la introducción, la crítica al modelo de
partido que se concibe a sí mismo como la vanguardia de una clase social,
marcada como el sujeto histórico de la revolución socialista mundial, fue
el punto de inicio para nuestros cuestionamientos existenciales-teóricos.
Este modelo de vanguardia política presupone la existencia de un grupo
de intelectuales (no necesariamente de origen social medio), detentadores
de 1ª. verdad histórica, quienes desde afuera deberán iluminar a las clases
explotadas, respecto a su papel protagónico en el escenario de la
transformación social.
S uficien temen te se ha hecho ver los peligros que lleva apareja dos
este proyecto político, en cuanto a la reproducción de prácticas del orden
institucional que se quiere destruir de raíz. Aunado a lo anterior, también
se comenta el peligro dominación autoritaria en el que se basa este modelo
de creación de nuevas realidades sociales, el cual reclama un sen ti do
trascendente que supera, paradójicamente, las aspiraciones y prácticas de

375
la clase trabajadora, sometiéndolas a los dictados de ese cuerpo "deposita-
rio" del saber legítimo del subgrupo institucional. Estas tendencias
embrionarias en el aparato partidario, también se ha demostrado,
conllevan una enorme posibilidad de cristalizar (si se toma el aparato de
dominación) en un Estado basado en la eliminación de las diferencias en
el seno del tejido social: el Estado autoritario no surge de la nada (ver:
DEL BARCO, 1980).
Los comunistas centroamericanos de "la vieja guardia" aceptaron en
esencia el modelo de partido propuesto por la 111 Internacional; fueron
consecuentes con su elección y, la mayoría, llevaron hasta el final de sus
vidas el convencimiento del camino elegido.
Nosotros, hoy lo meditamos con mayor claridad, participamos en una
experiencia de organización partidaria que reproduce las formas de
dominación sobre "las masas", en la mejor tradición vertí cal y autoritaria
del modelo bolchevique de vanguardia. La gran diferencia de esta
experiencia con la de los miembros de "la vieja guardia" reside en que
ellos inauguraban realidades mientras que éstos transitaban sobre un
camino de más de cuatro lustros de ricas experiencias, y, principalmente,
se basaban en un discurso político que reivindicaba la destrucción de los
elementos verticales, "externos" y autoritarios del partido político. En
esto reside, para nosotros, lo perverso de la propuesta política de los
autodenominados herederos latinoamericanos de una versión francesa de
la Revolución Cultural China.

9.
Miguel Mármol participó en los intentos de reconstrucción del PCES,
apenas recuperado de las heridas sufridas en su fusilamiento. Fue apresado
nuevamente en 1934. Participó en la refundación, junto a otros sal-

376
vadoreños y guatemaltecos, del PC de Guatemala (PGT), y en la fundación
de la Escuela Sindical Claridad, centro de la formación de los nuevos
dirigen tes populares guatemaltecos, en los años cuarentas. Estuvo en
China y la Unión Soviética como delegado del PCES. En 1966 otorga su
testimonio a Roque Dalton, sacando del olvido los a con tecimien tos de
1932 en El Salvador. En los ochentas reside en Cuba, desde donde
mantiene una infatigable labor de historiador y propagandista de la
revolución salvadoreña. A principios de los noventa, poco después de
firmados los acuerdos de paz entre el FMLN y el gobierno de su país,
Miguel Mármol regresa El Salvador para incorporarse a las tareas propias
de la nueva coyuntura.
Manuel Cálix Herrera murió en 1934 a causa de la tuberculosis.
Los comunistas guatemaltecos recuperaron su libertad el 21 de julio
de 1944. Julio Alberto Del Pinal participó en la fundación de la Escuela
Claridad, pero poco después dejó las actividades políticas debido a la
pérdida total del oído; según Obando Sánchez, vivía todavía en 1952.
Antonio Cumes estuvo también en las actividades de la Escuela Claridad
y poco después se dedicó a atender una pequeña librería: falleció a finales
de los años cuarenta. Néstor J. Juárez participa en la Escuela Claridad y
poco después se traslada a Izabal, donde se incorpora al Sindicato de
Trabajadores de la UFCO. Juan Luis Chigüichón participa en la Escuela
Claridad y a la caída Jacobo Árbenz es expulsado a Nicaragua, y después
a Costa Rica, donde se incorpora al Partido Vanguardia Popular (comuni-
sta): hasta 1991, vivía en Costa Rica. Alfredo Toledo fue uno de los
fundadores de la Escuela Claridad, de la que también fungió como uno de
sus principales representantes, por lo menos, hasta 1945. Luis Villagrán
fue fundador de la Escuela Claridad, representante obrero frente al
Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (1949) y fundador del Partido

377
Revolucionario Obrero de Guatemala -PROG- ( 1950). Antonio Obando

Sánchez fue fundador y secretario general de la Escuela Claridad,


representante de la Confederación General de Trabajadores y fundador del
PROG (1950); tuvo que ir al exilio a la Argentina en 1954 (permaneciendo
preso 10 meses en ese país), de donde regresó a Guatemala en 1958;
ligado siempre al trabajo sindical radical, fue encarcelado por ese motivo
en 1963 y 1983.
Jorge Fernández Anaya regresó a México poco antes de los
acontecimientos de 1932, en contra de su voluntad. Militó en el PCM
hasta su disolución y murió en el D.F. en 1990.
Graciela A. García participó en la fundación de la Escuela Claridad,
en Guatemala. Sabemos que se radicó en México desde 1946, trabajando
en la Secretaría de Educación Pública; hasta 1981 seguía viviendo en la
Ciudad de México. Su hermano, Felipe Armando Amaya, murió en
Honduras en 1935, a resultas de las penosas condiciones carcelarias a las
que se vio expuesto, después de su regreso de la Unión Soviética.
Miguel Ángel Vásquez, después de su exilio en Europa, se estableció
en México a finales de los años treinta. Desde entonces, y hasta la
disolución del PCM, fue el encargado de la Librería Popular (propiedad
del partido mexicano) y de las Ediciones del mismo. Durante 1939 estuvo
en Cuba realizando programas radiofónicos contra la dictadura sal-
vadoreña. Fue delegado del PCES, junto a Salvador Cayetano Carpio, al
XXII Congreso del PCUS (1961). En los años setenta trató de radicarse en
El Salvador, pero un nuevo golpe militar lo obligó a regresar a México.
Desde mediados de los años setenta, hasta principios de los noventa,
trabajó como bibliotecario en la delegación de Coyoacán (D.F.). Ya
jubilado, se radicó en Xalapa, Veracruz, donde murió el 6 de diciembre
de 1991.

