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La bomba de ariete, también llamada ariete hidráulico, es una máquina sencilla que
aprovecha la energía hidráulica potencial gravitatoria del agua para elevar una porción de
la misma, mediante la transformación de la energía potencial, primero, en energía cinética
y posteriormente en ondas de presión, conocidas como golpes de ariete. Toda bomba de
ariete requiere una cantidad excedentaria de agua capaz de ceder su energía potencial al
agua impulsada.
APLICACIONES
Debido al bajo costo de elaboración, costo de operación cero y cero contaminaciones (no
se utiliza ningún tipo de energía ni combustible extra, tan solo usa la fuerza del fluido) se
considera que este equipo puede ser utilizado en casi cualquier actividad donde el caudal
inicial de fluido no sea un problema o pueda ser reciclado.
EN UN ASPECTO GENERAL:
El ideal de proveer de agua a todas las zonas, es uno de los tantos aspectos que no se
han logrado concretar. El problema del desabastecimiento de agua es una realidad crítica
que buena parte de la población, sobretodo de las zonas más pobres, se ve obligada a
enfrentar. La falta de una buena gestión que garantice el máximo provecho y la
racionalización de este recurso, dificulta las labores de ampliación de cobertura del agua y
su reconocimiento como recurso natural de uso multisectorial.
La secretaría general de las Naciones Unidas fue asignada, en el 2002, para desarrollar
un plan de acción para el mundo que tenga la finalidad de revertir los problemas de
extrema pobreza, hambre, y enfermedades que afectan a billones de personas. Es por
ello que, en el 2005, se desarrolló una cumbre mundial donde participaron todas las
naciones del mundo y todas las instituciones de desarrollo más importantes a nivel
mundial. En esta cumbre se plantearon como meta ocho objetivos de desarrollo que
deberían ser mejorados por todos los países hasta el 2015 -fecha en que se realizará la
segunda cumbre mundial para evaluar los objetivos logrados-, entre ellos, el séptimo
objetivo que se refiere a la reducción del porcentaje de personas que carezcan del acceso
sostenible al agua potable y a los servicios básicos de saneamiento.
Hace varios años, en el Perú, algunas instituciones se vienen preocupando por hacer algo
en favor de éste y varios otros aspectos referidos a la protección del medioambiente y el
fomento del desarrollo en las zonas más pobres del país. Es así como, en uno de sus
intentos por crear mejoras en los sectores menos desarrollados, la Pontificia Universidad
Católica del Perú llevó a cabo -entre el año 1985 y el 2000- múltiples investigaciones
sobre diversos prototipos de bombillas hidráulicas que, a bajo costo, pudieran servir en
comunidades y pueblos andinos para el abastecimiento de agua; incluso en las zonas
más altas. Fue ahí donde encontraron una solución la cual sería la bomba de ariete o
también llamado ariete hidráulico.
EN EL PERU
Gracias a labor que muchas organizaciones vienen gestando hace 20 años en el país,
muchas comunidades han podido acceder a un mejor nivel de vida y mayores alternativas
de desarrollo. Apropiándose de las tecnologías que estas organizaciones les ofrece con el
objetivo principal de facilitarles: tanto el trabajo en sus labores diarias, como el acceso a
recursos básicos, han podido desarrollar un mejor nivel de vida.
Con la implementación de las bombas de ariete en diversas comunidades del Perú donde
carecían de agua. Los pobladores han obtenido también mayores beneficios económicos,
aprovechando esta tecnología renovable para diversas aplicaciones como: Provisión de
agua a casas y pequeñas poblaciones, elevación de agua a casas con niveles mayores a
un piso, bebederos de ganado, riego, prevención de sequías, criaderos de peces y
lombricultura.
TECNOLOGIA:
En una cervecería del condado inglés de Cheshire, John Whitehurst fermentó su ingenio
para construir un aparato con un principio de funcionamiento novedoso: accionaba
manualmente un grifo en una tubería conectada a un tanque de abasto, en un nivel
superior, para provocar el fenómeno físico conocido como golpe de ariete, que permitía
elevar el líquido a un tanque de almacenamiento colocado a una altura mayor (Fig. 18).Un
niño se ocupaba de accionar el artefacto, que funcionó desde 1772 hasta 1800.
Fig. 18. Esquema de funcionamiento del ariete ideado por John Whitehurst.
La sagacidad humana añadió elementos al invento cervecero, y seis años antes de que
Joseph Montgolfier junto a su hermano Étienne inventara el globo aerostático, concibió un
ariete automático, en principio similar a los de hoy, aunque entonces lo denominó le belier
hydraulique (Fig. 19). La novedad, reconocida en 1776, libró a los infantes (y adultos) de
la servidumbre humana como fuerza motriz. Después de la muerte del ilustre francés
otros se ocuparon de añadir bondades al equipo e investigaron los secretos de su
aparente magia.