378
Un año antes, cuando terminábamos las entrevistas para su historia
de vida, nos dijo:
Estoy contento. Volvería a nacer y haría lo mismo.
No me arrepiento de nada, aún reconociendo que,
a veces, he cometido errores. Por todo lo que he
luchado, me gustaría ver, antes de morir, el
cambio real y efectivo de gobierno en El Salvador.
Sé que lo más seguro es que no me toque ver los
cambios a mí. No estoy amargado por mi forma de
ser: todo esto, me lo he buscado yo ...

379
ÍNDICE DE INFORMACIÓN TESTIMONIAL

Juan Luis Chigüichón: MORA V AL VERDE, 1991

Jorge Fernández Anaya 1: FERNÁNDEZ ANA Y A, 1985


Jorge Fernández Anaya 2: FIGUEROA IBARRA, 1990
Jorge Fernández Anaya 3: IS UNZA VERA, 1990

Graciela A. García: GARCÍA, 1981


Graciela A. García 1: POSAS, 1977

R. Gómez: GÓMEZ, 1931

J. Korsunsky: KORSUNSKY, 1927

Miguel Mármol 1: DALTON, 1983


Miguel Mármol 2: ISUNZA VERA, 1993

Max Melgar González: MELGAR GONZÁLEZ, 1925

Antonio Obando Sánchez: OBANDO SÁNCHEZ, 1978

Charles Francis Phillips: GÓMEZ, 1986

Miguel Ángel Vásquez: ISUNZA VERA, 1992

Luis Villagrán: SSA IC, 1929

Edgar Woog: STIRNER, 1922

381
ANEXO METODOLÓGICO
UN USO DE LAS FUENTES VIVAS

Vivió una circunstancia incalculable,


que le confirió legitimidad impar
a fin de hablarnos
de más adentro.

LUIS CARDOZA Y ARAGÓN

o.
El conjunto del trabajo de investigación descansa en una narración
constituida por un contrapunto de testimonios de algunos de los prin-
cipales actores de los partidos comunistas centroamericanos.
La formación de estas fuentes vivas (como las llama el etnólogo
cubano Miguel Barnet) tuvo procesos genéticos muy diferentes. Tres de
ellas nacieron respectivamente como una historia de vida (IS UNZA VERA,
1992), una entrevista dirigida extensa (IS UNZA VERA, 1993) y una breve
entrevista colectiva (IS UNZA VERA, 1990). En segundo lugar, tenemos
materiales autobiográficos extensos que podrían considerarse autobiograf-
ías o historias de vida (GARCÍA, 1981; DAL TON, 1983; OBANDO
SÁNCHEZ, 1978). En tercer utilizamos una serie de entrevistas cortas,
la mayoría de ellas realizadas en los ochenta-noventa por investigadores
académicos (MORA V AL VERDE, 1991; FIG UEROA IBARRA, 1990). Otro
tipo de fu en te, que mereció un tratamiento especial, está formada por
materiales periodísticos, minutas de congresos internacionales e informes
a los mismos, los cuales se modificaron en la forma para lograr el efecto
deseado de concordancia temporal (GÓMEZ, 1931; KORSUNSKY, 1927;
SSA IC, 1929; STIRNER, 1922; MELGAR GONZÁLEZ, 1925). Mención
aparte merecen: un artículo realizado por un testigo clave que escribe sus

383
memorias en los ochenta, de manera impersonal y centrándose en unos
cuantos años y acontecimientos (FERNÁNDEZ ANA YA, 1985); una
entrevista llevada a cabo en los años sesenta, respecto a la experiencia de
un militante norteamericano, clave para comprender los orígenes de los
partidos comunistas de México y Guatemala (GÓMEZ, 1986); y fragmen-
tos de un material autobiográfico que no pudimos conseguir en su forma
original, sino recopilados en un segundo libro (POS AS, 1977).
En su conjunto, todo este material nos permitió contraponer los
testimonios en sí heterogéneos de doce personas de diferente género (sólo
una mujer), diferente origen socioeconómico (desde profesionistas
liberales hasta artesanos de extracción campesina), diferente nacionalidad
(centroamericanos en general, pero también mexicanos, norteamericanos,
un suizo y otro europeo no identificado), pero que conjuntamente
participaron (en diversos roles) en las actividades de los partidos
comunistas centroamericanos de la primera ola.
La heterogeneidad de los informantes y sus diversos testimonios fue
intencional buscando, antes que nada, resaltar los elementos claves en la
constitución de un sujeto colectivo, entendido como un todo contradic-
torio.

l.
El punto de partida para el descubrimiento de la realidad centroamericana,
y de los partidos comunistas en particular, fueron los recuerdos de un

mili tan te salvadoreño del partido guatemalteco.


El inicio de la historia de vida de Miguel Ángel Vásquez fueron
conversaciones sin ningún fin cercano a una investigación formal. No fue
sino hasta 1988 cuando se inició un proceso más sistemático en las
entrevistas, en base a un plan elaborado junto a la antropóloga M. Patricia

384
Ponce.
En primera instancia, acordamos junto al testigo mantener charlas
grabadas durante las cuales éste narrara el conjunto de su vida. La función
primordial del entrevistador fue tratar de estimular la memoria del
entrevistado, con el fin de abarcar con la mayor riqueza posible el
conjunto de los hechos vitales que a Miguel Ángel le parecieran sig-
nificativos.
Con todo el material recabado (alrededor de 15 cintas de 60 minutos
cada una) y transcrito, elaboramos una primera lis ta tan to cronológica
como temática de lo tratado. En el nivel cronológico, llevamos a cabo una
contraposición del ordenamiento "natural" y del utilizado por el emisor
en la estructuración de su discurso.
Este primer intento de sistematización nos aportó elementos
interpretativos que, sumados a los surgidos de las lecturas de otros
testimonios y ensayos que versaban sobre el tema, determinaron cierto
horizonte desde el cual iniciamos una segunda etapa de entrevistas con
Miguel Ángel Vásquez. La finalidad principal de esta segunda etapa fue
que el propio informante tratara los "vacíos" que nos parecieron más
significativos en la primera etapa de entrevistas. Asimismo, se buscó
problematizar ciertas definiciones de fenómenos importantes para el
proyecto de investigación ( conceptualizaciones de actores sociales, de
ideologías o aseveraciones morales, de puntos claves de la trama
histórica, etcétera).
Con el material recopilado en la segunda fase ( 1O cintas mag-
netofónicas de 60 minutos cada una), procedimos al armado coherente de
lo hecho en la primera. Así, eliminamos repeticiones, homogeneizamos
tiempos verbales, eliminamos giros que oscurecían la narración, fusiona-
mos versiones de párrafos referidos al mismo acontecimiento y lo

385
ordenamos de manera cronológica.
Una vez editado el texto, lo presentamos a Miguel Ángel para su
crítica final. Con las correcciones hechas por él, dimos por terminado el
trabajo.
El texto final todavía sufrió una serie de modificaciones en la forma,
una vez que Vásquez había muerto. Tratamos de hacer más legible el
testimonio, afinando pasajes que por la forma de expresión verbal
dificultaban su lectura. Atentos a las indicaciones hechas por la ya
mencionada antropóloga Patricia Ponce y la lingüista Angélica Prieto,
decidimos realizar un trabajo de "traducción" de la transcripción textual
editada, reví sada por el informante.
Angélica Prieto insistió en que las especificidades del discurso
verbal deberían ser tomadas en cuenta en el momento de presentar ese
discurso en u na forma escrita. Y si hablamos de "traducción", es porque
tratamos de respetar aquellos giros del lenguaje oral hasta el punto en que
no se trastrocaran reglas básicas de la sintaxis. En términos más colo-
quiales, se trató de presentar en el discurso escrito el "clima" y la
"personalidad" del informante, los cuales, de haber sólo transcrito las
grabaciones, se hubieran deformado totalmente. Respetando estrictamente
las sentencias valorativas y narrativas, editamos la historia de vida de
Miguel Ángel Vásquez, anexándole reproducciones de fotografías, cartas
y documentos hallados en su archivo, elaborando un cuadro cronológico
que ordenara el conjunto de fechas dadas por las fuentes documentales de
su pequeño archivo personal (pasaportes, cartas, fotografías, documen-
tos), y aclarando, en notas a pie de página, eventos o personajes a los que
hizo referencia, modismos propios de Centroamérica y elementos del
contexto en el que se realizaron las entrevistas.
Miguel Ángel quiso que con su testimonio se pudiera profundizar en

386
el conocimiento de hechos hasta hoy poco estudiados, en especial, la
historia de los partidos comunistas centroamericanos y de los hombres y
mujeres que participaron en esos hechos; asimismo, deseó que lo dicho
por él no se hiciera público sino hasta después de su muerte. Ambos
deseos de Miguel Ángel queremos cumplirlos con el presente trabajo.

2.
La historia de las entrevistas con Jorge Fernández Anaya (colectiva junto
a Miguel Ángel Vásquez) y con Miguel Mármol, difieren radicalmente en
el método y fines pensados para la historia de vida de Vásquez.
La plática con Fernández Anaya fue planeada apenas como un primer
acercamiento, en la perspectiva de llevar a cabo una amplia serie de
conversaciones posteriores con él y Vásquez. Sin embargo, como quedó
sentado en la introducción, Fernández Anaya murió poco después de la
entrevista que le hicimos (tal vez la última que concedió). En esa sesión,
sólo pudimos grabar 60 minutos de diálogo entre Vásquez y Fernández
Anaya, en el cual participamos como moderadores, buscando centrar la
discusión en los puntos cronológicos básicos de los inicios del comunismo
en Centroamérica, de los nexos de la COMINTERN con esa región y del
papel de ambos personajes en los hechos que nos preocupan. Como puede
comprenderse, el material es superficial y muy general en cuanto al
tratamientos los temas abordados. Cabe apuntar que en esa entrevista
Fernández Anaya se refirió insistente y claramente a la existencia de unas
memorias suyas, realizadas con el auxilio de una de sus hijas. Para el
presente trabajo no pudimos acceder a ellas, pero vale la pena tenerlas en
cuenta para futuras indagaciones.
En cuanto a la entrevista realizada con Miguel Mármol, podemos
apuntar que se trata de 14 cintas magnetofónicas de 60 minutos cada una.

387
Fue una entrevista dirigida, en base a preguntas generales formuladas con
el fin de llenar lagunas, enriquecer puntos de vista de Mármol y problema-
tizar hechos poco tocados por él en el ya clásico trabajo de Roque Dalton
(1983) sobre los sucesos de 1932 en El Salvador. Sin embargo, la
impresionante facilidad del entrevistado para mantener una conversación
nos obligó a salirnos de los límites impuestos por el cuestionario previo.
Podemos apuntar dos hechos interesantes de esa experiencia: a) La
sorprendente habilidad de Dalton para reconstruir los giros del lenguaje
oral de Mármol (hizo su trabajo en base a apuntes directos, sin grabacio-
nes); y, b) La visión mágica desde la que abordó Mármol, en la última
parte de la entrevista, un intento de explicación de los acontecimientos
más extraordinarios de su singular vida (escape del fusilamiento, por sólo
citar el más conocido).
Todo el material transcrito de las entrevistas con Mármol sufrió un
tratamiento similar al descrito en el caso de la historia de vida de
Vásquez. El ordenamiento se hizo a partir del libro de Dalton y con el eje
cronológico como hilo conductor.