Fig. 19. Esquema del ariete hidráulico ideado por Joseph Michael
Montgolfier, construido con el mismo principio de funcionamiento
de los equipos actuales.
Los adeptos a la invención concibieron diseños que combinaron el ariete con un sifón o
una bomba de succión, lo utilizaron como compresor de aire, lo acoplaron con una válvula
de impulso operada mecánicamente, lo adaptaron a un motor o un pozo artesiano, lo
revistieron de concreto reforzado o lo adaptaron para utilizar la energía de las mareas.
Las innovaciones nos legaron un aparato que durante más de un siglo figuró entre las
máquinas hidráulicas más apreciadas y experimentadas. La tentación por lo desconocido
provocó que algunos formularan hipótesis sobre la aparente simplicidad de los procesos
que ocurren en el fluir del agua a través del ariete: Eytelwein (1805), d’Aubuisson (1840) y
Morin (1863) aportaron deducciones empíricas que aún persisten en trabajos de
referencia ingenieril, aunque Walker Fyfe (1922), quien realizó muchas instalaciones en
Inglaterra, declaró la inutilidad de sus fórmulas. Los partidarios de las formulaciones
teóricas se empeñaron en determinar el índice del cambio de la velocidad variable de la
columna de agua durante cada período en el ciclo de trabajo del equipo, para finalmente
intentar predecir el volumen de agua que pudiera bombearse mediante los modelos
concretos. La asunción del método exclusivamente teórico regatea con la quimera: las
variables del proceso desbordan las exigencias de las fórmulas matemáticas si no se
recurre al instrumental del experimento. Habría que incluir el comportamiento de las
pérdidas de carga por fricción o turbulencia, la longitud del recorrido de la válvula de
impulso, el peso que actúa sobre la válvula de impulso, la resiliencia debida a la
elasticidad del agua y el material de la tubería de impulso, y la duración del período
durante el cual la válvula de impulso cierra, entre otros elementos.
La fusión de la teoría y la práctica deberían aportar las claves cognitivas: desde Harza
(1908), con el diseño de un equipo experimental accionado por un motor externo para
determinar el caudal inestable durante el período de aceleración; O’Brien y Gosline
(1933), quienes aportaron una primera explicación satisfactoria para el funcionamiento del
ariete; Lansford y Dugan (1941), que obtuvieron informaciones atendibles; Krol (1952),
quien formuló conceptos útiles; o el modelo de Iversen (1975); hasta recientes
indagaciones como las realizadas por Schiller y Kahangire en la Universidad de Ottawa, el
belga Jan Haemhouts (1989-1998) e investigadores cubanos desde la década del noventa
del pasado siglo.
En la industria moderna disminuyó el uso del ariete hidráulico convencional, hasta casi
desaparecer en el contexto tecnológico contemporáneo.
Lo que más se recuerda de la era victoriosa de los arietes convencionales es el escaso
mantenimiento que requerían y su larga vida útil, lo que hubiera permitido satisfacer
ciertos mercados por varias décadas (en Ameya, Nicaragua, se encuentra un ariete
funcionando desde 1884.
Por último, aparece la posibilidad de utilizar un solo tubo de impulso con una gran
cantidad de unidades multipulsoras, lo que permite aumentar la potencia con unidades
livianas estandarizadas y producidas en serie a bajo costo, mientras que con los arietes
convencionales se necesita diseñar un aparato en función de un diámetro dado, de gran
volumen y peso, y por consiguiente de un alto costo.
Durante más de una década, en el CITA se han diseñado, investigado e instalado
disímiles modelos. En las cercanías del poblado camagüeyano de Minas se experimentó
la versión más avanzada hasta entonces del ariete hidráulico multipulsor, con un tubo de
impulso de catorce pulgadas, equipado con ciento cuarenta y cuatro válvulas de impulso y
una carga de entrada de menos de treinta centímetros.
Descripción de la tecnología:
Para el uso del ariete es necesario contar con una quebrada o un río que sea
permanente para poder hacer un uso óptimo del ariete.
Ventajas:
Restricciones:
Generalmente la bomba de ariete se vende lista para instalar a un costo entre 500 y 1500
soles, según el tamaño y capacidad para elevar el agua. El valor de una bomba artesanal
elaborada oscila entre S/.600 a S/.3000.
REFERENCIAS
Martín, I., Salcedo, R., & Font, R. (2011). Mecánica de Fluidos. Universidad de Alicante.
Coz, F., Sánchez, T., Viani, B., & Segura, J. (1995). Manual de mini y microcentrales
hidráulicas. En Una guía para el desarrollo de proyectos (págs. 27-35). Lima: ITDG-
PERÚ.