3.
El tratamiento de los materiales testimoniales editados por otras personas
quiso mantener la perspectiva de una narración coherente de acontecimien-
tos remotos, expresada en una época similar a aquella en la que Vásquez
y Mármol vertieron sus memorias. Por lo tanto, los cambios realizados al
material descrito en el apartado O. fueron muy superficiales.
El verdadero trabajo de edición representó escoger los segmentos de
los testimonios más adecuados a los fines de una narración como la que
quisimos elaborar. Los puntos comunes en cuanto a espacios, tiempo y
acontecimientos, ciertamente sentaron las bases del armazón discursivo de

388
nuestro contrapunto. Sin embargo, se buscó resaltar las heterogeneidades
de los propios testimonios, y de los mismos testigos, diferencias descritas
líneas atrás.
La experimentación con formas narrativas alternativas a la tradicio-
nal exposición de segmentos de entrevista prologados por aseveraciones
del autor del ensayo, fue otro de los planteamientos fundamentales de
nuestra propuesta. Tratando de reconstruir la temporalidad en el curso de
la investigación, además del intento de "colorear" con cuadros más
cotidianos los macroprocesos políticos y económicos descritos en los
comentarios historiográficos, nos pareció adecuado que la narración de los
subperíodos (1922-26; 1927-1931y1932-1934) fuera antecedida por la de
los testimonios referidos a los acontecimientos más o menos circunscritos
a cada uno de ellos.
Finalmente, todo intento por innovar en la forma expositiva de un
trabajo académico como el presente, corre el riesgo de ser interpretado de
múltiples maneras, no siempre cercanas al interés del autor. Este anexo
metodológico trata de explicitar el cómo y el por qué de nuestra propues-
ta, sin abundar en las fuentes teórico metodológicas que nos influen-
ciaron, principalmente, por cuestiones de espacio. Sin embargo, debemos
dejar sentado que la propuesta original de la exposición es de Hans-
Magnus Enzesberger (1975), quien retoma una idea de Walter Benjamin.
Éste soñaba con realizar una narración basada en un contrapunto entre
diversas voces de testigos, en la que apenas se sintiera la mano del
armador. Sabedores de nuestro escaso oficio en las artes narrativas,
asumimos los riesgos de innovar en las formas de exposición, así como de
tratar un tema y unos referentes teóricos también poco explorados. A fin
de cuentas, los tiempos actuales son, antes que nada, de recuento y
búsqueda.

389
ANEXO GRÁFICO
Manabendra Nath Roy, en su casa de la colonia Roma
(Autor desconocido. Tomada de GÓMEZ, 1986: 2)
México, D.F.
1917

391
Mijaíl Borodín y su hijo
(Autor desconocido. Tomada de GÓMEZ, 1986: 6)
China
1927

392
Sen Katayama
(Autor desconocido. Tomada de GÓMEZ, 1986: 11)

393
--------------------...? . l

19;J

Afiche de la campaña presidencial de Lázaro Chacón


(Tomada de WITZEL DE CIUDAD, 1991: 222)
Guatemala
1927

394
Jorge Femández Anaya (de pie, a la izquierda) y Rosalío Blackwell (de pie, a la derecha)
(Autor: Tina Modotti. Tomada de FERNÁNDEZ ANAYA, 1985: 239)
México
diciembre de 1927

395
Rosalío Blackwell (primera fila, último a la derecha) y Jorge Fernández Anaya (cuarta fila, primero a la
izquierda), en la Conferencia del PCM
(Autor: Tina Modotti. Tomada de CAMPA, 1978)
México
abril de 1928

396
Rosalío Blackwell (primera fila, segundo a la derecha), Jorge Fernández Anaya (de pie, tercero a la
izquierda), en la visita de las Juventudes Comunistas Leninistas de la URSS, en el Congreso de la FJCM
(Autor desconocido. Tomada de FERNÁNDEZ ANAYA, 1985: 235)
México
1928

397
1
Gustavo Machado (segundo a la izquierda), Jorge Femández Anaya (en último plano) y Jacobo Hurwitz
(sentado, séptimo a la izquierda), en el Comité Manos fuera de Nicaragua
(Autor: Tina Modotti. Tomada de MARTÍNEZ VERDUGO, 1985)
México
1928

398
Salvador de la Plaza (primero a la derecha) y Diego Rivera, en la campaña presidencial del Bloque Obrero
Campesino
(Autor: Tina Modotti. Tomada de MARTÍNEZ VERDUGO, 1985)
México
1929

399
Sandino y su estado mayor. Agustín Farabundo Martí (sentado a la derecha)
(Autor desconocido. Tomada de SELSER, 1960)
Nicaragua
1929

400
V Congreso Mundial de la ISR. Juan Luis Chigüichón (3ª fila, 4° a la izquierda), V. Campa (a su derecha)
(Autor desconocido. Tomada de MORA V AL VERDE, 1991: 346)
Moscú
1930

401
. . . . . . .
1111 l. l!f' 1•1n1.i......~ 111.U.ll .•. p .u ··11 .,.,. . . .

Agustín F arabundo Martí


(Autor desconocido. Tomada de FERNÁNDEZ ANAY A, 1985: 236)
Nicaragua

402
Miguel Ángel Vásquez E.
(Autor desconocido. Tomada de WITZEL DE CIUDAD, 1991: 286)
Guatemala

403
Juan Pablo Wainwright
(Autor desconocido. Tomada de WITZEL DE CIUDAD, 1991: 292)
Guatemala

404
Julio Alberto del Pina! (1), Antonio Obando Sánchez (2), Juan Luis Chigüichón (4) y Luis Villagrán (7)
(Autor desconocido. Tomada de WITZEL DE CIUDAD, 1991: 279)
Guatemala

405
Antonio Obando Sánchez
(Autor desconocido. Tomada de OBANDO SÁNCHEZ, 1978)
Guatemala

406
Jorge Ubico
(Autor desconocido. Tomada de OBANDO SÁNCHEZ, 1978: 83)
Guatemala

407
Penitenciaría Central (hoy inexistente)
(Autor desconocido. Tomada de OBANDO SÁNCHEZ, 1978: 91)
Guatemala

408
Noticia en El Imparcial (17-febrero-1932). De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Antonio Obando
Sánchez, Julio Alberto del Pina!, Miguel Ángel Vásquez, Juan Luis Chigüichón, Luis Villagrán y Antonio
Cu mes
(Autor desconocido. Tomada de WITZEL DE CIUDAD, 1991: 290)
Guatemala
1932

409
Juan Pablo Wainwright ante el pelotón de fusilamiento
(Autor desconocido. Tomada de OBANDO SÁNCHEZ, 1978: 113)
Guatemala
16 horas del 18 de febrero de 1932

410
Pasaporte con el que sale exiliado Miguel Ángel Vásquez hacia Europa (ésta y la próxima página)
(Archivo de M.A. Vásquez)
Guatemala
30 de diciembre de 1932

411
412
CRONOLOGÍA POLÍTICA

Guatemala El Salvador Honduras Internacional Co- Contexto Mundial


munista y Latinoa-
mérica

1919
·Prisión del Obispo de ·Alfonso Quiñónez ·Se nombra un Consejo ·1 Congreso (fundacio- ·Insurrección espar-
Faselli Gunio) Molina abandona la de Ministros que asume nal) de la IC (marzo 2- taquista y asesinatos de
·Comité Patriótico de presidencia y la entrega el poder (septiembre 9) 6) Rosa Luxemburg y Karl
Obreros Gulio 27) a Jorge Meléndez (fe- ·Francisco Bográn ·Partido Comunista del Liebknecht [Alemania]
·Liga Obrera (septiem- brero 28-marzo 1º) asume la presidencia Brasil Gunio 21-23) (enero)
bre 20) interina (octubre) y rea- ·Partido Comunista de ·Asesinato de Emiliano
·Liga Obrera Unionista liza elecciones México (noviembre 24) Zapata (abril 10)
y Partido Unionista · 1 Congreso de Organi- ·Primer número de
(diciembre 25) zaciones Juveniles Co- L 'Ordine Nuovo, dirigi-
munistas y fundación de do por A. Gramsci
la IJC [Berlín] (noviem- [Italia] (mayo 1º)
bre) ·11 Congreso de la
·Buró Latinoamericano COPA [Nueva York,
de la IC [México] (di- EUA] Gulio)
ciembre 8)

1920
·Club Unionista de
Estudiantes Universita-
rios (enero 14)
·Semana trágica:
derrocamiento de Es- bananeros de la empresa (julio 19-agosto 7) Huelga general en Turín
trada Cabrera (abril 8- de Vaccaro Hnos, en La ·Federación de Jóvenes [Italia] (abril)
14) Ceiba (agosto-septiem- Comunistas de México ·Asesinato de Venus-
·Carlos Herrera, presi- bre) (agosto 24) tiano Carranza [México]
dente provisorio (abril ·Congreso de los Pue- (mayo 21)
8) y constitucional blos de Oriente [Bakú] · l ª campaña de no
(septiembre 15) (septiembre 1-8) cooperación de Gandhi
·Huelga de los ferro- ·Congreso constituyente [India]
carriles de la IRCA del de la ISR (septiembre) ·Primer número de
norte y sur (mayo-junio) ·Federación Comunista Boletín Comunista,
·Asociación de Estu- del Proletariado Mexi- órgano del "Buró Lati-
diantes Universitarios cano (septiembre 19) noamericano de la III
(mayo 20) ·Local Comunista del Internacional" (agosto 8)
·Huelga en la Cerve- DF [México] (diciem- · Interinato de Adolfo de
cería Centroamericana bre) la Huerta y llegada a la
(junio) presidencia de Alvaro
·Huelga de los pana- Obregón (junio 1º-di-
deros de la capital ciembre 1º)
(julio) ·Termina, en lo esen-
·Huelga de los traba- cial, la intervención
jadores de telégrafos extranjera y la Guerra
(octubre) Civil en Rusia (diciem-
·Golpe militar a Herrera bre)
y toma el poder José M.
Orellana (diciembre 15)
1921
·Huelga de los fe- ·Primer Congreso Obre- ·Partido Comunista de ·Se aplasta la insurrec-
rrocarriles (abril) ro de Honduras y fun- Italia (enero 21) ción de los marinos de
·Unificación Obrera dación de la FOH ·Primera mención de la Kronstadt (febrero)
Socialista (mayo 1º) (mayo 18) IC sobre Centroamérica: ·Confederación General
·Orellana celebra elec- en el manifiesto del de Trabajadores [Méxi-
ciones y asume la presi- CEIC Sobre la revolu- co] (febrero)
dencia constitucional ción en América (enero) · II Congreso de la
(mayo) ·Partido Comunista del COPA [México]
·Se conforma la COCA, Uruguay (abril) ·I Congreso de Estu-
en el marco del II Con- · II Conferencia Interna- diantes Hispanoameri-
greso Centroamericano cional de las Mujeres canos [México] (octu-
de Obreros (septiembre Comunistas Gunio 9-15) bre)
15) ·Mención de grupos ·Muere Ramón López
comunistas en Centro Velarde (diciembre)
América [en el Llama-
miento del Movimiento
Internacional de Muje-
res Comunistas]
· III Congreso de la IC
Gunio 22-julio 12)
·Partido Comunista
Chino Gulio 1º)
· I Congreso de la ISR
Gulio 3-19)
·Socorro Rojo Inter-
nacional (agosto 12)
·Partido Comunista de
Chile
1922
·Huelga portuaria en ·Unión Obrera Salvado- ·Tegucigalpa, sede de la · ler. Pleno del CEIC ·Movimiento inquilina-
Champerico (enero- reña COCA (marzo) (enero 24-marzo 4) rio en México (enero-
f ebrero) ·Partido Comunista de ·Se elige a José Stalin j ulio)
·Partido Comunista de Honduras (mayo 1º) secretario general del ·IX Congreso de la
Guatemala (último · II Congreso de la PC Bolchevique en el Internacional Socialista
cuatrimestre) COCA, en Tegucigalpa XI Congreso (marzo 27- [Nuremberg]
(septiembre) abril 2) · Mussolini toma el
·Conferencia de las poder en Italia (octubre)
Internacionales -11, II ·Muerte de Ricardo
y 1/2, III- (abril) Flores Magón en su
·2° Pleno del CEIC celda de la penitenciaría
(junio 7-11) de Leavenwort, Kansas
·Aparecen artículos de (noviembre 21)
Edgar \Voog, en IN- ·Independencia de Egip-
PRECORR (alemán y to
francés), donde se cita ·Congreso de las poli-
el contacto de la IC con cías sudamericanas con-
la UOS de Guatemala tra el bolchevismo
(noviembre) ·Se funda la Unión de
·IV Congreso de la IC Repúblicas Socialistas
(noviembre 5-diciembre Soviéticas (diciembre
5) 30)
·11 Congreso de la ISR
1923
·Huelga de muelleros de ·Termina la presidencia ·El gobierno firma la ·11 Congreso del PCM ·Congreso Constituyente
la UFCO en Puerto de Jorge Meléndez y llamada Convención de (abril) de la Asociación Inter-
Barrios (febrero) entra Alfonso Quiñónez Washington (febrero 7) · 3er. Pleno del CEIC nacional de Trabajado-
·El gobierno firma la Molina (febrero 28- Gunio 12-23) res -anarquista-
llamada Convención de marzo 1º) ·Carta del CEIC a la [Berlín] (diciembre 25
Washington (febrero 7) ·El gobierno firma la sección de la Internacio- [1922]-enero 2)
·Fundación de la Uni- llamada Convención de nal denominada "Comité ·Muere asesinado Fran-
versidad Popular (marzo Washington (febrero 7) Directivo del Partido cisco Villa en Parral
1º) Comunista de Centroa- Gulio 20)
mérica y Sud América" ·Huelga general y lla-
(septiembre) mado del PC de Ale-
·CongresoConstituyente mania para constituir el
de la Internacional gobierno de los soviets;
Campesina (octubre) fracaso de la insurrec-
ción (agosto 11-octubre
8)
·Inicio de la dictadura
de Primo de Rivera en
España (septiembre 13)
·1 Congreso de la 11
Internacional Socialista
[Hamburgo]
·Inicia la rebelión dela-
huertista en Veracruz
(diciembre 6)
1924
·El presidente Orellana ·Fusión de la COES y ·Huelga de ferrocarrile- ·Conferencia Nacional ·Asesinato de Felipe
legaliza la estancia de la la UOS para representar ros (febrero) del PCM (abril 25-30) Carrillo Puerto y otros
UFCO en el país (no- al país ante la COCA ·El presidente saliente ·V Congreso de la IC compañeros por dela-
viembre 7) ·Federación Regional de se proclama dictador (junio 16-julio 8) huertistas (enero 3)
Trabajadores de El ante la incapacidad del ·4° Pleno del CEIC ·Muere V.I. Uliánov
Salvador (septiembre Congreso para nombrar (julio 12-13) (Lenin) (enero 21)
21) ganador de las elec- ·II Congreso de la ISR ·Primer número de El
·Universidad Popular ciones de 1923, lo que ·Inicia la organización Machete, como órgano
provoca la Guerra Civil de la LADLA, a inicia- del Sindicato de Pin-
(febrero 1º) tiva del PCM y otros tores y Escultores (ma-
·Entrada de 200 marines latinoamericanos exi- rzo 15)
a Tegucigalpa (marzo liados en México ·México, primer país
19) (agosto 4) del hemisferio que
·El general Vicente establece relaciones
Tosta, presidente provi- diplomáticas con la
sional (abril 30) URSS (agosto 4)
·Huelga en la Trujillo ·Stanislav Petskovsky,
Railroad Co, (mayo) primer representante de
·Muere el presidente la URSS llega a México
López Gutiérrez (agosto (octubre 30)
10); asume el cargo ·Nace la República
interinamente Ángel Popular de Mongolia
Zúñiga Huete (noviembre 28)
·Se realizan elecciones y ·Plutarco Elías Calles,
se restablece el orden presidente de México
(diciembre) (diciembre 1º)
·IV Congreso de la
COPA [México] (di-
ciembre 3)
1925
·Partido Comunista de ·Miguel Paz Barahona ·5° Pleno del CEIC ·II Congreso de la AIT
Centro América (enero asume la presidencia (marzo 21-abril 6) [Amsterdam] (marzo)
1º) (febrero 1º) · III Congreso del PCM ·Primer número de El
·Manifiesto del PCCA ·Gran huelga de trabaja- (abril 7-12) Libenador, órgano de la
(mayo 1º) dores azucareros y en ·Partido Comunista de LAD LA (marzo)
·Huelga de zapateros de las plantaciones de la Cuba (agosto 16) ·Muerte de Sun Yat-sen
la capital (agosto) costa norte, de la Cuya- (marzo)
·Huelga de panaderos de mel Fruit Co. (marzo) ·Asesinato del diputado
la capital (octubre y comunista veracruzano
noviembre) Francisco J. Moreno
·Huelga de los trabaja- (septiembre 14)
dores de la Aduana · II Congreso de la II
Central (noviembre) Internacional Socialista
·Huelga de recogedoras [Marsella]
de café (noviembre y di-
ciembre)
·Creación del Depar-
tamento Nacional del
trabajo (diciembre 5)
1926
·Huelgas de los trabaja- ·Federación de Socieda- ·6° Pleno del CEIC · ler. número de La
dores de las fábricas de des Obreras del Norte (febrero 17-marzo 15) Correspondencia Suda-
velas y jabón, y panade- (mayo 1º) ·Liga Antiimperialista mericana, órgano del
ros (enero) ·Congreso por la Uni- Mundial [Berlín] (febre- SSA de la IC (abril 15)
·Huelga de panaderos dad del Movimiento ro) ·Asesinato del comunis-
(febrero) Obrero de Honduras, a ·Liga Antiimperialista ta michoacano Primo
·La COCA desconoce a iniciativa de la COCA; de las Américas [Méxi- Tapia (abril 26)
la FOG (marzo 26) redacción de la Consti- co] (abril) ·Gran huelga general en
·Congreso Regional tución Obrera (noviem- · 7° Pleno del CEIC Inglaterra (mayo 4-12)
Obrero, convocado por bre) (noviembre 22-diciem- ·Inicia la Guerra Criste-
la COCA y fundación bre 28) ra en México (agosto)
de la Federación Regio- ·Desembarco de marines
nal Obrera de Guatema- en Nicaragua (noviem-
la (mayo 1º) bre)
·Muere el presidente ·Represión del fascismo
Orellana y asume la en Italia, prisión de
presidencia interina Gramsci y plan original
Lázaro Chacón ( sep- de sus Quaderni (no-
tiembre 26) viembre 8)
·Grupo "Nueva Senda" · I Congreso Internacio-
(octubre) nal Feminista [Montevi-
·Chacón realiza elec- deo] (noviembre)
ciones, en las que triun-
fa ampliamente (diciem-
bre)
1927
·Convocatoria a la ·Termina período presi- ·V Congreso del PCM ·Llega a México la
Asamblea Constituyen- dencial de Alfonso (abril 15-20) embajadora de la URSS
te, por Lázaro Chacón Quiñónez Molina asume ·8° Pleno del CEIC Alejandra Kolontai
(marzo 1º) la presidencia Pío Ro- (mayo 18-30) (enero)
·11 Congreso de la mero Bosque (febrero ·Invasión norteamerica-
FROG (abril) 28-marzo 1º) na a Nicaragua (enero
·Se reanuda el movi- 6)
miento de los panaderos ·Congreso Mundial
(abril) Antiimperialista de
·Se reivindica pública- Bruselas (febrero 10-15)
mente a la Revolución ·Ruptura Inglaterra-
Bolchevique en el des- Rusia (mayo 25)
file obrero (mayo 1º) ·V Congreso de la
·Comité Pro Acción COPA [Washington]
Sindical (mayo) Gunio)
·Nace el Ejército Rojo
Chino (agosto 1º)
·Mueren en la silla
eléctrica N. Sacco y B.
Vanzetti [Denham,
Massachusetts] (agosto
23)
·Trotsky, expulsado de
la IC por el CE (se-
ptiembre 27)
· Zinóviev y Trotsky,
expulsados del PCUS
(noviembre)
·Rebelión de Serrano y
Gómez [México] (o-
ctubre)
1928
·Crisis política del ·Comité Manos Fuera ·Trotsky deportado a
gobierno de Chacón, de Nicaragua Alma Ata (marzo)
quien suspende las ga- -MAUFENIC- [Mé- · III Congreso de la AIT
rantías constitucionales xico] (enero 18) [Lieja] (mayo)
(septiembre) ·9° Pleno del CEIC · III Congreso de la 11
(febrero 9-25) Internacional Socialista
·Partido Comunista del [Bruselas]
Paraguay (febrero 19) ·Mariátegui publica los
·IV Congreso de la ISR Siete ensayos de inter-
(marzo) pretación de la realidad
·V Conferencia del peruana
PCM (abril 2-7) ·Asesinato del presiden-
·Julio Antonio Mella, te electo de México,
secretario general interi- Alvaro Obregón Gulio
no del PCM Gunio) 17)
· 1er. Pleno del SSA de ·Emilio Portes Gil,
la IC Gunio 29-julio 2) presidente de México
·VI Congreso de la IC (diciembre 1º)
(agosto 17-septiembre · ler. Plan Quinquenal
1º) en la URSS
·La Guerra del Chaco
-Bolivia contra Para-
guay-
1929
·Sublevación militar ·V Congreso de la -Termina la presidencia ·Congreso Sindical ·Asesinato del comunis-
contra Chacón (enero) y FRTS (julio) de Paz Barahona e Latinoamericano y ta cubano Julio Antonio
derrota del movimiento ·Sociedad de Defensa inicia el período de fundación de la CSLA Mella [México] (enero
(febrero) del Café (diciembre 18) Vicente Mejía Colindres [Montevideo] (mayo 18- 10)
·Enfrentamientos en el (enero 31-febrero 1°) 26) ·Trotsky, expulsado de
desfile obrero (mayo · ler. Congreso Obrero ·Primera Conferencia la URSS, llega a Tur-
1º) Campesino y fundación Comunista Latinoameri- quía (febrero)
·Van delegados de la de la FSH, en Tela cana [Buenos Aires] ·Partido Nacional Revo-
FROG y el PC de G a (mayo 1º) (junio 1°-12) 1uc ionari o [México]
Montevideo y Buenos ·Huelga de trabajadores ·Persecución del PCM e (marzo 1º)
Aires (junio) bananeros en la costa inicio de la etapa de ·Rebelión de Manzo y
·Primeros síntomas de norte (septiembre 5-8) clandestinidad que Escobar [México]
la crisis, recorte presu- ·Se fusionan las empre- durará hasta 1935 (junio (marzo 3)
puesta!, desórdenes sas bananeras de la 6) · Bujarin, expulsado del
públicos y suspensión United Fruit y las de S. · 10° Pleno del CEIC buró político del PCUS
de garantías (junio- Zemurray (noviembre) (julio 3-9) (abril)
septiembre) ·Asesinato de J. Guada-
lupe Rodríguez y 14
compañeros por el
Ejército de Durango
(mayo 14)
·Invasión de Curazao
por comunistas venezo-
lanos (junio)
·Sandino en México
(junio 25)
·Crack de la Bolsa de
Valores de Nueva York
(octubre 29)
·Primer número de El
Machete Ilegal (noviem-
bre 7)
· I Congreso anarcosin-
dicalistalatinoamericano
y fundación de la
ACAT [Buenos Aires]

1930
·Despidos en la IRCA y ·Partido Comunista de ·Sindicato de Trabajado- ·El PCM y la IC rom- ·Gobierno mexicano
la Sastrería Militar Gu- El Salvador (marzo 28) res de la Aguja (mayo pen con Sandino Gunio expulsa comunistas
nio) ·Asisten dos delegados 11) 30) extranjeros -entre
·Más descontento social del sindicalismo comu- ·Volante apócrifo que ·V Congreso de la ISR ellos, Tina Modotti-
y suspensión de garantí- nista al V Congreso de llamó a la huelga gene- (agosto) (enero)
as Gunio-septiembre) la ISR [Mármol y Ramí- ral y el derrocamiento ·Partido Comunista de ·Portes Gil rompe rela-
·Asisten dos delegados rez] Gulio) del gobierno; represión Colombia ciones con a URSS
del sindicalismo comu- generalizada Gunio) ·Partido Comunista de (enero 23)
nista al V Congreso de ·Huelga en las plan- Panamá ·Pascual Ortiz Rubio,
la ISR [Obando Sánchez taciones de la Standard presidente de México
y Chigüichón] Gulio) Fruit Co. (febrero 5)
:El presidente Chacón ·Asiste un delegado del ·V Congreso de la
renuncia por enferme- sindicalismo comunista COPA [La Habana]
dad (diciembre 12), al V Congreso de la ISR ·Muerte de José Carlos
asume la presidencia [Valdés?] Gulio) Mariátegui (abril 16)
interina Baudilio Palma ·Muere Úrsulo Galván
por unos días (diciem- Gulio 28)
bre 13) y toma su lugar ·México adopta la Doc-
Manuel Orellana trina Estrada para regir
su política exterior
(septiembre 27)
1931
·Golpe de Estado de- ·Termina período presi- · llvo. Pleno del CEIC ·Triunfo de la República
rroca a Manuel Orellana dencial de Romero (marzo 25-abril 13) en España (abril)
y toma el poder José M. Bosque asume el cargo ·Partido Comunista de · ler. número de El
Reina Andrade (enero Arturo Araujo (febrero Venezuela (marzo) Comunista, órgano del
2) 28-marzo 1º) ·Partido Comunista de Buró del Caribe de la
·Reina Andrade realiza ·Golpe de Estado de- Costa Rica (junio) IC [Nueva York] (ma-
elecciones y entrega la rroca al presidente yo)
presidencia al ganador Araujo (diciembre 2) ·IV Congreso de la II
Jorge Ubico, antes de la ·Toma el poder Maxi- Internacional Socialista
fecha legal -15 de milano Hernández Mar- [Viena]
marzo- (febrero 14) tínez (diciembre 4) ·IV Congreso de la AIT
·Huelga en la cementera [Madrid] (junio 16-21)
Novella y Co. (marzo) ·República Socialista de
·Ubico ordena la repre- Chile -Marmaduke
sión de la FROG y el Grove-
CPAS (noviembre)
·Encarcelamiento de los
líderes del movimiento
obrero (diciembre)
1932
·Disolución de la ·Elecciones municipales ·IV Congreso de la FSH ·VII Conferencia Nacio- ·Inicia guerra smo-
FROG, el CPAS, y el con amplia participación (enero) nal del PCM (enero 25- japonesa (enero)
PC, juicio a los líderes del PCES (enero 3-5) ·Gran huelga de los 29) ·Los nazis ganan las
(enero) ·Represión de la huelga trabajadores de la Unit- · 12vo. Pleno del CEIC elecciones en Alemania
·Condena a muerte y de cortadores de café ed Fruit (enero) (agosto 27-septiembre Gulio)
conmutación de la pena (enero 4) ·Huelga en las plan- 15) · Abelardo L. Rodrí-
por 15 años de prisión ·Manifestaciones anti- taciones de y la Stan- guez, presidente interino
(febrero) fraude en Usulután dard Fruit Co. (enero- de México (septiembre
(enero 8) febrero) y la Trujillo 4)
·Elecciones para diputa- Railroad Co. (febrero-
dos (enero 11) abril)
·Huelga en la hacienda ·Campaña presidencial
San Isidro, Sonsonate con participación del PC
(enero 16) de H, como Bloque
·Llamada a la insurrec- Obrero Campesino
ción por el PCES (enero Gunio)
22)
·Fusilamiento de A.
Farabundo Martí, Al-
fonso Luna y Mario
Zapata (febrero 1º)
1933
·Mejía Colindres ter- · 13vo. Pleno del CEIC ·Hitler llega al poder
mina su período y (noviembre 28-diciem- (enero 30)
asume el puesto Tibur- bre 12) ·Incendio del Reichstag
cio Carías Andino (ene- e inicio de la represión
ro 31-febrero 1°) masiva en Alemania
(febrero 27)
·Muere Clara Zetkin
Gunio 20)
·Trotsky en Francia
(agosto)
·Huelga General e
instalación de Soviets en
la provincia de Cuba
(agosto-septiembre)
·Frente antifascista en
España (noviembre)
·Muere Sen Katayama
[Moscú] (noviembre 5)
·Segunda Convención
del PNR [México]
(diciembre 5)
·Juicio fascista contra
Dimitrov y comunistas
por el incendio del
Reichstag (diciembre
16)
1934
·Partido Comunista de ·Asesinato de A.C.
Puerto Rico Sandino [Managua]
(febrero 21)
·Golpe de Estado fascis-
ta en Bulgaria (mayo
17)
·Partido Acción Nacio-
nal [México] (septiem-
bre 15)
·Sumamente grave de
salud, A. Gramsci
obtiene la libertad con-
dicional (octubre 27)
·Inicia la Gran Marcha
en China (octubre)
·Huelga General en
Cataluña y Asturias:
represión brutal (octu-
bre)
· Zinóviev y Kamenev,
encarcelados (diciem-
bre)
·Lázaro Cárdenas,
presidente de México
(diciembre 1º)
·Italia fascista agrede a
Abisinia (diciembre)
·Se decreta la Educación
Socialista en México
(diciembre 13)
ÍNDICE DE SIGLAS

ACAT: Asociación Central Americana de Trabajadores


AEU: Asociación de Estudiantes Universitarios
AIT: Asociación Internacional de Trabajadores
CC: Comité Central
CEIC: Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista
CGT: Confederación General de Trabajadores
COCA: Confederación Obrera Centro Americana
COES: Confederación Obrera de El Salvador
COMINTERN: Internacional Comunista
COPA: Confederación Obrera Panamericana
CP AS: Comité Pro-Acción Sindical
CROM: Confederación Regional Obrera Mexicana
CSLA: Confederación Sindical Latino Americana
CSUM: Confederación Sindical Unitaria de México
DF: Distrito Federal (México)
EEUU (EU): Estados Unidos de Norteamérica
FCPM: Federación Comunista del Proletariado Mexicano
FJCM: Federación de Jóvenes Comunistas de México
FMLN: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional
FOCR: Federación Obrera Costarricense
FOG: Federación Obrera de Guatemala para la Protección Legal del
Trabajo
FOH: Federación Obrera Hondureña
FON: Federación Obrera Nicaragüense
FORA: Federación Obrera Regional Argentina
FROG: Federación Regional de Obreros de Guatemala
FR TS: Federación Regional de Trabajadores de El Salvador

429
FSH: Federación Sindical Hondureña
FSON: Federación de Sociedades Obreras del Norte (Honduras)
IC (COMINTERN): Internacional Comunista
IHMCRSC: Instituto de Historia del Movimiento Comunista y de la
Revolución Socialista de Cuba
IJ C: Internacional Juvenil Comunista
INPRECOR: International Press Correspondence (prensa de la IC)
IRCA: In terna tional Rail ways of Central America
IS R (PROFINTERN): Internacional Sindical Roja
IWW: International Workers of the World
JC: Juventud Comunista
LADLA: Liga Antiimperialista de las Américas
PC: Partido Comunista
PCCA: Partido Comunista de Centro América
PCES: Partido Comunista de El Salvador
PCEU: Partido Comunista de los Estados Unidos
PCG: Partido Comunista de Guatemala
PCH: Partido Comunista de Honduras
PCM: Partido Comunista Mexicano
PCUS: Partido Comunista de la Unión Soviética
PGT: Partido Guatemalteco del Trabajo (comunista)
PSM: Partido Socialista Michoacano
SRI: Socorro Rojo Internacional
SS A IC: Secretariado Sudamericano de la Internacional Comunista
UFCO: United Fruit Company
UO: Unificación Obrera
UOS: Unificación Obrera Socialista
UOS: Unión Obrera Salvadoreña
URSS: Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas

430
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